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Tabula Rasa. Bogotá - Colombia, No.1: 51-86, enero-diciembre de 2003 ISSN 1794-2489 «MUNDOS Y CONOCIMIENTOS DE OTRO MODO» 1 El programa de investigación de modernidad/colonialidad latinoamericano 2 ARTURO ESCOBAR Departamento de Antropología, Universidad de Carolina del Norte (UNC), Chapel Hill. Instituto Colombiano de Antropología e Historia, Bogotá. [email protected] (Traducción del manuscrito en inglés por Eduardo Restrepo) Artículo de Revisión Recibido: junio 15 de 2000 Aceptado: octubre 7 de 2003 Resumen Este artículo presenta y examina críticamente el trabajo de un grupo de investigadores en Latinoamérica y en los Estados Unidos que están elaborando una novedosa interpretación de modernidad, globalidad y diferencia. He denominado este grupo como «el programa de investigación de modernidad/colonialidad» para referirme a lo que parece ser una perspectiva emergente pero significativamente coherente que está alimentando un creciente número de investigaciones, encuentros, publicaciones y otras actividades en torno a una serie de conceptos compartidos, aun si son objeto de debate. Este cuerpo de trabajo constituye una nueva perspectiva desde Latinoamérica, pero no sólo para Latinoamérica sino para el mundo de las ciencias sociales y humanas en su conjunto. Esto no significa que el trabajo de dicho grupo es sólo de interés para las supuestamente universales ciencias sociales y humanas, sino que el mismo grupo busca intervenir decisivamente en la discursividad propia de las ciencias modernas para configurar otro espacio para la producción de conocimiento —una forma distinta de pensamiento, «un paradigma otro» 3 , la posibilidad misma de hablar sobre «mundos y conocimientos de otro modo». Lo que este grupo sugiere es que un «pensamiento otro», un «conocimiento otro» –y otro mundo, en el espíritu del Foro Social Mundial de Porto Alegre— son ciertamente posibles. Palabras claves: Modernidad, colonialidad, geopolíticas del conocimiento, pluriversalidad. Abstract This article presents and examines critically the work of a group of researchers in Latin America and the United States that are crafting a novel reinterpretation of modernity, globality and difference. I label this group as «the modernity/coloniality research program», to refer to what seems to be an emergent but already significantly cohesive perspective that is fuelling a series of researches, meetings, publications, and so forth around a shared –even if course contested—set of concepts. This body of work constitutes a novel perspective from Latin America but not only for Latin America but for the world of the social and human sciences

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Mundos y conocimiento de otro modo

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  • Tabula Rasa. Bogot - Colombia, No.1: 51-86, enero-diciembre de 2003 ISSN 1794-2489

    MUNDOS Y CONOCIMIENTOS DE OTROMODO1

    El programa de investigacin de modernidad/colonialidadlatinoamericano2

    ARTURO ESCOBARDepartamento de Antropologa, Universidad de Carolina del Norte (UNC),Chapel Hill.Instituto Colombiano de Antropologa e Historia, [email protected](Traduccin del manuscrito en ingls por Eduardo Restrepo)

    Artculo de Revisin Recibido: junio 15 de 2000 Aceptado: octubre 7 de 2003

    ResumenEste artculo presenta y examina crticamente el trabajo de un grupo de investigadores enLatinoamrica y en los Estados Unidos que estn elaborando una novedosa interpretacinde modernidad, globalidad y diferencia. He denominado este grupo como el programa deinvestigacin de modernidad/colonialidad para referirme a lo que parece ser una perspectivaemergente pero significativamente coherente que est alimentando un creciente nmero deinvestigaciones, encuentros, publicaciones y otras actividades en torno a una serie de conceptoscompartidos, aun si son objeto de debate. Este cuerpo de trabajo constituye una nuevaperspectiva desde Latinoamrica, pero no slo para Latinoamrica sino para el mundo de lasciencias sociales y humanas en su conjunto. Esto no significa que el trabajo de dicho grupo esslo de inters para las supuestamente universales ciencias sociales y humanas, sino que elmismo grupo busca intervenir decisivamente en la discursividad propia de las cienciasmodernas para configurar otro espacio para la produccin de conocimiento una formadistinta de pensamiento, un paradigma otro

    3, la posibilidad misma de hablar sobre

    mundos y conocimientos de otro modo. Lo que este grupo sugiere es que un pensamientootro, un conocimiento otro y otro mundo, en el espritu del Foro Social Mundial dePorto Alegre son ciertamente posibles.

    Palabras claves: Modernidad, colonialidad, geopolticas del conocimiento, pluriversalidad.

    AbstractThis article presents and examines critically the work of a group of researchers in LatinAmerica and the United States that are crafting a novel reinterpretation of modernity, globalityand difference. I label this group as the modernity/coloniality research program, to refer towhat seems to be an emergent but already significantly cohesive perspective that is fuelling aseries of researches, meetings, publications, and so forth around a shared even if coursecontestedset of concepts. This body of work constitutes a novel perspective from LatinAmerica but not only for Latin America but for the world of the social and human sciences

    EdnaCaja de textohttp://www.unc.edu/~aescobar/text/esp/escobar-tabula-rasa.pdfRecuperado el 8 de mayo de 2014

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    as a whole. By this I do not mean that the work of this group is just of interest to allegedlyuniversal social and human sciences, but that that the group seeks to make a decisiveintervention into the very discursivity of the modern sciences in order to craft another spacefor the production of knowledge an other way of thinking, un paradigma otro, the verypossibility of talking about worlds and knowledges otherwise. What this group suggestsis that an other thought, an other knowledge and another world, in the spirit of PortoAlegres World Social Forum, are indeed possible.

    Key words: Modernity, coloniality, geopolitics of knowledge, pluriversality.

    Introduccin: Cruzando Fronteras4 y las fronteras del pensamiento

    Cruzando Fronteras, la oportuna temtica del Congreso 2002 CEISAL5

    celebrado en msterdam del 3 al 6 de julio, indica la creciente relevancia de lasfronteras para la construccin de los imaginarios pol-ticos, sociales y culturales desde y sobre Latinoamricaen los albores del nuevo milenio. El presente artculo secentra en una frontera que est ganando relevancia enlos ltimos aos, particularmente como un resultado

    del trabajo de un grupo de investigadores crecientemente interconectado enLatinoamrica y los Estados Unidos con algunos miembros en otros lugares. Merefiero a los conceptos de pensamiento de frontera y epistemologas de frontera,asociados con un importante esfuerzo que ac denominar el programa deinvestigacin de modernidad/colonialidad. Retomo el concepto de programade investigacin libremente no en el estricto sentido lakatosiano para referirmea lo que parece ser una perspectiva emergente, pero ya significativamente cohesiva,que est alimentando un nmero creciente de investigaciones, reuniones,publicaciones y otras actividades alrededor de una serie de conceptos compartidosincluso si son debatidos. Manteniendo el espritu del grupo, argumentara queeste cuerpo de trabajo, an relativamente desconocido en el mundo angloparlantepor razones que van mucho ms all del idioma y que hablan del ncleo del

    4 En castellano en el original(N. del T.). 5 Consejo Europeo de In-vestigaciones Sociales deAmrica Latina.

    1 El ttulo Mundos y conocimientos de otro modo (Worlds and knowledges otherwise) proviene de unadiscusin en una reunin del comit editorial de la revista Nepantla Views from South (Universidad deDuke, abril 4 del 2003). Esta revista ha publicado un nmero considerable de artculos por losautores descritos en este texto. Dado que la revista se transforma de un formato impreso a unoelectrnico, su carcter ha cambiado de alguna manera; su nuevo subttulo (el ttulo de este artculo)refleja la nueva orientacin. Quisiera agradecer a Annelies Zoomers por su invitacin al Congresoy por su generoso inters en este artculo. Tambin quiero agradecer a Walter Mignolo, EduardoRestrepo, Juliana Flrez y Nelson Maldonado-Torres por nuestras conversaciones a lo largo del aoacadmico 2002-2003, as como a Santiago Castro-Gmez, Elina Vuola, Freya Schiwy, CatherineWalsh y Edizon Len por su estimulante participacin e ideas en nuestros talleres de la primaverarealizados en Chapel Hill y Duke. 2 Revisado de una versin presentada al Tercer Congreso Internacional de Latinoamericanistas enEuropa, msterdam, Julio 3-6, 2002. En CEISAL, 2002. Cruzando Fronteras en Amrica Latina.CEDLA. msterdam.3 En castellano en el original (N. del T.).

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    programa, constituye una novedosa perspectiva desde Latinoamrica, pero noslo para Latinoamrica sino para el mundo de las ciencias sociales y humanas ensu conjunto. Esto no significa que el trabajo de dicho grupo es slo de interspara las supuestamente universales ciencias sociales y humanas, sino que el mismogrupo busca intervenir decisivamente en la discursividad propia de las cienciasmodernas para configurar otro espacio para la produccin de conocimiento una forma distinta de pensamiento, un paradigma otro

    6, la posibilidad misma de

    hablar sobre mundos y conocimientos de otro modo. Lo que este grupo sugierees que un pensamiento otro, un conocimiento otro y otro mundo, en el espritudel Foro Social Mundial de Porto Alegre son ciertamente posibles.

    Una apropiada contextualizacin y genealoga del programa de investigacin demodernidad/colonialidad7 tendr que esperar por futuros estudios. Por ahora essuficiente con decir que existe un significativo nmero de factores que podraplausiblemente entrar en la genealoga del pensamiento de este grupo, incluyendo:

    la Teologa de la Liberacin desde los sesenta y setenta;los debates en la filosofa y ciencia social latinoamericanasobre nociones como filosofa de la liberacin y una

    ciencia social autnoma (e.g., Enrique Dussel, Rodolfo Kusch, Orlando Fals Borda,Pablo Gonzles Casanova, Darcy Ribeiro); la teora de la dependencia; los de-bates en Latinoamrica sobre la modernidad y postmodernidad de los ochenta,seguidos por las discusiones sobre hibridez en antropologa, comunicacin y enlos estudios culturales en los noventa; y, en los Estados Unidos, el grupolatinoamericano de estudios subalternos. El grupo de modernidad/colonialidadha encontrado inspiracin en un amplio nmero de fuentes, desde las teorascrticas europeas y norteamericanas de la modernidad, hasta el grupo surasiticode estudios subalternos, la teora feminista chicana, la teora postcolonial y lafilosofa africana; as mismo, muchos de sus miembros han operado en unaperspectiva modificada de sistemas mundo. Su principal fuerza orientadora, sinembargo, es una reflexin continuada sobre la realidad cultural y polticalatinoamericana, incluyendo el conocimiento subalternizado de los gruposexplotados y oprimidos. Si se puede decir que la teora de la dependencia, lateologa de la liberacin y la investigacin accin participativa han sido lascontribuciones ms originales de Latinoamrica al pensamiento crtico en el sigloXX con todos los condicionales que pueden aplicarse a tal originalidad, elprograma de investigacin MC emerge como el heredero de esta tradicin. Comose expondr ms adelante, sin embargo, existen sustantivas diferencias. ComoWalter Mignolo ha argumentado, la MC debe ser vista como un paradigmaotro8 . Antes que un nuevo paradigma desde Latinoamrica como puede ser

    el caso con la teora de la dependencia, el proyecto deMC no se encuadra en una historia lineal de paradigmas

    6 En castellano en el original(N. del T.). 7 MC a partir de ahora.

    8 En castellano en el original(N. del T.).

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    o epistemes; entenderlo as significara integrarlo en la historia del pensamientomoderno. Al contrario, el programa MC debe ser entendido como una maneradiferente del pensamiento, en contrava de las grandes narrativas modernistas lacristiandad, el liberalismo y el marxismo, localizando su propio cuestionamientoen los bordes mismos de los sistemas de pensamiento e investigaciones hacia laposibilidad de modos de pensamiento no-eurocntricos.

