Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

Embed Size (px)

Citation preview

  • 8/16/2019 Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

    1/239

  • 8/16/2019 Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

    2/239

  • 8/16/2019 Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

    3/239

  • 8/16/2019 Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

    4/239

    LAS ASP IRACIONES DE LA

    CURIOSIDAD

    La comprensión del mundo en la

    Antigüedad: Grecia y China

    por

    G eo f f r ey  L L o y d

    traducción 

    P a u l a  O l mo s

    S I G L O

    m

  • 8/16/2019 Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

    5/239

    SIGLO

    mEspaña

    México

    Argentina

     Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra

    por cualquier procedimiento (ya sea gráfico, electrónico, óptico, químico, mecánico,fotocopia, etc.) y el almacenamiento o transmisión de sus contenidos en soportes mag-néticos, sonoros, visuales o de cualquier otro tipo sin permiso expreso del editor.

    Primera edición, junio de 2008

    © SIGLO X X I DE ESPAÑA EDITORES, S. A.

    Menéndez Pidal, 3 bis, 28036 MadridWWW. sigloxxieditores. com

    © Geoffrey Lloyd, 2002

     Título original: The Ambitiom of Curiosity. Understandingthe World in Ancient  'Greece and ChinaPrimera edición en inglés, Cambridge University Press, 2002

    © de la traducción: Paula Olmos, 2007

    Maquetación: J orge Bermejo & Eva Girón

    Diseño de la cubierta: simonpatesdesign

    DERECHOS RESERVADOS CONFORME A LA LEY

    Impreso y hecho en EspañaPrinted and made in Spain

    ISBN: 9788432313486Depósito legal: M29.9802008

    Impreso en e f c a , s . a .Parque Industrial «Las Monjas»28850 Torrejón de Ardoz (Madrid)

  • 8/16/2019 Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

    6/239

    ÍNDICE

    LISTA DE FIGURAS Y TABLA-,........................................................ IX

    PREFACIO ...................................   XI

    NOTA SOBRE LAS EDICIONES DE TEXTOS ANTIGUOS .........  xv

    CAP ÍTULO 1 HISTORIAS, ANALES, MITOS ...............   I

    CAP ÍTULO 2 MODALIDADES DE PREDICC IÓN....   27

    CAP ÍTULO 3 LOS NÚMEROS Y LAS COSAS..............

      57

    CAP ÍTULO 4 AP LICAB ILIDAD Y APLICACIONES.... 89

    CAP ÍTULO 5 EL LENGUAJ E DE L SABER.................. 125

    CAP ÍTULO 6 INDIVIDUOS E INST ITUCIONE S .... .  159

    GLOSARIO DE TÉRMINOS CHINOS Y GR IEGOS ..................  189

    BIBLIOGRAFÍA.................................................................................

      197ÍNDIC E ............................................................................................... 215

    VII

  • 8/16/2019 Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

    7/239

  • 8/16/2019 Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

    8/239

    ÍNDICE DE FIGURAS Y TABLA

    FIGURAS

    1. Adivinación sobre el caparazón de una tortuga. Fuente: Djamouri,

    1999.............................................................................................................. 37

    2. Tablero cósmico procedente del Nan Qishu. Fuente: Ho Peng Yoke....   40

    3. Tetraktys....................................................................................................... 62

    4. Transformaciones de las cinco fases........................................................... 65

    5. Medida de las sombras arrojadas por distintos gnómones para determinar

    la altura del Sol............................................................................................ 69

    6. Estimación del diámetro solar....................................................................   70

    7. Cálculo de Eratóstenes de la longitud de la circunferencia de la Tierra. 71

    8. Tornillo de Arquímedes encontrado en Sotiel (Huelva). Fuente: Historyof Technology, vol. I I , ed. C. Singer, E. J . Holmyard.................................   91

    9. Carruaje chino. Fuente: Needham, 1965...................................................   94

    10. Ballesta de Vitrubio. Fuente: Marsden, 1969............................................   97

    11. Gastraphetes. Fuente: Landels, 1978.......................................................... 98

    12. Ballesta de repetición de Dionisio. Fuente: Marsden, 1971.....................   99

    13. Ballestas chinas. Fuente: Needham y Yates, 1994..................................... 101

    14. Prensa de doble tornillo de Herón: Fuente: Drachmann, 1963...............

      10515. Molino de agua romano de Vitrubio. Fuente: Moritz, 1958....................   106

    16. Cosechadora de maíz gala. Fuente: History of Technology,  vol. I I , ed.

    C. Singer, E. J . Holmyard, A. R. Hall y T. J . Williams (Oxford, 1956)... 106

    17. Distintos tipos de carretillas chinas. Fuente: Needham, 1965.................   107

    IX

  • 8/16/2019 Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

    9/239

    Í nd i c e  de  f ig u r as  y  t a b l a

    18. Grúa de poleas compuestas accionada por una rueda de andar. Fuente:

    History of Technology, vol. II, ed. C. Singer, E. J . Holmyard, A. R. Hall y T. J , Williams (Oxford, 1956)..................................................................... 111

    19. El túnel de Eupalino, Fuente: Kienast, 1995.............................................   113

    20. Técnica para tunelar por medio de la triangulación de Herón, Fuente: H.

    Schoene, Herón, vol, iii ............................................................................... 113

    21. a y b.  Obras hidráulicas de L i Bing en Guanxian. Fuente: Needham,

    1971............................................................................................................... 114,115

    22. Sismoscopio de Zhang Heng. Fuente: Sleeswyk y Sivin, 1983.................

      11723. Esfera rodante movida a vapor de Herón. Fuente: W. Schmidt, Herón,

    (Leipzig), vol. 1............................................................................................. 119

    24. Esquema de Herón para abrir las puertas del templo automáticamente.

    Fuente: History of Technology,  vol. ll, ed, C. Singer, E. J . Holmyard,

    A. R, Hall y T, J . Williams (Oxford, 1956)................................................ 120

    25. Las membranas del ojo. Fuente: C. Singer, A short History of Anatomy

    and Physiology from Greeks to Harvey (Dover, 1957)............................... 131

    26. Los vasos sanguíneos según Pólibo. Fuente: C, R. S. Harris,  The Heart

    and the Vascular System in Ancient Greek Medicine (Oxford, 1963)......   135

    27. Mapa de conductos para acupuntura. Fuente: Kuriyama, 1999..............   137

    28. Las partes del loto. Fuente: Needham, 1986.............................................   139

    29. Struchnos. Fuente: Dioscórides de Viena, Nationalbibliothek. Cod. Med.

    gr. I, f. 292v................................................................................................... 142

    30. Diktamnos. Fuente: Dioscórides de Viena, Nationalbibliothek. Cod. Med.

    gr. I, f. 99r..................................................................................................... 143

     TABLA *

    1. Armonía china: la generación de la escala cromática. Fuente: adaptación

    de la ofrecida por J . S. Major, Heaven and Earth in Early Han Thought 

    (Albany, 1993)................................................................. 74

    X

  • 8/16/2019 Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

    10/239

    PREFACIO

    En el trimestre de otoño de 2000, tuve el honor de recibir una invita-ción para dictar el ciclo de conferencias «Isaiah Berlin» en Oxford.

    Se trata de un encargo que cualquier historiador de las ideas encon-traría francamente apabullante, ya que cuantos conocieron a Berlin

    no tuvieron más remedio que sentirse cautivados por la amplitud desus conocimientos, la agudeza de su ingenio y la fuerza y eleganciade su escritura. La experiencia de dictar aquellas conferencias en su

    memoria resultó a un tiempo intimidante y alentadora. Me encontrécon un variadísimo público que me escuchó atentamente y que contri-buyó al debate con comentarios realmente pertinentes, aunque debo

    decir que, dada la fama del fulgurante verbo de Berlin, me sorprendió

    su petición de que tratara de hablar más despacio.Este libro contiene una versión ampliada de aquellas conferen-

    cias y, de hecho, mantiene básicamente el plan inicial de las mismas.El tema que las unifica no es tanto un determinado concepto, sino,más bien, un problema específico: el surgimiento de la investigación

    sistemática. Obviamente, no se parte del supuesto de que toda socie-dad haya de valorar la investigación como algo bueno en sí mismo;por ello, el cómo pudo llegar a surgir, en torno a qué materias, quién

    llego a ponerla en práctica y por qué, con qué objetivos y expectati-vas, resultan ser cuestiones que no por su generalidad dejan de sercentrales para cualquier estudioso que tenga la valentía, o más bien la

    imprudencia, de enfrentarse a tales asuntos. ¿Qué esperaban encon-trar aquellos investigadores? ¿Sabían, acaso, lo que buscaban? Uno

    de los temas recurrentes en estos ensayos será precisamente el carác-ter abierto y, por lo tanto, arriesgado, de cualquier investigación. Lapregunta que se nos plantea es cómo pudo llegar a darse el caso deque, desafiando los resultados de una indagación las convicciones más

    profundamente asentadas, pudieran, sin embargo, terminar aceptán

    XI

  • 8/16/2019 Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

    11/239

    P r e f ac io

    dose o, al menos, no fueran inmediata y terminantemente rechazados,

    por parte de las autoridades (u otros elementos) de aquellas socieda-des. ¿Cuál fue, de hecho, el papel del Estado u otras instituciones conautoridad en el fomento, el sostenimiento o el bloqueo de la investiga-ción?

    En el mundo actual, seguimos planteándonos este tipo de pro-blemas. Pero para indagar en los verdaderos inicios de la investiga-

    ción sistemática tenemos que volver la vista hacia la Antigüedad. Allíencontramos muestras de un evidente interés en un amplio abanico de

    materias, no sólo en el campo de lo que podríamos llamar filosofía ociencia en general, sino también en el de la historia, la tecnología o ellenguaje. Tanto Grecia y China como Mesopotamia, Egipto o India,ofrecen distintos aspectos relevantes para nuestro estudio. Me centra-ré, sin embargo, principalmente en las dos primeras culturas, lo que

    se ha de achacar tanto a las restricciones impuestas por mis propiosconocimientos sobre el tema como a la necesidad de señalar algún tipo

    de límite a la investigación. Aun así, la amplitud del campo que se nos

    ofrece hace que no podamos esperar abarcar sino una pequeñísimaporción de las ideas y datos que podrían exponerse en relación con los

    temas propuestos; de modo que mi objetivo no puede ser comprenderla totalidad de la materia, sino, más bien, presentar ciertos argumen-tos, dejando para otra ocasión una mayor profundización y una mejor

    documentación y justificación de lo expuesto.Con el objetivo de exponer mis ideas del modo más vivo posible,

    he tratado de mantener el estilo y el esquema de las propias confe-

    rencias. A pesar de utilizar material proveniente de diversas culturasy períodos históricos, he intentado, también, que toda esta informa-ción se presente de manera accesible para los no especialistas en la

    materia. Es evidente que tales intenciones son sumamente ambicio-sas. Con ello no trato sino de emular las elevadas aspiraciones dequienes serán protagonistas de mi estudio. Soy consciente del peli-

    gro de caer en la superficialidad. Se trata de un riesgo inevitable paratodo el que trata de abrir nuevas vías de investigación en los estudioscomparados y en torno a materias de importancia tan central como laque nos ocupa.

