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MIEMBROS DEL CONSEJO DIRECTIVO DEL INTA

Presidente:Ing. Agr. Carlos Casamiquela

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Ing. Agr. Oscar Arellano - Facultades de Agronomía

Dr. Eduardo Eliseo Baroni - Facultades de Cs. Veterinarias

Ing. Agr. Horacio A. Alippe - AACREA.

Ing. Agr. Elbio Néstor Laucirica - CONINAGRO

D. Alejandro Lahitte - CRA

Dr. Aldo Paredes - FAA

Sr. Bruno Quintana - SRA

Director Nacional:Ing. Agr. Eliseo Monti

Directores Nacionales Asistentes:DNA Sistemas de Información, Comunicación y CalidadLic. Gabriel Delgado

DNA de Relaciones InstitucionalesDra. Ana Cipolla

DNA Planificación, Seguimiento y EvaluaciónDra. Susana Mirassou

DNA Organización y RR.HH.Ing. Agr. Guillermo Semproníi

DNA AdministraciónCPN Lic. Rosendo Tarsetti

Coordinadores Nacionales:CN de Transferencia y ExtensiónIng. Agr. Julio Catullo

CN de Investigación y DesarrolloDra. Norma Pensel

CN de Vinculación TecnológicaIng. Adolfo Luis Cerioni

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Dr. Carlos Di Bella - INTA

Ing. Agr. M.Sc. Jorge Mariotti - INTA

Dr. Eduardo Baroni - UNL

Dr. Rafael Fernández - UNCuyo

Dr. Emilio Satorre - UBA

Dr. Carlos Scoppa - ANAV

Dr. Roberto J. Fernández Aldúncin - UBA

La Revista de Investigaciones Agropecuarias(RIA) es una publicación de información

científica editada por el INTA.Los artículos presentados son admitidos

por un Comité Editorial compuesto por prestigiosas figuras del ámbito académico

y científico agropecuario. Abarca diferentes temas preparados

por profesionales del INTA y de otras instituciones, y está destinada

a la comunidad científica nacional e internacional.

Reservados todos los derechos.Prohibida su reproducción sin autorización

expresa de sus editores, en cuyo casose agradecerá citar la fuente.

Lo expresado por autores, corresponsaleso columnistas no necesariamente reflejan

el pensamiento del Comité Editorial,de la revista o de su institución editora.

Indexada en

Latindex (Folio 3346)

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Institución Editora: Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria

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Cuatrimestral

SEDE EDITORIAL

Impreso en Gráfica LatinaAv. de los Constituyentes 3423Ciudad de Buenos Aires (1427)

54 (11) 4522 7888 - 4521 808254 (11) 4521 4988 - 4523 6566

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Dirección:Dra. Norma PenselLic. Máximo Bontempo

Coordinación editorial:Lic. Felicitas Terreno

Asistente editorial:Giselle Miquet

Producción Editorial:Asesores técnicos y de contenidoDr. Ricardo SagerIng. Agr. Cristian Zuchini

Diseño y Edición:Gráfica, Gerencia de Comunicacióne Imagen Institucional

Fotografía:Área Audiovisual, Gerencia de Comunicacióne Imagen Institucional

Vol. 38 / N.º 1 / Abril 2012, Buenos Aires, Argentina

ISSN edición impresa 0325-8718ISSN en línea 1669-2314

COMITE ASESOR

Ing. Agr. M.Sc. María Eugenia Beget - INTA

Med. Vet. M.Sc. Ana María Canal - UNL

Dra Luciana Couso - UBA

Dra. Sandra García Lampasona - INTA

Dra. Betina Kruk - UBA

Ing. Agr. M.Sc. Alejandro Rago - INTA

Dr. Miguel Ángel Taboada - INTA

Esta publicación es propiedad del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria Rivadavia 1439. CABA,Buenos Aires, Argentina.

Propiedad Intelectual nº 4980255

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Editoriales

RIO+20 y los recursos hídricos

Durante RIO+20 se espera la renovación del compro-miso político de los países con el Desarrollo Sostenibley la adopción de medidas concretas, claras y globalesdirigidas a erradicar la pobreza en el marco de un pro-grama ambiental, social y económico realista, dando unnuevo ímpetu a los objetivos acordados hace 20 años.Esta vez, el encuentro se centrará en el análisis de dosgrandes propuestas: la economía “verde” en el contextodel desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza,y el marco institucional para lograr ese desarrollo.

La “economía verde”, o con bajo consumo de carbono,no es más que un instrumento del desarrollo sostenibleen tanto pueda integrar lo económico, lo social y lo am-biental y se dirija a la erradicación de la pobreza.

Es claro que no debe servir para que los países desarro-llados impongan barreras para-arancelarias y que deberíaconservar la necesaria flexibilidad para poder ser adaptadaa los distintos niveles de desarrollo y a las prioridades ynecesidades de política nacionales. Para ello será nece-sario financiación y generación de capital humano.

Por otra parte, la inclusión del marco institucional (go-bernanza) se basa en el consenso que hace falta paralograr una coordinación de acciones que acelere las eje-cuciones y evite superposiciones a partir de la baja im-plementación de los compromisos y la proliferación deacuerdos bilaterales con la inclusión de los temas am-bientales y de desarrollo en varias de las Comisiones yProgramas de las Naciones Unidas,

Agua

En relación con el agua, se propone revisar los acuer-dos y avances logrados en cuanto a la protección de losrecursos hídricos y los ecosistemas acuáticos, la imple-mentación del Manejo Integrado de los Recursos Hídri-cos (MIRH), la evaluación de los Recursos Hídricos, larelación entre el agua y el desarrollo sustentable urbano(surgidos del Capitulo 18 de la Agenda 21 de la primeraCumbre de la Tierra en 1992, y reafirmados con énfasisen el acceso al agua y saneamiento) y la implementacióndel MIRH en la declaración de Johannesburgo y el Sép-timo Objetivo del Milenio.

Apoyados en la declaración de la Asamblea Generaldel derecho al acceso al agua y saneamiento como underecho humano esencial para el disfrute de la vida y detodos los derechos del Hombre del año 2011, y en lasestimaciones de que al 2015 no se alcanzará plena-mente ese Objetivo del Milenio (relacionado a la provi-sión de agua y saneamiento), se propone que el temacentral de discusión de este segundo encuentro de laTierra sea la eficiente provisión de agua potable y sane-amiento, la inversión en infraestructura hídrica, el manejointegrado del recurso y la adaptación al cambio climáticocomo contribución a un exitoso alcance de aplicación dela economía con bajo consumo de carbono.

Hace 20 años, una reunión de representantes de paí-ses de todo el mundo organizada por las Naciones Uni-das conocida como la “Cumbre de la Tierra” en Río deJaneiro (Brasil) se transformó en un hito en las agendasmundiales para la conservación, el uso sostenible de lossistemas ecológicos del planeta, el cambio climático y ladistribución equitativa de los beneficios del uso de losrecursos genéticos.

En junio de 2012, la Conferencia de las NacionesUnidas para el Desarrollo Sostenible (RIO+20) se en-focará en la búsqueda de consensos entre países ysectores sociales y económicos, donde se enfrentaránal gran desafío de armonizar intereses proponiendo elseguimiento de una economía verde en el contexto dela erradicación de la pobreza y el fortalecimiento insti-tucional para el desarrollo sostenible. Para ello, seráfundamental la articulación de acciones en los tres pi-lares de la sostenibilidad: lo económico, lo social y loambiental.

Estas metas implican resolver conflictos para satisfa-cer las demandas humanas haciendo un uso sosteniblede los recursos y sus “servicios ecosistémicos”. Estosservicios son evaluados en el marco de los valores quela humanidad asigna a lo que la tierra produce: los ali-mentos, la energía, la madera, la regulación hídrica, lapolinización de las plantas nativas y los cultivos, la cap-tura del carbono, la regulación del clima, y los valoresespirituales y culturales, entre tantos otros.

Sin duda, este enfoque global de desarrollo sosteniblellama a la humanidad a encontrar formas innovadorasde manejo y gestión de los ecosistemas y sus recursosnaturales, apelando a ser más flexibles, y delinear es-trategias que, frente a los cambios en los ecosistemasproductivos y el clima, permitan sostener sus propieda-des funcionales de para la sociedad.

Para ello, es imprescindible fomentar la gestión adap-tativa para lograr sistemas socioecológicos resilientes,es decir, sosteniendo los “servicios ecosistémicos” fun-damentales, manteniendo la estructura, identidad y re-troalimentación de los procesos ecológicos quepermiten beneficiar la sociedad, su economía y su am-biente bajo diversos sistemas productivos. Esta formade abordar el manejo, aceptar al cambio y las incerti-dumbres asociadas como parte del sistema, en lugar deintentar evitarlos o reducir la heterogeneidad socio-agro-ambiental. Asimismo, requiere como ejes funda-mentales la integración de los actores involucrados y suparticipación para la acción.

Incorporar esta visión novedosa en el manejo de losagroecosistemas ofrece a las instituciones ligadas conel sector agroalimentario-agroindustrial una oportuni-dad única para aportar al cumplimiento exitoso de losobjetivos de la “Cumbre de la Tierra” y realizar unaporte sustancial al bienestar nacional y global de lahumanidad.

Gestión para la resiliencia socio-agro-ambiental

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Contenido RIA / Vol. 38 N.À1 Abril 2012, Argentina.

El tema del agua será uno de las cuestiones a analizar enese encuentro internacional de Desarrollo Sostenible.

Actualidad en I+D

RIO+20 y los recursos hídricos03

Trabajos

Editoriales

En esta nueva cumbre habría que fomentar sistemas socio-agro-ecológicos resilientes para lograr los objetivos globales.

Resiliencia socio-agro-ambiental03

Unidos por el Desarrollo Sostenible08

Notas

Potenciales herramientas para el Desarrollo 16

28

Gallina, M.

Influencia de la temperatura en Vitis vinifera L.40

Bocanegra, D.; Rochinotti, D.

Germen de maíz en bovinos63

Rodríguez, J.; Neira, P.; Carrizo, P.

Variación estacional de los Thripidae46

De Angelis, V.; Sánchez, E.E.; Tognetti, J.A.

Aplicación de nitrógeno en manzano55

Kunst, C.; Ledesma, R.; Bravo, S.; Defossé, G.; Godoy, J.;Navarrete, V.

Comportamiento del fuego en un pastizal70

Huerga, I.; Donato L.

Energía en la producción de biodiesel78

Artículos

RIO+20 será la oportunidad perfecta para promover la eco-nomía, el buen uso de los recursos naturales y lograr laequidad social

Durante RIO+20 se buscará obtener un compromiso políticorenovado a favor de ese desarrollo. “Economía verde” endiscusión.

En una entrevista con RIA, el vocero del PNUMA se refiere aRIO+20 y los diferentes conceptos que serán discutidos enesa conferencia.

Trabajos amigables con el ambiente22

Los empleos verdes serán uno de los temas centrales quese tratarán en RIO+20. Según la OIT, son un emblema deeconomías y sociedades más sostenibles.

Pastillas32

Un breve resumen de las noticias más sobresalientes.

Villarino, S.V.; Manetti, P.L.; López, A.N.; Clemente, N.L.; Faberi, A.J.

Control de la plaga del cultivo de colza91

Sainz Rozas, H.; Echeverría, H.; Angelini, H.

Fósforo en suelos agrícolas argentinos33

Shindoi, M.M.J.F.; Prause, J.; Jover, P.L.

Descomposición de Vigna unguiculata86

Carranza, C.; Noe, L.; Merlo, C.; Ledesma, M.; Abril, A.

Desmonte y descomposición de pastos nativos97

“Una economía más segura y saludable”

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Los investigadores buscaron determinar ladistribución de la concentración de P-Brayen suelos agrícolas de la región Pampeanay ExtraPampeana argentina a partir de laconfección de mapas y su comparación conlos resultados de un relevamiento realizadoen 1980. Trabajaron con 34.328 muestrasextraídas entre 2005 y 2006. Según el es-tudio, la disminución de la concentración deP en los últimos 25 años fue más importantehacia el oeste y norte que en el sur de la re-gión presentando, en algunas zonas, nive-les que podrían ser limitantes para laproducción de los cultivos. (Trabajos p. 33)

Fósforo en suelos agrícolasargentinos

Los componentes de las bayas están in-fluenciados por el microclima de la canopiay su estado de madurez, entre otros facto-res. El objetivo del trabajo fue conocer la in-fluencia de la temperatura a nivel de losracimos en la composición de las bayas endos exposiciones y tres estados de madu-rez. Los investigadores observaron que losracimos expuestos al oeste tuvieron mayo-res integrales térmicas y permanecieron so-metidos más tiempo a temperaturasmayores al umbral fisiológico superior quelos expuestos al este. El peso y volumen delas bayas del oeste fueron menores que lasdel este sólo en madurez avanzada. (Trabajos p. 40)

Influencia de la temperaturaen Vitis vinifera L.

Temas

Por un mundosostenible

20 años después de la primera Cumbre dela Tierra en Río de Janeiro, el mundo volveráa unirse para acordar las medidas dirigidasa reducir la pobreza que promuevan el em-pleo decente, la energía limpia y un uso mássustentable y justo de los recursos naturales.Las discusiones del encuentro se enfocaránen dos temas principales: la economía verdeen el contexto del desarrollo sostenible y laerradicación de la pobreza, y el marco insti-tucional para alcanzar ese desarrollo, mien-tras que también se tratarán una serie decuestiones que permitirán discutir y revisarlos objetivos de la Conferencia. (Actualidad en I+D p. 08)

Durante la Conferencia de las NacionesUnidas sobre Desarrollo Sostenible los de-cisores políticos vuelven a reunirse pararenovar compromisos y discutir la imple-mentación de un nuevo tipo de organiza-ción económica basada en el uso eficientede los recursos naturales en el contexto deldesarrollo sostenible y la erradicación de lapobreza.“La economía verde destaca las políticas ylos mecanismos que incrementan la eco-nomía global, combaten la pobreza y ge-neran trabajo sin forzar la huella humanaplanetaria más allá de sus límites”, afirmaen exclusiva a RIA el subsecretario generalde la ONU y director ejecutivo del PNUMA,Achim Steiner.(Actualidad en I+D p. 16)

¿Hacia una economía verde?

Son ocupaciones que se caracterizan porreducir el impacto ambiental de las empre-sas y de los sectores económicos hasta al-canzar niveles sostenibles. El concepto,que aún no fue avalado por todos los paí-ses, fue presentado por el PNUMA y la OITen un documento conjunto y será tratadodurante la próxima conferencia de Desarro-llo Sostenible en la ciudad brasilera de Ríode Janeiro. En la Argentina, la cartera de Trabajo na-cional los considera una apuesta a futuro,e, independientemente de su definición,desde el INTA se llevan a cabo investiga-ciones relacionadas con tecnologías am-bientalmente amigables y tratamiento deresiduos, entre otras.(Actualidad en I+D p. 22)

Empleos verdes

“Economía verde” será uno de los debatesque se desarrollarán durante la próximaConferencia de Desarrollo Sostenible. Estaherramienta, presentado por el PNUMA,sería una de las opciones para revitalizar laactividad económica al mismo tiempo queayudaría a mejorar la equidad y proteger losrecursos naturales del planeta.“Con las políticas correctas, tenemos la tec-nología y también los recursos para hacerla transición a una actividad económica queayude a mejorar la equidad y proteger losrecursos naturales de los que todos depen-demos”, asegura el vocero de esta depen-dencia de la ONU, Nick Nuttall, en unaentrevista con RIA.(Actualidad en I+D p. 28)

RIO: futuro en discusión

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Prolongar la duración de la vida de las hojasde frutales en otoño sin alterar la entrada ensenescencia es deseable para mejorar ladisponibilidad de las reservas para el ciclosiguiente, por lo que los autores del trabajoevaluaron el efecto de la época y la modali-dad de la fertilización nitrogenada en doscultivares de manzano sobre la senescenciafoliar al final del ciclo vegetativo. Los resul-tados de tres temporadas mostraron que lafertilización de poscosecha favorece elmantenimiento del follaje verde en manzanoen la época previa a la entrada en reposoinvernal de las plantas.(Trabajos p. 55)

Aplicación de nitrógenoen manzano

Se evaluó el efecto de la suplementacióncon niveles crecientes de germen de maíza la dieta de bovinos alimentados conheno de baja calidad de Grama Rhodessobre el consumo y la digestibilidad. Seusaron cuatro bovinos y la digestibilidad seanalizó por el método de Ceniza Insolu-bles en Ácido. Los resultados indicaronque el consumo total de materia seca au-mentó conforme lo hacía el nivel de ger-men ofrecido. Igual tendencia manifestó elconsumo de materia seca cuya digestibili-dad aumentó linealmente hasta el nivelmedio. La suplementación con germen demaíz tuvo efectos favorables sobre las va-riables de respuesta. (Trabajos p. 63

Germen de maízen bovinos

Comportamiento del fuegoen un pastizal

El biodiesel es un biocombustible produ-cido por la reacción entre aceite vegetal ograsa animal y alcohol. El balance energé-tico es un punto crítico al evaluar su sus-tentabilidad, por lo que se analizó larelación entre la energía consumida y lagenerada en dos sistemas de producción(autoconsumo y producción a gran escalapara abastecimiento en el corte interno degasoil y las exportaciones).En el primer caso, la colza y el girasol sonlas mejores alternativas desde el punto devista energético, y el biodiesel obtenido desoja de siembra directa y tecnología depunta en el segundo caso.(Trabajos p. 78)

Energía en la producciónde biodiesel

En los últimos años se renovó el interés enel uso de leguminosas herbáceas comoabonos verdes ya que su empleo suponeun ahorro económico para el agricultor ybeneficios sobre las propiedades físicas,químicas y biológicas del suelo. Para con-siderar los abonos verdes como una efec-tiva fuente de nutrientes para los cultivosque se implanten posteriormente, debenestar disponibles en los momentos demayor demanda del cultivo y, para ello, esnecesario conocer la velocidad de descom-posición de la biomasa vegetal aportada alsuelo y la liberación de nutrientes. Los in-vestigadores buscaron determinarlos encaupí (Vigna unguiculata). (Trabajos p. 86)

Descomposición de Vignaunguiculata

La dinámica de la descomposición y la li-beración de nutrientes a partir de restos ve-getales son procesos clave para lafertilidad edáfica, por lo que resultan ade-cuados para estimar el grado de sustenta-bilidad de los sistemas productivos. Eneste trabajo se evaluó el efecto del tipo dedesmonte (total y selectivo) sobre la tasade descomposición, la liberación de N y lafertilidad del suelo en pastizales (nativos eintroducidos) para uso ganadero en elChaco Árido de la provincia de Córdoba,para predecir el grado de sustentabilidadde ambos sistemas productivos bajo lascondiciones climáticas del lugar.(Trabajos p. 97)

Desmonte y descomposiciónde pastos nativos

Es necesario caracterizar y describir el com-portamiento del fuego en distintos modelosde combustible para lograr su manejo y con-trol apropiados. En un pastizal ubicado enel sitio ecológico ‘media loma’ de la regiónchaqueña occidental dominado por Pappo-phorum pappipherum y Trichloris pluriflorase estudió el comportamiento del fuego enseis parcelas ubicadas dos sitios de estudio,estimándose la composición botánica, lacarga de combustible fino y la densidadaparente del combustible en función de sualtura. Los fuegos estudiados fueron de altaintensidad y muy rápidos, por lo que requi-rieron cortafuegos y/o medidas indirectaspara su control y manejo.(Trabajos p. 70)

La flora local ofrecería a los trips el refugio,el alimento y los sitios de reproducción ne-cesarios hasta la floración del cerezo. Losinvestigadores analizaron en dos chacrasdel Valle Inferior del Río Chubut la variaciónestacional (entre marzo de 2009 y 2010) delos Thripidae en la vegetación asociada alos montes de cerezo (4.860 flores de ma-lezas) y en el cultivo de cerezo (3.000 floresy 1.500 frutos) en las variedades Bing, La-pins, New Star, Sunburst y Stella. De los17.578 individuos capturados, 78,7% fueronadultos y correspondieron a: Frankliniellaoccidentalis (73,6%), Thrips tabaci (24,3%)y Frankliniella australis. (Trabajos p. 46)

Variación estacionalde los Thripidae

La colza en siembra directa representauna alternativa en los sistemas de rota-ción actuales. Armadillidium vulgare esuna de las plagas principales de los culti-vos bajo ese sistema, por lo que los inves-tigadores responsables de este trabajobuscaron evaluar cebos de acción combi-nada como estrategia alternativa para elcontrol de esa especie. La presencia delmolusquicida en el cebo de acción combi-nada no interfirió en la regulación de laplaga, por lo que se concluyó que esecebo representa una alternativa de controlde A. vulgare eficaz que permite la protec-ción del cultivo de colza.(Trabajos p. 91)

Armadillidium vulgare,plaga del cultivo de colza

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8 ACTUALIDAD EN I+D RIA / Vol. 38 / N.À 1

Unidos por el Desarrollo Sostenible

RIO+20

Unidospor el Desarrollo

Sostenible

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9Abril 2012, Argentina

Unidos por el Desarrollo Sostenible

En junio, representantes de gobiernos, entidadesinternacionales y ONG se reunirán en Brasilpara avanzar hacia un planeta más equitativo.Dos grandes temas en discusión y siete tópicospara pensar.

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10 ACTUALIDAD EN I+D

Unidos por el Desarrollo Sostenible

20 años de negociaciones; 20 añosde investigación; 20 años de avancestecnológicos destinados a garantizar elequilibrio entre los pilares económico,ambiental y social del Desarrollo Sos-tenible. Hace tan sólo 20 años, repre-sentantes de gobiernos y organismosinternacionales asistieron a la primeraCumbre de la Tierra en la ciudad bra-silera de Río de Janeiro para acordarlas medidas dirigidas a reducir la po-breza que promuevan el empleo de-

cente, la energía limpia y un uso

más sostenible y justo de los recur-

sos naturales (este encuentro fue re-forzado 10 años después, durante otracumbre mundial en la ciudad sudafri-cana de Johannesburgo).

RIO+20 (el nombre corto para laConferencia de las Naciones Unidassobre Desarrollo Sostenible) se llevaráa cabo en Río de Janeiro del 20 al 22

de junio y será una nueva oportunidadpara definir los caminos “hacia unmundo más equitativo, limpio, verde y

próspero para todos”, afirma la ONUen un documento llamado “El futuroque queremos”.

En este sentido, el secretario generalde la Conferencia, Sha Zukang, señalaque “el Desarrollo Sostenible no es unaopción, sino que es el único camino

que permite a la humanidad compartiruna vida decente en este planeta.RIO+20 le da a nuestra generación laoportunidad para recorrerlo”.

Las discusiones durante el encuen-tro se enfocarán en dos temas princi-

pales: la economía verde en elcontexto del desarrollo sostenible y laerradicación de la pobreza, y el marcoinstitucional para lograr ese desarrollo,mientras que también se tratarán unaserie de tópicos que les permitirá alos asistentes discutir y revisar los ob-jetivos de la Conferencia.

Siete puntos críticos globales

En este sentido, el empleo se pre-senta como uno de los principales pun-tos ya que la recesión económicaafectó tanto a la calidad como a la can-tidad de puestos de trabajo en los últi-mos años. Para los 190 millones dedesempleados actuales y los 500 mi-llones que buscarán trabajo en los pró-ximos 10 años, los mercados laboralesson vitales, no sólo para la produccióny la generación de riqueza, sino tam-bién para su distribución equitativa.

La ONU explica en el documentoque “las medidas económicas y las po-

RIO+20 se llevará a cabo

del 20 al 22 de junio

en la ciudad brasilera

de Río de Janeiro.

RIA / Vol. 38 / N.À 1

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11

líticas sociales para crear empleo re-munerado son críticas para la cohesióny la estabilidad social” y señala que “esmuy importante que ese trabajo estéorientado al entorno natural”. Es porello que los “empleos verdes” en agri-cultura, industrias, servicios y adminis-tración podrían contribuir a preservar orestablecer la calidad del medio am-biente (ver nota Trabajos amigables

con el ambiente).

A su vez, la energía es un tema cen-tral para casi todo desafío y oportuni-dad que el mundo afronta hoy. Segúnese organismo internacional “la ener-gía sostenible es necesaria para forta-lecer las economías, proteger los

ecosistemas y lograr la equidad”. Enesta línea, el secretario general de lasNaciones Unidas, Ban Ki-moon liderala iniciativa Energía Sostenible para

Todos que busca “revitalizar las eco-nomías, fortalecer la equidad social ycatalizar una revolución de energía lim-pia que beneficie a toda la humanidad”.

Por otra parte, las poblaciones

(centros para el desarrollo de las ideas,el comercio, la cultura, la ciencia, laproductividad, el desarrollo social ymucho más) reflejan el avance social yeconómico de la humanidad. Sin em-bargo, las Naciones Unidas adviertensobre “numerosos desafíos para man-tenerlas en una situación de continua

Abril 2012, Argentina

Unidos por el Desarrollo Sostenible

Empleos

- 2,3 millones de puestos de

trabajo fueron creados en el

sector de las energías renovables.

- La agricultura sigue siendo el

mayor empleador del mundo.

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12 ACTUALIDAD EN I+D

generación de empleo y prosperidadsin perjudicar el uso de la tierra y losrecursos. Aunque todo esto puede sersuperado si se encuentran los mediospara crecer, mientras se reduce la con-taminación y la pobreza”.

A su vez, la producción y el consumode alimentos son estudiados por losdiferentes países y organismos partici-pantes en RIO+20. La ONU opina quese necesita “un profundo cambio en elsistema global de alimentación y agri-cultura” si se desea alimentar a las 925millones de personas hambrientas ylos otros dos millones que se esperanpara el 2050 ya que en la actualidad

“los suelos, el agua, los océanos, losbosques y la biodiversidad son rápida-mente degradados y el cambio climá-tico presiona aún más los recursos delos cuales depende el hombre”.

También el acceso al agua limpia

es una cuestión central. La ONUafirma que existe suficiente agua po-table para todos pero, “debido a unamala economía y pobre infraestruc-tura, cada año millones de personas(la mayoría son niños) mueren por en-fermedades asociadas al uso inade-cuado del suministro de agua,saneamiento e higiene. A su vez, lasequía afecta a algunos de los países

Unidos por el Desarrollo Sostenible

RIA / Vol. 38 / N.À 1

Ciudades

- Para 2030, casi el 60% de la pobla-

ción mundial vivirá en zonas urba-

nas.

- 828 millones de personas viven

en barrios marginales y el número

sigue aumentando.

- Las grandes ciudades del mundo

ocupan apenas el 2% del planeta,

pero representan entre el 60 y el

80% del consumo de energía y el

75% de las emisiones de carbono.

Energía

- 3 millones de personas dependen

de la biomasa tradicional (como la

madera y los residuos de plantas

y animales) para calefacción

y cocina.

- La energía representa cerca del

60% del total de emisiones GEI.

“El desarrollo sostenible

es el único camino

que permite

a la humanidad

compartir una vida

decente en este planeta”

(Sha Zukang).

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Abril 2012, Argentina 13

más pobres, empeorando aún más elhambre y la desnutrición”.

Los océanos (sus temperaturas, co-rrientes, química y vida) dirigen los sis-temas globales que hacen que la Tierrasea habitable para el Hombre. La llu-via, el agua potable, el clima, las cos-tas, gran parte de los alimentos eincluso el oxígeno están regulados dealguna manera por el mar. El buen ma-nejo de este recurso, entonces, se con-sidera de gran importancia para lograrun futuro más sostenible.

Por último, los desastres causadospor terremotos, inundaciones, sequías,

huracanes y tsunamis, entre otros, pue-den tener efectos devastadores sobrela población, el ambiente y la economía.Sin embargo, las Naciones Unidas ma-nifiestan que la resiliencia (la capacidadde las personas y los lugares para re-sistir y recuperarse rápidamente a estosimpactos) es posible a partir de la tomade decisiones inteligentes. “Ante unritmo cada vez más acelerado de de-sastres que afectan a más personas ypropiedades, tomar medidas inteligen-tes significa planificar con anticipacióny mantenerse alerta”, aseguran.

20 años atrás, 178 países adoptaronla Agenda 21, un plan de acción para

Unidos por el Desarrollo Sostenible

Alimentos

- Cada año, los consumidores de

los países desarrollados desperdi-

cian casi tanta comida (222 millo-

nes de toneladas) como la red

completa de producción de alimen-

tos de África subsahariana (230 mi-

llones de toneladas).

- Los pequeños agricultores, en

su mayoría dependientes del

agua de las lluvias, proveen hasta

el 80% de la comida en los países

en desarrollo.

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RIA / Vol. 38 / N.À 114

Unidos por el Desarrollo Sostenible

ACTUALIDAD EN I+D

Agua

- 70% de todo el agua disponible se

utiliza para riego.

- Para 2050, será posible que al

menos una de cada cuatro personas

viva en un país afectado por la

escasez crónica o recurrente de

agua dulce.

- 2.600 millones de personas care-

cen de acceso a servicios de sanea-

miento básicos como retretes o

letrinas.

Océanos

- 2.600 millones de personas

dependen de los océanos como

fuente primaria de proteína.

- La pesca marina directa

o indirectamente emplea a más

de 200 millones de personas.

- Hasta un 40% de los océanos del

mundo se ve sumamente afectado

por las actividades humanas,

incluidas la contaminación, el ago-

tamiento de los recursos pesqueros

y la pérdida de hábitats costeros.

RIO+20 buscará

renovar el compromiso

político a favor

del desarrollo

sostenible, evaluar

los avances logrados

y las brechas que

aún persisten.

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15Abril 2012, Argentina

Unidos por el Desarrollo Sostenible

alcanzar el desarrollo sostenible en elsiglo XXI (ver recuadro: Cumbre de la

Tierra: Agenda 21 en la nota Poten-

ciales herramientas para el desarro-

llo sostenible). Este año buscaránrenovar el compromiso político a favorde ese desarrollo, evaluar los avanceslogrados y las brechas que aún persis-ten en la aplicación de los resultados delas principales cumbres en materia deDesarrollo Sostenible, y hacer frente adesafíos nuevos y emergentes.

“20 años no es nada”, afirma un fa-moso tango argentino. Pero estos 20años de esfuerzo, trabajo y dedicacióncontribuyeron a una mayor concienti-

zación sobre la realidad de nuestro pla-neta y la vida que en él habita.

Fuente:RIO+20: El mundo que queremos – ONUhttp://www.un.org/es/sustainablefuture/index.shtml El Comité Preparatorio de la ONU paraRIO+20 es el encargado de buscar infor-mación, aportes y contribuciones sobre ex-periencias (incluyendo los factores deéxito, los retos y los riesgos) con respectoal objetivo y a los temas de la Conferenciade las Naciones Unidas sobre DesarrolloSostenible. La información de los recuadros fue sumi-nistrada por la ONU.

Desastres

- Desde 1980, la sequía y el ham-

bre concomitante han cobrado casi

558 mil vidas y afectado a más de

1.600 millones de personas.

- Un promedio de 102 millones de

personas se ven afectadas cada

año por inundaciones, 37 millones

por ciclones, huracanes o tifones y

cerca de 366 mil por deslizamien-

tos de tierras.

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16 ACTUALIDAD EN I+D RIA / Vol. 38 / N.À 1

Durante RIO+20, se debatirá sobre este nuevo instrumento en la búsquedade equilibrar los pilares sociales, ambientales y económicos del desarrollosustentable. Dudas y convicciones sobre su marco de acción.

Se Abre El Debate Sobre La Iniciativa Economica

Potenciales herramientaspara el Desarrollo Sostenible

Potenciales herramientas para el Desarrollo Sostenible

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17Abril, 2012, Argentina

Potenciales herramientas para el Desarrollo Sostenible

Crisis y oportunidad, dos formas deconsiderar un mismo suceso. La crisisque desde 2007 afecta a varios paísesdel mundo también puede ser anali-zada como una oportunidad para ba-lancear el crecimiento económico, lasostenibilidad ambiental y la justicia

y equidad social. Por ello, RIO+20permitirá debatir sobre el concepto ylas posibilidades de aplicación de la lla-

mada “economía verde” a escala glo-bal, una concepción que se proponecomo una potencial herramienta paraalcanzar el desarrollo sostenible.

Esta iniciativa, que fue presentadapor el Programa de las Naciones Uni-das para el Medio Ambiente (PNUMA),aún debe ser analizada, previa a laconsideración de su aceptación por lospaíses participantes.

Según el informe “Aportes para serincluidos en el documento de compila-ción que servirá de base para la prepa-ración del documento de la Conferenciade Desarrollo Sostenible (RIO+20)”presentado por la Argentina ante laONU, “el concepto de ‘economía verde’no posee aún una definición consen-

suada a nivel internacional. Esto im-plica que únicamente podría llegar a

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18 ACTUALIDAD EN I+D

acordarse un conjunto de medidascon la flexibilidad suficiente para quesatisfagan las necesidades de todaslas partes”.

El subsecretario general de la ONUy director ejecutivo del PNUMA, AchimSteiner, explica a RIA que “el conceptode ‘economía verde’ destaca las políti-cas y los mecanismos inteligentes queincrementan la economía global, com-baten la pobreza y generan trabajo sin

forzar la huella humana planetariamás allá de sus límites”.

La entidad internacional presentó suconcepto de “economía verde” a finesde 2008 con la intención de lograr unatransición hacia un tipo de economíacon bajo consumo de carbono y queutilice los recursos de manera eficiente.Según manifiesta el organismo, “lamala asignación del capital, que en lasúltimas dos décadas se centralizó enlos combustibles fósiles, alentó la rá-pida acumulación de capital físico, fi-nanciero y humano, a costa delagotamiento excesivo y la degrada-

ción del capital natural, que incluye

la dotación de recursos naturales y losecosistemas”.

En este sentido, la Organización parala Alimentación y la Agricultura de lasNaciones Unidas (FAO, por sus siglasen inglés), junto con la Organizaciónpara la Cooperación y el DesarrolloEconómicos (OCDE), prepararan undocumento para RIO+20 en el que seexpondrán diferentes escenarios, retosy opciones normativas relacionadascon la posible aplicación de la econo-mía verde al sector de la agricultura yla producción de alimentos.

Como destaca a RIA el represen-tante de la FAO en la Argentina, Alejan-dro Flores Nava, “la propuesta eshacer una reflexión colectiva y un com-promiso global para producir más con

mucho menos y con menos impactosobre el ambiente”.

De esta forma, al igual que otrossectores, la agricultura se suma a esedesafío de, “hacer un uso más sosteni-ble de los recursos naturales al tiempoque se incremente nuestra eficienciaen la producción de alimentos”, su-

RIA / Vol. 38 / N.À 1

“Los ahorros derivados

de la generación

de energía podrían,

en el marco de una

economía verde, promediar

los 760 mil millones

de dólares entre los años

2010 y 2050”

(Achim Steiner).

Potenciales herramientas para el Desarrollo Sostenible

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19Abril, 2012, Argentina

braya Flores Nava (ver recuadro: Una

agricultura sostenible).

La visión regional

Muchos países en desarrollo consi-deran que esta iniciativa, en los tér-

minos actualmente planteados,podría tener implicancias perjudicialesen términos de competitividad, accesoa mercados y reducción de la pobreza.

En este sentido, durante una de lasreuniones preparatorias para RIO+20,la Comisión Económica para AméricaLatina y el Caribe (CEPAL) discutiósobre la adaptación de la economíaverde a un contexto agroexportadorcomo el de la región y advirtió que suaplicación “no debe implicar barreras

al comercio”.

Asimismo, el G-77+China, grupo depaíses en vías de desarrollo cuya pre-sidencia en 2011 estuvo a cargo de laArgentina, indica que “la economíaverde en el contexto del desarrollo sos-tenible y la erradicación de la pobrezadebe ser desarrollada en concordanciacon los principios contenidos en la De-claración de Río sobre Desarrollo yMedio Ambiente, en la Agenda 21 (verrecuadro: Cumbre de la Tierra:

Agenda 21), como así también en

otros instrumentos posteriormenteadoptados para la ejecución del Pro-grama 21, en particular el Plan de Im-plementación de Johannesburgo”.

Además, considera que “la pobrezasigue siendo el problema más urgenteen el ámbito del desarrollo sosteni-ble”, y erradicarla “debe orientar

Una Agricultura Sostenible

El encuentro que se realizó hace casi 20 años en Brasil y conllevó com-

promisos globales, contó con la contribución de la FAO para la concre-

ción del capítulo 14 de la Agenda 21. Hoy, esa dependencia de la ONU

trabaja en los preparativos para RIO+20 con la finalidad de afrontar

las lagunas que persisten en la aplicación de ese documento, espe-

cialmente en el uso de la tierra, la deforestación, la desertificación, la

biodiversidad, los océanos y el agua dulce.

Para ello, la FAO y la OCDE pondrán a disposición un documento lla-

mado “Reverdecer la economía con la agricultura”, que propondrá di-

versas formas de traducir la economía verde en el sector de los

alimentos y la agricultura.

“La propuesta es hacer una reflexión colectiva y un compromiso global

para producir de forma sostenible. A esto se llama ‘la agricultura de

la economía verde’”, explica en exclusiva a RIA el representante de la

FAO en la Argentina, Alejandro Flores Nava.

Potenciales herramientas para el Desarrollo Sostenible

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20 ACTUALIDAD EN I+D

nuestros esfuerzos hacia la sostenibi-lidad, teniendo en cuenta las necesi-dades de las generaciones presentesy futuras”.

En esta línea, la Argentina sostieneque la propuesta del PNUMA es un“instrumento” para el Desarrollo Sos-tenible que “debería conservar la ne-cesaria flexibilidad como para poderser adaptada a los distintos nivelesde desarrollo y a las principales prio-ridades y necesidades de políticanacional”.

Asimismo, como se lee en el docu-mento oficial presentado ante la ONU,“la pregunta que subsiste es cómo lospaíses en desarrollo pueden asegu-rarse que habrá beneficios y cómo sefinanciarán en la transición hacia laeconomía verde”.

En este sentido, Steiner adelantaque “una de las razones por las cualesRIO+20 será importante para lograracuerdos políticos y cooperación entrenaciones, es en lo relacionado a loscambios necesarios para apoyar estatransformación y el flujo de inversio-

nes destinadas a disminuir las emi-

siones de carbono y a desarrollartecnologías limpias y eficientes”.

RIA / Vol. 38 / N.À 1

Cumbre de la Tierra: Agenda 21

Durante la primera Cumbre de la Tierra que se realizó en la ciudad bra-

silera de Río de Janeiro en 1992, las naciones participantes acordaron

un plan de acción para asegurar el Desarrollo Sostenible en el siglo XXI.

Los temas se expresaron en 40 capítulos organizados en un preámbulo

y cuatro secciones. Específicamente, el capítulo 14 se refiere al fo-

mento de la agricultura y del desarrollo rural sostenible. Allí se vis-

lumbra la importancia que tendrá esta actividad ante un mundo que

poseerá 8.500 millones de habitantes en 2025 y cuyo 83 por ciento

pertenecería a países en desarrollo. Por lo tanto, para aumentar la pro-

ducción de alimentos de manera sostenible y mejorar la seguridad ali-

mentaria, las acciones deberían centrarse los siguientes puntos:

1.Estudio, planificación y programación integral de la política agrícola

en vista del aspecto multifuncional de la agricultura, sobre todo en lo

que respecta a la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible;

2.Logro de la participación popular y fomento del desarrollo de los re-

cursos humanos para la agricultura sostenible;

3.Mejoramiento de la producción agrícola y los sistemas de cultivo

mediante la diversificación del empleo agrícola y no agrícola y el des-

arrollo de la infraestructura;

4.Planificación de los recursos de tierras e información y educación

para la agricultura;

5.Conservación y rehabilitación de tierras;

6.Agua apta para la producción sostenible de alimentos y el desarrollo

rural sostenible;

7.Conservación y utilización sostenible de los recursos fitogenéticos

para la producción de alimentos y la agricultura sostenible;

8.Conservación y utilización sostenible de los recursos zoogenéticos

para la agricultura sostenible;

9.Lucha integrada contra las plagas agrícolas;

10.Nutrición sostenible de las plantas para aumentar la producción de

alimentos;

11.Transición a la energía rural para mejorar la productividad;

12.Evaluación de los efectos sobre los animales y las plantas de la ra-

diación ultravioleta causada por el agotamiento de la capa de ozono

estratosférico.

La economía verde

“debería poder ser

adaptada a las

principales prioridades

de política nacional”

(Cancillería Argentina).

Potenciales herramientas para el Desarrollo Sostenible

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21Abril, 2012, Argentina

Potenciales herramientas para el Desarrollo Sostenible

“La economía verde

destaca las políticas

que no fuercen la huella

humana planetaria más

allá de sus límites”

(Achim Steiner).