    La primera parte del artculo presenta una visin general del territorio actual de laMC. Debo enfatizar que dicha visin es mi lectura particular del trabajo de estegrupo, desde mi especfica participacin y entendimiento. Este artculo debe serledo como un reporte desde el terreno, por as decirlo. La segunda parte serefiere a las preguntas abiertas y an no resueltas que enfrenta el programa deinvestigacin MC. Entre estas preguntas, he resaltado las de gnero, la de lanaturaleza y la necesidad de pensar sobre imaginarios econmicos alternativos.

    I. El Programa de Investigacin de Modernidad/Colonialidad

    Por qu, podra uno preguntarse, este grupo de latinoamericanos ylatinoamericanistas sienten que es necesario un nuevo entendimiento de lamodernidad? Para justipreciar la importancia de esta pregunta, es instructivoempezar con la discusin de las tendencias dominantes en el estudio de lamodernidad desde lo que podramos denominar las perspectivas intra-modernastrmino que se clarificar a medida que avancemos en la argumentacin. Soyconsciente de que la visin de modernidad que presentar a continuacin esterriblemente parcial y criticable. No la estoy presentando con el propsito deteorizar sobre la modernidad, sino ms bien para resaltar, por contraste, lasustantiva diferencia que el programa MC introduce en relacin con los enfoquesdominantes de la modernidad. En ltima instancia, el propsito de esta breveexcursin en la modernidad es poltico. Si, como lo sugiere el grueso de la discusinde la intra-modernidad, la globalizacin implica la universalizacin y radicalizacinde la modernidad, entonces con qu nos quedamos?, cmo podemos pensar elcambio social?, la alteridad radical deviene imposible? Ms generalmente, quest pasando con el desarrollo y la modernidad en los tiempos de globalizacin?,la modernidad est finalmente siendo universalizada o es dejada atrs? La preguntaes ms conmovedora porque puede argumentarse que el presente es un momentode transicin: entre un mundo definido en trminos de modernidad y sus corolarios,desarrollo y modernizacin, y la certidumbre por ellos instalada un mundoque ha operado largamente bajo la hegemona europea en los pasados doscientosaos si no ms; y una nueva realidad (global) que es an difcil de asir pero que,en extremos opuestos, puede ser vista ya sea como la profundizacin de la moder-

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    nidad sobre el mundo o, al contrario, como una profunda realidad negociadaque comprende mltiples formaciones culturales heterogneas y, por supuesto,muchos matices entre ellas. Este sentido de transicin es bien capturado por lapregunta: es la globalizacin el ltimo estado de la modernidad capitalista o elcomienzo de algo nuevo? Como veremos, las perspectivas intra-modernas y MCde la modernidad ofrecen una respuesta sustantivamente diferente a esta serie depreguntas.

    Globalizacin como radicalizacin de la modernidad. Una visin intra-moderna de la modernidad

    La idea de un proceso de globalizacin relativamente singular emanando de unospocos centros hegemnicos permanece dominante. Es til revisar sucintamentecmo emerge esta imagen en un periodo reciente y por qu parece tan difcil dedesmentir. Desde una perspectiva filosfica y sociolgica, la raz de la idea de unacreciente y omnipotente globalizacin subyace en la concepcin de la modernidadcomo un fenmeno esencialmente europeo. Recientes desafos a esta concepcindesde locaciones perifricas han cuestionado el supuesto no examinadoencontrado tanto en pensadores como Habermas, Giddens, Taylor, Touraine,Lyotard, Rorty, etc., as como en Kant, Hegel y en la Escuela de Frankfurt antesque ellos de que la modernidad puede ser explicada totalmente por referencia afactores internos de Europa. Las concepciones de Habermas y Giddens han sidoparticularmente influyentes, dando origen a un gnero de libros sobre modernidady globalizacin. Desde esta perspectiva, la modernidad puede ser caracterizadade la siguiente manera:

    1. Histricamente, la modernidad tiene orgenes temporal y espacialmenteidentificados: el siglo XVII de la Europa del Norte especialmente Francia,Alemania e Inglaterra, alrededor de los procesos de la Reforma, la Ilustracin yla Revolucin Francesa. Estos procesos se cristalizaron al final del siglo XVIIIla episteme moderna de la que habla Foucault y se consolidaron con la RevolucinIndustrial.

    2. Sociolgicamente, la modernidad es caracterizada por ciertas instituciones,particularmente el Estado-nacin, y por algunos rasgos bsicos tales como lareflexividad de s mismo la continua retroalimentacin entre el conocimientoexperto y la sociedad; el desmembramiento de la vida social del contexto local ysus crecientes determinaciones por fuerzas translocales; y el distanciamiento espacio/tiempo o la separacin de espacio y lugar, desde relaciones entre ausentes otrosque devienen ms importantes que la interaccin cara a cara (Giddens, 1990).

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    3. Culturalmente, la modernidad puede ser adems caracterizada en trminos de lacreciente apropiacin de las hasta entonces dadas por sentadas competenciasculturales por formas de conocimiento experto asociadas al capital y a los aparatosadministrativos del Estado (Habermas, 1973). Habermas (1987) describe esteproceso como una creciente racionalizacin del mundo-vida, acompaada por launiversalizacin y la individuacin. La modernidad introduce un orden basadoen los constructos de la razn, el individuo, el conocimiento experto y losmecanismos administrativos ligados al Estado. Orden y razn son vistos como elfundamento para la igualdad y la libertad, posibilitando as el lenguaje de losderechos.

    4. Filosficamente, uno puede visualizar la modernidad en trminos de la emergenciade la nocin de Hombre como el fundamento de todo conocimiento y ordenen el mundo, separado de lo natural y lo divino (un omnipresenteantropocentrismo, Foucault, 1973; Heidegger, 1977; Panikkar, 1993). De otrolado, la modernidad es vista en trminos del triunfo de la metafsica, entendidacomo una tendencia extendida desde Platn y algunos presocrticos hastaDescartes y los pensadores modernos, y criticada por Nietzsche y Heideggerentre otros que encuentra en la verdad lgica la fundacin para una teoraracional del mundo compuesto por cosas y seres cognoscibles y, por tanto,controlables (e.g., Vattimo, 1991). Para Vattimo, la modernidad es caracterizadapor la idea de historia y su corolario, progreso y superacin. Vattimo enfatiza lalgica del desarrollo la creencia en el perpetuo mejoramiento y superacincomo crucial para la fundacin filosfica del orden moderno.

    En el lado crtico, el desanclaje de la modernidad es visto como la causa de lo quePaul Virilio (1999) denomina des-localizacin global, incluyendo lamarginalizacin del lugar el aqu y el ahora de la accin social en la definicinde la vida social. El lado negativo del orden y racionalidad es visto de variasmaneras, desde la dominacin y desencantamiento como efecto de lasecularizacin, hasta la predominancia de la razn instrumental para la normalizacinde la vida y la disciplinacin de poblaciones. Como lo planteaba Foucault, laIlustracin, que descubri las libertades, invent tambin las disciplinas (1979:222). Finalmente, el antropocentrismo de la modernidad se relaciona con ellogocentrismo y el falogocentrismo, definidos ac simplemente como constituyentesdel proyecto cultural de ordenamiento del mundo de acuerdo con principiosracionales desde la perspectiva de la conciencia eurocntrica masculina en otraspalabras, edificando un mundo supuestamente ordenado, racional y predecible.Con la economizacin y tecnificacin del mundo, el logocentrismo ha alcanzadoniveles sin precedentes (Leff, 2000). La modernidad, por supuesto, no ha logradola construccin de una realidad total, sino que ha llevado a cabo un proyecto tota-

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    lizante orientado hacia la purificacin de los rdenes separacin entre nosotrosy ellos, naturaleza y cultura, aunque inevitablemente slo ha producido en elproceso hbridos de estos opuestos en este sentido es el planteamiento de Latour,1993, de que nunca hemos sido modernos.

    Existe una necesidad lgica para creer que el orden tan esquemticamentecaracterizado arriba es el nico capaz de devenir global? Para la mayora de lostericos, en todos los matices del espectro poltico, este es exactamente el caso.Giddens (1990) lo ha argumentado enfticamente: la globalizacin implica unaradicalizacin y universalizacin de la modernidad. No es ms un puro asunto deOccidente, sin embargo, desde que la modernidad est en todas partes. El triunfode lo moderno subyace precisamente en haber devenido universal. Esto podradenominarse el efecto Giddens: desde ahora mismo, es la modernidad todo el camino, entodas partes, hasta el final de los tiempos. No slo la alteridad radical es expulsada porsiempre del mbito de posibilidades, sino que todas las culturas y sociedades delmundo son reducidas a ser la manifestacin de la historia y cultura europea. Elefecto Giddens parece estar en juego, directa o indirectamente, en muchos delos trabajos actuales sobre la modernidad y globalizacin. No importa cunvariadamente sea caracterizada: una modernidad global est ac para quedarse.Investigaciones antropolgicas recientes de la modernity at large9 (Appadurai,

    1996) han mostrado que la modernidad debe ser vistacomo des-territorializada, hibridizada, confrontada, de-sigual, heterognea e incluso mltiple. No obstante, enltima instancia, estas modernidades terminan siendouna reflexin de un orden eurocentrado bajo el supuestode que la modernidad est ahora en todas partes,constituyendo un ubicuo e ineluctable hecho social.10

    9 Famosa expresin deAppadurai, traducida al cas-tellano como modernidaddescentrada (por Fondo deCultura Econmica) o mo-dernidad desbordada (porPrometeo Libros) (N. del T.).

