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    Campamentos Educativosy pedagoga rural:

    una historia de encuentros

    Mtro. Lic. Limber Santos1

    1 Director del Departamento de Educacin para el Medio Rural, Consejo de Educacin Inicial y Primaria, Administracin Nacional de Educacin Pblica. Integrante

    de la Comisin de Campamentos Educativos de CODICEN. Docente e investigador del Departamento de Historia y Filosofa de la Educacin y del Departamento

    de Enseanza y Aprendizaje, Instituto de Educacin, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educacin, Universidad de la Repblica.

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    De dnde procede la relacin entre los campamentos y

    la educacin rural? Sera una excesiva simplicacin refe-

    rirse a la Escuela Nueva como la conguracin pedaggicaque explica ese vnculo, tan solo porque est fuertementeasociada a la pedagoga rural y por lo tanto a muchas de

    las prcticas que, como los campamentos, sta ha promo-

    vido. Hay varias razones para ello. En primer lugar, por-

    que la pedagoga rural, particularmente en nuestro pas, se

    constituy sobre la base de los principios escolanovistas,

    pero superndolos en varios aspectos, en el sentido de

    cumplir con la necesidad de incorporar elementos nuevos

    y autctonos, propios de nuestra realidad. En segundo lu-

    gar, los propios campamentos tales como se los concibe

    actualmente, particularmente los campamentos educativos

    de nuestro pas, tambin van ms all del aprender activa-

    mente y en contacto con la naturaleza -principios de activi-

    dad y vitalidad- que la Escuela Nueva propugnaba.

    Principios de la Escuela Nueva

    Es claro que para describir e interpretar la relacin entrecampamentos y Escuela Nueva, es preciso hacerlo en cla-

    ve pedaggica. Se puede denir la Escuela Nueva comoun movimiento pedaggico con pretensiones de homoge-

    neidad, tal como lo hace Luzuriaga (1948, 1949), pero se-

    ra ms adecuado referirse a ella como un vasto conjunto

    de experiencias. stas se haban desarrollado desde nesdel siglo XIX en Europa y Estados Unidos, pero claramen-te en la dcada del 20 tena sus correlatos en el Ro de

    la Plata. Sin embargo, los elementos comunes que estas

    experiencias comenzaron a tener conducen a una progre-siva institucionalizacin del movimiento de escuelas nue-

    vas, caracterizado en torno a un conjunto de mtodos. Los

    que ms impacto tuvieron en su momento y que llegaron a

    adoptarse en nuestro pas fueron el mtodo Decroly, el m-

    todo Montessori, el plan Dalton, el mtodo de proyectos de

    Kilpatrick, la tcnica de Freinet, el mtodo Cousinet, entre

    otras. Pero los principios de actividad, vitalidad, libertad,individualidad y colectividad fueron los que establecieron

    las bases para la generacin de nuevas tcnicas y expe-riencias ms all de su contexto de origen. En torno a ellos

    se puede denir la Escuela Nueva como la educacin queaspira a formar la individualidad vital, dentro de la colectivi-

    dad, en un ambiente de libertad, por medio de la actividad

    (Luzuriaga, 1949: 29).

    En los campamentos como experiencias educativas seencarna el principio de actividad; una actividad que no es

    una actividad libre, caprichosa, desordenada, sino que tie-

    ne que estar dotada de sentido (dem: 36). Esa actividad

    est asociada por lo tanto, con determinados contenidos

    culturales y sociales y est incluida en un plan de trabajo.

    Luzuriaga establece adems que la actividad debe partir

    de los intereses y necesidades del nio; debe desarrollarse

    en grupo aunque se base en la iniciativa personal; tiene

    en el educador un papel central -an cuando la Escuela

    Nueva traslada el centro de la educacin al nio a partir deun nuevo concepto de infantilidad-; fomenta la autonoma

    y conforma una atmsfera que todo lo impregna en la vida

    del centro educativo. Ntese de qu manera estas carac-

    tersticas son propias de los campamentos educativos, en

    tanto impronta para el accionar cotidiano.

    A medida que avanza el proceso de la educacin, las

    actividades se van espiritualizando, elevndose a tipos

    cada vez ms humanos: el juego libre se convierte en

    juego organizado; la manipulacin con materiales, entrabajo. El trabajo fsico, manual, precede al intelectual;

    la actividad libre a la actividad organizada; la unin es-

    pontnea a la colectividad disciplinada. Pero nunca se

    suprimen del todo las etapas anteriores: el trabajo no

    sustituye totalmente al juego; ni las reglas de disciplina

    a la actividad espontnea (dem).

