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A r c h i v o M u n i c i p a l d e T o r r e ó n 1 HIDALGO La mayor parte de estos acontecimientos son, por referencias o por artículos que aparecen de cuando en cuando en los periódicos y revistas, y que es bueno para no olvidar del todo acontecimientos tan importantes como es el tema de la Independencia, el pensamiento de los caudillos , aquí veremos que Hidalgo fue algo más que el sexagenario cuyo único valor radica en el hecho de haber sido a pesar de sus años, quien iniciara el movimiento de 1810, según la atinada observación de José Mancisidor. Cuando desde el primer documento que firma como Capitán General, en la carta que dirige al intendente Riaño desde el cuartel de Celaya, habla ya de que deseamos ser independientes de España y gobernados por nosotros mismos” y más adelante insiste en que se trata de recobrar derechos santos, concedidos por Dios a los mejicanos, y usurpados por unos conquistadores crueles, bastardos e injustos… “En la segunda carta al mismo Riaño, afirma su intención de “proclamar la independencia y libertad de la Nación” y es con esta conciencia de obrar en nombre de una nación que nacía por su esfuerzo, que al llegar a Valladolid (hoy Morelia) uno de los primeros actos es ordenar al intendente Ansorena (19 de octubre 1810) proceda a dar libertad a los esclavos “con el fin de beneficiar a la Nación mejicana” y este decreto confirmado por otro del propio Hidalgo dado en Guadalajara (6 de diciembre de 1810) que principia Desde el feliz momento en que la valerosa nación americana tomo las armas. Existe otro hecho que debemos hacer resaltar e estos documentos y es la intención generosa y humana con que intentó realizar la lucha. El odio cruel de Lucas Alamán, lo ha acusado de los excesos de Guanajuato; las tres cartas dirigidas al intendente Riaño, prueban que se esforzó por convencer al jefe de los españoles de que debía buscar una forma que impidiera la Matanza que Hidalgo veía venir. Dado el rencor que los naturales guardaban para los españoles, y es con ruegos, con súplicas, que le escribe Riaño para que le evite tener que llegar a Guanajuato en son de guerra. Hidalgo fue valiente, inteligente, y generoso; sobre estas tres virtudes levantó los cimentos de nuestra patria. DECRETO DE HIDALGO CONTRA LA ESCLAVITUD, LAS GABELAS Y EL USO DEL PAPEL SELLADO Don Miguel Hidalgo y Costilla, Generalísimo de América. Desde el feliz momento en que la valerosa nación americana tomó las armas para sacudir el pesado yugo que por espacio de tres siglos la tenían oprimida, uno de sus principales objetos fue exterminar tantas gabelas con que no podía adelantar su fortuna; mas como en las críticas circunstancias del día no se pueden dictarlas providencias adecuadas a aquel fin, por la necesidad de reales que tiene el reino para los costos de la guerra, se 12atiende por ahora á poner el remedió en lo más urgente por las declaraciones siguientes: 1ª-Que todos los dueños de esclavos deberán darles la libertad, dentro del término de diez días, so pena de muerte, la que se les aplicará por transgresión de este artículo- 2ª.-Que cese para lo sucesivo la contribución de los tributos, respecto de las castas que lo pagaban y toda exación que á los indios se les exija.” 3ª.-Que en todos los negocios judiciales, documentos, escrituras y actuaciones, se haga uso de papel común quedando abolido el del sellado. 4ª.-Que todo aquel que tenga instrucción en el beneficio de la pólvora, pueda labrarla, sin más obligación que la de preferir al Gobierno en las ventas para el uso de sus ejércitos, quedando igualmente libres todos los simples de que se compone.

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HIDALGO

La mayor parte de estos acontecimientos son, por referencias o por artículos que aparecen de

cuando en cuando en los periódicos y revistas, y que es bueno para no olvidar del todo acontecimientos tan importantes como es el tema de la Independencia, el pensamiento de los caudillos , aquí veremos que Hidalgo fue algo más que el sexagenario cuyo único valor radica en el hecho de haber sido a pesar de sus años, quien iniciara el movimiento de 1810, según la atinada observación de José Mancisidor. Cuando desde el primer documento que firma como Capitán General, en la carta que dirige al intendente Riaño desde el cuartel de Celaya, habla ya de que deseamos ser independientes de España y gobernados por nosotros mismos” y más adelante insiste en que se trata de recobrar derechos santos, concedidos por Dios a los mejicanos, y usurpados por unos conquistadores crueles, bastardos e injustos… “En la segunda carta al mismo Riaño, afirma su intención de “proclamar la independencia y libertad de la Nación” y es con esta conciencia de obrar en nombre de una nación que nacía por su esfuerzo, que al llegar a Valladolid (hoy Morelia) uno de los primeros actos es ordenar al intendente Ansorena (19 de octubre 1810) proceda a dar libertad a los esclavos “con el fin de beneficiar a la Nación mejicana” y este decreto confirmado por otro del propio Hidalgo dado en Guadalajara (6 de diciembre de 1810) que principia Desde el feliz momento en que la valerosa nación americana tomo las armas.

Existe otro hecho que debemos hacer resaltar e estos documentos y es la intención generosa y humana con que intentó realizar la lucha. El odio cruel de Lucas Alamán, lo ha acusado de los excesos de Guanajuato; las tres cartas dirigidas al intendente Riaño, prueban que se esforzó por convencer al jefe de los españoles de que debía buscar una forma que impidiera la Matanza que Hidalgo veía venir. Dado el rencor que los naturales guardaban para los españoles, y es con ruegos, con súplicas, que le escribe Riaño para que le evite tener que llegar a Guanajuato en son de guerra. Hidalgo fue valiente, inteligente, y generoso; sobre estas tres virtudes levantó los cimentos de nuestra patria.

DECRETO DE HIDALGO CONTRA LA ESCLAVITUD, LAS GABELAS Y EL USO DEL PAPEL SELLADO

Don Miguel Hidalgo y Costilla, Generalísimo de América.

Desde el feliz momento en que la valerosa nación americana tomó las armas para sacudir el

pesado yugo que por espacio de tres siglos la tenían oprimida, uno de sus principales objetos fue exterminar tantas gabelas con que no podía adelantar su fortuna; mas como en las críticas circunstancias del día no se pueden dictarlas providencias adecuadas a aquel fin, por la necesidad de reales que tiene el reino para los costos de la guerra, se 12atiende por ahora á poner el remedió en lo más urgente por las declaraciones siguientes: 1ª-Que todos los dueños de esclavos deberán darles la libertad, dentro del término de diez días, so pena de muerte, la que se les aplicará por transgresión de este artículo- 2ª.-Que cese para lo sucesivo la contribución de los tributos, respecto de las castas que lo pagaban y toda exación que á los indios se les exija.” 3ª.-Que en todos los negocios judiciales, documentos, escrituras y actuaciones, se haga uso de papel común quedando abolido el del sellado. 4ª.-Que todo aquel que tenga instrucción en el beneficio de la pólvora, pueda labrarla, sin más obligación que la de preferir al Gobierno en las ventas para el uso de sus ejércitos, quedando igualmente libres todos los simples de que se compone.

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“Y para que llegue a noticia de todos y tenga su debido cumplimiento, mando se publique por bando en esta capital y demás Villas y lugares conquistados, remitiéndose el competente número de ejemplares a los tribunales, jueces y demás personas á quienes corresponda su cumplimiento y observancia.

Dado en la ciudad de Guadalajara á 6 de Diciembre de 1810.- Miguel Hidalgo, Generalísimo de América. Por mandato de S.A. Lic. Ygnacio Rayón. Secretario.

El Estado de Michoacán de Ocampo, patria de tantos varones distinguidos, se enorgullece de haber sido cuna de Ana María Gallaga, quien nació en Jururemba, perteneciente al Distrito de Puruándiro, el año de 1731 según consta en la siguiente partida de bautismo, que copiamos a continuación, por ser un documento curioso y muy poco conocido.

“EL Licdo. Dn. José Anastacio de Sámano, Abogado. De la R1. Audia. De la Corte de México,

y Cura Propio por S. M. de este Pueblo Vaniqueo, y su partido. Certifico en quanto por derecho, puedo y devo: que entre los Libros Parrochiales, de este Curato, en que se sientan las Partidas de Bautismos de sus feligreses, así Españoles, como Mulatos, y demás Castas, se halla vno forrado en pergamino, que comenzó, el año de mil setecientos, y diez, y seis, en el qual afoxs.57 vta se encuentra la Partida del Tenor siguiente.

“Al margen.- Madre del pretendente.- En el año del Señor de mil setecientos, y treinta y vn años, en onze días del mes de Marzo en la Parrochial de Sta. Maria Vaniqueo, yo el Br. Dn. Juan Manuel de Miér Cura interino de dicho, Partido bautizé solemnemente, exorsicé, puse Oleo, y Chrisma a una infanta, ala qual puse por nombre Anna Maria, hija legitima de Juan Gallaga y de Doña Joachina de Villaseñor, ambos Españoles del puesto de Jururemba, de esta juridicción. I fueron padrinos Dn. Juan Antonio Gil de Hoyos, y Da. Josepha Gil de Hoyos, aquienes amonesté lo dispuesto por el Sto. Concilio. I para que conste lo firmé. Br. Miér y a el margen –Anna María, española”.

Concuerda esta partida con su Original, a que me remito, la que vá fiel, bien, y legalmente sacada, corregir, y concertar, Antonio Manuel Sanguino, y José Antonio Mendoza. Presentes, y vecinos de este dho. Pueblo donde firmé, á catorce días del mes de Junio de mil setecientos, ochenta, y ocho años.- Lic. Joseph Anastacio de Samano.-(Rubricado.)”

Consta por una información levantada en Pénjamo, que Ana María Gallaga descendía de personas nobles, y se hallaba empearentada con familias de las más distinguida de Michoacán.

SEMBLANZA DE LA SEÑORA MADRE DE D. MIGUEL HIDALGO Y COSTILLA

Información Rezivida apedimento de Dn. Cristoval Hidalgo y Costilla Administrador de la Haziendas de Corralexo en este partido (Pemxamo año de 1770). Este documento está tomado del Expediente formado por el Br Dn. Manuel Hidalgo y Gallaga para ser admitido Alumno del Real Colegió de Abogados de México y Guadalajara” Manuscrito que compró el ilustrado y entendido Dr. Nicolás León, para el Museo Michoacano, y publicado en la parte por el mismo señor en el número 103, Año II de la “Gaceta Oficial del Gobierno de Michoacán de Ocampo”. Septiembre 16 de 1886.

ANA MARIA GALLAGA Siendo muy niña, tuvo la desgracia de perder a sus padres y entonces la huérfana fue recogida por sus abuelos, D. Juan Villaseñor y Da. Elena Cortés Enríquez de Silva, quienes la estimaron mucho según asegura un testigo presencial.

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Algún tiempo después, por motivos que no hemos podido averiguar, tal vez la muerte de sus abuelos, la joven fue recogida por un tío suyo llamado D. Antonio Gallaga, quien vivía en el rancho de San Vicente, perteneciente a la hacienda de Corralejo. Estado de Guanajuato, con su esposa y dos hijas casaderas.

Administraba la hacienda de Corralejo a mediados del siglo pasado, D. Cristóbal Hidalgo y Costilla, que había venido de México, el cual, deseando contraer matrimonio, y sabiendo que D. Antonio Gallaga, tenía dos hijas, fue un día a visitarlo al rancho de San Vicente.

A la hora de comer se sentaron a la mesa D. Antonio Gallaga, su esposa y sus dos hijas, las cuales se hallaban muy compuestas, tanto en el peinado como en el vestido, pues deseaban cautivar el corazón de Don Cristóbal.

Pero un incidente vino a echar por tierra los deseos de aquellas hermosas jóvenes, y fue el que vamos a referir.

Servía la mesa con el cabello suelto y vestida con su túnica de zagalejo una “virgen esbelta, de color rosado fisonomía simpática, regulares facciones, frente despejada, y de una índole tan bella y suave como el clima de su tierra”.

D. Cristóbal, que había estado admirándola detenidamente, quedó prendado de la joven, que no era otra que la sobrina de D. Antonio, la huérfana recogida, D. Ana María Gallaga.

Sin suspirar y sin estremecerse… Muchacha tierna y sencilla, no podía explicarse de manera alguna aquel repentino trastorno de su sensibilidad pues amaba por primera vez y su corazón tenía el vigor de la pubertad…D. Cristóbal anduvo hacia Ana hasta acercársele, y estrechándole la manoen ceremonia de despedida le dejó en ella una onza de oro; ¡terrible suceso para para un corazón ya conmovido!.

Cuando se fue D. Cristóbal, Ana María. Con un candor verdaderamente infantil, dijo a su tía y a sus primas:

El señor que me dio la mano al despedirse, me dejó esta medalla sin ojo.

Cuentan que entonces la tía le respondió con maliciosa sonrisa y las celosas primas: le contestaron.

Guárdala y espera las resultas.

Y en verdad que no se hicieron esperar éstas, pues pronto vino la carta de pedimento, y poco tiempo después se celebraron las bodas entre D. Cristóbal Hidalgo y Costilla y D. Ana María Gallaga. Amores rústicos y sencillos fueron estos! Exclama un escritor. Amores afortunados que no conocieron ni la angustia de la incertidumbre. Ni la tristeza moral del desdén, ni el furor rabioso de los celos. El corazón de un hombre se unieron así de un idilio, deben haberse verificado por los años por misterioso impulso sin excitar tempestades sociales, ni encontrar aquel abismo con que el caso suele separar para siempre a los corazones que se aman.

Estos sucesos, que tienen todo el encanto de un idilio, deben haberse verificado por los años de 1751 a 1752, pues el día 8 de mayo de 1753, fruto de aquel matrimonio, nació su primer hijo D. Miguel Hidalgo y Costilla.

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El resto de la vida de D. Ana María Gallaga se ha escapado a nuestras investigaciones, y sólo hemos podido averiguar que debe haber muerto antes de 1770, pues en este año con seguridad ya no existía.

SEMBLANZA DE DON MIGUEL HIDALGO

D. Cristóbal Hidalgo y Costilla. Natural del pueblo de San Pedro Tejupilco, jurisdicción de Real y Minas de Temascaltepec, en la entonces Intendencia de México, tuvo de D. Ana María Gallaga otros tres hijos que fueron D. José Joaquín. D. Manuel Mariano, D. José María, nacidos en fincas de labor pertenecientes al pueblo de San Francisco de Pénjamo.

D. Miguel, como es muy sabido, nació en el rancho San Vicente, al Sur de la hacienda Corralejo, ubicada en Pénjamo, entre la margen oriental del Río Turbio y la Hacienda de Cuitzeo de los Naranjos, en cuya capilla, fue bautizado- -a los 8 días de nacido—el 16 de mayo de 17753, por el cura D. Bernardo de Alcocer, siendo sus padrinos D. Francisco y D. María Cisneros.

D. Miguel fue el hijo primogénito de D. Cristóbal y de D. Ana, y no hijo segundo como dicen

Alamán y los biógrafos que han repetido sus noticias.

D. Cristóbal Hidalgo y Costilla se propuso que sus hijos estudiaran alguna carrera que entonces como ahora hacían respetables y considerados a los que no teniendo riquezas, buscaban un porvenir en el estudio.

D. Miguel y D. Joaquín fueron enviados por su padre al famoso Colegio de San Nicolás de Valladolid, hoy Morelia para cursar las cátedras necesarias a la carrera eclesiástica, pues ambos adoptaron esta profesión.

Hechos los estudios en dicho Colegio, vinieron sucesivamente en mayo de 1770 y en mayo de 1773, a la capital de Nueva España, con el objeto de graduarse de bachilleres en Artes y Teología, y estos grados los recibieron en la Real y Pontificia Universidad de México, según consta por los documentos que copiamos a continuación.

D. Miguel, Gregorio, Antonio, Hidalgo, Costilla Gallaga, probados sus cursos recibió el Grado de Br. en Artes, por examen, aprobación y suficiencia para, cualquier facultad de mano del Dor. Y Mro. que firma en treinta de Marzo de mil setecientos, y setenta años –argulleron los Doctores R. P. Mro Fr. Joseph Giral y Dn. Francisco Rangel, de que doi feé=es natl. De Penxamo: presto.

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MÉXICO 1810

1. La ciudad de México, al verificarse la independencia, era la población más elegante del continente americano. A los 19° 25' 45" de latitud Norte y a una altura de 2,277 metros sobre el nivel del mar; bajo una temperatura media de 21° C., la ciudad se asienta en medio de un valle que mide dieciocho y media leguas de largo (unos 102 kilómetros) y doce y media en su mayor anchura (69 kilómetros). Lo circunda una cordillera en la que se destacan el Ixtacíhuatl y el Popocatépetl, cubiertos de nieves perpetuas a partir de los 3,800 metros de altura absoluta.

2. Vista desde el Ajusco o de cualquiera otra prominencia de las que circundan el valle, la ciudad ofrece un aspecto impresionante con sus espaciosos edificios y sus cien cúpulas y torres en un conjunto de belleza excepcional. Penetrando en ella, su aspecto no es menos grandioso. Las principales calles crúzanse en líneas rectas de oriente a poniente y de norte a sur. Las casas, en general, revelaban amplitud y solidez, y algunas mostraban unas proporciones y una belleza arquitectónica que dieron motivo a Humboldt para llamar a México la ciudad de los palacios. Los templos, particularmente la catedral, son suntuosos y severos, y la circunstancia de hallarse radicados en la capital del virreinato los más acaudalados personajes, de ser asiento de la corte y emporio del lujo y del comercio, daba a la ciudad un aire aristocrático animaba a más de 150,000 habitantes que formaban una población. La vida intelectual contaba con diez colegios de primera clase, un claustro de doctores en la Universidad, y otros planteles, consagrados a difundir las ciencias hasta entonces conocidas.

3. En los momentos de consumarse la independencia, pocos individuos pudieron preocuparse con la idea del inmediato trabajo de la organización del país. El Plan de Iguala y los tratados de Córdoba habían dado las bases, y no más, de la independencia, y era evidente la insuficiencia de esas disposiciones para satisfacer las emergencias que inmediatamente sobrevinieron. Desde luego, la contabilidad fiscal tenía que alterarse, haciendo nuevas y distintas aplicaciones del tesoro público; la recaudación de los impuestos tendría que ajustarse a la calidad de los causantes; las leyes militares se hallaban muchas veces en contradicción con los principios constitucionales, y el comercio permanecía inactivo, perjudicándose en sus intereses con menoscabo de las rentas nacionales. Estos y otros tropiezos semejantes reclamaban con urgencia medios inmediatos y activos de administración y de gobierno.

4. Así lo había previsto Iturbide en el Plan de Iguala, donde proveyó al nombramiento de una Junta que se compondría de los primeros hombres del imperio por sus virtudes, por sus denos, por sus oportunas, representación y concepto. En su manifiesto e Liorna, dice que quiso "llamar a aquellos hombres de todos los partidos que disfrutaban cada uno en el suyo el mejor concepto". Para constituir la Junta provisional gubernativa nombró a treinta y ocho individuos en el orden siguiente: don Antonio Joaquín Pérez Martínez, obispo de Puebla, presidente; don Juan de O'Donojú, teniente general de los ejércitos españoles; don José Mariano de Almanza, consejero de Estado; don Manuel de la Bárcena, arcediano de la catedral de Valladolid y gobernador de aquel obispado; don Matías Monteagudo, rector de la Universidad, canónigo de la catedral de México y prepósito del oratorio de San Felipe Neri; don José Isidro Yáñez, oidor de la Audiencia de México; don Juan Francisco Azcárate, abogado de la misma Audiencia y síndico del ayuntamiento constitucional; don Juan José Espinosa de los Monteros, abogado de la misma y agente fiscal de lo civil; don José María Fagoaga, oidor honorario de la misma y miembro de la Junta provisional; don Miguel Guridi y Alcocer, miembro de la misma y cura del Sagrario de México; don Francisco Severo Maldonado, cura de Mascota, en Guadalajara; don Miguel Cervantes y Velasco, marqués de Salvatierra y

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maestrante de Ronda; don Manuel de Heras Soto, conde de Casa de Heras; don Juan Lobo, antiguo regidor de Veracruz y miembro de la Diputación provincial; don Francisco Manuel Sánchez de Tagle, regidor del ayuntamiento y secretario de la Academia de San Carlos de México; don Antonio Gama, abogado de la Audiencia y colegial mayor de Santa María de Todos los Santos de México; don José Manuel Sartorio, clérigo del arzobispado de México; don Manuel Velázquez de León, antiguo secretario del virreinato, director de Hacienda pública en México y consejero de Estado; don Manuel Montes Argüelles, hacendado de Orizaba; don Manuel Sotarriva, brigadier de los ejércitos nacionales; don José Mariano Sandaneta, marqués de San Juan de Rayas; don Ignacio García Illueca, abogado de la Audiencia de México; don José Domingo Rus, oidor de la Audiencia de Guadalajara, natural de Venezuela; don José María Bustamante, teniente coronel retirado; don José María Cervantes y Velasco, coronel retirado y ex conde de Santiago Calimaya; don Juan María Cervantes y Padilla, coronel retirado, tío del anterior; don José Manuel Velázquez de la Cadena, regidor del ayuntamiento de México, señor de la villa de Yecla, en España; don Juan Orbegoso, coronel de los ejércitos nacionales; don Nicolás Campero, teniente coronel retirado; don Pedro José Romero de Terreros, conde de Jala y de Regla, marqués de San Cristóbal y de Villa Hermosa de Alfaro ; don José María Echevers Valdivieso Vidal de Lorca, marqués de San Miguel de Aguayo y de Santa Olaya; don Manuel Martínez Mancilla, oidor de la Audiencia de México; don Juan B. Raz y Guzmán, abogado y agente fiscal de la misma; don José María Jáuregui, abogado de la misma; don Rafael Suárez Pereda, abogado de la misma y juez de letras; don Anastasio Bustamante, coronel del regimiento de dragones de San Luis; don Ignacio Icaza, ex jesuita; don Manuel Sánchez Enciso. Los licenciados Espinosa de los Monteros y Suárez Pereda fueron electos secretarios.

5. Tratándose de establecer una monarquía nueva, bajo la denominación de Imperio Mexicano, parecía indispensable la formación de una corte regia y de un círculo aristocrático, ya para guardar el boato de las cortes, ya para obedecer al principio de que la aristocracia es el apoyo más seguro de las monarquías.

6. Si Iturbide, como él mismo dijo, obedeció a la idea de llamar a los mejores hombres de todos los partidos, esto indica que, cuando procedió al nombramiento de la Junta, sabía y temía la existencia de varios partidos. Refiere Alamán que un licenciado, de apellido Zozaya, amigo de Iturbide, le expresó la inconveniencia de la elección hecha y le propuso que la verificase por medio de las diputaciones provinciales, lo que le daría un carácter más popular. Iturbide cometió el error de no tener en cuenta que la libertad engendra en los pueblos irresistible tendencia a la igualdad, y los instintos democráticos se desarrollan súbitamente buscando campo donde ensayar su actividad. El mismo los había excitado al establecer en el Plan de Iguala que todos los habitantes de Nueva España, sin distinción de razas ni de clases, eran ciudadanos, con opción a todo empleo, según su mérito y virtudes El tinte aristocrático que distinguía a las personas designadas por Iturbide se hallaba en oposición con los sentimientos populares. Además, la aristocracia de México estaba muy lejos de gozar la respetabilidad de la que campea en Europa, pues con raras excepciones carecía de antecedentes gloriosos y en su mayor parte procedía de las esferas más humildes de la sociedad.

7. Añádase a esto la exclusión de los antiguos insurgentes y de los partidarios de la república, muchos de ellos instruidos, honrados y respetables. Los patriotas y los republicanos tomaron esa exclusión como un agravio.

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8. Para atenuar la falta de Iturbide, podrá decirse que no estaba educado en las ideas democráticas, que sus intenciones eran patrióticas y excelentes al tratar de fundir los partidos, entonces todavía latentes, no sólo atrayendo a sus principales hombres a un centro común, sino invistiéndolos de igual autoridad en unos puestos donde la libre discusión de encontradas opiniones fuese realmente provechosa al pueblo. Pero la unión que así se logra es siempre efímera, e Iturbide tenía instrucción bastante para saberlo, a pesar de lo cual persistió en su error.

9. Entre ocho y nueve de la mañana del 28 de septiembre se reunieron en palacio todas las personas designadas para formar la Junta gubernativa. Ante ellas resignó Iturbide el poder, y pronunció un discurso en el que les dijo que, una vez derrocada la tiranía, a ellos les tocaba sustituirla por la razón y la humanidad, que él ofrecía el tributo de su obediencia a una corporación que reconocía cual suprema autoridad, y añadió: "Unidos mis sentimientos con los del ejército imperial, os ofrezco también su más exacta sumisión. El es un robusto apoyo, y declarado por tan santa causa, no dejará las armas hasta no ver perfeccionada la obra de nuestra restauración," 10. Pero la situación del país era en aquellos días oscura, desconsoladora y propia para desalentar a los más templados corazones. Las arcas nacionales estaban exhaustas y sentían el enorme peso de las urgencias del momento. Hallábase presente un ejército numeroso, que si de pronto no exigía premios pecuniarios por los servicios que acababa de prestar, sí se consideraba con derecho a subsistir decorosamente y sin privaciones indebidas. Hacíase sentir la ingente necesidad de crear nuevos empleos y de dotarlos convenientemente, y las rentas muy disminuidas por la extinción de algunos impuestos y por la paralización del comercio y de la industria. Todo esto y más daba una suma de problemas arduos a la vez que de apremiante y difícil solución.

11. Tanto prestigio se concedía al clero en aquella época, que la Junta, después de haberse declarado legítimamente insta. lada, no creyó que podía consagrar sus actos sino a la sombralpoder eclesiástico. En tal virtud, se dirigió a la catedral, donde el secretario don José Domínguez tomó juramento a cada uno de los miembros. Pasaron en seguida a la sala capitular y procedieron a la elección de presidente de la Junta, que por unanimidad recayó en Iturbide. Siguió a continuación un solemne Te Deum, una procesión en el interior del templo y una misa de gracias con sermón. La Junta regresó a palacio, donde quedó citada para la nueva reunión en la misma noche.

12. El primer trabajo de aquel cuerpo debía ser el de fijar los títulos de su existencia y autoridad, y al efecto se redactó y decretó un ACTA DE INDEPENDENCIA DEL IMPERIO MEXI-CANO en la que, después de declarar que la nación mexicana es soberana e independiente de la antigua España, se anunciaba que iba a constituirse "con arreglo a las bases que en el Plan de Iguala y tratados de Córdoba estableció sabiamente el primer jefe del ejército imperial de las tres garantías, y en fin, que sostendrá a todo trance y con el sacrificio de los haberes y vidas de sus individuos (si fuere necesario) esta solemne declaración, hecha en la capital del Imperio a 28 de septiembre del año de 1821, primero de la independencia mexicana."

13. Se trató después de organizar la administración pública separando los poderes legislativo y ejecutivo, y atribuyendo este último a una regencia de cinco individuos. Hízose la elección y resultaron nombrados: Iturbide, presidente, O'Donojú, don Ma.nuel de la Bárcena, don Isidro Yáñez y don Manuel Velázquez de León. Para el más breve y completo arreglo de la administración debió la Junta, acto continuo, dedicarse a constituir el poder judicial, atender al estado de la hacienda pública y expedir una convocatoria de Cortes; pero, con

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inconsiderado entusiasmo, se apresuró a premiar los méritos de Iturbide declarando que no era incompatible el empleo de primer regente con el de jefe del ejército, y por aclamación lo nombró generalísimo de las armas de mar y tierra del imperio. A poco tiempo se le decretaron nuevas recompensas; se le asignó un sueldo de 120,000 pesos anuales, que habría de disfrutar desde el 24 de febrero del mismo año, fecha del Plan de Iguala, y 1.000,000 de pesos de capital propio, impuesto sobre los bienes de la extinguida Inquisición. Además se le regalaba en la provincia de Texas un terreno de veinte leguas en cuadro, y se le decretó el tratamiento de Alteza Serenísima. A don José Joaquín Iturbide, padre de don Agustín, se le concedieron los honores de regente, y cuando la regencia cesase, los de consejero de Estado.

14. Iturbide renunció al sueldo de los siete meses y cinco días corridos desde el 24 de febrero al 28 de septiembre, y cedió los 71,000 pesos que importaba para atender a las necesidades del ejército.

ACTA DE LA DEGRADACIÓN DE DON MIGUEL HIDALGO Y

COSTILLA

En 29 del propio mes y año, estando el Sr. Juez comisionado en el Hospital Real de esta vi l la con sus asociados y varias personas eclesiásticas y seculares que acudieron a presenciar el acto, compareció en hábitos clericales el reo D. Miguel Hidalgo y Costilla en el paraje destinado para pronunciar y hacerle saber la precedente sentencia: y después de habérsele quitado las prisiones y quedado libre, los eclesiásticos destinados para el efecto le revistieron de todos los ornamentos de su orden presbiteral de color encarnado, y el Sr. Juez pasó a ocupar la silla que en lugar conveniente le estaba preparada, revestido de amito, alba, cíngulo, estola y capa pluvial e inclinado al pueblo, y acompañándole el juez secular teniente coronel D. Manuel Salcedo, gobernador de Texas, puesto de rodillas el reo ante el referido comisionado, éste manifestó al pueblo la causa de su degradación y enseguida pronunció contra él la causa de su degradación, y en seguida pronunció contra el la sentencia anterior, y concluida su lectura procedió a desnudarlo de todos los ornamentos de su orden, empezando por el último, y descendiendo gradualmente hasta el primero en la forma que prescribe el Pontifical Romano... y después de haber intercedido por el reo con la mayor instancia y encarecimiento ante el juez real para que se le mitigase la pena, no imponiéndole la de muerte ni mutilación de miembros, los ministros de la curia seglar recibieron bajo su custodia al citado reo, ya degradado, llevándoselo consigo, y firmaron esta diligencia el señor delegado con sus compañeros de que doy fe.—Fernández Valentín.—José Mateo Sánchez Álvarez.—Fr. José Tarraga, guardián.—Juan Francisco García. —Ante mí, Fr. José María Rojas.

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DECRETO QUE CONTIENE VARIAS MEDIDAS, PARTICULARMENTE SOBRE LA GUERRA DE CASTAS.

Don José María Morelos, teniente general de ejército y genera l en je fe de los del Sur , etc . Por cuanto un grandísimo equívoco que se ha padecido en esta costa, iba a precipitar a todos sus habitantes a la más horrorosa anarquía, o más bien en la más lamentable desolación, provenido este daño de excederse los oficiales de los límites de sus facultades, queriendo proceder el inferior contra el superior, cuya revolución ha entorpecido en gran manera los progresos de nuestras armas; y para cortar de raíz semejantes perturbaciones y desórdenes, he venido en declarar por decreto de este día los puntos siguientes: Que nuestro sistema sólo se encamina a que el gobierno político y militar que reside en los europeos recaiga en los criollos, quienes guardarán mejor los derechos del señor don Fernando VII; y en consecuencia, de que no haya distinción de calidades, sino que todos generalmente nos nombremos americanos, para que mirándonos como hermanos, vivamos en la santa paz que Nuestro Redentor Jesucristo nos dejó cuando hizo su triunfante subida a los cielos, de que se sigue que todos deben conocerlo, que no hay motivo para que las que se llamaban castas quieran destruirse unos con otros, los blancos contra los negros, o éstos contra los naturales, pues sería el yerro mayor que podían cometer los hombres, cuyo hecho no ha tenido ejemplar en todo, los siglos y naciones, y mucho menos debíamos permitirlo en la presente época, porque sería la causa de nuestra total perdición espiritual y temporal. Que siendo les blancos los primeros representantes del reino y los que primero tomaron las armas en defensa de los naturales de los pueblos y demás castas, uniformándose con los, que deben ser los blancos, por este mérito, el objeto de nuestra gratitud y no del odio que se quiere formar contra ellos. Que los oficiales de las tropas, jueces y comisionados, no deben excederse de los términos de las facultades que se conceden a sus empleos, ni menos proceda el inferior contra el superior si no fuese con especial comisión mía o de la suprema junta, por escrito y no de palabra, la que manifestará a la persona contra quien fuere a proceder. Que ningún oficial como juez, ni comisario, ni gente sin autoridad, dé auxilio para proceder el inferior contra el superior, mientras no se le manifieste orden especial mía o de S.M. la suprema junta, y se le haga saber por persona fidedigna. Que ningún individuo, sea quien fuere, tome la voz de la Nación para estos procedimientos y otros alborotos, pues habiendo superioridad legítima y autorizada, deben ocurrir a ésta en los casos arduos y de traición, y ninguno procederá con autoridad propia. Que no siendo como no es nuestro sistema proceder contra los ricos por razón de tales, ni menos contra los ricos criollos, ninguno se atreverá a echar mano de sus bienes por muy rico que sea; por ser contra todo derecho semejante acción, principalmente contra la ley divina, que nos prohibe hurtar y tomar lo ageno contra la voluntad de su dueño, y aun el pensamiento de codiciar las cosas ajenas. Que aun siendo culpados algunos ricos europeos o criollos, no se eche mano de sus bienes sino con orden expresa del superior de • la expedición, y con el orden y reglas que deben efectuarse por nuestro o embargo, para que todo tenga el uso debido. los que se atrevieren a cometer atentados contra lo dispuesto de este decreto, serán castigados con todo el rigor de las leyes, y la misma pena tendrán los que idearen sediciones y alborotos en otros

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acontecimientos que aquí no se expresan por indefinidos en los espíritus de malignidad, pero que son opuestos a la ley de Dios, tranquilidad de los habitantes del reino y progreso de nuestras armas. Y para que llegue a noticia de todos y nadie alegue ignorancia, mando se publique por bando en esta ciudad y su partido, y en los demás de comprensión de mi mando, y se fije en los parajes acostumbrados. Es hecho en la ciudad de Nuestra Señora de Guadalupe de Tecpan a 13 de Octubre de 1811.

PROCLAMACIÓN DE LA INDEPENDENCIA.