    Llegados a este punto, resulta un placer el poder agradecer la ayu-

    da recibida a tantos especialistas que me ofrecieron sus valiosos pun-tos de vista, tanto en relación con diversos detalles del estudio, comocon la estrategia general de mi argumentación. Seguramente habría

    XII

  • 8/16/2019 Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

    12/239

    P r e f ac io

    cometido más de un error en mis apreciaciones sobre la astronomía

    mesopotámica, si no hubiera contado con la guía ofrecida por Fran-cesca Rochberg y David Brown, lo que no les hace responsable enabsoluto del modo en que finalmente haya hecho uso de sus consejos.

    Mis estudios sobre ciencia china se han beneficiado también amplia-mente de mi colaboración con Nathan Sivin. Cuando recibí el encargo

    de dictar estas conferencias, ambos estábamos enfrascados en la finali-zación de nuestro estudio conjunto The Way and the Word, lo que mepermite ahora referir a dicho trabajo, ya publicado, a quienes busquen

    una discusión más detallada de muchos de los puntos tratados en éste.De mis propios colegas helenistas diré que son demasiado numero-

    sos para mencionarlos a todos, pero destacaré, entre mi público oxo-niense, a Myles Burnyeat, David Charles, Sally Humphreys y OswynMurray, que expusieron comentarios y críticas excepcionalmente úti-

    les. Debo mencionar también a todos aquellos que, generosamente,me ofrecieron su consejo en las diversas ocasiones en que llegué a dic-tar, total o parcialmente, algunas de estas conferencias en otras univer-

    sidades, à lo largo de los últimos dos años, particularmente en Prince-ton, Madrid, Chicago y Pekín. Querría expresar mi agradecimiento,tanto por su hospitalidad como por sus constructivos comentarios, a

    Willard Peterson, Luis Vega, lan y J anel Mueller, L iu Dun y a todossus compañeros.

    Me resta, finalmente, hacer constar mi especial gratitud a mis anfi-

    triones en Oxford. En primer lugar, al Comité a cargo de las Conferen-cias Berlin, que tuvo la amabilidad de invitarme, al Presidente Suplen-te del Corpus Christi College, el Dr. Christopher Taylor, y a todos los

    miembros del propio College que nos recibieron cordialmente tantoa mí como a mi esposa, a Lady Berlin y a todos cuantos hicieron de

    aquella visita algo memorable.

    XIII

  • 8/16/2019 Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

    13/239

  • 8/16/2019 Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

    14/239

    NOTA SOBKE LAS EDICIONES DE TEXTOS ANTIGUOS

     TEXTOS CHINOS

    Salvo algunas excepciones, todos los textos chinos antiguos se citanpor sus ediciones estándar, es decir, las del Instituto Yenching de Har-vard (h y ) o  las del Instituto de Estudios Chinos de la Universidad deHong Kong (íes).

    Chunqiu fanlu  edición de Lai Yanyuan, Taipei, 1984.

    Daodejing  edición del ics (Obras Filosóficas, 24), 1996.

    Erya (HJ É), edición del íes (Obras Clásicas, 16), 1995.

    Guanzi (’e’í ), edición de Zhao Yongxian, reimpresión en la colec-ción Sibu beiyao, Shanghai, 1936.

    Hanfeizi (^̂ í̂ í̂"), edición de Chen Qiyou, Shanghai, 1958.

    Hanshu (/^^), edición de Yan Shigu, Zhonghua shuju, Pekín, 1962.Se dan los números á&juan, página y, en algunos casos, columna decada cita.

    Hou Hanshu (íéM * ) , edición Zhonghua shuju, Pekín, 1965.

    Huainanzi (/H l í̂ ), edición de Liu Wendian, Shanghai, 1923.

    Huangdi neijing ((m ÎAIIM)- Recensiones lingshu {WM)y suweniMWj en edición de Ren Yingqiu, Pekín, 1986.

     jiuzhang suanshu (Tl ŜS ŝ'), edición de Qian Baocong, suanjing shishu, Pekín, 1963. Se da el número de página de la cita.

    Eiji (Ih IS), edición del íes, 1992.

    Lüshi chunqiu (S E ^̂ fA ), edición de Chen Qiyou, Shanghai, 1984.Se dan en cada cita los números de juan y pian seguidos, en caso denecesidad, del número de página.

    XV

  • 8/16/2019 Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

    15/239

    N o t a  sobr e l as  ed i c i ones  de  t e x t o s  a n t i g u o s

    Lunheng (|m ÍIÍ)>edición de Liu Pansui, Pekín, 1957.

    Lunyu (|m |p), edición del íes (Obras Clásicas, 14), 1995.Mengzi (Mencio) (]£ )̂, edición de la colección HY, Suplemento 17,Pekín, 1941.

    Mozi (Sd )̂, edición de Zhang Chunyi, 1931.

    Shiji (líllE!.), en la edición del Zhonghua shuju, Pekín, 1959. Se dan losnúmeros de juan, página y, en algunos casos, columna de cada cita.

    Shijing ( I f M), edición del íes (Obras Clásicas, 10), 1995.

    Sun Bin ( , edición y traducción al inglés en Lau y Ames, Sun Bin:  The Art ofWarfare, Nueva York, 1996.

    Sunzi (f|s í ‘), edición y traducción al inglés en Ames, Sun-tzu: The Art ofWarfare, Nueva York, 1993.

    Xunzi ( ü̂F ), edición en la colección h y , Suplemento 22, Pekín, 1950.Se dan los números depian y línea de cada cita.

     Yantielun (ÜiHIro), edición del íes (Obras Filosóficas, 14), 1994.

     Yijing (Mis.),edición del íes (Obras Clásicas, 8), 1995.Zhoubi suanjing (j^tf®l5), edición de Qian Baocong, Suanjing shis- hu, Pekín, 1963. Citado por número de página.

    Zhouli (Flf®), edición del íes (Obras Clásicas, 4), 1993.

    Zhuangzi ( ® t F), edición en la colección HY, Suplemento 20, Pekín,1947.

    Zuozhuan  (¿Ef$), edición de Yang Bojun, 4 voL, Pekín, 1981. Cita-do por Duque, y año correspondientes y, en los casos necesarios, pornúmero de página.

     TEXTOS GKIEGOS Y LATINOS

    Cito a los principales autores griegos y latinos por sus ediciones están-dar, por ejemplo, los fragmentos de los filósofos presocráticos por la

    edición de H. Diels, revisada por W. Kranz, T)ie Fragmente der Vor- socratiker, Gd edición, Berlín, 1952; las obras de Platón, por el textode Burnet para Oxford; los tratados de Aristóteles, de acuerdo con laedición berlinesa de Bekker. Las obras de Euclides se citan por la edi-ción de J . L. Heiberg y otros, revisada por E. S. Stamatis, las de Arquí

    XVI

  • 8/16/2019 Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

    16/239

    N o t a  s o br e l as  ed ic iones  de  t e x t o s  a n t i g u o s

    medes, por la edición de Heiberg, revisada por Stamatis (se abrevia

    HS con el número de volumen correspondiente). E l Almagesto de Tolomeo se cita por la edición de J . L. Heiberg, el Tetrabiblos, porla de Hübner y los Armónicos, por la edición de I. Düring (Göte-borg, 1930).

    Los textos griegos y latinos de medicina se citan, de preferen-cia, de acuerdo a las ediciones correspondientes al Corpus Medico- rum Graecorum  y al Corpus Meiicorum Latinorum (CMG  y CML,  res-pectivamente). Para los tratados hipocráticos no incluidos en CMG, he empleado las Oeuvres completes d’Hippocrate de E. Littré, 10 vol.,París, 18391861, citándolas con la inicial L seguida de los núme-

    ros de volumen y página correspondientes. Para las obras de Galenoque no aparecen en el CMG,  he empleado las ediciones de Teubner(a cargo de Helmreich, Marquardt y otros) o, en ausencia de éstas, la

    edición de C. G. Kühn, Leipzig, 18211833, que se cita mediante la ini-cial K seguida de los números de volumen y página correspondientes.

    Las abreviaturas usadas para las obras griegas son las del Greek- English Lexicon de H. G. Liddell y R. Scott, revisado por H. S. J ones,

    y su suplemento (Oxford, 1968). Es decir, Simplicius, In Ph., se refierea la obra de Simplicio In Aristotelem Physica Commentaria, ediciónde H. Diels Commentaria in Aristotelem Graeca, vols, ix y x), Berlín,18821895.

    OBRAS MODERNAS

     Todas las obras modernas se citan por el nombre de su autor y año depublicación. Para más detalles debe acudirse a la bibliografía final en

    páginas 197214.Con la excepción de Confucio y Mencio, los nombres chinos se

    escriben transliterados de acuerdo con la convención Pinyin. Este cri-terio se respeta en todo el texto, incluso en las citas sacadas de autores

    que adoptan otras convenciones.

    XVII

  • 8/16/2019 Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

    17/239

  • 8/16/2019 Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

    18/239

    CAP ÍTULO 1

    HISTORIAS, ANALES, MITOS

    Decía Aristóteles que los hombres aspiran por naturaleza al conoci-miento*. Pero no todos los seres humanos parecen experimentar laurgente necesidad de aumentar o, al menos, someter a prueba el cau-dal existente de conocimiento, sino que muchos se muestran, másbien, satisfechos con el saber heredado, con lo que se les dice quedeben creer. Tampoco tienen todos las mismas ideas, ya sean éstasexplícitas o implícitas, sobre qué debemos entender por conocimien-to, ni por qué razones ni bajo qué criterios, ni cuáles deberían ser losmétodos para su expansión, en caso de que se pretenda tal cosa.

