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Alfa Omega Nº 396/8-IV-2004 SEMANARIO CATÓLICO DE INFORMACIÓN EDIC. NACIONAL Redentor del hombre

Nº 396/8-IV-2004 SEMANARIO CATÓLICO DE … · Miguel Ángel Velasco Puente ... La Cruz y la Resurrección. 13 La voz del cardenal arzobispo ... nos judías el llamado ius gladii

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Alfa OmegaNº 396/8-IV-2004 SEMANARIO CATÓLICO DE INFORMACIÓN EDIC. NACIONAL

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SUMARIO

Etapa II - Número 396

Edición Nacional

Edita:

Fundación San Agustín.Arzobispado de Madrid

Delegado episcopal:

Alfonso Simón Muñoz

Redacción:

Calle de la Pasa, 3.

28005 Madrid.

Téls: 913651813/913667864

Fax: 913651188

Dirección de Internet:

http://www.alfayomega.es

E-Mail:

[email protected]

Director:

Miguel Ángel Velasco Puente

Redactor Jefe:

José Francisco Serrano Oceja

Director de Arte:

Francisco Flores Domínguez

Redactores:

Anabel Llamas Palacios,

Juan Luis Vázquez,

Carmen María Imbert Paredes,

Jesús Colina Díez (Roma)

Documentación:

María Pazos Carretero

Elena de la Cueva Terrer

Internet:

Beatriz Jaso Ollo

-Imprime y Distribuye:

Diario ABC, S.L.-

Depósito legal:

M-41.048-1995.

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...y además

8 La foto

9 Criterios

10 Cartas

11 Ver, oír y contarlo

Aquí y ahora

12 Laicidad en las aulas.

13 Monseñor Antonio Montero,

Doctor Honoris causa

por la Pontificia de Salamanca

Iglesia en Madrid

12 Semana Santa 2004 en Madrid:

La Cruz y la Resurrección.

13 La voz del cardenal arzobispo

14 Testimonio

15 El Día del Señor

16-17 Raíces

VI centenario de la diócesis de Canarias:

Huella del pasado, senda para el futuro

18-19 España

Homilía del cardenal Rouco Varela

en el funeral por las víctimas del 11-M:

La estrategia del amor, contra la del terror.

22-23 La vida

Desde la fe

24 Entrevista a André Glucksmann.

Se está perdiendo la conciencia del mal.

25 Retrocede el ateísmo,

aumenta la indiferencia.

26-27 Escribe Alfredo Amestoy:

Elogio del dolor.

29 Libros.

30 Televisión.

Con ojos de mujer.

31 No es verdad.

32 Contraportada

Escribe monseñor Rodríguez Plaza: El proceso a Jesús.La flagelación, una tortura inhumana.Algo más que un buen guión

El cardenal Rouco Varela, en el Foro Nueva Europa:

El Estado está obligado a tutelar la vida

3-7

20-21

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El Papa celebra con los jóvenes romanos la Jornada Mundial de la Juventud 2004:

Dejad que emerja vuestro deseo de ver a Dios

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Sanedrín no puede ser obra de un autor queconocía y estaba bien informado de los he-chos, sino una creación literaria debida ala pluma de uno que ni poseía informaciónni estaba familiarizado con la legislaciónjudía; de ahí la torpeza de su relato. Cual-quier intento, pues, de implicar al tribunaljudío del Sanedrín en el juicio contra Jesústiene tintes de antisemitismo, pues Jesús mu-rió crucificado, una forma típicamente ro-mana, tras el juicio del procurador roma-no Poncio Pilato.

En realidad, la única fuente importanteque poseemos para conocer el derecho pro-cesal judío en tiempos de Jesús es el tratadoSanhedrin, de la Mishna. La Mishna, com-puesta a finales del siglo II después de Cris-to por los rabinos judíos, es una compila-

ción de la llamada Ley oral, o tradición delos ancianos, como la llaman los evange-lios. Y esta Ley oral era, en gran parte, unaexplicitación de la Ley escrita, la contenidaen el Pentateuco, que abarca todos los cam-pos de la vida humana. Así se explica queen la Mishna tengamos un tratado llamadodel Sanhedrin –palabra que significa tribu-nal–, que es, en realidad, un código de De-recho procesal.

Según este tratado Sanhedrin, el relatode San Marcos (dígase lo mismo de San Ma-teo) contiene cinco graves irregularidades; elde San Lucas sólo dos. Pero se olvida quela Mishna fue codificada a finales del sigloII d.C., es decir, unos 170 años después de lamuerte de Cristo, aunque contenga senten-cias muy antiguas, y fue codificada por doc-tores de filiación farisea, mientras que entiempos de Jesús, y especialmente dentrodel Sanedrín, hay que contar también con lainterpretación saducea, mucho más férrea yrestrictiva. Los saduceos desaparecen comogrupo después de la guerra judía contra Ro-ma (66-70 d.C.)

¿Estaban en vigor los procedimientos deDerecho procesal judíos que aparecen en eltratado Sanedrín de la Mishna ya en tiemposdel proceso de Jesús ante el Sanedrín? Tex-tos hay para negar esta vigencia hacia el 30-33 d.C. ¿Tenía el tribunal del Sanedrín entiempos de Jesús el ius gladii, esto es, el de-recho de ejecutar sentencias de muerte? Mi-ren lo que dice un pasaje del tratado Sanhe-

Ningún exegeta católico negará quelos relatos evangélicos del procesode Jesús ofrecen dificultades al his-

toriador que quiere reconstruir los hechos.Pero estas dificultades son compatibles conuna certeza respecto a la historicidad básicade los relatos, sugerida ya por su acuerdoen lo esencial. El juicio civil ante Pilato nun-ca ha suscitado dudas en cuanto a su histo-ricidad. El juicio religioso, en cambio, pareceplantear un serio problema que podemos re-sumir así: el procedimiento judicial que su-pone el relato evangélico contradice en va-rios puntos, y muy graves, lo que conoce-mos de la legislación procesal judía por es-critos del judaísmo. La consecuencia de estacontradicción –deducen algunos autores–es: El relato evangélico del juicio ante el

Proceso a Jesús

Escribe en estas páginas monseñor Braulio Rodríguez, arzobispo de Valladolid:«Afirmar la intervención de las autoridades religiosas judías –no todos los judíosdel tiempo de Jesús, ni de todas las épocas– en la condena y muerte de Jesús es,sencillamente, servir a la verdad. Y esto no es llamar a todos los judíos de todas laépocas deicidas, ni fomentar el execrable antisemitismo o aceptar el reprobableHolocausto nazi». En este artículo, monseñor Rodríguez Plaza denuncia la falta deconsistencia de «las variantes que han presentado la teoría de un Jesús Mesíaspolítico», ajusticiado exclusivamente por el poder político de Roma, sin laintervención del Sanedrín judío. Las fotos que ilustran estas páginas están tomadasdel libro La Pasión. Agradecemos la deferencia a la editorial Palabra que,próximamente, editará este libro en lengua castellana

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drin, ahora del Talmud de Jerusalén: «Cua-renta años antes de la destrucción del templofueron quitados (a los judíos) los juicios depena capital». La expresión cuarenta añosantes de la destrucción del templo es comúnen la literatura judía para fechar los aconte-cimientos que presagiaron su ruina. Pode-mos, pues, pensar muy bien que el texto serefiere al año 6 d.C., en que Arquelao, hijo deHerodes el Grande, es depuesto, y el go-bierno de Judea es encomendado a un pro-curador, dependiente del legado de Siria. In-dudablemente, los romanos no dejan en ma-nos judías el llamado ius gladii. De ahí que,en el transcurso de esa guerra judía contraRoma, expulsados los romanos de Jerusa-lén por un período de tiempo, otro texto ju-dío diga: «El 17 de Elul, los romanos fue-ron expulsados de Jerusalén. El 22 de estemes volvimos a matar malhechores (Megz-llat Taanit)».

La historicidad de los relatos evangéli-cos del proceso de Jesús, que hablan de jui-cio ante el tribunal judío con sentencia queéste no puede ejecutar sin permiso, y otrojuicio del gobernador romano, no admite du-das razonables. Por otra parte, esta actua-ción del Sanedrín contra Jesús resulta cohe-rente con el escándalo que su predicación yactividad suscitan en los celosos guardianesde la ortodoxia.

Podría aceptarse que, en ocasiones, losleves retoques redaccionales de la tradiciónneotestamentaria acentuasen el hecho de lacondena y de la participación del Sanedrínjudío en la muerte de Jesús, pero la formaen que esta tradición ha llegado hasta noso-tros en los libros del Nuevo Tcstamento nospermite reconstruir la realidad de los acon-tecimientos. Creemos, en consecuencia, queafirmar la intervención de las autoridadesreligiosas judías –no todos los judíos del

tiempo de Jesús ni de todas las épocas– en lacondena y muerte de Jesús, de acuerdo conlas leyes judías, es sencillamente servir a laverdad, aunque ésta sea difícil de aceptar. Yesto no es llamar a todos los judíos de todasla épocas deicidas, ni fomentar el execrableantisemitismo o aceptar el reprobable Ho-locausto nazi de quienes son «la adopciónfilial, y la gloria, y la alianza, y la legisla-ción, y el culto, y las promesas; de quienesson los patriarcas y de quienes según la car-ne procede Cristo...» (Rom 9, 4-5).

De hecho, en la antigüedad, la historicidaddel proceso ante el Sanedrín no constituyóproblema. Ciertamente, la condena de Jesúspor el tribunal religioso judío fue muy pron-to un tema que aumentó la polémica entrelos judíos que no creyeron en Él y los cris-tianos. Pero la discusión giraba en torno ala interpretación de los hechos, no en torno a

la historicidad del relato evangélico. Coin-ciden en este punto la tradición judía y lascartas de san Pablo, que no atribuyen a Pilatoun papel relevante en la muerte de Jesús ysólo hablan de responsabilidad judía.

Hasta hace 200 años, en el judaísmo nocreyente en Jesús no se negó la intervencióndel alto tribunal judío en la condena de Jesús.La responsabilidad de Pilato en la muerte deJesús, que la tuvo grande, apenas es subra-yada. Es en la época moderna cuando surgeotra polémica de tipo científico: la afirmaciónde que el proceso de Jesús ante el Sanedrínno es histórica. Estudiosos judíos y algunoscristianos piensan que la muerte de Jesús enla cruz fue obra exclusivamente del procu-rador romano; las autoridades judías no in-tervinieron en ella, o al menos –dicen– noen la forma de un proceso religioso contraJesús, en el que fuera condenado a muertepor blasfemia, como pretenden los evange-listas.

Pero, de no aceptarse la historicidad delproceso ante el Sanedrín, Jesús habría muer-to ajusticiado por el gobernador romano co-mo un pretendiente mesiánico más. Sin em-bargo, si así hubiera sido, muy fácilmentehubiera sido considerado por la tradición ju-día como un héroe. No ha sucedido así: untexto rabínico como bSanh 43a, totalmentedescalificatorio de Jesús, puede considerar-se como exponente de lo que la tradición ju-día no creyente en Jesús piensa de Él, tam-

«Saber las circunstanciashistóricas en las que murióJesús es provechoso;más lo es para los cristianosparticiparen sus sentimientosy en su compasióncon nosotrosy en su obediencia al Padreen estos días en que,de nuevo, conmemoramossu Pasión, muertey resurrección en el Triduo Pascual»

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bién hoy. Judas el Galileo y Teudas, sin em-bargo, que en siglo I d.C. intentaron tam-bién la aventura mesiánica, o el mismo BarKokba, que en siglo II encabezó otra rebelióncontra los romanos, pasan por ser héroes dela misma tradición judía que considera a Je-sús hechicero o blasfemo.

¿Cómo hubieran podido ser héroes esosjudíos, si el Sanedrín les hubiera condenado?¿Cómo no sería Jesús héroe judío, si no hu-biera intervenido en su condena este alto tri-bunal judío? Aquellos intentaron sacudirse elyugo romano, pero no fueron acusados porello de blasfemia. El caso de Jesús es evi-dentemente distinto, y no puede justificarsesimplemente diciendo que los evangelistasinventaron un proceso ante el Sanedrín porconveniencias o antisemitismo. Es dema-siado pueril.

Pero la exégesis política de la figura deJesús se abrió camino desde que, en 1778,Samuel Reimarus, que pasa por ser el fun-dador del estudio crítico sobre Jesús, cali-ficaba a éste de agitador político. Desde en-tonces y hasta hoy, grupos empeñados enluchas políticas y sociales reivindican la fi-gura de un Jesús resistente y opuesto a lasoberanía de Roma sobre Judea.

La pintoresca reconstrucción de Reima-rus no dudó J. Jeremias en calificarla de «fo-lletín lleno de odio hacia Jesús». Sin em-bargo, J. Welhausen, a comienzos del sigloXX, piensa que Reimarus podía haber teni-do razón, al menos hasta cierto punto. Demodo que, en los años 1929-1930, el histo-riador R. Bisler, en una obra titulada Jesús,el rey que reinó, presume haber llegado a laconclusión de que Jesús había sido un revo-lucionario político; el motín que capitaneó enJerusalén, en los últimos días de su vida, de-terminó su prisión y ejecución por los ro-manos. Las ideas de Bisler, a pesar de sertachadas por sus críticos de magia combi-natoria, se mantienen vivas e influyen denuevo a partir de 1960. Autores como J. Car-michael (La muerte de Jesús, 1962) y S.G.F.Brandon (Jesús y los celotas, 1967; y El pro-ceso de Jesús de Nazaret, 1968) han influi-do en una exégesis de muy poca calidad so-bre la figura de Jesús, que llega hasta la uti-lización de la misma por los representantesde la peor teología de la liberación, poco re-sistente a los análisis en profundidad de lostextos.

Parte del misterio

A los no acostumbrados al penoso traba-jo de búsqueda y análisis de testimonios queentraña la investigación histórica, la expo-sición precedente ha podido parecer fasti-diosa; pero no se olvide que, en un estudio deHistoria, un problema difícil no puede te-ner solución fácil. Contra todas las variantesque, durante los dos últimos siglos, han pre-sentado la teoría de un Jesús Mesías políti-co, afirmamos: el proceso de Jesús que na-rran los evangelios, del que forma parte esen-cial la actuación fiscal del Sanedrín, armo-niza perfectamente con lo que fue laactividad de Jesús y la reacción que provo-có en los grupos celosos de la Ley y la tra-dición y en las autoridades religiosas judías.

Es imposible, por tanto, explicar el pro-ceso y la condena de Jesús como obra ex-clusiva de la autoridad romana, representa-da por el procurador Poncio Pilato. Tambiénel Sanedrín, en el que ejercían su poder los

saduceos, hizo su juicio y emitió su conde-na. Pero el Sanedrín no eran ni todos los ju-díos del tiempo de Jesús ni los judíos de to-dos los tiempos, injustamente acusados estosúltimos de algo que no hicieron.

A los tentados de antisemitismo y deechar la culpa de la muerte de Jesús exclu-sivamente a los judíos, les viene bien la re-comendación que san Pablo dirigía a los cris-tianos de Roma provenientes del paganis-mo: «Porque no quiero que ignoréis, her-manos, este misterio, para que no seáissensatos por vosotros mismos: que el obce-carse una parte de Israel sucedió para quela plenitud de los pueblos entrara». Es elmisterio de por qué tuvo que morir Jesús,misterio para todas las generaciones de cris-tianos.

La condena y la muerte de Jesús es partedel Misterio Pascual, que nos ha traído lavida nueva del Resucitado y que son realidadpara nosotros al ser bautizados y al recibir laEucaristía. Saber las circunstancias históri-cas en las que murió Jesús es provechoso;más lo es para los cristianos participar ensus sentimientos y en su compasión con no-sotros y en su obediencia al Padre en estosdías en que de nuevo conmemoramos su pa-sión, muerte y resurrección en el Triduo Pas-cual. Conoceremos mejor el misterio del quenos hablaba san Pablo, y veremos con másclaridad nuestra participación en él comopecadores necesitados de la misericordia deDios.

+ Braulio Rodríguez Plaza

Hemos preguntado a monseñor Foley acerca de la polémica en torno a la película La Pasión de Cristo, de Mel Gibson

«Una aproximación subjetiva a una realidadciertamente objetiva»

El Presidente del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, monseñor John Foley, fue unode los primeros en ver la esperada película, que mañana se estrena en las pantallas españolas, La

Pasión de Cristo, dirigida por Mel Gibson, que narra las últimas horas de la vida de Jesús. Preguntado por la fidelidad de la cinta a los relatos evangélicos, y por la acusación de un uso excesivo

de imágenes violentas, monseñor Foley respondió: «En líneas generales, pienso que la película es fiel a los textos evangélicos, complementados por la

visión estética según unas líneas tradicionales. Ningún cineasta, ningún artista que nos haya dejado suobra, ha sido testigo directo de la Pasión. Plasmar la figura y los hechos de la vida de Jesús significa unesfuerzo para comunicar una visión interior; por tanto, todo esfuerzo honesto en este sentido será siempreuna aproximación subjetiva a una realidad ciertamente objetiva. Sobre la violencia reflejada, he de decirque el hecho mismo de la Pasión fue violento».

Otra de las acusaciones realizadas contra este largometraje es el de su presunto antisemitismo, a loque responde: «Ciertamente, yo no percibo que la acusación de antisemitismo se sostenga».

Sobre la impresión que ha producido en el Santo Padre esta cinta, monseñor Foley ha afirmado: «Nome consta que Su Santidad haya realizado ningún comentario acerca de la película». Sin embargo, elPresidente del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales no duda en dar su valoraciónpersonal: «A mí me ha servido como meditación de un acontecimiento único que ha determinado lahistoria de la Humanidad y sigue siendo central en mi vivencia personal».

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La flagelación romana fue una tortura sinparangón. Codificada por las leyes Por-cia y Sempronia como pena en sí misma

o accesoria –por tanto, con procedimientose intensidades diferentes según el crimencometido–, no se podía aplicar, salvo ex-cepciones gravísimas, contra ciudadanos ro-manos. Respecto a su duración y violencia–al contrario de la ley judía, que señalabaun máximo de treinta y nueve golpes– nohabía límites, dependía de la decisión deljuez.

Los ejecutores, que aplicaban unas téc-nicas verificadas por la experiencia, se lla-maban lictores: eran la escolta de los ma-

gistrados en cada una de sus funciones y desus movimientos públicos, dos para las ma-gistraturas inferiores, doce para los gradossupremos. Llevaban el célebre haz de va-ras, hechas con madera flexible y delgada–fresno, sauce, abedul– y atadas a un hachamediante una correa roja: las virgae paracastigar; la securis, para matar.

El castigo se ejecutaba en público, y demanera espectacular. El hecho es que se po-día llegar a morir como consecuencia deello: por los traumatismos tan repetidos yviolentos, por la impresión, por la fuerte he-morragia, por posibles lesiones internas, porel camino abierto a toda clase de infecciones.

La flagelación era, de por sí, algo igno-minioso. Gessio Floro, el estúpido y cruelsucesor de Pilato, bajo Nerón, mandó fla-gelar ilegalmente a dos judíos amparadosen la ciudadanía romana, atizando así en Je-rusalén el odio que unos meses después es-tallaría en una revuelta generalizada.

En el orden militar, las leyes eran otras.La flagelación con varas, hasta la muerte,con un dispositivo de castigo espectaculary tremendo, estaba reservada a quienes, dealguna manera, habían quebrantado la ine-xorable regla de las legiones: ni rendirse nihuir. Apio Claudio, tras capturar a unos de-sertores, mandó atarlos y azotarlos hasta quecayeron muertos. Lo mismo hizo Escipión:capturó a los jefes del ejército que se habíaamotinado contra Suero y mandó que losdesnudaran, los ataran a unos palos y losazotaran hasta morir.

Pero, gracias a las descripciones o los ha-llazgos encontrados en las catacumbas deRoma, han llegado hasta nosotros los ins-trumentos –mucho más crueles– que esta-ban reservados a los esclavos y a los grandescriminales: el flagrum taxillatum y el plum-bum o plumbata. Unas sólidas empuñadurasmantenían juntas dos o tres cuerdas o tiras decuero, cuyo peso era aumentado con plomo.A veces, se trataba de trozos de cadena o deotras cosas más, según los tiempos, el gradode sadismo, o la intención punitiva y de es-carmiento. El flagrum, como castigo cla-morosamente político, fue infligido con bár-bara solemnidad a enemigos y revoltosos.Ciertos muchachos, hijos de nobles fami-lias tarentinas, que habían sido capturadoscomo rehenes, intentaron fugarse, pero loscogieron y, antes de matarlos, los desolla-ron con el flagrum.

Las Acta Martyrium, en las historias deJuliana, Cristóbal y Callinico, que fueronsometidos a este suplicio, describen el sa-dismo de los nuevos instrumentos. Nos hanllegado las palabras de un juez cruel: «…quesu espalda sea herida por golpes repetidos,sin pausa; que su nuca sea golpeada por elplomo y que se hinche hasta reventar...»

Esta cruel tortura siguió vigente durantetodo el Imperio. Con el tiempo, este supliciose hizo cada vez menos frecuente. La sensi-bilidad iba cambiando. «Por la crueldad delos ejecutores –comentará con compasiónel jurista Ulpiano siglos después–, muchos,bajo una flagelación de ese tipo, perdieron lavida». En el proceso de aquel viernes deabril, entre las muchas oportunidades quela ley le ofrecía, el procurador Pilato eligióel flagrum.

Los médicos forenses y los estudiososque han analizado el horrible cuadro de laSábana Santa, concuerdan en algo que tieneun gran significado traumático y, como ve-remos, histórico: los golpes son por lo menosun centenar, puede que más.

