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1 LOS GNÓSTICOS Para llegar a comprender en algo el pensamiento gnóstico, podemos hacer una introducción tomando a la Filosofía desde dos aspectos: uno como viva, natural y vital. Surgida de la interpretación de un Cosmos vivo que rodea al hombre y del que la persona intenta alcanzar algún tipo de conocimiento. Ella sabe acerca de las mutaciones que en él se desarrollan y que no es posible alcanzar ninguna verdad que no sea aquella que sus sentidos e intelecto le permiten enunciar. El segundo, sería tomar a la Filosofía en el sentido de que surge sólo del intelecto, la matemática, y quiere ser rigurosa, estricta y verdad absoluta; surge de la razón y no admite error por eso se la considera perfecta, divina. Las personas en este ámbito buscan el paradigma de la perfección indubitable. En este deseo de perfección absoluta podemos centralizar el hecho religioso y el desarrollo del cristianismo en el seno, por ejemplo, de un neo-platonismo inspirado y sostenido desde las teorías del Uno, el universal absoluto y una racionalidad seleccionadora que excede lo humano y busca quitarle al hombre su ser humano, su incompletud, sus vicios, su imperfección. En este entorno se va vislumbrando la imposibilidad de aceptación de varias teorías que expliquen la comprensión de un mismo hecho. La filosofía para una parte del mundo griego clásico era un movimiento del Noûs en el tiempo, el discurrir por la physis. Si hay movimiento necesariamente hay cambio, por lo tanto, no se puede pensar un ser del transcurrir, esta visión ontológica estática deja de ser sostenida hasta por Platón en el diálogo Parménides. El transcurrir es tiempo, de otra forma lo universalizamos, lo anquilosamos en una idea fuera del alma (universal ante rem). Así podemos comprender el cuestionamiento entre distintas posturas. Los gnósticos incursionan en, por lo menos, las dos concepciones que hemos expuesto en forma amplia: Necesidad e imposibilidad de pensar desde lo diferente, ver la vida como un transcurrir, un continuum. El conflicto comienza en cualquier época en la que se transforme el contenido en algo acabado, fijo, representativo: modelizado, al que se quiere hacer valer ayer, hoy y mañana. Por ejemplo, cuando escuchamos o leemos un discurso crítico sobre la cosa en sí pero se vive como si la

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LOS GNÓSTICOS

Para llegar a comprender en algo el pensamiento gnóstico, podemos hacer una

introducción tomando a la Filosofía desde dos aspectos: uno como viva, natural y

vital. Surgida de la interpretación de un Cosmos vivo que rodea al hombre y del que

la persona intenta alcanzar algún tipo de conocimiento. Ella sabe acerca de las

mutaciones que en él se desarrollan y que no es posible alcanzar ninguna verdad que

no sea aquella que sus sentidos e intelecto le permiten enunciar.

El segundo, sería tomar a la Filosofía en el sentido de que surge sólo del intelecto, la

matemática, y quiere ser rigurosa, estricta y verdad absoluta; surge de la razón y no

admite error por eso se la considera perfecta, divina. Las personas en este ámbito

buscan el paradigma de la perfección indubitable.

En este deseo de perfección absoluta podemos centralizar el hecho religioso y el

desarrollo del cristianismo en el seno, por ejemplo, de un neo-platonismo inspirado y

sostenido desde las teorías del Uno, el universal absoluto y una racionalidad

seleccionadora que excede lo humano y busca quitarle al hombre su ser humano, su

incompletud, sus vicios, su imperfección.

En este entorno se va vislumbrando la imposibilidad de aceptación de varias teorías

que expliquen la comprensión de un mismo hecho. La filosofía para una parte del

mundo griego clásico era un movimiento del Noûs en el tiempo, el discurrir por la

physis. Si hay movimiento necesariamente hay cambio, por lo tanto, no se puede

pensar un ser del transcurrir, esta visión ontológica estática deja de ser sostenida

hasta por Platón en el diálogo Parménides. El transcurrir es tiempo, de otra forma lo

universalizamos, lo anquilosamos en una idea fuera del alma (universal ante rem).

Así podemos comprender el cuestionamiento entre distintas posturas.

Los gnósticos incursionan en, por lo menos, las dos concepciones que hemos

expuesto en forma amplia: Necesidad e imposibilidad de pensar desde lo diferente,

ver la vida como un transcurrir, un continuum. El conflicto comienza en cualquier

época en la que se transforme el contenido en algo acabado, fijo, representativo:

modelizado, al que se quiere hacer valer ayer, hoy y mañana. Por ejemplo, cuando

escuchamos o leemos un discurso crítico sobre la cosa en sí pero se vive como si la

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cosa en sí fuese real.

Las últimas escuelas griegas: cínicos, estoicos, epicúreos parten de un neo-

platonismo, o sea de una unidad compositiva platónico/aristotélica, representado por

ejemplo, por el paradigma platónico de la trascendencia y el paradigma aristotélico

inmanentista.

Los GNÓSTICOS (son grupos muy diversos entre sí pero que poseen un

trasfondo platónico bastante notable. Por ejemplo Plotino escribe en contra de los

gnósticos. En estos grupos encontramos mucha teología cristiana, pero la Iglesia ve

en ellos una seria amenaza por lo que los considera herejes. Sus representantes más

nombrados han sido Basílides en Alejandría, Valentino en Alejandría y en Roma y

Marción de Sínope en Roma.

