Upload
others
View
3
Download
0
Embed Size (px)
Citation preview
Ministerio de Educación Superior Universidad de Matanzas “Camilo Cienfuegos”
Estación Experimental de Pastos y Forrajes “Indio Hatuey”
Reconstrucción de claves taxonómicas de árboles y arbustos útiles al sector agropecuario. Metodología y aplicación informática.
AUTOR: Ing. Iván Yepes Avila
TUTOR: Dr. Rey Machado Castro Tesis presentada en opción al Título Académico de Máster en Pastos y Forrajes.
2011
Poema:
“Los árboles,
fuente de madera,
hay que cuidarlos
de alguna manera.
Planta árboles
bien frondosos,
y nuestro planeta
estará muy hermoso.
Los árboles dan fruto,
sombra también,
si no los cuidas,
no podrás comer.
El árbol es fuente de vida,
el árbol es fuente de amor,
sin su tupida frescura,
no existiera el planeta mayor.
Cuánto he sufrido,
por ver cortar un árbol,
pues se corta en minutos
lo que tantos años dio,
frutos y sombra pura
que nos favoreció.
José Luis.1
1 Fernández, María; et al. Cuba y sus árboles. Editorial ACC, 1999. p. 196.
Dedicatoria A mi familia:
Mi padre, de quien seguí su ejemplo de perseverancia, constancia y estudio.
Mi madre querida, que nunca descansó para que me formara como profesional,
sacrificando muchos momentos de su vida como fiel vigilante de mis estudios.
Mily, mi esposa incansable, que en los momentos más duros me ayudó y me alentó, por
el tiempo que no le dediqué entregado a este trabajo.
Anandira, mi pequeña princesa, que siempre quiere aprender con respecto a la parte
informática de la tesis.
Mi hermano, quien me ayudó en aquellas cosas que me sirvieron en el enriquecimiento
de la tesis.
Agradecimientos
Gracias a Dios porque me ha dado sabiduría y constancia para desarrollar esta línea de
trabajo.
Gracias al gobierno y al desarrollo científico-técnico alcanzado en Cuba, lo que me ha
dado la posibilidad de mi formación y superación educacional.
A la Estación Experimental de Pastos y Forrajes “Indio Hatuey”, que me ha ofrecido el
apoyo necesario para la materialización de este trabajo.
Una especial gratitud al Doctor Rey Machado Castro, a la Máster Yuseika Olivera y a la
Dra. Martha Hernández Chávez, quienes pacientemente me orientaron y ayudaron en
los momentos más difíciles en la confección de esta tesis.
En el desarrollo de la aplicación informática por la:
Asesoría técnica:
* Lic. Informática Yamilet de la Caridad Ayllón Estopiñan. Centro Mixto ¨Antonio Jesús
González Sánchez¨. Agramonte. Matanzas.
Y colaboración Técnica:
* Lic. Biol. Dr. Isidro E. Méndez Santos. Univ. Pedagógica ¨José Martí¨. Camagüey.
* Lic. Biol. Rafael Risco Villalobos. Univ. Pedagógica ¨José Martí¨ Camagüey.
Además la ayuda prestada por compañeros de trabajo, amistades, que de una forma u
otra contribuyeron en la materialización de este documento.
Índice Introducción……………………………………………………………………………........ 01
Problema…………………………………………………………………….…………….... 06
Hipótesis……………………….………………………………………….………………... 06
Objetivo general…………………………………………………………………………..... 06
Objetivos específicos………………………………………………………………………. 06
Capítulo 1. Antecedentes bibliográficos………………………………….………….. 07
1.1 Recursos fitogenéticos, árboles, arbustos y agroforestería………………… 07
1.1.1 Conceptos e importancia……………………………………………………...... 07
1.1.2 Uso y determinación de la potencialidad de los árboles y arbustos en la
producción ganadera…………………………………………………………….
09
1.1.3 Características y diversidad de la flora cubana………………………………. 13
1.2 Claves analíticas…………………………………………………………………. 16
1.2.1 Importancia de las claves analíticas…………………………………………… 17
1.2.2 Tipos de claves analíticas………………………………………………………. 17
1.2.2.1 Por su forma de entrada……………………………………………………... 17
1.2.2.2 Por sus componentes y momentos…………………………………………. 20
1.2.2.3 Por el elemento principal de agrupación…………………………………… 22
1.2.2.4 Por su orientación o uso……………………………………………………... 22
1.2.2.5 Destino de las claves…………………………………………………………. 23
1.3 Claves automáticas….………..………………….……………………………... 24
1.3.1 Elaboración de una clave de texto……………………………………………. 24
1.4 Recursos electrónicos…………………………………………………………... 24
Capítulo 2. Basamentos y procedimientos para la confección de las claves Interactivas……………………………………………………………………
27
Capítulo 3. Resultados y discusión…………………………………………………… 29
3.1 Claves analíticas……………………………………………………….……….. 29
3.1.1 Metodología para la construcción de claves interactivas……….………….. 47
3.2 Software…………………………………………………………………..……… 54
Conclusiones……………………………………………………………………………… 64
Recomendaciones……………………………………………………………………….. 65
Novedades científicas………………………………………………………………………………….. 66 Bibliografía………………..……………………………………………….………………. 67
ANEXOS……………………………………………………………………………………………………… 77
Anexo I………….………………………………………….…………………………..…………………... 77 Índice de los géneros del listado 2……………………………………………………….. 77 Listado 2 de la división con las familias y los géneros………………………………………... 78
Índice de tablas, figuras, listados y fotos. Tabla 1. Ejemplos de productos y beneficios que se pueden lograr con los siste-
mas agroforestales……………………………………………………………
14 Tabla 2. Sección de una clave interactiva modificada……………………………… 52
Tabla 3. Sección de una clave de texto reconstruida…………………………….… 53
Tabla 4. Ejemplo de ficha Botánica…………………………………………………… 61
Tabla 5. Listado de especies de interés……………………………………………… 34
Tabla 6a. Especies en función del nivel de aceptabilidad evaluada con animales.. 35
Tabla 6b. Especies en función del nivel de aceptabilidad evaluada con animales.. 36
Tabla 6c. Especies en función del nivel de aceptabilidad evaluada con animales.. 37
Tabla 7. Índice de las familias…………………………………………………………. 38
Tabla 8. Índice de los géneros………………………………………………………… 39
Figura 1. Dendrita con orientación matemática………………………………………. 49
Figura 2. Dendrita limitada por los resultados accedidos…………………………… 49
Figura 3. Dendrita confeccionada a partir de la clave general de Bisse……….….. 50
Figura 4. Algoritmo de la aplicación informática RODAL 2.1……………………….. 56
Listado 1. Géneros ordenados por claves…………………………....……………….. 42
Índice de los géneros del listado 2….…………………….……………….. 77
Listado 2. División Magnoliophytina con las familias y los géneros en estudio….... 78
Foto 1. Presentación de la aplicación informática Rodal Versión 2.1…………… 58
Foto 2. Menú de la aplicación informática Rodal Versión 2.1……………………. 58
Foto 3. Clave analítica de la aplicación informática Rodal Versión 2.1…………. 59
Foto 4. Resultado de la identificación de la aplicación informática Rodal………. 60
Foto 5. Glosario botánico de la clave analítica de la aplicación informática…… 60
Apéndice 1. Claves analíticas parciales modificadas. Clave 3………………………… 30
Apéndice 2. Claves analíticas parciales modificadas. Clave 4………………………… 32
Apéndice 3. Claves analíticas parciales modificadas. Clave 5………………………… 33
Síntesis.
En esta investigación se llevó a cabo la reconstrucción de una clave botánica de texto y
con ello la creación de la clave interactiva subsecuente para árboles y arbustos útiles a
la ganadería; la metodología adecuada para la reconstrucción de claves interactivas; así
como una aplicación informática denominada “Rodal Versión 2.1”. Para ello se utilizó
como base una clave de texto clásica; la revisión exhaustiva de las obras de referencia
sobre la flora de Cuba y literatura especializada, la que sirvió para conformar las fichas
botánicas de cada taxón a nivel de familia, género y especies de interés; una clave de
texto y una lista compilada a partir de los caracteres diagnósticos de interés; así como
la verificación de claves de textos redactadas en los materiales de herbario. Para el
diseño de la clave se utilizó un software reconocido internacionalmente. La integración
de los resultados demostraron: La factibilidad de crear una clave interactiva a partir de
la reconstrucción de una clave de texto con la adición de nuevos taxones, la cual
cumple con el principio de acceder, con eficacia y con rigor, al género y a cualquier
especie arbórea y arbustiva forrajera y con otros usos que se desee identificar; la
creación de una metodología para la construcción de claves interactivas aplicable a
cualquier ente biológico clasificado de forma dicotómica; así como la creación de un
soporte informático que constituye una forma segura para la identificación de entidades
cuya ubicación taxonómica se desconoce y propicia además, importante información
sobre su nomenclatura botánica, sinonimia, descripción, ecología y utilización, con lo
que se profundiza en su reconocimiento. Se recomienda utilizar la clave interactiva
Rodal versión 2.1 por botánicos, estudiantes de pre y post-grado, investigadores y
productores. Continuar el trabajo con este sistema para actualizar otros géneros y
especies importantes para la alimentación animal y con diversos usos. Aplicar la
metodología de construcción de claves interactivas para la reconstrucción de claves de
textos en otras entidades clasificadas a través de claves dicotómicas clásicas. Divulgar
y hacer progresivo este sistema a todos los interesados de la rama agropecuaria u otras
afines. Preparar una versión para la docencia dentro de la rama agropecuaria o
biológica, añadiendo el uso de la multimedia por las indiscutibles ventajas que esta
técnica ofrece.
1
Introducción.
El conocimiento de las plantas es un elemento imprescindible para comprender la
estructura y el funcionamiento de los ecosistemas. Sin embargo, el quehacer
cognoscitivo requiere el desarrollo de capacidades como la de observación y el empleo
de determinadas metodologías y técnicas en la que el trabajo de campo constituye, sin
lugar a dudas, el pilar fundamental (Guillén, 2008).
Los montes constituyen una fuente fundamental de riquezas que se deben proteger de
una manera racional. Es por ello que resulta imprescindible el conocimiento preciso de
los organismos que los conforman y viven en ellos, en primer lugar los árboles y sus
condiciones de vida, debido al papel fundamental que éstos desempeñan en el
desarrollo de los sistemas agropecuarios en los que pueden permanecer como uno de
sus componentes más importantes. En este sentido también debe tomarse en
consideración que el desarrollo de las actividades humanas y la consecuente
transformación de la naturaleza, con el impetuoso desarrollo de la economía, pone en
peligro de extinción innumerables especies arbóreas que poseen un área limitada de
distribución, de las que aparecen en la actualidad en poblaciones poco numerosas
(Bisse, 1988).
Los bosques naturales tropicales representan uno de los ecosistemas más complejos
del mundo. Estos ecosistemas además de poseer una biodiversidad de inestimable
valor, también ofrecen oportunidades económicas para las poblaciones que viven
dentro o al margen de ellos. A través del manejo del bosque se busca compatibilizar la
utilización racional del recurso bosque, con su conservación permanente. De esta
manera, el bosque genera productos de valor económico y al mismo tiempo ofrece una
gama de servicios ambientales de crucial importancia para las comunidades, los países
y el mundo (Carrera, 2008). Es por ello que estos recursos fitogenéticos constituyen un
componente permanente en la historia de los estudios de conservación y uso racional y
sostenible de la riqueza vegetal.
2
Es importante destacar que los árboles y arbustos tienen un papel muy importante en la
alimentación animal. El uso de los árboles en los sistemas de explotación ganaderos o
la incorporación de los animales a las áreas con árboles es en la actualidad una
realidad, aún cuando no lo todo extendida que se necesita, como soluciones viables
para este contexto, ya que éstos son capaces de controlar la erosión, y suplen a los
animales con altas producciones de biomasa de alto valor alimenticio, incluso en
condiciones de medio ambiente adversas.
Además los árboles son fuentes de biodiversidad, hábitat de forma silvestre, participan
en la asociación de cultivos, proporcionan sombra, y pueden emplearse como cercas
vivas, aportes de semillas y madera, a la par de descontaminar y proteger el medio
ambiente. Incluso, Toral, et al. (2008) en una revisión sobre Jatropha curcas Linn.
resaltan el uso de esta especie arbustiva como un importante portador energético, es
decir, como posible recurso fitogenético que contribuye a la producción de energía
renovable en sustitución o como alternativa a la energía fósil.
Se considera que las ventajas comparativas que posee la producción animal en áreas
tropicales vienen dadas por la posibilidad de explotar eficientemente el alto potencial
productivo y de utilización que poseen las especies existentes entre éstas los pastos y
los forrajes. Estas ventajas, a su vez se favorecen son potenciadas cuando las áreas
ganaderas puedan disponer de una cubierta arbórea multipropósito, por su capacidad
para aportar importantes beneficios biológicos, económicos y ambientales al suelo, al
pastizal, a los animales y a la familia ganadera (Paretas y López, 2006).
Milera (2008) indicó que los árboles forrajeros, fundamentalmente los de la familia de
las leguminosas, poseen alto valor nutricional que superan a los de las gramíneas
tropicales. Es por ello que se han efectuado un amplio número de investigaciones en
áreas tropicales para evaluar su empleo como parte integral de la dieta de los
rumiantes. Sin embargo, se debe continuar ampliando la información necesaria sobre
su manejo en pastoreo con diferentes densidades de plantación y el empleo de la poda
estratégica, tanto en bancos de proteína como en asociaciones gramíneas-leguminosas
para la producción de leche y carne bovina.
3
La familia Leguminosae agrupa aproximadamente 650 géneros con un promedio de 18
mil especies. La misma se subdivide en tres subfamilias, Caesalpinaceae, Mimosaceae
y Fabaceae. En las dos primeras subfamilias, con 18000 especies cada una, se
encuentran los árboles y arbustos; mientras que y en la última se incluyen
principalmente las plantas herbáceas (Barreto, et al., 1998; Toral, 2005)
También Funes (2007) plantea que especies arbustivas o arbóreas de otras familias se
utilizan para la alimentación animal, entre ellas se destacan el ramie, la morera, el
nacedero y el girasol, entre otras.
Cuba cuenta con un importante germoplasma de especies arbóreas autóctonas,
naturalizadas y de reciente introducción, que poseen señaladas características positivas
para la producción de forrajes, principalmente de la familia Leguminoseae. Entre estas
se destacan, por sus altos contenidos de proteína y abundante follaje, los géneros
Leucaena Benth., Albizzia Durazz., Gliricidia H.B & K., Erythrina Linn., Bauhinia Linn. y
Brosimum Sw., entre otras.
Sin embargo estas especies arbóreas, especialmente las diseminadas de forma natural,
decrecieron significativamente en las áreas pecuarias cubanas producto de los sistemas
especializados con altos insumos, pero en la actualidad han vuelto a constituir un
elemento de capital importancia en los ecosistemas ganaderos. Al conceptualizar la
finca o unidad agropecuaria orgánica, como sistema holístico integrado, el árbol está
llamado a jugar un importante papel dentro de ella.
El árbol está inseparablemente vinculado a la concepción de la agroecología y
constituye una genuina expresión de la naturaleza y soporte de la vida en el planeta.
En este contexto el dominio de los principios y de las técnicas taxonómicas son
imprescindibles para la determinación sistemática de los elementos vivos, como
animales y vegetales, incluyendo entre estos últimos los recursos arbóreos y arbustivos.
Tomando en consideración la importancia de estos recursos de la flora tropical, los
especialistas se basan en métodos y técnicas de la taxonomía para caracterizarlos y
clasificarlos; sin embargo, la técnica más generalizada ha sido el empleo de claves
analíticas: instrumento lógico que se introdujo en esta ciencia a finales del siglo XVIII
4
(Yepes, et al., 1995), cuyo objetivo está encaminado a la identificación de cualquier
elemento en un sistema biológico, basado en los caracteres con valor diagnóstico.
La correcta caracterización de los fitorrecursos arbóreos y arbustivos constituye una
herramienta de incuestionable importancia para los especialistas relacionados con esta
temática, quienes deben desarrollarla consecuentemente, tanto en la labor instructiva,
como en la práctica.
Las claves analíticas son herramientas de trabajo útiles y eficaces en el momento de
identificar, clasificar y ordenar jerárquicamente la biodiversidad vegetal introducida o
naturalizada, y se constituye como una de las tareas más importantes a la que se
enfrentan los botánicos y los profesionales de la biología.
Si se analizan las claves dicotómicas existentes, es posible percatarse que están
concebidas para que las utilicen los especialistas de las distintas ramas de las biología
y, en consecuencia, el vocabulario que en ellas se emplea y los aspectos que se
contemplan para diferenciar las especies son tan complejos que, difícilmente, una
persona no experta en la materia puede utilizarla adecuadamente.
Por estas razones se considera de gran interés capacitar a los profesionales de la
biología para que adecúe dichas claves a las necesidades de identificación.
Para llevar a cabo esta tarea, no basta sólo con conocer las características botánicas
que definen a cada unas de las especies que se desea identificar, sino que también es
necesario poseer dominio de cómo elaborar las claves, de manera tal que les sea
posible avanzar con éstas a medida que se compara la muestra con las características
que se describan paulatinamente en el transcurso del trabajo (Mestres y Torres, 2008).
Las ventajas que ofrece esta técnica de “comparación – verificación” es que permite el
desarrollo del pensamiento biosistemático de manera permanente y desarrolla también
habilidades tales como la de observar, la de caracterizar, la de comparar, la de
identificar y la clasificar. Esta técnica transita por tres momentos fundamentales: uno
descriptivo, otro de diferenciación y finaliza con uno de generalización y aplicación
(Méndez, et al., 1994).
5
El desarrollo del pensamiento biosistemático y de las habilidades necesarias, permiten
trazar estrategias encaminadas a la confección de los programas de computación que
pueden servir de pauta a la hora de confeccionar futuras herramientas taxonómicas
para arribar a formas superiores del conocimiento. Estos sistemas automatizados ó
expertos actúan como consultantes externos especializados para un usuario
determinado y que puede abarcar diversos aspectos de interés.
Con estos programas se pueden conocer, de forma interactiva, los principios
elementales de la botánica de la especie, fundamentalmente aquellos que se relacionan
con la morfología vegetal; así como otros de especial interés como su ecología, lo que
constituye un aspecto fundamental para acceder, de manera fácil, al conocimiento de
los organismos vegetales y en particular de los árboles y arbustos, de una manera
rápida y eficaz.
Las claves interactivas se pueden considerar como una herramienta de capital
importancia para todas aquellas personas que trabajan diariamente con la nomenclatura
científica y la taxonomía de las plantas. No sólo son de especial importancia para el
personal que labora directamente en un herbario, sino también de cada especialista y
técnico que se desempeña en los jardines botánicos y en las estaciones
experimentales. Biólogos, ingenieros agrónomos y forestales, grupos de estudios
medioambientales, profesores y alumnos de disímiles especialidades, médicos y
especialistas en tratamientos tradicionales, entre otros, también se relacionan de forma
directa o indirecta con estas técnicas.
Además, es posible afirmar que esta herramienta se convierta en un vehículo en pro de
la conservación y la utilización sostenible para las especies, los ecosistemas y los
paisajes, y cumplen satisfactoriamente esta misión para los que trabajan con
colecciones botánicas, tanto vivas como preservadas, en jardines botánicos, bancos de
germoplasma, colecciones de cultivos, herbarios, almacenes de especímenes y
museos.
6
Problema.
En el sector agropecuario cubano no se dispone de claves interactivas ni de
aplicaciones informáticas para grupos botánicos de interés. Tampoco existen
metodologías adecuadas para la construcción de estas herramientas. Ello limita la
inmediatez y el rigor en el trabajo de identificación de los recursos fitogenéticos
utilizados en este sector, aplicables en otros sectores relacionados con el proceso de
identificación.
Hipótesis.
Si se elaboran claves taxonómicas interactivas, su aplicación informática y las
metodologías adecuadas para su construcción, se optimizará el proceso de
identificación y la creación de herramientas digitalizadas útiles a importantes sectores
del país.
Objetivo general.
Reconstruir claves de texto publicadas; crear una metodología adecuada para la
reconstrucción de claves interactivas y desarrollar una aplicación informática
computarizada que optimice el rigor y la inmediatez del proceso de identificación.
Objetivos específicos.
Reconstruir claves analíticas publicadas en un contexto interactivo (Clave interactiva)
incluyendo información actualizada para árboles y arbustos forrajeros y de otros usos.
Crear una metodología para la construcción de claves interactivas basadas en la
reconstrucción de claves analíticas publicadas útiles al sector agropecuario y a
diversos sectores relacionados con la temática de identificación.
Crear una aplicación informática que cumpla con los requisitos interactivos suficientes
para lograr la identificación eficaz de cualquier especie arbórea y arbustiva forrajera y
con otros usos de la flora de Cuba, a partir de sus caracteres morfológicos.
7
Capítulo 1. Antecedentes bibliográficos.
