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LOS PROTOZOOS 1. Morfología 2. Los protozoos como parásitos del hombre 3. Nutrición 4. Reproducción 5. Enquistamiento 6. Estructura antigénica 7. Visualización, cultivo e identificación 8. Protozoos de interés médico 9. Otros protozoos de interés médico

Los Protozoarios

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Morfología Los protozoos como parásitos del hombre Nutrición Reproducción Enquistamiento Estructura antigénica Visualización, cultivo e identificación Protozoos de interés médico Otros protozoos de interés médico

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Page 1: Los Protozoarios

LOS PROTOZOOS

1. Morfología

2. Los protozoos como parásitos del hombre

3. Nutrición

4. Reproducción

5. Enquistamiento

6. Estructura antigénica

7. Visualización, cultivo e identificación

8. Protozoos de interés médico

9. Otros protozoos de interés médico

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Los protozoos

Los protozoos son microorganismos unicelulares, eucariotas, caracterizados

por carecer de pared celular, ser móviles en alguna de sus fases evolutivas y

presentar nutrición heterótrofa.

Adaptados originariamente a un hábitat acuático, muchos protozoos son de

vida libre; pero otros son simbiontes obligados de los animales, incluyendo al

hombre. La adaptación a su hospedador condiciona importantes modificaciones

morfológicas y del tipo de nutrición de los diversos protozoos en relación a sus

homólogos de vida libre. Algunos requieren necesariamente varios

hospedadores para completar su ciclo vital pudiendo presentar en cada uno de

ellos una morfología, metabolismo y tipo de reproducción diferentes.

Su tamaño es variable oscilando entre los 3 y 100 µm. Poseen las estructura

propias de las células eucariotas. Carecen de pared celular, aunque algunos

protozoos de vida libre forman un exoesqueleto1 y, los de vida parasitaria,

cuando se transmiten a través del medio libre, se rodean transitoriamente de

una cubierta quística de resistencia. Los flagelos y cilios poseen la estructura

característica de los de las células eucariotas.

Su nutrición es heterótrofa. Utilizan la glucosa a través de la glucólisis

anaerobia y diversas vías del metabolismo aerobio entre ellas el ciclo de Krebs.

Se reproducen asexualmente, por división simple o múltiple, que en algunos

grupos alterna con fases de reproducción sexual. El huésped en el que tiene

lugar la reproducción sexual se denomina definitivo, y aquel en que se produce

la reproducción asexual, intermediario.

Los protozoos se han clasificado basándose fundamentalmente en su

morfología y en particular en los órganos de locomoción. Los parásitos del

hombre pertenecen a los siguientes grupos: amebas (Sacordina), ciliados

(Ciliophora), flagelados (Mastigophora), apicomplexa (Apicomplexa) y

microsporidios (Microsporidia).

1 Como los foraminíferos y radiolarios

Page 3: Los Protozoarios

2

Los protozoos pueden visualizarse fácilmente mediante el microscopio óptico,

bien sea en fresco o tras tinciones específicas y presentan en general

suficientes diferencias morfológicas como para poder ser identificados a nivel

de género o especie.

Muchos protozoos de interés médico se pueden cultivar en medios artificiales o

en líneas celulares, pero esta técnica es poco utilizada con fines diagnósticos

en medicina.

1. Morfología

Los protozoos son microorganismos unicelulares, eucariotas, carentes de

pared y móviles.

Desde el punto de vista ultraestructural presentan los elementos característicos

de las células eucariotas. Poseen un citoplasma limitado por una membrana

celular que interviene en el transporte de nutrientes y en la osmorregulación,

dada la ausencia de pared rígida osmoprotectora. En el citoplasma puede

observarse el núcleo celular propio de las células eucariotas, así como túbulos,

filamentos, retículo endoplásmico, aparato de Golgi, ribosomas, mitocondrias2 y

material de reserva nutritivo, formado por glucógeno o proteínas, que presentan

formas particulares (cuerpos cromatoides). Asimismo poseen cilios o flagelos

como órganos de locomoción, característicos de las células eucariotas, bien

diferenciados en su ultraestructura de los de las células procariotas. Algunas

células protozoarias poseen una estructura global de gran complejidad que les

asemeja realmente a “pequeños animales”.

Los protozoos poseen un tamaño entre 3 y 100 µm por lo que pueden

observarse al microscopio óptico, en fresco o tras diversas tinciones. Su

tamaño y morfología, es muy variable de un grupo a otro y aún dentro de una

misma especie varía en los diferentes estadios de su ciclo vital.

