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Los años secretos de Hitler

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Page 1: Los años secretos de Hitler

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<EI hombre es un dioscuando sueña y unmendigo cuando reflexionar.Iliedrich Hólderlin

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- ¿(luiénes tpr0gramarOnr a Hitler para llevarle al poder? ¿0ué tuvo

que tler en su formación el Grupo Thule y la 0rden de los Nuevos Tem.

plarios? ¿Era el Mesías de la Nueva Alemania, profetizado por varios

círculos esotéricos? ¿A qué sentido profundo obedecen las obsesio.

nes del Führer, empeñado a toda costa -aún a riesgo de perder la

guena; en la conquista de Stalingrado? Personajes misteriosos y

desconocidos sostienen la inlrahistoria del nazismo: sin ellos no es

posible explicáreloscuro drama que desembocó en la Segunda Gue.

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RITZ Lang no hubiera podidofilmar una escena de más si-niestro significado: un niñode diez años, sujeto a fre.

cuentes crisis de misticismo, le.vanta los ojos en la capilla de una

extraña abadía, y en lugar de un cruci-fijo se encuentra con una cruz...¡gama-da! Si vuelve el rostro a derecha o a iz.quierda, la svástica se repite obsesiva-mente, pues las paredes de todo el edi-ficio están decoradas con ella.

No se trata de una película expresio-nista, sino de algo que le está ocurrien-do a quien dentro de cuarenta años ini-ciará la guerra más atroz de la historia.Ese niño de ojos inquietos, casi febri-les, es hijo del aduanero Alois. Ha na-cido en el pueblo austríaco de Braunau-am-lnn el 20 de abril de 1889. Se llamaAdolf Hitler y quiere ser sacerdote. Dehecho, ha entrado ya en el coro de losseminaristas de la abadía, en un primeracercamiento a la que entonces consi.dera su vocación. La abadía pertenecea los benedictinos, pero también formaparte de esa geograf ía ocultista que afinales del siglo pasado se ha extendi-do hacia Europa desde los corazonessecretos de Asia. Raros volúmenes sealmacenan en una biblioteca a la quesólo unos pocos tienen acceso. Librospara iniciados y símbolo solar repetidohasta la saciedad (la svástica acristia-nizadao), son obra de un monje cuyapersonalidad escapa absolutamente delos estereotipos eclesiásticos, el abadThéodorich Hagen.

Enclaves de un viajeiniciático

Primer dato: el padre Hagen, oficial-mente católico, sin embargo conoce enprofundidad la astrología y las cienciasocultas. Segundo dato: el padre Hagenes un especialista del Apocalipsis se-gún San Juan, texto que ha inspiradotodos los movimientos milenaristas.Tercer dato: se asegura -aunque noestá demostrado- que el padre Hagenemprende en 1856 un largo viaje al Pró.ximo Oriente en el que incluye una vi.sita a Jerusalén, antigua ciudad-estadode los templarios, una estancia en la ls.la de Patmos, donde San Juan tuvo susvisiones apocalípticas, un recorrido porciertos enclaves de lrán, patria de Zo-roastro y el Mazdeísmo -esa doctrinaque divide al mundo en una lucha eter-na entre el Bien y el Mal- y, finalmen-te, algunos países del Caúcaso, cunamítica de la raza aria.

Fruto de su viaje fue que en 1868 esemonje peculiar se puso al frente de unacuadrilla de albañiles y ebanistas y lesordenó esculpir en todos los rincones >

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na llundial.Jo¡ó León Gano

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La sváslica@ristianizadaD en laabadía de Lambach,de la que Hitler lue

alumno, coincide ensu diseño,

curiosamente, con laelegida por la

sociedad secrcta deThule.

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de la abadía de Lambach

-Sobre piedra, madera eincluso objetos de cul-to* un signo entoncesdesconocido por casi to-dos: la svástica. No te-nemos noticia de quehaya existido un ante-cedente similar en losanales de la lglesiaCatólica. De modoque es lícito pregun-tarse si el padre Ha-gen seguía conside-rándose católico

. cuando hizo trazar' el fatídicg signo.

