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El Poblado Dirigido de Otxarkoaga: Del Plan de Urgencia Social de Bizkaia al Primer Plan de Desarrollo Económico La vivienda en Bilbao (1959 - 1964) Luis Bilbao Larrondo

Luis Bilbao Otxarkoaga

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  • El Poblado Dirigido de Otxarkoaga:

    Del Plan de Urgencia Social de Bizkaia al Primer Plan de Desarrollo Econmico

    La vivienda en Bilbao (1959 - 1964)

    Luis Bilbao Larrondo

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  • LUIS BILBAO LARRONDO

    El poblado dirigido de Otxarkoaga:

    Del plan de urgencia social al primer plan de desarrollo(La vivienda en Bilbao 1959-1964)

  • Edita: Ayuntamiento de Bilbao

    Autor: Luis Bilbao Larrondo

    Depsito Legal: BI-372-08

    Fotocomposicin e impresin:Imprenta BerekintzaC/. Heros, 7 - 48009 Bilbao

  • NDICE

    Introduccin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

    1. La situacin de Bilbao en torno a 1959 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13

    2. El chabolismo visible e invisible . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31

    3. Un cambio de actitud en las promotoras inmobiliarias urbanas privadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39

    4. Algunas propuestas de los constructores bilbanos en torno aldficit habitacional: Antonio Menchaca y Emiliano Vaquerizo . . 47

    5. El tcnico y promotor Jos Luis Calvo Casas y el sistema dePrefabricacin Pesada Fiorio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51

    6. Agustn de la Herrn: una propuesta benfica y cristiana para la solucin del problema de la vivienda . . . . . . . . . . . . . . . . 59

    7. Las actividades de las constructoras Viviendas MunicipalesSociedad en Comandita, la Empresa Constructora Benfica Viviendas de Vizcaya y la Asociacin Constructora Benfica Nazareth . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67

    8. Algunas otras reflexiones que surgieron a travs de la prensa local y de otros medios ante el problema de la vivienda . . . . . . 81

    9. La iniciativa del Ministro de la Vivienda Jos Luis Arrese: el Plan de Urgencia Social para Bizkaia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89

    10. El Poblado Dirigido de Otxarkoaga . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103

    11. Uretamendi y Altamira: chabolismo versus subarriendo . . . . . . 125

    12. El Primer Congreso Nacional de Urbanismo . . . . . . . . . . . . . . . . 135

    13. La necesidad de suelo: la primera revisin del Plan General de Ordenacin Comarcal del Gran Bilbao. Un moderno Bilbao en Asa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 141

    14. Un perodo de transicin: de la acuciante necesidad a la actividad desenfrenada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 155

    15. A modo de conclusin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 181

    Bibliografa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 191

    5

  • Luis Bilbao Larrondo*

    Los habitantes de aquel poblado vean a lo lejos alzarseconstrucciones de un mundo distinto del que ellos

    eran excrecencias y parsitos al mismo tiempo.

    Luis Martn Santos, Tiempos de silencio

    * El autor de esta publicacin est becado por el Gobierno Vasco, a travs del Programa de For-macin de Investigadores del Departamento de Educacin, Universidades e Investigacin.

  • INTRODUCCIN

  • Le suscitar una inslita curiosidad, a quien se aproxime a la histo-ria de la vivienda en Bilbao entre los aos 1959 y 1964 porque, una vezlo haga, comprobar un tanto extraado, cmo en distintos momentos, loadmitido por las fuentes oficiales, poco o nada tena que ver con aquellarealidad.

    Desde el preciso instante en que te propones analizar cules fueronlos diferentes problemas a los que se enfrentaron quienes reflexionaronen torno a la vivienda, te plantea la necesidad de tratar de entender elporqu de las soluciones dadas a los mismos. A lo que se debe aadir lano menos compleja labor de intentar comprender una realidad que, enocasiones, resultaba no slo sorprendente, sino que incluso difcil y con-tradictoria.

    Si bien estos aos se caracterizaran por el paso de una acuciantenecesidad de viviendas a una trepidante actividad constructiva conmltiples iniciativas, propuestas inditas y numerosos cambios legislati-vos, los planteamientos adoptados tal vez no fueran ni los ms acerta-dos, ni las consecuencias las previstas. No obstante, s tuvieron un mar-cado carcter resolutivo y de inmediatez, ante problemas como el delalojamiento, para quienes llegaban a establecerse, tanto en Bilbao comoen las poblaciones ms cercanas, en busca de una prometida, pero falsaexpectativa de mejora en sus condiciones de vida.

    El extraordinario aumento demogrfico como consecuencia de losmasivos movimientos migratorios, atrados por una industrializacin sinprecedentes, multiplicara los ya de por s angustiosos problemas de lavilla de Bilbao. Ello terminara trastocando la manera, no slo de enten-der la vivienda en particular, sino la de la arquitectura en general.

    Ejemplos como el del poblado de Otxarkoaga estaban llamados auna revisin: apenas se haban estudiado y cuyas explicaciones se que-daban en la mera superficie. Aquellos que lo hicieron partan desde algu-nas simplistas premisas, presentes una vez termin la Dictadura, por lasque se llegaban a cuestionar lo que no se debi de plantear como expe-riencia de desarrollo en una ciudad y que se contemplaba como ejem-plo de uno de tantos males legados por el Rgimen Franquista. Lo cualhaca del todo necesario llevar a cabo una investigacin con la simple

    11

  • pretensin de analizar cules fueron las diferentes propuestas que seplantearon para resolver aquellos problemas o quienes defendieron talpoltica, frente a aquellos otros que lo valoraron de manera distinta. Es atener en cuenta que en distintas ocasiones se han omitido otras reflexio-nes e intenciones que nos acercaban a comprender el porqu de talesacciones.

    Para quienes nos dedicamos al estudio de la vivienda en particular,y del urbanismo en general, no nos resultan desconocidas las brillantesinvestigaciones sobre el perodo de los aos cuarenta y cincuenta lle-vadas a cabo por el profesor Carlos Sambricio desde Madrid, o aquellasotras por los historiadores Asier Santas o Francisco Javier Muoz desdeBilbao. Llegaban a aportar una visin diferente frente a las de aquellosque no contribuan con nada innovador y repetan lo mismo que otrosplanteando cules fueron las consecuencias a ciertas actitudes y actua-ciones, quines protagonizaron qu disputas arquitectnicas y quienessostuvieron qu anhelos urbansticos.

    Siguiendo estas investigaciones aportadas sobre la vivienda frentea aquellas otras que pasaron por un perodo tan complejo, con plantea-mientos unvocos por encima de otras consideraciones el presente estu-dio tratar de acercarnos a aquella realidad desde una visin lo ms hete-rognea posible.

    12

  • 1. LA SITUACIN DE BILBAO EN TORNO A 1959

  • Quienes llegaron a plantear 1959 como un ao de ruptura, respectode su pasado ms inmediato, no pretendan sino sostener la necesidad deabandonar aquellos criterios constructivos que ya no respondan a lasinnovadoras premisas de la arquitectura. Aquellas masivas migraciones,hacia Bilbao y su zona de influencia, acabaran por modificar distintosconceptos sobre la manera de entender la vivienda. Lo que llev a uncambio de actitud, no slo entre los dirigentes, sino entre los tcnicos,promotores y constructores locales, quienes, conscientes de tal problem-tica llegaran a sustentar distintas reflexiones en torno a qu propuestasen poltica de vivienda eran ms plausibles frente a pasados y errneosplanteamientos. Intentos anteriores de solucin terminaron fracasando,por cuanto fueron superados por acontecimientos que iban ms all delas imprecisas previsiones de una clase poltico-empresarial preocupada,bsicamente, en conseguir sus anhelos econmico-urbansticos1.

    A juicio de los empresarios bilbanos, el problema al que se enfren-taban tanto la villa de Bilbao como los municipios ms prximos era lacarencia de suelo para la instalacin de nuevas industrias, con las corres-pondientes viviendas para sus empleados. La potencia financiera crecade manera insospechada, y el terreno, sobre todo alrededor de la ra delNervin, se hallaba congestionado de instalaciones fabriles. Los ferroca-rriles y carreteras no tenan espacio suficiente para las nuevas vas decomunicacin que se necesitaban para las fbricas y escaseaban lugaresdonde edificar viviendas. Para los empresarios, si no se responda en uncorto espacio de tiempo, significaba ahogar sus perspectivas econmicas,por lo que sostenan del todo imprescindible dar una respuesta inme-diata a tales pretensiones2.

    El Plan General de Ordenacin Comarcal del Gran Bilbao de 1945haba sido superado en todas sus expectativas. Transcurridos quince

    15

    1 Consultar sobre el perodo autrquico en SANTAS, A.: Urbanismo y vivienda en Bilbao, (veinteaos de posguerra), COAVN, Bilbao, 2007. MUOZ, F. J.: Reconstruccin y vivienda. La arqui-tectura de los aos de posguerra en el Pas Vasco 1939-1950. En: Revisin del arte vasco entre1939-1975, Ondare 25, Donostia, 2006. pp. 33-76. AA.VV.: Actas del VIII Symposium: la viviendaen Bilbao: desde su fundacin a la actualidad. Bidebarrieta, XV, Bilbao, 2004. PREZ PREZ, A.: Elproblema de la vivienda en Vizcaya bajo el Franquismo. En: Vasconia, n 31, 2001. pp. 243-273.

    2 ESCAGES, I.: Los espacios vacantes de la industrializacin vizcana. En: Urbis, n 23, 1959.

  • aos era obligatoria su revisin segn la Ley del Suelo y OrdenacinUrbana de 1956. La Corporacin Administrativa del Gran Bilbao, en supapel de institucin directora de desarrollo urbanstico bajo control delconsistorio bilbano, manifestaba cules eran sus prioridades con la pri-mera revisin del Plan: la necesidad de un mayor volumen de suelo parala industria. Lo cual para algunos volva a poner en contradiccin a quie-nes detentaban el poder municipal, porque prevaleceran una vez msaquellos criterios de los polticos-empresarios por encima de otras apre-miantes necesidades de Bilbao y su zona de influencia, como iremosviendo3. Supuso algo caracterstico del momento, que quienes estaban alfrente de las ms importantes instituciones pblicas de la provincia fue-ran aquellos mismos que detentaban los puestos ms relevantes en losconsejos de los principales bancos y empresas vizcanos. Por lo que pre-tender hacer ese distingo entre la iniciativa pblica y privada vizcana,poda parecer incluso carente de toda lgica4.

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    Ra del Nervin. Informacin urbanstica de Bilbao. Gran Bilbao, 1961.

    3 La previsin de la Corporacin Administrativa Gran Bilbao de mancomunidades de munici-pios para servicios de abastecimiento de aguas, saneamientos, mercados, mataderos, policafomentaba una nueva realidad formada por cuantos ms y diferentes consorcios mejor, era lacohesin necesaria que hara del Gran Bilbao una autntica realidad tal y como me comentabaen una entrevista en el 2006 el arquitecto Jos Luis Burgos, quien fuera arquitecto directordel Gran Bilbao.

    4 ROSELLO, J. L.: Directorio de consejeros y directores, Madrid, 1963.

  • Bilbao haba sufrido un notable cambio en un breve periodo detiempo:

    Bilbao es hoy una ciudad de corte y aspecto europeo en su Centro-Ensan-che; se han sustituido los chalets por rascacielos y bloques de cristal y aluminio,en la Plaza Moya puede uno sentirse en medio de Roma, Pars o Hamburgo,con el paso de vehculos, la animacin de esta city bancaria, oficinesca y empre-sarial que es la Gran Va, desde La Bolsa hasta los escaparates de motores ymaquinaria, en la prolongacin hacia el Sagrado Corazn o hasta la Feria deMuestras, en que se cierra ese arco voltaico, una especie de arco mercantil ynegociante, al igual que el de San Mams, arquitraba y tensa una actividad eco-nmica incesante y vital5.

