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estudios de medio ambiente. Calculo de impacto ambiental.
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CULTURA CIENTFICA Y PARTICIPACIN CIUDADANA EN POLTICA SOCIO-AMBIENTAL
Tesis doctoral presentada por
MARA LAURA LZARO OLAIZOLA
Bajo la co-direccin de
ARANTZA ETXEBERRIA AGIRIANO y
JOS ANTONIO LPEZ CEREZO
DONOSTIA-SAN SEBASTIN 2009
2
3apenas la materia vida era tan fina
C. Veloso
en memoria de Leticia da Fonte
1974-2008
4
5AUTORIZACIN DEL DIRECTOR DE TESISPARA SU PRESENTACION
Dra. Arantza Etxeberria Agiriano como Director/a de la Tesis Doctoral: Cultura
Cientfica y Participacin Ciudadana en Poltica Socio-Ambiental realizada en el
Departamento de Lgica y Filosofa de la Ciencia por el Doctorando Doa Mara
Laura Lzaro Olaizola, autorizo la presentacin de la citada Tesis Doctoral, dado que
rene las condiciones necesarias para su defensa.
En Donostia San Sebastin a ____ de _____de 2009
EL DIRECTOR DE LA TESIS
Fdo.:_____________________________
6
7AUTORIZACIN DEL DIRECTOR DE TESISPARA SU PRESENTACION
Dr. Jos Antonio Lpez Cerezo como Director/a de la Tesis Doctoral: Cultura
Cientfica y Participacin Ciudadana en Poltica Socio-Ambiental realizada en el
Departamento de Lgica y Filosofa de la Ciencia por el Doctorando Doa Mara
Laura Lzaro Olaizola, autorizo la presentacin de la citada Tesis Doctoral, dado que
rene las condiciones necesarias para su defensa.
En Donostia San Sebastin a ____ de _____de 2009
EL DIRECTOR DE LA TESIS
Fdo.:_____________________________
8
9CONFORMIDAD DEL DEPARTAMENTO
El Consejo del Departamento de Lgica y Filosofa de la Ciencia en reunin celebrada
el da ___ de _______ de 2009 ha acordado dar la conformidad a la admisin a
trmite de presentacin de la Tesis Doctoral titulada: Cultura Cientfica y
Participacin Ciudadana en Poltica Socio-Ambiental co-dirigida por la Dra. Arantza
Etxeberria Agiriano y el Dr. Jos Antonio Lpez Cerezo y presentada por Doa Mara
Laura Lzaro Olaizola ante este Departamento.
En Donostia San Sebastin a ___ de _________de 2009
V B DIRECTOR/A DEL SECRETARIO/A DEL
DEPARTAMENTO/ DEPARTAMENTO/
Fdo.:_______________ Fdo.: _______________
10
11
ACTA DE GRADO DE DOCTORACTA DE DEFENSA DE TESIS DOCTORAL
DOCTORANDO DOA Mara Laura Lzaro Olaizola TITULO DE LA TESIS: Cultura
Cientfica y Participacin Ciudadana en Poltica Socio-Ambiental El Tribunal
designado por la Subcomisin de Doctorado de la UPV/EHU para calificar la Tesis
Doctoral arriba indicada y reunido en el da de la fecha, una vez efectuada la defensa
por el doctorando y contestadas las objeciones y/o sugerencias que se le han
formulado, ha otorgado por___________________la calificacin de:
En Donostia San Sebastin a ____ de ________ de 2009
EL/LA PRESIDENTE/A, EL/LA SECRETARIO/A,
Fdo.: Fdo.:Dr/a: __________________ Dr/a: __________________
VOCAL 1 VOCAL 2 VOCAL 3
Fdo.: Fdo.: Fdo.:Dr/a: _____________ Dr/a: _____________ Dr/a: ____________
EL DOCTORANDO,
Fdo.: _____________________
unanimidad mayora
12
13
RESUMEN
Se propone en este trabajo abordar las dificultades de los trminos cultura
cientfica y participacin ciudadana, en asociacin con las diferentes
concepciones acerca de cmo la ciencia debe llegar a la sociedad, cmo la
sociedad debe entender la ciencia y en qu medida le corresponde involucrarse
con ella. Las investigaciones y acciones relacionadas a estos temas han dejado
muchos problemas planteados, y los ejemplos tanto de participacin en ciencia
y tecnologa como los intentos de esclarecimiento de lo que es o debera ser
cultura cientfica (y cmo se logra a partir de experiencias concretas), dejan
abierta la puerta para intentar definirla, medirla y propiciarla en base a una
concepcin de ciencia como la de los enfoques Ciencia Tecnologa Sociedad
(CTS), marco de este tesis, y en base a propuestas epistemolgicas que
intentan estimular un dilogo entre mltiples formas de conocimiento para
propiciar una mejor ciencia. Considerando que la cultura cientfica y la
participacin pblica en ciencia y tecnologa son elementos centrales del
tratamiento de las problemticas ambientales, se plantean aqu las ventajas del
enfoque CTS para perseguir esa mejor ciencia para un desarrollo que sea
sustentable.
Este trabajo se centra en la discusin de las problemticas ambientales y los
conocimientos y participacin que la sociedad tiene y debe tener, segn
diferentes propuestas, tendientes a una cultura ambiental, o una cultura
cientfica que incluya efectivamente lo ambiental. Se ensaya para ello un
concepto de cultura cientfica que posibilite/promueva el involucramiento
participativo y reflexivo, y a su vez, formas de participacin que puedan
generar cultura cientfica, en el entendido de que participacin y aprendizaje
deben ir de la mano y retroestimularse. Se evalan diferentes propuestas,
experiencias y formatos de participacin en temticas ambientales,
especficamente referidas al rol social en las polticas de manejo de los recursos
naturales.
14
Los principales aportes de este trabajo se centran en el esclarecimiento de los
conceptos de cultura cientfica y de participacin pblica en ciencia y
tecnologa en base a la exploracin y anlisis de la evolucin histrica de los
mismos, as como de sus prcticas, y de los contextos en los que se realizan,
teniendo siempre en cuenta las concepciones de ciencia que los sustentan. A su
vez, se han asociado los desarrollos de los estudios crticos de la ciencia con los
de las propias ciencias dedicadas al ambiente y su confluencia en posturas ms
propicias para la intervencin del pblico tanto en la generacin de
conocimiento como en su gestin poltica. En torno a estos temas se muestran
en esta tesis los cambios en las concepciones de naturaleza que han
posibilitado y estimulado un cambio en la concepcin de ciencia que apoya los
planteos proclives a la valoracin de los contextos sociales locales (y el
conocimiento emprico asociado a los mismos), la justificacin de la apertura
de los procesos cientfico-tecnolgicos a la participacin pblica, y a secundar
una ciencia orientada hacia el aprendizaje social (de todos los implicados) que
permita explorar y adoptar caminos sustentables. El reconocer a los sistemas
naturales reales como complejos, dinmicos y adaptativos implica moverse
hacia una ciencia resignada a la impredictibilidad, el control incompleto y una
pluralidad de perspectivas legtimas.
Por otra parte, mediante la evaluacin de estudios empricos relacionados al
manejo de recursos naturales, y de los distintos procesos de participacin y de
generacin de aprendizaje social asociados a aquellos, se pone en evidencia la
necesidad de concepciones ms amplias de ciencia, as como el estrecho
vnculo entre aprendizaje y participacin para la sustentabilidad de los socio-
ecosistemas. Esto cobra especial inters en los estudios ambientales, en los que
las controversias hacen emerger argumentos, demandas de oferta informativa
y manejo de conocimiento de distintas vertientes. La sustentabilidad, como
desafo, slo puede entenderse bajo una concepcin de ciencia que implique
una cultura cientfica no slo referida a los hechos cientficos sino tambin a la
comprensin de su propia labor como un proceso socialmente contextualizado
15
y, por tanto, dependiente de factores sociales, polticos, econmicos y ticos, y
que por ello integre la participacin social no slo en base a argumentos
democrticos sino tambin sustantivos: la bsqueda de un conocimiento ms
completo como un proceso que, a su vez, genere aprendizaje y capacidades
para manejar posibles soluciones a los problemas socio-ambientales de
acuerdo con las circunstancias y el contexto en el que se dan.
La tesis se estructura en dos partes principales y una tercera, ms concisa, que
apunta hacia ciertas experiencias locales en Uruguay que aportan ideas sobre
cmo podran ponerse en prctica los postulados que se defendieron
anteriormente. En la primera parte se presenta y evala el tema de la cultura
cientfica y del estmulo a la participacin ciudadana en la gestin de la ciencia
y la tecnologa como dimensiones imprescindibles de la relacin entre ciencia y
sociedad. En la segunda parte, centrada en materias ambientales y el
desarrollo sustentable, se examina qu tipo de concepcin de ciencia se maneja
implcita o explcitamente en el rea ambiental, y el desarrollo y aplicacin de
diferentes prcticas de estmulo a la cultura cientfica (como la alfabetizacin
ecolgica) y a la participacin. El nfasis se ha colocado en la evaluacin de las
experiencias precisamente desde el punto de vista del argumento sustantivo, y
en la posibilidad de estimular as una mejor ciencia. En la ltima parte se
maneja lo tratado desde un punto de vista local vinculado a la investigacin y
enseanza de las ciencias desde una perspectiva CTS en el mbito de la
Universidad de la Repblica en Uruguay.
16
17
AGRADECIMIENTOS
En estos 5 aos que me llevaron de Montevideo a Donosti y de Donosti a
Montevideo, varias veces y con pasajes por Oviedo, he aprendido mucho del
mbito de la tesis, pero tambin he aprendido de m. Y por ello mis
agradecimientos se vinculan a todas las personas e instituciones que hicieron
posible este proceso tan rico de aprendizaje.
Este trabajo ha sido posible gracias al apoyo econmico del Programa Alan de Becas de Estudio de Alto Nivel, y ha tenido el aporte de los siguientes
proyectos del grupo de Filosofa de la Biologa de la UPV-EHU: Informacin
gentica.- Qu es, de quin y qu se puede o debe hacer con ella, dirigido por
el Prof. Jon Umerez y financiado por el Ministerio de Ciencia y Tecnologa de
Espaa y por los Fondos FEDER, Informacin, autonoma y sistemas.