Según sus propios cálculos, los aho-

rros en costos de capital y combustiblepara generar energía podrían, en elmarco de una economía verde, prome-diar los 760 mil millones de dólares

entre los años 2010 y 2050.

Actualmente, la ONU pretende pre-sentar en RIO+20 un borrador para serutilizado como base para la discusión,aunque aún no hay consenso entre lospaíses en aceptar este texto en elmarco de las negociaciones.

Este documento expresa que “laeconomía verde no es un conjunto rí-gido de normas, sino un marco de tra-

bajo para la toma de decisiones” yreconoce que “cada país tiene una re-alidad social, económica y ambientalpropia; que enfrentan grandes desafíosen cuanto a la erradicación de la po-breza y el crecimiento sustentable, y

que la transición hacia una economíaverde requerirá ajustes estructurales

que podrían aumentar costos adiciona-les a sus economías”. Por lo tanto,queda evidente la necesidad de anali-zar la coherencia de la propuesta conlas reales posibilidades de obtener unresultado equitativo e inclusivo entodos los países.

Más información:Achim Steiner – PNUMA/ONUEl Dr. Steiner es el actual subsecretariode la ONU y director ejecutivo del PNUMA.Nació en Brasil en 1961 y su formaciónacadémica incluye una licenciaturaen la universidad de Oxford, así comouna especialización en la Universidadde Londres en desarrollo económico,planificación regional y políticainternacional en desarrollo ambiental.

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RIA / Vol. 38 / N.À 122 ACTUALIDAD EN I+D

EMPLEOS VERDES

Uno de los temas prioritarios en

RIO+20 se centrará en el trabajo.

El escenario actual presenta

oportunidades para migrar a este

tipo de ocupaciones que se

caracterizan por disminuir las

emisiones de carbono y ser

socialmente inclusivos.

Trabajos amigablescon el ambiente

Trabajos amigables con el ambiente

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Abril 2012, Argentina

Trabajos amigables con el ambiente

23

En un planeta que busca opcionessustentables; y ante un aumento de un30 por ciento en la población hacia el2050, la generación de empleos seconvierte cada vez más en un tema de

crucial importancia. Ante este esce-nario, los “empleos verdes” podrían seruna alternativa.

La Organización Internacional delTrabajo (OIT) los considera como un“emblema” de economías y socieda-des más sostenibles y los definencomo ocupaciones que “reducen el im-

pacto ambiental de las empresas y delos sectores económicos, hasta alcan-zar niveles sostenibles”.

Esta definición, aún pendiente de

discusión, incluye los trabajos relacio-nados con la protección de los ecosis-temas y la biodiversidad, la reduccióndel consumo de energía, materiales yagua a través de estrategias eficaces,y la disminución de la dependencia delcarbono.

Para ese organismo, estos empleosdeben ser decentes de manera que

constituyan un puente para un futuroverdaderamente sostenible (entre otrascosas, deben eliminar toda forma detrabajo infantil, asegurar la salud y laprotección social y también la libertadde asociación).

La temática del empleo es una de

los siete tópicos críticos que se tra-tarán durante la próxima Conferenciasobre Desarrollo Sustentable en laciudad brasilera de Río de Janeiro(ver nota: Unidos por el Desarrollo

Sostenible).

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RIA / Vol. 38 / N.À 124 ACTUALIDAD EN I+D

Trabajos amigables con el ambiente

“Los empleos verdes prometen un tri-ple dividendo: empresas sostenibles,reducción de la pobreza y una recupe-ración económica centrada en el tra-bajo”, afirma el director general de laOIT, Juan Somavia.

La Argentina, cada vez más verde

En este sentido, este país ya estápensando en fortalecer los empleos

verdes mediante pequeñas experien-cias de capacitación y formación quelleva adelante la cartera de Trabajonacional.

“Existen análisis globales sobre la im-portancia que tiene el crecimiento deestas ocupaciones y compartimos esecriterio con la OIT: los empleos verdes

son una de las apuestas a futuro que

hay que hacer”, asegura en exclusivaa RIA el subsecretario de Políticas deEmpleo y Formación Profesional deese Ministerio, Matías Barroetaveña,quien destaca que esta temática se en-cuentra “dentro de las líneas del planestratégico” del organismo.

El año pasado esa Subsecretaríainauguró un Centro de Capacita-

ción y Formación Ambiental quefue creado en convenio con la Funda-ción Espacios Verdes y prepara unsegundo proyecto similar pero conposibilidades de incrementar suoferta educativa para ese año.

Durante esa experiencia, 92 perso-nas de sectores vulnerables se forma-

ron en creación de ecobolsas y mace-tas de papel, reducción y transforma-ción de plásticos, lombricultura ytécnicas de tejido. De esta forma, el Mi-nisterio no sólo les ofreció diversos me-

canismos para insertarse en el

mercado laboral, sino que lo hizo te-niendo en cuenta los beneficios queello generaría en el medio ambiente.

Barroetaveña explica que nodesea un “sistema económico quesea depredatorio, sino que sea sus-

tentable en el tiempo y social-

mente inclusivo”.

Existen numerosas iniciativas a nivelmundial que generan empleos verdesdentro de un programa iniciado por laOIT: China realiza mapeos de los im-pactos del cambio climático en el mer-cado laboral; Costa Rica vigoriza elecoturismo y la agricultura sostenible,Brasil produce biocombustibles y ge-nera empleos verdes en vivienda so-cial, y Bangladesh cuenta con unprograma de manejo de desechos (verrecuadro: Iniciativa Empleos Verdes).

Iniciativa Empleos Verdes

Este programa fue creado por la OIT para hacer frente a dos retos que, según

ese organismo, serán decisivos en este siglo: minimizar el impacto del cam-

bio climático y asegurar el trabajo decente para todos.

La estrategia para la aplicación de esa iniciativa se concentra en cinco prio-

ridades: herramientas para diagnosticar los impactos del mercado de trabajo

y notificar la formulación de políticas, enfoques prácticos para el desarrollo

sostenible de las empresas, promoción de estos empleos en el manejo y re-

ciclaje de desechos, y en la energía renovable y la eficiencia energética, y la

creación de empleos y empresas adaptados al cambio climático.

De esta forma y con estos puntos en vista, el número de países que participan

va en rápido aumento en la región de Asia-Pacífico. Es así como la India lleva

a cabo actividades relacionadas con el desarrollo local y las energías reno-

vables, Somalia se adapta lentamente al cambio climático y Tailandia inau-

gura empresas verdes.

Según el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, “la crisis ofrece una

excelente oportunidad para promover el desarrollo económico favorable al

medio ambiente”, y pronostica que “la transición a una economía con bajo

consumo de carbono puede crear millones de empleos”.

La Argentina también

realiza acciones

relacionadas con una

producción sostenible

y tecnologías

ambientalmente amigables.

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Abril 2012, Argentina 25

Trabajos amigables con el ambiente

Sin catalogarlos como “empleos ver-des”, la Argentina lleva adelante accio-nes que tienen que ver con lograr unaproducción sostenible y utilizar tec-

nologías ambientalmente amigables

en un marco de trabajo decente.

Por ejemplo, el INTA, a través del Cen-tro de Investigación y Desarrollo Tecnoló-gico para la Pequeña Agricultura Familiar(CIPAF), ofrece a los pequeños producto-res del país herramientas que son am-bientalmente amigables y que se puedenadaptar a la realidad de cada lugar.

Una de ellas está ubicada en la loca-lidad jujeña de hornillos, donde el IPAFRegión NOA instaló un parque hídrico

demostrativo como lugar de aprendi-zaje para pequeñas obras hídricas al-ternativas para el abastecimiento delagua: captación, conducción a travésde cañerías, canales y puentes, riegopresurizado, conservación de suelos, ybombeo por equipos manuales y accio-nados por energías renovables.

Por su parte, el IPAF Región Pam-peana desarrolla, junto con la Univer-

sidad Nacional de General Sarmiento,el Movimiento Campesino de Cór-doba, la Agencia de Extensión delINTA Cruz del Eje y el Sistema de Ex-tensión del INTI, un prototipo de una

heladera solar que puede dar res-puesta a 600 productores caprinos delnoroeste de Córdoba que carecen deacceso a redes convencionales deenergía. Este artefacto funciona por elprincipio de adsorción basado en eluso del par refrigerante metanol-car-bón activado y utiliza un colector quecapta la energía solar.

El INTA también investiga diversasposibilidades para el tratamiento de re-

siduos urbanos, iniciativa que coincidecon la cartera de Trabajo que consideraque la basura afecta la calidad de vidade los sectores más vulnerables.

Según Barroetaveña, el actual sis-tema de tratamiento de residuos “no esuna solución a largo plazo y vemos queen el mundo hay experiencias intere-santes en las que la basura es un bienvalorado y puede generar empleo”.

“Empleos verdes:

empresas sostenibles,

reducción de la pobreza

y recuperación económica

centrada en el empleo”

(Juan Somavia).

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RIA / Vol. 38 / N.À 126 ACTUALIDAD EN I+D

Trabajos amigables con el ambiente

Números Para Trabajar en Verde

1.300 millones de pobres en el mundo con ingresos demasiado bajos

como para que ellos y sus familias superen el umbral de la pobreza.

190 millones de desempleados a nivel global.

5.300 millones de personas sin acceso a ninguna cobertura

de seguridad social.

1.600 millones de personas sin acceso a energía moderna.

1.000 millones de personas habitan en viviendas que carecen

de servicios esenciales como agua potable y saneamiento.

(Fuente: Organización Internacional del Trabajo)

En este sentido, según la OIT, 2,3 mi-llones de personas encontraron nuevosempleos en el sector de la energía re-

novable en los últimos años y las tec-

nologías limpias constituyen el tercersector que capta más capital de riesgo.

El potencial de crecimiento a futuroes considerable: el empleo en ener-gías alternativas podría crecer hasta2,1 millones en energía eólica y 6,3millones en la solar para el 2030. Asi-mismo, están previstas inversiones por630 mil millones de dólares para eseaño en energías renovales que se tra-

ducirían en por lo menos 20 millones

de nuevos empleos y 12 millones de

personas podrían trabajar en bio-

masa para la producción de energía yotras industrias relacionadas.

Nuevas competencias laborales

Lo cierto es que para ello también senecesitarán una serie de competenciasprofesionales que actualmente no sonexplotadas y, en algunos casos, ni si-quiera están identificadas. En conse-cuencia, la OIT, junto con el Centro

“Los empleos verdes

son una de las apuestas

a futuro que hay

que hacer”

(Matías Barroetaveña).

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Europeo para el Desarrollo de la Forma-ción Profesional (Cedefop), inició unainvestigación para identificar estas

competencias en 21 países que repre-sentan el 60 por ciento de la poblaciónmundial y el 49 por ciento de la genera-ción de dióxido de carbono global.

Según concluyó el informe, la transfor-mación hacia economías con bajo con-sumo de carbono influye en lasnecesidades de competencias laboralesde tres maneras: generan una reestruc-

turación verde que disminuye la de-manda de algunas ocupaciones y

provoca el surgimiento de otras entera-

mente nuevas que serán necesarias paralos trabajadores que ejercen profesionesexistentes en el marco de de la transfor-

mación verde de esos empleos.

Para que esta transformación seajusta, los trabajadores que ya se en-cuentran en el mercado laboral debe-rían tener un acceso a la recapacitaciónpara permitirles alinear sus competen-cias sobre las nuevas tecnologías, lasnuevas demandas de los mercados ylas regulaciones gubernamentales ne-cesarias para esos cambios.

Más información:Matías Barroetaveña – Subsecretario dePolíticas de Empleo y Formación Profesio-nal. Ministerio de Trabajo, Empleo y Segu-ridad Social. El Lic. Barroetaveña segraduó en la Facultad de Ciencias Políti-cas (UBA). Obtuvo un master en PolíticasPúblicas (UNSAM) y una especializaciónen Políticas Públicas y Gerenciamiento delDesarrollo (Georgetown University -Was-hington, USA-). Es director desde 1997 del Instituto Observatorio Urbano dedicadoa investigaciones sobre la Ciudad Autó-noma de Buenos Aires y autor de numero-sas publicaciones sobre el Estado y laAdministración Pública.

Abril 2012, Argentina 27

Trabajos amigables con el ambiente

Números Para Pensar en Verde

262 millones de personas fueron afectadas cada año entre 2000 y 2004

por desastres relacionados con el clima.

1.800 millones de personas sufrirán a causa de la escasez de agua dulce

para 2035, la mayoría en Asia y África.

50 millones de refugiados ambientales podrían existir en los próximos

años a causa del cambio climático.

330 millones de personas que viven en zonas costeras, terrenos

inundables de ríos y pequeños Estados insulares se encuentran cada vez

más expuestas.

180 millones de personas poseen escasez de alimentos y malnutrición.

En 2080 podrían ser 600 millones.

(Fuente: Organización Internacional del Trabajo)

Los empleos verdes

requieren serie de

competencias

profesionales que

actualmente no son

explotadas y, en algunos

casos, ni siquiera están

identificadas.

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RIA / Vol. 38 / N.À 128

“Podemos lograr una economía más segura y saludable”

ACTUALIDAD EN I+D

“Podemos lograr una economía más

segura y saludable”Durante la conferencia de Desarrollo Sostenible, el Programa de las Naciones Unidas

para el Medio Ambiente será uno de los que presentará diversos conceptos “verdes”

para ser discutidos por las cabezas de Estado de los países participantes.

Enick Nuttall, Vocero Del Pnuma

“Con las políticas correctas, tenemosla tecnología y los recursos para hacerla transición a una actividad económicaque ayude a mejorar la equidad y pro-teger los recursos naturales de los quetodos dependemos”.

La propuesta sobre economía

verde en el marco del desarrollo sos-tenible y la erradicación de la pobrezaserá uno de los temas que se discuti-rán durante RIO+20. Esta herra-mienta para lograr el desarrollo

sostenible fue elaborada por el Pro-grama de las Naciones Unidas para elMedio Ambiente (PNUMA) como unade las opciones para equilibrar los pi-lares ambientales, sociales y econó-micos de ese desarrollo.

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Abril 2012, Argentina

“Podemos lograr una economía más segura y saludable”

29

Luego de la primera Cumbre de laTierra, hubo avances notorios en loconcerniente a cambio climático, biodi-versidad y desarrollo sostenible, perolas metas previstas allí aún deben seralcanzadas.

“RIO+20 es una oportunidad paraevaluar los riesgos y las brechas, yguiar al mundo hacia un camino de

desarrollo sostenible”, pronostica elvocero del PNUMA, Nick Nuttall, quienconsidera que ante las problemáticaseconómicas y ambientales actuales “esurgente tomar acciones para redirec-

cionar los esfuerzos, hacer frente alos desafíos y los desequilibrios queexisten en nuestra sociedad, así comoescalar las soluciones y tecnologíasque podrían garantizar una mayorequidad y bienestar para todos”.

¿Cuál fue el tema principal del de-bate en Río 1992 y cuál cree que serála cuestión principal durante este en-cuentro?

Durante la primera Cumbre de la Tie-rra o Conferencia de las Naciones Uni-das sobre el Ambiente y el Desarrollo secoincidió en muchas decisiones históri-cas que incluyeron un conjunto de prin-cipios para el Desarrollo Sostenibleconocido como la Declaración de Río,así como un plan de acción conocidocomo Agenda 21 (ver recuadro: Cum-

bre de la Tierra: Agenda 21 en la notaPotenciales herramientas para el

Desarrollo Sostenible). Se acordaron,además, dos convenciones importantes:una sobre Biodiversidad y otra sobre

Cambio Climático, y se presentó una de-

claración sobre principios forestales.

Si bien ha habido un progreso sus-tancial en todas estas áreas, el mundodebe aún alcanzar las metas previstasdurante la primera Cumbre de la Tierra.RIO+20 es una oportunidad paraevaluar los riesgos y las brechas, yguiar al mundo hacia un camino dedesarrollo sostenible.

Este año, avanzar hacia una econo-mía verde en el contexto de desarrollosostenible y erradicación de la pobrezaestá al tope de la agenda. Se discutirá,además, la posibilidad de establecer unMarco Institucional para el desarrollosostenible, que incluya el fortalecimientode los vínculos entre la investigacióncientífica y la toma de decisiones.

¿Por qué cree que los temas princi-pales del encuentro son diferentes deaquellos tratados hace 20 años?

El mundo ha cambiado significativa-mente en los últimos 20 años: desde elavance del cambio climático y con-sumo de recursos, hasta los progresostecnológicos y el compromiso participa-tivo en todos los niveles de la sociedad.

Se espera que la población aumentede siete a nueve mil millones de per-

sonas para 2050. Esto tiene importan-tes implicancias en cuanto a alimentosy seguridad energética, así como tam-bién en materia de recursos naturales.

Por ejemplo, las prácticas agrícolasactuales usan más del 70 por cientodel agua dulce del mundo. La agricul-

“RIO+20

es una oportunidad

para guiar al mundo

hacia un camino de

desarrollo sostenible”.

“Durante la Conferencia

se buscará establecer

un marco que incluya

el fortalecimiento de los

vínculos entre

la investigación científica

y la toma de decisiones”.

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RIA / Vol. 38 / N.À 130 ACTUALIDAD EN I+D

tura verde propone medios para ali-mentar a la población en aumento sinmenoscabar nuestra base de recursosnaturales. Además, reducir los residuosagrícolas y de los alimentos puedeayudar a afrontar este desafío.

Actualmente, más de la mitad de lapoblación mundial vive en áreas urba-nas, consume el 80 por ciento de laenergía y es responsable del 75 porciento de las emisiones de carbono.Las ciudades continuarán expan-

diéndose rápidamente durante laspróximas décadas, particularmente enlas economías en desarrollo, lo que so-meterá a mayor presión a los recur-

sos de agua potable, servicios

públicos de salud e infraestructura

crítica, así que debemos analizar ahoracómo podemos aumentar la eficienciay la productividad para satisfacer lasnecesidades en el futuro próximo.

Es, por lo tanto, urgente tomar ac-ciones para redireccionar los esfuer-zos, hacer frente a los desafíosactuales y los desequilibrios que exis-ten en nuestra sociedad, así como es-calar las soluciones y tecnologías quepodrían garantizar una mayor equidady bienestar para todos.

¿Tiene algún significado que la Con-ferencia se lleve a cabo nuevamenteen Brasil?

Para el PNUMA, la primera Cumbrede la Tierra fue un hito importante enmateria de Desarrollo Sostenible.Brasil también incorporó estos princi-pios en sus propias estrategias nacio-nales de desarrollo. Por lo tanto, losestados miembros de la ONU acepta-ron la oferta del gobierno brasileropara ser sede de esta reunión de ani-versario y ser, además, responsable

de fomentar un diálogo dinámico en elcamino a seguir.

¿Por qué hoy el Desarrollo Sosteni-ble se percibe como más relevante?

Las prolongadas crisis financieras yeconómicas que hemos experimen-tado desde 2008 han llevado a que lagente y los gobiernos reexaminen el

estado actual de nuestra economía.Las crisis se tradujeron en mayoresdesigualdades, a menudo a expensasdel medio ambiente. Al mismo tiempo,hay evidencia creciente de que, con laspolíticas correctas, tenemos la tecnolo-gía y los recursos para hacer la transi-ción hacia una economía más seguray saludable, una que contribuiría a re-vitalizar la actividad económica almismo tiempo que ayudaría a mejorarla equidad y proteger los recursos na-turales de los que todos dependemos.

Sabemos que la transición hacia una“economía verde” ya está en marcha,con docenas de países y organismosregionales desarrollando estrategias yactividades específicas para avanzar enesa dirección. Es, por lo tanto, impor-tante examinar las lecciones aprendidashasta la fecha y cómo podemos com-partir estos ejemplos con los demás.

¿Existe algún país que pueda ser to-mado como ejemplo en esta materia?

Hay muchos países que llevan acabo acciones relacionadas con la eco-nomía verde. China está creciendo rá-pidamente en el sector de las energíasrenovables. Solamente en la industriade calentadores solares para agua haymás de 600 mil personas empleadas.En Egipto, la inversión en energía re-novable aumentó de 800 millones dedólares a 1.300 millones ente 2009 y

“Podemos lograr una economía más segura y saludable”

“El concepto

de ‘economía verde’

necesita ser adaptado

a las circunstancias

individuales de cada país”.

La economía verde

no es un universo

alternativo. Está diseñada

como una herramienta

para realizar y modernizar

el desarrollo sostenible,

no sustituirlo.

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Abril 2012, Argentina 31

2010. En India, se invierte en conser-vación del agua, irrigación y desarrollodel suelo con más del 80 por ciento delos 8.000 millones de dólares asigna-dos por la Ley Nacional de Garantía deEmpleo Rural, que garantiza por lomenos 100 días de trabajo remuneradopara los hogares rurales. Esto ha ge-nerado el equivalente económico alvalor de 3.000 millones de días de tra-bajo y ha beneficiado a cerca de 60 mi-llones de hogares indios.

Por su parte la República de Corea,a través de una política de Extensión dela Responsabilidad del Productor, pusoen vigencia leyes para productos que in-cluyen desde baterías y llantas hastaenvases de vidrio y papel, lo que pro-vocó un 32 por ciento de aumento enlas tasas de reciclaje y un beneficio eco-nómico de 1.600 millones de dólares.

El reciclado en Brasil ya genera re-tornos por 2.000 millones de dólaresal año y evita la emisión de 10 millo-nes de toneladas de gases de efectoinvernadero. Allí, una economía de re-ciclaje total equivaldría el 0,3 porciento del PBI.

Un reporte de 2010 informa que hayseis países o territorios que presenta-ron, entre 2007 y 2008, el mayor in-

cremento en la conversión de tierras

para agricultura orgánica, o que seencuentran en proceso de conversión.La lista incluye a la Argentina, con casi1,2 millones de hectáreas; España,con casi 325 mil hectáreas, y China,con cerca de 300 mil, entre otros.

A su vez, Uganda cuenta ahora concientos de miles de agricultores orgá-nicos certificados (una política del go-bierno), donde están, por ejemplo,ganando hasta un tercio más por susproductos exportados a Europa. Ade-

más, muchos pequeños agricultoresestán obteniendo rendimientos dehasta más del 100 por ciento despuésde hacer la conversión, al mismotiempo que evitan tener que comprarplaguicidas o fertilizantes caros.

¿Cómo pueden, los países endesarrollo, aplicar acciones dirigidashacia la economía verde sin perderpuestos de trabajo?

El análisis de PNUMA es que la tran-sición hacia una economía verde gene-rará por lo menos la misma cantidad

de puestos de empleos verdes que

los que se perderán en sectores o in-dustrias “sucias” (de hecho, hay evi-dencia de que en determinadas áreasel crecimiento de los empleos verdesserá incluso mayor).

La excepción probablemente sea lapesca, donde se perderían empleos enel corto plazo pero se recuperarán enel largo ya que los stocks marinos au-mentarán como resultado de la aplica-ción de políticas de economía verde.Reducir el esfuerzo de pesca en las flo-tas pesqueras industriales antes queen las artesanales también ayudará areducir la pérdida de puestos de tra-bajo de los países en desarrollo.

Pero la experiencia en otros sectoreses realmente muy positiva. Por ejem-plo, invertir cada año el 1,25 por ciento

del PBI global en eficiencia energé-

tica y energías renovables podría re-ducir la demanda mundial de energíaprimaria en un nueve por ciento para2020 y casi un 40 para 2050.

Los niveles de empleo en el sectorenergético serían casi un 20 por cientomayores que en un panorama de ne-gocios como el actual, ya que las ener-gías renovables constituirán cerca de

un 30 por ciento de la cuota de la de-manda mundial de energía primariapara mediados de siglo.

Los ahorros en costos de capital ycombustible para generar energía po-drían ser, en un escenario de economíaverde, en promedio 760 mil millones dedólares al año entre 2010 y 2050.

¿Usted considera que el conceptode “economía verde” puede reempla-zar al de “desarrollo sostenible”?

La economía verde no es un uni-verso alternativo. Está diseñada comouna herramienta para realizar y mo-dernizar el desarrollo sostenible, nosustituirlo. Las trayectorias, conceptosy objetivos de la Cumbre de Río y dela Comisión Brundtland de finales de1980 y la Conferencia de Estocolmosobre el Medio Humano de 1972 (que,por cierto, este año se cumplirán 40años desde que la estableció elPNUMA) son tan relevantes hoy comolo eran entonces, lo que se necesitaahora es aplicarlo.

Si uno analiza el informe delPNUMA, creo encontrará un conceptointegral de “economía verde”. Pero loimportante es que no es “una medidaúnica para todos”, sino que necesita

ser adaptado y ajustarse a las circuns-tancias individuales de cada país y alpunto en el que se encuentra en lacurva de desarrollo.

Nick Nuttall nació en Rochdale y Estudióen la Universidad St. Andrews, en Escocia. Es el vocero del PNUMA yresponsable de comunicación de ese organismo. Durante más de 10 años fuecorresponsal del diario británico The Timesen temáticas relacionadas con ciencia, tecnología, política y salud.

“Podemos lograr una economía más segura y saludable”

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32 ACTUALIDAD EN I+D

Chile puso en funcionamiento un el satélitecon mayor resolución de la región que puedefotografiar una franja de 15 kilómetros deancho en resoluciones de 1,4 metros enblanco y negro, y de 5,8 metros en colores.Algunas aplicaciones en el área agrícola in-cluyen el monitoreo constante de diferentestipos de cultivo para determinar cuánto riegoy fertilizantes necesitan. El satélite tambiénpermitirá dar seguimiento a desastres natu-

rales como erupciones volcánicas, inun-

daciones, focos de contaminación,

incendios y terremotos, lo que ayudará atomar decisiones oportunas sobre evacuacio-nes, niveles de alerta y coordinación de lostrabajos de reconstrucción.

Satélite para usos agrícolas

El recrudecimiento de los periodos de se-quía es una de las principales consecuen-cias del cambio climático que afectaespecialmente a los cultivos. Sin embargo,la bióloga de la Universidad del País Vasco,Anabel Robredo, comprobó que, al menosen el caso de la cebada, el cambio climáticole ofrece mecanismos de resistencia ante

la falta de agua.

Es que ese fenómeno provoca también unaumento de la concentración de CO2, ungas que, paradójicamente, proporciona aesta planta unas características con las queconseguiría paliar los efectos de la sequíamediante la conductancia estomática (quehace que pierda menos agua).

Más CO2 beneficia a lacebada

Argentina fue sede de la 32.º Conferencia

Regional de la FAO cuyas conclusiones,por primera vez en su historia, tienen cali-dad de mandato. “Los acuerdos derivadosde este encuentro marcan la orientación

de las actividades de la FAO en la re-

gión”, explica su representante en la Ar-gentina, Alejandro Flores Nava.La conferencia fue la oportunidad ideal paraque las autoridades de los países miembrosreflexionen sobre los diversos aspectos queafectan la seguridad alimentaria y las pro-ducciones agropecuaria, pesquera, acuícolay forestal de la región, y acordar con la

FAO las estrategias para apoyar el des-

arrollo sostenible de estos sectores.

Conferencia de la FAO en la Argentina

Investigadores argentinos determinaron queexiste una brecha entre los rendimientosmedios alcanzables para el país y los efec-tivamente logrados por los productores gi-rasoleros equivalente a un 41 por ciento.“En numerosos sistemas de producción delmundo, los rendimientos logrados por losproductores son inferiores a los logrables

usando buenas prácticas, entendidas éstascomo las económicamente factibles”, explicael investigador a cargo del trabajo, AntonioHall de la UBALas razones para que los productores noutilicen mejores prácticas pueden ser mu-chas, desde desconocimiento hasta deci-siones conscientes de priorización deactividades o derivadas de restricciones

externas como maquinarias y fechas.

Girasol con buenas prácticasEl primer borrador del trabajo de secuen-

ciación del genoma del girasol se pre-sentó durante la 18.º ConferenciaInternacional de ese cultivo que se llevó enlas ciudades bonaerenses de Mar del Platay Balcarce.“Se espera que esta investigación ayude aconducir el futuro y los esfuerzos en

mejoramiento de girasol”, manifestó enexclusiva a RIA el director del proyecto,Loren Rieseberg.Según advirtió el investigador de la BritishColumbia University (en Canadá), la secuen-cia “aún no está completa”, aunque ade-lantó que los resultados podrían ser deutilidad para mejorar este cultivo y entendersu evolución a través del tiempo.

Borrador del genoma del girasol

Pastillas Más información en http://ria.inta.gov.ar

RIA / Vol. 38 / N.À 1

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Abril 2012, Argentina

SAINZ ROZAS, H.1.2.; ECHEVERRIA, H.1; ANGELINI, H.1

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Fósforo disponible en suelos agrícolas de la región Pampeana y ExtraPampeana argentinaSAINZ ROZAS, H.1.2.; ECHEVERRIA, H.1; ANGELINI, H.1

RESUMEN

La respuesta de los cultivos a la aplicación de fósforo (P) depende del nivel de disponible (P-Bray) en el suelo. Los objetivos de este trabajo fueron determinar la distribución de la concentración de P-Bray en suelos agrícolas de la región Pampeana y ExtraPampeana argentina mediante la confección de mapas de P-Bray y la comparación de estos con los resultados de un relevamiento realizado en 1980. Otro objetivo fue comparar la eficiencia de predicción (EP) de dos métodos de interpolación: 1) el método inversa de la distancia ponde-rada (IDP) y 2) el Kriging ordinario (KO). Se trabajó con 34.328 muestras del estrato superficial del suelo (0-20 cm), provenientes de laboratorios privados y oficiales (INTA), extraídas en 2005 y 2006. Ambos métodos de interpolación produjeron mapas similares y valores de EP que oscilaron del 64 al 66%. Los niveles de P-Bray en suelos fueron inferiores o iguales a 15 mg kg-1 en la provincia de Buenos Aires, este de La Pampa, sudeste de Córdoba y sur de Santa Fe (aproximadamente 15.227.000 ha), donde la disponibilidad de P podría limitar la producción de los cultivos en esta área. Por su parte, los suelos con concentraciones mayores a 15 mg kg-1 ocuparon el 45% del área (aproximadamente 12.774.000 ha), los que se ubicaron principalmente en la región ExtraPampeana. La disminución de la concentración de P disponible en los últimos 25 años fue más impor-tante hacia el oeste y norte que en el sur de la región Pampeana.

Palabras clave: fósforo Bray, relevamiento de suelo, nutrición de cultivos.

ABSTRACT

Crop response to applied phosphorus (P) depends on soil available P (P-Bray). The objectives of this work were to determine P-Bray distribution in agricultural soils of the within the pampean and out of the pampean region of Argentina, to map P-Bray concentration and to compare the current values with those of soil sam-pling carried out in 1980. Another objective was to compare the prediction efficiency (EP) of two interpolation methods: 1) inverse distance weighting (IDW) and 2) ordinary Kriging method (KO). This work was carried out with 34.328 soil samples of surface layer (0-20 cm), coming from private and official laboratories (INTA), collected in 2005 and 2006. The interpolation methods produced similar maps and EP values that ranged from 64 to 66%. Soil P-Bray levels were lower or equal to 15 mg kg-1 in the Buenos Aires province, east of La Pam-pa, southeast of Córdoba and south of Santa Fe (approximately 15.227.000 ha), and therefore, P availability could limit crop production in this area. On the other hand, soils with available P concentrations higher than 15 mg kg-1 occupied 45% of the area (approximately 12.774.000 ha), and these soils were located mainly out of the pampean region. The decrease of available P concentration in the last 25 years was more important in the west and north than in the south of the pampean region.

Keywords: P-Bray, soil survey, crop nutrition.

1Unidad Integrada Balcarce: EEA INTA - FCA UNMP. C.C. 276, (7620) Balcarce, Argentina.2CONICET.E-mail: [email protected]

Recibido 02 de febrero de 2011 // Aceptado 14 de septiembre de 2011 // Publicado online 08 de febrero de 2012

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ARTÍCULOS RIA / Vol. 38 / N.º 1

Fósforo disponible en suelos agrícolas de la región Pampeana y ExtraPampeana argentina

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INTRODUCCIÓN

Las recomendaciones de fertilización fosfatada de los cultivos en la región Pampeana argentina se basan en el rendimiento objetivo y la concentración de P disponible en los primeros 20 cm de suelo (Echeverría y García, 1998). En Molisoles de la región Pampeana con pH sub-ácido a neutro, el método de extracción propuesto por Bray & Kurtz I (1945) (P-Bray) es el más difundido para determinar la dis-ponibilidad de P (García et al., 2007). En suelos del sudeste de Buenos Aires, la concentración de P-Bray en los primeros 20 cm correlacionó positivamente con la respuesta del trigo a P, con umbrales críticos que variaron de 15 a 18 mg kg-1 suelo (Zamuner et al., 2006). En la misma zona, se deter-minaron umbrales críticos de 15 a 16 mg kg-1 para el cultivo de maíz (García et al., 1997). Para el cultivo de soja, a nivel de región Pampeana, se determinaron umbrales críticos de P-Bray de 12 a 13 mg kg-1 (Echeverría et al., 2002), aún cuando el estudio abarcó suelos con diferente clase textural.

Los suelos de la región Pampeana Argentina presentaban en condición prístina niveles muy bajos (<10 mg kg-1) de P disponible en superficie en el este y sudeste de Buenos Ai-res, Entre Ríos y Corrientes; niveles medios (10-20 mg kg-1) en el este de Santa Fe, el sudeste de Córdoba y una franja norte-sur en el centro de Buenos Aires; y niveles altos (> 20 mg P kg-1) hacia el oeste de Santa Fe, centro y sur de Cór-doba y noreste de la Pampa (Darwich, 1983). La continua remoción de P en los granos y la escasa reposición del P extraído (García, 2001), han resultado en la disminución del P disponible, y algunas áreas han pasado de rangos de valores promedio altos (> 20 mg kg-1) a medios (10-20 mg kg-1) o de rangos medios a bajos (<10 mg kg-1) (Montoya et al., 1999; García, 2001).

La interpolación de variables edáficas ofrece la ventaja de proyectar mapas o superficies continuas a partir de da-tos discretos. La precisión y/o calidad del mapa aumenta cuando se incrementa la correlación espacial de los datos (Villatoro et al., 2008), aunque también puede variar con el método de interpolación utilizado. Los más utilizados son el de la Inversa de la distancia ponderada (IDP) y el Kriging Ordinario (KO). La ventaja de este último es que no sólo determina las predicciones sino también su proba-bilidad asociada (Villatoro et al., 2008). El método IDP es más rápido pero tiende a mostrar patrones poco reales no asociados a las propiedades estadísticas de los datos. A ni-vel de lote, tanto el IDP como el KO fueron confiables para predecir el nivel de P disponible (Villatoro et al., 2008). Sin embargo, en la Argentina ambos métodos no han sido eva-luados para predecir el nivel de P-Bray a nivel de región.

Considerando la importancia de este nutriente para los cultivos y que no se cuenta con información actualizada de su disponibilidad se plantearon como objetivos: 1.- com-parar dos métodos de interpolación (IDP vs. KO), 2.- de-terminar la distribución de la concentración de P-Bray en suelos agrícolas de la región Pampeana y ExtraPampeana argentina a través de la confección de mapas y 3.- la com-paración de éstos con los resultados de un relevamiento realizado hace 25 años.

MATERIALES Y MÉTODOS

Se recopiló información de reconocidos laboratorios pri-vados y pertenecientes a Estaciones Experimentales del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria que apli-can el protocolo de determinación de P-Bray, indicado en la norma IRAM-SAGPyA 29570-1 (en revisión), la que se basa en la metodología de extracción propuesta por Bray & Kurtz I (1945) y posterior determinación colorimétrica del fosfato por el método de Murphy & Riley (1962).

Las muestras correspondieron al estrato superficial de 0-20 cm y fueron extraídas durante las campañas 2005 y 2006 de suelos con capacidad de uso agrícola. La super-ficie relevada abarcó la mayor parte de las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos, y algunos departamentos de La Pampa, Corrientes, Salta, Santiago del Estero y Tucumán. Se analizaron 34.328 muestras, proviniendo el mayor número de las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba (tabla 1). Las muestras con va-lores de pH superiores a 7,5 fueron eliminadas del análisis debido a que la metodología de Bray & Kurtz I (1945) su-bestima el P disponible en suelos con pH alcalinos.

Se determinó el promedio, mediana, desvío estándar, valor mínimo, máximo y los percentilos a nivel de departamento, región y provincia. Se evaluó la normalidad de la distribución de los valores de P-Bray usando la prueba de Kolmogorov, incluida en la rutina del programa Statical Analysis System (SAS Institute, 1996). Para generar los mapas se utilizó el programa ESRI ArcMap (2009) con cartografía base corres-pondiente a la división política del país. Se generó un punto, latitud y longitud correspondiente al centro de cada partido o departamento, el cual se relacionó con el valor de media-na o promedio. Los métodos de interpolación utilizados para realizar el mapa de P-Bray fueron el de IDP y el KO, los que calculan los valores predichos según las ecuaciones des-criptas por Schloeder et al. (2001).

La comparación de las predicciones de ambos métodos de interpolación se realizó mediante el análisis de los valores predichos versus observados, que se obtuvieron por valida-ción cruzada, (consiste en retirar o remover un valor obser-vado y estimarlo con los valores más cercanos para luego comparar el valor estimado con el removido) (Villatoro et al., 2008). Los métodos de interpolación fueron también compa-rados utilizando la eficiencia de predicción (EP) para estimar qué tan efectiva fue respecto del uso del promedio general de los datos (Schloeder et al., 2001). Un valor cercano a 100 in-dica predicción perfecta, mientras que valores bajos o negati-vos indican pobre estructura espacial (Kravchenco, 2003). La EP fue calculada según la siguiente ecuación:

n n

EP= (1-{∑ [z(xi) – zpred.] ̂ 2/ ∑ [z(xi) – zprom.] ̂ 2}) x 100

i=1 i=1

Donde n es el número de observaciones, z xi es cada observación, zpred la observación predicha por el modelo y zprom es el promedio general de los datos.

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Abril 2012, Argentina

SAINZ ROZAS, H.1.2.; ECHEVERRIA, H.1; ANGELINI, H.1

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Por otra parte el KO calcula el error estándar del valor predicho (EEVP) mediante la siguiente ecuación:

n

VPVOEEVP

n

ii∑

− 1

2)(

Donde VO y VP son los valores observados y predichos, respectivamente, y n corresponde a la cantidad de puntos que el modelo ha tenido en cuenta para el cálculo del VP en esa posición.

Para responder al objetivo 2, se agruparon las medianas de P-Bray en los siguientes rangos: 0 a 10; 10,1 a 15; 15,1 a 20; 20,1 a 25 y de 25,1 a 100 mg kg-1 de suelo, valores considerados muy bajo, bajo, medio, alto y muy alto, res-pectivamente. Este rango de valores permitió discriminar con más detalle los valores próximos a los umbrales de respuesta de los cultivos. Para responder al objetivo 3 se agruparon los valores promedio de P-Bray en los siguien-tes rangos: 0 a 10; 10,1 a 20 y de 20,1 a 100 mg kg-1 de suelo, valores considerados bajo, medio y alto, respectiva-mente, según Darwich (1983).

Se estimó el área ocupada para cada rango de P-Bray considerando 28 x 106 ha como superficie sembrada para la campaña 2006-07 (Ramírez y Porstman, 2009) y se cal-culó la dosis promedio de P para cada rango de concen-tración según Echeverría y García (1998) para que el P no limite la producción de los cultivos.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

El análisis de la distribución de los datos indica desvia-ción de la normalidad (P < 0,05), dado que la mayor parte de las muestras se encontró en el rango de concentración de P-Bray considerado muy bajo y bajo (0-10 mg kg-1 y 10,1-15 mg kg-1) (Tabla 1). No obstante, la existencia de

valores muy elevados de P-Bray produjo valores prome-dios mayores a la mediana, tanto a nivel de provincia como de región (tablas 1 y 2). El análisis de la distribución de valores de mediana de departamento y/o partido mostró desviación moderada de la normalidad (P<0,08). Sin em-bargo, la transformación de los datos por logaritmo natural no disminuyó el error de predicción del método KO ni el mapa generado por el mismo. Por lo tanto, todos los mapas se realizaron con los valores de mediana sin transformar. Estos resultados sugieren que el KO es robusto para des-viaciones moderadas de la normalidad, lo que coincide con lo reportado por White et al. (1997).

