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Md_trabalho 1.1 Revista Rock

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Revista Rock

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  • Voces Recobradas2

    GOBIERNO DE LA CIUDADDE BUENOS AIRES

    Jefe de GobiernoDr. Anbal Ibarra

    Vicejefa de GobiernoLic. Mara Cecilia Felgueras

    Secretario de CulturaLic. Jorge Telerman

    Subsecretaria de Patrimonio CulturalArq. Silvia Fajre

    Directora del Instituto Histricode la Ciudad de Buenos Aires

    Prof. Lidia Gonzlez

  • Voces Recobradas 3

    VOCES RECOBRADASRevista de Historia Oral

    Agosto 2001 ao 3 n 11Es una publicacin

    del Instituto Histricode la Ciudad de Buenos Aires

    Crdoba 1556, l piso, C.P. 1055 Capital Federal

    Tel. 54-11-4813-9370Telefax: 54-11-4813-5822

    E-mail:[email protected]

    DireccinLidia Gonzlez

    Asesora EditorialLiliana Barela

    Secretarios de Redaccin Mercedes Miguez

    Daniel Paredes

    RedactoresLuca Dorin

    Laura Martino

    Asistente de redaccinCecilia Bellizzi

    Diseoy comunicacin visual

    Jorge MalloFabio Ares

    ColumnistaHebe Clementi

    Colaboraron en este nmero

    Dora BordegarayCarlos FerreraLaura MartinoJos SnchezSusana Vega

    Marcela Vilela

    Supervisin de edicinRosa De Luca

    TraduccionesAdolfo Balbi (Ingls y Francs)

    Elza Scalco (Portugus)

    Colaboracin especialMargarita Roncarolo

    CorreccinRosa De Luca

    Lilia Meli

    AdministracinGraciela Kessler

    Luis KirzmanGraciela Porcel

    El contenidode los artculos firmados

    es responsabilidadexclusiva de los autores

    ISSN 1515-1573

    Editorial por Lidia Gonzlez ..............................................................................................

    El siglo de la gente: sus voces recobradas ........................................................................

    Traducciones..........................................................................................................................

    Pinlides Aristbulo Fusco .................................................................................................

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    S u m a r i o

    E d i t o r i a l

    ebido al inters que despert nuestra revista Voces Recobradas n6,y habindose agotado rpidamente, hemos decidido su reedicin. En

    sta reproducimos la investigacin central: El siglo de la gente: sus

    voces recobradas, trabajo que se realiz sobre la base de los 11 talleres

    que organizamos en diferentes barrios de nuestra ciudad durante el ao

    1999.

    De estos talleres resultaron alrededor de 250 encuentros en los cuales

    participaron ms de 100 personas.

    Tanto la revista, como nuestro Cronista Mayor n 11 fueron presentadosen la muestra El siglo que supimos conseguir, realizada del 1 al 12 de

    diciembre de 1999.

    Pasados casi dos aos de la publicacin de este trabajo, donde

    intentamos recorrer la historia del siglo XX a travs de los recuerdos y

    de las vivencias, creemos que no slo mantiene la fuerza de su

    narracin, sino que tambin incitar a nuevos anlisis e interpretaciones.

    Nuestro agradecimiento una vez ms a todas las personas que con su

    memoria permitieron realizar el proyecto.

    Aprovecho este espacio para hacer llegar a nuestros lectores la

    invitacin enviada por la Subsecretara de Cultura de la provincia de

    Chubut al Cuarto Congreso de Historia Social y Poltica de la Patagonia

    Argentino-Chileno que se realizar en Trelew (Chubut) los das 15, 16 y

    17 de noviembre de 2001. Para ms informacin comunicarse con el

    (02965) 481041 o 484563, o al e-mail: [email protected].

    L. G.

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    n este artculo de la revista quisimos reflejarel trabajo que realizamos en los diferentes barriosde la ciudad, revisando el siglo XX con la gente.

    Este trabajo comenz a disearse en 1998,cuando convocamos a un grupo de historiadorescon los que el equipo del Instituto Histrico tra-baj el siglo XX y consensu sus hechos signifi-cativos y su cronologa. Fue as que el siglo XXcomenz para nosotros en 1880, cuando el pasnecesit gente para consolidar su Estado y crearuna Nacin.

    La dcada de 1990 se caracteriza por la au-sencia de la pasin y debate de ideas. Aturdidapor el espejismo de la estabilidad econmica, lasociedad asisti en silencio al desmoronamientode sus prcticas polticas, de las que slo hanperdurado sus envolturas.

    Y otra vez, en este fin de siglo asistimos auna nueva inmigracin, que si bien viene empu-jada buscando lo que no tiene en su Nacin deorigen, no suea con "hacer la Amrica", sloquiere sobrevivir. Este pas hoy le ofrece eso,

    EL SIGLO DE LA GENTEVOCES

    E

    RECOBRADASSUS

    INTRODUCCINsobrevivir, y no le exige que renuncie a su iden-tidad, porque aun cuando todava nadie lo digacon todas las letras la Nacin no existe. Existens, las pequeas identidades locales. Las fronte-ras se borran, los mercados son comunes y lasmonedas tambin. Y aprendimos a convivir y apensar que es posible en este contexto un futurocon ms dignidad.

    Los testimonios que nutren los trabajosponen el acento en lo cotidiano aunque podamospercibir en algunos momentos una fuerte impreg-nacin poltica de los acontecimientos diarios.

    Aun cuando el siglo XXI no comienza en el2000, lo elegimos as para marcar un hecho sig-nificativo y una vocacin de cambio "moral" quereflej la sociedad argentina en las ltimas elec-ciones. Es el fin de la frivolidad y aqu pusimosnosotros el punto. Porque como dice Fontana: "elpasado explica el presente pero no lo legitima".

    Lic. Liliana Barela

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    El siglo de la gente: sus voces recobradas

    Autores Dora Bordegaray, Carlos Ferrera,Laura Martino, Jos Snchez,

    Susana Vega, Marcela Vilela.

    EMPIEZA EL SIGLOY SE VIENE EL CRACK(1880-1930)

    Para contarlo elegimos testimonios que ilustrandistintos aspectos de la vida del siglo a travs de losrecuerdos propios o conocidos.

    El siglo XX nace como un siglo de bsqueda. Esabsqueda intencional dar como consecuencia distin-tas soluciones. Nuevas fuentes de energa, distintosmodelos polticos, la investigacin aplicada a la tec-nologa, el progreso de la ciencia, la creciente partici-pacin popular en los procesos polticos, nuevas for-mas y medios de expresin artstica, la lucha de lamujer por la igualdad, nuevos espacios donde vivir yla adaptacin consecuente.

    En algunos casos las referencias de los participan-tes aluden directamente a la vida poltica, institucionalo econmica del pas. En estos casos tratamos de esta-blecer como eje la presencia o ausencia del rol del Es-tado. En otros, la memoria se remite a la vida privaday cotidiana. Estos recuerdos en algunas oportunida-des se encuentran entrelazados y en otros ms dife-renciados. Este primer perodo tiene algunas particu-laridades: los recuerdos de protagonistas sobre finesdel siglo pasado son escasos, casi todos se refieren ahistorias escuchadas, y generalmente son los ms vie-jos, los que pueden contarnos cosas de principios de

    Coordinadores de Talleres:Dora Bordegaray (Floresta: Club Ima Sumac, Flores:

    Centro Cultural Roberto Arlt, Villa Lugano: Centros

    Culturales Barrio Copello y Juan Carlos Castagnino);

    Carlos Ferrera (San Telmo: C. C. Fortunato Lacmera);

    Luis Garca Conde (Saavedra: C. C. Lino Spilimbergo);

    Francis La Greca (Floresta: C. C. B. F. Moreno);

    Laura Martino (Barracas: C. C. La Usina);

    Jos Snchez (Villa Soldati: C. C. Antonio Talerica);

    Susana Vega (Caballito: C. C. Sebastin Piana);

    Viviana Vntola (La Paternal: C. C. La Paternal)

    Marcela Vilela (Villa Crespo: C. C. Villa Crespo).

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    siglo. Es un viaje guiado y fundamentado por los rela-tos de los participantes en los talleres.

    El proyecto de 1880 sienta las bases de una Ar-gentina nueva. Roca es la encarnacin de ese modelode Nacin orientada claramente hacia un progreso cre-ciente e infinito en lo material e ideolgico, basado enlas premisas positivistas y evolucionistas. Ahora bienese proyecto por sus propios principios filosficos esoptimista pero a la vez es excluyente. El papel rectordel proceso que llevara al progreso es protagonizadopor un grupo encarnado en la clase dirigente. Sueauna Nacin pero, para cuntos?, para quines?, aqu costo?

    El proyecto se muestra claramente exitoso en loeconmico: logra la insercin de la Argentina entre losprincipales pases exportadores de alimentos y mate-rias primas. Pero al mismo tiempo genera y amplagrandes contradicciones. Un claro ejemplo de stas serla actitud ambivalente hacia los inmigrantes, invita-dos a travs del Prembulo o la Ley de Inmigracin, ydeportados a travs de la Ley de Residencia. La repre-sin aparece como el modo de superar las contradic-ciones. A partir de 1880 la ciudad de Buenos Aires cam-bia, encubre sus resabios de colonia espaola, parapretender ser una ciudad ms europea. El Estado quebusca obsesivamente ser moderno se ve reflejado enuna veloz urbanizacin. El proyecto del 80 muestrasolidez a travs de majestuosas obras pblicas pensa-das para cubrir las necesidades de una ciudad que cre-ce, pero que a la vez son smbolos externos del poderque detenta.

    Uno de los smbolos de ese cambio urbanstico esla demolicin de la Recova. Se termina con un clarorecuerdo de la condicin de ciudad colonial. Paralela-mente, se construyen edificios pblicos y mansionesque en poco tiempo hacen de Buenos Aires una ciu-dad cosmopolita.

    Ese Estado ejerce su poder sobre una sociedad quecambia y que crece.

    La sociedad de nuestro pas a principios de siglose ve profunda y estructuralmente conmovida por lainmigracin. El aporte no slo demogrfico marca deuna manera definitiva la vida cotidiana de nuestro pas.

    La vida privada se modifica. Mucha gente, mi-llones de personas llegan, muchos idiomas, muchascostumbres diferentes dan como resultado un mosai-co abigarrado de diversidades culturales. Ese mo-saico define al pas en ese momento, por s mismo.Si se fundieron en un crisol de razas, o se yuxtapusie-ron como identidades, ser tema de debate acadmicoposterior.

    Esas gentes, los que estaban y los que vinierondibujaron un perfil cultural dinmico. Buscamos en lamemoria de los participantes de nuestros talleres, tes-timonios que nos permitan conocer e incorporar im-genes de ese pasado.

    La realidad de principios de siglo da la sensacinde una Buenos Aires - Torre de Babel, que crece cons-tantemente.

    Los Inmigrantes

    "Me da la impresin que nuestros antepasados,nuestros abuelos, tenan alguna expectativa de cam-bio y cosas que nosotros no tenemos. Tenan una ex-pectativa de cambio porque tenan una serie de posi-bilidades... ejemplo, el hecho de cambiar la jornadalaboral, de poder conseguir toda una serie de cambiossociales... inclusive ms, me da la impresin de que anti-guamente frente a ciertos cambios haba lderes que podanllegar a dirigir esos cambios, en cambio ahora no."

    Los testimonios recogidos desde el hoy estn carga-dos de nostalgia, pero no slo por el afecto hacia los antepa-sados, sino tambin por un mundo de progreso que pare-ca posible y hoy parece perdido. Aquellos abuelos son vis-tos como hroes de esa poca legendaria de principios desiglo.

