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UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACIÓNEnrique Guzmán y Valle
Alma Máter del Magisterio Nacional
FACULTADFACULTAD : EDUCACIÓN INICIAL: EDUCACIÓN INICIAL
ESPECIALIDAD: EDUCACIÓN INICIALESPECIALIDAD: EDUCACIÓN INICIAL
PROFESORAPROFESORA : AMÉRICA DÍAZ AIQUIPA: AMÉRICA DÍAZ AIQUIPA
CURSOCURSO : ORIENTACIÓN DEL DESARROLLO : ORIENTACIÓN DEL DESARROLLO PERSONALPERSONAL
ALUMNOALUMNO : BARRERA VIDAL, Elizabeth: BARRERA VIDAL, Elizabeth
CÓDIGOCÓDIGO : 20061893: 20061893
CICLOCICLO : VI: VI
PROMOCIÓNPROMOCIÓN : 2006: 2006
LA CANTUTA 2008
DEDICATORIA:
A la profesora del Curso, porque día a día
se esfuerza en transmitir las experiencia
hacia nosotras.
ÍNDICE
1. QUE ES LA AUTOESTIMA
2. COMPONENTE DE LA AUTOESTIMA
a. Su comportamiento cognitivo
b. Su elemento afectivo
c. Su Integrante Conductual
3. IMPORTANCIA DE LA AUTOESTIMA
4. CÓMO SE DESARROLLA LA AUTOESTIMA
5. ASPECTOS NECESARIOS PARA DESARROLLAR UN AUTOESTIMA
6. DIMENSIONES DE LA AUTOESTIMA
a) Dimensión Física.
b) Dimensión Social
c) Dimensión Afectiva
d) Dimensión Académica
e) Dimensión Ética
7. FORMAS DE EXPRESIÓN DE LA AUTOESTIMA POSITIVA EN LOS NIÑOS
a) En relación a sí mismo
b) En relación a los demás
c) Frente a las tareas y obligaciones
8. ESTRATEGIAS ALUMNOS PARA DESARROLLAR LA AUTOESTIMA DE LOS
ALUMNOS
9. FORMAS DE EVITAR UNA AUTOESTIMA NEGATIVA
10. CARACTERÍSTICAS DE LA AUTOESTIMA DEL PROFESOR
11. TAREAS SUGERIDAS PARA EL DESARROLLO DE LA AUTOESTIMA
LA AUTOESIMA
1. QUE ES LA AUTOESTIMA
Se definió autoestima como la evaluación como la evaluación que un
individuo realiza al respecto de sí mismo, la cual expresa una actitud de
aprobación o desaprobación, e indica el grado en que el individuo se siente capaz,
significativo, exitoso y digno.
La autoestima como la manera en que la gente siente y piensa a sí misma
y a los demás. Lo cual a su vez permitiría experimentar confianza, valoración y
respeto propios.
La autoestima como una actitud hacia uno mismo, es la forma habitual de
pensar, amar, sentir y comportarse consigo mismo.
La autoestima es una actitud hacia uno mismo. Este es el modelo del cual
partimos para estudiar la consistencia de la autoestima. Definirla como una actitud
implica la aceptación de unos presupuestos determinados antropológicos y
psicológicos, respetando otros modelos basados en diferentes teoría de la
personalidad.
Como actitud es la forma habitual de pensar, amar, sentir y comportarse
consigo mismo. Es la disposición permanente según la cual nos enfrentamos con
nosotros mismos. Es el sistema fundamental por el cual ordenamos nuestras
experiencias refiriéndolas a nuestro “yo” personal. Las líneas conformadas y
motivadoras de nuestra personalidad, que la sustentan y le dan sentido.
¿En innata la autoestima? No, es adquirida y se genera como resultado de
la historia de cada persona. Es el fruto de una larga y permanente secuencia de
acciones y pasiones que nos van configurando en el transcurso de nuestros días
de existencia. Este aprendizaje de la autoestima no es intencional generalmente,
ya que nos modela desde contextos informales educativos, aunque a veces es el
fruto de una acción intencionalmente proyectada a su consecución.
Es una estructura consistente, estable, difícil de mover y cambiar. Pero su
naturaleza no es estática, sino dinámica y por lo tanto puede crecer, arraigarse
más íntimamente, ramificarse e interconectarse con otras actitudes nuestras o
puede debilitarse, empobrecerse y desintegrarse. Es, pues, perfectible en mayor
o menor grado.
