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Íñigo López de Mendoza y Mendoza (1512-1580) fue el tercer Marqués de Mondéjar y cuarto Conde de Tendilla. Era hijo de Luis Hurtado de Mendoza y nieto de Íñigo López de Mendoza. Imagino que en su actitud como noble influyó tanto la existencia de sus afamados padre y abuelo como la de sus asimismo nobles tios. Estuvo casado con María de Mendoza y Aragón, hija del Cuarto Duque del Infantado (llamado también Íñigo López de Mendoza). Fue el penúltimo Mendoza que fue "realmente" Alcaide de La Alhambra, siendo nombrado en 1543 cuando su padre Luis Hurtado aceptó el cargo de Virrey de Navarra. Junto con la Alcaidía, su padre le cedió en vida el título de Conde de Tendilla, reservandose hasta su muerte el Marquesado de Mondéjar. Socorrió en 1555 las plazas de Oran y Bugia y fue embajador de Felipe II ante Pio V en 1560-62. Era celoso de sus privilegios, de difícil caracter y acostumbrado a ser obedecido. De su caracter cuenta Gregorio Marañón en el libro "Los Tres Vélez" que Íñigo era bastante ilustrado y que prefería la benevolencia en vez de la represión despiadada al sofocar la revuelta morisca de las Alpujarras iniciada el día de Navidad de 1568, "lo que no quita que alguna vez asesinara algún inocente" durante la misma. Se enfrentó al cléerigo Pedro de Deza, Presidente de la Audiencia de Granada (y representante de la "línea dura" frente a los moriscos junto al Cardenal Espinosa, "el diablo maléfico de Felipe II" según Lea) y cuya familia era enemiga de los Mendoza desde los tiempos de la batalla de Toro en 1476. Aunque Mondéjar era partidario de una política de sojuzgamiento benevolente que manteniendo los moriscos en su sitio les tratara (a ellos y a su cultura) condescendientemente, Felipe II a través de Deza trató de imponer las viejas leyes antimusulmanas que nunca se habían observado, provocando la rebelión. Las leyes de 1567 prohibían el uso de los baños públicos, la lengua árabe y los vestidos moriscos. Autores como Braudel o Caro Baroja coinciden en afirmar el papel conciliador inicial de Íñigo. Estallada la rebelión, a pesar de la buena dirección por parte de Íñigo de la campaña militar (logró en los primeros

Luis Camposo

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Historia de Luis Camposo Escudero Almuñécar

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Íñigo López de Mendoza y Mendoza (1512-1580) fue el tercer Marqués de Mondéjar y cuarto Conde de Tendilla. Era hijo de Luis Hurtado de Mendoza y nieto de Íñigo López de Mendoza. Imagino que en su actitud como noble influyó tanto la existencia de sus afamados padre y abuelo como la de sus asimismo nobles tios. Estuvo casado con María de Mendoza y Aragón, hija del Cuarto Duque del Infantado (llamado también Íñigo López de Mendoza).

Fue el penúltimo Mendoza que fue "realmente" Alcaide de La Alhambra, siendo nombrado en 1543 cuando su padre Luis Hurtado aceptó el cargo de Virrey de Navarra. Junto con la Alcaidía, su padre le cedió en vida el título de Conde de Tendilla, reservandose hasta su muerte el Marquesado de Mondéjar. Socorrió en 1555 las plazas de Oran y Bugia y fue embajador de Felipe II ante Pio V en 1560-62.

Era celoso de sus privilegios, de difícil caracter y acostumbrado a ser obedecido. De su caracter cuenta Gregorio Marañón en el libro "Los Tres Vélez" que Íñigo era bastante ilustrado y que prefería la benevolencia en vez de la represión despiadada al sofocar la revuelta morisca de las Alpujarras iniciada el día de Navidad de 1568, "lo que no quita que alguna vez asesinara algún inocente" durante la misma.

Se enfrentó al cléerigo Pedro de Deza, Presidente de la Audiencia de Granada (y representante de la "línea dura" frente a los moriscos junto al Cardenal Espinosa, "el diablo maléfico de Felipe II" según Lea) y cuya familia era enemiga de los Mendoza desde los tiempos de la batalla de Toro en 1476. Aunque Mondéjar era partidario de una política de sojuzgamiento benevolente que manteniendo los moriscos en su sitio les tratara (a ellos y a su cultura) condescendientemente, Felipe II a través de Deza trató de imponer las viejas leyes antimusulmanas que nunca se habían observado, provocando la rebelión. Las leyes de 1567 prohibían el uso de los baños públicos, la lengua árabe y los vestidos moriscos. Autores como Braudel o Caro Baroja coinciden en afirmar el papel conciliador inicial de Íñigo.

