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NúMER0 33 - marzo 2016 - WWW.THEWAYOUTMAGAZINE.es the way out mag CAZANDO EN LA NATURALEZA CON SOLEDAD VÉLEZ_ LA REVOLUCIÓN MADRILEÑA DE RUFUS T FIREFLY_ EL PICAPLEITOS SAUL GOODMAN_ HITCHCOCK Y TRUFFAUT SE VEN LAS CARAS_ AMIGOS CON IRONÍA_ LO INVISIBLE A LA VISTA

Nº33 The Way Out Magazine

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Edición Marzo 2016 con una entrevista a la cantante Soledad Vélez y al grupo Rufus T. Firefly, un reportaje sobre el documental 'Hitchcock/Truffaut' y un repaso por la serie 'Better Call Saul'. También incluye el portfolio de fotografía de David de los Santos Gil y el de diseño gráfico de Luci Gutiérrez.

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CAZANDO EN LA NATURALEZA CON SOLEDAD VÉLEZ_ LA REVOLUCIÓN MADRILEÑA DE RUFUS T FIREFLY_ EL PICAPLEITOS SAUL GOODMAN_ HITCHCOCK Y TRUFFAUT SE VEN LAS CARAS_ AMIGOS CON IRONÍA_ LO INVISIBLE A LA VISTA

reunión de grandes directores

NúMERO 33_marzo 2016

océanos de xoel 4

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libro en

blanco

20documentar

el documental en el cine

6fuerza y

naturaleza con soledad

rufus manda en la escena

madrileña

saul es el gran

picapleitos

la música y el cine van de la mano

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series derivadas en más éxito 62

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secretos, oscuridad

y magia

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Edición gráfica y diseño_ Fernando Santise i Edición y comunicación_ Alejandra Garcés i redacción_ paula de aguirre, Alberto López, juan pablo merchán y antonio sánchez marrón i Colaboraciones_ david arias, luci gutiérrez, David de los Santos, miguel suárez, juan pablo vicente i fotografía de portada_ subterfuge records

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perfil de frente

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EL AQUELLARRE SONORO DE

SOLEDAD VÉLEZ

La compositora chilena publica el 11 de marzo Dance and hunt (Subterfuge Records, 2016), un tercer trabajo lleno de ritmo donde los sintetizadores y loops de voz reivindican con mayor fuerza el carácter salvaje y chamánico de sus anteriores OBRAS.

POR PAULA DE AGUIRRE | FOTOS CEDIDAS POR SUBTERFUGE RECORDS

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Existen muy pocas ma-neras de interpretar tan personales y desgarra-

doras que sumerjan al oyente en estado de trance. No obs-tante, la intensa voz de Sole-dad Vélez la hace acreedora de tan selecta distinción. Su inconfundible vibrato, acen-tuado por esos riffs prolon-gados de guitarra, ralentizan el tiempo y constituyen el prólogo de un viaje iniciático por tierras indígenas plaga-das de enigmas. Wild Fishing y Run with Wolves –sus dos primeros trabajos– daban buena cuenta de ello y sus versos en inglés resonaban una y otra vez como man-tras que se resistían (y resis-ten) a ser olvidados.

Tras una primera escucha, resultaba difícil no indagar un poco más sobre la historia de esta artista que, agobiada por circunstancias persona-les emigró a España desde su Chile natal y acabó por asen-tarse en Valencia con la idea

clara de forjarse una carrera musical. No sabía a dónde le llevaría ese costoso viaje pero tenía la certeza de que no po-día hacer otra cosa.

Una vez instalada a orillas del Mediterráneo, acabaría conociendo a los otros dos médiums que conforman la banda actual y que contribu-yen, de manera fundamental, a cuajar esas composiciones que parecen traídas de otro mundo: Jesús de Santos (gui-tarra eléctrica y teclados) y Luis Torregrosa (batería).

Años después y a punto de publicar su tercer larga du-ración, el tiempo le ha dado la razón, aunque tres dis-cos dan para mucho y (como buen músico que se precie) Soledad Vélez ha ido trans-formando su sonido con cada nuevo trabajo: desde la so-briedad acústica y melancóli-ca de Wild Fishing al folk eléc-trico más furioso de Dance and hunt, sin perder (eso sí)

“LA NATURALEZA SALVAJE ES UN SER INDOMABLE QUE MUCHAS VECES HACE DAÑO HASTA QUE LO ENTIENDES”

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las referencias a esa natura-leza salvaje que pone a todo ser humano en su sitio: “En Dance and Hunt evoco esti-mulaciones. Es el resultado de un trance personal, un bai-le, una búsqueda, una perse-cución y una captura”, asegu-ra la compositora sobre este último álbum, cuyo lanzamien-to está previsto para el 11 de marzo y en el que se nota una euforia renovada.

