24
N úm, 58 CONTINUACIÓN DE LA 4," SESIÓN DE PRÓRROGA, El 23 DE OCTUBRE DE 1899 PRESIDENCIA DEL SEÑOR MARCO AVELLANEDA SUMARIO:-Continúa la consideración drl dictamen de la comisión de hacienda en el proyecto de ley, en revisión, sobre conversión do la actual emisión fiduciaria de billetes de curso legal. DIPUTADOS PRESENTES Alemán, Alvarez , Argerich, Avellan, la ( M. M.), Avellaneda ( M.), Belderrain , Benedit, h»rduc, Ber- mejo, Bollini, Bores , Bouquet Roldán , Itruchmann, Cabral, Calderón, Carballido , Carbó,Carlrs , Carreras, Coronado , Cortés Funes , Claros, Cullen , Daract, Dávalos, Echegaray , Ezquer , Falcón, Fernández, Ferrari, Gálvez , García ( T.), Garzón , GlKena, Gimé- nez, Godoy (E.), Godoy ( M. E.), Gómez (C. F.), Gó- mez (I.), Gouchon , Gutiérrez , Herrera, Lacavera, Lagos, Lartigau, Leiva, Lescano, Lobos , Ldpez García. Loureyro , Luro , Llobet, Machado, Martínez (J.), Martínez (M. R.), Mitre, Morel , Moreno, Obligado, O'Farrell , Outes, Panelo, Papera ( R:), Paunero, Peña (Y.), Posse, Reyna . Romero, , Ruíz, Sáenz, Salas, Sánchez, Santa Coloma, Santamarina , Seguí, Serú, Soldati , Usandivaras , Valenzuela, Vareta Ortiz, Ve- dia, Villanueva , Vivanco, Zavalla. AUSENTES, CON LICENCIA Almada,Avellaneda (F. F. ), Cantón, Capdevila, Fe- rrer, Ovejero. CON AVISO Barraquero, Carrasco, Fonrouge, González, Guasta- vino, Hernández, Lacasa, Láinez, Lassaga, Massey, Parera (F. M.), Roberts, Sánchez Viamonte. SIN AVISO Astrada, Balestra, Cabal, Castellanos, Contte, Dan- tas, Iturralde, Laferrére, Luque, Peña (J.). Rivas, Serna. -En Buenos Aires, á 23 de octubre de 1899, reunidos en su sala de sesiones los señores diputados arriba anotados, presente el señor ministro de hacien- da, doctor José Ma. Rosa, el señor presidente declara reabierta la se- sion, siendo las 3 y 45 p. m. ORDEN DEL DÍA CONVERSIÓN DE LA EMISIÓN FIDUCIARIA Sr. Presidente -Continúa la discusión,, en general, del proyecto de ley sobre con- versión fiduciaria. Sr. Mitre -Pido la palabra. De buena gana ahorraría á la cámara un discurso más, después de los muy buenos que ha escuchado; pero me siento, hasta cierto punto, obligado á fundar mi voto en esta cuestión que ha conmovido tanto la opinión de la República. Confieso, señor presidente, que si hay algún asunto que yo no hubiera creído ver venir al debate de esta cámara, al menos en el presente período de sesiones, son estos proyectos por los cuales se fija una relación arbitraria de valor entre el papel moneda y la moneda de oro, que es tam- bién moneda nacional de la República. Hace seis meses , el presidente de la Re- pública al abrir nuestras sesiones, nos

Núm, 58 23-10-1899_D.pdf · 2020. 3. 12. · Núm, 58 CONTINUACIÓN DE LA 4," SESIÓN DE PRÓRROGA, El 23 DE OCTUBRE DE 1899 PRESIDENCIA DEL SEÑOR MARCO AVELLANEDA SUMARIO:-Continúa

  • Upload
    others

  • View
    7

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

  • Núm, 58

    CONTINUACIÓN DE LA 4," SESIÓN DE PRÓRROGA, El 23 DE OCTUBRE DE 1899

    PRESIDENCIA DEL SEÑOR MARCO AVELLANEDA

    SUMARIO:-Continúa la consideración drl dictamen de la comisión de hacienda en el proyecto de ley, en

    revisión, sobre conversión do la actual emisión fiduciaria de billetes de curso legal.

    DIPUTADOS PRESENTES

    Alemán, Alvarez , Argerich, Avellan, la (M. M.),Avellaneda (M.), Belderrain , Benedit, h»rduc, Ber-mejo, Bollini, Bores , Bouquet Roldán , Itruchmann,Cabral, Calderón, Carballido , Carbó,Carlrs , Carreras,Coronado , Cortés Funes , Claros, Cullen , Daract,Dávalos, Echegaray , Ezquer , Falcón, Fernández,Ferrari, Gálvez , García (T.), Garzón , GlKena, Gimé-nez, Godoy (E.), Godoy ( M. E.), Gómez (C. F.), Gó-mez (I.), Gouchon , Gutiérrez , Herrera, Lacavera,Lagos, Lartigau, Leiva, Lescano, Lobos , Ldpez García.Loureyro , Luro, Llobet, Machado, Martínez (J.),Martínez (M. R.), Mitre, Morel , Moreno, Obligado,O'Farrell , Outes, Panelo, Papera ( R:), Paunero, Peña(Y.), Posse, Reyna . Romero, , Ruíz, Sáenz, Salas,Sánchez, Santa Coloma, Santamarina , Seguí, Serú,Soldati , Usandivaras , Valenzuela, Vareta Ortiz, Ve-dia, Villanueva , Vivanco, Zavalla.

    AUSENTES, CON LICENCIA

    Almada,Avellaneda (F. F. ), Cantón, Capdevila, Fe-rrer, Ovejero.

    CON AVISO

    Barraquero, Carrasco, Fonrouge, González, Guasta-vino, Hernández, Lacasa, Láinez, Lassaga, Massey,Parera (F. M.), Roberts, Sánchez Viamonte.

    SIN AVISO

    Astrada, Balestra, Cabal, Castellanos, Contte, Dan-tas, Iturralde, Laferrére, Luque, Peña (J.). Rivas,Serna.

    -En Buenos Aires, á 23 de octubre de1899, reunidos en su sala de sesioneslos señores diputados arriba anotados,presente el señor ministro de hacien-da, doctor José Ma. Rosa, el señorpresidente declara reabierta la se-sion, siendo las 3 y 45 p. m.

    ORDEN DEL DÍA

    CONVERSIÓN DE LA EMISIÓN FIDUCIARIA

    Sr. Presidente-Continúa la discusión,,en general, del proyecto de ley sobre con-versión fiduciaria.

    Sr. Mitre-Pido la palabra.De buena gana ahorraría á la cámara un

    discurso más, después de los muy buenosque ha escuchado; pero me siento, hastacierto punto, obligado á fundar mi votoen esta cuestión que ha conmovido tantola opinión de la República.

    Confieso, señor presidente, que si hayalgún asunto que yo no hubiera creído vervenir al debate de esta cámara, al menosen el presente período de sesiones, sonestos proyectos por los cuales se fija unarelación arbitraria de valor entre el papelmoneda y la moneda de oro, que es tam-bién moneda nacional de la República.

    Hace seis meses, el presidente de la Re-pública al abrir nuestras sesiones, nos

  • CONGRESO NACIONAL 73

    Octubre 23 de 1899. CÁMARA DE DIPUTADOS 4.o Sesión de prórroga.

    exponía las vistas y las ideas del poderejecutivo en materia monetaria; peroen las declaraciones del mensaje inau-gural leído en esa ocasión no encon-tramos ningún indicio que nos hicieracomprender que había el pensamiento dedar solución al problema monetario, en laforma que hoy viene el poder ejecutivo ásometerlo á la cámara.

    Un mes más tarde, el señor ministro dehacienda-nos remitía el presupuesto parael año próximo, con los cálculos del poderejecutivo respecto al desenvolvimiento delas finanzas, á la producción de los im-puestos, y á la fijación, en una palabra, delas rentas públicas y de los gastos genera-les de la administraci )n. Tampoco en esedocumento encontramos signo alguno quenos dé á comprender que en el ánimo delpoder ejecutivo estaba resolver de golpeeste problema en la forma en que ha sidosometido al honorable congreso.

    Posteriormente, el señor ministro dehacienda nos remitía la memoria corres-pondiente al ejercicio vencido. En esedocumento, como de costumbre, el jefede las finanzas públicas nos relataba eldesenvolvimiento que habían tenido du-rante el año y los compromisos y com-plicaciones posibles que en el futuro des-arrollo de las mismas puede ocasionarsu gestión con arreglo á la situación del-erario; y tampoco en esa ocasión el señorministro nos dejaba entrever siquiera que,de pronto, por un procedimiento comoel que por este proyecto se aconseja, había-mos de encontrarnos con que había re-suelto, de la noche á la mañana, nadamenos que el problema monetario de laRepública, que es el problema capital denuestra economía nacional.

    Posteriormente aún, el señor ministroconcurría á esta cámara, llamado por unainterpelación nacida en las palpitacionesde dos mectings memorables é interrogadoacerca. de puntos esenciales de la admi-nistración pública, relacionados con las fi-nanzas, hacía una detenida exposiciónrespecto de su solvencia, de la renta, de losrecursos con que el poder ejecutivo con-taba para atenderá sus compromisos, dela reglamentación de los impuestos quehabía dado motivo á tantas quejas; perotampoco entonces encontraríamos, si fuéramos á recorrer las páginas de las se

    sienes de la cámara en aquella fecha, nin-gin indicio de que germinara en la mentedel poder ejecutivo la solución de este,problema fundamental.

    De todo esto deduzco necesariamente queeste problema ha nacido con precipitación,que no ha sido netamente formulado conarreglo á bases meditadas, y esto me expli-ca que ofrezca tantos puntos vulnerables ála crítica y que haya suscitado en la opi-ni,')n una agitación tan extraordinaria,.agitación que ha repercutido desde las reu-niones de la Bolsa hasta los artículos dela prensa y las conferencias dé la cátedra,provocando demostraciones de opinióndonde quiera que algunas personas se ha-ya u reunido á conversar sobre este asunto,que interesa realmente al gobierno del país.

    Jtespecto de los proyectos, señor presidente, concretaré mi oposición á ellos,diciendo que encuentro que prometen mu-cho más de lo que pueden cumplir y queaquello que realizan inmediatamente esprecisamente lo que tienen de malo.

    Los proyectos mandan constituir un fon-do de conversión, fijan una relación devalor entre el oro y el papel y disponen.que esta relación sea perpetua: es decir,que col arreglo á ella se acometa el pro-bleina de la conversión.

    E 1 cuanto á los propósitos de los proyec-tos, no puede haber dos opiniones: losmiembros informantes de la mayoría y minoría de la comisión están de acuerdo. Laconversión es un desiderátum en nuestropaís.

    Este régimen del papel moneda es uneseándalo. No hay país alguno del mundoque pueda prosperar, que pueda romperesas ligaduras que entraban el desarrollode todo progreso, sometido á un régi-men en el cual la moneda no es mone-da, en el cual el valor de hoy no es el va-lor de mañana, en el cual, con arregloá la definición económica, los bienes delpresiente no pueden transformarse sin al-tertación en bienes del futuro.

    Huy un concepto erróneo en nuestro país,según el cual, el papel moneda ha labradola felicidad de la República.

    IF;l error resalta con sólo considerarquo un pueblo vigoroso como el nuestro,.activo, trabajador, no podía estancarse en..su desarrollo , cualquiera que fuera la mo-neda que se le brindara . Pero, los resui--

  • 74 CONGRESO NACIONAL

    Octubre 23 de 1899. CÁMARA DE DIPUTADOS

    tados conseguidos emanan de esta consa-gración de las energías nacionales á un tra-bajo eficaz, no emanan de la e1'acia de lamoneda, en manera alguna. Q.A. qué ha-cemos el panegírico del papel moneda en-tonces?