    Llegaban asimismo a sostener desde las portadas de la prensaescrita, que haban sido los aos bajo el Rgimen Franquista durante loscuales se haba transformado una ciudad con obras de todo tipo, a pesarde obstculos tales como y lo resaltaban reiteradamente la escasa capa-cidad financiera de las arcas del consistorio bilbano.

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    Plaza Moya. Informacin Urbanstica de Bilbao. Gran Bilbao, 1961.

    5 La gran transformacin de Bilbao en estos 25 aos. En: La Gaceta del Norte, 19 junio 1962.Resultaba cuanto menos pintoresca aquella extraa necesidad de las autoridades, a travs dela prensa escrita y de los discursos de algunos de sus dirigentes, de comparar cualquier actua-cin con las de la Repblica a fin de confirmar los xitos y bondades del Rgimen Franquista.Dando la sensacin ante tanta insistencia y reiteracin como si trataran de alcanzar y afianzar,una legitimidad como Gobierno de la cual carecan.

  • Se vivan momentos de verdadera incertidumbre urbanstica, porcuanto eran tiempos de nostalgia por el Bilbao que desapareca y no vol-vera. Lo urbano se impona a lo rural y los cambios que se producan, lohacan de manera drstica. Ejemplo de ello era el tranva, supervivientede una poca anterior de mayor esplendor, se extingua para dar paso alos autobuses y trolebuses de uno y dos pisos6. Deusto, en cambio, per-da su aspecto rural y campesino, sometido por el impulso de la indus-tria, del comercio y de las nuevas construcciones. As como se tema queBegoa, con el paso de Otxarkoaga, de huerta a ciudad, sobre las ruinasde los caseros y txakolies, y Asa (ambas eminentemente rurales) aca-baran siendo inundadas de toneladas de hormign, con multitud deautovas, de vehculos a motor, de industrias con sus chimeneas, conmiles de viviendas y otros edificios Con consecuencias, tal vez incom-prensibles para una sociedad sumamente conservadora, como la desapa-ricin de un modo de vida tan arraigado. Era inevitable el choque pro-vocado por la industrializacin y el progreso: frente a lo tradicional,frente a lo rural, se encontraban la modernidad, lo urbano7.

    Las cifras que se aportaban desde las instituciones pblicas locales,sobre el nmero de inmigrantes que llegaban a la villa, eran realmenteextraordinarias y explicativas de aquella situacin8. Como ciertamenteconsiderables, eran las de aqullos que llevaban ms de una dcadaviviendo en chabolas o quienes, en cambio, se alojaban bajo unas condi-ciones de vida miserables en subarriendo, ante la imposibilidad mani-fiesta de acceder a una vivienda digna. Ambas situaciones constituanuna demostracin ms de la incapacidad, tanto tcnica como econmica,de las autoridades locales; lo que para estos mismos no haca sino tras-ladar una idea: era necesaria la implicacin del Gobierno de Madrid enla solucin.

    Otra consecuencia del excesivo incremento demogrfico, adems delproblema de la vivienda, y que se consideraba de suma gravedad para elfuturo desarrollo de Bilbao y su Comarca, fue la tan necesaria trada deaguas y el saneamiento. Desde la Corporacin Administrativa del GranBilbao se prevea un plan de trasvase de aguas del Zadorra y un plan de

    18

    6 MNDEZ, A.: Rincones perdurables de Bilbao. En: Vida Vasca n 36, 1959.7 Las construcciones con su labor febril van a romper el encanto del verde natural y bravo lstima va

    a darnos perder la Asa tradicional, la campesina, la pacfica, la silente, la mquina arrasar su suelo,igualar sus desniveles, dejar en carne viva su suelo y luego el asfalto har su trabajo negro de ente-rrador y sobre su carne sangrante se edificarn edificios surgir una gran ciudad. BERNAL, C.:Facetas de Bilbao; vitalidad y pujanza En: Vida Vasca n 40, 1963.

    8 Boletn de Estadstica de la Villa de Bilbao, A.M.B., n 613, Primer Trimestre, 1959. Boletn deEstadstica de la Villa de Bilbao, A.M.B. n 615, Tercer Trimestre, 1959.

  • centrales de depuradoras, que seinstalaran hasta llegar al mar9.A pesar de promoverse talesplanteamientos, no solamenterespondan a criterios demogr-ficos sino a un excesivo con-sumo de agua por parte de laindustria (pues era considerable-mente superior al de las pobla-ciones, debido a una ms queprevisible potente reactivacinindustrial, como respuesta a losPlanes de Desarrollo).

    Para la Junta de Obras delPuerto de Bilbao haban comen-zado a cambiar sus prioridades,al necesitarse un mayor caladoante las modernas flotas, por loque planteaban un traslado ha-cia el puerto exterior, hacia elAbra. A esto se una la incongruencia de unos puentes de la ra de laVictoria y General Mola que se elevaban para dar paso a los barcos queaccedan a los muelles y provocaban graves retenciones entre los cadavez ms numerosos vehculos a motor. Simultneamente, coexistan pro-yectos inconclusos de mejora de las posibilidades de la ra: el canal deDeusto, un aumento de calado en los muelles, y las drsenas de Sestao, La-miako y Axpe. Otros proyectos cuya construccin se consideraba inapla-zable y que se consideraban unidos al futuro desarrollo de Bilbao fueron:la Solucin Sur, el puente de Olabeaga y el de Rontegi, ante problemasque estaban llamados a resolver como el aumento del trfico, la escasezde accesos y la necesidad de unir ambas mrgenes de la ra. Todas lasvas de comunicacin seran estudiadas en funcin de las necesidadesdel Puerto de Bilbao, considerado la llave de la prosperidad vizcana10.

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    9 Archivo Histrico Foral de Bizkaia, Consejo General del Gran Bilbao, sesin del 30/12/60,Sign. R-04382/01. El jefe provincial de sanidad peda que aprovechando la revisin del PlanComarcal se deban de resolver el problema del agua y del saneamiento; para el alcalde de Bilbao eran los grandes problemas que tena pendientes el GB, pero ante los 250 millones de inversin necesarios para la solucin del Zadorra y los 1.300 millones para solucionar elsaneamiento era obligada la participacin del Estado. Otro de los datos a tener en cuenta: laindustria del Gran Bilbao aportaba los ndices ms altos de consumo de agua de la provincia.

    10 CHURRUCA, A.: Pasado, presente y futuro del Puerto de Bilbao, JOP, Bilbao, 1964. Memorias dela Junta de Obras del Puerto de Bilbao 1959 a 1964.

    Chabolas. La Gaceta del Norte, febrero 1959.

  • Se estudiaban, entre otros planes, la localizacin de un nuevo aero-puerto internacional, a pesar de la necesidad inmediata de extender lapista del aeropuerto Carlos Haya de Sondika. Este nuevo aeropuertorespondera, en un futuro cercano, no slo a las constantes demandas delos empresarios, sino a las pretensiones de las autoridades ante las pre-visiones del perodo de Desarrollismo Econmico. Tales empresarios, asu vez, ante la necesidad creciente de combustible, trataban de conseguiruna refinera de petrleo para Bilbao, incluso proyectaban gaseoductosque atravesaran la provincia, al perfilarse el gas como un combustiblems barato11.

    Fue 1959 un ao ciertamente singular. Durante el mismo, se produ-jeron relevantes cambios al frente de las principales instituciones pbli-cas vizcanas. Se evidenciaba una significativa variacin en el procederante los diferentes problemas de la provincia. El Ministro de Goberna-cin, Camilo Alonso Vega, colocaba a Jos Macian, uno de sus hombresde confianza, al frente del Gobierno Civil de Bizkaia. As mismo, como

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    Bilbao. Informacin Urbanstica de Bilbao. Gran Bilbao, 1961.

    11 BALZOLA, J.: Vizcaya y la coyuntura econmica actual. En: Informacin, n 1.025, 15 febrero1959; BALZOLA, J.: Combustibles gaseosos. En: Informacin, n 1.026, 28 febrero 1959.

  • nuevo alcalde de Bilbao nombraba a Lorenzo Hurtado de Saracho, y alfrente de la Diputacin Provincial confirmaba en su cargo al que hastaentonces haba sido su presidente en funciones, Plcido Careaga, ambosviejos conocidos en el mundo de la poltica y de la empresa de Bizkaia.Otro de los nombramientos ms destacable fue sin duda el del presidentede la recin constituida Delegacin Provincial del Ministerio de laVivienda. Para este cargo fue designado el que haba sido mximo repre-sentante de la Empresa Constructora Benfica Viviendas de Vizcaya: elingeniero Ignacio Menchacatorre. Su experiencia al frente de esta cons-tructora, y sus excelentes resultados en torno al problema de la vivienda,fueron tenidos en cuenta para su nombramiento. Tambin se dieronimportantes relevos en los principales puestos tcnicos: el arquitectomunicipal Germn Aguirre sustitua a Hilario Imaz como arquitecto delGran Bilbao, quien poco despus reemplazara a Luis Lorenzo Blanccomo arquitecto director del Gran Bilbao. Jos Sans Gironella era incor-porado como arquitecto municipal de Bilbao, siendo avalada su candi-datura por el propio Director General de Urbanismo Pedro Bidagor,quien lo consideraba la mejor adquisicin posible. Con lo cual se despe-jaban las dudas sobre qu pretensiones tena el Ministerio de la Viviendarespecto del futuro urbanstico de Bilbao y su zona de influencia12.

    El Plan de Estabilizacin Econmica aprobado ese mismo ao (lagran apuesta de los Ministros Tecncratas) trataba de fomentar entre elempresariado vizcano el visto bueno a unos planes que buscaban unamayor comunicacin con el mundo econmico internacional y la inte-gracin europea, adems de intentar atraer a la inversin tanto ameri-cana como europea hacia la industria vizcana. Este Plan lleg a provo-car cierto reparo entre quienes vean en la Economa Liberal supuestosque propiciaban un cambio en las bases econmicas, lo que poda des-encadenar otros no tan deseados13.

    Se empezaran a producir ciertas desavenencias entre Madrid y Bil-bao cuando los criterios econmicos del Gobierno chocaban reiterada-mente con los de los empresarios bilbanos. Las constantes quejas de losindustriales vizcanos eran lo suficientemente explcitas: Isidoro Del-claux, desde la Feria de Muestras, proclamaba ante el Ministro Ullastresque llevaban aportados en lo que iba de ao hasta agosto de 1959 ms

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    12 Sesin del 11 de mayo, escrito de Pedro Bidagor del 28 de julio de 1959. Archivo HistricoForal de Bizkaia, Secc. Adm. Fondo Urbanismo, Gran Bilbao, Sign. R-04182/17.

    13 La organizacin Sindical enjuiciaba la situacin econmica. En: La Gaceta del Norte, 11febrero 1960. Existan serias preocupaciones respecto de las medidas liberalizadoras puestoque era la apuesta de los tecncratas.

  • de cinco mil millones de pesetas a las arcas del estado. Se instaba, poresta razn, a que desde el Gobierno se tuvieran en cuenta las necesida-des urbansticas no slo de Bilbao, sino de toda su zona de influencia.Era el preludio a unas extraas relaciones que protagonizaran el Desa-rrollismo14. Se daba una situacin un tanto ilusa, por parte del empresa-riado vizcano, de creer que bien a travs de los distintos planes deviviendas o de los de Desarrollo Econmico, el gobierno de Madridaportara el dinero y la ayuda tcnica, tan necesarios para el futuro desa-rrollo de la villa. En contadas ocasiones llegaran a materializarse ambascuestiones, de ah que se diera una permanente incertidumbre. Inclusolos Planes de Desarrollo Econmico y Social fomentaban una polticacontraria a los intereses del empresariado vizcano, con los Polos deDesarrollo previstos en Burgos y Zaragoza. Esto provoc que surgieranrivalidades econmicas por el choque de intereses, pues las necesidadesde Bilbao en urbanismo eran extraordinarias15.