    El objetivo de este libro es, precisamente, estudiar lo que suce-de cuando determinados individuos o grupos de individuos concibensemejante pretensión y qué factores actúan, en ese caso, para fomen-tar u obstaculizar la investigación sistemáticâ . Soy consciente de que setrata de un planteamiento muy general, pero creo que el centrarse enla investigación sistemática, como tal, independientemente del pro-pio campo de investigación y del éxito o fracaso de la misma, tiene

    sus ventajas. Resulta tentador tratar de hacer una clasificación de loscampos en cuestión, hablar de historia o filosofía natural, medicina,astronomía o astrologia, tecnología o matemáticas, puras o aplicadaŝ .Pero el uso precipitado de tales categorías puede resultar arbitrario ysesgarnuestra propia investigación. Los individuos que originalmentellevaron a cabo tales indagaciones no contaban con semejantes cate-gorías cuando iniciaron su trabajo ni, muy a menudo, cuando lo finali

    ' Aristóteles, Meto/zí/ca 980a21.^No voy a definir explícitamente lo que quiero decir con «sistemática», pero espe-ro que el propio texto lo vaya aclarando.

    ’ La lista no es ni mucho menos exhaustiva. También la antropología, la psicologíao la geografía, entre otras categorías modernas, tienen sus equivalentes investigablesen las sociedades antiguas.

    1

  • 8/16/2019 Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

    19/239

    L as  asp ir ac iones  de  l a  c u r io s id a d

    zaron. Así que, en lugar de juzgar sus empeños desde el punto de vista

    del fin hacia el que, según nuestra propia visión, habrían de dirigir-se —la «ciencia», tal como la entendemos hoy en día, por ejemplo— ,

    deberemos estudiarlos a la luz de sus objetivos originales, sus propiaspretensiones y necesidades, entendidas en el contexto délos diversosproblemas realmente suscitados, tal y como ellos los contemplaron.

    La puesta en marcha de la investigación sistemática revela, en

    todo caso, un conjunto de aspiraciones humanas muy básicas (eviden-temente, Aristóteles tenía razón en este punto); poder comprender,

    predecir o controlar al propio mundo o a los demás. También pre-cisa de un objetivo concreto, de un interés particular en un asuntodeterminado; pero, ¿a qué responden esos objetivos? ¿A qué interesessirven? ¿Quién se encarga de la investigación como tal y bajo qué con-diciones? ¿Con qué grado de libertad, con qué restricciones? ¿Quién

    elabora el programa y con qué expectativas, en cuanto a su efectivapuesta en marcha?

    Para responder a estas preguntas, deberemos atender a cuestio-

    nes tan centrales como el sistema de valores y creencias de las propiassociedades o grupos estudiados. Pues, si la investigación pretende daruna respuesta eficaz a problemas concretos, ¿hasta qué punto cum-plirá su objetivo si se limita a confirmar la posición inicial de quienesestablecieron el plan de investigación? Pero, por otro lado, ¿bajo quécondiciones y con qué límites podría llevar a la revisión de las asun-

    ciones iniciales? La investigación puede, de hecho, emplearse comomodo de legitimación del statu quo; pero el patrocinio de la investiga-ción conlleva siempre un riesgo, el riesgo de lo impredecible, ya que

    los resultados de la investigación no pueden conocerse de antemano.Uno de los temas recurrentes de nuestro estudio será, precisamente, elcarácter inesperado de los resultados de toda indagación.

    Otro tema, también recurrente, será la tensión entre lo que pode-mos llamar la pretensión universal del conocimiento (la comprensión,explicación, etc.) y sus manifestaciones concretas en sociedades espe-

    cíficas. M i propia investigación se centra en las sociedades antiguas,ya que en ellas puede estudiarse el verdadero inicio de la indagación

    sistemática y, aunque, evidentemente, nadie puede hoy en día aspirara abarcar, con el rigor necesario, el panorama completo de las civiliza-ciones de la Antigüedad (por mi parte, me centraré en Grecia y Chi-na y, en menor medida, en Mesopotamia), me gustaría insistir en la

    necesidad del enfoque comparativo y ello por dos razones. En primer

    2

  • 8/16/2019 Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

    20/239

    H is t o r ia s , a n al e s ,mit o s

    lugar, debemos evitar la asunción de que la experiencia particular de

    una sociedad antigua es directamente extrapolable a las demás, por nohablar de la tesis, más fuerte, de que exista una cierta inevitabilidad enlos procesos de desarrollo. En segundo lugar, el método comparativo

    será el que nos revele, precisamente, qué caracteres son generales ycuáles son específicos de cada sociedad.

    Entre otras cuestiones, trataremos de establecer: ¿qué técnicas de

    predicción se desarrollaron, con qué objetivos y con qué resultados?¿En qué casos y en qué sentido el número llegó a ser considerado como

    la clave para la comprensión de los fenómenos y qué tipo de sistemasnuméricos se elaboraron con la pretensión de explorar tal posibilidad?¿En qué medida la investigación sistemática se centró en el desarro-llo de mecanismos útües y hasta qué punto el deseo de su consecución

    sirvió de estímulo para la misma? ¿En qué sentido dependía la investi-gación sistemática del propio desarrollo lingüístico —la construcciónde un vocabulario técnico— y en qué medida estimuló, a su vez, una

    reflexión consciente sobre el uso del lenguaje? El último capítulo de

    este estudio tratará de exponer los diferentes marcos institucionales enque pudo desarrollarse, y de hecho se dio, la investigación sistemática

    y en los efectos que tales instituciones suscitaron, tanto en los propiosinvestigadores, como en el carácter del trabajo que llevaron a cabo.

    Pero para comenzar nuestra investigación sobre la investigación, lomejor será comenzar por la propia historia, tanto en el sentido moder-no de historiografía, como en el más general y original de indagación,

    aún presente en nuestra expresión «historia natural». Evidentemente,

    no debemos asumir, sin más, que en las civilizaciones antiguas vayamosa encontrarnos con una categoría que se corresponda, exactamente,con nuestra historiografía. Más bien, veremos que, en la práctica, los

    vínculos entre lo que podemos llamar escritos históricos y el resto delas disciplinas, tanto en Grecia como China, presentan múltiples carasdiferentes que pueden, de hecho, ponerse en relación con la propia

    finalidad de los escritos.

    Pero primero debemos prestar atención a los muy diversos modos

    en que el pasado se representa y se utiliza como fundamento para lacomprensión del presente o como guía para la acción futura. Puededarse, o no, el caso de que el pasado se entienda como un todo conti-nuo, sin ruptura alguna con el presente. ¿Acaso era el pasado idénti-

    co al presente, un espacio habitado por personas iguales a nosotros?¿O, más bien, por dioses o héroes? ¿O fue, en cualquier otro sentido.

    3

  • 8/16/2019 Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

    21/239

    L as  asp ir ac iones  d e  l a  c u r io s id a d

    radicalmente distinto del tiempo presente? ¿Acaso el tiempo discu-

    rre siempre en la misma dirección? Muchas sociedades han concebidocomo posible la reversión del tiempo, o ciclos temporales que, en tér-minos generales o, incluso, en los menores detalles, repiten los aconte-

    cimientos. De acuerdo con Simplicio {In Ph. 732.26), ésta habría sidola postura defendida por Eudemo en Grecia. En la India, por otrolado, el sentido de la inmensidad del ciclo Kalpa sirve para subrayar

    el carácter ilusorio del propio presente'̂ . Finalmente, en muchas socie-dades el calendario se divide en franjas de tiempo sagrado y tiempo

    profano que se conciben como cualitativamente diferentes .̂Pero es que, además, independientemente de la comprensión del

    flujo temporal, puede haber profundas diferencias en el modo en que

    se usa o se registra el pasado o, incluso, se concibe el acceso al mis-mo. Aquello que los mitos digan de los tiempos pasados transmitirá,con seguridad, algún mensaje relativo a la conducta en el presente;

    indicará, explícita o implícitamente, normas sobre cómo son o cómo

    deberían ser las cosas y sobre las temibles consecuencias de un com-

    portamiento incorrecto. Por otro lado, las propias normas y los mitosque las transmiten pueden concebirse como intemporales o, por elcontrario, pueden tener su origen e intervención, precisamente, en laconfiguración actual del mundo. Y ello no sólo no disminuye, sino que

    aumenta su poder, su autoridad como expresión de valores o restric-ciones, su capacidad para justificar o legitimar'’. Claro que las relacio-nes entre mito y rito, el papel del mito como credencial de privilegio,

    el propio problema de la definición de la categoría de mito y la cues-

    tión de si existe, de hecho, una categoría válida que pueda utilizar-se como herramienta de análisis, son asuntos ampliamente debatidosen la investigación académica actual. Sin embargo, basta para nues-

    tros propósitos el constatar que los relatos sagrados sobre el pasado a

     Thapar, 1996.

    ^ Leach, 1961, nos proporciona una buena síntesis de este tema particular, yadesarrollado con anterioridad por Durkheim y otros. El tema del contraste entre el«tiempo de los dioses» y el «tiempo de los humanos» entre los griegos fue ya objeto

    de estudio para VidalNaquet, 1986, cap. 2 (el original francés de este texto ya clásicodata de 1960).

    '' Se ha argumentado que los relatos judíos sobre el pasado resultan un claro ejem-plo del uso de este tipo de textos para legitimar, en este caso, el estatus del pueblo judío como elegido por Dios. Ver, por ejemplo, Murray, 2000, y Cartledge, 1995,sobre los griegos.

    4

  • 8/16/2019 Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

    22/239

    H is t o r ia s , a n al e s , mit o s

    menudo sirven de guía y límite para el comportamiento en el presente

    y la comprensión del mismo. Y es que, una vez que se estudia y se des-cribe el pasado, el potencial de cambio se hace, en principio, evidente,aunque el resultado del estudio pueda también utilizarse para confir-

    mar las creencias heredadas y mantenidas.El modo en que estas historias se transmiten plantea, además,

    una tercera cuestión fundamental. Una vez que adquieren la forma

    escrita, el carácter de los relatos varía, pero ello puede ocurrir de

    múltiples modos, no todos ellos fácilmente detectables. No es nece-

    sario compartir todas las tesis que Goody expone en su original tra-bajo sobre el contraste entre culturas literarias y orales para apreciar

    la enorme importancia de los temas en cuestión .̂ En primer lugar,

    está claro que el contraste entre lo literario y lo oral no es un asuntode todo o nada. En algunas sociedades que no poseen una escrituraestándar aparecen, sin embargo, diversas formas de representación

    gráfica. P or otro lado, los grados de competencia y fluidez en la lectu-ra y escritura pueden mostrar variaciones muy importantes.

    En segundo lugar, cada presentación oral de un mito se convierteen un recontar, una recreación y ello es significativo porque nos hace

    preguntarnos qué entendemos por un mismo mito. E l Mito de Bagre que Goody transcribió de los LoDagaa es siempre el mismo, segúnlos propios LoDagaa, nunca cambia. Pero, de hecho, lo hace. Algunasde las últimas transcripciones del mismo hacen referencia, incluso, alpropio Goody, allí, en un segundo plano, con su grabadora®.

