160
1 COMUNICACIÓN Y REDES SOCIALES DIEGO F. HENAO A. 1998, Diego Fernando Henao Arcila D.R. UNAD

Libro Redes Sociales

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Libro Redes Sociales

1

COMUNICACIÓN Y REDES SOCIALES

DIEGO F. HENAO A.

1998, Diego Fernando Henao Arcila

D.R. UNAD

Page 2: Libro Redes Sociales

2

Tabla de ContenidoPresentación 4

El análisis de red 5Categorías, roles y estructuras 7

Las redes sociales y las cartografías de lo posible 11

Antecedentes principales de la perspectiva de red 12

La microsociología: entre la movilidad y la deslocalización 16

Variables, usos y limitaciones del análisis de red 23

Referencias gráficas de un análisis de red 29

La an-tropo-logía y la delimitación del lugar 33El lugar en geografía 38

El lugar en arquitectura 40

El lugar epistemológico 42

Glocalización y fronteras culturales 45Capital simbólico e Imaginarios sociales 50

Redes Urbano regionales 55

Redes de información y comunicación 59Conexiones de red 60

Las redes de área local ((LAN) 62

Redes de área extensa (WAN) 63

Red social y redes familiares 64El conflicto y la terapia sistémica de redes 67

El mapa mínimo y la red social significativa 71

Comunicación y Redes en Construcción 73Sistema discreto de comunicación 75

Modelos generales de comunicación 76

Cara a cara: Modelos comunicativos de interacción individual 78

El rumor como red conversacional 81

Narrativas y modelos de identidad 84El Lenguaje analógico y el pensamiento digresivo 88

La segmentarización y el dispositivo 90

Bibliografía 97

Y con las vidas humanas también la memoria se pierde... Es este el tiempo en que el abrigo de una guerra sin cuartel los primeros cronistas dieron con su pluma la

Page 3: Libro Redes Sociales

3

primera escritura para la memoria de esta parcela del continente que se rendía al poder imperial de España. La conciencia del amerindio sobre los hechos y las historias no se inscribe en las crónicas y la del cronista aparecerá en lo escrito como la conciencia ’única’ de los acontecimientos. Siendo ‘única’ esta conciencia será también la conciencia de la verdad... o tratará de parecerlo. Juan Evangelista Moreno. Pedro de Aguado y Juan de castellanos: Inventores de la verdad. Magazín del Espectador. No 801. 1998. Pág. 3-5.

Page 4: Libro Redes Sociales

4

Presentación

En el siguiente texto, la categoría «comunicación» es entendida como un proceso social fruto de la interacción humana en contextos específicos. Por su complejidad y vasta influencia en la cultura contemporánea, deseamos que este libro constituya una aproximación a la comunicación social en el ámbito cotidiano y a la forma en que puede ser abordada mediante estrategias y análisis de red.

Para lograrlo se efectúan acercamientos parciales de esta intrincada práctica cultural a través de planteamientos producidos en distintas disciplinas de las Ciencias Sociales. Veremos, entonces, como los principios de la Semiótica nos llevan hacia el orden de «lo imaginario», a través de la interpretación y la hermenéutica; desde los signos y símbolos que hacen parte de la metáfora y el sentido social de la interacción cotidiana; hacia la cultura analógica que se nos impone a causa de la dinámica y desarrollo tecnológico de los procesos informáticos y computacionales. Estos últimos caracterizados por el desplazamiento de los códigos, reconfigurando un lenguaje y modo de pensamiento, centrado principalmente, en la imagen.

Las diversas expresiones de la multiculturalidad nos conducen a la conceptualización sobre los límites y las fronteras que territorialmente construimos a partir de nuestra interacción social. Definir la ciudad y lo urbano como un lugar contrapuesto al que constituye el campo y la vida rural, ha hecho parte de la tradición científica en la antropología y la sociología clásica. Conceptos que hoy son considerados desde los estudios urbano-regionales como parte del replanteamiento de los «escenarios comunicacionales» de fin de siglo y particularmente de estas disciplinas.

Desde un comienzo la imbricación de los conceptos nos llevará por diferentes formas del pensamiento social que intentan explicar y describir las posibilidades de un análisis, centrado en algo tan sencillo, tan relativamente añejo, y tan utilizado actualmente, como el concepto de red.

Hablar de redes de comunicación se ha vuelto una costumbre entre aquellos que intentamos reflexionar sobre la correlación entre política y comportamiento social. Tal concepto procede de las convenciones cartográficas y sociográficas que parte de la investigación en comunicación social ha desarrollado, a partir de la década del 50, sin que en nuestro país haya una verdadera aplicación de tal perspectiva teórica y metodológica.

Page 5: Libro Redes Sociales

5

EL ANALISIS DE RED

En el plano de la lógica, una red se concibe como el cúmulo de relaciones existentes entre algunos elementos que pertenecen a un mismo conjunto. Una red es también la distribución de los elementos de una misma organización, relacionados entre sí. La existencia de la red no supone necesariamente un medio de conexión entre sus elementos. Solo basta que exista algún tipo de relación entre ellos.

En cuanto forma de análisis e investigación social, está fundamentado sobre conceptos que giran en torno de las interacciones y relaciones ecológicas entre las personas. Mediante su utilización se intenta ubicar, describir y explicar un contexto, el andamiaje que constituyen las relaciones humanas, las relaciones sociales de un individuo o un grupo; es decir, una red social: personal, familiar, comunitaria o institucional. Se trata de reconstruir una red social significativa1 puesto que no somos personas sin un contexto estable que nos de la identidad, identidad-en-contexto; puesto que “somos” en relación con los vínculos sociales que condicionan nuestra posibilidad de existir. En otras palabras, se trata de la elaboración de un «mapa mínimo»2 que exige profundizar en la subjetividad de los individuos o en las formas de organización de los conjuntos sociales investigados.

Como lo afirma el investigador Harvey D. Suárez3 una red no puede existir y desplegarse en el vacío, porque requiere de operadores concretos; es decir, cuerpos y estructuras conjugadas en prácticas, códigos y productos socioculturales, en las que se movilizan diversos modos de transacción social, formando un conjunto complejo de interacciones. La movilidad y el carácter intercambiable de sus componentes son inherentes a la operatividad y permanencia de la red. Las redes sociales están constituidas por territorios y sujetos —individuales y colectivos— que asumen o fabrican múltiples roles en diversas situaciones. La entrada a ésta puede ser relativamente “consensual”, porque se puede presentar el caso de algún componente de la red que simplemente escoge a sus segmentos y destinatarios, teniendo en cuenta que puede haber conciencia de la red, como es el caso de los vendedores de antigüedades en el Mercado de las Pulgas del Centro de Santafé de Bogotá D. C., o la ausencia de conocimiento sobre la misma, como es el caso de los recicladores que venden directamente en este mercado4.

Los integrantes de la red varían con el fin de optimizar su funcionamiento y éste solo es explicable al desmontar “los elementos que lo componen y la naturaleza de sus conexiones”. El espacio de acción de la red, en la cual se reproduce y busca una permanencia estratégica, es el socius fragmentado, es el tejido social y sus puntos de aplicación molecular, puntuale o específica, como en parte lo ha demostrado la microsociología5.

1 ZLUSKI, Carlos. La red Social: fronteras de la práctica sistémica. Gedisa. Barcelona. 1996.2 Ibídem3 SUÁREZ, Harvey D. El dispositivo: Un análisis a propósito de Deleuze y Foucault. Facultad de

derecho, Ciencias políticas y Sociales. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá, 1996.4 HENAO A., Diego Fernando. Crónicas y Cosas de un “No-lugar”: A propósito del Mercado de las

Pulgas. Tesis de Grado. Departamento de Antropología. Facultad de Ciencias Humanas. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. 1996.

5 DELEUZE, Gilles, y GUATTARI, Felix, Kafka: Por una literatura menor. Imprenta Madero. México D.F. 1983.

Page 6: Libro Redes Sociales

6

Un ejemplo concreto que vale la pena traer hasta aquí, puesto que nos sirve para contextualizar una perspectiva importante, es el caso de “Internet”. Es una red comunicacional, es una “red de redes” que intercomunica —sin moverse de su sitio— a todos los usuarios en capacidad de acceder a sus canales y solamente a estos. Internet es una posibilidad, que se materializa cuando cada usuario particular se adentra en “la red”, hecho que le permite conectarse e interactuar con otras redes: intercambiando información, vendiendo servicios, etc., relacionados con archivos informáticos especializados de toda índole, que van desde el acceso a alguna de las bibliotecas de la Universidad de Cambridge hasta la última edición digitalizada de Playboy. Internet existe fáctica y formalmente, pero sólo para quienes tengan acceso a sus redes de información y tengan conciencia de ella; para el resto de la humanidad puede ser sólo un dato, o no existir simplemente6.

En este sentido, entre el funcionamiento “local” y “global” de una red específica hay muchos intersticios y laberintos inextricables de aproximación y lejanía, donde se conjugan el deseo, el poder, y el saber, en tanto que fuerzas constitutivas de lo social; lo que indica que hay redes que actúan en microsistemas sociales y otras en meso o macrosistemas sociales, o en todos los niveles simultáneamente.

Hoy por hoy, el análisis y la conceptualización de redes difiere enormemente, pero no por ello carece de importancia. «Se trata de una máquina bélica contra el estructuralismo y el pensamiento de los sistemas, contra la dialéctica y la lógica de la contradicción, contra el funcionalismo y sus dos versiones del socius: de consenso o de conflicto».7 Actualmente dicha conceptualización es usada como estrategia de investigación, primordialmente urbana, dentro de las ciencias sociales.

Profundizando un poco más, vemos emerger la idea de “lugar”, porque es evidente que la vida social tiene que desarrollarse en un espacio limitado y particular, cuyas características son diferentes de las que prevalecen en otros espacios u otros sitios, y usar estas razones como un marco de referencia significativo para la observación, registro e interpretación en el análisis de redes. En palabras de Ulf Hannerz, «en cualquiera de los términos que las personas sean separadas unas de otras o reunidas según algunos principios de organización, estas también se rozan los hombros y se ven unos a otros en su localizada vida cotidiana»8. Es decir, surgen situaciones e interacciones, que es necesario mirar con detenimiento, puesto que es allí donde cobran importancia las relaciones de los sujetos que operan en las redes, tanto como la subjetividad de quienes las componen.

De allí, entonces, que al dimensionar la subjetividad mediante el análisis de red, sea necesario considerar las múltiples fronteras y fragmentaciones que componen las relaciones sociales y la interacción, así como los límites que proveen las normas y las «desviaciones» sociales. En esta dirección, consideramos que es la proporción y la diversidad de estos componentes lo que diferencian las redes sociales.

6 SUÁREZ, H.D. Op. Cit,7 JOSEPH, Isaac. El transeúnte y el espacio urbano: ensayo sobre la dispersión del espacio público.

Buenos Aires: Gedisa. 1994. p. 132 ss.8 HANNERZ, Ulf. Explorando la ciudad; fondo de cultura económica, México; 1986. En adelnate, en

este capítulo, los textos citados entre comillas sin que tengan cita de pie de página o una referencia explícita pertenecen a este autor.

Page 7: Libro Redes Sociales

7

Categorías, roles y estructuras

Los individuos en sociedad están vinculados mediante dos tipos de conexiones principales: a las colectividades porque se es miembro de ellas y a los otros individuos por las relaciones sociales. De esta forma, se puede diferenciar una red personal, un mapa mínimo, compuesto por los amigos de la vereda, del barrio o el parche, etc.; y una red social, formal e informal, al unir o «agenciar» por su conducto a las unidades o grupos sociales que están vinculadas a él: la unidad familiar, el equipo de trabajo, el gremio, la comunidad religiosa, entre otros.

En esta perspectiva es importante entonces aproximarnos a la forma de relacionarnos con nuestra comunidad. Según los planteamientos generales de los estudios sobre el ciclo de vida,9 se considera que en las sociedades contemporáneas la vinculación del individuo a la sociedad se establece a través de algunas segmentaciones principales: 1. la familia, 2. la escuela, 3. la comunidad, 4. el grupo de producción, 5. la vinculación profesional, 6. las asociaciones religiosas o recreativas y 7. Los servicios sociales del Estado. Con el análisis de estas segmentaciones se ha podido reconocer: la condición del individuo arraigado en su sistema social, la distribución de su tiempo, los beneficios que puede demandar del orden social, sus obligaciones respecto del mismo, y sobre todo, saber quiénes son las personas que lo influyen y el alcance de dicha influencia. Todas estas relaciones, tomadas en conjunto, permiten definir niveles básicos del análisis social, cultural, político y económico, etc., que las investigaciones realizadas hasta los años 80 no tuvieron en cuenta.

La principal característica de la vida contemporánea es ser predominantemente urbana. Esta cualidad ha sido el centro de atención del análisis de redes en los últimos años, sin que ello obedezca a una definición y separación tajante con límites precisos de la vida rural y la vida urbana. En nuestra reflexión nos referimos al espacio urbano tanto de las grandes y medianas ciudades como a la vida social de los pequeños pueblos, puesto que concordamos en perspectiva, con las afirmaciones del investigador Néstor García Canclini, en cuanto que el ámbito urbano integra los principales escenarios de entrada de los cambios sociales en la vida contemporánea. Las profundas transformaciones sociales en el fin de siglo están encarnadas en una mayor dispersión de las relaciones humanas, debido a la excesiva fragmentación del espacio social, lo que exige acercamientos como los expuestos a lo largo del texto. En este orden de ideas encontraremos categorías que empiezan a signar el camino presentado a continuación: dispersión, fragmentos, relaciones, situaciones y roles sociales.

Desde el punto de vista sociológico, la vida urbana o rural está compuesta por situaciones y relaciones, puesto que todos participamos en interacciones cotidianas con otros individuos, contínua u ocasionalmente. En estas situaciones buscamos “una cierta gama” de objetivos. De esta manera podemos considerar que nuestro concurso en cada una de las situaciones consiste en “participaciones situacionales intencionadas”. Son intencionadas, “en el sentido, de que hayan o no entrado los individuos en las situaciones voluntariamente, su conducta está guiada por alguna idea de lo que quieren o no quieren que ocurra en ellas”. De la misma manera las relaciones surgen cuando un individuo influye en el comportamiento de uno o más de los otros individuos que participan en la

9 ANDERSON, Michael. Sociología de la familia. FCE. México. 1980.

Page 8: Libro Redes Sociales

8

situación, o cuando es influido por el comportamiento de ellos, o bien cuando influye y es influido a la vez. Es en esta dirección, que la conducta visible se convierte en una dimensión de la participación situacional, puesto que incluso, ”cuando las intenciones se filtran a través de las normas para llegar a la acción, las intenciones mismas surgen contra un fondo de experiencia más amplio”10.

De este modo, nuestra percepción y conocimiento dirigen el comportamiento, esta participación situacional también implica las experiencias con las que retroalimentamos tal percepción y conocimiento: la historia vital del individuo, su trayectoria personal en sociedad. Además de lo anterior, “la gente reacciona no solo al hecho de estar cerca, sino a estar cerca de tipos particulares de personas”. Esto puede ser el simple resultado de las posibilidades de acceso al contexto y a la diversidad sociocultural que representa el ámbito urbano. Es la clásica distinción sociológica que habla de las características externas predominantes de la vida en sociedad. En este sentido, encontramos diferentes modos de reconocer y definir esta diversidad, desde lo procesal “hasta la más ínfima forma de la naturaleza de nuestras ocupaciones y prácticas”. El hombre es un animal segmentario. Puesto que “estamos segmentarizados por todas partes y en todas las direcciones. La segmentariedad es una característica de todos los estratos que nos componen. Habitar, circular, trabajar, jugar: lo vivido esta segmentarizado espacial y socialmente”11.

Es así como podemos concertar, negociar, regatear, amenazar y luchar unos (a) con otros y reconocernos mediante nuestras prácticas cotidianas, mediante entidades que los antropólogos han denominado papeles o roles.

Estos modos de interacción no coinciden completamente con la noción de derechos y deberes claramente definidos por la sociedad a través de sus leyes, puesto que muchas de las actividades que desarrollamos no están normatizadas; esto es lo que permite el uso de categorías para nombrar las actividades cotidianas; los usuarios de un mercado, el tipo de interacciones sociales regulares entre quien conduce un vehículo de servicio público y sus usuarios, entre otros. En estas categorías generadas consciente o inconscientemente son discernibles clasificaciones y jerarquías en varios niveles, a través del estudio del comportamiento de las personas, de sus relaciones, situaciones e interacciones; y consecuentemente de los sistemas culturales y estructuras políticas, económicas o sociales que constituyen.

Las confrontaciones en la interacción pueden producirse porque diferimos en las orientaciones de nuestra percepción o porque nuestros intereses en el manejo de los recursos están en vía de confrontación. Sin embargo, es importante señalar que cuando en el rol se subraya la tarea —vendedor o comprador P. ej.— más que el propósito —subsistencia— esto oscurece gran parte del análisis, no menos que el hecho de que “los roles o papeles a veces son más bien fabricados —secretario o abogada— que asumidos”. Es decir, que nos comportamos como se comportan todos los abogados o todos los secretarios de la ciudad, contrario al comportamiento que ejecuta cuando visitamos una región diferente a la nuestra. Profundicemos un poco más sobre ello.

Nosotros tenemos muchos roles. A los tipos de participación situacionales intencionadas que constituyen nuestra vida social los denominamos —retomando la

10 HANNERZ U., Op. cit. 11 DELEUZE, Gilles, y GUATTARI, Felix. Op. Cit. 214-215.

Page 9: Libro Redes Sociales

9

clasificación realizada por Hannerz— como repertorio de roles y a la totalidad de tipos de participaciones que se presentan entre los miembros de una comunidad o sociedad, lo llamamos el inventario de roles de esta comunidad o sociedad. En sus palabras una “burda clasificación del inventario” de roles de cualquier “ciudad occidental”, puede estar dividido en cinco dominios o ámbitos, cada uno de los cuales contiene numerosos roles: 1. doméstico y de parentesco; 2. de aprovisionamiento; 3. de recreación; 4. de vecindad; 5. de tránsito. Esta categorización es un tanto arbitraria y los límites entre los dominios o ámbitos pueden incluso ser difusos. Sin embargo, con fines explicativos y heurísticos, este esquema es suficientemente claro.

Sin embargo, emplearemos el término relaciones de aprovisionamiento sólo para las relaciones asimétricas que regulan el acceso de la gente a los recursos materiales en la división político administrativa del trabajo más general; en otras palabras, las relaciones en que la gente ofrece bienes o servicios a otros, (principalmente a otros que no son del mismo hogar) o los coercionan o manipulan su conciencia para ganar, por ese medio, toda su subsistencia o una parte significativa de ésta. Un hecho que puede ser útil señalar de inmediato es que algunos ámbitos implican tanto contratos externos como internos.

Para este investigador, las relaciones de aprovisionamiento incluyen las relaciones externas que conectan los papeles de aprovisionamiento con los roles del hogar o la recreación y las relaciones internas del ámbito de aprovisionamiento que conectan a los productores con los intermediarios. “Las relaciones, dentro de este dominio, se producen entre personas cuyas actividades productivas se coordinan en un resultado común y que son, por tanto, de cierta manera análogas a las que existen entre los miembros de un hogar o de un grupo de camaradas — relaciones de trabajo—”.

Las relaciones de tránsito, de vecindad y parentesco en los asuntos domésticos y el hogar no tienen estos problemas, debido a que solo pueden comprometer relaciones internas. En sus palabras, las interacciones con la vecindad y las relaciones de tránsito suelen tener mayor importancia como “fenómenos autónomos en la ciudad” que en cualquier otra parte. Como podemos percibir en su explicación un rol puede estar contenido dentro de —los límites de— otros; el parentesco, en particular, sirve para “organizar tantas actividades, que este dominio tiende a comprender a varios de los demás”.

En cuanto al segundo dominio o ámbito, el de aprovisionamiento, surge en la redistribución y el intercambio mercantil, actividades que vinculan los medios de subsistencia de gran número de personas a través de la producción y del consumo de mercancías. Sin embargo los principios de redistribución y de intercambio mercantil no implican, en si mismos, una diferenciación entre la otra parte del dominio de aprovisionamiento, las relaciones de trabajo y el ámbito de los asuntos domésticos y el parentesco. “Por lo menos con relativa frecuencia, la unidad de producción puede ser una unidad de consumo, incluso si ya no se produce lo que se consume. [. . .] emerge[n] gradualmente; sus relaciones de aprovisionamiento.

La población de ciudades pequeñas o de los pueblos puede combinar el hogar y el lugar de trabajo mientras que en las ciudades industrializadas el dominio de aprovisionamiento se convierte para muchos en un dominio completamente autónomo, que implica, tanto un escenario separado como un conjunto separado de personas que interactúan en torno al trabajo. Además que las relaciones de aprovisionamiento entre

Page 10: Libro Redes Sociales

1 0

consumidores y algunos de los que participan en la producción se hacen más indirectas y mediadas por administradores y propietarios de los medios de producción, entre otros.

Es posible considerar que los dos últimos de nuestros cinco dominios, constituidos por —los roles- y las relaciones de vecindad y tránsito, cubren diferentes trechos en un continuo de relaciones de proximidad. Las primeras son relaciones de proximidad estable. La consecuencia probable de tal estabilidad es que los individuos implicados se reconozcan personalmente unos a otros. “Las actividades más sustantivas pueden ser sobremanera variables, tanto en la forma como en la extensión”. Las relaciones de vecindad parecen ser un rasgo recurrente de los asentamientos humanos, en una u otra forma. Allí donde está diferenciada, la intensidad de las relaciones de vecindad, puede depender, para empezar, del grado de exposición mutua, de modo que también puede estar afectada por las diferenciaciones de escenarios que acompañan la diferenciación de los dominios. Cuando el lugar de trabajo de un hombre ya no es su hogar; también se vuelve menos visible en el vecindario donde está situado el hogar. Así, como las relaciones de asuntos domésticos y de trabajo, las de vecindad pueden extenderse al ámbito de la recreación.

Las relaciones de tránsito por su parte, se producen en situaciones de interacción mínima y puede parecer que están en la frontera misma, de no ser relaciones en absoluto. Los participantes pueden no estar siquiera conscientes de que “se están tomando mutuamente en cuenta; son interacciones desenfocadas; idealmente no son encuentros en el sentido de Goffman (1961b, 7-8;)32) [. . .] Ya sea uno o los dos participantes —si sólo están implicados dos— carecen de interés por atraer la atención del otro”. Se realizan relaciones de tránsito al evitar choques en la acera; al seguir las reglas para hacer cola, tomar la última posición de la fila; al no molestar haciendo llamadas innecesarias a los sentidos de los demás, como mediante el olor, el ruido (sea como sea que estos puedan definirse); no buscando el contacto visual, excepto tal vez momentáneamente para determinar como puede adelantarse a otras formas más intensivas de contacto.

“Uno toma precauciones así, o de otros innumerables modos, si quiere dejar pasar la relación como una simple relación de tránsito. [ . . .] Pero en cada interacción particular, puede haber que tomar sólo muy limitadas medidas para pasar en ella sin problemas. El período de tiempo empleado puede variar, pero es generalmente breve: una fracción de segundo para no golpear a alguien al cruzar la calle, unas cuantas horas con un extraño en el asiento vecino en un concierto. Y cuando la interacción, haya ocurrido con ella lo que haya ocurrido, concluye: los participantes no suponen que se volverán a encontrar otra vez. De los cinco ámbitos de papeles que hemos identificado dos parecen especialmente significativos para que la ciudad sea lo que es: los de aprovisionamiento y los de tránsito” (pp. 123).

Pero las relaciones de tránsito casi no existen cuando hay otros términos para la definición de la co-presencia física, donde todos son parientes o compañeros de trabajo o vecinos o compañeros de juegos, o están presentes con el propósito de realizar alguna interacción reconocible de aprovisionamiento. En suma, son una forma pura de encuentro entre extraños, un resultado del amontonamiento de gran número de personas en un espacio limitado (pp.124).

En esta especie de posibilismo demográfico que proporciona la vida social urbana “los urbícolas” tienen distintas manera de hacer uso de lo que se conoce como

Page 11: Libro Redes Sociales

1 1

“accesibilidad directa”, de persona a persona, mediante sus formas de organización social, de su heterogeneidad estructural. Así pues, de toda la reserva de compañeros potenciales de interacción que compone la población urbana, el «urbícola» toma un número mayor o menor de aquellos con quien emprenderá las actividades domésticas y su parentesco, aprovisionamiento, trabajo, recreación y vecindad. El resto son extraños, compañeros de relaciones de tránsito, si realmente los llega a encontrar. Las diferentes formas de organización urbana pueden, sin embargo, no producir todas la misma proporción de extraños para determinada población urbana. En este sentido, un individuo entra en muchas más relaciones si posee un puesto en el mercado de las pulgas y probablemente un número menor si es un obrero industrial que labora en un cubículo especial.

Las redes sociales y las cartografías de lo posible

Delimitar una red o un tejido, como expresión formal de un conjunto, como totalidad real o virtual de un conglomerado humano, es redimensionar una realidad social, con soporte en un ámbito de conocimiento cuyas manifestaciones particulares son producto de valores, categorías y grados estratificados construidos socialmente. Es una labor en la que se adoptan referentes significativos, lenguajes y lógicas particulares con las que podemos comprender las cercanías y distancias con el mundo exterior, con las entidades físicas y sus propiedades incluyendo a los «otros» hombres; es decir, ubicar la dispersión y la movilidad de nuestras relaciones, de los ámbitos socioculturales en que nos desenvolvemos. Son «ámbitos cognitivos» que posibilitan la exploración de diversas «lógicas culturales»; «discursos» y «epistemes»12 

; formas de organización social; múltiples «conocimientos locales»13 

; «racionalidades»; «imaginarios sociales»14 ; «representaciones

sociales»; y «formas de entendimiento cultural»15.

En el plano de la lógica, el concepto de «red social»16 designa la integración de un

conjunto de fenómenos y procesos que pertenecen al mundo observable, susceptibles de ser descritos y analizados mediante un sistema teórico. Nos referimos tanto a un conjunto de interdependencias entre sus partes, elementos y procesos, cuyas regularidades y relaciones internas son discernibles, como a un tipo semejante de mutua interdependencia entre el conjunto y el ambiente que los rodea. Esto se debe a que cualquier regularidad de las relaciones se explica mejor si tenemos en cuenta todo el conjunto de interdependencias múltiples y complejas del que forman parte.

En una dimensión conceptual hay que distinguir las redes sociales de las redes conceptuales o sistemas teóricos, puesto que estos últimos son conjuntos de supuestos, conceptos y enunciados que poseen integración lógica y referentes empíricos, cuyas relaciones formales sirven como instrumentos analíticos de las relaciones sociales. Desde una perspectiva metodológica, tales sistemas concretos o abstractos17 constituyen también

12 FOUCAULT, Michel. Las palabras y las cosas. Barcelona. Brugera. 1987.13 GEERTZ, Cliford. El conocimiento Local. Gedisa editorial. Barcelona. 199614 BACKSO, Bronislaw. Los imaginarios sociales: memorias y esperanzas colectivas. Ediciones

Nueva visión.199115 ROSALDO, Renato. Cultura y verdad: Grijalbo editorial. México. 1980.16 ZLUSKI, C., Op. Cit..17 DUVERGER, Maurice. Los sistemas Sociales. Siglo XXI. México. 1987.

Page 12: Libro Redes Sociales

1 2

una imbricada red de conceptos que se yuxtaponen, se autoexcluyen o se articulan para tratar de explicar la interacción humana —individual o colectiva—, puesto que las relaciones sociales son susceptibles de ser observadas empíricamente y de reconstruirse, metodológica, gráfica y metafóricamente como un tejido, de acuerdo con la distribución, tamaño, densidad y función de sus relaciones.

De la misma manera que esta distribución de conceptos distingue unos modelos de otros, los vínculos sociales que permiten el desarrollo de la experiencia de vida, constituyen nudos y tramas, que han podido ser concebidos y distinguidos como redes de un vasto tejido social. Estas redes conforman, mediante una representación analítica, una especie de frontera entre el individuo y la comunidad/sociedad, entre su identidad y alteridad social, entre los sujetos que constituyen su conjunto social como un sistema aparentemente natural y el sistema social general.

Antecedentes principales de la perspectiva de red

La Escuela de Chicago es conocida como una institución simiente en el desarrollo de la Sociología y la Antropología en cuanto disciplinas científicas distintas, aunque similares. Uno de sus pilares fundamentales fue el estudio de la ciudad y en ella, la individualización creciente que producía el sistema social. En palabras de Michel Agier:18

Para los etnógrafos y sociólogos de la Escuela de Chicago, la ciudad era el mundo del individuo. Una línea de investigación, importante y durable, se constituyó entonces entorno al tema del individualismo urbano —Louis Wirth hablaba de anomia. El punto de partida de estas investigaciones fue sin duda una concepción errónea del mundo rural, entendida como referencia y réplica de la ciudad. En efecto, la problemática del modo de vida urbano se fundó sobre una dicotomía particular, que contraponía la sociedad urbana a la sociedad tradicional.

En esta dirección, Robert Ezra Park, “el inspirador de la Escuela de Chicago” pensaba que la ciudad constituía la superficie de emergencia del individuo como “ ‘unidad de pensamiento y de acción’ y al mismo tiempo se preguntaba cómo actualizar en la ciudad, la referencia comunitaria del enfoque global idealizado del mundo rural”. Su propuesta sobre el tratamiento de los problemas sociales como problemas exclusivamente urbanos fue la respuesta a sus interrogantes; en cuanto que consideraba que el espacio de la ciudad debía tratarse como orden social equivalente al desarrollo natural de las relaciones de Clan y la tribu19

Con este derrotero, desarrolla una concepción ecológica basada en la distinción de áreas naturales de segregación, según una disposición y distribución antropogeográfica de la ciudad —Chicago— de acuerdo con el origen (migrantes), la etnia, la edad, el tipo de organización familiar, etc. En este sentido propuso considerarlas como hábitat natural (en el sentido ecológico) del “hombre civilizado” (el citadino), opuesto al hábitat natural del «hombre primitivo»20 

. De esta manera, relacionó y definió el estatus social como un asunto de distancia social. Se trataba de los significados que distinguen los espacios dentro del

18 AGIER, Michel. Lugares y Redes: Las mediaciones de la cultura urbana: en: Revista Colombiana de Antropología. Santafé de Bogotá. ICAN. 1995. pp.. 219-244.

19 Ibídem

Page 13: Libro Redes Sociales

1 3

conjunto de la ciudad, de la ubicación espacial de las fuentes de las identidades que definen buena parte de la existencia social del individuo.

Pero el paso siguiente dado por Robert Park con esta visión de la ciudad como un conjunto de “regiones morales”, es reconstruir al individuo a través de aproximaciones etnográficas “recurriendo a metonimias del intersticio —como la calle, el deambular, o el tráfico—~ o a tipos sociales de intermediación —el paseante, el extranjero, el rebusque y el tejemaneje’. Por consiguiente, los repertorios del citadino se conforman en las márgenes, recobrando de este modo, en teoría al menos, un poco de su libertad21 

. Para entender la ciudad a la vez como segregada y como el ámbito del individuo y del libre albedrío, Park tuvo que recurrir a una noción y a una imagen, la noción es la de movilidad y la imagen es la del mosaico:

Los procesos de segregación instauran distancias morales que hacen de la ciudad un mosaico de pequeños mundos que se tocan sin interpenetrarse. Esto le da a los individuos la posibilidad de pasar fácil y rápidamente de un medio moral a otro y estimula esta experiencia fascinante, pero peligrosa, que consiste en vivir en numerosos mundos diferentes efectivamente contiguos y sin embargo, bien diferenciados. (Park 1925/l 979: 121)22.

La metáfora del mosaico utilizada para describir la ciudad fue criticada posteriormente por sociólogos y antropólogos de distintas escuelas porque tal globalización explicativa de la ciudad, como totalidad cerrada, y de la individualidad como referente abierto, condujo a investigaciones posteriores enfocadas, en algún modo herméticas, estructural y espacialmente, en torno de lo que denominaron “enclaves”. Investigaciones que si bien fueron importantes y constituyeron el inicio de una de las escuelas más prolíficas en los estudios urbanos en el mundo, fueron convertidas en institución, es decir, en un paradigma que sumió por muchos años a la sociología y la antropología en un conservadurismo, en cierto modo limitante y oclusivo. Este paradigma se fundamenta “en el a priori de la referencia espacial”23 del lugar disciplinar, en este caso el lugar antropológico24.

Los estudios etnográficos realizados, posteriormente a la década de los 30’s bajo el influjo de la Escuela de Chicago dieron inicio a una tradición antropológica cuyo horizonte medular lo constituía —igualmente— la vida urbana y las trayectorias individuales, casos de socialidad paradigmática, estudios atípicos de carácter cualitativo.

Se constituyeron en una reserva teórica para la práctica científica de antropólogos y sociólogos, aunque no definieron una «teoría de la red» en el sentido de un conjunto de

20 De ahí viene la noción de “ecología urbana” que ha servido para caracterizar a este grupo de investigadores de la Universidad de Chicago de los años 1920 a 1930.

21 Estos diferentes enfoques son desarrollados o analizados por Hannerz (1983), Simmel (1908/l979), Grafmeyer y Joseph ( 1979) (1983 y 1984). Dentro de esta perspectiva de investigación Hannerz (l983. 140) diferencia dentro de la ciudad ciertos dominios considerados “más urbanos que otros”: los del espacio público, los del mercado, los del tráfico, etc. Se vuelve a encontrar esta dualidad en la distinción elaborada recientemente por I. Joseph (1995:9) entre la ciudad desde los espacios domésticos y desde los espacios públicos, estos últimos considerados como lugares de surgimiento de una cultura propia de la ciudad.

22 AGIER, M. pp... 220. Op. Cit..23 Ibídem. 24 AUGÉ, Marc. Los No lugares: espacios del anonimato. Gedisa. Barcelona. 1994.

Page 14: Libro Redes Sociales

1 4

proposiciones lógicamente interrelacionadas y comprobables»25. Sin embargo, las descripciones etnográficas detalladas y los temas permitieron un abordaje posterior desde un punto de vista comparativo. El primer investigador en utilizarlo con especificidad conceptual fue John Barnes, en el año 1954

 . Lo utilizó como una forma de análisis que

«supone un tipo particular de abstracción, más que un tipo particular de relación», como analogía o metáfora científica. Barnes, en 1954 buscaba describir el sistema social de una pequeña población de pescadores en Noruega. El análisis consistió en dividir analíticamente tres campos sociales: 1. El sistema territorial, 2. las relaciones económicas de la industria pesquera y 3. las relaciones de parentesco. Concentró el mayor interés en las relaciones de parentesco —que incluían las de amistad— por ser cambiantes; porque las personas no siempre tenían el mismo grado de contacto. Para este último campo Barnes propuso lo que consideró —aunque muy elementalmente— con el término red:

La imagen que tengo es la de un conjunto de puntos, algunos de los cuales están unidos por líneas. Los puntos son personas o, a veces, grupos, y las líneas indican que persona interactua con cada una de las otras. Podemos por supuesto pensar que todo el conjunto de la vida social genera una red de este tipo26.

En una forma similar y con mayor éxito, Elizabeth Both llevó a la práctica el análisis de redes sociales. Expuso sus resultados en un libro publicado originalmente en 1957, publicado y revisado en 1971, llamado Family and Social Network —Familia y red social—. Esta investigadora hacía parte de un trabajo interdisciplinario que se llevaba a cabo en Londres sobre las “familias comunes y corrientes”, centrado en las relaciones matrimoniales y muy periféricamente en los hijos de estos matrimonios.

Para ella, una red es una constelación social en la cual algunos de los componentes, pero no todos, guardan relaciones entre sí. Esos elementos no constituyen una entidad social que estuviera contenida dentro de límites comunes.

Lo que se deduce de esta última concepción es que se ha definido de manera negativa. Que posee una función polémica puesto que el centro y sus límites externos solo pueden definirse mediante un consenso sobre lazos o vínculos virtuales de los individuos. Esta concepción de red ha sido frecuentemente utilizada para definir las relaciones de parentesco, amistad o de vecindad. Usualmente toma el parentesco como base o modelo de análisis para describir el funcionamiento de un campo de «relaciones comunitarias en extensión y en comprensión27. En extensión, porque la búsqueda se centra en el conocimiento de la dispersión o concentración de los individuos que componen una comunidad y en comprensión, porque se trata de saber que entienden estos individuos por el concepto «Comunidad», como fue el estudio realizado por Barnes.

