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El objeto del presente trabajo es recuperar del olvido y dar a conocer una pequeña colección de obras dise- ñadas por el Ingeniero Ildefonso Sánchez del Río y Pisón (q.e.p.d.), las cuales, a su vez, sirven para darle título al mismo. La exposición del trabajo, se divide fundamental- mente en dos capítulos: Comienza con «Las paraguas en el entorno ur- bano» donde se comentan los antecedentes, puntos de interés y una relación de los mis- mos, indicando su situación actual y la conve- niencia de la recuperación de uno de ellos. Continua con un «Estudio sobre el estado actual del lavadero de olloniego y soluciones a adoptar en orden a su recuperación total», el cual com- prende la «Organización de la estructura» y la «Metodología del diagnóstico previo», para posteriormente centrarse en los «Procesos pato- lógicos del hormigón por la acción del agua» y finalmente analizar su «Estado antes de la reha- bilitación» y formular una posible «Propuesta de rehabilitación» de la obra del asunto. Como el lector tendrá ocasión de comprobar en las páginas siguientes, un aspecto de gran interés, reside en la utilización de bóvedas ultradelgadas de fibroce- mento a modo de «tejas», en una tipología de cubier- ta totalmente original. Cuando los vuelos de una construcción alcanzan unas dimensiones notables, el peso propio adquiere una gran influencia, por lo que la utilización de grandes bovedillas de uralita de un centímetro de espesor, constituyó una solución racio- nal por su resistencia, ligereza y economía. Es en los Paraguas de Hormigón Armado concebidos por el Sr. Sánchez del Río, donde debutó este sistema, el cual dio lugar a la utilización posterior en otras de sus re- alizaciones, como son los andenes de siete metros del Mercado de Pola de Siero y la Tribuna de Preferen- cia del Campo de Fútbol de Oviedo, con respecto a esta última el Sr. Sánchez del Río llegó a afirmar que: «resultó económicamente factible la ejecución de un gran voladizo de 15 metros sin apoyos inter- medios». (Sánchez del Rio 1931) LOS PARAGUAS EN EL ENTORNO URBANO En la década de los años veinte, el Ayto. de Oviedo encarga al Sr. Sánchez del Río, el diseño de un lava- dero tipo para ser utilizado como reglamentario en el concejo, lo que dio lugar a la posterior construcción de cuatro paraguas de hormigón armado: Lavadero de Fuente de la Plata, situado en el barrio del mismo nombre en Oviedo. Lavadero de la Corredoria, ubicado a unos 4 km de Oviedo, en dirección a Gijón por la ca- rretera antigua. Lavadero de Olloniego, situado en el pueblo del mismo nombre, a unos 10 km de Oviedo, por la autovía de Campomanes. Los paraguas de hormigón armado del Principado de Asturias Luis Manuel Villa García Actas del Cuarto Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Cádiz, 27-29 enero 2005, ed. S. Huerta, Madrid: I. Juan de Herrera, SEdHC, Arquitectos de Cádiz, COAAT Cádiz, 2005.

Los paraguas de hormigón armado del Principado …El paraguas ha sido testigo, a lo largo del pasado Siglo XX, de la evolución de las costumbres en el modo de disfrutar de la noche

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El objeto del presente trabajo es recuperar del olvidoy dar a conocer una pequeña colección de obras dise-ñadas por el Ingeniero Ildefonso Sánchez del Río yPisón (q.e.p.d.), las cuales, a su vez, sirven para darletítulo al mismo.

La exposición del trabajo, se divide fundamental-mente en dos capítulos:

– Comienza con «Las paraguas en el entorno ur-bano» donde se comentan los antecedentes,puntos de interés y una relación de los mis-mos, indicando su situación actual y la conve-niencia de la recuperación de uno de ellos.

– Continua con un «Estudio sobre el estado actualdel lavadero de olloniego y soluciones a adoptaren orden a su recuperación total», el cual com-prende la «Organización de la estructura» y la«Metodología del diagnóstico previo», paraposteriormente centrarse en los «Procesos pato-lógicos del hormigón por la acción del agua» yfinalmente analizar su «Estado antes de la reha-bilitación» y formular una posible «Propuestade rehabilitación» de la obra del asunto.