    Se materializa asimismo, el principio de vitalidad, en

    funcin de los escenarios donde se congura la prcticaeducativa en un campamento. Con races en el EmiliodeRousseau y en el propio Froebel, hay all una concepcin

    de la vida que va ms all de la mera actividad para no caer,

    por tanto, en el activismo. Por el contrario, se la considera

    sensibilidad, pensamiento y reexin, adems de la accinmisma. La vida se desarrolla en el juego recproco, en la

    interaccin del hombre con su mundo circundante, diverso

    para cada ser y para cada edad (dem: 38). La vitalidad en

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    la educacin implica por lo tanto, formacin de hbitos y

    actividades corporales y psquicas a travs de juegos edu-

    cativos, deportivos, trabajos manuales y fsicos en el taller

    y en el campo. Supone tambin, aprender y conocer sobre

    la base de la propia experiencia de vida y en la relacin conel mundo circundante; desarrollar el sentido esttico y crea-

    dor; adems del desarrollo de la personalidad autnoma, elespritu de iniciativa, la originalidad y la solidaridad.

    La pedagoga rural autctona

    Tambin en clave pedaggica, es inevitable referirse a la

    educacin rural uruguaya en trminos de pedagoga rural.

    Los acontecimientos relacionados con los maestros y las

    escuelas rurales a partir de 1933, fueron conformando un

    ciclo que se extendera hasta 1961, marcado por una fuer-te produccin intelectual. De esa produccin se deriva uncorpus terico que podemos denominar pedagoga rural

    uruguaya, con caractersticas propias y manifestaciones

    prcticas particulares. El mojn inicial fue el Congreso de

    Maestros de 1933. En ese momento comenz una etapa

    de fermental discusin sobre la escuela rural, su papel y

    su lugar en la sociedad, que culminara parcialmente en el

    emblemtico Congreso de Maestros Rurales de Piripolis

    en 1949. All se laud gran parte del debate a favor de laespecicidad de la escuela rural, quedando plasmado enla materialidad simblicamente ms trascendente del mo-

    mento: los fundamentos, concepto y nes del Programapara Escuelas Rurales. Se puede considerar que el perodo

    tiene un primer gran quiebre histrico en 1961 y que puede

    ser representado por la carta de renuncia de Miguel Soler

    (1996, 2005) al primer Ncleo Escolar Experimental de LaMina. Muchas de las experiencias de ese perodo contienenbuena parte del espritu de los campamentos educativos y

    algunas de ellas incluyeron esa actividad como parte de su

    accionar. A partir de las misiones sociopedaggicas de 1945

    se sucedieron una serie de acontecimientos tales como las

    escuelas granja, el ya citado Ncleo de la Mina o el Instituto

    Normal Rural para la formacin de los maestros. Sin embar-

    go, sera en una experiencia previa donde el campamento,

    la salida al campo, la expresin y el contacto directo con la

    naturaleza tendrn un lugar central. En Canteras de Ria-chuelo, Jesualdo Sosa (1937, 1940) hizo de estas activida-

    des, una propuesta propia, desestructurada y contestataria

    a los cnones tradicionales de la escuela tradicional.

    En esos tiempos, resultan paradigmticas las experien-cias de las misiones pedaggicas realizadas durante la

    Segunda Repblica Espaola y antes de la guerra civil.

    Apoyados por la ms alta intelectualidad de Espaa de la

    poca, los misioneros se acercaron a los sitios ms aleja-dos, desconocidos y olvidados, abriendo dinmicas edu-

    cativas que incluan la coeducacin de nias y varones en

    contextos al aire libre y en contacto directo con la naturale -za. Haba aqu una evidente inuencia del escolanovismo,encarnado en las pretensiones polticas republicanas de

    llevar educacin a todos. Es indispensable citar este caso,

    porque las actividades educativas de la Repblica Espa-

    ola tuvieron fuerte inuencia en el Uruguay de los aos

    treinta, positivamente por los logros alcanzados y con grandecepcin tras la cada de la Repblica en manos de las

    fuerzas fascistas.

    Pero tanto la experiencia de Jesualdo como las del movi-miento a favor de la educacin ruraltal como lo denomina