Los mapas generados por el método del IDP y por el KO para la mediana de P-Bray fueron similares, aunque este úl-timo mostró superficies más suaves (fig. 1), comportamiento que ha sido reportado por otros autores (Villatoro et al., 2008). La relación entre valores predichos y observados fue signi-ficativa (P< 0,05) y se determinó un coeficiente de determi-nación ligeramente mayor para el KO (VO= 0,98 x VP; r2= 0,66, n= 171) que para el IDP (VO= 0,98 x VP; r2= 0,64; n= 171), donde VP y VO son los valores predichos y observados, respectivamente. La ordenada al origen y la pendiente de las relaciones no fueron diferentes (P> 0,05) de 0 y 1, respectiva-mente. Los mayores errores de predicción del KO se determi-naron en la zona norte de la provincia de Santa Fe, norte de Santiago del Estero y en algunas zonas de Salta (fig. 2), que puede ser atribuido a la baja cantidad de partidos relevados en dichas zonas (tabla 1). No obstante, la EP calculada para el IDP y el KO fue de 64 y 66%, respectivamente, valores considerados aceptables para la aplicación de métodos de interpolación (Villatoro et al., 2008).

Los valores más bajos de P-Bray se determinaron en la provincia de Buenos Aires, este de La Pampa, sur de Santa Fe, sudeste de Córdoba y Entre Ríos, áreas que presen-taron valores en el rango de muy bajo a bajo (fig. 1). Los valores de P-Bray registrados para este de La Pampa son similares a los reportados por Montoya et al. (1999) en un muestreo realizado en 1996. Si se asume que los umbrales

mg kg-1

Provincia NM Promedio DS Mínimo Máximo 0,25 0,50 0,75

Buenos Aires 22.025 13,3 10,8 1,0 132,0 6,9 10,4 16,0

La Pampa 1.221 16,8 10,9 1,6 95,5 9,2 14,3 21,2

Santa Fe 4.711 24,1 19,6 1,8 178,3 10,8 17,5 32,7

Córdoba 3.916 21,5 14,6 2,5 166,1 11,3 17,5 27,6

Sgo. del Estero 219 29,3 17,1 5,7 125,0 19,6 26,4 33,5

Entre Ríos 1.190 11,8 13,2 1,4 98,2 4,6 7,8 13,5

Salta 406 26,8 16,0 3,5 110,6 16,8 24,2 33,7

Tucumán 640 30,2 25,6 3,3 194,8 14,9 22,9 34,5

Percentil

Tabla 1. Estadísticos descriptivos del P disponible (Bray & Kurtz, 1945) del horizonte superficial del suelo (0-20 cm) en provincias de la región Pampeana y ExtraPampeana argentina. Fuente: laboratorio Tecnoagro, laboratorio Suelofertil (ACA Pergamino), laboratorio ISETA de Nueve de Julio, laboratorio Tecnosuelo NOA, laboratorio EEA INTA Oliveros, laboratorio EEA INTA Marcos Juárez, laboratorio EEA INTA Balcarce y laboratorio EEA INTA Anguil.

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Figura 1. Rangos de valores de mediana de concentración (mg kg-1) de P-Bray (Bray & Kurtz, 1945) del horizonte superficial (0-20 cm) en suelos agrícolas de la región Pampeana y ExtraPampeana. Interpolación realizada con el método de la inversa de la distancia ponderada y con Kriging ordinario (a y b).

mg kg-1

Provincia NM Promedio DS Mínimo Máximo 0,25 0,50 0,75Percentil

Sur-sureste de Buenos Aires (1) 4.540 12,9 9,4 1,3 121,6 7,2 10,3 15,5Oeste de Bs As (2) 7.519 13,6 9,3 1,5 108,1 7,7 11,4 16,8Nor-Noreste de Bs As (3) 8.445 13,6 12,7 1,0 132,0 6,5 9,9 15,8Sur de Sta Fe (4) 4.293 22,9 17,6 1,8 158,0 10,5 16,8 30,0Sur de Córdoba (5) 2.641 19,2 12,9 2,5 166,1 10,5 15,6 23,9

Tabla 2. Estadísticos descriptivos del P disponible (Bray & Kurtz, 1945) del horizonte superficial del suelo (0-20 cm) en algunas subre-giones de la región Pampeana argentina. 1: Azul, Bahía Blanca, Balcarce, B. Juárez, Cnel. Dorrego, Cnel. Príngles; Cnel. Suárez, A. Gonzáles Chávez, Gral. Alvarado, Gral. Lamadrid, Gral. Pueyrredón, Laprida, Lobería, Mar Chiquita, Necochea, Olavarría, Puán, San Cayetano, Tandil, Tornquist, Tres Arroyos.2: A. Alsina, Bolívar, C. Casares, C. Tejedor, Daireaux, Guaminí, Gral. Villegas, H. Irigoyen, 25 de Mayo, 9 de Julio, Rivadavia, Trenque Lauquen, Pellegrini.3: Baradero, B. Mitre, Bragado, Cañuelas, Cap. Sarmiento, C. de Areco, Chacabuco, Chivilcoy, Colón, 25 de Mayo, Gral. Viamonte, Gral. Arenales, Junín, L.N. Alem, Lincoln, Luján, Mercedes, Monte, Pergamino, Pilar, Ramallo, Rojas, Roque Pérez, Saladillo, Salto, S.A. de Giles, S.A. de Areco, San Nicolás, San Pedro, San Vicente, Suipacha, Zárate.4: Caseros, Gral López, Gral. Belgrano, Castellanos, Constitución, Rosario, San Lorenzo, Iriondo, San Jerónimo, San Martín, San Justo, Las Colonias.5: Gral. San Martín, Juárez Celman, Marcos Juárez, Roque Saenz Peña, Río Cuarto, Unión.

A B

críticos de P-Bray para soja y/o girasol, maíz y trigo son de 12 a 13, 15 a 16 y 18 a 20 mg kg-1, respectivamente (García et al., 2007), estos resultados sugieren que el nivel actual

de P-Bray en los suelos de esta vasta región podría ser limitante para la producción de los cultivos. Esta situación se agravaría en algunas subregiones de la región Pampea-

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na como el sur, oeste y norte de Buenos Aires, donde el 75% de los lotes relevados presentaron valores de P-Bray menores a 16,8 mg kg-1 (tabla 2). Sin embargo, la disponi-bilidad de P no sería limitante para la producción agrícola en las provincias de Santiago del Estero, Tucumán y Salta, dado que la mayoría de los suelos de estas provincias pre-sentaron niveles de P-Bray superiores a 20 mg kg-1 (fig. 1).

En un relevamiento realizado en 1980, se reportaron niveles de 10 a 20 y mayores a 20 mg kg-1 de P-Bray hacia el oeste y norte de la región Pampeana e inferiores a 10 mg kg-1 para el sudeste y noreste de Buenos Aires y para la provincia de Entre Ríos (Darwich, 1983). Estos resultados difieren de los actuales (fig. 3), dado que la mayor parte de los suelos del oeste de Buenos Aires, este de La Pampa, sur y sureste de Córdoba han disminuido notoriamente su concentración respecto del muestreo realizado en 1980, pasando de con-centración alta (> 20 mg kg-1) al rango de concentración media (10-20 mg kg-1). Esta disminución se explicaría por el mayor uso agrícola de los suelos y por la baja reposición del P, la cual en promedio representa tan sólo el 40 al 50% del exportado (García, 2001). Esta caída también sería ex-plicada por un aumento en la frecuencia del cultivo de soja en la rotación, debido al elevado requerimiento e índice de cosecha de esta especie (García, 2001). Además, los suelos del oeste de la región Pampeana se caracterizan por presentar bajos contenidos de MO y textura gruesa,

características que se asocian a un escaso poder de re-posición de P (Tiessen et al., 1984). En línea con estos resultados, en suelos de la región Pampeana Argentina, se determinó que la mineralización del P orgánico contribuyó positiva y significativamente al P disponible (Zubillaga & Giuffré, 1998). Por lo tanto, ante balances negativos de P, las mayores caídas en los niveles de P-Bray podrían ocurrir en suelos con textura más gruesa y con menores conteni-dos de MO. Sin embargo, en los suelos del sur y sudeste bonaerense, la concentración de P-Bray se ha mantenido o ha pasado de niveles bajos a medios de P-Bray (fig. 3), lo que puede ser atribuido a la amplia adopción de la prác-tica de fertilización y al uso de dosis de P más elevadas respecto de otras áreas con mayores niveles de P nativo (Echeverría y García, 1998).

De la superficie total cultivada en 2006-07 se estimó que el 54,4% presentó valores muy bajos a bajos y resto valores medios a altos (tabla 3). Según esta estimación sólo el 31% de los suelos destinados a la actividad agrícola no requeri-rían el aporte de P por fertilización, mientras que el resto de la superficie sembrada requeriría dosis de enriquecimiento y/o mantenimiento (tabla 3). Por lo tanto, para cubrir los re-querimientos de P de los cultivos y aumentar gradualmente los contenidos de P-Bray se deberían aplicar aproximada-mente 424.220 Mg de P (2,12 x 106 Mg de 0-46-0) (tabla 3), valor superior a las 207.000 Mg de P consumidos en el 2006

Figura 2. Rangos del error estándar del valor estimado de P-Bray (mg kg-1) por el método Kriging (error de predicción) en suelos agrícolas de la región Pampeana y ExtraPampeana.

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según García y Ciampitti (2007). Estos resultados sugieren que para algunas zonas y cultivos sería necesario incremen-tar las dosis de P a fin lograr una adecuada nutrición de los cultivos. No obstante, las mismas deben surgir de una ade-cuada evaluación del P disponible, condición indispensable para un uso racional de los fertilizantes.

CONCLUSIONES

1. La mayor parte de los suelos del oeste, norte y sur de la región Pampeana presentan rangos de P-Bray de muy bajos a bajos, por lo que este nutriente podría ser limi-tante para la producción de los cultivos. Por el contrario, la mayoría de los suelos de la región ExtraPampeana presentan contenidos de P disponible altos o muy altos.

2. La disminución de los contenidos de P-Bray en los úl-timos 25 años ha sido más importante hacia el oeste y norte que al sur de la región Pampeana.

3. Los mapas generados por el IDP y de KO fueron simila-res, como así también los valores de EP obtenidos, por lo que cualquiera de los métodos de interpolación podría ser usado para generar mapas a escalas regionales.

AGRADECIMIENTOS

A los que aportaron información sobre los análisis de suelos: José Lamelas y Luis Berasategui (Tecnoagro), Roberto Rotondaro (Suelofertil), Graciela Cordone (INTA Casilda), Carlos Galarza (INTA Marcos Juarez), Alfredo Bono (INTA Anguil), Juan Galantini (UNS), Luis Ventimi-glia (INTA 9 de Julio), Sebastián Gambaudo (INTA Ra-faela) y Laboratorio Tecnosuelo del NOA. A la respon-sable del Laboratorio de Geomática del INTA Balcarce, Karina Zelaya.

Este trabajo fue financiado con fondos del proyecto INTA AERN 295561 y AGR 319/10 de la UNMP.

Figura 3. Rangos de concentración de P-Bray (Bray & Kurtz, 1945) en suelos de aptitud agrícola de la región Pampeana en 1980 (Darwich, 1983) y en 1999 (Darwich 1999, citado por García et al., 2007) y rangos de concentración de P-Bray en el muestreo realizado en 2005-06 (interpolado con el método Kriging).

Rango de concentración de P-Bray (mg kg-1)

Valoración agronómica Superficie relevada (%)

(106 has) Dosis de P (kg ha-1)

Cantidad de P a aplicar (Mg)

0 a 10 Muy bajo 28,3 7,916* 30 237.480**10,1 a 15 Bajo 26,1 7,311 20 146,22

15,1 a 20 Medio 14,5 4,052 10 40,25

20,1 a 25 Alto 8,7 2,425 -

> 25 Muy alto 22,5 6,297 -

Tabla 3. Área estimada para cada rango de concentración de P disponible (Bray & Kurtz, 1945) y dosis de P estimadas (promedio para la mayoría de los cultivos) según Echeverría y García (1998) para que el P no limite la producción de los cultivos.Epígrafe: * Producto del área sembrada estimada en 2006-07 (28 x 106 has) reportada por Ramirez y Porstman (2009) y del porcentaje ocupado por cada rango.** Producto de área por dosis de P ha-1.

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Influencia de la temperatura en la composición de los racimos de Vitis vinifera L. cv Pinot Noir expuestos al este y al oeste, (...)

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Influencia de la temperatura en la composición de los racimos de Vitis vinifera L. cv Pinot Noir expuestos al este y al oeste, en distintos estados de madurezGALLINA, M.1

RESUMEN

Los componentes de las bayas (peso, azúcares, ácidos, polifenoles) están influenciados por el microclima de la canopia y por el estado de madurez de éstas, entre otros factores. El objetivo de este trabajo fue conocer la influencia de la temperatura a nivel de los racimos en la composición de las bayas (peso, volumen, sólidos solubles, acidez, pH, antocianas e Índice de Polifenoles Totales -IPT-), en dos exposiciones (este y oeste) y en tres estados de madurez. Los resultados indican que los racimos expuestos al oeste tuvieron mayores integrales térmicas y permanecieron sometidos más tiempo a temperaturas mayores al umbral fisiológico superior, que los racimos expuestos al este. El peso y el volumen de las bayas orientadas al oeste fueron menores que las expuestas al este sólo en madurez avanzada. No hubo diferencias en los sólidos solubles, acidez total, pH, antocianas e Índice de Polifenoles Totales entre las bayas de las exposiciones este y oeste en ningún estado de madurez.

Palabras clave: vid, microclima, exposición, integral térmica, radiación, antocianas, acidez, IPT.

ABSTRACT

The berrie´s components (weigth, sugars, acids, polyphenols) are influenced by the canopy microclimate and the stage of grape maturity, among other factors. The objective of this research was to examine the influence of temperature at cluster level against the grape composition (weigth, volume, soluble solids, total acidity, pH, anthocyanins and Total Polyphenols Index between the east and the west exposure in a vineyard north-south oriented at three maturity moments. Results shown that the clusters exposed to the west presented higher temperature accumulation and were exposed longer to maximal temperatures than the east exposure ones. The weigth and volume of west exposed berries were lower than the east exposed ones in lastest harvest date. No differences were found in grapes soluble solids, total acidity, pH, anthocyanins and TPI among exposures at any harvest date.

Keywords: temperature accumulation, microclimate, radiation, anthocyanins, acidity, IPT, exposure.

1INTA, EEA Alto Valle, CC 782, (8332) General Roca, Río Negro. Correo electrónico: [email protected]

Recibido 29 de abril de 2011 // Aceptado 17 de noviembre de 2011 // Publicado online 25 de enero de 2012

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GALLINA, M.1

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INTRODUCCIÓN

En viñedos con filas orientadas norte-sur, la exposición de los racimos hacia el oeste o el este de la canopia, define microclimas diferentes que causan distintas características y composición de las bayas, obedeciendo a la mayor o me-nor incidencia de la radiación y de la temperatura (Deloire y Hunter, 2005). La temperatura óptima para la síntesis de antocianas es de 25 a 30 ºC durante el día (Gonzáles Ne-ves, 2005), pero en bayas expuestas a temperaturas por encima de 30 a 35 ºC la acumulación de éstas podría verse afectada por ausencia de síntesis o degradación del com-puesto (Spayd et al., 2002; Gonzáles Neves, 2005).

Bayas sometidas a altos niveles de radiación y tempera-tura tuvieron menor tamaño (Bergqvist et al., 2001; Deloire y Hunter, 2005), mayores niveles de sólidos solubles y me-nor acidez titulable (Bergqvist et al., 2001; Tomasi et al., 2003), mayor contenido de antocianas (Smart et al., 1988; Tomasi et al., 2003), mayor contenido de fenoles en la piel (Price et al., 1995), y pH más alto (Bergqvist et al., 2001; Deloire y Hunter, 2005).

Otros autores, comparando racimos expuestos y som-breados no encontraron diferencias en el peso de bayas (Haselgrove et al., 2000), en los sólidos solubles (Hasel-grove et al., 2000; Tomasi et al., 2003), en el pH (Price et al, 1995; Tomasi et al., 2003), o en la cantidad de antocianas (Price et al, 1995). Esto contrasta con otros trabajos que midieron menor cantidad de antocianas y fenoles totales en la piel de uvas con excesiva exposición a la radiación (Haselgrove et al., 2000; Bergqvist et al., 2001), y menor contenido de sólidos solubles en racimos expuestos (Delo-ire y Hunter, 2005).

Por otra parte, distintos estados de madurez en la cose-cha pueden dar diferente composición de las bayas y dife-rentes rendimientos (McCarthy y Coombe, 1999; Hunter et al., 2004).

Se hipotetizó que las uvas de la cv Pinot Noir expuestas al oeste (en filas de norte a sur) tendrían diferente compo-sición analítica que aquellas orientadas al este (i.e., menor concentración de polifenoles, mayor pH y menor tamaño) por soportar mayores temperaturas.

El objetivo de la investigación fue conocer la influencia de la temperatura sobre el peso, el volumen, los sólidos solubles, el pH, la acidez, la cantidad de antocianas y el Indice de Polifenoles Totales (IPT) de las uvas de racimos de Pinot Noir orientados al este y al oeste, con tres estados de madurez.

MATERIALES Y MÉTODOS

Se utilizó un viñedo de Vitis vinifera L. de 7 años de edad, de la cv. Pinot Noir de pie franco, ubicado en la EEA Alto Valle del INTA, provincia de Río Negro, Argentina (39º 01’ de LS; 67º 40’ de LO; 240 msnm). Las hileras tuvieron orientación norte–sur, inclinadas 7-8º noreste–suroeste. La distancia de plantación es de 2,5 m entre hileras y 1,2 m entre plantas; la conducción es en contraespladera de 1,9

m de altura final; el sistema de poda es cordón bilateral a 0,8 m de altura.

El diseño experimental fue de un arreglo factorial de 6 tratamientos; 3 momentos de cosecha (temprana, media y tardía) x 2 exposiciones (este y oeste), con bloques com-pletos al azar. Las evaluaciones se hicieron en dos tem-poradas consecutivas con 4 repeticiones en 2005-2006 y 7 repeticiones en 2006-2007, en donde se consideraron los siguientes tratamientos: T1: Cosecha temprana, expo-sición este; T2: Cosecha temprana, exposición oeste; T3: Cosecha media, exposición este; T4: Cosecha media, ex-posición oeste; T5: Cosecha tardía, exposición este; T6: Cosecha tardía, exposición oeste.

Los bloques siguieron la dirección del riego. La unidad experimental constó de tres filas apareadas, dentro de cada fila se tomaron dos claros entre postes contiguos de seis plantas cada uno, resultando un total de 36 plantas por unidad experimental. La exposición de los racimos se estableció considerando al plano definido por los postes y alambres de la espaldera como criterio de división. Se es-tableció una madurez “media” (aproximadamente 24 °Brix) y un momento de cosecha previo o “temprana” y otro pos-terior o “tardía”, de una a dos semanas antes y después respectivamente.

El muestreo de las bayas se efectuó entre las 9 y las 11 horas para que no interfiriese la variación del peso que se produce a lo largo del día (Coombe y Bishop, 1980). Para cada momento de cosecha y exposición se muestrearon 192 bayas de cada repetición (Roessler, et al., 1958; Roessler, et al., 1963), tomándose 4 racimos al azar de dos claros entre postes de cada unidad expe-rimental. Se cortaron con una tijera a nivel del pedicelo 4 bayas de cada racimo (una baya exterior de la zona su-perior y otra exterior de la zona inferior del racimo, y dos bayas interiores de estas mismas zonas), totalizando 64 bayas por unidad experimental. En cada bloque se hi-cieron tres tomas, sumando 192 bayas para su posterior análisis. Las muestras se conservaron en un recipien-te con hielo para su traslado al laboratorio. Cada grupo de 192 bayas se separó en clases diametrales (Ojeda, 1999) y se tomó la clase modal para medir antocianas, IPT, peso y volumen. El sobrante de la clase modal junto con las otras categorías diametrales se homogeneiza-ron para medir los sólidos solubles con un refractómetro Atago (Atago Co., Ltd; Tokio, Japón); el pH (usando un alícuota de 80 mL y un peachímetro Bicasa –Italia– con corrección de temperatura, calibrado con un buffer de pH 4,0) y la acidez total.

Esta última se determinó tomando una alícuota de 10 mL y diluyendo con agua destilada hasta 20 mL, agregando 5 gotas de azul de bromotimol y titulando con OHNa 0,1N hasta viraje a color azul-verdoso.

Las antocianas y el IPT se analizaron según Riou y As-selin (1996), el peso con una balanza analítica Sartorius modelo Handy y el volumen mediante probetas de 50 mL y 250 mL, midiendo el desplazamiento de agua.

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Influencia de la temperatura en la composición de los racimos de Vitis vinifera L. cv Pinot Noir expuestos al este y al oeste, (...)

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La temperatura al nivel de los racimos en ambas expo-siciones fue medida con termógrafos TDL 2048, (San Car-los de Bariloche, Río Negro) y LOGGER8 (Cavadevices, Buenos Aires), usándose un sensor en cada exposición en 2005-2006 que midió cada quince minutos y tres sensores en cada exposición en 2006-2007 que midieron cada cinco minutos. En 2005-2006 la temperatura fue tomada desde los 87 dda (días después de antesis) (9/2/2006) hasta los 96 dda (18/2/2006) y desde los 108 dda (2/3/2006) hasta los 117 dda (11/3/2006). En 2006-2007 fue tomada desde los 72 dda (25/1/2007) hasta los 81 dda (3/2/2007).

El número de horas/día por encima de un determinado umbral térmico en cada exposición se tomó en 2005-2006 desde los 87 dda (9/2/2006) hasta los 96 dda (18/2/2006); y desde los 107 dda (1/3/2006) hasta los 116 dda (10/3/2006). En 2006-2007 se tomó desde los 72 dda (25/1/2007) hasta los 81 dda (3/2/2007).

La integral térmica se realizó sumando todos los regis-tros de temperatura que superaron el umbral de 10 ºC; 20 ºC; 30 ºC; 35 ºC y 40 ºC. Las horas/día que excedieron el umbral térmico fueron calculadas tomando el número de registros que lo superaron, y multiplicado por el lapso entre registros. En 2005-2006 se usaron los datos desde los 87 dda (9/2/2006) hasta los 96 dda (18/2/2006) y des-de los 107 dda (1/3/2006) hasta los 116 dda (10/3/2006). En 2006-2007 se usaron los registros desde los 71 dda (24/1/2007) hasta los 112 dda (6/3/2007).

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Temperatura a nivel de los racimos de acuerdo a la exposición

Las temperaturas medias diarias y mínimas medias dia-rias no difirieron entre exposiciones este y oeste, pero las temperaturas máximas medias diarias fueron siempre ma-yores en la oeste en ambas temporadas (figuras 1 y 2).

Las máximas a menudo excedieron el rango de 30 ºC – 35 ºC (figuras 3 y 4), que resultan críticas para el funcio-namiento fisiológico de la planta (Haselgrove et al., 2000; Gonzáles Neves, 2005).

Las integrales térmicas con bases 10 ºC, 20 ºC, 30 ºC, 35 ºC y 40 ºC fueron siempre mayores en la exposición oeste, excepto en aquella de base 10 ºC de la temporada 2006-2007, que presentó tendencia inversa (figuras 5 y 6). Esto concuerda con el trabajo de Spayd et al. (2002).

Peso fresco, volumen y componentes de las bayas

El peso y el volumen de las bayas fueron menores en la exposición oeste en la tercera fecha de cosecha de ambas temporadas (tabla 1 y 2). Se podría conjeturar que se de-bería a la deshidratación por transpiración y por no ingresar agua al fruto por estar el floema interrumpido en esta etapa (Coombe y Mc Carthy, 2000), aunque no existiría en ese

4050

30

ºC

20

10

Temperaturamedia

Exposición este

Temperaturamáxima

Temperaturamínima

0

Exposición oeste

2025

15

Nº d

e ho

ras/

día

Umbral térmico

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>10ºC >30ºC >35ºC >40ºC

Exposición este

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4050

30

ºC

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10

Temperaturamedia

Exposición este

Temperaturamáxima

Temperaturamínima

0

Exposición oeste

2025

15

Nº d

e ho

ras/

día

Umbral térmico

10

5

>10ºC >30ºC >35ºC >40ºC

Exposición este

0

Exposición oeste

Figura 1. Temperaturas a nivel de los racimos en las exposiciones este y oeste, temporada 2005-2006.

Figura 3. Número de horas/día por encima de un determinado um-bral térmico en cada exposición, temporada 2005-2006.

Figura 2. Temperaturas a nivel de los racimos en las exposiciones este y oeste, temporada 2006-2007. Valores promedios de tres sensores con límites inferior y superior de los intervalos de con-fianza (95%).

Figura 4. Número de horas/día por encima de un determinado um-bral térmico en cada exposición, temporada 2006-2007. Valores promedios de tres sensores con límites inferior y superior de los intervalos de confianza (95%).

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Abril 2012, Argentina

GALLINA, M.1

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Inte

gral

térm

ica

Umbral térmico>10 ºC >20 ºC >30 ºC >35 ºC >40 ºC

Exposición este Exposición oeste

21.792 22.544

8.671 9.071

1.411 2.217719140 7 81

Inte

gral

térm

ica

Umbral térmico>10 ºC >20 ºC >30 ºC >35 ºC >40 ºC

Exposición este Exposición oeste

118.503 116.950

1.664 4314 90858 0 7481

Figura 5. Integrales térmicas con base 10 ºC, 20 ºC; 30 °C, 35 °C y 40 °C en cada exposición, temporada 2005-2006.

Figura 6. Integrales térmicas con base 10 ºC, 20 ºC; 30 °C, 35 °C y 40 °C en cada exposición, temporada 2006-2007.

momento mayor sensibilidad fisiológica a las altas tempe-raturas ocasionadas por la exposición a la radiación (Hale y Buttrose, 1974; Spayd et al., 2002).

No se encontraron diferencias en el contenido de sóli-dos solubles entre las exposiciones en cada fecha de co-secha, coincidiendo con Reynolds et al. (1986) y Spayd et al. (2002). No se detectaron diferencias en el pH del mosto entre exposiciones en ninguna fecha de cosecha, esto con-trasta con los resultados de Reynolds et al.(1986) y Spayd et al. (2002), donde resultó mayor el pH en las uvas de la exposición oeste.

Tampoco se encontraron diferencias en la acidez ti-tulable del mosto entre exposiciones en ninguna fecha de cosecha. Reynolds et al. (1986), en Canadá, tampo-co encontró diferencias en la acidez en cosecha entre ambas exposiciones, pero contrariamente Spayd et al. (2002) en Prosser (Washington), midió menor acidez en uvas de la exposición oeste, ocasionada por mayores temperaturas.

No se encontraron diferencias en el tenor de antocianas (por kg o por baya) entre exposiciones en ninguna fecha de cosecha, en ambas temporadas. Al sufrir la exposición oes-te temperaturas superiores a las críticas, y como la duración diaria de las temperaturas críticas es más importante que el registro térmico alcanzado (Spayd et al., 2002), se podría haber sospechado que en las bayas de la exposición oeste disminuiría la síntesis de polifenoles o que sufrirían alguna degradación. Se podría hipotetizar que sólo las bayas de la cara expuesta del racimo que reciben directamente los rayos solares puedan sufrir estos fenómenos, que se diluirían en el conjunto de bayas del mismo racimo que no alcanzan tem-peraturas tan elevadas, ya que se cita la diferencia de 8 ºC o más entre bayas del mismo racimo expuestas y sombreadas (Tomasi et al., 2003). Estos resultados contrastan con el de Spayd et al., (2002) donde los valores de antocianas en co-secha son significativamente menores en la exposición oeste.

No se vieron diferencias en el IPT entre las exposiciones, excepto a los 119 días después de la antesis (dda) de la temporada 2005-2006.

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ARTÍCULOS RIA / Vol. 38 / N.º 1

Influencia de la temperatura en la composición de los racimos de Vitis vinifera L. cv Pinot Noir expuestos al este y al oeste, (...)

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Tratamiento Peso (g/baya)

Volumen (cc/baya)

Sólidos solubles

mosto(ºbrix)pH

Acidez total(g ác.

tart/L mosto)

Antocianas (mg/kg uva)

Antocianas (mg/baya) IPT

Temprana, Exp. este 1,478a 1,326a

21,58 (21,04-22,12) 3,39a

7,76 (7,55-7,97) 393,54a 0,658a 32,84a

Temprana, Exp. oeste 1,435a 1,359a

22,01 (21,13-22,88) 3,48a

7,33 (6,87-7,79) 381,85a 0,638a 32,43a

p valor 0,29 0,34 * 0,1 * 0,0534 0,0531 0,163

Media, Exp. este 1,457a 1,308a

25,06 (24,59-25,53) 3,41a 6,9 (6,9-6,9) 409,95a 0,685a 31,78a

Media, Exp. oeste 1,425a 1,339a

25,04 (24,95-25,12) 3,44a

6,65 (6,26-7,05) 391,72a 0,639a 30,67b

p valor 0,17 0,15 * 0,31 * 0,0685 0,1 0,0483

Tardía, Exp. este 1,275a 28,27a 3,57a

7,01 (6,94-7,08) 447,46a 0,640a 36,15a

Tardía, Exp. oeste 1,233b 28,65a 3,62a

6,75 (6,21-7,29) 428,94a 0,614a 35,35a

p valor 0,029 0,23 0,21 * 0,18 0,19 0,374

Fecha x Trat. NS NS NS NS NS NS

p valor 0,94 0,45 0,94 0,29 0,15 0,79

Componente

Sólidos solubles

mosto (ºbrix)

Acidez total(g ác.

tart/L)

Antocianas (mg/kg uva)

Antocianas (mg/baya)

Temprana, Exp. este 1,476a 1,336a 22,40a 3,38a 8,70a 438,54a 0,603a 26,27a

Temprana, Exp. oeste 1,373a 1,246a 23,14a 3,39a 8,77a 432,92a 0,595a 25,67a

p valor 0,0773 0,0804 0,0654 0,66 0,76 0,16 0,17 0,102

Media, Exp. este 1,501a 1,380a

23,20 (22,27-24,13) 3,45a 8,28a 432,12a 0,596a 26,04a

Media, Exp. oeste 1,463a 1,340a

23,70(23,47-23,93) 3,46a 7,96a 423,43a 0,581a 25,82a

p valor 0,42 0,37 * 0,58 0,0743 0,19 0,0769 0,56

Tardía, Exp. este 1,461a 1,336a 24,21a 3,55a 7,55a 429,18a 0,614a 27,25a

Tardía, Exp. oeste 1,370b 1,235b 24,35a 3,57a 7,29a 421,02a 0,603a 26,41a

p valor 0,022 0,028 0,69 0,7 0,26 0,19 0,21 0,19

Fecha x Trat. NS NS NS NS NS NS NS NS

p valor 0,44 0,26 0,17 0,85 0,18 0,91 0,74 0,63

Componente

Tratamiento Peso (g/baya) Volumen(cc) pH IPT

Tabla 1. Componentes de las uvas en la exposición este y oeste de una espaldera y en cada estado de madurez, en la temporada 2005-2006. Para cada par de datos de cada fecha de cosecha letras distintas indican diferencias significativas (p≤0.05); (*) indica el no cumplimiento de algún supuesto del ANOVA; los paréntesis indican intervalos de confianza (95 %).

Tabla 2. Componentes de las uvas en la exposición este y oeste de una espaldera y en cada estado de madurez, en la temporada 2006-2007. Para cada par de datos de cada fecha de cosecha letras distintas indican diferencias significativas (p≤0.05); (*) indica el no cumplimiento de algún supuesto del ANOVA; los paréntesis indican intervalos de confianza (95 %).

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En ninguna de estas dos temporadas se observó inte-racción entre las fechas de cosecha (temprana, media y tardía) y la exposición de las uvas (este y oeste) para nin-guno de las variables medidas. Esto significaría que las uvas alcanzaron en cada fecha una determinada madurez independientemente de su orientación, siguiendo un pro-ceso aditivo.

CONCLUSIONES

Existe diferente condición microclimática térmica en los racimos en cada exposición (este y oeste), implicando esto una mayor temperatura máxima, mayor integral térmica y mayor duración de temperaturas críticas para el funciona-miento fisiológico en la exposición oeste.

No obstante esto, la hipótesis planteada no se cumple, porque aunque son de menor tamaño las bayas en la expo-sición oeste y en cosecha tardía debido a deshidratación, no se observaron diferencias en los sólidos solubles, pH, acidez total, antocianas o IPT entre bayas de diferentes orientaciones en cada estado de madurez.

No se evidenció interacción entre los factores exposición y madurez y por lo tanto no se puede afirmar que las uvas de las exposiciones este y oeste alcancen su madurez óp-tima en distintos momentos.

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Variación estacional de los Thripidae en los montes de cerezo y la vegetación asociada al cultivo en el Valle Inferior del Río Chubut (...)

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Variación estacional de los Thripidae en los montes de cerezo y la vegetación asociada al cultivo en el Valle Inferior del Río Chubut, ArgentinaRODRIGUEZ, J.1; NEIRA, P.2; CARRIZO, P.3

RESUMEN

En numerosas ocasiones, la flora local ofrecería a los trips el refugio, el alimento y los sitios de reproducción necesarios hasta la floración del cerezo. En este trabajo se analizó la variación estacional en los Thripidae en la vegetación asociada a montes de cerezo en el Valle Inferior del Río Chubut (VIRCh). Entre marzo de 2009 y 2010 se relevaron 2 chacras en Gaiman, con las variedades Bing, Lapins, New Star, Sunburst y Stella. Se relevaron 13 especies de malezas (n=20 flores) y la máxima densidad de trips se obtuvo durante la floración y fructificación del cerezo. De los 15.398 individuos capturados, 76% fueron adultos y correspondieron a: Frankliniella occidentalis (73,4%), Thrips tabaci (24,5%) y Frankliniella australis. La mayor captura de trips fue registrada en Sisymbrium irio, Medicago sativa, Brassica nigra, Cardaria draba, Cichorium intybus, Taraxacum officinale y Cirsium vulgare. En el cultivo se colectaron en total 3.000 flores y 1.500 frutos, provenientes de 2 estratos verticales. En las flores fueron obtenidos 2.104 individuos: F. occidentalis (74%), T. tabaci (24%) y F. australis. La densidad de trips fue analizada por ANOVA y Tukey en un modelo Anidado (Chacra>Variedades), que resultó significativamente diferente entre las variedades. Del muestreo de frutos fueron obtenidos 76 indi-viduos (todos adultos), correspondientes a: F. occidentalis (90%) y T. tabaci. El daño, valorado mediante una escala cuali-cuantitativa, fue analizado por Tablas de Contingencia (chacra/variedad/nivel de daño). El daño acumulado fue significativamente diferente entre variedades: 77% Lapins, 62% Stella, 48% Newstar, 32% Bing y 25% Sunburst; produciendo pérdidas económicas. Las malezas hospedantes sustentaron e incremen-taron a las poblaciones de trips, por lo que se sugiere orientar las medidas de manejo hacia determinadas especies que actuaron como los reservorios más importantes, así como avanzar y profundizar en los estudios sobre las diferencias entre variedades.

Palabras clave: Prunus avium, Frankliniella occidentales, plagas, malezas.

ABSTRACT

Local weeds might offer refuge, nutrition, and breeding sites to thrips until the cherry blossom initiates. We analyzed season appearance of Thripidae in flowers of weeds growing around cherry orchards in VIRCh. From March 2009 to 2010, there were sampled 2 farms in Gaiman, with varieties Bing, Lapins, New Star, Sunburst y Stella. There were collected 20 flowers of thirteen Dicotyledonous weeds, and from 15,398 thrips caught, 76% were adults and species were Frankliniella occidentalis (73.4%), Thrips tabaci (24.5%), and Frankliniella australis. Their highest density overlapped with berry blossom and fruits. The most were found in Sisymbrium irio, Medicago sativa, Brassica nigra, Cardaria draba, Cichorium intybus, Taraxacum officinale and Cirsium

1Tesista de Licenciatura. UNPSJB, Sede Trelew, Belgrano y 9 de Julio. Chubut.2Lab. Sanidad Vegetal. Min. Industria, Agricultura y Ganadería. Edgard Owen 92. Gaiman. Chubut.3Cátedra de Zoología Agrícola, FAUBA. Av. San Martín 4453. CABA. [email protected]

Recibido 23 de marzo de 2011 // Aceptado 07 de septiembre de 2011 // Publicado online 15 de febrero de 2012

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INTRODUCCIÓN

El cultivo de cerezo es el principal frutal en Patagonia Sur (conformado por las provincias de Chubut, Santa Cruz y Tie-rra del Fuego) con destino de exportación, y la superficie des-tinada a su producción se ha incrementado anualmente hasta alcanzar las 578 ha (270 ha correspondiente al Valle Inferior de Río Chubut, VIRCh) a fines del 2006 (Cittadini, 2007). Las larvas y adultos de Thripidae atacan sus piezas florales, lo que resulta en polinización incompleta y aborto floral. Estos trips atacan el fruto durante su primera fase de maduración y producen un daño que obliga a su descarte, ya que las ovi-posturas presentan una aureola con pústulas de excrementos en torno un mamelón central brillante, por la presencia del huevo, justo debajo de la epidermis (González, 1996).

En cultivos de cerezo en Mendoza, De Borbon et al., (2008) hallaron F. occidentalis, T. tabaci y F. australis en las flores del cerezo y observaron que ésta última especie se re-produjo más que el resto. En los primeros relevamientos en el VIRCh durante el 2003, las especies de trips más abun-dantes y frecuentes asociadas a las flores de cerezo fueron F. occidentalis y T. tabaci (Neira y Carrizo 2008). La primera denuncia para la detección de F. occidentalis en Argentina provino de cultivos de alfalfa (Medicago sativa) para semilla y tomate (Lycopersicum esculentum) durante 1993, en Cin-co Saltos (Río Negro). Desde entonces, ha sido detectada en todas las áreas frutícolas y florihortícolas del país (Fer-nández et al., 1995; De Borbon 2006 y 2008, entre otros). Zamar et al. (2009), informaron que en Jujuy estas especies presentan distinta importancia relativa según el cultivo.

Dado que los trips atacan sólo las flores y los frutos en el cerezo, sus poblaciones se desarrollan en la diversa ve-getación de su entorno, la cual les proporciona el polen y el néctar necesarios (Morse y Hoddle, 2006). Estas hospe-dantes, además de competir con el cultivo por los recursos del suelo, también proveen a los trips de refugio y alimento y por lo tanto, actúan como reservorio y fuente de infes-tación (Ripa et al., 2009). Dado que la mayor parte de los Thripinae plaga son polífagas, su plasticidad les permite adaptarse a la flora local.

En el caso de F. occidentalis y T. tabaci se han listado un alto número de hospederas en el país, donde permanecen

activos aún durante el invierno y en ausencia del cultivo (Carrizo 1996, 1998 y 2002; De Borbon et al., 1999). Se requiere de estudios sobre la relación de las poblaciones de trips con el cultivo y la comunidad local de malezas para definir estrategias apropiadas de manejo para estas pla-gas. El objetivo del presente trabajo fue analizar la varia-ción estacional de los Thripidae en los montes de cerezo y la vegetación asociada en el VIRCh, Argentina.

MATERIALES Y MÉTODOS

Entre marzo de 2009 y 2010 y a intervalos de 15 días, fueron relevadas 2 chacras en Gaiman, Prov. de Chubut, Argentina (43º17’23’’ S; 65º29’32’’ O) con plantas de cere-zo de 10 años de edad.

Descripción de los sitios de muestreo

En la Chacra P (6 ha), se conducen las variedades en tatura y eje central. Cuenta con 4 cuadros en grupos de 2, separados por una franja sin cultivar de 20 m de ancho. El cuadro 1 cuenta con 9 filas y allí se relevaron: Stella, Bing y Sunburst y el número 2, con 7 filas de Lapins. El cuadro 3 presenta 13 filas de Newstar y el 4 (el único que no fue re-levado) cuenta con 19 filas con una mezcla de Sweetheart, Celeste, Lapins y Sunburst.

En la Chacra G (4 ha), todas las variedades se conducen en tatura. Cuenta con 2 cuadros de 40 filas, donde se re-levaron Lapins, Newstar y Stella. Separados por un canal de riego, se hallan 3 cuadros de menor tamaño (25 filas) donde se relevaron Bing y Sunburst.