    En tercer lugar, no debemos asumir que una vez que existe una

    versión escrita de un mito, ello implica la desaparición de toda ver-

    sión que se desvíe de ésta. E l Heike Monogatari japonés demuestraque ello no siempre ocurre, ya que, muy al contrario, después de que

    se recogiera por escrito, dos tradiciones independientes del mismo,una escrita y otra oral, convivieron durante más de 150 añoŝ .

    Lo que me lleva a un cuarto punto, también fundamental, el tema

    de las posibles críticas a que un relato puede someterse una vez que se

    ^La propia posición de Goody ha ido evolucionando: se puede comparar Goody

    y Watt, 19621963 con Goody, 1977, 1986, 1987 y 1997. Otros estudiosos que hancontribuido al debate han sido Havelock, 1963, Vansina, 1965 y 1985, Scribner y Colé,1981, Gentil! y Paioni, 1985, Detienne, 1988, Kuümann y Tílthoff, 1993, Street, 1997 yBottéro, Herrenschmidt y Vernant, 1996.

    * Ver Goody, 1972 y Goody y Gandah, 1981,

    ’ Ver Butler, 1966.

    5

  • 8/16/2019 Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

    23/239

    L as  asp ir ac iones  d e  l a  c u r io s id a d

    escribe. Efectivamente, si una versión escrita se considera canónica,

    puede utilizarse para examinar una exposición oral del mismo rela-to, que se apoye exclusivamente en la memoria. Pero, como el pro-pio Goody reconoce, existen, también, otros modos de crítica que

    más bien se basan en la sustancia de la exposición oral y que están

    bien documentados en culturas oraleŝ “. Es más, tenemos que teneren cuenta que la versión escrita, al tiempo que posibilita un cierto tipode crítica, puede, sin embargo, cerrar otras vías. J onathan Parry argu-

    menta, en este sentido, contra Goody, resaltando el carácter sagra-

    do que algunos textos adquieren en ciertas sociedades“. La SagradaEscritura puede que invite a la reflexión personal, la meditación o el

    comentario erudito, pero ello no quiere decir que se abra a la valora-ción crítica y escéptica.

     Y con todas estas aclaraciones, podemos ya empezar a enfrentar-nos al tema de nuestro análisis. Tanto Grecia como China produje-ron, más o menos a partir del siglo v a. C. y con cierta abundancia,

    lo que provisionalmente podríamos calificar de crónicas o relaciones,

    que exponían y comentaban los hechos del pasado. Para nosotros lospuntos fundamentales son: ¿qué uso se daba a tales escritos? ¿Por qué

    razones se inició la compilación de los relatos? ¿Quiénes realizaronla compilación? ¿Con qué criterios se enjuiciaba la labor de los com-

    piladores? E l objetivo es descubrir el modo en que el pasado llegó aconcebirse como un campo de investigación fundamental y en quémedida éste se relacionaba con otras áreas de interés cognitivo.

    Podemos comenzar por China. Aunque existen cuestiones muy

    controvertidas en cuanto a los primeros inicios, es posible seguir concierta seguridad la secuencia del desarrollo, desde los textos del perío-do de los Estados Guerreros (i.e. antes de la unificación en 221) que

    han llegado hasta nuestros días, hasta la culminación de tal tradiciónen lo que la mayoría de los estudiosos identifican como la primera his-toria general y continua de China, el llamado Shiji. Esta crónica fueiniciada por Sima Tan en el siglo li a. C. y ampliada y completada por

    su hijo Sima Qian, de quien hablaremos más adelante, alrededor delaño 90 a. C. Sin embargo, aunque los superara en muchos aspectos, el

    Shiji SQbasaba en modelos anteriores, especialmente en la tradición de

    “ Ver, por ejemplo, Phillips, 1981, sobre el Sijobang.

    “ Parry, 1985. La idea de que la adquisición del estadio literario puede no resultarliberadora sino más bien impedir la libertad ya fue expuesta por LéviStrauss (1973,p, 299: «la función primitiva de la comunicación escrita fue facilitar la esclavitud»).

    6

  • 8/16/2019 Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

    24/239

    H is t o r ia s , a n al e s , mit o s

    la escritura de anales, cuyo ejemplo más singular, entre los textos pre-

    cedentes conservados, es el Chunqiu, los Anales de primavera y otoño, y los comentarios al mismo, como el Zuoxhuan. E l texto de losAnales de primavera y otoño recorre el reinado de los doce duques del estadode Lu, del 722 al 491 a. C., y se atribuyó tradicionalmente a Confu-cio (cuya cronología habitual es Ó51479). Tal atribución, de hecho,se remonta hasta Mencio, en el siglo iv̂ .̂ Pero debemos ser cuidado-sos al constatar este extremo ya que no sabemos realmente qué textoleyó Mencio. En cuanto al Zuozhuan, no está ni siquiera claro que su

    formato original fuese el de un comentario, como tampoco lo está lafecha de su redacción: la compilación, tal y como la conocemos hoy endía, no parece ser anterior a finales del siglo iv a.

    Ambos textos dan a entender que contienen una relación de hechos. En los Anales de primavera y otoño los acontecimientos se ordenan porestaciones (de ahí el nombre) y, en realidad, se trata de meros apuntessin que exista una narración continua. Se anotan cuidadosamente losnacimientos, matrimonios, muertes, sucesión de gobernantes, victorias,

    derrotas, sequías, hambrunas, inundaciones, eclipses, pero aunque conello se relaciona la suerte de los reyes y de los Estados, no se aporta nin-gún comentario que interprete explícitamente todos estos datos. LosAnales son una conmemoración de hazañas del pasado, su salvación delolvido; pero también contienen lecciones para el presente aunque, engran medida, debamos inferir nosotros mismos la conexión entre loshechos y deducir las razones de la prosperidad o el declive.

    En el Zuozhuan, por el contrario, los hechos se entrelazan en una

    narración de gran viveza, que contiene caracterizaciones muy gráficasde los personajes principales de la acción —leales o infieles, rectos ocorruptos, precavidos o alocados— salpicada, a su vez, de expresivassentencias, algunas atribuidas, en el propio texto, a Confucio y otrasa un innombrado «caballero» (junzi). De vez en cuando, la historia seinterrumpe para dar lugar a la alabanza o censura de los personajesprincipales.

    Mendo iii B 9.La fecha del Zuozhuan es un punto muy controvertido. Ver, por ejemplo, Egan,

    1977, A. Cheng, 1993, Brooks, 1994 y Sivin, 1995b iv 3. El valor del texto comofuente histórica para el período cubierto (desde finales del siglo V lll a mediados deliv) también está en entredicho. Brooks y Brooks, 1998, p. 8, mantienen una posiciónmuy escéptica. Pines, 1997, es más optimista en cuanto a la fiabilidad en el relato deacontecimientos del período relacionado. Ver también Lloyd y Sivin, 2002, p. 305.

    7

  • 8/16/2019 Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

    25/239

    L as  asp ir ac iones  de  l a  c u r io s id a d

    Pero claro es que cuando el Zuozhuan pretende dar a entender

    que reproduce las conversaciones de estos mismos personajes tal ycomo, supuestamente, tuvieron lugar, unos 240 años antes, el criteriode estricta historicidad parece subordinarse de forma evidente a lasnecesidades dramáticas de la narración. De todos modos, parece que

    la labor de los escribas o historiadores (dashi),  tal como se comentaen el texto*'*, comprendía el deber de relatar los acontecimientos taly como hubieran tenido lugar, por muy ingrata que resultase su posi-ción respecto de los que estuvieran en el poder. Así, en la crónica del

    asesinato del duque Zhuang de Qi a manos de su primer ministro, CuiShu, se nos dice que, en primer lugar, un historiador y, más tarde, dosde sus hermanos, escribieron «Cui Shu mató a su señor», lo que les

    acarreó su propia ejecución, uno detrás de otro*̂ . Y, entonces, llegó

    otro hermano y escribió la misma frase en la crónica (de hecho, la fra-se relativa al asesinato aparece en el texto conservado de losAnales de primavera y otoñó) e incluso se nos dice que había otra persona prepa-rada para asegurarse de que el acontecimiento quedara registrado. El

    ejemplo pretende claramente impresionarnos sobre la abnegación delos historiadores y su compromiso con la verdad, incluso cuando ésta

    ofendía a los ministros. Pero, al mismo tiempo, no podemos dudar deque la falsificación de las crónicas para agradar a los poderosos tam-bién se diera en más de una ocasión**̂ .

    Es más, no podemos descartar tampoco la posibilidad de que lahistoria en torno al asesinato fuese una invención de los propios auto-

    res del Zuozhuan para aprovechar la entrada, realmente existente en

    losAnales de primavera y otoño, como marco para un relato edificante.En todo caso, el hecho de que la veracidad de la crónica fuera un asun-to de importancia nos revela que se había dado ya un gran paso des-de la simple relación del pasado (fuera ésta oral o escrita) como meroejercicio de conmemoración o legitimación (sin olvidar el puro entre-

    tenimiento), hacia una concepción que, sin abandonar dichos objeti

    Sobre el papel original de los sM, como expertos en protocolo en el período

    anterior a los Estados Guerreros, ver Cook, 1995.

    Año 25 del duque Xiang, 1099: cf. Vandermeersch, 1994, p. 105, Lewis, 1999,p. 130.

    Huang Yilong, 2001, ofrece un análisis detallado tanto de casos en los quealgún acontecimiento astronómico no se recoge (pues no se consideraba políticamenteo, al menos, simbólicamente, aceptable) como de otros en los que, contrariamente, seinventan determinados fenómenos para dar cabida a los augurios que éstos expresan.

  • 8/16/2019 Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

    26/239

    H is t o r ia s , a na l e s ,mit o s

    vos, reconociera, en cierta medida, como obligatorio su compromiso

    con laprecisión e incluso hiciera descansar su autoridad, su habilidadpara ofrecer tal legitimación, sobre su propia pretensión de verdad.