A medida que se extendía la noticia de la proclamación de la independencia, diversos sentimientos se apoderaban de los ánimos: de regocijo en unos, al ver que su ideal comenzaba a hacerse realidad; de temor y sobresalto en otros, al presenciar el levantamiento de un pueblo cuya libertad consideraban incompatible con sus intereses. Desde el primer momento se formó una estrecha alianza entre todos los intereses amenazados. Aparte del elemento oficial del partido que hemos llamado español, la independencia de México tuvo en su contra a la aristocracia que se había formado en la colonia entre los descendientes de los conquistadores; a los ricos y a los grandes propietarios; a los empleados, que vivían a la sombra de una administración complicada y exenta de eficaz inspección; y al alto clero, que recibió la declaración de independencia con el anatema y la excomunión. No es de extrañar, pues, que los ayuntamientos, las corporaciones literarias, los gremios, las agrupaciones todas en que se dividía aquella sociedad jerárquica y en las que dominaba el partido español, alzaran la voz asegurando su fidelidad a la dominación española. El ayuntamiento de México dirigió a los habitantes de Nueva España un manifiesto en el que afirmaba su adhesión al monarca y ofrecía la inquebrantable lealtad de la ciudad y la provincia. El de Querétaro se apresuró a vindicar a la ciudad del cargo de haber sido cuna del levantamiento. El de Oaxaca ofrecía al virrey sus propios y rentas para sostener la guerra. El de Tlaxcala proclamaba que sus habitantes estaban prontos a derramar hasta la última gota de su sangre en defensa del rey y de la religión. Los de Tepeaca y Huejotzingo agotaban los términos del servilismo. El vecindario del Real de Angangueo, las parcialidades de San Juan y Santiago de México, el gobernador y república de Chalco, el subdelegado de Xochimilco y las autoridades de Nopalucan protestaban la más completa sumisión y se desataban en improperios contra los independientes. El rector de la Universidad de México se apresuraba a participar al virrey que Hidalgo no había recibido en ella el grado de doctor, porque la corporación tenía la gloria de no haber albergado en su seno sino vasallos obedientes y fieles patriotas. Algunos días después el rector y el claustro de doctores dirigían a todos los habitantes de América un largo manifiesto en el que se censuraba a Napoleón y a Hidalgo, y terminaba con las habituales fórmulas de adulación y servilismo para el rey y las autoridades constituidas. Al mismo tiempo, el Colegio de Abogados borraba de la lista de sus miembros a don Ignacio Aldama, por haber participado en la insurrección. Quiso Venegas que la revolución fuera combatida también por las demás corporaciones literarias y por los individuos notables por sus luces; y una lluvia de manifiestos, proclamas, exhortaciones y folletos, henchidos de denuestos contra los caudillos de la revolución, cayó sobre los habitantes de Nueva España.

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El abogado Azcárate, que estaba preso desde el 16 de septiembre de 1808, fue el autor de una alocución del Colegio de Abogados, que Alamán llama profética, y en la que aseguraba que con el triunfo de la independencia acabarían el orden, la virtud y la justicia, morirían las ciencias, las artes, la minería, la agricultura, la industria y el comercio, y el país se vería privado de la santa religión que profesaba. El médico Don Luis Montaña escribió, con el título de Reflexiones, una serie de dislates; y don Mariano Primo de Rivera y don Fernando Fernández de San Salvador escribieron no mejores manifestaciones en el tono declamatorio de la época. Otros muchos hicieron gemir las prensas con sus remuneradas lucubraciones, y el desenfreno de los improvisados publicistas llegó a tal extremo, que el mismo virrey se vio forzado más de una vez a prohibir la impresión de aquellos miserables libelos. La Iglesia se alzó irritada contra la independencia. Emulando al poder civil, los edictos de excomunión lanzados por los obispos comprendían en la grave pena eclesiástica a todos los que abrazaban aquella causa, y no sólo a los caudillos. Las armas de la Iglesia se esgrimieron más contra la rebelión que contra la supuesta herejía de los independientes. Quizás en ninguna época como esa el trono y el altar se unieron más íntimamente; pero el descrédito de las penas eclesiásticas no tardó mucho en embótar su eficacia. El primero que lanzó los rayos de la Iglesia sobre los independientes fue Don Manuel Abad Queipo, obispo electo de Michoacán, que publicó el 24 de septiembre de 1810 un edicto en el que calificaba a Hidalgo y sus compañeros de perturbadores del orden público, seductores del pueblo, sacrílegos y perjuros, y declarando que habían incurrido en la excomunión mayor del canon Si quis suadente diabolo, amenazaba con la misma pena a todos los que les diesen apoyo. En otro de 8 de octubre confirmó y amplió lo prevenido en el primero. Pero Abad Queipo aun no había sido consagrado, y el arzobispo Lizana, en su edicto del 11 de octubre, declaró válidas las manifestaciones de aquél, como emanadas de autoridad competente. El 18 de octubre el arzobispo dirigió a sus ovejas una pastoral en que combatía los principios de la revolución, y ratificó su exhortación del 24 de septiembre. A principios de octubre, la congregación de eclesiásticos de San Pedro participó al virrey haber acordado dedicarse con el mayor empeño en los confesionarios, en los púlpitos y en las conversaciones públicas y privadas a inspirar en el pueblo de la capital el horror a la revolución y la fidelidad a las autoridades legítimas. Don Manuel Ignacio González del Campillo, obispo de Puebla, no tardó en imitar a Abad Queipo y a Lizana, y convocó a todo el clero de su diócesis que se hallase en la ciudad a una junta solemne en el coro de la catedral, y le hizo jurar obediencia al rey y al gobierno de la colonia y que denunciaría a cuantas personas fomentasen la sedición. El obispo de Guadalajara, Ruiz de Cabañas, excomulgó a los independientes, adoptando la misma censura lanzada por Abad Queipo; y el obispo de Oaxaca. También la Inquisición tomó parte activa en aquella cruzada, publicando el 13 de octubre un edicto en el que hacía cargos a Hidalgo de todas las acusaciones que en su contra se habían presentado y por las cuales se le había comenzado causa en 1800. Acusábale de negar las verdades reveladas, de ser judaizante, de adoptar la doctrina de Lutero en orden a la eucaristía y confesión auricular, de propender a las opiniones protestantes, denegar la existencia del infierno, y de otros cielitos contrarios a la moral. Se le citaba a comparecer ante el tribunal bajo pena de excomunión mayor, dentro de treinta días, y si no se presentare se le seguiría la causa en rebeldía hasta la relajación en estatua.

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Entre tanto, una parte del numeroso ejército de Hidalgo se acercó a Querétaro, adonde ya había llegado el coronel don Miguel Flon, conde de la Cadena, con las fuerzas que salieron de México a sus órdenes. De ellas destacó una sección de 6(X) hombres que sostuvo un encuentro contra 3,000 independientes en el puerto de Carroza. Los independientes fueron desalojados de sus posiciones. Hidalgo, cuyas filas aumentaban sin cesar, se dirigía contra Valladolid, hoy Morelia. Hablando de este movimiento, el historiador Alamán aventura la opinión de que entraba por mucho en esta determinación del cura de Dolores la jactancia de presentarse como vencedor en la ciudad en que había pasado sus primeros años como estudiante, y hacerse acatar en ella por los altivos canónigos ante quienes tantas veces tuvo el humilde cura que presentarse como suplicante. Pero esta arbitraria suposición de Alamán no descansa en bases sólidas. El carácter de Hidalgo, altivo y digno, no era el más a propósito para humillarse ante los canónigos de Valladolid. Aquel movimiento fué dictado, sin duda, por importantes motivos de orden estratégico. El grueso del ejército, con Hidalgo a la cabeza, avanzó por el valle de Santiago, Salvatierra, Acámbaro, Zinapécuaro e Indaparapeo, donde se le unió Aldama. Hubo en Valladolid intentos de resistir al ejército independiente, fuerte en aquellos momentos con 60,000 hombres y con cuatro cañones. El clero de la ciudad, instigado por Abad Queipo, se puso a la cabeza de los belicosos. El obispo se arrogó amplias facultades, urgió a la autoridad civil para que adoptase medidas de defensa, y equipó un cuerpo que puso inmediatamente a las órdenes del canónigo don Agustín Ledos. Al llegar a Acámbaro los independientes, una partida de éstos, mandada por el torero Luna, aprehendió al coronel García Conde, al intendente Merino y al coronel conde de Casa Rul, que habían salido de México para Valladolid siguiendo órdenes del virrey. Apenas se supo en Valladolid la entrada de los independientes en Acámbaro, el obispo Abad Queipo, siete prebendados, el intendente interino don José Alonso de Terán y otras muchas personas salieron de la ciudad con dirección a la de México. Terán y otros muchos de los fugitivos fueron detenidos en Huetamo. También abandonó la ciudad don Agustín de Iturbide, que fué a México a presentarse al virrey, no obstante que Hidalgo le ofreció el grado de teniente general si se unía a la insurrección. Una comisión de Valladolid se presentó a Hidalgo en Indaparapeo para ofrecerle la sumisión de la ciudad, donde el 15 de octubre entraron los primeros pelotones, y el 17 Hidalgo con el grueso del ejército. Antes de que entrase Hidalgo, desaparecieron de las puertas de la catedral las tablillas en que se fijó la excomunión fulminada por el obispo Abad Queipo, y el canónigo conde de Sierra Gorda, gobernador de la mitra en ausencia de aquél, se apresuró a levantar el anatema por decreto que expidió el 16 de octubre. La fuerza y eficacia de las armas de la Iglesia sufrieron grande quebranto como consecuencia de estas contrarias resoluciones de sus dignatarios. El día 18, las masas saquearon las casas de algunos españoles, destruyendo todo lo que no podían llevarse. Al tener noticia del desorden, Allende montó a caballo y se dirigió a reprimirlo. Un cañón disparado contra los saqueadores mató e hirió a varios, y el tumulto quedó sosegado. Dos días permaneció Hidalgo en Valladolid. De las arcas de la catedral tomó 400,000 pesos pertenecientes a la Iglesia y 200,000 de fondos particulares allí depositados; nombró intendente a don José María de Ansorena, proveyó otros empleos vacantes, y deseoso de aprovechar el tiempo para atacar la capital del virreinato, salió de Valladolid el 19 de octubre. Al salir hacia México, el ejército de

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Hidalgo se componía de 80,000 hombres, tanto de caballería como de infantería, mal armados en su mayor parte y muy indisciplinados. Durante su estancia en Valladolid, el sargento mayor de aquel regimiento provincial le propuso a Hidalgo que entresacase de la confusa muchedumbre que formaba sus tropas 14,000 hombres, que los internase en la Sierra de Pátzcuaro y los instruyese durante dos meses, con lo que estarían listos para entrar en campaña, vaticinándole que, de lo contrario, en la primera derrota que sufriese se quedaría solo, pues sus soldados huirían como palomas. Don Miguel Hidalgo desoyó aquellas juiciosas advertencias. En Indaparapeo se presentó a Hidalgo el cura de Carácuaro pidiéndole le permitiese unirse a sus tropas. Hidalgo reconoció en su interlocutor a un antiguo discípulo suyo, en la época de su rectorado en el colegio de San Nicolás de -Valladolid. Pidió recado de escribir y entregó a aquel hombre un papel, diciéndole: "Seréis mejor general que capellán; ahí tenéis vuestro nombramiento." El papel decía: "Por el presente, comisiono en toda forma a mi lugarteniente el 13r. Don José María Morelos, cura de Carácuaro. para que en las costas del Sur levante tropas, procediendo con arreglo a las instrucciones verbales que le he comunicado, Miguel Hidalgo Y Costilla Las instrucciones verbales se referían a la organización del gobierno en los lugares que en lo sucesivo, a la aprehensión de los españoles y secuestro de sus bienes para mantener la tropa, y al ataque de la plaza de Acapulco. Morelos no pidió armas, hombres ni dinero, y en seguida se separaron los dos defensores de la independencia para no volver a verse más. En Acámbaro pasó Hidalgo revista a su ejército, compuesto, como hemos dicho, de 80,000 hombres divididos en regimientos de 1,000. A continuación, reunidos en fue nombrado Hidalgo generalísimo; Aldama, Balleza, Jiménez y Arias (el mismo que había denunciado la conspiración de Querétaro), tenientes generales; Ignacio Martínez, Abasolo, Ocón y José Antonio Martínez, mariscales de Trujillo. Después de estas disposiciones, los independientes continuaron su marcha por Maravatío, Tepetongo, la Jordana e Ixdahuaca. Alarmado Venegas por el movimiento de Hidalgo hacia Toluca, hizo salir para esta ciudad una división de 2,000 hombres a las órdenes del teniente coronel don Torcuato Trujillo. En esta división iba también don Agustín de Iturbide. El 27 de octubre salió Trujillo de Toluca para hacer un reconocimiento por la cariada de Ixtlahuaca. Advertido de la proximidad de los independientes y no considerándose seguro en Toluca, contramarchó rápidamente, evacuó esta ciudad y se retiró a Lerma. Hidalgo ocupó Toluca el 28 de octubre. Allende tomó el puente de Atengo, situado al sur de Lerma, amenazando cortarle la retirada a Trujillo. Entonces dispuso éste retirarse al Monte de las Cruces, adonde llegaron media hora después las avanzadas de los insurgentes, mandadas por Allende. A las ocho de la mañana del día 30 de octubre empezó el combate, que fue porfiado y sangriento. Las bajas que había sufrido y el desaliento de sus soldados obligaron a Trujillo a oír las proposiciones de avenimiento que le dirigían los independientes. Pero cometió atroz felonía; dejó que se acercasen los que iban como parlamentarios, y antes de que terminaran de hablar mandó hacer fuego sobre ellos y cayeron muertos muchos. Esto volvió a encender el combate con redoblado furor. Agotado el parque, perdido el último cañón y muertos muchos combatientes, Trujillo emprendió la retirada hacia México, pernoctó en Santa Fe con sólo cincuenta soldados y algunos oficia les, entre ellos Iturbide, y el 31 llegó a

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Chapultepec. En la batalla del Monte de las Cruces perdieron los realistas 2,000 hombres, y los independientes un número mayor. El camino de la capital estaba abierto a los independientes, y el terror y el desasosiego eran intensos en los habitantes de México, a pesar de la serenidad y presencia de ánimo de Venegas. En la tarde del 31 de octubre recibió el virrey un pliego llevado por Jiménez y Abasolo y en el que quizá Hidalgo le intimaba la rendición. No contestó Venegas, pero ordenó que inmediatamente se retirasen los emisarios. En tan críticas circunstancias acudió Venegas a exaltar el Venegas fanatismo religioso del pueblo, proclamando en la misma tarde del 31 generala de las tropas realistas a la Virgen de los Remedios. Las señoras, con el nombre de patriotas marianas, se alistaron para velar a la imagen de la Virgen en la catedral. El ejemplo de la capital fue seguido por las provincias, y pronto fueron proclamadas generalas de las tropas del virrey las imágenes de más devoción en cada una de ellas. Algunos días después, el virrey premió a los realistas que habían luchado en la jornada del Monte de las Cruces. Concedió distintivos honoríficos a las unidades que habían participado en ella, y ascendió a algunos jefes y oficiales. Don Agustín de lturbide recibió el grado de capitán. Hidalgo, con la vanguardia en Cuajimalpa y el ejército en el Monte de las Cruces, permaneció inactivo el 31 de octubre y el 1 de noviembre. El día 2 se supo en México que Calleja avanzaba a marchas forzadas al socorro de la capital, y poco después llegó la noticia de que el ejército independiente retrocedía hacia Toluca. ¿Por qué se retiraba Hidalgo? Unos historiadores atribuyen tan inesperada resolución a la falta de plan y de objeto determinado que caracterizó los actos de Hidalgo; otros la explican por la situación en que los movimientos de Calleja colocaron al ejército independiente; y algunos la atribuyen a la falta absoluta de parque. A esta última causa, hay que añadir, en efecto, los movimientos de Calleja y la deserción de masas enormes de combatientes, que redujeron a la mitad el ejército de Hidalgo. Tales fueron seguramente las causas de aquella retirada. Dícese que en esta ocasión comenzó el desacuerdo entre Hidalgo y Allende, desacuerdo que fue ahondándose hasta producir un completo rompimiento.

OPINIÓN DE MORELOS ACERCA DEL PROYECTO DE CONSTITUCIÓN QUE LE FUE ENVIADO POR EL GENERAL RAYÓN

EXMO. Sr.—Hasta ahora no había recibido los Elementos constitucionales: los he visto y con poca diferencia son los mismos que conferenciamos con el Sr. Hidalgo. En mi anterior del 3 del corriente digo a V.E. sobre el quinto individuo de nuestra Suprema Junta: que sea ameritado; del Centro del Reino, y no de los que están en las capitales especialmente los medios neutrales. Que se dedique sólo a la administración de Justicia, porqué nos quita el tiempo en lo de guerra los muchos ocursos que acarrea el desorden, y la mutación de un gobierno los que dan más guerra que el enemigo, el que siempre nos halla descuidados y envueltos en papeles de procesos, representaciones, etc. Yo podré proponer la terna en todo el mes que entra, si por allí no hubiera sujeto como V.E. me dice. El cuanto el punto 5o. de nuestra Constitución por lo respectivo a la soberanía del Sr. D. Fernando VII, como es tan pública y notoria la suerte que le ha cabido a este grandísimo hombre, es necesario excluirlo para dar al público la Constitución.

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En cuanto al punto 14 es preciso ceñirse a cierto número de oficiales, especialmente brigadieres, que estando repartidos a largas distancias no podrá verificarse con la prontitud exigente el Consejo de Estado para los casos de paz y de guerra y me parece que bastará el número de uno o dos capitanes generales, dos tenientes generales, tres mariscales y tres brigadieres, y cuando más un cuartel maestre general y un intendente general del ejército. En cuanto al 17 parece que debe haber un protector nacional en cada Obispado, para que esté administración de Justicia plenamente asistida. En cuanto al 19 y 20 por la admisión de extranjeros, aunque sin gobierno, parece que por, lo menos en la práctica debemos admitir muy pocos, o ningunos, si no es en la comunicación, y comercio de los puertos, pues de este modo estaremos libres de una íntegra seducción o adulterio de nuestra santa religión. Al 37 parece debe añadírsele o reformársele que tomadas tres provincias episcopales, o sólo la de México, se elija al generalísimo; y como las armas deben permanecer casi siempre en el reino, deberá continuarse sin mas alternativa que la que pida su ineptitud por impericia, enfermedad o edad de sesenta años. Por último, 38 deberá tener la misma adición que la anterior del generalísimo en cuanto a la duración de su empleo, pues aunque deje de ser vocal, no dejará de ser capitán general sino por ineptitud. Esto es lo que han advertido mis cortas luces que juntas a la poca meditación que el tiempo no me permite, no quedo satisfecho de haberlo dicho, ni menos tendré el atrevimiento de decir que he reformado, y sólo podré asegurar a mi conciencia que hice lo que pude, aunque no sea lo que debía en cumplimiento de mis deberes. Dios guarde a V.E. muchos años. Cuartel General en Tehuacán, Noviembre 7 de 1812.—José María Morelos.—Exmo. Sr. Presidente de las S. J. N. G. L. Don Ignacio Rayón

SENTIMIENTOS DE LA NACIÓN Ó 23 PUNTOS DADOS POR MORELOS PARA LA CONSTITUCIÓN

Sentimientos de la Nación.

1º.—Que la América es libre e independiente de España y Gobierno o Monarquía yque así se sancione, dando al mundo, las razones. 2o.—Que la Religión Católica sea la única, sin tolerancia de otra. 3o.—Que todos sus ministros se sustenten de todos, y solo los diezmos y primicias y el pueblo no tenga que pagar más obvenciones que las de su devoción y ofrenda. 4o.—Que el dogma sea sostenido por la jerarquía de la Iglesia, que son el Papa, los Obispos y los Curas, porque se debe arrancar toda planta que Dios no plantó: omnis plantatls quam nom plantabir Pater micas Celestís Cradicabitur. Mata Cap. XV. 5o.—La Soberanía dimana inmediatamente del Pueblo, el que sólo quiere depositarla en sus representantes dividiendo los poderes de ella en Legislativo, Ejecutivo y Judiciario, eligiendo las Provincias sus vocales, y éstos a los demás, que deben ser sujetos sabios y de probidad.

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6o.—(En el original de donde se tomó esta copia —1881— no existe el artículo de este número). 7o —Que funcionarán cuatro años los vocales, turnándose, saliendo los más antiguos para que ocupen el lugar los nuevos electos. 8o.—La dotación de los vocales, será una congrua suficiente y no superflua, y no pasará por ahora de ocho mil pesos. 9o.—Que los empleos los obtengan sólo los americanos. 10o.—Que no se admitan extranjeros, sino son artesanos capaces de instruir y libres de toda sospecha. 11 o.—Que la patria no será del todo libre y nuestra, mientras no se reforme el gobierno, abatiendo el tiránico, substituyendo el liberal y echando fuera de nuestro feudo al enemigo español que tanto se ha declarado contra esta Nación. 12o.—Que como la buena ley es superior a todo hombre, las que dicte nuestro Congreso deben ser tales que obliguen a constancia y patriotismo, moderen la opulencia y la indigencia, y de tal suerte se aumente el jornal del pilare, que mejore sus costumbres, aleje la ignorancia, la rapiña y el hurto. 13o.—Que las leyes generales comprendan a todos, sin excepción de cuerpos privilegiados, y que éstos sólo lo sean en cuanto el uso de su ministerio. 14o.—Que para dictar una ley se discuta en el Congreso, y decida a pluralidad de votos, 15o.—Que la esclavitud se prescriba para siempre, y lo mismo la distinción de castas, quedando todos iguales, y sólo distinguirá a un americano de otro, el vicio y la virtud. 16o.—Que nuestros Puertos se franqueen a las naciones extranjeras amigas, pero que éstas no se internen al reino por más amigas que sean, y sólo haya Puertos señalados para el efecto, prohibiendo el desembarco en todos los demás señalando el 10% otra gabela a sus mercancías. 17o.—Que a cada uno se le guarden las propiedades y respete en su casa como en un asilo sagrado señalando penas a los infractores. 18o.—Que en la nueva legislación no se admitirá la tortura. 19o.—Que en la misma se establezca por ley Constitucional la celebración del día 12 de diciembre en todos los pueblos, dedicado a la patrona de nuestra libertad, María Santísima de Guadalupe, encargando a todos los pueblos, la devoción mensual.

20o.—Que las tropas extranjeras o de otro reino no pisen nuestro suelo, y si fuere en ayuda, no estarán donde la Suprema Junta.

21o.—Que no hagan expediciones fuera de los límites del reino, especialmente ultramarinas, pero que no son de esta clase, propagar la fe a nuestros hermanos de tierra dentro. 22o.—Que se quite la infinidad de tributos, pechos e imposiciones que más agobian, y se señale a cada, individuo un cinco por ciento en sus ganancias, u otra carga igual ligera, que no oprima tanto,

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como la alcabala, el estanco, el tributo y otros, pues con esta corta contribución, y la buena adminisración de los bienes confiscados al enemigo, podrá llevarse el peso de la guerra y honorarios de empleados. Chilpancingo, 14 de septiembre de 1813.—José María Morelos. 23o.—Que igualmente se solemnice el día 16 de septiembre todos los años, como el día aniversario en que se levantó la voz de la independencia y nuestra santa libertad comenzó, pues en ese día fue en el que se abrieron los labios de la Nación para reclamar sus derechos y empuñó la espada para ser oída, recordando siempre el mérito del grande héroe el señor don Miguel Hidalgo y su compañero don Ignacio Allende.—Repuestas en 21 de noviembre de 1817, y por tanto quedan abolidas éstas, quedando siempre sujeto al parecer de S. A. Serenísima.

BREVE RAZONAMIENTO QUE EL SIERVO DE LA NACIÓN HACE A SUS CONCIUDADANOS, Y TAMBIÉN A LOS EUROPEOS

Americanos, El siervo de la Nación os habla en pocas convincentes razones: oídle. Nadie duda de la justicia de nuestra causa, y sería ocioso gastar el tiempo en discursos que producen con tanto acierto el sabio y el idiota. Veamos, pues, cuál es el partido mal pudiente, que mantiene obrando contra conciencia a los egoístas y arrinconados a los cobardes. Somos libres por la gracia de Dios, e independientes de la soberbia tiranía española, que con sus Cortes extraordinarias, y muy extraordinarias, y muy fuera de razón, quieren continuar el monopolio con las continuas metamorfosis de su gobierno, concediendo la capacidad de Constitución que poco antes negaba a los americanos, definiéndolos como Hitos de la sociedad. Publicistas españoles: vosotros mismos estáis peleando contra el francés por conseguir la independencia, pero ya no podéis conseguir por falta de recursos. Necesitáis fondos para mantener vuestras tropas en España, para las de Napoleón que toma las capitales y fondos que quiere, y para vuestro aliado que después de llevarse los mejores botines (si algunos gana), os sacrifica e insensiblemente os consume, sin dejar de hacer su negocio, coma lo demuestra el Español libre, y también carecéis de fondos para mantener las tropas en la América Septentrional (pues ya la Meridional es cuasi libre), así las vuestras como las de los americanos, que justamente se sostienen y sostendrán de los caudales de los europeos y criollos desnaturalizados, indignos del nombre americano. De aquí es claro, y por demostración matemática es ciertísimo, que la América tarde o temprano ganará, y los gachupines incontestablemente perderán. Y perderán con ellos honra, ha-cienda, y hasta la vida, los infames criollos que de este aviso en adelante fomentaren el gachupinato: y no será visto con buenos ojos el americano, que pudiendo separarse del opresor español, no lo verifique al instante. Los americanos tienen fondo para todo y recursos infinitos; pero el español en tierra ajena, no tiene más que lo que quieren darle los Chaquetas. Alerta, pues, americanos, abrid los ojos, ciegos europeos, porque va a decidirse vuestra suerte: hasta ahora se ha tratado a unos y a otros con demasiada indulgencia, pero ya es tiempo de aplicaros el rigor de la justicia, Con este aviso sólo padecerán unos y otros por demasiado capricho, pues han tenido cuartel abierto en las entrañas benéficas de la Nación americana, Pero ésta ni puede ni debe- sacrificar ya más victimas a la tiranía española.

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Europeos: ya no os canséis en, inventar gobiernitos. La América es libre aunque os pese: y vosotros podéis serio, si conducidos a vuestro suelo, hacéis el ánimo como ella, de defender la corta parte del ángulo peninsular, que por fortuna os haya dejado José Bonaparte. Os hablo de buena fe: acordaos de las condiciones que pusisteis al Rey y al Conde en el tumulto de Madrid, y siendo yo del mismo pensamiento, os aconsejo que estaría mejor el Poder ejecutivo de vuestra península en un español que en Lord Welinton. Yo protesto a nombre de la Nación, perdonar la vida al europeo que se encuentre solo, y castigar con todo el rigor al americano, uno o muchos, que se encontraren en compañía de un solo español, por haberles mandado más de tres veces con la misma autoridad, esta separación, medio necesario para cortar la guerra, aun viviendo en el mismo suelo. Os he hablado con palabras sencillas e inteligibles: aprovechaos de este aviso, y tened entendido que aunque muera el que os la da, la Nación no variará de sistema por muchos siglos. Tiemblen los culpados y no pierdan instante los arrepentidos. Cuartel Universal en TIalcosautitlán, noviembre 2 de 1813.— José María Morelos.

CAPITÁN IGNACIO ALLENDE El capitán Don Ignacio José Allende, nació en San Miguel el Grande, Intendencia de Guanajuato, el 21 de enero de 1779 Fueron sus padres D. Domingo Narciso de Allende, español acomodado, y doña María Unzaga. Muerto Don Domingo, quedó confiada la familia a un español llamado Berrio, quien cuidó con esmero los intereses que se le encomendaron, satisfizo las deudas y entregó a la familia una cantidad considerable de dinero como fruto de su honrada administración. En 1802 se casó don Ignacio, y su esposa murió poco después. Allende estuvo de guarnición en el cantón de San Luis a las órdenes de Calleja, y durante el año 1807 residió en la capital. Al empezar la revolución aria capitán del regimiento de Dragones de la Reina, que guarnecía la villa de San Miguel. Capitán del mismo regimiento era don Juan Aldama, natural también de San Miguel. Uníale con Allende estrecha amistad, y le secundaba en todos sus proyectos y empresas. Otro capitán del mismo regimiento, don José Mariano Abasolo, entró en la conspiración por la influencia que sobre él ejercía su compañero Allende. Era muy rico e hizo papel poco brillante en la revolución. La larga prisión que sufrió en el castillo de Santa Catalina, de Cádiz, donde murió, lo rehabilita en la memoria de sus compatriotas. Los hechos y numerosos testimonios demuestran que a Hidalgo toca la gloria de haber iniciado la proclamación de la Independencia y de ser el centro directivo que dio vida a las aspi-raciones de segregar a México de España. Así nos lo presenta otro conspirador, el padre carmelita fray Gregorio de la Concepción, nacido en Toluca en 1773, y autor de una interesante relación de los principales sucesos de la Independencia. Tampoco hay conocimiento exacto del plan que se proponían desarrollar los conspiradores. José María de Liceaga, en sus Adiciones y rectificaciones a la Historia de México de Alamán, dice que, aparte de ciertas medidas que habían de adoptarse contra los españoles, el plan consistía en dejar al arbitrio de los jefes que se reunieran en México la elección del gobierno más conveniente. Lorenzo de Zavala, en su Ensayo Histórico, afirma que Hidalgo obraba sin plan, sin sistema y sin objeto determinado. El doctor Mora dice que el plan trazado consistía en encargar el gobierno a una junta de representantes de las provincias que lo ejercerían en nombre de Fernando VII; quedarían disueltas las relaciones de sumisión para España y sustituidas con la fraternidad y armonía. Alamán, en su Historia de México, sostiene que entre los papeles que se le ocuparon a Epigmenio González al ser detenido, figuraba el plan que habían de seguir los revolucionarios. Fray Gregorio de la

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Concepción dice que Hidalgo tenía hecho un plan, que fue aprobado por los conspiradores. Según manifiesto de Hidalgo, publicado en Valladolid el 15 de diciembre de 1810, se establecería un congreso de representantes de las ciudades, villas y lugares del reino que mantendría la religión y fomentaría el bienestar y la riqueza del país. En un bando publicado por Don Ignacio Rayón en Tlalpujahua el 23 de octubre de 1810, declara en nombre del generalísimo que “el objeto del plan de independencia no es otro más que la manutención de N.S. Religión y sus dogmas, la conservación de N. Libertad, y el alivio de los pueblos” En los primeros días de septiembre, Hidalgo estuvo en Querétaro en conferencias con sus correligionarios, con quienes convino proclamar la independencia el 1 de octubre, y de vuelta en Dolores se puso en relación con Ignacio Garrido, tambor mayor del regimiento de Guanajuato. Desde mediados de agosto, la Audiencia de México había recibido denuncias de José Mariano Galván acerca del movimiento que se preparaba. El 9 de septiembre. una denuncia anónima señalaba las idas y venidas de los principales conspiradores. A partir de ese momento, se multiplicaron las denuncias y la conjuración quedó completamente descubierta. El capitán Joaquín Arias, del regimiento de Celaya, el 10 de septiembre denunció al alcalde Ochoa y al sargento José Alonso a todos sus compañeros. El día 11, Ochoa y Alonso dirigieron comunicaciones al virrey Venegas, en las que le participaban el descubrimiento de la conjuración y los nombres de los conspiradores. Otra denuncia hecha el día 13 ante el cura y juez eclesiástico don Rafael Gil de León precipitó los acontecimientos. Según ella, la revolución debía estallar a las pocas horas y comenzaría con el degüello de todos los españoles. Las armas estaban ocultas en casa de Epigmenio González y de un tal Samano y en la conspiración tenía parte muy activa el corregidor Domínguez. Gil de León, amigo del corregidor, comunicó a éste la denuncia, y el corregidor se decidió a prender a Epigmenio González. Antes de hacerlo, anunció a su esposa el partido que había adoptado y en seguida se fue en busca del escribano don Juan Fernando Domínguez, relacionado con el partido europeo. Fingió el escribano no creer la denuncia, y ante la insistencia del corregidor le aconsejó un registro en casa de Epigmenio González. Ambos, con veinte soldados, procedieron a hacerlo. Como a primera vista nada alarmante se ofrecía, el corregidor dio por terminado el registro; pero el notario insistió en que se recorriera cuidadosamente toda la casa, y en dos habitaciones se descubrió gran cantidad de cartuchos, municiones y cabos para lanzas. Forzoso fue al corregidor prender a Epigmenio, a su hermano y a los demás habitantes de la casa. Doña María Josefa Ortiz, la esposa del corregidor Domínguez, envió inmediatamente aviso a Allende de lo que ocurría. El emisario no encontró a Allende en San Miguel, adonde llegó al amanecer del día 15; buscó a Aldama y le comunicó las noticias. Otro tanto hizo la corregidora con el capitán Arias, exhortándole a acelerar el movimiento. Acto continuo, Arias denunció al alcalde Ochoa el recado que acababa de recibir de la corregidora. Puestos ambos de acuerdo, Ochoa dispuso la aprehensión de Arias y éste, interrogado, refirió cuanto sabía del asunto. A las dos de la mañana del día 16 estaban reducidos a prisión el corregidor don Manuel Domínguez, su esposa y los demás conjurados residentes en Querétaro. El corregidor fue puesto en libertad por el alcalde de corte Collado, y poco después quedó repuesto en su empleo. Doña Josefa Ortiz salió también de la prisión, para ser de nuevo perseguida por el virrey Calleja cinco o seis años más tarde.