Su reciente adelanto, Jeanet-te, da la impresión de que el registro de la chilena ha ex-perimentado un fuerte viraje hacia lo electrónica con tintes oscuros. Sin embargo, a me-dida que uno aborda el res-to de canciones, no se tarda en percibir cierta coherencia y continuidad con Run with Wolves. Hay mucho más rit-mo, sí pero también una ma-yor firmeza y conexión con lo abrupto y lo sobrenatural. Los sintetizadores, riffs y golpes de batería suenan aún más violentos en el directo, impri-miendo una mayor urgencia

a esa voz rasgada y ancestral que ahonda en lo más profun-do del alma. En temas como You have no Choice with Me y Thunderstorm se cuelan gri-tos depredadores y truenos que predicen una meteoro-logía desapacible. Los ver-sos se repiten incansables, como viene siendo costum-bre, dejando entrever rastros de emociones que aún se mantienen candentes. No sin motivo, Soledad Vélez sale siempre al escenario con una cinta azulada pintada sobre los ojos, emulando una espe-cie de maquillaje tribal que, según su portadora, pone al descubierto las emociones de una historia personal que pre-fiere no desvelar.

“La naturaleza salvaje es un ser indomable que muchas veces hace daño hasta que lo entiendes. Cada dos me-ses suelo adentrarme en las montañas, con lo necesario para permanecer unos días lejos de lo que llamamos ci-vilización. Es otro mundo, un

“EN DANCE AND HUNT EVOCO ESTIMULACIONES. ES EL RESULTADO

DE UN TRANCE PERSONAL, UN BAILE, UNA BÚSQUEDA, UNA PERSECUCIÓN

Y UNA CAPTURA”

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mundo lleno de pureza”, dice la autora de Dance and Hunt tras ser preguntada por ese imaginario agreste que im-pregna todas sus canciones.

I am from South amerIcaComo ya ponía de manifies-to hace tres años con el tema South Mountain, las raíces de Soledad Vélez asoman una vez más en este Dan-ce and Hunt. Las heridas de un éxodo forzoso se hacen palpables más que nunca en Dune, canción que cierra el disco y donde la composi-tora hace alusión al desier-to de Atacama, el lugar más árido del planeta: “Dune es una persona a la que aprecio aquí en España. Las dunas son cambiantes y misteriosas y los desiertos un estado de ánimo tremendo [...] Mencio-no Atacama por una cuestión de identidad inconsciente, y de escalas”, declara la artis-ta, que tampoco olvida a sus referentes nacionales: Viole-ta Parra y Víctor Jara, quien

además fuera víctima del régi-men de Pinochet por sus can-ciones protesta.

Asimismo, y a pesar de una fuerte nostalgia, Soledad Vé-lez ha encontrado en sus composiciones el bálsamo necesario para cicatrizar an-tiguas heridas. Así lo de-muestra esa voz desafiante de quien ya ha hecho fren-te a sus fantasmas en va-rias ocasiones y que se erige triunfante con el tema Knife, una proclama descontrolada de sintetizadores y guitarras que tronaba poderosa el pa-sado 27 de enero en la Sala El Sol de Madrid.

Dance and hunt vuelve a de-jar un repertorio de adictivas composiciones que adquieren toda su fuerza en el directo, con la voz de Soledad rugien-do como la de un animal sal-vaje. Sus canciones invitan, sin remedio, a formar parte de un aquelarre donde bailar y cazar es la única norma.||

PINCHA AQUÍ PARA LEER LA ENTREVISTA COMPLETA CON

SOLEDAD VÉLEZ

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sala cinco

POR MIGUEL SUÁREZ

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HITCHCOCK/TRUFFAUTLOS REFERENTES

DEL CINE

De Wes Anderson a Martin Scorsese, algunos de los principales cineastas de nuestro tiempo analizan una conversación entre dos grandes genios en Hitchcock/Truffaut, documental de Kent Jones que llegará a las pantallas españolas el 1 de abril.

POR MIGUEL SUÁREZ

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E l ser humano descu-briría muchas más realidades si las pre-

guntas que hiciera fueran para abrir un diálogo en vez de para conseguir una res-puesta concreta que ya espe-raban de antemano. Esto que parece que han olvidado gran parte de los periodistas ac-tuales sigue conformando la esencia misma del arte, de la creación y la expresión huma-na. François Truffaut lo sabía y, por eso, cuando publicó en los años sesenta su libro El cine según Hitchcock, lo pre-sentó como una obra de la que él había sido únicamente, según sus propias palabras, “provocador”. Su objetivo era desarrollar diversos temas ar-tísticos en un encuentro con el maestro del suspense.