    En la gran China, por lo roen )s en unade las provincias de aquel imp(,rio, sirvende mo^eda unos discos de sal que repre-sentan el valor intrínseco de esto artículo.Si nosotros, en vez del billete hiconverti-ble, hubiéramos tenido este signo de mo-neda, ¿cantaríamos hoy himno- á la sal?¿Proclamaríamos que los resultados noson debidos á la producción narioooal y álos poderosos resortes de la economía delpaís que han labrado su progrese'

    Si en cambio de este régimen, hubiéra-mos tenido una moneda sólida, los adelantos del país hubieran alcanzado p1,oporcio-nes más considerables que las que vemos.La comparación de los Estados 1J nidos re-salta de suyo. Es este un país que nace ála vida independiente, á la democracia,con muy poca anticipación á nosotros;y sin embargo sus progresos son despro-porcionados con los nuestros. Nuestroclima, como ha dicho el miembro infor-mante de la mayoría, no es un clima queofrezca menos ventajas que el de aquelpaís; nuestra meteorología no presentaaquellas grandes perturbaciones que arra-san zonas extensas ; y sin embargo, vemosque nuestro desenvolvimiento se estanca,que á la altura en que nos encontramos,Ja población de la República, que haceveinte años se calculaba en diez millonespara fines del siglo, alcanzará solamenteá la mitad.

    No creo que pueda atribuirse á un solofactor este atraso relativo; pero que la fal-ta de una moneda estable ha tenido la prin-cipal parte en esta falta de adelanta, es in-discutible.

    De manera que la eliminación del papelmoneda realizaría un verdadero desiderá-tum económico . Y si con estos proyectosse consiguiera , excusado es decir que nohabría . dos opiniones al respecto y quetodos estaríamos conformes en (fue su

    :adopción importaría el adelanto mayor., á que podríamos aspirar.

    La necesidad de una moneda real, estri-ba en la necesidad que tienen las sooeieda,ades organizadas de una medida de todos

    4.a Sesión de prórroga.

    los factores que interesan á la vida en ge-neral.

    Los países civilizados han adoptado uni-dades de medida tomándolas de las di-mensiones invariables del mismo planetaque pisamos , haciendo medir arcos de me-ridiano para de ahí deducir el metro. Lamedida de tiempo se ha tomado del movi-miento inmutable de los astros. Y la nece-sidad de la uniformidad de estos denomi-dores comunes no es menor tratándose delas medidas de tiempo y de extensión quetratándose de la medida de los valores,que rige la economía de los pueblos y pre-side su desenvolvimiento.

    Si este resultado se alcanzara con losproyectos que se discuten, no hay quedudar de que habrían sido aceptados porla opinión, de que no se discutirían y deque habrían sido sancionados por aclama-ción por la opinión de la República.

    En cambio, vemos que han suscitadouna resistencia poco vista en nuestro modode ser variable y frívolo, diré . Han produ-cido hasta en el seno del poder ejecutivodislocaciones sensibles y han dado lugar áuna controversia que es de las que yo hevisto prolongarse por más tiempo en ladiscusión de nuestros asuntos públicos.

    ¿Es acaso algún sentimiento hostil, al-guna prevención especial, lo que ha de-terminado esta oposición á la iniciativadel poder ejecutivo? En manera alguna.Responde á un sentimiento , á una impre-sión perfectamente explicables.

    El país se ha acostumbrado á ver en elvalor del metálico un signo de bienandanzaó un signo de malos días ; se ha acostum-brado á cifrar en la cotización de la mone-da la esperanza en el día de mañana.Cuando los gobiernos han abusado del po-der y han gestionado mal los intereses ge.nerales , hemos visto subir la moneda.Cuando del seno del gobierno se han lan-zado declaraciones tranquilizado ras res-pactó de la gestión de los asuntos públicos,la moneda en el acto ha descendido. Cuan-do los horizontes de la patria se han obs-curecido , cuando las cuestiones interna-cionales se han presentado con desenlacesamenazadores, inmediatamente el oro seha refugiado en las altas cotizaciones. Encambio el anuncio de una buena cosecha,el anuncio de un buen propósito de go-bierno , han bastado en repetidas ocasiones

  • CONGRESO NACIONAL

    Octubre 23 de 1899. CÁMARA I)E DIPUTADOS

    para hacer descender inmediatamente elmetálico.

    El país estaba pendiente del arreglo de lacuestión de Chile, todos los negacios esta-ban paralizados, el oro se mantenía encotizaciones altas, y un buen día el patrio-tismo y la sabiduría, señor presidente, vi-nieron, como era de esperar, á dar á esteproblema la única solución que debía tener,la solución que consulta el decoro de losdos paises y armoniza los intereses deambos, é inmediatamente el oro tomó elcamino del descenso. Y es en esta emer-gencia que viene la acción del poder ejecu-tivo, y mediante un procedimiento arbitra-rio se opone á esta valorización)

    De aquí esta resistencia que nace entodos los ambientes, en todos los centrosdo ide se manifiesta una opinión, porquese siente una verdadera defraudación,como cuando se pierde una esperanza queha mantenido durante mucho tiempo losestímulos de la vida.

    Y es este el principal defecto que yo se-ñalo á estos proyectos: esta intromisióndel poder público para detener el régimende la moneda en una lucha ilusoria contrael agio, contra los especuladores, y en unapugna real contra los intereses del país, enuna lucha que viene á alejar del poder pú-blico el concurso de todos los elementosque constituyen la economía nacional, y,que puestos del lado del poder, lo estimulany robustecen en un grado increíble, alejan-do todas las desconfianzas, concurso queno presta el país hoy, en virtud de estosproyectos. ,

    Otra de las virtudes, señor presidente,que se atribuye á los proyectos y que ojalátuviera, y que á mi entender bastaríapara justificarlos, es la que el señor mi-nistro ha explicado en la sesión anteriorcon mucho detenimiento: la virtud de dar

    ,estabilidad al valor de la moneda.Aseguro, señor presidente, que al escu-

    char al señor ministro me he preguntadovarias veces si habrían cambiado los con-ceptos de las cosas, si el valor de las pala-bras del día antes seria el mismo del díaen que yo le escuchaba. El señor ministromanifestaba tranquilamente, con la since-ridad que le es característica, con su hon-radez intelectual habitual, que llegaríamosá la estabilidad deseada coñ estos pro-yectos.

    75

    4.8 Sesión de prórroga.

    Y durante muchas horas me ha preocu-pado el temor de estar sufriendo unaconfusión terrible, de que mis ideas sehubieran trastornado hasta el punto deno entenderlas cosas más sencillas. Pero,consultando estas declaraciones en elcontraste de los hechos, encuentro quelas afirmaciones del señor ministro noestán comprobadas, ni mucho menos.

    Decía el señor ministro que hemos llega-

    do á la estabilidad de la moneda. ¿A quétipo? ¿Al tipo que los proyectos asignan,

    acaso?

    Si el metálico ha de cotizarse invariable-mente en la Bolsa, según estos proyectos,rol 2?7 con una fracción que en aritméticaye llama irreductible, tcómo se explica quedurante estos últimos tiempos se haya es-Indo cotizando el oro á 234 y 235, cuandose discuten estos proyectos que mandanajarlo al 227? Y hoy mismo, al entrar ásesión, por un telegrama del Rosario queanuncia que no hay peste bubónica allí, selía visto que el oro se ha cotizado á 240.

    tEs esta la estabilidad que se nos brinda?Resulta, señor presidente, que entre los

    propósitos de los proyectos, plausibles yque todos propiciamos, y los resultadosreales á que por ellos se llega, hay una di-ferencia tan grande como la hay entre unaafirmación y una negación.

    No afirman la moneda; y en cuanto á con-versión, la prometen para una fecha remo-lit, que llegará sabe Dios cuándo, señor pre-uidente, y que ojalá llegara lo más prontoposible. Porque esta conversión que sepromete no será una causa que determinelo cesación del régimen de la moneda in-convertible, será un efecto, será una de-mostración, la demostración más evidenteposible de que las finanzas públicas estánbien administradas, de que la renta públi-ea abunda, de que los gastos públicos sehan reducido; en una palabra, de que reinacan las finanzas la mejor de las políticas,que es la política del orden, la política delahorro.

    En seguida voy á examinar , señor pre-sidente, en sus detalles , porque piensohacer un resumen analítico de estos pro-yectos, los medios de que se dispone parallegar á este desideratum de la conversión.Y no hay necesidad de demostrarlo; bastaenumerar estos medios para convencerseinmediatamente de que dada la masa de

  • 76 CONGRESO NACIONAL

    Octubre 23 de 1899. AMABA DE DIPUTADOS

    papel circulante en la República, por estecamino no se llegará nunca á la convr.,r-sión.

    Entonces tenemos que, al lado de unapromesa de convertir, al lado de una fija-ción de la estabilidad del valor del papelmoneda, que no existe, no queda sino laintromisión de los poderes públicos en lascotizaciones de la Bolsa. El poder públicoque antes, emitiendo papel moneda, podíatrastornar esta relación de valores, hoyrepudia este medio, en lo que hace muybien; pero apela á otros medios que ci,n-ducen á los mismos resultados, y que alconducir á los mismos resultados, siem-bran la desconfianza pública, la desconfisnza que no es una vana palabra, sino querepresenta un estado de perturbación quepuede acarrear las mayores dificultadespara el desenvolvimiento de nuestra eco-nomía nacional, que á todos nos preocupapor igual.

    Y hago esta declaración, señor presi-dente, que es el fruto de la meditación quehe dedicado á estos asuntos y que, desgeea-ciadamente, no tiene autoridad ninguu.a:á trueque de la conversión, yo aceptaríaque el poder público fijara al papel el que-branto que quisiera, no ya que le asignarael valor de 44 centavos nominales queahora le asigna en oro, que le asignara 10,20 centavos, con tal de entrar al día si-guiente en la conversión de verdad, es de-cir, con tal que todos los medios necesa-rios para realizarla estuvieran reunidos.

    Entonces, sí, señor presidente, estaríajustificada esta acción del poder público, yentonces estarían también ratificados 1oo-dos los fundamentos que se hacen valer enfavor de la operación que se aconseja porestos proyectos.

    Se ha dicho que la desvalorización esconveniente, en lo que yo creo que hay-permítaseme la palabra, que no quierousar ninguna que disuene-una verdaderaherejía económica; se ha dicho que la dos-valorización es un acto de protección, en locual hay una verdad á medias.

    Pero estos proyectos ,á qué conducen,señor presidente? ¿Al mantenimiento de ladesvalorización? Si sus propósitos confe-sados se realizaran , conducirían diametralmente á lo contrario: á la conversión.Reducir el valor de la unidad monetaria,para hacer que el peso papel de hoy, que

    4.a Sesión de prórroga.

    representa, á mi entender, legalmente, unpeso oro, representase menos, importaría,una pérdida definitiva para los dueños delos actuales billetes; pero la conversión,que es asunto aparte, establecería la pari-dad entre el nuevo valor del billete y el oro:-conduciría á la igualación del valor delpapel moneda con el valor del oro metálico;,y entonces, señor presidente, cesaría dehecho, una vez que la conversión se ini-ciase, este régimen de la desvalorización.