    "Mis bisabuelos vinieron a la Argentina en1896. Se embarcaron en el puerto de La Corua. Eranmis dos bisabuelos y a sus hijos no los recuerdobien, recuerdo a Jess, Ovidio, Juan, mi abuelo, Ali-cia, doa Arabia. La otra hija qued en Espaa, eramonja, se llamaba Alianza.

    Llegaron a Buenos Aires y segn lo que mi abue-la deca empezaron a trabajar en una curtiembre.Me olvidaba que se vinieron porque los varones te-nan que hacer el servicio militar en frica. Mi bis-abuelo era doctor, pero no pudo ejercer en Argentina.

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    Como no les gust Buenos Aires se fueron aCasilda (Santa Fe) y despus, algunos a Crdoba yotro a Chilecito (La Rioja).

    Por parte de mi madre no conoc a mi abuelo, perotambin llegaron de Espaa, eran descendientes devascos y a mi abuela la conoc pues falleci en 1959 alos ochenta aos, era muy hermosa.

    Tuvieron varios hijos e hijas, 4 mujeres y 3 varo-nes. Siempre trabajaron en el campo, slo mi toGernimo estudi y era profesor en las escuelas. To-dava vive mi ta Blanca, tiene ms de noventa aos."

    "... mis padres, inmigrantes, vinieron a este paspara estar mejor y con mucho esfuerzo y trabajo lolograron; mi pap adoraba este pas. l vino deMersin, Turqua, en el ao 1927, para no hacer elservicio militar en la frontera, que duraba 4 o 5 aos,y a veces no se volva. Era como escaparse, y lo hizocon los documentos de un hermano que era menor.Vino a vivir a Barracas y empez a trabajar comovendedor ambulante o marchante. Venda ropa casapor casa en la zona de Pieiro, Avellaneda, cruzandoel puente Bosch.

    Llevaba mucha mercadera envuelta en una telay formaba un gran paquete que se cargaba sobre elhombro. Venda a crdito, a pagar por mes y bastabasolamente con la palabra del que compraba. Yo pien-so que aprendi solo a leer y a escribir."

    Hay muchos testimonios que nos hablan de las razo-nes de la inmigracin. En general, venan huyendo de gue-rras, se enviaban a los varones en edad de ser reclutadospara participar en conflictos de los que no se saba si iban aregresar. La sensacin es que haba que irse, "como esca-parse" de aquel lugar donde haban nacido. Con documen-tos prestados o de polizontes, de cualquier modo.

    La tierra de promisin alimenta grandes expectativas,que se potencian con la necesidad de huir, de encontrar unsitio en paz, sin guerras y con rpidas posibilidades de tra-bajo. En los testimonios no aparece la posibilidad de deso-

    cupacin. Se podan emplear de manera estable otemporaria, en el campo o en la ciudad en obras pblicas.En el caso del inmigrante llegado de 1927 de Turqua nopodemos evaluar las posibilidades de emplearse durantela dcada del 30, porque opt por la venta ambulante que,como era tradicional entre los turcos, pudo estar facilitadapor "paisanos".

    En los relatos de inmigrantes que recogimos no apare-cen menciones al Estado argentino. S aparecen con respec-to al pas expulsor en la figura del reclutamiento.

    La sensacin que dejan traslucir los testimonios es lallegada a un pas en donde las posibilidades de asentamientoy trabajo son de bsqueda individual o facilitadas por lassociedades de socorros mutuos de las colectividades.

    "Mis abuelos eran colonos trados por la JewishColonization del Baron Hirsh que venan con sustierras y no s si hasta tenan la casa hecha. Te-nan un fondo comunal y estaba organizado en for-ma comunal. Mis abuelos fueron a San Gregorio...Mi familia lleg a la Argentina alrededor de 1904.No encontr los pasaportes, slo las libretas de ca-samiento de mis abuelos. Cuando llegaron misabuelos, algunos venan casados con seis hijos, al-gunos de ellos casados vinieron con nietos. Mi abue-la tena seis aos y alcanz a ir a la escuela ac.Mis abuelos enseguida casados se vinieron a la ciu-dad, en el campo slo quedaron los abuelos y susotros hijos."

    La funcin del Estado que es reconocida es la posibili-dad de educacin popular facilitada por la Ley 1420, san-cionada durante el gobierno de Roca.

    Hay un testimonio que refleja una realidad de la po-ca, la posibilidad de estudiar una carrera para un hijo solo.Los dems, a trabajar, incluso aqul que tena un ttulo demdico en su pas se resignaba a no poder ejercerlo. La con-signa pareca ser sobrevivir.

    Aunque hubo otras realidades.

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    "Mi abuelo era el clsico inmigrante italiano, que vino,se puso un negocio y mand a todos sus hijos a la secunda-ria y algunos pudieron ir a la Universidad... Mi ta mayorera del 95. Mis abuelos deben de haber venido por el milocho sesenta..."

    Cuando se invocan razones personales tambin que-da la impresin de que venir a Amrica era una alternativaviable para superar conflictos familiares, tambin para bus-car un destino propio.

    Notamos que al tratar el tema de los antepasados ha-ba alguien que no participaba, al invitarlo a contar su histo-ria nos contest:

    "No, lo que pasa es que mis paps eran criollos, todoscriollos, de ac... entonces... yo no tengo historia..."

    A este testimonio se fueron sumando otras voces quese daban cuenta de que haban ignorado a sus parientesnativos, en muchos casos cnyuges de los inmigrantes. Sereforzaba as la idea del "territorio vaco", de la llegada a undesierto, la de un pas en donde la poblacin no parecaexistir y lo ms curioso es que hoy parece no merecer serrecordada.

    Los que tenan parientes criollos tenan memoria dehaber hablado con ellos de cmo era la ciudad cuando eranjvenes y nadie saba qu pensaban esos criollos de los re-cin llegados.

    "Tengo tres abuelos italianos y una india. Pascuala yFelipe vinieron hacia 1895..."

    Y el relato contina sin nada que comentar de la abue-la india.

    No pretendemos sacar una conclusin general. Qui-zs los participantes del taller interpretaron que el tema erala inmigracin, pero igual resulta llamativo que las histo-rias de criollos no aparezcan al hablar de antepasados.

    El primer destino, para algunos y slo por una sema-na era el Hotel de inmigrantes.

    A partir de ese momento haba que buscar un lugardonde vivir.

    El espacio cotidiano:la vivienda, del conventilloa la casa chorizo

    A fines de siglo en Buenos Aires ya haba muchosinquilinatos o conventillos donde vivan ms de cincuentamil inquilinos. Con la llegada de los inmigrantes esta cifraaument.

    Algunos se originaron a partir de mansiones abando-nadas convertidas en casas con cuartos de alquiler, y lasconstruidas ex profeso con una mnima inversin. Fueronadoptados como solucin al problema de la falta de vivien-da por los inmigrantes recin llegados. En algunos casos el"conventillo" era el lugar fsico desde donde funcionabanredes solidarias entre paisanos.

    "Mi abuela era del sur de Italia y era considerada al-guien muy importante en su colectividad. Le tenan tantaconfianza que era el banco de los paisanos. Ellos la visita-

    Noviazgo y pedido de mano

    "Nosotros tuvimos una bisabuela llamadaMariquita que cuando naci, su padre tena 32aos. Este seor tena a su vez un amigo solterode su misma edad que era muy rico que al nacerMariquita la levant en brazos y dijo: 'con estania me voy a casar'. Esto fue aceptado por elpadre de la criatura sellando sus manos. Hastalos 12 aos la bisabuela estuvo pupila en un ins-tituto para 'guardarla' y educarla para ser unabuena 'ama de casa'. Y a los trece aos se cascon el bisabuelo que tena 45 aos pero para esapoca era un viejo.

    S, mam siempre nos contaba que su abue-la Mariquita deca que ella haba entrado al cole-gio con ropa de nena: la pollerita cortona con elcalzn asomando debajo y cuando sali ya tenala ropa de seorita preparada para casarse.

    Pero gracias a Dios se qued viuda muypronto. As que cuando naci su hija, es decirnuestra abuela materna Mariquita, era una nenaque haba quedado viuda y rica con muchas es-tancias. Mientras ella jugaba a las cartas y per-da mucho dinero, su hija mucho ms reposadacuidaba de su madre, cumpla este rol, era comosi se hubiesen invertido los papeles. Hasta quesu madre se cas de nuevo, tuvo otros hijos, sen-t cabeza."

    "... Mi abuela contaba siempre la misma his-toria...

    Mis abuelos se estaban por casar, tanto quemi abuela ya tena el traje de novia, colgado deuna percha. Segn sus propias palabras: le habadado la viarazza, y parece que le insinu que yaque se estaban por casar ella bien le poda dar 'laprueba de amor'. Entonces mi abuela se ofendide tal manera que se sac el anillo y se lo tir a lacara.

    Mi abuela dice que mi abuelo se agach parabuscar el anillo, le pidi perdn llorando y le dijoque se olvidara de lo que haba dicho. Ella le res-pondi. Esta ancdota me la contaba por lo me-nos una vez por semana. Era en Mendoza, miabuela era de 1909 y se cas a los 18 aos."

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    ban en el conventillo, le dejaban la plata cuando se volvana embarcar, y como mi abuela no saba ni leer ni escribir,ataba cada paquetito de plata con un hilo de distinto colory lo guardaba. Cuando el paisano volva, despus de meseso aos tal vez, saba que doa Luca tena su plata guardada.Nunca tuvo ningn problema y la gente saba que ni siquie-ra tena que contar la plata."

    Hubo inquilinatos famosos: La Paloma, Las CatorceProvincias, El Testn (cabezn en genovs), El Universo.

    La procedencia de los inquilinos fue variada, extranje-ros de todas las nacionalidades y provincianos. Al avanzarel tiempo, algunas familias inmigrantes accedieron a la pro-piedad del inquilinato y ste se transform en una viviendafamiliar. Al casarse los hijos fueron ocupando habitacionesy creciendo las familias. Hubo, en particular en La Boca,inquilinatos donde convivan varias generaciones.

    "Yo nac en un inquilinato que todava existe, en lacalle Brandsen y Ministro Brin, en La Boca. Era de mi bis-abuelo. l lo haba comprado a medias con su consuegro,era marino, haba viajado por todo el mundo y se qued enla Argentina. Fueron viniendo su mujer y sus hijos. Mi abue-la vino de chica pero nunca aprendi a hablar castellano,en cambio mis tos abuelos que nacieron ac eran bien por-teos. Cuando mi mam, que era la hija mayor, se cas ledieron una habitacin grande que daba al frente. En esahabitacin nac yo, en 1923. Y cuando naci mi hermanotaparon mi cunita con una sbana y mi mam en esa mis-ma habitacin dio a luz a mi hermano. Cuando me despertme mostraron a mi hermanito. Yo creo que ni saba que mimam estaba embarazada...

    Las cosas que yo he escuchado y ledo de losconventillos no se vivan en mi casa, ramos todos parien-tes. Yo nac ah, fui el primer hijo de mis padres, el primernieto de mis abuelos, el primer bisnieto de mis bisabuelos yel primer sobrino de un montn de tos y todos vivamos enla misma casa.

    Mi familia era de Trani, cerca de Bari, en el sur de Ita-lia, pero salvo mis bisabuelos que hablaban en dialectotrans, todos hablbamos en genovs que era la lengua deLa Boca cuando yo era chico. En el colegio estaba prohibi-do hablar en genovs, tenamos que hablar en castellano,pero las maestras entre ellas hablaban en genovs. Hastalos yugoslavos y austracos, que haba muchos en La Boca,saban hablar en genovs."

    Para ser considerado un conventillo deban vivir msde 5 familias o personas independientes, incluido el encar-gado, cuya unidad de locacin fuera una pieza y quetuvieran en comn el servicio de baos, lavatorios, letrinasy lavaderos.