    Por otra parte, eventos como la X Feria de Muestras de Bilbaoresultaban ser todo un xito, con 546.175 visitas y la asistencia de nume-

    22

    Ministro Ullastres en la Feria de Muestras. BEVB, A.M.B., 1959.

    14 Inauguracin de la X Feria de Muestras de Bilbao. En: Informacin, n 1.037, 15 agosto 1959.15 DORAO, J.: Los desequilibrios regionales. En: Informacin, n 1.151, mayo 1964 e Informacin,

    n 1.154, junio 1964.

  • rosas personalidades del mundo de la poltica y de la empresa, con untotal de 829 expositores en 1.650 stands16. Se dieron dos novedades des-tacables dentro de la Feria: por un lado, un nuevo pabelln dedicado a laindustria qumica y del motor, que explicitaba por s mismo la impor-tancia que haban adquirido estas industrias; por otro lado, la creacindel Diario Oficial de la Feria de Muestras de Bilbao, que supuso una herra-mienta ms, como expresin de las quejas suscitadas por los problemasurbansticos de la villa entre la clase empresarial bilbana17. La Feria sesituaba como centro crucial no slo econmico o expositor de las ltimastecnologas de la construccin, sino como smbolo de progreso, de unnuevo Bilbao. Por esta razn, resultaba contradictorio que, ante una ciu-dad con enormes perspectivas econmicas y un potente desarrollo, sedieran aquellas terribles situaciones de chabolismo, subarriendo y faltade todo tipo de infraestructuras. Desdecan aquellas actuaciones triunfa-listas, que la propaganda oficial enalteca, frente a una visin distintasobre la otra faz de la ciudad, que si bien no se poda ocultar, s se pre-tendi mitigar tal realidad.

    23

    Proyecto Feria de Muestras. BEVB, A.M.B. 1959.

    16 BARRENA, C.: Ms de 75.000 personas han visitado ya los pabellones del certamen. En:Diario Oficial de la Feria de Muestras de Bilbao, 15 agosto 1959. Resultados de la X Feria deMuestras de Bilbao. En: Informacin, n 1.040, 30 septiembre 1959.

    17 LAFARGA, A.: El aeropuerto Carlos Haya en Sondica. En: Diario Oficial de la Feria de Mues-tras de Bilbao, 14 agosto 1959; GUERRERO, A.: El nuevo acceso a Bilbao por Begoa. En: Dia-rio oficial de la Feria de Muestras de Bilbao, 15 agosto 1959; OSSA, R., La ra del Nervin, ejefecundo de riqueza. En: Diario Oficial de la Feria de Muestras de Bilbao, 18 agosto 1959; En vasde remediar el deplorable estado de las carreteras de Vizcaya. En: Diario Oficial de la Feria deMuestras de Bilbao, 24 agosto 1959.

  • Se fomentaban algunos proyectos que impactaban por su esttica:unos ferrocarriles areos, para que los bilbanos pudieran acceder almonte Pagasarri. Estaban basados en modelos norteamericanos, cuyosplanos aport Jos M Areilza (entonces embajador en EE.UU.) y que seilustraron en la revista Vizcaya18. Incluso se llegaba a plantear, como posi-ble solucin al problema del excesivo trfico a motor (tal y como se venapropugnando desde aos atrs), un proyecto vertebrador de las comuni-caciones, con la construccin de un ferrocarril metropolitano Metro.Tal sera la solucin al transporte colectivo del Gran Bilbao19. Desde elmismo consistorio bilbano tras un viaje de varios de sus miembros por EE.UU. se llegaba a sostener, ante el problema del trfico, una propuesta no solo sorprendente e impactante sino precursora, de sus-titucin del automvil por el tren. Igualmente se pretendi remodelar el

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    Feria de Muestras. Boletn Estadstica Villa de Bilbao, A.M.B., 1959.

    18 MORENO, E.: Extracto del anteproyecto de ferrocarril areo Telesirga Pagasarri. En: Vizcaya,n 12, primer semestre, 1959. Proyecto francs de metro colgante El metro colgante. En: LaGaceta del Norte, 27 febrero 1960.

    19 DORAO, J.: De la autarqua al mercado nico a travs de la Cmara Oficial de Comercio,Industria y Navegacin de Bilbao. 50 aos de la Historia Econmica de Bizkaia, Ed. Cmara Ofi-cial Comercio, Industria y Navegacin de Bilbao, Bilbao, 1990, pp. 63-64. La villa tendrMetro. En: El Correo Espaol/El Pueblo Vasco, 4 febrero 1964.

  • casco urbano, basado en los modelos de desarrollo urbano de varias ciu-dades norteamericanas, a travs de unos grandes aparcamientos perif-ricos20.

    Los viajes de tcnicos, polticos y empresarios espaoles a los Esta-dos Unidos fueron una constante a lo largo de estos aos. Estuvieronpromovidos tanto por el Ministerio de Industria como por el Ministeriode la Vivienda. Sus pretensiones pasaban por adaptar aquellos sistemasque consideraban ms factibles para solventar los problemas ms acu-ciantes de la Espaa del Desarrollo. Tcnicos bilbanos como los arqui-tectos Eugenio Aguinaga o Flix iguez de Onzoo, junto a ingenieroscomo Antonio Salbidegoitia, tomaban parte en estos viajes de estudio.

    25

    Proyecto remodelacin a base de grandes aparcamientos perifricos. Bilbao y su comarca ante su futuro inmediato, Ayuntamiento de Bilbao, 1964.

    20 Grandes aparcamientos perifricos de la City basado en una reestructuracin urbana, evolu-cionando los asientos residenciales hacia los polos comerciales ya que su privilegiada situa-cin respecto a los aparcamientos permita a los usuarios de los vehculos trasladarse a loscentros en cinco minutos, lo que producira un cambio de zoonificacin. Se vislumbrabangrandes centros comerciales perifricos al abrigo de los grandes aparcamientos, lo que obli-gaba a una buena dotacin de transportes pblicos. YBARRA, J., Bilbao y su comarca ante unfuturo inmediato, Ayuntamiento de Bilbao, Bilbao, 1964.

  • Sus conclusiones advertan de lo alejados que nos encontrbamos de pa-ses tan adelantados tecnolgicamente21.

    Hubo quienes tras el periodo autrquico sostenan impulsar losms innovadores criterios arquitectnicos. Mientras y gradualmente,seguan llegando a la villa, vanguardistas reflexiones sobre la teora delurbanismo y novedosas propuestas constructivas, a travs de revistas,libros, exposiciones y conferencias. La realidad, una vez ms, tropezabaen contradiccin con las ideas: nos encontrbamos ante un Bilbao indus-trial, en pleno proceso de un desastroso crecimiento, con una imagen deciudad congestionada, con un cada vez mayor aumento de densidades,con actuaciones que hipotecaban otras posibilidades, casi siempre decarcter especulativo, simplemente creando suelo urbano para edificar,sustituyendo lo pblico para fines del privado. Una situacin que se tor-naba catastrfica. Ello, no haca sino rebatir aquella ostentacin de la que

    26

    21 Sobre esta influencia, no slo arquitectnica sino tambin econmica, ver BILBAO, L.: Laarquitectura norteamericana en Bilbao adaptacin o imposicin en el Desarrollismo. En:Letras de Deusto, n 113, octubre-diciembre, 2006, pp. 245-265. BILBAO, L.: El debate en tornoa la influencia de la arquitectura estadounidense en Espaa: Los arquitectos Luis Vzquez deCastro, Valentn Picatoste y las memorias de los tcnicos espaoles en EE.UU.. En: AA.VV.,La arquitectura norteamericana, motor y espejo de la arquitectura espaola en el arranque de la moder-nidad (1940-1965), ETSAN, Pamplona, 2006, pp. 81-86.

    Memoria viaje de estudios Consejo Nacio-nal Productividad Industrial, Ministerio de

    Industria, 1959.

    Memorias Consejo Nacional Productividad In-dustrial 1961.

  • hacan gala tanto sus dirigentescomo aqullos (historiadoresincluidos) que haban cado enel ingenuo error de creer mu-chas veces lo escrito, por unapropaganda que nicamente en-salzaba lo que consideraba xi-tos y en cambio no les suponaproblema alguno silenciar losfracasos.

    Como algo propio del mo-mento, y que se lleg a hacercomn entre los tcnicos, fue lacopia formal de proyectos, lle-gados de otros pases, sin inves-tigar, sin ahondar en sus funda-mentos. Esto dara lugar a crti-cas realmente contundentes porparte de no pocos profesionales,ante lo que consideraban una

    actitud que evidenciaba un profundo dficit en cultura arquitectnica22.

    Se daban a conocer, a travs de la prensa local, toda una serie de pro-yectos que respondan a las halageas expectativas econmicas creadasen torno a los Planes de Desarrollo en la villa de Bilbao: desde el edificioque albergara la Facultad de Ciencias Econmicas y Comerciales, hastala bsqueda de terrenos donde ubicar una nueva Universidad23, laEscuela de Magisterio, un Museo de Arte Contemporneo24, un edificioen el Ensanche para el Banco de Vizcaya25, y un rascacielos de oficinas enUribitarte26.

    27

    22 Reyner Banham Balance, 1960. En: Arquitectura n 26, febrero 1961; Panorama de la arquitec-tura en 1960. En: Arquitectura n 30, junio 1961.

    23 Ya estn terminados los planos de la nueva facultad de Ciencias Econmicas de Bilbao. En:La Gaceta del Norte, 6 diciembre 1961. Francisco Navarro Borras arquitecto del MEC en Bil-bao. En: El Correo Espaol/El Pueblo Vasco, 19 noviembre 1963.

    24 La Escuela de Magisterio de Vizcaya terminada en Ibarrecolanda encima de Deusto. En: LaGaceta del Norte, 30 marzo 1962. Hoy, inauguracin de la nueva Escuela de Magisterio. En:La Gaceta del Norte, 8 septiembre 1962. Un nuevo edificio para el museo. En: Hierro, 24 mayo1962.

    25 As puede ser el nuevo edificio del Banco de Vizcaya. En: El Correo Espaol/El Pueblo Vasco,8 septiembre 1963. Han regresado de Nueva York los arquitectos que han de construir elnuevo Banco de Vizcaya. En: El Correo Espaol/El Pueblo Vasco, 22 diciembre 1963.

    26 El edificio ms alto de Bilbao. En: El Correo Espaol/El Pueblo Vasco, 20 febrero 1963.

    Memorias Consejo Nacional de Productividad Industrial 1961.

  • Se llegaron a sostener ambiciosas propuestas, ante una poltica degrandes infraestructuras, con el proyecto de una autopista para la pro-vincia de Bizkaia. En base a su desarrollo se iran creando polgonos resi-denciales e industriales, nuevas infraestructuras viarias, grandes refor-mas y el tnel de Artxanda (imprescindible paso para acceder al valle deAsa). Incluso se lleg a plantear la necesidad de romper con la Comarcay proponer la Regin, pues el Mercado Comn y la Unin Europeavenan determinadas por las regiones, lo que no haca sino afianzar loscriterios programticos de los Planes de Desarrollo. Las dudas y los inte-rrogantes vinieron desde quienes se cuestionaban si eran del todo nece-sario tales proyectos: aeropuertos ms grandes, autopistas, nuevainfraestructura dada la nula capacidad econmica local y la desidiaestatal existente27.