Elementos epistemolgicos y ticos para una perspectiva organicista en
biologa dirigido por el Prof. Dr. Alvaro Moreno y concedido por el Ministerio
de Educacin y Ciencia (HUM2005-02449), y El concepto de autonoma en
biotica e investigacin biomdica: aspectos filosficos y sociales, dirigido
por el Prof. Antonio Casado da Rocha y financiado por el Ministerio de Ciencia
e Innovacin de Espaa. Tambin se ha beneficiado de la Subvencin General
a Grupos de Investigacin por el Vicerrectorado de Investigacin de la
UPV/EHU, otorgado al mencionado grupo bajo la direccin de la Prof. Arantza
Etxeberria.
Montevideo y conexiones
Gracias a Rodrigo Arocena y a Amlcar Davyt que estimularon este
emprendimiento desde su origen como idea, o bsqueda. Desde la Unidad de
Ciencia y Desarrollo de la Facultad de Ciencias, a la que ahora pertenezco, me
brindaron su apoyo tambin en los perodos en los que no estuve presente para
participar en los cursos y otras tareas de la Unidad. Gracias a Enrique Lessa
por todo lo enseado y por adivinarme y naturalizar este viraje acadmico
18
luego de realizar con l una maestra en gentica de la conservacin.
Gracias al apoyo del programa Alan y a sus sucesivos gestores, que no slo posibilitaron econmicamente estos estudios, sino que permitieron
adaptaciones al cronograma original para mis estancias en la Facultad de
Ciencias en Montevideo.
Gracias a mis compaeros y amigos de la Seccin Etologa de la Facultad de
Ciencias, Seccin que abandonara en pos de este giro en mi carrera. Tienen
todo mi agradecimiento y cario por entenderme y apoyarme, aunque Ciro
seguir reprochndomelo dulcemente de por vida, creo. Gabriel, Bettina,
Sylvia, Graciela, Toti, Ciro, los abrazo fuertemente. Gracias a mis queridas
cetlogas que he visto crecer y convertirse en investigadoras originales a lo
largo de estos aos, forjando su propia lnea de investigacin y su espacio a
pesar de las dificultades y abandonos. Micaela, Paula C. Paula L., Mariana,
Cata, Carolina, Paula F., Valentina, Valeria, Caracolito, han sido y son muy
importantes para mi.
Gracias a mi madre Luz, por su incondicionalidad y confianza exagerada.
Gracias a mis amigos todos, especialmente a Leticia, Ins, Jos, Laura, Luis,
Isabel, Emilio, Sylvia, Alejandro, Lucila, Jorge, Martha, Mariela, Carla,
Teresita, a Mic la osa menor, Stefan, Thomas, Bettina y Amlcar, por su cario
abundante, por sus envos a Espaa, sus visitas, abrazos, permanencias, y por
sus hombros.
Gracias a los compaeros y amigos de SIMURG, Lucila, Ana, Diego, Mariana,
Isabel, Ins, Bettina, Jos, Jorge, por trabajar a distancia, por proyectar, por
ser parte de un enfoque que, por mi parte, se ha terminado de plasmar a partir
de esta tesis. Gracias tambin a los compaeros de GGF, Enrique, Nathalie,
Omar, Jorge, Mariano, por disculpar mis ausencias. Especialmente a Stefan,
por compartir sus trabajos, sus investigaciones y sus esperanzas, que son parte
importante de este trabajo.
19
A Enrique Garca Carrere, muchas gracias por el apoyo constante, por la
generosidad extraordinaria, por enriquecer la vida.
Donostia-San Sebastin y cercanas
Vivir en una ciudad tan viva, verde y placerosa (gracias Mariana) me llena de
gratitudes generales: a sus olas, y especialmente a la primera, a sus bicicletas,
al Koldo Michelena, al restaurante Olaizola, al chirimiri, al pastel vasco, al
pueblo de Oiartzun, al peine del viento, a su gente
Gracias al grupo de Filosofa de la Biologa del Departamento de Lgica y
Filosofa de la Ciencia de la UPV-EHU por acogerme en su seno. Arantza,
lvaro, Jon, Kepa, Jess, Xabier, Antonio, Tomy, Cristian, Mateo, gracias por
compartir proyectos, reuniones y charlas formativas. A Begoa por su mirada
atenta al bienestar de becarios y estudiantes. Gracias especiales y abundantes a
Arantza por ser tutora y tambin amiga durante este tiempo.
Gracias a Xabier por su disposicin no slo a fotocopiar las toneladas de
materiales que le llev sino tambin por el inters mostrado en conocer sobre
Uruguay (inters que reconforta). A las secretarias administrativas de los
departamentos de Lgica y Filosofa de la Ciencia, de Filosofa de los Valores, y
de Filosofa: Maite y Arantxa, Lourdes, Inma, por facilitar trmites con la
mejor y ms eficiente disposicin y con complicidad y afecto. A Mary por sus
castaas y sus plumeros. A Mila por su ayuda en la impresin. Al seor Xabier,
quien adems de solucionar problemas del despacho, me regal metforas que
seguir utilizando para que, entre otras cosas, cualquiera de mis tesis no sean
slo pajaritos volando.
Gracias a los amigos queridos, a Juanba, Leire, Claudia (cl), Iigo, Claudia
(mx), Mariana (la mejor profesora de yoga del mundo), Mirari, Itziar, a Javier
y su familia. Son parte fundamental de mi tejido gipuzcoano. Y a los diversos e
interesantes compaeros de piso, Dani, Claudia, Leire, Amaia, Gloria, Claudio,
20
Itxaso, Jos, Cristian y Sara, Ainhoa, Marcelo, Naroa, Robert, Kassia, Tomek,
Zurie, Jorge. Polacos, mexicanos, vascos, chilenos y alemanes, instancias
cotidianas de alegria y diversidad. Gracias a Maripi y su familia en Irn, a
Roberto y su familia en Pamplona, lazos que, a travs de Jos, Carmia y
Joaqun, se tendieron clidos entre Montevideo y el Pas Vasco. Gracias a Jos
Luis Olaizola por conducirme al encuentro de historias ancestrales del casero
Olaizola en Oiartzun y, sobre todo, al encuentro de Javier Irastorza. Gracias a
Alfredo Iglesias y a Teresa Villaboas, por oportunos, propicios, sanadores.
Gracias a Jorge, Mara, Pilar, Ignacio y Bart en Mlaga y en smo, a Laura y
Danilo en Lysekil por estar al mismo tiempo al norte y al sur, y siempre cerca
Gracias a Thomas Hourcade, a su familia, a sus amigos, y a Tess, por brindar
un espacio delicioso entre Saint Pal y Pars para matizar el trabajo y cruzar
algunos puentes [Nous revenons de loin...]
Oviedo y cercanas
A Jos Antonio por haber sido tan receptivo y generoso ante mis planteos, por
abrirme todas las puertas del Departamento de Filosofa y de su grupo de
trabajo. Gracias Irene y Noem por su amistad tan rpida y desprendida. A Carl
Mitcham por sus charlas y sus libros. A Marianella y su familia, otro lazo
norte-sur con races profundamente uruguayas, con la casa/corazn bien
abiertos. Gracias a Pilar, compaera de piso y excelente gua de la ciudad de
Oviedo y alrededores. A Toa, por sus capuchinos almendrados, y sus mimos
de todos los das.
En Montevideo, Donosti, u Oviedo, Arantza Etxeberria y Jos Antonio Lpez
Cerezo, mis directores de tesis, han sido fundamentales e inspiradores. Les
agradezco profundamente.
Este tiempo ha sido un privilegio gracias a todos ustedes
21
NDICE
PRIMERA PARTE: CULTURA CIENTFICA Y PARTICIPACIN CIUDADANA EN TEMAS DE CIENCIA Y TECNOLOGA
Cap. 1. La ciencia y el enfoque de los estudios Ciencia Tecnologa Sociedad (CTS)..31
1.1. Visin tradicional de la ciencia.33
1.2. Los aos 60 y la crisis de la Ciencia y la Tecnologa.38
1.2.1. El flanco acadmico
1.2.2. El flanco social
1.3. Los estudios CTS: orgenes, tradiciones y enfoques .45
1.3.1. Tradicin europea
1.3.2. Tradicin norteamericana
1.3.3. Tradicin latinoamericana?
1.3.4. La convergencia
1.4. La relacin Ciencia-Sociedad hoy y los estudios CTS..58
Cap. 2. Por qu cultura cientfica? Qu es, por qu es necesaria, cmo se promueve y
cmo se mide
2.1. Introduccin67
2.2. Algo que se parezca a una Cultura Cientfica: antecedentes, concepciones, enfoques,
evoluciones.75
2.2.1 Primeros Compases: del siglo XIX al XX
2.2.2 Los aos 80: Intentos Alfabetizadores o El Problema del Pblico
2.2.3 Comprensin Pblica de la Ciencia desde los aos 90: las crticas o el problema no
es slo del pblico
2.3. Comentarios finales y conclusiones provisorias114
2.3.1. Estado actual del debate
2.3.2. Recapitulacin de preguntas
Cap. 3. Participacin pblica en cuestiones de ciencia y tecnologa
3.1. Introduccin.141
3.2. Conocimiento (ciencia) Democracia y Ciudadana.144
3.3. Participacin/Involucramiento/Implicancia del Pblico en Ciencia y Tecnologa..153
3.3.1. Para qu? (Objetivos), Por qu? (Justificacin-Argumentos)
y quines? (El Pblico).