1.1 Recursos fitogenéticos, árboles, arbustos y agroforestería.
1.1.1 Conceptos e importancia.
“Los recursos genéticos son materiales de naturaleza vegetal, animal o microbiano y de
otros tipos, que contienen las unidades de herencia” (Pardo, 2011), los cuales son
fuentes de valores para las presentes y futuras generaciones de los pueblos; pero en un
contexto más amplio y actual los recursos fitogenéticos, según Zamudio (2011), es “la
expresión de la diversidad biológica vegetal que tiene un amplio contenido en la que
incluye a la alimentación y a la agricultura”.
Estos conceptos abarcan las variedades y la variabilidad de animales, plantas y
microorganismos en los niveles genéticos de las especies y de los ecosistemas, los
cuales son imprescindibles para mantener las funciones principales de los ecosistemas
agrarios, su estructura y procesos, destinados a, y en apoyo de la producción
alimentaria y la seguridad de los alimentos.
En los últimos años han aparecido numerosos trabajos que enfocan a los árboles y
arbustos como partes de los sistemas de producción, pero debido a su carácter
interdisciplinario, los conceptos referentes a la agroforestería tienden a ser diversos
(Iglesias, 2003).
Según el International Council for Research on Agroforestry (citado por Iglesias, 2003)
la Agroforestería denota un sistema viable de manejo de tierras y cultivos que busca
incrementar la producción de forma continua, al combinar la producción de cultivos
forestales leñosos (incluyendo los frutos y otros cultivos arbóreos), con cultivos
estacionales y/o animales, simultánea o secuencialmente, en la misma unidad de tierra,
así como la aplicación de prácticas de manejo que sean compatibles con las prácticas
culturales de la población local.
La definición de Montagnini, et al. (Citado por Iglesias, 2003) es muy similar, aunque
éstos agregan que los Sistemas Agroforestales presentan los atributos de cualquier otro
8
sistema: límites, componentes, ingresos y egresos, interacciones, una relación
jerárquica con la organización de la finca y una dinámica.
Kass, citado por Iglesias (2008) ha conceptuado el término en cuestión y haciendo
énfasis en algunas de sus características y ventajas, considera que agroforestería:
1. Es un nombre colectivo para sistemas que involucran el uso de árboles con cultivos
y/o animales en la misma unidad de terreno.
2. Pone énfasis en el uso de árboles indígenas y de uso múltiple.
3. Combina la producción de egresos múltiples con la protección de la base de
recursos.
4. Es muy apto para condiciones de bajos insumos y ambientes frágiles.
5. Es estructuralmente más complejo que el monocultivo.
6. Involucra la interacción de valores socioculturales en mayor grado que la mayoría de
los demás sistemas de uso de tierra.
La importancia de los recursos fitogenéticos radica en que constituyen una garantía
para la seguridad alimentaria del planeta y son sin lugar a dudas, la materia prima
fundamental de los fitomejoradores y el aporte imprescindible para los agricultores, por
lo que son fundamentales para la producción agrícola, la conservación y la utilización
sostenible. La distribución justa y equitativa de los beneficios derivados de su uso, son
objeto de preocupación internacional. Por otra parte, son objetivos básicos del convenio
de biodiversidad biológica (China, et al., 2011).
Es destacable la importancia de estos recursos en América Latina y en particular en los
países megadiversos: los pequeños productores poseen el mayor porcentaje de la
totalidad de las unidades agropecuarias, y en ellas, mantienen sistemas altamente
diversificados que constituyen verdaderos modelos de conservación in situ de los
recursos fitogenéticos y la biodiversidad. Por otra parte, es un hecho reconocido las
posibilidades múltiples que poseen los árboles y arbustos en estas unidades, los cuales
producen a través de su explotación la mayor parte de los alimentos que necesitan
estos países (LEISA, 2009).
9
1.1.2 Uso y determinación de la potencialidad de los árboles y arbustos en la producción ganadera.
Las especies arbóreas y arbustivas se constituyen como uno de los recursos
fitogenéticos de mayor utilización en el mundo actual para muchos países,
independientemente de su nivel de desarrollo y, de modo particular, en el sector
agropecuario en el que ha demostrado potencialidad para los más diversos usos (Toral,
2006).
En el caso particular de Cuba ello ha motivado que en algunas instituciones dedicadas
a la investigación y al extensionismo, en ese sector, como es el caso del Instituto de
Investigaciones de Pastos y Forrajes y la Estación Experimental de Pastos y Forrajes
“Indio Hatuey” se haya acometido un fuerte trabajo de introducción y colecta de
germoplasma (Machado, et al., 2006) en el que las especies arbóreas y arbustivas han
sido incluidas de modo especial en las últimas tres décadas, cuya base permitió el
desarrollo de innumerables investigaciones dirigidas a identificar sus potencialidades de
utilización para los más diversos propósitos de índole productiva.
Entre los primeros trabajos de colecta desarrollados en el país se encuentra el llevado a
cabo por Menéndez (1982), en el que se incluyeron accesiones de especies de los
géneros Leucaena Benth., Lysiloma Benth., Albizia Durazz., Cassia Tourn. ex Linn.,
Caesalpinia Linn. y Tephrosia Pers.
Más tarde se llevaron a cabo otros trabajos de prospección, entre los que se encuentran
el realizado por Machado, et al. (2005) en el que se colectaron accesiones de especies
de los géneros de Albizia Durazz., Gliricidia H. B. & K. y Cassia Tourn. ex Linn.; Toral,
et al., (2006) en el que se colectaron 56 accesiones pertenecientes a 45 especies, entre
las que primaron las de tipo arbóreo (con 16 géneros), y el que efectuó Toral (2006), el
cual estuvo dirigido específicamente a la colecta de especies arbóreas y su evaluación
durante la etapa de establecimiento y durante el período de explotación, en el que se
determinó la aceptabilidad de las 60 especies accedidas por parte de los animales y su
composición bromatológica.
10
Poseen especial interés los trabajos de evaluación de especies arbóreas del género
Leucaena Benth, en el que se caracterizaron 169 accesiones en suelos ácidos y de
mediana fertilidad (Machado, et al., 2006a), desde la etapa de vivero hasta la de
explotación con animales y más tarde el estudio de una colección de 23 accesiones,
seleccionada a partir de la anterior, la cual fue evaluada con idénticas etapas, pero
sometida, además, a un estudio pormenorizado de caracterización con marcadores
moleculares (Wencomo, 2008).
Por otra parte, en un trabajo desarrollado por Iglesias (2003) en el que abordó el estudio
de la ceba de toros Cebú comercial en un sistema de bancos de proteína y/o sistema de
asociación en el 100% del área comparado con un sistema de gramíneas fertilizadas;
crianza de añojos de reemplazo en bancos de proteína y/o sistema asociado; ceba de
toros de diferentes genotipos raciales en sistemas asociados y cría de hembras de
diferentes genotipos raciales en sistemas asociados y validación de este último sistema
en condiciones comerciales, donde se utilizó la arbórea Leucaena leucocephala cv.
Cunningham, se obtuvieron ganancias superiores a los 620 g diarios en toros Cebú
cuando se empleó asociación en el 100% del área y más de 400 g en los genotipos
lecheros.
Sánchez (2007) concluyó que la asociación de gramíneas mejoradas y la arbórea
Leucaena leucocephala (Lam.) de Wit, produjo una alta disponibilidad de biomasa y
persistencia del pastizal con una estabilidad en la producción y en la calidad nutricional
durante todo el año que permitió mantener producciones totales por lactancia de 2 030-
2 159 kg de leche y por hectárea de 2 411- 3 535 kg de leche; así como valores
adecuados de la condición corporal de los animales.
También los árboles, utilizados en los sistemas silvopastoriles, juegan un importante
papel en la mejora de otros aspectos de interés en estos agroecosistemas. Así, Soca
(2005) encontró estabilidad y un mejor comportamiento de la parasitosis en los sistemas
silvopastoriles, debido a la rápida descomposición de las excretas, la disponibilidad de
MS, la altura del pasto base y la composición química del estrato herbáceo y arbóreo, lo
que confirma el potencial que tienen estos sistemas con árboles para contribuir de
forma significativa a la disminución de la nematodosis en bovinos jóvenes en las
11
condiciones cubanas; mientras que Sanchez (2007) al comparar un sistema
silvopastoril (Panicum máximum Jacq. + Leucaena leucocephala (Lam.) de Wit.), con
un pastizal de gramíneas en monocultivo (Panicum máximum Jacq.), determinó que el
primero permite valores superiores de densidad y biomasa de individuos, el predominio
de los oligoquetos; así como los mejores índices de diversidad, riqueza y uniformidad, lo
que indicó que la presencia de la arbórea permitió promover la actividad biológica del
suelo y garantizar la estabilidad del sistema.
No obstante, aunque algunos investigadores han resaltado algunas desventajas del uso
de los árboles y en especial de los sistemas silvopastoriles, estos mismos
investigadores reconocen sus virtudes. Así, Clavero y Suárez (2006) plantean:.. “Si bien
los sistemas silvopastoriles se iniciaron en Latinoamérica hace unas tres décadas, aún
no se ha logrado la aceptación y difusión esperada en las diferentes áreas y/o regiones
agroecológicas. A pesar de los múltiples bienes y servicios que ofrecen. Algunas de las
causas principales que han limitado el desarrollo de tecnologías en esta área son las
siguientes: factores técnicos como germoplasma, problemas de plagas y enfermedades,
información técnica relativa a producción y calidad, investigaciones no orientadas,
períodos de espera para el establecimiento de los árboles en los potreros y falta de
educación agroforestal. En el aspecto socioeconómico destacan: falta de extensión,
financiamiento para las inversiones, semillas de calidad y mano de obra calificada.
Desde el punto de vista sociocultural resaltan las tradiciones de los productores y la
creencia de que el pasto escasea debajo de los árboles. Aunque la adopción de estos
sistemas ha sido limitada, esto varía notablemente con la demostración a los
productores de la persistencia y longevidad en condiciones de pastoreo y/o corte y
acarreo, así como los beneficios múltiples en el orden económico, social y ecológico en
el contexto del productor y sus sistemas de producción”.
Otros aspectos fueron corroborados por Murgueitio (2006), quien planteó: … se hacen
más evidentes las ventajas económicas y sociales de los sistemas agroforestales
pecuarios y las experiencias exitosas se multiplican más rápido, en los últimos años, en
varios países de la región. Las exigencias y oportunidades de los mercados nacionales
e internacionales en la calidad nutricional, la inocuidad y la sanidad de los productos
ganaderos, tienen importantes puntos de coincidencia con los atributos ambientales que
12
la sociedad entera reclama. Estos sistemas son una verdadera oportunidad para
promover el desarrollo sostenible de grandes regiones rurales latinoamericanas que hoy
se encuentran bajo usos ganaderos degradantes y de baja productividad y que pese a
lo anterior, es necesario resaltar que se han identificado varias dificultades y obstáculos
que impiden la masificación a la escala que se requiere. Descontando los factores
externos de macropolítica, tres barreras merecen la atención por parte de los proyectos
actuales y futuros: la baja disponibilidad de capital para invertir en los cambios de uso
del suelo en los pequeños y medianos productores, la necesidad de la asistencia
técnica apropiada y el déficit de oferta de mano de obra para algunas regiones. No
obstante existen lecciones para aprender sobre diferentes estrategias para solucionar
las barreras mencionadas a través de incentivos, el pago por los servicios ambientales,
el fomento de la transferencia campesino-campesino y el acceso a mercados
especializados.
Además Martín (2007) expone que los árboles y arbustos constituyen una alternativa
apropiada para el desarrollo de una ganadería sostenible, considerando los numerosos
bienes y servicios que brindan, tales como: forrajes de alta calidad, reciclaje de
nutrientes, secuestro de carbono, reducción de la erosión, producción de agroenergía,
conservación del agua, la recuperación de las áreas degradadas y la mejora de
ingresos para las comunidades rurales.
Por todo ello: en América Central existe un interés creciente por el diseño y manejo de
estos sistemas desde un enfoque holístico, con el fin de mejorar y diversificar la
productividad de las fincas. En este sentido los sistemas silvopastoriles constituyen una
opción en los sistemas de explotación de los rumiantes, ya que diversifican los
productos (leche, carne, madera, postes y leña), brindan sombra, mejoran la dieta de
los animales y reducen la utilización de los fertilizantes químicos y los concentrados, lo
cual se manifiesta en un menor empleo de insumos externos en la finca. Además,
permiten la generación de servicios ambientales, tales como el secuestro de carbono, la
conservación de la biodiversidad, la protección de las cuencas hidrográficas y la belleza
escénica (Ibrahim, et. al. 2006).
13
Por otra parte, son innumerables los productos y beneficios que se pueden lograr con
los sistemas agroforestales (Tabla 1), lo que promueve su uso en los proyectos de
desarrollo de las comunidades, principalmente en zonas pobres de nuestro hemisferio.
Todo lo anterior es lo suficiente ilustrativo como para comprender que la implantación
del sistema exige una cuidadosa selección de los elementos a integrar, de manera tal
que contribuya a la estabilidad holística.
También existen otras especies arbóreas no leguminosas con alto potencial para ser
usadas como forraje. Integradas a sistemas productivos se han identificado más de 40
familias botánicas en África, Asia y América latina. Además los equipos de campo de la
fundación de investigadores para el desarrollo (BAIF) en Pune, India y los agricultores
en particular han identificado los árboles que son promisorios para la domesticación.
Para ello se le presta especial atención a los siguientes atributos, según LEISA (2009):
• Alta tolerancia a las sequías y a las altas temperaturas del verano.
• Capacidad de sobrevivir en suelos marginales.
• Apropiados para ser sembrados directamente de semillas o usando técnicas simples
de vivero.
• Resistencia al ramoneo por ganado descarriado y cabras.
• La población local conoce los árboles y su uso de manera que la adopción es fácil.
1.1.3 Características y diversidad de la flora cubana.
Para los recursos fitogenéticos arbóreos y arbustivos forrajeros y de otros usos existen
trabajos en lo que se han abordado los elementos relacionados con sus características
botánicas (Yepes, 1974a, 1974b y 1975 y Menéndez, 1982) y se han tomado en
consideración éstos y otros aspectos relacionados con el entorno que los rodea
(Menéndez et al., 1994; Menéndez et al., 1996). Además, existen trabajos en los que se
posibilita hacer consultas taxonómicas (Yepes; 2001; García-Lahera; 2008). Por otra
parte, éstos y otros aspectos de relevancia se han discutido en eventos muy
relacionados con esta temática (Memoriam, 2006); así como valiosas experiencias que
competen con la evaluación y comportamiento de los recursos fitogenéticos arbóreos y
arbustivos forrajeros (Toral & Simón, 2001; Toral, Iglesias y Machado, 2007).
14
Tabla 1. Ejemplos de productos y beneficios que se pueden lograr con los sistemas
agroforestales. Familia (Según Index kewensis 1997 y García-Lahera, 2008).
Naturaleza
del producto Producto o especie Familia Beneficio
Principales Secundarios
Alimento
Nueces
Macadamia F. Muell. Proteaceae Nueces
frutas
Combustible, postes,
madera, sombra,
forraje Pistachia Salisb. Anarcadiaceae
Camarium -
Alimento
Frutas
Durio Adans. Bombacaceae Frutos Garcinia Clusiaceae
Ficus Moraceae
Tamarindus Leguminoseae =C
Alimento
Aceite
Bactris Jacq. Palmae Fruto. Aceite Hojas para
combustible Gasipaes -
Elaeis Palmae
Guineensis -
Euterpe Palmae
Alimento
Forraje
Gliricidia H. B.& K. Leguminosae =F Forraje
Postes,
Combustible Erythrina Linn. Leguminosae =F
Acacia Miller. Leguminosae =M
Prosopis Linn. Leguminosae =M
Albizia Auct. Leguminosae =M
Leucaena Berth. Leguminosae =M
Productos
Forestales
Leyenda: (Según García-Lahera, 2008) C=Caesalpinaceae F= Fabaceae M= Mimosaceae
Bambusa Mutis ex Caldas. Gramineae Material para
industria,
artesanías,
plantas
medicinales.
Forrajes Punusdocarpa -
Dioscorea alata Linn. Dioscoreaceae
Eucalyptus L´Herit. Myrtaceae Especies que
proveen leña,
madera,
postes, etc.
Empleos
Gliricidia H. B.& K. Leguminosae =F
Caesalpinia Linn. Leguminosae =C
Leucaena Berth. Leguminosae =M
Todo lo anterior cobra mayor connotación si se toma en consideración que de la flora
arbórea de Cuba se han reportado más de 1300 especies arbóreas, de las cuales 468
son endémicas, lo que representan aproximadamente más de 35% de especies
exclusivas de este país. Además, el archipiélago cubano exhibe una de las floras más
15
interesantes del mundo, ya que se destaca por poseer más de 6700 especies; de ahí su
alta diversidad y representatividad numérica con respecto al resto de las floras de otros
países antillanos (Fernández, 1999). Recientemente se ha indicado que de 1115
especies de árboles y arbustos representantes de las diferentes formaciones vegetales
cubanas, unas 800 (72%) son especies con marcada tendencia a la microfilia, 563 son
endémicas, lo que evidencia que la evolución en los ecosistemas cubanos tienden a la
resistencia a la sequía. De hecho, entre Cuba y el continente americano hay muchos
géneros de plantas compartidos, cuyas especies continentales tienen hojas grandes
mientras que los representantes cubanos exhiben hojas y ramas pequeñas y espinosas
(Tabloide de Universidad para Todos, 2007). Este último aspecto sugiere que es por
ello que la mayoría de los recursos fitogenéticos arbóreos y arbustivos forrajeros
existentes en el país posee tendencia a la microfilia.
Los elementos hasta aquí expuestos evidencian la importancia que poseen, de modo
particular, los recursos fitogenéticos arbóreos y arbustivos forrajeros y con otros usos, a
los cuales, aún cuando se les ha dedicado profundos e importantes estudios
relacionados con sus características productivas y sobre el papel que pueden
desempeñar dentro de los sistemas productivos, merecen todavía un lugar
imprescindible en el ámbito investigativo y sobre todo, una urgente expansión en los
sectores e identidades donde éstos pueden brindar un inconmensurable aporte a favor
de la mejora de la alimentación humana.
16
1.2 Claves Analíticas.
Entre los medios auxiliares que contribuyen al estudio de la botánica sistemática, tanto
con fines prácticos, de investigación o docente, se encuentran los herbarios, las claves
analíticas, las monografías y las fotografías, entre otros (Bonani, Urquiola y Beyra,
1987).
En particular las claves analíticas no son propiamente sistemas de clasificación, sino
que constituyen, según la definición dada por Quer (1975), como: ¨Medio auxiliar para
facilitar la determinación de las diversas entidades de un sistema vegetal, familias,
géneros y especies, con el uso de preposiciones contradictorias generalmente
acopladas, correspondientes a dos o más caracteres opuestos, entre las cuales se debe
elegir la opción apropiada, habida cuenta de las condiciones morfológicas o de otra
índole de la planta desconocida¨. La utilización correcta de las claves analíticas, es una
de las tareas más importante a la que se enfrenta el botánico o profesional de biología.
Modificando un concepto expresado por Yepes (1953), quien planteó que…“los árboles
y arbustos es la tesis de estudio”, “el botánico o profesional de biología es la antítesis:
los que plantean las interrogantes” y “las claves analíticas es la síntesis”, el
determinismo vegetal está limitado por el alcance hasta donde los especialistas son
capaces de llegar.
Rifá y Méndez (2010) plantearon que las claves analíticas surgieron como un método
propio de las ciencias biológicas a finales del siglo XIII, con los aportes de Jean Baptiste
de Monet de Lamarck. Charpace y Palacios (2011) plantearon también que este biólogo
y naturalista francés, se destacó en los años en que la botánica estaba muy ligada a la
medicina, y era una afición muy popular entre la nobleza que cultivaba en sus jardines
gran variedad de especies de flores y plantas traídas del extranjero. Esto hizo que
Lamarck se dedicara a la botánica pero con un espíritu científico. En 1778, publicó
“Flora Francesa”, obra en la que, por primera vez, se clasificaba sistemáticamente a las
plantas por medio de una clave dicotómica. Con posterioridad su uso se ha
generalizado en la investigación y en la gestión de los recursos naturales y han sido
incorporadas paulatinamente al proceso pedagógico e investigativo.
17
1.2.1 Importancia de las claves analíticas.
La situación económica actual obliga a buscar fuentes y alternativas de alimentos para
el ganado, incluso como un sustituto de algunos tipos de concentrados que se deben
importar. Los árboles y arbustos ocupan un importante papel en esta estrategia y por lo
tanto en la recuperación ganadera. Sin embargo, para llevar a cabo un adecuado
manejo, es necesario ante todo, la identificación de las especies que crecen de forma
natural o son introducidas en las áreas de producción, lo cual no resulta una tarea fácil
dada la diversidad y la complejidad de caracteres con valor diagnostico que estas
poseen. Es por ello que las claves analíticas juegan un papel sumamente importante en
la determinación de estos taxones.
