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LOS HOMBRES QUE DECLARARON NUESTRA
INDEPENDENCIA EL 9 DE JULIO DE 1816
Nuestra patria existía desde el fondo de la colonia. Nació
oficialmente el 25 de mayo de 1810 con la instalación de la Primera Junta
de Gobierno y obtuvo su carta de ciudadanía el 9 de julio de 1816 cuando
desde el Congreso de Tucumán los representantes de las Provincias
Unidas en Sud América, mediante la firma del Acta de la Independencia,
le otorgaron su partida de nacimiento. Cabe entonces, reflexionar sobre
quiénes fueron aquellos hombres que el polvo de los tiempos casi ha
sepultado injustamente en el olvido.
Sus nombres desde entonces han tenido una evocación permanente
mediante la designación de calles y lugares salientes en todos nuestros
pueblos y ciudades. Pero no basta con eso. Pocos de nuestros ciudadanos
tienen idea de quiénes fueron los portadores de esos nombres y la
gigantesca trascendencia que han tenido en la construcción de los
cimientos de nuestra nacionalidad.
Esta publicación tiene como objetivo, además del homenaje que
aquellos congresales eternamente se merecen, evocar a todos y cada uno
de ellos mediante una pincelada de su figura, de su persona, o de algún
rasgo saliente de su obra para mantener eternamente vivo su recuerdo.
El historiador Enrique de Gandia en una publicación de julio de 1941
del Diario La Nación, entre otras cosas dice: “Los hombres de Tucumán
aparecen en su mayoría con frecuencia olvidados en la historia argentina.
Ellos dieron nacimiento a nuestra patria. La posteridad en vez de grabar
sus nombres con letras de oro sobre una placa inmensa los ha envuelto
en injusta ignorancia. Su memoria hoy sobrevive por haber firmado el
Acta de la Independencia. Los libros de historia recuerdan sus nombres
en conjunto. Los historiadores han sido deslumbrados por el brillo del
Congreso en la hora augural de la declaración. La importancia de la obra
hizo olvidar el mérito de los artífices. Cuando no se leen los documentos
originales es fácil equivocarse en la estimación del valor de aquellos
hombres. No debe olvidarse que todos ellos representaban la parte más
selecta de su provincia. Eran abogados, sacerdotes, de cultura amplia y
profunda formados en los claustros de maestros europeos. El nivel de las
universidades del nuevo mundo no era inferior a las del antiguo. Entre los
años 1750 y 1810 se imprimieron en las universidades de Chuquisaca,
Caracas, Chile y Córdoba más de cien mil tesis. Además las conquistas
liberales y constitucionales de Estados Unidos influían en los congresales.
Los hombres de Tucumán eran muy jóvenes. Cuando la revolución
los llevó al Congreso eran los dirigentes del país, dueños de una amplia
cultura, conocedores de todas las doctrinas filosóficas y políticas de la
época, soñaron una patria grande y unida, pero las rivalidades y enconos
de la hora echaron al olvido los sueños de los veintinueve que juraron el 9
de julio y de los que no pudieron jurar. Mientras los generales llevaban la
libertad y esplendor de nuestras armas a otros territorios, las discordias se
encendían en el nuestro. Los hombres de Tucumán volvieron a sus
ciudades con una tristeza muy grande en el alma. Habían hecho una
patria que el odio y la incomprensión ensangrentaban.
Unos se alejaron para siempre; los demás se arrojaron a la lucha
con la esperanza de salvar la unidad, la constitución, el derecho. Y así
murieron, sin haber alcanzado la recompensa y la gloria que la patria les
debe.”
Bibliografía: Publicaciones de los diarios La Prensa y La Nación entre los
años 1940 y 1966 del archivo de apuntes de Rogelio Bracamonte, padre
del autor..
FIRMANTES DEL ACTA DE LA INDEPENDENCIA
DIPUTADOS POR EL ALTO PERÚ
José Severo Malabia José Andrés Pacheco de Melo Pedro Ignacio de Rivera
Mariano Sánchez de Loria José Mariano Serrano
DIPUTADOS POR BUENOS AIRES
Tomás Manuel de Anchorena José Darregueyra y Lugo Esteban Agustín Gascón
Pedro Medrano Juan José Paso Antonio Sáenz Fray Cayetano J. Rodríguez
DIPUTADOS POR CATAMARCA
Miguel Antonio Acevedo José Antonio Colombres
DIPUTADOS POR TUCUMÁN
José Ignacio Thames Pedro Miguel Aráoz
DIPUTADOS POR CÓRDOBA
Eduardo Perez Bulnes Gerónimo Salguero
José Antonio Cabrera Miguel Calixto del Corro *
DIPUTADOS POR CUYO
Tomás Godoy Cruz Juan Agustín Maza
Francisco Narciso Laprida Fray Justo Santa María de Oro
DIPUTADO POR LA RIOJA
Pedro Ignacio de Castro Barros
DIPUTADO POR JUJUY
Teodoro Sánchez de Bustamante
DIPUTADO POR SAN LUIS (LA PUNTA DEL VENADO)
Juan Martín de Pueyrredón*
(*) No firmaron el Acta por haber estado ausentes el 9 de julio
DIPUTADOS POR EL ALTO PERÚ
JOSÉ SEVERO MALABIA (Charcas)
Nació en Charcas en 1787, falleció en la misma ciudad en 1849.