3.3.2. Cmo? (Mecanismos) y Cundo? (Etapas)
3.3.3. Evaluacin de mecanismos de Participacin
22
3.4. Recapitulacin y algunas conclusiones.197
3.4.1. Diagnstico del tema participacin
3.4.2. Participacin, cultura cientfica y aprendizaje social
3.4.3. Ciudadana, conocimiento local y conocimiento experto
3.4.4. Expertos y su nuevo rol para un contrato nuevo con la ciencia
3.4.5. Formas de participacin y cambios institucionales
Recapitulacin y Cierre de la Primera Parte 229
SEGUNDA PARTE CULTURA CIENTFICA Y PARTICIPACIN PBLICA COMO DIMENSIONES IMPRESCINDIBLES DE
LAS TEMTICAS AMBIENTALES
CAP. 4. Ciencia, Ambiente y Sociedad......253
4.1- La cuestin ambiental entre la ciencia y la sociedad: desde el surgimiento
hasta su consolidacin..257
4.1.1. Imgenes de la naturaleza proporcionadas por la ciencia
4.1.2. La interaccin con la naturaleza: los ambientalismos
4.2 La respuesta poltica: el concepto y debates sobre el desarrollo sustentable...284
4.2.1 Hacia el concepto de Desarrollo Sustentable
4.2.2 Evaluacin y crticas
4.3 El desafo de la sustentabilidad para la ciencia: las ltimas dcadas del siglo XX
hacia el siglo del ambiente..297
4.3.1. La ecologa puede dar respuestas?
4.3.2. Las respuestas de la ecologa
4.3.3. Situacin de la ecologa con respecto a la ciencia
4.3.4. Los desafos: ciencia y sustentabilidad
4.4. La gobernanza ambiental entre lo local y lo global324
4.4.1 Ciencia y gobernanza
4.4.2 Riesgos
4.4.3 Ciencia para gobernar lo local y lo global
4.5 Recapitulacin, anlisis y consideraciones finales..334
4.5.1 La imagen de la naturaleza
4.5.2 La imagen de la ciencia
4.5.3 La ciencia para el ambiente y los ambientalismos en co-evolucin
4.5.4 Desarrollo Sustentable
4.5.5 Participacin y gobernanza
Captulo 5. Cultura Ambiental? En torno al concepto de Alfabetizacin Ecolgica y
otras prcticas educativas
23
5.1. La educacin ambiental....355
5.2. Alfabetizacin ecolgica358
5.3. Resultados de la alfabetizacin ecolgica y la educacin ambiental?..............................361
5.4. Experiencias vinculadas al aprendizaje y comprensin de temas ambientales..366
5.4.1. El Prestige en la educacin ambiental
5.4.2. Ejemplos de aprendizaje social a partir de participacin en gestin ambiental
5.5. Recapitulacin y Conclusiones.373
5.5.1. Cultura ambiental?
5.5.2. Ciudadana ambiental
5.5.3. Cultura ambiental y Desarrollo Sustentable
Captulo 6 Participacin ciudadana en manejo de recursos naturales.383
6.1 Manejo de Recursos Naturales...387
6.1.1 Sustentabilidad y Resiliencia
6.1.2. El problema de los bienes comunes
6.1.3 Tipos de Manejo
6.2 El co-manejo del loco en las pesqueras artesanales de Chile410
6.2.1 Introduccin al problema de las pesqueras
6.2.2 El co-manejo del loco
6.2.3 Problemas con las AMERBS: el caso del cochayuyo
6.3. Discusin del caso del loco en el contexto de la participacin en el manejo
de los recursos pesqueros426
6.4. Recapitulacin y comentarios finales...440
6.4.1 El caso de estudio y sus enseanzas
6.4.2 Sobre el tema de los comunes, resiliencia e institucionalidad
6.4.3 La evolucin del co-manejo en el contexto cientfico
6.4.4 El co-manejo, los tipos de participacin y la ciencia posnormal
Recapitulacin y Cierre de la Segunda Parte...461
TERCERA PARTE APLICACIONES DESDE UNA PERSPECTIVA LOCAL
Captulo 7 Participacin pblica en asuntos ambientales en Uruguay.497
7.1. Manejo ambiental: el Sistema Nacional de reas Protegidas..500
7.2. Evaluacin y proyeccin de mecanismos de participacin pblica...505
7.2.1. Una conferencia de consenso en Uruguay sobre energa nuclear
7.2.2. Opiniones a nivel mundial sobre calentamiento global: WWV-UY
24
Recapitulacin y conclusiones finales...513
Bibliografa.517
25
PRIMERA PARTE
CULTURA CIENTFICA Y PARTICIPACIN CIUDADANA EN
TEMAS DE CIENCIA Y TECNOLOGA
La idea de que la ciencia slo concierne a los cientficos es tan anticientfica como es
antipotico asumir que la poesa slo concierne a los poetas
G. Garca Mrquez
26
27
Introduccin
La ciencia y la tecnologa se han convertido en motores del cambio social, y por
tanto en asuntos pblicos y polticos de primera magnitud. Intervienen varios
factores para ello: parte importante de la investigacin cientfica y de la
innovacin tecnolgica se financian con fondos pblicos; numerosas polticas
pblicas estn relacionadas al conocimiento cientfico ya que leyes,
reglamentos y disposiciones se elaboran en base a argumentos cientficos que
convierten a la ciencia en un factor clave para la gobernabilidad;
potencialmente pueden modificar costumbres y valores sociales e
institucionales, y la propia estructura social (lo que a menudo ubican a la
ciencia y la tecnologa en el centro de los conflictos sociales), no slo se
relacionan con avances de la cultura y bienestar humano sino que pueden
introducir riesgos para la salud pblica y el ambiente de la mano de diversas
innovaciones y desarrollos tecnolgicos. Con sus productos (conocimientos y
artefactos), la ciencia y la tecnologa (CyT) han generado tal imbricacin en la
vida cotidiana que, ms que nunca en la historia, la sociedad se ve impactada,
comprometida y convocada a conocer, opinar, apoyar o a discrepar, decidir en
la esfera privada y en la pblica sobre asuntos que de alguna forma se
relacionan con la CyT.
Relacionado con esta gran visibilidad e importancia pblica de la CyT en las
ltimas dcadas ha aumentado la preocupacin de gobiernos e instituciones
polticas y sociales por la percepcin que de la CyT tengan los ciudadanos (lo
que se conoce como percepcin social de la CyT) y por el estmulo de mayores
niveles de comprensin pblica o cultura cientfica (y desarrollo de
instrumentos para medirla).
Sin embargo difcilmente se maneja un nico significado de ciencia que
abarque las percepciones que tienen de ella los ciudadanos y la propia
concepcin de ciencia que maneja la comunidad cientfica. Desde el punto de
28
vista social incluso, la ciencia adquiere significados contradictorios que pueden
coexistir y superponerse; ser conocimiento objetivo e independiente del que se
valen las organizaciones sociales para contrarrestar iniciativas
gubernamentales o industriales, ser un conocimiento servil del poder y de los
negocios frente al cual hay que reaccionar con sospecha, ser la base ms
racional para la evaluacin pblica o privada de las amenazas y los riesgos
(como puede argumentar la institucin cientfica), ser ella misma fuente de
peligro, ser un conjunto de teoras bien establecidas en las que la
incertidumbre tiene poco lugar o se considera mnima, ser algo irrelevante y
alejado de los intereses de la gente comn, ser el fin de la espiritualidad, o ser
el mejor camino hacia el progreso como sugiere el paradigma de la
modernidad (Irwin, 1995). La ciencia acta, adems, en diferentes escenarios y
contextos disciplinares que le otorgan distintos matices desde el punto de vista
de los objetivos y su relacionamiento con la sociedad.
El objetivo de esta primera parte es presentar y evaluar las temticas
relacionadas al estmulo de una cultura cientfica y a la participacin
ciudadana en la gestin de la ciencia y la tecnologa como dimensiones de la
relacin entre ciencia y sociedad. As mismo se pretende colaborar en la
comprensin de esas dimensiones en un marco que analice las diferentes
concepciones de ciencia implicadas. De esta forma la pregunta qu es
ciencia?, se convertir en un eje en torno al cual giren los enfoques sobre los
procesos de comprensin y participacin pblica en ciencia y tecnologa.
Esta parte de la tesis cuenta de tres captulos. El primero est dedicado al
enfoque de los estudios sociales de la ciencia (CTS por sus siglas en castellano,
por Ciencia Tecnologa y Sociedad) en relacin a momentos histricos en los
que la imagen de la ciencia y la tecnologa fue cambiando a partir de posturas
acadmicas y sociales. En el segundo captulo se tratar el concepto de cultura
cientfica vinculado a esos cambios de concepcin de la CyT, y en el tercero se
presentar la temtica del papel de la participacin ciudadana en la gestin
29
poltica de la CyT, y su rol y posible relacin con la generacin de conocimiento
y cultura cientfica.
30
31
CAPTULO 1. LA CIENCIA Y EL ENFOQUE DE LOS ESTUDIOS CIENCIA
TECNOLOGA SOCIEDAD (CTS)
Hasta principios del siglo XX exista un consenso social sobre el carcter
positivo del desarrollo cientfico-tecnolgico. Esa confianza en la ciencia y la
tecnologa (CyT) como forma de conocimiento se enraza en la historia socio-
poltica y econmica del siglo XIX. Con la ciencia moderna se haban
alcanzado, al parecer, leyes universales; sus aplicaciones y desarrollos
tecnolgicos haban conducido a la revolucin industrial; se haba generado
riqueza; se haban combatido impulsos irracionales, religiosos y metafsicos,
asociados con sistemas de dominacin autoritarios y dogmticos. As, la
ciencia se relacionaba con los ideales sociales y democrticos de las
revoluciones polticas francesa y norteamericana y se profundizaba su
profesionalizacin e institucionalizacin para dar sustento a los cambios. Lo
ms comn era considerar a la ciencia como el campo de la investigacin
desinteresada, imparcial y objetiva de la verdad. El conocimiento obtenido
poda considerarse fiable, ajeno a intereses, presiones e influencias externas,
por encima de ideologas; la ciencia estaba dispuesta adems a colaborar para
que la humanidad resolviera cualquier problema.
Esta percepcin optimista comienza a revertirse entrado el siglo XX.
Particularmente luego de la segunda guerra mundial esa imagen se vuelve
insostenible ante la evidencia de las aplicaciones militares y polticas de la CyT.
R. Oppenheimer, el fsico norteamericano considerado el padre de la bomba
atmica, dira que los cientficos perdieron la inocencia y el derecho a la
neutralidad. Quizs el desarrollo de la energa atmica y la utilizacin de las
bombas representa el hito ms utilizado para marcar un antes y un despus en
la visin, interna y externa, de la ciencia. Desde entonces, movimientos
sociales organizados y tambin la propia comunidad cientfica comenzaron a
reclamar otro papel para la ciencia en relacin a la sociedad. Se pona en
evidencia a escala global que el crecimiento autnomo de la CyT, sus malas
32
aplicaciones (esa inocencia perdida de Oppenheimer) y su condicionamiento
nada despreciable del poder (Snchez Ron, 2007), estaba provocando
consecuencias indeseables para la sociedad y el ambiente.
La reaccin social y acadmica fue variada y vasta: ecologismos, pacifismos,
tecnofobias, denunciaron el deterioro ambiental y de la salud humana, y
diversas formas de relativismos comenzaron a cuestionar desde la academia
los valores de verdad y objetividad de la ciencia. Fue el origen tambin de
enfoques ms amplios sobre cmo estudiar a la ciencia en accin de forma
socialmente contextualizada, tanto para entender su desarrollo como sus
consecuencias y su relacin con la sociedad. Es en este escenario donde nacen
los estudios Ciencia Tecnologa Sociedad (CTS) que trataremos en este captulo
y que constituyen el marco de esta tesis.