El manejo de las labranzas es tradicional en los interfila-res y de labranza cero en el resto del cultivo. La distribu-ción de las malezas en manchones dominados por ciertas especies es consecuencia de la disposición de los cultivos y el manejo del suelo. Las especies Convolvulus arvensis y Malvella leprosa, se observan principalmente junto a los galpones. Las especies más cercanas a los cultivos y que ocupan la interfila son: Sisymbrium irio, Taraxacum officina-le y Brassica nigra.

vulgare. For cherry sampling, there were collected also flowers and fruits in two vertical strata. From 3,000 cherry flowers, there were caught 2,104 thrips: F. occidentalis (74%), T. tabaci (24%) and F. australis. Thrips density were analyzed by means of ANOVA and Tukey in a nested model (Farm>Variety). Thrips density was significantly different between varieties. From 1,500 cherry fruits, there were caught 76 thrips individuals and species were F. occidentalis (90 %) and T. tabaci. Fruit damage was measured using a scale of five levels and analyzed by means of a three-way Chi-Square test (farm/variety/damage level). Accumulated damage was significantly different between varieties and the top values by varieties were 77 % Lapins, 62 % Stella, 48 % Newstar, 32 % Bing, and 25 % Sunburst. Then thrips caused economic loses. Weeds supported and breeds thrips populations, then we suggest keeping thrips population in weeds as low as possible, by early measures focused to certain species, which seems to act as the most important weed sources for thrips, and to carry out more studies related to differences between cherry varieties and thrips damage.

Keywords: Prunus avium, Frankliniella occidentales, pests, weeds.

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Variación estacional de los Thripidae en los montes de cerezo y la vegetación asociada al cultivo en el Valle Inferior del Río Chubut (...)

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Por otra parte, la presencia de canales de riego determi-na una comunidad vegetal específica en su entorno. En la chacra P, el canal corre al costado izquierdo de los cuarte-les, mientras que en la G, separa el monte en dos grandes bloques. Las especies que dominan junto a los canales son Medicago sativa, Trifolium pratense, Trifolium repens y Ci-chorium intybus, la cual también se halla ocasionalmente junto al comienzo de las filas del cultivo.

Asimismo, la presencia de árboles en la chacra deter-mina una distribución específica en su entorno. La Cha-cra G presentó mayor diversidad arbórea, observándose a Cardaria draba dominando estos sectores. Finalmente, la vivienda familiar determina la existencia de manchones donde dominan T. officinale, C. arvensis y M. leprosa.

Técnicas de muestreo y análisis estadístico

Para el relevamiento de las malezas se utilizó un método de muestreo visual que considera una escala cualicuanti-tativa de abundancia (tabla 1), considerando sólo las Dico-tiledóneas dado que albergan a las especies de trips que atacan al cerezo (De Borbon et al., 2008; De Santis et al., 1980). Se colectaron 20 flores por especie, en el entorno del cultivo de cerezo y dentro de los límites de la chacra; las plantas fueron seleccionadas al azar y no provinieron del mismo pie (Carrizo, 1998, 2002). Se compararon sus índices de abundancia mediante la prueba no paramétrica para bloques/medidas repetidas de Friedman y pruebas a posteriori (chacra=réplica, fecha=bloque) (Conover, 1980; Montgomery, 1991).

Los estados fenológicos del cerezo se consideraron según Cittadini (2007), realizando 3 colectas de flores y 3 de frutos. La distribución de los puntos de muestreo fue en zig-zag al azar dentro del marco de plantación, considerando 2 estra-tos verticales de la planta: 1,20 m y 2 m (Montgomery, 1991;

Abundancia (%) Cobertura Índice<1 ocasional 1

1 a 5 pocas 2

6 a 30 común 3

31 a 66 abundante 4

67 a 100 dominante 5

N.º picaduras / fruto Escala Daño

0 1 Ninguno1 a 3 2 Ligero4 a 6 3 Moderado7 a 9 4 Severo> 9 5 Muy severo

Tabla 1. Escala de abundancia-cobertura. Relevamiento de malezas en floración.

Tabla 2. Escala de daño por trips en frutos de cerezo. Gaiman 2009-2010.

Southwood 1994). Por variedad y fecha se colectaron: flores (n=10 estaciones x 2 estratos x 5 flores/ estrato) y frutos (n=5 estaciones x 2 estratos x 5 frutos/ estrato). En los frutos se valoró el daño por una escala cuali-cuantitativa (original) de picadura y/o postura desde: 1 (ninguna) a 5 (> 9) (Tabla 2) indicando la frecuencia para cada nivel en la escala de daño.

La densidad de trips en el cerezo por fecha de muestreo (N.º total de indiv.) fue sometida a ANOVA (previa transfor-mación a raíz cuadrada) utilizando como modelo un diseño Anidado (Chacra > Variedad) y pruebas a posteriori (Tukey) (Montgomery, 1991; Zar, 1999). El daño fue analizado me-diante Tablas de Contingencia a 3 vías: Chacra/Variedad/Nivel de daño (Conover, 1980; Montgomery, 1991). Para los análisis se utilizó el software Infostat (Di Rienzo et al., 2010).

Revisión de muestras en laboratorio y determinación de especies de trips

Las flores de malezas y de cerezo y los frutos, cortados por su base sin hojas ni tallos, fueron colectados y conser-vados en bolsas de polietileno en heladera durante 2 días. Bajo lupa binocular estereoscópica se realizó el recuento y clasificación mediante su agrupación por similitud morfo-lógica en “morfoespecies”, las cuales fueron almacenadas (alcohol 70%). De cada morfoespecie, por fecha y punto de muestreo, fueron apartados al azar 3 individuos y prepara-dos, entre porta y cubreobjetivos, en medio acuoso semi-permanente (Hoyer) para su identificación mediante claves sistemáticas bajo microscopio binocular (De Santis et al. 1980, Heming, 1991; Mound y Marullo, 1996).

RESULTADOS

En malezas

Fueron colectadas y analizadas 4.860 flores de malezas de las mismas 13 especies en ambas chacras (tabla 3).

Sisymbrium irio y T. officinale fueron las únicas que se encontraron en floración durante todo el año. Algunas ma-lezas fueron detectadas por el muestreo sólo en una de las chacras debido a su baja abundancia relativa: C. bursa pastoris y E. cicutarium, presentando también el más corto período de floración. Las especies de malezas que obtu-vieron en el muestreo un índice igual o superior a 4, fueron: S. irio, B. nigra y C. draba para la etapa invierno-primaveral y B. nigra, C. draba, C. arvensis, C. intybus, T. pratense y M. sativa para la etapa primavero-estival. La prueba de Friedman resultó significativa para la abundancia entre las especies de malezas (T²=68,94; p<0,0001). En la tabla 4 fueron presentados, ordenados de menor a mayor, los re-sultados de la duración de la floración de las especies (1.º columna) y de las pruebas a posteriori (2.º y 3.º columna).

De los 15.398 trips colectados, el 76,34% fueron adultos (Thripinae: Tripidae: Terebrantia): F. occidentalis Pergan-de 1895, F. australis Morgan 1925 y T. tabaci Lindeman 1889. La especie más abundante y frecuente, y asociada

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Familia Nombre científico Nombre local 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 1 2 3Cirsium vulgare (Savi) Ten cardo x x xTaraxacum officinale Weber ex F.H. Wigg diente de león x x x x x x x x x x x x x

Cichorium intybus (L.) achicoria x x x

Brassica nigra (L.) W. D. J. Koch mostaza negra x x x x x x x x x x xCardaria draba (L.) Desv. owenci x x x x x x xCapsella bursa-pastoris (L) bolsa de pastor x xSisymbrium irio L. mostacilla x x x x x x x x x x x x x

Geraniaceae Erodium cicutarium(L.) L'Her. Ex Aiton alfilerillo x x

Convolvulaceae Convolvulus arvensis L. correhuela x x x xMalvaceae Malvella leprosa (Ortega) Krapov oreja de ratón x x x x

Medicago sativa L. alfalfa x x x x xTrifolium pratense L. trébol rojo x x x x xTrifolium repens L. trébol blanco x x x x x x x x x

2010

Fabaceae

Brassicaceae

Asteraceae

Presencia en el muestreo (año/mes)2009

Duración de la floración Especie de maleza Índice de abundancia (rango)

C. bursa pastoris C. bursa pastoris 3,96 aE. cicutarium E. cicutarium 4,22 ab

C. vulgare T. repens 4,56 abcC. intybus C. vulgare 4,66 abcdM. leprosa T. pratense + 4,86 bcdeC. arvensis M. leprosa 5,87 fT. pratense C. arvensis + 6,69 fgM. sativa C. intybus + 6,73 fghT. repens M. sativa + 8,28 iC. draba C. draba *+ 9,02 ijB. nigra T. officinale 10,15 k

T. officinale B. nigra *+ 10,89 klS. irio S. irio * 11,11 l

(*) densidad >4 en invierno-primavera(+) densidad >4 en primavera-verano

Tabla 3. Especies de malezas: meses de floración. Gaiman 2009-2010.

Tabla 4. Resultado de la prueba a posteriori de la prueba de Friedman para los índices de abundancia entre las especies de malezas. Las letras representan a los grupos y su ordenamiento. Salida del Infostat. (n=25 fechas/bloques). Gaiman 2009 – 2010.

al mayor número de malezas fue F. occidentalis (73,4%) la segunda más abundante T. tabaci (24,5%).

Las malezas en las cuales se colectó la mayor cantidad de trips, en orden decreciente de abundancia para F. occi-dentalis fueron: S. irio, M. sativa, B. nigra, C. draba y C. in-tybus. Para T. tabaci fueron las mismas malezas, aunque el ordenamiento varió ligeramente respecto de su densidad: C. draba, B. nigra, S. irio, M. sativa y C. intybus. De modo similar, la mayor captura total para F. australis fue obtenida en flores de: S. irio, B. nigra, T. officinale, C. vulgare y M. sativa. Por otra parte, C. bursa pastoris fue la maleza de la que se obtuvo la menor cantidad de trips.

Todas las larvas (3.642 individuos) correspondieron a Thripinae y a las dos primeras de las cuatro formas preima-ginales de trips (larvas de primero y segundo estadio, pro-ninfa y ninfa) ya que las últimas dos etapas transcurren en la hojarasca o en el estrato superficial del suelo. La captura se obtuvo mayormente en: C. draba, S. irio, B. nigra, M. sativa y C. intybus y no fueron halladas larvas en C. bursa pastoris, E. cicutarium, T. pratense y T. repens.

La variación temporal en la densidad por especie de trips respecto del total de las malezas fue representada en la figu-ra 2. A través del año, la variación en el número de malezas en floración y, por lo tanto en el número de flores colectadas,

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Variación estacional de los Thripidae en los montes de cerezo y la vegetación asociada al cultivo en el Valle Inferior del Río Chubut (...)

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C. bursa/pastoris Larv.

1 10 100 1000 10000

T. repens

T. pratense

E. cicutarium

C. vulgare

M. leprosa

C. arvensis

T. officinale

C. intybus

M. sativa

C. draba

B. nigra

S. irio

F. a.T. t.F. o.

N.º Flores de malezasN.º Trips/flor

Fecha de muestreo

FructificaciónN.º flores/fecha de muestreo

Floración

Fo

Tt

Fa

Larv

20-03- 19-04- 19-05- 18-06- 18-07- 17-08- 16-09- 16-10- 15-11-15-12- 14-01- 13-02- 15-03-09

0

0,5

1

1,5

2

2,5

3

3,5

4

4,5

5

09 09 09 09 09 09 09 09 09 10 10 10

1600

1400

1200

1000

800

600

400

200

0

Figura 1. Número total de trips (adultos y larvas) colectados en las flores de malezas. Las especies de malezas en el eje vertical fueron ordenadas de menor a mayor captura total. Referencias: F.o.: Frankliniella occidentalis; F.a.: Frankliniella australis; T.t.: Thrips tabaci; Larv: Larvas. Gaiman 2009 – 2010.

Figura 2. Variación a través del año en la densidad promedio de adultos y larvas de trips en flores de malezas (líneas suavizadas). Varia-ción a través del año para la densidad de flores de malezas (área en el segundo eje de x). Gaiman 2009-2010.

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fue representada a través de un segundo eje de ordenadas (2.º eje horizontal, en la parte superior de la figura) y su eje de abscisas presenta una escala invertida (2.º eje vertical, a la derecha de la figura).

Para los adultos, se presentaron dos máximos de abun-dancia en la época primavero-estival en coincidencia con las épocas de floración y fructificación del cerezo (Cittadini, 2007) superpuesta en la misma figura. Al inicio del otoño, en el mes de marzo para los dos años, se presentó un tercer máximo de densidad. Para las larvas, sólo hay un máximo de densidad que se destaca en la primavera, entre octubre y noviembre. Si bien la abundancia de trips aumentó y dis-minuyó como reflejo de la abundancia y disponibilidad de flores de malezas, hacia agosto y septiembre se aprecia en la figura una densidad algo superior a la esperada.

En el cultivo de cerezo

En el total de 3.000 flores colectadas (100 flores de cere-zo/variedad/chacra/fecha) fueron capturados 2.104 trips, de los cuales el 5,5% fueron larvas. Para los adultos, la mayor parte correspondió a F. occidentalis (74%), siendo la segun-da especie T. tabaci (24%) y los individuos restantes, F. aus-tralis. Respecto de las colectas de frutos, en 1.500 unidades colectadas fueron capturados 76 trips, de los cuales el 90% correspondió a F. occidentalis y los restantes a T. tabaci.

Los análisis fueron realizados para la suma de individuos capturados (adultos y larvas). Dado que la tendencia en la densidad capturada entre los estratos de muestreo (inferior y superior) fue inestable a través de las variedades y fechas de muestreo, los mismos fueron considerados como réplicas. Para los trips capturados en las flores, de acuerdo con los resultados del ANOVA, el modelo utilizado fue siempre signi-ficativo: 1.º fecha, 6/10/2009: R²=0,95, F=19,17, p=<0,001; 2.º fecha, 23/10/2010: R²=0,79, F=4,16, p=0,0182; 3.º fecha, 3/11/2010: R²=0,78; F=3,92; p=0,0221.

Los resultados de las pruebas estadísticas entre varieda-des de cerezo fueron reflejados la figura 3. La tendencia a presentar mayor densidad de trips en la chacra P respec-to de la G, fue significativa sólo para la primera fecha de muestreo. La prueba de Tukey mostró diferencias en la den-sidad entre las variedades que no fue estable entre chacras (interacción significativa) ni a través de las fechas. La va-riedad que presentó mayor densidad de trips en sus flores fue Lapins, para la primera y segunda fechas, mientras que en Bing y Sunburst fueron capturadas la menor cantidad de trips en la primera y segunda fechas y se obtuvieron las cap-turas más altas para la tercera. Debido al muy bajo número de individuos capturados en los frutos no fue posible llevar a cabo las pruebas estadísticas para estos datos.

En la figura 4 fueron representados los datos de frecuen-cia de daño acumulado para las tres fechas de muestreo, por variedad y chacra. La diferencia entre las dos chacras se aprecia en la distribución relativa de las frecuencias obser-vadas para los diferentes niveles de daño, particularmente en los niveles superiores de la escala de severidad.

BING

80

70

bcd bcd bcd

abc

dd

dcd

a

ab

60

50

4030

20

100

STELLA SUNBURSTLAPINS NEWSTAR

1º fechaTrips totales

P G

BING

404550

35

bb

ab

ab

ab

ab

ab

ab

a

ab

302520151050

STELLA SUNBURSTLAPINS NEWSTAR

2º fechaTrips totales

P G

BING

404550

35ab

ab

b

ab

a aa ab

abab

302520151050

STELLA SUNBURSTLAPINS NEWSTAR

3º fechaTrips totalesP G

Figura 3. Resultados de la prueba a posteriori (Tukey) para los trips totales en flores de cerezo. La expresión en los gráficos es para el valor de densidad no transformado. Referencias: Las ba-rras representan el error estándar. Las letras representan los gru-pos y su ordenamiento a partir de la prueba. Gaiman 2009 – 2010.

A

B

C

En la Chacra P hubo frutos con presencia del nivel supe-rior de daño (muy severo), los cuales no fueron hallados en la Chacra G. Podría considerarse al descarte como la fruta dañada (niveles de daño ligero, moderado, severo y muy severo) respecto del total de la muestra. De este modo, es posible suponer un rechazo de fruta relativamente bajo para

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la Chacra G (20% o menos de la muestra, excepto para la variedad Lapins) y altas pérdidas para la Chacra P (25% al 77% de la muestra dependiendo de la variedad). Esta dife-rencia fue más notable para las variedades Stella y Newstar.

En la tabla 5 a continuación fueron reflejados los resul-tados de la prueba estadística mediante Tablas de Contin-gencia a tres vías, considerando como columnas y filas a la variedad y escala de daño, respectivamente y a la Chacra como Estrato. Esta división en Estratos para el análisis se relaciona con la sospecha de que existe un factor superior que cambia la respuesta (por efecto de interacción) para la variable principal, lo que había sido observado para el aná-lisis de densidad de flores y de la tendencia de los datos de daño (figura 4).

Para la prueba fue utilizado el cociente de máxima ve-rosimilitud (ChiCuadrado MV-G2, denotado G2) dado que no posee restricciones respecto de su validez para el valor mínimo dentro de cada celda. De acuerdo con la prueba, el

daño fue significativamente diferente entre las variedades, para los cinco niveles de la escala. La Prueba de Cochran-Mantel-Haenszel resultó significativa, lo que implica que también hubo diferencias entre los establecimientos (efec-to significativo para Estrato: Chacra).

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

La flora local en el presente trabajo, inevitablemente diver-sa y diferente, presenta sin embargo similitudes con otros estudios en Argentina (Carrizo, 1996, 1998 y 2002; De Bor-bón et al., 2008; Zamar et al., 2009) y con el trabajo de Ripa et al., (2009) en Chile para la latitud de Mendoza. Esto es cierto tanto para la comunidad vegetal (consecuencia del manejo de la vegetación en el entorno de los cultivos hortí-colas y frutícolas) como para la fauna de trips hallada.

Las especies de plantas más frecuentes y abundantes corresponden generalmente a plantas anuales de Astera-

Frec. Relat. Obs. (%) / Variedad (n=150 frutos) Frec. Relat. Obs. (%) / Variedad (n=150 frutos)

BING 5

54

33

4

1

1

1

39

9

2

2

13

16

16

81

87

79

640

53

1715

15

14

48

13131375

79 69

50

52

23

2027

2737

24

80 80100 10060 6040 4020 200 0

STELLA

SUNBURST

LAPINS

NEWSTAR

BING

STELLA

SUNBURST

LAPINS

NEWSTAR

Daño en frutos-G Daño en frutos-P

Escala deseveridadde daño

muy severo

severo

moderado

ligero

ninguno

Figura 4. Frecuencia relativa (porcentual) observada para cada nivel de daño. Expresada por variedad y para el total de frutos acumula-dos en las tres fechas de muestreo por chacra (n=150 frutos). Los rótulos sobre las barras para los valores igual a cero fueron omitidos. Gaiman 2009-2010.

Estadístico Valor gl p

Para el estrato G G2 84,47 16 <0,0001

Para el estrato P G2 155,6 16 <0,0001

Para la tabla marginal G2 179,1 16 <0,0001

Correción por Estrato Cochran-Mantel-Haenszel 188,7 16 <0,0001

Tabla 5. Resultados del análisis de Tablas de Contingencia (Estrato: CHACRA) para el daño en frutos según la escala de severidad y entre variedades. Salida del Infostat. Gaiman, 2009–2010.

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cea, Brassicaceae y Fabaceae, incluso con géneros relati-vamente constantes. De Borbón et al. (2008) en Mendoza, relevando las malezas entre el fin del invierno y el inicio de la primavera, coinciden en las especies de malezas halla-das en este estudio y en otros llevados a cabo por Carrizo (1996, 1998 y 2002) para el área hortícola Platense (Bue-nos Aires). Asimismo coinciden respecto de su abundancia, ubicándose en los primeros lugares (sobre 12 en total) a S. irio, en un lugar intermedio a T. repens y al final a Capsella bursa-pastoris. Algo similar puede decirse del amplio rele-vamiento que Zamar et al. (2009) llevaron a cabo en la flora local y cultivos en el Noroeste Argentino.

La fauna de Thripinae en el cerezo posee algunos ras-gos característicos: la presencia de la especie nativa F. australis que se halló a más de 1000 msnm en los valles precordilleranos de los Andes tanto al Este (De Borbon et al., 2008) como al Oeste (Ripa et al., 2009) y casi sobre la costa Atlántica, en el presente trabajo. También existe coincidencia en el hallazgo de T. tabaci y F. occidentalis, en las malezas de su entorno.

Sin embargo, aquella especie nativa resultó sólo en Mendoza la más importante y frecuente en cerezo. Tanto en Chile como en este trabajo, es señalada F. occidenta-lis como la que causaría los daños (González, 1996; Ripa et al., 2009). Por otra parte, tanto De Borbón y Cardello (2006) en Mendoza como Fernández et al. (1995) en el Valle de Río Negro, consideran a F. occidentalis como la especie que daña los brotes y frutos.

Contrariamente a lo que concluyen De Borbon et al. (2008), el cerezo no se comportó en el presente trabajo como una hospedante para ninguna de las especies de trips halladas. Las larvas representaron sólo el 5% de las capturas en flores (promedio global: 0,71 trips totales/uni-dad de muestreo) y no fueron halladas en los frutos (pro-medio global: 0,051 trips totales/unidad de muestreo) por lo que no fue posible realizar pruebas estadísticas. Si bien la baja captura de trips en los frutos podría atribuirse a la baja eficacia del sistema de muestreo, ello no es cierto para el muestreo de trips en las flores.

La tendencia fue inversa en las malezas, lo que señala a la vegetación del entorno del cultivo como la fuente de mul-tiplicación y migración de los trips que causarían el daño en el cerezo. Las más altas densidades de trips en malezas co-incidieron con la floración y fructificación de ese cultivo. Esta función de las malezas como sitio de cría fue notoria por el incremento de larvas en sus flores durante la floración del ce-rezo, cuando las malezas produjeron aquellos adultos que en el siguiente mes invadieron el cultivo y dañaron a los frutos.

Existe una discusión aún inconclusa sobre los requisitos a cumplir para denominar a una planta como una verdade-ra hospedante para los trips (Mound y Marullo, 1996; Ripa et al., 2009; Carrizo 1998 y 2002, entre otros). Sin embargo y a pesar de que el cultivo no se comportó como una verda-dera hospedante, el mismo sufrió daños económicos, dado que la pérdida por trips (dependiendo de la variedad) se halló entre el 20 y casi el 80% de la muestra.

Por lo tanto, sería preciso mantener en niveles mínimos la densidad de trips en el ambiente, mediante el manejo de la vegetación del entorno del cultivo, a partir de medidas muy tempranas a fin de reducir las poblaciones emigran-tes hacia las flores y frutos de cerezo. De acuerdo con los resultados presentados aquí, sería incluso posible dirigir las medidas hacia determinadas especies (como S. irio, C. draba, M. sativa, entre otras) que parecen actuar como los reservorios más importantes. Asimismo, se considera de interés la profundización en los estudios en relación con las diferencias en el daño por trips entre las variedades.

AGRADECIMIENTOS

Se agradece la inestimable colaboración del personal técnico del Laboratorio de Sanidad Vegetal del Ministerio de Industria, Agricultura y Ganadería (Gaiman, Chubut) por su ayuda con el trabajo de campo y laboratorio. Este tra-bajo fue financiado en forma conjunta por el mencionado Laboratorio y por UBACyT.

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DE ANGELIS, V.1; SÁNCHEZ, E.E.2; TOGNETTI, J.A.3

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La aplicación de nitrógeno en otoño retrasa la senescencia foliar en manzano (Malus domestica Borkh)DE ANGELIS, V.1; SÁNCHEZ, E.E.2; TOGNETTI, J.A.3

RESUMEN

La prolongación de la duración de la vida de las hojas de frutales en otoño es deseable ya que contribuye a mejorar la disponibilidad de reservas para el ciclo siguiente. El objetivo de este trabajo fue evaluar el efecto de la época y modalidad de la fertilización nitrogenada en manzanos sobre la senescencia foliar al final del ciclo ve-getativo. El ensayo se llevó a cabo durante tres temporadas (2006/2007, 2007/2008, 2008/2009) en dos montes de manzano cv Royal Gala/EM9 y cv Red Chief/Franco. Se emplearon tres formas de aplicación de nitrógeno: a) por suelo luego de la cosecha (NO); b) foliar luego de la cosecha (FO); c) por suelo en primavera (P). El testigo (T) no recibió aplicación de nitrógeno. Se determinó la concentración de clorofila en hojas de dardos vegetativos en muestreos periódicos realizados desde mediados a fines de marzo y se siguió la evolución de la defoliación natural de las plantas. Asimismo, se determinó la fecha de entrada en reposo. Nuestros resultados muestran que las plantas de los tratamientos NO y FO presentaron mayores niveles de clorofila que los tratamientos P y T hacia el final del ciclo vegetativo. El tratamiento FO presentó las menores tasas de defoliación natural en la temporada 2006/2007 en la cultivar Royal Gala y en la temporada 2007/2008 en la cultivar Red Chief. No hubo diferencias en la fecha de entrada en reposo de las plantas excepto en la temporada 2008/2009, en la que el tratamiento T perdió antes las hojas. En conclusión, la fertilización de poscosecha favorece el mantenimiento del follaje verde en manzano en la época previa a la entrada en reposo invernal de las plantas.

Palabras clave: Fertilización postcosecha, monte frutal, clorofila, caída de hojas, reposo invernal.

1INTA Alto Valle, Ruta Nacional 22 km 1190, CC 782, 8332, Cte. Guerrico, General Roca, Provincia de Río Negro, Argentina. E-mail: [email protected] Alto Valle, Ruta Nacional 22 km 1190, CC 782, 8332, Cte. Guerrico, General Roca, Provincia de Río Negro, Argentina. E-mail: [email protected] and Laboratorio de Fisiología Vegetal, Unidad Integrada Balcarce, CC 276, 7620 Balcarce, Argentina. E-mail: [email protected].

Recibido el 02 de junio de 2011 // Aceptado el 22 de septiembre de 2011 / Publicado online 22 de febrero de 2012

ABSTRACT

Prolonging leaf life span in fruit trees during autumn is desirable since it may help improve reserve availability for the following cycle. The aim of this research was to assess the influence of the timing and mode of nitrogen fertilization of apple trees on foliar senescence at the end of the vegetative cycle. The assay was conducted du-ring three seasons (2006/2007, 2007/2008, 2008/2009) in two apple orchards cv ‘Royal Gala’/EM9 and cv ‘Red Chief’/Seedling. Three modes of nitrogen application were used: a) soil N application after harvest (SNAH); b) foliar N application after harvest (FNAH); c) soil N application in spring (SNS). No nitrogen was applied to the

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control (C). Concentration of chlorophyll was determined in leaves of vegetative spurs during periodical sampling from mid-March to the end of March and the evolution of natural leaf fall of the trees was recorded. The date of the beginning of the winter dormancy was also determined. Our results showed that trees from SNAH and FNAH treatments had higher levels of chlorophyll than trees from SNS and C treatments towards the end of the vege-tative cycle. The FNAH treatment showed the lowest rates of natural leaf fall throughout the 2006/2007 season in the cultivar Royal Gala and throughout the 2007/2008 season in the cultivar Red Chief. No differences were observed in the date of the beginning of winter dormancy in the trees with exception of the 2008/2009 season, when C treatment lost the leaves earlier. In conclusion, our results indicate that postharvest N fertilization favors the maintenance of green foliage in apple trees in the period prior to the beginning of the winter rest.

Keywords: Postharvest fertilization, fruit orchard, chlorophyll, leaf fall, winter rest.

INTRODUCCIÓN

En árboles frutales como el manzano, el momento y la forma de aplicación de la fertilización nitrogenada pueden influenciar tanto el crecimiento como el rendimiento de los cultivos para el año siguiente, y afectar además las diferen-tes formas de almacenamiento y movilización de nitrógeno en el árbol (Tagliavini et al., 1997; Quartieri et al., 2002; Guak et al., 2003; Cheng et al., 2004; Neilsen et al., 2006).

Durante las aplicaciones realizadas a fines del verano y principios del otoño, el nitrógeno es principalmente transfe-rido a los órganos de almacenamiento, lo cual incrementa las concentraciones de las reservas de nitrógeno. Como consecuencia, para la temporada siguiente habrá mayores niveles de nitrógeno rápidamente disponibles para el cre-cimiento inicial de las hojas, flores y frutos (Sánchez et al., 1990a, b, 1991; Tagliavini et al., 1999; Toselli et al., 2000; Quartieri et al., 2002; Dong et al., 2005).

A la inversa, el nitrógeno aplicado a principios de la pri-mavera es particionado preferentemente hacia órganos ve-getativos y frutos (Weinbaum et al., 1984; Sánchez et al., 1990b; Toselli et al., 2000; Fallahi et al., 2002; Cheng et al., 2004; Dong et al., 2005), lo cual lleva a un mayor sombrea-do en el área interior de la canopia (Barrit et al., 1991), y a la obtención de frutos con mayores concentraciones de ni-trógeno. Esto puede afectar en forma negativa algunos pa-rámetros de calidad como el color, en las manzanas rojas, y la capacidad de almacenamiento (Faust, 1989; Wargo et al., 2003; Racskó et al., 2005; Neilsen et al., 2006; Nava, et al., 2008; De Angelis et al., 2011).

Existe una fuerte correlación lineal positiva entre el nitró-geno y la clorofila, la fotosíntesis, la síntesis proteica y el contenido de nitrógeno foliar, como fuera demostrado por diferentes autores (Evans, 1989; Meziane et al., 2001; Vos et al., 2005; Boussadia et al., 2010) Las concentraciones de proteínas, azúcares, clorofila y nitrógeno total comien-zan a disminuir en tejidos foliares cuando comienza el pro-ceso de senescencia (Spencer & Titus, 1972). Por lo tanto, es posible esperar que la fertilización nitrogenada durante el período de postcosecha afecte de alguna forma el pro-ceso de senescencia.

En regiones donde la temporada de otoño es extensa, como en el Alto Valle de Río Negro, en la Argentina (la prin-cipal zona de cultivo de manzanas en el país), los árboles pueden continuar realizando fotosíntesis por un período adicional tras la cosecha de la fruta y pueden, entonces, re-establecer sus reservas de carbohidratos siempre y cuan-do el contenido de nitrógeno de las hojas sea el suficiente como para sostener el proceso de fotosíntesis. Por lo tanto, la aplicación de nitrógeno durante el período de postcose-cha, en vez de hacerlo en primavera, podría permitir una mayor actividad fotosintética durante este período, lo cual a su vez resultaría en mayores cantidades disponibles de fotoasimilados para la floración y cuajado del fruto para la temporada siguiente.

La influencia del momento y forma de aplicación de la ferti-lización nitrogenada en la partición de nutrientes en especies de árboles frutales de hojas caducas han sido analizadas en diversos estudios. Existe, sin embargo, falta de información acerca de los efectos diferenciales de estas prácticas agrí-colas sobre procesos fisiológicos esenciales como la senes-cencia foliar. En el siguiente estudio evaluamos los efectos del momento y forma de aplicación de la fertilización nitroge-nada en la concentración de clorofila y la tasa de defoliación al final del ciclo vegetativo, en un ensayo llevado a cabo a lo largo de tres años en dos montes de manzano cv ‘Royal Gala’/EM9 and cv ‘Red Chief’/Franco’ en la Argentina.

MATERIALES Y MÉTODOS

Sitio experimental y material vegetal

El estudio se realizó en dos montes de manzano ubica-dos en la Estación Experimental Agropecuaria INTA Alto Valle de Río Negro (latitud 39º01’S; longitud 67º40’O), durante tres temporadas de crecimiento: 2006/2007; 2007/2008 y 2008/2009. Se eligieron dos cultivares con diferentes hábitos de crecimiento: ‘Royal Gala’/EM9 (eje central; 4 x 1,25m) y ‘Red Chief’/Franco (eje central; 4 x 1,5m) plantados en 2000.

Se registraron diariamente las temperaturas máximas y mínimas durante cada temporada, de marzo a mayo, cuando ocurre la defoliación natural de los árboles (fig. 1).

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Figura 1 A, B, C. Datos meteorológicos. Temperaturas máxi-mas diarias y mínimas diarias durante el período de senescen-cia. Las flechas indican la fecha de primera helada. A, temporada 2006/2007; B, temporada 2007/2008; C, temporada 2008/2009.

Las prácticas de cultivo fueron las estándar para los huertos comerciales de la región. Los árboles ‘Royal Gala’ fueron irrigados por inundación, con intervalos de irrigación de entre 15-20 días durante la primavera y el verano, y una vez por mes desde la cosecha hasta fines de abril.

La parcela de ‘Red Chief’ fue irrigada por microaspersión en función de la evaporación de tanque tipo A con un Kc que osciló entre 0.6 y 1.2 a lo largo de la temporada de crecimiento.

Cada temporada, la cosecha del cv ‘Royal Gala’ fue llevada a cabo a fines de enero, mientras que el cv ‘Red Chief’ fue cosechado a mediados de febrero.

Tratamientos de fertilización

Los tratamientos aplicados en ambos cultivares fueron: 1) NO: nitrato de amonio por suelo (100kg N/ha) aplicado luego de la cosecha en una única dosis, 2) FO: aplicación foliar de urea 4% m/v luego de la cosecha, 3) O: nitrato de amonio por suelo (100 kg/ha) aplicado durante la pri-mavera en dos dosis iguales. No se aplicó nitrógeno en el Testigo (T). En las temporadas 2007/2008 y 2008/2009 la aplicación foliar de urea fue dividida en dos dosis de 2% m/v debido a que durante la primera temporada se observó una ligera necrosis en los bordes de las hojas. Los trata-mientos fueron aplicados en los mismos árboles a lo largo del estudio. Los tratamientos postcosecha fueron aplicados a mediados de febrero para el cultivar Gala y mediados de marzo para el cultivar Red Chief. Las aplicaciones pri-maverales fueron realizadas durante el momento de plena floración y treinta días después, en ambos cultivares.

Fechas de muestreo y análisis de los tejidos

Las muestras de hojas fueron tomadas de la sección me-dia de los dardos vegetativos en árboles seleccionados al azar (a una altura entre 1 y 2 metros) cada 15 días durante las tres temporadas, desde fines de marzo a comienzos de mayo. Se realizaron las determinaciones de concentracio-nes de clorofila de acuerdo con Inskeep & Bloom (1985). Se seleccionaron seis hojas representativas de cada dardo y se cortó un disco (diámetro 5 mm) de cada una. Se to-maron los valores de peso fresco (PF) y los discos fueron ubicados en frascos color caramelo conteniendo 6 ml de N, N-dimetilformamida. Se los dejó reposar por 48 horas en la oscuridad y se determinó posteriormente la absorbancia utilizando un espectrofotómetro Spectronic 1201 (Milton Roy). La determinación de la concentración de clorofila fue realizada siguiendo la fórmula (Inskeep & Bloom, 1985):

Clorofila (mg/l) = 17, 90 A647 + 8,08 A664.5

Para estudiar la defoliación natural, durante la primera y segunda temporada se marcaron cinco brotes por árbol y se registró el número de hojas cada quince días. Finalmen-te, se determinó durante todas las temporadas el inicio del reposo invernal en los árboles, indicado como la pérdida de más del 50% de las hojas (Yuri, 2002).

Determinación de nitrógeno foliar

Cada año se recolectaron por árbol 12 hojas de la sec-ción media de los dardos, luego de la cosecha de la fruta

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(fines de enero) y se determinó el porcentaje de nitrógeno en las hojas usando el método micro-Kjeldahl (tabla 1).

Diseño experimental y análisis estadístico de los datos

El diseño experimental fue completamente aleatorizado con seis repeticiones por tratamiento. En todos los casos se trataron tres árboles contiguos, tomando la unidad cen-tral como unidad experimental y las dos adyacentes como borduras. Los tratamientos fueron distribuidos al azar entre los árboles seleccionados. Se presentó un análisis descrip-tivo de la variación en el contenido de clorofila. Se analizó el proceso de senescencia foliar natural usando un análisis de regresión en función del número de días transcurridos desde la fecha de toma de la primera muestra. Se realizó además un análisis de comparación de pendientes; para ello, los datos fueron transformados a la función Log (n +1), donde n = porcentaje acumulado de las hojas caídas.

RESULTADOS

Contenido de clorofila

Royal Gala

En la primera temporada (2006/2007), durante el primer muestreo, los tratamientos NO y P presentaron las mayo-res concentraciones de clorofila (fig. 2A), mientras que FO y T presentaron los valores más bajos. A partir de comien-zos del mes de abril se observó una disminución en la con-centración de clorofila en los árboles NO, P y T, mientras que los del tratamiento FO mostraron un ligero incremento en los valores. A medida que avanzaba el proceso de se-nescencia, la pérdida de clorofila en árboles con tratamien-to postcosecha (NO y FO) era menor en comparación con los tratamientos P y T. Hacia fines de abril la senescencia se aceleró en todos los tratamientos que recibieron fertili-zacion, aunque en la última fecha de toma de muestras los árboles de los tratamientos de postcosecha presentaron un mayor contenido de clorofila que aquellos de los tratamien-tos P y T, en los que se observaron valores 35% y 50% menores, respectivamente (fig. 2A)

En la segunda temporada (2007/2008), durante el primer muestreo, los árboles de los grupos NO, FO y P presen-taron concentraciones similares de clorofila, y con valores más altos que aquellos del grupo T (fig. 2B). En la siguiente fecha de muestreo se observó un aumento en la concen-tración de clorofila en los tratamientos NO y FO. Contra-riamente, los valores en el tratamiento P se mantuvieron similares a aquellos obtenidos durante el primer muestreo. El aumento en el contenido de clorofila fue mayor en los ár-boles del tratamiento FO que en NO. Los testigos siempre presentaron los valores más bajos de clorofila y la reduc-ción en su concentración fue más rápida que en el resto de los tratamientos. Para fines de abril, la degradación de la clorofila se aceleró y en la última fecha de muestreo los árboles que recibieron la fertilización en postcosecha mos-traron un contenido de clorofila aproximadamente un 25% mayor que los árboles del tratamiento P y casi un 60% más que los testigos (fig. 2B).

Durante la tercera temporada (2008/2009), al comienzo de la fechas de muestreo los árboles de los tratamientos NO, FO y P presentaron concentraciones similares de clo-rofila (fig. 2C). A medida que avanzó la senescencia, el contenido de clorofila disminuyó más rápidamente en P que en los tratamientos de postcosecha. Los árboles de los tratamientos NO y FO mantuvieron sus concentracio-nes de clorofila hasta el siguiente muestreo, mientras que los testigos no sólo mostraron concentraciones menores sino además una pérdida más rápida de clorofila. En el últi-mo muestreo, la mayor concentración de clorofila se regis-tró en los árboles del tratamiento NO, seguidos de aquellos del grupo FO y P (con valores similares) y finalmente los del grupo de tratamiento T (fig. 2C).

Red Chief

En la temporada 2006/2007, no se observaron diferen-cias durante el primer muestreo en relación a la concentra-ción de clorofila entre los árboles de los tratamientos NO, P y T (fig. 3A), mientras que los árboles del tratamiento FO presentaron los valores más bajos. Durante los dos mues-treos siguientes la concentración de clorofila en el grupo FO aumentó significativamente hasta finales de abril, pro-

2007 2008 2009 2007 2008 2009

NO 2.1 ± 0.02 2.1 ± 0.04 1.9 ± 0.07 2.3 ± 0.04 2.7 ± 0.05 2.0 ± 0.04

FO 2.0 ± 0.04 2.0 ± 0.09 1.8 ± 0.06 2.4 ± 0.03 2.5 ± 0.05 1.9 ± 0.04

P 2.2 ± 0.06 2.3 ± 0.06 1.8 ± 0.07 2.3 ± 0.05 2.7 ± 0.08 2.2 ± 0.06

T 2.0 ± 0.05 2.0 ± 0.04 1.7 ± 0.08 2.2 ± 0.04 2.2 ± 0.05 2.0 ± 0.04

Royal Gala Red ChiefTratamiento

Nitrógeno (% PS)

Tabla 1. Concentración de nitrógeno en las hojas (% peso seco) de manzanos cv ‘Royal Gala’ y cv ‘Red Chief’ sometidos a diferentes tipos de tratamientos de fertilización nitrogenada, a fines de enero durante las temporadas 2006/2007, 2007/2008 y 2008/2009. NO, aplicación por suelo luego de la cosecha; FO, aplicación foliar luego de la cosecha; P, aplicación por suelo en primavera; T, testigo (sin aplicación) (± S.E.).