Según Isaac Joseph el problema de centrar el análisis de red en las relaciones de vecindad y amistad, como sucede en los casos anteriores, conlleva una sobredeterminación de las relaciones reales por obra de vínculos de parentesco imaginario. En otras palabras, en una dimensión sociográfica, su aplicación conduce a un esquema egocéntrico de la descripción y el análisis. Según este mismo autor, la observación de las redes revela la fragilidad de la identidad comunitaria, el carácter móvil y fluido de las redes, el hecho de

25 HANNERZ. pp... 200. Op. Cit. 26 Ibídem27 JOSEPH; pp. 11. ss. Op. Cit.

Page 15: Libro Redes Sociales

1 5

que los individuos que las constituyen solo tienen relaciones en el presente y el hecho de que ignoren casi todo de sus respectivas historias personales.28

A medida que el análisis de red se hizo más intensivo se usaron denominaciones alternativas como ‘tela’ (web) o ‘tejido’ (fabric) para no implicar perspectivas demasiado específicas. Muchos autores introdujeron nuevos términos para el mismo tipo de análisis al tratar de comunicar los resultados de sus investigaciones. Algunos de estos ejemplos son: campo, conjunto, retículo, densidad, malla, intervinculación, agrupamiento, sector, segmento, compartimento, plan de acción, cuasigrupo y coalición29 

. Hoy se reconoce que tales términos se refieren al uso del análisis de red en casos técnicos específicos, pero es usual definirla gráficamente como un centro desde el cual se trazan sus límites exteriores.

En el caso de Elizabeth Both, la técnica utilizada fue la entrevista intensiva con los cónyuges, puesto que las observaciones eran realmente limitadas. Siendo la hipótesis central de este estudio: «el grado de separación de los roles esposo y esposa varía directamente con la intervinculación de la red social de la familia»,30 mediante el análisis de las formas de organización de las actividades de cada uno de ellos. Para ello, estableció tres categorías: organización independiente, organización conjunta y organización complementaria. La mayor intervinculación fue concebida como el mayor número de contactos de los conocidos de una pareja. De esta manera estableció que existen redes de tejido abierto y redes de tejido cerrado, aunque encontró redes intermedias —en cuanto al tipo de tejido— en fases de transición.

En su interpretación, las redes de tejido cerrado se producen cuando la pareja ha crecido en la misma área local y continúan viviendo en ella, con sus vecinos, amigos y parientes como miembros permanentes y estables de la red. Por su parte, las redes de tejido abierto son el producto de la movilidad social y territorial de la pareja, cuando hacen nuevos contactos con personas que no conocen a sus antiguos compañeros de red. Otras características importantes estudiadas por su influencia en la red fueron la naturaleza de la localidad, las formas de obtención de las oportunidades de trabajo y las características de la personalidad. Un aspecto metodológico importante es quizá el hecho de que no se haya considerado a los cónyuges como dos unidades separadas, sino fundidos en una sola unidad, aunque es crucial saber si tienen redes separadas, compartidas o superpuestas.31

Estas investigaciones fueron retomadas con enfoques y problemáticas distintas, por el investigador Philip Mayer quien estudió en 1961-1962 y 1964, respectivamente, la formación de una ciudad africana bajo el control europeo, pero con la mayoría de la población aborigen. Otro investigador en esta misma área es Adrián Mayer quien en 1966, estudió una campaña electoral en la ciudad de Dewas, llevando el análisis en otra dirección. Este investigador evidenció el uso de influencias a partir de un ego —el candidato—, en forma de red, construyendo lo que denominó como redes parciales. Igualmente, importantes centros de investigación continuaron desarrollando estos estudios basados en el análisis de red: la Escuela de Manchester en Inglaterra, y el Instituto Rhodes-Livingstone en Sudáfrica,

28 Ibídem. pp... 134-135.29 Para mayor información, véase también: Mayer, Adrián C. La importancia de los cuasi-grupos en

las sociedades complejas. En: La antropología social de las sociedades complejas. Alianza. 1980 p. 108-133.30 HANNERZ. pp... 191. Op. Cit..31 Ibídem

Page 16: Libro Redes Sociales

1 6

que acogieron el trabajo de Max Gluckman, orientando sus estudios de casos ampliados, en el análisis situacional, y también en pensar la diferencia entre relaciones y situaciones.

Los investigadores de la escuela de Manchester en el Rhodes Livingstone Institute quisieron salirse de los enfoques llamados “estructural-funcionalistas”, juzgados inadecuados para tener contacto con las ciudades y con sus sociedades de pequeña escala donde faltaban caracteres estructurales”32. Para ellos las redes se convirtieron en sinónimos de movilidad, de comunicación entre diversos medios y de cambio cultural. Las redes no se oponían sin embargo a la idea de estructura.

Actualmente, una red social es concebida como la manera en que un grupo de individuos establecen distintos tipos de relaciones, a partir de unos intereses comunes. Estos vínculos pueden ser de orden afectivo, económico, político o cultural. Así mismo pueden ramificarse desde una persona, como en ciertas formas de parentesco; o de un grupo, como sería el caso de las asociaciones veredales, barriales o comunitarias. La reconstrucción de una red puede llevarse a cabo mediante el reconocimiento de relaciones virtuales como reales. En este sentido, han surgido propuestas desde la sociometría y sus maneras de estudiar «las complicadas formas que nacen de las fuerzas de atracción y repulsión entre los individuos de un grupo social (...) en su totalidad (...) irreductible a los elementos»33 

. También se han podido reconocer las segmentarizaciones sociales: binarias según las grandes oposiciones: hombre-mujer; lineales, escuela u oficio, en las que cada episodio representa un proceso; y segmentarizaciones circulares, como las que impone el Estado «cuyo centro está en todas partes y la circunferencia en ninguna»34; además de los estudios sobre los cuasi-grupos, los conjuntos de acción y los grupos potenciales35 

, etc.

La microsociología: entre la movilidad y la deslocalización

En un texto aparecido en 1988, El transeunte y el espacio urbano: Ensayo sobre la dispersión del espacio público, Isaac Joseph plantea una reflexión copiosa sobre la obra de tres sociólogos del siglo XX: Gabriel Tarde, Irving Goffman y George Simmel. En él recurre a una estrategia, que nos parece importante, denominada“pensamiento digresivo”. Según él, basado en dos motivaciones que no dejan de ser relevantes: en primer lugar, por esa “manera de indicar o de evocar, un objeto de pensamiento alejándose uno de él” como lo hiciera el último de ellos en las Digressions sur l’Etranger”; y en segundo lugar, “porque esos objetos se organizan en un territorio por entero paradójico” [y en este sentido se remite a Kant para definir los límites de aplicación funcional que tiene la microsociología,], los conceptos de la microsociología tienen un territorio en el que son reguladores, pero no tienen un dominio en el que legislen”.36

Ateniéndonos a sus palabras, al analizar estos autores trata de ver un modo de estructuración inmanente que hace explorar fenómenos situados en el límite del campo de la sociología dominante; donde cada una de las obras consideradas vuelve a interrogarse sobre los fundamentos de la disciplina y llega a hacer problemática la noción misma de la

32 AGIER pp... 224. Op. Cit.33 TIMASHEFF, Nicolás S. La teoría sociológica. México: Fondo de cultura económica. 1977. p

270.1977.34 DELEUZE y GUATARI Op. Cit.. 215.35 MAYER, A. Op. Cit. 108-133.36 JOSEPH. Op. Cit. 11-12. El resaltado es nuestro.

Page 17: Libro Redes Sociales

1 7

relación social37. Es importante, entonces, conocer las tres percepciones de lo social examinadas por este autor, puesto que nos conducen hacia de la comprensión de lo que constituyen los principales fundamentos de la microsociología contemporánea.

Según Joseph, El extranjero de Simmel, es una forma de imaginación sociológica que evoca a un actor social cuya pertenencia comunitaria está relativamente indeterminada, puesto que es mucho más que el elemento de una tipología, “es la forma de la socialidad misma”, como relación, “más allá del vagabundeo (nomadismo) y de la fijación (solidaridades comunitarias)”. En otras palabras, se trata de la combinación de atención e indiferencia en la percepción de una interacción cualquiera. Manifiesta también que “lo público en Tarde es mucho más que una categoría de la socialidad diferente de la muchedumbre; es la representación de lo social emancipado de la calle como espacio de proximidad física, pero también distinto de lo político; puesto que Tarde, fiel aquí al pensamiento de las luces, concibe el espacio público como un espacio de razón “sin principio de estructuración trascendente” y por otro lado infiere que “la sociología de las circunstancias en Goffman se refiere no sólo a una región menor del universo de las estructuras, puesto que el análisis dramatúrgico de una situación de la vida cotidiana es la manifestación de lo social en su totalidad como «orden por fluctuación’ y como estructura disipante”.

Señala también, que estas obras no son “frágiles síntesis del pensamiento intuitivo” ni “descripciones fundamentalmente subjetivas que sólo tendrían el interés de lo curioso y de lo introspectivo”

 , puesto que tal perspectiva reduciría la obra de Goffman a una

dimensión etnográfica en la que sus estudios se verían como “intentos de indecisión disciplinaria que vacilarían entre la psicología y la sociología”. Hasta aquí, encontramos pues, que la reflexión gira en torno de la crítica al pensamiento sociológico dominante que considera la sobredeterminación del individuo por la estructura social y la indeterminación fluctuante de los individuos, como los únicos polos —además de opuestos y complementarios— desde los cuales se mira la sociedad. Reconocemos entonces a un investigador que le apuesta a la complejidad y el desorden, puesto que no son menos ajenos al universo de las formas que describe el discurso científico. En esta reflexión, por lo demás compleja y nutrida, no se trata de encontrar el punto medio de la relación entre el individuo y las estructuras sociales, aunque la mediación realizada por el sociólogo y el antropólogo se conviertan en una labor de traducción de una heteroglosia sin límites.

Encontramos también en este autor la confirmación de la necesidad de una “reorientación del discurso existencial” mediante el cuestionamiento permanente de las demandas cotidianas y los momentos en que el sujeto “se desdobla bajo el peso del sentido común”, sin la parte de constante atención que también lo caracteriza, cuando inventa, interfiere y restituye “la contextura del mundo”; esa contextura que se nos da, según Joseph, como “la experiencia de la fluidez, de la copresencia y de la conversación, en la que nuestras vacilaciones —“pequeñas oposiciones sociales”— descubren “la experiencia del excedente de socialidad en su materialidad discursiva”

 .

Joseph expresa contundentemente que “cada vez que distinguimos las características típicas de un medio, gracias a la abstracción analítica, nos veremos obligados a matizarla, a tener en cuenta su parte de ironía o de paradoja, de manera que toda intención explicativa

37 Ibídem

Page 18: Libro Redes Sociales

1 8

nos llevará a la descripción detallada de una historia de vida, de una situación, de un espacio de interacción”; aclarando que no se trata de innovaciones sino de “movimientos exploratorios” —creativos por lo demás— de análisis de lo social en su tensión: socialización-desocialización, y con ayuda de la microsociología.

La microsociología se debe al redescubrimiento de las sociabilidades que proporcionó la Microhistoria desarrollada por Michel Foucault mediante el estudio de la genealogía de los dispositivos disciplinarios y a la dinámica generada en las ciencias sociales por la Historia de larga duración, impulsada por Ferdinand Braudel. Asegura que en el primer caso:

se atribuye a la sociabilidad una función de resistencia a la normalización y a la omnipresencia de relaciones de poder diseminadas, microfísicas; y esa sociabilidad indica al investigador la vigencia de fenómenos de cualescencia en la superficie de lo social: lo corriente de la amistad, las trivialidades del intercambio simbólico, los plegamientos de sentido en nuestra vida cotidiana entre las bromas y los rumores, entre la ironía que invade las relaciones jerárquicas y las rodea de movilización de recursos.

En cuanto a la sociología histórica de las mentalidades —de las instituciones o del espacio público— llega paralelamente a la comprobación de los conflictos tradicionales de las sociedades urbanas, las ‘luchas urbanas’ afirmando que:

no destruyen gran cosa, como si existiera un estrato inconmovible de las sociedades urbanas, un estrato tibio de costumbres, de prácticas sociales de un género particular que sólo se conjugarían en el modo infinitivo sin sujeto y sin objeto, prácticas inveteradas más que tradicionales. El análisis de este estrato se refiere menos al peso de lo social que a su gravedad propia. Por eso dicho análisis legitima bastante fácilmente un pensamiento de la restitución, nuestras nostalgias del cual serían el buen sentido. Imagina ciudades caparazones, situadas en el limite de lo orgánico y de lo mineral y cuya consistencia estriba en regularidades que no son de tipo institucional puesto que toleran una cantidad asombrosa de irregularidades: migraciones intraurbanas, formas de territorialización discreta del espacio abuelito bondadoso (A. Battegay), pequeños mundos, círculos y sectas, excentricidades tranquilas que hacen que las sociedades urbanas parezcan a veces mantenerse al margen de su propia historia, indiferentes a las trepidaciones de todo lo político.

En esta forma se explica el proceso de socialización-desocialización, esta acción “pasmosa de adaptación, esta combinación de regularidad y de irregularidad”, en la que el investigador “siente la tentación de extrapolar” su mirada a partir del “nuevo terreno que percibe” en el ámbito urbano: “el barrio aldea instalado en la periferia del laboratorio urbano”.

En otro aparte manifiesta que este tipo de sociología de la sociabilidad “asimiló el primer postulado de la ecología” aquel que dice que las ciudades son el lugar por excelencia de resistencia a lo político, porque están constituidas por una “pluralidad de nichos”. Esta permanencia de aldeas en la ciudad no se relaciona con la permanencia de los vínculos de parentesco, el único modo de afirmarlo sería tomando como modelo la aldea étnica. Por el contrario las aldeas urbanas no son recuerdos o testimonios restituidos sino

Page 19: Libro Redes Sociales

1 9

que son “efectos del medio”, productos de una sociedad cada vez más fragmentaria en la que el “espíritu de barrio” esta constantemente redefinido, reinventado, aunque no por ello como respuesta exclusiva a la centralidad de la urbe.

Hoy se reconoce que el barrio, o la aldea urbana como lo llama Joseph, no es una materialidad cultural que se concrete por vía de su patrimonio, puesto que es quizá la expresión más acabada de resistencia a la “atracción del centro” de la ciudad. En este sentido es que también se considera que las ciudades se desarrollan por sus bordes debido a su inestabilidad natural.

Afirma Joseph que “mientras que el centro es el torbellino, el tráfago, la variedad de lenguas, los barrios aldeas se caracterizan por su ciudad específica, por su visibilidad parcial. No son pues ni microcosmos ni bunkers. Son áreas naturales que resultan de un proceso de segregación más que de una política de segregación y su naturalidad es muy precaria. Su identidad varía de una generación a otra. Estos barrios aldeas están constituidos por poblaciones transplantadas.

En otras palabras son entidades sociales que por el entrecruzamiento de sus fronteras son yuxtapuestas, producto de la negociación incesante y su exposición a la mirada del vecino, es decir, fronteras al descubierto. Estas son las dos características del mosaico urbano: son piezas unidas y yuxtapuestas, son una hibridación. “La ciudad es un enmarañamiento de estilos, un lento mestizaje de los modos de vida”.

De acuerdo con este autor el estudio de “los enclaves” hizo menos decisivas las problemáticas de la centralidad. Debido a que “un mosaico de territorios” es una entidad por entero diferente de “un espacio organizado alrededor de un centro con una periferia”. Es precisamente en este punto donde el investigador percibe el estallido de las relaciones políticas en sus distintos “arcaísmos: tribus, clanes, “notables” y «patrones locales con sus redes de amigos y sus solidaridades seudocomunitarias.”38 

.

Hemos visto pues como los conceptos que retomamos en páginas anteriores: —la deslocalización, la centralidad, la imagen de mosaico y la noción de movilidad— desde la Escuela de Chicago y los posteriores centros de investigaciones que impulsaron y renovaron las ciencias sociales en general, emergen nuevamente frente a nuestros ojos, examinados de otro modo como fundamento de la microsociología y del análisis de redes.

De acuerdo con este autor, el tejido social, abierto o cerrado; el de las interacciones cotidianas, relaciones de tránsito, o el de la sociedad entendida como conjunto, está encadenado por una urdimbre de redes que pueden clasificarse en tres grupos separados desde lo analítico: 1. Redes de sociabilidad: constituidas por los parientes, los vecinos, los amigos. 2. Redes de comunicación: constituidas por la circulación fluctuante de informaciones entre ciertos segmentos de una red de sociabilidad o de transacción y 3. Redes de transacción: constituidas por los mecanismos sociales —institucionales, informales, comunitarios, familiares—, para la óptima movilización de los recursos, la utilización de intermediarios o la obtención de ganancias.

Desde una perspectiva metodológica, con el desmonte de las Redes de sociabilidad, se puede analizar el funcionamiento de un campo de relaciones comunitarias en extensión, cuando se trata de responder la pregunta: ¿Hasta dónde se extiende el espacio de una

38 JOSEPH; Op. Cit. 18-22.

Page 20: Libro Redes Sociales

2 0

comunidad? Y en comprensión, cuando la pregunta a responder es: ¿Qué entienden los actores por el término ‘comunidad’?

El análisis de las Redes de transacción facilita establecer la disposición de las cadenas de relaciones, cómo están orientadas hacia un fin: al acceso o la movilización de los recursos. El empleo pragmático de la red, aunque no siempre consciente, consiste entonces en resolver “esa categoría de problemas que exigen que un individuo apele a «amigos y a amigos de amigos, con los cuales se puede hacer provisionalmente una alianza». (Joseph: 1994,134). De la misma manera es posible precisar los mecanismos de subsistencia económica puestos en marcha por los individuos, familias o comunidades, e identificar los tipos de relaciones establecidas para lograrlo.

El análisis de las Redes de comunicación hace posible estudiar la capacidad de los individuos o grupos para establecer acciones concretas, con el fin de modificar su entorno social en situaciones que comprometen sus intereses, mediante códigos culturales y sistemas de comunicación y cohesión. Del mismo modo permite determinar las formas en que los individuos, las familias o las comunidades se organizan y establecen mecanismos de solidaridad y cooperación.

El privilegio o sobredimensionamiento de una de estas perspectivas del comportamiento humano, en el aspecto metodológico, produce resultados distintos para quien investigue. En los inicios de la sociología y la antropología se dieron diversos enfoques en los que la particularización de los sujetos objetualizaba el comportamiento, al autorizar una visión demasiado genérica y global que lo reducía a proporciones estadísticas, a regularidades causales que pretendían encontrar o descubrir leyes naturales. De igual manera, este paradigma objetivista o cuantitativo39 

, pretendía construir generalizaciones universales, a partir de la toma de distancia frente al supuesto ‘objeto’ investigado, deduciendo que en ello consistía la objetividad. Hoy ha cambiado la perspectiva de análisis, aunque sus prácticas constituyen parte del trabajo que se realiza en cualquier investigación.

NIVELES SISTÉMICOS DE LA RED SOCIAL

Como lo señalamos anteriormente, en las sociedades contemporáneas la vinculación del individuo a la sociedad se establece a través de algunas segmentaciones principales. En el análisis de esas segmentaciones del individuo en la vida social, se puede reconocer su condición de individuo arraigado, la distribución de su tiempo, los beneficios que puede demandar del orden social, sus obligaciones respecto del mismo y sobre todo, permite saber quienes son las personas que lo influyen y sobre las que ejerce su influencia.

Todas estas relaciones, tomadas en conjunto, definen algunos niveles básicos que las investigaciones realizadas con esta metodología —hasta los años 80— no tuvieron en cuenta. En este sentido es posible discernir un nivel mínimo o micro relacionado con el sistema de relaciones cercanas, cara a cara, al que podemos denominar como interno o endógeno por el carácter restringido de los vínculos que conforman la red individual, en un solo ámbito de relación, puesto que un individuo pertenece a varios microsistemas al mismo tiempo. De otra parte, existe un nivel distinto caracterizado por un sistema de

39 TORRES C., Alfonso. Estrategias y técnicas de investigación cualitativa. Bogotá: Unisur. 1996. p. 8-11.

Page 21: Libro Redes Sociales

2 1

relaciones más amplio, menos localizado, más externo, que podemos denominar exógeno, caracterizado porque su análisis implica la descripción de los vínculos entre los sistemas microsociales de un individuo.

Esta perspectiva nos muestra una diferencia substancial con los primeros enfoques utilizados por Robert Park y los desarrollos posteriores propuestos por Mayer, Gluckman, Bott o Barnes. Esta diferencia radica en que si bien, las relaciones sociales están dimensionadas en un plano individual y un plano colectivo, el enfoque socioecológico que retomamos ahora, propuesto por Uri Brofebrener, considera ambos planos como sistemas abiertos de relaciones y no como dos planos radicalmente distintos, como el caso del modelo ecológico de Robert Park, donde el primer plano —individual— es el sistema abierto y el segundo —colectivo— el sistema cerrado. Como veremos la clasificación socioecológica también define dos niveles primarios del sistema: endógeno y exógeno, que en ningún caso son sistemas cerrados. De otra parte como lo hemos explicado anteriormente, existe hoy una red metasistémica producto de la “glocalización” cuya dimensión es planetaria, que si bien se puede ubicar como exosistema esto no debe hacerse de manera tan simple.

En el Modelo Socio-ecológico de Redes propuesto en 1979 por Uri Brofebrenner40, al primer tipo de red se le distingue como microsistema y al segundo como un exosistema subdivido en dos niveles: mesosistema —o sistema social medio— y macrosistema —o sistema social macro. En el primer subnivel se ubican los vínculos que tiene el individuo con personas de otros microsistemas a los que pertenece —instituciones, grupos sociales o equipos de trabajo, etc.—. En el segundo subnivel se ubican los vínculos con las instituciones del Estado o supraestatales. En un plano sociográfico este tipo de análisis es policéntrico puesto que se considera un análisis comparativo de puntos en los cuales se concentran los vínculos de diversas colectividades en relación con el Estado. Su disposición en un plano nos mostraría la dispersión y concentración de vínculos institucionales.

En este sentido, se pueden calificar las conexiones de quienes están vinculados entre sí —dos individuos como mínimo, e inicialmente—, por la relación social de sus extremos, mediante la suposición de que sus vínculos son prescripciones relativas al trato mutuo, a partir de pautas de comportamiento donde las obligaciones de un extremo son las expectativas del otro41. Lo que hay que destacar aquí es el trato mutuo de los individuos que ocurre dentro de un marco de identificación y en un proceso de reconocimiento de alteridades relativas.

En esta óptica, advertimos que la perspectiva de red concibe las relaciones humanas más allá de la interacción cooperativa —basada en la solidaridad42— y de la interacción antagónica43 —defendida inicialmente por el Darwinismo social—. En ella entra también, lo

40 KLEFBECK, Johan. Un informe muy personal del primer encuentro internacional de redes. En redes: el lenguaje de los vínculos. (compiladores: Elina Dabas y Denise Najmanovich). Paidos. Buenos Aires. 1995. pp... 21.

41 En esta perspectiva Erving Goffman retoma el presupuesto básico de la teoría sociológica desarrollada por George Simmel, quien visualizaba la sociedad como un grupo de hombres que interactúan bajo la perspectiva de la reciprocidad.

42 Como lo sustentaba Emile Durkheim al referirse a la “conciencia colectiva”43 Premisa de los “Darwinistas Sociales” que defendían las principales “divisas” del Evolucionismo

en las Ciencias sociales y cuyo fundamento es el individualismo.

Page 22: Libro Redes Sociales

2 2

exclusivamente situacional, las relaciones de tránsito, el roce de hombros en una calle; o el desplazamiento forzado producto del conflicto armado.

En este proceso de reconocimiento, cobran sentido los diferentes constructos aplicados que deslindan el concepto de “identidad” al referirse a las grandes categorías sociales —grupos y clasificaciones— que funcionan como categorías estructurales o universales —a las que puede pertenecer y verse que pertenece un individuo— edad, sexo, clase, etc.; Del mismo modo que, la identidad personal que proporciona el pilar subjetivo con el que se construye la alteridad: “una continuidad orgánica única que se imputa a cada individuo, la cual se establece mediante señas distintivas como nombre y aspecto, y se perfecciona mediante el conocimiento de su biografía y sus atributos sociales”44.

En síntesis, una red social es concebida como la manera en que un grupo de individuos establecen distintos tipos de relaciones a partir de unos intereses comunes. Estos vínculos pueden ser de orden afectivo, económico, político o cultural. El tejido social, abierto o cerrado; el de las interacciones cotidianas; el de las relaciones de tránsito, o el de la sociedad entendida como conjunto— está conformado por una urdimbre de redes que han sido clasificadas en tres grandes grupos separados desde “lo analítico”, teniendo en cuenta los estudios anteriores: Redes de Sociabilidad, compuestas por relaciones de vecindad, de amistad, o de parentesco; Redes de Comunicación, compuestas por las relaciones que permiten la circulación fluctuante de informaciones según las direcciones propuestas por la interacción y el diálogo y Redes de transacción, que implican la movilización de los recursos, la negociación, resolución de conflictos y la utilización de intermediarios.

De la misma manera, las redes sociales pueden ramificarse a partir de una persona como en el caso de ciertas formas de parentesco; o de un grupo, como sería el caso de las asociaciones veredales, barriales o comunitarias, conformando así un sistema de relaciones sociales estructurado a nivel micro, meso o macrosocial. Del mismo modo, se trata de la conexión social de “pequeños mundos”, de una complejidad de lugares —e incluso de no lugares—, de ubicaciones, posiciones y situaciones sociales.

La siguiente sección muestra como se constituye e instituye “el lugar” como posición, ubicación o situación desde la disciplina que tradicionalmente ha desarrollado el análisis de red: la antropología, así como una aproximación a otras disciplinas que por su fundamentación epistemológica consideran el análisis del espacio como su principal unidad de estudio: la geografía y la arquitectura.

Variables, usos y limitaciones del análisis de red

Mirando retrospectivamente el desarrollo de las ciencias sociales, encontramos que el Análisis de Red ha sido adoptado por los antropólogos como la herramienta principal en el estudio relacional de las estructuras sociales y sistemas culturales, porque es adaptable a los cambios que se producen constantemente en estos ámbitos. Este tipo de enfoque adquiere importancia cada día porque el análisis de la vida urbana es cada vez más complejo, porque las fronteras de las unidades de estudio —la familia, la empresa o el enclave étnico—, delimitadas como unidades sociales “naturales”, no respondían a la

44 GOFFMAN, Erving. Relaciones en público: Microestudios del orden público. Página 194. Alianza editorial. Trad. Fernando Santos Fontela. Madrid. 1979. pp....198.

Page 23: Libro Redes Sociales

2 3

atención que merecen los vínculos individuales, las localidades con las regiones, o la nación con el “resto del mundo”.

En este sentido, la actitud abierta y de franca desconfianza hacia este tipo de unidades ha posibilitado que la complejización sociocultural de la vida contemporánea pueda ser estudiada rigurosamente. Como lo manifiesta Hannerz el concepto de “campo social” sirvió en principio para separar una parte de la sociedad, una parcela del entramado de relaciones del vasto tejido social. La necesidad de delimitar nuevas unidades de estudio con mayor cuidado llevó al análisis de red “como un paso adicional hacia la comprensión de tales unidades, en la medida en que hacen posible una especificación más exacta de la naturaleza de los vínculos dentro de dicho campo”. En otras palabras, el análisis de red sirve “para extraer de un sistema más amplio y con propósitos analíticos, conjuntos más o menos complejos de relaciones”, puesto que siempre estamos delimitando unidades prácticas para el estudio y no el mundo-total; aunque en niveles de abstracción mayor y sobre problemas globales es factible hacerlo, como lo veremos más adelante.

En todo el sentido de la palabra, el análisis de red, es un “ejercicio de flexibilidad” personal, situacional, metodológica y científica. Como lo vimos en un principio las personas tienen muchas participaciones situacionales o roles en su sociedad y consecuentemente diferentes tipos de relaciones. En este orden de ideas, situar las relaciones en un espacio y delimitarlas —redes de sociabilidad, comunicación o transacción— y establecer conjuntos de relaciones, analíticamente separados, constituye su eje fundamental. Como lo veremos más adelante, acudiendo a las herramientas metodológicas y teóricas de la geografía, los roles desde el punto de vista funcional y en un plano geopolítico, exclusivamente, desde el análisis de red, proporcionan nuevas formas de estudio, observación y comprensión del mundo en que vivimos.

Vimos como en principio estuvo centrado en el análisis estructural-funcionalista de la vida social bajo la óptica de que la sociedad estaba constituida únicamente por instituciones que regulaban y controlaban normativamente a los individuos, esto suponía que los individuos se comportaban exclusivamente de acuerdo con las normas —los roles eran prescriptivos—, de manera que la descripción de las normas era la descripción del comportamiento social. Posteriormente, como respuesta a esta perspectiva se iniciaron las investigaciones sobre aquellas “áreas de la vida social que estaban menos claramente bajo el control normativo de la sociedad”45

En este sentido, se diferenciaron las relaciones estructurales (roles prescriptivos) de las relaciones personales (amistad, clientela) y las relaciones categoriales (roles situacionales). Esto ha llevado a creer que donde los repertorios de papeles son más variados y por ende las redes, estas combinaciones de experiencias y recursos “ofrecen espacio para adaptaciones y estrategias innovadoras”. Estas perspectivas de estudio que no tienen en cuenta las fronteras convencionales de los sistemas socioculturales proporciona un panorama más apropiado de una estructura social diferenciada.

Ahora bien, esta forma de abordar la vida social adquirió cierto complemento desde una perspectiva sistémica que si bien abre nuevos planteamientos está ligada —en cierto modo—al estudio de las relaciones institucionales en diversas escalas, hecho que permite el análisis de políticas públicas o de intervención del Estado. El percibir las redes como

45 HANNERZ, U. Op. cit 198

Page 24: Libro Redes Sociales

2 4

sistemas sociales y como nichos ecológicos obedece al desarrollo que se esperaba de este tipo de análisis.

Tanto el modelo socioecológico desarrollado en psicología y psiquiatría en torno de la terapia sistémica; el análisis de red aplicado a los estudios microsociales de la sociología contemporánea, como sus aplicaciones en los estudios de la antropología urbana retoman las dos distinciones elaboradas por J. Clyde Mitchell46. Se trata de puntualizar el análisis en “Atributos Interaccionales”, en los vínculos particulares de los individuos analizando la cercanía emocional y afectiva de sus componentes —Intensidad—; los tiempos diferenciales que permanecen en el tiempo como experiencia duradera y compartida —durabilidad—; la cantidad de contactos durante una unidad de tiempo —frecuencia—; o el tipo de práctica sociocultural que los vincula —contenido—; todos estos atributos han sido también definidos como atributos relacionales. Hay otro tipo de atributos que van más allá de lo descriptivo y que requieren un nivel de abstracción distinto: los Atributos Morfológicos, que podemos dividir en:

1. Atributos estructurales: que son aquellos que dicen del tamaño de la red, cuando fija el centro y sus límites para contrastarla con otras redes; de la densidad, cuando verifica los contactos reales de la red con la cantidad de contactos posibles; de la composición de la red, cuando pueden diferenciar microsistemas sociales que se vinculan a través de un individuo o institución; de la dispersión, cuando se analiza la territorialidad de sus componentes; de la accesibilidad, cuando se analizan las posibilidades de acceder a una red por consenso o involuntariamente; de la homogeneidad y heterogeneidad; cuando se analizan en conjunto los atributos relacionales y estructurales anteriores y se contrastan subconjuntos o subsistemas dentro de la red.

2. Atributos funcionales: como la Multidimensionalidad o Versatilidad, cuando se pueden diferenciar las múltiples funciones sociales que desarrolla una red debido a la fortaleza de sus vínculos y a la diversidad de sus componentes; como la Reciprocidad, cuando se puede establecer la correspondencia simétrica del contenido de las relaciones entre los elementos de la red; como la Calidad, cuando puesta en un escenario global o más general podemos diferenciar subsistemas o subconjuntos de relaciones que comportan mayor cercanía y fortaleza debido a la efectividad de las relaciones en torno a una estrategia social en común.

Por el momento nos referiremos a los atributos morfológicos para ver la forma en que se ajustan los vínculos unos a otros, puesto que esta es una de las principales contribuciones del análisis de red a las ciencias sociales y quizás la primera. Según Hannerz existe una primera área de variación en torno a la metodología utilizada para definir el centro específico y sus límites exteriores. En este caso hablaremos de redes de relaciones personales.

46 MITCHELL, J. Clyde. La antropología social de las sociedades complejas. Alianza. Madrid. 1980

Page 25: Libro Redes Sociales

2 5

Existen Redes Egocentradas que pueden delimitarse a partir de un individuo —ego— que explica sus relaciones directas con otras personas para formar una Estrella de primer orden. Si se incluyen las relaciones laterales que existen entre las personas que tienen relaciones directas con ego, el conjunto de relaciones resultante se llama Zona de primer orden. Cuando se tienen en cuenta además las relaciones directas de otras personas que no tienen relación con ego se denomina Estrella de segundo orden. Y si se incluyen de nuevo las relaciones laterales de ese último nivel de personas es una Zona de segundo orden47.

Vale la pena anotar que el anclaje del centro de la red puede estar definido a partir de un individuo o dos. De otro lado, este tipo de redes es lo que se ha denominado como “red personal”, “red social personal”, “red social significativa”, “mapa mínimo”, etc. También hay que decir que este tipo de red desde el modelo socioecológico de Brofenbrener es un microsistema social, usualmente distribuido en un ámbito de relaciones muy localizadas.

En trabajos anteriores sobre el análisis de red muchos investigadores enfatizaron en una característica morfológica de enorme importancia en el desarrollo práctico de la labor de delimitación, se trata de la densidad, aquello que Elizabeth Bott denominó intervinculación. Es decir, la proporción de relaciones existentes dentro del número de

47 La base conceptual para la utilización de estas categorías proviene de Ulf Hannerz 1986: 198.

Gráfico No 1. Redes de Relaciones: Egocentradas

Estrella de primer orden Zona de primer orden

Estrella de segundo orden Zona de segundo orden

Page 26: Libro Redes Sociales

Gráfico No 2. Redes de Diversa

Densidad

2 6

relaciones que existirían posiblemente entre una cantidad determinada de personas si estuvieran todas directamente vinculadas entre sí.

En el siguiente gráfico veremos como aumenta la densidad de la red a medida que las relaciones directas aumentan entre quienes la componen. En el lado izquierdo vemos como la red compuesta por 8 personas podría tener 28 posibles relaciones directas. La forma más sencilla de saber el número de relaciones directas es contando el número de relaciones que puede tener un ego cualquiera de la red con las restantes personas que la

componen. En este caso tendría la posibilidad de relacionarse directamente con 7 personas, pasando a una siguiente sin repetir en ningún el vínculo con la persona(s) anterior veremos que contiene las mismas posibilidades pero solo contaremos 6, para el siguiente 5, luego 4, posteriormente 3, luego 2 y por último 1. Sumando estas relaciones nos damos cuenta que efectivamente son 28.

Después de esta actividad y centrados en el mismo gráfico dividimos las relaciones existentes entre las relaciones posibles para conocer la densidad de la red: 9 dividido en 28 = densidad total = 0,32. En el gráfico siguiente —de izquierda a derecha— la red es la misma pero la densidad es mayor: 11 relaciones directas existentes divididas en 28 relaciones directas posibles = a una densidad de 0,39. En el gráfico siguiente la red es la misma pero la densidad es mayor: 19 relaciones directas existentes divididas en 28 relaciones directas posibles es = a una

densidad de 0,67.

En los estudios de Philiph Mayer y Elizabeth Bott hay una conexión entre la densidad y el control social. Como lo afirma Hannerz en una red densa la exposición de las personas a la influencia de otras, ya sea por vínculos directos o indirectos, es bastante. Sin embargo, profundizando un poco teniendo en cuenta los niveles y grados de comunicación, encontramos que tal control social sólo es posible donde la información y por tanto la influencia es multidireccional. Esto quiere decir que cuando la comunicación está orientada en un solo sentido, las posibilidades de influir son mucho menores puesto que las posibilidades de ser extremos receptores también se ven reducidas.

