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MI ENCUENTRO ´No llores porque se acabó, sonríe porque sucedió (Gabo)’. Con esta frase cerró el Encuentro. Y no sé si empezar por ahí, por el cierre o por la apertura, con la declaración inaugural y el relato de Encuentros y Desencuentros, y el comienzo de mi Sakbé y mis mariposas amarillas, otra vez se devela el principio y el fin, esas mariposas que nos acompañaron todo el encuentro, y se hicieron presentes, aquellas que no sentía hace mucho tiempo, esas que se sienten en el estómago, se presentan en la emoción, cuando DEJAS DE PENSAR Y TE CONCENTRAS EN SER, frase de Arawana Hayashi misma que me acompañó desde que decidí ir a mi ENCUENTRO, a un encuentro conmigo misma, con un reto personal y profesional. Desde lo personal, estas mariposas aparecieron cuando me permití, y me dí la oportunidad, esa oportunidad de brillar y creerme VIVA y capaz, al momento del relato inaugural, no sabía cuanto sentido tendría en mi vida, cuántas coincidencias, será el destino o simplemente era lo que tenía que ser y era para mí, así las recibí, a todas ellas, a todos los momentos y daría comienzo mi espiral, llegó la ola a mi playa y ahora ya soy otro mar. Hay otras olas en mi conciencia, en mi SER, desde el presencing, un estar presente, con mi intuición y mi sentir desde lo más profundo, desde mis mariposas que volvieron a vivir, salvándome de una muerte anunciada, 1 Deborah Meade Crónica por

MI ENCUENTRO - imagine- · PDF fileque decidí ir a mi ENCUENTRO, a un encuentro conmigo misma, con un reto personal y profesional. Desde lo personal, estas mariposas

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MI ENCUENTRO´No llores porque se acabó, sonríe porque sucedió (Gabo)’. Con esta frase cerró el Encuentro. Y no sé si empezar por ahí, por el cierre o por la apertura, con la declaración inaugural y el relato de Encuentros y Desencuentros, y el comienzo de mi Sakbé y mis mariposas amarillas, otra vez se devela el principio y el fin, esas mariposas que nos acompañaron todo el encuentro, y se hicieron presentes, aquellas que no sentía hace mucho tiempo, esas que se sienten en el estómago, se presentan en la emoción, cuando DEJAS DE PENSAR Y TE CONCENTRAS EN SER, frase de Arawana Hayashi misma que me acompañó desde que decidí ir a mi ENCUENTRO, a un encuentro conmigo misma, con un reto personal y

profesional. Desde lo personal, estas mariposas aparecieron cuando me permití, y me dí la oportunidad, esa oportunidad de brillar y creerme VIVA y capaz, al momento del relato inaugural, no sabía cuanto sentido tendría en mi vida, cuántas coincidencias, será el destino o simplemente era lo que tenía que ser y era paramí, así las recibí, a todas ellas, a todos los momentos y daría comienzo mi espiral, llegó la ola a mi playa y ahora ya soy otro mar. Hay otras olas en mi conciencia, en mi SER, desde el presencing, un estar presente, con mi intuición y mi sentir desde lo más profundo, desde mis mariposas que volvieron a vivir, salvándome de una muerte anunciada,

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Deborah MeadeCrónica por

Taller acreditado por CIMA International

WEBINAR Introductorio Kelly Satz

Dance SoulMovement

'DEPENDE DE MI', cuán profundo quiero llegar, cuántas veces debo MORIR un poco para renacer, y cuando decidir, agarrar la responsabilidad de mi grandeza y engrandecerme, eso solo DEPENDE DE MI. La virtud más importante del líder es saber ELEGIR, y elegir para construir el éxito, siendo esto más que ganar, es el orgullo por el trabajo bien hecho, desconectarse del que dirán, es volverse libre y quitarse de ataduras, construir desde el error y no construir desde la negligencia, darte la oportunidad del error, pero no quiero ser negligente, hacer que suceda desde un esfuerzo sostenido, con la impecabilidad de mi actuar constante, en lo que quiero que suceda, tener iniciativa sin terminativa, no se queda, no se hace parte de mi, de mi vida y de mi actuar, desde ahora estaré viva y en presencing.

Gracias Colombia...

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Jorge IbarraCrónica por

Para los mexicanos, ‘las chivas’ representan tres conceptos: una cabra, un equipo de fútbol y nuestras pertenencias. Así podemos escuchar expresiones como: ‘mira esa chiva correr por el monte’, ‘yo le voy a las chivas’ o ‘agarra tus chivas y vete a volar’. En Colombia no. Ahí, las chivas son un motivo de encuentro. Un mágico camión donde quienes suben y se encuentran dejan de ser ellos mismos, así como la ola y la arena, que al encontrarse dejan de ser ola y arena y se convierten en otra cosa.

Para mí, el Encuentro de Colombia fue eso: encuentros con el lenguaje. Como personas, nos construimos en él. Los coaches incluso decimos que somos seres conversacionales, que la calidad de nuestra vida depende de la calidad de nuestras conversaciones, es por eso que ponemos tanta atención en este.