    Y yo pregunto: ?en virtud de qué ensal-mo esta desvalorización, que hoy repre-senta riqueza, mañana, al cesar de serdesvalorización, va á seguir representandoriqueza? Lo que deduzco de esta contradic-ción es que, ó no hay sinceridad en ladeclaración, 6 hay una verdadera confu-sión en el modo de apreciar los hechosY concluyo en esto: que sin la conversiónno hay derecho de desvalorizar el papel,no hay derecho á alterar esta relación devalores entre el sig io de la moneda y lamoneda misma, porque eso es atribuirsela fijación de todos los precios, con laúnica consecuencia segura de perturbar-los todos.

    Y á este respecto creo necesario rectifi-car-lo que parecerá realmente un atrevi-miento de mi parte, tratándose de unmaestro en materia jurídica como el señorministro - la manera, no sé si equivoca-damente interpretada por mí, como él hadefinido el papel moneda.

    Entiendo que el papel moneda no esmoneda; los economistas lo llaman mone-da fiduciaria cuando es moneda de con-fianza, que representa el metal; y cuandose está en el régimen inconvertible lo lla-man moneda ficticia, y algunos más seve-ros lo llaman moneda falsa.

    Otro, con más competencia que yo, yme refiero al señor miembro informantede la comisión en minoría, ha hecho el exa-men legal de esta cuestión. Me guardarébien de invadir sus dominios; pero puedo sirecordar las definiciones que contiene laley de moneda.

    La ley de 5 de noviembre de 1881, que,reglamenta el artículo de la constituciónnacional por el cual se asigna al poderpúblico la facultad de sellar moneda y de-fijar su valor y el de las monedas extran-jeras, dispone' que la unidad monetaria de-la República Argentina sea el peso de oro-

  • CONGRESO NACIONALOctubre 23 de 1899 CÁMARA DE DIPUTADOS

    -ó plata, y determina todas sus condiciones:físicas: dice que su peso en oro será de un,gramo seis mil ciento veintinueve diez mi-lésimos, su título de novecientos milési-mos de fino; dice también que el peso platatendrá 25 gramos de plata, del mismo títu-lo; dispone que la casa de moneda acuñemonedas de oro y plata de distintos valoresy crea el prototipo de la moneda argentina,el argentino, cuyo valor es de cinco pesosoro; ordena también que todas las mone-das llevarán en el reverso el calor y laley de las mismas.

    ¿Cuál es el valor de la moneda?El valor intrínsico del argentino, en mo-

    neda nacional, son cinco pesos. Su rela-ción con las moneda extranjeras está de-terminada por las leyes y decretos vigentesfijando la relación con la libra esterlina,con el franco, con el marco, etc. La leydispone que las monedas de oro y plataacuñadas con arreglo á la ley serán decurso forzoso y se prohibe la circulaciónlegal de toda otra moneda de oro 6 plata.

    A este respecto puedo recordar que du-rante la administración del doctor Pelle-,grini, se dictó el decreto de 5 de diciembrede 1890, mandando cumplir la disposiciónde esta ley, mediante la cual, cuando sehubieran acuñado ocho millones de pesos-oro y cuatro millones de pesos plata se des-monetizarían todas las demás monedas dela República. Este decreto se dictó, por-que realmente la disposición de la ley sehabía cumplido. Pero en virtud del movi-miento de la economía nacional toda esamasa de metálico había tomado el caminodel extranjero.

    Desmonetizadas las monedas extranje-ras y no existiendo la moneda nacional,resultó que no había moneda de oro parala chancelación de los negocios que sobreesta base se hicieran en la República, yentonces fué necesario, un mes después, el22, de enero de 1891, derogar el decreto deque he hecho mención.

    La ley en su artículo 8» da el nombrede esta moneda que se adopta por la leymisma como unidad monetaria de la Re-pública, y dice textualmente: «Vencidoel plazo fijado por el poder ejecutivo lostribunales, oficinas y funcionarios públi-cos de la nación y de las provincias nopodrán admitir gestión y dar curso á actoalguno estipulado con posterioridad á esa

    In4.8 Sesión de prórroga.

    fecha que represente 6 exprese cantidadesde dinero que no sean en moneda nacional».

    Aquí está, señor presidente, la denomina-ción: «moneda nacional:» es un disco deoro ó de plata cuya unidad para el régi-men de las transacciones es un peso y nootro.

    El artículo 13 dice: «Los bancos de emi-sión que existen en la República deberán,dentro de los dos años de sancionada estaley, renovar toda su emisión en billetes ámoneda nacional».

    Usa las mismas palabras que el artículoque anteriormente he leído; es decir queson términos equivalentes, en cuanto á lasprescripciones de los dos artículos, la mo-neda nacional de oro y el billete fiduciario;de donde resulta que no hay más monedanacional que esa moneda que fija la ley, ycuyo valor, en el metal que constituye lasúnicas monedas de verdad, la ley determi-na, y consigna también la leyenda de losbilletes.

    Esta terminología ha persistido y en laactualidad no hay más moneda nacionalque el peso oro sellado, como no hay másmonedas extranjeras que las que conoce-mos con las distintas denominaciones depesetas, liras, francos, libras esterlinas,marcos ó rublos.

    Es este valor de relación, de represen-tación entre el signo monetario, que es elpapel, y la moneda, el que por el proyectoeen cuestión se altera.

    Repito, señor presidente, que esta altera-ción puede aceptarse como un sacrificio encambio de la conversión; que la conver-sión á la par es una aspiración nacional,es una aspiración nacional á mi entendertan honrosa como lo fué el pago íntegroque se llevó á cabo; y no sería ésta laprimera nación que hubiera hecho sacri-ficio de intereses para salir del régimendlel papel inconvertible y entrar en el régi-men de la moneda de verdad.

    Este hecho de la depreciación, que todosreconocen, supone puntos de relación fijosüinvariables. El papel moneda no se des-valoriza con relación á su propio valor,se desvaloriza con relación á un valor es-table, inconmovible, que es el peso oro; yl,,s mismos proyectos, al decir que el pesopapel moneda (que según el señor ministroes una simple entidad representativa delpoder del soberano para emitir) valdrá

  • 78 CON(_4RESO NACIONAL

    Octubre 23 de 1899. CÁMARA DE DIPUTADOS 4.8 Sesión de prórroga.

    cuarenta y cuatro centavos oro, le rtsignanarbitrariamente un valor en metálico in-ferior; reducen el valor en metálico quepor la ley de su creación tiene; pero reco-nocen su relación con el oro: ery Jugar decien el valor será de cuarenta y cuatro yel hecho de la relación de valor queda per-fectamente reconocido por los proyectosmismos y confirmado por ellos.

    Chile hace la conversión de su papelmoneda, y á falta de moneda de orocreada por ley suya á la cual ro,i'erirlo,lo refiere á una moneda extranjeruu, á lainglesa y dice: peso de 18 peniquos.

    Nosotros tenemos el peso de 101) centa-vos oro; y si hoy las finanzas de la laeepúbli-ca no permiten acometer una conversióná cien por cien, reconozcamos el hecho,rindámonos á la evidencia, pero no trate-mos de disimularnos la verdad ecos, imica,porque fuera de la verdad científica no haysino errores que conducen á los peoresfines.

    Las cortes de los Estados Unidos resol-vieron en su época, de una manera termi-nante é irremisible, que el poder del con-greso era suficiente para dar valor chance-latorio á una tira de papel con una inscrip-ción, con una promesa de pago. Es vierto.Pero esa acción del poder soberano (,enqué estriba? ¿en su ejercicio intrínseco, ensu aplicación de entidad soberana, ó enesta promesa que subscribe en el mismobillete que emite, de pagarlo en oportuni-dad? Estriba en lo segundo. Porque sibien no es una relación comercial estrictala que existe entre el gobierno y el pueblo,desde el momento en que se abandonanestas reglas del valor, se cae en el caos, enlo arbitrario,-y Dios nos libre que penetreen la conciencia del pueblo esta teorie gu-bernativa del papel moneda, porque seríalo suficiente para que todos se desprendie-ran de este signo y lo desmonetizaran enel he-,ho. Lejos de eso, la acción del poderpúblico, la acción bien encaminada, •],t quepromueve verdaderamente el progreso delpaís, tiene que ser aquella que infunda con-fianza en la moneda gubernativa, estamoneda bancaria, creada en virtud deaquella sabialey mal aplicada entre nos-otros.

    Los bancos estaban obligados á pagar-la. Para ello habían adquirido, medianteempréstitos, el oro necesario; con esto oro

    habían comprado al gobierno los fondospúblicos, que según la ley, debían servirde garantía de la emisión, y con esa garan-tía habían entregado á la circulación losbilletes inconvertibles. Más tarde el go-bierno nacional se hizo cargo de las emi-siones bancarias, quedando en su poder-los títulos comprados por los bancos. Deesta manera el gobierno tomó sobre sítodas las deudas contraídas por los emiso-res de este papel, recargando con ellas ladeuda nacional.

    El contribuyente argentino tuvo así 'unacarga más sobre sus hombros, agregada álas muchas que gravitan sobre él y loaplastan.

    Se creería que, en compensación, el go-bierno va á contribuir á robustecer estaconfianza que el trabajo nacional depositaen la moneda. Por el contrario, este pro-yecto es tendente á destruir esa confianza;en él declara el gobierno que 61 desvalo-riza ese papel y todavía agrega que esadesvalorización es un régimen envidiable!

    ¿Cuál es el alcance legal de este equiva-lente que la ley fija entre el peso monedapapel y los 44 centavos oro de la monedareal de la República? Ninguno. ¿Por quéel poder ejecutivo no ha proyectado unadisposición por la cual todas las obligacio-nes contraídas á oro puedan chancelarsecon 227 pesos con 27 centavos papel porcada 100 pesos oro? Porque habría sidouna resolución completamente nula, naobstante esta ley que determina que parael gobierno del país 100 pesos oro son 227pesos papel.

    ¿En qué transacción particular se va áchancelar una obligación de 100 pesos orocon 227 pesos papel? En ninguna, señorpresidente.

    La disposición de la ley quedará escrita;pero en la realidad de los hechos, el preciadel oro será el precio que le fijen las tran-sacciones comerciales del país. ¿A qué;entonces, esta disposición?

    Luego, la declaración del artículo lo noda otro resultado que el de que el país nopreste feálas resoluciones del gobierno;no influirá sobre la estabilidad del tipo,no influirá absolutamente sobre nada, yla designación del tipo quedará reducidaá un acto negativo que no tiene más objetoque desvalorizar la moneda, con propósi-tos cuyo móvil yo no desconozco, pero

  • CONGRESO NACIONAL 79

    Octubre 23 de 1899. CÁMARA DE DIPUTADOS 4.a Sesión de prórroga.

    que examinaré en seguida contrastándo-los con lo hechos reales para ver si tam-bién en esta parte los proyectos realizansu objetivo.

    Y este tipo de 227, ¿de dónde se ha sa-cado?

    En los Estados Unidos el poder públicoha solido de tarde en tarde apelar á las emi-siones de notas de tesorería para hacersede recursos con que atender á las necesi-dades de la administración , y algunas deestas emisiones son las conocidas con elnombre de notas de 7,30.

    Este 7,30 designa el interés que gananlos billetes: 7,39 pesos al año por cada 100pesos.

    ¿De dónde nace esta designación de 7,30?Nace de la comodidad del cálculo. 7,30 pe-sos al año, equivalen á 2 centavos diarios;y entonces el tenedor áe un billete con in-terés, para saber su valor no tiene más quecontar el número de días que han transcu-rrido desde la fecha del billete hasta la fe-cha en que lo tiene, y por un cálculo sim-ple sabe el interés que ha ganado.

