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Los Controles de Precios. Vladimir Chelminski

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Los Controles de Precios. Buenas intenciones y trágicos resultados. Vladimir Chelminski. Segunda edición. Serie Venezuela Hoy. Centro para la Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad. Caracas,

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    A travs de la historia los gobiernos, sobre todo los mas autocrticos,han pretendido usar los controles de diversa naturaleza (cambio, precio,produccin, etc.) para corregir los efectos perniciosos de sus erradas polti-cas econmicas y sociales. Los resultados invariablemente han sido los mis-mos: mayor distorsin de la economa, ineficiencia, empobrecimiento de lapoblacin, privilegios a quien medran en el entramado controlador, e inevita-blemente mayores dosis de corrupcin.

    Entre los estudiosos de este fenmeno, sobre todo en cuanto aplica anuestro pas, uno de los mas acuciosos es Vladimir Chelminski, cuyo librosobre este tema hoy se presenta en su segunda edicin en un momentoespecialmente oportuno para reflexionar sobre el mismo. Con una lgicaque puede calificarse de demoledora Vladimir analiza los efectos pernicio-sos de los controles y llega a conclusiones contundentes en cuanto a queinvariablemente estos terminan perjudicando siempre a quienes dicen que-rer beneficiar.

    Los controles no son una realidad nueva en Venezuela. Desde lapoca de la Compaa Guipuzcoana, pasando por los controles de precioestablecidos durante la Segunda Guerra Mundial, y por aquel complejo en-tramado de controles que se mont a partir de 1961 amparados en la sus-pensin, por mas de tres dcadas, de las garantas econmicas, los controleshan restado eficiencia a la economa venezolana y han hecho mucho masdao que bien, tal y como lo demuestra el libro de Vladimir.

    Para finales de la dcada de los 80 se haba empezado a comprender

    Presentacin deCEDICE

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    Los Controles de Precios

    que una economa basada en controles administrativos tena poca posibilidadde permitir un crecimiento econmico vigoroso, y comenzaron los intentos pordesmontarlos. Libertad de precios y cambiaria, un arancel transparente sinprohibiciones administrativas al comercio internacional, una autoridad mone-taria, el BCV, con independencia del Ejecutivo en el diseo e implementacinde la poltica monetaria, eran algunos de los antdotos que se ensayaban paracorregir la mana controladora.

    Lamentablemente, contrario a muchos de sus vecinos que comprendie-ron que una economa globalizada requera un mayor apego a las reglas delmercado para poder competir con xito en el escenario mundial, en Venezuelalas autoridades, y en cierto modo la sociedad, asumieron la necesidad de aban-donar la senda de los controles con poca conviccin y mas bien con el enten-dimiento de que ese proceso era un mal necesario y a todas luces pasajero.

    El Gran Viraje de CAP II fue efmero, interrumpido por los golpes deestado de 1992, y prcticamente sepultado por el ascenso al poder del Dr.Caldera, acompaado de el casi olvidado chiripero que vea en la liberacin,y no en los controles, la causa de los males. Cuando en pleno deterioro delcontrol de cambio calderista ese Gobierno inicia en 1996 la Agenda Vene-zuela reconociendo, siempre a regaadientes, que la ruta de los controles eraun callejn sin salida, de nuevo se impone la vuelta al pasado con el triunfoelectoral de Hugo Chvez, acompaado, en lo que a poltica econmica ysocial se refiere, de buena parte del chiripero que influy en las polticasiniciales del quinquenio claderista.

    Hoy, luego de cuatro aos de gobierno chavista, los controles gozan debuena salud y parecen visualizarse por el rgimen como la nica forma deenfrentar cualquier coyuntura. La economa, por el contrario, sufre una de laspeores situaciones de la historia contempornea, y ha cado en una contrac-cin continuada cuya severidad parece ser directamente proporcional a laintensidad de los controles que a diario se vuelven a re imponer.Ante esta situacin la obra de Vladimir Chelminski cobra especial relevancia,motivo por el cual en CEDICE nos complace poder ofrecrsela de nuevo alpblico. Sobre todo en momentos en los cuales se habla de que la sociedadvenezolana precisa de un consenso amplio sobre el modelo de sociedad y deeconoma que ser requiere para lograr el crecimiento y el bienestar de lapoblacin.

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    Si el consenso que se establece es el de profundizar los errores delpasado entonces difcilmente los podremos corregir. Es por eso que creemosque quienes participan en este debate, y sobre todo quienes ostentan hoy yostentarn en el futuro el poder poltico, deben prestar especial atencin alcontenido de esta obra, pues en ella se indica con argumentos bien sustenta-dos, cual es y debe ser la luz que se encuentra al final del tnel de los contro-les.

    Aurelio F.ConchesoPresidente

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    Nuevamente surge en Venezuela, luego de un perodo de relativa calma, elfantasma de los controles de precio. Una vez mas y probablemente con bue-nas intenciones algunos de nuestros gobernantes intentan equivocadamentesolucionar parte de los problemas que afectan a nuestra economa aplacandosus sntomas en lugar de atacar las races de los mismos.

    La economa venezolana esta enferma y ha demostrado un decreci-miento casi ininterrumpido en la ltima dcada, tendencia que es necesarioreversar. El desempleo y la pobreza han aumentado particularmente en losltimos cuatro aos alcanzando niveles insospechables. La inseguridad legal einestabilidad poltica son las causas fundamentales del cierre diario de comer-cios e industrias. Esto y la presin fiscal y reguladora desmedida han descentivadola inversin privada y aumentado la informalidad. Para agravar an mas lascosas tampoco han habido inversin publica ni inversin significativa en elsector petrolero gastndose los enormes ingresos en divisas que el pas hatenido en gastos burocrticos y corrupcin.

    La reaparicin de los controles de precio de varios renglones y del nue-vo control de cambio han motivado a nuestro colaborador y Director EjecutivoVladimir Chelminski a publicar esta edicin revisada de Los Controles dePrecios Buenas intenciones y trgicos resultados. Con su caracterstica mi-nuciosidad y dedicacin a la investigacin en esta edicin Chelminski incorpo-ra nuevos ejemplos de como los controles afectaron y afectan hoy a la econo-ma y a la sociedad, cerrndole la oportunidad a muchos venezolanos de salirdel nivel de pobreza en que se encuentran. En la Cmara de Comercio deCaracas consideramos que es muy oportuno el resaltar en este momento losproblemas que conllevan los controles de precios para as motivar a los lecto-res a la bsqueda de soluciones para los problemas del pas dentro de unrgimen de legalidad, libertad, democracia y libre mercado. Aplaudimos as lainiciativa de Vladimir Chelminski sacar esta nueva edicin del libro.

    Gustavo Romero BlohmPresidente

    Presentacin de la Cmarade Comercio de Caracas

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    Allende, Francisco, Cmara Venezolana del MedicamentoCAVEME.Alvarez, Servando. Editorial Capeluz.Araque, Luis Alfredo. Abogado, Directivo de la Cmara deComercio de Caracas.Ball, Carlos. Director de Agencia Interamericana dePrensa-AIPEBello, Leopoldo. Experto en asuntos textiles.Bianco, Eduardo. Expresidente Asofrigorficos, asesor deCavidea.Brillembourg, Felipe. Empresario azucarero.Boeticher Karlheinz. Ejecutivo de la empresa alemanaSchering, Director adjunto Cmara Venezolana-Alemana.Brillembourg, Felipe. Presidente de Unin de Productoresde Azcar.Caballero Fonseca, Alvaro. Abogado especialista en problemas de inquilinato.Calcao Spinetti, Octavio. Abogado.Camilli, Jos. Presidente de Gramovn.Casanova, Polo. Empresario hotelero.Centeno, Diamantina. Empresaria distribuidora de gas Mundial Gas SA.

    El autor agradece

    En primer lugar la colaboracin que le prestaron Cedice y la Cmarade Comercio de Caracas para llevar a cabo esta investigacin.

    A tantas personas del mas alto nivel que tuvieron la gentileza de con-cederme largas entrevistas. Ellos fueron:

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    Los Controles de Precios

    Cohen, Salomon. ConstructorDaboin, Enrique. Ingeniero, experto en avalosinmobiliarios.De Abreu, Ernesto. Ejecutivo de Central Madeirense, expresidente de Asociacin Nacional Supermercados y Afines.-ANSAde Sousa Mndez, Manuel. Empresario del transporte enautobs.Oscar Diesis. Expresidente de Asocauchos.Domnguez, Juan Manuel . Presidente Cmara de laFarmacia.Farinha, Luis. Empresario del transporte en autobs, Presi-dente de la cmara del transporte.Finol, Luis. Presidente de ANSA, Ejecutivo de Supermercados Victoria.Flores Ricardo. Ingeniero ElctricoGarca Planchart, Rafael . Ingeniero, constructor,directivo de la Cmara Inmobiliaria.Garca Swengel, Gustavo. Ingeniero, alto ejecutivoempresas Polar.Godayol, Juan . Presidente del centro Mdico,expresidente Asociacin de Clnicas PrivadasGonzlez Hurtado, Diogenes. Presidente de Asofrigorficos.Gonzlez Izquierdo, Lorenzo . Presidente de la Asociacinde Exhibidores de pelculas.Gonzlez, Luis. Presidente de Venantours.Gorrn Alvaro. Empresario del pn. Durante 9 aosfue presidente de Fevipn.Graterol, Angelo. Alto Ejecutivo de empresas productorasde Cemento.Guerrero, Julio. Empresario del transporte en autobs.Henao, Juan Rafael . Ejecutivo de Procter & Gambledesde 1972..Henriquez, Jos. Abogado especialista en derechoinquilinario.Lovera de Sola, Irma Isabel. Abogado especialista enderecho inquilinario.Machado Allison, CarlosMarquez Bottome, Lorenzo. Ejecutivo de empresaDomegaz.

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    Marquez Peccio, Jos Dario. Presidente de DomegasMazeica, Karl Ejecutivo de PequivenMazparrote, Serafn. Editorial Bisfera, expresidente de laCmara de EditoresMejuto Ral. Presidente de la Cmara Venezolana delMedicamento.Mirabal, Hugo. Ejecutivo de FarvencaMoreno, Arnold. Presidente Cmara Inmobiliaria.Nagel, Elas. Arquitecto, empresario inmobiliario.Negrn, Domingo. Empresario de Estaciones de servicioautomotor.Nues, Rafael. Expresidente de Procter&Gamble,director Cmara de Comercio de Caracas.Oberto, Ignacio. Experto en Finanzas y en el reacementera.Otero, Luis Enrique. AbogadoPanping, Diego. Editorial Grijalbo.Perera, Alexeis, Consultor gerencial.Prez Benedetti, Luis E. Ingeniero, Director de Cedice.Prez Ramrez, Alberto. Abogado especialista en inquili-nato.Prez Mibeli, Carlos. Ingeniero, Presidente CmaraVenezolana de la Industria Electrica.