Para la división del material en grandes grupos se utiliza la clave general. Las claves
especiales conducen hasta el nombre del género. Pero si al mismo género pertenecen
varias especies arbóreas, se debe encontrar una clave para identificar cada especie en
particular. Por lo regular el estudio de la muestra debe terminar con la confrontación del
ejemplar y la descripción completa que ofrece la literatura, tomando en consideración
los datos referentes a su distribución y ecología (Bisse, 1988).
1.2.2 Tipos de claves analíticas.
A pesar de la extensa literatura revisada, solo en pocas se encontraron indicaciones
sobre el uso de las claves, así como referencias relacionadas con los tipos de claves
(Méndez y Castellanos, 1994; Méndez, Castellanos, Guerra y Garcés, 1994; Anon,
2008; Ramírez, 2008; Rifá y Méndez, 2010 y Charpace y Palacios, 2011). Por ello se
considera necesario abordar estos aspectos en esta revisión como elemento de suma
importancia para la comprensión de este documento y su utilidad de uso.
1.2.2.1 Por su forma de entrada. (Ramírez, 2008 y Charpace y Palacios, 2011).
Los tipos de claves analíticas pueden ser dicotómicas, las que por su forma de entrada
puede ser sangrada (por su profundidad) o numérica (por su enumeración).
18
Profundidad de la Sangría
La profundidad de la sangría puede ser encabezada con números o letras ó sin ambas,
siempre siguiendo el criterio dicotómico a escoger la opción deseada.
Clave dicotómica indentada. En las claves indentadas, no presentan números al final de
la línea, se observa la secuencia en negritas y como una característica se subordina a
otra y sugiere continuar descartando las posibilidades.
Esta es la forma clásica que se utiliza en los tratados de floras: se manejan siempre por
el margen izquierdo, entrando a las preguntas que se correspondan en el nivel vertical,
correspondiendo ambas entradas en forma de escalera.
Por enumeración de las características.
Puede ser encabezada con números o letras, seguido por un signo más o menos para
diferenciar las alternativas.
Clave dicotómica paralela. En una clave paralela, usando el mismo ejemplo, se observa
la secuencia en negrita y, a medida que se descarta las posibilidades, las
características de la planta en cuestión se van presentando en la clave y cada
característica que se acepta, sugiere continuar en el número ubicado al final de la línea.
Puede presentar los números entre paréntesis al inicio de las características
dicotómicas, pues estos números indican la procedencia de las características que se
están comparando.
La clave dicotómica paralela, es el método más moderno y a la vez el más cómodo para
su operación. Es por ello que se recomienda, según las instrucciones de las revistas
especializadas, para representar las claves de identificación por cada autor en sus
respectivas publicaciones.
• Clave dicotómica. (Binomios).
Siempre se “pregunta” con dos condiciones contradictorias, marcadas por un número y
diferenciadas las dos alternativas por los signos más y menos. Es recomendable que el
19
usuario lea primero ambas preguntas, después trate de encontrar los caracteres
adecuados o indicados en la muestra que estudia, y elija la alternativa que se ajuste a la
muestra. Generalmente es remitido a otro número, donde procede hasta encontrar el
resultado final.
• Clave politómica. (Polinomios). (Anón, 2008 y Charpace y Palacios, 2011).
En estas claves analíticas se presentan conjuntos de más de dos caracteres, pero éstas
generalmente se utilizan para seleccionar grandes grupos.
• Clave sinóptica. (Ramírez, 2008 y Charpace y Palacios, 2011).
La claves sinópticas, a diferencias de las anteriores formas por lo general siempre
abordan caracteres morfológicos de las plantas y además, incluyen caracteres
ecológicos como el habitad en que se desarrolla y el hábito de crecimiento. Otra
variante que puede ser usada, es de forma pictórica, es decir, de forma ilustrada, lo que
facilita y crea habilidad visual de las características botánicas y del medio, de los
taxones en estudio. Es decir, que es la clave en la que los diversos taxas se separan en
un orden o secuencia filogenética mediante el empleo de características botánicas más
elementales, a menudo más difíciles de observar que las características superficiales.
Su destino puede ser dirigido a un territorio determinado o un grupo de plantas, en los
que, como parte de materiales colectados, los taxones pueden estar agrupados desde
el punto de vista taxonómico y/o ecológico.
- Clave artificial.
La mayoría de las claves utilizan características obvias o combinaciones de ellas para
ayudar a la rápida y certera determinación de la planta, las claves artificiales no siempre
tienen en consideración especial a la importancia botánica de las características o la
posición relativa de la planta dentro de la clave, sino que se construyen buscando
desarrollar algún objetivo, para adquirir habilidades en el manejo de las claves.
20
1.2.2.2 Por sus componentes y momentos. (Méndez, Castellanos, Guerra y Garcés,
1994).
Desde el punto de vista de sus componentes las claves pueden ser biosistemáticas ó
morfológicas. Estas pueden tener un perfil de investigación, cuando se aborda un
estudio profundo de un grupo de plantas al nivel que se desee, que permita hacer
interpretaciones según sus componentes taxonómicos, nomenclaturales y filogenéticos.
• Componentes del pensamiento biosistemático.
Los componentes del pensamiento biosistemático están relacionados con la propia
estructura de la sistemática como rama de la biología. La sistemática es la ciencia que
clasifica los organismos vivos, los ordena en un sistema y los nombra, para que el vasto
campo de biodiversidad quede dividido en grupos de pequeños y operantes. Estos
resultados se obtienen con métodos taxonómicos para ordenar y clasificar y
nomenclaturales (para nombrar). De aquí se derivan los dos primeros componentes:
Componente taxonómico: Se refiere al dominio de los principios, métodos y fines de la
clasificación. Se aplica en particular dentro de la biología, para la ordenación
jerarquizada y sistemática de los grupos de animales y de vegetales con sus nombres,
según al nivel que se desee.
Componente nomenclatural: Se refiere al dominio de los principios y prácticas para
nombrar las distintas unidades taxonómicas, así como conocer también los cambios
ocurridos en la posición y en el rango, además de los sinónimos más recientes con los
que se conocen algunas especies. El componente restante está relacionado con la
evolución de la sistemática.
En un principio los sistemas eran totalmente artificiales porque se confeccionaban por
un reducido grupo de caracteres, pero hoy día, los sistemas son mejor aceptados en la
medida que se incorporan mayor número de caracteres y manifiestan en mayor grado
las relaciones filogenéticas conocidas entre los organismos.
Componente filogenético: Se refiere al dominio de los principios y las prácticas de la
evolución. Esto es interpretar, no solo “… los cambios de las ontogenias en el curso de
21
la hologenia…”, sino también el origen y el desarrollo de los diversos órganos a través
de series filogenéticas. Conlleva a ver, en el descubrimiento de las relaciones de
parentesco.
Los tres componentes se desarrollan simultáneamente durante la formación profesional
del biólogo. En la medida que se estudian los diferentes grupos de organismos, se
abordan aspectos taxonómicos, nomenclaturales y filogenéticos que propicia una visión
sistemática integrada al transitar paulatinamente por los diferentes categorías hasta
completar una visión general del sistema.
• Por su componente morfológico.
La morfología es la parte de la biología que trata de la forma de los seres orgánicos y
de las modificaciones o transformaciones que este experimenta estructuralmente en
todas sus partes, es decir, en el caso de las plantas comprende los caracteres
vegetativos y reproductivos. En este caso los elementos morfológicos y fisiológicos
permiten una caracterización diagnóstica de los grupos taxonómicos.
• Momentos en el desarrollo del pensamiento biosistemático.
El pensamiento biosistemático se alcanza en tres momentos fundamentales. En cada
uno de ellos, los distintos componentes alcanzan niveles superiores de generalización e
interpretación de la información.
Momento descriptivo: Se alcanza cuando se es capaz de descubrir y caracterizar un
organismo vivo utilizando la terminología adecuada. De gran importancia resulta el
conocimiento de los elementos morfo - anatómicos, fisiológicos – nomenclaturales y
biogeográficos que permiten una caracterización diagnóstica de los grupos
taxonómicos.
Momento de diferenciación: Se alcanza cuando se es capaz de utilizar los principios y
técnicas de la sistemática y lograr la identificación con rapidez de los seres vivos
sometidos a análisis. Durante esta etapa, además de la descripción y la caracterización,
se necesita manejar caracteres diferenciales, para lo cual todas las fuentes de
22
información son útiles: desde los derivados de la experiencia personal, hasta las
apartadas por el significado etimológico de los nombres latinos.
Momento de generalización y aplicación: Se alcanza cuando se es capaz de utilizar la
sistemática para la interpretación de cualquier fenómeno biológico. Además de las
premisas logradas en las etapas anteriores, deben entenderse los conceptos
sistemáticos expresados en un número y en una clasificación como una serie completa
de abstracciones con valor de predicción.
1.2.2.3 Por el elemento principal de agrupación.
En este sentido las claves pueden ser diseñadas desde el punto de vista:
• Vegetativo.
En ésta sus elementos representativos son los tallos, las ramas y las hojas, ya que
éstas perduran prácticamente durante la mayor parte del año como parte del ciclo
biológico del vegetal.
• Reproductiva.
Las claves reproductivas abarcan un período menor, pero diferencian definitivamente
los taxas uno de otros, en función de sus órganos florales, sus frutos y sus semillas. No
obstante, en la creación de las mismas, existe una marcada tendencia de ser creadas
por la primera forma, buscando un estudio más exhaustivo de todas las posibles
variantes vegetativas, fundamentalmente en un profundo análisis foliar. De esta forma
este análisis enmarca definitoriamente los taxas uno de otros.
1.2.2.4 Por su orientación o uso.
• Clave de investigación.
Es la clave que tiene el fin de ampliar el conocimiento científico, sin perseguir, en
principio, ninguna aplicación práctica. Se utiliza cuando se aborda un estudio profundo
de un grupo de plantas, al nivel que se desee, que permita hacer interpretaciones
taxonómicas, evolutivas y filogenéticas.
23
• Clave docente. (Méndez y Castellanos, 1994 y Rifá y Méndez, 2010).
Durante los últimos años ha habido un interés creciente por incrementar la utilidad de
las claves analíticas su incorporación a la enseñanza superior y media, como una
importante vía para desarrollar la habilidad de identificación, permitir mayor
participación al alumno en el proceso docente y en general activar el estudio.
El uso de este tipo de instrumento lógico, tanto en la enseñanza como en el aprendizaje
sirve para poner en práctica los contenidos relativos a fitodiversidad. Para ello resulta
necesario potenciar el uso de aquellas claves analíticas que ya están elaboradas y
estimular a los docentes a confeccionar claves de textos especialmente destinadas al
contenido que se imparte.
• Juegos instructivos.
Los juegos instructivos también se pueden emplear en el aprendizaje de los
conocimientos adquiridos. Constituyen una forma de desarrollar las habilidades en el
manejo de claves analíticas interactivas, dentro del mundo vegetal o de las ciencias
naturales con usuarios de cualquier edad.
1.2.2.5 Destino de las claves. (Méndez y Castellanos, 1994).
• Territorial.
Son las claves destinadas a identificar los organismos que habitan en un área
determinada, ya sea en conjunto o agrupados por criterios taxonómicos y/o ecológicos.
En este sentido se ha dado prioridad a los alumnos insertados o vinculados a los
polígonos de práctica de campo y a los jardines de algunas escuelas de la enseñanza
media.
• Grupo.
Son aquellas destinadas a identificar organismos pertenecientes a grupos taxonómicos
y/o ecológicos. Dentro de ellas se confeccionan, ante todo, las de aquellos que se
incluyen en los programas docentes. En ambas se utilizan tanto los caracteres
24
reproductivos como somáticos pues, si bien los primeros no siempre están presentes en
el material colectado, son de gran importancia para las interpretaciones taxonómicas,
evolutivas y filogenéticas.
1.3 Claves automáticas. (Charpace y Palacios, 2011).
Por definición la clave automática es un sistema de determinación que mediante el uso
de un programa informático (aplicación informática) facilita la tarea de determinación de
una planta tratando de resolver los principales inconvenientes que presentan las claves
dicotómicas. No es más que la clave de texto que se automatiza y pasa a una forma
interactiva.
1.3.1 Elaboración de una clave de texto.
Según plantean Bonani, et al. (1987) y Bisse (1988) para la elaboración de una clave de
texto se deben seleccionar los caracteres más prominentes con valor diagnóstico, de
manera que permitan distinguir fácilmente las subdivisiones de cada uno de los grupos,
hasta que se arribe a la categoría buscada. Posteriormente Méndez y Castellanos
(1994) plantearon que la elaboración de claves es una actividad de gran rigor, cuyo
grado de dificultad aumenta en proporción directa al número de taxones que la integran.
Por ello, es que generalmente se construyen por profesionales de experiencia. No
obstante, especialistas botánicos de menor experiencia han alcanzado resultados
positivos como parte de su labor investigativa, aunque han trabajado a partir de los
materiales y la información acumulada por diferentes autores, cuyos resultados han sido
publicados con antelación.
1.4 Recursos electrónicos.
En otras latitudes del mundo existen recursos electrónicos elaborados de forma
interactiva, que pueden ser consultados de forma comprensible como guía de
identificación de la flora natural, para lo cual utilizan semillas o plantas, como el caso de
Malasia y Borneo (Malesian Key Group, 2004, Dransfield y Patel, 2005). También en
este sentido existen consultas taxonómicas en páginas Web (Kew 2005a; Mayo, 2006,
EPIC, 2009). Este medio se utiliza para realizar consultas de muestras de herbarios en
formas digital para llevar a cabo las comprobaciones taxonómicas (Kew, 2007), así
25
como también consultas globales en línea de recursos fitogenéticos al mantenerse la
información actualizada y revisada en los herbarios (Kew, 2005b).
Oriol (Comunicación personal) plantea que existen en Internet varios softwares sobre
taxonomía, entre ellos el denominado “Taxa”, que permite hacer claves y modificarlas,
así como también usar los programas del Office, según la necesidad del especialista,
para construir claves, hacer búsquedas de resultados, hasta el nivel deseado después
que se han validado.
Es posible afirmar que estos recursos ayudan a cumplir una de las iniciativas mundiales
sobre taxonomía, ya que permiten romper las barreras del impedimento taxonómico,
con lo que se cumple con los objetivos funcionales del Convenio sobre la Diversidad
Biológica, entre los que se encuentra: la valoración de necesidades taxonómicas; la
difusión de información taxonómica; la formación; la capacitación; la colaboración y la
atención a puntos focales nacionales. Además, con estos recursos se cumple con las
estrategias mundiales dirigidas a la conservación de las especies vegetales, ya que
éstos ayudan a comprender, a documentar; a conservar la diversidad vegetal y hacer un
uso sostenible de esta diversidad, permitiendo la educación y la capacitación con lo que
también se ayuda a cumplir la meta de diversidad biológica (China, Kate y Phyllida,
2003).
Según Pagés (1985) en Cuba se aplican técnicas computarizadas en la clasificación de
plantas, por primera vez, en un trabajo que recogía información del Jardín Botánico de
Cienfuegos, el cual se presentó en el Primer Simposio de Botánica celebrado ese año
en la Ciudad de La Habana.Este trabajo situaría al país en la avanzada de América
Latina con relación al procesamiento automatizado en la botánica.
En Cuba existen pocos trabajos de claves analíticas en forma interactiva. En el caso
particular de los recursos fitogenéticos arbóreos y arbustivos forrajeros y de otros usos,
Los primeros se desarrollaron utilizando formato de plataforma MS-DOS, durante la
década de los 90´ y fueron confeccionados en lenguaje de programación Turbo Basic,
versión 1.0, para máquinas IBM y compatibles (Microsoft Encarta, 2006). Estos trabajos
iniciales fueron realizados por Yepes (1992 y 1994) y Yepes y Barreto (1996).
26
También Rifá (2011) desarrolló el software denominado ¨Hebestigma¨ bajo plataforma
Windows el cual contribuye al desarrollo de habilidades para identificar y clasificar
organismos vegetales correspondientes a la División Magnoliophyta, el cual es
eficientemente utilizado por usuarios de la carrera de ciencias biológicas y de la
botánica en particular.
Existen experiencias de sistemas que no usan claves interactivas como forma de
entrada, sino como índices de listas de especies (Cordero, et al., 2003; Ramos et al.,
2007), donde se presentan otros soportes informáticos (Acrobat Reader Versión 5.0 y
Macro Media Flash) muy válidos a aplicar en este contexto.
En la actualidad el tema de claves interactivas es un reto que se debe seguir afrontando
para grupos botánicos de interés y para otros entes biológicos que así lo requieran. Los
resultados que se han alcanzado, por su alcance y nivel de aplicación, así lo justifican.
27
Capítulo 2. Basamentos y procedimientos para la confección de las claves
interactivas.
Inicialmente se llevó a cabo una revisión exhaustiva de las obras de referencia sobre la
flora de Cuba, así como en libros de texto, manuales para prácticas de laboratorio y en
revistas especializadas de interés. En esta revisión se incluyen las obras de autores
como Sauget y Lioger (1951 y 1953), Lioger (1964), Quer (1975), Sablón (1984),
Brewbaker (1987), Bisse (1988), Comisión Técnica de Fitomed II (1990), Wiersema y
Joseph (1990), Hammer, et al. (1992), Méndez (1993), Geilfus (1994), Barreto (1995),
Gómez, et al. (1997), Roig (1997), Bässler (1998), Betancourt (1999), Yepes (2001),
Cordero, et al. (2003), Anon (2008), González-Torres, et al. (2007) y García-Lahera
(2008).
Esta información sirvió para conformar las fichas botánicas de cada taxón a nivel de
familia, género y especie de interés, una clave de texto y una lista compilada a partir de
los caracteres diagnósticos seleccionados por cada autor consultado.
Con posterioridad se consultaron y verificaron las claves de texto redactadas en los
materiales de herbario procedente de la institución Jardín Botánico Nacional, que
atesora estas importantes bases de referencias (Anon, 1996) y además, se consultó la
terminología botánica y general. Para ello se utilizó a Quer (1975), la edición electrónica
del Diccionario Real de la Lengua Española (Millán y Millán, 1995) el gran diccionario
Larousse (Lara, et al., 1998.) y se hicieron consultas temáticas en la enciclopedia
Microsoft Encarta (2009) y Okawix (2009). Para verificar los cambios nomenclaturales,
según el taxón, se utilizó el Índex Kewensis (1997), así como otros materiales
impresos.
El software utilizado para el diseño de la clave fue el “Mediator Versión 9”. Esta es una
herramienta de paternidad intelectual de multipropósito lógico informático de primer
rango que permite crear presentaciones altamente profesionales sin requerir de
codificación; así como crear presentaciones de CD-ROM interactivas y el HTML
dinámico que “manda a llamar” los proyectos de Flash que se proyectan. Esta
herramienta es reconocida por su edición basada en iconos laureados (MatchWare
28
Copyright, 2011), con lo que se garantizó la calidad y rigurosidad del resultado
propuesto.
Como resultado del trabajo desplegado y previo a la creación de la clave interactiva se
llevó a cabo una revisión profunda y específica sobre la metodología clásica de
construcción de claves analíticas (Bonnani, et. al., 1987; Avilés y Méndez, 1993;
Méndez, et. al., 1994; Méndez; Castellanos, 1994; Leiva, 1999 y Rodríguez, 1999), las
que sirvieron para la elaboración de las claves de textos y su procedimiento.
Esta revisión se extendió a una búsqueda minuciosa en Internet, a través de páginas
consultadas usando el rastreador Google, en respuesta al término “Claves analíticas¨,
¨dicotómicas¨, ¨politómicas¨ o ¨múltiples¨, ¨sinópticas¨, ¨en bloques¨, ¨interactivas¨, ¨de
texto¨ y ¨escrita¨, ¨policlaves¨, ¨criterio dicotómico¨, ¨taxas¨, así como: ¨herramienta
informática¨, ¨aplicación informática¨, ¨multimedia¨, ¨recursos genéticos¨ y ¨recursos
fitogenéticos¨, todo ello para conformar una base bibliográfica actualizada de los temas
que conforman este documento, además de la información adquirida a través de la
participación en eventos científicos y software como herramientas de consultas y de
trabajo.
En la búsqueda que se llevó a cabo, en respuesta a los términos mencionados
inicialmente se encontraron nuevos términos como “Claves automáticas¨, ¨Claves
taxonómicas¨ y ¨Claves botánicas¨.
De esa búsqueda se obtuvieron informaciones de claves analíticas de los diferentes
autores consultados las cuales fueron debidamente compiladas. Posteriormente se creó
el listado del estudio de los taxones arbóreos y arbustivos forrajeros y con otros usos;
se construyó una dendrita cada vez que fue necesario para conocer visualmente todos
los caminos lógicos a la hora de insertar la información nueva y por último se
confeccionó la clave de texto final con su glosario, donde se definen los términos
utilizados en dicho texto con el fin de ayudar al usuario a comprender mejor los
significados de algunas terminologías y con ello facilitar el manejo de la clave.