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El 13 de septiembre, en Guanajuato, el tambor mayor Ignacio Garrido comunicó a sus superiores la entrevista que había tenido con Hidalgo, y uno de éstos dio cuenta al intendente don Juan Antonio Riaño, quien, probablemente en la mañana del día 15, ordenaba la prisión de los capitanes Allende y Aldama y ordenaba al español don Francisco Iriarte que vigilase a Hidalgo y lo aprehendiese en caso necesario. El mismo día 13 tuvo Hidalgo vagas noticias de que Allende estaba delatado. Envíole a llamar con premura, y el capitán salió inmediatamente de San Miguel. A las nueve de la noche del día 14 llegó a casa de Hidalgo. Ninguno de los dos sabía lo ocurrido en Querétaro ni la delación hecha por Garrido ante el intendente Riaño. Hemos visto ya cómo el emisario de la señora Ortiz, no encontrando a Allende en San Miguel, buscó a Aldama y le comunicó las recomendaciones de la corregidora. Inmediatamente se puso Aldama en camino para Dolores, a donde llegó a las dos de la mañana del 16 de septiembre, e impuso a sus dos amigos de los sucesos de Querétaro y del riesgo en que todos ellos se encontraban. Hidalgo comprendió en un momento toda la extensión del peligro, y le preguntó a Allende qué debía hacerse. Allende opinó que debía citarse a todos los comprometidos, informarles de los sucesos y que cada uno de ellos regresase al lugar de su destino y diese la voz de independencia; pero Hidalgo quería proceder más rápidamente, y convencido Allende, le dijo: "Pues bien, señor cura, echémosles el lazo (a los españoles), seguros de que ningún poder humano podrá quitársele." A lo que repuso el cura de Dolores: "Sí, lo he pensado bien, y veo que estamos perdidos, y que no queda más recurso que ir a coger gachupines." Entonces exclamó Aldama: "Señor, ¿qué va usted a hacer? Por amor de Dios, vea usted lo que hace." Resuelto ya a proclamar la independencia, Hidalgo no respondió a la insinuación de Aldama. Estaban presentes en la conferencia don Mariano Hidalgo, hermano del cura, clon José Santos Villa, el padre Balleza y otros nueve hombres. Salieron todos del curato, fueron a la cárcel y pusieron en libertad a los presos, a quienes armaron con lanzas. A continuación, los insurrectos se ocuparon en aprehender a los españoles avecindados en el pueblo, lo que hicieron sin estrépito y sin hallar resistencia en ninguno de ellos. Diecinueve fueron los españoles aprehendidos. Eran las cinco de la mañana del 16 de septiembre de 1810 cuando Hidalgo, a la cabeza del grupo de insurrectos, desembocó en el atrio de la iglesia. Repicaban las campanas de la parroquia llamando a la misa del domingo, y una muchedumbre del pueblo mismo y de las rancherías inmediatas ocupaba el atrio. La arengó el cura, diciendo que el movimiento que acababa de estallar tenía por objeto derribar el mal gobierno, quitando del poder a los españoles que trataban de entregar el reino a los franceses; que con la ayuda de todos los mexicanos la opresión vendría por tierra; que en lo adelante no pagarían ningún tributo, y que a todo el que se alistase en sus filas llevando armas y caballo le pagaría un peso diario, y la mitad al día que se presentase a pie. De la muchedumbre salieron gritos de ¡Viva la independencia! ¡Viva América! ¡Muera el gobierno! se proclamó la independencia de México. A pesar de verse descubiertos por la delación, los caudillos de la independencia son rodeados por un grupo numeroso y entusiasta apenas acaba de pronunciar el cura de Dolores- las últimas palabras de su arenga. Los quince individuos que salieron del curato en las primeras horas de la mañana del 16 de septiembre de 1810, se habían convertido a poco en 600, que armados de fusiles; lanzas, espadas, instrumentos de labranza, palos y piedras, unos a caballo y los más a pie, rodeaban a los caudillos que se atrevían a predicar la rebelión contra el orden de cosas establecido.

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Dado el grito de insurrección en Dolores, Hidalgo y Allende resolvieron salir inmediatamente para San Miguel. Salieron, en efecto, a las once de la mañana, descansaron en la hacienda de la Erre y continuaron después su marcha en dirección de Atotonilco. A medida que el pequeño ejército avanzaba, sus filas se engrosaban con innumerables voluntarios. De las haciendas y ranchos salían hombres a caballo, y se formaba rápidamente una fuerza de caballería armada de machetes, lanzas y espadas, pues muy pocos llevaban carabinas y pistolas. Muchos llevaban consigo sus mujeres e hijos. Este entusiasmo patriótico fué reconocido y confesado por las mismas autoridades realistas. Faltaba una bandera al naciente ejército. Antes de salir de Atotonilco, Hidalgo tomó de la sacristía de la iglesia un cuadro de la Virgen de Guadalupe, y haciendo que un soldado lo llevase al frente de la tropa pendiente de un asta, excitó gran entusiasmo en los que le seguían. Desde entonces, a su grito de guerra: ¡Viva la independencia!, ¡Viva la América!, ¡Muera el gobierno!, ¡Mueran los gachupines!, se unión el de ¡Viva la Virgen de Guadalupe! En la inmediata villa de San Miguel el Grande cundía la zozobra entre los muchos españoles en ella avecindados. Por un momento pensaron en defenderse. Eran cuarenta. El coronel don Nicolás Loreto de la Canal les dijo que no, podía responder de los soldados a sus órdenes, y los españoles se reunieron en las casas consistoriales decididos a sufrir juntos la misma suerte. Era ya de noche cuando los 5,000 hombres de Hidalgo entraron en San Miguel aclamados por los vecinos de la villa Allende encerró a los españoles aprehendidos en Dolores en el colegio de San Francisco de Sales y en seguida detuvo a los reunidos en el ayuntamiento, que fueron conducidos al mismo colegio. Apenas presos los españoles, la muchedumbre invadió y saqueó la casa de uno de aquéllos apellidado Landeta. Uno de los saqueadores salió a un balcón salió a un balcón Antes de que terminara la noche del 16 de septiembre, el regimiento de Dragones de la Reina se adhirió al movimiento de Dolores. Al día siguiente, los caudillos de la revolución convocaron a los vecinos notables de la villa para nombrar autoridades, acordar las medidas conducentes al aseguramiento del orden y auxiliar a la revolución. Formose una junta directiva compuesta por Ignacio Aldama, hermano del capitán, como presidente; Felipe González, el presbítero Manuel Castilblanque, Miguel Vallejo, Vicente Limarán y Benito Torres. Los jefes de la insurrección se dedicaron entonces a organizar el numeroso ejército que tenían bajo sus órdenes. El regimiento de la Reina fue el núcleo de la nueva organización. Muchos de sus soldados pasaron a las otras unidades con los grados de sargentos y oficiales; y sus sargentos y oficiales recibieron la graduación de tenientes coroneles y coroneles. Los 6,000 u 8,000 hombres con que contaban se dividieron en batallones y escuadrones, y se mandó construir gran número de lanzas a todos los herreros de la villa. Mientras desfilaba el ejército por la ciudad, un tiro fue la señal para el saqueo: las masas insubordinadas de las tropas, unidas a la clase baja de Celaya, se desparramaron por las calles y saquearon las tiendas durante algunas horas. Cuenta Alamán que Aldama manifestó su disgusto a Hidalgo, quien le contestó que no conocía otro modo de hacerse partidarios, donde se ve el empeño de este historiador por arrojar sobre el padre de la Independencia la culpa de aquellos horrores. El día 22 Hidalgo nombró subdelegado de la ciudad, ordenó que se reorganizase el ayuntamiento y reunió a los principales jefes del ejército para fijar la posición militar de cada uno. La junta nombró a Hidalgo capitán general, a Allende teniente general, y confirió otros empleos de menos categoría a los demás, jefes, de acuerdo con el portentoso aumento que iban teniendo sus filas.

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Muy aumentado el ejército, salió de Celaya el 23 de septiembre con el intento de atacar a Guanajuato. El 28 llegó a la hacienda de Burras, distante seis leguas de aquella plaza, desde esa hacienda intimó Hidalgo la rendición de la ciudad de Guanajuato. Entre tanto, Francisco Iriarte, encargado por el intendente de Guanajuato, Don Juan Antonio Riaño, de vigilar a Hidalgo, llegó a las inmediaciones de Dolores en la mañana del 16 de septiembre, y enterado de lo que allí acababa de suceder, se lo escribió a Riaño, quien recibió el aviso a las once de la mañana del 18. El toque de generala que inmediatamente ordenó el intendente sobresaltó a la ciudad. Obrando con la diligencia propia de su carácter, Riaño convocó a junta para la tarde misma del 18 al ayuntamiento. Para volver a ganar los ánimos de la gente del pueblo, en la mañana del día 21 hizo publicar Riaño con gran solemnidad un bando por el que se abolía el pago de tributos, de acuerdo con la gracia que había concedido la Regencia de Cádiz. El pueblo vio en esta medida una concesión del miedo y la acogió con demostraciones de burla. Riaño se dio cuenta una vez más de que la gran mayoría de los guanajuatenses deseaba con ardor la aproximación de los independientes. Temiendo que podría ser cogido entre dos fuegos, el intendente Riaño, militar valeroso y magistrado activo y celoso en el cumplimiento de sus deberes, decidió hacerse fuerte en el edificio de la Alhóndiga de Granaditas. En la noche del 24 hizo que se trasladasen a ella la tropa y paisanaje armados, todos los caudales reales y muchos municipales, los archivos de la intendencia y del ayuntamiento y gran cantidad de municiones de guerra y provisiones de boca. El día 25 se acogieron a la Alhóndiga los españoles y los criollos más acomodados de la ciudad. El ayuntamiento de Guanajuato, en la exposición que dirigió después al virrey para vindicar su conducta, atribuye a esa resolución del intendente la pérdida de la ciudad. El mayor Berzábal desaprobó la resolución; pero el brigadier don Miguel Conztanzó la consideró juiciosa. Por su parte, muchos de los vecinos que no podían trasladarse a Granaditas, y que temían el desamparo en que el resto de la población quedaba, exigieron del intendente que volviera a ocupar con sus tropas el primitivo perímetro fortificado. Citólos Riaño para el edificio de la Alhóndiga, y después de escuchar sus objeciones, contestó que por ningún motivo saldría del edificio, pues en él consideraba seguros los caudales reales. El intendente adoptó las medidas necesarias para poner la Alhóndiga en completo estado de defensa. Los defensores armados del edificio ascendían apenas a 600 hombres, de los cuales 300 formaban el batallón provincial al mando del mayor don Diego Berzábal y del capitán don Manuel de la Escalera; 200 paisanos, en su mayor parte españoles, agregados al batallón provincial, y 60 del regimiento de caballería del Príncipe a las órdenes del capitán Don José Castilla. Cuando en la mañana del 28 de septiembre vio Riaño coronadas las alturas que rodean a Guanajuato por las numerosas huestes de Hidalgo y hubo recibido la intimación de éste, despachó un correo a Calleja con un oficio en que decía: "Voy a pelear porque voy a ser atacado en este instante. Resistiré cuanto pueda porque soy honrado; vuele V. S. a mi socorro. La ciudad de Guanajuato, situada en el fondo de un estrecho valle y dominada por cerros que la rodean por todas partes, recibió de sus fundadores españoles el nombre de Santa Fe, pero prevaleció su nombre indígena, que en tarasco significa lugar montuoso de ranas. Hacia el sur la cierra el cerro de San Miguel y por el norte se alza el del Cuarto. Prolongase hacia el suroeste el estrecho valle en que se asienta la ciudad, y toma el nombre de Cañada de Marfil. A partir del cerro del Cuarto y en dirección noroeste se hallan las minas más importantes: Rayas, Mellado y la Valenciana. Tenía en aquel tiempo Guanajuato 70,000 habitantes.

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Entre los muchos edificios importantes de la ciudad descollaba la Alhóndiga de Granaditas, que comenzó a construirse en 1798 y quedó terminada en 1808. Es un vasto paralelogramo, con un espacioso patio en el centro y con la puerta principal en el frente del norte. Tiene otra puerta al oriente, que le da entrada por la cuesta de Mendizábal. A las nueve de la mañana del 28 de septiembre entró en ese edificio, con los ojos vendados, el coronel don Ignacio Camargo quien entregó a Riaño dos documentos: en uno le intimaba Hidalgo la rendición y en otro le ofrecía su protección y un asilo seguro. Mientras Camargo esperaba con los ojos vendados, Riaño reunió a los españoles armados y a los soldados y les leyó la intimación que acababa de recibir. Los españoles contestaron que estaban dispuestos a luchar hasta vencer o morir, y los soldados respondieron con la aclamación unánime de "¡Viva el rey!" Entonces el intendente entregó a Camargo sus contestaciones a la intimación y a la carta de Hidalgo. En la primera le decía que su deber era luchar como soldado, y en la segunda le agradecía y rechazaba sus ofrecimientos. Resuelto ya el combate, Riaño situó una parte del batallón provincial y algunos españoles armados en la azotea de la Alhóndiga; las trincheras avanzadas de la cuesta de Mendizábal, de la calle de los Pocitos y del puente sobre el río de la Cata fueron cubiertas por destacamentos del batallón; la hacienda de beneficio de Dolores, unida a la Alhóndiga, quedó guarnecida por el resto de los voluntarios; la caballería del regimiento del Príncipe se colocó en la bajada al río de la Cata; en la entrada principal fue situada una fuerte guardia, y en el patio se estacionó la reserva. Parte que mira al sur, de la vista general de Guanajuato. Camargo entregó las contestaciones de Riaño a Hidalgo, que al frente de sus 25,000 hombres avanzaba por la Cañada de Marfil y que inmediatamente dispuso el ataque contra Granaditas. A la una de la tarde penetraron los independientes en la ciudad, y abiertas las puertas de la cárcel, los presos se les unieron. Inmediatamente quedó puesto cerco a la Alhóndiga. Comenzó el ataque por la cuesta de Mendisábal y en seguida fue atacada la trinchera. Cuando de regreso, ya iba a entrar en la Alhóndiga, Riaño fue muerto por una hala que le penetró por el ojo izquierdo. El suceso produjo gran confusión entre los defensores del edificio y discusiones acerca de quien debía ejercer el mando, que se disputaban don Manuel Pérez Valdés, asesor de la intendencia, y el mayor don Diego Berzábal. Desde el cerro del Cuarto los independientes atacaron la Alhóndiga con una lluvia incesante de grandes piedras; los destacamentos que cubrían las tres trincheras avanzadas tuvieron que retirarse agobiados por el número de los asaltantes y se guarecieron en el edificio. Al retirarse aquellos destacamentos, quedaron aislados los que defendían la hacienda de Dolores y el barranco de la Cata, y entregados a sus propias fuerzas. La puerta principal del edificio se sostenía firme a los golpes que los sitiadores le asestaban. Un operario de la mina de Mellado, joven de veinte años y de nombre Mariano, cubriéndose con una larga losa se deslizó a lo largo de la pared, llegó a la puerta, la untó con aceite y brea y le prendió fuego. Destruido aquel obstáculo, los asaltantes se precipitaron en el interior, y en el patio se trabó un combate a muerte. Empujado contra un ángulo y rodeado de unos cuantos soldados, el mayor Berzábal seguía defendiéndose heroicamente; cayeron muertos a su lado los abanderados del batallón, y entonces él, tomando las banderas y estrechándolas contra el pecho, continuó defendiéndose hasta que rodó sin vida, pero sin soltar las enseñas. 9. A las cinco de la tarde, con la muerte de Berzábal cesó la resistencia, y empezó la matanza y el saqueo. Los españoles que defendían la hacienda de Dolores habían sucumbido en su mayor parte tras porfiada defensa, y los que salieron vivos del combate se arrojaron en la noria,

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donde perecieron ahogados. Los asaltantes, que habían perdido 2,500 hombres, dieron rienda suelta a su furor inmolando sin misericordia a los vencidos, sin exceptuar a los niños. Terminada la matanza, los vencedores saquearon la Alhóndiga, apoderándose desde luego del dinero y de las barras de plata. El saqueo se renovó al día siguiente, aunque con menos furia. Hidalgo hizo cesar tanto desorden publicando el día 30 un bando severo en el que conminaba con la pena de muerte a los saqueadores. Mandó poner en libertad a los criollos que habían sido presos en la Alhóndiga y permitió que volvieran a sus casas algunos españoles supervivientes. Convocó Hidalgo al ayuntamiento de Guanajuato, y en su calidad de capitán general de América procedió a nombrar alcaldes ordinarios, intendentes, teniente general, asesor de la intendencia y promotor fiscal. Dedicose luego a organizar su cuerpo de ejército: reorganizó las tropas, levantó dos nuevos regimientos de infantería, formó una fuerza de artilleros y tomó otras disposiciones nombró coroneles de los nuevos regimientos a don Casimiro Chovell y a don Bernardo Chico, y dio el mismo grado a Don José María Liceaga y a Don José Mariano Jiménez. A Don Rafael Dávalos le confirió los empleos de capitán de artillería y director de la fundición de cañones que fue establecida inmediatamente. La artillería que salió de aquella fundición salió muy imperfecta, así como el demás armamento que en ella se fabricó. Corrió en Guanajuato la falsa noticia de que el brigadier Calleja se acercaba a la ciudad con importantes fuerzas. Salió Hidalgo con sus tropas a hacer un reconocimiento, y se convenció de la inexactitud de la noticia. A la mañana siguiente hizo otro reconocimiento, con igual resultado, y Aldama recorrió todos los pueblos de la falda de la sierra, pasando por San Felipe y San Miguel, Chamacuero y Celaya, y se reunió en Acámbaro con Hidalgo, cuando éste marchaba sobre Valladolid. La gran cantidad de barras de plata tornadas en Granaditas y la escasez de numerario indicaron a Hidalgo la necesidad de crear una casa de moneda, que comenzó a funcionar muy pronto en la hacienda de San Pedro. Nada se cambió en el tipo y ley de la moneda, y era el primero tan bello que se confundía con el de los pesos y demás monedas acuñadas en la capital. Adoptadas esas y otras medidas, Hidalgo decidió marchar sobre Valladolid. El 8 de octubre salió una división de 3,000 hombres, y el 10 salió él al frente del grueso del ejército. En Perote recibió el nuevo virrey, don Francisco Javier de Venegas, que acababa de desembarcar en Veracruz, las primeras noticias del levantamiento que se preparaba en el interior del país. Así, las nuevas que de la conspiración de Querétaro le comunicó con fecha 11 de septiembre el alcalde Ochoa no le alarmaron, pues creyó que el mal quedaba remediado por el hecho mismo de haber sido descubierto. Pero uno tras otro llegaron a sus manos los avisos de la proclamación de la independencia en Dolores, del gran número de gentes que seguían a Hidalgo, de la entrada de éste en San Miguel el Grande y después en Celaya. Una vez convencido de que el peligro era gravísimo, el virrey adoptó una marcha vigorosa. El 23 de septiembre, Venegas dirigió una proclama a todos los habitantes de Nueva España, en la que los llamaba y excitaba a la concordia y a la obediencia de la autoridad, y lamentaba que la división entre ellos le obligase a iniciar sumando con providencias dirigidas "a hacer derramar la sangre de nuestros conciudadanos."

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En cumplimiento de esas amenazas, el virrey publicó el 27 de septiembre un bando en que ofrecía un premio de 10,000 pesos a quienes entregasen vivos o muertos a Hidalgo, Allende y Aldama, concedía todas las gracias debidas a los que con tal hecho serían considerados como restauradores del sosiego público, y prometía el indulto e iguales recompensas a los que, habiendo seguido el partido de la revolución, entregasen a los tres caudillos. De esta suerte, la autoridad virreinal erigía el asesinato en providencia represiva y premiaba la traición y la delación contra los rebeldes como actos meritorios, sin pensar que con ello legitimaba las sangrientas represalias de sus enemigos. Con gran energía y actividad logró Venegas que el. 26 de septiembre saliese para Querétaro toda la guarnición de la capital, compuesta del regimiento de infantería de la Corona y cuatro piezas de artillería. Para guarnecer a la capital, llamó a los regimientos provinciales de infantería de Puebla y de las Tres-Villas, y a la tripulación de la fragata Atocha, en la que él mismo había llegado a Veracruz. Acudió también al medio político de dar publicidad al decreto de la Regencia de 26 de mayo de aquel año, que declara libres de tributo a los indios, haciéndolo el virrey extensivo a las demás castas que se mantuvieran fieles. Por último, a fin de proveer a la seguridad interior de la capital, convocó a los miembros del Consulado y a varios funcionarios a junta que se reunió el 4 de octubre, y les propuso la formación de fuerzas de voluntarios. La junta dispuso que se formasen cuerpos de vecinos con la denominación de patriotas distinguidos de Fernando VII. Así se formaron tres batallones de infantería con 500 plazas cada uno, un escuadrón de caballería y una compañía de artillería. El brigadier Calleja en San Luis, y en Guadalajara don Roque Abarca, comandante militar de la Nueva Galicia, pusieron sobre las almas sus brigadas respectivas.

CARTA DE RAYÓN A MORELOS EXPLICÁNDOLE POR QUE USAN EL NOMBRE DE FERNANDO VII EN LAS PROCLAMAS

Habrá sin duda reflejado V.E. que hemos apellidado en nuestra junta el nombre de Fernando VII que hasta ahora no se había tomado para nada; nosotros ciertamente no lo habríamos hecho si no hubiéramos advertido que nos surte el mejor efecto: con esta política hemos conseguido que muchas de las tropas de los europeos, desertándose, se hayan reunido a las nuestras; y al mismo tiempo que algunos de los americanos vacilantes por el vano temor de ir contra el rey, sean los más decididos partidarios que tenemos. Decimos vano temor, porque en efecto, no hacemos guerra contra el Rey; y hablemos claro, aunque la hiciéramos, haríamos muy bien, pues creemos no estar obligados al juramento de obedecerlo, porque el que jura de hacer algo mal hecho ¿que hará? Dolerse de haberlo jurado y no debe cumplirlo. Esto nos enseña la doctrina cristiana. Y ¿haríamos bien nosotros cuando juramos obediencia al Rey de España? ¿Haríamos alguna acción virtuosa cuando juramos la esclavitud de nuestra patria? ¿O somos acaso dueños árbitros de ella para enajenarla? Lejos de nosotros tales preocupaciones. Nuestros planes, en efecto, son de independencia, pero creemos que no nos ha de dañar el nombre de Fernando, que en suma viene a ser un ente de razón.—Nos parece superfluo hacer a V.E. más reflecciones sobre este particular que tanto habrá meditado V. E.—Dios le guarde muchos años. Palacio Nacional de Zitácuaro, septiembre 4 de 1811.—Lic. Ignacio Rayón.—Dr. José Sixto Verdgeneral Don José María Muzco. —José Maria Liceaga.—Por mandato de la Suprema junta Nacional Americana.—Remigio de Yarza, secretario. — Señor teniente general Don José María Morelos.

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CREACIÓN DE LA PROVINCIA DE TECPAN.

1o.—En uso de mis facultades y reforma en la provincia de Zacatula, he tenido a bien, por decreto de este día, dictar las reglas siguientes. Primeramente: atendiendo al mérito del pueblo de su mayor vecindario y proporción geométrica para atender a. los muchos puertos de mar, etc., he venido en elegirle por cuidad, dándole con esta fecha el nombre de Nuestra Señora de Guadalupe, cuya instalación se hará en la primera junta, y sólo se previene ahora para gobierno de los pueblos y lugares de esta provincia, que le reconocerán por cabecera de ella a dicha ciudad especialmente en la peculiaridad de la guarda de los puertos. 2o.—Que los primeros movimientos de la náutica no se ejecutarán en los puertos de su comprensión, sin que primero se dé cuenta. y reconozca por las personas que se instalaren en dicha ciudad. quienes procederán con toda fidelidad así en la construcción de fuertes y barcos, como en la inspección de toda embarcación entrante o saliente, sus embarques y desembarques, etc., de modo, que nada se pueda hacer en los dichos puertos sin los expresados conocimientos, ni en la corte del reino sin noticias de estas mismas personas, a quienes toca en dicha ciudad la curia de esta náutica. 3a.—Que aunque todo el reino es interesado a la defensa de ella, debe ser su raya divisoria el río de Zacatula que llaman de las Balsas por el Poniente, y por el Norte el mismo río arriba, comprendiendo los pueblos que están abordados al río, por el otro lado distancia de cuatro leguas, entre los que se contará Cusamajá, y de aquí siguiendo para el Oriente a los pueblos de Totolzintla, Tlacozotitlán: para el Sudeste, a línea recta de la Palizada, portezuelo de mar, que ha dado mucho que hacer en la presente conquista, quedando dentro Tixtla y Chilapa, y otro que hasta ahora hemos conquistado: todos los cuales reconocerán por centro de su provincia y capital a la expresada ciudad de Nuestra Señora de Guadalupe, así. en el gobierno político y económico como en el democrático y aristocrático, y por consiguiente los pueblos y repúblicas en donde hasta la publicación de este bando y en lo sucesivo no tuvieren juez que les administre justicia, o quisieren apelar de ella a superior tribunal, lo harán ante el juez de conquista y sucesores residentes en la expresada ciudad, mientras otra cosa dispone el Congreso Nacional. 4a.—Que por principio de leyes suaves que dictará nuestro Congreso Nacional, quitando las esclavitudes y distinción de calidades con los tributos, sólo se exigirán, por ahora, para sostener las tropas, las rentas vencidas hasta la publicación de este bando, de las tierras de los pueblos, para entregar éstas a los naturales de ellos para su cultivo: las alcabalas se cobrarán a razón del cuatro por ciento; y para proveer los estancos de tabaco que también debe seguir, podrán sembrar esta planta, por ahora, todas las personas que, quieran, haciéndolo con toda curiosidad, dando cuenta del número de matas que pueda cultivar cada individuo. al tiempo de pedir la licencia necesaria al estanquero a quien se. le entregará el mazo de tabaco, compuesto de cien hojas, al precio de, su calidad, esto es, el superior a cuatro reales mazo, el inferior a dos reales, y el medio al precio de tres reales, sin que pueda venderlo a otra persona, sino que precisamente lo ha de entregar en los estancos con relación de lo sembrado, y los estanqueros lo expenderán indiferentemente a razón de un peso libra; en inteligencia de que por ahora sólo en esta demarcada provincia de Tecpan, se permitirá la siembra de tabacos. 5a.—Que las administraciones de tabacos y alcabalas las obtengan y sirvan los mismos individuos que antes las servían siendo criollos, y las vacantes que servían los europeos las puedan pretender los vecinos beneméritos de los lugares, quienes ocurrirán al expresado juez de conquista de dicha ciudad, con certificación del juez territorial, el párroco o del que le renunció en las que se expresarán las condiciones de su aptitud y hombría de bien: lo mismo se debe entender de los fielatos y estancos subalternos.

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6a.—Que los habitantes del puerto, por su rebeldía y pertinencia de seis meses que sin cesar r os han hecho guerra, salgan a poblar otros lugares con pérdida de sus bienes, y la población del mismo puerto nombrada la ciudad de Reyes, pierda por ahora este nombre, y en lo sucesivo se nombrará la congregación de los fieles, porque sólo la habitarán personas de nuestra satisfacción; y si los rebeldes que han quedado en ella, a más de vicios y corrupción en costumbres se encontraren sin religión católica, se meterá el arado a dicha población, sobre la purificación de fuego que a las casas de los culpados hemos hecho. Y para que llegue a noticia de todos y; ninguno alegue ignorancia, mando se publique por bando en esta cabecera y demás villas y lugares conquistados de esta provincia, sus haciendas, y congregaciones, circulando por cordillera, quedando copia en cada lugar y volviendo el original a la cabecera principal.—Dado.

DOCUMENTOS DE LA GUERRA DE INDEPENDENCIA “CARTA DE HIDALGO AL INTENDENTE RIAÑO (No. 1)”

Sr. Yntendente D. Juan Antonio Plaño. Cuartel General de Celaya,

Sabe Ud. ya pleno movimiento que ha tenido lugar en el pueblo de Dolores, la noche.

del 15 del presente: su principio. ejecutado con el número insignificante de 15 hombres, ha aumentado prodigiosamente en tan pocos días. Me encuentro actualmente rodeado de más de cuatro mil hombres que me han proclamado su Capitán General. Yo, a la cabeza de este número, y siguiendo su voluntad, deseamos ser independientes de España y gobernarnos por nosotros mismos. La dependencia de la península por 300 años, ha sido la situación más humillante y vergonzosa creo que han abusado del caudal de los mexicanos, con la mayor injusticia y tal circunstancia los disculpara más adelante. Precipitado ha sido su principio, pero no pudo ser de otra manera, sino dando lugar y providencia de asegura a los españoles, para lo cual he tenido fuertes razones. Traigo a mi lado los avecindados en Dolores, S. Miguel el Grande y los que se han recogido en esta ciudad. Uno solo ha recibido una herida y por ella ha quedado en su casa para que se restablezca, quedando su persona segura de toda deuda. En S. Miguel hubo un pequeño desorden en la casa de ese español, que se evitó cuando fué dable que no siguiera adelanta. Por esto verá VS. que mi intención no es otra, sino que los europeos salgan por ahora del país. Sus personas serán custodiadas hasta su embarque, sin temer ninguna violencia. Sus intereses quedarán al cargo de sus familias, o de algún apoderado de su confianza. La Nación les asegura la debida protección; yo, en su nombre, testo cumplirlo religiosamente. Mas adviértase, que estas consideraciones sólo tendrán lugar en el caso de condescender prudentemente en bien de sus personas y riquezas; mas en el caso de resistencia obstinada, no respondo de sus consecuencias. No hay remedio, Sr. Intendente, el movimiento actual es grande, y mucho más cuando se trata de recobrar derechos Santos, concedidos por Dios a los mejicanos, y usurpados por unos conquistadores crueles, bastardos e injustos, que auxiliados por la ignorancia de los naturales y acumulando pretextos Santos y venerables, pasaron por usurparles sus costumbres y propiedad y vilmente de hombres libres convertidos a la degradante condición de esclavos. El paso dado lo tendrá VS. por inmaduro y aislado; pero esto es un error; verdad es que ha sido antes del tiempo prefijado, pero esto no quita que mucha parte de la Nación, no abrigue los mismos sentimientos. Pronto, muy pronto, oirá V. S. la voz de muchos pueblos, que respondan ansiosamente a la indicación de libertad. Como el asunto es urgente, lo es también la resolución de V.S. Puede nombrar dos individuos de su confianza; hombres de instrucción y de saber, con instrucciones suficientes para tratar un negocio de vital interés. Reúna Vea si le conviene, a las clases principales, lo mismo que a los europeos de mayor influencia: trátese la materia con detenimiento, con madura refleccion, de suerte que si se consulta a la razón, si entra en ella la conveniencia personal, los intereses y la paz, no dudo que habrá un término satisfactorio. El movimiento nacional, cada día aumenta en grandes proporciones; su actitud

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amenazante; no me es dado ya contenerlo, y sólo_` V. S. y los europeos reflexivos tienen en su mano la facilidad de moderarlo, por medio de una prudente condescendencia; si por el contrario, se resuelve por la oposición, las consecuencias en casos semejantes son desastrosas y temibles, que se deben evitar aun a costa de grandes sacrificios. Como los acontecimientos por momentos se precipitan, si lo podré esperar cuatro o cinco días, para saber el resultado faborable o adverso: en consecuencia del cual, arreglaré mis determinaciones.

Pido a la providencia divina, con todas las veras de mi cora zón, lo ilumine en un asunto de tanta magnitud para el país y para los españoles residentes en él. Una abnegación prudente, nos daría un resultado satisfactorio y sin ejemplo; tal vez quedaríamos amigos, y bien podría ser que en el seno de la amistad, protegidos de una madura reflección, se arreglara un negocio de tanta magnitud, en que se vería nada menos que derechos sacrosantos e inpresindibles de que se ha despojado a la Nación mejicana, que reclama y defenderá resuelta, siguiendo adelante en su actual empresa, llevando a su frente, que le sirve de guía, el signo de la justicia y el poderoso auxiliar de la convicción.

He cumplido, Sr. Intendente, con indicarle a V. S. mis intenciones, o mejor dicho, las

de la Nación. Soy hijo de Guanajuato, por quien tengo grandes simpatías: le deseo el bien posible y ancío porque no pasen sobre él, los grandes males que lo rodean, y veo que no hay otro medio de conjurarlos, que el arbitrio que le propongo. Paz y felicidad: guerra desastrosa y exterminio: V. S. se inclinará por el más humano y racional, siendo por tanto un objeto de gratitud y de bendiciones, o tal vez por desgracia, la execración de las edades venideras.

Pido de nuevo a Dios omnipotente le conserve su importante existencia, y le proteja

para resolver en un negocio tan grave y delicado. Cuartel general en la ciudad de Celaya, a 21 de Septiembre de 1810.—Miguel Hidalgo y

Costilla.—Sr. Intendente de la provincia de Guanajuato, D. Juan Antonio Riaño,

CARTA No. 2

CUARTEL general de la Hacienda de Burras, 28 de Septiembre de 1810.—Señor D. Juan Antonio Riaño.—El numeroso ejército que comando, me eligió por Capitán general y Protector de la Nación en los campos de Celaya. La misma, ciudad a presencia de cincuenta mil hombres, ratificó esta elección que han hecho todos los lugares por donde he pasado: lo que dará a conocer a V.S. que estoy legítimamente autorizado por mi Nación para los proyectos benéficos que me han parecido necesarios a' su favor. Estos son igualmente útiles y favorables a los Americanos y a los Europeos, que se han hecho ánimo de residir en este Reino, y se reducen a proclamar la independencia y libertad de la Nación; de consiguiente yo no veo a los Europeos como enemigos, sino solamente como un obstáculo que embaraza el buen éxito de nuestra empresa. V.S. se servirá manifestar estas ideas a los Europeos, que se han reunido en esa Alhóndiga, para que resuelvan si se declaran por enemigos o convienen en quedar en calidad de prisioneros recibiendo un trato humano y benigno, como lo están experimentando los que traemos en nuestra compañía, basta que se consiga la insinuada libertad e independencia, en cuyo caso entrarán en la clase de ciudadanos, quedando con derecho a que se les restituyan los bienes de que ahora, por las exigencias de la Nación, nos servimos. Si, por el contrario, no accedieren si esta solicitud, aplicaré todas las fuerzas y ardides, para destruirlos, sin que les quede esperanza de cuartel. Dios guarde a V.S.muchos años, como desea su atento servidor—Miguel Hidalgo y Costilla, capitán general de América.