    De ah que quienes disentan promoviesen la urgencia de plantearuna poltica que rompiera con ciertas premisas hasta entonces vigentes.Lo cual no pasaba de ser una vehemente pretensin, pues las pautas decrecimiento de la ciudad las vena marcando esa misma clase poltico-empresarial preocupada en cmo les afectaran los planes econmicos.Para esta clase dirigente era prioritario seguir manteniendo una directainfluencia en los principales puestos polticos tanto en el Gobierno deMadrid como en el de la villa de Bilbao o de la provincia de Bizkaia

    28

    Escuela de Magisterio. Boletn Estadstica Ayuntamiento de Bilbao, A.M.B., 1958.

    27 GALNDEZ, A.: Una autopista en Vizcaya. En: Vizcaya n 12, 1959. Un proyecto sobre lafutura autopista de Bilbao y el centro de Espaa. En: Hierro, 24 mayo 1962.

  • ante lo que entendan perderlo, supondra un grave perjuicio para susnegocios28.

    El problema principal de Bilbao y de su zona de influencia sera quea lo largo de estos aos las infraestructuras iran siempre por detrs deldesarrollo, por detrs de su propio crecimiento, con los conflictos urba-nsticos que tal actitud ocasionaba.

    29

    Proyecto Edificio Albia. Archivo Ayuntamiento Bilbao. Orden 592, Secc. XIV, n 968. Inmobilia-ria Albia Uribitarte.

    28 MARIEZCURRENA, E.: La clase dirigente de Vizcaya durante el Franquismo. En: Saioakn 5, p. 94, 1983. CATALN, J.: La madurez de una economa industrial 1939-1999. En: AAVV:Historia del Pas Vasco y Navarra en el siglo XX, Biblioteca Nueva, Madrid, 2002. pp. 207-210.

  • 2. EL CHABOLISMO VISIBLE E INVISIBLE

  • La visin que producan las laderas de los montes que circundabanla villa inundadas de chabolas y otro tipo de construcciones era la decontemplar un Bilbao muy diferente de aquel otro al que estaban acos-tumbrados los bilbanos. Estas construcciones no slo se encontraban a lavista y diseminadas por las laderas, cumbres, repliegues y barrancos,sino que tambin se hallaban en las proximidades de los tramos ferro-viarios y de los muelles de la ra.

    Se llegaron a caracterizar por no poseer licencia municipal, ni unacapacidad mnima de habitacin. Carentes siquiera de unos nfimos ser-vicios sanitarios, acabaran siendo un desafo a la moral, a la salud, a laesttica y a la ordenacin urbana, segn se denunciaba desde ciertosmedios de la prensa escrita29. Estas chabolas edificadas en madera, car-tn, telas embreadas o de chapas, fue una constante que acabaran siendodesmanteladas por las fuertes inclemencias. Sufran sus habitantes losenvites del potente calor en verano y del fro en invierno, a lo que seunan sucesos tan cotidianos como el ataque de las ratas a los bebes ynios, o los numerosos casos de fiebres tifoideas. Aparte de las chabolasexistan incontables edificios ms slidos construidos de ladrillo y revo-que, de varias plantas de altura, verdaderas casas que exigan invertirgrandes sumas de dinero para dotarlas de servicios sanitarios, alcantari-llado y agua corriente. Cuestiones stas que, si bien haban sido evitadaspor el consistorio, acabaran siendo atendidas por los Jesuitas u otrascomunidades vinculadas a la Iglesia. Las condiciones de vida de loschabolistas venan siendo denunciadas por la Iglesia, tanto desde los pl-pitos como desde la prensa escrita. Utilizaban para ello todas las herra-mientas que estuviesen a su alcance. Las vivencias en la trama de subur-bios eran descritas en artculos y cartas a travs de la prensa escrita porlos mismos chabolistas, a quienes se consideraba y trataba por el resto debilbanos como autnticos leprosos, aislados por la propia sociedad bil-bana y por ellos mismos, pues no queran que sus familiares de los pue-blos o sus mismas amistades supieran en dnde ni en qu condicionesvivan. Las denuncias sobre este desconocimiento fueron en aumento no

    33

    29 Las chabolas se ven desde cualquier punto de la villa. En: La Gaceta del Norte, 4 febrero 1959.

  • tan slo hacia las autoridades, sino hacia la propia sociedad, a la que setachaba de egosta y de eludir la demandada ayuda.

    Los clculos realizados a finales de los aos cincuenta sostenancifras realmente sorprendentes y a su vez alarmantes: ms de cuarentamil chabolistas, sumado a los ms cien mil subarrendados entre una po-blacin en Bilbao alrededor de los290.000 habitantes, evidenciabanel tremendo dficit en vivienda ypermita apreciar el problema contoda crudeza. Se llegaron a reali-zar encuestas entre 26.314 chabo-listas diseminados en 4.987 cha-bolas30. Los datos serviran juntoa los que ya posean para cono-cer contra qu se enfrentaban lasautoridades, a fin de poder daruna respuesta lo ms rpida posi-ble y as saber cuntas viviendasse deban de construir y cmoactuar frente al fenmeno de laschabolas. Para las autoridadesuno de los mayores conflictosante los que se enfrentaban eraque el chabolista, una vez aban-donaba la chabola al conseguiruna vivienda, la alquilaba a otros

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    Estadstica chabolas. La Gaceta del Norte, 1961.

    30 La encuesta fue realizada por alumnos de la Universidad de Deusto chabola a chabola. Con-clusiones: 69 % careca de luz elctrica; media de personas viviendo en la chabola 5, menos dedos habitaciones por familia, sin agua. Cifra media de costo de una chabola 4.081 pts., el deuna semichabola de 23.700 pts., el de una casita 47.700 pts.; multiplicado por el nmero dechabolas 715, semichabolas 894, y casitas 3.776. Se haban gastado 213 millones albergando a26.000 habitantes. Otros datos: el 17 % tena una sola cama, el 40 % dos camas, el 30 % trescamas, el 9 % cuatro camas. Media de habitantes por familia cinco. Un 32 % no tiene ningunasilla, un 36 % una sola, un 27 % no tiene armario, un 47 % no tiene retrete, un 30 % no tieneradio, ni plancha elctrica, ni mquina de coser, ni hornillo elctrico, ni bicicleta. Para ir a poragua las mujeres invierten entre tres cuartos de hora a dos horas, en ir al servicio mdico entre10 minutos y una hora, en ir y venir del trabajo de una a dos horas diarias. La media de edadde los chabolistas era de 23 aos con un enorme nmero de nios, sin apenas ancianos. El 51 % eran peones sin especializar, un 20 % peones especializados, 1 % empleados, 19 % ofi-ciales. De los 26 suburbios existentes diez tienen escuelas. 1.316 nios no acuden a ningunaescuela. El 22 % de los padres era analfabeto, si bien el 27 % de los padres lean el peridiconinguna de las mujeres lo haca, menos an libros. Los suburbios una pesadilla que sealeja. En: La Gaceta del Norte, 12 marzo 1961.

  • recin llegados, por lo que persista el problema. Al igual que ocurri enotras ciudades se consideraban desde el consistorio bilbano qu solucio-nes eran ms viables para eliminar estos arrabales.

    Las reflexiones sobre la situacin en la que se encontraban aquellospegujaleros que llegaban a Bilbao con lo puesto, evidenciaba que concre-tar soluciones sobre aquel problema era sumamente difcil. Pues las auto-ridades se enfrentaban a una realidad que les sobrepasaba. Estos inmi-grantes haban vendido lo poco que tenan en sus poblados de origen,pensando que con ese dinero y el sueldo de su trabajo iban a poder acce-der a una vivienda. Pero ante la precariedad de viviendas y el preciodemasiado elevado de las que haba en el mercado, acabaran cayendo enmanos de explotadores y usureros que se aprovechaban de su situacin.Los terrenos en los que acababan eran explotados por los dueos o ter-ceras personas, que los adquiran para su posterior reventa, siendo unnegocio de parcelacin ilegal y de precios. Es ms, al amparo de las auto-ridades haban surgido y crecido numerosas organizaciones en la villaque se lucraban con el negocio, construccin, traspaso de chabolas yotros edificios considerados ilegales. Incluso las chabolas que bien seadquiran o construan, lo eran a precios demasiado elevados, en terre-nos olvidados por sus propietarios o en lotes en medio de urbanizacio-nes, donde se construan nuevos poblados de chabolas, algunos biendelimitados, pero eran en su mayora construcciones de una muy escasacalidad. Por lo que los chabolistas quedaban finalmente en una situacinde indefensin, al haber adquirido en propiedad unos terrenos que en elfuturo no iban a poder defender legalmente. Aun siendo consideradauna situacin del todo arbitraria, en cierto modo haba sido favorecidapor las autoridades, no porque no existiera una conciencia en resolver talproblema sino porque no les supuso inversin econmica alguna e hicie-ron la vista gorda con este tipo de construcciones.

    A las actuaciones conjuntas del Gobierno Civil y el Ayuntamiento deBilbao, tratando de estudiar y resolver este problema, la realidad seimpona y les terminaba por desbordar: a las deficiencias financieras sesumaba una constante afluencia de inmigrantes. El Gobierno Civil man-daba circulares a todos los ayuntamientos que en mayor medida sufranel chabolismo recordndoles la exigencia de cumplir con las ordenanzasen materia de construccin, y as evitar que se construyeran nuevas cha-bolas. Adems se les exiga que mandaran una relacin de las chabolas,propietarios de las mismas, del terreno, nmero de inquilinos y lugar detrabajo. Esta poltica, unida a la obligacin desde mediados los aoscincuenta de imponer multas, suspender las obras y derribo de las cha-bolas, result insuficiente. Incluso la polica, que tena encomendadas

    35

  • labores de vigilancia para que se cumplieran tales previsiones, fracas ensu cometido.

    El Ayuntamiento de Bilbao lleg a realizar un censo estadstico bas-tante completo sobre las edificaciones ilegales existentes y evidenciabaque se trataba de algo ms que de algunos grupos diseminados por eltejido urbano: se haba edificado una verdadera maraa de chabolas yotras construcciones que se hallaban en suelo privado o en aquel otroque el Ayuntamiento tena previsto como urbanizable. Las zonas mspobladas de chabolas se hallaban en Monte Banderas, Monte Cabras,Camino de Ugasco, Camino del Molino del Viento, Ciudad Jardn, Mira-mar (bajada del cementerio de Deusto), Paseo de los Caos, bajos delpuente del Pontn, bajos del puente de la Mina, barrio de San Ignacio,carretera de Castrejana, Campa de la Aparecida, Zorroza, falda de Alon-stegui en Monte Cobetas, camino de Cobetas, escombrera de Echeva-rra, falda de Artxanda, barrio de los Doce Amigos, barrio de BuenaVista, Va Vieja de Lezama, Masustegui, estrada de Masustegui, junto ala estacin de Basurto, Barrio Benito, Barrio San Antonio, el Peascal,Barrio de Entrembasaguas, La-rrasquitu, Monte Caramelo, TorreUrzar, Campa de los Ingleses,puente del Generalsimo, barrioSan Jos (Zorroza), Uretamendi,Camino de Arcocha, Camino deBerriz, Luis Brias (junto al ferro-carril de Santander), bajos puenteAvenida Jos Antonio, Capuchi-nos (junto al puente de Olavea-ga), Sagarmnaga, entrada y tra-vesa de Otxarkoaga, sendero deSan Agustn a Tartanga, Tartanga,Arriagas (Erandio), Aluceta, Ca-mino de Iturrigorri al Peascal,Basurto, Castrejana, barranco en-tre Berriz y Artxanda, cantera deArtxanda, Goirizaharra, Ibarsusi,Irusta y Ollargan31.