De hecho todos los protozoos que se transmiten entre sus hospedadores a

través del medio ambiente, adquieren una forma resistencia denominada

2 Algunos protozoos parásitos del tubo digestivo, en el que existe una atmósfera anaerobia

carecen de ellas (Giardia o Entamoeba)

Page 4: Los Protozoarios

3

quiste, morfológicamente diferente de las formas parasitarias vegetativas,

activas, denominadas trofozoitos.

Las diferencias morfológicas y sobre todo los órganos de locomoción así como

la reproducción sexual han constituido elementos decisivos para su

clasificación.

Es muy importante señalar que la clasificación de seres unicelulares sin

reproducción sexual, basada únicamente en la morfología, puede conducir a

errores, asignando a una única especie microorganismos que pertenecen a

especies diferentes o al revés. Este hecho tiene gran importancia en el estudio

de la patogenicidad y la epidemiología de algunos protozoos como las amebas

y las leishmanias.

Los grupos de protozoos en los que existen parásitos humanos son: sacordina

(amebas), ciliados, flagelados, apicomplexa y microsporidios.

Dentro de los sarcodina sólo en los amébidos se encuentran parásitos del

hombre. Se caracterizan por presentar un tamaño entre 10 y 30 µm y una

morfología irregularmente esferoidal, abollanada, ameboide, como

consecuencia de la emisión de pseudópodos mediante los que se mueven y

fagocitan; poseen un núcleo cuya morfología característica permite, junto al

tamaño de la célula y los diversos elementos e inclusiones citoplasmáticas,

identificar las diferentes especies de amebas.

Forman quisten esféricos, de tamaño algo menor que la forma vegetativa, con

pared refringente y núcleos con morfología característica (Figura 1).

Los ciliados presentan una forma ovalada, con cilios en su superficie. Poseen

un citoplasma o “boca” celular para la ingestión de partículas sólidas y

característicamente presentan dos núcleos, un macronúcleo y un micronúcleo.

En este grupo existen numerosísimas especies de vida libre y parásitas pero

sólo una patógena para el hombre3 (Figura 2).

En los flagelados la morfología y tamaño celular varia según el lugar de

parasitación pudiendo ser esféricos, piriformes o fusiformes, pero todos se

3 Balantidium coli

Page 5: Los Protozoarios

4

caracterizan por presentar flagelos como elementos de locomoción. Los

flagelos suelen presentar en su base de implantación un corpúsculo visible

denominado cinetoplasto, que es una mitocondria y la estructura flagelar puede

completarse formando una membrana ondulante (Figura 3). Los flagelados que

son parásitos intracelulares pierden el flagelo al alcanzar esa localización y

poseen menor tamaño que los extracelulares.

Los apicomplexa son un grupo heterogéneo de protozoos todos los cuales son

parásitos de localización intracelular y por tanto de tamaño pequeño 3-10 µm.

Carecen de órganos de locomoción y se definen por la posesión de una

estructura apical adaptada a la penetración intracelular que no es visualizable

mediante el microscopio óptico, pero cuya complejidad estructural puede

observarse por microscopía electrónica. Presentan una fase de reproducción

asexual y otra sexual, por lo que pueden estar como trofozoitos, como gametos

o como zigoto y en cada uno de estos estadios presentan una morfología

particular (Figura 4).

Los microsporidios son pequeños parásitos intracelulares. Se les considera

organismos eucariotas primitivos, puesto que carecen de mitocondrias,

peroxisomas, aparato de Golgi y otros orgánulos típicos de los eucariotas. Se

caracterizan por la estructura de sus esporas, que poseen un complejo

mecanismo de extrusión celular (túbulo polar) utilizado para inyectar material

infeccioso (ergastoplasma) en las células huésped (Figura 5). Hasta ahora se

han descrito cinco géneros de microsporidios en los humanos y sólo uno de

ellos, Enterocytozoon, es exclusivo del hombre. Los demás tienen una amplia

gama de huéspedes entre los animales invertebrados y vertebrados.

2. Los protozoos como parásitos del hombre

De los protozoos simbiontes con el hombre, las amebas, los ciliados y algunos

flagelados se localizan, según la especie, en la superficie de la mucosa del

tubo digestivo, o en la de la vagina y uretra. Estos protozoos simbiontes en las

cavidades abiertas y siempre de localización extracelular, requieren un solo tipo

Page 6: Los Protozoarios

5

de huésped4, siendo por tanto monoxenos y se transmiten de persona a

persona a través del medio o por contacto directo.

No presentan modificaciones morfológicas significativas en su estadio

vegetativo, trofozoico, aunque todos ellos forman quistes para su transmisión

excepto el flagelado tricomonas, que es el único protozoo que parasita la

vagina y uretra y se transmite por contacto sexual directo (Figura 6).

