Límites y Retos Del Concilio Plenario de Venezuela

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  • 7/21/2019 Lmites y Retos Del Concilio Plenario de Venezuela

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    LMITES Y RETOS DEL CONCILIOPLENARIO1

    P. Ral Biord Castillo, sdb

    En el primer captulo; al compartir las experiencias vividas en el Concilio, me refer a loslogros y frutos del proceso conciliar: constitucin de la unidad en la pluralidad, construccin de

    un ambiente de familia y confianza, superacin de los miedos y prejuicios iniciales; fuerteexperiencia de Dios, discernimiento espiritual, teolgico y pastoral; experiencia de una Iglesia en

    camino, horizontalidad en las relaciones, participacin corresponsable creciente, aceptacin de la

    diversidad, trabajo en equipo, visin compartida de la pastoral, confrontacin de criterios,consensos sobre los desafos y orientaciones pastorales.

    La primera sesin fue de aprendizaje para todos: nadie tena experiencia de un Concilio

    Plenario, era el primero en toda la historia de Venezuela. A partir de dicha experiencia dimos

    pasos significativos: reglamentos, manual de organizacin y funcionamiento, procedimientos delas comisiones, consensos sobre los criterios metodolgicos y redaccionales de los documentos.

    La comunin se revel tambin en la asuncin de criterios comunes, no slo por exigenciaformal de la metodologa, sino como expresin de colegialidad conciliar.

    El principal logro fue la gestacin progresiva de plataformas eclesiolgicas y pastoralescomunes, es decir de visiones compartidas del cmo nos comprendemos y cmo organizamos y

    proyectamos, en comunin, la nueva evangelizacin. Al final del proceso conciliar, podemos

    estar sanamente orgullosos de nosotros mismos, porque somos una Iglesia que cuenta con unProyecto Pastoral de largo alcance, que servir de animacin y orientacin, por unos cuantos

    aos y a todos los sujetos eclesiales, en la inmensa tarea pastoral.

    Hemos llegados a consensos sobre criterios pastorales. Hemos inventado con creatividad

    respuestas a problemas que, ms que pensados, son experimentados en la vida pastoral. Hemoshecho un esfuerzo por llegar a orientaciones concretas y contextualizadas. Hemos hecho juntos la

    experiencia de una Iglesia en camino, que comparte sus inquietudes y proyecta la nuevaevangelizacin.

    En este captulo quisiera referirme, no obstante, a algunos lmites que caracterizaron el

    proceso conciliar y a los retos que se nos abren despus de la clausura del Concilio.

    1. Lmites del Concilio Plenario

    Poca participacin: Un lmite que acompa el proceso conciliar fue la poca participacin del

    Pueblo de Dios. Al inicio hubo una consulta general sobre qu necesitaba la Iglesia para renovarsu vida y misin en Venezuela. Se recibieron 1433 respuestas, algunas de individuales y otras

    comunitarias, las personas ms interesadas y allegadas a la CEV y a las dicesis. Pero fueron

    pocas respuestas, habida cuenta que se trataba de un Concilio Plenario de una nacin quemayoritariamente se profesa catlica. El escaso nmero de respuestas fue un ndice de que ennuestra Iglesia no existe todava una cultura de participacin en los procesos de planificacin y

    evaluacin de la misma. El trabajo de organizacin de las respuestas fue hecho con seriedad y

    1Forma parte del libro: Conociendo nuestro Concilio, ideas-fuerza, publicado por las Ediciones Trpode, Caracas

    2007, pp. 61-68. Para adquirir el libro dirigirse a [email protected];telf. 0058 212 2378860. Ediciones Trpode,

    Calle Terepaima, Edf. Trpode, Apdo. 75.003. El Marqus Caracas 1070-A. Venezuela.

    mailto:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]
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    cientificidad. Pudimos contar como punto de partida con un muestreo vlido de lo que pensaban

    los fieles catlicos en Venezuela.

    A medida que se acercaban las sesiones, primero la comisin de contenidos de la fasepreparatoria y, luego, las diferentes comisiones temticas de la fase celebrativa, prepararon

    esquemas de consulta que deban ser respondidos en las parroquias, arciprestazgos, dicesis y

    provincias. En algunos lugares se hicieron reuniones para estudiar los esquemas y asambleasparroquiales y diocesanas. Inicialmente no se celebraron asambleas provinciales, luego secomenzaron a realizar estas ltimas y se abandonaron las primeras. Hay que decir que hubo

    dicesis y parroquias que se quedaron al margen del Concilio.