    Quintino de Abreu, Alberto. Director de la Cmara deComercio de Caracas.Reviriego, Felipe . Director de la Cmara venezolana de laeducacin privada-CavepRodrguez, Ernesto. Director ejecutivo de FedemgasRodrguez, Ral. Abogado, director de Consecomercio por el sector estacionamientos.Rojas, Jess Manuel. Ejecutivo de Mavesa, expresidente deAsograsas.Rojas, Gustavo. Presidente de la Asociacin de ClnicasPrivadas.Romero, Daniel. Abogado corporativo.Roosen, Tomas. Ejecutivo de Envases Venezolanos.Scarccioffo, Luis Enrique. ConsultorSehwerert Arnaldo. Presidente Cifave (medicamentos) pormuchos aosSenante, Manuel. Expresidente de Editorial Santillana (en

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    Los Controles de Precios

    Caracas).Schnell, Hans. Editor de librosSosa, Manuel Antonio. Ingeniero dedicado a la industriadel papel.Tovar Reyes, Carlos. Expresidente de Productos Mar C.A.e Industrial de pezca C.AUrdaneta Fontiveros, Enrique. Abogado.Urdaneta, Gilberto. Ingeniero, Presidente de Digas(distribuidora de gas)Vilda, Padre Carmelo. Editorial Distribuidora Estudios.Villalobos, Alis. Presidente de Laboratorios PolinacViney, John. Ejecutivo de Pdvsa.

    A quienes le asistieron en la investigacion y redaccion final: Trinide Heeger, Enrique Jorge Chelminski, Vladimir Rojas.

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    ndicePresentacin de CEDICE......................................... 3Presentacin de la Cmara de Comercio de Caracas.. 7El autor agradece.................................................... 9Acerca del Autor...................................................... 15PREMBULO........................................................ 17

    Primera ParteLOS CONTROLES PROMUEVEN EL DESPILFARRO

    Y LA CORRUPCIN- Argumentos conceptuales........................................ 21

    Segunda ParteCMO FUERON AFECTADOS LOS CONSUMIDORES

    Y LOS DISTINTOS SECTORES ECONMICOS.................. 61-Alquileres................................................................. 63-Centro Comerciales................................................... 77-Transporte colectivo (en autobs).............................. 82-Coelgios Privados..................................................... 85-Libros de Texto........................................................ 89-Medicinas................................................................. 92-Cauchos.................................................................... 97-Intereses de la Banca Comercial................................ 99-Clnicas privadas........................................................ 102-Automviles.............................................................. 104-Salas de cine............................................................. 107-Gas natural distribuidos por tubera............................. 109-Problemas con la produccin y distribucin de alimentos.................................................................... 111-Cemento................................................................... 120-Jabones y Detergentes............................................... 122-Hoteles..................................................................... 123-Estacionamientos....................................................... 126-Estaciones de servicios para automviles..................... 128-Gas licuado (GLP)..................................................... 132-Abonos o fertilizantes................................................. 134-El sistema elctrico.................................................... 135

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    Tercera ParteLA HISTORIA DE CADA GOBIERNO-Regulando los precios desde 1939.......................................... 143-Gobieno del Gral. Eleazar Lpez Contreras,Dic 19-1935 a Mayo 4-1491................................................... 145-Gobierno de Gral. Isaas Medina Angarita,Mayo 5-41 a Oct. 18-45......................................................... 145-Gobierno de la Junta Revolucionaria, presedida por,Rmulo Betancourt Oct 19-45 a Feb. 14-48............................ 147-Gobierno de Rmulo Gallegos,Feb. 15-48 a Nov. 24-48......................................................... 149-Gobierno Marcos Prez Jimnez,Dic. 2-52 a Ene. 22-58........................................................... 149-Gobierno de la Junta Civico-Militar, presedida por,Wolfgang larrzabal Ene. 23-58 a Nov. 13-58 y por EdgarSanabra Nov. 14-58 a Feb. 13-59............................................ 150-Gobierno de Rmulo Betancourt,Feb.13-59 a Mar. 10-64.......................................................... 150-Gobierno Ral Leon,Marzo 11-64 a Marzo 10-69.................................................... 152-Gobierno Rafael Caldera,Marzo 11-69 a Marzo 11-74.................................................... 154-Gobierno de Carlos Andrs Prez,Mar.12-74 a Mar.11-79........................................................... 158-Gobierno de Luis Herrera Campins,Mar.12-79 a Feb.1-84.............................................................. 167-Gobierno de Jaime Lusinchi,Feb.2-84 a Feb 1-89................................................................ 173-Gobierno de Carlos Andrs PrezFeb 2-89 a May 20-93............................................................. 181-Gobierno Interino Ramn J. Velzquez,Jun 3-93 a Feb. 1-94................................................................ 186-Gobierno de Rafael Caldera,Feb. 2-94 a Feb. 1-99.............................................................. 187-Gobierno de Hugo Rafael Chvez, desde Feb. 2-99.................. 196

    ABREVIATURAS UTILIZADAS....................................... 198ACERCA DEL AUTOR...................................................... 199

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    PrembuloVenezuela est enferma

    Durante los aos 50s y 60s nuestro pas alcanz tasas asombrosas decrecimiento econmico. Hasta finales de los aos 70s, ningn pas Latino-americano poda comparar la calidad de vida de sus habitantes con la quehaba en Venezuela. La solidez de la moneda venezolana y la estabilidad desus ndices inflacionarios hasta principios de la dcada de los 70s, fue admira-da en todo el mundo.

    Lamentablemente a partir de 1977 nuestra economa empieza a haceragua: aumenta la inflacin y el desempleo (los ndices de precios oficialessealan que los precios se multiplicaron 200 veces entre Enero 1977 y Dic.1996), baja la inversin privada, las finanzas del Estado siempre estndescuadradas y comienza a sentirse el peso de la deuda del Estado. Al menosdesde 1983, la cada del poder adquisitivo de los salarios y la aparicin demasas de buhoneros ha sido inexorable.Aunque seamos una potencia en el mundo del petrleo, desde la devaluacinde Febrero 1983 nos hemos convertido en un pas marginal en la maquinariaeconmica mundial.

    Entre las principales razones que explican la cada tan espectacular enlos niveles de vida que tantos Venezolanos hemos experimentado, debe men-cionarse el hecho de que el pas fue conducido, al menos desde 1958 pordirigentes polticos y burcratas generalmente poco preparados y sin visin defuturo. Hay que reconocer que el pblico peda o al menos aceptaba esteliderazgo incapaz de actuar pensando en el largo plazo. La miopa afect adirigentes y tambin a votantes 1.

    Quienes dirigieron la poltica econmica del pas, cualquiera que fuereel partido poltico con el cual estuvieren asociados, creyeron que podan mejo-rar la calidad de vida de la gente dando rdenes de aumentos de salarios,regulando o congelando precios, y creando, financiando y refinanciando em-presas propiedad del Estado. En cuanto a la propiedad de los medios de pro-duccin y distribucin, nuestros dirigentes polticos le asignaron al Estado elmonopolio de cuanto tuvieron a bien declarar como estratgico y, adems,controlaron los precios y los salarios de las actividades que le toleraron alsector privado llevar a cabo 2. Sobre los efectos perniciosos que tales contro-_____________________

    1 Sobre esto puede agregarse que en muchas oportunidades a los dirigentes empresariales les falt valor o conviccin para oponerse con mayor decisin a los controles que

    les impusieron.

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    les traeran, pocos se ocuparon de protestarlos.Con el pretexto de querer beneficiar a quienes clasificaron como dbi-

    les jurdicos, o con el de realizar actos que siempre consideraron como dejusticia social la dirigencia poltica nunca vacil en interferir contratos priva-dos ni en desconocer derechos de propiedad, de libre iniciativa o de trabajo.

    Dentro de los objetivos de este libro nos proponemos demostrar que lanorma de las polticas de todos los gobiernos entre 1959 y 1998, fue la dedesconocer la institucin de la propiedad privada y los contratos que de ellapudieron derivarse poniendo nfasis en los controles de precios. Estos contro-les o interferencias gubernamentales, no slo tuvieron enorme frecuencia3,sino que tambin fueron puestos en prctica a travs de un Estado decidido aaplicarlos con la polica. En la mayor parte de la mal llamada era democrtica(hasta 1998 lo fue en lo poltico, mas no en lo econmico), el haber tratado deser empresario sin los favores del Estado, acarre para sus actores grandesposibilidades de haberse convertido en esclavos 4. Peor an, en la medida enque la actividad desarrollada por los empresarios fuere ms importante para elpas, mayores fueron las posibilidades de que el Estado los sojuzgara. Noobstante las buenas intenciones que pudieran haber habido entre quienes diri-gieron el pas, mientras ms se conculcaron derechos de propiedad y de libreiniciativa a travs de controles, el pblico ms se fue empobreciendo.

    Adems de demostrar el irrespeto que nuestros gobiernos librementeelegidos pero autoritarios en la conduccin de la economa tuvieron por lainstitucin de la propiedad privada, este libro pretende ayudar a que se entien-da por qu somos tan pobres, por qu ha habido tanta corrupcin, y por qutantas medidas tomadas en nombre de justicia social terminaron siendo deinjusticia social. As mismo sealaremos cmo los controles de precios impi-dieron el desarrollo y redujeron las posibilidades de que nuestra gente pudieraacceder a mejores niveles de vida.A quienes le tienen pavor a una liberacin de precios, este libro pretende con-vencerles de que si bien algunos riesgos podran avizorarse, se le abrira a lagente comn un mundo de oportunidades que hasta ahora se le ha negado.Por qu el nfasis sobre los controles de precios?

    Controles sobre precios mximos al pblico (o amenazas de controlar-

    ____________________________2 Si bien se puede generalizar que la actividad privada apenas fue ''tolerada'', hubo una serie de industrias que fueron privilegiadascon protecciones y exenciones impositivas con una mano, pero tambin destruidas con controles con la otra.3 CAP II (Feb 89 a mayo 93) fu la excepcin. Detalles eb la seccin tercera.4 Muchos empresarios han sido tratados como esclavos por haberse visto sometidos a una sujecin excesiva frente a las autorida-des reguladoras, por la clara existencia de la coercin por parte del gabierno y por el sistemtico irrespeto a sus derechos depropiedad.