Otros protozoos parasitan los órganos y tejidos profundos del hombre

incluyendo la sangre –como algunos flagelados y los apicomplexa–

desarrollando ciclos vitales complejos, generalmente en dos hospedadores de

los que el parásito es estrictamente dependiente, siendo por tanto

heteróxenos5.

La transmisión entre los hospedadores se hace 1) a través de artrópodos que

son a la vez hospedador y vector6 o 2) a través del medio libre, en este último

caso también se desarrollan formas quísticas de resistencia.

Como ejemplo de ciclos de parásitos hemohísticos heteroxenos puede citarse

el de un flagelado, el tripanosoma, causante de la enfermedad del sueño, que

se desarrolla en dos hospedadores: hombre ➜ mosca ➜ hombre, o de un

apicomplexa como los plasmodios causantes del paludismo humano: hombre

➜ mosquito ➜ hombre, y el del toxoplasma que se desarrolla según el

siguiente patrón: gato ➜ ratón ➜ gato.

El grado de especificidad de cada huésped y la rigidez del ciclo vital varía

según el parásito, así en el caso de Plasmodium vivax (paludismo) se requiere

que el huésped vertebrado sea estrictamente el hombre y el mosquito la

hembra del género Anopheles (Figura 7). Por el contrario en el caso de

Toxoplasma gondii (toxoplasmosis), el huésped definitivo además del gato

4 Requieren un solo tipo de huésped que es suficiente para su propagación, pero pueden tener

más de uno; así Giardia intestinalis es parásito de la especie humana que es suficiente para su propagación, pero puede propagarse también entre castores, perros, gatos, etc. 5 La localización intracelular o extracelular en cada hospedador depende de la especie de

parásito. Véase descripción más adelante 6 Por que los artrópodos, en el caso del paludismo, por ejemplo, no se limitan a transportar el

plasmodio de hombre a hombre, sino que el parásito desarrolla en el mosquito la fase de reproducción sexual de su ciclo vital

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6

pueden ser otros félidos como el tigre, el gondi etc. y pueden ser huéspedes

intermediarios, además del ratón, numerosas especies de mamíferos

–incluyendo al hombre entre ellas– y de aves (Figura 8); pero además este

protozoo puede comportarse como monoxeno y mantenerse en el ciclo: gato ➜

gato.

Los ciclos naturales obligados de los parásitos comportan que si falta o se

erradica un hospedador específico esencial se bloquea el ciclo y se elimina el

parásito de la naturaleza.

3. Nutrición

La nutrición pueden realizarla por fagocitosis, como en los ciliados y rizópodos

o por absorción7 a través de la membrana celular como en los flagelados y

apicomplexa.

La fagocitosis, ya sea de microorganismos enteros o partículas, se efectúa o

bien a través de orificios permanentes llamados citostomas (boca celular)

frecuentes en los ciliados o mediante la formación de pseudópodos. La

digestión se lleva a cabo en las vacuolas fagocitarias mientras que el material

no digerible es eliminado por una abertura temporal o permanente. En la

nutrición absortiva, los nutrientes pasan a través de la membrana celular por

difusión o transporte activo.

Las rutas metabólicas de los protozoos son muy variables, según el estadio del

ciclo vital y la disposición de sustratos nutrientes. La variabilidad morfológica

puede tener su paralelo en la variabilidad metabólica. Los estudios metabólicos

sólo se han realizado en profundidad en algunos grupos de protozoos. En

algunos hábitats carentes de oxígeno como el tubo digestivo, el metabolismo

de los protozoos es anaerobio. En la sangre algunos flagelados desarrollan la

glucólisis, complementada por un metabolismo aerobio (ciclo de Krebs

modificado), de muy bajo rendimiento, dado el ilimitado aporte de glucosa y

oxígeno existente en la sangre.

7 En parasitología suelen utilizarse los términos de nutrición holozoica (fagocitosis) y nutrición

saprozoica (absorción)

Page 8: Los Protozoarios

7

El ciclo de Krebs, en la mayoría de protozoos posee un bajo rendimiento en

relación al de las células de los animales y la cadena respiratoria también

presenta diferencias. Muchos protozoos requieren aporte exógeno de algunos

lípidos que no pueden sintetizar y de purinas; no así de pirimidinas. Por otra

parte el metabolismo de DNA y su función son los característicos de las células

eucariotas.

En la mayoría de los protozoos parásitos humanos se ha conseguido su cultivo

in vitro, bien sea en medios artificiales enriquecidos o en cultivos celulares.