La ciencia, ante la sociedad, tiene adems de su cara oscura (tanto por el
desconocimiento sobre sus conceptos, reglas y desarrollos, como por sus
impactos negativos), una cara amable e imprescindible relacionada con el
bienestar y la salud, el desarrollo cultural y econmico, y con la posibilidad de
contrarrestar o reparar los efectos perjudiciales de los desarrollos tecnolgicos.
Quizs una mezcla de confianza y temor, respeto y admiracin, sea el
sentimiento que predomine al da de hoy. H. Collins & T. Pinch (1993)
comparan a la CyT con el Golem, una criatura que no es buena ni mala, que
puede trabajar al servicio de la sociedad pero que un sbado cualquiera puede
descontrolarse y destruirla. Los organismos genticamente modificados
(OGMs) se presentan por ejemplo tanto como una amenaza como una
salvacin; las tecnologas de la informacin y comunicacin (TICs) como
democratizadoras de la informacin y el conocimiento, pero tambin como una
amenaza a la privacidad de nuevas formas de autoritarismo; los
biocombustibles como una solucin energticamente sostenible pero a su vez
como una amenaza a la diversidad socio-ambiental. Buena parte del debate
poltico, de amplias repercusiones sociales, se centra en estos temas
33
relacionados al ambiente, los modelos de desarrollo, y las innovaciones
tecnolgicas.
A pesar de esta presencia preponderante y definitoria de la CyT en el mundo
actual, son evidentes las dificultades para definirla. Los alumnos de varias
generaciones del curso de Evolucin de las Ideas Cientficas que se imparte en
mi Universidad (Universidad de la Repblica en Uruguay) preguntan: qu
importancia tiene definir a la ciencia? En el siglo XX se ha intentado contestar
apelando a la necesidad de demarcar lo que es ciencia (y legitimar sus
conocimientos) de lo que no (desecharlos). Pero tambin depender de su
definicin, o ms ampliamente hablando de su concepcin, lo que sea
esperable o deseable que realice, la autoridad que tenga para hacerlo, cmo se
vincule con la sociedad, cmo se relacionen los expertos de la ciencia con los
legos, lo que sea esperable que la gente sepa de ciencia, como influya o se deje
influir por otros tipos de conocimiento, quin la regule, financie y controle,
quin mida y decida sobre sus consecuencias, etc. Ambiguamente, la ciencia es
parte de una sociedad y a su vez muchas veces est apartada de ella por la
barrera que ha separado histricamente al conocimiento experto del
conocimiento popular o sentido comn.
Por qu la ciencia tendra derecho a la neutralidad? Cmo incide y debe
incidir la opinin pblica en las polticas CyT? Cul es la visin de ciencia que
tiene la propia ciencia y la que tiene la sociedad? Cmo se vinculan? A partir
de preguntas de este tipo el presente captulo plantea una presentacin general
sobre las concepciones de ciencia en el siglo XX y particularmente el
surgimiento y objeto de los estudios CTS.
1.1. Visin tradicional de la ciencia
En el siglo XIX uno de los motivos principales de la filosofa era proponer una
filosofa positiva que unificara a la ciencia como forma de conocimiento que
34
se demostraba superior por objetiva, verificable y til. Se trataba de combatir
los peligros de los rebrotes del irracionalismo y los motivos poco ilustrados
del Romanticismo. As surge el Positivismo, de la mano principalmente del
francs A. Comte, que consideraba que la ciencia y la tecnologa (como
aplicacin de la ciencia) eran el resultado de una evolucin epistmica cuyos
orgenes estaban en la filosofa y sus explicaciones racionales, pero que ha
debido superar esa etapa con la incorporacin de mtodos experimentales
verificadores (Geymonat, 1985). Los datos experimentales sumados a una
racionalidad lgico-matemtica se consideraron la clave de un mtodo
cientfico que proporciona garantas al conocimiento.
El positivismo inspir a la Filosofa de la Ciencia de los dos primeros tercios
del siglo XX a travs de la herencia del Positivismo Lgico del Crculo de Viena
(Empirismo Lgico ms tarde).
El Crculo de Viena se constituy en 1922 cuando el filsofo y fsico M. Schlick,
catedrtico de Filosofa de las Ciencias Inductivas de la Universidad de
Viena, cre un grupo de discusin en torno a problemas epistemolgicos con
el apoyo e incentivo de jvenes fsicos, matemticos y filsofos que se reunan
en un caf de Viena (entre otros: P. Frank, H. Feigl, H. Hahn, O. Neurath). Sus
propsitos eran seguir y profundizar los caminos abiertos por el positivismo: la
defensa del empirismo, el rechazo a la metafsica (entendida como cualquier
especulacin que no pueda ser verificada) y la intencin de unificar a la ciencia
en su lenguaje y su mtodo. Esta filosofa cientfica buscaba combatir a las
metafsicas reinantes en los pases germanos como la Naturphilosophie y sus
especulaciones orgnicas sobre la naturaleza y la ciencia.
Se unieron posteriormente el fsico alemn R. Carnap y el lgico y matemtico
K. Gdel, y surgieron nuevos grupos asociados al Crculo, como el de Berln, en
torno a H. Reichenbach. En 1926 se crea la Sociedad E. Mach formada por este
grupo de pensadores y con la publicacin de su manifiesto terico Manifiesto
35
del Crculo de Viena (1929) dirigido a un pblico general, el Crculo adopta
ese nombre adquiriendo estatus de escuela de pensamiento.
Los cientficos y filsofos del Crculo adems de desarrollar los instrumentos
del empirismo moderno, intentaban difundir su visin cientfica del mundo no
slo dentro de mbitos acadmicos sino para la sociedad en su conjunto. Sus
numerosas publicaciones en la revista Erkenntnis (bajo la direccin de Carnap
y Reichenbach) que posteriormente se transformara en el Journal of Unified
Science, los fueron colocando en el centro de la filosofa de la ciencia mundial.
En 1938, luego del asesinato de Schlick por un estudiante nazi, el grupo se
disolvi y muchos de sus miembros emigraron a Estados Unidos en donde
fueron calurosamente acogidos por los tericos del pragmatismo. All se
comenz a publicar la International Enciclopedia of Unified Science
(Enciclopedia Universal de la Ciencia Unificada). De los principales escritos de
sus miembros (recopilacin en Ayer 1965, Echeverra 1989) se desprende que:
La unidad de la ciencia debe buscarse en el mtodo: inductivo-deductivo, y en el lenguaje: el de la fsica.
La lgica de la ciencia prescinde del contexto social, histrico o sociolgico.
La ciencia es un todo continuo, desde la fsica a la sociologa, basado en hechos y leyes que permiten predicciones. Esa es la funcin prctica de
la ciencia.
El progreso de la ciencia se basa en el avance en la exactitud y sobre todo en la reduccin de los problemas.
La verificabilidad es el criterio cientfico por excelencia (posteriormente la contrastabilidad).
La metafsica debe descartarse (entendida como especulacin que no puede verificarse).
La ciencia debe transformar a la sociedad en una ms racional y justa polticamente.
36
Esta imagen y concepcin de ciencia se conoce como la Concepcin Heredada
de la Ciencia (Putnam, 1962; en Putnam 1989) de gran influencia hasta, por lo
menos, la dcada del 60. El desarrollo cientfico es, segn esta concepcin, un
proceso regulado por cdigos de racionalidad basados en la lgica inductiva y
los procesos empricos de confirmacin. Formular y afinar este mtodo en
relacin con el ideal cientfico de acercamiento progresivo y acumulativo hacia
la verdad, se convirti en el eje de la reflexin profesional sobre la ciencia. Este
proceso se regula bajo normas autnomas que nada tiene que ver con el
exterior (posibles factores no epistmicos de carcter social, poltico o
sicolgico). Cuando los factores epistmicos (lgica y experiencia) son
insuficientes para dirimir una cuestin, algunos procedimientos
metacientficos pueden auxiliar a la razn, como el poder predictivo, el
principio de parsimonia o simplicidad, o el poder explicativo (Gonzlez Garca
et al. 1996).
En base a la propuesta de Reichenbach (1938) de considerar como mbitos
diferentes al contexto en el cual se genera y propone una idea cientfica
(contexto de descubrimiento), y al contexto en el que la idea se expone y
justifica (contexto de justificacin), disciplinas como la historia, la sociologa o
la sicologa slo competeran al contexto de descubrimiento. El contexto de
justificacin queda reservado a la epistemologa y es la base de la eficacia del
mtodo cientfico.
La tecnologa, vista tradicionalmente como ciencia aplicada, es la que se
vincula al mundo social. La lgica que las relaciona es una lgica
unidireccional; la buena ciencia bsica, motivada por la bsqueda de la verdad,
conduce ms tarde o ms temprano al desarrollo de nuevas tecnologas que se
vinculan directamente con el desarrollo econmico y el progreso social. Esta
visin de la ciencia, y, visin cientfica del mundo, conlleva a una separacin
entre el mbito de lo que es (las verdades propias de la ciencia e inspiradoras
de la tecnologa) y el mbito de lo que debe ser (los valores propios de
37
discursos filosficos o religiosos). En esta concepcin, la sociedad es un mbito
alejado de la ciencia pero su desarrollo depender, eso s, del desarrollo de la
CyT. En la sociedad recae la responsabilidad del uso del conocimiento
cientfico y de los artefactos tecnolgicos. Esta imagen sostiene y conlleva la
neutralidad valorativa asumida por la ciencia, y tambin su autonoma.
En base a esta imagen de la actividad cientfica como actividad que descubre la
naturaleza de la realidad sin margen casi para la duda, se han mantenido y
legitimado estilos polticos (de la propia ciencia, y de los estados) que excluyen
a los ciudadanos de los procesos deliberativos en torno a la CyT, y que se
basan, en el mejor de los casos, en el conocimiento experto. Esta forma poltica
ha sido llamada de tecnocracia (Roszak, 1968/1970) y una de sus
caractersticas descriptivas es que las necesidades del ser humano competen a
algn tipo de anlisis formal que puede ser realizado por especialistas. Si un
problema no tiene una solucin tcnica no debe ser un problema real es la
sntesis de esta concepcin. Esta tendencia tambin ha sido caracterizada
como cientificismo.
Un ejemplo de este espritu lo constituye el artculo La Repblica de la Ciencia
de M. Polanyi (qumico miembro de la Royal Society de Londres) en la revista
Minerva (1962) en la que defenda que mientras que cada cientfico siga
haciendo el mejor aporte del que es capaz podemos afirmar que el avance de la
ciencia por iniciativas independientes auto-coordinadas garantiza la
organizacin ms eficaz posible del progreso cientfico (pg. 56). El cuerpo
editorial de Minerva estaba integrado entre otros por R. Oppenheimer, A.