La autoestima es una forma de ser y actuar radical, puesto que arraiga en
los niveles más hondos de nuestras capacidades, ya que es la resultante de la
unión de muchos hábitos y aptitudes adquiridas. Comporta así, una mayor
radicalidad, una superior estabilidad y una carga motivacional más potente que las
simples disposiciones, que los hábitos y aptitudes. Es una estructura funcional de
mayor eficacia y solidez que engloba y orienta todo el dinamismo humano. La
autoestima es la meta más alta del proceso educativo y el quicio y centro de
nuestra forma de pensar, sentir y actuar. Es le máximo resorte motivador y el
oculto y verdadero rostro de cada hombre esculpido a lo largo del proceso vital.
Es evidente que es a raíz de nuestra conducta, pero no la conducta
misma. Es precursora y determinante de nuestro comportamiento, conlleva un
impulso operativo que nos visitan ya cosan incesantemente. Es sin duda el
principio de la acción humana.
Y posee la autoestima dos cualidades inestimables: la transferencia y
generalización. Por ellas podemos responder a múltiples y diferentes operaciones,
desde su unidad nos abrimos a un repertorio multiforme de conductas,
capacitándonos para enfrentarnos a la vida compleja y cambiante que nos espera.
Ante una sociedad en proceso acelerado de cambio de modo irreversible, la única
educación válida de la juventud será la que se centre decididamente en el cultivo
de las actitudes básicas como la autoestima.
Pero conviene profundizar más e el análisis de esta estructura compleja de
la autoestima si queremos posteriormente encontrar los caminos verdaderos para
llegar a una metodología eficaz que alcance el objeto educativo que nos hemos
propuesto. Y encontramos en ella tres componentes: cognitivo, afectivo y
conativo. Los tres operan íntimamente correlacionados, de manera que una
modificación en uno de ellos comporta una alteración en los otros. Un aumento
de nivel afectivo y motivacional nos abre a un conocimiento más penetrante u a
una decisión más eficaz. Una comprensión y conocimiento más cabal elevará
automáticamente el caudal afectivo y volitivo.
2. COMPONENTE DE LA AUTOESTIMA
a. Su comportamiento cognitivo
El componente cognitivo indica idea, opinión, creencias, percepción y
procesamiento de la información, Nos referimos al autoconcepto definido como
opinión que se tiene de la propia personalidad y sobre su conducta. Es como
dice Markus, el conjunto de autoesquemas que organizan las experiencias
pasadas y son usados para reconocer e interpretar estímulos relevantes en el
ambiente social. El autoesquema es una creencia y opinión sobre sí mismo que
determina el modo en que es organizada, codificada y usada la información
que nos llega sobre nosotros mismos. Es un marco de referencia por el cual
damos un significado a los datos aprendidos sobre nosotros mismos e incluso
sobre los demás.
A nuestro modo de ver, el autoconcepto ocupa un lugar privilegiado en
la génesis, crecimiento y consolidación de la autoestima, de tal modo que toda
ella está transida de intelección. Las restantes dimensiones, afectiva, y
conductual, caminan bajo la luz que les proyecta el autoconcepto, que a su vez
se hace servir y acompañar por la autoimagen o representación mental que un
sujeto tiene de sí mismo en el presente y en las aspiraciones y expectativas
futuras. Estimo determinante el valor de la autoimagen para la vitalidad de la
autoestima. Solamente si plasmamos el autoconcepto en imágenes intensas,
ajustadas, ricas y actualizadas al espacio y tiempo en que vivimos, arraigará la
autoestima y demostrará su máxima eficacia en nuestro comportamiento.
El vigor del autoconcepto se basa en nuestras creencias entendidas
como convicciones, convencimientos propios. Sin creencias intensas sólidas a
los ataques y erosiones no florecerá un autoconcepto eficiente. ¿Qué son las
creencias? ¿Cómo se elaboran?.
Preguntas sin respuestas adecuada en la actual investigación
psicológica, pero decisivas e insoslayables en el tema que nos ocupa.
Componente Cognitivo permite:
Desarrollar el sentido de la propia identidad ayudándolo a conocerse, a
saber quién es y cómo es para descubrirse y aceptar sus propias
capacidades y limitaciones. Debemos reflejar positivamente las cualidades
y competencias que observamos, evitando expresiones de su propia
imagen.