Doctorado en jurisprudencia en la Universidad de San Francisco Javier
de Charcas, participó en el movimiento revolucionario de Chuquisaca
del 25 de mayo de 1809. Actuó de lleno en los sucesos políticos de su
época. Electo diputado al Congreso de Tucumán, fue defensor del
proyecto de monarquía constitucional. De destacada actuación en el
mismo, juró la Independencia de 9 de Julio de 1816. Fue un jurista de
relieve que culminó su carrera como ministro de la Suprema Corte de
Justicia de Bolivia.
JOSÉ ANDRÉS PACHECO DE MELO (Potosí)
Nació en Salta en 1779, falleció en Buenos Aires en 1833.
Estudió teología en Córdoba y fue cura de campaña en Potosí, por la
que representó en el Congreso de Tucumán en 1816. Fue compañero
de escuela de Güemes, con quien mantuvo una sólida relación toda su
vida, apoyándolo en su lucha armada contra el poder realista. En
Tucumán fue partidario del sistema monárquico y, al redactarse el
proyecto de Constitución Nacional, impulsó que se consignara
enfáticamente la igualdad de derechos y dignidad de los indios y los
demás ciudadanos y serían todos regidos por las mismas leyes.
PEDRO IGNACIO DE RIVERA (Cochabamba)
Nació en Mizque, Cochabamba, en 1753, falleció en Buenos
Aires en 1833. Se recibió de abogado en Charcas y en las milicias
alcanzó un alto grado. Actuó en el movimiento revolucionario de
Chuquisaca de 1809 por lo que fue perseguido por los realistas. Al
regresar a su ciudad fue elegido diputado a la Asamblea de 1813 y
luego al Congreso de Tucumán. Por ser el Congresal de mayor edad,
debió tomar juramento a su primer Presidente. En el Congreso fue
partidario del sistema monárquico. Fue un permanente precursor y
colaborador de los ejércitos revolucionarios. Clausurado el Congreso en
1819, quedó en Buenos Aires ejerciendo su profesión de abogado.
MARIANO SÁNCHEZ DE LORIA (Charcas)
Nació en Charcas en 1774, falleció en Puno en 1842. Se
doctoró en jurisprudencia en la Universidad de su tierra natal,
participó activamente en la revolución del Alto Perú de 1809. Brillante
orador, fue designado Diputado al Congreso de Tucumán,
perteneciendo al mismo luego de su traslado a Buenos Aires en 1817
y hasta terminar su mandato. Después de enviudar regresó a su
tierra, renunció a todos sus bienes e ingresó al sacerdocio llegando a
ser canónigo de la Catedral de Charcas, donde desde su histórico
púlpito revivió sus famosas arengas patrióticas.
JOSÉ MARIANO SERRANO (Charcas)
Nació en Charcas en 1788, falleció allí en 1851. Se doctoró
en jurisprudencia en la Universidad de su tierra. Estaba radicado en
Tucumán cuando sus paisanos lo designaron su representante de la
Asamblea de 1813. De allí continuó como Diputado al Congreso de
Tucumán donde fue su primer Secretario, cargo compartido con
Juan José Paso. No estuvo de acuerdo con la idea de los otros
Congresales del Alto Perú que propiciaban un sistema monárquico
ejercido por la dinastía incaica. Fue quien propuso que los
documentos de la declaración de la independencia fuesen escritos
también en los idiomas Aimara y Quechua.
Al pronunciarse la Independencia de Bolivia fue quien presidió la Asamblea que declara
la existencia de la nueva república. Cuando se retiró presidía la Suprema Corte de Justicia. En
1841 ejerció la primera Magistratura de su país. Antes en Argentina había sido colaborador del
gobernador Aráoz en Tucumán y del General Arenales en Salta.
DIPUTADOS POR BUENOS AIRES
TOMÁS MANUEL DE ANCHORENA
Nació en Buenos Aires en 1783. Falleció en su ciudad natal en 1847.
Perteneciente a una distinguida familia porteña estudió abogacía en
Charcas. Regresó luego de la Revolución de Mayo como colaborador del
General Belgrano. Fue elegido diputado del Congreso de Tucumán
oponiéndose al proyecto monárquico, donde expuso ideas adversas y bien
fundamentadas por las características de nuestro territorio. Con el correr del
tiempo permaneció en Buenos Aires, llegando ser Ministro de Juan Manuel
de Rosas.
JOSÉ DARREGUEYRA Y LUGO
Nació en Lima en 1770. Falleció en Buenos Aires en 1817. De niño
vivió en Buenos Aires, volviendo a Perú para graduarse en Charcas de
abogado. Fue revolucionario de Mayo de 1810 participando del grupo de
agitadores llamados “chisperos” y luego funcionario de la Primera Junta
como redactor de la “Gaceta”. Era miembro del Poder Judicial cuando lo
designaron congresal en Tucumán. Desde el comienzo de las sesiones fue
un activo impulsor de la inmediata declaración de independencia. Enfermó
poco después de la jura regresando a Buenos Aires en 1817 con el traslado
del Congreso a esa ciudad. Fallece a poco de llegar seguramente con
motivo del agotamiento causado por el viaje. Fue la primera y lamentable
baja de Tucumán a los 47 años de edad.