    Animacin intermitente:Otro lmite fue el que la animacin no fue continua sino, en ocasiones,

    intermitente. No todas las instancias, especialmente a nivel diocesano, lograron mantener la

    animacin requerida. La experiencia nos confirm la tendencia generalizada al desnimo: como

    todos estamos sumidos en un sinfn de proyectos y actividades corremos el riesgo de relegar uolvidarnos de la responsabilidad de participacin, de la consideracin de los grandes horizontes y

    del sentido de las prioridades. Como ocurre en nuestra cultura de animacin eclesial a todos los

    niveles en Venezuela, tambin en el Concilio nos movimos ms por momentos y no por unproyecto planificado y evaluado continuamente.

    En ocasiones, durante los perodos intersesionales daba la impresin que el Concilio

    estaba muerto o, al menos, dormido. No aprovechamos estos perodos al mximo como intenso

    trabajo de reflexin, de participacin y de preparacin para las sesiones siguientes. Realmente,los momentos fuertes de participacin de todo el Pueblo de Dios no eran las sesiones, sino los

    perodos intermedios. Esto requera una continuidad en la animacin conciliar dirigida no slo

    hacia los miembros del concilio, sino a la totalidad de la Iglesia, a las comunidades cristianas, alos movimientos y grupos.

    Insuficiente sentido institucional

    Otro lmite encontrado fue el insuficiente sentido institucional, que caracteriza a lamayora de los venezolanos y que se hizo presente tambin en el Concilio. Se eligieron todas las

    comisiones conciliares, con un promedio de 12 miembros, de los cuales 3 o 4 obispos. No todos

    participaron en las reuniones programadas, ni enviaron sus aportes. Hubo que sustituir sobre lamarcha a miembros que no respondieron a su eleccin. A veces las comisiones funcionaban con

    la mitad de sus miembros. La presencia de los asesores y peritos fue ms regular. Las oportunas

    decisiones de la Presidencia del Concilio y la buena voluntad de muchas personas cubrieron lasposibles faltas. Adems algunas dicesis no enviaron sus representantes a todas las sesiones,

    originando vacos y empobrecimiento para sus propia iglesias particulares.

    Carencias en la formacin teolgico-pastoralEn Venezuela no nos distinguimos por una cultura de reflexin teolgica y pastoral. Slo

    recientemente contamos con una facultad de acreditacin pontificia de teologa en el pas,

    aunque slo a nivel de licenciatura. Hay algunos campos teolgicos y eclesisticos en los que son

    muy pocos los especialistas, por ejemplo, en liturgia. Esta carencia en la formacin teolgico-pastoral afect tambin el nivel de las reflexiones. Los peritos y asesores dieron sus aportes a los

    diferentes documentos, pero el trabajar en un determinado tema, durante las sesiones conciliares,

    les impidi colaborar en los otros temas que se trataban simultneamente.

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    Muchos documentos de trabajo llegaron a las sesiones sin estar maduros para ello. Esto

    caus retrasos en la discusin y en el trabajo de la asamblea. Algunas comisiones no enviaron

    sus documentos previos a peritos, expertos y especialistas en la materia para que pudieran hacersus aportes y enriquecer los documentos.

    Insuficiente capacitacin en la metodologa de planificacin pastoralOtro lmite con que nos topamos fue que, en general, en Venezuela, no contamos con unasuficiente capacitacin ni entrenamiento en las metodologas de planificacin pastoral. Con

    frecuencia los organismos eclesiales poseen estructuras dbiles, tampoco cuentan con los

    recursos humanos y materiales suficientes. Nos cuesta adems realizar planificaciones a largoplazo y mantenerlas.

    El trabajo en equipo de las comisiones temticas fue un aprendizaje lento y difcil.

    Coordinar los trabajos, preparar los aportes previamente, integrarlos en los documentos, aceptar

    la diversidad y buscar los puntos en comn Poco a poco aprendimos la metodologa, pero nofue fcil.

    Ausencia de una mentalidad de red:Un problema que dificult la comunicacin entre los organismos centrales (presidencia,

    secretara, comisiones conciliares) con las dicesis fue la ausencia en nuestra Iglesia de una

    mentalidad de red. No hay una suficiente conexin entre las diferentes instancias. A veces se

    enviaba la informacin al Obispo o a los Vicarios Episcopales, pero sta no bajaba a las bases.Por otra parte, algunos de los representantes de las dicesis al Concilio no hicieron de puente y

    de animadores de ste en sus respectivas dicesis.

