Mamíferos Silvestres de la Cadena Volcánica Central de Guatemala

Mamíferos Silvestres de la Cadena Volcánica Central de Guatemala

Ateles geoffroyi / Fotografía: José Cajas

Mamíferos Silvestres de la Cadena Volcánica Central de Guatemala

Mamíferos Silvestres de la Cadena Volcánica Central de Guatemala

Julio Carlos Romero Guevara1,2,

José Octavio Cajas Castillo1,2

1Asociación Guatemalteca de Mastozoología, 2Programa para la Conservación de los Murciélagos de Guatemala

La cadena volcánica de Guatemala se extiende desde el volcán Tacaná en la frontera con México, hasta el volcán Chingo en la frontera con El Salvador y forma parte del denominado cinturón de fuego del Pacífico, una de las zonas volcánicas y tectónicas más activas del mundo. En Guatemala confluyen tres placas tectónicas (Iturralde-Vinent 2006) que propician la actividad volcánica donde se contabilizan al menos 32 volcanes, de los cuales tres presentan actividad eruptiva: Santiaguito, de Fuego y Pacaya.

Una buena parte de la diversidad biológica de Guatemala, tiene su origen durante “el gran intercambio biótico americano”, que ocurrió durante el surgimiento y cierre del istmo centroamericano hace aproximadamente tres millones de años que sirvió como un puente para especies de plantas y animales desde Suramérica hacia Norteamérica y viceversa (Iturralde-Vinent, 2006).

La complejidad del relieve del territorio que ocupa la cadena volcánica guatemalteca, el sistema montañoso de la Sierra Madre y la costa del Pacífico, abarcan altitudes que van desde el nivel del mar hasta los 4,220 metros sobre el nivel del mar (msnm) en el volcán Tajumulco. Estas variaciones han propiciado la existencia de una alta variedad de ecosistemas con elementos de la diversidad biológica característicos de cada uno

La cadena volcánica y las montañas al norte se considera una de las regiones del país con mayor diversidad biológica, encontrándose muchas especies que tienen distribución restringida, algunas especies se han adaptado a los climas fríos y de gran altitud. Muchas de estas especies habitan la región conocida como “Centroamérica nuclear”, que incluye las partes montañosas desde Chiapas en México hasta Nicaragua. Otras especies se encuentran únicamente en las montañas y volcanes de Guatemala (Acevedo, 2006; Véliz 2006; Matson y Ordóñez 2019).

Determinada por la altitud a la que se encuentran, se reconocen diferentes tipos de asociaciones vegetales. En el pie de monte volcánico de los 1,200-2,500 msnm se encuentran las selvas medianas siempre verdes, caracterizadas por la gran abundancia de helechos y epífitas; en los terrenos escarpados desde los 1,300-2,500 msnm los encinares y pinares, uno de los tipos de bosque más frecuentes en el occidente guatemalteco y a la vez uno de los ecosistemas más fragmentados en la cadena volcánica y Sierra Madre Occidental; sobre los 3,000 msnm los pinares, zacatonales y praderas subalpinas, dominados por plantas herbáceas y el pino Pinus hartwegii o pino blanco, el único que se distribuye arriba de los 4,000 msnm, este tipo de hábitat de extensión reducida se considera abierto, es decir no es un bosque denso, los árboles están medianamente dispersos, limitado a las altas cumbres volcánicas y montañosas (Véliz et al., 2013).

Roedores y Musarañas

La cadena volcánica central guatemalteca destaca entre otras cosas por su alta diversidad de mamíferos, con alrededor de 100 especies (McCarthy y Pérez, 2006), lo que equivale a aproximadamente la mitad de todas las especies de mamíferos terrestres de Guatemala. De éstas, un número importantes son roedores y musarañas (mamíferos pequeños exteriormente muy parecidos a los roedores) de distribución restringida en algunos casos a: Guatemala, Guatemala-Chiapas o en otros casos a Centroamérica nuclear (Pérez et al. 2006; Reid 2009).

Esta región tiene especial importancia para la conservación de los mamíferos pequeños, pues de las 146 especies de roedores registradas para Mesoamérica (Ordóñez y Bradley, 2019), al menos 49 especies están presentes en Guatemala (Mc Carthy y Pérez, 2006) y de ellas, 23 pueden encontrarse en la cadena volcánica y en sus montañas al norte (Ordóñez y Matson, 2012).

De las 13 especies de musarañas del país, cinco especies son endémicas de los bosques de las montañas y volcanes

Fotografía: Juan Luis Sacayón/PNUD Guatemala

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de Guatemala o Centroamérica nuclear. Las especies de musarañas del género Sorex se encuentran restringidas en su distribución a hábitats de montaña. Mientras que las especies del género Cryptotis se distribuyen tanto en tierras bajas como en bosques de montaña (Matson y Woodman, 2019).

Algunas especies de musarañas, como Cryptotis goodwini, se distribuye en las montañas y volcanes de Centroamérica nuclear. Otras especies limitan su distribución a una sola localidad como Sorex saussurei, especie restringida al volcán Santa María en Quetzaltenango. Así mismo, S. madrensis y S. salivini, son dos especies que existen únicamente en las tierras altas de Guatemala (Matson y Woodman, 2019; Matson y Ordoñez, 2017; MacCarthy y Pérez, 2006).