Ahora, el director Kent Jones estrena en cines españoles, tras su paso por festivales como Cannes o San Sebas-tián, el documental Hitchcock/Truffaut, donde sigue el plan-teamiento que comenzó el di-rector francés y habla de cine con destacados realizadores contemporáneos. Un refe-rente cercano a lo que ahora nos propone Jones lo encon-tramos en la película de Win Wenders Habitación 666. En el filme, Jean-Luc Godard, Werner Herzog, Michelangelo Antonioni, Steven Spielberg o Rainer Werner Fassbin-der, entre otros, respondían a Wenders acerca del futuro del séptimo arte y describían tanto su propio pensamiento

como el valor que se daba a las películas en sus respec-tivos países. Hitchcock/Tru-ffaut tiene algunos puntos en común, aunque en este caso las reflexiones giran en torno a aquella conversación entre los dos cineastas y los que responden son David Fincher, Martin Scorsese, Wes Ander-son, Richard Linklater, James Gray, Olivier Assayas, Kiyoshi Kurosawa o Paul Schrader.

“Siempre me ha interesa-do establecer contrastes, ir a contracorriente y romper

TRUFFAUT

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moldes. Con Harry saqué al melodrama de la negra oscu-ridad y lo coloqué bajo la luz del sol”. Hitchcock analiza en esta cita del libro de Truffaut su obra Pero... ¿quién mató a Harry? (1955), una come-dia negra que el director rodó cuando todavía era un sub-género tabú. Tratar los asun-tos más turbios con ironía y comedia estaba mal visto en una sociedad puritana. Sin embargo, obras como Ha-rry ofrecieron a los cineastas emergentes una referencia artística e intelectual para sus

futuros trabajos. De la mis-ma forma que hoy se alaban a los creadores alternativos que desmontan los tópicos del cine comercial, en esa época fueron personalidades como Hitchcock o Nicholas Ray los que introdujeron en la indus-tria un nuevo modo de mirar a los géneros clásicos.

Además, Hitchcock empezó a citar en su cine muchas fi-losofías críticas o pesimistas que rara vez aparecían en las grandes producciones. En sus filmes se encuentra a Freud,

HITCHCOCK

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Schopenhauer o Nietzsche materializados en algunos de sus personajes, que debaten, enloquecen e intentan hacer frente a las eternas dudas y contracciones humanas.

Ambas concepciones, la idea de la comedia dentro de te-mas tabúes y la introducción del psicoanálisis o el volunta-rismo, eran parte también de los grandes hitos cinemato-gráficos del maestro francés, lo que hizo que ese encuen-tro se convirtiera en algo tan importante. Los 400 golpes, Disparen al pianista o Jules et Jim eliminaban el melodra-ma en favor de una atmósfera irónica de la misma forma que hacía Hitchcock y recupera-ban reflexiones acerca de la libertad humana, presentes también en los pensamientos de esos grandes críticos que habían tumbado en años an-teriores el falso optimismo co-

mercial que gobernaba gran parte de la filosofía europea.

En obras como La sombra de una duda o La sirena del Mis-sissippi, Hitchcock y Truffaut, respectivamente, toman al-gunas premisas clásicas (de esas que aparecen en los li-bros de gurús del guion como Syd Field) para transformar-las. La figura del impostor su-pone el punto de partida en el suspense de las dos obras, pero es la fascinación que provoca dicho impostor en sus víctimas, Teresa Wright, en el filme de Hitchcock, y Jean-Paul Belmondo, en el de Tru-ffaut, lo que lleva al género a una dimensión humana cla-ve para comprender nuestro comportamiento. La sombra de una duda provoca uno de los momentos más interesan-tes de la conversación en El cine según Hitchcock, donde este acaba calificándola como

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la obra favorita de “nuestros amigos los lógicos”. Sin em-bargo, la parte de la entrevista que sin duda conecta directa-mente con La sirena del Mis-sissippi es en la que Hitch-cock valora las motivaciones de sus protagonistas: “El tío Charlie quería mucho a su so-brina, pero no tanto como le quería ella a él. Sin embargo, ella ha tenido que destruirlo, pues no olvidemos que Os-car Wilde dijo: ‘Matamos a lo que amamos’”.

A pesar de las diferencias en el desenlace de las obras, víc-tima y verdugo conectan en ambas sus deseos internos

para caminar hacia una des-trucción inevitable. La som-bra de una duda es algo así como si lleváramos Tío Va-nia, de Chéjov, al cine negro, donde el farsante destruye las ilusiones de aquellos que sin conocerle habían creado una imagen heroica de él. Al aña-dir una dependencia de carác-ter sentimental, la historia se traslada a un campo infinito que no ofrece ninguna solu-ción. Por eso, si el personaje de Charlie no muriera al final de la película, probablemente acabaría vagando por el mun-do con su sobrina, como Bel-mondo y Deneuve en La sire-na del Mississippi.||

EN OBRAS COMO LA SOMBRA DE UNA DUDA O LA SIRENA DEL MISSISSIPPI, HITCHCOCK Y

TRUFFAUT, RESPECTIVAMENTE, TOMAN ALGUNAS PREMISAS CLÁSICAS PARA TRANSFORMARLAS

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La relación híbrida entre el cine y su mecanismo más directo para crear una mitología cinematográfica, el documental, ha sido fructífera desde casi los inicios del séptimo arte. A lo largo de la última centuria, el cine ha visto cómo se edificaban sus propios nombres, alimentados por la iconografía popular pese a la extraña interconexión que pudiera existir entre un determinado nombre y el cuerpo crítico-teórico o los propios espectadores. Desde la óptica cinematográfica, se ha trabajado la mística histórica de este arte en determinados momentos claves que dan a entender la importancia de cada producción.

