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IX. Características del ·período 1880-1910__..-· .·· .. 1. LA PRIMERA FASE DEL CAPITALISMO MONOPOLISTA Y AMÉRICA LA TINA · <, . . '.'. > . LA "SEGUNDA INDUSTRIAL" ,.:..- De hecho, quizá sea más preciso la revolución industrial como un solo proceso de dos siglos (hasta·ahora, puesto que no sa- . bemos cuándo terminará), dividido en fases ··cualitativas diferentes según ciertos criterios .. Lo que hace cómodo hablar de una "segtlilda revolución .. indqstrial" en . el período de fines del siglo XIX y princi- . pios del actual, es el contraste .. bastante grcU;iqe entre esta fase .Y' la anterior: en comparación; las innovaciones _ la primera revolución ... industrial parecen muy simples y reiativamerite poco numerosas, '. que&. fase posterior a 1870 y principalmente 1880, se caracteri- , ... z.a por . una mayor· complejidad del proqeso: productivo y de la organización empresarial y ·financiera, y por üiia diversificación muy . , grande de los materiales, de las. fuentes y de los medios · de transporte y CC'municáción.JAquí nos ,futeresará solamente el aspecto· de las transformaciones anterior a la primera guerra mundial. . 'En lo que concierne .a las faentes de energía, i!!S' dós grandes 1 · . vedades de fines del siglo XIX están constituidas por el motor de . ·explosión y la electriciliad, cuyos . s<?lóJograron su ¡>ien ·o de- : .. sar:ollo_ en nuestro SigtQ:J· ·· · · . . . :- El . motor · de explosión fue, al principió,· ·un motor de gas, pero posteriormente pasó a utilizar derivados: del petróleo (gasolina, cHesel) .como combustible .. Su_. implemert:íación de una de iiwencívnes re2.t;?':ldas en Franciay Alemania entre 1800 y Eü !vs úJfrmos años del siglo pasadQ _ . se pC;;rfeccionó el motor de cuatro tiemros, base de la expansiori posforior del transporte

Mexico Sociedad_ IX-XIV

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IX. Características fup.damen~ales del · período 1880-1910__..-·

.·· .. 1. LA PRIMERA FASE DEL CAPITALISMO MONOPOLISTA Y

AMÉRICA LA TINA · <, . . '.'. >

. LA "SEGUNDA REV.OLU~IÓN INDUSTRIAL",.:..-

De hecho, quizá sea más preciso considerar~ la revolución industrial como un solo proceso de dos siglos (hasta· ahora, puesto que no sa- . bemos cuándo terminará), dividido en fases ··cualitativas diferentes según ciertos criterios .. Lo que hace cómodo hablar de una "segtlilda revolución .. indqstrial" en . el período de fines del siglo XIX y princi-

. pios del actual, es el contraste .. bastante grcU;iqe entre esta fase .Y' la anterior: en comparación; las innovaciones dé_ la primera revolución

... industrial parecen muy simples y reiativamerite poco numerosas, :· yá'. que&. fase posterior a 1870 y principalmente 1880, se caracteri­, ... z.a por . una mayor· complejidad del proqeso: productivo y de la

organización empresarial y ·financiera, y por üiia diversificación muy . , grande de los materiales, de las. fuentes d~ ~nergía y de los medios · de transporte y CC'municáción.JAquí nos , futeresará solamente el

aspecto· de las transformaciones anterior a la primera guerra mundial. . 'En lo que concierne .a las faentes de energía, i!!S' dós grandes ho~ 1

· . vedades de fines del siglo XIX están constituidas por el motor de . ·explosión y la electriciliad, cuyos efec~~s .s<?lóJograron su ¡>ien·o de-

: .. sar:ollo_ en nuestro SigtQ:J· ·· · · .«··~~, . .

. :- El . motor· de explosión fue, al principió,· ·un motor de gas, pero posteriormente pasó a utilizar derivados: del petróleo (gasolina,

-·cHesel) .como combustible . . Su_. implemert:íación depen~ó· de una s~rie de iiwencívnes re2.t;?':ldas en Franciay Alemania entre 1800 y 18~6: Eü !vs úJfrmos años del siglo pasadQ_.se pC;;rfeccionó el motor de cuatro tiemros, base de la expansiori posforior del transporte

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•·t auwmotor y de la aviación, y que, progresivamente, iría a sustitllif el vapor en los barcos, las locomotoras y todos los tipos de cald~

La Utilización de la electricidad como fuente de energía neee'f sitó previamente, solucionar tres cuestiones técnicas fundamentales, lo que se logró en wi largo ¡;rc;;ern que va de la pila de Vo!ta (l 79s¡ a la turbina de vapor de Parsons (1884): 1) e1 problema de la tUr. bina; 2) el de la dínamo y del motor; 3) el deJ traP>porte de fae]ec~ tricidad (debido a las pérdidas importantes ocurridas en el transp

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r. te por cables, si la intensidad de la corriente es grande). A fines del siglo pasado surgieron las primeras centrales hidroeléctricas; la eJec . . tricidad pudo ser utilizada en la iluminación y como fuerza motriz a partir de la c!S::rc:: :e ! E8'J. .

Las consecuencias del motor de explosión y de la electricidad fueron de diversos tipos: 1) disminución (progresiva) de la impor. tancia de Ja máquina de vapor y de fa energía generada a partir del carbón; 2) distribución más elástica de la energía, favoreciendo cierta descentraliz.ación de las instalaciones industriales; 3) aumento· de importancia de las carreteras, que en el siglo x1x habían declinado debido a los ferrocarriles; 4) crecimiento del~ Íhiportancia del pe tróieo. · . . . ·.

Otro sector de transformaciones Primordiales fue la metalurgúí. . . Por una parte, este sector creció mucho en calidad, eficiencia y prO:,'. ductividad. Por otra, debemos mencionar algunas novedades ,,~e,.i<.: peso: i) el surgimiento de los procedimientos electrnmetalúrgfoos g¡J.i: la última década dei siglo pasado; 2) el desarrollo de la producción y ·

1 del empleo del aluminio, metal liviano de múltiples utilidades; 3):~ f aumento de la importancia del cobre debido al auge de la producci911:'·. de la electricidad (por ser indispensable como conductor), , ¡Af'j/: !

Mencionemos ahora las industrias químicas, aun cuando las :d~~ 1 cadas fmaJes del siglo x1x apenas vieron sus inicios. Tales inicios/: 1 sin embargo, estuvieron marcados por grandes victorias: el desarro~o · · d: las amim.,, de los abonos químicos y de las fibras artificiaJe.• . 1 Solo l'OStenor:nente se desplegaron con clandad sus consecuen~ . 1 declinación del algodón por la competencia de las fibras altif rcial;, t e j y sintéticas, importancia del petróleo como maten, prima (petru;. ; c.¡uímica), surgimjenrn de los plásticos, presencia de las industrias / 4uúnicas en otros sectores (metalurgia, construcción, etc.). · ¡y .:

Finalmente, además de lo expuesto, son numerosas las otras innovaciones típicas de la "segunda revolución industrial": lámpara incandescente, telegrafía sin hilos, fotografía, cine, máquina de es· . .;tibie, caucho sintético y neumáticos, refrii;.:::-:ición industrial, co­mienzo de la industria e!ectrónica, ya fuera de nuestro período las máquinas-Iterramientas y la automatización, ~tcétera . . La agricultura, aurique no al mismo ritmo que fa industria, cono-·

ció Progresos importantes. En Estados Unidos, doP.de existían gran~ 26 ()

1

'

¡ '

.d d de ahorrar mano de lt' das y neces1 a , . . 1 extensiones planas c~ iva . di versos avances tecmcos. a Je~, ya on la fa;., ant;m>< smg1eTOn (! 793), el arado de ac:ro de

::;.,;º~":;r'y d~e alfc:,~~·,:~~'i,~~ndJe J:~~n~/~~eCl ~~e:)~~:~:~C: Jo11n la se adora mecan1ca e . I•"ª 183,0), de /kam y Pitts ( 183 7). . Í> 1 ingiéS John La wes

Jor~0~~::;·~~~~, ~;r:~~~;,"~:;¡;;~~sLl(:~1e~~:.":~~~e :: .~~~p~ desarrodllealro~rú). La investigación agrl on?~mcay 'p~rfeccionamiento de ruano b. , de la se ecc1on . . da te de tos abon.os, ~no ~;' e;~~s, de los insecticidas Y fu~g¡.c;0, 'p;¡.,;; ~species animales y l!nportancia para la agnculthura ; rápida en

ezó a tener gran . , d l o fue mue o mas '~f adelantados. La ev~cion e E~~¡ continente europeo, Grnn ~:tados Unidos que en , urodpeap.ender en larga escala de ahmentos - · c1·a1 paso a Bretana, en espe ' . .

importados. . . . . ~-<: tr ·o'n económica y la expansion impenalista:J f caneen acz . 1

¡.¿¡. . • . de cambios en a . . conoc10 una sene . l r El pP.ríodo que nos i.nteresal , f nnas de acwnulacion y en as .e~

. ·ón empresarial, en a,) o to al último punto, si orgamzaci , ·cas internacionales. En _c~ . dustrial naval y laciones economt. británica a nivel financiero, mdial tuvrj que en-biP.n la. hege:::~vo hasta la prim~ra g~erra m~o ¿sterionnente

¡~~:;'.':1c:n rivales de 1'.:J'°' F:'~"' l:::°U~ido/ Estos últim~ y con mc:yor fuerza-, e~a tardíamente pudieron adop?t_r . ~íses industrializá~dose i:'entras el par.jue industrial bn~=

•ecno!ogías mas reciente~, . cada vez más caduca, s~n qu~ . .

~~,;~f.nr~:i!, :'. ::~;~v':!0's!~~s wp;%e~e~~~~~;~o~~~rt;:::s~e á~ . ¡ do En esta 1ase , . · escandinavos. va msta a . .al ·R . Italia J apon, paises d, das del . . , . d tri . us1a, , . l últimas eca revoluc10n rn ~ .. enos má:: relevantes de. a~ . . ultante de la Uno de los lenom •. · onomzca res

siglo x!x e~ . el de la ':fa'If::.ª~º~o=plicación ~ e~ ~os!o ~~:i~~ evolucion misma ~el cap1 de le "segunda revotuc10n ~d : la

te d~ _ la ma9-uin:C~~se~e~:r~~~ hilaturas relativamenter:C~~~17;c~~res -a diferencia d . . inversiones muy pesad~, ·; .. dicas , a anterior- , al ex1grr .·, La risis econom1cas peno ' vtaf favorecieron la concentrac1on. s cmás débiles constituyeron qu eando sobre todo a las _empresas ·do La ~o~petencia entre ¡;i;b'éo lll factor en el ffilSlf!o ,r::!:ed~ . a la '1•ina, pre~onaron 1..:mos. lue bajas en las gananc~~ol d' los precios y mercad?'· Los en favor de ac,uerd0 .~ para e~a~empresas mayores, que u.11.:c1an ga bancos prefenan prestar a . . , .

, , . nportantes a la mvers1on. . ranttas mas u 261

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~: ·~ ; '. r'."·l

lfodemos ú.stinguir Jos formas centrales de concentración,.. ¡· realidad complement4_-fas. La concentración técnica y geográfi.!:a . ·que consiste en reunir en ~ ~lugar gran cantida~ de maq~( stucb y trabajadore!}(las fabncas de Ford en Detro1t, las de Schne¡. der en Le Creusot, por ejemplo~ta conce~!tación, a ~u vez, pue<le ser horizontal (de un estadio de li producc10n) o vertical (acapara. miento de todas las fases productivas, desde la extracción de ma~ teria prima hasta el producto acabado, y a veces aun de la co~. c. ia. liz ·a ción).1~ confentra~ión financiera se da a niv~.I de firmas. ~· de unidades productivas: su resultado es la formac1on de los J.Iañia.' dos monopolios o consorcios. Dicha concentración financieripuece asumir diversas moda...idades. Cuando una firma absorbe a otra .u otras, hál:mlse--Oe{fasión2fl trust es una forma más sutil: se trata del control a través de una convención jurídica por la cual los accionis. tas permiten a ciertas personas (trustees) actuar en su nombre: ~í. sin· detentar la mayoría de las acciones, se puede ejercer el verdadero poder de decisión y aprovecharlo para efectuar controles y caneen:. traciones de numerosas firmas: el primer trust fue la Standar Q¡J (1882), agrupando 39 firmas de petróleo. El holding es una sociedád cuyo capital consiste sólo en acciones de otras firmas, las cuales están bajo su control: la Standard Oil New Jersey (1899), la Genera/.'. Motors, la Nestlé son ejemplos conocidos. Finalmente, el cártel esmc entendimiento entre grandes empresas para regular los precios; '™~·', vid.irse los mercados o, incluso, decidir sobre patentes y tecnolo~?:,: Se trata de un tipo muy temprano de concentración, y a fines d~f: siglo pasado era muy característico de Alemania. Los diversos tipós .... de monopolios o consorcios no se limitaron a cada país, sino q~1f· cit:a 11"1tri~1"nn 1ntPnHtr.inn~1P.~ -~~h~~/~· · uv p;;~;V~v~~-~P~~~~-prlmordial y a haber avanzado a pasos'~gi~} gantescos en nuestro período y posteriormente, la concentraci.ón · conoce, de todos modos, ciertos límites. Las grandes empresas rea~ 1izan determ~adas fabricacion~s a trav~s de en~gos a firmas me~·~k nas y pequenas1 por res~ltar mas .ven~JosaS en c1e~s ramas o etáp_~~¡; de la produccion. Al ruvel de la umdad productiva (concentraq<m,~·. técnica), los límites son más visibles; al nivel de las firmas, los ohS-: ··· táculos a la concentración son menores: provienen ,de la competen-·. cía misma entre grupos monopolistas y, a veces, de la intervención /,. del Estado. - ·,. ¡_La "expansión imperialista tuvo causas variadas. En primer lugar -a~ ya--®sde-la-pBmera~-iase...de...la rev0h:tt>i00-ind-usffial-.-, h neces~dad de mercados para los excedentes de la producciónin.,_ térna. Por otra parte, las transformaciones tecnológicas de la "~~ gunda · :evolud6n lr.dl!!;t:rial" provoc:>Ion P-ecesidad')S relati~''.!S..:111 ~li~ftecimiento de materias primas que se volvieron estratég¡cas Y.:

- de las cuales Europa no disponía, o sólo insuficientemente: pe1!-~:·

262

, . 'a intensa acumulación de , cobre, fosfatos, estaño, ~te. Ade~:·d~terminó uñ descen~o en

~~~-¡tales g:r~~~é!º:ºe; \:Stn~~~~s obteni:~~i~t!~:é~~ec:~~::~ ~s ta~dustriales a largo plazo en .b'feºpt~nando cantidades cre­s1o~~lvió cada vez más vasto y fl~xiar bt etapa decisiva de la ex· ~ t s de capitales, pero al tennm Estados I_ Tp idos la demanda 1 cien _e. d l s ferrocarriles en E~o~~,!n ~nñustrializadas , por el -pans1on e 0 . · · Mas ~1i..1as ... ~P••ao·'H._,_:':=t:'" d,. 1u uéllos: los de capitales ~1!11°uyod. anda fuerte y sostenida e aq .bilidades Y"'

con!Iar ' solicitaban empréstitos; exis 1 (puertos, ferrocarriles, io exisua una em . t, an muchas posi u

gob1er;~~rsión en obras ~e ~fraesf')~t~ actividades de exporta­Pdª~ªpués cen~rales hidroelectncal~·~=t , . ' n requerían ere 1 os a ,, .1·.··c ,, "J'"OtPcr1on e:> 'd·t lar~o P ~ · · de los mer-

c10 t do d ia co11¡¡ .. ~· .1 , • • smo / con Hablemos, ante o , - torna al protecc1oru \ . n A partir de 1876, Europa re da).1.En 1890 Estados Um·

t cadou. , de G-an Bretaña y de Holanl d Se dio 'una verdadera

i excepc1on • if e ya "'rnn e eva as. c:i>011ir , dos aumenta sus tar as, q'ta potencias industriales P3!ª co~~-:-ó~

erra de aduanas entre s F e entonces cuando tuvo 1 us1

1

~ servar y proteger mercados. 1 u ta de ci~rtos productos a p~e-. ~ng,e dseoa~~e= para vencer la com( pet;n:1da~

cios rebajados en el ~erca. altos en ~I mercado interno proLegi s

l d por precios mas . . - tuvo como causa , con1plensatara ifas aduanales). \El protec_c1orusmd 1º873-1896 ("gran de-por as d~t. ff negativa e . . d 1 t r , . . J) la fase Kon ra ie , . . 2) la cns1s e sec o basteas. . d dificultades econonucas, . ultura en Ale-presión"), epoca e ccidental (protección a la a~c ue se estaban agrícola en. EuroFpa º. )· 3) el hecho de que los pa1seds q U . dos Ja-

ar.ia Italia y rancia , · Rusia Esta os ru ' ~ d~stri~do entonces (Ale~arua, ias de 'ta competencia de los

ufacturados_ britámcos. t, .ª . . un fuerte nac1on mo man.bir dos tendencias. contradict~· la par de un movimiento ~~~ómico y protecciorusrno aduan '~ or la aparición de .con­~ . la unificación del mercado m;ri !e grupos monopolistas. s~~~os iniemacionales y los ac~~r :er:dos mundiales es un ele-

fuere la lucha por .1.os -Sea como ' , d - 1 ar-men to esencial del peno o. sión imperialista son a~ exp

¡ Otro aspecto c~ntral de ~a expan e se a las exporta~ones de ! taciones _de c~itole\aq~=j:1::::e:c~~ :ria ta~a de ganan:Uecfa.~~~ me:can~1a, de~1~0 a os Dichas inversiones ten1an. tr~s m~s em rés­pa1ses mdustnalizad . . directas en el extenor, b) l p l s

. . ales· a) las inversiones , tamus .i. corto piazo en o prmc1p . . eros. -e) bs pres d bols2 tltos a gobierno:> extranj · · s extranjeros Guegos e . ' mercados financieros y m~n~~~iones temporales especulativas,

, tamo- a c-JrtO plazo pres ., etc.~. 26 ::>

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I'

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' ··•··· .... , ·~· " .... ' ~ ' . .·

La fase que ahora estudiamos se caracteri21 por un crecimientó i sin precedentes del comercio i."ltemacional, facilitado por la~/ ! ción casi universal del patrón oro a fines del siglo XIX y co~ · , del actual, y por el enom1e desarrollo del crédito y de la exJ>orta. ción de capitales. Los movimientos de dinero, en muchos casos preparaban el de mercancías: los empréstitos se vinculaban con fre: cuencir a facilidades comerc~ales; las inversiones en ferrocarriles y otros sectores exigían cuantiosas importaciones de materiales combustibles, personal técnico, etc. Así, la expansión financie~ se volvió una condición del progrese del comercio internacional y del crecimiento económico de los países industriales.

. Europa se tornó · ac:-eedora del mundo, siendo Londres entonces la primera plaza financiera del planeta. En l 914 se estima que las inversiones en el exterior hechas por los países industriales de Euro. pa y por Estados Unidos totalizaban 9 .5 millones de libras esterli. nas. Un 43 % correspondía a capitales británicos, 20% a franceses" 13% a alemanes y 7% a norteamericanos. Dichas inversiones se ubi} caban así: 27% en Europa, 74% en Estados Unidos, 19% en Américá l L.atin<. y el resto en .As~a, Africa y Oceanía. Como se puede notar, 1 una parte importan~e de los capita!~s exportados s~ invertía en la • 1 misma Europa (sobre todo en los pasíses más atrasados: las inversioriés ' francesas en Rusia, por ejemplo) y en Estados Unidos (que después ; 1 d~ 1914, de deudor p~ará a s~r acreedor ?e ~urnpa). . -}~~)~ t' .. lfptro aspecto de .ias relac1or~es economicas mtemac10nales 'que:{ merece ser reconl~do es la inte?-sa migraciór1fe calcuh qu~ e~~-~ 1821 y 1915 emigraron 46 millones de p~ hacia pa~ d.S,i· ' ultramar~ mayor parte de esta poblac1on m1grante fue euro;.\~ pea y vi"ljo entre 1880 y 1915, a un ritmo de casi un millón{Ué'f personas por añ~De esta migración, 35% ~enía de las i:::las britan~>~ , J.

cas, 11 % de Espáfia y Portugal, 18 % de Ital1~ mayor parte de lo!: ' ~· rrúgrantes iban a Estados UnidojtJ,(62 %) un 32 0 a Australia, Canadá, . Argentina y Brasil; los dernás, ~se distribuían entre diversos páises . . ¡ La rrúgración funcionaba como válVula de escape al crecimiento ·d~':·: ·¡ mográfico europeo, contribuía decisivamente al desarrollo econó:rfu~ '" , t co de Estados Unidos, y difundía en muchos países los hábitos d~ ! consumo y los patrones de vida europeos. Pero la migración intet· · nacional no era sólo europea. Una importante corriente de asiáticos - chinos, indios y, más tarde, javaneses, sobre todo- se dirigió ai sudeste de Asia, a Indonesia y a otras regiones (incluyendo la costa de Perú, las Antillas y las Gua yanas). -:~

1

.. . . , . , n iff ·1ortancia La influencia eco· ·o coloniales. hanc1a le s~g~1~ e América . Latina, encontrando ~órnica británica era_ domma1 1 t:ri~~na en México, el Caribe y Cen­una se~i~ competencia ~':::1~3;1; de la expansión. imperialista -ln~~a~ ·roamenca . A los first l . los second comers .. pa iscs '. rra Francia-·- se vinieron a oponAelr . . Japón Estados Uní· t~ , d , tardíamente· emama, ' " industrializa os mas l .mundo ya prácticamente repa~~ dos--, los cuales _encontraron a n lo ::- ue no estaban "dispuestos. tido" entre Francia e ~n~~Je~:s' ~terimperialistas se agudizaron, g1· :i conformarse. l.aals ;1va_ 1 i~ de mercados consuru1dores, al c:~ntrol rando en torno omm, . y de tos mercados de invers1on de de materias primas estrategicas capitales. · . l t una serie de probl ;mas,

_.; El estudio de estos con~1c~o~a~í~nb~:n esclarecidos. El entrela· muchos de los cuales no e~ta~ o políticas constituye un aspecto zamiento de causas econom~cas Y. z· o qu~ aparece a fines del

El cepto de zmpena ism , " . alid. d relevante. . con ·ento y vincula las nv a es a siglo XIX, subraya .tal entrelazar~\ s· 'en líneas generales la expli· la expansión fi~an~1era. y coTJ~ia todavía muchas investigaciones ,~ción resulta ~~cutible! mo s~ efectuó la vinculación entre ~a concretas qu~ ~diquen co . , de los monopolios y la diploma~ia política econom1ca de e_xpans10~ ce que la conexión se opero a colonialista de los gobi~~nos~lí~~s militd.les y económicos Y t.~­travéE de grupos, de pre~~n p t~on en los parlamentos, rrums­bién de figuras ue p~estigio q~e acOtro tema importante consiste e? terios y medios de mfo~ac1on. . te con la expansión, ademas ver qué grupos se tene_fic1aro; re~: casos, los factores políti~?s de las firmas monopolishtash. n.<lc1 detenninantes en la óeupac1on

, . P" .. "'""'" ~ P.r s1 o d ·e y estrategicos QJ.VVV .. ·--- -d de vista el carácter e reserva u colonial; per? n_? puede per . ~r~ de evitar que otras- potencias se machos temtonos,. la neces~;r último, conviene nptar que la ~x­posesi~~asen del -~ea, et~ci· i e -más hacia países en pr~so ~e m­portac1on de cap1t ~s se . ir g Unidos) 0 con econom1as de ex­dustrialización (~usia, Es~?º(MéJ1. ~o) 'que a las áreas propiamente portación en rápida e:'-pansto~ to:d~ e'n los casos ·de Francia, Ale· :'.oloniales. Esto es v~do so _re erio británico era un caso a~arte, manía y Estados Um?os., E.l un(pl día) como zonas de poblamiento al incluir tanto colonias tip1cas n reciente (Australia, Canadá). . . , mo un. roten to de explicación

La teoría del imperialism.o s~rgio co nómico y fue elaborada por ce los caractere~ d~l expans10_~::;:sº aec~ir de frnes del siglo XIX. En ~cJnofil~:>~as socialista~ y mar t P_zó al imperialismo como Jn 1902, el iriglés l .n . Hobson cara.~ en del capitalismo moderno : al

i)i~sde temprano, la expansión ec0nünúcz. condujo a rivalidades agudas entre las potencias industriales. ínglaterra, con su superiofr dad indiscutible a nivel naval y financie!º' aseguró para sí el contro! de los territorios más impc1rtantes en Africa y Asia, formando ~L~.: inmenso imperio colonial, además de disponer de enormes mercados · :

l fenÓffi(;P.0 daculado a ladevo_lucl;ony concentración el si.,tema se al .. · to gr~do ele esailO G ., . . ' • l . ca nzal cier · fl · en la pon ti ca externa e.e º" vuelve '~xpa.1sionista, lo que se re e3a

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264

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&tados. Insistió también en otros aspectos, como 1 ')S gastos,. llli- · ¡· litares1 -que podrían ser mejor empleados en el bienestar SOíeial:.;i,,_ y el uso publicitario que Jos gobiernos hacían de la "con~r imperial" para distraer la mente popular de los abusos doméstieos. La socialdemocracia alemana elaboró un pensamiento original .. e11 las obras de Hilferding, Kautsky y Otto Bauer; el acento recaí! en el desarrollo del capital financiero, visto como explicación Cen~ tral de la expansión imperialista. ·Xi

La con,cepción de Lenin {1916) partió de una sistematizacióii diY los análisis de Hobson y, sobre todo, de Hilferding. Para el autor ruso, el imperialismo es la fase monopolista del capitalismo y presea. ta las siguientes características: J) concentración de la produccii':i y del capital, originando los monopolios; 2) apogeo del capital financiero, resultante de la fusión de los intereses bancarios e indus-triales; 3) explotación ya no sólo de mercancías, sino también de ¡ capitales; 4) reparto de los mercados mundiales entre las flllllas ~ monopolistas; 5) reparto territorial del mundo entre las potentjíii· !! capitalistas más avanzadas. Si la teoría leninista insiste en los proceso$ ! ocurridos en el interior de los países industrializados, la de Rosa · ¡ Luxemburgo apunta hacia la necesidad del capitalismo de inte-grar siempre nuevas áreas caracterii.adas por mod.os de prodti .. f ción precapitalistas a su campo de expansión, para garantizar:-SÜ' .. f proceso de reproducción ampliada. I...enin y Rosa Luxemburi9'~i ¡. constituyeron las dos grandes vertientes de la teoría marxista ,dét:· 1 imperialismo, y como tal siguen sirviendo de base a muchas de·ia8\";:. reeJaboraciones recientes, cuya finalidad principal es dar cuenta,dé'jr ! tendencias inéditas, típicas de fases más contemporáneas del nn~~t 1

perialismo (E. tviandel, Samir Amin,H. Alavi, etc.). :· ·:!~ ,1 _,,...¿------, ( La coyuntura · ·

' ...... .....___ ____ ... . - . ~· :•, \ En el capítulo I mencionamos las hipótesis explicativas respetjo t de las.fluctuaciones coyunturales. Ahora nos limitaremos a apun~>··, • · las fases en nuestro período. .·":f '

En cuanto a los movimi~ntos de larga duracióJI K ondratieff, te: ! nemos primero la fase B {depresión) de 1873 a 1896-, r.onocida como la "gran depresión", y que sirvió de base al despegue de la expansión imperialista · y colonial, al incidir negativamente sobre las posibili­dades de ganancia en Europa. En seguida, la fase de expansión -co-DC'Cida como la be/le époque, apogec de Europa- dt'l 1896 a 1920,

1

. fase A típica, que los "monetaristas" vinculan a la abundancia de Qrv.{minas de Cam1:lá y Áfri-:a del 3ur). .~.

T_os é\dn~ dic;!r,os 0 Juglar se dieron con su periodicidaci a.ws.r , · tumbrada. Los años de crL:: f"~.:.ror.: 1882-1884, 1890-1893, 1909 .• ,. .1 266

. . . ·da en Estados Unidos - donde I 907. Esta _últuna cns1s, conoc1 " ánico de 1907"' tuvo una

y ha sido muy profunda- como el p al permitir la mani-no . . . M · xico como veremos, • . efn~:~:'&r:n~:!d~~cio~es e~tructurales generadas por la 1D1sma es fº . t e:<pu:1sión del por iria_ °.·

. . Lat1·na · apogeo de la vinculación neocolonial America · . · \ . . . , \

• . d l aíses industrializad<'s creo las con· \ La evolución econ?mica ~- os P fundidad de los países latino· ) dicio?es para una mtegr~:~:f. ~~a vinculación se manifestó ~e arnencanos al mercado_ di . ·ón internacional del trabaJO _1

la siguiente manera: pnmero, ~na v1sd1ucto es de alimentos y ma· ;\ , · . a1ses ro • . · entre paises maustnales Y P . P d 'tal extranJ·ero mvert1· · d una comente e capi ¡

terias prunas; segun o, . ·ones puertos bancos, empresas t , iles y comumcac1 , ' , . be J do en ierrocarr . también en emprestttos gu r· ,

comerciales, plantaciones, ~t\, t Ytal por parte de fos países indus· )' namentales; tercero, un con ro ·aiº 'del mundo· cu'arto una gran

1 · ·t comerc1 es ' ' · tríales, de os ClfCUl os , l tin. mericana a la coyuntura financie· sensibilidad de la econo~ma a oa ra y comercial metro?olitan~., mundial significó un con-

Internamente, la mtegrac1on al m_er~~ en el desarrollo de la eco­junto de cambios P~?fundos que ~~~ción se efectuó siguiendo las nomía de exportac1on. La espec mano de obra. Se defmer1 disponibilidades de recursos n~tur~s fu exportación de producto.> así: J) países. en los q~~ pr(~om:~a Uruguay); 2) los que <:.Xpur-agrícolas de clima t~mp a 0 _ge (Brasil Colombia, Ecuador,_ tan prod'!c.tos agnc?las trop1c;e~éxico y Venezuela); 3) los que Centroamenca, el Can be' partes , e. p , B livia Chile) -:\ exportan productos minerales (MeXIC?,, eru,~éric~ Latin~ por una \

. ~1 período. }880-19}4 _se carb ac¿:~o e~ºauge .de las exportacion:Js fuerte expansion econonuca asa . --v la afluencia masiva de inversiones extran1era~ ~ , .

/¿

2'iA ECONOMÍA y LA ~OCIEDAD MEXICANA BAJO EL PORFIRIATO)

- ' l ' • ' \ ·\

L.: • ·ailJ . ¿Qué significa el porfiriato desde el punto de vista economicosocz . ,,......__)

(= . . . clásico rle c~pitali<;mo dependiente ; El porfiriato constituye un c~o . de lo que con frecuencia se (,..,. en ~Xt>ansión, o, en otros termmos, . ;, " I

Am, · Latina el "desarrollo hacia atuera · 1 llam~a en ~~~ión .de los procesos desencadenados por la icforma conso . . ll garan finalmente· a sus con· _J

li13 permitía que dich~s .proce;o:~ eue ell; fuera posÍble, se ilr..· secuencias y result~dos logicos. ad q ·al . , \ Si bien el proceso ponían ciertos reajustes Y acomo os soci <;>

267

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~ .1

¡ l ¡ 1

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~- , !iber;..; se identificaba en su esencia con los intereses pro fu ndos del 1· ~ s~ctores dinámicos de fa clase dominante mexicana, no es men·~~3' cierto que una parte importante de esta última se había identificá~·'-r · a lo largo de las décadas con r~gí~:encs con~rvadores como los d~ Bustamante, Santa Anna y Max1!1'1il!anoJ!a victoria liberal signific~,~ _e~ ~scenso de Jos estratos medios al pruner plano de la vida

1{:.

crnna!, y, pasajeramente, inclus_o la punición de algunos miembrt{ prommentes de Jos grupo:; dommantes coi:io colaboracionistas . .A.Ujj_>(.'. · cuando e~o no tuvo mayores consecuencias y no caracterizó a fuá . largo_ per!odo, Ja ver?_ad _es que una parte considerable de la Cta~ ' prop_ietana permanec10 d1stanciada de los cfrculos gubernamentales Es ~ierto, por otra parte, qu~ , lejos de perjudicar de alguna manent l?s Lltereses ~~ Jo~ te~atefilent~s -~ otros propietarios, la polúi~ / ( liberal les _abno mas bien la posibilidad de aumentar sus propieda- , ! des, por . e1emplo con la desamortización de los bienes eclesiástiC.os . -~ l Y postenorn_i~nte, comunales, y con eJ deslinde de baldíos, proceso . que beneficio !'1nto a liberales cuanto a notorios conservádores> Perol f~e ~ yartir de 1880 que se dio una especie de unificación y ' consOifdacion de la clase dominante del pa~ simbolizando tal' ·. ; ·. hecto el matrimo~io del mismo Porfirio Díaz con una hija de 1-.ii!'.< · nuel_ Romero Rubio, el cual, aunque siendo liberal, se conectabii-~a ~l ~raves ~e su esp_os~ con l~ clase dominante tradicional y con Ia 'aitá'>: Jerarqu1a ecles1astica. As1, en los año~ 1880 y 1890, pasadas··yáW1. . la~- ten:!pestades de las décadas pre.cedentes, militares y polítícos11~~f .· · berales (alguncs de los cuales enriquecidos en función del proce~ct-~ ' de la ~eforma), propie1:arios tradicionales, inversionistas extrati" · . ;

- ros resid~nt.es, jó~enes intelectuales positivistas (los "científicos'. . . · · ¡ que c. ons1?11ieron msertarsP- en el _sector fmanciero, se fundieron, .. e11. ~ · J.· ?Jan. medida, en una clase dommante que poseía una coheiencm~.,) relativa y estaba relacionalla internamente. . ~""' 'j' .-yGl..

C<:>mo~dación de la. clas~ .dominante, estructuración de un pod~t \.:: \ .¡ f~d.~nil.fti~r.íe_ Y. ~apaz de in~uir en la vida económica del país,_~~ .... '¡ ~~~ento capital~~!ª dependiente: todo esto se halla íntima.m~ilt~"W ·r ~gado . !-:1 estabih_dad mterna era condicióp sine qua non para la ·:~·,": ' \ ~tegrac1on del pa1s al ~erca_do _mundial de manera verdaderamel_l~e . • J mte~sa , Y. para atraer a mvers10mstas extranjeros. - . . ¡

Si tuVIeramos. que reseñar ~n pocas pal!lbras el ~gnificado pr9~f ':"'· f fundo del por~!~~~sde eJ punto de ~tsta economico y . social, ' l~s e!e:nentos . , a.J'.RBS-ilpt1ntar-..ser.1:in.:ltu lo que ya se men-ciono _:;obre la expa!1s10n de las exportacio'les y de las inversion~s ¡ ~~traadnuJaenraass; ? )tlos ere~tot s de !~ redd lde ferrocarriles y dP la abolición' ~

. ~ er~~s: m e~-a~10n e mercado naci011.uJ(aenei.:.i.~ n1,1 ;. · ¡ total~, :c.onsolidac10n de !ª. ~iudad de ~éxico como poto político y· ··' econom1co, mayores posibihdades de 1:.dnstrial3zación moelema (Y!Vf'i' . ' >f_.i _

por lo tanto, un golpe asestado a d1vers1Js sectores artesanales), . .. ··1 1 268 !

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: ·tilación directa con el mercado norteamericano; e) cambios téc-'1nc · · · d l 1 · "d d cos de gran trascendenciat..i!itroducc1on e a e ectnc1 ª .. como ~ ·nte de energía, tecnificación muy elevada de las actividades 1 ',1;~1 -·ras introducción de rnanuinaria industriaj.Jperfeccionada (po­nw ~ ) , ' . d d l sibilitada por el aumento de la capacidad de import~ ~n virtu . e . e de las exportaciones)· d)~s profundas contradicciones sociales aug ' . · · d " · " . económicas del régimen po insta: persistencia e arc~1smos ; la par de novedade~ de p~so; disparidad~s regionales v1ol~ntas; tremené.i concentracion del mgreso garantizada P?r altos mveles de represión; crisis coyunturales .en las que se m:-.nifies~ .las con­tradi1:ciones más que en los penodos de bonanza econonuca, ~ul­rninando en la fase decisiva de los años 1907-1 910; e) m~netiZa­ción de la economía, desarrollo de las estructuras financieras Y bancari'!-;J

Bases institucionales y financieras del crecimiento

Desde la restauración de la república y durante el porf~ato, las pos­tradas finanzas públicas fueron penosamente reconstrwdas por los ministros Romero, Dt.blán y Llmantour. Sobre todo entre 1880 Y t 896 se instaló un nuevo sistema hacendario y se tomaron ?tras mcJidas favorables a la centralización de las decisiones en matena d~ econorr..ía y_ gasto púplico: eliminación de las alcabalas y r~or~aru­i.ación del sistema de imposiciones para restar poder econonuco a los estados, cuya administración, además, ~asó_ .ª ser estrecrut:ne!"-_te dependiente del gobierno federal; cen~~1~:n~ ~e Ja, ~cunac1on . de moneda metálica; comienzo de la recopilac1on Ststematica de es­taaistica .demográfica y económica; l~ Secretaría_ de Fomento, ~o­lonización, Industria y Comercio paso a ser un _organo de ef ~c~va mtervención en la economía nacional; se adopto un nuevo Codigo de Comercio'; surgió un verdad~o sistema bancario y finan~iero reglamentado .• Las me~das de la política ~b~mamen~al se umeron a otro factor ya mencionado en este sentido -el desan:~IIo ferro­carrilero- para resiablecer en toda su fuerza el papel pohtico Y e~o­nóm.ico de la ciudad de México, en detrimento de centros proVIn-ciales, que, anteriormente, eran ba~~ante importantes. · ~

Con base en todo ello, .la pohtica guber_namentaj. de la fase q1:e \ nos ccupa -~e orientó, e.n forma· decis~va, a u~ creéimiento e~ono- L"I . mico íntimamente asociado a los C;ap1tales e mtereses extran3eros, r y Jel todo conforme con los principios de la divi!.:ión internacion_al j del trabajo. }Desde los primeros tiempos del régimen de ~oñmO' .... Díaz el inteles norteamericano en invertir en México era evidente . r·1.:ro' d gobierno 111exica.110 tenía la inte¡¡:;i5n de limitar 1as amena-zas virta:Jes del ved .. '10 del porte 1- el episodio de la década de 1840 con sus amargas consecuencías' seguía bien ·::·r'.:" ':!!l ia memoria

;¿69 ~

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, --¡ col~c.tiva- ; lgara. e~o, era menester restablecer bu,enas relac. ion~ . , ·.· . pohticasª. OIDlCaS con Europa,f Jas cuales hab1an sido afecti!it:· das. por s po~erías ~e Ja ~v~tura imperial y por deudas 'hf". cubiertas. s rel~c1ones_ di.plomati_cas c?n Fran?ia se restablecieron en 1880, a p del Stgwente ano fa :.1fluencia del capital francé · se hizo sentir en el sector financiero mexicanojlos intereses francese: .... encontraron un fiel defensor en José Yves Limantour, jefe de l · "~en,tí~eos" r _ministro de H~cienda desde 1893_bn Gran Bre~ ·. eXIst1a una vie_Ja de~da pendiente; las retactoiíes mejoraron desde 1884, y M~~el Dublan pudo renegociar dos años después dicha deu~ da en condi~1~nes bastant~ favorables para México. A partir de en. ton~es el cred1t~ ~~l g...,b,1,;;uu ;r.exicúllJ .:;~ res~~blt:ció, abriendo cammo a la postbilidad de obtener nuevos emprésitos destinados entre otros fines, a apoyar la política de fomento : de hecho ~ deuda externa era oner;:is1 al terminar el porfiriatal ' ~ ,~o~di~iones in~ti~ucionales ~P?rtantes !?ª~ª dar forma al tipo. ,de 1;rec~ento economtco caractenstico del regunen de Díaz, fueiQñ las denvad~ de Ja· aplicación de disposicione.s de ~a r~,fonna libeaj_y 1

, ~e la creac.1on de nuevas leyes relativas a la aprop1ac1on de los re.cui! .. -1fe~-l!.~~a!-e~:[email protected] de _la lropiedad de la tierra, el proceso dct . esamorti~c~?º .Y reaprop1ac1on de. !os bienes eclesiásticos y e~;:· · ¡

munales s1gwo VJgoro~ame~te en acc1on_ bajo el porfiriato. Por otiá'_ parte, a la ley de bald10s dtctaca por .Juarez en 1863 vinieron a agre~- ; garse las:ley~~ de. 1883 y 1894, re!at1vas al deslinde de baldíos 'y::i'L: la col~ruzac1~n, _mstrumentos eficientes para la apropiación privada .. _ ~'- · ·I d_e, la tierra publi<i!Jaunque _en los hechos poco eficaces en la pto'Iii~~ l. .

~ton de ~na_ verdadera <;_oloruzación; el proce~o agr~rio_ li_be~l y poifi!f ' nano,_ St bien i;>rovoco un aumento cons1derab1e aeJ numercr 'def.Jt, ~ peque~as y. medianas propiedades, sirvió principalmente a los intei~ : J ses lattfup~1~:as.l§! :uanto a la minería, la ley de l 892J abandonan'f5· , J d~ .1~ trad1cion espan?,la de la pr~piedad pública de las minas\E.erS. 1 mitio su t_ransformac1on e~, pr~pi~d~d p~vada, irrevocable y pet~ J petu~ segun .u.na concc?c1on mdivtdualista; el dueño del sueld'§i;. ·. f ~odna a~tomattcam~n.te explotar las ri9uezas minerales del subsuefo¡tr, ~In ne~eSidad de solicitar una concesion al Estado. Esta ley fue lJJi Incentivo .PJderoso a los· inversionistas extranjeros, principalmente'­norteamen(,;a~ - · ( ·

Las .~~~üas que est~o.s. estudiando presenciaro.Q. una prodigiQ.sá expai;i~on de la monetlzaeton de la economía y d~l crédito. La cii­cu1a.c1on monetaria, los depósitos, los créditos bancarios, alcanza!0ti . un, incremento notable. ~ ompezar el pe:íodo que ru.alizamos el p;us :ontab:i con un único banco; a finales del porfiriato h¿i.bfa m#_:. de vetr..te. Al aumentar el volumen y la velocidad de circulación de li( masa J?Onetaria~ las transacciones y los precios se vieron afectados:.~ A Partir de la decada de 1890, se multiplicaron las empresas organi~.\ 270 "'' '

·.: 11-~

1

za.ias t:omo sociedades an0nimas por acciones, En fin , el país se demizó <&celeradamente en todos los aspectos de las finanzas, La

~~1 ca mexicana se organi.~ba casi en su ~ot~dad e~ fonna de ban­- '"'J erciales cuyos prestamos se restnngian a seis meses cuando Cll~ -v ' , • t

m uch() Sin embargo , como tales prestamos pod ian renovarse .ªu o· ' ticamente según un acuerdo tácito entre el banco y el cliente,

rna ece ser que una parte muy importante de los créditos acordados h~~cionaba, en los hechos, como préstam~ a Iru:go pla~ a terra: tenientes. Resulta difícil averiguar en que medid~ el ~ero as1 obtenido · era empleado en gastos personales o en mvers1ones. pro· ductivas (agrícolas o de' otros tipos~. Algll:'1os de los cap1tulos siguientes explorarán otros efectos y vmculac1ones del sector banca· rio mexicano . · . ,

. ~s capitales extranjeros constituyen -Ge~ rawn- un~ de los temas más notorios en lo concemien~~ al ~orfin~;~. IA v~ce~ , rncluso, existe la tendencia a considerar que susettaron ef crec11ment0 t.CO· nÚnico del período, lo que es una simplificación abu~va : p~se. a su \mportancia como factor, no podrían ha?er actuado sm la mc1den­cid de importantes cambios estructurales mtemos, de los que ~abla· mos en el capítulo I y en éste. En cuanto al origen de l~s capttaleso' en 1911 sólo tres países contaban realmente: Estados Urudos (38.2 ~ cJ -;I total de capitales extranjeros inyertid?s en Mé~co), Gran Br~· taña (29.2%) y Francia (2C.7%). En lo r~lattvo '.11 dest.~o de ~alescap!­tales, aunqüe existían dife:.:enc.ias en el area de mvers1on. segun el_pa1s mversicnista, no cabe <leda de que buscaban sectores bien defin!dos. Tomando como ejempio el caso riorteamericano a f~es del pen~do, veremós que los capitales se distribuían así: ferr.ocarriles, 61 %; mmas v metalurgia , 24%; deuda pública, 4.9%; bienes y raíces •. ~.6%; ?~cos, 3.3%; lo restante en petróleo, indus-t:~, come:cio! serVIet~s publicos, etc. EStos datos, y otros que proporaona Lws Ntc?lª1! d Olwer, son por lo tanto muy típicos de la primera fase del capitalismo monop9-list~.: predominio de inversiones en la infraestuctura_ y ep el sect~r primario de la economía (e~ México, sobr~ tod~ la mmena Y la agn­cultura trbpical de plantac1on). Pero las mvers10nes francesas en .la banca y la industria fueron también i~~r~antes. Aun clJa;'ldo el . _ porfiriato vio desarrollarse un grupo dinamico de empresan?s na· cionales - la familia Madero constituye, por razones obVIas, el prototipo más citado- o de extranjeros resi~e;ites (~os cuales~ al estar radicados eri el país, por lo menos en ciertas crrcWlstanc1as, tendfan a comportarse como nacionales), no cabe duda sc!>r~ ,el predominio cumjt::. tivo del capital forán~o e~ , toda ~a exteni;10~ del téimino , duran~e tiicho pe:-10do. Elb t..11plico 1.m tipo de crec1· míen to volcado hacia el exteric; en cuanto al destino de lo giueso de Ir,~ ganancias, y también al hecho de que se dinamizaron ~u· cho niás aquellos sectores de la infraestructura y de la produccICn

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ligados directamente a l~ ex ort . , , -· sin embargo, argumentos. qu~ . a~;on. En el capitulo X veremos ·

• cioncs. mvi an a no extremu estas afü~ '

l_!::as fuerzas productivaZ; ·-~ -A este nivel como en todos los d , 1 . . ' :.; :, extremadamente heterogéne eP:t.asdi, :e__ g~curuento porfirian~: · . e . d . o y con ra ctono. < ·l·· .. ~!1~1 eremos, en pnmer lugar a 1 h b , . . -'1tl~'i . fuerza productiva . .La demo rat . os. 9m r ... s mismos_ vistos -~<!Wo~·: crecimiento muy lento vo{, ia ~eXIc:ana, luego de seis décadas dé " larmente: la población pasó~~ a dinanuvirse, aunque no espectacu.' nes entre 1877 y 1910 (véa l unos nueve a cerca de quiHce millo, J relativamente rápido y sost~~d~~~d~ plo~f1 ~~pít~lo_~··IELall!ll.f.'.JJto ' mem~. un incremento de las fuerzas prod. ªtion s1gm ic~,,potel\~ ~~9 _ip.temo . .Pero _la medida en t;C ivas, y ~ambien del l®I­efectiva d-epende de_ la po 'bilid due tal potencialidad se _ v.ueive ec?nómico de absorber de s1 a que pres~~te el crecirni~qto . dejamos de lado las variaci:echo e~a poblac10n en aumentoJ Si para fijamos sólo en-los dato~egls r:~onales -muy considerabíes-> económicame t . o es, veremos que la pobla .• -, blación total~: ~ce,tt~a represlentaba en 1895 un 39 71 % de laCJ.poo~ . xico; en 900 39 9, ~. 191.0 ~:··\ otr~s palabrar;~ara fines del • . ' . i º' y ~n , ' 36.88%. En.:; nacional absorbía . eii activi~girnen ~e P?rfino D1az,, la eco~omía ~ proporción- menor de la pobla ~~ p~o 1 ucti,vas Y de servicios álñiá~ no cabe duda de Ue -e l Cl01:1 e patS que en 189~un asl-~I , -causa y efecto a fa ~e n e con1unt~, el, crecimiento poblacioJi'~ debe ser considerado fac:¿rc::nmo menc1onabarno~ e_n el capítulo i_f{/j; zas productivas durante las déc!cf:~~te en el crec~ento de las f~t-lm::. t ~ºE c;le peso al considerar a los h s que estamos analizandc@tJ:.Q~~ ?uestión de la formación profe~m~es co~o fuerza productiva, es.~~ ! mstrucción: ahora bien, en esteº~e 'Y' rnat en general, del grado~d,~ ~:: ·~ desolador, aunque mu tí . rre~~ e. pa~orama fue bastante·,.;_ 1 a una legislación ab~ndant~ico de ¿nien~~ Latma en la época. Pe~~- ' COS como privados· estos últ_sobre v~Ucac10n, los gastos (tanto públi~' t

fueron ínfimos. La, enseñanz~t~~ S? re tododeclesiást~cos) en el sectO{;-«· ' ¡

en ~eneral fue cxtremadament~1cal~? se esarrollo, y la educación·!~ ! dommantes y a una parte de l e 1 ista, res~rvada a los grupos~-:- . ¡ g_ran _:'.11portancia la creciente mº;v~~Y:JºJ Tedio~¡ ~i!1almente, tuvo · t1tuc10n de un mefcado de fil~ d b e a po ac1on para la cons- '

Pasando a la cl'estión de la~~cn~i° ~a Y el d:~arro~o del norte. cont_r~ >te~ _vi0l.::.1tos. De una mane og1a, tamb1en ah1 consta_taremos .. _ tecr1itlcacion fue indudable p., r_a global, el salto adelante en la ;;:, uu~ modernización iecni~¡ rn:ºr rn:entras ciertos sectorec: sufrierou'il.f. · cac10w~s (ferrOCúrriles teléa~ r-p eSito~~t~ -~fa.11spori.es y curulilli:·~

' "'a10, e c." mmena (en todas las etapasJ1. ~72 . ~-

¡el \J roceso productivo); ciertas ramas industriales (surgimiento de ~n principio de industria pesada, import ,ción de maquinaría alta­niente desarrollada, empleo de energía eléctrica)~ algunos aspectos de l~t :.igricultura de exportación (procesos de beneficio de productos tropicales, en ciertos casos la irrigación)-, otros permanecieron casi :nrnóviles: así, la agricultura de granos volcada hacia el mercado !'1-·erno, muchos sectores artesanales, etc. De una manera general, ~alvo en el sector industrial, se puede establecer una coneXión bas­tante estrecha entre los sectores altamente tecnificados y las inver­siones extraPierasWn el caso de México, la energía eléctrica -cuyo uso. como es natural, daba apenas sus primeros pasos bajo;-..el porfi­ri·Jto- tuvo particular relevancia: el país estaba, como vimos, mal oreparado para una revolución indust rial basada en el carbón y el ~apor, pero tenía posibilidades mucho mejores de tecnificación en la fase de la electricidad y del petróle~ dependencia tecnológica hacia el exterior siguió siendo muy fuerte ; aun cuando la industria pesada daba sus primeros pasos, estimulada en gran parte por la ne­cesidad de repuestos para lus ferrocarril~ las máquinaS eran impor­tadas, e incluso la producción de herramientas agrícolas simples no tuvo gran expansión. En la medida en que las exportaciones se de­sarrollaron, aumentó la posibilidad de importar máquinas, equipos, rienes intermedios, etc., necesarios para la modernización de la infraestructura y de las estructuras productivas de México.

Las relaciones de producción

La actituó del gobie¡no porfirista al respecto queda bien caracteri-1 'zada J?.<?!.Ja decJa@~jo11 .hecha en i 892 por Matias Romero, de que, ¡ los males del obrero escapan a la intervención oficial. O sea, las re.~ ~ laci01:es entre patrones y .. empleados, según,los i>?néi_pios <leT'~- ( heral1smo, se arreglan contractualmepte entre los mteresados, sm. ~ intervención, del Estado, a menos que las reivindicaciones de los \ trabajadores lleguen a "amenazar el orden". Ante Ull:t situación así: J la re presión ·gubernamental interviene -con todÓ su peso y dé maner;,;

Como en el caso de las fuerzas prrductivas, también en cuanto· a brutal.

L relaciones d: producción los. cor.~rastes regionales y-sectoriales :-on muy fuertes. U!_minería evolucior6 hacia relaciones típicamente capitalistas, sin que los restos de sistemas más antiguos se eliminaran del todo. En la industria de transformación, en muchos <;ectores los obreros . a~alariados sustituyeron al artesanado tradid0nal, que en el r~nnjunto, sin embárgo, seguía siendo .importante. __En lo concer· íÜ~nte a _ la agricultura, los "arcaísmos" se conservaron en mayór medió.ª-; pPrn, tar.il-iién en este caso, como ~o lilOStró F. Katz, los

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\ ¡, 1 1 ' ';! ~ ; '

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contrastes regionales ., f ' ;1f :,~ "esclavitud" de todo sean ;ruy uertes : dd asalariado típico . lá ·- ,. distintos ~ . po ta encontrar en el ca."llpo mexicano p -· ~ea; de relacion~~' d¡~r~~~~~i~~ t~~1r;::sc~~~e~ada¡nente hete;~J'!/.. " e. a acumulación Y de la reproducción n:iun e ~s~ar al serv¡_cíp

talis~~- ,Veremos en el último capítul d amplia~a, t1p1cas del cfil)k Y de que forma pese a l;i re . , o e este libro en qué rnedidi' ·( tela de Jºuicio el, f . . pres1on, la lucha de clases pudo pone · . .. ,,,

unc1onamiento del sistema l 't· r.ellID· yacía al crecimiento económico d I fi .Pº i ico-social que siib·ili. años de_ crisis de la primera década d:l sfJ~ ~~~o, sobre todo en ]~~:.-

.. , 1, ~·.. ¡ La circulación y lri c~yuntura -.....,. / i

. México es tin país de to ~ af, . . • cientes ~íos navegables. {¡ frob1: acc~dentada y desprovisto de s~fi.

~ ~

1~ -~º~º!11ª y a la mayor parte del ~:10 ex~os raansport:s caracterizQ.,a ¡ g~ndaa_ de las escasas vías de ·c . ~. precaneda.~ y la inse~ ¡ ciente mfr~estructura de puer~:,~~~~n, cimo tambien la_ defi!/ ¡' productos, mternament ' Y ha . 1 . an astante el flujo de . ~e la producción debía~ cons ci~ e _ext~r.or. U~a parte importante ;'' ,. paz porfiriana" garantizó la ~rs? a ruvel estnct_amente· loca!. ia't:~· .

b10 esencial estuvo constituid g nd;d de los_ ~ammos. Pero el cam1i'~· l carriles y por importantes in o p~r a extens10~ de la :ed de ferro~~ .~u~rtos . .4L~mpezar el .vers10n~s . en las ~stalar.1ones de · lo"'·~; neles Las · ·-; ·~. --. Pm:.füJ.ato,_MeXtco contaca con 640 km. ~~, .. -"· .. _ ·. . conces10nes y subvencion fi . · -· -. d ,

C(lron .durante la presidenda de M ~sG err~<arrilera~ . s~ m.m~ d.e construcción disminuyó co · 1 anue. , ,OnzáJe.~, Y aunque el ri ~,. gistratura, debido a robl ne re~eso de Diaz a la primera . , .· ferroviaria de l 881-{884 em;: financieros ~usados por la "fiebre

, q_ue 20 mil km de rieles. Et tr~~~s dde~ pofifinato ~abía nada meiio . > j cilmente al país con los uert e os errocarriles, al vint;uJar fá; !.' l tuvo enonnes efectos sob~e el os exp~rtadore~ y con Estados Unidos~k .~ función de 1~ ligazón mercant~ºc~~rc:o e.:cten~r; el norte de~ país, e_.49 ,;. , .• _ escala fas actividades agropec . " el pa~ ve~mo, desarrollo en gran1~, .·

En el · l · uana ... Y a mmena. .. ,~~~· b . , , ruve mtemo, la extensión de 1 d e . . · · :...,- r. l

a ohc1on de fas alcabalas 1 · . . a re 1erroVIana se sumó.ala ' tegración .de mercados I ealn e_ senti~o de propiciar la progresivafu~·~_:···, __ t d. - . - oc es en grandes man h . . .·

. __ en ieron a fusionarse en ·un ve d d . ·. c as-.reg10nale$, ,:m.i.e ~·;¡ c~msecuencias muy import t r ª;ro mercado n~c1onal. Ello tuvo'·· e3empb, actuó como un es:En~ so re _la ec~nomia. mexicana: por , .al desa~arecer las bar:-era.; de la~ c~nsi?erab.~ a la mdustr~a fab;:il, a~tesan1as locales. Es cierto que al ~:cia que antes pro~e!;ia,i a las VIncu~~das al conjunto nacional: f p as,~egiones pennanecieron mal ú:~ la region del Golfo son e. l e aci ico sur ~ aun una parte de ·>f,. for.nada-en eje ferroviari~:~~l~s, de ello .. La capital del país, trans~,_~.,·

. . o a asumu plenamente su papel de ".:lf 274 ,,· ... ~;

centro econom1co predomiI~ante, destruyendo o de!-ilitando : edes regionales que an.tes habían gozado de relativa autonomía comer­cial y gran vitalidad.

La expansión de las exportaciones y también de las transacciones internas provocó, a su vez, el impulso del sector servicios; .ambos sectores __ y también los de las finanzas y manufacturas, estuvieron ligados al progreso de la urbanización, pese a que México siguió sien­do un país masivamente rural. Crecieron las ciuda'!es que eran centros mercantiles e industriales, o aquéllas cuya función er~ estratégica en la prestación de servicios a áreas mineras o agríc01as de peso. Otras ciudades -viejos centros mineros o administrativos decadentes- se estancaron o declinaron. ·

El comercio exterior sufrió cambios notables. Por una parte, una expansión bastante impresionante de su volumen, especialmente en cuanto a las exportaciones. Pero también cambios de composición y orientación. Pese a la crisis cada vez más violenta de la plat:: ~n l_os mercados internacionales, dicho metal se mantuvo •como pnmera exportación mexicana. Pero su proporción bajó visiblemente en el conjunto con el ascenso de los minerales industriales y de las ex­portaciones agropecuarias y extractivas. En las importaciones, los productos acabados de conswno disminuyen en importancia frente a la maquinaria, las herramientas, los bienes intermedios y las mate­rias primas. Sin embargo, debido al atraso muy visible en d crecí- . miento de la producción agrícda de subsistencia frente a .la expan­sión rápi_da de la agric1.iltura y pecuaria de exportación, en diversas ocasiones fue preciso importar alimentos. Finalmente, el cambio más impresionante en 1a orientación del comercio exterior consistió en el predominio masivo de Estados Unidos, principalmente en la absor­ción d~ las exportaciones mexicanas. El tráfico terrestre por ferroca­rril hada · el norte superó incl~ el volumen del de los puertos del Golfo (aunque no el. del conjunto Je puertos de los dos oceános).

HabJ..em.os _!!t_ora de Ja cgyun._~~~- Si los años que van de 1880 a 1900 fueron, en su conjunto, un período de expansión, la primera década de nuestro siglo presenta un neto carácter Jepresivo que es coyuntural -pero revela igualmente las contradicciones y desequili­brios estructurales del crecimiento porfirista. Este__aspecto_ depresivo de la economía se manifiesta en muchos niveles. En las finanzas: cri­sis de la plata en los mercados mundiales, conduciendo a la reforma monetaria de 1905, que marca la adopción del patrón oro sin resol­ver p2rá nada la situación financiera, que siguió deteriorándose, sobre todo con r.l imf·?. .;to de la crisis internacional de i 907. En 190~ Limar,tour hizo que los tr.:s principales bancos de México formaran un banco pára et dtsanollo de !a <lgi.icultura y de los tra­bajos de irrigac~ón, el cual, obteniendo un fuerte préstamo externo, salvó de la ·ruina a un puñaclo de grandes hacendados, pero, de he<;ho,

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hizo más profundas las dificultades financieras del país. A niveJ · *') dustrial: declinación de la producción de textiles de algodón, ·· guiéíído8e a cuellos de botella en el mercado interno, cierres · , fábricas, agravamiento de los conflictos obreros. Y podríamos mut~,~ . tiplicar (como haremos en los capítulos siguientes) los ejemplos. de~ · sectores afectados y síntomas de depresión. Con esta última, sobre1 i t?do entre 1907 y 1910, llegó el definitivo debilitamiento del~~··.·

r El Estado y las políticas económicas 'x. fº . t -. - . en el por ina o .)

gunen y su derrumbe. ·:1: . 3. CONCLUSIÓN

El crecimiemo económico del porfiriato, objeto central de los pró~.~ · ximos capítulos, fue indudable. Pero es preciso preguntar: crecí~ ·. miento, ¿para qué? ¿para quién? En efecto, el balance final es difícil ~: de hacer. Si el avance de las fuerzas productivas, la modernización'.' ... del país en muchos aspectos, el surgimiento de una clase otirera, son'.'.-~ factores indudablemente positivos que preparan el futuro, tampoc~:'. : cabe quda acerca del carácter desequilibrado del crecimiento porfi~". , rista. Este se asentó en una explotación despiadada de la mayoría: abl~ ;~ · sol uta de la población mexicana, apoyada en brutal represión, en fav · · · ·· · de la felicidad de un puñado de privilegiados y del capital extranjero

Mencionamos también los graves desequilibrios sectoriales y · · gionales. Naturalmente, toda la cuestión residiría en saber si, alrede dor de 1880, cuando toma cuerpo el crecimiento "hacia afuera" existía o. no una . alternativa viable y grupos sociales capaces de Il varia adelante . ·

LECTURAS RECOMENDADAS

. ~··· ~fi-' 1. Coatswoi:th, John H., Ef ~mpacto económico de los fe"ocarriles ~~;,~

. . _el porfinato, 2 vol., Mexico, Sep/Setentas, SEP, 1976. - g'l'" . 2. Cosfo Villegas, Daniel (organizador), Historia moderna de MéXico; S~ ,

· el porfiriato. La vida económica. Partes 1 y 11, México, Herm~s, ~~¡. t 1965. &· i

3. G~n~ez, Luis, "El, li?eralismo tD:unfant~ "! en Historia general de-~, ¡: Mexzco, tomo 3, Mexico, El Cole¡,.;.o de Mexico, 1976, pp. 191-281. \;:, · l

4. Halperín Donghi, Tulio, Historia contemporánea de América La- ~:· i

·tina, Madrid, Alianza, 1959. t . 5. Katz, F. (compilador), La servidumbre agraria en !1Iéxico en la \ ,¡

época porfiriana, México, Sep/Setentas, SEP, 1976. , l i ~. !1 6. Rosenzwei)!. Femando, "Fl desaf!"'J!!::> económico de México de .J.:

1877 a 1911", en El Trimestre Económico, xxxu, no . 3, 1Z7;)~~ l.ll

México; julio-septiembre de 1965, pp. 405· "~A. . · '' _'.'.f;:

276 rf{ 1 ·,: ..... ·~ l

': .. ·l . :'.°~

Carlos Sa11 Juan Victo_ria Salvador Velázquez Ramzrez

NTRODUCCIÓN • l . I . art donde se exponen

t mos una pnmera P e ennitie-En este capítulo pres~n ·~as y los factores políticos tlue ~articipa-las condicion~~ ~fi;~al del Estado, ~~í cdomo sl!t~c l~arcaremos ron la conso a . , d la acumulacion e cap1 . 'l retende ción en la J?ro~o~~~~e le876 hasta 1900, p~ríod~:~Ó~ ~!nómica en s~=:n la delimitación. de la. ,fa~e ~ja~~ínútes cronológicos apro . tengamos la mtenc1on .al s simplement~ acelerada, sir. que l hl toria de los procesos soc1 e el scñala-estrict?s (q)ueE~n U:a 's!gunda parte nos cerr~~~~ ~~tado, en el no existen . . . olítica que estalla en e se al interna agra­miento de la cnsis l da crisis económica estructur dial de 1900 m¡uco de una pro und f vorables del mercado mun '

d por coyunturas es a l va a 1 O • . aís se ha pretendidó que e a~1_9 n ia histo!!~ . .Qft.cial de n~;~~~! a las tradiciones liberales. q~:

' nstituye una gran · nalistA y cr)n c1e por triato co un Estado democrático, nac1od i·deales iniciados pugn:n.:>n 'JOr . . i@-os gran es , al