29
Capítulo 3. Resultados y discusión.
3.1 Claves analíticas.
Para la reconstrucción de las claves de textos (taxonómicas) y la subsecuente creación
de la clave interactiva, se tomó como base, de forma especial la clave de texto de Bisse
(1988) (Apéndice 1, 2 y 3), y se tomó información botánica de claves de textos
tradicionales de varios autores, entre ellos Barreto (1995), Bässler (1998), Brewbaker
(1987) y Méndez (1993). Este procedimiento se llevó a cabo de forma dicotómica para
la identificación directa de cualquiera de los géneros de árboles y arbustos
representados en la flora de Cuba, así como de géneros y especies introducidas del
área neotropical y paleotropical.
Para la incorporación de los nuevos géneros se partió de una lista de taxones de interés
para el país. En las tablas 5, 6a, 6b y 6c está compilada la información de varios
autores que reportan las especies incluidas en la clave original, en la que se encuentra
su localización de manera tal que posibilite consultar la nomenclatura y descripción
botánica de cada taxón.
En la tabla 6a, 6b y 6c se informan las especies evaluadas desde el punto de vista
pecuario, en función del nivel de aceptabilidad: bien ramoneadas (tabla 6a),
medianamente ramoneadas (tabla 6b) y no ramoneadas (Tabla 6c) (Machado et. al.,
2006 y Toral 2006), No obstante a esta información se le agregó el clasificador de cada
taxón botánico, fungiendo así como referencia completa para especialistas no
botánicos, Esta búsqueda se llevó a cabo con el Index Kewensis (1997).
A partir de los estudios realizados (Anón, 1996; García-Lahera, 2008 y Lascano, et al.,
2005), se procesaron las tablas 5, 6a, 6b y 6c, 7 y 8. En este proceso se obtuvo toda la
información botánica de cada taxón de interés agropecuario, según el índice de las
familias y géneros y su localización en las bibliografías botánicas de referencia de la
flora de Cuba, a nivel de las diferentes categorías taxonómicas; además se obtuvo la
información del nombre científico, su clasificador y su localización en el Herbario del
Jardín Botánico Nacional (HAJB), de acuerdo con el catálogo de plantas de esta
institución (Anón, 1996).
Es importante resaltar que en este último catálogo cada taxón tiene su número de
identificación. Este número consta de sietes dígitos, los dos primeros corresponden al
30
año de colecta y los cincos restantes al número consecutivo de acceso por año. Esta
codificación para cada taxón de interés es importante para cualquier necesidad de
aclaración de la identidad de cualquier espécimen y, además sirve de guía para
cualquier listado o trabajo que se desee llevar a cabo con determinados taxones.
Con el fin de viabilizar la comprensión de las claves analíticas parciales modificadas se
indica a continuación la leyenda aclaratoria para los apéndices 1, 2 y 3.
Leyenda de los apéndices 1, 2 y 3 (Claves analíticas):
• En las claves los textos subrayados y los textos en negrita a la izquierda
corresponden a los caracteres diagnósticos vegetativos de nueva incorporación. Los
géneros subrayados que se encuentran a la derecha corresponden a los incorporados a
la clave inicial.
• En la clave 5. El texto subrayado en negrita, subrayado doble, subrayado punteado y
en letra cursiva, corresponden a los caracteres diagnósticos vegetativos incorporados
para cada género. Los géneros subrayados que se encuentran a la derecha
corresponden a los incorporados a la clave.
Apéndice 1. Claves analíticas parciales modificadas. Clave 3.
001+ Hojas palmeadas…...................................................................................... 2
001- Hojas pinnadas…......................................................................................... 1.1
001.1+ Hojas bipinnadas……................................................................................... 1.2
001.1- Hojas grandes en el tope en forma de penacho…....................................... 1.2
001.2+ Hojas trifoliadas…........................................................................................ 8
001.2- Tronco derecho y desprovisto de ramas………………………………….…... 1.3
001.3+ Tronco que puede llegar a medir 1 m de diámetro…................................... 1.3
001.3- Tronco de aspecto de helecho arborescente….............................Schizolobium002+ Folíolos sentados, tronco hinchado, corteza verde.......................Bombacopsis
002- Folíolos peciolados…................................................................................... 3
003+ Hojas opuestas…......................................................................................... 5
003- Hojas ocasionalmente opuestas…............................................................... 3.1
003.0+ Hojas no opuestas….................................................................................... 4
31
003.0- Hojas deciduas o alternas…........................................................................ 3.1
003.1+ Hojas alternas u ocasionalmente opuestas………………………….……..... 3.2
003.1- Hojas pinnnadas…………………………………………………………………. 3.2
003.2+ Hojas pinnadas y raramentes unifoliadas…………………………………….. 3.3
003.2- Hojas pinnadas y caducas……………………………………………………… 3.3
003.3+ Estípulas ausentes y hojas bipinnadas....................................................... Melia
003.3- Folíolos numerosos y opuestos............................................................. Moringa
004+ Envés de los folíolos, carmelita-tomentoso; hojas muy grandes; árboles
delgados, poco ramificados………………………………………… Didymopanax
004- Hojas lisas; árboles gruesos con una copa ancha………..………..……… Ceiba
***
018+ Ramas con espinas estipulares………………………………………………. 19
018- Ramas sin espinas estipulares……………………………………………….. 22
019+ Hojas sin glándulas en el raquis............................................................... Acacia019- Hojas con glándulas……………………………………………………………. 19.1
019.1+ Hojas con glándulas en el raquis……………………………………………... 20
019.1- Pecíolo con una glándula elíptica en la base del par………………… Leucaena
020+ Folíolos aovados u obovados...................................................... Chloroleucum
020- Folíolos lineales………………………………………………………………… 21
***
026+ Hojas con un par de pinnas........................................................ Pithecellobium026- Hojas bipinnadas……………………………………………………………….. 26.1
026.1+ Pecíolo con una glándula sentada…………………………………. Enterolobium
026.1- Hojas con más de un par de pinnas………………………………………….. 27
027+ Raquis con varias glándulas en los lugares donde están insertadas las
pinnas... ……………………………………………………………..Pithecellobium
027- Hojas con una glándula normalmente situada en el pecíolo.…………Lysiloma
028+ Hojas con raquis hirsutos; folíolos lisos...................................... Pithecellobium028- Folíolos hirsutos en el envés………………………………………………….. 29
029+ Folíolos lineales.......................................................................................Albizzia
029+ Folíolos no lineales…………………………………………………………….. 30
030+ Folíolos obovados....................................................................................Albizzia
32
030- Folíolos asimétricamente lanceolados, casi romboides........................Samanea
031+ Hojas paripinnadas…………………………………………………………….. 32
031- Hojas imparipinnadas………………………………………………………….. 31,1
031,1+ Hojas uno foliadas……………………………………………………………… 31,2
031,1- Hojas con más de un folíolos…………………………………………………. 51
031,2+ Hojas simples bi lobuladas...........………………………………………...Bauhinia
031,2- Folíolos plurinerviados......................................…………………….…....Bauhinia032+ Hojas con un par de folíolos…………………………………………………... 33
032- Hojas con más de un par de folíolos…………………………………………. 35
***
085+ Nervios laterales bien visibles en ambas caras 86
085- Nervios laterales incospicuos en la haz...................................................Andira086+ 5 folíolos…………………………………………………………………...Metopium
086- + 7 folíolos 87
087+ 7-9 folíolos......................................................................................Hebestigma
087- 3-7 folíolos………………………………………………………..………...…Ateleia
Apéndice 2. Claves analíticas parciales modificadas. Clave 4. 001+ Hojas verticiladas…………………………………………………………….. 2 001- Hojas opuestas………………………………………………………………. 1.1 1.1+ Hojas opuestas y aserradas……………………………………………….. 4.1
1.1+ Hojas opuestas………………………………………………………………… 4
002+ Ápice de las hojas, espinoso – mucronado……..……………………….Rheedia
002- Ápice de las hojas, no espinoso – mucronato…………………………....... 3
003+ Hojas aovadas o elípticas; ápice obtuso o redondeado. Planta sin látex...
.....................................................................................................Macrocatalpa
003- Hojas lanceoladas u oblongas; ápice más o menos agudo. Planta con
látex blanco…………….………………………………………………….Rauwolfia4.1+ Las ramas poseen nudos muy pronunciados………………………………. 4.2
4.1- Hojas ampliamente ovadas; de base cordiforme, a veces obtusas y
ápice agudo …………………………………………………………………….
4.2
4.2+ Hojas opuestas y aserradas………………………………………………….. 4.3
33
4.2- Hojas con borde dentado o festonado; nerviación pennada……………… 4.3
4.3+ Hojas verdes muy oscuras por el haz y mas clara por el envés…..Trichantera
4.3- Nervios secundarios; de color verde y glabras en la haz, verde
y pálido y ligeramente pubescentes en el envés…………………..……Gmelina
004+ Hojas en forma de escamas y de agujas pequeñas………………... Juniperus
004- Hojas mayores y con láminas desarrolladas……………………………….. 5
*** Apéndice 3. Claves analíticas parciales modificadas. Clave 5. 061+ Hojas bilobuladas; envés blanco-tomentoso…………………………….Grevillea 061- Hojas simples………………………………………………………………….. 61.1 61.1+ Hojas lobuladas o sinuadas………………………………………………….. 62
61.1- Hojas redondeadas en la base o un poco acorazonadas aovadas,
aserradas a veces Lobuladas………………………………………………..
61.2
61.2+ Hojas abruptamente acuminadas…………………..…………………..……Morus
61.2- Hojas comúnmente con largo pecíolo…………………………………… 61.3
61.3+ Hojas dentadas o a veces lobuladas………………………….…..………… 61.4
61.3- Hojas lobuladas o enteras………………………………….……………… 61.4
61.4+ Estípulas comúnmente presentes…………………………………………… 61.5
61.4- Hojas densamente estrellado-pubescentes en el envés, menos en el haz……………………………………………………………………………
61.5
61.5+ Hojas 3-nervias, dentadas y pecioladas 61.6
61.5- Hojas aserradas o sinuadas en el margen…………..……….…...Malvaviscus
61.6+ Hojas deciduas y estípulas comúnmente libre o poco menos………Boehmeria
61.6- Hojas con folíolos digitados o reducidas a escamas……..……………….. 61.7
61.7+ Hojas alternas, enteras ó 3 lobuladas………………………………………. 61.8
61.7- Hojas con estípulas mayormente pequeñas………………………………. 61.8
61.8+ Hojas mayormente 3-5 lobuladas, de 7-20 cm………………….……..… 61.9
61.8- Hojas redondeadas-aovadas en la base…..........................................… 61.9
61.9+ Hojas hispidulas arriba, canescentes en el envés………………..….…… 61.10
61.9- Hojas cortamente 3-5 lobuladas ó 3-5 angulosas…………….……….….. 61.10
61.10 Hojas con base cuneada, decurrente en el pecíolo.……………………...Tithonia
61.10- Hojas a veces pelosas en el envés………………………………………….. 61.11
34
61.11 Hojas con lóbulos acuminados………………………………………..…... Tithonia
61.11- Hoja de 5-7 nervios, palmeados en la base………………….………..… Jatropha062+ Envés de las hojas, grisáceo-tomentoso; margen sinuado; hojas de
Menos de 10 cm de largo..………………………………….………………Quercus
062- Hojas glabras…………………………………………………………………... 63
***
Tabla. 5. Listado de especies de interés. Familia Especie Nombre
vulgar Nomenclatura Descripción
botánica
Meliaceae Azadirachta indica Juss
(Melia azaadirachta L.)
Paraíso o
Nim
F- 233
D- 93
F-235 T2-415
E-605
Urticáceae Boehmeria nivea Gaudich Ramié IK no T2-69
Euphorbiáceae Cnidoscolus chayamansa
McVaugh.
Cnidoscolus urens Arthur.
-
Chaya
IK
IK y T3-78
no
T3-77
Sterculiáceae Guazuma ulmifolia, Lam.
(tomentosa HBK.)
Guásima de
caballo
S-108 T3-284 B-304
Euphorbiáceae Jatropha curcas. Linn. Piñón de
botija
B-154 y IK B-154 T3-75
Moráceae Morus alba L. Morera P-120 P-120
Asteraceae Tithonia diversifolia
(Hemsl.) A. Gray.
Botón de oro T5-201 C-115 T5-201
Acanthaceae Trichanthera gigantea (H.
et B.) Nees.
Madre de
agua o
Nacedero
C-67 C-67
Leyenda: F: Betancourt, B. A. 1999. T2: Sauget, J. y Lioger, E. 1951.
D: Mercedes, A; S. P. 1984. E: Geilfus, F. 1994.
IK: Index Kewensis. 1997 K2: Hammer, K., et al. 1992.
S: Suplemento del flora de Cuba. 1974. B: Bisse, J. 1988.
P: Quer, F. P. 1962. C: Gómez, M. E; et al. 1997.
El número que se utiliza como ejemplo en “nomenclatura” es la página del documento que se
refiere en la bibliografía (ej.: 233).
35
Tabla 6a. Especies en función del nivel de aceptabilidad evaluada con animales.
Especies bien ramoneadas (Tomado de Toral, 2006).
Albizzia lebbeck Benth. *
Bauhinia purpurea Linn. **
Bauhinia sp. *
Bursera simaruba Sarg. **
Cnidoscolus chayamansa McVaugh. *
Enterolobium cyclocarpum Griseb. **
Erythrina berteroana Urb. **
Gliricidia sepium H. B & K. **
Leucaena leucocephala (Lam.) de Wit. CIAT-8069 **
Leucaena leucocephala (Lam.) de Wit. CIAT-9415 **
Leucaena leucocephala (Lam.) de Wit. CIAT-9421 **
Leucaena leucocephala (Lam.) de Wit. CIAT-9437 **
Leucaena leucocephala (Lam.) de Wit. CIAT-17223 **
Leucaena leucocephala (Lam.) de Wit. CIAT-17480 **
Leucaena leucocephala (Lam.) de Wit. CIAT-18481 **
Leucaena leucocephala (Lam.) de Wit. CIAT-18483 **
Leucaena leucocephala (Lam.) de Wit. CIAT-7872 **
Leucaena leucocephala (Lam.) de Wit. CNIA-250 **
Leucaena leucocephala (Lam.) de Wit. CIAT-17498 **
Leucaena leucocephala (Lam.) de Wit. cv. Cunningham **
Leucaena macrophylla (Lam.) de Wit. CIAT-17240 **
Morus sp. ** Leyenda: Página 37.
36
Tabla 6b. Especies en función del nivel de aceptabilidad evaluadas con animales.
Especies medianamente ramoneadas (Tomado de Toral, 2006)
Albizzia berteriana Fawcett & Rendle. *
Albizzia caribaea Britton et Rose. *
Albizzia cubana Britton & P.Wilson. *
Albizzia kalkora Prain. *
Albizzia lucida Benth. *
Albizzia odoratissima Benth. *
Albizzia procera Benth. *
Albizzia saman F. Muell. *
Bauhinia acuminata Linn. *
Bauhinia candicans Benth. *
Bauhinia malabarica Roxb. **
Bauhinia reticulata DC. **
Bauhinia variegata Linn. *
Bauhinia candida Roxb. = variegata. *
Brosimum alicastrum Sw. *
Caesalpinia sappan Linn. *
Cassia grandis Linn. f. *
Enterolobium contortisiliquum Morong. **
Erythrina indica Lam. **
Gmelina arborea Roxb. **
Guazuma ulmifolia Lam. **
Lonchocarpus longistylus Pittier. *
Lonchocarpus punctatus H.B. & K. *
Lysiloma latisiliqua Benth. *
Millettia ovalifolia Kurz. **
Morus alba L. **
Pithecellobium discolor Britt. **
Samanea saman (Jacq.) Merrill. **
Schizolobium sp. -
Trichanthera gigantea Humb. & Bonpl. ex Steud. *
37
Tabla 6c. Especies en función del nivel de aceptabilidad evaluadas con animales.
Especies no ramoneadas (Tomado de Toral, 2006).
Albizia falcata Backer ex Merrill *
Pterocarpus sp. -
Bauhinia pauletia Pers. *
Bauhinia retusa Roxb. **
Erythrina variegata Linn. *
Pitheccellobium dulce (Roxb.) Benth. **
Malvaviscus arboreus Cav. *
Leyenda de las tablas 6a, 6b y 6c: -No se encuentra la referencia del clasificador de la especie o el nombre de la especie no se conoce (). (sp.) Especie no clasificada. * Referencia de la información según el Index Kewensis (1997). ** Referencia de la información según el Herbario del Jardín Botánico Nacional (HAJBN) (Anón, 1996).
38
Tabla 7. Índice de las familias según García–Lahera (2008). No. Familia FC pág. S FRC Página en la referencia. 1 Acanthaceae IV 481 127 - 12 2 Anacardiaceae III 146 - - 12 3 Asteraceae 1 V 176 129 - 12 4 Burseraceae II 406 - - 12 5 Caesalpinaceae 2 II 253 74 Cb 24 12 6 Euphorbiaceae III 38 87 - 13 7 Fabaceae 3 II 286 75 Cb 24 13 8 Malvaceae III 239 105 13 14 9 Meliaceae II 411 84 10(5) 14
10 Mimosaceae II 225 72 2 15 11 Moraceae II 43 50 - 15 12 Moringaceae II 208 - 10 (6) 15 13 Sterculiaceae III 278 108 - 16 14 Urticaceae II 56 51 - 16 15 Verbenaceae IV 279 123 7 (3) 16 16 Viticaceae 4 16 Leyenda de las tablas del índice de las familias. FC: número del volumen en el que se encuentra la familia en la obra "Flora de Cuba". pág.: página en el volumen correspondiente. S: página en el "Suplemento de la Flora de Cuba”. FRC: “Flora de la República de Cuba”. Cb: publicaciones en la revista "Collectanea Botánica" y página. Leyenda de novedades taxonómicas / datos interesantes (Sinonimia). 1 = (Compositae) 2 = (Leguminosae) 3 = (Leguminosae=Papilionaceae) 4 = (Excluida de Verbenaceae)
39
Tabla 8. Índice de los géneros según García – Lahera (2008). No. Género Familia División Nov. FC FRC AC Página en la
Referencia
1 Aleurites Euphorbiaceae Magnoliophytina III 80 - - 19
2 Ateleia Fabaceae Magnoliophytina II90
S75
- 164 23
3 Bauhinia Caesalpinaceae Magnoliophytina II254 Cb24
p117
- 24
4 Boehmeria Urticaceae Magnoliophytina II 68 - - 25
5 Cnidoscolus Euphorbiaceae Magnoliophytina III77 - 155 33
6 Enterolobium Mimosaceae Magnoliophytina no II227 2,p151 - 41
7 Gmelina Viticaceae 1 Magnoliophytina - - - 45
8 Hibiscus Malvaceae Magnoliophytina III251
S105
13 p9 202 48
9 Jatropha Euphorbiaceae Magnoliophytina III75 - 154 51
10 Leucaena Mimosaceae Magnoliophytina II244
S73
2 p56 232 54
11 Melia Meliaceae Magnoliophytina no II415 10(5)
p7
- 58
12 Moringa Moringaceae Magnoliophytina no II208 10(6)5 - 60
13 Morus Moraceae Magnoliophytina II51 - - 60
14 Schizolobium Caesalpinaceae Magnoliophytina - - - 76
15 Tithonia Asteraceae Magnoliophytina V200 - - 82
16 Trichanthera Acanthaceae Magnoliophytina - - - -
17 Urera Urticaceae Magnoliophytina II67 - - 84
Leyenda: Nov.: Novedades taxonómicas / datos interesantes. no: Género no espontáneo en Cuba. I II III IV V = Tomos de la obra "Flora de Cuba". FC: "Flora de Cuba". FRC: “Flora de la República de Cuba” – Fascículos. AC: “Àrboles de Cuba”. p: página en la que se encuentra la familia en el volumen correspondiente. S: página en la que se encuentra la familia en el "Suplemento de la Flora de Cuba”. Cb: publicaciones en la revista "Collectanea Botánica" y su página. 1 = (Excluida de Verbenaceae).
40
Aunque los métodos y técnicas utilizados en este estudio se corresponden con los de
uso rutinario en trabajos de taxonomía vegetal (Parrado, 2006), en la esfera
agropecuaria, de forma particular, no es muy común encontrar taxónomos y
conservadores preparados para el desarrollo de esta tarea, como lo afirmó China, et al.
(2003).
Las definiciones que vinculan las taxonomías al entorno digital, según Centelles (2005),
destacan como finalidades prioritarias la mejora de la navegación y el desarrollo de
sistemas de búsqueda basados en la exploración y en la recuperación. Si se modifica
esta aseveración es posible plantear que la categorización automática se fundamenta
en algoritmos que analizan las secuencias de palabras de los documentos, identifican
patrones de comportamientos de las palabras a partir de variables como la colocación,
orden y proximidad, entre otras y agrupan la información que se presenta en la
búsqueda, lo que agiliza esta labor.