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CARTA No. 3

Don Juan Antonio Riaño.—Cuartel de Burras, Septiembre 28 de I810.—Muy señor mío: la estimación que siempre he manifestado a Ud. es sincera, y la creo debido a las grandes cualidades que le adornan. La diferencia en el modo de pensar no la debe disminuir. Ud. seguirá lo que le parezca más justo y prudente, sin que esto acarré perjuicio a su familia. Nos batiremos corno enemigos si así se determinase, pero desde luego ofrezco a Señora Intendenta un asilo y protección decidida en cualquiera lugar que elija para su residencia, en atención a las enfermedades que padece. Esta oferta no nace de temor sino de una sensibilidad de que no puedo desprenderme. Dios guarde a Ud. muchos años, como desea su atento servidor Q.S.M.B. Miguel Hidalgo y Costilla.

BANDO DEL INTENDENTE ANSORENA

CONTRA LA ESCLAVITUD

Don José María de Ansorena Caballero, Máestrante de la Real Ronda, Alcalde ordinar io de pr imero voto de esta Ciudad, y su jurisdicción, Intendente, Corregidor de esta provincia, Brigadier y Comandante de las armas, etc.

En puntual cumplimiento de las sabias y piadosas disposiciones del Exmo. Sr. Capitán General de la Nación Americana, Dr. Don Miguel Hidalgo y Costilla, de que debe ésta rendirle las más expresivas gracias por tan singulares beneficios, prevengo a todos los dueños de esclavos y esclavas, que luego, inmediatamente que llegue a su noticia esta plausible orden superior, los pongan en libertad, otorgándoles las necesarias escrituras de cinta horria con las inserciones acostumbradas para que puedan tratar y contratar, comparecer en juicio, otorgar testamentos, codicilos y ejecutar las demás cosas que ejecutan y hacen las personas libres; y no lo haciendo así los citados dueños de esclavos y esclavas, sufrirán irremisiblemente la pena capital y confiscación de todos sus bienes. Bajo la misma que igualmente se impone, no comprarán en lo sucesivo ni venderán esclavo alguno, ni los escribanos, ya sean del número o reales, extenderán escrituras corrientes a este género de contratos, pena de suspensión de oficio y confiscación de bienes por no exigirla la humanidad, ni dictarlo la misericordia. Es también el ánimo piadoso de su Exa. quede totalmente abolida para siempre la paga de tributos para todo género de castas sean las que fueren para que ningún juez ni recaudador exijan esta pensión ni los miserables que antes la satisfacían la paguen, pues el ánimo del Exmo. Sr. Capitán General es beneficiar a la Nación Americana en cuanto le sea posible. Asimismo prevengo a todos los administradores de luz aduanas, receptores o gariteros, que a los naturales no les cohen derecho alguno por la raspa de magueyes ni por el fruto de pulques por ser personas miserables que con lo que trabajan apenas les alcanza para la manutención y subsistencia de sus familias: ni tampoco cobrarán del aguardiente de caña más que un peso por cada barril de los que entrasen de las fábricas a la capital, y esto por sólo una vez, de modo que teniendo que pasar los barriles de una a otras partes, en éstas no se exija cosa alguna, pues con sólo el primer peso cobrado, quedará satisfecha esta pensión. En consecuencia de lo cual se pasará a la Aduana de ésta ciudad un tanto autorizado de esta orden para que inmediatamente la comunique a las receptorías y garitas de su cargo para la debida inteligencia. Se previene a toda la plebe que si no cesa el saqueo y se aquietan, serán inmediatamente colgados, para lo que están preparadas cuatro horcas en la plaza mayor; prevengo a todo forastero que en el acto salgan de esta ciudad, apercibidos que de no hacerlo, se aprehenderán y remitirán por cordillera al ejército. Y para que llegue a noticia de todos, y ninguno alegue ignorancia, mando se publique por bando que es fecho en Valladolid a diez y nueve de Octubre de mil ochocientos diez.—José María de Ansorena.---Por mandado de su. Exa.—José Gmo. Marocho.

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DECRETO DE HIDALGO PROHIBIENDO SE TOMEN CABALGADURAS SIN PERMISO

Y ORDENANDO SE PROVEA A LA TROPA

Don. Miguel Hidalgo y Costilla, Generalísimo de América, Fra.., "Me l lenan de consternación las quejas que repetidamente se me dan de varios individuos, ya de los que han merecido mis comisiones, ya de los que sirven en mis ejércitos, por sus hechos en tomar cabalgaduras por los lugares de su tránsito, no solo en las fincas de los europeos, sino en las de mis amados americanos; y cuando mis intenciones en llevar adelante la justa causa que sostengo, que no son otras que la comodidad, des.- canso y tranquilidad de la nación, no puedo ver con indiferencia las lástimas que ocasionan aquellos individuos, adulterando sus comisiones y abusando de mis confianzas y de sus facultades. Y corno sea ante un mal que deba cortarse de raíz, mando que ningún comisionado, ni otro individuo alguno de mis tropas, pueda de propia autoridad tomar cabalgaduras, efectos ni forrajes algunos, sin que primero ocurran por los que necesiten a los jueces respectivos de los lugares de su tránsito, quienes en virtud del conocimiento que deben tener de sus jurisdicciones, desde luego los proveerán de cuanto sea justo y necesario; y mando a los señores Intendentes y Gobernadores y Jueces de Provincias sujetas por el conocimiento que les asiste de la justicia de mi causa, que de ninguna manera permitan a mis comisionados, ni a otros individuos de mis tropas, que por sí tornen cabalgaduras, efectos ni forrajes; y en caso que alguno contraviniere á esta mi resolución, procederán inmediatamente contra sus personas, y asegurando los efectos que porten, darán cuenta inmediatamente para proceder a imponerles las penas que halle por conveniente, en satisfacción de los americanos agraviados y de la buena intención con que proceden.

Y para que llegue á noticia de todos, mando se publique por bando en esta Capital, y para

el mismo efecto se remitirán copias a los Señores Intendentes, para que se publique por todo el reino.

Cuartel General en Guadalajara. Diciembre .10. de 1810.—. Miguel Hidalgo, Generalísimo de América.-:—Ygnacio Rayón.

DECRETO DE HIDALGO CONTRA LA ESCLAVITUD, LAS GABELAS Y EL USO DEL PAPEL SELLADO

Don Miguel Hidalgo y Costilla, Generalísimo de América," "Desde, el feliz momento en que

la valerosa nación americana tomó las armas para sacudir el pesado yugo que por espacio de tres siglos la tenían oprimida, uno de sus principales objetos fue, exterminar tantas gabelas con que no podía adelantar su fortuna; mas como en las críticas circunstancias del día no se pueden dictar las providencias adecuadas a aquel fin, por la necesidad de reales que tiene el reino para los costos de la guerra, se atiende por ahora á poner el remedio en lo más urgente por las declaraciones siguientes:

"1a.—Que todos los dueños de esclavos deberán darles la libertad, dentro del término de

diez días, so pena de muerte, la que se les aplicará por transgresión de este artículo. "2a.—Que cese para lo sucesivo la contribución de tributos respecto de las castas que

lo pagaban y toda exacción que á los indios se les exija." "3a.--Que en todos los negocios judiciales, documentos, escrituras y actuaciones, se haga

uso de papel común quedando abolido el del sellado.

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"4a.—Que todo aquel que tenga instrucción en el beneficio de la pólvora, pueda labrarla, sin más obligación que la de preferir al Gobierno en las ventas para el uso de sus ejércitos, quedando igualmente libres todos los simples de que se compone.

"Y para que llegue a noticia de todos y tenga su debido cumplimiento, mando se

publique por bando en esta capital y demás Villas y lugares conquistados, remitiéndose el competente número de ejemplares a los tribunales, jueces y demás personas á quienes corresponda su cumplimiento y observancia.

Dado en la ciudad de Guadalajara, á 6 de Diciembre de181 0,—Miguel Hidalgo,

Generalísimo de América. Por mandato de S. A. Lic. Ygnacio Rayón, Secretario.

DECRETO DE HIDALGO ORDENANDO LA DEVOLUCION DE LAS TIERRAS A LOS PUEBLOS INDIGENAS

Don Miguel Hidalgo y Costilla, Generalísimo de América. Por el presente mando a los

jueces y justicias del distrito de esta Capital, que inmediatamente procedan a la recaudación de las rentas vencidas hasta el día por los arrendatarios de las tierras pertenecientes a las comunidades de los naturales, para que enterándolas en la Caja Nacional se entreguen a los referidos naturales las tierras para su cultivo, sin que para lo sucesivo puedan arrendarse, pues es mi voluntad que su goce sea únicamente de los naturales en sus respectivos pueblos.

Dado en mi Cuartel General de Guadalajara á 5 de Diciembre de 1810.—Miguel Hidalgo, Generalísimo de América. Por mandato de su Alteza, Lic. Ygnacio Rayón, Secretario.

MANIFIESTO DE HIDALGO RESPONDIENDO A OTRO DE LA INQUISICION

Me veo en la triste necesidad de satisfacer a las gentes sobre un punto en que nunca creí se me pudiera t i ldar, ni menos declararme sospechoso para mis compatriotas, Hablo de la cosa más interesante, más sagrada, y para mí la más amable; de la Religión Santa, de la fe sobrenatural que recibí en el bautismo". "Os juro, desde luego, amados conciudadanos míos, que jamás me he apartado ni un ápice de la creencia de la Santa Iglesia Católica: jamás he dudado de ninguna de sus verdades: siempre he estado convencido íntimamente de la infabilidad de sus dogmas, y estoy pronto a derramar mi sangre en defensa de todos y cada uno de ellos..." Testigos de esta protesta son los feligreses de Dolores y San Felipe, a quienes continuamente explicaba las terribles penas que sufren los condenados en el infierno, á quienes procuraba inspirar horror a los vicios y amar á la virtud, para que no quedaran envueltos en la desgraciada suerte de los que 'muero en pecado: testigos las gentes todas que me han tratado, los pueblos donde he vivido, y el ejército que comando. iPero qué testigos sobre un hecho é imputación que ella misma manifiesta su falsedad! Se me acusa de que niego la existencia del infierno, y un poco antes se me hace cargo de haber asentado que algún Pontífice de los canonizados por Santo está en este lugar. ¡Cómo, pues, concordar que, un Pontífice está en el infierno, negando la existencia de éste Se me imputa también el haber negado la autenticidad de los sagrados libros, y se me acusa de seguir los perversos dogmas de Linero: si Lutero deduce sus errores de los libros que cree inspirados por Dios, ¿cómo el que niega esta inspiración los tendrá los suyos deducidos de los mismos libros que tiene por fabulosos? Del mismo modo son todas las acusaciones. ¿Os persuadiréis, americanos, que un tribunal respetable, y cuyo instituto es el más Santo, se dejase arrastrar del amor del paisanaje, hasta prostituir su honra y su reputación? Estad ciertos, amados conciudadanos míos, que si

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no hubiera emprendido libertar nuestro reino de los grandes males que le oprimían, y de los muchos mayores que le amenazaban, y que por instantes iban a caer en él, jamás hubiera yo sido acusado de hereje. Todos mis delitos traen su origen del deseo de vuestra felicidad: si éste no me hubiera hecho tomar las armas, yo disfrutaría una vida dulce, tranquila y suave; yo pasaría por verdadero católico, corno lo soy y me lisongeo de serlo: jamás había habido quien se atreviera a denigrarme con la infame nota de la heregía. ¿Pero de qué medio se habían de valer los españoles europeos, en cuyas opresoras manos estaba nuestra suerte? La empresa era demasiado ardua: la nación que tanto tiempo estuvo aletargada, despierta repentinamente de su sueño a la dulce voz de la libertad, corren apresurados los pueblos y toman las armas para sostenerla a toda costa,

Los opresores no tienen armas ni gente para obligarnos con la fuerza a seguir en la

horrorosa esclavitud a que nos tenían condenado.¿Pues qué recurso les quedaba? Valerse de toda especie de medios por injustos, ilisitos y torpes que fuesen, con tal que condujeran a sostener su despotismo y la opresión de la América: abandonan hasta la última reliquia de honradez y hombría de bien; se prostituyen, prostituyen las autoridades más recomendables; fulminan excomuniones, que nadie. mejor que ellos saben no tienen fuerza alguna; procuran amedrentar a los incautos y aterrorizar a los ignorantes, para que espantados con el nombre de anatema, teman donde no hay motivo de temer. ¿Quién creería, amados conciudadanos, que llegase hasta este punto el descaro y el atrevimiento de los gachupines? ¿Profanar las cosas más sagradas para asegurar su intolerable dominación? ¿Valerse de la misma religión Santa para abatir y destruirla? ¿Usar de excomuniones contra toda la gente de la Iglesia, fulminarlas sin que intervenga motivo de religión? ¡Abrid los ojos americanos, no os dejéis seducir de nuestros enemigos! Ellos no son católicos, sino por política: su Dios es el dinero y las excomuniones sólo tienen por objeto la opresión. ¿Creéis acaso que no puede ser verdadero católico el que no está sujeto al déspota español? ¿De dónde nos ha venido este nuevo dogma, este artículo de fe? Abrid los ojos, vuelvo a decir: meditad sobre nuestros verdaderos intereses:, de este precioso momento depende la felicidad o infelicidad de vuestros hijos y vuestra numerosa posteridad.

"Son ciertamente incalculables, amados conciudadanos, los malo, es a que quedáis

espuestos, si no aprovecháis este momento felis que la Divina Providencia os ha puesto en las manos: no escuchéis las seductoras voces de nuestros enemigos, que bajo el velo de la religión y de la amistad os quieren hacer víctimas de su insaciable codicia.

"¿Os persuadiréis, amados conciudadanos, que los Gachupines, hombres

desnaturalizados que han roto los más estrechos vínculos de la sangre--¡se estremece la naturaleza 1—que sus propios hijos, sean. capaces de tener afecto de humanidad a otra persona? ¿Podéis tener con ellos algún enlace superior a los que la misma naturaleza puso en las relaciones de su familia? ¿No las atropellan todos por sólo el interés de hacerse ricos en América? Pues no creáis que unos hombres nutridos de estos sentimientos puedan mantener amistad sincera con nosotros: siempre que se les 'presente el vil interés, os sacrificarán con la misma frescura que han abandonado a sus propios padres. ¿Creéis que al atravesar inmensos mares, esponerse a la hambre, a la desnudez, a los peligros de la vida. inseparables de la navegación, lo han emprendido por venir a haceros felices? Os engañáis, fransicanos. ¿Abrazarían ellos ese cúmulo de trabajos por hacer dichosos a unos hombres que no conocen? El móvil de todas estas fatigas no es sino su sórdida avaricia: ellos no han venido sino por despojarnos de nuestros bienes, por quitarnos nuestras tierras, por tenernos siempre avasallados bajo sus pies. Rompamos, americanos, estos lazos de ignominia con que nos han tenido ligados tanto tiempo; para conseguirlo, no necesitamos sino de unirnos; si nosotros no peleamos contra nosotros mismos, la guerra está concluída y nuestro derecho a salvo. Unámonos, pues, todos los que liemos nacido en este dichoso suelo; veamos desde hoy, enemigos

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y estrangeros, enemigos de nuestras prerrogativas, a todos los que no sean americanos. Establescamos un Congreso que se conponga de representantes de todas las Ciudades, Villas y lugares de este reino, que teniendo por objeto principal mantener nuestra Santa Religión, dicte leyes suaves benéficas y acomodadas a las circunstancias de cada pueblo: ellos entonces gobernarán con la dulzura de pacaes, moderando la devastación del reino y la extracción de su dinero; fomentarán las artes, se avivará la industria, haremos uso libre de las riquísimas producciones de nuestros feraces paíces, y á la vuelta de pocos años disfrutarán sus habitantes de todas las delicias que el Soberano Autor de la naturaleza ha derramado sobre esta vasto continente".

PODER CONFERIDO POR EL GOBIERNO DE LA REVOLUCIÓN A DON PASCASIO ORTIZ DE LETONA, PARA CELEBRAR

TRATADOS DE ALIANZA Y COMERCIO CON LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA

El servil yugo y tiránica sujeción en que han permanecido estos feraces Estados el dilatado

espacio de cerca de tres siglos; el que la dominante España poco cauta, haya soltado los diques a su desordenada codicia, adopta ido sin rubor el cruel sistema de su perdición y nuestro exterminio en la devastación de aquél: a y comprometimiento de éstos; el haber experimentado que el único objeto de su atención en el referido tiempo, sólo se ha dirigido a su aprovechamiento y nuestra opresión, ha sido el desconocido vehemente impulso que, desviando a sus habitantes del ejemplar, o mejor diremos, delincuente y humillante sufrimiento en que yacían, se alarmaron, nos erigieron en jefes, y resolvimos a toda costa o vivir en libertad de hombres, o morir tomando satisfacción de los insultos hechos a la nación.

El estado actual nos lisonjea de haber conseguido lo primero, cuando vemos conmovido y

decidido a tan gloriosa empresa a nuestro dilatado continente. Alguna gavilla de europeos rebeldes y dispersos no bastará a variar nuestro sistema ni a embarazarnos las disposiciones que puedan decir relación a las comodidades de nuestra nación. Por tanto y teniendo entera confianza en vos, Don Pascasio Ortiz de Letona, nuestro mariscal de campo, plenipotenciario y embajador de nuestro cuerpo cerca del supremo Congreso de los Estados Unidos de América, hemos venido en elegiros y nombraros, dándoos todo nuestro poder y facultad en la más amplia forma que se requiere y sea necesaria, para que por Nos y representando nuestras propias personas, y conforme a las instrucciones que os tenemos comunicadas, podáis tratar, ajustar y arre puntar alianza ofensiva y defensiva, tratados de comercio útil y lucroso para ambas naciones y cuanto más convenga a nuestra mutua felicidad, accediendo y firmando cualesquiera artículos, pactos o convenciones conducentes a dicho fin; y nos obligamos y prometemos en fe, palabra y nombre de la nación, que estaremos y pasaremos por cuanto tratéis, ajustéis y firméis a nuestro nombre y lo observaremos y cumpliremos inviolablemente, ratificándole en especial forma: en fe de lo cual mandamos despachar la, presente, firmada de nuestra mano, y refrendada por el infrascrito nuestro consejero y primer secretario de Estado y del despacho.

Dado en nuestro palacio nacional de Guadalajara, a trece del mes de Diciembre de mil

ochocientos, diez. Miguel Hidalgo, generalísimo de América —Ignacio de Allende, capitán general de América

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DOCUMENTOS RELATIVOS A LAS CAMPAÑAS DEL SUR DEL CURA GENERAL D. JOSÉ MARÍA MORELOS

Fragmentos de una instrucción hecha en el Aguacatillo en 16 de noviembre de 1810, cuyos primeros artículos faltan que administre el pasto espiritual, las rentas de bulas están comprendidas en el artículo de rentas reales. En el caso que los administradores o arrendatarios de diezmos desamparen sus obligaciones, se arrendarán a otros con fianza y seguridad, en el mismo remate que lo tenía el anterior, y si no hubiese arrendatario, se dará con la misma fianza y seguridad en administración al tercio, las dos partes para la iglesia y la una para el administrador. No se echará mano a las obras pías si no es en caso de necesidad y por vía de préstamo, pues estos bienes deben invertirse en sus piadosos destinos. Los comandantes tendrán presente una de las ordenanzas que manda no atacar con fuerzas inferiores al enemigo que las tiene superiores, pero sí podrá repelerlos en sus puntos de fortificación si entre los indios y castas se observase algún movimiento, como que los indios o negros quieran dar contra los blancos, o los blancos contra los pardos, se castigará inmediatamente al primero que levantare la voz o se observe espíritu de sedición, para lo que inmediatamente se remitirá preso a la 'superioridad, advirtiendo que es delito de pena capital y debe tratarse con toda severidad.

No se nombrarán nuestros oficiales por sí solos ni por la voz del pueblo, en mayor graduación que la que por sus méritos les premiare la superioridad, ni menos podrán nombrar a otros con mayor graduación que ellos tienen, pero sí les queda su derecho a salvo para representar sus méritos, que sin duda se les premiarán. Procederán en fin nuestros comisionados y oficiales en toda armonía, fidelidad y maduro consejo, de modo que no haya quien hable mal de su conducta, y en casos arduos me consultarán, y sobre todo obrarán con la mayor cristianidad, castigando los pecados públicos y escandalosos, y procediendo de acuerdo y hermandad unos con otros, Cuartel General. Aguacatillo, noviembre 16 de 1810.

EL SR. RAYÓN HACE OBSERVACIONES SOBRE LOS ELEMENTOS CONSTITUCIONALES, Y QUE NO DEBEN PUBLICARSE POR QUE

DE DÍA EN DÍA LE DISGUSTAN MÁS

Exelentisimo señor.—Vuexcelencia insta sobre la Constitución y yo cada día encuentro más embarazos para publicarla, porque la que se ha extendido está tan diminuta que advierto expresados en ella unos artículos que omitidos se entienden más, y otros que al tocarlos es un verdadero germen de controversias: que nuestra religión ha de ser la Apostólica Romana; veneradas nuestras imágenes y templos, y respetados los ministros del altar, y la observancia. puntual en la di1ciplina ,de nuestra Iglesia Católica, Apostólica Romana poco tiene que añadir, y esto necesita de mas serenidad y talento: nuestro Congreso debe de componerse de este o aquel número de vocales está expreso provisionalmente en la Acta de su instalación: que en el reunido recaigan todos los poderes es inconcuso: que separado sea útil a hacer esta o aquella división es de difícil discusión: que tengan estos honores, aquellas distinciones y privilegios, que su ejercicio sea por tanto tiempo: que su sueldo sea tal cantidad, y otras particularidades que no expresa el borrador de la Constitución, no son tampoco de determinarse en las circunstancias en que nos hallamos; baste saber que es provisional para que quede el campo abierto a las resoluciones que con madurez y acuerdo debe tener la Nación

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en la materia: y así no puedo convenir en que se publique la Constitución que remití a V.E. en borrador, porque ya no me parece bien. Ni tampoco debe embarazarse el gobierno por este motivo, impuesto como lo está todo el mundo de que profesamos la religión cristiana, observando sus dogmas, y no tratamos de variar en lo esencial la disciplina establecida con arreglo a los Cánones Conciliares; que la legislación que nos ha regido está fundada en el derecho divino, natural y de gentes, y que por tanto quitados los abusos que la hacían gravosa, debe sujetarnos a ella en el orden de los, juicios, entretanto se establece la que bajo los mismos principios debe regimos con consideración a las circunstancias, porque ya ve V.E. ¿qué avanzamos con publicar esa Constitución que realmente nada alivia para la administración de justicia y régimen interior? y así que los jueces se arreglen a la práctica de las leyes: que los Tribunales temen el orden de cada ramos mutatis mutandis conforme a las instrucciones que regían en cada uno de ellos, hasta que podamos dar una constitución que sea verdaderamente tal, porque la extendida, cada día me disgusta más, y veo que (como digo) no nos alivia en nada. Sin embargo, si V.E. quiere que ésta se dé a luz, se publicará en la misma hora que tenga su aviso pero creo, repito, nada avanzamos sino que, es escrita de nosotros, y confirmen el concepto que nos han querido dm los gachupines de unos meros autómatas: que juzguen los jueces según las leyes, y en los casos extraordinarios consulten para ir introduciendo la variedad que deba adoptarse en la práctica. Dios guarde a V.E. muchos años, Puruarán y marzo de 1813. Licenciado Ignacio Rayón —Excelentísimo señor Capitán General y Vocal de la Suprema Junta Nacional Gubernativa de América, don José María Morelos.

ELEMENTOS CONSTITUCIONALES CIRCULADOS POR EL SEÑOR RAYÓN

Copia de los elementos de nuestra Constitución. La independencia de la América es demasiado justa aun cuando España no hubiera sustituido al gobierno de los borbones el de unas juntas a todas luces nulas, cuyos resultados han sido conducir a la Península al borde de su destrucción. Todo el Universo, comprendidos los enemigos de nuestra felicidad, han conocido esta verdad: mas han procurado presentada aborrecible a los incautos, haciéndola creer que los autores de nuestra gloriosa independencia han tenido otras miras, que, o las miserables de un total desenfreno o las odiosas de un absoluto despotismo. Los primeros movimientos han prestado apariencia de su opinión: las expresiones de los pueblos oprimidos y tiranizados en los crepúsculos de su libertad se han pretendido identificar con los de sus jefes, necesitados muchas veces a condescender mal de su agrado, y nuestros sucesos se hayan anunciados en los papeles públicos, casi al mismo tiempo en que el Tribunal más respetable de la Nación nos atemoriza: sólo el profundo conocimiento de nuestra justicia fue: capaz de superiorizarnos a estos obstáculos. La conducta de nuestras tropas, que presentan un riguroso contraste con la de esos, enemigos de nuestra liberad, ha sido bastante a confundir las calumnias con que esos gaceteros y publicistas aduladores, han empeñándose en denigrarnos: la Corte misma de nuestra Nación ha sido testigo del brutal desenfreno, y manejo escandaloso de esos proclamados defensores de nuestra religión; ellos sellan sus triunfos con la impiedad, la sangre de nuestros hermanos indefensos, la destrucción de poblaciones numerosas y la profanación de templos sacrosantos; he aquí los resultados de sus triunfos. Aun todo esto no es suficiente para que esos sois gullosos europeos

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confiesen la justicia de nuestras solicitudes, y no pierden momento de hacer creer a la Nación que se halla amenazada de una espantosa anarquía. Nosotros, pues, tenemos la increíble satisfacción y el alto honor de haber merecido a los pueblos libres de nuestra patria, componer el Supremo Tribunal de la Nación y representar la Ma-jestad que sólo reside en ellos; aunque ocupados principalmente en abatir con el cañón y la espada las falanges de nuestros enemigos, no queremos perder un momento de ofrecer a todo el Universo los elementos de una Constitución que ha de fijar nuestra felicidad: no es una legislación la que presentamos, esta sólo es obra de la meditación profunda, de la quietud y de la paz, pero manifestar, a los sabios cuáles han sido los sentimientos y deseos de nuestros pueblos, y Constitución que podrá modificarse por las circunstancias; pero de ningún modo convertirse en otros.

LA CONSPIRACIÓN DE VALLADOLID. Hemos procurado analizar los varios elementos de que se formaba la población de Nueva España para hallar las causas de antagonismos `profundos que pondrían frente a frente a esos irreconciliables elementos. Hemos visto la influencia que ejercieron la revolución de las colonias inglesas en América y la revolución francesa, así como las consecuencias naturales de la caída de Carlos IV y del levantamiento de España contra el invasor extranjero. Hemos seguido la lenta formación de un partido que aspiraba a la independencia de la colonia, y la acción persistente de ese partido en la abortada conspiración de Valladolid. Existían pues, en Nueva España todos los elementos indispensables para producir una revolución. La conspiración de Valladolid puede ser considerada como el preludio de la que se formó en Querétaro en 1810. Al hablar de aquélla, vimos que Allende y Abasolo estaban en estrecha relación con García Obeso y Michelena, y pronto veremos su participación en el movimiento que se derivó de las juntas de Querétaro. Esta ciudad, aunque gobernada por un magistrado especial, tenía por corregidor a don Miguel Domínguez, hombre distinguido por su saber, integridad y virtudes. La esposa del corregidor, doña María Josefa Ortiz, era el numen de la patria en las reuniones que con pretexto de tratar de asuntos puramente literarios se efectuaban, unas veces en casa del presbítero Don José María Sánchez y otras en las del abogado Parra. Además del corregidor, su esposa, el presbítero Sánchez y el abogado Parra, asistían a aquellas reuniones los abogados Altamirano y Laso, don Francisco Araujo, don Antonio Téllez, don Ignacio Gutiérrez, don Epigmenio y don Emeterio González, el regidor Villaseñor Cervantes, el capitán don Joaquín Arias, del regimiento de Celaya, el teniente don Francisco Lanzagorta, del regimiento de Sierra Gorda, el teniente Baca, del de San Miguel, y algunos otros oficiales y paisanos. Los capitanes don Ignacio Allende, don Mariano Abasolo y don Juan Aldama, del regimiento de dragones de la Reina, residente en San Miguel el Grande, iban secretamente a Querétaro y concurrían también a las juntas. Entre los conjurados se distinguía el capitán Allende, a quien sus compañeros consideraban el hombre llamado a ejecutar la revolución que tramaban, según le decía don Juan Ochoa, alcalde ordinario de Querétaro, al oidor Aguirre en carta del 10 de septiembre de 1810, en que le denunciaba la conspiración. En su carta decía también Ochoa que Hidalgo, cura del pueblo de Dolores, era el autor y director de la revolución proyectada. Don Miguel Hidalgo y Costilla había nacido en el rancho viejo de San Vicente, situado en la llanura de Pénjamo, Estado de Guanajuato, el 8 de mayo de 1753. Su padre, don Cristóbal Hidalgo y Costilla, natural de Tejupilco, en la intendencia de México, era administrador de la hacienda de San Diego Corralejo, a la que pertenecía el rancho viejo de San Vicente, que ocupaba como arrendatario don Antonio Gallaga. Con Ana María Gallaga, sobrina de don Antonio, se casó Don Cristóbal Hidalgo, y el primer fruto de esta unión fue el futuro héroe de la

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Independencia. El 16 de mayo del mismo año fue bautizado el niño en la capilla de Cuitzeo de los Naranjos, y se le pusieron los nombres de Miguel Gregorio Antonio Ignacio. Tuvo el matrimonio otros tres hijos. Miguel Gregorio pasó sus primeros años en la hacienda de Corralejo. La desahogada posición de don Cristóbal le permitió dar una buena educación literaria a sus hijos, y los envió a Valladolid cuando llegaron a la edad de la adolescencia. Don Miguel, el primogénito, entró en el colegio de San Nicolás, fundado por don Vasco de Quiroga en 1540. El joven escolar, a quien sus condiscípulos llamaban el Zorro por su perspicacia, hizo brillantes adelantos, señalándose particularmente en los estudios de teología y filosofía, y por último fue nombrado rector y catedrático del colegio. Dedicóse, además, á estudio del francés, y leyó muchos libros prohibidos. Miraba con escepticismo las contradicciones de la historia eclesiástica y no daba mayor importancia a las prevenciones de la disciplina de la Iglesia. No se sabe cuándo dejó de ejercer las funciones de rector. En 1779 pasó a México, donde recibió la orden sacerdotal y el grado de bachiller en teología. Sirvió después varios curatos, entre ellos el de Colima, y pasó al de la congregación de Dolores y villa de San Felipe, vacante por la muerte de su hermano don Joaquín. En su curato de Dolores se dedicó Hidalgo a la agricultura y a la industria, después de confiar a un vicario las faenas de su ministerio. Extendió el cultivo de la uva y propagó la cría del gusano de seda, de cuyo producto fabricó algunas piezas de ropa. Fundó también una fábrica de loza, otra de ladrillo y algunos talleres de diversos oficios; propagó la cría de las abejas y alentó entre sus feligreses la afición y el estudio de la música. En las reuniones nocturnas expresaba sus sentimientos con elocuencia apasionada y revolucionaba las conciencias con avanzadas e innovadoras teorías. Sus ideas y costumbres despertaron la suspicacia inquisitorial, que promovió contra él en 1800 una causa secreta, sobreseída a poco y resucitada en 1810, cuando Hidalgo era ya generalísimo de los ejércitos americanos.

MANIFIESTO DE ZITÁCUARO. Señor D. Fernando Séptimo y en su Real Nombre la Suprema Junta Nacional Americana, instalada para la conservación de sus derechos, defensa de la Religión Santa e indemnización y libertad de nuestra oprimida patria. La falta de un Jefe Supremo en quien se depositasen las confianzas de la nación y a quien todos obedeciesen, nos iba a precipitar en la más completa anarquía; el desorden, la confusión, el despotismo y sus consecuencias eran los amargos frutos que comenzábamos a gustar después de once meses de trabajo y desvelos incesantes por el bien de la patria. Para recurrir a tamaño mal y llenar las ideas adoptadas por nuestro gobierno y primeros representantes de la Nación, se la a considerado de absoluta necesidad erigir un tribunal a quien se reconozca por supremo y a quien todos obedezcan, que arregle el plan de operaciones en toda nuestra América y dicte las providencias oportunas al buen orden político y económico. En efecto, en junta de Generales celebrada el diez y nueve de Agosto, se acordó en su primera la instalación de una Suprema Junta Nacional Americana compuesta por ahora de tres individuos, quedando dos vacantes para que las ocupe, cuando se presente la ocasión, igual número de sujetos beneméritos. Se acordó también en el segundo que la elección recayese en las personas de los Exmos. SS. Licenciado D. Ignacio Rayón, Ministro de la Nación; Dr. D. José Sixto Verduzco y Teniente General D. José María Liceaga. Y para que llegue a noticia de todos y sus órdenes, decretos y disposiciones sean puntual y eficazmente obedecidos, se publica por bando, el que se fijará según estilo en los lugares acostumbrados para su observancia y debido cumplimiento, debiendo celebrarse con las demostraciones más demostrativas de júbilo un establecimiento que nos hace esperar muy en breve la libertad de nuestra patria, con la conminación de ser castigados los contraventores con proporción a su inobediencia. Dado en nuestro

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Palacio Nacional de la Villa de Zitácuaro, a veintiún días del mes de agosto de mil ochocientos. once.—Firmado.—Lic. Ignacio Rayón.—Dr. José Sixto Verduzco.—José María Liceaga,—Por mandato de su majestad la Suprema Junta. Nacional, Remigio de Yarza, Secretario. Es copia que certifico. Palacio Nacional de Zitácuaro, octubre 20 de 1811.—Remigio de Yarza, Secretario.

NOMBRAMIENTOS DE COMISIONADOS PARA EL RECONOCIMIENTO DE LAS RENTAS REALES Y ADMINISTRAClÓN DE ÉSTAS.