    El testimonio nos habla de un conventillo familiar deLa Boca. Una especie de ghetto italiano, con dialecto propio:el genovs. La lengua indica ciertas particularidades: la abue-la que hablaba trans (dialecto del sur de Italia) nunca apren-

    di el castellano. Pero pareca no necesitarlo, al vivir en unacasa con algunos de sus hermanos que no slo hablaban elidioma sino que eran "bien porteos".

    El conventillo era un mundo familiar donde convivanvarias generaciones, en familia se hablaba en trans; entrevecinos, en genovs y con los dems, en castellano.

    El entrevistado se encarga de aclarar que "las cosas"que se dicen del conventillo, no son ciertas para l. Creemosque se refiere a comentarios sobre pautas morales en elconventillo, sobre cierta promiscuidad, situaciones menosfrecuentes en inquilinatos familiares.

    Se dice que la casa chorizo surgi de la divisin sim-trica en dos de la antigua casa colonial. Este modelo de vi-vienda urbana fue muy difundido no slo en Buenos Airessino tambin en las ciudades de provincia. Era un tipo devivienda que se poda modificar de acuerdo con las distintassituaciones econmicas o de comodidad.

    "Mi pap se levantaba y lo primero que haca eraabrir la puerta de calle. Quedaba la cancel cerrada. Y yocuando vea una casa con la puerta cerrada deca: - Ay,qu pasar? O qu modernos que son!

    A la maana la puerta se abra y vena el zagun, des-pus vena un vestbulo, la cancel (mi casa era tan vieja quetena la cancel de hierro), despus vena una habitacin cru-zada al patio y atrs las habitaciones que daban al aljibe,los baos. Era del mil ocho sesenta... Y no sabs lo que eranlas rejas. Haba sido una comisara, tena palenque, todo.En la calle San Antonio.

    Mi pap la compr... vivan mis abuelos maternos (queeran espaoles) y mi pap se la compr a mis tos, porqueramos un familin, ramos siete, entonces necesitbamos

    El planchado

    Se usaba la plancha de carbn. Una planchamuy pesada de hierro adentro de la cual se me-tan brasas. Haba dos marcas conocidas "Vol-cn" y "Perpetua".

    En algunos casos el planchado era parte deuna serie de ceremonias domsticas.

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    una casa grande. Tenamos gallinero, como todo el mundo.Yo me acuerdo que para ensalzar todas las casas de

    mi cuadra, todo el mundo abra la puerta, entonces la casaque quedaba con la puerta cerrada, yo deca quin vivirah?"

    Este testimonio nos habla de una casa chorizounifamiliar, para una familia numerosa, muy antigua, peroel recuerdo que reaparece varias veces en el relato no hablaslo de la casa chorizo arquitectnicamente sino, de cmola casa se abra no slo literalmente sino tambin simblica-mente a la calle. El abrir la puerta a la maana pareca en-traar un cdigo barrial.

    En otros casos, la misma estructura edilicia parece nohaber sido llamada casa chorizo.

    "Bueno, donde yo viva cuando era chiquita, haba unapuerta de entrada con zagun, despus un comedor que so-bresala con una doble puerta. Despus vena otra habita-cin y una cocina grande, gigantesca.

    -Era una casa chorizo?-No, no. No se llamaba chorizo en aquella poca; era

    con dos patios, en el primero estaban las plantas y en elsegundo estaba el bao y el servicio y haba una escalerahacia arriba donde se lavaba y colgaba la ropa en la soga."

    Algunas memoriasde la vida poltica

    "Los partidos de aquella poca eran los conser-vadores y los radicales, que eran la mayora. Y tam-bin haba anarquistas, socialistas, muchos, sobretodo en los barrios de trabajadores. Y aparte habaotros partidos ms chicos, por ejemplo el de Lisandrode la Torre, el Demcrata Progresista."

    La revolucin del 90

    "Nuestro abuelo materno, Juan Sequeira, cuyosantepasados son criollos desde la poca colonial, tena cam-

    pos en Santa Fe (no muy grandes) y viva en San Lorenzo.Resulta que este abuelo era una especie de caudillo radicalseguidor de Alem. El 26 de julio, da de la revolucin estabaen el comit, y al salir de all un opositor a la 'causa' le pegun tiro. Y como l tena la mano puesta as (hace el ade-mn) agarrando el poncho, la bala no entra en el cuerpopero le atraviesa la mano, por eso le tienen que cortar dosdedos. Y ese mismo da su mujer tuvo una hija."

    El testimonio nos habla de la revolucin tambin vivi-da en el interior y que gener represin sobre los radicales.En el caso particular de esta descripcin, el caudillo perte-neca a los grupos medios rurales.

    El relato suena como una alegora sobre el radicalismonaciente hacia 1890.

    Desde la revolucin del 90 el radicalismo luch porla sancin de la Ley electoral.

    Yrigoyen

    Ante la pregunta de cmo vivi ese abuelo el triunforadical de 1916, responde:

    "Bueno, por lo que nos contaban, con mucha ilusin yentusiasmo. Mi mam era muy politiquera... haba hereda-do la fuerza y las ideas de su padre, ella era una herederadirecta de este abuelo seguidor de Alem. Tal es as que cuandoya tena 4 o 5 aos me haba hecho un vestidito rojo y unaboina blanca para llevarme a las manifestaciones y con-centraciones radicales."

    "Nosotros jugbamos en la calle Piedras entre Garayy Cochabamba hasta que vena el presidente. Cuando pa-saba el presidente haba que dejar todo... era el doctorHiplito Yrigoyen. Viva en Brasil, le pegaba por Piedras yse iba para el centro, y cuando pasaba siempre saludaba atodos los chicos."

    "Y despus me acuerdo que al poco tiempo muriYrigoyen, entonces la gente sali a la calle enloquecida yllevaban el cajn en los hombros. El mismo pueblo que loescupi cuando el golpe. Por eso, no es que la gente, que la

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    mayora tenga la razn, sino que va para donde la llevan,es voluble sa es la verdad."

    Alvear

    Finalizado el primer gobierno de Hiplito Yrigoyen,al no haber posibilidad de reeleccin, lo sucede Marcelo T.de Alvear.

    "De Alvear no se hablaba mucho. l era un cajetilla,se hablaba porque la mujer era cantante de pera... italia-na. Era la parte ms conservadora del radicalismo, les de-can antipersonalistas, los de Yrigoyen, los del peludo, erangente ms de abajo. El otro era el 'pelado'."

    Anarquistas y Socialistas

    "Los anarquistas tenan un local en la calle Necochea,y mi pap no nos dejaba pasar, porque deca que eran'tirabombas' as les decan 'tirabombas'. A m me parecanmisteriosos, que siempre deban llevar una bomba escondi-da. Menos dejaban pasar a las mujeres, pero a ellos no lesdeban interesar las mujeres, ellos luchaban contra los go-biernos. Mi pap nos contaba que haban matado a dosanarquistas: Sacco y Vanzetti, que eran sus mrtires,que haban sido inocentes. l los respetaba. Pero igualles tenamos miedo y por las dudas no pasbamos porNecochea."

    "Yo tena un to que era socialista. No dej que alos hijos les pusieran nombres del Santoral, por eso sellamaron Ideal y Porvenir. Cuando mi ta pona

    estampitas de santos l les pintaba bigotes,anteojitos... pobre y ella lloraba."

    La revolucin del 30

    Tras la sucesin de tres gobiernos radicales: Yrigoyen,Alvear y nuevamente Yrigoyen, la revolucin de 1930 quie-bra el orden democrtico. La dcada del 30 se caracterizapor una profunda depresin econmica a nivel mundial,producto del crack de 1929.

    "S, la revolucin del 30 yo la recuerdo. Tena 4 aos yvivamos en Rosario. Mi abuelo y todos estaban muy afli-gidos. S, realmente estaban muy mal porque fue una cosaespantosa lo que le hicieron a Yrigoyen. Un insulto no slopara los radicales sino para toda la Repblica porque fuela primera revolucin militar. Lo poquito que tena Yrigoyen,porque slo tena una cama y una pelela debajo, se lo tira-ron por la ventana. Porque l viva en una piecita, ni vivaen una casa. se era el presidente de los argentinos en aque-lla poca, no como el de ahora."

    Este relato corresponde a la hija de la ferviente radical.Al preguntrsele sobre la actitud visible de la madre ante elgolpe, responde:

    "Sacando la poca que ramos ms chicos e ba-mos a las manifestaciones, despus se aquiet. Adems, apap no le gustaba la poltica.

    ... Mam era fuerte y clara, era la heredera directa del

    Semana Trgica

    "Mi pap era jovencito, en el 19, cuando laSemana Trgica l era de 1897. Contaba que fueterrible. Que todo empez en los Talleres Vasena.l iba por Pinzn y ah estaba la comisara, y ti-raban para todos lados, con un ruido terrible. lquiso escapar, y se fue por Gaboto, y de una casaespiaban lo que pasaba. Le abrieron un poquitola puerta de calle y se meti. Esta familia lo dejescaparse por las azoteas. Entre esa gente estabami mam, as, disimuladamente se miraron, segustaron y despus se casaron. As que, si nofuera por la Semana Trgica, yo no estara aqu.Mi pap deca que la culpa de la matanza fue dela polica y de Ramn Falcn, el que tiene la esta-tua en Jos Mara Moreno. Pero que la responsa-bilidad, al final, era de Yrigoyen, porque l era elpresidente."

  • Voces Recobradas12

    abuelo y adems era muy unida a su padre. l muri en losbrazos de mam. As que posiblemente, mientras vivi elabuelo, mam militaba ms porque eran muy unidos."

    Cuando se le pregunta la fecha de muerte de su abue-lo, dice:

    "Y, como en el ao 31."

    La entrevistada no parece unir el abandono de lamilitancia de su madre con la proscripcin y represin ejer-cida sobre los radicales. Atribuye lo que llama "aquietamien-to" a cuestiones personales: el padre apoltico, el abuelo fa-llecido. Pero cuando se le pregunta si durante su infanciarecuerda enfrentamientos con los conservadores, dice:

    "S... en el colegio... nos dbamos unas tortas brbaras."

    La crisis del 30

    "Haba una desocupacin muy grande, mipap era carpintero, estuvo seis meses sin tra-bajar nada... trabajaba en una fbrica de mue-bles muy finos... Mam cosa guardapolvos parachicos... Yo tena 12 aos y mi hermana 16. Mamhaca la ropa y nosotros cosamos los botones ylas llevbamos de vuelta al negocio."

    "... volviendo a la crisis del 30. En el caso de mito, que yo contaba la vez pasada, haba ido a la Uni-versidad y su mujer... Ellos ya llegaron muy mal aeste pas; mi to se puso a trabajar en un frigorfico ymi ta de costurera, aunque nunca haba agarrado unaaguja. O sea que tuvieron que trabajar de cualquiercosa. Entonces ellos estaban muy mal desde el vamos,por lo que mi ta contaba, la crisis a ellos no los gol-pe tanto porque ya estaban mal, a lo sumo habrnestado peor, pero ni es que tuvieron en la RepblicaArgentina un momento de florecimiento. Ya vinieronmal, y a pesar de todo, en esa casa se cantaba y a loschicos los disfrazaban para divertirse."

    Notamos que la depresin econmica de ladcada del 30 tuvo impacto sobre la gente, sobretodo, en cuanto a la desocupacin. Las formas desuperar la crisis eran individuales, se buscabanformas de trabajo domiciliario para subsistir.Pero, a pesar de la crisis, se sobreviva de la ma-nera ms alegre posible.

    "... Se procura que el chico reciba el menor dolorposible. Pero en todas las pocas ha pasado eso... Uncompaero mo me contaba que cuando era chico, supadre se haba accidentado y estaba internado, y en-tonces su madre tuvo que salir a trabajar y que la

    Coccin y calefaccin

    "Antes de nacer mis viejos tenan slo una ha-bitacin con una mesita precaria y arriba un ca-lentador Primus a querosn, que serva para ca-lentar y cocinar, pero ya tenan un brasero. Cuan-do nac yo ya tenamos una pieza y una cocina...