    10 Aunque no he realizado una investigacin exhaustiva, creo que una visin eurocentrada de lamodernidad est presente en el grueso de las conceptualizaciones de la modernidad y globalizacinen filosofa, geografa, antropologa y comunicaciones y en todos los lados del espectro poltico.Muchos de estos trabajos, por supuesto, son importantes contribuciones a la comprensin de lamodernidad, aunque su eurocentrismo ha tenido sus consecuencias tericas y polticas. Algunos deesos trabajos explcitamente se relacionan con el trabajo de Giddens y desarrollan una elegante ycoherente conceptualizacin de la globalizacin desde esta perspectiva (e.g., Tomlinson, 1999);otros siguen ms una orientacin etnogrfica (para revisiones v. e.g., Englund y Leach 2000, y Kahn2001; Appadurai 1996, adems de los trabajos inspirados por dicho autor) o una orientacinhistrico-cultural (e.g., Gaonkar, 2001). Algunos trabajos plantean la pluralidad de la globalizacin(i.e., globalizaciones), explicando aun tal pluralidad en trminos polticos y econmicos, dando porsentado una dominante matriz cultural (v. el nmero especial de International Sociology sobreGlobalizaciones, Vol. 15, No 2, junio del 2000; e.g., Wallerstein, 2002). Una nocin eurocntricay eurocentrada de modernidad es tambin puesta en juego en el grueso de los trabajos de laizquierda, tal como el de Hardt y Negri (2000). La reinterpretacin de estos autores de la historiaeuropea de la soberana a la luz de las estructuras bio-polticas actuales de gobierno, as como suelaboracin de la resistencia en la filosofa occidental de la inmanencia, son novedosos elementospara repensar la modernidad. Sin embargo, su eurocentrismo deviene particularmente problem-

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    Podra ser, sin embargo, que el poder de la modernidad eurocentrada comouna historia local particular subyace en el hecho de que ha producido particularesdesignios globales de forma tal que ha subalternizado otras historias locales y susdesignios correspondientes? Si es este el caso, podra uno postular la hiptesisde que alternativas radicales a la modernidad no son una posibilidad histricacerrada? Y, si as es, cmo podremos articular un proyecto en torno a esta

    tico en su identificacin de las fuentes potenciales para la accin radical, y en su creencia de que nohay un afuera de la modernidad nuevamente, a la Giddens. Al planteamiento de que no hayafuera, la perspectiva MC contrapone una nocin de exterioridad a la modernidad/colonialidad,no considerada por ninguno de los autores que siguen la tradicin eurocentrada de la modernidad.Reflexiones antropolgicas recientes sobre la modernidad han mostrado tambin cambios sustan-ciales. En Estados Unidos, la antropologa de la modernidad se ha enfocado tanto en la moderni-dad en el extranjero como en la apropiacin de las gentes bsicamente no-expertos con lamodernidad. Este enfoque ha sido importante al aterrizar el entendimiento de la modernidad encasos etnogrficos. Como Kahn (2001) lo ha planteado en su reciente revisin, tomados estostrabajos como un todo se ha pluralizado la aceptada comprensin de la modernidad como unproceso homogneo. Las mltiples formas en las cuales la modernidad es pluralizada, sin embar-go, necesitan ser consideradas. Ms discutidas han sido las modernidades alternativas con susotras cualificaciones como hbridas, mltiples, locales, etc., en tanto emergentes de ladinmica de encuentro entre formas dominantes usualmente occidentales y no-dominantes e.g.,locales, no-occidentales, regionales (e.g., Pred y Watts, 1992; Gupta, 1998; Sivaramakrishnan yAgrawal, 2003; Arce y Long, 2000). En estos trabajos no existe, sin embargo, una concepcinunificada de lo que constituye exactamente la modernidad. El rango de referencias incluye desdeBaudelaire hasta Kant, Weber, Giddens y Habermas. Kahn afirma correctamente que plantear quela modernidad es plural y, por tanto, mostrar etnogrficamente las formas en las cuales es localiza-da, tiene sus limitaciones en trminos tericos. Sin embargo, su apelacin por una antropologa dela modernidad basada en las teoras de Hegel, Weber y Habermas profundiza el problema, dado eleurocentrismo de la mayora de estos pensadores (v. Dussel, 1993 para un anlisis del profundoetnocentrismo de Hegel y Habermas). Como Ribeiro nota en su comentario a Kahn, la moderni-dad es sujeto de indigenizacin, pero esto no dice que es una categora nativa (2001: 669). A mimanera de ver, lo que se pierde en estos debates es la nocin misma de diferencia como un objetoprimario de la antropologa y un punto de anclaje para la construccin terica y la accin poltica.En ltima instancia, los lmites de pluralizar la modernidad subyacen en el hecho de que se terminareduciendo todas las prcticas sociales a una manifestacin de la experiencia y voluntad europea, noimporta cun cualificada sea. Englund y Leach (2000) tienen un argumento relacionado en su crticaa las etnografas de las modernidades mltiples. Ellos arguyen, correctamente para m, que estostrabajos re-introducen la metanarrativa de la modernidad en sus anlisis, sea sta la dialctica, unncleo (europeo) que permanece invariante, o una apelacin propia a un ms amplio contexto ouna escala mayor de perspectiva. El resultado es un relativismo dbil y una pluralizacin de lasmodernidades que refleja los propios supuestos del etngrafo. Englund y Leach hacen un llamadoa una renovada atencin al conocimiento etnogrfico como un dominio para comprobar loscontextos mismos que son relevantes para la investigacin, antes que imputar tal contexto a esta oaquella versin de la modernidad. Desde dicha perspectiva, permanece una pregunta: Qu otros tiposde argumentos tericos y polticos podemos hacer con las enseanzas de las etnografas de la modernidad, que nohayan sido considerados por sus autores? En suma, a mi manera de ver, en muchos de los recientestrabajos antropolgicos la modernidad es, primero, redefinida en una manera que la disuelve y lepriva de cualquier apariencia de coherencia histrica, sin mencionar una nica lgica social ycultural, y, segundo, se encuentra etnogrficamente entonces que en todas partes es siempre plural,cambiante y confrontada. Un nuevo balance parece necesario. Despus de todo, por qu estamos tanprestos an a adscribir al capitalismo efectos poderosos y sistemticos, con una lgica coherente y para muchostotalizante, mientras denegamos a la modernidad cualquier conexin significativa con una lgica cultural coheren-te, sin mencionar un proyecto de dominacin?

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    posibilidad? Podra ser posible pensar sobre y pensar diferentemente desde unaexterioridad al sistema mundial moderno? Puede uno imaginar alternativas a latotalidad imputada a la modernidad y esbozarla, no como una totalidad diferentehacia diferentes designios globales, sino como una red de historias locales/globalesconstruidas desde la perspectiva de una alteridad polticamente enriquecida? Estaes precisamente la posibilidad que puede ser vislumbrada desde el grupo detericos latinoamericanos que, en la refraccin de la modernidad a travs de loslentes de la colonialidad, insertan un cuestionamiento de los orgenes espaciales ytemporales de la modernidad, desatando as el potencial radical para pensar desdela diferencia y hacia la constitucin de mundos locales y regionales alternativos.En lo que sigue, presentar sucintamente algunos de los argumentos principalesde estos trabajos.

    11

    11 En el mejor de los casos, esta es una muy sinttica presentacin de las ideas de este grupo. Entrminos generales, este grupo est asociado con el trabajo de unas pocas figuras centrales, principal-mente, el filsofo argentino/mexicano Enrique Dussel, el socilogo peruano Anbal Quijano y, msrecientemente, el semitico y terico cultural argentino/estadounidense Walter Mignolo. Sin em-bargo, hay un creciente nmero de estudiosos asociados con el grupo (e.g., Edgardo Lander enVenezuela; Santiago Castro-Gmez, Oscar Guardiola y Eduardo Restrepo en Colombia; CatherineWalsh en Quito; Zulma Palermo en Argentina; Jorge Sanjins en Bolivia; Freya Schiwy, FernandoCoronil, Ramn Grosfogel, Jorge Saldivar, Ana Margarita Cervantes-Rodrguez, Agustn Lao Mon-tes, Nelson Maldonado-Torres y yo en los Estados Unidos. Ms tenuemente relacionados con losmiembros del grupo se encuentran Linda Alcoff y Eduardo Mendieta (asociados con Dussel); ElinaVuola (Instituto de Estudios del Desarrollo, Helsinki); Marisa Belausteguigoitia en Ciudad deMxico; Cristina Rojas (Canad/Colombia). Un nmero de estudiantes de doctorado se encuen-tran ahora trabajando dentro del programa MC en varias universidades en Quito, Mxico y Duke/UNC. Mi primer contacto con algunos de los miembros de este grupo fue en Caracas en 1991 en unseminario de teora crtica, donde conoc a Lander y a Quijano. Este encuentro fue seguido por unaseccin conjunta de Alternativas al Eurocentrismo en el Congreso Mundial de Sociologa enMontreal en 1998, la cual result en un volumen colectivo (Lander, 2000). En aos recientes, elgrupo se ha reunido en torno a numerosos proyectos y lugares: el programa de doctorado enEstudios de la Cultura en la Universidad Andina Simn Bolvar en Quito, dirigida por CatherineWalsh; el programa doctoral sobre Pensamiento Crtico en Amrica Latina en la nueva Universidadde la Ciudad de Mxico; el proyecto de las geopolticas del conocimiento entre el Instituto Pensar(Universidad Javeriana, Bogot), la Universidad Andina (Quito) y la Universidad de Duke y la deCarolina del Norte en Chapel Hill (Estados Unidos); y el Departamento de Estudios tnicos enBerkeley. Para las principales ideas presentadas ac, vase Dussel (1983 [1975]; 1992; 1993; 1996;2000); Quijano (1988; 1993; 2000); Quijano y Wallerstein (1992); Mignolo (2000; 2001); Mignolo(ed.) (2001); Lander (ed.) (2000); Castro-Gmez (1996); Coronil (1996; 1997); Rojas (2001). Pocosde estos debates han sido traducidos al ingls (v. Beverly y Oviedo, 1993, para algunos de lostrabajos de estos autores en ingls). Un volumen en este idioma ha sido recientemente dedicado altrabajo de Dussel bajo el sugerente ttulo Thinking from the Underside of History (Alcoff y Mendieta,2000). La revista Nepantla. Views from South, fundada recientemente en la Universidad de Duke, tieneun foco parcial en los trabajos de este grupo (v. especialmente el Vol. 1, No 3 del 2000, concontribuciones de Dussel y Quijano, entre otros). Otros volmenes colectivos producidos por elgrupo incluyen: Castro-Gmez y Mendieta (1998); Castro-Gmez (ed.) (2000); Mignolo (ed.) (2001);Walsh, Schiwy y Castro-Gmez (2002). Otro volumen en ingls, por Grosfogel y Saldvar, seencuentra en preparacin.

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    El programa de investigacin de modernidad/colonialidad

    La conceptualizacin de la modernidad/colonialidad se ancla en una serie deoperaciones que la distinguen de las teoras establecidas de la modernidad.Planteado sucintamente, entre estas ltimas se incluyen las siguientes: 1) un nfasisen localizar los orgenes de la modernidad en la Conquista de Amrica y el controldel Atlntico despus de 1492, antes que los ms comnmente aceptados mojonescomo la Ilustracin o el final del siglo XVIII;

    12 2) una atencin persistente al

    colonialismo y al desarrollo del sistema mundial capitalista como constitutivos dela modernidad; esto incluye una determinacin de no pasar por alto la economay sus concomitantes formas de explotacin; 3) en consecuencia, la adopcin de

    una perspectiva planetaria en la explicacin dela modernidad, en lugar de una visin de la mo-dernidad como un fenmeno intra-europeo;4) la identificacin de la dominacin de otrosafuera del centro europeo como una necesariadimensin de la modernidad, con la concomi-tante subalternizacin del conocimiento y las cul-turas de esos otros grupos; 5) una concepcindel eurocentrismo como la forma de conoci-miento de la modernidad/colonialidad unarepresentacin hegemnica y modo de conoci-miento que arguye su propia universalidad y quedescansa en una confusin entre una universa-lidad abstracta y el mundo concreto derivadode la posicin europea como centro (Dussel,2000: 471; Quijano, 2000: 549).