    Aquí salimos con una cotización rara,con un número irreductible, con su parteentera y su parte fraccionaria , que la cos-tumbre de estos pocos días avalúa en 227,pero que es 227 con una fracción compues-ta por un número infinito de guarismos.Cualquiera que haga la operación de divi-dir 44 por 1000, verá que no hay un cuo-ciente completo. Es un defecto de forma,pero es un defecto, y por añadidura, inne-cesario.

    La cifra adoptada , señor presidente,ha conmovido, ha agitado la opinión pú-blica por una causa transitoria, porqueera mayor que la cotización del mercado.

    Yo creo que en esto ha habido un com-pleto error; me parece que se ha anticipadola acción del poder público; que si queríahacer esta operación de conversión, ha de-bido dejar transcurrir más tiempo, ha de-bido dejar que predominara esta norma-lidad establecida en el país actualmente,sin temores de perturbación exterior niinterior, con el espíritu público más bienachatado , con la prosperidad general cre-ciente , con las cosechas aumentadas, enfin, con todos estos signos de bienandanzareunidos y constituyendo un verdaderoestado de felicidad relativa, que ojalá seaperpetuo para el país argentino.

    Se ha fijado este tipo diciéndose quees el término medio de las cotizacionesque ha tenido el papel moneda desde laprimera emisión hasta la última. Y deahí ha salido esa cifra estravagante é irre-iluctible de 227 y fracción , tomada comotipo de conversión.

    ¿Es este un término medio aritmético ó¡ln término medio geométrico? No sé. Loque yo encuentro , es que es un términomedio incomprensible , porque no setomantérminos medios de cantidades heterogé,leas. Y en este caso, si bien las cifrasson homogéneas , porque ' son cifras abs-tractas, las situaciones á que se refierenson completamente heterogéneas.

    A estas situaciones se refieren, señorpresidente , las cotizaciones : del año 80, dela guerra civil ; del año 90, señor presidente, de la revolución sangrienta; del año 92,del apogeo de la crisis ; del año 93, de la.nueva revolución ; se refieren á los tresaños transcurridos del 96 al 98, es decir,ú la permanencia de la intranquilidad,pública ante las perspectivas de una gue-rra exterior.

    ¿Cómo hacer el término medio de estascantidades tan distintas ? Sería como de-cir, señor presidente , que la aurora es elpromedio entre las tinieblas de la nocheque la preceden y la hora vespertina que lasigue. Pero la aurora es el despertar deldía; la aurora es el resurgimiento de lasactividades del trabajo!

    Y es que el país estaba convencido , señor,de que cerrada la contienda de límites, real-mente vendría una aurora para la econo-mía de la República, obediente á todas lasinfluencias propicias de la naturaleza.Disipadas las causas de perturbación,este signo que encarna todos los resulta-dos, este signo de la moneda , que se tra-duce aquí en la cotización del oro, querepercute en Londres en la cotización delos títulos de la deuda; este signo debía,acercarse á su valor prístino , debía au-inentar su valor con relación al oro, díapor día. Y, en cambio de eso, tenemos,una iniciativa gubernativa, que sin resol-ver los problemas que ella misma se pro-pone de improviso , viene á perturbarestas aspiraciones y hace que la par,.que antes se cifraba en 100, hoy se cifreen 227, lo que es una verdadera desilusión,.un verdadero desencanto.

  • 80

    Octubre 23 de 1899.

    Será menester toda la persistencia dela acción gubernativa para reparar estedaño real que se ha hecho y para volver lascosas á su primitivo estado, es df,cir, alestado en que se encontraban cuando aso-maban en el horizonte todas esas causasde adelanto y de bienestar que hn, men-cionado rápidamente.

    Tanto más obligatoria es la acci )n delgobierno, señor, cuanto que las emisionesargentinas no han emanado, corno enotros países, de circunstancias extremas.Si recorremos la historia de los países conpapel inconvertible, encontramos, en ge-neral, como origen de la emisión do papelmoneda, la guerra, las grandes crisi, eco-nómicas, los pánicos, como el del alío 37

    -en Estados Unidos. Pero entre nosotros,,Ide dónde emanan las emisiones de papelmoneda? 0 son resultado de las malasfinanzas, de la mala gestión de los aslintospúblicos, ó son el resultado de la malaaplicación de las leyes para la creación -^del sistema bancario que ha debido re-girnos.

    Esto, á mi entender, acentúa m4s laobligación de los poderes públicos paracon el pueblo, que usa todos esos papelescomo moneda. La depreciación dff lasemisiones resulta así mucho menos justifi-cada que en otros paises que sufren estemal.

    Podría aquilatar, señor presidente, ennúmeros, lo que representa esta fijación delPtipo en relación al tipo que el mercadodaba al papel en el momento en que estosproyectos se iniciaron, y se vería querepresenta un fuerte impuesto. No ,reoyo que el papel hubiera tomado unacotización inferior á 200, que ya es mu-cho: á un papel inconvertible, que notiene ninguna garantía, no puede el paíshacer esfuerzo más grande que llevarlo ávaler la mitad del valor en oro que r4'pre-senta.

    Tomado este tipo de 200, el peso prtpelvaldría 50 centavos. Por los proyectos sele fija el valor de 44 centavos. En reali-dad su cotización, es de 41 ó 42; de maneraque hay un gravamen de ocho centa vospor peso, ó sea de ocho pesos oro por cadacien pesos papel, en relación á la col za-ción que tendría sin la intromisión del go-bierno en estos asuntos.

    Es un gravamen fuertísimo. Por que

    CONGRESO NACIONAL

    (&MARA DE DIPUTADOS 4. n Sesión de prórroga.

    hay que entender que en toda transac-ción que se haga á papel, el valor adquisi-tivo de éste está reducido en la proporciónde ocho pesos oro por cada cien.

    Se ha citado el ejemplo de otros paísespara justificar esta iniciativa. Pasarlosen revista á todos, sería largo y fatigoso.Ni la atención de la cámara está para eso,ni yo podría hacerlo. Pero noto, señor,que se han citado ejemplos que no sonaplicables á nuestro caso, y que si seaplican prueban todo lo contrario de loque se pretende demostrar.

    Se ha citado en primer término el casode los asignados franceses.

    En Francia se emitieron estas cédulashipotecarias que se llamaron asignados,sin garantía metálica, sobre ciertas garan-tías de bienes raíces. Más tarde estasemisiones fueron sustituidas por otras,con promesa de pago en metálico. Y estaspor otras afectando todos los dominiosterritoriales de la República, hasta que,por último, para llegar pronto al desenla-ce, una vez que hubo 45.000 millones defrancos en circuiación, los asignados sedesmonetizaron por completo.

    Esto, señor presidente, en síntesis, esla historia invariable de todas las con-versiones de papel moneda con papel,caso igual, 6 muy parecido, al que se iniciacon estos proyectos.

    Para convertir es necesario c )nstituirun fondo en metálico, constituirlo sin tor-tura, sin compromisos, sin obligacionesapremiantes, con dinero que no esté redi-tuando interés que no se pueda pagar có-modamente, y poner este fondo á disposi-ción del público. Si su cantidad es igualá la de moneda circulante, la conversiónestá asegurada; si hay diferencia - estodebe tenerlo muy en cuenta el gobierno-es menester que esta diferencia esté susti-tuida por la confianza pública; porque sifalta un solo peso de papel moneda sinestar representado en el fondo de conver-sión, y ese peso se presenta á convertiry no se convierte, se produce de nuevo lainconversión, la quiebra.

    Esto es lo que ha pasado en Francia du-rante la época de la revolución. Poste-riormente, el año 70, el gobierno apeló albanco de Francia en demanda de recursos.El banco se los prestó, y fué necesario de-clarar la cesación de pagos.

  • CONGRESO NACIONAL 81

    Octubre 23 de 1899. CÁMARA DE D[PUTADOS 4.' Sesión de prórroga.

    Lo mismo pasó en Alemania; pero añosmás tarde, creo que no pasaron de nueve,el gobierno había establecido el retiro pau-latino de las emisiones, conforme lo acon-seja el proyecto de la minoría de la co^ni-sión de hacienda, y se reanudaron lospagos e l especie. Es esta historia breve,é historia limpia.

    El caso del Austria es más complicado.Austria era un país regido por el monome-talismo blanco, donde la unidad moneta-ria era la plata , que quiso salir de esterégimen , condenado precisamente porla abundancia de producción de la plata,que viene á determinar la desvalorizaciónde esta moneda y una alteración en su re-lación de valor con la moneda inmutablede oro; es decir, no obstante ser un signometálico viene á producir, aunque en mu-cho menor escala, los mismos inconve-nientes que palpamos con las fluctuacionesdel papel moneda.

    El gobierno de Austria se propuso,pues, salir de este régimen , y como teníaal mismo tiempo papel inconvertible se vióobligado á resolver simultáneamente losdos problemas: la adopción del padrón deoro y la conversión de la moneda de papel,cuyo valor de relación estaba establecidorespecto de la plata y no del oro. Enton-ces se creó en 1892 una nueva entidad mo-netaria, cuya unidad de cálculo es lacorona, con sus subdivisiones , estable-ciéndose la relación fija con el papel ygarantizándose éste con reservas metá-licas de alguna consideración . Sin estasreservas no hubiera habido reforma po-sible.

    En materia de régimen monetario, haydos grandes ejemplos que se pueden ci-tar porque se complementan mutuamente.Son los de los dos países situados en elextremo norte del mundo y en los ex-tremos diametralmente opuestos de losregímenes de gobierno: la democracia fe-deral de los Estados Unidos, de cuyo paíshemos tomado el modelo de nuestras ins-tituciones , y la autocracia de Rusia, bajoel gobierno del patriarca.

    Estos dos países nos subministran ejem-plos del mayor interés. El caso de losEstados Unidos se ha citado de un modoincompleto y el de Rusia de una maneraequivocada.

    Se ha hecho valer el ejemplo de los Es-

    trnos Unidos para fundar la autoridad quetiene el poder público para fijar una rela -ción entre el valor de la moneda represen-tntiva y la moneda real, distinto del valororiginario de la moneda representativa deoro. Creo que no era necesario determi-nar por un antecedente esta facultad delpeder; que lo que había que hacer era de-mostrar la eficacia , la conveniencia, losbeneficios que de esa aplicación debían re-sultar entre nostros , porque la facultad nose discute.

    Pero los Estados Unidos de Américajamás han apelado á la desvalorización desis papel.

    El señor ministro de hacienda nos decíaen la sesión anterior que no había ningúnpnfs que habiendo estado bajo el régimendel papel inconvertible hubiera vuelto ála conversión reconociendo al papel elmismo valor que tuviera originariamente.Si, señor, lo hay : los Estados Unidos. Elseñor ministro ha olvidado el caso. Ahorase lo voy á citar.

    Se ha confundido la historia de la épocacolonial de los Estados Unidos con la his-to ría de la época que se inicia con la jurade su constitución . Durante la época colo-nial las colonias emitían papel . Por ciertoque^ les fué muy mal, como á nosotros.

    Kmpezó Massachusetts en 1690. Estasemisiones coloniales , debo decir ante todo,siendo ejemplos del siglo XVIII no sonlag que debemos tomar por modelo parala lUepública Argentina del siglo XX. Sinembargo , examinémoslas , señor presiden-te, y vamos á ver que las verdades econó-mir•as se confirman siempre y que bastaapreciar los hechos tal como son parasacar de ellos la verdadera doctrina y en-sen inza que encierran.

    Los Estados Unidos se caracterizancorno el país que más ha tardado en teneremisión de papel moneda. Se caracterizanpor el horror del pueblo al papel moneda.Sus economistas y sus políticos concuer-dan siempre en atribuir al papel monedalas propiedades más diabólicas , las pro-piedades más disolventes de todo in-terés.