    El ambiente se calentaba de dos maneras, unamientras se estaba cocinando, que se cocinaba concocina econmica a lea (un fogn de ladrillosmampostera, una especie de cuadrado abiertodonde se encenda el fuego y se apoyaban las ollas,al tiempo le agregamos una plancha de hierro fun-dido arriba, ah se hacan los bifes, se haca todo) ylos ambientes eran ms reducidos, una habitacin,una cocinita y par de contar. El que tena cocina,el que no, tena todo en la misma pieza (empezabaas la gente) o tambin se pona en la habitacinun braserito, un pequeo brasero de tres patas dehierro fundido..."

    hermanita, an ms chica, nunca se enter de esta si-tuacin, de que ella era la nica que coma la nicacena que haba en la casa; lo hizo despus, de grande.Es decir, a la chiquita, le daban de comer y la acosta-ban a dormir. Y despus, l y su madre tomaban uncaf o un mate con un pedazo de pan."

    "Mi ta me deca que como yo era muy inquieta,me disfrazaba, me ponan frutas como si fueran tetasy me ponan arriba de la mesa para que yo saltara,bailara o hiciese cualquier cosa que daba lugar paraque ellos se sintiesen un poco mejor, es decir, busca-ban tener algn tipo de alegra. Y bueno, de esa formatranscurran sus das, porque, bueno, no van a estartodo el da comentando sobre la mala situacin so-bre la que estn pasando, y que lo nico que tienenpara comer es un plato de sopa."

    Notamos que la presencia de la crisis es un re-cuerdo doloroso, que afect la vida privada de la gen-te. Hubo chicos que tuvieron que trabajar o disimularla situacin de miseria en que se viva pero, a pesarde esto, se rescata la posibilidad de haber tenido unainfancia con juegos y diversiones. En estos recuerdoslas dos situaciones aparecen jerarquizadas de la mis-ma manera.

  • Voces Recobradas 13

    DE GOLPE A GOLPE(1930-1943)

    Los libros de Historia cuentan que en la dcadadel 30 la crisis de posguerra y el crack econmico de1929 llevaron a una depresin que oblig a la mayoraa bajar su calidad de vida.

    En Argentina esa situacin se agrav por la faltade participacin popular en la actividad poltica. Estaausencia del pueblo haba sido generada por el golpedel general Uriburu el 6 de setiembre de 1930 y cons-tantemente alimentada por la prctica del fraude elec-toral llamado patritico por los grupos ms privile-giados de la sociedad.

    Luis: "Yo nac en el 19. Tendra 10 aos y vi porprimera vez la efervescencia poltica. Por la calle Co-rrientes, oradores encima de las mesitas que los barestenan en las veredas. Eran esas mesitas de mrmolcon aro y patas de hierro forjado. Protestaban contrael gobierno de Yrigoyen. Los medios, igual que ahora,crearon un clima contra el gobierno... Despus vino elgolpe y lo sacaron a Yrigoyen. El pueblo no tena de-fensas, se estableci el estado de sitio y no me acuerdobien en qu momento hubo ley marcial."

    "En abril del 31 Uriburu haba convocado a elec-ciones en la Provincia de Buenos Aires, creyendo queiba a ganar pero ganaron los radicales de punta a pun-ta. Lo dejaron loco! De ah les pusieron rabanitos alos radicales: son rojos por fuera, como el color de losconservadores, pero blancos por dentro!"

    Los sectores populares soportaron su suerte comopudieron, llevando al extremo las costumbres que ha-ban aprendido de sus progenitores, tales como cui-dar lo poco que tenan, no gastar ni un centavo ms delo estrictamente necesario, ahorrar todo lo que se pu-diera.

    Alicia: "Mi hermano consigui un trabajo comoempleado de oficina. Era una maravilla! Mam lohaca cambiar de ropa en cuanto llegaba a la noche; lelavaba la camisa y la pona a secar arriba de la coci-na econmica. Tena una sola camisa de vestir y saera la que se pona da tras da."

    Luis: "El tranva obrero dur muchsimos aos,debe haber sido como hasta el 45. Se pagaban 10 cen-tavos ida y vuelta. Lo tomabas a la maana y podasvolver a la tarde cuando en viaje comn sala 10 cen-tavos. Hasta las 7 de la maana se tomaba para elcentro y despus se volva, creo, alrededor de las 5 de

    la tarde. No podas tomarlo a la tarde slo y pagar 5centavos."

    Olivero: "Nosotros terminamos la escuela de no-che porque trabajbamos para ayudar en casa. Yo fuicomo dependiente a un almacn. Todo lo que ganba-mos lo ponamos en una lata que tena mi mam. Losfines de semana si queramos salir le pedamos a ellay de esa lata ella sacaba y nos daba algn dinero."

    Muchas de esas familias vivan en los barrios for-mados en dcadas anteriores a medida que la pobla-cin creca y las lneas frreas o de tranvas facilitabanel acceso al centro. Sin embargo, quedaban grandesvacos, espacios sin ocupar. Por tal razn muchas zo-nas, especialmente del sur de la Capital, se lotearonen esta dcada. La poblacin llegaba del interior delpas buscando conseguir trabajo o asegurarse losservicios que slo la organizacin urbana podabrindar. Algunos eran descendientes de argentinos

    El luto

    "Cuando cumpl 15 aos, estbamos en Mardel Plata y haca un ao que haba muerto miabuelo. Y no me iban a festejar el cumpleaosporque todava estbamos de luto. Pero mi ta ledijo a mi mam que era una lstima, que cum-pla quince aos una sola vez. Entonces mi mamme hizo en la mquina, en el da, un vestido blan-co, pero todo ribeteado con una cintita de tercio-pelo negro, por el luto. Encargaron un serviciode lunch, no bailamos ni hubo msica, pero yoestaba contenta porque por lo menos lo festeja-mos."

  • Voces Recobradas14

    nativos y otros eran inmigrantes o hijos de inmigranteseuropeos que se haban afincado en el campopampeano y ahora deban abandonar las tareasagropecuarias buscando otros horizontes.

    Argimiro: "Vinimos... a trabajar a Pehuaj, en1928. Al ao de estar all mam se enferm y el viejose la trajo al Hospital Alvear donde se cur."

    Lidia: "Recin casados mi mam y mi pap se fue-ron a vivir a Tapiales sin agua, sin luz. Fue terrible!Parque Patricios -de donde era mam-, no sera muy

    lindo, pero era un barrio cmodo. Mam en Tapialessufra mucho y como dos tas mas vivan en Luganole empezaron a dar plata para que edificasen una pie-za ac."

    Florencia: "...mis abuelos paternos que vivan enel campo, eran humildes. Trabajaban la huerta cerca deBaha Blanca, se lavaban con jabn blanco en la mismabaera que sus hermanos. Mi abuela mal no viva...pero... yo no podra. Yo sin luz elctrica no podra vi-vir! A la noche quiero leer, escuchar msica y mi abue-la lea con una vela!"

    No todos vivieron el proceso de manera similar.Unos mantuvieron su status econmico o lo mejoraron yotros perdieron sus trabajos y se abandonaron a su suerte.

    Olivero: "Cuando iba para el almacn, a la maa-na, me entretena despertando a los crotos que dormana los costados de las vas. Cosa de chico!"

    Dora: "Muchos hombres haban abandonado suscasas y vivan todos juntos en el Puerto Nuevo..."

    Luis: "Estaban hechos los diques y todava no ha-ba galpones ni nada; era todo de tierra. En ese lugar quedespus ocuparon los galpones se ponan..."

    Dora: "Se hacan sus ranchitos con lona, chapas,cartones, lo que fuera... Ahora las villas son un lujo allado de aquello. Los domingos, era un paseo de la genteque tena coche ir a ver ese espectculo. Despus de aoscomprend lo que era esa miseria. -Mira dnde cocinan!-deca mi ta porque cocinaban en las latas de conservao de aceite. Les tiraban 5 o 10 centavos al costado. Ellosno pedan..."

    El proceso de industrializacin por sustitucin deimportaciones que tmidamente haba comenzado du-rante la presidencia de Yrigoyen, adquira rasgos msslidos. Al calor de la crisis todos los pases haban to-mado medidas proteccionistas de su comercio exteriory de regulacin estatal de la actividad econmica. No-sotros no fuimos la excepcin y as poco a poco fueronapareciendo nuevos puestos de trabajo. Las mujeresaportaron su grano de arena a la economa familiar yaunque siempre lo haban hecho, en esta dcada salie-ron masivamente de sus casas para convertirse en asa-lariadas.

    Olga: "Las mujeres de mi familia que vinie-ron desde Espaa, tuvieron ac un rol distintoal que tenan en sus pases; tuvieron que acoplar-se a la fuerza de trabajo. En sus pueblos de origeneran mujeres dedicadas a las cosas de su casa oa la huerta familiar, y en la Argentina accedie-

    Los pantalones largos

    Este ritual significaba el pasaje masculino dela niez a la vida adulta. Haba ciertos cnones,en general regidos por la escolaridad.

    "Yo iba a una escuela en La Boca, en la calleBenito Prez Galds, y en primero superior te-na compaeros que tenan bigotes, que repetany repetan. Y las madres los hacan ir con panta-lones cortos, claro, si iban a la primaria. Debajode los pantalones se llevaban medias largas ne-gras, stos, que eran chicos bravos, jugaban a lapelota y se hacan cada papa en la media, y se lesvean los pelos de las piernas, entonces se pinta-ban la pierna con tinta, para disimular."

    FUSCO

  • Voces Recobradas 15

    ron al mercado de trabajo. Un mercado restrin-gido pero igual tuvieron que hacerlo. Fueron serviciodomstico, costureras, telefonistas, enfermeras..."

    Alicia: "Mi mam en Espaa viva en el cam-po. Era la mayor de un montn de hermanos alos que cuidaba. Cuando lleg ac trabaj en ca-sas de familia y despus entr en un hospital atrabajar como mucama; sigui de enfermera ycomo enfermera se jubil."

    Juegos de la infancia

    El entretenimiento de los ms chicos se ubicabaen los patios de las casas, en la calle, en los baldos.Las chicas jugaban a la ronda, a saltar con la soga y aotros juegos.

    Alicia: "Jugbamos al aro. Era un aro de mimbrecon dos varillas de mimbre que se cruzaba dentro delaro. Con una se lo sostena y con la otra se tiraba confuerza de modo que el aro sala volando y la que estabaenfrentada tena que ensartarlo con sus varillas y vol-ver a tirar."

    En la calle se jugaba a la mancha, al patroncito de lavereda, a la billarda y por supuesto al ftbol. Aunquequizs el rango y mida fuera el juego ms jugado.

    Luis: "-Se agachaba uno, el otro viene lo salta apo-yndose con sus manos en la espalda del que est aga-chado y abriendo las piernas. Una vez que salt se que-da donde cae. La fila as se va alargando. El ltimo tie-ne que ir saltando a todos pero entre medio de uno yotros no puede correr o caminar, desde donde cae tieneque hacer el salto siguiente."

    Bernardino: "-Tambin se jugaba a llevar el aro. Sehaca con un aro ancho, chato de hierro y con un alam-bre que en la punta tena un gancho se lo empujaba. Sesuba y bajaba las veredas cambiando rpidamente el

    gancho de lugar y dndole un golpe."Alfredo: "-... la billarda que se haca con dos made-

    ras. Una de extremos afilados a la que se golpeaba conotra madera de unos 40 cm. Cuando sala disparada, elotro jugador tena que barajarla en el aire."

    Luis: "-En el ao 30 nosotros nos mudamos a Lansy ah las calles estaban asfaltadas. Tenan hormignarmado y las juntas de alquitrn; lo que se llamabamacadam. Y ah se jugaba al ftbol perfectamente bien.Se organizaban los equipos con nombre y todo."