Como el lector tendrá ocasión de comprobar en laspáginas siguientes, un aspecto de gran interés, resideen la utilización de bóvedas ultradelgadas de fibroce-mento a modo de «tejas», en una tipología de cubier-ta totalmente original. Cuando los vuelos de unaconstrucción alcanzan unas dimensiones notables, elpeso propio adquiere una gran influencia, por lo que

la utilización de grandes bovedillas de uralita de uncentímetro de espesor, constituyó una solución racio-nal por su resistencia, ligereza y economía. Es en losParaguas de Hormigón Armado concebidos por el Sr.Sánchez del Río, donde debutó este sistema, el cualdio lugar a la utilización posterior en otras de sus re-alizaciones, como son los andenes de siete metros delMercado de Pola de Siero y la Tribuna de Preferen-cia del Campo de Fútbol de Oviedo, con respecto aesta última el Sr. Sánchez del Río llegó a afirmarque: «resultó económicamente factible la ejecuciónde un gran voladizo de 15 metros sin apoyos inter-medios». (Sánchez del Rio 1931)

LOS PARAGUAS EN EL ENTORNO URBANO

En la década de los años veinte, el Ayto. de Oviedoencarga al Sr. Sánchez del Río, el diseño de un lava-dero tipo para ser utilizado como reglamentario en elconcejo, lo que dio lugar a la posterior construcciónde cuatro paraguas de hormigón armado:

– Lavadero de Fuente de la Plata, situado en elbarrio del mismo nombre en Oviedo.

– Lavadero de la Corredoria, ubicado a unos 4km de Oviedo, en dirección a Gijón por la ca-rretera antigua.

– Lavadero de Olloniego, situado en el pueblodel mismo nombre, a unos 10 km de Oviedo,por la autovía de Campomanes.

Los paraguas de hormigón armado del Principado deAsturias

Luis Manuel Villa García

Actas del Cuarto Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Cádiz, 27-29 enero 2005, ed. S. Huerta, Madrid: I. Juan de Herrera, SEdHC, Arquitectos de Cádiz, COAAT Cádiz, 2005.

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– Paraguas «de la Leche», en Oviedo, ubicadoen la denominada actualmente Plaza del Para-guas.

Durante los años de estancia en nuestra región, eldestacado técnico percibe —evidentemente por nece-sidad— la útil y acogedora forma del paraguas frentea las inclemencias atmosféricas, y escribe:

Siendo el paraguas el símbolo de la cubierta, una de lasmuchas aplicaciones que puede tener tan lógica y cándi-da disposición es la de cubrir los pequeños lavaderos ru-rales (en un ayuntamiento hay que proyectar de todo),que se construyen ya circulares, puesto que ninguna ra-zón existe para hacerlos rectangulares, que adolecen delos inconvenientes de la pérdida de espacios en las esqui-nas. Del centro del vaso, emerge el paraguas protector.(Sánchez del Rio 1931)

La originalidad de estos diseños se puede apreciaren las fotografías y dibujos siguientes.

Estos elementos arquitectónicos poseen un graninterés desde diversos puntos de vista:

– por la ingeniosa y temprana (atendiendo a laépoca de su construcción) utilización del hor-migón armado y de las grandes tejas de uralita.

– por su diseño más racional frente a los anti-guos lavaderos de planta cuadrada rectangular,tradicionales en la arquitectura rural asturiana,en una época en la que los lavaderos formabanparte de los equipamientos sanitarios con losque debía contar un barrio o grupo de casas.

Las zonas de ubicación de estos paraguas se hanconvertido en puntos singulares destacados del muni-cipio ovetense, indispensables en su historia recientey en su paisaje urbano; tanto es así que han continua-do conservando sus antiguos nombres.

Actualmente, las funciones originales que dieronlugar a su construcción pueden considerarse perdidasa pesar de que —en el caso del ubicado en Ollonie-go— se mantienen las instalaciones de agua potableen funcionamiento y los lugareños continúan hacien-do uso ocasional del mismo.

Estas obras, que ya forman parte de la historia deAsturias, debido al tiempo transcurrido y a la faltade conservación se habían ido deteriorando progresi-vamente, lo que dio a lugar en el caso de los corres-pondientes a la Corredoria y al de la Plaza del Fon-

tán —en la actualidad Plaza del Paraguas— a su re-habilitación.

No han corrido la misma suerte el Lavadero deFuente de la Plata, el cual ha sido demolido y el La-vadero de Olloniego, que en la actualidad sufre ungran deterioro y abandono.