~~~°f:~~~rap~:~!~a~ri~~J~ ~~~~~s i:~~~~~~~1~0f u~~:ªp~~~~~ canzaron rango constituc1on . , de liberales con Lerdo y eru rutada por ll" segunda gene~ionhabrían sufrido una brusca ruptu:a Juárez en los puestos_ de m . º? stauró, en lugar de la democracia, con el régime:i. porfinsta, qme~ m alismo por una abierta entrega lde

d uphntó el nac.on ftn opllsO a as la dicta u:a, s d tivos al capital extra'lj~rc ; y , el.nb al sobre jus· los recu1 sos pro u~ . de los pnmeros t er. ,es x­intenciones más bien ambiguas más allá de la creac10n de. un~ e , •1cia social (las que nunca fut:~;arios rurales) el ya proverb•al . ,ma~ ~ensa capa ~e p~~ue.ño~ PJ~;~da una época de salvaje rep· cs1on talos en caliente ' sign 277

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las demandas populares e 1 . :~1 .:égimen en 1910 e h b . , on . a ruptura revolucionaria ele '• : ' tradición liberal' !~~u!~~cfuodido volver.a retomar los hilos de e~r" ·~ la presencia acti~a de las ~as:sn r~u al sen ti do de justicia ~ocial -.

.. ;~ ...... .,.

masas urbanas. En verdad es una r h:s, y en ':1en~r medida, de laS . no deja de ser un poco sos, e rm~sa ~stona. Sin embar ó'< reformistas de 1857 evi·dp c~odsa . El nacionalismo de los gobier!;.:;_. 1 h , encia o posterionn t la .,... uc a popular contra la int . , en e con hero· ... ~~-Juárez, en plática con un r:r;:nc10n francesa, .no impedía decir f\~ norteamericanos llamado R P sentante. d~ los mtereses capit~~

fo/~-osecranz, lo sigmente: '>j:

/-- y o tendré un verdadero l •. :

ddeedores .ªque hace uste!r:~;e~~~u~eensgtanos caapitalits~asempren~ J

sus nquezaJ en fomentar , , mver ir una Parte 'i ... ,1

chando de ese modo l aqm empresas mdustriales estre .· . las repúblicas por la i~:~~~os de _fraternidad gue deben' unir¡ i

. mocráticas_ (M. David Pletch:~ ;?~sém~ de sus mstit1!;:,i0nes de- . ¡ 1 ( _,. '

'-.:7 norteamencanas: 1867-1880", ~co,. campo de mversiones . :

Es

en Hzstona Mexicana, vol. u):(~·. 1 te nacionalismo sui generis e . , . . . . .. ' ~adores recfüían, sin disirr.ular P rmiti~. que mientras los conser~ ~:V:: ¡

listas francesas, don Matías R~~régoc110, ~ las fuerzas impena~.'.~f . H~t~l Dehnónico's de la ciudad d ero ofreciera ~~quetes en efr~~J guo1erno de Juárez ue él e Nueva York, mdicando que ertit 1

-concesiones econó;.¡"c.s ,.:;:r,:=•lab~, estaba dispuesto a autonza/"'i li_~<l, para !os librale~ era· ab~~~~e~~ ~o:maerican~· rea . c1pn--.extran1era ya sea aportand . e -~ .. pensable...la penetra 1 o emi t ' o ,.cap¡tales "e ' 't ·. . · ___ lgl'an es, como condición in s1 ' spm u capitalista'

mara al ''prcgre¡;o", a una civiliza:ó ayable para que el país se su.~ ~· una ~º"?ª dominante la faz d • ~ q~e mostraba por entonces de l. economica debería res etar ei capitalismo. Pero esta penetraci ".. l un g~bierno nacional. PEn e!teª:~t3J la ~ob_ei:anía indiscutible de ';'~> f aparto un milímetro de la'tradic1" libeoal, et reg¡men de Díaz no se ',:~.r. . . · . .-... l De i al on r .,.,,,., Le · gu mane:a, l:i política a · llb ra1 . . . . S'" ~

rdo, qu~~~p_QJ(LY repriinió a .. rana ..... te. llllCtada J?Or la Ley :·-~!._ \ favorecer a comer"'i·antes s comurudades campesinas para<-l;f+i1, !·.

· . " , usureros l 'f . ruentes laicos, simplemente fue '. po I ic;>s y grandes terrate-~on las leyes de colonización y la continu~~ por ~l régimen de Díaz :... ¡.

Por otra parte- la p . ~ compamas de~lindadoras. ·!r-.;·:· )1, laf , , reemmencia del pode · . . '. ~vo, asi como del gobierno federal b r eJecutiv? sobre el legis--SL'ltomas graves de antide . so re los gobiernos é6.1atale:; grupo polític0 Je Díaz: ta~~cr¡c~a-, no fue obra exchJSiv-i del echar mano de las prácticas dº uarez c0mo. Lerdo tuvieron que na~ores QY.ª restaurar y. consolid:~n!~~l, ~~ dip~~do~ Y. de gober- .. . .

os .. _9!~rpos _e~pecializados en l u., ca. (~ ;: · .. 1¡ .¡._. \~ .. . - . . a repreSion política GUt: lo m•...- 'º' ·, 278 ' -L · .

interveníaP contr~ campes~nos .º mineros ~e~ontentos , f~eron cr;.)ados en Jos anos ·del liberalismo democrattco: la Guardia de Seguridad fue organi:r.ada en 1857, mientras que los ~'-1-~~~s se fun· daron en 1861. Juárez y Lerdo le dieron su más amplio apoyo, ya que, en apariencia, tenían por principal tarea la de reducir el bandi-daje que asolaba los caminos y entorpecía el comercio. No interesa revivir las viejas acusaciones que el pensamiento reaccionario ha lanzado cortra J uárez y contra los liberales ''radicales", sino sult_, rayar que en los Eocesos históricos existen líneas de continuidad ( que nos revelan las de .erminantes estructurales y de relación de fuer:"' zas entre las clases que terminaron por imponer los proyecto~ de nación realmente posibles. El desarrollo del capitalismo en nues· tro país no tenía otro camino. La expansión del mercado mundial, vioorizado con el surgimiento del imperialismo para la década de i 8'80, hacía imposible cualquier vía capitalista que no fuese la "aso­óada '' con el cap!tal extranjero. De igual manera, sólo la presencia de una fuerza campesina organizada que superase el ~strecho localis· mo pudo haber impedido la rapacidad extrema que !os terratenientes v comerciantes le impusieron a la política agraria liberal. Pero esta í·uerza social no existía; de hechose_Jµe formap.do bajo la \jq~en_cia uel despojo .. a. lªs. . <;omuni9~~es, de donde saldrían los futuros peque· ños arrendatarios, jornaleros, peones acasillados, en fin, los campe· sinos pobres qu-. impulsarían desde abajo la revolución de 191 O; mientras que los terratenientes y los comerciantes no sólo ya exis­tían, sino que eran las fracciones básicas del bloque de poder consoli· dado por los políticos liberales entre I 857 y 1864. La dispersión del poder político entre caciques y caudillos regionales, a través de los cuales actuaba.n grupos de propietarios incapaces de proponer y desarrollar un proyecto de uniñcación econói:uica y política de la nación, requería como fuerza integradora indispensable de la con· ..:cntración del poder político, tanto en el gobierno federal como en d ejecutivo.-'fi:íiContinuidad entre los gobiernos liberales "clásicos" . y el porfiria.to, así como posteriormente, entre los gobiernos "de la revolucib", no es otra que la continuidad de un_pro..yecto..de.na.ción

capitalista 4e..Eefl~E~nt-~.·-

2. LOS FIRMES PASOS DEL NUEYO ESTADO (1876-1900)

En este apartado examinaremos e\ primer lugar cómo ocurre la con­solii:iación final del bloque de clases . en el. poder y la fracción de clase que impone su-- negemonía. En .;egundo legar, expondremos las· f ~ses . de l~posición económica del Estado y de sQ.r~_ox:ga, n.izaci0n contable Y.. administradva. Finalmellle, sefü1l.uemos !as i:'0líticas económicas"' impulsz.das pcr el Esizdo, ~~1~ 01->jeüvns y la

279

\

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...

'1ógica" de su funcionam;ento en el contexto de un capitalismo dependiente. .;;.(.. f ·

·j~~-?r 1 Últimos toques al bloque de clases en el poder

la la.w .criSis.de hegemonía que sufrió el nuevo Estado rndepenwe~ !~.J!~~~ su establecimiento en .. 1821, había encontrado . ya cgnJ¡s refc>I_mas liberales un firme peldaji() pa,ra.ser: superada;. el conj\lnt.Q.J!é e_r~p!eJari~s (liberales o conservadores) vieron . con agrado laJ~ por erradicar de la sociedad nacional los títulos de propiedad cor.

~-- ~~rativos, en la medida en que correspondía a una extensión".Qe SZU?.fOpiedad privacfü · · J

No menos entusiasmo les causó comprouar que para ros victo. ' riosos liberales era condición indispensable, en la búsqueda de UI1a ~ociedad equilibrada y dinámica, el respeto irrestricto a su propie. ¡~d privada. Por esta vía, el nuevo .:2stado encontraba consenso.y se legitimaba desde el punto de vista económico ante el conjunto ; de propietarios. Existía,. sin embargo, un problema esencial _qq_e ~~.-~f~)a total cohesión del bloque dominante: la exclusión d~Jru. ·

1 conservadores, como resultado de la derrota militar del imperio dé Maximiliano, de todas las esferas de la política oligarca. Juárei . se había percatado de que es~arginación política se transforma.-:. ~ rfa, tarde o temprano, en unaf!inte de desequilibrios e inestabili~ 1 Esta· fue la razón de que impclsara~s..r~J ción que, en apariencia, contradecían sus p1incipios políticos, com(H

!fue la iniciativa enviada al Congreso para restituir los derechos -~~:· 1 líticos al ciero l 1o su propuesta de crear una Cámara de Senadóre~,' · que pe~ la entrada de ciertos núcleos conservadores. N<)\'f.. ~ obstante, ambas iniciativas fueron rechazadas por una Cámara-·déi. 1-

- -Diputados donde todavía dominaba la pasión anticonservador~;} J Porfirio Díaz qtacó má~ decididamente el -problema,~ desdeJa \

formación de la~oalición de intereses locales y nacionale~ e~ .baSe "' f _a 1~ cuaj _ se p~onmció cqn el Plan de TUAtepec, trató con éxito dé / l incluir a destacados políticos conservadores: tal fue el caso de~ Manuel Gonz.ález. Prosiguió esta política de concilit!ción ya coino .. , presidente de la república, abriendo el Con_ greso a la participaciórf-' f de conocidos opositores; incluso, en su gabinete, llegaron a figura¡_:· i antigLos personeros del gobierno imperillltEntre -1880 y 1884, años ., '¡' en que asumió la presidencia Manuel Conz.ález, se continúa con { fa atracción de los grupús políticos arttagonistas a Díaz - que in· i cluían, ob"!amente , a liberales lerdistas e iglesistas- que culrniná· f ría e~, la segunda presidencia de _éste en 1_885 mediante la inco.r:;~~'." I porac10n de Manilel Romero Rub10, exlerdista de renombre, comoiY ministro de Gobernación y , por tanto, con un amplio control sobi · · 1 ::

0

c,.•r¡;vs represivos estatales. Junto con él se incorporó un gro ·. ·.'. :

-~~--·

.:~--. .-

.1, ióvenes exalumn0s de l introductor del positivisn11.>Len \léxico, l e , , Y J , y \f"L . Jon Gabino Barreda, cuyos n~Jinbres _eian: o:;e ves · im:mtour, !\iblo y Miguel Macedo, Jooqum Casasus, Franc1scoJ3ulnes ':! Rafael ¡~~yes Spíndola . Afios después. cuanc~o formJ.r~n el . grup_o el~, la l'rüón -Li.bera.l , a este grupo se le empezo a llamar · 1os cient!t1.::os '1.-. Al finalizar este proceso de inclusión del conjunto de tn cciones n•1ositoras y en particular de incorporación de los conse rvadores ~Ó las esferas del poder estatal , el Estado había logrado ya ampliar su legitirÍlidad a todos los grupos de propietarios. Por ~edio de la política de conciliación, el bloque ?e .fracciones .domm3;°.t~s no sólo se encontraba icohe_sionago...econam.1.Camente. sm0 t~m o1en , de :nanera fundame'1tal. se había unifiqidQ erJci políticoi...,La forma ;;specífic(!. en que se logró la ~tegrac ión -~el nuevo b!oque en el :Joder tuvo , igualmente, otro eje: una poli tica de equhbnos entre ia coalición de ~~,s. )ocales q~e , si bien _no impidió a Oíaz remover o viufl.!!ir en los nombramientos de c1erto.s , gobema~ore~ , sí lo obijgo, de una Inanera marca~a en s~~- dos pnmeras ,gesJ!?.~es presidenciales ( 1876-1880, 1884-1888), -ª-man.te.rt~ r,_ }!t't:-pr~mer :ugar ,. el principio de no re~Jecció~andera esencial del Pla~ de TuxtepeC;;.jecmo uria· garantÍ1 pa_ra-Jfs aspir:icion~f prP.sidenc1ales de miembros connotados de la alianza, y,t~~gundo _ lugar, a no rn~ent~~rtame~~~es regioruues 9ue esta~an repre-

. 'sentaaiun . .ra::J;oaucion. Estos hechos nus penmten explicar como operó el proce:so de cor:centración po!ítica sin que, al parecer, Jcurriesen graves conflictos e11tre lo~ in~ereses regi0nales y el poder ~ntra!J.En,efecto, en primer lugar, tanto.}~ ~~9!.2!!t~9.ón del Con­greso (donde tradicionalmente se expre~an los grupos loca~es) al ejecutivo como la sumisión de los gob1~i:ios estatales al 1g~o?1er­no central -las dos vías de la concentrac10n del poder poi.t1co­se produjeron cua.µdo el bloqu,e úe. fracciones dominantes en el poder se había ya'cQris.._óijdado._relativamente. E!J. segundo lugar, la política de conciliación así como la de equilibrios desarrollada por el equipo político de . Díaz, pilares de la consolidación del bloque., permitió un doble juego del cual salió finalmente !riunfante el "señor presidente". Por un lado , y de manera subrayada rn la primera gestión presidencial de Díaz, el Congreso mantuvo una amplia ~tonomía frente a las .. inkiat~vas del ~jecu_tivo, p~ al mismo tiempo , las acaloradas e mtermmables discusiones hicieron patente su in~ficac~_Qráctica: problemas fundamentales de la eco­nomía nacionaí.::Ccmo la perjudicial existencia de alcabahs, la (.,unsolidación de la deuda ' púb:icz. L.1tema y externa, ~os contratos para la construcción de ferrocru:riies- perma.1ecieron est::ncados sin encontrar ninguna solución en el seno del Congreso.lfor otro la<lo , las políticas des-:irrolfadas por el ejecutivo perrriitieron que los variados intereses regionales encontraran una gestión equilibrada

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e? i.ts iniciativas de DíaijUn ejemplo claro del juego d~ • c1eru;ia Jms~V.!_)' __ deJ~~ll!.~.'-'eq.t!_ilibrada~~~~! · encontramos con la resolucion del problema de los ferro · · ·· estancamiento de los proye~tos para Ja construc~ioñ<le vías é.r:reáii·; se maf}tuvo hasta que se llego a un acuerdo por el cual el ejecutivo

0 · · ·· i

gaba la :oncesión, y el ~~~(ff/, simplement "'' J taz otorgaba la concesion pero respetando, en lo posible ·· :,~

rat JS anteriores establecidos con gobiernos estatale~ Lo • · s~cedió con la c_~gsq~!Q,a~~9.i:i. ~y-J.ª.f!e..llQ~pi!_~Jica, que, en un princ· soro 1cubría a lad~'t~d-~rna, pero en el afán ue evitar friccl '·' f.· ~on os grupos. e ~cree ores internos, se extendió hacia la ~,gá J:' l!!!~rga. 14 efic1enc1a del Poder Ejecutivo permitió, así, que se con:: :· ~ntrase el pode_r político _al mismo tiempo que se cohesionaba:ei.Y \¡ ~~ºtoque d~ fdrac

1 c!ondesLe dorr_unsl a~tes en el poder. La supresión de ia ::: i

. nom1a e ~o er g¡ ?tlvo no supuso entonces un enfrenta~· ; f r:1!ento destructivo con los mtereses regionales; de ahí que la "'diC::'·:';' ' ~~~-E~~~:'._,d.e __ Qf_a~ !ue~, .fil~~- ~i~n) yna _coalici{>I_!.~Q!:1~~$.,_ .. fi'-fi (~~-regi_oE.~-~~-º.U&'!fqu1cos. / . 4i~W'

Puede afirmarse, junto con I~:1?i• que: · · ~ '· ...

Esa nueva estructura de poder corresponde a · uria com. ción de oligarquías, o a una hegemonía de una oligarquía so otras (. . .) El poder es ejercido por un sistema de "caciq · ·' e!l el cual_ la cúspide de la pirámide es ocupada por el "g¡.an.: c1que nac1on~": Dí~ Jen México), Gómez (en Venezuela otro: _(Octav~,o I~1p.a formación del Estado popu/isiai A'!!~ru~ Lt#!"fl· Mexico, colección Popular Era, 1975, pp:!~

. ~:

'J .~.

¡ 1 y !':!).<.¡ ~- .. :.· í .. ,

~E§ -~yiden~e _que la e$tructuracióp._del nue.:vo. Estado no liquid • . .· 0

J camarillas_!e~onales~ sin em,_Q?fgo~ estQ)JÓ Q,~be llevarn.o~.ª$º"'- f . . rar qu~ _exis~o •. ~J," ~IJto, ,U.11 .~J~s~tiyo to_dop~derosQ,~nc<u;o~,ilo e f la ~bilidad polttica de D1az, capaz de imponer un sistema de. ~::~.u, ·~ ~vencía en_tre !od~ las fracci~~es de -propietarios; _ bi/iiil.tJ1:~iiJ;:.Jil~ .~ z~~~dad de benefic10sy de oportunidades,,y .que en e~ meilidailn~:1.:S p_1di9Ja hegemonía de alguna de ellas . .El ~Xª1llen atento de la fornlá '}!:: 1 en que. se propició .el ~re~imiento . ec0:-iómico, la -"dFtribÜclÓD..:.,,~ benefic10s que en la practica acan-earon hacia las clases dominantes '~-" }~ . puest;i en marcha de las pdíticas económicas, así como algunos '>· ~u~eso~ determinantes en la vida política oligárqujca, . con9!1~ ... ·.­m,ª~. bien a s_~pont'.r l? contrario,. es _ ?ecir, a preci~a~g~a . d.... ...na ~1etin_tcla de pro!Jtetanos que se afianza y .c'J.@Qlida)il,;~

__ _ef!~ )a f~~~- ~e~~~czjien.t~ --ll~e~sJ_Q-:-<i~.~qg,qm~. Y, si · biei·~¡ ex.tsten aspe_c~os no suryc1~ntemente mvesl.igados, parti~ulannen~~ sobre su actividad economica -..;orno los tipos ae mon'.:lpolización'~1fi 282

implementaron en la industria , en el comercio, así com_o_ las ~l-- s específicas en que integraron en estructuras monopohcas torina u1 · · 1 13 diversidad de intereses en l~ banca, l~ _edspdec ac1?n

1cont a com

1 -

nta de suelos urbanos ciertas actlVI a es agr1co as, e c.- a ora ve ' ¡ · · · · I · · ·dencia de su peso en las decisiones de po 11Ica econom1ca re ac10-ev1 • · • · ' d 1 d das más directamente a ~a 1ormac10n y extens1on e merca o ;~terno, nos hace pensar que, en_ l~--~~ ___ de 1-ª""c-ºnc ... ~mJ;i.:ª<;:tó~_del

der polític~, estaba tanto .1~ . ~oJ~~ioJ!.A~~!2º~ A~_.lra~ones ~ el poder· como la lJ.lllfi.lac10~-.de. _l!Q.~ . fracc1?n. que, a traves. de ,·cnflictos agudos; se ·· transformo en _la h:gemonica, ~n la medida .:r1 que se vinculo directamente al e_Jecutivo del gobierno feder~. lt! acelerado cre~":iiento de los. ~ectores exportadores, t~nt~ m1--- ros como agru;oJas, 1..t ex¡:.an~10n rlP. b red de comumcac1ones ;;~ediante el ferrocarril, todo ello propiciado por_ el ingreso de 1~ inversión __ extranjera al país, dieron un .p~deroso tmp~ls? al c~ec1-míento _d~ts~w.r~ad..Q)n_~~i:rio y a las actmdades econom~ca~ drrec­tamen te -lig~da~. ~ ~y..:_anm.liac.ió11: . ~n particular al comercio rn terno v a la indttstria productora de b1e~~_ ..... Qef.,..f9I.!_~.l!lQ R9P~-ªhl q.~e ~ieron incrementadas sus expectativa~ ~e g'.1!1aricias. Igual .~cun:~o, gracias al incremento de la C8Al~~~cion o m~r~tj11~c1on <le la economía, con las emisiones de dinero y con el otorgam1en to más regular de créditos que propició la creación de bancos. Las fracciones emergentes de comerciantes-eulrnpr~sarios denc<?ntraron tn campo propicio para dinamizar su acum acion p~o uctiva en e:.; ?~ sectores del m~rcado interno, contando, ademas, con la ve!1taJa ~elativa del ño contar con la presencia competitiva <{e la inversió!' extranjera' (excepción hecha del capital francés),l. mucho II?ªs interesada \~!L!!lin~ría,__ferr.ocari:il~s- LªW-~-"'1!~3l ~ ~~P?,rta~ion. La presencia de esta fracción en la esfera pohtica se U11c10 con la incorporación de los 'jóvenes políticos" efectuada por Romer<? __.-Rubio. Gracias al decidido apoyo que éste les da, para 1892, lose Yves Iirnantour el más capaz y conocido de sus representantes, . accede al pt.rnt~ de oficial mayor de la Secretaría d<: !fac~:nda. Colocados así en · el centro determinante de la partic1pac1on y orientación económicas del Estado, supieron combinar satisfac­rnriamente la solución de problemas económicos del Estado con la promoción intensa de sus intereses particulares. Veamos un ejem-[>io. entre muchos, pero que (ue decisivo para consolidar, su h~­gemonía. La ~esconfianza que la banca internacional sentta hacia lus gobiernos federales -que habían sido incapaces de pagar puntual~ 1 ~ 1:nte el úni..;c préstamo conseguido, e_n 1823, a lo largo de casi sesenta años con la banca bglesa- se SU:1!aba a la~esconfianza de los acreedores internos. El gobierno no era sujeto de crédito. Y esto difaultaba, obviamente, la recuperación de la bancarrota del erario público. Las importantes relaciones que sostenían, taní.o

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·:······' .J :" ~

Limantour como los hermanos Macedo, con la banca internacio .¡. ' · y _los ca~i~listas in~e~os. _fu~ron puestas a1 servicio de la p. : rec.upe~~c1on del .cred1to public<;>. Pero, a cambio. obtuvieron üñá ' ··. legislac10n bancana que ben~fic1aba de manera bastan te marcada · a1 banco que conce?O:aba sus mt~re~s: e.!.J3a.n~9_.[':{a1;i_O.n!!LMexir-".:;;::~ ~ En la. fase de. crecmuento ~c~nom1co acelera~o, la banca~.,. formo en u_n mstrument~ indispen~ble, no so_I~ _para la _expans¡Qii de las relaciones mercantiles a traves de la emis10n de dmero · ~·,< . t b"' 1 . f ·-O· ?1P. 1en com_o . e mecanismo undamental para C(~!ltr.<tU~!~tat

).\gij1do(deRos1tos) y para controlarlo mediante la asignación.de_cré. \litos,. asoc1andose estrec_hamente ª. la industria y al comercio mo­nopohzado. En e~te sentido, era el mstrumento de poder económico t.1 mas eficaz. ·:><iif'.

1 A.h_o~a bien, co?vie~e recordar dos aspectos que ayudan a enten­der com~ se mamfesto la probable hegemonía de est« !'racción ·de . empr~sanos: en I?~me~ lu.gar,/el_ régimen J?Olítico que insta.~(tel

_ porfu:iato ~9-.l9j_rg .;~~t_1t_~~_1o~~~J1,1~.l~~-ern~o! el_I?gder,,q,Ue ;'. /SCeruficar~n .. Jas dJvers~~ ~rfCCIOn_es de PíOJ?IeTanoij El necho: de

, ,;11·' ' que Ja coali~10n y ..::on?:u_ac~on de mtere~es divergentes se realizarit'a;" · ¡1 .\· · t~--~~, e!~~~? eh!11m~ otros espac~os de vida política __ qut:1J!~~ ~

onan p~di(lo hacer mas eVJdentes ·los diferentes pesos pohticos·de ·· . ¡ fas ~rJc-:;10~es de }Jropietarios, tales como el control del Congre$o~::, . I. la iorma~ion y la inJuencia de partidos políticos, organizcicioñ_~~i· 1· ~mpresanales, o la particip:ición en la lucha electoral a través M/$-f" . promoción de <l!vers.~~,candidatos .ª la pr~sidencia. Como es sa~id.<rr(:': ->et Congreso se 'vac10 de conterud0 pohtico autónomo· los mteiit-: .· .,. to~ por .formar partidos se encontraron con la firme o~osicíón''• · r¡;. ¡'i; . Dtaz, ~1en~ras que la luch::i ,.el~~tora.! se suprimió por su contfu :.:<· f reelecc1on.~n segundo lug~; n_9 existe ~xpe~encia lústórica do~df~ . 1 la hegemoma de una íracc10n de propietarios. se traduzca e1Cfui~' ! ~~n,.tr~l.--ª~o~~obre to~os los act?:. del ~stado para encau7.adóS;~> ~ so amente hacia ~l· benefic10 de sus mt~rese(.\ Ant~s bien,~~~.; : . l

- ~sI-~:i..._f!~geIJ:lon~$-J?~ª-~~~4~ _se wc!uyp .. !f~~$llªL11J-g!11e.. a·Jos : 1 mtereses -~e tvdos los prop1etanos, cuando el interés particular~~ 1 una ~racc1on pu~de presentarse como el interés general de las clases . ¡ domm<1?-tes>As1, el quiebre de la hegemonía ocurre cuando en lu··'. · ¡ gp de mc!~ir, se ~i~ia un~ e~Gl~n de estos in!ereses; ju~enii'1rf.'.' ¡ esto suced10 en la .fll~a ~~~c.aQª del.porfüiato. 1

_El . proce~o d~ . C<?nsolidación de la hegemonía de esta fracción de emp1es~r,os_ monopólicos n0 supuso un debilitamierto dej0~Jii: tere~es regiona.te~~n-k._~conümi~o, estos ir. te reses se fortaleciru:Q.r, . part1cula~ente ec~~ de la rep_ública, mediank la expausi.ln, ·. de la agr1~~ltura come~~ial, el comerc10 y la_Q~9~ ~iQI!.al. Lo mis· mo, ocuri;io en la re~on del Golfg;configurándore n'ue\i-'lS olig-~···: qu1as regionales q-..ie mcl1·~" Uegarrir a tener representantes é .;n: · 284

11 ,,ncia e1. el "cei.tro de decisiones" de ti política oligarca: el tt R dill e ecutivo. Tal fue ")l_ caso del ~eneral ll~a.r_gp ._. ~yes, cau o re-

,lmal del norte, y de Joaqmn Barandas, que llegaron a ocupar ~·~estos como el Ministerio de Guerra y el de Justicia, respecti­~amente.

En el contexto del surgimiento del imperialismo, y con la mayor interdependencia de las naciones por la expansión del mercado nundial de mercancías y de capitales, el bloque de poder tuvo que ~tegrar a Q,.~<'~e4!tanj~~ que, gro_sso modo, ilustraban la doble influencia de la penetra;c1on extran1era y el doble papel Jcl Estado con respecto a la integración al mercado mundial. Por ·m lado, estaríar. las inversiones ·J1~rt.e.a.tnerícanaL_e_j.Q_gl~~' que e vincularon al país con eL~!'_S.a..qº ,n.1,1ndial mediante la aplicación de ,;apitales en minería, agricultura de- exportación y ferrocarriles Je manera preferente, y con las cuales el Estado. n_~goció el tipo y grado de dep_eB.0.~11c;.ia,, ... Por otro lado, estaría la inversióJllgp_~~' Jirectamente asociada al~ aliada a Ja íracCión h~­gemónica con la cual compartto el domuno de la banca, el comereto interno y la industri~ Juntas promovieron, a través de la política ;.conómica estatal, una mayor monopolización de la acumulación Je capital. ·

1. Es ta articulación deL bloque de .. clases y fracciones en el poder, si bien se vio incapacitada para instaurar reglas que Je. permitieran resolver políticamente sus diferencias (y que, fmalrnente, las con­dujo ¡J enfrentamiento abierto), lo . l?.1:1~~- -~~!e~er .• C.º~esíon~9<>. mientras el. crecimiento . acelerado óe Ja . econom1a . dejo. benefietos, desigualmente repartidos, para todos. Otra sería la situación cuando esraiiasc fa c.d:;fa eccnówlca del sistema.

La relativa estabilidad de este ·bloque de poder permitió la pro­gresiva excl.usión._~~.Jos-ttltotE!~~d~~-4-~l . ~j~rcito en la resolución de los conflictos de iritereses entié los propietarios. A la par que se fortalecían las aliani:as en torno a Díaz...?.._1~~nl~'~!J.l!~g ___ p...Qli-. ti ca" .el ~-- Ayudó en este proceso la puesta en marcha del Coleg!g.~M!U.i<!.t, que pr?fesipnalizó y refoi:zó la Jerarquía militar. De esta manera, el ejercitu se transformo, de uistrumento para imponer los intereses de ciertos grupos de propietarios s0bre los de otros grupos, en instrumento "e~o" contra.las rebelio­nes populares, ubicándose sus funciones esencialn>ente en la re· presión.l§iJl embargo, el régimen de Díaz no se sostuvo de modo exdusivo en base a la fueri:a militar. H¿bilmente suspendió los .ttaques fil.._~JQ..- .p_a~t{lnd9_. una , reCOQ_c;iliact.ón que dejó e~ ~a~os d".' la Iglesia todo su poder espiritual sobre las masas. Y as1 , s1 bien ~e ~a11é la C;r:tka de reducirlos grupos de intelectuales liberales que protestaron por el abandono de la educación laica, pennitió que 1:1 ~'.!si~~ci§Il,.},',-,..~-l.~~~iw~Vcontinuaran siencio sw.1..;_.listrados

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desde l~s escuelas confesi Jnal~ y desde el púlpito a la masa de Ja: poblacion rural y urbana.

1 7 • ·

La reorganización económica de~ Estado ' ):

_4._ larg~ .. lucha inic~d~ por los gobiernos .de J uárez y 1frqg,,J!ª1¡ r~~tar del _caos y _de la bm.i~rrota a la administracion .. ~~~· -~!!J.pe_~-·ª · fti!.,~-- ~pidamente. cuan~? .se" inició -por los' "áfie;;:; ocfien~- I~emuna~1<;>n de la pi::oducc1on y el comercí?J~ reorgaruz.a_g_1_0~ se distinguen clarainE:nte dos . fases: una . Primerd' · que es l*ontinuación y la conclusión de los esfuerzos previoseii la que se posibilitó la final adecuación administrativa y con~ble . de las finanzas estatales, se modificó el sistema de impuestos para captar más ingresos, y, al mismo tiempo, se inició una reducción de gastos que pennitió llegar a un arreglo en lo concerniente a la deuda interna y ext~rna. Esta fase comenzó alrededor deti880

l f

y co~cluyó en 1.8~$) La~81!!1~fase, que .abarcó desd? ~-S2~,:.3 . ~ 91.0~se caractenzo por el hecho ~~ ~ue en ella .S: logro e..L.tqy¡~ ~_bpQ: d~Lp.resupuestoJederal Y se 1Illc10 la obtenc10n de superliYits . . . . que, por primera vez en la historia de este país, presentarori.uñ{ ¡: situaci?n contimm en la q~e los _ _!!!_g¡:_~_?s . ~~~12~35º1! ~J9~sojL;- ; Ademas, en esta fase se mcremenfaron· ·:ias erogaciones estatifef·f· ll para estimular el desarrollo económico y se recuperó totalmen ':Sr . J¡ el crédito público, tanto interno como externo. Veamos deterii ·1 mente cada una de las fases. .., ..

, No es sino hasta 1881, siendo presidente Manuel Go ' ' .;. _q_!:!(~ 3.probo y puso ·eñ'"marc~ una ley que reorganizó l~~ - l~ r,~qa!!._<!aQ9l..as de ~puesto~,_.,_ as1 .C,Ofl1_Q la .contabilidad que e_ - -~ tuaba la secretaria de Hacienda para controlar la entrada;.y, '.' .¡'

.nwnto global de los ingreso~. Con esa medida, propuesta por d '· " f Matías Romero, se intentaba disminuir las "fugas" de ingresos pQr.ti; ' la corrupción ~e rmp~cados estatales, _así c:,omo centra~izar en 1;iD3:'1~.'. · :¡· sola. cuenta de mgresos a todoll_ los ram\,;s. Con respecto a lq~~s"'-, je .1!!-~s~es, fueron sometidos a un~ profunda req~~~;, z.ac1on iniciaaa en 1884, donde se, persegu1a esencialmente au-:! '. . mentar los ingresos d~t~qgs_ª_ la federación, al mismo tiempo':!,, , que se reducían las facu1tades de los estados para crear sus propios ,, , imguestos) De igual manera, se intentaba dar mayor autonomía:¡: .. ' a los ingresos federales con respecto -.~ las vari:lciones· .deLmewdo · rnun.4.laL El hecho de que más de la mítad c!e .esios ineresosdepen~ .. diesen cie los impue~to~ a las exportaciont:s y los derechos de irfü.