    Es menester leer las discusiones de suparlamento cada vez que de estas emisio-dei, se ha tratado , para ver los anatemasmás fundados , las condenaciones mástremendas , las censuras más enérgicas

    6

  • 82 CONG ftESO NACIONAL

    Octubre 23 de 1899. CÁ\IIBA DE DIPUTA[)QS

    contra este régimen, al que se acusa do to-dos los males imaginables.

    Dice un autor, J. J. Knox, á propósibi delas emisiones de las colonias, lo siguiente:«El papel moneda de las colonias, tanto elemitido por ellas como por los bancos, sedepreció casi sin excepción. Se entnodíaque los billetes en su emisión original equi-valían á la moneda acuñada; pero cmindola depreciación aumentaba hasta el plintode consternará las autoridades, se ami-tía una nueva serie de billetes, con nue-vas seguridades de que serían sostenidosá la par con el metálico.» Como aquí.

    «Los billetes antiguos eran redimiblespor los nuevos, por su valor depreciado.»Como aquí.

    «Algunas veces, habiéndose depreciadotambién esta segunda serie de billetes, erasubstituida por una tercera serie, en lasmismas condiciones. Estas varias seriesse designaban con el nombre de teno,s,-tenores-y se usaban para distinguirlaslos términos: old tenor, nuddle tenor, nejotenor, ncu., tenor lo, neu tenor 20.»

    No deseo que esto suceda aquí, porque nodeseo para mi patria sino bienes y esto nopuede ser sino un mal, muy grande.

    Si se sancionara este proyecto, el papelde ahora, de 100 centavos por ui beso,vendría á ser nuestro viejo tenor, reempla-zado por el nuevo tenor, de 41 centavos porun peso.

    «Sería largo, dice este autor, hacer lahistoria de estas emisiones; pero las mejo-res autoridades están contestes en que ladesvalorización fué constante, ocasionandopérdidas y miserias á todas las clases delos ciudadanos.»

    Es conveniente repetir esto, señor pre-sidente, hasta incrustarlo en la concien-cia pública: que debemos repudiar el ^,istema del papel moneda inconvertible comocausa de ruina y de degradació i del cré-dito de la República! (Aplausos.)

    «Hemos sufrido más, dice P. Wel,ster,por esta causa que por otra calamidad cual-quiera. Ha muerto más hombres, ha perju-dicado y corrompido más los interese, delpaís, y ha hecho mayores injusticia,, quelas mismas armas y artificios de nuestrosenemigos.»

    Viene el segundo congreso continentalde 1775. No teniendo ese congreso la fa-cultad de crear impuestos se le ocurrió,

    4.a Sesión de prórroga.

    (i cómo no se le había de ocurrir, cuandoes tan fácil ! ) hacer una emisión de papelmoneda sobre el crédito de la unión, redi-mible por las colonias, demostrando queéstas tenían los elementos necesarios alefecto.

    La primera emisión se hizo en julio de1775. Durante un año el papel se mantuvoá la par con el oro; en el segundo año sehabía depreciado á 2 por 1, -- á 20'), -- entres años á 4 por 1; en nueve meses má-,su valor relativo era de 10 por i,-estabaá 1000-y en septiembre de 1779 valía 20por 1. Nuestro papel moneda corrientevalía 1 por 25.

    El congreso dispuso entonces que eltotal de la emisión no excediera de 200millones de dollars, dice un autor, y reno-vó la declaración de que este papel sería ve-dimido cc la par (in full), tomándose el tra-bajo de demostrar que los Estados Unidostenían los medios de hacerlo»-la mismademostración que se hace sobre los recur-sos del fondo de conversión.

    «En marzo de 1780, estas emisiones sehabían depreciado tanto, que su val ir enespecie era de 40 por 1.

    «El congreso dispuso entonces que el to-tal fuera redimido por su valor de plaza(rarket ralue) en metálico, y autorizó laemisión de nuevos billetes con 5 por cien-to de interés pagaderos en plata y oro dlos seis años de su fecha. Estas notas debían cambiarse en la proporción de undollar de la nueva emisión por 20 dollarsde la vieja (.el doble de lo que valían enplaza). Durante el año 1780 las notasde la emisión primitiva bajaron á 75 por 1,en seguida cesaron de circular en los es-tados al norte del Potomac. En Virginia yCarolina del norte duraron un año más, yfinalmente se depreciaron á 1000 por 1,cesando entonces de circular.»

    Esta es la historia de las emisiones co -loniales de los Estados Unidos, y, á mientender, confirma esta aseveració ): queno se convierten emisiones de papel conemisiones de papel, sino con fondos rea-les, con fondos de conversión constituídos.con moneda metálica en la cantidad nece-saria para hacer frente al monto de laemisión. Pero si ésta, señor presidente,como en el caso actual, es excesiva; si,como sucede ahora, la afluencia del ins-trumento del cambio produce estas conse-

  • CONGRESo NACIONAL

    Octubre 23 de 1899. CÁMARA DE DIPUTADO S

    cuencias perniciosas: aumentar el preciode las cosas, encarecer la vida y alelar álos hombres que vienen de otras partes ábuscar trabajo en nuestro suelo, entonceslo primero es disminuir el monto de la cir-culación fiduciaria. Equilibrado este monto,y abierta la conversión, es fácil regularlacirculación, dando oro por papel, cuandocon el exceso del instrumento de cambioaumentan los precios; y cuando no, cuandola circulación se contrae, fenómeno quehacía notar el señor miembro informantede la minoría de la comisión, soltando esepapel á trueque de la moneda de oro.

    Esta historia que he relatádo es la de laemisión de papel en los Estados U - idos,durante la época colonial. Después desancionada la constitución, la historia mo-netaria de los Estados Unidos es una glo-riosa y sencilla historia, y, cosa rara,se parece en sus resultados á la his-toria monetaria de la Rusia. Esta antí-tesis de gobiernos, coincide en esta preocu-pación gubernativa de dar al pueblo unamoneda real, de mantenerla, y lo lograronde una manera realmente digna de admi-ración y de aplauso.

    El mismo autor que he citado dice: «Enla fecha de la adopció i de la constituciónde los Estados Unidos las emisiones depapel eran popularmente miradas conaversión. La experiencia de la coloniacon sus billetes de crédito, como se lla-maba entonces al papel moneda, habíasido adquirida á costa de pérdidas y deperturbaciones políticas, y las emisionessemejantes del congreso continental ha-bían impresionado de tal suerte el espíritude los hombres más sabios y mejores deese tiempo, que en la convención federalel pensamiento general fué de acerba opo-sición á conceder al nuevo gobierno la fa-cultad de emitir billetes de crédito. Bastaexaminar las crónicas de esos días, paraconvencerse de que la convención se in-clinaba á la prohibición absoluta; sin em-bargo, se consignó la autorización».

    La prueba de esta aversión está, señorpresidente, en que en un plazo de 21 años,desde 1791 hasta 1812, cuando la guerracon Inglaterra, el sistema de levantar fon-dos por emisiones ni se sugerió en losEstados Unidos ni hubo papel moneda has-ta 1862, es decir, hasta más de setentaaños después de constituido el país. Du-

    83

    4.a Sesión de prórroga.

    rante la guerra de 1812, no había emprés-tito posible; la guerra era con Inglaterra,la dispensadora del crédito universal, y secerraba toda posibilidad de levantar fon-dos. Entonces se hizo la primera emi-sión de notas de tesorería con interés; denuestras letras de tesorería, que, por unaespecie de delegación del congreso, puedeemitir el poder ejecutivo cuando los inte-reses públicos lo reclaman, lo que en losEstados Unidos no se hace sino con san-ciones expresas para cada caso, emanadasdel congreso nacional.. Esta emisión deletras de tesorería no estaba calculadapara circular como moneda; eran conver-tibles en títulos, y se retiraron no bien tér-minó la guerra.

    El secretario del tesoro, el ministro dehacienda de los Estados Unidos entonces,en un discurso ante la cámara, dijo queese -ra un «fatal precedente» y lamentó quelos Estados Unidos hubieran recurrido áese medio de emitir letras de tesorería coninterés.

    E 1 1814, se inicia, por primera vez, unproyecto para emitir papel moneda concurso legal, que se llama en los EstadosUnidos legal tender, es decir, papel moneda

    (s)nfuerza chancelatoria mediante consig-nación, con todos los efectos del pago.

    Esta iniciativa fracasó, y se dijo en elcongreso por el secretario del tesoro en-tonces, Mr. Dallas, que aquello era un«expediente desesperado».

    De 1815 á 1837, un espacio de veinte ydos años, las finanzas del gobierno novuelven á apelar á este recurso ni se emiteningún papel de crédito.

    Vienen los desastres financieros de 1837,y entonces se emiten nuevas notas coninterés hasta 1844. Tienen que leerse,señor presidente, los discursos pronuncia-dos en el congreso entonces, que son lacondenación más elocuente, más vibrantede estos medios fáciles de hacer dinero,(!on solo usar el sello del soberano.

    En 1857, hubo un pánico financiero y seeritieron nuevas notas, que se retirarondespués.

    En julio del 61, se emitieron por segun-da vez las llamadas dernand notes, notas alportador, por un valor de cincuenta millo-nes de notas, pagaderas á la vista y alportador y recibibles por el gobierno enlago de impuestos.

  • 84 í;ONGRF S0 NACIONAL

    Octubre 23 de 1899. CÁ_YW)A DE DIPUTADOS 4.8 Sesión de prórroga.

    Y, por último, vino la ley de 25 defebrero de 1862, en plena guerra de se-cesión , ley que autorizó la primera emi-sión de papel moneda de los EstadosUnidos.

    Allí, donde toda idea de emisión , seg"ínun orador del congreso , hasta entonceshabía sido rechazada « casi con despreci, i»,este papel no fué reconocido como monedainmediatamente.

    El miembro informante de la comisi,',nen minoría, nos citaba el interesante casode un ciudadano que no había queridorecibir esa moneda ; pero las cortes res, il-vieron que entre los poderes de guerradel congreso estaba el de dar fuerza chan-celatoria á una tira de papel . Posteri—r-mente, en 1883 , las cortes confirmaron estadoctrina y la ampliaron diciendo que elcongreso tiene e poder de emitir papelmoneda , en la paz como en la guerra, y,desde entonces, quedó consignada en ladoctrina jurídica esta facultad del con-greso.

    Esta emisión de papel moneda , iniciadaen 1862 , es á la que me he referido y cuyorelato voy á condensar en breves palabras,para rectificar el aserto del señor ministrode hacienda , que decía que en ningún paísdel mundo se había convertido el papel úla par.

    ¿Cómo nació esta primera emisión depapel moneda en los Estados Unidos? Na-ció en medio de las circunstancias másextraordinarias.

    La guerra civil de los Estados Unidasse inició con el ataque del fuerte Sumtoren 12 de abril de 1861.

    Dos días después , el fuerte se rindió alos estados del sur . El presidente Lincoln llamó 75.000 hombres á las armas ydeclaró en estado de bloqueo á los estados del sur. Siete estados se habían organizado bajo el nombre de Estados confederados de América y se habían separado de la Unión. La primer batalla quFlse libró, la de Bull Run , fué perdida porlas armas del norte, y en Washingtonhubo una alarma extraordinaria , casi unpánico . Es en estas circunstancias quoel ministro de hacienda ocurre al congre-so en demanda de medios extraordinaríos para hacerse de recursos con queafrontar los gastos de una guerra que yase anunciaba debía ser terrible.