Otro ejemplo son los ratones Reithrodontomys sumichrasti y Peromyscus beatea, restringidos a Centroamérica nuclear y sur de México; estas dos especies tienen una distribución discontinua en el área mesoamericana. Siendo las montañas de la Sierra Madre central y cadena volcánica guatemalteca, una región clave para la conectividad entre las poblaciones mesoamericanas. Otros ratones como Sigmodon zanjonensis, R. microdon y P. guatemalensis se encuentran distribuidos en el sur de México y Guatemala, especialmente en la cadena volcánica y Sierra Madre. R. tenuirostris esa una especie de ratón que se distribuye principalmente en la cadena volcánica, Sierra Madre, de las Minas y Cuchumatanes (Ordóñez y Matson, 2012). El metorito de Guatemala, Microtus guatemalensis, es la especie que tiene la distribución más austral del género Microtus, se conoce de distribución disyunta y restringida a las montañas de Chiapas y Guatemala siendo las tierras altas de los volcanes y montañas guatemaltecas, el área más importante de su distribución.

Murciélagos polinizadores y dispersores de semillas

Aunque no existen especies endémicas de murciélagos en el país, sí podemos mencionar algunas especies que son habitantes especializados de las montañas de Guatemala y que además juegan un rol importante como polinizadores y dispersores de semillas. Entre ellas, los murciélagos nectarívoros (polinizadores) Anoura geofroyii y Glossophaga leachii; los murciélagos nectarívoros migratorios Choeronycteris mexicana y Leptonycteris yerbabuenae, que utilizan tanto las montañas como los valles secos intermontanos durante su ciclo migratorio mientras polinizan plantas características de las zonas montañosas como los magueyes. Las especies frugívoras (dispersoras de semillas) Artibeus aztecus, A. tolteca, Sturnira hondurensis y Enchisthenes hartii habitan principalmente las montañas y faldas de los volcanes (Cajas et al. 2019).

Mono araña y Puma

En el área sur de la cadena volcánica, en el departamento de Sololá, se encuentra probablemente una de las últimas (sino la última) poblaciones conocidas de mono araña, Ateles geoffroyi vellerosus, en el occidente guatemalteco. A pesar de que esta especie se distribuye en México, Belice, Guatemala, Honduras y El Salvador, sus poblaciones se consideran en estado crítico de conservación. Dentro de los primates distribuidos en América Central; estos pasan más tiempo forrajeando y su dieta se basa en el consumo de frutas, a la vez estos monos son dispersores de las semillas de las plantas de las que se alimentan, contribuyendo a mantener la diversidad de los bosques. Para que los monos araña mantengan poblaciones viables, necesitan de bosques saludables y extensos (Méndez et al., 2016), como los encontrados al sur del departamento de Sololá y norte de Suchitepéquez. Sorex sp. Fotografía / Julio Romero

Leptonycteris yerbabuenae I/ Fotografía José Cajas

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Además, en estos bosques que mantienen continuidad hacia el oeste, existe aún la presencia de grandes carnívoros como el puma (Puma concolor), el segundo felino más grande de América, y una de las especies que poseen el rango de distribución más amplio en el continente, desde el sur de Canadá hasta el sur de la parte continental de Chile y Argentina. Éste es un depredador tope en la cadena trófica, por lo tanto, ejerce un efecto regulatorio sobre las poblaciones de sus presas que incluyen especies como venado cola blanca (Odocoileus virginianus) y tepezcuintle (Cuniculus paca). La disminución en las poblaciones de carnívoros como el puma, genera un efecto en cascada que contribuye a la pérdida de biodiversidad (Estrada, 2006). Es entonces la presencia de estos carnívoros un indicador de la salud de los bosques.

Reflexiones

Muchas amenazas persisten para estos bosques: tala descontrolada, incendios forestales, avance de la frontera agrícola, cacería ilegal, saqueo y tráfico de fauna, abandono de los gobiernos de turno sobre las instituciones obligadas a conservar la diversidad y los ecosistemas de Guatemala; todo ello representa prácticas y gestiones de nula sostenibilidad, que impactan negativamente a los ecosistemas que nos proveen de servicios invaluables como: fuentes de agua, reserva de recursos genéticos, conservación de suelos, plantas comestibles y medicinales, entre otros.

Corresponde a los ciudadanos de Guatemala exigir a los gobiernos de turno y las respectivas instituciones, actuar conforme lo indica la Constitución Política de la República y las leyes ordinarias respectivas, además de la implementación de proyectos que permitan un manejo eficiente, democrático y sostenible de los ecosistemas y su diversidad biológica; para mantener y asegurar los procesos evolutivos y ecológicos que se dan en los bosques,

que resulten en mejoras evidentes en calidad de vida de los seres humanos. La salud de estos ecosistemas es directamente proporcional a la salud de las poblaciones humanas, incidiendo en aspectos tan elementales como la seguridad alimentaria. Debemos de concientizarnos que los bosques de la cadena volcánica son generadores de vida y pilares fundamentales del desarrollo de Guatemala.

Nos gustaría reconocer al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (www.undp.org) y al Fondo para el Medio Ambiente Mundial (www.thegef.org) por su apoyo a esta publicación a través del Proyecto Promoviendo Territorios Sostenibles y Resilientes en Paisajes de la Cadena Volcánica Central en Guatemala.

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Ateles geoffroyi / Fotografía José Cajas

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