TRASFONDO PLATÓNICO:

SUPERIORIDAD DEL MUNDO ESPIRITUAL

DUALISMO

SUPERACIÓN DEL MUNDO PASAJERO PARA ALCANZAR (O VOLVER)

AL MUNDO DIVINO

HOMBRE ES MICROCOSMOS

POSEER MITOS SOBRE LA CAÍDA DE LA PERFECCIÓN ORIGINAL

COMO PUNTO ORIGINARIO DEL MUNDO ACTUAL

BUSCABAR ESCAPAR DE LAS ATADURAS DE LA SITUACIÓN

HUMANA PARA RECOMPONER LO DIVINO PERFECTO

PARA ALGUNOS LO SEXUAL ES SÍMBOLO DE ESCLAVITUD, PARA

OTROS ES LA SOCIEDAD EN SUS COSTUMBRES Y LEYES

PERFECCIÓN ACCESIBLE EN ESTE MUNDO / SÓLO DESPUÉS DE LA

MUERTE

APURAR LA LLEGADA DEL FIN DEL MUNDO

DIVIDIR A LOS HOMBRES: HYLICOS, PSÍQUICOS Y PNEUMÁTICOS.

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RECORDAR: LA SALVACIÓN VIENE POR EL CONOCIMIENTO DE

DETERMINADAS TEORÍAS QUE SÓLO LOS HOMBRES

PNEUMÁTICOS POSEEN, ELLOS NO ESTÁN ATADOS A LAS

PASIONES, Y NO YA POR LA FE EN UNA PERSONA: JESÚS

MANIQUEÍSMO MANÉS/MANU (Persia 215-276?) versión radical del

cristianismo

dualismo y zoroastrismo

principio religioso creacionista: Dios crea lo bueno entonces cómo se explica

la existencia del mal. Si puede acabar con el mal y no lo hace entonces no es

bueno; si quiere hacerlo y no puede entonces no es omnipotente

principio emanacionista: cada emanación es inferior a la que antecede hasta

llegar a una tan alejada del punto de partida que parece su opuesto

problema del mal

no hay un solo Dios sino dos uno bueno y otro malo

el principio malo invade al bueno

vivimos un mundo de lucha que tiene que terminar en un equilibrio

los hombres somos la mezcla de ambos principios: cuerpo: malo; alma: buena.

Para no ayudar al mal hay que evitar todo lo que fortalezca lo físico. Ascesis /

negación de lo sexual / celibato, la generación es mala en sí misma. Evitaban

comer carne

El cuerpo es negativo/peligroso/necesita una disciplina para dominarlo/no tiene

valor/ por lo tanto se puede hacer cualquier cosa con él: los puros, los

«elegidos» que se contraponen a la masa de «oyentes», están más allá de lo

material.

El maniqueo que forma parte de los «elegidos» no deberá trabajar, pues por el

trabajo se viola el mundo de la luz.

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HEREJÍAS

Las herejías surgen cuando se pretenden interpretar las doctrinas de Jesucristo y de

sus discípulos en distintos ámbitos teóricos, muchos de los cuales fueron

sucesivamente condenados por la Iglesia Católica, intérprete infalible de las doctrinas

de Jesucristo, al considerarlas opuestas a la verdad revelada.

Definición: Etimológicamente herejía significa elección. En los primeros siglos del

cristianismo el término se aplica a la elección que algunos hacen de forma contraria a

la doctrina oficial. Procede de la palabra griega hairesis, haireo que en su origen

significa «tomar con la mano» y después «elegir personalmente». Se basa en la

opinión por la que opta una persona con respecto a un problema. Así pues, el herético

es aquel que elige lo que debe creer. En Europa occidental la herejía se considera un

crimen cívico-religioso castigable con la muerte. La constitución de la herejía

necesita dos presupuestos:

La existencia de dogmas, es decir de enseñanzas incuestionables recibidas como

verdad única.

Los dogmas se van estableciendo en forma dialéctica con las herejías. Es decir,

aparece dentro de la comunidad alguien que afirma algo que hasta el momento

no había sido predicado; o bien que niega algo por todos asumido. Entonces se

reúnen los obispos en concilio, autoridad que tiene el poder de comprobar el

crimen, fijan el dogma y ponen de manifiesto la posición herética y aplican la

sanción.

Hereje: la Iglesia intenta mostrar lo malvado de sus intenciones. No se le da la más

mínima posibilidad de que el hereje pueda creer honradamente lo que dice y que

pueda desear honradamente al decirlo el bienestar del grupo. Por el contrario se les

considera orgullosos y maliciosos, lobo entre los corderos, serpiente en el jardín y

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enviado secreto de Satanás en la tierra.

La herejía es así sancionada durante los Concilios en los cuales, al mismo tiempo

que define su ortodoxia, condena la herejía a ella. La Inquisición quemó a hombres y

mujeres por este pecado en conjunción con el de brujería, es decir, por tener «relación

con el diablo»; lo hicieron cada vez que mostraban cualquier tipo de independencia

en el pensamiento llevando al enfrentamiento de la herejía: ortodoxia, con la

heterodoxia de los hejes. La palabra heterodoxia es griega y significa diversidad en la

enseñanza. Se consideran herejías contrarias al cristianismo:

Gnosticismo: Doctrina filosófico-religiosa de los primeros siglos de la Iglesia.

Mezcla de cristianismo con creencias orientales y judaicas, que pretende tener un

conocimiento intuitivo y misterioso de las cosas divinas a través del conocimiento

salvífico. Se divide en varios grupos o sectas. Se trata de una doctrina elitista, según

la cual los iniciados no se salvan por la fe en el perdón gracias al sacrificio de Cristo,

sino mediante la gnosis o conocimiento interior de lo divino. La gnosis es un

conocimiento superior a la fe por eso la fe no basta y la muerte de Cristo tampoco. El

hombre es autónomo para salvarse a si mismo. En esta doctrina se mezclan

sincréticamente creencias orientalistas e ideas de la filosofía griega, principalmente

platónica. Es una creencia dualista: el bien frente al mal, el espíritu frente a la

materia, el ser supremo frente al demiurgo, el alma frente al cuerpo. En 1945 se

descubre una biblioteca de manuscritos gnósticos en Nag Hammadi, Egipto, que

permite un conocimiento mejor de sus doctrinas, anteriormente solo conocidas a

través de citas, refutaciones, apologías y heresiologías realizadas por los Padres de la

Iglesia. Se dice que el gnosticismo fue fundado por Simón el Mago, personaje que

aparece en el Nuevo Testamento. Su representante más relevante sin duda fue

Valentín de Alejandría, que llevó a Roma una doctrina gnóstica intelectualizante que

juega un papel activo en la vida pública de la Iglesia. Su prestigio era tal que se le

tuvo en consideración como posible obispo de Roma. Otros gnósticos de renombre

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han sido Pablo de Samosata, autor de una celebre herejía sobre la naturaleza de

Cristo. Carpócrates que concibe la idea de la libertad moral de los perfectos con

ausencia total de reglas morales. La variación moral del gnosticismo es visto con

recelo por el obispo Ireneo de Lyon que lo declara herejía en el 180, opinión

continuada por los Padres de la Iglesia.