En este sentido la discusión ha continuado pero en otra dirección. Muchos antropólogos afirman que la densidad no está dentro de la red puesto que la proporción de

Page 27: Libro Redes Sociales

2 7

relaciones puede ser mayor en ciertas áreas de la red, lo que implica que pueden existir pocas conexiones y por ello puede considerarse una red aparte, una red distinta. Vemos pues como el agrupamiento empieza a tomar importancia y como la posición del individuo cobra una nueva dimensión, puesto que un persona expuesta a diversas influencias frente a tales agrupamientos distintos, ocupa una posición completamente diferente a la posición que ocupa una persona en una red con una densidad más homogénea.

Veamos ahora como la perspectiva adoptada por Carlos Sluzki para desarrollar la terapia sistémica a partir del modelo socioecológico de redes de Brofenbrener nos orienta en este sentido. En el gráfico No 3 observamos una red personal o red significativa que retoma los desarrollos posteriores de los problemas que surgieron a partir de la reflexión sobre la densidad de las redes. Por una parte se impulsó la discusión en torno de nuevas categorías para definir la cercanía de las conexiones y para ello se identificaron a partir de un ego tres niveles de red: redes íntimas, redes efectivas y redes extensas.

Podemos observar cada uno de los niveles de la red social personal o significativa desde la distancia de un ego particular, que en este caso está representado por el doble-círculo y sus límites exteriores están representados por los círculo más externos de la red total.

Sin embargo estas redes o niveles de red no pueden ser exclusivamente dimensionados a partir de sus atributos estructurales o morfológicos y funcionales, puesto que la intensidad de las relaciones o los contactos y el contenido de esas relaciones son factores interdependientes que no pueden simplemente obviarse. Estos atributos relacionales no están determinados por el alcance de la red en términos cuantitativos sino por criterios interaccionales cualitativos. De otra parte la heterogeneidad de las redes es posible visualizarla en dos sentidos diferentes; uno de ellos, vinculado con la variabilidad en torno del género, sexo, edad o grupo étnico y el otro, con la variabilidad en torno de microsistemas en cada uno de los niveles de red.

Gráfico No 3. Redes Íntimas, Redes Efectivas Y Redes Extensas

Page 28: Libro Redes Sociales

2 8

En el modelo socioecológico estas diferencias son denominadas como micro, meso y macrosistema respectivamente. Sin embargo la bondad de este modelo es que permite discernir no solo estos niveles sino también las densidades relativas de cualquier red social personal.

Para concluir y retomando lo dicho hasta ahora, podríamos agregar los presupuestos básicos enunciados por Carlos Sluzki en los que expone las ventajas del análisis de red. En

sus palabras, el análisis de red expande la capacidad descriptiva en cuanto que nos permite observar procesos adicionales que antes se consideraban secundarios o irrelevantes. Además expande la capacidad explicativa, puesto que posibilita plantear nuevas y más completas hipótesis que interconectan un mayor número de variables que originan, desarrollan o disipan un fenómeno social concreto situado en un espacio tiempo específico y por último; desde la terapia sistémica, expande la capacidad terapéutica, porque permite establecer los actores, agentes y agencias, así como las acciones estratégicas necesarias en la formulación de políticas aplicables y prácticas institucionales, culturales y sociales que permitan soluciones efectivas a los problemas considerados.

Del mismo modo en la sociometría se han creado fórmulas para las diversas variables a las que hemos hecho relación en este texto y un cúmulo de cálculos de los que surgen nuevas variables y usos del análisis de red. En cuanto a las limitaciones más profundas es reconocido que cuando las unidades de red son bastante amplias, la información obtenida sin un control preciso de sus límites, sobrepasa los esfuerzos del grupo de investigadores. Un ejemplo muy conocido es el estudio realizado por Jeremy

Gráfico No 4. Redes Microsistémicas De La Red Social Personal

E

D

A

B

C

E: Ego; A: Vecinos; B: Familia; C: Compañeros De Estudio; D: Compañeros De Trabajo

Page 29: Libro Redes Sociales

2 9

Boissevain48 en el que se llevó a cabo un análisis de las redes personales de dos individuos, maestros de escuela, mediante la cobertura de sus zonas de primer orden —contactos directos— en las que se registraron 1751 y 638 personas respectivamente. Se excluyeron los individuos menores de 14 años y se le levantó una ficha a cada uno, después de lo cual decidió dar por terminado el estudio, puesto que para comprobar la información proporcionada por estas personas se necesitaban alrededor de 2389 personas y fichas más, base de datos completamente inmanejable.

Este ejemplo nos proporciona una idea de lo que pudo haber sucedido si se hubiesen tenido en cuenta los niveles siguientes de red. En este sentido es necesario decir que las limitaciones de este tipo de análisis están circunscritas a las fronteras cuantitativas, espaciales y metodológicas del proceso de recolección de la información. Que el estudio sea el de una celda, esquina o taller y no implique sino las relaciones de las personas enmarcadas en este espacio —microsistema— o el realizado por Boissevain constituyen una limitación para el análisis de red.

Referencias gráficas de un análisis de red

Hasta aquí vemos como el mundo contemporáneo puede ser estudiado mediante el análisis de red, ya sea porque lo lleve a cabo un antropólogo, un psiquiatra, un arquitecto o un geógrafo. Por otro lado al comparar las posibilidades del análisis con la diversidad de circuitos que vinculan localidades dispersas de todo el planeta, sentimos que es la manera más aproximada para el estudio de la vida social actual.

La interacción global, local, familiar o personal representa en todo, el sentido de la palabra, intercambios significativos desde lo económico, político y sociocultural; las redes posibilitan tales intercambios porque rebasan “las discontinuidades producidas por la diversidad espacio-temporal de los territorios”49. Son intercambios que a su vez, “suponen grandes movimientos de mercancías e información, los cuales, lejos de realizarse libremente en un espacio isotrópico, deben utilizar las redes de infraestructura disponible50.

En esta sección nos tomaremos la libertad de traer las definiciones propuestas por los geógrafos Antonio Flórez y Philippe Chenut en torno a las líneas gruesas formuladas con respecto a las referencias gráficas que se necesitan para el diseño de redes en cartografía temática. Las definiciones que citaremos en extenso se refieren al gráfico diseño de redes en cartografía perteneciente al texto precitado51. En este artículo presentan tipologías de red, métodos de construcción y algunos ejemplos52.

48 1976:97-146 citado por Hannerz 198649 La elaboración de texto según los autores se inspira principalmente en las obras de “Abler et al.

(1977), Bertin (1967 y 1977), Bord (1984), Dent (1985) y Dickinson (sin fecha, citados por Antonio Florez y Philipp.e Chenut. Diseño de redes en cartografía temática. En: Revista de Gegografía, Departamento de Geografía, Facultad de Ciencias Humanas, universidad Nacional de Colombia. Santafé de Bogotá Vol VI. Nº 1-2. P. 188. 1997.

50 CLAVAL, 1993 citado por Flórez y Chenut 1997: 17551 FLOREZ, Antonio y CHENUT, Philippe. Diseño de redes en cartografía temática. Revista de

Geografía, Departamento de Geografía, Facultad de Ciencias Humanas, universidad Nacional de Colombia. Santafé de Bogotá Vol VI. Nº 1-2. Pag. 188. 1997.

52 La elaboración de texto según los autores se inspira principalmente en las obras de “Abler et al. (1977), Bertin (1967 y 1977), Bord (1984), Dent (1985) y Dickinson (sin fecha, citados por los autores)” .

Page 30: Libro Redes Sociales

3 0

En palabras de estos geógrafos la información gráfica constituye un “sistema espacial de signos” independiente del tiempo, y es además, el medio más apropiado para transmitir información en el menor tiempo posible. De esta forma el lenguaje analógico nos permite justificar el uso de diversas imágenes para describir, explicar y comprender procesos sociales complejos.

Gráfico No 5. Diseño de redes en cartografía. Está en diskette No 1

1. La construcción rectilínea: los elementos se disponen en línea recta. Los

enlaces son curvos y se reparten a lado y lado de la línea (1, 2, 3, ). Esa construcción es

útil cuando A, B, ... presentan un carácter ordenado o cuando la naturaleza de los

enlaces justifica una repartición en dos grupos.

2. La construcción circular: los elementos A, B, ... se disponen en circulo;

todos los enlaces son líneas rectas. A priori, esta es la construcción que ofrece la

imagen menos confusa, independientemente del número de cruces que la información

en bruto pueda contener. Constituye un punto de partida para el problema de la

simplificación (4, 5, 6).

3. Las mallas de puntos: si no se utiliza el alineamiento rectilíneo o el

circular, se dispone de todo el espacio para disponer los elementos. La figura así

construida es una malla de puntos. En (7) los enlaces se representan por líneas y los

elementos por puntos. En (8) se tiene lo inverso. Las líneas representan ambas cosas

en (9). La implantación zonal se muestra en (10). Las zonas expresan la inclusión y

permiten transcribir toda la información considerada. Como se observa aquí, éstas

pueden expresar a la vez el elemento y todos los grupos sucesivos generados por él o

también reagrupar los elementos entre ellos.

4. Las mallas de puntos ordenadas: en la malla de puntos anterior las dos

dimensiones del plano carecen de significación. Si se considera que el orden alto-bajo

representa en el ejemplo escogido una sucesión de generaciones, se asumen las

construcciones clásicas de los árboles genealógicos (11). La significación ordenada del

plano facilita la comprensión de la imagen con respecto a la de (7). El intercambio línea-

punto permite construir (12), en donde la serie de generaciones se reparten

sucesivamente las dos dimensiones del plano. Las líneas solas permiten construir (13),

que aparece como la solución más sencilla. Se pueden construir zonas de manera

ordenada dibujando imágenes como (14), fáciles de abordar.

Page 31: Libro Redes Sociales

3 1

5. Los estereogramas: sea cual fuere la disposición de cinco puntos no

alineados por tripletas en el plano, sus correspondencias incluyen al menos un cruce no

significativo (Bertin, 1967). Por el contrario, si se instalan estos puntos en un espacio

tridimensional, es posible evitar todas las intersecciones no significativas. Si el dibujo

sugiere el volumen (15. 16, 17, 18), también sugiere que las líneas no se intersectan. Es

necesario transmitir la idea de profundidad. Esta se obtiene mediante implementación

de diversas percepciones. En (15), los elementos 1, 2, 3,... se representan por puntos. El

conjunto de relaciones se simplifica considerablemente cuando esos mismos

elementos se representan por líneas (16, 17). Las zonas también pueden representarse

en las tres dimensiones del espacio. Ellas destacan el agrupamiento de las

generaciones sugerido en (14).

6. Los diagramas: toda red puede construirse mediante un diagrama. Para

ello basta con representar dos veces la componente A, B, ... Una jugará el rol de

conjunto de partida y la otra el de conjunto de llegada. Existen dos posibilidades de

representación: los alineamientos paralelos figura 7 (19), útiles para establecer

comparaciones de orden, y la matriz (20). esta última permite transponer filas y

columnas, permitiendo así simplificar informaciones complejas.

7. Redes y mapas de flujo. Al graficar una red el diseñador goza de la

libertad de disponer libremente los elementos en el plano, para obtener la figura más

clara posible. Los mapas de flujos no pueden apelar a este recurso. La

georeferenciación de los lugares implica con gran frecuencia una gran concentración

de elementos gráficos en sectores reducidos y muchos cruces, los cuales hacen difícil

percibir las relaciones contenidas en la información. Reemplazar un mapa de flujos por

una red no georeferenciada permite superar esta dificultad, a costa de sacrificar la

localización. [Los gráficos alusivos al sistema de ciudades ilustran esta posibilidad]. La

gran cantidad de cruces y la excesiva proximidad de algunas ciudades hacen difícil

apreciar los subsistemas existentes y su modo de interarticulación. Abstrayendo en un

diagrama de red el conjunto de relaciones se puede apreciar fácilmente los

subsistemas.

Las redes ofrecen posibilidades de describir el espacio compuesto por las relaciones existentes entre elementos pertenecientes a un solo conjunto. Un mapa de flujos puede resultar confuso cuando el volumen de elementos relacionados entre sí es demasiado grande. En esas condiciones, un modo de representación no georeferenciado es capaz de mostrar eficazmente la estructura de relaciones existentes. El punto más delicado es encontrar una exitosa transformación de la red, con el propósito de obtener una figura fácilmente comprensible, a través de la cual sea posible aprehender con un breve examen la estructura del espacio representado.

Page 32: Libro Redes Sociales

3 2

La georeferencia se refiere a las representaciones o imágenes cartográficas que desde la geografía política han sido definidas a partir del concepto de “lugar”, concepto relacionado históricamente con “la teoría del lugar central” y que actualmente se torna problemático para las restantes disciplinas de las ciencias sociales y humanas.

Para la geografía política es fundamental concebir el espacio físico como el soporte de nuestra vida cotidiana y de nuestras relaciones sociales. La interacción con el medio es la que dice del lugar en que se definen los múltiples comportamientos sociales y por ello la importancia de estudiar la forma de la superficie del espacio terrestre. La heterogeneidad 53

de nuestra superficie es enorme y en ella son relevantes los factores de Ubicación que definen cada lugar. Estos factores son la Situación, la Posición y la Localización.

Una Situación es la relación constante con el espacio geográfico como un todo: Coordenadas cartográficas, latitud, longitud y altitud que permiten establecer valores constantes a lo largo del tiempo. Es una delimitación que tiende a realizarse en términos absolutos puesto que no entraña el análisis de la actividad humana. En la mayoría de los casos lo que importa es la delimitación en relación con otros lugares, situaciones o acontecimientos en el espacio geográfico.

La Posición es la situación relativa de nuestra ubicación, por cuanto definimos su relación con respecto a lugares significativos para el análisis. Se trata de la situación en comparación con algún otro lugar específico, determinado por circunstancias socio-temporales54.

La Localización, se refiere al lugar de las prácticas sociales —consciente o inconsciente— puesto que todos los seres humanos “disponemos de la posibilidad de crear cosas y desplazarlas, decidiendo cual es el punto o lugar que deben ocupar y al que deben dirigirse, nos referimos a la ubicación de actuaciones humanas en el espacio geográfico. Por localización nos referimos a aquello que se halla en un punto o lugar como consecuencia de una decisión humana o práctica social específica.

Toda ubicación humana localizada (por decisión) en un lugar, le corresponde una situación respecto a las coordenadas geográficas y tantas posiciones —relativas— con relación a tantos otros puntos o lugares en el espacio con los que le interese relacionarla.

Hasta aquí vemos como el análisis de redes proporciona herramientas para el estudio de las relaciones, situaciones, deslocalizaciones, roles, estructuras y procesos socioculturales sin que el espacio geográfico cobre realmente la importancia que ha merecido hasta ahora en las ciencias sociales. Cambiando un poco de perspectiva, estos últimos conceptos —de la geografía política— traídos a colación, sobre el estudio de la estructura espacial, nos servirán como punto de comparación para delimitar en forma global el campo de acción de varias disciplinas científicas y con otras concepciones del “lugar”.

53 Heterogeneidad de contenido en cuanto a la diferenciación de las cuatro grandes esferas geográficas: litosfera (distribución de los elementos químicos que generan los recursos geológicos), hidrosfera, atmósfera (diversas áreas y regiones climáticas) y biosfera. Y heterogeneidad de forma en cuanto a la distinción de los límites de contacto entre estas esferas y de su forma de superficie. Esta configuración de formas, materiales y climas configura cada medio geográfico como soporte personal, social y relacional, dando lugar a innumerables situaciones diferenciadas.

54 SÁNCHEZ, Joan-Eugeni. Geografía Política. Madrid. Editorial Síntesis. 1992.

Page 33: Libro Redes Sociales

3 3

LA AN-TROPO-LOGIA Y LA DELIMITACION DE LUGAR

En esta sección podremos visualizar como el análisis de red puede constituir una forma de estudio que prescinde —en cierto modo— del concepto de lugar, o incluso, lo puede negar. Esta negación del estudio del lugar puede integrar la posición política, epistemológica y metodológica desde la cual habla el investigador, la disciplina o el sujeto social investigado. En los siguientes párrafos presentaremos un panorama con el que podemos avanzar y comprender posteriormente el análisis de red aplicado al estudio de nuestra vida contemporánea. Veremos entonces, las discusiones en torno del concepto de “lugar” desde la antropología, la arquitectura, la geografía y en este mismo orden ciertos elementos fundamentales que subyacen: el hombre y su interacción con otros hombres, el ambiente construido por él y el espacio físico natural —geográfico—.

En la antropología contemporánea se adelanta, sino la más importante discusión sobre la validez de la etnografía como principal vía metodológica cualificada históricamente y la más tajante evaluación de la antropología como una disciplina con especificidad en las ciencias sociales, todo ello a partir de sus resultados, por lo general del texto etnográfico.

De este modo, se revalúan sus implicaciones políticas en la producción de conocimiento y particularmente la forma en que la etnografía caracteriza la disciplina. Esta reflexión crítica ha revisado sus presupuestos principales en una perspectiva histórica. En nuestros días, el rigor con que se realiza el análisis cultural desde la antropología, la realización de la etnografía y el examen de los textos etnográficos a partir de la hermenéutica, ha conseguido profundizar en particular sobre la polémica generada en torno a la ubicación que ocupa el científico social en la etnografía (en sus aspectos metodológicos) y al análisis del lugar o la ubicuidad del investigador y su objeto de estudio en un tiempo y espacio concretos.

En vista de lo anterior y retomando esta perspectiva es posible preguntarnos ¿Qué es lo que podemos considerar como lugar desde y en la antropología? ¿Es la ubicación del etnógrafo o etnógrafa en su sociedad (mercado profesional, estatus)? ¿Es la ubicación del investigador(a) con respecto a su “objeto de estudio”(investigador participante, investigador de gabinete)? ¿Es el punto de vista privilegiado (bienvenido o no) o ubicuidad del investigador(a) en el espacio social donde lleva a cabo su estudio? ¿Es la ubicación del antropólogo(a) en la Antropología (tradicional, contemporánea, etc.,.) con respecto a las nuevas teorías, métodos y técnicas? ¿Es el sitio o espacio en el que se hace el análisis cultural (en Bogotá o en el Amazonas)? ¿Son los diferentes contextos privilegiados por esta disciplina para llevar a cabo su análisis cultural (márgenes, sitios exóticos)? ¿Es la ubicación del objeto de estudio en cuanto a tiempo y espacio en términos generales (los afroamericanos en Colombia 1570-1995, p. ej.)?

Las respuestas a estas preguntas tienen múltiples razones, argumentos y controversias, en distintos niveles y grados de complejidad, interactivos a la disciplina. Es un cuestionamiento que se refiere tanto al espacio: geográfico, en abstracto y al espacio social como al imaginario del sujeto social investigado o del etnógrafo que desarrolla su trabajo de campo. En este sentido, la composición del lugar es una urdimbre compuesta

Page 34: Libro Redes Sociales

3 4

como mínimo por un lugar social, un lugar geográfico y un lugar imaginario . Definir cuál de ellos es más relevante para llevar a cabo una investigación sociocultural es considerar la dinámica contemporánea de la antropología en perspectiva.

En cierto modo, la actual antropología está guiada por una distinción epistemológica fundamental que parte de la dicotomía existente entre los conceptos de orden y caos. Parafraseando a Renato Rosaldo, la enorme influencia de la teoría del orden social construida por Emile Durkheim ha conducido a la disciplina hacia una mínima interrogación sobre el caos, comúnmente mirada de soslayo y “(asociada además con un concepto de violencia natural tomada de lo expuesto por Hobbes) apenas articulada, que no ofrece un estudio serio sobre el lado oscuro de su visión”.55

De la misma manera afirma este autor que actualmente se privilegia el estudio del cambio social y no el de la estructura, condición sine que non cuando se trata de construir una representación procesal desde la antropología. En este orden de ideas, el caos y el cambio cultural remiten a la movilidad y dispersión geográfica, la improvisación, los eventos fortuitos, la “falta de orden”, al desorden, el anonimato, la marginalidad; a un nuevo derrotero en el análisis sociocultural propuesto por la Sociología de la Cultura, la Comunicación Social, la Psiquiatría, la Semiótica y cierta parte importante de la Antropología.

Este fenómeno en las ciencias sociales contemporáneas es positivo si consideramos las formaciones políticas latinoamericanas, su desarrollo en el sistema capitalista mundial, su correspondiente lugar en la nueva división internacional del trabajo y su proceso histórico. En este contexto la diversidad sociocultural y la heterogeneidad estructural, bastante evidentes por sí mismas, han sido interpretadas durante mucho tiempo como sinónimos de un peligroso “desorden social”. En este sentido, solo basta leer cualquier diario nacional para ver como emergen ante nuestros ojos conflictos sociales con carácter crónico, atribuidos a la “falta de orden” institucional, jurídico o “moral”, en parte por la ausencia de autonomía política, por la inexistencia de proyectos socio políticos y económicos más democráticos y equitativos que involucren a la sociedad civil en su conjunto.

Ahora bien, independientemente de lo anterior, según se desprende de los avances teóricos posteriores a 1930, se considera como fundamental la presencia del investigador en el espacio en que se efectúa el análisis sociocultural, además de una carga teórica, con la que podría reconocerse al etnógrafo como teórico trabajador de campo y al método de estudio utilizado como la Observación participante, que en nuestro medio por influencias teóricas y políticas a partir de los años 70, se llegó a denominar: Investigación Acción Participativa (IAP).

Tomando estos presupuestos teóricos contemporáneos, podemos decir que existe un consenso muy flexible en torno a la distancia pertinente entre el investigador y “el objeto” o los sujetos investigados en el análisis social. Categorías como Etic y Emic hacen parte del vocabulario actual de una buena parte de la antropología contemporánea en Norteamérica, tomadas de la lingüística Saussurreana por la escuela del Materialismo Cultural y —que traducidas aproximadamente— se refieren al “adentro” y el “afuera” del investigador en el

55 ROSALDO, R. Op. cit 98.

Page 35: Libro Redes Sociales

3 5

campo estrictamente etnográfico (Harris;1987); y lo que ahora algunos hermenéutas norteamericanos consideran como una dialéctica entre la experiencia y la interpretación.56

En un ámbito como este, de experiencia individual y colectiva, encontramos que la afirmación realizada por Marc Augé concuerda con la perspectiva norteamericana de James Clifford; Dick Cushman; George Marcus57 y Renato Rosaldo principalmente, en cuanto a la ubicación del etnógrafo en un lugar antropológico concreto, independiente de como se lo exprese:

“La antropología siempre ha sido una antropología del aquí y el ahora.(...) es (el etnólogo) el que se encuentra en alguna parte (su aquí del momento y que describe lo que observa y lo que oye en ese mismo momento)”58; además de ello, lo considera como la base fundamental de la identidad cultural, sin caer tampoco en la visión de una identidad absoluta, simple y sustancial, tanto en el plano colectivo como individual, cuando afirma que: “...ni la cultura localizada en el espacio y en el tiempo, ni los individuos en los cuales se encarna, definen un nivel de identidad básico más acá del cual ya no sería pensable ninguna alteridad”. Según este autor los rasgos que caracterizan el lugar antropológico son tres:

1. Son espacios que se consideran identitarios, pues el nacer y el residir son elementos constituyentes de la identidad, sin importar el grado a que podamos referirnos.

2. Son espacios relacionales, porque dentro de este siempre habrá una distribución concreta de los elementos. Estos elementos son en cualquier grado elementos en posición y por ello demandan relaciones de coexistencia que inscriben a los individuos un sitio específico del conjunto y en la topografía y topología social que ocupa.

3. Son espacios históricos, en la medida en que sus actos se distribuyen de acuerdo con temporalidades particulares o colectivas dentro del juego de relaciones con otros individuos y el espacio, para construir los referentes que dan significado a la coexistencia —el sentido identitario—.

En este orden de ideas, podríamos decir que la etnografía como sistematización de las percepciones en un contexto específico, tanto teórico y general como particular y empírico, así como la validación del espacio etnográfico a partir del texto, no es nada nuevo y mucho menos su autoridad, porque estos presupuestos siguen basándose en la presencia del antropólogo en el sitio en que realiza el análisis cultural, condicionado en principio por leyes físicas de un tiempo y espacio concretos. Hasta aquí, vale decir, que encontramos un tácito acuerdo entre quienes construyen la disciplina actualmente. Sin embargo, tales presupuestos pueden parecer muy obvios y ser confundidos con la forma de ubicar al etnógrafo en el texto o en el informe final de la investigación, P. Ej.

Las diferentes perspectivas teóricas y metodológicas utilizadas hasta hoy por la antropología, recordémoslo, han sido el producto de cambios radicales, que a diferentes

56 MARCUS George y CUSHMAN, Dick. “Las etnografías como textos” en El surgimiento de la Antropología posmoderna (Reynoso Carlos, traductor y compilador) Gedisa Editorial, Buenos Aires, 1992.

57 Nos referimos a un texto compilado y traducido por Carlos Reynoso llamado El surgimiento de la antropología postmoderna. Gedisa Editorial, Buenos Aires, 1994.

58 AUGÉ, M. Op. cit 16

Page 36: Libro Redes Sociales

3 6

tiempos y velocidades, han modificado el conjunto general de grupos humanos que habitamos el planeta. La Primera y Segunda Guerra Mundial son algunos de los ejemplos palpables que provocaron a su vez la caída y la aparición de otros enfoques que han contribuido a la cualificación científica y óptima de esta disciplina, sin afirmar que fueron única y exclusivamente estos factores, pues tal proceso no ha ido en una línea recta continua o en un sentido especial proyectado desde un principio.

Hoy es posible vislumbrar nuevos procesos con base en cambios tan radicales como la “Revolución microelectrónica” y su influencia en los medios masivos de comunicación; la globalización de la economía y la inestabilidad política mundial. Algunas de estas reflexiones tienden incluso a “predecir” o a “prevenir” sobre los problemas presentes y futuros en la región latinoamericana, más allá de la “crisis de los paradigmas”.59 Son trabajos que muestran de cierta manera, un camino decisivo para las acciones culturales de organizaciones, sujetos colectivos y Estados, hacia el tercer milenio. En este sentido hay algunos aspectos que modelan desde tiempo atrás el desenvolvimiento de estos cambios. Recordemos que en general los procesos de “Desarrollo y Modernización” en los diferentes países de la región, aunque en distintos grados y tiempos, impregnaron tales tendencias basados en criterios de objetividad, neutralidad e imparcialidad científica como consecuencia de, y en concomitancia con, los cambios substanciales del sistema capitalista de las últimas décadas. También que las dinámicas locales tienen y tuvieron causas tanto endógenas como exógenas, lo que implica reconocer que nuestras sociedades tienen sus especificidad y significados particulares.

Además de lo anterior, es importante señalar algunas perspectivas importantes que vienen tomando fuerza en la región: En primer lugar, se está volviendo a la “anatomía de la sociedad Latinoamericana y caribeña”, es decir, a la detonación de los mecanismos mediante los cuales se constituyen y son constituidos los actores colectivos, teniendo en cuenta que la crisis generalizada del sistema capitalista mundial durante la década de los 80 alteró desde los países periféricos su proceso de homogeneización, permitiendo el surgimiento de nuevos patrones estructurales para configurar una nueva heterogeneidad estructural (Canclini, 1995; Barbero, 1993).

Esta cuestión hace que la relación entre Estado y Sociedad Civil esté siendo planteada nuevamente pero desde una óptica diferente, así como el consecuente cuestionamiento de la democracia formal frente a las amenazas del autoritarismo. En segundo lugar, se está llevando a cabo una revisión “critico histórica” de los paradigmas que han servido de fundamento para el trabajo científico e interpretativo no sólo de la región sino del “Tercer mundo” en general, teniendo en cuenta las limitaciones de las investigaciones empíricas puntuales y las limitaciones de la reconstrucción exclusivamente teórica que olvida lo “real social”.60

Esta nueva visión permite evaluar la interdisciplinariedad construida en la región, que tal como ha venido practicándose manifiesta ciertas deficiencias en la redefinición de conceptos como Sujeto, Práctica colectiva, Individualidad, Intersubjetividad e Identidad,

59 SONTAG, Heinz R. y YERO, Lourdes, Procesos sociales en marcha: La nueva utopía necesaria —Gran programa I. de UNESCO en América Latina y el Caribe. UNESCO-Editorial Nueva Sociedad. Caracas, 1992, p. 7.

60 ESCOBAR Arturo, “Antropology and the development encounter: the making an marketing of development antropology”. En American Etnologist V. 18 No. 4, Smith College, 1991.

Page 37: Libro Redes Sociales

3 7

pues como hijos del iluminismo Occidental llevan impregnadas delimitaciones de la racionalidad que no permiten el reconocimiento de la diversidad.

En esta misma dirección apunta la necesidad de llevar la nueva heterogeneidad estructural al mismo proceso de conocimiento, a través del análisis y revisión de la concepción newtoniana de tiempo (unilineal y evolutiva) pues la realidad en la región nos moldea una concepción donde se confunden pasado, presente y futuro “tanto en la percepción que los seres humanos tienen de sí mismos como de las estructuras que moldean sus prácticas”61.

En conclusión, si en un principio fueron “objetos de estudio” las comunidades indígenas y luego las microregiones, hoy la diversidad de temas y especialidades o subdisciplinas de la antropología enfocan más su trabajo hacia los contextos y pobladores urbanos. Entre estos espacios urbanos, los primeros que se tuvieron en cuenta como lugar antropológico fueron los barrios marginales de las grandes ciudades colombianas, vistos a través de su formación y luego desde la protesta social62. Actualmente hay una perspectiva renovada sobre la ciudad y no desde la óptica de la oposición entre sociedades simples y complejas o campo/ciudad, sin que las migraciones hayan dejado de orientar gran parte del trabajo antropológico. Se trata de estudiar y observar nuevos contextos sociales63 en los cuales se enmarca la Cultura popular, Cultura tradicional64 o Cultura subalterna65 y por ende una nueva forma de ver el lugar antropológico.

El lugar en geografía66

De acuerdo con el profesor Ovidio Delgado hay una profunda “crisis de unidad por la que atraviesa actualmente la Geografía” como ciencia, en la que la diversidad de enfoques epistemológicos y la gran especialización temática, ha llegado a un límite en el cual los geógrafos físicos, económicos o electorales, no tienen nada en común. Hoy por hoy, el concepto de “lugar” aparece como una propuesta de concepto central y unificador en su análisis científico, con la intención de acceder a la realidad objetiva y subjetiva de la disciplina en el estudio geográfico de regiones. En este sentido, existen diferentes conceptos de lugar que hacen este panorama un poco más desgarrador aunque en el fondo mucho más sólido.

Desde la perspectiva de los geógrafos humanistas el lugar es una construcción mental individual y su materialidad no es una esencia independiente, su significado se

61 SONTAG y YERO, 1992: 2562 TORRES C., Alfonso, “Estudios sobre pobladores urbanos en Colombia”, Revista Maguare No. 9,

Departamento de Antropología, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 1993. p. 131-146.63 Ver Vargas, Julián y Riaño, Pilar. “Culturas populares y contextos sociales: Un enfoque

interpretativo” en: Revista Maguere No 4, Departamento de Antropología, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 1986. p. 107-124. Estos dos autores se refieren a la inseparable relación entre Contexto y cultura, como una interacción que se desarrolla en un proceso de doble vía. “el contenido y sentido de la cultura que se crea dentro de estas microsociedades se explica por el contenido y sentido de su relaciones predominantes”.

64 CANCLINI, Op. cit 19265 ROSALDO;199166 El siguiente texto está basado en el artículo escrito por DELGADO M., Ovidio. El concepto de

lugar en geografía en: Revista de geografía del Departamento de Geografía de la Universidad Nacional de Colombia. F.C.H. 47 57,1993.

Page 38: Libro Redes Sociales

3 8

establece únicamente en relación con las metas e intereses de los individuos y su existencia cesa cuando el individuo muere. No tiene dimensión histórica, existe sólo en la subjetividad y su naturaleza es meramente existencial. Es abordable científicamente a través de su interpretación fenomenológica y su comprensión sólo es posible mediante la empatía con la colectividad o el individuo investigado. Es decir, a través de la comunicación interpersonal basada en una unión de tipo afectivo e intelectual entre el investigador y los sujetos investigados, que implica una comprensión profunda de los sentimientos ajenos, sus necesidades y problemas.

Desde el punto de vista de los geógrafos que retoman las teorías del realismo trascendental y las teorías de la estructuración para formar un solo cuerpo teórico67, el lugar es un proceso más que un objeto, creado y recreado por la interacción entre las personas y las estructuras sociales, implica una apropiación y una transformación de la naturaleza, inseparables de la reproducción y transformación de la sociedad en el tiempo y en el espacio; asumiéndolo como un contexto en el que las estructuras y las relaciones sociales se realizan en formas concretas.

Por último, después de ser estimado un producto social, el lugar es definido como un conjunto de relaciones institucionalizadas y una división institucionalizada del espacio, cuyos símbolos y significados, si bien se originan en la práctica cotidiana de los individuos, no pueden ser totalmente reducidos a nuestra experiencia de la vida diaria, sino que adquieren un sentido colectivo duradero, más allá de la existencia individual.

El lugar es entonces un estado de la memoria, un estado de conciencia regional individual y colectiva cuya escala puede incluir desde los espacios personales íntimos: el vecindario, la ciudad, hasta el concepto de región o patria. En otros términos, consideran que una región es una esfera institucional de larga duración que representa una dimensión específica de la estructura espacial de la sociedad y un medio de interacción social localmente basado.

En líneas generales, el proceso de institucionalización del lugar, se apropia de las características físicas y culturales de un espacio, produciendo las estructuras necesarias para legitimar el sentido de pertenencia, a menudo ideológicamente. Por lo general, la conciencia regional se logra cuando las instituciones son capaces de mantenerse y autoreproducirse. Los lugares forman parte del ambiente construido por los individuos y por la sociedad, y su existencia está asociada con un grado de sentido del lugar, tal como el sentido de territorialidad es observado en la calle o en los “parches” del barrio, e incluso, como se conceptualiza la nacionalidad.

Finalmente, El realismo es una filosofía de la ciencia y por lo tanto una epistemología que establece un objeto de conocimiento y una metodología de conocer. Es una visión del mundo que considera que las estructuras sociales influyen sobre los individuos al mismo tiempo que son influidas por ellos.

La teoría de la estructuración busca identificar los roles operativos locales de los individuos en el contexto de la estructura social de la que forman parte. Estos roles conllevan interpretaciones locales de las reglas generales y por lo tanto la creación de estructuras locales diferentes. Las reglas o leyes generales proveen el contexto para la

67

? JONHSTON; 1991 y SAYER; 1985. citados por Delgado, O. Op. cit 46

Page 39: Libro Redes Sociales

3 9

recreación de esas diferencias, y son tanto restrictivas como permisivas. Son restrictivas porque limitan el rango de acciones abiertas a la población. El Capitalismo por ejemplo, poseer condiciones fuera de las cuales no se puede actuar, y son permisivas puesto que las relaciones de los individuos se enmarcan dentro de un rango de ejercicio libre.

En otros términos, el mundo está constituido por un complejo caleidoscopio de lugares cuyos componentes de definición son: el ambiente físico; el ambiente construido y la población en una constante interacción y múltideterminancia. De esta manera, el territorio aparece como base primaria de la identidad en grados diferenciales.

En vista de lo anterior, encontramos referencias concretas a dos tipos de espacio demarcados muy concretamente y que se pueden entender como una unidad social cuasi indisoluble: el espacio social y el espacio físico. Vemos también el énfasis de la Geografía en estudiar exclusivamente el espacio físico (ambiente natural, ambiente construido y la población) con un mayor énfasis en la distribución de las acciones humanas en un territorio determinado como sería por ejemplo el uso o la tenencia de la tierra; aunque esto no excluye el espacio social de algunas partes de la geografía que se interesan en estudiar la relación existente entre la forma de identificarnos y el pedazo de tierra en que desenvolvemos nuestras actividades, todo ello a través de métodos cualitativos como la hermenéutica.

