Miyó v Entrevista a García Márquez

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Entrevista de la reconocida periodista cultural Miyó Vestrini al Premio Nobel, Gabriel García Márquez

Citation preview

Miy Vestrini. Las 2 cosas ms importantes para Garca Mrquez son su mujer Mercedes y haber nacido bajo el signo de Piscis. El Nacional, Caracas, 26 de julio de 1972, Pgina de Arte, p. C-ltima. 1 En una oportunidad declar: ...yo no hablo nunca de literatura porque no s lo que es y estoy convencido de que el mundo sera igual sin ella... Segn Carlos Fuentes, la mejor discusin sobre la Iliada y la Odisea la sostuvo con Rodrigo hijo mayor de Garca Mrquez El sitio ideal para escribir es una isla desierta por la maana y la gran ciudad por la noche, declar hace poco Tiene un mtodo especial para saber cundo los spaghettis estn al diente y baila los ballenatos con sorprendente agilidad Yo les he dado a mis hijos una lnea poltica perfecta, coment una vez: la culpa de todo, siempre la tiene el gobierno, sea cual sea Ayer, el doctor Tarre Murzi le envi un telegrama a Espaa informndole que haba ganado el Premio Rmulo Gallegos Cuando en 1965, el crtico venezolano Domingo Miliani le pidi a Gabriel Garca Mrquez su opinin sobre el Premio Internacional de Novela Rmulo Gallegos y le pregunt si pensaba concurrir, el escritor respondi: ... estoy bien informado de esa tentacin diablica... la competencia va a ser dura, pero el favorecido podr dedicarse a escribir sin apremios por muchos aos. Y bien, esta vez Garca Mrquez podr escribir sin apremios durante los prximos aos. Una vez ms, Cien Aos de soledad ejerci su poder de amuleto fantstico, incorruptible, que trae amor, fortuna y fama, alejando definitivamente los fantasmas de hambres viejas, de lecturas sin pagar, de largas y terribles noches a la intemperie y de cuartuchos de hotel donde se espantan los mosquitos y se delira de calor. Traducido a casi todos los idiomas, editado con tirajes incalculables, evocado por copleros de Aracataca-Macondo (... de Amrica y sus memorias / jams se podr olvidar / de aqul que escribi la historia / Cien aos de soledad), motivo de miles de estudios crticos, tema obligatorio en seminarios sobre literatura hispanoamericana, el libro de Gabriel Garca Mrquez constituye el ms sorprendente fenmeno editorial de los ltimos aos. La terrible y mgica historia de Aureliano Buenda y sus descendientes, obsesiona y encanta a millones de lectores y por primera vez, la literatura, sin concesiones al gran pblico, llega a las masas, valga el trmino. A la mala hora de escribir sobre Garca Mrquez, se contempla con perplejidad el volumen de reportajes, entrevistas, declaraciones y textos crticos, todo ello definitivamente agotado con Historia de un deicidio de Mario Vargas Llosa. Tanto se ha indagado, dicho y escrito, que el propio escritor coment un da, exasperado, no soportar ms el acoso de la prensa, ni de los curiosos. Hasta su madre traicion ingenuamente el primer momento de la vida de Gabo, al hacer pblico que haba nacido con los ojos abiertos. Por supuesto, el principio de todo est en Macondo, pueblo colombiano cuyo nombre en realidad es Aracataca, donde naciera Garca Mrquez en 1928. El escritor es el mayor de once hermanos: Gabriel Jos, Luis Enrique, Margarita, Ada, Ligia, Gustavo, Rita, Jaime, Hernando, Alfredo y Eligio Gabriel. Del asfixiante y polvoroso ambiente, el escritor hered un gusto mal reprimido por el calor, hasta el punto que en una oportunidad declar que durante su primera permanencia en Caracas, en el edificio Roraima de San Bernardino, fue donde escribi ms a gusto, a cuarenta grados de temperatura. Nacido bajo el signo de Piscis y casado con una mujer llamada Mercedes, estas son, segn lo declara el mismo, las dos cosas ms importantes ocurridas en su vida, porque gracias a ellas ha logrado sobrevivir escribiendo. Y escribir, comenz para l en 1948, cuando en el Suplemento Literario de El Espectador, de Bogot, dirigido por Eduardo Zalamea Borda, public sus primeros cuentos, malas imitaciones de Joyce y Kafka. La edicin de su primera novela La hojarasca (1955) en Bogot, coincidi con un primer reconocimiento importante: el Premio Nacional de Literatura, por su cuento Un da despus del sbado. Seis aos ms tarde, aparece El coronel no tiene quien le escriba, libro que por cierto conoci en sus orgenes el doctor Ramn Velsquez, quien coment que le haba gustado. Su permanencia en Caracas es recordada por muchos periodistas y amigos. Empeado en el ejercicio periodstico, trabaj en Momento y Venezuela Grfica sin que ello lo convirtiera, ni mucho menos, en una gloria nacional. De ese tiempo quedan ancdotas, infinidad de yo conoc al Gabo, y un libro de ocho cuentos, Los funerales de Mam Grande editado por la Universidad de Veracruz, Mxico, en 1962. Ese mismo ao, la