ESTEBAN AGUSTÍN GASCÓN
Nació en Oruro (Alto Perú) en 1764, falleció en Buenos Aires en
1824. Se doctoró en derecho en la Universidad de Charcas siendo uno de
los promotores de la Revolución de 1809. Por el apoyo que proporcionó al
Ejército del Norte antes de la Batalla de Salta, el General Belgrano lo
designó Gobernador de esa provincia. Tras las derrotas de Vilcapugio y
Ayohuma se radicó en Buenos Aires, donde vivió en su niñez. A pesar de
no ser porteño fue designado diputado por esa ciudad al Congreso de
Tucumán donde tuvo una brillante actuación en temas claves para el
futuro de la organización nacional. Luego de la jura de la independencia,
el Director Supremo Pueyrredón lo designó titular de la cartera de
Hacienda creando entonces la primera institución crediticia denominada “Caja de Fondos de
Sudamérica”. Al concluir con la actuación pública se dedicó al ejercicio de su profesión hasta
su muerte.
PEDRO MEDRANO
Nació en Buenos Aires en 1760. Falleció en la misma ciudad en
1840. Cursó sus estudios secundarios en el Colegio Montserrat en
Córdoba, doctorándose en leyes en la Universidad de Charcas. Regresó a
Buenos Aires para dedicarse al ejercicio de su profesión. Adhirió de
inmediato a la causa de Mayo siendo designado para una Fiscalía. Junto
con los conjueces Sáenz, Gascón y Anchorena fue uno de los autores del
Estatuto Provisional para la Dirección y Administración del Estado. Luego
fue elegido representante ante el Congreso de Tucumán, ocupando la
presidencia provisional al iniciar sus sesiones el 24 de marzo de 1816.
Luego de la jura de la independencia el 9 de julio, propuso el agregado
de “y toda otra denominación extranjera” a continuación de “sus sucesores y metrópoli” en el
Acta fundacional de nuestra patria. Al trasladarse el Congreso a Buenos Aires ocupó funciones
políticas alineadas al Gobernador Rosas. Era hermano del Obispo Mariano Medrano, de
distinguida actuación episcopal y política.
JUAN JOSÉ PASO
Nació en Buenos Aires en 1778 y murió en la misma ciudad en
1833. Por su actuación política significó la figura más emblemática que
concurrió al Congreso de Tucumán ya que fue el único representante
que participó en todos los cuerpos colegiados desde la Revolución de
Mayo donde se inicia como secretario de la Primera Junta de Gobierno.
Continúa en la Junta Grande, y posteriormente se desempeña como
miembro del Primero y Segundo Triunviratos subsiguientes. El 22 de
mayo fijó su ponencia de que la revolución no era una gestación propia
de Buenos Aires sino que asumía la representación de todas las
provincias en su calidad de hermana mayor hasta que las mismas
pudieran enviar sus representantes. Estudió abogacía en Córdoba, doctorándose después en
Charcas y en Lima.
Su experiencia de hombre de leyes y su probidad profesional le dieron un inmenso
prestigio en las instituciones que contaron con su presencia. Hombre indispensable en todos
los gobiernos, diplomático en las más conflictivas misiones, gobernante y consejero. Confiaba
en el porvenir de la patria y a ella le dedicó su vida y su ilustración.
FRAY CAYETANO RODRÍGUEZ
Nació en San Pedro (Buenos Aires) en 1758, ingresó a la orden
franciscana en 1777 y falleció en Buenos Aires en 1823. Se inicia en el
convento franciscano de su pueblo, luego continúa en Buenos Aires
como novicio y concluye con su ordenación sacerdotal en Córdoba.
Regresa a Buenos Aires donde se consagra al magisterio y al ministerio
de su orden. Fue maestro de Mariano Moreno y su gran admirador.
Activo colaborador de la Revolución de Mayo en el terreno del
pensamiento por lo que fue designado como primer bibliotecario.
En 1813 fue elegido diputado por Buenos Aires a la Asamblea
Constituyente que le encarga la tarea de ser su “redactor”. Junto con
Vicente López y Planes fue requerido por su condición de poeta de fama
para escribir los versos del Himno Nacional, proyecto al que renunció
como acto de grandeza al leer las estrofas de los “Eternos Laureles” escrito por su colega.
Finalizada la tarea de la Asamblea de 1813 fue nuevamente elegido como congresal en
Tucumán donde también se le da la tarea de ser el “redactor del Congreso”, gracias a cuya
incansable pluma la Nación goza de todos los diarios de sesiones y actividades del histórico
cuerpo colegiado. Fue un brillante orador que se destacó por sus inolvidables actuaciones
llenas de talento y probidad. Por todas sus virtudes la patria le debe un reconocimiento
eterno.
ANTONIO SÁENZ
Nació en Buenos Aires en 1780. Fallece en la misma ciudad en
1825. Se doctora en Teología y Leyes en la Universidad de Charcas
obteniendo a sus 21 años su título de abogado. Como religioso fue
secretario capitular del cabildo eclesiástico, cargo que concluye por injusta
resolución del conflictivo Obispo Lué. Tuvo activa participación en la
Revolución de Mayo. Posteriormente representó a San Luis en la
Asamblea del año 13 y a su término fue elegido por Buenos Aires como
diputado al Congreso de Tucumán. Entre sus iniciativas estuvo la de dar
al Estado un Director Supremo y una diversa cantidad de temas
inherentes a la Constitución que regiría los destinos del nuevo estado a
partir de la urgente proclamación de su independencia.
Terminado su mandato tuvo el privilegio de ser el organizador, fundador y primer
Rector de la Universidad de Buenos Aires en agosto de 1821, bajo el gobierno del General
Martín Rodríguez siendo entonces su ministro de gobierno Bernardino Rivadavia. Falleció muy
joven, a los 45 años de edad, cuando la patria tanto esperaba de su talento.