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La verdad histórica de la Pasión de Cristo

La flagelación: una tortura inhumana

«La película La Pasión de Cristo ha herido, al parecer, muchas sensibilidades, porsus duras escenas de violencia. Muchos, desde luego, desearían que se alzara másfrecuentemente la voz para denunciar en el cine el recurso a la violencia… Perohay casos en los que pasar por alto esa violencia podría equivaler a negar laverdad histórica, ya sea para rechazar que realmente existió el Holocausto judío, opara pretender ignorar que Stalin fue un tirano que asesinó indiscriminadamente asus enemigos políticos. Para quien cree en la divinidad de Jesús, no es un simplecapricho querer conocer fielmente los trascendentales momentos de la Pasión,aceptada voluntariamente por Cristo. Pero sería además absurdo pretender, a estasalturas, reescribir este acontecimiento que tanto ha marcado la historia de laHumanidad, guste o no»: éste es un fragmento del libro La Sábana Santa. Unaimpronta de hace dos mil años, de María Grazia Siliato, que describe en estaslíneas en qué consistía la flagelación:

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Uno de los últimos números de la co-nocida revista Newsweek sacó a suportada la polémica que ha desata-

do el film desde su estreno, el pasado Miér-coles de Ceniza, en Estados Unidos. Con unprimer plano del actor Jim Caviezel carac-terizado como Jesucristo, como fondo, lapublicación dejaba en el aire una espinosapregunta: ¿Quién mató verdaderamente aJesús? El asunto ha traído cola en EstadosUnidos, donde existe una comunidad judíamuy numerosa. Sin embargo, cualquier acer-camiento serio a esta cuestión –y se han re-alizado muchos desde la Iglesia católica, pe-ro también desde la comunidad judía– des-barata toda acusación de antisemitismo.

No obstante, el asunto que más va a im-pactar al público español es el de la violenciaexplícita de algunas de sus escenas, espe-cialmente la que recoge el momento de la fla-gelación. El periodista Richard Corliss, de larevista Time, ha dejado caer que «muchoscristianos pueden sentirse repelidos por eldespiadado derramamiento de sangre queaparece en la película. Su audiencia posible es,más bien, muy reducida: creyentes de ver-dad con estómagos de hierro, gente que pue-de soportar que algo les dé asco mientras sonreconfortados espiritualmente».

El director de cine Franco Zeffirelli, queen 1976 llevó a cabo una cuidada produc-ción sobre la vida de Jesús, ha declarado que«llegamos al final de la película con mal sa-bor de boca, disgustados, flagelados y des-carnados incluso nosotros, los espectadores.Al que cree en la revelación cristiana, no lebasta ciertamente ver a Jesús colgado de lacruz tras haber sufrido indecibles tormen-tos». El diario The NewYork Times ha publi-cado en sus páginas que «La Pasión de Cris-

to jamás nos da una explicación clara de pa-ra qué sirve tanta sangre. Esta ausencia –di-ce–, es el fallo artístico más grande de Gib-son. Los evangelios sugieren que la historiaacaba en perdón, pero él sospecha que el pú-blico prefiere el horror, la furia y la sangre».

Sin embargo, lo que la cinta pretende –y,de hecho, lo consigue– es confrontar tanto acreyentes como a no creyentes con un he-cho histórico innegable: unos hombres re-conocen la verdad de la pretensión de otroque dice ser Dios, confesando que, hace dosmil años en Palestina, se hizo hombre, sufrióun martirio cruel hasta su muerte en la cruz,y al tercer día sus discípulos hallaron su se-pulcro vacío, y a Él mismo resucitado. Siesto es así, la pregunta a la que es necesarioresponder ya no sería: ¿Quién mató real-mente a Jesús?, sino: Si este hombre es re-almente Dios, ¿por quién; por qué; paraqué murió?

Un mundo que niega el pecado y relati-viza el bien y el mal, necesariamente cues-tiona la violencia que se refleja en la pelí-cula; cualquier espectador puede intuir queno se trata sólo de una película con ciertadureza, sino que ahí hay algo más que san-gre de mentira y efectos especiales. Un crí-tico del Financial Times ha escrito que estapelícula es «un grito en torno a una historiaque muchos de nosotros –tanto creyentescomo agnósticos– habíamos metido en unnicho benigno, para que yaciera inmutabledurante siglos».

El propio Mel Gibson ha declarado a lacadena estadounidense de televisión ABC:«Los críticos que tienen un problema con-migo, no lo tienen con mi película; tienenun problema con los cuatro evangelios. Uti-licé las lecturas de los evangelistas. Lo úni-

co que hay que hacer es leerlos; creo quenadie los ha leído en los últimos doce años».Y a la agencia Zenit declaró: «Nos hemosacostumbrado a ver crucifijos bonitos en lapared. Decimos: ¡Oh, sí!, Jesús fue azota-do, llevó su cruz a cuestas y le clavaron aun madero; pero, ¿quién se detiene a pen-sar lo que estas palabras significan real-mente? En mi niñez, no me daba cuenta delo que esto implicaba. No comprendía lo du-ro que fue. Entender lo que sufrió, incluso aun nivel humano, me hace sentir no sólocompasión, sino también me hace sentir endeuda. Cristo pagó el precio por nuestrospecados. Esta película habla de fe, esperan-za, amor y perdón. Esta película quiere ins-pirar, no ofender».

James Caviezel, el actor que interpreta aCristo, ha defendido que no es un film sólopara católicos: «Cuando vas al Vaticano yves la Piedad, no piensas que sólo los cató-licos pueden verla; no es así, no está dirigi-da sólo a los católicos, es algo universal».

Y es que la visión de esta película no de-jará indiferente a nadie. Al comienzo de lacinta, María Magdalena, recogiendo un pa-saje de la celebración de la Pascua judía,pregunta a María: «¿Por qué esta noche esdiferente a todas las demás noches?»; a loque María responde: «Porque todos los hom-bres son esclavos, y ahora ya no lo seránmás».

Ésta es, sin duda, una película diferente,y los criterios utilizados para criticar a to-das las demás películas no sirven en estaocasión. Lo que sí es cierto es que todos loshombres no podrán permaner igual despuésde haberla visto.

Juan Luis Vázquez

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Ante el estreno de La Pasión de Cristo

Algo más que un buen guión

«La historia más gore jamás contada» (Time); «Furia integrista» (La Repubblica); «Pasión extremista» (L´Unitá);«Catecismo cruel» (Il Manifesto). Éstas son algunas de las perlas con las que se despacha parte de la prensa

internacional ante la nueva película de Mel Gibson, La Pasión de Cristo, que se estrena mañana en más de 120 salasde toda España. Agua pasada no mueve molino, dice un conocido refrán castellano; no parece ser así con el

acontecimiento que describe la cinta, acaecido hace dos milenios, que tiene todavía mucho que decir en nuestros días

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o lo resucitaré», canta-ba el coro de la catedralde la Almudena mien-tras era distribuida laSagrada Comunión enla misa de exequias por

las víctimas del atentado del 11-M: unaseñora se acercó hasta Su Majestad la Rei-na, para darle las gracias. Le besó la ma-no. La emotividad intensísima de toda laasamblea y de todo el pueblo español, através de la televisión, estalló irresistible-mente. Hay lágrimas que, por verdade-ras, engrandecen a los seres humanos.

Las fotos de la Familia Real, estre-chamente unida al pueblo que su-fre, y la del homenaje a todos loshéroes anónimos de aquella jor-nada trágica en Madrid son sufi-cientemente elocuentes. A tonocon tan inmensa dignidad, el car-denal Rouco Varela señaló, desdela fe y esperanza cristianas, el úni-co camino eficaz a seguir: «Frentea la estrategia del odio, la estrategiadel amor».

«YLa estrategia del amor

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«M

CRITERIOS 1-IV-2004 ΩΩ9 AA

En el Huerto de los Olivos

Vio [Jesús] los escándalos de to-dos los siglos hasta nuestro

tiempo y hasta el fin del mundo,todas las formas del error, del fa-natismo furioso y de la malicia; to-dos los apóstatas, los herejes, losreformadores con la apariencia desantos; los corruptores y los co-rrompidos lo ultrajaban (...), co-mo si a sus ojos no hubiera sidobien crucificado. (...) Muchos, aloír su nombre, alzaban los hom-bros y meneaban la cabeza en se-ñal de desprecio; evitaban la ma-no que les tendía, y se volvían alabismo donde estaban sumergi-dos.

Vio una infinidad de otros queno se atrevían a dejarlo abierta-mente, pero que se alejaban condisgusto de las llagas de su Igle-sia, como el levita se alejó del po-bre asesinado por los ladrones. Sealejaban de su esposa herida, co-mo hijos cobardes y sin fe aban-donan a su madre cuando llega lanoche, cuando vienen los ladro-nes, a los cuales la negligencia o lamalicia ha abierto la puerta. El Sal-vador vio con amargo dolor todala ingratitud, toda la corrupciónde los cristianos de todos los tiem-pos; juntaba las manos, caía co-mo abrumado sobre sus rodillas,y su voluntad humana libraba uncombate tan terrible contra la re-pugnancia de sufrir tanto por unaraza tan ingrata, que el sudor desangre caía de su cuerpo a gotassobre el suelo.

En medio de su abandono, mi-raba alrededor como para hallarsocorro, y parecía tomar el cielo,la tierra y los astros del firmamen-to por testigos de sus padecimien-tos. Como elevaba la voz, los tresApóstoles se despertaron, escu-charon y quisieron ir hacia Él; pe-ro Pedro detuvo a los otros dos, ydijo: «Estad quietos: yo voy a Él».Lo vi correr y entrar en la gruta,exclamando: «Maestro, ¿qué te-néis?» Y se quedó temblando a lavista de Jesús ensangrentado y ate-rrorizado. Jesús no le respondió.Pedro se volvió a los otros, y lesdijo que el Señor no le había res-pondido, y que no hacía más quegemir y suspirar. Su tristeza se au-mentó, cubriéronse la cabeza, ylloraron orando. Muchas veces leoí gritar: «Padre mío, ¿es posibleque he de sufrir por esos ingratos?¡Oh, Padre mío! ¡Si este cáliz no sepuede alejar de mí, que vuestravoluntad se haga y no la mía!»

Anna Katharina Emmerichde Amarga Pasión

de Nuestro Señor Jesucristo(ed. Sol de Fátima)

Misericordiaentirá para confundirnos –dice del de-monio el veterano padre Merrin, en lanovela El Exorcista, de W. PeterBlatty, al joven Karras–, pero tambiénmezclará mentiras con verdades paraatacarnos. La ofensiva es psicológi-ca, Damien. Y poderosa. No escuche.Recuerde esto: no escuche».

Hace dos semanas ya recogíamosestas palabras en las páginas centra-les de nuestro número, tras los tres dí-as clave, del 11 al 14 de marzo pasado:forman parte del texto elegido para re-flexionar ante las imágenes terriblesde los atentados de Madrid. Estamos,sin duda, como decíamos entonces,frente al Maligno. Pero, junto al te-rror, se introdujo, y se sigue introdu-ciendo, el oscuro y destructivo poderde la mentira. Pretender ignorarlo noes ya ingenuidad, sino el más mortí-fero de los errores. Esclavitud lo llamaJesús. Sólo la Verdad es más fuerte, ysólo Ella puede hacernos libres.

«Si os mantenéis en mi Palabra, se-réis verdaderamente mis discípulos,y conoceréis la verdad y la verdad oshará libres»: así decía Jesús –segúnnos relata el evangelio de San Juan– «alos judíos que habían creído en Él».Ante tal desafío, sin embargo, estoscreyentes pusieron en evidencia lo su-perficial de su fe: «Nosotros somosdescendencia de Abraham y nuncahemos sido esclavos de nadie. ¿Có-mo dices tú: Os haréis libres?» Y, deldesafío, Jesús pasa a desenmascararesa apariencia de fe: «Ya sé que soisdescendencia de Abraham; pero tra-táis de matarme, porque mi Palabrano prende en vosotros. Yo hablo loque he visto donde mi Padre; y voso-tros hacéis lo que habéis oído dondevuestro padre». A lo que ellos respon-den: «Nuestro padre es Abraham». Je-sús les dice: «Si sois hijos de Abra-ham, haced las obras de Abraham. Pe-ro tratáis de matarme, a mí que os hedicho la verdad que oí de Dios. Esono lo hizo Abraham». Jesús no duda,precisamente porque quiere de verasque sus interlocutores sean libres, enllegar hasta el fondo: «Vosotros soishijos del diablo y queréis cumplir losdeseos de vuestro padre. Éste era ho-micida desde el principio, y no semantuvo en la verdad, porque no hayverdad en él; cuando dice la mentira,dice lo que le sale de dentro, porque esmentiroso y padre de la mentira». Eldesenlace de la conversación ya pre-ludiaba la cercana Pasión: «Tomaronpiedras para tirárselas; pero Jesús seocultó y salió del templo».

«Por el Calvario de Atocha, del Po-zo del Tío Raimundo y de Santa Eu-genia pasó el Maligno con el poderque le es propio…» Así de claro lo hadicho el cardenal arzobispo de Ma-drid en su alocución de esta semana, aligual que su afirmación siguiente: «Pe-ro, al final, y, dejando unas huellasimborrables de bien y de bondad que

llevan a la vida eterna y bienaventu-rada, ha pasado Jesús, Jesucristo, elHijo de Dios vivo». No podemos ig-norar que vivimos en un campo de ba-talla donde el mal trata de destruir to-do bien y se alza frente a él, orgullosoy desafiante… Pero, ciertamente, notiene la última palabra. El Bien es máspoderoso. No debemos olvidar, sinembargo, que su poder sobre el Ma-ligno pasa por la luz que lo desen-mascara, y por la cruz que lo vence.No estamos, pues, exentos de usar larazón que halla su plenitud en el ejer-cicio de la fe, y de abrazar el dolor queredime. En los últimos días, de batallaabierta, sin duda, no deja el Malignode mostrar su rostro más oscuro, en-vuelto en el terror y, más sutil y peli-grosamente, en la mentira. Los frentesestán por todas partes. Basta un botónde muestra, desde luego bien signifi-cativo: el sarcasmo de invocar a la de-mocracia y al consenso para anunciara renglón seguido la supresión de laenseñanza a niños y adolescentes deaquello que reclaman más del setentay cinco por ciento de los padres.

No es hora de lamentarse, sino jus-tamente de actuar. Mejor dicho: dedejar que el Único Bien actúe en no-sotros, para ser, precisamente, real-mente libres. La seducción del Ma-ligno hace creerse libres a los que,apartándose de la Luz, se empecinan

en caminar inexorablemente a la per-dición. Son los hijos de la mentira,más exactamente: del Maligno, quese ensaña de un modo sangriento, has-ta el paroxismo, acribillando a golpesy torturas al mismo Hijo de Dios he-cho carne, ayer en Jerusalén y hoy enMadrid y a lo largo y ancho del mun-do. Pero Él toma, en su Libertad su-prema, toda esa Sangre y redime dela esclavitud del Maligno, y de su másamargo fruto, la muerte, a la enteraHumanidad. Su nombre es Miseri-cordia –bien expresiva se nos muestraen el Ecce Homo, de Pablo Pombo,que ilustra esta página, y de modoasombroso en la película de Gibsonque, a partir de mañana, estará en laspantallas españolas–. «En la luchacósmica entre las fuerzas espiritualesdel bien y las del mal –nos ha recor-dado con su palabra, ¡y con su vidaentera!, el Papa Juan Pablo II–, lossufrimientos humanos, unidos al su-frimiento redentor de Cristo, consti-tuyen un particular apoyo a las fuerzasdel bien, abriendo el camino a la vic-toria de estas fuerzas salvíficas». Es loque nos disponemos a compartir conÉl, en las celebraciones de la SemanaSanta, estos próximos días, y hasta elfin de nuestra vida, «porque su ternu-ra y su misericordia son eternas»,¡porque ha resucitado y sigue vivo ensu Iglesia!

Ecce Homo. Pablo Pombo

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CARTASΩΩ10

1-IV-2004AA

Agonía en el Gólgota

No soy nadie importante; soy viuda, ignorante y sencilla,pero escucho y vibro ante el sentir de las gentes. Vivo in-

tensamente el proceso purificador, por llamarlo de algunamanera, de Su Santidad Juan Pablo II:

Ha sufrido con paz y paciencia las terribles persecu-ciones dirigidas por los nazis a judíos, entre los cuales seencontraban amigos suyos de la infancia y juventud. Fueprotagonista en todos los intentos iniciados por la pazdel mundo y ha intervenido directamente en la caída demuros, así como en tender puentes para unir a los hom-bres. Publica hermosas encíclicas, para ser luz en me-dio de tinieblas, y es viajero incansable por todo el mun-do en visita pastoral, enseñando y preparando a sus her-manos, con pasión y esperanza.

Con todo lo expuesto, lo que más me cautiva es suamor a la cruz. Allí está, en el Gólgota, crucificado comoel mismo Jesucristo, y, como dice Isaías, «no tenía apa-riencia ni presencia, y no tenía aspecto que pudiéramosestimar, como a uno a quien se oculta el rostro». Allí per-manece subido en la cruz; se niega a bajar de ella, exponela grandeza del dolor, de la enfermedad, de la debilidadhumana, esa que san Francisco de Asís llama: «Gracia deDios ofrecida con generosidad».

Los jóvenes sensibles a esa donación total de su per-sona lo captan perfectamente, y por eso ante su presen-cia cantan y lloran de alegría, pues nada ni nadie lesemociona tanto que les haga ver la misericordia y el

amor de Dios para cada hombre que sufre al pie de lacruz. Me gustaría terminar con las palabras del Salmo:«Haz que sienta tu amor a la mañana, porque confío enTi. Hazme saber el camino a seguir, porque hacia Ti le-vanto mi alma».

Maña Corbacho TejónMadrid

Los Serrano

Mal se puede construir el futuro si no comenzamos porrespetarnos unos a otros, y respetar las creencias de

los demás, también las religiosas. El pasado jueves 18 de marzo, la cadena de televi-

sión Tele 5, en su serie familiar Los Serrano, cometió unacto que demuestra actitudes que las palabras no puedentapar. Considero intolerable el trato que, en dicha serie,se hizo de los sacramentos, en este caso los de la Euca-ristía y la Reconciliación: se trató lo más sagrado como ob-jeto de burla. Revela la falta de sentido de quienes lasidearon. Todo ello aderezado con la figura de un curacaricaturizado hasta extremos mezquinos.

Pensé que el famoso axioma de que mi libertad terminadonde comienza la del otro era asumido por quienes tie-nen responsabilidades en los medios de comunicación,pero se ve que algunos lo aprendieron mal y lo olvidaronpronto..., a la hora de practicarlo, aunque no a la de exi-girlo a los demás.

Lino Emilio Díez ValladaresMadrid

Día del Seminario

Quiero aprovechar el Día del Seminario para agradecera los sacerdotes, públicamente, su labor. Son miles los

que, de forma anónima, generosa y desinteresada, se dan así mismos. El sacerdote ha sido, desde la Iglesia primitiva has-

ta nuestrosdías, unapieza claveen la forma-ción de jó-venes y ni-ños. Hayuna grancantidadde santos,sacerdotes,que dedi-caron susvidas alcuidado yformaciónde jóvenesmarginales,de enfer-mos conta-

giosos, de presos, etc., cuando la sociedad los despre-ciaba y manipulaba. Incluso en situaciones extremas deguerras, cuántos ejemplos hay de sacerdotes que hanofrecido sus vidas para salvar a otros.

El hecho de que algún sacerdote haya cometidodelitos, no debe convertirlos a todos, y automáticamen-te, en sospechosos. Eso sería elevar la excepción a la ca-tegoría de regla, lo cual siempre es injusto y peligroso.

Los católicos debemos enseñarles a nuestros hijos quehan entregado su vida entera al servicio exclusivo deDios, a través del servicio a nosotros.

Concha Casas Martínez-Almeida Madrid

Dolor universal

Una vez pasado el momento emocional de la barbariede los atentados de Madrid, es momento de reflexio-

nar sobre la universalidad del dolor, en especial el que sederiva de la guerra: máxima negación de la caridad.

Ya Jesucristo nos dejó dicho: «Guarda tu espada,que quién saca la espada a espada morirá». ¿Cómo norecordar en nuestro dolor el de otro pueblo por los mi-les de muertos bajo las bombas en Bagdad, y la an-gustia de los ciudadanos sobre los que se dejaron caermás de 3.000 bombas en dos días, privándoles de elec-tricidad, radio y cualquier medio de comunicación?¿Cuál no sería la angustia de esas gentes, que son en elalma y en el derecho igual a los occidentales? Si muchosmás nos hubiéramos situado con mayor decisión al la-do de Cristo y del Papa al condenar la guerra, hoy qui-zá tendríamos que rezar por muchos menos muertos deaquí y de allá.

Jorge Botella Madrid

Las cartas dirigidas a esta sección deberán ir firmadas y con DNI, y tener una extensión máxima de 20 líneas. Alfa y Omega se reserva el derecho de resumir su contenido

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Claudio Magris, en una entrevista deJosé Grau, publicada el pasado do-mingo en el diario ABC, a la pregun-

ta sobre si, «en la sociedad actual, pareceque hay mucha gente que huye de la reali-dad», contesta: «No sé si comparto esa opi-nión. Creo que no. Conozco muchas capassociales, no sólo el medio universitario, yveo, por ejemplo, a tanta gente que intentaencontrar un trabajo. Claro que hay fenó-menos tontos, como esos programas de te-levisión, que son mucho peores que los quehabía hace veinte años. Pero por lo que se re-fiere a la gente, no tengo la impresión de laque usted me habla. Políticamente, social-mente, es diferente. Tenemos una sociedadde chicle. Y los apuros en los que se en-cuentran los partidos clásicos. Se trata delhecho, por ejemplo, de que la izquierda seala representante de una nostalgia aristocráticade los viejos valores».