    Falta de una adecuada poltica comunicacional:

    Este fue uno de los puntos dbiles del proceso conciliar. Ante todo se debe sealar que el

    Concilio obedece a una dinmica de crecimiento lento y sostenido, que no interesa a la

    mentalidad periodstica de la noticia bomba o del tubazo, caracterizada por lo inmediato ynovedoso. Es cierto tambin que el Concilio se desarroll en un perodo lleno de noticias y

    preocupaciones por las reformas polticas que vive nuestro pas. Pero tambin hay reconocer que

    no pusimos en marcha una eficiente poltica comunicacional. No aprovechamos suficientementealgunos espacios como la televisin, los peridicos, las radios, la internet. De igual manera, la

    animacin ms presencial de los animadores diocesanos del Concilio en encuentros y reuniones

    en diferentes foros fue escasa.

    La dificultad de centrarnos en el actuar

    Todos somos o pretendemos ser muy buenos en aportar datos sobre la situacin y en la

    iluminacin teolgica. Algunos, por el carcter acadmico de nuestra formacin muy teolgica y,a veces, poco pastoral, corremos el riesgo de querer construir una buena teora. De hecho, la

    mayora de las observaciones recibidas a los documentos de trabajo en el Concilio consistan en

    retoques o correcciones ms de forma que de contenido, y otras iban en la lnea de completar la

    iluminacin teolgica, de aadir otras citas de la Palabra de Dios y del magisterio. Llegaron muypocas sugerencias para la parte correspondiente al Actuar de cada documento. Cost mucho

    definir los desafos y concretizar las orientaciones y normas pastorales

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    El motivo por el que los obispos convocaron el Concilio Plenario no fue para elaborar

    teoras, sino para pasar de ellas a la praxis, para llegar a consensos sobre criterios pastorales, para

    inventar, con creatividad, respuestas a problemas encontrados en la vida pastoral.

    2. Retos para la accin

    Hay algunos retos urgentes que, a mi modo de ver, debemos afrontar con firmeza para elxito de nuestro concilio:

    Extender el espritu conciliar:

    El Concilio ha sido una autntica primavera del Espritu para nuestra Iglesia enVenezuela. Experiencia del Espritu que nos convoc, nos gui, nos ilumin, nos acompa.

    Ahora nos queda el reto de extender el espritu conciliar. Ms importante que los mismos

    documentos, es el espritu en el que se gest y se vivi el concilio. El primer reto es extender este

    espritu a todas las instancias y los sujetos de Iglesia.Siguiendo la analoga de Cullmann sobre la pascua y la escatologa, podemos afirmar que

    ya vivimos el da de la victoria, ya ganamos la guerra, pero an queda la victoria final, y para ella

    debemos comunicar a todos el triunfo. Hemos ganado el Concilio, hemos derrotado las vocesagoreras y pesimistas, ahora nos toca comunicar a todos la esperanza que Dios nos ha regalado,

    el sueo de la nueva evangelizacin en Venezuela.

    Socializar los contenidos:Ahora contamos con un corpus conciliar de 16 documentos. Algunos ms generales,

    orientadores de toda la vida de la Iglesia; y otros ms particulares, referidos a determinados

    sujetos y pastorales especficas. El reto es conocer lo que se ha dicho, tenemos una gran riquezaentre manos, pero no puede quedarse en letra muerta. Los documentos deben ser conocidos,

    estudiados, reflexionados, contextualizados, aplicados a las diferentes situaciones.

    Llevar el Concilio a las basesUna de las grandes preocupaciones sentidas durante el proceso conciliar, es que ste no

    lleg a las bases eclesiales. Fueron pocos los que efectivamente participaron en la gestacin de

    los documentos. Ya lo hemos indicado entre los lmites. El desafo ahora es transmitir elConcilio a todos los cristianos, a las parroquias, movimientos, comunidades de base,

    congregaciones religiosas, escuelas y universidades.

    Si pensamos en el Concilio Vaticano II, inicialmente slo participaron los obisposconvocados, pero stos lograron trasmitirlo a toda la Iglesia, y progresivamente ha inspirado una

    renovacin radical de la misma. El reto es llevar el Concilio Plenario a todos los escenarios del

    acontecer eclesial.