· portación , hacía extremadamente vulnerable la situación fmanciera i estatal. Con ese :noti\o se impuso hacia 1893 una ~1>rb-\'· q.ue conce!l~aba y awnenta~a diver~os impuestos qÚe recafan~~ '" l .:1 wm-;rc10 mtemo. Progresivamente, este nuevo tipo de impues~~~: - 1 286

uut: ~ra pagado no tanto por .el comerciante sino por~~ ~onsumidor , fue dotando de mayor estabilidad a b s finanzas estatales. En 1 896 se pudo hacer realidad un mandato de la Constitución de 1857: la ~ u¡1resión. !lull_Lajcabalas, paso totalmente lógico para adecuar los ingresos federales a una situación en la que, económicamente, la generalización de los intercambios hacía estorboso y antieconó­mico este tipo de impuesto que aumentaba el precio de las mercan­cias según las localidades que tenía que cruzar; y en la que, po-1 íticamente, los estados ya no tenían la suficiente fuerza como para imponer al gobief!1o federal el sacrificio de parte de sus ingresos para su beneficio.

Otro paso fundamental en la expansión de los ingresos estatales fue Ja consoliciación de la deu.da pública externa. En 1883, durante la presldenCia··de"'Manuet Gónzálá,' .ié' expidió un decreto que au­torizaba al ejecutivo para el arreglo y la conversión de la deuda nacional existente hasta el lo. de junio de 1882. En base a este decreto, Porfirio Díaz, ya en su segunda presidencia, procedió, en 1885, a contratar un empréstito por 150 millones de pesos, con el cual se pretendía canjear los títulos que formaban parte de la deuda nacional consolidada hasta 1882, incluidos tanto los inte­riores como los exteriores. Esta co;Jversió1.t era de carácter volun­tario, pero se . establecía que los bonos anteriores a 1882 que no llegaran a ser cambiados, quedarían diferidos en sus pagos sin causar interés ·alguno hastz que, terminada la conversión general, se acordara la forma de su liquic!ación. El gobierno federal pudo lograr así, en parte, la ccnsolidación de si; deuda tanto interna como externa.

La n~cuperacjón final del . crédito público en los mercados inter­nacionales se_ consiguió mediante el arreglo dei 23 de julio de i 886, que logró una consolidación definitiva por la cJal, de acuerdo a lo expresado por la ley y ejecutado por el convenio, la vieja deuda de 182-1 . .tlectuada con la casa Barday y su caudal de consolidaciones, se consideró cc,no ya..Jiq~da. siendo el de .l8.8.6. un empréstito total~t~vo. · ·

La política. de aumentar los ingresos estatales se comolementó <.:on una política que redujo firmemente los .egresoi? dei &tado. La conclusión de la larga crisis de hegemonía no sólo se tradujo ,:~ n una reducción de la importancia política del ejército, de cuyos altos mandos salían ceda vez menos gobernadores, sino que tam­bién acarreó una reducción de su peso económico, que como piedra at;¡da al cuello había impedido la anterior recuperaci0i1 de los presupuestos federales. Junto a la reducción de los gastos :nilitares, se prohibió @_sempefiar a los empleados már. de una fu.11dón en el gobierno, pafif-eyi~ar .. <iup}i~acjoIJ.esJie....~<JJi9~- '

En la ortodo~a fmancieráde la época, se consideraba que unas

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' - - . . ;~·;-fin"!l~~ estatales "~as" eran aquélla:. que log_r .. b'!Il conseguir ~i',. ,. i -

equilibno entre sus mgresos y sus egresos. La D~acion de los gast •- : ¡; correspondía, de acuerdo a esta receta, no tanto a lo que se re · - . ría, ~ino a lo q~e se podía; es ueci1:! al volumen de ingresos que se --cons1dera~a posible _obtener cada ano fiscal. Mientras la economía';": en su conjunto, cam~aba a buen ~a~o, la receta del equilibrio pré¡t .. supuestal podna dar mcJuso superavits, pero cuando disminuía .. · · ri~n:ios de crecimi~nto, se ~stancab~ o e11traba de lleno en alg c:ISls; la fam~ formula solo ocasionaba una par:-Uzación pro .. ;. s1ya de !~ accmn del ~stado, ya que, en la medida en que se re -c!~n sus mgresos, ~eman que r~ducir~ _t~bién sus gastos. La ~'í' htica presupu~stana del porfmato s1gu10 al p.~ de la letra di~ha.~: ¡ receta. cosecho sus frutos entre 1894 y 1907, pero pagó su tribut " t. de ineficiencia cuando arreció la crisis interna y externa. ~-~ EJ.-~WB'~R.1:!~- sólo se alcanzó hasta 1894, a pesar Ú_

los ,e~fuerzos re~~~os desde el inicio de la década _de l8S.0~ -G polt~ca ?e ampliac1on de ingresos y reducción de gastos se ini~~·. pulso ex1tosame~t~, pero tres _órdenes de. hechos impidieron 'qulJ: · alcan~a su ob3etivo ~on rapidez. En pnmer lugar, los ingres0$ _ proveruentes del comercm exterjor todavía pesaban demasiado sohi-&~~;

f:,ste aprovechó las medidas de sus antecesore~ e inlpu1só con nue- · vo vigor el restablecimiento de las finanzas. El fue quien formuló la Ley del_ _Timbre de 1893, que incrementó y centralizó los im-

-puestos- al comercio interno. Consi~uíó un préstamo con la casa Bleich Roeder de Berlín por tres millones de libras para consolidar ¡0 que restaba de la deuda flotante. Con el objetivo de controlar la oferta monetaria, que ya en esta fase de expansión de la mercan­tilización requería de una regulación que impidiese fluctuaciones bruscas de los precios, concluyó el desarriendo de las casas de mo­neda de mano~ de los particulares. Finalmente, fueron suprimidas Jas alcabalas, sin que se afectase a los ingresos de la federación por la reciente creación de los impuestos al timbre.

En base al aumento de los ingresos provenientes óe~ i;\J,u\!iC-.iG

interno, se pudo irriplementar una política de reducción de ciertos impuestos que o bien no eran muy popu1ares, como el impuesto

_ a los sueldos de los empleados de la federación , o bica entorpecían el crecimiento económico, como era el caso de los-impuestos a las importaciones tecnológicas. De ahí que se modificasen, en un sen­tido más liberal, tanto los aranceles como las cuotas de importación. · - El continuo crecimiento de los ingresos, junto con el arreglo de nuevos préstamos internos y externos, permitieron que entre

las finanzas del Estado; de ah1 que _las fluctuaciones del mercad-ar;:, exte:no provocasen_, bruscas alteracmnes en los ingresos. Estó:' _> precisamente, ocu~10 a través de la depreciación de la plata; ;- · ~·-":, se m;iutuvo_ ~ lo .argo de esta fase y que si bien produjo cie -efectos po~1tlvos _-que _luego indica:emos- para los exportad·

,.---- 1895 y 1900 se acumulase unJ:superávit;de 22.4 millones de pesos _ _ _ · Llmantour presentó una iniciativa ante el Congreso, por medio de la cual se creó un f&nd9.,..d~~erva..en..efectivo, cuyo monto n<;> debería ser menor a los 10 millones de pesos en previsióa de des­equilibrios entre los ingresos y los egresos. El resto de los superá-

Y para la mdustna nacional, también ocasionó una reducció · ~l valor d~ las exp?rtaciones, as~ como alteraciones en los pre:: mte_r~os. rara 1891 ya se prc•crn d prir:-!er ejercicio presupue·" equ~1b~ado, pero la conjunción de una crisis agrícola debida la perdida de la cosecha con. un aumento en la depreciación de ! pla!a en los mercados mundiales, echó por tierra las pre'vision teruendo que pasar otros tres años para alcanzarse el equilibn Aunque no de una manera tan profUJ'lda, los años de 1901 19 _ ! 905, I 906, I 907 y 1908 también afectaron sensiblement~ 'átf wt< ~gres?s. ~:I Estado._ En segundo lugar, el gobierno de Manuel Gón~""' ~ez tru~10 una activa p_romoción para atraer a la inversión extran~; :·1:

\ Jera hacia la construcc1on de ferrocarriles mediante subvencion~,.;''· ¡ que _r.epresentaron fuertes. gas_tos para. el gobierno. Sin embargof' ·; : p~r pnmera vez . ~n la histona financiera del nuevo Estado, SI.is defic1ts se produc1~'- no por la gruesa paga del ejército, sino por el ~o:n~nto .tl crectm1ento econ.Jmico. Finalmente, el tan ansiado ~quihbno ~o ?Udo 10grarse, pot'q•1e el arreglo de la deuda deman< daba tamb1e:i altds sumas de ~im:ro. , . ··ú~7

La se~~ fase _l!e_ !~~ 11Jlllflzas estatales cas¡ coincidió con'-eV:~. nombran11e.nto de ~~~~~<:>,mo secretafi.o- de..~a {1893,bFt~~ 288 ''~)•6'1

. vits podría aplicarse, -a juicio de la Secretaría de 'Hacienda, ya sea para atender el servicio de Ja deuda, la reducción de nuevos impues­tos o inversiones destinadas preferentemente a obras públicas.

Esta fase de las finanzas estatales concluyó exitosamente los esfuerzos iniciados desde 1867. Se había rescatado al eraño pú­blico de la bancarrota, se cimentó una administración y un sistema de contabilidad eficaz, mientras que el crédito del Estn.do pasó a ser un negocio seguro.J.c.on la inversión de.los excedentes en obras l! portuarias y en la extensión de los ferrocarriles, el Estado había (! llegado al final de su largo camino hacia la recuperación económicaj

Ú1 racionalidad/le ia política eéonómica del porfiriato ·\

La intervención del Estado en la economfa no se inició con los , gobiernos posteriores a la .-evolución de 191 O. La 'traición ¿e la admi­nistración s.Qlo.oiaj era esencialment~l)J~~i.QJtista, aunque con l!n marcado ca.:ácter mercanti.füta; hs primeros gobiernos inde- · y-::ndi:ntc:; :::argaron con esta herencia, que regla'lleniaba el comer­cio interno y c."~"'!ilO. monopolizaba algunas actividace& produc·

289 ..

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tivas _como el cultivo y venta de tabaco, etc. A lo largo de las .· ' ~le_~c1oi;i~ de PorFtri? ·Díaz, se puso en práctica üna amplia ~9t(. j de pohttcas econonucas a través de la Secretaría de Haciend "(¡-'·'·"" l la }ecret1ría ~e Fomento y de la de C?municaciones y Obr~·Pú~ blj9as._ .Se te~ia. ya entonces una e~penencia acumulada sobre 1~ . 1 efectos ec?nom1cos de la rec~udac1on de impuestos que pesab · · sobre los mgresos de los partic;,,lares, del efecto de los gastos ~ ' . tat~es en s11eldos, en compras o en inversiones; así como del ~:; ,( ~ cesi~ad de reglamentar la actividad comercial y bancaria d ª nel ,~ .;rf particulares. e ~ >

Es,ta intervenci~n estatal a~quirió ún nuevo carácter con la afi ~ : ~ac1?n Y pro9festva exp~sion de la acumulación capitalista U:~~ mtenor ~el pais, en la medida en que su objetivo final se convirti~; 1

1

en garantizar la reproducción ampliada del capital lo que se tradu·º ¡ en un. apoyo mucho más marcado a las ramas de la' economía en ~ l se ve~ca~a prefer~ntemente este ¡Jroceso: los secto!"es exportaao- l res (mmen~ y agncultura de exportación), el comercio la han · l y la mdustna. , . ' ca 1

P_e~o n?, sólo el crecimiento de la acumulació11 interna reforzó fa j part1etpaeton . de_l Estado en la economía. También influyó decisi~a~ mente el surmruento del;.u~:weri~sm~-~ ~sca).a m_®rliaj, que, a través l de __ la mayor ~!erdepencie?eta e mtegr~ciori _de bs n~cione.~fograda · t po1 la e)fp~SlQ.~ .Jl~~~c@~--~QQ.QP:~~~ja, mtrodujo deterniit.ante(. ;~ · t

__ P~.a la aceton d~l Estado. la ipYfil:§,~9..!L~~t.ranW.:.'!. 9-irec_J:_<!.._!!]CÍ~ ·:¡~ f · t~~~ran!!~s por parte de aquel para mvertir en ias actividades ·

que e parecian m~s ren!a?les. Además, la rearticulación Vigorosa con~ ! el mercado mundial exigi~ w1~ ~~oz:ga.niµción que.lúcje,:t:¡l eficientes\·: a los puertos v aduanas unp1diese la c · ' d l ···-- ::r:· - ... __ - ·--· ·-· . __ __ J . . , orrupaon e os emp1eados :;;-.·" ~ portuanos, y pus1~se al ?~ª las tarifas aduanales. Por ambas VÍa'i, el ,.,,,, Estado ~, convert1a en ~1 mstrumento que integraba la reproducción· .' Y extension de las relaciones de producción internas a las tendenciaS . d0 la acumulación a nivel mundial. · · · :

~i bien este ?uev? contex~~ del desarrollo econónúco mundial fs\;.. ji'

n_a,cional rerorzo 1a mte~enc1on estatal en la economía, su orien~YY ! cto~ espec1fi~a ~espondio a ~o.s _d.etel}llinantes esenciales tani.Q_de . · cara~ter e~onomtco como_ polttico_: _por llI! la_do, respondió a la re-1 1 sencia de mtereses extran1eros en el bloq.ue de clases y frac-.cion~en ·.. ! el.yo<ler que controlaba~ a los sectores económicos exportadores; ! po . el otro, ,:i. la pres~nc1a de una fracción he_gemónica, asociada aJ ! ~ap1tal frances cuyos i_~ter_eses aparecían más ligados al creciñtieñtO ) ~terno de la producc10n, C1e1 co_mercio y del .consumo. De ahí qÚe , e1:1,, el proceso_ d~ _desarrollo de tilla ~~qnoinía exportadora, pero tam· ~ : bivn. a~ ampliaeton de la reprodu~c1on ampliada interna del capital .. " se ~i~tmgan d?s ~andes tendencias en ·ia aplicación práctica de~;,-~~~ rol1ticas economicas_estatales, co;no en el crecimiento de la acUlllÚ~ ~~:'.'' 290

laetón interna de capital. Veamos cada una de estas tendencias con inayor atención. . . . . . . . . _

Los principales focos de atracc1on de la mversion extran1era d~-·rocedencia norteamericana o inglesa se centraron en los ferrocai¡.-. F · , 1 d _, e rriles, la núnería y ciertos productos agnco a~ e exportac10n. _on. respecto a los fer,rocarriles, el_ Estado f ?mento la ~nt~ada de ~ap1tal extranjero despues de que vanas concesi<;>nes a capitalistas nacmn~es fracasaron en su intento de reunir suficientes recursos. Se ofrecio a ias compañías extranjeras concesiones, por medio de las cuales se les ced ían los 'erechos exclusivos de explotación de las líneas férreas por 99 años o má0 El Estado se comprometía a pagar una subven­ción para ayudar a la construcción de las vías, la cual var~aba entre seis y ocho mil pesos por kilómetro, dependiendo de las dificultades técnicas del trazo. Se concedía, además, un derecho de vía de se-tenta metros a cada lado de la línea que , · en .ca~o ___ de. cpntener yacimiento.s. de minerales, se ccr_cesionaban a las e~presas con_str~c­toras , entregándoseles también los terrenos necesan,os para ed1fic10s administrativos, talleres , patios, etc. Tenían el derecho de tomar gra­tuitamente materiales de construcción que se encontraran en terre­nos nacionales vecinos, como piedra, arena, madera, etc.; no pagaban impuestos durante veinte años por concepto de importaciones nece­sarias; y se les concedía la exención del pago de impuestos sobr~ productos y capitales en ~l mismo lapso. Sin embargo,_t?da esta polt­tica de concesiones no estaba reglamentada, penmtiendo que el Estado negociase -con cada empresa los apoyos y garantías que le ofrecería. En base a estos esfuerzos· por atraer a la inver::.ión extran­jera, que · c0incidieron con el interés, particularmente de_Ios ~orte­a..'Uericanos, de. cqnvenir a Méxi~o en proveedor de Ill-atenas prunas, se '.1io, en ~l F ~ríodo p~esidenci~ de M~_uei G~nzáiez~ _uu fuürJ.dablc impulso a la construcción de vías férreas. Entre 1880 y 1884 se cons­truyernn 4 658 kilómetros, de tal ~anera que cuando Díaz fue reelegido· pres:dente por segunda vez, se e~contró ya con el esque­leto básico de -la ·red ferroviaria: hacia el Golfo y hacia la frontera norte. La segunda gran fase de construcción de ferrocarriles partió en 1884 y con el uyó hacia 1898, construyéndose 6. 3 50 kilóm~tros de vías. Sin embargo, en tomo a este auge de construcción de fe­rrocarriles, se empezó a originar un serio problema: sobre la dive~­sidad de compañías ferroviarias, empez:uon a destacar las mas poderosas económicarr..ente , que impulsaron una dispersión de tarifas de transporte y de polít~cas lle com:trucción. F~nalmente , el Est~do tuvo c;_ue intervenir , creando U'.11 sola gran empresa: los Ferrocarnl.es Nacionales de Méx~co, en la que el gobierno controlaba 1 1 SO 022 .tcciori.escfo-las 2 millones 30C mil enmidas. De. est:> :nanera, .cl._fu~ . tado, siend0 el i;lCcj()JÚ::ta mayoritario, pudo controlar lM foII0c~es más imporfantes del país, 10 que le penninü i.nponer una pohttca

291 ..

¡

Page 18: Mexico Sociedad_ IX-XIV

~taria de ~onstmcción '! operación ~~ las líneas, así como de hiii;. tantas. Gracias ~.Ja fornuda~le expansmn de los ferrocarriles, .cuyo~> trazo no obedeCI~ tanto a ferreas c~ndiciones geográficas, sino¿~'. · ?ran J?arte a l_o~ :~te~eses no:teamencanos _dominantes? México se .. ·. mserto e? la ~~_o!l_lllt~maCional .del trabajo como pais producto{.• ' ?e mat~n_as pnmas, y, ~,n ese sentid<;>. como abastecedor de los países":,· 11!-du~tnalizados;_ tam~nen _se produjo una mayor integración de fo;'~·~ ~ucwtos comerc1~es mtenores, es decir, una ampliación del mercad~:};r; mtemo. . .· ,Q~l''t' . , §n lo co!lcemiente á.Ía ~~~. la política de a' racción a la -~v~~~;~; ·

s1on extranjera que _d~~rrollo el Estad~ porfirista tuvo que enfren. ; t~rse a t?da un~rad•c10n heredada de la1Colonia, según la cuallapro.f piedad mmanente d~ los r~c~rsos natlirales era de Ja Corona, 1a·· t cual otorgaba concesiones limitadas y revocables a los particulares ~ara que. los exJ?lotasen . . Par~ los inversioni~tas extranjeros del úl-ttmo t~rcio del sipo x1x fJa s1~ple cor_i~esión~'era insuficiente como garantta para arnesgar sus capitales, VIendose obligad9 el Estado a'''i; propo~er una nueva legislació~ _que apar~ció como ~LCódigo _MinefQ.J exp_edido en. 1892, el .~ual cedio l~ prop1ed~d no solo a particulares •. . ¡ na~o.nales smo tamb1en a extranjeros. EVIdentemente, los efectos · practi.cos que buscaba desen.~adena~ la n~ev~ legislación consistían,, '. ··.· ' ~n ,[>nmer lugar, en la atracc10n.de-invers1omstas norteamericanos e ''·. mgles~~ - En ~887 se otorgaron facilidades fiscales diversas, comé:i.Iá ;(.; ' exenc10n de .unpuestos p:rmanentemente a la explotación petroií::.·~Ffjt- ·. fera, ~ los mmerales de hierro, al carbón, al azogue; favoreciéndólé't~>-~-'.:' ademas cc;1! tarifas. preferenci:iJes para importación y exportación,:~$-. . 'j . . ~· ~o.~1tica qu~ -~mp~eme~o el Estad_~ para atrae~ la inversiónJ'j{_~) '.{; · L~anJ~r~ lUVo un exito impouante porque represento una e..~'f f.i .. · .. c~t-ereses tanto para las fracciones de la bQrgy~aliit~');\J:;· · · 1 qu_e en esa fase ~e de~~rrollo del mercado mundial detectaban como ' J mas .~~nta~Ie la .m.ver~1on en los sectore~ exportadores, como para la ,., , fraccion he~~momca mtema, ~n la medida en que esta vinculación, á; .;_. .

1

' la acumulac1on a escala mundial representaba un formidable irripUlSo . :v para la expansi~n del mercado intern~. d .•

Junto a la di~ersa ~~ma de g3!antrns que el fütado puso en juegc( ''<': ~ para atra_e~ a la mvers1on extranjera, también desarrolló una impor- ·~'" '' ! tante actlVIdad J>ru:ª _r~ac_ondicionar los puertos y los ser.ricios adua-c.->x. 1

nales.Jod.a_s e~tasm~c1attvas fueron legitimadas como I}e1,;esarias pa~~ · ~'e"'. qu~ la nac10~ mcurs1onara en la vida de las "civili~ciÓn~'"'occlcteñtá-les . En realida~ •. esta legitimación sól,o abarcabá á Id's ~stiatQs:ur~· .b'l~os q~e p~rticipaban e~ Ja poIJtica oligarca; con los ct::les se co~.r,a~~~n c~~rt~ nociones y valores como las de un "prngreso" y . llila. cifilizacion f1úe tomaba su r\:ferenci.--; i;1medfata de los modos d_e, VIda france3ee, ingl~ses o n1J!'tP,arnetic2!'!'>s .,9~ la época. La prorno- ~.~. c1on del desarrollo dé(la acumulación intern'9no fu.; u.0uos ~nten~a:~>~ 292

l ·a a;nplia variedad de políticas eco~ó~1ücas_ fue puesta~ su se:~cio, es en este ámbito donde se hace mas 1de~t1ficable la or:~ntac1on <l_e

~cha política económica, con la existencia_ de una fracc1on hegem~- · ··a al interior del bloque de clases y fracciones en el poder. Exam1-

n11.. 1 · · · mos con mayor atención cómo operaban en a practica. ne Hemos mencionado que e1 Estado porfirista continu? la p~líti~

an·a iniciada con las leyes de reforma. Pero con una diferencia h1s-agr · b" lib al tórica básica: mi~ntras que ~ar~ los P1:1:neros g; i~rnos er es (Juárez-y Lerdo) esta fue la pnnc1pal pohtica. eco~offilca que l~s ?er­~tió iniciar la unificación de todos los prop1etanos, ya e~ el ultuno tercio del siglo x1x su puesto lo fueron ocupando las acc1o~e~ esta­tales más relacionadas al_ sec_tor externo y a las moden:as actmdades que dinamizaba1~ ai mer~ad_o inkr.10_, . .:0mo ~1-e?~~rx!? Q.,.ll\ .b.~nca: Exist ía una razon economica y pohtica para qu~ est~ ocumera. S1 los inicios de configuración del bloque de poder ~ncluian de maD:era esencial a ios terratenientes laicos y a los comerciantes-empresario~, situación política que correspondía a la realidad estructural ~orru­nada por la reorganización de la tierra ~ de la fuerza de tra_ba~o en favor de los primeros, esto ya no sucedia en la fª~e,<l.~ .. creg.nuen_to .. aceleradQ._Económicamente, las actividad~s 11)._<!s _!~!!-tªbles ~~ vol_"l.~­ron a-reconectar en las ciudades: comerc10, banca, mdustna ; mien­tras que, en •un''proceso wficúltado por la inexiste!lcia de. una, luch:i. poiíticLfils.titu~ion~~da . entre las fracciones _de pr~pietanos. el eje de-poder ·se tras!adaba hacia una moderna~oligar_qu~;i.compuesta por los magnates que controlaban esas actividades urbanas. ~e esta manera:' fa ' política agraria pasó a ocupar 1:1n lugar secun?ano, cen . trándosetünoaméíilalinente·ei:): ·garantizar la· pi:_op!edaci_pv~ada __ de la tierra y su proceso de ~Q.pansión -territo.rial cr~cie~te, p~~o sm bnndar

. otros apoyos, como pudo haber sido una ª?tiva. ~version .estatal e~ la agricultura, preferen~ ~.scales o una legislac~on bancana que pn­vilegiase el uso de los creditos en el cam:po. Sm .embargo, el .. peso social . .deJos_. terrat~niente~, basado en su sunpl~ n~n:~ro, que. deter­minó su presi.ncia. en el bloque en el poder,. unmdio .otro tipo P.e polí_tica agraria que pudiera impulsar el desarrollo tant~ del·me~cado de trabajo en el campo como del mercado d~ ~ercanc~as y capitales en el sector agrícola. De esta manera, la pohti~a agrana ~n el ~orfi­;iato sólo intentó r.~for~ <i los grandes terratementes. As1, mediante

· las leyes de colonizacion de.inay·Ó de 187_5-y-cliCfembre de _1883,.se fijó una extensión máxima de 2500 hectareas para la propiedad m­Ji vidual En 1894 se eliminó esta restricción mediante la ley que suprimiÓ el lín:ite para la adquisión de t~~rras y adernás_..SJ!spendi? k obligación d,e cul:t.ü~arlas.· La concentrac1011 c!e la prop1e~ad temto- · rial f úe Impul8ada también a través de la .E.9..!(te""~~ •. .<J~~~ct,e de te-rrenos ba!díos. ·

La promodón más directa a la acumulaciór. interna de capital

293

~

Page 19: Mexico Sociedad_ IX-XIV

corrió a cargo de otro tipo 1e políticas económicas, que en seguida examinaremos. La rápida extensión de las relaciones mercantiles través del mejoramiento de caminos y vías de comunicación qúe ~;'!: nectaron a los diversos mercados regionales, requirió de una fuerte participación del Estado sobre aspectos que trababan su funciona-:. miento. Tal fue el caso de las alcabalas a efectos nacionales, que I~ ' estados cobraban como un derecho de tránsito por su territorio inde· ... pendientemcnte de que allí se vendiese o no la mercancía. Obvij.,;.• mente, a través de este impuesto se aumentaba el precio de los bienéi :' de una manera exagerada, haciendo de escaso interés comercial Su :.:

_. traslado por grandes distancias. Hemos indicado que sólo al encon.: · ' trarse ~n ingreso es_t~tal que logró sustitu!rlos pudieron abolirsej ,.

Ademas de la supres10n d,, trabas al comercio en ascenso, se inteq. . tó regular la estabilidad de los precio~ f!!~C!i_an!_t! .un C<2ll![ol de la ·emisión-de dinero. Con ese propósito, se concluyó el desarrien• do de las Casas de Moneda entre 1893 y 1896, al mismo tiempo que se impulsaba la emisión del circulante a través de los bancos. Sin· f · embargo, las fluctuaciones de precios por emisiones inmoderadas de ofe,·.:a monetaria no pudieron evitarse porque~ si bien había cierta reglamentación sobre la coLertu..:a en efect:vo y en créditos que de" · herían tener las emisiones de los bancos,cñ_o existía un monopolio a?;oluto que permitiera ~~ _contr9L~fectivo mediante l~ _C:eñ~< .· .. ClOn de la faccltld de errus1on eQJ,Ulá.QlQ banco. Ademas, en la me-• ·:.; di~a en que e! patrón moueta?o estuvo basado en~!'!.J?!~!ª· se:vi()~t' sujeto a las v10lentas flttct11ac10nes de los precios de dicho metal 'ifüt en el mercado mundial, que desde 1880 empezaron a descende~ ··'k rápidamente. A pesar de eso~ introdujo en 1884 Ún ~)~·­_,<;:orne~~ que fue reforrnulado en 1889, en el que, por vez pn1;1.~1~, ~e autorizó la creación de soci0dades anünirnas por acciones;-'i'f;f ~ mecanismo esencial p~a la centralización de capital que, .e'lieeate~ : ;'. i mente, ·abría paso a lapnonopolización del coo.ercio y deJa_i.ndus· · W: tria. Esta última, que, esencialmente, producía bienes cie_ consw,no .· ! .~qpular, como alimentos y textiles, no recibió de mahera.cxplíCiQi., .,.:;. ' y páfii-el--eenjunto-de+.rnnn!l; una política preferenciEf Pero existió -. 1 una !lq!J.ti~~ P.I'?J~.S~i911i_:¡tª- '~i.P.QJ.r_~!!.ta", que operó fundamentalmente ' ¡ a traves de los _altos an:1pceles a las importaciol1es, los que manifesta- ¡ ban, más que un espíritu estatal fomentador de la industria nacional,. j ias necesidades fiscales. Además, los impuestos internos gravitaban· inequitativamente: mientras l.~ grandes fábri,Gas papeleras o textiles recibía11 los beneficios de ~n ~i~tema de- esiírr11:ios fiscale9mpían· tado en 1893, que cunredra irtiportantcs exenc10nes, los peq'!!_~:!(iS talleres artesanales cargaban cond p~~.9 de Jos g~avárwnes. De igiial maner~, tanto la supresión de las aicabalas como la liberalizacifo de arancel ~s perjudicó a las pequeñas empresas y a los artesanos de; jando espacios libres para la expansión de las grandes firmas. ' >

294

gl t · • n de la · ctividad de los bancos y las preferencias La re amen ac10 ~ · , 1 t )¡i r~la

y co?cesiones l,oncedida:. a algunos, reílej~? mas e ª~ª1:1en ~, Í'8Sl -. 'n 'de la...PPlít19ke~~Ja.fr,!~~~~~a., ~ . . '

~Í°'ühlefiío- feCfefal Turnó un convenio con el ~anCQ l'~~~~~o ele~iante el cual se creó el pdmer precedente deú!03nco sermtpul­n . li , funciones sm que su con ro bl' 0 que postenonnente amp arta sus ' . :~se de' estar en man9s de sus accionistas priva~os. El convenio es-

~i J ulaba que dicho bance), que para··L882.ya.f~<¿1on,aba com_o Banc~ p . al de ~éxicoJ llevaría una cuenta corne~_te a favor de la. teso .

Na~tp~e l.~ fedeiá°tlon ate"ldería la concentrac1on de fondos (mgre· re~r}iscales) al interio; del país, y actuaría como a~nte fel g?biemo ~~ra los pagos del exterior ( deuda'pública).f A cambio, e b go iemo1 s~ • rometía a acept& únicamente l_os billetes de este . aneo en o "'º~~ ue tenían que hacerle los pa.tic~ares:, Postenon:iente, el

.. p~~ · 0

qcomercial de 1884 reforzó esta situac1on. excepcional ~:l ~~n1;0 Nacional de México, ampliando su capaci?~d feªí:S e¡:~~f. billetes y conceder creditos a costa de un~ r~uc9~~-- d.· Tn~? L'

d t ban_cos, En 1896, y con la mtervenC).on e~!-~~i@~~-doble calidad, de a_g$Q~sta del banco y de seg~~º de H~cienda, se reforzó el ~aracter su~ue~tatal d~ este bU:cºi ¿;;ºe~~ tocar el control que ejerc1an los acciorustas pnvraladods. ~ .t . situación quedó garantizada con la Ley Gene e sti uc10nes

de ~t~!os mencionado anteriormente que debido a. la inexistencia de un juego político institucionalizado entr~ las fracciones qu~om-

onían el IJloque en el poder, la hegemoma de :dguna de~ n_o p d 'a percibirse a ,tra~s del dominio del Congreso,,de:la eXts~encia po 1 ·d ·· · · · se al gobierno, o bien,m~~te la nnpo­de un parti o que preSlona · - .. · · ··. ·- ·· - · · ·da d · t' en el .:~::..n A<> """ititfatos oara la lucha electoral.Na . e eso ~XIS ~a ;~~firi;t~:SóiQ;u~ de su {~~~con un ejecu¡:vo qu~ habl'a conJ'ntrado el po;cJer pofítico, pód1a imponerse una egdemb~

• . . uilib · d alianzas que e ia nía que aparec1a lilIDtada por loss.q ·~.JlQS __ e,__, _ ·d É f po~er en práctica el J:>re.sid~~te .parn mant:n,erse"":11 el po ~r ·d so 1ue lo que· hizo la fracción de comerciantes e mdustn~~s asocia os ª º! grandes banqueros que encontraron su representaaon en el_ grupo d los "científi,cos" ,,_encabezados por ~9~é Umantour. pomb~a~~ la resolución de los problemas estatales con sus negocm~ partic

1 a.es,

como ya lo mencionamos anteriormente, sacaron ~artido de ~ P~· líticas económicas del Estado. Veamos algunos e1e?1p~o<>. J~se Li­rnantour estaba relacionado fuertemente con cap~talistas r~nce­ses, al grado de int<'grar una firma llamada SherP.r-L1mantour. sto~ intereses le permitieron interesar a la banca francesa_p~ra que .co~ prara títulos de las nuevas emisiones de la deuda pub~c~ nacion · Comv socias m~ycri!l!rios dél' Banco Nacional ?e Me:xico, se e~­~ u~'lron de concentrar fondos par.::. el pago de mtereses Y amortl·

2"C'.

Page 20: Mexico Sociedad_ IX-XIV

. "~( zaciones, cobrando un módico 1% al Estado. ~n~~jp~ ~.a:iles, q~e se presentaba ~orno _un p~so que este d~be~ , , na dar para~gulanzar el caos de tanfas e 1mpedtr una muy posible Ali• monopolización de la actividad por empresas norteamericana}, .. · fue aprovechada por José Y. Limantour, ferviente pr0motor de tan pat,riótico .. a~to, para hacer un buen negocio: la firma ~b~.!SX;:. ·

: L.ÍÍ!.lantQ~úf.:Compró la mayoría de las acciones de las empresas pró- ; •. ~ T'-~mas a ser nacionalizadas a precio de pánico y posteriormente las ·. •; 1, fevendió al gobierno, evidentemente a un precfo mayor)Fueron; ··~~,.

sobrf' todo, las empresas en las que Liman tour y Cía. eran accionis-. :· · tas, donde se registró 1ma excepcional ayuda gubernamental a través de subvenciones: tal fue el caso de la hidroeléctrica de San llde. fonso , el Ferrocarril Nacional y la Compañía úe :::lt:guros Angío-i'tfe. xicana. No se trata de dar una lista interminable de pequeñas "coin­cidencias", sino de señalar <'lgunos ejemplos que ilustren la relación de esta fracción con los actos del Estado destinados a pro1nover la acu-

1 ¡

mulación de capital en su conjunto. · Veamos ahora cómo la estructura de 1ngresos .Y. egresos del Es- \

tado federal incidió en la P!Q!IlOCiQ.Q._cJ.~. la economía. Con r~specto a , ,, ;. los ingresos provenientes de los diversos tipos de jmpuestos, su ere~ !Ji' ~ ciente importancia permitió la obtención de superávits continuos a :'~.- j partir de 1894 (véase cuadro 1). Sin embargo, a pesar de la impar- ·~~ 1 tan te reorganización que se efectuó sobre los tipos de impuestos; ,:Ir'; 1 éstos tuvieron que adecuam:~a.Ja fase estricta de de'>arrollo del ca~ ;~- '· pitalismo que entoñces-Sé daba, y · que presentába: dos--rasgos .. qüe ''!: i: influyeron decisivamente sobre la estructura de ingresos del Estado,:' ·· t' ! Nos referimos, en prim~~ugar, al peso fundamental de las relá~ J ciones comerciales con e~<;lo ... J!n!ndial, y, en segundo lugar, ·. ' ~ predominio de las relaciones de int~r.c3.Jl1!>io sobre una limitada ge::~ \ . nerali.zacióa de las relaciones de -Rfo.qi_l_~!§p capitalistas específi~ ·;~ j al interior de la econom[a. 11acion~rEn efecto, la estructura de in- '·' ._.

. gresos descansó fyndamentalmente en .torno a aquéllos ptovenientes }i/ 1 . ·f' , deJ_ ce~_.rcio ... ~xterior, tanto importaciones com,1 exportaciones ( véa~ '.'.~.:;~ ¡\

se cua~ro '2), que, si ~ie~ r~gistraron un~ paul~f!n~ reducción a favo(-~b;·. ·! de 1.os impuestos que mc1d1an sobre la cuculac1on mterna, fueron los · · ' más importantes 3: lo largo del porfiriato. La fuente de ingresos que ¡, le siguió en importancia estaba constituida por los provenientes de la l circulaQión interna, qu~acias a la Ley del Timbre de 189~- ¡ Ciaron un firme aumenr&:En el cuadro 3 puede observarse esa ten-dencia , que se compara con la participación de las alcabalas en los ingresos totales , relativamente escasa, y que exp:ica su supresión sin que se ocasio11asen graves trastornos a los ingresos estatalest!!abríaque· ;:>recisar que e! hecho de que !ns impuestos a los intercambios internos tuviesen el segundo lugar en importancia de~tro de la estructura de in-greso~ 0 <t'>.tai0", no significó que fueran pagadcs por los c~mercian-

'296

··&':-· ~· .. · ·¡' ·' '' . '

·~ :~ .. , 1,\4 ..

'N('l'l:sos y FCRESOS DEL ESTADO MEXICANO , , ,' L>i<O l : • '' ·• • • .

l L ' (1880-191 J) (En pesos comentes)

Total de

.. 11íuS ingresas

tS80-P 1 24 894 768

¡881-82 30 466 094

1882-83 32 257 681

!883-84 32 697 622

\ 884-85 30 192 347

l ~\85-86 27785076

1 ~86-87 31168308

¡887-88 33 999 039

¡ ~t:S-89 34374783

!889-90 38 586 602

! 890-91 37 391 805

1891-92 37 474 879

1892·93 37 692 293

18:11-94 40211747

!894-95 43 945 olJ9

1895-96 50 541470

1396-97 51495628

!397-98 52 697 985

1898-99 60 139 213

'. 899-00 6426 í 076

l 900-01 62 998 804

1901-02 66 147 049

1902-03 76023416

1903-04 86473801

1904-05 92 083 887

1905-06 101972624

l906·07 114 286 122

[907-08 111910935

: 908-09 98 775 511

i'109·10 106 328 485 l';) lQ-11 111 142 402

Total de egresos

24 092 199 26 247568 33 974 047 28 180 204 35 017 793 26 164 197 31 161693 34 674 255 34748530 34 911 928 39 087 058 40678661 43 683 340 41 921 756 42 905 974 451C2849 48 365 732 51 815 285 53 499 541 57 944 687 59"'23G25 63 081 482 68 222 518 76 381642 79 152 797 79 469 912 85 076 640 93 197 453 92 967 393 95 038 648

100 913 923

Superávit

802 569 4 218 526

4517418

1 620 879 6 675

3674674

l 039 725 5 43P 621 3129896

882 700 6 639 672 63l6389 3 575 779 3 065 56-7 800898

10 092 159 12 931 090 22 502 717 29 209 482 18 713 482

5 808 118 11289837 10 228 479

Déficit

1 716 366

5 725 446

67521 6 373 747

l 695 25 3 3203782 5 991 047 1 710 009

· , . . ) E d · ( económicas del Porfiriato. FUENTE: El Colegio de Mex1co (E,D . sta is icas M' . El Colegio de ¡:11erza-de trabajo y actividad econor:i1ca por sectores, ex1co,

'v!¿xico, s f., p . 323.

. - d 1880-1884 1888-1889 y "' ra· "En los datos presentados para los ano~ e .• ' . .d. ["89--1890 están incluidos algunos dc111c11to5 de confus10n qt·~ 1mp1 ieron " ' · r oc ·ole· y amortl-

.: 1 ejemplo los gastos destinados a subvencionar .crr "' 0 . •

·;:.s:ª~e~~~s ue s~ cubrían con el producto de oréstarr. JS contratados _baJ,? G;;:1to reu'it~gro. Esto a'.tera un tanto las cifras del gasto par~ esos ~~~:

9•

(¡Jor lo que habrá que tomarlos con la reserva del caso). op. Cit., PP· · 297

Page 21: Mexico Sociedad_ IX-XIV

..

FUENTE: Op. cit., p. 201 . tos indirectos (que aparecieron a partir de * Esta columna incluye: minería; industria; impuestos sobre ventas Y otros impues -

1903-1904).

Las columnas 2 Y 3 fueron coin.,atadas con. !especto de la col. 1. do Las colJ •nnas 4 y 5 se compararon en relac1on con la col. 3 por separa ·

~ . ..i ;.. • • ¡.

Page 22: Mexico Sociedad_ IX-XIV

CUADRO 3: INGRESOS POR COMERCIO INTERIOR EN EL PORFIRIATo !

----~--~<1_s_s_~_1_9_11_)_<_R_º'_c_e,_u_~_es_)~-:--~~~~~~~--~......:11~~~7 l To!1/ impuesto Alcabalas Alcabalas

comercio del a efectos aefecto1 Años interior Timbre nac íonalcs ex traniero: , .

% % % . .,

. ,~·~

1880-81 2 622 530 39.78 45.08 ** 1881-82 3 269 687 43.69 38.39 10.92 1882-CJ :; 2!:5 6".-1 45.20 41.46 2.99 1883-84 3 741 273 49.90 36.04 2.17 • 1884-85 4 880 076 65.40 24.50 5.54 l 885-86 4 504 472 55.20 27.40 12.33 1886-87 5 722 619 62.63 21.69 11.51 1887-88 6 361 341 67.50 19.59 ll.00 1888-89 6 920 475 68.54 19.59 10.13 1889-90 7 224 945 65.93 21.37 11.16 1890-91 7 255 669 67.77 21.86 8.65 ' 1891-92 7 216 930 68.21 21.58 8.32

j 1892-93 8 582 399 68.92 18.02 5.58 1893-94 l 1220570 60.14 14.29 4.45 1894-95 12176241 53.87 13.81 4.53 1895-96 14 688 872 44.66 . 10.32 4.42 1896-97 15 842 335 48.47 9.82 1897-98 l 7 409 965 53.84 9.14 l 1898-99 18 596 379 48.95 10.59 1899-00 19844514 50.09 10.51 1900-01 19 676 254 49.68 10.12 1 1901-02 20 913 967 52.37 9.62 1902-03 22 784 545 53.61 5.74 1 l 90_3-04 27 008 616 51.01 0.02

,, 1904-05 27 489·155 50.87 0.02 1905-0t. 27 559 040 58.09 0.02 ¡ 1906-07 28 497 941 60.17 0.03 ; 1907-08 28 9~4 875 59.68 1908-09 27 341 324 59.57 1909-10 28 344 402 60.12 1910-11 28 464 101 59.74

FUENTE: Op. cit., p. 201. La primer<> columna se hizo en base al cua-!10 2,

Nota.: La diferencia que existe en los porcentajes comprendería: minería fu~j~ d0> trn y º''°' llnp~''º' UodU"to '· ' ¡ j **No hay datos. !. ;. • ,

-'., ~' 300

' , Pº~

tes' :u contrario, \!Ya-citad~l,ey de! Timbr~'·i~s consagró como indi­recto~~ cdecir-; como impuestos que se tqi_slada~~!!. a! precio, de tal

-manera que quien realmente los pagaba era ·er~onsumidor fin;ij En d cuadro 4 puede observarse precisamente el enorme peso de los im­puestos que recaían sobre los consumidores, en comparación a Jos llamados impuestos directos, cuya característica central consiste en que no puede ser trasladado su pago a un tercero (impuestos sobre la propiedad territorial, sobre el capital y sobre los ingresos del trabajo) y que además, en la medida en que corresponden a sociedades donde [as relaciones capitalistas se han generalizado hasta hacerse masivas, ruvieron limitantes estructurales que determinaron su escasa impor­tancia. Justamente por estas características de la estructura de in­~r.:sos en el porfiriato, podemos concluir que predominó en ella un ~arácter tradi_<j9Qal, puesto que descansaba fundamentalmente sobre los impués-to~'"f los .i!ltercambios; la promoc!9n_<f1 la acu~ulación d~ :::apital se logro a e~p~JlS~_qeJ~gran_I!l.~Y.2!.'A.4.~_consunudo.res. As1, el porfiriato fue un período de impuestos indirectos y sólo hasta i 934. el sistema impositivo nacional descansaría sobre los impuestos directos.

Si en :o concerniente a los impuestos internos el grueso del finan­ciamiento de las actividades del Estado y del mantenimiento de sus órganos recayó sobre los consumidores finales, se contempló tam­bién el inicio de un nuevo tipo ..ci~,inte.i:yf_nciÓJl,~statal,. destinada a .;aptar ingresos a tra.vés-·ae la_Ef,Qd.usción ,~~a .d~_bien~~ .. 2.~IY.t. , cios: La anti.gua herencia colonial mercantilista que monopolizab:l detenninadas actividades productivas a favor de la Corona -como Ja venta de azogue y la producción y co.mercialización del t~baco­ya había sido liquidada, pero sólo hasta la adrninistración de:.M:mue! Gonzjf~i;; po; el fuerte impulso que imprimió a la creación de una red de_tili_graf os, la po:;terior modernización de los__correos y la par­ticipación bastante limitada en la r~.Jerroviaria, pudo subsanarse esta ausencia de· intervención directa en la producción de bienes y servicios, más asociados ahora a los r~querimientos de la vinculación al mercadQ.JJ}!!!lcl~ty a la formª~ión del mercado interno, y que tu­vieron, de todos modos, •ma iáportancia bastante r~stringida (véase cuadro 5).

En lo que respecta a la estructura eje egresos del Estado, el grueso de sus efectos recayó sobre la expansión del mercado interno. Se tiende a considerar que los efectos del gasto se reducen a la parte deo>tinada a i~ver~,iones '.:> su,bsiclips y que en el período del porfiriato 0)Cilaron entre ti 4.5% y el 10% drl tot .. ! de egresos. Conside1ando unicameni:e. el rubro ce inver>iones, puede apareo!r que la parte de ellas dirigida estrictamente al fom~nto econónico (alrededor del 36% sobre el total de la inversión' pública) y :!O a la coristru<:ci'5n de edi­ficios,. monumentos, etc.,.(avoreció t-senci<.lmente a ios sectores

~01

1 ·111·,

i

Page 23: Mexico Sociedad_ IX-XIV

.1

CUA[)'CO 4: PAR flCIPACIÓN QE LOS IMPUESTOS DIRECTOS E INDIRECTOS EN LOS INGRESOS DEL ESTADO PORFIRISTA (1880-1911) (Porcentajes:)

Total de Impuestos Impuestos Años ingresos directos indirectos

% % . 1880-81 24 894 768 2.18 70.17 1881-82 3046fl 092 1.88 70.35 1882-83 32 257 681 3-70 69.28 1883-84 . 32 697 622 2.44 64.76 1884-85 30 192 404 3.05 68.25 1885-86 2í 785 076 U2 71.08 1886-87 31158 354 6.67 75.04 1887-88 33 999 039 . 6.39 75.64 1888-89 34 374 784 4.24 76.64 1889-90 38 586 600 4.28 77.26 1890-91 37 391 805 5.01 75.60 1891-92 37 474 880 4.95 74.94 1892-93 37 692 291 5.53 69.53 1893-94 40 211 746 5.89 70.25 23.8_5 ' 1894-95 43 945 698 6_96 72.96 20.0L 1895-96 50 521 470 6.65 76.01 17.32 . 1896-97 51495628 5.14 76.94 18.48 1897-98 52 697 985 4.42 77.46 18.l(f 1898-99 60 139 210 4.16 78.56 17.27. 1899-1)0 64 261 076 4.68 77.16 18.14 1900-01 62 998 804 4.41 76.00 19.57 1901-02 66 147 049 5.28 74.60 20.10 1902-03 76 023 416 5.16 75.18 19.64 1903-04 86 473 801 6.35 73.20 20.42, 1904-05 92 083 883 6.64 73.11 19.37,,J... ;:-{ 1905-06 101 972 626 5.41 73.17 21.41 :~t" 1906-07 114 286-124 5.45 71.66 i~:~r~~l· 1907-08 111810935 . 6.62 73.59 1908-09 98 775 520 8.05 66.77 25.16 ''<ft . 1909-10 106 328484 7.72 71.15 21.12 it~ i9I0-11 111 142 401 7.80 • 70.03 22.16-' .

FUENTE: Op. cit., pp. 199-203. 4 '·.

*Otros incluye: derechos, productos,entidades públicas,-ventas de muebles.e inmuebles, rezagos, multas y recargos.

e?Cporta~_ya que se invirtieron en obras portuarias y en subveri::. : cioi,es a los ferrocarriles. En particular las prir.cipales 0tiras que 8e\ emorl!ndieron en esta dirección fueron las portuarias di! Coatzacoal- , ..:os" y Salina Cruz, estímulos a empres<!S privadas const~~S ~;."' 30::!