Le Figaro

En el diario francés Le Figaro, JeanD´Ormesson publicó recientemente un ar-tículo titulado La cuarta guerra mundial,en el que se lee: «En Francia, la elecciónpresidencial de abril de 2002 constituyó unasorpresa. Por razones muy diferentes y aúnmás dramáticas, las elecciones legislativas demarzo de 2004 en España han constituidotambién una sorpresa. Hasta el punto de que,en ambos casos, han sembrado confusiónen los espíritus.

Que el integrismo haya operado por símismo o que haya encontrado in situ apo-yos imprevistos, la responsabilidad de Al-Quaeda está implicada en el atentado del11-M en Madrid tan claramente como en elatentado del 11-S en Nueva York. Por ha-ber dudado en el diagnóstico, el Partido Po-

pular de José María Aznar, que no carece decircunstancias atenuantes, ha sido sancio-nado con dureza. Técnicamente en primerlugar, políticamente después, el grupo inte-grista ha dado por dos veces pruebas de sugran habilidad. Ya no tiene sentido hablarde terrorismo ciego. Por ende, la cuarta gue-rra mundial alcanza su plena dimensión.¿Qué ha pasado en Madrid? Los doscientosmuertos y mil quinientos heridos no sólohan sembrado el pánico en España y en todaEuropa, sino que, además, han derrocado unGobierno. En ese sentido, la victoria de losterroristas es total. La España de Aznar re-presentaba, junto con la Inglaterra de Blair,el apoyo más firme de la América de Bush enEuropa. Está claro que los derrotados sonBush y Aznar. La sangre derramada en Ma-drid abre una brecha en el frente de las de-mocracias unidas contra el terrorismo.

Ya no es tiempo de lamentar los errorescometidos. La política de Bush en Iraq noha conseguido una aprobación unánime ni enAmérica ni en Europa. Podemos, por el con-trario, sostener que la política francesa, re-presentada por el Presidente Chirac y el mi-nistro de Asuntos Exteriores Dominique deVillepin, era más lúcida que la del Presi-dente Bush, que ha contribuido a aislar Amé-rica. ¿Es sensato pensar que la posición ele-gida por Francia la protege de las amenazasterroristas? La respuesta es negativa. La pos-tura francesa en la cuestión del velo islámi-co la sitúa en la vanguardia de las futurasvíctimas potenciales del terrorismo. Una al-ta personalidad británica ha declarado que elproblema no reside en saber si Inglaterra se-rá atacada a su vez, sino en saber cuándo se-rá atacada. Pasa lo mismo con Francia.

Ciertos terrorismos anexos, menos peli-grosos que el terrorismo islámico integrista,pero igualmente temibles, pueden venir en

ayuda de aquél; me refiero, por ejemplo, alterrorismo de ETA en España, al de AZF enFrancia. Hay toda una nebulosa terroristaen ebullición a lo largo y ancho del mundo.Pero el terrorismo integrista los supera yquizás los federa. Lo que ha provocado lacaída de Aznar es el terrorismo del 11-S. Suúnico error ha sido no proclamarlo inme-diatamente con fuerza. La paradoja resideen que el terrorismo que ha causado la caídade Aznar, fiel aliado de Bush en Europa, esprecisamente el terrorismo contra el cual laAmérica de Bush está abiertamente en gue-rra. Obsesionado por el terrorismo vasco,contra el cual no ha cesado de luchar, ha de-jado la ventaja de semejante proclamación asus adversarios socialistas, que se habíanopuesto a la intervención de Bush en Iraq. Ytanto Iraq como la ETA nos han despistado.

Rebasando el caso francés, en Europa hallegado el momento de abandonar querellassubalternas entre socialistas y liberales, iz-quierda y derecha, partidarios y adversariosde Bush; también, dentro de la izquierda o dela derecha, entre grupos de distinta sensibi-lidad... Una formidable amenaza pesa sobreEuropa, como sobre América. Es difícil lu-char contra un terrorismo que siembra el pá-nico atacándonos físicamente. En cualquiercaso, no nos dejemos atacar mentalmente.La unanimidad, no sólo nacional sino tam-bién internacional, debe hacerse contra elterrorismo y el odio que nos atacan a todossin discriminación.

Se impone una movilización. Resultaninsoportables declaraciones como las quehan sido difundidas, recientemente, en la ra-dio y la prensa a propósito de AZF: unosirresponsables se quejan del secreto en quese operó la indagación. Frente a las formi-dables amenazas que pesan sobre nuestrascabezas, y que pueden revestir mañana mis-mo la forma de un arma de destrucción ma-siva –una de esas armas, precisamente, quehasta ahora no se han encontrado en Iraq–,hay que aceptar una necesaria disciplina. Elmayor peligro conocido desde la lucha con-tra las dictaduras totalitarias planea sobrenosotros. Necesitamos ser clarividentes y,sobre todo, valientes. Necesitamos una so-lidaridad democrática e internacional. Ne-cesitamos una unanimidad de la cual las ma-nifestaciones madrileñas han constituido unejemplo, y sin la cual todos estamos perdi-dos».

ABC

César Alonso de los Ríos pronostica, enABC del pasado martes, que «vienen tiemposdifíciles». Escribe: «No ha comenzado a go-bernar Zapatero y ya estamos con barra libredesde el punto de vista de la moral y bue-nas costumbres, aborto a voluntad, eleva-ción a matrimonio de las parejas de homo-sexuales, desregulación de la investigacióngenética, guerra a la enseñanza de la Reli-gión... Del patrimonio de la izquierda tansólo queda el ideal hedonista. ¿Puede habermejor revolución? Estamos en las vísperasde unos nuevos tiempos. Atrás queda la se-riedad hosca y doctrinal del PP. También latragedia. Por delante, un Presidente simpá-tico, un partido simpático y cada uno en susimpática singularidad».

José Francisco [email protected]

VER, OÍR Y CONTARLO 1-IV-2004 ΩΩ11 AA

Una simpáticasociedad de chicle

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AQUÍ Y AHORAΩΩ12

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Algunas organizaciones del sector edu-cativo –sindicatos y federaciones depadres– han manifestado su oposi-

ción a la normativa desarrollada por la Leyde Calidad en relación a la asignatura lla-mada Hecho religioso.

Son llamativos y preocupantes sus razo-namientos de fondo, porque denotan –en miopinión– un recalcitrante anclaje en postu-lados más dogmáticos que los que les acha-can a la propia enseñanza religiosa. Dicen,por ejemplo, que les parece intolerable quehaya quienes quieran recibir enseñanza re-ligiosa en la escuela. Olvidan que –afortu-nadamente– nuestra Constitución, en su ar-tículo 27.3, dice expresamente: «Los pode-res públicos garantizan el derecho que asis-te a los padres para que sus hijos reciban laformación religiosa y moral que está deacuerdo con sus propias convicciones».Nuestros constituyentes entendieron que elhecho religioso –la educación religiosa ymoral– es parte importante de la enseñanzaescolar, y no algo reducido al ámbito priva-do de la práctica religiosa.

Así lo entienden también los países denuestro entorno. La mayor parte de los paí-ses europeos incluyen la enseñanza de laReligión en la escuela, con soluciones dis-tintas, respetuosas de la libertad personal delos alumnos y de las responsabilidades delas jerarquías correspondientes. Pero, sobretodo, se impone la convicción de que el he-cho religioso tiene que formar parte del plande estudios, para que los alumnos puedanentender mejor la Historia, comprender tan-tas manifestaciones artísticas y culturalesvinculadas a las grandes religiones y anali-zar su influjo en la vida social.

Una pretensión excluyente

Los que abogan por una concepción ex-clusivamente privada de la religión confun-den, entre otras cosas, la distinción entre lopúblico y lo estatal. No entienden que lo pú-blico no se agota en lo estatal. Todo lo esta-tal es público, pero no todo lo público es es-tatal. Negar esta distinción equivaldría, entreotras cosas, a negar la distinción entre Esta-

do y sociedad. En el ámbito o esfera de lopúblico, están legítimamente presentes rea-lidades e instituciones que no son estatales.

Sacar la religión de la esfera de lo esta-tal puede ser una exigencia de la laicidadpropia del Estado. Pero reducir la religión alámbito de lo absolutamente privado sería,en cambio, una pretensión de un laicismo nisiquiera indiferente, sino excluyente.

Otra de las reivindicaciones que plante-an se refiere a la necesidad –dicen– de unlaicismo en la escuela que sea garante de laigualdad y la libertad. A este respecto, esmuy interesante lo que dice el Informe De-bray, elaborado por este intelectual francés,que enseña en la Sorbona y que se hizo fa-moso por acompañar al Ché Guevara en susguerrillas americanas. Debray está conven-cido de que se puede y se debe pasar hoy deuna laicidad de indiferencia a una laicidad deinteligencia. Según su Informe, el Estadolaico francés ha venido permaneciendo almargen de la construcción de lo religioso,tarea exclusiva de los creyentes y de las Igle-sias. Pero no puede ser ya indiferente, porquele corresponde procurar que se comprenda elhecho religioso, como elemento cultural ehistórico insoslayable, y también como ins-trumento de convivencia en una sociedadmulticultural, en la que no falta el bullir denuevas seudocreencias. La escuela debe es-tar en condiciones de situar las grandes re-ligiones en la aventura irreversible de lascivilizaciones.

Estamos, pues, ante el interesante deba-te de qué debe entenderse por laicismo yneutralidad. El laicismo, como aconfesio-nalidad del Estado, no implica una actitudnegativa o de rechazo ante la manifestaciónpública del hecho religioso, como valor quees lógico que esté presente en el ordena-miento constitucional. Así lo entienden ca-da vez más los constitucionalistas, con unsentido positivo e inteligente del laicismo.

Laicismo no tiene por qué suponer unaposición particular, negativa, ante la reli-gión, ni debería, sin grave error, identifi-carse con la posición general de neutralidaddel Estado respecto de las diversas opcio-nes particulares ante lo religioso. Las ma-nifestaciones sociales y, por lo mismo, pú-blicas del hecho religioso son perfecta-mente compatibles con la laicidad, neutra-lidad religiosa o aconfesionalidad delEstado, rectamente entendidas, y tienen laplena legitimidad que positivamente les re-conoce el artículo 16 de nuestra Constitu-ción.

Neutralidad no significa laicidad hostil.

Rafael Caamaño Aramburu

El derecho a recibir educación de acuerdo a las propias convicciones, que recoge la Constitución española

Laicidad en las aulas El hecho religioso debe formar parte de la educación de nuestros estudiantes. La negación de esta realidad del hombre

cercenaría una parte fundamental de la educación; la Religión en las aulas es una asignatura que se complementa con muchas otras como Historia, o Arte, donde numerosos temas no se pueden explicar ni entender sin un profundo

conocimiento de nuestras raíces cristianas. Lo explica más a fondo don Rafael Caamaño Aramburu, Secretario General de la Federación andaluza de Centros de Enseñanza Privada

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AQUÍ Y AHORA 1-IV-2004 ΩΩ13 AA

Monseñor Antonio Montero fue dis-tinguido como Doctor en Comuni-cación, en un acto celebrado el pa-

sado 25 de marzo en el Aula Magna de laUniversidad Pontificia de Salamanca. A es-ta disciplina ha dedicado gran parte de suvida, propulsando la Facultad de Comuni-cación de la Universidad Pontificia de Sa-lamanca, como cronista del Concilio Vati-cano II o creador de la editorial PPC. Du-rante años, monseñor Montero ha sido Pre-sidente de la Comisión episcopal de Mediosde comunicación social, y, por dos mandatosquinquenales, miembro del Consejo Ponti-ficio para las Comunicaciones Sociales. Du-rante doce años ha sido miembro activo delComité episcopal europeo para las Comu-nicaciones sociales.

En su lección magistral, titulada Elogio dela Palabra, el arzobispo de Mérida-Bada-joz hizo un repaso al proceso evolutivo de lapalabra, desde los primeros fonemas hastalas sucesivas revoluciones de comunicaciónen la Historia, y de la necesidad de estable-cer lazos entre los medios de comunicacióny la Iglesia:

«Desde su propia identidad y su auto-comprensión, la Iglesia es esencialmente unmedio de comunicación social instituído porCristo para la difusión de su Evangelio enel mundo, hasta que Él vuelva.

En las dos últimas centurias no sólo hasobrevivido la Iglesia, sino que la prensacatólica ha desplegado un intenso historialen los países latinos y los anglosajones; pe-ro no es menos cierto que, desde entonces ycon intensidad variable, ha anidado con fuer-za en los vastos dominios del periodismo yen determinadas esferas eclesiásticas un ta-lante de sospecha recíproca. Se nos ve comoobscurantistas y recelosos de la libertad; losconsideramos anticlericales y tergiversado-res de la verdad. Empiezo por preguntar-me: ¿qué vasos comunicantes han de fluirentre esos dos universos de la palabra, Igle-sia y Mass-media, que cohabitan incómo-damente en una misma sociedad? ¿Quépuentes puede tender una universidad cris-tiana y confesante, formadora y forjadorade ministros de la fe y artesanos de la co-municación? A la hora de recorrer el tramoque le corresponde en la ruta del acerca-

miento, la Iglesia de España no parte de ce-ro ni se considera forastera en el lugar. Milrevistas católicas, una cadena nacional deradio, programas significativos en la radio-televisión pública, y proyectos en curso deuna red de televisiones locales, son muchomás que un botón de muestra. Y hablandodesde casa, ocho Facultades universitariasde Estudios de la Comunicación, con defi-nición eclesial estatutaria, avalan una pre-sencia acreditada de la Iglesia en el pensa-miento, la docencia y la investigación delramo.

En nuestra cara oculta de la luna está laausencia clamorosa en la gran prensa diariay semanal de vasta circulación, sin órganospropios y con parva o sesgada presencia enlos ajenos. En los medios escritos y audio-visuales que configuran la opinión públicadel país, salvo en ocasiones muy señaladascomo la visita del Papa, el hecho religioso, lavida de la Iglesia y los criterios morales delhumanismo cristiano, o brillan por su au-sencia o apenas si salen en la foto. Háblaseen tono acusatorio, muchas veces con in-justicia, de una Iglesia afónica. Abordando elasunto con amor, percibo algo así como dosasignaturas pendientes, si no para el sus-penso, sí que con baja puntuación: nuestraescasa conciencia operativa ante la nuevaera mediática y el montaje rudimentario dela información institucional.

Para la primera, urge superar en la Iglesia,por muy motivada que esté, la mentalidaddefensiva, victimista, de repliegue o de acu-sación, de cara al mundo periodístico en suacepción más común. Empezar por un re-conocimiento lúcido, pero no acrítico, de lasociedad de la información, contemplándo-la, sin reservas teológicas ni culturales, co-mo un don de Dios para el progreso integraldel hombre y una plataforma fabulosamen-te nueva y privilegiada para el anuncio delEvangelio. Es más, incardinando la pasto-ral mediática, en lo axiológico y en lo ope-rativo, a su Ministerio de la Palabra, con ran-go y fuero propio entre la catequesis, la pre-dicación homilética, el anuncio misioneroy la formación permanente e integral de loscreyentes. La Iglesia –dice la Evangelii nun-tiandi– se sentiría culpable ante Dios si noempleara esos poderosos medios, que la in-teligencia humana perfecciona cada vezmás. Servicios de acogida amable a quiense interesa o pregunta, de fluidez en el tratocon los periodistas y asimilados, de ampliodespliegue en las relaciones públicas y, sobretodo ello, una sincera transparencia, no re-ñida con la discreción y reserva obligato-rias, de nuestras personas e instituciones.Debemos informar a la información. Políti-ca de ventanas abiertas. Si no salimos en lafoto, no existimos».

A. Llamas Palacios

Monseñor Antonio Montero, Doctor Honoris Causa por la Pontificia de Salamanca

Ausencia clamorosa en la gran prensa diaria

Monseñor Antonio Montero, arzobispo de Mérida-Badajoz, ha sido investidoDoctor Honoris Causa por la Universidad Pontificia de Salamanca. El acto secelebró el pasado 25 de marzo, en el Aula Magna de la Universidad, y contó conla presencia de numerosas personalidades del mundo de la cultura, la política y laIglesia, como el Gran Canciller de la Universidad Pontificia, y obispo de Bilbao,monseñor Ricardo Blázquez, quien presidió el acto, además del Rector, donMarceliano Arranz, el Presidente de la Junta de Extremadura, don Juan CarlosRodríguez Ibarra, el Consejero de Educación de la Junta de Castilla y León, donFrancisco Javier Álvarez Guisasola, el Secretario General del Consejo deUniversidades, don José Tomás Raga, y numerosos obispos

Un momentodel acto

de investidura

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IGLESIA EN MADRIDΩΩ12

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Celebraciones presididas por el obispo diocesano Vía Crucis: Plaza de Oriente, MiércolesSanto, 7 de abril, a las 19:30 horas.

«Os invito especialmente a toda la comunidad diocesa-na, sacerdotes, religiosos y laicos, a los movimientos yasociaciones eclesiales, a las cofradías y hermandades,a participar en este acto de profunda piedad. Acudidtodos, de forma que ofrezcamos el testimonio públicode la fe en Cristo Salvador y confesemos que en elcamino hacia la cruz alienta ya la gloria de la resurrec-ción y de la vida» (cardenal Antonio Mª Rouco)

Catedral de La Almudena

Domingo de Ramos (XIX Jornada Mun-dial de la Juventud): 11:30 h. Bendición depalmas y ramos en el monasterio de la En-carnación; desde allí se dirigirá la proce-sión por la Plaza de Oriente hasta la cate-dral de La Almudena. 12h. Celebración eu-carística.

Martes Santo: 12 h. Misa Crismal.Jueves Santo: 12 h. Celebración comu-

nitaria de la Penitencia, con confesión y ab-solución individual. 18 h. Misa de la Cenadel Señor (la catedral permanecerá abiertahasta medianoche para la adoración al San-tísimo Sacramento).

Viernes Santo: 17 h. Pasión y Muerte delSeñor.

Sábado Santo: 23 h. Vigilia Pascual, conBautismo, Confirmación y Primera Euca-ristía de Adultos.

Domingo de Resurrección: 12 h. Misa dePascua de Resurrección. Bendición Papal.

Diócesis de Getafe

Basílica del Cerro de los Ángeles. Pre-side monseñor Joaquín María López de An-dújar, Administrador Diocesano:

Domingo de Ramos: 11:45 h. Bendiciónde palmas, procesión y Eucaristía.

Martes Santo: 17 h. Misa Crismal.Jueves Santo: 18 h. Misa de la Cena del

Señor. 24 h. Hora Santa.Viernes Santo: 12 h. Vía Crucis. 17 h.

Pasión y Muerte del Señor.Sábado Santo: 23 h. Vigilia Pascual.Domingo de Resurrección: 13 h. Misa de

Pascua.

Catedral de Alcalá de Henares

Sábado de Pasión: 19 h. Solemne Misade inicio de la Semana Santa.

Domingo de Ramos: 11 h. Bendición deramos en el palacio arzobispal; procesión ala catedral; y Eucaristía.

Martes Santo: 19 h. Misa de las SantasEspinas (reliquias conservadas en la cate-dral). 23 h. Vía Crucis.

Miércoles Santo: 12 h. Misa Crismal.Jueves Santo: 10.30 h. Liturgia de las

Horas. 19 h. Misa de la Cena del Señor.Viernes Santo: 10.30 h. Liturgia de las

Horas. 18 h. Pasión y Muerte del Señor.Sábado Santo: 10.30 h. Liturgia de las

Horas. 23 h. Vigilia Pascual.Domingo de Resurección: 12.30 h. Mi-

sa de Pascua.

Otros oficios litúrgicos en Madrid

Catedral de las Fuerzas Armadas(Calle Sacramento, 11)

Domingo de Ramos: 12 h. Bendición depalmas, procesión y Eucaristía.

Martes: 19:30 h. Misa Crismal. Jueves Santo: 18 h. Misa de la Cena del

Señor. 22 h. Hora Santa. Viernes Santo: 12 h.Vía Crucis. 17 h.

Pasión y Muerte del Señor. Domingo de Resurrección: 12:30 h. Mi-

sa de Pascua.

Monasterio de El Escorial

Domingo de Ramos: 12:45 h. Jueves San-to: 19 h. Viernes Santo: 18 h. Vigilia Pas-cual: 23 h. Misa de Pascua: 13 h.

Valle de los Caídos

Domingo de Ramos: 11 h. Jueves Santo:17 h. Viernes Santo: 17 h. Vigilia Pascual:22:30 h.

Oblatas de Cristo Sacerdote(gregoriano) (calle General Aranaz, 22)

Domingo de Ramos: 10,30 h. Jueves San-to: 19 h. Viernes Santo: 15:30 h. Vigiliapascual: 22 h. Misa de Pascua: 10:30 h.

Semana Santa 2004 en Madrid

La Cruz y la ResurrecciónPrincipales actos litúrgicos de la Semana Santa en las tres diócesis madrileñas

Durante la Semana Santa, la Iglesia celebra los misterios de la salvación actuados por Cristo en los úl-timos días de su vida, comenzando por su entrada mesiánica en Jerusalén, que se conmemora elDomingo de Ramos. El Jueves, a partir de la misa vespertina, en la Cena del Señor, comienza el Tri-

duo sacro, que continúa durante el Viernes y el Sábado Santo, y tiene su centro en la Vigilia Pascual, con-cluyendo con las Vísperas del Domingo de Resurrección. Este período de tiempo se denomina justamenteTriduo pascual, porque con su celebración se hace presente y se realiza el misteri de la Pascua, es decir, eltránsito del Señor de este mundo al Padre. En esta celebración del Misterio, por medio de los signos litúr-gicos y sacramentales, la Iglesia se une en íntima comunión con Cristo, su Esposo.