Montanismo: Montano, heresiarca frigio muerto en 212, que asegura haber sido

enviado por Dios para perfeccionar la religión y la moral.

Arrianismo: Arrio, Obispo de Alejandría (280-336), enseña que el verbo o Hijo de

Dios no es consubstancial al Padre, sino que es creado e inferior a Él. Niega la

consubstancialidad e igualdad de las tres personas de la Santísima Trinidad. Esta

herejía es condenada en el Concilio de Nicea, formulándose al efecto el Credo

cristiano.

Consubstanciación: Presencia de Jesucristo en la Eucaristía, conservando el pan y el

vino su propia substancia y no una mera apariencia. Es la creencia de los luteranos.

Los católicos en contraposición afirman la Transubstanciación de las especies de pan

y vino; es decir, se conservan los accidentes y cambia la substancia, que es ahora

cuerpo y sangre de Jesús.

Herejías Cristológicas: La naturaleza de Jesús es el problema más complejo de los

primeros siglos del cristianismo como lo revelan las discusiones teológicas. En estos

primeros siglos se plantea el problema de la relación del Hijo con Dios Padre a las

que se llamó disputas cristológicas. En sus orígenes el Mesías (Cristo), es

considerado como un simple mortal elegido por Dios para realizar sus designios,

concepción que da lugar a una doctrina llamada Adopcionismo. No obstante en la

Iglesia va creciendo en importancia el dogma según el cual Cristo había sido siempre

Hijo de Dios, de la misma naturaleza que el Padre, que desciende a la Tierra para

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redimir a los seres humanos: a esta nueva doctrina se la denomina Encarnacionismo.

Esta nueva concepción de la naturaleza de Cristo trae aparejados varios problemas

teológicos ya que se discute si en Cristo existe una naturaleza divina o una humana, o

bien ambas, y si esto es así, se discute la relación entre ambas naturalezas

completamente separadas o relacionadas de alguna manera. El Encarnacionismo es

firmemente aceptado por el mundo gentil y especialmente en el occidente del Imperio

Romano, mientras que las iglesias orientales defienden nociones más cercanas al

Adopcionismo. Arrio, discípulo de Pablo de Samosata, predicador oriental del

Siglo III, sostiene que Cristo es una criatura y no parte del Creador, aunque concede

que había sido la primera criatura formada por el Creador. Es decir, mantenía una

posición intermedia, aunque más inclinada al Adopcionismo tradicional. En la lucha

de los encarnacionistas contra los arrianos hay varios factores a tener en cuenta

como trasfondo de la discusión doctrinal:

Hay una lucha de poder entre la Iglesia de Roma y las Iglesias orientales en

una época en que la supremacía de la primera no está bien asentada todavía.

Las Iglesias orientales apoyan a Arrio, mientras que las occidentales tienden a

apoyar a los encarnacionistas. No obstante ello, el más ferviente defensor de la

divinidad del verbo y su posterior asunción de la naturaleza humana

(encarnación) fue Atanasio, obispo de Alejandría en Egipto.

El Encarnacionismo es más aceptado por las clases acomodadas del Imperio

que viven en Grecia o Roma, mientras que el Adopcionismo lo es por las clases

empobrecidas que predominan en las regiones orientales del Imperio.

CONCILIOS

En el Concilio de Nicea del año 325, se aprueba el Credo propuesto por

Eusebio de Cesarea, y la cerrada defensa del Encarnacionismo hecha por

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Atanasio quien consigue el destierro de Arrio. La disputa entre ambas doctrinas

se despliega durante todo el Siglo IV, llegando incluso a haber Emperadores

arrianos, por ejemplo Juliano, denominado «el apóstata». Constantino «el

grande» se «convierte» al catolicismo y proclama la libertad de culto en el

imperio (los cristianos dejan aquí de ser perseguidos) El primer rey godo que

se hizo arriano fue Ulfila. Pero después del Concilio de Calcedonia del año

381, siendo Teodosio emperador en Occidente, el arrianismo fue finalmente

condenado. Teodocio proclamó al Catolicismo como religión «oficial» del

imperio. De todos modos la herejía se mantiene entre los germanos hasta el

Siglo VI. El último rey en abandonar el arrianismo fue Leovigildo, rey de los

visigodos, el año 585. Su hijo Recaredo se hizo católico en 589.

Nestorianismo: Afirma que en Cristo hay, además de dos naturalezas, dos personas:

una divina: el Logos y otra humana: Jesús de Nazaret. Según esto, Cristo es

verdadero hombre y verdadero Dios, pero ambas naturalezas tienen sólo una unión

moral. La divinidad habita en la humanidad de Jesús como en un templo. En

consecuencia, no se puede llamar a María madre de Dios sino madre de Jesús-

Hombre. Fórmulas modernas de nestorianismo o arrianismo serán las que afirman

que Cristo es solamente el hombre. O simplemente un hombre provisto

excepcionalmente de gracia, o una manifestación extraordinaria de Dios. Reducen,

pues, a Cristo a ser para los hombres sólo un ejemplo silenciando su divinidad.