    El proyecto de Sima Quian representa, sin lugar a dudas, un inten-to mucho más sustancial y autocrítico de llevar la precisión a la historiauniversal. Sin embargo, tampoco debemos dejarnos llevar por la exa-

    geración. Es cierto que, por un lado, su actitud crítica hacia las fuen-tes utilizadas y las creencias de sus predecesores se hace explícita en

    muchos pasajes. Corrige otros relatos en cuestiones de hecho, como la

    cronología o la geografía (por ejemplo sobre las montañas Kunlun y lasfuentes del Kío Amarillo, Shiji 123: 3179.5 ss.); admite explícitamen-te su desconocimiento de períodos muy tempranos — de los tiempos

    de Shennong (el supuesto fundador de la agricultura) y otros anterio-res*̂ — y explica que ha tenido que dejar ciertas lagunas en sus tablascronológicas. En el lado positivo, declara haber tenido acceso a los

    archivos del palacio imperial y se refiere con frecuencia a sus múltiplesviajes; también cita inscripciones, edictos y memoriales, aparentemen-

    te a la letra**, aunque deja constancia de que muchos documentos hansido destruidos, especialmente con los Qin y no sólo en el famoso epi-sodio de la quema de libros ordenada por L i Si en el 213 a. C.*̂

    Pero, por otro lado, el relato comienza con una referencia conven-

    cional al Emperador Amarillo (que supuestamente vivió mucho antesdel período dinástico) y, al igual que el Zuozhuan, el Shiji contienesupuestas conversaciones imaginarias de tiempos remotos. Sima Qian

    recoge conocidas leyendas como la de J ian Di, la madre de Xie, el fun-dador de los Y in, que quedó embarazada al engullir el huevo pues-to por un ave negra. También hace remontar la dinastía Zhou hasta

     J iang Yuan, que quedó embarazada al caminar sobre las pisadas de ungigantê **.

    ” Shiji 129: 3253.5. También deja caer ciertas dudas sobre historias de fantasmas yespíritus aunque su postura en este caso no queda clara.

    “ Por ejemplo, Shiji 130: 3296.1 s. y Shiji 121: 3115.5, menciona que Confucio ya

    utüizó crónicas anteriores para crear sus Anales de primavera y otoño.

    Hay particularmente dos relaciones, no completamente coincidentes, de estehecho en Shiji 6: 255.6 ss. y 87: 2546.11 ss., ver también 15: 686. Se convirtió en untema favorito para todos aquellos que querían enturbiar la reputación de los Qin, loque nos debe hacer sospechar de la exageración con que se relata el alcance efectivode las órdenes de Li Si.

    5fe/73: 91.1 ss., 4: 111.1 ss.

    9

  • 8/16/2019 Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

    27/239

    L as  asp ir ac io nes  d e  l a  c u r io s id a d

    Sin embargo, en este último caso, la continuación de la historia

    se hace más recatada. E l niño que dio a luz J iang Yuan fue Hou J i, elSeñor del Mijo, que, en otros textos chinos se considera un persona-

     je divino que trae el grano y a quien se atribuyen una serie de capaci-

    dades sobrehumanas ĥ En la versión de Sima Qian, por el contrario,recibe el encargo del emperador Shun de organizar la agricultura parasalvar al pueblo de la inanición, y sus éxitos se atribuyen a su traba-

     jo e inteligencia más que a sus posibles poderes milagrosos. Ello leda un giro realista a la historia, aunque Sima Qian no llegue al extre-

    mo de algunos escritores griegos que, en circunstancias semejantes,rechazan explícitamente por absurdas ciertas leyendas tradicionaleŝ .̂De hecho, podemos decir que en su rectificación no llega a utilizar unconcepto correspondiente a mythos en el sentido peyorativo de ficción(que no es su único sentido, como ya veremos). No parece manejarsemejante categoría y ni siquiera se aproxima al concepto que muchomás tarde se introdujo en el chino mediante el término shenhua (lite-ralmente, «habla del espíritu») y que cubre algunos de los sentidos del

    griego «mito».Pero el Shiji no es sólo un libro de historia, ni su autor es úni-

    camente historiador. Ambas precisiones son importantes. El texto sedivide en cinco secciones principales. Primero nos encontramos con

    los «Anales Básicos», la relación de las principales dinastías desdesu fundación hasta su caída. Después, tenemos las tablas cronológi-cas. En la sección tercera, encontramos una serie de tratados sobre

    el calendario, la astronomía, las vías fluviales, la agricultura, música

    y rituales. La sección cuarta contiene la crónica de las «familias here-deras» e incluye biografías de figuras prominentes, como Confucio.Einalmente, aparece un grupo de setenta capítulos («tradiciones»,

    zhuan)  con biografías de gobernantes, sabios eruditos y otros perso-najes, a menudo emparejados o agrupados en torno a un determinado«tipo» humano, con capítulos dedicados a «criados asesinos», «espe-culadores» o «bufones». De esta última sección se extraerían ciertaslecciones generales sobre la variable fortuna de los personajes históri

    Ver, por ejemplo, Shijing Mao 245, Sheng min.

    Ver, por ejemplo, más adelante. Mecateo. Aunque no hay que negar que los his-toriadores chinos ejercieron continuamente la crítica entre sí. Ya Ban Gu ofreció una

    valoración de la obra de Sima Qian resaltando tanto aspectos positivos como negati-vos de la misma; Hanshu 62; 2737.1 ss., 8: Tn>%2 ss,, y otros comentarios posterioresahondan en la crítica negativa.

    10

  • 8/16/2019 Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

    28/239

    H is t o r ia s , a n al e s ,mit o s

    eos que, en todo caso, se basan en la propia narración. Pero es, sobre

    todo, en la sección tercera, en los tratados, donde encontramos unaserie de materias que van mucho más allá de lo que podríamos (actual-mente) esperar en un escrito de carácter histórico.

    Aun así, la aparición de estas materias resulta por completo apro-piada, dada la condición del puesto oficial ocupado por el propioSima Qian y atendiendo sobre todo al objetivo general de la obra. En

    este sentido, cabe compararla con otros escritos que, sin ser de tipohistoriográfico, sí que comparten con el Shiji la intención de ofrecer

    información relativa a asuntos concernientes al gobierno del Estado.Estudiemos primero el puesto que ocuparon tanto Sima Tan como elpropio Sima Qian. Este último se refiere a su padre como taishi gong, y cita su pretensión de que el puesto de taishi haya sido ocupado pormiembros de su familia durante generacioneŝ .̂ A la muerte de supadre, Sima Qian pasó a ser taishi ling o taishi gong, aunque el pues-to no le duró mucho. Cayó en desgracia con el emperador Wu Di, ya

    que se atrevió a defender la actuación de L i Ling, el oficial al man-

    do de la desastrosa expedición contra los Xiong Nu, habitualmenteidentificados como los hunos. Sima Qian fue arrestado y habría sido

    ejecutado de no haber elegido él mismo sufrir la humillación de la cas-tración, con la intención de completar la labor de su padre. Pero lahistoria no acaba aquí. Sorprendentemente, de acuerdo con la crónica

    de los Han, el Hanshu, escrito alrededor del año 80 de nuestra era porBan Gu, Sima Qian volvió a ocupar un puesto oficial tras su desgra-cia, aunque esta vez no como taishi sino como zhong shu ling (algo así

    como «Director de la Secretaría», en la traducción de Hucker), pues-to en el que, según Ban Gu, llegó a alcanzar grandes honoreŝ "*.Pero, ¿cuál era el cometido del taishi?  (No interesa de momento

    distinguir entre esta denominación y las otras dos taishi gong y taishi ling, que, al parecer, también se refieren a Sima Qian ’̂). Las traduccio

    Shiji 130:3295,2 ss. La defensa de la reputación de su familia era, evidentemen-

    te, uno de los objetivos del trabajo de Sima Qian, Ver Nylan, 19981999, que argu-menta a favor de la importancia de la piedad y el rigor religiosos en el pensamiento

    de Sima Qian.

    Hanshu 62: 2725,1, Al contrario que Hucker, 1985, p, 193, Bielenstein, 1980,p, 212, traduce zhong shu ling como «Prefecto de los Escribas de Palacio»,

    Las tres expresiones aparecen referidas tanto a Sima Tan como a Sima Qian,aunque hay que tener en cuenta que el gong del taishi gong es más bien una cláusulahonorífica y no el nombre oficial de un cargo.

    11

  • 8/16/2019 Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

    29/239

    L as  asp ir ac iones  d e  l a  c u r io s id a d

    nes al uso varían entre «Gran Escriba», «Gran Cronista» o «Gran His-

    toriador», «Gran Astrólogo» o, incluso, «Astrónomo Real»̂ *̂ . Cuandoencontramos noticias sobre individuos que ostentaron este cargo, o elaparentemente equivalente de dashi, tanto en el Shiji como en el Zuo- zhuan, aparecen desempeñando labores muy variadas. Entre ellas seencontraba, por supuesto, la crónica de los acontecimientos (tal comohemos comprobado en la historia del asesinato de Cui Shu, recogida

    en el Zuozhuan). Pero también debían atender consultas sobre asun-tos rituales, realizar ceremonias de adivinación, interpretar las ofreci-

    das por otros y encargarse, en general, de augurios y prodigios.Cierto es que los principales modos de adivinación que se reco-

    gen en el Zuozhuan se basan más en el estudio de los caparazones detortuga o del milenrama que en la interpretación de signos o porten-

    tos astronómicos; sin embargo, no parece existir una discontinuidadentre el interés del taishi en asuntos relativos a la adivinación y a laastronomía, tal como se deduce del relato de Sima Tan de su propio

    adiestramiento^̂ El programa incluía tanto el estudio de la astronomía

    como del texto clásico de adivinación, el Yijing oLibro de las transformaciones. Así que, como cronista oficial, el toA/i/tendría que atender,lógicamente, al calendario (aunque no tuviera por qué embarcarse,

    necesariamente, en una reforma del mismo) y como adivino tendríaque atender a cualquier consulta sobre los signos celestes. Cuando,

    en una de las últimas crónicas dinásticas, el Hou Hanshu {25: 3572.1ss.), se definen los deberes del taishi ling, se enumeran los siguientes:1) estar a cargo del calendario y de las efemérides, 2) escoger fechas y

    tiempos propicios para asuntos estatales, sacrificios, funerales, bodasy demás, y 3) registrar puntualmente la ocasión de los presagios, tanto

    propicios como funestos.De modo que el taishi debía ser un experto tanto en astronomía

    como en cuestiones de ritual, por lo que la inclusión de tratados sobreestos temas en el Shiji no resultaría ya tan sorprendente. Pero, ¿qué

    diremos ahora sobre los tratados de agricultura, de música o de acústi-ca, que evidentemente sobrepasan cualquier interés ceremonial? Aquí

    tendríamos que remontarnos a otros modelos precursores, a trabajos

    Ver, por ejemplo, Needham, 1959 xlv, Watson, 1961 (Gran Cronista), Hulsewé,1993, Queen, 1996, Hardy, 1999 (Gran Astrólogo), Dawson, 1994 (Gran Historiador),Nienhauser 1994a (Gran Escriba).

    Shiji 130: 3288.1 ss.