DIPUTADOS POR CATAMARCA
MANUEL ANTONIO ACEVEDO
Nació en Salta en 1770. Falleció en Buenos Aires en 1825. Luego
de su ordenación sacerdotal en Córdoba continuó como cura párroco de
Belén (Catamarca) hasta que fue designado por esa provincia como
diputado en el Congreso de Tucumán. En esa misma ciudad tuvo el
privilegio de celebrar la misa de la ceremonia inaugural donde
pronunció la memorable oración patriótica. Su actuación estuvo signada
por su posición de adoptar un sistema de gobierno monárquico-incaico
para la nueva nación, en consonancia con los diputados del Alto Perú.
Terminada su actividad en el año 1819, fue elegido nuevamente
diputado para el Congreso Constituyente de 1824, donde lo sorprende
la muerte.
JOSÉ EUSEBIO COLOMBRES
Nació en Tucumán en 1778. Muere en 1859 en la misma ciudad.
Estudió en la Universidad de Córdoba donde se doctora en derecho
canónico y se ordena sacerdote. Fue un entusiasta adherente de la
Revolución de Mayo. Designado cura párroco en Piedra Blanca
(Catamarca), fue elegido representante por esa provincia al Congreso
de Tucumán donde además ejerció su ministerio sacerdotal. También
fue propulsor del cultivo de la caña de azúcar transformándose en el
pionero de dicha industria: puso en marcha diez ingenios.
Participó activamente de los avatares políticos a partir de la
anarquía del año 20 y sufrió su destierro. De regreso a Tucumán, el
gobierno de la Confederación lo propone para ocupar el cargo de
Obispo, al que no puede acceder por su fallecimiento a los 80 años de edad.
DIPUTADOS POR CÓRDOBA
JOSÉ ANTONIO CABRERA
Nació en Córdoba en 1768 y muere en la misma ciudad en 1820.
Descendiente del fundador de Córdoba estudió abogacía en su
Universidad, graduándose como licenciado en Derecho. En los
prolegómenos de la Revolución de Mayo prestó con sus familiares
abierto apoyo a la causa, vinculándose a notables personalidades como
Pérez Bulnes y el Deán Funes. Pese a sus contactos con la línea de
Artigas por la cual Santa Fe y las provincias del Litoral no concurren al
Congreso de Tucumán, Cabrera fue designado representante por
Córdoba junto con del Corro, Pérez Bulnes y Salguero por impulso del
gobernador José Javier Díaz. Ya en el Congreso, debido a su tendencia
artiguista, fue protagonista de discordancias que culminaron después
de la jura que suscribieron todos los cordobeses, con el alejamiento de
sus bancas, cuando éste se trasladó a Buenos Aires. Luego de esos episodios se retiró a su
actividad privada y profesional hasta su fallecimiento en su Córdoba natal.
MIGUEL CALIXTO DEL CORRO
Nació en Córdoba en 1775, falleció en la misma ciudad en
1851. Cursó estudios en la universidad local graduándose de Doctor
en Teología. Ejerció su actividad clerical y catedrática en el Obispado
de esa Diócesis. Fue precursor de las ideas de la Independencia
haciendo propaganda que alarmó al gobernador Gutiérrez de la
Concha. Después de la Revolución de Mayo actúa activamente en la
causa de la libertad siendo elegido diputado ante el Congreso de
Tucumán en sustitución del Deán Funes que había renunciado. Inició
sus actividades con su inauguración del 24 de marzo pero a los pocos
días fue comisionado para resolver un entredicho con Artigas y otros
asuntos que le impidieron estar presente para suscribir el Acta de la
Independencia el 9 de julio de 1816. Retirado del Congreso regresó a Córdoba ocupándose en
dos oportunidades del prestigioso cargo de Rector de la Universidad. Luego continuó con su
cátedra y contracción a su ministerio religioso hasta que por su ceguera debió limitarse a sus
sermones y panegíricos de las principales festividades de la Iglesia y a la sagrada oración
hasta su muerte.
EDUARDO PÉREZ BULNES
Nació en Córdoba en 1785, falleció en la misma ciudad en
1851. Su familia estaba emparentada con el general chileno Manuel
Bulnes, presidente de esa república hermana entre 1841 y 1850.
Cuando se produce la Revolución de Mayo inicia su actividad pública
incorporándose a un regimiento de milicias formado para apoyar el
movimiento producido en Buenos Aires ya que en Córdoba halló
tropiezos para su adhesión por estar radicados en la misma Liniers y
otras figuras emblemáticas que apoyaban a la monarquía española.
Luego de los lamentables sucesos del fusilamiento, Córdoba se
alista con fervor en la causa de Mayo. Ante el llamado a enviar
representantes al Congreso de Tucumán es designado diputado.
Inicia su actividad en la primera sesión y jura el 9 de Julio la
independencia pese a mostrar serias desobediencias por su adhesión a la política de Artigas.
Termina su mandato por la disposición del traslado del Congreso a Buenos Aires. A
continuación tiene una activa participación en las luchas internas adhiriendo al general Paz
que derrota al Gobernador Bustos y luego, al ser hecho prisionero su jefe supremo, Pérez
Bulnes desaparece del escenario hasta su muerte.
LUIS GERÓNIMO SALGUERO DE CABRERA Y CABRERA
Nació en Córdoba en 1763, falleció en Chuquisaca en 1840. Al
igual que el congresal José Antonio Cabrera también era descendiente
del fundador de Córdoba. Ingresó al Colegio Montserrat prosiguiendo
luego Derecho Civil en la Universidad de Córdoba donde egresó como
licenciado. Fue partidario de la Revolución de Mayo actuando en la
política local. Al asumir el gobierno provincial el coronel José Javier
Díaz, de raíz hondamente artiguista, colabora asumiendo la cartera de
Hacienda. En 1816 deja su cargo para incorporarse al Congreso de
Tucumán como uno de los cuatro representantes por esa provincia,
donde funcionaba desde 1621 la famosa Universidad de San Carlos.