Eutiquianismo: Eutiques: monje griego (378?-454?). Consagrado desde su juventud

a la vida monástica, fue acusado de herejía al negar la doble naturaleza de Cristo y su

consubstancialidad con el hombre. Sus doctrinas, condenadas por el concilio de

Calcedonia, se propagaron entre los siglos V y VI bajo diferentes formas y aún hoy

las profesan muchos cristianos orientales. Enseñó que solo había una naturaleza en

la persona de Cristo, la divina. Se oponía a la doctrina del Concilio de Calcedonia

(451) sobre las dos naturalezas de Cristo. Surge en parte como una reacción contra el

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nestorianismo. A pesar de haber sido condenado en el Segundo Concilio de

Constantinopla en 553, el Monofisismo encontró apoyo en Siria, Armenia y

especialmente entre los cristianos coptos en Egipto en donde todavía existe incluso

con una estructura ordenada en las Iglesias Armenia y Copta entre otras.

Monotelismo: Herejía del siglo VII sostenida por el emperador Heraclio (610-641)

quien, en un encuentro con los monofisitas, formula que Cristo tendría dos

naturalezas pero una sola voluntad, la divina. Así como en la Trinidad no había que

confundir las personas ni dividir las sustancias, en Cristo no había que confundir las

naturalezas ni dividir la persona. La herejía se origina de un intento de reconciliar las

ideas de la herejía monofisita con la ortodoxia cristiana. Doctrina que recibe apoyo

del patriarca de Constantinopla, Sergio. Es condenado posteriormente por la Iglesia

de Occidente lo que genera un resquebrajamiento con la Iglesia de Oriente. Máximo

el Confesor escribe una refutación teológica del monotelismo en la que sostiene que

la voluntad es una función de la naturaleza y no de la persona. El Monotelismo es

condenado definitivamente por el Tercer Concilio de Constantinopla en 680, en el

cual se afirman «dos voluntades naturales o quereres y dos operaciones naturales, sin

división, sin conmutación, sin separación, sin confusión», también sin oposición,

pues la voluntad humana está plenamente subordinada a la divina: «Padre, que no se

haga mi voluntad sino la tuya» (Lucas, 22,42).

Pelagianismo: Pelagio (siglo V), negaba que el pecado de Adán, y sus consecuencias

para la humana naturaleza, se hubiera transmitido a sus descendientes, y la necesidad

de la gracia. Sostiene que basta con el libre albedrío para lograr la salvación.

Maniqueísmo: Se aplica al que sigue las doctrinas de Manu o Manes heresiarca

babilonio del siglo III, quien admite dos principios creadores: uno para el bien y otro

para el mal. En el año 242, durante la coronación del rey Sapor I, se presenta como

apóstol del verdadero Dios y da a conocer sus doctrinas, que se extienden por

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diversos pueblos de Oriente en pugna con el Cristianismo. Gana muchas adhesiones

con la promesa de una sabiduría superior y con sus prácticas misteriosas. Los

maniqueos, a semejanza de los gnósticos y los mandeos, son dualistas, creen que

había una eterna lucha entre dos principios opuestos e irreductibles del bien y el mal

asociados a la luz (Ormuz) y a las tinieblas (Ahrimán). Según ellos, Dios es el

creador de todo lo bueno y Satanás el creador de todo lo malo. Posteriormente,

algunos maniqueos distinguen el Dios del Antiguo Testamento (malo) del Dios del

Nuevo Testamento (bueno). Los maniqueos creen que el espíritu del hombre es de

Dios pero el cuerpo del hombre es del demonio. En el hombre, el espíritu o luz se

encuentra cautivo por causa de la materia corporal; por lo tanto creen que es

necesario practicar un estricto ascetismo para iniciar el proceso de liberación de la luz

atrapada. Desprecian por eso la materia, incluso el cuerpo. Los adherentes aspiraban a

reencarnarse como elegidos porque estos ya no necesitarían reencarnarse más. Para

ellos, Jesús era el Hijo de Dios, pero había venido a la Tierra a salvar su propia alma.

Jesús, Buda y otras muchas figuras religiosas habían sido enviadas a la humanidad

para ayudarla en su liberación espiritual. En la práctica el maniqueismo niega la

responsabilidad humana por los males cometidos porque cree que no son producto de

la libre voluntad sino del dominio de Satanás sobre la vida humana. Dicho dualismo

es condenado por la Iglesia cristiana que reconoce un solo Dios Todopoderoso, el

mismo del Antiguo y Nuevo Testamento y que vence sobre todos los demonios y las

fuerzas del mal. También es condenado por el emperador Diocleciano en el año 297.

Actualmente también se califica despectivamente maniqueísmo a toda doctrina que

distingue en forma terminante a los elegidos de los réprobos.

Docética y Marcionita: La primera herejía proviene del griego dokéo parecer o

aparecer: Cristo únicamente pareció que sufría en la crucifixión. Abolía a Cristo

como figura histórica y con ella negaba los acontecimientos de redención del mundo.

La herejía marcionita refleja la influencia de lo económico. Marción fue un naviero

de Sínope, (Ponto), anti judío de base gnóstica que trataba de identificar al Dios

cristiano con el Dios de los judíos. Fundó varias Iglesias y se convirtió en cismático.

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Sus obras se perdieron pero nos llegaron comentarios gracias a Tertuliano en sus

feroces ataques hacia quines describe como: ferocísimas gentes… vida dura… libido

promiscua… viviendas inciertas… donde nunca amanece… donde el sol nunca

brilla… todo es torpe… nada rige….

Sabeliano: Sabelio (250), sostiene que Dios es el único Ser y las tres personas son

tres aspectos de este único ser.

Patripasiano: Dios Padre que se encarnó en el Jesús físico y por ello padeció sus

sufrimientos.