Don José María Morelos, general de los ejércitos americanos para la conquista y nuevo gobierno de las provincias del Sur, con autoridad bastante, etc. Por el presente comisiono en toda forma a las personas de (aquí los nombres de los comisionados) para que pasen a los pueblos y lugares conquistados en las tierras calientes y costas del sur, a reconocer las existencias de los estancos, alcabalas, como también las bulas y nuevo indulto de carne, tomando cuenta de ellos a las personas que los manejan, sus fiadores, etc., y demás que llaman rentas reales, y que por lo mismo entraban en cajas reales. comprendiendo las de comunidad producidas de renta de los pueblos, recogidas hasta esta fecha en algún juzgado, caja o particular; todas las que recogerán dichos comisionados para socorro de las tropas de mi mando (a cuyo centro deberán recurrir los subalternos) trayendo por cuenta individual y separada, de todos y cada un lugar, y en especial las de bulas de nuevo indulto de carne, para darles los piadosos destinos para que los concedieron los sumos pontífices; siendo éste uno de los reparos que tenemos que hacer en el gobierno de España, pues ya lo se le daban a estas limosnas su debido destino, sino en lo aparente, atrapando el dinero sagrado y común sin diferencia, para los malditos designios de los arbitristas gubernativos. Y en cuanto a las tierras de los pueblos, harán saber dichos .comisionados a los naturales, y a los jueces y justicias que recaudan sus rentas, que deben entregarles las corres-pondientes que deben existir hasta la publicación de este decreto. y hechos los enteros, entregarán los justicias las tierras a los pueblos para su cultivo, sin que puedan arrendarse, pues su goce ha de ser de los naturales en los respectivos pueblos, Todo lo cual concluido, dejarán los comisionados los correspondientes recibos, firmado de uno o de ambos. Y para que haga la fe necesaria, lo firmé con mi infrascrito secretario en esta cabecera. Tecpan, a los 18 días del mes de abril de 1811.—Despachada.

PUNTOS DE NUESTRA CONSTITUCIÓN 1o.—La Religión Católica será la única sin tolerancia de otra. 2o.—Sus Ministros por ahora serán y continuarán dotados como hasta aquí. 3o.—EI dogma será sostenido por la vigilancia del Tribunal de la fe, cuyo reglamento, conforme al sano espíritude la disiplina, pondría distantes a sus individuos de la influencia de las autoridades constituidas y de los excesos del despotismo. 4o..—La América es libre e Independiente de toda otra nación. 5o.—La soberanía dimana inmediatamente del pueblo, reside en la persona del señor don Fernando VII y su ejercicio ele el Supremo Congreso Nacional Americano.

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6o.—Ningún otro derecho a esta soberanía puede ser atendido, por incontestable que parezca, cuando sea perjudicial a la independencia y felicidad de la Nación. 7o.—El Supremo Congreso constará de cinco vocales nombrados por las representaciones de las Provincias; mas por ahora se completará el numero de vocales por los tres que existen en virtud de comunicación irrevocable de la potestad que tienen y cumplimiento del pacto convencional celebrado por la Nación en 21 de agosto de 1811. 8o.—Las funciones de cada vocal durarán cinco años; el más antiguo hará de Presidente, y el más moderno de Secretario en actos reservados, o que comprendan toda la Nación. 9o.—No deberán ser electos todos en un año, sino sucesivamente uno cada año, cesando de sus funciones en el primero, el más antiguo. 10o.—Antes de lograrse la posesión de la Capital del Reino, no podrán ser los actuales substituidos por otros. 11o.—En los vocales que lo sean en el momento glorioso de la posesión de México comenzará a contarse desde este tiempo el de sus funciones. 12o.—Las personas de los vocales serán inviolables en el tiempo de su ejercicio, sólo podrán proceder contra ellos en el caso de alta traición y con conocimiento reservado de los otros vocales que lo sean, y hayan sido. 13o.—Las circunstancias, rentas y demás condiciones de los vocales que lo sean y hayan sido, queda reservado para cuando se formalice la constitución particular de la Junta, quedando así, como punto irrevocable la rigurosa alternativa de las providencias. 14o.—Habrá un Consejo de Estado para los casos de declaración de guerra y ajuste de paz, a los que deberán concurrir los Oficiales de Brigadier arriba, no pudiendo la Suprema Junta determinar sin estos requisitos. 15o.—También deberá la Suprema Junta acordar determinaciones_ con el Consejo en el caso de establecer gastos extraordinarios, obligar los bienes nacionales, o cuando se trate de aumentos inanerantes pertenezcan a la causa común de la Nación, debiéndose antes tener muy en consideración lo expuesto por los representantes. 16o.—Los despachos de Gracia y Justicia, Guerra y Hacienda, y sus respectivos Tribunales, se sistemarán con conocimiento de las circunstancias. 17o.—Habrá un Protector Nacional nombrado por los representantes. 180.—E1 establecimiento y derogación de las leyes, y cualquiera negocio que interese a la Nación, deberá proponerse en las sesiones públicas por el Protector Nacional ante el Supremo Congreso en presencia de los representantes que prestaron su ascenso o descenso; reservándose la decisión a la Suprema Junta a pluralidad de votos. 19o.—Todos los vecinos de fuerza que favorezcan la libertad e independencia de la Nación, serán recibidos bajo la protección de las leyes. 20o.—Todo extranjero que quiera disfrutar los privilegios de ciudadano americano, deberá impetrar carta de naturaleza a la Suprema Junta que se concederá con acuerdo del Ayuntamiento respectivo y

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disensión del Protector Nacional: mas sólo los Patricios obtendrán los empleos, sin que en esta parte pueda valer privilegio alguno o carta de naturaleza. 21o.—Aunque los tres Poderes, Legislativo, Ejecutivo y Judicial, sean propios de la Soberanía, el Legislativo lo es inerrante que jamás podrá comunicarlo. 22o. —Ningún empleo, cuyo honorario se erogue de los fondos públicos, o que eleve al interesado de la clase en que vivía, o le de mayor lustre que a sus iguales, podrá llamarse de gracia, sino de rigurosa justicia. 23o.—Los representantes serán nombrados cada tres años por los Ayuntamientos respectivos, y éstos deberán componerse de las personas más honradas y de proporción, no sólo de las Capitales, sino de los pueblos del Distrito. 24o. —Queda enteramente proscrita la esclavitud. 25o.—Al que hubiere nacido después de la feliz independencia de nuestra Nación, no obstarán sino los defectos personales, sin que pueda oponérsele la clase de su linaje; lo mismo deberá observarse con los que representen graduación de Capitán arriba, o acrediten algún singular servicio a la Patria. 26o.—Nuestros Puertos serán francos a las naciones extranjeras, con aquellas limitaciones que aseguren la pureza del dogma. 27o.—Toda persona que haya sido perjura .a la Nación, sin perjuicio de la pena que se le apliqué, se declara infame y sus bienes pertenecientes a la Nación. 28o.—Se declaran vacantes los destinos de los europeos, sean de la clase que fueren, e igualmente los de aquellos que de un modo público e incontestable hayan influido en sostener la causa de nuestros enemigos. 29o.—Habrá una absoluta libertad de imprenta en puntos puramente científicos y políticos, con tal que estos últimos observen las miras de ilustrar y no zaherir las legislaciones establecidas. 30o.—Quedan enteramente abolidos los exámenes de artesanos, y sólo los calificará el desempeño de ellos. 31o.—Cada uno se respetará en su casa como en un asilo sagrado, y se administrará con las ampliaciones, restricciones que ofrezcan las circunstancias, la célebre ley Corpus de la Inglaterra. 32o.—Queda proscrita como bárbara la tortura, sin que pueda lo contrario aún admitirse a discusión. 33o.—Los días diez y seis de septiembre en que se proclama nuestra feliz independencia, el veinte y nueve de septiembre y, treinta y uno de julio, cumpleaños de nuestros generalísimos Hidalgo y Allende, y el doce de diciembre consagrado a nuestra amabilísima protectora Nuestra Señora de Guadalupe, serán solemnizados como los más augustos de nuestra Nación. 34o.—Se establecerán cuatro órdenes militares, que serán la de Nuestra Señora de Guadalupe, la de Hidalgo, la Aguila y Allende, pudiendo también obtenerlas los Magistrados, y demás ciudadanos beneméritos que se consideren acreedores a este honor. 35o.—Habrá en la Nación cuatro Cruces grandes respectivas a las órdenes dichas.

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36o.—Habrá en la Nación cuatro Capitanes Generales. 37o.—En los casos de guerra propondrán los oficiales de Brigadier arriba, y los Consejeros de guerra al Supremo Congreso Nacional, quién de los cuatro Generales debe hacer de Generalísimo para los casos ejecutivos y de combinación, investiduras que no confiera graduación ni aumento de renta que cerrará concluida la guerra y que podrá removerse del mismo modo que se constituyó. 38o.—Serán Capitanes Generales los tres actuales de la Junta, aun cuando cesen sus funciones. pues esta graduación no debe creerse inherente a la de vocal, quedando a las circunstancias el nombramiento del cuarto americano: he aquí los principales fundamentos sobre que ha de llevarse la grande obra de nuestra felicidad; está apoyada en la libertad y en la independencia, y nuestros sacrificios aunque grandes, son nada en comparación con la halagüeña perspectiva que se os ofrece para el último período de nuestra Vida, trascendental a nuestros descendientes. El pueblo americano, olvidado de unos, compadecido de otros, y despreciado por la mayor parte, aparecerá ya con el esplendor y dignidad de que se ha hecho acreedor por la bizarría con que ha notado las cadenas del despotismo; la cobardía y la ociosidad será la única que infame al ciudadano, y el templo del honor abrirá indistintamente las puertas del mérito, y la virtud, una santa emulación llevará a nuestros hermanos, y nosotros tendremos la dulce satisfacción de deciros: Os hemos ayudado y dirigido, hemos hecho subsistir la abundancia a la escasez, la heredad a la esclavitud, y la felicidad a la miseria: bendecid, pues al Dios de los destinos, que se ha dignado mirar por compasión su pueblo.—Licenciado Rayón.

RENUNCIA DE LOS MINISTROS A ANASTACIO BUSTAMANTE. Tomada posesión de la presidencia de la República por don Anastasio Bustamante, presentaron su renuncia los ministros, que fueron sustituidos por don Luis Gonzaga Cuevas en Relaciones, don Manuel de la Peña y Peña en Gobernación, don Mariano Michelena en Guerra, y don Joaquín Lebrija en Hacienda. Este ministerio se presentó ante la Cámara para comunicarle la noticia oficial del reconocimiento de la independencia de México por España y pedirle la aprobación y ratificación del tratado respectivo, remitido por el plenipotenciario mexicano don Miguel Santa María. Sólo elogios merece el tino de las negociaciones por éste seguidas con el ministerio de Martínez de la Rosa, y terminadas con el de Calatrava con el tratado de paz y amistad firmado en Madrid el 28 de diciembre de 1836 y aprobado por el Congreso de México el 1 de mayo de 1837, sin la menor contradicción. La sufrió, sin embargo, un artículo adicional y secreto reducido a ajustar que, puesto que México reconocía la soberanía de España y ésta la de México, no permitiríamos que en nuestros puertos se armasen expediciones ni fomentasen revueltas contra las posesiones españolas en este continente. El artículo fue aprobado por la gran mayoría de la Cámara. El 2 de mayo conoció el Congreso los partes fechados el 17 de abril en Matamoros por don Nicolás Bravo, en que comunicaba los insultos inferidos por la marina americana a la escuadrilla de la República. En efecto, hallábase dentro de la barra de Brazo de Santiago la goleta Chamion, y fuera de ella la goleta Luisiana, ambas de los Estados Unidos, que habían sido detenidas por la escuadrilla mexicana ante las costas de Texas y mandadas al puerto con sus papeles para ser juzgadas. El 9 de abril se presentó la corbeta de guerra Natchez y se llevó a remolque a la Luisiana; volvió el día 12 y pretendió hacer lo mismo con la Chanzpion, más ante la resistencia de las autoridades mexicanas, abrió el fuego contra el bergantín nacional Urrea y se lo llevó prisionero. En consecuencia, Bravo detuvo a todos los buques americanos que estaban dentro de la barra. Pasado el asunto al Consejo de Gobierno, opinó éste que se dejase en libertad a los buques mercantes que habían llegado bajo la buena fe del comercio y de la paz, pero no a la goleta texana Independencia, que había sido apresada llevando a bordo al enviado de los Estados Unidos, comisionado para reconocer la

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independencia de Texas. En la sesión del 12 de mayo el gobierno pidió al Congreso autorización para exigir a los Estados Unidos satisfacción de estos ultrajes y dar principio a las hostilidades, sí fuese necesario. El 19 'se le autorizó para transar diferencias con el gobierno de -Washington, y caso de no lograrlo o conseguir que los Estados Unidos se comprometiesen: a someterse a la decisión de una potencia amiga, tomar contra ellos medidas hostiles. En la sesión de 8 de mayo se abrieron los pliegos relativos a la elección de miembros del Supremo Poder Conservador; resultando electos don José Justo Corro, don Rafael Magino, don José Ignacio Espinosa, don Francisco M. Sánchez Tagle y el general Melchor Múzquiz, y para suplentes don Carlos Bustamante, el general don Cirilo Gómez Anaya y don José. María Bocanegra. El 24 del mismo mes los mencionados individuos prestaron juramento ante el Congreso, y el mismo día se. Instaló la Corte Marcial. El día 20 se había aprobado el reglamento para la administración de justicia, y acordado la clausura de las sesiones para el día 24, en que realmente se verificó. El 26 de mayo se resolvió en favor del gobierno la revolución de San Luis, mediante una acción de guerra en que los rebeldes fueron derrotados. Entre sus muertos se contaba al general Moctezuma. Esta muerte y la terminación del, pronunciamiento de San Luis hicieron abortar los que estaban preparados en Veracruz, Acapulco y otros puntos. Las Cámaras de diputados y de senadores se reunieron en Congreso e hicieron la apertura de éste el 1 de junio de 1837, acto en el cual el presidente de la República expuso en el discurso de rigor las variaciones hechas en la administración a consecuencia del cambio político efectuado en 1836. El partido que entonces dominaba en el sistema centralista se ha distinguido siempre por su egoísmo. Sus corifeos civiles y militares contaban únicamente con los medios que les proporcionaba el clero mientras era necesario derrocar a un enemigo, pero que les negaba cuando esto ya había sido conseguido. Así era que los gobiernos de esa facción tropezaban con grandes dificultades en un país empobrecido por la acumulación clerical y arruinado por la guerra incesante. De ese egoísmo del clero se dio ejemplo bastante en aquellos días. El gobierno general, obligado por las leyes vigentes a atender a los gastos de los departamentos sin contar con los medios para hacerlo, acudió a los agiotistas, pero éstos se negaron a facilitarle préstamo alguno que no estuviese garantizado por hipotecas seguras, e indicaron como únicos bienes hipotecables los del clero. El gobierno comenzó por invitar a éste a ser el prestamista, y no habiéndose aceptado su propuesta solicitó se le permitiese hipotecar los bienes en cuestión. El cabildo metropolitano accedió a la solicitud, pero limitando la hipoteca a 750,000 pesos y a sólo los bienes de corporaciones sujetas a la jurisdicción del ordinario diocesano, sin que pudiese afectarse de un modo determinado ninguno de ellos. No pareció ello bastante garantía a los agiotistas, que exigieron se designase la hipoteca en señalados bienes de comunidades, a lo que resueltamente se negó la autoridad eclesiástica. El egoísmo del clero le convertía para sus mismos aliados en una rémora y un estorbo, y así se lo dió a entender el gobierno de Bustamante. Desde entonces marcharon ambas potencias en completo desacuerdo, y los liberales cobraron ánimos y dieron principio a sus trabajos para aprovechar la división del partido reaccionario. 7. Por todas partes cercaban al gobierno peligros y dificultades. Sin amigos en el interior, el enemigo exterior le acosaba por distintos lugares a la vez. Mientras Francia se preparaba a bloquear e invadir nuestros puertos, y por uno de los límites de la República nos amenazaban los angloamericanos, por otro iban introduciéndose los rusos en el territorio mexicano. Las posesiones rusas nunca habían llegado más allá de Nutka, en los. 490 23' de latitud Norte, y en 1837 estaban ya en el puerto de la Bodega, a los 380 23; es decir, habían usurpado cerca de 280 leguas de territorio, y sus avances tendían a apoderarse de la misión de San Francisco, que los pondría a 60 leguas de Monterrey, capital entonces de la Alta California. El gobierno español tuvo siempre buen cuidado de oponerse al engrandecimiento de los rusos por esa parle, y lo cierto es que jamás se atrevieron a dar un paso

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más adelante mientras aquellos países pertenecieron a la monarquía española. Pero el conflicto más inmediato era el que venían preparando los Estados Unidos con su apoyo al movimiento de indepen-dencia de Texas. Dispuso el gobierno de aquella nación sacar a la mar una escuadrilla que llamó "de las Indias Occidentales y Golfo de México", al cargo del comandante A. J. Dallas. Este a bordo de la fragata Constelación, se dirigió a Matamoros, allí conferenció con Filisola, que había sido repuesto en el mando del ejército mexicano, y después de mutuas satisfacciones sobre los acontecimientos de la Natchez y el Urrea, la escuadrilla americana se retiró al parecer amistosamente; pero sin previo aviso el comodoro Dallas se presentó en Veracruz el 23 de junio (1837). Era comandante de ese puerto don Antonio de Castro. Como corrían rumores de que el gobierno dejos Estados Unidos había declarado la guerra a la República, los veracruzanos se alarmaron y acudieron a la comandancia en petición de armas para oponerse a la agresión. Castro ofició al cónsul de los Estados Unidos en el puerto preguntándole las causas y el objeto de la llegada de la escuadrilla. Aunque el cónsul contestó que la escuadrilla iba con las intenciones más pacíficas, el día 28 Dallas dirigió a Castro una nota en que le decía que, en vista de la falta de garantías de que no volvería a repetirse "la rastrera y ultrajante infracción del tratado existente entre los Estados Unidos y la República de México, cometida por las fuerzas navales de esta última potencia en la captura de diversos buques mercantes americanos", era de su deber "dejar fuerzas competentes en la costa de México para proteger de futuras agresiones los intereses comerciales de los Estados Unidos". Castro le contestó que ya sospechaba las intenciones con que había llegado, pero que el asunto sólo podía ser dilucidado por los respectivos gobiernos. El 23 de mayo había sido nombrado don Francisco Pizarro Martínez ministro plenipotenciario en Washington. Durante el mes de junio el Senado aprobó los nombramientos de don Máximo Garra para ministro plenipotenciario en Francia, de don José María Gutiérrez Estrada para igual puesto en Inglaterra, y de don José María Montoya para encargado de negocios cerca de la Santa Sede. El 20 de julio Mr. Roberto Greenhow presentó en la secretaría de relaciones pliegos del gobierno de los Estados Unidos en los que no sólo insistían en sus reclamaciones anteriores, sino que hacían otras sobre el valor de armas y auxilios ministrados a los primeros caudillos de la independencia en tiempo de la dominación española. El gobierno mexicano se negó a admitir esas reclamaciones mientras no hubieran sido debidamente comprobadas en juicio. Agentes norteamericanos, interesados en introducir en la República mercancías sin pago de derechos, fueron los promotores de la revolución ocurrida en agosto en el departamento de Nuevo México. Muertos en acción de guerra o fusilados los altos funcionarios mexicanos, y vencedores los sublevados, usurpó el gobierno un idiota llamado José González, quien, entre varios decretos, expidió uno en que nombraba una-comisión que pasaría a los Estados Unidos a pedir la agregación de Nuevo México a la república norteamericana. Desde fines de julio buques norteamericanos, aparentando ser propiedad de la marina texana, venían hostilizando nuestros puertos y embarcaciones. Dos goletas de esa procedencia se presentaron en aguas de Yucatán, cañonearon el puerto de Sisal, apresaron algunos barcos y cometieron en la costa varios actos piráticos de crueldad y rapiña. Sobre tantas dificultades estaba la insuperable carencia de recursos con que atender a los gastos públicos, y en vano se buscaba- remedio en reformas de la pauta de comisos y del reglamento para el cobro de contribuciones, y en el arreglo de la intervención de los gobernadores en la Hacienda Pública. El clero seguía oponiendo dilaciones a facultar la hipoteca de sus bienes, y el egoísmo era general en todas las clases pudientes. Bustamante no ocultó su disgusto ni su creencia de que la situación necesitaba una reforma, aunque no en sentido liberal, sino en un sentido dictatorial, que le permitiera ejercer el mando en el gobierno del país con algún desahogo.

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A mediados de septiembre la secretaría de Guerra comunicó la noticia de haber vuelto al orden la Alta California y jurado la Constitución de 1836, gracias, según se dijo, a las gestiones de un fraile andaluz. En Puebla estuvo a punto de estallar una conjuración capitaneada por el teniente coronel clon José de Jesús González. Castigó a los conspiradores el general Codallos, que acababa de ser nombrado gobernador de aquel departamento. Don Anastasio Bustamante simuló dudar entre la vuelta a la Constitución de 1824 y la imposición de una dictadura que, según se dijo, debió haber proclamado la noche del 14 de abril el general Urrea. Tal propósito determinó una crisis cuyo primer efecto fue la dimisión que de sus carteras hizo el ministerio. En vano el presidente instó a sus ministros para que continuasen en sus cargos y se negó a admitirles la renuncia, pues ellos insistieron hasta que les fue admitida. El 19 de octubre Bustamante nombró ministro del Interior a don José Antonio Romero, del Exterior a don José María Bocanegra, y de guerra al general don Ignacio Mora Villamil, y posteriormente se encargó de la secretaría de Hacienda el señor Bocanegra. La alarma entre la gente de orden fue indecible, pues pronto se descubrió, al decir de don Carlos Bustamante, que el presidente protegía a los facciosos y trataba de restablecer la Federación. A acrecer la alarma contribuyó el coronel Reyes Veramendi publicando el 24 de octubre un folleto en que excitaba a don Anastasio Bustamante a derogar la Constitución de 1836, tomar los bienes de manos muertas y erigirse en dictador. Aumentó el disgusto el ministro de Hacienda Bocanegra al expedir el 3 de noviembre una circular a los jefes de los departamentos y oficinas de la capital, a los que daba a conocer el estado deplorable del tesoro y les ordenaba que primero y de toda preferencia se pagasen los gastos de militares en servicio activo, y después los sueldos y gastos de las oficinas recaudadoras. Las pensiones, jubilaciones, sueldos de empleados civiles, retirados, cesantes, viudas y cualesquiera otros gastos quedaban en suspenso para ser pagados a prorrateo siempre que hubiese algún sobrante. Esa dura resolución fue interpretada como una represalia del presidente que complació a los de la oposición. Corrieron rumores de que se trataba de asesinarlo, y de que el Supremo Poder Conservador estaba dispuesto a destituirlo por ineptitud. Bustamante puso sobre las armas la guarnición de México y, esperando la hora del combate, pasó en los salones de palacio una buena parte de la noche del 5 de noviembre. En Mineral del Monte y en Putla estallaron movimientos que fueron fácilmente sofocados. En oficio de 11 de octubre, publicado por el gobierno el 30 de noviembre, don Manuel Armijo dio cuenta del término de la asonada de Nuevo México. Por aquellos días se elevaron al gobierno diversas representaciones que pueden clasificarse en tres grupos: las de algunos particulares y ayuntamientos de Sonora que solicitaban su separación de la República para formar un gobierno confederado; las de algunos 'particulares de la capital y de los departamentos y de algunas guarniciones, que pedían la variación del sistema de gobierno, a cuyo fin querían unos la restitución del sistema federal, otros la Constitución de 1824, y otros que un Congreso hiciese una nueva constitución en seis meses; y las que, por el contrario, pedían la conservación de las leyes de 1836. Bustamante, oído el Consejo de Gobierno, acordó no darles curso, y el periódico oficial manifestó que hallándose el presidente obligado a sostener la Constitución de la República, obligaría a todos a hacer lo mismo. Nada pinta mejor el estado del país en aquellos días que un artículo de un periódico de Oaxaca reproducido por el Diario del gobierno. "Según creemos —dice—, la desmoralización, que tanto se ha generalizado, depende de dos causas principales: primera, la falta de educación;

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segunda, la falta de poder moral a que se hallan reducidas las autoridades... No es extraño, pues, que donde se confunde el fanatismo con la religión, el libertinaje con la libertad, el aspirantismo con el bien de la patria, las máximas erróneas de la licencia con la sana filosofía, la trácala y la superchería con la viveza y el ingenio, los fríos asesinatos con los triunfos del valor, donde se confunden, repetimos, todas estas cosas, nada extraño es que estemos como estamos, sino que no estemos peor." El día 29 de diciembre salió para Francia, cargado de quejas y de malos propósitos contra México, el barón Deffaudis, dejando encargado de la legación de su país al secretario de la misma M. de Lisle. El 31 de diciembre se clausuró el período de sesiones del Congreso, y se abrió el nuevo período al iniciarse el año 1838. Don Anastasio Bustamante pronunció un discurso en que expuso la situación de los negocios públicos y de las relaciones con los Estados Unidos, y se defendió de los ataques que se le habían dirigido de haber alentado a los autores de exposiciones en que se pedía el cambio de régimen.

DEL ÁLBUM DE HIDALGO.

Registro de firmas de personajes importantes que visitaron la Casa de Hidalgo, En Dolores Hidalgo Guanajuato. El siguiente texto esta tomado del prologo del libro HIDALGO. La primera edición, esa que se considera princeps la realizó el periodista Irineo Paz en 1875, y en 1883 él mismo reeditó, al parecer facsimilarmente, una segunda edición, sin aumentar nada al texto, tan sólo litografías de personajes participantes en los acontecimientos, y alguna información de que damos noticia más adelante, En nuestras pesquisas no hemos localizado otras reediciones facsimilares, ni que hayan sido trasladadas al español usual; hay una tercera edición facsimilar del año 2000 por la Universidad Michoacana, por lo que sí no hay otra edición ésta que prologamos es la cuarta reedición del facsimil. Nuestra búsqueda en archivos y bibliotecas, especializados, no arroja datos al respecto, incluso,de la edición princeps de Irineo Paz. (Padre de Octavio Paz.) no hemos tenido noticia. El 27 de julio de 1868 visitó la ciudad de Dolores Hidalgo y la casa de Hidalgo. El periodista escritor y abogado Irineo Paz (1836-1924), quien durante la Guerra de Reforma escribió artículos políticos para varios periódicos en apoyo al partido liberal, y tomo las armas en defensa de la República durante la invasión para instalar a Maximiliano en el poder, Su sentimiento ante los cuadernos donde habían firmado antes que él, tantos otros ciudadanos, los plasma en el siguiente verso de septiembre 21 de 1871:

De admiración a tu sublime gloria Aquí te dejo humilde esta memoria

Utilizando el nombre de Álbum de Hidalgo, lo publicó en 1875 con algunas litografías de personajes cuyas firmas y pensamientos estaban en las páginas del Album. La edición tuvo tal éxito que pronto se agotó, por lo cual, Irineo Paz preparó una segunda, para lo cual envió a un escribano a que copiara las páginas escritas entre 1874 y 1883. El escribano cuyo nombre no quedó registrado, se encontró con que el Album.. ya no estaba en la Casa de Hidalgo, una vez que notificó a Irineo Paz de la pérdida de los cuadernos, éste publicó una nota explicativa en los periódicos de mayor circulación que se publicaban en la ciudad de México, solicitaba además a quienes hubieran visitado la Casa de Hidalgo y anotado algún pensamiento que pudieran recordar, se lo hicieran llegar por escrito para agregarlo a la publicación que venía preparando. Pasaron los meses,nadie se comunicó

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con él, por lo que publicó el facsimilar del Album de Hidalgo en 1883 sólo agregando litografías de personajes importantes, mencionando además la pérdida, de los originales. 1863 y 1864.

Dolores Hidalgo, Junio seis de mil ochocientos sesenta y tres.

Suprema órden esta fecha expedida por el ministerio de Relaciones Exteriores y Gobernacion, se manda abrir este registro para que en él inscriban sus nombres las personas que visiten esta casa, en otro tiempo habitada por el primer héroe de de la Independencia de Mexico, D. Miguel Hidalgo y Costilla. Don Benito Juárez (1) Presidente de la República. Jesús Terán, ministro de Justicia, Fomento é Instrucción Pública, El ministro de Guerra y Marina, Felipe B. Berrioldbal. J, Elorrioga, secretario particular del señor presidente, J. Antonio de la Fuente, ministro de Relaciones. Ministro de Hacienda y Crédito Público, José H, Nuñez. Manuel Rubio, José M. Iglesias, Francisco Zarco, diputado por Dolores Hidalgo al Congreso de la Union. Francisco de P. Gochicoa, F.Berduzco. Ramon Cumnan diputado por Puebla. Manuel M. De Zamadona, diputado por Puebla. Francisco de A. Berduzco, Guillermo Prieto, diputado por Guanajuato. Manuel Posada, diputado por Oaxaca. M Delgado, soldado de la independencia en 1821. Ponciano Arriaga, diputado al congreso de la Union, por el Estado de S. Luis Potosí, Vicente Barrera. Un antiguo soldado que acompañó al Sr. Hidalgo desde EL 15 de Setiembre de 1810, y fue preso en su compañía habiéndolo acompañado en toda su expedición, general Pedro García.—Un soldado que acompañó al señor cura desde, la madrugrada del: 16 de Setiembre de 1810 y actual conserge de la casa que habitó, Luis Antonio Portillo. Josefa Terán. Tomasa Terán. Margarita Maza de Juárez. Felicitas Juarez. Margarita Juárez. Paz Arteaga, Manuela Juarez de Santacilia Soledad Juárez. Benito Juarez y Maza. Luis G. Obregon. P. Santacilia, diputado, de México. Julian Montiel. Hilario Peradisenos. José Severo Peña de León. Juan Berriozábal. Benigno M. Tovar. Luis Berriozábal. Basilio por su padre. Gabriel Deplanchi y Cruz. Ignacio Trajo y Fortand. José Manuel Juarez. J. M. Govantes, diputado por Puebla. Vicente J. Morales. Lic. José María Aguirre de la Barrrera. Manuel Trajo y Fortand. El hijo de un insurgente que acompañó al benemérito Hidalgo en 1810. Por mi mujer, hija de un insurgente que acompañó al Sr. Hidalgo y por mi hija, la primera Manuela de Reno y el segundo Manuel Aguirre. Marcelino Torrescano. José E. Torresoarto. Marcelino Sanchez. Junio 7 de 1863.—Braulio Carballar y Lizardi, diputado por León de Allende. Por mis hermanos, Miguel, Francisco é Ignacio Aguirre, y mis hijos Manuel y Angela Aguirre, José María Gomez. Elecázaro F. Loaeza. Jefe del estado Mayor del inspecctor del Cuerpo Médico. José Antonio Loaeza, Guadalupe Aguirre de Gomez. Francisco de P. Guarneros. José Ingnacio Sanchez. María Gomez. Eduardo L. Chavez. J. A. Gamboa, oficial mayos de hacienda y crédito público, coronel de ejército. Mariano Espíritu Santo Gómez Luisa del Pino. I. Pombo, diputado por Oaxaca. Felipe Muñoz. Estéban Gomez. J. M- Machuca. J. Mejía. José María Gomez J Castro. Tomasa Gómez de Flores. Junio 7 de 1863.Nicolás pizarro. Ingnacio Orozco, diputado por Chihuahua y coronel del ejército liberal. Lic. José Francisco Bustamante. Genaro B. Lopez, diputado al congreso por el Estado de Durango. Francisco Javier Berduzco. General de división, A Parrodi. General de division. P Ampudia. General de brigada, Cárlos Salazar. Juan M. Balbintro. José Felipe Cortés. M, Ampudia. Juan Gonzalez Ojeda. Manuel Portugal. Juan N. Navarro, Andrés Leguizatno Santiago Gándara. Manuel M. Molina. Juan A.de Frias, Mariano Ordaz. José Delieza. Lorenzo Agoitia. Mariano Zabala. Juan Valdes.Fransisco D. Macias. Benigno Marquez. Juan de la Peña y Barragan. Ignacio Mariscal, oficial mayor del ministerio de Relaciones. Lic. Miguel Castellanos, auditor de Guerra del ejército de Oriente.M.P. Izaguirre, C Ramirez. Alejandro Aguilar, herido en 1847 por los americanos, defendiendo

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la independencia de México. En 1821 sirviéó á las Ordenes del general Iturbide.—J. M. Picazo. José M. de Rayo. Mariano J. Bruslon. José Antonio Morales. Jesus Medina, interventor de la casa de moneda. Adolfo Medina. benemérito dél ejército de Oriente. Pedro Echevarría. A. Camacho. Cárlos Aguilar. Juan Rodriguez Landa. Remigio Pere.z. Manuel Landa, Felix; Vega, general de brigada y diputado al congreso por el Estado de Jalisco. Jesús Castañeda, diputado al congreso general por el Estado de Sinaloa. L. A. Jimenez, ayudante del benemérito general L Zaragoza el 5 de Mayo de 1862. José Maria Flores Caro, empleado de la Tesorería general de la. nacion. Ignacio Avilés, empleado del ministerio de Hacienda. José Rayo, empleado de Hacienda. Mariano Gonzalez Coz, empleado de la Aduana de México. I. M. Lerdo. Pedro Ilizaliturri. Sebastián Lerdo de Tejada' Marcos Villegas coronel de infantería. Antonio Rarnirez. Martin Rul, Comisario general del ejército de Oriente. Martin Larrea. A Ramiirez, Blas Balcárel. (1) Raímundo Gamboa. Manuel Cienfuegos. A. P. Lara. Manuel Espinosa y Ruiz. C. Rangel .Martinez, General de Brigada y' Oficial Mayor del ministerio de Guerra y Marina, Manuel María de Sandoval, P. de Garay y Garay. Coronel. y Comandante ingeniero M. Duran. Teniente coronel de ingenieros, J. de P. Durán. Francisco Cuadra, Anastasio Aranda.. Amador Aranda,C. Benitez.J.Corral. Empleado del ministerio de la Guerra, Juan Villaseca. Diputado por Sonora al congreso de la Union, Bartolomé E. Almada. . Ayudante del O. Presidente, Vastasio E. Novoa. Manuel Sanelgran. .Pable. de Haro. José María Regato. José Gonzalez Treviño. Ignacio Galicia. Arturo Suarez Torres. Pablo Silva. Oficial de correos de Veracruz, Manuel Jimenez. Agustín Pardo y García, primertenedor de libros de la Tesorería de la, Nacion. Antonio. Merino Aydanto del C. Presidente, T. Diaz, Oficial del cuerpo de Carabineros á caballo, Urbano Alvarez, Teniente de caballería, Agustin Gil, Ignacio T. Aullar, capitán de ingenieros y de la escuela militar. Ignacio Pavon:, capitan de ingenieros. Teniente de artillería, Fortunato Allende. General de Brigada J. Díaz. Ingeniero geometra. Juan Diaz Covarrubias representante del Distrito Federal en el congreso De la Union. Teniente coronel de ingenieros, Agustin García Cano. Pedro Contreras Elizalde, diputado al congreso do la Union por Yucatan. Miguel Badillo. Miguel P, Goce Tuses M. Gil, estudiante de medicina. Oficial primero en ministerio de Relaciones, Mariano Rojo. Antonio Qnintanar. Escribiente primero del ministerio de la Guerra, Francisco García I. José Tamayo. Honor y gloria al imponderable cura de Dolores, Ramon Solazar. Capitan. Junio 6 de 1863.—Francisco Marie, José Bríto. Vicente Iturbide. Julio Diaz Quijano, capitan da Carabineros á caballo. Julio Garcia.Capitan, 2o ayudante carabineros á caballo, Ignacio Berra, Comandante del cuerpo de carabineros Miguel Porta. Gerónimo Anguiano. Jesús Liada. Juan Calvo de O' llorán, O: E. de Hernan, dez. Por mi, y por la primera brigada de caballería del ejército de Oriente que es á mis órdenes y tributase este homenaje al héroe de nuestra independencia, T. 0' lloran. Coronel del primer cuerpo de artillería de Morelia, Antonio Ruiz Carrillo. Comandante de caballería del ejército de Oriente, German Camboros. Comandante del 1 de caballería permanente, M. Vortu. Coronel auditor del ejército permanente, F. Fernández Carrasco. Capital]. de caballería de Guías y esplorador de Zaragoza, José M. Lejarza. Capitan de 'caballería ayudante del general en jefe de la brigada,, Francisco P. Calvo. Ayudante° del general en jefe de la 1 5 brigada, José • Jimenez Cacino. Francisco de P. Pineda. Soledad Martínez. Cárlos Castillo. Manuel Blanco, José Carretero, coronel. Junio 10 de 1863.—Lic. Felipe Sánchez SolisI.Romero. Manuel M. Mayol. Manuel Romero Vargas. Santos Viniegra. En testimonio de gratitud al héroe primero de la indepencia, á la que tuve la gloría de contribuir, Dolores Hidalgo. Junio 10 de 1863.—A. Zarecero. Rosa Gómez. Manuela Gomez. Manuel Z. Gómez. Coronel de caballería, Luis G. Dominguez. Gabriel Arcos Arreola, sucumbió el 23 de Enero de 1866 combatiendo A los traidores en Tantoyuquita, un recuerdo de su compañero Sierra. Francisco López y Sierra. Víctor Zerecero.