    Dos días después de aquella batalla, sellamaron á las armas quinientos mil hom-bres; y, entonces, el secretario Chase, unade las figuras más simpáticas de aquelgrupo de hombres que llevó á cabo laguerra colosal contra los separatistas, yun financista de extraordinaria suspicaciay un poder de acción digno realmente deadmiración , se presentó al congreso pi-diendo, como digo, recursos para la gue-rra, el 4 de julio de 1861.

    En 28 de diciembre de 1861 se decretó lasuspensión de pagos en especie. Omitodetalles.

    Comenzó esta guerra colosal, cuyos ca-dáveres se contaron por miles, y cuyosgastos ascienden á sumas fabulosas. Puededecirse que jamás se ha contraído másrápidamente una gran deuda nacional.

    En 1835 los Estados Unidos no teníandeuda.

    La guerra empezó en abril de 1861. Elgeneral Lee se rindió en abril de 1865.El 1o de julio de 1861 la deuda pública delos Estados Unidos era de 90.000.000 dedollars. El 1o de agosto de 1865 era de2.845.907.000. Es en esas circunstancias-yesto lo digo por lo del término medio--quese inició la primera emisión de papel mo-neda en los Estados Unidos . En estos2.845 millones van incluidos 433 millonesde papel moneda , porque en los EstadosUnidos, como en muchos países de Euro-pa, creo que en todos-no lo afirmo, por-que no he verificado el dato-las emisio-nes de los gobiernos figuran eol la deudapública, aunque el papel no gana interés.

    El secretario Chase se presentó al con-greso, concluida la guerra, y en un grandiscurso pronunció las palabras que seleen en este párrafo: «Se requerirá el ma-yor cuidado para impedir la degradación deestos billetes en un papel inconvertible,porque seguramente no hay expedientemás fatal para empobrecer las masas ydesacreditar el gobierno.»

    Escuche el señor ministro y vea cómolos financistas de los Estados Unidos nocomparten sus opiniones sobre la desva-lorización del papel moneda.

    El secretario Mac Culloch en su memoriade 1865 expresó su opinión de que las leyesde emisión de papel moneda eran medidasde guerra y no debían permanecer en vi-gencia un día más de lo necesario para

  • CONGRESU NACIONAL 85

    Octubre 23 de 1899. GtMANA DE DIPUTADOS 4.a Sesión de prórroga.

    habilitar al público á la vuelta del padróná oro.

    En marzo de 1866 se dictó una ley autori-zando el retiro y chancelación de diez mi-llones de pesos papel en los primeros seismeses siguientes , y en adelante hasta cuatro millones por mes.

    En junio 20 de 1874 se fijó el máximum dfela emisión en 382.000.000

    Va á verla honorable cámara la curvede las cotizaciones del oro en medio dEeesta época de profunda perturbación; vaá ver cómo las emisiones lanzadas en lasépocas en que el papel representativo deldollar estaba depreciado , no se calculabancon depreciación más adelante cuando setrataba de volver á los pagos en especie,sino que se calculaban por su valor íntegro, no por el valor que les ciaba la cotización del mercado.

    En los diecisiete años que van desde elaño 1862 hasta el 1879 las cotizaciones delpapel moneda fueron , en la fecha del lo d(-julio, las siguientes:

    El año 1862 había 96.000.000 de emisión,ya declarada la guerra, y el dollar papelvalía 86 centavos oro. Al año siguiente sehabían emitido 201.000.000 más, lo que ha-cía 297.000.000 de emisión, y el donarvalla 76 centavos oro.

    El año 1864 se aumentó con 134.000.000,llegando la emisión á 431.000.000, y el do-llar valía 38 centavos ; fué su mínimovalor, que equivale , en nuestro sistema decotización, á 263 por ciento.

    El año 1865, último de la guerra , se emi-tió un millón más , llegando la emisión á432.000. 000, y el valor del dollar á 70 centa-vos oro.

    El año 1866 se retiraron 32.000.000, que-dando el total de la emisión en 400 . 000.000,y el valor del dollar en 66 centavos oro.

    El año 1867 se retiraron 29.000.000 más,quedando el total de la emisión en371.000.000 , y el valor del dollar en 71centavos oro.

    En los seis años que van del 68 al 73 laemisión se mantuvo en 356.000 . 000, es decir,15.000.000 menos que el año 67; el ' dollarfluctuó en todo ese tiempo teniendo losvalores de 70, 73, 75 , 89, 87, 86 centavos.

    En 1874 se aumentaba la emisión en26.000.000, porque lo requerían las nece-sidades del comercio , es decir, se aumentóá 382.000 .000, y la cotización fué de 91 cen-

    tavos por peso papel. El año 1875 se retiraron 7.000.000; la cotización bajaba, el pe-so papel valía 87 centavos. El año 1876 seretiraron) 6.000.000 más, quedando la cir-culación en 369.000.000; el dollar se cotiza-ba á 89 centavos. El año 1877 se retiraron10.000.000 más; la circulación 'quedaba en359.000.000; el dollar papel valía 94 centa-vos oro. El año 1878 se retiraron 13.000.000más; la circulación quedaba en 346.000.000-muy poco más de lo que tenemos-y eldollar se col izaba á 99 centavos.

    Por último, el año 1879, con la mismacirculación de 346.000.000 la cotizaciónalcanzó á la honrosa cifra de 100 centavospor dollar, es decir, á la par.

    En diecisiete años el papel volvía á la pardespués de haber pasado aquel país por lamás tremenda guerra que han presenciadolas sociedades modernas, puedo decir.

    El día de la reasunción de pagos habíaen tesorería 135.000 000 de pesos oro parahacer frente á una emisii5n de 346.000.000.Pero lejos de disminuir esta existencia porlas s licitaciones de canje de papel pororo, aumentó, porque el pueblo prefiriólas emisiones del gobierno al oro mismo.

    Y yo digo, señor presidente, que este es

    el galardón de los gobiernos de ley, que

    respetan los derechos de los ciudadanos

    á la par que sus intereses; y que ojalá elmismo caso se presente cuando se aplique

    este proyecto de conversión! (¡Muy bien!

    ¡mur/ bien!)

    Sr. Varela Ortiz-Podríamos pasar ácuarto intermedio.

    Sr. Presidente-Invito á la cámara ápasar á cuarto intermedio.

    -Así se hace.-Vueltos á sus asientos los seño-

    res diputados, dice el

    Sr. Presidente -Continúa la sesión.Sr. Mitre - Se ha visto, señor presi-

    dente, .los antecedentes que los EstadosUnidos nos subministran para el estudio dela cuestión que nos ocupa y cómo despuésde diesiciete años de haber vivido en elrégimen de la inconversión de la moneda,el gobierno de aquel país reasume los pa-gos en especie y paga por el billete el valororiginario que tenía.

    Una ley de la Union Americana confiereal secretario del tesoro los medios nece-sarios para regir el sistema circulatorio, y

  • 86 CONGRESO NACIONAL

    Octubre 23 de 1899. C.á\I R.1 DE DIPUTADOS 4.a Sesión de prórroga.

    en virtud de esa disposición el gobiernoamericano emite títulos de deuda pública,siempre que el medio circulante se contraey la moneda de oro amenaza salir al exte-rior. Con la emisión de estos títulos decrédito el gobierno da aplicación á la mo-neda sobrante, que se invierte en los tí' uloscon la seguridad de su perfecto servicio,lo que permite colocar á un interés :apre-ciable el oro que de otra manera no ten-dría aplicación.

    Este cuadro que he esbozado á gra idesrasgos de la dirección dada por los i?sla-dos Unidos al sislerna monetario, se com-plementa con la acción del gobierno enlo relativo á la deuda de aquel país.

    Entre nosotros, señor presidente, comotendré ocasión de hacer resaltar poco másadelante, me parece que en lo que respectaá la deuda pública no impera la política fi-nanciera que la ciencia aconseja y quenuestro sistema tributario casi hace im-perativa. Creo, señor, que el abandonode los servicios de amortización, impuestopor las necesidades públicas, es el peer delos sistemas, porque recarga de interesesal erario, que, en el curso de pocos años,representan unaa suma de extraordinariaconsideración para un país de la capaci-dad impositiva del nuestro.

    A más de eso, se han hecho emisionessucesivas para ate ider todos los délícitsdel presupuesto, y inoy la deuda públicallega á cifras alarmantes y el servicio delos intereses representa en un curso dedoce años casi el total de la misma deuda.Hemos de ver más adelante estas cifrasque por el momento sólo menciono.

    La política adoptada por los EstadosUnidos con relación á su deuda externa,ha sido la de pagar todo lo posible, :, finde aliviar al tesoro del servicio de intere-ses, que llega á ser extraordinariamentegravoso. Y así, la deuda de los EstadosUnidos, que en agosto In del 65, cuandoterminó la guerra, ascendía á dos milochocientos cuarenta y cinco millones dedollars, en la actualidad está reducida á milciento veintiún millones de dollars. So haamortizado en estos treinta y cuatro añosmil seiscientos treinta y cinco millones dedollars. El servicio de intereses dr- laactual deuda es sólo de treinta y siete mi-llones al año, es decir, importa una ciframuy poco superior á la cantidad que paga

    la República Argentina, siendo tan notablela desproporción de la riqueza pública deuno y otro país y de su capacidad imposi-tiva.

    Los Estados Unidos nos dan el ejemplode un país que, habiéndose visto obligadoá apelar al papel moneda inconvertiblevolvió al regimen de los pagos en espe-cies, sin perturbación ninguna de los inte-reses públicos, sin quebranto de derechoalguno.

    Propiamente puede decirse de los Esta-dos Unidos, prescindiendo de toda consi-deración de detalle y viendo sólo elcuadre en conjunto, que es un país sinhistoria monetaria, y de él puede decirsetambién con verdad lo que de los paísesque no tienen historia: felices ellos!

    El ejemplo de Rusia que he mencionado,se aplica á nuestro caso por otro orden deconsideraciones, se aplica porque el siste-ma de conversión iniciado por los proyec-tos que nos ocupan, se parece en algo, álo menos en sus objetos confesados, á loque se propusieron los financistas de aquelvasto imperio, si bien en la aplicación di-fieren por entero.

    Mi propósito, al exponer á la honorablecámara, tal vez con detalles un poco fati-gantes, los antecedentes de aquella con-versión, es hacer resaltar la diferencia demedios aplicad os, para poder sacar estadeducción: que si por aquellos medios sellegó al resultado buscado y los mediosque aplicamos nosotros son distintos, ne-cesariamente, en buena lógica, no vamosá llegar al logro de los mismos propósitos,vamos á quedar en las mismas circunstan-cias que estamos actualmente.

    En Rusia, en 1810, regido el país por elsistema monetario del padrón de plata,había una emisión de rublos á papel queascendía á 567 millones, y cuya historiainteresa recordar en nuestro caso, por-que esa emisión se originó en buenaparte de las guerras napoleónicas, peroen buena parte tamhié a de numerosas ten-tativas para dar vida á las industriasagrícolas del país; se incurrió allí en elmismo error en quo se incurrirá siempre -que se trate de proteger, por medio delsistema monetario, - cuando se tiene elpropósito de dar á la moneda estabilidadinmutable, - una industria tan variablecomo la agricultura, que, si se fuera á

  • CONGRESO NACIONAL

    Octubre 23 de 1899.

    buscar un emblema de lo variable, ellapodría servir al efecto, porque depende delas mutaciones del tiempo, de los cambiosatmosféricos , de un año de seca ó de lluvia.

    Los rusos purgaron este pecado, esteerror econ'>mico, de pretender seguir, me-diante la aplicación de los recursos públi-cos, la marcha y desenvolvimiento deuna industria corno esta. Durante mu-chos años, hasta el año 43, en vano sequisieron aplicar procedimientos para sa-lir de la inconversión.