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    los) han sido una regla general de nuestros gobiernos a partir del comienzo dela Segunda Guerra Mundial. En las dcadas de los aos 40s, 50s y hasta la delos 60s hubo algunos controles que poco afectaron la actividad empresarial,pues los precios fijados solan estar cerca y a veces hasta por encima de losque regan en el mercado. Como la economa estaba en franca expansin y nohaba inflacin, no eran frecuentes los problemas de costos de produccin enascenso que amenazaran a quienes emprendieran. En situaciones como la queacabamos de describir, puede afirmarse que controles que ni se sienten ni seperciben como amenazas, pueden no infligir daos. Pero cuando los controlesde precios mximos s se sienten, cuando estn por debajoo puede preverseque lo estarnde lo que el mercado libre hubiere sealado, entonces causanterribles estragos, primero a los empresarios y poco tiempo despus a losconsumidores, a los empleados y a todo el pas. Los controles que una genera-cin le impone a su sector productivo son devastadores para las venideras.Lamentablemente los problemas que las nuevas generaciones pudieran en-contrar no fueron nunca tomados en cuenta. Mucho ms importante paranuestros polticos era su popularidad en el corto plazo. Pero el altsimo costode la vida de hoy, se debe en gran medida a los controles impuestos aos ydcadas atrs, estn o no hoy vigentes. Debe quedar claro que el concepto delos controles de precios abarca no slo la problemtica de la regulacin de losprecios mximos (PVPs), sino tambin la de los precios mnimos (para ciertosproductos del campo), la de los intereses, la del cambio con otras monedas ytambin la de los salarios mnimos. Poco se ha estudiado el problema de loscontroles de precios, a pesar de que ellos son los principales causantes denuestra economa enferma. Ellos siempre devalan la propiedad y atentancontra el derecho de poder actuar o trabajarimpiden el funcionamiento delos mercados. Salvo excepciones, desde 1939 en nuestro pas no hemos tenidomercados libres. Perodos de aparente libertad como aquel entre abril 96 a feb03, o entre marzo 89 y junio 94, no lo fueron, puesto que la amenaza de volvera los controles estaba clara en la ley.

    Los controles de precios fueron causa fundamental para que los capita-les venezolanos desaparecieran o se fueran al exterior. Los capitales que nose fueron tuvieron que buscar reas de actuacin que no eran las ms impor-tantes, pues stas estuvieron reguladas. Tambin fueron causa fundamentalpara que se secaran las fuentes de impuestos.

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    LOS CONTROLESPROMUEVEN EL DESPILFARRO

    Y LA CORRUPCIN ARGUMENTOS CONCEPTUALES

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    Primera Parte

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    LOS CONTROLESPROMUEVEN EL DESPILFARRO

    Y LA CORRUPCIN ARGUMENTOS CONCEPTUALES

    Los precios deben ser libres, aunque excepciones pueden haber

    No ponemos en duda de que hay un puado de bienes o servicios que,con las tecnologas actuales y con los conocimientos todava limitados de comosometerlos a la competencia del mercado, como por ejemplo el agua y laelectricidad, necesitan regulacin. Pero la regulacin de los precios de estosexcepcionales servicios debe hacerse solo a travs de un ente imparcial, dereconocida competencia en la materia, y desligado de la poltica. Nunca se ledebiera impedir a nadie de entrar a competir si, a pesar de todos los obstculosnaturales que hubieren, encontrara la manera de hacerlo. Los gobiernos de-bieran hacer esfuerzos por buscarle soluciones de mercado al problema de lastarifas de servicios pblicos como los citados. En el caso de los telfonos,desde hace tiempo se ha descubierto como promover la competencia. Puedereconocerse la posibilidad de que existan monopolios naturales, pero nuncadebiera la ley garantizar actividad alguna como monopolio. Lo ms probablees que los monopolios que parecen naturales, en un ambiente de libertad eco-nmica, no duren mucho. Bajo Margareth Thatcher por ejemplo, en Gran Bre-taa se descubri cmo poner el sector elctrico a competir, y luego los Chile-nos lograron mejorar las modalidades competitivas descubiertas en Gran Bre-taa. En materia de tarifas de agua reguladas por mercados libres y competi-dos y no por diseos de un comit, tambin estn los Chilenos haciendo gran-des progresos. Lo que se necesita es la voluntad de buscar soluciones demercado que sustituyan las burocrticas.

    En actividades locales protegidas de la competencia por razones deleyes paternalistas, tambin se pueden justificar controles, porque los indus-triales o proveedores de servicios protegidos no deben tener la posibilidad dedictar sus precios a sabiendas de que la competencia o no existe o est limita-da por leyes proteccionistas. Lo ideal es que no hubiere leyes que limitaran lacompetencia externa y que tampoco hubiere regulacin de precios. Los em-presarios que aceptaron el privilegio de que se les protegiera de la competen-

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    Los Controles de Precios

    cia externa, y en algunos casos hasta de la interna, al principio les pudo haberido bien, pero a la postre, el gobierno los arruin controlndoles los precios. Sibien aqu se controlaron precios de la manera ms arbitraria, frente a los em-presarios protegidos, los gobiernos pudieron tener razones para regulrselos.Ejemplo tpico de esta tragedia contra consumidores y eventualmente tambincontra productores, se hizo notorio con la industria automotriz5.

    Los precios son eminentemente subjetivos, no dependen de costos.Debe fijarlos el mercado

    Se ha generalizado la idea de que a los productores les puede corres-ponder un beneficio por lo que venden, pero que ste debe ser mdico, apenasun porcentajeimposible de ser sealado por encima de sus propios cos-tos. Si alguien vende o parece vender con porcentajes de ganancias muy porencima de sus costos, solemos catalogarle como especulador o usurero crea-dor de miseria. Quienes han llegado al poder se han aferrado a esta idea ypocos se han ocupado de explicar cun nociva es. Nunca ha habido un debateserio sobre esta falacia fundamental para la vida econmica, nunca hubo unpartido poltico que se opusiera a ella, muy rara vez hubo un funcionario degobierno que la rechazara.

    En todo el mundo incluyendo Venezuela y en todas las pocasdebi haberse aceptado que los precios deben ser producto de una negocia-cin entre partes actuando libremente, cada una de ellas pudiendo basarse enmil y una razones para proponer su precio, siendo en el caso de los vendedo-res, los costos de produccin apenas una de ellas. Razones que nada tienenque ver con costos, vlidas para proponer precios de venta o de compra pue-den ser percepciones personales ms o menos atinadas de abundancia y esca-sez en el momento o en el futuro, de necesidades, de riesgos, del estado de lacompetencia, de progreso personal, de los vaivenes de la poltica, de rumoreso de informacin ms o menos fidedigna sobre la marcha del mundo.

    El vendedor debe saber cules son sus costos y debe evitar vender pordebajo de ellos, pues si lo hace, tarde o temprano quebrar. El vendedor siem-pre debiera esforzarse en reducir sus costos lo ms posible, pero ello noquiere decir que sus precios de venta deban establecerse en funcin de cos-tos. Los empresarios que voluntariamente venden sobre la base de un ciertoporcentaje ms o menos grande por encima de sus costos debieran compren-____________________________

    5 Si la proteccin otorgada por el gobierno tambin significara controles de precios, ms lehubiese valido a los empresarios rechazar la intervencin a su favor.

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    der su error y esforzarse por aprender ms sobre el funcionamiento de losmercados. Los gobiernos decididos a imponer frmulas de esta ndole paraque se formen los precios, mantienen a sus pases sumidos en la pobreza.

    Cuando esta frmula para establecer precios les es impuesta a los pro-ductores y/o comercializadores de bienes y servicios, la oferta no tiende aigualar a la demanda como ocurre en los mercados libres. Sera una casuali-dad grande que lo hiciera, si los precios slo dependieren de los costos. De seras, lo ms probable es que la oferta siempre fuere mayor o menor que lademanda, en cualquiera de los casos, un problema para todos.

    Otro inconveniente fundamental resulta ser que los productores y/ocomercializadores pierden el incentivo de reducir costos, pues su precio deventa sera un porcentaje sobre costos demostrados. Mas adelante nos referi-remos a la importancia que tiene poder producir o comercializar a menorescostos pues ello es factor fundamental de progreso.Si hubiere un estricto mandato de gobierno exigiendo precios basados en cos-tos de produccin y/o comercializacin, la maquinaria econmica del pas separalizara. Siguen algunas razones:

    Hay una cantidad de materias primas que en los mercados internacio-nales cambian de precio cada segundo de las 24 horas del da. Quien no creaesto debiera ir a la Bolsa de Commodities de Chicago, o al menos leer concuidado un ejemplar del The Wall Street Journal o del Financial Times. Si losprecios dependen de los costos, entonces cada unidad producida tendra quetener precios diferentes, porque cada unidad suele tener costos distintos.

    Si la ley dijera que los precios tienen que marcarse en funcin decostos, de inmediato habra confusin, pues costos son los que ocurrieronhace un ao, un mes, una semana, un da, una hora, en el mismo momento dela produccin y hasta en el futuro. En el mundo moderno una empresasofisticada puede llevar al da buena parte de sus costos directos e indirectos,difcilmente los puede llevar con precisin todos al da, Qu sera de las em-presas no tan modernas! O de las que operan en ambientes inflacionarios,donde las cifras de ayer no pueden ser vlidas para decisiones posteriores.

    Acerca de otros daos que suelen infligir los controles de preciosentre bienes y servicios

    Cuando los precios fijados por el Gobierno se colocan por debajo de loque hubieren estado en los mercados libres, o simplemente se percibe que vana estarlo, se desata una cadena de problemas que arruinan la economa ytambin la mentalidad de la gente. Frecuentemente productores y distribuido-

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    res de alguna manera se las arreglan para esquivar el problema, aunque siem-pre con costos que a todos empobrece 6.

    El rosario de problemas que de seguidas describiremos, rara vez hasido comprendido ni por quienes han tomado decisiones para implantarlos yadministrarlos, ni por los consumidores poco informados quienes naturalmenteprefieren precios bajos y congelados, que precios libres que intuyen puedanelevarse en cualquier proporcin una y otra vez. Tambin se da la paradoja deempresarios que se rasgan las vestiduras pidiendo precios libres para lo queellos venden, pero no siempre apoyan la libertad de precios que otros empre-sarios reclaman.