Afirmando lo anterior (Anon, 2008), al identificar una planta el método más rápido es
recurrir a un experto, pero no siempre existe esta posibilidad. Un segundo método
consistiría en la comparación de la planta con otros ejemplares que ya se encuentran
identificados, por ejemplo consultando en un herbario, en un jardín botánico, en un libro
con descripciones completas e ilustraciones, entre otras posibilidades, pero este
método consume una gran cantidad de tiempo, además de contar con colecciones
completas y confiables. El tercer método es utilizar claves de identificación. De ahí su
importancia.
Charcape y Palacios (2011) plantean que las claves de identificación contienen la
información de los caracteres más sobresalientes de un taxón, tanto aquellos caracteres
comunes que los agrupan entre sí, como aquellos que los diferencia de los demás. Por
ello en el momento de aplicar una clave, se debe tener en cuenta si la muestra posee
todos los elementos u órganos que la clave menciona. El usuario de las claves debe
observar la planta (o la muestra) y optará por una u otra proposición de la clave,
generalmente, la que se ajuste más a la muestra en cuestión, lo que indica el alto grado
de habilidad que este último debe poseer.
41
Idealmente las claves deben ser dicotómicas. Ello significa que deben ofrecer dos
alternativas breves y contrastantes de elección de características objetivas en cada
paso o etapa de la clasificación. En algunas especies la escala de características
coincidirá en determinados puntos, o bien algunas de estas características son
estacionales y no se presentan en todos los ejemplares. Por ello a menudo resulta
necesario recurrir a una o más características secundarias para refrendar con precisión
la identificación o determinación. Por supuesto, las mejores características para
emplear una clave son aquellas que además de ser fácilmente observables, sean
también las más constantes durante el ciclo fenológico de la planta a identificar.
Según Charcape y Palacios (2011) también se está de acuerdo en que la mayoría de
las claves utilizan características obvias o combinaciones de ellas que ayudan a la
rápida y certera determinación de la planta, sin dedicar ninguna consideración especial
a la importancia botánica de la característica en sí, o a la posición relativa de la planta
dentro de la clave. Tales claves se conocen como claves artificiales.
Las claves construidas metodológicamente tienen que ser lo más breves y sencillas, por
ello frecuentemente se establece que una sola clave comprenda solo las plantas de una
zona o de un grupo de plantas en particular. Para ello se subdividieron las claves de la
forma más práctica posible. Cuando se tienen muchas entidades, como la flora local o
regional, de ello resulta una serie de claves y por lo general se inicia con una clave que
agrupe a las diversas familias que han de quedar comprendidas en el estudio. Bajo
cada familia figurará una clave, o una serie de claves, para los géneros de esa familia y
luego para cada género intervendrán las claves necesarias para las especies que
conforman a dicho género.
Sea cual fuere la clave que se use, o la facilidad con que una planta parezca quedar
tipificada con la clave correspondiente, la determinación siempre debe verificarse
mediante la minuciosa referencia a una descripción más completa de la planta y, si es
necesario, su comparación con un ejemplar similar de herbario en el que se suponga
correctamente determinada.
Por lo regular se publican los resultados de grupos de plantas estudiados y clasificados
y, comúnmente no se explica la metodología de construcción técnica de la clave. En
42
este sentido Risco (2009) plantea que tradicionalmente no se hacen arreglos en claves
ya confeccionadas por otros autores, sino que se extrae la información del grupo en
estudio, se analiza y se llevan a cabo los nuevos arreglos y es que entonces se
publican.
Por las razones anteriores en este documento se partió de la premisa de mantener
inalteradas las claves anteriormente confeccionadas por otros autores. De modo
particular, en este caso se mantuvo la clave desarrollada por Bisse (1988), pero se
agregaron nuevos géneros y especies de interés de manera tal que fuera más útil la
clave desarrollada al propiciar la identificación de un mayor número de plantas en
cualquier lugar deseado con lo que se mejora la validez de los resultados.
Para la confección de las claves interactivas se elaboró un listado en orden alfabético
con todos los géneros que serían involucrados (Listado 1). Con posterioridad se
estudiaron los caracteres que pudieran tener valor diagnóstico, confeccionando una
dendrita en la que se discriminan los taxas de forma sucesiva, siguiendo pares de
caracteres mutuamente excluyentes hasta precisar el conjunto de premisas que
permiten identificar a cada uno de ellos en particular. Finalmente se redactó el texto,
concatenando los diferentes niveles de la dendrita.
Listado 1. Géneros ordenados por claves. Claves generales Clave 1
Acoelorraphe, Acrocomia, Bactris, Calyptronoma, Coccothrinax, Cocos, Colpothrinax,
Copernicia, Gastrococos, Gaussia, Prestoea, Pseudophoenix, Roystonea, Sabal,
Thrinax.
Clave 2
Casuarina, Dendrocereus, Euphorbia, Ritterocereus.
43
Continuación del listado 1
Clave 3
Acacia, Albizzia, Allophylus, Alvarodoa, Amyris, Andira, Ateleia, Bauhinia, Behaimia,
Belairia, Bombacopsis, Bursera, Caesalpinia, Carapa, Cassia, Cedrela, Ceiba,
Chloroleucum, Comocladia, Cupania, Cynometra, Dichrostachys, Didymopanax,
Ekmanianthe, Enterolobium, Erythrina, Exothea, Fraxinus, Gliricidia, Guaiacum,
Guarea, Guibourtia, Haematoxylon, Hebestigma, Huertea, Hymenaea, Hypelate, Inga,
Jacaranda, Juglans, Leucaena, Lonchocarpus, Lysiloma, Matayba, Melia, Melicocca,
Metopium, Moringa, Parkinsonia, Peltophorum, Picrasmia, Picrodendron, Piscidia,
Pithecellobium, Poeppigia, Prosopis, Protium, Samanea, Sapindus, Schizolobium,
Simarouba, Spirotecoma, Spondias, Swartzia, Swietenia, Tabebuia, Thouinidium,
Trichilia, Turpinia, Vitex, Weinmannia, Zanthoxylum.
Clave 4
Amomis, Antirhea, Avicennia, Byrsonima, Calophyllum, Calycophyllum, Calyptranthes,
Cameraria, Casasia, Cephalanthus, Chimarrhis, Chione, Citharexylum, Clerodendrum,
Clusia, Conocarpus, Elaeodendrum, Eugenia, Exostema, Faramea, Garrya, Genipa,
Gmelina, Gomidesia, Guapira, Guettarda, Gyminda, Haenianthus, Henriettella,
Juniperus, Krokia, Laguncularia, Linociera, Macrocatalpa, Mammea, Miconia, Morinda,
Mouriri, Mozartia, Myrcia, Myrtekmania, Neobracea, Pachyanthus, Petitia, Pimienta,
Pseudocarpidium, Rauwolfia, Rhacoma, Rheedia, Rhizophora, Synapsis, Tabebuia,
Tabernaemontana, Tetrazygia.
44
Continuación del listado 1
Clave 5
Adelia, Alchornea, Aleurites, Amyris, Annona, Artocarpus, Atkinsia, Avicennia,
Bambusa, Beilschmiedia, Boehmeria, Belotia, Bourreria, Brosimum, Brya, Buchenavia,
Bucida, Bumelia, Capparis, Carpodiptera, Cascaria, Castilla, Cecropia, Celtis,
Chlorophora, Cinnamodendron, Cleyera, Cnidoscolus, Coccoloba, Cochlospermun,
Cordia, Colubrina, Chrysophyllum, Crescentia, Croton, Cyrilla, Dendropanax,
Diospyros, Dipholis, Doerpfeldia, Drypetes, Ehretia, Enallagma, Erythroxylon, Ficus,
Freziera, Gossypiospermum, Grevillea, Guatteria, Guazuma, Gymnanthes, Henriettella,
Hibiscus, Hildegardia, Hippomane, Hirtella, Homalium, Hura, Hyeronima, Ilex,
Jambosa, Jatropha, Lagetta, Laplacea, Laurocerasus, Leucocroton, Licaria, Luehea,
Lunania, Lyonia, Magonolia, Malvaviscus, Manilkara, Mappia, Mastichodendron,
Mettenia, Micropholis, Moacroton, Morus, Muntingia, Myrtekmania, Nectandra,
Ochroma, Ocotea, Oxandra, Pera, Persea, Phlebotaenia, Phyllostylon, Phoebe, Pinus,
Plumeria, Podocarpus, Pouteria, Pseudocarpidium, Pseudolmedia, Quercus, Rapanea,
Rhodocactus, Rochefortia, Sapium, Sarcomphalus, Sloanea, Sterculia, Styrax,
Symplocos, Talauma, Tapura, Terminalia, Tetralix, Thespesia, Tithonia, Trema,
Trichantera, Trophis, Vaccinium, Victorinia, Xylopia, Zizyphus, Zuelania, Urera.
Leyenda: Textos subrayados corresponden a taxones introducidos.
En las claves analíticas elaboradas por Bisse (1988) se identificó que éstas fueron
confeccionadas sólo para árboles. Sin embargo, como parte de los resultados
innovadores se incluyó una selección de taxas de porte arbustivo también de interés,
principio que coincide con el propuesto con Charcape y Palacios (2011) de resolver los
principales inconvenientes que poseen las claves dicotómicas; ya que éstas deben
servir para determinar cualquier planta. En este sentido si las claves están bien
construidas lo ideal es que el número de pasos para determinar una planta sea el
mínimo, aunque ello no es siempre posible. También puede ocurrir que la organización
de las parejas de caracteres conduzca a un proceso largo hasta la determinación de la
planta que aparece al final de la clave.
45
Además las claves dicotómicas necesitan que estén a disposición todos los caracteres
que se piden, ya que en otro caso no se podría avanzar a no ser que se establezcan
presunciones que se deben contrastar. Esto se puede solucionar en parte, si en una
misma dicotomía se incluyen descripciones de más de un carácter pero no siempre es
posible.
Por otra parte las claves, en general, precisan que se conozcan todos los términos que
se utilizan. En Botánica, a menudo son necesarios una gran cantidad de estos términos
técnicos, lo que hace más difícil la utilización de dichas claves si no están acompañadas
de un glosario, asequible en la clave interactiva propuesta.
También Charpace y Palacios (2011) plantean el concepto de claves automáticas.
Según estos autores se trata de un sistema de determinación que, mediante el uso de
un programa informático (Software), facilita la tarea de determinación de una planta
tratando de resolver los principales inconvenientes que presentan las claves
dicotómicas. De ahí que se coincida en el modo de confeccionar claves dicotómicas en
correspondencia con lo discutido anteriormente.
Es importante detallar varios aspectos en el momento de confeccionar claves
dicotómicas. Para ello la primera palabra de cada encabezado debe ser idéntica. Los
dos componentes de la pareja deben ser contradictorias de tal manera que una parte
contenga una característica y no la otra. Evitar el uso de rangos superpuestos o
generalidades vagas en las parejas, por ejemplo: 4 a 8 mm versus 6 a 10 mm; grande
versus pequeño, etc. Las parejas deben escribirse haciendo aseveraciones positivas.
Como ejemplos: evitar hojas estrechas versus hojas no estrechas, usar rasgos
rápidamente observables, evitar usar ubicación geográfica como única separación.
Puede ser necesario proporcionar 2 sets de claves en algunos grupos; material en fruto
versus material en flor, vegetativo versus en flor, y que las parejas puedan ser indicadas
con números o letras, o usar combinaciones de letras y números, o puedan tener la
izquierda en blanco, como el caso de las indentadas.
Todo ello presupone tomar en consideración el máximo de detalles juiciosamente
posible. La clave resultante de la compilación realizada permite la ubicación exacta de
cada uno de los géneros arbóreos y arbustivos y con otros usos presentes en la flora
46
Cubana. Esta clave posee la ventaja, como plantean Avilés y Méndez (1993), y Mestres
y Torres (2008) de que se incluyen todos los géneros dentro de su familia en una sola
clave interactiva, lo que permite su mejor manipulación, por ejemplo, durante las
actividades de colecta o en otro servicio posterior.
Al identificarse los géneros de forma directa no es necesario un conocimiento previo de
los caracteres diferenciales de las subfamilias. Además en la mayoría de los casos se
utilizan caracteres vegetativos factibles a observar en cualquier etapa fenológica del
ciclo biológico del vegetal, así como los reproductivos más perdurables como son las
características de la legumbre o de la semilla; el tipo de inflorescencia; así como un
mínimo de los caracteres generales.
Al ordenarse los distintos niveles del texto con una rigurosa secuencia de los caracteres
de cada una de las dendritas por separado, es posible realizar generalizaciones que
refuerzan la lógica de su utilización.
Dallwitz, et al. (2009) establecieron principios de las claves interactivas que establecen
las ventajas que éstas poseen sobre las claves convencionales. De ellos se indican
aquellos que se corresponden con los utilizados en este trabajo, como:
Cualquier carácter y valores pueden ser cambiados en cualquier orden, según la
necesidad en la construcción de la clave. Una identificación correcta puede concluir a
pesar de errores cometidos por el usuario o en los datos accedidos. Los caracteres
numéricos pueden ser usados directamente sin estar en desacuerdo con los rangos. La
prohibición para restringir cualquier operación a los niveles o subniveles de los
caracteres y taxa. Posibilidades de encontrar las similitudes y diferencias entre taxa.
Posibilidades de encontrar las descripciones diagnósticas. Poseer las ilustraciones de
caracteres y taxa. Incluir los glosarios y las notas en interpretación de los caracteres.
Una clave analítica eficaz, según plantean García y Moebus (2008), debe establecer
una discusión teórica sobre los límites y ventajas del uso del concepto, como ya se ha
explicado, como instrumento de los procesos actuales de modernización.
Esencialmente se pretende discutir en qué medida ese concepto puede comprenderse
47
en el contexto actual y concebirse como una clave analítica eficaz transitando entre “lo
tradicional y lo moderno”.
3.1.1 Metodología para la construcción de claves interactivas.
La reconstrucción de claves de texto a partir de un formato tradicional con la utilización
de una aplicación informática (Yepes, et al., 2010), requiere de una secuencia de pasos
indispensables para que la misma responda de forma rigurosa a los intereses de los
usuarios y especialistas que necesitan identificar taxones.
A continuación se sintetizan las etapas imprescindibles para llevar a cabo este proceso,
el cual fue alcanzado al llevar a cabo la reconstrucción de la clave de texto de
referencia y con ello la creación de la clave interactiva subsecuente.
Digitalizar la información botánica extraída de la bibliografía de cada taxón de interés y
conformar una ficha en forma textual para su posterior manejo. Esta información, en
función de la especie debe incluir: la familia, el género, la nomenclatura y taxonomía, el
nombre vernáculo o común, la descripción botánica, la distribución y ecología, el uso
principal y las referencias bibliográficas.
Concluida la edición de la ficha se sombrean los caracteres morfológicos vegetativos
con un color (que puede ser verde u otro). Posteriormente se lleva a cabo la selección
de los caracteres diagnóstico que se utilizarán en la nueva clave, y además se edita la
clave de texto completa para su posterior modificación. Esta clave se puede editar en
tablas de tres columnas y cuantas filas sean necesarias para lograr organizar la
información pero sin bordes y conformadas por columnas de números dicotómicos;
preguntas de criterio dicotómico y finalmente la indicación hacia qué número seguir si
no se ha alcanzado respuesta de la búsqueda en cuestión. Es imprescindible que las
claves de identificación en forma de texto sean dicotómicas en todos los casos.
Se debe ordenar toda la información publicada objeto de transformación, sobre la clave
de los taxones para su posterior operatividad, sobre la base de: ordenación alfabética
de todos los géneros o especies por claves; los géneros con el nombre de la familia y
las familias con el nombre de sus géneros.
48
Con el objetivo de detectar errores de impresión, en todos los caminos de la clave, se
lleva a cabo una revisión a la inversa de todas las salidas de la clave analítica, desde su
fin hasta las entradas.
Para la inclusión de nuevos taxones en la clave, el especialista construye una dendrita
en la que se discriminan, de forma sucesiva, estos grupos jerárquicos, siguiendo pares
de caracteres descriptivos mutuamente excluyentes, hasta precisar el conjunto de
alternativas que permitan identificar a cada uno de ellos.
Esta dendrita sirve para visualizar más rápido todos los caminos necesarios para la
identificación, así como detectar y analizar los posibles caminos y los diferentes niveles
que se deben cambiar o agregar. Para llevar a cabo esta etapa se retomó la
metodología descrita por Méndez y Castellanos (1994). Es importante que el
especialista tome en consideración que la construcción de esta herramienta (dendrita)
no es más que una pirámide invertida, la que comienza en su primer nivel, con dos
alternativas, y que por cada nivel agregado obtendrá el doble de la suma de las
alternativas (Figura 1).
Es importante subrayar que la cantidad de niveles que se crearán estará limitada por el
resultado que deriva de las alternativas introducidas, considerándose por ello que ésta
deberá estar construida sólo desde un primer hasta un quinto nivel. Procediendo de
esta forma se rompe la tendencia a un aumento exagerado del árbol invertido (Figura
2). Ello permite como estrategia, mantener los resultados en menos de cinco niveles,
debido a que se hace demasiado engorroso concatenar muchos taxones con sus
respectivas informaciones con criterio dicotómico. Como ejemplo de lo expuesto con
anterioridad se muestra una dendrita confeccionada a partir de la clave general
desarrollada por Bisse (1988), la cual consta de cuatro niveles (Figura 3).
Con la información ordenada, como se plantea en el punto dos de la metodología, se
busca la información necesaria del grupo taxonómico más cercano al nuevo que se
incluirá para insertarlo en la sección de la clave que será modificada, de acuerdo con
sus afinidades botánicas.
49
Figura 1. Dendrita con orientación matemática.
Figura 2. Dendrita limitada por los resultados accedidos.
Con posterioridad se redacta la clave de texto reconstruida, concatenando los diferentes
niveles de la dendrita. La clave consistirá en pares de preguntas marcadas por un
número los cuales estarán diferenciados por las dos alternativas: con el signo más (+) y
con el signo menos (-), indicando con ello que estas posibilidades son excluyentes.
Cada alternativa conduce al especialista a otros números que también le ofrecen dos
posibilidades y así sucesivamente hasta llegar al resultado final (género o especie).
Concluida la clave modificada y con el objetivo de agregar nuevas informaciones, se
rompe la dicotomía establecida en la alternativa que se desee circunstancialmente.
Clave analítica
(1+) (1-)
(2+) (2-) Gen (10-)
(3+) (3-) (5+) (5-) (11+) (11-)
(4+) (4-) (6+) (6-) (7+) (7-)
(8+) (8-) (9+) (9-)
(12+) (12-) (13+) (13-)
(14+) (14-)
2 + 2 = 4
3 + 4 ≠ 8
6 + 8 ≠ 16
10 + 16 ≠ 32
6 + 32 ≠ 64 GenGen Gen Gen Gen Gen Gen
Gen Gen Gen Gen Gen Gen
Clave analítica
A± B±
C± D± E± F±
G± H± I± K± J± L± M± N±
2 + 2 = 4
4 + 4 = 8
8 + 8 = 16
16 + 16 = 32
Aumenta sucesivamente
50
Para ello se incluye un número transitorio como indicador a seguir en la segunda
alternativa (Tabla 2). De esta forma se mantiene la primera parte de la alternativa y se
desplaza la segunda parte dos renglones más abajo, y en sustitución del espacio
remanente se agrega la nueva dicotomía hasta concluir el último criterio dicotómico de
nueva introducción. Posteriormente, se agrega la segunda parte desplazada con
anterioridad, de manera tal que continúe el resto de la clave de texto intacta.
Es importante resaltar que solamente se trabaja en el rango de la clave donde se
encuentra en específico el grupo que se modificará. Sin embargo, pueden emplearse
dos vías: a) Hacer la clave de texto, sin desarrollar la dendrita, y de forma interactiva
incluir la información hasta el resultado (Tabla 2). Esta opción no cumple el principio de
los resultados en menos de cinco niveles; b) Se confecciona la clave de texto con la
dendrita ya desarrollada, como en el ejemplo de la figura 3 y con menos de cinco
niveles, con criterio dicotómico, se llega al resultado final (Tabla 3).
Figura 3. Dendrita confeccionada a partir de la clave general de Bisse (1988).
51
De ser necesario, se repite alguna información con alternativas de la clave original en
las nuevas dicotomías, de manera tal que permita concatenar las que siguen a
continuación.
Concluida la clave analítica reconstruida, ésta se reenumera para llevar a cabo una
nueva reimpresión a partir del último número de la clave original, sin variar hasta el final
de la clave. Con posterioridad se hace una copia y se homogeniza el texto en un solo
color (automático), para su impresión final y su posterior validación. La renumeración de
la clave es muy cómoda cuando se realiza por sectores, utilizando la forma interactiva
de arreglo, ya que siempre es más rápida si se le compara con el método tradicional.