    Dora: "-Ac en Flores, la primera calle asfue Aranguren, que se llamaba San Eduardo, en-tre Fray Cayetano y Artigas. Las otras estabanadoquinadas. Venan de todos lados del barrio apatinar con los patines de 4 rueditas. Uno de ellosera mi hermano Arturo que era el as del patn."

    Todos los juegos eran posibles en una ciudaddonde el trnsito slo pasaba por las avenidas opor alguna que otra calle empedrada. La felici-dad de los chicos se interrumpa solamente conel paso de algn carro repartiendo mercadera ocon la perrera.

    Dora: "El enemigo nmero uno de todos loschicos del barrio. Cuando era carro se oa de le-jos por el ruido de los caballos y de los alam-bres de las jaulas que llevaba atrs. Los chicossalan adelante corriendo para que los perros seescaparan. Cuando pasaban delante les gritabande todo. Una de las que gritaba era yo: And atrabajar, atorrante! Trabaj de hombre y no deperrero!"

    La vida social

    En 1931 el ftbol se profesionaliz y en todobarrio porteo surgieron nuevos clubes socialesy deportivos que formalizaron juegos y diversio-nes de chicos. Muchos de ellos permanecen al dade hoy. En sus salones o en los lugares de prcti-ca deportiva, los bailes, especialmente los de car-naval, eran el punto de reunin y socializacin.

    Alberto: "-Nosotros nos conocimos en un bai-le. Tenemos 50 aos de casados y 60 aos de ClubIndependiente.

    Y los bailes eran matin: se iba a las 6 o 7 dela tarde."

    Elena: "-Terminaban a las 11 de la noche."Mara del Pilar: "-Y las madres venan a bus-

    carnos."Elena: "-Venan a traernos."Alberto: "-Venan 5 o 6 chicas con una mam.

    Entonces la mam se pona all en el palco y se

    El cine

    "Claro, porque hoy por ejemplo mircoles,daban un captulo, maana otro y el viernes elltimo captulo. Enfrente de casa, en la calle Ga-viln y Gaona, haba un cine que nosotros lo lla-mbamos el Chinche Hall porque era la mugrecaminando y daban algunas pelculas de miste-rio, esas de E. Allan Poe o la momia. Las dabanpor captulo tambin, y recuerdo que eran loslunes, mircoles y viernes."

  • Voces Recobradas16

    bailaba en la cancha de bsquet, en la terraza,en todos lados..."

    Mara del Pilar: "-Mi mam llevaba a mi her-manito ms chico cuando me acompaaba a bai-lar porque, dnde lo iba a dejar? En realidadacompaaba a la mam de otrachica porque yo tendra 12 aos,era muy chica pero me gustababailar. Entonces, se acuerdanque hacan un intervalo para co-mer los sandwiches? Mi hermanosiempre se dorma pero cuandollegaba el intervalo se desperta-ba para comer."

    Otra forma de entretenimien-to era la radio. En la dcada del20 haban comenzado las trans-misiones, pero recin en la dca-da del 30 la posibilidad de elegirentre un espectro ms amplio de programas sehizo cierta.

    Isabel: "En la dcada del 30 haba varias es-taciones. Belgrano era una; en 1934 se cre ElMundo, en 1937 Radio del Estado y en 1941 co-menz a transmitir Radio Splendid."

    La familia se sentaba alrededor del gran apa-rato de la radio a galena para el cual se mandabahacer un mueble especial y se buscaba la ondatratando de hacer coincidir la piedrita. Luego fuereemplazada por la radio de vlvulas que tam-bin ocupaba mucho lugar.

    Alberto: "Haba que agarrar el piquito ese auna piedrita y ponerse a ... Silencio!!! Dejameun cachito a m!

    En mi casa haba una y tena un cajoncito,la piedrita y una antena arriba del techo."

    Este imn que era la radio igualaba a todoslos miembros de la familia sin importar la edad.Se escuchaban noticias, msica y radioteatros. Enesos aos el programa de mayor xito se llamChispazos de Tradicin, creado por Juan Andrs

    Gonzlez Pulido.

    Alfredo: "Mi suegro era elTropero Roncatti que participa-ba de esos programas. Haceaos ya, mi hija tena 8 meses yahora tiene 36 aos, le hicieronun homenaje en el programa detelevisin Volver a vivir. Esta-ba Blackie, Carlos D' Agos-tino..."

    El teatro y el cine concentra-ban a grupos de familias de si-tuacin un poco ms acomoda-

    da. Se inauguraron el pera, el Gran Rex, en elCentro. En Flores ya exista el Fnix y se inaugu-r el Pueyrredn.

    Dora: "En el Fnix vi Virgencita de maderacon los Hermanos Ratti, Ya tiene comisario elpueblo con Paquito Bustos y la de Sandrini ElDiablo andaba en los choclos, todas obras deteatro. Algunas de ellas despus se hicieron pe-lculas. Me parece que en Flores se estren almismo tiempo que en el Centro una pelcula quefue un xito, Sombrero de copa, con Fred Astairey Ginger Rogers."

    Quienes tenan automvil, los fines de sema-na paseaban por la Costanera Sur en donde tam-bin podan practicar deportes. Tal es el caso deun grupo de mujeres, que separndose de la Aso-ciacin Cristiana Femenina haba fundado el clubIma Sumac en la dcada anterior. Con el objetivode contar con un predio propio como lugar deesparcimiento y para practicar deportes como eltenis, el bsquet y el vley compraron unos lotesen Floresta frente al Barrio Saturnino Segurolade casas baratas.

    Laura: "El Club era dueo de todos los terre-nos desde mitad de cuadra hasta la esquina in-clusive, pero debieron venderlos con las sucesi-vas crisis econmicas a partir del Rodrigazo.Tena las canchas y una edificacin que abajoserva como casa de los caseros y arriba eran losvestuarios. Haba bao y un tanque al que habaque encenderle fuego para calentar el agua por-que cuando las seoritas terminaban de jugarqueran baarse."

    El hielero

    "Una cosa extraordinaria de aquella pocaque siempre me llam la atencin aunque no enese momento, sino despus. Vena el sodero, le-chero, hielero y se les dejaba las monedas en elumbral con las botellas o sifones y nadie robabanada. Y en el caso del hielero si uno no estaba enla casa, las barras se empezaban a derretir. Traauna barra grande con un gancho y la serruchabasegn cada pedido."

    La aparicin de unEstado regulador fue

    siendo percibida por lagente como una obliga-cin de los funcionarios

    hacia una gama muyamplia de actividades.

  • Voces Recobradas 17

    La percepcindel papel del Estado

    La aparicin de un Estado regulador fue siendopercibida por la gente como una obligacin de los fun-cionarios hacia una gama muy amplia de actividades.Cuando la ayuda estatal no llegaba o se retardaba, arre-ciaban las crticas con la idea de un deber moral incum-plido. As por ejemplo, lo deca en un discurso la Presi-denta de la Comisin Directiva del Club Ima Sumac, alcomprobar que los subsidios pedidos no seran otorga-dos: "No queremos ni pensar que no se nos ha tenido encuenta por descuido, o por ignorar la importancia denuestra obra".

    La radio

    La primera transmisin, la de Los locos de laazotea, haba llevado por el ter los acordes de lapera Parsifal de Wagner. Quizs por esa impron-ta primera, es que muchos cantantes lricos parti-ciparon de programas radiales en los aos 30 o susvoces eran captadas directamente desde el esce-nario teatral.

    "Yo me acuerdo de la radio 'Galena'. Mi her-mano la haba comprado y con mi sobrina quetena seis aos y yo escuchbamos juntas, al mis-mo tiempo, con una especie de auriculares. Te-na una piedrita que era la pa que haba queembocar justito para escuchar pero por ah se nosiba el sonido."

    FUSCO

  • Voces Recobradas18

    DEL PERONISMOAL GOLPE(1943-1955)

    La sociedad argentina fue transformada du-rante el peronismo. Hay un antes y un despusde Pern en la poltica argentina y en la memo-ria colectiva. La vida cotidiana no qued fuerade este hecho. Repensar la poca peronista en lostalleres de historia oral todava implica hablarde amores y odios. Los recuerdos se mezclan conlos fuertes cambios y problemticas que desde elEstado se planteaban. En los t iempos delperonismo, la memoria de los acontecimientos dela vida privada une y refleja hechos polticos ypblicos. Era comn brindar por "El General" enuna mesa famil iar , como enfrentarse entreperonistas y antiperonistas en un mismo hogar oen un mismo barrio, a pesar de tener "ciertos cui-dados" al hablar por la posible presencia de unperonista delator.

    La figura carismtica, tanto de Pern comode Eva, atrap el accionar de la clase obrera ar-

    gentina, no slo desde su labor de participacinpoltica en sindicatos, gremios, unidades bsicas,delaciones, manifestaciones en la Plaza, sufragio,sino que tambin alcanz o lleg a reflejarse en"lo emocional" del pueblo trabajador. El senti-miento de amor hacia Evita, "la abanderada delos humildes", se manifest en su velatorio comoen el culto que se hizo a su persona y a la dePern.

    Si nos remontamos a los or genes delperonismo debemos referirnos al golpe militarque toma el poder en 1943, de la mano del Gru-po de Oficiales Unidos (G.O.U), el que derrocaal gobierno "constitucional" de Castillo. Se cerra-ba una etapa de fraude, corrupcin y falta de le-gitimidad de los sectores populares. Paralela-mente en el plano internacional se desarrollabala Segunda Guerra Mundial, a la cual todavaArgentina no se haba sumado a ningn bando;estas tensiones se manifestaban dentro del ejr-cito. El gobierno militar tena que tomar una de-cisin. Muchos europeos e hijos de inmigrantesque participan en nuestros talleres recuerdan conhorror la poca de la guerra. Son recuerdos depersecuciones, de hambre, de muerte, de desapa-r ic in de famil ias enteras , de migracionescompulsivas, de campos de concentracin y ex-terminio, de refugiados, de soledad y desasosie-go. La figura de Pern comienza a ser controver-tida: estn quienes recuerdan los cajones de laFundacin Eva Pern, que llegaban con trigo yropa a una Italia destruida y pobre; estn quie-nes vean en Pern similitudes con el fascismoitaliano y el nazismo alemn, dudando si aqu noiban a sufrir las mismas persecuciones a las quehaban sido sometidos en Europa.

    Hay algunas fechas claves en los recuerdoscolectivos: el 17 de octubre de 1945; la muerte deEva Pern (26 de julio de 1952); los bombardeosa la Plaza de Mayo (junio de 1955); la cada dePern (16 de septiembre de 1955), aunque estosdos ltimos estn muy unidos y a veces apare-cen confusos.

    El 17 de octubre de 1945 fue vivido como unafiesta y era el anticipo del triunfo de Pern enlas elecciones de 1946, era el smbolo del naci-miento de un nuevo partido poltico. Muchos re-

  • Voces Recobradas 19

    cuerdan la alegra y las ganas de ver al lder enlibertad y la necesidad de trasladarse a la Plazade Mayo de cualquier manera: en camiones lle-nos de gente amontonada, en los techos de lostranvas. Otros sectores ms acomodados veanazorados y sorprendidos a esas"masas sudorosas que pasabanen camiones jaula".

    La memoria colectiva de lossectores populares argentinosvincula a Pern con las reformaslaborales, el aguinaldo, la jubila-cin, las licencias por enferme-dad, las vacaciones pagas, la po-sibilidad de acceder a objetos,vivienda, mejores condiciones devida, educacin, derechos quehasta entonces eran desconoci-dos para un amplio sector de lasociedad. Estas reformas comien-zan a aplicarse desde 1943, cuan-do Pern se desempe como Director de la Se-cretara de Trabajo y Previsin, cargo al que lue-go sum el Ministerio de Guerra y la vicepresi-dencia de la Nacin.