Portada del libro-programa de la Semana Santa en Madrid. Se distri-buye en la catedral y en las principales parroquias de la capital, asícomo en el aeropuerto de Barajas, en la estación Sur de autobuses yen las estaciones de Renfe. También se puede acceder a este folletoen la página web del Arzobispado de Madrid: www.archimadrid.es

Entrada de Jesús en Jerusalén.Miniatura del Salterio de santa Isabel(siglo XII-XIII).Museo arqueológicode Friuli

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IGLESIA EN MADRID 1-IV-2004 ΩΩ13 AA

El itinerario de laCuaresma llega asu fin en ésta su

quinta semana queconcluye con el próxi-mo Domingo de Ramos.Itinerario para la penitenciapor nuestros pecados y para laconversión. La oración, el ayuno y lalimosna lo han acompañado con mayor omenor cuota de compromiso personal en lavida y acción pastoral de la Iglesia y en me-dio de nuestro diario quehacer. Superar lafuerza del Maligno, de las apuestas y tenta-ciones del mundo, la propia proclividad alpecado y a su poder seductor constituyeron,como siempre que la comunidad eclesial seencamina a la celebración de la Pascua desu Señor crucificado y resucitado por nues-tra salvación, el objetivo primordial del tiem-po cuaresmal. ¡Está en juego nuestra salva-ción y la del mundo y, por ello, no podemospermitirnos la ligereza o la culpable desidiade despreciar o ignorar la gracia que, de nue-vo, se nos ofrece desde la Cruz del Redentor!Los acontecimientos de la vida –los de lapropia y los que afectan a nuestros herma-nos: a nuestra ciudad, a nuestra patria, a laHumanidad entera– nos apremian a recono-cer, con la elocuencia inexorable de los sig-nos de los tiempos, cuál es el camino parallegar a la conversión y que no es otro que elmarcado por el Calvario, la Cruz y el Amormisericordioso.

El terrible atentado del pasado 11 demarzo, perpetrado alevosamente en el co-razón mismo de nuestra ciudad de Madrid,y la forma como han reaccionado los másdirectos afectados por él y toda la pobla-ción madrileña, nos ha revelado, por unaparte, hasta dónde puede llegar el poderdestructivo del pecado cuando se apoderadel interior del hombre y le corrompe el al-ma y, por otra, cuán fuerte es la fuerza delamor cuando dispone y mueve a las perso-nas para la donación y entrega de lo mejorde sí mismas, hasta el punto del sacrificiode su propia integridad física y de su vida.Por el Calvario de Atocha, del Pozo de TíoRaimundo y de Santa Eugenia pasó el Ma-ligno con el poder que le es propio del odioorgulloso que se levanta contra Dios y suCristo, pero, al final, y, dejando unas hue-llas imborrables de bien y de bondad quellevan a la vida eterna y bienaventurada,ha pasado Jesús, Jesucristo, el Hijo de Diosvivo, hecho hombre por la salvación delhombre, cargado con la Cruz, para presen-tar al Padre la oblación de su Cuerpo y de

suSangre comoofrenda de amor infinita-mente reparador al queAquél responde con el ríoinagotable de la misericordiadivina –del amor misericor-dioso– que llena la faz de latierra venciendo en su raíz elpoder del mal el día gloriosode la Resurrección.

¿Sabemos entender?

¿Sabremos entender y asumirlo que nos reclama la voluntadamorosa de Dios al concluir el iti-nerario cuaresmal, próxima ya laSemana Santa y la solemnidad dela Pascua? No hay tiempo que perderpara el cristiano que se ha situado per-manentemente en el pecado mortal conuna vida de espaldas a la ley y a la gra-cia de Dios, el que prefiere pasar de largoante el Cristo del Calvario negándose a en-trar en el misterio amoroso de la Cruz. Tam-poco lo hay para el cristiano que no se de-cide, de una vez, a tomar la Cruz con Cris-to y ofrecer su vida con Él por tibieza y su-perficial cobardía, el cristiano al que le damiedo avanzar por el camino de la santi-dad, que no es otro que el de la perfecciónde la caridad. De nuevo hay que repetirlo:nos jugamos nuestra salvación y la del mun-do contemporáneo. Juan Pablo II invitaba ala Iglesia, al iniciarse el tercer milenio, avivir un gran y hondo proceso de conver-sión mirando y siguiendo a Cristo, su Se-ñor y Salvador, proponiéndonos el objeti-vo de la santidad como la vocación univer-sal a la que está llamado todo cristiano. Enla Exhortación postsinodal Iglesia en Eu-ropa insistía en la urgencia de tomar el ca-mino derecho de la conversión como el de-cisivo para la suerte de la Europa del sigloXXI. Y, en Cuatro Vientos, recordaba a losjóvenes de España que es imprescindibleatravesar el umbral del alma y adentrarse

en la vida in-terior donde se

ora, se conoce yse contempla a

Cristo como clavepara un futuro personal

pleno de sentido y con-tenido, para el tiempo y la

eternidad –el futuro de lasBienaventuranzas–, y comoinstrumento esencial paratransformarse en artíficesde paz en una hora de laHumanidad, tan atribu-lada y convulsionada

por las amenazas dela guerra y del te-

rrorismo inter-nacional. En suMensaje parala XIX Jor-nada Mun-dial de laJuventudque cele-brare-mos elpró-xi-mo

domingo de Ramos,les insiste de nuevo en que bus-quen a Jesús, que quieran verle,estar y quedarse con Él.

Se trata, en una palabra, para todos no-sotros, de aprender a vivir de aquel mismoamor que movió al Hijo de Dios a entregar-se a la muerte por la salvación del mundocomo una perenne novedad salvadora. ConMaría Santísima, junto a Ella al pie de laCruz como Juan, lo conseguiremos.

+ Antonio Mª Rouco Varela

La voz del cardenal arzobispo

No hay tiempo que perder

Calvario, Cruz, Amor salvador: así titula nuestro cardenal arzobispola exhortación pastoral que, en el pórticode la Semana Santa, escribe y en la que dice:

Crucificado(siglo XIII-XIV).Museocatedralicio diocesano de León

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TESTIMONIOΩΩ14

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Dios todopoderoso y eterno, de infinita misericordia y bondad, con el corazón apesadumbrado, acudimos a Ti.

Escucha nuestra oración, ten misericordia de nuestro pueblo, atiende las súplicas de quienes te invocan en esta hora de tribulación y de prueba. Te pedimos, Dios de la vida, por las víctimas mortales de los brutales atentados de ayer [11 de marzo]. Son hijos tuyos; son hermanos nuestros. Nunca debían haber muerto en estas circunstancias. Padre nuestro, acógelos en tu seno. Atiende nuestra oración, Dios de la salud, por los heridos de esta masacre. Sana sus heridas, fortalece sus corazones, llénalos de tu gracia y de tu paz. Visita, Dios consolador, a los familiares de las víctimas de ayer [11 de marzo]. Son también inocentes. Reviste con tu manto de misericordia y de amor las llagas de su corazón y de su alma ateridos. Te pedimos, Señor de los pueblos y Rey de las naciones, por España y por todos los pueblos que sufren el zarpazo de la violencia y del terrorismo. Príncipe de la Paz, Señor crucificado, Jesucristo resucitado, compadécete de nosotros, intercede por nosotros. Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, Salud de los enfermos, Consoladora de los afligidos, Reina de la Paz y de la familias. Ruega por nosotros. Amén.

Jesucristo, Hijo de Dios omnipotente y eterno,Creador, Rey y Señor de la Historia, Supremo

Legislador, de Quien emana y depende todo po-der: nosotros, hombres y mujeres políticos católi-cos, sobre quienes recae la carga del servicio a la na-ción, imploramos la ayuda de Tu Espíritu para elejercicio de la política como ciencia, arte y virtud,para edificar la justicia social y el bien común.

Danos, Señor, la gracia de testimoniar, comoTomás Moro, la inalienable dignidad de la con-ciencia, sin abandonar la constante fidelidad a laautoridad y a las instituciones, para que sepamosafirmar, con nuestra vida y con nuestra muerte, queel ser humano no se puede separar de Dios, ni lapolítica de la moral. Danos fortaleza para animarcon el espíritu del Evangelio el orden temporal,respetando su naturaleza y su legítima autonomía.

Infunde en nuestros corazones la humildad ne-cesaria para reconocernos siervos inútiles, y el va-lor y la perseverancia necesarios para hacer todocomo si todo dependiera de nosotros, abandonán-donos en Ti, porque todo depende de Ti.

Enséñanos, Señor, a ser congruentes, coherentes

con nuestra vida, para que sepamos promover laverdad moral objetiva e irrenunciable que impli-ca: defender la vida humana y su dignidad, desde laconcepción hasta la muerte natural; tutelar a la fa-milia fundada por un hombre y una mujer, y pro-tegerla en su unidad y estabilidad; reconocer la li-bertad de los padres en la educación de sus hijos;eliminar cualquier forma de esclavitud o discrimi-nación de las personas; impulsar el derecho a la li-bertad religiosa; desarrollar una economía al ser-vicio de la persona en un marco de justicia, soli-daridad y subsidiariedad; y trabajar incansable-mente por la paz, que es siempre obra de la justiciay efecto de la caridad.

Con el Papa Clemente XI, te pedimos, Señor,que nos enseñes a hacer Tu voluntad, queriendotodo aquello que quieres Tú, precisamente porquelo quieres Tú, como Tú lo quieras y durante el tiem-po que Tú lo quieras; que nos des Tu gracia para serobedientes con nuestros superiores, comprensivoscon nuestros colaboradores, solícitos con todas laspersonas y generosos con quienes se dicen nues-tros enemigos; que nos ayudes a superar con aus-

teridad el placer, con generosidad la avaricia, conamabilidad la ira y con fervor la tibieza; que sepa-mos tener prudencia al aconsejar, valor en los pe-ligros, paciencia en las dificultades y sencillez en loséxitos.

Muéstranos, te lo suplicamos, cómo hacer de lapolítica un camino de santidad, para que nunca nosavergoncemos de Ti ante el mundo, para que Tú,Señor, no nos niegues delante del Padre.

Escúchanos, Señor, a fin de que nunca falte tuluz a nuestra mente, tu fuerza a nuestra voluntady el calor de tu caridad a nuestro corazón, para queamemos en verdad a quienes servimos. Infúnde-nos un sentimiento vivo, actual y profundo de loque es el orden social, pensado por Ti, fundado enel derecho natural; y haz que un día, justamentecon aquellos a quienes tuvimos la misión de ser-vir, podamos gozar de Ti bajo la mirada amorosa deTu dulcísima Madre, María Santísima de Guada-lupe, por toda la eternidad.

Así sea.

Arquidiócesis Primada de México

Oración por las víctimas

«Acudimos a Ti»Ésta es la oración que la Conferencia Episcopal Española propone para orar por los muertos, por los heridos, por lasfamilias de las víctimas del atentado terrorista del 11 de marzo en Madrid, y por los pueblos que sufren el terrorismo:

Oración de los políticos

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Ha llegado el momento de descansar en la Pa-sión de Cristo. Comienza la Semana Santa, enla que celebraremos el acontecimiento siem-

pre actual, sacramentalmente presente y eficaz, de la pa-sión, muerte y resurrección del Señor.

El Domingo de Ramos expresa las dos caras cen-trales del misterio pascual: la vida o el triunfo, me-diante la procesión de ramos en honor de Cristo Rey;y la muerte o el fracaso, con la lectura de la Pasión.Se trata de un homenaje a Cristo que entra en Jerusaléncomo Rey de los mártires. La procesión expresa demanera sensible lo que ha sido nuestra peregrinacióncuaresmal: el itinerario con Cristo hacia Jerusalén pa-ra vivir con Él la Pascua. Los ramos nos muestran queJesús va a sufrir, pero como vencedor; va a morir, pe-ro para resucitar. El Domingo de Ramos es, así, inau-guración de la Pascua, o paso de las tinieblas a la luz,de la humillación a la gloria, del pecado a la gracia y dela muerte a la vida.

San Lucas tiene especial interés en situar el desa-rrollo de los acontecimientos de la Pasión bajo el sig-no de la misericordia y del amor. La cruz es, para eltercer evangelista, el sacramento de la misericordia di-vina. El relato lucano de la Pasión es el Evangelio delseguimiento de Jesús: hasta la cruz y hasta la gloria. Lanarración, tras un prólogo en el que se anuncia la cer-

canía de la Pascua y la traición de Judas, une dos ciclosque se iluminan mutuamente: el de la Cena pascual-Eu-caristía y el del Martirio, con la estructura propia delas Actas de los mártires: prendimiento, proceso y eje-cución. La comprensión de la Eucaristía, memorial delcuerpo de Cristo que se entrega y de su sangre derra-mada por todos, transfigura cada humillación, despo-jo y tormento en ofrenda a Dios por los hombres. Lameditación del Martirio da a la Eucaristía una impre-sionante gravedad.

De los cuatro evangelistas, san Lucas presenta laPasión con una perspectiva principal de ejemplaridad.Nos ofrece en la bondad de Cristo crucificado una pau-ta de cómo hemos de llevar y sufrir también cada unola cruz de nuestra vida. El buen discípulo es Cirineo,que lleva la cruz en pos de Jesús; en actitud de servicio,como el Señor al celebrar la Cena pascual; en oración,como en Getsemaní y en el Calvario; perdonando alos enemigos por amor.

San Lucas interpretó la historia de Jesús como unÉxodo. Su pasión y muerte es el paso decisivo. Pascuade liberación eterna. Al otro lado está el reino de Dios,el paraíso que Jesús promete al ladrón penitente.

+ Juan Antonio Reig Plaobispo de Segorbe-Castellón

EL DÍA DEL SEÑOR 1-IV-2004 ΩΩ15 AA

Así como Cristo fue enviado por el Padre, Él, a su vez, envió a los Apóstoles, llenos del Espíritu Santo. No sólo los envió a predicar el Evangelio atoda criatura y a anunciar que el Hijo de Dios, con su muerte y resurrección, nos libró del poder de Satanás y de la muerte, y nos condujo al Reino

del Padre, sino también a realizar la obra de salvación que proclamaban, mediante el sacrificio y los sacramentos, en torno a los cuales gira toda lavida litúrgica. Y así, por el Bautismo, los hombres son injertados en el misterio pascual de Jesucristo: mueren con Él, son sepultados con Él y resucitancon Él; reciben el espíritu de adopción de hijos, por el que clamamos: Abba!, ¡Padre!, y se convierten así en los verdaderos adoradores que busca elPadre. Asimismo, cuantas veces comen la Cena del Señor, proclaman su muerte hasta que vuelva. Por eso, el día mismo de Pentecostés, en que laIglesia se manifestó al mundo, los que recibieron la palabra de Pedro fueron bautizados. Y con perseverancia escuchaban la enseñanza de losApóstoles, se reunían en la fracción del pan y en la oración..., alababan a Dios, gozando de la estima general del pueblo. Desde entonces, la Iglesianunca ha dejado de reunirse para celebrar el misterio pascual: leyendo cuanto a Él se refieren en toda la Escritura, celebrando la Eucaristía, en la cualse hacen de nuevo presentes la victoria y el triunfo de su Muerte, y dando gracias al mismo tiempo a Dios por el don inefable en Cristo Jesús, paraalabar su gloria, por la fuerza del Espíritu Santo.

Constitución Sacrosanctum Concilium, 6

Esto ha dicho el Concilio

Domingo de Ramos

Descansamosen la Pasión de Cristo

Evangelio

Salió Jesús al monte de los Olivos, y losiguieron los discípulos. Al llegar, les

dijo: «Orad para no caer en la tentación».Él se arrancó de ellos y, arrodillado, orabadiciendo: «Padre, si quieres, aparta de míese cáliz. Pero no se haga mi voluntad, si-no la tuya».

Jesús dijo a los sumos sacerdotes y alos oficiales del templo, y a los ancianosque habían venido contra Él: «¿Habéis sa-lido con espadas y palos como a caza de unbandido? A diario estaba en el templo convosotros, y no me echasteis mano. Peroésta es vuestra hora: la del poder de las ti-nieblas».

Cuando se hizo de día, haciéndole com-parecer ante su Sanedrín, le dijeron: «Sieres el Mesías, dínoslo. ¿Eres tú el Hijode Dios?» Él les contestó: «Vosotros lodecís, yo lo soy». Ellos dijeron: «¿Qué ne-cesidad tenemos ya de testimonios? No-sotros mismos lo hemos oído de tu boca».Y lo llevaron a presencia de Pilato, que lesdijo: «No he encontrado en este hombreninguna de las culpas que le imputáis. Ledaré un escarmiento y lo soltaré».

Volvió a dirigirles la palabra con inten-ción de soltar a Jesús. Pero ellos seguíangritando: «¡Crucifícalo, crucifícalo!» ...Ya Jesús se lo entregó a su arbitrio. Mientraslo conducían, echaron mano de un ciertoSimón de Cirene, que volvía del campo,y le cargaron la cruz para que la llevasedetrás de Jesús. Conducían también a otrosdos malhechores para ajusticiarlos con Él.Y, cuando llegaron al lugar llamado LaCalavera, lo crucificaron allí, a Él y a losmalhechores. Jesús decía: «Padre, perdó-nalos, porque no saben lo que hacen». Unode los malhechores crucificados lo insul-taba diciendo: «¿No eres tú el Mesías? Sál-vate a ti mismo y a nosotros». Pero el otrole increpaba: «¿Ni siquiera temes tú a Diosestando en el suplicio?» Y decía: «Jesús,acuérdate de mí cuando llegues a tu Rei-no». Jesús le respondió: «Te lo aseguro:hoy estarás conmigo en el paraíso».

Jesús clamó con voz potente: «Padre,a tus manos encomiendo mi espíritu». Ydicho esto, expiró.

de Lucas 22, 14 - 23, 56

Cristo cae bajo el peso de la cruz,Rembrandt. Museo estatal prusianode Cultura, Berlín

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La cultura, el arte y la His-toria se dan la mano en laexposición La huella y lasenda, que la catedral deSanta Ana, de Las Palmasde Gran Canaria, acogedesde el pasado 30 de ene-

ro, hasta el próximo mes de mayo. Se trata del mayor acontecimiento cul-

tural y religioso de la historia de las islas.Fue inaugurado por monseñor Manuel Mon-teiro de Castro, nuncio de Su Santidad enEspaña, y se enmarca dentro de los actosconmemorativos, por un lado, del VI cen-tenario de la fundación de la diócesis Cana-riense y Rubicense, y, por otro, del V cente-nario del comienzo de la construcción de lacatedral de Santa Ana.

En julio de 1404, el Papa Benedicto XIIIestableció, en las playas de Rubicón, en Lan-zarote, el Obispado Canariense y Rubicense,que más tarde, en 1435, el Papa Eugenio IVtrasladó a Gran Canaria.

Las obras de la catedral de Santa Ana, enLas Palmas de Gran Canaria, comenzaronen 1504, según las directrices del arquitectosevillano Pedro de Llerena. Esta catedralfue la única del archipiélago durante 335años, y es aún hoy uno de los edificios másemblemáticos de las islas.

De la unión de ambas efemérides nacióLa huella y la senda, una exposición que gi-ra en torno a la historia de la propia diócesis,y que contiene más de 450 obras artísticas,además de valiosas piezas de orfebrería, do-cumentación, vestimentas y ornamentos sa-

RAÍCESΩΩ16

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En el VI centenario de la diócesis de Canarias: exposición en la catedral de Santa Ana

Huella del pasado, senda par

Cruz procesional

del Papa Luna.Anónimo (siglo XV)

Fachadaprincipal, de la Catedral de Las Palmas

La huella y la senda es el título de la exposición de arte sacro que se puede visitar en la catedral de Santa Ana, de Las Palmas de Gran Canaria, hasta el próximo mes de mayo.

Se trata del mayor acontecimiento cultural y religioso de la historiade las islas, y se ha llevado a cabo con motivo del VI centenario

de la diócesis Canariense y Rubicense, y el V centenariodel inicio de la construcción de la catedral de Santa Ana

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grados. Su procedencia se reparte entre elarchipiélago, el resto de España y el extran-jero, y destacan, entre otras, esculturas deGregorio Fernández, Berruguete, Salzillo,Martínez Montañés, Luján Pérez, así comopinturas de Zurbarán, Murillo, Ribera, Luisde Morales, Alonso Cano, Valdés Leal, JesúsArencibia, Juan de Miranda, Ambrosio Ben-son, etc.

La huella y la senda está estructuradaen diez capítulos, que recorren los momen-

tos más significativos de la historia de ladiócesis Canariense y Rubicense, desde losorígenes hasta nuestros días, distribuido deforma muy pedagógica, mezclando la ima-gen y el lenguaje audiovisual. Así, el visi-tante comenzará contemplando las expre-siones artísticas y religiosas de los prime-ros pobladores de las islas, la influenciaevangelizadora de los misioneros mallor-quines y las primeras imágenes religiosas; y,entre otros muchos temas, podrá visitar es-

pacios dedicados a la creación del Obispadodel Rubicón, la fundación de la catedral deSanta Ana, los primeros sínodos diocesanos,Flandes en Canarias, la presencia de las islasen la evangelización del Nuevo Mundo, elclasicismo, la Ilustración, la creación de ladiócesis de San Cristóbal de la Laguna, laRestauración, el Concilio Vaticano II, o losartistas del siglo XX y su obra religiosa, etc.