    Soler (1996) absorben mucho de all como en general, de

    toda la Escuela Nueva. Sin embargo, lo ms interesante es

    que los pedagogos que protagonizan el movimiento -el pro-

    pio Jesualdo, Agustn Ferreiro (1946), Julio Castro (1942,

    1944), Digenes De Giorgi (1942)- no se reconocen esco-

    lanovistas e incluso critican varios de sus postulados. En

    este sentido ejercen un doble movimiento intelectual: resig-

    nican los principios de actividad y vitalidad en funcin dela realidad uruguaya, sus paisajes y recursos; por otro lado,

    apelan constantemente a la construccin de una pedago-

    ga propia, convocando a los maestros para que produjeran

    ideas nuevas y autctonas, tomando como base los pre-

    ceptos de los autores europeos y norteamericanos, perosin imitarlos servilmente(Ferreiro, 1946). Las posibilidades

    educativas que brinda un campamento estn presentes en

    esta pedagoga rural conformada por la Escuela Nueva y

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    los componentes propios. La convivencia, el trabajo grupal,

    el factor individual en la colectividad, lo ldico y lo expresi-vo, el aprendizaje por contacto directo con las fuentes de

    conocimiento, el aprendizaje por intercambio entre pares,

    la construccin de formatos alternativos con nuevas pautas

    de relacionamiento entre educador y alumno, forman parte

    de los campamentos y a su vez, han caracterizado siemprelas manifestaciones de la pedagoga rural. En este sentido,

    a la tradicin de actividades campamentiles se suma la tra-

    dicin de la pedagoga rural uruguaya, en una conjuncin

    de la cual, ms all de las continuidades y rupturas entre s,

    es posible tomar lo mejor de cada una de ellas.

    Aula, recursos y medio

    La pedagoga rural en pretensin de estructurarse conidentidad propia, se construy fuertemente en torno a la

    nocin de medio2. Presente en el propio Programa para

    Escuelas Rurales (1949), el medio es una categora muy

    potente en trminos pedaggicos y puede extrapolarse sinforzamientos a los campamentos, en tanto accin educativa

    con un enclave espacial y una ubicuidad temporal. El medio

    como aquello que va ms all del entorno geogrco, el me-dio en sentido amplio con sus componentes fsicos pero tam-

    bin sociales y culturales, est presente en los campamen-tos educativos como un componente central. Recuperar ese

    concepto y aplicarlo a la experiencia de los actuales campa-mentos supone aprovechar al mximo el potencial que stostienen, en tanto prctica educativa congurada fuera y lejosde las constricciones formales -materiales y simblicas- que

    la educacin formal impone. En este sentido, tanto los cam-

    pamentos como la pedagoga rural, an desarrollndose y

    derivndose de la educacin formal, adoptan mltiples ele-

    mentos de la educacin no formal, manifestados en trminos

    de desestructuracin, apertura, autonoma y libertad.

    Aunque la tradicin de Escuela Nueva utiliza el concepto

    de aula expandida, ste mantiene implcitamente la idea de

    considerar como aula nicamente al saln de clase. En el

    marco de la aplicacin de los principios de actividad y vita-

    lidad, el aula se expande a otros territorios. Sin embargo,en la pedagoga rural -aunque tambin se lo ha utilizado

    con esa denominacin- parece no ser necesario hacerlo,en virtud del nuevo concepto de aula que necesariamente

    se deriva de la experiencia. En este sentido, el aula no estcongurada por las cuatro paredes del saln, sino que seconstituye all donde en un espacio determinado, los acto-

    res que ensean y aprenden, toman la decisin de hacer-

    lo y conguran acontecimientos educativos. Tanto en loscampamentos como en muchas prcticas enmarcadas en

    la pedagoga rural, esto puede ocurrir en el saln de clase,

    pero tambin puede suceder en el monte, la cabaa, la pla-ya, el patio, el comedor, el cerro o el ro. Evidentemente que

    las caractersticas del espacio donde se congura el auladetermina las caractersticas de las interacciones, la textua-lizacin de los saberes y su circulacin3. En los campamen-

    tos no hay aulas per se; se constituyen por las intenciones y

    decisiones de los actores. Pero esta idea nos hace ver que

    tampoco en la escuela hay aulas preconguradas como ta-les: el saln sin actores no es un aula, es un espacio vaco

    con elementos mudos y silenciosos. La signicacin simb-lica de esos elementos adquiere sentido solo en relacin a

    su utilizacin dentro de un dispositivo didctico.

    En esta lgica, lo mismo se puede decir de los recursos

    didcticos. Los recursos tpicos presentes en los campa-

    mentos tales como el arroyo, los rboles, los animales, el

    suelo y el propio paisaje no son recursos didcticos. Nin-

    gn objeto lo es, ni siquiera aquellos que estn construidos

    especialmente para la enseanza. El rbol, el suelo o elpaisaje se convertirn en recursos didcticos cuando los

    educadores tomen la decisin de incorporarlos a un dispo-

    sitivo didctico. Por esta razn, el campamento adquiere

    valor y otorga sentido a los elementos de la prctica educa-

    tiva, slo a partir de un plan y una explcita intencin educa-tiva. Es la diferencia sustancial entre irse de campamento

    y participar en un campamento educativo.