    Las reformas en la legislacin laboral, apli-cadas entre 1943 y 1945, fueron acompaadas porun nuevo reordenamiento poltico, social y eco-nmico que tena al Estado en un rol activo ycomo protagonistas de la transformacin que seestaba implementando en la Argentina. Este Es-tado benefactor implement un sistema orienta-do a redistribuir la riqueza para consolidar elnuevo orden social, mediante el desarrollo de laindustria nacional (metalurgia liviana-metal-mecnica), expansin del consumo interno, au-mento de salarios y del nivel de empleo, controlde precios en artculos de primera necesidad yen alquileres y arrendamientos, acceso a crdi-tos para crear industrias. Sumado a este plan,conocido como Quinquenal, el Estado participen el desarrollo econmico a travs de la inver-sin de capitales en empresas que fueron nacio-nalizadas, como los ferrocarriles, telfonos, gas,aviones, etc. El movimiento de migraciones in-ternas desde las provincias hacia las ciudadesimportantes, donde ya haba comenzado el pro-ceso de industrializacin en la dcada anterior,se incrementa durante el gobierno peronista. Es-tos recuerdos se ven mezclados con los senti-mientos que la llegada masiva de obreros del in-terior provocaba en los habitantes de la ciudadde Buenos Aires. La visin de los crticos delperonismo es muy dura y asocian este movi-miento de poblacin con las regalas y concesio-nes que haba hecho Pern a los obreros: "se vino

    El 17 de octubre de1945 fue vivido como

    una fiesta y era elanticipo del triunfo dePern en las eleccionesde 1946, era el smbolodel nacimiento de un

    nuevo partido poltico.

  • Voces Recobradas20

    todo el interior para ac, porque ac estaban lasfbricas, y hasta se poda tener dos trabajos";"cuando empez a venir la gente del interior,trabajaban dos das y como les alcanzaba,despus faltaban"; "con el congelamiento de al-quileres, nadie pagaba, lo que se rompa no searreglaba, era gente del interior que estaba acos-tumbrada a vivir peor que ac".

    Otro elemento fundamental para analizar lapoca peronista desde la memoria colectiva es elmodo en que repercute la poltica social queacompa a las reformas econmicas y que tenacomo objetivo mejorar las condiciones de vida dela clase trabajadora. Esta poltica de accin so-cial fue liderada por Evita, a tra-vs de la Fundacin Eva Pern.Aqu, nuevamente los recuerdosse contraponen con la figura y lalabor de Eva. Muchos creen quela poltica era demaggica, queel acceso a la educacin o a la vi-vienda slo buscaba captar votosque le permitieran a Pern man-tenerse en el poder, al igual quela reforma electoral del voto fe-menino; mientras otros agrade-cen y bendicen a Pern y a Eva

    por permitirles acceder a dichosderechos. Esta bipolaridad tam-bin se manifiesta en la percep-cin que tienen sus ms crticosrespecto de la poltica educativay el control de la sociedad comoopinin pblica: era obligatorioel uso de distintivos partidarioscomo tambin afiliarse al parti-do Justicialista.

    "Mi mam era peronista ymi pap no. Mi pap la llamaba 'fascista!,nazi!' Y mi madre fue al velatorio de Eva Pern.Yo a Eva Pern la admiro. No puedo decir quesoy peronista, fui obligada a afiliarme, porquetrabajaba en el Ministerio de Hacienda. Vino eldirector y dijo: 'Chicas tienen que afiliarse'. To-das dijimos lo mismo 'Ay no, somos apolticas,nosotras', 'Bueno, febrero no lo cobran'. Enton-ces nos afiliamos."

    Muchos nos contaban situaciones semejantes enlas que se reflejaban actitudes reiterativas del go-bierno peronista: colgar cuadros con los retratos deEva y Pern en negocios u oficinas pblicas o pri-vadas. Si era un lugar por donde circulaba gente,tenan que tener dichos cuadros, de lo contrario eransospechados de "contras" u "oligarcas" que se esta-ban oponiendo al sistema. Inclusive existan los je-fes/as de manzana que siempre tenan a disposi-cin el cuadro que faltaba en el negocio.

    El movimiento demigraciones internasdesde las provincias

    hacia las ciudadesimportantes, donde ya

    haba comenzado elproceso de industrializa-

    cin en la dcadaanterior, se incrementa

    durante el gobiernoperonista.

  • Voces Recobradas 21

    "Al padre del odontlogo del colegio, quetambin era odontlogo, se le metieron los mu-chachos y le preguntaron por qu no tena el cua-dro de Pern y Eva en el consultorio. Lo puso,con Cristo en el medio, con el cuadro de Pern yEva, uno de cada lado. Cuando volvieron quisieronllevarlo preso porque eso pareca los dos ladrones cru-cificados con Cristo. l se hizo el desentendido perosas haban sido sus intenciones."

    En la escuela se lea La razn de mi vida, los lpi-ces eran de la Fundacin Eva Pern, los libros de lec-tura traan fotos de Pern y Eva, con enunciados quelos alumnos aprendan casi de memoria: Evita meama!, Pern cumple, Eva dignifica! El dibujo del messiempre era el escudo peronista.

    stas son las dos caras que la puesta en prcticade la poltica socio-econmica del gobierno de Perngener en la conciencia popular, el debate peronismo-antiperonismo fue una constante en la sociedad ar-gentina de la dcada del 50. Un sector de la sociedadcrea en el gobierno oficial como smbolo de la justiciasocial, vea la distribucin de la riqueza como una ne-cesidad concreta de la sociedad argentina y sta era"la primera vez" que un gobierno haca algo por los

    trabajadores. El otro sector, especialmente la clasemedia y la oligarqua, pensaba que el peronismo eraun movimiento populista, demaggico, autoritario ycon filiacin nazi-fascista.

    La crisis del modelo va unida a la segunda presi-dencia de Pern (1952-1955) a pesar de que susanticipos comienzan a sentirse desde 1949: se detieneel proceso de sustitucin de importaciones, disminu-

    Entierro de Evita.

    FUSCO

    FUSCO

  • Voces Recobradas22

    yen los ingresos provenientes de las exportaciones,disminuye el volumen de productos exportables, sepierden mercados, sequas y malas cosechas. En la me-moria colectiva los aos de la crisis van unidos a he-chos como: la muerte de Eva Pern, el congelamientode los salarios, los bombardeos a Plaza de Mayo, losconflictos con la Iglesia y la cada de Pern.

    "Haba que hacer cola para todo. Las papas, elquerosn, el azcar... escondan la mercadera y la co-braban ms." "El velatorio de Evita fue largusimo,no se cunto dur." "En los das que haba muertoEva Pern, todos los chicos bamos en el pueblo conla cinta los varones y con el moo negro las mujeres.Y a la noche se arm la procesin y todas las mujeresde la familia hacan las antorchas." "Y los emplea-dos pblicos tres meses con la corbata negra." "Unamigo mo haba estado en los bombardeos a la Pla-za de Mayo, cuando me enter no poda asociarlo coneso." "Mi abuelo, que estaba en la Plaza, crea queeran aviones aliados a Pern y de golpe empezaron acaer bombas, todos corran, l se tir por la boca delsubte." "Yo estaba en primer grado superior y mimam vino a buscarme a la escuela porque los mili-tares se haban dado vuelta. Yo pens que los avionesvolaban al revs."

    FUSCO

    FUSCO

  • Voces Recobradas 23

    OTRA VEZDEL GOLPE AL GOLPE(1955-1966) Y VAN...

    El perodo que va desde 1955 (RevolucinLibertadora) a 1966 (Revolucin Argentina) es pocorecordado por los testigos en contraposicin con ladcada peronista. En esta etapa son politizados to-dos los aspectos de la vida cotidiana desde la bene-ficencia, la educacin, el deporte, los medios de co-municacin, las nomenclaturas de escuelas, ciuda-des y provincias, hasta la administracin pblica yla vida militar. Tanto era as, que la poltica estabapresente hasta en los juegos infantiles: Cristina re-cuerda que muchas veces, cuando jugaban al Mar-tn Pescador, a un bando lo llamaban Pern y a otroBalbn.

    El fenmeno de politizacin era tan profundoque Silvia, nacida en el 45, recuerda haber vividocon angustia la cada de Pern: "No poda imagi-narme una Argentina sin l. Era como si hubiesemuerto mi padre."

    El eje peronismo-antiperonismo atraves todoslos mbitos de la vida pblica y sin duda tambin

    muchos de la vida privada: "Para m, despus del55, se acab la poltica", dice Luca desde elantiperonismo.

    Las diferentes lecturas sobre la cada de Pernevidencian los efectos de la polarizacin de la vidapoltica de los argentinos de aquellos aos:

    As, Luca afirma: "Yo sufr la poca de Pern.Primero, porque yo era maestra y, como no eraperonista, renunci a mi cargo porque me obliga-ban a decir cosas con las que no estaba de acuerdo,a pesar de que me gustaba mucho dar clases. Des-pus, porque como yo era presidenta de la AccinCatlica de la parroquia de mi barrio, mi prontua-rio, es decir mi tarjeta de miembro de la AccinCatlica, junto con las de todas las adherentes, es-taba en la comisara porque la polica vino y se lle-v todos los archivos de la parroquia."

    Clara, hermana de Luca, recuerda: "El da que

  • Voces Recobradas24

    lleg Lonardi estuvimos en el Aeroparque. Fue elgusto de estar, porque llegaba alguien que para no-sotros, en ese momento, era muy importante. Eseda nos pusimos el distintivo de Cristo Vence, quees una V de la victoria ms una Cruz. Por eso noso-tros decimos que los peronistas se copiaron de no-sotros." (Clara hace referencia al logo de "Pernvuelve".)

    Luca: "Nosotros tenamos un disco de la Mar-cha de la Libertad grabado por el coro del Santsi-mo Sacramento. Se grab en la clandestinidad, todo

    a capella por el actor Arturo Garca Buhr en losstanos de esa iglesia. Era un disquito de pasta quedesgraciadamente nos lo robaron una vez que en-traron ladrones en una quinta que tenamos enMoreno. La Marcha de la Libertad comenzaba mso menos as: 'En lo alto la mirada/ luchemos por lapatria redimida/ el arma sobre el brazo/ la fe y laesperanza renacidas'."

    Olga: "Cuando cae Pern, en casa realmentefestejaron. Mi papa, a pesar de ser espaol, andabacon banderas. Fuimos a la plaza San Martn, que esla plaza cntrica de Crdoba, y bueno... era un re-vuelo de banderas, de pauelos y despus de grandesfile. Yo, en ese momento, con 9 aos, lo sentcomo una gran alegra para mi familia, porque encasa eran antiperonistas."

    Silvia: "-En tren de vivencias infantiles, yo es-taba muy preocupada por la cada de Pern. Nopoda imaginarme una Argentina sin l. No habaninguna otra posibilidad de que no fuera Pern elpresidente de la Repblica. Tena la sensacin deque no poda existir otra cosa."

    Luca: "-Para nosotros, a diferencia de Silvia,el que Pern cayera era bueno, porque en ese mo-mento el pas se estaba derrumbando."

    Silvia: "-No es que mi familia fuese peronistao antiperonista. Posiblemente, si hubiese sido msgrande en esa poca, tampoco me habra gustadoque se acabase un gobierno democrtico."

    Luca: "-Lo que pasa es que ya en ese momentono era una democracia, sino una dictadura. Porqueuno habla de los 70 pero durante el peronismo tam-bin estuvieron nuestros desaparecidos, nuestrosmuertos y nuestros exiliados...

    Adems, las delaciones... Uno no viva tranqui-lo. Por ejemplo, bamos al cine y en el vestbulotenamos que hacer silencio. En la escuela, no sehablaba del tema de Pern, a no ser, por supuesto,para alabarlo. Est bien, tendran que haber deja-do que se cayera solo, pero eso no iba a pasar, lagente ya no aguantaba ms."

