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LOS OJOS DEL AMOR Era un domingo de sol y muchos niños estaban en el zoológico, cogidas por las manos de sus padres. Un artista armó su pequeña tienda y luego una fila enorme de niños se formó, aguardando que el pintase en su rostro garras de tigres. Un abuelo se aproximó con la nietecita, cuyo rostro estaba todo salpicado de pecas de color rojo brillante. Un muchacho la miró y gritó: ¡Usted tiene tantas pecas que el no va a tener donde pintar! – La niña bajo la cabeza. El abuelo se arrodillo a la altura de la niña y dijo: Adoro sus pecas.

Los ojos del amor

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LOS OJOS DEL AMOR (REDACCIÓN DE MOMENTO ESPIRITA)

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Page 1: Los ojos del amor

LOS OJOS DEL AMOREra un domingo de sol y muchos niños estaban en el zoológico, cogidas por las manos de sus padres.

Un artista armó su pequeña tienda y luego una fila enorme de niños se formó, aguardando que el pintase en su rostro garras de tigres.

Un abuelo se aproximó con la nietecita, cuyo rostro estaba todo salpicado de pecas de color rojo brillante. Un muchacho la miró y gritó:

¡Usted tiene tantas pecas que el no va a tener donde pintar! – La niña bajo la cabeza.

El abuelo se arrodillo a la altura de la niña y dijo:

Adoro sus pecas.

Más yo las detesto, dijo la pequeña, con los ojos casi prestos a derramar lágrimas y los labios con pucheros de lloro.

La señora paso el dedo por la cara de la nieta y continuó:

Cuando yo era niña, siempre quise tener pecas. ¡Las pecas son tan bonitas!

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¿De verdad? Pregunto la niña, levantando el rostro.

Claro. Confirmo el abuelo. ¿Quiere ver? ¿Dígame una cosa más bonita que las pecas?

La niña, mirando el rostro sonriente del abuelo, respondió suavemente: Las arrugas.

* * *

El silencioso dialogo, en la tarde soleada, fue una declaración de amor entre dos generaciones. Los abuelos son criaturas especiales. Repasemos juntos lo que los niños piensan al respecto:

Los abuelos ayudan a lavar los platos, cuando les toca hacer su tarea. y lo hacen con tanta alegría y espontaneidad, que usted espera ansioso, su vez, en el reducto familiar, de realizar la tarea nuevamente, para gozar de esa presencia tan especial.

Los abuelos son las únicas niñeras que no cobran extra después de la medianoche. O mejor, nunca cobran nada, ni antes, ni después de la medianoche. Y aun se ofrecen para quedar con los nietos en los días que no son de fiesta, cuando los papas van al cine, cuando van al teatro.

Los abuelos son criaturas que llegan tres horas más temprano en su presentación de danza, en su graduación, en su casamiento, porque quieren sentarse en un lugar donde puedan ver todo, sin perderse nada.

Ellos tienen la capacidad de fingir que no lo reconocen cuando está disfrazado para la fiesta de la escuela, solo para encontrar la gracia de la ingenuidad de ellos.

El abuelo es una persona especial que coloca en usted su chaqueta cuando el está con frio, le alimenta aunque el tenga hambre y procura ponerlo en la cama aunque el este cansado.

Los abuelos enmarcan el diseño que ha hecho y lo puso en un lugar prominente en su sala de estar.

Los abuelos son personas que lo ayudan con sus botones, lazos de zapatos y cremalleras, y no tienen ninguna prisa en verlo a usted crecer.

Cuando usted es un bebe, los abuelos van a ver si usted está llorando cuando está en su mejor sueño.

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Y cuando un nietecito dice: Abuela, ¿cómo puedes ser tan agradable y no tienen ningún hijo? - Ella disfraza y simula las ganas de llorar.

Los abuelos son padres y madres que se enojan. Solo que con más dulzura, aquella que por la edad, la madurez y el tiempo vivido les confiere.

* * *

Si usted goza de la suerte de tener abuelos a su lado, amelos.

Y si no los posee, ame a los abuelos de cualquier nieto, esas criaturas serenas que Dios mantiene en el mundo para testificar que amor con azúcar hace mucho bien para el alma de quien está reiniciando la vida, en este inmenso planeta de tantas luchas y dificultades.

Redacción Momento Espirita.

Traducido por: M. C. R