El Paraguas de la «Leche», de Oviedo

A finales de la década de los años veinte, el equipodel Ingeniero Sánchez del Río, recibió el encargo deproyectar una cubierta en la Plaza del Fontán —hoyen día denominada Plaza del Paraguas— en Oviedo.Su finalidad era la creación de un pequeño mercado,destinado exclusivamente a la venta de leche; dispo-niendo para tales fines de unos recursos económicosde cuatro mil pesetas de las de aquella época.

Una vez analizado el problema, el Ingeniero Sán-chez del Río encontró una solución de compromisoentre las funciones esperadas de la obra, las citadasdisponibilidades económicas y sin lugar a duda, laestética; conviniendo que la solución mas apropiadapara tapar a las lecheras era un paraguas. Dando asílugar, a la construcción del mayor y más bonito, dela familia de los Paraguas de Hormigón Armado delPrincipado de Asturias, que son objeto del presentetrabajo (foto 1).

Como el lector puede apreciar, este paraguas care-ce de varillas-tornapuntas (foto 2), lo cual, en los

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Foto 1Vista de El Paraguas «de la Leche», de Oviedo. La fotogra-fía permite apreciar la sencillez formal de la estructura, asícomo la gran superficie que cobija

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años inmediatamente posteriores a su construccióndio lugar a comentarios —que el mismo Sánchez delRío calificó como— pintorescos, pues los lugareñosafirmaban que tenía que cerrarse y que el viento teníaque volverlo... Sin embargo, más de ochenta años so-portando fuertes temporales confirman la eficacia desu diseño.

El paraguas ha sido testigo, a lo largo del pasadoSiglo XX, de la evolución de las costumbres en elmodo de disfrutar de la noche ovetense.

En su entorno se ubicaron conocidas tabernas,como: Tigre Juan, Casa María, Cechini, La Regenta,etc. por las que pasaron prácticamente toda la Gene-ración Poética del 50, además de hacer presencia porel lugar, otros rostros muy conocidos, como: AntonioGala, Carlos Barral, Gil de Biedma, José AgustínGoytisolo, Paco Brines, Caballero Bonald, Paco Iba-ñez, Iturralde, María del Mar Bonet, Garci, Juan Die-go, Julio Anguita, Xabier Ribalta, Eduardo Punset,Pinto Balcemao, etc.

Los políticos eran los primeros que estaban predis-puestos a este calor de rondas nocturnas. En el entor-no del paraguas, se mezclaban, concejales, diputadosy sindicalistas de todas las gamas.

Pero, volviendo a la estructura del paraguas quenos ocupa, la cubierta del mismo está constituida por

bovedillas de uralita de un centímetro de espesor,material adoptado en orden a su economía, resisten-cia y ligereza al que el Sr. Sánchez del Río, confiereun sin fin de aplicaciones como se puede apreciar enel historial de su obra.

Evidentemente, a la estructura del paraguas se lasometió a diferentes pruebas de carga, con respecto alas mismas, el Ingeniero Sánchez del Río comentaque:

Aquellas consistieron en colgar pesos de las extremida-des de las varillas correspondientes a medio paraguas, si-guiendo con dos flexímetros las deformaciones habidas.Esta prueba como se comprenderá es la más desfavora-ble para la estructura. Se colocaron primeramente sacosde 60 kg con lo cual se obtuvieron flechas máximas posi-tivas y negativas sensiblemente iguales con relación aldiámetro de separación de la zona cargada. La flechamáxima fue de 5 mm. A continuación se puso un sacomás por varilla, es decir, un peso de 120 kg. La flechamáxima obtenida resultó ser de 8,5 mm, perfectamenteadmisible. En todo momento pudo comprobarse el exce-lente estado elástico de la estructura, recobrando con os-cilaciones de 0,5 mm su posición primitiva.Esta prueba se dio por convincente, pues la acción delviento, dadas las condiciones del lugar de emplazamien-to, nunca podría originar esfuerzos superiores a los de laprueba. Sin embargo, quisimos todavía someter el para-guas a un postrer suplicio, aún más refinado, que losagentes naturales difícilmente podrían conseguir: el desometer a fuerte torsión el pie. Basto el esfuerzo de unhombre ejerciendo una presión tangencial sobre el extre-mo de una varilla, procurando hábilmente acompasar susmovimientos con los de oscilación de la estructura, lle-gando a obtener desplazamientos circunferenciales de 30mm en dichas extremidades, siendo perfectamente apre-ciable a simple vista la torsión del pie.Esto confirma lo que desde luego todos estamos cansa-dos de saber: el admirable comportamiento elástico delhormigón armado; aunque si, rara vez puesto de mani-fiesto y visto tan palpablemente como en el caso presen-te. Ver para creer... (Sánchez del Río 1931)

El Lavadero de la Corredoria

Está situado a unos 4 km de Oviedo, en dirección aGijón por la carretera antigua, concretamente en lazona de Lugones (foto 3).