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Page 24: Mexico Sociedad_ IX-XIV

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fcrroc:i rriles, y , posteriorn1 ;ntc, la cvmpra de aceiones para naciona­uz.ar la red ferroviaria, que ascendié a 5 448 502 pesos. Sin embargo , en el cuadro 6 se observa que et total de los egresos estatales se com­,;,,¡¡c de· los llamados gastos corrientes, destinados a cubrir los reque­~inlicntos del aparato hurocrático-adnúnistrativo-militar del Estado, , .Je los gastos de inversión. Los~g~!C>S...f.2!E~-º-~pepresentaron, sin ~tuda. el grueso del gasto estatal, cuya mayor parte, y esto nos parece fundamental, estuvo dirigida al P.!~~.Q.s~J.QQ~_y_~_alarios del per­sonal e~tat~ - Justamente, esta parte de1 gasto tuvo un efecto decisivo .:n la ampliación del mercado interno, ya que actuó como u11u~~ . !n:mda agregada que se expandía conforme se estabilizaba y_.a,µ­illen taba la burocracia .civil y.Jn¡J.ita. deLI~~_tado. De l 4 626 402 pesos .:n !880-n~81;-pasó a42108 776 pesos -enl9l0-1911 (cifras no-

minales). · En la fase de crecimiento acelerado de la economía se terminaron

Je afirmar ciertos rasgos de la estructura de gastos del Estado que ¡:;ermanecieron a lo largo del porfiriato. En primer lugar, se produjo un firme aumento de los gastos destinados a fortalecer el aparató civil, junto con una reducción de aquéllos dirigidos hacia el aparato mili­tar (véase cuadro 7). En segundo lugar, el aumento de la inversión estatal se sustentó, en lo esencial, en el incremento de la inver­sión destinada al fomento económico (incluída la inversión destina­da a construir edificios y monumentos, en la medida en que per­rnitier~ in la fundación y el crecimiento de la industria del cemen­to y que, por esta vía también beneficiaron al crecimiento del mercado interno); pero,~- empezaron a registrar de una manera un tanto significativa los gastos de inversión que tendieron a mejorar de una forma fP.~trineicfa las_.~~s de s<!l1!5t.ed~aci~n y servj~~s urb~I!_?S d~ _S!~!!~~- I}.4i;;teqs_ \,l.e.Ja. P9l:>.l.~~ión. En tercer lugar, la 1iriciáf bieñvenida que se dio a la inX-~~gm.~~Jranjera y a los capitalistas internos y que permitió la recuperación de la deuda pú­blica, se fue tra!lsf m:man..do paulatinamente en un,gi;ay~.prQP,~~~a, en la medida en que el servicio. de esta deuda (pago de iRtereses, amorti-1..ación de capital) empezó a demanda1 pz.rtes creciéntes de los egresos estatales. Si para 1880 el servicio de esta deuda representó ·el 1.09% de todas las transferencias realizadas por el Estado (que inclüían pen­siones e indemnizaciones), en 1893 ya representaba el 28.77%, y en i 897, año en que alcanzó su máxima importancia, llegó al 34.58%.

De acueajo _la los elementos reseñados anteriormente, podemo& intentar un ~~u~~n de la fonna en que el Estado intervino en la cco­•omía. Es ayiden~c ~uc las bases de financiamiento de toda la acción ad ~iri-;'~aüva, legislativa, judicial y militar del Estado ser.sentaron ;'n ' r, esencial, en k,s_imp'.!e~tof. .. ul. :::~aie~gio_.~.xJe'.."!~r y al gQ!!_lerc;.o interior, 11'!ie!!+rn~ ~ue ios ~~QL!ij,J;e~!Q§. U.~~aron a tener un-iiim-· por ~ancia limitada. Ahora bien. la dinámica de financiamiento que

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CUADRO 6: PA ' tTICIPACIÓN ECONÓMICA DEL ESTADO EN EL PORFIRIATO (1880-1911) (Porcentajes)

Total de Gastos cta. Demanda agregada Total A1los ~gresos corriente (sueldos y salario s) inversiones* Otros

% % %

1880-81 24 092 199 18099743 80.81 6.00 19.18 u 81-82 26 24? 568 . 17975283 78.79 6.01 21.20 1 :.82-83 33 974 047 20 766 937 77.08 7.53 22 .91 1 b83-84 2o 180 204 19 447 440 75.45 8.54 24.54 1834-85 35 917 793 20 664 949 70.82 4.68 29.17 1885-86 26 264 197 20 005 036 77.99 4.33 22.00 1886-87 31161693 23 935 554 73.85 4.48 26.14 1887-88 34 674 255 25 685 722 73.15 4.05 26.84 1888-89 34 748 530 26 928 585 70.20 3 .88 29.79 1889-90 34 911 928 26 247 826 72.17 4.71 27 .82 1890-91 39 087 058 26872180 72.15 4.58 27 .84 1891-92 40 678 661 26 273 055 75.65 4.49 2434

1892-93 43 683 340 25 974 6S8 76.93 4 .95 23.06 1893-94 41 921 756 23 592 502 78.93 8.94 21 .06 1894-95 42 905 974 25 629 277 70.34 6.86 29.65

1895-96 45 102 849 24 324 126 76.40 7 .{.7 23.59

1896-97 . 48 365 732 27 148 051 72.14 5.83 27.85

18'.J7-98 51 815 285 28 382 586 71.81 6.11 28.18 ~

1898-99 53A9.9 ~4;1 .· ;.;;,29 :63 -· : . -.-'.f i~i~º:},~.t .•.. 6.55 ·~l

' "_·:~•: .. e ·· .• , ~ ... '/" :: ,\ ·-. :~,, Jffe:·Y . . : fo> .. -'ij~fp~ :~\ W· ... .. ~ .. r~: .... ...

·-- - .,-..__ . ..;;;.,: """" 1899-00 57 944 687 JO 995 672 70.09 7.48 '29 .90 1900-01 59 423 025 33 738 628 67 .97 7 .84 32 .02 1901-02 63 081 482 35 998 340 67.46 8.62 32.53 1902-03 68222518 36 973 397 68.23 7.09 32.57 1903-04 76 381 642 41 087 292 68.58 8.61 31.41 1904-05 79 152 797 42 557 187 66.65 9.25 33.34 1905-06 79 469 912 43 928 022 68.80 . 9.93 31.19 1906-07 85 076 640 47 805 268 68.59 10.01 31.40 1907-08 93 197 453 52 737 568 67.75 13.37 32.24 1908-09 92 967 393 56 053 472 69.52 9.90 30.47 1909-10 95 038 648 58 093 455 66.90 8.99 33.09 1910-i 1 100 913 923 62 531 596 67.34 9.16 32.65

FUENTE : Op. cit., p. 286 y cuadros anteriores.

* Los por¡:lentos de esta columna se obtuvieron comparando in·1ersiones con el total de egresos. Las otras dos columnas se com-pariuon con la columna de gastos de cuenta corriente .

.... -= ···I

..

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¡111 puso el Estado, r~gida por el prirn:ipi l) del equili brio presupuesta!, implicó un progresivo aumento de los impuestos indirectos internos, aunado a una reducción de los gastos. En la esfera de la captación de

111grcsos, esto significó que la alternativa financiera de equilibrar el pr~supuesto y lograr superávits coadyuvó a que los consumidores finales, el_gryeso de Ja población.. financiara.1 ::l Estado, recayendo sobre ellos el peso ·del costo de la recom.posición económica. En lo con -.:crniente :i los egresos, su fuerza promot.ora esencial incidió en la am­pliación del mercado interno por la vía de la estabilización..y .. cr.ecimien­tc. de la buroqacia. lo que a su vez implicó un crecimiento sostenido de los suclclos y salarios que intervinieron en el mercado como demanda :igregada. Obviamente, esto permitió que se ~xtendicran las_ relacio­nes merca1)liles prioritariamen Ll (. [ ¡ Ls ó.:d:ide~. l.ao d0~ direcciones fundamentales del fomen to a la acumulación se expresaron en los siguientes términos: por un lado, el Estado fomentó .. un eje interno Je dep_end<:_~cia gu.;....f ue el .;0111plejo minería-ferrocarriles-agricultu­ra de exportación, cóntrolado por la inversión norteruJ\ericana. Se le apoyó mediante políticas mineras, ferro viarias y agrarias, que inclu­yeron la entr~ga de la pr~iedad territorial y del subsuelo, s~?ven­cioncs, exenc10nes fiscaley Por otro lado, el Estado promovio u.ia

,. formación sui_g:e!J.~ris_d.d_q1_ercad\?)nterno marcado por un profundo desarrollo desigual, en el que convivieron desde la más sofisticada y 1

moderna concentración monopólica a través de la banca, hasta el \ predominio, en la agricultura, de la~ relaciones de trabajo forzadas) En realidad, esta promoción no podía ser de otra manera, ya que se encontraba determinada por la composición misma del bloque de poder j;fl peso social de los terratenientes impidió que se promovie­se activamente ei desarrollo del mercado interno en la agricultura~ adoptando el Estado más bien una actitud pasiva, que se limitó a garantizar el crecimiento de la propiedad territorial. De igual manera, la hegemonía detentada por la fracción de empresarios que interve­nían ·en el comercio, la industria, ·la banca y la deuda pública, deter­minó que la política financier1, comercial e industrial facilitara y .

--~stimulara la conso).idación óc una estructura monopólica integrada-)·· · q uc, debe co!1siderarse, se instauraba en un país que recién iniciaba! su camino firme por el capitalismo. Sin duda, en .. es.to...colaboró el cará..:ter_,tardío de....su .incorporación al concierto.mundial de las na­ciones capitalistas, ya en pleno contexto del_ imperialismo. Sin em­bargo, el conjunto de las políticas económicas trasladó el eje y las pautas de reprnducción hacia condiciones capitalistas. ya sea inte­gradas a la reproducción a escd;i mundial mediante el fomento al :;ector exportador:, ya sea mediante la profuniización y e::i~ns1ÓH desig;.iafes de1 mercado interno.

309

Page 27: Mexico Sociedad_ IX-XIV

CUAD!W 7: ESTRUCTURA DE GASTOS DEL ESTADO EN EL PORFIRIATO (1880-1911) (Porc~ntaies)

Cattos del aparato del l•.:srado Gastos en intervención soc10f't.:onómU:o

Total Total Total de gastos Gastos <lasl'Ot.' Otros xastosde Gasto1 Ciastos Otros Aros Total Deuda exresos e tes. odmínlrtro1i11os milítarf!~ gastos in11ersión eeorlómicos sociales gastos transferendas pública % % % o/. % % Otros

% % % <' 7o ( 1) 'º ( 1) ' 3) . ( 4 ) ( 5 ) '6) ( 7 ) ( 8) ( 9 l (JO) ( 11 ) ( 121 1880-81 24 092 199 75. 12 20.0J 48.02 7 .02 6.00 3.63 -1881-82 26 247 568 0.30 2.07 p: ~4 1.09 17 .75 68.46 21.90 38.43 6 .89 6.0 1 1882-83 33 974 047

2.80 0.4 1 2.80 25.29 0.40 24 .89 61.12 JS .21 34.37 5.68 7 .S3 1883-84 28180 204

J .57 O.JO 3.66 3 J.)3 0.02 J l.J 1 69.01 24 .12 37.06 7 .83 8.54 2.72 0.11 S.71 22.44 1884-85 35917)',J 57.53 21.57 29.96 6.00 0.17 22.).7

1885-86 26 264 197 ~.68 1.62 0.04 3.0 2 37.77 0.39 37 38 76.46 25.36 42.52 8.58 4'.33 1.44 0.07 ! .82 19.20 0.28 1886-87 31161693 76.8 J 18 92 29.03 39.54 8 .14 4.48 1.30 0.29 :.89 18.70 1887-88 34 674 155 74.07 28.80 37 .04 8 .23 4 .05 0.91

0.33 it .. 1 0.08 J.06 21.86 0 .10 21.76 1888-89 34 748 530 77.49 29.84 38.07 9 .58 J .88

1889-90 34 911 928 1.12 O. JO 2.66 18.6 1 l .93 14 .68 75.18 29.JS 36.80 9 .23 4.7 J 1.68 0. 11 2.92 20.10 2.\4 1890-91 39 087 058 . 68.75 17 .96 26 .99 33 .13 8.63 4.58 1.79 O.ID 2.69 26.67 IM3 16 .04 1891-92 40678661 64.58 22.53 32.77 9.28 4 .49 1.68 0.17 2.64 30.92 1892-93 43 683 340 59.46 21.45 • 29.27 8 .74 4.95

15 .53 15.39 2.80 0.1 7 1.98 JS.58 24.)8 11.20 1893-94 41921756 '56.27 20.61 26.67 8.99 8.94 4 .58 0.09 4 .27 34.78 28.77 6.01 1894-95 42 905 974 59.7 3 24.71 26.10 8.92 6.86 2.36 0 .07 4 .43 33.39 1895-96 28.92 4 .4 7 45 102 849 53.93 20.17 24.77 8.99 7 .27 3.77 0.14 J.36 38.79 1896-97 48 365 73i 56.13 21.18 24.62

34.36 4 .43 10.3 3 S.83 3.7 2 0.12 1.99 38.03 32.52 5.5 1 1897-98 Si SIS 285 54.11 19.51 24.74 10.52 6.11 3.7 J . 0.16 2.24 39.11 34.58 4 .53 1898-99 53499541 55.39 19.16 19.7 J 16.52 6.55 3.87 0.33 2.35 3s:os 33.8 1 4 .24 J 899-00 57•>44687 53.49 17.97 24.44 1 J.08 . 7 .48 2.67 0 .42 4 .39 39.01 nso 1900-0 1 $') 4 23 025 56.77 18.39 ·" ~ 1 26.05 J l.05 7.84 3.14 l .25 l .4 5 35.37 28 3 1 1901·02 63 08 1 482 57 .06 "" 18.78 25 .81 12.47 8.62 3.00 1.76 J .86 34 .30 28 49 ,'\ X 1 1902-03 68 2225 18 54 .19 18.25 23.34· 12 .bU 7.09 J . JO J. 17 2.S.2 38.70 '.\.:0 .20 ti 'i ll 190)-04 76 381 642 53.79 17.63 21.25 14.9 J 8.6 1 3.08 3. 18 2.JS 37 .59 ) 1.03 "' -·"'• 1904·05 7915279" 53.76 18.27 19.54 15.95 9 .25 2.55 4.42 2.28 36 .97 N.54 7.·0 1905-06 79469912 55 .27 18.00 19.31 17.96 9.93 2.87 4. 19 2.87 34 .78 26.59 8 14 ¡ 9n<.01 85'076 640 56.30 18.35 19.3!· 18.60 10.01 2.44 5.01 2.56 33 .79 24.94 X.85 1907·08 93 197 453 56.58 11.27 20.5(. 18.75 13.37 3.48 S.56 4 .33 30.04 22.38 7.66 1908-09 92967 393 60.29 18 .38 21.0" 20.84 9.90 2.63 3.53 3.14 29.79 21.3 1 8.-' 8 1900-JO 95 038 648 61.12 18.69 21.3 , ·21.12 8.99 2.31 3.33 3.35 28.82 20.97 7 .85 1910-11 100913923 61.96 17.05 22.8:1 22.08 9.16 1.74 4 .06 3.36 28.87 23.43 5 .44

1:UENTL::: Pítn la elaboración d~ este cuadro sirvieron di: bue lo~a101de101cuadro!t1nhuiorH.

La colur:-na 2 comprende el total de ga1to11 tn cuenta ccmlen°le comparad.11. en :rclacJó~ 11 lotal de o¡re101; la 3 comprende auto• un admón., de Juslil:la y 1at101,011er11Jet del ¡obfcrno; u1r~ compat1du \..'n ·,1 . . •

relación ·:iln el total de guros en cuent• ~orrient~: Ja columna 4 comprend.éf{Odol 'ló'J'111.1101 de 111 fuerzu armadu CJtuerra y marinM) y como Ja anlerlor eslí compt~.11d1 con la col. do ga.stot corrJt!nt1:11; la ' ~ .. 1

col . S .e refiere a atros giulo• en cu~nta corricnct.!', 1.,mblón comparada en·1"11'cl6n é0r1~•• cuJ. 2; 11 col. 6 comprende canto 101 , .. h>• do pro1111Xlón c:conómJca tOrnO al~• dodJctdnA • 1w• ro•~t•li'4'ndalc1 Y·'

1; ~ .::i~ :c:~~!=ft~I r~-:!~r"rt::.~~~!;o~~; ~~=~~~==~~: ~1:W~t.~ :~~.:ri~: ~:~1:::::..e:;=::1;·c:~,•c°:J:: ~º!:':•:!!,~~o.n:~~-'!i";=t':::~!~:· ~~~·~~~~ ..

. C\flt~. · ··...-·,,, ... .._,...ta.,,...~ ...... caMeW ..... .....,...,i •. ~:-'~~-~......_J:i,doii, ....... .._,..,...., .. .,.,,..~_,,,~~--.. ~:~":.. .. ,p,1-'W·~· ....., .~ • ....,__...........,...,~o: .. ....a u ................ ......_~._ ......... ...._.. ............... _,... .. ..,. 10.·._._.....,...,.,._ ,,_,~ ~.,.... . .... :-:: r.- ~ · · •·

i' .. ~ .... ~~ .. -~···· ,·:::. ·~~ .... ~-------"' -.... - ~- ~ .. fg;f? ...... ·f · tfu ·<¡. ~- - --·

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3. LA CRISIS POL(TlCI\ DEL ESTAl.JO " LUCIONARIO (1900-1910) y SU ROMPIMIENTO

Ex · Z '"!lmaremos en este apartado al u d 1 · ... .

que mtervinieron para desencade g nos e. ?S el~me~tos esenciales . en el poder, la cual afectó parf ~ar una cns1s al intenor del bloque;::·' hegemonía de los em res . icu armente ~su factor aglutinante: 1 ·• f ves ~el merca_do inte~o. anos que monopolizaban las actividades cia~tfJ;

emos senalado que en esta f . , . ,,:;¡ mente los (capitalistas nacionale:accio!1jªrt1cipaban predoniinant~:¡~1i!· ses'. re_sidentes o no en el aís asoc~a os a ~nversionistas france:\~~ acc10rustas en los rnonQpoliof inctu qtu~almtervenian _c0mo principalef la banca. pesde la fundación det~.i:ic:-Y- C~fl1.'<rc.ia1es? así como en _p_resentaba sus intereses en 1882 mo""'' ~~_?.!l,!11 M.t.,~9ano que re- Ci • se obtenían por una serie de s ? . nopo zaron los beneficios glJe--; cas: . otorgación de preferenci!;~~o~ prestado~,ª las finanzas pubíi:'-la deuda pública, retribución ue a ~olocac1on de los bonos Cfe"' al banco por la concentració;! d e} godb1erno se comprometía a dá[f~ ! externa, servicios a la deuda . t e on os para el pago de la deuda -~ : _<;;Qn_ Ja reforma ciel convenio1~ e:~a i a!º~ bonos de fe~rocarril, etc . .t.'. i ) 896, se reforzo' "'' -- . . ngma eiectuada por ~o r , t· ¡ M-, . \/V",.>- - ._.w..... monopobo q · , "' en .- , . . exico sob ·e 'as fina -. ~-v - ue e3ercia el Banco Nacional d ;~.i. t

d_e --~ es.tá1'~;Z:r~;~es. Sin ~el bargo, desde la ·aeéiatt · :i cio~es con otros grupo<> de on ~~~fil,!IS, ocasionando -.fi-( t~ll_fille reJl.ÜL4J,: C~ . emp~esanos en función de las cufil lización delremisió~· d:c~~nes. tal fue e1 caso de la monop' mer~io de 1884 favoreció al ~tes de b~c~, que eJ Código de Có

-td~t~irnento de los bancos e ~mpaner fumtantes a la emisión;. e· ffi~!~_IJl.o~etaria _ y finwcie~a. ~ e~os, y a favor de_ los ~randes; ; (prestdenc1a de ·~~f"'G""' ~~!fada ~n e1 pen9do 1880-18 finanzas públicas a que''C'"~á}_ez) . causada por el déficit de·;hs , r?n la red feuoviaria. teléon fiUJo el aum~nto del gasto '}Ue e~~e! :rt sm restricciones y gá.ránf-;--·gf!!__<?§.,!.. Pll:ertos; etc., así como Ja emlsi, · :$ . 1

pular _ciertas limitaciones I!~ f~~ ~~e?!uardn l_os bancos, obligó a e~~Q e! capital que exhibiera el banco 1111Sion ~e billetes (no mayores qúe:~ . titulas de la deuda pública) 'garantiza!1as en 33% con dectivo o' co Nacional de México p que otorgab~ una fuerte ventaja al Baú- '~:~ ~mbargo, t¿into el Ba-ico ~~ s~o~~yor disp,o!?-1bilidad de capjtaJ. Sin #~

e bancos estatales, se opusieron res Y ~exico com~ una coalición .\ . 10graron su anulación en lo fi a cumplir con este codigo hasta que ""~ 1.889. Posteriormente ca 1 re eren_t: a Jas restricciones bancarias er;~ c1ones de Crédito en' l 8{)¡ ªs~r~a~1?n, de la Ley l?eneral de Institu- . -~e ya entonce:; se encont;aba Jt:,º alotro conflicto t:n+re el BN?1·~: . . es y e$tatal~s, en la medida e . BLM _contr:ªJos bancosjo,.1~ mono~olio territorial sobre Ian equ~ ~cha ley pretendió-impó~er uri~

nus1on de billetes q"Je dejaba en:l:i~· 310 -~~

nianus Je los dos grandes bancos a_ .a ciuda~_ge __ México, los que ade- _>---, 111ás po<l ían circ_ular sus billete:._ €'..~- · provincia, pmbibicn<lo en esta .. área fa Circulación de -.Q_i_!!e1es .. w~ .. !g~_..Q.,~n.cos .. prp_y.i,nciajcs. Los bancos ¡¡-.:;a les encontraron la manera de evadir Jas disposiciones de esta ley ·sin hallar gran resistencia por parte de los dos grandes monopolios bancarios. La situación cambió radicalmente a partir de la primera década del siglo x x, cuando bajo los efectos de las crisis de 1901, J 905 y 1907, las bases económicas para llegar a acuerdos concilia­torios se vieron seriamente reducidas.

En efecto, tras la intención .. d" que uno o .dos bancos monopoli­mran las emisiones de billetes, no sólo se.encontraba el interés par­ticular de monopolizar los beneficios de la emisión, sino el ."interés general" del conjunto de las clases dominantes para ~.r_q~~}a creación monetaria desenfrenada rebasara la oferta y la circulac1on real d.~-~ercmilis;aésp'enarid'ó 'énto'nces afc.onjunto de la economía por la es.pfraljnJ]a<;,i_~:m?ria. Mientras los ritmos de crecimiento de la producción y la expansión de las relaciones de intercambios asegu· raron la absorción de las emisiones monetaria~ cosa que ocurrió en la fase de crecimiento acelerado de la economía, se pudo l!egar a arregios conciliadores que dejaron más o menes intacta la libre emi- · · sión de oferta monetaria; pero en la fase depresiva de la producción se requirió de un control más severo y efectivo, que redujese los rit­mos de inflación interna. Justamente esto se trató de implementar

·con la ley del 13 de mayo de 1905, propuesta por Lim-ª.PJ,Pur, qúél la!J.rncntó las restricciones pa::-a conceder créditos y emitir circulan~ mediante la obligación de mantener un mínimo equivalente al 50 'ó

del valor total de la emisión y de los créditos en caja como garantía. Esta disposición beneficiaba a los grandes monopolios bancarios, el BNl-J y el BLM, que en i 910 controlaban el 52i del total de los acti­vos de todo e1'sistema bancario nacional formado por 32 institucio­nes , y perjudiCaba ·a la mayoría de los bancos provinciales.

En base a esta ley se restringieron bastante los-créditos de los ban­cos ,pequeños, y, además, se. vieron obligados a hacer efectivos sus préstamos anteric:·es. Este ·conflicto económico se,..agmtizó_en..19.08, cuando se reformó la Ley-de .. Instituciones..de .. Créd~to en el sentido de prohibir abiertamente a los bancos de emisión el otorgamiento de créditos sin suficiente garantía, al mismo tiempo que se les obligaba a liquidar o traspasar ~odos los créditos que no fueran de estricto descuento. Con estas medidas se intentaba reforzar los co!ltro!Ps so­bre la oferta monetaria para concentrarla ... en el BNM . Este nuevo intento se quedó en esu, en un simple intento q~~ no logró el i.1onopolio de emisión y de créditos, pero que ocasionó pánico por la elevacü~n de las tasas de interés, los cobros precipitados y la suspen­sión relativa cl~l crédito.

· El desarrollo . de.estas ~~~~.§.:~el\~~l sene ud

311

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/.'.\ ... . ~ . . bloque de poder, coincid~ó con la agudi~ció~ de las c~dicc!Qnes _'. ·

..P~Qlític¡as ~ntr~J.~s_-f!!~N.n~_Ue .J?I-Q.E~tanos. Al conce~rse e~., po'á~f 'polttico en el e1ec~o, liS ~~~~l!S f~l}~~menta!~s entre las'.':~~r fracciones con mayor capacidad de representac10n pohttca se reafi. zaron en el gabin!!te de la presidencia, en la disputa por puestos mi·.;·\ nisteriale~n ~f"'Coñtrol de las secretarías. Destacaron . J~!lquín:\'i'. Baranda, que desempeñó el puesto de secretario de Justicia e ln~ ~~.f!i\ fiucción Pública, r~presentante político ~e! _grupo !Jber~ más jacO:,'*~

. bino, el cual se veia apoyado por la amb1c1on pres1denc1al de Teo:-:9:~¡~: doto __ f.\_, _Dehesa, gobernador de Veracruz después de 1892 y cabeza~'.~~;;;~: viSible de los .gru; ·os oligarcas de la región; Bernardo_fü!yes, secre: ·· tario de Guerra, caudillo regional norteño que llegó a desempeñar el puesto de gobernador de Nuevo León; finalmente nue:;cro viejo il

conocido, José Yves Limantour, secretario de Hacienda desde l 893 y representante de falfaCcion· más dinámica de empresarios mono­pólicos. A partir de (1900;:.Jas luchas entre estas fraccio11es se agra-varon por la crccicnfe·-iflfluencia de Ljmantour y por el enonne prestigio que seTialJíá'gaña<lo areqllilibrar los presupuestos, lograr . superávits y rehabilitar la deuda pública. Ese mismo año Joaquín · Baranda, que enfrentó abiertamente a Limantour, se vio obligado a dimitir. En 1902, ocurrió lo mismo con Bernardo Reyes, ministro de · ~· Guerra. Ambos casos revelaban el poder de los llamados "científü ~~· t co~" ! ya 9~~ el procedimiento_ para la expu!sión de las frac~iones fue. '.'i;,;~ .. ~l'mismop.L1mantour amenazo con renunciar por los contmuos ata-1~~'1f

V ques de estos mini~tros, y Díaz, sin yacilar "ren~~ió" a los otros4~;:i.:·;:1·-' J~ero,~ 1~Q3.;lj1eron1() qpe parec1a ~l paso_ dec1Sivo e.n ~l _c~~~ro_l:: .. ~~1· ;

-~~l poder pql1tico:llggraron lffiponer una reforma sobre !-ª'_.su~n· :~' ·,, ,¡. Pt~§i.d~ciaj que consistió en la acepJ~~iqn .. ~e_tm vicepreskk_nte, m~~ ~t_ j,: .• · dida a la que se había opuesto sistemáticamente Día~además, cori~:\'~::,;<\J. , siguieron imponer a su candidato: c!on LlaIJ1qn_CQrraj. En 1904, el .> J control político de los "~jentíflco'S'.',~ se hahlaco;isoñcfado, al parecer .. i totalmente, ya que junto a Limantour como ministro de Hacienda, - -apareció Miguel Macedo como ministro de Gobernación. Lo~ dvs ~:,, ministros claves del Estado, la direcc\.fulJ>.Qlltica y la directj{>J!,_ec.Q­nómica, parecían estar en sus manos. Sin embargo, ~ste ere.ciente . COntro{só_lo .aCIJ!f_en_tóJa@~uras P,Ql_íticas C.,00 los poderes regionales del norte y del Golfo: al no haber espacios polúicos para contraba· laiicear-ia exéfüsióh" de est 1s fracciones del poder ejecutivo, sólo se afirmaba la tendencia al enfrentamiento.

Y .. efoctivamente, estaJJ~ura política volvió a dilatarse bajo los efectos de la ~~--~JJº?.·~Y de las medidas de política financit.r:i , y rn,Q_!let.arfa que Limaritoui: impuso . . Creció aún más con la crisis de , 1901; y la ola de descontento q~e emergió entre las fracciones de p.iQpk~ari..Q..S · d.:: ic1minó que la aparente resobción definitiva el.el con~.., trol del !1º<l~r polit!co .Lfuyqr ~e1g!"L!P9 . .de los científicos, crista1za·

312

'

·0 · d esta f rae-., candidato a la vicepres1 cncia e . . . ia en la aceptac10n del . Díaz . en vísperas del m1c10 de ~¡ón, fuese replanteada P?r el ~~s~;l O. A través de ta entrevis_ta con

l ·ampaña P. ara las elecc1oneCs l D1'·1z pretendió estar d1spues· a '·' · • no rce man, , , . · ,¡ pt:.riodista norteJ:menca .b.lid des políticas a todas las fracciones. ~o a abrir de nuevo las ~os~ ~ar;e : el enfrentamiento entre las frac­i;;¡n embargo, e_ra dem.asiad imiento del bloque en el poder y al ata· r. es conduc1:i ya al romp -¡:1on , · d. 'bue a su centro hegemomco. M';.,¡., rle hegf(!nonía, pero que, '! ..... t

1 Se abría entonces una f.!.1e~~mitid delSígfo x1x. cae desde ferencia de la que suced~ en t ~~~~~inantes sobre una socic~ad que las csfe~as del poder de ª.s ce~~0s cambios económi<;os y sociales. L~ ha c•1fr:do ~cele~ados y v1ol o iación de la tierra a las comum­continuaci?n agiganta?ª el~ ~u~~réi~se·:·· los .. campesinos pobres , qu~ Jades ind1genas forma u~a no ·ornaleros o corno peon~,s acas1· p' dulan como arrendatam~sd co~riali~lación y de la urbanizac1on tam­ilados. fü.~sarrollo ?,e l~ t~ , us ial diluyendo a IQ.s . .aLtesanos ~n la l)l·e'n fom~ntat:í0l..1Wnmciac1lon socb ,.a. "·En una palabra esta crisis de

, . · .· ···- ·- ión de la case o rer - ' crec1ente--integr.ac ·· ·" · ¡,dd masas. ' gemonía ca.; sobre una soc1er , e JC ) )

u-:cTURAS RECOMENDADAS

. El dadero . Diaz v fr• revolución, México, l. Bulnes, Francisco, ver - .

Ed. Nacional, I 967 · · . . d 1 poder politico en México. 2. Córdova, Amaldo, La fonnacwn e .

México, Era, 1972. _ . El p. firiato vida politica interior. 11, 3. Cosío Villegas, Dame1,M,' . or Méxi~o Hermes, 1974(2a. ed-).

Historia Moderna de e~co, el b'stado mexicano, Méxica, El 4. Leal, Juan F. , La burgues1a y

Caballito, 1972.. A .. sobre mi vr'da pública, México, <; Limantour, lose Y., punies • - · Porrúa, 1965. . 1 . , n bancari~ en México, México, S. Manero, Antonio, La revo ;1cw 67 .

Talleres Gráficos ~e la ~~c~on, 1 ~ ,;nte el Porfiriato, México, 7, Raat , William, El pos1t1V1smo u

col. Sep/Setentas, SEP, l ~75... la dictadura México, Porrúa, 8. Rabasa, Emilio, La Constztucwn y ,

1 ?68. Evolución política del pvebw mexicano, Obr~s 9. Sierra. Ju:;to , s· XII M.>v\rn UNAM 195 · ·

completas del MaestErol dJ~sto a :;:!desar;oú~· ~~~~ómico ·d .' Mé-10. Vernon, Raymond, l em -'

x ico, México, Diana, 1969 ·

31~

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~ (

'

XI. Las estructuras agrarias bajo el porfiriato

Marco Bellingeri Isabel Gil Sánchez

1. EL PROCESO DE CRECIMIENTO DEL SECTOR AGR(COLA

La "colonización"

EJ proceso de expropiación de los productores comuneros -la lla­mada "colonización de terrenos baldíos nacionales" - está indisolu­biemente ligado a la aplicación de la Ley Lerdo (1856) sobre la desamortización/división de las tierras comunales.filna serie de leyes dictadas entre 1883 ·y 1907 adjudicaron a particulares y compañías alrededor de 49 millones de hectáreas. Además, la activación de este proceso expropiatorio, sobre todo en la década de 1883-1893, tenía el propósito de volver disponibles las tierras consideradas improduc­tivas a bajísimo precio! semejando al proceso de colonización que aproximadamente en ef mismo período conocían Argentina y Aus- \ce tralla. Simultáneamente a la(.desarnortización de las tierras comunaleiJ~' el mismo crecimiento natural de la población agrícola hubiera pro­porcionado los brazos necesarios para cultivarlos. . El proceso tuvo un impacto diferente seg_ún se tratara de dividir o deslindar, como se decía, terrenos verdaderamente baidío~;~ los estados menos poblados y comunieados del norte se registraron los mayores movimientos de tierras nacionales (Baja California, Sonora, Sinaloa, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Durango, etc.), do~de compañías y particulares ex+ ranjeros, princ· palmente estadunide~ses y británicos, adquirierC;n grandes extensione~No hay que olviilar que desde la mitad je la década de 1880, se marca el fin de la expan­sión hacia el occidente de la Unión Americana, con la construcción de las líneas ferroviarias que unían las dos costas. En realida'.i, el fenólT'"no de "coloninción" en los estados fron!erizos del norte es en sí mismo una etapa más c!e la expansión hacia el sür y ti occi­dente de Estados Unidos.

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,~~,

:~~·. · ~ ..

\_gl "1mado proceso de colonización se extendió a zonas ocupadas . por poblaciones indígenas en el mismo norte; el caso más conocido.. . ·i· . .

es el de la guerra de_ e~terminio de ~os .Yªq~is y mayas ~Sonor1Jqué9 nos parece muy semeJante a la an1qu1lac1on de los pieles rojas del · norte{f>e lo que aquí se tratab:: era de destruir una población organi-zada y prácticamente independiente -·una nación- , para ocuparsUs:". ¡· fértiles vall~.i · . .-.·

lE_on la ley de 1884 se fijaba como extensión máx1ma de. toda -t:" 1 concesión (a compañía o particular) el límite de 2 500 hectáreas 5:<.,; viflculando la propiedad definitiva sobre aquélla a su efectiva colO:" ' nización. Tal ley nunca fue respetad!;.! De todos modos, tiene un cierto valor ideoló~ico. Indica la dirección original q ue se pretendía imprimir al proceso: crear propiedades mouernas y no la tifundios abriendo la posibilidad de ponerlas al alcance de pequeiios y me: dianas agricultores, repitiendo así lo que se juzgaba sería el modelo ,¡· de desarrollo agrícola del vecino país del norte. Ésta, más una es­peranza que un verdadero proyecto, fue casi inmediatamente anulada ;,~:; o superada por la inaplicación total de la ley y su definitiva abolición · ~ tr~vés de Jos nuey?s dec_retos de J 8937 que borra1)an cualquier ll

obstaculo a la creac10n de mmcnsas propieda_des. Tampoco fueron aplicadas las vieja_s leyes que prohib ía!1 a e~tranjeros poseer terrenos . :, • en zonas fr<?nten~ leyes que hab1an sido promulgadas después :~·: · ~ de la desgraciada aventura de la guerra de Texas, en 1838. · · .. : :i:•.·;.:. . ·1

\En el sur y sureste ~el país, los e~tados en los que más se .dio el!~ .. ·~~· des'Iind

0e de tierra~ co~1s1der~das bald1as !ueron: ~hiap~ donde;m~,:·~:: .. ·. ·.'

del 40 ó de su temtono, eqwvalente a mas de 3 millones de hectareas ;'.·~~:1~ , .

declaradas terre_nos nacion~es, fu~ron deslindadas;~ costa de<;>a:~f;': xac~ donde mas de 30~ mil hectareas pasaron a manos de particll}§.l ;,,_i lare~; y~s costas ~e Qumtana Ro3) donde 40 mil hectáreas ru:~o~+"f·~':.' .· . . deslindadas y sucesivame~te concentradas en dos gr~de~ compam~, ~'f~· '· _ ~n Tabasco como en Chiapas, cerca del 50% del temtono fue deslm• } .· .. dado.J En Veracruz se deslindaron poco más de 100 mil hectáreas, >' ' mientras que en_ Ta1i.a.ulil)as las tierras por colonizarse sumaron aire::~ ~,.,'; dedor de.350 mil hectareas. . 11 . :-. ..

La ubicación de los terrenos disponibles a _la colonización nos <:ir~ ' · ! indica porqué en la zona norte y tropical tal fenómeno tuvo más rele-. i¡ vancia, aunque con grandes diferencias de estado a est<~do . Si compa~ /1

ramos estas dos zonas con la parte central del país, el contraste es :: más evidente. La media dellos terrenos considerados baldíos y sorne- ! ti dos a deslinde alcanzó eil los estad9J· del centro el l .27% de su 1 superficie total . En e: estado de México, por ejemplo, la superficie ¡ deslindada fue de apenas 40 mil h~ctáreas, esto es el 0.8 % de su

1,

surerficie total. La gran mayoría de las tierras útiles ya estaban .}\::,, ocupadas por las haciendas y por los pueblos que, si se vieron afecta, :;; dos por el proceso Je desamortización de los terrenos comunales/~~'·

•' f(.i;· .

316

,010

w contaJos casos perdicro11 tie rras con IJ aplicación de las leyes Je Jcslin<le de 1803 y 1 8~3. __ . . . .

Como veremos postenorrnente,\!._os benellt:tanos del trasraso de , . h t1 e11a parte del territorio nacÍ()nal a manos de particulares ,ui.t 1 G ¡ · 1 1 t ' fueron . tanto en el norte como en e o lo. e sur_ y e su

1res

11e. codm-

paú ías extranje.ras .~poderosos pa~ticulares _q u~ ve 1an en as ama as !eyes de colomzac1on una excepc1on_al posibilidad de_ apoderarse de tierras en zonas aptas para producc10nes agropecuanas y forestales

de exportacióEJI

/,a integración del mercado interior de productos agrícolas

El últi mo cuarto del siglo marca el momen~o. de expansión mundial de Jos intercambios, tanto de productos bas1cos de _consui:no como Je materias primas agropecuarias y fores_t?les; al mismo_ tiempo, el crecimiento interno natural de la poblac1on parece p:-cs1onar a las economías agrícolas para aumentar el volumen y el otmo de_su pro­dl.ICCión . La tendencia de los precios de los productos ~rop1~ales Y semitropicales registra en general , al menos hasta pnnc1p~os del siguiente siglo, el fuerte aumento de la demand~ de l~s paises eu­~opeos y de Estad~s Unidos. Su rápid? des~rrollo mdustnal demanda vvlúmenes mayores de nuevas matenas prunas, entr_e las ~uales . des­tacan las fibras duras y el caucho ; mientras qu~ , el mismo !tempo, los p.-0 ductos de consurro no directamente de pnmera necesidad, como . el caf~ . el cacao, el tabaco, la vainilla y las maderas finas, encutntran un incremente de la dema11da, por la ampliación d~ pa~rones de con­sumo de la creciente población ur'IJana de los paise~ imP?rtadores.

El crecimiento de la población urbana en el po~finat~,_hgad~ a su vez al desarrollo de algunas actividaries de transt?rmac1on Y ae los centros 3xtractivos, impone producir mayores volumenes de ~roduc­tos básicos de consumo, así como, aunque en menor medida, de aJaunas materias primas para su transformación en el país. Po~ todo esto, la estructura tradicional dei mercado de_ .productos agncol~ , . caracterizada, así como hemos esbozado antenormente, por una cu­culación lenta y dificultosa de reducidos excede~tes, ya ~ reve~~ como un obstáculo al crecimiento de la econ0m1a porfinana. Sm embargo, la superación de los principales límites del mercad_~ tra­dicional , a través. de la abolición de las alcabalas, ~~ construcc1on de ur,a red ferroviaria bastante compleja en extens10n Y ran:aies, ~, finalmente , la tendencia , por lo general fa vorable , de lns precios a~~·­colas ri.o fue todavía suficiente como para adecuar la producc1on agropecu?.ri:i. !!<icional al rit1110 de r,r.::c~mient~ uaturai d~ la p_obla­~ión . Por el contrario , se·.·:ín las econor.uas tcop1caleso s ~rr.itrc~·H.::tles de exportación las que aumentarán constantemente el ~ulurnen d~ }a producción para el mercado internacional , mientras que ia producc;or.

317

I!

Page 32: Mexico Sociedad_ IX-XIV

de. materias primas para ~l _consu."10 i?~e~o llegará, a finales del pOii~" • finato, a provocar W1 cntico desequilibno entre oferta y de~r · Sólo cuantiosas importaciones de maíz pudieron evitar verdad~~- < ·· hambru~as. Conviene ap~tar, sin e~bar~o, que esta posic!ó~, que., •. compartimos con el eqmpo de la Hcstona moderna de Mexzco,:-ii, ;,, 1

opuesta a la recientemente expuesta al respecto por John Coati:~, worth, quien afirma que t.1 términos generales la producción de ali:;1,:· mentos fue adecuada bajo el porfüi<>to y no sufrió por el desarron(;'ki: d~, la producción comercial (materias primas, productos de exporta;~~~ c10n). : · ·

t_g_l proceso de integración de! nercado interno sería en gran parte inexplicable si no se analizara brevemente la con.;trucción de la red ferroviargj Todos los autores coinciden, por lo general, en señalar que la política porfirista de fomento a la expansión del ferrocarril aventajó enormemente a la estraiegia de penetración del capital ex. tranjero, principalmente el norteamericano, en los sectores máS dinámicos de la economía del paí~ese a todo, al mismo tiempo·s~ ! ' subraya cómo tal política, basada en la competencia entre compa:

1 ñ ías y líneas en ocasiones paralelas · y la aplicación del "modelci ~ . norteamericano'', dio sus mejores re$ultados en dos aspectos: J) ta:' consolidación del poder central, e irónicamente, se dice también su.!' desmoronamiento después de 1910, a través de la posibilidaci\ié': me vilizar con celeridad tropas y parque a lo largo del país; y 2) en:· ·'!'~- ti complejo proceso de unión y sucesiva integración de los distült' mercados locales de productos para el consumo interior. Simul neamente, se facilitaba la comunicación entre los centros prod •'· tores de export~ción y los puertos, rrúentras en el caso de Estad·· Unidos, que absorberá buena parte de estos productos, se conec ron directamente centros de producción con centros de cons -"'· .

Sin er:ibargol,!:s altas tarifas del t.ransporte rrútigaron, al menos'J · ) en un pnmer penodo, la competencia entre los diversos mercados'~-: t · regi~nales tradicionales~ discrm:nnando siem~re a los pequ~ño~if;-¡5~ l medianos productores y favoreciendo a los mas grandes que podían·l~,.. f contar, ya a finales dei porfiriato, con escapes y estaciones de ferrci~\/ 1 carril internos ~.sus grandes haciendas y plantaciones, y ahorraban. ,;., ~ en la contratacion del transporte por vagones, mu_chas veces lle~ ¡ nando ellos mismos la capacidad total del transporte en épocaS de"•,"' í mayor movimiento de mercancí~ ·. ·' (

En el caso de la construcción del Ferrocarril Mexicano -inaugu• ! rado en su tramo completo México-Veracruz el 1 de enero de 1873A<' qi:p ~ruzaba diver~as zonas productoras como la pwquera, la mai- . r:era, la cerealern y la tropis21, el efecto inmerliato en las distintas ;;..: etapa0 cnm~-;utiV-dS d~ wnstrucción varió en lus diferentes sectorés·J Y tipos de pro~ucción. Las haciendas que ~roducí~ cereal~s y _ i~~ .. gumbres, especialmente en el estado de Hidalgo, Vieron bajar sus~

lf

, ·ios ya desde J 867, año en r 1 cual el ferrocarril unía la capital fe­r"~ con Apam y Apizaco, por la introducción de maíz y cebad~ er venientes de zonas del estado de México en las cuales eran posi­

~'1r~' . !llCnores . costos de producción. Tal fenómeno fue identificado De~ " ..

, el mismo gobernador de Puebla, en I 872, como un positivo ~~~ " . Los altos. p~ecios de transporte y la persistencia de l~~ .. lc2ba~as . pedían de fodos modos, que la crisis de sobreproducc1on relativa un ' ' , . b l a]i:anzara graves extremos. Por esto, el eiecto mas negativ? ~? re as h:iciendas cerealeras ~e la región d~ Puebla fue ~a desapanc1on de la ar.,ería, que consumia grandes cantidades de ma1z y cebada. .

Muy diferentes fueron los efectos del ferrocarnl en las haciendas ,¡ ~ productos tropicales y semi tropicales de la zona de Veracru~ Y ~e i:i i;osta , hasta Jalapa, hacia la cual partia uit ~1:~u.iJ0 ra:m: ... -~m duda, éstas fueron las que más se aprovech_aron de I.a ~ueva s~tuac1on. Las plantaciones de café; tabaco, caña, azucar y vamilla pudieron ex­ti.:r1derse en zonas antes improductivas.

Por último hav que destacar, como un? de los efectos ~ largo ..,l<zo de los ferrocarriles sobre el sector agncola, al acapararmento Y í;'~speculación con la propiedad rural en las zonas más cercanas. a las n1.1evas vías de comunicación, favoreciendo el aumento del precio de la tierra y provocando invasiones de terrenos comunales. En este sen­tido el desarrollo de la red ferroviaria contribuyó a acelerar en aJgu~as zonas del país, fundarne?.talmente en.los primeros años del .­oorfiriato, el proceso de expansion de la hacienda e!1 con~a de las unidades de producción menores, favoreciendo, al nusmo tiempo, a través de la especulación, una mayor concentración de la propiedad rural .

u crecimiento de las economías agrícolas exportadoras

Como ya hemos mencionado.lJ!pa de las variaciones más notables en los intercambios mundiales, hacia el último cuarto del siglo x~x Y. la primera década del xx, fue la creciente de;aar.da, por los paises m­.Justriafüados, de materias primas agrícolas, forestales y madereras, aú como de muchos productos de co~su~~na serie de co!Ilplejos ,:arnbios técnicos ligados a la moderruzac1on del sect~r agn~ola en países en vías de industrialización, determinó, ademas, el tipo de ;noductos sobre los cuales se concentraba el interés del mercado

1;nundial Cabe recordar que/en la primera etapa de este período, las Jún poc~s colonias africanasae las potencias europeas no podían ,c~­l:irir esta d<:;inanda más oue de manera insignifii;ante. Las caractenstl­cas físicas c1e muchos de estos productos, asimismo, limitaban su ·~ , ptotación a zona~ de cJma tropical y se.mi!ropical. Por todos. e~tos factores, las reiµones que en México res;>ond1an a tales cara~!enst1cas ~~ ·v.t:ron fuertemente impulsadas a aume11tar la produccion de al·

319

' • 1

Page 33: Mexico Sociedad_ IX-XIV

gunos proJuctos anteriormente explotados en .0 u estado silvestre,óa introducir nuevos cultivos. , . ..

· El caso más espectacular(f!Je la gran demanda de fibras duras;at terminada por la necesidad de producir en las metrópolis hilos, cor. deles y jarcias, principalmente para el empaque de las cosechas de trigo con las nuevas máquinas segadoras y engavilladoras que se~. ban introduciendo en el campo~Este último uso, esto es, el de Uiia fibra dura que cumpliera con las características necesarias para J>i4;·. ducir binder twin o hilo para engavillar, imponía encontrar una fil)Ji resistente, flexible y barata. :·'

'.:(;/;> l Un producto tradicionalmente utilizado pará usos doméstk.:>s.o · - semündustriaJes, extraíúo de un tipo particular de agave, cuyo culti.

vo se concentraba en la parte noroccidental de la península de Yuca; tán -el henequén-, demostró ser ide_~JJ Al mismo tiem~~inven. ción, después de muchos ensayos fallidos, de una máquina pcifa desfibrar las pencas y extraer la fibra, pP.rfeccionada hacia la mitad

1 de la década de 1860, permitía a la península convertirse en el úni. 1 co productor mundial. A partir de entonce~ se inicia el Ilam?do a1Jge ...

1

·

henequenero, sustentad-:> por algunos capitales. norteamencano~ ;:Y por el trabajo casi esclavo de gran parte de la ¡.ioblacion maya. Mieií~.' tras los hacendados yucatecos controlaban casi monopólicamentefa:• .