Cuando se produce el traslado del Congreso a Buenos Aires,
Salguero fue el único cordobés que acompañó la medida. Al finalizar su mandato se reintegra
a su provincia como legislador. Luego de otras funciones públicas, por controversias con el
gobernador López Quebracho se radica en Chuquisaca donde termina sus días.
DIPUTADOS POR CUYO
FRANCISCO NARCISO DE LAPRIDA (SAN JUAN)
Nació en San Juan en 1786. Falleció en 1829. Estudió en
Buenos Aires y se graduó de abogado en la Universidad San Felipe
de Santiago de Chile. Fue legislador, ministro y gobernador. Retirado
de su provincia natal fue designado representante ante el Congreso
de Tucumán junto con Fray Justo Santa María de Oro. Le cupo el
privilegio único e irreversible de ser su Presidente el 9 de julio de
1816 cuando se declara nuestra independencia, teniendo entonces
sólo 30 años de edad. Al igual que todos los diputados por Cuyo, era
un leal intérprete de los objetivos de su gobernador el general San
Martín, que se encontraba en Mendoza organizando el Ejército de los
Andes, con el gran proyecto de cruzar la cordillera en el próximo
verano en calidad de jefe del Ejército de un país soberano.
Finalizada su actividad en el Congreso se radicó en Buenos Aires ejerciendo su
profesión y ocupando distintas funciones. Regresó a San Juan cuando se desarrollaban las
luchas internas y su ciudad se veía amenazada por las invasiones de los hermanos Aldao y
Facundo Quiroga. Se incorpora entonces con el grado de cabo a un batallón de voluntarios
llamado “El Batallón del Orden”. En un enfrentamiento llamado “Del Pilar” cerca de Mendoza,
es herido a degüello víctima de la montonera en septiembre de 1829 -a los 42 años de edad-
y su cadáver jamás encontrado. Así murió Laprida, creyendo en la posibilidad de construir una
patria libre, ignorando tal vez la magnitud de su propia grandeza.
FRAY JUSTO SANTAMARÍA DE ORO (SAN JUAN)
Nació en San Juan en 1772 y falleció allí mismo en 1836. A los
17 años se vinculó a la orden dominicana y se trasladó a Chile donde
cursó sus estudios teológicos. Viaja a Europa en misión oficial de la
orden y allí lo sorprenden los movimientos revolucionarios de América
del Sur. Se dice que allí lo conoce a San Martín. Luego regresa a Chile y
por desavenencias políticas debe refugiarse en San Juan. Allí se
reencuentra con el entonces Gobernador de Cuyo que prepara
silenciosamente la gran empresa continental. Cuando se produce el
llamado para el Congreso de Tucumán, acompaña a Laprida como
Diputado. Por su actuación puede decirse que salva la república en
aquellas horas mediante su firme determinación de rechazar cualquier intento de adoptar,
luego de proclamada la Independencia, un sistema monárquico, que contaba con los auspicios
de una gran mayoría, incluso apoyada por el mismo Belgrano. Es entonces cuando el fraile
esclarecido pronuncia aquellas palabras que ha recogido la historia. Sin exaltarse exterioriza
su gran convicción republicana. Para su juicio, la monarquía no es para estas tierras de
América ni se adapta a las ideas ni a los sentimientos de sus hijos que él tanto conoce y
humildemente concluye que si el Congreso adopta la forma monárquica sin consultar
previamente a los pueblos, pedía permiso para retirarse. Esta resolución en un hombre de
tanto prestigio conmueve a los diputados que declinan su postura. La personalidad de Oro se
agranda ante su pueblo y la historia.
En los años que siguen hasta su muerte en 1836, realiza infinidad de obras patriótico-
religiosas motivado en los primeros tiempos por su gran pasión sanmartiniana. En 1830 se lo
consagra Obispo de San Juan constituyéndose en el primer Obispo de San Juan y el primer
Obispo Diocesano de Cuyo.
TOMÁS GODOY CRUZ (MENDOZA)
Nació en Mendoza en 1791 y falleció en la misma en 1852.
Estudió en la Universidad de San Felipe en Santiago de Chile donde se
graduó de Bachiller, en Sagrados Cánones y en Leyes. Regresa a
Mendoza donde trabaja en su profesión y en el comercio. Al tener que
enviar representantes por esa provincia al Congreso de Tucumán es
designado diputado siendo el más joven entre sus colegas con sólo 25
años. Antes, al ser nombrado San Martín gobernador intendente de
Cuyo, Godoy Cruz fue un infatigable y leal amigo. Prestó amplia ayuda
para el equipamiento del Ejército de los Andes cediendo su casa para
establecer allí una fábrica de pólvora. En el Congreso actuó en debates
importantes manteniendo una comunicación permanente con San Martín
quien le insistía en lograr lo antes posible la declaración de la
independencia. ¿Hasta cuándo esperamos esa declaración? El General le preguntaba y Godoy
Cruz le respondía que esa declaración “no es soplar y hacer botella”. A lo que nuevamente el
Libertador le contesta “es más fácil declarar la independencia que el que haya algún
americano que haga una sola botella”. Ese era el tenor del diálogo y la confianza entre esos
dos grandes hombres. Al finalizar su mandato regresó a Mendoza y en 1820 fue elegido
gobernador. Preocupado por el desarrollo de la industria y el comercio prestó especial
atención a la instrucción pública, a la reunión de un Congreso General propuesto por Buenos
Aires, a la formación de un ejército, las relaciones exteriores. Debió enfrentar la montonera
del caudillo chileno Carrera. Fue historiador, industrial vitivinícola. Forma una biblioteca de
2.000 volúmenes que le obsequió San Martín desde Lima. Su vida fue ejemplar. Su acendrado
patriotismo, sus relevantes cualidades y sus eminentes servicios rendidos a la República
Argentina lo hacen merecedor de veneración y gratitud de todos sus ciudadanos.