Existen trabajos divulgativos entre los que destacan The Story of Film (Mark Cousins, 2011) en el que Mark Cousins realiza una teórica interpretación de la historia del cine en 15 sesiones. Anteriormente, Jean-Luc Godard compuso, bajo su particular mirada, una revisión a la trayectoria histórica cinematográfica (Histoire(s) du cinema, 1988). En 2014, Mark Hartley volvía la vista atrás

y dibujaba -con no poco tremendismo- la trayectoria de Cannon Films. El documental Electric Boogaloo volvía a recuperar la magia de las producciones donde Chuck Norris, Jean-Claude Van Damme o Sylvester Stallone dejaron su inmortal huella además de la consumada impronta de sus primeros pasos en el cine.

Este tipo de documentales, la mayoría de las veces, vienen enfocados a la hagiografía de un determinado nombre. A esta familia pertenecen obras como Listen To Me Marlon (Stevan Riley, 2015), en la que a través de diversas grabaciones que el actor dejó a su muerte se repasa una trayectoria que sobresale por la mística que rodeó siempre a un Brando fiel al método, tan personal como complicada y violenta. Trumbo y la lista negra dejaba al descubierto las consecuencias de la caza de brujas orquestada por el senador McCarthy contra los artistas que manifestaban su presunto antiamericanismo, aprisionándoles socialmente y relegándoles al más absoluto ostracismo. Descubriendo

CINE EN EL CINE: EL USO DEL DOCUMENTAL

POR ANTONIO SÁNCHEZ-MARRÓN

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a John Cazale (Richard Shepard, 2009) vuelve a una época, al Nuevo Hollywood, a la figura de un actor que interpretó cinco de las películas más importantes del movimiento antes de morir tras terminar El cazador. En 2000, Charles Kiselyak dibujó un homenaje a uno de los renovadores del séptimo arte a finales de los cincuenta. John Cassavetes realizó 12 películas en las que mostró su inquietud por hacer descender el objetivo de su cámara al límite psicológico de sus personajes, con ambientaciones sombrías y urbanas. Un año antes, en 1999, Werner Herzog (a quien el género debe una continua renovación) estrenaba Mi enemigo íntimo, un repaso a su relación con el actor Klaus Kinski y su particular visión de cómo se fraguó la amistad con quien le concedió los mejores trabajos de su filmografía.

Existe una serie de documentales que han optado por ensalzar proyectos de concepción maldita o de ejecución caótica. Se sitúan en esta órbita obras como Jodorowsky´s Dune, donde Frank Pavich realizaba una

deconstrucción de los deseos del artista chileno por adaptar la novela de Frank Herbert. Por otro lado, Heart of Darkness situaba al espectador en el más absoluto caos que supuso el rodaje en Filipinas de Apocalypse Now mientras que, si de descontrol se trata, Lost in La Mancha podría conseguir los mayores elogios. En él, Terry Gilliam depositaba sus esperanzas de rodar algún día su ansiada adaptación de Don Quijote de la Mancha. Por último, Dentro de Garganta Profunda imbuía a la sociedad norteamericana impactada por el estreno de una película que llegó incluso a tambalear las altas esferas políticas.

En todos estos documentales hay una visión mítica de cada propuesta. Hay un claro sentido hagiográfico, un homenaje a las fuentes documentales que han servido de inspiración a los cineastas en cuestión. La historia del cine prosigue su camino nutriéndose a sí misma de material para continuar narrándose a sí misma en un bucle, por décadas, vertiginoso.||

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LUCI GUTIÉRREZWEBFACEBOOK

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RUFUS T. FIREFLYEL ECO DE LA CALLE

es una de esas bandas en la trinchera cultural madrileña en busca de un sueño. Su música pone de manifiesto otra era en la capital. referentes a la hora de hablar de inquietudes y desilusiones, este 2016 promete seguir siendo su año.