• • 1 • ~· 'j 1"'· ' 1 producción de la fibrY"un<l!i cuantas casas norteamericanas se esfo '/•. ·. l.arOn por controlar ennercado del p1oducto y Sil tr:msformació" , ; hilo acabado. Tal proceso abrió la posibilidad, para el capital estad ...... ; nidense, de manipular monopólicamente los precios, cor,tra~oaj~i.i· ,,¡,, dose de maner~ muy eficaz a los productores yucatec~M1e~t~1f :'.i la demanda se mcrementaba en forma constante, los precios pagad.~.~,: :1 por los oügo~sonios norte~m~ricanos tendían a b?jar progres~~amen~~ .;J Esta tendencia se acentuo VIolentament-:! a partu de la fus1on deJ03t ; grupos norteamericanos en una única compañía - la Intemaci~rill ' f. Harvester Company-, que además se· constituía no sólo en un eA"'·iy . ,,> me monopolio de la prodc.;ción de hilo para engavillar, sitto tam'Q' . :j en un grandioso monopolio vertical, que producía desde Iós cor~~;i·· ¡ . hasta las mismas máquinas para engavillar, dedicándose t4mbién e: ·

a la reexportación, vía Nueva York, tanto del producto elabora. dO. -.· • !I como de la fibra en bruto comprada a los productores yucate~. . i La respuesta de estos últimos fue aumentar la producción e inten:···

1 tar, en muchas ocasiones, organizarse para contrarrestar el dominio f de la Harvester. A través del agente general de la Compañía, Ole, I gario Molina . -gobernador del estado en 19(>2 y ministro de Fe-nen: ¡ to posteriormente-, la Harvester pudo ha::::!" fr:lcasar tcles inient~t_ t y continuar s~ política de depresión de los precios, hast• provajj¡;\ · 1 una grave cns1s entre los pi.oductores hac1a fmales del porfma.,~.~~. ,.'. :

11

Sin embargo,~ exportación de henequén fue para todo el períodj\' • 320

!~~4:'. 1 ;fM4t

t · ·s agropecuarias del rn-mera en valor de todas las exr>or ac10nv ta 'n aísj . rtantes como en el hene~ •

p AÜn si no llegaron a ser t'."11mpo aíses industrializados m-acros cambio~ las/~º=~~~=se~ee:º~e;arrollo de las econodm~s fluyeron de manera .e er tiempo que se desplomaba la demru: ª. e de exportación: fAl m1smo al habían representado un renglo:°- ~­colorantes naturifes, I~s cu ~s coi..>niales y durante la pnmera

rtantísimo en las exportaciones manda d..,. resinas tales corno ~~tad del siglo XIX' tomó impuls~~~~e el chlcle. La expl~tación de el hule, el caucho. y, ,en menor .m s se desarrolló, en una pnmera eta­,tlgunas mad~ras tmto~e~s ydres~:activa fore. tal k aprovec~~do la~

como simple actmda ex , forfi?a: silvestre.l.l.Á)s bos ~:i~as tropicales del país do~de cre~;n Q~intana Roo, las costas de ~ues de Chiapas, Tab~sco, t~~~cte.'proporcionaban tales produc­Colima v Oaxaca fun ªf!len t' que se expresaba en una ten­rosJLa demanda en c<mtinubf.'Jltd~d de obtener co~~ones de dencia al alza de precio~ ~ . ím ulsaron a compan1as, ex~ran enormes áreas a costos rr~so~~~, d~ las especies más productlv~s, eras en su mayor parte, c .. 1vo cial ara cubrir parte de las.1,11-~ontando a veces con un subsidio er don~ del todo la explotacion

versiones inicia!es. No P~~!º d: p~o:s que· se intema~an en las stl· forestal, a traves de cua. Los nuev0s cultivos se ubicaban en as vas rara ~xtiaer las reSJnas. tes mencionarlos. franjas costeras Je los ~tados an se inicia el cultivo a gran escala

1Es Garante el portmato cuan~~ b esalen entre los bienes de def'Caf~ uno de los productos que :?oio; llegando a representar la consum~, expo~~o~n J~~~e ~~t~:?~forta mundial. S!n embargo• ~ producc1on mexi.. .. ar_.... ... ~ u roducto sostuvo un . ntm? de creet pesar de que en Mexico este p dial y de que su calidad y pre­miento semejante al de ~a ºJef;;;:al país productor y expo~dor cios llegaron a superar a o~ ~ fi rta brasileña y la influencia c:!ue de entonces, el volumen e ~ ~i.cieron que, en los últimos ~os ejercía sobre el mercado. !11un . - disminuyeran las exportacto­del período -cuando baJ? su p~e~~ ' de cre~imiento .respecto al n~s mexicanas y decreciera su n mo . .

mundial. , b fi · ban con el período de auge · \Pn México, quienes mas_ se ~~~~~os. Las principales zonas de

caféthlero eran lo~ plantad~res e eñ~ y tradicionales áreas produc-_ cultivo se extend1~n des~e as !':a~~ y Veracruz) hacia Ver-..tcruz-y tJras (Co~ma, Mid1oacan, O . l zonas productoras de Veracruz, Cliapa~~\Sorenusco). En Id 9ü~~aspa Coatepec y Córdoba, el nores­localizaoas en lo~ cantones e ·So ' e., f'hiapas concentraban

· d 0 ca y ei cnnuscc -- ' te y Ja cost.1 e axa · · , cional alreded0r del 77% ~e l::i rrodu«A;1ondn¡ norte .del país como fenómeno

La integración de vastas zonas e .

321 •

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de la expansión de la "frontera" no1teamericana, dete~rninó su inse~~ , .i: ción parcial en las líneas de crecimiento del oeste agncola-ganade,ro · · de Estados Unidos. Las exportaciones de ganado en pie y, soáre~t , .. do, de sus subproductos al país vecino tuvieron bastante importancia ... en este período, dependiendo su volumen de las diversas tarifas aplica- /, . das a la importación por parte c!e Estados Unidos. Así como para el ~> resto de los productos de exportación, extranjeros, organizados en·;t,i.; este caso más bien en grandes propiedades rurales familiares q~~ ·;1~·. en compañías, controlaban la producción para el exterior. ·:, ~P~~~;'. ~dem~s de e~os prod~c~()~que aquí ~emos tratado detallad_ament.e ~~~J?

.17 thenequen, resmas, cafe, gairndo ~n pie y productos pecuar_ios-, se · J· ?.\/ exportaron a lo largo del porfinato otros productos agncolas y

forestales, entre los cuales destacan las maderas preciosas y tintó- , reas, la vainilla y pequeñas cantidades de azúcar Y tabaco, entre 1 otro~ :

i;i·' '

El capital extraniero en el sector agrícola ¡.

¡La mayor parte de las inversiones extranjeras, y particularmente las . 'i¡I· 'norteamericanas, se ·dirigieron hacia el control de la producción de' , productos agropecuarios y forestal~mue tenían por destino las mé·~'f~\L · trópolis mismas. A pesar de que eícapital total invertido por parfi~:~t culares y compañías extranjeras sólo alcanzaba a finales del porfuiat•{ .. : una cifra cercana a los 200 millones de pesos de la época -esto es~~l · 5.7% del total de las inversiones extranjeras en el país-, la estrategii global de penetración del capital extranjero aparece coherente e · las estrategias de penetración del mismo capital en los sectores más productivos y más dinámicos de la economía porfiriana. La tendencia de fondo del imperialismo, tanto estadunidense como inglés, parece, · l . apuntar hacia el control de la producción y la circulación de 16( .' fl productos que más demanda tenían en las metrópolis4El único caso., ·1 .

. . de un producto de fuerte demanda internacional contrOfado comp14~·;.·,~. · .. ,' . .. ,. tame~te por la oligarquía mexicana fue el hener¡uén, cuya comerci.~~ 0\• ·· ·· lizacion~ sin embargo, era enteramente controlada por el capititl 0;,¡:;,~ estadumde~ . ·. "· ' >

Este proceso de penetración directa en los sectores más dinámicos · · · ~ de la economía porfiriana evidencia la nueva etapa del imperialismo, l cuyas pautas fundar.:entales son diidas por el capital norteamericano' ; y que superan la estrategia tradicional del capital comercial inglés, cuyo objefr:o había sido el control de la circlllación int~ratlintica y, en segundo lugar, interna en los mercado~ latinoamericanos . . dLda dpolítica de penetración del capital extranjero varió en la inten- . . '

SI a e su ritmo, en el grado de diver3ificació:i según preferencias y J~::; la amplitud co~ qu~- se extendió a lo l~rg~ ~ ancho de la república'., >~;: l En gen~ral, comcidio en la forma ñ~ ¡¡~qwnr grandes extensiones de ·\~;~ t 322

: añías particulares aprovechando las prerro-tierra a t~~~ de co~~nto /exen~iones de impuestos y tarifas, así gativas o ic1 es e? . , d amplísimas concesiones para explotar los como en la ap~pia~~n ~ . Mientras ®ancla prefería la inversión r~cu;s~s na~~r e~~ cré~it~ª~grícola e inmobiliario,_ Gran Bretaña se ban: ana pa te or la inversión especulativa; ~or su parte, inclino _1narcadamtr~nde pforma exclusiva en la explotacion y produc­.i ama se cen o · ·d b ' rác· ,>-uem . Chia as en tanto que Estados Uru os a arco p c!ón de ca~te :S las fu~as posibles de inversión en distintas zonas u~amente o .

del pa~ hemos subrayado~ penetración norteamerican~ fue

la ~~~::~~~.:~t::~l~~a~:. :~t~ ~:~::éfc~Jeª~f~:.g~~ df~f ~~~~~~ su capi . un importante poseedor de latifundi~~ ~u años de~ porfint1ºd.í:nen casi todos los estados de la federa~ió~; ~1! influencia se ertx en , como en las regiones del sur y sureste, invirt10 ta frontera no, e, asi. t · s rimas tanto para en la produ~cion de bienes de ~o~s~~~c~~-e~~ el norte', explotó la el mercado mtemol coro? pa~l :anado el azúcar y el algodón; en el fibra d~ mague¡, • hªJrci~a, dón fruU:S y e'<plotaciones forestales Y sur, azucar, ca1e, e, go , .

madGererí~tañ.a extendió su influencia en los estados fronterizos Cl~ll ran . _re . . Chihuahua y Coahuila) especulando con a

n.orte (Baja c;r~rrua, añías deslindadoras y de colonización, y eP tierra por ~e o e comp_ . Colima es culaba ei! gran escala con l~ produccion agrofcuapl:i~~~nes hule~ sobrP, todo ~ ~males del uerras aptas para as . . a ero zaba a adquirir unportan-P?rfiriato, cuando es:~~te~':n~~da qurse desarrollaba la industria c1a en el mercado m _ , ' 'colas. · hritáninas sir embargo , resul-automotriz. Las compamas agr1 . . . ,. "' ' • taron un fracaso total. , d ·. de Veracruz (azl.car y cau-

h F)ra;:a~pc~n(C:~~r)e~ :~set::n~~rio de Baja California, d~mde

e o ' , 1 deras al~dañas a la zona romera especuló tºn ~err~~~c~ 9~ J3:~tó un c~bio en la cof!1en_te de

~:a;~!ºc~~paJías a_grícolas que col?Caban acciones y obli~ac1ones ~n el mercado· de Par1s.

2. UN INTENTO DE INTERPRE: ACIÓN DEL PROCESO PRODUCTIVO

;NJ\~EDIATO A LA PRODUCCION SOCIAL

A lo largo del p~rfiriato, el sector agrícola ~o.aoció un pr~~:s~es~~ ~recirniento y de restr~~t:\ación1·"~~te cf~~l~:º /e~~~~r~~~9 millo-rrcrse con algunos dat~eatre o y

32~

Page 35: Mexico Sociedad_ IX-XIV

-~·, nes de hectáreas (cerca de la quin ta parte del turitorio nacional) i'., . . r 1?10, cerca del 97% d~ las tierras ~tiles es~b~ controlados po¡;_eit, .. · i. c1endas Y ~chosiel 2 ~ por pequenos p.rop1etanos. y solamente el, . . .·· f p_or comwudade'S"'.' De estas, el 82% h_abían sido incorporadas en ha, ciencias, en tanto que cerca de la rrutad de la población rural · •.. / establ~mente en ~~des propiedad~s ; al mismo tiempo, más del~~~·:.·_ de los J,efes de _fruruµas rurales carec1.a~ de propiedad. . . , }j~:; . Segwi la H1stona moderna. dt; Mex1co "'! l~ compilación de estadíJ?(

ticas que la c~~pleta (!istadzstzcas economzcas del porfiriato. tonr( r· 2), la producaon de alimentos para el mercado interno había deér ·>'.; cido a la tasa media anual de -1 .88 % en promedio en los años 187;: , !'., 1~94, par~ aumentar moderadamente entre 1897 y 1907 {l.50% al d ano). Rec1e~ternente, Johri Coatsworth ha objetado tales cálculos ~1 los da~os ~smos de las Estadísticas. Sus cálculos indicarían la t~ l.

1

;

de 0 .4~ al ano en 1877-1892, y la de 1.8% al año para el conjunto del po;firiato {1877-1910). * Sea como fuere, en ambos casos no se po-dn~ hablar de ~n d~sempeño brillante : si optamos por los datos del eqwpo de Cos10 Villegas, tendríamos una disminución seguida de 11

wi ª':'111ento no muy importante; según Coatsworth, la producción . :_ de alimente~ r ?eb1das para ~onswno interno habría acompañado > apenas el _crec1mtent~ ,demografico. Sabemos, también, que el perí0::_-,. ·. do po~finano conocio crisis graves del maíz {1884, 1892, 189()·t .. 1900, ... 904, 1909 y 1910). . . :."¡ ''

· · Ya ~n d .~cto~ d~ las materias primas para actividades intemáS .. ir

tr!!n_~ormacion, SI bien hubo retroceso entre 1877 y 1892 (-0.1St1~ al ano), tenemos en seguida dos fuertes períodos de alza (IO: ., anual entre 18?2 y 1895 y 6.3 % anual entre 1899 y 1910), sepai7t(i· ,, ·~ por uno de baja {-0.59% anual de 1895 a 1 Q90\ En "'l "on; .... +~ ·-~ti;.; f 1892 a 1910, h tas.a meJia anual de cre~i~~nt~ .. del ;~~¿~~Í~ f de. 5.27%. En e~os años sus principales producto.s tuvieron las tasas. &1% .. : .. ;, 1·.

guien!es por ano: 7.08% pcira el algodon; 5.53%en el caso de la Caña .. ~e azucar; y 5.36% para el tabaco. · .~ ,,¡fa~-1 / · Pero el .c:ecimi~nto más espectacula: fue, sin ninguna duda, el:dé.'.: . . · l~ producc1on agr1cola para la. ~x~?rtación: 6.29% al año en prOll)C~?: . f dio _entre 1877 y 1910, s~~dmdiendose en dos subsectores: bien@ • · ¡ .de cons~o para exportacron ( 4.24 % al año) y materias primas para· exportac1on {7.45% al año). El crecimiento más espectacular fue el. 1 del henequén (7 .65% al año). · . ""

El} cuan!o al peso. del sector agrícola en el conjunto de la eco· 1· n_om1a m~XIcana, tenemos que en 191 O representaba todavía un ter· . c10 aproXl.IlladamentP, del producto intr.rno t ·é··ito de -México o ser. ,--n~l, , a{ • ' ) .,, ........ o mas L¡ue Cü quie1 otro Sf:ctor tomado en forma aislada. i;a- I

* Los p~eros cálculos utilizaron datos relativos ~ valor defbcicm:ir!0 d~t,. . t produccton; los de Coatsworth se aplican a cantidades (tcneladas). ti:-

J~~~ 324

propl. ·ción de. la población ocupada en actividades agropecuarias y fore~tales paso del 58.38% al 64.34% de la población econónú.ca­mente activa total del país entre 1895 y 1910, reflejando· la rurali2a· dón ligada a las crisis que después de 1900 golpearon duramente los sectores secundario y terciario.

Desde entonces a la fecha, muchas han sido las hipótesis formu­ladas- por diversos autores, políticos e investigadores, para explicar un fenómeno que probablemente se podría definir como "crecimien:­to sin desarrollo ...

Por otro lado, la mayor ·parte de los intentos interpretativos se centran sobre las características de la hacienda poriiriana, sin duda la unic ·d productiva doniinante en el campo.

La interpretación del proceso productivo inmediato enfrentó diversas hipótesis: desde el famoso "la hacienda no es negocio", que ~esume las tesis de Malina Enríquez (1909) sobre su improductivi­dad, y la sucesiva "leyenda negra"; hasta las más modernas, que rei­vindican un carácter capitalista a su producción, y•a las tesis más recientes y complejas, que se fundan en análisis microeconómicos.

Basándose sobre todo en el aspecto autosuficiente de la hacienda y en los me~~s de compulsión violenta que se ejercían sobre la fuerza de trabajo fiJa para atarla al Iatifwidio (como liúienoa de ra­ya, la deuda, etc~), algUnos han considerado dicha economía como feuúal, mientras otros han definido a la hacienda porfiriana como una unidad productiva ya. capitalista, dada su inserción al mercado interno e internacional. En realidad, la confusión que manifestaron tantas interpretaciones diferentes no es . sino wi reflejo de las contra­dicciones que realmente existían entre la aparente racionalidad de la economía porfiriana en .su conjwito y el proceso productivo inme-diato en la unidad agrícola dominante_ , ·,

Como hemos visto anteriormente, la hacienda decimonónica basaba su funcionamiento sobre la coexistencia en su interior de una área dedicada a la producción de autoconsumo y otra dedicada al mercado. Sin embargo, ya desde su surgimiento en la época colonial, la totalidad de la · urudad económica se presenta como mercantil, • existiendo en ella tanto formas de trabajo fijo, funáamentalmente no asalariado, como trabajadores eventuales asalariados. Parece sufi­cientemente claro cómo influyeron dichas características, durante la primera mitad del siglo, sobre los diversos '.11.ercados agrfo.,las de pro- . duetos, capitales y trabajo; y cómo la falta de integración de éstos. -y entre ellos mismos-, condicicnaban, a su vez, en las diversas r~­giones, el funCionamiento de las unidades productivas-específicas.

Para aquel período, el conjunto hacienda-comunidad (o hacienda­. unidad menor) se configuraba como parte fundamental de u11a única

producción social. El proceso de acwnuiación origmana que entraría en U.'1:! nueva

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etapa a part· d 1 R fi •. ~ J) la d rr,. e ª e Orm'.:l, se presentaría en el sector ·

estrucc1on de lo que restaba del Jaff di 1 .• a~ncola con: formas de producción com ºtar· 1 un o _ec es1astico y de"ªª . . ban en la comunidad· 2) wu ias o campesmas que se ftni:i;m: . , . , un proceso que llam . d .VC1·1.' f 10~ s1m~le extensiva de la economía de la haci~:i~s d .e. reproduc.

a smmltanea 0 sucesiva sub din . . d. ra Ictonal, y 3) producción capitalista que y°r acion Irecta o .indirecta de dicha j ción economicosocial ~exica:a a:n~~~e ~~o do_:runante.en la ÍOfll1a•' 1

Al habemos ocu d os anos del siglo. :, · .. nomías . pa o ya del proceso de destrucción de las ·'. .<. . ·. llamad ~omwutarias, intentaremos ahora explicar lo que h ecQ-: ..

o proceso de reproducción sim 1 . ,, emos de la hacienda. Dicho pmceso se caracte~:a;~t~~SI¡a. de la eco~omía un i:nayor volu~en de medios de producción ~t ~orporacion de 1

~p~~~~e~r;~~º;;d~ l~ae~~~~~~~ ~a~cional de~~ h~~~~~fui~ . t i

de trabajadores las rela~iones de prod; u:i,poder a un ~ayor número dolos a la propiedad de man , cc10n e peonaje, mcorporán. general estable~ era mas 0 menos definitiva, pero en·

Al .:nismo tiempo la ocu · ' d · 1 hacienda es mayor ~n mucCacion e nuevas tierras por parte de la mente, requiriendo' una am lls casos, .que la qn~ ocupa productiva~~ pennite crear un desequilib 1? ª z~na _improductt~a d~ reserva. Esto!· que sin llevar a cabo comp·e~en re tierra y trabajo disponible, aúii..;·. se tendría con el des-ojo ttotal enl e el proceso de proletariuciónque':'. sus tierras; ~ a os excomuneros o campesinos ;de.~t'":

En este tiºd 1 . "·..,.,·.,.-:n: ·. sen o, a econom1a de la h · d · . , .... •!l ·' fre~o al proceso de proletariución del a~1~n a ejerc10. un notab~~H' . f tenor -como peones pennan 1 campo, tanto al fijar en sú ¡ii~ al ~ · en es- a campe · · · . ~ :­

crear un cierto tipo de relació .. - .smos. sm tierras, como'.f:~ muchos países latinoamerican ~ ~fund10-latifundio, típica•<IC' '#.~- f resultará evidente en las lu h os as ~ epocas muy recientes. &to" ·: J e~er?~ª la gr .. n propiedad. fu~ campe~: contra la_ explotación que· .-. '; p1acion de la tierra El . od a esenci . ente tendiente a la reapr~ : . territorial, era, de hecht, loer ~~e se d~i;vaba de la gran propi~daffe~· ~~-1 clase? apropiarse del excedenteqeco~~:;:tia a los _hacendados, com9í ... , 1

Dicho excedente ue od co producido. ' ; ·" . f de rentas en trabajo ;;{proauc:o~º: ll~ar renta total-, es la sumar ~ territorial y en Ia piusvalía (d r ' n dmero, en una verdadera renta., : lariados que desarroll&ban en ela 110 ~bsoluto) prod~cida por los a8a~f ; Í fundamentalmente por los traba· dac1enda un trabajo productivo, y, j realiuban en la venta de los Ja ores ev;ntuales. Dichas rentas se : no e internacional transfo p~oguctos a~ncolas en el mercado inter- '¡ maremos renta dir{ero e nnan ose en ' !!')a suma de dinere que lb: del total de rentas .. ' n tai:it~,q~e no es otra cosa má:: que Ja sµma , el hacendado. Esti r:~:i:s diferentes _de las cuales se ap:opiába. J

1ero, o sencillan1ente dinero, que él''·),:• 1 . it' ¡· 326

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l; :.1ct:ndado podía calcular como la diferencia e11 Lre los costos mone­tarios de la producción y el resul; ado de J;; venta de ésta al precio corriente de los productos vendidos, pocl ía ser invertida en otras ramas y actividades y reinvertida en el mismo proceso productivo en la hacienda. Como sabemos, en el conjunto se dedicaba a esto una parte reducida del excedente; por lo general, para el hacendado, una ha· cienda significaba una renta segura. Así que una buena parte de la llamada renta total podía estar disponible para inversiones externas al campo y para el consumo privadu en las ciudades. Si las inversio­nes de la parte de la renta que excedía al consumo privado se d·es­tinaban a ramas ya dominadas por el proceso de producción ca­pitalista, dicha renta se transformaba inmediatamente en capital productivo. De todos modos, hay que ~ ñadir que muchas de las inversiones "clásicas" de la clase terrateniente tenían comu objetivo la propiedad fundiaria urbana, esto es, otro tipo, en parte análogo, de re:1~a.

En la formación economicosocial porfüiana, la economía de la hacienda aparece, entonces, como una forma de producción subordi­nada a la producción capitalista ya dominante, sin que por eso cam­bien en lo fundamental las condiciones precapitalistas de la produc­ción inmediata en estas unidades.

A su vez, esto provocaba que un aumento de la productividad del trabajo se alcanzara -por lo . general- aumentando las formas de cumpulsión más o menos directas scbre e! trabajador, y no con el paso a verdadera:; relaciones safariales que hubieran implicado su total proit:tarización y movilidad. Además, dichas relaciones no gara.,tiza· ban por sí mismas una mayor productividad, ya que por otro lado las · relaciones de peonaje eran muy propicias a adaptaciones parciales, . sin tener que romper tota!mt:!ntP. con el marco general de sujeción del trabajo a la gran propiedad territorial. Algunos de los ejemplos de casos que presentaremos más adelante serán niuy útiles para aclarar los mecanismos internos a las unidades productivas que permitieron adaptaciones parciales. . . .

Esta fue la tendencia general del proceso de cambio en el sector agrícola durante el porfiriato; Slil embargo, simultáneamente se dio un proceso de penetración directa de la producción capitalista. Aun­q.ue dicho proceso estuvo, sin duda, limitado por la tendencia general, no obstante t}!VO cierta importancia en algunas zonas y producciones particulares. Este es el caso· de las unidades productivas extranjeras, algnnas de las cuales introdujeron procesos productivos diferentes basados en notables inversiones y en relaciones salariales. Por otra parte, no faltan ejemplos de compañías extranjeras que se dedicaron funrlar:1en tn,:1ente a la explotación de productos de plantación, a:loptantio formas de explotadón trnd;cionales. Lo que caracteriza­ría a e~tas un.:dad~'.: ,~orno capitalistas sería el destino c!el excedente

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..

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~-

. . ,')~'' 1 económico producido, y no el proceso de producción inmediata. EÍ-: : ¡versos autores, ~ufre_ cambios y adaptaciones p~cialeS sin r~mper hecho de que compañías que surgen ya como capitalistas en ~; adoi>:-t .:'·t t J 1 todo con el marco tradicional de l~ econonna de ~a hacienda, ten un proceso productivo tradicional, subraya la fuena de lo . ., ·· ' Je vo el caso de la Compañía Angloamericana de Tlahualilo . lntent~-hemos llamado la tendencia fundamental. 1-· sal os llamar Ja atención del lector hacia los aspectos que en los d:i-

Por todo esto, el proceso de cambio que se dio en el sector agrí,¡ , rernsos casos expliquen las hipótesis enunciadas , de modo que result~ cola en las últimas décadas del siglo, se puede resumir en el concepto{~;. ~~s fácil :;a:itar las contradicciones principales del proceso de creci-de "subsunción fonnal del trabajo al capital". Este concepto coni,.;~ ". miento agrícola en el porfiriato. . prende en sí momentos ~iferente,s y a~arente~i:nte contradicto~r, :'.::,.. En Tochatlaco, una hacienda pulque~ de ~d~go, l?s. peo~es en los cuales el plustrabaJO extra1do b.a.Jo condic10nes de producción;;:;~:. illados recibían a cambio de su trabaJO hab1tacion, ~ifundio, diversas, es refuncionalizado hacia la reproducción ampliada de ,Ía{-~·r~ ::ón de maíz, jornal diario y raciones adicionales de m.a1z a c~enta producción capitalista. . .. ~ ~.,,. de su salario nominal. Se calculaba que, en 1893, el sala?º real an~

Los límites que el "atraso" del campo parece imponer a las otras de un peón se componía, aproximadamente, de la mitad en matz ramas, es el precio que tenía que pagar el capital en su conjunto por i• _ c1t t"C b q'ie ~e le r:ici0na~a y lo que .se compraba a cuenta- Y un~ su propia debilidad, impidiéndole la superación de dichas contra-: . oequeña cantidad fija de dmero efectivamente entregada ,ª los de dicciones. Por ejemplo, la incompleta proletarización de los expro/ · · ndientes; el resto del salario nominal pasaba a cuenta. Solo :1 res-ductores agrícolas directos era indispensable para la reproducción del ~ingido número de dependientes de confi:ID,za, q.ue desempenaban proceso de producción inmediata en la hacienda -que no podía ilb- .' . funciones de adinirtistración y control, rec1b1an d~ectarnente su sa-

. sorber mucha mano de obra ftja pero que, al r.:.ismo tiempo, teníif~ !ario en efectivo y maíz. P< .. el coi:itrario, a los trabajad? res ev~ntual~s, que contar con mano de obra estacional-, así como para una; ·~;,-< ,...muneros de los pueblos cercanos, se le pagaba en dmero, sm racio-

. d ., aJi fj (v d "} hi " 1 S pro ucc1on capit ·sta insu 1cientemente desarrollada, que no podía' .;,'. nes de anticipo, ni cuenta. As:, a los ll~a os ~ ac q~eros se e mcoi:porar grandes masas de asalariados. Sin embargo, este preCariO;,;(:' pagaba en ef'ectivo a ~estajo según la .cantidarl de aguamiel que entre-equilibrio;provocaba, a su vez, entre otras .cosas, la inexistencia.de·:::?: aran diariamente al tmacal de la hacien~ .

.. un mercado interno suficientemente amplio para la produccióniui~;p; g .<\.partir de 1897 se asiste a un cambio en la forro.a de pago a los dustrial de consumo interno y, por ende, Úil freno a la expansión·:·cf~:-i, .,1< trabajadores fijos: se paga un jornal semanal e._1 efactivo Y .se abolen la rama manufacturera. A fmales del porfiriato, la agricultura ;tra_di las cuentas en la tienda de raya, antes neces~:.1as para d sis~e~a de cional ya no cubría satisfactoriamente la demanda de alimentos·· fü '•"' cuenta. A pesar de que los trabajadore~ fijos (I?OOnes) ~igu:eron necesario _importar notables cantidades do productos básico~ :cf , .. '·.' gozandó de habitación y minifundio, se Y!'eron o~ligados a comprar consumo; a pesar de que sus p;ecios aumentaran continuamente :e ;~ -en. gran parte a la misma hacien~-, maiz a precios de mer~ado: Se el mercado.interno. ··· · · · ha calculado que para la economia de la hacienda, esta racionaliza-. En ·este senti40, la producción agrícola dominada por la had~~ -- · ~ .: ·ón de las formas de pago permitió ahorros notables, ya que al da tradicion~ ~a evidencia~a abiertamente sus límites. Sin embárgói ;J;T:' ,. f ~~nder a precios de mercado el maíz qu? antes r~cionaba, recu!_)eraba sólo el movuruento campesmo en sus momentos de mayor radicaJi:.(;.: ·: .;a.si en su totalidad los salarios monetarios efectivamente entregad~s. za~ión pudo P~!ear su superación definitiva, en tanto que. lás~,; ,, Asimismo, se ha- calculado que un peón, ahora formalmente a~ana-mlSffias cara~tensticas _esti:t1cturales de la pr~ducci?n .evidenciaban a{\~ :{· ! do. tenía que ·gastar el 67 % de su sal~ en la compra, a la h~c1enda, la gran propiedad terntonal como su enefillgo pnncipal. Al mismo; · ! del maíz necesario para su alimentac1on y .de la de su familia (antes tiempo, la formación econonucosocial estaba exactamente fundada·, · era el SO%). Como estos trabajadores se ded1caba!1 fundamentalme~te sobre la subordinación de dicha producción precapitalista .t la pro:: ,. a la producdón que la hacienda destinaba '.11 autocons~o (maiz, ducción capitalista donúnante, y la :ucha sólo pndía res0lverse ~a:-,~.; . cebada, etc.), terminaban por comprar el ma1z que ello~,mISmos pro-través de un verdadero proceso revolucionario. :.-;q · -lucían y que antes recibían en ·gran parte como raci~m, pero que

;!~ ahora resultaba ventajoso "venderlo" porque los precios del cereal

Los ejer.1p/os ~+ habían aumentado. . . Este caso de racionax~ación productiva parcial', el?~iado en su

Pt~sentamos aquí ejemplas de funcionamiento interno de grandes·,·.· .... urudades productivas cuya e.i.:onomfa., q11~ ya 'ri.a sido analizada prir·~tr1•.;, · _,

• ' 328 . '

época por los hacendados de la zona co~o un pas? d~cisivo e~ lll sn­peraci6n del peonaje, S':! reduce a un pa.-ticular,artific1~ en la crrcul~­ción interna, a través del cual los peones seguian comiendo el ma1z

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1

1

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que producían; sólo que ahora tt:nían que comprarlo, reintegrando 1a hacienda gran parte de su salario. . . 4

La estructura económica de la hacienda precapitalista no cam .. :': por lo tanto, en lo fundamental. Basta agregar q uc los trabajadores fijos co~ . "sal~rio'', ~egu_Í'.1fl gozando de, I?rivile~os particulares. 1

c?mo r;rumfundio, hab1tac1on y algunos credttos, sm los cuales hu.;· l b1era sido imposible su reproducción; obviamente dichos "privile~: l_fl·

gios" seguían atándolo permanentemente a la fmca . · ~· · · El caso de !as haciendas-ingenio de Santa Clara y Santa Ana ·;te!'

na~go e~ el_~>nente de ~orelos, nos o_fr~ce un ejemplo diferente'de> ra~10nalizac1on productiva y de los limites de este proceso. Por el ~o proces~ vroductivo que implica el . cultivo y la transforma­cion de la cana, desde la época colonial las haciendas azucareras •. present~n características particulares: inversión considerable en mstalac10nes y canales de riego, reducida necesidad de trabajo fijo· y u,na fuerte °:ecesida? de trabajo eventual concentrado en alguno~ penodos del ci~~o agr~cola an~al. Estas dos unidades, propiedad de una de las f~ihas mas promme~tes del porfiriato, incluían en sus

· 6~ _ l ~2 hectareas ~e fm~es del siglo XIX, prácticamente cinco mu. ~1c~p~os de la reg1on onental de Morelos, o sea, todo un distilfo . i JUdJCtal. . .:~~ . 1

La mayoría de las tierras ( 42%) eran dadas en aparcería a ~'b'id ,l de una renta en P,roductos y en trab~jo. Además, el "dueño de nlilpa''. - -ap~rc~ro- tema que pagar en ma1z una rent'1 para la yunta de,búez'.: 1 yes m?ispensables para su cultivo y, a su vez, pagar a sus sirvie~iél': en m~:z }' en ~inero. Los sirvientes de estas parcelas, y en ocasiones · tamb1e~ el mISmo "patrón", tenían que trabajar como eventWi'Ies\(. J e~ las tierras que las haciend~s. cult~vaban con caña (3.4% del t?M)¡­s1end? remunerados :·n efectivo y sm que se les concediera dereclí(f« especial alguno. De esta manera, la hacienda completaba sus neceS!~. dades d~ tra~ajo e~eP.tual; necesidades Y,ª cubiertas parcialmente p9~ tt el tra?aJo obligatono no pagado que teman que prestar los "patrones • de m~pa", a razón de una semana por unidad de aparcería. Además/ ¡ · la hacienda contaba con rentas adicionales en dinero y en produqoi.. por los pastos y los montes dados en concesión. . . ·::_,

Se ha calculado que la s·uma total de todas las rentas -en dine~o~: productos, servicios, etc.-, que la hacienda.recibía de la concesió~, de gran parte de sus tierras a los habit~ntes del oriente de Morelos, P.r?bableme~te bastaba para cubrir los costos monetarios de produ~, :-ion ?el azucar, y es posible que también para financiar algunas rnv:rsi~nes_ pr~ductivas. A esto <1gregidamos que el control que:ta· hac1enL.1 eJer.::1a sobre todo<: los recursos natura le:. de la región -tie· rra, ag~, bo~ques-, le garantizaba, a s11vez,el control absoluto sobre el trabajo fi10 y eventual. Por ello, 1a5 haciendas-ingenios de San!i Clara Y Santa Ana Tenango, consicterntas e.1tre las m-ás modemas'.ae'f''

~ ~· .

330 !..,:. ..

J entidad al disponer también de grandes inversiones para el trans­porte y m~quinaria beneficiador~ de azúcar, aún J??dían reproducir en lo fundamental, los mecarusm.os de extraccron de rentas en productos, trabajo y dinero, que se sumaban de maner~ indisolub~e a las ganancias obtenidas. Por todo esto, le era necesario reproducu simultáneamente las formas de sujeción de los campesinos a la gran propiedad territorial. . .

Las fuertes deudas que ligaban a los peones al latifundio parec~n . hCJher sido una característica común en la península sureste del pats.

De hecho, el mismo código penal de algunas de las entidades de la región (Campeche y Yucatán) preveíalaforn .a de trabajo endeudado, al conceder al hacendado y al mayordomo derechos de parcial juris­dicción penal wbre sus dependientes. Como el ciclo pr?<luctivo del henequén era constante en el año y por ello no requena en general de mucha mano de .obra eventual, el auge henequenero desarrolló ulteriormente las duras formas de compulsión sobre la casi totalidad de la fuerza de trabajo empleada en las plantacio\;les: la mano de obra fija. En primer lugar, esto provocó la t~tal sujeción do. la P5>· blación maya de la zona nordeste de la penmsula a la plantacion henequenera; en segundo lugar, la degeneración de las relaciones de peonaje precedentes, de "tipo patriarcal", a formas de explotación de tipo esclavista. · . ·

La región del oaís con una de las tasas de crecimiento más altas durante el pocfiriato, basaba su economía sobre la esclavización de un número siempre creciente de trabajadores agrícolas, fundamental­mente mayas, pero también yaquis deportados de Sonora, chinos y coreanos. La forma .dominante de explotación de la mano de obra contrastaba, aparantemente, con las fuertes inversiones hechas por los hacendados henequeneros. · .

El último ejemplo -el de la Compañía Angloamericana de Tla­hualilo en la comarca Lagunera- denotará un cambio efectivo en la producción inmediata, basada en fuertes inversiones y con trabajo libre asalariado, evidenciando ~u transición hacia la producción de tipo capitalista·.

Las inversiones iniciales Se ciestinaron a la compra de 44 mil hectáreas y a la construcción ~e 72 kilómetros de canales de riego. la Compañía superó con rapidez el sistema tradicional de mediería para el cultivo del algodón, q:ie h'.''ita entonces ; .redominaba en la región, al instaurar relaciones de trabajo asalariado moderno, con pagos semaiiabs totalmen~~ en efectivo. La misma organizáción de la propiedad, que se dividía en unidades más pequeñas con administra­ciones descentralizadas, pero supervisadas de continuo por una a¿· ministración única, es ya un índice relevante de la supc;ación de la estructura tradicional de la hacienda. La desaparición de las formas tradicionales en ia región y ei cáiculo !JÍanificado rlr. las ganancias,

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contrastan co! las fonnas dominantes de extracción de la renta. Nos parece sumamente indicativo que dicho proceso completo de cam. bio, hasta la fecha el único estudiado suficientemente, se haya dado.~''.i gracias a la intervención directa del capital extranjero y en una: · región del país (el norte) donde sin d nda las formas de compulsión y retención de la mano de obra fueron ni.is débiles durante el Por~ . firiato.

Estos ejemplos confirman suficientemente las hipótesis pres..:nta • . das sobre los límites de la transición y del cambio en el sector agrícolát•', ' dominado por la hacienda. Sin embargo, creemos conveniente añadii~ ! .• · que nos referiremos no a una ley de desarrollo, sino a una tendencia · general sobre la cual influyó de diversa manera el conjunto de düe. rentes características regionaies, t:wlóg.icas j dez~~ Jgrfficas en las cuales se insertaba dicho proceso.

3. LOS LfMITES DEL CAMBIO EN EL SECTOR

E.esumiendo, en algunos conceptos útiles, la contradicción estructu~ ral existente entre la producción social dominante d~ tipo capitalistá -J y la forma de producción precapitalista dominante en el sector; .. · hemos tratado de evidenciar los aspectos cualitativos del proceso de'.>. crecimiento de este último, y sus lñnites. En general, pese a ciertos · ·'. cambios y adaptaciones, no habfa podido superarse la vieja sujeción~;.~ de los trabajadores agrícolas a la gran propiedad territorial. Dich~ lí~~·t mite implicaba la reproducción de formas tradicionales de extracciód~~~' de renta precapitalista junto con verdadera plusvalía, .«ganancia~· · · • desde el punto de vista del hacendado. La apropiación de estas rent · y ganacias, un todo único, seguía descansando sobre el predoinini tradicional de la hacienda. · · '. ~! :.~l'if

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Intentaremos ahora analizar algunos aspectos cuantitativos ' de\¡·;c, t dicho proceso, fundamentalmente los cambios tecnológicos, el merca~,~A:'. do de capitales destinados :;.l crédito agrícola;el desequilibrio entre' ·:)J 1

el sector de producción oe productos básicos y materias primas,' yi:'~' f fmalmente, las características principales del trabajo agrícola en 1ª8 /:' • ¡ diferentes regiones. · . , ---~~~ '

Como parte de la tendencia general a la autosuficiencia a nivel dé.~i:\·· los insumos productivos, en los dos primeros· tercios del siglo XIXh\,~ prevalecía la tendencia tradicional a reproducir en las unidades mis~ ··. mas el mayor número posible de impleméntos ~gi:ícolas, por lo general de tipo rudimentari.:> A partir de las últimas décadas dr.l4' siglo se nota un lento proceso de cambio ea las técnicas, ~os imple-. · mc11tos y el cultivo de ciertos productos. A su vez, estos cambios:~ . fueron provocados po~ el mejoram~nto de los implementos,.'el'.* 0 perfeccionamiento de algi;nas técnie<!s y, en menor medida, . pof:í~{,

332 '}~·

la introducción de maquinaria. Los productos básicos (maíz, f~jo~, ere.) seguían cultivándose en tierras de temporal y, por la gran dtsm1-11ución de la producción de maíz, parece que en algunas _zonas de riego estos productos fueron sustituidos por ot!o~ cultivos: Los principales cambios ,técnicos parecen h~ber. ~ons1shdo_ en la mt~o· ducción de arados mas modernos de fabncac1on extranjera o nacio­nal· no obstante, siguieron aplicándose en gran escala arados de madera con o sin reja de hierro y de tracción animal. El tipo de_ !ierra dedicado a estos cultivos, la carencia de riego y la gran extenSJon de las propiedades, no estimulaban producciones intensivas.

Sin embargo, pese a reducirse a zonas limitadas, sí hubo cambios importantes que parecen indicar un mayor grado de _s;nsibilidad ~n otros cultivos dedicados principalmente a la producc1on de matenas primas para el mercadc interno o para exportación. ~orno en el c_a~o del henequén en el cual, aunque el sistema de cultivo no perm1tJa cambios técnicos significativos, se introdujo maquinaria para la des­fibrai::ión de las hojas (accionada primero por vapor y posteriorrnente con petróleo), prensas y empacadoras para la fibra; támbién _se gene­~alizó el empleo de vías de tracción animal entre las plantaciones en l!Xplotación y las plantas desfibradoras, ubicadas en los cascos. Asi­mismo, en algunas ha-:it:nda!i azucareras, pulqueras y madereras se utilizaron las vías férreas de tracción animal. .

Se introdujeron cambios en el beneficio del azúcar y en el culti­vo del café. Las plantaciones aleman~ de este último mejoraron el sistema ele cultivo y be11efic.io. Se amplió también el siste.ma de riego, para r.1 cultivo de! afgodón, me.iorando así su proceso de produc-

ció(os limites en los cambfos técriiéos en el sector- ilgricola . se atribuyen a diforentes causas. En el período, una de ellas fue sin duda la falta de un amplio crédito bancaro de mejoría, esto es, el crédito hipotecario·. Ya hemos dicho cómo la hacienda. mexicana tendía a reducir el costo de los inswnos necesarios para el ciclo pro­ructivo, autoproduciéndolos hasta donde le ora posible; sin e~bargo, en la producción de cyltivos requeridos por una demanda mtema e internacional expansiva, la introducción de mejoras ·que implica· i3an inversiones productivas de capital resultaba especialmente útil. Pero la introducción de adelantos técnicos parciales, que implicaban inversiones, no determinó por sí misma la superación definitiva de la estructura económica de la hacienda.

Dicha estructura se revelaba como necesaria en una situación do­mlaada por formas de crédito de tipo usurario. En mayo de 1911 se afirmaba q uc

La agricultura se t;ncuemra dominada casi por comple~ü por la usura ( ... ) los instit~tos hipotecarios han hecho préstamos pa·

333

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- - ~· '·

,•' <

ra un total aproximado de J 5 millones de pesos, y con elloii!ín: alcanzado apenas el l't, de las necesidades agrícolas. (~ ... Penst, "El · crédito agrícola en . México", en Boletín dif'"'íiz:¡,,/ Dirección General de Agricultura, mayo de 1911, No. l.).

ft ienómenos orientados. a a~entar la productividad del trabajo Y q~e

parecen delinear un cierto mcremento de las formas de compulsion

50 bre los peones fijos. .. . . , . , Por lo tanto, esta aparente contradicc1on d_el t~abaJ? agncola en

. . .... -· -~ . !"'"'•

_En 1904, el capital de los únicos dos institutos hipotecarios dt;: pa1s, creados con muchas füicultades, apenas alcanzaba el S% 'del~'' capital ,total de las otras instituciones de crédito; como la mayoría'-& ·.· .. los prestamos hipotecarios se con1..edía a favor de propiedades· urbanas, se reducía aún más su ya limitado alcance en el campo. sin em~argo. existían formas de crécHo hlpotecario privado, en general cubierto por grandes comerciantes y acaparadoi ~s, que lo practi-

l. \as diferentes zonas del país no hace sino refle1ar s1tuac1ones. Y, est_ra­. te ias parcialmente diferentes, que, de todos modos, e ... 1u.!naan

gevamente la imposibilidad del sector agrícola para resolver al~unos

l. ~~ los problemas que había provocado la expansión de la hacienda

porfiriana. . . • · d

caban conjuntamente con la usura. ~. ·

l n relativo avance del proceso de proletanzac10n de la fuerza e ¡ trabajo agrícola condujo a su ~~inac~ón eco!1ó~ica y social, Y no

a su integración en una producc1on de tipo capitalista ru~al o ~rb~!:ª· ti De cualquier modo, hay que subray_ar que la 1!1ªYOf1a de la ¡:..00la~1cn

agrícola aún poseía pequeñas porciones de. tierra •. dentro o fuera d~ las unidades productivas raayores, aunque ms~fiCJentes para gar,anti­zar su reproducción. Por eso, la ~tapa carnpcsma de la revoluoon se

En resumen, sólo una parte reducida de la producción agrícob podía disponer de suficientes ful':ntes de crédito a largo plazo para· emprender decididos cambios técnicos. . ..

A lo largo del porfiriato se acentuaron de cierta manera las caráJl~f· terísticas ~egionales del mercado de trab_!ljo agrícola, tanto fijo como eventual. Junto ,ª los gran~es latifundios ~anaderos del norte;que 1.

empleaban un n~er~ relativamente reducido de mano de obra fija . -p?r l? general mas hbre y con mayor movilidad-, existía un coro:. ,; . pleJO s1~tema de arrendatarios, ruedieros Y, aparceros, sistema qués(;: , l ext~r.d1a e~ la zona centro-norte del pa1s, donde predominaba . Ja~;. hacienda _mixta agrícola"ganadera. Probablemente, unó de los ma}r~l~~~ res camb10s en el mercado agrícola en el país, fue la creación de\íiiÍ:f.' ~-blación .libre (proceso ay~dado por la f~ntera abierta) y ·d~W~' J :.e1da totalmente de sus medios de producc10n, que podía empleañe~: · tanto en las minas como en el sector agropecuario. · -~- .. : -...., ll,

En el sur y sureste se acentuaban las formas de coacción sobi:l; ~abaja~ores agrícolas fijados en haciendas y plantaciones, c<>e: · ,,., ' t· tiendo estas, en las zonas más retiradas, con densos núcleos comúriá~'!.' .' les ( Oaxaca, Chiapas, Yucatán, Quintana Roo): 1i.>fA,'#:F

En el centro la situaci'-'in era más compleja.: se dio Ia· creaci6nl{í~; r importantes g~upos. de ~ampesinos sin tierra, provocada por el prctt±;¿ ceso de despojo de las tterras comunales y el crecim~nto natural dé . la población agrícola, lo que aumentaba la presión sobre las reduCi'.- · das tierras d~sp.~mible~ de los pueb~os. Este fenómeno parece agú<U;~·T zarse en los ultunos anos del porfinato por la contracción general de la producción agrícola de consumo básico, que ocurrió fundamental­"?en~e en esta zona. Al mismo tiempo, la creación de esta especie de e1ército ce reserva provocaba en las haciendas un deterioro en el ni­v~l dt: '-'ida de 10s peones acasillados que, a través de las racionaliza: . c1on_e~ parciales en ~11 forma de pago, veían afec!ados sus derechCs · tr:idicionales al p~rder; en muchos casos, i;u aparenk püvil~o ¡e.;- .. ,. pecto a los trabaJac!ores eventuales. No por ello se pueden olvirlai;:L;.,

334

caracterizará por la <le manda de tierra.. . •. . Desde otro enfoque, las contradicciones del crecunlf'.nto por-

firíano a nivel general se pueden captar fácilmente, analizan~o el desequilibrio que dicho fenómeno provoca entre el -~ector agr~cola productor de alimentos básicos -en ~eta contr~:c1on a partrr de p:incipios del siguiente siglo-, y la relativa expans1on de lo_s sectores dedicados a la producción de materias primas para uso rnten~o Y principalmente externo. Como hemos visto, a fmtles d~l porfinato, (:Ste último sector se encuentra yá en gran parte ,d~mmad_o por d capital extranjero; P?r otro lad?, Pº! las caractensf1:~as mIS~as de estos productos tropicales y se~trop1cale~, su expanSton se ubica en ia periferia del conjunto del temtono nacional~ esto es, en las costas y en la faja fronteriza de! norte. La zon~,del altiplano central, donde se concentraba la mayona de la poblac1on, es la que sufre la reduc-ción de sus cultivos tradicionales. •

Hemos afirmado que la mayor parte de la rama se encuentra sometida a una forma de producción precap:~afuta, mientras que la fonnación economicosocial en la que se inserta ya está dominada por b producción social capitalista. Entre. otras cosas, es~o provoca que los intereses tácticos del capital nacional y extran1ero se centren principa1mente sobre otras r~m'.15. --.fundamentalmente en, la extrac­~iva, de manufacturas, de servicios y transportes, ademas de~ cré­dito - determinando condiciones desfavorables al desarrollo agncola, pero p~otegiendo los intereses más inmediatos .• del capital. Un. ejem­plo evidente <le esta política fue la reproducc~cn ?e la oferta msufi­dente de pro<luctos básicos (principalmente ma1z), contrarrestada -:on importacfones en plaws y tiempos determinados, y fomenta-dos con exenciones aduanales. .

Las unp0rtaciones, aunque redujeran los riesgos de la crisis ali-

335

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men taria en la ciudades y en los centros mineros, impedían que el alza de precios llegara a estimular b producción en el país. Las.. presiones coyunturales de los precios que provocaban no garantiiába1i ' a los productores nacionales márgenes seguros para incrementar su producción, mientras que, en su conjunto, los precios de los produc. tos de exportación seguían teniendo un ritmo suficientemente ele. vado. ~sto, a pesa~ d~, que en épocas normal:s las ta?fas arancelafias y la mlSffia deprec1ac1on en la plata favorec1an un ntmo ascenderi,te en todos los precios agrícolas. · : · ~~; ~ "

Los productores se veían, entonces, obligados a recurrir a'tds clásicos mecanismos de especulación que, como a finales de la Colo­~ia, . aunque con efectos n: ucho más limitados, tendían a prov0car una escasez artificial de granos básicos, con la consiguiente alza-en los mercados locales. Además, estos mecanismos provocaban crisis que eran parcialmente resueltas a través de importaciones, pueva: mente deprimiendo los precios de los granos y reproduciendo así la inestabilidad del ritmo de los precios de íos productos básicosde consumo popular. · ., ·

.4. CONCLUSIÓN :·ti~~.~- ~1'{:

··:.• -1

~i a las contradi~iones . estructurales de la agricultura porlJ'"¡itq . que hemos señalado, sumamos una serie particulr de coyuií'"""' '.