    Un nmero de nociones alternativas emerge deesta serie de posiciones: a) un descentramientode la modernidad de sus alegados orgenes eu-ropeos, incluyendo un descrdito de la secuen-cia lineal enlazando a Grecia, Roma, la

    cristiandad y la Europa moderna; b) una nueva concepcin espacial y temporalde la modernidad en trminos del papel fundacional de Espaa y Portugal la asllamada primera modernidad iniciada con la Conquista y su continuacin enla Europa del Norte con la Revolucin Industrial y la Ilustracin la segundamodernidad, en trminos de Dussel; la segunda modernidad no remplaza laprimera, sino que se le superpone hasta el presente; c) un nfasis en la periferializacinde todas las otras regiones del mundo por esta Europa moderna, con Latinoam-

    12 La escogencia del punto de origenno es un simple asunto de gusto. Laconquista y colonizacin de Amricaes el momento formativo en la crea-cin del Otro de Europa; el punto deorigen del sistema mundo capitalista,posibilitado por el oro y la plata deAmrica; el origen del concepto mis-mo europeo de modernidad y de laprimera, Ibrica, modernidad, luegoeclipsada por el apogeo de la segundamodernidad; el punto de iniciacindel Occidentalismo como el nodalimaginario y la definicin misma delsistema mundo moderno/colonial el cual subalterniz los conocimientosperifricos y cre, en el siglo XVIII, elOrientalismo como el Otro. El sigloXVI tambin atestigu debatescruciales sobre los derechos de gen-tes, especialmente los debatesteolgicos-legales en Salamanca, mstarde suprimidos con el discurso delos derechos del hombre en el sigloXVIII. Finalmente, con la Conquista ycolonizacin, Latinoamrica y el Cari-be emergieron como la primera peri-feria de la modernidad europea.

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    rica como el inicial otro lado de la modernidad el dominado y encubierto;y d) una relectura del mito de la modernidad, no en trminos de cuestionar elpotencial emancipatorio de la razn moderna, sino de la imputacin desuperioridad de la civilizacin europea articulada con el supuesto de que eldesarrollo europeo debe ser unilateralmente seguido por toda otra cultura, por lafuerza si es necesario lo que Dussel (e.g., 1993, 2000) denomina la falaciadesarrollista. Algunas consecuencias adicionales incluyen el revaluar las sustantivasexperiencias de descolonizacin desde la rebelin de Tupac Amaru y la revolucinhaitiana de 1804, hasta los movimientos anticoloniales de los sesenta como fuentesde visiones para el futuro que se oponen a las fuentes convencionales tales comolas revoluciones francesa y estadounidense; y, en general, la necesidad de considerarseriamente la fuerza epistemolgica de las historias locales y de pensar teoradesde la praxis poltica de los grupos subalternos.

    Las conclusiones principales son, primero, que la unidad analtica propia para elanlisis de la modernidad es la modernidad/colonialidad en suma, no haymodernidad sin colonialidad, siendo esta ltima constitutiva de la primera. Segundo,el hecho de que la diferencia colonial es un espacio epistemolgico y polticoprivilegiado. La gran mayora de los tericos europeos particularmente aquellosdefensores de la patente europea de la modernidad, como Quijano (2000: 543)los denomina satricamente han sido ciegos a la diferencia colonial y a la implicadasubalternizacin del conocimiento y de las culturas. Un nfasis en el sistema mundomoderno colonial tambin permite visualizar, adems de los conflictos internosconflictos entre los poderes con la misma visin del mundo, aquellos que sedesenvuelven en el exterior de los bordes del sistema moderno/colonial (i.e., losconflictos con otras culturas y visiones del mundo).

    13

    13 Diferentes autores enfatizan distintos factores en la produccin y funcionamiento de la moderni-dad/colonialidad. Para Quijano, por ejemplo, el proceso clave en su constitucin es la clasificacincolonial y dominacin en trminos raciales. Colonialidad est en la cruz de la modernidadprecisamente por la persistencia de la idea de raza. El segundo proceso clave es la constitucin deuna estructura de control del trabajo y los recursos. Dussel enfatiza la violencia original creada porla modernidad/colonialidad (v. tambin Rojas, 2001), la importancia de la primera (ibrica)modernidad para la estructura de la colonialidad y, por supuesto, el encubrimiento de lo no-europeo la negacin de su alteridad, particularmente Latinoamrica como la primera periferiade la modernidad. Mignolo apela adems a fuentes fuera de Iberoamrica para su conceptualiza-cin de pensamiento de frontera, el tipo de pensamiento que introduce la subalternizacin delconocimiento y la racionalidad. El proyecto de Mignolo es conducir una genealoga de las historiaslocales dirigidas a designios globales, posibilitando as otros designios desde otras historias localesque emergen del pensamiento de frontera y la diferencia colonial. Algunas de estas diferencias sonexplicadas en cierta medida por los diferentes encuadres, nfasis y metas economa poltica paraQuijano, una filosofa de la liberacin para Dussel, literatura y epistemologa para Mignolo. Parala mayora de estos autores, sin embargo, el marxismo y la cuestin de la economa permanecennodales.

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    Nociones y temas claves del programa de investigacin de modernidad/colonialidad

    Algunas de las nociones claves que constituyen el cuerpo conceptual de esteprograma de investigacin son entonces: el sistema mundo moderno colonial como elensamblaje de procesos y formaciones sociales que acompaan el colonialismomoderno y las modernidades coloniales; aunque es estructuralmente heterogneo,articula las principales formas de poder en un sistema. Colonialidad del poder (Quijano),un modelo hegemnico global de poder, instaurado desde la Conquista, quearticula raza y labor, espacio y gentes, de acuerdo con las necesidades del capitaly para el beneficio de los blancos europeos. Diferencia colonial y colonialidad global(Mignolo), las cuales se refieren al conocimiento y dimensiones culturales del procesode subalternizacin efectuado por la colonialidad del poder; la diferencia colonialresalta las diferencias culturales en las estructuras globales del poder. Colonialidaddel ser (ms recientemente sugerido por Nelson Maldonado-Torres en las discusionesgrupales) como la dimensin ontolgica de la colonialidad en ambos lados delencuentro. Basado en Levinas, Dussel y Fanon, la colonialidad del ser apuntahacia el exceso ontolgico que ocurre cuando seres particulares imponen sobreotros y, ms all de esto, la efectividad potencial o actual de los discursos con loscuales el otro responde a la supresin como un resultado del encuentro(Maldonado-Torres, 2003). Eurocentrismo como el modelo de conocimiento querepresenta la experiencia histrica local europea, la cual ha devenido globalmentehegemnica desde el siglo XVII (Dussel, Quijano); de ah la posibilidad depensamiento y epistemologas no-eurocntricos. Una detenida e iluminadoracaracterizacin de la colonialidad es presentada por Walter Mignolo:

    Desde que la modernidad es un proyecto, el proyecto triunfal delOccidente cristiano y secular, la colonialidad es, de un lado, lo que elproyecto de modernidad necesita eliminar y borrar en aras de implantarsea s misma como modernidad y, del otro lado, es el sitio de enunciacindonde la ceguera del proyecto moderno es revelado y,concomitantemente, es tambin el sitio desde donde los nuevos proyectoscomienzan a desplegarse. En otras palabras, la colonialidad es el sitio deenunciacin que revela y denuncia la ceguera de la narrativa de lamodernidad desde la perspectiva de la modernidad misma, y es al mismotiempo la plataforma de la pluriversalidad, de proyectos diversosprovenientes de la experiencia de historias locales tocadas por la expansinoccidental (como el Foro Social Mundial demuestra); as la colonialidadno es un nuevo universal abstracto (el marxismo est incrustado en lamodernidad, tanto el bueno como el miope), sino el lugar donde ladiversalidad como proyecto universal puede ser pensado; donde la cuestion

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    de lenguajes y conocimientos devienen cruciales (el rabe, el chino, elaymar, el bengal, etc.) como el sitio de lo pluriversal esto es, lotradicional que lo moderno est borrando y eliminando (Mignolo.Correo electrnico, mayo 31 del 2003).

    Cada una de estas nociones se encuentran enraizadas en complejasconceptualizaciones que representan dcadas de investigacin; incluso as son,por supuesto, debatibles. Existen algunas otras nociones, ms particulares a autoresespecficos pero que se encuentran ganando importancia dentro del grupo. Estasincluyen la nocin de Dussel de exterioridad y transmodernidad y el concepto deMignolo de pensamiento de frontera, hermenutica pluritpica y pluriversalidad.

    La pregunta de si existe o no una exterioridad al sistema mundo modernocolonial es de alguna manera peculiar a este grupo y fcilmente malentendida.Esta pregunta fue originalmente propuesta y elaborada cuidadosamente por Dusselen su clsico trabajo sobre la filosofa de la liberacin (1976) y retrabajada en losrecientes aos. De ninguna manera esta exterioridad debe ser pensada como unpuro afuera intocado por lo moderno. La nocin de exterioridad no implica unafuera ontolgico, sino que refiere a un afuera que es precisamente constituidocomo diferencia por el discurso hegemnico. Esta nocin de exterioridad surgeprincipalmente por el pensamiento sobre el Otro desde la perspectiva tica yepistemolgica de la filosofa de la liberacin: el Otro como oprimido, comomujer, como racialmente marcado, como excluido, como pobre, como naturaleza.Con la apelacin desde la exterioridad en la cual es localizado, el Otro deviene enla fuente original del discurso tico vis a vis una totalidad hegemnica. Estainterpelacin del Otro viene como un desafo tico desde afuera o ms all delmarco institucional y normativo del sistema. Este desafo slo podra ser cuasi-inteligible al principio (Dussel, 1996: 25), dadas las dificultades en establecer lasignificativa interpelacin que las gentes explotadas tienen con respecto al sistemahegemnico contra la nocin de Habermas de una comunicacin libre dedominacin. Existen grados de exterioridad; en ltima instancia, el desafomayor viene de:

    la interpelacin que la mayora de la poblacin del planeta, localizada enel Sur, plantea demandando su derecho a vivir, su derecho a desarrollarsu propia cultura, economa, poltica, etc No hay liberacin sinracionalidad, pero no hay racionalidad crtica sin aceptar la interpelacindel excluido, o esto inadvertidamente sera slo la racionalidad de ladominacinDesde este negado Otro parte la praxis de la liberacin comoafirmacin de la Exterioridad y como origen del movimiento de la

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    negacin de la negacin (Dussel, 1996: 31, 36, 54).14