Tertuliano: (Quinto Septimio Florente) Apologista y heterodoxo latino nacido y

muerto en Cartago (160-220). Descendiente de paganos y pagano él mismo. Durante

su juventud recibió de sus padres una esmerada educación científica. Llevado de su

fuerte carácter y rigurosidad, después de haberse convertido al cristianismo ingresa

en la secta de los montanistas, donde pronto se constituye en jefe de una facción

cuyos adeptos toman el nombre de tertulianistas. Es autor de numerosos escritos

pero la obra que le da fama universal es El apologético. Sobresale por sus pasionales

e inteligentes polémicas y por su elocuencia. Tertuliano aborda todas las materias en

su pasión y afán desbordados para aniquilar al adversario. Una vez afiliado a la secta

de Montano, ataca con la misma violencia a los paganos convertidos al cristianismo

que a los cristianos. Exageró los principios de la moral y la hizo impracticable para la

mayoría de los mortales.

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El término herejía se aplica solamente a los sistemas de creencia declarados tales por

los Concilios Ecuménicos:

NICEA en 325: Reunido por el Emperador Constantino durante el pontificado

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de San Silvestre. Se dirige contra el arrianismo. Define la consubstancialidad

de Cristo: homo-ousios. Sanciona los privilegios de las tres sedes patriarcales

de Roma, Alejandría y Antioquía, y extiende a toda la Iglesia la costumbre

romana concertando la fecha de la celebración de Pascua. El Verbo es

verdadero Hijo de Dios, de la misma substancia del Padre y, por lo tanto,

verdadero Dios.

CONSTANTINOPLA en 381: En contra de Macedonio, patriarca de

Constantinopla, que admite la divinidad de Cristo pero la niega en el Espíritu

Santo; sostiene que es una criatura de Dios para administrar la gracia. Reunido

durante el pontificado del Papa San Damaso y el Emperador Teodosio el

Grande, reafirma la divinidad del Espíritu Santo contra los macedonianos. El

Espíritu Santo es verdadero Dios, como el Hijo y el Padre. (Símbolo Niceno–

Constantinopolitano). Nestorio, patriarca de Constantinopla, niega la unión del

Logos Divino con la humanidad en unidad de persona; afirma que Jesús es

solamente un hombre en quien habita el Hijo del Eterno Padre, y si Jesús no es

Dios tampoco María puede ser Madre de Dios. También en este Concilio es

condenada la doctrina de Pelagio y Celestino que niegan la transmisión del

pecado de Adán a su descendencia y defienden la bondad puramente humana

para hacer el bien sin el concurso del auxilio divino.

ÉFESO en 431: San Celestino I, reinado de Teodosio el Joven, se dirige contra

el nestorianismo. Define la unidad de persona en Cristo y la maternidad divina

de María. El dogma de María como «Teo-tokos» fue constituido, podríamos

decir, por pedido de los fieles. Los obispos dudaban acerca de si era ortodoxo

llamar así a María. Se define entonces el dogma a partir de lo que se conoce

como «sensus fidei» o sentido de la Fe del Pueblo de Dios: cuando toda la

comunidad de fieles cree unánimemente una cosa, no puede estar en el error.

Cristo, Dios-Hombre es un solo sujeto (=Persona) hypóstasis – prósopon –

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physis: la unión hipostática es substancial, no accidental; es física, no moral.

Se condena también el pelagianismo.

CALCEDONIA en 451: León I, El Magno, se dirige contra los monofisitas.

El Emperador Marciano condena el eutiquianismo porque no reconoce en

Cristo la distinción de las dos naturalezas perfectas. Sostiene que las dos

naturalezas en Cristo están unidas (personalmente), no confundidas ni mudadas

ni alterada de ninguna manera. Dióscoro, patriarca de Alejandría y el abad

Eutiques sostienen la opinión de una sola naturaleza en Cristo, una especie de

fusión de las dos naturalezas o más bien de absorción de la naturaleza humana

por la divina. Esta herejía se llama Monofisismo, una sola naturaleza.

Calcedonia sigue a Éfeso en la aceptación de la hypóstasis y su subsistencia.

CONSTANTINOPLA II en 553: Este concilio se convoca para solucionar

discrepancias y atraer a los monofisitas de quienes se habían formado muchas

fracciones, sobre todo en Medio Oriente y el Norte de África. El gran

interesado en la unión es el emperador Justiniano quien convoca el Concilio en

ausencia del papa Vigilio. Condena los escritos de Teodoro de Mopsuestia y de

Teodoro de Ciro contra San Cirilo y el Concilio de Efeso. Se confirma la

condenación de los errores precedentes (trinitarios y cristológicos), ratificando

el sentido genérico de las definiciones conciliares. Se condenan también los

errores derivados de Orígenes junto con los Tres Capítulos influidos de

Nestorianismo. A Sergio, patriarca de Constantinopla, se le atribuye una nueva

herejía llamada Monotelismo, una sola voluntad. El Monotelismo sostiene que

en Cristo hay dos voluntades, como hay dos naturalezas, aunque sea una sola la

Persona, que es la del Logos. physis-ousía – materia/sustancia, subsistencia de

la persona.

CONSTANTINOPLA III en 680-681: El papa Agatón I y el papa León II se

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dirigen contra el monotelismo. Condenan el culto de las imágenes,

Iconoclastia. En los siglos VIII y IX se procede a la destrucción de imágenes, y

a las persecuciones promovidas por los emperadores orientales. No faltaron

grandes defensores del culto de veneración a las imágenes como San Juan

Damasceno y San Germán de Constantinopla, y muchos otros que fueron

mártires por defender ese culto.

NICEA II en 787: El papa Adriano I se dirige contra los iconoclastas. El

Concilio regula la querella de los iconoclastas pronunciándose por el culto de

las imágenes, pero distinguiendo cuidadosamente el culto de veneración del

culto de adoración, que sólo es debido a Dios. Entre Oriente y Occidente, y

entre sus capitales imperiales como fueron Roma y Constantinopla hubo

siempre antagonismo ya en el aspecto político como en el religioso. Si el Papa

es el primero en la cristiandad, el segundo lugar lo ocupa, sin duda, el patriarca

de Constantinopla. A mediados del siglo noveno un ambicioso personaje ocupó

la silla patriarcal, su nombre fue Focio; cometió toda clase de arbitrariedades y

exacerbó los ánimos de los orientales contra Roma. Esta grave situación decide

la apertura de un nuevo concilio.

