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Las competencias de la antigua Grecia comenzaron hace 2.800 años, en el 776 a.C.
Los primeros Juegos eran muy distintos a los que conocemos ahora, estaban hechos para honrar al dios Zeus.
Los Juegos Olímpicos tenían una importancia fundamental religiosa, cuando las ciudades de estado griegas entraban en guerra y llegaba el tiempo de los juegos olímpicos, la guerra se suspendida para dar paso a los juegos por su profundo valor religioso y cultural.
La ciudad de Olimpia, por otra parte, era considerada como territorio neutral, por lo que, cuando las ciudades se encontraban en guerra, sus representantes podían reunirse allí para llevar a cabo negociaciones.
En las olimpiadas solo podían jugar hombres, que sepan escribir y que hablaran griego.
El atletismo no es solamente el deporte básico y el que da origen a otros muchos, sino también el primero que existió en la antigua Grecia.
En sus comienzos, la principal actividad era el pentatlón y una carrera a pie en el estadio.
El pentatlón consistía en: lanzamiento de disco y jabalina, carreras a campo traviesa, salto de longitud y lucha.
Con el paso del tiempo se fueron agregando deportes como: carrera de caballos, carreras con obstáculos, etc.
Cuando los niños varones griegos libres cumplían doce años ingresaban en la palestra, donde se les enseñaba a desarrollar los músculos y a disciplinar los nervios.
A los dieciséis años entraban al gimnasio, donde los griegos realizaban ejercicios físicos y atletismo. Los gimnasios contaban con una pista y lugares de ejercicio al aire libre entre los bosques.
A los veinte años los griegos concluían su formación deportiva donde se les entregaban las armas y estaban capacitados para participar en los Juegos Olímpicos.
• Los ganadores de las diversas pruebas reunidos en el templo de Zeus recibían sus premios. Los ganadores no recibían premios materiales, sino el honor y la gloria. Pero se les daba un objeto simbólico. En los comienzos fue una manzana.
• El nombre, el lugar de nacimiento y el linaje de cada ganador se inscribían en un registro. El que conseguía vencer en todas las pruebas del pentatlón, tenía derecho a una estatua en el templo de Zeus. Al regresar a sus polis los ganadores eran recibidos como héroes; poetas y oradores narraban sus hazañas.