Salam y T. Kuhn. Cabe destacar que esta independencia del control social de la
ciencia se dirige a la interna de la ciencia (su proceder) y a la externa (polticas
de financiamiento). En este marco es importante convencer al pblico de la
importancia del modelo lineal que conduce desde la ciencia bsica al desarrollo
econmico y social, y tener gran autoridad frente a la sociedad.
38
Aproximadamente en esa poca, C.P. Snow, escritor y cientfico de formacin,
brindaba en 1959 una conferencia que tendra mucha proyeccin y en la que
denunciaba, como deformacin de la cultura de la poca, la existencia de dos
culturas, dos ambientes intelectuales crecientemente escindidos e
incomunicados entre s. Estas dos culturas eran la cultura tradicional de las
letras y la cultura de la ciencia; el problema para Snow era del sistema
educativo, que alimentando esa alienacin, dificultaba la posibilidad de asumir
y evaluar las transformaciones CyT y sus impactos en la sociedad. El acceso al
bienestar pasaba para el autor por incorporarse al sendero de los avances en
CyT (Snow, 1964) y en ese sentido, los pases pobres deberan incorporarse a la
revolucin cientfica como proceso inevitable. De Solla Price (1973)
pronosticaba que a finales del siglo XX habra una homogenizacin en el
desarrollo CyT y cuanto ms tarde se incorporasen los pases a ese camino,
ms rpido llegaran a ese estado de desarrollo, por lo que China, India o
frica lo alcanzaran casi simultneamente con los pases cientficamente mas
antiguos como los europeos.
Para la poca, la imagen de la ciencia y las formulaciones del empirismo lgico
an representaban la lucha contra los dogmatismos y la opresin social, el
racismo, el fascismo y el irracionalismo. La ciencia, ampliamente entendida
(unificada), debera hacer un esfuerzo para combatirlos. Las verdades
cientficas obtenidas gracias a un mtodo riguroso redundaran adems,
mediante la aplicacin tecnolgica, en riqueza y bienestar social. Todo esto
estaba fundado desde el punto de vista epistemolgico en la autonoma de la
CyT en cuanto a determinantes sociales, establecida por la visin tradicional.
1.2. Los aos 60 y la crisis de la Ciencia y la Tecnologa
Ante la segunda guerra mundial, y ante la situacin de deterioro ambiental que
comenzaba a evidenciarse a escala global, la crisis de confianza en la CyT
mencionada anteriormente dispar varios cuestionamientos. Desde el punto
39
de vista econmico, por ejemplo, por qu la repblica de algunos debe ser
financiada por la repblica de todos, y ms an cuando su funcin social
resulta al menos dudosa. Se comenz a cuestionar que el desarrollo de la
ciencia equivaliera al progreso, se destaparon problemas ticos relacionados a
las prcticas cientficas, se puso en evidencia la funcin ideolgica y de control
social de algunas teoras, y la dependencia econmica y tecnolgica a la que
somete la CyT a los pases menos desarrollados. Cmo poda seguir
considerndose a la ciencia como la abanderada de la neutralidad poltica y
social? La respuesta, siguiendo la tradicin heredada, poda seguir apelando a
la separacin entre el mbito del conocimiento y el mbito de sus aplicaciones
dependiente de la sociedad? Este es un campo de reflexin que se abra y que,
aunque va ms all de la epistemologa o la filosofa, ha contribuido con estas
disciplinas. Son varios los flancos que se entrelazan en este momento de crisis,
cambio y reaccin, para convertirse, en conjunto, en un cuestionamiento
importante sobre la CyT que conducira a nuevas propuestas para su anlisis y
comprensin. Trataremos los dos principales, el flanco acadmico y el social,
ya que los dems, por ejemplo el poltico-administrativo o el educativo, puede
considerarse que fueron estimulados por stos.
1.2.1. EL FLANCO ACADMICO
A pesar de guiarnos por estas fechas (la dcada del 60) para marcar un antes y
despus de la visin social de la ciencia, se pueden encontrar fracturas de la
concepcin heredada de la ciencia, y del optimismo, desde temprano el siglo
XX y principalmente desde la academia.
Una crisis interna de la ciencia se dispar en las dos primeras dcadas del siglo
XX con la teora de la relatividad de Einstein que puso en tela de juicio el
edificio fsico que haba construido la fsica newtoniana (Snchez Ron, 1981).
Por otra parte desde la matemtica se subrayaba tambin el carcter
convencional de los axiomas matemticos; no pareca por tanto existir un
40
sistema de referencia nico. El concepto de desarrollo cientfico como
acumulacin de conocimiento (como corresponde a verdades absolutas) se
tambaleaba, y conjuntamente con el desarrollo de nuevas especializaciones y
disciplinas, principalmente desde la biologa y ecologa (distintos lenguajes?,
distintos mtodos?, renuncia a la predictibilidad?) se dio pie a nuevas
agendas para la filosofa de la ciencia. Si las teoras tienen distintos principios,
son confrontables entre s?, qu criterios sealan a una mejor que a otra?
Representaban desafos que amenazaban el esencialismo propio de la
concepcin heredada de ciencia.
Desde la filosofa de la ciencia as a cuestionarse el empirismo lgico y la visin
tradicional del mtodo cientfico. El inductivismo, propuesto como piedra
angular del mtodo cientfico por el empirismo lgico, tena al menos dos
siglos de controversias a su espalda. Al problema de Hume, el que ningn
numero finito de enunciados singulares puede justificar de forma concluyente
un enunciado universal, se le sum la crtica de Popper (1934/1959) a la
induccin y a la verificacin como criterio de cientificidad. Su mtodo de
conjeturas y refutaciones (Popper, 1963) haca hincapi en que la unidad del
mtodo cientfico era la posibilidad de falsear las hiptesis, por lo que las
ciencias autnticas son las que no pretenden verdades irrefutables sino saberes
falsificables. Si son formuladas de forma de no poder ser falsificadas entonces
no son una teora cientfica, como no lo son el sicoanlisis y el marxismo segn
este autor.
A pesar de que el enfoque crtico que realiza Popper a la interna de las
consideraciones metodolgicas sobre la ciencia puede considerarse
fundamental y rupturista con respecto al positivismo lgico, generalmente se
considera que la crisis de las concepciones positivistas fue principalmente
disparada por la obra del historiador de la ciencia T. Kuhn. La primera versin
de La estructura de las Revoluciones Cientficas (1962) fue paradjicamente
publicada en la Enciclopedia de la Ciencia Unificada. Aparecen en su obra
41
conceptos sociales y factores no epistmicos relacionados con el procedimiento
y la propia estructura cognitiva de la ciencia.
Kuhn afirma que la ciencia no se desarrolla mediante acumulacin de
descubrimientos individuales sino gracias a la accin colectiva de las
comunidades cientficas en base a sus mtodos, creencias, conceptos y valores
compartidos (sus paradigmas). Luego de perodos de ciencia normal en los
que la comunidad cientfica trabaja bajo el amparo, asunciones, y esquemas de
un modelo o paradigma, ocurren breves episodios de revoluciones cientficas
en las que se cuestiona el paradigma reinante y se establece otro en base a
otros conceptos y otro lenguaje que lo hace incompatible con el anterior. El
ejemplo proverbial es el cambio de la fsica clsica newtoniana por la fsica
cuntica/relativista.
Bajo esta concepcin, la razn (lgica y experiencia) es insuficiente para
explicar la produccin, mantenimiento, y cambio de las teoras cientficas; hay
que apelar a la dimensin social de la ciencia (Barnes, 1982, para una revisin
de la obra de Kuhn). Los productos de la actividad cientfica, los
conocimientos, se vuelven as un fenmeno susceptible de anlisis emprico
por lo que se abre la posibilidad de estudiar socialmente el conocimiento en lo
que refiere a su contexto de justificacin. Mas tarde se considerara como una
forma de naturalizar desde la sociologa el estudio del conocimiento, a la que
se le sumaran otras formas de naturalizar al estudio del conocimiento
cientfico desde la biologa y la teora de la evolucin por ejemplo (Callebaut,
1993).
A partir de ese momento se desatan numerosas crticas a las posturas
positivistas tanto en los filsofos e historiadores de la ciencia (Lakatos,
Laudan, Feyerabend) como en los promotores de la sociologa del
conocimiento cientfico (Barnes, Bloor) (Echeverra, 1989). Se considera que
Kuhn provoc en la filosofa una toma de conciencia sobre la dimensin social
42
y la raz histrica de la ciencia, adems de inaugurar un estilo interdisciplinar
que difumin las fronteras tradicionales entre especialidades acadmicas,
preparando el terreno para los estudios CTS (Gonzlez Garca et al. 1996).
Una de las consecuencias de la recepcin del trabajo de Kuhn fue el desarrollo
de posturas relativistas que establecen el carcter convencional de las
afirmaciones de conocimiento con respecto a un contexto cultural
determinado. Se postula la necesidad de contextualizar los modelos de
justificacin desde el punto de vista disciplinar, histrico y social. En su
versin dbil los relativismos no consideran arbitrario al conocimiento
alcanzado, pero s en su versin fuerte en la que los juicios convencionales son
por ello arbitrarios en relacin a posibles virtudes cognitivas, por lo que se
niega la posibilidad de justificacin local (Latour & Woolgar, 1979/1986).
Feyerabend, el filsofo de la ciencia austraco que propuso el anarquismo
epistemolgico, consideraba que todo vale en cuestin de mtodo para
alcanzar el conocimiento. Segn l, no existen condiciones restrictivas
permanentes en la investigacin y por lo tanto sus resultados no son racionales
en el sentido de tales condiciones restrictivas (Feyerabend, 1987). Esto no
implica que considerase que el conocimiento alcanzado fuera arbitrario como
postulan los relativismos fuertes. Para Feyerabend no hay algo nico dentro
del concepto ciencia, ni un mtodo que la identifique, por lo que no se puede
hablar de autoridad de la ciencia. Considera que los argumentos a favor del
racionalismo cientfico occidental tienen que ver con valores que puedan
quizs preferirse: eficiencia, dominio de la naturaleza, comprensin en
trminos de ideas abstractas, pero que no son nicos, existen otros valores que
no se suelen tomar en cuenta ya que la ciencia los desacredita.
Todos estos son signos del declive del empirismo lgico. La reflexin sobre la
ciencia se evade del dominio de la filosofa de la ciencia (y pierde inters la
indagacin en fundamentos lgicos de la ciencia), subrayndose el carcter
43
cultural y social de la ciencia.
