7
49 7. La coherencia temática La lingüística textual distingue rasgos internos y externos del texto. A su vez, dentro de los rasgos internos diferencia analíticamente los componentes gramatical y temático. El primero analiza el entretejido del texto, su cohesión y conexión, la red de relaciones explícitas e implícitas que lo conforman. El segundo se ocupa del tema y el contenido del texto, del qué dice el texto. Por supuesto, estos componentes se diferencian sólo analíticamente, de hecho están estrechamente relacionados y se complementan de tal manera que ambos destacan la estructura interna del texto. La referencia explícita e implícita, según los aspectos tocados, ciertamente definen de forma esencial la coherencia del texto, no obstante, por sí solas no siempre logran definirlo como sucesión coherente de oraciones porque, por una parte, no toda sucesión de oraciones que evidencian estas relaciones se interpretan como texto y, por otra, no toda sucesión coherente de oraciones está enlazada por medio de relaciones explícitas e implícitas. El primer caso lo puede ilustrar el siguiente texto (inventado): Tengo un conocido en Bogotá. Allí hay muchas bibliotecas; en ellas hay computadores; éstos son útiles. Se observa que el enganche de las oraciones por medio de proformas (“allí” se refiere a “Bogotá”; “ellas”, a “bibliotecas”; “éstos” a “computadores”) por sí misma no define la coherencia de este texto, que carece de sentido. El dicho de Jesús de Mc 2,17 puede ilustrar el segundo caso: 2 17 No necesitan médico los sanos 17 οὐ χρείαν ἔχουσιν οἱ ἰσχύοντες ἰατροῦ sino los que están mal: ἀλλ᾿ οἱ κακῶς ἔχοντες· no vine a llamar a justos, sino a pecadores. οὐκ ἦλθον καλέσαι δικαίους ἀλλὰ ἁμαρτωλούς. La primera oración expresa quién realmente necesita el médico, y la siguiente, a quién dirige Jesús su llamada. Ningún elemento de la segunda oración tiene referente en la primera; no obstante el autor y los receptores relacionan al sujeto de la segunda oración (yo: Jesús) con el “médico” de la primera, además a “los sanos” con los “justos”, por una parte, y a “los que están mal” con los “pecadores”, por otra. Aun sin que haya referencia explícita el texto tiene pleno sentido. Estos ejemplos muestran que la referencia explícita e implícita no siempre es suficiente para garantizar la coherencia textual. Es preciso otro aspecto que es la estructura temática. La estructura textual resulta pues del análisis de la estructura gramatical, por una parte, y del análisis de la estructura temática, por otra. Por supuesto, el análisis de la estructura gramatical, basado más que todo en las relaciones explícita e implícita, es básico para la estructura textual; pero la estructura gramatical (sintaxis en la terminología de Morris) por sí sola no define la estructura textual, sino que precisa también del análisis de la estructura temática (semántica en la terminología de Morris). La estructura temática es pues el otro aspecto constitutivo del texto. El aspecto del tema y el contenido del texto tiene una relevancia de primer orden, es lo que interesa saber; en la literatura bíblica es un aspecto esencial; tema y contenido son básicos para determinar el sentido histórico de los escritos. Generalmente en los textos actuales tema y contenido se pueden captar intuitivamente, entresacar del material textual que aporta las categorías para definirlos; muchas veces ya se encuentra formulado en el título o en una oración inicial, p. ej.: En este artículo se trata de ... En los libros bíblicos el tema y el contenido son menos evidentes. Los conceptos de tema que discuten los linguistas responden de antemano a sus formas de desarrollo: argumentativa, narrativa, descriptiva. En textos argumentativos se trata del problema,

MET EX 7 LA COHERENCIA TEMÁTICA.pdf

Embed Size (px)