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bablemente debido a los efectos fitotóxicos de la aplicación foliar de urea. A partir del segundo muestreo en adelante, la degradación de la clorofila se aceleró en los tratamientos

Figura 2 A, B, C. Concentración de clorofila (mg.g-1 PF) en dar-dos vegetativos de manzanos cv ‘Royal Gala’ bajo diferentes tra-tamientos de fertilizantes. Las barras corresponden al intervalo de confianza del 95%. (A) temporada 2006/2007; (B) temporada 2007/2008; (C) temporada 2008/2009.

NO, P y T. Finalmente, en el último muestreo, los árboles que recibieron los tratamientos de postcosecha presenta-ron un contenido de clorofila aproximadamente un 25% mayor que aquellos de los grupos P y T (fig. 3A).

Durante la segunda temporada, en la primera fecha de muestro los árboles de los tratamientos NO y P mostraron una concentración mayor de clorofila que los de de los trata-mientos FO y T (fig. 3B). En el período entre las dos fechas de muestreo siguientes, los tratamientos de otoño mostra-ron un marcado incremento de la concentración de clorofila, el 19% y 15% para árboles de NO y FO, respectivamente. Por el contrario, los árboles del grupo P mantuvieron la mis-ma concentración y los testigos perdieron aproximadamen-te un 40%. Para fines de abril, la degradación de la clorofila se aceleró en todos los tratamientos y en el último muestreo no se observaron diferencias (fig. 3B).

Durante la tercera temporada, al inicio de los muestreos los árboles del tratamiento P mostraron las mayores con-centraciones de clorofila, seguidos de aquellos del grupo NO (fig. 3C). Los tratamientos FO y T presentaron los va-lores más bajos, similares entre ellos. A medida que la se-nescencia avanzaba, los árboles del tratamiento NO mos-traron una menor pérdida en el contenido de clorofila que los del tratamiento P, y para el último muestreo la pérdida totalizaba más del 30%. Aunque los árboles con tratamien-tos FO y T fueron los que presentaron menores contenidos de clorofila, los árboles del grupo T presentaron la mayor pérdida de clorofila y los valores más bajos durante el últi-mo muestreo.

Defoliación natural y comienzo del reposo invernal

Royal Gala

Durante la primera temporada la tasa de defoliación en el tratamiento FO fue más lenta que en el resto de los grupos (tabla 2). Sin embargo, no hubo diferencias entre los trata-mientos con respecto al inicio del reposo invernal, que se registró en todos los casos el 23 de mayo.

En la segunda temporada no se observaron diferencias significativas entre los tratamientos con respecto a la tasa de senescencia foliar natural (tabla 2) o el comienzo del reposo invernal de los árboles, que fue registrado el 19 de mayo.

En la tercera temporada, el comienzo del descanso in-vernal ocurrió antes en los árboles del tratamiento T (8 de mayo) y no se observaron diferencias entre los grupo NO, FO o P (18 de mayo). No se determinó la tasa de senes-cencia foliar para este período.

Red Chief

Durante la primera temporada no se observaron diferen-cias entre los tratamientos en relación con la senescencia foliar natural de los árboles (tabla 2). El mismo compor-tamiento se observó en relación con el inicio del reposo invernal, el cual fue registrado en todos los casos el 18 de mayo.

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con el testigo (tabla 2). El comienzo del reposo invernal se registró en todos los tratamientos el 17 de mayo.

En la tercera temporada, el comienzo del reposo inver-nal se registró antes para el testigo (8 de mayo), y no se observaron diferencias entre los tratamientos NO, FO o P (15 de mayo).

DISCUSIÓN

Los resultados durante las tres temporadas, para ambos cultivares y con diferentes hábitos de crecimiento, mostra-ron que el momento en que se realiza la fertilización con nitrógeno influye en el contenido de clorofila de las hojas durante el período de postcosecha.

En todas las temporadas, después de la primera helada (21 de abril, 14 de abril y 19 de abril para la primera, segun-da y tercera temporada, respectivamente, fig. 1), el proceso de senescencia se aceleró en todos los tratamientos postco-secha en ambos cultivares y este hecho es congruente con los reportes de Spencer & Titus (1972). Sin embargo, du-rante el último muestreo los árboles de los tratamientos de postcosecha NO y FO en Royal Gala, y NO en Red Chief presentaron mayores concentraciones de clorofila que los árboles de los tratamientos P y T debido al nitrógeno aplica-do a finales del verano (después de la cosecha).

En la primera temporada, la concentración más baja de clorofila en árboles del tratamiento FO durante el primer muestreo (fig. 2A y 3A) se relacionó probablemente con la ligera necrosis marginal detectada en las hojas, como consecuencia de la fitotoxicidad producida por la urea. De acuerdo con Sánchez y Righetti (1990) y Rosecrance et al. (1998), en la última etapa de la senescencia este hecho es tolerable ya que el árbol está removilizando nutrientes y la actividad fotosintética es muy baja. Por el contrario, si el daño se produce en la primera etapa de la senescencia, cuando la fotosíntesis es alta, puede ciertamente afectar la acumulación de reservas. Sin embargo, durante las tem-poradas siguientes el fertilizante fue aplicado en dos dosis para evitar la fitotoxicidad.

En la segunda temporada, entre el primer y segundo muestreo, se observó un incremento en la concentración de clorofila en los árboles de NO y FO, para ambos culti-vares estudiados (figuras 2B y 3B), mientras que el trata-miento P mantuvo valores similares a los registrados en el primer muestreo. Este hecho se debe probablemente al aumento de las temperaturas registradas durante este período (fig. 1), que permite al árbol sintetizar clorofila de novo a partir del nitrógeno recientemente aplicado. El au-mento en el contenido de clorofila fue mayor en los árboles del tratamiento FO que en aquellos del tratamiento NO, es-pecialmente para Royal Gala. Este hecho podría explicarse por una partición preferencial del N aplicado a las hojas hacia la parte aérea, ya que en el caso de una aplicación en el suelo, el nitrógeno queda retenido principalmente en las raíces (Forshey, 1963; Sánchez y Righetti, 1990; Fallahi et al., 2002). Por lo tanto, los árboles del tratamiento FO tendrían más nitrógeno disponible para sintetizar clorofila.

Figura 3 A, B, C. Concentración de clorofila (mg.g-1 PF) en dar-dos vegetativos de manzanos cv ‘Red Chief’ bajo diferentes tra-tamientos de fertilizantes. Las barras corresponden al intervalo de confianza del 95%. (A) temporada 2006/2007; (B) temporada 2007/2008; (C) temporada 2008/2009.

En la segunda temporada la tasa de defoliación fue signi-ficativamente menor en el tratamiento FO en comparación

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Como en la segunda temporada, durante la tercera los árboles de los tratamientos NO y FO mantuvieron altas concentraciones de clorofila en las fechas de muestreos intermedios, este hecho probablemente esté relacionado con las altas temperaturas registradas a lo largo del perío-do (fig. 1).

En lo que respecta a la tasa de defoliación, los resultados variaron con las estaciones y cultivares, aunque el trata-miento FO mostró valores significativamente más bajos que los otros grupos en el 50% de los casos donde se determi-nó esta variable: Royal Gala, temporada 2006/2007, y Red Chief, 2007/2008. No se observaron diferencias en relación al comienzo del reposo invernal entre los tratamientos que recibieron fertilización (NO, FO y P), durante cualquiera de las temporadas, información consistente con los reportes de Khemira et al. (1998), pero en desacuerdo con aquellos de Hill-Cottingham (1963), Delap (1967), Taylor et al. (1975), Weinbaum et al. (1978), Faust (1989) y Millard et al (1989). Esta discrepancia podría estar relacionada con el nivel de nitrógeno en el árbol, que en caso de ser excesivo puede re-trasar el inicio del reposo invernal (Faust, 1989). En nuestros experimentos, los valores de nitrógeno en las hojas estaban dentro del rango normal para manzanos (1,9 - 2,6%, Jones et al., 2001; tabla 1) en todas las temporadas y para ambos cultivares. Por el contrario, los árboles del grupo testigo (T) perdieron sus hojas más tempranamente durante la última temporada, probablemente debido a la falta de fertilización durante tres temporadas consecutivas y, por lo tanto, las ho-jas “agotaron” los nutrientes más rápidamente.

En conclusión, nuestros experimentos demostraron que las fertilizaciones postcosecha, ya sea por aplicación por suelo o foliar, favorecen el mantenimiento de las hojas ver-des en manzanos durante el período anterior al comienzo del reposo invernal y facilitan, por lo tanto, la conservación de la actividad fotosintética durante esta etapa en la cual los asimilados son destinados principalmente a la acumu-lación de reservas.

AGRADECIMIENTOS

El estudio se realizó con fondos del INTA (PNFRU2181), UNMdP (AGR 301/10) y CIC, y es parte de una tesis presen-

tada en la Universidad Nacional de Mar del Plata por Veró-nica De Angelis. Queremos agradecer a la traductora Maria Cecilia Moreno (CIC) por la versión en inglés del artículo.

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GUAK, S.; NEILSEN, D.; MILLARD, P.; WENDLER R.; NEIL-SEN, G.H. 2003. Determining the role of N remobilization for

Tratamiento

NO 0.34 b 0.73 1.01 a 0.90 1.21 a 0.96 1.17 ab 0.92FO 0.11 a 0.45 0.99 a 0.67 1.14 a 0.88 1.05 a 0.88P 0.58 b 0.88 1.24 a 0.92 1.19 a 0.95 1.29 ab 0.93T 0.50 b 0.85 1.49 a 0.92 1.23 a 0.95 1.59 b 0.96

2006/2007 2007/2008

Royal Gala Red Chief Royal Gala Red Chief

Pendiente Pendiente Pendiente Pendienter2 r2 r2 r2

Tabla 2. Análisis de la defoliación natural en manzanos cv ‘Royal Gala’ y cv ‘Red Chief’ sometidos a diferentes tratamientos de fertiliza-ción nitrogenada, durante las temporadas 2006/2007 y 2007/2008. NO, por suelo luego de la cosecha; FO, foliar luego de la cosecha; P, por suelo en primavera, T, testigo (no recibió aplicación de nitrógeno) Los datos fueron transformados a la función Log (n +1), donde n=porcentaje acumulado de las hojas caídas. Diferentes letras en la misma columna indican diferencias significativas (p<0, 05).

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ARTÍCULOS RIA / Vol. 38 / N.º 1

La aplicación de nitrógeno en otoño retrasa la senescencia foliar en manzano (Malus domestica Borkh)

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BOCANEGRA, D. 1; ROCHINOTTI, D. 2

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Efecto de la suplementación con germen de maíz sobre el consumo y la digestibilidad de heno en bovinos estabuladosBOCANEGRA, D. 1; ROCHINOTTI, D. 2

RESUMEN

Se evaluó el efecto de la suplementación con niveles crecientes (0; 0,3; 0,6 y 0,9% del peso vivo) de germen de maíz a la dieta de bovinos alimentados con heno de baja calidad de Grama Rhodes (Chloris gayana) sobre el consumo y la digestibilidad. Se usaron 4 bovinos cruza cebú, enteros de 135 kg promedio, mantenidos en corrales individuales de 16 m2 en un diseño Cuadrado Latino 4x4. La digestibilidad se analizó por el método de Ceniza Insolubles en Ácido, colectando materia fecal en forma continua y tras cada deyección durante un período de 3 días. El consumo se estimó por pesadas de la oferta, el rechazo y el desperdicio en forma diaria y durante 7 días. Los datos del cuadrado latino fueron analizados utilizando la prueba de F de Fisher-Snedecor y el Análisis de la Varianza del procedimiento GLM (SAS 2002-03). El consumo total de materia seca aumen-tó linealmente conforme aumentaba el nivel de germen ofrecido. Igual tendencia manifestó el consumo de materia seca digestible. La digestibilidad de la materia seca aumentó linealmente hasta el nivel medio para luego comenzar a caer. La suplementación con germen de maíz tuvo efectos favorables significativos sobre las variables de respuesta. Los mejores resultados se observaron para el nivel de 0,6% del peso vivo.

Palabras clave: bovinos, suplementación proteica, heno de baja calidad, consumo, digestibilidad.

1EEA El Colorado INTA, Av. Carlos Pellegrini s/n Acceso Sur, El Colorado, Formosa, Argentina. [email protected] Mercedes INTA, Juan Pujol al Este, s/n, Mercedes, Corrientes, Argentina. [email protected]

Recibido 29 de agosto de 2011 // aceptado 21 de noviembre de 2011 // Publicado online 20 de junio de 2012

ABSTRACT

Supplementation effects of increasing levels (0; 0,3; 0,6 and 0,9% of live weight) of maize germmeal was studied on bovines fed Rhodes Grass (Chloris gayana) hay. Intake and digestibility estimated by Acid Insoluble Ash determination method was measured. Four young zebu cross bulls with an initial weight of 135 kg were used. They were maintained on individual pens of 16 m2. Total Dry Matter intake and Dry Matter Digestibility were significantly affected. There was no effect on hay intake. Treatment to a level of 0,6 % gave the best results under conditions of this trial.

Keywords: bovine, protein supplementation, low quality hay, intake, digestibility.

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ARTÍCULOS RIA / Vol. 38 / N.º 1

Efecto de la suplementación con germen de maíz sobre el consumo y la digestibilidad de heno en bovinos estabulados

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INTRODUCCIÓN

El hecho de que las gramíneas C4, también conocidas como gramíneas megatérmicas, pierdan calidad en tanto aumenta su estado de maduración fisiológica y la edad de la planta (Glatzle, 1999), además de la falta de alimento en cantidad que durante el invierno limita la ganancia de peso, trae como consecuencia la dificultad de llegar a peso de faena en novillos y a edad de entore en vaquillas de primer servicio.

Proveyendo suplementos proteicos a bovinos que con-sumen forraje de mala calidad en invierno, en cantidades no limitantes, se pueden reducir las perdidas de peso y de condición corporal que normalmente ocurren (Mathis et al., 1999). La suplementación de animales que consumen for-rajes de baja calidad con alimentos ricos en proteína incre-menta el consumo de forraje y la digestibilidad de la dieta, además de mejorar el peso vivo y la condición del animal (Farmer et al., 2001).

En la región se dispone de una variedad de subproductos de la agroindustria, dando la posibilidad de utilizarlos como insumos para la suplementación. Usualmente estos tienen precios competitivos frente a los cereales. Su mayoría se ubica en la categoría de concentrados energético-proteicos y se utilizan sin procesamiento previo.

El germen de maíz proviene, en el NEA principalmente, de la industria cervecera, encontrándose en la ciudad de Corrientes la principal planta de elaboración de cerveza de la zona. Usualmente, y una vez obtenido, se traslada a re-finerías donde se le extrae el aceite.

El objetivo de este trabajo fue evaluar el efecto del nivel de germen de maíz, ofrecido como suplemento proteico, sobre el consumo y la digestibilidad en la dieta de bovinos alimen-tados con heno de Grama Rhodes (Chloris gayana KUNTH).

MATERIALES Y MÉTODOS

El ensayo se realizó en la Estación Experimental Agro-pecuaria Colonia Benítez del INTA, ubicada sobre la calle Marcos Briologni s/n, Ruta Nacional N.º 11 Km. 1018, Colo-nia Benítez, provincia del Chaco.

Se utilizaron cuatro animales cruza cebú machos enteros de 135 kg promedio de peso vivo (PV), se contemplaron cuatro períodos de 21 días cada uno, de los cuales los pri-meros 14 fueron de acostumbramiento y los 7 restantes de mediciones. Cada animal contaba con su respectiva cara-vana de identificación. Los animales fueron mantenidos en corrales individuales de 16 m2 cada uno con su bebedero y su comedero respectivo.

A las 9,30 hs de cada día, y previa recolección de los rechazos de alimento del día anterior, se procedió a ofrecer el germen de maíz a distintos niveles, y una vez que fue consumido, se ofreció el heno.

Para el ensayo se utilizó un diseño tipo “Cuadrado Latino 4x4”, en donde cada animal constituyó una unidad experi-mental y del cual se obtuvieron las muestras.

Tabla 1. Distribución del cuadrado latino 4x4 utilizado.

Trat./Animal Animal 1 Animal 2 Animal 3 Animal 4Periodo 1 A B C DPeriodo 2 B D A CPeriodo 3 C A D BPeriodo 4 D C B A

Las raciones constituyeron los tratamientos, dando un total de cuatro: control (heno solamente) y cantidades cre-cientes de germen como suplemento concentrado (0,3; 0,6 y 0,9% del peso vivo).

Los animales constituyeron las columnas; los cuatro pe-ríodos, las filas y los distintos niveles de germen de maíz, los tratamientos. La asignación de los tratamientos a los animales se realizó al azar al comienzo del experimento.

La siguiente tabla muestra la distribución del cuadrado latino balanceado 4x4 utilizado:

Tratamientos:

A- CERO (sólo heno)

B- BAJO (0,3 % P.V. germen de maíz)

C- MEDIO (0,6 % P.V. germen de maíz)

D- ALTO (0,9 % P.V. germen de maíz)

Las dietas fueron formuladas usando como fuente de fi-bra heno de Grama Rodhes (Chloris gayana) y el germen de maíz como aporte de proteína.

El tiempo de duración de cada período (21 días) fue contemplado para evitar influencias período-tratamiento, ya que para el análisis de alimentos, la adaptación debe tomar por lo menos 14 días (Ruiz y Ruiz 1990) para cada nueva ración.

Al finalizar los cuatro períodos, se completó el diseño con dieciséis observaciones y cuatro repeticiones por tra-tamiento.

A todos los animales se les suministró al inicio del ex-perimento un complejo vitamínico ADE y se le ofreció, en bandeja individual y ad libitum durante todo el experimento, un suplemento mineral con 12% de calcio, 8% de fósforo y 7% de cobre.

Actividades:

Colecta de materia fecal para valoración de digesti-bilidad.

La materia fecal se colectó desde las 9 hs del día 1 de medición (lunes) hasta las 9 hs del día 4 (jueves). Se toma-ron directamente del piso cuando se detectó la defecación.

Las muestras fueron almacenadas en envases plásticos individuales para cada animal. Tras 4 días de colecta se

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procedió a la homogenización de la totalidad de la materia fecal y se obtuvo una muestra que fue secada en estufa de ventilación forzada a 55 ºC y una sub-muestra que se remitió al laboratorio para los análisis químicos.

Para calcular la digestibilidad se utilizó el método de Ceni-zas Insolubles en Acido (CIA) (Van Keulen y Young, 1977).

Análisis de los alimentos

El análisis químico se practicó sobre el heno ofrecido, el heno sobrante y el suplemento. Se estimó Materia Seca (MS) por secado a 105 ºC, Proteína Bruta (PB) por Kjel-dahl semimicro y multiplicando por 6,25. (Maynard et al., 1998, McDonald et al., 1988), Cenizas en mufla a 550 °C, Materia Orgánica por diferencia entre Cenizas y Materia Seca, Fibra Insoluble en Detergente Neutro (FDN) y Fibra Insoluble en Detergente Ácido (FDA), se determinaron por la técnica de las bolsitas filtrantes desarrollado por Ankom (Ankom, 2006).

De la dieta ofrecida, se tomó una muestra que fue guar-dada convenientemente en bolsas plásticas, para asegurar de que el material se mantuviera seco y libre de aire du-rante el almacenamiento. Esta maniobra se repitió durante cada período de medición cada vez que se molió heno al preparar las raciones.

Diariamente y antes del suministro de la ración matutina, se recogió el rechazo y los desperdicios de heno de la ra-ción del día anterior directamente de los comederos. Estas muestras se acondicionaron de igual forma a la descripta anteriormente para la oferta.

El peso de todas las recolecciones se registró en las planillas correspondientes de oferta y rechazo, para cada período experimental.

Tras finalizar cada etapa, las muestras almacenadas de alimento, fueron homogenizadas sobre el suelo cubierto con plástico para evitar cualquier tipo de contaminación. Luego se obtuvo una submuestra que fue doblemente mo-lida y acondicionada para su remisión al laboratorio para análisis. El mismo proceso se aplicó para los rechazos.

Valoración del consumo de heno

El consumo de heno se determinó por corral y por pe-ríodo a través de pesadas del alimento ofrecido y del re-manente (rechazo + desperdicios) en forma diaria. Con los datos relevados se realizaron los cálculos correspondien-tes para cada animal y tratamiento de la siguiente manera:

1. Se ofreció cantidad suficiente como para que quedara un rechazo del 5 al 10% de lo ofrecido. Así, durante el acostumbramiento, se fijó el nivel de rechazo para cada animal.

2. Se tomó una muestra de heno cada vez que este fue ofrecido y se guardó la muestra en bolsa plástica im-permeable al aire. Se anotó la cantidad ofrecida.

3. Se juntaron diariamente los rechazos, se pesaron y se colocaron en bolsas plásticas.

4. Se repitió el procedimiento para los desperdicios.

5. Una vez finalizado el periodo de medición se procedió de la siguiente forma:

a. Oferta: La muestra se secó y se molió hasta 1 mm (molino Wiley) y se remitió para análisis.

b. Rechazo:

- Se pesó y se anotó en la planilla de registro.- Se molió hasta 5 mm y se tomó inmediatamente

una muestra para estimación de materia seca, lue-go de homogeneizar bien la totalidad del rechazo. Se molió hasta 1 mm (molino Wiley) y se remitió para análisis.

c. Desperdicios: ídem al punto b.

6. Cálculo de consumo:

CMS = (oferta * %MS/100) – (rechazo * %MS/100) – (desperdicio * %MS/100)

donde: CMS es consumo de materia seca

La Oferta se obtuvo de la sumatoria de lo ofrecido du-rante el periodo de medición (planilla de registro de oferta).

El Rechazo se obtuvo del peso total antes de moler.

Tanto para Oferta como para Rechazo, se determinó MS, PB, Cenizas, Materia Orgánica, FDN y FDA.

Análisis estadísticos

Se calcularon la media (χ) y el desvío estándar (s) para todas las variables analizadas.

Los datos del cuadrado latino fueron analizados utilizan-do la prueba de F de Fisher-Snedecor y el Análisis de la Varianza del procedimiento GLM (SAS 2002-03). La suma de los cuadrados se separó en los efectos: tratamiento, animal y tratamiento por animal. Los grados de libertad de los tratamientos se particionaron en contrastes de un grado de libertad para estimar efectos lineales, cuadráticos y cú-bicos (nivel de germen de maíz suplementario sobre todas las variables).

El modelo matemático para este tipo de diseño es el si-guiente (Lyman Ott, 1988):

Yij(k)=μ+αi+βj+ϒk+εij(k) donde,

Yij(k) :respuesta del tratamiento i en la fila j y el la columna k,

μ : media general,

αi : efecto debido al tratamiento i ,

βj : efecto debido a la fila j (período) ,

ϒk : efecto debido a la columna k (animal) y

εij(k) : error asociado con el tratamiento i de la fila j y de la columna k

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ARTÍCULOS RIA / Vol. 38 / N.º 1

Efecto de la suplementación con germen de maíz sobre el consumo y la digestibilidad de heno en bovinos estabulados

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RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Tabla 2. Composición química de los alimentos suministrados. Valor promedio de 64 muestras de cada alimento.

Tabla 3. Variables analizadas para consumo. Para rechazar la hipótesis nula se usa un valor de P menor a 0,05.Donde CHMS es Consumo de Heno expresado en Kg. Materia Seca y CTMS, Consumo Total expresado en Kg Materia Seca.

Germen de maíz 85,83 13,89 35,29 7,25 13,1 6,87

Cenizas (%)

9,73

Materia Seca(%)

77,52 42,94 7,08

FDN (g/100gMS)

FDA (g/100gMS) Humedad (%)Nombre del

alimentoProteína Bruta

(g/100gMS)

Heno 92,92 4,26

Variable dependiente Cero Bajo Medio Alto

2,45 2,56 2,62 2,45(+/- 0,41) (+/- 0,22) (+/- 0,38) (+/- 0,28)

2,45 2,92 3,34 3,53(+/- 0,41) (+/- 0,24) (+/- 0,37) (+/- 0,31)

P Trat Lineal Cuadrático Cúbico

CHMS 0,9

CTMS 0,008 0,001 0,49 0,86

Niveles de germen

CHMS

CTMS

P para Contrastes

Tabla 4. Variables analizadas para digestibilidad.Para rechazar la hipótesis nula se usa un valor de P menor a 0,05.Donde MFMS es Materia Fecal expresada en Kg Materia Seca; DMS, Digestibilidad de la Materia Seca en % y CMSD, Consumo de Materia Seca Digestible también en Kg.Tras la interpretación de los datos, se encontraron diferencias significativas para CTMS y para DMS, con efectos lineales; y para CMSD con efectos lineal y cuadrático.

Variable dependiente Cero Bajo Medio Alto

1,22 1,26 1,28 1,38(+/- 0,43) (+/- 0,17) (+/- 0,19) (+/- 0,11)

1,08 1,7 2,06 2,09(+/- 0,33) (+/- 0,06) (+/- 0,37) (+/- 0,22)

P Trat Lineal Cuadrático Cúbico

MFMS 0,87

DMS 0,03 0,009 0,08 0,95

CMSD 0,0005 0,0001 0,04 0,92

Niveles de germen

MFMS

CMSD

47,47 57,56 61,53 60,24(+/- 10,4) (+/- 3,98) (+/- 4,14) (+/- 2,11)DMS

P para Contrastes

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Figura 1. Consumo de heno y consumo total.

Figura 2. Consumo de materia seca digestible.

En la figura 1 se puede apreciar que el consumo de heno no muestra diferencias significativas, pero evidencia una tenden-cia creciente hasta el nivel Medio para luego caer en el nivel Alto, Van Soest (1994) afirma que forrajes con altos niveles de fibra (77.5% de FDN y 43% de FDA) permanecen más tiempo en el tracto digestivo, generando menor consumo voluntario (Teixeira, 2005), lo que explicaría que, si bien el consumo no fue diferente significativamente entre los tratamientos, tenga el comportamiento que muestra en la figura.

Hutjens (2008), evidenció que, aumentando el nivel de suplemento, aumentaba el consumo de materia seca, obte-niendo los mejores resultados con niveles similares al de los tratamientos bajo y medio (0,3 y 0,6% PV, respectivamente).

Sin embargo, y a media que aumenta la oferta de suple-mento, el CTMS aumenta linealmente. Esto concuerda con datos de Balbuena et al.(2002) en donde expresan que el efecto más relevante de la suplementación proteica es el aumento en el consumo de heno y de MS total.

En muchos casos, las respuestas del animal a la suple-mentación pueden ser mayores o menores a las esperadas. La desviación entre esperada y observada es usualmente explicada por efectos asociativos de los suplementos sobre el consumo voluntario (Moore et al., 1999).

4,5

3,5

2,5

3,0

2,0

Can

tidad

Kg

Consumo de Heno y Consumo Total (MS)

Cero

Bajo

Bajo

Medio

Medio

Alto

Alto

Niveles

Heno Total

2,5

2,0

0,5

1,5

1,0

0,0

Can

tidad

Kg

Consumo de Materia Seca Digestible (CMSD)

Cero

Bajo

Medio Alto

Niveles

CMSD

Lange (1973), describió los efectos asociativos deriva-dos de la suplementación, dentro de los cuales explica la “Adición”. Este efecto se da cuando el animal dispone de abundante cantidad de pasto de baja calidad, limitada ge-neralmente por la digestibilidad. En este caso, la adición de nutrientes, incrementa el desempeño animal sin manifestar diferencias positivas a favor del consumo de pasto, pero sí en el consumo total.

Chase y Hibberd (1987) suplementaron ganado de car-ne con maíz; observaron que suplementando con 1 kg de maíz por animal por día, disminuía un 7% el consumo de heno cuando se lo comparaba con el tratamiento control, pero se incrementaba el consumo de materia orgánica di-gestible (heno + suplemento) en un 12%.

En la figura 2, el CMSD aumenta linealmente hasta el nivel Medio, para caer en el nivel Alto, lo que puede de-berse al contenido de grasa del germen de maíz. Similares resultados obtuvo Zinn (1989) trabajando con vaquillas en donde el aumento del porcentaje de aceite en la dieta pro-vocaba una disminución lineal de la digestión de la FDA cuando pasaba del 0 al 8% (Zinn, 1989).

El CMSD (figura 2) aumenta linealmente a medida que aumenta el nivel de germen hasta el tratamiento Medio para luego pasar a tener un comportamiento cuadrático. La primera tendencia de la curva puede deberse a que el germen actúa como suplemento proteico favoreciendo la digestión de la fracción fibrosa del heno, con lo que se dis-minuye el tiempo de retención total de la ingesta (Balbuena et al., 2002). Kunkle et al. (2000) realizaron un ensayo en el cual medían la respuesta a la suplementación proteica y a la frecuencia de la misma: suplementaron animales que consumían heno de baja calidad (3% PB) con avena pi-cada en grano pastoso y observaron que el consumo y la digestibilidad del heno aumentaban.

Hunt et al. (1989) evaluaron, en novillos canulados ru-minalmente, la suplementación de heno de baja calidad (6,6% P.B.) con harina de semilla de algodón ofrecida a intervalos de tiempo, comparado con un tratamiento control sin suplementar. Concluyeron que si bien no estaba clara la influencia de la frecuencia, se mejoraba la digestibilidad in situ del heno y se incrementaba el consumo de materia seca digestible por efecto de la suplementación, no siendo influenciado por la frecuencia de suministro. Las ganancias de peso se incrementaron también.

Numerosos estudios locales indican que el suministro de suplementación proteica y/o energético/proteica en el ganado vacuno, donde la calidad de la pastura consumida es baja, se incrementa la ganancia de peso y el consumo de materia seca total (Balbuena et al., 2002; Balbuena et al., 2003a-f; Balbuena et al., 2004; Balbuena et al., 2005 y Balbuena et al., 2006).

Tras pasar el nivel Medio, la caída puede deberse al alto contenido de grasa. Esto puede compararse con lo obte-nido por Zinn (1989) quien trabajando con diferentes nive-les de grasa, obtuvo disminuciones lineales en la digestión ruminal y total de la materia orgánica y de la FDA con el incremento del nivel de grasa suplementaria.

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Efecto de la suplementación con germen de maíz sobre el consumo y la digestibilidad de heno en bovinos estabulados

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McAllan et al. (1983) citan numerosa literatura en donde se reporta el efecto depresivo de las grasas sobre la di-gestibilidad de la fibra en el tracto digestivo de rumiantes. Explican que el mecanismo exacto del efecto de las gra-sas sobre la digestión de la fibra no es conocido. Muchas teorías han sido expuestas, entre las que están incluidas la modificación de la población ruminal o algunas de sus actividades relacionadas con la digestión de la fibra (Whi-te et al., 1958; McAllan et al., 1983) y el recubrimiento de alimentos fibrosos con una capa de lípidos, impidiendo el acceso de los microbios (Brooks et al., 1954).

La digestibilidad de la materia seca (fig. 3) aumenta ini-cialmente en forma lineal con el aumento en el nivel de germen de maíz en la dieta. A partir del nivel Medio la curva muestra una leve tendencia cuadrática que no se expre-sa significativamente, pero que hace suponer que, si se aumentara el nivel de germen en la dieta a valores más altos de suplementación, se expresaría dentro del nivel de significancia utilizado en este trabajo, esta caída de la pen-diente puede entenderse por lo explicado anteriormente por McAllan et al. (1983) respecto al contenido de grasa.

Concuerdan también con Beaty et al. (1994), quien tra-bajó con novillos suplementados con grano de sorgo y ha-rina de soja, en cantidades crecientes de proteína que iban desde el 10 al 40% de PB en el alimento y cuyos resulta-dos mostraban que el incremento de proteína en la dieta aumentaba cuadráticamente la digestibilidad de la materia seca total. Citaba además que a pesar de que los rumian-tes consumían forrajes de baja calidad, que podían ser deficientes en energía, el nutriente limitante era principal-mente el nitrógeno, que restringía la fermentación micro-biana, por lo tanto la proteína que pueda ser provista por suplementos disminuye satisfactoriamente esta carencia y promueve el incremento de la digestibilidad de la materia seca (Beaty et al., 1994).

Iguales resultados obtuvieron Del Curto et al., quienes reportaban incrementos en la digestibilidad de pastos na-tivos asociados con el aumento de oferta de proteína para el rumen. Los animales que recibían suplementación incre-mentaban al doble el consumo de forraje cuando se los

Figura 3. Digestibilidad de la materia seca.

70

65

50

45

60

55

40

Dig

estib

ilida

d (%

)

Digestibilidad de la Materia Seca

Cero Bajo Medio Alto

Niveles de germen

DMS

comparaba con los animales que consumían sólo pasto (Del Curto et al., 1990)

McCollum y Gallean (1985) documentaron un incremen-to en la tasa de dilución de partículas y un tiempo de re-tención del alimento más corto cuando los animales eran suplementados con 800 gr.cab-1.día-1 de harina de semilla de algodón, en comparación con el grupo testigo, que reci-bían sólo heno de pradera.

Similares respuestas a la suplementación proteica ob-tuvo Caton et al. (1988) en novillos que pastoreaban una pradera diferida de B. gracilis.

CONCLUSIONES

La utilización del subproducto germen de maíz es una alternativa válida en suplementación proteica invernal de bovinos en crecimiento.

La suplementación con germen de maíz, bajo las condi-ciones de este trabajo, aumentó el CTMS.

De igual manera, produce efectos positivos sobre la DMS.

El nivel Medio tiene la mejor performance en el consumo y la digestibilidad; si bien el CTMS aumentó linealmente en todos los niveles, la DMS no muestra diferencias signi-ficativas pasado ese nivel, no siendo recomendable para este suplemento ofrecer una cantidad superior al 0.6% del peso vivo.

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Comportamiento del fuego en un pastizal del sitio ecológico ‘media loma’, región chaqueña occidental (Argentina)

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Comportamiento del fuego en un pastizal del sitio ecológico ‘media loma’, región chaqueña occidental (Argentina)KUNST, C.1; LEDESMA, R.1; BRAVO, S.2; DEFOSSÉ, G.3; GODOY, J.1; NAVARRETE, V.1

RESUMEN

El comportamiento del fuego es uno de los componentes de la ecología del fenómeno y su caracterización es necesaria para su manejo y control. El objetivo de este trabajo fue caracterizar el comportamiento del fuego en un pastizal ubicado en el sitio ecológico ‘media loma’ ubicado en el Campo Experimental ´La María´, INTA EEA Santiago del Estero (28º 03’ S 64º 15’ E) en una posición intermedia del paisaje, entre el bosque de dos quebrachos y la sabana. El fuego se aplicó en seis parcelas de dos sitios de estudio, estimándose la compo-sición botánica, la carga de combustible fino y la densidad aparente del combustible en función de la altura en cada una de ellas. El comportamiento del fuego se caracterizó mediante la estimación de la velocidad de avance del frente de fuego y la longitud de llamas. Los datos obtenidos se analizaron mediante análisis de la varianza empleando ´sitio de estudio´ como variable independiente. Las correlaciones entre variables fueron evaluadas mediante el coeficiente de correlación de Kendall (τ). Aunque ubicados en un mismo sitio ecológi-co, los sitios de estudio presentaron dominancia diferencial de dos especies nativas, Trichloris pluriflora (E.) Fournier y Pappophorum pappipherum (Lam.) Kuntze. Las dos especies poseen diferente proporción de tallo y hoja en su biomasa aérea, diferencia que se reflejó en la carga de combustible fino y su densidad aparente (p > F = 0,0001 en ambos casos) y en la velocidad de avance del frente de fuego (p >F = 0.0001). Esta última fue de 28 m*min-1 en el sitio de estudio 1, con dominancia de la primera especie; y 21 m*.min-1 en el sitio de estudio 2, con dominancia de la segunda, respectivamente. La longitud de llamas promedio fue de 3,5 m, pero superó los 6 m cuando participaron en la propagación del fuego especies arbustivas que poseen aceites esenciales y resinas en su follaje. Se observó correlación positiva y significativa (p < 0,0001) entre velocidad de avance, carga de combustible y densidad aparente, pero la misma no fue significativa entre las dos prime-ras variables y la longitud de llamas. Los fuegos en la comunidad estudiada fueron de alta intensidad y muy rápidos, requiriendo de cortafuegos y/o medidas indirectas para su control y manejo.

Palabras clave: régimen de fuego, región Chaqueña, fuego prescripto.

1Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, Estación Experimental Agropecuaria Santiago del Estero, Jujuy 850, Santiago del Es-tero, G4200CQR, Argentina . Correos electrónicos: [email protected], [email protected] Nacional de Santiago del Estero, Botany Chair, Faculty of Forestry, Av. Belgrano (S) 1912, Santiago del Estero, Argentina. 3Centro de Investigación y Extensión Forestal Andino Patagónico (CIEFAP) y Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, Sede Esquel, Esquel, Chubut. [email protected]

Recibido 11 de febrero de 2011 // Aceptado 27 de diciembre de 2011 // Publicado online 29 de febrero de 2012

ABSTRACT

Fire behavior, considered a part of fire ecology, is together with fire prevention one of the two components of the ´fire triangle´ currently used as a basis for fire management and control. We assessed the fire behavior in a grassland located in the midland range ecological site in the Chaco region, northwestern Argentina. The site of the experiments was the ´La María´Experimental ranch, INTA Santiago del Estero Research Station,

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(28º 03’ S 64º 15’ E). Fire was applied in two study sites in 6 plots each. Fine fuel load, botanical composition, and fine fuel bulk density were estimated by sampling. Fire behavior was assessed by estimating forward rate of spread and flame length. These data were analysed using ANOVA with study site as independent variable. Correlation among variables was assessed using the Kendall’s τ correlation coefficient. Study sites presented a different botanical composition: plots were either dominated by Trichloris pluriflora (E.) Fournier, or by Pappo-phorum pappipherum (Lam.) Kuntze. Plant of these species possess different proportion of stems and leaves. These facts significantly affected fine fuel load, bulk density (p > F = 0,0001 in both cases) and the forward rate of spread (p > F = 0.0001). The latter was 27,62 m*min-1 in study site 1, where the first species dominated; and 21 m*.min-1 in study site 2, where the second dominated, respectively. Average flame length was 3,5 m, but reached 6 m when volatile shrubs ignited and participated in the propagation of fire. Correlations among forward rate of spread and fuel load with bulk density was positive and significant (p < 0,0001), but was not significant in the case of flame length. Fires were of high intensity and move fast and need blacklines or other indirect measures for control.

Keywords: fire behavior, Chaco region, fire regime, prescribed fire.

INTRODUCCIÓN

La región chaqueña es un bioma ubicado en el norte de la Argentina y países limítrofes (Morello y Adamoli, 1968; Bucher, 1982). Su vegetación es un mosaico de bosques, arbustales y sabanas (Morello y Adamoli, 1968; Bucher, 1982). El fuego fue utilizado históricamente por los aborí-genes de la región para la guerra, caza y otros propósitos (Jacques, 1858; Castro Boedo, 1873, citado por Morello, 1970; Bucher 1982). Posteriormente, el fuego fue –y es empleado por ganaderos y agricultores para manejo de pasturas naturales con fines productivos y para aclareo de la vegetación (Hieronymus, 1874; Bordón, 1993). El fuego usualmente comienza en las sabanas y pastizales debido a la disponibilidad de combustible fino en cantidad, y en con-diciones climáticas extremas (baja humedad relativa del aire y vientos de alta velocidad) puede propagarse en for-ma de fuego de copa a los arbustales y bosques (Tortorelli, 1947; Bravo et al., 2001). A pesar de su omnipresencia en la región chaqueña, no existe aún información que permita inferir que el ecosistema chaqueño haya evolucionado con el mismo. Hacen falta estudios sobre la ecología de las es-pecies nativas y su interacción con el fuego para dilucidar esta cuestión.

El enfoque moderno del manejo de fuego considera un ‘triángulo’ con tres componentes: ecología, prevención y as-pectos culturales/sociales relacionados con el fuego (FAO, 2006; Myers, 2008; Silva et al., 2010). Su comportamiento (velocidad de propagación o avance, longitud de llama, etc.) asociado a un modelo de combustible particular (~ tipo de vegetación) es un elemento integrante del régimen de fue-go de una región (Agee 1993, Glitzenstein et al. 1995, Hély et al. 2003). Es también una información básica necesaria para poder predecir el efecto del fuego sobre el ecosistema (ecología), y para seleccionar las prácticas y herramientas de control de fuegos indeseables (prevención).