1.2.2. EL FLANCO SOCIAL
En los aos 60 surgen una serie de movimientos sociales que vinculan su
crtica y protesta con la CyT, su vinculacin con el dao ambiental y sus
aplicaciones para la guerra (particularmente la guerra de Vietnam). El mayo
del 68 es un reflejo de la explosin mundial de las reacciones sociales contra el
sistema, con gran visibilidad en Francia y en Estados Unidos.
Hippies, pacifistas, ecologistas, movimientos anti-industrializacin,
Greenpeace, los Beatles. Estos aos marcan el nacimiento de la
contracultura, ttulo de la obra de T. Roszak (1968/1970) que denuncia el
espritu tecnocrtico y sus valores como la bsqueda de la verdad, la conquista
de la naturaleza, la sociedad de la abundancia y la razn, y centra su esperanza
en los movimientos juveniles de denuncia. La CyT, al igual que el Golem,
podan salirse de control (tambin conocido como sndrome de Frankestein).
Si estamos tan locos como para conceder que los expertos son
aquellos cuyo papel viene legitimado por el hecho de que el sistema
tecnocrtico los necesita para no romperse en pedazos, entonces,
desde luego, el status quo tecnocrtico genera su propia justificacin
interna: la tecnocracia queda legitimada porque goza de la
aprobacin de los expertos; y los expertos son legitimados porque no
podra haber tecnocracia sin ellos. (Roszak, 1968, pg. 223).
El libro de R. Carson La primavera Silenciosa (1962) tuvo un papel
fundamental en el contexto de la reaccin social ante la CyT, denunciando los
usos negativos de la tecnologa y cuestionando la neutralidad poltica, social y
econmica de la ciencia. Proveniente de la propia ciencia (ella era biloga
44
marina), sirvi de motivacin y gua para los movimientos sociales
ambientalistas. Carson denunciaba el advenimiento de una primavera sin el
canto de los pjaros debido al perjuicio sobre la salud humana y ambiental que
estaba causando el uso indiscriminado de agroqumicos. La ecologa y el
pensamiento ecosistmico no reduccionista, la epidemiologa, la climatologa,
iban a aportar no slo conocimientos generales al edificio, tambaleante?, de la
ciencia, sino datos y evidencias que apoyaran las denuncias socio-ambientales.
La Primavera Silenciosa cumple, segn Mitcham (2003), para la reaccin
social ante los desarrollos autnomos de la CyT, un rol parecido al que tuvo La
estructura de las Revoluciones Cientficas de Kuhn (1962) para la respuesta
acadmica. Ambos se constituiran en ejes fundamentales del nacimiento de
los estudios CTS.
Tambin desde la academia se produjeron reacciones sociales ante el
cientificismo y la tecnocracia. Por ejemplo, grupos de cientficos de izquierda
se organizaron a finales de la dcada del 60 en Estados Unidos e Inglaterra.
Science for the people en Estados Unidos y la British Society for the Social
Responsability in Science en Inglaterra, adems de denunciar los abusos de la
CyT en relacin a la industria militar y a la contaminacin, criticaron el
elitismo y los distintos determinismos de la investigacin cientfica (Rose &
Rose, 1980). La crtica del bilogo evolucionista R. Lewontin (ej. Lewontin et
al. 1987) hacia la sociobiologa y su supuesto de determinacin gentica de la
conducta humana son un ejemplo de este espritu.
Tras la segunda guerra se haba plasmado la teora de la modernizacin: todas
las sociedades pasan por etapas de desarrollo ligadas a la sofisticacin
tecnolgica e integracin social hasta alcanzar la prosperidad material y el
modo de vida alcanzado en Europa y Estados Unidos, cosa que pronosticaban
se lograra a finales del XX (Rostow, 1960). En contra de esa perspectiva, otros
autores subrayaban los costos del desarrollo tecnolgico para el ambiente, la
45
sociedad y el individuo. Centrarse en una tecnologa que se autojustifica puede
absorber la energa humana hacia proyectos militaristas, produccin reglada,
consumismo hueco y propaganda de masas, denunciaba J. Ellul (1964). Otro
grupo destacable es el defensor de tecnologas alternativas (Dickson, 1985)
relacionado con el uso de tecnologas no agresivas con el ambiente, y ms
democrticas (participacin en sus desarrollos de los potenciales usuarios),
basados en una nueva forma de relacionamiento entre la tecnologa y la
sociedad.
1.3. Los estudios CTS, orgenes, tradiciones y enfoques
Las ltimas dcadas del siglo XX mostraron la crisis de la visin tradicional de
la CyT como entidades aisladas de las controversias sociales. La reaccin
acadmica que termin con la hegemona del empirismo lgico en filosofa de
la ciencia, y la reaccin social crtica al cientificismo y a la tecnocracia,
convergen en los planteos de los estudios CTS. Actualmente es un rea
consolidada, de carcter interdisciplinar, en la que confluyen la filosofa, la
historia y sociologa de la ciencia, las ciencias polticas y la economa, y a la que
acuden tambin las ciencias naturales y exactas en bsqueda de enfoques
socialmente situados. La dimensin social de la CyT tanto en sus antecedentes
y condicionantes como en sus consecuencias sociales y ambientales es el objeto
ms general del campo. La CyT no se entienden como procesos autnomos que
siguen solamente una lgica interna gracias a un mtodo universal que
garantiza su objetividad, sino como procesos sociales en los que los elementos
no epistmicos desempean un papel importante en la gnesis y consolidacin
de sus productos.
Se han identificado dos tradiciones de estudios sociales de la CyT, originadas
en Europa y Estados Unidos, aunque actualmente se practican sin distincin
geogrfica y sus lmites se han ido difuminando (Gonzlez Garca et al. 1996).
La tradicin europea se identifica con el acrnimo STS de Science and
46
Technology Studies destacndose su carcter terico y descriptivo con base en
argumentos relativistas. El acrnimo suele ser STS tambin para la tradicin
norteamericana, pero correspondiente a Science Technology and Society, y su
carcter es ms prctico y normativo. La tradicin europea est representada
por autores que se abocan al desarrollo acadmico del tema mediante enfoques
rigurosos de las ciencias sociales (B. Barnes, D. Bloor, B. Latour, S. Jasanoff),
mientras que la tradicin norteamericana, con autores ms prximos a
disciplinas humansticas y criterios ms interdisciplinarios, tienen un carcter
ms activista y un alto grado de compromiso social, desarrollando reflexiones
crticas de carcter ms filosfico (C. Mitcham, K. Shrader-Frechette, L.
Winner) (Fuller, 1992).
Cada enfoque, adems de interpretar de forma diferente el significado de STS,
se comunica y organiza por diferentes vas. Los ms identificados con la
tradicin europea, muchos de ellos miembros de la Society for Social Studies
of Science (4S), publican en el boletn de las 4S, Technocience, y en su revista
Science, Technology & Human Values o la Social Studies of Science. Por parte
de los ms afines a la tradicin norteamericana, se relacionan con la Society
for Philosophy and Technology o la National Association for Science
Technology and Society y suelen publicar en sus boletines o revistas como
Technology in Society.
El uso del acrnimo CTS en castellano: ciencia tecnologa y sociedad,
comprende a las dos tradiciones (Gonzlez Garca et al. 1996).
1.3.1. TRADICIN EUROPEA
La tradicin europea coincide con lo que Fuller (1992) llam irnicamente de
Alta Iglesia, centrada en el estudio de los determinantes histricos y sociales
que condicionan al desarrollo CyT.
47
Algunos autores consideran que, de alguna forma, esta tradicin ha seguido la
senda de la historia social de la ciencia de Bernal (Martn Gordillo & Lpez
Cerezo, 2000). J.D. Bernal con su libro La funcin social de la ciencia (1939)
marcaba una de las primeras discusiones pblicas sobre la funcin de la
ciencia. Convencido del papel benefactor de la CyT para las sociedades, no
crea sin embargo que el capitalismo pudiera utilizar racional y
equitativamente sus potencialidades. Tambin en ese camino de advertencia
sobre el capitalismo y el deterioro que produce en las sociedades, A. Einstein
en un artculo para el primer nmero de la revista de izquierda Monthly
Review de Nueva York , titulado Por qu el Socialismo? (1949), sealaba:
No debemos sobrestimar a la ciencia y al mtodo cientfico cuando
de lo que se trata es de problemas humanos; y no debemos asumir
que los expertos son los nicos que tienen el derecho a expresarse
sobre los temas que afectan la organizacin de la sociedad.
El surgimiento de esta tradicin europea de estudios sociales de la ciencia tiene
como motivacin la ampliacin y renovacin de los contenidos de la sociologa
de la ciencia clsica que haba rechazado la posibilidad de aplicar el anlisis
sociolgico al propio conocimiento cientfico y su contexto de justificacin. Las
investigaciones sobre la ciencia como sistema social giraban en torno al trabajo
de Solla Price (1963), y en torno al influyente trabajo del socilogo R. Merton
(1973) que se centraba principalmente en la comunidad cientfica, sus cdigos
y sus aspectos institucionales. Esa mirada disciplinar, y disciplinada segn sus
crticos, no se alej de la visin heredada de la ciencia que inhiba la
consideracin social del mbito cognitivo y su naturaleza lgica. O sea, la
sociologa poda ocuparse slo del contexto de descubrimiento.
A pesar del inters en prestar atencin a la imbricacin entre Ciencia,
Tecnologa y Sociedad de autores como Bernal (1939), Merton (1939) y Snow
(1964), esta visin sociolgica segua concibiendo a la ciencia como un sistema
48
autnomo gobernado normativamente, en lo que se llama la versin
internalista de la sociologa (Rose, 1975), que no se entromete con el
conocimiento cientfico en s. La CyT deban ser las principales fuentes de
autoridad en la sociedad ante el convencimiento de su gran poder de desarrollo
econmico y social.
La tradicin internalista fue duramente criticada por planteos que consideran
que tanto artefactos como conocimientos cientficos no pueden ser entendidos
sin la referencia a su contexto social correspondiente (Barnes, et al. 1996;
Collins & Pinch, 1993; Winner, 1986).
En la dcada del 70, luego de la obra e influencia de Kuhn, haba surgido un
programa radical de relativizacin de la ciencia, Sociology of Scientific
Knowledge (SSK), ya dirigido a estudiar la naturaleza social del propio
conocimiento cientfico, esfera reservada en la visin tradicional a factores
exclusivamente epistmicos. Dentro de los estudios SSK se encuentran los
estudios etnogrficos de las prcticas de laboratorio a micro-escala, anlisis de
los discursos y la retrica cientfica, nuevos enfoques en sociologa de la
tecnologa con nfasis en sistemas socio-tecnolgicos, o la teora de red de
actores (Echeverra, 1989).