A. Llamas Palacios

RAÍCES 1-IV-2004 ΩΩ17 AA

ra el futuroEcce Homo y Encuentro con la Verónica.Hendrick Van Balen (siglo XVI).Catedral de San Cristóbalde La Laguna,La Laguna(Tenerife)

Cristo de la Misericordia. Lázaro González de Ocampo (siglo XVII).Iglesia del Hospital de Nuestra Señora de los Dolores, La Laguna (Tenerife)

Santa Cena.AmbrosiusFrancken (siglo XVI-XVII).Iglesia de SantoDomingo,Santa Cruz de la Palma (La Palma)

La adoración de los Reyes Magos. Maestro de Martínez. Madrid La Virgen con el Niño y San Juan Bautista. Luis de Morales,el Divino (siglo XVI). Catedral nueva de Salamanca

Nuestra Señora de los Dolores. Anónimo mejicano. Ermita de Nuestra Señora de los Dolores, El Lodero. Mazo (La Palma)

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ESPAÑAΩΩ18

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de España, sentida y manifestada tan unáni-me y conmovedoramente todos estos días,se quiere sintetizar en este funeral de exe-quias propiciado por las más altas institu-ciones del Estado, al que se han querido su-mar, con gesto de exquisita delicadeza, losmás ilustres representantes de los pueblos ynaciones, amigas y hermanas, de todo elmundo, especialmente de Europa y América.

La plegaria desgranada en las Eucaristíascelebradas por los fallecidos en el terribleatentado del 11 de marzo en todas las cate-drales e iglesias de Madrid y de toda la geo-grafía española, y la oración silenciosa detantas almas y comunidades consagradas aDios, que no han cesado ni un solo momen-to de pedir por ellos y su eterno descanso ypor vosotros, sus familiares, encuentra enesta solemnísima Eucaristía, concelebradapor los obispos de España su máxima ex-presividad e intensidad eclesiales. Nuestrascomunidades diocesanas, sus pastores y fie-les, unidos al Santo Padre, que no ha dejado

ni un solo instante de acompañarnos con suoración personal y su bendición, queremosrodearos, junto a todas la demás víctimasdel terrorismo, con nuestro afecto fraterno,el apoyo incondicional y la oración más sin-cera.

«Tu hermano resucitará»

Ante la magnitud de la tragedia ocurri-da y, sobre todo, ante vuestro inmenso dolor,es muy comprensible que le dirijáis a Jesús,el amigo del alma, la misma queja que lehizo Marta al verlo llegar a su casa cuatrodías después de la muerte de su hermanoLázaro, tan querido por el Maestro: «Señor,si hubieras estado aquí, no habría muertomi hermano». Aunque inmediatamente aña-dirá: «Pero aun ahora sé que todo lo que pi-das a Dios, Dios te lo concederá». ¿Dóndeestaba Jesús, el Hijo del Dios vivo, el her-mano y salvador del hombre, el Señor de lavida y de la muerte, en aquella terrible ma-ñana madrileña de las bombas y de los cuer-pos destrozados de tantos amigos por losque Él había dado su vida en la Cruz? Loque llevamos de más terrenalmente humanoen el corazón nos tienta a la formulacióndesconcertada, e incluso rebelde, de la pre-gunta.

La contestación de Jesús, sin embargo,no se hizo esperar en el caso de Marta; tam-poco se hace esperar en nuestro caso, que-ridos familiares y amigos de los fallecidos:«Tu hermano resucitará». Aún más, Jesúsprecisa el contenido extraordinariamente la-cónico de su respuesta, luminosa por lo de-más hasta límites insospechados para elhombre, cuando la hermana de Lázaro le re-plica con la resignada constatación de que elacontecimiento de esa resurrección se dila-tará hasta el último día. Jesús le habla a aque-lla mujer de un presente transido ya de re-surrección y de vida, que se hace accesible yoperante por la fe a los que peregrinan eneste mundo: «Yo soy la Resurrección y laVida: el que cree en mí, aunque haya muer-to, vivirá; y el que está vivo y cree en mí,no morirá para siempre. ¿Crees esto?» Sicreemos y oramos por nuestros difuntos, sicreemos y revisamos nuestras propias vidasdelante de Jesucristo crucificado y resuci-tado por nuestra salvación, conoceremos ysabremos, con esperanza indestructible, quenuestros seres queridos asesinados por lavesania terrorista han alcanzado las puertasde la vida eterna y bienaventurada, y quenosotros, por nuestra parte, no moriremospara siempre. Más aún, venceremos y triun-faremos con Él, «que dio su vida por noso-tros». En el sacrificio de la vida de nuestroshermanos, en el sufrimiento de los heridos,queremos vislumbrar, con la certeza que nosproporciona la esperanza cristiana, cómouna nueva llama del amor misericordioso

Mucho y muy grande ha sido el dolorque ha embargado vuestras vidasy la de vuestras familias desde

aquel día negro en el que la brutal violen-cia terrorista, programada y ejecutada conindecible crueldad, segaba la vida de vues-tros seres más queridos. Vuestro dolor seconvirtió desde el primer momento –el dela búsqueda angustiada y de la verificacióninevitable de los vuestros– en el dolor denuestra querida ciudad de Madrid, de Espa-ña y, muy pronto, de todo el mundo. Hemosllorado y orado juntos, hemos tratado deofreceros consuelo, cercanía y ayuda perso-nal e institucional. No queremos dejaros so-los ni ante la duda o incertidumbre, tan hu-manas, sobre la suerte final de vuestrosmuertos, sacrificados desalmadamente por elterrorismo –la muerte es siempre, en sí mis-ma, un enigma indescifrable para el hom-bre; no digamos la muerte violenta–, ni sobreel valor de sus sufrimientos y de los vues-tros, que Dios bien conoce. La condolencia

Homilía del cardenal Rouco en el funeral por las víctimas del 11-M

La estrategia del amor,contra la del terror

Éste es el texto íntegro de la homilía pronunciada por el cardenal arzobispo de Madrid y Presidente de la Conferencia Episcopal Española, don Antonio MaríaRouco Varela, en la Misa de exequias, auspiciado por las más altas instituciones

del Estado, en sufragio de las víctimas mortales de los atentados terroristas del 11 de marzo en Madrid, celebrado en la catedral de la Almudena el pasado

24 de marzo. Fue concelebrado por más de treinta obispos de toda España, y asistieron, además de los familiares de las víctimas, más de cincuenta

delegaciones internacionales, varios Jefes de Estado y una nutrida representaciónde autoridades nacionales e internacionales

Un momento dela celebraciónen la catedralde la Almudenade la Misa de exequias por las víctimas de los atentados del 11 de marzo en Madrid

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ESPAÑA 1-IV-2004 ΩΩ19 AA

de Dios ilumina, ya e irreversiblemente, lostrasfondos de la historia humana, aun losmás trágicos y dolorosos; cómo a través delservicio heroicamente prestado por tantoshermanos nuestros, en estos días de lace-rante dolor, alumbra de nuevo la esperanza.

Sólo cabe una respuestaeficaz contra el odio

«Ya sabéis que ningún homicida lleva ensí vida eterna». A la vista de los atentados,tan terribles, de Madrid, sería lícita la si-guiente glosa de este versículo de la prime-ra carta de san Juan: el terrorista lleva en síla semilla de la muerte eterna. Y homicida es«el que odia a su hermano». En la estrate-gia del terrorismo opera siempre la siembradel odio como su inspiración y motivaciónúltimas y decisivas. Así ha ocurrido tambiéncon la masacre del día 11 de marzo. La for-ma de proyectar, disponer y actuar de los te-rroristas no puede ser calificada de otro mo-do que como la estrategia del odio que por-ta en sus entrañas el asesinato y la muerte.No hay que dejarse engañar con relación a laverdadera naturaleza de sus planes y objeti-vos últimos. Los terroristas se han propues-to atacar y dañar profundamente la convi-vencia, la concordia y la paz de los españo-les, y, a la vez, avanzar en la consecuciónde uno de sus más importantes objetivos: elde minar progresiva y aceleradamente lasbases morales y espirituales sobre las quedescansan nuestras sociedades y nacionesde raíces cristianas; a saber: la afirmaciónde la dignidad inviolable de todo ser huma-no desde su concepción hasta su muerte na-tural, la integridad de los derechos funda-mentales que le son inherentes y la com-prensión solidaria del bien común.

Frente a la estrategia del odio sólo cabe,al final, una sola respuesta eficaz: la delamor, que implica y exige para su puesta enpráctica una estrategia divina: la de la Ciudadde Dios, opuesta a la de la Ciudad terrena,que diría san Agustín, cuando de ella se apo-dera el puro y duro egoísmo. ¿Cuándo y có-mo se puede hablar verazmente de amor?Cuando se mira a Cristo clavado en la Cruz,dando la vida por nosotros, y cuando, unidosa Él e imitándole, damos la vida por los her-manos. Cuando esto sucede, sabemos quehemos pasado de la muerte a la vida ya en es-te mundo, y que una nueva civilización co-mienza a perfilarse en el horizonte de la pro-pia historia.

¡Amar a los hermanos! ¡Abandonar elamor de sí mismo como el absoluto de laconciencia personal y colectiva! He ahí latarea ante la que nos coloca el amor del Se-ñor compasivo y misericordioso, lento a laira y rico en piedad y clemencia, que invo-cábamos y cantábamos con el salmista. És-te ha de ser nuestro programa: amor com-pasivo y entrañable para con vosotros, que-ridos familiares de la víctimas de los aten-tados del pasado 11 de marzo; amorcompasivo y activo en el cuidado de los quetodavía se encuentran heridos en los hospi-tales de Madrid; amor suplicante para queel Señor convierta y traiga a penitencia yconversión a los terroristas –¡que se entre-guen a la justicia y abandonen sus siniestrosplanes!–; amor agradecido para todos losque se han dado y vaciado en gestos y acti-tudes de heroica y generosa disponibilidad en

la atención incansable a los heridos y atri-bulados, material y espiritualmente; y amoresperanzado y orante por los que luchan,justa y denodadamente, en la superación yerradicación del terrorismo.

Nuestra plegaria por los jóvenes de España

Amor que queremos expresar ya, desdeahora mismo, en plegaria ardiente a la VirgenMaría, Madre de Dios y Madre de la Igle-sia, Madre de la Vida y del Amor Hermoso,Vida, Dulzura y Esperanza nuestra, por lapaz y el bien de España y del mundo: ¡Quevele por nuestros jóvenes! ¡Que les tome dela mano para que respondan valiente y co-herentemente a la llamada que el Papa JuanPablo II les dirigía en el aeródromo de Cua-tro Vientos, en el atardecer primaveral deaquella inolvidable Vigilia mariana del 3 demayo del año pasado!: «Responded a la vio-lencia ciega y al odio inhumano con el poder

fascinante del amor. Venced la enemistadcon la fuerza del perdón. Manteneos lejosde toda forma de nacionalismo exasperado,de racismo y de intolerancia. Testimoniadcon vuestra vida que las ideas no se imponen,sino que se proponen. ¡Nunca os dejéis de-salentar por el mal!»

Los obispos españoles, a través de la No-ta del Comité Ejecutivo de la ConferenciaEpiscopal Española del pasado 17 de marzo,afirmábamos que «los terroristas responde-rán de sus crímenes ante la justicia humanay ante la de Dios. Pero, si no nos hacen per-der el ánimo y la generosidad, se habránquedado sin armas para someternos». Si to-dos nosotros, en especial nuestros jóvenes,nos disponemos decididamente a poner amor–en el sentido de san Juan de la Cruz (Car-ta 26)– «adonde no hay amor», entonces sa-caremos amor, y se abrirán de nuevo paranuestro tiempo los amplios y luminosos ca-minos de la paz. Amén.

+ Antonio Mª Rouco Varela

Palabras de agradecimiento, al finalizar la Misa

¡Muchas gracias a todos! Como pastor de esta querida diócesis de Madrid, deseo agradecer decorazón al Santo Padre, Juan Pablo II, la especial intensidad y cercanía con la que ha orado y ora

por nosotros, en particular por las familias afectadas y sumidas en el dolor, por la paz de España y por ladesaparición del terrorismo. Mi gratitud se extiende a tantos hermanos obispos que, desde todo el orbecatólico, individualmente y a través de las Conferencias Episcopales, han querido unirse espiritualmentea quienes sufren y a la Iglesia que peregrina en Madrid y en España. Es consoladora la comuniónuniversal de la Iglesia en la caridad, representada también aquí por los señores cardenales y obisposconcelebrantes, junto con el señor Nuncio de Su Santidad.

Creo que expreso también, sin duda ninguna, los sentimientos más sinceros de Sus Majestades losReyes y de su familia, del Gobierno en funciones y de las demás autoridades del Estado, de las familias delos fallecidos y de los heridos, por quienes hemos orado, así como del pueblo de Madrid y de todaEspaña, agradeciendo de modo particular su presencia hoy aquí a tantas y tan distinguidaspersonalidades que han querido acompañarnos en estos momentos de dolor en representación de gentesy pueblos amigos de todo el mundo. Señoras, señores, ¡no olvidaremos fácilmente esta jornada deverdadera fraternidad y de apoyo ante la adversidad! Que Dios se lo pague a todos. Que Él les bendigacon sus dones y otorgue a sus pueblos y a todos los del mundo la paz.

Su Majestad el Rey don JuanCarlos saluda

al cardenal Rouco

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MUNDOΩΩ20

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En torno al lema escogido por el Papapara este año, Queremos ver a Jesús, losmuchachos y el obispo de Roma se unirán enuna velada en la que habrá testimonios, mú-sica y un diálogo entre el Papa y los jóve-nes. La protagonista será la Cruz de la ju-ventud, que el obispo de Roma les entregóhace exactamente veinte años. El 22 de abrilde 1984, el Santo Padre confíó esta cruz demadera desnuda a los chicos y chicas, en laque sería primera Jornada de estas caracte-rísticas, celebrada en Roma.

Desde entonces, la Cruz ha recorrido elmundo, y en particular ha viajado por lasciudades y países en los que se ha celebradola Jornada Mundial de la Juventud (BuenosAires, Santiago de Compostela, Czestocho-wa, Denver, Manila, París, Roma y Toronto).Una coreografía preparada por jóvenes ro-manos recordará al Papa, al anochecer de laCiudad Eterna, los momentos más bellos vi-vidos en estos años junto a los jóvenes delmundo. Algunas de estas Jornadas se hanconvertido en algunos de los momentos másemotivos de estos veinticinco años de pon-tificado.

El Papa comentará algunos de los pasajesdel Mensaje que ha escrito con esta ocasióna todos los jóvenes del mundo. «Ante todohaced silencio en vuestro interior –les acon-seja en el texto desde la altura de sus 83, ca-si ya 84, años–. Dejad que emerja desde lo

profundo del corazón ese ardiente deseo dever a Dios, deseo en ocasiones sofocado porlos ruidos del mundo y por las seduccionesde los placeres. Dejad que emerja ese deseoy haréis la maravillosa experiencia del en-cuentro con Jesús. El cristianismo no es sim-plemente una doctrina; es un encuentro en lafe con Dios, presente en nuestra Historiacon la encarnación de Jesús».

El Pontífice volverá a dar cita a los milesde jóvenes, en la misma plaza de San Pe-dro, el próximo Domingo de Ramos, paracomenzar con ellos las celebraciones de es-ta Semana Santa. Dado que todavía quedamás de un año para Colonia, Juan Pablo II ylos obispos europeos han propuesto a los jó-venes dos etapas decisivas que servirán pa-ra preparar a Europa para ese encuentro.

En estos momentos, la Iglesia católicaen Suiza está preparando la posible visitade Juan Pablo II al país para participar en elprimer Encuentro nacional de jóvenes cató-licos del país, que tendrá lugar entre el 5 y el

Juan Pablo II dará hoy, jueves, el pisto-letazo de salida al último año de prepa-ración de la Jornada Mundial de la Ju-

ventud que se celebrará del 16 al 21 de agos-to de 2005 en la ciudad alemana de Colo-nia. Por la tarde, en la plaza de San Pedrodel Vaticano, se encontrará con miles de jó-venes de Roma y de las localidades vecinasen una celebración festiva que se enmarcaen el contexto de las celebraciones de la Jor-nada Mundial de la Juventud 2004, que secelebra este año en las diferentes diócesis.

El Papa celebra con los jóvenes romanos la Jornada Mundial de la Juventud 2004

«Dejad que emerja vuestrodeseo de ver a Dios»

El Papa lanza la recta final de preparación hacia la Jornada Mundial de la Juventudde Colonia, que tendrá lugar el mes de agosto de 2005, con dos metas volantesdecisivas: el primer encuentro de jóvenes católicos suizos, en el que se espera lavisita del Papa, y la Peregrinación europea de jóvenes a Santiago de Compostela

Hace veinte años, el Papa entregó la cruz a los jóvenes con estaspalabras: «¡Os confío la cruz de Cristo!Llevadla al mundo como signo de amor del Señor por la Humanidad»

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6 de junio. Por otra parte, entre el 5 y el 8 deagosto, unos 50.000 jóvenes de todo el con-tinente participarán en Santiago de Com-postela en la Peregrinación europea de jóve-nes 2004 (PEJ), una iniciativa organizada enel marco del Año Santo Jacobeo.

El objetivo de la peregrinación «es el de-sarrollo de un encuentro de ámbito europeo,en el que los jóvenes cristianos del conti-nente conozcan y profundicen las raíces cris-tianas de Europa, y se comprometan en laconstrucción de la nueva Europa de la espe-ranza», según ha subrayado el sacerdote donRoberto Martínez, responsable diocesano dela PEJ, que califica este acontecimiento co-mo el «más significativo del Año Santo Ja-cobeo».

En los próximos meses, recorrerá Ale-mania esa Cruz que el Papa entregó a los jó-venes hace veinte años con estas palabras:«¡Os confío la cruz de Cristo! Llevadla almundo como signo de amor del Señor por laHumanidad». El Presidente del Bundestag–el Parlamento alemán—, Wolfgang Thierse,ya ha anunciado que, en el mes de enero, laCruz de los jóvenes visitará la asamblea par-lamentaria.

Juan Pablo II ya ha dejado claro que, siDios se lo permite, él hará todo lo posiblepara estar en Colonia. Por eso ha dado cita alos muchachos, que, a partir del próximo ve-rano, podrán comenzar a hacer sus reservasen la web oficial del evento:http://www.wyd2005.org

Jesús Colina. Roma

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Habla el Papa

Pienso en unaEuropa unida

¿Cuál es la Europa que hoy se de-bería soñar? Permítanme trazar

aquí un rápido bosquejo de la visiónque tengo de una Europa unida.

Pienso en una Europa sin naciona-lismos egoístas, en la que las nacio-nes sean consideradas como centrosvivos de una riqueza cultural que me-rece ser protegida y promovida para elbeneficio de todos.

Pienso en una Europa en la que lasconquistas de la ciencia, de la eco-nomía y del bienestar social no seorienten a un consumismo sin sentido,sino que estén al servicio de todohombre necesitado y de la ayuda so-lidaria para aquellos países que tra-tan de alcanzar la meta de la seguridadsocial. ¡Que Europa, que en la Histo-ria ha sufrido tantas guerras sangrien-tas, pueda convertirse en un agenteactivo de la paz en el mundo!

Pienso en una Europa cuya unidadse funde en la auténtica libertad. La li-bertad de religión y las libertades so-ciales han madurado como frutos pre-ciosos sobre el humus del cristianis-mo. Sin libertad, no hay responsabili-dad: ni ante Dios, ni ante los hombres.En particular, tras el Concilio Vatica-no II, la Iglesia quiere dar un amplioespacio a la libertad. El Estado mo-derno es consciente de no poder serun Estado de Derecho si no protege ypromueve la libertad de los ciudadanosen sus posiblidades de expresión, yasean individuales o colectivas.

Pienso en una Europa unida gra-cias al compromiso de los jóvenes.¡Los jóvenes se comprenden con mu-cha facilidad entre sí, más allá de lasfronteras geográficas! ¿Cómo puedenacer una generación juvenil abierta ala verdad, a la belleza, a la nobleza, alo que es digno de sacrificio, si en Eu-ropa la familia ya no se presenta comouna institución abierta a la vida y alamor desinteresado?

(25-III-2004)

Resumen de las palabras del Papa a los jóvenes para la XX Jornada Mundial de la Juventud

Queremos ver a Jesús

El año 2004 constituye la última etapa antes de la gran cita de Colonia, donde en 2005 se celebrará la XXJornada Mundial de la Juventud. Por eso os invito a intensificar vuestro camino de preparación espiritual,

profundizando el tema que he elegido para esta XX Jornada Mundial de la Juventud: Queremos ver a Jesús(tomado de Jn 12,21).

El aspecto más sublime de la dignidad del hombre está precisamente en su vocación a establecer unarelación con Dios en este profundo intercambio de miradas que transforma la vida. Para ver a Jesús, loprimero que hace falta es dejarse mirar por Él. El deseo de ver a Dios está en el corazón de cada hombre yde cada mujer. Queridos jóvenes, dejad que Jesús os mire a los ojos, para que crezca en vosotros el deseode ver la Luz, de gustar el esplendor de la Verdad. Seamos o no conscientes, Dios nos ha creado porque nosama y para que nosotros le amemos. Esto explica la insuprimible nostalgia de Dios que el hombre lleva ensu corazón: «Tu rostro, Señor, yo busco. No me ocultes tu rostro». Este rostro –lo sabemos– Dios nos lo harevelado en Jesucristo. Queridos jóvenes, ¿vosotros también queréis contemplar la belleza de ese Rostro? Éstaes la pregunta que os hago en esta Jornada Mundial de la Juventud del año 2004.

Ver a Jesús, contemplar su rostro, es un deseo insuprimible, pero un deseo que el hombredesgraciadamente llega incluso a deformar. Es lo que sucede con el pecado, cuya esencia está precisamenteen apartar los ojos del Creador para mirar a la criatura.