    Esto es precisamente lo que el grueso de los tericos europeos y euroamericanosparecen poco dispuestos a aceptar: que es imposible pensar sobre trascender osuperar la modernidad sin acercarse a ella desde una perspectiva de la diferenciacolonial. Tanto Mignolo como Dussel encuentran ac un lmite estricto a ladeconstruccin y a las crticas eurocntricas del eurocentrismo en suma, estas

    14 La nocin de exterioridad de Dussel tiene mltiples fuentes, principalmente el concepto deLevinas de la contradiccin totalidad-exterioridad causada por la interpelacin tica del Otro esdecir, como pobre. Dicha nocin tambin encuentra inspiracin en la nocin de Marx del trabajovivo como el Otro radical con respecto al capital. Dussel despliega sus elaboraciones a travs de lateora de los actos de habla y la comunicacin especialmente de Apel, pero tambin Habermas ySearle. Sobre todo, Dussel introduce los conceptos de exterioridad y alteridad como esencialespara su filosofa de la liberacin; exterioridad deviene en una negatividad desde la cual ladominacin del Otro puede ser descubierta. Hay una clara orientacin poltica en la intervencin deDussel, la cual puedes ser vista como una teora original y una radicalizacin del trabajo de Levinasy otros. Para Mignolo, como para Quijano, el sistema mundo moderno luce diferente desde suexterioridad (2000: 55). Mignolo elabora basado en Dussel y en otras fuentes, desde Fanon yW.E.B. Du Bois hasta Anzalda y escritores del Caribe y el Maghreb tales como Glissant, Bji yKhatibi. Teoras de la doble conciencia, doble crtica, un pensamiento otro y creolizacindevienen equivalentes a su nocin de pensamiento de frontera. La teora de la exterioridad deMignolo se refiere a la de Dussel pero tiene un nfasis diferente. Mignolo diferencia entre lasfronteras interiores del sistema mundo moderno/colonial conflictos imperiales, por ejemplo,entre Espaa y Inglaterra y sus fronteras exteriores conflictos imperiales con culturas siendocolonizadas, como entre Espaa y el mundo islmico, Espaa y los aztecas, o entre la Gran Bretaay la India en el siglo XIX. La diferencia colonial se visibiliza solamente desde el exterior de lahistoria universal del sistema mundo moderno; ella hace posible la ruptura con el eurocentrismocomo perspectiva epistemolgica. Sin esta exterioridad en la cual los conocimientos subalternos setrazaron, la nica alternativa que queda es una lectura constante de los grandes pensadores deOccidente en bsqueda de nuevas maneras de imaginar el futuro (2000: 302). Mignolo desarrollasu nocin de pensamiento de frontera como un pensamiento desde otro lugar, imaginando unlenguaje otro, arguyendo por una lgica otra (313). Este es un conocimiento subalterno concebidodesde las fronteras del sistema mundo colonial/moderno que se esfuerza en romper la dominanciadel eurocentrismo. Pensamiento de frontera refiere a los momentos en los cuales los imaginariosde sistema mundo se fracturan (2000:23), una epistemologa de y desde la frontera (52), un tipode doble crtica (Khatibi) que es crtica tanto del Occidentalismo/eurocentrismo como de lasmismas tradiciones excluidas; esta habilidad se origina desde su locacin en las fronteras (Anzalda).Pensamiento de frontera es una forma tica de pensar porque, en su marginalidad, no tiene unadimensin etnocida. Su propsito no es corregir mentiras y decir la verdad, sino pensar de otromodo, moverse hacia una lgica otra en suma cambiar los trminos, no slo el contenido de laconversacin (70). Pensamiento de frontera permite una nueva visin de la diversidad y laalteridad del mundo, una que no cae en las trampas de una retrica (esencialista) culturalista, sinoms bien que resalta las irreductibles diferencias que no pueden ser apropiadas por la crticamonotpica de la modernidad la crtica radical del logocentrismo occidental entendida como unacategora universal y que no concibe la diferencia como anttesis en la bsqueda del revanchismo.Pensamiento de frontera es complementario a la deconstruccin y a todos los discursos crticos dela modernidad; entiende la descolonizacin como un tipo particular de deconstruccin pero semueve hacia un proyecto fragmentado y plural en vez de reproducir los universales abstractos de lamodernidad incluida la democracia y los derechos. Pensamiento de frontera, finalmente, es unintento para moverse ms all del eurocentrismo mediante la revelacin de la colonialidad delpoder entramada en las geopolticas del conocimiento un paso necesario en aras de deshacer lasubalternizacin del conocimiento y buscar formas de pensamiento ms all de las categoras delpensamiento occidental (326).

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    crticas continan siendo pensadas desde categoras eurocntricas (del liberalismo,marxismo, postestructuralismo), no desde el pensamiento de fronteraposibilitado por la diferencia colonial Dichas crticas a la modernidad sonciegas a la diferencia colonial (epistemolgica y cultural) que deviene el foco de lamodernidad/colonialidad.

    La nocin de Dussel de trans-modernidad indica la posibilidad tanto de un dilogocon la alteridad no-eurocntrica como de una crtica que posibiliten plenamentela negacin de la negacin, para la cual los otros subalternos han sido sujetados,y que no perciban el discurso crtico como intrnsecamente europeo. Integral aeste esfuerzo est el rescatar los contradiscursos no hegemnicos y silenciados dela alteridad que es constitutiva a la modernidad misma. Este es el principio ticode la liberacin del Otro negado, para el cual Dussel acua el trmino de trans-modernidad, definido como un proyecto de superacin de la modernidad nosimplemente por su negacin sino por pensar sobre ella desde su lado oculto,desde la perspectiva del otro excluido. Trans-modernidad es un proyecto deorientado-futuro que busca la liberacin de toda la humanidad (1996: 14, Cap. 7),un proyecto mundial de liberacin tica en la cual la alteridad, que es parte yparcela de la modernidad, podra ser capaz de cumplirse (2000: 473), en la cualtanto la modernidad como su negada alteridad (las vctimas) se co-realizan a smismas en un proceso de fertilizacin mutua (1993: 76).

    En suma, trans-modernidad no puede ser pensada desde adentro de lamodernidad, sino que requiere de la accin y la solidaridad integradora delos grupos subalternizados, los objetos de la constitutiva violencia de la modernidadinscrita, entre otros rasgos, en la falacia desarrollista. Antes que un proyecto racionalde una tica discursiva, trans-modernidad deviene en la expresin de una ticade la liberacin.

    En este sentido son importantes las nociones de pensamiento de frontera, epistemologade frontera y hermenutica pluritpica de Mignolo. Estas nociones apuntan a la necesidadde una especie de pensamiento que se mueva a lo largo de la diversidad de losprocesos histricos (Mignolo, 2001: 9). No hay, con seguridad, tradiciones depensamiento original a las cuales se pueda regresar. Antes que reproducir losuniversales abstractos occidentales, sin embargo, la alternativa es una suerte depensamiento de frontera que enfrente el colonialismo de la epistemologaoccidental (de la izquierda y de la derecha) desde la perspectiva de las fuerzasepistmicas que han sido convertidas en subalternas formas de conocimiento(tradicional, folclrico, religioso, emocional, etc.) (2001: 11).

    Resituando la metfora de frontera elaborada por Anzalda en el dominio de lacolonialidad, Mignolo esboza la posibilidad de un pensamiento otro desde la

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    interior exterioridad la frontera. Insertarse en el pensamiento de frontera es,entonces, moverse ms all de las categoras creadas e impuestas por laepistemologa occidental (2001: 11). No es slo una cuestin de cambiar loscontenidos sino los trminos mismos de la conversacin. No es tampoco unacuestin de remplazar las epistemologas existentes, las cuales ciertamentecontinuarn existiendo y, en cuanto tales, permanecern viables como espacios dey para la crtica. Al contrario, lo que Mignolo arguye es el espacio para unaepistemologa que viene de la frontera y tiende hacia las transformaciones polticasy ticas (2001: 11). Finalmente, mientras Mignolo reconoce la continuadaimportancia de la crtica monotpica de la modernidad por el discurso crticooccidental crtica desde un nico y unificado espacio, l sugiere que estatiene que ser puesta en dilogo con las crticas emergentes desde la diferenciacolonial, las cuales constituyen el pensamiento de frontera. El resultado es unahermenutica pluritpica un trmino que parece adaptado del de hermenuticadiatpica de Pannikar, una posibilidad del pensamiento desde diferentesespacios que finalmente rompe con el eurocentrismo como la nica perspectivaepistemolgica. Esta es la doble crtica de la modernidad desde la perspectiva dela colonialidad, desde el exterior del sistema mundo moderno colonial. Que seaclaro, sin embargo, que el pensamiento de frontera implica desplazamiento ypartida (2000: 308), tanto la crtica como la afirmacin positiva de un alternativoordenamiento de lo real.

    En sntesis,

    El pensamiento de frontera apunta hacia un tipo diferente de hegemona,una mltiple. Como un proyecto universal, diversidad nos permiteimaginar alternativas al universalismo (podramos decir que la alternativaal universalismo en esta perspectiva no es particularismo sinomultiplicidad). El Occidente y el resto en la frase de Huntington proveeel modelo para superar. Como el resto deviene en los sitios donde elpensamiento de frontera emerge en su diversidad, donde lamundializacin genera nuevas historias locales de recreacin yreadaptacin de los designios globales Occidentales... y transformandolas historias (europeas) locales desde donde tales designios emergieron...Interdependencia puede ser la palabra que sintetiza la ruptura con laidea de totalidad e introduce la idea de redes cuya articulacin requerirprincipios epistemolgicos que he llamado en este libro pensamientode frontera y gnosis de frontera, como una rearticulacin de ladiferencia colonial: diversalidad como un proyecto universal, lo cualsignifica que la gente y las comunidades tienen el derecho a ser diferentesprecisamente porque nosotros somos todos iguales (2000: 310, 311).

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    No hay duda [escribe Mignolo] que Quijano, Dussel y yo estamos reaccionandono slo a la fuerza de un imaginario histrico, sino tambin la actualidad de eseimaginario hoy (2000: 59). El corolario es la necesidad de edificar narrativasdesde la perspectiva de la modernidad/colonialidad dirigidas hacia la bsquedade una lgica diferente (2000: 22). Este proyecto se refiere a la rearticulacin delos designios globales por y desde historias locales; con la articulacin entreconocimiento subalterno y hegemnico desde la perspectiva de lo subalterno; ycon el remapeo de la diferencia colonial hacia una cultura de alcance mundial tal como en el proyecto zapatista que remapea el marxismo, el tercermundismoy el indigenismo, sin ser ninguno de ellos, en un excelente ejemplo de pensamientode frontera. Mientras no hay nada afuera de la totalidad la totalidad es siempreproyectada desde una historia local dada, deviene posible pensar en otras historiaslocales produciendo ya sea totalidades alternativas o una alternativa a la totalidad(329). Estas alternativas no jugaran en el par globalizacin/civilizacin inherentea la modernidad/colonialidad, sino ms bien se edificaran en la relacinmundializacin

    15/cultura, centrada en las historias locales en las cuales los de-

    signios globales coloniales son necesariamente transfor-mados, transformando as tambin las historias locales

    que los crean. A diferencia de globalizacin, mundializacin resalta lamultiplicidad de las historias locales que, en cuestionar los designios globales (e.g.globalizacin neoliberal), pretende formas de globalidad que emergen de lasculturas que van en contra de la homogeneidad cultural fomentada por talesdesignios. La diversidad de la mundializacin es contrastada ac con lahomogeneidad de la globalizacin, tendiente hacia mltiples y diversos rdenessociales.