1

podremos explicarnos, en lo fu:idamental, el ~stcllido de la re . . ·' ción _agrar!a de 1910/E! estal!ido de un movimiento armaj_q¡~ "~';', por Siete anos convulS1ono al pa1s fue provocado por un año de · · cosechas, las posbimerías de la crisis mundial de 1907 qúe ,ü · nuyó las. posibilidades de absorción de mano de obra ~l otiU'Já

. de la frontera, y la m~ma incomprensión d~i dictador en . acep*;/ propuestas moderadas de un rico hacendado norteño, Francisco;:L i • Madero) . n },'.

LECTURAS RECOMENDADAS

1. Basa ve, Jorge, "Algunos a~pectos de la técnica agrícola én ;~:'. haciendas", en Enrique Semo (coordinador), Siete ensayos sobre la hacienda mexicana 1780-! 880, México, INAH (Colección Cien· tffi::a), 1977, pp. 188-245. · ·;

2. Coatsworth, John H., "Anot:;ciones sob1-e la producción '(le ·an· mentas durante ei porfiriato", en Historia Mexicana (MéXico;f,J.\

.t ¡ 1 ¡

Cole?io _ne Mé~jco), octu~re-dicicmbre de 1976! PP: 167-1ª2~.;1 ,1,

3. Coss10 Silva, Lws, "La agncultura" y "La ganadena" en El páifoP' ,. . ' - ,_ .. ' 1_\~~ !

336

riato. /,a vida económica, Primera part~, coleccVm "Historia mo­Jcma de México", México. llermes, 1965, pp. 1:133,,Y 135~178. l)'Olwer, Luis Nicolau, "Las inversiones extran1eras , en ldem,

-L se gunda parte , PP- 973- 1_l85 . . . . .

.; ( ;011

zález Navarro, Moises, Ra:a y tierra. La gue1ra de castas Y el · · henequén, México, El Colegio de Méx.ico, 1970._ . , (i. (;onzález Navarro, Moisés ·'Tenencia ~e la ~te~ra Y ~oblac1on

agrícola (1877-1960)", en Hisroria mex cana, Julio-septiembre de

1969 pp. 62-86. . M" · Ja 7. Katz.' Friedrich et alii. La servidumbre agraria ei1 ex1co ~m

época porfiriana, México, Sep/Setentas no. 303, Secretana de Educación Pública, 1976. .. . .., f~cvista Mexicana de Ciencias Pohticas y Sociales, xx1.11, 1 ~ · 8,

S. no. 8: se trata de un número dedicado a problem'.15 agranos: ve~se sobre todo los artículos de J. P. Leal y M. HuacuJa Y de M. Bellin-

geri e Isabel Gil. · · d 1877 9. Rosenzweig, Fernando, "Las exportaciones mexicanas . e a

1911 ", en Historia mexicana, enero-marzo de 1960, pp. 394-413 . .

337 ..

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1 ¡

1 1

~--

XII. La minería bajo el porfiriato

( ;uadalupc :Vul'a Oteo

l. CENERA LIDAl)ES

México, por su tradición minera, especialmente comó productor dé plata, despertó el interés de los inversionistas extranjeros, cuya pene­tración en la minería se intensificó muchísimc , como veremos, bajo el porfiriato. El crecimiento ec.onómico dd sector refleja !anto la promoción política oficial como -principalmente- las inversiones tnásivas de capital y las nuevas condiciones riel mercado mundial.

En la economía nacional, la minería siguió teniendo enorme peso como base principal del comercio exterior áel país. hse a que los metales preciosos mantuvieron una posición predo:ninante, la gr:m novedad del período fue la expansión, por una parte de la produc­ción de metales y sustancias minerales de uso industrial (antimonio, cobre, plomo, zinc, hierro), y por otra de la de combustibles (car­bón, grafito, petróleo), aunque en corta escala.

L"a distribución geográfica de la producción minera sufrió camLios considerables, que dependieron de diversos factores: condiciones :mcioeconómicas generales de las distintas regior.es, proximidad o le­¡an ía de las plantas benefici~doras (en función de las vías de comuni­cación disponibles), capitales con que se podía contar, demanda de los distintos tipos de productos minerales beneficiados. ·

Para evaluar las modificaciones ocurridas en la distribución regio­nal, vamos a comparar el porcentaje del valor de la producción mine­ra global con que contribuyó cada una de las zonas a principios, mediados v fines del porfiriato:

Regiones: 1877 1900 ;9:;7 % % Yo

Nc rte 42.2,5 '48.66 4239

339

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~ .·;~~~- 1

Pacífico 110rte 9.11

Centro 47.12

23 .20

26.82

l 43t·· . ,-._-··· .· :. f

41.i3~ .. , . Golfo de México y Caribe 0.13

Pacífico sur 1.38 1.32 º·º2'. :I 2.tl

·1";,¡¡tt.J :¡

Dentro de cada región hubo también cambios importantes. ne·a. remos de lado, por su escasa importancia, el Golfo y el Pacíficos~ . , En el_ norte, Zac~tecas y San Luis Potosí aportaban a la produ;~

c10~ regional, el _pnmero casi la quinta parte y el segundo más del ll _ó, en 1907, sm emba~o •. ~a~atecas no rep¡esentaba ya sir.o la s~xta parte ?e su aportac1!m m191aI y San Luis Potosí había deseen-. d1do a I_a mitad. En cambio, Chihuahua y Durango crecieron en im- ~ portancia. .

. En ~1 Pacífico no!te, de 1877 a 1900, predominaron Baja Califoi- . : m~ Y. Smaloa (I0.23ó y 6.84% de la producción regional). La razón > pnnc1pal Jue una mayor ex~lotaci?n de m~erales auríferos. Pero de .~~,' " 1900 a ~; 07, .. fue Sonora qwen mas destaco, alcanzando el 10% de ·ia~;~.: t p~oduccwn d ... 1a zona. Su progreso se debió, en particular, al car};·-~. ·~ j dbvn Y aJ cobr~, cuya demanda se afianzó mucho en el primer deceruó:. ; f

el presente siglo. · . -~ . 0

)

Guanajuato e. Hi~go e!'an, inicialmente, los estados del ~eñliÓ1~'. i con m~yores a~ortac1~nes (18% y 16%, respectivamente), seguidÓst~ f por/:i"sc.~ Y Micho3~~- En 1900 la posición había cambiado:<~ ~-<-­..,on.nbuci~n de GllánaJua_to se redujo a la cuarta parte y fa de Hidal-~ go a la mitad. En cambio, Aguascalientes y México progresaron'(~\ hasta alcanzar, en ~90?! el 15% y el 8% respectivamente, mientr ' :;f":>, t · se acentuaba la declinac1on de Guanajuato e Hidalgo. ·· ·

2. LOS FACTORES DE LA PRODUCCIÓN

Acceso a los recursos naturales

'.· . · ~·

fiEsted aspecto est_a ín !~amente-vinculado <!los cambi~s radicales veri-1ca os _en la leg1slac1on minera.

DP.~1~ 1877' el1 go1'!ert!o !rató de conseguir alguna homegeneidad

al respec~o. Par~ ~ª. d~cada s~uiente el terrer.o habfa 111,.durado ~n este sentido. A ~iciat_1;a del ministro de For.1ento, Carlos Pacheco, ~yuso fm a la ~ítu~~1on anterio_r. Es decir, la min~ría deJó áe estai ·I' s Jeta a un~ Iegislac1on heterogenea. Pacheco, ~ropició, ~n priffier.:4·· 340 .

lugar la creación de la Sociedad Mexicana de Minería ( I 883), en cuyo; ~statutos se preveía el establecimiento de dos comisiones especiales sobre legislación. La Secretaría de Fomento nombró en· 1,Jnces una comisión técnica que elaboró el proyecto del Código de Minería, promulgado el 22 de noviembre de 1884, el cual entró en vjaor el I de enero de 1885. Los autores del código siguieron muy de ce~ca la vieja legislación española. Esto significó la adop~ió~ del cri­terio de que la propiedad de los recursos mineros era publi~a, y de hacer rec2~r directamente sobre la mineria los gravámenes o tmpues­ros que hasta entonces habían pesado sobre ella. Lo mismo puede decirse en cuanto al deslinde y la adjudicación de m~ .as. ·

La ....ey de Zonas del 6 de junio de 1887 otorgó facultades al eje· cutivo para celebrar contratos, ampliando las concesiones otorgadas. Quedaron fuera de esta norma las minas de hie:ro , ca~?ón y azogue. La l~y también eximió de todo impuesto la cuculacion de ~os me· tales en pasta o acuñados, y la de los productos de las mmas en general. Abolió además, el de~echo _de impo:tación sobre el ~z~~ue extranjero. Las minas no paganan mas que el impuesto de acunac10n, y las no exceptuadas_ sól? un 2% ~el valor del metal i;xplotad?; las haciendas de beneficio solo paganan el 6 % como maXImo, siendo suprimidos los derechos de denuncio, traslación y extracción.

Crm la ley del 4 de junio de 1892, la República Mexicana dejó de considerar suyas las minas. La propiedad minera se adquiría con un r ítulo ~xpedido por la-Secretaría de Fomento, el cual tenía un carác­ter irrevocable y perpetuo mediante el pago del impuesto federal de propiedad. Los servicios de acueductos, ventilación y otros, sedan comunes entre minas colindantes; los trabajos en dichos ser:icios ¡·_;¿wn declarad.os de utilidad pública y para su realización, a falta de avenimiento, se acudiría a la expropiación. La nueva ley suprimió ias diputaciones de minería y creó en su lugar 140 agencias repartidas en el territorio nacional, cuya atribución principal consistía en tramitar las solicitudes de concesión según un reglamento expedido el 25 de junio de 1892. Más -tarde, se expidieron varias circulares aclaratorias ~~0bre ampliación o reducción de pertenencias, desistimiento de los ir.teresados después de admitidas sus solicitudes de concesión, ma­nera de proceder para tramitar solicitudes relativas a propiedades mi­neras (ampliación, rectificación o reducción), requisitos a cumplir por extranjeros que pretendieran adquL ir concesione'. en zonas fronterizas, etcétera.

/demás de los dispositivos cer..trales mencionados, durante el por­fi.riato, existió una numerosa y variada legislación minera adicional.

.. ;l aJ:t.'C.imiento de l""ateria~ primas

La demanda de materiales para el proceso min~1 ometalúrgko siguió ,

il41

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de cerca los prot,resos de la producción, y, sobre todo, de los metales industriales no ferrosas. Como se continuaron utilizando técni~~- , metalúrgicas empleadas desde hacía mucho tiempo, encaminadas~ f sobre todo, al aprovechamiento de los metales preciosos, se emplea: ba mucho trabajo humano y fuerza a11jrrrnl, con la consecuencia inevitable de una baja producción y altos costos. Los materiales utilizados, en tales circunstancias, fueron de dive rsa índole, resP<'Il­diendo a los diferentes procedimientos utilizados en esta actividad.' · Así en 1877, eran renglones importantes la paja y el maíz para la má: nutención de los atajos; hierro, acero, pólvora, reatas, reatillas, pie~' dras voladoras, sebo, manteca, maderas de construcción (de pino mezquite y encino), cápsul?~ , ~~1ñurlas y velas de estearina, utilizado~· en el interior de las minas y en la actividad extractiva. En el benefi. t cio de los minerales, la sal, el sulfato de cobre y el azogue. Fuera de estos materiales específicos, cuyo consumo varió en las distintas· zonas mineras del país, según el grado de evolución alcanzado en la act:vidad minera, la demanda de combustibles, energía y agua, fue. común y general en todas las explotaciones mineras del país. La . madera fue utilizada como combustible durante mucho tiempo ?ntes de que pudiera usarse con regularidad e] carbón mineral. Todavíá hacia 1885 el alumbrado de las minas seguía haciéndose con velas de estearina, y no podía aspirarse a más por entonces, ya que la energiá'-:'-'· eléctrica no existía siquiera en las ciudades. .::.:

La prospección y explotació:i Je yacimientos carboníferos · ¿¡i?~ México en forma sistemática rrincipia hacia 1880. Entonces se't~. comenzaron a descubrir -pero no se explotaron- varios criaderos en' :; . Puebla, Oaxaca, Veracruz, Michoacán e Hidalgo. En Sonora sed_.,, cubrieron los de La Barranca, Fronteras y de Altar: La gran im tancia de estos yacimientos se debió a que se encontraban situado~

. en medio de minerales de oro, plata, cobre y plomo. La demanda de' carbón en la Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, en especial . . ·• t hizo que desd_e 1905 con;ienzaran a explotarse las ~inas carboníf~r-. .j de Nuevo Leon, Tamauhp?.~ y Ccahuila (San Felipe, El Hondo, Es-·-,",; ~ peranza y Conquista). · :~~ · . La escasez ·y carestía del combustible fue solucionada con el está}<'~ blecim_iento d ~ la. fuerza hidráulka desde principios del siglo xx y' alcanzo un g.an mcremento en el cursa del mismo, empleándose,: durante algun:: temporada, paralelamente con la ~nergía eléctrica~' al' nque en corta escala; luego se il.1plantó el uso de la fuerza de vapor, Y, por último, la energía eiéctrica qus llegó a generalizarse en la 111 inería.

Otros comb~stibles, como el petróleo y algunos de sus derivados, ~~ ~a~, la g~~lma, apenas comeí!zaron a utilizarse en las postrime-

tas del porrmato. Algo menos retrasada estaba la inGustria eléctricá:' .. las plantas industriales y mineras usab:m turbogeneradores y petróle<? '.:'1~

~ ... · pi'

c:u 111n combust.iblc , C: t) ll una capaci<lad general mínima. No adquirie­rv!l importancia hast:i <l Lspués Je 1910, cuando aurnentó notab!e-111cnte la producción del petróleo.

El azogue, la pólvora y la sal, fueron tres renglones de consumo 1it.'ccsario en la minería mexicana. El azogue, cuino se Ita indicado co otro capítulo, por ser tan necesario en el beneficio Je los minera­ks, hasta 1890 tuvo una demanda constante e importante , y como poco se producía de él en México, llegó a importársele en cantida-des consi<lerables. _

La pólvora fue un artículo estancado desde la época colonial, c11va venta quedó reglamentada a mediados del siglo x1x.

-La sal fue otro e lemento de empleo necesario en el beneficio de ¡¡¡i.ncrales. El país contaba con buenas fuen tes de abastecimiento en l:!s salinas del Gol fo (T .:unaulipas: San Fernando , Soto la Marina, Al­t:imira; Campeche: Real de Santiago e Isla del Carmen, y Yucatán : Celestum, Sisal, Río Lagartos y San Fernando), o en las costas del l'acífico, donde rlescollaban las de Ojo de Liebre, Pichili!1gue y San .\epomuceno, en Baja California: Pinacate, en Sonora; Al tata, Ceuta, lluizache y Chametla, en Sinaloa; Sayula, Zacoalco, Tepetate, Zapo­te, Atoyac, Tizapán, San Marcos y Paramán, en Jalisco; Cuyutlán, en Colima; San Marces, Gue.rero y Te!mantepec, en Oaxaca. Tam­bién se usaron, por supuesto, las de la altiplanicie.

A pesar de ello, la escasez de sales de beneficio fue un problema serio d'.Jrantt el porfuiato, pues muchas salinas no se explotaban, otras se habían vendido a extranjeros desde el primer tercio del siglo x 1x. y las que se rrabajaban est1ban gravadas con fuertes !mpues­tos que hacían subir su costo má!: allá de un límite comercial.

Pese a todos estos problemas, los materiales propios ¡;ara la explo­tación minera, como ia sai, eran in.dispensables en el laboreo de las minas; su demand a, pQt>lo tanh_,, aumentv al paso de la explota­ción de ricas regio nes"inineras de la zona del norte, sobre todo a partir de 1890, cuando cobraron vuelo 10.i minerales industriales. f,esultó, así, muy desafortunada la coincidencia entre este auge y la pérdida, por ejemplo, de las cosechas de sal de Celestum, desde 1894, 111ientras que las de Campeche, especialmente la del Real de Salinas, :ipenas bastaban para cubrir las necesidades d '!l estado. La demanda . · metalúrgica de Pachuca comenzó entonces a satisfacerse con las sales de San Luis Potosí. Y fue también desafortunada la circunstancia de que la sal de Cuyutlán, por ejemplo, resultara puesta en Guadalajara, no en el punto de consumo, sino en el sitio inicial de su distribución, a precios, en realidad, prohibitivos.

.llano de Obra

DLrar.te el porfiriato se incrementó el 11úmero de lrabajadares de

343

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1

i ' ~

,, la minería, si bien no en la medid;, en que lo hizo la explotación y la :. producción, pues lo~ recursos ,écnicos conocidos y las nuevas técni"i·~: cas implantaJas desplazaron ·1 algunos. Fueron también factores de _ · variación, sobre todo a corto plazo, las vicisitudes de la propia in- · dustria. los cambios en su localización, etc. El rendimiento de los _,; operarios y sus condiciones laborales mejoraron con los avances de -~ la división del trabajo. En los comienzos del período perduraba!l los.~¡, buscones y gambusinos~-que acometían cuanta fa~na era necesaria _~ para llegar al producto mal; con el transcurso del tiempo, y dada su;I\ , experiencia, llegaron con facilid2'1 a ocupar posiciones de obreros' • calificados y aun de capataces. ·\1,; :

La escala de salarios, en consecuencia, se amplió hasta llegar a :< ·. reflejar no sólo el grado de .>reparación o el'.! experiencia de los '.' trabajadores, sino la calidad de los propios productos explotados, > que, a su vez, dependía en buena medida de la demanda de los meta- . les en el interior y el exterior. Sin embargo, gruesamente vista, la ;. escala de salarios distinguía dós grandes catl!gorías: un grupo redu­cido, biea remunerado, encargado en general del trabajo técnico de la minería, y un grupo muy numeroso de jornaleros, con bajas remu- . neraciones, encargado del trabajo ·pesado y peligroso. Y no se deste- Ji? rró del todo, ni si9uiera al con~luir el régimen, el abuso consistente, ·.~\~: en pagar los salanos de los mmeros en fonna de vales al portador,·-:1;~\; que se recibían exclusivamente a cambio de efectos en las tiendas y ~-·~~ expendios de comestibles de las mismas negociacion~- Esta situación ' general de la mano de obra minera condicionó la posición del trabajo . y generó movimientos obreros, originando que, para contenerlos, los centros mineros tendieran a modernizarse y a mejorar las condicione{ de trabajo. La minería, por otra parte dio ocupación no sólo a varo~ nes adultos, sino a mujeres y niños, si bien en faenas menos rudas y . peligrosas, muy mal remuneradas, como es de suponerse. · ';:·, __ ;;

Durante. la primera presidencia del general Díaz, casi no se alteró 'j~V la población minera a pesar de que hasta 1880 la minería fue la única ·"'-:M'!' actividad económica capaz de atraer a los trabajadores. Así, todavía_;.. . en 1883, privaba la opinión de que aquélla sólo creaba poblaciones \ ... · pasajeras, a despecho de 1a riqueza de las zonas mineras, que podrían ''W« 1

d i engen rar ciudades estables, de cuyo florecimiento permanente ~ ·;.': t· aprovecharía la agricultura. ::'•. 1.

El total de operarios laborantes en la actividad minerometalúr- i gica se incrementó a una tasa anual de 1.6% de 1895 a 1907, pasando· ~-de 82 499 a 99 753. l

La población minera se distribuyó en forma muy estrechamente 1

. . . lu hroo Jcl porfiriato Jchido al resur~i-. Hlb tJción que 111ant1cnc J . .. CI 'huahua, l)urango, Nuevo Leon u 1 J. las minas Je Coa hu ila, 11 l s de Parral, ;;Jic 111U e . ue destacan se encuentran a . Taniaulipas. Entre 'ª1~· ql .. en Chihuahua, que llc~aron a emplear \ .. . Nuevas y Santa )ar ,,ir,1 . . \ li 11 .IS . · • 1

·t hombres. . <l ' · . lejorar pues, debido a ,¡ n1L1 t eficacia del trabajo 111 1~1 cr~ ten 'ºbªre"todo g' racias a la intro·

· - · ·p·nencra Y so ' iJvor conoc1m1cnto y ex t: • • , ' ue a rtaJon un mayor reo· ';u~ción de inn~va~i0nes tec7_01~~1casf,~ ere::'o, la pro<luctivida~ de \¡iniento cuantitatlV? y ?ª ita iv~~siderable en los últimos qu~nce ~ mineros aumento en arma_ c ·1 k en romedio producidos :sos del porfiriato . pues de cas~ 18 m1 4l mil ~n 1907. Esto indica

.!1ill r. trabaj·ador en 1897' se lleg? ad clasl10 ~ ¡ t 1 de aloo mas e o· f · , i 1n crecimiento anua e -· I· rod uctividad se mide en unc1on

·rambién hubo aumento ~1 d,1 p . , . en c·1fras nominales, fue de , , . <l la pro ucc1on. 7 E t

Jcl v~lor per capaa . e 897 d1,; ! 249 pesos en 190 . ·se .- ''7 pesos por opcrano en 1 , y d'd a la productividad mayor _," d b · , 'n oran me 1 a, . tiuel' resultado se e 10, t: ".. con10 en el beneficio : en este, se

· t , 1 la ex tracc1on Jlcanzada tan o e1 dc~·,provechaban totalmente . · ·t ¡ s que antes se "" . · t io~raro n me a e "n de la mano de obra por mu:~ uvo í:t índice de la concentra_c10_fi . . . de 67 operarios utilizados - t s de s1gn1 1cac10n. , 96 cambios no exen o . 1 tación en 1898, se llego a en

en promedio por mma en exp o i ')07. . . , d uirió la oblación minera d,ur~nte

El ora1o de cabficac1on que a lq . d pcvn los avances tecmcos . i:i porfiriato está íntimamente re_ ac1~am~ría se hizo por mucho . L'il la explotación Y ~a metalurg~ado la figura dominante era el g~­ticm po sin orden m s1sten~a, cua delimitando las funciones y activ1-husino. Con el tiempo_ se ueron 'or productividad de la mano de - · s go una may Jades; esto trajo con_i . d los minerales en general . •. ·1bra y un mayor rend1m1ento e rriu distinto modo, pero, en , ti trabajo minero se remJ_~eraba del cyon el arado de adiestra·

d a relacton estrec 1a t>" , , • ¿eneral, dentro e un d d. t . m1ii:se t --es grupos (vease pagma 0 , , t pue en is mb- · . miento . Segun es e, ~iguiente) . . de los operarios del primer grupo re-

E11 general, las ocupac!OI~es , . · las del segundo representa-. . . d' t amien to tecmco, . l

,¡u,·rían un c1~~to a ies r ,·, artici acióñ de las minas, y en e l·an la direcc1on, preparauo_n y p , pdas y peligrosas de la extrac-v d b l cupac1ones mas ru tc rc•~ r0 que a an as o ~ i ó n y del beneficio. . casi desconocid¡is al iniciarse

. Las actividades del pnrncr grupdo efira!1 n s · l ·' en sus postrimerías. . · 0 n v se e ime ro v v . . · •

,. \ pm fi natc, y aparecier : , en l 877, pero se hicieron ne<.:e-relacionaca con el auge y la decadencia de las zonas mineras. Así, en . i_'

1877, alg0 más del 46 % de ella estaba· en la zona central; pero al con- 1 c.1uir f 1 .1orfiriat.J, s6iu el 41 %, <le'Jido a la dismin-.ción registrada en ¡

Las del S'.!gundo a~enas se 1.onoc1~ero de minerales, debido, sobre sarias e ir,dispen,seiol~s en but~ ~~s de :nucho üempo atrás. Las del todo , a que habian sido elxp ~ ~ los comienzos del régimen, y no

:::·~o y G uanajuate. En cambio, la zona riO>te auon ecté al 4 3 t J, " l t, .. ·Ar ~ ru 11v eran genera es e e e · r · 345

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1incr:is conoci<las y explota<las aumentaron en el país cons_ide-

,. '·k11lc' !ll C. · i a ;11 J1 1u <le ubra cuya o k1ta ful' l!lis segura era, <lcsde luego, la

11, , ,·Jli t'icada , no stilo porque parte de la nueva población del país

~.: JcJ1caba a la 1ninería, sii10 porque los trabajadores que queda­tun dóocupados al cerrarse o decaer una mina emigraban para rrJbapr en las nuevas. El problema de la mano de obra minera du-1~ 1 i tt: el porfiriato no fue, pues. el del trabajador no califica :o, sino b necesidad de mano de obra calificada, en la medida en que la

1;:a1eria avanzaba a la explotación técnica y moderna que permitió

Li ubténción de los metales ind11>triales y los combustible~. Lb co11dicioncs de traba.iu de los mineros no fueron, en general,

1 ~ivorJb lcs para el' desempcfio de sus labores; con el presente siglo, ~in embargo, mejor:• r011, gracias. sobre todo , a los rect.:r~os técnicos ~Juptados en algunas regiones mineras. La profesiót' de minero, aun a~;f, siguió siend'o en la mayor parte de los casos ruda y arriesgada. La prensa porfiriana está llena de noticias adversas e incluso catas­tróficas. Además de la~ inundaciones e incendios propios de la in-

. dustria, los mineros tuvieron que afrontar otros originados por -iescuidos de la explotación que hi-:ieron más difícil y penosa su tabor. Por lo general, solían carecer de un buen equip' • de trabajo. Una de las catástrofes más sonadas de la época fue la de la mina del Hondo, ocurrida en l 90l.

Condiciones de uabajo tan desfavorables t1.iían corno consecuen-cia, en el mejor de los casos, enfermedades que minaban la salud, y ;:¡ue no se combatían a tiempo por ignorancia o falta de recursos. En efecto, tuvieron que ser ios obreros mismos 4uit:rn::> i11i(;iarun colec­tas o contribuciones más o me!1os formales para contrarrestar au,1que fuera mínimamente los peligros o riesgos profesionales, y emprender obras que, claramente, competían a las autoridades civiles, como fue el caso del entubamiento del agua en Real del

t--1.:inte.

Cap ira les

Las inversio!1es extranjeras própiciadas por las leyes mineras fueron e! fac tor más importante del inc;emento de la producción de esta i:1dJstria en México durantP. el •1lti.mo tercio del;1;iglo X'.X. Enüliano Hu~to estimó en 8~u mil pesos el capital invertido en la rninería n.e-< icanc. al iniciarse e: pc-r.f'.· iato, fundwentalmente en las minas cie las zonas del ce'l ero y r.orte.

Desde las p0st riinerfas de: g~ '-. ;é n: '.' de i~anuel Gonz~lez r.o-

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111cnzú a hacerse un esfuer1.o conscien lc parn atraer inversiones .:xtranjcras, que fue ctistalizando de 1884 a 19 lO. No es una mera coincidencia que esa inversión se hiciera cuantiosa desde 1890, pues ¡, 1s últimos veinte a1ios Jel porfiriato fueron los de mayores progre­sos, particulanneut;., en el primer decenio del siglo xx en el que au111entó de modo sensible la productividad.

Las estimaciones del monto de las inversiones extranjeras en la minería nacional mexicana son muy variables. Según la estadística de 1909 de la Secretaría de Fomento, los capitales invertidos en em­presas mineras eran: mexicano , 115 304 250 pesos, o sea, el 82.5 'b del total; estadounidense, 17 257 800, correspondiendo al 12.2%; británico, 6 774 000, el 5%; francés, 4.530 mil, o sea el o.n . Es:o daba un total lle 139 816 050 pesos. Esta presentación, por supuesto, es engañosa, pues se hacen aparecer como mexicanas todas las empresas establecidas en el país, sin tomar en cuenta que su capital era extran­jero w :a mayoría de los casos. Otro cálculo de l? 1 1, más firme, era éste: Estados Unidos, 499 millones de pesos, que representaban el 61.7% del total; Francia, 21.8%, con una inversión de 179 millones 500 mil pesos; Inglaterra el 14. 1 %, con 1 16 887 140; y otrós ;:. aíses, 21 millones 760 mil , que representaban el 2.4%. Así, tod.i la inver-sión extranjera ascendía a 817 199 140 pesos. ·

· Las compañías norteamericanas que operaron en este período fueror. : Wells Fargo, del Parral; Knotts, de Guizas~ Chicago Mining Co., Minas Prietas; North Mexico Mining, Santa María Mining Co., Green Consolidated Copper Co., Guanajuato Consolidated Mining an::I Milling Co., la Tezuitlán Copper Co., etc., para explotar las minas de Sonora, Chihuahua, Distrito Federal, Durango, Coahuila, Aguasca­lientes y Sinaloa principalmente, y, en menor escala, las de otros estados. ·

Íntimamente ligadas a estos intereses estaban las oficinas de ensa­yes, laboratorios químicos, plantas de concentrados y refino. En 1890 el Arancel MacK.inley impuso derechos a los metales plom0sos que se imP, 1)rLiran a Esta.dos Unidos para su beneficio. Entonces se ~stablecieron en México fundiciones, que empezaron a tratar el plomo y después otrcs metales. Las más importantes operaban con . capital norteamericano. En 4 millones de dólares· se cifraba el de la Sociedad Metalúrgica Mexicana, concentradora de plomo, plata y oro. La más poderosa era la American Smelting and Refining Co ., o ASARCO (de los G:.:ggenheim), con cinco· plantas en Aguascálientes, Monterrey, Chihuahua, M:;tehuala y Velardeña. Fundada en 1899, con un capital de 6 millones de dólares, ~11 l ~02 decía haber inver­tido otro tanto en el norte de México. Por aquellas fechas, la de Monterrey, valorada en 2 millones 679 mil dólares, vendía meta)Ps por czrca de 6 millones y la de Aguascalientes, vruorad:;. en3 millonc~ 164 mil dólares, por algo más de 8 millones. Al finalizar el régimen

349 ...

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de Díaz, la Guggenheim tenía e111 it1tlas accione_s comunes por SO millones de dólares. '"-' · "

Al correr de los años, algunas cornpañ ías norteamericana~ e- • ro~ sus min~s a empresas b ritánicas, las cuales, a partir Je 1880, ad . . q u mer~~1 mas, con _ un apogeo en 1889. Esta corriente inversionista :.:. obedecm a la neccs1d~d de cobre y metales preciosos. En el quinque:.:>· 1110 1885-1889 se _reg.¡strar?n en Gr11n Bretaña l _ 387 compañías mi;~:,~· neras, ~on_ un c~p1ta! no~mal de l~J_ ~69 545 libras, a pesard~. <itié~~·' en_ ese ultimo ano solo 7 L. pagaban d1v1dendo .. En el momento cUJ~·:-;f mmante del auge, las empresas mineras representaban el 33% déf ':i. nuevo capital inglés invertido, y de él, las de México representaban

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un 6.Si, o sea una inversión próxima a lo~ 2 millones de lihrasester~ línas. A esta época corresponden las compañías Great Las Nieves Silver Mine, Consolidated Gold Mines of Mulatos y West Rosario Sil. ver t.~i:ling Company. . .. '.) .,

. La actitud favorable del gobierno mexicano atraía a los inversib~:: nistas. Cuando se publicó la ley minera de 1887, por ejempio ;-·sé comentó en la prensa de México y Londres que provocaría fuertes inversiones inglesas y norteamericanas. Y así fue: la Secretaría de .. F~mento registró en los cinco meses siguientes 859 nuevas empresás . mmeras y 36 contratos. Y en seguida se aseguró que esto significaba: '., una nueva inversión de capital inglés del r rden de los tres millones de'. il{: libras. Tres _años después, en efecto, operaba!! 47 compafiías_ingl~--; 1 con un capital de 8 y medio millones de libras esterlinas: la mitad;d~<· ellas, por lo menos, tenía recursos superiores a los 200 mil. La Unítéd·~:~ Mexican Mining Co. Ltd., llegaba a 1 008 862; la Trinidad, y la7 :YeW}~ 1

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turas Silver and Gold Mining, a medio millón cada una. Las inversioñ~¡ .. ~nglesas, además, no se concentraron en una sola región, sino; :.c · iban de Sonora y Sinaloa hasta Chiapas. Todavía en 1904 se orgaiif ,.:,;; 1 la ~exicu, M_ines ~f El Oro Ltd., con un capital de 180 mil librliS e~~;~~:., .: terlmas. El mteres de los inversionistas ingleses por las minas mex"k:~, ... cana~ menguó de 1903 a · 1905 a causa de las malas condicion~•: J

financie:as de Gran Bretaña y dP la incertidumbre creada por la tia]~ t del precio de la plata. La reforma monetaria de 1905 lo hizo renacer; <

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como lo confirma el hecho de que· al año siguiente se autorizarán · · nuevas empresas con capital de 2 millones 746 mil libras estediiias", ·· cuya suscripción se hizo en la bolsa de Londres. · ::.-. ''·

Las .inversiones francesas empiezan a ft.:ncionar en 1882, en las ·~­min~s de San Luis Potosf y Temascaltepec. En 1885 su roe la de El Bole<'. para expiotar las mir.as de cobre de Santa Águed~'. En 1897 la Sociedad Minera Dos Estrellas, la Compaonie d ' Affinage de Métaux, la -Jo;;iété d '!ngua<an, de Michoacán, ~xplotadora de ·mi· .. na!s cupriieras comprada.\ ;i la ~ompañía inglesa Mexicana· lngJái:·, ran Cop:1er; en l ~ú3 e; grupo Rothschild [rands (9 mi!br.e:: _i!e . frani.;os) creó !a compañía Minera de Peñoles, Durango y otrlls\

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·in>r importancia Los valores Je todas ellas se cotizaban J~ ¡]lt: .

·orricntcmcn te . . . " El cónsul alemán se lamentaba en 18~ ~ de que el capital de su pa1s

. 1art icipara en la incipiente producc1on mmcra de cerr~ del ~er­

~~d~J. Desconocía, por lo visto , algo peoL Alen~ania_ hab 1a pcrd 1t1~ ,. ,,_ ra entonces a!gunas minas de cobre <le Bap Cahforma, que com¡>ro

~~sindicato francés de El Bo~eo por 6? mil dólares. Todavía en 1_906,el ingeniero alemán Walter Gtesen, duector de ~n~ e~presa s1derur­,,. a de Monterrey, pudo comprobar que la parhctpacmn alemana en Crninería p1exicana seguía siendo insignificante.

1ec110/ogia

lsta refleja la penetración capitalista cxtranjer_a a part~r de la déc_ada de 1890 y muy particularmente durante la pnmera d~cada del siglo \.\,en sus dos grandes aspectos: los procesos extrac_l!vos.y la ener­da y capacidad instrumental instalada en el tr~b&JO mmerometa-

Jüraico . Por extraño que parezca, el proceso de amalgamación por patio,

típico de una minería artesanal,_trabajada a base de busc~nes~ preva· ;eció en México hasta fines del siglo pasado. Lo reem.plazo mas tarde d proceso de cianuraci?n en el trat~~iento de los mmerales de plata en los viejos campos romeros de Mex1co, de modo que entre 1900 Y 1907 había ocurrido una mudanza muy grande en el modo de tratar los minerales, según se ve en este cuadro:

Procedimientos: 1900 1907

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Amalgamación 51.1 21.2

Lixiviación 15.0 9.1

Cloruración l.8 2.9

Ci:muración 1.8 13.7

Fundici6n 24.6 .30.4

Concentración 1.6 22.5

La extracción creció más de prisa y ue el beneficio de los minera­ks durante el período para el cual ~e tienen datos completos, o se~ , Je 1897 a 1907 ; el !->echo se debía, las más de las VefeS, a que se eh · minaban del bew~ficio los mine1 ale::; pobres, y en ot~as casos a la i1: ·::¡acidad de las haciend'.!s de beneficio. Pero de más significación ft 1 e aue la zona de explctació:1 minera sufrió marcados desplaza· rnienios ¿ .. r<>ntr: .:.! porfiriato : mientras en 1877 el 46.3 % de la

~51

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producción_ se hallaba en los estados del cen lro, .en 1900 la rnit d cor:espondia a los del norte, y en. 1907 llegó _hasta casi el 57%.,f.n . efecto, los productos auroargentiferos, localizados en el cent ',. sobre todo en los estados de G uanaiuato, !!idah> México Mi"chro,

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' • Oa-r:in, Jalisco, San Luis Potosi y Zacalecas, fueron los determina t d_el valor de la produ_~ción 1_11_ine~~ nacional l~asta 1889. A med~~s s111 embargo, que crecro la u11hzac1on de los rnmerales industriales ' ferrosos, sobre todo cobre, hierro y plomo, la explotación se des )aº zó hacia el norte, Pacífico norte y Pacífico sur: Coahuila Chihuaif • Tarnaulipas, Baja California, Sonora, Guerrero Oax~ca JafiS:' f\.Jichoacán, Morelos y Puebla. ' ' '

Fn el aspe~to metalúrgico, las hac;cndas de beneficio del cent del ~aís trataron _el 4 n _de min?rales en 18 77. el 3 2.5 % en 1900 y:~ 43.I ó en 1907. Esto quiere decir que a la importancia alcanzada por los estados mmeros de la zona norte del país en cuanto a Ja ext . . . rac-~ion, no correspondió la que lograron en cuanto a su metalurgia. Fue esta, por supuest~, un~ desventaja, pues los mineros dei norte tenían que mandar a beneficiar al ~en_tro sus minerales. La desventaja au­ment~ba, desde luegJ, en razon mvers;i de la riqueza de los minerales :xtra1dos, por lo qu~ no dejó de haber quien aconsejara rr.andai es~os a plantas extranjeras, tanto porque algunas de ellas resultaban mas cercan~s .cuanto porque su técnica avanzada permitía sacar buenos rendimientos aun de minerales de baja ley. '.. ·'·'-.

El rendimiento_ del mineral extraído flucuó bastante; sin ; 1;:'·

bargo, la tendencia predominante fue a ~er mayor; co:1secuencili · ' cl~ro, de la modernización lograda en su laboreo, de una explotació~.> mas ordenada y hecha con nuevas técnicas. ·. :':'{''" .:

. El peso del mineral beneficiado subió en cifras ab~olutas de/is; millon~s de kg en 1897 a 184 en 1 .39~, 435 en 1904, 514 en I90S;y '' 94 2 m iliones en } 907. ~ este crecun1en to correspondió, como es de suponerse, el de la capacidad usada de las haciendas de beneficio: del 44.~ %, se pasa a 77.4 en 1903 y casi 98 en 1907. El número total de haciendas d~ ~eneficio, en cambio, se redujo a men.os de la mi~d::. en 1897 e~ist~an 593 y en 1907 sólo 257; pero las que quedaÍ:op . estaban mejor mstaladas y dotadas. ···· · · ;,

lmpor_ta adve.rtir que los minerales que presentaban asociaciones de metales .preciosos con el cobre y el plomo resultaban costeablés por su _rendimiento; asimismo, que la demanda de esos dos metales mdu~tnales trajo consigo que la producción de 1os metales preciosos contmuara aun durante la fuerte devaluaci0n de la plata. :JI

En_ general, P't~de decirse en cuanto a las leyes <.!e !o:; minerales extra1dos, q~e los procedentes de vetas rindieron ltyes úajas .de m~tales prec10sos, sobre tod~ tratándose dci oro, mientras qu"l los · mmtrales c?ncentrados e.xtra1dos de los p 1acere:; o criaderos fuerQá mucho.s mas costeables . (muy especialmente la plata: y el oió). '

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La capacidad ;ninerometalúrgica debe medirse pues, t¡¡·1to en función de la productividad de los minerales, como de los metales obtenidos del beneficio~ Medir el costo de la extracción de los meta­les y e l de su beneficio para conocer la utilidad es tarea de una com­plcjid ad extrema. Para la simple explo tació,n de las mina~, era necesar!o atender a dos ciases de operaciones: aquellas cuyo ob3eto era el d1s­f rute del criadero en explotación, y las de su conservación. Entre las primeras han de mencionarse: el tumbe, el transp,,rte interiot, la extracción, el acarreo exterior y la limpia (quiebra y pepena); entre las segundas, la fortificación, la ventilación y el desagüe. Y esto .nde­pendientemente del complicado proceso del beneficio de patio, que c:1a el más empleado (descrito en el capítulo 1v).

Los procesos de explotación y beneficio presentaron, sin duda, múltiples problemas que exigían un tratamiento especial para obte­ner sus componentes; pero tales problemzs solían resolverse con el uso de diferentes téc,ticas minero-metalúrgicas que, a su .vez, im­pusieron gran diversidad de instrumentos. Así, la ~volución partió del metlapi/ o mano, herramienta primitiva usada por los antiguos mexicanos como barreta de pulseta, las barrenas, marros, los chuzos, malacates , botas de cuero, sogas de lechuguilla, las fraguas o braceros, máquinas de vapor, morteros de maceo secos, morteros de concentra­dón, molinos de cilindros, molinos chilenos, arrastres o tahonas, hasta usar máquinas complicadas, que simplificaron enom,.::mente la labor minera, y cuyo uso se gePeralizó hacia 191 O.

La fuerza animal y humana fue sustituida, primero, por la fuerza hidráulica, luego, por la máquina de vapor, a partir de 1870, y, finaimente, por la energía hidroeléctrica, que significó un gran avan­ce en la caoacidad minera instalada: Ahora bien, veamos cómo se reflej~. n est~s avances técnicos en .algunas minas, aunque ~a en forma somera.

En Real del Monte utilizaron, de 18.40 a 1900, ruedas hidráulicas para 1:: trituración y la mezcla. Los mineros de Chihuahua, Sonora y Guerrero, para quienes el combustible resultaba demasiado caro,. ~esolvieron el problema de la fuerza .motriz con:;¡ruyendo canales pnra generar fuerza hidráulica. Se levantaron fundiciones cerca de las corrientes, cuya potencia utilizaban por medio, de equipos ingenio­sos. Las fundiciones de hierro de El Tunal, Atotonilco, Monterrey y San Miguel, conservaban todavía en 1900, las quejumbrosas ruedas y los asmáticos fuelles servidos directamente por corrientes de agua. La fuerza hidráulica c0menzó a revestir una importancia cada vez mayor entre 1880 y l RQO. El derecho de otr1gar concesiones sobre a;;;.ia3 creó vn poderoso instrumen·o de reglamentación, a la vez que resulté> una fuente cor.sderablc tlt ingreso.>.

Las máquin<1s de vapor en la industria min':'n se mtrodujeron en 1870. Hacia 1885 era gei..eral la opiuion Je que el beneficio por

353 ~

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fuego, el ~ás utilizado por entonces, ~ejoraría si se establecían·'.;» horn~s movidos por vapor en lugar de ullhzar los hornos castellanos ·•.: El mmeral del Monte comprobó en 1885 la eficacia de las boml)a~~ vap~r en el desagüe de los tiros.a una ~rofundidad de 800 metros.¡\ , partir de ent_onces, y hasta el f m del siglo, se instalaron bombas de".. vapor en mmas de Jos estados ele México, Guanajuato, Hidaloo"' Chihuahua, Zacatecas y Veracruz. Al iniciarse el siglo xx se inst~a: ·'.: ron en Co_ahuila, Querétaro, ~onora, Sinaloa y Yucatán. ~ ;,"'·lt:: ..

l. partir de 1890 comenzo a desarrollarse la fuerza hidroeléctrica ': en México, a· cuya aplicación en la minería : ! le hallaron ventája8" ' m~y grande~ .. ~demás de _permitir el aprovechamiento de vetas de baja ley, facilito ~1 tratamiento de m iliones de toneladas de minera. les que se_ habían acumulado en varias minas, principalmente en las de GuanaJuato, Pachuca y El Oro. Redujo los gastos de operación Q pesar de las tarifas diferenciales de las empresas de servicio eléctri: co. Así, en las minas Dos Estrellas, dichos gas!os bajaron de 388 a 102 pesos por hp; en el Oro, de 400 a 100; en Guanajuato, de 400 d " 60, etc. El gasto de un arrastre por tonelada se redujo de 8 a I cen. , · tavo, el malacate de vapor para desaguar tiros profundos, que costa.:" ba_ u~os 282 pe~os semanario.s, fue reemplazado por una bomba:·:._ electnca que reahzaba el trabajo por 82. La perforación a manofo¡(' ­sustituida por máquinas eléctricas, con una reducción en el gasto de : 58. a 19 centavos p~r tonelad!. Mien~ras que con el sistema de patió ,~ , n? se recuperab~ smo el 60 'o de romeral, con la electricidad y.ieJ : cianuro s~ _ob~e~1a hasta el 92. Con la electricidad, la mecanización~··

se ex_tend10 raptdamente, sustituyendo el motor a la fuerza human;{};; Y arumal. En e~ta forma una locomotora eléctrica con l 4 hombres.';'. r~~mpi3:Zó a u?a 1.11áquina de vapor atendida por 45. La eleetrific~~'. . . c1~n mmera d1smmuyó · también el número de trabajadores, y 'los~'· pnmeros en desaparecer fueron los gambusinos o buscones, los leña~· dores, fogoneros, perforadores y ayudantes. Al desarrollo de la" in-i;. '°· dustria eléctrica correspondió el aumento en la producción minera· ' co~o cuando Necaxa surtió de fuerza a El Oro. En el norte, inició u~ peno~o . .de bonanza en los centros mineros de Durango, Zacatecas, Y ~hihu~ua, ~e ~odo que la in!erdependencia entre la minería·y.· la mdustn~ electnca resultó cada vez más estrecha. En fin, una c?nsecuencta de. mu~ha significaci?n también fueron mejores condi·_. c10ne~ del_ tra_baJO minero que traia consigo el uso má~ general de la energia electnca. '

La fuerza motriz por obrero ocupado en la minería o sea los caba· llos Je ~uerza motr~ ~ue corre~pondieron a cada un~ de íos trabaja­do~es mmeros en actividad, subio, entre 1903 y 1907, de 051 a 135.

t'ara 1889, e11 las mina> Batopi!as fur.cionabar. dos turbinas hidr•l eléctricas Je 15 c~bJllo:; ce fuc~z~, y ::!os g~:-!eradores de vapl)r, acq;j,t piados en los molinos de trituración. En los trabdfh ue O'~sagüe de 13" 354

;n ina de Santa Ana, del distrito de Calorce, se apli~aba en 1892 la : kctricidad generada por vapor. En 1897, el Boleo instaló una planta di! vapor que utilizaba para el bombeo, la ventilación, el arrastre, et J.Limbrado y la molienda . En menos de una década , se extendió a tal ,:r3do el uso de la elr".tricidad, que en 1906 se construyó una planta ~Hopia de mil caballos, la más moderna y eficiente en aquella época. )i2:uieron en la adopción de la energía eléctrica los principales cen­rros mineros del país, hasta llegar al caso de hl1 uso exclusivo por la JI! Real del Monte en 1907.

Por primera vez se empleó la electricidad para la fundición .de :ndales en la planta de Guggenheim Corporation, de Aguascalientes, Jo nde en 1895 funcionaban varios motores. El estado rudimentario ,k esta muu~tna y d altv 1.:v~to úcl equipo eléctrico, retardaron la ,·kctrificacíón,y apenas entre 1900 y 1910 se produjo una verdadera modernización en La Velardeña. Aunque permitió grandes econo­:n ías y aportó superior eficiencia en la perforación, arrastre y trans· porte, su más profundo efecto ocurrió en el bombeo, ya que los ¡iros inundados constituyeron uno de los mayores obstáculos para d desarrollo de la industria minera durante todo el siglo XIX. En 2quella época, apenas se podían mantener en condiciones fav\Jrables !os tiros de unos 400 metros de profundidad, servidos por los anti· g!.los malacates o por las primitivas máquinas de vapor que se intro­dujeron en 1870. Todavía en 1884 permanecían improduct'vas las ,ninas de Pachuca, inundadas a poco de consumarse la indeoenden· cia. En 1895 las inundaciones paralizaron por algún tiempo las minas de San Rafael, hecho que puso en crisis a Guanajuato.

Casi desde el principio se advirtieron las posibilidades económicas de las plantas generadoras con una capacidad que excediera a las ne· cesidades inmediatas de las minas y las fábricas a cuyo servicio estaban destinadas. La energía sobrante podía venderse con facilidad a buen predo a las plantas o a los consumidores comerciales y particulares. El Boleo, por ejemplo, proveyó de corriente a la población cercana ti ·

Santa Rosdía, ta que contaba a fines del siglo con más de mil ~1abi· rantes. La Guanajuato Mining and Milling Company, que inauguró una estación hidroeléctrica en l 903 con la intención de satisfacer sólo su propio consumo, encontró un fácil mercaQ.o en la ciudad de Guanajuato, en los molinos de trituración y en las fundiciones aleda· f!as de otras compañías mineras. La Nacional Metalúrgica de San Luis Potosí, las minas de Cananea, Peñoles, Candelaria y El Oro, des· :in aron desde un principio buena parte de su energía exceden te a la .enta públic..a. Entre 1887 y 1911 se organi73.ron en México más de ci<!n compañías de luz y fuerza rr.otriz de importancia, sobre todo en Puebla, Hidalgo, Guanajuato, San Luis Potosí, Nuevo León, México, Querét3ro, Aguascalientes, Michoacán, Campeche, Jalisco, Chia¡.:as, lacatecas y í'abasco.