    Juan: "-El gran error de la RevolucinLibertadora fue la terrible inhabilidad poltica.Porque ellos fueron los responsables de que elperonismo existiera en la Argentina hasta el 76...El odio de la Marina fue tan grande que no tuvie-ron capacidad de razonamiento. Porque termin conPern cuando tendra que haber esperado que sederrumbase solo. Porque dividi a la sociedad ar-gentina de tal forma que yo creo que desde la pocade Rosas no pasaba algo as. Por eso lo sacan aLonardi, por su discurso de 'Ni vencedores ni ven-cidos'. Por eso existe el culto de los que van y vie-nen trayendo los mensajes desde Madrid. La Revo-

    Juan Carlos Brid: "No tenamos armas, nopodamos hablar, ni votar, ni hacer nada. Notenamos explosivos; el sabotaje era la nicamanera que tenamos de enfrentar esta bandaque nos explotaba. No tenamos libertad deprensa, nada. Todo lo que tenamos era el De-creto 4161 que decretaba que con slo mencio-nar a Pern podamos ir en cana. No podamostener ni siquiera una foto de Pern en nuestrascasas. As que recurrimos a los caos."1

    Envar El Kadri evoca: "Por todo ello, laResistencia. La de los que escondan los bustosde Pern y Evita, lucan el nomeolvides en lasolapa, escriban panfletos a mquina y concarbnicos, y con tizones dibujaban el 'Pernvuelve' en las paredes..."2

    Juan Carlos Brid en el ao 1975.

  • Voces Recobradas 25

    lucin Libertadora extendi durante 20 aos lo peordel peronismo: el culto al personalismo."

    Nlida: "-Yo en esa poca andaba de novia yme estaba por casar. Por supuesto que me enterabade lo que estaba pasando pero yo viva mi vida. Noera para decir me juego o no me juego. Nunca tuveperspectivas de grandes cambios. No tena expec-tativas de que la Libertadora pudiese hacerlos."

    Estos testimonios recogidos son los de algunosmiembros de la clase media que por diferentes ra-zones se sentan "heridos en su dignidad": los sim-patizantes de los partidos afectados por la falta delibertad de expresin, los docentes obligados apolitizar sus clases, los estudiantes universitariosreducidos al silencio, los empleados pblicos some-tidos a la obligacin de la afiliacin peronista.

    En cambio, dentro de esta misma clase mediaexisten sectores que dan otra lectura, con mucho deautocrtica, que significara un corte con la tradi-cin familiar antiperonista de la cada de Pern. Estacrisis ideolgica fue originada no slo por la cadadel rgimen, sino tambin por las decisiones de losvencedores. Tal el caso de Mariluz: "En mi casa mipadre era republicano espaol, era socialista. Porsupuesto, en mi casa ramos antiperonistas. Perohete aqu, llega el momento de los festejos y stosse hacen en el Barrio Norte. Ah yo hago mi catar-sis... una de las cosas que me llam la atencin fuever a la gente que era delegada de fbricas, lloran-do mientras se festejaba en la calle Santa Fe. Laseora que a m me hizo reflexionar mucho fue unaque viva en frente nuestro, nunca me la voy a olvi-dar. Trabajaba en Terrabusi y ella me deca quecuando sacaban las galletitas del horno se ponanunos papeles y le quedaban las manos muy hincha-das hasta que vino Pern. Despus, ya empezarona organizarse, y bueno... ya sabemos toda la histo-ria, que eran leyes de los socialistas y todo eso. Medeca que les dieron guantes, vacaciones... cuandocay Pern, era tal el llanto de esa mujer, porqueellos haban ganado mucho como trabajadores, yella haba perdido en esa fbrica la vida entera. Yyo la vea a ella llorando, y del otro lado, los feste-jos en la calle Santa Fe. Ah es donde se me produceel choque. Ah comienzo a pensar."

    Con el testimonio de Cristina, que nos habla dela tragedia ocurrida a su familia con la cada de Pern,se evidencia la despolitizacin de la vida cotidiana apartir del 55, cuando desaparece la idea de comuni-dad organizada en la nueva Argentina debido al sur-gimiento de una prohibicin indita en el pas: la pro-hibicin de la palabra. Sin embargo, no se silencia slouna palabra sino todo lo que tiene que ver con esehecho histrico que la palabra nombra.

    Cristina: "...yo pertenezco a una familia que eraperonista. Mi to era el intendente del pueblo y papera el jefe de Correo, l era oriundo de San Andrsde Giles. La hermana de Cmpora y el cuado eranlos padrinos de bautismo de mi padre.

    El hermano menor de mam era teniente pri-mero de Aeronutica y todos crean que l tambinera peronista. Cuando lleg la revolucin de setiem-bre del 55 pasaron varios das sin que tuviramosnoticias suyas. Al correo llegaban telegramas de

    Marta: "A m me pareca estar viviendo unaguerra. Yo tena terror porque no saba qu eralo que iba a venir despus. Como mis padreshaban venido de Europa escapando de la gue-rra, en busca de tranquilidad y paz, y a m seme haba transmitido todo aquel horror, yopensaba que aquello se repetira y crea que nopodra soportarlo."

  • Voces Recobradas26

    todos los muchachos que estaban haciendo laconscripcin avisando que estaban bien, pero no-sotros no recibamos ninguno. Una maana, se-ra como el 20 de setiembre, no recuerdo bien,porque todo eso lo vivimos como una pesadilla,yo estaba en el cuarto de mi hermana mayor queera contiguo a la pieza donde estaba el telgra-fo, dado que vivamos en el correo. Y omos queuno de los empleados deca a otro: '... aqu hayun telegrama para don Jos Lafalce -mi abuelo-que dice falleci Dardo, quin es?' (en Salto a mito lo conocan por su sobrenombre, Piti). A loque el otro le contest, 'and, preguntale al jefe'.Entonces mi hermana me dijo: '... and al cuartode mam y no dejs que le avisen'. Pero no llegua tiempo. Los das que siguieron fueron terribles.En un momento dado llamaron por telfono ydijeron que mi to no haba muerto porque no erasu avin el que haba cado. La casa de mi abue-la se llen de milicos que venan trayendo el ca-jn cerrado envuelto en una bandera argentina.Llenaron de placas el frente de la bveda y a mme impresion mucho una que deca: 'Por Dios,por la Patria y por nuestro hogar'. Pasaran mu-chos aos para que yo comprendiera el verdade-ro significado de Dios, patria y hogar. Nunca su-pimos exactamente cmo fue que muri. Pero porlo que se pudo reconstruir, la versin ms vale-dera era la siguiente: mi to, que estaba en la Basede Vil la Mercedes en San Luis junto con

    Capellini, que a fines del 75 encabezara un in-tento de golpe, fueron los primeros de la Aero-nutica en levantarse contra Pern. Tanto es asque segn su mujer, si el golpe fracasaba, l setena que exiliar en el Uruguay junto con su fa-milia.

    El avin que l manejaba, un Avro Lincoln,ya haba cado y l estaba herido, pero a ltimomomento cambi su lugar a otro compaero, jus-tamente porque haba posibilidades de que setuviera que exiliar y subi como copiloto a unaparato piloteado por el capitn Turrado Jurez.Aparentemente ellos llevaban como misin bom-bardear Ro Cuarto y se habran peleado entreellos porque Turrado Jurez tena un tiro en lanuca, y chocaron contra un cerro en la provinciade Crdoba. En cuanto al motivo de esa pelea haydos versiones: una, que entre la tripulacin ha-ba un suboficial con familiares en Ro Cuartoque se habra opuesto al bombardeo. Y la otra,que los suboficiales se amotinaron porque se-guan siendo leales. Posiblemente, fueran ciertoslos dos motivos.

    Eso ocurri el 17 de setiembre de 1955. Encasa, adems del dolor por la muerte de mi to,se vivan momentos de mucha angustia por lacada de Pern. Yo recuerdo que mi padre, que noentenda de trenzas ni de traiciones, ante el exi-lio de Pern deca: '... este hijo de puta se raj ymi amigo -por Cmpora- est preso en Ushuaia'.

    Por otra parte, era como que no entendanqu haba pasado con mi to porque nadie en mifamilia saba que l no era peronista. A partir deese momento hubo una especie de 'pacto de si-lencio' y por muchos aos no se habl de polti-ca. Ni siquiera los nios lo hicimos: mi hermanamenor, Mara Eva, durante mucho tiempo se aver-gonz de su nombre. La Revolucin del 55 y lamuerte de mi to Piti, para pap, que estaba en-fermo haca aos, de cncer, fue el golpe mortal.Mi to, el que era intendente peronista, aporteconmicamente para la resistencia, pero de esonos enteramos recin en el 73, porque mi ta noquera saber nada de que actuara en poltica porlo que haba pasado en casa."

    Esta prohibicin en el mbito de una fami-lia, la casa de Cristina, refleja lo ocurrido en unanacin. Nada mejor que el olvido, despus de unatragedia. Nada mejor que negar todo lo que ocu-rri inclusive, la palabra. Empezaron por borrarlos nombres, ms adelante borraran los cuerpos.

    Indudablemente, toda la maquinaria monta-da para extirpar todo vestigio del peronismo, encierta medida, surti efecto.

    Con el correr de los aos, para el imaginario

    FUSCO

  • Voces Recobradas 27

    colectivo los sucesos del 55 se recuerdan, confu-samente, como un nico hecho, como si el mis-mo da hubieran ocurrido la procesin de Cor-pus Christi, el bombardeo a la Plaza de Mayo, laquema de las iglesias, las persecuciones religio-sas y la revolucin de septiembre.

    El tes t imonio que nos br ind Hugo esejemplificador de esta confusin: "Me acuerdoque en el 55 me haban ido a buscar al colegioms temprano, estaba en primero superior, por-que se produjo el golpe militar y las madres te-nan miedo de que nos pasara algo. Mi mam vinoa buscarme, y yo le pregunt qu haba pasado.Me dijo que se haba dado vuelta el Ejrcito.Como habamos visto y odo a los aviones quepasaban a la maana, yo pens que eran los avio-nes los que se haban dado vuelta y que se nosiban a caer encima. Al otro da nadie trabaj yestaban todos con la radio escuchando la infor-macin que pasaban en Plaza de Mayo: la pilade muertos, incluso el padre de un compaero mohaba muerto en el bombardeo. Mi abuelo se sal-v de casualidad porque se tir por la boca delsubte. El viejo siempre contaba que estaba lagente en la plaza cuando vinieron los aviones ytodos saludaban porque pensaban que eran 'alia-dos', y resulta que los aviones empezaron a bom-bardear y todos salan corriendo. En la noche, losprimos de mi mam fueron al centro y contabanque pas lo mismo que con la cada de Yrigoyen,todo el mundo pateaba estatuas y dos personaspasaban con una placa de Pern y Evita, dicien-do: 'Escupa aqu'."

    Este bombardeo, perpetrado el l6 de junio de1955, en el transcurso de un abortado golpe de

    Estado, fue un hecho tan traumtico que pudoser ocultado por el poder y convertido en un mitopara el pueblo. Para los militares del 55, tampo-co hubo muertos en la Plaza, porque, tal comoocurri 20 aos despus: dnde estn los nom-bres? Dnde fueron a parar los cuerpos de losasesinados desde el aire? Entonces, surgen los mi-tos. El recuerdo de Luca lo confirma: "La Plazaestuvo cerrada para todo el mundo durante treso cuatro das. Yo trabajaba al otro lado de laPlaza y no poda pasar por ah. Segn dijeron,yo no lo puedo certificar, hubo gente que vino encamiones desde los frigorficos del sur de laciudad que estaba armada con 'palitos', porqueotra cosa no eran, y mientras gritaba 'Viva Pern'y 'La vida por Pern', les pasaban los avionespor encima y los bombardeaban. Segn se dijo,esa gente est enterrada en la Plaza, por eso lacerraron por unos das y le negaron la entrada alpueblo."