Estallada la rebelión, a pesar de la buena dirección por parte de Íñigo de la campaña militar (logró en los primeros tres meses de 1569 una primera pacificación combinando valor, mano dura y una actitud conciliadora hacia las moriscos y sus costumbres), a petición de Deza y por orden del Rey tuvo que compartir el mando con Luis Fajardo (1508-1574), segundo Marqués de los Vélez, el cual actuaría en la zona este del Reino de Granada. Ello dificultó el desarrollo de la campaña militar.

Asimismo su trato benevolente, los informes de Deza y la acusación por la Inquisición de recibir "servicias monetarias" de los moriscos (Carlos V no tuvo reparo en aceptar 80000 maravedies para sus campañas a cambio de una actitud benévola para con las vestimentas y costumbres moriscas, y con los impuestos de los moriscos se construía su Palacio en La Alhambra) hicieron que Felipe II diera la dirección suprema (13 de abril de 1569) al entonces novato de 22 años, y también valeroso y orgulloso, D. Juán de Austria (1545-1578) aconsejado por Luis de Requesens y trabado en sus decisiones por las órdenes que recibiera desde la Corte. La Guerra de los Moriscos acaeció estando los tercios desplazados a Flandes por la rebelión protestante, sin apenas fuerzas en la península y coincidiendo con el apogeo del poder naval turco en el Mediterraneo.

Con el triunfo de la llamada "línea dura" de Deza frente a la rebelión morisca se produjo la ruptura de los pactos que Mondéjar había garantizado a los moriscos sometidos al

comienzo de 1569 y, por tanto, la revuelta generalizada de los moriscos en Las Alpujarras y el recrudecimiento de la guerra. La rebelión fue sofocada cruentamente ("guerra crudelísima"). En 1570 hubo que emplear 20000 soldados para sofocar una revuelta que Mondéjar parecía haber controlado en marzo de 1569.

Antes del final de la guerra Íñigo fue relevado de su puesto en Granada (3 de septiembre de 1569) "con honores", como veremos, siendo llamado a la Corte "para consultas" y recibido "con mas cortesía que gusto". Los derrotados moriscos fueron expulsados de Granada en 1570 siendo forzados a emigrar los supervivientes a otras partes de Castilla y Aragón lo que despobló el Albaizín y casi toda la provincia de Granada. Algunos moriscos fueron a poblar tanto Pastrana como Mondéjar, los más fueron repartidos por la península hasta su futura expulsión reinando Felipe III.

Íñigo, tras una corta estancia en Mondéjar, volvería a Granada como Capitán General en 1571, sin casi poder efectivo y acabada ya la guerra, cuando Felipe II intentaba repoblar (con relativo éxito) la desierta provincia con castellanos. Los descendientes del Conde conservaron en la familia el título honorífico (sin poder real) de Capitán General de de Granada. Haremos notar la pugna política existente entre los "halcones" de la Casa de Alba, apoyada por la Inquisición, y los "palomas" del Príncipe de Éboli y la casa de Mendoza, el llamado partido "ebolista".

Es histórica la enemistad que Íñigo mantuvo con Luis Fajardo, Marqués de los Vélez, durante su estancia en Granada y que ambos marqueses no perdonaron a Don Juan de Austria sus iniciales altiveces. Fajardo, hombre fuerte y valeroso ("el diablo de cabeza de hierro") es considerado como inepto por Braudel y Lea y, curiosamente, al final de su vida militó en el partido mendocista del Príncipe de Éboli. Respecto a Deza ("el malo de la película"), se le acusó de la violencia de los métodos por el empleados en el trato a los moriscos y tras una incómoda estancia en Granada fue relevado en 1577. Sin embargo sería nombrado Cardenal por Gregorio XIII y moriría en Roma en 1600 rico y con honores.

Íñigo fue retirado de nuevo de Granada al ser nombrado Virrey de Valencia (1572-1575) protagonizando allí algunos altercados con el clero por razón de preeminencia. Seguidamente, sustituyendo al Cardenal Ganvela, fue Virrey de Nápoles desde 1575 hasta 1579. Allí continuaron sus pendencias con D. Juán de Austria, cuando éste tras llevar el mando de la escuadra de Lepanto (1571) y efectuar el ataque a Túnez (1573) era General de la Armada del Mediterráneo hasta 1576 en que le nombraron Gobernador de Flandes. Don Juan escribía que "era muy descomedido y poco considerado" y su secretario Escobedo decía en 1576 de este Mondéjar "es un fuego" y "vidriosisimo".

Íñigo intentó acabar en 1578 con los "fuorisciti", poderosos bandoleros calabreses mandados por Marco de Berardo, mandando a su hijo Pedro contra ellos y alcanzando éxitos parciales (es decir, aparentemente exterminó a los bandoleros, pero al retirarse las tropas estos reaparecieron). Abolió algunas de las leyes de su antecesor Ganvela granjeandose su odio, no destacó especialmente como virrey y regresó con un gran "equipaje". Murió en 1580 en Mondéjar y su cadaver fue trasladado y enterrado en Granada.