CONSTANTINOPLA IV en 869-970: El papa Adriano II contra el Cisma del

emperador Focio. Se confirma el culto de las imágenes y la afirmación del

Primado del Romano Pontífice. Los ocho primeros concilios se desarrollaron

en Oriente por ser ahí donde se originaron las controversias. En el siglo XI

Oriente se separa de Roma y los concilios -trece más hasta el presente- se

celebran en el Occidente de Europa.

LETRÁN I en 1123: El papa Calixto II se dirige contra las investiduras.

Ratifica el arreglo entre el papa Calixto II y el emperador Enrique V. Es

conocido con el nombre de Concordato de Worms, referente a las

investiduras eclesiásticas. Propone a los príncipes cristianos emprender las

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cruzadas. A partir del siglo cuarto la Iglesia y el Estado van estrechando sus

relaciones y lo mismo sucede con los pueblos bárbaros a medida que van

abrazando el Cristianismo. Esta situación si bien es benéfica tanto para el

orden civil como para el religioso, sin embargo, con el correr de los siglos

surgen graves dificultades y en especial para la Iglesia. Los reyes van

transmitiendo cierta autoridad política a los obispos y abades de los

monasterios en el ámbito de sus jurisdicciones religiosas, y aún títulos de

nobleza. Todo esto trae una intervención directa de los laicos en asuntos

totalmente eclesiásticos, como el nombramiento de obispos y abades, y aún la

entrega del báculo y del anillo propios del cargo; en esto consistía el derecho

de investidura laical. A este exceso se lo conoce como Querella por las

Investiduras y Simonía. Hubo muchos abusos derivados de influencias

políticas, parentesco, etc.; candidatos indignos y sin vocación lograron puestos

de relevancia en la Iglesia. Para atajar esos escándalos y evitar las

intromisiones ajenas se convocó el concilio. Se reivindica el derecho de la

Iglesia en la elección y consagración de los Obispos contra la investidura de

los laicos. Se condenan la simonía (Simón el Mago -contemporáneo de los

apóstoles- oyendo al apóstol Felipe anunciar el Evangelio y confirmándolo con

milagros se convirtió y fue bautizado. En los Hechos de los apóstoles se lee:

"Habiendo visto, Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se

daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero, diciendo: Dadme también a mí esa

potestad, para que cualquiera a quien imponga yo las manos, reciba el Espíritu

Santo. Mas Pedro le respondió: Perezca tu dinero contigo; pues has juzgado

que se alcanzaba por dinero el don de Dios") y el concubinato, Nicolaísmo, de

los eclesiásticos como herejías. En la historia de la Iglesia ha habido hasta

ahora 265 Papas como también unos 35 antipapas, que usurparon la dignidad

pontificia durante algún tiempo, debido a influencias políticas de los reyes o

desavenencias entre obispos y cardenales.

LETRÁN II en 1139: El papa Inocencio II lo convoca por la disciplina y

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buenas costumbres. Condena los cismas de varios antipapas y los errores de

Arnaldo de Brescia y publica medidas destinadas a que reine la continencia en

el clero. Condenación del antipapa Anacleto y de sus partidarios, condena de

Arnaldo de Brescia, revolucionario que tenía soliviantada la ciudadanía romana

contra la Iglesia. Surge el grupo Cátaro, palabra que significa puros, eran muy

rebeldes a la autoridad religiosa y anárquicos con respecto a la fe y a la moral.

Negaban la resurrección de los muertos y la vida futura y admitían, al estilo

oriental, la transmigración de las almas, además de otros considerados errores

doctrinales.

LETRÁN III en 1179: El papa Alejandro III se dirige contra los albigenses,

cátaros y valdenses. Condena a los cátaros y regulariza la elección del Papa,

declarando válidamente elegido al candidato que hubiera obtenido los dos

tercios de los votos de los cardenales. Los Albigenses y los Valdenses eran

sectas cristianas contestatarias, que si bien en algunos aspectos retrotraían la

sencillez y caridad de las primitivas comunidades cristianas, tenían una abierta

insubordinación a la jerarquía. Practicaban la hechicería, negaban algunos

sacramentos y fomentaban la libre interpretación de la Biblia.

LETRÁN IV en 1215: El papa Inocencio III lo convoca por la fe y la moral.

Condena a los albigenses y a los valdenses. Decide la organización de una

cruzada. Revisa y fija la legislación eclesiástica sobre los impedimentos

matrimoniales e impone a los fieles la obligación de la confesión anual y de la

comunión pascual. Se condena la herejía de los Albigenses y de los Valdenses.

Hay importantes definiciones sobre la Trinidad, la creación, Cristo Redentor,

los Sacramentos y otros errores. El emperador Federico II es al principio

obediente y sumiso al Papa Inocencio III, que había actuado como su tutor e

incluso participó en una Cruzada a Tierra Santa, por la ambición política se

opuso a la Iglesia y fue condenado. Los griegos, que en el siglo XI forman

parte del bloque oriental que se separa de la Iglesia, dos siglos más tarde,

desean que se reanuden la relaciones con el Papado para concretar la doctrina

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en discusión.