Citation preview

  • 49

    7. La coherencia temtica

    La lingstica textual distingue rasgos internos y externos del texto. A su vez, dentro de los rasgos internos diferencia analticamente los componentes gramatical y temtico. El primero analiza el entretejido del texto, su cohesin y conexin, la red de relaciones explcitas e implcitas que lo conforman. El segundo se ocupa del tema y el contenido del texto, del qu dice el texto. Por supuesto, estos componentes se diferencian slo analticamente, de hecho estn estrechamente relacionados y se complementan de tal manera que ambos destacan la estructura interna del texto. La referencia explcita e implcita, segn los aspectos tocados, ciertamente definen de forma esencial la coherencia del texto, no obstante, por s solas no siempre logran definirlo como sucesin coherente de oraciones porque, por una parte, no toda sucesin de oraciones que evidencian estas relaciones se interpretan como texto y, por otra, no toda sucesin coherente de oraciones est enlazada por medio de relaciones explcitas e implcitas. El primer caso lo puede ilustrar el siguiente texto (inventado):

    Tengo un conocido en Bogot. All hay muchas bibliotecas; en ellas hay computadores; stos son tiles.

    Se observa que el enganche de las oraciones por medio de proformas (all se refiere a Bogot; ellas, a bibliotecas; stos a computadores) por s misma no define la coherencia de este texto, que carece de sentido. El dicho de Jess de Mc 2,17 puede ilustrar el segundo caso:

    2 17 No necesitan mdico los sanos 17 sino los que estn mal: no vine a llamar a justos, sino a pecadores. .

    La primera oracin expresa quin realmente necesita el mdico, y la siguiente, a quin dirige Jess su llamada. Ningn elemento de la segunda oracin tiene referente en la primera; no obstante el autor y los receptores relacionan al sujeto de la segunda oracin (yo: Jess) con el mdico de la primera, adems a los sanos con los justos, por una parte, y a los que estn mal con los pecadores, por otra. Aun sin que haya referencia explcita el texto tiene pleno sentido. Estos ejemplos muestran que la referencia explcita e implcita no siempre es suficiente para garantizar la coherencia textual. Es preciso otro aspecto que es la estructura temtica. La estructura textual resulta pues del anlisis de la estructura gramatical, por una parte, y del anlisis de la estructura temtica, por otra. Por supuesto, el anlisis de la estructura gramatical, basado ms que todo en las relaciones explcita e implcita, es bsico para la estructura textual; pero la estructura gramatical (sintaxis en la terminologa de Morris) por s sola no define la estructura textual, sino que precisa tambin del anlisis de la estructura temtica (semntica en la terminologa de Morris). La estructura temtica es pues el otro aspecto constitutivo del texto. El aspecto del tema y el contenido del texto tiene una relevancia de primer orden, es lo que interesa saber; en la literatura bblica es un aspecto esencial; tema y contenido son bsicos para determinar el sentido histrico de los escritos. Generalmente en los textos actuales tema y contenido se pueden captar intuitivamente, entresacar del material textual que aporta las categoras para definirlos; muchas veces ya se encuentra formulado en el ttulo o en una oracin inicial, p. ej.: En este artculo se trata de ... En los libros bblicos el tema y el contenido son menos evidentes. Los conceptos de tema que discuten los linguistas responden de antemano a sus formas de desarrollo: argumentativa, narrativa, descriptiva. En textos argumentativos se trata del problema,

  • 50

    de la cuestin central texto; en los narrativos, de su ncleo informativo, que se podra expresar en forma de pregunta: qu pas? y, en textos descriptivos, del objeto central de que se ocupa el texto. Los modelos textuales propuestos hasta ahora para el estudio de este aspecto, como el de macroestructuras y superestructuras del lingista van Dijk, son deficientes, por eso slo se propo-nen algunas categoras de anlisis que pueden evidenciar la estructura temtica del texto.

    7.1. El tema

    Tema se puede llamar el ncleo de un contenido textual, se puede concentrar en el ttulo o en una oracin del texto, o se debe abstraer. El tema es el contenido textual reducido al mximo; su determinacin es fruto del procedimiento interpretativo del receptor del texto; por esto no es posi-ble establecer determinados pasos cuya aplicacin conduzca a la determinacin del tema. No obs-tante, son formulables algunos criterios que ayuden a su anlisis. Las relaciones antes tratadas constituyen el primer punto de vista para definir el tema. Pero por lo general un texto posee varios temas, unos ms relevantes que otros, es decir, dentro del texto puede haber una jerarqua temtica; como segundo punto de vista puede ser entonces posible con-siderar un tema principal al cual se pueden subordinar otros temas. Y como tercer punto de vista, el tema principal debe ser compatible con la funcin comunicativa del texto. Estos tres criterios se pueden ejemplificar en el siguiente texto de los Hechos de los Apstoles.