POR DAVID ARIAS | FOTOS CEDIDAS POR EMERGE PRODUCCIONES

Hay mucha calle en las letras y los sonidos de Rufus T. Firefly. La

banda arancetana cumple 10 años y aún se encuentra en esa estupenda fase de asen-tamiento en la que se busca una personalidad, un ruido característico y un espacio en el universo musical. No obstante, sus tablas se dejan notar en los discos y en su directo, cultivado con cientos de bolos y sudores de auto-producción. Esa bendición li-beradora de producirse a sí mismo tiene una cara negati-va: condenarse a un camino más largo pero más digno.

Siempre con un punto rebel-de, su pop nunca ha sido fácil ni recomendado para mentes cómodas. Tiene una capa de suciedad que se deja notar

desde su LP debut de 2008 conocido como My synthectic heart. Su buena acogida abrió las puertas de la historia de la obsolescencia programada. En los títulos de sus trabajos siempre hay un punto ácido y descriptivo muy sociológico. Apasionados de la distorsión, no renuncian nunca a un bri-llo estético que les convierte en imperecederos.

A pesar de alguna disolución temporal como la de 2009, nunca han dejado de dar la cara por lo que creen. De esa manera llegaron dos discos que siempre dejan buen sa-bor de boca como Ø y Nueve, sus dos largos más emble-máticos de su sonido garage, pop y un tanto grunge. Sus palabras vuelan libres en la entrevista.

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e n t r e v i s t a

c o m p l e t a

c o n r u f u s

t . f i r e f l y

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Rufus T Firefly son una ban-da de música que se nutre de tendencias artísticas de lo más diverso, por eso su nom-bre es tan cinematográfico y la primera pregunta tan ob-via. ¿Cuáles son sus pelícu-las favoritas? “La lista sería interminable y no creo que haya ninguna favorita. Diga-mos que somos capaces de disfrutar del buen cine inde-pendientemente del género, director, época...”.

Quizás en un futuro sus dos pasiones se unan en un pro-yecto audiovisual con su par-ticipación en una banda so-nora. “Por supuesto que sí. El cine nos inspira mucho a la hora de hacer música y seguro que nos saldría algo muy digno. Eso sí, sería ins-trumental.” ¿Algún género en

concreto? “Cualquiera de los Cohen o de Wes Anderson”.

Siempre han estado en la vertiente alternativa del arte y por eso su única manera de existir ha sido convertirse en sus propios jefes. “[La au-toproducción] es un camino prácticamente infinito, pero muy libre y honesto. Vas paso a paso, controlando todo lo que quieras y eso es algo muy bueno […] Hay que ser muy insistente y tener muy claro que es a esto a lo que te quieres dedicar”.

Alejados de los convenciona-lismos, nunca han buscado un guiño fácil a la crítica, la in-dustria o el público. “Hacemos canciones para cualquiera que quiera escucharlas […] Lo que tenemos claro es que nunca

“ES UNA LUCHA GENERACIONAL CONTRA UN MONSTRUO TERRIBLE.

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ES LA LIBERTAD Y LA BELLEZA CONTRA EL ESTÁNDAR PREFABRICADO”

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“ESTARÍA MUY BIEN QUE LA GENTE SE DIERA CUENTA DE LA MÚSICA QUE CONSUME, Y PIENSE POR QUÉ LA CONSUME”

“UNA BANDA CONSOLIDADA DEBERÍA PODER VIVIR DE SU TRABAJO. NOSOTROS AÚN NO PODEMOS”

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haremos música para conten-tar deliberadamente a nadie en concreto. Expresaremos con música lo que sentimos porque es nuestra vía de escape, y si además conseguimos conectar con la gente, doble placer”.

Nadie como ellos para respon-der a las preguntas clave de la situación de la música, huérfa-na de apoyos a la cultura. “[La escena underground en Espa-ña] está consolidada pero no valorada. Sigue habiendo una persecución absurda por par-te de las instituciones hacia la música en vivo y seguimos siendo una minoría […] Una banda consolidada debería po-der vivir de su trabajo. Noso-tros aún no podemos.”

Sobre la escena artística de la ciudad, explican que “todo esto es mucho más que unos chicos haciendo canciones. Es una lucha generacional con-tra un monstruo terrible. Es la libertad y la belleza contra el estándar prefabricado. Esta-ría muy bien que la gente se diera cuenta de la música que consume, y piense por qué la consume”.

Ante las transformaciones so-ciales y políticas que se están viviendo en Madrid, queda co-nocer si un gobierno de corte progresista puede beneficiar a la escena cultural de la ciudad. Nadie como Rufus para tener una idea veraz y aproximada de lo que supone un cambio de tal magnitud. “No creo que ningún cambio político haga

que la gente empiece a inte-resarse por el arte de repente. Todo esto tiene mucho más que ver con el tipo de vida que llevamos […] Los gobiernos pueden ponerlo más fácil o más difícil pero para que todo cambie la gente debe empezar a pensar por sí misma”.