Queridos amigos, si aprendéis a descubrir a Jesús en la Eucaristía, lo sabréis descubrir también envuestros hermanos y hermanas, sobre todo en los más pobres. La Eucaristía recibida con amor y adorada confervor es escuela de libertad y de caridad, para realizar el mandamiento del amor. Jesús nos habla el lenguajemaravilloso del don de sí mismo, y del amor hasta el sacrificio de la propia vida. ¿Es un discurso fácil? Biensabéis que no. El olvido de sí no es fácil; éste aleja del amor posesivo y narcisista, para abrir al hombre al gozodel amor que se dona. Esta escuela eucarística de libertad y de caridad enseña a superar las emocionessuperficiales, para radicarse firmemente en lo que es verdadero y bueno; libra del encerrarse en uno mismoy prepara para abrirse a los demás, enseña a pasar de un amor afectivo a un amor efectivo. Porque amar noes sólo un sentimiento; es un acto de voluntad que consiste en preferir de manera constante, por encima delpropio bien, el bien de los demás: «Nadie tiene mayor amor, que el que da su vida por sus amigos».

Con esta libertad interior y con esta ardiente caridad es como Jesús nos educa para encontrarlo en losdemás, sobre todo en el rostro desfigurado del pobre. A la Beata Teresa de Calcuta le gustaba distribuir su tarjetade visita sobre la que estaba escrito: «Fruto del silencio es la oración; fruto de la oración, la fe; fruto de la fe,el amor; fruto del amor, el servicio; fruto del servicio, la paz». Éste es el camino del encuentro con Jesús. Idal encuentro de todos los sufrimientos humanos con la fuerza de vuestra generosidad y con el amor que Diosinfunde en vuestros corazones por medio del Espíritu Santo: «En verdad os digo que cuanto hicisteis a unode estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis».

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RTVE Música

La coral Salvé de Laredo, dirigida por José Luis Ocejo, abrela puerta, en este CD que acaba de editar el sello musical

de RTVE, a más de una veintena de canciones típicas dediversas regiones españolas. Se alternan las canciones deRonda con los villancicos; los boleros con las canciones decuna, las habaneras y los temas religiosos; han sidomusicalizados algunos de los mejores poemas de Lorca oMachado.

Por el perdón, a la paz

El Viernes Santo, 9 de abril, la Iglesia católicacelebra también la Jornada por Tierra Santa,

también conocida como Colecta Pontificia en favorpor los Santos Lugares. La celebración litúrgica dela muerte de Cristo aúna así el recuerdo y lavivencia de la situación de violencia que, demanera especial, están sufriendo los cristianos enTierra Santa: constructores de paz, hacen lo quepueden entre dos pueblos que no conocen elperdón y que provocan tanta muerte y violencia.Los cristianos en Tierra Santa necesitan nuestroapoyo moral con la oración, y nuestra ayudaeconómica, que debe ser extraordinariamentegenerosa, dadas las circunstancias, para hacerfrente a una situación desesperada.

¿Quién será el próximo?

Tras los dramáticos atentados en Madrid, la alarmaha cundido en toda Europa. Ésta es la portada que

la revista Time publicó el pasado 29 de marzo, asícomo un informe especial dedicado a tanpreocupante problema.

XLIII Semana de Música Religiosa, en Cuenca

Mañana, 2 de abril, Viernes de Dolores, comenzará la XLIII Semana de Música religiosa deCuenca, que durará hasta el Domingo de Pascua, 11 de abril. Siete auditorios servirán de

escenario para los conciertos: el teatro Auditorio, la iglesia de Arcas, la Fundación Antonio Pérez,el convento de las religiosas justinianas de San Pedro, la iglesia de San Miguel, la iglesia-monasterio de la Concepción franciscana, y la catedral. La inauguración, en el teatro Auditorio,estará a cargo de la Capilla Real de Cataluña, dirigida por el maestro Savall. Entre los grandesmúsicos interpretados figuran Dvorak, Bruckner y Mozart.

Plataforma en defensa de la asignatura de Religión

En defensa de la asignatura Religión. Ante los repetidos ataques contra la enseñanza religiosaen la escuela, un grupo de padres, profesores y alumnos han constituido en Valencia la

Plataforma en defensa de la asignatura de Religión, cuya página web puede consultarse en la red:www.vozclasereligión.org. Frente a la mayoritaria demanda de los padres de familia que piden laenseñanza de la religión en la escuela, se quiere silenciar la voz de la sociedad civil paraimponer, en la educación, una concepción laicista de la vida, que busca, ante todo, reducir loreligioso al ámbito estrictamente privado de la conciencia, sin ningún influjo en la vida social ycultural. Ante tal realidad, no cabe cruzarse de brazos.

LA VIDAΩΩ22

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NombresEl cardenal Carlos Amigo Vallejo, arzobispo de Sevilla,

tomará posesión del título de la iglesia de SantaMaría en Montserrat de los Españoles, en Roma,el próximo 27 de abril. El acto se desarrollará en laiglesia nacional española de Santiago y Montse-rrat, ubicada en el número 115 de la romana VíaMontserrato. El cardenal Amigo recibió el títulode esta iglesia el pasado 22 de octubre de manosdel Papa Juan Pablo II en la basílica de San Pedro,un día después de ser incorporado a la lista de loscardenales presbíteros.

Don José María Álvarez del Manzano, Presidente deIFEMA, inaugurará el próximo 16 de abril la III Jor-nada del Foro del Espectador, que, abordando el te-ma La televisión que queremos los espectadoresdel siglo XXI, tendrá lugar el 16 de abril, de 9,30 a18 horas en el hotel madrileño Gran Versalles (ca-lle Covarrubias, 4). Intervendrán destacados ex-pertos; entre otros, don José Ramón Losana, Presi-dente de la Federación Española de Familias Nu-merosas, y la Presidenta y Vicepresidenta del Foro,doña Ascensión López y doña Josefina Trillo-Fi-gueroa, respectivamente. Más información: Tel.91 357 55 46.

La Fundación Ignacio Larramendi y el Círculo Aparisiy Guijarro, de Valencia, presentarán, el próximo21 de mayo, el libro de don Luis Pérez DomingoMártires carlistas del Reino de Valencia. 1936-1939. El acto tendrá lugar en el Salón de Actos delArzobispado de Valencia, a las 19 horas.

La Compañía de Jesús prepara un congreso histórico in-ternacional sobre su presencia en Andalucía y Ca-narias, con motivo de la celebración de los 450años de su presencia en estas regiones. Tendrá lu-gar del 20 al 23 de octubre en la Facultad de Cien-cias Económicas y Empresariales de Córdoba. ElSecretario de la Comisión Ejecutiva del Congresoes el jesuita padre Rafael Porras del Corral.

Del 26 al 28 de marzo, y bajo el lema Las riquezas dela vida diaria, 70 seminaristas han participado enel Encuentro de seminaristas de la Iglesia en Cas-tilla, que se ha celebrado en le Seminario diocesanoSan José, de Burgos. Presidió la jornada y celebróla Eucaristía el arzobispo de Burgos, monseñorFrancisco Gil Hellín. La conferencia inaugural, Es-piritualidad en la vida cotidiana, desde la expe-riencia de Nazaret, estuvo a cargo del Rector del Se-minario de Ciudad Real, don Lorenzo Trujillo.

El Colegio Mayor universitario San Pablo, de Madrid,cumple 60 años al servicio de la educación en Es-paña. Fue fundado en 1944 por la Asociación Ca-tólica de Propagandistas, con el fin de formar auniversitarios en los valores del cristianismo, convocación de servicio público. Desde entonces,más de tres mil universitarios han completado en éluna formación integral, y muchos de ellos hanocupado altos cargos de responsabilidad en la so-ciedad civil española. Actualmente, 135 colegialesresiden y se forman en él.

Juan Luis Lorda, Juan Pedro Ortuño, Norberto Gon-zález, Miguel Ángel Velasco, Francisco Pastor,Cecilia Canal y Carlos Sotelo son los co-autoresde un volumen que se acaba de editar en Edicep Al-mudí (Biblioteca Sacerdotal). Bajo el título de Evan-gelización y comunicación, recoge las ponenciaspresentadas en las V Jornadas de actualización te-ológica Diálogos de Teología, que cada año ad-quieren mayor interés. Las VI Jornadas acaban decelebrarse y han abordado el tema Anticoncep-ción, métodos naturales y fecundación artificial.En ellas se ha puesto de relieve cómo el matrimo-nio y la familia son instituciones clave de la nuevaevangelización.

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LA VIDA 1-IV-2008 ΩΩ23 AA

Libros

Este libro, Tapices de la memoria, escrito aretazos, nació en 1982, apenas salido el

autor, José IgnacioTellechea, de una largaenfermedad. Comoconfiesa en el Pórtico,fue para él unanecesidad incontenible,con efectos catárticos.Está escrito con latemperatura propia deuna largaconvalecencia,equivalente a unperíodo de clara

conciencia de superviviente. Y esto noocurre todos los días. Desgraciadamente,nos acostumbramos a vivir y no apreciamosel milagro continuado de la vida misma ensus más elementales movimientos ymanifestaciones. Fue editado por vezprimera en 1991, en San Sebastián. Es comola historia de un viejo árbol que fuecreciendo, sufrió los ramalazos de unafuerte tempestad y siguió floreciendo. Ellibro se agotó hace ya tiempo, y ahora laeditorial salmantina Sígueme ha queridopatrocinar la aventura de botar nuevamenteel barco para que navegue por nuevosmares. El autor confiesa que, repasarminuciosamente las pruebas de imprenta,ha sido para él como sumergirse en unaespecie de batíscafo personal, por los máshondos estratos de su vida. Son más de 600páginas que pueden ayudar a alguien aenderezar su ruta, a ahondar en su propioser, a recuperar razones para vivir y a sersimplemente bueno.

Dominique Lapierre y Larry Collins noson, precisamente, dos novatos en el

mundo editorial. Suséxitos editoriales hayque contarlos pormillones de ejemplaresvendidos en todo elmundo. Siempre se handistinguido por abordarproblemas de la másrabiosa actualidad y,fieles a su modo de ser,se acaban de lanzar enestas páginas, bajo eltítulo ¿Arde Nueva

York?, editadas por Planeta, al imprevisibley terrible mundo del terrorismointernacional. A caballo entre la realidad yla ficción, van indagando meticulosamente–a seis semanas de una hipotéticareelección de George Bush– sobre unestremecedor chantaje terrorista: un temiblegrupo de extremistas, dirigidos por un BenLaden siempre oculto en las montañas, haconseguido introducir en la ciudad deNueva York una bomba nuclear de 25kilotones... Todo lo demás (temores,esperanzas, esfuerzos, fracasos) puedefácilmente imaginárselo el lector que, contoda seguridad, no quedará defraudado,porque los autores habrán ido siempre unpaso más allá que él.

M.A.V.WWWW WWWW WWWWPara los amantes del arte de inspiración cristiana proponemos esta semana una galería de imá-

genes de Jesucristo, la Virgen María, santos e imágenes de contenido bíblico. Contiene, ade-más, una colección de obras procedentes de los museos más prestigiosos del mundo.

http://www.encuentra.com/includes/seccion.php?IdSec=292

La dirección de la semana

El chiste de la semanaMartinmorales, en ABC

Nuevo libro del Papa

El próximo 18 de mayo, fecha en el que el Papa cumple 84 años, se publicará en italiano y en losprincipales idiomas el último libro escrito por el Santo Padre Juan Pablo II. Su título: Levantaos,

vamos, está tomado del evangelio de San Marcos 4, 42, el pasaje en el que el Señor se dirige a Pedro,Santiago y Juan en el Huerto de los Olivos, justo antes de ser apresado. El libro consta de unas 200páginas, divididas en 40 capítulos breves. En parte escrito por él mismo y en parte dictado, narrarecuerdos y reflexiones sobre acontecimientos de los 20 años de su ministerio episcopal, desde suordenación en 1958 hasta su elección al pontificado en 1978. El Papa lo escribió entre marzo y agostode 2003, pero las exigencias de la comprometidísima agenda del Papa han obligado a retrasar supublicación hasta mayo. La edición italiana corre a cargo de Mondadori, cuyo Administrador delegadoha recordado que, del anterior libro de Juan Pablo II, Cruzando el umbral de la esperanza (1994), sevendieron 20 millones de ejemplares. En la foto, el Papa recibe el Premio especial Carlomagno.

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DESDE LA FEΩΩ24

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El 11 de septiembre reveló la existenciadel terrorismo islámico como la nue-va forma del nihilismo. El 11 de mar-

zo, ¿qué ha supuesto, según su opinión;y a quién se ha debido?

Los asesinos materiales, sean de ETA ode Al Qaeda, es competencia de la policíaespañola establecerlo. Lo que encuentro in-quietante es que durante algunos días se es-tuviese pensando acerca de esta doble po-sibilidad; esto supondría que un terrorismonacionalista como es el de ETA y un terro-rismo de matriz religiosa como es el terro-rismo islámico dispondrían de una capaci-dad, modus operandi, y una ferocidad idén-ticas, tanto como para hacer posible ambashipótesis. Esto significa que, quienquieraque haya sido el responsable de los atentadosde Madrid, se trataría de una formación san-guinaria, para la que el 11 de marzo suponeun verdadero 11-S europeo.

Sin embargo, el terrorismo no ha na-cido el 11-S. ¿Cuál es la novedad?

Cierto; el terrorismo, esto es, la agresióncontra civiles indefensos, tiene más de unsiglo. El nihilismo –para el que todo estápermitido: matar, incendiar, destruir..., cual-quier cosa menos hacer tabla rasa– lo re-cogía ya Dostoievski en su libro Los demo-nios, de 1871, pero se trataba de un fenó-meno localizado. Hoy, en cambio, asistimosa una planetarización del fenómeno. AbdulQadeer Khan, el científico paquistaní querealizó las primeras experimentaciones nu-cleares en su país, ha procurado material nu-clear a Corea del Norte. Estamos frente auna internacionalización del terror, que seexpande abatiendo fronteras: ésta es la no-vedad del tercer milenio.

Cualquiera podría replicarle que, si laresponsable del atentado de Madrid esETA, nos encontraríamos con un sucesode proporciones enormes, pero de origenlocal y matriz nacionalista.

También en este caso, el método utili-zado por los terroristas vascos constituiríauna novedad con respecto a su actividadanterior. Es imposible no ver, en un aten-tado que ha causado más de 200 muertos ymiles de heridos, la caída de un tabú cul-tural acerca del uso de la violencia. ETA yaha matado con anterioridad, pero nuncade este modo, con estas proporciones. Si

hubiera sido ETA, significa que en el in-terior de esta organización todos los có-digos de comportamiento han saltado. Sig-nificaría que ETA se ha contagiado delnihilismo que impera en el terrorismo is-lámico. El corazón del terrorismo islámi-co está, sin más, en el deseo de destruc-ción, del puro caos. Ésta es, como he di-cho, la nueva forma de nihilismo que haaparecido en la Historia.

¿Pero dónde está la raíz de esta epide-mia?

Creo que el origen está en la pérdida de laconciencia del mal, un olvido colectivo delmal. Un dato común a todas las confesio-nes religiosas ha sido siempre la oracióncontra el mal, el deseo de mantenerse pro-tegido del mal. Esta situación está cediendo,sobre todo en ciertas áreas geográficas delmundo donde hay guerra; allí crecen gene-raciones completamente privadas de estoscódigos. Una vez pregunté a un adolescen-te de Grozni: «¿Sabes que no se debe ma-tar?»; y me respondió: «¿Y por qué no?» Yocontinué: «¿Sabes que poniendo una bombaen un mercado podrías asesinar a tu madre?»Y, aun así, esta idea le resultaba al muchachoindiferente. Aquel joven ya estaba prepara-do para hacer cualquier cosa.

Después del 11-M, ¿tiene Europa ra-zones para tener miedo?

Desgraciadamente, sí. No es la mismaque el 10 de marzo. Es un buen signo, sinembargo, ver aquellos once millones de per-sonas, un pueblo entero de españoles sa-liendo a la calle, con fuerza y valentía. Unareacción de gente viva, que no se arredra.

También los pacifistas ocupaban lascalles de Europa hace unos pocos meses.¿Qué cabría decir al movimiento pacifis-ta hoy en día?

Habría que preguntarse si no es el mo-mento de realizar un examen de conciencia.Madrid está desgarrada; París está en un ni-vel de alarma sólo un punto por debajo delmáximo, ¿y todavía es posible creer que notenemos un enemigo, que basta decir: No ala guerra, con una bandera multicolor en lamano, para poder dormir en paz todas la no-ches?

Marina Corradi

Entrevista al filósofo André Glucksmann

«Se está perdiendo la conciencia del mal»

Hace poco más de cuatro meses, publicábamos en estas páginas una entrevista con el filósofo André Glucksmann,acerca de la guerra de Iraq y sus posibles consecuencias para Europa. En ella decía: «Europa, distraída, parece mirarhacia otra parte. Me recuerda a aquellas personas que, ante un gran peligro, deciden dormir. Es la guerra la que mira

hacia aquella civilización, y medita hacerla explotar en mitad de su sueño, a golpes de terrorismo y de bombashumanas». Sus palabras cobran hoy una trágica actualidad; tres días después de los atentados de Madrid, el diario

italiano Avvenire publicaba la entrevista que recogemos con el pensador francés

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En el Informe posterior a la AsambleaPlenaria del Consejo Pontificio de laCultura, leído por su Presidente, el car-

denal Paul Poupard, se pueden destacar va-rias conclusiones:

La increencia es un fenómeno ligadosobre todo al mundo occidental.

El ateísmo militante está en retroce-so, a excepción de algunos regímenes polí-ticos ateos.

Al contrario, crecen la indiferencia re-ligiosa o el ateísmo práctico. Agnósticos ycreyentes no practicantes viven de hechocomo si Dios no existiera.

El ateísmo y la increencia, fenómenostípicamente masculinos, urbanos y propiosde personas con un nivel cultural medio-al-to en el pasado, se extienden hoy también alas mujeres que trabajan fuera de casa.

Disminuye el número de personas quefrecuentan regularmente la iglesia. No sig-nifica un aumento de la increencia, sino másbien la transformación del modo de creer:creer sin pertenecer. Se trata de un fenóme-no de desconfesionalización del homo reli-giosus, que rechaza toda forma de estructu-ra institucional.

Crece también una nueva búsqueda,más espiritual que religiosa, que no siem-pre coincide con el regreso a las prácticasreligiosas tradicionales.

No existe una globalización de la in-creencia, sino un desencanto acerca de lasreligiones tradicionales, tanto en lo que serefiere a la práctica religiosa como a la ad-hesión a contenidos doctrinales y morales.

Al mismo tiempo, la crisis de fe en lajuventud contrasta con el testimonio deotros jóvenes cuya fuerza evangelizadoraparte de la iniciativa fecunda del Papa JuanPablo II. La Jornadas Mundiales de la Ju-

ventud han dado a la Iglesia un nuevo ros-tro que resplandece en una cultura secula-rizada.

El cardenal Poupard afirmó que, «en elcontexto de la globalización, asistimos a unaparadoja: los ritos sociales de la Iglesia sonsiempre objeto de demanda por parte de lasociedad secularizada, mientras que la prác-tica de los sacramentos en la vida cotidianaconoce una caída preocupante. Esto revelala importancia que reviste hoy la tradicionalvía mistagógica de la iniciación cristiana,que acompaña la transmisión de la fe con lacelebración litúrgica sacramental. La prime-ra iniciación a esta vía ocurre en el interior dela familia; en el centro del desafío de la in-creencia, la pastoral de la familia es una prio-ridad».

El cardenal presentó, a modo de propuestafrente a la increencia, «la importancia de tes-timoniar la alegría de ser una persona amadapor Dios; la necesidad de la apologética, dan-do cuenta, con dulzura y respeto, de la espe-ranza que nos anima; alcanzar al hombre ur-bano mediante una presencia pública en losdebates sociales; poner el Evangelio en con-tacto con las fuerzas que modelan la cultura;enseñar a pensar, desde la escuela hasta laUniversidad; reaccionar ante la cultura do-minante con una nueva y gozosa propuesta decultura cristiana; mostrar a los indiferentesrespecto a Dios, pero creyentes en los valo-res humanos, con la vida de los creyentes yde las comunidades de fe, que ser quiere de-cir ser religioso, y que el hombre encuentra laplenitud de su humanidad siguiendo el Evan-gelio de Cristo».

Alfa y Omega

Asamblea Plenaria del Consejo Pontificio de la Cultura

Retrocede el ateísmo,aumenta la indiferencia

El Consejo Pontificio de la Cultura ha abordado en su última Asamblea Plenaria, celebrada del 11 al 13 de marzo, el reto de La fe cristiana en la aurora del tercer milenio y el desafío de la increencia y de la indiferencia religiosa.

Al término de la misma, el Papa Juan Pablo II recibió en audiencia a todos sus participantes

Extracto del Mensaje del Papa a la Plenaria del Consejo Pontificio de la Cultura

Ante las ideologías: formación racional y catequética

Habéis observado una ruptura del proceso de transmisión de la fe y de los valores cristianos. Al mis-mo tiempo, se constata la búsqueda de sentido de nuestros contemporáneos, que manifiestan el de-

seo de todo ser humano de percibir el sentido profundo de su existencia, de responder a las cuestiones fun-damentales sobre el origen y el fin de la vida, y de caminar hacia la felicidad a la que aspira. La difusiónde ideologías en los diferentes campos de la sociedad llama a los cristianos a proponer reflexiones vigo-rosas, que presenten a las jóvenes generaciones la verdad sobre el hombre y sobre Dios, invitándoles aprofundizar en una comprensión de la fe cada vez más aguda. A través de la formación filosófica y ca-tequística, los jóvenes sabrán discernir la verdad. Una actitud racional seria constituye un baluarte con-tra todo lo que se deriva de las ideologías; una reflexión de este tipo será también una invitación a pasarde un planteamiento racional a un planteamiento espiritual para poder llegar al encuentro personal conCristo y para edificar el ser interior.