    4 32 La multitud de los creyentes 4 32 tena un corazn y un alma. , Ni uno llamaba suyo nada de lo que tena, , sino que (ellos) lo tenan todo en comn. ' . 33

    Los apstoles daban testimonio 33 de la resurreccin del Seor Jess con gran fuerza, , y todos (ellos) tenan abundante gracia. . 34

    No haba nadie necesitado entre ellos, 34 porque quienes posean terrenos o casas los vendan, , traan el precio de lo que vendan 35

    y lo ponan a los pies de los apstoles, 35 y lo repartan a cada uno segn su necesidad. .

    En este ejemplo, a la expresin la multitud de los cre-yentes se refiere el pronombre (ellos) hacia el final del versculo; a esa misma multitud vuelve a referirse el pronombre ellos de 4,34. Por otra parte, el autor se refiere a las per-sonas que forman este mismo grupo con expresiones singulares: en 4,32 ni uno, y a continuacin suyo; el pronombre indefinido algo y todo en 4,32 se refieren a las cosas que los creyentes tenan en comn. El texto menciona en 4,33 a los apstoles, que reaparecen en 4,35; el caso negativo de Ananas en 5,1-11 sugiere que el rasgo de la gracia caracteriza slo a los apstoles, no a todos los creyentes, de manera que todos (ellos) en 4,33 se referira slo a los apstoles. En 4,34 dice el autor que no haba ... nadie necesitado, ya que segn 4,35 a cada uno los apstoles les repartan el dinero que resultaba de la venta generosa de bienes inmuebles. Las repeticiones permiten distinguir tres segmentos en el texto: en el primero se destaca la co-munidad de bienes de los creyentes (4,32), en el segundo el testimonio de los apstoles (4,33) y

  • 51

    en el tercero la proscripcin de la necesidad gracias a acciones generosas canalizadas por el servicio de los apstoles (4,34-35). Los bienes comunes, que aparecen en el primer segmento, y el dinero de la venta generosa de bienes inmuebles puesto a disposicin de los necesitados, en el tercer segmento, permiten establecer como tema del texto: la comunidad de bienes de los creyentes. El testimonio de los apstoles, parece garantizar, apoyar y canalizar la comunidad de bienes que parece ser efecto de su testimonio, sin l difcilmente se habra dado claro est, el fundamento ltimo de la comunidad de bienes es la experiencia de la resurreccin del Seor hecha por toda la comunidad. El testimonio de los apstoles, garante de la comunidad de bienes de los creyentes, podra plantearse pues como subtema del texto. El tercer segmento menciona el cese de los necesitados gracias al reparto de dinero, habido mediante acciones concretas (venta de bienes inmuebles) por parte de propietarios. Tambin ste sera subtema textual. Esta definicin del tema se basa en la comprensin general del texto por parte del receptor considerando sus referentes dominantes. El tema y los subtemas se podran esquematizar de la manera siguiente.

    Tema: comunidad de bienes de los creyentes

    Subtema 1: Testimonio de los apstoles Subtema 2: Proscripcin de la necesidad (garante de la comunidad de bienes) (por el reparto de dinero, producto de acciones concretas)

    El texto puede tener la funcin de presentar la comunidad de bienes, vivida y practicada por los creyentes de la comunidad primitiva, como ejemplo para la comunidad destinataria de la obra. Mediante el uso de los verbos en imperfecto (lo tenan todo en comn..., los apstoles daban tes-timonio..., no haba necesitado ..., etc.) el autor transmite particularmente el aspecto de la comu-nidad de bienes recomendndolo para el presente. Esta funcin armoniza con la determinacin del tema propuesto para el texto.