Este paraguas, fue uno de los diseñados con elpropósito de atechar a las lavaderas, que acudían alavar la ropa, en la fuente de su base.

Los paraguas de hormigón armado del Principado de Asturias 1079

Foto 2Entramado de la estructura portante, formado por dos vigasriostras circulares y las varillas que irradian desde la coro-nación del fuste

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Como se puede apreciar en la fotografía 4, su esta-do de conservación es óptimo, después de haber sidosometido —años atrás— a una profunda rehabilita-ción, que ha permitido su recuperación total.

El Lavadero de Olloniego

Se encuentra situado en el pueblo del mismo nombre,a unos 10 km de Oviedo por la Autovía de Campo-manes (foto 5).

Con fecha de 2 de mayo de 1998, la Sección dePatrimonio del Principado de Asturias, informó queel mal estado en que se encontraban los lavaderospúblicos de Olloniego, Fuente de la Plata y La Corre-doria hacía aconsejable su rehabilitación urgente. Sinembargo, a pesar del tiempo transcurrido y de la gra-vedad de los daños de los mismos, tan solo ha sidorehabilitado el de La Corredoria, mientras que en elParaguas de Fuente de la Plata —debido al acentua-miento de sus lesiones a lo largo del tiempo— se haproducido su ruina definitiva.

Los años transcurridos desde la citada fecha, asícomo la intensa humedad ambiente, han incrementa-do el deterioro del lavadero de Olloniego, en el quesu estado actual se puede comprobar en la —ya men-cionada— foto 5 y en la 6.

En los alrededores inmediatos del mismo, se en-cuentra un colegio y algún edificio de varias plantaspendiente de estrenar. En la mitad sur delimitada porel lavadero, se encuentran ubicados edificios anti-guos de dos plantas cuyos tejados y fachadas presen-tan un estado excelente y sus calles peatonales re-cientemente adoquinadas, constituyen un entornomuy bonito.

A la vista de lo citado, parece conveniente la recu-peración de está obra singular del Municipio deOlloniego, no ya solo por la importancia en si de lamisma y de la conservación del patrimonio arquitec-

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Foto 3Vista del Lavadero de la Corredoria, en la que se distingueal fondo, la fuente que en épocas pasadas le servía de abas-tecimiento

Foto 4Otra vista del lavadero de la Corredoria; con anterioridad asu rehabilitación, el mástil llegó a estar sujeto únicamentepor las armaduras longitudinales del mismo. Esta foto de laestructura portante del paraguas, da idea por si sola del ex-celente trabajo realizado.

Foto 5Lavadero de Olloniego, con su muro de cobertura lateral.

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tónico, sino por la integración de este lavadero y laparcela en la que se encuentra ubicado, como un pe-queño parque para el disfrute de los vecinos del ba-rrio.

ESTUDIO SOBRE EL ESTADO ACTUAL DEL LAVADERO

DE OLLONIEGO Y SOLUCIONES A ADOPTAR EN ORDEN

A SU RECUPERACIÓN TOTAL

El presente trabajo continúa con el estudio citado,que comprende la Organización de la estructura y laMetodología del diagnóstico previo, para posterior-mente centrarse en los Procesos patológicos del hor-migón por la acción del agua y finalmente analizar suEstado antes de la rehabilitación y formular una posi-ble Propuesta de rehabilitación de la obra.

Organización de la estructura

La estructura está resuelta con un soporte central «a»de sección exagonal variable empotrado en la cimen-tación y coronado por un capitel «b» del que irradianveinte voladizos a modo de «varillas», enlazados en-tre sí por una viga riostra circular «c» de seccióncuadrada, que divide en dos piezas «d» y «e» las ci-tadas varillas (fig. 1).