355 ~

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Page 51: Mexico Sociedad_ IX-XIV

De hecho, la minería y sus industrias auxiliares se convirtieron en el principal sostén del neg•)Cio eléctrico, sujetándolo desde un prio. cipio, en forma indirecta, a la incertidumbre debida a las íluctua~.ª'' . nes del precio de los metales en el mercado mundial. El ocaso por6: · rista fue el momento indicado para la aparición de las empresas de luz . y fuerza eléctricas de grandes capitales, organizadas piramidalmente · en el complicado sistema de control indirecto y a veces invisible; . ~

3. PRODUCCIÓN

Vc!umen de la producción minera

Con el fin de conocer la evolución de la producción minera global. mente, por grupos de productos y por productos, se abordó la iPfor. maci6n disponible que comprende la producción anual c!e los si­guientes productos: el oro y la plata, en_ años fiscales, 1877-19ü¡· antimonio, cobre, mercurio, plomo, zinc, carbón, fierro y grafito, en añ0s naturales, 1891-1911; petróleo, en años naturales, de 190 l .en que brotó el primer pozo rle proJucción comercial a 1911. · ·

Los anteriores productos comprenden entre el 100 y el 99% dtda producción minera total. El objeto de elaborar una clasificación:dé'.' la oferta del p•oducto minero distinguiendo grupos y subgrupos,Ó~~~:, dece a las semejaJ"lzas o diferencias que cada uno de ellos presenta'; ' :. por el v<>pel que juegan en el procrso económico, ya sea en el p~ ­ductivo, en el de distribución o en el de consumo. El oro y la plata~~.:~· agruparon por separado, por ser metales preciosos y además medias :· de pago tanto nacionales como iniernacionales y estar ligados áf :< mism~ tipo de fenómenos económicos. El resto de la produédó~~""' minera se incluyó bajo el rubro de mineral e~ ind ustrialcs, ya qü~· , , todos ellos, de una forma u otra, entran en el proceso productiyo com-.> elementos que son transfonnados e ir..corporados para obten~r bienes de inversión o de consumo final . Dentro de este grupo sediS~ tinguen subgrupos, con base en la diferente naturaleza de la función ·. o proceso que tienen en la producción. En pri:Yier término, se in· cluyeron bajo el nombre de metales industriales no ferrosos; el anti:' monio, el cobre, el mercurio, el plomo y el zinc. El carbón y el , petróleo forman el siguiente grupo, denominado combustibles. Ade~ más, se distinguieron en forma independiente el hierro y el grafito.

Con el índice del volumen físico de la produ(;ción minera se pudo medir el desarrollo conjunto de las agrupacione$ anteriore~ o de los productos, así como las condicionP.s de oferta, demanda y precios, tanto ~n lo nacional como en escala mundial. Dado que' la estructuia­del prodedo minero en el año base (1900-15101) no excluye ningún

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Page 52: Mexico Sociedad_ IX-XIV

producto de importancia, permite que el índice se ajuste a la realidad con gran rigor en todo el período ..¡ue abarca , o sea de 1877 a 1911 (véase diagrama l ).

El fu.dice del volumen físico de la producción minera señala un' aumento continuo a lo largo del porfüiato (véase cuadro 1). Dos grupos fu!ldament.ales constituyen la producción: los me tale:; p:~cio. sos (oro y plata) y los minerales industriales, que incluyen los metales industriales no ferrosos, los combustibles, el fierro y el grafito. Hasta el año de 1891-1892 sólo se produjeron metales preéiosos, y en ese año se inicia la producción de minerales industriales {véase gráfica 1). En efecto, la industria minera costeable en México hasta 1891-1892 era exclusivamente de minerales preciosos; otros, como el cobre y el plo­mo, aun cuando se explotaban, no habían Ileg::.do tcó::fa a tcn~r u,

1 valor comercial importante . El índice sube en promedio a razón de 6.1% al año, lo cual refleja un aumento del 239% en 1910-1911 respecto de 1891-1892. De los dos subíndices, el de 111etales preciosos es el de mayor importancia: en 1900-1901 representó el 80% de toda la produc­ción minera del país, f el de minerales industriales sólo el 20%. Pero la producción de estos últimos creció más rápidamente, a un ritmo medio anual de 9.1 %; la de los metales preciosos a 5.4%. De 1891-1892 a 1910-1911 , la producción de minerales industriales creció 507%; la de metales preciosos sólo 197%. ·

Los metales preciosos

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Presentan en su índice productivo la influencia decisiva de la :PI.ita (véase gráfica 2). Esto no quiere decir que la del oro no at:me!ltai~ durante el porfiriato pero sí que la plata predominó siempre: .de . 607 037 kilogramos producidos en 1877-1 878, se llegó a 2 305 094 en 1910-1911 ; el oro, por su parte, pasó de 1 l 05 a 37 112. Esta dís- · • paridad se explica porque la zona minera tradicional -Hidalgo, Guanajuato, San Luis Potosí y Zacatecas- es de ~admientos argenti-feros por excelencia; en cambio, si bien algunii atención se concedió a los auríferos de las zonas norte y Pacífico norte (Sinaloa, Sonora, Chihuahua y Baja California), no se explotaron desde el comienzo del porfiriato, entré otras razones por la inseguridad que produjeron las continu; s sublevaciones de los indios yaquis y mayas, la falta de vías de comunicación , de capitales, etcétera. -

La producción de oro permaneció prácticamente estancada en l0s primeros catorce años del porfiriato: de 1 105 kilogramos en 1877-1 878 pasó a 1 591 en 189 1-1892. El progre$::> de los dos mP.ta­les se hace de 1877 a 1892 a un ritmo medio anual de 4.6 %. Ambos crecieron en la etapa s1gui~n te, de 1891 -1892 a 1898-1899, aun cuando no al rr.·ismv ritmo: ei oro lo hizo al 37. I % y la plata al 5.9%;

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-l- Producción minerometalúrgic a

1 Valor (Precios Corrientes) Quantum (S de 1900-01 )

s 1900-01 - Monto

Años 100 1--

1877-78 25 657 003 19 .00 26 366 230

1878-79 26 103 862 1933 26 941 456

· 1879-80 28 602 533 21.18 29 486 389

1880-8 1 30 471 964 22 .57 3 1309 072

1881-82 30 '.236 208 22.43 3 1 157 379

1882-83 30 652 151 22 .70 3 1527 006

i 1883-84 32 901 542 X 37 33 857 714

1884-85 34 284 676 25.39 35 100 216

1885-86 35014408 25.93 35 556 278

1886-87 38 398 474 28.44 . 38 933 387

1887-88 40 243 601 29.81 40 729 868

,888-89 42 2"'3 475 31.31 42 749 678

1889-90 40 081 588 29.69 40 593 322 . . 1890-91 42 974 287 31.83 43 760 876

1891 ·92 49 628 683 36.76 50 425 676

. 1892-93 58 41C 335 43.26 59 097 952

1893-94 78 120 820 57.86 85 473 390

1894-95 83 341 844 61.73 91462557

1895-96 88 505 415 65.55 97 826 298

1896-97 96 258 235 71.29 104 027 474

i 897-98 112 008 322 82.96 l15665416

1898-99 124 909 823 92.Si 126 339 182

1899-00 122076715 90.41 121 451 333

1900-01 1 135 018 973 100.UO 135 018 973

144 488 536. 1901-02 145 587181 107.83 160 272 635 1902-03 165 7 11 873 122.73 172 884 283 '1903-04 171680064 127.l 5

1 1904-05 . 175 855 694 130.25 189 710 018 1095-06 103 003 824 150.35 188 88!) 103

1906-07 205 508 611 . 152.21 ' 186 104 102

1 1907-08 21 8 421 764 161.77 212 880 923

1908-09 214 057 686 158.54 231733750

1909-10 2 18 264 948 161.66 237 381 952 i9 líl-1 l 239 44 9 973 177.35 269 991 775

-. . / j . · ¡: erza Je trau,¡jo y ac:iFidad ! l 11' NT F: l::tadisticas econom1cas de po; maw._l ~ l . de México 1 '165,

económica P''" sectores. ,Hcx1co, /:. 0 cgic ' p. 135.

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Page 53: Mexico Sociedad_ IX-XIV

1

360

---INDICE DEL VOLUMEN FISICO DE LA PRODUCCION MINERA

-SUBINDICE DEL VOLUMEN FISICO DE LA " RDDUCCIDN DE METALES PRECIOSOS

l 76 "''º .. ~, .... GRAFICA N~I

1

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VOLUMEN ,·flSICO OE LA PROOUCCIOff MINEA.A

F'UE~TE : El COLEGIO OE MIEXICO, fSTAOISTICAS ECONO:.tlCAS 0-L .... OR fJ.lI..Bl..! U~ y -º- ,.. FIRtATO

ACIIV!D!Q ~ONOM!~ w HCTORU p 155-136 - - . .f.

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j;¡ producción de oro pasó de 1 591 kilol'ramos a 13 838. y la plata, de 1 151073a1 771 935.

Los hallazgos, primero e!l Sierra Mojada en Coahuila ; posterior­mente en Santa Gertrudis y Mulegé, Baja California, hicieron resurgir ei entusiasmo por la explotación Je ft>s placeres de o ro. pero se aca­bó por aceptar que México lograría más oro de los metales argentife­ros de alta ley que de los placeres directamente; opinión que cambió al producirse la depreciación de la plata.

La producción de oro progresa más todavía entre 1899 y 1906, a un ritmo medio anual de algo más del 10%: de 13 838 kg a 21 301. La de plata, en cambio, apenas crece al 1.1 %, y el volumen producido · sólo se incrementó en un 4%: de 1 771935a1 849 956 kg. Aun esta a.Iza hizo surgir dudas, pues parecía extraño que la baja continua de su precio provocara una producción mayor. Pero así era: en 1903 . las tres cuartas partes de toda la producción minera mexicana eran de plata. Aparte de no poder remediar su devaluación, las denuncias, exploraciones y explotaciones de nuevas zonas y vetas mineras ~e habían multiplicado, unas veces para obtener oro Y· otros metales industriales no ferrosos; pero aquél y éstos se presentaban amalgama­dos con la plata. En la mayor producción del oro, en cambio, intervi­nieron factores, más que nada, de carácter técnico.

La producción de oro alcanza en la etapa final, de 1905-1906 a ! 910-191 l su ritmo máximo de aumento, pues lo hace a una tasa media anual de 14.2%, y prisa de 27 307 a 37 112 kg. La plata tam­bién alcanzó en esta época su crecimiento más rápido, a una tasa de 4.5%, de tnodo que de 1 849 956 kg, se pasó a 2 305 094. De 1873 a 1893, es decir, durante veinte años continuos, la oferta mundial de plata excedió a la demanda.

La producción de los dos metales preciosos creció a lo largo de todo el porfiriato a un ritmo médio anual de 5.3%, o sea que la de i9i0

· fue cuatro veces mayor que la inicial, de 1877. La de la plata aumen­tó menos de prisa, ¡:>ero más uniformemente.

Los minerales industriales

Los metales industriales no ferrosos (cobre, plomo, antimonio, mer­curio y zinc), ·representaron en 1900-1901 el 90% de t..ida la produc­

. ción del subsector, los combustiiAes (carbón y petróleo), cerca de 9%, y el hierro y el grafito un poco más del 1 % (véase gráf;ca 3). la pro-

. ducción toda siguió la suerte del grupo de los rodales industriales no re ;rosos; pern su crecimiento fue ac0rnpañado por el vigoroso desa­rrollo de los combustibles, el hierr0, y, en menor escaia, el grafito. La pr0d:icciór1 del cc:~j:mto ¡¡umenti entre !891 y 1911 a una tasa r::e¿i3 amd oP. 9 .1 'J,,, o sea que se quintc;plica ; pero la de los no

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362

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-ORO -METALES PRECIOSOS . ---PLATA

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~ROOUCCION 0( METALES ,,t(CIOSOS.

FUENTE : El cou;io DEMEXICO, U!AOJSTJC~ UONO -

flLL.llA 1!J. I!'UALQ y~ ECONOllJ~ =~~·.s.~~UIRIATQ. ~~ ~ llS-137

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' ¡ 1·.: rrosos sólo I<' hace al 7.5~i, o sea, un acrecentamiento de casi cua tro y me·~ia veces. Los combustibles aumc11t;11i m;ís rápidamente , a un 14i anual, con lo cual su producción crece casi cinco veces y !11.:dia. El hierro creció a razón de 152.8% a partir de 1900, cuando ,:ornienza a prodw.:irsc c11 gran escala , de modo que 1 Raños después .:ra 18 veces mayor. El grafito subió en promedio 5.1 ':, de 1895 a i LJ 11, y el volumen producido en el último año del período excedió .:n 284% al del primero. ·

El examen del subíndice de minerales industriales permite estable­cer una fluctuación cíclica muy bien señalada a lo largo del período, con una depresión que alcanza su punto más bajo en 1896-1897, y un auge que llega a su punto más alto en 1905-1906, cuando se inicia una nueva baja . Esos cambios cíclicos se dan en el caso de los metales iniustriales no ferrosos, pero no en los combustibles ni en el hierro y el grafito; por lo tanto, éstos moderaron las variaciones del grupo.

4. CIRCULACIÓN Y COYUNTURA

La comercialización: mercado interno y externo

México siguió siendo durante el porfiriato un país exportador de mi­nc~ales, pues el consumo interno era nulo o muy escaso. En conse­cuencia, ia distribución de sus productos estuvo muy estrechamente ligada a las vicisitudes del mercado exterior y, en general, a las altas y bajas del comercio internacional. Las grandes ctisis mundiales ocu­rridas en i 877, 1885-1886 y ! 907, la afectaron hondamente, y en 1•1enor grado, hech)s como d descubrinúento en 1879 de fueric:; existencias de oro en el sur de la India, y por supuesto, el abandono del patrón monetario bimetfüco y la adopción del patrón oro.

El papel que en nuestras exvortaciones desempeñaban los produc­fos minerales fue presentado con suficiente claridad por un diario ~apitalino (Siglo XIX, 1 O de febrero de 1883):

(. .. ) las importaciones exceden con mucho a las exportaciones, y el país debe contar principalmente con sus productos mine­ros pirra nivelar esa diferencia ; las importaciones producen mu­cho, pero no lo bastante para que el crédito comercial del país no disminuya. La industria minera tiene que aumentar sus producciones para atraer capital extranjero; un aumento de 50% en C'l prorlucto orc!inario de l¡_s mi;-,;;_;, evitaría todo peli­gro de dif~f;uJtades fiI1aTicieras y haría que el comercio del país estuviese menos sujeto a los gastos dP los ferroi..:arriles ¡;)ara prosperar. (Véase la gráfica 4 al r~specto.) ·

363

Page 55: Mexico Sociedad_ IX-XIV

364

·---~·-suBINDICE DEL VOLUMEN DE LA PRODUCCION DE MINERALES INDUSTRIALES

-- • SUBINDICE DEL VOLUMEN DE LA PRODUCCION DE METALES INDUSTRIALES NO FERROSOS

--SUBINDICE "EL VOLUMEN DE LA PRODUCCION DE COMllUSTIBLES

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GRAFICA N23

PROOUCCION OC MINERALES .INOUSTRtALES

FU(NTC:ELCOUGIOO . ~ iU T E MEXICO, ESTADISTICAS E'ONOMICAS RAUJQ y ACTIVIDAD ECONOMICA e.11! SECTORES

Q..EJ.. ,.QR fl R!ATO .

pp 138 - 142

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----lXPORTACION TOTAL DE LA REf'UllLICA ·-·· - EXPORTACION TOTAL DE PRODUCTOS N.INERALES

········EXPORTACION TOTAL DE RETALES PRECIOSOS

- ·-·--EXPORTACION TOTAL DE PLATA - ··-··-·EXPORTACIOM TOTAL DEº"º --EXPORTACION TOTAL DE OTROS MINERALES

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Page 56: Mexico Sociedad_ IX-XIV

.El consumo final interno de los produLtos min0ros lo determinó el empleo en la acuñación tanto de los mdalt:.~ preciosos, como al­gunos metales industriales no ferrosos utilizados en la moneda frac. cionaria de níquel y bronce, en cuya composición se empicó el cobre el estallo y el zinc. Otro renglón de consumo final internó, aunqu~ no de la misma importancia, sobre todo para los metales preciosos · fue el de las artes y la industria, y por último, el empleo de los com: bustibles, el carbón principalmente, desde 1882, y el petróleo con posterioridad, en las nuevas industrias que surgieron en esta época, y en otras ya establecidas.

La acuñación de plata fue siempre m:iyor que la de oro hasta 1904-1905; el oro se acuñó después en mayor cantidad, hecho qt.:e se debió, muy principalmente, al abandono del sistema monetario bi­metálico. El resto de la plata p~oducida se exportaba en barras. Al iniciarse el porfiriato, en cambio, se exportaba el 82.l % de la plata amonedada en México. La de plata, que en 1877 representó el 76.3% de toda la exportación na(;ional, en 1910-1911 era tan sólo el 28.8%, y esto a pesar de .que, en tém1inos absolutos , la cantidad exportada al fin riel período era mayor que la inicial (véase gráfica 5).

En 1877 existían en México once casas de moneda, en Chihua. hua, Durango, San Luis Potosí, Zacatecas, Siaaloa, dos en Sonora, Oaxaca, Guanajuato, Guadalajara y la ciudad de México. Excepto esté'. última, que existía dc..>de el siglo x v 1, las demás fueron creadas . en el x 1x, algunas mu~· al ·princij_)io (l 811, por e_iem.;Jlo, en el caso de ';: la de Chihuahua), y la más reciente, la de Álamos, en 1868. Existie- "i' ron otras (en Sombrerete, Guadalupe y Calve, etc.), pero .>e clausura- ·. ron al poco tiempo. No todas las casas de moneda existentes en 18?7:i:S­contim\aron trabajando hasta el final del porfiriato; las que estaban :~,: en manos de arrendatarios por contratos anteriores, se cerrarón aJ ··:; rescindirse éstos el ! de julio de 1895; así desaparecieron las de Chi~ huahua, Durango, Zacatecas, Culiacán, Alamos, Hermosillo, Guanajua-to y Guadalajara. A partir de entonces, fueron instituciones oficiales. Pronto aprobó el Congreso una ley según la cual harían servicio de'· · acuñación las casas de Zacatecas, Culiacán, Guanajuato y ciudad de México; en las de Chihuahlla, Durango, Álamos, Hermosillo y Gua­dalajara, se crearon oficinas especiales de ensaye, y para ese objeto, se abrió una nueva en Monterrey. Las casas de moneda de San Luis · Potosí y Oaxaca volvieron a acuñar moneda en 1893, si bien bajo la dependencia de la de México, qut se convirtió en una dirección gene· ral, encargada de recibir pi1>zas destinadas al apartado, amor.edación o expcrt:!ción. Posteriormente, por li'y ':k 31 de marzo de 1905 se suprimió la acuñación de moneda en le~ ~st:ldos y ft.~ron clausun•· das todas, excepto la de Méxi:::o.

Su clausura y la suspensión de la libre acuñación restringieron el · consumo final interno de la plata y causaron gran alarma entre los . ,. 366

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FUENTE : EL ' •73 l78 ~- ~ .Q.!.Q. t;CONONlCA POR llil..2!lll PP ' -

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pr~~uctores. quienes se resolvieron a reclamar la libre :•cuñació . . 8f ie~no, por su p_arte, declaró que los beneficios de la clausuran, el .. e pais, compensa~ian con exceso los daños. que algunos artic par\~~¡.­resent ian. La r~zon principal fue que México era el únic¿' aís u~es ,fF treses com_cr~iales consid~rables que permanecía sobre la~ase ~e14 dp ahta. Yh e!

1.un!co que contmuaba acuñándola en grandes cantidad ·

e ec o 11mitadamente. es, in t Al iniciarse el . proceso. industrial en México, comenzó el cons .

ern? de los mmer~les industriales no ferrosos. El cobre el 1wnº:o:;: y el zmc se consumieron sobre todo en la electrificació~ del ;"!º ~·;i ~o~n u~a escala m,enor, e11 la acuñación de moneda fraccionaria a:is,. ~­f re, r~~ce Y mquel. El mercurio, el zinc y el sulfato de cob e p~:~on fiuti:~a~os, a~emás, en la propia metalurgia nacional. El e~: · industri~!s I~e e~no e estos r:1etale_s _en sus diferentes aplicaciones

na manera s1s!ematica y organizada se . . . 189~-l 8~~, cuando correspondió al 75.6% del valor des~ ro~°:i~~~-en Las1tuac10n.cambió,sibien lentamente: en 1901-1902 por e· IOn. rac~~sumodmterno sólo representó el 52%, y en 1910~r911::~~·

. erta e estos productos mineros fue muy d. , . o-

~:~ci~n:da con la demanda de productos manufac;~:~:~~ :t~;~ J·uli~ Jen le8m9o6, por uln lado, y el término de las alcabalas en el 1 de- .

, por e otro. ·· · . en ~ destino principal de ~a producción minera' tanto beneficiada r •,.

.. rm2 de metales, co1!1o sm beneficíar, o sea minerales fue la ex .'e¡~~ . tac1on. Los metales preciosos constituyeron el rengl, ! . por-1,,;,,. de las exportaciones de M . . on mas tmportante,:c:i . aumentando aralel exico, aunque su pr?porción decreció,.~,:: h1·P d ~ . ,.amente la de otras mercancias sobre todo lo .. s .. ''i'.f.\' - ~nes e nrouucc1on v los b. 1 bo ' ·.ir ,

figuLararon l~s met_ales i~dustci~l~~Sn~ ~er:~~O~S~~e;;i;:.~eps :o°n!m?S cúalt . . es~)< s exportac10nes n · 1 • en e. ~-t~'i\· ·

·•

durante el ré imen d ac1on~.es _se mcrementaron en u~ 863.8% :'-~" 649.8%· pero gno tod e rorfino Diaz, y la de productos mmeros en :·· . t ron en'¡ ual os os componentes ?el grupo mineral lo hicie· . .. -

6 033 % /1a pl~~~dt~~ ~;o deo;~~:)}~~ preciosos en 508.1 't, (el oro eW»~ ducción minera se Ílic - º ' os otros componentes de la pro-que tuvieron los pr~J~~~~t~i~n en 35 ~67 % . Asís~ _ve la importancia , para importar que generaron . eros en a exportac1on y la capacidad ..

ned~º=c~~:~~e_s ~~~~¡~~os se e~purtar.~n en barras de m~tal y en mo: rabie la de latfen ientras esta baJO, aumentó de manera conside-Poco desp~és se p~;~~~~óq~=·s:~JenderalÍ ibaª dar a _Estados Unidos. que ella y todos 1 ·. a e p ata no acunada para forzar el destu;o fr1al de~~ ~:::1~¡~,cr~e beneficiar~ en el país. f:n realidad, · . habiendo deiado d ' ,.,o ~ depender ea buen? medida de que .. · · e ser un medio de camb' .· . '

torma de atesoramiento. iv , se convirtiera en una ...

368

. ' \ ' ;

- '

La exportación de la plata . .::n sus diferentes formas, se hizo en buenas· cantidades desde los comienzos del porfiriato . La exporta­ción de minerales aumentó año con año; hacia fü1ales del siglo se exportó en números redondos un total de 75 millones de pesos;sin e

111hargo, en este total la contribución de la plata era casi la misma,

en tanto que la del o ro y la de los metales industriales, hab ían au­mentado. En una forma o en otra, puede decirse que desde 1877 hasta 1903-1904, es decir daño anterior a la reforma monetaria, se exportó casi toda la plata producida en el país; después de la Refor­ma, descendió fa exportación de la plata amonedada, pero en . cambio, creció la de la plata en pasta.

Europa y Estados Unidos fueron los dos mercados extranjeros importantes para la producción minera Je México ; entre ambos, absorbieron durante todo el período el 99%. Lo enviado a todos los· países de la América Hispánica no subió más allá del 4 % en su mejor año. Pero la importancia relativa del mercado europeo des· cendió firmemente : de un 57% en 1877-1878, bajó l\,I. 22% en 1910-1911 ; las exportaciones a Estados Unidos, en cambio, pasaron

1

del 42 al 77 %. En Europa, Gran Bretaña ocupó el primer lugar: 35.2% en 1877-1878, y 12% en 1910-1 ~ 11; le seguían Francia y

Alemania . Dada la situación predominante, no fue nada extraño, después

de todo, 'que Estados Unidos pretendiera a<ioptar, desde 1891, una política que podía afectar adversamente a la mine:ía mexicana, sobre todo en cuanto al piorno y al cobre. Se pensó en desalentar las importaciones procedentes de México gravándolas. A pesar ele! dima dominante de proteccionismo excesivo, Estados Unidos siguió im­portando fuertes cantidades de minerales de plata y plomo. En efec­to , la exportación a dicho país de minerales plomosos con ley de plata subió muy señaladamente, sobre todo después de ponerse en servicio las grandes vías férreas troncales del Central y el Nacional. Esta circunstancia acabó por hacer desaparecer las dudas del Congre­so de Estados Unidos para aprobar disposi.;iones proteccionistas que lúcieron dismfuUir rápida y firmemente las exportaciones de México, hasta hacerlas desaparecer·casi por completo . Entonces varias fundi­ciones norteamericanas resolvieron instalarse en Monterrey y San Luis Potosí. Semejante decisión provocó una reacción antiproteccio­nista, desde luego en México ,- pero también en Estados Unidos. La otra· consecuencia fue que los productores mexicanos se esforzaran pr Jfirmar su posición principalmente en el mercado inglés.

El mercado intP:-OO y externo de los metales industriales rio fe­rrosos mejoró de manera señalada, porque la demanda tue más sos­tenida y la oferta fue capaz de responder a ella. Su exportación representaba muy poco al iniciarse el p0rfiriato , pero creció su importancia con el transcurso del tiempo. ¿n buen número de oca-

~69 ..

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... , . ~ -

sio_n~s, sin embargo, se exportaba el mineral bruto y no el ya bene-ficiado, como en el caso del plomo. . ... . El mercado del cobre fue de gran interés durante la época pci.J.?"-" na~a, pues se mantuvo firme y con una tendencia casi constante a la · · meJo:ia. El cobre de El Bo!eo, principal centro productor hasta fme del siglo x1x, era consumido en la fundición de Santa Rosalía e~· Baj~ California, y desde fines de 1902 se transportaba por el ferro- -carnl de Guaymas a _Nuev_a Orlea~s, en d?nde se embarcaba para E~:;·; ropa. Sus excelentes prop1eda~e~ mdustna~~s le crearon gran deman:;;:~ ; · da en todos los mercados; Mexico no dejo de satisfacerla puef eé·,·:: 1900 se estimó Sli exportación en 1 O millones de pesos. '

la coyuntur~: ciclos y fluctuaciones principales de los precios de t productos mmeros.

La te~de:icia gen~ral del índice de precios de la producción minero. meta~urg1ca fue a la baja, a una tasa media anual de 0.08% (véase grá­fica _6). El nivel máximo se logró en 1906-1907, cuando suben los prec1~s a una ~asa an~al de 1.4 % respecto a 1891-1892, año en el cual.,,, l?s mmer.'l.le~ mdust~afos lograron alcanzar valor comercial significa- ''~ t~vo. A partir de 1906-1907, hay un descenso hasta 1910-19ll •a1 .. ·. ntm,o de 5.8%. La influ~nci~_general más importante en estas fl~c- · . ;-. tuac,ones fue la desvalonzac10n de la plata, que se inició, si bien en ·::.-... f~rrria. n,oderada, desde 1873 hasta 1890, y de u.·1a manera ya cláiii;J'?it.:'~ a partlf de 18Q3. .\,; :=';.!f'..'

El. comportamiento en detalle del índice presenta las siguien(~ ,,;¡-~~\ fa~e~. dosetapasdealza,de 1891a1903yde 1904a 1907,ydos~d6~' baJa: de 1902 a 1905 y de !906 a 191 !. En efecto, e! n!ve! de fo~· ,:· ·· prec10s sube A.n ~na fo:ma_ más o menos regular de 1891-1892 · ~~,. i

1_902-1903 a un ntmo medio anual de 1.3%, pues apenas hay bájai Y ligeras en 1892-1893, J 8Q5-l 896 y 1900-1901. · · ':::.~ •

De 1_901. ~ 1905 baj~ a una tasa de 2.8%, descenso debido a una ~; · ~~svalon~ac10n_ de la plata que comienz? en abril de 1902. La depre~ ... , s10n se hizo mas prolongada de 1903 a 1905, año en que comienza un nuevo as.censo que culinina en 1906-1907, y al que contribuyerÓn· los m_etales mdustnales no ferrosos y los preciosos, incluso la plata~ En · los anos 1906-1907 se registró el nivel más alto de co.tizaciones de los prod~~tos mineros, y también el comienzo de su caída hasta lle-gar al mm1mo en 1910-1911; la baja, además, se hizo de manera sensi-ble, a una tasa de 5.8%.

~¡ s~b índi~e ~(' p:ecio,s de los metal~s :·:eciosos (oro y plata), es el _1 efle10. c::>nJuni:o u.el nivel d ·~ las cot12ac1ones dP, ambos metales ( vease grafic..1 7). Refleja las tluctuaciont's de l0s niveles· de precios del o~o de _187?-i878 a 1906-1907, y de 1906-1907 a 191.0-1911 las ba1as cotizac10nes de la plata. Los. precios de los metales preciosos

370

·ajaron durante todo el porfiriato a un ritmo medio am.al de 2i, si bien deben distinguirse dos etapas, una de alza, de 1877 a 1907, resultado de la carestía del oro, y otra de baja, causada por la depre­ciación de la plata, de 1907 a 1911. El movimiento de baja, en su conjunto, fue más rápido que el movimiento de ¡¡Iza.

Visto el oro separadamente, la tendencia de los precios fue <le alza durante todo el porfiriato, si bien a una tasa media anual moderada de 2.0%; dentro de éSa tendencia alcista, sin embargo, hubo alzas y b::iias, cada una de dos o tres años. Las vicisitudes del precio <!e la piata, en cambio, fueron diferentes. Durante 27 de los 34 años del porfiriato, es decir, de 1877-1878 a 1903-1">04, se mantuvo estable entre el quantum de producción y el valor de la misma en pesos me­xicanos, sin q Le sufriera ninguna alteración ; precio equivalente a los J 00.00 puntos del índice de precios del mismo metal. A partir de en ton ces, la plata sube el nivel de sus cotizaciones hasta alcanzar el máximo en 1906-1907 con 107.25 puntos del índice, registrándose un incremento anual de 7.4 %. Para la prensa capitalina, el alza debía ser mayor; así comentó El Eco11omista Mexicano: 1'La plata en orros tiempos tan depreciada, afimia sus precios ( . . .) el alza es muy per­ceptible, pero aun así nos encontramos muy lejos de los precios que nos fueron conocidos en otros tiempos" (El Economista Mexican_o, 5 de mayo de 1904). En 1906-1907 principian nuevamente a b~Jar !as cotizaciones de la plata, hasta aparecer en 1908-1909 con el mvel cíe precios más bajo del porfiriato, marcándose una baja anual de 12 .5%. De enionces a 1910-1911 , los precios de la plata vuelven a subir, pero sólo logran alcanzar 85.76 puntos del índice, nivel infe­rior al que tuvo el porfiriato al iniciarse.

Desde abril de 1877 el agente comercial privado de México en Londres comunicaba al gobíerno no sólo una baja momentánea de la plata, sino las fuertes especulaciones a que daban lugar hechos poco importantes, o simplemente transitorios. A medida que se fue acen­tuando la baja, la especulación se hacía en Méxiéo mismo y hasta por los tepderos, que ya en 1883 recibían los pesos plata con un descu1mto de cuatro centavos. La debilidad de la minería mexiqna frelite a la baja parecía irremediable, púes, además de le que la baja de precios en sí significaba, tenía que desechar todos los minerales que no fueran de una ley muy alta, pues, de lo contrario, se hacía incostea­ble su trabajo . Había que p_agar, asimismo, en nro la maquinaria o cualquier otro elemento de 'trabajo importado, y se hacía sentir la i1ecesidad inmediata de subir los salarios de los trabajadores. La si­tuación pareció bastante seria en 1886 tanto como para que la Cáma­ra de Diputados se resolviera a norribrar una co111isión especial encargada de estudiar las causas de la depreciación y las medidas para impedir una :;risis de mayor graveóau. Formaron parte de eil::. Frar. · cisco tluines, foa4uín D. Ca:.<>.;;'.;s, Gil!:;r:;:-to Crespo, José M. Romeroi

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j 1

" -6RAFICA NI 6

372

··----INDICE DE PRECIOS DE LA PROOUCCION MINERA

---INDICE DE PRECIOS OE LOS METALES PRECIOSOS

--INDICE C( PP.!':CIOS OE LOS MINERALES INDUTRIALES

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GRAFICA N~ í

l.!1Q!il U !!.fil._C~ !U: LOS~ fAECIOSOS .

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FUENTE : 8UADALUPE NAVA 0 ,0 HISTORIA ~ ~ llEXICO, U, PORFIRIATO,

nQ.! ECONOMICA. ~ Q! ~. MEXICO, HERW.ES , 1965, PP. ~00-212

"'°

373

..

Page 60: Mexico Sociedad_ IX-XIV

· :.''~~,. Trin"d d G ' :~·,, en 118ª8 arc1_~ ylAnt?n~o Carvajal. :>ero, aún Jsí, dos años desplJés . .. j'

, renac10 e optirrusmo: . , .,

La minería en general atraviesa una época muy bonancible· m~rosas empresas nuevas se establecen en todo el territori~?u­baJa al;rmante Y continuada del precio de la plata, no detu\I · la · . gran a an de explo-tar todo lo que era explotable en el sen o del n~estro argentifero país, Y las negociaciones antiguas o e . c 1111_ en esos momentos óptimos frut (El E ~~ /. .. Mexicano, 31 de diciembre de 1888.) os. conom1sta<i>:

El t' · nacid op un1~m_o _no fu~ pasajero, pues cuatr\.. años después de haber habí o, P~~sis~ia, ~ dijo entonces que la depreciación de fa plata f méto~~~rv; ~u e acá~at~ para que la minería mexicana mejorara sus d s ren im1entos, Y para buscar nuevos campos d d bfesX~fs~~~on ~ayor éxito :u actividad. Pero opinaban de un mºo~;

o quienes conoc1an de cerca la minería:

~~da·~;a d~~~r~:t::s r:~u~;e.senta imponente a 1!15 puertas de ve ante situación tan critica~~~ del h~gar; el pa1s se conmue­el trabajo faltará cada día más· el g et~n a que yamos ~ntrando; . tas a cada paso y en cada ram¿ o I~rno vera reducrr sus ren-nómico empeorara' d1'a d' de sus .. npuestos; el estado eco- ·.· ,· 1 · a ia y por consecu · l · · ' nos amenaza de muerte ant~ l . . enc1a, e paupensmo\A;~~~ hamos para conjurar la cris.i.; ªen1mp1Jotench1a den qude nos ~ncon-.~'''i.'}i . sociales (El E . M , rovec o e to as las clases : :-,,·i;\. . . conomrsta exzcano, 20 de agosto de 1892~.t~~.;;,Í¿<'•' ·

Y sm duda qu. pf oh· }~{·~'!fa 1 e t . e w- g_ - rerno comn!gRhR i:on esa oninión oesim. t . : ,:':': .

n re otras razones porque el se · · d 1 • ¿ lS ª• .· .. "'·~·. ~ encare_cido muchísÜuo. rvicm e a deuda exterior se había '::_~).~~ f

La mflueneia de Ja deval ·, d 1 · • · 1 demás minerales era induduac1on e a plata ~n la explotación de los. ' '-: • . indt.:striales no ferrosos estaabb¡e;!t~es el precio .de todos los metales,,,,.,;;, J tal suerte que {I · . , tmamente urudo al de la plata de ,,. ·?-lffiq¡ 1 Así, en 1894 s~ºes~~~~:~~~a~~l~vmo el tipo para fija~ los ot~s. ' v ?.v· /1

de estaño, J 00 de cobre 250 d . og~am0 ° de plata equ;valía a 50· rro. En general 1 ' . , e zinc, O de plomo Y 700 de hie- 1

Haba fundamento ªer~~~~~:~wn por la baja. ~el valor de Ía plata ha- · de la producción era Pfi 19¿1IP~r~a7te~ y t1s1bles. El volumen físico mientras la plata habÍa dejad ¿ np e e, o que fuera en 1877, y su funciér> más im 0 e se: patron de valor, perdiendo así duda may-~res no s~;:~~!· la::.

1 ~p~caciones industriales de ell;, su;

ción por .ner~~ razones mo::1~ tiplicado ~a;a compensar la devalua­d·~manda del Oriente foar e_.a~ias. De aJ~ ~ue , con el tie"1po, }¡1 llegó a ser la influencia·d : hn_c¡, munetanos y de atesoramiento)

e ermmante del precio internacional de la 374

....

' !

olata . La otra influencia grande, ésta con un sentido deprimente de ios precios, eran las ventas en el merca<l< mundial <le grandes reservas atesoradas por países que habían resuelto recientemente adoptar el patrón oro.

No todos los intereses económicos del país sufrieron con la deva­luación de la plata, aun cuando se consideraba que ninguno h:tb ía escapado a sus efectos, favorables o adversos. Se señalaba co111v · ¡.irimera ventaja el fuerte estímulo a la exportación de productos agrícolas, puesto que, en principio, seguían pagándose en plata los costos de producirlos, y, en cambio, al venderlos a precios oro en el mercad•J mundial se conseguía el lucro adicional de cambiar el oro por la plata. La segunda era que la carestía de las importaciones estimuló el proceso de sustitución, fundándose al efecto varias in­.dustrias. Asimismo, no dejó de significar un estímulo adicional de la inversión de capitales extranjeros. Y se contaba también un alza ge- " neral de salarios que alguna vez tendría que imponerse. .

El precio de la plata bajó todavía en 1903-190:>. Esto resolvió al gobierno mexicano a inteatar algún acuerdo intemácional que fijara una relación de cambio entre ella y el o ro, y al efecto, gestionó primero la aquiescencia de China, uno de los principales comprado· res en el mercado internacional, y después planteó el problema al gobierno de Estados Unidos. El momento era oportuno, ya que, a causa precisamente de los perjuicios ocasionados por las oscilaciones del metal blanco a los países que habían adoptado el patrón de oro y que posefan colonias donde la plata todavú era el patró!l monetario, varios gobiernos se disponían a adoptar algunas medid:is. El de Mé- . xico sostenía no sólo que a él le dañaba la depreciación de la plata y Ja inestabilidad de su precio, sino que, a la larga, sufrirían tanto o más los países que habían adoptado ei patrón oro, puesto que, dados los · precios altísimos a que debían comprarse sus productos, acabarían por no ser adquiridos, o comprados en una cantidad mµcho menor.

El gobierno de México no ofrecía propiamente ninguna solución; pero, aun así, el norteamericano convino en la gravedad del proble­ma y tomó-la iniciativa para convocar una serie de rt:uniones interna­c;onales dedicadas a estudiarlo. Puesta así ahora la cuestión, instruyó a sus delegados, primero , para que cambiaran opiniones libremente con los otros, y, además, para que !1ataran de convencer a los repre­.;entantes de g.,biernos que en.1903 aún mantenían el patrón plata , a que lo conservaran, y para ello habí:: que fijar una relación de precio entre los dos metales preciosos.

Al año siguiente. en 1905, el precio de la plata comenzó a ~ubir, hasta alcanzar en 1907 el máxin1..> que logró en todo 'el porfiriato ; '.'"'r0 el alza fue m'01nent::inea, pues en seguida principió otro mov1-r11iento de baja, que co11trarrrsta transitoriamente un alza ligera en 1910-191 1.

375

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Minerales industriales

(Véase gráfica 8.) Sus precios son el reflejo de los aka.;1zados en e);i~;; mercad o por los metales industriales no ferrosos, los combustibles, e( · hierro y el grafito; pero la influencia general mayor en la suerte de los precios de todo el grupo fue la de los metales industriales no · . ferrosos. Así, puede decirse que ascienden de una manera constante de 1891-1892 a 1899-1900, cu.mdo alcanzan uno de los puntos más altos de toda la época .porfiriana. Entre 1899-1900 y 1904-1905 hay, . una baja, que en parte atenúa el alza que entonces tiene el grupo de los combustibles. En la etapa de 1904-1905 / l 906- l 907, los minerales industriales suben más de prisa que nunca. pues lo hacen a un ritmo medio anual Je 1 :2~. De 1906-1907 en adelru.te, descienden hasta ~ alcanzar su punto más bajo.

Los precios de los metales industriales no ferrosos (antimonio, cobre, mercurio, plomo y zinc) suben a una tasa media anual de 2.1% de 1891-1892 a 1910-1911. El fenómeno fue advertido por la pren­sa especializada. Se debía, por supuesto, al gran impulso de industria­lización que se advierte en el mundo occidental a principios del presente siglo. México, por su parte, supo ace:iar en esta vez a res­ponder a una demanda exterior finne de illlensidad cada vez mayor. El precio del cobre, sin embargo, tendió a bajar a la larga por razón de una oferta excesiva, debida, en parte, sea :i la apertura de nueva8 fuentes de producción, sea a la ampliación de las antigua~, sea ai ;. progreso técnico de la minería y la metalurgia. El alza Ge precios de •· los metales industriales no ferrosos no se hizo a un citmo tinifom1/ ·

. fue más acelerado de 1904-1905 a 1906-1907 (a una tasa de 16.1%).<~:;~. y menos rápidamente de 1891-1892 a 1899-1900 (a 7.3 %). Las baja$ ','~ .

. ocurrieron de 1894-1895 a . 1895-1896, 1899-1900 a i904-i90?.,;~Jit 1906-J 907 a 1910-1911, pero fueron leves, con excepción de la~~, última. · .. :.,;. :'.:. t;

5. CONCLUSIONES 1 ·:.a

-~~

El incremento productivo de los metales preciosos fue muy impor-tante durante todo el porfiriato. A partir de 1891 principia la pro~ ducción costeable de los metales industriales y un poco después ta111bi~n de los combustibles.

Tanto las zonas mineras tradicionales como los sistemas de benefi­cio registraban cambios importantes debido a la nueva tecnología y a la energía hidráulica e hidroeléctrica, con lo que se logró una silnpli­ficaciún important.:: en el p:-oceso minerometalúrg1co y una mayoF costcabilidacl en la producción. . ~-

La prodm~ción minera siguió siendo casi en si , totalidad para l_~

276

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METALES INOUTRiALES NO FERROSOS

~ANTIMONIO ZINC

-·- · - COB RE

+ + + • MERCURIO

+ · + · + PLOMO

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~ Q.f m..u.J.Q..S: Q.f. U25!U.l~~ JN.QUST RIAl,f. S tiQ f_gj!_R~ ,

FU~ N~E : GU ADALUPE NAVA o .• HISTORIA !!!.~~~,!.Q! 1r111i x1s.g , ~ POAFIRIATO ,~ ECONOMICA.

~.!"2· Ql MINE RIA . .. Éxaco.H~ ·, v:: s . 1965, p P. 200 - z 12

¡;

377

Page 62: Mexico Sociedad_ IX-XIV

·>'f~~., exportación. La demanda de oro y metales industriales y la inversión .. , ' de capitales, revolucionaron también los sistemas técnicos de produc-. · cióri e introdujeron cambios en la explotación y mejoras para Ios~'fll~ neros, pero también la diferenciación clara de éstos en empíricos y técnicos, y la desigualdad en los jornales ganados.

En cuanto a las zonas geográficas que aportaror. la producción · además de tenerse en cuenta los recursos mineros, intervinieron otto~ factores importantes de la economía nacional, tales como los agríco. :;.:. las, la. vías de comunicación, la mano de obra y los insumos en gene:"::~.: ral. Estos factores socioeconómicos fueron tm importantes qtie identificaron la creación de centros mineros, agrícolas e industriales.

Las inversiones 0xtranjeras y la nueva legislación minera de 1892 determinaron el avance de la minería. Es en este capítulo de seguri: dad jurídica donde se percibe la opción del capitalismo. La aplica­ción de la legislación, buscando la intensificación de la producción, acabó en realidad por enajenar al extranjero la propiedad minera, sin beneficiar a los nacionales, carentes del capital.

Si el incremento productivo minero es característico durante el . · porfiriato, es evidente que los precios de los metales y su valor co­mercial en el mercado mundial, así como su distribución productiva por zonas geográficas y su mercado o consumo final, son aspectos inportantes también. Son éstos los que van a determinar el mayor o . menor beneficio de dicha producción para el país y la sociedad'én<17

general. Constituyen, además, aspectos relacionados entre sí y con'"'el . resto de la economía nacional. ~:r,. ·

La depresión del precio de la plata y el alza del precio del oro al . ' implantarse en los principales países el monometalismo basado :en'? · i::ste metal, se tradujeron en la ·mayor demanda del último v una ·: · nueva búsqueda de zonas auríferas a partir de 1882. México vi~e pora4· entonces una verdadera expectación por los hallazgos de minas, · sobre todo en las zonas del norte y del Pacífico norte. Pese al descu- • brimiento del oro en California, la firmeza que da el conocimiento mineralógico de que el país lograría más oro del beneficio de los minerales de plata de alta ley que de los de oro propiamente dicho, hace que aquéllos se sigan explotando sin flaquear ante su deprecia-ción, posteriormente más acentuada. '

Los precios de los metales mexicanos de exportación estuvieron ligados a las vicisitudes del mercado iOLernacional y presentan cada uno por separado una larga serie de fluctuaciones, unas veces a la alza y otras a la baja, pero en su conjunto registraron un descenso acentuado principahnente por la baja de la plata de exportac-ión. Del grupo de los metales industriales, tienen un interés espeGial los pre­d0~ Jel cobre, e! plome y el zinc, tamb;~!l deteriorados en el mer-cado mundial. .. '"

Al terminar este estudio, uno de los .aspectos ':: '·"' ~eüc11 concie-:::~

378

, •rsc claramente es que el incremento prod~ctivo _1;linero no benc­- ,· - al país "en cuanto a que los metales hubieran smo aprovechados f¡<.:10 • l ' . rt interiormente en la industrialización" ,sino so o en una mm1ma pa e, . ucsto que se siguieron exportando aun aq~ellos .que como I~ plata hah ían bajado de valor, y, por lo tanto, ten ian senos 1nconvemcn tes.

En cuanto al problema su..:ial, los minero~ en. su mayor parte-~º recibieron grandes mejoras, tanto por la deficiencia de su prepar_ac1on - ni·ca como con respecto a los jornales y a 'Jtras prestaciones.

tec ' . f d t' México a fines de 1910, había desarrollado sus uerzas pro uc 1·

- las c~ales forzosamente, dada su historia anterior, habrían de va:s, · l b ' · t d t ntrar en contradicción con su estructura socia , as1camen e e o ro ~rigen y con una estructura política que frenaba el progreso general.

LECTU RAS RECOMENDADAS

l. Bargallo, Modesto, La Minería y la metalurgia _m _la América Española durante la época colonial, c~n. ~n -~pend1ce sobre la ·industria del hierro en México desde la 1mc1ac1on de la Indepen­dencia hasta el presente, México-Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 1955. . . . ,,

2. Crespo y Martínez, Gilberto, "La evolución mmer_a en Mexico en México, Su evolución social, México, J. !lallesca, 1901, T. 1! -

3. Gordon Janes, C!arence Fielden y Darhenwa1d, Herald, Geopa(za económica, MP.xico-Buenos Aires, Fondo de Cultura Econom1ca, I 955, 3a. edición. . . ..

4. Maffei, Eugenio, Economía minera,. lec~!ones de _legi~laczon ~e minas y economía industrial con apllcacwn a la mmerza, Madnd, Imprenta de J .M. Lapuente, 1879. . ,

s. Nava O., Guadalupe, "Jornales y jornaleros en la rmnena pobrfi­riana" en Historia mexicana, Vol .'<11, 1, No. 45, julio-septiem re de1962,pp.53-72. • . .

6. Ramfrez, ~antiago, Noticia histórica de_l:z riqu_e~a minera r:Je M:­xico y de su estado actual de explotacwn, Mexico, Of. T1pogra­fica de la Secretaría de Fomento, 18_84.

379

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' ¡ ·· XIII. · Las. in::lustri~s de transformación

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(1880-1910)

Ciro Cardvso Carmen Reyna

J. CARACTERÍSTICAS GENEl~ALES Y ETAPAS DE LA EVOLUCIÓN

Entre J 877-187 8 y 1910-1911, el valor agregado de las industrias de transformación mexicanas pasó de 7 5 millones de pesos a 204 millo­nes (en pesos de 1900-1901), lo que significa un incremento medio anual de casi 3%. Si tomamos, para el período 1895-1910, los da­tos calculados por el Departamento de Estudios Económicos del 8f1nco de México, relativvs al crecimiento del producto interno bruto por sectores económicos, veremos que en el caso de 1a indus­tria Je transformación la taSa media anual de crecimiento fue ele 4.94%. Obtendríamos, para la misma fase, 3.6% al año trabajando con bs datos de las estadísticas económicas del porfiriato preparadas por el equipo de Cosío Villegas. Constatamos, por lo tanto, una expansión· considerable del sector, bastante por encima de la del con­juilto de la economía en 189 5-1910 (el producto interno bruto total creció al 3.98% anual) o del incremento de la agricultura yac­tividades forestales (3 .03 %), casi equivalente a la del CO!Jlercio ( 4 .84 %), e inferior solamente a la de la minería ( 6.15 %), entre los grandes sectores pr~ ductivos.