Los estudios dirigidos a estudiar la naturaleza social del propio conocimiento
cientfico pueden ubicarse tempranamente en la Universidad de Edimburgo en
la que B. Barnes emprende la crtica a la imagen racionalista tradicional para
relativizar, contextualizar y hacer hincapi en el carcter convencional de las
afirmaciones del conocimiento cientfico (Barnes, 1974). La fundamentacin
programtica de la SSK tuvo en el programa fuerte de D. Bloor (1976, pg. 7)
sus bases. La sociologa de la ciencia debera ser:
Causal. Esto es, debera sentirse concernida por las condiciones que suscitan creencias o estados de conocimiento. Naturalmente, habr otros
49
tipos de causas, aparte de las sociales, que cooperarn a la hora de
suscitar creencias.
Imparcial con respecto a la verdad y a la falsedad, la racionalidad o la irracionalidad, el xito o el fracaso. Los dos lados de estas dicotomas
requerirn explicacin.
Simtrica en sus estilos de explicacin. Los mismos tipos de causas deberan explicar las creencias verdaderas y las falsas.
Reflexiva. En principio, sus patrones de explicacin deberan tener que ser aplicados a la propia sociologa. Al igual que el requisito de simetra,
esto es una respuesta a la necesidad de buscar explicaciones generales.
Es un requisito de base obvio porque de otro modo la sociologa sera
una clara refutacin de sus propias teoras.
Este programa fue criticado por filsofos de la ciencia y tambin desde el
propio campo CTS, sobre todo por lo que respecta al postulado de simetra.
Con la reivindicacin de los estudios empricos sobre el conocimiento
cientfico, y la consiguiente negacin de la epistemologa tradicional, la
sociologa sera la nica en poder explicar adecuadamente al mundo cientfico
(Lpez Cerezo et al. 1994). Desde el programa fuerte se han desarrollado
diversos estudios de momentos relevantes para la historia de la ciencia a partir
de sus principios explicativos (ej. Bloor, 1976; Barnes, 1974). Un programa
prctico de aplicacin de las propuestas de Edimburgo lo constituye el
desarrollado en la Universidad de Bath (UK). El EPOR (Empirical Programme
of Relativism) (Bijker et al. 1987) se centr en el estudio de desarrollos CyT
contemporneos, especialmente en las controversias cientficas.
Estos programas forman parte de lo que se llama el enfoque del
Constructivismo Social. El enfoque de Edimburgo representa una escala
macrosocial que explora las relaciones causales entre el conocimiento y los
factores sociales, mientras que le escuela de Bath representa un enfoque ms
microsocial que apunta a analizar las negociaciones y disputas entre cientficos
50
que ponen fin a las controversias (Gonzlez Garca et al. 1996).
Desde la sociologa de la ciencia se produjeron escisiones del programa fuerte
como la de los etnometodlogos que defendieron no slo el relativismo
epistemolgico sino el ontolgico. Los contenidos y los hechos cientficos no
slo estn condicionados por factores sociales sino que se constituyen a travs
de fenmenos microsociales que tienen lugar en los laboratorios. Como
antroplogos culturales tomaron de asalto a los laboratorios cientficos y los
transformaron en su lugar de estudio de la ciencia pero sin nimos explicativos
o socialmente contextualizadores, slo descriptivos. El libro de B. Latour y S.
Woolgar, Laboratory Life (1979/1986), es quizs el ms representativo de esta
corriente que intenta describir lo que ocurre dentro del propio mundo
cientfico.
Dos de los puntos del programa fuerte marcan el camino de nuevas
direcciones, ms radicalmente relativistas, de la sociologa del conocimiento
cientfico y especialmente de los estudios de laboratorio. La reflexividad, a
travs del anlisis del discurso cientfico y el intento de desvelar su retrica
(Woolgar, 1988), y la simetra, por parte de la teora de la red de actores que
denunciaba la asimetra de las prcticas de los socilogos del conocimiento (la
consideracin de simetras como naturaleza/sociedad, actores humanos/no
humanos). Se define a la ciencia como una red cuyos nodos estn formados por
actores humanos y no humanos (instrumentos y objetos tecnolgicos) y
analizar sus desarrollos debe ser estudiar las luchas de los diferentes actores
para imponer su definicin del problema a resolver (Latour, 1987; Callon,
1987).
Estas lneas han sido criticadas desde los estudios sociales de la ciencia por su
esterilidad al renunciar a las explicaciones. Si Latour (1983) proclamaba
dadme un laboratorio y levantar al mundo, Collins & Yearley (1992) no
consideran a los estudios de laboratorio como un punto de apoyo seguro sino
51
un camino a un relativismo conformista y conservador (Gonzlez Garca et al.
1996).
1.3.2. TRADICIN NORTEAMERICANA
La tradicin norteamericana, denominada Baja Iglesia por Fuller (1992),
estuvo ms implicada en el activismo social de las dcadas del 60 y 70, en la
contracultura y los movimientos por tecnologas alternativas, ecologismos y
pacifismos, y se ha ocupado de los aspectos prcticos de los impactos sociales
de la CyT, y en la adopcin de perspectivas socialmente contextualizadas en la
educacin en CyT. La dimensin social es abarcada en cuanto atae a las
consecuencias sociales de la CyT y la forma en que sus productos inciden sobre
la organizacin social y las formas de vida, y el nfasis est puesto en la
democratizacin de la CyT.
Como veamos previamente La primavera silenciosa de R. Carson (1962) fue
uno de los disparadores de la reflexin para los autores de esta tradicin. Sus
puntos fuertes son la consideracin del arraigo social y poltico de la CyT, el
nfasis en la prctica mediante reformas de la educacin, y la evaluacin de las
tecnologas y las polticas CyT. Esta orientacin predomina tambin en
Sudamrica (Gonzlez Garca et al. 1996).
Muchos de los autores relacionados con la tradicin norteamericana fueron
influidos por las corrientes pragmatistas, fenomenolgicas y existencialistas,
como la herencia filosfica de Dewey, Marcuse, Ortega, Heidegger, y la crtica a
la interferencia de la tecnologa en las relaciones entre el ser humano y la
naturaleza, lo que marca el centro de la reflexin en cuestiones ticas y
filosficas ms que en empricas o cientficas.
En la obra de Mitcham (1989) y Gonzlez Garca y colaboradores (1996) se
52
expone esa influencia con detalle; de la que se puede destacar a J. Ortega y
Gasset como precursor del anlisis filosfico de la tecnologa, principalmente
con su obra Meditacin de la Tcnica (1939). Las posibilidades ilimitadas de la
tecnologa, y la ideologa del progreso asociada, limitan segn el autor la
capacidad de idear proyectos y tener metas. La tcnica est ligada a lo que
significa el ser humano a travs de su idea de vida en relacin activa (no slo
existencial) con sus circunstancias. Mitcham (1994) relaciona esta idea de
Ortega con lo que dice Dostoyevsky a travs de su personaje Kirilov en Los
posedos: cuando todo es posible, nada es necesario excepto el suicidio como
demostracin definitiva de libertad.
La influencia de la tradicin pragmatista de Dewey tambin se hace notar ya
que tempranamente subraya que la carga valorativa, inherente de la CyT, no
debe dejarse en manos de una gestin tecnocrtica de especialistas sino
mediante una planificacin pluralista (1929). La obra ms sociolgica (y
pesimista) del francs J. Ellul (1954) tambin tuvo influencia en la tradicin de
estudios sociales de la ciencia en Estados Unidos. Los seres humanos se han
vuelto tecnomrficos, condicionados por la civilizacin tecnolgica; Ellul
defiende una tica del no-poder para que los seres humanos acepten no llevar a
la prctica todo lo que pueden realizar (en el espritu de Ortega) en bsqueda
de nuevas actitudes vitales no determinadas por la tecnologa. En base a su
obra, Winner (1977) propone la introduccin de tecnologas cuyo desarrollo
est abierto a la participacin de todos los implicados, que sean comprensibles
y flexibles y que no creen dependencia.
Las principales lneas de accin de esta tradicin (Gonzlez Garca et al. 1996)
pueden considerarse: a) historia de la cultura tecnolgica y exploracin de las
direcciones del cambio tecnolgico y su relacin con el cambio social
(Levinson, 1977; White, 1962), en los que la tecnologa, como producto, es
abordada desde una perspectiva filosfica y poltica; b) filosofa de la
tecnologa, con nfasis en el anlisis de los criterios de eficacia, su relacin con
53
la ciencia, su definicin (Mitcham, 1989, 1994); c) tica de la CyT, anlisis de
los lmites al crecimiento tecnolgico en funcin de valores socio-ambientales
(es el surgimiento de varias disciplinas como la tica ambiental, la tica
nuclear, tica biomdica, tica informtica, la biotica (Mitcham, 1996)); d)
temticas relacionadas a la autonoma de la tecnologa y crticas a su
determinismo (Ellul, 1954, Winner, 1977), e) anlisis de las implicaciones
polticas de la tecnologa (Winner, 1986; Roszak, 1988) y asociado a ello, su
evaluacin y control social, y anlisis de modelos de gestin para controlar de
forma legitimizadora a la CyT.
Centrados en su inicio en el anlisis de la tecnologa (por hacer hincapi en las
consecuencias sociales y ambientales de sus desarrollos) el esfuerzo de los
crticos se ha centrado en demostrar lo errneo de la idea de que la tecnologa
es una fuerza lineal, y desarrollar en cambio formas mas sofisticadas de
describir el proceso tecnolgico (no como ciencia aplicada). Se trataba de
rescatar las posibilidades de eleccin y de redimir a la tecnologa tanto del
optimismo ilustrado y liberal como del pesimismo y la inevitabilidad (Winner,
1993). Los estudios sobre la construccin social de la tecnologa han intentado
mostrar cun lejos ha estado la tecnologa en la historia de presentar un
desarrollo lineal, y de contestar preguntas como: quin est incluido en el
proceso de decisin?, cun amplias son las circunscripciones e intereses de
quienes obtendrn ganancias al final?, en pos de demostrar la relacin entre la
tecnologa y la poltica. Y as se han elaborado propuestas de democratizacin
de la CyT y analizado el papel de expertos y legos en las polticas CyT (Jasanoff,
1990).
Algunos autores de esta tradicin trabajan en el anlisis de las consecuencias
sociales de aplicaciones CyT particulares. Nelkin & Tancredi (1989), por
ejemplo, analizan las consecuencias sociales de la ingeniera gentica en
humanos, subrayando que dada la incertidumbre y la interpretacin propias de
los trabajos sobre informacin gentica, se convierte en un campo frtil para
54
que los intereses profesionales, prejuicios sociales y factores ideolgicos,
jueguen un papel importante en la toma de decisiones. Segn Jasanoff (1987),
las investigaciones genticas proporcionan un tipo de conocimiento que afecta
a dicotomas de relevancia moral y poltica como pblico/privado,
natural/artificial, salud/enfermedad, libre albedro/determinismo.