    12

  • 8/16/2019 Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

    30/239

    H is t o r ia s , a n al e s , mit o s

    como el Lüshi chunqiu o el Huainanzi, amplios manuales que recogen

    todos los aspectos del consejo a gobernantes.El primero de ellos, el Lüshi chunqiu, se compiló bajo la supervi-

    sión de Lü Buwei (antes del 237 a. C.), que fue ministro del hombre

    que habría de convertirse en el primer emperador Qin, Qin Shi HuangDi, aunque Lü cayó en desgracia antes de que se produjera la completaunificación de China. El texto del que le suponemos responsable inclu-ye consejos, no ya sobre el propio comportamiento del gobernante ysus ministros, sino también sobre cuestiones de música, medicina, agri-

    cultura y sobre los principios básicos que actúan en la naturaleza y en eluniverso, es decir, sobre cosmología. Ya en el siglo ll a. C., el Huainanzi (compilado bajo el patronazgo de Liu An, Rey de Huainan) recogía, de

    manera similar, un ambicioso programa que incluía, básicamente, todoel conocimiento que, de un modo u otro, se consideraba útiP*.

    El propio Shiji no pretende aspirar a la universalidad de estos tra-bajos y, aun así, no podemos considerar la inclusión de los tratadoscomo una mera exhibición erudita. Más bien se entendía que la ins-

    trucción en materias como la música, la astronomía o el ritual, for-maba parte del saber técnico que tanto el emperador como sus máscercanos altos cargos necesitaban poseer y debían poner en práctica.El dominio de tales materias era, de hecho, como veremos, un ele

     Tenemos que mencionar también un tercer tratado de similar alcance, el Chun-qiu fanlu. Este se atribuye a Dong Zhongshu, un famoso memorialista y estadista que

    vivió entre los años 179 y 104 a. C. También se trata de una compilación y existe ungran debate en torno a qué partes del texto puedan atribuirse al propio Dong Zhong-

    shu. Ver Arbuckle, 1989, 1991, Queen, 1996. Por un lado, es evidente que Sima Qianconocía y admiraba a Dong Zhongshu, e incluyó en su libro una pequeña biografíaen la que alababa su honestidad y erudición {Shiji 130: 3297.1 ss.). Pero resulta aún

    más interesante el que, en el capítulo final del Shiji 130: 3297.1 ss., cuando Sima Qiandefiende su propia actividad como historiador frente a la crítica hostil por parte deHu Sui, aquél cite en su favor la interpretación que Dong Zhongshu hace del papelde Confucio como consejero que proporciona una «educación adecuada para las tareasdel gobernante» y la manera en que se recoge el propio comentario de Confucio sobre

    el mejor modo de llevar a cabo esta tarea «tomando como ilustración la profundidad yla claridad de los acontecimientos». (Este es un testimonio importante que nos revela

    cómo Sima Qian se consideraba un seguidor del modelo de Confucio en su propio li-bro, aunque también aclara que él no pretende componer una obra original, como hizoConfucio, sino recopilar, para su transmisión, los sucesos del pasado: 3299.T3300.1).Por otro lado, en ningún punto del Shiji se cita por su nombre el Chunqiu fanlu, aun-que los comentaristas interpretan como una alusión al mismo el pasaje 14: 510.5, queglosa cómo Dong Zhongshu «amplió» los Anales de primavera y otoño.

    13

  • 8/16/2019 Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

    31/239

    L as  asp ir ac iones  de  l a  c u r io s id a d

    mentó crucial para la defensa de su legitimidad. Y esto tiene su expli-

    cación. Se consideraba responsabilidad del emperador asegurar elbienestar de «todo bajo el firmamento» y, en este contexto, era vistocomo un mediador del que dependían las buenas relaciones entre elcielo y la Tierra. Para llevar a cabo su cometido, necesitaba el ritual

    adecuado y conocimientos precisos de todo lo que estaba sucediendoen el firmamento (el tipo de saber que le proporcionaban los tratadosastronómicos, entre otros). Y, por supuesto, esta necesidad se exten-

    día a sus ministros. Ya hablaremos de estos extremos más adelante.Así que llegamos a la cuestión fundamental de la utilidad del Shiji 

    como un todo. Partiendo de este ejemplo específico, ¿para qué servíala «historiografía» china?, si es que podemos llamarla así. La respuesta

    depende de la consideración equilibrada entre tres puntos. En primerlugar, aunque el Shiji no fue un encargo directo del emperador (comosí lo fue, con posterioridad, la historia de los últimos Han, encargadapor el emperador Ming a Ban Gû ®), sus autores ocupaban un cargooficial, como taishi, y dependían del permiso imperial para tener acce-so, por ejemplo, a los archivos de palacio.

    En segundo lugar, el Shiji  no puede considerarse, simplemente,como propaganda estatal. Existe un claro contraste entre este escritoy las inscripciones que, a partir de Qin Shi Huang Di, los emperadoreschinos (como hicieron los reyes persas) comenzaron a erigir, en lugares

    prominentes, según ampliaban sus dominios, con el objeto de glorificarsus gestaŝ ®. Es más. Sima Qian continuó con su trabajo incluso tras sucaída en desgracia. Y la idea de que lo hiciera con el objeto de incorpo-rar una visión crítica del propio Wu Di resulta bastante controvertida ĥ

    Por un lado, los reproches disimulados hacia los gobernantes son unatécnica tradicional de la escritura china que se encontraba ciertamentedesarrollada^̂. Pero, por otro, ello no dejaba de comportar graves ries-

    gos, sobre todo para alguien caído en desgracia ante Wu Di.El tercer punto que debemos considerar resulta ser crucial. La

    utilidad del trabajo (para cualquiera, de Wu Di para abajo) y su pre

    VerHulsewé, 1961, p. 38.

    ® Hay varios ejemplos en «Anales Básicos» 6, del reinado del emperador Qin ShiHuang Di, Shiji 6: 243,245247, 249250,261262. Herrenschmidt, 1996, comenta lasinscripciones persas que celebraban las hazañas de los reyes y cómo algunas de ellas seencuentran en lugares inaccesibles, lejos del alcance de observadores humanos.

    ’’ Ver Durrant, 1995, Lewis, 1999, pp, 308 ss., en contraste con Peterson, 1994.

    ” Ver, por ejemplo, Schaberg, 1997.

    14

  • 8/16/2019 Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

    32/239

    H is t o r ia s , a n al e s , mit o s

    tensión de adquirir fama no se basaban, tan sólo, en su recopilación

    para la memoria de los hechos de grandes figuras. Era más impor-tante que transmitiera información válida y buenos consejos sobre elgobierno de los hombres. La narración está salpicada de comentariosdel propio taishi gong (tanto Sima Tan como Sima Qian) que preten-den recoger las lecciones que deben extraerse de los acontecimientos,

    la moraleja de las historias, la desgracia que acaba alcanzando a loscorruptos y, a veces también, a los incautos inocentes. Es este caso,no se proclama a los cuatro vientos que el libro sea una «adquisición

    para siempre»; pero en los «Anales Básicos» 6 (278.9 ss.) se mencio-na la cita de un refrán popular por parte de J ia Y i en el sentido de que

    «el recuerdo del pasado es una guía para el futuro», es decir, se debenestudiar los modos de gobierno de los tiempos antiguos, contrastarloscon los actuales y encontrar así la solución más adecuada. De nuevo,

    en el libro 18 (878.4 ss.), tras establecer que el presente no es necesa-

    rio como sí lo es el pasado, el texto añade: «si uno examina los modosen que los hombres han alcanzado puestos y honores y el modo en que

    los han perdido y caído en desgracia, tendrá la clave del éxito y delfracaso en su propio tiempo». Y aunque el texto prosigue apuntandoque no es necesario acudir a las tradiciones antiguas, está claro que enéstas la postura es similar.

    En una carta que, según Ban Gu {Hamhu 62: 2735), Sima Qian leescribió a Ren An, aquél le comenta sus razones para escribir el Shiji. Primero se compara con otros, incluidos Confucio y Lü Buwei, quedecidieron «escribir sobre el pasado pensando en el futuro» como

    manera de superar la frustración que les producía la imposibilidad de

    influir directamente en los asuntos de gobierno. Así también él, dice(2735.6 ss.), reunió las viejas tradiciones e «investigó los principios del

    éxito y el fracaso, del ascenso y la caída». Si las generaciones futuras,continúa, llegaran a valorar su trabajo, éste habría merecido la pena.

    Se ha relacionado la antigua historiografía china con sus sistemas

    de adivinación (de los que hablaré en el capítulo siguiente) y la ver-dad es que las proximidades y diferencias entre ambos merecen ciertaatención, entre otras cosas, porque un texto como el Yijing, el Libro 

    de las transformaciones, no sólo ilustra las técnicas para pronosticar,sino que ofrece un marco completo para la comprensión de la expe-riencia humana. E l propio Shiji no pretende profetizar el resultado delos acontecimientos, no establece reglas de prognosis, aunque en los

    tratados astronómicos se asocien ciertos fenómenos celestes a diversos

    15

  • 8/16/2019 Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

    33/239

    L as  asp ir ac iones  de  l a  c u r io s id a d

    tipos de acontecimientos, como epidemias, guerras, victorias o derro-

    tas. Así, comenta que la conjunción del Planeta del Fuego (Marte) conel Planeta de la Tierra (Saturno) supone un presagio funesto para los

    altos cargos, ya que significa hambruna y derrota militar. En cambio,si Fu Er (una estrella de Tauro) parpadea, significa que hay quien estáextendiendo rumores maliciosos y creando confusión en las cercaníasdel emperador” .

    Pero si miramos el texto con una cierta perspectiva, la verdad esque el Shiji ofrece lecciones de las que el gobernante o el estadista

    sabios deberían aprender, deduciendo las consecuencias inevitablesde determinado tipo de comportamientos o políticas, lo que les per-mitiría estar en mejor posición para dominar el presente, anticipando

    el futuro.Desde el punto de vista del poder oficial, existía, evidentemente,

    un dilema, como la historia de las dinastías posteriores habría de mos-

    trar hasta la saciedad. Por un lado, una historia meramente hagiográficacomplacería a los gobernantes y a menudo se promovió como elemen-to de propaganda: la desventaja es que no contendría consejo alguno.

     Tan sólo le diría al gobernante lo que éste quería oír. Y aunque hubomuchos mandatarios que realmente no quisieron otra cosa, algunossupieron ver lo vacuo del asunto y, de hecho, la idea de que los conseje-ros deben enfrentarse a sus señores y corregirles cuando sea necesario,aunque ello les acarree inconvenientes, resulta ser un tema recurrente y

    bien desarrollado en las biografías tradicionales de los filósofos chinos,desde Mencio, si no desde el propio Confucio, en adelante.