De acuerdo a Kunst et al. (2006) se presentan en la re-gión chaqueña tres ambientes o sitios ecológicos (escala >

1:50000): el ‘alto’ con bosque de dos quebrachos, la ‘me-dia loma’ con parques; y el ‘bajo’ con sabanas, donde Elio-norus muticus (Spreng.) O. Kuntze (pasto aibe, espartillo amargo) es la especie dominante. El régimen de fuego y su efecto sobre la dinámica de la vegetación de las sabanas han sido descriptos por Renolfi (1993), Bravo et al. (2001, 2010) y Kunst et al. (2001, 2003). La intensidad del frente de fuego, longitud de llamas y velocidad de avance regis-tradas por estos autores son similares a las informadas por Cheney y Gould (1993), Cheney et al. (1995) y Streeks et al. (2008) para pastizales y sabanas de Australia y Texas (EEUU). Falta información sobre el comportamiento de fuego en los otros dos tipos de vegetación del Chaco, el bosque y el parque.

El objetivo específico de este trabajo fue describir el comportamiento del fuego en un pastizal/parque con estra-to herbáceo dominante ubicado en el sitio ecológico ́ media loma´ de la región chaqueña y analizar algunos de los fac-tores de la vegetación que lo influencian. Un conocimiento en detalle del comportamiento del fuego es muy importante ya que permite predecir sus efectos sobre el ecosistema. Por otra parte, esta información también es útil para ge-nerar ´modelos de combustible’ propios de cada región y país, mejorando así la gestión de fuego en general (Belgili y Saglam, 2003).

MATERIALES Y MÉTODOS

Área de estudio

El trabajo de campo se realizó en el Campo Experimental ‘La Maria’, Estación Experimental Agropecuaria Santiago del Estero, Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, Santiago del Estero, Argentina (28º 3’ S and 64º 15’ W). El clima es semiárido-subtropical. Los inviernos son fríos y secos, y los veranos calientes y lluviosos (Boletta, 1988). La precipitación media anual es 574 mm que caen de no-viembre a mayo (Estación Meteorológica, serie 1990-2008,

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Comportamiento del fuego en un pastizal del sitio ecológico ‘media loma’, región chaqueña occidental (Argentina)

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Estación Experimental Agropecuaria Santiago del Estero, desviación standard 208 mm; C.V 36%; intervalo de con-fianza de la media 519.88 – 618.11 mm. año-1, serie 1936-2005). Debido a las características climáticas, el fuego tiene una estacionalidad intrínseca en la región chaqueña: la temporada de incendios se inicia en junio, al comienzo de la estación fría y seca; y finaliza en octubre, con las primeras lluvias (Kunst et al., 2003). El combustible fino se acumula en las sabanas y pastizales en el verano y otoño temprano, y está en condiciones apropiadas para la quema prescripta o accidental (incendios) entre mediados-fines de invierno y principios de primavera (Bravo et al., 2001).

Un fuego que se inicie en la sabana puede propagarse al ecotono y de allí al bosque, si existe continuidad de com-bustible fino a lo largo de estos sitios ecológicos. Si se de-sarrolla un ´fuego de copa´ que elimina la estructura aérea de los árboles y arbustos, las especies componentes del pastizal de ecotono ‘entran’ en el bosque, creándose así un ‘pastizal de quemado’ (Morello y Saravia Toledo, 1958), con una composición botánica similar al pastizal de media loma. Las principales especies que propagan el fuego en el ecotono y en los ´quemados´ son pastos nativos de altura > 0,50 m especialmente Trichloris pluriflora (E.) Fournier y Pappophorum pappipherum (Lam.) Kuntze. Individuos de especies arbustivas nativas, tales como Aloyssia spp, Li-ppia turbinata Griseb. (poleo) y Schinus spp. (molle), cuyo follaje posee aceites esenciales volátiles y resinas (Nuñez et al., 2006; Moriconi et al., 2009; Australian Weeds and Livestock, 2011), están presentes en sitio ecológico ‘me-dia loma’ y pueden contribuir o no al comportamiento y a la propagación del fuego, de acuerdo a las circunstancias meteorológicas, a la carga de combustible y/o a la técnica de ignición utilizada (Wright y Bailey 1982).

Trabajo de campo

Durante la temporada de fuego 2007, dos sitios de es-tudio ubicados en el sitio ecológico media loma fueron se-leccionados en base a imágenes remotas y recorridas del Campo Experimental. En cada sitio de estudio, se aplicó fuego en forma consecutiva a 6 parcelas cada una de ta-maño 30 m x 30 m para evaluar su comportamiento. El ta-maño de las parcelas se corresponde con el ancho del tipo de vegetación estudiado y a la facilidad de construcción de cortafuegos.

Carga de combustible (C). La cantidad de combustible se evaluó mediante muestreo al azar en cada parcela, con n = 6 marcos de superficie = 0,25 m2, identificándose las espe-cies de Poáceas presentes. Las especies se determinaron por comparación con ejemplares depositados en el herba-rio de la EEA Santiago del Estero del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria. La nomenclatura de especies de gramíneas se basó en Ragonese (1951) y Burkart (1969) y fue actualizada según el Catálogo de Plantas Vasculares de la República Argentina (Instituto de Botánica Darwinion, 2011). Estos datos se emplearon para estimar la composi-ción botánica a nivel parcela. La biomasa aérea de las gra-míneas presentes en cada marco se cosechó el día previo

a la quema hasta una altura de 2 cm sobre el suelo y se cla-sificó en combustible en pie (biomasa aérea) y mantillo. El combustible en pie se cortó y separó a mano considerando 3 estratos de altura (Alt): 0-0,25 m, 0,25-0,50 m y 0,51-0,75 m. Las muestras fueron identificadas convenientemente y conservadas en bolsas de papel, secadas en estufa duran-te 48 hs a 60 ºC y posteriormente pesadas en una balanza con precisión 0,1 gr. La carga de combustible por parcela se expresó en kg de materia seca por ha-1 (kg MS*ha-1) total y por estrato. La cantidad de combustible seco en pie (S) en cada marco se estimó visualmente, en porcentaje por dos observadores independientes.

Datos meteorológicos

En cada quema se registró la humedad relativa del aire (HR, %), la temperatura del aire (T, ºC) y la velocidad del viento (VV, km*h-1) a 1,5 m del suelo empleando una esta-ción meteorológica digital Kestrel modelo 6000. Estos da-tos se registraron para evaluar si la quema se encontraba dentro de la ´ventana de prescripción’. Esta se define como el rango de condiciones -especialmente climáticas- para asegurar que el fuego se propague en un marco de segu-ridad. En este estudio se emplearon como prescripciones de referencia las desarrolladas por Britton et al. (1986) y Trollope (1984a y 1984b).

Técnicas de ignición

Debido a que la investigación estuvo orientada hacia el uso del fuego prescripto, se evalúo el comportamiento de un fuego frontal, es decir el que se propaga a favor del viento (Trollope, 1984b). Se emplearon antorchas de go-teo que se emplearon para la ignición, a barlovento de las parcelas, en forma perpendicular a la dirección del viento dominante, generalmente N-NE.

Densidad aparente de combustible (DA)

Se estimó a través la relación entre la carga de combus-tible expresada en kg MS*m-2 y altura de estrato, expresán-dose en kg MS*m-3.

Estimación y descripción del comportamiento del fuego

El comportamiento de fuego en un tipo de vegetación específico (≈ modelo de combustible) puede caracterizar-se mediante distintos enfoques: describiendo el clima y/o circunstancias climáticas, topografía y combustibles (Agee, 1993; De Bano et al., 1998); las especies que contribuyen a la propagación del fuego, la velocidad de propagación, cantidad de combustible consumido, y/o la energía/calor li-berados (Encyclopedia of Southern Fire Science, 2009). En este estudio el comportamiento de fuego se analizó tenien-do en cuenta las circunstancias climáticas, la descripción y carga de combustibles y su contenido de humedad, la energía y/o calor emitido y la velocidad de avance del fren-

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te de fuego. La metodología para describir y cuantificar las circunstancias climáticas fue especificada en los párrafos anteriores. La descripción de los combustibles se realizó a través del muestreo de campo. La cantidad de energía/calor emitidos se estimó observando la longitud de llama (L, m) por dos observadores independientes y se promedió (Ryan y Noste, 1985). A mayor longitud de llamas, mayor liberación de energía y mayor intensidad del frente de fue-go (Alexander, 1982; Ryan y Noste, 1985). La intensidad del fuego está asociada también a la cantidad de calor por unidad de carga de combustible y a la velocidad de avance del frente de fuego (Alexander, 1982; Agee, 1993). La ve-locidad media de avance del frente de fuego (VA, m*min-1) se calculó como la relación entre la distancia recorrida por el frente de fuego y el tiempo requerido para ese traslado (fórmula 1):

VA = D/(t0 – t1) [1]

Donde D (m) = lado o diagonal de la parcela observada en m, t0 (seg), el tiempo al comienzo del fuego y t1 (seg) el tiempo acumulado cuando el frente de fuego llegó al final de la parcela. Fuegos residuales no se tuvieron en cuenta para este cálculo. El tiempo se estimó con un cronómetro de mano, con una precisión 1/10 segundos. El consumo de combustible fue estimado visualmente, siguiendo las su-gerencias de Ryan y Noste (1985) para estimar severidad de fuego.

Análisis estadístico

Las medias, desviaciones standards y otros atributos estadísticos de los datos climáticos, del combustible y del comportamiento de fuego se emplearon para resumir la información obtenida. Se efectúo un análisis de la varian-za empleando carga de combustible, densidad aparente y velocidad de avance como variables dependientes y ´Sitio de estudio´ como variable independiente. Esta última re-presenta la variabilidad intrínseca dentro del sitio ecológi-co ‘media loma’, que incluyen diferencias en la estructura comunitaria, ej. la contribución de las distintas especies de gramíneas en la frecuencia relativa (Casillo, 2009; Casillo et al., 2011). Las relaciones entre DA, L y VA se evalua-ron mediante análisis de varianza y correlación, esta última empleando el coeficiente de correlación de Kendall (τ). Los test t de Student y Duncan se emplearon para comparación de medias. Los cálculos matemáticos se realizaron con los PROC MEANS, CORR, REG y GLM del paquete estadísti-co SAS (SAS 2002). Se empleó un α = 0.05 para los aná-lisis estadísticos.

RESULTADOS

Las cargas medias de combustible fino total fueron signi-ficativamente diferentes en los dos sitios de estudio: 6318 kg MS*ha-1 en sitio de estudio 1 versus 2897 kg MS*ha-1 en sitio de estudio 2, respectivamente (p > F= 0,0001, fig. 1A). Estas diferencias significativas se presentaron también en la DA total: 2,53 kg MS*m-3 versus 1,16 kg MS*m-3, para sitios

3,5

1,75

0

Den

sida

d ap

aren

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el c

ombu

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le(k

g M

S*cm

-3)

x

x

x

Máximo Mínimo Promedio

B

Sitio 1Sitios de estudio

Sitio 2

a

b

Sitio 1Sitios de estudio

9000

4500

0Car

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no (k

g M

S*.h

a-1)

Sitio 2

x

x

x

Máximo Mínimo Promedio

A

a

b

Figura 1. Promedio y rango de (A) carga de combustible fino total (kg MS*ha-1) y (B) densidad aparente total del combustible fino (kg MS*m-3) en un pastizal de sitio ecológico media loma. región cha-queña, por sitio de estudio. Campo Experimental La María. INTA EEA Santiago del Estero. Letras diferentes indican diferencias sig-nificativas. α = 0.05.

de estudio 1 y 2 respectivamente (P > F = < 0,0001, fig. 1B) y se mantuvieron a nivel de estrato de altura. El combustible presentó densidad en estratro 1 en ambos casos (tabla 1). El combustible fino en los dos lugares de estudio estaba com-puesto por Trichloris pluriflora y Pappophorum pappipherum (Poáceas), representando dichas especies el 70-80% de la composición botánica. La primera especie fue dominante en el sitio de estudio 1 y la segunda en el sitio de estudio 2 (Casillo, 2009). El porcentaje de tejido seco en el momento del fuego en las dos especies fue > 95 % y los individuos de T. pluriflora presentaron mayor altura que las plantas de P. pappipherum. Las condiciones meteorológicas promedio observadas durante la quema fueron: (a) sitio de estudio 1: temperatura del aire = 27,75 ºC, velocidad de viento a media llama (1,5 m de altura) = 2,5 km*h-1 y humedad relativa del aire 29,5% y (b) sitio de estudio 2: temperatura del aire = 32,4 ºC, velocidad de viento a media llama (1,5 m de altura) = 5,3 km*h-1 y humedad relativa del aire 40,7%.

Las condiciones meteorológicas durante las quemas se mantuvieron dentro de la prescripción (tabla 2). La veloci-dad de avance de fuego fue significativamente mayor en el sitio de estudio 1 (tabla 2, p > F = 0,0001), pero en el

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Comportamiento del fuego en un pastizal del sitio ecológico ‘media loma’, región chaqueña occidental (Argentina)

74

sitio de estudio 2 la longitud de llamas fue mayor (tabla 2). La longitud de llamas promedio fue 3,5 m, pero si se encendían plantas de arbustos la longitud de llamas alcan-zaba los 6-7 m. La forma de avance del frente de fuego fue curva. El combustible fino fue consumido de manera total, dejando ceniza negra. La velocidad de avance estu-vo correlacionada significativa y positivamente con la car-ga de combustible fino (τ = 0.42, p < 0.0001) y la densidad aparente (τ = 0.41, p < 0.0001), pero la longitud de llama no presentó una asociación significativa con las variables mencionadas (figs. 2 y 3). La velocidad promedio de avan-ce del fuego fue 24,0 m*min-1 (extremos 17-32 m*min-1), equivalentes a 1-2 km.h-1.

DISCUSIÓN

La carga de combustible fino del pastizal de media loma estudiado en los dos sitios de estudio fue mayor que la in-formada por Streeks et al. (2005) para pastizales de Texas (EEUU), pero similar a la informada por Cheney et al. (1993), Cheney y Gould (1995) y McDonald y Mc Pherson

(2011) para pasturas naturales de Australia. Las diferen-cias en la carga de combustible fino y densidad aparente entre los dos sitios de estudio se atribuyen a la compo-sición botánica. T. pluriflora es un pasto alto, erecto, con cañas lignificadas y fuertes, mientras que P. pappipherum presenta hábito cespitoso, predominando las hojas en rela-ción a las cañas (Kunst, observación personal). La veloci-dad de avance del frente posee una magnitud comparable a otros pastizales subtropicales (Cheney et al., 1993).

La longitud de llamas observada indica fuegos de alta intensidad, pero que se encuentran dentro de los rangos informados para fuegos en pastizales y sabanas (Trollope, 1984a, 1984b; Trollope y Tainton. 1986, Stocks et al., 1996; Kunst et al., 2001). Este tipo de fuegos son apropiados para dañar o matar la estructura aérea de especies leñosas de los géneros Acacia, Prosopis, Schinus, etc, que son un problema para la ganadería vacuna en dichos ambientes (Trollope, 1984a, 1984b; Kunst et al., 2001). Los fuegos estudiados se consideraron ´dentro de la prescripción´ si se emplean como referencia las prescripciones climáticas desarrolladas por Britton et al. (1987) y Trollope (1984a,

Atributo Sitio de estudio 0-0,25 m 0,251-0,50 m 0,50-0,75 m Total C 1 3483,52 2547,88 286,8 6318,2

2 1786,96 968,88 140,72 2896,56

DA 1 1.39 a 1.01 a 0.11 a2 0.71 b 0.38 b 0.06 b

Estratos de altura

m.min-1 km.h-1

1,1 5982,48 3--4 16,97 1,021,2 6876,32 5--6 sin datos

10/12/2007

21/12/2007

1,3 7752,72 3--4 33,41 2,001,4 6073,36 3--4 31,43 1,891,5 6280,88 4--6 27,37 1,64

27,62 1,66

1,. 5698,96 4--7 29,26 1,76

2,1 3606,88 4--4.5 17,96 1,082,2 3647,44 6 30 1,802,3 2956,48 6 25,64 1,542,4 1970,96 4 12,88 0,772,5 2238,72 4 16,39 0,982,6 1986,16 4 20 1,20

Velocidad de avance delfrente de fuego

Fecha Sitio /Parcela

Carga de combustible(kg MS*ha-1)

Longitud de la llama(m)

Promedio

20,7 1,24Promedio

Tabla 1. Carga media de combustible fino (C, kg MS*ha-1) y densidad aparente media del combustible (DA, kg MS*m-3) para dos sitios de estudio por estrato de altura de un pastizal del sitio ecológico media loma. Campo Experimental La María, INTA EEA Santiago del Estero. Letras diferentes indican diferencias significativas, α = 0,05.

Tabla 2. Longitud de llama y velocidad de avance del frente de fuego en un pastizal del sitio ecológico media loma, región chaqueña, Campo Experimental La María, INTA EEA Santiago del Estero.

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Abril 2012, Argentina

KUNST, C.1; LEDESMA, R.1; BRAVO, S.2; DEFOSSÉ, G.3; GODOY, J.1; NAVARRETE, V.1

75

0

3,5

7

0

20

40

0 1000 2000 3000 4000 5000 6000 7000 8000 9000

Longitud de llama (m

)VA

(m*m

in-1

)

Carga de combustible (kg MS*ha-1)

VA Longitud de llamaLongitud de llam

a (m)

VA (m

*min

-1)

Densidad aparente (kg MS*m-3)

0,00

3,50

7,00

0,00

20,00

40,00

0,000 0,500 1,000 1,500 2,000 2,500 3,000 3,500

VA Longitud de llama

Figura 2. Correlación entre carga de combustible fino (C), velocidad de avance del frente de fuego (VA) y longitud de de llama (L) en un pastizal de sitio de media loma. Campo Experimental La María. INTA EEA Santiago del Estero. Ref.: Línea llena, relación entre VA y C; línea cortada, relación entre L y C.

Figura 3. Correlación entre densidad aparente, velocidad de avance y longitud de llamas en un pastizal de sitio de media loma. Campo Experimental La María, INTA EEA Santiago del Estero.

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Comportamiento del fuego en un pastizal del sitio ecológico ‘media loma’, región chaqueña occidental (Argentina)

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1984b), pero ubicados en el extremo peligroso de la ‘ven-tana de prescripción’ debido a la longitud de llamas obser-vada. La diferencia en la velocidad de avance del frente de fuego (VA) entre sitios de estudio puede atribuirse a la distinta arquitectura de las plantas de especies de gramí-neas dominantes: individuos altos (~ 50 cm), con tallos lig-nificados como T. pluriflora facilitaron el avance del frente de fuego debido a que las llamas se encontraron con una estructura aérea abierta, que facilitó la propagación.

La ceniza negra observada sugiere que a pesar de la alta intensidad de los fuegos, su severidad es media a baja (Ryan y Noste, 1985).

Se debe tener en cuenta que esos fuegos no permiten un ataque directo en el caso de escapes, y su control debe basarse en métodos indirectos como la construcción de cortafuegos > 30 m de ancho (Wright y Bailey, 1982), o contrafuegos (Montiel y Kraus, 2010).

El enfoque clásico de estudio del comportamiento de fuego otorga a la carga de combustible una gran importan-cia en la predicción de la velocidad de avance del frente de fuego, mientras que otra escuela sugiere que no tiene ninguna importancia (Cheney et al., 1993). En este expe-rimento, VA fue influenciada de manera significativa por la carga de combustible y la densidad aparente, es decir por la cantidad de combustible y su distribución en un espacio tridimensional. Este hecho se atribuye a la heterogeneidad de la arquitectura de las especies que componen el pasti-zal de media loma y puede tenerse en cuenta incluyendo la composición botánica en los modelos matemáticos de propagación de fuego. La longitud de llamas no fue in-fluenciada por la carga de combustible ni por su densidad aparente, probablemente porque la estimación de la misma en condiciones de campo fue afectada por la presencia de especies arbustivas con compuestos volátiles que modifi-caron este descriptor del fuego.

CONCLUSIONES

El frente de fuego en pastizales de media loma del Chaco se mueve rápido, con una longitud media de llamas ~ 3-4 m, lo que indica que es necesario dedicar especial atención y aplicar medidas de prescripción para evitar escapes, tales como cortafuegos de ancho superior a los 30 m (Wright y Bailey, 1982). La velocidad de avance estuvo asociada a la composición botánica, que a su vez influyó sobre la carga (cantidad) y la densidad aparente del combustible fino en lugar de condiciones ambientales definidas por la prescrip-ción. La cantidad de calor emitida, por otra parte, estuvo más relacionada con la presencia de compuestos volátiles.

AGRADECIMIENTOS

Esta investigación estuvo financiada por el Proyecto FP6-018505 FIRE PARADOX ‘An innovative approach of integrated wildland fire management regulating the wildfire problem by the wise use of fire: solving the fire paradox’, European Union, 6th Framework, y por el Instituto Nacio-

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ARTÍCULOS RIA / Vol. 38 / N.º 1

Avances en la evaluación de la eficiencia energética del proceso de producción de biodiesel para distintas escalas

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Avances en la evaluación de la eficiencia energética del proceso de producción de biodiesel para distintas escalasHUERGA, I.1; DONATO L.2

RESUMEN

El biodiesel es un biocombustible producido por la reacción entre aceite vegetal o grasa animal y alcohol. El balance energético es uno de los puntos críticos al momento de evaluar la sustentabilidad del mismo. El objetivo de este trabajo es analizar la relación entre la energía consumida y generada en dos sistemas de producción de biodiesel: uno para autoconsumo en un establecimiento agropecuario y otro para abastecer el corte interno de gasoil y las exportaciones. Con datos de la etapa agrícola e industrial y mediante la aplicación de indicadores energéticos, se obtuvieron los resultados para cada caso. En el sistema de producción para autoconsumo, la colza y el girasol se presentan como las mejores alternativas desde el punto de vista energé-tico. En el caso de la producción para el corte interno y exportación, el mejor resultado se produce con soja de siembra directa y tecnología de punta. Se necesitan conocer el consumo de energía fósil para la fabricación de los principales insumos (fertilizantes, agroquímicos y alcohol) para obtener un análisis con mayor certeza del balance energético en nuestro país.

Palabras claves: biocombustibles; balance energético.

ABSTRACT

Biodiesel is a biofuel produced by the reaction between vegetable oil or animal fat and alcohol. The energy balance is a critical point when assessing the sustainability. The aim of this study is to analyze the relationship between energy consumed and generated in two biodiesel production systems: one for consumption on a farm and other to supply the diesel blended and export. Using data from the agricultural and industrial stage by application of energy indicators, results were obtained for each case. In the system of production for own consumption, rapeseed and sunflower are presented as the best alternative from an energy standpoint. In production for domestic and export cut, soybean tillage system with advanced technology provides the best results of energy balance. In this case, has a strong impact the application of agrochemicals and fertilizers. They need to know the consumption of fossil energy for the production of key inputs (fertilizers, chemicals and alcohol) for a discussion with more certainty of energy balance in our country.

Keywords: biofuel; energy balance.

1Estación Experimental Agropecuaria INTA Oliveros. Ruta 11 km 353 (2206) Oliveros, Santa Fe, Argentina2Instituto de Ingeniería Rural – Centro de Investigación de Agroindustria. INTA. CC 25 - CP1712 - Castelar, Pcia. de Buenos Aires, República Argentina. [email protected]; [email protected]

Recibido 13 de mayo de 2011 // Aceptado 13 de septiembre de 2011 // Publicado online 07 de marzo de 2012

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Abril 2012, Argentina

HUERGA, I.1; DONATO L.2

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INTRODUCCIÓN

Los biocombustibles se presentan como una solución alternativa y transitiva a la escasez de los combustibles fó-siles. Según la FAO (FAO, 2008), los biocombustibles son combustibles producidos a partir del uso directo o indirecto de biomasa, y se cita como ejemplos a leña, carbón, pe-llets, briquetas, bioetanol, biodiesel, biogás y biohidrógeno.

El biodiesel puede ser producido por una gran variedad de materias primas (incluyendo aceites vegetales, sebos animales y aceites de cocina usados) en reacción con un al-cohol y catalizador (Knothe et al., 2004). Según la norma de calidad IRAM 6515 (IRAM, 1989), el biodiesel es una mezcla de ésteres metílicos o etílicos de ácidos grasos, derivados de la transesterificación de aceites de origen vegetal.

Es notorio que en este último tiempo, el biodiesel ha adquirido una importancia tanto a nivel mundial como na-cional, de forma de poder disminuir la dependencia hacia aquellos combustibles derivados del petróleo. Se estima que en el año 2010 la producción mundial alcanzó los 14 millones de toneladas (Agencia Internacional de Energía, 2007). Argentina no escapa a este contexto. Posterior a la sanción de la ley nacional N.º 26.093 en el año 2006, se han instalado plantas acopladas a las aceiteras o en cercanías de estas. La producción de biodiesel en el año 2009 llegó a 1,2 millones de toneladas, insertando a la Re-pública Argentina como uno de los principales productores mundiales (James, 2009). Actualmente se sustenta en la utilización de cultivos oleaginosos, principalmente la soja, aunque existe interés de diversificar las materias primas para utilizar en este proceso.

La industria argentina de biodiesel está conformada, prin-cipalmente, por grandes aceiteras que poseen capacidad de producción propia, y plantas aledañas a estas. Este sector cuenta con la ventaja de tener un control de calidad acorde a las normativas internacionales y la disponibilidad de materia prima (James, 2009). El biodiesel es comercializado en el país (para el corte interno del gasoil) o exportado a Europa. La materia prima (aceite) se extrae del grano mediante una etapa mecánica (prensado y expandido) y una química utili-zando solventes (n-hexanos). La producción de biodiesel se realiza mediante proceso continuo en una escala de produc-ción mayor a 9.000 toneladas por mes.

Aquellas plantas de producción pequeñas son un esla-bón importante dentro de la cadena productiva de la región, y proveen de combustible a un sector específico. Dentro de este sustrato se hallan productores agropecuarios que bus-can autoabastecerse debido a la escasez de gasoil que se produce durante los períodos donde la actividad agrícola se intensifica (siembra y cosecha de granos). En esta es-cala productiva, la extracción de aceite se realiza mediante prensas y extrusoras, y la transformación a biodiesel, me-diante proceso discontinuo en plantas de tecnología nacio-nal. La capacidad operativa es inferior a los 1.000 litros de biodiesel por lote, siendo característica la producción de 300 litros/lote. Se utilizan los mismos reactivos que en las grandes empresas y resinas de intercambio para la etapa de purificación.

Independientemente del tamaño del establecimiento, existe un fuerte debate sobre la sustentabilidad ambiental del proceso de producción de biodiesel. Éste se centra en todo el ciclo del producto, desde la obtención de la materia prima hasta su uso. Una de las herramientas implementa-das para la evaluación ambiental de los biocombustibles es el Análisis de Ciclo de Vida (ACV).

Se han realizado múltiples ACV para la producción de biocombustibles en diferentes partes del mundo y utilizan-do materias primas variadas. Almeida Neto et al. (2004) comparan el balance de energía entre la producción de biodiesel con aceite de ricino en el estado de Bahia (Brasil) con los de soja de EE.UU y colza de Europa. En todos los casos el resultado es positivo y además, el autor establece que de optimizar el uso de productos químicos en el sue-lo (especialmente nitrógeno), se reduciría hasta un 65% la energía fósil utilizada.

En su libro, Knothe et al. (2004) muestran resultados de ACV realizados por distintos autores. Respecto a la colza europea, el autor rescata un balance positivo en cuanto a emisiones y energía; pero resalta la importancia de los impactos ambientales ocasionados por la eutrofización y acidificación en la fase agrícola.

Para la producción de biodiesel a partir de aceite de soja en Argentina, Panichelli et al. (2009) establecen que el prin-cipal impacto ambiental se genera en la etapa agropecua-ria, donde el uso de combustible, glifosato y fertilizantes fosforados son factores de mayor importancia en este pro-ceso. Acorde al autor, Donato y Huerga (2009) muestran una fuerte influencia del período de siembra y la tecnología utilizada en los balances de energía realizados por estos.

Considerando la necesidad de realizar estudios que in-volucren distintas escalas de producción, es el objetivo de este trabajo obtener una primera aproximación de la rela-ción entre la energía fósil consumida y la energía generada por los sistemas de producción de biodiesel para dos fina-lidades: exportación y abastecimiento del corte interno; y autoconsumo.

MATERIALES Y MÉTODOS

Caso de estudio: Proceso de autoconsumo de com-bustible en el sur de la provincia de Buenos Aires

Para este trabajo se tomaron en cuenta los datos reco-lectados mediante una encuesta realizada a un estableci-miento agropecuario representativo, que realiza el proceso de extracción de aceite y producción de biodiesel para au-toconsumo. El mismo se encuentra ubicado en el sur de la provincia de Buenos Aires (República Argentina), donde se cultiva girasol, colza y soja con las labores que se mues-tran en la tabla 1.

Parte de la cosecha de semillas de girasol, colza y soja son almacenadas en forma temporal dentro del predio. A estas se realiza la extracción de aceite mediante el proceso de extrusado–prensado, con una capacidad operativa de 2000 kg de semillas por hora, obteniendo aceite y expeller

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Cultivo Labores involucrados Fertilización

Colza 3 pulverizaciones; 1 siembra; 1 cosecha; 2 fertilizaciones Nitrocomplex-UAN

Girasol 2 rastra de disco; 1 siembra; 2 pulverizaciones; 1 cosecha; 1 fertilización DAP

Soja 3 pulverizaciones; 1 siembra; 1 cosecha; 1 fertilización Superfosfato triple

Tabla 1. Labores agrícolas y fertilizaciones empleadas en el sistema de producción de biodiesel para autoconsumo. Fuente: Elaborada por los autores.

Figura 1. Producción de biodiesel para autoconsumo. Fuente: Elaborada por los autores.

según las características de cada cultivo. El expeller es uti-lizado para alimentación animal, ya sea dentro del mismo establecimiento o como producto de venta para otros.

El aceite es introducido en un tanque cilíndrico con agi-tación junto con hidróxido de sodio y metanol (previamente mezclados) para su transformación a biodiesel. La reac-ción se mantiene a temperatura y agitación (recirculación

de la mezcla por bombeo, captando de la parte inferior y vertiendo por la zona superior del reactor). Luego se sepa-ra la glicerina y se purifica la fase rica en ésteres mediante resinas de intercambio. El biodiesel obtenido es almacena-do dentro del predio para su posterior utilización. La glice-rina se la coloca en tambores plásticos para su posterior empleo en caldera, junto con residuos vegetales.

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Figura 2. Producción de biodiesel a gran escala. Fuente: Elaborada por los autores.

El biodiesel es utilizado como combustible en tractores, cosechadoras y utilitarios dentro del mismo establecimien-to. Además, se alimenta el generador de energía para la planta de extracción de aceite y producción de biodiesel.

Es importante destacar que los insumos, tanto para la etapa agrícola como para la de transformación, provienen de Bahía Blanca (distancia inferior a 200 km), por lo que el

flete de los mismos no es una variable significativa desde el punto de vista energético.

Caso de estudio: Proceso de producción de biocom-bustibles en la provincia de Santa Fe

Para este medio productivo, se consideran distintos sis-temas agrícolas para la obtención de la materia prima: soja

Cultivo Labores involucrados Fertilización

Soja 1° SD 1 siembra; 1 fertilización; 6 pulverizaciones; 1 cosecha Fosfato monoamónico

Soja 1° Convencional 2 disco doble; 1 vibrocultivador; 1 siembra; 1 fertilización; 3 pulverizaciones; 1 cosecha Superfosfato triple

Soja 2° SD 1 siembra; 4 pulverizaciones; 1 cosecha

Soja 1° Tecnología de punta 1 siembra; 1 fertilización; 6 pulverizaciones; 1 cosecha Azufre S15Soja 1° SD Salta 1 siembra; 1 fertilización; 6 pulverizaciones; 1 cosecha

Tabla 2. Labores agrícolas y fertilizaciones empleadas en el sistema de producción de biodiesel para corte interno y exportación.Fuente: Elaborada por los autores.

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de primera y segunda con siembra directa; soja de primera con labranza convencional y soja de primera con tecnolo-gía de punta. Se adopta como zona para el cultivo el sur de la provincia de Santa Fe y el norte de Buenos Aires, incluyendo además (a modo de referencia) la soja obtenida de la provincia de Salta. El sistema de estudio abarca las tareas de labranza, siembra, mantenimiento y cosecha del cultivo. Las labores realizadas y el tipo de fertilizante apli-cado durante la etapa agrícola se muestran en la tabla 2.

El grano es almacenado en silos o celdas ubicadas a me-nos de 50 km de los establecimientos agropecuarios, previo proceso de acondicionado en el cual se reduce el contenido de humedad del mismo. Luego es transportado en una dis-tancia cercana a los 200 km hasta las plantas de extracción de aceite, que realizan este proceso por vía física (prensado y laminado) y química (extracción con solventes).

Mediante un oleoducto, el aceite es enviado a los esta-blecimientos de transformación a biodiesel. El producto ob-tenido es transportado en parte a las petroleras donde se realiza el mezclado con el diesel, y de aquí a las distintas partes del país. Se tomará recorrido medio (de la planta de biodiesel a la petrolera y de esta al consumo) unos 800 km. El resto del producto es exportado hacia Europa.

Para conocer el consumo de gasoil en la etapa agrícola se utilizó el Software COSTOMAQ v1.1, mientras que los insu-mos utilizados para cada caso fueron relevados mediante la revista Márgenes Agropecuarios (Márgenes Agropecuarios, 2010). Los datos de la etapa industrial fueron relevados me-diante encuesta realizada a una industria aceitera de gran tamaño y a una empresa de producción de biodiesel.

Indicadores energéticos

Para conocer la demanda de energía fósil de los insu-mos, se utilizaron indicadores energéticos implementados por otros trabajos de referencia sobre la temática (Pi-mentel, 2005; Patzek, 2004; Sheehan et al., 1998 y Pereira Dos Santos et al., 2000). Estos indicadores corresponden a bases de datos GREET de Estados Unidos, y expresan la energía fósil que se requiere para producir una determi-nada cantidad de cada insumo utilizado en un determinado proceso productivo.

Los subproductos influyen en forma significativa en los resultados. Se toman los poderes caloríficos de la glicerina y harinas como indicadores energéticos. En los sistemas de gran escala, también se considera el poder calórico de las cáscaras, ya que estas son quemadas en las calderas para la obtención de energía.

RESULTADOS

En lo que respecta al sistema de autoconsumo, se obser-van diferencias entre la soja respecto a la colza y girasol. La principal demanda energética en girasol se encuentra en la cantidad de gasoil implementada durante las labores agrícolas, mientras que en el caso de la colza, el elevado requerimiento de fertilizantes impacta negativamente en el balance energético. Ambos poseen una elevada propor-ción de aceite, lo cual permite obtener una mayor eficiencia en el uso de energía durante la etapa de extracción y trans-formación a biodiesel (figura 3).

Figura 3. Consumo de energía fósil (en MJ) por kg de biodiesel generado en sistemas de producción en pequeña escala (autoconsumo). Fuente: Elaborada por los autores.

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4,62 0,11 0,13 1,7 2,19 3,5 1,16 2,54

2,71 1 1,66 1,45 2,95 2,28 1,16 1,9

1,83 5,41 1,87 0,68 0,66 0,14

5,89 0,08 1,79 3,55 3,77 0,9 0,3 5,96

0,18 0,001 0,44 0,57 0,9 2,86 0,66

0,84 0,98 1,24 0,74 1,73

0,2 0,26 0,37 0,16 0,27

8,04 6,47 6,57 6,72 6,72 6,72 6,72 6,72

Soja Colza Girasol Soja 1° SD

Soja 1° Convencional

Soja 2° SD Soja 1° Tecnología de punta

Soja 1° SD Salta

SemillasConsumo gasoilFertilizaciónControl de plagas y malezas

InoculantesTransporteSecado de granosEtapa industrial (aceite y biodiesel)

Consumo de energía fósil (MJ)/kg biodiesel generadoAutoconsumo Corte y exportación

Figura 4. Consumo de energía fósil (en MJ) por kg de biodiesel generado en sistemas de producción a gran escala (exportación y corte interno). Fuente: Elaborada por los autores.

Tabla 3. Consumo de energía fósil (en MJ) por kg de biodiesel generado para ambos sistemas de producción. Fuente: Elaborada por los autores.

Lo contrario sucede con la soja, donde el contenido de aceite es menor. Influye además el uso de agroquímicos (como el caso del glifosato) en la energía fósil que este cultivo demanda. Se pede ver que el resultado obtenido es similar al arrojado para la soja de primera en siembra directa en Salta.

En la producción a gran escala y para la zona de referen-cia (norte de Buenos Aires, sur de Santa Fe), se observa que el sistema de mayor eficiencia es el de soja de pri-mera con Tecnología De Punta (1.° TDP), mientras que la

soja con labranza convencional (1.° Conv) mostró un alto consumo energético. Estas diferencias se dan en la etapa agrícola, por un mejor uso de los recursos y altos rendi-mientos en 1.° TDP, y al elevado uso de gasoil en 1.° Conv (figura 4).

Para todos los casos, el consumo de energía fósil durante la etapa agrícola representa más del 50% del total requerido a diferencia del sistema de producción para autoconsumo, donde la etapa de extracción y transesterificación tiene una elevada incidencia, principalmente para la colza y el girasol.

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Se puede observar que el biodiesel de soja en autoconsu-mo presenta una mayor demanda energética que cuando se produce para corte interno y exportación debido, princi-palmente, a que la eficiencia en el sistema de extracción de aceite por prensado es menor que la implementada por las grandes industrias (prensado y solvente).

En cuanto a la relación entre la energía generada y consu-mida en ambos sistemas, teniendo y sin tener en cuenta la utilización de los subproductos (tabla 4), es importante notar la influencia que tiene la utilización de los subproductos en los resultados obtenidos. Cuando se tienen en cuenta, el gi-rasol representa el cultivo de mayor eficiencia, mientras que la soja de primera con tecnología de punta es la de mayor índole para el caso de la producción a gran escala.

Es importante destacar que en la etapa de transforma-ción de aceite a biodiesel, el sistema de autoconsumo es menos eficiente que los sistemas a gran escala. Esto es debido principalmente a que el metanol que no se llega a recuperar luego de la reacción. En los grandes em-prendimientos, el proceso productivo se encuentra sis-tematizado para consumir la menor cantidad de insumos y materia prima (alcohol, hexanos, materia grasa). Para mejorar la eficiencia energética en estos sistemas, se deben ajustar los valores en la etapa agrícola, especial-mente la aplicación de agroquímicos y fertilizantes. En el caso de la soja proveniente de la provincia de Salta, se debería realizar la extracción y transformación en esta región para disminuir el consumo de gasoil utilizado en el traslado del producto.

Se debe destacar la viabilidad de autoabastecimiento energético para el establecimiento agropecuario del sur de la provincia de Buenos Aires. Se pudo verificar que tres lotes de biodiesel (300 litros de producción por lote) diarios alcanzan para suministrar de energía a la planta de pro-ducción y de combustible a los utilitarios (tractores, cose-chadoras, camionetas) del establecimiento agropecuario, según el consumo anual de gasoil que la misma posee.

No se encontraron referencias que arrojen resultados so-bre balances de energía para sistemas de autoconsumo. Para el caso del biodiesel a gran escala, Panichelli (2008) menciona que el 61% de la energía fósil se consume du-rante la etapa agrícola, valor aproximado al que se llega en este trabajo. No obstante, el autor expresa que el balance energético es negativo, resultado influenciado por los in-dicadores energéticos utilizados y por tener en cuenta un mayor número de variables que escapan a los alcances de este trabajo pero que resultan indispensables considerar-las para avalar la sustentabilidad de los biocombustibles.

Por otro lado, Sheehan (1998), en el balance energético para el biodiesel de soja en Estados Unidos, obtiene una relación de 3,2:1 para la energía generada sobre la energía fósil consumida. Los resultados obtenidos, por los indica-dores energéticos utilizados y las operaciones realizadas en la fase agrícola e industrial son similares a los valores mostrados en este trabajo. En otro estudio realizado por el PROCISUR se llega a un balance de energía de 3,4:1 para la soja y de 3,71:1 para la colza, con sistemas de caracte-rísticas similares a las mostradas en este trabajo.

Por último, para poder aproximarse con mayor detalle a la realidad nacional, deberán evaluarse los ciclos de ela-boración de los principales insumos (metanol, fertilizantes y agroquímicos) en plantas de producción de nuestro país.

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

Los principales consumos energéticos en la producción de biodiesel, tanto para autoconsumo como para utilizar en el corte interno o exportación, se dan en la etapa agrícola, don-de el combustible, los agroquímicos y los fertilizantes son los factores que mayor efecto tienen sobre los resultados.