LA PRIMERA VUELTA AL MUNDO:

El portugués Fernando de Magallanes firmó el 22 de marzo de 1518 la capitulación para ir a descubrir las islas especieras intentando hallar un estrecho en América al sur del río de Solís El viaje se proyectó a las Indias para encontrar el paso interoceánico y navegar luego por la Mar del Sur hasta las islas Molucas, regresando por el mismo camino. Juan Sebastián Elcano cambió luego este itinerario y transformó este viaje en la primera vuelta al mundo. La expedición costó 8.346.379 maravedíses. Se aprestaron cinco buques con unos 240 hombres. Partieron de Sanlúcar de Barrameda el 20 de septiembre del año 1519. Elcano regresaría sólo con 22 supervivientes el 6 de septiembre de 1522 a Sanlúcar, el puerto del que había salido hacia tres años menos 14 días.

LA BATALLA DE MÜHLBERG:

Combate que tuvo lugar el 24 de abril de 1547 en esta ciudad alemana situada a orillas del Elba. Las tropas imperiales dirigidas por el duque de Alba y encabezadas por el propio emperador Carlos V (Carlos I de España), junto con algunos príncipes protestantes vencieron a los ejércitos de la Liga de Smalkalda mandados por Juan Federico de Sajonia. Aunque ambos contaban con fuerzas similares, el factor sorpresa, los arcabuceros españoles y, en general, el arrojo de los imperiales les proporcionaron rápidamente la victoria. Como consecuencia del triunfo, la Liga de Smalkalda se deshizo, a Mauricio de Sajonia le fue devuelto su electorado y Carlos V logró una posición desde la que pudo imponer, por el momento, su propio ajuste político y religioso en Alemania.

SUBLEVACIÓN DE LAS ALPUJARRAS:

La Guerra de las Alpujarras empezaría con éxito para los sublevados, liderados por Abén Humeya. En Enero de 1569 Felipe II envió dos poderosos ejércitos, uno partió de Granada al mando del marqués de , y Vélez Blanco al mando del Marqués de los Vélez que situó su cuartel en Terques, pero las diferencias entre ambos generales españoles y los saqueos de sus tropas propiciaron que la rebelión se extendiera con éxito hacia Almería. Felipe II confió el mando del ejército a su hermano Juan de Austria, y a pesar de la muerte de Abén Humeya en su palacio de Lanjarón en Octubre de 1569, la guerra seguiría hasta 1571 con Abén Aboo al frente de 10000 moriscoslos con los cuales llega incluso cerca de Granada, cuyos habitantes moriscos no se sumaron a la rebelión por temor a las represalias, Ante el empuje castellano se dividen los moriscos y mientras una facción con Aboo al frente quieren continuar la lucha, otros quieren negociar la rendición. Publicó don Juan de Austria un bando prometiendo perdón a los que se sometiesen. La muerte de Abén Aboo que aguanta hasta 1571 certifica la derrota de los moriscos.

PAZ DE AUSBURGO:

Carlos V intentó solucionar el problema por la fuerza de las armas, logrando inicialmente un gran triunfo en Mühlberg (1546) sobre la Liga de Esmalcalda (formada por los príncipes protestantes). Mientras tanto tenía lugar el Concilio de Trento, cuyo objetivo era dar cumplida réplica a los protestantes mediante un reforzamiento del catolicismo. Carlos V se presentaba entonces como el protector político del Concilio y el abanderado de la Contrarreforma católica frente a la causa protestante. Sin embargo, un recrudecimiento paralelo del enfrentamiento contra los franceses, los protestantes y

los turcos, obligó al Emperador a reconocer al protestantismo germánico (paz religiosa de Ausburgo, 1555).

LA BATALLA DE LEPANTO (1571):

El papa Pío V alentó la campaña ante el riesgo que entrañaba la evidente primacía de los turcos en el Mediterráneo. Durante los preparativos de la armada las partes tratantes(españoles, venecianos y pontificios) no supieron olvidar sus intereses particulares. El jefe supremo fue don Juan de Austria. La coalición causó gran alarma a Isabel I y a los protestantes alemanes. La victoria no fue aprovechada debido a la desconfianza entre los aliados.

DERROTA DE LA ARMADA INVENCIBLE:

En 1588 la ejecución de María Estuardo, el apoyo de Isabel Tudor a los corsarios ingleses y su ayuda a los rebeldes flamencos, colmaron la paciencia de Felipe II, que decidió la invasión de Inglaterra. Se equipó una escuadra tan formidable que fue llamada la “Gran Armada”. Por fallecimiento del insigne almirante Don Álvaro de Bazán, Marqués de Santa Cruz, el mando de la escuadra fue confiado al inexperto Duque de Medina-Sidonia. Las tempestades y los continuos ataques de los ingleses Howard y Drake hicieron fracasar la empresa perdiéndose la mitad de las naves. Los enemigos de España llamaron a esta escuadra irónicamente la «Armada Invencible». El desastre de la Invencible fue síntoma de la decadencia que se avecinaba.