¿Cómo es su vida diaria? “In-tentamos ganarnos la vida cada uno en lo que podemos. En este grupo hay de todo, fí-sicos, biólogos, filólogos, en-fermeros... nos la colaron muy bien cuando éramos jóvenes. Ahora nos toca apechugar e intentar ser lo más felices po-sible. Poco a poco nos vamos dando cuenta de las cosas im-portantes de la vida”.

Se inicia un año trascenden-te en la carrera de la banda. “No saldremos del estudio hasta tener un disco del que nos sintamos totalmente or-gullosos”. Madrid se transfor-ma gracias a bandas como Rufus que forman parte de un nuevo estilo musical, menos rudimentario, con mayor vo-cación internacional pero con el mismo sentimiento local. Esta nueva oleada de buena música será algún día recor-dada y reivindicada por sus espectadores, ajenos a la cul-tura que se impone desde los medios oficiales. Y entre to-das las canciones que recuer-den a ese Madrid de la última década, esa ciudad a veces gris, a veces colorida, existi-rá una canción de esta banda honesta de Aranjuez.||

POR JUAN PABLO MERCHÁN

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Desde la década de los 60, cuando la cultura popular se hizo global, música y cine se ob-servan mutuamente en busca de inspiración. Si bien es más habitual ver guionizadas la vida de músicos, el camino inverso también se recorre: son muchos los músicos que bus-can en el cine referencias para sus obras y sus nombres artísticos.

Este es el caso de Rufus T. Firefly, que toma su nombre del personaje interpretado por Groucho Marx en Sopa de Ganso. Muchas bandas han recurrido al séptimo arte para to-mar una de las decisiones más importantes para un grupo de rock y que es decisiva para su futuro: su nombre.

Peter Hayes fundó un grupo junto a su amigo Robert Levon llamado The Elements. Cuando descubrieron que ya existía una banda con ese mismo nombre, tocó pensar uno nuevo. Hayes venía de formar parte de The Brianjo-nestown Massacre, así que el nombre debía estar a la altura. Black Rebel Motorcycle Club era el escuadrón de moteros capitaneado por

Marlon Brando en The Wild One y uno de los nombres más molones del rock actual.

Black Sabbath usó diversos nombres durante su gestación, durante la que también cambia-ron componentes y sonidos. Cuando la pe-lícula Black Sabbath estaba siendo proyec-tada con éxito en un cine próximo a su sala de ensayos, Ozzy Osbourne y Geezer Butler vieron cómo la inpiración les llevó a escribir Black Sabbath, oscura canción que definió el nuevo sonido de la banda y que fue contra-punto al rock que se componía a finales de los 60. Encontrado uno nuevo, decidieron cambiar también el nombre de la formación y utilizar el mismo para su álbum debut.

En una cinta de culto encontró la banda Du-ran Duran su nombre. El Dr. Durand Durand era uno de los villanos de la película Barba-rella, protagonizada por Jane Fonda, que se prestó a esta adaptación de un cómic de ciencia ficción. Una película muy sugerente que inspiró a un grupo que explotó la sexualidad todo lo que pudo.

notas surgidas de fotogramas

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Otras dos películas de culto, esta vez para toda la familia, inspiraron el nombre de otras dos formaciones más contemporáneas: The Fratellis y Mogwai. Los primeros, conocidos por su hit Chelsea Dagger, tomaron su nombre de la familia criminal de Los Goonies y los segundos, de los encantadores monstruitos de Gremlins.

El cine puede inspirar también la composición de canciones. En Forrest Gump, Frank Ocean le canta al personaje de Tom Hanks desde la perspectiva de Jenny: “I saw your game, Forrest / I was screaming run forty-four / but you kept run-ning past the end zone / oh where’d you go Forrest / Forrest Gump”.

Damon Albarn se obsesionó con Clint East-wood durante su etapa con Gorillaz. En su debut, Clint Eastwood, no solo toma el nom-bre del oscarizado director sino que también hace referencia en su letra a la expresión Sunshine in a bag, cita de su personaje en El bueno, el feo y el malo. Años después

publicaría Dirty Harry, canción que compar-te nombre con una de sus películas más célebres. Esta vez, Albarn no coló ninguna referencia en la letra, que poco tiene que ver con el filme, como pasa en La belle et la bête de Pete Doherty, canción en la que canta junto a su entonces pareja y modelo Kate Moss y en la que reinterpreta muy li-bremente el clásico francés, aunque queda claro el mensaje.

Todo lo contrario hizo Jack White en The Union Forever (The White Stripes). El obse-sionado guitarrista compuso la letra toman-do exclusivamente diálogos de Ciudadano Kane, lo cual pudo costarle varios millones de dólares si la denuncia presentada por Warner Brothers hubiese prosperado.