En el caso de estudio para autoconsumo, se obtuvieron mejores resultados para el girasol y la colza que para la soja, por lo que implementar estos cultivos para la producción de biodiesel puede ser una ventaja energética, además de

Sistema Cultivo EG/EC sin subproductos EG/EC con subproductos

Colza 3,28 4,03

Girasol 3,62 4,52

Soja 1,91 2,91

Soja 1° SD 2,39 3,09

Soja 1° Convencional 1,97 2,50

Soja 2° SD 2,34 2,96

Soja 1° Tecnología de punta 2,88 3,64

Soja 1° SD Salta 1,91 2,43

Autoconsumo

Corte y exportación

Tabla 4. Relación entre la energía renovable generada y la energía fósil consumida en función de los distintos cultivos y sistemas de producción, sin considerar y considerando el aporte de los subproductos. Fuente: Elaborada por los autores.

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proveer de combustible al productor para las operaciones agrícolas. Una optimización de la etapa de transformación (extracción de aceite y transesterificación) mejorarían el ba-lance energético y la calidad del producto obtenido.

Al aumentar la escala productiva y considerando la pro-ducción de biodiesel con soja obtenida del sur de Santa Fe y norte de Buenos Aires, se pudo observar que la im-plementación del cultivo bajo tecnología de punta es el de mayor eficiencia. Esta zona es donde se obtienen los mejo-res rendimientos del país, y las distancias a los centros de transformación del grano son cortas, por lo que se podrían considerar como el sistema de producción de mayor efi-ciencia. Una optimización en la implementación de quími-cos y en las operaciones realizadas en la etapa agrícola mejoraría la sustentabilidad energética del sistema.

Para poder avalar la sustentabilidad del biodiesel en nuestro país y a diferentes escalas, es necesario realizar un análisis que abarque un mayor número de variables am-bientales, contemplando el ciclo de vida de las entradas y salidas de materia y energía que intervienen en el proceso.

AGRADECIMIENTOS

A Eliana Vives (establecimiento productivo del sur de Buenos Aires), Liliana Iriarte (INTA Barrow); Raúl Bernardi y Raúl Cabrera (planta de producción de biodiesel); y Victor Castro (CARBIO)

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Descomposición de Vigna unguiculata (caupí) en un Argiudol Típico de Colonia Benítez, Chaco

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Descomposición de Vigna unguiculata (caupí) en un Argiudol Típico de Colonia Benítez, ChacoSHINDOI, M. M. J. F. 1-2; PRAUSE, J. 2; JOVER, P. L. 1

RESUMEN

En los últimos años, esencialmente motivos ambientales han llevado a renovar el interés por el uso de le-guminosas herbáceas como abonos verdes, puesto que su empleo supone un ahorro económico importante para el agricultor y por sus efectos benéficos sobre las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo. Para que los abonos verdes sean considerados una efectiva fuente de nutrientes para los cultivos que se im-planten posteriormente, deben estar disponibles en los momentos de mayor demanda del cultivo y para ello se hace necesario conocer la velocidad de descomposición de la biomasa vegetal aportada al suelo y la subsi-guiente liberación de nutrientes. El objetivo del trabajo fue determinar la velocidad de descomposición del cau-pí (Vigna unguiculata L. Walp) y calcular la tasa de liberación de N, P y K, en las condiciones agroecológicas de Colonia Benítez, Chaco. En un Argiudol Típico se realizó la incorporación de caupí a los 74 días después de su siembra, se determinó su tasa de descomposición empleando la técnica de litterbags y cada 30 días se determinaron peso seco y N, P y K foliar. Se calcularon los porcentajes de masa seca remanente (%MSR), la tasa de descomposición y liberación de los nutrientes analizados. La producción promedio de caupí fue de 7603 kg MS ha-1, correspondiendo el 63,9% a las hojas y el 36,1% a tallos. La velocidad de descomposición durante los 30 días iniciales fue rápida con un %MSR = 36; que posteriormente se estabiliza. La tasa de libe-ración de N, P y K es máxima también durante los primeros 30 días. Para las condiciones edafoclimáticas de Colonia Benítez, es necesario continuar con los ensayos con el fin de establecer una precisa sincronización entre la liberación de los nutrientes del abono verde con la máxima demanda del cultivo.

Palabras clave: abono verde, bolsitas de descomposición, liberación de nutrientes.

1 INTA Colonia Benítez. Centro Regional Chaco-Formosa. Argentina. E-mail: [email protected] 2 Cátedra de Agroclimatología. Facultad de Ciencias Agrarias. Universidad Nacional del Nordeste. Corrientes, Argentina.

Recibido 17 de mayo de 2011 // Aceptado 16 de enero de 2012 // Publicado online 14 de marzo de 2012

ABSTRACT

In recent years, mainly for environmental reasons has led to renewed interest in the use of herbaceous leg-umes as green manure, as their employment is a significant cost savings for farmers and for their beneficial ef-fects on physical, chemical and biological soil properties. For green manure are considered an effective source of nutrients for crops that are in place then, should be available in times of increased demand for the crop and it is necessary to know the rate of decomposition of plant biomass to the soil and subsequent release of nu-trients. The objective was to determine the rate of decomposition of cowpea (Vigna unguiculata L. Walp), and

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calculate the rate of release of N, P and K in the agroecological conditions of the Colonia Benítez, Chaco. In a Typic Argiudol was the addition of cowpea at 74 days after sowing and determined the rate of decomposition using litterbags technique, and every 30 days were determined dry weight and N, P and K leaf. We calculated the percentages of mass remaining (%MSR), rate of decomposition and release of nutrients analyzed. The average yield of cowpea was 7603 kg DM ha-1, corresponding to 63,9% and 36,1% leaves to stems. The rate of decomposition during the initial 30 days was quick with a %MSR = 36, which was subsequently stabilized. The release rate of N, P and K was also high during the first 30 days and for the soil and climate of Colonia Benítez, one should proceed with testing for the purpose of establishing a precise synchronization between the release of nutrients from fertilizer full green crop demand.

Keywords: green manure, litterbags, nutrient release.

INTRODUCCIÓN

Vigna unguiculata (L.) Walp. es un cultivo estival que to-lera muy bien las altas temperaturas y las condiciones de estrés hídrico, similares a las que ocurren en la región del nordeste argentino (NEA) (Ibarra Zamudio y Jover, 2006). La producción de caupí, como grano para consumo hu-mano, está bastante difundida entre los pequeños produc-tores del NEA, donde también se lo siembra como abono verde y mejorador de suelos por la fijación biológica de ni-trógeno que realiza en simbiosis con bacterias del género Bradyrhizobium (Ibarra Zamudio y Jover, 2006). En los úl-timos años, esencialmente por motivos ambientales se ha renovado el interés por el uso de especies herbáceas como abonos verdes (García et al., 2001), puesto que su empleo supone un ahorro económico importante para el agricultor (Guzmán y Alonso, 2001; Padovan et al., 2002).

Existen numerosos trabajos que mencionan los efectos benéficos de los abonos verdes sobre propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo. Está comprobado que el aporte de materia orgánica al suelo, proveniente de la in-corporación de los restos vegetales, puede ser considera-ble y es un factor importante en el ciclo de los nutrientes (Gallardo Lancho, 2000; Prause et al., 2005). Ensayos realizados por Perin et al. (2004); Martins et al. (2003) y Hanly y Gregg, (2004) reportan el efecto de los abonos ver-des para recuperar la fertilidad edáfica, el aumento de la disponibilidad del P y la elevación del pH entre otras (Alves et al., 2003). Estos efectos son variables dependiendo de la especie utilizada como abono verde, del manejo de la biomasa aportada al suelo, de la época de siembra y el corte del abono verde, del tiempo de permanencia de los residuos vegetales en el suelo, de las condiciones ambien-tales y de la interacción entre los factores mencionados (Fontanetti et al., 2006).

Para que los abonos verdes de leguminosas sean con-siderados una efectiva fuente de nutrientes para los cultivos que se implanten posteriormente, deben proporcionarlos en los momentos de mayor demanda del cultivo. La falta de sincronización entre la oferta y la demanda especialmente de N, hace que esta práctica sea menos exitosa que las

aplicaciones fraccionadas de N inorgánico (Thönnissen et al., 2000). La velocidad de descomposición de la biomasa vegetal aportada al suelo y la subsiguiente liberación de nutrientes dependerá de la calidad y cantidad del residuo vegetal, humedad y temperatura de suelo, textura, minera-logía, actividad biológica y presencia de nutrientes (Myers et al., 1994; Velásquez et al., 2002; Silva et al., 2008). La descomposición y liberación de nutrientes del abono verde, constituyen procesos claves para garantizar el adecuado funcionamiento de los ciclos biogeoquímicos del suelo. La hipótesis planteada es que la velocidad de descompo-sición del caupí incorporado como abono verde al Argiudol Típico de Colonia Benítez es alta, y por consiguiente es muy importante la tasa de liberación de N, P y K al suelo. El objetivo del presente trabajo es determinar la velocidad de descomposición del caupí utilizado como abono verde y calcular la tasa de liberación de N, P y K, en las condi-ciones agroecológicas de Colonia Benítez.

MATERIALES Y MÉTODOS

El estudio se llevó a cabo en la Estación Experimental Agropecuaria del INTA Colonia Benítez (Chaco), ubicada a 27° 25’ latitud sur y a 58° 56’ longitud oeste, a 54 metros sobre el nivel del mar. El lote corresponde a un suelo clasi-ficado taxonómicamente como un Argiudol Típico, familia arcillosa fina, montmorillonítica, hipertérmica, correspondi-ente a la Serie Resistencia, capacidad de uso Clase IIe3, con un contenido de materia orgánica de 1,54%, nitrógeno 0,04% y fósforo 28,3 ppm (Ledesma y Zurita, 1995). El his-torial de uso de la parcela antes del ensayo es de agri-cultura con labranza convencional. La temperatura media anual es de 21,5 ºC y la precipitación media anual de 1343 mm (EEA INTA Colonia Benítez).

El 4 de diciembre de 2009 se sembraron con caupí para abono verde 4 parcelas de 25 m2, para la obtención del material vegetal necesario para instalar las bolsitas de descomposición, realizar los análisis químicos y obtener el promedio de rendimiento. El distanciamiento fue de 50 cm entre líneas y 20 cm entre plantas. A los 74 días después de la siembra (DDS) y previo a la incorporación del caupí

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ARTÍCULOS RIA / Vol. 38 / N.º 1

Descomposición de Vigna unguiculata (caupí) en un Argiudol Típico de Colonia Benítez, Chaco

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Tabla 1. Registro de las precipitaciones y temperaturas promedios de cada período de muestreo. Año 2010. Fuente: E.E.A.-INTA Colonia Benítez. Regional Chaco-Formosa.

con rastra de discos, se muestreó al azar con aro para cal-cular su producción de materia seca. Las determinaciones químicas del material vegetal fueron realizadas para N por el método semi-microKjeldahl; P por el método de Murphy-Riley y K por complejometría con EDTA y fotometría de lla-ma (Page et al., 1982). Se llevó el registro de temperaturas del aire y del suelo a 5 cm de profundidad y las precipita-ciones acumuladas durante cada período de muestreo de las bolsitas de descomposición (tabla 1).

Para la determinación de la descomposición del caupí se empleó la técnica de litterbags utilizando bolsitas confec-cionadas con tela plástica con abertura de malla de 2 mm, no considerándose estas como un sistema cerrado (Prau-se et al., 2005). En cada una de las bolsitas se colocaron 100 gramos de materia seca (MS) de caupí, las que fueron semienterradas a 5 cm de profundidad en 6 sitios elegidos al azar dentro de las 4 parcelas. De cada sitio se retiró una bolsita cada 30 días. El material vegetal se lavó con agua destilada sobre un tamiz y se lo secó en estufa a 60 ºC para determinar peso seco y posteriormente analizar el conteni-do de N, P y K foliares. El diseño experimental utilizado fue totalmente al azar con 6 repeticiones.

Con los pesos determinados se calcularon: 1) Porcentaje de materia seca remanente (%MSR) = 100. Xt / Xi; donde Xt es el peso seco del material vegetal en cada momen-to de extracción de la muestra y Xi el peso seco inicial. 2) Tasa de descomposición TD = (DCI-DCS) / n.º de días; donde DCI es peso seco inicial y DCS es peso seco final. 3) Tasa de liberación de nutriente de acuerdo a TLN = (CNI-CNS) / n.° de días, donde CNI es concentración de nutrien-te inicial y CNS es concentración de nutriente subsiguiente. Los resultados obtenidos fueron sometidos a análisis de la varianza, comparándose las medias mediante el test de Tukey al 5%.

RESULTADOS

La producción de caupí promedio fue de 7603 kg MS ha-1 (± 385,5 kg MS ha-1) correspondiendo el 63,9% a las hojas y el 36,1% a tallos. La dinámica de la pérdida de peso del material vegetal confinado en las bolsitas de descomposi-ción y expresada como %MSR de caupí, se muestra en la figura 1, detectándose a los 30 días iniciales un %MSR = 36. Posteriormente, entre los 60 y 120 días, el proceso de descomposición se estabiliza alcanzando en promedio un % MSR = 24.

Figura 1. Dinámica de pérdida de peso del material vegetal con-finado en las bolsitas de descomposición y expresada como por-centaje de materia seca (%MSR) de caupí. Barras indican los valo-res medios del desvío estándar en cada fecha muestreada.

Tabla 2. Tasa de descomposición de Caupí (kg. ha-1.día-1). Letras diferentes muestran diferencias significativas (p<5%).

30 60 90 120 150

Precipitaciones (mm) 181,3 160 93,7 10 31,2

Temperatura (°C) 23,4 18,7 15,2 17,1 11,3

Temp. de suelo a 5 cm (°C) 25,6 21,1 17,1 18,1 13,9

Días

% m

ater

ia s

eca

rem

anen

te 8090

90 120 150

100

70

60

60

50

4030

30

20

100

0días

Cuando se analiza la tasa de descomposición (TD) del caupí (tabla 2), se observan valores de TD = 161,53 a los 30 días, disminuyendo la TD = 28,64 a los 60 días y una TD = 3,46 a los 90 días de iniciada la descomposición del cau-pí. Se obtuvieron valores negativos de TD = -5,55 a los 120 días, que indican que no hubo descomposición del material confinado en las bolsitas colocadas en el ensayo.

El análisis del material vegetal del abono verde arrojó va-lores promedios de N = 4,61%, P = 0,96% y de K = 3,21%.

La tabla 3 muestra que la máxima liberación de los nu-trientes se produjo durante los primeros 30 días, arrojando valores para N = 7,75; P = 1,77 y K = 7,1 con diferencias

DíasTasa de

descomposición CV 53,12%

30 161,53 d

60 28,64 bc

90 3,46 ab

120 -5,55 a

150 40,19 c

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Abril 2012, Argentina

SHINDOI, M. M. J. F. 1-2; PRAUSE, J. 2; JOVER, P. L. 1

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Tabla 3. Tasa de liberación de N, P y K del material vegetal confi-nado en las bolsitas de descomposición (kg.ha-1.día-1). Letras dife-rentes muestran diferencias significativas (p<5%).

estadísticas significativas (p<5%). Posteriormente la tasa disminuye y no muestra diferencias estadísticas entre los nutrientes.

DISCUSIÓN

La producción de materia seca de caupí cosechada en el ensayo arrojó valores sensiblemente superiores a lo re-portado por Jover (2006) para Colonia Benítez, que obtuvo rendimientos en materia seca que variaron entre 4000 a 5000 kg MS ha-1.

En la figura 1 se observa que la velocidad de descom-posición del caupí disminuye con el tiempo, en coincidencia con lo reportado por Thönnissen et al. (2000), trabajando con leguminosas, y por Prause et al. (2005), en algodo-nero. A los 90 días, la tasa de descomposición desciende bruscamente, atribuida a la disminución de la temperatura del suelo. Los valores negativos a los 120 días indican que no hubo descomposición del material respecto de la fecha anterior, probablemente como consecuencia de las esca-sas precipitaciones registradas en ese período (tabla 1), en concordancia con lo reportado por Velásquez et al. (2002), quien menciona que la descomposición del material vege-tal está estrechamente relacionada con la humedad y la temperatura del suelo.

En leguminosas herbáceas, Silva et al. (2008) describe dos fases en el proceso de descomposición: una inicial rápida dada por los componentes fácilmente degradables y una lenta posterior, debida a los componentes más recal-citrantes, proceso que se repite en nuestro ensayo (figura 1). Dado que una mayor velocidad de descomposición sig-nifica un menor tiempo de retención de nutrientes por el abono verde, se esperaría que la liberación de N, P y K al suelo, sea también rápida.

En la tasa de descomposición del caupí se observan di-ferencias estadísticas significativas (p<5%) entre las distin-tas fechas de muestreo, interpretándose que existen dife-rentes velocidades durante el periodo de descomposición del caupí (tabla 2).

Los valores de N que se detectaron en este ensayo se consideran valores medios, de acuerdo con los trabajos realizados por Ayisi et al. (2004). Según la bibliografía, la cantidad de nitrógeno aportado por el caupí varía dentro

Días NCV 51,05%

PCV 49,30%

KCV 45,31%

30 7,75 b 1,77 c 7,1 b

60 0,14 a 0,45 b -0,19 a

90 -0,35 a -0,16 a 0,07 a

120 0,47 a 0,10 ab -0,025 a

150 -1,03 a -0,04 a 0,37 a

de un amplio rango: de 20 a 217 kg ha-1 año. Jover (2006) halló rangos que variaban de 30 a 300 kg ha-1 año y la EEA INTA Famaillá (2002) reportó valores que oscilaron entre 80 y 150 kg ha-1 año.

La tasa de liberación de N, P y K indica la cantidad de nutrientes que pueden ser liberados durante la descompo-sición del abono verde (Cruz et al., 2002). El N y K presen-taron un comportamiento similar durante el primer período de 30 días de descomposición del material vegetal, confi-nado en las bolsitas de descomposición. Para el caso del N, se detectó un aumento en su concentración debido a la inmovilización temporaria del nutriente, atribuido a la activa participación de la flora microbiana durante la fase rápida de descomposición del material vegetal y a la deposición atmosférica (Prause et al., 2005). Se conoce que los mi-croorganismos del suelo tienen concentraciones altas de nutrientes con relación a la materia orgánica que descom-ponen, siendo la inmovilización muy significativa para N y P que limitan el crecimiento microbiano. Durante este proceso, los microorganismos del suelo no sólo pueden retener los nutrientes liberados por su sustrato, sino que también pueden acumular nutrientes disponibles en la so-lución del suelo (Schlesinger, 2000), debiendo considerar, además, la contaminación de las bolsitas con N y P edá-fico, durante su permanencia en el suelo.

En cambio, la liberación del K, que se atribuye a una fuerte lixiviación por ser un catión monovalente que pre-senta fuerzas de unión débiles con el complejo de inter-cambio (Prause et al., 2005), se concentra especialmente en las células próximas a la superficie de las hojas (Sch-lesinger, 2000; Gallardo Lancho, 2000) y no está estruc-turalmente asociado a la materia orgánica. El P presentó su mayor tasa de liberación a los 30 días iniciales, pero con valores más bajos que los encontrados para N y K (tabla 2). Estos valores son atribuidos a que en la mate-ria orgánica la mayor parte del P se encuentra en enlaces éster, y sólo pueden mineralizarse por acción de las fos-fatasas liberadas en respuesta a la demanda microbiana de nutrientes. Además, su liberación por microorganismos edáficos está directamente relacionada con los niveles de materia orgánica en el suelo (Schlesinger, 2000).

Los tres nutrientes mostraron una mayor liberación du-rante los primeros 30 días iniciales de descomposición, registrándose un acentuado descenso de las tasas de liberación de N, K y P del material vegetal confinado en las bolsitas de descomposición. En todos los casos se detectaron valores negativos de las tasas de liberación atribuyéndose a la inmovilización microbiana, los pluvio-lavados y a la contaminación del material vegetal de las bolsitas con suelo.

De acuerdo con los datos consignados precedente-mente, una mayor velocidad de descomposición del mate-rial vegetal aportado al suelo significa un menor tiempo de retención de los nutrientes por el abono verde, pudiendo establecerse el siguiente orden en la tasa de liberación de los mismos: N = K > P. Se conoce que los cambios en el uso del suelo influyen en su contenido de materia orgánica

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Descomposición de Vigna unguiculata (caupí) en un Argiudol Típico de Colonia Benítez, Chaco

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de dos formas: alterando el aporte anual que procede prin-cipalmente de las plantas y variando el ritmo con el que se descompone esta materia orgánica. Un descenso casi inevitable del contenido de la materia orgánica edáfica acompaña a la introducción del laboreo agrícola. Las ro-taciones de cultivo que devuelven más materia orgánica al suelo tienden a un nivel de equilibrio superior al que se obtiene con rotaciones que generan menos residuos de cosecha (Wild, 1992). Este aporte es importante también desde el punto de vista de las propiedades físicas de los suelos agrícolas para mejorar la estructura del suelo, evi-tar la formación de costras y protegerlo de la erosión. La importancia de evaluar el aporte y descomposición de los residuos de cosecha o de los abonos verdes en ecosiste-mas agrícolas reside en que éstos retienen gran cantidad de nutrientes y a medida que esos residuos se descompo-nen, liberan nutrientes que son reutilizados por las plantas (Schlesinger, 2000).

CONCLUSIONES

La mayor parte del caupí incorporado al suelo como abo-no verde se descompone durante los primeros 30 días. La tasa de liberación de N, P y K es máxima también durante los primeros 30 días y está en función de la humedad y temperatura del suelo.

Para las condiciones edafoclimáticas de Colonia Benítez, es factible la utilización del abono verde de caupí. Pero para ello es necesario establecer una precisa sincroniza-ción entre la liberación de los nutrientes durante la descom-posición del abono verde, con la máxima demanda del cul-tivo siguiente.

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Abril 2012, Argentina

VILLARINO, S.V.1; MANETTI, P.L. 1; LÓPEZ, A.N. 1; CLEMENTE, N.L. 1; FABERI, A.J. 1

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Formulaciones con combinación de ingredientes activos para el control de Armadillidium vulgare (Crustacea: Isopoda), plaga en el cultivo de colza VILLARINO, S.V.1; MANETTI, P.L. 1; LÓPEZ, A.N. 1; CLEMENTE, N.L. 1; FABERI, A.J. 1

RESUMEN

La colza (Brassica napus, B. campestris) en siembra directa (SD) representa una alternativa en los sistemas de rotación actuales. Armadillidium vulgare es una de las plagas principales de los cultivos en SD. El objetivo de este trabajo fue evaluar cebos de acción combinada como estrategia alternativa de control de dicha espe-cie. Se realizaron ensayos de laboratorio y de campo con los siguientes tratamientos: testigo sin tratamiento químico; testigo químico (4 kg/ha de Carbaryl 8%, MataBiBos Acay); 3, 4 y 5 kg/ha de cebo de acción combi-nada (Carbaryl 8% + Metaldehído 4%, Dual Acay). Se evaluó el número de individuos de A. vulgare muertos, de plantas dañadas y de plantas sanas. En el laboratorio, a los 2, 3, 7 y 9 días después de la aplicación de los cebos, los tratamientos químicos se diferenciaron del testigo y no mostraron diferencias significativas entre ellos. Los tratamientos con aplicaciones de cebos presentaron un número de plantas sanas y totales mayor con respecto al testigo. En el campo, se detectaron diferencias en el número de individuos muertos entre los tratamientos químicos y el testigo. No se observaron diferencias en la proporción de individuos muertos ni de plantas dañadas entre los tratamiento químicos, sí respecto al testigo. La presencia del molusquicida en el cebo de acción combinada no interfirió en el control de A. vulgare. Se concluye que el cebo de acción combi-nada representa una alternativa de control de A. vulgare eficaz, que permite la protección del cultivo de colza.

Palabras clave: bicho bolita, babosas, metaldehído, carbaryl, siembra directa.

1Unidad Integrada Balcarce, FCA, UNMdP – EEA Balcarce, INTA, Ruta 226 km 73,5, Balcarce, Buenos Aires, Argentina CP: 7620. Correo electrónico: [email protected]

Recibido 20 de septiembre de 2011 // Aceptado 13 de enero de 2012// Publicado online 21 de marzo de 2012

ABSTRACT

Oilseed rape (Brassica napus, B. campestris) under No-Tillage (NT) represents an alternative in the current crop rotation systems. Armadillidium vulgare is a principal pest in crops under NT. The aim of this study was to evaluate combined action baits as alternative strategy in the control of that species. Laboratory and fields traits were carried out with five treatments: control treatment without chemicals, positive control (4 kg/ha of Carbaryl 8%, MataBiBos Acay); 3, 4 and 5 kg/ha of baits combined action (Carbaryl 8% + Metaldehyde 4%, Dual Acay). The number of dead A. vulgare individuals and the number of damaged and undamaged plants were evaluated. In laboratory: all the chemical treatments differed from control and these were similar to each other at 2, 3, 7 and 9 days after application of baits. Number of undamaged and the number of total plants were

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ARTÍCULOS RIA / Vol. 38 / N.º 1

Formulaciones con combinación de ingredientes activos para el control de Armadillidium vulgare (Crustacea: Isopoda)...

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higher in treatments with baits applications. In the field study, differences in dead individuals between chemical treatments and the control were found. Neither the products nor the doses tested had an effect. The proportion of dead individuals did not differ between chemical treatments. Chemical treatments had a lower number of damaged plants than control. The presence of molluscicide on the combined action bait do not whit control of A. vulgare. We conclude that combined action bait represent an effective alternative of control of A. vulgare, which allows the protection of oilseed rape crop.

Keywords: carbaryl, metaldehyde, no tillage, pill bugs, slugs.

INTRODUCCIÓN

La colza (Brassica napus, B. campestris), es una oleagi-nosa de la cual se obtiene aceite comestible de excelente calidad (Hickling, 2001). En la Argentina, este cultivo se adaptó a las condiciones de clima y suelo y demostró un potencial elevado de rendimiento, con un esquema de ma-nejo sencillo (Iriarte y Valetti, 2008). En la región triguera la colza constituye una alternativa de diversificación que enri-quece el esquema de rotación y, en siembras tempranas o intermedias, permite la realización de cultivos de segunda (SAGPyA, 2009).

El proceso de “agriculturización” de la región pampeana desde la década del 70 ocasionó erosión, pérdida de la materia orgánica y cambios en la biodiversidad y en las condiciones del ambiente edáfico (Potter y Meyer, 1990; Echeverría y Ferrari, 1993; Studdert et al., 1997; Gil y Ga-ray, 2001; Studdert y Echeverría, 2000a, Lal et al., 2007). En los últimos años se ha incrementado la preocupación por lograr una agricultura sustentable y se ha buscado evi-tar la degradación de los recursos naturales. El principio de sustentabilidad de la agricultura ha contado con la siembra directa (SD) como aliado tecnológico (Studdert y Eche-verría, 2000a) puesto que protege al suelo de los efectos erosivos, amortigua la pérdida de agua y las variaciones extremas de temperatura (Studdert y Echeverría, 2000a).

En estos sistemas, Armadillidium vulgare (Crustacea: Isopoda) se ha favorecido por la humedad mayor, la tem-peratura menor y la amplitud térmica menor del suelo (Ma-netti et al., 2006; Mastronardi et al., 2006; Faberi, 2010). El aumento de las poblaciones de esta especie, hizo que cambiaran su preferencia alimentica de detritívoros a fitófa-gos y los ha convertido en una plaga de diferentes cultivos agrícolas (Aragón, 2003; Faberi, 2010). En las Estaciones Experimentales Agropecuarias (EEA) Manfredi (Trumper y Linares, 1999), Paraná (Saluso, 2001) y Balcarce (Mastro-nardi et al., 2006; Manetti et al., 2007; Manetti et al., 2009) del INTA, se observó que A. vulgare reduce el porcentaje de emergencia de las plántulas y ocasiona daños en el hi-pocótile y cotiledones en los períodos de implantación de los cultivos de girasol y soja. A partir del ciclo agrícola 2007 se han recibido consultas acerca de daños de A. vulgare en cultivos de colza en la Unidad Integrada Balcarce (Fa-cultad de Ciencias Agrarias, UNMdP-EEA, INTA). Debido a

la morfología de la planta de colza, relativamente más pe-queña que las plantas de soja o girasol, los daños durante la emergencia se manifiestan en la pérdida de las plantas.

La SD representa una de las alternativas principales de sustentabilidad, a pesar de estar asociada a plagas como A. vulgare (Saluso, 2001). Por lo tanto, es necesario plan-tear un Manejo Integrado de Plagas (MIP) (Trumper, 2001) el cual implica el uso de múltiples tácticas basadas en la teoría ecológica y la teoría económica (Kogan, 1998). El MIP se basa en prevenir el daño a través de la implemen-tación de prácticas culturales, promoción del control bioló-gico y el uso de los plaguicidas en el momento oportuno y a la dosis adecuada.

La tecnología de control químico es la más utilizada. Para el control de A. vulgare se dispone de cebos comer-ciales con Carbaryl (1-naftil metilcarbamato) como ingre-diente activo (i.a.) el cual posee buen comportamiento en el control de la especie (Mastronardi et al., 2006; Manetti et al., 2006; Manetti et al., 2009). Sin embargo, la adopción masiva y la continuidad de años de agricultura bajo SD han permitido el establecimiento en forma conjunta de pobla-ciones de A. vulgare y de algunas especies de babosas (Mollusca: Pulmonata). Ambos organismos son perjudicia-les en la etapa de implantación de los cultivos y compar-ten métodos de control similares. En consecuencia, surgió como alternativa de control el uso de cebos comerciales de acción combinada formulados con dos i.a., Carbaryl, como crustacicida y Metaldehído, como molusquicida. En este contexto, se plantea como objetivo determinar la eficacia de control de un cebo tóxico de acción combinada sobre A. vulgare y evaluar los daños de A. vulgare sobre el cultivo de colza.

MATERIALES Y MÉTODOS

Se recolectaron individuos adultos de A. vulgare en el parque de la EEA Balcarce del INTA. Los individuos se co-locaron en recipientes de plástico de 38x33 cm por 24 cm de altura con una base de yeso de Paris, para mantener un ambiente húmedo. Los recipientes se llevaron a una cáma-ra de cría a 20±2 °C, y un fotoperíodo 16L:8O para la acli-matación de los ejemplares y semanalmente se humedeció el sustrato mediante un rociador. Antes de comenzar los

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VILLARINO, S.V.1; MANETTI, P.L. 1; LÓPEZ, A.N. 1; CLEMENTE, N.L. 1; FABERI, A.J. 1

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Tabla 1. Tratamientos, ingrediente activo y dosis de producto formulado.

ensayos, los individuos se pesaron en una balanza analíti-ca electrónica (precisión=0,001 g).

1. Ensayo de laboratorio

La Unidad Experimental (UE) estuvo constituida por una terrina de 30x40 cm y 25 cm de altura con 10 cm de sue-lo húmedo (proveniente de una horizonte A de un Argiudol típico (fino, mixto, térmico) con un pH de 6 y un contenido de carbono orgánico de 37,5 g/kg (Studdert y Echeverría, 2000b) y para simular la cobertura de SD, se utilizaron 72 g de residuos vegetales de cultivo de trigo (equivalente a 6000 kg/ha). En el centro de cada UE se realizó un surco de 1 cm de profundidad donde se colocaron 15 semillas de colza, que se taparon con una capa de suelo. Con el objetivo de simular una densidad poblacional relativamente elevada a las halladas en condiciones de SD, luego de la siembra, se colocaron 20 ejemplares de A. vulgare con un rango de peso de 40-80 mg. Cada UE fue regada con 0,5 l de agua utilizando un rociador y los bordes superiores se pincelaron con grasa de litio para evitar la migración de los individuos. Las UE se ubicaron en cámara de cría bajo las condiciones establecidas para el período de aclimatación.

Los tratamientos químicos (tabla 1) se aplicaron 4 horas después de colocar los individuos. Las distintas dosis de los cebos tóxicos se pesaron en una balanza analítica elec-trónica (precisión=0,001 g) y se aplicaron manualmente. El ensayo se llevó a cabo utilizando un diseño completamente aleatorizado con 4 repeticiones.

Se realizaron evaluaciones a los 2, 3, 7 y 9 días después de la aplicación (DDA). En cada evaluación se registró el nú-mero de individuos vivos y muertos, y a los 14 DDA se contó el número de plantas sanas, dañadas y/o muertas por A. vulgare. Luego de la segunda observación y al finalizar cada medición cada UE se regó con 0,5 l de agua con un rociador.

2. Ensayo de campo

Se realizó en la EEA Balcarce del INTA. Cada UE consis-tió de una superficie de suelo de 1 m2 confinada mediante

un marco de chapa laminada en frío, doble espada, de 0,55 mm de espesor con una altura de 30 cm, de los cuales 10 cm se enterraron. En cada marco se colocaron 600 g de residuos vegetales de cultivo de trigo (equivalente a 6000 kg/ha). Los bordes superiores de los marcos se pincelaron con grasa de litio para evitar la migración de los individuos.

En el centro de cada UE se sembraron 200 semillas de colza en un surco de 1cm de profundidad. Luego se coloca-ron 120 ejemplares de A. vulgare de un rango de peso de 40-80 mg y al día siguiente de la siembra se aplicaron los tratamientos químicos (tabla 1) siguiendo el mismo proce-dimiento utilizado en el ensayo de laboratorio.

El ensayo se realizó bajo un diseño en bloques comple-tos aleatorizados, teniendo en cuenta el gradiente de pen-diente del terreno, con 4 repeticiones. A las 24 horas y 3 y 6 DDA se observó el número de individuos vivos y muertos. A los 28 DDA se registró el número de plantas de colza sanas y dañadas por A. vulgare.

La proporción de individuos muertos y el número de plantas dañadas se analizó mediante análisis de varianza (α=0,05). Cuando se hallaron diferencias significativas en-tre los tratamientos se realizaron comparaciones múltiples mediante la prueba de Mínimas Diferencias Significativas (α=0,05). Los análisis se realizaron con el programa R 2.9.11 (R Development Core Team, 2010).

RESULTADOS

1. Ensayo de laboratorio

Se observó que la proporción de individuos muertos au-mentó en las sucesivas evaluaciones y con todos los tra-tamientos. En todas las evaluaciones los tratamientos quí-micos se diferenciaron del testigo (p<0,05) y no mostraron diferencias significativas entre ellos (p>0,05). A los 9 DDA todos los tratamientos, con el cebo con Carbaryl + Metal-dehído y con el que solo contiene Carbaryl, mostraron un buen comportamiento y no se observó efecto de dosis. Con todos los tratamientos químicos los individuos muertos su-peraron el 65% mientras que, en el testigo fue menor al 10% (figura 1).

Tratamiento Ingrediente activo y concentración (%)

Dosis de formulado (kg/ha)

Dosis de Carbaryl (g/ha)

Marcacomercial

1. Testigo - - - -

2. Testigo químico (crustacicida)

Carbaryl (8) 4 320 MataBiBos Acay

3. Cebo de acción combinada

3 240

4 3204. Cebo de acción combinada

Dual AcayCarbaryl (8) + Metaldehído (4)

5 4005. Cebo de acción combinada

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ARTÍCULOS RIA / Vol. 38 / N.º 1

Formulaciones con combinación de ingredientes activos para el control de Armadillidium vulgare (Crustacea: Isopoda)...

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Figura 1. Proporción de individuos de Armadillidium vulgare muer-tos en los distintos tratamientos químicos a los 2, 3, 7 y 9 días pos-teriores a la aplicación. Letras iguales entre tratamientos significan diferencias no significativas (p>0,05). CV: coeficiente de variación.

Figura 2. Plantas de colza totales, sanas y dañadas por Armadi-llidium vulgare en los distintos tratamientos químicos a los 7 días posteriores a la aplicación. Letras iguales entre tratamientos signi-fican diferencias no significativas (p>0,05).

Figura 3. Proporción de individuos de Armadillidium vulgare muer-tos en los distintos tratamientos químicos a 1, 3 y 6 días poste-riores a la aplicación. Letras iguales entre tratamientos significan diferencias no significativas (p>0,05). CV: coeficiente de variación.

Figura 4. Plantas de colza totales, sanas y dañadas por Arma-dillidium vulgare en los distintos tratamientos químicos a los 28 días posteriores a la aplicación. Letras iguales entre tratamientos significan diferencias no significativas (p>0,05).

Los daños provocados por A. vulgare en el cultivo de colza consistieron en el consumo de cotiledones y heridas en el hipocótile, que produjeron la reducción del número de plantas. En los tratamientos emergieron entre 5 y 11 plantas de colza (33,3 y 73,3% de emergencia). El testigo tuvo el número mayor de plantas dañadas, el número me-nor de plantas sanas y el número menor de plantas totales. El número de plantas totales del testigo fue menor respecto al resto de los tratamientos (p=0,0003), posiblemente de-bido a que el daño ocurrió en la semilla antes de la emer-gencia. No se observó efecto de los tratamientos sobre el número de plantas dañadas (p=0,3817), en cambio hubo

mayor número de plantas sanas y de plantas totales en los tratamientos químicos respecto al testigo (p=0,0009 y p=0,0003, respectivamente) (figura 2).

2. Ensayo de campo

La temperatura en condiciones de campo fue menor a la temperatura del laboratorio. La temperatura media fue de 10,4 ºC, con una temperatura mínima y máxima de 4,3 y 16,6 ºC, respectivamente. En ese período se registraron pre-cipitaciones que totalizaron 6,1 mm, que permitieron conser-var la humedad del suelo durante la emergencia del cultivo.

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VILLARINO, S.V.1; MANETTI, P.L. 1; LÓPEZ, A.N. 1; CLEMENTE, N.L. 1; FABERI, A.J. 1

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De modo similar a lo observado en el laboratorio, en las evaluaciones sucesivas la proporción de individuos de A. vulgare muertos aumentó y se detectaron diferencias entre los tratamientos químicos y el testigo (p<0,05) (figura 3). Tampoco se observaron efectos de productos ni de dosis. La proporción de individuos muertos no presentaron diferen-cias significativas entre los tratamientos químicos (p>0,05).

En los diferentes tratamientos emergieron entre 42 y 46 plantas de colza (21 y 23% de emergencia). Como lo re-gistrado en los ensayos de laboratorio, el número mayor de plantas dañadas y menor de plantas sanas se observó en el testigo. El número de plantas sanas no difirió entre los tratamientos empleados (p=0,4018). Sin embargo, se observaron diferencias en el número de plantas dañadas (p=0,0160). En los tratamientos químicos se observó un número menor de plantas dañadas, respecto del testigo, exceptuando la dosis de 4 kg/ha de Carbaryl + Metaldehí-do, la que no se diferenció de los tratamientos químicos ni del testigo (figura 4).

DISCUSIÓN

En el laboratorio como en el campo no se observaron diferencias en los efectos de los distintos productos pro-bados ni de las dosis. Además, la proporción de individuos muertos fue similar entre los tratamientos químicos. Resul-tados similares fueron hallados por Manetti et al. (2009) quienes observaron un número de individuos muertos si-milar entre las dosis del cebo con Carbaryl y las del cebo con Carbaryl + Metaldehído. La presencia del molusquicida en el cebo tóxico de acción combinada no interferiría en el control de A. vulgare. Desde el punto de vista de manejo de la plaga, y en un contexto de agricultura sustentable, la utilización de la dosis más baja del cebo de acción combi-nada constituye una alternativa promisoria de manejo de la especie. La selección de la dosis “óptima” depende de las condiciones ambientales durante la aplicación y de la den-sidad de las plagas. Las condiciones ambientales que favo-rezcan la actividad de los bichos bolita, como suelo húme-do y templado, aumentarían la posibilidad de ingestión de los cebos. No obstante, se debe considerar que las lluvias posteriores a la aplicación pueden producir una disminu-ción de la acción atrayente de los cebos o su degradación con una disminución de su efecto.

En cuanto al momento de la aplicación, teniendo en cuenta los resultados de este trabajo y los hallados previa-mente (Manetti et al., 2006; Mastronardi et al., 2006; Ma-netti et al., 2009), la aplicación se debe hacer algunos días antes de la siembra y así exponer al cultivo a una población menor de la plaga.

El objetivo principal de la utilización de cebos de acción combinada es el control de plagas que se encuentran aso-ciadas, como es el caso de A. vulgare y especies de ba-bosas. De acuerdo a Garavano et al. (2009) el cebo con Carbaryl + Metaldehído ha demostrado un control efectivo de Deroceras reticulatum, “babosa gris”, similar al observa-do con el cebo que contiene el ingrediente específico para moluscos, Metaldehído. Por otro lado, Salvio et al. (2008)

reportaron que la incorporación del i.a. Carbaryl en el cebo de acción combinada no altera la efectividad del producto en el control de babosas. Manetti et al. (2006) determina-ron que en un cultivo de soja infestado con bichos bolita y babosas, el formulado de acción combinada es más efecti-vo para ambas plagas que los cebos tradicionales. El cebo de acción combinada tendría la ventaja de controlar a las babosas en aquéllos lotes que se presenten conjuntamen-te con A. vulgare.