La más quesospechosa het€-

- rodoxia del pa-

dre Hagen, traducidaen la obsesiva repeticlón de lá,svásti-.ca, dejó una huella imborrable en lamente de arcilla de aquel niño. Y oCu-rrió otro hecho significativo cuandoAdolf Hitler era todavía alumno en Lam-bach: la abadía recibió la visita de unmonje cisterciense, Adolf

'Joseph Lang,cuyo físico -rubio y de ojos azules-

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Hitler inmortal

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ET MITO DE TA HUIDA¡l Os.grupúsculos nazis de hoyI .suelen utilizar un sorprendentelJ"u.t"l propaganciÍsticó en el queaparece la figura de Hitler anciano,pero vigoroso y sonriente, vistiendoel uniforme de Führer, De ese mo-do manrpulan Ia leyenda -recrrren-te en los últlrnos años- segrún la cualHitler no murió en el asedio de Ber-lín, sino que huyó para refugiarse enEspaña con el nombre de padre Jo-sé del Caudillo, en Ia pampa argen-tina como estanciero, entre los hie-los del Polo Sur o incluso como ex-perto en cuestiones judÍas en el sé-quito de algun jefe árabe del petró-leo, a ia espera de un hipotético sur-gimiento del IV Reich.

Todo eso es poco probable. Aun-que los testos de Hitler no pudieronhallarse -ni, por tanto, identificar-se-, se tlene constan-cia de que no ]legaron aquedar totalmente des-truídos, pese a las variashoras de arder al aire h-bre rociados con gasoiina,

Se especula con Ia posi-bilidad -sin embargo- deque un gnupo de diez oveinte personas se confa-bularan para ocultar la fugadel Führer con declaracio-nes falsas: no es probableque un secreto de tales ca-racterísticas haya podido sercelosamente enrardado duran-te medro srglo.

Qulenes juegan con seme-jantes especulaciones olvidan

-además- un dato básico: elestado físico y anímico de Hlller en abril de 1945 era auténtrca-mente ruinoso, La Enfermedad deParklnson que sufría -la misma do-lencia que afectó al anciano

Franco- se manifestaba en forma deagrudas crisis newiosas. Desde Ia ba-talla de Stalingrrado le afectó un dé-bil pero progrresivo temblor de am-bas extremidades del costado iz-quierdo, hasta que dejó de utrluar elbrazo, que mantenía rígido junto alcuerpo o que intentaba sujetar conla mano derecha.

EI ánimo del dictador estaba des-hecho: con frecuencia perdía la me-moria, su conversación privada sevolvía cada vez más monótona e in-substanciai, AparecÍa encorvado, lacabeza vacilante y temblorosas lasextremidades. Su rosfo se habla hin-chado y su piel había adquirido elcolor de Ia ceniza: triste retrato quenada tiene que ver con la imagen deese anciano vigoroso y carismáticoque ofrecen

los neonazispara consumo de ingenuos.

Es imposible que un hombre así en-contrara arrestos suficientes parahuir de la catástrofe wagmeriana queél mismo había provocado,

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Los laslos nazis e¡an

respondía con exactitud alprototipo de la llamada razaaria.

Lang se encerró variab se-manas en la biblioteca delmonasterio enfrascado ensin gu lares investigaóiones.Buscaba ataii entré los do-cumentos reunidos treintaaños antes por él.padre Ha-gen, una serie de. cabossueltos, a fin de reforzar elparticular punto de visla quesobre la historia de esa ra-' za impoluta sostenían am-bos eclesiásticos. Becorde-fnos que.la Orden del Císter,. a la que Lang pertenecía,fue reformada en la'Edadmedia por . Bernardo deClarava[,. influerrciado porlos templarios, y que a Ber-nardo Se le censillera el con-

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Adoll Lang, un exlraño cisterciense ario que se autoprocla.mó Gran Maestre de los templarios.

ra fundar -1900- la Orden del NuevoTemple, de la que se autoproclamóGran Maestre, y para asegurar que harecibido la iniciación de un sucesorclandestino de Jacques de Molay, últi-mo Gran Maestre del Temple, quema-

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tinuador de unatradición druídica y cél-Lrca enmascaradb dentro del cristianis-

'ERecordando 1sdó pllo, no habrá de$!

sorpr.dernos tanto'\ue Adolf Langreapat::a poco despuh en Viena pa-

.!,1. \'\\--' t*.,

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(IJos únicos setesverdaderamente humanosson los arios. El resto no

son inás {üo ilottosl(Irang)

do vivo en el París de 1314 por el rey Fe-lipe El Hermoso.