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Junio 10 de 1863.-Francisco de P. Zendejas. Jacobo Gonzalez. Ingeniero) topógrafo, teniente coronel del ejército Federal, herido en Puebla defendiendo la independencia nacional, Francisco Beltran. Consagro un recuerdo de gratitud y respeto al inmortal Hidalgo, Cárlos Gonzalez. Altagracia M. de Tellez, Elena Laura de Beltran. Altagracia Tellez. Cristina Tellez. En defensa do la patria fuí herido en Barranca Seca, Cárlos Jufroi y Leyssur. M. M. Morales. Francisco J. Reman. Pilar Villareal. Junio 13 de 1863.-José A. Godoy. Adelina Bournoc. José A. Godoy. José F. Godoy. Adelita Godoy. Teniente de Ingenieros, Pedro Gonzalez. Capitan de infantería, Trinidad Fernandez. José Arteaga, magistrado de la Suprema Corte y diputado al congreso de la Union por el Estado de Oaxaca. Capitan dé caballería, Francisco de P.Castañares. Eduardo Arteaga, diputado al Congreso de la Union por el Distrito Federal. Comandante de escuadra, lgnacio Meléndez. Jesus Herrera, teniente de batallon. Comandante de infantería Hipólito Rodriguez Arana. Capitan de caballería, Capitan de infantería, Eligio Rodriguez. Capitan de caballería, Miguel Avila. Capitan de caballería, Vidal Arellano. Subteniente de artillería, José María Monte Olivo. Alférez, Juan Fernandez. Alférez de caballería, Antonio Oviedo, Alberto Morlet. Emilio Aleman. Guillermo Arteaga. Delfina Arteaga. Dolores S. de Arteaga. Ciudadano libre, Martin María Santiestévan, Irene Arteaga. Dolores Arteaga. Adalberto Arteaga. A 14 de Junio de 1863, Juan Alberto Lopez, capitan de caballería de la seccion de Minadores, del ejército Federal. Patricio Montes de Oca. Maura Arteaga. Eufemio M. Rojas, Mariano Antúnes. Rafael Cebollas. T. Rut-Rion. J. N. Caballos. Comandante, José Marta Aztégui. Teniente, Manuel Ruiz. Miguel Baigén. Presbítero, Rafael Diaz Martinez. Junio 15 de 1863,--Lorenzo Prub, capitan de infantería. José María Calleja. Capitán de infantería, Miguel M. Arroyal. M. Romero. Junio 16 de 1863. Capitan de artillería, Antonio Solís. Capitan de caballería del benemérito ejército de Oriente, Jesus Romero. Mariano Batir. Capitan del batallon del benemérito ejército de Oriente, Eugenio Velazquez. Abraham Diaz, capitan comandante, Empleado en el ministerio de la Guerra, Ranion Cuellar. Capitan de caballería del benemérito ejército de Oriente Francisco Ortiz. Capitan deartillería, director de la fábrica de pólvora, José R. Cuevas. Empleado de la Aduana de México, Vicente Morales., Ignacio Molina. Luis G. Cortes. Manuel Castillo, José María Sanchez, Antonio Gutierrez. Junio 16 de 1863.—Cornandante de Escuadron, Luis Benavídes General, Miguel Blanco. Junio 17 de. 1863.—Coronel de brigada, Luis Salcedo. Como en cargado del batallon de artillería móvil, José María García, Capitan 1. ° de artillería móvil, Cruz Avendaño. Capitan de artillería móvil, Manuel Iban Capitan 1o. de artillería móvil, Anastasio Soto. Capitan 2.o de artillería móvil, Ignacio Gabino, Capitan de artillería móvil, Demetrio Ayala. Gefe. de divición Artillería móvil, Antonio Herrera. Capitan 12º de artillería móvil, Rafael Crespo. Capitan de artillería móvil, Sebastian Muyeelos. Remen Leiva, sub-ayudante de artillería móvil, Teniente de artillería móvil, Jorge Sanchez. Teniente, Pedro Lean. Subteniente, Victoriano Miranda, Teniente de artillería móvil, Joaquin Soto. Subteniente de artillería, móvil, José María Delgado. Teniente do artillería Estévan Rivera. Capitan de artillería móvil; José Munive, Pedro Rodriguez, Subteniente de artillería móvil, Víctor Rosales. Segundo ayudante de artillería móvil, Francisco Rivera, Gregorio P. Romero.'Rafael Revine,. Antonio A. Sanchez, Habilitado do Batallen artillería móvil, Miguel Molina.Subteniente de artillería móvil, Francisco Castillejo,. Jocó Félix Castilla. Subinspector del cuerpo médico militar, Julian Barrios. Juan Ramirez. Franeisco.Oárdenas. Isabel Lauzá. Comandante de escuadron, Octaviano Murquiza. Administrador volante del cuerpo médico militar, Antonio Cabrera. Capitan de caballería del benemérito ejército de Oriente, Julio Gonzalez Cármen Arredondo. Justo M. Rubio. Capitan de artillería Junio 19 de 1863.—Luis Gutierrez Correa;

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Junio 23 de 1863.— Joaqnin Ortega. Mariano Saldaña, Bernardo Ortega. Lorenzo Carane. Juan Munive. Isidro Vera. José Maria Ortiz, Jena A. de la Garza, Modesto Ortiz diputado por Tamaulipas al congreso de la Union y presidente de la Suprema Corte de Justicia de aquel Estado, Comandante de batallon y administrador de rentas de Tampico de Tamaulipas. Coronel del tercer batallon de lanceros, B.García. Benemérito del cuerpo de Oriente, comandante de escuadron Luis Cirilo Tellez. Teniente coronel de caballería, Francisco Otero. José E. Manzano. Julio Bocio. Capitan de caballería, Próspero A. Otero. Teniente de caballería, Atilano Guajardo. Juan T. de la Garza. Eugenio Sandoval. A. Lozano. El ca-pitan de caballería, José María Busluli. José G. de Cenizo. Subteniente, José Varela. Teniente Coronel, Jesus de Pineda. Teniente, Wenceslao Contreras. Encarnacion Zedeño. Junio 25 de 1863.—Diego Flores, coronel de batallon G. N. de Tampico. Mateo Salas, mayor del cuerpo del batallan G. N. de Hidalgo. Joaquín Z. Kerlelgand, capitán de Hidalgo. En la misma fecha 25 de Junio tuvo el honor de visitar la augusta morada del señor Cura Hidalgo, el capitan pagador, de Hidalgo, joaquin P. Castillo, Subteniente del batallan Hidalgo de Tampico, Merced Olvera. Subteniente, Luciano Balderas. Alferez de la brigada de Tamaulipas, Antonio Castillo.. Comandante de escuadron, José María Ayala. José Mota. Junio 26 de 1863.—El que suscribe, diputado al congreso de la Union mexicana, coronel, que viene: del sitio de Puebla, en donde estuvo de secretario de gobierno, todavía bajo las impresiones de aquel sitio heróico, en que el ejército mexicano peleó honrosamente contra las huestes del emperador Napoleón, rinde culto y homenaje á la casa que habitó el insigne Hidalgo, y al venerado lugar en que se dió el primer glorioso grito de Independencia, Fernando María Ortega. En la misma fecha tuve la honra de visitar la casa que habitó el ilustre y venerable padre de la independencia, coronel de caballería, Gabriel Rodriguez. Por segunda vez ha tenido el honor de vistar la humilde morada del ilustre anciano de Dolores. ¡Loor eterno á su memoria! M. M. Ovando, diputado al congreso de la Union, por el Estado de Puebla. Como mexicano que estima la independencia de su patria, consagro mis recuerdos á la memoria del venerando Hidalgo, Cárlos L. Ortega. El que suscribe, al visitar penetrado de admiración y respeto el lugar donde el insigne caudillo de nuestra independencia inició esta grande obra, consagra un recuerdo de eterna gratitud á la memoria de tan ilustre varon, M. Necee ches. Tuve el honor de visitar la humilde casa que habitó el venera-al padre Hidalgo primer caudillo de nuestra independencia, Jacobo B. Gonzalez. Capitan de caballería, Manuel Araneivia, B. S. de Barra. Mauro Covarrubias- Un recuerdo tierno por el héroe de nuestra independencia, comandante ayudante del general Vega, Manuel Enciso. Teniente coronel de artillería, Alonso Avilez. Capitan de caballería, Ignacio Lizarroja. Coronel, Miguel Meteos. Lic. José P. Matees. Junio 28 de 1863.— Rafael Gonzalez. Capitan de infantería, E. Hernandez. I. Alfredo Chavero. Lio.J. de Paula Esquivel y Vizcarra. Teniente coronel de infantería, J. Alonso Flores. En 29 de Junio de 1863, visitaron los que suscriben la casa del inmortal Hidalgo, padre de la independencia de México, general, Angel Frias. General> Rafael junguito. Gaspar Sánchez Ochoa. Feliciano P. Contreras. Urbano Flores. Jesus Fuentes y Muñiz. José María, Quiroz. Julio 2 de 1863.—Hipólito R. Ortu, Coronel de infantería del ejército de México. Remen García Figueroa. José María Amaraz. Julio 4 de 1863.—El que suscribe tributa un recuerdo al héroe de nuestra independencia, comandante de escuadron, Andrés Guerrero. ¡Hombre ilustre! llora desde arriba las desgracias de una patria que me legaste soberana y libre á costa de tu sangre. Perdona á los traidores, Francisco R. Lozano. Carlos María Sedano. El que firma recuerda al hombre grande de su patria, y llora cuando la ve la orilla del precipicio, capitán, Luis Izaguirre.

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Julio 8 de 1863.--Miguel Uraga, capitán de caballería. Lic. José María Ballesteros. Coronel y gefe en la brigada de Oaxaca, José María Ballesteros, Comandante de batallen de Oaxaca, Joaquin Ballesteros, Refugio Reyes. José Ramírez. l. R. Cardeita. Julio 9 de 1863,-José María Herrera Gadea. Bernabé M. Hoyos. Leonardo Ramírez. Julio 11 de 1863.-Comandante de escuadron, Francisco Villa. Comandante de batallon, Antonio Diez. Capitan. de infantería, Maria de Jesus Delgado Julio 13 de 1863.—Joaquin M Alcalde, diputado al congreso general por los Estados de Guanajuato y de Guerrero. Vicente Riva Palacio nieto del general Vicente Guerrero, defensor en Zaragoza de la independencia nacional. Luis del Castillo. Joaquín Jimenez. Justo Gonzalez. Pioquinta Rocha. Domingo Arce. Julio 14 de 1863.—R, Villanueva. *Por segunda vez pasa á este lugar sagrado el que suscribe, habiendo sido la primera con el Presidente de la República, á quien pidió por escrito con otros ciudadanos, quedara libre esta ciudad de toda especie de- contribuciones, recompensa merecida al lugar, cuna dé nuestra independencia, Ignacio de Jáuregui, magistrado de la Suprema Corte de Justicia de la nacion.* A. Trigos. Dolores Hidalgo, Julio 23 de 1863.—Florentino Mercado, hijo. Julio M. Herrera. Julio 23 de 1863.-Anacleto Herrera y Cairo. * acaba de morir en la demanda, combatiendo a los traidores, su amigo, J. 0lmeda* Francisco Hernández. Julio 24 de 1863.—Los que suscribimos amantes de nuestra independencia, hemos visitado este lugar con respeto y alegría, José María Lojero. Victoriano Sanchez. Paz Olmedo. Ana Jáuregui de Diaz. Manuela Camacho. Ana María Olmedo. Josefina Jáuregui Pomposa Lama de Olmedo. Carolina Olmedo. María de los Angeles de Olmedo. Al héroe de Dolores, al primer caudillo de la independencia nacional, M. Olmedo, José Olmedo. El capitán, JorgeGranados y el de igual clase, Ismael Romero, consagran este homenaje dé gratitud al héroe de la patria y tambien un sentimiento de tristeza por la situacion de, la patria. Dolores Hidalgo, Julio 24 de 1863.—Ismael M. Romero, Jorge Granados. Un recuerdo y una lágrima á la más ilustre de las víctimas de nuestra independencia, Juan Loreto. Al primer héroe de nuestra cara independencia, y al más ilustre de los redentores de la América, este recuerdo de viva gratitud en los momentos en que los franceses intentan arrebatarnos la inestimable joya que nos legó, Juan Gonzalez. Un recuerdo y una lágrima al héroe cuyo nombre en México no podrá igualar. Manuel Varnechea. Mariano Ponce de Leon. Con la más viva emocion de gratitud y sentimiento en memoria de la ilustre víctima de esta heróica ciudad, un hijo de los inmortales insurgentes, general Antonio Tapia. Julio 29 de 1863.—Mi sincera gratitud al hombre que me dió patria y una. promesa de dar mi vida en defensa de la independencia que proclamó tan esclarecido caudillo, teniente coronel Bernardo G. Angulo. Como un tributo de.respeto y veneracion al primer héroe de la independencia, suscribo este, Manuel J.Tapia, subteniente. A pesar de mi juventud, por el héroe de Dolores conservo. i gratitud, José E. Tapia. Muy grata memoria y reconocimiento por el hombre que nos dió independencia y libertad, Felipe A. Sosaya. M. G. Pueblito *Al pisar los umbrales que respiran libertad, de la casa del venerable sacerdote, compañero mio en el ministerio, conmovido mi corazon y entusiasmadas todas mis potencias; lleno de tristeza y de dolor por su falta personal en nuestras circuntancias aflictivas; sin embargo, lleno de gusto y satisfaccion de conocer y respirar en este suelo venturoso en que vivió y gozó, en compañia de todas las personas y recomendables militares, me

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honro en servir como capellan del ejército de Oriente, firmando como lo pide el superior gobierno, presbítero, Ignacio Perez. Comandante, José María Montaño. Teniente de caballería, Crescencio Garduño. Capitan de caballería, Valentía Coronado. Capitan, Luis Gonzalez. Capitan de caballería, Juan N. Segundo. *Te respeto casa humilde, fiel Simiente de libertad, un Hidalgo, inmortal guerrero, Maldice desde su tumba Al traidor, al extranejro.* Capitan Miguel B. Zepeda. Comandante, José Marta Montaño. Agosto 5 de 1863.—Juramos defender á costa de nuestra vida la cara independencia de nuestra querida patria amagada tantas veces por las ambiciosas naciones extranjeras, capitan, G. Reman. Comandante de batallon, Leocadio Palomino. Agosto 12 de 1863.—Los que suscribimos protestamos defender hasta morir la independencia y soberanía de la patria contra toda agresion extranjera, siempre bajo instituciones libres y en prueba y testimonio perpétuo de lo espuesto firmamos en esta ciudad, Lic. Felipe Mendez. Juan Vargas. Los que suscribimos protestamos defender hasta morir, la independencia y soberanía de la patria, contra toda agresion extranjera, y siempre bajo las instituciones libres, y en prueba y testimonio firmamos en esta ciudad, á, las diez de la mañana, José Antonio Rangel, Juan Cervantes. Venerando Hidalgo. Hoy que peligra la independencia que nos legaste, juran ante tus sagradas cenizas los oficiales del batallon Zapadores, defenderla y conservarla pura, ó en. la demanda perecer, Jesus D. Salor. Miguel R. Repper. Miguel G. y Baro. Víctor M. Ramet. José Córdova. E, Edmundo Casal. Nicasio Espinosa. Comandante de batallon, Apolonio Duval. Capitan, Andrés Cortazar. Subteniente, Oírlos Gómez. Coronel de infantería, Juan, P. Kampfner. Coronel de infantería, J. R. Leen. Lic. Manuel de la Pefía y Ramirez, diutado al congreso por el Estado de México. Comandante de infantería, Corchado. J. de la Pena. Guillermo García.. El que suscribe amante de su patria y de su independencia, consagra este recuerdo al inmortal Hidalgo, capitan del ejército de Oriente, Pilar Segura. Como hijo de un insurgente, capitan, Félix Avilez, que murió prestando sus servicios para hacer la independencia de nuestra patria. Septiembre 11 de 1863—Fermin Magaña, coronel de caballería. Teniente coronel, Guillermo S. de Anda. Septiembre 13 de 1863.—Manuel Longinos Avilez. Manuel Ignacio Avilez. A los tres Dilos de haber tenido el honor de Visitar la casa de nuestro primer héroe de la independencia, hoy por segunda vez he tenido la dicha de poder volver á hacerlo, firmo y juro primero morir que reconocer al imperio en la república mexicana y jamás abandonar mi bandera mexicana y para recuerdo, firmo, Bernardo M. Salazar. * Hoy que he tenido el honor de visitar la casa de nuestro primer héroe de la independencia, juro desconocer el imperio y en compeañia de mi esposo, hacer las travesías que fueren necesarias para reunirnos con nuestro ejército mexicano y para que conste firmo, Angela Tovar de Salazar. Coronel de infantería, José Martinez Lejarza. María Edwiges Monterrubio. Rosario Navas. L. M. Ceballos. Miguel Mejía. Septiembre 14 de 1863.-José M. López, á los 53 anos de haberse dado en esta ciudad el glorioso grito de independencia de la América Septentrional, ha tenido placer de visitar la morada del inmortal Hidalgo. Septiembre 16 de 1863.--**Vengo desde el Sur de la capital de la República á recibir órdenes del Supremo gobierno nacional para continuar la campaña contra el invasor extranjero y en este dia solemnemente juró no dejar las armas hasta que el ejército francés evacúe el territorio nacional; juramento que hago con gusto como coronel del ejército permamento y gobernador del tercer Distrito del Estado de México. F. Gerardo Gómez. Traicionó y sirvió al llamado imperio. Gregorio Perez Jardon." Con debida veneracion y sumision visito hoy, que hace cincuenta y tres años por tercera vez el hogar doméstico del venerable héroe de Dolores, despues de haber concurrido al sitio de Puebla,

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en defensa contra los franceses y haber dejado el mando de la primera brigada del ejército de operaciones y juro ante este sagrado lugar el sacrificio de mi vida por sostener los principios que me legaron los gigantes de 1810, El coronel, Jesús Díaz: de Leon.* Como ayudante del C. coronel Francisco G. Goinez, gobernador del tercer Distrito de México, juro sostener la independencia de mi patria con las armas en la mano hasta derramar la última gota de mi sangre, Jesus Velazquez. Por primera vez tengo el gran placer de conocer la heróica Ciudad donde se dio el glorioso grito de independencia por el Venerable anciano Miguel Hidalgo y Costilla el 15 de Septiembre de 1810 (hoy hace cincuenta y tres años) y como jóven ciudadano que soy, juro ante la humilde morada del héroe de mi patria no dejar las armas hasta que el infame ejército francés evacúe el territorio nacional y quede afianzada la paz en la Repliblica, para siempre. Estos son los propósitos do un patriota capitan do infantería que inscribe su nombre aquí: Gabriel N. Giles, En memoria del benemérito cura D. Miguel Hidalgo y Costilla, primer caudillo de la independencia, Pedro García. *Habiendo tenido el honor de conocer al grande hombre ciudadano Pedro García que tomó parte para hacer la independencia en nuestra patria en compañía del señor cura Hidalgo, y habiendo tenido el gusto de batirme con el ejército francés en Puebla, firmo para que sea un recuerdo y ejemplo á nuestros hermanos. Honor y gloria á los héroes que han defendido nuestra independencia. Bernardo Salazar.* Como un triste recuerdo de respeto y veneracion al primer héroe de la independencia, suscribe el capitan de caballería del benemérito ejército de Oriente, Francisco Fernandez. Los jefes y oficiales del 2º batallon de Toluca que han tenido el honor de visitar el domicilio del grande héroe de la patria, del modesto liberal, del inmortal Hidalgo, juramos por nosotros y á nombre de los soldados que mandamos, derramar hasta la última gota de nuestra sangre en defensa de la Independencia que con tanto valor nos legó hoy hace cincuenta y tres anos. Teniente coronel, Antonio Castañeda. C. G. D. D., Ramon Rayen. Capitan, Pomposo, Garcés. Capitan, Jesus A. Barbosa. Teniente, Ramon Listos Alvarez. Subteniente, Margarita Perla. Teniente, Ingacio Voldi. En memoria y testimonio de respeto al primer héroe de México. PORFIRIO DIAZ. Luis Alvarez. Diego de Candela°. Cárlos Terán. Melchor Alvarez. Francisco Rosas. J. Vicente Villacia. Fernando Dávila. Epifanio Cacha. Florentino S. Hidalgo, Miguel E. Adorno. Cayetano Morales Puente. José A. Amat. Miguel Valenzuela. Manuel Borja. El primer batallon de. Toluca en. memoria y testimonio de respeto al primer héroe de México, su gefe y oficiales se comprometen á derramar su sangre en defensa de la independencia. J. Hernandez, coronel del cuerpo. Andrés Moreno. Francisco Castro. C. teniente, Jocó Cárdenas. C. teniente, Juan Montes de Oca, C. subteniente, j'acebo Mlirquez. Lareto Bueno. José Rivero. O. subteniente, Cástulo Hernandez. Donnan Estrada. Juan Rodriguez. El coronel que suscribe, protesta solemnemente defender hasta morir, la independencia y soberanía de la patria, Félix Bernal. El teniente coronel que suscribe, jura solemnemente defender la independencia y libertad hasta conseguir la victoria ó derramar hasta la última, gota de sangre, Luis Santa María Cruzado. *Cumplir su juramento y murió en defensa de su patrio suelo en las lomas de Acámbaro. Gregorio Perez Jordan.* El jefe de la brigada y su estado mayor con profundo respeto hacen memoria del abnegado padre de la patria, seno/. Cura D. Miguel Hidalgo y Costilla que con heróico valor se sacrificó enseñándanos ejemplarmente á defender nuestro suelo, Fernando Dávila, Antonio Duen. Miguel E. Adorno. El C. coronel que suscribe, cumple con el deber más sagrado de los mexicanos, al visitar con respeto la cuna del hombre ilustre conocida por las naciones, J. M. Padrés. *Murió como mexicano en Morelia el 18 de Diciembre de 1863. Gregorio Perez Jardon.* Ramon Gomez y Villavicencio, mayor de órdenes de la brigada Castaño .en testimonio de respeto al héroe invicto que lo habitó, se honra de visitar su. alojamiento y punto que es la cuna de la independencia y libertad. Septiembre 19 de 1863.-El C. general Aureliano Rivera, su estado mayor y personas que lo acomparian, llenos de profundo respeto por la memoria del héroe de nuestra independencia, llenos de entusiasmo por el recuerdo de sus hechos gloriosos, firman este registro á su tránsito por la ciudad heróica, deseando imitar las virtudes y el ejemplo del hombre-santo que selló con su sangre veneranda la libertad de la patria, Aureliano _Rivera. Coronel y diputado al congreso general, Juan Viniegra, Coronel, Vicente Cruz. Luiz B. Guerrero, 'comandante de escuadron. Teniente, Agustin Viniegra. Comandante de escuadron, Jeaquin Malvaez, Teniente de caballería, Sebastian Guerrero.

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Capitan, José María Villegas. El capitan de caballería graduado á comandante, Macario Bejarano. Capitan, J. Hernandez. Capitan, José Bernardo Medina. Serapio Aguado, teniente del primer ligero de Guanajuato. *Insurgente desde el 23 de Diciembre de 1811, general, Rómulo del Valle.* General, Antonio Alvarez. Capitan del 2°. cuerpo de caballería de Oriente, José S. Prado. Capitan de caballería del 2 o. cuerpo de Oriente, Lorenzo Contreras. Teniente de baballería, Pedro Mejía. Capitan de caballería, Justo Trejo. Tenienie de caba• hería, Epifanio Trejo. Capitan del 2cl cuerpo de caballería, ejército de Oriente, Marcelino Mendoza. Ayudante de caballería, Andrés Basurto. C. José Gonzalez, 20- ayudante del cuerpo de Toluca.

Octubre 16 de 1863-Ciudadano Joaquín B. Ballesteros, segundo ayudante de caballería. ¡Hidalgo! ¡Hidalgo! tu nombre venerado II Es por el Sér Eterno respetado. Manuel García. Alférez de caballería, José María Lara. Mariano Viceña. José L. Pichardo. D. José Jayle. José M. Sanchez. Comandante de batallon, José Garalita. Trinidad Campos. En mi transito por la ciudad heróica, he recordado con indecible júbilo al hombre grande é inmortal Hidalgo, Rafael Trejo. Comandante de escuadren, Espiridion Trejo Manuel Toro, teniente coronel, mayor de órdenes de la 1 brigada de la 1 division del ejército de operaciones. Octubre 17 de 1863.-Encargado de la seccion médica de la primera division de caballería del ejército de operaciones, Joaquín R. Belenes. Segundo ayudante del cuerpo de carabineros á caballo, Jesus Gonzalez. Teniente del mismo, Manuel Calderon. Teniente de la segunda compaflía del cuerpo permanente carabineros á caballo, Cresenciano López. I. Alférez del mismo cuerpo, Vicente Mendaz. Alférez de la 1 compañía del mismo cuerpo, Alférez de la 3 compañía del mismo cuerpo, Pablo Ayala. En recuerdo del venerable héroe de la libertad; Ladislao Ordorica, Alférez del 2 P cuerpo del ejército de Oriente, Manuel Joaquin Trajo Aguirre, General de Brigada, Francisco O. de Zarate. ,Ignacio O.de Zárate, ensayador y apartador de metales. Capitan del escuadron Lanceros, José M. Mendes. Rafaela Trejo y Aguirre. Maclovia Trejo y Aguirre. Pedro Aguirre y Romero. Manuel Trejo. Manuel Gomez T. Angela R Aguirre. Mariana T. de Aguirre Felicitas. Aguirre. Antonio Castro. Vicenta Hernandez. Altagracia Ramirez de tQué te puedo decir si nada valgo Por que he nacido en una humilde cuna. Pero todas las almas de una en una:ligue eternicen tu nombre ¡grande Hidalgo! Ignacio Águirre de la Barrera.* Por mi mujer Cármen, y mis hijas ausentes: Luz, María, Bárbara, Librada, Loreto, Eugenia y María Aguirre, Ricardo Aguirre. María del Cármen Aguirre. S. Gómez Aguirre. Joaquín A. de Trejo. José María Trejo, por la independencia. Geláno Perez Aguirre. El mas humilde de sus hijos en prueba de gratitud á su memoria, Joaquín Trejo Aguirre. Luis G. Trejo. Mariano Trejo. Jesus Trejo. Alférez del 2 9 cuerpó de caballería dé Oriente, Agustín. Perez. Ala memoria de Hidalgo, Jacinto, Ruiz de Contreras. Teniente de la 21o compañía de caballería, P. Cortés. Viva por siempre el la memoria del libertador de la patria! Pedro Perez. Alférez del primer cuerpo de Toluca de la 1a compañía, Juan López. Alférez del cuerpo carabineros á caballo dela 41 compañía, Antonio Herrero.. Alférez, por la del primer cuerpo de Toluca, Antonio Iñiguez Antonio. Aguirre y Romero. Sargento 19 del cuerpo Lanceros de Toluca de la 3a compañía. brigada de Oriente, Juan Barajas. Sargento 1 del primer cuerpo Lanceros, 1 brigada de Oriente, Luis G. Vargas. Sargento. 19 del primer cuerpo Lanceros de Toluca 1a brigada de Oriente, Luis G. Tapia, Sargento 2 o del primer cuerpo Lanceros de Toluca, 1 brigada de Oriente, José María Morales, Sargento 1o de la 1a brigada de Orienté, Victoriano Mendoza. Segundo ayudante del cuerpo de carabineros á caballo, Antonio Sanchez. Octubre 20 de 1863.-Coronel del segundo regimiento rifieros, T. V. Jurado. Coronel Ignacio Navarro. Manuel Balbonlú. Capitan del primer regimiento de Tamaulipas, Manuel G. García. Capitan de caballería de Tamaulipas, Joaquín Contreras. Capitan de caballería de Tamaulipas, Trinidad Castillo. Capitan del primer batallon de Durango, Juan Rodriguez. Teniente coronel del primer cuerpo de caballería de Tamaulipas, Tomás Gomez. Alférez de la 11a compañía del primer cuerpo de caballería de Tamaulipas,. Teodoro Tuyler.

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Octubre 21 de 1863.-inmortal Hidalgo, con respeto en tu morada elevó á .ti mi voz, que desciendas de la mansion eterna y levantes la loza da la tumba fria y silenciosa; y ven en. auxilio de los valientes hijos de tu antigua patria que defienden la libertad que con tu sangre les legaste. Capitan de caballería del primer regimiento de Tamaulipas ,Cecilio Flores. Grato, muy grato me es visitar este lugar digno de eterna memoria. Teniente del cuerpo artilleria de Era. vo de lea caballerías de Tamaulipas1 Antonio Fernandez Garza, del primer regimiento de Tamaulipas: tengo el honor de firmar en la casa del inmortal Hidalgo, Francisca SaIdierna, -Y a ti te llora Mi patria doliente Genio hermoso que al cielo volaste.Dime dime, por qué nos dejates. En tan barbara angustia y penar. Alférez del primer regimiento do las caballerías de Tamaulipas, José Paz García. Teniente segundo ayudante de caballería de Tamaulipas, Bernardino Montero, Teniente ayudante de la mayoría, de Órdenes doI regimiento de caballería de Tamaulipas, J. Silva Velazquez. Capitan de caballería del primer cuerpo de riflros del Bravo de Tamaulipas, Nicanor Zárate Gonzalez. Capitan de se-gundo regimiento de Tamaulipas, Justo Acuñas. Alférez de caballeria del segundo regimiento de Tamaulipas, CiprianoSoria Alferez de caballería del segundo regimiento de Tamaulipas, Francisco Suares. Capitan pagador del segundo regimiento de Tamaulipas, Ricardo Sánchez. Teniente de la 3a compañia del segundo regimiento de Tamaulipas, Julio G. Garza, El Ciudadano general de brigada en jefe do la caballería do Tamaulipas, con el mas profundo respeto dedica un recuerdo al héroe dela Independencia M.Capistran Los ciudadanos jefes y oficiales de la brigada de caballería de Tamaulipas, dedican un recuerdo con el Más profundo respeto al héroe de nuestra independencia, jefe del Detal del segundo regimiento, Ancension Gomez., Luis Quintero. Estévan Castañeda Teniente ayudante de la mayoría de las óirdenes, Francisco Cieneros.José María Silva. Capitan deI segundo regimiento, Braulio Vargas. Alférez, Rafael Rios. Alférez dcl segundo rogimiento, Margarito Sánchez. Alférez Mateo Hernandez. Teniente coronel, Salvador F Cavada. Coronel de escuadron, Espiridion Benavides.

SEGUNDA ÉPOCA. 1865 y 1866.