Desarrollar el sentido de pertenencia favoreciendo la toma de conciencia de
su pertenencia a la familia, a una cultura, a un grupo de amigos, a una
escuela, a una comunidad, estimulándolo a adoptar actitudes personales
ante los otros y sentirse aceptado por ellos.
b. Su elemento afectivo
El segundo componente de la estructura de la autoestima, decíamos
que era el afectivo. Esta dimensión conlleva la valoración de lo que en
nosotros hay de positivo y de negativo, implica un sentimiento de lo favorable
o desfavorable, de lo agradable o desagradable que vemos en nosotros. Es
sentirse a gusto o disgusto consigo mismo. Es admiración ante la propia valía.
Es fruición y gozo de la grandeza y excelencia enraizada en nosotros o dolor y
tristeza ante nuestras miserias y debilidades. Es un juicio de valor sobre
nuestras cualidades personales. Es la respuesta de nuestra sensibilidad y
emotividad ante los valores y contravalores que advertimos dentro de
nosotros.
Hemos llegado al corazón de la autoestima, Es aquí en la valoración,
el sentimiento, la admiración o desprecio, el afecto, el gozo o dolor íntimos,
donde se condensa la quinta-esencia de la autoestima. Y ahora podemos
formular la ley principal que gobierna su dinámica. “A mayor carga afectiva,
mayor potencia de la autoestima”. No olvidemos este principio rector, cuando
emprendamos la singladura educativa, suscitadora de lo que buscamos. Una y
otra vez deberemos regresar a esta matriz, si queremos alumbrar jóvenes,
niños, adultos iluminados por la autoestima.
Y estamos a un paso de la sentencia bíblica: “Amarás al prójimo como
a ti mismo”. Luego debemos amamos a nosotros mismos. Un amor, una
estima a nosotros mismos, que no tiene nada que ver con el narcisismo que
identifica como la vuelta de la libido hacia el propio ser, ni con el egoísmo
donde en verdad no nos amamos sino que nos odiamos, siendo incapaces de
procuramos del bien.
Componente Afectivo debe:
Crear un clima emocional positivo de aceptación y respeto mutuo en el
que se sienta aceptado y querido, mostrándole actitudes cálidas,
afectuosas y de interés. Evitar el castigo y las actitudes violentas
buscando más bien, formas positivas pura producir cambios en la
conducta como escucharlo, elogiado, sonreírle, darle algo que le guste,
prestarle atención.
Desarrollar la seguridad ofreciéndole un ambiente con normas y límites
consistentes dentro del cual se sienta seguro y respetado.
Permitir que exprese sus sentimientos haciéndole sentir que se reconoce
el derecho a sentir emociones positivas, negativas y comunicarlas.
Fomentar la interacción y cooperación entre los alumnos desarrollando la
actitud de compartir tanto la vivencia interior como las cosas materiales y
las actividades de todo tipo, porque, dando y recibiendo, aprende a
valorarse a sí mismo y valorar a los demás miembros del grupo.
c. Su Integrante Conductual
Y el tercer elemento integrante de la autoestima es el conductual,
significa tensión y decisión de actuar, de llevar a la práctica un
comportamiento consecuente y coherente. Es el proceso final de toda su
dinámica interna. Es la autoafirmación dirigida hacia el propio yo y en busco
de consideración y reconocimiento por parte de los demás. El esfuerzo por
alcanzar una fama, honor y respeto ante los demás y ante nosotros mismos.
El Componente Conductual ejercita:
Ejercitar el sentido de responsabilidad asignando tareas que sean
asequibles a su capacidad y que lo ayuden en su desarrollo interno y su
maduración como persona. Se trata de ayudarlas, sostenerlos, agradecer
su contribución, no exponerlos a situaciones de seguro fracaso que
puedan afectar su confianza y seguridad, más bien darles desafíos que
refuercen su sentimiento de logro.
Fomentar el desarrollo de la creatividad afirmando y apoyando las
características originales de cada niño, preguntándonos cuál es el talento,
aptitud o carisma especial de cada uno, para expresarle nuestro respeto y
admiración y sobre todo impulsando el desarrollo de su rasgo específico.