    En suma, la perspectiva de la modernidad/colonialidad provee un encuadrealternativo para los debates sobre la modernidad, la globalizacin y el desarrollo;no es slo un cambio en la descripcin de los eventos, es una transformacinepistmica en la perspectiva. Al hablar de la diferencia colonial, este encuadreresalta la dimensin del poder que a menudo no aparece en las discusionesrelativistas de la diferencia cultural. Los debates ms recientes en interculturalidad,por ejemplo en el escenario poltico y cultural ecuatoriano, dependen de algunosde estos planteamientos (Walsh, 2003). En sntesis, el programa de investigacinMC es un encuadre construido desde la periferia latinoamericana del sistemamundo moderno colonial, ayudando a explicar las dinmicas del eurocentrismoen la produccin de la modernidad y los intentos de trascenderla. Si bien revelalos lados oscuros de la modernidad, no lo hace desde una perspectiva intra-epistmica, como los discursos crticos europeos, sino desde la perspectiva de losreceptores de los supuestos beneficios del mundo moderno. La modernidad/colonialidad tambin muestra que la perspectiva de la modernidad es limitada y

    15 En castellano en el origi-nal (N. del T.).

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    agotada en su pretendida universalidad. Al resaltar la falacia desarrollista, finalmente,la modernidad/colonialidad no slo orienta nuestra atencin en el desarrollocomo hecho absoluto, ofreciendo un contexto para interpretar los variados desafosal desarrollo y la modernidad en tanto proyectos que son potencialmentecomplementarios y que se refuerzan mutuamente. Ms all de Latinoamrica,uno puede decir, con Mignolo (2000: 309), que este enfoque es ciertamente unateora desde/del Tercer Mundo, pero no slo para el Tercer Mundo La teorizacin delTercer Mundo es tambin para el Primer Mundo en el sentido que la teora crticaes subsumida e incorporada en una nueva locacin neocultural y epistemolgica.

    16

    Finalmente, existen algunas consecuencias de este grupo de trabajo para los EstudiosLatinoamericanos en los Estados Unidos, Europa y el resto del mundo. Laperspectiva MC se distancia de asumir a Latinoamrica como un objeto deestudio a diferencia de los estudios latinoamericanos de los Estados Unidos,hacia un entendimiento de Latinoamrica como una locacin geo-histrica con yen una distinta genealoga crtica del pensamiento. La modernidad/colonialidadsugiere que la globalizacin debe ser entendida desde una perspectiva geo-histricay crtica latinoamericana. Con esto, el enfoque MC propone una alternativa a la

    genealoga de las ciencias sociales modernas que anfundan los estudios latinoamericanos en los EstadosUnidos. De esta manera, Estudios Latinoamericanos en Am-rica del Norte y Europa, y Pensamiento Social Crtico enLatinoamrica el cual ofrece un anclaje espistemolgicopara el grupo del MC emergen como dos paradigmascomplementarios pero distintos.

    17 Esto tambin significa que,

    como una perspectiva epistemolgica, el programa de

    17 Esta perspectiva est en elcorazn del Grupo de Tra-bajo de Estudios Andinos:Desarrollo, Modernidad yColonialidad que WalterMignolo y yo co-facilitamosal interior del Consorcio deEstudios Latinoamericanosde la UNC-Duke.

    16 En otro lugar introduje la nocin de alternativas a la modernidad para referirme a la imaginacin deun explcito proyecto poltico-cultural de transformacin desde la perspectiva de la modernidad/colonialidad ms especficamente, una construccin alternativa del mundo desde la perspectiva dela diferencia colonial. La dimensin de alternativas a la modernidad contribuye a socavar la moder-nidad como logocentrismo, tal como algunos filsofos del final de la modernidad lo han hecho(e.g., Vattimo, 1991), aunque desde una posicin diferente. Debemos ser claros sobre lo que esteconcepto no es: no apunta a un real prstino futuro donde el desarrollo o la modernidad ya noexisten ms; antes bien, el concepto busca intuir la posibilidad de imaginar una era donde eldesarrollo y la modernidad cesen de ser los principios organizadores centrales de la vida social unmomento donde la vida social deja de ser tan permeada por los constructos de la economa, elindividuo, la racionalidad, el orden y dems que han sido caractersticos de la modernidadeurocentrada. Alternativas a la modernidad es una reflexin por un deseo poltico, un deseo dela imaginacin crtica utpica, no un enunciado sobre lo real, presente o futuro. Operando en lasfracturas de la modernidad/colonialidad, este concepto da contenido al eslogan del Foro SocialMundial de Porto Alegre: Otro mundo es posible. Desarrollo alternativo, modernidades alternati-vas y alternativas a la modernidad estn parcialmente en conflicto, pero son proyectos potencial-mente complementarios. Uno debe llevar a crear las condiciones para los otros.

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    investigacin MC no es asociado con una nacionalidad particular o locacingeogrfica. En otras palabras, para ocupar el locus de enunciacin labrado por elproyecto MC, uno no necesita ser latinoamericano ni vivir en el continente.Latinoamrica en s misma deviene una perspectiva que puede ser practicada enmltiples espacios, con tal de que se constituya desde elaboracionescontrahegemnicas que desafen el supuesto mismo de Latinoamrica como objetode estudio constituido, previo a y afuera de los discursos a menudo imperialistas quelo construyen.

    II. Algunas tendencias, preguntas abiertas y tareas por adelantar

    He presentado algunas de las principales lneas de cuestionamientos y conceptosde un colectivo al que me he referido como el programa de investigacin MC.Adems me he enfocado en las principales figuras intelectuales del grupo bsicamente, Enrique Dussel, Anbal Quijano y Walter Mignolo. Mi propsito hasido ofrecer una visin general del terreno compartido sobre el cual se ha constituidoeste grupo. Esta historia, por supuesto, deja de lado mucho de lo que es interesantedel proyecto, incluyendo contribuciones valiosas de otros participantes, al igualque los aspectos ms colectivos de la actual fase de indagacin conjunta.Ciertamente existen desacuerdos y tensiones entre el grupo, lo cual hace febrileslos intercambios y debates, pero una etnografa de esta comunidad deargumentacin como la denominara el antroplogo brasileo Gustavo LinsRibeiro tendr que esperar a otra oportunidad. Por ahora, una ms brevecaracterizacin del grupo bastar, seguida por un esquema de lo que creo sonalgunas preguntas abiertas, tendencias y tensiones prometedoras.

    El grupo de modernidad/colonialidad

    El programa de investigacin MC puede ser tentativamente caracterizado de lasiguiente manera (Nota: Esta caracterizacin es ms un directo ejercicio desociologa del conocimiento que un anlisis de la formacin discursiva siendomapeada por MC):

    1. Este grupo es ampliamente interdisciplinario o, mejor, transdisciplinario. Aunquefilosofa, economa poltica y teora literaria han sido significativas, disciplinas comola historia, la sociologa y la antropologa son crecientemente importantes. Otroscampos, tales como la teora feminista y la ecologa poltica empiezan a incursionaren el programa. Dicho grupo es transdisciplinario en cuanto que las preguntasdisciplinarias son insertadas en un dilogo con aquellas de otros campos, algunasveces por el mismo autor, conduciendo a nuevas formas de preguntarse. Existe

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    un intento explcito hacia in-disciplinar las ciencias sociales (v. Walsh, Schiwy yCastro-Gmez, 2002) y de edificar teoras sin disciplina (Castro-Gmez yMendieta, 1998).

    2. Aunque firmemente anclado en Latinoamrica, no puede decirse que el grupoes de la Latinoamrica geogrfica, sino ms bien que est constituido por unossitios en red, algunos de los cuales estn ms establecidos que otros por prcticasparticulares (e.g. los sitios mencionados en Quito, Bogot, Durham-Chapel Hill,Ciudad de Mxico y, ms recientemente, Berkeley). Esto se asocia a la sugerenciade que Latinoamrica debe ser entendida ms como una perspectiva o un espacioepistemolgico que como una regin. Aunque puede decirse que este enfoquetiene sus races en la experiencia latinoamericana, encuentra sustancia globalmente;de ah la apelacin a muchas teoras crticas, especialmente aquellas que emergendesde similares locaciones epistmicas subalternas. Esto lo diferencia claramentede los anteriores paradigmas latinoamericanos, tales como la teora de ladependencia y la teologa de la liberacin incluso aunque estos tambin tuvieranuna dimensin transnacional.

    3. El grupo puede ser considerado como una comunidad de argumentacin quetrabaja colectivamente en conceptos y estrategias. Al menos hasta cierto punto, sepuede argumentar que practica el pensamiento de frontera crtico que propone.De ah el nfasis en cuestiones de conocimiento. En otras palabras, existe unadimensin colectiva explcita para el trabajo conceptual que, aunque constituidaen torno de una serie de conceptos formativos, es significativamente abierta. Estesentido de colectividad es reforzado por el sentimiento del potencial radical delproyecto el hecho de lo que est en juego es no slo el cambio del contenidosino de los trminos mismos de la conversacin (Mignolo). El objetivo es labrarnuevas formas de anlisis, no contribuir a los ya establecidos sistemas depensamiento (eurocntrico), sin importar cun crticos sean stos. Esto puederelacionarse con lo que Boaventura de Sousa Santos (2003) ha denominadoepistemologas del sur en sus anlisis del Foro Social Mundial.

    4. Los participantes del grupo tienden a compartir una posicin poltica queparece ser consistente con su nfasis radical, incluso si su prctica continadesplegndose aunque no exclusivamente en la academia (ver la discusinms abajo). En este plano, puede decirse que los tres sitios privilegiados y agentesde cambios del programa MC son: los agentes y movimientos subalternos y, enesta direccin, la prctica poltica de los miembros de este grupo es vista comoalineada con los actores subalternos; los intelectuales-activistas en espacios mixtos,desde las ONG hasta el Estado; y las universidades en s mismas, en cuanto que,llevadas a sus lgicas conclusiones, el encuadre MC est ligado a latransformamacin de las prcticas normativas y cnones acadmicos.

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    Preguntas abiertas, sitios de tensin

    Para terminar, quisiera resaltar brevemente tres reas de importancia que hanpermanecido largamente fuera del proyecto, pero las cuales son de gran relevanciapara las experiencias mismas que el proyecto teoriza. La primera, y quizs la msapremiante, es la de gnero; la segunda es la de la naturaleza y el ambiente; y latercera es la de la necesidad de construir nuevos imaginarios econmicos capacesde apuntalar luchas concretas contra el neoliberalismo y los designios para laseconomas alternativas. Si se puede decir que los esfuerzos del grupo se hanmantenido principalmente acadmicos o acadmicos-intelectuales y, por tanto,ampliamente en el plano del discurso abstracto, estas dimensiones seran comoagregar carne y sangre, por as decirlo, en l la carne y sangre de los cuerposde las mujeres, de la naturaleza, de las economas basadas-en-lugar, por ejemploy contribuir a evitar los riesgos del logocentrismo. Esto tambin sera deconsecuencia para las estrategias de la diseminacin de este trabajo en arenaspolticas particulares.