    Aun así, por otro lado, si al historiador se le perdonaba la vida y

    se le permitía seguir trabajando, lo cierto es que cuanto más cuidado-sa fuese su investigación y cuanto más independientes fuesen sus opi-niones, mayor peligro habría de sublevación, al quedar a la vista los

    fallos de política o los errores judiciales. Desde el punto de vista delpropio historiador, el objetivo era registrar, valorar y explicar, es decir,

    diagnosticar las causas del éxito o del fracaso; pero las terribles con-

    secuencias del rechazo oficial siempre estaban presenteŝ '*. Los actua

    ” ShijiZl'. 1320.10 y 1306.1, respectivamente.Así se deduce del destino del propio Ban Gu. Fue denunciado y encarcelado

    por «arreglar» la historia del Estado, aunque más tarde quedó en libertad para que elemperador Ming le encargase la historia de la fundación de los últimos Han. En el año92 de nuestra era fue, sin embargo, ejecutado por pertenecer a la facción perdedora enlos inicios del reinado del joven emperador He Di.

    16

  • 8/16/2019 Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

    34/239

    H is t o r ia s , a na l e s ,mit o s

    les debates sobre la postura del propio Sima Qian respecto de Wu Di,

    nos muestran lo bien que, al menos, ocultó sus cartas, con lo que nosdejó a los actuales lectores un amplio margen de interpretación sobre

    sus verdaderas valoraciones.La historie  griega, como es bien sabido, cubre un campo muy

    amplio que excede con mucho la mera escritura histórica, algo que,

    como ya hemos visto, ocurría también con la historiografía china, aun-que de un modo distinto. También en este caso, los orígenes de la his-

    toriografía son complejos y ciertamente las indagaciones conservadas

    no se adaptan, ni en este caso ni en ningún otro, a un supuesto casi-llero intelectual universal. En primer lugar, el término historie puedeaplicarse tanto a un tipo de conocimiento como a un tipo de investi-gación y, en este último sentido, puede referirse a «cualquier» clase deestudio (o al conocimiento o información obtenidos mediante el mis-

    mo) sin que sea necesario añadir la cláusula encabezada por peri, esdecir «sobre», animales o plantas, por ejemplo, o la propia naturalezacomo un todo. Pero ello no quiere decir que los que se embarcasen enuna de estas ramas practicaran también la investigación en las demás.Veremos cómo este punto resulta ser importante precisamente entrelos que se dedicaron a algo cercano a nuestro propio concepto de his-

    toriografía.Debemos, en todo caso, desde el principio, aclarar dos puntos

    de carácter institucional y uno de tipo ideológico. Parece que ningu-

    na de las prácticas contenidas en el concepto de historie supuso, enGrecia, la obtención de un cargo oficial en el período clásico, nadaequivalente a los taishi. Es cierto que, a veces, aunque por períodos

    limitados, se contrataba a algún médico para que practicase su profe-sión a cargo del erario público. Pero el objetivo era que actuase como

    doctor en medicina, no que investigase o practicase ningún tipo de

    historie (aunque a título personal pudiera hacerlo)̂ .̂El segundo aspecto institucional está relacionado con el primero

    y se refiere al público griego, al que los que se dedicaban a la historie debían satisfacer. Ya que, aunque a veces trabajasen en las cortes delos tiranos, los investigadores griegos se ganaban su reputación más

    bien impresionando a su propio grupo social o a la ciudadanía en su

    ” La historie llegó a considerarse un importante principio metodológico entre laescuela empírica de la medicina helenística. En este caso, incluía fundamentalmenteel estudio de los textos de medicina antiguos. Ver, por ejemplo, Frede, 1987, cap, 13,

    Standen, 2001 o Sigurdarson, 2002.

    17

  • 8/16/2019 Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

    35/239

    L as  asp ir ac iones  de  l a  c u r io s id a d

    conjunto, que cortejando a los gobernantes (cuyo poder, en cualquier

    caso, habría empalidecido ante el de los emperadores chinos, respon-sables del bienestar de «todo bajo el firmamento»).

    Ciertamente, durante el período helenístico se produjeron algunos

    cambios que afectaron precisamente a ambos extremos, Alejandro lle-

    vaba historiadores (lo que actualmente entendemos por historiadores)en su séquito y la ejecución de uno de ellos, Calístenes, nos demuestra

    que los cronistas griegos podían estar tan en situación de riesgo como

    sus colegas chinos —lo que también puede aplicarse a Roma— . Por

    otro lado, tal y como comentaré en el último capítulo, las institucionescreadas por los Tolomeos en Alejandría, e imitadas por doquier, fomen-

    taron y apoyaron, aunque de un modo limitado, varios tipos dehistorie. Y llegamos al tercer punto, de carácter ideológico, que tendría

    que ver con la actitud de los griegos frente a su pasado remoto. Losgriegos del período clásico no concebían su propia civilización comoel resultado de una instauración llevada a cabo, siglos atrás, por sabios

    reyes. Tenían, ciertamente, sus héroes (Heracles, Teseo) y considera-

    ban emblemático el período de las guerras troyanas; pero no existíaequivalente alguno a la noción de un mandato divino que se transmi-

    te de dinastía en dinastía a través de largas eras. De hecho, cuando losgriegos entraron en contacto con los egipcios, la reacción de algunosfue precisamente comparar aquella cultura, y su evidente continuidad

    desde tiempos remotos, con la propia «juventud» de Grecia '̂̂ .Es cierto que tenían sus leyendas sobre la fundación de ciudades,

    el tema más frecuente en las crónicas de carácter local; pero la tempra-

    na historiografía griega no se encontró ya, como modelo o término decomparación, con una larga tradición en el registro y archivo de anales.

    Las historias locales, trabajos como los de Ion de Quíos, Caronte deLámpsaco o los logógrafos del Atica, empezando por Helánico, se ela-boraron más o menos al mismo tiempo que los más amplios de Reca-

    teo o Heródoto. Si Heródoto partió de algún modelo, tuvo que ser laépica, aunque el modo en que la litada y la Odisea tratan de asuntoscomo la guerra o los pueblos extranjeros es, ciertamente, muy distinto

    del suyo.Por otro lado, en el período arcaico, cuando los griegos hablabande una Edad de Oro, aparecía siempre la noción de una discontinui-

    dad básica con el presente. De acuerdo con el mito de los metales, rela

    Platón,  Timeo 22b.

    18

  • 8/16/2019 Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

    36/239

    H is t o r ia s , a n al e s , mit o s

    tado por Hesíodo en Los trabajos y los días, las disüntas eras habrían

    estado pobladas por distintos gene («razas», «especies»). Los héroes,por ejemplo, provendrían de un acto de creación por parte de Zeusque habría precedido al que dio lugar a la actual raza de hierro b̂ En

    la Edad de Cronos, el tiempo era, incluso, cualitativamente diferente,ya que fluía hacia atrás, de modo que la vejez precedía a la juventud, loque no es, obviamente, sino un mito.

    Así que debemos preguntarnos hasta qué punto los primeros his-toriógrafos griegos, o los que practicaron cualquier otro tipo de histo-

    rie, pretendían separarse del mito. Este punto puede resultar bastanteconfuso, ya que tanto nuestro término «mito», como el griego mythos, poseen campos semánticos muy amplios y no coincidentes. Reciente-mente, Caíame (1996, 1999) ha mantenido que ninguno de los prime-

    ros historiadores griegos, Hecateo, Heródoto o Tucídides, tenían lamenor intención de refutar sistemáticamente el mito ni nada equiva-lente a lo que los modernos antropólogos llaman leyendas sagradas (ya

    se trate de la «Gesta de Asdiwal»’®o del mito de los metales de Hesío-

    do). Sin embargo, cuando Tucídides rechaza otras aproximacionesa la «arqueología» (la historia de los griegos antiguos) distintas de la

    suya, no sólo critica a los poetas, sino también a los logographoi, los queescriben logoi, un término que no debe entenderse como el antónimode mythos, en el sentido de ficción, sino como el sinónimo de mythos, en el sentido de leyenda. Tucídides utiliza frecuentemente el términologopoiein en el sentido de inventar chismes y el propio Heródoto utili-za logopoios para describir el tipo de literatura de un Hecateô ®.

    En cualquier caso, y de manera recurrente, la imagen que los pro-pios historiadores griegos transmiten de sí mismos se basa en su labor

    como guardianes de la verdad. Hecateo ridiculizaba y tachaba deabsurdos los «muchos cuentos» [logoi, de nuevo) que circulaban entrelos griegos; de sus propios relatos, por el contrario, afirma que son

    verdaderos [alethes,  Fr. 1). Heródoto, que constantemente comparay evalúa las distintas versiones de unos mismos hechos que obtienede diversas fuentes, también califica de absurdas y refutables ciertas

    nociones que considera especulativas sobre la geografía del mundo(iv 36,42), y aquí piensa, entre otros, en el propio Hecateo.

    ” Hesíodo, Los trabajos y los días,  109201. Ver Vernant, 1983, cap. 1.

    LéviStrauss, 1967.

    ” Ver Heródoto ii 143, v 36, 125. Tucícides vi 38.

    19

  • 8/16/2019 Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

    37/239

    L as  asp ir ac io nes  de l a  c u r io s id a d

     Y la historia se repite con la generación siguiente, con Tucídides.

    Es cierto que éste no nombra a Heródoto, pero, claramente, quieredistanciarse de aquellos cuyos relatos están «más atentos a cautivar asu auditorio que a la verdad» (i 21), cuyas historias no pueden investi-

    garse ni verificarse (anexelegktos) y que «rozan lo mítico» (mythodes). Es en esta asociación con lo no verificable que lo mítico adquiere unsentido peyorativo.

    Este motivo recurrente se corresponde, en historiografía, con la

    costumbre análoga de los primeros filósofos y médicos griegos, que

    rechazaban la postura de sus antecesores o rivales como mera opinión,especulación o incluso superstición (deisidaimonie),  respondiendo asimilares presiones competitivas. Sin embargo, este modo de exponerel asunto, de acuerdo con nuestras propias categorías en historiografíay filosofía, no hace realmente justicia a la auténtica situación de inde-

    finición entre los distintos campos en que tenía lugar este permanenteestado de controversia.