Imitation of Life de R.E.M., American Gang-ster de Jay-Z… Ya sean clásicos del cine o películas de culto que marcan una gener-ación, el cine inspira a los músicos en un círculo de retroalimentación perfecto para la industria de la cultura popular.||

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DAV I D D E LOS SANTOS

LO QUE NO VES

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POR JUAN PABLO VICENTE

BETTER CALL SAULHISTORIA DE UN PICAPLEITOS

SURGIDA de una de las mejores series de la historia, pretende asentar su propio camino. Humor negro, drama Y ambigüedades morales son SOLO ALGUNOS ingredientes DE LA segunda temporada, CUYO ESTRENO ESTÁ previsto para eSTE mes de marzo.

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El inicio de un episodio de la serie: con tintes azu-lados como recordatorio

del flashback, Jimmy McGrill -el futuro Saul Goodman- se queda a solas junto a otro per-sonaje. Es un momento en que el protagonista ve frustradas sus aspiraciones. Una escena normal de no ser porque está rodada en silencio, salvo el so-nido de una fotocopiadora...

Traer a colación la escena de-fine muy bien la primera tem-porada de Better Call Saul. Se trata de una trama decente, que no destaca por sus giros de guión ni por un ritmo pre-coz. Sin embargo, sirva esta escena para resaltar la exqui-sitez visual como ejemplo de la grandeza del show. Y es que no lo tenía nada fácil. Su hermana mayor fue, es y será Breaking Bad, título que mar-có un antes y un después en la forma de hacer televisión. Tampoco es sencillo abrirse un hueco en la parrilla televisiva. Producciones de extraordinaria calidad como Game of Thro-nes, House of Cards o Fargo, entre otras, ya han demostra-do lo difícil que resulta ser su rival. Por no hablar de los pre-juicios que generan los spin offs... No lo tenía nada fácil.

Better Call Saul consigue -al menos por el momento- supe-rar estas barreras. La ficción creada por Vince Guilligan y Peter Gould se abre camino para forjar su propia identi-dad. No pretende rivalizar a Breaking Bad sino extender

su propio universo desde otra perspectiva. Aclamada por la crítica y de forma cuasi unáni-me por el público -hay mucho hater suelto- fue la grata sor-presa que pocos esperaban.

No está de más recordar que el protagonista Saul Goodman (Bob Odenkirk) es un perso-naje procedente de Breaking Bad. Su sinopsis sitúa la ac-ción seis años antes de los acontecimientos ocurridos con Walter White. La primera tem-porada es testigo de que aquel hombre, como todos, tuvo un pasado. Se le conoce como Jimmy McGrill, un abogado mediocre que trata de forjar su camino para crecer profe-sionalmente en la abogacía y, cómo no, llegar a fin de mes. También se muestran las rela-ciones con su hermano Chuck (Michael Mckean), su rival Howard (Patrick Fabian), su mundo y sus circunstancias. De hecho se atreve a dar pin-celadas sobre terrenos conoci-dos por el destino de su perso-naje -el famoso flashfoward del primer episodio-.

Su ritmo pausado hace hinca-pié en que todavía es pronto para conocer su transforma-ción en el abogado criminal, Saul Goodman. Como pasaba con su precursora, Better Call Saul se gesta como debe ser. Despacio y con buena letra. Motivos por los que conocer a Jimmy McGrill, un hombre que no es mala persona pero que tiene la picardía necesaria para conseguir salir adelante.

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¿QUÉ LE ESPERA A SAUL GOODMAN? ROZAR LOS LÍMITES DE LO MORAL SIN

LLEGAR A SER EL ANTIHÉROE QUE SUPUSO HEISENBERG

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Este punto de partida ya esta-ba claro para Guilligan: “Desde el inicio sabíamos que estába-mos contra las cuerdas porque empezamos a trabajar con un Jimmy que es humano, que es agradable, vulnerable, en cier-to modo lo opuesto totalmente a Saul”.

¿Qué le depara esta segunda temporada a Jimmy McGrill/Saul Goodman? La respuesta es difícil, el secreto que acos-tumbran a mantener sus crea-dores es una rutina que todo fan de Breaking Bad ya sabe. Mejor así.

Lo que está claro es que su arco narrativo se amplia y con él, el desarrollo de personajes tan amados como Mike Ehr-mantraut (Jonathan Banks) –ojalá haya más capítulos como Five-O-. Por supues-to, también están los altibajos de Jimmy que, sin lugar a du-das, tendrán gran relevancia en los nuevos capítulos. Todo parece señalar que el foco de interés de la segunda tempo-rada es la ambigüedad moral del protagonista. En concreto,

su toma de decisiones moral-mente correctas o incorrec-tas. Porque ese es el recorri-do que le espera al gran Saul Goodman y con el que se desmarca de Walter White: ro-zar los límites de lo moral sin llegar a ser el antihéroe que supuso Heisenberg.