Pero tampoco podríamos entender lafiebre esotérica del cambio de siglo sinasociarla a una (búsqueda de las raí-gggD QU€, en Alemania como en todaEuropa, acompañó al resurgir de los na-

cionalismos: el creciente proletariadourbano constituía para los poderes es-tablecidos un peligro, al que se intentóexorcizar intoxicando a las masas conla idea de que formaban parte de una(gran naciÓno. Y para retorzar esa idea,se favorecia desde el poder la creaciónde toda clase de mitos sobre el pasa-do nresplandecienten de esa nación.

Aberraciones de rrOstarar

En ese místicocaldo de cultivo -ge-nerado por la tardía, pero fulgurante re-volución industrial alemana, y por la ne-cesidad de militarizarse que esa inci-piente industria tenía frente a la com-petencia de lnglaterra- surgen multi-tud de publicaciones de carácter nacio-nalista y esotérico, tan apasionadas co-mo carentes -en su mayor parte- delmínimo rigor. Una de ellas es el perió-dico quincenal <Ostarar, publicado apartir de 1905, precisamente por un cier-to Georg Lanz von Liebenfels, a quienya conocemos como Adolf JosephLang: este periódico había adoptadocomo emblema el de la cruz gamada;varios historiadores y testigos afirmanque Adolf Hitler fue uno de sus lecto-res más asiduos.

Y entramos ya, de lleno, en las abe-rraciones ideológicas con las que el se-dicente Gran Maestre templario Lang

-o Lanz- ilustraba su publicación' Ensu opinión, los únicos seres verdadera-mente humanos son los arios rubios yde ojos azules. El resto de la supuesta >

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humanidad no somos otra cosa querrronosr, los simios de Sodoma evoca-dos en la Biblia, los demonios salidosde Gog y Magog, razas de cabellos ne-gros y ensortijados eternamente opues-tas a la raza aria.

Los arios -afirma Lang- son laobra maestra de los dioses y están do-tados de poderes paranormales, ema-nados de (centros de energíao y uórga-

nos eléctricos) que les aseguran la su-premacía absoluta'sobre cualquier otracriatura. El programa de tan peculiar<templario, es muy simple: se trata dedespertar a los dioses que duermen enel hombre ario, al objeto de que reco-bre esa (potencia divinao que restable-cerá los poderes originales de la razapor antonomasia.

Psicoanálisis de las masas

Erich Fromm hizo una lectura psicoa-nalítica de este planteamiento aberran-te, pero eficaz para manelar a las ma-sas proletarizadas, estableciendo unparalelismo entre esos (poderes supra-normales perdidosu y la condición decampesinos desposeídos de un prole-tariado alemán que habría de engrosarmasivamente las filas del nazismo: la(vuelta a los orígenesD que preconizaLang es para Fromm una representa-ción simbólica del deseo de recuperarla tierra que les f ue arrebatada a esoscampesinos por la dinámica de los nue-vos procesos de producción.

¿Por qué perdió la raza aria su podersobre las otras? De acuerdo con las sin-gulares investigaciones de Lang -quedeben tanto a los descubrimientos cien-

El autodominio deque hizo gala

Hitler, durante losaños llorecientes

de su poder,ocultaba una

visión delirante dela realidad

alimentada por sualición al

ocultismo.