SUBLEVACION DE AMBERES:

. En 1576, Holanda y Zelanda se dieron un poder político y militar único, que entregaron a Guillermo de Orange. En noviembre, los católicos del Sur y los calvinistas del Norte llegaron a un acuerdo, la Pacificación de Gante, por el que exigían la retirada de las tropas extranjeras. En ese mismo año fecundo de hechos, don Juan de Austria se convirtió en el nuevo gobernador. Por el "Edicto Perpetuo" de 1577, impuesto por los Estados Generales, aceptaba la mayor parte de las reivindicaciones de los rebeldes, iniciando la evacuación de su ejército. Sin embargo, la pervivencia de la oposición le llevó a volver a la línea dura y solicitó más tropas. En 1578, los refuerzos militares enviados al mando de Alejandro Farnesio se impusieron al ejército de los Estados Generales. La inesperada muerte de don Juan de Austria este año convirtió en gobernador a Farnesio, que fomentó la división entre el Norte, calvinista y democratizante, y el Sur, católico y nobiliario. Por la Unión de Arras de 1579 las provincias del Sur (Artois, Henao y Douai) reconocieron el poder real y la fe católica y poco después el gobernador prometía el respeto a las libertades tradicionales. Las siete provincias calvinistas del Norte (Holanda, Zelanda, Frisia, Güeldres, Utrecht, Overijsel y Groninga) se confederaron en la Unión de Utrecht (1579), oponiéndose a la soberanía española y declarándose independientes. En los años siguientes, Farnesio deshizo la conspiración de Orange, Isabel I y el duque de Alençon, hermano del rey de Francia, para deponer a Felipe II y se impuso militarmente sobre los focos de resistencia del Sur, conquistando Bruselas y Amberes (1585), aunque el Norte resultó inexpugnable.

CONQUISTA DE MEJICO 1521

Los españoles, huyen de méjico debido a una revuelta tras la pacífica ocupación, y son acogidos en Tlaxcala. Muchos pueblos indios oprimidos se unirán a los españoles para derribar al imperio azteca. El 28 de julio de 1521 comienza una durísima guerra, en la que sólo se ven envueltos unos 900 españoles y unos 150000 indios. Fue una guerra de indios contra indios, en la que los españoles dirigieron y organizaron acciones militares. Méjico-Tenochtitlán cae el 13 de agosto de 1521.

LA CONQUISTA DE PERÚ:

Cuando el Imperio Inca aún no había alcanzando su madurez y debilitado por la guerra civil entre Huáscar y Atahualpa, tuvo lugar la colonización española; ésta, luego de varios intentos, se inicia en 1,531 en una acción dirigida por Francisco Pizarro, quien toma prisionero a Atahualpa en el año 1,532 y lo ejecuta al año siguiente coincidiendo con la entrada de los españoles al Cuzco, que tuvo lugar el 15 de enero de 1533. La conquista quedó finalizada en 1535.

CREACIÓN DE LA CASA DE CONTRATACIÓN:

En 1503 se organiza el tráfico marítimo con las Indias. Se crea la Casa de Contratación en Sevilla, en la que se registra y se controlan a los pasajeros y las mercancías que salen y llegan de las Indias.

JUNTA DE TEÓLOGOS DE BURGOS:

El debate contra la encomienda es fundamentalmente ideológico, y se hace sobre todo en el ámbito de la Iglesia. En las Leyes de Burgos se reconocía: que los indios son libres. Que una persona sea libre significa que es sujeto de derechos, a pesar de tener la obligación de realizar trabajo servil, al cual estaban obligados tanto los indios como los españoles de la península, siendo todos vasallos del mismo rey.

LEYES NUEVAS DE INDIAS:

En 1540 el rey ordena la reunión de una Junta de Consejeros Reales y juristas de prestigio, de la que saldrán en 1542 «Las Leyes Nuevas de Indias». Las Leyes Nuevas determinan: la creación de un Consejo de Indias, la fundación de dos nuevas audiencias, la prohibición de la esclavitud de los indios, moderación en los repartimientos, y prohibición de nuevas encomiendas. También se establecían las condiciones del asentamiento de colonos en nuevas tierras, y los tributos y servicios que los indios deben pagar como súbditos del rey.