    18 En otras palabras, un enganchamiento con el feminismo

    y el ambientalismo sera fructfero en trminosdel pensamiento del lado no discursivo de laaccin social (Flrez, 2003). Esto sera igualmen-te importante para teorizar futuras nocionesque son centrales al grupo y a la teora feminista,tales como epistemologa, poder, identidad,subjetividad, agencia y vida cotidiana.

    Un rea final de trabajo potencial seran las etno-grafas de la modernidad/colonialidad. Conce-bidas dentro del encuadre presentado ac, estasetnografas evitaran las trampas epistemolgicasde los estudios de la modernidad revisados enla primera parte de este artculo. Ellas tambinseran tiles para averiguar instancias de ladiferencia colonial y del pensamiento de frontera

    desde el terreno, por as decirlo, por ejemplo enganchndose con las diferenciasde gnero, ecolgicas o econmicas como se explican ms adelante. Esto es, sinembargo, un asunto epistemolgico y metodolgico, y como tal ac no serelaborado ms all.

    18 Estoy en deuda con Juliana Flrez(Departamento de Psicologa Social dela Universidad Autnoma de Barce-lona; Escolar Visitante en Chapel Hillpara la primavera de 2003) por estepunto y por los comentarios elabora-dos ms adelante sobre las contribu-ciones desde la sociologa del conoci-miento y la teora feminista en psico-loga social, particularmente en el tra-bajo de Margot Pujal. Algunas de lasideas provienen tambin de discusio-nes en reuniones con algunos miem-bros del grupo en Chapel Hill y Dukeen febrero del 2000, particularmentefacilitadas por la presentacin de FreyaSchiwy y la discusin sobre teologade la liberacin, y las discusiones enel Congreso de LASA (Dallas, marzodel 2003).

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    En-generamiento19 modernidad/colonialidad

    Es claro que hasta ahora el tratamiento del gnero por el grupo de MC ha sidoinadecuado en el mejor de los casos. Dusselestuvo entre los pocos pensadores latino-latinoamericanos masculinos que temprana-mente discuti con detenimiento el asunto de lamujer como una de las categoras importantesde los otros excluidos. Mignolo ha prestadoatencin a algunos de los trabajos de las femi-nistas chicanas, particularmente a la nocin defrontera. Estos esfuerzos, sin embargo, dificil-mente han retomado el potencial de las contri-buciones de la teora feminista para el encuadre

    MC. La teloga y terica feminista finlandesa Elina Vuola ha sido pionera en laidentificacin de este silencio, particularmente en conexin con el trabajo de Dusselsobre la teologa de la liberacin y otros encuadres de la liberacin (Vuola, 2000,2002a, 2003). Vuola (2002) encuentra esperanza en el movimiento de Dussel dedefender el objeto de la liberacin como el Otro movimiento hacia el pobre,yendo ms all de la clase, pero ella considera menos estimulante la incapacidadde los telogos de identificar las posiciones de raza y gnero en sus teorizacionesy para responder a los desafos que emergen cuando los objetos devienen ensujetos por s mismos. El Otro, para decirlo de forma diferente, es subsumido enun nuevo tipo de totalidad, una masculino-centrada, denegando as la existenciade la mujer en su alteridad y diferencia.

    En un texto ms reciente, elaborado desde las teoras postcolonial y feminista,Vuola (2003) renueva su llamado para considerar seriamente la heterogeneidad ymultiplicidad del sujeto de la liberacin teologa y filosofa, esto es, el pobrey, uno podra aadir, el subalterno, en el proyecto MC. En otras palabras, ellaest llamando la atencin hacia una poltica de la representacin del pobre y elsubalterno que reconozca plenamente su multiplicidad. En el caso de la mujer,esto significa enfrentar temas que han estado ausentes de la discusin, tales comola violencia en contra de la mujer, los derechos reproductivos y la sexualidad,dando completa visibilidad a la agencia de la mujer. En otros trminos, el sujetode la diferencia colonial no es un sujeto indiferenciado gnero-neutral odiferenciado solo en trminos de raza y clase. Existen diferencias en la formaen la cual los grupos subalternos son objetos de poder y sujetos de agencia. Parareconocer esto, deben cambiar parafraseando a Mignolo no slo loscontenidos sino tambin los trminos de la conversacin. Que las mujeres seanotro en relacin con los hombres y ciertamente tratadas como tales por las

    19 Engendering y engender son doscategoras frecuentemente utilizadas enel ingls. En-generamiento y en-ge-nerar son las propuestas de su tra-duccin al castellano para el presentearticulo. Tanto el autor como el tra-ductor somos conscientes de que sonneologismos que suenan extraos,pero que esperamos sean tiles paradar cuenta de estos conceptos crucialesen la lnea argumentativa de este art-culo. (N. del T.)

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    falogocntricas ciencias sociales y humanas debe tener consecuencias para unaperspectiva centrada precisamente en la exterioridad y diferencia. Lo que Vuolaindica es el hecho de que mientras el discurso del grupo MC anmayoritariamente masculino es iluminador y radical de mltiples formas, ycomo tal considerado seriamente por las feministas, en gran parte excluye laspreocupaciones tericas y polticas de la mujer y las mujeres. Ac parece existir un conflictoentre el discurso y la prctica en tanto a las mujeres concierne. Finalmente, ladeconstruccin feminista de los fundamentalismos religiosos, algo que no esampliamente conocido tanto en la ciencia social feminista como en el proyectoMC, es tambin relevante para el en-generamiento del proyecto MC. En tanto unmovimiento poltico amplio, el/los feminismo/s transnacional/es ha/ndesarrollado nuevos enfoques en la formulacin de criterios inter-culturales paralos derechos humanos, especialmente los derechos de la mujer, y para analizar lasdemandas de verdad sobre las cuales se han basado (Vuola, 2002b). Nuevostrabajos en feminismo transnacional abordan asuntos de raza, gnero y cultura enformas que resuenan con las preocupaciones del proyecto MC (v., p. ej., Shohat,1998; Bhavani et al, 2003).

    Realmente existen muchos puntos de convergencia actual o potencial entre elfeminismo y la teora del MC esta discusin no es de ninguna manera exhaustiva,sino que intenta evidenciar algunos posibles puntos de conexin. Primero, amboscomparten la sospecha radical por el discurso universalista. En este plano, lo quese necesita entender es que el discurso moderno es tambin un discurso masculinista,como las filsofas y tericas feministas han demostrado desde fines de los ochenta(v., p. ej., la coleccin ampliamente conocida de Nicholson, 1990). Existe unaconvergencia tambin en el plano del carcter situado de todo conocimiento; aunen las versiones de la teora feminista (por ejemplo en el famoso artculo deHaraway de 1988), el conocimiento situado considera el carcter necesariamenteparcial de todas las perspectivas la MC incluida. En otras palabras, la posicindel sujeto crtico de la modernidad/colonialidad no escapa al gnero de dichosujeto. Al rechazar localizarse el/ella mismo/a dentro del feminismo, el escolarest tambin perdiendo la oportunidad de engancharse en un pensamiento otro,en otra subjetividad o subjetividad de otra manera. Para parafrasear a RanijitGuha, al reducir la agencia de la mujer a otra historia con otro sujeto (masculino),el escolar sera cmplice de la prosa de la contra-insurgencia. Como lo planteaVuola, hablando de las nociones de Walter Mignolo de hermenutica pluritpicay pluriversalidad como metas para ser abrazadas, es muy fcil ver cmo esteproyecto ha estado presente en la teologa de la liberacin desde su comienzo...sin embargo, es menos claro cmo los telogos de la liberacin han sido capacesde conceptualizar y diferenciar eso desde donde... Uno debera siempre estar prestoa observar sus propios demandas de verdad y posiciones con los ojos crticos de

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    otros (2003: 7). Ms all de la teologa de la liberacin, qu traera al programade investigacin MC optar por la mujer? Por supuesto, debera clarificarse quehablar sobre la mujer es slo parte de la historia. Una perspectiva de gnerodemanda situar este dilogo en contextos de poder, particularmente las relacionesde poder entre mujeres y hombres, incluidas aquellas relaciones de poder en laacademia. Dada la relacionalidad del gnero, ha sido reconocido que el sujeto dela diferencia colonial no es autnomo sino relacional. Esto concierne tanto a lamujer como al hombre.

    Ac est en juego la posibilidad de profundizar el proyecto del MC referido ala epistemologa a travs de un enganchamiento con el sofisticado y polticamenteorientado debate con la epistemologa y posicionalidad feminista (e.g., Alcoff,1988, 1991). La nocin de posicionalidad de la mujer sugiere que la mujer utilizasus posiciones de sujeto para la construccin de significado en formas que nopueden ser totalmente comprobadas desde otra perspectiva. El nfasis enepistemologa y posicionalidad est, por supuesto, ligado a la reflexin de lainequidad de gnero un aspecto que, nuevamente, es totalmente consistentecon la teora MC. La etnografa feminista ha asumido estos desafos en unadireccin interesante al articular el anlisis del des/empoderamiento de la mujercon tcticas de voz, escritura y representacin (v., p. ej., Behar y Gordon, 1995).Adems, ms all de los ms establecidos modos de escritura acadmica loscuales estn necesariamente intrincados con prcticas logocntricas?, puedeuno escribir diferentemente sobre los sujetos cuyas perspectivas no-eurocntricasuno espera contribuir a desvelar? Y cmo ponemos nuestros escritos en circulacinen esos espacios donde la diferencia colonial est siendo re-trabajadacotidianamente a travs prcticas sociales? As, la etnografa feminista ha tomadopistas del post-estructuralismo y tambin de los escritos por mujeres de color enlos Estados Unidos y otros lugares, particularmente el trabajo de Gloria Anzalday Cherrie Moraga. This Bridge We Call Home, el reciente volumen en esta tradicin(Anzalda y Keating, 2003), plantea nuevos retos a la teora feminista al igual quea la MC. Desplazndose desde la victimizacin hacia la agencia, y reconociendo lacondicin persistente de la vida entremundos

    20 de ah la necesidad de la edificacin

    del puente que es tambin una edificacin del hogar y la comunidad, lasnepantleras

    21 en este volumen son pensadoras de frontera que establecen conexiones

    para el cambio social, hacindolas un acto devoluntad y uno de amor, as como una prome-sa para estar presentes con el dolor de otros sinperderse ellas mismas en l (Anzalda, 2003:4).Sus tecnologas del paso de fronteras son

    tecnologas para reconocer el poder e ir ms all, para cambiar a otros modos deconciencia y ser, para una nueva hermenutica del amor (Sandoval, 2003).

    20 En castellano en el original (N.del T.) 21 Referencia a las mujeres que publi-can en la revista Nepantla (N. del T.)

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    Estrategias de conocimiento, escritura y representacin que son nuevamente centralesa este proyecto internacional feminista ahora enfocado en la agencia, conexin yre/construccin de los mundos sociales, culturales y naturales.