    El rublo, que se llamaba rublo asignadoentonces, había variado entre límites muyseparados: en 1807 llegó á cotizarse á 154;en 1808, subió á 201; 0n 1810, se deprecióliasta la cotización de 401, es decir no valíasino 23 y medio centavos plata.

    En ese mismo ano se hizo un empréstitode consolidación, pero la cantidad de bille-tes destruídos no pasó de cinco millonesde rublos: fué una tentativa que fracasópor completo.

    En 1812 se dió al papel así depreciadola calidad de moneda legal.

    Excuso hacer la historia de las fluctua-ciones de a,{uel papel, que refleja en mu-cho las fluctuaciones del papel argentino.

    El gobierno trató varias veces de fijarel valor del papel con respecto al metálico,pero todos los decretos expedidos con eseobjeto quedaron sin efecto, hasta que en1813 se creó el rublo crédito, que es el rubloactual, y se emitieron 170 millones para re-coger los billetes circulantes ó rublos asig-nados. La garantía de esta emisión'consistía en 70 millones de rublos, quedos años después subieron á 821 /2 millonesde rublos en metálico , es decir, casi la mi-tad de la emisión circulante.

    Aun asimismo no se consiguió dar es-tabilidad al papel moneda ; no se logró esteobjetivo que los proyectos se proponencon el solo recurso de fijar el valor delpapel en 227 sin tener el gobierno unsolo peso efectivo en caja.

    Es sabido que la conversión en Rusiarecién se ha consumado el primero deenero de 1898. Estas fechas , este tras-curso de años, desde 1843 hasta 1898, bastapara impresionar suficientemente el ánimoy dará entender cómo estas evolucio !.esno se pueden completar mediante una ini-ciativa por poderosa que sea.

    Y la que acompaña á este proyecto, cúm-

    CMLARA b E DIPUTADOS

    87

    4.a Sesión de prórroga.

    pleme decirlo , no puede ser más poderosa;no puede ser más eficazmente dotada,tanto que creo, sin elogio, que cualquierpaís de los regidos por instituciones pa-recidas á las nuestras , quisiera poner ini-ciativas semejantes al servicio de sus pro-blemas de gobierno.

    Pero así y todo, señor, no basta. Mien-tras las emisiones no lleven tras de sí re-cursos e i metálico efectivo, no se puedellegar á la conversión. Esta es la lecciónque la Rusia nos enseña.

    Cuando empezó la guerra de Crimea,los billetes en circulación no pasaban de300 millones de rublos.

    El año 57, que fué el siguiente á la termi-nación de la campaña , el total había su-bido á 755 millones de rublos, y hubo quesuspender los pagos en metálico no obs-tante los fuertes encajes ya reunidos.

    Vuelta la paz , se produjo una mejora enla situación, hasta que en 1860 se fundó elBanco imperial de Rusia, en parte sobreel modelo del Banco de Inglaterra.

    En 1862 se levantó en Londres el emprés-tito de 15 millones de libras esterlinas, quenos señalaba el miembro informante de laminoría de la comisión.

    Fué entonces que quiso hacerse estaconversión á un precio escalonado de des-censo , en circunstancias , como muy bienha indicado el señor miembro informantede la minoría, distintas de las que se acon-seja en su proyecto . Allí se trataba deconvertir en realidad, de dar el oro queexistía en las arcas públicas en cambio depapel, hoy á un tipo, mañana á un tipomás ventajoso para el tenedor de papel;y así sucesivamente.

    zY qué ocurrió que el que tenía papelae guardaba muy bien de llevarlo á con-vertir, porque sabía que más adelante ledarían más oro por él. Algo más, el quetenía oro lo llevaba á las arcas públicaspara cambiarlo por papel en la seguridadde que con éste obtendría poco tiempodespués más oro . Así es que esta inicia-tiva fracasó también , no obstante tenerf, su servicio las eminencias de las finan-zas rusas , de cuya eficacia se tienen prue-bas en la terminación de sus grandesproblemas financieros.

    Una revolución en Polonia concurrió ámalograr el plan, y el banco tuvo que, sus-pender los pagos en oro.

  • 88 CONGRESO NACIONAL

    Octubre 23 de 1899. C911ARA DE DIPUTADOS 4.a Sesión de prórroga.

    Con la guerra de Turquía en 1876 au-mentaron también los billetes en circula-ción: Rusia tuvo que emitir 500 millones.Esta es la última emisión grande quese ha hecho, si no estoy mal informado.

    Desde entonces los ministros dr hacien-da han desarrollado un plan extraordi-nario, pertinaz, de conversión de verdad,mediante el cual han llegado á resultadosque con ser grandiosos no son todavíadefinitivos, ni tienen completamente tran-quilos á los estadistas rusos. Temen, comolo voy á demostrar con una transr ripciónque leeré en seguida, que de un momento áotro cualquier causa imprevista venga yeche por tierra toda su obra.

    Hoy la moneda de oro de Rusia puedecambiar á la par por los billetes, habiéndo-se fijado una relación al rublo crédito, conel oro, de uno y medio á uno, y habiéndoseeliminado la relación con la plata, admi-tiéndose esta en los pagos hasta 1:a sumade cincuenta rublos, con excepción le cier-tos impuestos y pagos al gobierno Perola Rusia quedó regida por el régimenmonetario del oro, y la transición entrela relación del rublo crédito y 1,1 plataquedó suprimida de hecho.

    Hay una monografía interesantísimasobre esta conversión de Rusia, lue almismo tiempo es una fuente de sana doc-trina económica. Es el libro de Lorini, elfinancista italiano mandado por el gobier-no de Italia á levantar un informe sobreesta evolución monetaria de la Rusia. Aél pertenecen algunos párrafos que are voyá permitir leer, salteando muchos, porquesería muy largo. En ellos se refiere cómose ha llegado, grado por grado, hasta losresultados alcanzados, ésto es, al estable-cimiento definitivo de la conversión

    Refiere Lorini cómo las críticas le lasbolsas extranjeras, sobre todo de Ir¡ bolsade Berlín, estimularon el celo de los finan-cistas rusos, en el sentido de acabar conaquella situación que atraía á Rusia, diceel autor, las miradas compasivas de todoel mundo; y un buen día, el diario ificialde San Petersburgo, anunció que en lasarcas del Estado había dos mil quinientosmillones de francos en oro, es decir, unasuma mayor que la de los bancos de Ingla-terra y de Francia juntos, y que sobre estabase, el gobierno iba á iniciar un plan deconversión.

    Desde entonces, dice Lorini, habiendohecho conocer á los círculos comercialessu fuerza, el ministro De Witte continuósu camino con autoridad incontrastable.

    El lustro transcurrido desde agosto de1892 hasta agosto de 1897, exige un análi-sis minucioso, pues es el período que com-prende los actos más recientes, destinadosá reparar la reforma de la actual situa-ción.

    El primer obstáculo grave que era pre-ciso evitar, provenía de la situación anor-mal que creaba el rublo crédito, oscilandobruscamente entre 30 y 65

    ¿Qué hizo el gobierno ruso, señor presi-dente ? i Abrir upa oficina de conversión,habilitada con suficiente stock de billetesde papel para comprar el oro á precio másalto que el que el mercado ofrecía ? Abso-iu Lamente.

    «El rublo crédito, dice, se había conver-tido en una verdadera ficha del juego de labolsa, con detrimento de la industria y delcomercio. Por eso, el ministro de hacien-da fijó su atención en ese punto. No sólotrató de disminuir esa fluctuación, ponien-do término al mencionado juego de azary restableciendo el equilibrio de la oferta yla demanda del papel moneda y del oro,sino que también se dedicó en seguida áforzar al rublo crédito á mantenerse firmeen una cotización dada, por medio de unaserie de medidas financieras y adminis-trativas.»

    A decir verdad, dice Lorini, la especula-ción quería gozar de las anomalías de queya hemos hablado, y que era necesariodestruir. Con ese movimiento que obede-cía al interés individual, sacaba á luz elmal que afligía á la vida colectiva.

    Porque es de notar que este mismo autor hace una tesis de la especulación debolsa, y demuestra cómo es la especula-ción una acción comparable, diré, á la dela tuberculina para denotar la presencia deciertas enfermedades en el ganado, enfer-medades que no teniendo síntomas exter-nos, merced á la acción de este agente seexteriorizan y permiten hacer el diagnós-tico con toda seguridad.

    Dice Lorini, que la especulación no hacesino acentuar el estado real del mer-cado, de manera que cuando el papel ó mo-neda pública está en baja, la especula-ción juega á la baja, y cuando las causas

  • CONGRESO NACIONAL 89

    Octubre 23 de 1899. CÁMARA DF; D[PU[ADOS 4.8 Sesión de prórroga,

    exteriores son de alza, la especulaciónjuega al alza. Y desarrolla con muchoacierto y muchas razones esta teoría.

    «Por otra parte, continúa Loriiii, el go-bierno esperaba que para mantener su do-ble crédito, bastaba con decir, en 1892, quetenía guardada una reserva en oro, y seengañó desde el principio. Era preciso queesta reserva, en la parte estrictamente ne-cesaria al consumo, fuera puesta á su dis-posición efectiva.»

    Existiendo la reserva por un monto bas-tante considerable para hacer frente á laconversión, esta existencia no alcanzaba ádeterminar una cotización estable en labolsa.

    ¿Cómo vamos á creer que vamos á rea-lizar ese desiderátuni de la fijación del tipode nuestra moneda de papel, cuando nohemos empezado siquiera á hacer un en-caje para la conversión y cuando el úni-co medio prácticamente eficaz de garantirla moneda fiduciaria, es cambiarla á lavista por verdadera moneda?

    Sigue este autor: «Y puesto que quizás noera ni prudente ni posible en ese mome ,tohacer cesar el juego de la especulación conla vuelta de improviso á los pagos en me-tálico, los remedios hábiles y verdadera-mente eficaces fueron:

    «Primero, la decisión de la administra-ción de hacienda de proporcionar un puntode equilibrio á las demandas y ofertas deletras para el extranjero, no negándose enadelante á comprar al tipo de 218 marcoslas letras de 100 rublos, ni á venderlas á220, medida que contuvo de golpe todaespeculación de bolsa; segundo, la auto-rización al banco de comprar y vender oro,siempre y en cualquier momento, al tipode medio imperial por siete y medio rubloscrédito.

    «Sólo así pudo de Witte infligir á losgrandes especuladores á la baja de Berlínla célebre derrota de fines d' octubre de1894, que figurará en el número de sus máshermosas victorias. Pagó hasta 17 marcospor cada 100 rublos de report, mientras elrublo-crédito, rayado de entre los valoresde agio, se encaminó hacia esa cotizacióntija que se mantiene en el mercado desde1895; y que por una última disposición hallegado á ser inconmovible.

    «No es pequeño motivo de alabanza parala administración de la hacienda rusa el

    haber tenido en cuenta esta otra adverten-cia dada por la ciencia, á saber: que parareasumir los pagos en metálico no bastatener una provisión de oro y promulgar lapronta abolición del curso forzoso, sinoademás preparar un buen terreno para lareforma, y acostumbrar al país y á la cir-culación al r, uevo orden de cosas.

    «Para alcanzar esos diferentes fines se haservido de Witte de un encadenamiento deexcelentes disposiciones: a, la ordenanzamonetaria de 1893; b, la admisión del oroen el pago de los impuestos internos sobrelas bebidas, la cerveza, el tabaco, el azúcar,el petróleo, etc.»

