Sus pasos eran borrados rápidamente por la lluvia.

Trataba de caminar rápido, de equipaje ligero. Solo unas mantas y un pequeño bulto con algo de cierto volumen, eran su carga.

El peso de sus ropas empapadas hacían más difíciles la escarpada caminata.

A sus espaldas una gran y esbelta estructura luminosa iba quedando

orgullosa a lo lejos, su respiración era fatigosa.

Tras llegar con muchos problemas hasta la cima y comprobar lamentablemente su juicio, corrió sendero abajo. En su mente solo estaba el deseo de poder salir del camino lo antes posible y desviarse al sur.

Su recorrido fue siempre a prisa, aunque desconfiaba de todo sonido que no le fuese natural a la incontrolable naturaleza.

Cuando se detuvo fue ya entrada la noche, encontró un roquerío.

ya con el hambre instalada en él como personaje principal, empapado desplegó una manta que llevaba entre sus breves pertenencias.

y ahí durmió...

EN SUS SUEÑOS...

caminaba bajando una escalera larga, a través de varios pisos. Cada uno más oscuro que el anterior.

Al llegar al fondo...

la luz choca desde fuera contra las paredes del lugar haciendo temblar toda la estructura.

el miedo del derrumbe lo hace despertar de golpe...

Sus manos nunca las abrió, no quería tomar nada que no le fuese necesario.