4. Reproducción

La reproducción es de tipo asexual en todos los protozoos. En la apicomplexa

(esporozoos) alternan en su ciclo vital fases de reproducción asexual y sexual8.

La reproducción asexual más frecuente se efectúa por división binaria del

trofozoito vegetativo, por lo que la célula se divide en dos mediante un proceso

de mitosis, que presenta las características típicas de este proceso, pero en

algunos grupos pueden existir pequeñas diferencias respecto a la mitosis de

las células animales (Figura 9).

La división múltiple o esquizogónica es otro tipo de reproducción asexual que

tiene lugar en amebas y apicomplexa. En este tipo de división, el núcleo y

otros orgánulos esenciales de la célula trofozoica se dividen repetidamente

antes de la división citoplasmática. Los núcleos hijos se colocan en la periferia

de la célula madre. Cuando se fragmenta la célula madre, llamada en esta fase

esquizonte y se forman las membranas de las células hijas dentro de la célula

madre. Cuando se fragmenta la célula madre, las células hijas, llamadas

merozitos quedan libres, siendo capaces de iniciar una nueva esquizogonia

(Figura 10).

8 Se ha señalado la posibilidad de un ciclo sexual en flagelados. En algunos ciliados tras varios

centenares de divisiones asexuales se requiere, probablemente, una fase de reproducción sexual para la viabilidad celular; sin embargo, no se sabe con seguridad si en Balantidium coli, el único ciliado patógeno para el hombre, la fase de reproducción sexuada que se observa en los cultivos in vitro se produce también naturalmente in vivo

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8

La reproducción sexual se inicia con la formación de gametos, macrogametos y

microgametos, por diferenciación de las células trofozoicas. Su unión da lugar a

la formación del zigoto y se sigue de meiosis.

La fusión celular puede ser total, dando lugar a un zigoto (singamia), como

sucede en los apicomplexa o parcial, transfiriéndose tan solo el núcleo de una

célula a otra por conjugación, como sucede en algunos ciliados. El zigoto se

multiplica por división múltiple dando lugar a numeras células denominadas

esporozoitos.

En los protozoos con varios huéspedes –heteroxenos– se denomina definitivo

aquel en el que tiene lugar la reproducción sexual, llamándose intermediarios a

los demás.

5. Enquistamiento

Algunos protozoos pueden segregar una cubierta resistente para formar un

quiste. En la pared de algunos quistes se ha detectado celulosa y en otros

quitina. Los quistes se forman en los protozoos de vida libre para superar fases

de desecación del medio o en los parásitos para sobrevivir durante la

transferencia de un huésped a otro a través del medio. Entre estos últimos se

hallan las amebas, los ciliados y algunos flagelados, como la Giardia, que son

liberados con las heces desde el tubo digestivo. A pesar de la inactividad

relativa del quiste, el núcleo puede dividirse produciéndose una rápida

multiplicación tras la exquistación.

En los apicomplexa (esporozoos) el zigoto resultante de la fusión de los

gametos forman una estructura quística denominada ooquiste donde desarrolla

un proceso de división múltiple denominado esporogonia. Cuando el parásito

se transmite a través del medio libre en este estadio, como en el caso del

toxoplasma, el quiste es muy resistente.

6. Estructura antigénica

Los numerosos componentes estructurales de los protozoos, como células

eucariotas, hacen que su complejidad antigénica sea extraordinaria.

Page 10: Los Protozoarios

9

La mayoría de los estudios se han dirigido al conocimiento de los antígenos de

superficie por su mayor interés potencial en la relación a la patogenia, el

diagnóstico, y la vacunación.

Los antígenos de superficie pueden ser distintos según en el estadio del ciclo

evolutivo, pero aún dentro de un mismo estadio pueden existir variaciones

antigénicas, en ocasiones como parte de una estrategia muy compleja para

evadir la respuesta inmunológica del huésped. Este fenómeno ha sido muy

estudiado en los tripanosomas.

7. Visualización, cultivo e identificación

Los protozoos pueden observarse al microscopio óptico. Algunos como las

amebas, ciliados y flagelados, parásitos de cavidades abiertas, debido a su

notable tamaño, pueden observarse en las heces o secreción vaginal en fresco,

sin tinciones o simplemente añadiendo una gotita de eosina o lugol,

observándose fácilmente las formas trofozoicas y quísticas, que pueden ser

identificadas.

En ocasiones para observar con precisión la morfología es necesario practicar

tinciones permanentes específicas como la hematoxilina férrica que permite la

observación detallada de algunas estructuras y facilita su identificación.

Los protozoos hemotisulares se investigan en la sangre, en los aspirados de

médula ósea o en otros tejidos parasitados. Debido a su menor tamaño han de

observarse siempre mediante tinciones como la de Giemsa u otras empleadas

en Hematología o Histología.