    7.2. Formas bsicas de desarrollo temtico

    Se han bosquejado ya los dos aspectos que definen la coherencia textual: el gramatical y el te-mtico. El apartado inmediatamente anterior dio a conocer una nocin de la coherencia temtica. Ahora bien, los textos despliegan el tema, lo presentan, acogindose a formas de desarrollo fuer-temente arraigadas en el uso del lenguaje. Es decir, el uso del lenguaje ha definido formas bsicas para desarrollar el tema; entre las ms importantes estn la descriptiva, la narrativa, la explicativa y la argumentativa. Estas formas de despliegue temtico son parte del acervo lingstico de los usuarios de la lengua. A estas formas, generalmente combinadas y empleadas con variados acen-tos, tambin en la literatura bblica, se ajusta el desarrollo temtico. El desarrollo descriptivo presenta los componentes de un tema ubicndolos en el tiempo y en el espacio. En el texto de Hch 4,32-35 visto antes, o tambin p. ej., en Hch 2,43-47 desarrolla el au-tor el tema de forma descriptiva, textos ubicados segn el contexto en Jerusaln, en la poca de la comunidad primitiva. La tercera forma desarrolla la explicacin de un hecho por deduccin lgica; lo que hay que ex-plicar debe lograrlo el autor a partir de otros hechos explicativos; esta forma explicativa es usual en la ciencia, en nuestra literatura su uso es bastante marginal.

  • 52

    En su Anlisis lingstico del texto (Linguistische Textanalyse, Berlin 72010) K. Brinker pre-senta el modelo de argumentacin del filsofo Toulmin con base en el cual aborda la forma argu-mentativa. Segn este modelo un emisor fundamenta una tesis, que constituye el tema, por medio de argumentos, justificados por una regla: si se dan los argumentos x, y, z, entonces se puede su-poner la aceptabilidad de determinada tesis. El emisor apoya la validez de la regla en afirmacio-nes que expresan puntos de vista reconocidos; un operador modal, p. ej., probablemente, seguramente, indica el grado de probabilidad de la tesis. Esta forma argumentativa es abundante en la literatura bblica, p. ej., en las cartas de san Pablo; dentro de la argumentacin recurren los agigrafos a reglas de la hermenutica juda, como las siete reglas de Hillel, para aducir argumentos de Escritura, e incluso para desarrollar sus tesis. En esta introduccin slo se aborda algo en detalle la segunda forma de desarrollo temtico: la narrativa, por ser la ms recurrente en toda la Biblia.

    7.3. Elementos de teora narrativa

    7.3.1. Story (suceso), discurso narrativo, plot, narracin. El acto de contar, de relatar desarrolla el tema de un relato simultneamente en dos escenarios espaciotemporales: en el escenario presente en el que se lleva a cabo el acto de relatar, y en el escenario pretrito sobre el cual se relata. Emi-sor y receptor del relato pasan de un escenario a otro constantemente y adrede, de manera que mundo pasado y mundo presente se entrecruzan y se relacionan. Alguna vez, al llegar la proclamacin de la Palabra en una eucarista, escuchamos embelesados a una extraordinaria lectora el prolongado relato Daniel 13 sobre la hermosa Susana y dos jueces que perdieron la cabeza por ella. De repente las figuras del relato cobraron vida, Susana, Joaqun su esposo, los dos jueces relocos por ella, y la trama del relato, la infame alternativa ante la que pusieron a Susana para que se acostara con ellos, la condena a muerte de Susana por el falso testi-monio de los dos jueces y, por fin, la salvacin de Susana por la intervencin de Daniel. Durante la lectura todos los presentes quedamos inmersos en el relato, regresamos a la celebracin cuando la lectora concluy diciendo: Palabra de Dios. El episodio (independientemente de que sea real o ficticio), el suceso, los acontecimientos que dan origen a un relato, como todo el despliegue de hechos en que se basa el relato de Susana, se denomina en la terminologa narrativa con la palabra inglesa story (griego: diegese, francs: histoire, alemn: Geschichte), en espaol podramos llamarlo suceso o episodio. El texto escrito por el agigrafo, desarrollado con gran habilidad y sobrio estilo, enteramente coherente y de mesurada altura literaria lo denomina la terminologa narrativa discurso narrati-vo (ingls: narrative discourse, frances: rcit). Supongamos que un asistente a aquella eucarista se hubiese encontrado con otra persona despus de la eucarista y le hubiese contado el episodio escuchado, claro est, segn su recepcin del relato y segn su forma propia de reproducir el su-ceso. Pues tambin el relato de esta persona sera un discurso narrativo, basado por supuesto en el hecho transmitido por la lectura. Discurso narrativo es pues el relato en sentido estricto, el tex-to oral o escrito por el cual se conoce la story, el suceso. Plot denomina el anlisis narrativo el orden a travs del cual discurren las partes del relato, el encadenamiento de las escenas, de tal manera que le dan perfil. El diccionario Collins Spanish traduce plot por trama. Tal es propiamente el significado del trmino; plot tambin se puede entender en el sentido de la accin. Volviendo a la interpretacin vocal (realmente eso es la proclamacin de un texto bblico), vol-viendo a la lectura apasionante de aquel episodio de Susana y los dos jueces de Dan 13, la lectora en cierto sentido nos hizo realidad los hechos, nos transport a su escenario viejotestamentario.