La cobertura o «tela» se ha solucionado con bove-dillas de fibrocemento de dos tipos: unas centrales

«f» de planta triangular y otras perimetrales «g» deplanta trapecial (fig. 1). Ambas se disponen atornilla-das a las varillas a lo largo del canalón que confor-man sobre aquellas (fig. 2).

Metodología del diagnóstico previo

La enfermedad de un ser vivo o de una construcciónsigue un proceso patológico, cuyo origen es un mal,que posteriormente evoluciona y se manifiesta a tra-

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Foto 6En esta fotografía, se pueden observar los severos dañosproducidos por la carbonatación sobre algunas varillas

Figura 1

Figura 2Detalle de disposición y unión de bovedillas sobre varillas

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vés de unos síntomas y que, de no atajarse a tiempo,termina en unas lesiones. El proceso descrito, se hasintetizado en la figura 3.

Aparecidas estas, o mejor detectadas aquellas, elpatólogo se afana:

1º) En la patología o estudio patológico. siguien-do un proceso inverso al anterior estudia lanaturaleza de la enfermedad: es decir, a partirde las lesiones y de los síntomas, trata de co-nocer el origen del mal (fig. 4).

2º) una vez determinadas las causas, califica laenfermedad, o lo que es igual, emite el diag-nóstico.

3º) por último, aplica el remedio para su trata-miento o terapéutica. esta última puede ser deorden curativa cuando se refiere a una cons-trucción afectada, y preventiva si se trata depreceptos para evitar la aparición del mal.

Las citadas fases se han consignado en la figura 5.

Procesos patológicos del hormigón por la acción del agua

El agente agresor fundamental en la obra del asunto,es sin lugar a dudas el agua: principal causante de lahumedad en el hormigón armado de la estructura delparaguas.

El hormigón bien dosificado y puesto en obra, esun material resistente al agua exterior. Sin embargo,en sus paramentos pueden manifestarse manchas deóxido, o bien roturas por las tensiones internas debi-das a la corrosión.

Inicialmente se deben a la carbonatación del hidró-xido cálcico por la acción del agua exterior combina-da con el anhídrido carbónico y, posteriormente, a lacorrosión de las armaduras.

A continuación, se detallan los procesos más nota-bles y las consiguientes lesiones que se aprecian enel hormigón armado de la obra del asunto, al ser ata-cada por el agua exterior, así como la influencia de lafisuración y la porosidad en el proceso final de la co-rrosión.

Procesos debidos a humedades en atmósferas con-taminadas (carbonatación)

Las armaduras de un hormigón recién puesto enobra están protegidas frente a riesgos de oxidaciónpor el recubrimiento y por la presencia del hidróxidode calcio (fig. 6). Y así continuaran, de forma establesi, a través de sus poros, no penetrase la humedadambiental contaminada con anhídrido carbónico. Seproduce entonces la reacción:

H2O + CO2 → CO3H2

CO3H2 + Ca(OH)2 → CO3Ca + 2 H2O

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PROCESO PATOLÓGICO

ORIGEN EVOLUCIÓN SÍNTOMAS LESIONES

Figura 3

ESTUDIO PATOLÓGICO O PATOLOGÍA

ORIGEN EVOLUCIÓN SÍNTOMAS LESIONES

Figura 4

ESTUDIO PATOLÓGICO

DIAGNÓSTICO

TERAPÉUTICA

CURATIVAPREVENTIVA

Figura 5 Figura 6

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por la que el hidróxido cálcico se transforma en car-bonato, disminuyendo la alcalinidad desde un pH =12 ó 13 a otro de valor pH = 9 ó 9’5. Ocurre enton-ces que la alcalinidad ya no es suficiente para prote-ger la armadura comenzando la oxidación (fig. 7).

El avance de la carbonatación es función de la hu-medad relativa del aire, de la proporción de CO2 y dela porosidad según la expresión: p = K · ���T, donde:

– p: profundidad de la carbonatación en cm.– T: tiempo en años– K: un coeficiente que depende de la calidad del

hormigón. Se estima que para hormigones co-rrientes y buenos vale respectivamente 0,5 y 0,2.

En el ejemplo de la figura 8, se pretende hacer én-fasis sobre la importancia de conseguir hormigonescompactos y mantener los recubrimientos. En el mis-mo, se calcula el tiempo de carbonatación de un hor-migón corriente y de otro bueno, para recubrimientosde 1 y 2 centímetros.