Aunque se ha conseguido cultivar diversos protozoos de interés en patología

en medio artificiales esta técnica no se utiliza de modo rutinario para el

diagnóstico, el cual se basa fundamentalmente en la observación microscópica.

La inoculación de animales de experimentación o líneas celulares, se utilizan

escasamente con fines de diagnóstico o propagación de las cepas.

La identificación de los protozoos puede hacerse basándose en sus diferencias

morfológicas ya que las células protozoarias son suficientemente complejas

Page 11: Los Protozoarios

10

como para mostrar diferencias estructurales que permiten su identificación a

nivel de género e incluso de especies. Hay que señalar, sin embargo, que

muchos de los aspectos morfológicos utilizados para la diferenciación de los

protozoos a nivel de especie se han mostrado insuficientes para este fin, y para

su mejor identificación se están combinando los aspectos estructurales

(morfológicos) con otros correspondientes a determinaciones metabólicas,

enzimáticas, o genéticas, por técnicas de biología molecular.

8. Protozoos de interés médico

Los protozoos patógenos para el hombre dan lugar a enfermedades muy

variadas, y repetidas veces en este capítulo se han clasificado como

localizados en cavidades abiertas (tubo digestivo, vagina y uretra) o en

diversos órganos como la dermis, el hígado, el bazo, los linfáticos, el SNC, la

sangre u otros.

Un aspecto importante a tener en cuenta en las protozoosis es su distribución

geográfica.

Algunos protozoos hemohísticos como leishmania, toxoplasma y otros

coccidios, después de la primoinfección permanecen latentes en el organismo;

con motivo de la extensión de la epidemia del SIDA se ha podido ver en estos

pacientes inmunodeprimidos, como esos protozoos se reactivan presentando

un curso clínico y una evolución inusualmente grave.

El examen directo de las heces o exudado vaginal, de la sangre o médula ósea

es el método más utilizado para el diagnóstico de estas enfermedades.

Los cultivos se utilizan excepcionalmente, las pruebas serológicas poseen gran

importancia en el diagnóstico de los parásitos sistémicos. Están en evaluación

técnicas de detección de antígeno y genéticas.

Existen diversos medicamentos antiparasitarios de eficacia variable y en

general poco tóxicos.

Page 12: Los Protozoarios

11

Hasta la actualidad no se han desarrollado vacunas antiprotozooarias, aunque

en la actualidad se está efectuando un gran esfuerzo para poner a punto una

vacuna antipalúdica.

Amebas (Sacordina)

Existen numerosas amebas de vida libre y otras parásitas del hombre entre las

cuales la única con capacidad patógena es Entamoeba histolytica, que se halla

en el tubo digestivo en la forma vegetativa y es eliminada con las heces en su

forma quística, infecciosa.

La ingestión de quistes se sigue de exquistación en el intestino delgado de los

trofozoitos formados por división esquizogónica. Alcanzan el intestino grueso y

penetran en la mucosa donde se multiplican produciendo úlceras amplias,

sangrantes que se acompañan de exudación mucosa. Las amebas pueden

alcanzar por vía portal el hígado donde pueden producir grandes abscesos. El

pronóstico de la amebiasis es grave.

Las enteritis con este cuadro clínico, diarrea escasa con sangre y moco, se

denomina disenteriforme (disentería). La disentería se da característicamente

en la shigelosis y la amebosis.

E. hartmanii es una ameba no patógena morfológicamente indistinguible de E.

histolytica, probablemente existen cepas patógenas y otras no patógenas

indistinguibles morfológicamente. Para su diferenciación se han buscado

diversos marcadores de patogenicidad.

E. histolytica, aunque de amplia distribución geográfica, es más frecuente en

países de clima tropical y con condiciones higiénicas defectuosas. Es más

frecuente en sujetos con relaciones sexuales oro-anales y en este sentido se

considera una enfermedad de transmisión sexual.

Ciliados (Ciliophora)

Entre los ciliados sólo una especie, Balantidium coli, es patógena para el

hombre. Es un protozoo de gran tamaño y morfología piriforme, característica

(Figura 11), cuyo reservorio natural es el cerdo. La infección humana, por la

ingestión de quistes eliminados con las heces del cerdo, causa una enteritis

Page 13: Los Protozoarios

12

semejante a la amebiana. Esta protozoosis es excepcional en nuestro medio,

dándose preferentemente en climas tropicales.

Flagelados (Mastigophora)

Los flagelados son protozoos caracterizados por la presencia de flagelos en

algún estadio de su ciclo vital.