El día 16 de Setiembre en que S. M. el Emperador Maximiliano vino á visitar la casa del cura D. Miguel Hidalgo y Costilla, para honrar la memoria del primer caudillo de nuestra independencia, é inscribir su nombre en este Album, destinado a consignar los nombres y firmas de los parriotas que vienen á visitar la habitacion de aquel héroe; dispuso se empastara decentemente este libro á expensas suyas. Lo que se ha ejecutado en cumplimiento de esta soberana disposicion. El secretario de Gabinete de S. M., Angel Iglesias-Enero 1 de 1865. Enero 6 de 1865.-Hidalgo concibió el pensamiento de independencia, pero estaba reservada á Iturbide la gloria de realizarla, Lic. M. Caballero de Acuña. *La corona de la libertad ciñe la frente del inmortal Hidalgo, él no hubiera sido traidor á su patria, Federico Jáuregui y Manly* Figarold. D. Comdilles. A. Grienes Ekume, soldat 2o zouaves.A. Candié 1er. Sargent 2º zouaves.

Enero 15 de 1865.-Por segunda vez tuve el placer da volverá visitar la honorable habitacion del benemérito y grande Hidalgo, J. Hernandez y M.

Enero 22 de 1865.—¡Grande Hidalgo, 'héroe invicto de la patria mia, yo bendigo tu memoria! Eulalio Porras. Ramon Amparán. Enero 23 de 1865.—Un pasajero afecto á su patria, aunque de tránsito, tiene la gloria de visitar esta morada y suscribirse por el padre de nuestra independencia, Toribio Aguilar.

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Febrero 7 de 1865.—A la memoria del más grande hombre de México, Lorenzo Castro, capitan del ejército confederado. A la memoria del más grande hombre de México, Norberto Sierra. Una señora que siempre reza por el ilustre Hidalgo, Cenovia Ramirez. Febrero 23 de 1865. —En honor del invicto caudillo de la independencia, dedicamos mis hermanas y yo el presente recuerdo, por Guadalupe é Ignacia, Santacruz Valdés. Teodoro P. Santacruz. Un recuerdo de gratitud al héroe de la independencia, Máximo Ledesma. G. A. Linel. Juan N. López. Por el que nos dio patria y libertad, Julio Dominguez. Juan J. Biyaul, mayor en el ejército confederado. Warren Juylor. David L. Wilson. Un recuerdo á mi patria, José M. Villanueva. Marzo 29 de 1865. —Hoy que tengo el honor de visitar la antigua Casa, de dónde retumbó la voz de nuestro ilustre ilustre Hidalgo, que nos hizo independientes á todos sus hijos, y como uno de estos inmortalizo su nombre con mi voto de adhesion y mi grito de ¡viva Hidalgo! ¡viva la independencia! Ignacio Espinoza. José M. Espinoza, hijos nativos de San•Diego del Bizcocho. Felipe Montes y Cortés, en cumplimiento de su deber como ciudadano mexicano, se inscribe por honrar la memoria del venerable anciano. Eduardo Máncillas, en cumplimiento de lo ordenado, pone su nombre en honor del venerable anciano. Ciñó por siempre, el lauro de la gloria Dando fama á su nombre y á la historia. Filomeno Méndez. Por el que nos dio patria y libertad, Pedro Carbajal. Inteligible será el nombre del cura D. Miguel Hidalgo para la historia universal, A. Puenz Rej. Carlos J. Furber. A. Cummiay. Marzo 19 de 1865.—En la tumba pavorosa bajo una loza sembria; ¡oh padre tierno y amoroso! aquí tu ceniza fria y mi recuerdo reposa, Catarino Robles. M. Briones. Marzo 21 de 1865.—Ney d'Elchinge, capitaine au ler chasseurs d'Afrique. De Goltatein, lieutenant frangais. De Nontaís. !'erguese, lieutenant au ler de zouaves. C. Ayries, Lieutenanf au 95 de ligne. Marzo 22 de 1865.—José M. Romero. Oiría Robles de Briones. Marzo 29 de 1865.—Al ilustre caudillo Hidalgo, Feliciano Olvera.

Salve Hidalgo, patriota valiente, Raro ejemplo de la heroicidad,

Tu memoria por siempre indeleble En los indios, sin duda será.

Abril 6 de 1865.-Bárbaro Olguin. Abril 14 de 1865.—Pioquinto Salas. Félix Gasea. Loor eterno al inmortal Hidalgo, José A. Gonzalez. Abril 28 de 1865,-Valiente héroe que por darme patria derramaste tu sangre. Yo te saludo, J. M. Aguirre. Héroe inmortal yo te venero como mí libertador. Rafael Orozco. En gratitud del mas grande hombre que ha habido en nuestro país; viva eternamente Hidalgo. Emeterio Cásares. Abril 29 de 1865.-Leandro R. de la Escalera. Antonio Zamora, María osque de Abajador Asencion Bosque. ¡Grande fué tu nombre! Eterna tu memoria. José P. Durán.

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Abril 30 de 1865. *Honor y gloria inmortal al héroe que supo poner la primera piedra del grande edificio de la Independencia Nacional, el nieto de los señores.D. Miguel Dominguez, corregidor de Querétaro, y su esposa doña María Josefa Ortiz, que en union de Hidalgo, contribuyeron poderosamente á la Independencia Juan Iglesias Dominguez.* Eusebio Jimenez. Casiano Villegas: Maus Phidipp, Miguel Parra, Julio Vargas. A. J. Boniel, Gaspar Malir. Fiacher, capitain á la legion Francaise. Massonapierre, sarjent á la legion etranger. Jacquind, sarjent ua L. Etranjer. Etanrat Cocher, fournier au regiment Etranger. Emilio Goldschaunids, Damas soldat au zouaves 2 Mayo de 1865 Mayo 5 de 1865.-El C. Pedro Cortés visité con su hija doña Gertrudis Cortés, con la mayor efusion de su corazon esta mansion. El C. Pedro Cortés. El comandante de escuadran de caballería, visitó con su hija Sóstenes Garza, con la mayor gloria esta habitacion. Julian de la Garza. El glorioso recuerdo de la Independencia, la memoria sagrada de su fundador, estarán guardados en mi corazon toda la vida. Mayo 10 de 1865. José Rubio. Siempre conservaré en mi corazon recuerdo grato del héroe de Dolores, G. Deplanche. Salvatór Baldani. William Goahison. Miércoles 16 de 1865.-Estuvo en esta habitacion Mariano Ceballos y Alcocer. Siempre te conservaré en mi corazon héroe de mi patria: ya no existes pero todavía laten los corazones de los mexicauos que te defenderán hasta morir. Mariano Ceballos y Alcocer. Un humilde suizo conmovido con (al recuerdo de los hechos grandiosos que esta casa presenció, pone su nombre considerando coma héroe al que habitó esta casa, Alx, Bernardi y Celio. Como hijo nato de esta heróica ciudad, juro defender la Independencia que nos legaron los grandes génios sacrificados por nuestra emancipacion y por el retroceso. Nicolás Arvizu. Mayo 25 de 1865.-Viva el inmortal Hidalgo, porque debe vi' vir todo aquel que consuma hechos grandiosos como lo fué el de nuestra Independencia. Yo te tributo rendido este homenaje de gratitud. Sóstenes de la Paz. Mayo 26 de 1865. —Honor y gloria al héroe ilustre que nos citó libertad é independencia. Hilarion García. Hermenejildo Aguirre. J. Delanoe. Guadalupe Pérez. Mayo 30 de 1865.—Melchor Valle. Francisco Alonso. Fabian Mayens. Manuel Mercado. Junio 6 de 1865.—Sotero R. Mena. Félix Bernal. Junio 13 de 1865.—Francisco Acosta. Asna Rosas. Junio 15 1865.—Ilustre é inmortal Hidalgo: Desde la mansion de gloria donde habitas, ruégale al Padre de la Luz jamás perezca la obra que en este suelo hiciste, porque México sea siempre gran., de feliz e independiente. El director de los juzgados de la C. de Hidalgo: José de la Luz García. Uno-de los hijos de esta ciudad, con el más grande y humilde respeto, escribe su nombre. José de la Luz Frias. Rafael Riva. Manuel María Abasolo. Luis G. Gutiérrez. Manuel V. y Balderas. Enrique Gonzalez. J. Maldonado. Norberto Dominguez. Julio 19 de 1865. —El capitan de infantería, Nicolás M. García Canuto Campos. Tomás Marqués. Candelario Estrada. El oficial de escuadrón de lrapuato, Modesto Venegas. Manuel Mascarenas. El teniente del escuadren de Irapuato, Camilo M. Rocha. Juan Boss. Ismael Maldonado. Octaviano Galindo. Teniente coronel de caballería, Eduardo Subi•Russ. Alférez, Ignacio Ornelas. El capitan 1 ° del escuadran de Irapuato, José María Rosales, Alférez de caballería del escuadran de Irapuato, Lúcas Cásares. Los sargentos del escuadron de Irapuato, llanos de profundo respeto por la

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memoria del héroe de nuestra independencia, llenos de entusiasmo por el recuerdo de sus hechos gloriosos, firman este registro á su tránsito por la ciudad horóica, deseando imitar las virtudes y el ejemplo del hombre santo que selló con su sangre venerada la lIbertad de su patria. Julio 20 de 1861, Francisco Estrada. Miguel. Gaitau. A. Genaro Gonzalez. Márcos Aranda. Martin Aviléz. Abraham Ramirez. N. Rios. Miguel Rios. El secretario del comandante de la columna de Guanajuato, ex-capitan de la primera companía del 4o . Ligero de Guanajuato, lleno de los más nobles sentimientos por el ilustre y humilde caudillo de nuestra independencia, visitó esta casa el 20 de Julio de 1865, víspera de su macha. Guadalupe Madrid de la Rocha. Un recuerdo á tu memoria te dedica un hijo de Dolores, Diego Rico. La más humilde de tus hijas á la memoria tuya, Cecilia Larrea de Rico. Malaquías Alberde. Agosto 2 de 1865. —Visité este respetable lugar. Teniente de caballería permanente, Antonio Carricarte y Vega. Juan Bustrago. Visitó, esta casa en companía de su familia y se inscribió como un recuerdo al héroe de la independencia, José M. Causen. Josefa G. de los Rios. El comandante de batallan, Joaquin Silva. El comandante de batallon, Abundio Suarez. El coronel de infantería, Manuel B. Alegu. Joaquin Marroqui. Agosto 8 de 1865.—Visité esta casa y me suscribí en recuerdo del héroe de la Patria. José M. Vargas. Agosto 9 de 1865.—El subteniente, Blas C. Rodríguez. Un recuerdo al héroe de la independencia. Nazaria Sanchez. A la memoria del ilustre héroe de la independencia. Juana Giren. Agosto 11 de 1865.—Eduardo Munoz. Visitó esta casa en compañia de su familia y se inscribió, como un recuerdo al héroe de la independencia. Magdaleno Barajas. Alonso Ridey. AL INMORTAL HIDALGO. Gloria al que á la patria mia Libertó con su existencia. Y á su voz de independencia Derrocólatiranía! Abraham Padilla. Agosto 22 /de 1865.-Lic. Francisco Escobedo. Lic. Agustin Moreno. Ilustre Hidalgo, los hijos de Cortazar te saludan como el objeto más querido de su alma. Amador y Manuel Coromina. Agosto 23 de 1865-—Honor y gloria al benemérito párroco D. Miguel Hidalgo y Costilla que nos dió el inestimable bien de independencia. Cirilo Zubieta. Agosto 25 de 1865-—Miguel Rul. Pedro J. Zubieta Francisco Pérez Riva. Agosto 30 de 1865. Loor eterno al primer caudillo de nuestra independencia. J. Madrigal. Gloria eterna á nuestro párroco D. Miguel Hidalgo y 'Costilla, Zacarías Gómez. Soledad Montiel de Gómez. Septiembre 14 de 1865-—*¡Ilustre Hidalgo, si vieras tu obra..... D. German y Vazquez. Qué te puedo decir, ¡oh! el más grande de los héroes, cuando el idioma de los hombres es muy mezquino para manifestar los sentimientos que hácia tí me animan, sino desear que tu nombre sea inmortal? Manuel A. 0lloqui. Hidalgo, tu obra fué grandiosa; pero tus hijos la han destruido, y sin embargo, no por eso dejarás de ser inmortal. Prisciliano Vallejo.

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Septiembre 15 de 1865.-*Hidalgo, nos hiciste el mayor bien que puede dársela á un pueblo, nos diste la libertad y con ella á usiestra madre patria. Porque ¡qué vale el hombre sin patria? es un ave sin nido, un pez sin agua; en fin, es un ser infinitamente des graciado que se encuentra en la desolacion más absoluta; pero si despertaras de la tumba y 'vieras hoy tu obra.. ¡Ohl tú el más ilustre de los héroes, no nos maldigas desde tu mansion celeste. Que tu nombre se eternice. Francisco Giron. Septiembre 17 de 1865*•—Qué gloria he tenido al visitar la casa de un hombre grande, honrado y valiente. V brillar la libertad entus manos. Gloria á Hidalgo, libertad, libertad digamos. Toribio Rendon. Septiembre 19 de 1865.—Respetad este libro. ¡Honor á Hidalgo! Rafael Garza Cortina. Septiembre 26 de 1865. —0. Alvarez. Esta respetable casa la visitó Manuel Ortiz, Visité esta respetable casa, Ramon Saenz de Mendiola. Adrian D'Olcas Berros. Septiembre 30 de 1865.—Honor y gloria al que nos legó patria y libertad. Mauro Ramírez. Juan M. Gómez. Con el más profundo respeto, veneracion y reconocimiento, un hijo de Salvatierra dedicas un recuerdo al que nos dió patria y libertad. Severo Sierra. Un Atlixquense, Mariano Pliego. Octubre 16 de 1865.—Hidalgo, te saluda con respeto un mexicano, J. Y. Llanos. Hidalgo, te saludarnos, J. y Garza García. Lino Villareal. A. Diaz. Y. Zambrano. Carlos Ayala. Rafael Barrera. Al verdadero padre del pueblo, un recuerdo de respeto, uno de sus más grandes admiradores, Antonio Quintero. Hidalgo, un mexicano te saluda con respeto, Donaciano Manriquez. Hidalgo, te saluda con respeto un mexicano, Albino Carrillo. Hidalgo, te saluda con respeto un mexicano, José M. Carrillo. Octubre 25 de 1865.—Visitamos esta casa: Manuel López. Francisco Chamessin. Manuel Aguilar. Leopoldo Martinez. Juan Llenas. T. Romera,. Honor y gloria al héroe qué gritó la independencia, D. Miguel Hidalgo y Costilla, Atenógenes Reyes. Noviembre 19 de 1865.—¡Gloria al héroe que sin extraño auxilio supo iniciar la independencia de México y consumarla con su sangre! Rito Zepeda. Noviembre 3 de 1865.-¡Loor eterno al amoroso padre de la-patrial por Ana P. Rocha, R. Z. Concepcion, M. de Villagrana. Guadalupe Villagrana. Clara Villagrana, Noviembre 6 de 1865.—Victoriano Alvarez. Saludo con respeto la habitacion del primer caudillo de la independencia Arcadio Alvarez. Noviembre 9 de 1865.Saludo con respeto la habitacion del primer caudillo de la independencia, Miguel Quijano. Honor y gloria al Sr. cura Hidalgo y Costilla. **Tengo el honor de inscribirme en este libro, admirando y respetando la memoria del inmortal Hidalgo. El español, Manuel de Santa María. Noviembre 20 de 1865.—¡Viva la memoria de Hidalgo! Francisco O. Fuentes. José Hermosillo, estudiante de Medicina. Salvador Gil. Nicanor Gil ¡Honor y gloria á Hidalgo! al primer hombre del Nuevo Mundo. Agustin Farias. José Delgado. Domingo Sánchez• Jesus Gonzalez Vazquez. Manuel Ordoñez. Diciembre 3 de 1865.—Eduardo Zambranó. Un tributo de gratitud al héroe de la independencia, P. Madero. Francisco Madero, Conrado Roth. P. de. Imán, Adrian Pumarejo.

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Diciembre 5 de 1865.—He pasado á esta habitacion donde se haeen los recuerdos mas grandes de todo país libre, Angel Lozano.He tenido el gran placer de visitar la habitacion del inmortal héroe de México. Reyes Montes.

A Hidalgo agradecido, Un tierno corazón y adolorido.

Diciembre 12 1865Francisco A. Solano. Diciembre 12 de 1865.—A ti, grande Hidalgo, te consagro un recuerdo. J. Genaro Chaves. =*Hidalgo, yo adoro y respeto tu voluntad, si,la comprendo bien: es que los mexicanos se gobiernen por sí mismos, y nunca se sometan á ningun extranjero. Yo humilde hijo tuyo, haré lo que pueda por cumplir mi deber de mexicano: por eso hoy que me toca la suerte, escribo en este libro mi nombre. Camino lejos del lugar que me vió nacer, desterrado por haber obrado como mi corazon me lo dictó el 16 de Setiembre de 1865. Jesus Escobar Armendaris, de Chihuahua. Diciembre 26 de 1865.—He tenido la gloria de -visitar la habitacion del grande héroe D. Miguel Hidalgo, Mariano Zapata. De Hidalgo el nombre guardará la historia. Como madre de un hijo la memoria. Diciembre 30 de 1865.—Anastasio Porras, Diciembre 30 de 1865.—Recibe ¡Oh Hidalgo! el recuerdo de gratitud de uno de tus hijos, Lic. Mariano Irigoyen, Chihuahua.— Loor eterno á la imperecedera memoria de Hidalgo, que es el deseo de uno ile:tus hijos, Zeferino Villanueva. A la memoria del grande hombre de México. Pedro E.

Débilles. Del grande Hidalgo guardará la historia.

Hasta al fin de los siglos la memoria Diciembre 30 de 1865.—Por el que nos dió patria y libertad. Pedro Aguilar. Enero 1° de 1866.—Hilario Uribe. Timoteo Gonzalez. Enero 2 de 1866.—Santiago López. Luis Damian. Enero 7 de 1866-Honor y gloria á la memoria del grande heroe. Miguel G. Gomez. Rafael Morales. Enero 8 de 1866.—Del grande Hidalgo guardará., la historia hasta el fin de los siglos la memoria. Ignacia Hernandez Angel. Robles. Visité la casa de nuestro libertador mexicano que nos quitó el yugo y nos hizo independientes. José M. Recendes. Enero 10 de 1866. —Visité este lugar y con gratitud recordé una vez mas al caudillo inmortal que proclamó la independencia y virtió su sangre por hacernos libres. ¡Ojalá y no perdamos esta cualidad! El ingeniero, Pedro de Alcocer. Enero 15 de 1866.—Cualquiera que sea el destino de la Nación sus hijos bendecirán eternamente la memoria de su libertador, Victor Mora. Gloria y honor al héroe mexicano D. Miguel Hidalgo y Costilla. Julio Esqueda. Enero 18 de 1866.-El michoacano que suscribe visitó la casa del venerable señor cura D. Miguel Hidalgo y Costilla que nos dió patria y libertad, y por lo mismo respeta su memoria. Julio Borja.

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El que suscribe, michoacano, tuvo el gusto de visitar la casa del gran Padre de la Patria, el venerable señor cura.D. Miguel Hidalgo y Costilla. Tu ejemplo imitaré para defender nuestra independencia que nos legaste á costa de tu sangre. Joaquin Borja. Honor y gloria al Non-plus-ultra héroe de México. Respetabilísimo cura de Dolores D. Miguel Hidalgo y Costilla. Antonio Dracio. —¡Loor eterno al héroe de nuestra independencia, y que la excecracion universal caiga sobre los:traidores que ultrajan su memorial C. Orcillo (de Chihuahua).—Luis Juárez. *Héroe sublime que nos dió Dolores, Desde el cielo maldice á los traidores. Enero 26 de 1866,—R. Miravete.* Febrero de 1866.—Grande Hidalgo: pídele al cielo que nos dé paz, bien sublime, destello de la Divinidad, Jose M. Marin. Dr. José María Aizpuro. Marcelino Cinco hijos del Estado en donde el despotismo derramó tu preciosa sangre visitan hoy tu morada, grande, virtuoso y sublime Hidalgo, padre de nuestra independencia: Eulalio Porras. Pedro Amparáis. Jesus Montes. Zeferino Villanueva. Rafael Benitez. Jesus Jara, Bon Vaude de Smisson, le colonel comandante de la légion Belga Q. Vicart. de Bocarné, de capitaine la legion Belga. J. Nortris, liutenant á la legion Belga, F. de Carpentiér. G. Jarp. A. Sauchin- Adams, liutenant corps Belga. Duvans Foundin. Var Jivel lieutenant corps belgas. Su admirador y el mas agradecido de sus hijos, Lic. Eduardo Vifias. El que mas ha respetado su memoria y la conservará con el respeto á que es acreedor, José H. Muñoz. Febrero 18 de 1866.—Al visitar esta respetable mansion, que•á todo buen mexicano le es imponente, no puedo menos que colocarme en el número de ellos, de los que te bendicen ardientemente, sublimidad Hidalgo Un jaliseience que combatió por la libertad. Concepcion M. y Casillas. José María Olguin. Martin Bello. Jorge Lugo. Lázaro Gonzalez, Antonio Urrutia. Desiderio Mena. Febrero 23 de 1866.—Loor eterno al mas grande de los hombres. tú la libertad proclamaste ¡oh! qué dulce nombre. Leonardo Sayola. Febrero 24 de 1866.—En prueba de admiracion y respeto al grande héroe Hidalgo F. B. Delgado, su esposa, Loreto Baz, Julian Morenos Celso González. Marzo 1o. de 1866.—En este dia á las siete de la mediana entre á la casa del Sr. Benemérito D. Miguel Hidalgo y Costilla, yo, Ignacio de (Mate y mi esposa Maria Camila Falcón, para memoria dejo esta. Ignacio de °fíate. Te consagro un recuerdo, grande Hidalgo. Wenceslao Segovia (nacido en Tampico).--Hidalgo, fuiste grande y nos hiciste libres: como mexicano, recibe un humilde recuerdo que te tributa mi gratitud, Vicente Giron. Luis. G Vázquez. El espitan de infantería permanente que suscribe, tuvo el honor de visitar la casa del venerable cura D. Miguel Hidalgo y Costilla el 6 de Marzo de 1866.—A la memoria del gran héroe mexicano, Unjo Cortés. *A tí genio creador de la independencia, que cual otros salvaste á tus infelices hijos del cautiverio, dedica este ensayo poético el mas insignificante de los particulares que han visitado este edificio venerado.

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SONETO Viviamos en estúpido idiotismo Sometidos al yugo del hispano

Y condenado el pueblo mexicano A la cadena vil del servilismo. Sujetado por torpe fanatismo

Nunca pensó ser libre y soberano, Hasta que un noble y venerable anciano

La barrera rompió ¡Salvó el abismo! Noble Hidalgo,

Batiendo á los traidores Diste á tus hijos venturosa suerte,

El peligro arrostraste y sus horrores. Tu genio emprendedor venciera al fuerte,

Y así digamos como tú en Dolores: ¡¡Independencia, libertad y muerte!!

Marzo 6 de 1866.—Miguel H. Flores. Marzo 10 de 1866.—En prueba de verdadero amor y respeto al grande héroe Hidalgo y Costilla, José Castillo. Visité por segunda vez esta casa, Francisco Gonzalez. R. Charrit. En el mismo dia visité esta casa con el más profundo respeto y admiracion por 'el héroe de nuestra independencia: Antonio Iablonski Comandante de línea y jefe do la policía de San Luis Potosí, Santiago Polla. En el mismo dia visité esta casa con profundo respeto y veneracion, Francisco Colunga. En la misma fecha visitaron esta casa de recuerdos para todo mexicano, los que suscriben: Francisco Escobar y V. En la misma fecha entró á esta 'casa de gratos recuerdos, Aniceto Parra. El teniente del escuadran de Leon, para perpétua memoria del primer héroe de nuestra patria, Apolonio Becerra. Uno de los hijos de esta ciudad escribe su nombre con el más profundo respeto, Francisco Montes. Hidalgo, recibe un recuerdo á tu valor, Godoy de Alcor. Marzo 13 de 1866.—Te visito despues de tantos, que por darnos patria te sacrificaste 'noble anciano, Cristóbal Giran. Compatriotas, un hijo del suelo del Sr. general D. Ignacio Allende, ós suplica no olvideis que supo legarnos libertad y patria, Lino Aranda. Marzo 17 de 1866.—Al celebrarse la visita en este departamento inscribo mi nombre con gusto en este libro. El jefe político, P. Gonzalez Montes. El secretario de visita, oficial mayor de la secretaría de la perfectura política del departamento de Guanajuato, Ramon Herrera. Marzo 25 de 1866.—He tenido la gran satisfaccion y gloria, de visitar la casa-morada del héroe de nuestra independencia, el señor cura D. Miguel Hidalgo y Costilla, Francisco Muñoz Gutierrez. Con gusto pasé al pueblo de Dolores y admiré al gran padre de la patria Hidalgo y Costilla, Antonio Pastor. Abril 1 de 1866.—Pasé por esta poblacion y visité la casa del inmortal señor cura D. Miguel Hidalgo y Costilla. Abril 9 de 1866.—Pasé por este dichoso pueblo y visité la casa del inmortal señor cura D. Miguel Hidalgo y Costilla, Joaquin Franco. Abril 12 de 1866.—José María R. de la Paila. Cárlos María de la Rosa. En el mismo dia tuve el gusto de visitar la casa del inmortal D. Miguel Hidalgo y Costilla, .P. R. de la Peña,

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Abril 14 de 1866.—He tenido el gusto de visitar la casa del primer héroe de la independencia de nuestra patria, D. Miguel Hidalgo y Costilla, Luis D. Condés, Cristóbal Balderrama.

TERCERA ÉPOCA. 1867 y 1868.

Enero 1 de 1867.—Ilustre caudillo de la independencia .de mi pueblo, que tus manos sagradas protejan desde el cielo la obra que sellaste con tu sangre en la tierra. J. Miranda. Zeferino Flores. Antonio R. Esparza. Igual al sol acá. en la tierra brilla El vencedor del pueblo de Castilla. Enero 1 P de 1867. Mauro. V. Esparza. Honor y gloria al inmortal Hidalgo. Pedro Sámano. Pedro Rodriguez. Tú nos enseñaste el camino de la gloria, sigamos pues, tu noble ejemplo, librando á México de todo ambicioso extranjero. El teniente de artillería, Ramon Saavedra. Ramon Sámano. ¡Loor al incito y venerado Hidalgo, Ignacio de la Poza. José María Villaseñor. Enero 2 de 1867.—Honor y gloria al inmortal Hidalgo. Simon Velazquez. El más humilde de tus hijos, Félix García de Dávila, Honor y gloria al héroe de la7patria, Francisco Moreno. Agustin L. Acevedo. Loor y honor al ínclito cura Hidalgo, ¡Viva siempre el pueblo de Dolores! Francisco Morales.Hidalgo, Allende, Aldama y Abasolo Héroes invictos de inmortal memoria, Vuestros nombres repita así la historia Y vuestros ecos lleguen polo á polo. Carlos Sabás Orozco. México, feliz jamás seas, miéntras la union no la haya entre nosotros. ¡Viva el invicto Hidalgo y Abasolo Y muera la traicion de polo á polo! Manuel F. Valdéz. Enero 2 de 1867.—A los héroes de la independencia mexicana humilde tributo del último de sus hijos.

Dejad, hermanos la traicion y el dolor Que nuestros padres libertad nos dieron No olvidemos jamás por qué murieron, Hidalgo, Allende, .Aldama y Abasolo.

J. Costo Bolailos. Enero 2 de 1867.—Honor y gloria al ilustre caudillo de la independencia. Sargento de ingenieros, Ignacio Ramírez. El comandante, José María Luna. Un recuerdo al primer héroe de nuestra libertad.

Feliz mil veces fuera Si imitarte pudiera

Felipe P. de Betancourt. Con respeto y admiracion dedico un recuerdo al invicto héroe de nuestra patria, P. Santacruz.

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Alférez del regimiento de la Emperatriz, Adrian Ortega. joaquin Lobo Guerrero. Juan Aztegui. Rafael Marín. Teófilo Villar. Grato recuerdo al primer héroe de a independencia mexicana. Enero de 1867.—Columbano Leon. Con el respeto que merecen los héroes de nuestra patria, piso esta casa donde di6 el grito de libertad y en memoria del ilustre campeon; firma el comandante de batallen con grado de teniente coronel y de la division Mejía, Quirino Corona. El comandante de escuadren, Eduardo Espejo. Unos mexicanos dispuestos á sacrificarse por su patria, Dimas Marcial, Domingo Gasea. Enero 12 de 1867.—Un recuerdo de gratitud al inmortal Hidalgo, Guadalupe Rocha. José M. Mena.

Fuiste político y eíbio, Fuiste valiente y guerrero: Todo lo fuiste, ¡oh Hidalgo! Tambien fuiste caballeró.

Nicolás Aviene. Enero 12 de 1867.—José M. Ortiz. Ramon Rodriguez. Miguel Torres. Hoy dia de la fecha me presento en la casa del señor D. Miguel Hidalgo, deseando en lo sucesivo se conserve en la memoria la libertad bien entendida, Joaquin E. Ortiz. Honor y gloria al héroe de nuestra' patria. Un alférez, Rafael P. Guzman. P. Carrera. Enero 22 de 1867.—¡Loor eterno,al inmortal Hidalgo, padre de la independencia mexicana! Marcos Amador. ¡Gloria y honor al héroe de nuestra patria! José María Dávila. Al talento, al valor abnegacion y patriotismo, los que suscribimos, llenos de profundo respeto y gratitud, consagramos este recuerdo, Vicente de la Garza y Mireles. Juan Treviño. G. Mireles y Treviño. Y Treviño, El espitan, Rafael Barragan. El alférez; Cayetano Treviño. El teniente, Tiburcio Treviño. Indalecio Vidaurri. El teniente, Francisco Ríos.

Mi patria la contemplo grande Y por grande la persigue la desgracia:

Te quiero, te amo, y por tu independencia. fieles le somos á Hidalgo

Y pelearémos por ella hasta la muerte. Enero 27 de 1867.—Manuel Guerra y Vega; Enero 27 de 1867,—Gerónimo Rodriguez, Isabel Puerto. Felipe Mendoza.

A LA MEMORIA DEL CURA HIDALGO. Con su espléndida luz el sol naciente Venia amaneciendo el memorable dia

Mil ochocientos diez, quince de Setiembre, En su frente radiante se veía.

La roano de eso sér omnipotente Verificó su bondad y su clemencia

Y con voz robusta, fuerte y esplendente A México le das independencia.

Por eso humilde yo, y ante tu lecho Que es sublime y grande en nuestra historia,

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Un recuerdo te consagro en mi memoria Y un altar te levanto aquí en mi pecho.