    36

    Chabolas. La Gaceta del Norte, 1959.

    31 Informes de la Polica armada y estudio sobre el chabolismo del arquitecto y concejal delAyuntamiento de Bilbao, Jos M Saldaa, para el consistorio. Circular en relacin chabolasen trmino municipal, Archivo del Ayuntamiento de Bilbao, Urbanismo, Orden 1960, Secc.XIV, Leg. 3.067, n 535. Chabolas Archivo Histrico Provincial de Bizkaia, Memorias delGobierno Civil de la Provincia, caja n 37.

  • En cambio, el denominado chabolismo invisible (tal y como se refe-ran desde la prensa al subarriendo) supuso un problema mucho msextenso que el del chabolismo. Se daba la situacin de que muchos de loschabolistas llegaban huyendo del subarriendo: al tener derecho a cocinase producan continuas discusiones y enfrentamientos entre las mujeresde las distintas familias con acceso a un nico fogn. Se daban confron-taciones, recelos y tiranteces en el trato, las molestias de unos y otros, ylos problemas morales del hacinamiento, creaban continuos desajustesen la convivencia. El Casco Viejo de la villa era una de las zonas dondemayor nmero de subarrendados se concentraba32. Pero supona un pro-blema para las autoridades, al no poder intervenir, dada la inexistenciade recibos que demostraran el subarriendo. Y si el subarrendado lo exi-ga se le echaba inmediatamente a la calle. Algunos de los problemas queiban implcitos al subarriendo eran: la estrechez en la habitabilidad, lafalta de higiene material y moral (segn la Iglesia, sobre todo por la faltade intimidad conyugal, con la carencia de suficientes camas por lo que setenan que compartir entre nios, adolescentes y adultos de diferentessexos). La Iglesia denunciaba esta situacin reiteradamente (al igual quecon el chabolismo), al considerar a la familia y dems valores cristianosen peligro. A esto ltimohaba que aadir el quelos alquileres fueran tanabusivos gracias a la per-misividad no slo de lasautoridades municipalessino de leyes como la deArrendamientos Urbanos.Los clculos realizadospor alumnos de la Uni-versidad de Deusto soste-nan cifras hasta entoncesinditas en la villa de Bil-bao, con la existencia de20.000 familias subarren-dadas con una media decinco miembros por fami-lia33.

    37

    Subarriendo. La Gaceta del Norte, 1959.

    32 Subarriendos. En: La Gaceta del Norte, 15 febrero 1959.33 Los alumnos de la Universidad de Deusto de Ciencias Econmicas dentro del seminario de

    estadstica realizaron este trabajo en un barrio intermedio de Bilbao huyendo de los que tenanproporciones abrumadoras de subarrendados o de aquellos otros en los que no existan.

  • Ambos problemas generaran varias reflexiones y suscitaran dife-rentes planteamientos: las propuestas locales que buscaban soluciones amedio y largo plazo se mostraron ineficaces para el Gobierno que laspretenda ms inmediatas y a corto plazo. Tal poltica si bien resultaraser un xito segn la propaganda oficial en ciudades como Madrid oBarcelona, no lo fue para Bilbao. En contra de esas portadas de peri-dicos que sostenan como exitosa la inmediatez de resultados al igualque en otras ciudades la contradiccin llegaba a travs de otras sor-prendentes noticias desde esos mismos medios, cuando aos ms tardeseguan siendo un problema la persistencia tanto del chabolismo comodel subarriendo34.

    38

    De las 2.137 viviendas sometidas a estudio, un 40 % eran de subarriendo, unas 870 familiasvivan en pisos cuyo inquilino titular era otro, el 60 % de las familias eran parientes de los queles haban cedido una habitacin. Era un promedio en el barrio de 1,40 familias por pisosiendo las subarrendadas de 2,36 familias por piso y un 6,18 promedio de personas. El 65 %de los subarrendados eran adultos y el 14 % menores de 14 aos. No haba ancianos y la mitadde los matrimonios eran recientes. La mayora de los subarrendados ocupaba una sola habi-tacin en la que se alojaban un promedio de 3,33 personas por habitacin, con una superficiede media de los cuartos de 8,50 m2. Insuficiencia de aireacin y soleamiento, eran destinadasal subarriendo las peores habitaciones. La media de camas daba a media cama por persona.Las mesas a un 0,23 % por familia y con receptor de radio un 7 %. De las viviendas ocupadasun 56 % eran de construccin moderna. Un 47 % eran oficiales de diversos oficios, un 23 %peones, 15 % peones especializados, y un 15 % empelados. El 23 % proceda de Bilbao y el 77 % eran inmigrantes. Hombres adultos nacidos en Bilbao 16 % y las mujeres un 23 %. De los inmigrantes un 39 % llevaba menos de 3 aos en Bilbao. La media por habitacin era580 pts., dependa del tiempo que llevabas cuanto ms tiempo menos dinero cuanto menostiempo ms dinero. A la pregunta que les hicieron de qu esperanzas tenan de conseguir unpiso: lo tena solicitado un 60 %, un 39 % pensaba que nunca lo conseguiran, un 31 % que loconseguiran pronto, un 23 % que costara un poco, un 7 % con una remota esperanza de con-seguirlo. El promedio de dinero que ofrecan para vivienda amortizable como primer pago erade 7.725 pts. Se necesitaba para paliar el subarriendo en Bilbao 25.000 viviendas. Otros datosque se aportaban era que buena parte de ellos no tenan un solo mueble porque no se les per-mita, lo cual daba lugar a una inestabilidad terrible dado que podan ir a la calle en cualquiermomento. Otros vivan bajo la amenaza de que si tenan ms hijos les iban a echar. Se esthaciendo la estadstica del subarriendo en Bilbao por alumnos de la Universidad de Deusto.En: La Gaceta del Norte, 3 marzo 1959. Ms de 20.000 familias, clculo aproximado y prudente,viven en Bilbao subarrendados pagando precios injustos. En: La Gaceta del Norte, 7 febrero1959; En el subarriendo agoniza el modo cristiano y humano de vivir de millares de fami-lias. En: La Gaceta del Norte, 9 marzo 1959.

    34 Chabolas invisibles. En: La Gaceta del Norte, 22 junio 1961; El triste mundo de los subarriendos. Problemas morales del subarriendo. Alquileres abusivos en subarriendos. En:La Gaceta del Norte, 20 julio 1961, En Bilbao en 1962 hay ms de 15.000 familias subarrenda-das. En: La Gaceta del Norte, 17 enero 1962.

  • 3. UN CAMBIO DE ACTITUD EN LAS PROMOTORASINMOBILIARIASURBANAS PRIVADAS

  • 41

    A tenor de las denuncias de la Iglesia y de ciertos medios de laprensa escrita, era un acto cuanto menos cuestionable: quienes ms bene-ficios obtenan de la mano de obra barata inmigrante los empresariosni haban cumplido con anteriores leyes que les obligaban a proporcio-nar vivienda a sus empleados, ni haban realizado actuaciones reseablespara resolver el dficit habitacional. Todo cambi cuando, desde elGobierno, se plante tratar de atraer a esta iniciativa privada, haciendode la construccin de viviendas un negocio, gracias a una serie de atrac-tivos incentivos a travs de leyes como la de Viviendas Subvencionadas35.Lo que provoc que los bancos y cajas de ahorro cambiaran en su actitudfrente a la construccin de viviendas.

    En 1959 haba, en toda la provincia, un total de 74 empresas relacio-nadas con la construccin. En la dcada de los cincuenta apenas se crea-ron nuevas, si exceptuamos algunos ejemplos como las promotorasinmobiliarias y constructoras: Constructora Alcorta, Ezga, Altamira,Sauto, Inmobiliaria San Jos, Previcasa. Tras lo cual comprobamos cmola inmensa mayora de empresas relacionadas con la construccin, lo fue-ron en el pasado al amparo de la ley de Viviendas Baratas, Protegidas y,sobre todo, las Bonificables, en la dcada de los cuarenta36.

    Pero resultara significativo, en contra de las previsiones por los efec-tos restrictivos del Plan de Estabilizacin Econmica, en unos pocosaos, el incremento en el nmero de promotoras inmobiliarias ira enaumento, dndose cifras extraordinarias hasta entonces desconocidas37.Para los bancos y cajas de ahorro las medidas econmicas adoptadas porel Gobierno fueron buenas y apenas se traduciran en efectos reseablespara ellos. Lo que s se produjo fue un incremento del ahorro a pesar dehaberse reducido el mercado, en cuanto a la adquisicin de viviendas, alcesar la especulacin de aos anteriores. La mentalidad que se daba entreestas entidades econmicas era bastante optimista en la pronta solucin

    35 Ver Memoria de los aos 1959 y 1960, de la Caja de Ahorros Vizcana. Archivo HistricoBBVA en Memorias y estatutos de sociedades, caja n 39.

    36 Anuario Financiero Ibez, 1961.37 Memoria de 1959 de la Caja de Ahorros y Monte Piedad de Bilbao. Archivo Histrico BBVA

    en Memorias y Estatuto de Sociedades, caja n 20.

  • del problema de la falta de vi-viendas, a travs de la actuacinconjunta del Ministerio de la Vi-vienda y de la iniciativa privadavizcana; bancos, cajas de ahorro,factoras e industrias, y los cons-tructores.

    No obstante, considerabanque si la edificacin fue uno delos ramos afectados en mayorgrado por las medidas estabiliza-doras debido al enorme dese-quilibrio entre el precio de la vi-vienda y el poder adquisitivo delos beneficiarios compradores dela misma, tambin se daba la in-congruencia de que sobraban vi-viendas vacas ofrecidas en venta,pero que debido a sus preciosdemasiado elevados, resultabaninaccesibles para los obreros (deah el subarriendo). Por lo queproponan al Gobierno que legis-lara a favor de una verdadera proteccin y ayuda a favor de la construc-cin de viviendas tanto en propiedad como en alquiler econmico, apesar de que las destinadas a la venta les resultaban ms rentables porsus enormes beneficios.

    La iniciativa privada, sin embargo, planteaba varias razones queconsideraba como serios obstculos a sus pretensiones: la duracinmedia en construir un edificio de viviendas era de dos a tres aos, por loque haba que encontrar algn medio que agilizara ms la construcciny abaratara los costes. As mismo los precios de los materiales no sufransensibles variaciones, por lo que el ritmo de las obras previsto seguiratal cual: era necesario rebajarlos an ms si pretendan resolver los pro-blemas en el dficit de vivienda de manera rpida y eficaz.

    Las consecuencias ms inmediatas de la poltica gubernamental fue-ron el aumento extraordinario en la construccin de viviendas subven-cionadas, en detrimento de las de alto precio y de lujo que desaparecancasi por completo. Pero no se cumplan del todo las expectativas del pri-vado, que contemplaba las de Renta Limitada incluso ms rentables que

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    Propaganda de Inmobiliaria Remar. La Gaceta del Norte.

  • las Subvencionadas por sus notables beneficios. Esta poltica llev, en unprincipio, a la normalizacin en la demanda y a que en el mercado desolares se dieran exiguos movimientos y escasas variaciones en los pre-cios. El Gobierno, de manera casi inmediata, respondi con ayudas queiran encaminadas a estimular la actividad constructora de viviendas,asignando miles de millones de pesetas al Instituto de Crdito de laReconstruccin Nacional y al Banco Hipotecario de Espaa38.

    Para las Cajas de Ahorro Vizcana y Municipal de Bilbao, los aos1958 y 1959, resultaron ser los aos de mayor actividad constructora, noslo a nivel provincial sino nacional. A pesar del tremendo esfuerzo delestado, complementado con la iniciativa privada, y viendo que se redu-ca el dficit, segua siendo insuficiente. En Bizkaia se terminaron en 1959unas 9.260 viviendas. Aun as, estas cifras quedaban lejos de las necesa-rias para resolver el problema, segn sostenan desde estas mismas enti-dades.