Desde el punto de vista de la patología humana existen dos grupos de

flagelados, unos parásitos de las mucosas, como Giardia lamblia que ocupa el

tubo digestivo del hombre causando enteritis y Trichomonas vaginalis que

parasita la vagina causando vaginitis y otros como los flagelados

pertenecientes a los géneros Leishmania y Trypanosoma que parasitan

órganos profundos.

Giardia lamblia. Causa enteritis benigna por parasitación de los primeros

tramos del intestino delgado. Se elimina con las heces en forma de quistes muy

resistentes9, que al ser ingeridos cierran el ciclo de transmisión feco-oral. La

giardiosis es muy frecuente en niños, en guarderías y colegios, siendo de

distribución universal aunque más prevalente en climas cálidos y templados.

Trichomonas vaginalis. Causa vaginitis y cervicitis exudativa con molestias y

prurito intensos. Puede colonizar la uretra del varón, la mayoría de las veces de

modo asintomático o causando uretritis. Su transmisión se hace por contacto

directo10 no produciéndose formas quísticas. La infección por tricomonas es

muy frecuente y de distribución universal.

Otros flagelados pertenecientes a los géneros Leishmania y Trypanosoma

parasitan órganos profundos, requieren dos huéspedes, un vertebrado y un

artrópodo que actúa como vector, por lo que no requieren formas de resistencia

para su transmisión, presentando ciclos de vida no excesivamente complejos,

siendo de distribución geográfica heterogénea.

9 Los quistes de giardia pueden resistir la cloración habitual de las aguas de consumo, por lo

que pueden producirse brotes epidémicos vehiculados por el agua de la red urbana si esta se contamina accidentalmente 10

Es una de las enfermedades de transmisión sexual (ETS)

Page 14: Los Protozoarios

13

De los flagelados hemotisulares sólo Leishmania11 es autóctona de nuestro

país. Su reservorio natural más importante son los cánidos. Se transmite del

reservorio al hombre por mosquitos flebotomos, en cuya faringe libres, se

multiplican extracelularmente, en forma flagelada12. Cuando son transmitidas a

un hombre, según la especie y el estado inmunológico del hombre causan

únicamente afectación cutánea en el lugar de la inoculación (Botón de Oriente)

o se distribuyen por el organismo afectando al hígado, bazo y médula ósea,

multiplicándose en los macrófagos del sistema retículo endotelial de estos

órganos produciendo una enfermedad sistémica, grave, denominada Kala-azar.

En todo caso en el huésped vertebrado las leishmanias son de localización

intracelular en los macrófafos y por tanto amastigotas. En el Kala-azar pueden

visualizarse fácilmente en los aspirados de médula ósea y cultivarse en medios

artificiales como el N.N.N. en forma flagelada (Figura 12).

Lo tripanosomas africanos patógenos para el hombre pertenecen a dos

subespecies de la especie Trypanosoma brucei: T. brucei subsp. gambienese y

T. brucei subsp. rhodesiense. Causan la enfermedad del sueño. El primero

tiene al hombre como reservorio y el segundo a diversos herbívoros desde los

que puede ser transmitido también al hombre. El artrópodo vector son las

moscas pertenecientes al género Glossina (moscas Tsetse).

Trypanosoma cruzi causa la tripanosomosis americana o enfermedad de

Chagas13. Tiene su reservorio en diversos animales vertebrados y es

transmitido por chinches gigantes, triatómidos y también pueden transmitirse a

las personas por estos artrópodos.

Las tripanosomosis humanas se caracterizan por una primera fase de lesión

cutánea en el lugar de la picadura, seguida de un proceso febril,

correspondiente a la fase parasitémica, con adenomegalias y afectación de

diversos órganos con gravedad variable y finalmente paso a la cronicidad. En la

11

En el viejo mundo existen además las especies L. major y L. tropica que causan infecciones cutáneas (botón de oriente). En el nuevo mundo L. mexicana y L. brasiliensis causan también graves infecciones mucocutáneas 12

Forma de promastigote 13

Se dice que Darwin pudo adquirir esta enfermedad, que le afectó crónicamente toda su vida, en su viaje en el Beale a su paso por la costa de Sudamérica

Page 15: Los Protozoarios

14

fase tardía según el microorganismo puede haber afectación del SNC (T. b.

gambiense y T. b. rhodesiense14 Enfermedad del sueño) o del miocardio (T.

cruzi: E. de Chagas).

Apicomplexa

Todos los apicomplexa son protozoos parásitos intracelulares obligados que

poseen un sistema apical especializado para la penetración a las células.