En esta misma dirección apunta la antropología para hablar del lugar antropológico cuando trata de abordar temas como la construcción de las identidades colectivas, las representaciones sociales, la conciencia colectiva, la territorialidad, el sentido de pertenencia y en suma cuando trata de estudiar cualquier grupo social. La diferencia crucial encontrada hasta aquí es que los geógrafos tienen como un fin, en sí mismo, la clasificación funcional del espacio estudiado, lo que al parecer aproxima ambas disciplinas pero no constituye —como en el caso de la Geografía— un paradigma en nuestra disciplina.

El lugar en arquitectura

El “movimiento moderno” en arquitectura se consolidó en el transcurso de los años 20, debido particularmente a la efervescencia de las ideas más que a la iniciación de obras de construcción. En el transcurso de aquellos años llegó a imponerse una nueva visión de la arquitectura en toda Europa. La estética tradicional había perdido su autoridad y un nuevo vocabulario dominaba ya la escena teórica: “razón”, “técnica”, “ciencia”, “función”, “construcción”. Numerosos movimientos, diferentes entre sí por sus puntos de vista, pero emparentados por la voluntad de dar cabida a aquellos valores nuevos, movilizaron a los pensadores más audaces de la época. El constructivismo en la U.R.S.S., la “Neue Sachlichkeit” en Alemania, el purismo impulsado por Le Corbusier en Francia, algunos movimientos vinculados con estos en Suiza (“ABC”) y en Holanda (Opbouw, y sobre todo De Stijl), el futurismo sorprendentemente precoz y el racionalismo más sobrio y tardío originados en Italia, difundieron algunas de las ideas nuevas que la Bauhaus consagró para la posteridad.68 Se trataba de hacer, grosso modo, “tábula rasa” del pasado, y dentro de esta visión, rechazar toda ornamentación vana a cambio del despojo, el cual, en este contexto, tenía algo de espectacular: se trataba de sacar el máximo partido de las nuevas tecnologías,

68 LAGUEUX, Maurice; “La Cabeza del Arquitecto”. Ideas y Valores No. 96-97 Abril 1995, Departamento de Filosofía, Universidad de Montreal. (Traducción del francés de Jorge Parra Hernandez). Universidad Nacional. Bogotá.

Page 40: Libro Redes Sociales

4 0

de despejar, dentro de un espíritu “científico”, los principios mismos de la “construcción”, de dejarse guiar por la función del objeto construido hasta el punto de buscar antes que otra cosa la realización de “objetos tipo” y aún de “edificios tipo”, destinados a responder más eficazmente, dada la pureza de sus líneas, a las necesidades diagnosticadas. Todos estos movimientos contribuyeron más o menos directamente a la formación de un nuevo “estilo” arquitectónico que, desde 1932, Hitchcock y Johnson bautizaron con el nombre de “estilo internacional”69.

Este movimiento en la arquitectura francesa se vino abajo en los inicios de la década del Setenta. Su caída consuma la ruptura realizada con la “ortodoxia del modernismo” que permitió desarrollar múltiples y contradictorias tendencias que reactivaron una demanda particular, a partir de 1975, en cuanto a vivienda social.

Si poco a poco se ha hecho evidente que las teorías y sobre todo las realizaciones del movimiento moderno en arquitectura no responden a las expectativas que se tenían de ellas, es porque, antes que nada, en nombre de un humanismo más o menos manifiesto, se ha otorgado un lugar decisivo al criterio de la habitabilidad, hacia el cual aparentemente los más grandes maestros de la arquitectura moderna habían permitido mostrarse negligentes, esperando responder de una manera racional a las necesidades populares. Pero, como acabamos de verlo, la arquitectura está demasiado estrechamente ligada a su propia función en el plano social, para poder permitirse impunemente desconocer un criterio como la habitabilidad, que puede constituir una importante medida de su éxito en dicho plano70.

Uno de los reproches que se dirige con mayor frecuencia al movimiento moderno en arquitectura, es el de casi no haber tenido en cuenta el contexto natural, cultural y social en el cual debían implantarse los edificios. El Movimiento Moderno es considerado como el defensor a ultranza de la “ciudad de la Carta de Atenas”. Esta ciudad de la “Carta de Atenas no tiene densidad histórica. Está concebida como un “modelo seudocientifico” constituido por la yuxtaposición sistemática de funciones abstractas, cuidadosamente aisladas en un espacio vacío y verde, homogéneo, heliotropo e higiénico (...) En esta “ciudad nueva” que ya conocemos bien, la segregación espacial exalta la segregación social y la nivelación de los trazos históricos por el buldózer, responde exactamente a la destrucción de las relaciones de sociabilidad (...) Este modelo es considerado como la conservación del viejo mito de la naturaleza como un no lugar ahistórico”.

Esta concepción enfatiza en la construcción de la historia sólo desde la ciudad; en el desplazamiento de la naturaleza como algo no relativo a lo urbano, excluyéndola de plano. Uno de sus tantos defensores fue Le Courbussier, quien estuvo en Colombia a mediados de este siglo (1947) como asesor de la Alcaldía Mayor para la zonificación de Santafé de Bogotá.

Desde la arquitectura actual, las construcciones desarrolladas por el modernismo son un “no lugar”, porque sus construcciones están basadas en la funcionalidad extrema,

69 Ibídem70 Ibídem

Page 41: Libro Redes Sociales

4 1

ruina conceptual de donde emergió el posmodernismo según Bernard Huet71. La caída de esta concepción dio lugar a propuestas nuevas, heterogéneas y eclécticas.

Se entabla un proceso a las ideologías totalizantes, a los razonamientos unívocos, al mito de la verdad universal, a la idea de progreso, al monopolio de una vanguardia minoritaria, a la jerarquía de valores. Se afirma el derecho a la diferencia, los dogmas monolíticos se resquebrajan, El Movimiento Moderno pasa a la historia y emerge difusa la cuestión del post modernismo. Paradójica e irónicamente, bajo el signo del “post moderno” (como se dice de la sociedad que es “post industrial”) se abre la “era del retomo”, en la que se efectúa una “desligitimación” de la modernidad. Sobre el propio cadáver del Estilo Internacional nacen y proliferan estilos y doctrinas, alternativas híbridas y lúdicas, una pluralidad de verdades contradictorias e igual número de respuestas incoherentes a la bancarrota de las ideologías y al abandono de los “grandes relatos” en este fin de siglo. A los nuevos “estados de ánimo” de las arquitecturas “fin de siglo”.72

En una reflexión teórica bastante clara sobre la semantización del espacio arquitectónico religioso de Occidente, en la antigüedad y el medioevo, denominada El recorrido y El lugar73 el arquitecto Juan Carlos Pérgolis recoge algunos elementos importantes para definir parte de esta introversión. La sustentación de su estudio se basa en el análisis y la observación de los templos religiosos “cristianos” y “musulmanes”. Nos muestra la confluencia y el contraste de las estructuras arquitectónicas “orientales” y “occidentales”. Hace dos tipos de lectura, una de ellas, la de los elementos físicos que componen el espacio y, la de las “sensaciones espaciales, lectura notoriamente más cercana al concepto de significación” en la relación hecho arquitectónico-observador.

Resulta conveniente tener en cuenta los elementos constituyentes del análisis del espacio arquitectónico utilizados por el autor para ubicar teóricamente los niveles y la jerarquía de los mismos: 1. La intención: delimitada como la dirección ideológica explícita e implícita en el elemento arquitectónico. 2. La significación: expresión de los elementos físicos (la orientación, la ubicación o cantidad de luz, etc.,). 3. El uso social del espacio arquitectónico. 4. La posibilidad: la relación del hombre con el medio, su transformación como respuesta social a través de los materiales y la tecnología y la multideterminancia espacial, desde los limites físicos, hasta la recreación o la posterior influencia en la actividad social por parte del espacio.

Los planteamientos giran en torno de dos tipologías que esquematizan un poco la interpretación. En palabras del autor el Espacio Direccional, “traduce la intención de recorrido, la activa participación del hombre en movimiento entre un punto de origen y un punto de destino, una secuencia de acontecimientos a manera de templo sobre la direccional de un ritmo (como la desarrollada por los Griegos “de los propíleos al templo” o como los primeros cristianos en Occidente ”del atrio al altar”).

El espacio centralizado es la expresión del “permanecer”, la participación estática en un entorno, correspondiente a lo que identifica como “idea de lugar” o “ámbito para estar”.

71 BÉRET, Chantal. Conversación en torno a la arquitectura urbana, declaraciones recopiladas con Bernard Huet, en: Arquitectura en Francia, modernismo y postmodernismo. Versión al español, Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Artes, Bogotá-Colombia, 1984. p. 48-56.

72 Ibídem73 Ibídem

Page 42: Libro Redes Sociales

4 2

Como tal el lugar propone un centro y este puede surgir de la propuesta espacial (el crucero de las naves, el eje vertical bajo cúpula, etc.,) o puede simplemente admitir al hombre como centro del sistema espacial, que es la actitud subyacente en las iglesias del renacimiento. Los ejemplos que nos trae el autor son muy claros: “El Cristiano concurre a participar y el Musulmán a orar”. Para llevar a cabo este discernimiento ha observado y comparado la arquitectura de Roma, los primeros edificios cristianos de la edad media, en Bizancio; las edificaciones que pertenecen a la Segunda época bizantina y las mezquitas de Estambul. Espacios que sobrevivieron a las edificaciones construidas en el Renacimiento.

De esta manera podemos concluir, desvirtuando un poco los alcances y profundidades de los conceptos desarrollados en su estudio, que el Espacio centralizado es la expresión del lugar en la arquitectura, en otras palabras y retomando a Bernard Huet (1984) y Maurice Lagueux (1995)— es el espacio de la habitabilidad. Para concluir, digamos que el “lugar” es posible describirlo a partir de su principal sustrato: la habitabilidad en correlación con su contingente estabilidad.

El lugar epistemológico

Teniendo en cuenta lo anterior, cobra importancia la ubicación del investigador social, cualquiera que sea su disciplina, frente al sujeto social investigado desde el plano metodológico. La posición del investigador en torno a la senda tomada, al delimitar su trabajo mediante la definición de los grupos sociales —cultura: popular, erudita, de masas, cultura subordinada, etc.,— es corrientemente asumida, desde un punto de vista lógico, como la correlación, uno a uno, entre un tema específico, un espacio geográfico determinado y un universo humano concreto. En otras palabras, y retomando a Jaques Le Goff, la cultura popular es en parte un “lugar metodológico”, y ante todo un lugar epistemológico74; porque que le confiere sentido a la “historia cultural”, a un tipo de historia que se sale de los cánones de la historia de la cultura, cultura universal que nació como producto del iluminismo y correlato del expansionismo europeo75.

Ronaldo Vainfas afirma que en sus primeras interpretaciones, “la historia cultural procuró defender la legitimidad del estudio de lo “mental” sin apelar más que a la propia historia como disciplina o ciencia específica” Tratando de corregir “las imperfecciones teóricas” que acuñó la corriente de las mentalidades durante los años setenta. Según este autor, “la primera característica de lo que hoy se llama historia cultural es justamente el abandono del concepto de “mentalidades, considerado excesivamente vago, ambiguo e impreciso, en cuanto a las relaciones entre lo mental y el todo social”, por parte de los historiadores que se han acogido al rótulo de historiadores de la cultura. Estos últimos no rehusan su aproximación a la antropología y tampoco niegan la importancia creciente de los estudios sobre lo mental, ni la perspectiva de la larga duración.

En palabras de Vainfas, “lejos están de desechar los temas de las mentalidades y el valor de lo cotidiano, para no hablar de la microhistoria, por muchos considerada legítima, siempre y cuando establezca las relaciones entre los micro-recortes y la sociedad global. Es

74 BARBERO, Jesús M. De los medios a las mediaciones: Comunicación, cultura y hegemonía, Editorial Gustavo Gilli, México, 1993. p. 74 ss¡Error! Marcador no definido..

75VAINFAS, Ronaldo; De la historia de las mentalidades a la historia cultural¡Error! Marcador no definido.. en: Anuario de Historia, No 23. (traducción: Pablo Rodríguez) Departamento de Historia, Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Colombia, Santa fe de Bogotá, D.C., 1996. pp.... 223

Page 43: Libro Redes Sociales

4 3

lícito afirmar, por tanto, que la historia cultural es, en este sentido, otro nombre para aquello que en los años setenta era llamado historia de las mentalidades” (Vainfas 1996:223). Veamos una cita —un poco extensa, pero necesaria— en la que el autor expone tres características más, haciendo mayor precisión en lo que queremos decir:

La segunda característica de la historia cultural surge, en cierta medida, de la primera. Esta se presenta como una “nueva historia cultural”, distinta de la antigua “historia de la cultura”, disciplina académica o género historeográfico dedicado a estudiar las manifestaciones “oficiales” o “formales” de la cultura de determinada sociedad: las artes, la literatura, la filosofía, etc. La llamada nueva historia cultural no rechaza en modo alguno las expresiones culturales de las elites o clases letradas , pero muestra especial aprecio, tal como la historia de las mentalidades, por las manifestaciones de las mayorías anónimas: las fiestas, las resistencias, las creencias heterodoxas...En una palabra, la nueva historia cultural revela un especial aprecio por lo informal y, sobre todo, por lo popular. Nueva coincidencia, entre la historia cultural y la de las mentalidades: el distanciamiento con relación a la denominada historia de las ideas, historia del pensamiento formal, de la filosofía o de los “grandes pensadores”.

La tercera característica, bastante clara en las primeras versiones de la moderna historia cultural, es su preocupación por rescatar el papel de las clases sociales, de la estratificación y del mismo conflicto social. Característica que la distingue, sin duda, de la historia de las mentalidades, o, por lo menos, de aquellas versiones limitadas a describir la vida cotidiana o a pregonar que la mentalidad es algo común al conjunto de la sociedad, no importando el lugar de los individuos o de los grupos en la estratificación social (Cesar y un soldado romano, San Luis y un campesino, etc.).

La cuarta característica, que también concierne a la historia de las mentalidades, es que la llamada historia cultural es una historia plural, que presenta caminos alternativos para la investigación histórica76.

Desde esta óptica todavía existe resistencia hacia el estudio de ciertas actividades y ciertos espacios, como sí los cánones de la Antropología en Colombia, a pesar de la ruptura entre la Antropología académica y la antropología profesional no hubiesen cambiado en nada. Actividades como las de los jóvenes músicos que tienen por escenario los buses urbanos de la ciudad de Santafé de Bogotá, aparecen a los ojos de antropólogos y etnomusicólogos como un objeto de investigación que no merece el rótulo de “científico” por su inevitable y transitoria cotidianidad, además de no estar inmerso en los cálculos matemáticos de un metrónomo o un pentagrama. Parece que la resistencia se debe a la difícil conceptualización de esta actividad y de este tipo de espacios transitorios mediante el uso de los conceptos tradicionales de la disciplina (Territorialidad, Identidad, Sentido de pertenencia, etc.,). Son espacios que podríamos denominar aproximadamente como un “no lugar”, desde la propuesta elaborada por Marc Augé (1994), por no formar parte de los lugares antropológicos tradicionales desde la Academia como desde las instituciones de investigación antropológica estatales o privadas.

En líneas generales, el espacio es una forma social y por ello una abstracción; pero no por eso tiene como origen el pensamiento, no por eso puede estimarse como una construcción conceptual. La abstracción es social porque proviene de las acciones de los

76 Ibídem

Page 44: Libro Redes Sociales

4 4

sujetos y de sus relaciones. Los espacios son entonces, parte del ser social, son las relaciones mismas77.

En síntesis, el lugar —en la antropología, la geografía y la arquitectura— es una concepción del espacio construido por el hombre, desde lo físico concreto (topo-geo-gráfico) hasta lo abstracto e intangible (simbólico); es un espacio construido teóricamente en el cual está inmersa la antropología (etnología y etnografía) con lineamientos particulares que le dan su especificidad en lo académico como en lo profesional, histórica e institucionalmente establecido. Este concepto requiere generalmente de una posición metodológica y epistemológica por parte del investigador —comunicador social, antropólogo o psicólogo—, además de una posición ética consigo mismo, en la que los mayores beneficios deben tener un fin social dirigido hacia los sectores más desprotegidos de la sociedad y una posición política frente a los grupos humanos que hacen parte de su estudio, puesto que la relación entre poder y conocimiento está implícita en el beneficio, la negación o la destrucción del “otro”. Es por ello que la ubicación, posición o situación del lugar no debe ser una herramienta para colonizar ni destruir fronteras culturales mediante el ejercicio del poder que este tipo de conocimiento otorga.

Para concluir, este concepto gira entorno de una topofilia social —identitaria, relacional e histórica— en la que puede incluirse el investigador, el sujeto social investigado, las formas socioculturales, las instituciones sociales, e incluso aquellas encargadas de darle continuidad a cualquiera de las disciplinas que investiguen el comportamiento humano. De otra parte, creemos necesario considerar que la búsqueda de esta correlación —historia, relaciones sociales e identidad— o relativa estabilidad ha sido cuestionada por Marc Augé78; Michel Agier en el texto Lugares y redes: las mediaciones de la cultura urbana, en el que nos muestra que si bien muchos de los estudios elaborados hasta ahora tienen como base el lugar antropológico, existe la necesidad de remitirnos a los primeros pasos de la antropología para abandonar el a priori de su tradicional referente espacial con el ánimo de dimensionar el análisis de redes. Del mismo modo, Isaac Joseph en el texto El transeúnte y el espacio urbano; nos llama la atención sobre “la máquina” que constituye el análisis de redes para la investigación social contemporánea y su desprendimiento de la concepción del espacio exclusivamente cuantitativa, sin que por ello abandone la dimensión espacial que necesita el análisis de red cuando considera la extensión cualitativa del espacio urbano.

GLOCALIZACION Y FRONTERAS CULTURALES

En esta sección trataremos de abordar la dimensión más amplia de nuestra vida contemporánea acudiendo a los principales procesos sociales, políticos, económicos y culturales que se llevan a cabo actualmente. En esta dirección se hará evidente la importancia del análisis de red desde lo geopolítico hasta los microsociológico. Veremos que después de ubicar el contexto de la globalización y la transnacionalización desde su dimensión planetaria hasta sus dimensiones locales, nuestra perspectiva analítica podrá ser

77 MONCAYO C., Víctor M. Espacialidad capitalista y políticas estatales: Hacia un entendimiento crítico de las políticas estatales sobre la espacialidad capitalista. CINEP, Bogotá, 1992.

78 En el texto Los no-lugares: espacios del anonimato. Véase la crítica formulada por el autor Henao D. 1996.

Page 45: Libro Redes Sociales

4 5

enfocada mediante las redes urbano-regionales y el estudio de la dispersión de sitios estratégicos.

Veamos entonces, como en los últimos años se discute sobre la dinámica sociocultural que generó la puesta en marcha de los diversos, múltiples y diferenciales procesos de globalización y transnacionalización por parte de los países con mayor desarrollo tecnológico. En este sentido, se estudian las formas que adoptan las complejas fronteras cotidianas de la interacción social y las consecuencias de estos procesos en su configuración, ampliación, creación o minimización dentro de ámbitos locales o microsociales.

Es importante entonces conocer la relación entre los procesos globales homogenizadores, los procesos locales con soporte identitario, histórico y pluricultural y la relación del hombre con el espacio. Como veremos más adelante, la construcción del lugar, la delimitación del espacio en que se puede desarrollar un estudio, o el área sobre la que se elabora una investigación social se convierten en un problema complejo, aunque sencillo de resolver si se tienen las herramientas suficientes; todo esto, porque la ubicación del propio investigador cobra una enorme relevancia. Iniciemos esta sección con la contextualización y caracterización general de lo que significa el proceso de globalización que vivimos actualmente. Para ello retomamos un texto denominado Globalización en la periferia, (1998) escrito recientemente por el geógrafo e investigador Ovidio Delgado Maecha. En el podremos visualizar la importancia de lo que hemos dicho hasta ahora y traslapar los conceptos que se han derivado de lo que significa un análisis de redes con los cambios socioculturales en que estamos involucrados.

En palabras de Delgado, la globalización es “un proceso de larga duración asociado con la mundialización del capitalismo”, cuyas manifestaciones, logros y consecuencias son diferenciales y desiguales. Argumenta que la homogeneización que estos procesos tratan de promover no son más que la expresión del desequilibrio a distintas escalas y la manifestación palpable de una mayor agudización de las contradicciones entre el centro y la periferia. Se trata de nuevas relaciones espacio-temporales configuradas entre lo global y lo local:

Lo que se difunde ahora por todos los rincones del planeta es el capitalismo de acumulación flexible y descentralizado geográficamente (Harvey, 1989), que está construyendo su propio espacio geográfico globalizado; que privilegia la racionalidad, la fluidez y la competitividad, como instrumentos para limar las rugosidades espaciales hostiles a la expansión del capital (Santos, 1993). Lo cual se hace posible por la convergencia de los logros de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones, de los desarrollos de la microelectrónica y la computación, el uso intensivo del conocimiento y la individualización y diferenciación de los patrones de consumo, la “terciarización de la economía, la cultura del consumo masivo y la economía del crédito instantáneo 79.

En este sentido, identifica tres características generales de la globalización: 1. La intervención de fuerzas sistémicas en las diversas periferias desgastando la soberanía de los Estados Nacionales en cuanto a la capacidad para decidir autónomamente sobre su

79 DELGADO M. Ovidio, Globalización en la periferia, 1998. Cuadernos de Geografía, Vol. VI, No. 1-2, 1997. Departamento de Geografía. Universidad Nacional de Colombia.

Page 46: Libro Redes Sociales

4 6

inserción en la economía mundial, y especialmente, sobre la vida cotidiana social, política y cultural de las localidades. 2. El impulso de una “Cultura Global” desnacionalizada que ha sido adoptada gradualmente por los países periféricos, generando “la pérdida paulatina del control del Estado sobre la cultura nacional”. 3. El surgimiento de fuerzas “antisistémicas de fragmentación y oposición política que se expresan como seccionalismo, localismo, regionalismo, separatismo étnico”, etc., que objetan el tipo de soberanía y de identidad política que los Estados Nacionales fomentan, además de la congruencia territorial entre Estado y Democracia. Estos movimientos sociales operan en distintas escalas y son causa y consecuencia de transformaciones socioespaciales.

En este mismo panorama, existe actualmente, en el plano geoeconómico, un consenso flexible en torno de cuatro de sus particularidades esenciales: 1. La nueva “división internacional del trabajo, 2. El menoscabo de la producción de materias primas frente a la producción de manufacturas y servicios, 3. el predominio del dinero plástico y el capital financiero “simbólico” como principal fortaleza del sistema, y 4. La acelerada transnacionalización de la economía mundial y la descentralización de la producción para aprovechar la mano de obra, con costos reducidos, de las periferias, bien conocida como la transición del Fordismo clásico al Neo-Fordismo actual.

Este proceso de globalización es denominado por Delgado como un “nuevo helenismo”; se refiere al capitalismo “multinacional, informacional o global”, caracterizado por la acelerada internacionalización de la actividad económica; la consolidación del sistema financiero internacional; el uso de nuevas tecnologías de información; nuevas formas de producción, diferentes formas de intervención del Estado y la conversión de la cultura en un producto y en un factor de producción.

Del mismo modo afirma que el “nuevo helenismo” es la manifestación de la radicalización del proyecto occidental de la modernidad y la mundialización de sus dimensiones institucionales, puesto que está encadenada principalmente a un “proceso de alargamiento en lo concerniente a los métodos de conexión entre diferentes contextos sociales o regiones que se convierten en una red a lo largo de toda la superficie de la tierra80. Sostiene que tal mundialización puede definirse además como una intensificación de las relaciones sociales en todo el mundo. Es decir, una densidad relacional que sirve de enlace o unión de lugares lejanos y acontecimientos locales que se configuran por acontecimientos que ocurren a muchos kilómetros de distancia; acontecimientos locales que pueden moverse en dirección inversa a las distantes relaciones que les han dado forma. Estas transformaciones locales hacen parte de la mundialización y de la extensión cualitativa de los flujos, las conexiones e intensidades de los vínculos de la red.

La globalización tiende a instaurar un metasistema geográfico, constituido por una fragmentación articulada del espacio, la sociedad y de la cultura, a partir de delimitaciones espaciales con diversas dinámicas y contenidos culturales específicos, formando subsistemas con base en normatividades locales y comportamientos sociales a-lineales, impidiendo que las regulaciones globales del metasistema “permitan pronosticar su funcionamiento en todas las escalas”81.

80 Ibídem81 Ibídem

Page 47: Libro Redes Sociales

4 7

Según este autor, el funcionamiento de tal Sistema-Mundo se puede explicar parcialmente a partir de las redes que canalizan los flujos en los campos internacional y transnacional. Las redes internacionales están ligadas al origen mismo del sistema capitalista. Lo internacional se define como aquello que es regulado por los estados; lo que fluye esta bajo el control de sus fronteras y sujeto a acuerdos y tratados interestatales. Los flujos transnacionales, más recientes en la saga del capitalismo, son los que lideran el proceso globalizador. Estos desdeñan las fronteras y las atraviesan sin ser verificados ni contabilizados por los controles estatales, como pasa con la televisión satelital, la información, el contrabando, las migraciones clandestinas, el tráfico de drogas y armas y por supuesto, las grandes multinacionales, que a la vez que se acogen para ciertos efectos a las regulaciones internacionales, buena parte de su información, de su capital y de su acción, fluye por redes transnacionales sin control alguno por parte de los estados.82

La globalización no se reduce simplemente a cambios particulares en el ámbito geoeconómico. Estos cambios han dinamizado la vida cotidiana de quienes habitamos el planeta, generando, incluso, procesos políticos y transformaciones geoambientales de enorme importancia para la supervivencia de las especies. Los siguientes indicadores señalados por Delgado caracterizan de una manera muy precisa la dimensión política del proceso o más bien de los procesos de globalización desde los centros hacia las periferias:

1. La transición hacia un nuevo orden político mundial basado en la expansión del sistema de Estado europeo, del neoliberalismo y de la idea occidental de democracia liberal.

2. Globalización del mercado libre y la democracia liberal como valores universales que tratan de imponerse en todo el mundo por la razón o por la fuerza.

3. La tendencia hacia la privatización del mundo y por consiguiente a la creencia de que es la propiedad privada la base sobre la cual se debe construir el poder político y toda la organización de la sociedad. Lo privado se erige como el nuevo fetiche ordenador del mundo y por supuesto del territorio, en detrimento de la acción de lo público encarnado por el Estado. Es en esta perspectiva en donde se enmarca la crisis del Estado-Nación.

4. La emergencia de localismos culturales globalizantes, como ideas, estilos y mensajes de alguna parte del mundo que se expanden por todas partes como “especies ecológicamente dominantes”, destruyendo lo local. Bien pueden ser modas de ropa, las comidas rápidas de McDonald’s, ídolos musicales, música rock; lo que algunos llaman “cultura global” y que otros prefieren rotular como “el modo de vida americano”. Igual se globaliza la superficialidad del “cine americano”, la cultura “light” del magazine de TV, “la insoportable levedad”, el pastiche televisivo, el arte pop, la dictadura de la imagen y el consumismo.

5. La globalización de lo que Milton Santos (1993) llama un modelo de mundo constituido por una nueva concepción de tiempo-mundo y espacio-mundo. Una nueva cultura y un nuevo sentido común en el que: el imperio de los signos toma el lugar de las cosas verdaderas; lo efímero se impone a la idea de duración; se ha vanalizado la invención por su perecimiento prematuro y su sucesión alucinante como “cultura de lo desechable”; la temporalidad y la espacialidad se han mercantilizado -espacio y tiempo son oro, son una mercancía-. Una nueva cultura caracterizada por la emergencia de lenguajes verticales como el inglés y la informática, que informan pero rompen la

82 Ibídem. El énfasis es nuestro.

Page 48: Libro Redes Sociales

4 8

comunicación al imponerse y destruir los lenguajes horizontales en que se desenvuelve la vida cotidiana de los lugares.

6. La globalización de los intereses de algunas naciones y el nacimiento de los llamados “patrimonios universales” como el fondo del mar, el ambiente, entre otros; lo cual crea nuevas realidades políticas y nuevas relaciones de poder en el espacio mundial. ¿Qué puede significar que la Amazonia no sea de unos países latinoamericanos sino patrimonio de la humanidad?.

7. Tendencia al surgimiento de un derecho transnacional que hace pensar en tribunales globales y un sentido común global (De Sousa Santos, 1995). Tomemos como ejemplo la constante reclamación de algunos países por una legislación antidrogas de carácter supranacional. De acuerdo con Smith (1994) el nuevo derecho implica que el ejercito de la ciudadanía, los deberes y derechos de las personas, tengan un escenario más allá de lo nacional. (Delgado 1996).

Del mismo modo señala Delgado —retomando a (Smith, 1994 y Becker 1993—) los aspectos sustanciales de la globalización que más se acentúan en las periferias, en plural, porque la heterogeneidad estructural y la diversidad cultural, en el caso latinoamericano, nos enseña que la recepción es asumida de manera distinta a la forma en que es tomada por cualquier país periférico del continente asiático, p. ej. :

1. El papel que juegan los actores claves no estatales como las corporaciones e instituciones transnacionales en la globalización de la producción y las finanzas. Las decisiones de dichos actores claves tienden a no estar relacionadas con su lugar de origen. Los estados compiten por la localización de la producción y las multinacionales tienen cada vez más poder, por lo que la soberanía de los estados se hace vulnerable a los deseos de las multinacionales.

2. La conformación de bloques en el proceso de globalización ha alterado la conformación de los sistemas geopolíticos de seguridad colectiva. Los intereses de los bloques se anteponen a los de los países pobres. Las nuevas instituciones internacionales “reguladoras” del mercado global dirigidas por los países de mayor desarrollo imponen su legislación y sus sistema de sanciones. Las decisiones se toman en el centro, es decir son locales, pero su alcance es global.

3. Una de las cuestiones políticas más importantes del fin del siglo es la acentuación de las desigualdades entre el Centro y la Periferia. Ahora mismo somos testigos de la edad del “apartheid tecnológico”. Este hecho se agrava si tenemos en cuenta que la incorporación del conocimiento tecnológico es una condición necesaria para el aumento de la productividad y el crecimiento económico; pero esta materia prima no abunda entre nosotros.

4. El comercio global es regionalizante en sí mismo. La globalización está forzando a cada nación a dirigir sus energías hacia la competencia internacional por los mercados y las ganancias.

5. La globalización ha generado la acción extrajurisdiccional y extra territorial, y la implementación de un sistema de soberanía limitada en la periferia y en la semiperiferia de la economía mundial.

Page 49: Libro Redes Sociales

4 9

6. La globalización ha traído como consecuencia la limitación de la soberanía en vastas áreas del planeta bajo una variedad de pretextos tales como el tráfico de drogas, el acceso a recursos energéticos y la preservación ecológica.

7. En la periferia las presiones externas aumentan la inestabilidad interna, como resultado de la crisis fiscal y las políticas del Estado.

8. La noción de “cultura global” está generalmente asociada con la difusión de los valores y estilo de vida de los países desarrollados de occidente. El imperialismo de hoy no posee un carácter específicamente nacional, está más ligado al crecimiento de instituciones transnacionales y supranacionales. El imperialismo cultural es menos localizado y menos localizable. La posibilidad de los países de la periferia de globalizar su cultura no es tan evidente; las autopistas de la información puede ser de doble vía, pero el tráfico es más intenso en una dirección. Esta cultura global se ha convertido en una mercancía porque las periferias, son consumidoras más que productoras de la misma.

Capital simbólico e Imaginarios sociales

Asimilando la dinámica económica como una parte de la cultura, global o localizada, vemos pues en esta breve síntesis, que las posibilidades de globalización que tienen las periferias son excesivamente escasas; los circuitos de información pueden ser autopistas de doble vía, pero realmente el tráfico es más vigoroso en una sola dirección. Como declara Néstor García Canclini somos ciudadanos del siglo XVIII convertidos en consumidores del siglo XXI. Esta mercantilización de la cultura fue posible porque la información, el mensaje, los sentidos y los significados han sido dimensionados paulatinamente en su calidad de objeto cultural que circula con rutas establecidas desde su producción hasta el consumo, base de lo que hoy se denomina con el nombre de «Capital Simbólico»83.

En esta dirección, el estudio de los imaginarios sociales se ha convertido en objetivo específico de la investigación social contemporánea, puesto que a través de su conocimiento puede evidenciarse la existencia de este capital. Los imaginarios sociales son para los sectores sociales hegemónicos —en el ámbito político—, una pieza efectiva y eficaz del dispositivo de control de la vida colectiva, y en especial del ejercicio del poder. “Es uno de los diversos lugares del conflicto social y una de las cuestiones que están en juego en esos conflictos” (Baczko, 1991).

El mercado de signos y de símbolos inscritos en nuestro imaginario aparecen diariamente ante nuestros ojos, no sólo tratando de establecer diferencias desde lo económico hasta lo político, desde lo religioso a lo mágico, sino también introduciendo valores y modelando conductas individuales y colectivas; tanto es así, que incluso, hay ocasiones en que los acontecimientos en sí mismos nos importan menos que las representaciones imaginarias a las que ellos mismos dan origen, como es el caso de las noticias televisivas. Estos “signos investidos del imaginario son otros tantos símbolos: los imaginarios sociales se apoyan sobre el simbolismo, que es a la vez su obra e instrumento”84; es un campo donde se articulan nuestras imágenes, objetos, ideas y acciones. Una de las principales funciones de los imaginarios sociales es la organización y

83 BACZKO, B Op. cit 84 CASTORIADIS, C., “Reflexiones sobre el “desarrollo” y la racionalidad” en: Colombia: el

despertar de la modernidad. Fernando Viviescas y Fabio Giraldo (compiladores), Carvajal, Bogotá, 1991.

Page 50: Libro Redes Sociales

5 0

el dominio del tiempo colectivo sobre el plano simbólico. Son parte activa de la memoria colectiva. Quizás, los imaginarios sociales operan aún con mayor fuerza en la producción de visiones del futuro, en especial en la proyección sobre éste, de obsesiones y de fantasmas, de esperanzas o sueños colectivos85.

No funcionan aisladamente sino en medio de un juego de relaciones con diferencias y variables, entre las cuales entran, sin duda, otros tipos de imaginarios, “confundiéndose a veces con ecos y con su simbolismo, como por ejemplo, la utilización del simbolismo de lo sagrado para legitimar un poder”86. Ellos se articulan fácilmente en los más diversos lenguajes, desde lo religioso y filosófico hasta lo político y arquitectónico, etc. Lo que nos lleva a afirmar que todo lugar es una proyección de los imaginarios sociales sobre el espacio. Cada lugar, como lo expresa Armando Silva refiriéndose a la ciudad, “se parece a sus creadores, y estos son hechos” por el lugar87.

La dominación simbólica de la cultura global mediante la manipulación de los imaginarios sociales depende ampliamente de la difusión, de los circuitos informacionales y comunicacionales y de los medios que se disponga para ejercer el poder. Esta tarea, en sí misma, es una función de control que utiliza efectivamente instrumentos de persuasión, de presión, de inculpación de valores y creencias, etc. Para conseguir tal dominación simbólica, es fundamental controlar y manipular los medios —masivos en la mayor parte de los casos—, porque todo poder dirige sus prioridades hacia la obtención o apropiación de los mismos, con el ánimo de tener un papel privilegiado en la emisión de los discursos que guían los imaginarios sociales, de la misma manera que busca conservar cierto control sobre los circuitos de difusión, de las redes de comunicación que los medios constituyen.

Las distintas modalidades de emisión y de control eficaz cambian por diferentes razones, pero según lo afirma Bronizlaw Baczko88 cambian en función de la evolución del armazón tecnológico y cultural que asegura la circulación de las informaciones y de las imágenes. Considera que en esta evolución hay dos rupturas significativas que marcan nuestra contemporaneidad: el pasaje de la cultura oral a la cultura escrita que, desde luego, se efectúa gracias a la producción de información impresa, pero sobre todo, a la alfabetización; y en segundo lugar, la implantación durable de los medios de comunicación de masas.