JUAN AGUSTÍN MAZA (MENDOZA)
Nació en 1784 en Mendoza, murió en Chancay en 1830. Cursó sus estudios en
Mendoza prosiguiéndolos en la Universidad de San Felipe de Santiago de
Chile donde egresó como Doctor en Derecho. De regreso a Mendoza el
anuncio del movimiento de Mayo lo impulsó a la vida pública celebrando
fervorosamente la Revolución. Con la presencia de San Martín entregó sus
bienes y esfuerzo a la causa libertadora. Convocado el Congreso de
Tucumán fue elegido diputado por ser junto con Godoy Cruz y los
sanjuaninos Laprida y Oro uno de los hombres más notables de Cuyo.
Este grupo cuyano representaba en el Congreso a los más firmes
sostenedores e intérpretes de San Martín que reclamaba la independencia
como base de su cruzada emancipadora. Firmó el 9 de julio junto con sus
colegas el acta de la declaración sagrada. Regresó a su provincia en 1818, dedicándose a la
cátedra de jurisprudencia en el colegio de la Santísima Trinidad y a su profesión.
Simultáneamente tuvo actividad política y profesional llegando a ser presidente de la Junta de
Representantes de su provincia.
En 1830 se produjo una invasión de la provincia por las fuerzas unitarias al mando del
Coronel Videla Castillo. Ante esa circunstancia el gobernador y otros funcionarios entre los
cuales se encontraba Maza, huyen a la campaña. En una situación poco clara son rodeados
por los indios en el paraje denominado Chancay y todos asesinados, entre ellos Maza en un
trágico final bastante parecido, por su brutalidad, al soportado por su colega por San Juan,
Francisco Narciso Laprida solo diez meses atrás, si bien en filas políticas distintas.
JUAN MARTÍN DE PUEYRREDÓN (LA PUNTA DE LOS VENADOS, SAN LUIS)
Nació en Buenos Aires en 1777. Muere en Buenos Aires en 1850 en San Isidro.
Pertenece a una familia patricia donde los 5 hermanos varones
fueron militares, incluso el sacerdote Feliciano. Estudió en París,
regresando en 1805. Tiene destacada actuación en las invasiones
inglesas donde arma una fuerza militar de su propio peculio
denominada con la posteridad Húsares de Pueyrredón. A partir de
entonces se transforma en figura indispensable para asumir
situaciones políticas graves. Tras expulsar a los ingleses es enviado
a España como embajador de la victoria. Regresa con la Revolución
de Mayo y es designado para reemplazar al gobernador Gutiérrez de
la Concha, recientemente sentenciado junto con Liniers, Allende y
otros. Luego del triunfo de Suipacha es destinado al Alto Perú como
presidente de la Real Audiencia de Charcas. Luego asume
brevemente un lugar en el Primer Triunvirato, oportunidad cuando arriba San Martín a estas
tierras en 1812. Con su relevo por influencia de San Martín es confinado en San Luis donde en
una histórica reivindicación el entonces gobernador de Cuyo lo designa congresal ante el
Congreso de Tucumán, cargo que abandona cuando el 3 de mayo en el primer acto
trascendente de Congreso es designado Director Supremo de la Nación. Por ese motivo junto
con Del Corro, estuvo ausente el 9 de julio no pudiendo entonces firmar el Acta Inmortal.
Es indudable que accede a tan elevado cargo por la disimulada pero eficaz influencia
de San Martín, gobernador de Cuyo, que se encontraba allí para iniciar su plan estratégico
continental en el verano de 1817 cruzando la Cordillera con el flamante Ejército de los Andes.
Para ello nuestra patria debía ser independiente y soberana, objetivo que se logra el 9 de julio
de 1816. Lo subsiguiente era la organización del ejército y su logística que quedaba a cargo
del poder político en manos de Pueyrredon, que duró en el cargo hasta 1819, oportunidad en
que el Congreso trasladado desde 1817 a Buenos Aires termina sus sesiones, aprueba y jura
la Constitución que jamás entró en vigencia por las luchas intestinas generadas por la
anarquía de 1820.
DIPUTADO POR JUJUY
TEODORO SÁNCHEZ DE BUSTAMANTE
Nació en Jujuy en 1778. Murió en Santa Cruz de la Sierra en
1851. Estudió abogacía en la Universidad de Charcas participando
activamente del movimiento revolucionario de 1809. Producida la
Revolución de Mayo de 1810 en Buenos Aires y posteriormente
invadidas las provincias del norte por el ejército realista, regresa a
Jujuy donde establece estrechas relaciones con Belgrano, quien lo
nombra auditor del Ejército Auxiliar del Alto Perú. San Martín y
Rondeau lo mantuvieron en el cargo en sus sucesivas jefaturas. Electo
por la provincia de Jujuy, se incorpora al Congreso de Tucumán al
inicio de sus sesiones participando de la histórica jornada del 9 de julio
donde firma el Acta de nuestra Independencia. Continuó en su banca
con el traslado a Buenos Aires. Fue partidario de la monarquía y tuvo relaciones dificultosas
con el General Güemes, que actuaba exitosamente en la jurisdicción de su provincia. Ante la
anarquía y la guerra civil que se implanta en nuestro territorio, emigra a Bolivia para no caer
víctima de las persecuciones y atropellos que sufrieron los patriotas más distinguidos. Lo
sorprende la muerte cuando se desempeñaba como Director del Colegio Mayor de Santa Cruz
de la Sierra.