Estimular en el niño su autonomía e independencia relacionando los
aprendizajes con su experiencia, buscando su participación activa de
acuerdo a intereses y capacidades personales. Se trata de darle libertad
para elegir alentarlo en la solución de sus problemas (si se le soluciona
toda nunca será independiente y no aprenderá a valerse por sí mismo
3. IMPORTANCIA DE LA AUTOESTIMA
Tomar conciencia de la trascendencia de la autoestima es un presupuesto
determinante de la eficacia y de la perfección que deseamos alcanzar en su
formación. La causa de que en los objetivos programaciones y actividades
escolares se descuiden la educación de la autoestima en la ignorancia o
inadvertencia respecto al influjo decisivo que tiene en todo el proceso de
maduración personal. Una vez más y ahora mejor que nunca, desafiados por la
Reforma Educativa en el ámbito nacional, debemos plantear la pregunta: ¿Educar
para qué?, ¿Cuáles son los contenidos básicos y necesarios?, ¿Volveremos a
caer en la rutina de dedicamos principalmente a la transmisión de conceptos?.
Saludamos con alegría que en el Diseño Curricular Base del MEC figure la
educación de las actitudes, y entre ellas la autoestima, como objetivo
fundamental. Pero ahora hace falta que todos los educadores compartan esta
valoración positiva y que nazca o crezca en nosotros la convicción firme de su
necesidad. Es requisito ineludible, para que la Reforma por todos anhelada no
quede en la pura retórica. Y éste es un peligro muy real que nos acecha.
4. CÓMO SE DESARROLLA LA AUTOESTIMA
El concepto del yo y de la autoestima se desarrolla gradualmente durante
toda la vida, empezando en la infancia y pasando diversas etapas de por
progresiva complejidad. Cada etapa aporta impresiones, sentimientos e incluso,
complicados razonamientos sobre él yo. El resultado es un sentimiento
generalizado de valía o de incapacidad.
El bebé no tiene un concepto de sí como unidad: sencillamente
“experimenta”. Tiene sensaciones físicas y sentimientos y cierta especie de
"conciencia" vaga y difusa, basada en sensaciones. El lactante experimenta una
sensación general de bienestar cuando mama, o le abrazan sus padres, cuando
se le sonríe, cuando está calientito y le alimentan. Se siente bien cuando le
satisfacen sus necesidades físicas básicas y percibe un clima emocional cálido y
estimulante. Por el contrario, se siente mal cuando no se le satisfacen sus
necesidades básicas: cuando tiene que llorar mucho tiempo hasta que le dan de
comer, o no le cambian y está mojado y tiene frío, cuando no se le evitan las
caídas o cuando recibe una atención emocional y física insuficiente.
Conforme se desarrolla el niño, empieza a aprender a hablar, se pone a
prueba en muy diferentes circunstancias y percibe cómo reacciona los demás
hacia él también, comienza a desarrollar un sentido del yo. Hacia los dos años el
niño ya tiene una sensación de autonomía y posee cierta conciencia de ser una
persona y no un apéndice de la madre y del padre.
El primer concepto del yo se forma en estas primeras etapas de la vida, y
prácticamente se basa sólo en las reacciones de los demás hacia el niño. Cuando
un padre dice “qué niña tan buena”, la niña recibe la impresión de que es “buena”
por inconcreta que sea esa expresión. Asume, es decir, se apropia de esas
palabras. Y cuando los padres le dicen “eres preciosa, encantadora, lista, dulce”, y
así sucesivamente, la niña se adueña poco a poco de estas palabras para formar
en su interior un concepto de su yo, que une a sus sentimientos, al estímulo de las
sonrisas, a las expresiones de ánimo y de apoyo, a las aprobaciones con un gesto
de cabeza, y a las sensaciones físicas: abrazos, besos, cuando le cogen de la
mano o le acarician una herida que se ha hecho.
POR MUCHO QUE LAS RESPUESTAS DE LAS PERSONAS
IMPORTANTES PARA EL NIÑO NO ESTÉN BASADAS EN NADA REAL, EL
NIÑO LAS ACEPTARÁ COMO SI FUERAN DE VERDAD. Los casos estudiados,
de niños abandonados o maltratados demuestran que la idea que tenían de sí
mismos se caracterizaba por sentimientos de inutilidad e incluso, por sentimientos
de maldad: “"si mi madre me odia tanto que hasta me pega o me insulta, algo
debo tener de terriblemente malo”. Ése es el meollo de la evaluación que hace el
niño inconscientemente.