Si bien no existe la determinación del NDE de A. vulgare en el cultivo de colza, Saluso (2004) determinó en el cultivo de soja que 80 individuos adultos de A. vulgare/m2 causan un perjuicio económico. En el presente trabajo la densidad de A. vulgare en el laboratorio fue de 167 individuos/m2 y considerando un 65% de control la población se reduciría a 59 individuos/m2, es decir, por debajo del NDE estimado para el cultivo de soja. No obstante, los daños provoca-dos por A. vulgare en el cultivo de colza consistieron en el consumo de cotiledones y en heridas en el hipocótile, que produjeron la reducción del número de plantas. Debido a la morfología de las plántulas de colza, el cultivo es suma-mente susceptible a los daños ocasionados por A. vulgare, y debería considerarse un NDE más bajo que el utilizado para el cultivo de soja.

CONCLUSIONES

El cebo de acción combinada representa una alternativa eficaz de control de A. vulgare. Con todas las dosis del cebo, luego de 6-7 días de la aplicación, se logró un nivel de control aceptable. La dosis menor representa la alterna-tiva más adecuada en aquellas situaciones que permitan realizar un control anticipado a la siembra del cultivo. Sin embargo, la elección de la dosis óptima dependerá de las condiciones en las cuales se realizará la aplicación.

El cultivo de colza, es muy susceptible a los daños de A. vulgare. La utilización de los cebos permite alcanzar un nú-mero mayor de plantas sanas. Por lo tanto, la aplicación de estos formulados protege al cultivo de colza de los daños de A. vulgare.

AGRADECIMIENTOS

El estudio fue financiado por el proyecto 15/A267/08 Uni-versidad Nacional de Mar del Plata, Argentina.

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Formulaciones con combinación de ingredientes activos para el control de Armadillidium vulgare (Crustacea: Isopoda)...

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Abril 2012, Argentina

CARRANZA, C.1; NOE, L.2; MERLO, C.2; LEDESMA, M.1; ABRIL, A.2 *

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Efecto del tipo de desmonte sobre la descomposición de pastos nativos e introducidos en el Chaco Árido de la ArgentinaCARRANZA, C.1; NOE, L.2; MERLO, C.2; LEDESMA, M.1; ABRIL, A.2 *

RESUMEN

La dinámica de la descomposición y la liberación de nutrientes a partir de los restos vegetales son procesos clave para la fertilidad edáfica, por lo que resultan adecuados para estimar el grado de sustentabilidad de los sistemas productivos. En este trabajo se evaluó el efecto del tipo de desmonte (total y selectivo) sobre la tasa de descomposición, la liberación de N y la fertilidad del suelo de pastizales (nativos e introducidos) para uso ganadero en el Chaco Árido de la Provincia de Córdoba, con la finalidad de predecir el grado de sustentabilidad de ambos sistemas productivos bajo las condiciones climáticas de la región. Se utilizó un diseño experimental de parcela dividida: desmonte (total vs selectivo)/pastura (nativa vs introducida), con 4 réplicas por tratamiento. En las parcelas se colocaron jaulas de descomposición con 20 g de residuos (colectados en cada tratamiento) que fueron retiradas al final de cada estación climática durante dos años. Muestras de suelo (0-20 cm de pro-fundidad) fueron tomadas anualmente en ambos tipos de desmonte y en un bosque colindante como testigo. En cada fecha de muestreo se evaluó el peso y las características químicas y biológicas de los residuos. En las muestras de suelo se determinó el contenido de nitratos, las fracciones de la materia orgánica y la respiración edáfica. Durante el primer año de estudio, la tasa de descomposición y la mayoría de los parámetros analiza-dos fueron muy semejantes entre tratamientos. Contrariamente, en el segundo año todos los valores fueron muy erráticos debido a que germinaron pastos dentro de las jaulas. Los parámetros de fertilidad analizados no mostraron diferencias entre sistemas de desmonte y se correlacionaron con el contenido de humedad. Los resultados indican que: a) las condiciones climáticas del Chaco Árido afectan la descomposición en mayor me-dida que la composición química de los residuos y el tipo de desmonte; b), los cambios en la cantidad y calidad de la materia orgánica del suelo (como resultado del desmonte) comprenden un proceso muy lento (mayor a 3 años desde el desmonte); y c) la presencia de árboles en los desmontes selectivos favorece la liberación de N a partir de los pastos nativos, lo cual corrobora la importancia de la conservación de la diversidad (leñosas y pastos naturales) sobre la sustentabilidad del pastizal en los ambientes áridos.

Palabras clave: liberación de N, Cenchrus ciliaris, desarbustizado, sustancias húmicas, nitratos.

ABSTRACT

The decomposition and nutrient release dynamic from plant residues are key process for soil fertility; there-fore they are adequate to estimate the sustainability degree of productive systems. In this work we evaluated the effects of forest clearing type (total and selective) over decomposition rate, N release and soil fertility in

1Estación Forestal Villa Dolores, INTA. Cno. San José Km 1; B° Las Encrucijadas; 5870; Villa. Dolores, Córdoba. 2Microbiología Agrícola, Facultad de Ciencias Agropecuarias, Universidad Nacional de Córdoba. Cc 509, 5000, Córdoba. *Autor a quien dirigir la correspondencia, E-mail: [email protected]

Recibido 11 de febrero de 2011 // Aceptado 18 de noviembre de 2011 // Publicado online 01 de febrero de 2012

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ARTÍCULOS RIA / Vol. 38 / N.º 1

Efecto del tipo de desmonte sobre la descomposición de pastos nativos e introducidos en el Chaco Árido de la Argentina

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INTRODUCCIÓN

La región del Chaco Seco de la Argentina ha sido históri-camente explotada por sus recursos forrajeros a causa de la abundancia y calidad de sus pastizales. Sin embargo, la sobreutilización de los pastos ha conducido a la reducción y/o pérdida total de la capacidad forrajera de la región, que en la actualidad presenta amplios sectores de suelo des-nudo y densos fachinales (arbustización) (Adamoli et al., 1990; Carranza, 1994; Diaz, 2007; Kunst et al., 2008).

Debido al avance de la agricultura sobre zonas tradicio-nalmente ganaderas, extensas superficies de los sectores mas áridos de la región (Chaco Árido), han sido desmon-tadas y sembradas con pasturas para uso ganadero (Bono et al., 2004; Montenegro et al., 2007; Zak et al., 2008). Sin embargo, la eliminación de la cobertura arbórea en las zo-nas áridas provoca inconvenientes para el ganado princi-palmente por la falta de sombra (Kunst et al., 2008; Díaz, 2007). Además, los suelos desmontados quedan expues-tos a mayor insolación, riesgos de erosión y modificación del ciclado de nutrientes (Alessandria y Boetto, 2000; Abril, 2002; Wolkovich et al., 2010), aspectos que pueden llegar a comprometer la sustentabilidad del sistema ganadero (Díaz, 2007).

Como una alternativa de manejo, se suelen reempla-zar los desmontes totales por desmontes selectivos (des-arbustizado) (Carranza, 1994; Kunst et al., 2008; Díaz, 2007; Carranza y Ledesma, 2009), sin embargo, el grado de sustentabilidad de ambos tipos de desmonte ha sido escasamente evaluado (Kunst et al., 2008) a pesar de la

necesidad de formular prácticas productivas sustentables en el marco de la Ley Nacional de Presupuestos Mínimos para la Conservación de los Bosques Nativos (N.° 26331).

Un enfoque muy adecuado para establecer el grado de sustentabilidad de un sistema de manejo es evaluar la tasa de liberación de nutrientes a partir de la descomposición de restos vegetales, proceso clave para el mantenimiento de la productividad de los suelos (Semmartin y Ghersa, 2006; Potthast et al., 2010; Mahaney, 2010). En la actualidad, no se dispone de información sobre este proceso en ambos tipos de desmonte en el Chaco Árido de la Argentina.

La descomposición de los restos vegetales esta regulada por las condiciones ambientales, la composición química de los restos y la abundancia de microorganismos descom-ponedores (Torres et al., 2005; Noé y Abril, 2008; Mahaney, 2010), por lo que la tasa de descomposición es propia para cada ecosistema (Xu et al., 2010).

Por otra parte, los restos de leñosas (por su elevado con-tenido de fibras y compuestos fenólicos) se descomponen mas lentamente que los pastos (Perez Harguindeguy et al., 2007; Carrera et al., 2009) lo cual favorece la formación sustancias húmicas en el suelo (Abril et al., 2009; Bahri et al., 2008; Kovaleva y Kovalev, 2009). Este es un aspecto de gran relevancia al momento de considerar el manejo de los restos para mejorar y/o conservar las condiciones de fertilidad de los suelos (Almendros et al., 2005, López et al., 2006).

Existen estudios previos sobre la tasa de descomposi-ción de restos de leñosas y las características de fertilidad

pastures for rancher use of Arid Chaco (Córdoba province), in order to predict the sustainability degree of both productive systems under the climatic conditions of the region. A split- plot experimental design was used: clearing (total vs. selective)/pasture (native vs. exotic grasses), with 4 replicates for treatment. In each plot, decomposition cages with 20 g of organic residues were placed (collected in each treatment) and they were withdrawn at the end of each climatic season (during two years). Soil samples (0-20 cm) were annually taken in both selective and total clearing and in a nearly forest as control soil. In each sampling date the following parameters were evaluated: a) the weight and chemical and biological characteristics in organic residues and b) nitrate content, organic matter fractions and the respiration in soil. During the first year of the experience, the decomposition rate and the majority of the analyzed parameters were similar among treatments. Conversely, in the second year all the values were very erratic due to grasses germinated inside cages. The analyzed soil parameters did not show differences between clearing systems and they were correlated to the soil moisture. Our results indicate that: a) Arid Chaco climatic conditions have more effect over the decomposition than re-sidues chemical compositions and clearing type; b) the organic matter quality and quantity changes (as result of clearing) is a slow process (more than the two years of our experience); and c) the presence of trees in the selective clearings favor the N release from native grasses, which confirms the importance of diversity conser-vation (woody and native grasses) for pasture sustainability in arid environments.

Keywords: N release, Cenchrus ciliaris, shrubs clearing, humic substances, soil nitrate.

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del suelo en el Chaco Árido de la Provincia de Córdoba (To-rres et al., 2005; Abril et al., 2005), pero no se dispone de información sobre la tasa de descomposición y liberación de nutrientes para gramíneas de uso ganadero ni sobre los cambios en la fertilidad del suelo como resultado de ambos tipos de desmonte.

En este trabajo se evaluó el efecto del tipo de desmonte (total y selectivo) sobre la tasa de descomposición y libe-ración de N a partir de los restos de gramíneas (nativas e introducidas) y sobre la fertilidad del suelo, con la finalidad de predecir el grado de sustentabilidad de ambos sistemas de manejo bajo las condiciones climáticas del Chaco Árido.

MATERIALES Y MÉTODOS

Se trabajó en un sector de bosque secundario en buen estado de conservación en el departamento Pocho en la provincia de Córdoba (31° 43´ 42” S y 65° 24´ 15” O). La región tiene clima subtropical seco, con 500 mm de preci-pitación anual, de ocurrencia estival y una evapotranspi-ración >1000 mm (Capitanelli, 1979). La vegetación pre-senta Prosopis flexuosa y Aspidosperma quebracho blanco como especies arbóreas dominantes, un estrato arbustivo de Celtis chichape, Schinus fasciculata, Larrea divaricata y Cercidium praecox; y un estrato de herbaceo con Trichloris crinita, Setaria lachnea, Aristida mendocina y Sporobolus pyramidatus, como especies más representativas.

Dentro de ese sector de bosque se delimitaron dos par-celas de una ha, una de las cuales fue desmontada total-mente (DT), mientras que la otra fue desarbustizada (DS), dejando aproximadamente un 30% de cobertura arbórea. Las tareas de desmonte se realizaron en forma manual du-rante la primavera del año 2006 y el material remanente fue retirado de las parcelas.

En la mitad de cada parcela se sembró (al voleo) Cen-chrus ciliaris, mientras que la otra mitad se dejó repoblar con pastizal nativo. En otoño del año 2007, se colocaron trampas de tela de 1 x 2 m bajo la copa de 10 ejemplares de P. flexuosa con la finalidad de colectar los restos vegeta-les. Las trampas fueron retiradas al final de invierno. La re-colección de restos de gramíneas se hizo a lo largo de una transecta en cada parcela colectando el material muerto en pie. En las parcelas con C. ciliaris se colectó solo material de dicha especie, mientras que en las parcelas con pasto

nativo se colectaron todas especies presentes cada 10 pa-sos a lo largo de la transecta.

La unidad experimental consistió en jaulas de descomposi-ción de 20 x 20 x 10 cm construidas con malla 0.1 cm en base y tapa y 1 cm en los lados para permitir el ingreso de meso-fauna (Bucher et al., 2003). A las jaulas de descomposición se les incorporó 20 g de los restos colectados y se fijaron sobre la superficie del suelo mediante soportes metálicos.

Se utilizó un diseño experimental de parcela dividida con factor principal tipo de desmonte con tres niveles: desmon-te total (DT); desmonte selectivo entre árboles (DSE) y desmonte selectivo bajo la copa de los árboles (DSB) y fac-tor secundario tipo de pastura, con dos niveles: introducida (C) y nativa (N), con 4 réplicas por tratamiento (tabla 1).

Las jaulas de descomposición fueron colocadas en septiembre de 2007 según los siguientes tratamientos: a) DSEC: con restos de C. ciliaris fuera de la copa de los ár-boles del DS; b) DSBC: con restos de C. ciliaris y P. flexuo-sa bajo la copa de P. flexuosa del DS; c) DSEN: con restos de pastos nativos fuera de la copa de los árboles del DS; d) DSBN: con restos de pastos nativos y P. flexuosa bajo la copa de P. flexuosa del DS; e) DTC: con restos de C. ciliaris en el DT; y f) DTN: con restos de pastos nativos en el DT (tabla 1). El objetivo de la inclusión de hojas de P. flexuosa en las jaulas de descomposición fue tratar de reproducir las condiciones realisticas del sistema silvopastoril, donde el árbol participa con el aporte de restos a los pastos en descomposición

La proporción de residuos de gramíneas y P. flexuosa co-locada en las jaulas de los tratamientos con DS bajo árbol (DSBC y DSBN), fue de aproximadamente 60% y 40% res-pectivamente, de acuerdo a la productividad evaluada en la temporada anterior a la instalación del ensayo (Carranza C, datos no publicados). Cada tratamiento consistió en 32 jau-las de descomposición que fueron retiradas de a 4 por trata-miento al final de cada estación climática durante dos años.

Se tomaron 3 muestras compuestas de suelo (5 submuestras) de 0-20 cm de profundidad en las parcelas desmontadas (DT, DS) y en un sector de bosque colindante como testigo (BC), en tres fechas de muestreo: a) al mo-mento de la colocación de las jaulas de descomposición (inicial); b) al año (año 1); y c) al final de la experiencia (año 2).

introducida DTC Restos de C. ciliaris

nativa DTN Restos de pastos nativos

DSBC Restos de C. ciliaris y P. flexuosa Bajo la copa de P. flexuosaDSEC Restos de C. ciliaris Fuera de la copa de los árboles

DSBN Restos de pasto nativo y P. flexuosa Bajo la copa de P. flexuosa

DSEN Restos de pasto nativo Fuera de la copa de los árboles

Desmonte selectivo (DS)

introducida

nativa

Desmontetotal (DT)

Factor principalTipo de desmonte

Factor secundarioTipo de pastura Tratamientos Contenido de las jaulas

de descomposición Ubicación

Tabla 1. Descripción del diseño experimental y los tratamientos realizados en el ensayo.

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ARTÍCULOS RIA / Vol. 38 / N.º 1

Efecto del tipo de desmonte sobre la descomposición de pastos nativos e introducidos en el Chaco Árido de la Argentina

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Prosopis flexuosa

Cenchrus ciliaris

Pasturanativa

Humedad (%) 2.34 1.92 3.63Cenizas (%) 5.60 b 6.86 b 9.60 aC soluble (mg g-1) 33.35 a 16.25 c 22.95 bFenoles (mg kg-1) 822.14 a 215.54 b 394.41 bFibras insolubles (%) 71.17 b 75.62 a 71.44 bN total (%) 2.14 a 1.45 b 1.65 bN soluble (mg g-1) 2.81 a 1.55 b 1.78 bFijadores de N2 (log g-1) 5.44 5.85 6.01Celulolíticos (log g-1) 6.27 a 4.60 b 4.48 bNitrificadores (log g-1) 2.95 3.13 1.59

Tabla 2. Características químicas y biológicas de los restos vege-tales en estudio. Letras indican diferencias significativas entre tipo de restos (LSD, P< 0.05).

Las muestras de suelo y restos vegetales se conserva-ron: a) frescas (en heladera 4-5 ºC) para las determinacio-nes biológicas, y b) secas y molidas (las de restos vege-tales) y tamizadas por malla 2mm (las de suelo) para las determinaciones químicas.

Determinaciones

Las muestras de restos vegetales (de trampas y jaulas), fueron pesadas en fresco y se determinaron los siguientes parámetros químicos: a) humedad por gravimetría, b) ce-nizas por calcinación, c) N total por micro Kjeldahl y colori-metría, d) fibras insolubles (celulosa + lignina) por el méto-do gravimétrico enzimático (Asp et al., 1983), y e) fracción solubles previa extracción con agua a 80 ºC (Robertson et al., 1999). Dentro de la fracción soluble se determinó: C por digestión humedad (Nelson y Sommers, 1982), N por micro Kjeldahl y fenoles por el método de Folin-Denis (Anderson e Ingram, 1989). El peso seco de los restos se estable-ció descontando del peso fresco la humedad y las ceni-zas, para estandarizar el ingreso de suelo (Vanderbilt et al., 2009). El análisis microbiológico de los restos consistió en la determinación de la abundancia (mediante cultivo en medios específicos) de los siguientes grupos funcionales: nitrificadores (productores de nitratos), celulolíticos (degra-dadores de celulosa) y fijadores de N atmosférico (Döberei-ner, 1995; Lorch et al., 1995).

En las muestras de suelo se determinó: a) humedad por gravimetría; b) materia orgánica (MO) por digestión húme-da (Nelson y Sommers, 1982); c) nitrato por colorimetría (Keeney y Nelson, 1982); d) sustancias húmicas (SH) y ácidos fúlvicos (AF) según Adani et al. (2006); e) ácidos húmicos (AH) como la diferencia entre SH y AF; f) MO no humificada, como la diferencia entre MO y SH; y g) respi-ración edáfica, mediante captación de CO2 en álcali (Alef, 1995). Durante los dos años de estudio se registraron las precipitaciones en la Estación Meteorológica del Estableci-miento El Álamo distante 500 m del sitio de estudio.

Cálculos y análisis estadístico

Se realizaron los siguientes cálculos: a) índice de minera-lización de C del suelo (C-CO2/ C-MO) (Abril y Noé, 2007), b) índice de humificación (SH/MO) (Abril et al., 2009), c) tasa de descomposición (constante k) según Olson (1963); y d) tasa de liberación de N según Singh (1996). Si bien el diseño de muestreo no incluye réplicas verdaderas, los da-tos fueron analizados mediante ANAVA y posterior compa-ración de medias mediante prueba LSD (P< 0.05) debido a que el análisis de varianza con psuedoréplicas es amplia-mente usado en situaciones reales de campo donde existe dificultad de encontrar lotes similares (Hurlbert, 1984). El efecto “desmonte” y “pastura” fue analizado mediante prue-ba de t (P<0.05). Además, para comparar la calidad quí-mica de los restos (iniciales y al año de descomposición) de manera integrada se realizó un análisis multivariado de componentes principales (PCA) y se correlacionaron los diferentes parámetros mediante test de Pearson (P< 0.05).

RESULTADOS

Características de los restos vegetales

La mayoría de los parámetros químicos y biológicos de los restos colectados en las trampas fueron significativa-mente diferentes entre especies, siendo los de P. flexuo-sa los que presentaron los valores más altos, excepto en el contenido de fibras que fue más elevado en C. ciliaris, las cenizas que fueron mayores en los pastos nativos y la abundancia de nitrificadores y fijadores que no mostraron diferencias (tabla 2). En coincidencia, los restos colocados en las jaulas (inicial) también presentaron mayor cantidad de celulolíticos, fenoles, y N soluble, en los tratamientos con restos de P. flexuosa (tablas 3 y 4).

Primer año de descomposición

El peso de los restos disminuyó al final del primer año de descomposición con valores muy semejantes entre tra-

Figura 1. Variación del peso de los restos vegetales durante el primer año de descomposición. DSEC: residuos de C. ciliaris colocados fuera de la copa de los árboles del desmonte selectivo; DSBC: residuos de C. ciliaris y P. flexuosa colocados bajo la copa de P. flexuosa del desmonte selectivo; DSEN: residuos de pastura nativa colocados fuera de la copa de los árboles del desmonte selectivo; DSBN: residuos de pastura nativa y P. flexuosa colocados bajo la copa de P. flexuosa del desmonte selectivo; DTC: residuos de C. ciliaris colocados en el desmonte total; DTN: residuos de pastura nativa colocados en el desmonte total.

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Inicial Primavera Verano Otoño Invierno

DSEC 1.92 c 0.89 c 5.16 a 4.96 a 3.73 b

DSBC 2.09 b 1.33 b 11.62 a 6.34 ab 3.55 b

DSEN 3.63 ab 0.83 b 6.81 a 6.09 a 3.94 ab

DSBN 3.11 c 1.21 d 12.13 a 6.34 b 3.96 c

DTC 1.92 b 0.86 b 13.83 a 5.37 ab 3.14 b

DTN 3.63 b 0.75 b 20.06 a 5.57 b 5.44 b

DSEC 16.25 a C 19.35 a AB 6.51 b 6.11 b A 3.05 c

DSBC 23.10 a B 22.10 a A 5.05 bc 8.20 b A 3.60 c

DSEN 22.61 a B 13.65 b C 7.40 c 7.12 c A 4.45 c

DSBN 27.15 a A 19.30 b AB 5.81 c 7.22 c A 3.84 c

DTC 16.25 a C 19.85 a A 5.25 b 3.40 b B 3.65 c

DTN 22.95 a B 14.00 b BC 0.45 c 4.25 c B 4.20 c

DSEC 215.54 bC 341.64 a B 58.33 c 82.50 c 70.83 c BC

DSBC 458.17 aB 474.96 a A 66.66 b 94.16 b 112.49 b A

DSEN 394.41 a B 274.98 b B 101.66 c 124.99 c 108.33 cAB

DSBN 565.50 a A 387.46 b AB 62.50 c 95.83 c 95.83 c BC

DTC 215.54 ab C 308.31 a B 50.00 c 126.66 bc 62.50 cC

DTN 394.41 a B 274.98 b B 62.50 c 114.16 c 66.66 c C

DSEC 75.62 a A 73.58 a 30.61 c B 50.78 b 46.42 b

DSBC 73.84 a AB 72.22 a 41.37 b B 36.69 b 61.43 a

DSEN 71.44 a AB 78.90 a 42.36 b AB 59.27 ab 44.33 b

DSBN 71.33 a B 74.92 59.69 A 49.98 61.16

DTC 75.62 a A 67.21 a 24.58 b B 36.6 b 36.95 b

DTN 71.44 a B 75.51 a 26.14 c B 35.17 bc 49.69 b

DSEC 1.45 1.36 BC 1.40 B 1.58 AB 1.49

DSBC 1.72 1.59 A 1.76 AB 1.80 A 1.97

DSEN 1.65 1.19 C 1.34 C 1.46 BC 1.41

DSBN 1.85 1.48 AB 1.94 A 1.61 A 1.61

DTC 1.45 1.43 AB 1.07 C 1.17 BC 1.40

DTN 1.65 1.28 BC 1.22 C 1.10 C 1.37

DSEC 1.51 a C 1.11 b B 0.83 b 0.55 c 0.45 c

DSBC 2.02 a AB 1.76 b A 1.03 c 0.91 c 0.90 c

DSEN 1.61 a BC 0.87 b B 0.90 b 0.51 c 0.60 c

DSBN 2.15 a A 1.01 b B 0.65 c 0.70 c 0.67 c

DTC 1.50 a C 1.82 b A 0.60 c 0.66 c 0.45 c

DTN 1.73 a BC 1.02 b B 0.77 c 0.52 c 0.57 c

N soluble(mg g-1)

C soluble (mg g-1)

N total (%)

Fenoles (mg kg-1)

Fibras insolubles (%)

Tabla 3. Dinámica de las características químicas de los restos vegetales durante el primer año de descomposición. Letras minúsculas indican diferencias significativas entre fechas y letras mayúsculas diferencias significativas entre tratamientos (LSD, P< 0.05). Referen-cias de tratamientos en figura 1.

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Efecto del tipo de desmonte sobre la descomposición de pastos nativos e introducidos en el Chaco Árido de la Argentina

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tamientos (k = -0.5 a -0.7) (figura 1). Todos los parámetros químicos, excepto N total, difirieron entre fechas de manera similar en todos los tratamientos. La humedad fue mayor en el verano, mientras que las fibras y compuestos solubles de C y N fueron mayores al inicio y disminuyeron progresi-vamente desde el verano hasta el invierno (tabla 3). Las poblaciones microbianas también variaron significativa-mente a lo largo del primer año de descomposición, siendo mayor la abundancia de fijadores y celulolíticos en el invier-no y la de nitrificadores en el verano (tabla 4).

Las diferencias significativas entre tratamientos fueron escasas y dependieron de la fecha de muestreo, siendo en primavera y otoño cuando se detectó mayor cantidad de diferencias. En primavera, el C soluble presentó una ten-dencia a ser menor en los tratamientos con pasto nativo (DSEN, DSBN y DTN), mientras que en otoño fue menor solo en los tratamientos con desmonte total con ambos pastos (DTN y DTC). Contrariamente, el contenido de N total en verano y otoño fue mayor en los tratamientos bajo los árboles con ambos pastos (DSBN y DSBC). En pri-mavera, el N soluble fue significativamente menor en los tratamientos con pastos nativos (DSEN, DSBN y DTN) y

los fenoles fueron mayores bajo árbol con ambos pastos (DSBN y DSBC), (tabla 3). La abundancia de microorga-nismos fue muy semejante en todos los tratamientos, solo variaron los nitrificadores en primavera que fueron más elevados en DSBC y los celulolíticos en otoño que fueron significativamente menores en DSBC (tabla 4). La tasa de liberación de N durante el primer año de descomposición varió significativamente entre tratamientos siendo mayor en DSBN (55.8 %) y menor en DSBC (16.2 %).

El análisis multivariado mostró clara discriminación entre los tres tipos de restos colectados, pero esa discriminación no se presentó entre los restos con un año de descomposición (figura 2). Se establecieron correlaciones significativas entre el contenido de humedad y las características químicas y bio-lógicas de los restos: a) positivas con la abundancia de celu-lolíticos (r = 0.15) y nitrificadores (r = 0.37): y b) negativas con el C soluble (r = -0.34), fenoles (r = -0.38) y fibras (r = -0.32).

Segundo año de descomposición

El peso de los restos aumentó en primavera del segundo año igualando e incluso superando en algunos casos los valores

Inicial Primavera Verano Otoño Invierno

DSEC 5.85 b 5.87 b 6.91 b 7.63 a 7.70 a

DSBC 5.69 d 6.66 c 6.93 bc 7.35 ab 7.83 a

DSEN 6.01 c 7.00 b 6.94 b 7.21 ab 7.71 a

DSBN 5.78 c 6.14 bc 7.20 ab 7.43 a 7.98 a

DTC 5.85 d 6.51 cd 7.04 bc 7.52 ab 7.86 a

DTN 6.01 c 6.83 b 7.00 b 7.26 ab 7.74 a

DSEC 4.60 e B 6.62 d 9.58 c 18.15 a A 15.54 b

DSBC 5.27 c A 6.41 c 9.09 bc 11.53 b B 17.14 a

DSEN 4.48 c B 5.68 c 10.42 b 16.23 a A 17.62 a

DSBN 5.20 c A 5.60 c 8.84 b 18.15 a A 17.42 a

DTC 4.60 c B 5.56 c 13.04 b 18.15 a A 16.60 a

DTN 4.48 c B 5.68 c 9.89 b 15.97 a A 16.33 a

DSEC 3.13 a A 0 b B 2.39 a 3.18 a 2.09 ab

DSBC 3.06 A 1.79 A 3.01 4.90 2.81

DSEN 1.59 C 0 B 2.39 3.88 1.39

DSBN 2.13 ab B 0.87 b AB 3.96 a 4.28 a 3.08 ab

DTC 3.13 bc A 0 d B 5.02 a 4.33 ab 1.95 c

DTN 1.59 bc C 0 c B 4.06 ab 4.29 a 1.39 bc

Fijadores de N2 (log g-1)

Celuloliticos (log g-1)

Nitrificadores (log g-1)

Tabla 4. Dinámica de las características biológicas de los restos vegetales durante el primer año de descomposición. Letras minúsculas indican diferencias significativas entre fechas y letras mayúsculas diferencias significativas entre tratamientos (LSD, P< 0.05). Referen-cias de tratamientos en figura 1.

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Figura 2. Análisis de componentes principales (PCA) con los parámetros químicos y biológicos de los restos vegetales iniciales (a) y al año de descomposición (b). Figuras llenas: pastura nativa; figuras vacías: C. ciliaris; cuadrados: restos colocados en el desmonte total; círculos: restos colocados fuera de la copa de los árboles del desmonte selectivo; triángulos: restos colocados bajo la copa de los árboles del desmonte selectivo.

iniciales. Al final del segundo año los pesos fueron semejantes a los del invierno del primer año, por lo que los valores k fueron muy erráticos (entre – 0.56 en DSEN y 0.03 en DTC) (figura 3).

La composición química de los restos fue muy similar en-tre los muestreos del segundo año, solo difirió la humedad que fue mayor en primavera (rango: 9.76 – 16.10 %) y la abundancia de nitrificadores que fue mayor en verano en todos los tratamientos (rango: 3.41 – 4.75 log g-1). Asimis-mo, las diferencias entre tratamientos fueron muy escasas, solo la abundancia de nitrificadores fue menor en DSEN en primavera (1.52 log g-1); menor en DSEN y DSEC en otoño (no detectable); y menor en DSEC y DSEN en el invierno (no detectable).

Efecto del tipo de desmonte y de pastura

El análisis según el tipo de desmonte mostró escasas di-ferencias significativas. En el primer año, los restos en DS presentaron mayor cantidad de C soluble y N total en otoño, y fibras insolubles y N total en verano, mientras que la hume-dad fue más elevada en DT en el verano (figura 4). Contra-riamente, en el segundo año el DS presentó mayor cantidad de C soluble en primavera (0.33 vs 0.22 %) y el DT mayor abundancia de celulolíticos y nitrificadores en primavera (19.21 vs 16.73) y otoño (2.92 vs 0.61), respectivamente.

La comparación entre tipo de pastura no mostró diferen-cias significativas, excepto durante el primer año, en que el material de C. ciliaris (en primavera) presentó mayor con-

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Efecto del tipo de desmonte sobre la descomposición de pastos nativos e introducidos en el Chaco Árido de la Argentina

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Figura 4. Efecto del tipo de desmonte (selectivo/total) sobre la dinámica de los parámetros químicos de los restos vegetales durante el primer año de descomposición. DT: desmonte total; DS: desmonte selectivo. Flechas indican diferencias significativas entre tipo de desmonte (LSD, P< 0.05).

tenido de C soluble (2.04 vs. 1.56 %) y N soluble (0.15 vs. 0.09 %). No se detectaron interacciones significativas entre tipo de pastura y sistema de desmonte.

Características edáficas

Los suelos del DT, DS y testigo (BC) mostraron escasas diferencias significativas a través de los dos años analiza-dos. La humedad fue mayor en el muestreo del año 1 en todos los tratamientos y en el muestreo inicial solo en el BC (tabla 5).

La respiración edáfica fue menor en el año 1 en BC y DS y estableció correlación negativa con la humedad (r = -0.69). El contenido de nitrato fue significativamente mayor

Figura 3. Variación del peso de los restos vegetales durante el segundo año de descomposición. Referencias de tratamientos en Figura 1.

en BC aunque solo en el muestreo inicial, mientras que el contenido de ácidos húmicos y fúlvicos en BC en el año 1 fueron significativamente mayores al resto de los trata-mientos y a las otras dos fechas de muestreo. En corres-pondencia, el índice de humificacion en BC del año 1 fue significativamente mayor a los otros tratamientos y fechas de muestreo (tabla 5).

El índice de mineralización del C no difirió entre fechas ni tratamientos, siendo siempre <1 (ganancia de C). Contra-riamente, la cantidad de MO no humificada fue significati-vamente mayor al inicio de la experiencia en los tres suelos y menor en el DT en los muestreos del año 1 y 2 (tabla 5).

DISCUSIÓN

Las diferencias en las características químicas de los restos de P. flexuosa respecto a las gramíneas son espe-rables y coinciden con la información disponible para esa especie en la región árida Central de la Argentina (Noé y Abril, 2008; Abril et al., 2009, Abril et al., 2005). Es de des-tacar el mayor contenido de fibras en la pastura introducida (C. ciliaris) respecto a la nativa, lo cual puede ser una ca-racterística importante para la calidad forrajera.

La semejanza en las tasas de descomposición de todos los restos indica que la composición química no es factor que define la dinámica de descomposición en el Chaco Árido. Esta afirmación es coincidente con lo observado en la ecoregión del Monte donde la tasa de descomposición de P. flexuosa fue semejante a la de L. divaricata, aunque

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deas de la misma región (40% vs 70% aproximadamente). Esta discrepancia puede deberse a las marcadas diferen-cias en las condiciones del ensayo experimental, ya que los mencionados autores trabajaron con pequeñas bolsas de descomposición (1 g de restos) enterradas y cubiertas con mantillo y/o arena.

Las variaciones en la composición química de los restos durante la descomposición acuerda con el patrón amplia-mente conocido de: a) pérdida de compuestos solubles después de las precipitaciones (correlaciones negativas entre humedad y compuestos solubles), y b) degradación de fibras insolubles al final de la época húmeda, cuando hay escasos compuestos fácilmente degradables (Torres et al., 2005; Wolkovich et al., 2010). Este último aspec-to es consistente con la mayor cantidad de celulolíticos (degradadores de fibras) y de fijadores de N (para degra-dar compuestos de alta C/N) detectada al final de año de descomposición (Abril et al., 2008; Abril et al., 2009). Asimismo, la mayor abundancia de nitrificadores en vera-no es consistente con que es un grupo altamente depen-diente de las condiciones climáticas, corroborado con la correlación positiva entre humedad y nitrificadores (Noé y Abril, 2008).

La dinámica de la descomposición observada en este trabajo no muestra una tendencia según las característi-cas químicas de los restos ni según las condiciones micro-climáticas generadas bajo o fuera de la cobertura de los árboles (Mahaney, 2010; Vanderbilt et al., 2008). Sin em-bargo, el hecho que la tasa de liberación de N fue mayor bajo árboles pero solo con pasturas nativas, indicaría que los factores que definen la liberación de N son complejos y que interactúan de manera conjunta (Xu et al., 2010; Ca-rrera et al., 2009).

La incorporación de material dentro de las jaulas de descomposición fue una seria complicación que impidió la interpretación de los datos del segundo año de la experiencia. Los elevados aumentos en el peso seco en la temporada húmeda del segundo año se debieron a que germinaron semillas dentro y bajo las jaulas ex-perimentales.

Efecto del tipo de desmonte y de pastura

El análisis permitió visualizar dos aspectos de gran in-terés: a) la importancia de la participación de restos de P. flexuosa (mayor contenido de N, C soluble y fibras en el DS), y b) que las pasturas fuera de la cobertura de árboles están más expuestas al efecto de las precipitaciones (ma-yor humedad en DT). La falta de diferencias entre pasturas corrobora que la composición química del material inicial no es un factor clave para la descomposición en la zonas áridas (Noé y Abril, 2008; Vanderbilt et al., 2008).

Efectos sobre la fertilidad edáfica

La similitud detectada entre las características de los suelos desmontados y el bosque control pueden deberse al

BC 3.11 b A 8.46 a 1.70 bDS 2.67 b B 7.16 a 2.00 bDT 2.49 b B 8.56 a 1.38 b

BC 0.64 a 0.37 b 0.63 aDS 0.58 a 0.44 b 0.69 aDT 0.54 0.39 0.67

BC 119.17 A 125.50 177.67DS 90.00 B 162.50 192.67DT 92.50 B 107.50 132.50

BC 5.28 4.45 3.93DS 4.49 3.84 4.54DT 4.83 3.14 3.80

BC 0.20 b 0.51 a A 0.48 aDS 0.25 0.28 B 0.60DT 0.49 0.25 B 0.41

BC 0.19 b 0.52 a A 0.33 aDS 0.21 0.29 B 0.18DT 0.22 0.30 B 0.55

BC 3.60 b 18.57 a A 8.40 bDS 4.94 7.29 B 3.93DT 4.95 9.74 B 14.51

BC 4.89 a 3.42 b A 3.12 b ADS 4.03 a 3.31 b B 3.53 b ADT 4.12 a 2.59 b B 2.84 b B

BC 0.56 0.44 0.79DS 0.61 0.54 0.71DT 0.53 0.57 0.81

Humedad (%)

Nitrato (mg kg-1)

Materia orgánica (%)

Respiración edáfica (mg CO2g-1 7 días)

Materia orgánica no humificada (%)

Índice de mineralización de C

Ácidos Fúlvicos (%)

Ácidos Húmicos (%)

Índice de humificacion (%)

Inicial Año 1 Año 2

Tabla 5. Características químicas y biológicas del suelo del des-monte selectivo (DS), desmonte total (DT) y bosque testigo (BC), al inicio, al año y dos años de la experiencia. Letras minúsculas indican diferencias significativas entre fechas y letras mayúsculas diferencias significativas entre sitios (LSD, P< 0.05).

la composición química de ambos restos es muy diferente (Noé y Abril, 2008).

La tasa de descomposición promedio obtenida en este trabajo es aproximadamente un 50% más baja que la de-tectada en un estudio previo en la zona (donde se coloca-ron a descomponer sólo restos de leñosas), probablemen-te a causa de que dicho estudio se realizó en un bosque en excelente estado de conservación (Reserva Chancaní) (Torres et al., 2005). Asimismo, los valores de pérdida de peso son marcadamente menores a los reportados por Pérez Harguindeguy et al. (1997), para especies graminoi-

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escaso período de tiempo transcurrido desde el desmonte y al hecho que los desmontes fueron realizados manual-mente (escasa alteración del horizonte superficial del sue-lo). La gran cantidad de material orgánico que queda sobre el suelo después de un desmonte enmascara, en el corto y mediano plazo, posibles modificaciones de la MO del suelo (Abril et al., 2009).

Las diferencias detectadas en todos los suelos en el muestreo del año 1, tendrían relación con la mayor precipi-tación en el mes previo al muestreo del año 1 respecto a las otros dos (inicial = 0mm; año 1 = 53mm y año 2 = 8 mm). Por ej. los menores valores de respiración serian resultado de la pérdida de compuestos solubles (sustrato para la emisión de CO2) por lixiviación y asimilación a causa de las lluvias (Abril et al., 2007). Por otra parte, el mayor contenido de humedad en el suelo del bosque en el muestreo inicial, indica mayor capacidad de retención de agua bajo la cobertura de leño-sas después de varios meses sin precipitaciones.

CONCLUSIONES

De los datos de un año de descomposición, se pueden extraer las siguientes conclusiones: a) las condiciones cli-máticas del Chaco Árido afectan la tasa de descomposi-ción en mayor medida que la composición química de los restos y el tipo de desmonte; b), los cambios en la cantidad y calidad de la materia orgánica del suelo (como resulta-do del desmonte) es un proceso muy lento (mayor a los 3 años evaluados en este trabajo); c) la presencia de árboles favorece la liberación de N a partir de los pastos nativos, lo cual corrobora la importancia de conservar la diversidad de especies nativas leñosas y gramíneas, para lograr la sustentabilidad de la pastura.

Se propone continuar esta línea de investigación exten-diendo el periodo de estudio para poder detectar el tiempo de degradación total de los residuos (controlando que no se incorpore nuevo material a las jaulas) y el momento en el cual se comienzan a detectar cambios en las fracciones de la materia orgánica del suelo como resultado de la mo-dificación del estrato vegetal. De esta manera se podrán aportar pautas concretas para optimizar la persistencia de la productividad de los pastizales para uso ganadero.

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