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MAESTRA, NO TRAJE MI TAREA. Cesar Antonio Campos Cortés Estoy aquí sentado, estoy pensando en lo que puedo hacer en estos momentos porque a pesar de todos los esfuerzos –que no han sido muchos- no he podido organizar mi vida. Está la escuela, está la familia, está mi mujer, mi otra mujer; -es decir mi madre- y por supuesto: los amigos. Aquellos que no pueden faltar porque a pesar de todo siempre existe alguno con el que eres cómo uña y mugre, mujer y novela y… ¡bueno! En estos tiempos cómo puberto y celular. Les digo que no me puedo organizar, no por otra cosa sino porque hasta hace unas horas no sabía que rayos preparar para un proyecto de literatura. Pensaba… pensaba que hacer para perder el tiempo y no presentar mi trabajo. Pensaba… pensaba que sería de mi vecino sin ese estúpido perro que no me dejaba pensar en esa niña que me vuelve loco. Es decir, que no me deja pensar en mi tarea. Lo siento maestra. ¡Me voy a enfermar! Pero claro la solución a todas las tareas que uno no quiere entregar. Salí a la lluvia que caía del cielo, entré descalzo a mi casa, conseguí un poco de hepatitis de… Bueno hice todo lo posible para enfermarme, pero nada. Triste, resignado y pensando en aquella frase tan vieja cómo las instituciones “No traje mi tarea” me dispuse a dormir.

maestra, no entregé mi proyecto (monólogo)

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Monólogo acerca de los motivos por la cual no se entrega una tarea.

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Page 1: maestra, no entregé mi proyecto (monólogo)

MAESTRA, NO TRAJE MI TAREA.

Cesar Antonio Campos Cortés

Estoy aquí sentado, estoy pensando en lo que puedo hacer en estos momentos porque a pesar de todos los esfuerzos –que no han sido muchos- no he podido organizar mi vida. Está la escuela, está la familia, está mi mujer, mi otra mujer; -es decir mi madre- y por supuesto: los amigos. Aquellos que no pueden faltar porque a pesar de todo siempre existe alguno con el que eres cómo uña y mugre, mujer y novela y… ¡bueno! En estos tiempos cómo puberto y celular.

Les digo que no me puedo organizar, no por otra cosa sino porque hasta hace unas horas no sabía que rayos preparar para un proyecto de literatura. Pensaba… pensaba que hacer para perder el tiempo y no presentar mi trabajo. Pensaba… pensaba que sería de mi vecino sin ese estúpido perro que no me dejaba pensar en esa niña que me vuelve loco.

Es decir, que no me deja pensar en mi tarea. Lo siento maestra. ¡Me voy a enfermar! Pero claro la solución a todas las tareas que uno no quiere entregar. Salí a la lluvia que caía del cielo, entré descalzo a mi casa, conseguí un poco de hepatitis de… Bueno hice todo lo posible para enfermarme, pero nada. Triste, resignado y pensando en aquella frase tan vieja cómo las instituciones “No traje mi tarea” me dispuse a dormir.

Planeando mi sueño en medio de esa cálida noche gélida de primavera Saltó hacia mi cómo una mujer desesperada por marido, esa idea que hizo desvelarme toda la noche planeando mi gran acto de aparición: Prepara una escena y representas dos sujetos.

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¡Claro!

Lo vez, te lo dije.

Si, Si. Lo puedo hacer y quedará perfecto.

Cómo siempre lo haces.

¿Pero de qué voy a hablar?

¿Cómo que de qué? Pues de lo que siempre hablas.

Ahh… ¿Y de qué siempre hablo?

Pues… Cierto. Idea desechada, mejor ahí ves que improvisas, yo mejor me voy.

¿Qué? No espera.

Genial, otra vez sin una idea para mi proyecto… y se me acaba el tiempo, ¿Qué voy a hacer? Maestra, no traje mi tarea.

Telón.