Y no solo lo estudiamos, también lo creamos. Por ejemplo, en estos días escuché a Mario Valencia decir que la raíz etimológica del vocablo inglés transformation era la unión de dos palabras: Trust y Formation, es decir, la comunión entre confianza y formación. Esto, por supuesto, es un cuento pero ¿qué son los cuentos si no palabras que son usadas para explicar lo que con el lenguaje común no es explicable? ¿qué somos los coaches si no contadores de cuentos propios y ajenos, editores de historias personales? Víctor Lidejover diría: ‘Somos cuentos porque vamos por la vida contando cuentos y escuchando cuentos’. ‘Sembramos diccionarios’ dirían nuestros amigos de Depende de Mí, añadiendo que la dimensión más útil del lenguaje es el silencio, reflexión que me llevó a pensar en la música en donde sin los silencios la música no viviría. Qué paradoja.

Los encuentros entre latinoamericanos siempre me han parecido fascinantes. Son encuentros conversacionales, encuentros de lenguajes. Uno de estos días al salir a cenar me encontré con un amigo en la recepción del hotel y que me dijo: -Te recomiendo ir al Café Mío y pedir un ‘marrano volador’. En ese momento otro amigo agregó: -Y pide también una Colombia Roja fría. En el taxi iba repitiendo mentalmente las sugerencias para memorizarlas y no cometer la imprudencia de pedir ‘una colombiana voladora, roja y fría’. Quién sabe qué me hubieran traído; de seguro nada conveniente sabiendo que estaba acompañado de mi esposa, mis hijos y mi hermana.

Así de rico es el lenguaje. Tan grande como sea nuestra capacidad de apreciarlo y entenderlo. No por nada Maturana nos comentó que el peligro más grande de un líder es no escuchar y alguien más añadiría que el ser humano tarda 2 años en aprender a hablar pero 70 años le toma aprender a callar. ¿Pero qué es callar? Luis Miguel Trujillo nos platica en su libro ‘Haz que Suceda’ una anécdota con un sherpa de camino al Himalaya. El sherpa, a través de Luis Miguel, nos envía este regalo: Callar no es simplemente no decir nada; es hablar cuando se tiene algo importante que decir.

Pero callar, pienso, no es solo cuestión del habla. Es posible también callar la mente dándole cabida o no a los juicios propios y ajenos. Y entonces entramos en el mundo de las conversaciones públicas y privadas. Elvira Ibarra nos dijo: ‘Mis conversaciones privadas no me permiten escuchar al otro’. Entonces, siendo coaches, cómo de pronto nuestras conversaciones privadas no nos permiten acompañar al otro porque nuestra mente habla y habla. Es, entonces, el silencio en verdad, la herramienta conversacional más útil en todas sus dimensiones.

Pero mi encuentro con el Encuentro no fue solo un tema de lenguaje. También de construcción, el leit motiv. Al cierre de uno de los días fui parte de una bandera humana. La bandera colombiana formada por paliacates mexicanos sostenidos por más de 40 latinoamericanos. Juntos levantamos los colores amarillo, rojo y azul. Los mismos colores de los ladrillos de Lego más producidos en toda su historia. Ladrillos que se encuentran y se unen para crear mundos fantásticos y que al separarse unos de otros conservan la posibilidad de vincularse con otros tantos más para seguir construyendo cualquier mundo que se pueda imaginar. Uno mundo mejor, quizá. (Buena charla Luis Alfredo, gracias por compartirla).

Ha sido una costumbre (o manía) que cuando viajo me hago acompañar de un libro. En esta ocasión y por coincidencias sistémicas (o ‘de puro churro’ como decimos en México), el libro que viajó conmigo a Colombia fue ‘Ciudades Invisibles’ de Italo Calvino. La noche anterior a la charla de mi amigo Víctor Zorrilla leí el siguiente pasaje:

Marco Polo describe un puente, piedra por piedra.-¿Pero cuál es la piedra que sostiene el puente? –pregunta Kublai Kan.- El puente no está sostenido por esta piedra o por aquella –responde Marco-, sino por la línea del arco que ellas forman.Kublai permanece silencioso, reflexionando. Después añade:-¿Por qué me hablas de las piedras? Lo único que me importa es el arco.-Sin piedras no hay arco.

Al día siguiente durante la charla de Víctor me tocó colocar la representación de una piedra en el camino blanco de Sakbé y esto me recordó la importancia que tiene la piedra.

No es el arco, son las piedras. No es el camino, son sus piedras. No es la vida, son nuestras piedras. Veinticinco o el número que sea. Son las piedras las que nos tropiezan pero también las que nos construyen. Las que estando solas son eso, solo piedras, solo piezas de un Lego que separadas no son nada pero unidas pueden serlo todo.

No sé si al final del Encuentro los coaches construimos un mundo mejor. Lo que sí sé es que yo sí transformé el mundo más importante para mí: el mío. Y si transformé mi mundo cambié yo. Y dando por sentado que si cambio yo, todo cambia, entonces sí que aquí logramos transformar el mundo. La magia se hizo, la alquimia funcionó porque convirtió la piedra en cuarzo, el cuarzo en luz, la luz en visión, la visión en acción y la acción en transformación. Una frase larga para ser tuiteada pero grande para no ser olvidada (cortesía, por cierto, de Enrique LDR).

Un abrazo a todas las piedras preciosas latinoamericanas, gracias a las cuales me construí un poco más durante estos días en Colombia.