    La nueva coyuntura econmica tuvo un inicial efecto demoledor enlas inmobiliarias bilbanas: haban disminuido las obras, el ritmo deconstruccin y se haban suspendido muchas obras por la contraccin enla demanda, siendo los rendimientos de explotacin restringidos y sesuspendan las polticas de dividendos. Pero todo result ser un espejis-mo que apenas se sostuvo. Desde ese momento las inmobiliarias dejabanen suspenso su poltica de adquirir terrenos en las zonas ms cntricasde la villa para realizar edificaciones lo ms rentables econmicamente(como en Alameda Rekalde o Rodrguez Arias), y comenzaban a acome-ter la construccin de viviendas econmicas en los solares menos cntri-cos, como Banderas de Vizcaya o Licenciado Poza, pero que resultaranms rentables gracias a la poltica de subvenciones del Gobierno39. Casos

    43

    38 El poder pblico haba facilitado al Banco Hipotecario las posibilidades financieras para quecumpliera con sus obligaciones para con la construccin de viviendas subvencionadas y derenta limitada de acuerdo con el programa nacional de inversiones y el Plan de Estabilizacin.Crditos destinados a la construccin de nuevas viviendas sociales y prstamos para accedera la vivienda en propiedad. Banco Hipotecario de Espaa, en Archivo Histrico BBVA, Memo-ria y Estatutos de Sociedades, caja n 108 y n 109. El Instituto Nacional de Crdito a laReconstruccin en 1961 pasara a ser Banco de Crdito a la Construccin. Ver captulo de prs-tamos, primas y subvenciones, financiando numerosas viviendas unas 47.000 con una inver-sin total de 2.193.659.189 pesetas en Memoria del Banco de Crdito a la Construccin de 1962en Archivo Histrico BBVA, Memoria y Estatutos de Sociedades, caja n 102.

    39 Se haba pasado de planes rentables de edificacin adquiriendo terrenos urbanizables en luga-res cntricos, en terrenos inmejorables de Alameda Recalde, Rodrguez Arias quedaban ensuspenso las construcciones previstas y se empezaban a acometer en Licenciado Poza y Ban-dera de Vizcaya construcciones de vivienda social que resultaba ms rentable dada la polticade subvenciones del Gobierno. Tambin se daban ejemplos como con los terrenos de Arangoitien Deusto en donde la inmobiliaria Berriz acometera importantes actuaciones en vivienda

  • como el de la Inmobiliaria Berriz, que acometera importantes actuacio-nes en Arangoiti (Deusto) y otras inmobiliarias, sobre todo las que seaprovecharon de la nueva legislacin, fueron adquiriendo los solares quequedaban en el casco urbano y completando una trama sin acabar. Sinolvidar aquellas otras que lo hacan en las nuevas oportunidades desuelo que ofertaba la periferia.

    La Cmara Oficial de Comercio, Industria y Navegacin de Bilbaofomentaba la labor de las inmobiliarias privadas como un gran negocioadems de valorarlas como herramientas para paliar el dficit en vivien-das existente. Tambin trataba de suscitar un inters por las solucionesplanteadas en ciudades como Madrid o Barcelona, as como estimular laconstruccin de viviendas desde la iniciativa privada, que haba sidoobstaculizada por la escasez de materiales, la poca perspectiva de una

    44

    Reizbal-La Fuente. Proyecto 533 viviendas.

    social haba terminado en 1959 un grupo de 103 viviendas y comenzado con otro de 246viviendas. Ver balance de 1959 en Junta General de Accionistas de 1960 de Inmobiliaria Berrizen Archivo Histrico del BBVA, Memorias y Estatuto de Sociedades, caja n 343.; Memoria 1959Edificadora Espaola Sociedad Inmobiliaria Annima, Bilbana de Edificacin S.A. BILBASAen Archivo Histrico del BBVA, Memoria y Estatutos de Sociedades, caja n 198.

  • buena renta y la competencia de la construccin40. En cambio, para laCmara de la Propiedad Urbana de Vizcaya el mayor problema era elperjuicio que causaba la Ley de Arrendamientos Urbanos, cuya priori-dad ms inmediata pasaba por actualizarla y tratar de atraer al privadoa la construccin de viviendas pero en rgimen de alquiler, ya que la pro-piedad era una solucin a ms largo plazo. Otro de los problemas mspreocupantes para los bancos y cajas de ahorro eran las actuaciones deaquellos pequeos inversores y especuladores quienes, gracias a la legis-lacin entonces vigente, adquiran pisos sobre plano mediante pequeasaportaciones iniciales para revenderlos posteriormente con un aumentodel 25 % del precio inicial. As que los bancos y cajas de ahorro plantea-ban deshacerse de unos incmodos competidores: exigan al Gobierno,utilizando el lxico del momento, combatir aquella especulacin41.

    La poltica desde el Ministerio de la Vivienda apoyado por el deHacienda, promovera toda una serie de cambios legislativos, con la pre-tensin de hacer un negocio de la construccin de viviendas. La inicia-tiva privada le respondera con la entrada en tromba en un sector que lereportara cuantiosos beneficios. Esto ltimo le llevara a permitir plan-tear, a partir de entonces, cules seran las pautas constructivas y de cre-cimiento de la villa de Bilbao. A pesar de suscitarse propuestas que ibanms all de una pronta solucin al problema de la vivienda, stas que-daban finalmente lejos de las pretensiones ltimas del privado, que locontemplaba como una actividad econmica ms.

    40 SNCHEZ RIVERA, J.: Un gran negocio. En: Informacin n 1.031, 15 mayo 1959.41 TORRESANO, J.: El eterno problema de la vivienda. En: Informacin n 1.044, 30 noviembre

    1959.

    45

  • 4. ALGUNAS PROPUESTAS DE LOS CONSTRUCTORESBILBANOS EN TORNO AL DFICIT HABITACIONAL:ANTONIO MENCHACAY EMILIANO VAQUERIZO

  • Durante aos, constructores como Antonio Menchaca llevaban de-nunciando la situacin existente y planteando posibles soluciones. Venaconstruyendo varios grupos de viviendas para obreros, que una vez ter-minados, los donaba a los Ayuntamientos u otras entidades pblicas.

    Este constructor planteaba a finales de los aos cincuenta que lasolucin estaba en construir viviendas ultra econmicas con un costeadecuado a los medios de los obreros. Esto le llev a elaborar, dada suexperiencia, un proyecto-tipo de vivienda con un coste de 40.000pts./unidad. Era una vivienda con una superficie total de 33 m2, para seispersonas. Las camas medan 0,7 m de anchura, a fin de evitar hacina-mientos. En el cuarto para el matrimonio propona dos camas y mesillaen medio. En otro cuarto, se situaban dos literas superpuestas y otras dosen un amplio arco remitido, que formaba la cocina: de da, remitidas ensus fundas de cretona, las literas servan de asientos, dando a la estanciaaspecto de cuarto de estar. De noche, al levantar el respaldo se conver-tan en dos literas superpuestas. Tena armarios empotrados encima delas literas y ms armarios detrs delas puertas de comunicacin de lacocina con los cuartos. De esta mane-ra, al abrirse las puertas ellas mismascerraban los armarios. Adems estetipo de vivienda contaba con uncuarto de aseo con ducha, inmediatoa la entrada de la vivienda.

    Para Menchaca, nicamente conlas aportaciones particulares, a fondoperdido, no era posible resolver elproblema. Ni la accin oficial bastaba.Era preciso interesar al privado conun plan bien estudiado no como unnegocio de gran rendimiento econ-mico, sino en un grado intermedio42.

    49

    Proyecto vivienda tipo Antonio Menchaca.

    42 Por cuarenta mil pesetas cada una se pueden construir viviendas en grandes bloques paralos ms necesitados: proyecto de un bilbano frente al problema. En: La Gaceta del Norte, 31diciembre 1958.

  • Su proyecto de viviendas deba realizarse inicialmente con aporta-ciones particulares, construyendo un gran bloque, que servira de mo-delo demostrando que podan construirse este tipo de viviendas y a eseprecio. Posteriormente estudiara el planteamiento econmico rentablepara la construccin de otros bloques similares que interesaran a la ini-ciativa privada.

    Para este promotor se daban tres tipos de usuarios: uno, los inmi-grantes que llegaban con el dinero de la venta de su casa y tierra, queeran los que podan pagar el costo total de la vivienda; dos eran los quepodan amortizar en un plazo breve de 3 a 5 aos; y el tercer tipo lo cons-tituan aqullos que, por sus ingresos ms reducidos, podan amortizarlaen un plazo ms largo. En los dos primeros casos era posible un clculoa base de unos intereses razonables, teniendo en cuenta que la finalidadde la inversin poda interesar al privado. A pesar de no tener datoscompletos de rentas, ni qu amortizacin se poda fijar para este tipo deviviendas, s vea factible que los capitales invertidos tuvieran una renta-bilidad interesante, multiplicando el nmero de viviendas. Se trataba deresolver el problema siendo realistas, rpidos y eficaces, de acuerdo a losmedios del obrero.

    Otros constructores como Vaquerizo planteaban unas condicionesptimas de compra de las viviendas. La idea era obtener una vivienda enpropiedad sin tener que pagar plazo alguno de entrada. En otras actua-ciones que haba realizado, en Rekaldeberri, su propuesta pasaba porque se pagaran en treinta aos por mensualidades. Para sus trescientastreinta viviendas proyectadas en Deusto planteaba llegar a la propiedadabonando, en concepto de amortizacin, mensualidades incluso msbajas que las que corresponda pagar en calidad de inquilinos43.

    Algunos de estos constructores bilbanos llegaban a proponer desdeun tipo de vivienda ultra econmica hasta qu forma de pago resultarams econmica para que el usuario accediera a una vivienda en propie-dad. Tales planteamientos se sumaran a otros cuya principal idea pasabapor resolver el dficit habitacional de los obreros en Bilbao y en toda laComarca del Gran Bilbao, pero dadas las circunstancias existentes pare-ca que todo resultaba exiguo.

    50

    43 El constructor bilbano seor Vaquerizo ha revolucionado las condiciones econmicas en laventa de pisos. En: La Gaceta del Norte, 27 agosto 1959.

  • 5. EL TCNICO Y PROMOTORJOS LUIS CALVO CASAS Y EL SISTEMA DEPREFABRICACIN PESADAFIORIO

  • De desconcertante se podra describir la situacin de la industria dela construccin en Vizcaya. A la escasez de ciertos materiales debamosaunar un consumo elevado de elementos constructivos, una industriafragmentada, de productividad baja y con necesidad de grandes inver-siones. En suma, una construccin anticuada y tradicional que chocabacon aquellos nuevos criterios constructivos que abogaban como posiblesolucin al dficit habitacional por la industrializacin.

    Mientras, se daban experiencias a tener en cuenta tal y como sea-laba el profesor Sambricio con el concurso de viviendas experimentalesde 1956 en Madrid. No slo serviran para potenciar el debate sobre laconveniencia de la normalizacin, sino tambin para establecer cul serael camino a seguir para desarrollar desde la normalizacin el mercadoindustrial de materiales autctonos44.

    Casos como el del bilbano Jos Luis Calvo Casas, que a la faceta detcnico una la de promotor, planteaban ir ms all. En 1957 empez apensar en algn sistema que abaratara la construccin para hacer ase-quible la vivienda a los econmicamente ms dbiles. Ante esta situa-cin march a Francia, a seguir de cerca la evolucin de los sistemas de

    53

    Viviendas experimentales. Sainz de Oiza Arquitectura. 1959.