DIPUTADO POR LA RIOJA
PEDRO IGNACIO DE CASTRO BARROS
Nació en La Rioja, en el pueblo de Chuquis (que actualmente
lleva su nombre) en 1777. Falleció en Santiago de Chile en 1849. Se
doctoró en teología y derecho en la Universidad de Córdoba donde
también se ordena sacerdote. Ejerce sus actividades intelectuales y
pastorales en Córdoba y La Rioja. Cuando se produce la Revolución de
Mayo adhiere con gran entusiasmo patriótico. Su provincia lo designa
como representante a la Asamblea de 1813 y posteriormente congresal
a Tucumán donde tiene una destacadísima actuación por su
personalidad rigurosa y descollante gracias a sus virtudes morales e
intelectuales y a la forma de su elocuencia. Le tocó ser Presidente del
Congreso cuando se designó al diputado Pueyrredón como Director
Supremo a quien le tomó juramento. Al declararse la independencia el 9 de julio de 1816 se lo
designó para pronunciar en el templo la oración celebratoria. Terminada su tarea en el
Congreso realizó numerosas actividades tanto intelectuales como pastorales. La Universidad
de Córdoba lo designó Rector en dos oportunidades. Las luchas intestinas de las cuales ningún
patriota escapó, lo sometieron a la cárcel y al exilio tanto en Uruguay como en Chile donde
formó parte de los claustros de la Universidad de San Felipe cuando lo sorprendió la muerte.
DIPUTADOS POR SALTA
JOSÉ IGNACIO GORRITI
Nació en Jujuy en 1770, falleció en Chuquisaca en 1835.
Perteneciente a una acaudalada familia jujeña, cursó estudios junto
con su hermano Juan Ignacio en el Colegio Montserrat de Córdoba.
Terminado su ciclo allí se traslada a la Universidad de Charcas
graduándose de abogado a los 20 años de edad. La inesperada muerte
de su padre lo obliga a regresar a su provincia para atender los
intereses familiares. La presencia de los primeros ejércitos de la
Revolución que cruzaban por su campo le ofreció la posibilidad de
iniciar una acción patriótica honerosa y valiente ofreciendo sus bienes
a la causa de la libertad. Organizó una partida de baqueanos que
denominó “Patriotas Decididos” que se incorporaron al ejército de
Belgrano y a las huestes de Güemes. Actuó en las Batallas de Las Piedras, Tucumán y Salta.
Por sus antecedentes y patriotismo, Salta lo eligió diputado al Congreso de Tucumán en donde
le cupo una actuación brillante. Fue impulsor de una forma de gobierno monárquica pues
coincidía con Belgrano en que era la más aconsejable para el país en esa circunstancia, ya que
resultaba políticamente mejor la idea de llamar a ocupar el trono a un príncipe Inca para
atraer indios a la causa de la Revolución. A mediados de 1817 renunció al Congreso porque
creía que sus servicios serían más útiles al país luchando militarmente al lado de Güemes, a
quien lo ligaba una gran amistad y comunión de objetivos. Al ser invadida su provincia por el
ejército español salió en persona a resistirlo y con su heroísmo singular logró rendir toda la
vanguardia enemiga incluyendo a su jefe, por lo que se transformó en militar. Ocupó dos
veces el cargo de gobernador de Salta. Su gestión sujeta a las exigencias de la guerra fue
realmente ejemplar. Las luchas internas lo obligan a Gorriti a emigrar a Bolivia donde muere
en Chuquisaca en un estado de absoluta pobreza pero rico por el legado de su nombre.
MARIANO BOEDO
Nació en 1782 en Salta. Falleció en Buenos Aires en 1819.
Estudió abogacía en la Universidad de Charcas y en 1804 fue
secretario de la Real Audiencia. Fue condiscípulo de Mariano Moreno.
En 1810 apoya con fervor la Revolución de Mayo. Participó
activamente en el teatro de operaciones militares establecido en su
provincia por lo cual Belgrano al retirarse de Tucumán le encomendó
el gobierno y la tesorería de la Ciudad de Salta con el encargo de
proteger la inmigración. En 1815 al ser nombrado el General Güemes
gobernador de la provincia de Salta, lo designó su representante para
solucionar litigios con la provincia de Jujuy cuando el enemigo
español amenazaba invadir por tercera vez el territorio de las Provincias Unidas. Boedo
terminó exitosamente su misión, luego fue elegido diputado junto con Gorriti al Congreso de
Tucumán actuando como su vicepresidente el 9 de julio. Su tarea fue brillante con
participación en históricos debates. Trasladando su asiento a Buenos Aires e impedido de
regresar a Salta porque su salud no le permitía recorrer las 300 leguas en carreta, queda en
esa ciudad donde fallece a los 37 años. La patria sufrió una lamentable pérdida por todo lo
que prometía en su bien.