Estos medios de comunicación de masas aseguran a un solo emisor la posibilidad de llegar simultáneamente hasta un público enorme, a una escala a veces desconocida. Por otra lado, estos nuevos circuitos y medios —técnicos y tecnológicos— generan una ampliación sin precedentes de las funciones cualitativas de los discursos que se difunden, y particularmente de los imaginarios sociales que estos utilizan, inventan o recrean. Esto no se debe únicamente al carácter audiovisual de las nuevas técnicas, sino a la formación de lo que se dado en llamar la “cultura de masas”. Puesto que en ella se anudan relaciones muy complejas entre información e imaginación porque no sólo aumentan el flujo de información, sino que modelan también sus modalidades a una velocidad impresionante y de una manera continua, varias veces por día, que engloba a todo el planeta, cruzando o

85 BACZKO, B. Op. cit86 Ibídem87 SILVA, Armando. Imaginarios Urbanos. Tercer Mundo- Universidad Nacional de Colombia.

Bogotá. 199288 BACZKO, B. Op. cit 24

Page 51: Libro Redes Sociales

5 1

mezclando datos estadísticos con imágenes de distinta naturaleza, produciendo un deslizamiento sensorial enorme a través de la descontextualización inmediata y simultánea. Desplazamiento de sentido que nos propone un juego entre lo manifiesto y lo secreto, un cúmulo de imágenes que “nos toca”, por medio de transferencias de sentido, como cuando construimos la metáfora en nuestras expresiones lingüísticas más corrientes. En este sentido, hablar de metáfora es hablar de “la metáfora visible o configurada que a través de los medios confieren a lo social un espesor singular según dependan de la apropiación singular o de operaciones mediáticas”.89

De acuerdo con Alains Mons la cuestión de la relación entre imagen-mediática e imagen mental está lejos de ser resuelta. Estas imágenes nos llegan fragmentariamente; es una información necesariamente atomizada, desparramada, que invade y roza todos los ámbitos de nuestra vida social. Es una masa de informaciones en la que el acontecimiento que hoy puede estar en relieve, mañana o al día siguiente es inesperadamente rechazado y olvidado. La imagen mental no puede reducirse a la instantaneidad de la imagen mediática puesto que los procesos cognitivos de percepción humanos son infinitamente complejos y guardan una relación equívoca con las técnicas de lo visible, que tienen tendencia, a pesar de todo, a modelar y uniformizar las potencialidades perceptivas. Es aquí donde tiene lugar el “proceso analógico”, aquel en el que “la circulación de las formas irriga el sistema, remitiéndonos a unas representaciones y unas prácticas que rebotan de lugar en lugar, haciéndonos tomar conciencia de que la actividad social se deconstruye y se perpetúa bajo especies visibles”. Veamos lo que nos dice este autor con respecto a lo que ha denominado como el proceso analógico:

El aspecto metafórico de las representaciones y prácticas observadas parece imponerse en los modos de expresividad contemporáneos. Tomar un objeto para significar o sugerir otro parece volverse una regla explícita o inconsciente. A tal punto que la distinción entre representaciones y prácticas sociales se enturbia, ya que en el proceso de metaforización social las representaciones son prácticas sociales en su totalidad (cf. el lugar de la publicidad hoy en día), y las prácticas son ampliamente tendidas, si no absorbidas, por las representaciones, el universo de los seres-imágenes. Así, las figuras freudianas de “desplazamiento” y “condensación”, que reproducen y aceleran los medios, parecen dominar la escena social. Se adopta un lenguaje indirecto, unas significaciones diferidas pera expresar el fenómeno social, ya sea con el universo urbano, la publicidad, el marketing territorial, el acontecer, el producto. Un lenguaje del corte al cual corresponden unos modos de expresión “salvajes”, identitarios, apropiadores o, al contrario, deconstructivos, digresivos, elípticos, en los usos corrientes, los rituales, los signos, el arte, el cuerpo, el viaje. En la oportunidad, se puede repetir la demarcación entre proceso de metaforización (desterritorialización de los medios) y prácticas metafóricas (corrupción de sentido de los mensajes, indiferencia o perpetuación de los ritos singulares) en el seno de la sociedad contemporánea.90

Es por esto mismo, que no deja de ser patético, además de crítico, el papel de satélite de los medios nacionales con respecto a los medios de las «industrias culturales» de los países nórdicos. La reproducción de mensajes originados en los centros de la

89 MONS, Alain, La metáfora social: Imagen, territorio, comunicación, Buenos Aires, Ediciones Nueva Visión, 1994. p. 201.

90 Ibídem

Page 52: Libro Redes Sociales

5 2

globalización sin modificación alguna es verdaderamente espectacular. Sin embargo, la fortuna de poder «mediar» este tipo de mensajes como receptores activos de información, como portadores y recreadores de la cultura, nos permite esgrimir algunos argumentos en favor de la palabra y su capacidad de transformación de lo cotidiano, ya sea como punto de partida o llegada.

Ahora bien, en los grandes «medios» pertenecientes a la ‘industrias de la cultura’91

nacionales, por lo general, la cotidianidad está transida por lo popular, pero ni siquiera por el sujeto social o por un lugar metodológico, como ocurre en algunas ciencias humanas que aún trabajan con normas heredadas de un cientifismo iluminista. Lo popular para ellos deviene en masificación del consumo, es su dirección, es exclusivamente su circulación como producto económico y pseudocultural; es el uso instrumental, abusivo e intolerante, de la pluralidad. Es simulacro y espectáculo.

Es por ello importante la diferenciación elaborada por Néstor García Canclini acerca de los circuitos culturales que actualmente atraviesan — transversalidad— la topología de las relaciones sociales en Latinoamérica, producto, en parte, del avance de la microtecnología y con ello de los medios masivos de comunicación; aunque valga la pena aclararlo, no lo retomaremos para establecer distinciones en nuestro trabajo, sino más bien, para contextualizar el ámbito general de las políticas culturales de competencia estatal en este mar de neoliberalismo y globalización así.

1- Circuito histórico territorial: (Cultura popular, Patrimonial, base étnica o

tradicional) como las culturas indígenas y campesinas.

2- Circuito de la Cultura de Elite (histórica, representacional o de transición:

basada en producción escrita y visual en procesos de valor internacionales), los grupos

hegemónicos que reproducen sus criterios estéticos sobre lo que debe ser el

establishment del “arte nacional”, p: ej.

3- Circuito de comunicación masiva: Cultura del espectáculo (del estreno

cinematográfico); se basa en el reavivamiento fundamentalista de ciertas tradiciones

que García Canclini denomina premodernas.

4- Circuito de sistemas restringido de comunicación e información destinados a

quienes toman decisiones. Cultura de decisión (uso de fax, correo electrónico, Internet)

91 ROWE, William y SCHELLING, Vivian. Memoria y Modernidad: Cultura popular en América Latina, Editorial Grijalbo y Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, México, 1993. p.126. Aquí los autores retienen el término creado por T. Adorno y M. Horkheimer en Dialectic of enlightenment —Londres, 1973— Industrias Culturales, modificado en su expresión, “en la medida que señala cambios tecnológicos y económicos que implican la creación de un solo mercado nacional para todos los productos culturales”. Pero hacen la aclaración en cuanto a su contenido, puesto que la visión negativa de estos últimos autores con respecto a la cultura de más as no es aceptada, por la importancia de la televisión como principal vehículo en la conformación de estas industrias de la cultura.

Page 53: Libro Redes Sociales

5 3

Sostiene también que las políticas culturales disminuyen su presencia en el tránsito del primero al último de los cuatro circuitos culturales de acuerdo con ciertas características que nos parecieron importantes entre muchas otras:

1- Existe una correlación importante: a mayor juventud mayor dependencia de

los dos últimos circuitos

2- La identidad se convirtió en un punto focal de un repertorio estallado de

miniroles más que en el núcleo de una hipotética interioridad.

3- La solidaridad transnacional parecen ser sólo arreglos entre empresarios.

4- Las políticas culturales de integración siguen limitadas a la conservación de

los patrimonios monumentales, folclor y artes cultas.

5- Los acuerdos de libre comercio muestran que la producción endógena de

nuestras industrias de la cultura es importante no obstante la norteamericanización de

los comportamientos.

6- Tal norteamericanización de los gustos se basa en el predominio de la

acción espectacular sobre las formas más reflexivas e íntimas de narración, fascinación

por un presente sin memoria y la reducción de las diferentes sociedades mediante una

multiculturalidad estandarizada. La resolución de conflictos admitidos es pragmática y

occidentalizada, caracterizada por una estética de la acción política.

Al articular la caracterización del proceso de globalización con los circuitos culturales que define García Canclini saltan a la vista puntos de encuentro de las dimensiones institucionales del encadenamiento geopolítico que produce la globalización y la transnacionalización cultural. Se perciben también conexiones entre diferentes contextos sociales; parte de una red que se extiende sobre la superficie de la tierra; extensión cualitativa del espacio, de las relaciones y los flujos, de las conexiones e intensidades económicas, políticas y socioculturales; una densidad relacional que une lugares lejanos y acontecimientos locales. En este contexto general, son redes que canalizan flujos internacionales y transnacionales reguladas mínima e ineficazmente por los estados bajo el control de sus fronteras político-administrativas.

Hoy, este tipo de fronteras ha caído en el vacío, pero no podemos hablar de Fronteras como un límite, porque son espacios o ámbitos socioculturales y multisubjetivos, es el control y ejercicio del individualismo más extremo, constituido por la forma de resignificación de los mensajes en el acto de recepción de la información. Fronteras culturales y Redes trasnacionales apuntaladas por una compleja simultaneidad de lugares, locus o topos, proyectando los imaginarios sociales —individuales y colectivos— sobre el espacio. Desplegando un mapa cuyos puntos, líneas, tramas y nudos, nos llevan a

Page 54: Libro Redes Sociales

5 4

la elaboración de una cartografía en la que emergen mundos relacionales hasta hace poco tiempo impensables desde las ciencias sociales.

En el siguiente gráfico veremos como un sistema de ciudades que conforman una red y permiten empalmar las diferentes redes regionales y locales con los flujos transnacionales. Gráfico No 6 : sistema de ciudades diskette No 1

Redes Urbano regionales

En una publicación reciente los investigadores Javier E. Thomas B., Antonio Flórez, presentan un estudio de caso sobre las “estructuras de organización del espacio regional” en Colombia92. En este estudio propone algunos elementos conceptuales, para “la interpretación y comprensión del funcionamiento de ciertos espacios regionales Colombianos, que de alguna forma se han organizado y estructurado alrededor de sitios de paso”93.

En sus palabras, la identificación, definición, clasificación y tratamiento de los sitios de paso, requirió de una síntesis cartográfica, a partir de la superposición de las cartas topográficas, con las geológicas (alineamientos tectónicos, estratigrafía y plegamientos), hidrogeomorfológicas y de redes viales, para finalmente convalidar los resultados obtenidos; primero, con base en la fotointrepretación y a través del enfrentamiento con situaciones geográficas específicas94.

Estas situaciones geográficas específicas son: La Sierra sobre la carretera Albán-San Juan de Río Seco, El Alto del trigo sobre la carretera Villeta-Guaduas, El Alto de La Mona sobre el mismo eje vial en el sector Guaduas-Puerto Bogotá en Cundinamarca; El Alto de La Línea en la vía Ibagué-Armenia; El sitio Delgaditas en la vía Mariquita-Manizales y El Páramo de Letras en la carretera Honda-Mariquita-Manizales en el departamento del Tolima; El Boquerón de Chipaque, Puente Quetame, Quebrada Blanca, Guayabetal, y el mirador en el eje Bogotá-Villavicencio; sobre el río Magdalena Honda-Puerto Boyacá y la

92 THOMAS, Javier E.., FLÓREZ, Antonio. Una aproximación a algunas estructuras de organización del espacio regional. Un estudio de caso. En: Revista de Geografía. Universidad Nacional de Colombia. Vol VI. Nº 1-2. Santafé de Bogotá. 1997.

93 Ibídem94 Ibídem

Page 55: Libro Redes Sociales

5 5

Dorada-Puerto Salgar sobre el río Cauca, el poblado de Arauca y la Laguna de Chisacá en la vía Bogotá-San Júan de Sumapaz.

Los autores en el estudio nos muestran la manera de interpretar, analizar y comprender el espacio geográfico mediante el establecimiento de "los vínculos entre sus diferentes sistemas estructurantes". En otras palabras, la indagación sobre la interrelación funcional entre los conjuntos naturales y los conjuntos sociales, debido a que "gran número de actividades físicas y humanas están basadas, en cierta medida, en un alineamiento previo organizado por la naturaleza" (Thomas y Flórez 1997). De este modo, lo que cobra importancia es el espacio visible, el paisaje como un canal de comunicación. En este orden de ideas utilizan dos conceptos relacionados con los patrones visibles del paisaje denominados fenosistema y criptosistema. El primero de ellos relacionado con l os elementos visibles del paisaje como los alineamientos, la morfografía, la red de drenaje, entre otros; y el segundo relacionado con los componentes que subyacen a los fenosistemas como la edofología, la climatología, las relaciones ecosistémicas, etc.

Afirman que son puntos, líneas y círculos del paisaje que "se asocian en una simbología natural" denominada fisiomorfema. En esta dirección concluyen que la línea dentro de los fisiomorfemas es una traza cuya principal manifestación es el paisaje, " que es, según el caso, línea o unidad de transición generada ante un obstáculo físico por superar", como son las estructuras tectónicas y los cambios del medio de transporte: terrestre/acuático etc., convertidos en una limitación (cordilleras, ríos), ante la imperante y cotidiana necesidad de comunicación"95 Una comunicación que se realiza utilizando un punto de acceso, de “facilidad topográfica generada por un prediseño natural”, por el que es más fácil pasar, un sitio óptimo que permite ahorrar energía, tiempo, esfuerzo, dinero, distancia, e incrementar la eficiencia de dicha comunicación (1997: 3).

De acuerdo con estos autores en la formación de éstos canales de comunicación hay un prediseño físico natural creado por el desgaste o la acumulación diferencial de las capas terrestres por factores físicos naturales o por dinámicas sociales como el poblamiento. De esta manera entonces el sitio de paso debe ser visto desde nuestras prácticas sociales como el producto de dos cuestiones básicas: 1. un obstáculo funcional de un conjunto natural y 2. un proceso de control estructural del espacio geográfico. En otras palabras, el sitio de paso es el lugar que “ofrece mayores posibilidades para la comunicación, dentro de una arquitectura natural que impone limitaciones; es el caso de los puntos bajos en las cordilleras andinas, los piedemontes, los fondos de cañones en los sistemas fluviales con una dinámica muy activa o las terrazas aluviales. Precisamente en los sitios de paso, el hombre a partir de la interpretación de ciertas condiciones topográficas, decide cuál es el punto más funcional dentro de una estructura geográfica, que le permita maximizar la comunicación y la eficiencia”.95

En este sentido y con dirección al análisis de red el sitio de paso cobra importancia y va mucho más allá, puesto que un sitio de paso por su importancia estratégica, producto de la necesidad de comunicación; es también un sitio de encuentro; un punto de una red de interacción social; un nudo de relaciones, una convergencia de fenómenos físicos y

95 Ibídem

Page 56: Libro Redes Sociales

5 6

culturales diversos; un encuentro de aquello “que va a pasar”, una dinámica que genera funcionalmente centros de acopio e intercambio96.

El ejemplo más claro que citan estos autores son las fondas paisas que surgieron por las necesidades del intercambio mercantil y de la vinculación social con otros contextos. Allí está ubicado “el intermediario entre el comprador y el vendedor de café”, y alrededor de este intermediario y la fonda, actividades conexas y complementarias. Según los autores “La fonda se convierte rápidamente, a más del punto de relevo, de descanso, en aquellos sitios donde no existen sistemas de comunicación efectivos, en el factor aglutinante (García 1978), basado en el principio de mercado-competencia [...] Fondas que se localizan, generalmente, allí en los lugares donde el paso es casi obligado, en los sitios en los cuales cierto prediseño natural (dinámica evolutiva y morfología) “conduce” las actividades humanas; en especial las de comunicación.

Desde nuestra perspectiva y en el plano analítico, este estado de transicionalidad de los sitios de paso constituye un estado de frontera que proporciona el locus para “cambios en el sentido y la intensidad de procesos” generados por el contacto entre dinámicas distintas. Es un instrumento geográfico por medio del cual se unen sistemas localizados, porque allí convergen y divergen sus límites, bordes, o extremos,

Esta situación favorece, en estos casos, la instalación y permanencia de estructuras socioeconómicas (y por tanto espaciales) diversificadas; primero, porque induce un aprovechamiento de dinámicas físico-culturales diferentes (dadas por los extremos) y segundo, por su misma ubicación, es el instrumento físico a través del cual se mueven los flujos de intercambio (entre los mismos opuestos) necesarios para mantener el funcionamiento de las estructuras (la especialización de actividades y de espacios anexos a las mismas, es una necesidad creciente).

Los sitios de paso se constituyen de este modo en instrumentos de “ordenamiento” espacial debido a que articulan “fragmentos espaciales relativamente coherentes”, y empalman nichos ecológicos diferentes, redes sociales, sistemas económicos y sistemas culturales. En palabras de los autores, es un límite morfológico que diferencia y un punto de convergencia en el que se integran áreas y del mismo modo, redes de diversos flujos. El reconocimiento de los sitios de paso no es más que el empleo de un principio optimizador de la dispersión geográfica mediante un sentido práctico de la instrumentalización funcional del espacio en beneficio del conjunto de la sociedad.

La clasificación adoptada para el estudio de los sitios de paso nos parece pertinente en cuanto que recalcan en el proceso más que en la estructura, aunque esta última sea la base de la investigación, veamos:

1. fase de distorsión espacial que obedece a la distribución lineal, cruzada o estelar de los asentamientos humanos a partir del obstáculo funcional y el canal de comunicación.

2. La fase de polaridad-centralidad es aquella en la que se constituyen una distribución paralela sobre las áreas adyacentes al obstáculo funcional creando ejes en el canal de comunicación en la cual se ubican los polos regionales mediante la centralización creciente de actividades socioeconómicas y la especialización funcional de los espacios locales, así como la institucionalización de los procesos y organizaciones sociales.

96 Ibídem

Page 57: Libro Redes Sociales

5 7

3. La fase de redes se refiere a la articulación o grados de estructuración de los lugares geográficos vinculados en un sistema de acoplamiento local y regional más amplio cuya característica principal es la formación de redes regionales. En este sentido se aplican algunos cálculos para hallar la densidad de tales redes denominados Indices de conectividad con el cual se pretende esclarecer también “la evolución histórica” de las redes; y

4. La fase de jerarquización es la estructuración general más amplia de los sitios de paso y a su vez de las redes locales y regionales mediante un análisis comparativo de las funciones desarrolladas al interior de ellos, de sus manifestaciones espaciales y comportamientos locales o regionales en dirección al conocimiento de su nivel organizacional.

Ahora bien, con estos elementos reconocemos como el determinar ámbitos sistémicos permite desarrollar la jerarquización de los espacios y de los lugares, nos señala un camino hacia el reconocimiento de la historia y sus procesos, a la comparación de diversos contextos —por pequeños que sean— y sus niveles de estructuración o desestructuración, en síntesis nos facilita el análisis de las relaciones, estructura y funciones de los grupos sociales con el entorno.

En esta dirección se centran las investigaciones de etnohistoriadores y arqueólogos que han dirigido su mirada al estudio de las redes interétnicas en Sur América a través del análisis de la cultura material de los grupos étnicos que sobrevivieron a la conquista europea, el tipo de intercambio que llevaban a cabo sin importarles la extensión geográfica, la diversidad cultural implicada en los intercambios, los múltiples sistemas económicos, productivos y simbólicos involucrados, los microarchipiélagos o ecosistemas andinos, etc.

Pero existen también niveles que en el análisis de los sitios de paso que no fueron tenidos en cuenta, quizás por que la perspectiva funcional del estudio no lo permitió. En este sentido, podemos completar el panorama con una breve referencia a los sistemas de información generados por el avance de la microelectrónica.

Gráfico No 7. sitios de paso, redes urbanos regionales. En el diskette No 1.

Page 58: Libro Redes Sociales

5 8

REDES DE INFORMACION Y COMUNICACION 97

Actualmente, por la probabilidad de compartir mundialmente la información entre diversos grupos humanos a través de los medios masivos de difusión y mediante los computadores especialmente, nuestro tiempo ha sido denominado como la “era de la información”. Dos componentes desarrollados durante las últimas décadas del siglo XX han posibilitado que esto sea realidad: la generalización de los computadores personales y seguidamente, la construcción de redes de área local denominadas (LAN) con bases de datos remotas ubicadas en tierra, con dispositivos implantados en vehículos aéreos, así como con los diferentes mecanismos que se usan en la navegación marítima.

La complejidad de los equipos utilizados para la puesta en obra de estas redes se ve compensada con la eficacia de su aplicación. El diseño e implantación de una red mundial de computadores es quizá el avance tecnológico más importante de las últimas décadas.

Durante los años setenta estás máquinas eran caras, frágiles y estaban al cuidado de especialistas que las guardaban celosamente en recintos cerrados y especiales, a manera de cajas de seguridad, constantemente vigilados. Su utilización ampliada desde lugares remotos estaba sujeta al uso del módem y la línea telefónica, cuando no se podía conectar un terminal directamente. Generalmente constituían medios centralizados cuyo uso era restringido debido a su elevado costo. Por estos motivos surgieron empresas de servicios especializadas en ofrecer un “mainframe” por unidades de tiempo para el procesamiento de datos. Hecha la ampliación del uso de los mismos y la creación de una necesidad común para el manejo de la información. Posteriormente, se conformaron pequeñas redes de computadores internas en empresas públicas que no estaban disponibles comercialmente. En esta dirección los experimentos del Departamento de Defensa norteamericano constituyó el avance más significativo. Su objetivo fue el de posibilitar una red más amplia centrada en la distribución de los recursos informáticos y cuya evolución conocemos hoy como Internet.

Una red desde el plano de la informática, es un conjunto de técnicas, conexiones físicas y programas lógicos especiales empleados para conectar dos o más computadores. Los usuarios de una red pueden compartir archivos o ficheros, impresoras, fax, y otros recursos, enviar mensajes electrónicos y ejecutar programas en otros computadores.

Una red comprende tres niveles de componentes: software de aplicaciones, software de red y hardware de red. El software de aplicaciones está formado por programas informáticos que se comunican con los usuarios de la red y permiten compartir información (como archivos, gráficos o vídeos) y recursos (como impresoras o unidades de disco). Un tipo de software de aplicaciones se denomina cliente-servidor. Las computadores cliente envían peticiones de información o de uso de recursos a otras computadores llamadas servidores, que controlan datos y aplicaciones. Otro tipo de software de aplicación se conoce como 'de igual a igual' (peer to peer). En una red de este tipo, los computadores se envían entre sí mensajes y peticiones directamente sin utilizar un servidor como intermediario.

97Las siguientes páginas son una recopilación de información que se tomó de la Enciclopedia Microsoft Encarta 97 y de la enciclopedia Santillana, con el ánimo de ampliar el concepto de red y ponerlo en perspectiva desde los avances tecnológicos contemporáneos.

Page 59: Libro Redes Sociales

5 9

El software de red consiste en programas informáticos que establecen protocolos, o normas, para que los computadores se comuniquen entre sí. Estos protocolos se aplican enviando y recibiendo grupos de datos formateados denominados paquetes. Los protocolos indican cómo efectuar conexiones lógicas entre las aplicaciones de la red, dirigir el movimiento de paquetes a través de la red física y minimizar las posibilidades de colisión entre paquetes enviados simultáneamente.

El hardware de red está formado por los componentes materiales que unen las computadores. Dos componentes importantes son los medios de transmisión que transportan las señales de los computadores —cables o fibras ópticas— y el adaptador de red, que permite acceder al medio material que conecta a los computadores, recibir paquetes desde el software de red y transmitir instrucciones y peticiones a otros computadores. La información se transfiere en forma de dígitos binarios, o bits —unos y ceros—, que pueden ser procesados por los circuitos electrónicos de los computadores.

Conexiones de red

Una red posee dos tipos de conexiones: conexiones físicas —que permiten a los computadores transmitir y recibir señales directamente— y conexiones lógicas, o virtuales, que permiten intercambiar información a las aplicaciones informáticas, por ejemplo a un procesador de textos. Las conexiones físicas están definidas por el medio empleado para transmitir la señal, por la disposición geométrica de los computadores (topología) y por el método usado para compartir información. Las conexiones lógicas son creadas por los protocolos de red y permiten compartir datos a través de la red entre aplicaciones correspondientes a computadores de distinto tipo, como un Apple Macintosh y un PC de IBM. Algunas conexiones lógicas emplean software de tipo cliente-servidor y están destinadas principalmente a compartir archivos e impresoras. El conjunto de Protocolos de Control de Transmisión y Protocolo de Internet (TCP/IP, siglas en inglés), desarrollado originalmente por el Departamento de Defensa estadounidense, es el conjunto de conexiones lógicas empleado por Internet, la red de redes planetaria. El TCP/IP, basado en software de aplicación de igual a igual, crea una conexión entre dos computadores cualesquiera.

El medio empleado para transmitir información limita la velocidad de la red, la distancia eficaz entre computadores y la topología de la red. Los cables bifilares de cobre o los cables coaxiales proporcionan velocidades de transmisión de algunos miles de bps (bits por segundo) a largas distancias y de unos 100 Mbps (millones de bits por segundo) a corta distancia. Las fibras ópticas permiten velocidades de entre 100 y 1.000 Mbps a largas distancias.

Las topologías más corrientes para organizar las computadores de una red son las de punto a punto, de bus, en estrella y en anillo. La topología de punta a punta es la más sencilla, y está formada por dos computadores conectados entre sí. La topología de bus consta de una única conexión a la que están unidos varios computadores. Todas los computadores unidos a esta conexión única reciben todas las señales transmitidas por cualquier computador conectado. La topología en estrella conecta varios computadores con un elemento dispositivo central llamado hub. El hub puede ser pasivo y transmitir cualquier

Page 60: Libro Redes Sociales

6 0

entrada recibida a todos los computadores —de forma semejante a la topología de bus— o ser activo, en cuyo caso envía selectivamente las entradas a computadores de destino determinados. La topología en anillo utiliza conexiones múltiples para formar un círculo de computadores. Cada conexión transporta información en un único sentido. La información avanza por el anillo de forma secuencial desde su origen hasta su destino.

Las redes de área local (LAN, siglas en inglés), que conectan computadores separados por distancias reducidas, por ejemplo en una oficina o un campus universitario, suelen usar topologías de bus, en estrella o en anillo. Las redes de área amplia (WAN, siglas en inglés), que conectan equipos distantes situados en puntos alejados de un mismo país o en países diferentes, emplean a menudo líneas telefónicas especiales arrendadas como conexiones de punto a punto.

Cuando los computadores comparten conexiones físicas para transmitir paquetes de información, se emplea un conjunto de protocolos MAC (siglas en inglés de 'control de acceso al medio') para que la información fluya sin problemas a través de la red. Un protocolo MAC eficiente garantiza que el medio de transmisión no esté sin utilizar si alguna computadora tiene información que transmitir. También evita colisiones debidas a la transmisión simultánea, que desperdiciarían capacidad de transmisión. Los protocolos MAC también permiten que los distintos computadores accedan al medio de forma equitativa.

Un tipo de protocolo MAC es el Ethernet, empleado en topologías de bus o en estrella. Un computador conectado al Ethernet comprueba antes de nada si el medio compartido está siendo utilizado. Si no es así, el computador transmite la información. Como el computador puede comprobar si el medio está en uso a la vez que envía paquetes, continúa vigilando la conexión compartida y deja de transmitir información si ocurre una colisión. Ethernet puede transmitir información a una velocidad de 10 Mbps.

Las computadores también pueden utilizar protocolos MAC del tipo Token Ring, que transmiten un mensaje especial (en inglés, token) a través de la red. Esta contraseña da permiso al computador que lo recibe para que envíe un paquete de información por la red. En caso de que no tenga ningún paquete que enviar, pasa la contraseña al siguiente computador. Como sólo hay una contraseña en toda la red, en cada momento no hay más que una computadora que pueda transmitir información.

La gestión de la red y la administración del sistema son cruciales para que un sistema complejo de computadores y recursos interconectados pueda funcionar. El gestor de una red es la persona o el equipo responsable de configurar la red para que opere de forma eficiente. Por ejemplo, el gestor de la red puede tener que conectar directamente computadores que se comunican con frecuencia para reducir la interferencia con otros computadores.

El administrador del sistema es la persona o el equipo responsable de configurar las computadores y su software para emplear la red. Por ejemplo, el administrador del sistema puede instalar software de red y configurar el sistema de archivos de un servidor para que los computadores clientes puedan acceder a los ficheros o archivos compartidos.

Las redes pueden ser objeto de acceso ilegal, por lo que los archivos y recursos deben protegerse. Un intruso que se introdujera en la red podría espiar los paquetes

Page 61: Libro Redes Sociales

6 1

enviados por la red o enviar mensajes ficticios. En el caso de información sensible, el cifrado de los datos (la codificación de la información mediante ecuaciones matemáticas) hace que un intruso no pueda leer los paquetes que lleguen a su poder. La mayoría de los servidores también emplean sistemas de autentificación para garantizar que una petición de leer o modificar un fichero o de utilizar recursos procede de un cliente legítimo y no de un intruso.

El uso extendido de computadores portátiles ha impulsado avances en las redes inalámbricas. Las redes inalámbricas utilizan transmisiones de infrarrojos o radiofrecuencias para unir las computadores portátiles a las redes. Las LAN inalámbricas de infrarrojos sólo funcionan dentro de una misma habitación, mientras que las LAN inalámbricas de radiofrecuencias pueden funcionar a través de casi cualquier pared. Las LAN inalámbricas tienen velocidades de transmisión que van desde menos de 1 Mbps hasta 8 Mbps y funcionan a distancias de hasta unos cientos de metros. Las WAN inalámbricas emplean redes de telefonía celular, transmisiones vía satélite o equipos específicos y proporcionan una cobertura regional o mundial, pero su velocidad de transmisión es de sólo 2.000 a 19.000 bps.

En febrero de 1996, Fujitsu Ltd., Nippon Telephone and Telegraph Corporation y un equipo de investigadores de AT&T consiguieron transmitir información a través de una fibra óptica a una velocidad de un millón de Mbps, lo que equivale a transmitir los periódicos de 300 años en un solo segundo. Esto se logró enviando simultáneamente por la fibra óptica luz de distintas longitudes de onda, cada una portadora de información diferente. Si esta nueva tecnología puede integrarse en una red, será posible enviar de forma barata información masiva como vídeo o imágenes tridimensionales.

Las redes de área local ((LAN)

Las Redes de área local (LAN, Local Area Network) constituyen una forma de interconectar una serie de equipos informáticos, un modo de normalizar las conexiones entre las máquinas que se utilizan como sistemas ofimáticos. Una LAN no es más que un medio físico compartido por un conjunto de computadores, una conexión material entre sus dispositivos mediante un cable coaxial, un cable de dos hilos de cobre o una fibra óptica, aunque pueden efectuarse conexiones inalámbricas empleando transmisiones de infrarrojos o radiofrecuencia, teniendo en cuenta el conjunto de reglas que rigen el acceso a dicho medio. La LAN más difundida es Ethernet, esta red utiliza un mecanismo denominado Call Sense Multiple Access-Collision Detect (CSMS-CD), donde cada equipo conectado sólo puede utilizar el cable cuando ningún otro equipo lo está utilizando. Si hay algún conflicto, el equipo que está intentando establecer la conexión la anula y efectúa un nuevo intento más adelante. La Ethernet transfiere datos a 10 Mbits/seg, lo suficientemente rápido como para hacer inapreciable la distancia entre los diversos equipos y dar la impresión de que están conectados directamente a su destino.

Hay diversos tipos de red de área local —bus, estrella, anillo, entre otros— y diferentes formas de acceso denominadas protocolos. La característica principal de estas LAN es que tienen un alcance limitado que normalmente se circunscribe a un edificio. Las LAN actuales además de proporcionar un acceso compartido, también proporcionan al usuario multitud de funciones avanzadas. Hay paquetes de software de gestión para controlar la configuración de los equipos en la LAN, la administración de los usuarios, y el

Page 62: Libro Redes Sociales

6 2

control de los recursos de la red. Una estructura muy utilizada consiste en varios servidores a disposición de distintos y numerosos usuarios simultáneamente. Los primeros, por lo general máquinas más potentes, proporcionan servicios como control de impresión, archivos compartidos y correo a los últimos, por lo general computadores personales.

Un dispositivo de LAN puede emitir y recibir señales de todos los demás dispositivos de la red. Otra posibilidad es que cada dispositivo esté conectado a un repetidor, un equipo especializado que transmite de forma selectiva la información desde un dispositivo hasta uno o varios destinos en la red.

Hoy por hoy, se han difundido diversos componentes denominados inteligentes que sirven de enlace a varias LAN. Los routers y los bridges son equipos especiales que permiten conectar dos o más LAN. Los servicios en la mayoría de las LAN son muy potentes. En esta dirección, se pretende unir núcleos aislados de utilidades informáticas, de manera que los grupos, empresas u organizaciones puedan trabajar independientemente de su ubicación, hecho que ha posibilitado la conformación de redes corporativas de datos basadas en una serie de redes LAN y routers. Es una red físicamente heterogénea mediante un recurso aparentemente homogéneo. El bridge es el equipo más elemental y sólo permite conectar varias LAN de un mismo tipo. El router es un elemento más inteligente y posibilita la interconexión de diferentes tipos de redes de computadores.

Redes de área extensa (WAN)

A partir de el desarrollo de estas corporaciones especializadas en el manejo de redes internas nacieron las Redes de área extensa (WAN, Wide Area Network). Son enlaces para grandes distancias que amplían la LAN hasta convertirla en una red de área extensa (WAN). Casi todos los operadores de redes nacionales Telecom en varios países de Europa ofrecen estos servicios para interconectar redes de computadores, que van desde los enlaces de datos sencillos y a baja velocidad que funcionan basándose en la red pública de telefonía hasta los complejos servicios de alta velocidad, como frame relay y SMDS-Synchronous Multimegabit Data Service, adecuados para la interconexión de las LAN.

Estos servicios de manejo de datos a alta velocidad suelen denominarse conexiones de banda ancha WAN como Internet. Proporcionan enlaces entre LAN’s para hacer posible las autopistas de la información. Las WAN son similares a las LAN, pero conectan entre sí computadores separados por distancias mayores, situados en distintos lugares de un país o en diferentes países; emplean equipo físico especializado y costoso y arriendan los servicios de comunicaciones. Las “centralitas particulares” PBX proporcionan conexiones informáticas continuas para la transferencia de datos especializados como transmisiones telefónicas, pero no resultan adecuadas para emitir y recibir los picos de datos de corta duración empleados por la mayoría de las aplicaciones informáticas.

Las conexiones que unen las redes de área local con recursos externos, como otra LAN o una base de datos remota, se denominan puentes, reencaminadores, pasarelas o gateways. Estos puentes crean una red de área local extendida transmitiendo información entre dos o más LAN. Es un dispositivo intermedio que conecta dos LAN de distinto tamaño o con una WAN, interpretando la información del protocolo y enviando selectivamente paquetes de datos a distintas conexiones de LAN o WAN a través de la vía más eficiente disponible. Conecta redes que emplean distintos protocolos de

Page 63: Libro Redes Sociales

6 3

comunicaciones y traduce entre los mismos. Estas conexiones suponen un riesgo para la seguridad porque la LAN no posee el control sobre los usuarios de Internet. Las aplicaciones transferidas desde Internet a la LAN pueden contener virus informáticos capaces de dañar los componentes de la LAN; por otra parte, un usuario externo no autorizado puede obtener acceso a ficheros sensibles o borrar o alterar ficheros. Un tipo de filtro especial denominado cortafuegos impide a los usuarios externos acceder a recursos de la LAN permitiendo a los usuarios de la LAN acceder a la información externa.

Veamos ahora como en nuestra sociedad la familia funciona como un microsistema básico en el que la comunicación externa e interna permite cohesionarnos culturalmente y dar sentido a nuestra habitabilidad. La perspectiva que tomaremos ahora nos lleva al campo del análisis sistémico de red .

RED SOCIAL Y REDES FAMILIARES

En esta parte brindaremos una breve introducción a lo que se ha desarrollado en torno a este contexto sociocultural y fenómeno ecológico, dinámico e interactivo, concebido funcionalmente como un microsistema de relaciones sociales relativamente naturalizado, puesto que sus relaciones tienden a la inercia de lo tradicional y lo normativo.