    44 SAMBRICIO, C.: Contemporaneidad vs. Modernidad. El concurso de vivienda experimentalde 1956. En: AA.VV.: La vivienda experimental. Concurso de viviendas experimentales de 1956, Fun-dacin Cultural COAM, Madrid 1997.

  • prefabricacin pesada, tan de moda. Se decidi finalmente por el sistemaFiorio, por entender que era el ms acertado para sus propsitos45.

    El por entonces Ministro de la Vivienda y arquitecto bilbano, JosLuis Arrese46, con su poltica de inmediatos resultados para resolver elproblema de la vivienda, sostena por encima de otras consideraciones,la validez de adaptar aquellos sistemas de otros pases. Desde que enuno de sus viajes a Pars47, pudo comprobar las experiencias de la inicia-tiva pblica francesa con estos sistemas de prefabricacin puesto quehaban construido en la periferia de Pars o Marsella poblados enteros deviviendas prefabricadas. Casi de manera inmediata se empezaron aplantear grupos de viviendas prefabricadas, tanto en Madrid como enBarcelona, as como se instalaban las primeras fbricas necesarias paraconstruir en los polgonos del INV48. La Delegacin del Ministerio de la

    54

    45 Frente a la construccin tradicional y a la escasa investigacin sobre la industrializacin de losprofesionales bilbanos, aparecan tcnicos como Calvo Casas que estudiaban, investigaban yviajaban, tratando de fomentar este tipo de sistemas constructivos de prefabricacin pararesolver el problema de la vivienda. BILBAO, L.: La vivienda en Bilbao: Los aos sesenta,aos de cambios. En: Revisin del Arte Vasco entre 1939-1975, Eusko Ikaskuntza, Ondare 25,Donostia, 2006. pp. 248-249.

    46 Jos Luis Arrese y Magra nacido en Bilbao en 1905, arquitecto por la Escuela de Madrid, militen Falange Espaola desde 1933; idelogo de la Falange, tras la Guerra Civil detent cargoscomo Gobernador Civil y Jefe Provincial de la Falange. Cre la Obra Sindical del Hogar; en 1941 era nombrado Ministro Secretario General del Movimiento. En 1957 era nombradoMinistro de la Vivienda hasta 1960 ao en el que dimiti. Fue Procurador en Cortes todas laslegislaturas, Consejero Nacional del Movimiento y Consejero del Reino.

    47 Arrese visit una fbrica de prefabricacin en donde comprob que los tabiques y muros sa-lan con las cercas de puertas y ventanas dando economa de tiempo y mano de obra. 300 milviviendas se estn edificando en los suburbios de la capital francesa. En: La Gaceta del Norte,1 octubre 1959.

    48 Ante los tiempos actuales exigan procedimientos modernos, de forma masiva y rpida obli-gaba a ir ms all de los mtodos tradicionales. En este caso con el sistema francs PROECAen 240 viviendas en San Cristbal de los ngeles en Madrid que si resultaba satisfactoria seharan ms planes con este sistema de prefabricacin pesada. La construccin en Madrid deviviendas prefabricadas. En: Urbis n 28, 1960. Durante el Primer Congreso Nacional deUrbanismo se foment entre los asistentes estos sistemas de prefabricacin franceses visitandola primera fbrica en Barcelona de viviendas prefabricadas y sorprendi a los congresistas.ULSAMER, F.: La prefabricacin total de edificios. En: Cpula n 123, enero 1960. La expe-riencia de la Obra Sindical del Hogar en poblaciones con problemas de carcter naturales o dechabolismo utilizaron viviendas prefabricadas; 916 viviendas prefabricadas tipo EXA en Gra-nada. En: Hogar y Arquitectura n 45, marzo/abril 1963. 6.083 viviendas de absorcin enFuencarral y Vallecas con sistemas de prefabricacin desmontables. En: Hogar y Arquitecturan 46, mayo/junio 1963. FERNNDEZ ORDEZ, J.A.: Prefabricacin en hormign armadoy pretensado. En: Hogar y Arquitectura n 52, mayo/junio 1964. Casa prefabricada Durisol.En: Cuadernos de Arquitectura n 46, 1961. Algunas actuaciones realizadas con sistemas de pre-fabricacin pesada de origen francs: edificio del Patronato Municipal de la Vivienda de Bar-celona, Polgono de Ciutat Badia con el sistema Tracoba, Bellvitge con el sistema Stiot, enMoratalaz con el sistema CSB, en Pamplona con el sistema Costamagna, en Cerdanyola yAlcal de Henares con sistema Tracoba, y en Las Palmas con el sistema Camus.

  • Vivienda en Bilbao, ante el problema del subarriendo, promova y plan-teaba la posibilidad de utilizar estos sistemas.

    Frente a la realidad de Bilbao, cuyos sistemas de construccin erantradicionales, a pesar de existir una tendencia hacia la racionalizacin,mecanizacin y sistemas dimensionales coordinados, se sostena comoposible y necesaria la industrializacin de la construccin. Las ideas quellegaban a travs del ITcc, eran explicativas de aquella nueva mentalidad:ante la llegada de los nuevos materiales y sistemas se daban nuevas pers-pectivas para la industrializacin de la construccin, pero se daba unaescala modesta en el comercio internacional de elementos de la construc-cin, de la cual Espaa se deba de aprovechar y sobre todo Bilbao a tra-vs de su puerto.

    A la vez que se trataba de fomentar una poltica cientfica con msinvestigacin tcnica y ms ense-anza, se quera difundir lainquietud por la ciencia, fomentarla curiosidad por sus adelantos yel orgullo por sus xitos, a travsde los medios de comunicacin,creando un inters y un ambientepropicio. Desde ciertas experien-cias y a travs de las conclusionesa las que llegaron aquellos tcni-cos del ITcc., que asistieron aCongresos sobre la industrializa-cin en el extranjero, proponansirviera de punto de partida paraenfocar disciplinas subdesarrolla-das en Espaa, as como aquellaspremisas necesarias para incorpo-rarse de manera inmediata a laindustrializacin49.

    A partir de la experiencia que se inici en el polgono de

    55

    49 NADAL, J.: La evolucin de la industria de la construccin. En: Informes de la Construccinn 161, junio 1964. AGUIRRE DE YRAOLA, F.: El proceso de desarrollo de la industria de laconstruccin. En: Informes de la Construccin n 162, Julio 1964. AGUIRRE DE YRAOLA, F.:El Congreso de Praga. En: Informes de la Construccin n 164, septiembre 1964. Estacin deservicio construidos con elementos prefabricados. En: Cpula n 154, agosto 1962. ERSKINE,M.: Casas prefabricadas en Inglaterra en media hora. En: Cpula n 168, octubre 1963.

    De la Hoz, R.: Plan de industrializacin deconstruccin de viviendas. Arquitectura n 18,

    junio 1960.

  • Otxarkoaga, con el sistema constructivo de prefabricacin pesada Fio-rio a travs de la constructora Fuentes y del aparejador Calvo Casasprosiguieron toda una serie de actuaciones en Bizkaia, Araba y Santan-der. La utilizacin de este sistema en actuaciones en vivienda en verticalo en edificios escolares, vena a corroborar las posibilidades de este sis-tema en Bilbao donde, ante la escasez de suelo, no faltaran proyectos derascacielos; y, ante el tremendo dficit de colegios, con el plan municipalde construcciones escolares, era ms que factible, como alternativa, utili-zar este sistema50. Gracias a este optimismo sobre todo econmico seconstituyeron varias empresas dedicadas a la prefabricacin de vivien-das o a la venta de materiales constructivos prefabricados51. El PlanNacional de la Vivienda lo trataba como un recurso que estaba pordemostrar, y su utilizacin exigira tiempo y dinero. Ni siquiera el primerPlan de Desarrollo Econmico y Social lo favorecera. Sin embargo, seiniciaron algunos cambios legislativos desde el Ministerio de la Viviendaque s propugnaban cierta posibilidad y apuesta por estos sistemas52.

    Pero no hemos de olvidar aspectos de suma trascendencia que avala-ban el cambio en la trayectoria de la historia de la construccin. A tenorde las consecuencias de aquella poltica, llevada a cabo desde el ITcc (hoyInstituto Eduardo Torroja) se foment este tipo de sistemas. Se acerc alprofesional, a travs de sus publicaciones y seminarios, todo aquello inno-vador que se realizaba en Espaa o que llegaba desde Europa y EE.UU.53.

    Desde Bilbao, instituciones como el laboratorio Leandro Jos Torrn-tegui, adscrito a la Escuela de Ingenieros, realizaban estudios y ensayossobre la construccin. La idea era suscitar, entre quienes estaban relacio-nados con la construccin, las capacidades de este centro de investiga-

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    50 El sistema Fiorio se utiliz en el Colegio Las Mercedarias de Lujua. Sobre la prefabricacinen edificios escolares ver BUSSAT, P.: Prefabricacin en edificios escolares. En: Arquitecturan 54, junio 1963.

    51 Poly-Plac Ibrica, Precosa, Prefabricados Ygla, Pericn, Previcasa consultar Anuario Finan-ciero Ibez, Bilbao 1966 y la revista Informacin 1960 a 1964 en su apartado de constitucinde nuevas sociedades.

    52 Decreto 7 febrero 1963, Ministerio de la Vivienda, Construccin, Necesidad de autorizacin desistemas de prefabricacin. En: Boletn Gaceta, 16 febrero 1963. Decreto 26 diciembre 1963 Pre-sidencia IETcc facultado a extender documentos de idoneidad tcnica de materiales no tradi-cionales. En: Boletn Gaceta, 11 enero 1964. Consultar Informes de la Construccin n 157,enero/febrero 1964.

    53 Prefabricacin. En: Informes de la Construccin n 113, agosto/septiembre, 1959; Informes de laConstruccin n 118, febrero, 1960. Arquitectura e ingeniera, arte y tcnica. En: Informes de laConstruccin n 119, marzo 1960. Caractersticas y fabricacin de viviendas en la construccinde grandes elementos. En: Informes de la Construccin n 123, agosto/septiembre 1960. Pri-mer Congreso y exposicin internacional de la prefabricacin en Miln. En: Informes de laConstruccin n 134, octubre/noviembre 1961.

  • ciones y las posibilidades de los nuevos materiales y sistemas sobre losque iban estudiando54. Incluso desde la ECB Viviendas de Vizcaya en sulabor constructiva en la provincia, si bien se reconoca que los mtodosconstructivos estaban a un nivel muy alejado del europeo por la falta derapidez en la ejecucin de las obras y el consiguiente encarecimiento delos precios, haban empezado a emplear en sus viviendas materialesprefabricados, con la utilizacin de sistemas con patente francesa. Ellosupona una mejora y abaratamiento de las obras55.

    Arquitectos con una trayectoria de investigacin sobre sistemasconstructivos innovadores como De la Hoz desde la revista Arquitec-tura sostenan la necesidad de un plan de industrializacin nacional dela construccin de viviendas. ste vendra auspiciado, desde el Ministe-rio de la Vivienda, realizando una extensa informacin de los sistemasexistentes junto a un estudio de las ventajas e inconvenientes. As seaprovechara la experiencia ajena para empezar el camino de la indus-trializacin56. Al igual que Albiana, desde el ITcc, era favorable a la revi-sin de los mtodos constructivos y a sustituirlos por los de prefabrica-cin (supuestamente ms rpidos y econmicos57).

    A pesar de que la prefabricacin pesada pasaba por ser un innova-dor sistema constructivo, que poda resolver el dficit habitacional,

    57

    54 Memoria de los servicios prestados a la industria, organismos y particulares hasta el ao1962. En: Patronato de los laboratorios de ensayos e investigacin industrial Leandro Jos Torronte-gui, Bilbao 1962.

