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Matices de la confianza en Dios CALEB FERNÁNDEZ PÉREZ Mateo 7:7 * * *

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Matices de la confianza en Dios

CALEB FERNÁNDEZ PÉREZ

Mateo 7:7

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Matices de la confianza en Dios / Caleb Fernandez PérezOctubre 2012

[email protected]: valparaisoipchTwitter: @valparaisoipch

Edición, programación y diseño logo: iBooks AuthorMatices de la confianza en Dios por Caleb Fernandez Pérez se encuentra bajo licencia Creative Commons BY-NC-ND 3.0

Todos los derechos reservados, no obstante, queda permitida la reproducción, difusión, o exposición total o parcial de la obra al público, en cualquier tipo de soporte, sin que sea necesario el consentimiento previo del autor siempre que sean citados: autor y contenido de origen.

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Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá

(Mateo 7:7)

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Para comenzar...Todos decimos que confiamos en Dios, pero pocas veces hacemos la reflexión acerca de cómo esto ha sido posible en nuestra vida. Por otro lado, también, alguna vez nos han preguntado, ¿como puedo hacer para confiar en Dios? Y la respuesta ha sido: “tenga fe” Pero, ¿es realmente eso lo único necesario para confiar en Dios? Jesús nos muestra que la confianza en Dios tiene matices que nos ayudan a profundizar y encaminar nuestra relación con Él.

Mateo colocó las primeras palabras de Jesús en un mensaje extenso, conocido como el Sermón del Monte, tal vez estas primeras palabras fueron las que quedaron más grabadas en los discípulos.

Al parecer, algunos escritos sostienen que este sermón no fue predicado en un sólo lugar, sino en varios lugares mientras Jesús se movía con sus discípulos por las aldeas de Galilea. El versículo 7 parece haber sido captado, cuando pedían algo de comer, buscando acogida o llamando a la puerta de los vecinos. Y Jesús aprovechó esta instancia para enseñar sobre la confianza en Dios.

Les quiere enseñar a confiar como Él confiaba y les presenta una “fórmula” que en apariencia se ve fácil: “Pidan, y se les dará; busquen, y hallarán; llamen, y se les abrirá”. Para Jesús esto parece sencillo, su experiencia muestra que es simple “porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá”.

Por el contrario, nuestra experiencia muestra que algo hemos captado mal y constantemente, tenemos que reaprender de Jesús. Porque sabemos que confiar en Dios no es tan fácil, y nos damos cuenta algo está fallando. En tiempos de crisis y desconcierto, Jesús nos muestra que la confianza tiene tres matices.

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Pedir...Conocemos mucha gente que con tal de no preguntar en la calle, son capaces de caminar cuadras y cuadras hasta llegar a una dirección. Algunas de ellas por timidez, y otras por orgullo. Ellos son la expresión de nuestra naturaleza, somos tan auto-suficientes que pensamos que pedir ayuda, es sinónimo de debilidad y flaqueza.

Pedir es sinónimo de frases como: “no me la puedo”, de hecho, pedir es sinónimo de “pobreza”. Jesús tenía esta idea en mente. Pedir implica humildad y consciencia de necesidad. Para explicarlo mejor, coloquémonos en una situación posible: ¡Qué difícil es pedir un aumento de sueldo! Uno tiene que reconocer que tiene una necesidad, guardarse el orgullo personal y pedir con humildad. Jesús utiliza perfectamente este verbo, ya que es una petición de un inferior para un superior.

Tiene sentido cuando vemos que este mismo sermón del monte comienza diciendo, que para ser ciudadano del Reino, debemos ser “pobres en espíritu” (Mateo 5:3), es decir, mendigos que no tienen otra salida que extender la mano al cielo para recibir la única ayuda que realmente necesitan. Por eso, “pedir” es la actitud propia del pobre que necesita recibir de otro lo que no puede conseguir con su propio esfuerzo.

Lo interesante es que no puedo pedirle a una fuerza o a una energía. Pedir presupone la creencia en un Dios personal con el cual puedo tener comunión. Por eso, para pedir debo primero tener humildad y conciencia de necesidad. La autosuficiencia no ayuda, es mejor la rendición total. ¿Queremos confiar en Dios? Primero reconozcamos nuestra mendicidad y pidamos con humildad.

Así imaginaba Jesús a sus seguidores, como hombres y mujeres pobres, conscientes de su fragilidad e indigencia, sin rastro alguno de orgullo o autosuficiencia. La confianza básica en Dios reside en nuestra humildad.

Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se

os abrirá (Mateo 7:7)

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Buscar...¿Es posible que alguien reconozca su necesidad y tan sólo se dedique a pedir? Muchas personas indigentes se ven incapacitados en buscar una salida para sus problemas ya sea por su estado de salud, por su edad, o por su falta de preparación técnica y oportunidades, producto de un sistema injusto que los excluye cada día. Pero, hay otras que se aprovechan de una situación de indigencia y se han acostumbrado sólo a pedir y hacen de esto una forma de auto-sustentarse. Eso es, por donde se lo mire, aprovecharse de la buena voluntad de quien desea ayudar.