Better Call Saul, con un tono distinto, acierta jugando en un campo más cómico y relaja-do -en gran parte porque Bob Odenkirk borda su trabajo-. Ojo, drama tampoco le falta. Pero la idea, en definitiva, se desarrolla en un terreno me-nos gris y desmarcado que Breaking Bad.

Lo que no queda tan claro es el camino que recorrerá esta temporada, pero no importa al conocer de sobra el buen equi-po que hay detrás. Better Call Saul es una historia introspec-tiva. Un personaje que cambia-rá poco a poco, hasta encon-trar su estilo. Un estilo que se infunda dentro de un spin off que, lejos de prejuicios, viene a remarcar una sola cosa: su propia seña de identidad.||

BETTER CALL SAUL NO PRETENDE RIVALIZAR A

BREAKING BAD SINO EXTENDER SU PROPIO UNIVERSO DESDE

OTRA PERSPECTIVA

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miedomedia

Bien porque el producto original tuvo mu-cho éxito, bien porque no hay ideas nuevas a la vista, los spin offs han sido siempre una opción -a veces más loable y rentable que otras- para las productoras y los guionis-tas de televisión. Tras el éxito de Better Call Saul, la serie derivada de Breaking Bad, la caja tonta -y no tan tonta- ha visto cómo algu-nos spin offs superaban a aquellas series que les vieron nacer, tanto en audiencia y como en número de temporadas.

Cheers fue la mítica serie de humor de los 80. Derivó en la archiconocida Frasier, basa-da en el personaje de Frasier Crane, interpre-tado por Kelsey Grammer. Se emitió duran-te 11 temporadas con un éxito absoluto de audiencia y se convirtió en un hito -también para la crítica- de la televisión. Además, con-siguió cinco veces seguidas el Emmy a Mejor serie de comedia; así sumó en total 37 pre-mios Emmy.

Ya en los 90 y siguiendo con el furor de las sitcom, las Cosas de casa de Steve Urkel

ocuparon una buena cuota de pantalla. Sin embargo poca gente en España relacionará esta serie con el show original: Primos leja-nos. En ella el espectador conoció por pri-mera vez a Harriette Winslow, la ascensoris-ta del periódico donde ambos protagonistas, Larry y Balki, trabajaban. Más tarde sería la madre de familia que tenía por vecino al sim-pático Urkel.

En la misma década las series juveniles como Sensación de vivir eran un éxito ase-gurado en la parrilla televisiva, por lo que los guionistas decidieron emitir simultáneamente un spin off “para jóvenes adultos”: Merlose Place. Esta duró siete años en antena hasta 1999 mientras que la serie original aguantó 10, hasta el año 2000.

En el terreno de la acción noventera no podía faltar Xena, la princesa guerrera. Este spin off de la serie ochentera Hércules: sus viajes le-gendarios se emitió durante seis temporadas y recibió numerosos premios entre los que destaca un Emmy a Mejor composición origi-

SERIES antiguas como nuevas series

POR ALEJANDRA GARCÉS

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nal en una serie. Los jóvenes de los 90 siem-pre guardarán un hueco para Xena.

La serie por la que sus actores llegaron a cobrar medio millón de dólares por capítulo, Friends, también tuvo su spin off -raro hu-biera sido no aprovechar el tirón- basado en el personaje de Joey. Aunque no pudo lo-grar el mismo éxito que la de sus amigos, aguantó dos temporadas con los chistes de Matt Leblanc.

En el panorama de ciencia ficción, el spin off del que quizá más se haya hablado sea el de Star Trek. Y no porque fuera bueno sino porque se hicieron dos. La serie original, Star Trek, duró solo tres temporadas (1966-1969) y su primera derivada se llamó Star Trek: La nueva generación, que estuvo en antena du-rante siete temporadas, desde 1987 hasta 1994. Lo mismo ocurrió con Star Trek: Espa-cio profundo nueve desde 1993 a 1999.

En el género de dibujos animados para adul-tos, El show de Cleveland surgió de las ma-

nos de Seth MacFarlane con su Padre de familia. El spin off duró cuatro temporadas mientras que la serie de la que derivó tiene 14 temporadas. Otro producto televisivo de animación es la serie Beavis and Butt-head, de la cual surgió la serie Daria, protagoniza-da por una adolescente misántropa y su día a día en el instituto, con un humor muy pareci-do al producto que le dio la vida.

El spin off de Anatomía de Grey es de obli-gada mención ya que su serie original aguan-tó 12 temporadas en antena. Sin cita previa, protagonizada por Kate Walsh, no superó a su antecesora: se quedó a medio camino con seis con la marca de la guionista y productora Shonda Rhimes.

La audiencia suele ser fiel a las series cuan-do estas se mantienen fieles a su nivel de calidad. Seguir a unos personajes más allá de la trama inicial puede ser arriesgado pero siempre que haya un buen equipo técnico de-trás, como es el caso de Better Call Saul, el espectador tiene los beneficios asegurados.||

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