Una vez pasada la primera infancia, el niño amplía su experiencia del
mundo fuera de su familia, se relacionan con el niño compañeros de juego,
parientes, vecinos, y más adelante, maestros y compañero de clase. Las
respuestas de todos ellos se van sumando al complejo concepto del yo.
5. ASPECTOS NECESARIOS PARA DESARROLLAR UN AUTOESTIMA
a) ¿Qué significa tener un buen grado de vinculación?
Para que un niño pueda poseer un buen grado de vinculación necesita tener la
sensación de que:
- Forma parte de alfo. Se siente miembro importante y necesario de la
familia, de la clase, de la pandilla, del equipo, del grupo de trabajo, etc.
- Está relacionado con otros. Existe buena comunicación, sentimientos
compartidos y mucho apoyo y calor entre el niño y los demás.
- Se identifica con grupos concretos. El niño puede etiquetar sus modos de
participación (soy un Pérez, juego en el equipo “Los Pumas”, estoy en 4°
A, soy andaluz, etc). Todas, esas etiquetas definen parcialmente su
sentido de la identidad y le dan la sensación de que mantiene relaciones
con cosas concretas y específicas.
- Tiene un pasado y una herencia personales, lo cual amplía sus
vinculaciones a otros lugares y épocas. Fíjese en cómo les encanta a los
niños que les cuenten la vida pasada de sus padres, así como cosas que
les ocurrieron a ellos mismos de pequeños.
- Posee algo importante. "Mío, mío" chilla el niño pequeño. Conforme va
creciendo va dejando paso a nuevas relaciones con objetos (mi pelota,
mi tocadiscos, mi coche), formándose así la base para establecer una
intimidad con los demás. El interés desmesurado por coleccionar o
guardar cosas expresa esta necesidad.
- Pertenece a alguien o a algo. El niño se siente más seguro cuando
percibe que aquél o aquello que pertenece se preocupa por él y le cuida.
- Los demás muestran gran aprecio por aquellas personas o cosas con las
que él establece sus relaciones. Si el niño ve que se desprecia o se
ridiculiza a su familia, su colegio, sus amigos, sus pertenencias, su raza,
su religión, etc., sus sentimientos.
- Es importante para los demás. Lo cual significa que se nota su presencia,
que se escuchan y consideran sus puntos de vista, que sus necesidades
se tienen en cuenta a la hora de tomar decisiones y lo que es más, que
se le quiere y se le respeta.
- Posee un cuerpo en le que puede confiar para que responda como él
desea. Los niños que están fuera de onda de sus propias capacidades
sensoriales tienen dificultades a la hora de sintonizar con los demás.
El niño puede re1acionarse con gran número de personas o cosas y es
la experiencia vital e intransferible de cada cual la que determina la variedad,
los hijos pueden experimentar fuertes sensaciones de relación con personas o
cosas que no formen parte de la experiencia de los padres o al revés.
Los niños necesitan sentirse relacionados con las personas que son
importantes en sus vidas: padres, parientes, hermanos, amigos, maestros, etc.,
y el grado de vinculación con estas personas están en relación directa con la
comodidad, el calor, la seguridad, la comprensión, el humor y la buena voluntad
que caracterizan tales relaciones. Los enfados, las frustraciones y la mal
comunicación socavan el grado de vinculación del niño.
6. DIMENSIONES DE LA AUTOESTIMA
Si bien existe una valoración global acerca de sí mismo, que puede
traducirse en una percepción de ser querible, valioso y en estar contento de ser
como se es, o por el contrario, en un sentimiento de ser poco valioso, no querible
y por lo tanto, un sentimiento negativo y de no aceptación respecto de uno mismo,
existen también otras dimensiones o áreas específicas de la autoestima. Dentro
de ellas, las siguientes son muy significativas en la dad escolar.
a) Dimensión Física.
Se refiere, en ambos sexos, al hecho de sentirse atractivo
físicamente. Incluye también, en los niños el sentirse fuerte y capaz de
defenderse y en las niñas, el sentirse armoniosa y coordinada.
b) Dimensión Social
Incluye el sentimiento de sentirse aceptado o rechazado por los
iguales y el sentimiento de pertenencia, es decir sentirse parte de un grupo.