La zona carbonatada se determina aplicando alhormigón una solución alcohólica de fenoltaleína al1,5 ó 2 % con adición de un 5 a 10 % de agua desti-lada. Las zonas con un pH = 10 dan una tonalidadroja oscura.

Fisuración

Las causas que pueden fisurar y agrietar el hormigónson muy variadas. El problema se debe a que, a tra-

vés de las fisuras penetra el agua ( en forma de vaporo líquido) y los gases nocivos, dando lugar a ácidos(sulfúrico, nítrico o clorhídrico) que atacan directa-mente a las armaduras. Las grietas ponen en contactodirecto a las armaduras con los agentes agresoresacelerando y agravando el proceso de corrosión.

Porosidad

También la porosidad es consustancial con el hormi-gón ya que, para el proceso de fraguado, se necesitala presencia de agua. Una parte de ella (∼ 60 %) cris-taliza formando parte del propio hormigón, y la otra(∼ 40 %) queda ocluida formando poros al evaporar-se. De aquí el interés en rebajar la relación agua ce-mento a fin de disminuir la cantidad de agua, la nece-sidad de la vibración para eliminar aire ocluido, y elque los poros sean lo más pequeños y repartidos po-sible. La existencia de poros continuos, y no digamoscoqueras, facilitan y aceleran el ataque de los agentesagresores.

Los paraguas de hormigón armado del Principado de Asturias 1083

Figura 7

EJEMPLO

Determinar la llegada de la carbonatación a las armadu-ras de dos hormigones, uno corriente y otro bueno, pararecubrimientos en sus armaduras de p = 1 y p = 2 cm.

p2

De la expresión anterior, se deduce que: T = ——K2

Con recubrimientos de p = 1 cm, se tiene que para:

1a) Hormigón corriente: T = ———= 4 años

0,52

1b) Hormigón bueno: T = ———= 25 años

0,22

Con recubrimientos de p = 2 cm, los tiempos anterio-res se incrementan en:

22

a) Hormigón corriente: T = ———= 16 años0,52

22

b) Hormigón bueno: T = ———= 100 años0,22

Figura 8

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Corrosión de las armaduras

La corrosión es el proceso químico o electroquímicopor el que el hierro se separa del acero transformán-dose inicialmente en hidróxido de hierro:

2 Fe + 2 CO2 + 2 H2O → 2 (HCO3)2 Fe + O2

y después en óxido de hierro hidratado y agua:

Fe 2 (HCO3)2 + O2 → Fe2O3 + 2 H2O + 4 CO2

El mecanismo de transformación es el siguiente,cuando el recubrimiento de las armaduras es insufi-ciente para protegerlas del proceso de carbonataciónvisto anteriormente, el acero se encuentra en un am-biente ácido que provoca la oxidación. El consi-guiente aumento de volumen genera tracciones inter-nas que, inicialmente, fisuran el hormigón (fig. 9)permitiendo la entrada de la atmósfera agresiva (an-hídridos sulfurosos, vapores de la combustión de car-burantes, etc.) que aceleran el ataque y que finalmen-te lo disgregan (fig. 10).

El proceso puede ser de origen químico, cuando elacero entra en contacto con el aire o con el agua. Ytambién electroquímico, al coincidir una diferenciade potencial (corrientes accidentales, diferente com-posición de las armaduras, etc.) con la presencia deun electrolito (agua en presencia de anhídrido carbó-nico). La diferencia de potencial (electrones) separalos iones ferrosos del acero (ánodo) y los transporta ala superficie (cátodo), transformándolo en óxido dehierro y agua, que se encarga de continuar el procesohasta que desaparece aquél.

La corrosión puede presentarse inicialmente enforma de picaduras con valores del pH = 10’5 ó 10por la presencia de iones SO2 ó Cl. A partir de pH =8,8 ó 8,9 aparece la corrosión superficial.

Estado antes de la rehabilitación

Los procesos patológicos, que se observan en la es-tructura de hormigón armado del paraguas, son debi-dos a la acción del agua.

Como se puede apreciar en las fotografías, la tota-lidad de la cubierta y parte de la estructura portante,están cubiertas de musgos y líquenes, cuyo creci-miento se ve favorecido por la geografía del entornode Olloniego, rodeada de montañas, razón por la queel número de horas de sol son menores (foto 7).