R. Jurado. El capitan ayudante del general Castillo, Benito Zapata. El capitán ayudante del sector general Vicente R. Prieto. ¡Mexicanos! El día se ha llegado Demostrar la terrible arrogancia Con que Dios á Anahuác ha dotado. Mis hermanos: ¡abajo la Francia! El comandante de batallón, Dagoberto Franco. El teniente coronel, Manuel Alarcón. El teniente coronel Manuel M. Zamora. jesus J. Dominguez. ¡Muera el galo inmundo Santiago Montepin, Manuel F. Prieto. Cárlos Coever. Prisciliano farero. ¡Viva la independencia! Dr. Nicolás de Ealo. Un habanero, Juan N. García. Pedro Rangel. Al visitar la morada del cura Hidalgo, el que suscribe consagra n grato recuerdo de reconocimiento 4 la atrevida y patriótica idea de hacer la independencia de México, y deploró los medios de ejecucion que retardaron once años esa misma independencia que al fin conquistó con su espada el primer jefe del ejército y libertador de Mexico. El comandante general del ejército de operaciones, Manuel E. Arellano. *Antonio Pevedilla. Al recorrer mi país he tocado este punto, y no he vacilado en consagrar estos renglones al ilustre héroe de nuestra independencia, Mariano Z. Reyes. Febrero 8 de 1867.—El C. general Aureliano Rivera y su Estado Mayor, despues de haber combatido desde el año de 61, hasta el 8 de Febrero de 67, por la independencia, en lanuevá é injusta guerra que hay se sostiene siguiendo el noble ejemplo del inmortal cura Hidalgo; como los primeros en pisar el suelo de la heróica ciudad de Hidalgo,dónde cedió el primer grito de libertad, firman este Album llenos de las loas gratas emociones, en memoria de nuestro verdadero héroe. Aureliano Rivera. Teniente coronel, jefe del estado mayor, jesus T. de León. Comandante de escuadron, Fernando Ugarte. Loor eterno áloe buenos mexicanos, que no transijen,ni transi irán con usurpadores y traidores que manchan el honor patrio, Fidencio Villagran, Teniente de escuadron, Manuel Severo Rivera—En memoria del ilustre Hidalgo, y secundando el ejemplo del ciudadano coronel José Barren, compañero inmejorable de este sublime guerrero, su hijo, pagador general de la division. Zaragoza, comandante de batallon, Agustin Barron; le consagra este pequeño recuerdo. José A. Barron. En memoria del inmortal cura Hidalgo, á mi paso por este punto, dejé mi nombre como hijo que dejo las huellas de su padre, comandante de la escolta del C. general Rivera, Crescencio Gonzalez. Los jefes oficiales y tropa, de la 1o brigada de caballería de Coahuila de Zaragoza, despues de tres años de haber combatido con el ejército francés, y franco traidor por la nueva independencia de nuestra cara patria, siguiendo el noble ejemplo que nos legó el inmortal Hidalgo, y como somos los primeros en pisar el suelo de la heróica ciudad de Dolores Hidalgo, en donde se dió el primer grito de libertad é independencia, juramos llenos de los mas gratos recuerdos en memoria de nuestro héroe y libertador del yugo espanol, y nosotros humildes soldados del pueblo, juramos lmitarlos para libertar á nuestros hijos de las cadenas del déspota frauces. El mayor de órdenes de la brigada de Coahuila de Zaragoza, Pablo D. Mejía. Remen Falcon. .Comandante de escuadren, Macedonio Bosque. El capitan Florencio Lara. Jesus del Valle. espitan, Juan Galvan. El teniente, Francisco de P. Cortés. El alférez, Pablo Cervantes. El alférez, Reyes del Valle: El teniente, Néstor Bertanga, Calixto Rocha. Teniente, Telésforo Escamilla. Agapito Correa. El, capitan, Pedro Rodriguez. Teninte, Hermenejildo Jiménez. Febrero 10 de 1867.—Alférez, Estévan Néira. Teniente Francisco Caballero. Alférez, Nicolas Tejada. Hoy que el supremo poder de Dios me ha concedido pisar el suelo donde vió la luz primera nuestra independencia, proclamada por el ilustre é inmortal señor cura Hidalgo, tengo el grande

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placer de firmar el presente en esta ciudad de Dolores. J. Ignacio Gonzalez. Alférez, Ignacio Gonzalez. Sargento 2o !Refugio Corona. Ciapitan Carpio Escobedo Juan J. Flores, Sargento 2 ° ., Justo Herrera. Benigno Aranda. Cabo S Márcos García. Soldado Donaciano Lomas. Soldado. Cande lario Camarillo. Soldado, Tomas Biorru. Soldado. Jesus García. Soldado de 1861, Francisco Flores. Los recuerdos de los héroes, los recuerdos de los libertadores de la patria, son siempre gratos: sigamos su ejemplo y no permitamos que nacion ninguna estrangez rara nos arrebate nuestra nacionalidad. El coronel en jefe de la primera brigada del regimiento de Coahuila de Zaragoza. Victoriano Zepeda. El oficial de Sanidad del ejército republicano, Vicente Chagollan. El que suscribe tributa un recuerdo al héroe de la independencia, teniente coronel de infantería, médico cirujano, gefe de la primera brigada de caballería de la division de vanguardia. Joaquin R. Bolaños. Un hijo de la H. Matamoros que ama á su patria y combate por su independencia. Francisco Longoria y Cantú. Hidalgo, padre, bendice nuestra patria desde tu tumba y ruega á Dios por el triunfo de la República para afianzar nuestra independencia. El ciudadano coronel, jefe de estado mayor del general Trevino, Agustin Un hijo de los Estados Unidos y hermano de los libres mexicanos escribe su nombre con veneracion y respeto á la memoria del inmortal Hidalgo, capitan primerc. Ide artillería y ayudante del C. general Mariano Escobedo. Juan. F. Encking. Febrero 25 de 1867.—Como ciudadano mexicano que ha sido fiel á la bandera que empanó el inmortal Hidalgo, juro serle siempre fiel y no traicionar jamás. Teniente de caballería, Vicente L. de Lara. ¿Qué podrá ser más venerable para nosotros en esta vida, quo tu nombre, grande Hidalgos ¿qué podrá haber que ofusque tu inmortal grandezas nada llegará á, esa preeminencia, pues no hay palabras con que explicar la emocion que siente todo mexicano que pasa del umbral de este santuario, y por último, aquí tienes una de las pruebas más convincentes que pueden honrarte: veo (aunque con sentimiento) entre los que te tributaneIogios, la firma de un vil aventurero que lleva el nombre de Emperaclor...pero ¡grande hom bre! como uno de tus hijos te consagro un humilde recuerdo y juro bajo todos aspectos defender las instituciones á costa del bajo precio de mi sangre. Un capitan del primer regimiento de San Luis Potosí, Sebastian Benavente. Febrero 26 de 1867.—Grande Hidalgo, si me dieran tí, pintar el génio de la libertad recojeria tn retrato, te levantarla una cabalia redonda y un altar, te ofrecerla un cisne puro y despues le daría la libertad en tu nombre. R. Cancelado. Alberto Cancelado. Febrero 28 de 1867.—Dos buenos mexicanos tuvimos la honra de Visitar la mansion del digno y mas ilustre caudillo de la independencia de México, Miguel Hidalgo y Costilla. Subteniente del primer ligero de Coahuila de Zaragoza, Francisco Cabazós. Teniente, Domingo Flores, hijos del Saltillo. Dos buenos hijos de México que han combatido por la libertad de su patria: el comandante del batallon ligero de Coahuila, Jesus Herrera. Capitan pagador del primer batallon ligero de Coahuila, José M. Arizpe y Ramos. A los trece añlos de servicios á mi patria por la independeucia, tuve el honor de presentarme en la casa del ilustre primer héroe de la independencia. Pablo Yañez. Teniente coronel de infantería, ayudante del C. general Trevifío, Francisco M. Ortega. Capitan de caballería del C. general Trevillo, que combate por la independen• cia mexicana, Pedro Gonzalez. Como admirador de lo grande, yo te admiro noble Hidalgo: jóven republicano sigo tus máximas, combato por la independencia, por la libertad y por la autonomía de_ nuestra cara patria. Corrío un recuerdo constante á tu memoria, te consagro estos cortos renglones. Capitan de caballería, ayudante, del C. general Gerónimo Treviño o, Adolfo Valle. Coronel del Batallon Supremos poderes, Pedro Yepez. El capitan de infantería del. Estado de México, J. B. Mancilla. Marzo 1 de 1867.—Honor y gloria al inmortal Hidalgo, un recuerdo á tu memoria. Dionicio Hernandez. Honor y gloria hoy en este día por un subteniente del 4 batallón de la frontera, Marcos Cortés. Tributamos un homenage de veneracion y gratitud al primer héroe de la independencia de nuestra patria, Juan López, Coronel del ejército republicano, R. Reguera. C. Fuero. Luis Ponce.

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Tributo uu homenaje de veneracion al primer héroe de la independencia de mi patria, y juro por mi honor, defenderla hasta perder la última gota de mi sangre. El comandante del 7 batallón de Cazadores de San Luis Potosí, José María Rangel.

La patria es mi madre Me llama á la guerra,

Una vida tengo Y la doy por ella.

El sargento primero del batallen Independencia, Mariano Villasenor. Soy mexicano y pelearé contra los traidores hasta derramar la última gota de mi sangre en honor y gloria del invicto Hidalgo. Sargento segundo del batallon Independencia, Sebastian Gama. La campana que por primera vez emprendo, la dedico ¡oh gran Hidalgo! a tu memoria, y en medio de la lid seré tremendo, si desde el cielo me ves como á. tu historia.. Batallón Independencia, Andrés León. La patria os de mi honor, porque no nos cabe duda, Y si no consigo este intento marcharé á tu sepultura. Dios, Libertad y Reforma. Cruz Raso de Jaramillo. Abril 24 de 1867.—Un recuerdo al héroe de nuestra independencia, deja uno de los defensores que marcha á Querétaro en defensa de su patria. Teodoro Coronel Gutiérrez. Me contemplo afortunado al tener el honor de hacer una visita á la casa-habitacion del benemérito cura. D. Miguál Hidalgo y Costilla. ¡Descanse en paz! Porfirio Zamora. Un recuerdo de aprecio al héroe que despre. ciando su vida supo reconquistar su libertad perdida por sus mayores. Roman Ros. Un hijo del pueblo que marcha á la campaña de Querétaro al lado del general Juan N. Cortina. Fermín G. Badillo. Mucho honra al héroe de la patria al hacerle esta visita en la casa. habitacion del cura Hidalgo y Costilla. Un tamaulipeco. Antonio G. Sisano. Abril 25 de 1867.—Un grato recuerdo al pasar para Querétaro á defender la independencia de México. Alejandro Ontiveros. Brgada Cortina. Los Gofos y Oficiales que suscriben deján aquí sus nombres como mexicanos de corazon y:fieles defensores de la causa de la independencia y libertad.; Marcharán al combate donde quiera que se encuentre el tirano, á los muros de Querétaro, Solo deseamos Pais y Libertad los que firman. Teodosio Zamora, comandante de escua. dron. Rafael de la Garza Flores, capitán. Julian Busones, capitan. Romualdo Echazarreta. Me considero el mas feliz de los mortales con haber llegado á conocer este bello pueblo de Dolores y la magnífica casa del inmortal héroe de nuestra independencia D. Miguel Hidalgo y Costilla Q. E. P. D. Tiburcio Salinas, teniente segundo ayudante. Fernando Avalos, Alférez porta-estandarte del primer cuerpo de Esploradores de la Frontera de Tamaulipas. Encarnación Bujanos, alférez, del primer cuerpo de esploradores de la Frontéra, Al glorioso Hidalgo un recuerdo del alférez, Julián M. y Céspedes. Bonifacio Rios. Luis Gonzalez, teniente. Antonio Garza, teniente. Felipe Mancha, alférez. Darío Canto, alferez. Juan Gonzalez, teniente. Dámoso Zamora, alférez. Hilario García, alferez. Marcelino Sanchez, alférez. Benestiano García, alférez. Jose María Zenea, teniente segundo ayudante. Un mexicano se contempla dichoso al ,conocer la hermosa casa del ínclito héroe de Dolores D. Miguel Hidalgo y Costilla y jura sostener subanderahasta derramar la última gota de su sangre en defensa de la independencia de México. Un humilde soldado de la independencia, Miguel Zertuche, teniente coronel. Ilustre Hidalgo, tú que fuiste el único hijo mexicano que tuvo Anáhuac, destinado á hacer la independencia de nuestra patria, te consagro mi rúbrica en memoria de haber conocido tan feliz pueblo, á donde iniciaste el grito de libertad é independencia, y yo como mexicano firmo sin tener una defeccion en mi carrera militar,

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lleno de gloria y perteneciendo á la brigada Cortina y cuerpo de esploradores del Estado de Tamaulipas, firma, Guadalupe Flores, del puerto de Matamoros. Manuel Menchaca, teniente de caballería ayudante de la persona del C. Juan N. Cortina, de la ciudad de San Antonio Béjar. José María Menchuca, comandante del primer cuerpo de esploradores, de la frontera de Tamaulipas, de la brigada Cortina, hijo de Matamoros. Abril 26 de 1867.—Grande é inmortal Hidalgo, los que suscribimos, hijos de Tamaulipas, te consagr amos nuestro nombre y rubrica en prueba de respeto y reconocimiento. Gabriel Vargas. J. Hernandez. José Maria Padilla. S. Cisneros. Desiderio Perez. El que suscribe, general de brigada que con un :puñado de valientes Tamaulipecos marcha á la defensa de' nuestra segunda independencia, deja un recuerdo a! héroe venerable que nos legé la primera Un hijo de Camargo Juan N. Cortina. Sabás García. Un hijo del Estado de Tamaulipas, republicano, que pasa á la campana de Querétaro al lado del general Cortina, ofrece uri recuerdo al ilustre héroe de Dolores en prueba de gratitud, Antonio García. Un recuerdo al libertador de mi patria, Agustin Cerón. Abril 27 de 1867. Luís Hernandez. Félix García. Jesus Miguel Prieto. Un recuerdo ol libertador de mi patria, y 'otro al que lo va á hacer hoy. Jesus López. Unos hijos del Estado de Nuevo Leon que pasan en el ejército de operaciones sobre Querétaro, con varias comisiones del gobierno, to consagran ilustre héroe, sus humildes respetos y grande gratitud como mexicanos. Joaquin Castillon. Jose María, Lejallor. Mayo 7 de 1867.—Severino Calderon.—Leonides Cuevas. Un recuerdo de gratitud á la memoria del ilustre caudillo de nuestra independencia", le dedica un vecino de Ciudad del Maiz. Jesus Do minguez. Honor y gloria inmortal al ilustre caudillo y libertadorEI jefe de los telégrafos republicanos. Joaquin del Moral. Mayo 10 de 1867.—Un mexicano leal que acompató al setior presidente de la República, en toda la especlicion que ha hecho desde México al Paso del Norte, por la invasion francesa y que ahora pasa á prestar sus servicios al ejército de operaciones sobro Quetrétaro, dedica un recuerdo al ilustre héroe de Dolores. José María Sandoval. Mayo 18 de 1867.—Genio sublime: Hidalgo inmortal; cuán pequenos y mezquinos aparecerán á. tu lado los muchos hombres de esta época, cuando la historia se encargue de ellos! Bendito que solo tuviste como única ambicion, la felicidad de la patria. Gregorio Perez Jardon. Juan Lavin de la Mora. Pedro Santos Gokloy. Ignacio Ramírez. Mayo 21 de 1867.—Pedro Garón. Felipe Maxemin. Ezequiel U. Dórga. Mayo 24 de 1867.—Casimiro Chavez. Agapito Garza. Otro, José Marfa Oton. Junio 12 de 1867.—Un recuerdo al inmortal Hidalgo. José G. del Callizo. Por segunda vez. Manuel Balbontin. Leopoldo Arceo. Julio 1 de 1867.—*.Mártir moriste, Hidalgo, pero partiste al cielo, dirige allá al 'Eterno una plegaria por tu pueblo. Maoario Hidalgo. En Agosto.de 1862, tuve la honra de firmar en este registro sobre la mesa en que se firmó el gran plan que nos dió patria: pero la mano de la traicion por conducto de Angel Iglesias, arrancó esa demostraciort de respeto. Hoy, generalísimo Hidalgo y Costilla, vengo á' felicitarte porque la patria que nos'diste y por la que te sacrificaste, ya es libre y tiene un porvenir lleno de aspeanza. Desde el cielo inspira á los que la rigen y que nunca la traicionaron ni la abandonaron en la hora do la prueba. Ramón Corona.* Francisco Armenta.

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Julio 2 de 1867.- .*Al cosumarse la segunda independencia de mi patria querida y bajo la influencia de las mas tiernas y dulces emociones inspiradas por todo lo que está ligado á este sagrado recinto, suscribo este ÁLBUM consagrando un recuerdo de gratitud profunda al héroe entre los héroes, al autor y primer mártir de la libertad y autonomía de México, al inimitable Hidalgo y Costilla. ¡Ojalá y algun dia y no lejos so trasladen los Supremos Poderes de la República á este lugar, como origen de nuestra independencia! Leonides Torres.* **Agobiado por los mas gloriosos y conmovedres recuerdos, escribo estas líneas. Me hallo en el humilde cuartito que servia de dormitorio al primero de los héroes de mi patria, al incontrastable octogenario de 1810, al:grande, al inmortal Hidalgo. talmo explicaré lo que siente mi alma, mi sér todo está poseido del mas profundo respeto, siento 'casi un pavor sagrado, al mismo tiempo que esperimento una satisfaccion indefinible; las ideas se agolpan en mi mente, y sin embargo mi lengua permanece muda,mis ojos se nublan. Acabo de presenciar un episodio interesante. El jóven general Corona que con tanta firmeza ha combatido contra el invasor, cubriéndose de gloria, en esta segunda lucha de independencia, en este complemento de la grande obra empezada por el héroe de Dolores, ha venido con su estado mayor á rendir á su memoria ilustre y veneranda un tributo de respeto! el señor general D. Pedro García, testigo y partícipe de las glorias del anciano caudillo de 1810; al reconocer al jóven general lo ha estrechado en sus brazos, felicitándolo por el triunfo que la patria acaba de obtener. En este momento solemne y en tal lugar, con tal escena, me parece escuchar las felicitaciones del mismo Hidalgo: me parece ver la sombra del héroe quo sonrió, mirando al jóven general y á todos nosotros, esa sonrisa es nuestra mejor recompensa; me parece percibir estas palabras que:salen de sus labios: el abeis cumplido:con vuestro deber, mi sangre la de mis hermanos.no:se derramó estérilmente, bajo la gloriosa enseña que yo levanté mostrándola al pueblo desde esa ventana, y que en esta segunda guerra de independencia-ha enarbolado el inmortal O. Benito Juarez con mano heróica, y vigorosa, habiendo venido á combatir por la libertad de México desde los confines de la República. El ha completado mi obra: mi patria por fin es libre, y va á ser fea y poderosa.tr Micorozan no puede soportor tanta emocion. ¡Hidalgo, gran Hidalgo! recibe mis votos de gratitud, de admiración y profundo respeto.** Crispin. S. Palomares. Julio 2 de 1867.—En prueba de respto y voneracion, por el libertador de México. Francisco F. Dano. J. Olmedo, Ya mi patria es libre. ¡Gloria á los héroes que han imitado al grande Hidalgo( Jesus Liceo. Julio 3 de 1867. —¡Loor eterno al inmortal cura de Dolores Pa_ dre de la independencia de mi patria! La marcha triunfal del Presidente de la República Benito Juarez desde el Paso del Norte hasta la capital de México, es un. acontecimiento sublime, portentoso, que de de la manera mas elocuente demuestra á los con quistado'res y tilos déspotas que los derechos del pueblo son imperecederos y que su fuerza, como el poder de la divinidad, es irre sistible, porque es omnipotente. La fuerza bruta se gasta, so des vaneco y al fin se destruyo produciendo el desencanto y el despres tigio de los infames asesinos, que abusando de ella para perturbar la paz de las naciones y privar á los pueblos de su tranquilidad su dicha, conculcan su independencia arrebatbndoles su liber tad. Manuel Robles. El hijo que reniega de su padre no deberia llevar su nombre, los que han traicionado á su patria han cometido ese sacrilegio, ella les pedirá cuenta. Vicente Ochoa. Manuel Medina. Valeriano Hurtado Martinez, Antonio C. Montada. Juan D. Robunon. C Benitez. Ignacio Mejía. M. M. Molina. Ana T. de Benítez. Isabel S. de Molina. Agustín Cruz. Juan. Valdés. Refugio M. del Campo. ro. G. Acosta. Ignacio G. del Campo. Amado Aguilar. ¡Oh padre! modelo de virtudes, corno un tes. timonio de memoria, un soldado. del pueblo, un republicano, G. A. Gallardo. Andrés A. Rodriguez. En esta fecha tengo e honor de conocer la casa del primer héroe de nuestra independen cia, como testimonio de gratitud. Un soldado de la República' Carlos Motute. José María Iglesias,. Ramón Alcalde. F. Diez C. J. Juarez O. L Alvarado. Salomé Olivares.

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EN ESTE DICHOSO DÍA PERNOCTÓ AQUÍ EL BENEMÉRITO PRESIDENTE D. BENITO JUÁREZ.

Rafael A. Laxa. B. F. Espinosa. En esta fecha tuve el honor de conocer la morada que fue del primer héroe de la independencia. José María Alatorre. Isabel Luna. Manuel Fernandez, Ramón Rodriguez. El último de tus hijos te consagra, benemérito Hidalgo, un recuerdo de gratitud porque le diste libertad. Rosalío Echeverría. Un hijo de tu pueblo te bendice, Macedonio Ortiz. José Horcasitas.

Hoy día de la recepcion del segundo libertador de México, el demócrata C. Benitn Juarez,

tiene la honra de poner aquí su nombre, J. Lorenzo Campos. Francisco B. de Rodriguez. J. M. Guzman.

Julio 4 de 1867.—Domingo Arce. Al regresar de la memorable emigracion comenzada en 31 de Mayo de 1863, Pedro Contreras Elizalde. Pedro Oeuzcot. Amado Campos. Jesús Castañeda. Loor eterno á, los héroes grandes de la independencia, Hidalgo y Benito Juarez. Angela C. de Pineda. Adriana Busto. Emiliano Busto. Ignacio Pineda. Miguel Domenzain. Bárbara Rivera. Vicente Rive. ra. Concepcion Urquidi. * El dia 4 de Julio de 1867, no menos fausto en nuestros anales que los de 1810 y 1821, por haber conquistado en él por segunda vez la independencia de la patria, y por haberse esta librado de la tutela de las naciones de Europa, mexicano oscuro, pero de los que tienen en mayor valía el inmenso servicio hecho á la nacion, por el intrépido anciano á cuya memoria está consagrado el presente libro, habiendo tenido ocasion con motivo de uno de los sucesos más grandes de esta segunda guerra nacional, de visitar con profunda veneracion este lugar memorable, en que por primera vez se desplegó al viento la bandera de un nuevo pueblo, la he aprovechado con ansia, para dejar consignado un pobre recuerdo de amor, respeto y admiracion al Serior D. Miguel Hidalgo y Costilla, campeon fundador y mártir de la independencia y nacionalidad de México.,I0 Mama. ORTEGA. * Loor eterno á los héroes de nuestra independencia. Joaquin Gamboa y Cubas. He tenido el honor de visitar la casa del primer héroe de nuestra independencia. Enrique Staines. Honor y eterna gratitud al inmortal Hidalgo. Antonio Barros. Loor eterno á los invictos héroes de nuestra independencia. Reyes Durázo. Gloria eterna y dahesion á los principios proclamados por el héroe de 1810. Timoteo López. Gloria. eterna á, los invictos héroes de nuestra indepen_ dencia. German Farfan. Tu ejemplo, la juventud no olvidará jamás, y quien te habla no es él, sino el positivo sentimiento de mi corazon, quien despues de mis tataranietos orgullosos te :bendigan y jamás de su pensamiento te les borres, inmortal caudillo, hombre en el mundo sin igual, te juro que tu ejemplo solo muertos, por siempre seas lleno de gloria. Martín Gutierrez. Julio 8 de 1867.—Teniente coronel de infantería, Julian Perez, Isabel Rojas. Antonio Pounder. El inmenso piélago de la vida por donde he pasado treinta y cuatro añes, no habia encontrado mayor gloria, que la de visitar la humilde morada de mi libertador, y su ejemplo es digno de toda alma noble y valiente, para enseriar á las naciones, que México es grande, y será mucho más grande de lo que se puede pensar. Evaristo Gonzalez.

Existe acá en el alma una memoria De aquel instante en que la patria mia,

Henchida de entusiasmo y alegría Oyó la voz de Hidalgo,

Y al instante cual águila altanera Arrebató al leen entre sus manos,

Diciendo: Mexicanos, Jamás en nuestra patria habrá tiranos,

M. L. ¡Gran Hidalgo! patriota esclarecido. De mi patria el intrépido soldado,

Yo te saludo absorto, entusiasmado Y homenajes sin fin te hago. rendido. Un sinaloense.

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¡Oh benemérito de nuestra sagrada independencia! te ofrezco una lealtad en esta actual independencia, y quiero, deseo, pido un heroismo como nuestro antiguo salvador de esta nuestra

patria. ¡Oh Hidalgo! te ofrezco mis servicios, Ildefonso Cruz Aedo. Julio 9 de 1867. Antonio Rosallo Hermosilla. José M. Perez. Un recuerdo á la independencia de México, Rafael Bar-ron. Ya mi patria es libre, gloria á los héroes que han imitado á Hidalgo, Coronel de infantería, Cleofas Salinas. Manuel Uyeta, Un recuerdo á la independencia de México, Teniente coronel, Rau:ton Ramos. Teniente, José María Núñez. Un recuerde; al primer libertador de México D. Miguel Hidalgo y Costilla; El Comandante do Batallon, Rómulo Silva; Como verdadero hijo de México, hago este recuerdo en prueba de gratitud al primer libertador de mi patria. Comandante del primer Batallen de Jalisco, José 1VI. 'forres. Contribuyó á la caida del Emperador y á su vuelta firmó el comandante capitan, Agustín Espejo. Como verdadero hijo de México, hago un recuer do. Cornelio O. Escobar. ¡Viva la independencia de México! Nazario Caneen. Pocho López. Zacarfas Ramos. Tuve la gran satisfaccion de visitar los lugares de nuestra augusta independencia. ¡Viva el pueblo de Dolores Hidalgo! Ponciano Paz. Tuve la satisfacción de conocer la casa y lugar de nuestro libertador. Antonio Clalderon. Tuve la satisfaccion de visitar los lugares de nuestra augusta independencia. ¡Viva el pueblo de Dolores Hidalgo! Enrique Castellanos. Un recuerdo a la memoria del primer caudillo de la independencia D. Miguel Hidalgo y Costilla, Juan Delgado. R. Banda. .Biviano Dávalos. No temas ¡oh! Hidalgo, á viles traidores, Ni á esbirros austriacos de Luis Napoleon, Tienes muchos hijos, pastor de Dolores, que ardientes defienden su honor, su nación. El Teniente Coronel, Rosauro V. Campos. Julio 12 de 1867.—Gloria y honor al inmortal Hidalgo. Maestro mayor de montajes de la maestranza, teniente de infantería, Pablo Marquina. Gloria y honor al inmortal Hidalgo: cabo de obreros de artillería, del ejército, Juan Suarez, Gloria, y honor al inmortal Hilalgo. Ambrosio Cabrero,. Gloria y honor al inmorta. Hidalgo. José Marquina, Julio 14 de 1867.—Márcos Flores, Al glorioso é inmortal liben tador de México. Teniente de cazadores de Galeana, Carlos Flores. Eterno recuerdo al inmortal Hidalgo, Jesus M. Glonzalez. Honor y gloria al invicto y esclarecido libertador de nuestra patria. D Miguel Hidalgo y Costilla. Teniente de infantería, Jesús Rivas. Honor y gloria de la inmortalidad, Miguel Hidalgo y Costilla, Capitán teniente, Ignacio Manrique, Honor y gloria al defensor de la independencia naciónal. Teniente del primer batallon ligero de Durango, Dionisio Ohavez. Honor y gloria al héroe de la patria D. Miguel Hidalgo y Costilla, que con grande heroicidad defendió la patria: quitándonos el yugo del despotismo. Tu á quien le muestras bello, encantado, y risuefie un porvenir, aunque distante. Tú que en la losa del sepulcro helado, tu nombre grabará, como el sol brillante. Subteniente, Jesus Vazquez Ortega. Subteniente, Alejo Castro. Teniente Jesús Alva. Salud, valiente cura, Del pueblo de Dolores, Recibe de Ventura Estos cuatro renglones. Subteniente del primer batallon, ligero de caballería de Zaragoza, Ventura Cruz. Honor y gloria, al héroe de la patria. D. Miguel Hidalgo y Costilla, S. Gámez. Por mi fe Que tus huellas seguiré. Subteniente del primer batallon ligero de Durango, Jeans M. Salazar. Yo como patriota aqui te dejo mi recuerdo. Jesus Ramos. Ha de resonar tu nombre Casi una palabra hermosa. Te dedica aqui este verso, Coahuila y Zaragoza. Prisciliano López.

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Salud al digno héroe, Miguel Hidalgo y Costilla, vencedor de los espafioles. Músico del primer batallon ligero de Coahuila de Zaragoza, Juan López. Y por tu heroico valor, Tu alma en la tumba reposa, Tú fuiste libertador De Coahuila Zaragoza. Rafael Ortiz. Gloria y honor al inmortal Hidalgo. Gerardo Salinas. Héroe, fuiste memorable Ya existes en una losa: Un jefe que aquí te escribe, De Coahuila de Zaragoza. Romualdo Dávila. Diciendo ¡viva el honor! Aquí sentado en la silla, Aquí te escribe, Costilla, Un verso el primer pisten. Maximino Andrade. El coronel republicano, Miguel Palacios. El patriota, hijo de N. Leon; teniente coronel del primer batallón de línea, Rafael L. de Herrera. Loor eterno al primer caudillo de la independencia D. Miguel Hidalgo y Costilla. El subteniente del primer batallen de Nuevo Leen. Manuel Rodriguez. El teniente coronel republicano, Cataríno E. Gonzalez. Es un deber para los patriotas de todo el país, saludar la memoria del fundador de la independencia mexicana. Salud gran maestro, seguiremos el camino que nos habeis enseñado. Primer ligero de Durango, S. E. Yo empeño mi palabra de honor por seguir la huella del inmortal Hidalgo. Primer batallón ligero de Durango, el subteniente Jesus Ortiz. El coronel del primer batallon ligero de Durango perteneciente al ejército republicano, Paulino Leal. El capitan del primer batallon ligero de Durango, Un recuerdo al héroe de la independencia, Manuel Tavares. El capitan del primer batallon de .Durango, en memoria del héroe de la independencia de. México, Antonio Villalobos. En mi vuelta hácia mi patria natal he visitado la del ínclito varen D. Miguel Hidalgo y. Costilla, orgullo de la República y honra' del siglo; y en prueba de mi amor, te consagro este débil recuerdo. Capitan de infantería, Antonio A. Paez. En este dio he, visitado la casa del benemérito é inmortal, D. Miguel Hidalgo y Costilla, el venerable cura que hizo ver á México por primera vez la luz de la libertad: y en testimonio de grata memoria, le dedico este parrafito. Capitan del primero de línea Miguel E. Ondarza. En memoria de la independencia de Hidalgo, Sixto Cisneros. Viva la independencia y libertad en el pueblo de Dolores desde la fecha del Mío de 10 á esta fecha. Loreto Rodriguez, Viva la independencia de México y mueran los traidores. Eutimio Yañez. Julio 18 de 1867-Hidalgo! El 10 de Junio á las 7 y minutos de la mañana. Como mayor general de la division del cuerpo del Ejército del Norte, mandé el cuadro militar a que se formara en Cerro de las Campanas para pasar por las armas al Archiduque Fernando Maximiliano de Austria, y sus generales Miguel Miramón y Tomas Mejía, por haber querido arrebatarnos el nombre de mexicanos libres que con sacrificio de tu brazo nos legaste. ¡Quedaste vengado, nuestra patria revindicada y para siempre asegurada la independencia! El parte de haberse cumplido con la ley lo di á los pocos instantes al C. general Mariano Escobedo y ahora lo renuevo en tu respetable ALBUM. Creo, padre de la República, mártir de la libertad, merecer de tí el digno nombre de hijo, y con orgullo llamarte padre, pues he alcanzado lo que á fojas 103 vuelta te ofrecí bajo mi humilde pero indeleble firma. Coronel mayor general, J. Hipolito Sierra Con el mayor respeto y ternura recuerdo tus gloriosas hazañas, héroe mexicano, P. Medina.

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Julio 24 de 1867.—Visité esta casa del héroe do la independencia A Miguel Hidalgo y Costilla, José. Arizmendi. Un recuerdo al gran héroe de la independencia de Mi patria. Francisco Rodriguez Un extrangero gran admirador de las virtudes del héroe mexicano Luis A. Labat. Como recuerdo de gratitud al primer héroe de mi patria, Manuel Ortega. Manuel Solía Goria. Julio 25 de 1867.—Visité la casa del inmortal Hidalgo, que fue el primero que nos legó independencia nacional de nuestra cara patria en 1810. J. D. Villanueva. Como recuerdo de gratitud y respeto la que nos dió patria. A. Navarro y Ortega. Al pasar por esta ciudad tuve el grande honor de visitar esta casa del gran héroe de la patria IX- Miguel Hidalgo y Costilla. Adrian María Velazquez. Hoy con gusto placentero he tenido el honor de visitar la casa de nuestro prime rhéroe el ilustre D. Miguel Hidalgo y Costilla á quien debemos nuestra independencia. ¡Gloria eterna á nuestro héroe! Ildefonso Gonzalez. Como recuerdo de gratitud y ternura al que nos dió patria; Cityetano Usufieta. Pasando por esta ciudad he sido convidado por algunos compatieros militares para visitar la casa del ilustre Hidalgo y regocijado de conocerla dirijo estas lineas en amor y ternura. !Gloria al Salvador de la Nacion Indiana! Antonio Salinas. Julio 29 de 1867.—Al pasar por esta ciudad, he llegado á la casa del ilustre Hidalgo, á hacer un corto recuerdo de los primeros caudillos que salvaron nuestra patria. Félix San Miguel. Julio 30 do 1867.—He tenido el honor de estar en la casa del inmortal Hidalgo. Máximo García. He tenido el gusto de pasar á la casa del inmortal Hidalgo á inscribirme. Nemesio Cesio. He tenido un gran regocijo, por conocer la casa del grande Hidalgo. Jesus María de Hoyos. Hermoso génio, dichoso Por tu grandeza envidiable, En el cielo y en la tierra Vivirá siempre imborrable. Un fronterizo, Rosalio Rubio Alza tu frente, México orgullosa Tus hijos te sostienen dignamente, Tu ya eres libre; grande independiente, En tu memoria grabaré esta losa. Cura Hidalgo, hombre dichoso, Valiente conquistador, Tú salvaste á nuestra patria Dominando al español. Un fronterizo, Ruperto Martínez. *La patria con tu sangre conquistada Triunfó de la invasion: esta vengada. **Al patriarca de la independencia, al noble anciano de Dolores ovación de un mexicano agradecido. El asesor en la casa de Maximiliano: Lic. Joaquin M. Escoto. Teniente coronel, jefe de la escoltá del general Escobedo, Lúcio B. López. El comisario del ejército del Norte, Octavio P. F. Valdés. P. Pablo Loreto Escobedo. Capitan del ejército del Norte, Jose María Lejarza. Capiban del estado mayor del general Rocha. I. J. Monroy. El presidente del consejo de guerra, que juzgó á Maximiliano. Teniente coronel ayudante de campo del ciudadano general M. Escobedo, Platon Sanchez Roa.* Teniente coronel, Pedro de León. Comandante, ayudante del general S. Rocha, Ambrosio J. Condey. Alférez, Agustín Buzo N. capitán ayudante de campo, del ciudadano general M. Escobedo José Campa, Capitan, ayudante del cuidadano general S. Rocha. Amado Rangel.**

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LA INDEPENDENCIA MEXICANA.

Tú eres Hidalgo, el hombre sin mancilla, Cuya gloria me humilla Y de México, el héroe, el primero Tu nombre memorable es en Castilla. Tu historia la respeta el mundo entero: Por ti tan solo el corazón palpita, Y de respeto lleno Hasta el trono de Dios te felicita, De adulación ajeno; Por esa empresa noble y atrevida Que le diera a mi Patria, gloria y vida. Por esto, Hidalgo, el Corazón te adora, De todo mexicano, Y permiso te pide en tu morada Para cantar ufano Lo que mi pecho siento de gratitud movido: A tu sagrado nombre esclarecido. Eres tan grande Tú, que no te asombre Lo que mi labio a profesar se atreve: Y es que al recuerdo de tu sólo nombre Mi patria el triunfo debe, Sobre el odioso imperio que altanero, Aborto de traidores Y del tirano Napoleón tercero A México trajeron...... Mas hoy do Europa las naciones canas En la tumba verán de las Campanas La sangre que vertieron Octavío P. F. Valdés.