    Proyectar las orientaciones, estableciendo prioridades, tiempos y responsables

    Un reto fundamental es aplicar el Concilio Plenario en las diferentes instancias:

    nacionales, diocesanas, locales. Para ello es ineludible proyectar las orientaciones pastorales en

    una planificacin estratgica que establezca tiempos y responsables. El Concilio es un proyectode largo alcance, que no se puede realizar todo de una vez. Por ello, es importante establecer las

    prioridades de cada instancia.

    Muchas dicesis ya se han abocado a la tarea de conocer los documentos y de comenzar arevisar sus proyectos y planes pastorales diocesanos. El Concilio Plenario apunta a una pastoral

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    orgnica, planificada, sistemtica y participativa. Cada Iglesia particular tiene la oportunidad de

    enriquecer su accin evangelizadora y pastoral.

    Implicar al mayor nmero de sujetos en las diferentes instanciasConcluido el Concilio, comienza la fase ms importante: la puesta en prctica. Conoce y

    vive tu Concilio fue el lema de la clausura. Estamos en la fase de implementacin, de ejecucin,de vivencia. Para ello debemos implicar al mayor nmero de sujetos en las diferentes instanciaseclesiales: que participen mayoritariamente, que se sientan acogidos en una Iglesia que es casa y

    escuela de comunin, que sean discpulos y misioneros de la nueva evangelizacin de

    Venezuela, que muestren el rostro de amor y solidaridad de Dios a los ms pobres.

    Comprometernos como Iglesia en las actuales circunstancias nacionales

    Cuando se comenz a pensar en el Concilio Plenario (1994), nadie poda ni siquiera

    imaginar la magnitud de cambios sociales y polticos que se iban a dar como escenario delConcilio. No han sido ni son momentos fciles. Esto nos lleva a recordar los contextos sociales y

    polticos en que se desarrollaron algunos concilios ecumnicos, como por ejemplo el de Trento y

    el del Vaticano I. La Iglesia se vio forzada a modificar su autocomprensin eclesial y suposicionamiento en y ante la sociedad. En este momento, como lo seala el documento sobre la

    Evangelizacin de la Cultura, se plantea la cuestin del sentido de la comunin y de la unidad

    institucional de la Iglesia, en el marco de un nuevo esquema de relaciones con la sociedad y los

    poderes pblicos (58).Es providencial que cuando en Venezuela se impulsa y se proyecta un cambio radical en

    sus estructuras sociales, econmicas, polticas, culturales y legales, los cristianos encontremos en

    el Concilio Plenario un Proyecto de Iglesia que orienta su contribucin a la gestacin de unanueva sociedad, la evangelizacin de la cultura en los diferentes mbitos, la accin en la familia,

    la educacin, la comunicacin. El reto es impregnar de Evangelio todas las estructuras,

    redimindolas de cuanto las aleja de los valores humanos y cristianos, anunciando el proyecto de

    Dios sobre las personas y sobre la sociedad, denunciando todo atropello al hombre y a todohombre.

    Un cristiano no puede permanecer indiferente ante el quehacer pblico, poltico; debe

    ayudar a construir y consolidar el Estado de derecho y la democracia, defendiendo los derechoshumanos, fortaleciendo la sociedad civil y las comunidades e instituciones como mediaciones

    sociales, a travs de la organizacin y participacin de los ciudadanos, y la defensa de los valores

    personales y familiares. En este sentido, se plantea para los laicos catlicos el reto de fomentar suparticipacin en la organizacin de la sociedad civil (sindicatos y gremios, organizaciones de

    vecinos, asociaciones, ONG, y otras organizaciones populares) y el de una presencia propositiva

    y constructiva en el mundo de la poltica y de la cultura.

    ConclusinHemos sealado algunos logros y lmites del proceso conciliar. Al final, como testigo

    presencial, puedo afirmar que en nuestra Iglesia de Venezuela tenemos ms cosas que admirar e

    imitar, que cosas que criticar y menospreciar. Podemos y debemos sentirnos orgullosos denuestra Iglesia, de nuestros pastores, de nuestro Concilio Plenario.

    Hemos delineado algunos retos que nos deja el Concilio Plenario, abriendo horizontes y

    comprometiendo el corazn. Con la oracin conciliar, le pedimos a Dios que poniendo en

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    prctica las orientaciones de nuestro Concilio, vivamos en comunin y solidaridad y que

    seamos discpulos misioneros de Jesucristo, el Seor.