El soporte central se encuentra en buen estado,aunque castigado por la humedad en su base, como

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Figura 9

Figura 10

Foto 7Lavadero de Olloniego. Se puede apreciar una porción delvaso, situado en el contorno de su base.

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consecuencia de la contención del agua para las ope-raciones de lavado (foto 8).

El estado del capitel que corona el soporte, vigariostra circular y las varillas centrales que unen am-bos, es bastante bueno (foto 9).

Al menos nueve de las varillas exteriores precisanser reparadas. En las mismas se pueden apreciar suscorrespondientes redondos al descubierto, como con-secuencia de una carbonatación severa, lo que haprovocado la disgregación de parte de la masa dehormigón y la posterior corrosión de las armaduras,al quedar estas al descubierto (fotos 10 y 11).

En cuanto a las bovedillas, precisan ser sustituidas3 de las exteriores y 2 de las interiores.

Propuesta de rehabilitación

Las fases de que consta la rehabilitación que se pro-pone son las siguientes:

a) Desmontaje de las bovedillasb) Descarga de la estructurac) Sustitución del hormigón deterioradod) Limpieza, reparación y refuerzo de las armadurase) Hormigonadof) Retejado

Los paraguas de hormigón armado del Principado de Asturias 1085

Foto 8Empotramiento del mástil en la base, castigado por la hu-medad

Foto 9Tanto la viga riostra, como las varillas centrales (que enla-zan el capitel con la viga citada), se encuentran libres decarbonatación.

Foto 10Disgregación de la masa de hormigón en las varillas de lacobertura, debido a una carbonatación severa.

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Desmontaje de las bovedillas

En primer lugar deben desmontarse las bovedillasdeterioradas, así como las situadas sobre varillas quehan de rehabilitarse y las contiguas a ambas, ya queexiste solapo en la unión atornillada.

Descarga de la estructura

A pesar de que tanto el fuste como las varillas cen-trales «d» están en buen estado, si al picar el hormi-gón desagregado de las piezas «e», se produjeran vi-braciones y movimientos excesivos, sería necesarioapuntalar ligeramente el «paraguas» bajo la viga pe-rimetral y sobre el antepecho del lavadero como sepuede apreciar en la figura 11.

Una vez inmovilizada —en su caso— la estructuradel «paraguas», a fin de reestructurar las varillas envoladizo «e», es recomendable apear con tablonesdel mismo ancho que aquellas, a fin de facilitar pos-teriormente la aplicación del relleno como se puedeobservar en la figura 12.

Sustitución del hormigón deteriorado

Debe procederse a la demolición del hormigón dete-riorado y al descubrimiento de las armaduras para suposterior tratamiento.

La retirada del hormigón defectuoso debe alcanzarhasta el conglomerante en buen estado, ya que, encaso contrario, se facilitará la posibilidad de un nue-vo ataque al tiempo que se dificulta la adherencia en-tre los hormigones antiguo y nuevo.

Limpieza, reparación y refuerzo de las armaduras

La ruptura de la continuidad del proceso de corrosiónse obtiene tratando las armaduras con chorro de are-na hasta dejar la superficie con brillo metálico.

Si la disminución de la sección de la armadura—como consecuencia de su corrosión y limpieza—es apreciable, puede ser necesario suplementar connuevos redondos.

En el caso de que la zona afectada corresponde ala armadura de tracción de las «varillas» «e» en suunión con la viga riostra, puede ser necesario —se-gún el caso— abrir una acanaladura para alojar enella el redondo de continuidad.

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Foto 11Otra vista de una de las varillas —que conserva intactas lasbovedillas de su cobertura— atacada por la carbonatación.Se puede observar la oxidación en la armadura longitudinaly transversal al descubierto.

Figura 11

Figura 12

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Hormigonado

Una vez limpia la superficie de contacto, se reco-mienda la utilización de un hormigón aglomeradocon resina, a fin de garantizar tanto su proteccióncomo la unión entre hormigones antiguos y nuevo. Atal efecto, y para evitar «incompatibilidades», lacomposición del nuevo debe ajustarse lo más posiblea la del conglomerante existente en tipo y tamaño delárido, dosificación y relación agua cemento.

Su puesta en obra se realizará con paleta, como seindica en la figura 12. Por razones estéticas se hacenecesario igualar también la textura exterior.