    La resistencia

    En este contexto de rpida reestructuracindel espacio social, segn Neiburg3, todas las in-terpretaciones del peronismo propusieron nue-vos modos de integrar el pueblo a la sociedadargentina, que implicaban formas de relacinentre dos grupos sociales en disponibilidad: deun lado, una base social que haba quedado hur-fana de su lder, y de otro lado, lderes polticospotenciales carentes de base social. stos propu-sieron diferentes alternativas que iban desde supropia peronizacin -rac ional izada comoautocrtica respecto de una posicin antiperonistaanterior, o como descubrimiento de algunas bon-dades del ant iguo rgimen- hasta la des-peronizacin del pueblo -incluyendo desde pro-puestas ms claramente autoritarias hasta pro-

    Patricia: "Yo soy de la generacin que tuvoque hacer revisionismo histrico. Me cri tam-bin en una casa totalmente antiperonista ycuando vino la Revolucin Libertadora (con laque no comulgo), cuando vi los destrozos quehicieron, yo soy de Junn y conoc a todos losDuarte, le dije a mi mam: Mami, los pero-nistas eran hordas salvajes?, y stos qu son?,yo me qued muy asustada, no me hiceperonista pero dej de ser antiperonista. Em-pec a hacer revisionismo histrico."

  • Voces Recobradas28

    cesos ms lentos de educacin democrtica delpueblo-.

    Entonces, as como antes, en la era peronista,esta Nacin estaba constituida por un 'nosotros'-Estado y Pueblo- y un 'ellos' -la oligarqua, lareaccin, etctera-. Ahora, la Nacin es las masasa la espera de un nuevo lder y 'l' -el dictadordepuesto, el tirano prfugo, el innombrable-. Noobstante las pretensiones de estos lderes poten-ciales a la espera de las masas disponibles, el pue-blo, en todas las contingencias electorales, siguilas directivas de su lder en el exilio, llmese votoen blanco, voto a Frondizi, alianza con los conser-vadores populares o con los partidos provinciales.

    En este contexto el intento de desperonizacinde la sociedad contina vigente en todos los que-haceres de la vida nacional, tal como lo ponen demanifiesto los siguientes testimonios:

    Jacinta: "-Yo en esa poca trabajaba en elpoliclnico de Avellaneda, que se llamaba Presiden-te Pern. Todo lo que haba en la sala, los cuadrosde Eva, todo desapareci totalmente. A la ropa decama, como tena un redondel que deca FundacinEva Pern se lo sacaron y dejaron los agujeros."

    Miguel: "-La imagen que tengo del 55 es a miviejo quemando libros en casa, artculos o sellosdel justicialismo."

    Hugo: "-En el 55 cuando volvimos a clase, nosdieron unas etiquetas negras que cubran las hojasdel libro de lectura y tapamos las fotos de Eva, elescudo y todo lo referido al peronismo, ms de lamitad del libro qued con las etiquetas negras."

    Pero, en este intento demencial por lograr ladesperonizacin de la sociedad, se lleg an mu-cho ms lejos: ya no bast la destruccin de los sm-bolos, tambin se destruyeron vidas. La respuestaal levantamiento de junio de 1956 fue el fusilamientode militares y civiles en aplicacin de la ley mar-cial.

    Cristina: "Lo que recuerdo de los fusilamientosde junio de 1956 es algo muy puntual: era un domin-go, y haba ido con dos amigas de visita a la casa delos tos de una de ellas. Estbamos escuchando radioen la cocina, tenamos 10 aos; de golpe, en uninformativo dieron la lista de los fusilados, y cuandolo nombraron al coronel Cogorno, una de mis amigasexclam rindose: 'Cag Cogorno'. Yo recuerdo que am me doli pero no se lo pude reprochar porque, comoser peronista era mala palabra, yo trataba de despe-garme, me avergonzaba."

    Desde otro ngulo, mucho ms ideolgico,Patricia recuerda los fusilamientos de 1956: "Yo en

    esa poca viajaba mucho en tren, donde me encon-traba con muchos peronistas. Ellos, indignados medecan: 'Esto lo van a pagar algn da, acordate quelo van a pagar'. Nunca me olvid de esta frase, es-pecialmente cuando lo secuestraron a Aramburu, yen ese momento me sent totalmente identificadacon la hija del general Valle cuando justific estehecho."

    Los perodosdemocrticos: Frondizi-Illia

    "Un tipo de aspecto profesoral que no viva enlas nubes. Libros y realidad: la sntesis esperadadurante aos. Cultura y eficacia. Qu bien!... UnRoosevelt que conoca a Lenin, la sntesis de libros yalpargatas y de unitarios y federales, el Gran Proyec-to, el pas al da. El cielo en el extremo sur de AmricaLatina."4

    Frondizi llega al poder gracias a los votosperonistas. La ilusin de todo un pueblo que lo acom-paa, sintetizada por la cita de Vias, pronto se trans-formara en la gran decepcin. En sus cuatro aos de

  • Voces Recobradas 29

    gobierno, jaqueado continuamente por el poder mili-tar, comprometido por sus promesas a un electoradoheterogneo, trata de capear el temporal virando deizquierda a derecha, y termina librando principalmen-te tres "batallas" que constituiran la traicin del pro-grama nacional y popular que levantara en los comien-zos de su campaa poltica: la poltica petrolera, laeducacin libre y el plan de estabilizacin deAlsogaray.

    Cristina recuerda esos hechos del gobierno deFrondizi: "Yo tena doce aos y estaba en sexto gra-do. Pero a m me gustaba la laica porque mi herma-na, que estaba en el secundario era de la laica. En rea-lidad, en mi escuela ramos solamente dos las que 'ra-mos de la laica', y nos pelebamos con la maestra,que era muy catlica. En mi pueblo haba manifesta-ciones de uno y otro grupo. A nosotras nos daba risaporque los de la libre, que eran todos los de la AccinCatlica gritaban: 'Comunistas a Mosc'. Yo muchono entenda, pero despus mi amiga Tatela, que en esapoca estudiaba en Buenos Aires y militaba en laFUBA, me cont que en las manifestaciones los estu-diantes llevaban unos carteles que decan: 'YPF= Uni-versidad nacional. Standard Oil= Universidad priva-da'. Yo quera que en Salto tambin llevaran un car-tel de esos aunque no tena ni idea de lo que queradecir, pero si los universitarios lo llevaban y, ade-ms, al frente de esa manifestacin iba el rector de launiversidad (Risieri Frondizi, hermano del presiden-te), deban tener razn."

    Juan evoca la bronca de su padre, delegado gre-mial de Luz y Fuerza, cuando le toc negociar conAlsogaray, entonces ministro de Economa:

    "Alsogaray les dijo: 'Bueno, muchachos, este in-vierno yo me hago un traje menos y ustedes se tomanuna botella de vino menos'. Para mi viejo, Alsogaray,en su soberbia, los haba tratado de borrachos."

    Todas las contradicciones y los vaivenesfrondizistas, que no hacan otra cosa que demostrarla endeblez de su gobierno, terminaran por causarsu cada. Los militares, que siempre haban descon-fiado de su pasado poltico, no le haban perdonadosu postura original con respecto a Cuba. Tampocoaceptaron el triunfo de la frmula peronista Framini-Anglada en la provincia de Buenos Aires. ste fue elgolpe de gracia. Frondizi es reemplazado por JosMara Guido.

    Este breve perodo es recordado por los frecuen-tes enfrentamientos entre militares, que aunque na-die los comprenda, enturbiaban la calma de los ba-rrios.

    El pueblo se mantena al margen de esta lucha

    palaciega, como la caracteriza Jorge, quien tambindice: "Esa lucha, la de azules y colorados, era cosade ellos, nosotros los veamos desde la vereda deenfrente. No haba un sentimiento revolucionarioo antirrevolucionario."

    La eleccin de Illia se produce con la proscrip-cin del peronismo, y con slo el 25% de los votos. Ladebilidad del gobierno marc este presente en todossus actos. En sus casi tres aos de gestin, Illia intentun gobierno de defensa de la soberana y trat de fre-nar el avance de las multinacionales. Una vez ms elpoder militar junto con la oposicin poltica de las cor-poraciones frustraron esta relativa estabilidadinstitucional: el 28 de junio de 1966, los militares, conOngana a la cabeza, inauguran la llamada Revolu-cin Argentina.

    De la etapa de Illia los testimonios recogidos sonescasos. Nadie recuerda hechos concretos, solamentela bonoma de ese ex presidente.

    Liliana: "Recuerdo la sencillez de este hombredemocrtico que nos recibi en la Casa Rosada, nosdio la mano a cada una de nosotras. Estaba en tercerao del secundario y decid ser radical, esperaba cum-plir los diecisis. No pude, un mes antes, el 28 de ju-nio del 66 se cort mi sueo."

  • Voces Recobradas30

    REVOLUCIN Y UTOPASENTRE GOLPE Y GOLPE(1966-1976)

    Entre las ironas y bromas impiadosas de algunosmedios de comunicacin, se fue gestando el golpe deOngana (28 de junio de 1966).

    La dura interna entre azules ycolorados en el seno del Ejrcito sesald a favor de los azules.

    Las universidades pblicas, enespecial la de Buenos Aires, disfru-taban laboriosamente de una etapacreativa y dinmica. "La noche de losbastones largos" (29 de julio de 1966),termin con los briosos corcelespoliciales pisoteando la autonomauniversitaria e iniciando un prolon-gado perodo de decadencia de laeducacin superior y la investiga-cin cientfica.

    Para algunos, el golpe de Ongana fue uno ms, yno tuvo mayor importancia:

    Juan: "...Yo tena 26 aos y mucha bolilla no ledaba a la poltica, al presidente lo dibujaban comouna tortuga, era un radical bastante mayor... y enton-

    ces los milicos otra vez... incluso al-gunos decan que el coso este era me-dio peronista, incluso me acuerdoque hubo varios sindicalistas cuan-do jur Ongana... y, no, mal no,laburo sigui habiendo, claro quecualquier otra poca comparada conesta, en la que no hay nada, es bue-na..."

    Algunos historiadores interpre-tan que la Revolucin Argentinaliderada por el general Ongana fuela consecuencia local del proceso de

    recalentamiento de la Guerra Fra. Ongana y su selec-to elenco de catlicos cursillistas se interesaron espe-cialmente en encuadrar a los jvenes en los ms estric-tos principios de la civilizacin occidental y cristiana.

    Beatles, hippies, rock, psicoanlisis y dems "mo-das de la nueva ola" afectaron y alarmaron a los msconspicuos guardianes de las tradiciones.

    Cuba, Fidel y el "Che", y ms adelante "los tupas",fueron las seales estridentes que pusieron alertas alos defensores del statu-quo, a la vez que alimentaronel compromiso y las voluntades de la generacin jo-ven en pos de una transformacin profunda de las es-tructuras sociales.

    Pablo: "... En el 66 yo estaba terminando el se-cundario, en una nocturna en Caseros en la que merecib de maestro normal nacional... y yo me quera ira ensear al interior... a hacer algo, a ayudar a losdems... era como que lo ms importante era haceruna sociedad ms justa. Al final termin en la selvamisionera en un obraje que se llamaba Yabot, a 40km. de San Pedro, y ah no me fue bien, me tuve que irenfermo de sarna, sin un mango y corrido por los dela empresa que no me queran..."

    Al margen de la renovada proscripcin alperonismo, en los aos de la dictadura de Ongana, elEstado trat de instalar en la Argentina, al igual queen el resto de los pases del Tercer Mundo, el fantasmadel comunismo como un demonio omnipresente e in-

    Beatles, hippies, rock,psicoanlisis y dems

    "modas de la nueva ola"afectaron y alarm