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Hitler: retrato ocultoo El pueblo austríaco deBraunau-am-lnn, dondenació Hrtler, cercano a lafrontera bávara, ha sidotradlcionalmente un centrode médiums y videntes,con un ambientepsíquicamente ncargado'rque rnfluyó en suformación y en su vtsrónmágrca de Ia reairdadDos famosos médrums, loshermanos Schneider,nacieion en el mrsmopueblo y uno de ellos tuvola misma ama de cría queHitlero Durante su etapa deplnlor er, Viena se dedicaa] estudro apasionado delocultismo y la magia, y se

inicla en la estructura delas sociedades secretas.r El Führer era unvegetariano convencrdoque, además, no bebÍa nifumaba. Al parecer, enesa actitud vrtal influyerondecisivamente Ia doctrinacátara de la pureza y elmisticismo implícito en lamúsica wagneriana, por laque sentía verdaderapasión,o ¿Poseía el Führerpoderes paranormales?Además de su rndudablepoder de fascinaciónsobre las masas, qurenesafrrman en Hitler Iaexistencra de esos otrospoderes se apoyan en una

célebre frase suya: nsrgro

el camino que me indicala Providencia con laseguridad de unsonámbulor.o Hitler creía en lareencarnacrón de lasalmas en el cuerpo de losanimales, como losbudistas y los cátaros.Sentía mayor simpatía porlos perros que por loshombres,yodiabaaloscazadores.o Hrtler era supersticiosoy creía en el fatalidad deldestrno, Por e1lo, sóloalquiló doce de los treceapartamentos libres deledifrcio de IaSchel[ngstrasse

muniquesa en el que vestableció las oficinas delPartido,Hacía caso de la nvoz

interiorr, o lanzaba unamoneda al aire antes deiniciar un viaje o de tomaruna decisrón trascendental.o París, capital de la Franciavencida, fue visitada porHrtler, quien rindió homena¡ea Napoleón ante su tumba enLos Inváhdos.Se le oyó entoncespronunciar esta frasemisteriosa: auna estrellaprotege Parísr.La ciudad fue respetada po¡ias tropas alernanas,¡ El monte Elbruz, cima delCaúcaso, es -según elesoterismo nazi- la (montaña

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tíf icos de la época como al Teosof ismode la Blavatski-, los arios habían prac-ticado el r,bestialismoo con especies in-feriores. En consecuencia, surgieron va-rias razas mixtas que amenazaron la sa.grada autoridad aria en el mundo, y es.pecialmente en Alemania. El propósitofundamental, tanto de la Biblia como delos Apócrifos, habría sido advertir a losarios -verdadero <pueblo elegido,', se-gún la concepción de Lang- contraesa idolatría bestial.

Lang anuncia un renacimiento reli-gioso sexo-racista entre los arios, quesupondrá su redención, liberándose delos r.hombres-bestia demoníacos, queles oprimen mediante la economía, laguerra y una cultura bastarda. Denun-cia como falso el sentimiento cristianode la compasión por el débil, braman-do contra la democracia, el socialismoy especialmente el feminismo (ya quesuponía a las mujeres más predispues-tas al obestialismoo). En la exaltación

- de su milenarismo delirante propone elexterminio apocalíptico de las razas in-feriores mediante un programa forzosode esterilización y castración.

Otra raíz poco conocida del pensa-miento hitleriano entronca con la Socie-dad de Thule. Creada por el barón Ru-dolf von Sebottendorf, es una filial dela Orden de los Germanps, fundada en1912, de la que el barón fue uno de losmás destacados cerebros. La Thule seramificaba en grupúsculos secretos,con objetivos también racistas y anti-semitas, reclutando a sus seguidores

Hiperbóreos posee unpoder oculto: quien lo

controle llegará adominar el mundor(von Sebottendorf)

principalmente en el sur del país. Unode estos grupúsculos era la Unión delMartillo (símbolo masónico), lideradapor el economista G. Feder, quien lle-garÍa a formar parte del cuadro de man-do del partido nazi. Otro de sus miem-bros destacados fue H. Franck, futuroabogado de los nazis y más tarde go-

bernador general de la Polonia ocupa-da.

Desde su primera juventud, Rudolfvon Sebottendorf se siente fascinadopor el esoterismo islámico. Al parecer,y durante un viaje realizado en 1911 aTurquía e lrán, entra en contacto coniniciados drusos que afirman recibir susenseñanzas del aMaestro dei Mundor,el Señor de Thule y de Sambala. Thule

es, en la tradición helénica, el Reino delos Hiperbóreos, tierra misteriosa y pa-radisíaca, pero perdida más allá de lasbrumas y de los hielos, cuna de una ra-za primigenia de la que seguiría irra-diando, por vías ocultas, un poder es.piritual capaz de influir en los senti-mientos colectivos de la masa: quienfuera capaz de controlar ese poder po-dría llegar a dominar el mundo.