Retejado

La rehabilitación de la cubierta concluye con la lim-pieza de las bovedillas existentes, y la colocación delas desmontadas o sustituidas. Su unión con las vari-llas se realizará por atornillados a través de «spits».En las varillas rehabilitadas los espárragos se embe-ben en el hormigón fresco.

Finalmente, mencionar —con el único ánimo dedestacar su idoneidad— que la metodología desarro-llada en esta propuesta de rehabilitación, ha sido uti-lizada en la reparación del Lavadero de la Corredoriacon indudable éxito, como el lector puede comprobaral observar las fotografías del mismo.

VERIFICACIÓN DEL DIMENSIONAMIENTO

Como colofón a lo expuesto anteriormente, a conti-nuación se va a desarrollar la verificación del dimen-sionado del Lavadero de Olloniego, tanto en E.L.S.,como en E.L.U. pero atendiendo, exclusivamente, alas tensiones normales en las secciones rectas de lasvarillas, las cuales —a simple vista de la geometríadel paraguas— se presumen como los elementos mássolicitados.

Para la resolución de la estructura se utiliza unprograma informático comercial para el cálculo deestructuras de barras, planas y tridimensionales, elcual posee un módulo de análisis y dimensionamien-to de secciones de hormigón armado y pretensado.

El esqueleto portante de hormigón armado, se cal-cula sometido a las acciones del peso propio, nieve yviento.

El peso propio se introduce como una carga volu-métrica, es decir, a partir del peso específico del hor-migón armado, el mismo programa de cálculo lotransforma en una carga lineal vertical al multiplicar-lo por el área de la sección considerada.

La sobrecarga de nieve se aplica sobre las varillas dela cobertura, distribuyendo sobre cada una de ellas unacarga longitudinal triangular (correspondiente a cadauna de los 20 sectores en que queda dividida la superfi-cie cubierta por las varillas), cuyo vértice —de valornulo— coincide con la vertical del fuste del paraguas.

Debido a que la pendiente de la cubierta es muy re-ducida, no son de temer efectos de succión y única-mente se tiene en cuenta la acción del viento a barlo-vento, exclusivamente (fig. 13). Al igual que en elcaso anterior, se consideran cargas triangulares encada varilla correspondientes cada uno de los sectoresque determinan en planta, con la salvedad de que ladirección de estas cargas, es perpendicular a la super-ficie que cubren y no vertical como en el caso de lanieve. Asimismo, dado que la superficie de la cubier-ta no está contenida en un plano, sino que es cónica,la acción del viento será máxima en la generatriz deesta superficie cónica (varilla del paraguas) que estécontenida en un plano vertical que a su vez contengala dirección del viento. En las restantes varillas, estasolicitación irá disminuyendo progresivamente, hastallegar a anularse en las que forman un ángulo rectocon el citado plano vertical que contiene la direccióndel viento; esta variación se supone lineal (fig. 14).

Los paraguas de hormigón armado del Principado de Asturias 1087

Figura 13

Figura 14AB: generatriz citada que se considera soporta la carga má-xima

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A continuación se muestran los resultados del cál-culo; en la gráfica correspondiente a la deformada(fig. 15) se puede apreciar que la deformación verti-cal de la varilla más cargada es de 13 mm, con lo quela relación luz/flecha es de L/f = 400/1,3 = 308, valormás que aceptable a efectos de E.L.S. para el uso dela estructura.

En las figuras 16, 17 y 18, se representan en unaperspectiva parcial, los resultados de la comproba-ción de tensiones normales en secciones rectas de al-gunos elementos de la cubierta, como son la varillamás solicitada y uno de los segmentos de viga riostrasolidarios a la misma, así como el fuste del paraguas.A la vista de los resultados de las tensiones normales

de diseño, obtenidas en las secciones rectas de lasvarillas, se estima que —atendiendo a la época deconstrucción de la presente obra— las tensiones ad-misibles de los materiales empleados, tanto en el hor-migón como en el acero, ofrecen todavía un margende seguridad a todas luces suficiente, lo que unido aunas deformaciones máximas totalmente tolerables,permite dar por bueno el dimensionado.

LISTA DE REFERENCIAS

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1088 L. M. Villa

Figura 15Deformada del esqueleto portante

Figura 16Tensión borde inferior, máx: –54.2 kp/cm2

Figura 17Tensiones en la armadura superior, máx: 1360 kp/cm2

Figura 18Tensiones en la armadura inferior, máx: –278 kp/cm2.

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