    55 Viviendas de Vizcaya celebr su Junta General. En: El Correo Espaol/El Pueblo Vasco, 29 sep-tiembre 1963. Proyecto de 30 viviendas subvencionadas prefabricadas en San Salvador delValle, Vizcaya, para S.E. de C. Babcock Wilcox por EBC Viviendas de Vizcaya, 1964. Archivodel COAVN, Delegacin de Bizkaia, Bilbao, Exp. 47, C 1.033.

    56 DE LA HOZ, R.: Plan de industrializacin de construccin de viviendas (estudio para la pre-paracin de trabajos previos). En: Arquitectura n 18, junio 1960.

    57 ALBIANA, S.: Problemas de arquitectura en la edificacin prefabricada. En: Monografasdel ITcc, n 209, Madrid 1960.

    Rev. Arquitectura n 18. Junio 1960.

  • acabara siendo desechado. Haba continuas quejas de los arquitectos,promotores y usuarios, al ser adaptado sin pensar en las consecuencias.Chocaba no solo con una mentalidad tradicional sino que como negociotampoco interesaba por su, finalmente, escasa rentabilidad.

    Nos encontrbamos en unos momentos en los cuales se utilizabansistemas basados en experiencias de todo aquello que llegaba del extran-jero. Primaban las soluciones a corto plazo y lo de otros pases siempreera visto como mejor que lo propio, por encima de cualquier otro crite-rio58. La mano de obra inmigrante, sin cualificar, entraba en la construc-cin, por lo que los sistemas constructivos innovadores que eliminabanla mano de obra chocaban con los criterios de la iniciativa privada, apesar de sus inmediatos resultados. Tanto para los dirigentes bilbanoscomo para los de Madrid, la construccin tradicional significaba dar tra-bajo a miles de inmigrantes, por lo que servira de contencin del paro.No le interesaba ni siquiera a la iniciativa privada invertir cuantiosassumas en remodelar la industria de la construccin y menos no podercontener el flujo migratorio, por los perjuicios urbansticos que podaocasionar, encaminndolo hacia la construccin, con sueldos muy bajos.

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    Detalle sistema Fiorio. 30 viv. S. Salvador. Archivo COAVN Bizkaia. Exp. 47, C 1.033.

    58 BILBAO, L.: Algunas consideraciones sobre la historia de la industrializacin de la construc-cin de viviendas durante el Desarrollismo (1960-1975): la aportacin bilbana al debate de la in-dustrializacin de la vivienda. En: Informes de la Construccin n 502 abril-junio 2006, pp. 49-62.

  • 6. AGUSTN DE LA HERRN:UNA PROPUESTA BENFICAY CRISTIANA PARA LASOLUCIN DEL PROBLEMADE LA VIVIENDA

  • La intensa campaa, a tenor de los numerosos artculos de La Gacetadel Norte firmados por Agustn de la Herrn en febrero de 1959, pro-fundo conocedor de la problemtica habitacional en Bilbao, confirma-ban la importancia de la Iglesia Catlica y de la prensa escrita en la solu-cin59. Abogaba por resolver el dficit habitacional en la villa a travs de una entidad constructora benfica. sta se basaba en la experiencia deViviendas Municipales Sociedad en Comandita, aprovechando tanto lasaportaciones econmicas de los futuros usuarios como las del resto de lasociedad bilbana. Tomaba como modelo la caridad cristiana, adems deelemento de cohesin. Reconoca que exista una buena disposicin en lasociedad para resolver el problema de la vivienda, pero faltaba coordi-nacin y accin. A la accin oficial propona aunar la econmica. Plantea-ba buscar un tipo de vivienda que sirviera como referencia, adems demejorar y dignificar las ya existentes. Esta frmula ya la haba tomadoPlcido Careaga, presidente de la Diputacin Provincial, cuando se

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    59 Agustn de la Herrn haba sido concejal del Ayuntamiento de Bilbao entre 1938 y 1942. Fueel creador de la sociedad comanditaria Viviendas Municipales y de su frmula econmica. Suprimera iniciativa como concejal fue proponer la implantacin de recargo sobre solares sinedificar, que autorizaba la ley para destinarlo a favorecer la solucin al problema de la vivien-da. La iniciativa prosper y el recargo fue establecido, recaudndose desde entonces trescien-tas mil pesetas anuales. Conseguido el primer paso, estudi la posibilidad de constituir unaempresa mixta municipal que se dedicase a la construccin de viviendas en alquiler, desarro-llando el proyecto de organizacin y formulando sus estatutos. Todo ello basado, segn reco-noca el propio De la Herrn, en una entidad constructora municipal de Miln (Italia). La cualposea buena parte de la propiedad urbana de Miln. Con este patrimonio, serva de base eco-nmica para impulsar una marcha progresiva, aumentando la riqueza alentada por el doblecrecimiento del nmero de viviendas construidas y de la continua plusvala de la revaloriza-cin. El xito de este sistema en la villa de Bilbao, suscit la necesidad de que se publicara unfolleto sobre esta experiencia y se enviara a todos los municipios ms importantes de Espaa.Este concejal dara una serie de conferencias por esos municipios ya que no tena conoci-miento de que se hubiera realizado algo similar, y lo consideraba como la realizacin demayor importancia de carcter social en Espaa en rgimen de aportaciones privadas de capi-tal y en beneficio de los inquilinos. Desde entonces VMSC se basa en dos formulaciones: una,la de poder contar con una fuente privada de recursos al margen de todas las otras posibili-dades de cooperacin que pudieran obtenerse de las entidades pblicas; otra, hacer fuerte estaorganizacin para que su desarrollo econmico fuera progresivo. As, para su funcionamiento,tanto el Ayuntamiento como Viviendas Municipales le aportaban suelo en donde poder cons-truir adems de ofrecerle las rentas de los antiguos grupos de Casas Baratas, un aval munici-pal que garantizaba las acciones emitidas, libres de impuestos, solvencia y garanta de cobrodel dividendo por parte del accionista. Uno de los beneficios al hacerse con las acciones era elaliciente de otorgarle el derecho de asignar inquilino.

  • oficializ el Plan de Urgencia Social. De la Herrn reconoca una insufi-ciencia cuantitativa a pesar de las numerosas actuaciones llevadas a cabohasta ese momento60. En contra de las soluciones aportadas por el Estado,propona que fuera la propia sociedad la que lo hiciera, aunque se consi-deraba necesaria la aportacin estatal, pero nicamente como supletoriay estimulante.

    La vivienda tipo propuesta era de determinadas medidas, luces, vis-tas, aireacin y servicios sanitarios. Una vivienda mnima, en condicio-nes tcnicas, en espacio y en costes, con una unificacin de criterios. Unavivienda social que estimulaba la aportacin de medios en beneficio dela obra comn. Se aprovechaba la mano de obra de los propios benefi-ciarios y sus aportaciones econmicas, en forma de rentas, con un reinte-gro gradual de capitales. La accin sera de mayor eficacia al atenderseen el menor tiempo posible y con los mismos medios al mayor nmerode familias, siendo la sociedad civil la que llevase el peso liberando alestado del problema de la vivienda.

    Sostena el autor que era necesario el espritu y rgimen de empresaen la solucin cristiana del problema de la vivienda. A pesar de ese esp-ritu empresarial de los bilbanos, culpabilizaba a esta misma sociedad dehaber ignorado la realidad, de sobreestimar la actuacin al amparo de lareglamentacin, de la tcnica, de la higiene y del dinero. La solucinpasaba por crear una empresa inmobiliaria basada en lo benfico. Lorecordaba desde un artculo, en La Gaceta del Norte, cuando se constituy16 aos atrs la empresa inmobiliaria exenta Hogar Popular, S.A.. Unalo benfico con lo mercantil, para solucionar el problema de la vivienda.Si desde el consistorio era cosa de Viviendas Municipales S. en C., desdela calle lo sera Hogar Popular61.

    Los datos que aportaban Viviendas Municipales S. en C. eran lo sufi-cientemente elocuentes por s mismos. Hasta 1959 haba construido 1.954viviendas y tena otras 346 en construccin, con un capital invertido de157 millones. Tena en proyecto otras 1.400 viviendas, que seran realiza-das con aportaciones de capital privado. Asuma por eso que HogarPopular sera el instrumento para eliminar el chabolismo y el sub-arriendo. Posea un sistema similar al de Viviendas Municipales S. en C.a travs de acciones, con las rentas obtenidas de las construcciones, su-mas ajenas administradas en rgimen de gestores y recibiendo donativos.

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    60 DE LA HERRN, A.: Hay buena disposicin en Bilbao para resolver el problema de lavivienda: faltan coordinacin y accin. En: La Gaceta del Norte, 11 febrero 1959.

    61 DE LA HERRN, A.: Espritu y rgimen de empresa en la solucin cristiana del problema dela vivienda. En: La Gaceta del Norte, 16 febrero 1959.

  • Este modelo, empleado por el Ayuntamiento, era considerado porDe la Herrn la solucin ms acertada, basada en una frmula de rota-cin progresiva de capitales. As, Hogar Popular cubra con su actividadel fallo social de la colectividad. Se basaba en la idea municipal sobre tresbases econmicas que la sociedad estaba llamada a aprovechar: una, lade los donativos para invertir en la mejora e higienizacin de los hoga-res ms pobres y abandonados; dos, las aportaciones en forma de prs-tamos o capitales retribuibles con bajo inters para invertirlos en la cons-truccin de viviendas de renta reducida y mnimo costo; y tres, lasaportaciones econmicas y la mano de obra de los usuarios62.

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    62 Hace 16 aos se constituy en Bilbao una sociedad que pudo evitar en gran parte la agrava-cin del problema de la vivienda En: La Gaceta del Norte, 12 febrero 1959. Naca en 1943 perofaltaron apoyos econmicos y de otro tipo pero abogaban que era el momento de recuperarla.Inspirada su creacin por el Papa Po XII, esta sociedad con finalidad social y forma mercan-til denominada Hogar Popular, S.A. que sacrificaba la construccin de algunas viviendas demejor calidad por la de muchas de no tan buena, con renta fcil y al alcance de cualquiera.Con una frmula de acciones con un inters mximo acumulativo del 3,5 % anual, suscritaspor quien fuera, reduciendo a ese tipo la renta del capital invertido en beneficio de unas ren-tas mnimas de los arrendatarios de las viviendas. Esta sociedad peda la colaboracin de pro-fesionales, financieros y tcnicos gratuitamente. Los que colaboraban podan adjudicar lasviviendas, tendra la finalidad de prestacin de iniciativas, de medios tcnicos, de su organi-zacin y experiencia, realizando gestiones para impulsar y favorecer desinteresadamente laconstruccin de viviendas de otras entidades. En Santander, Hogar Popular realiz importan-tes obras, en Bilbao haba llegado el momento de impulsarla. HERRN, A.: El capital privadoen la solucin del problema de la vivienda. Una experiencia ejemplar. Un proyecto para los municipiosespaoles. Publicaciones de Hogar Popular, S.A., Bilbao, 1945.

    De la Herrn. La Gaceta del Norte, 1959.

  • Poda suponerse por algunas de estas ideas que estaba al tanto de lapoltica en vivienda llevada desde Madrid que as lo era, pero no eranada innovador: no haca sino recoger los mismos planteamientos que yahiciera en 1951 en el mismo diario y ante el mismo problema63. Sabedorque la problemtica de Bilbao era su crecimiento y prosperidad econ-mica, con este modelo propuesto servira como parte de la solucin, puesera consciente de su insuficiencia como instrumento que ordenara losesfuerzos econmicos y tcnicos de la sociedad bilbana en beneficio delos ms necesitados. Los chabolistas y subarrendados formaba