  • 53

    Durante aquella lectura se entrecruzaron el mundo del relato y el mundo relatado. El acto bien sea de lectura o de expresin oral, por medio del cual un discurso narrativo se lleva a cabo, se realiza, se denomina en teora narrativa narracin. Por medio de la narracin el discurso narrativo se abre paso hacia el mundo presente del receptor. La exgesis se ocupa del relato ms que todo atendiendo a los aspectos segundo y tercero, es decir, en cuanto discurso narrativo y en cuanto trama.

    7.3.2. Autor, relator, lector. Todo autor crea su relato. Indudablemente este autor, sea de la remota antigedad o sea actual, lega en el relato distintos rasgos que le permiten al lector perfilar al autor, el perfil que de l logra hacerse el lector corresponde al autor implcito, al autor que el lector capta, gracias justamente al talante, al estilo del autor. Este autor implcito, no el autor real, es objeto de la teora narrativa. Por lo dems, es bien sabido que los autores reales de la Biblia generalmente son desconocidos, a diferencia de los autores actuales. De igual manera cuando el autor real crea su relato se imagina a sus lectores, este lector en par-ticular, que tiene en mente el autor, es el lector implcito, un lector preconcebido, un perfil con el cual puede conectar el lector real al meterse en el relato, realizando las expectativas del texto. En todo caso la teora narrativa no estudia ni al autor real ni al lector real, sino que se basa en los conceptos de autor y lector implcitos. Ahora bien, el autor real de un relato transmite su discurso narrativo transformndose necesa-riamente en el relator. De tres formas puede presentarse este relator: i) puede ser un personaje ms del relato que aparece hablando en primera persona, un yo-relator que hace parte del mundo del relato. (ii) El ms recurrente en nuestra literatura es el relator que cuenta los hechos desde la barrera, desde la perspectiva que visualiza los episodios que constituyen el relato, sin ser l mismo un personaje del mundo del relato. Ocasionalmente a esta figura se le llama relator omnisapiente (en tercera persona), porque sabe todo lo relacionado con los personajes y episodios del relato. Tal es el caso p. ej., de los relatores de los evangelios; as el relator del cuarto evangelio, sabe incluso qu dijo Jess en el momento mismo de su muerte: todo est cumplido (Jn 19,30). iii) Por ltimo, puede transformarse en una figura del relato que va reflexionando sobre los acon-tencimientos, que piensa, que siente, que se percata de lo que pasa. Y el lector tambin va pen-sando y percibiendo los episodios juntamente con esta figura en que se ha transformado el autor. Este tipo de redactor es ms bien frecuente en la literatura ficticia de nuestro tiempo.

    7.3.3. Las figuras. Las figuras o personajes tienen mucha importancia en la estructuracin de la ac-cin, su caracterizacin tambin caracteriza al relato. El esquema siguiente muestra los aspectos que definen la caracterizacin de los personajes, de tal manera que los rasgos que muestra deter-minada figura obedecen a la combinacin de estos aspectos. El esquema muestra dos pares de oposiciones, uno vertical, otro horizontal. Las figuras son ca-racterizables directa o indirectamente segn puntos de vista externos o internos. En los textos bblicos, a diferencia de la narrativa actual, los relatores raras veces caracterizan a los personajes de forma directa; cuando se recurre a esta forma de caracterizacin apenas se em-plean adjetivos para aludir bien sea a su aspecto externo o a sus cualidades internas; p. ej. de Su-sana slo dice Dan 13,1 que era muy bella y fiel a Dios. (No es de extraar que no tengamos absolutamente el ms mnimo detalle sobre el aspecto de Jess.) En los relatos bblicos predomi-na ms bien la caracterizacin indirecta, es decir, los personajes adquieren perfil por lo que ellos mismos hacen o dicen o por lo que otros dicen de ellos. No obstante, los relatores bblicos mane-jan con gran habilidad la caracterizacin indirecta, de tal manera que logran imagenes definidasde los personajes de sus relatos. P. ej., en Jn 9 las respuestas del que haba nacido ciego,