    No es posible progresar sin que logremos producir y comercializar bie-nes y servicios en mayor abundancia y calidad a costos menores. Pero loscontroles de precios tienden a quitarle incentivos a los empresarios para redu-cir sus costos sin restarle calidad o competitividad a sus productos. Peor an,suelen forzar hacia arriba los costos de produccin/distribucin de las empre-sas y, adems, tambin los del propio Gobierno. En la medida en que los con-troles estimulan costos hacia arriba, toda la poblacin se empobrece.

    El primer efecto de un control de precios suele notarse en la reduc-cin, postergacin y hasta congelacin de los planes de inversin, bien enempresas por formarse o bien en empresas ya constituidas dispuestas a agre-gar o a sustituir fbricas, maquinarias y equipos, o a realizar investigaciones enbusca de mejores frmulas.

    El que los controles suelan provocar la paralizacin de las inversionesnadie lo debiera poner en duda, pues resulta una estupidez invertir cuando lapoltica de gobierno es la de impedirle al propietario cosechar los frutos que suinversin pudiera generar, o peor an, cuando se ve venir que por razones decontroles, el inversionista/empresario vaya encaminado a perder su propiedady su trabajo. Todos los industriales entrevistados para hacer este libro recono-cieron que debido a controles, sus empresas retrasaron y hasta paralizaroninversiones previstas.

    Quien es forzado a ganar menos, menos trabaja, por eso con loscontroles van desapareciendo volmenes, calidades, variedades y tambin lasplazas de trabajo. Quien tiene que vender por debajo de sus costos porque elgobierno le obliga a ello, se le est obligando a trabajar a prdida. Es un escla-

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    6 Estos costos adicionales incurridos para darle la vuelta a los controles siempre empobrecen ala sociedad y casi siempre, pero no necesariamente, a los empresarios controlados. Los notablesbanqueros Oscar Garca Mendoza y Germn Garca Velutini me han comentado cun importanteson para la sociedad las tasas libres de regulacin, pero paradjicamente tambin han reconoci-do que para ellos los tiempos ms rentables fueron aquellos con tasas reguladas.

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    vo.Cierto es que muchos dirigentes en posicin de ordenar los controles

    argumentan que ellos solo buscan impedir exageradas ganancias, que no estnen contra de ganancias moderadas. Pero una cosa es lo que piensan quienesno invierten y solo deciden por otros y, otra la que piensan quienes arriesgan sudinero.

    Aparte de que se desestimulan las inversiones, los precios mximosdictados por las autoridades, inducen a los empresarios a reducir costos que deotra manera no reduciran y que no debieren reducirse. Costos se puedendisminuir reduciendo calidades, variedades, gastos en propaganda, nmero deempleados, y hasta el monto de los salarios. Cuando por razones de controlesse reducen las calidades de produccin, o de distribucin o de servicios, elcosto de vida sigue deteriorndose a pesar de que tal desgracia no sea recogi-da en los ndices que miden la inflacin.

    Cuando en libertad una empresa produce o distribuye un productodigamos que con diez calidades y precios diferentes, de venir un precio mxi-mo dictado por el gobierno, lo ms probable es que los primeros en desapare-cer van a ser los de ms alto precio pero de mejor calidad. Y muy bien puedeser que esos de mayor calidad y ms altos precios que son los primeros endescontinuarse con ocasin del control, sean precisamente los que ms leconvienen al consumidor con apreturas econmicas. Hechos de esta naturale-za no los reflejan los ndices de inflacin.

    Cuando a una empresa que vena produciendo un bien o servicioexcelente, se le imponen controles que la obligan a disminuir su calidad, pro-bablemente el da que estos se levanten la empresa quiera volver a los mismosgrados de excelencia que haba logrado antes, pero no lo logra porque todo suentorno se fue acostumbrando a la mediocridad.

    Los controles tienden a eliminar los gastos en publicidad. Cuando sereducen estos gastos porque no hay dinero, o porque la oferta no puede satis-facer la demanda y as no se requieren esfuerzos para convencer a nadie parainducirlo a comprar, se vienen a menos no slo las empresas dedicadas a lacreacin publicitaria, sino tambin los medios impResolucinucins y las emi-soras de radio y televisin. Y los consumidores pierden posibilidades de saberlo que hay en el mercado y en donde estn las mejores opciones.

    Los precios mximos controlados impiden que el pblico pueda apro-vechar nuevas tecnologas. Cualquier fabricante puede estar en posicin demejorar la calidad de su producto aadindole apenas algo a sus costos y a suprecio de venta. Por ejemplo, a una pintura, a un lubricante, a un caucho, o auna suela de zapato, podra darse el caso que su fabricante descubriera que

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    con slo agregarle a sus costos de produccin y a su precio de venta 1%, suproducto pudiera doblar o triplicar su tiempo de vida til, lo que equivaldra areducciones muy efectivas de precios. Lo cierto es que un precio mximofijado por el Gobierno, puede truncar cambios llamados a mejorar calidades ypor consiguiente a disminuir los costes de vida.

    Cuando un mismo producto o servicio tiene siempre el mismo preciodictado por el gobierno, suele dar lo mismo producir bien o mal. Peor an,puede salir mejor parado el que trabaja mal que el que trabaja bien. Se da elcaso, por ejemplo que los propietarios de una panadera intuyan que pudieranofrecer un mejor pan y un mejor servicio que sus competidores de al lado, perosi ese mayor esfuerzo tiene que ser a precios iguales, puede ser mejor nointentarlo.

    Pocos imaginan que un aspecto fundamental a la hora de tomarsedecisiones sobre inversiones son los riesgos que stas ofrecen. Si una tpicainversin como puede ser la que se haga en un banco que ofrece un rendi-miento de 5% neto de inflacin con un margen de seguridad tanto para elcapital invertido como para los intereses a ganarse de 99%, cualquier inversio-nista se da cuenta de que para invertir en otra actividad que ofrece un riesgodigamos de 50% de posibilidades de xito o de fracaso, (y si el fracaso implicala prdida de todo el capital invertido), la inversin en la alternativa ms arries-gada ser racional solo si, caso de ser exitosa, parece ofrecer un rendimientode 108%.

    Cuando se pretende descubrir un medicamento que cure alguna enfer-medad, las probabilidades de xito son de una entre miles y hasta entre millo-nes.

    Quin invertira donde las mayores posibilidades estn en contra, si tam-poco pudiera ganar mucho caso de que llegara a tener xito? Una sociedadque no acepta rendimientos a la par de los riesgos tomados o por tomarse,difcilmente podr beneficiarse de algn invento cientfico propio ni de los be-neficios que pueden producir las inversiones que se hicieren para descubrirlo.

    El pas necesita inversiones, no obstante los potenciales inversionistassiempre van a estar calculando riesgos de toda clase, no solo los que implicanlos descubrimientos cientficos, sino tambin los que implican las amenazas decontroles, u otras modalidades de confiscacin de propiedades que el tiempoha venido demostrando ser tan factiblescomo por ejemplo aumentos obliga-torios de salarios, obligaciones de contratar personal, impedimentos para des-pedirlo, leyes reprimiendo el desalojo de viviendas, de oficinas o de localescomercialessin que los afectados puedan contar con un poder judicial dis-puesto a defender derechos de propiedad y su corolario, derechos de accin o

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    de contratacin.Los controles tienden a abonarle el terreno a la corrupcin. A las

    empresas se les hace muy importante encontrarle una salida a los mltiplesproblemas ya descritos que se le crean. Cuando los controles amenazan lasobrevivencia de la empresa, la corrupcin en sus distintas formas, a travsdel soborno, del engao, de los pactos entre competidores, de la adulacin a losgobernantes de turno, deja de ser cuestionable y puede llegar a convertirse enuna solucin, no slo para las empresas afectadas, sino para todos.

    Aunque se llegue a la paradoja de que la corrupcin se convierta enuna solucin, ello siempre tiene un costo, la gente necesariamente se empo-brecer. Lo peor es que ayuda a que la gente pierda la nocin de lo que esbueno y de lo que es malo. Los controles despiertan la corrupcin entre laspartes involucradas y mientras tanto toda la sociedad va perdiendo su sentidode la tica.

    Todas estas calamidades que acabamos de mencionar coadyuvan aque haya menos competencia. La mejor proteccin que pueden tener los con-sumidores es precisamente la de la pugna entre empresas compitiendo porganarse el inters y la confianza de los consumidores. La competencia esquien exitosamente obliga a productores y distribuidores a ofrecer mejoresprecios y productos que conllevan un mejoramiento de los niveles de vida detodos. Pero donde hay controles de precios claramente establecidos, o sim-plemente permitidos en la ley y por eso son una amenaza la competencialanguidece y hasta deja de existir.

    Es generalizada la idea de que en nuestro pas se han tenido que implan-tar controles porque nunca hubo competencia que protegiera al consumidorcomo ocurre en pases desarrollados. No es razonable que se piense as, puesslo con precios libres puede haber competencia. Quienes imponen o aboganpor controles que slo tienden a destruir la competencia que hay o a impedir laque pudiera haber, no tienen derecho a alegar que sta no existe.

    Si fuere verdad que aqu hay poca o ninguna competencia, con mayorrazn sera necesario que se tomen las medidas que la promuevan, no las quedestruyan la poca que pueda haber o las que pudieran despertarla. Adems,con solo rebajar y agilizar los aranceles y trmites aduaneros, los productoreslocales, siempre tendrn competencia externa 7. Cabe acotar que general-mente quienes se oponen a dejar los precios al libre juego de la oferta y lademanda, cada vez que pueden tambin torpedean la competencia negndose

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    7 Puede que haya alguna excepcin, como en el caso del pan.

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    a apoyar bajas de aranceles.Los controles atentan contra el derecho a la libertad de accin para

    ganarse la vida, contra el derecho al trabajo, contra el derecho que debentener los consumidores de poder escoger y contra el derecho de todos losciudadanos de sentirse gobernados por leyes iguales para todos.

    Los controles son un problema para los productores, pero ms anpara los consumidores. Cuando los controles crean escasez de vivienda enalquiler, de autobuses, o de colegios, fcil resulta constatar el dao que se lehizo a quienes venan suministrando tales bienes o servicios, pero el ms gran-de perdedor, resulta ser la sociedad entera que no podr disfrutar de dichosbienes.

    Los controles racionan, pero el racionamiento siempre comienzan asentirlo los ms pobres.