    22

    Adems de los asuntos del poder y la epistemologa, las preocupaciones de lateora feminista por la subjetividad e identidadson reas cruciales de compromiso. Ningunateora contempornea ha radicalizado estosconceptos tanto como la teora queer. Esta teoraha mostrado elocuentemente que los elementosconstitutivos del gnero y de las identidades

    sexuales nunca son monolticos, sino ms bien el resultado de entramados,superposiciones, disonancias, aberturas y posibilidades. Queer nomina laconfrontacin radical de la norma y ac estoy sugiriendo la norma delheterosexismo, patriarcal, moderno y colonial. Podra decirse que queer indica laidentidad sin esencia por excelencia y deviene as en un sitio tanto para los anlisishistricos como para las imaginaciones futuras. Aunque no siempre ynecesariamente en una posicin de exterioridad subversiva, el sujeto queer evidenciaque las fronteras en este caso la norma heterosexual pueden ser redibujadasde tal manera que puede ser posible imaginar identidades y conocimientos otros(e.g., Halperin, 1995). La des-esencializacin de laidentidad significa asumirseriamente todas las identidades. Las identidades feministas, como algunos tericosenfatizan, son tambin construidas a travs del placer y el deseo, y ac subyaceotra posibilidad para una crtica del Hombre el Moderno, para usar la feliz ydevastadora expresin de Donna Haraway el Hombre que se construye a smismo como objeto y sujeto de todo conocimiento. No existe un sujeto autnomode conocimiento; todo conocimiento tiene una dimensin relacional y unamaterialidad. Quin es el sujeto del conocimiento y cmo es posibilitado en sucotidianidad? Quin puede ser un pensador crtico de frontera y cmo? Quinpuede permitirse estar en una posicin de frontera y en una posicin de resistencia,y cul es la economa sexual y poltica que autoriza este privilegio? Finalmente, elinvestigador es tambin un sujeto de deseo y esto necesita tambin ser reconocido?(Flrez, 2003).23

    Para hablar sobre Latinoamrica: el hecho mismo de que el sexismo continasiendo uno de los problemas ms penetrantes yaparentemente intratables de las sociedades lati-noamericanas sera razn suficiente paracomprometerse con el feminismo. Las feminis-tas latinoamericanas han indicado el hecho de

    que las mujeres son tambin el Otro de la modernidad. Ms all de las discusiones

    23 Estos asuntos tambin emergieronen conversaciones con Juliana Flrezsobre el trabajo de la teora feministaen la psicologa social (Chapel Hill,abril del 2003).

    22 Agradezco a Nelson Maldonado porllamar nuestra atencin sobre esteimportante libro hablando entusias-tamente sobre l en una de nuestrasrecientes reuniones en Chapel Hill yDuke.

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    sobre la divisin del trabajo y de epistemologa , esto ha tenido consecuenciasvisibles para el anlisis de los procesos claves de la colonialidad, incluidas laconstruccin de la nacin, la raza y las formaciones eurocntrico-patriarcales (v.,p. ej., Rojas, 2001). Cabe terminar esta seccin con una mencin breve al discursode la comandante Ester, pronunciado en el Congreso en la Ciudad de Mxico alfinal de La Marcha del Color de la Tierra en marzo del 2001. Era esperado que elsubcomandante Marcos hablara; sin embargo, quien habl fue una mujer india,la comandante Ester. Despus de los titubeos y dificultades iniciales en incorporarlas voces y demandas de las mujeres porque eran an construidas comosuplementos (Belaustiguigoitia, 1998), parece que el movimiento zapatista hareconocido finalmente el lugar central de las mujeres indgenas tanto en la sociedadcomo en la lucha.

    Unos pocos das antes, en Juchitn, la comandante Ester se haba referido a latriple discriminacin afrontada por la mujer india como india, como mujer ycomo pobre. Desplegando una crtica doble en su discurso en Ciudad deMxico, la comandante Ester discuti las Leyes Revolucionarias de la Mujer, orientadasa eliminar todas las prcticas discriminatorias desde adentro y desde afuera. Ellahabl ampliamente sobre las formas de discriminacin de la mujer en la vidadiaria presentes tanto en las comunidades como en la nacin, as como de lasprcticas culturales indgenas que requieren ser preservadas. En este sentido, lamarcha ha hecho visible lo invisible, y representable lo irrepresentable: una mujerindgena hablando y demandando ante la ley... es posible para la ley orles?En qu lenguaje, a travs de cul discurso, han clarificado lo que quieren: serindias, mujeres y mexicanas? (Belausteguigoitia, 2002: 52). Hay nuevamente clarasimplicaciones de este llamado para el programa de investigacin de la modernidad/colonialidad. La pregunta crucial es: pueden las mujeres subalternas hablar atravs de la teorizacin MC? Si no, cul es el costo de este silencio? Qu tipos detraducciones y mediaciones hay en juego?

    Algunas de las preguntas formuladas podrn fcilmente emerger desde el encuadreMC. En este sentido, sera importante para las feministas pensar sobre lascontribuciones que el proyecto MC podra hacer a la teorizacin del gnero y ladiferencia. Es verdad que despus de las crticas realizadas por las mujeres decolor y del Tercer Mundo en los ochenta, los supuestos feminismos universaleshan sido ms conscientes de las dimensiones raciales y culturales de las dinmicasde gnero; sin embargo, variedades del eurocentrismo continan siendopredominantes en un nmero de posiciones feministas. El lenguaje de la diferenciacolonial introduce nuevamente este punto complicando, por ejemplo, lossupuestos sobre el gnero que son an formados por nociones eurocntricas deliberacin e igualdad; eso ayudar a explicar las coaliciones subalternas que no ne-

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    cesariamente abrazan las demandas de gnero o siguen una lgica de solidaridadentre las mujeres sobre las solidaridades de etnicidad y clase. Ms an, unopuede decir que la MC contribuye a establecer conversaciones entre clase, gneroy raza/etnicidad en Latinoamrica que pueden ser de gran inters para las feministasque no hablan desde esta posicin. Tal promesa est siendo ya mostrada por lospocos trabajos dentro del grupo MC que estn siendo concebidos desde dichaperspectiva particularmente el trabajo de Freya Schiwy sobre raza y gnero enBolivia y por la interpelacin de algunas feministas tales como las revisadas ac.

    Naturaleza y diferencia colonial

    Como el feminismo, la ecologa y el ambientalismo presentan similares desafos yposibilidades al proyecto MC. La ecologa y el ambientalismo implican diferentesformas de pensar necesariamente relacionales, situadas e histricas; formas deleer la modernidad; una aguda preocupacin por la epistemologaarticularmenteuna crtica de la ciencia reduccionista y el discurso logocentrista; y una articulacinde la cuestin de la diferencia diferencia ecolgica y cultural que puede serfcilmente ligada a la colonialidad y viceversa. Todos estos son puntos potencialesde convergencia con el proyecto MC, y algunos miembros del grupo hanempezado a explorar estas cuestiones (p. ej., Coronil, 1997; Escobar, 1999; Lander,2002). Orientaciones ambientalistas hacia los movimientos sociales tambin puedenser vistas como un aspecto compartido con el proyecto MC. No obstante, faltamucho an por hacer.

    Realmente existe un continuado esfuerzo por desarrollar un encuadrelatinoamericano de ecologa poltica que similarmente tienda al desarrollo de unanica perspectiva geopoltica sobre la cuestin de la naturaleza; los sumarioscomentarios que siguen son deliberadamente escritos desde este ventajoso punto.

    24

    Para iniciar, la ecologa poltica subraya el carcter civili-zatorio de la crisis ambiental actual. Esta crisis es, paradecirlo sin rodeos, una crisis de modernidad en cuantoque la modernidad ha fracasado en posibilitar mundossustentables. Es tambin una crisis de pensamiento, en tantoque el pensamiento logocentrista alimenta las prcticasecolgicamente destructivas de la modernidad (Leff,2000; Boff, 2002) como algunas feministas arguyenconvincentemente, la dominacin de la mujer y la natu-raleza se encuentran en la base del proyecto modernopatriarcal llevado a cabo por el pensamiento falocntri-co. Es difcil para quienes no estn acostumbrados apensar en trminos ecolgicos entender que la actual

    24 Me estoy refiriendo a lalabor colectiva del Grupo deTrabajo de Ecologa Polticaestablecido por CLACSO,coordinado por HctorAlimonda. De particular in-ters ac es el Manifiesto. Poruna tica de la Sustentabilidad(PNUMA, 2002), enwww.rolac.unep.mx, y el re-ciente borrador para la dis-cusin por Enrique Leff(2003). Debera mencionar-se que dicha importante ini-ciativa est an por ser en-generamiento.

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    crisis ambiental no es slo una crisis generalizada, sino tal vez la crisis central y ellmite para el capital hoy. Ms fcilmente aceptada es la idea de que la modernidadest estructurada sobre la separacin entre naturaleza y cultura, incluso si es msraramente reconocido que esta separacin podra ser tan igualmente formativade la modernidad que el binario civilizado/otro (nosotros/ellos). La naturalezaaparece as al otro lado de la diferencia colonial, con ciertas naturalezas naturalezascoloniales/tercermundistas, cuerpos de las mujeres, cuerpos oscuros, localizadasen la exterioridad de la Totalidad del mundo eurocntrico masculino. La crisisambiental, entonces, indica los lmites de la moderna racionalidad instrumental;refleja el fracaso de la modernidad en articular biologa e historia manteniendo lacapitalizacin de la naturaleza y el trabajo.

    Lo que sigui fue un rgimen de naturaleza capitalista que subalterniza todas lasotras articulaciones de biologa e historia, de naturaleza y sociedad, particularmenteaquellas que representan a travs de sus modelos y prcticas locales de lanaturaleza una continuidad culturalmente-establecida opuesta a unaseparacin entre los mundos naturales, humanos y sobrenaturales. Estos modeloslocales de lo natural son la base de las luchas ambientales de hoy. As, estas luchasnecesitan ser entendidas como luchas por la defensa de la diferencia cultural, ecolgica yeconmica (Leff, 2000; Escobar, 1999). Los movimientos sociales etno-ecolgicosson claros al respecto. Ac subyace otro tipo de pensamiento crtico de fronteraque necesita ser considerado.

    De una forma ms prospectiva, el esfuerzo latinoamericano de la ecologa polticaintenta construir una tica y cultura de la sustentabilidad; esto incluye repensar laproduccin hacia una nueva racionalidad ambiental y un dilogo entre otras formasde conocimiento hacia la construccin de novedosas racionalidades ambientales.Esta perspectiva tica de la ecologa sobre la naturaleza, la vida y el planetaincluye un cuestionamiento a la modernidad y al desarrollo, ms an una irrefutablecrtica a la falacia desarrollista. Al privilegiar los conocimientos subalternos de lonatural, esta ecologa poltica articula en una forma nica las cuestiones de diversidad,diferencia e interculturalidad con la naturaleza, por supuesto, ocupando unpapel de actor y agente. Ac est en juego una