    Hago notar que por estos proyectos seestatuye, tal vez sin quererlo, la elimina-ción completa del oro del pago de los ¡ni-puestos, como lo demostraré oportuna,mente, si no se me pasa.

    e. La autorización concedida el 15 demarzo de 1895 al Banco (le Estado paraque aceptara oro y expidiera conformesde depósito; lo mismo que para que hicie-ra negocios sobre monedas de oro y lasaceptara en cuenta corriente; d, la orde-nanza de 1895, que reconocía con ma-yor claridad como legalmente válido todocontrato ó caución cuyo monto estuvieraespecificado en rublos oro.

    Esto no se aplica á nosotros; en Rusiaera necesario porque el oro no era mone-da legal.

    e. La obligación de recibir oro en metá-lico ó en conformes del banco, en todoslos pagos hechos á las cajas del tesoro delestado, así como á las compañías de fe-rrocarrriles y en general á las cajas pú-blicas ó privadas.

    «Pero, cuán violentas y numerosas fue-

    ron las discusiones que esta medida sus-

    citó!»Y llamo la atención sobre este párrafo:

    «Se hizo un cargo á de Witte por quererponer en circulación el oro, antes de ha-ber determinado por ley su relación fija conla antigua nmoneda.»

    Es decir; allí no se hizo lo que forma laparte fundamental de estos proyectos, nose fijó legalmente la relación entre el pa-pel y el oro, sino que después de haberacostumbrado al país á una cotización yde haberla mantenido mediante medidasadministrativas, un buen día se abrió laconversión á tipo fijo, sin alterar en lo

  • 90Octubre 23 de 1899.

    CONGRESO NACIONAL

    CÁMARA DE DIPUTADOS 4.' Sesión de prórroga.

    mínimo, como dice el mismo autor, elestado de cosas existente. Aquí empe-zamos por el fin.

    Sobre esta clase de conversión que elproyecto determina, hay también en Rusiaun antecedente, y es el siguiente, segúnel texto de que me estoy ocupando:

    «Es casi un absurdo, dice Lori_ni, hacerun parangón entre los billetes dr' depósitodel banco del comercio, de 1839, y° los con-formes de depósito del banco del estado de1898. En la primera de esas fechos, por de-creto senatorial del lo de julio, Cancrininstituyó una caja especial, que desde el1o de -enero de 1880 acogía los depósitos enoro, en plata, en monedas ó en lingotes(decreto del 10 de febrero de 1841), dandoen cambio certificados de 3, 5, 10, 25 y mástarde de 100 rublos, con el fin de constituiruna reserva inalienable, un fonoro que prc-diera después serr;ir para la creación deun nuevo papel moneda que substituyeraal asignado ; es decir, que tendía, en resu-men, á crear un certificado de compromiso, que sirviera de intermediario entreel papel moneda en extremo rnenospre-ciado, y el futuro papel moneda resultantede las últimas disposiciones; papel mo-neda que se preveía, sin embargi deberíacontinuar alimentando la circulac,ión.»

    Cuando se han iniciado estos proyectos,se ha dicho en su favor que iban á darprecisamente este resultado que reo dieronen Rusia: que pagando el gobierno 250 pe-sos papel por 100 pesos oro, cuarrllo en elmercado no valía i sino 220 ó 230, todo elmundo se apresuraría á llevar sus exis-tencias en oro á esta ofici ' a de conversióny se encontraría el gobierno de la noche ála maña 'a, con un enorme stock metálico,con el cual podría hacer frente á la conver-sión.

    Los hechos actuales están probando loirrisorio de estos cálculos , pues iirmedia-tamente que se han dado por sancionadosestos proyectos y por fijada la cotizaciónen 227, el oro ha puesto un buen trechoentre la cotización real y la cotización le-gal.

    De manera , que, abierta la oficina decambio, se puede asegurar con entera cer-tidumbre que ro va á funcionar, porquenadie le va á llevar oro.

    «En 1895, de Witte no venía á reclamarsubsidio alguno de los depositantes: su

    fondo de cambio era ya elevado, y el mi-nistro sabía que el año siguiente aumen-taría. No tendía á substituir con el papelnuevo el papel antiguo, ni á quitar al pú-blico ninguna de las monedas metálicas,para acreditar así los nuevos símbolosfiduciarios. Quería, por el contrario, co-menzar de esa manera una serie de expe-rimentos que condujeran á la nación á lacirculación metálica.

    «Todo eso no podía ser más que objetode una ordenanza administrativa . Preten-der que de Wilte habria debido primeroformular, mediante una ley, una relaciónfija entre el rublo oro y el rublo crédito, yque habría debido igualmente sancionarprimero por una ley, la función de losnuevos depósitos en oro, era engañarsecompletamente sobre el objeto que se pro-ponía el ministro con la ayuda de esamedida.»

    Con esto, señor presidente , creo excu-sado decir más para marcar la diferenciaque existe entre este plan de conversiónreal de la Rusia y el plan de conversión quepresenta el poder ejecutivo.

    Y voy á terminar con estas citas yademasiado largas.

    «Una vez que las oscilaciones , primeroconvulsivas, después normales, del rublocrédito, quedaron suprimidas en el mer-cado libre por la relación fija con el oro de1 1/2 á 1; una vez que la paridad de 1 1/2rublo-crédito igual á un rublo oro quedódeterminada por el presupuesto y en lospagos públicos , las nuevas medidas adop-tadas en el curso de 1896 por la adminis-tración de hacienda del imperio con elobjeto de asegurar el éxito de la reforma,están resumidas por de Witte, en su últimoinforme de 1o de Enero de 1897, y son:

    1o El hecho de contraer un empréstitooro de 3 v% conforme al úkase del 8 de juliode 1896, al precio de emisión de 92.30 %,con un interés efectivamente menos one-roso que todos los títulos rusos preceden-tes. Empréstito concluido en gran parte enel extranjero , gracias al apoyo sincero yentusiasta de la bolsa de París, y cuyoproducto , llevado mediante la aplicaciónde las sumas del tesoro disponibles á untotal de 106 millones rublos oro , fué desti-nado á reembolsar al banco del Estado unaparte de la deuda no productiva de interésdel tesoro, procedente de la emisión de los

  • CONGRESO NACIONALOctubre 2,1 de 1899.

    billetes de crédito.» (F,1 Rusia también,señor presidente, estos títulos son deudapública).

    20 El hecho de dejar al oro infiltrarsegradualmente en la circulación, por mediode las cajas públicas y de las del banco,de manera que, entre los 693 millones derublos de oro emitidos y los 661 millo-nes entrados ya e i el curso del año, 25millones fueron absorbidos irremisible-mente por las necesidades monetarias delpaís.

    30 La determinación de condiciones y detarifas especiales, fijadas en el banco paralas compras del oro extranjero presenta-do por los particulares, medio por el cual,del lo de enero al 30 de noviembre de 1896,la provisión de oro acuñado se aumentó en65 millones de rublos.

    41) Las compras (le plata, hechas por ms sde 4 millones de libras esterlinas (25 millo-nes de rublos), es decir, por un millón delibras esterlinas irás que durante el añofiscal de 1895, y que constituyen una re-serva con la cual se acuñaron 43 millonesde rublos de moneda de plata.

    5o El úkase imperial del 8 de agosto de1896, que decretó el principio invariable delrublo-oro, desde el lo de enero de 1898, y esti-puló que desde la fecha del úpase y du-rante todo el ario de 1897, las cajas públicasy las de las compañías de los ferrocarrilestendrían la obligación de recibir, y las ofi-cinas del banco (le estado y sus sucursalesde comprar y vender monedas de oro ru-sas, conforme á la relación vigente de 7,50rublos-crédito, por cada medio imperial.

    6o El úkase soberano de fecha lo de enerode 1897 que, como suprema confirmaciónde la anterior, ordena se acuñen nuevosimperiales y medios imperiales del mismotítulo, ley, peso y dimensiones de los queestaban en curso, y que llevan la menciónde su valor, sea 15 rublos-crédito, para losprimeros y 7 rublos 50 kopeks para los se-gundos.»

    Esta es, señor presidente, la diferenciaesencial entre la conversión rusa y esteesbozo de conversión argentina.

    Los rusos tenían su imperial que valíadiez rublos oro. El día que por decretoimperial quedó fijada la relación del orocon el papel en razón de 1 á 1 1/2, sobre loscuños del imperial, de oro, que valía diezrublos, se puso la inscripción de 15 rublos.

    C.1YI^R1 DE hlPUI' ► DO5

    91

    4.a Sesión de prórroga,

    Se bajó el valor del rublo y se fijó inal-teraldemente en el reverso del imperial,en l;i moneda de verdad; es decir, que losruso; tomarr,n su moneda cle oro é inscri-bieran en ella: «esto es papel», mientrasque nosotros tomamos nuestra moneda depapal, y pretendemos inscribir en su le-yenda: «esto es oro.» (Risas.)

    ¿Cuáles son, señor presidente, los mediospara llegar á estos resultados, tan apeteci-bles como se aconsejan con relación áeste Iproyeeto^l

    Cono he dicho, aunque escudriñemoslos documentos públicos relacionados conel ministerio de hacienda, anteriores áesta iniciativa, no se encuentra en ellosrastro ninguno, y lo único que se puedecitar es el mensaje con que acompañó lospros actos. En ese documento no estánsino esbozados los fundamentos generalesde altos, pero la manera de llevarlos ácabe no consta sino en el artículo que dis-pona que determinados recursos han deaplicarse á la conversión.

    Esa! artículo, señor presidente, no creanada. Los medios para convertir no secrean con enumerarlos: si existen, la enu-meración no cambia nada, la situaciónqueda la misma; y si no existen, por másque inscriban con letras de oro, la rea-lidad de ellos nunca se alcanzará.

    Par último, para concluir con este ejem-plo dee la Rusia, recordará que se siguióallí respecto de la deuda pública el procedi-miento aplicado en los Estados Unidos, ladiminución del servicio, tanto que eseservicio que era de 281 millones de rublosel año 87, el 92 era sólo de 256 millones; sehabía reducido en 25 millones para desaho-gar el tesoro y ponerlo á cubierto de todaeventualidad que pudiera venir á compro-meter la constitución del fondo de con-versi,ín.

    Excuso dar otros datos respectoá las in-novaaciones introducidas en el régimen fi-nanciero de aquel imperio, todas tendentesá asegurar el problema de la conversión dela moneda. Me basta citar esta cifra: lareserva de oro en 1o de enero de 1897 erade 813 millones de rublos efectivos. Elseñc,r Lorini dice: yo lo he visto por misojos Porque se dudaba en Europa quesemejante masa de oro estuviera allí aglo-merada. Entonces, invitado por el gobbr-nador del banco, el señor Lorini se tras-

  • 92 CONGRESO NACIONAL

    Octubre 23 de 1899. G.áM[ARA DE DIPUTADOS

    ladó allí y comprobó la composición delfondo depositado.

    Esta enorme masa subía, come digo, á813 millones de rublos efectivos, ,ó sea unequivalente de 1219 millones de rublos-cré-dito, y la emisión en la misma fecha era de1125 millones; de manera que había unexcedente de 94 millones de rublos-crédito,con el cual el ministro de finannas estabahabilitado para atenderá las n—esidadesde la conversión y expansión de la circula-ción fiduciaria.

    La ley dispone allí que hasta X00 millo-nes de rublos, la garantía en metrilico debeser la mitad de la cifra total de la circu-lación en papel, y de ahí en adelante cadarublo en papel que salga á la circulación,debe tener su garantía metálica cn la cajadel banco.

    Y como comentario, al final di, todo estecuadro, del que nos vanagloriaríamosnosotros, con nuestro entusiasmo l