Todos presentan fases de reproducción asexual esquizogónica y sexual que

forma los esporozoitos destinados a invadir un nuevo huésped. El número de

huéspedes y mecanismos de transmisión varia según el esporozoo estudiado.

Hasta hace pocos años los únicos esporozoos de interés médico eran

Toxoplasma gondii, causante de la toxoplasmosis, enfermedad de distribución

universal, y las especies del género Plasmodium causantes del paludismo.

En la actualidad otros coccidios pueden causar infección oportunista en

pacientes inmunodeprimidos como los criptosporidios (Cryptosporidium muris,

C. parvum), isosporas (Isospora belli, I. hominis) y Sarcocystis.

Toxoplasma gondii tiene en los félidos su huésped definitivo, en los que se

desarrolla un ciclo característico (Figura 13). La eliminación de ooquistes

permite la infección de otros félidos en los que se repite el ciclo o de muy

diversos vertebrados, incluyendo al hombre. En ellos los esporozoitos

atraviesan la mucosa digestiva alcanzando diversos tejidos (linfáticos

mesentéricos, hígado, corazón, cerebro, retina y pulmón) en las células de los

cuales se multiplican y enquistan.

El hombre se infecta a través de estos dos mecanismos, ingesta de ooquistes o

alimentación con carne de bóvidos con quistes. La primoinfección da lugar a un

cuadro de fiebre, afectación del estado general discreto, y poliadenopatías con

evolución espontánea a la curación sin secuelas. Puede infectar al feto

produciendo enfermedad congénita. La reactivación en pacientes

14

Las infecciones por T. b. rhodesiense raramente evolucionan lentamente a la cronicidad y causan encefalitis (sueño) sino que evolucionan de forma subaguda y el paciente en general muere antes de la fase encefalítica

Page 16: Los Protozoarios

15

inmunodeprimidos causa afectación del SNC pudiendo ser prominente la

coriorretinitis.

Plasmodium

Los plasmodios son coccidios que parasitan células hepáticas y hematíes

humanos en forma asexuada, produciendo una grave enfermedad, el

paludismo o malaria. Existen cuatro especies patógenas para el hombre P.

vivax, P. ovale, P. malariae y P. falciparum. El cuadro clínico se caracteriza por

fiebre, escalofríos, afectación del estado general, hepatoesplenomegalia y

anemia. La fiebre se produce al liberarse los plasmodios de los hematíes para

pasar a infectar a otros hematíes, lo que sucede regularmente cada 48 horas

en las infecciones por P. ovale y P. vivax (fiebres tercianas), en P. malariae

sucede cada 72 horas (fibres cuartanas). Este ciclo es irregular en P.

falciparum. Los plasmodios de la sangre algunos de los cuales ya se han

diferenciado a gametos son ingeridos por mosquitos anofelinos (hembras) en

cuyo tubo digestivo los gametos dan lugar a un ciclo de reproducción sexuada

(huésped definitivo), siendo los esporozoitos resultantes de la división sexual

inoculados por picadura a las personas sanas, alcanzando en primer lugar a las

células hepáticas en las que reproducen asexualmente y pasando después a la

sangre para parasitar los hematíes cerrando el ciclo vital del parásito (Figura

14).

Las especies P. vivax y P. ovale persisten en las células hepáticas tras pasar a

la sangre lo que puede dar lugar a recidivas.

Estos parásitos poseen una distribución geográfica amplia pero definida

condicionada por la existencia del vector. Pueden visualizarse en la sangre en

su localización intraeritrocitaria mediante la tinción de Giemsa, en los diferentes

estadios de la esquizogenia, su cultivo es posible pro no se efectúa

regularmente en microbiología clínica con fines diagnósticos.

Otros coccidios parásitos del hombre Cryptosporidium parvum o Isospora belli

se localizan en el tubo digestivo produciendo infecciones clínicamente

benignas, pero que en pacientes inmunodeprimidos pueden ser graves.

Page 17: Los Protozoarios

16

Sarcocystis

El conocimiento del género Sarcocystis por parte de los médicos sólo tiene

importancia para saber que puede encontrarse en las muestras de heces. Se

pueden aislar en cerdos y vacas. Los ooquistes de Sarcocystis se rompen

antes de ser eliminados con las heces, y en las muestras fecales sólo se

observan esporoquistes.

Microsporidios

Hasta ahora se han descrito cinco géneros de microsporidios en los humanos:

Encephalitozoon, Pleistophora, Nosema, Microsporidium y Enterocytozoon.

El contagio de los microsporidios se inicia con la ingestión de esporas

procedentes de la orina y las heces de animales o humanos infectados.