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XXI, y debe ser contestada con su frase deque «la enfermedad y el dolor son una par-te muy importante de la persona».

La aceptación del dolor no implica, a pe-sar de los cilicios, su provocación. Huma-nistas-higienistas del XVII, como PierreGassendi, ya afirmaron que «la ausencia deldolor corporal favorece la paz del alma».Otro físico del siglo XX, el doctor GaleazziLissi, ya habló de la resistencia de su pa-ciente, el Papa Pío XII, a soportar terriblesdolores durante su agonía. Humana reac-ción hasta en Dios hecho hombre que, lavíspera, el Jueves, en el Huerto de los Olivos,y por dos veces, pide al Padre que le libredel cáliz de la Pasión, como en la Cruz lereprochará que le haya abandonado.

Hablamos de asumir el dolor que exigeuna preparación y una tradición. El doctorMartínez Fornés siempre dice que nuestraactitud hacia el dolor, la enfermedad y lamuerte depende de nuestra escala de valores.Se suele referir a la resignación como la grandefensa psicológica contra el dolor. Y man-tiene que hoy la gente tiene más miedo a laenfermedad que a la muerte. Y así es. Ahíse esconde el éxito de la eutanasia. (Entretres mil enfermos de cáncer, dos mil cienexpresaron en Alemania su deseo de morir).

España valora el dolor

Éste es el país de la Inmaculada, pero quereza a la Dolorosa. Y aprecia en ella su valor

El estreno de La Pasión va a suponer, co-mo sugiere Juan Orellana después dehaber visto la película, la respuesta que

se merecen las películas consideradas vio-lentas, como Irreversible, o las de Tarantinoo Takeshi Kitano. Permitirá que algunosaprecien, por vez primera, que «la Reden-ción tenía un precio, que superaba a la pro-pia muerte». Un precio tan alto que ningúnhombre –que sólo fuera hombre– hubierapodido pagar.

Tampoco viene mal este órdago cinema-tográfico para que se rasguen sus vestidu-ras-disfraces de ángeles quienes han inun-dado últimamente las pantallas de seráficosmensajes a favor de la muerte dulce, congrandes dosis de eutanasia camuflada condroga y filosofía, como el magnífico traba-jo canadiense de Invasiones bárbaras.

El peliagudo asunto del último viaje y elcómo irse de aquí de rositas, dejando estevalle sin derramar una sola lágrima, empie-za a preocupar lo mismo a los veteranos, co-mo Fernán Gómez, José Luis Cuerda o Mer-cero –Cuarta planta–, que a los nuevos, co-mo David Trueba; o a las chicas, como Icí-ar Bollaín o Isabel Coixet –Te doy mis ojosy La vida sin mí–. Con insinuaciones sobrealgo tan peregrino como el peso –21 gra-mos– de la culpa, o del alma; el final del ter-cer acto; el paso al más allá; o lo que ocurreantes de que le den a nuestra familia la peornoticia (que es como ahora se denomina a lamuerte en Alemania), proliferan los argu-mentos con la enfermedad como protago-nista. En el cine y en el teatro. Rosa MaríaSardá lleva por toda España el Pulitzer tea-tral de 1999, Witt, historia de una mujer enfase terminal con cáncer de ovarios.

El dolor es la bicha

Como si fuera el mismo diablo, ante eldolor... Vade retro. Con Francia a la cabeza(DSF –dolores sin fronteras– ha llegado has-ta Mozambique), igual que la muerte en Nor-teamérica es una obscenidad, el dolor co-mienza a considerarse en Europa una humi-llación. O sea, que la llamada muerte dig-na excluye el dolor. Ergo... el dolor carece dedignidad. Es un silogismo que acaba con elcuadro. Con el cuadro de Esparta, Numancia,Sagunto y con media historia de la Huma-nidad hasta D’Annunzio. Ya el dolor no es«el único elemento creativo en la vida delos pueblos y en la vida de los hombres...»

Y, por supuesto, es «vergonzoso el es-pectáculo que está dando el Papa mostrandouna deprimente imagen de enfermo lacera-do por el dolor que exhibe sus lacras y susmiserias sin pudor». Esta opinión, muy ex-tendida entre quienes no comprenden queJuan Pablo II, con la cruz de su enfermedada cuestas, acepta su calvario para recordar-nos la vigencia del Vía crucis en el siglo

¿Vale la pena sufrir?

Elogio del dolorLa Pasión, de Mel Gibson, se enfrenta a otras películas que proponen una sociedad narcótica, analgésica y eutanásica.

En la nueva escala de valores, el hedonismo desplaza al espíritu de sacrificio, a la renuncia y al sufrimiento... Y no caben la paciencia ni la resignación

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verano de Castilla, más de una hora dentro dela cota de malla del Cid; ni trabajar diez ho-ras a cincuenta grados, como lo hizo duran-te generaciones el segador andaluz.

Y con el dolor ocurre algo parecido. Du-do que un hombre de cualquier país desa-rrollado fuera capaz de resistir en la actua-lidad cualquier procedimiento de tortura;por ejemplo, el potro o la Veglia, tan comúnen la Florencia renacentista. Hoy, la extrac-ción de una muela sin anestesia provocaríadesvanecimientos, y sólo recordar a Cer-vantes y pensar en una amputación de unmiembro sin anestesia es algo que nos so-brecoge y nos hace estremecer.

Ahora, con los paliativos, los analgési-cos con opio, se intenta y se puede conse-guir aliviar un noventa y cinco por cientodel dolor. Contra los infiernos naturales...,los paraísos artificiales. Pero la desaparicióndel dolor, como la de la fiebre, a veces espeligrosa.

Alfonso Auer ha creado escuela y segui-dores suyos en España, como los doctores

para el sufrimiento. Un componente del do-lor es el miedo. El valor reduce el sufri-miento. Hay pueblos con enorme capacidadde sacrificio; por ejemplo, el británico. Peroel español supera a todos –no sé si todavía–por su aptitud para la mortificación, que esentre matarse y morirse un poco.

Cuando a Orson Welles le preguntan enmil novecientos sesenta y tantos «por qué,no siendo católico, se ha enamorado de unpaís tan extremadamente católico como Es-paña», contesta que «porque es muy confor-table vivir en un lugar donde la gente estásiempre alegre y no tiene miedo a la muerte».

¿Eran otros tiempos? Puede ser. Un le-gionario de hace sesenta años poco tiene quever con un mercenario de nuestros ejércitosde ahora. Aunque, y lo he dicho en otra oca-sión, el dolor, como el frío o el calor, no tie-nen el mismo valor ni geográfica ni crono-lógicamente. Veinte grados bajo cero no re-presentan lo mismo para un finlandés quepara un caribeño. Y nadie, habituado al aireacondicionado, podría soportar hoy, en el

Cardona Pescador y Retana Iza, han ex-puesto su criterio y puesto en valor el do-lor. «El dolor facilita el encuentro de los cri-terios con los que valorar la verdadera hu-manidad, criterios basados en nuestras li-mitaciones y en la necesidad de hacer frentea todo tipo de contrariedades». Auer dicetambién que es el dolor el que facilita la in-terpretación de las aparentes antinomias queturban al hombre, según Kierkegaard: sín-tesis de finito e infinito, de libertad y nece-sidad, de lo temporal y lo eterno.

Nadie discute que el dolor da sentido ala vida y a la muerte. Sin dolor a lo largo dela vida, no hay Vía crucis que nos con-duzca y nos prepare para el último dolorque inexorablemente deberemos afrontar.Más aún: se admite que hay dolores físi-cos que suponen liberaciones morales y nohay duda de que muchas veces el dolor esun fenómeno psicológico que, provocadopor la excitación del sistema nervioso pe-riférico, es percibido mediante el sistemanervioso central, a partir de dos compo-nentes fundamentales: uno intelectual yotro afectivo. Se admite la existencia deunos nervios del dolor y que, si estos ner-vios no resultan estimulados, el dolor nose presenta.

Un regalo impagable de Cristo

Detrás de la Pasión de Cristo, y por mu-cho que se haya tratado de magnificar en lapelícula de Gibson todo el repertorio de do-lores que puede padecer un ser humano, do-lores fulgurantes, lancinantes, pulsátiles,contusivos, terebrantres..., lo que hay es unasumisión, una entrega sin la que no se ex-plicaría la inmolación y el martirio. Un ca-mino contrario a la búsqueda del placer, alhedonismo actual, heredero de lo epicúreo,al que se opusieron los estoicos y, sobre to-dos, Séneca. Pero si a nuestro compatriotapertenece el más arrogante desprecio al do-lor, al que no reconocía siquiera como unmal, sólo a Cristo debemos el regalo impa-gable de haber dado sentido al sufrimiento ya la muerte.

La Pasión es, como el mes de abril paraEliot, una película dura, cruel, pero que qui-zás va a resolver muchas dudas. Y recor-darnos que sufrir o no sufrir no es la cues-tión, pero que sólo el sufrimiento nos lleva-rá a la compasión.

Alfredo Amestoy

Foto: Cáritas

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Hablan los clásicos de los benéficos yesperados efectos del discurso quesigue la norma del suaviter in mo-

do, fortiter in re. A esta regla, en el perio-dismo, se le llama pertinencia. El arzobis-po de Madrid, cardenal Antonio María Rou-co, participó, el pasado viernes, en el desa-yuno organizado por el Foro Nueva Europa.Ninguno de los más perspicaces augures dela trascendencia pública falló en el pronós-tico de lo que supondría la resonancia de lodicho por el Presidente de la ConferenciaEpiscopal Española en tamaño ámbito dediálogo de la sociedad civil. Allí se dio citauna no desdeñable representación del mun-do de la política, del periodismo, de las fi-nanzas y, también, de la Iglesia. Dos tiemposen la cita: el primero, dedicado a una am-plia y profunda exposición del ponente sobrela actualidad de los Acuerdos entre la Iglesiay el Estado; y el segundo, sobre las cuestio-nes de la más candente actualidad. No faltóni una pregunta, ni sobró una respuesta. Lamoderación del moderador, el director de laagencia Europa Press, Ángel Expósito, hizoque el cardenal Rouco abordara las pregun-tas formuladas por el público con una faenadirecta, al grano, sin prisa, pero sin pausa.

Primer tiempo: el cardenal Rouco Varelaintrodujo su conferencia sobre los Acuerdosentre la Iglesia y el Estado con unas brevesreferencias a la historia de estas relaciones enla España contemporánea, a partir de un aná-lisis descriptivo marcado por una nítida me-todología canonística. Fue desgranando losgrandes principios que sustentan los citadosAcuerdos, y las líneas fundamentales quelos desarrollan: el principio de la libertadreligiosa como derecho fundamental de lapersona, de amplia incidencia y trascenden-cia en nuestro tiempo; el principio de la mu-

tua y propia autonomía, en sus respectivoscampos, de la Iglesia y del Estado; y el prin-cipio de la colaboración y diálogo mutuoentre la Iglesia y el Estado.

Tres basamentos, tres garantías de la vi-gencia de los Acuerdos que, transcurridosya un cuarto de siglo de la firma de los cua-tro Acuerdos, y veintinueve de la del Acuer-do Básico, siguen siendo un valioso ins-trumento jurídico de configuración de lasrelaciones entre la Iglesia y el Estado, adap-tado al sitio en la vida y con vocación deperduración. El conferenciante se refirió ala situación de encrucijada histórica en laque se firmaron los Acuerdos, y al papelde la Iglesia y su contribución a la norma-lización política y social en el período de latransición. Y reconoció el cambio y la mu-tación que la sociedad española ha sufridodesde entonces, sobremanera en la percep-ción en la opinión pública de lo que es la re-alidad institucional y carismática de la Igle-sia y de su misión en la sociedad, que noinvalida «los principios sobre los que seestablecen las relaciones entre la Iglesia yel Estado, que pueden seguir siendo focosiluminadores de los problemas futuros». Yno olvidó las referencias fundamentales a ladoctrina del Concilio Vaticano II que es-tán en el substrato de esta realidad jurídicade naturaleza pactista. Si bien es cierto queel Presidente de la Conferencia EpiscopalEspañola se refirió, en un segundo mo-mento, al íter del desarrollo de los cuatroAcuerdos principales: el dedicado a losAsuntos Jurídicos; a la Enseñanza y Asun-tos Culturales; a los Asuntos económicos; y,en menor medida, a la Asistencia religio-sa a las Fuerzas Armadas. «Los Acuerdos–concluyó el cardenal Rouco en este pri-mer tiempo– son un buen marco jurídico

para que el bien común de los ciudadanos sepueda cumplir».

Un Pacto escolar permanente

Pero lo que inevitablemente centró laatención del foco público fue el turno de laspreguntas, centradas en los anuncios reite-rados y reiterativos del partido ganador de lasúltimas elecciones sobre la cuestión de laenseñanza de la Religión; de la familia y dela vida; y de las relaciones entre la Iglesiay el Gobierno entrante.

Sobre la enseñanza, en general, y la dela Religión, en particular, el cardenal Roucoaclaró que, «de buen grado, hubiéramos lle-gado al Pacto escolar, dado que la cuestiónde la enseñanza va más allá de los Gobiernosy de los cambios de Gobierno, ya que afec-ta a derechos fundamentales. Hubiéramosdeseado, desde los primeros años, colocareste problema fuera de la legítima alternan-cia de los partidos políticos en el Gobier-no». Y apuntó más adelante: «En España,cada año, los padres hacen una especie deplebiscito anual sobre la opción de la Reli-gión en la escuela, y a pesar de unos añosde una ordenación académica no favorable ala clase de Religión, nos encontramos conque el 70, incluso el 80 por ciento de los pa-dres de familia españoles, lo siguen pidien-do. ¿No deberíamos llegar todos a una bue-na fórmula de solución del problema, res-petando los Acuerdos y la Constitución?¿Qué hay de malo y a quién daña, desde elpunto de vista pedagógico, que los alumnosy padres de familia puedan recibir, dentrodel programa de su educación, un capítuloque tenga que ver con la religión y sus rela-ciones con la cultura y la sociedad?»

Ante el anuncio de políticas contrarias alderecho a la vida, señaló el cardenal Rocuoque, «en cuestiones relacionadas con el de-recho a la vida, nos movemos en un campode graves consecuencias para el futuro. ElEstado tiene la obligación de tutelar el de-recho a la vida». Y el arzobispo de Madrid nocree que exista un consenso social en for-ma clara y generalizada, «que todos poda-mos percibir», sobre la legalización del malllamado matrimonio de homosexuales.

No faltaron las preguntas ni las respues-tas referidas al 11-M, a la inmigración, a lamanipulación de embriones –«el desarrollocientífico no es un principio absoluto al quehaya que someterlo todo», señaló– a la fi-nanciación de la Iglesia y a la relación entrela Iglesia y el PSOE. El cardenal Rouco Va-rela apuntó que había mantenido una con-versación telefónica de «cierto tiempo» conel futuro Presidente del Gobierno, José LuisRodríguez Zapatero, en un contexto de «cla-ra amabilidad».

José Francisco Serrano

Coloquio del cardenal Rouco Varela en el Foro Nueva Europa

«El Estado está obligadoa tutelar la vida»

Un momento dela intervencióndel cardenalRouco en el ForoNueva Europa

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Punto de vistaDiálogo con el cardenal

No lo tuvo fácil el cardenal arzobispo deMadrid cuando el Forum Europa le invitó

a desayunar, con amigos y periodistas. Con-testó las muchas preguntas con la tres condi-ciones que le caracterizan: firmeza en sus cre-encias, talento en el fondo, suavidad en la for-ma. Cuando recibimos esta invitación, no sehabía producido el vuelco electoral que dejótan atónitos a los ciudadanos; sobre todo a susinesperados beneficiarios. La nueva y muycompleja mayoría amenaza con la ruptura deacuerdos muy laboriosamente negociados en-tre la Iglesia y el Estado, que venían a com-pletar los que ambas partes firmaron en Roma,al comienzo de nuestra vida democrática. Enesa materia, hoy regulada en la Ley de Cali-dad, el cardenal fue clarísimo: la enseñanzade la Religión, o de la materia alternativa pa-ra quienes no deseen que sus hijos la estudien,debe ser, y seguir siendo, una materia evalua-ble, una parte del sistema educativo general.Quienes, en otros tiempos, pasamos por la ex-periencia de las tres Marías sabemos cúantorazón le asiste en una posición que cumplecon buen sentido, por fin, los principios acep-tados en el Concordato vigente y en nuestraConstitución. El nuevo Gobierno supo apro-vechar, para llegar a serlo, el ingenuo pacifis-mo de la mayoría; debería ahora tranquilizar aese casi 80% de los padres que respaldan la en-señanza de la Religión.

Poco antes de este encuentro, había anun-ciado el PSOE que se propone superlegalizar elaborto, en verdad ya legalizado mediante tressupuestos que hoy aplican con liberalidad al-gunas clínicas encenagadas en el buen nego-cio de la muerte. Algun periodista ha sugerido,en su reseña del diálogo, que la solución de laIglesia sería la de «meter en la cárcel a las77.125 mujeres que en 2002 interrumpieronsus embarazos en España». No estaría quizáde más que tan ocurrente plumífero vertierauna lágrima por los inocentes a los que esaeufemística interrupción privó del derecho a lavida que sus padres les habían dado; pero nopidamos las clásicas peras al clásico olmo. Larespuesta del cardenal galaico-madrileño ha-bía sido un modelo de templanza: la Iglesia,que somos sus fieles, desea ayudar a que esosembarazos lleguen a su buen fin, que es la vi-da. ¿Es mucho pedir en un pueblo que puedeextinguirse si persiste en su bajísima tasa denatalidad y donde centenares o millares deparejas adoptan hijos fuera de España mien-tras otras los asesinan a domicilio?

Y, por fin, los derechos de los homosexua-les. El respeto que debemos a quienes padeceno disfrutan de esa condición no nos obliga aconfundir su unión, incluso si es estable, conel matrimonio entre hombre y mujer que cual-quier civilización reconoce. Lo dijo el carde-nal con claridad: no le parece que haya con-senso social a favor de esa medida. Y quizá elPSOE lo compruebe cuando muchas de susbases, unidas en verdadero matrimonio, veanque una frivolidad electorera puede pasar a esarealidad llamada la Ley.

Carlos Robles Piquer

L I B R O S

La Iglesia vivió, el año 2000, muchos Jubileos singu-lares. Sin embargo, el dedicado a los gobernantes yparlamentarios, en Roma, durante los día 4 y 5 de no-

viembre, ha tenido sus peculiares efectos, en respuesta al lla-mamiento de Juan Pablo II a descubrir «una nueva dimen-sión de la política» –unida a una nueva imaginación de lavocación a la política–. El arzobispo de Madrid, cardenalAntonio María Rouco Varela, invitó a quienes habían par-ticipado en el citado Jubileo a una celebración eucarística,y a un encuentro-cena posterior, el día 10 de enero de 2001,en el Seminario de Madrid. Con esa celebración se inicia-ba una serie de reuniones que el cardenal Rouco mantendríacon un nutrido grupo de políticos, de muy diversas proce-dencias geográficas, responsabilidades públicas y perte-nencias a diversos partidos con representación parlamen-taria. Encuentros de los que este libro es acta y memoria,presencia y acicate de un siempre renovado método de ser-vicio y ayuda de la Iglesia en la vida de los hombres y mu-jeres dedicados a la construcción del bien común.

La peculiar metodología de estos actos propició, desde elinicio, un diálogo sincero y espontáneo entre los asistentes.El centro, y primer tiempo, fue la celebración de la Euca-ristía, fuente y culmen de la vida cristiana, como nos re-cordó el Concilio Vaticano II. Seguía a la celebración eu-carística una cena, en la que el anfitrión proponía un temade actualidad mediante la breve exposición que de éste hi-

ciera, habitualmente, un especialista en la materia, durante diez minutos aproximadamente. Laprimera participación del invitado se desarrolló el día 30 de mayo de 2001, a cargo del jesuita pa-dre Juan Antonio Martínez Camino, quien disertó sobre El programa de Juan Pablo II al comen-zar el milenio: la Carta apostólica «Novo millennio ineunte». La segunda cena, que abordó una cues-tión de actualidad, se celebró el 19 de septiembre de 2001, con la intervención del cardenal Anto-nio María Rouco sobre La fundamentación de los derechos humanos: una cuestión urgente.

Ya en el mes de diciembre de 2001, el día 12, un destacado y nutrido grupo de políticos se reu-nieron, una vez más, con el fin de debatir sobre el diálogo interreligioso, en general, y sobre el Is-lam, en particular. Fue invitado a presentar el tema el entonces arzobispo de Granada, monseñor An-tonio Cañizares Llovera. En la siguiente ocasión de encuentro, le tocó el turno al catedrático de laUniversidad Pontificia de Salamanca don Olegario González de Cardedal, quien disertó sobre Es-piritualidad y acción política, el día 13 de febrero de 2002. El día 2 de mayo de 2002 se desarro-lló uno nuevo, dedicado a Clonación y antropología cristiana: algunas observaciones sobre elcontexto cultural, a cargo del profesor de la Facultad de Teología San Dámaso don Javier Prades.Pasados unos meses, el 30 de octubre de 2002, el profesor don José Giménez y Martínez de Carvajalintrodujo a los participantes en una nueva cena-encuentro en la cuestión de las relaciones entre laIglesia y el Estado, con especial incidencia en los Acuerdos Iglesia-Estado de 1979.