En la actualidad existe un consenso bastante amplio sobre el abordaje conceptual de la familia como objeto de conocimiento. Se tiene como presupuesto básico que sus relaciones gravitan en torno a los vínculos conyugales, sanguíneos y parentales por afinidad, legales o no y a intereses en la procreación y la cooperación económica. La definición más reconocida y utilizada, que tuvo vigencia hasta hace muy poco, fue la emitida por la CEPAL en 1993, en la que es considerada como un grupo social formado por los miembros del hogar, emparentados entre sí por sangre, adopción, matrimonio y las uniones consensuales cuando son estables. Esta diferenciación admite que existen hogares cuyos miembros pueden no constituir una familia (hogar no familiar), es decir, grupos familiares donde no existe relación de pareja ni relaciones destinadas a la procreación.

En cuanto al concepto de familia utilizado en nuestra labor, nos hemos adherido —como punto de inicio— a una definición mucho más acorde con nuestra perspectiva que si bien recoge la definición de la CEPAL, incluye una perspectiva de red que, en lo que a nosotros concierne, aumenta las posibilidades de explicación, descripción y análisis de los fenómenos sociales.

La familia es un grupo social que se caracteriza por una complejidad de redes de relación interpersonal, en las cuales la intimidad y la convivencia más o menos permanente en el tiempo hacen de ella un grupo específico. La componen personas

Page 64: Libro Redes Sociales

6 4

con vínculos de sangre o por adopción legal o ilegal, que se diferencian por su edad y género y que establecen relación entre sí y con el mundo externo. En ella se estructura la identidad, se protege a los miembros y se da el intercambio con la cultura.98

Esta concepción ha sido acogida porque reconoce al hombre como un ser social en contexto, no es un ser aislado, “sino miembro activo y reactivo de grupos sociales. . .La familia constituye un factor sumamente significativo . . . es un grupo social natural, que determina las respuestas de sus miembros a través de estímulos desde el interior y desde el exterior. Su organización y estructura califican la experiencia de los miembros de la familia”99.

La idea fundamental es que el individuo no vive solo, convive en grupos que no siempre han permanecido estables sino que han cambiado al igual que la sociedad. “Las funciones de la familia sirven a dos objetivos distintos. Uno es interno: la protección psico-social de sus miembros; el otro es externo —la acomodación a una cultura y la transmisión de esa cultura”100. Es un grupo social que se caracteriza por imprimir dos tipos de sentimiento: uno de identidad” y otro de separación. “El sentimiento de separación” se construye a través de la participación en los diferentes subsistemas familiares y en los diversos contextos extrafamiliares en que participa el individuo, “el sentido de identidad de cada individuo es influido por su sentido de pertenencia a diferentes grupos”101.

Como lo hemos manifestado desde un principio, esta perspectiva reconoce que el hombre no es un ser aislado, sino un miembro dinámico de grupos sociales. La discusión fundamental de los diversos enfoques encontrados en el estado del arte sobre familia, radica en que tales conceptos consideran a la familia como un grupo social naturalizado por un orden jurídico. Reconocemos que es un grupo social al que no se le puede negar cierto grado de naturalización, en cuanto que, parte de sus relaciones tienden a la inercia de lo tradicional o normativo, desde sus prácticas cotidianas e imaginarios colectivos. Pero consideramos importante recalcar e insistir, en que el campo sociocultural de la familia como esfera y contexto fundamental, como fenómeno ecológico, dinámico e interactivo es, desde nuestro punto de vista, lo más acorde con el estudio de los cambios presentes y futuros de la vida social contemporánea.

Entendemos por naturalización, la forma en que las prácticas cotidianas determinan las respuestas de sus miembros a través de estímulos generados en su interior, destinados al acomodamiento de las reacciones de sus miembros frente a lo que llega desde el exterior, como cualificación de la experiencia familiar. Esto es importante al analizar su comportamiento, organización, dinámica y si es del caso su estructura, tomando a la familia como escenario de llegada de los cambios globales del país o la región.

Según Salvador Minuchim102 la familia cumple con una función social que “resulta siendo atacada cada vez que se modifican los ordenes sociales”. Se trata del acoplamiento

98 MALDONADO, Mª Cristina. Conflicto, poder y violencia en la familia. Universidad del Valle. 1995. pp... 7.

99 MINUCHIN, Salvador. Familia y terapia familiar. Traducción Víctor Fichman. Editorial Gedisa, 3ª edición. Buenos Aires. 1982. pp.... 20

100 MINUCHIN; S. Op. cit 78101 MINUCHIN; S. Op. cit 80-81102 Ibídem.

Page 65: Libro Redes Sociales

6 5

social de la familia al contexto local, regional o nacional; algo similar a lo que planteaba Ligia Echeverry Angel103 cuando se refiere a las “modalidades de ajuste al contexto”. Veamos un argumento que nos parece fundamental para explicar lo anterior:

Si bien la familia se adapta a los cambios, estos se orientan desde la sociedad hacia la familia, ya que “la familia es un sistema abierto en transformación, es decir, que constantemente recibe y envía descargas de y desde el medio extrafamiliar y se adapta a las diferentes demandas de las etapas de desarrollo que enfrenta”104.

Estos aportes proporcionados por las investigaciones sobre el Ciclo de Vida105

familiar nos permiten visualizarla como un sistema que funciona dentro de un contexto social que —según Salvador Minuchim— está compuesto por tres características principales. La primera de ellas: la familia es un “sistema sociocultural abierto en proceso de transformación”. La segunda: la familia “muestra un desarrollo desplazándose a través de un cierto número de etapas que exigen una reestructuración”. La tercera y última: la familia “se adapta a las circunstancias cambiantes de modo tal que mantiene una continuidad y fomenta el crecimiento psicosocial de cada miembro”.

Pero estas transformaciones, etapas y adaptaciones no se dan en el vacío, son producto de un sistema de transacciones entre sus miembros y la sociedad en general. En este orden de ideas, la familia se constituye en el primer control social que posee el individuo, destinado a la adaptación a los cambios sociales. La formación de esas pautas se hace mediante dos tipos de coacción: “el primero es genérico e implica las reglas universales que gobiernan la organización familiar”. El segundo tipo, “es idiosincrásico, e implica las expectativas mutuas de los diversos miembros de la familia. . . la función de los límites reside en proteger la diferenciación del sistema familiar”106.

Concebir la familia como una red social permite reconstruir conflictos socioculturales y procesos de intervención institucional o estatal, puesto que el tejido de las relaciones sociales familiares constituyen las relaciones sociales primarias que proveen al individuo el sentido de pertenencia, la identidad personal y el sentido colectivo de comunidad. Estas relaciones focalizadas como análisis de redes sociales y familiares, permiten visualizar la articulación de la intervención estatal con la Cobertura Efectiva de los Servicios Sociales; con el Orden Social Democrático a través del análisis de su participación eficaz en la planificación de sus políticas y; con el Bienestar Social de sus Miembros mediante el análisis de la Satisfacción Social generada. Puesto que una articulación efectiva de estos elementos proporciona actividades que implican sobrevida, goce, recreación, creatividad y crecimiento espiritual —individual y colectivo.107.

La distribución de los miembros en la unidad familiar adquiere importancia, en un modo operativo, de acuerdo con la clasificación funcional del sistema de relaciones sociales que hemos descrito anteriormente —niveles Macro, Meso y Microsistémico—. Esta orientación es alterna al modelo estructural utilizado en el análisis morfológico de la

103 ECHEVERRY A., Ligia. Tendencias o rupturas de la familia colombiana. En: Revista Maguaré. Universidad Nacional de Colombia. Vol. 9 No 10. 1994. pp.... 159-176.

104 MINUCHIM, S. Op. cit 84105 ANDERSON M. Op. cit. 106 MINUCHIN, S. Op. cit 86-89107 SLUZKI, C. Op. cit.

Page 66: Libro Redes Sociales

6 6

familia, basado en el sistema descriptivo de sus relaciones parentofiliales. Tipo de investigación social tradicional, utilizada en décadas anteriores, que se distancia de las dinámicas contemporáneas y de los distintos escenarios —locales, regionales y nacionales—, en cuanto que no permite mediante sus estrategias, describir procesos adicionales que se han considerado secundarios e irrelevantes hasta ahora, ni poner en práctica políticas públicas con una mayor eficacia social.

La identificación de los componentes de las redes familiares permite comprender los roles y las interrelaciones de sus miembros, con el fin de establecer las funciones de cohesión, solidaridad o protección al interior de la familia —como grupo primario de referencia— y fuera de ella, en distintos contextos.

El conflicto y la terapia sistémica de redes

El principal supuesto de cualquier teoría sobre el conflicto es que éste es inherente a la dinámica social, que entraña diversos tipos de conflictos y que existen en gran número. Todos los individuos de una sociedad experimentan conflictos personales por estar sujetos a las diversas presiones que ejercen los numerosos grupos humanos que lo componen, debido a los múltiples roles que les toca desempeñar. Incluso, se ha llegado a afirmar que los procesos de socialización no son mas que un conflicto entre el individuo y la sociedad. Sin embargo, no siempre constituyen un factor negativo que separa a individuos o grupos, porque pueden contribuir a mantener las colectividades y las relaciones interpersonales.

Una definición corriente en la psicología define el conflicto como aquella situación en la que un individuo se halla motivado a emprender dos o mas actividades que se excluyen mutuamente. El conflicto puede manifestarse de diferente forma y en distintos niveles; a nivel verbal, simbólico, o emotivo. En el centro de esta definición están las motivaciones y en este sentido, el conflicto puede surgir cuando las respuestas que debe generar el comportamiento para satisfacer una motivación no son compatibles con las respuestas que requiere la satisfacción de otra motivación.

Según la teoría Freudiana el conflicto se presenta entre las pulsiones del individuo, entre el instinto sexual y el instinto de conservación. Después de algunos años precisaba que el conflicto era producto de la lucha entre el Eros y el Tanatos. Un argumento en contra de esta teoría es que en muchos procesos del desarrollo psicosocial o de la construcción de la personalidad no hay presencia de conflicto, como por ejemplo el lenguaje, la destreza física y la curiosidad108.

Por otro lado Kurt Lewin en su Teoría del Campo sustenta que la conducta del individuo se halla determinada por un campo de fuerzas psicológicas que dependen, en parte, de las valencias positivas y negativas atribuidas a diversos objetivos en una situación específica. El surgimiento se produce por que las fuerzas relativas a dos o mas objetivos son de igual intensidad. Esta Psicología topológica divide los conflictos en tres tipos:

1. Cuando el individuo duda entre dos objetivos de valencia negativa

2. Cuando el individuo duda entre dos objetivos: uno de valencia negativa y otro de valencia positiva.

108 MURRAY; P. Enciclopedia Internacional de las Ciencias Sociales, ONU, 1985. Tomo II. Pag. 8 y ss.

Page 67: Libro Redes Sociales

6 7

3. Y cuando el individuo duda entre dos objetivos de valencia positiva.

Este aporte permitió el desarrollo de nuevas perspectivas en la psicología a partir de la asimilación de estas valencias a los conceptos de atracción —positiva— y repulsión —negativa— respectivamente. En este sentido Neal E. Miller desarrolló estos presupuestos mediante investigaciones de laboratorio con distintos animales apoyándose en experimentos que medían la conexión estímulo respuesta y las tendencias de acercamiento y evitación; todo esto mediante un estudio detallado de las observaciones con las cuales fue posible diferenciar distintos grados frente a un objetivo, hasta determinar por cálculos estadísticos el punto de conflicto, tanto en la evitación como en el acercamiento del objetivo.

En este orden de ideas, el conflicto es interno en cuanto manifestación de ambigüedad y ambivalencia en la toma de decisiones sobre dos objetivos distintos. De la misma manera, en sus aspectos políticos el conflicto personal se hace externo en cuanto el individuo es parte de un grupo social. Es así que el conflicto puede presentarse entre dos individuos, entre individuos y grupos o entre grupos. Usualmente el conflicto se presenta cuando dos o más personas, o dos o mas grupos intentan poseer el mismo objeto, ocupar el mismo espacio, la misma posición, desempeñar papeles incompatibles, defender objetivos opuestos o utilizar medios que se excluyen mutuamente para alcanzar propósitos.

El conflicto político como tal puede explicarse con base en las necesidades, expectativas y deseos de los actores sociales implicados, llámense sistemas políticos, individuos, grupos, organizaciones etc. Cada individuo o grupo posee una visión o imagen del mundo: posee un imaginario social. El conflicto surge cuando una de las partes, en la medida que el actor realiza su proceso de “medios a fines”, percibe que uno o varios de sus fines, propósitos, preferencias o medios para alcanzarlo, es amenazado o estorbado por las intenciones o actividades de una o varias de las otras partes.

El conflicto social109 es siempre un conflicto de intereses. Este es el producto de una lucha en torno de valores, pretensiones de estatus, poder y recursos escasos, en la que el objetivo conduce hacia la neutralización en situaciones de competencia bajo dinámicas de intercambio; o hacia el daño o la eliminación del “otro diferente” cuando no existe margen para la negociación. El conflicto social puede tener diversos efectos de acuerdo con la estructura social que lo contenga. En sociedades pluralistas, abiertas y flexibles que permiten variedad de conflictos usualmente sirven para eliminar la disociación y crear mayor cohesión social, puesto que la intensidad de los mismos no es tan relevante como en sociedades con estructuras rígidas o en grupos cerrados.

Del mismo modo, la familia no está exenta de conflictos, incluso, es quizá el primer núcleo social donde se manifiestan los principales problemas sociales de un estado, región o localidad. Es un lugar privilegiado para el análisis de la vida social puesto que este grupo social es producto de las relaciones sociales. En general, la mayor parte de las relaciones sociales, sin contar con las relaciones de contacto accidental —anónimas—, surgen por “motivos externos a ellas mismas, como resultado directo o inmediato de disposiciones institucionales: hermanos, clientes, colegas etc.,”110. Una de las disposiciones y quizás la de mayor importancia en cualquier cultura, entre muchas otras, es la de la unidad familiar que

109 COSER, Lewis. Enciclopedia Internacional de las Ciencias Sociales. ONU. 1985. Pag. 17-20.110 GOFFMAN; E. Op. cit 198

Page 68: Libro Redes Sociales

6 8

usualmente se inicia con la relación de pareja. Es un elemento importante en la estructura del tejido social. “Sus miembros tienen la responsabilidad del tiempo y el número de concepciones de nuevos miembros de la sociedad, así como de su sostenimiento y su primera socialización”111. Es la unidad formal en la que se reúnen y distribuyen los recursos para el consumo. En torno de ella se organiza la residencia y se ejecutan las labores domésticas. “Sus miembros constituyen entre sí la fuente principal de relaciones afectivas y adscriptivas dentro de una sociedad predominantemente competitiva”.

Es una colectividad que formula demandas múltiples y apremiantes a casi todos los individuos, que influyen de modo inevitable en su capacidad para participar en otras colectividades y para satisfacer las demandas de estas últimas. Estas demandas y relaciones familiares tienen múltiples patrones en cada sociedad, región o localidad. Es precisamente la ausencia de respuestas efectivas y eficaces a estas demandas las que provocan conflictos intra e interfamiliares que deben ser resueltos colectivamente. Porque como lo dijimos anteriormente, la familia es ante todo una unidad relacional, una red de relaciones sociales, cuya complejidad puede interpretarse y en parte verse reducida a la unidad básica de reproducción social, aunque no sea la única. Según el investigador Carlos Sluzki:

“Vemos y tratamos a la familia nuclear y en ocasiones a la familia extensa, porque somos especialistas en verla y no porque existe así, como una forma claramente delineada. Estudiamos la familia porque la vemos y, la vemos porque la evocamos con nuestro modelo y nuestro interrogatorio. En el presente —y en cualquier otra época— vivimos inmersos en redes múltiples, complejas y en constante evolución (dinámica) de entre las cuales “extraemos” la familia cuando preguntamos, por ejemplo, “¿Quiénes forman parte de su familia?”, evocando así, tanto en nosotros como en nuestro interlocutor, conjuntos consensuales, legales, culturales y a veces, emocionales”112.

Si bien todo individuo en su imaginario recrea modelos ideales de familia que suponen representar a la sociedad, es preciso afirmar que no hay un único ni universal modelo de familia o unidad familiar. Usualmente estos modelos son construcciones realizadas por observación directa de grupos poblacionales con aparente homogeneidad sociocultural y una supuesta representatividad en el contexto. Este aspecto hace que la observación social del investigador y del investigado tengan diferenciales y particulares focos de atención. Uno de estos focos ha sido el de las funciones de la familia sobre el cual se han generado polémicas de vieja data.

Entre las múltiples funciones de la familia en el ámbito de las sociedades contemporáneas encontramos las siguientes: 1. Procreación y cuidado de la prole 2. Inserción de los nuevos miembros en la sociedad 3. Inserción de los nuevos miembros en el sistema educativo 4. Inserción de los nuevos miembros en el sistema económico 5. Enseñanza y aprendizaje del trabajo 6. Mantenimiento económico de niños 7. Mantenimiento económico de viejos 8. Producción y adquisición de bienes 9. Incentivación de los valores religiosos113.

111 ANDERSON; Op. cit112 SLUZKI. C. Op. cit 27113 ECHEVERRY A., Ligia. Op. cit.

Page 69: Libro Redes Sociales

6 9

Estudios globales realizados por multitud de Antropólogos Físicos han demostrado que las dos primeras de estas funciones de la familia son también observables en el comportamiento de los primates no humanos. De otra parte, revelan que las relaciones entre distintas especies son en general pacíficas o relativamente neutrales. También que “entre grupos de la misma especie, las reacciones se escalonan desde la evitación hasta la exhibición agonística e incluso la violencia.

El conflicto entre individuos de un mismo grupo es mucho más frecuente que el conflicto entre grupos o entre especies”. Algunos supuestos evolucionistas han llegado a afirmar que el conflicto y la agresión son elementos propios del comportamiento adaptativo de todas las especies, aunque se ha demostrado que no todas obedecen una “la ley” en este sentido.

Teniendo en cuenta que el conflicto entre individuos de un mismo grupo es mucho más frecuente que el conflicto entre grupos, no podemos excluir el grupo que compone la unidad familiar. Usualmente se presentan conflictos entre los individuos que lo constituyen. La familia se caracteriza por imprimir un sentimiento de identidad a sus miembros mediante dos sentimientos: uno de separación y otro de identidad. El primero de ellos se logra mediante la participación de los individuos que la componen en diferentes subsistemas familiares de diferentes contextos. El segundo sentido se logra cuando el individuo comparativamente “es influido por su sentido de pertenencia a diferentes grupos” no familiares. (Minuchin 1982:80-81)

La estructura familiar es “el conjunto invisible de demandas funcionales que organizan los modos en que interactúan los miembros de una familia. Una familia es un sistema que opera a través de pautas transaccionales”114. Las pautas transaccionales regulan la conducta de los miembros de la familia. La forma como se hace respetar esas pautas es la coacción a través de dos sistemas: el primero de estos “es genérico e implica las reglas universales que gobiernan la organización familiar (...) El segundo sistema de coacción es idiosincrásico, e implica las expectativas mutuas de los diversos miembros de la familia.”115. La familia en este sentido es el primer control social que posee el individuo y es por ello que trata de adaptarse a los cambios sociales sin que pueda excluir de su dinámica al conflicto.

En esta dirección se han desarrollado diversos enfoques para la resolución de estos conflictos familiares a partir de lo que se ha denominado terapia familiar. Las distintas teorías acerca de la terapia de familia se fundamentan en que el hombre no es un ser aislado, sino “miembro activo y reactivo de grupos sociales” 116. Aunque en un principio y en contraste con lo anterior, las terapias fundamentaron su trabajo en el individuo aislado del contexto social sin que la red externa de la familia constituya un factor significativo en este proceso.

Para la resolución de conflictos familiares las técnicas orientadas desde el contexto en la terapia de familia, terapia sistémica, tienen como base tres axiomas fundamentales: 1. Que el contexto afecta los procesos internos, 2. Que las modificaciones del contexto producen cambios en el individuo y 3. Que la conducta del terapeuta es significativa en el

114 MINUCHIN, S. Op. cit 86115 Ibídem116 MINUCHIN, S. Op. cit. 20

Page 70: Libro Redes Sociales

7 0

cambio de comportamiento del individuo o la familia117. En los últimos años, estas terapias han definido su trabajo operativo como intervención en Red. Se le llama intervención en red al enfoque clínico para los problemas de una familia o una persona, en el que interviene un equipo médicos y psiquiatras que actúa como catalizador; y de amigos, parientes y vecinos del paciente que actúan como agente catalizador118. Estas personas son las que conforman el “mapa mínimo” de un individuo o familia, su red social personal o su red social significativa.

El mapa mínimo y la red social significativa

El Mapa Mínimo como modelo analógico y heurístico incluye a todos los individuos con los que una persona se interrelaciona. Esencialmente debe contener a los miembros de la unidad familiar, las amistades, las relaciones laborales o escolares y las relaciones comunitarias o de servicio (iglesia, actividades culturales, etc.). Con el mapa mínimo es posible realizar una exploración de la red personal para establecer la calidad y la cantidad de sus contactos. Así como, el devenir de los procesos de socialización, su red personal y de la comunidad en general. De allí es posible elaborar un plano de las relaciones mínimas de un individuo a partir de la diferenciación y clasificación de los siguientes componentes: 1. Relaciones íntimas con familiares cercanos y amigos próximos afectiva o emocionalmente y con un alto grado de compromiso interpersonal. 2. Un nivel de relaciones interpersonales medio (relaciones laborales, de estudio, vecindad, etc.) “con contacto personal pero sin intimidad” y, 3. el nivel más externo compuesto por conocidos y personas con relaciones esporádicas u ocasionales. Es una versión estática de sus relaciones interpersonales, que tienen sin embargo grados de movilidad más o menos complejos dependiendo de la historia personal, del contexto socio-cultural y político, entre otros factores por determinar (Sluzki 1996: 43).

Es necesario prefijar los criterios de inclusión de individuos significantes en la red personal por analizar, previo levantamiento del mapa mínimo del individuo mediante una serie de preguntas como las siguientes: ¿Quiénes son las personas importantes en tu vida?, ¿Con quién más hablas, o te has visto en la última semana?, ¿Cuando tienes ganas de jugar, bailar, pasear, reír o caminar con quién lo haces?, ¿A quién le cuentas las cosas más importantes que te pasan?, etc.119

La «Red Social Significativa», es entendida como “el conjunto de seres con quien interactuamos de manera regular, con quienes conversamos, con quienes intercambiamos señales que nos corporizan, que nos hacen reales. Los límites del sistema significativo del individuo no se circunscriben exclusivamente a la familia nuclear o extensa, sino que incluyen a todo el conjunto de vínculos interpersonales del sujeto: familia, amigos, relaciones de trabajo, de estudio, de inserción comunitaria y de prácticas sociales”120.

Con el enfoque sistémico desarrollado por Carlos Sluzki a través del uso del modelo socioecológico de redes es posible visualizar, describir, cuantificar e interpretar los niveles de articulación y disgregación de la familia en cualquier contexto social, a partir del análisis de tres tópicos distintos: 1. Las Relaciones familiares, 2. Las Relaciones comunitarias, y 3.

117 MINUCHIN Op. cit 31)118 SPECK citado por MINUCHIM Op. cit 24119 SLUZKI. Op. Cit. pp.... 13-37120 Ibídem

Page 71: Libro Redes Sociales

7 1

Las relaciones institucionales y políticas —estatales, gubernamentales y no gubernamentales—. En estos términos los vínculos sociales aparecen como elementos de «una red social significativa» que genera y recrea la unidad y solidaridad social.

Con esta aproximación focalizamos un poco más el área de trabajo en cuanto que encontramos una unidad de análisis relativamente estable, con una dinámica muy definida dentro de la sociedad y la cultura, sin embargo podemos concluir que tal aproximación nos llevó nuevamente a la esfera individual de las relaciones sociales y del análisis. En este sentido abordaremos en la sección siguiente la trascendencia metodológica de la esfera individual y como esta óptica se ha convertido en el punto de discusión más fuerte de las ciencias sociales contemporáneas.

Page 72: Libro Redes Sociales

7 2

COMUNICACION Y REDES EN CONSTRUCCION

Como los hemos señalado desde un principio una red se concibe como el modo en que se ordena y distingue la dispersión y distribución de las relaciones entre algunos elementos que pertenecen a un mismo conjunto. También advertimos que un ejemplo de ello podría ser, desde el sentido común, un conjunto de tuberías, vías de comunicación o conductores eléctricos que dependen así mismo de un centro de operaciones, organización social, individuo o entidad.

Hemos examinado también hasta ahora como el análisis de red nos puede conducir a ámbitos cuyo universo de estudio está, en cierto modo, un poco distante de nuestra perspectiva. Sin embargo, notamos como esas posibilidades de aplicación del análisis de red, cuando se intenta el aprendizaje de la comunicación —como proceso— nos empuja al reconocimiento de concepciones que desde una percepción a priori son sustentables; pero, que cuando necesitamos mayor profundidad para describir o explicar un problema social a partir del concepto de red —de comunicación— se tornan demasiado simplistas, aunque no dejan de tener un fundamento lógico. En las páginas siguientes presentamos una introducción a distintas perspectivas sobre el estudio de la comunicación con el ánimo de mostrar las similitudes que tienen los conceptos centrales de nuestro trabajo. Intentamos demostrar que el estudio de la comunicación tiende implícitamente hacia el análisis de red.

Como es sabido de todos, el hombre está dotado de facultades innatas para la comunicación, particularmente aplicadas a la capacidad de organización social, así como a la capacidad de explorar, mejorar, extender y ampliar dichas facultades naturales. Del mismo modo, ha podido influir en su propia evolución biológica mediante la modificación de su entorno próximo o lejano de distintas maneras. Quizás la mejor forma de modificarlo consistió en posibilitar y aumentar el impacto, la diversidad y la inteligibilidad de sus mensajes, a la vez que mejorar su capacidad de interceptarlos y de descifrarlos, en dos sentidos distintos, a través de la interacción directa, del contacto, de sus relaciones, cara a cara en distintos contextos y a través de artefactos culturales (el correo de los Chaskis en el imperio incaico) o de medios técnicos (la piedra, el papel, los papiros, la imprenta, el telégrafo, etc.).

En una perspectiva histórica de larga duración, este proceso de recepción y asimilación, desde y sobre el medio circundante, unido a la capacidad de intensificar la rapidez, claridad y diversidad de sus propios métodos de transmisión de la información, posibilitó la acumulación y construcción histórica de conjuntos sociales sobre la base de acervos parciales constituidos inicialmente por señales, gestos, dibujos, pictogramas, vocales, ideogramas, etc. Su dinámica es cada día más compleja y el desarrollo de diversos códigos con distintos grados de detalle, alcance, precisión y profundidad han conducido a la formación de diferentes tipos de contextos socioculturales, medios de comunicación, lenguajes y significados.

De la misma forma, con el desarrollo de estos sistemas socioculturales se han impulsado estrategias de socialización compleja a través de la creación de dispositivos educativos —rituales, normas, escuela, etc.—. Estos últimos, son el producto de las distinciones entre grupos sociales —en particular y desde una perspectiva crítica, entre las minorías dominantes y la mayoría de la población— perteneciente a cada comunidad. Veamos una referencia que nos aclara lo dicho:

Page 73: Libro Redes Sociales

7 3

Ciertas lenguas han adquirido una condición especial gracias a la influencia de jefes religiosos, letrados o conquistadores, a ser fuentes de poder o de privilegio. Una lengua hablada por una pequeña minoría como el sánscrito en la India o el latín en la Europa medieval —puede llegar a ser el instrumento utilizado para la transmisión del saber, la organización de los archivos o las ceremonias religiosas—. Una lengua introducida por unos conquistadores convertidos en minoría dominante y poseedora será utilizada en el comercio, la administración y la justicia.

En la época del imperialismo, las lenguas de las potencias coloniales pasaron a ser las de la administración, las del derecho escrito, de la enseñanza superior y de la ciencia y la tecnología en los territorios colonizados frenando con ello el desarrollo de lenguas más antiguas, excluidas de esos campos. En diverso grado, hay lenguas como el francés y el inglés que ocupan todavía esta posición en algunos de los países actualmente independientes de África y de Asia. Semejante situación engendra problemas en cada Estado y también entre países vecinos —en particular en el caribe—, aunque se hayan liberado de diferentes potencias extranjeras 121.

Es a través del sistema educativo contemporáneo que se realiza el estudio del contenido de estas expresiones humanas. Estos estudios se llevan a cabo desde distintas perspectivas puesto que el uso de diferentes medios de comunicación, el grado de acumulación y la simultaneidad de los procesos es imposible investigarlo o totalizarlo a partir de una sola disciplina científica.

En el pasado reciente, la importancia que han adquirido los medios de comunicación y en ellos el manejo de la información no tiene límites. Actualmente los múltiples fenómenos socioculturales que dinamizan la sociedad en su conjunto —las técnicas de producción, las estructuración política, la situación económica— cambian de significado con mayor rapidez. Del mismo modo, las aplicaciones de los saberes producidos por cada una de las prácticas y normatividades sociales que modelan estas dinámicas crean nuevos lenguajes, nuevos tipos de información y por ende, nuevas formas de comunicación. En este sentido, ha cobrado relevancia en las dos últimas décadas la distinción entre el lenguaje ritual y la lengua cotidiana; entre la lengua ortodoxa o de la generación más vieja y las lenguas heterodoxas o de las generaciones más jóvenes; pedagogías o discursos caducos y nuevas pedagogías y discursos.

Veamos entonces algunas aproximaciones que se aplican cotidianamente cuando hablamos de comunicación: “la sala tiene comunicación con la cocina”, “Bogotá está comunicada con el mundo por medio de Internet”, “el Canal de Panamá comunica al Océano Atlántico con el Océano Pacífico”. Lo que percibimos en estas expresiones es la unión que existe entre algunas cosas, elementos o espacios: océanos, ciudades o partes de la casa. De otro lado observamos que las expresiones incluyen los medios por los cuales se unen estas cosas, la —asimilación de estos medios como— conexión lógica entre dos puntos, la relación entre los dos elementos. En este sentido parecería una redundancia unir nuestros dos conceptos centrales: redes y comunicación, puesto que cada uno implica o podría contener al otro. Sin embargo, lo que encontramos hasta el momento es que son más los elementos que lo integran que los componentes que los diferencian.

121 MACBRIDE, Sean. Un solo Mundo, Voces múltiples. FCE. México/Unesco, Paris. 1980. Op. Cit. 484

Page 74: Libro Redes Sociales

7 4

Hasta aquí, digamos pues que la comunicación es tanto una acción humana, una relación social o ecológica, una conexión lógica, un medio o instrumento utilizado en común; una transmisión relativa; y un conjunto de elementos compartidos. En esta dirección, la comunicación debe ser estudiada y definida por lo que ocurre entre los individuos, organismos o sistemas, elementos de conocimiento o los medios utilizados, además de la proporción de los mismos. Con estos rudimentos básicos podemos entonces mencionar algunos referentes epistemológicos, teóricos, conceptuales y metodológicos implementados por las diversas disciplinas que abordan la comunicación como objeto de conocimiento en la investigación social y humana contemporánea.

Es corriente diferenciar la comunicación individual producto de la interacción directa, de la comunicación indirecta o mediada, aquella que necesita de objetos vinculantes. Ambos tipos de comunicación pueden darse entre individuos de un mismo grupo o entre instituciones. En esta dirección se diferencia también la comunicación unidireccional de medios como el correo o servicio postal; la comunicación bidireccional de los “medios de comunicación social”: como el teléfono y el telégrafo y la comunicación multidireccional tanto de los medios masivos de difusión: como la imprenta y la radio, la televisión, la prensa, del mismo modo que los medios de comunicación global.

Sistema discreto de comunicación

En este orden de ideas, encontramos múltiples y diversos modelos de comunicación. Quizás los primeros esquemas teóricos aplicados fueron los modelos técnicos de la comunicación, que derivaron del concepto de sistema discreto de comunicación conocidos corrientemente como teorías de la información122. Estos modelos se refieren a la lógica del proceso. Esta perspectiva incluye tanto a los medios como a los individuos participantes. Este modelo fue perfeccionado en 1949 por Claude E. Shannon y Warren Weaver; es conocido tradicionalmente como el patrón Emisor, Transmisor, Mensaje y Receptor.

Un segundo modelo que se desarrolló a partir de la reflexión sobre el primero, fue propuesto por Norbert Wiener (1948): con el cual se impulsó la Cibernética. Este modelo incluye un elemento más: la retroalimentación. Esto implica el uso de la noción de feedback (retroalimentación), basado en un proceso de acción–reacción del receptor del mensaje emitido y consecuentemente del retorno del mensaje al emisor.

Estos modelos iniciales son considerados pioneros en este campo, puesto que a partir de allí los estudios se diversificaron y multiplicaron en direcciones distintas. Sirvieron de base para reflexiones en torno a la filosofía del lenguaje y la filosofía de la comunicación, orientaciones de donde partieron otros modelos centrados en la comunicación con base en la interacción individual exclusivamente.

Modelos generales de comunicación

Los modelos teóricos basados en la propuesta de Shanon y Weaver muy pronto fueron superados mediante posteriores reelaboraciones. Actualmente, en una perspectiva histórica encontramos tres enfoques holísticos: 1. Los Modelos Piscosociológicos; 2. Los Modelos antropológicos y 3. Los Modelos sociopolíticos.

122 Ibídem

Page 75: Libro Redes Sociales

7 5

Gráfico No 8. Modelo de Shanon y Weaver:Teoría de la información

Posteriormente Harold Laswel desarrolló un modelo que hoy se conoce como un de los dos modelos psicosociológicos existentes, al definir los cinco elementos básicos que componen un “hecho en Comunicación”: 1. La descripción de los emisores; 2. el análisis de contenido de los mensajes; 3. el estudio de los canales de transmisión, 4. la determinación del público receptor y 5. la evaluación de sus efectos. Veamos el esquema más conocido de este modelo.

Situación respecto de las C. Humanas

QUIÉN

A QUIÉN

Emisor Receptor

POR QUÉ

Medios

Situación afín a las Ciencias Físicas

QUE SE DICE

CON QUÉ EFECTOS

Estímulo del mensaje

Influencia

Gráfico No 9: Modelo psicosociológico de H. Laswel

Del mismo modo Elihu Katz y Paul Lazaferld propusieron en 1955 un modelo teórico, también psicosociológico, denominado como Teoría de las dos fases de la comunicación. Estos autores manifiestan que los mensajes de los medios de comunicación

Fuente de ruido

Mensaje

Receptor Punto de destino

Señal recibida

Señal emitida

Transmisor

Fuente de información

Mensaje

Page 76: Libro Redes Sociales

7 6

social llegan primero a ciertas personas más comprometidas y más influyentes que las demás; de la misma forma pensaban que los orientadores de la opinión retransmitían la información recibida amplificándola, con arreglo a unas relaciones directas y en el seno de grupos restringidos. En este sentido observaron que las personas no siempre constituían un intermediario tan simple entre los medios de comunicación social y el público en general: “las redes de influencia son complejas y múltiples” (Macbride 1981: 486).

Gráfico No 10. Teoría de las dos fases de la comunicación

En este esquema sobre los modelos teóricos aplicados al estudio de la comunicación sobresalieron, desde una perspectiva culturalista o antropológica, las formulaciones realizadas por Abraham Moles a través de los postulados de la cibernética, mediante la representación de los procesos comunicativos como un circuito que funciona a partir de unos medios de comunicación social en constante renovación. En este sentido afirma que existe un doble ciclo sociocultural: el primero es un ciclo largo que va de los creadores a la sociedad por conducto de los microambientes y los medios de comunicación social. El segundo ciclo es corto porque su dinámica solo incluye a los medios de comunicación social y va directamente de los acontecimientos a la sociedad (Macbride 1981:487).