    Un control puede imponerse porque el gobierno quiere impedir quealguien eleve un precio en Bs. x, sin darse cuenta que de haber escasez, eldao puede llegar a ser millones de veces x. Por ejemplo, por impedirle alproductor de cauchos un aumento de $1, todo lo que se mueve sobre ruedaspuede llegar a ser afectado.

    Si los precios suben y pensamos que acciones gubernamentales hande tomarse, stas deberan ser para atacar sus causas, no sus consecuencias.Tratar de impedir el alza de los precios a travs de controles, es una estupidezporque es atacar los sntomas y no las races del problema. Atacando lossntomas slo se van a agravar las dificultades que se quisieran resolver.

    Un control va llevando a otro control. Si el gobierno pretende contro-lar el precio final del pan, pronto estar tentado a controlar tambin el de laharina de trigo, luego el del trigo crudo, despus el de la maquinaria necesariay hasta el del trabajo. Ms adelante tratar hasta de censurar las opiniones enprensa.

    Los controles nada bueno pueden hacer por la generacin de em-pleo. El desempleo destruye a los individuos y sus familias y coadyuva a laaccin criminal, hoy el problema ms grave que tiene el pas. Los controlesreducen las posibilidades que todo ser humano debe tener para buscar unsalario o para intentar ganarse su sustento mediante una actividad empresa-rial.

    Aparte de los incentivos perversos que producen, tambin crean loscontroles otros problemas, como son el que se va creando desprecio por la ley,tambin una mentalidad predispuesta al odio al prjimo, a no creer en los de-ms, a la lucha de clases. Forman a un ciudadano incapaz de entender losproblemas sociales del pas.

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    Todas estas razones apuntan a demostrar que los controles de pre-cios destruyen precisamente lo que ms conviene: inversiones, mayor produc-cin, mayores variedades, mejores calidades, incentivos a la creatividad, ma-yor competencia, ms empleo y mejores salarios. Lo que incentivan los con-troles es la corrupcin, la buhonera, el desempleo y el crimen.

    En los pases desarrollados la norma son los precios libres, en losretrasados la norma son los precios regulados. Ningn pas sali del subdesa-rrollo con controles. Los desarrollados que han cado en el error de regularprecios, los tuvieron que levantar. Los subdesarrollados sufren mucho msque los desarrollados cada vez que se equivocan. Un error que apenas sesiente en un pas rico, puede ser devastador en uno pobre.

    Ancdota: a Milton Friedman una vez le preguntaron Maestro, que es lo quehace que haya abundancia de bienes? respuesta: No estoy seguro de que sresponder esta pregunta tan compleja, lo que s le puedo decir es que si scomo se crea la escasez. Basta con que el gobierno controle precios, de inme-diato sta aparece, aqu y en cualquier parte del mundo.

    Los controles le quitaron a los empresarios las seales que ms nece-sitaban

    Los precios libres le sealan al pblico lo que abunda y lo que escasea.Si los precios los determinan la libre oferta y la libre demandano el gobier-nolo que abunda tiene un precio barato y lo que escasea uno caro.Para que la economa funcione, es necesario incentivar a los consumidores acomprar lo que abunda, no lo que escasea, y a los productores a producir loque escasea, no lo que abunda. Tambin debe haber incentivos a los producto-res para que utilicen los insumos que ms abundan y no aquellos que esca-sean. Los precios libres dicen que es lo que abunda y que es lo que escasea.Los precios regulados nada dicen. Los empresarios y los consumidores Vene-zolanos han tenido que trabajar sin la informacin que ms necesitaban. Suderecho a estar bien informados en lo econmico les fue negado a partir de1939 8.

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    8 Se impusieron en Sept. 1939 a raz de los comienzos de la Segunda Guerra Mundial que se prolonghasta 1945.

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    Los controles de precios distorsionaron el paisaje industrial

    Hay empresas que en sus inicios establecieron una nica planta indus-trial donde ms apropiado les pareci, pero que con el transcurrir del tiempoprobablemente hubieren establecido una o varias fbricas adicionales en otrasregiones con la idea de acercarse a sus consumidores mas lejanos y/o tambincon la idea de asegurarse que si su nica planta tuviera que paralizarse, aten-deran la emergencia con la segunda o la tercera 9. Por razones de controles(en existencia, o por miedo a ellos), estas plantas adicionales que a todo el pasle hubiese convenido que se montaranno se llegaron a montar. La proble-mtica de los controles hizo preferible para las empresas con una nica plantaindustrial gastar ms en transporte atendiendo a todas las regiones y correradems con los riesgos que implica el tener una sola planta que pudiera llegara paralizarse. Sin controles el paisaje industrial habra sido diferente, y proba-blemente muchos productos le hubieren llegado a los consumidores ubicadoslejos de las nicas plantas que tantas empresas mantuvieron por razones decontroles, a precios ms convenientes para ellos 10.

    Importancia de que productores y comercializadores reduzcan costos

    En poder producir con igual o mejor calidad a menores costos est elmayor secreto de progreso. Si a lo que se produce digamos a un costo denueve, y se vende a diez, se le logra reducir su costo a ocho, toda la sociedadse enriquece, an en los casos en que los precios de venta no se redujeren.Debido a esta mayor eficiencia ganara todo el mundo porque los beneficiosadicionales que significa ganar dos en lugar de uno conduce a que el beneficiose invierta para ampliar la produccin de la misma empresa, o vaya al merca-do de capitales o bancario para financiar otros proyectos, o terminen yendo aempleados o a accionistas quienes a su vez lo gastaran o lo invertiran. Obsr-vese que la reduccin de costos de nueve a ocho abrira posibilidades de quelo que se venda a diez se comience a vender por menos. Si ese fuere el caso

    __________________________________________________________9 Esta posibilidad dependera de la estructura de costos de cada empresa. Hay empresas que siemprese hubieren expandido a traves de su nica planta, pero hay otras en que las expansiones se hubiesenhecho a travs de nuevas plantas ubicadas en lugares diferentes.10 Debo esta idea a Jos Camilli y a Simn Nobile. Desde luego que la idea descrita se refiere aalgunas industrias con ciertas caractersticas de costos fijos y variables. Sin controles algunasindustrias hubieren preferido continuar operando con una planta grande y no a traves de variaspequeas. Lo importante es sealar que el paisaje industrial hubiere sido diferente, porque si notodas, muchas empresas se hubieren desarrollado en una forma distinta.

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    sera toda la clientela quin se habra hecho algo ms rica. Adems, las empre-sas que logran reducir sus costos aumentan sus posibilidades de exportar, ac-tividad que a todos beneficia.

    Si todo lo antedicho es positivo, tenga el lector la seguridad de que locontrario ocurre si los costos en vez de bajar suben. Toda la sociedad seempobrece de una forma u otra cuando se elevan los costos de los producto-res, porque costos ms altos tienden a que haya mayores precios de venta.An cuando los precios de venta no pueden subir, digamos que por razones decontroles o del propio mercado, entonces se reducen las inversiones o lasremuneraciones a empleados o a accionistas. Los controles de precios sloayudan a que los costos de las empresas suban, jams ayudan a que bajen.

    Los controles empujan costos hacia arriba porque obligan a los adminis-tradores de las empresas a dedicarse a tareas improductivas, como por ejem-plo a preparar una y otra vez informes de costos para el gobierno, a adular,entretener, a veces hasta a sobornar funcionarios, a buscarse asesores espe-cialistas en poltica, pagar remitidos de prensa, financiar agrupaciones entrecompetidores que no debieran existir

    Si los gobiernos tuvieren genuino inters en actuar para elevar el nivelde vida de la gente una magnfica recomendacin que se les pudiera hacer esque busquen la manera para que, sin atropellar ni subsidiar a nadie, ayuden aque productores y distribuidores puedan operar con menores costos. Esto lopueden hacer aprobando leyes o reglas claras, iguales para todos, combatien-do el crimen, administrando justicia, asegurndose de que haya una buenainfraestructura de carreteras y de servicios pblicos, reduciendo permisera,saneando puertos y aduanas, flexibilizando los mercados laborales.

    Muy rara vez ha habido alguna disposicin de gobierno relacionada conla marcha de las empresas que no fuera a incrementar costos de produccin.Notorio en este sentido han sido las tarifas sobre electricidad, agua, telfonos,aseo urbano impuestas de manera que las personas naturales paguen poco,pero que a cambio paguen ms las empresas. Nuestros polticos no se perca-taron de los problemas que ocurriran cuando demaggicamente elaboraronestas tarifas que implicaban costos mas all de lo razonable para las empre-sas. Siempre se crey que poco importaban los costos para las empresas.Pero cuando las empresas pagan lo que los individuos debieran pagar por simismos, pueden no poder competir, y si ello ocurre, todos estamos condenadosa ser pobres.

    Sobre sto, John Werner, Presidente de Alimentos Heinz nos coment(1997): los controles nos van incapacitando para producir calidad con rapidezy con economa de recursos. Por eso tenemos que trabajar ms, aportar ms

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    11 Sobre esta idea estoy endeudado con Alberto Mansueti.

    capital y pagar ms por lo que se produce.

    Competencia y precios regulados, imposible combinacinDifcilmente puede un gobierno dar una orden que obligue a quienes

    produzcan o vendan algn bien o algn servicio, a hacerlo de una manera msconveniente para su clientela. Por el contrario, la competencia s los obliga aponer constantemente todos sus esfuerzos para que los consumidores le densu preferencia. Funcin fundamental de todo gobierno debe ser la de apoyar elproceso competitivo. Pero si los precios estn regulados habr poca o nulacompetencia, dependiendo del grado en que los controles afecten a los compe-tidores. Los empresarios trastornados por controles suelen verse impelidos aentrar en una carrera por reducir costos -principalmente calidades y varieda-des - aunque ello sea en detrimento de su clientela, o en cambiar de ramo, o engestionar ante el Gobierno un precio ms conveniente. Para los empresarios,el consumidor debiera ser su principal foco de atencin, pero bajo la presin delos controles, ser mas bien su ltima preocupacin.

    El desarrollo econmico es producto de millones de transacciones enlas que cada una de las partes involucradas algo ganan

    Los pases se desarrollan por razones de educacin, de inversin, deproduccin y/o distribucin de una manera ms eficiente. Es fundamental quecada minuto ocurran muchos intercambios. Cada vez que alguien paga poralgo, ocurre una transaccin que, a precios libres, beneficia tanto a la parteque compra como a la parte que vende. A quin beneficia ms? es una pre-gunta imposible de dilucidar. Lo importante es que ambas partes se benefi-cian. No habra intercambio libre si no hubieren beneficios para ambas partes.Cuando las transacciones van en aumento toda la sociedad se va haciendoms prospera. Los controles de preciossean estos mximos o mnimosnopueden coadyuvar a que aumente el nmero de transacciones pero si contri-buyen a que estas desciendan11.