También se relaciona con el hecho de sentirse parte de un grupo. También
se relaciona con el hecho de sentirse capaz de enfrentar con éxito diferentes
situaciones sociales, por ejemplo, ser capaz de tomar la iniciativa, ser capaz
de relacionarse con personas del sexo opuesto y solucionar conflictos
interpersonales con facilidad, Finalmente, también incluye el sentido de
solidaridad,
c) Dimensión Afectiva
Está muy relacionada con la interior, pero se refiere a la
autopercepción de características de personalidad, como sentirse:
Simpático o antipático.
Estable o inestable.
Va1iente o temeroso.
Tímido o asertivo.
Tranquilo o inquieto.
De buen o de mal carácter
Generoso o tacaño.
Equilibrado o desequilibrado
d) Dimensión Académica
Se refiere a la autopercepción de la capacidad para enfrentar con
éxito las situaciones de la vida escolar y específicamente a la capacidad de
rendir bien y ajustarse a las exigencias escolares.
Incluye también la autovaloración de las capacidades intelectuales,
como sentirse inteligente, creativo y constante, desde el punto de vista
intelectual.
e) Dimensión Ética
Se relaciona con el hecho de sentirse una persona buena y confiable
o, por el contrario, mala y poco confiable. También incluye atributos como
sentirse responsable o irresponsable, trabajador flojo. La dimensión ética
depende de la forma en que el niño interioriza los valores y las normas, de
cómo se ha sentido frente a los adultos cuando las ha transgredido o ha sido
sancionado. Si se ha sentido cuestionados en su identidad cuando ha
actuado mal, su autoestima se verá distorsionada en el aspecto ético.
El compartir valores refuerza y mantiene la cohesión de un grupo y
es muy importante en el desarrollo de la pertenencia, que es una de las
variables más significativas para la valoración personal.
7. FORMAS DE EXPRESIÓN DE LA AUTOESTIMA POSITIVA EN LOS NIÑOS
Las expresiones de un niño con autoestima positiva son variadas y
dependen tanto de factores de personalidad como de factores ambientales. Sin
embargo, hay rasgos comunes que podrían sintetizarse como sigue:
a) En relación a sí mismo
- Tiene una actitud de confianza frente a sí mismo, actúa con seguridad y
se siente capaz y responsable por lo que siente, piensa y hace.
- Es una persona integrada, que está en contacto con lo que siente y
piensa.
- Tiene capacidad de autocontrol y es capaz de autorregularse en la
expresión de sus impulsos.
b) En relación a los demás
- Es abierto y flexible, lo que permite crecer emocionalmente en la relación
con otros.
- Tiene una actitud de valoración de los demás y los acepta como son.
- Es capaz de ser autónomo en sus decisiones y le es posible disentir sin
agredir.
- Toma la iniciativa en el contacto social y a su vez es buscado por sus
compañeros, porque resulta atrayente.
- Su comunicación con los otros es clara y directa. Los elementos verbales
coinciden con los no verbales, por lo que su comunicación es congruente.
- Tiene una actitud empática, es capaz de conectarse con las necesidades
de los otros.
- Establece en forma adecuada relaciones con sus profesores y con otras
personas de mayor jerarquía.
c) Frente a las tareas y obligaciones
- Asume tina actitud de compromiso, se interesa por la tarea y es capaz de
orientarse por las metas que se propone.
- Es optimista en relación a sus posibilidades para realizar sus trabajos.
- Se esfuerza y es constante a pesar de las dificultades. No se angustia en
exceso frente a los problemas, pero se preocupa por encontrar
soluciones.
- Percibe el éxito como el resultado de sus habilidades y esfuerzos.
- Cuando se equivoca es capaz de reconocerlo y de enmendar sus errores,
no se limita a autoculparse ni a culpar los otros.
- Su actitud es creativa. Es capaz de asumir los riesgos que implica una
tarea nueva.
- Es capaz de trabajar en grupo con sus compañeros
8. ESTRATEGIAS ALUMNOS PARA DESARROLLAR LA AUTOESTIMA DE LOS
ALUMNOS
Cada profesor tiene diversas formas de favorecer la autoestima de sus
alumnos. Algunas de ellas se relacionan con las características de personalidad
del profesor, de la propia autoestima y del tiempo de que disponga para trabajar
con los niños. Estrategias como las siguientes pueden ser útiles para desarrollar
la autoestima de los alumnos:
- Ser efusivo y claro al reconocer lo que los niños han hecho correctamente. Si
no han cumplido como se esperaba, darles una nueva oportunidad explicando
un poco más lo que se espera de ellos.