Los pasos 1, 2, 3, 5, 6 y 8 se pueden desarrollar en forma interactiva, que es mucho
más viable, ya que brinda la posibilidad insertar en la clave de texto, la información de
aquellos caracteres diagnósticos seleccionados en las diferentes descripciones
botánicas tal como se desee. Además, es posible combinar el color de la información
específica por género o por especie a identificar, la cual puede ser ampliada o reducida
para su validación. Ello facilita la optimización de cualquier arreglo de la información
botánica, lo que se puede confirmar en el tabla 3.
Se recomienda que la clave original se mantenga editada, de forma tal que permita
llevar a cabo posibles arreglos en el futuro en función de nuevos cambios de
caracterización o de nomenclatura.
Este procedimiento puede ser utilizado para la reconstrucción de claves publicadas para
otros grupos botánicos e incluso para otros organismos biológicos que se encuentren
clasificados mediante claves dicotómicas en cualquier sector relacionado con esta
temática.
Las claves dicotómicas no son absolutas, sino que constituyen el método desarrollado
por los científicos como expresión del pensamiento lógico y analítico para precisar
respuestas mediante alternativas posibles.
Es por ello que la clave se presenta para las determinaciones genéricas y específicas
de los árboles y arbustos y los especialistas usan como unidad taxonómica básica, las
variaciones morfológicas vegetativas, de simple observación macroscópica, es decir, sin
52
el auxilio de lupa o microscopio, para reconocer el taxón, de una manera ágil y segura.
(Leiva, 1999).
Tabla 2. Sección de Clave interactiva modificada (Clave 5, Bisse 88).
Alternativa
±
Caracteres vegetativos Género
061+ Hojas bilobuladas; envés blanco tomentoso…………………… Grevillea
061- Hojas redondeadas o acuminadas…………………………….……. 61.1
61.1+ Hojas simples, lobuladas o sinuadas…………………………… 62
61.1- Hojas redondeadas en la base o un poco acorazonadas aovadas,
aserradas a veces lobuladas……………………………………………
61.2
61.2+ Hojas abruptamente acuminadas……………………………………… Morus
61.2- Hojas comúnmente con largo pecíolo…………………………… 61.3
61.3+ Hojas dentadas o a veces lobuladas……………………………… 61.4
61.3- Hojas lobuladas ó enteras………………………………………… 61.4
61.4+ Estipulas comúnmente presentes………………………………… 61.5
61.4- Hojas densamente estrellado-pubescentes en el envés, menos en el
haz…………………………………………………………………
61.5
61.5+ Hojas 3-nervias, dentadas y pecioladas……………………………. 61.6
61.5- Hojas aserradas o sinuadas en el margen………………………… Malvaviscus
61.6+ Hojas deciduas y estipulas comúnmente libre o poco menos…… Boehmeria
61.6- Hojas con foliolos digitados o reducidas a escamas……………… 61.7
61.7+ Hojas alternas, enteras ó 3 lobuladas………………………………… 61.8
61.7- Hojas estipulas mayormente pequeñas…………………………… 61.8
61.8+ Hojas mayormente 3-5 lobuladas, de 7-20 cm……………………… 61.9
61.8- Hojas redondeadas-aovadas en la base…………………………… 61.9
61.9+ Hojas hispidulas arriba, canescentes en el envés………………… 61.10
61.9- Hojas cortamente 3-5 lobuladas ó 3-5 angulosas………………… 61.10
61.10+ Hojas con base cuneada, decurrente en el pecíolo………………… Tithonia
61.10- Hojas a veces pelosas en el envés…………………………………. 61.11
53
Continuación de la Tabla 2.
61.11+ Hojas con lóbulos acuminados………………………………………….. Tithonia
61.11- Hoja de 5-7 nervios, palmeados en la base………………………… Jatropha
062+ Envés de las hojas, grisáceo-tomentoso; margen sinuado; hojas
de menos de 10 cm de largo………………………………………
Quercus
062 - Hojas glabras……………………………………………………… 63
Leyenda: - Los caracteres vegetativos de las alternativas 061+, 61.1+ y 062+, 062- es la información original que aparece en la clave de Bisse (1988). El resto es información incluida. -Las alternativas del 61.1 al 6.11 son las numeraciones transitorias. Cada tipo de letra específica corresponde a los caracteres diagnósticos de los nuevos géneros que se incluyen. Tabla 3. Sección de una clave de texto reconstruida. Alternativa
± Caracteres vegetativos Género
61+ Hojas bilobuladas; envés blanco tomentoso…………………... Grevillea 61 - Hojas simples……………………………………………………… 62 62+ Hojas lobuladas o sinuadas……………………………………... 68 62 - Hojas redondeadas en la base o un poco acorazonadas
aovadas, aserradas a veces lobuladas……………………….... 63
63+ Hojas abruptamente acuminadas o redondeadas…………….. Morus 63 - Hojas enteras o lobuladas con largo pecíolo………………….. 64 64+ Hojas aserradas o sinuadas en el margen, densamente
estrellado -pubescentes en el envés, menos en el haz………. Malvaviscus
64 - Hojas a veces lobuladas o dentadas, pecioladas y estípulas comúnmente presentes…………………………………………..
65
65+ Hojas dentadas, deciduas, 3-nervias, y estípulas comúnmente libre o poco menos………………………………..
Boehmeria
65 - Hojas enteras o 3 lobuladas, mayormente 3-5 lobuladas, de 7-20 cm…………………………………………………………….
66
66+ Hojas hispidulas arriba, canescentes en el envés……………. Tithonia 66 - Hojas palmatilobuladas, a veces espinescentes,
redondeadas-aovadas en la base, a veces pelosas en el envés……………………………………………………………….
67
67+ Hojas con base cuneada y decurrente en el pecíolo…………. Tithonia 67 - Hojas con folíolos digitados o reducidas a escamas,
cortamente 3-5 lobuladas ó 3-5 angulosas, de 5-7 nervios, palmeados en la base y estipulas mayormente pequeñas…...
Jatropha
68+ Envés de las hojas, grisáceo-tomentoso; margen sinuado; hojas de menos de 10 cm de largo……………………………...
Quercus
68 - Hojas glabras……………………………………………………… 69 Leyenda: Los caracteres vegetativos de las alternativas 62± al 67± son nuevas inserciones referidas a la información de los géneros incluidos.
54
Es importante destacar que la inclusión de los caracteres diagnósticos de cada
descripción botánica en esta clave, solo tomaron en consideración las características
vegetativas, de manera tal, que no interviniera ninguna característica reproductiva del
taxón ya que estas últimas se presentan de forma intermitente durante el ciclo biológico
del vegetal.
3.2 Software.
La automatización de la clave de texto a partir de la clave interactiva creada, se rigió por
la metodología sugerida por Yepes, et al. (1995).
El diseño del software se realizó de forma minuciosamente estructurada para coayudar
a su mejor manipulación y puesta a punto para máquinas microcomputadoras que
posean entorno Windows actual.
El sistema cuenta con una presentación que posee un “Menú” y “Salir” de la aplicación
informática al entorno Windows (Foto 1). Del menú el usuario se traslada a un
submenú, el que contiene: Clave analítica, Información, Créditos e ir a Presentación
(Foto 2).
Esta clave confeccionada a partir de una base de información con datos botánicos,
agiliza considerablemente una búsqueda determinada para géneros y especies de
recursos fitogenéticos de árboles y arbustos de la flora del archipiélago cubano tanto
autóctonos como naturalizados e introducidos (Fotos 3, 4 y 5), con el rigor requerido y
la certeza de que el resultado alcanzado responde con fidelidad estricta al espécimen
en proceso de análisis.
La elaboración de la clave interactiva y el desarrollo de la presentación con el uso de
“Mediator Versión 9”, permite, según Centelles (2005), que… “las definiciones que
vinculan las taxonomías al entorno digital destacan como finalidades prioritarias la
mejora de la navegación y el desarrollo de sistemas de búsquedas en la exploración”, y
en este último caso de modo particular en la identificación.
Para llevar a cabo el proceso de diseño se desarrollaron los siguientes pasos:
55
• Diseño de las pantallas con sus encabezamientos de títulos y botones textuales
según la necesidad del usuario y conformación armónica según colores
complementarios y opuestos.
• Se copiaron las fichas botánicas a partir de la conformación de los criterios
dicotómicos, para posteriormente crear los hipervínculos, previo a los diseños de
pantallas hasta alcanzar el nivel requerido.
• Se copiaron todas aquellas fotos, figuras o esquemas en función de las necesidades
de explicación al usuario sobre el manejo de la aplicación. Todo ello se puede
procesar con los mismos programas Microsoft office instalados comúnmente, como
el Microsoft office Word, Microsoft office PowerPoint, entre otros.
Para alcanzar una mejor edición se confeccionó un algoritmo para visualizar con mayor
eficacia todos los caminos necesarios para configurar todos las posibles pasos de
entradas y salidas por cada opción. Para ello se tomó como base la metodología
algorítmica descrita por Hirigoyen y Sánchez (1988) adaptada al entorno botánico
(Figura. 4). En ese gráfico el diseñador organiza todas las variantes posibles antes de
su edición definitiva.
El “Mediator versión 9” permitió hacer el diseño de la clave interactiva, ya concebida su
documentación y el procedimiento algorítmico requerido para su correcta ejecución
(Figura 4). Este sistema permitió hacer una terminación completa del diseño y
finalmente un cierre del producto terminado, de forma segura, con lo que supera
técnicamente al del Microsoft Office PowerPoint en este aspecto.
56
Figura 4. Algoritmo de la aplicación informática RODAL 2.1
Sist. Oper.: Salida de la aplicación informática al sistema operativo (Windows).
Gen- 1-2-3-4-5: Las cincos claves analíticas para la determinación de los géneros.
Gen.: Género.
Esp.: Especie.
Fam.: Familia.
NC: Nombre científico.
NV: Nombre vulgar.
57
De esta forma, la aplicación RODAL Versión 2.1, como fue nominado el programa, es
una clave interactiva confeccionada para máquinas microcomputadoras, en la que se
utilizó el software anteriormente mencionado.
El software de aplicación lleva a cabo tareas de tratamiento de textos y gestión de
bases de datos y similares. Además, permite la utilización de la multimedia (Microsoft,
2006), Sin embargo, en este caso no se incluyó esta última opción en su integridad
total, quedó excluida, debido a que no es de interés la inclusión de videos y música,
sino solo el tratamiento de textos y fotografías, de manera tal que pueda concebirse
como una aplicación informática en correspondencia con el interés a alcanzar.
Es por ello, según la definición encontrada en Wikipedia con el buscador Google (2011),
que en informática una aplicación es un tipo de programa informático diseñado como
herramienta para permitir a un usuario realizar uno o diversos tipos de trabajos. Esta
definición diferencia al producto obtenido de otros tipos de programas como son: los
sistemas operativos, las utilidades y los lenguajes de programación. De ahí que ciertas
aplicaciones desarrolladas << a medida >> suelen ofrecer una gran potencia ya que
están exclusivamente diseñadas para resolver un problema específico, como el
detallado en esta tesis.
La aplicación informática RODAL Versión 2.1 es una clave interactiva y está
conformada por:
Pantalla principal: La pantalla principal tiene un “menú”, botón a mano izquierda y “salir”
de la aplicación, botón a mano derecha. (Foto 1).
58
Foto 1. Presentación de la aplicación informática Rodal Versión 2.1
-Ir a menú: El usuario se traslada a un menú, el que contiene: Ir a clave analítica, Ver
información, Ver créditos e Ir a presentación (Foto 2).
-Salir de la aplicación: El cual constituye la opción de salida al entorno Windows o al
sistema operativo.
Foto 2. Menú de la aplicación informática Rodal Versión 2.1
En el menú: Con sus cuatros opciones.
59
Ir a clave analítica. (Foto 2 en la primera opción y foto 3 con detalles).
Foto 3. Clave analítica de la aplicación informática Rodal Versión 2.1
-Clave analítica: Esta clave a partir de una base de información de datos botánicos,
agiliza una búsqueda en forma dicotómica determinada, para géneros y especies de
recursos fitogenéticos de árboles y arbustos forrajeros y con otros usos de la flora del
archipiélago cubano, nativos e introducidos.
-Glosario botánico: Por otra parte la aplicación informática contiene un glosario botánico
por cada dicotomía para aclarar la terminología empleada.
-Ir a menú: Regresar al menú de la pantalla principal.
Por último:
-Resultado de la búsqueda.
La primera información que recibe el usuario como resultado de la búsqueda es la
Familia y el Género al que pertenece la planta a identificar y la cantidad de especies
existentes (Foto 4). Además incluye un glosario botánico para esclarecer toda la
terminología empleada (Foto 5).
60
Foto 4. Resultado de la identificación de la aplicación informática Rodal Versión 2.1
Foto 5. Glosario botánico de la clave analítica de la aplicación informática.
Si al mismo género pertenecen varias especies arbóreas se encontrará entonces una
clave para identificar cada especie. Si por el contrario el género presenta una sola
especie, por supuesto que se trata entonces de un género monotípico. Cuando se
identifica el taxón en cuestión se muestra su ficha botánica.
-Ficha botánica: En la ficha botánica aparece el nombre científico y común (o
vernáculo), la descripción botánica, distribución y ecología del taxón en el país, el uso
de la especie identificada de acuerdo con su posible uso, si la posee y la referencia de
61
la información bibliográfica donde fue obtenida. Ver tabla siguiente.
Tabla. 4. Ejemplo de Ficha botánica:
Familia: Moráceas Género: Morus L. Nomenclatura y taxonomía: Morus nigra L. (PM-117). Nombre vernáculo: Mora negra, Moral Descripción botánica: Arbusto o árbol de hasta 8 m. Hojas aovadas, de hasta 15 cm, aserradas, a veces lobuladas, abruptamente acuminadas. Espigas ♂ de 3-6 cm. Fruto oval-oblongo. De 2-3cm. Es un árbol que crece hasta 15 m, de altura, con grandes hojas aovadas, hasta de 15 cm, de anchura, redondeadas en la base o un poco acorazonadas, raras veces hendidas en gajos, como abolladas, dentadas en los bordes, y vellosas en los nervios del envés, sostenidas por un rabillo acanalado y de color verdinegro, sobre todo en la haz. Los gatillos masculinos son rollizos y prolongados; los femeninos, más cortos y entre redondeados y ovoides, sostenidos por un cabillo corto. Las flores masculinas tienen un pequeño cáliz dividido en 4 segmentos y otros tantos estambres; las femeninas muestran el rudimento fructífero con dos estigmas. Los frutos se agrupan y forman una mora de 2 a 2,5 cm, de largura, de color negro tirando a rojizo y de sabor agridulce, muy jugosa. Distribución y ecología: Oriunda del Asia; naturalizada en selvas al norte de Guantánamo, Oriente. Uso: El fruto es comestible y de sabor agradable Referencia: Flora de Cuba. Vol. II. Dicotiledóneas: Casuarináceas a Meliáceas. Hermano León y Alain. (Dr. J. S. Sauget y Dr. E. E. Liogier). Contribuciones ocasionales del museo de historia natural de la salle. No. 10. La Habana. 1951 Plantas medicinales. El dioscórides renovado. Dr. P. Font Quer. Editorial Labor, S. A. Barcelona. España. 1962. Nota: El texto subrayado corresponde a los caracteres diagnósticos vegetativos.
Ver información: En la información que acompaña la “clave interactiva” se señalan
aspectos importantes para los usuarios que utilicen esta clave, lo que les permite
profundizar en aspectos que les puede resultar de mucho interés en su perfil de trabajo.
-Géneros ordenados por claves: Se presenta un listado en orden alfabético de todos
aquellos géneros que existen por cada clave empleada ya publicada.
-Glosario botánico general: En esta opción se presenta el glosario completo consultado
para aclarar toda la terminología empleada.
62
-Metodología para confeccionar una clave interactiva: Se muestra la metodología
detallada que explica, de forma conveniente, todos los pasos necesarios para
desarrollar una clave interactiva.
-Por último se muestra: La dendrita de la clave general de Bisse (1988), la dendrita con
orientación matemática y la dendrita limitada por los resultados.
Estas tres dendritas constan de una figura y dos esquemas que explican la metodología
citada en el punto anterior.
-Ir al menú: El usuario regresa a la pantalla principal de las opciones.
Ver créditos: Se presenta algunos aspectos curriculares del autor del programa, el
diseño de la aplicación informática Rodal versión 2.1, así como la asesoría técnica de la
parte informática, la colaboración técnica por parte de botánicos del Instituto Superior
Pedagógico “José Martí” de Camagüey y los revisores de la redacción y la corrección
por parte de especialistas de la EEPF “Indio Hatuey”.
Ir a presentación: El usuario regresa a la pantalla o presentación inicial de la aplicación
informática.
La clave interactiva descrita con anterioridad se puede ejecutar en cualquier
computadora. El empleo de la clave, como se discutió, mejora la eficiencia del trabajo
en términos de rapidez y rigor en el resultado alcanzado para cualquier espécimen que
se desee clasificar.
Permite que en un soporte informático se concentre información de forma interactiva de
varias fuentes, lo que humaniza la labor que deben desarrollar los usuarios al sustituir el
arduo trabajo que presupone el uso de las claves de texto tradicionales.
Además, esta clave permite aprovecharse, parcialmente, el uso de la multimedia por las
indiscutibles ventajas que esta técnica ofrece.
63
Es importante señalar que existen sistemas muy avanzados como el sistema DELTA.
Este sistema fue desarrollado para aplicaciones y documentación en el campo de la
biología a nivel internacional desde finales de la década de los 60’ hasta la actualidad.
El mismo abarca desde matrices de datos hasta identificación interactiva de
colecciones de seres biológicos, usando para ello las potencialidades de la multimedia.
Siguiendo el pensamiento de esta línea, también se puede mencionar las claves
pictóricas para el trabajo de identificación de taxones por el herbario de “Lousiana State
University”, la clave interactiva de claves extendidas y el check list para pastos creado
en “Columbia University”; el ABC TAXA, que permite la capacidad de construcción
taxonómica y el manejo de colecciones, concebido en el “Royal Belgian Institute of
Natural Sciences” (2010); mientras que en el “kew Garden” se presenta toda una gama
de sistemas para el desarrollo: trabajos de campo monitoreado por satélite y en sus
laboratorios para sus múltiples investigaciones de avanzadas. Sobre otras variantes de
claves analíticas más sencillas tenemos en forma instructiva, la clave pictórica
(ilustrada) de una “Aventura de elegir su propio árbol (Clasificación de árboles en las
Great Sant Dunes National Park and Preserve)” en Estados Unidos.
Además en Latinoamérica, la facultad de ciencias agrarias de Corrientes, Argentina,
presenta un sistema en formato HTM para el estudio de la morfología de plantas
vasculares de forma interactiva, por la página www.hiperbonica.ner/ la cual es muy
asequible, para todos aquellos usuarios que deseen profundizar en el estudio de los
diferentes componentes morfológicos de las plantas vasculares, con el uso de
hipertextos en el área de la biología.
Los aspectos que se abordan en esta tesis, permiten conformar diversos criterios como
el que se corresponde con la botánica interactiva, como una modalidad muy útil a
desarrollar en el nuevo contexto que se desarrolla en el país, aparejado al desarrollo de
la informatización de la sociedad y el desarrollo agropecuario, con lo que se ayuda a
alcanzar el desarrollo productivo que se requiere en el sector ganadero y en otros
importantes sectores del país, al viabilizar el trabajo de identificación de los recursos
fitogenéticos como primer paso en su aprovechamiento y en su mejor forma de
utilización.
64
Conclusiones. • El análisis de los materiales consultados y las búsquedas realizadas, así como la
identificación de las afinidades de los grupos de especies arbóreos, arbustivos y con otros
usos permitió añadir nuevos taxones a la reconstrucción de claves tradicionales con lo que
se accedió a una clave interactiva que mejoran su validez.
• El uso de la aplicación informática diseñada mediante una herramienta reconocida y
apropiada para estos fines, permitió reconstruir una clave interactiva, la cual cumple el
principio de acceder, con eficacia y rigor, al género y a cualquier especie arbórea y arbustiva
forrajera y con otros usos a identificar; así como propiciar su nomenclatura botánica,
sinonimia, descripción botánica, distribución ecológica y su utilización, con lo que se
profundiza en el conocimiento de las entidades identificadas.
• La labor de reconstrucción de las claves tradicionales a través de su digitalización, permitió la
creación de una metodología para la construcción de claves interactivas aplicables a
cualquier ente biológico que se clasifique tradicionalmente a partir de claves dicotómicas.
• Rodal Versión 2.1 constituye una forma segura para la identificación y de las entidades de
especies arbóreas y arbustivas cuya ubicación taxonómica se desconoce, además de que se
constituye como una herramienta con la que se posibilita profundizar en el conocimiento de
las entidades identificadas y el rigor necesario del resultado alcanzado.
• El soporte informático creado concentra la información de forma interactiva de varias fuentes,
lo que se humaniza esta labor y se optimiza el tiempo al evadir la forma manual y tradicional.