    2 Para profundizar en las diferencias entre el concepto de medio, propio de la pedagoga rural uruguaya de

    mediados del siglo XX y la ms reciente idea de contexto, vase Bordoli (2006) y Santos (2006).3 Para una ampliacin del concepto de circulacin de saberes en el aula multigrado, vase Santos (2011).

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    Las dos vertientes

    Actualmente consideramos la pedagoga rural uruguaya

    a travs de dos vertientes: la social y la didctica. La pri-

    mera es la que hemos venido abordando y es la que ms

    peso ha tenido en la construccin histrica de la tradicin

    de escuela rural. Deviene del lugar de referencia que tienela escuela rural en relacin a su comunidad; lo cual hace

    que los roles de la institucin y de sus docentes adquieran

    tambin una denicin particular.

    La segunda est asociada a la existencia de grupos mul-tigrado, presentes en casi todas las escuelas rurales del

    pas y tambin en algunas escuelas urbanas e instituciones

    de educacin media. Respecto a este punto, es interesante

    dar cuenta de la construccin terica desarrollada en los

    ltimos aos y que se materializa en torno a la didctica

    multigrado4. El ya mencionado concepto de medio articula

    ambas vertientes, dado que es en el medio social que se

    desarrolla la prctica educativa y al mismo tiempo el medio

    del cual esa prctica toma los recursos didcticos que le

    otorgan consistencia material.

    Resulta muy interesante establecer la correlacin entre

    las prcticas educativas en grupos multigrado y los acon-

    tecimientos que se dan en los campamentos educativos,en tanto por lo general, se producen interacciones entre

    pares asimtricos. Es claro que las asimetras son impres-

    cindibles para lograr aprendizajes, por lo que este tipo de

    interacciones, propias de los grupos multigrado, ofrecen un

    fuerte potencial para aprender. En el desarrollo de la didc-

    tica multigrado se suele decir que aprender en un grupo

    multigrado es aprender como en la vida misma. Esto, que

    ese visualiza claramente en las experiencias de campa-mento, supone relaciones ms naturales y menos forma-teadas por las guras predeterminadas y encasilladas de laenseanza formal. Esas relaciones, ms propias de la vida

    cotidiana -la vida misma- se produce de todos modos, en

    un mbito educativo y por lo tanto, pautado por una inten-

    cionalidad pedaggica.

    Reflexiones finales

    Existe una relacin simbitica entre la experiencia de

    campamento y los fundamentos pedaggicos de nuestraescuela rural. Estos fundamentos, materializados bajo la

    denominacin pedagoga rural, no son, sin embargo, ex-clusivos de la escuela rural. Por el contrario, son parme-

    tros conceptuales extrapolables a cualquier institucin ysituacin educativa, ms all del medio o el nivel al que

    pertenezcan. Esto es vlido tanto para la vertiente social

    como para la didctica. La primera supone en todos los

    casos, la necesidad de establecer relaciones cada vez ms

    estrechas y dialgicas entre las instituciones y el medio.La segunda implica una atencin a la diversidad desde

    lo didctico, una postura activa y decidida desde la ense-

    anza en reconocimiento de lo diverso y lo mltiple. Si el

    aprendizaje se maniesta de manera diversa, tambin laenseanza lo debera hacer, abandonando paulatinamente

    la fantasa didctica homogeneizante, propia de la escuela

    moderna graduada.

    Los campamentos, al igual que las estructuras grupalesmultigrado, contribuyen a romper con la graduacin en tr-

    minos didcticos y vinculares. Ayudan adems, a alejarse

    del supuesto que indica prcticas de enseanza uniformes

    destinadas a nios que, por tener la misma edad o estar en

    la misma etapa evolutiva, se supone van a aprender de la

    misma manera y al mismo ritmo.

    Este corpus conceptual, no solo fundamenta en clave

    pedaggica, la experiencia de campamentos educativos,sino que se constituye en un insumo sustancial para pen-

    sar futuros posibles al respecto. Es un ejercicio intelectual

    y reexivo que no debe ser desarrollado para contraponerlas prcticas educativas de campamentos con las que se

    realizan en la escuela. Por el contrario, deben indicar un

    camino para repensar la escuela desde el pensamiento

    pedaggico, donde los campamentos formen parte de su

    men de experiencias posibles y necesarias.

    4 Denominacin que ha recibido en nuestro pas este corpus terico. Para mayores detalles, se pueden consultar nuestros

    trabajos anteriores al respecto (Santos, 2006, 2007). Para realizar un recorrido de las investigaciones cientcas sobreeducacin rural en los contextos anglosajn, iberoamericano y uruguayo, se puede consular Santos (2013).

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