Esta misma idea presenta Jesús y este matiz es importante a la hora de confiar en Dios. Jesús nos dice que no es suficiente ser humilde, reconocer nuestra necesidad y pedir, también es necesario también “buscar” y buscar es pedir más actuar. Cuando uno busca es activo en el esfuerzo por obtener lo que necesita.

Para el lector menos atento, no estamos hablando de la frase popular “ayúdate, que yo te ayudaré”, que dicho sea de paso es pertinente recordar que no se encuentra en la Biblia. Aquí estamos hablando de no ser rutinario, resignado, derrotado, haciéndose la víctima de la circunstancias y no confiar que el Señor ya trazó el camino por donde debemos caminar para descubrir su bendición.

Si alguien está orando para tener un conocimiento profundo de la Biblia, no sólo debe reconocer que desea aprender y conocer a Dios. Debe, también, pasar horas escudriñando y estudiando diligentemente la Palabra de Dios, asistir a la escuela dominical, no faltar a los grupos pequeños de estudio bíblico, y tratar de vivir en armonía con la voluntad de Dios.

Por eso, para “buscar”, no sólo se necesita humildad, sino actitud y responsabilidad. Es moverse, dar pasos para alcanzar algo que se nos oculta porque está escondido. Así ve Jesús a sus seguidores, como «buscadores del reino de Dios y su justicia». Lo normal hoy es vivir desconcertados ante un futuro incierto, lo extraño es no movilizarnos a buscar nuevos caminos para nuestra espiritualidad.

Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os

abrirá (Mateo 7:7)

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Llamar...Este asunto de la confianza, definitivamente tiene una secuencia, una cadena que si se cultiva día a día, semana a semana, puede llegar ser como la experiencia de Jesús, fácil de decir y vivir.

Primero, debemos ser humildes y reconocer nuestra necesidad para pedir. Segundo, debemos tener actitud y responsabilidad en el camino para buscar. Ahora, “llamar” es pedir más actuar más perseverar. Pero, ¿acaso no es esto lo que ya hemos venido haciendo todo este tiempo? ¿acaso al pedir, al buscar, no estoy insistiendo, no estoy perseverando?

Al parecer “llamar” es gritar a alguien que no sentimos cerca, pero que estamos seguros nos puede escuchar y atender. Es alguien con quien tenemos confianza, alguien que sabemos está detrás de la puerta, pero que por alguna razón no responde y aquí podemos ver el lado humano de Jesús. ¡Qué bueno es ser comprendido por Él!

Al super-cristiano le basta pedir, trabajar y simplemente esperar. Pero, nadie es tan fuerte como para permanecer impasible frente a las circunstancias de la vida, tan sólo “esperando”.

Jesús nos está diciendo que nuestra fe no debe dejar de gritar, debe llamar, tocar, insistir, aún desde nuestras contradicciones, aún desde nuestros conflictos, aún desde nuestras interrogantes. No debemos dejar de llamar, aún cuando veamos las puertas cerrándose, Dios espera una declaración de confianza, un grito de una fe que sufre, pero que sigue creyendo. Seamos inoportunos, o mejor dicho, aunque pensemos que somos inoportunos sigamos llamando.

Si un padre sabe que el remedio que puede salvar la vida de su hija está detrás de la puerta cerrada de una farmacia, seguirá tocando hasta que le abran. Pida, busque, pero no desista nunca de llamar a Aquel que abre y cierra puertas con Su amor.

Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os

abrirá (Mateo 7:7)

Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al

que llama, se le abrirá (Mateo 7:8)

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Hacia nuestra espiritualidad...Si cultivamos estos tres matices, seremos beneficiados con el cumplimiento de la promesa del versículo 8: “Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá”

Jesús nos enseña que debemos ser humildes y reconocer nuestra necesidad para pedir; a tener actitud y responsabilidad en el camino para buscar; a no dejar de insistir y declarar nuestra fe en Aquel que abre y cierra puertas.

De esta manera, las preguntas hechas al inicio de la lectura ¿cómo puedo hacer para confiar en Dios? ¿la fe es lo único necesario para confiar en Dios?, pueden ser respondidas con conocimiento de causa. Para confiar en Dios, necesito ser humilde, ser responsable y ser perseverante.

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© www.valparaisoipch.cl 2012

Caleb Fernández Pérez, Pastor de la 1ra Iglesia Presbiteriana de

Valparaíso; capellán del Colegio Presbiteriano "David Trumbull", y profesor del Seminario Teológico Presbiteriano en Santiago, Chile.

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Matices de la confianza en DiosMateo 7:7