Editorial Iberoamericana de Madrid imprime La mala hora, y el escritor obtiene por segunda vez en su pas, el Premio Nacional de Literatura. Despus, vino Cien aos de soledad, y la historia que todos conocemos. Lo cierto es que si los lectores de Cien aos de soledad dieran libre curso a una morbosa imaginacin, tras haber devorado el libro, deberan preguntarse con curiosidad, cmo es Garca Mrquez? Y cindonos a una insolente declaracin del escritor, segn la cual l nunca habla de literatura porque no sabe lo que es y adems est convencido de que el mundo sera igual sin ella, pensamos preferible evocarlo en la calle, en un bar con sus amigos, dialogando con sus hijos o simplemente despertando a su mujer embarazada para preguntarle: Qu suean las mujeres preadas?. Fabulador, constantemente dispuesto a la gran aventura cotidiana, es tambin el hombre ms dotado para escuchar. Su obra misma, parte de esa receptividad para atender historias y almacenarlas en una memoria de hierro, memoria que incluso lo lleva a afirmar que el elemento de mayor influencia en su formacin de narrador ha sido la abuela materna. Tan intensa en esa capacidad para or, que Mercedes, su esposa, coment en una oportunidad, Gabo se cas conmigo para que le contara historias... Sus hijos, Rodrigo y Gonzalo el primero es triste, el segundo vive la vida, afirma el padre, ni coquetean con l, ni lo respetan. Prefieren llamarlo irnicamente el literato y burlarse, no sin afecto, de la tremenda carrera pblica del padre. Sin embargo, Rodrigo parece estar destinado a la literatura y segn el escritor Carlos Fuentes, la mejor discusin de su vida sobre la Iliada y la Odisea, la sostuvo con el muchacho, que actualmente tiene trece aos. En una reciente y exhaustiva entrevista concedida a Plinio Apuleyo Mendoza, jefe de Redaccin de Libre, el escritor confiesa que el sitio ideal para escribir es una isla desierta por la maana y la gran ciudad por la noche. Si nos remontamos a 1966, tenemos una desgarradora imagen de ese quehacer matutino; en efecto, Garca Mrquez deca entonces: ... en mi caso el ser escritor es un mrito descomunal, porque soy muy bruto para escribir. He tenido que someterme a una disciplina atroz para terminar media pgina en ocho horas de trabajo: peleo a trompadas con cada palabra y casi siempre es ella quien sale ganando.... Tras el silencio y la buena temperatura y los cigarrillos negros desde las nueve de la maana hasta las tres de la tarde, vienen para el escritor la calle, los amigos, el ruido, en fin, ese ritmo vital que tanto aprecian quienes tienen un natural y constante roce amistoso con el escritor. Vargas Llosa comentaba hace poco en una entrevista, los peligros del vedettismo, aunque ste haya llegado cuando no se le solicite. Hasta qu punto este insoportable ruido en torno a Garca Mrquez, esa delirante intromisin en su quehacer cotidiano, esa avalancha de adjetivos ceremoniosos y dulzones, han quebrado la frescura de un hombre que deca hace seis aos, soy escritor por timidez, es difcil establecerlo. Personaje creador por mecanismos publicitarios, absolutamente ajenos a esas siete horas de creacin diaria, pero personaje al fin y al cabo, esgrime una espada en la cual ya no cree. Sin embargo, no puede haber dudas en torno a la permanencia secreta y viva de un escritor que contina cayndose a trompadas con las palabras (su novela El otoo de un patriarca est casi terminada), que da a quien la desea su frmula de cmo saber cundo los spaghettis estn al diente (lanzndolos contra la pared para ver si quedan pegados...), que explica con orgullo, ... yo le he dado una lnea poltica perfecta a mis hijos: la culpa de todo siempre la tiene el gobierno, sea cual sea..., que canta y baila los ballenatos con sorprendente perfeccin y que no vacila en confesar: ... uno no escribe lo que quiere, sino lo que puede. Se lamentaba una vez Garca Mrquez, que habra sido ms til a la humanidad si en vez de escritor fuera terrorista. Hoy, no tiene por qu lamentarse. Al romper, efectivamente, nuestros condicionamientos mentales mediante transposiciones poticas, al ceirse estrechamente a la realidad latinoamericana dentro de un contexto literario fabuloso y estallante, al seguir pensando en aquel personaje solitario que cruzaba llorando un puente del ro Sena, al recordarle a los jvenes escritores que son los editores quienes viven de ellos y no viceversa, al clamar en fin soy un comunista que no encuentra dnde sentarse, el escritor puede estar seguro de que su obra y su actitud frente al mundo, tienen siempre un efecto de sansima subversin. 1 El artculo est ilustrado con dos fotos de Gabriel Garca Mrquez (no suministra nombre del fotgrafo).

http://www.celarg.gob.ve/Espanol/TrayectoriadeunPremio/PremioII/mvestrinilasdoscosas26071972ganador.htm
Consultado el 5 de noviembre de 2013