EL SAQUEO DE ROMA

El día 6 de mayo de 1527, el ejército Imperial de Carlos V, del que formaban parte unos dieciocho mil lansquenetes, muchos de ellos luteranos, toman al asalto Roma y durante semanas someten a saqueo la Ciudad Eterna. El terrible episodio, que se inscribe en la segunda guerra entre el emperador Carlos V y el rey francés Francisco I, marca el fin del papado renacentista en Italia. Los saqueos, cometidos por tropas que se habían quedado sin jefes, degeneraron en una orgía de sangre: se multiplicaban los episodios de pillaje, violaciones GUERRA DE LAS COMUNIDADES (1520-1522):

Estaba protagonizada principalmente por la burguesía artesanal e industrial de algunas ciudades de Castilla, que se alzaron contra Carlos I y los privilegios de la nobleza. Toledo encabeza la campaña seguido por otras ciudades castellanas, y reuniéndose en Ávila la Santa Junta de Comuneros, que tras algunas campañas militares fueron derrotados en Villalar (1521) y sus jefes ejecutados.

LAS GERMANÍAS.

mientras estaba ocurriendo en el marco castellano la rebelión comunera, se desarrollaba paralelamente la revuelta de los agermanados valencianos. Si bien, la protesta y la evolución del movimiento de las Comunidades fue muy distinto al de las Germanías. El rey, llegó en forma de prohibición a los gremios de que tuvieran y usaran armas. A partir de 1920 la revuelta va a ser encabezada otros dirigentes extremistas que la precipitaron hacia un radicalismo revolucionario. Poco a poco el movimiento insurgente se fue extendiendo por la huerta valenciana, adquiriendo un claro matiz antinobiliario que se concretaba en el campo por el levantamiento campesino contra el régimen señorial. El año 1521 fue el momento álgido de la protesta, el estallido de la guerra propiamente dicha y la derrota primera de la causa agermanada. En pleno conflicto bélico las fuerzas agermanadas, lideradas por el radical Vicenç Peris, obtuvieron algunos éxitos frente a las tropas del virrey, pero en septiembre de 1521 se produjo la derrota de Peris en Sagunto, que marcaba el principio del fin. Hasta mayo de 1528 no se obtuvo el perdón general del rey

LA VICTORIA DE PAVIA El 24 de febrero de 1525 se enfrentaron los ejércitos español y francés liderados respectivamente por el navarro Antonio de Leiva y por Francisco I. La maniobra de los españoles, entonces sitiados en Pavía es considerado como una ejecución perfecta de un plan de ataque. A pesar de que los franceses contaban con ventaja en número y en unidades de artillería a el de Leiva que sólo disponía de infantería compuesta por sus conocidos tercios. El magnífico plan de ataque de el de Leiva y su perfecta ejecución proporcionaron a los españoles una victoria airosa.

BATALLA DE SAN QUINTÍN:

El ejercito español de Manuel Filiberto de Saboya vence a las tropas francesas en la batalla de San Quintín en 1557. El francés duque de Guisa, invadió Nápoles, en vista de ello, don Felipe ordena al general Manuel Filiberto de Saboya que invada Francia. Para llevar a cabo tal cometido, comenzó por introducir su ejército por la Picardía, marchando sobre San Quintín, llave militar de la provincia, que y perfectamente fortificada. La batalla tuvo lugar el 11 de agosto de 1.557, Después de esta célebre batalla, el Papa Paulo IV, temeroso de perder sus Estados, aceptó la paz, separándose del rey de Francia. Para conmemorar la toma de San Quintín se construyó el monasterio del Escorial, dedicando el templo a San Lorenzo, en cuyo día se dio la batalla.

ERECCIÓN DEL MONASTERIO DEL ESCORIAL:

Se produce durante 1562 a1584, durante el reinado de Felipe II, que se va a construir por mandato del monarca para conmemorar su victoria en la Batalla de San Quintín en 1557. Su costeo producirá la bancarrota del país dos veces durante esta época.

FUGA DE ANTONIO PÉREZ (1591)

Antonio Pérez, amante de la Princesa de Éboli, que será peseguido por Felipe II, se refugiará en la corona de Aragón, donde convencerá a los aragoneses de que el monarca pretendía abolir los fueros.

REVUELTA DE ARAGÓN:

Las tropas del monarca no consiguen entrar en la corona de Aragón y Antonio Pérez será acusado en el Tribunal de la Santa Inquisición, pero Pérez huirá a Inglaterra. Tras la revuelta de Aragón el rey decide crear una justicia única en España abolientdo la Justicia Mayor de Aragón.

1ª BANCARROTA REAL:

Durante el reinado de Felipe II se produce la 1ª bacarrota real en España en 1571, debida a los excesos en las carísimas guerras y que se producen durante la época y también por el afán artístico del monarca, que encargó construir, por ejemplo, el Monasterio del Escorial.