El punto de partida, sin embargo, no fue brillante. Emiliano Rusto publicó una lista de los tipos de establecimientos industriales existentes en México en 1877-1878; aunque no dé otros datos, coustatamos que no hubo cambios sustanciales en relación a la situa­ción que analizamos en el capítulo v. Acerca del Distrito Federal, si· proporciona información m:ís detallada para 1879. Habla de 728 establecirnier.tos (artesanaies y fabriles), pero no menciona más que . ccirenta máquinas de vapor. Otros datos fue:·on reunidos en el ,.uadro i., e? l:Ua! muestra claramente la persistencia, en el sector, 0.e caracterís!isas ~ernejantes a las que ya habíamos v;sto ant~:: : neto predominio de sectores hadicionale~ (ili"!'leP.tC)S. lndum~n-

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CtT'\D~O 1: ESTAllLECIMIENTOS INDUSTRIALES (FABRILES Y ARTESANALES) EN_ EL DISTRITO FEDERAL (1879)

Categorías: No. de No.de Valor anual de la % sobre el establecimientos: trabajadores: producción (pesos): valor total:

1) Alimentos 130 1 695 5 549 940 35 .80 y bebidas

2) Indumentaria 124 l 498 2 222 200 14.33 (no incluye zapatos)

3) 'J.'extiles 6 1 458 1636019 10.55 4) Industrias 109 470 1 338 243 8.63 químicas

i) Industria'> . 96 2 490 1 331 280 8.59 del cuero ...

6) Tabaco 20 2 707 1000000 6.45 7) Industrias 68 810 901 760 5.82 del papel y de

!a impresión

8) Industrias 129 .. 698 707 81'!·3 4.56 de la madera ~- :~; , ¡. '

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CUAD RO l CONTINUACIÓN

Categorías No. de No. de Valor anual de la % sobre el establecimientos trabajadores producción (pesos): valor total:

9) Industrias de 20 552 630 634 4.07 lúerro y metales

10) Otras 26 172 185 800 1.20 -Totales: 728 12 550 15 503 719 100%

FUENTE : Emiliano Busto, Estadistica de la República Mexicanc, tomo I, México, lmpren~a de Ignacio Cumplido, 1880.

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' . tarias, textiles que incluyen sin duda unidatles relativamcntr> impar.,: tantes); ausencia, prácticamente, de la industria de nienes de capitaJ:\'!1

el sector de hierro y metales es minoritario, y de hecho sólo incluy . dos fundiciones con cien obreros. Como aclaramos en el capii.ulo v · / las "industrias químicas" son aquí boticas, velerías, fábricas de ce~~­rillos, o cosas por el estilo. Ciertos sectores, como el de las industnáS~:,

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del cuero, s_e caracterizan como una artesanía dispersa en multitul~". '· ;.: de_ ~~lleres mfim.o~, con mucha mano de obra en el conjunf') per9 ·c'i baJ1s.una product1VJdad. r -

U. Qué factores podrán explicar el desempeño relativamente brÍ~ ".;j liante. del sector industrial de transformación bajo el porfiriatgt;f Por cierto que n? faltaron elementos más bien desfavorables.t..En · 1 ·

1879, la aprobac1on de un alza de los impuestos sobre la industria .· . p~o~uesta por Matías Romero, provo~ó malestar: los dueños d; . · fabncas amenazaron con cerrar sus puertas, aumentaran la jornada ~· de trabajo, disminuyeron los sal'.ltios. Ya anteriormente el sector ar- ·. t~sanal y ciertas. categorías de asalariados habfan sufrid~ una embes~:t;., . t1da fiscal_ ~eme1antu_ En lo que concierne al porfiriato visto como':'. un todo, sm-embargo, la tendencia de la actitud gubernamenta(' !rente al s~ctor de industrias de transforrnació~ f~e de estímulo :v:'t .. ·, , omento sm _q~e se pue~~ hablar. de ~rotecciomsmo deliberad<?.~\· Aunque la practica precedio a la legislac10n, esta actitud quedó plas~if mada en Lla ley de 1893, varias veces renovada, que establecía ' ·~ ayuda ª. ras nuevas empresa:; industriales a través de la franquic .. de l~s lRlpuestos federales directos por diez años, y la licenc para unportar una sola vez la maquinaria necesaria sin pagar der ch?s aduanale;¡No cabe duda, sin embargo, de que el gobierno po~ finsta no encaraba al sector industrial como prioritario en su políti · de c~~cimient'? económi~~: sintomáticamente, ei vocero y prop. ga_nd1. ta entus1a.;ta del regitnen, Rafael De Zayas Enríquez, al pu .. blicar un ensayo estadístico destinado a ensalzar al porfirisniÓ .. .," (Los Estados Unidos Mexicanos. Sus progresos en veinte añosl~ : de paz 1877-18'17, N. York, H.A. Rost, sin fecha), ni lo mencionéi~; · en la parte relativa a fomento, aun cuando dicho sector, en 10.> añ~' 18~0! _entraba justamente en la fase de su crecimiento acelerado. Sila~!tíi~~ posic1on gubernanental resultaba favorable pero no' propiamente ~ : 1

. protectora, otros factores eran francamente desfavorables: la estrechéz .· · .• J del mercado interno debido a la miseria de las grandes masas urbanlis':;'.;.; J ~ rural_es qu~ constituía el mercado principal para la producción · t

mdustnal nacional; la competencia extranjera, siempre presente pese f a ~as barreras adl.!:inales; problemas en el abastecimiento de materias} f pnmas, de los cuales hablarer.10s más adelante. ., · ·

Pero io_s. facwres fa1orabfes a fa bdus~;iilizacióf'. de jpo fabrlI ~ eran cambien de peso. Menc10nemc:; a11~e todo la unifi~aci0n -reta-. .- 1

::;- del mercado nacionai dehido a la expan~óu .;, )o, ferro~![ 1

la abolición ele fas aduanas internas: Ja impo!"!an~ia de ~ste factor Y ª d uestra por el hecho que la gran expans1oa mdustnal (en_ es­se -~

1

~11 cuanto a la maquinaria y la capacidad instalada) empieza· pe~I 1ente cuando ya la red ferroviaria había conocido u~a exten­.1~; nª~ecisiva y las alcabalas habían sido eliminadas, es decir, en_ los 510

fi ales de la década de 1890 A parfü de entonces, el a1sla-años m , · · d l 1 t

· to que anteriormente habia protegido al artesana o oca con ra ral~~mpetencia de la industria fabril desapareció -salvo en es~ados como Oaxaca, Chiapas o Guerrero por ejemplo, q_ue perm.ane~~eron mal integrados al conjunto nacional-, y se acelero la sustituc1on. de artesanías por fábricas en diversos se dores. PeroJ!_Q~ ferro carril e§ t vieron también otros efectos:¡ fueron el factor pn~~1pal en el sur­}miento de la industria de bie~és de capita} en Me~co, po: la ne­;sidad de reparaciones y repuestos, y volvieron posible I~ mstala-

, ~ión de ciertas unidades de producción, 1.:omo la fundidora .de Monterrey (1903.}i al tornar costea~le el tr~nsporte de mate~as rimas -en el ejemplo citado el carbon y e~ hierro- d~ traslado im­

posible en los medios de transporte antenormente _v~ge~.tes. o.tro ~lemento favorable fue el "proteccionism? automatlco de tipo fiscal y monetario. En efecto, como \os mgresos del Es~ado se-uían pese a todo muy dependientes de las aduanas, las tanfas eran ~tas y lo continuaron siendo, aun cuando el _arancel de 1891 l~s

· simplificó y suaviz~or otra parte, la presencia de un Esta?o mas eficiente y las medidas que adoptó para el cobro de l~s mencionadas tarifas (en 1885 se había decretado la compra de_ tun_br~s fiscales como forma de pago), limitaron el contrabando, s~ elimmarlo.lb;J devaluación progresiva de la plata y, en consecuencia, del peso me­xicano basado en dicho metal, al hacer car?s los ~roductos extran­jeros, protegía igualmente el parque industri~ mexicano.; esta forma de protección actuó hasta la reforma monetam ~e 19~5.! . . Mencionemos ahora un factor favorable de tipo ~ecmco, c~ya m­cidencia empezó igualmente en los años 1890: la ~troducc1on. de la energía eléctrica. El país había sufrido u~a gran difi~ultad, debido a la escasez y altos precios _de los combustibles, para integrarse a la industrialización basada. en el va¡:>or, y aun para aprovechar la fuerza lüdráulica, debido a los meses _de sequía rigurosa que _ mem1aba el caudal de los ríos; pero el relieve acc_ident~do _era id.ea! pa~a la instalación de usinas hidroel~ctricas, y as1 l.. mmena y l.~ mdustna textil no tardaron en instalar plantas productoras de energia. .

Paralelamente, el a~ge de las exportaciones de produ~tos pm:-a· rios minerales y agrícolas ampliaba la capacidad .<i~ I pais par~ ~­portar bienes de capifal, pagándolos con la_s d!Vlsas ac_umu1'.1das por Jos s;¡ldos positivos dP,l comercio exterior. En el plano fmanc1ero, cncontra111os también elementos favorables~ par_t~ de ! 88~. la re­forma del Código de Comercio ale11có h fonr.~.ton de sociedades

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anónir~1as P?r acci._ones, lo que permitió una nueva organización·:~'.i . ¡ pr~sa:iat mas eficiente y capaz de lograr un financiamiento mu~ m~s unp?rtante que la~ ~ntiguas firmas personale~ o f anüliaregilf.: mismo tiempo, e_l ~urg1m1ento de una red bancana puso -a par{ · de 1895- los creditos de l;i banca a disposición de los industriale u: Un factor favorable adicional fue que el capital francés, incJuyends. el de muchos franceses re~identes en Méxi~o, tení~ gr~n importan~ tanto ~n el sector bancano cuanto en el mdustnal len este últim' ·. a partu de 1889), lo que creaba un vínculo de peso entre ambcf' sectores y facilitaba la obtención de créditos. En suma se pueil s yer queJ_f':!e e_~ la déc~da de 1890 cuando los factores fav¿rables a 1: mdustnill~acton s~ vieron tod~& reunidos, propiciando el comien1.0 del dec.~010 ~e n1ax1.111a expans10n Jel seccor de industrias de trans. ti formac10n ba10 el porfiriato (1896-1906), ¡ ·

~iendo ahora, en forma más siste·füiítica, las etapas de la evo-- ,~ l~cwn de esk sector, podemos distinguir por lo menos tres est. dios: . a

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•¡~~ 1880 a 1~89,~o. que podnamos llamar las precondicionés 1 d~l desarrollo mdú'stnal, o sea(la fase en la cual se fueron reí1: menda los fa:tores del~ ~xpansion; en ella hubo un crecimiento. . basado en la 1?~orporac!on de más obreros, puesto que todavía • no resultaba facil fin,anciar !as importaciones de maquin~ ;'ff: • ~e 1889 ~ _ 190~Jac~lerandose a partir de 1896,®nemos ;ér :., penado dec1s1vo en la tmplantación de un parque industrial mó-X . der.~o: capitales .ªbll:ndantes (nacionales y extranjeros). impor.",. · tac10n de maqumana, ¡avance del sector fabril a expensas 'del'~ i ~z:t~sanal. en muchas ra'mas,t.§.urgirniento de la industria pesada~~ 1 tsicterur!?ª· cemento, dinamita, etc.)j .. _,~ .. ~. 1 •@. partir de 1906, una fase depres1ya}-con grandes variacionr.~ ' ' por r~as de la industria (grave en el sector textil, aun cuandó ' t> al ~ermmar el porfiriato Y~, hab~a señales de recuperación; p9s~ .. , tenor '! con una recuperac1on mas neta en el caso de la indUstfiAI ; de denvados Je la <.:aña de azúcar; más bien un estancamiento en el cas~ del tabaco., etc.)- que se agrava con el gran "pánico de' 1907 Y con un trasfondo de luchas sociales que dejan traslucif . l~s graves contradicci?,nes estructurales del crecimiento porfi· . ~1sta, ~~esentes tamb1en en el sector_ de industrias de trans~'" 1ormac10n.

~s interesante notar que la crisis de 1906-1907 ne fue ia primera ~u_foda por e! ~ector industrial: ya en 1901, por ejemplo, había ocu·, rndo una cns1s ~e. s~b~eproducción. Los factores que explican ·la ¡p-avedad de l'.1 c_ns1s ult1Jl1a de la fase qu~ estudiamos son, además , ae las contradicc1or>es estructurales, el alza de los costos (desde 1899}'

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. ]¡;ida a las dificultades de finan ciamiento (reforma monetaria, crisis ~e ¡ \J07 provoe<~mlo una contracción del crédi~o) Y_ a _una baja de la denianda, perceptible desde comienzos de este siglo y h~d~ a la pau­;:¡criiación de las masas urbanas y rurales que const1tu1an, ya lo vimos, el mercado principal del sector industrial mexicano, ya que los grupos de altos ingresos seguían prefiriendo los artículos impor­tados de mejor calidad, aun cuando la calidad de los productos me­xicanos se incrementó notablemente durante el porfiriato.

La gráfica l pennite percibir las fases mencionadas de la evolu· óón del sector de . industrias de transformación, en general y en cuanto a sus tres ramas principales.

:'.. C\RACTERÍSTIC.\S ESTRUCTURALES DEL SECTOR INDUSTRI A L

Las estadísticas económicas reunidas por el equipo coordinado en el Colegio de México por Daniel Cosío Villegas, sólo ~mpiezan a pro­porcionar datos más detallados acerca de las industrias de transfor· mación y sus principales ramas a partir del año económico 1892-1893. Tomemos el añ0 de 1897-J 898, por ser el primero para el cual se proporcionan datos sobre cuatro de las ramas principales. Tene~ mos para dicho año, en porcentajes sobre el valor agregado (en pesos de 1900-1901 ):

Industria textil: 21.79

Industrias derivadas de la caña de azúcar: 19.22

Industria tabacalera: 10.46

· Industria alcoholera: 1.01

()tras industrias: 47.52

Para fines del porfiriato, la gran novedad es la importancia del re­.:ie·1 te sector siderúrgico, surgido en 1903 y cuya tasa media anual de crecimiento , entre 1904-1905 y 1910-1911 fue muy ~}ta (19.48%). He aquí, entonces, los porcentajes para 1906-1907 (en pesos de l')00-1901). aiío econ0mico e n 011e ei valor agregado uel sector de i¡¡dustrias de transformac'fm alcan-zó si.: más alto nivel:

Industria textil: 26.04

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Industrias de la caña: 15.67

tnJustria tabacalera: 9.13

Industria alcoholera: 1.57

Industria siderúrgica: 1.49

Otras industrias: 46.10

Estos datos, en conjunto con la gráfi~a I, ¡..>enmten formar una idea acerca de las ramas más importantes del sector en su comporta­miento global. Para el período 1892-1893, 1910-I 9 ll, las tasas me­dias anuales de crecimiento son:

Industria textil:

Industrias de la caña:

Industria tabacalera:

Industria alcoholera:

5.72% (4.34%de 1877-1878a 1910-1911)

3.09%

3.20%

10% de 1896-1897 a 1906-1907; 724.74% de 1906-1907 a 1910-1911.

Desdichadamente, no disponemos de información cuantitativa a(;erca de la proporción existente entre el sector fabril y el artesanal de las industrias de transformación, aun cuando sabemos que pese al :ivance del primero, lo que caracteriza al porfiriato es la coexistencia de ambos sectores. En las palabras de Ft>rmmdo Rosenzweig ("la industria", en Historia moderna de Mé:,.ico. El porfiriato. La vida ¿c,mómica, 1, México, Hermes, 1965;p. 322):

La industria en México se presenta de dos maneras distintas; una industria pequeña, desorganizada, anárquica, débil, de país pobre y una industria organizada con las reglas de la gran in­dustria, sólida y témica ( ... ) La primera está expresada por talleres establecidos con pequeños C'lpitales y en cada taller encuentra trabajo ur, reducido número je obreros.

Podemos aducir algunas razones ·para la persistencia del sector artesanal en r.umerosas ramas. En primer legar, en a!gunas de ellas

389 •

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-ropa, zapatos y productos de cuero en genrral, muebles y otros productos de madera, etc.- al no permitir el aumento del tamaño de las unidades productivas a grandes economías de escala, aun en lÓs""¡:· países altamente industrializados siguen caracterizadas por un predo­minio de talleres o pequeñas fábricas. En segundo lugar, algunos de los cambios economicosociales responsables en grnn medida por la · expansión fabril no fueron, bajo el porfiriato, extensivos a la totali-dad del territorio nacional; pensamos en los ferrocarriles y la integra-ción al mercado global del país, en la urbanización con los cambi<>S1

que provocaba en el consumo (uso de zapatos, de azúcar refinada en lugar de piloncillo, de cerveza en lugar de pulque, etc.), en la des-· trucción de las comunidades indígenas con sus artesanías propias (que en buena parte dejó de ocurrir .en Oaxaca, Chlapas, G ut:nero, Jalisco, Veracruz, Tlaxcala, partes de Puebla y Yucatán y aun ciertas zonas de las tierras al tas centrales).

Sea corno fuere, no cabe duda de que sí ocurrió en diver'ias ramas como la industria textil y la del tabaco por ejemplo, la.sustitución de · la artesanía -o de manufacturas primitivas no mecanizadas- -por el sistema fabril. Uno de los casos más dramáticos en sus proporciones, es el del tabaco (cuadro 2): entre 1898-1899 y 1909-1910, el nú­mero de unidades productivas pasó de 743 a apenas 451, aunque en el conjunto la producción aumentó. Evidentemente, el proceso sus­titutivo de la art~sanía por la fábrica causaba desempleo, por:lc' menos momentáneamente: hablaremos de ello dentro de un mo:.'~,~;c

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Nos interesaremos, ahora, por el problema de los facto res' de /¡i: :'. producción en lo relativo, principalmente, al sector fabril de 5l#!k: industrias de traf!.sformación. · . = . .. ~2':

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Hablemos, en primer término, de la mano de obra y las relacioht!~~, de producción. En cuanto a su evolución cuantitativa, sólo podemos:.

·estudiar en detalle el período 189 5-191 O, gracias a los censos genéra.!J 1 les de población. El cuadro 3 resume los datos disponibles. No-~:· , tem?s, ante todo, l~ imprecisión -sobre la que se vol~ed. e!l :etjt capitulo, XVI con mas detalle - que resulta de que aquélius que el censo ilarr:.a "obreros de establecimientos industriales" no estén· ordenados por ramas, mientras que no sabernos hasta qué punto hay verdaderos obreros mezclados a los artesan0s en la otra categoría (que por dio fue llamz.Ja "artesanos y obreros"). Aun así, ciertos hechos aparecen con relativa claridad. En el wtal, tenemos que los t~abajadores del sector crecen en número entre 1895 y 1900, y dis­minuyen entre este año y 19 JO. Considerando sólo los años extn~mos, sin embargo, tenemos que se registró enffe 1895 y 1910 el ¡;urgi­mien to de unos 109 mil ern pJ.eos P.uevos. Pero la población de Mé-xico estaba aumentan do: si calculamos le que sucedió en el sector en números relativos. tendre::.'Js 4ue los trabajadores industr!alcs de

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CUADRO 3: EVOLUCIÓN DE LA MANO llE OHR 1\ EN .EL SECTOR DE .

INDUSTRIAS DF TRANSl"ORMACJÓN (ARTESANAL y'' FABRIL), 1895-1910 '

Cateiodas: 1895: !900•

l. Artesanos y obreros por ramas: 777 358 939 320

l. Madera 62 629 68 048

2. Construcción 51 083 66 049

3. Reparación 12 733 16 065

4. Imprenta s 178 5 535

S. Alimentación 295 043 376956

6. Textiles e indumentaria 180 601 192 483

7. Metal 29 377 31 170

8. Cerámica 23 856 28 238

9. Cestería 18 837 51 357

10. Cuero y hueso 67 229 70 202

11 . Tabaco 16 709 20 392

12. Productos químieos 11 335 12 727

13. Otros 2 748 98

11. Obreros de establecimientos industriales: 45 806 42 344

III. Total 823 164 981 664

FUENTE :

Censos generales de población: 1895, 1900, 191 O. Datos recogidos y organizados por Francisco González Herrnosillo A.

1910:

6 564

332 643

190 927

29959

26023

30553" ......

todo tipo repres~ntaban el 16 .40% de la población económicamente · activa nacional en 1895, 18.07% en 1900 y 16.67ten 1910. Es decir, en la fase de expansión máxima iniciada en 1889 y acelerada en 1896, su importanria subió considerablemente, pero después - al ser uno de los sectores más golpearos pe r '.a crisis de 1906-1 90 7- bajó al punto de, prácticamente, {01 ver a la situ¡ició'l rl~ 1895. En otras pala­bras: la destrucción de artesanías J_Jor la r-1ecanización se compcr.:;6 por la creación de empleos industria!es faun ct~:ir.d ~ , 112turalm~nte, .

292

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no hay garantía de que sean siempre los artesanos desplazados los que los obtuvieron). Pero la d inámica del sector fue netamente ins .. -ficiente como para que sirviera de válvula de escape al éxodo rural hastante intenso: más bien, este último, al no ser absorbido por la industria en proporción suficiente, hacía pesar una presión conside­rable sobre las condiciones de trabajo proletarias. En cuanto a los obreros indudablemente fabriles, su baja entre 1895 y 1900 se debe a que se computaban como tales los trabajadores de la construcción de ferrocarriles, que en esos años termina su fase más importante;

· pero entre 1900 y 1910, aumentan considerablemente. Esto confir­ma el avance de la industrialización y de la proletarización. Ya men­cionamos que la diferencia .en tre las partes 1 y 11 del cuadro 3 no puede se: tomada muy en serio, debido a criterios más que dudosos de distinción. Pero parece indudable que en el bloque 1 predom inan los artesanos. Vemos, entonces, que en ciertas ramas hubo aumento constante en el período ( 1 a 4); en otras, aumento seguido de d is­minución, siendo, sin embargo, positivo el saldo final (5 a 9); final­mente, en otros casos el saldo final fue negativo ( IO ~ 13 ; pero esta última es solamente una categoría residual). La desaparición de empleos en ciertos sectores entre 1895 y 1910 alcanza apenas a unos 20 mil; ya vimos que la creación de nuevos empleos rebasó bastante esta cifra_

Aunque aquí no procederemos a un análisis regional, es evidente que, de hacerlo, hallaríamos enormes disparidades entre las diversas regiones. Así, por ejemplo, la proporción de los trabajadores del sector industrial sobre el conjunto de la población económicamente activa de cada región evolucionó como sigue:

Regiones: 1895 1900 1910 % % %

1) Pacífico norte 10-41 15.02 9 .76

2) Norte 8.17 12.69 10.95

3) Ceritro 14.88 15.08 15.05

4) Golfo de México y Carfoe 11.97 10.99 12.26

5) Pacífico sur 34.74 3837 32.26

Pero es.í.o;; pc1ceataj :!..; ; , 8 signifa:i:l lo m ismo en c<>da región: en el

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caso del norte. y del centro, por ejemplo, reflejan el aumento de_!a industrializ .. ~ión (y los efectos sobre ella de la crisís en la primera década del siglo XX); en el Golfo de_ Méxic? y .Ca~ibe tenemos pfi.;_}~ mero los efectos del desarrollo de la mdustna fabnl sobre la artesa~ · nía local, y Juego un incremento industrial notable; en el Pacífico sur, los datos se refieren a una numeres:: artesanía muy tradicional y. persistente. El cuadro se complicaba por la creciente movilidad delos trabajadores: Oaxaca, por ejemplo, era un foco de emigrarión de artesanos para áreas más prósperas e industrializadas, mientras que el Di~rito Federal, Orizaba, Monterrey y otras ciudades en crecimien-to industrial, eran centros de inmigración. En el conjunto, la movili­dad incidió negativamente sobre los salarios, puesto que propició un éxodo rural consic!..!~J~l:~-L::-:: ir:dw:tri::li~ac;é-n y . tecnificación aumentó la demanda de traba3adores calificados y especializados, que en muchos casos se satisfacía con trabajadores extranjeros. Los salarios reales bajarol" a principios del siglo x x ; pero las variaciones eran grandes según diversos factores : las mujeres (un tercio de los trabajadores del sector) y los niños ganaban menos que los hom­bres; según las regiones cambiaba el salario "mínimc_0{habitual, pero no oficial); de una a otra rama de la industria hab1a variaciones im­portantes.lJ-as diferencias saláriales a nivel regional provocaban el desplazamiento de obreros en búsqueda de mejor remuneración. -~1 Estado no intervenía en la fijación de los niveles salariales y de

otras condiciones de trabajo. La ideología oficial consideraba el em"' pleo y el salario como una simple cuestión de oferta y demand.!JEn· 1892, Matías Romero respondía a un documento de una confedera~ : ción obrera del valle de México (apud Fernando Rosenzweig, "4\~ industria", cit., pp. 420-421): · · ·

El gobierno tiene por norma la ley y por aspiración lajustiéi~ Dadas las instituciones que nos rigen, le es imposible limitar la ·. libre contratación, ni intervenir de una manera directa en el mejoramiento de la condición del obrero respecto de su prin-

. cipal. No hay text0 leg'.ll que lo autorice, ni conveniencia aJ.. gun~ que lo obligue, a decretar salarios, ni precios, ni horas de trabajo: nuestras instituciones, basadas en los altos principios· de la libertad humana y el respeto a la propiedad, vedan algo­bierno toda injerencia directa en las relaciones de patrón a obrero (. .. ) El trabajo está sometido por un ineludible fe· nóm~no natural a la ley de la oferta y la demanda.

Es evidente, sin embarg0, que la inkrvcnción del gobierno se volvía muy "directa" cuando llegaba el moment0 de reprimir y sofo~ar los movimientos de reivindicación. Siendo éstas las circunstancias, las· condiciones de trabajo eran, en general, muy duras. En los mejores casos,~ jornada laboral en de doce horas y media efectivas, pero

3 94

t:t>ll frecuencia se 111cn~iu11aban jornadas Je dieciséis horas. El d1 ~s: ·a 1so semanal y lo'" días festivos no se rcmuncraba1.1, en genera, s1 ;1~ ·se trabajaba. No exis.tía ninguna responsabil~dad del patrón en caso de accidentes del trabajo;·enfermedad, vejez, e~ Y au.nq~e ¡1ubo, sin d.uda, un avance de la:; relaciones de producc1011 cap1t~hs-

. ta en el sector industrial, ello no significa qu.e hayan des~parecido entonces muchos rasgos arcaicos, como, i:or ejemplo, las he1_1das de raya pertenecientes a fábricas (en el capitulo xv1 se volvera a este tema más en detalle). · . .

Hablemos ahora de la cuestión de los capitales, o sea del financia-miento de la industria y de su organización financiera.fYs _guerra_s de la época de la Reforma y de la interve~ción f~ancesa hab1an _ale~a~o momentáneamente de fas inversiones md~stnales . a los . cap1tahstas extranjeros. Fue a partir de 1889 que volv1e~on a mvertu,e~ el sec­tor principalmente franceses y españo~es residentes _en Me~1c~ Los frar:.ceses guardaban conexiones financieras en su pa1s de ongen Y en 5uiza, y en México estuvieron también muy .vinsulados a la banc~. León Signoret y Enrique Tron eran los capitalistas france~es mas importantes ligados a la industria; citemos, entre los ~spanoles, a Iñigo Noriega y a Adolfo Prieto. Estos franceses y esp~oles forma­ban un grupo b:mante unido, con el c~al estab~n _vmculad_os el ministro Liman tour y su hermano, y tamb1en el cap1tahs~a ~orteame· ricano Tomás Braniff. En la medida en que se multtplicab~n l~s compáñias por acciones -lo que e~ el cas~ de la in?11stna tard? mas que en el ne la banca-, los industnales '!lªs conoc1~0~ aparec1a a en i<!S juntas cde directores de diferentes sociedades y d1sh!!tas ramas de actividades de tipo industrial o no. Entre el grup.o de fran~eses, espa­ñoles y otros extranjeros {los españoles, por ejemplo, ligados a la indust!i.a cervecera ) y mexicanos de la región central del país, Y ~?s empresarios del norte, existian ligazo11es financieras, pero tamb1en rivalidad. .

En cuanto a la banca, ya mencionainos que fue a partir de ~ 89 5 que extendió sus ·préstamos a las industrias.; antes, estas. f~n:;10na- ­ban a base de préstamos personales o comerciales. En l~s p_eno4os d; ~risis financiera - 1900, 1906-1907-, los bancos restnng.1an los cre­ditos, y las dificultades resultantes faciJitab~n ~J proceso de co!1c~n­tración industrial, puesto que los talleres y fabncas menare~ res1st_ian más difícilmente, y podían ~er absorbidos. En 1890 se creo en Gme· bra la Société Firtanciere pour !'Industrie au Mexiql!e ~ a la que estaban ligados los capital.istas franceses residentes en Mex1c?; a fin~s del porfiriato, la mitad del capital frar.cés ~mpleado en ~a mdustna mexicana provenía de residente.;, la otra mitad de_Frar.. :~1. _Pese a la importancia indudable uel capital e>:tranjem, los mvers10n_1stas rnt·

xicanos fueron res¡;onsabh.:s por el 71 % de los capitales ii~lic?.G?s en d sector industrial entre 1886 y 1910. El monio de la~ mvers10n'!s

3%

Page 71: Mexico Sociedad_ IX-XIV

necesarias para instalar u11a fábrica era muy variable según la rama· en general fue aumentando con :.a tecnificación. En la rama textU: ,. . . .. por ejemplo, anteriormente al período porfirista la planta más caiii:>MI' había exigido una inversión de 350 mil pesos; pero en la fase que ~s,tudiamos, en particular después de J 895, fueron raras las compa-nias que se formaron con menos de tres millones de pesos (la que realizó la inversión más cuantiosa registrada fue la empresa textil Compañía Industrial de ú;izaba> S.A., o CIOOSA: 15 millones de. pesos). Las ganancias fueron cuanti.- sas, como lo demuestran tos" .. dividendos pagados a los accionistas, máximos en los años l 890;en el caso de la industria textil, la crisis de 1906-1907 afectó mucho dichas ganancias. ·

•••

Si miramos ahora hacia las cuestiones relativas a la tecnología · • constataremos en primer lugar, cambios importantes en lo que hace~. la producción y consumo de energía.}J;l porfiriato asistió a los pri-meros pasos del empleo en México de la electricidad y de los moto-res de combustión interna; pero, sobre todo, a una gran expansión del empleo de máquinas de vapor. Era frecuente la combinación de la fuerza hidráulica con el vapovirviendo éste como complemento ?urant~ los ~eses secos que hacían bajar el caudal de los ríos~(Y rndustna textil fue, con la minería, pionera de las instalaciones\ffi­?roeléc_tricas, vendiendo a vece:o: los excedentes para uso en otras ·; · mdus~nas. º. en el. alumbrado público y privadQJ En cuanto a la .. ·~·:;:; maqunana mdustnal, de nuevo es el ramo textil el mejor conocido.-: ·~"'~rr: · · Su mecanización fue irr.presionante en el período, sobre todo entre .'•ir;._,· 1888 Y ! 910, y tuvo un aspecto cuantitativo (aumento de la canti~ dad de husos, telares y maquinaria para la fabricación de tejidos ·: ·r}t'-~ e~t~mpados) a !a vez que cuafüa!ivo (sustitución de husos y telares ,.,,,, . viejos por _nue,vos). El huso de alta velocidad y el telar Northrop .~i?i.k· 1

fueron las mnovaciones más significativas. La maquinaria textil era' :.· · importada de Inglaterra, Alemania, Estados Unidos y Francia: · ' • Respecto de la modernización del parque industrial textil, dice Dawn Keremitsis (/,a industria textil mexicana en el siglo XIX, trad. del inglés, M~xico, col. Sep/Setentas no. 67, SEP, 1973, pp. 110-111):

396

Es evidente el reconocimiento de la importancia de la nueva ~aquinar~a en las estadísticas del gobierno sobre ganancias de fmes de siglo. Ya no aparece una mera enumeración de husos Y de telares, sino que la maquinaria aparece descrita segú:ri que sea moderna 0 antigua. En 1898 había 274 959 husos viejos y 193 558 nuevos. En 1907 esto había cambiado; aparecen f.! 3 ?48 I'uev.c.; y sólo 80 294 de tipo antiguo. La misma ten­den?Ia observamos en la sustitución de lo.; telarts. En l S98 ha"1a R. 8Q~ anti~os y 5 057 rnodernos. Fn l Q07 ha1'fa 20 62 l modernos y sólo 2 59 i no habían sido sustituidos;

El cuadro 4 resume lo" datos principales relativos a la industria textil. Se puede constatar el aunlcnto notahle en el n úm?_ro de tela­res y husos, y también percibir daramente (en la producc1on de tel.as y en el número de obreros, además de''.' disminución del ritmo de la mec:mizacrón) los efectos de las depresiones de 1900-1902 y 1907-¡r)J 0. La eficiencia creciente de la nueva maquinari<i ~"puede notar en el hecho de que la producción de telas crece a un ritmo superior al aumento del rn~1mero de telares (el caso de la hilaza es particular, puesto que era tanto materia prima cu~nto producto ac~b~do: la disminución en ciertos períodos de la lulaza en las estad1st1cas no si<>nifica necesariamente, por lo tanto, una merma de su producción).

0

Aunque tomemos como ejemplo el textil, también otras ramas se caracterizaron por una mecanización c011~iJ..:1JLI-:. : !Js fá!:;r:cas ~:zu­careras, los molinos de trigo, las fábricas de cigarrillos y pur()S, la im!ustria cervecera. y muchas otras. La contracción de la demanda a partir de 1899 significó para mudrns industrias la necesidad de trabajar por debajo de su capacidad productiva, lo .que queda claro en el caso de los textiles comparando la columná relativa a la produc­ción de telas con la del número de telares en los años depresivos de 1907 a 1910.

Ocupémonos ahora del abastecimiento de materias primas. La demanda industrial expansiva provocó a partir de la década de 1890 un aumento de la producción de materias primas agrícolas para la industria. Así la producción de algodón rn.ció entre 1892 y 191 O según la tasa m~dia anual de 7.08%; la de caña de azúcar, de 5.53%; la de tabaco, rle 5.36% (véase la gráfica 2). Pero también aumentaron las importaciones de materias primas, aunque en el caso del algodón e! período vio una sustitución casi total del importado por el nacional. Las materias primas minerales se volvieron importantes por la expan­sión de la producción de vidrio, por el surgimiento de la siderurgia, por el dinamismo de la industria de la c-onstrucción (que absorbía también muchh madera).

LJ.,a circulaci0n inter~a de materi~s. ?rirrlas fue sumamente _faci­litada por los ferrocarnles y la abolu.,1on de· las alcabala,s.J Es mte­resante notar que )~se al aumento considerable de la producción de algodón, principalmente en la región norteña de La Laguna, el conflic· to entre productores agrícola.§1-·protegidos por el Estado-Q producto­rc:, mdustriales no desapareeió;.Jos precios del algodón bruto siguieron siendo altos, y en los úlumos años del período una parte de la pro· ducción se exportaba, manteniendo así la relativa escasez interna y los precios elevadcW Algunos interpretan la hostilidad entre los algo­doneros de La Laguna y los industriales Je! centro como uno de los, episor.ios del i:onflicto entre los capitales estadunidenses (importan­tes en el norte) por una parte y franceses, españoles y mexicanos poi· llt r :i

397 ~

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CUADRO 4: DATOS GENERALES SOBRE LA INDUSTRIA TEXTIL MEXICANA (1877-:878 A 1910-1911) :

Años:

1877-78 1893-94 . 1894-95 1895-96 1896-97 1897-98 1898-99 1899-00 1900-01 1901-02

·1º02-03 1903-G4 1904-05 1905-06 1906-07 1907-08 1908-09 1909-l ·l 1910·1 ¡

Fábricas en el país:

86 103 107 102 ns 120 125 144 153 155 139 144 146 150 142 . 145 145 142 145

Telares:

8 182 11 796 12 335 12 874 13 874 14 581 13 944 18·069 18 733 l& 222 20 271 20 506 22 021 22 774 23 507 24 997 25 327 25 017 24 436

Husos:

234 386 392 124 411 496 430 868 458 795 481 106 468 547 588 474 591 506 595 728 632 601 641 060 ·. 678 058 688 217 693 842 732 876 726 278 702 709 725 297

Obreros:

10 871 17 578 18 674 19 771 21 620 22 046 21 960 27 767 26 709 21964 26 149 27 706 30 162 31 763 33 132 35 811 33 889 31 963 32 147

FUENTE: Estadísticas económicas ... Fuerza de trabajo ... , cit., p. 106.

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\ 1 \ ) I \ \ 1 ',

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Algodón consumido:

(kg)

11 524 051 21092030 21 539 857 21 987 685 24 199 376 25 067 106 26 518 059 28 975 254 30 26.1 319 27 62S 366 27 512 012 28 840 748 31 230 244 35 826 200 36 654 213 35 040 276 35 434 639 34 736 154 34 568 212

~ t g ¡ ¡ 1 1 1 1

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"' ~ 5 o ,,. :o ... ¡:: o )>

Piezas tejidas y estampadas:

3 031 568 4 969 125 6 653 877 8 338 630 8 786 901 9217381

10 753 764 11 552 952 11 571 543 10 428 532 11 578105 12 406 523 13731638 15 456 187 18 928 832 16 280 843 13887911 13 936 269 15 090 669

Hilaza producida: (kg)

2 772 048 1 022 000 1 406 269 1 790 539 1 820 206 1 582 692 1 931 422 1 884 401 1 837 303 1 879 329 2 146 289 1 689 155 1 537 ó42 2 162 895 2117 738 2 420 626 1 952 61 2 2768314 2 766 973

1 ::~~ 1F ••

Page 73: Mexico Sociedad_ IX-XIV

Finalmente, debemos referimos a los problemas de mercado i~~ . coinercialización. La industria pesada, gran novedad del período :.'~\. n~cio de l_a de~anda ~e los ~errocarriles o .cte. o_tros sectores indUS::- ' tnales: as1, la siderurgia se vmculaba al pnnc1p10 sobre todo a las· · necesidades de repuestos y reparaciones ferroviarios; el cemento, por ; su parte, a las abundantes obras públicas, y, finalmente, la dinamita!,1 a la minería. Pero la industria mexicana producía principalmente~~:.:·. artículos de consumo popular y para las clases medias. Su mercado\~~·:: 1 sufrió un impulso considerable con el aumento poblacional, el increJ:~. mento de las comunicaciones internas y la destrucción de una parte:Qi: \ importante de las estructuras cvmunitarias. Pero el mercado nacional rll para la industria tenía límites relativamente estrechos. Era, en primer lu5ar, urbano, en un país que pese a los avances de la urbanización seguía siendo masivamente rural. En el campo, las comunidades que no fueron absorbidas y las tiendas de raya de las haciendas eran un obstáculo a Ja expansión de las relaciones mercantiles. El régimen represivo del porfiriato permitía obtener mano de obra barata, repri­miendo duramenté las reivindicacion_es populares, pero por otra parte la miseria de las masas urbanas y rurales incidía negativamente sobre la elasticidad del mercado interno para una industria volcada hacia el consumo popular, y en pleno crecimiento de su capacidad produc-tiva. Ello explica que, al alcanzar el límite de dicha elasticidad, se :: .. presentasen dificultades. Por ejemplo, el consumo de telas por habi~ .. · tan te creció en la década de 1890, pero a partir de 1900 tal crect?!:~ -miento disminuyó, y después de la crisis de 1906-1907 el consumo~~!:> per copita bajó. Así, después de un auge de las ganancias en el perío-. ~::: do 1895-1900, la década de 1900-1910 fue un período difícil paraJ~·· 1 las ramas textil, de alimentos y bebidas, y otras_ Su ritmo óe creci- ;t,-:; miento bajó, mientras que la industria de bienes de capital, alentada :,.~~• por una demanda diferente (sustitución de importaciones, demandas J del sector minero e industrial ya más mecanizados), pudo mantener 1 un ritmo alto de expansión. ¡

l

3. DISTRIBUCIÓN REGIONAL VE LA INDUSTRIA DE TRANSFORMA­CIÓN EN Mf:xrco BAJO EL PORFIRIATO

l !, La. región central de México siguió siendo la zona de máxima atrac­

ción para las industrias, por diversas razones. Al!í se concentraba la mayor parte de la población del país, era abudante la mano de obra (formada en las artesanías locales o por el éxodo rural y :a atracción de artesanos de otras áreas), estaba el nudo de los sistemas nacionales de transporte y comunicc.cion, exi~tían antecedentes e'.npresariales. En e! i:-a~o d~l Dis!r!t'.) Fede:::! y del estado de ~léxico, taies factores

400

t l l 1

, b . l· relativa obreza de las posibilidades _de _producción ~011i pe1~s~ anA ~ el centr~ 'creció industrialmente (i)1stnto Fe~eral , Je cm~1g1a. SI, Jal" ) Lo i ·c·1eron·1gual-

d M, · . Puebla Guana1·uato isco · · u · · . tdo e ex1co, , , .. dlG lfo es a , rte ( su centro máximo, Monterrey) y la regton e o>. i~ent~~iz~~a co~o principal ciudad industrial~ . Mientras tanto, el 1 ªi i ~01~ . - conoció un crecimiento industnal mucho men?r: y e ~ 1fi~o m.u t~ . t . una artesanía extrema<lament~ trad1c10nal.

Pac~~~~:r~r ;:r~:.ª~~~eC:zweig poporc~ona d~tos re1lativosli~~~ñ~e ~~ .., ue muestran además, grandes diferencia~ en a ~p , ! 90¡ qde operacio~es de los establecimiento.s md~stnales segun las esca a fl . d diferencias en el capital ·fijo mstalado. Se ~ota ~e;i~:;~:~f:m;~~c~mparablemente superior en la región norte (vease

. 5' .;1 ~ udurv J·

DIFERENCIAS DE PRODUCTIVIDAD INDUSTRIAL POR CUADRO s : REGIONES EN 1902 (pesos) .

Regiones:

Norte : Golio: Ce11tro: Pacífico norte: Pacífico sur:

Producción media por estarlecimiento:

(anual)

soººº 26 100 21 000

18 ººº 3 500

FUENTE: F. Rosenzweig, op. cit., PP· 390-391.'

/dem por obrero:

(anual)

2 200 1 000 ! 200

90() 300

La di~tribución de la industria · textil se encuentra representada, respectivamente, a principios y fines del porfiri~to, en los ma~asdl/ -~ Veracruz (con Orizaba) era el estado que tema :nayor cantt a e \~ ~sos (20% '),seguido por el Dist~to Fed~ral_ y por Puileblad C~ P~<;as cxce ciones, todo el país conto con fabncas text es. , e go on, ""n pue las diversidades de escala fueran enormes. Tamb1en es el _caso d~ I~ producción de alimentos y bebidas, ubicada c?mo la ~ext~-~e yuerdo a la distribución de los mercados conswrudores. . am i~n ~1mió ue tales industrias trataran de buscar lo~ c~ntros mdustna­

les. en eipansión, donde era más fácil obtener maquinas, repuestos y

>erv~~it~~- los ¡;randes centrus industriales, Orizaba Y ~on~rrey J~ÍJ~c­ron su crecimiento (el mayor del plaís end pr~~or_c1~n~tri~e~~treefa~ ' ?nía el primer lugar en d valor de a pro ucc10n ir u . ~-nÍdades de la república) a los re::ursos naturales en -:uanto a energia

401

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INDUSTRIA 0€ TEJIDOS 0€ LANA Y ALGODÓN DE LA REP. llEXICANA.

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OCÉANO PACÍF,ICO

FABRICAS TEXTIL.ES REGISTRADAS EN 1910 FUENTE ' DATOS SACADOS DE . ESTAOIST ICAS ECONOMICU

DEL PORFIRIATO, FUERZA DE TRABAJO Y A~~ · IUAD

ECONO•: . , POR S ECTORES, MEXICO . EL COLlQIO Df MEK ICO, S , ,, p . 107

OCEANO PACIFICO ______________ .. ____________ _

NOTA : L AS 01VI SIONE$ AOMI N1$TlllATIVAS S ON L AS J.CTU AL E S

GOLFO DE MÉXICO

!fOTA: ' ,4' OIVll lOHE ' lOM INISTRATIVAS » OH LAI ACT UA, ts

GOLFO DE MEXICO

______ . __ , __ J

Page 75: Mexico Sociedad_ IX-XIV

y materias primas, com.o a factores favorables de transporte : la industria fue ahí el elemento que llevó a la urbanización , mientras que en el Distrito Federal, por ejemplo, ocu1rió lo contrario.

4. CONCLUSIÓN .:,~· . .:;

El aumento de importancia del sector de industrias de transformá: ,. ,:{; ción se confirma por el hecho de que, entre 1895 y 191 O, su partici- ·;:.~,~-~-·.·.: ..

. pación en el producto interno bruto de la República Mexicana pasó · de 13.73% a 15.76%. Por otra parte,}!féxico fue, hasta la segunda g11erra nrnndial , el único país lathoamericano que contó con una industria siderúrgica. Este crecimiento industrial fue una de las cau-sas de la urbanización bajo el porfiriato, reflejó el aumento de la población en el período, y de una manera general el crecimiento por-firista (expánsión ferrocarrilera provocando la intensificación de las fundiciones y de las fábricas de repuestos; surgimiento de un sector bancario propiciando créditos; mecanización ligada al aumento de la capacidad de imp0rtar maquinaria por el auge de exportaciones, etc.). ·'·' Con la · minería, fue responsabb del surgimiento de un proletariado moderno, en función de la crisis parcial de las artesanías tradiciona- .f~-1~~ y del propio ~re cimiento indust~al.J_ Sus límites, en_ ~n, y la ~epre- : t~ s1on que alcanzo a su sector mayonfário - la prnducc1on de art1culos , 1· ·.· .. de consumo popular- reflejan fielmente la~ grandes contr<idicc..iones ,. · .. y el costo social del crecimiento porfirista; lo misno podríamos .... " decir de I~, modalidades y contrastes perceptibles en ias relaciones i:i;: de prod~cc1on del sector. R·

LECTURAS RECOMENDADAS

1. Rosenzweig, Fernando, "La indu3tria", en El porfiriato. La vida económica, 1, Historia moderna de México, México, Hermes, · 1974 (2a. ed.),pp. 311481.

2. Basurto, Jorge, El proletariado industrial en México (1850-1930), . México, UNAM, 1975.

3. Kere_mitsis, Dawn, La industria textil mexicana en el siglo XIX, México, Sep/Setentas, SEP, 1973.

4. Mauro, Frédéric, "El desarrollo industrial de Monterrey (1890-. 1960)", en David BarJán (coordi.-lador), Los beneficiarios del

desarrollo regiorwl, México, Sep/Setentas, sEr , 1972, pp. 96-124.

404

• i~.·. •• ·:.>Jo•

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XIV. Aspectos financier í)S y n1onetarios (1880-1910)

1. LA BANCA EN MÉXICO

José Antonio Bátiz Vázquez Enrique Canudas Sandova!

La s~tuaci~n de los bancos en el país, anterior a 1897 en que se de­creto la Ley de Instituciones de Crédito, fue descrita con precisión por José Yves Limantour, ministro de Hacienda.

Siete Bancos estaban funcionando en los Estados( . . . ) y no . había dos que tuvieran concesiones idéntica<;, sino que se di­fe¡enciaban todas en-varios puntos más o menos substanciales. Así, por ejemplo, una concesión tenninaba en 1904 y las otras en una fecha más lejana, concluyendo las últimas hasta 1939: la emisión se regulaba, para unos Bancos, por el ni-Onto del capi­tal social, y para otros por ei tripie de dicho capital; la circula­ción se garantizaba, exigiéndose a unos Bancos, fianzas; a otros, depósitos y a otros ni fianza ni depósito, sino una garantía de diverso género. Los fondos de reserva se constituyeron en muy distintas proporciones, según los establecimientos: el derecho de establecer sucursales era iJimitado para ciertos Bancos, y para otros estaba sujeto a· restriccion~s diversas; el valor de los billetes que podía emitirse era, en algunas concesiones, el de veinticinco centavos como mínimo, mientras que en otras los billetes de menor valor tenían que ser de un peso· había un Banco que podía ha~r préstamos hasta por doce. ~eses pro­rrogables, mientras que las operaciones de los demás no debían exceder de seis. · Iguales diferencias se notaban en las garantfas para los présta­mo5 y dP.~-;uentos, lo mismo q·Je en las franquicias y exencio­nes de impuestos y en los demás requisitos fundamentales de las conc:esiones. ·

&a situación n=> era privativa <l~ los bancos de los estados, sino

105 •