- Generar un clima que posibilite la creatividad. Cuando los niños tienen espacio
pueden ser muy creativos y en todas las asignaturas es posible dar un espacio
para la creatividad. Por ejemplo, en ciencias sociales, la representación grupal
de hechos históricos, además de asegurar una mayor huella en la memoria,
resulta tanto más entretenida y creativa que una exposición hecha por el
profesor o la profesora. Lo mismo sucede con un experimento realizado en
ciencias naturales. Este le dará al niño una sensación de competencia que
difícilmente conseguirá leyendo su libro de texto.
- Generar un clima emocional cálido, participativo, interactivo, donde el aporte de
cada uno pueda ser reconocido. Fomentar especialmente el trabajo en grupos,
durante la clase.
- Usar frecuentemente el refuerzo de los logros de los alumnos frente al grupo.
Es importante reconocer logros reales (y no obviedades), que sean sentidos
como algo especial y único por el alumno, permitiéndole así procesarlos como
éxitos personales.
- Mostrar confianza en las capacidades de los niños y en sus habilidades para
enfrentar y resolver sus problemas y dificultades en distintas materias y
situaciones.
9. FORMAS DE EVITAR UNA AUTOESTIMA NEGATIVA
Uno de los factores más determinantes y de mayor frecuencia en el
desarrollo de una autoestima negativa es la crítica. Es importante evitar la crítica,
ya que ella va socavando permanentemente la valía de cada persona y tiene
efectos negativos en la imagen personal disminuyendo la confianza en sí mismo.
La intensidad de los sentimientos asociados a una autoestima negativa
aumenta cuando los padres o los profesores no diferencian entre una conducta
y/o la identidad. El niño entonces, no sólo procesa que ha tenido una conducta
equivocada, sino que siente que él, como persona, es malo. Es importante
diferenciar ambos conceptos y para ello los adultos deben ser muy cuidadosos en
los mensajes críticos, evitando generalizar. Por ejemplo, es preferible decir
“ordena tu escritorio” que retar diciendo “eres un desordenado”, ¿cómo es posible
que siempre tengas tus materiales en desorden?.
Otro factor que daña la autoestima son los mensajes que repiten
reiteradamente las características negativas del niño. Estos mensajes negativos
hacen que el niño empiece a pensar que él es malo o que casi todo lo hace mal.
Si la crítica o el castigo van acompañados de una actitud de enojo, rechazo o
amenaza, aumentan sus efectos así como la sensación de inseguridad que
desarrolla el niño.
10. CARACTERÍSTICAS DE LA AUTOESTIMA DEL PROFESOR
Estamos convencidos que el profesor interviene de forma directa en la
formación del carácter y de la personalidad del niño y por consiguiente del futuro
adulto.
Su presencia en el aula lo convierte automáticamente en un educador, en
un comunicador de valores y en un punto de referencia para el alumno. Por ello,
es sumamente importante la autoestima que tiene el profesor.
Para Franco Voli el profesor que quiere y puede de verdad marcar una
diferencia positiva y determinante en la educación y en la enseñanza, posee, en
línea general y en mayor o menor cuantía, las siguientes actitudes o
características que lo invitamos a reflexionar
Cree en su propia capacidad, valía e importancia como educador y es
consciente de que enseñando y relacionándose con sus alumnos está
creciendo y madurando él mismo cada día más.
Alienta la reflexión y la conciencia sobre la capacidad y los potenciales propios
y de cada uno de sus alumnos.
Practica y enseña desde el concepto de la interdependencia de las personas y
de las cosas.
Con su ejemplo estimula, motiva y ayuda a sus alumnos a encontrar ellos
mismo las soluciones a su propios problemas y conflictos personales, además
de académicos.
Promociona y facilita la comprensión de los conceptos que enseña. No acepta
o promueve aprendizaje que sean sólo memorizados.
Toma en serio, respeto y cariño en sus alumnos por su forma abierta y
cariñosa de actuar y relacionarse.
Acuerda con sus alumnos la necesidad de una buena convivencia en clase y
fija con ello las normas correspondientes.
Motiva, pide y acepta el apoyo de los padres de familia.
Se organiza para hacer posible un trabajo en equipo no sólo por parte de los
alumnos sino también del profesorado.
Se preocupa por encontrar nuevas metodologías, fórmulas, alternativas de
enseñanza, aprendizaje, evaluación, motivación, interacción, etc.