Rudolf Hess, eslabón místico

Parte de ese poder espiritual primige-nio se conserva en el islamismo, y deahíque -en opinión de Sebottendorf-esta religión tenga mucha más vitalidadque el iristianismo. Esa vitalidad pro-cede -según afirma el barón- ,tde unagua viva que lo fecundó todo en los pri-meros tiempos de la lglesia y que sus-citó en la Edad Media las floracionesmás maravillosas,. Este tipo de misti.cismo inf luyó decisivamente en RudolfHess, uno de los primeros miembros deThule y de una sociedad incluída en elgrupo, de la que hablaremos seguida-mente, y a través de Hess en Adolf Hi-tler.

En efecto, las relaciones de Hitlercon la fiebre esotérica que sacudió a laAlemania derrotada de 1918 no termi-nan aquí. Karl Haushofer, destacadomiembro berlinés de la Sociedad del Vril(entroncada en la Thule)consideraba aHess su ndiscípulo, -Haushofer no so-brevivió mucho tiempo a la muerte delFührer: en 1946 se suicidó haciéndose >

Braunau-amlnn, lugat de nacimiento del Führer. Acua.rela del pintor Franz Xayer Weidinger.

sagrada de los Arrosn.La svástica tiene queflotar sobre esa cima: unasección de cazadores demontaña (r,Edelweissr)la corona con unabandera de la cruzgamada en agosto de1942.Se trata del pico más altode Europa, con una alturade 5 000 merros.Con este qesto, Hitiercumple uno de lospropósrtos mÍsticos de laguerra que hadesencadenado,recuperandoslmbólicamente el((tronor de la razaelegida por los dioses

:

Supuesla materia lización de un .espírit u,, realiza da;nr una nédium en el pueblo natal de Hitler.

Año cERo /4J

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La rraza elegida porlos diosesn Íueobleto de una

exaltaciónpsudocientilica que

incluiarmedicionest

craneales en lasescuelas públicas.

El barón Rudoll vonSebottendod,ocultisla nazi

lascinado pot elesotefismo

islámico.

nhara-kirin, a la manera de lossamurais-. En 1918, Haushofer se ins-taló en Munich, refugio entonces de to-das las sociedades secretas alemanas.No tardaría en engrosar las filas del Par-tido Nacional Socialista como recauda-dor de contribuciones.

Kundalini se despierta

La Sociedad del Vril o nLogia lumino-saD es un grupo esotérico que sigue vi-vo en la lndia, su país de origen, dondecuenta con dos millones de adeptos, re-partidos principalmente en elestado deMysore. Haushofer hizo repetidos via-jes a Oriente, sobre todo al Japón y ala lndia, y allí entabló relación con losmiembros de esta Sociedad, al igualque en el siglo pasado lo hiciera el fun-

dador de su rama europea, el francésLouis Jacolliot.

Haushofer y Jacolliot coinciden alconsiderar el principio de toda acciónhumana trascendental en el <Vrilu, for-midable reserva de energía de la que elhombre no utiliza habitualmente sinouna parte ínfima. Los yoguis de la lndiasaben muy bien de qué se trata cuan-do hablan del odespertar de la Kundali-nio, la <serpiente de fuego,r situada enla columna vertebral que puede ser li-berada por medio de las prácticas se-xuales del Tantra Yoga.

Los adoradores del oVrilo veneran alsoly todas las mañanas saludan su ad-venimiento elevando hacia él las pal-mas de las manos con los brazos exten-didos (recuérdese el saludo nazi). Sustemplos están decorados con gran va-

riedad de cruces gamadas.En la compleja personalidad de Hitler

-místico exaltado, pero sobre todo unhombre desclasado que no acaba deencontrarse a sí mismo, como tantosotros pequeños burgueses en la convul.sionada Alemania de la República deWeimar- hicieron mella todos estos in-tentos de modificar la realidad por la víadel ensueño que constituyen el propó-sito último de las sociedades secretas.