LYON I en 1245: El papa Inocencio IV se dirige contra el Emperador

Federico II y por la reforma del clero. Lleva a cabo una sentencia de

deposición contra el emperador Federico II, usurpador de bienes y opresor de

la Iglesia, y regula el proceso de los juicios eclesiásticos. Condena de Federico

II. Declaraciones rituales y doctrinales para los griegos (Sacramentos,

legitimidad de las segundas nupcias, Purgatorio, Paraíso, Infierno.) Los griegos

orientales deseosos de coincidir con Roma y alcanzar la unión, incentivan la

convocación de un nuevo concilio a sólo treinta años del anterior. Concretan

los temas discutidos y los aprueban y firman en su gran mayoría. Cuando

regresan a sus respectivas comunidades, las autoridades, monjes, clero y

pueblo se oponen rotundamente y los llaman traidores y vendidos a los

romanos; la unión fracasa. Sin embargo, algunos grupos aislados quedan

adheridos a Roma y se les llama «Unitas», aún hoy mantienen lazos de

jerarquía y de fidelidad a la Iglesia Católica.

LYON II en 1274: El papa Gregorio X lo convoca por la unión de las iglesias.

Restablece, a petición de Miguel Paleólogo, la unión con los griegos y toma

nuevas medidas para una posible Cruzada. Se confirman los principios: El

Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo como de un solo principio; Suerte

de las almas después de la muerte. Sobre los siete Sacramentos y sobre el

Primado del Romano Pontífice. Los Caballeros Templarios nacen y crecen en

los siglos XI, XII, y XIII; el ambiente que lo propicia es el de las Cruzadas

para la reconquista de los Santos Lugares en poder de los árabes. Las llamadas

Órdenes Militares, que proliferan en esos siglos, consisten en combinar la vida

monacal en tiempo de paz y la militar cuando las circunstancias lo requieran.

Mitad monjes y mitad guerreros, también ejercen la caridad en centros de

beneficencia como el gran hospital de Jerusalén, que es tendido por los

Caballeros Hospitalarios de San Juan. Tienen casas en Europa para reclutar

voluntarios y mandarlos al Oriente a fin de que protejan a los cristianos que

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peregrinan a la Tierra Santa, ya que eran objeto de agresión de parte de los

musulmanes. La envidia y la codicia de los poderosos les declaran la guerra y

consiguen, al fin, que extinguir oficialmente la Orden de los Templarios. Los

Begardos y Beguinas son asociaciones de ambos sexos que se dedican a la

oración y a la ejecución de todo lo que pueda entenderse por «caridad»; pasado

algún tiempo muchos de ellos caen en lo que se consideran errores y son

condenados. En este momento muere Tomás de Aquino a causa de una

enfermedad, cuando se dirigía desde Nápoles al Concilio por pedido del Papa.

VIENNE, Francia, en 1311: El papa Clemente V lo convoca a causa de los

templarios. Decide la supresión de la Orden y condena los errores de los

Begardos sobre la perfección espiritual. El alma es verdadera y esencialmente

forma del cuerpo. Juan Wyclef, inglés; y Juan Huss, bohemio, pueden

considerarse como los precursores del luteranismo que había de aparecer un

siglo más tarde. Ambos se rebelan abiertamente contra Roma, promueven y

defienden graves errores doctrinales; son apoyados por las esferas más

influyentes de sus respectivos pueblos, que detestan la injerencia de la

autoridad romana en sus asuntos eclesiásticos. Todo ello puede conceptuarse

como un nacionalismo político que busca también la independencia en la

esfera religiosa.

CONSTANZA, Alemania, 1414-1418: El papa Gregorio XII lo convoca

contra el cisma de Martín V Occidente, Wyclef, Juan Huss y Jerónimo de

Praga. Fin del Cisma Occidental. Se condenan los errores de Wyclef sobre los

Sacramentos y la constitución de la Iglesia, y también los errores de Juan Huss

sobre la Iglesia invisible de los predestinados.

FERRARA – FLORENCIA entre 1438-1442: El papa Eugenio IV lo

convoca por la reconciliación de griegos y latinos. Se celebra en Roma los dos

últimos años. Se aboca al estudio de la Reforma de la Iglesia y establece un

nuevo intento de reconciliación con los griegos de Constantinopla. Ellos

entraron en el seno de la Iglesia con los armenios, los jacobitas, los

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mesopotamios, los caldeos y los maronitas. Este concilio fue en varias etapas y

sedes diferentes lo que ocasiona situaciones tirantes. Fundamentalmente trata

de la unión con Roma de diferentes Iglesias Orientales Autónomas y para

unificar criterios. Declara sobre la procesión del Espíritu Santo que procede del

Padre y del Hijo, la Eucaristía y los Novísimos (para los griegos) Decreto sobre

los Sacramentos (para los armenios); Sobre la Trinidad y la Encarnación (para

los jacobitas).

LETRÁN V entre 1512-1517: Papa Julio II. Contra el concilio León X de Pisa

y por la reforma de la Iglesia. Tiene como misión la reforma del clero y de los

fieles pero tuvo que dejar lo más importante de esta tarea al Concilio siguiente.

Busca fórmulas conciliatorias para tratar las relaciones entre los príncipes

cristianos sin recurrir a la guerra. Trata de reformar costumbres disciplinarias

en las que se habían introducido abusos escandalosos. Dicta normas para las

instituciones religiosas y condena unas herejías contrarias a la inmortalidad del

alma; definiciones sobre el alma humana, la cual no es única para todos, sino

propia para cada hombre, forma del cuerpo e inmortal.

TRENTO en 1545-1563: Papa Paulo III. Julio III. Pío IV. Contra los errores

del protestantismo y por la disciplina eclesiástica. Es transferido durante dos

años a Bolonia. En veintidós reuniones logra oponer una verdadera y sabia

reforma de la Iglesia a los excesos y a los innumerables errores de la reforma

protestante. El Concilio de Trento señala un cambio en la historia del mundo

cristiano, pues muestra el dogma católico no sólo en su esplendor de verdad

revelada, sino con su valor de vida sobrenatural. Comienza en 1547 siendo

papa Pablo III, y termina en el año 1563, después de varias interrupciones.