    Eleródoto, por ejemplo, comparte la curiosidad etiológica (al menos

    en algunos temas, como el origen de las crecidas del Nilo) con los quenosotros llamamos filósofos presocráticos"'“. Por otro lado, un texto

    como el tratado hipocrático Sobre los aires, aguas y lugares, en el que sehabla de los escitas, también está cercano a los intereses más etnográfi-cos de Heródoto. Las causas de la impotencia de los «enareos» se dis-

    cuten en ambos escritos, y mientras que el escritor hipocrático refuta laidea de que la enfermedad tenga origen divino alguno, Heródoto cuen-ta la leyenda sobre la intervención de Afrodita sin impugnarla“". Existe,

    de hecho, otro tratado hipocrático que se ocupa de atacar gran parte dela propia tradición etiológica griega. Sobre la medicina antigua critica atodos aquellos que se han dedicado a especular sobre «las cosas celes-

    tes y las subterráneas» y para ello utiliza el mismo argumento que Tucí-dides: el que tales relatos no pueden verificarse. De acuerdo con estetratado, la correcta comprensión de la constitución física de los huma-

    nos es un tipo de historie que debe basarse en la medicina, es decir, enla experiencia y no en la especulación“'̂ . Así que, tal como hemos com

    40 Ygj. especialmente R. Thomas, 2000. De modo similar aparecen múltiples ele-mentos de geografía y etnografía en historiadores posteriores, como Diodoro, mientrasque en el trabajo de Estrabón, fundamentalmente geográfico, aparece abundantematerial histórico (de acuerdo, de nuevo, con nuestras categorías).

    Heródoto i 103, Sobre el medioamhiente cap. 22, CMC 112, 72.10 ss.

    Sobre la medicina antigua cap. 20, CMC 1 12, 51.6 ss,, 51.17. Ver también cap, 1,36.9 ss., cap. 2,37.1 ss.

    20

  • 8/16/2019 Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

    38/239

    H is t o r ia s , a n al e s , mit o s

    probado al examinar el desacuerdo entre Heródoto y el autor de Sobre 

    los aires, aguas y lugares y la crítica a otros modos de entender el cuerpohumano que aparecen en Sobre la medicina antigua, es evidente queexistía cierta controversia en torno a aquello que contaba como autén-

    tica historie, incluso entre los que pensaban que debía practicarse.No podemos, por tanto, afirmar que los primeros escritores grie-

    gos practicaran y alabaran la historie bajo cualquier definición. Heráclito, que rechazaba la mayor parte de las creencias populares, habla,sin embargo, con desprecio de los que, como Pitágoras, creen saber de

    todo a través de la historie-. «Pitágoras, hijo de Mnesarco, se ejercitó eninformarse (historie) más que los demás hombres», pero «mucha eru-dición no enseña comprensión; si no, se la habría enseñado a Hesíodo

    y a Pitágoras y, a su turno, tanto a J enófanes como a Hecateo»'*̂ . El

    mero proclamar la práctica de la «indagación» no convencía a Heráclito. Por otro lado, es sabido que Aristóteles, que practicó la historie en sus escritos sobre los animales, el alma y la naturaleza en general,también utiliza el término en su Poética (1451b 24) en relación con el

    relato narrativo, cuando compara desfavorablemente al «historiador»con el poeta, ya que el primero se encarga de asuntos particulares y

    de la realidad de los sucesos, mientras que el poeta se centra en losaspectos universales y en lo que tiene posibilidad de suceder y es, porlo tanto, más teórico. En este pasaje afirma que, aunque se versificaran

    los escritos de Heródoto, éstos seguirían siendo (un determinado tipode) «historia». Por otro lado, en el resto de sus escritos, por ejemplo

    Reproducción de los animales 756b6 ss., cuando discute la explicación

    que da Heródoto, en el libro sobre Egipto, sobre la fertilización en lospeces, Aristóteles lo critica como mero «mitólogo»'*'*.Así que, como demuestra el mencionado texto de la Poética, era

    perfectamente posible para un griego distinguir entre la historiogra-fía y cualquier otro tipo de historie, zoología, psicología, geografía ocualquier otra, precisamente por el objeto de estudio. Lo que tenían

    Heráclito, Frg. 40, cf. Frg. 35 y 129.

    Aristóteles se niega a creer que el pez hembra pueda fertilizarse al tragar el se-

    men del macho y cita su propio conocimiento de la disposición interna de los órganosde reproducción. No necesitaba para ello haber practicado él mismo una disección yaque podría haber observado los hechos más relevantes en cualquier pescadería. Sinembargo, en Partes de los animales 1 cap. 5, 645a26 ss., defiende explícitamente lapráctica de la disección como uno de los métodos de investigación más efectivos en elestudio de los animales.

    21

  • 8/16/2019 Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

    39/239

    L as  asp ir ac iones  de  l a  c u r io s id a d

    en común todas ellas era su búsqueda, su indagación, de la verdad.

    Esa era, al menos, la pretensión. Pero las controversias en cuanto alos límites, metodología o resultados indican que existía una cierta

    presión competitiva. Y es que ninguno de los antiguos historiadoresgriegos podía pretender un puesto remunerado; para abrirse caminodebían, más bien, emplearse a fondo en su propia propaganda. Sabe-

    mos que Heródoto leyó parte de sus libros en Atenas, y quizá en otroslugares"*’. Pero, en cambio, Tucídices proclama que sus escritos no sonpara complacer al público. Su propia táctica para alzarse por encima

    de la competencia era manifestar que su trabajo no se había concebi-do como una mera piezapara la competición {agonisma, 122).Claro que los primeros historiadores griegos pretendían algo más

    que hacerse propaganda. Heródoto afirma que sus objetivos son con-memorar las grandes hazañas de los griegos y de los bárbaros y mos-

    trar cómo surgió el conflicto entre ellos. Tucídides, por su parte, nopretende saber demasiado de tiempos remotos, pero declara que elobjeto de su escrito es la guerra más importante que se ha producidonunca. En cuanto a la utilidad de su trabajo, el famoso pasaje progra-

    mático 1212 afirma que es una «adquisición para siempre». Presentaal lector no sólo aquello que sucedió, sino lo que, con toda probabili-dad, podemos esperar que vuelva a ocurrir, lo que supone una refuta-

    ción de Aristóteles avant la lettre.Del mismo modo en que se describe la peste de Atenas como si

    pudiese volver a darse (ii 48), se tratan los asuntos políticos y morales

    como sujetos a idéntica recurrencia «mientras la naturaleza humana

    sea la misma» (iii 82). Las enfermedades políticas, podríamos resu-mir, siguen el mismo proceso inexorable que las enfermedades físi-cas, lo que convierte al historiador en alguien que diagnostica, si noes que cura, los males políticos. Claro que las lecciones de Tucídides

    tienen un alcance general y no particular, y tampoco puede decirse deellas que presenten una teoría estrictamente causal del cambio políti-

    co. Pero se supone que el lector debe aprender, al menos en términos

    generales, cuál es el origen de la calamidad, las tensiones de la guerra yla degradación moral que produce el enfrentamiento social.

    Las posibles funciones de la historiografía van desde la celebración,la conmemoración o la legitimación, hasta la explicación, la formación, laenseñanza moral, la crítica o la censura. Pero las tres primeras son apre

    Ver Marcelino, Vida de Tucídides en J ones y Powell, 1900 154.

    22

  • 8/16/2019 Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

    40/239

    H is t o r ia s , a n al e s , mit o s

    dablemente más sencillas que las cinco últimas que, inevitablemente,

    crean una tensión entre el historiador y su público. Así que, ¿con québase y con qué justificación decide el historiador ponerse a criticar?¿Cuál cree que será la reacción de la audiencia (quienquiera que sea)ante su censura? Aquí es donde empiezan a contar tanto la capacidad

    de exposición como la calidad de la investigación involucrada paramantener la pretensión de verdad. La escritura histórica que explícita-mente proclama su pretensión de verdad está poniendo, precisamente,

    sobre la mesa la cuestión de su propia justificación y su propia eviden-cia. Yo mismo he visto, he oído, he indagado, yo puedo citar las ipsis- sima verba!̂ .̂ Yo puedo contaros cómo sucedió en realidad. Lo cualsupone una aspiración verdaderamente ambiciosa, si reflexionamossobre el absurdo de intentar contarlo todo. La histoire totale es tan qui-mérica como insustancial resulta la histoire événementielle.

    Heródoto y Tucídides comparten con Sima Qian aspiracionesconmemorativas, pero también la intención didáctica e instructiva.

    Los principios de la historiografía son políticos en ambas culturas.Pero el modo en que sus funciones se incardinan socialmente varía, lo

    que revela diferencias tanto en la posición de los historiadores comoen las realidades políticas a que se enfrentaban. Tanto la antigua Gre-cia como la China antigua (entre otras sociedades) llegaron a utilizarla investigación sobre el pasado como medio para la comprensión delpresente y la prevención del futuro. Con ello obtuvieron un arma real-

    mente poderosa y ciertamente precisa para la valoración tanto del statu quo como de los acontecimientos contemporáneos, potencialmente

     justificatoria, pero eventualmente crítica e incluso subversiva. En

    cualquier caso, el modo en que tanto Grecia como China desarrolla-ron el potencial de la historia fue completamente distinto, con lo quetambién lo fueron pronto los trabajos producidos. Podríamos llamara uno de los métodos, el camino oficial y al otro, el individual. Y, aho-ra, resumamos los principales puntos que hemos sacado en claro enesta primera investigación sobre el desarrollo de las investigaciones,

    en relación con la definición del campo de estudio, el método de inda-gación, el sistema de crítica y la audiencia.

    Primero, el asunto de la definición del propio campo. En ambasculturas la relación entre los escritos históricos y los pertenecientes a

    Hartog, 1988, contiene un comentario ya clásico sobre estos temas en relacióncon Heródoto.

    23

  • 8/16/2019 Lloyd - Las Aspiraciones de La Curiosidad, En Grecia y China(CC)

    41/239

    L as  asp ir ac iones  d e  l a  c u r io s id a d

    otros géneros literarios resulta compleja. En el caso chino, sucede que

    las primeras historias dinásticas incluyen, por ejemplo, tratados deastronomía y no como un mero añadido, sino como elemento primor-dial de la labor asesora que se pretende realizar. E l conocimiento deestas materias era un componente esencial, no ya sólo para el prestigio

    del monarca, sino también para su legitimación. En Grecia, la historie no era en absoluto monopolio de lo que ahora llamamos historia, así

    que tenía que modelar su campo de indagación tratando de definir lamateria tratada, lo que no siempre logró hacer con rigor.

    La historiografía china era un asunto de Estado incluso antes deque existiera oficialmente el Gabinete de Historia, para supervisar

    la escritura de las crónicas dinásticas. Sima Qian ocupó, como Sima Tan, el cargo oficial de taishi ling, cuyas obligaciones iban mucho másallá de las de un escriba que meramente registra los sucesos. E l apo-

    yo con el que contaba le daba acceso a unos archivos estatales con losque jamás soñaron Heródoto o Tucídides (mucho mayores de los que

    pudiera haber en cualquier ciudadestado de la