PUBLICACIÓN DE “BREVÍSIMA HISTORIA DE LA DESCTRUCCIÓN DE LAS INDIAS” DE BARTOLOMÉ DE LAS CASAS:

El monje franciscano Fray Bartolomé de las Casas plasma en su obra los excesos cometidos por parte del los españoles, que son gravemente criticados y se defiende a ultranza a los indígenas. Bartolomé de las Casas va a llegar hasta Carlos I con su denuncia, lo que va a causar la creacion de las Leyes de Nuevas Indias.

LEYES DE NUEVAS INDIAS:

Carlos I crea las Leyes de Nuevas Indias en 1542, en las que el monarca intenta regular la administración y la política en las colonias españolas. En éstas se da a cada colono una parte de tierra y un número de indígenas a cambio de la instrucción de los últimos en la religión. También se regulaba el trabajo en las minas (La MITA), haciendo que los indígenas trabajaran para el rey a cambio de un sueldo.

FELIPE III HEREDA ESPAÑA:

Con la muerte de Felipe II por gota en 1598, el trono va a pasar a manos de su hijo Felipe III. El reinado de España también va a estar formado por Portugal, ya que en 1580 Felipe II anexionará a España el reino de Portugal. Con Felipe III ya comienza una política de validos y consejeros.

ANEXIÓN DE PORTUGAL

Al morir prematuramente en una de sus expediciones el joven rey de Portugal Don Sebastián, el candidato que mayores derechos tenía a ocuparlo era Felipe II, hijo de la infanta portuguesa Isabel, y, por tanto, nieto del anterior rey Don Manuel el Afortunado.

Pero casi toda la nobleza portuguesa se manifestó partidaria de Don Antonio, Prior de Crato, hijo del infante Don Luis, y, por tanto, también nieto rey portugués Don Sebastián. El Duque de Alba, con un fuerte ejército, venció a los partidarios de Crato, y Felipe II se proclamó rey, jurando respetar los fueros y la constitución orgánica del Reino portugués, en las Cortes de Thomar (1581). De esta manera se cumplió el anhelo de los Reyes Católicos, quedando unida toda la Península. Unidos también a los españoles los territorios portugueses de ultramar, las posesiones de Felipe II cobraron unas proporciones gigantescas, y con razón se dijo que «en los dominios españoles no se ponía el sol».

TESIS DE WITTENBERG:

El 31 de octubre de 1517, Martín Lutero fija en Wittenberg sus “LXXXXV tesis” tras las indulgencias promulgadas por León X, a favor de quienes contribuyesen con sus limosnas a la prosecución de loas obras de San Pedro del Vaticano. En contra de esto Lutero lo que hace es fijar sus tesis en la puerta de la iglesia de Wittenberg, con las que quería combatir los errores y abusos de los dirigentes eclesiásticos.

CONCILIO DE TRENTO (1545-1563): Una de las armas junto con la Compañía de Jesús y la Inquisición para llevar a cabo la Contarreforma católica debido a la creciente influencia del luteranismo en Europa, Carlos V presionó al Papa para que convocase un Concilio, que se reunirá en Trento en 1545, cuando ya las posturas católicas y luteranas eran irreconciliables. En el Concilio, de importancia clave para la llamada Contrarreforma, se rechazaron todas las doctrinas protestantes y se reafirmó el dogma católico en torno a las doctrinas de la justificación, la interpretación de la Biblia, los sacramentos y la primacía del Papa. Las conclusiones del Concilio fueron: frente a la doctrina luterana de la Biblia como única fuente de revelación y su libre interpretación por los fieles, que la única versión era la latina de la Vulgata y que su interpretación correspondía exclusivamente al magisterio de la Iglesia. Se rechazó que para la salvación sólo es necesaria la fe, también las buenas obras son un elemento decisivo, y por último se mantuvieron y se definieron los siete sacramentos, el celibato eclesiástico, la veneración a la Virgen y a los santos, la jerarquía eclesiástica y la infalibilidad del Papa.

((Memoria presentada a Felipe II por Iñigo López de Mendoza. marqués de Mondéjar y capitán general del Reino de Granada para justificar su conducta durante la campaña que él dirigió contra los moriscos en 1569». y torturas contra la población civil.

COMENDADOR.-

1. m. Caballero que tiene encomienda en alguna de las órdenes militares o de caballería.

2. m. Hombre que en las órdenes de distinción tiene dignidad superior a la de caballero e inferior a la de gran cruz.

3. m. Prelado de algunas casas de religiosos.

~ mayor.

1. m. Dignidad en algunas órdenes militares, inmediatamente inferior a la de maestre.

EL HECHO HISTORICO.Extracto del libro de Dña. María del Carmen Calero Palacios.