Conviene distinguir en él tres partes: el concilio de Paulo III, de 1545 a 1547;

el concilio de Julio III, de 1549 a 1551; y, finalmente, el concilio de Pío IV, de

1561 a 1563. La obra doctrinal del Concilio de Trento fortifica la disciplina

eclesiástica frente al protestantismo; renueva la disciplina eclesiástica y

estrecha los lazos entre el Papa y los miembros de la Iglesia. El concilio de

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Trento, el más largo de todos, dieciocho años, fue suspendido en varias

ocasiones y se reanudó hasta su conclusión en l563. La causa principal es la

revolución protestante de Martín Lutero, que socava profundamente los

cimientos de la fe cristiana. El concilio hace una revisión general de toda la

doctrina, ya sea sobre la Biblia, sobre cada uno de los Sacramentos, como la

legítima autoridad que le asiste a la Iglesia y la misión que debe cumplir en el

mundo. La Iglesia, como madre y maestra de la fe, tiene que aclarar conceptos

dudosos, afianzar verdades, promulgar nuevas leyes y anunciar sanciones

disciplinarias a los infractores. Defiende la Sagrada Escritura, doctrina sobre el

pecado original, la santificación y la gracia, sobre los Sacramentos,

especialmente sobre la Eucaristía y la Misa, sobre el culto de las imágenes y

las indulgencias. Condenación de los errores de Lutero.

VATICANO I entre 1869-1870: Se celebra en la Basílica de San Pedro en el

Vaticano, por lo que se denomina Concilio Vaticano I. El papa Pío IX se dirige

contra el racionalismo y el galicanismo, es una tendencia que concede al Papa

la parte más importante de las decisiones en materia de fe, pero sostienen que

estas se hacen infalibles sólo si las acepta la Iglesia, es decir, el Concilio. Tiene

que definir solemnemente la infalibilidad Pontificia como dogma de fe, cuando

habla "Ex Cathedra". Esto es cuando en calidad de pastor y maestro de todos

los cristianos, y haciendo uso de su suprema autoridad apostólica define una

doctrina sobre la fe y las costumbres. Esto sucede cuando:

a) enseña una cosa referente al dogma o moral cristianos;

b) se dirige a la Iglesia Universal;

c) habla en su calidad de Maestro supremo de la cristiandad;

Si falta una de estas condiciones, el Papa no es infalible. El concilio enseña que

únicamente a Pedro se prometió y confirió de modo directo el primado de

jurisdicción sobre toda la Iglesia y su autoridad no deriva precisamente de la

Iglesia. El Concilio añade «La Iglesia Romana posee por derecho divino la

primacía de potestad ordinaria sobre todas las demás iglesias. La jurisdicción del

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pontífice es verdaderamente episcopal e inmediata. La Iglesia es, pues, monarquía

de derecho divino, y el Papa recibe plena potestad directamente de Dios». El Papa

Pío IX define también el dogma de la Inmaculada Concepción (1854) y

definiciones sobre Dios creador, sobre la Revelación divina, sobre la Fe en

relación con la razón, sobre la Iglesia y sobre el Primado e infalibilidad del Romano

Pontífice. En el siglo pasado la Iglesia tuvo que afrontar gravísimos males de

diferente índole: políticos, territoriales, ateísmo pujante y el incremento de

sociedades secretas sectarias. Y, dentro, la Iglesia tuvo que mediar buscando

elementos de concordia para atraer a las dos tendencias opuestas, la liberal y la

conservadora. Pío IX a pesar de estar reducido y confinado en el Vaticano, desplega

una gran actividad apostólica en su largo pontificado. Se definen los dogmas de

la Inmaculada Concepción y el de la Infalibilidad del Romano Pontífice. Se

convoca al vigésimo Concilio Ecuménico en el Vaticano. Se establecen, una vez

más, los principios básicos sobre la Fe; sobre Dios creador del universo y de

todo lo que él contiene; sobre la Revelación divina, ya fuere la escrita (Biblia),

ya la oral (Tradición); sobre la Iglesia y su magisterio, como también puntualizar y

aclarar las relaciones entre la fe y la razón, que de un siglo a esa parte habían

adquirido una gran preponderancia. El tema más controvertido es sobre la

infalibilidad del Romano Pontífice.

VATICANO II entre 1962-1965: El gran acontecimiento del siglo XX en el

ámbito de la Iglesia fue el Concilio Vaticano II, convocado por el Papa Juan

XXIII y seguido y clausurado por el Papa Pablo VI. Se pretendió que fuera una

especie de «agiornamento» ya que fue un concilio de índole Pastoral y no de

carácter dogmático, es decir, una puesta al día de la Iglesia, renovando en sí

misma los elementos que necesitaban de ello y revisando el fondo y la forma

de todas sus actividades. Proporcionó una apertura dialogante con el mundo

moderno, incluso con nuevo lenguaje conciliatorio frente a problemáticas

actuales y antiguas. Ha sido el concilio más representativo de todos. Consta de

cuatro etapas, con una media de asistencia de unos dos mil Padres Conciliares

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procedentes de todas las partes del mundo y de una gran diversidad de lenguas

y razas. La reforma interior de la vida eclesiástica y la búsqueda de un camino

nuevo para tratar de conciliar a los cristianos separados de la unidad católica de

la Iglesia. Se propuso actualizar la vida de la Iglesia sin definir ningún dogma.

Trató de la Iglesia, la Revelación, la Liturgia, la libertad religiosa, etc. Recordó

el Concilio la llamada universal a la santidad. El Concilio Vaticano II fue el

hecho más decisivo de la historia de la Iglesia en el siglo XX. El Concilio se

convoca con el fin principal de:

- Promover el desarrollo de la fe católica.

- Lograr una renovación moral de la vida cristiana de los fieles.

- Adaptar la disciplina eclesiástica a las necesidades y métodos de nuestro

tiempo.

Tras un largo trabajo concluye en 16 documentos, cuyo conjunto constituye

una toma de conciencia de la situación actual de la Iglesia y define las orientaciones

que se imponen. Las características del Concilio Vaticano II, son Renovación y

Tradición.