Es optimista sobre las capacidades y potenciales de sus alumnos, tiene
esperanzas realistas sobre cada uno de ellos dentro de sus niveles de
desarrollo y maduración.
11. TAREAS SUGERIDAS PARA EL DESARROLLO DE LA AUTOESTIMA
Ayudar al niño a aceptarse y sentirse bien total e incondicionalmente
Hacer una relación de los niños de la clase y en forma honesta señalar lo
que te gusta de ese niño y porqué. Luego, escribir lo que no le gusta del niño y
porqué, indicando su reacción.
Recordar que uno demuestra la aceptación a los niños a través de mensaje
no verbales
El tono de la voz dice más que las palabras ¿cómo le hablas al niño que
no aceptas fácilmente?, ¿Cómo luces frente al niño?, ¿Cuál es su expresión
facial? ¿Es fruncida o sonríes con frecuencia?. Trate de sonreírle al niño triste.
Los niños son un reflejo de las actitudes de la gente.
Tocar y acercarse
Son mensajes importantes. El afecto usualmente expresado por medio de
abrazos, una mano en el hombro, un brazo alrededor de la cintura o sentarse
cerca de alguien son muestra de afecto. La mayoría de los niños, piden
humildemente este afecto, algunos parecen decir que no, hay otros que rechazan
o evade cualquier contacto, y pueden tener problema de autoconcepto, o son
simplemente tímidos. Una sonrisa y una voz amistosa ayudan al niño a sentirse
bien, y le daría tranquilidad en la clase.
Es necesario tener una actitud consistente hacia los niños
Si eres el jefe o líder de un grupo de profesores, es tu responsabilidad
hacer que esto suceda. Si hay algún profesor o profesora que tiene preferencia
por un niño o ignora a otro, es necesario revisar sus sentimientos respecto al niño.
Ayudando al niño a aceptarse y apreciarse a sí mismo y a otros
Para esto conviene observar a los niños. Y averiguar que le agrada a los
niños de sí mismos por lo que tener un espacio grande y también uno de mano
ayudarán al niño a satisfacer su curiosidad de saber cómo se ven ellos mismos.
Otro recurso podría ser tomarle fotos al niño en diferentes actividades y
exponerlas en la clase lo que daría la idea de que es aceptado. Si fuera posible
gravar la voz de los niños para luego escucharle, sería otro elemento de ayuda.
CONCLUSIONES
La autoestima es una forma de ser y actuar radical, puesto que arraiga en los
niveles más hondos de nuestras capacidades, ya que es la resultante de la unión de
muchos hábitos y aptitudes adquiridas. Comporta así, una mayor radicalidad, una
superior estabilidad y una carga motivacional más potente que las simples
disposiciones, que los hábitos y aptitudes. Es una estructura funcional de mayor
eficacia y solidez que engloba y orienta todo el dinamismo humano. La autoestima es
la meta más alta del proceso educativo y el quicio y centro de nuestra forma de
pensar, sentir y actuar. Es le máximo resorte motivador y el oculto y verdadero rostro
de cada hombre esculpido a lo largo del proceso vital.
Es evidente que es a raíz de nuestra conducta, pero no la conducta misma. Es
precursora y determinante de nuestro comportamiento, conlleva un impulso operativo
que nos visitan ya cosan incesantemente. Es sin duda el principio de la acción
humana.
Pero conviene profundizar más e el análisis de esta estructura compleja de la
autoestima si queremos posteriormente encontrar los caminos verdaderos para llegar
a una metodología eficaz que alcance el objeto educativo que nos hemos propuesto. Y
encontramos en ella tres componentes: cognitivo, afectivo y conativo. Los tres operan
íntimamente correlacionados, de manera que una modificación en uno de ellos
comporta una alteración en los otros. Un aumento de nivel afectivo y motivacional nos
abre a un conocimiento más penetrante u a una decisión más eficaz. Una comprensión
y conocimiento más cabal elevará automáticamente el caudal afectivo y volitivo.
BIBLIOGRAFÍA
ANCHANTE, Marlene Autoestima
1996 Material de trabajo elaborado
para el Proyecto Educación y Cultura de
Paz (No Publicado)
BUXARRAIS, María Rosa “La Educación Mortal en
1996 Primaria y en Secundaria”.
Edit. Luis Vives Madrid – España.
GUERRERO ORTIZ, Luis “Aprendiendo a Convivir”
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