Masa anónima Homogenea

Mensaje

Orientadores

de la

opinión

Familia

Barrio

Trabajo

Varios

A. Emisor

Mensaje

B. .Emisor

Impacto Limitado

Impacto ampliado sobre los grupos

Page 77: Libro Redes Sociales

7 7

Hasta aquí, hay que señalar que los enfoques reseñados centran su atención en la relación con los medios de comunicación social y los medios masivos de difusión. Por último, diremos que los modelos sociopolíticos son aquellos que centran sus estudios en el análisis de las relaciones de poder, en el ejercicio que los comunicadores hacen de él frente a la sociedad. En esta dirección, cobra importancia el análisis de las diversas influencias: personales, contextuales, situacionales —directas o indirectas—; por la función que cumplen con sus mediaciones. Analizadores cualitativos como Identidad, Exclusión, Invisibilidad política, Género, Mujer en la construcción o recreación de los imaginarios sociales colectivos. Es por esto que los medios masivos de comunicación son concebidos, a la vez que una red de comunicación y red de redes, como un dispositivo de control social.

Cara a cara: Modelos comunicativos de interacción individual

En las siguientes páginas nos aproximaremos a los modelos que centran su atención en las relaciones directas, en la comunicación social producto del intercambio social, de la interacción cara a cara. Veremos entonces los tres principales modelos: 1. Modelos Lingüísticos, 2. Modelos Psicosociológicos y, 3. Los modelos Interlocutivos.123.

Los modelos lingüísticos de la comunicación: se ha estimado que existen tres vertientes principales. El primer modelo es el desarrollado por Roman Jakobson (1957), en el que se considera que deben estar presentes seis factores constitutivos: (1.) un emisor que envía un (2.) mensaje a un (3.) destinatario; el mensaje tiene sentido al interior de un (4.) Contexto en el que debe existir el canal físico y las relaciones psicológicas entre el emisor y el destinatario denominado (5.) contacto, que se realiza a partir de un (6.) código, o sistema de significados compartidos.

Cada uno de estos factores, según Jakobson, determina una función diferente en el lenguaje. La función emotiva comunica las emociones, actitudes, estatus, clase del emisor. La función conativa se refiere al efecto del mensaje sobre el destinatario. La función referencial describe la ‘orientación a la realidad’ del mensaje. La función fáctica se dirige a mantener los canales de comunicación abiertos, a confirmar que la comunicación se está llevando a cabo. La función poética se realiza por la forma del lenguaje, en tanto es expresiva en sí misma. La función metalingüística permite identificar el código utilizado.

El segundo modelo lingüístico se conoce como Organización dialógica de la lengua propuesto por Bakhtin (1929) quien argumentaba que la imagen de Saussure de la lengua como sistema abstracto internalizado en las mentes de los individuos era inadecuada. Para esta corriente la lengua es un proceso generativo continuo construido en la interacción socio-verbal de los hablantes. Central en el trabajo de Bakhtin es la noción de organización dialógica de la lengua. Con este concepto Bakhtin quería llamar la atención sobre el hecho de que un simple fragmento de habla (expresión, texto, relato, etc.) puede yuxtaponer lenguaje extraído de, y que invoca ambientes de origen cultural, social y lingüístico alternativos; la interpenetración de múltiples voces y formas de expresión. Bakhtin propone como ejemplo de tal uso dialógico de la lengua las novelas de Dostoievski. Un caso prototipo de la forma en que se crean las oposiciones dialógicas es el habla reportada

123 CRUZ, Edgar. Las discordias de la concordia. Tesis de Grado. Departamento de Antropología. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. 1997

Page 78: Libro Redes Sociales

7 8

(reported speech), en la cual el habla citada de un interactuante se anida dentro del habla de otro.124

El tercer modelo lingüístico es de la Etnografía del Habla (“speaking”) desarrollado por Hymes (1972) quien introduce por primera vez una unidad no lingüística, el evento, como estructura de referencia para interpretar el habla. El contexto no se define por los elementos necesarios para la interpretación de un conjunto particular de fenómenos lingüísticos, sino el hecho etnográfico a través de la descripción de las dimensiones más importantes del evento comunicativo, mediante el análisis —previo o en el proceso— de las categorías usadas y definidas culturalmente, en la interpretación lingüística. En síntesis, se trata de elaborar el inventario de categorías, sus taxonomias locales, para que el evento comunicativo explique el análisis del habla y viceversa. Mientras que en la teoría del acto del habla el contexto usualmente no va más allá del hablante y el escucha, en el enfoque etnográfico se tienen en cuenta otros varios aspectos del evento de habla, por ejemplo las dimensiones espaciales y temporales del evento.125

El tercer modelo general de comunicación denominado como Psicosociológico, nos remiten a un esquema que incluye el campo de conciencia de “los que hablan”, y enfatiza en los sucesivos filtros que se interponen entre la intención del “hablante” y la recepción del “hablado”. En este caso se retoma el concepto de feedback pero modificado, puesto que el modelo incluye lo no verbal. Se afirma que entre los participantes en la comunicación la retroelimentación o feedback puede ser verbal o no verbal (comportamental). 126

El cuarto y último enfoque denominado Modelos Interlocutivos se reconocen por que sus estudios introducen el concepto de interlocución como eje fundamental de su trabajo.

“Se sitúan en la confluencia entre lingüística pragmática y psicología social. Proponen que la comunicación es la primera forma de reconocimiento entre los seres humanos y el terreno donde se funda la intersubjetividad antes de toda apropiación individual. La interlocución aparece como el proceso donde se establecen, a la vez, la identidad de los interlocutores, los significados que comparten, y la comunicación (Cruz 1997).

Sin embargo, han recurrido a otro elemento importante: el concepto de contrato de comunicación. Es decir, el acuerdo implícito de los interlocutores cuando entablan el intercambio, sobre los principios y las reglas que constituyen dicho intercambio. Estos principios son: (1) la pertenencia, que permite a los individuos reconocerse como interlocutores potenciales; (2) la contraactualización, que marca el paso de una situación comunicativa potencial a una comunicación efectiva; (3) la reciprocidad, que traza el reconocimiento del otro como interlocutor efectivo; y (4) la influencia, que remite al hecho de que todo intercambio comunicativo es portador de un “juego” en el que cada interlocutor busca asegurar el dominio compitiendo con su pareja. En cuanto a las reglas, se distingue entre las discursivas, que presiden la construcción del discurso y el intercambio, y las situacionales, que se derivan del estatus, roles y rituales socioculturales.

124 GOODWIN and DURANTI: 1992 citado por CRUZ Op. cit 1997.125 Ibídem126 ANZIEU y MARTIN 1971; citados por CRUZ Op. cit

Page 79: Libro Redes Sociales

7 9

De acuerdo con este autor, “la interlocución une a los sujetos comunicantes, a la vez, por un contrato (que marca su aceptación de los principios y reglas del juego comunicativo), y por estrategias (que son la expresión del “juego” y de los efectos que cada uno persigue en la comunicación)”127.

De otra parte, para estos enfoques la comunicación entre dos interlocutores aparece de hecho como un intercambio entre cuatro personajes. El “Yo” se desdobla en el sujeto comunicante (el que actúa y se expresa), y el Yo-enunciador (aquel cuyas intenciones aparecen expresas en el discurso). El “Tu” se desdobla en el Tu-destinatario (interlocutor fabricado por el “Yo” como destinatario ideal, adecuado a su acto de enunciación), y el Tu-interpretante (ser activo, independiente de la imagen construida por el “Yo”). Este desdoblamiento del “Yo” y el “Tu” ayuda a comprender ciertas dificultades que aparecen en la comunicación, por ejemplo, las malas interpretaciones. [...] Algunos de los modelos anteriormente reseñados, entre ellos el interlocutivo, aborda la comunicación utilizando los conceptos desarrollados por la teoría de sistemas. En esta teoría la comunicación es entendida como un sistema abierto de interacciones, lo cual implica que lo sucedido entre los interactuantes se inscribe siempre en un contexto donde se precisa cuáles pueden ser los niveles significativos (co-texto, inter-texto, marco, situación). Como sistema abierto la comunicación obedece a unos principios, los cuales han sido estudiados ampliamente por la escuela de Palo Alto, a partir de las investigaciones realizadas por Gregory Bateson y por la cibernética..128

Para concluir esta parte, teniendo en cuenta la puesta en perspectiva de los distintos modelos teóricos utilizados sobre la comunicación humana, vemos que nuestros conceptos centrales: comunicación y redes, no son autoexcluyentes, puesto que para que exista comunicación es necesario que exista una red de intercambios, un contexto relacional, un entramado social en interacción dinámica. De este modo, podemos afirmar que cuando nos comunicamos estamos tejiendo una red, estamos construyendo una red social y viceversa. En esta dirección, entendemos la relevancia de los usos de diversos lenguajes en un mismo contexto y del uso de un solo lenguaje en diversos contextos. Por ahora, diremos que el concepto fundamental que subyace a estas teorías de la comunicación es el contexto. Puesto que actualmente, los estudios sobre el lenguaje enfatizan en el cambio sociocultural que ha generado el uso de los medios de comunicación y, del mismo modo, su incidencia en la creación o reinvención de nuevos lenguajes, discursos, pedagogías y particularmente, de imágenes. Como lo señalábamos en un principio, este problema es político, puesto que las identidades forjadas en una “cultura global” o “localizada” han sido un producto de los medios masivos de comunicación —aunque no exclusivo—con base en la asimilación de la dinámica económica de las últimas décadas.

En este sentido, es necesario reiterar, que las posibilidades de globalización que tienen las periferias frente a los puntos centrales de este proceso —Japón, USA, Europa— son excesivamente escasas. Los circuitos de información son autopistas de doble vía, pero

127 CRUZ, E. Op. cit128 En la obra de Marc y Picard (1992) se incluyen entre los investigadores que utilizan este enfoque a

F. Jacques, autor de La réciprocité interpersonelle (1986), P. Charaudeau, autor de Language et Dicours (1983) y Y. Winkin, autor de La Nouvelle Communication (1981). Otros autores, más conocidos, que han investigado con esta orientación son Gregory Bateson (1990), Paul Watzlawick (1993), y Erving Goffman (1970, 1979). Citados por Cruz Edgar (1997).

Page 80: Libro Redes Sociales

8 0

el tráfico real es más vigoroso en una sola dirección. Esta mercantilización de la cultura fue posible porque la información, el mensaje, los sentidos y los significados han sido estructurados en discursos, pedagogías y narrativas dimensionadas paulatinamente en calidad de objeto cultural, que circula con rutas establecidas desde su producción hasta el consumo, como base fundamental de lo que hoy se denomina «Capital Simbólico»129. Este capital simbólico integra la relación significativa de los componentes del imaginario social con los contextos estructurales o situacionales de los individuos en sociedad.

En esta dirección, el estudio de los imaginarios sociales es objetivo específico de la investigación social contemporánea, porque a través de su conocimiento puede evidenciarse la existencia de este capital. “Los imaginarios sociales [son para los sectores sociales hegemónicos —en el ámbito político—], una pieza efectiva y eficaz del control de la vida colectiva, y en especial del ejercicio del poder. Es uno de los diversos lugares del conflicto social y una de las cuestiones que están en juego en esos conflictos” (Baczko, 1991). En esta dirección, los medios de comunicación como modeladores de los imaginarios sociales —colectivos o individuales—se han convertido en el dispositivo de control social por excelencia.

Veremos en las secciones siguientes, la importancia del rumor en la creación o re-creación de los imaginarios sociales y como estos últimos se constituyen en dispositivo por constituir actos y hechos comunicativos.

El rumor como red conversacional

Para iniciar diremos que toda red es un contexto que está constituido por elementos de situación; que no es “un ámbito separado e inerte, sino el lugar de los intercambios; a partir de allí el universo entero puede ser considerado una inmensa red de interacciones donde nada puede definirse absolutamente independiente [...] el universo es un entramado relacional”130. Y como lo manifiesta el terapeuta argentino José Bebchuk (1994) el contexto se vuelve comprensible por medio de los mensajes-conductas de los sujetos que, al interactuar, lo crean, recrean y cambian. Estos mensajes conductas son palabras-hechos que se comunican, son actos y hechos comunicativos.

En el estudio de la comunicación social, producto de las relaciones directas entre los individuos, el hablar con otros-otras, el hecho y acto comunicativo, proporciona un contexto que significa conocer determinadas reglas de la relación entre quienes interactúan. Cuando nos referimos a redes de conversación, a redes de relaciones, frecuentemente ocurre “que si bien un grupo de personas se reúnen con ciertos propósitos acordados y expectativas pertinentes, luego pasan a una situación interaccional diferente [...] a la que se propusieron originalmente. El contexto cambió por medio de la conducta de los participantes hasta transformarse en otro". (Bebchuk 1994).

Al observar contextos específicos y sus procesos significativos, tratados como contextos de situación, incluyendo el contexto del observador por medio de una investigación cualitativa que dimensione su comprensión estructural, partimos —

129 BACZKO, B. Op. cit130 ? NAJMANOVICH, Denise. El lenguaje de los vínculos: de la independencia absoluta a autonomía

relativa. En redes: el lenguaje de los vínculos. (compiladores: Elina Dabas y Denise Najmanovich) pp...58. Paidós. Buenos Aires.1995.

Page 81: Libro Redes Sociales

8 1

consciente o inconscientemente— de marcadores de contexto131 iniciales, como por ejemplo, el carácter voluntario u obligatorio de las actividades analizadas132. En este sentido, reparamos que al cambiar los marcadores de contexto cambian radicalmente los significados. Según Bebchuk parafraseando a Bateson son “mensajes clave” caracterizados por servir de “señales cuya función es clasificar los contextos. Estas señales guían la observación y la decodificación del receptor”. Este concepto, denominado marcador de contexto, fue desarrollado por Gregory Bateson y retomado por José Bebchuk para ubicar la dinámica de la conversación en el tratamiento terapéutico de las familias que acuden a la terapia sistémica que orienta este último. Sin embargo, debido a la rigurosidad de su aplicación es posible entenderlo en el ámbito sociocultural de la comunicación producto de las relaciones directas de los individuos, y extensiva a los medios de comunicación, masivos o no, como en el caso del análisis del rumor, pero aplicados a los niveles de contexto. Veremos en los siguientes párrafos sin una referencia directa a este concepto como los contextos situacionales pueden modificar los contextos estructurales de las redes conversacionales; para mayor claridad, concebimos como marcadores de contexto a los contextos estructurales.

El Rumor en un sentido ordinario es un chisme, “runrun” o habladuría. Es una noticia o comentario que circula entre la gente de un contexto específico sin que se sepa el origen y si es cierto o no. Esta definición es la que encontramos en un diccionario cualquiera o en la Enciclopedia Santillana que nos proporciona un ejemplo concreto muy diciente: Hay rumores de que subirá la gasolina. En este ejemplo advertimos las posibles dimensiones del rumor, puesto que si esta frase es enunciada por el periodista de un noticiero de radio o televisión, la capacidad de modelar el imaginario colectivo es mayor a la que podría tener el mismo rumor en el ámbito privado del gremio, del barrio o el pequeño poblado. Es aquí donde la perspectiva del análisis de red posee la fuerza suficiente para estudiar ese mapa significativo y cambiante del entorno social en el que un rumor ayuda a conducir la vida cotidiana de un conjunto social.

En las ciencias sociales, se sostuvo por mucho tiempo que el rumor —desde una óptica difamatoria y coercitiva— servía “primordialmente para mantener la unidad de los grupos, especialmente los relativamente exclusivos y muy limitados, como las clases selectas, profesionales o minorías. En un sentido más amplio es, claro está, hablar sobre personas; pero fundamentalmente [. . .] es un modo de expresar y afirmar normas. Mediante el rumor, se puede dañar a enemigos y sancionar a los disidentes dentro del grupo. Se puede mantener afuera a los intrusos ya que carecen de conocimientos acumulados sobre las personas y su pasado que son la base del rumor como un arte noble” .133

Es aquí donde entra en juego la lealtad de los miembros a los grupos familiares, gremios, ghettos, redes sociales etc., o el fortalecimiento o reforzamiento social alrededor de situaciones políticas, circunstancias sociales adversas, “alineamientos normativos” en torno a problemas sociales particulares o globales. Estudios recientes han mostrado que estas formas de cohesión social tienen diferentes grados de permanencia en el tiempo y en

131 BEBCHUK, José. La conversación terapéutica. Planeta-Nueva conciencia. Buenos Aires. 1994.132 El carácter pago o gratuito de la psicoterapia puede volverse un importante marcador de contexto”

de la interacción, de la relación interpersonal entre el terapeuta y la persona o grupo que acuden a su ayuda. (Bebchuk 1994)

133 HANNERZ, U. Op. cit 213

Page 82: Libro Redes Sociales

8 2

los contextos. En algunos casos ha servido como “catalizador para romper o atenuar relaciones [con personas que insistían] en las normas con las que había[n] llegado a ser indeseable[s], inconveniente[s] o simplemente imposible concordar134.

De la misma manera, en el pasado reciente se ha estudiado la densidad de las

redes donde el rumor es usado más efectivamente como modelo de control social

y se ha percibido que entre más amplias las redes y menos contacto exista entre

las redes de segundo nivel o de segundo orden, es decir menos densidad, menos

frecuencia de interacción, o menos amigos en común, el rumor es menos efectivo

y se le puede también limitar o controlar.

Esto quiere decir que el rumor o el chisme, es un proceso de comunicación que implica informaciones que no son exclusivamente de tipo normativo, que la mayoría de las relaciones de las redes por donde el rumor circula son latentes, puesto que pueden pasar períodos de tiempo bastante largos sin que varias personas de esta red, que son amigas o se conocen entre sí, puedan interactuar cara a cara, sin que puedan verse. El rumor es una red de comunicación y un cohesionador de las redes sociales en cuanto portador de mensajes significativos —minoritariamente con carácter difamatorio— para la vida en sociedad. En este sentido, la más de las veces, los juicios normativos no tienen importancia y si la tienen es secundaria. El análisis de su contenido desde el punto de vista narrativo puede dar muestras claras de ello.

En conclusión, el rumor es un medio de comunicación informal que articulado a los nuevos medios desarrollados por la microtecnología y a los medios de difusión masiva hacen parte esencial de los imaginarios sociales, puesto que el manejo de la información se constituye en el eje central de la red o concepto clave, en palabras de Robert Paine 135 desde una perspectiva transaccional. Según él , es el vector principal de la red porque cada individuo maneja la información —permitir que fluya o interrumpirla P. ej.— de acuerdo con sus intereses. Esto es perceptible en la medida en que cada individuo, cuando trata de manejar la información, de transmitirla, le pone su sello personal al mensaje, transformándolo según sus vivencias. En esta dirección, cada individuo de la red conversacional es portador de un “testimonio” esencial, de una historia particular y de varios contextos específicos que inoculan al mensaje su contemporaneidad.

A este respecto Isaac Joseph manifiesta que para definir una sociedad cualitativamente por la heterogeneidad de los juegos del lenguaje y los determinismos locales, mediante las disciplinas de las ciencias sociales, como disciplinas que indagan las inestabilidades socioculturales hay que comenzar leyendo el periódico, porque el periodismo es la prehistoria de las ciencias sociales y humanas, “el corazón” de estas disciplinas científicas y particularmente de la antropología y la sociología, como ciencia de la comunicación social. Considera que el periódico, el diario, es el “sustituto funcional del chisme de la aldea, [. . .]operador de esas formas secundarias de sociabilidad por

134 Ibídem135 1967; citado por HANNERZ U. Op. cit 215

Page 83: Libro Redes Sociales

8 3

simultaneidad de convicciones [puesto que] reúne la fuerza de las creencias con la materialidad del acontecimiento136.

Y tal acontecimiento para él nunca tiene sentido por si mismo porque funciona como articulación de un tiempo específico, de una pasión y una sensación, de la actualidad, de la anécdota, de una situación particular alrededor de la cual giran las tensiones significativas y sus posibles reorientaciones.137 En este sentido las noticias de actualidad, como un “modo de organización de los acontecimientos en un saber” siempre exigen “un modo de lectura” y, este modo de lectura es siempre insubstancial, trivial, superficial, “devorador”, de oídas, que es también “el modo del rumor”. En este sentido retoma el texto de Robert Park denominado News as a form of Knowledge para afirmar que este es un modo de conocimiento por relación y no por apropiación o imitación (porque) los elementos de conocimiento que lo constituyen son síntesis de la intuición, síntesis cautivas de un contexto y por lo tanto no son manipulables a voluntad, esas síntesis deben rendir cuentas a las circunstancias en las que fueron deducidas138.

NARRATIVAS Y MODELOS DE IDENTIDAD

En el Texto Cultura y Verdad del antropólogo chicano Renato Rosaldo, se plantea que el análisis sociocultural debe contar con herramientas para interpretar las diversas narrativas producidas en el ámbito de estudio. Este autor nos muestra como las narrativas chicanas en varias obras literarias, retoman la ironía, el humor o el doble sentido como recurso técnico para elaborar sus modos de composición textual. En este sentido manifiesta que estas prácticas obedecen a formas de entendimiento cultural propias de la cultura chicana y al color local de las vivencias de sus autores.

Parte de su proyecto, en este caso, es el de describir la estética discrepante que da forma al ritmo de la vida cotidiana mediante el análisis de la literatura local. La mayoría de los estudios e investigaciones abordadas por los científicos sociales, marginan literalmente a la narrativa, escrita u oral, considerándola como testimonios de tercera, relegándola a los prefacios, pies de página e historias clínicas presentadas en letra pequeña o como anexos reducidos de informes generales. Afirma Rosaldo que “los pensadores sociales deben tomar los análisis narrativos de otras personas con la misma seriedad con que nosotros tomamos los nuestros” (1991:139). Se trata de tomar nuestros “sujetos de estudio” como sujetos analizantes. En este caso retoma la clasificación elaborada por el teórico Gerad Genette, que distingue la narrativa (tercera persona, en tiempo pasado), de la descripción (Tercera persona, tiempo presente) y del discurso (primera persona, tiempo presente)” cosa que hasta hoy muy pocos analistas sociales han tenido en cuenta.

En esta perspectiva, el lector no es un receptor pasivo y por ello, la necesidad de darle importancia a la “tensión creativa” y a "la tensión significativa" con los protagonistas: en lugar de ubicarlos como un adorno o una pizca de color local. Las narrativas de los protagonistas sobre su propia conducta merecen seria atención como formas de análisis social. En este sentido, vale la pena aclarar que las narrativas no son sólo productos literarios y del mundo de los libros, las narrativas también están presentes en los medios de

136 JOSEPH, I. Op. cit 39-41137 Ibídem138 Ibídem

Page 84: Libro Redes Sociales

8 4

comunicación informal —las redes conversacionales— y en los medios masivos de comunicación y por ello es importante develarlas.

Hace algún tiempo decía un investigador que: cuando uno habla de su ciudad como la siente; cada uno de acuerdo con su historia especial, ‘inventa’ la ciudad. La fábula... y habrá tantas ‘historias’ de una ciudad como individuos; cada quien pondrá su ‘estilo’ para contar sus ‘hazañas’ o sus peripecias. Es posible que algunos individuos se adueñen de ciertos relatos de una ciudad, pero lo harán a manera de interpolaciones, incorporándole notas, aventuras ficticias, glosas de diversa índole”139. En otras palabras, la ciudad transita por la fantasía de sus habitantes creando de esta forma una poética del tiempo y del espacio social. Pero, ¿que es la ciudad en este caso? Es la vida cotidiana del que cuenta, del que relata, del que narra, es la interacción dinámica con el entorno, con nuestros semejantes. En esta dirección, cuando conversamos, cuando narramos, cuando relatamos nuestro mundo fabulamos los hechos sociales y los hechos comunicativos y es por ello que cada hecho comunicativo remite a un proceso —colectivo e individual— de identidad-alteridad particular inscrito en un contexto concreto.

Como lo afirma Paul Ricoeur ‘La actividad narrativa de la cual la historia es un desarrollo y una promoción a la racionalidad, es uno de los términos que nos permite comprender el tiempo: El tiempo existe entre el hombre y el relato. . . La historia es una permanente ilación entre dos perspectivas igualmente intolerantes: El tiempo del mundo y el tiempo de los mortales.

Y es en esta doble perspectiva donde el testimonio, las relaciones sociales, las redes conversacionales o las narrativas, incluso el relato del que somos parte en este texto, entran con su plenitud a constituir una historia cultural. Porque entre la actividad de contar una historia y el carácter temporal de la experiencia humana ‘existe una correlación necesaria y universal, el tiempo se hace ‘tiempo humano’ en la medida que está articulado en un relato y viceversa; el relato alcanza su plena significación cuando se convierte en una condición de la experiencia temporal. Visto de esta manera, si no hubiera alguien para contar los intervalos no habría tiempo. Relatar consiste en ‘construir conjuntos temporales coherentes: configurar el tiempo. ‘La historia no es posible sino con la ayuda de nuestra inteligencia de lo que es una fábula’140. El relato es pues una de las actividades más universales, ‘de las más irreductibles’. Aquí no se intenta desplazar el objeto de la historia ‘del individuo actuante’ hacia ‘el hecho social’ como ocurrió en la moderna historiografía francesa,141

teniendo en cuenta que no hay una alteridad singular absoluta y que la suma de las singularidades no es el todo del tejido social.

Para comprender las múltiples razones por las que las personas actúan e interactúan hay que entender el modo particular como algunas personas concretas viven el contexto social del que forman parte. En el relato o la narrativa de la red conversacional, de la conversación terapéutica, de las obras literarias, de la cinematografía, de la radio o de la televisión, “la palabra oral es la primera que ilumina la conciencia del lenguaje articulado, la primera que separa el sujeto del predicado y luego los relaciona el uno con el otro y la

139 VASQUEZ R.; Fernando. Citizen semiosis. En: Signo y pensamiento. No. 22. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá. 1993; pag. 2.

140 RICOEUR, Paul. Un filósofo por encima de toda sospecha: (entrevista con Paul Ricoeur); Revista Ideas y Valores No 70; abril de 1986; paginas 95-103. Universidad nacional de Colombia; Bogotá.

141 Ibídem

Page 85: Libro Redes Sociales

8 5

que une los seres humanos entre sí en la sociedad”; la escritura nos introduce “división y enajenación, pero también una mayor unidad. Intensifica el sentido del yo”142.

El texto escrito parece ser canal de una sola vía. Cuando hablamos o escribimos, algún receptor ideal debe estar presente, puesto que de otro modo no podríamos crear. Como relatores, narradores, escritores, chismosos, o terapeutas, aislados de personas concretas, inventamos personas ficticias para construir el hecho comunicativo. En este orden de ideas, para la mayoría de los medios de comunicación masiva el público es imaginario, porque en este proceso todo receptor concreto está ausente o hay que simular su ausencia. Es por esto que hay que crear papeles ficticios para personas concretas que los quieran desempeñar. No es fácil penetrar en la mente de tantas personas ausentes en una red de comunicación, algunas de las cuales no se conocerán jamás. En esta dirección Isaac Joseph nos dice que:

el público se alimenta con series de acontecimientos más que con el encadenamiento de fenómenos. Se nutre de secuencias informativas de las que adquiere conocimiento de manera más o menos directa y que puede transmitir sin analizarlas y sin apropiarse de ellas. Se llamará conversación o espacio conversacional a un espacio social en el se constituye un público por cualescencia de secuencias informativas. Una conversación es pues un juego de lenguaje particular que interesa al periodista y al sociólogo, por más que estos no se propongan atenerse al análisis de las entidades organizadas ni a la descripción de grupos ya constituidos143.

Unas líneas más adelante nos advierte que todo periodista que tienda a cobrar un saber sobre la formación de la opinión pública y todo científico social que trate de construir una “ciencia de las conversaciones comparadas” debe permanecer “más acá de la línea de los consensos y de las concertaciones”144.

En esta misma dirección apunta que la física social del periodista conviene a las sociedades modernas “en las que la sugestión se ha liberado de la proximidad; en otras palabras su actividad hace parte de un dispositivo que utiliza las redes de comunicación social, desterritorializadas, para resolver sus posibilidades de sugestión.

La siguiente cita es clara, cuando el autor se refiere a Gabriel Tarde en cuanto a la formación de las opiniones:

Todo el mundo está sentado. ‘cada uno en su casa leyendo el mismo diario y disperso en un vasto territorio’. Cuál es el vínculo social entre esos hombres? Ese vínculo es, con la simultaneidad de la convicción o pasión de esos hombres, la conciencia que posee cada uno de ellos de que esta idea o esta voluntad está compartida en el mismo momento por un gran número de hombres, para verse influido por ellos masivamente y no sólo por el periodista, inspirador común, que es el mismo invisible y desconocido y, por consiguiente, tanto más fascinador’.145

142 ONG, Walter J. Oralidad y escritura: Tecnologías de la palabra; Fondo de cultura económica; Bogotá; pag. 171; 1994.

143 JOSEPH, I. Op. cit 41144 JOSEPH, I. Op. cit 42145 Ibídem

Page 86: Libro Redes Sociales

8 6

En la misma dirección apuntan los presupuestos contemporáneos de la terapia sistémica basada en la cibernética de segundo orden o de los sistemas observantes, cuando utilizan como eje central de sus terapias familiares la narrativa como sistema o el sistema narrativa. Carlos Sluzki, un terapeuta e investigador argentino en un libro denominado la red social: frontera de la práctica sistémica146 la define así:

Una narrativa es un sistema constituido por actores o personajes, guión (incluyendo conversaciones y acciones) y contextos (incluyendo escenarios donde transcurre la acción y acciones e historias y contextos previos), ligados entre sí por la trama narrativa, es decir; por un conjunto de conectores lógicos explícitos o implícitos que establece la relación entre actores, guión y contexto de modo tal que todo cambio en los actores cambia el guión y (viceversa), todo cambio en el contexto cambia la naturaleza del guión y los actores (y viceversa)etcétera. A su vez, este conjunto de actores-guión-contexto y trama posee corolarios morales (propone víctimas y victimarios, héroes, villanos, nobles y bastardos), corolarios interpersonales (con quien la gente se conecta, como y por qué) y corolarios comportamentales (la gente basa su conducta en esas historias, que operan como guía así como contexto de justificación). Estos corolarios, a su vez reconstituyen —reconfirman, solidifican— la historia, y forman por lo tanto, parte del sistema “narrativa”.

[...] Como todo otro sistema —por ejemplo una familia considerada como tal—, las historias que trae la gente no operan aisladas de su entorno: existe una inmensa ecología de historias que van desde las relaciones entre las historias de los pacientes y todas las otras historias de la experiencia personal y familiar no contadas, hasta las historias compartidas por cada miembro de la familia con sus propios amigos, conocidos y compañeros, hasta las historias que constituyen el erario de la cultura y subcultura de esa gente. E incluye, por cierto, las historias dominantes en la experiencia, historia, etc., del observador, en este caso del terapeuta (cfr. La noción de ‘intersecciones’ propuesta por Elkaim 1985). Por lo tanto el sistema ‘historia’ requiere una visión multidimensional y macroecológica: en cada nivel de análisis que elijamos podremos definir una constelación de historias afectando, y siendo afectadas por, subhistorias, suprahistorias, historias vecinas, y aún historias sin relación aparente con la elegida.

Este diagrama elaborado por Sluzki denominado "El sistema narrativa" nos muestra la dinámica de análisis de la conversación y su producto, la narrativa mediante el aislamiento de la historia como sistema significativo.

Gráfico No 11. El sistema narrativa

146 SLUZKI. C. Op. cit 145-148)

Lógica interna

Personajes

Guión Escenario

Corolarios de comportamiento

Corolarios interpersonales

Corolarios éticos

Page 87: Libro Redes Sociales

8 7

El Lenguaje analógico y el pensamiento digresivo

La comunicación social nace de la convicción de que aparte del sentido que las frases, los tropos o las metáforas nos puedan dar, siempre estará encaminada a unir diferentes conceptos, puntos de vista, elementos heterogéneos, en un aparente diálogo desde nuestras prácticas, productos y códigos socioculturales147. Las múltiples formas de interacción social, con ayuda de los medios masivos de comunicación, tienden a metaforizar todas las señales. La ciudad se ha convertido en el epicentro de las más variadas expresiones de este intercambio cultural. En ella la ‘comunicación” es más generalizada y la circulación de los bienes, los cuerpos y los objetos cada día es más rápida (Joseph 1994).

Estos juegos de palabras y lenguajes nos remiten, nos conectan y nos interpelan cuando se despliegan a través de las imágenes y de los desplazamientos de sentido. En otras palabras, son el lenguaje citadino que hace coincidir ideas e imágenes que no son vecinas en un efecto de semejanza que nos lleva a nuevas significaciones, a efectos de sinestesia, de remplazo, a una poética social en movimiento. Estas formas de representar lo social constituye un acto metafórico, pero —como veremos— este no siempre conlleva el sentido148, “puede querer decir pérdida del mismo o la posibilidad de reapropiación del sentido, según los desvíos practicados”149; he ahí la digresión figurativa de la práctica discursiva como práctica social.

En la actualidad, el uso de las imágenes se ha convertido en el centro de la discusión en las ciencias sociales y especialmente en la comunicación social debido a su importancia en la construcción de los imaginarios colectivos.

De modo similar a como lo manifestaba el investigador Fernando Vásquez cuando se refería a la ciudad en un texto denominado Citizen Semiosis, la lectura que se llevará acabo alrededor del lenguaje analógico en la vida contemporánea sólo “pretende bordear o señalar algunos signos que la constituyen; no abarcarlos todos; sólo genera[r] ciertos conceptos de entrada, ciertas categorías capaces de abrir zonas de explicación y comprensión [...], algunas señales pertinentes” 150.

En este sentido, son apropiadas las palabras del siquiatra social Luis Carlos Restrepo “La cultura es ese choque de los cuerpos con los signos, es producir desde construcciones simbólicas todo tipo de afecciones y desplazamientos”. ¿Pero a que desplazamientos se refiere?151. Se refiere a la manera en que utilizamos lo que se denomina sinestesia para propalar un nuevo sentido, es el hecho de remplazar una cosa por otra más asombrosa, así no sean contiguas; es la metáfora que se realiza por la “conveniencia”, la “analogía”, la “simpatía” o la “marca”: en otras palabras, por el conjunto de todas las

147 JOSEPH, I. Op. cit148 La paradoja del momento quiere que toda ausencia de sentido pida sentido, así como la

uniformación pide la diferencia. Marc Augé; Hacia una antropología de los mundos contemporáneos; Gedisa editorial; Barcelona; pp.-9; 1995.

149 MONS; A. Op. cit 9.150 VASQUEZ R., F. Op. cit 2.151 RESTREPO, Luis Carlos; Magazín Dominical de EL ESPECTADOR, No 402, 6 de enero de 1991

Bogotá, pp. 10 -12. L.C. Op. cit

Page 88: Libro Redes Sociales

8 8

figuras de la similitud.152 Se refiere al desplazamiento de sentido. Es el remplazo de un objeto por la imagen de otro objeto o por una idea. Es una representación. “Así no nos demos cuenta, los desplazamientos de sentido nos urgen y nos asaltan. Allí en esa red de interacciones y de campos semánticos de dichos y no dichos, de afirmaciones textuales y sugerencias contextuales lo que encontramos es un hervidero de signos y de gestos, de palabras y de cuerpos, prestos a deslizarse y entrecruzarse para producir nuevos sentidos, que emergen descongelando vivencias y expresiones entumecidas por el uso”153. Ello es así porque la cultura también es lenguaje; lenguaje que se manifiesta verbal o no verbalmente a través de diferentes expresiones, situaciones, productos, prácticas y relaciones sociales. Como lenguaje es un emplazamiento de signos y “de claves de interpretación”.154

Según Restrepo, jugar con el lenguaje utilizando la metáfora, es arquear las palabras hasta darles otros sentidos, es jugar con el orden y el desorden de la cultura, es un ejercicio de poder. Es expresión, transgresión y creación de un nuevo orden. “La metáfora no es una simple figura del discurso; sus efectos culturales apuntan a una transformación de lo político” (…) “La metáfora (es), esa transacción entre contextos y discursos, ese sacar palabras del silencio para abrir a los cuerpos un mundo inexplorado de sensaciones inéditas, esa habilidad de danzarín que coquetea una y otra vez con el caos y el azar, es también el placer del desplazamiento, del contraluz y la sutileza, goce profundo y pasión ebria de quien toma entre sus manos los ejes de una cultura para reordenarlos y obligarlos a que se articulen al compás de una nueva música”.155

Ya lo habíamos dicho antes, tomar un objeto para significar o sugerir otro parece volverse una regla explícita o inconsciente en la sociedad contemporánea, hasta un límite en el cual la distinción entre representaciones y prácticas sociales se hace difuso, ya que en el proceso de metaforización social las representaciones son prácticas sociales en su totalidad y las prácticas son ampliamente desplegadas y extendidas por las representaciones constituyendo el universo de los “seres-imágenes”.