La filosofa de la ciencia en Estados Unidos tambin se encauz hacia planos
ms prcticos, siendo representantes tambin de la respuesta acadmica a la
prevalencia de la visin del empirismo lgico. Adherentes a la propuesta de
Kuhn de analizar empricamente a la ciencia, y a los proyectos de
naturalizacin de la epistemologa (ver Callebaut, 1993), tendieron, a
diferencia de la tradicin europea, a evitar posiciones relativistas radicales
(Gonzlez Garca et al. 1996). A la reivindicacin del anlisis de la racionalidad
cientfica le agregan un inters especial en la ciencia aplicada y a los problemas
de racionalidad en la gestin de riesgos y polticas CyT. En algunos casos esto
lleva a la defensa de la creacin de mecanismos democrticos de participacin
pblica en la evaluacin y gestin de la CyT (Shrader-Frechette, 1985). La
mencionada autora, centrada en la evaluacin de los riesgos y su relacin con
la racionalidad, considera que los relativismos culturales y el positivismo naive
han contribuido a que se descarte por irracional, errneamente, la evaluacin
del riesgo por parte de la gente comn (Shrader-Frechette, 1991).
1.3.3. TRADICIN LATINOAMERICANA?
En las dcadas del 60 y 70 tambin se registraban en Latinoamrica ideas y
enfoques que tenan que ver con las intersecciones entre las prcticas CyT y el
conjunto de las relaciones sociales, y algunos lo consideran incluso una veta
CTS particular o pensamiento latinoamericano en CTS (Kreimer, 2007). Estos
enfoques fueron desarrollados principalmente por cientficos e ingenieros y
tenan una preocupacin poltica fundamental referida al desarrollo de
55
conocimiento CyT que fuera apropiado a las necesidades locales como parte de
una estrategia de desarrollo econmica y social (Dagnino et al. 1996). Tanto
geogrfica como conceptualmente esta tradicin latinoamericana ha sido
situada al margen de las dos tradiciones tratadas anteriormente por nutrirse
de preocupaciones que, aunque relacionadas, resultan independientes y
diferentes (Arocena & Sutz, 2001). Por lo dicho sus orgenes se corresponden
con la bsqueda de caminos propios para superar el subdesarrollo y con la
insatisfaccin con la forma en que el pensamiento acerca del desarrollo se
ocupaba de la CyT. Las contribuciones clsicas de esta primera etapa se
relacionan por ejemplo con las polticas CyT (Herrera, 1971), sobre tecnologa y
autonoma (Sbato & Mackenzie, 1982) y sobre el rol de la ciencia en pases
perifricos en torno al concepto de estilos de desarrollo cientfico-tecnolgicos
(Varsavsky, 1969). Vacarezza (1998) brinda una perspectiva del conjunto del
pensamiento latinoamericano CTS; Arocena (1995) y Sutz (1997) trabajan
sobre los vnculos de ese pensamiento con la problemtica del desarrollo y la
innovacin.
Este pensamiento se relacion a movimientos sociales y a experiencias
polticas progresistas que criticaban tanto la prctica libre de la CyT como el
menosprecio por la generacin endgena de conocimiento en los pases
perifricos, prcticas ambas que ayudan a incrementar el subdesarrollo y la
dependencia (Arocena & Sutz, 2001).
1.3.4. LA CONVERGENCIA
La consideracin de la CyT como un producto social (nfasis de la tradicin
europea), y con consecuencias sociales de gran impacto (nfasis de la tradicin
norteamericana), proporciona en conjunto un enfoque que promueve la
evaluacin y control social del desarrollo CyT. Esto marca la convergencia de
las dos tradiciones, aunque sigue habiendo posturas muy crticas sobre todo
56
basadas en la metodologa a la que apelan ambas. La disputa entre Winner
(1993) y Woolgar (1991) es un ejemplo. El primero considera que lo
fundamental no es saber cmo se construye la tecnologa sino qu se puede
hacer para democratizarla, mientras que el segundo sospecha de cualquier
postura que vaya ms all de la descripcin para constituirse en juez moral. En
ese sentido, si al empirismo lgico se le atribuye un reduccionismo fisicalista
para normativizar a la ciencia, algunas posturas extremas de los relativismos
llevan a un reduccionismo sociologista (Echeverra, 1989) en el que algunos
intentan demostrar la validez nica de sus enfoques sobre la ciencia.
S. Fuller (1988) rescata y promueve la consideracin de los intereses
normativos y el compromiso prctico perdidos tras las crticas globales a la
filosofa de la ciencia tradicional. Apela as a una reorientacin de los enfoques
CTS de origen europeo para dar paso a estudios socio-filosficos de la ciencia
que no olviden la normativizacin y la articulacin con la gestin poltica de las
normas propuestas. Lo llama epistemologa social.
La confluencia de ambas tradiciones detrs de la propuesta de Fuller puede
ejemplificarse con una conferencia brindada por W. Bijker (2002) en el marco
de un workshop en Cambridge sobre la necesidad de posturas acadmicas
socialmente comprometidas por parte de los investigadores del rea. Bijker,
profesor neerlands representante del EPOR junto con Collins y Pinch, ha
trabajado en estudios sobre la construccin social de la tecnologa. Postulaba
en esa conferencia que los estudios CTS no son slo importantes para
comprender la cultura CyT actual, sino tambin para el desarrollo de polticas
democrticas en torno a ello. Ha declarado que los estudios de la tradicin
europea han proporcionado claves importantes para entender los procesos,
pero que la mayora no han tratado sus consecuencias normativas, polticas y
prcticas, que deberan contemplarse tambin.
Este entramado entre las dos posiciones, a partir de una visin prctica, no
57
necesariamente conduce a que el campo CTS condene o ensalce determinadas
tecnologas o procedimientos CyT, sino que se analicen las formas de manejar
los riesgos y las incertidumbres, se intenten prevenir sus efectos negativos y se
reoriente la tecnologa hacia las necesidades de la sociedad.
Acompaando estos cambios, surgidos en las dos tradiciones, tambin en la
economa y las ciencias polticas se producan cambios que acompasaron las
nuevas visiones de la CyT. Se prest creciente atencin e inters a las polticas
cientficas (science policy) y su influencia en los cientficos. Las polticas CyT y
la educacin en ciencias tambin se vieron sometidas a evaluacin y reformas
para contemplar los nuevos planteos y reclamos sociales y disminuir la tensin
ciencia-sociedad (ver D. de Solla Price, 1963 y su planteo de ciencia de la
ciencia como base de programas de poltica cientfica).
Los programas STPP (ciencia tecnologa y polticas pblicas), para formar
gestores de la ciencia en las universidades, comenzaron a brindar un panorama
acorde con las nuevas propuestas de cmo entender y gestionar las relaciones
entre la ciencia la tecnologa y la sociedad. La gestin de la CyT se basaba en
concepciones econmicas neoclsicas de la tecnologa que, aplicadas a la
gestin, se traducan en un modelo lineal desde la ciencia bsica como
condicin necesaria y suficiente para la innovacin tecnolgica, y sta como
requisito del crecimiento econmico y bienestar social (Ruivo, 1994). La
mencionada autora realiza una sntesis de la evolucin de la gestin de la CyT y
propone la sucesin en la historia de tres concepciones sobre ello. La primera
ciencia como motor del progreso se corresponde con el modelo lineal en el
que la ciencia bsica, motor del desarrollo, necesita insumos para, de forma
autnoma, estimular la cadena. La segunda ciencia como solucin de
problemas hace nfasis en el carcter aplicado de la ciencia, an dentro de un
modelo lineal pero con un principio causal distinto: el empujn de la demanda.
Las polticas CyT deben establecer prioridades relacionadas al crecimiento y la
competitividad de la nacin en cuestin. La tercera concepcin es la de ciencia
58
como recurso estratgico en el que el cambio tecnolgico se considera
resultado de procesos e interacciones de diversos actores sociales e
instituciones. Las polticas CyT deben tener en cuenta las necesidades a largo
plazo y las demandas sociales. Esta evolucin refleja los cambios producidos
en la concepcin de CyT y la revisin de su carcter neutral y
descontextualizado, la concientizacin sobre la capacidad de la CyT de
producir transformaciones e impactos en lo social, cultural y poltico, llegando
con la tercera concepcin de Ruivo (1994) a la orientacin de la CyT hacia
metas no necesariamente econmicas. La vinculacin y convergencia entre los
programas STPP y los enfoques CTS es una cuenta pendiente que empieza a
saldarse con la entrada al ruedo de los factores sociales en la gestin CyT
(Gonzlez Garca et al. 1996).
Desde todos estos flancos la CyT comienzan a ser constantemente objeto de
escrutinio pblico, transformndose tambin en objeto de debate poltico. Para
una revisin general sobre las reacciones sociales y acadmicas en la dcada
del 60 y una cronologa de sucesos vase: Gonzlez Garca et al. (1996),
Jasanoff et al. (1995), Mitcham (1994).
1.4. La relacin Ciencia-Sociedad hoy y los estudios CTS
De las expresiones ms utilizadas para describir a las sociedades actuales, la
sociedad de la informacin y la sociedad del conocimiento son quizs las ms
populares. La codificacin, uso y transmisin del conocimiento son principios
organizadores de las sociedades por lo que la informacin se erige como uno de
sus valores principales (Bell, 1976). La expresin ha sido adoptada por
gobiernos y agencias como la ONU. Se puede decir que la idea de sociedad de
la informacin como ideologa se relaciona con las ideas optimistas sobre
tecnologa y progreso social (Winner, 1977). Si bien las TICs han sido un factor
clave en la globalizacin econmica, su imagen pblica se relaciona a aspectos
menos controvertidos como Internet, telefona celular etc. El trmino sociedad
59
del conocimiento surgi ms tardamente y se emplea ms en mbitos
acadmicos y ha sido adoptado por ejemplo por la UNESCO (2003) tratando
de incorporar una concepcin ms global y menos economicista aunque
relacionando ambos trminos:
La sociedad de la informacin es el ladrillo de construccin de las
sociedades del conocimiento. Mientras veo el concepto de sociedad
de la informacin unido a la idea de innovaciones tecnolgicas, el
concepto de sociedad del conocimiento incluye la dimensin de las
transformaciones sociales, culturales, econmicas, polticas e
institucionales, y u