DIPUTADOS POR SANTIAGO DEL ESTERO
PEDRO LEÓN GALLO
Nació en Santiago del Estero en 1779, falleció en Tucumán
en 1862. Estudió en el Colegio Montserrat de Córdoba hasta
ordenarse sacerdote obteniendo además su título de maestro de
filosofía. De regreso a su provincia ejerce el sacerdocio en el curato
de Loreto junto al párroco doctor Uriarte, compañero después de
banca en el Congreso de Tucumán. Desde el principio de la
Revolución de Mayo participó de sus ideales y principios. Hombre de
inteligencia, luminoso y brillante orador. El 9 de julio firmó el Acta
de la Independencia. Luego de terminadas las sesiones y de regreso
a su provincia participó en los interminables conflictos que se
produjeron allí con suerte a veces azarosa. En 1838 quedó a cargo del gobierno de la diócesis
de Santiago. Poco antes de morir se retiró a la ciudad de Tucumán dejando para la posteridad
un ejemplar recuerdo.
PEDRO FRANCISCO DE URIARTE
Nació en Santiago del Estero en 1758, falleció en Loreto en la
misma provincia en 1839. Se ordenó presbítero y doctor en Cánones
en la Universidad de Santiago de Chile. En 1787 hallándose en
Buenos Aires se incorpora a la orden franciscana. Al crear el curato de
Loreto en su provincia natal fue nombrado su primer cura, cargo que
ocupó durante toda su vida por espacio de más de medio siglo. Al
producirse la Revolución de Mayo fue designado para representar a
su provincia en la Junta Grande. Luego, con la instalación del
Congreso de Tucumán fue elegido diputado junto con Gallo.
Acompaña su traslado a Buenos Aires hasta su disolución en 1820.
Luego de haber participado activa y eficientemente durante toda su
labor regresa a Santiago donde participa de las luchas internas. Uriarte murió con avanzada
edad, fue un sacerdote, legislador y educador distinguido, serio, severo, de vida austera,
bondadosa, generosa y patriota.
DIPUTADOS POR TUCUMÁN
JOSÉ IGNACIO THAMES
Nació en Córdoba en 1761, falleció en Tucumán en 1832. Cursó
sus estudios en su ciudad natal egresando de la Universidad doctorado en
derecho y teología en 1784. Como presbítero, el doctor Thames pasó a
ejercer su ministerio en Tucumán y posteriormente en Salta, en cuya
catedral ocupó la dignidad de canónigo. En 1816 fue designado por
Tucumán como diputado en el Congreso que allí mismo se inauguraba
junto con el presbítero Pedro Miguel Aráoz. Su actuación fue descollante
multiplicada por su situación de dueños de casa ante todos sus colegas.
Juró el 9 de julio manteniendo una posición monárquica. Trasladado el
organismo a Buenos Aires acompañó su desplazamiento hasta su renuncia
a fines de 1818. De regreso fue diputado en la provincia durante el
gobierno de Bernabé Aráoz. Se dedicó activamente a solucionar el
conflicto con Santiago del Estero y a preparar los medios de defensa ante la guerra civil que
estalló entre esas dos provincias. Luego se retiró a la vida pastoral y privada hasta su muerte.
Se lo cuenta entre los hombre más probos y patriotas de nuestra historia.
PEDRO MIGUEL ARÁOZ
Nació en 1759. Se doctora en teología en la Universidad de
Córdoba en 1782. Perteneciente a una tradicional familia tucumana, el
apellido Aráoz figura en los hechos culminantes de la historia colonial.
Era sobrino del General Aráoz de Lamadrid y del gobernador Dr.
Benjamín Aráoz. Luego de doctorarse en Córdoba dictó filosofía en el
Colegio Carolino de Buenos Aires regresando a su tierra para ejercer su
ministerio sacerdotal en la Catedral de Tucumán. Conquistó prestigio
por sus dotes oratorias. Su llegada coincide con la Revolución de Mayo
cuya causa abrazó con fervor. Al arribo de la primera expedición del
Ejército Auxiliar del Alto Perú bajo el mando de González Balcarce, le
prestó firme colaboración. Luego, con el mando de Belgrano, fue uno
de los que contribuyeron a sostener una expedición con el aporte de hombres, armas, ganado
y múltiples elementos para incrementar la capacidad de su ejército. Lo hizo junto con sus
hermanos Bernabé y Diego. Fue uno de los impulsores de la desobediencia de Belgrano a
continuar con su repliegue hacia el interior y en lugar de ello, mantener su posición para librar
su triunfal batalla el 24 de septiembre de 1812, que cambió el curso de nuestra historia.
Nombrado el Dr. Aráoz capellán de la milicia de los Dragones Tucumanos, acompaña a su
regimiento en la Batalla de Salta el 20 de febrero de 1813, mereciendo que el General
Belgrano lo recordase especialmente en el parte de Batalla. Posteriormente fue designado
ante el Congreso de 1816 donde con Thames, además de su labor legislativa, debieron actuar
de anfitriones ante sus distinguidos colegas. El 9 de julio firma el Acta de la Independencia.
Trasladado en 1817 a Buenos Aires, renuncia definitivamente a fines de 1818. Regresa a su
provincia para participar activamente de la vida política redactando el periódico denominado el
“Tucumano Imparcial”. La desgraciada guerra civil desatada durante el año 20, donde
Tucumán entró en guerra con Salta y luego con Santiago del Estero, provocó situaciones
lamentables entre las que cabe mencionar el derrocamiento y muerte del gobernador, su
hermano Bernabé. Falleció en 1832.
La presente nota es una colaboración de autoría
del asociado Cnl (R) Arístides Bracamonte