Se presenta una simbiosis entre la desterritorialización de los medios156 y la corrupción de sentido de los mensajes en la perpetuación de los ritos singulares como prácticas metafóricas.157 El lenguaje analógico nos remite constantemente a referencias externas, en su mayoría imágenes de imágenes en una infinitud. Esta disposición de las imágenes exige de nuestra sensibilidad algo más que una acrobacia mental, puesto que el sentido completo no es restituido, ni restituible158.

Las asociaciones de ideas, los deslizamientos de significaciones, la contigüidad de las imágenes, se elaboran en un contexto que constituye cada vez más lo que Alain Mons denomina una cultura analógica: “Nuestra operación analógica no es una rápida empresa intelectual de aproximación pura y simple, sino que integra la transposición metafórica que constituye el pasaje del sentido propio al sentido figurado y, forma el elemento organizador del simbolismo. Es así que esta cultura de los pasajes del sentido, de la similitud de las

152 FOUCAULT, M. Op. cit.153 RESTREPO, L. C. Op. cit 10 12.154 RESTREPO; L. C.; Op. Cit. 10155 RESTREPO; L. C.; Op. Cit. 10156 MONS, A. Op. cit. 12157 MONS, A. Op. Cit. 202158 RESTREPO, L. C. Op. cit 10 12

Page 89: Libro Redes Sociales

8 9

relaciones y las transferencias entre modelos y disciplinas, deja perfilar la necesidad de un estudio de las correspondencias, de un método en sí mismo “analógico” que permita señalar las invariantes o las variaciones de los estilos sociales”.

En otras palabras, la analogía seguirá siendo incompleta porque es virtual, y es por ello que casi no se delimita, incluso, llega a veces al absurdo. Hablar entonces de cultura analógica es hablar de la cultura de los medios, de la cultura de la fragmentación, de la cultura del espectro, dominada por la extensión visible del mundo, puesto que cada vez es más complicado hablar del afuera y el adentro, debido a que hoy por hoy “creer es ver” 159

en esas fronteras culturales llamadas “territorios televisivos”.

La segmentarización y el dispositivo

Esta cultura analógica, cultura de los medios, cultura de la fragmentación, o cultura del espectro, no es la cultura promovida por la escuela cuya base la constituye la comunicación unidireccional, es la potente comunicación multidireccional de los medios masivos de comunicación. Según Jesús M. Barbero (1997) “la revolución cultural que introduce la ‘imprenta instaura un Mundo de separación’, hecho de territorialización de las identidades, gradación/segregación de las etapas de aprendizaje y de dispositivos de control social de la información o del secreto”. Y agrega luego:

Paradigma de comunicación que desde finales del siglo XVII convierte la edad en el criterio cohesionador de la infancia’ permitiendo el establecimiento de una doble correspondencia: entre la lineariedad del texto escrito y el desarrollo escolar —el avance intelectual va paralelo al progreso en la lectura—, y de éste con las escalas mentales de la edad. Esa correspondencia estructura la información escolar en forma tan sucesiva y lineal que, de un lado, todo retraso o precocidad serán tachadas de anormales y de otro se identificará la comunicación pedagógica con la transmisión de contenidos memorizables y reconstituibles: el “rendimiento escolar” se mide por edades y paquetes de información aprendido. Y es a ese modelo mecánico y unidireccional al que responde la lectura pasiva que la escuela fomenta prolongando la relación del fiel con la sagrada escritura que la Iglesia instaurara. Al igual que los clérigos se atribuían el poder de la única lectura auténtica de la Biblia, los maestros detentan el saber de una lectura unívoca, esto es de aquella de la que la lectura del alumno es puro eco.

Percibimos entonces como un modelo de comunicación unidireccional impulsado desde la escuela se convierte en un dispositivo de control eficaz sobre el comportamiento cultural e incluso individual de los miembros de un conjunto social. Esta perspectiva actual de la educación es aplicable a los medios masivos de comunicación cuando estos no favorecen los mensajes que tratan las relaciones sociales de las que los individuos hacen parte y cuando el poder modelador y uniformizador de estos no proporciona los elementos que motiven una creatividad basada en su contexto sociocultural. Hacer una lectura de los medios masivos o de la escuela como instituciones sociales es evidenciar que “La autonomía del lector depende de una transformación de las relaciones sociales que sobredeterminan su relación con los textos. La creatividad del lector crece a medida que decrece el peso de la institución que controla”160 del dispositivo socialmente utilizado.

159 MONS, A. Op. Cit. 160 D’ CERTEAU, Michel 1980, citado por Barbero Op. cit 12

Page 90: Libro Redes Sociales

9 0

De acuerdo con el investigador Harvey Suárez (1996) si las relaciones de poder requieren un análisis de red, el concepto de Dispositivo “no se sustrae a este tipo de estudio” [porque] el Dispositivo se ofrece como una red que trata de establecerse entre elementos, que no se dejan reducir simplemente a lo dicho. Elementos que configuran un conjunto heterogéneo que abarca efectivamente nuevos discursos pero, a su vez, —instituciones, instalaciones arquitectónicas, decisiones reglamentarias, leyes, medidas administrativas, enunciados científicos, proposiciones filosóficas, morales, filantrópicas— [. . .] en definitiva, y está es una caracterización definitiva del Dispositivo, es de naturaleza esencialmente estratégica, dado que con él se pretende responder a una urgencia, lo que lleva a una “manipulación” de esas relaciones de fuerza a fin de desarrollarlas, bloquearlas, estabilizarlas.... ; en definitiva, utilizarlas. Esta posición o imperativo estratégico es la verdadera matriz del Dispositivo161.

En nuestro caso el dispositivo no se reduce a la institucionalidad que los medios de comunicación sustentan, es en el ámbito relacional mirosociológico, en la microhistoria que Michel Foucault propuso, porque el dispositivo no es más que las estrategias que alimentan la dinámica de relaciones de fuerza que soportan un tipo de saber y a su vez este saber es soportado por ellos. En este sentido puede ser discursivo o no discursivo162.

Según Gilles Deleuze y Félix Guattari, un dispositivo es una trama compleja de códigos y prácticas socioculturales en interacción dinámica que se manifiestan en tres dimensiones: Lo Decible, Lo Visible y las relaciones de poder por ejercicio de la fuerza o el establecimiento de relaciones de dominación. En síntesis, la dimensión discursiva —lo Decible—, las acciones y estructuras materiales identificables —lo Visible—, interrelacionadas mediante estrategias específicas, configuran las dimensiones de las relaciones de poder.

Con arreglo a lo anterior advertimos que estos tres autores concuerdan en el enfoque de análisis de las relaciones sociales y en la formulación del dispositivo como una entidad concreta. Veamos un párrafo que nos aterriza un poco más en la afirmación de que los medios de comunicación constituyen un dispositivo a la manera de los autores precitados:

Pero, ¿qué es un Dispositivo ?. En primer lugar es una especie de ovillo o madeja, un conjunto multilíneal. Está compuesto por líneas de diferente naturaleza y esas líneas del Dispositivo no abarcan ni rodean sistemas cada una de los cuales sería homogéneo por su cuenta (el objeto, el sujeto el lenguaje), sino que siguen direcciones diferentes, forman procesos siempre en desequilibrio y esas líneas tanto se acercan unas a otras como se alejan unas de otras , [...] , los objetos visibles , los enunciados formulables, las fuerzas en ejercicio, los sujetos en posición son como vectores o tensores . De manera que las tres grandes instancias que Foucault distingue sucesivamente (Saber, Poder y Subjetividad) no poseen en modo alguno contornos definitivos, sino que son cadenas de variables relacionadas entre sí. , [...] Hay líneas de sedimentación, dice Foucault, pero también “ líneas de fisura ” , “ de fractura ”. [...] , Las dos primeras dimensiones de un Dispositivo, o las que Foucault distingue en primer término, son curvas de visibilidad y curvas de enunciación. Lo cierto es que los Dispositivos son como las máquinas de Raymond Roussel, según las analiza Foucault, son máquinas para hacer ver y para hacer hablar.(Balbier y otros 1990: 155, citado por Suárez 1996) [. . .] Un Dispositivo, en virtud de su composición particular —líneas de

161 GABILONDO 1990: 170 citado por Suárez, H. Op. cit162 SUÁREZ, Harvey D. Redes, hilos y madejas. UNAD. Santafé de Bogotá 1998.

Page 91: Libro Redes Sociales

9 1

decibilidad, líneas de visibilidad, líneas de fuerzas— tiende a la variación constante de sus estrategias de perpetuación y operatividad con el propósito de mantener la eficacia de sus fines. Sumado al hecho de que un Dispositivo no funciona aislado, por el contrario, su funcionamiento se desarrolla en el espacio de contacto con otros Dispositivos. En un Dispositivo se mezclan de manera imprecisa e inestable, prácticas que interrelacionan la aplicación de la fuerza, el lenguaje como juego de poder para doblegar al otro(s) a las necesidades “propias” y eventualmente técnicas más elaboradas de dominación social o más burdas como la eliminación física163.

En la misma dirección podemos sintetizar que un dispositivo es posible gracias a la existencia de un conjunto complejo de saberes estratégicamente utilizados por un sistema social para realizar un control de amplio espectro. Pero como lo ha demostrado M. Foucault los dispositivos hospitalarios, fabriles, escolares y castrenses —la clínica, la fábrica, la escuela y el ejército— no son sólo dispositivos de represión, sino también de producción, y en este sentido, los medios de comunicación son dispositivos de producción de imaginarios sociales colectivos e individuales, son un dispositivo de modelamiento simbólico y por ello sociocultural, económico y político.

Ahora bien, la fuerza que imprimen los medios y su contraste con el dispositivo educativo nos lleva a preguntarnos por el porvenir de la educación en Colombia, planteamientos que nos remiten al campo de las pedagogías, los discursos y las representaciones sociales que sobre ella se construyen diariamente. En esta dirección, cabe reconocer la importancia de las instituciones de educación formal y de los medios de difusión, como principales protagonistas en la generación y circulación de conocimiento en el mundo contemporáneo. La relevancia en la investigación social de estos últimos ha permitido una mayor profundización en el estudio de los imaginarios sociales y ha creado la necesidad de indagar sobre la actividad simbólica —colectiva e individual— en los diferentes ámbitos socioculturales en que se desarrolla la educación.

Decodificar o deconstruir los discursos y los imaginarios sociales que sobre la ciencia se construyen o comunican a través de las distintas pedagogías utilizadas en la educación y en los medios de difusión, en Colombia, se ha convertido en una pieza fundamental para develar las complejidades que significa la socialización política de los ciudadanos. Estas complejidades se refieren a los funcionamientos, inercias y flujos de los medios de difusión y de la escuela, en cuanto “mediación del consenso” y “producción de representaciones del mundo y de los discursos” 164 que transmiten.

Thomas Khun en la estructura de las revoluciones científicas (1992, 25) afirma que “la observación y la experiencia pueden y deben limitar drásticamente la gama de las creencias científicas admisibles o, de lo contrario, no habría ciencia”. En este sentido, en las representaciones que nos hacemos de la ciencia, el conocimiento y la tecnología se anclan autoevidencias que la formación disciplinar, las actividades cotidianas, el influjo de los medios de difusión, la falta de continuidad en la reflexión y la precariedad de las discusiones nos impone cuando no se impulsa la reformulación del conocimiento científico,

163 Ibídem164 OROZCO, Guillermo. Educación, medios de difusión y generación de conocimiento: Hacia una

pedagoía crítica de la representación. En: Nómadas. DIUC. Fundación Universidad Central Nº 5. Sep-96/feb-97. P. 24. Ss.

Page 92: Libro Redes Sociales

9 2

la innovación, la creación y la investigación como parte fundamental de las expectativas sociales de una comunidad.

Esto último, es el producto de la pasividad intelectual; la ausencia de estímulos mínimos por parte de los centros educativos; la secularización de una epistemología basada en la ausencia de experimentación con metodologías de manual y clases magistrales; además de la deficiencia institucional de las políticas orientadas por el Estado hacia el mejoramiento de los procesos pedagógicos y de la educación en general.

Es una dinámica que no beneficia la imagen social de instituciones educativas básicas como la escuela, que cada día parece perder, más y más, su relevancia social; porque no compensa el fuerte poder que los medios ejercen —como dispositivos de modelamiento cultural y control social—. Una buena parte de los mensajes televisivos, cuando se refieren a los avances tecnológicos, no establecen diferencias entre la ciencia y la tecnología y menos entre cada uno de estos y el proceso de conocimiento. Y esto es así porque existe una lógica de los mensajes en la creación de significados colectivos. “Cuando se habla de ciencia se habla de conocimiento [y]; del mismo modo, se tiene la imagen del experto, que todo lo sabe; pero su saber se percibe como saber muerto y sin emociones”165.

Un lenguaje “que propende por hablar de una objetividad centrada en el aislamiento” pero que como afirma el filósofo y psiquiatra Luis Carlos Restrepo en El derecho a la ternura: “el científico aislado es por completo impensable”; más aún cuando la razón no es más que una vocación, un estado de ánimo, “una disposición afectiva, un pathos que define un cierto modo de estar en el mundo”, es un saber afectivo implícito que busca la elaboración de un discurso.

Por esto es importante conocer los significados, los discursos, las imágenes y, particularmente, las metáforas que construyen los medios de comunicación y las que elaboran y reproducen los docentes encargados del dispositivo educativo. Puesto que según lo refiere Guillermo Orozco G., desde una perspectiva posestructuralista, existe la necesidad de discutir sobre una “pedagogía crítica de la representación” para fortalecer al conjunto de la sociedad. Porque “está en juego la misma pedagogía como dispositivo de poder [debido a que] el poder se manifiesta [principalmente] a través de discursos y de pedagogías” (Orozco, 1997, 24).

Es a través de los discursos como se construyen las representaciones, porque su fundamento es la preferencia y la distinción de asociaciones, de relaciones de ciertos conocimientos que fijan sus significados en nuestra manera de pensar, sentir y comportarnos. La modificación, la invención o recreación de sistemas de información, códigos lingüísticos y lógicas culturales se inscriben en los discursos. “Los discursos, a su vez, activan y bloquean ciertos conocimientos”166. “Además de representar un conocimiento particular del mundo, el discurso también representa las relaciones sociales y las relaciones de poder involucradas en conocer el mundo de esa manera” 167.

165 BETANCOURT, Julián. Ciencia , Comunicación y Cultura, en Ciencia y Tecnología para una Sociedad Abierta. Colciencias, 1991. Bogotá.

166 OROZCO, G. Op. cit 24167 Ibídem

Page 93: Libro Redes Sociales

9 3

Como es sabido, los docentes son los encargados de traslapar, vincular y comunicar el mundo contemporáneo —incluyendo su historia—, un mundo “cuya compleja heterogeneidad no se deja decir en ‘las secuencias lineales que dictaba la palabra impresa’ y que remite a un aprendizaje fundado menos en la dependencia de los adultos que en la propia exploración que los jóvenes habitantes del nuevo mundo tecnocultural hacen de la visión, la audición, el tacto o la velocidad”168.

De esta manera, entonces, cobra una magnitud inusitada la relación entre educación y comunicación en un momento en el que, según J. M. Barbero, dos destiempos acaban con las esperanzas de que la educación cumpla con calidad su función histórica en América latina. En primer lugar, “los objetivos no cumplidos de universalización de la escolaridad básica [ . . .] puesto que América Latina es la región con mayores porcentajes de fracaso en el mundo”; y, en segundo lugar, “el crecimiento de la brecha [de estos países”, en comparación con los países con mayor desarrollo tecnológico] en la producción de ciencia y tecnología; en la producción de conocimientos y el diseño de tecnología.

Es conveniente entonces señalar que “la comunicación de la ciencia y la enseñanza de la ciencia son formas particulares de mediaciones culturales que tienen grandes similitudes, especialmente en los niveles básicos. En ambos casos se selecciona y adapta un conocimiento específico producido por una comunidad científica, para que ese conocimiento transformado sea apropiado por otra comunidad169. Se diferencian en sus objetivos últimos ya que por un lado se trata de acceder al conocimiento científico170 en los ciclos avanzados, en tanto que la comunicación de la ciencia busca un acercamiento, un grado de familiaridad con los valores que sostienen el edificio de la ciencia y con su racionalidad171.

Ese acercamiento, a veces inoportuno, es producido a través de las metáforas, de los desplazamientos de sentido, de la puesta en marcha de dispositivos que capturan la atención del usuario creando patrones de redundancia, y en ocasiones, imágenes desfavorables para la enseñanza de la ciencia. “El poder de la metáfora radica tanto en su capacidad de evocación al expresar algo sin nombrarlo, al referirlo a otro elemento, como en la capacidad de fijar en el discurso ese otro elemento como parte de lo evocado. Capacidad que significa un ejercicio sutil del poder a través de relacionar y asociar distintos conocimientos y anclarlos en el sentido común de los espectadores o en conocimientos anteriores ya legitimados por otras instituciones”172.

Conocimientos convertidos en lenguajes y vocabularios, en nuevas autoevidencias que conducen en alguna medida al conformismo, a la incomprensión de lo que implica la actividad de conocer o investigar y, al fortalecimiento de actitudes negativas, indiferentes hacia el ámbito sociocultural de la ciencia, sin una aparente contextualización de la curiosidad e ingenio que poseemos todos los seres humanos. Con ello se ha entrado en los territorios movedizos del olvido, puesto que “conocer implica que no se conoce. Precisamente la ciencia aborda lo desconocido; en ese sentido, el espíritu aventurero de la

168 BARBERO, Op. cit 11169 GRANÉS José, BROMBERG Paul. La divulgación científica y la apropiación cultural de las

ciencias. Naturaleza, Educación y Ciencia No 4, 1986.170 Ibídem.171 BETANCOURT, J. Op. cit. 172 OROZCO, G. Op. cit 24

Page 94: Libro Redes Sociales

9 4

investigación es amante del misterio”173; desconociendo de plano que el origen de funciones intelectuales es en realidad una construcción de lo imaginario.

Este lenguaje al “estar consagrado por el discurso docente (personal), por el habla de los grupos profesionales de pertenencia (institucional), al ser empleado por los medios masivos de comunicación (multidireccional) y devenir parte del sentido común y del léxico corriente en ciertos grupos sociales, la posesión de ese vocabulario es equiparado a conocimiento cierto y, en consecuencia, fuente de seguridad”174.

Del mismo modo, la polisemia que caracteriza la realización del lenguaje, del vocabulario, de la metáfora, constituye una parte importante de lo imaginario. Como afirma Barbero “Con todo su potencial de control de ejercicio suave del poder en sus audiencias los medios no son todo poderosos. En parte porque la metáfora no tiene existencia por sí misma sino que requiere de alguien que la produzca y la haga circular, lo que permite que el acceso a los medios de otros grupos pueda redundar en la construcción y proposición de otras metáforas que busquen más que la dominación, la emancipación de la audiencia como se hace en el psicoanálisis”.

Emancipación que está por construirse a través del diálogo y la creación de nuevos vocabularios, mediante el uso de nuevas metáforas en nuevas instituciones —formales y no formales—; en otras palabras, del lenguaje mismo, puesto que el lenguaje es acción. La concepción del lenguaje como instrumento de acceso al mundo —natural o social—, fomentada por la ciencia clásica, no pasa de ser considerada un instrumento lingüístico que solo describe lo natural y lo humano. “Esta concepción denotativa y representacional del lenguaje fue criticada a lo largo de los últimos sesenta años hasta llegarse al actual consenso de que con el lenguaje no representamos un mundo exterior a nosotros, esto es, un mundo que alguien con otra teoría pudiera describirlo o explicarlo mejor que quienes lo precedieron. Ahora concebimos el lenguaje como acción siguiendo el surco abierto por Wittgenstein, Austin y Maturana”175.

Se trata de inventar o recrear contextos de cambio que impliquen la exploración y reflexión constante sobre nuevos significados que puedan servir como superficies abiertas y nuevos espacios para todas las voces.

El construir conceptos e inventar patrones, ajustar clasificaciones, delinear regularidades, ordenar o predecir comportamientos, “hallar denominadores comunes”, delimitar tipos ideales, proponer semiosis, aconsejar diagnósticos y pronósticos, elaborar distinciones y distinguir objetos, designar o comparar comportamientos sociales y denominar sistemas simbólicos, constituyen en su totalidad “actos de habla” que conllevan sentimientos, organización de intereses y actividades con otros seres humanos, de este modo el hacer y el lenguaje conllevan emociones coordinadas que nos ayudan a crear en el lenguaje el mundo en que vivimos.

173 BETANCOURT, J. Op. cit.174 BEDCHUK, J. Op. cit 65175 Ibídem

Page 95: Libro Redes Sociales

9 5

Bibliografía

AGIER, Michel; Lugares y Redes: Las mediaciones de la cultura urbana: Revista Colombiana de Antropología. Santafé de Bogotá. ICAN. 1995. pp 219-244.

ANDERSON, Michael. Sociología de la familia. FCE. México. 1980.

AUGÉ, Marc. El viajero subterráneo: Un etnólogo en el metro; Gedisa editorial; 1991.

AUGÉ, Marc. Hacia una antropología de los mundos contemporáneos; Gedisa editorial; Barcelona; pp.9; 1995.

AUGÉ, Marc. Los no lugares: espacios del anonimato; Gedisa editorial; Barcelona; 1990.

BACZKO, Bronislaw. Los Imaginarios Sociales: Memorias y esperanzas colectivas, Ediciones Nueva Visión,. Buenos Aires. 1991.

BALANDIER, Georges. El desorden; Gedisa Editorial; Barcelona; 1994.

BARBERO, J. Martín. De los medios a las mediaciones: Comunicación, cultura y hegemonía; Editorial Gustavo Gili; México; 1993.

BARBERO, J. Martín. Desterritorialización Cultural; En: Gaceta No 4 las ciudades. Bogotá; Octubre de 1991.

BARTHES, Rolland. Crítica y Verdad; Siglo XXI De. México; pp. 13, 1966.

BÉRET, Chantal. “Conversación en torno de la arquitectura urbana”, declaraciones recopiladas con Bernard Huet, en: Arquitectura en Francia, modernismo y postmodernismo. Versión al español, Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Artes, Bogotá-Colombia, 1984. p. 48-56.

BETANCOURT, Julián. Ciencia , Comunicación y Cultura, en Ciencia y Tecnología para una Sociedad Abierta. Colciencias, 1991. Bogotá.

BOTT, Elizabeth. Family and Social Network. Londres. 1971. pp. 216-217.

CABRERA P., José. Crónicas de lo posible: Ambitos de juventud; Monografía; Departamento de Sicología; Universidad Nacional de Colombia; Bogotá; 1994.

CASTELLS, Manuel. "Crisis Urbana y Cambio Social". Editorial Siglo XXI. México, 1981.

CASTORIADIS, Cornelius. “Reflexiones sobre el “desarrollo” y la racionalidad” en: Colombia: el despertar de la modernidad. Fernando Viviescas y Fabio Giraldo (compiladores), Carvajal, Bogotá, 1991.

CASTORIADIS, Cornelius. Lo imaginario, lo simbólico y lo social en: El imaginario social; (Compilador: Eduardo Colombo); Editorial Nueva Visión; Buenos Aires; 1983.

CLIFFORD, James. Sobre la autoridad etnográfica en El surgimiento de la antropología postmoderna, Editorial Gedisa, (Carlos Reynoso, traductor)1992. Buenos Aires.

Page 96: Libro Redes Sociales

9 6

COSER, Lewis. Enciclopedia Internacional de las Ciencias Sociales. ONU. 1985. Pag. 17-20.

CRUZ, Edgar. Las discordias de la concordia. Tesis de Grado. Departamento de Antropología. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. 1997.

DELEUZE, Gilles y GUATTARI, Félix; Kafka: Por una literatura menor. Imprenta Madero, México D.F., 1983.

DELEUZE, Gilles. Mil mesetas, Editorial Pretextos. Valencia, 1988.

DELGADO M. Ovidio. Globalización en la periferia, Cuadernos de Geografía, Vol. VI, No. 1-2, 1997. Departamento de Geografía. Universidad Nacional de Colombia.

DELGADO M., Ovidio. El concepto de lugar en geografía en: Revista de geografía del Departamento de Geografía de la Universidad Nacional de Colombia. F.C.H. 47 57,1993.

DURKHEIM, Emile. Las reglas del método sociológico; ediciones Bogotá; Traducción de Antonio Castellanos; Bogotá; 1994.

DUVERGER, Maurice. Los sistemas Sociales. Siglo XXI. México. 1987.

ECHEVERRY A., Ligia. Tendencias o rupturas de la familia colombiana. En: Revista Maguaré. Universidad Nacional de Colombia. Vol. 9 No 10. 1994.

ESCOBAR, Arturo, “Antropology and the development encounter: the making an marketing of development antropology”. En American Etnologist V. 18 No. 4, Smith College, 1991.

ESTEVA, Gustavo. Development, from: The development dictionary, Ed. Sachs, W. Año (?); 1990.

FLÓREZ, Antonio y CHENUT, Philippe. Diseño de redes en cartografía temática. Revista de Geografía, Departamento de Geografía, Facultad de Ciencias Humanas, universidad Nacional de Colombia. Santafé de Bogotá Vol. VI. Nº 1-2. Pág. 174-200. 1997.

FOUCAULT, Michel. La arqueología del saber; Anagrama; Barcelona; 1970.

FOUCAULT, Michel. Las palabras y las cosas; Editorial Planeta; Barcelona; 1984.

FOUCAULT, Michel. Nietzsche, la Genealogía, la Historia, en Microfísica del poder, Editorial La Piqueta; Madrid, 1979.

FOUCAULT, Michel. Respuesta a una pregunta, Editorial Almagesto. Buenos Aires, 1991.

GARCÍA-CANCLINI, Néstor. Consumidores y Ciudadanos: Conflictos multiculturales de la globalización; Editorial Grijalbo; México; 1995.

GARCÍA-CANCLINI, Néstor. Culturas Híbridas; Editorial Grijalbo; México 1991.

GARCÍA-CANCLINI, Néstor. Las culturas populares en el capitalismo; Ediciones Casa de las Américas; La Habana; 1981.

GARCIA-CANCLINI; Néstor. Medios, Cultura, Políticas; En: Gaceta No 4 las ciudades; Pag. 42. Bogotá; Octubre de 1991.

Page 97: Libro Redes Sociales

9 7

GEERTZ, Cliford. El antropólogo como autor; Gedisa Editorial; Barcelona; 1990.

GEERTZ, Cliford. El conocimiento Local. Gedisa editorial. Barcelona. 1996.

GEERTZ, Cliford. La interpretación de las culturas; Gedisa Editorial; Barcelona; 1989.

GOFFMAN, Erving. Relaciones en público: Microestudios del orden público. Página 194. Alianza editorial. Trad. Fernando Santos Fontela. Madrid. 1979.

GRANÉS José y BROMBERG Paul. La divulgación científica y la apropiación cultural de las ciencias. Naturaleza, Educación y Ciencia No 4, 1986.

HALLIDAY, M.A.K.. El Lenguaje como semiotica social: La interpretación social del lenguaje y el significado; Fondo de Cultura Económica; México; 1994.

HANNERZ, Ulf. Exploración de la ciudad: Hacia una antropología urbana; Fondo de Cultura Económica; México; 1986.

HENAO A. Diego F. Creación de contextos de exploración. En Museolúdica. No 1. Revista del Museo de la Ciencia y el Juego. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. 1998.

HENAO A. Diego F. Etnografía: Ciencia y Vida Cotidiana. UNAD. Bogotá. 1998.

HENAO A. Diego F. Familia, niñez y conflicto armado en Colombia. ICBF/Universidad Nacional de Colombia. Informe Final de investigación. Bogotá. 1998.

HENAO A. Diego F. Formación en tecnología y etnografía. En Museolúdica. No 2. Revista del Museo de la Ciencia y el Juego. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. 1998.

HENAO A. Diego F. Los objetos en la vitrina y el museo. En Museolúdica. No 2. Revista del Museo de la Ciencia y el Juego. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. 1998.

HENAO A., Diego F. Crónicas y Cosas de un “No-lugar”: A propósito del Mercado de las Pulgas. Tesis de Grado. Departamento de Antropología. Facultad de Ciencias Humanas. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. 1996.

JOSEPH, Isaac; El transeunte y el espacio urbano: Ensayo sobre la dispersión del espacio público; Gedisa editorial; Buenos Aires; pp. 20s; 1988.

KUHN, Tomas S. La estructura de las revoluciones científicas; Fondo de Cultura Económica; México D.F., 1993.

LAGUEUX, Maurice; “La Cabeza del Arquitecto”. Ideas y Valores No. 96-97 Abril 1995, Departamento de Filosofía, Universidad de Montreal. (Traducción del francés de Jorge Parra Hernandez). Universidad Nacional. Bogotá.

LARA Betancourt, Patricia. Semiótica de los objetos: Una propuesta de investigación histórica; en: Tiempos Breves II; Facultad de Ciencias Humanas- Universidad Nacional de Colombia- CINDEC; Bogotá; 1993.

Page 98: Libro Redes Sociales

9 8

MACBRIDE, Sean. Un solo mundo, voces múltiples: comunicación e información en nuestro tiempo. Fondo de Cultura Económica. México/Unesco, parís. 1980. Traducción de Julio Cerón.

MALDONADO Mª Cristina. Conflicto, Poder y violencia en la familia. Universidad del Valle. 1995. pp 7.

MARCUS, George y CUSHMAN, Dick. “Las etnografías como textos” en El surgimiento de la Antropología posmoderna (Reynoso Carlos, traductor y compilador) Gedisa Editorial, Buenos Aires, 1992.

MAYER, Adrián C. La importancia de los cuasi-grupos en las sociedades complejas. En: La antropología social de las sociedades complejas. s.l. Alianza. 1980 p. 108-133.

MINUCHIN, Salvador familia y terapia familiar. Trad. Víctor Fichman. Editorial Gedisa, 3ª edición. Buenos Aires. 1982.

MITCHELL, J. Clyde (1980) Antropología Social de las Sociedades Complejas. Alianza Ed. Madrid.

MONCAYO C., Víctor Manuel. Espacialidad capitalista y políticas estatales: Hacia un entendimiento crítico de las políticas estatales sobre la espacialidad capitalista. CINEP, Bogotá, 1992.

MONS, Alain. La metáfora social: Imagen, territorio, comunicación, Buenos Aires, Ediciones Nueva Visión, 1994. p. 201.

NAJMANOVICH, Denise. El lenguaje de los vínculos: de la independencia absoluta a autonomía relativa. En Redes: el lenguaje de los vínculos. (compiladores: Elina Dabas y Denise Najmanovich) pp.58. Paidós. Buenos Aires.1995.

ONG, Walter J. Oralidad y escritura: Tecnologías de la palabra; Fondo de Cultura Económica; Bogotá; pag. 171; 1994.

OROZCO G., Guillermo. Educación, medios de difusión y generación de conocimiento: Hacia una pedagogía crítica de la representación. En: Nómadas. DIUC. Fundación Universidad Central Nº 5. Sep-96/feb-97. Pag. 24. Ss.

PORTES, Alejandro; CASTELLS, Manuel y BENTON, Lauran. “Economía informal”: Estudio en países desarrollados y menos avanzados; Mimeo; Traducción libre de Judith Hernandez; Bogotá; 1988.

RESTREPO, Luis Carlos. Poder y placer en la metáfora; en: Magazín Dominical de EL Espectador, No 402, 6 de enero de 1991 Bogotá.

REYNOSO, Carlos. (compilador) El surgimiento de la antropología postmoderna. Gedisa Editorial. Buenos Aires. 1994.

RIAÑO, Pilar, y VARGAS, Julián. Culturas populares y contextos sociales: Un enfoque interpretativo, Revista Maguaré No 4 del Departamento De Antropología de la Universidad Nacional de Colombia, Pp. 107 124; Bogotá; 1986

RIAÑO, Pilar. Vida Cotidiana y Culturas juveniles en Bogotá en: Pobladores Urbanos (Julián Arturo -Compilador-) Colcultura ICAN, Bogotá, 1994.

Page 99: Libro Redes Sociales

9 9

RICOEUR, Paul; Un filósofo por encima de toda sospecha: (entrevista con Paul Ricoeur); Revista Ideas y Valores No 70; abril de 1986; paginas 95-103. Universidad Nacional de Colombia; Bogotá.

ROSALDO, Renato; Cultura y verdad: Grijalbo editorial. México. 1980.

ROWE, William y SCHELLING, Vivian. Memoria y Modernidad: Cultura popular en América Latina, Editorial Grijalbo y Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, México, 1993.

RUEDA E., Eduardo. Imaginarios sociales; ENDA América Latina; Bogotá; 1994.

SALABERT, Pere. El infinito en un instante; Revista Ciencias Humanas; Universidad Nacional de Colombia; Medellín; 1993.

SÁNCHEZ, Joan-Eugeni. Geografía Política. Madrid. Editorial Síntesis. 1992.

SILVA, Armando. Imaginarios Urbanos. Tercer Mundo. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. 1992

SILVA, Armando. La comunicación Visual: Como teoría y método para la lectura de las artes y sistema visuales; Editorial Fondo Editorial Suramérica; Bogotá, 1978.

SILVA, Armando. Una ciudad imaginada, Editorial Universidad Nacional; Bogotá, 1986.

SONTAG, Heinz R. y YERO, Lourdes. Procesos sociales en marcha: La nueva utopía necesaria —Gran programa I. de UNESCO en América Latina y el Caribe.

UNESCO-Editorial Nueva Sociedad. Caracas, 1992, p. 7.

SUAREZ Morales, Harvey Danilo. El dispositivo: Un análisis a propósito de Deluze y Foucault; Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales. Universidad Nacional de Colombia. Santafé de Bogotá, 1996.

SUÁREZ, Harvey D. Redes, hilos y madejas. UNAD. Santafé de Bogotá 1998.

TARDE, Gabriel. Estudios sociológicos. Editorial Assandri. Córdoba, 1961.

THESING, Josef. América latina: Tradición y modernidad; Konrad-Adenauer-Stiftung e., St.Augustin. 1991.

THOMAS B, Javier E. y FLÓREZ, Antonio. Una aproximación a algunas estructuras de organización del espacio regional. Un estudio de caso. En: Revista de Geografía. Universidad Nacional de Colombia. Vol VI. Nº 1-2. Santafé de Bogotá. 1997.

TIMASHEFF, Nicolás S. La teoría sociológica. México: Fondo de Cultura Económica. 1977. p 270.1977.

TORRES C., Alfonso. Estrategias y técnicas de investigación cualitativa. Bogotá: Unisur. 1996.

TORRES C., Alfonso. Estudios sobre pobladores urbanos en Colombia; Revista Maguaré del Departamento de Antropología de la Universidad Nacional de Colombia; No 9; pp. 131-146; Bogotá; 1993.

Page 100: Libro Redes Sociales

1 0 0

TOURAINE, Alain. los movimientos Sociales; Editorial Almagesto. Buenos Aires. 1991.

VAINFAS, Ronaldo; De la historia de las mentalidades a la historia cultural¡Error! Marcador no definido.. en: Anuario de Historia, No 23. (traducción: Pablo Rodríguez) Departamento de Historia, Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Colombia, Santa fe de Bogotá, D.C., 1996.

VARGAS, Julián y RIAÑO, Pilar. “Culturas populares y contextos sociales: Un enfoque interpretativo” en: Revista Maguaré No 4, Departamento de Antropología, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 1986. p. 107-124. ONG, Walter J.; Oralidad y escritura: Tecnologías de la palabra; Fondo de Cultura Económica; Bogotá; pag. 171; 1994.

VASQUEZ R. Fernando; Citizen Semiosis. En: Revista Signo y pensamiento; 22; Universidad Javeriana; Santafé de Bogotá; 1993.

ZLUSKI, Carlos. La red Social: fronteras de la práctica sistémica. Gedisa. Barcelona. 1996.