1. LA POLITICA MEDITERRANEA DE FELIPE II.

En la directriz política del Emperador Carlos V está el deseo de unión de los príncipes cristianos contra los intentos de expansión de los sultanes turcos. Pero las rivalidades entre las monarquías europeas, las luchas contra el rey de Francia, y los celos de las Repúblicas Italianas, que para salvar su comercio aspiraban a negociar con el turco, y las luchas religiosas, impiden al monarca español dedicarse plenamente a la solución de éstos problemas, sin más excepción que las incursiones aisladas para castigar la piratería. Al menos de momento, le impide a lo turcos la instalación de una base en el canal de Sicilia y el avance en el dominio del Mediterráneo.Así pues Carlos V, además de otros problemas, legaba a su hijo una oscura situación en el mar.Felipe II inicia su reinado con la obligación de atender el peligro por el dominio del mar; más que una condición de poder, era la razón de su misma existencia. Era necesario este dominio del Mediterráneo no sólo para combatir al turco sino para asegurar las comunicaciones con el resto del Imperio.Siempre la historia del mar influye o manda en la historia de España y siempre ésta acepta su destino, solamente el olvidarlo ha oscurecido la compresión de que el dominio del mar era imprescindible para defender el propio suelo, el de Ultramar y el propio prestigio; los fracasos han coincidido con este olvido.

2. LA GALERA Y SU PROTAGONISMO EN LA NAVEGACIÓN.

En el Mediterráneo la navegación era costera, no obedeciendo este tipo de navegación a falta de conocimientos técnicos , sino a propia conveniencia; la costa era la mejor brújula , y en caso de tempestad servía de refugio a las escuadras, al mismo tiempo que multiplicaba las ocasiones de comerciar. Cada marino llevaba a bordo su lote de mercancías, que vendía o cambiaba en los puertos, teniendo en cuenta que las naves se detenían en cada puerto para hacer aguadas.La actividad en el mar estaba mucho más sujeta a suerte que ninguna otra, y ofrece poca seguridad; tanto podían quedar los marinos en el mar como esclavos del turco. No había capitán que no hubiera perdido su galera una o dos veces.El verdadero marino es un aventurero, que como escribía Hakluyt, está lleno de

actividad, de movimiento. Los naufragios e inundaciones le llenaban de terror pero también desafiaban su audacia.Las pésimas condiciones de vida de la marinería repercutía en el número de hombres que se enrolaban en las naves, llegando a estar tan faltos de voluntarios, que tuvo que reclutarse gente por la fuerza. Así, Carlos V, en el año 1530, instituye la pena de galeras para los criminales, ya que los esclavos no eran suficientes.Para servir en la Marina se necesitaba verdadera vocación, no sólo por las condiciones deplorables en las que se encontraban las naves, sino por las arriesgadas misiones que tenían que realizar. A las galeras las condenaban tanto sus peculiares condiciones náuticas como su débil dotación de artillería. La pericia marinera tenía que suplir las deficiencias técnicas, un poco al azar se buscaban rutas no conocidas en las que tantas posibilidades tenían de llegar como de quedarse en el camino.La galera va a ser la protagonista de la navegación en el siglo XVI. Como buque de propulsión a remo es la culminación de una serie de técnicas de construcción naval; es insustituible en el combate y su utilidad se desprende del régimen irregular de vientos que obliga a emplear un sistema de propulsión que permita independizarse de esta irregularidad. Sus servicios están encaminados a combatir la piratería, defender el mar de las incursiones berberiscas y participar en batallas navales.En el siglo XVI las galeras presentaban tres tipos, diferenciados por su resistencia al viento y mayor velocidad, también por el número de bancos de remeros, oscilando entre los 25 y 29 por cada lado remando en cada uno 6 ó 7 remeros.El elemento clásico de la estructura de la galera es el espolón, que sujeto a la roda sobresale unos 6 metros por la proa. su finalidad es inutilizar la palamenta de la galera contraria en el choque y servir de puente en el abordaje.

3. LA ESCUADRA DE DON JUAN DE MENDOZA.

La situación en el Mediterráneo obligaba a mantener un número suficiente de galeras para resistir al turco y vigilar la costa.La muerte del Príncipe Andrea Doria, Capitán General del Mar Mediterráneo ocasiona una grave pérdida en la consecución de los planes de defensa y política mediterránea de Felipe II. En 1561 se nombra a Marco Antonio Doria y de Carreto como su sucesor, encarcargandole a D. Juan de Mendoza, que había llegado a Cataluña con las galeras, que volviera, recogiera al Príncipe y le llevara a Nápoles, ciudad a la que se había enviado un correo con la orden de lo que debían de hacer las galeras el resto del verano.En el puerto de Mecina (Sicilia), se encontraban las galeras de España con la orden de resistir a la armada turca si arribaba a las costas sicilianas. Si no fuera así, las 32 galeras al mando de D. Juan de Mendoza, deberían regresar a España, limpiando las costas de corsarios, para una vez realizada la misión dirigirse a la Goleta (Túnez) para trasladar la

infantería extraordinaria que cada año se llevaba de Nápoles y Flandes.El viaje a las costa de España debía hacerse navegando por las islas. Desde Cartagena continúa a Málaga con objeto de cargar dinero, munición y provisiones. En el puerto de Málaga da pasaje a mujeres y familias de soldados que estaban en Orán.