    Los mrgenes de ganancias son altsimos, al menos que controleneso!

    Que los mrgenes de ganancias conque trabajan nuestros comerciantesson elevadsimos, es un mito muy arraigado, pero sin sentido.

    En nuestro pas hay una notoria escasez de estadsticas veraces y

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    pertinentes sobre la marcha de las empresas.Puede que quienes se quejan de altos mrgenes de ganancias intuyan

    en cunto compra un comerciante determinado producto y, al compararlo conel precio de venta, cunto es su margen. El problema es que tal clculo notoma en cuenta lo ms relevante, esto es cuntas unidades venden, y culesgastos tiene el negocio? Un comerciante puede comprar algo en 100 y vender-lo en 200, dcese en un caso as que su margen de ganancia es del 100%. Peroeso es antes de gastos como los del local, luz, telfono, empleados, impuestos,etc. Quien venda al doble, o al triple de lo que le cuesta su mercanca, despusde gastos, pudiera muy bien estar quebrado, sobretodo si tiene volmenes deventa reducidos.

    Quienes aseguran tener evidencia de que los comerciantes ganancantidades excesivas, debieran hacerle un gran favor a la sociedad (y a smismos): entrar a competir con mrgenes menores, as todos querrn negociarcon ellos, y como se supone que tales mrgenes menores no seran de prdi-das sino de ganancias ms razonables por unidad vendida, se enriqueceranellos y tambin toda la sociedad.

    Aunque la entrada de nuevos competidores pueda ser tan favorable -y es posible que en muchas oportunidades sea lgico que ocurra, a quieneshablan de altos mrgenes sin ser expertos en la materia, de estar dispuestos ainvertir para competir, se les debe recomendar cautela porque podran jugarsesu patrimonio bajo una premisa falsa y perder toda su inversin.

    Probablemente hay en el exterior ms de US$100 mil millones ga-nando intereses alrededor de 5% ao. A tal ritmo duplicar un capital toma 15aos. Si la actividad econmica dentro del pas supusiera rendimientos tantoms elevados, lo lgico sera que los capitales retornaran, porque no lo hacensi aqu fuere tan fcil duplicar un capital? No lo hacen porque los rendimientosde las inversiones hechas en el pas no son tan elevados como se suele creer,o porque sindolos, no compensan los mayores riesgos.

    Quienes aceptan lo nocivo de los controles de precios y slo pidenque se controlen los mrgenes, se contradicen, porque controlar los mrgeneses controlar los precios, la nica diferencia es que podra tratarse de un controlque no afectara a los industriales o importadores sino solo a posteriores inter-mediarios. Tendramos entonces un sistema de precios libres para unos y re-gulados para los ms con todas las desventajas que los controles acarrean.Obsrvese que ms gente suele intervenir en la comercializacin que en laproduccin.

    Aqu la comercializacin (y tambin la produccin) resulta ms cos-tosa que en USA por una serie de razones que ojal se vayan superando, como

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    por ejemplo: el trabajo se logra all con empleados ms productivos que entotal son menos. Adems los servicios pblicos funcionan mejor, los riesgos derobos o de asaltos y tambin los impuestos, al menos los que se le aplican a lasempresas, son menores. Habitualmente en USA la empresa no comprometerecursos para ir a oficinas oficiales de controles de precios o de cambio, comotantas veces ha ocurrido aqu. Adems, all no es tan costoso despedir a unempleado. Tampoco hay en USA el rosario de das festivos que aqu tenemosen que no se trabaja. Los mayores gastos que los comerciantes locales tienenque hacer en seguridad, porque en nuestra sociedad el robo en todas sus ma-nifestaciones se ha generalizado, es una razn de nuestra lnguida economa.Todas estas desventajas obligan a que sea necesario trabajar con mayoresmrgenes o precios y que los salarios sean tanto ms bajos.

    No es cierta la idea tan generalizada de que lo que tenemos es un pro-blema de demasiados intermediarios que encarecen los productos. Como re-gla general puede decirse que mientras ms se desarrolla un pas, mas inter-mediarios existen y ms barato se hace todo, porque cada uno de ellos tieneuna funcin que cumplir para llevarle el producto de manera mas efectiva alconsumidor. De no tener tal funcin, el mercado los obliga a desaparecer.Donde hay competencia, el nmero de intermediarios se mueve hacia arriba ohacia abajo, siempre buscando la reduccin de costos. Seguramente que sonmas los que estn haciendo falta que los que puedan estar sobrando.

    A mayor inseguridad jurdica, mayores tienen que ser las gananciasesperadas

    Quienes nos han gobernado han sido incapaces de establecer reglasque le den confianza a los empresarios para invertir y trabajar, tampoco hantenido inters en crear un sistema de justicia imparcial y rpido. Las reglassiempre han atentado contra los consumidores: o han sido hostiles contra lospropietarios inversionistas, y por ello incentivado la escasez y el desempleo, ohan sido proteccionistas y logrado el encarecimiento arbitrario por demasiadotiempo de lo que se le ha ofrecido al consumidor. Tambin han variado lasreglas de juego excesivamente.

    Para que se dicte una ley, se cree que slo hace falta una mayora en elCongreso que la apruebe, lo ms grave es que no existen principios o derechosindividuales que pudieran ponerle lmites a nuestros legisladores, al menos cuan-do se trata de derechos individuales tan fundamentales como son los derechosde propiedad. Frente a la mayora, la minora no tiene ningn derecho 12.

    El fin, por ejemplo el de la justicia social, siempre parece poder justificarlos medios empleados, aunque es un principio elemental de la tica el que el fin

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    no puede justificar los medios empleados. La lentitud que ha caracterizado anuestro sistema judicial agrava la inseguridad jurdica que ha campeado. Tantaincertidumbre conduce a que para productores y comerciantes sea una locuratrabajar con bajos mrgenes de ganancias.

    La mala ley puede permitirle al Gobierno controlar precios y reducir yhasta anular los mrgenes de ganancias, pero difcilmente puede forzar nue-vas inversiones. Estas no pueden darse si el problema de la inseguridad jurdi-ca no se compensa con altos mrgenes de ganancias. Solo con ellos tienen lasempresas la esperanza de que nuevas leyes no las llevarn a la quiebra.

    Pareciera que todos los precios estn cartelizadosEs posible que quien se ocupe de comparar precios al consumidor de

    bienes o servicios similares, termine opinando que stos se diferencian poco onada, an cuando sus costos difcilmente son iguales. Sin duda, hay un arraiga-do mito segn el cual los precios estn cartelizados. Si no fuese as, deberahaber mayores disparidades de las que suelen observarse.

    Este argumento es falaz. Mucho podra discutirse sobre semejanzas ydisparidades entre precios de productos similares. Lo cierto es que si los pre-cios son semejantes, an cuando sus costos de produccin o de distribucinpuedan ser diferentes, puede deberse a que productores y distribuidores enlugar de competir, se ponen de acuerdo y se aseguran altos mrgenes deganancias. Mas si ello es posible, igualmente posible es que tal similitud, sedeba ms bien a que en efecto s hay mucha competencia.

    Es perfectamente factible que el bien A, con un costo de 100 se vendaa 200, mientras que el bien similar B, con un costo de 150, tambin se leofrezca al consumidor en 200, no porque el precio est cartelizado sino preci-samente por lo contrario. Si B se coloca por encima de A con un producto queno es superior, sino similar, sabe que no vende. Es oportuno observar que sibien existe el mito de los precios cartelizados, tambin hay muchos que alconstatar diferencias de precios entre bienes similares levantan sus protestascontra lo que no vacilan en llamar especulacin.

    Ahora bien, antes de la liberacin de precios a comienzos de 1989, losprecios si estaban cartelizados, pero por acciones de gobiernos que ni les inte-resaba ni comprendan el concepto de los mercados libres regulados por lacompetencia. Todos los industriales entrevistados para preparar este libro re-conocieron que a causa de los controles de precios se vieron forzados a poner-_____________________ 12 El que una mayora no tenga lmites en cuanto a lo que le puede imponer a una minora, es untema fundamental sobre el que tanto han insistido autores como Ludwig Von Mises y FrederichHayek.

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    se de acuerdo con sus propios competidores para discutir sus precios con Min.Fomento. Frecuentemente el propio Ministerio les deca: primero pngansede acuerdo ustedes y despus negociamos sus precios en bloque, pues notenemos tiempo para tratar de negociar con cada uno de ustedes separada-mente.

    Adems, la Ley de Proteccin del Consumidor vigente entre 1974 y1992, al indicar que los precios los marcaba el productor o importador y no eldetallista final, tuvo que cartelizar todos los precios de bienes a nivel del co-mercio. Para un mismo producto tena que haber en todas las tiendas un precionico de venta al pblico, aquel que marcaron productores o importadores.Las actividades reguladas por definicin tuvieron sus precios cartelizados. Enlas pocas actividades en que no hubo regulacin de precios, los industrialespudieron competir entre s, pero no as los comerciantes.

    Las empresas ms afectadas por los controles, las pequeasVenezuela necesita ms empresas de todos los tamaos. Nuestros diri-

    gentes suelen admitir la importancia de la pequea y mediana empresa (PYME)con bastante ms asertividad que la de la grande. A pesar de esta retrica msfavorable a la PYME que hacia la gran empresa, los controles de precios lehan hecho ms dao a las PYMEs que a las grandes, sobre todo si estasltimas son multinacionales. Algunas razones:

    Los controles suelen provocarle prdidas a las empresas. La empre-sa grande tiene ms recursos que la pequea para operar perdiendo, al menosdurante algn tiempo. En el caso de las multinacionales stas pueden contarcon prstamos, crditos, avales, suministros y otras facilidades de sus casasmatrices. Adems, si la filial establecida aqui representa apenas el 1% del totalde la empresa consolidada a nivel internacional, las prdidas que aqu puedanhaber no son tan devastadoras para el todo. Quienes hoy se lamentan al cons-tatar el peso que tiene la empresa grande extranjera dentro de nuestra econo-ma, debieran preguntarse qu estaban haciendo cuando los controles de pre-cios estaban acabando con las pequeas empresas venezolanas?