• El empleo del sistema creado permite capacitar a los especialistas, así como a usuarios
entrenados y estudiantes relacionados con la temática de identificación.
• Las claves analíticas permiten potenciar el desarrollo del pensamiento lógico y divergente,
contribuyendo así al fortalecimiento de la educación ambiental, conservacionista y la
utilización sostenible como prioridad, de los recursos en áreas in situ y respaldando en áreas
ex situ.
65
Recomendaciones.
• Utilizar la clave interactiva Rodal versión 2.1 por botánicos, estudiantes de pre y
post-grado, investigadores y productores.
• Continuar el trabajo con este sistema para actualizar otros géneros y especies
importantes para la alimentación animal y con diversos usos.
• Aplicar la metodología de construcción de claves interactivas para la reconstrucción
de claves de textos en otras entidades clasificadas a través de claves dicotómicas
clásicas.
• Divulgar, capacitar y hacer progresivo este sistema a todos los interesados de la
rama agropecuaria u otras afines.
• Preparar una versión mejorada para la docencia, dentro de la rama agropecuaria o
biológica, añadiendo el uso de la multimedia por las indiscutibles ventajas que esta
técnica ofrece.
66
Novedades científicas. 1) Se creó por vez primera una metodología sobre la reconstrucción de claves
analíticas a partir de claves de textos publicadas.
2) Se contribuye por vez primera a los conocimientos sobre el tema de claves
interactivas y su extensión en el contexto agropecuario y se aporta una herramienta
digitalizada de connotada utilidad.
3) Se crean las condiciones necesarias para la obtención de habilidades en el manejo
sistemático de las claves interactivas sobre la base de la selección específica.
67
Bibliografía.
• Anón. 1996. [“1993-1994”]. Catálogo de plantas. Jardín Botánico Nacional de
Cuba. – Revista Jardín Botánico Nacional. Universidad de La Habana 14-15.
Anón. 2008. ¿Qué planta es? http://www.unex.es/botánica/queplantaes/ concepto.htm. (Revisado en Julio 11. 2008; 2:42 p.m.)
• Avilés, J.R. y Méndez, I.E. 1993. Clave dicotómica para la prospección de leguminosas nativas. 1er taller nacional de recursos fitogenéticos nativos. Santi
Spíritus. 10-11 de diciembre • Barreto, Adelaida. 1995. Clave de texto para los géneros de leguminosas con
representantes arbóreos naturales y/o naturalizados en la flora cubana. (MIMEO)
• Barreto, Adelaida; Catasus, L. y Acosta, Zoe. 1998. Gramíneas y leguminosas
naturales y/o naturalizadas de la provincia de Camagüey. Pastos y Forrajes. Vol.
21(1). p. 1
• Bässler, M. 1998. Mimosaceae. Flora de la República de Cuba, Serie A, Plantas
Vasculares. Fascículo 2. Editor Koeltz Scientific Books. p. 1-202
• Berazaín. Rosalina.; Areces, Fabiola.; Lazcano-Lara, J. C. y González-Torres, L.
R. 2005. Lista roja de la flora vascular cubana. Documentos del Jardín Botánico
Atlántico (Gijón) 4:1-86
• Betancourt, B.A. 1999. Silvicultura especial de árboles maderables tropicales.
Editorial Científico – Técnico. p.159
• Bisse, J. 1998. Árboles de Cuba. Editorial Científico Técnico. p. 129
• Bonani, Espín.; Urquiola, C.A. y Beyra, Angela. 1987. Botánica plantas
superiores. Editorial Pueblo y Educación. p. 15
• Brewbaker, J.L. 1987. Clave de texto de especies del género de Leucaena.
Reporte de investigación de Leucaena. Número especial. Vol. 7(2). p. 2
• Carrera, F. 2008. Plegable. Manejo diversificado de bosques naturales tropicales.
XX Curso intensivo internacional. 8 de septiembre – 4 de octubre. Área de
capacitación. CATIE. Turrialba. Costa Rica
• Centelles, M. 2005. Taxonomías para la categorización y la organización de la
información en sitios web. No. 3. En: http: //www.hipertex.net/web/pag264.htm
p. 8. (Revisado en Febrero, 10. 2011. 14:55 p.m.)
68
• Charpace, M.R. y Palacios, Claudia. 2011. Claves botánicas. Departamento de
botánica de la Universidad Nacional de Piura. Perú. En:
http://www.slideshare.net/ayapaecmoche/claves-botánicas (Revisado en Febrero,
24. 2011. 10:49 a.m.)
• China, W.; Kate, D. & Phyllida, C. 2003. The CBD for Botanists. Kew Publishing.
P.19. En: http://www.kew.org/conservation/cbd_for_botanics/cbd_para_botanicos
v2.pdf (Revisado en Diciembre 16, 2003. 11.00 a.m.)
• CHM Cuba. 2007. [mailto:[email protected]] Lista de Especies fascículo 3-13
de la “Flora de Cuba”. (Revisado en Noviembre 08, 2007. 19:46 p.m.)
• Clavero, T. y Suárez, J. 2006. Limitaciones en la adopción de los sistemas
silvopastoriles en Latinoamérica. Pastos y Forrajes. 29(3):307
• Cordero, J.; Boshier, D.H. 2003. Árboles de Centroamérica. Un manual para
extensionistas. CD-ROOM. Oxford Foresty Institute/Centro Agronómico Tropical
de Investigación y Enseñanza. En: www.arbolesdecentroamerica.info
• Dallwitz, M.J; Paine, T.A. & Zurcher, E.J. 2009. Principles of interactive keys. En:
http://delta-intkey.com (Revisado en Diciembre 29, 2010. 01:36 p.m.)
• Dransfield, J. & Patel, M. 2007. Rattans of Borneo: An interactive key (cd-rom).
Kew Publishing. En: Kew Publishing Catalogue. p.18
• EPIC, 2009. Electronic plant information centre (EPIC). www.kew.org/epic En:
Kew Publishing Catalogue 2008-2009. p.80
• Escobar, G. y Rippstein, G. 1996. Clave sinóptica ilustrada de caracteres
vegetativos para la identificación de especies gramíneas comunes en la sabana
alta del departamento del meta, Colombia. (CIAT-Manejo de sistemas). Mimeo
• Fernández, Maira; Ester-Ricardo, Nancy; Machado, Sonia; Baró, Isora; Martínez,
Cándida; Herrera, P.; Albert, Delhy; Ventosa, Iralys y Bridón, Guadalupe. 1999.
Cuba y sus árboles. Editorial ACC. p. 15
• Funes, F. A. 2007. Los recursos fito y zoogenético y la agroecología en Cuba en:
Memorias FITOGEN 2007. VII Taller Internacional sobre Recursos Fitogenéticos.
Sancti Spíritus. Diciembre. Instituto de Investigaciones de Pastos y Forrajes. p. 14
• García, N.C. y Moebus, A.R. 2008. Hibridismo cultural: ¿clave analítica para la
comprensión de la modernización latinoamericana? La perspectiva de Néstor
69
García Canclini. Sociológica. p. 1-7. En http://www.revistasociologica.com.mx/
pdf/6703.pdf. (Revisado en Febrero, 24. 2011. 09:21 a.m.)
• García-Lahera, J.P.; 2006. Guía de facilitación para el trabajo con la literatura de
referencia de la flora de cuba. (CD-ROM). X Encuentro de Botánica ¨Johannes
Bisse in Memoriam¨. Ciudad de Camagüey, Diciembre. p. 8
• García-Lahera, J.P. 2008. Guía de facilitación para el trabajo con la literatura de
referencia de la flora de Cuba. Editorial Feijóo, Universidad Central de Las Villas,
Villa Clara, Cuba. ISBN: 978-959-250-430-1. 86 p
• Geilfus, F. 1994. El árbol. Al servicio del agricultor. Manual de agroforestería para
el desarrollo rural. Vol. 2. Guía de especies. Editorial Enda – Caribe. Costa Rica.
p. 605
• Gómez, M.E.; Rodríguez, L.; Murgueitio, E.; Ríos, C.I.; Méndez, M.R.; Molina, C.
H.; Molina, C.H.; Molina, E. y Molina, J.P. 1997. Árboles y arbustos forrajeros
utilizados en alimentación animal como fuente proteica. CIPAV. Colombia. p. 3-4
y p. 13-117
• González-Torres, L.R.; Leiva, Ángela; Rodríguez, R.R. y Palmarola, A.P. (Eds.).
2007. Categorización preliminar de taxones de la flora de Cuba - 2007. Editorial
Feijóo, Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas Carr. Central, Km. 51.5,
Santa Clara, Villa Clara, Cuba. ISBN: 978-959-250-375-5. 81 p. 5
• Google. 2011. “Aplicación informática, definición” en http://es.wikipedia.org/wi
(Revisado en Febrero, 18, 02.59 p.m.)
• Guillén, A.O. 2008. El Árbol. Tercer premio de innovación educativa en la
categoría de educación secundaria, formación profesional y enseñanzas de
régimen especial, Modalidad B. I. E. S. Batalla de Clavijo (Logroño). Argentina.
En:http://www.educarioja.org/educrioja/html/docs/premios_innovacion/004/
3_secundaria_b.pdf (Revisado en Mayo, 05, 2008.12.49 p.m.)
• Hammer, K.; Esquivel, M. & Knupffer, H. 1992. Origin, evolution and diversity of
Cuban plant genetic resources. Inventory of the cultivated plants. Volumen 2.
Chapter 14. Edited by Institud fur Pflanzengenetik und Kulturpflanzenforschung,
Gatersleben. Germany. p. 239
70
• Hirigoyen, E.G. y Sánchez, E.P. 1988. Elementos sobre la construcción de
algoritmos, Instituto Superior Agroindustrial “Camilo Cienfuegos”. Ciudad de
Matanzas. Cuba. p. 2
• Ibraim, M; Villanueva, C; Casasola, F y Rojas, J. 2006. Sistemas Silvopastoriles
como una herramienta para el mejoramiento de la productividad y restauración de
la integridad ecológica de paisajes ganaderos. Pastos y Forrajes. 29(4):383
• Iglesias, J.M. 2003. Los sistemas silvopastoriles una alternativa para la crianza de
bovinos jóvenes en condiciones de bajo insumos. Tesis presentada en opción al
grado científico de Doctor en Ciencias Veterinarias. EEPF Indio Hatuey.
Matanzas. p. 29
• Iglesias, J.M. 2008. La agroforestería, definición, conceptos y modalidades.
Conferencia impartida en el módulo de Manejo y Utilización de los Pastos y
Forrajes en el curso de Maestría de Pastos y Forrajes. p. 3
• Index Kewensis. 1997. Index Kewensis 2.0. Oxford University Press. System
Simulation Ltd.
• Kew Scientist, 2005b. On the web. Kew Scientist October. Issue 28. p. 7
• Kew. 2005a. 12 Months 2004-2005. Royal Botanic Gardens. Kew. p. 7
• Kew. 2007. A new mision 2006-2007. Royal Botanic Gardens. Kew. p. 9
• Lara, J.M.; Maubourguet, P.; Sarto, M. J.; y Santamaría, R. 1998. Gran diccionario
de lengua española. Larousse Editorial, S. A
• Lascano, L.J.C., Berazaín, Rosalina., Leiva, Ángela y Oldfield, S. (Editores). 2005.
Memorias del Primer Taller para la Categorización de Arboles Cubanos. 11-13 de
Mayo. Grupo de Especialistas en Plantas de Cuba, Flora y Fauna International.
Jardín Botánico Nacional, Ciudad de La Habana. p. 29
• LEISA, 2009. Diversidad en la agricultura (Editorial). Revista de agroecología.
Abril 2009. Volumen 25. Número 1. pág. 4. www.latinoamerica.leisa.info
• Leiva, Ángela. 1999. Las palmas de Cuba. Editorial Científico – Técnica. p. 63
• Machado, R.; Rodríguez, E; Montes de Oca, Sofía y Vigil, María del Carmen.
2010. Colecta, introducción y caracterización de oleaginosas para la producción
de biocombustibles. IX Simposio Internacional de Biotecnología Vegetal.
Resúmenes. Instituto de Biotecnología de las Plantas. Universidad Central “Marta
Abreu” de Las Villas. p. 83
71
• Machado, R; Navarro, Marlen; Fung, Carmen y Reino, J. 2005. Prospección y
colecta de leguminosas multipropósito en áreas marginales de tres provincias
cubanas. Pastos y Forrajes 28(3). p. 191
• Machado, R; Seguí, Esperanza; Olivera, Yuseika; Toral, Odalys y Wencomo,
Hilda. 2006a. Fundamentación teórica y resultados del programa de introducción.
En: Recursos Forrajeros Herbáceos y Arbóreos (Editora Milera, Milagros).
Editorial Universitaria de la Universidad de San Carlos de Guatemala. ISBN: 959-
169-0209-x. p. 9–35
• Machado, R; Seguí, Esperanza; Olivera, Yuseika; Toral, Odalys y Wencomo,
Hilda. 2006b. Capítulo I. Fundamentación teórica y resultados del programa de
introducción. En: Recursos forrajeros, herbáceos y arbóreos. Editora MSc.
Milagros de la C. Milera Rodríguez. Editorial Universitaria de la Universidad de
San Carlos de Guatemala. ISBN: 959-169-0209-x. p. 27
• Malesian Key Group. 2004. An Interactive Key to Malesian Seed Plants (CD-
ROM). Kew Publishing and National Herbarium Nederland, Leiden. En: Kew
Publishing Catalogue 2007. p.18
• Martín, G; Machado, R; Montes de Oca, Sofia; Rivero, J. L y Rodríguez, E. 2007.
Mesa Redonda. Empleo de especies oleaginosas arbóreas y arbustivas no
consumidas por el hombre para la producción de biodiesel. En: Memorias
FITOGEN. VII Taller Internacional sobre Recursos Fitogenéticos. Santi Spíritus.
p.129
• MatchWare Copyright © 2011. “Mediator definición” en: http:/www.matchware.
com/en/products/mediator/ (Revisado en Febrero, 18. 2011. 02.51 p.m.)
• Mayo, S. 2006. Taxonomy on the web. Edit. Kew Scientist. April. Issue 29. p. 5
• Memoriam, Johannes Bisse. 2006. (CD-ROM) Encuentro de Botánica. 2-4 de
Diciembre. Ciudad de Camagüey
• Méndez, I.S. 1993. Clave de texto para géneros leguminosos. VEGETLEG.
(MIMEO)
• Méndez, I; y Castellanos, L. 1994. Las claves dicotómicas: Una vía para activar el
estudio de la botánica sistemática. Instituto Superior Pedagógico José Martí,
Camagüey. (Mimeo). p. 7 y 9
72
• Méndez, I; Castellanos, L; Guerra, Maricela. y Garcés, Julia. 1994. Aproximación
a una teoría sobre la formación del pensamiento biosistemático en los estudiantes
de biología. I. Componentes y Etapas. Septiembre. Monteverdia 2(1) 2:6
• Menéndez, J. 1982. Estudio regional y clasificación de las leguminosas forrajeras
autóctonas y/o naturalizadas en Cuba. Tesis en opción al Título de Doctor en
Ciencias Agropecuarias. EEPF Indio Hatuey. Matanzas. 57 p
• Menéndez, J; Matheu, J; Vasallo, A; Tang, M y Roche, R.1996. Biogeografía de
leguminosas forrajeras en Cuba I. Provincia de Matanzas. Pastos y Forrajes.
19(1):15
• Menéndez, J; Shateloin, Tania; Yepes, I; Roche, R; y Nodarse, Maria. 1994.
Colecta de especies con características forrajeras en la Ciénaga de Zapata.
Pastos y Forrajes 17(1):21
• Mercedes, Amelia. 1984. Dendrología. Edit. Pueblo y Educación. p. 93
• Mestres, Ángeles y Torres, Milagros. 2008. Algunas pautas para la elaboración de
claves dicotómicas y árboles de clasificación. p. 1-2. En: http://webpages.ull.es
/users/apice/pdf/411-002.pdf (Revisado en Julio, 11. 2008. 02:34 p.m.)
• Microsoft ® Encarta ® 2006. © 1993-2005 Microsoft Corporation. Capítulo
Sistema operativo. p. 4
• Microsoft ® Encarta ® 2009. © 1993-2008. Microsoft Corporation. Diccionario.
• Milera, Milagros. 2008. Los sistemas silvopastoriles para la producción de leche
vacuna. Conferencia del curso de Maestría en Pastos y Forrajes. EEPF “Indio
Hatuey”. p. 5
• Millán; J. A. y Millán; R. 1995. Diccionario de la lengua española. Edición
electrónica. Versión 21.1.0. Espasa Calpe, S. A. Instituto de Lexicografía de la
Real Academia Española
• Murgueitio, E.; Cuellar, P., Cuellar, I.M.; Gobbi, J.; Cuartas, C.A.; Naranjo,
J.F.; Zapata, A.; Mejía, C.E., Zuluaga, A.F. y Casasola, F. 2006. Adopción de
Sistemas Agroforestales Pecuarios. Pastos y Forrajes. 29(4):365
• Okawix. 2009. Diccionario. Okawix versión 0.7 – Wikipedia browser portable (6.88
Gigabyte). En: http://es.Okawix (Revisado en Diciembre, 30.2009. 15:26 p.m.)
73
• Pages, Raisa. 1985. Aplican en Cuba, por primera vez, técnicas computarizadas
en la clasificación de plantas. En periódico Juventud Rebelde. Día 5 de
Septiembre de 1985
• Paretas, J.J. y López, Mirtha. 2006. Regionalización de gramíneas, leguminosas y
árboles multipropósitos. En Recursos Forrajeros. Herbáceos y Arbóreos. EEPF
Indio Hatuey y Universidad de San Carlos de Guatemala. p. 39
• Pardo, Maria del Pilar. 2011. “Recursos Genéticos, Definición”. Boletín Informativo
No. 1. Diciembre de 1998. Biosíntesis. Instituto Alexander von Humboldt de
Investigación de Recursos Biológicos. ISBN 01237895. En:
http://www.humboldt.org.co/dowload/bolo1.pdf (Revisado en Febrero, 18. 2011.
16.23 p.m.)
• Parrado, O.L. 2006. Ipomea (Convolvulaceae, Sect. Erpipomoea) en Cuba. X
Encuentro de Botánica. ¨Johannes Bisse in Memoriam¨, 2-4 de Diciembre. (CD-
ROM). Ciudad de Camagüey
• Quer, F.P. 1962. Plantas medicinales. El Dioscórides Renovado. Editorial Labor,
S. A. Barcelona. España. p. 120
• Quer, F.P. 1975. Diccionario de Botánica. Editorial Labor, S. A. 1224 p
• Ramírez Arévalo, F.F. 2008. Guía de práctica de botánica sistemática. Práctica 2.
Claves de identificación: elaboración y uso. Universidad Nacional de la Amazonía
Peruana – Facultad de Ciencias Forestales. p. 4. En: http://unapiquitos.edu.pe/
intranet/pagsphp/docentes/archivos/p2bsc.pdf (Revisado en Noviembre, 12. 2008.
02.00 p.m.)
• Ramos, Y.; Hernández, J.E.; Jiménez, Y.; Álvarez, O.; Bécquer, C.J.; Quintana,
M y Nápoles, J.A. 2007. Multimedia didáctica sobre las leguminosas forrajeras en
Sancti Spíritus. En: Memorias FITOGEN’ 2007. VII Taller internacional sobre
Recursos Fitogenéticos. Santi Spíritus. p. 25 – 26
• Rifá, J.C. 2011. Hebestigma. Software para el desarrollo de las habilidades para
identificar y clasificar organismos vegetales. Universidad Pedagógica ¨José
Martí¨. Centro de Estudios de Medio Ambiente y educación Ambiental (CEMAEA).
En: www.ucpeducamaguey.rimed.cu (Revisado en Enero 4, 2011.04:01 p.m.)
• Rodríguez, A.F. 1999. El arte de cultivar plantas ornamentales tropicales.
Editorial José Martí. Instituto Cubano del Libro. ISBN: 959-09-0178-6. p. 63
74
• Roig, J. T. 1997. Diccionario botánico de nombres vulgares cubanos. Tomo II. 985
p
• Sablon, Amelia-Mercedes.1984. Dendrología. Edit. Pueblo y Educación. p. 27
• Samyn, Y; VandenSpiegel, D. y Degreef, I. 2010. TAXIS 3,5. En:
http://baaixar7.com/gratis-taxa-metab%c3%b3lica/ (Revisado en Noviembre, 6.
2010.02:34 p.m.) y En: www.abc.taxa.be (Revisado en Noviembre, 6. 2010. 10:15
a.m.)