  • 54

    a quien Jess haba curado, perfilan su fe, su valor para dar testimonio de Jess ante sus paisanos y, sobre

    CMO Y QU FIGURA

    directamente por el relator

    externamente internamente QU aspecto, comportamiento rasgos, actitudes,

    de la figura sentimientos de la figura

    indirectamente por la accin o el discurso

    de la figura

    todo, ante los temidos fariseos, sus valores de ser persona autnoma, un hombre veraz y conse-cuente. El autor no usa ninguno adjetivo para caracterizar al personaje, pero su discurso y las pa-labras con las que los otros personajes se pronunciann sobre l delinean sus cualidades.

    7.3.4. Desarrollo del plot. El orden que estructura las partes del relato, el encadenamiento de las escenas, es el plot, la trama o la accin. No hay un esquema fijo cuya aplicacin permita poner de manifiesto el orden que estructura el plot de un relato bblico determinado. El plot es ms bien el resultado de sopesar los aspectos de tiempo, escenario, el papel desarrollado por los personajes; tambin es til tener en cuenta los resultados del anlisis de la coherencia gramatical. A partir de la apreciacin de todos estos elementos es posible formular un determinado plot. No obstante, hay que saber que en la narrativa actual los tericos distinguen tres estructuras po-sibles por medio de las cuales se puede desarrollar el plot: i) el relato tensionante (de la novela de accin), cuyos elementos bsicos son la complicacin (lo, maraa) y el desenlace (en sentido positivo o negativo). ii) el relato de personajes (de la novela como tal), en la que la trama est al servicio de la carateri-zacin de las figuras. iii) el relato dramtico (de la novela dramtica). En esta se da una relacin proporcionalmente e-quitativa entre la accin y los personajes. Probablemente los relatos bblicos se puedan ajustar a estas estructuras. En todo caso, a la hora de aplicarlos, es menester tener muy presentes las diferencias entre la narrativa actual y la narrati-va bblica. K. Brinker presenta en su obra Anlisis lingstico del texto el modelo clsido de W. Labov y J. Waletzki. Segn el autor este modelo se apropia para el anlisis de estructuras narrativas en textos cotidianos. Brinker simplifica aquel modelo clsico buscando destacar los aspectos que dan cuenta del desarrollo temtico del relato, sin considerar dentro de este anlisis su componente comunicativo. El modelo se compone de tres momentos: i) primeramente se debe establecer la situacin del relato mediante datos que se pueden encontrar bien sea en el encabezamiento o tambin en distintos lugares del relato; ii) la representacin se centra en el relato y puede constar de una o de varias fases o aconteci-mientos. Por su parte cada fase se desarrolla en una secuencia, relatando la complicacin y el des-enlace; bien puede suceder que en cada fase aparezcan elementos situacionales conexos y se dn valoraciones referidas a los acontecimientos.

  • 55

    iii) El resumen sintetiza las valoraciones desde la perspectiva presente del relato. El siguiente esquema presenta de forma algo visual el modelo de Brinker y sus componentes.

    TEMA (suceso relatado x)

    situacin representacin resumen sit0

    fase1 fase2 fasen

    sec1 sec2 secn sit1 e1 sit2 e2 sitn en

    c1 d1 c2 d2 cn dn

    sit.: situacin; sec.: secuencia; e.: evaluacin; c.: complicacin; d.: desenlace

    El tema del relato lo representa un acontecimiento singular definido que debe cumplir con cier-tas condiciones mnimas de singularidad y en el cual el relator de alguna manera se siente part-cipe. El modelo propuesto por K. Brinker tambin se ajusta a muchos textos narrativos bblicos, por supuesto, teniendo en cuenta las diferencias entre la narrativa bblica y la narrativa actual.