    A la gran empresa no le incide en sus costos cmo a la pequea,contratar profesionales que defiendan sus intereses ante las autoridades degobierno o participar en las asociaciones creadas para enfrentar problemas deesta ndole. La empresa que produce 20 tipos de productos tiene mucho mscapacidad de maniobra que la ms pequea que compite con ella, pero con unsolo producto. La empresa grande tiene la alternativa de descontinuar susproductos menos rentables, o la de exportar.

    La mayora de nuestros polticos se han rasgado las vestiduras de-

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    fendiendo a las PYMEs, pero ms all de sus palabras, cuando de controles setrata, han promovido ms la quiebra de los pequeos con menor capacidad deaguante que la de las grandes multinacionales.

    El problema de la especulacin y de los controles necesarios parafrenarla

    Se suele creer que la especulacin es el problema que nos ha empo-brecido y que el gobierno est para impedirla. Antes de aclarar los mitos sobreesta palabra cargada de una terrible connotacin, es oportuno definirla prime-ro segn el diccionario. El de la Lengua de la Real Academia Espaola (RAE)dice: Operacin comercial que se practica con mercancas, valores o efectospblicos, con nimo de obtener lucro. Sobre la palabra especular dice: Regis-trar, mirar con atencin una cosa para reconocerla y examinarla. Meditar,reflexionar con hondura, teorizar. Perderse en sutilezas o hiptesis sin basereal. Efectuar operaciones comerciales o financieras con la esperanza de ob-tener beneficios basados en las variaciones de los precios o de los cambios.Comerciar, traficar.

    Segn estas definiciones, el significado de esta palabra oscila entre loinocuo, lo natural, lo lgico y lo muy necesario y provechoso para toda socie-dad, como lo es comerciar. Pero en la mayora de los casos la palabra se usacargada de un tono peyorativo para acusar de inmoral a quien parece sacar obuscar excesivo provecho en alguna venta o a quien trata de manipular elmercado para crear escasez.

    La mayora de las veces que el vulgo utiliza este trmino en tono peyo-rativo contra algn vendedor de bienes o de servicios, comete una injusticia.Siempre que el gobierno impone controles contra quienes califican deespeculadores en el sentido hostil de la palabra, solo ayuda a agravar losproblemas sociales que todos quisiramos que se resolvieran.

    Cuando el hombre comn acusa a quien le vendi o le quiere venderalgo- asumamos que sin engao, trampa, o fraude de ningn tipo- a un precioque le parece excesivo o especulativo, puede perfectamente decirle no meinteresa, me parece que no lo vale, ms no es correcto que le acuse de ser unespeclador, hambreador, agiotista, usurero o criminal, pues es algo natural ylgico el que los vendedores quieran sacarle mximo provecho a su trabajo o asus propiedades. Quien los debe controlar es la competencia.

    Lo que s puede ser es que la ganancia del vendedor sea tan grande quevalga la pena intentar competir con l. Si se cree por ejemplo que los expendiosde alimentos ganan mucho, quien eso cree debiera tratar de montar su propionegocio.

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    Si querer beneficiarse vendiendo caro fuere recriminable o inmoral, iguallo sera tratar de hacer lo mismo al comprar. De ser as, los vendedores debie-ran odiar a los compradores y viceversa, pues cada uno habitualmente quiereobtener del otro el mximo provecho. Quien crea que vender al precio quems le conviniera es un acto inmoral tiene que aborrecer al que le vende o lealquila su casa, a quien le vende la comida, la ropa, el transporte, le presta, trabaja para l aorando un sueldo ms alto que el que recibe. En fin tendraque detestar a todo el que algo le vende. Una sociedad no puede vivir en paz yadems prosperar con prejuicios de esta naturaleza.

    Lo natural en toda sociedad, en todas partes del mundo y en cualquierpoca, es que los vendedores aspiren a vender caro y, los compradores acomprar barato. De igual manera, todos los patronos quisieran pagar lo menosposible y todos los empleados ganar lo mas posible. El sistema mas lgico pararesolver este conflicto de intereses es el del mercado o precios libres, el cualen esencia seala el punto de cruce entre las aspiraciones de unos y otros congenuino inters en vender o en comprar, o de emplear o ser empleados. Trascualquier operacin realizada a precio libre, generalmente ambas partes creenque el precio les debi ser ms favorable de lo que fue, puede que muy conten-tos no queden, pero no permitiran que momentos despus les sea anulada orevertida la transaccin que hicieron, porque despus de todo, ambos sabenque ganaron.

    Ahora bien, cuando es el Gobierno quien decide declararle la guerra aquienes considera que ganan mucho y que la razn de ser del gobierno es la deimpedir esas ganancias, con toda seguridad que impedir el desarrollo de susgobernados y que sembrar las semillas del conflicto, del odio, del desorden ydel desinters en invertir.

    En la entrevista que le hice al empresario Hugo Mirabal le escuchdecir: larga vida le deseo a los especuladores (esos que ganan mucho), puesellos siempre estn abrindole oportunidades de accin a los dems en benefi-cio de todos.

    AcaparamientoQuienes creen que nuestros problemas los causan los especuladores,

    tambin suelen exigir acciones de gobierno contra los acaparadores. Unos yotros suelen ser vistos como criminales en nuestra cultura tan en contra de losmercados libres y de los derechos de propiedad. La ley siempre ha sido muydura contra los actos de acaparamiento, a pesar de que ni siquiera es posibletrazar una lnea que distinga objetivamente entre niveles normales de inventariosy niveles excesivos o supuestamente abusivos.

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    El diccionario de la RAE define la palabra acaparar como: Adquirir yretener cosas propias del comercio en cantidad superior a la normal previendosu escasez o encarecimiento, o como: apropiarse u obtener en todo o en granparte un gnero de cosas. No hay confusin en cuanto al significado de lapalabra, donde s la hay es en cuanto a si se trata de un crimen o de una accinlgica y beneficiosa para todos.

    Segn la ley vigente de proteccin al consumidor quien sea acusado deacaparamiento puede ver sus propiedades confiscadas (decomisos de mer-cancas, multas) y adems ser condenado hasta por 3 aos de crcel. Segn laley contra el acaparamiento y la especulacin vigente entre 1947 y 1992, quienfuera acusado de acaparador (y tambin de especulador) poda irpResolucinucin entre 6 y 30 meses.

    En mi opinin, lo que habitualmente se considera como acaparamientono es un crimen, sino ms bien un curso de accin que, al menos en unasociedad libre, cada individuo tiene derecho a tomar y que normalmente, lejosde ser un problema social, es favorable para la sociedad.

    En una economa libre y moderna, es difcil visualizar a nadie con lacapacidad y con la intencin de crear escasez para hacerse rico en el proceso.Lo que s es una realidad es que los precios libres, la produccin, el consumo,los inventarios totales, estn en constante movimiento, y que cualquier personanatural o jurdica debe poder manejar sus propios inventarios en los niveles quems convenientes considere, y que cuando vislumbre escasez o precios msaltos en el futuro, debe poder tomar las medidas para que dentro de ese estadode cosas que cree ver, le vaya lo mejor posible. La precaucin es importantepara cada individuo y tambin lo es para el resto de la sociedad. Precaucin yacaparamiento suelen ser palabras idnticas.

    Si una persona vislumbra que bien la gasolina, las telas, los cauchos o elarroz van a escasear y en consecuencia subir de precio, y en atencin a ellocompra todos los inventarios que puede pagar, almacenar y administrar, estejerciendo su derecho de libre iniciativa. Si tales compras que algunos califica-ran como nerviosas, anormales o actos de acaparamiento, pueden llegar ahacer subir el precio de estos productos, en ese caso se estara incentivando atodos los productores a producir ms y a todos los consumidores a consumirmenos o a buscar alternativas justo lo que mas necesita la sociedad.

    Si llegare a darse la escasez que motiv a esta persona o empresa aincrementar sus propios inventarios, su previsin le habra beneficiado comoindividuo, pero tambin habra beneficiado a toda la sociedad, pues el proble-ma de escasez no podra tener la gravedad que hubiere alcanzado de no haberhabido quien la advirtiera y tomara medidas de previsin. Por el contrario si la

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    escasez vislumbrada no ocurre, el nico perdedor habra sido quien actu paraanticipar un problema que nunca ocurri. Su mal juicio le tendr que costarcaro. Si la escasez prevista llega a ser una realidad, entonces mientras ms sehubiere acaparado, menos grave sera el problema. Este es un ejemplo quedemuestra que acaparar puede muy bien ser prever. Es algo sano que nodebe ser castigado, menos en una sociedad que se precia de ser libre.

    Muchos dirn que el problema es que el acaparador puede no precisa-mente atisbar una escasez ajena a l, sino por el contrario, crearla l mismo, yes por ello que hay que castigarlo. La verdad es que solo en el mundo de lafantasa habr quien quiera utilizar su capital en una aventura tan costosa yarriesgada como la de llenarse de inventarios para crear escasez y altos pre-cios que de otra manera no se dara, mas an si se trata de productos perece-deros. Obsrvese que almacenar cualquier producto en grandes cantidades esun acto comercial costoso, pues aparte de la inversin que hay que hacer paraadquirirlo, hay que pagar por intereses bancarios, espacios y por seguroscontra incendios, robos, fraude y otros. Resulta harto difcil imaginarse culproducto podra valer la pena acapararlo con el solo pretexto de originar esca-sez para luego enriquecerse. Lo que s es lgico es aumentar inventarios de unproducto para el cual hay razones para pensar que va escasear.

    Cualquier buen padre de familia que se entera de que algo importanteva escasear, lo ms razonable que puede hacer es actuar de manera que sufamilia sea afectada lo menos posible. Si quiere y puede comprar y almacenar,es lgico que pueda hacerlo. La ley no debe prohibirle que tome las decisionesque considere ms convenientes. Tampoco debe hacerlo en el caso de losgerentes de empresas, entre otras razones porque la ley debe tratar a todos deigual forma, siempre respetando su libertad y derecho de tomar decisiones eintercambiar sus propiedades.

    En el caso de una economa en la que los precios los impone el gobier-no, la escasez de lo regulado es la norma. En una economa as de enferma,cualquiera que compra para su propia despensa, o para la de su empresa,pareciera que le hace dao a los dems, pues toma algo que escasea sin queun sistema de precios libres pueda emitir seales a productores de producirms y a consumidores de consumir menos o de buscar alternativas. Donde losprecios estn regulados, todo el mundo puede ser acusado de ser antisocial.Lo que procede para sanear un estado de cosas as no es atacar a losacaparadores, sino liberar la economa. Mientras ms difcil la situacin, msimportante que se le eliminen las amarras.