• Sánchez, Saray. 2007. Acumulación y descomposición de la hojarasca en un
pastizal de Panicum máximum Jacq. Y en un sistema silvopastoril de P. máximum
y Leucaena leucocephala (Lam.) de Wit. Tesis presentada en opción al grado
científico de Doctor en Ciencias Agrícolas. ICA. Departamento de Pastos y
Forrajes y EEPF “Indio Hatuey”. p. 99
• Sauget, J. y Lioger, E. 1951. Dicotiledóneas: Casuarináceas a Meliáceas. Flora
de Cuba. Vol. II. Contribuciones ocasionales del museo de historia natural del
colegio de La Salle. No 10. p. 125
• Sauget, J. y Lioger, E. 1953. Dicotiledóneas: Malpighiaceae a Mirtaceae. Flora de
Cuba. Vol. III. Contribuciones ocasionales del museo de historia natural del
colegio de La Salle. No. 13. p. 284
• Soca, Mildrey. 2005. Los nematodos gastrointestinales de los bovinos jóvenes.
Comportamiento en los sistemas silvopastoriles cubanos. Tesis presentada en
opción al grado científico de Doctor en Ciencias Veterinarias. Universidad Agraria
de La Habana. EEPF Indio Hatuey. Matanzas. p. 59
• Tabloide de Universidad para Todos. 2007. Curso de Bosques de Cuba. Parte 1.
p. 4
• Toral, Odalys. 2005. Capitulo 3. La utilización del germoplasma arbóreo forrajero.
En: El silvopastoreo: Un nuevo concepto de pastizal. (Simón, L. Editor). Impreso
en los talleres de la Editorial Universitaria. Universidad de San Carlos de
Guatemala. Editorial: [email protected] ISBN: 959-16-0209-x p. 33
• Toral, Odalys; Iglesias, J.; y Machado, R. 2007. Introducción, evaluación y
selección de recursos fitogenéticos arbóreos. En: Memorias FITOGEN. VII Taller
internacional sobre recursos fitogenéticos. Santi Spíritus. p. 56
75
• Toral, Odalys; Iglesias, J. M. y Reino, J. 2006. Comportamiento del germoplasma
arbóreo forrajero en condiciones de Cuba. Pastos y Forrajes 29:337
• Toral, Odalys; Iglesias, J.M.; Montes de Oca, Sofia; Sotolongo, J.A. 2008.
Jatropha curcas L., una especie arbórea con potencial energético en Cuba.
Pastos y Forrajes 31:192
• Toral, Odalys; Machado, R; Navarro, Marlen; Fung, Carmen. y Reino, J. 2006.
Prospección y colecta de leguminosas multipropósito en la zona central de Cuba.
Revista Pastos y Forrajes 29:135
• Toral, Odalys y Simón, L. 2001. Aceptabilidad relativa de especies arbóreas
forrajeras de los géneros Leucaena y Albizia. Pastos y Forrajes. 24:209
• Toral, Odalys. 2006. Selección de germoplasma arbóreo con potencial forrajero
para la ganadería cubana. Tesis presentada en opción al grado científico de
Doctor en Ciencias Agrícolas. Universidad de Matanzas. Cuba
• Urbatsch, L.E; Reid, C. S & Jones, T.M. 2010. Interactive Visual Identification and
LSU Herbarium. En: Http://Interactive Keys @ Louisiana State University
Herbarium.htm. (Revisado en Diciembre, 29. 2010. 04:15 p.m.)
• Wencomo, Hilda. 2008. Evaluación morfoagronómica e isoenzimática y selección
de accesiones de leucaena spp. con fines silvopastoriles. Tesis presentada en
opción al grado científico de Doctor en Ciencias Agrícolas. INCA. Departamento
de Genética y Mejoramiento y EEPF “Indio Hatuey”. p. 81
• Wiersema, J.H & Joseph, H.K. 1990. Legume (Fabaceae) Nomenclature in the
USDA Germoplasm System. Agricultural research service and technical bulletin.
March. Number 1757
• Yepes, I.A. 1992. Clasificación automatizada de leguminosas arbustivas de Cuba.
Trabajo de Diploma presentado en opción al título de Ingeniero Agrónomo.
Universidad de Matanzas. p. 5
• Yepes, I.A. 1994. Clasificación automatizada I. Leguminosas arbóreas de Cuba
(RODAL). Resúmenes. Taller Internacional. Sistemas Silvopastoriles en la
Producción Ganadera. 13-15 de Diciembre. EEPF Indio Hatuey. p.50
• Yepes, I.A. 2001. Índice genérico secuencial de la flora de Cuba. Versión 2.0
Memorias del IV taller Internacional sobre Recursos Fitogenéticos
FITOGEN’2001. p. 16
76
• Yepes, I.A. y Barreto, Angela. 1996. Clasificación automatizada de leguminosas
arbóreas de Cuba. Versión 3.0. (RODAL). V Simposio de botánica. Jardín
Botánico Nacional. 10 al 13 de Julio. p. 160
• Yepes, I.A.; Méndez, I. y Avilés, J. 1995. Clave dicotómica para la identificación
de leguminosas a partir de caracteres vegetativos (VEGETLEG). Pastos y
Forrajes. 18:235
• Yepes, I.A; Machado, R y Olivera, Yuseika. 2010. Creación de una metodología
de claves interactivas a partir de la reconstrucción de claves analíticas
publicadas. Pastos y Forrajes. 33:10. EEPF Indio Hatuey. Matanzas
• Yepes, S.A. 1953. Introducción a la Etnobotánica Colombiana. Publicaciones de
la Sociedad Colombiana de Etnología, Bogotá. p. 9
• Yepes, S.A. 1971. Observaciones sobre la evolución de las leguminosas.
Ciencias Agropecuarias. Serie 1. Ing. Agronómica. #7. Universidad de La
Habana. EEPF Indio Hatuey. p. 11
• Yepes, S.A. 1974a. Características botánicas de las principales leguminosas
tropicales de pastoreo. Ciencias Agropecuarias. Serie 1. Ing. Agronómica. #15.
Universidad de La Habana. EEPF Indio Hatuey. p. 9
• Yepes, S.A. 1974b. La introducción y la destrucción de pastos (ramoneo).
Resúmenes. I Seminario Interno Científico – Técnico. Estación Experimental de
Pastos y Forrajes “Indio Hatuey”. Series Técnico – Científica A-5. p. 72
• Yepes, S.A. 1975. Guía práctica de pastos y forrajes existentes en Cuba. EEPF
Indio Hatuey. p. 47
• Zamudio, Teodora. 2005. Recursos Fitogéneticos. Curso CDROM del Equipo de
Docencia e Investigación UBA- Derecho. Regulación Jurídica de las
biotecnologías. En: www:// www.biotech.bioetic.org/ clases 3-4. HTML (Revisado
en Febrero 18, 2010, 04:22 p.m.)
Anexo I Índice de los géneros del listado 2. División Magnoliophytina
Pág. Familias Géneros Anacardiaceae Spondias……………………………………………………. 78 Asteraceae Tithonia……………………………………………………... 78 Burseraceae Bursera……………………………………………………... 78 Caesalpiniaceae Caesalpiniaceae
Bauhinia……………………………………………………. Caesalpinia…………………………………………………
79 79
Caesalpiniaceae Caesalpiniaceae
Cassia………………………………………………………. Schizolobium……………………………………………….
80 80
Euphorbiaceae Euphorbiaceae Euphorbiaceae
Aleurites……………………………………………………. Cnidoscolus……………………………………………….. Jatropha…………………………………………………….
81 81 81
Fabaceae Fabaceae
Ateleia………………………………………………………. Erythrina…………………………………………………….
81 81
Fabaceae Fabaceae Fabaceae
Gliricidia…………………………………………………….. Lonchocarpus……………………………………………… Millettia………………………………………………………
82 82 82
Malvaceae Hibiscus……………………………………………………. 82 Malvaceae Malvaviscus………………………………………………… 83 Meliaceae Meliaceae Meliaceae
Azadirachta………………………………………………… Guarea……………………………………………………… Melia…………………………………………………………
83 83 83
Mimosaceae Albizia………………………………………………………. 83 Mimosaceae Samanea…………………………………………………… 85 Mimosaceae Mimosaceae Mimosaceae Mimosaceae
Leucaena.………………………………………………….. Enterolobium.………………………………………………. Lysiloma……………………………………………………. Pithecellobium……………………………………………...
84 84 84 84
Moraceae Moraceae
Brosimum…………………………………………………... Morus………………………………………………………..
85 85
Moringaceae Moringa……………………………………………………... 85 Sterculiaceae Guazuma…………………………………………………… 85 Urticaceae Urera………………………………………………………... 85 Verbenaceae Gmelina…………………………………………………….. 85
Listado 2. División Magnoliophytina con las familias y los géneros en estudio según Anón, 1996, resultados a partir del listado de los taxones de la tabla 6, obteniéndose el resultado atesorado de todas las especies que comprende el HAJB. Magnoliophytina Anacardiaceae Spondias HAJB-8200459 mombin L. HAJB-8602511 mombin L. HAJB-8200759 mombin L. HAJB-8704124 pinnata Kurz HAJB-8300115 S purpurea L. Asteraceae Tithonia HAJB-9300219 illicifolia Burseraceae Bursera HAJB-9101181 E angustata Wright ex Griseb. HAJB-9500368 E angustata Wright ex Griseb. HAJB-8603159 bipinnata Engl. HAJB-8603160 copallifera (Sessé et Moc.ex DC.) Bullock HAJB-8600007 fagaroides Engl. HAJB-9500426 fragans Britt. HAJB-8600099 graveolens (HBK) Triana-Planch. HAJB-8601861 inaguensis Britt. HAJB-8700952 inaguensis Britt. HAJB-8603161 microphylla Gray, A. HAJB-8602931 S serrata Wallich ex Colebr. HAJB-8603305 S simaruba (L.) Sarg.
Caesalpiniaceae Bauhinia HAJB-8501979 S acuminata L. HAJB-8602918 alba Buch.-Ham. ex Wall, A. HAJB-8502313 S armata Otto HAJB-8600180 S candicans Benth. in Mart. HAJB-8602919 candida L. HAJB-8600192 S forficata Link HAJB-8603480 S galpinii Br., N. E. HAJB-8601687 hookeri Muell., F. J. HAJB-8602920 S hookeri Muell., F. J. HAJB-8601670 S jenningsii Wils., P. HAJB-8602921 S malabarica Roxb. HAJB-8603832 megalandra Griseb. HAJB-8401557 S monandra Kurz HAJB-8100214 S pauletia Pers. HAJB-8401462 pauletia Pers. HAJB-8603568 picta DC. HAJB-8400139 S polycarpa Wallich HAJB-8602923 S purpurea L. HAJB-8600843 S reticulata DC. HAJB-9500093 retusa Roxb. HAJB-8603482 S rufescens Lam. HAJB-8501981 S tomentosa L. HAJB-8602924 S tomentosa L. HAJB-8603483 tomentosa L. HAJB-8602925 S variegata L. Caesalpinia HAJB-8400682 S bahamensis Lam. HAJB-9400262 cacalaco Humb. ex DC. HAJB-8502335 S E clementis (Britt.) Leon Hermano HAJB-8600149 S gilliesii (Hook.) Dietr., D. HAJB-8601866 S E glaucophylla Urb. HAJB-8603163 S mexicana Gray, A. HAJB-8700144 mexicana Gray, A. HAJB-8601867 S E nipensis Urb. HAJB-8702400 E nipensis Urb. HAJB-8600280 ovalifolia Urb. HAJB-8100212 pauciflora Benth. et Hook. HAJB-8601686 S pulcherrima (L.) Swartz HAJB-8700145 S pulcherrima (L.) Swartz HAJB-9800246 pulcherrima (L.) Swartz HAJB-8602933 S sappan L. HAJB-8602934 S sepiaria Roxb. HAJB-8501027 S spinosa (Mol.) Knutze, O.
HAJB-8603306 S vesicaria L. HAJB-8600204 S violacea (Mill.) Standl. HAJB-8603232 S violacea (Mill.) Standl. HAJB-8603307 violacea (Mill.) Standl. HAJB-9400466 yucatanensis Greenm. Cassia HAJB-0000214 aeschynomene DC. HAJB-9300210 angustifolia Vahl HAJB-8500222 artemisioides Gaud.-Beaup. ex DC. HAJB-8601211 biflora L. HAJB-9400928 crista Jacq. HAJB-8602268 crista Jacq. HAJB-9000713 ekmaniana Urb. HAJB-8502327 emarginata L. HAJB-8600162 S emarginata L. HAJB-8603312 S emarginata L. HAJB-8602738 fistula L. HAJB-8502080 S fistula L. HAJB-8700156 S fistula L. HAJB-8700793 garrettiana Craib HAJB-8300069 S grandis L. f. HAJB-8502277 S grandis L. f. HAJB-8600266 grandis L. f. HAJB-8601868 S E lineata Swartz HAJB-8700157 lineata Swartz HAJB-8602201 marginata Roxb. HAJB-8600206 multijuga Rich., A. HAJB-8502089 S nodosa Buch.-Ham. ex Roxb. HAJB-8602211 planisilicua Lam. HAJB-8603835 E robiniaefolia Benth. HAJB-9500622 S siamea Lam. HAJB-9400621 sieberiana DC. HAJB-8602791 spectabilis DC. HAJB-8600977 sturtii Br., R. HAJB-8600152 tomentosa L. f. Schizolobium HAJB-9600717 parahybum Blake HAJB-8502270 parahybum Blake HAJB-8600161 parahybum Blake
Euphorbiaceae Aleurites HAJB-9500624 S fordii Hemsl. HAJB-8602901 moluccana (L.) Willd. HAJB-8602905 moluccana (L.) Willd. HAJB-8602906 triloba Forst., G. HAJB-7901581 trisperma Blanco HAJB-8603812 S trisperma Blanco HAJB-8700083 trisperma Blanco Cnidoscolus HAJB-8600109 tepiquensis Costantin et Gallaud HAJB-9400480 urens (L.) Arth. var. inermis Calv. Jatropha HAJB-8603526 aethiopica Müll. Arg. HAJB-8600137 S curcas L. HAJB-9500398 S curcas L. HAJB-9700157 gossypifolia L. HAJB-8502068 S integerrima Jacq. HAJB-8603359 integerrima Jacq. HAJB-8700245 S integerrima Jacq. HAJB-8601920 E minor Urb. HAJB-8600175 S multifida L. HAJB-8700246 multifida L. HAJB-9800266 pandurifolia Andr. HAJB-8502261 S podagrica Hook. HAJB-8603286 S E tupifolia Griseb. Fabaceae Ateleia HAJB-8401217 cubensis Griseb. HAJB-8603301 S cubensis Griseb. Erythrina HAJB-8603502 abyssinica Lam. HAJB-8600188 berteroana Urb. HAJB-8700210 S berteroana Urb. HAJB-9500442 S corallodendron Griseb. HAJB-8600177 crista-galli L. HAJB-7900406 dominguezii Hassl. HAJB-8502322 folkersi Krukoff et Moldenke
HAJB-8600167 glauca Willd. HAJB-8600231 herbacea L. HAJB-8603503 humeana Spreng., K. HAJB-8700211 indica Lam. HAJB-8602964 indica Lam. HAJB-8602965 mysorensis Gamble HAJB-8602520 S standleyana Krukoff HAJB-8603341 standleyana Krukoff HAJB-8500716 S velutina Willd. HAJB-8700212 S velutina Willd. Gliricidia HAJB-8200925 S sepium (Jacq.) Kunth ex Walp. Lonchocarpus HAJB-9400629 capassa Rolfe HAJB-7902287 capassa Rolfe HAJB-9500372 S domingensis (Pers.) DC. HAJB-9500497 longipes Urb. HAJB-8502098 S longistylus Pitt. HAJB-8502257 S longistylus Pitt. HAJB-8600215 S longistylus Pitt. HAJB-8603223 longistylus Pitt. HAJB-9400424 longistylus Pitt. HAJB-9600424 longistylus Pitt. HAJB-8401460 S punctatus HBK HAJB-8502309 S sepium DC. HAJB-9500453 S violaceus HBK Millettia HAJB-8603017 ovalifolia Kurz HAJB-8601802 S thonninguii Bak. Malvaceae Hibiscus HAJB-9500765 calyphyllus Cav. HAJB-9500406 dominguensis Jacq. HAJB-8603283 S elatus Swartz HAJB-9100687 hamabo Sieb. et Zucc. HAJB-8500200 heterophyllus Venten. HAJB-8000246 S platanifolius Roxb. HAJB-8500126 rosa-sinensis L. HAJB-9700105 rosa-sinensis L. var. albus HAJB-9700187 rosa-sinensis L. var. 'matensis'
HAJB-9700188 rosa-sinensis L. var. plenus HAJB-9900079 rosa-sinensis L. var. cooperi Hort. HAJB-8700231 schizopetalus Hook. f. HAJB-8602989 syriacus L. HAJB-8300517 tiliaceus L. Malvaviscus HAJB-9500357 arboreus Cav. var. Arboreus Meliaceae Azadirachta HAJB-9200090 indica Juss., A. HAJB-9600406 indica Juss., A. HAJB-9900083 indica Juss., A. Guarea HAJB-8603281 S guara (Jacq.) Wils., P. Melia HAJB-8402273 S azedarach L. HAJB-8603105 azedarach L. HAJB-9500457 S candollei Juss., A. HAJB-8700507 indica Brand Mimosaceae Albizia HAJB-8200378 caribaea (Urb.) Britt. et Rose HAJB-8602902 chinensis (Osbeck) Merrill HAJB-8603300 S E cubana Britt. et Wils., P. HAJB-8602903 falcata Backer ex Merrill HAJB-8603811 S falcata Backer ex Merrill HAJB-8603465 fastigiata Oliver HAJB-8001638 gumnifera (Gmel., J. F.) Sm., C. A. HAJB-7900415 S kalkora (Roxb.) Prain HAJB-8401487 kalkora (Roxb.) Prain HAJB-8603103 kalkora (Roxb.) Prain HAJB-8602904 S lebbeck (L.) Benth. HAJB-8605044 lophantha (Willd.) Benth. HAJB-8603466 mollis Boivin HAJB-8401282 nemu Benth. HAJB-8100221 odoratissima Benth. HAJB-8602173 odoratissima Benth.
HAJB-8602179 odoratissima Benth. HAJB-8603569 S polyphylla Fourn., E. HAJB-8502258 S saman (Jacq.) Muell., F. J. HAJB-9400177 sinalocusis Britt. et Rose HAJB-8000375 zigia Macbr. Leucaena HAJB-8300552 S albicans Benth. HAJB-8502292 S glauca (L.) Benth. HAJB-8600221 S glauca (L.) Benth. HAJB-8600002 S leucocephala (Lam.) De Wit HAJB-8700510 multicapitulata Schery HAJB-8603172 S pulverulenta Benth. HAJB-8603173 sculenta Benth. Enterolobium HAJB-8600207 S contortisiliquum Morong HAJB-9600286 contortisiliquum Morong HAJB-8502310 S cyclocarpum (Jacq.) Griseb. HAJB-8600131 S cyclocarpum (Jacq.) Griseb. Lysiloma HAJB-8603362 S bahamense Benth. HAJB-8603854 bahamense Benth. HAJB-8603174 S divaricata Benth. HAJB-8603363 S latisiliqua (L.) Benth. HAJB-8603430 S latisiliqua (L.) Benth. HAJB-8603855 latisiliqua (L.) Benth. HAJB-9500454 E sabicu Rich., A. HAJB-8502249 S tergemina Benth. HAJB-8603175 S tergemina Benth. Pithecellobium HAJB-8402153 albicans Benth. HAJB-8400868 arborescens Rosterm. HAJB-8502083 S arboreum (L.) Urb. HAJB-8603187 brevifolium Benth. HAJB-8200170 S discolor Britt. HAJB-8502269 S discolor Britt. HAJB-8600126 S discolor Britt. HAJB-8603375 discolor Britt. HAJB-8502279 S dulce (Roxb.) Benth. HAJB-8600141 S dulce (Roxb.) Benth. HAJB-8603437 S hystrix (Rich., A.) Benth. HAJB-8603376 S keyense Britt.
HAJB-9400626 mexicanum Rose HAJB-9500407 obovale (Rich., A.) Wright Samanea HAJB-8600146 S saman (Jacq.) Merrill HAJB-9600391 saman (Jacq.) Merrill Moraceae Brosimum HAJB-8600190 S alicastrum Swartz HAJB-8603157 alicastrum Swartz HAJB-8603230 S alicastrum Swartz Morus HAJB-8300093 S alba L. HAJB-8603022 alba L. HAJB-8300092 S nigra L. Moringaceae Moringa HAJB-8603020 S oleifera Lam. Sterculiaceae Guazuma HAJB-8300476 ulmifolia Lam. Urticaceae Urera HAJB-9200500 baccifera (L.) Wedd. Verbenaceae Gmelina HAJB-8602983 S R arborea Roxb. HAJB-8602984 S asiatica L. HAJB-9500444 S indica Burm. f. HAJB-9500620 S indica Burm. f. HAJB-9800272 philippensis Cham. Leyenda de la categoría de conservación de las especies según IUCN (1989). S: Fuera de peligro. E: En peligro. R: Rara.