El 24 de noviembre de 2002, la Congregación para la Doctrina de la Fe hacía pública la Nota doc-trinal sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los católicos en la vidapolítica, texto clave para contextualizar el espíritu y la finalidad de estos encuentros. En este sen-tido, el 12 de marzo de 2003, el profesor de la Facultad de Teología San Dámaso don Gerardo delPozo, presentó una breve introducción a este documento de la Congregación para la Doctrina de laFe. Meses después, en los primeros días del mes de mayo, Su Santidad Juan Pablo II llegaría aEspaña en su V Visita apostólica. La última cena, el 10 de diciembre de 2003, se ocuparía, a modode glosa, de la citada Visita apostólica de Juan Pablo II a España, introducida por el Redactor-jefede Alfa y Omega, don José Francisco Serrano.

Este libro recoge el íter de la práctica mayoría de las presentaciones que los invitados ponenteshicieron en el decurso de los encuentros de los políticos católicos con el cardenal Rouco Varela. Sepodría afirmar que esta metodología peculiar de encuentros del cardenal arzobispo de Madrid conlos políticos católicos nació en el movimiento del eco de lo vivido en el Jubileo de los parlamen-tarios y gobernantes. Fueron, por tanto, los textos allí escuchados –y recogidos en un apéndicedocumental– los que han creado esta nueva corriente de gracia, un nuevo tiempo oportuno de ora-ción y reflexión cristiana para los hombres y mujeres dedicados al bien común y a la vida pública.

Alfa y Omega

Ecos del Jubileo de gobernantes y políticosTítulo: Los católicos y la política. Encuentros del cardenal Rouco Varela con políticosAutor: José Francisco Serrano Oceja ( ed.)Editorial: San Pablo

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Gentes

Televisión Con ojos de mujer

Hoy estoy de duelo

Hoy estoy de duelo. Lo estaba ya desde el 11 de marzo, pero hoy llo-ro por los niños muertos y por los que vamos a matar. Porque en

nuestra sociedad cada vez menos personas se interesan por los derechosdel no nacido, al que no queremos llamar persona, para seguir pensan-do que tenemos las manos limpias.

Qué sociedad hipócrita somos, que llora y hace duelo por la muerte quese ve, porque la sangre mancha el pavimento, y llama interrupción vo-luntaria del embarazo a la decisión de matar de las pobres mujeres que,sin conciencia o con ella, deciden hacerlo. Creo que a ellas no se lespuede juzgar, sólo ayudar, acompañar, informar de la existencia de tan-tas familias que están deseosas de acoger a esos niños que nunca veránla luz, que nunca sonreirán como los niños adoptados que yo conozco, quesonríen porque tuvieron más suerte.

Lo que me ha hecho empezar a llorar ha sido la noticia en la que elPSOE anuncia que reformará la legislación para que las mujeres puedanabortar durante las 12 primeras semanas de gestación, simplemente pordecisión personal y sin contar con dictámenes médicos. Pero sé que el pro-blema de fondo no es una cuestión legal; es que nuestra conciencia es-tá herida de muerte.

Por eso lloro, por eso y por los niños por los que nadie hace duelo, alos que nadie ampara, a los que nadie concede una ley que les permita vi-vir, ¿quizá porque no tienen capacidad de voto? Qué sociedad hipócritaque habla de seguridad nacional y no permite que los niños estén segu-ros ni siquiera en el útero de su madre, dejándoles como única defensa re-traerse cuando la aguja rompa la bolsa.

Lloro y no me da vergüenza hacerlo, porque es un síntoma de queestoy viva. Quizá todos esos niños lloren hoy a través de mis ojos.

Patricia López Schlichting

David Muñoz, cantante del grupo de rock Estopa

José María Contreras, especialista en temas familiares

Isabel Tabar,profesora de Religión

Semana Santa en TMT-Popular TV

El calendario nos habla de la primavera, pero afuera no deja de llover y racheanlos vientos polares, contradicción que nos tiene perplejos. En breve, el calendario

nos mostrará el rojo de los días de Semana Santa, pero en las principales cadenasde televisión apenas se notará. Aparecerá lo de siempre, la programación de a dia-rio, sólo que remozadita, para dar la impresión de que el aura singular de estos dí-as especiales tiene que asomar por algún sitio. Pero es una operación que se acer-ca más al maquillaje que al pilar del ideario. Sin embargo, TMT-Popular Televisiónha preparado una parrilla de Semana Santa en la que el significado profundo de es-tos días aparecerá debidamente trenzado en cada uno de los programas y no en elacento de una serie, en el penúltimo rincón del telediario o en una misa de prime-rísima hora de la mañana. De ahí que resaltemos algunas de las citas ineludibles pa-ra la próxima semana.

El Miércoles Santo, el cardenal arzobispo de Madrid y el obispo de Menorca pro-nunciarán un mensaje pastoral sobre el sentido de la Semana Santa y el significa-do del Jueves Santo (20,30 h.) Al día siguiente, lo harán los arzobispos de Badajozy Oviedo (20,15 h.) El Viernes Santo, los de Plasencia y Toledo (20,15 h.) Y elSábado Santo cerrarán el ciclo de mensajes pastorales los obispos de Segovia yde Cartagena (14,20 h.)

El despliegue de programas en directo nos vendrá de la mano de las transmisiones,desde la Ciudad del Vaticano, de todo el Triduo Pascual, presidido por el SantoPadre. Se iniciará el Jueves Santo con la Misa Crismal (9,30 h.) y la de la Cena delSeñor (17 h.) El Viernes, la celebración de La Pasión y Muerte del Señor (17 h.) yel Santo Via Crucis desde el Coliseo (21 h.). La Solemne Vigilia Pascual, el Sába-do Santo (19 h.), y la Misa Solemne de Pascua de Resurrección, con la bendiciónUrbi et Orbi, el Domingo de Resurrección (10,30 h.).

Una de las novedades de este año será la transmisión en directo, desde Sevilla,de la célebre madrugá (de 1.00 a 7.00 h.), en la noche del Jueves al Viernes Santo.El mismo Viernes Santo, el programa de cine Pantalla Grande propone un especialdedicado a la película de Mel Gibson La Pasión de Cristo, en el que se aportarándatos, entrevistas y reportajes para que el espectador puede conocer en profundidadel film (22,30 h.) Argumentos, que dirige y presenta Ramón Pi, contará con dos pro-gramas extraordinarios: el Miércoles Santo (21,30 h.) el tema será La Pasión de Cris-to y el arte; y el Domingo de Pascua (22 h.) se hablará de El sentido de la vida.

Habrá también películas especiales, entre las que destacamos Marcelino pan yvino (Jueves Santo, a las 15,30 h.); Los últimos días de Pompeya (Viernes Santo, alas 15,30 h.); y Teresa de Jesús (Domingo de Pascua 13,30 h.) Habrá también unaprogramación infantil extraordinaria, programas religiosos especiales con moti-vo de la Semana Santa, etc. Es decir, un surtido sugestivo en una cadena que con-fiesa conocer el sentido profundo de estos días rojos del calendario.

Javier Alonso SandoicaMás información: Tel. 91 309 66 69. E-mail: [email protected]

Una vez me preguntaron: «¿Qué consejo daríasa un chaval que empieza?» Y dije: «Que rece».Así de claro; la vida no es: Sé tú mismo y triun-farás, como dicen.

Vivimos en una sociedad materialista, en la quetodos esperamos un beneficio de nuestras inver-siones a corto plazo. En ocasiones, pensamos quela inversión de tiempo que hacemos en nuestros hi-jos o en nuestra pareja puede que no nos reportenada. Esta incertidumbre lleva a que dejemos de es-forzarnos por sacar adelante a los nuestros, ya queno vemos resultados a corto plazo. Cuando unafamilia se rompe, los primeros perjudicados sonlos niños, porque no dan crédito a que sus padresno se quieran; en segundo lugar, la más perjudicadaes la mujer, porque afectivamente es más maduraque el hombre, y esto le lleva a sufrir más.

Hay muchos niños a los que, si les quitan la asig-natura de Religión, les quitan todo. Privarles de esaformación es una burrada; quitarles esa base cul-tural es privarles de sus raíces. Cuando a los niñosse les enseña la Religión como algo natural que lle-vamos dentro, la ven de forma diferente. Una ni-ña me dijo: «Isabel, ¡qué ganas tenía de que lle-gase la clase de Religión!»

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No es verdad

No por previsibles las dos primeras decisio-nes –o, mejor dicho, anuncios de decisiones–del nuevo Gobierno, todavía no en funciones,que salió de las urnas del 14-M, son menosintolerables. No es fácil entender para cual-quier mente correctamente ordenada por quélos todavía no nacidos, y que tienen pleno de-recho a nacer, tienen que ser las primeras víc-timas que vengan a sumarse a las del 11-M.No es fácil que nadie del PSOE pueda expli-carlo, porque, francamente, hay cosas que notienen explicación posible. No sólo cualquiercreyente en Jesucristo, sino cualquier ser hu-mano normal, y por consiguiente defensor dela vida, rechaza con toda su alma ese anunciode hacer el aborto provocado libre durante lostres primeros meses del embarazo, sin tenerque dar a nadie explicación del crimen. Esono es sólo una irracionalidad; es mucho más.Ni el PSOE, ni el PP, ni ningún partido ni ins-titución política del color que sea son quié-nes para permitir ni dejar de permitir seme-jante atrocidad. Y algo más al respecto: losiento muchísimo, créanme que lo siento deverdad, pero, de las proclamaciones a favorde la vida y de los minutos de silencio de quie-nes son responsables de estas medidas favo-recedoras del aborto, no me creo una sola pa-labra. La credibilidad respecto a la vida se de-muestra siempre, en la Estación de Atocha,en Iraq, contra la ETA, en las llamadas clíni-cas abortistas y en todo momento. Si no, nohay credibilidad que valga, y créanme que losiento. ¡Ojalá no tuviera que escribir esto!;pero, ya digo: ni palabra les creo.

La otra medida anunciada, por desgraciaigualmente previsible, es la de desandar lo an-dado en materia de enseñanza religiosa. Másaún, en los dominios de Rovireche se ha que-dado suspendida la Ley de Calidad de la Edu-cación, lo cual es una ilegalidad, supone sal-tarse las reglas del juego democrático y es unatentado contra el Estado de Derecho, porquese trata de una Ley Orgánica, aprobada por elParlamento y vigente. En algunas regiones,por ejemplo en la Castilla-La Mancha del señorBono, se habían tomado medidas de presión.Las plazas en los colegios las estaba decidien-do una llamada Oficina de escolarización, co-mo si la escolarización de los hijos, en vez dehacerla los padres, pudiera hacerla oficina al-guna; pero los cacareadores del diálogo, quehabían decidido eso unilateralmente, no se ha-

bían atrevido a saltarse la Ley expresamente.Como oportunamente ha recordado hace unosdías el cardenal Rouco, se hace verdadera-mente imprescindible un pacto escolar que, deuna vez por todas, como ocurre en los paísesdemocráticos de nuestro entorno, no dejen unámbito tan esencial para la vida como el de laeducación de los hijos, al albur de cada cambiode Gobierno, cada equis años. Es algo que de-be quedar definitivamente establecido, al abri-go de la racionalidad y de los derechos inalie-nables de los padres, no al azar de los cambiospolíticos. Por lo visto, hace falta volver a re-cordar que, en España –¡y nada menos que ca-da año!–, hay un referéndum que da como re-sultado que al menos 80 de cada cien padres es-pañoles quieren para sus hijos la enseñanza dela Religión. No se comprende en absoluto có-mo algo tan clamorosamente democrático essistemáticamente avasallado por el PSOE ypor sus derivados y compuestos, y cómo, en-cima, hablan de diálogo. ¿Éste es el cambiotranquilo del que se llenan la boca el señor Za-patero y el señor Rubalcaba? ¿Verdad que Es-paña se merece algo mejor? ¿Qué hay de ma-lo, qué daño hace, y a quién, lo que con tantaurgencia se proponen cambiar? Si hay cam-bios demenciales, el permanente de las leyeseducativas, y el todavía más ominoso de ani-quilar a quienes tienen derecho a nacer, se lle-van la palma. ¿Acaso es éste el nuevo ordenmundial y de los grandes expresos europeosal que se han referido, coitadiños, los egregiosseñores Caldera y Blanco? Ya tiene tema parasu próxima película el desvergonzado mani-pulador de mala educación.

El diario La Vanguardia ha publicado, el do-mingo 28 de marzo, un montaje fotográficoen el que se ve a don José Luis Rodríguez Za-patero disfrazado de «Nuestra Señora de Fe-rraz. Nueva Patrona de España y Abogada deIraq», con un intolerable remedo de oraciónque empieza así: «A vos, virgen de Ferraz, di-rigimos nuestros votos...» Miren ustedes, hayrealidades que no se pueden tomar a bromanunca. El saludabilísimo sentido del humornada tiene que ver con una memez como ésta,que estoy seguro que no le ha hecho ni la me-nor gracia a la respetable madre del director deLa Vanguardia.

Gonzalo de Berceo

Punto de vista

Jesús puede más

Estos días dramáticos que hemos vivido y quehan dejado una huella inesperada en el pano-

rama político y social de España, coinciden con elestreno de La Pasión de Cristo en nuestros cines.Una película completamente inédita, nueva y lle-na de belleza. Es un rayo de esperanza en mediodel desconcierto general. Nos recuerda que Je-sús puede más. Más que nuestro desaliento, quelas opciones laicistas de gobierno, el terrorismo yla desesperación. Jesús puede más aquí y ahora.Por eso, desde el rodaje, la película va cambian-do corazones, y Cristo va quedándoselos para sí.Conversiones. ¿Qué esperar, si no, de una obrade arte elaborada a base de oración y Eucaristía?Para sorpresa de todos, Jesús se ha sacado un nue-vo as de la manga a través del alma agradecida ygenerosa de Mel Gibson.

Viene acompañada de polémica, pero sobretodo de un éxito rotundo en Estados Unidos. Hoyya no es el momento de argumentar a favor o encontra; es el momento de ir a verla y dejarse atra-par por su sencillez y realismo. Luego, dejar quelas imágenes y los diálogos pasen, una y otra vez,por el alma. Jonathan Morris, el sacerdote legio-nario que estuvo junto a Mel Gibson y los actoresdurante el rodaje, asistiéndolos espiritualmente,comenta que el hecho de ver tanta sangre, al al-ma que vive en Cristo, no la violenta, sino quees capaz de ver su belleza, por el valor que tiene.

Protagonista es Jesús, pero protagonistas sontambién las mujeres en esta película. María deun modo especial, por la intensidad y fortalezacon la que aparece en cada escena. Ningún mo-mento del sufrimiento del hijo pasa inadvertido ala madre, y, de hecho, al espectador le resultamás fácil vivir la película junto a María que jun-to a Jesús. Porque Jesús, en su inmenso sufri-miento, está solo. En Getsemaní, la compañíamás prolongada es la del demonio. De hecho, supresencia real a lo largo de toda la película esmás elocuente que cualquier discurso que se hahecho sobre él en los últimos tiempos.

Con María queremos ir todas las madres, abra-zar tiernamente a Jesús, y darle seguridad: «Aquíestoy». Y dejar que nos cale la respuesta de Je-sús: «Madre, yo renuevo en mí todas las cosas». Je-sús agradece tiernamente la presencia de su ma-dre, pero a su vez responde a su inquietud dán-dole a entender que un mundo nuevo está emer-giendo de esta entrega amorosa. Gran parte dela película la pasas contemplando a Cristo y sudolor. Cristo solo. El espectador solo. Y el silenciodel corazón, donde resuena el eco de su dolor.

Cristo está llevando a cabo la obra más subli-me, llevando al extremo su condición divina, conuna dignidad inigualable, en el ambiente más sór-dido imaginable y sumido en el sufrimiento másatroz. Es un contraste tan fuerte que cuesta asi-milarlo. Quedan pequeñas todas nuestras medi-taciones de Semana Santa, porque, a través deesta película, Cristo te invita a su lado en la Pasión,a contemplarlo, a buscar su mirada. Y te da al-guna oportunidad de acercarte a Él, con María,con el Cireneo, con la Verónica, con Juan, conMaría Magdalena. Quiere que su presencia, des-hecho de humanidad, te interpele, y te pregunte:«¿Y tú, dónde estabas?»

Georgina Trías

Ventura y Coromina, en La Vanguardia

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Alfa y Omega agradece la especial colaboración de:

Es un minuto interminable, pero uno quisiera que no se terminara nunca. Pa-ra mí, es la Piedad más hermosa, impresionantemente viva, actual y con-movedora del arte de todos los tiempos; es la mirada que habrían soñado,mientras tallaban sagradamente, Miguel Ángel o Gregorio Fernández: Ma-ría, la madre del Señor, con su Hijo muerto y recién bajado de la Cruz en suregazo, fija sus ojos (esos tus ojos misericordiosos) en ti; es una mirada sos-tenida, intensísima, cargada de ternura y de porqués, repleta de estupor, deaceptación y de asombrosa, infinita misericordia. Es una mirada de amor, node reproche, una mirada inolvidable que se te cuela avasalladora, irresistible,por todas las rendijas de tu ser para siempre..., y que te hace llorar, pedirperdón, rezar (Alma de Cristo, santifícame; Cuerpo de Cristo, sálvame; San-gre de Cristo...), mientras te invade una profundísima paz interior y la se-guridad, inequívoca y plena, de haber sido salvado y redimido por un Amorinmerecido e inexplicable.

Lo más inefable, y por tanto el mayor acierto de esta película que, sinduda, marca un antes y un después en la expresión artística de la Pasión,muerte y resurrección de Jesucristo, es que, quizás, no se trata tanto de laPasión según Gibson, como de la Pasión a través de los ojos y del alma de laMadre del Señor. «Aquí estoy, Hijo», le dice María a Cristo, camino del Cal-vario: las mismas palabras que dijo el día de la Anunciación. Sólo una fe y unaesperanza formidables pueden ser capaces de llegar a tanto en un hombreartista. Ni Dreyer imaginó tanto.

Comienza Jesús a mostrar a sus discípulos y a elevar en sus manos, en suÚltima Cena, el pan, mientras dice: «Esto es mi Cuerpo», y, antes de termi-nar la elevación, hay un fundido magistral, y lo que termina por alzarse, pa-ra incrustarse en la tierra, es la cruz en la que acaba de ser clavado. Es una pe-lícula profundamente mariana y profundamente eucarística, inconfundible-mente católica. Nada tiene de extraño el comentario de un muchacho, al sa-lir de verla: «Nunca volveré a oír Misa igual...»

Mel Gibson ha sintetizado las doce últimas horas de Cristo antes de mo-rir en la cruz en dos horas y seis minutos portentosos. Es como participar, endirecto, en el insondable misterio del Gólgota que nunca jamás ningún artista,ningún ser humano, acabará de saber expresar del todo. Es un insuperable Víacrucis para rezar en las estaciones de Atocha, de Santa Eugenia y del Pozo delTío Raimundo, de la mano de los grandes imagineros, a lo Berruguete, de laescultura española, y de Grünewald, Rembrandt, Durero, El Greco, el mejorGoya, Van der Weyden; todo ello, con la poderosa maquinaria de Hollywo-od a su servicio; y para replicar, con serena mansedumbre, a quienes, sos-pechosamente, quieren quedarse en polémicos clichés de anti-esto o anti-lootro, o a los farisaicos denunciadores de una violencia curiosamente sor-prendente para ellos sólo en este caso, que lo que pasó en aquellas doce ho-ras así fue; que la Pasión y muerte de Cristo no fueron de película ni de es-tampita, y que, como me decía Pablo Pombo, «hoy, cada ser humano –tú y yotambién– seguimos dándole a Cristo otro latigazo; y otro; y otro...» Hay, in-tolerablemente, muchos más charcos de sangre inocente en los centros deexterminio disfrazados de clínicas abortistas y en las guerras absurdas –la delterrorismo incluida, por supuesto–, que en esta durísima, pero catártica, pe-lícula en la que Gibson no se inventa nada, sino que nos recuerda que Dios,hecho hombre, sólo puede morir –¡qué Notición!– para resucitar y resucitarnosde puro amor.

Desde la agonía en Gethsemaní, hasta los lienzos de la Resurrección–que, prodigiosamente, han sido filmados como en movimiento, porque deellos acaba de resucitar y de salir un cuerpo muerto– hay una batalla cósmica,cima del más puro y sublime realismo, entre el Bien y el Mal; no vence la tor-tura ni el suplicio, sino la Vida para siempre; el lanzazo al costado del Cru-cificado hace brotar un chorro bautismal de sangre y agua (Agua del costa-do de Cristo, lávame); la última mirada de Cristo desde la cruz (Pasión deCristo, confórtame) da paso a una lágrima gigantesca (¿acaso del Padre?) ypurificadora, y abre a la cabeza de la Serpiente que ya crujió en el Huerto delos Olivos bajo la sandalia del Hijo de Dios, un agujero abisal, infinito, deperdición eterna. Es la victoria definitiva sobre el Maligno, que le hará es-cribir a Pablo de Tarso: «Tenemos que gloriarnos sólo en la Cruz de Nues-tro Señor Jesucristo, en la cual está nuestra salvación, nuestra vida y nues-tra resurrección».

A la vista de los mínimos apuntes en flash-back que, en clamoroso silen-cio, sin ruido de palomitas siquiera, se gozan en ésta, ¿qué película habría queexigirle a Gibson sobre la vida de la Familia de Nazareth?

Miguel Ángel Velasco

Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, según Mel Gibson

Un Vía crucispara la estación de Atocha

«... y, al momento, de su costado, brotó sangre y agua»