    Hay casos extraordinarios de guerra o de catstrofes naturales en loscuales lo dicho anteriormente sobre lo inocuo y hasta saludable que puede ser

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    acaparar o prever, no puede verse de la misma manera. En estos casos excep-cionales, la accin de los individuos libres puede ser objeto de la tica, pero ellono debe justificar la accin de gobierno, porque entre otras razones, no conoz-co casos en que la intervencin oficial en los mercados hayan producido losresultados que se buscaban. Lo que siempre hemos visto son resultados opuestosa los que se buscaban.

    Adems, debemos pensar que la libertad es un fin en si misma, y que sista puede ser vulnerada solo porque en el corto plazo pareciera que puedeser prctico o conveniente hacerlo, vamos a terminar siendo tiranizados dentrode una economa estancada o en declinacin 13.

    Mientras no le hagan dao a los dems, cada quien debe poder dedi-carse a lo suyo como mejor le parezca

    A los atletas, artistas, cientficos, trabajadores a sueldo y polticos seles reconoce que tienen pleno derecho a trazarse sus propios objetivos y ac-tuar de la manera que mejor tengan a bien para lograrlos. Sus aspiracionespueden ser mltiples: ganarse el aprecio y la admiracin de los dems, la satis-faccin propia de lograr una hazaa o una contribucin a la sociedad, ganarfama, y/o tambin, y por que no?, ganar poder poltico o poder econmico.Cada uno de ellos tiene derecho de programar cada da de su vida de la mane-ra que ms lucrativa le parezca para colmar sus metas. Lo importante es quemientras se persiguen estos objetivos, a nadie se le haga dao. Que no seejerza violencia, ni se engae a nadie. La clave puede buscarse en los Manda-mientos de la Ley de Dios, los cuales expresan los deberes fundamentales delhombre hacia Dios y hacia su prjimo.

    Ahora bien, si todos estos grupos tienen todos sus derechos de lucrarganando dinero y/o de otra forma de tomar siempre las acciones que msles convengan, los empresarios tambin tienen semejantes derechos y respon-sabilidades frente a los dems. Hay quienes creen que la diferencia es quecuando un empresario sube precios de un bien o servicio necesario para lavida, le hace violencia a los dems, pero no es as. Donde los precios estncongelados, las economas estn muertas, donde no estn congelados pero losregula el gobierno, no estn mucho mejor. Para que una sociedad prospere,los precios tienen que ser libres.

    Hay dos mandamientos de los diez en la Ley de Dios que respaldan la____________________________

    13 Leonard Liggio citando a F. Bastiat en Sociedad Mont Pelern, Enero 1996.

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    propiedad privada 14, y parte fundamental de la propiedad privada es poderlaofrecer libremente a un precio 15.

    El proceso inflacionario es un problema de mal gobierno, nada tieneque ver con especuladores, usureros o acaparadores

    En todos los pases, inclusive en aquellos con estabilidad de sus ndicesde precios, sus empresariostanto los grandes como los pequeossiempretratan de ganar el mximo posible en cada una de sus transacciones. Es unasandez creer que los empresarios venezolanos son especiales en sus afanesespeculativos.

    Los ndices de precios suben cuando los gobiernos (o sus bancos cen-trales), crean dinero en proporciones mayores a los aumentos en la oferta debienes y servicios. Generalmente la produccin de bienes y servicios, aumentaen cualquier pas a tasas que difcilmente sobrepasan el 10% anual. Pero laimpresin arbitraria de dinero puede aumentar miles y millones de veces, sulmite es solo la responsabilidad de quien tenga a cargo la poltica monetaria.Cada vez que se emite un bolvar, aumenta la demanda de bienes o de servi-cios, no as la oferta.

    En 28 aos transcurridos entre Enero 1975 y Diciembre de 2002, labase monetaria (definida sta como el dinero creado por el Banco Central)aument 778 veces. El ndice de precios al consumidor llevado por el BCVaument en ese mismo perodo 825 veces. Hasta hace solo alrededor de 20aos, los ndices de precios en nuestro pas, crecan miles de veces menos quelos de varios pases latinoamericanos como Brasil, Argentina, Per, Nicara-gua. Puede alguien creer que ello se debi a que los empresarios de aquellospases se caracterizaban por tener una avidez de ganancias tantas veces supe-riores a las de los nuestros? No, la gran diferencia se deba al ritmo de impre-sin de billetes.

    Hay pases que tienen tantos o ms problemas que el nuestro, pero quese dieron un sistema monetario que no les permita a sus gobernantes de impri-

    ____________________________14 Mandamiento #7 prohibe robar, y el # 10 seala que no codiciars la casa de tu prjimo, ni sumujer, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey ni su asno, ni nada que sea de tu prjimo. Catecismode la Iglesia Catlica, impreso por Imprecin y Revistas, S.A (Impresa) 1992. Pag 496.15 Hay quienes alegan que en contra de la libertad de precios la Ley de Dios indica que amars a tuprjimo como a ti mismo y piensan que subir precios puede atentar contra este precepto. Amara tu prjimo como a ti mismo no puede significar ni que los precios sean inamovibles o que solopuedan variar hacia abajo, ni que los precios los debe imponer el Estado. Los precios son subjeti-vos, y deben poder moverse hacia arriba o hacia abajo. Cada quien debe actuar teniendo presenteque debe amar a su prjimo, no obstante, los precios tienen que ser libres. Normalmente cada quiendebe poder sugerir el precio de su trabajo utilizando su razn.

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    mir dinero a su discrecin. Panam es un ejemplo. All no hay una monedapropia que pueda ser fabricada a discrecin. Se intercambia con dlares ame-ricanos. Hay especuladores como en todas partes, pero inflacin nunca hatenido, ni siquiera cuando USA los invadi en 1989 para apresar a su jefe degobierno el General Noriega acusado de traficar drogas.

    Inmoral es un gobierno ocupado en regular preciosSalvo que haya fraude, engao, mentira, trampa, deliberado estorbo a la

    competencia, cualquier propietario tiene derecho a intentar enajenar su pro-piedad al precio que considere ms conveniente. No es posible trazar conobjetividad una lnea divisoria entre lo que pudiera llamarse un precio justo yuno excesivo, usurero, especulativo o inmoral por la venta de alguna cosa o dealgn servicio. Puede haber precios que nos parezcan impagables, imprcticos,irracionales, puede aducirse que la tica tiene mucho que decir sobre ellos,pero es una inmoralidad que el gobierno sea quin los seale coercitivamente,porque hacindolo, destruye a la sociedad. Que el autor pretenda por ejemplovender su camisa, su trabajo, su auto o su casa por una cifra claramenteexagerada, digamos por un milln de dlares, a nadie le hace dao. Lo queocurrir es que perder su tiempo y esfuerzo en conseguir quien se lo pague.No puede haber un problema moral all. Si pretende vender el ltimo remedioen el marco de una situacin de anormal emergencia por una cantidad similar,podra aducirse que debiera revisar sus principios de tica. Pero si el gobiernoes quien establece los precios, viviremos en una sociedad pobre, corrupta y sinincentivos para superarse. Lo que no debiere permitirse es una ley o un pro-grama de Gobierno que disloque la produccin de riqueza o que cree incenti-vos para que se produzca no lo que escasea, sino lo que abunda, o para que seconsuma lo que escasea y no lo que abundatodas ellas actitudes malsanas yantisociales que los controles suelen provocar.

    El diccionario de la RAE define como moral a la ciencia que trata delbien en general y de las acciones humanas en orden a su bondad o malicia. Ya la palabra moralidad la define como conformidad de una accin o doctrinacon los preceptos de la sana moral; cualidad de las acciones humanas que lashace buenas.

    Los controles de precios frenan el crecimiento de la gente de trabajo yatentan contra la racionalidad y contra el bien general al obstaculizar y a veceshasta paralizar acciones humanas naturales, lgicas e indispensables para elprogreso de toda sociedad. Entre ellas: inversiones, competencia, creacin,empleo, toma de riesgos, ganancias. Como lo que promueven los controles sonla corrupcin, el despilfarro de recursos, el desprecio por la ley y el estanca-

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    _____________________16 Sobre el punto de la moral y de la tica estoy muy endeudado con el sacerdote de los Legiona-rios de Cristo, Carlos Zancajo, L.C.

    miento de la economa, son una inmoralidad.

    Y la tica del propietario, trabajador, productor o comerciante?El objetivo de la tica es el estudio de lo que es bueno y de lo que es

    malo para el individuo, el de la conducta humana tal como debiera ser. tico esel actuar de cada individuo para construirse, para crear, para alcanzar su pro-pia plenitud. Ser tico es respetarse ese derecho, y respetar el que tambin lecorresponde a los dems, es respetarse a s mismo y respetar a los dems.

    El precio que un individuo proponga para vender algo bajo circunstan-cias excepcionales como puede ser tras una catstrofe natural, puede serobjeto de la tica individual, mas no debe ser asunto de gobierno. Debe ser larazn de cada individuo la que le seale que es lo que a l mismo le construyeo le destruye, y es su consciencia la que debe sealarle lo que est bien y loque est mal 16. La ley o la accin de gobierno no puede sealar objetivamen-te cuando un precio es justo y cuando deja de serlo. Si el gobierno dicta losprecios alegando que existe una situacin de desastre, va a agravar los proble-mas, no a solucionarlos.

    La Encclica Papal Centsimus AnnusEn este documento dedicado a modelos de gobierno, a la propiedad

    privada, al desarrollo de las naciones, publicado por el Papa Juan Pablo II en1991, puede verse un respaldo a los precios libres y a la propiedad: Quienproduce una cosa lo hace generalmente para que otros puedan disfrutarladespus de haber pagado el justo precio, establecido de comn acuerdo des-pus de una libre negociacin.. Queda claro que el precio libre es el estable-cido de comn acuerdo despus de una libre negociacin.

    Tambin dice la Encclica que la actividad econmica, en particular laeconoma de mercado, no puede desenvolverse en medio de un vacoinstitucional, jurdico y poltico. Por el contrario, supone una seguridad quegarantiza la libertad individual y la propiedad, adems de un sistema monetarioestable y servicios pblicos eficientes. La primera incumbencia del Estado es,pues, la de garantizar esa seguridad de manera que quien trabaja y producepueda gozar de los frutos de su trabajo y, por tanto se sienta estimulado arealizarlo eficiente y honestamente.

    Los controles de precios impuestos por la fuerza por los gobiernos sonla anttesis de e