Después de ser ingeridas, las esporas pasan al duodeno, donde el

esporoplasma con su material nuclear es inyectado en una célula adyacente

del intestino delgado. Una vez dentro de la célula se multiplican dentro de una

vacuola o libres en el citoplasma. La multiplicación intracelular incluye una fase

repetida de fusiones binarias (merogonia) y otra que culmina con la formación

de esporas (esporogonia).

Los parásitos se diseminan de célula a célula causando la muerte celular e

inflamación local. Aunque algunas especies son muy selectivas sobre las

células que pueden infectar, los microsporidios en conjunto son capaces de

infectar cualquier órgano del cuerpo y se han descrito infecciones diseminadas

en pacientes con inmunosupresión grave. Después de la esporogomia, las

esporas maduras que contienen el ergastoplasma infeccioso pueden ser

excretadas hacia el medio ambiente, lo que completa el ciclo vital.

Enterocytozoon bienusi ha sido descrito como causa de diarrea crónica en

pacientes con sida. Mycrosporidium y Nosema han producido casos aislados

de queratitis y otros cuadros clínicos más generalizados con fiebre, vómitos,

diarrea y malabsorción. Los individuos con sida u otros defectos de la

inmunidad celular están especialmente predispuestos a la infección por

microsporidios.

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9. Otros protozoos de interés médico

Aunque Pneumocystis carinii se ha considerado un protozoo actualmente se

considera un hongo. Se localiza en el pulmón de diversos roedores y a través

de quistes puede alcanzar al hombre produciendo en pacientes

inmunodeprimidos una infección pulmonar oportunista muy grave.

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Figura 1. Amebas, ciliados y flagelados que parasitan cavidades abiertas

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Figura 2. Balantidium coli

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Figura 3. Trofozoitos y quistes de los flagelados parasitos humanos de

localización intestinal, bucal y urogenital

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Figura 4. Plasmodium falciparum (Apicomplexa). Presenta fases de

reproducción sexual y asexual. Podemos observarlo bajo las formas de

trofozoito, esquizonte o gameto

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Figura 5. Enterozytozoon bieneusi (ciclo biológico)

1.- Ingestión accidental de esporas por contaminación fecal del ambiente

2.- Son resistentes al pH gástrico

3.- Invasión del enterocito inoculando ergastoplasma a partir del túbulo polar

4.- Multiplicación asexual o esporogónica con formación final de esporas

A) Las esporas pueden infectar otros enterocitos

B) Las esporas pueden liberarse en heces

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Figura 6. Trichomonas vaginalis. Trofozoito

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Figura 7. Ciclo vital del parásito del paludismo

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Figura 8. Epidemiología de Toxoplasma gondii

A) Ingestión de quistes que se encuentran en el ambiente

B) Quistes tisulares en la carne que ingerimos

C) Infección vía transplacentaria

1.- Gato – Huésped definitivo

2.- Hombre y diferentes animales – huéspedes intermediarios

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Figura 9. Trofozoito en división mitótica

A) Trofozoito

B) División del aparato de Golgi

C) Prominencias nucleares con membrana cónica

D) Membranas de la célula hija

E) División nuclear

F) Separación de las células hijas

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Figura 10. División múltiple o esquizogónica

A), B) y C) División nuclear y mitocóndrica

D) Membranas que aparecen en el citoplasma

E y F) Formación de la membrana de cada merozoito

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Figura 11. Balantidium coli. Quiste. Se observan el macronúcleo y el micronúcleo

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Figura 12. Leishmania spp. Forma amastigota (intracelular, sin flagelo) y forma

promastigota (flagelada)

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Figura 13. Ciclo biológico de Toxoplasma gondii en los félidos

A) Fase asexual de la reproducción (esquizogónica)

B) Fase sexual de la reproducción. Formación de gametos y ooquistes

(3) Esporozoitos que salen de los ooquistes ingeridos y penetran en el

enterocito madurando a trofozoitos (4) y después a esquizontes (5). Los

esquizontes liberan merozoitos (6) que pueden penetrar de nuevo en el

enterocito repitiendo el ciclo o bien formar gametos macho y hembra (7 y 8). La

fusión de éstos producirá el zigoto (9) y finalmente el ooquiste (10)

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Figura 14. Plasmodium spp. Ciclo vital.

A) Huésped vertebrado

B) Huésped invertebrado

1.- Esporozoitos infectantes; 2, 3 y 4.- Reproducción asexual; 5.- Merozoitos;

6.- Trofozoito; 7, 8 y 9.- Esquizonte exoeritrocítico; 10 y 11.- Formación de

gametos; 12, 13, 14 y 15.- Reproducción sexual; 16.- Esporozoitos