4.- EL NAUFRAGIO DE LA ARMADA ESPAÑOLA EN LA HERRADURA (ALMUÑECAR).

El domingo 18 de Octubre de 1562, concluidas las operaciones de pasaje y aprovisionamiento viendo D. Juan que comenzaba a correr viento de levante y el mar presagiaba borrasca, sale del puerto de Málaga con 28 galeras.Según la relación de Figueroa, testigo de los hechos, la armada avanzó hasta las puertas de "Vesmiliana" (junto al actual Rincón de la Victoria), donde empezó a correr viento de tierra. en este lugar la galera Caballo de Nápoles embistió a la Soberana de España, el choque hizo saltar el timón de esta ultima y tuvo que ser remolcada por la Renegada y la Esperanza.Continuaron la navegación en malas condiciones, agravadas por la aparición de viento Sur, temido de todo marinero. La lluvia comenzó a hacer estragos en galeras y tripulación, al amanecer llegaron a la altura del río de la Miel, cambiando de nuevo el viento a Levante. la situación obligó a batir tiendas y aumentar la boga; al fin tras una noche de remar intensamente consiguieron entrar en la Herradura.Serían aproximadamente las diez del día siguiente, 19 de Octubre, cuando comenzaron a situarse en la punta de Levante de la bahía. En una hora se dispusieron las galeras desde dicha punta hacia tierra; en primer lugar, la Soberana seguida de la Mendoza y San Juan, a continuación todas las demás. La Capitana, Patrona y Esperanza, estaban en el centro de la escuadra.El peligro parecía haber pasado; el tiempo aclaró y la Punta de la Mona; resguardaba de Levante.Los galeotes herrados pedían la libertad, pues así lo autoriza el Rey en estos casos. Había pasado solamente una media hora de estar anclados, cuando de nuevo tornóse el viento Sur y sobrevino el temporal con tal violencia, que no les dio tiempo a levar anclas y trasladarse al otro lado de la bahía (Cerro Gordo) ni dar la vuelta a la Punta de la Mona. Al cambiar el viento las galeras quedaban batidas abiertamente, habían buscado el refugio del Levante y el viento Sur las empujaba de frente.El mar creció y la furia de las olas movía las galeras de un lado para otro sin control, pese a que intentaron sujetarlas con dobles hierros, operación que provocó las murmuraciones de la tripulación porque no se solía echar más de uno en estos casos.D. Juan de Mendoza mandó soltar los galeotes y dio voces a las demás galeras de que

hicieran lo mismo.La galera Capitana de Nápoles levó anclas pero con tan mala fortuna que fue a dar en las rocas y arrastrada por el mar hasta la playa encalló; el timón de la galera Santangel saltó y fue arrastrada por las olas hasta la playa; la Patrona y Caballo de Nápoles dieron la vuelta sobre sí mismas, e inmediatamente todas las galeras comenzaron a chocar unas con otras, destrozándose o hundiéndose.Los supervivientes se tiraban al mar pero la resaca, maderos y toda clase de objetos flotantes acababan con sus vidas.Las galeras Brava, Renegada, Estrella y Esperanza, se habían perdido, el número de las hundidas era ya de diecinueve. La Capitana de España, quebró el árbol y fue envestida por las olas hasta atravesarse y hundirse.A la una del día se acabaron de perder las galeras; a las cuatro de la tarde comenzó a calmar la tempestad, tres horas de tragedia habían bastado para acabar con la escuadra española.De las veintiocho galeras, veinticinco habían quedado en La Herradura. En el fondo del mar, duermen el sueño del paso de los siglos, cubiertos de bancos de arena.

Información obtenida del AHP de Granada. Signatura 6711 correspondiente al libro de apeos de dicha localidad (también aparece Motril y Salobreña...).

PÁGINA 1 DEL DOCUMENTO

Luis Camposo y Mateo de Toledo año 1555 Almuñécar 55

Yo Don Iñigo López de Mendoza, conde de Tendilla conde de la villa Capitán General del Reyno de Granada y su Alambra y fortaleza, hago saber a Don Gonzalo de Ribera rdvribano de su Majestad, que he sido informado que en la ciudad de Almuñécar el lunes pasado

entre Mateo de Toledo y Luís Camposo escuderos de los que residen en dicha ciudad de Almuñécar de la Campañía de Diego de Narváez de la cual dicha cuestión el dicho Camposo se ha malherido y os informo y os mando que vayáis a la dicha ciudad de Almuñécar donde conveniere y hagáis información de lo susodicho procurando por todas las vías que pudierais de saber y averiguar la verdad a todas y cualesquiera personas

BOLIVIANOS, 12/08/08,