Pero hizo mella, particularmente, laoscura magia de una profecía leída enel Lang de aOstarar: en efecto, Langexalta el culto de Odin-Wotan, el másimportante de los dioses nórdicos, quereinaba inicialmente sobre los Ases enun vasto territorio cuya capital, Asgard,se encontraría cerca de la actual Sta-lingrado. Como consecuencia de las in-

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Goebbelsintoxicaba a las

masas con la ideainiciática de que los

ailos qecobnrianDel mundo.

vasiones asiáticas, Odín habría condu-c¡do a los Ases desde el norte del Caú-caso hasta el Báltico, llevando con ellossu símbolo solar: la svástica dextrógi-ra. Nuestro líder neo-templar¡o recuer-

i.-da cómo algunas leyendas afirman que'Hln día, los Ases, conducidos por lasW'álkirias y el Gran Caballero Blanco, re-conquistarán la ciudad santa de Asgardy la tiura prometida de los antepasa-dos: elCaúcaso, dominado por la mon-taña mágica, el Elbruz, sobre la cual ha-bría encallddo el Arca de Noé despuésdel Diluvion"::""

El pertinaz efñpeño de Adolfo Hitlerpc. conquistar frlingrado al precioque fuese -en conha de la opinión desus generales, pai.iidarios de unaretirada- ha dado müe¡os quebrade-ros de cabeza a los historiadores, des-

Stalingrado, la sagtadanAsgarór de los arios,

fuen paradójicamente, latutnba del nazismo

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concertados por la actitud del Führer,a quien en otras batallas cruciales re-conocen sus indudables méritos comoestratega.

Las claves de un giran etror

Si Stalingrado fue la tumba del nazis-mo y el principio del fin de la GuerraMundial, ello se debe a un deseo tanirracional como invencible: elde que lasprofecías recogidas por Lanz sobre lareconquista de la uciudad santan de losarios tuvieran un cumplimiento caris-mático. Pero quienes día y noche escu-pían fuego sobre las tropas alemanascon sus célebres nórganos de Stalino noestaban dispuestos a consentirlo.

Como ohombre elegido por los dioses

del Norte,, Hitler hubiera sido una im-pecable mano del Destino, a no ser porun olvido fundamental: el de que lasvástica que él mismo eligió gira sus aF-pas de derecha a izquierda; es decir, si-gue el mismo movimiento del sol sobrela tierra, el mismo sentido Oriente.Occidente que ha marcado el curso delas sucesivas civilizaciones humanas.Debería haber recordado que despuésde Alejandro, ningún conquistador lo.gró alcanzar el triunfo dirigiendo sustropas hacia el Oeste, Ni Juliano elApóstata, ni Carlos Xll, ni el mismo Na-poleón lo consiguieron. Los sueños vio-lentos podrán imponerse momentá-neamente a la realidad; pero, en ese ca-so, la realidad siempre acaba cobrán-dose una justa venganza sobre los sue-ños. Q

Hausholer, maestro de los secretos del rVrtb.

El miedó. dé EuropartRENA,ZIMIENTOn¡l¡lN fantasma recorre Europa:

| | el miedo a gue tras la inmi-lU nente reunificación políticaalemana surja una figmra capazde aglutinar a las masas con losviejos clichés del nazismo.

Se dice que los pueblos quehan olvidado su historia estáncondenadosa repetirla. No es elcaso del pueblo ruso, que conju-ró con quince mlllones de muer-tos la amenaza hitleriana. Precr-samente los temores a un resur-gimiento del nazismo parten so-bre todo de los países del Este,con Ia Unión Soviética a la cabe-za. Gorbachov ha expresado yaese miedo ai oponerse a que laAlemania reunificada pase a de-

pender militarmente de la OTAN,aunque luego haya suavüado supostura y acabado por aceptaresa posibilidad.

Mientras tanto, ei movimientoneonazi experimenta un preocu-pante resurgimiento, no sólo enAlemania sino incluso en un paísde larqa tradición democráticacomo Francia, con figuras comoLe Pen y acontecimientos tan ma-cabros como las recientes profa-naciones de tumbas judías,

Los judíos, pero también los in-mignantes del Tercer Mundo, sonel revulsivo de una situación eco-nómica precaria que puede favo-recer un retorno del racismo enel viejo continente,

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