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NOVENA DE NAVIDAD
Introducción a la novena
CELEBRAR LA NAVIDAD CON LA ALEGRIA DE COMENZAR
Aunque celebramos la navidad al final del año, esta época tan especial que a todos
entusiasma es realmente una alegre invitación a comenzar de nuevo. Como todo
nacimiento, el acontecimiento de un Dios que me mezcla con la vida real de sus
creaturas, resplandeciendo de humildad en un pesebre campesino, trae consigo un
sinfín de expectativas. Con una vida nueva y vibrante en nuestros corazones, la
navidad nos regala un refrescante y cristalino punto de partida. No se trata de olvidar
los errores, trivializar las injusticias, esquivar responsabilidades o desconocer la
verdad de las diferencias que nos enfrentan. Se trata más bien del resurgir de la
fuente espiritual que se hace disponible para todos y que nos reanima desde lo más
íntimo para emprender de nuevo el camino hacia el encuentro fraterno, hacia la
mesa compartida, hacia el abrazo solidario, hacia la generosidad desmedida.
Experimentar la natividad como ese momento interior de renovación, es la gran
estrategia divina de cada año, para hacer brotar de nuestras manos los milagros
que necesita nuestra familia, nuestros amigos, nuestra nación, nuestra iglesia.
Aceptemos con el corazón abierto esta invitación y dejándonos inspirar por el mismo
espíritu que movilizó a Ignacio y a Francisco Javier, pidámosle al Señor en esta
novena navideña, que seamos tan diligentes como ellos para avivar en otros esa
gran llama del amor que logrará transformar el mundo.
En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
1.- Oración para todos los días
Señor Dios de infinita caridad, que nos haz amado tanto y que nos diste en tu Hijo la
mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho nuestro hermano en las
entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; te
damos gracias por tan inmenso beneficio. En retorno te ofrecemos, Señor, el
esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo y nuestro, un mundo más justo,
más fiel al gran mandamiento de amarnos
como hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda para poderlo realizar. Te pedimos
que esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para nuestra comunidad un estímulo
a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos más y más los caminos de la
verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.
2.- Lectura del Evangelio según San Lucas 2,15-20
"Después de que los ángeles se volvieron al cielo, los pastores se dijeron unos a
otros: «Vayamos, pues, hasta Belén y veamos lo que ha sucedido y que el Señor
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nos ha dado a conocer.» Fueron apresuradamente y hallaron a María y a José con
el recién nacido acostado en el pesebre. Entonces contaron lo que los ángeles les
habían dicho del niño. Todos los que escucharon a los pastores quedaron
maravillados de lo que decían. María, por su parte, guardaba todos estos
acontecimientos y los volvía a meditar en su interior. Después los pastores
regresaron alababando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, tal
como los ángeles se lo habían anunciado."
3.- Reflexión Día 1
CELEBRAR LA NAVIDAD DE MANERA CONSCIENTE
Celebrar la navidad es dirigir la mirada de manera consciente a nuestro mundo
interior, para encontrarnos con nosotros mismos, con los sentimientos que nos
habitan, con los anhelos más profundos, con las preguntas movilizadoras que
acompañan el trasegar de la existencia humana, no solo desde el ámbito psicológico
o filosófico, sino desde la perspectiva de la fe: ¿quién soy?, ¿qué le da sentido a mi
vida?, ¿para qué he sido creado? ¿ocupa Dios un lugar en mi corazón? ¿qué le dice
a mi vida la presencia de un Dios que se hace Niño, creatura, fragilidad, finitud en
medio de la historia?
Celebrar la Navidad es hacer silencio interior para descubrir la presencia del AMOR
que nos habita; es tomar conciencia de que nuestro propio corazón es un pesebre
donde nace Jesús y donde su presencia resplandece cuando nuestros gestos,
palabras y acciones en medio de la familia, de la comunidad, de la sociedad donde
nos encontramos insertos, se asemejan a sus sentimientos.
Celebrar la navidad es despertar, es salir de la rutina agobiante, para contemplar la
belleza y la grandeza del amor de Dios que inunda nuestro corazón de alegría, de
fe, de esperanza y de amor y nos moviliza a dar testimonio de su presencia
salvadora en medio de nosotros, tal como lo experimentaron las primeras
Comunidades Cristianas: "Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo
que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y tocaron nuestras manos
acerca de la Palabra de vida, pues la Vida se manifestó, y nosotros la hemos visto
y damos testimonio” .
4.- Gozos
Oh sapiencia suma del Dios soberano que a nivel de un niño te hayas rebajado. Oh Divino Infante ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios.
"Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Niño del pesebre nuestro Dios y Hermano, tú sabes y entiendes del dolor humano; que cuando suframos dolores y angustias siempre recordemos que nos has salvado.
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"Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Oh lumbre de oriente sol de eternos rayos que entre las tinieblas tú esplendor veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios.
"Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Rey de las naciones Emmanuel preclaro de Israel anhelo pastor del rebaño. Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero manso.
"Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven hermoso niño ven Dios humanado luce hermosa estrella, brota flor del campo.
"Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los hogares aquí congregados el gran compromiso del amor cristiano.
"Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Del débil auxilio, del doliente amparo, consuelo del triste, luz de desterrado. Vida de mi vida, mi sueño adorado, mi constante amigo mi divino hermano.
"Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas bese ya tus manos. Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te dicen mi llanto.
"Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tú amor y tú paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.
"Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Ven Salvador nuestro por quien suspiramos ven a nuestras almas, ven no tardes tanto. Amén
5.- Oración a San José
Santísimo San José esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú fuiste escogido
para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a los padres de
familia; que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre celestial, a ejemplo
tuyo; que cumplan cabalmente la gran responsabilidad de educar y formar a sus
hijos, entregándoles, con un esfuerzo continuo, lo mejor de sí mismos. Ayuda a los
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hijos a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de sus padres. San José modelo
de esposos y padres intercede por nosotros. Amén.
- Rezar el Padrenuestro
6.- Oración a la Santísima Virgen María
Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz que cada
hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de ternura, de
verdadera vida familiar. Que estas fiestas de Navidad, que nos reúnen alrededor del
pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el amor, nos hagan olvidar las
ofensas y nos den sencillez para reconocer los errores que hayamos cometido.
Madre de Dios y Madre Nuestra, intercede por nosotros. Amén.
- Rezar el Ave María
7.- Oración al Niño Jesús
Señor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la presencia de
tu amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidades certeza de que el Dios
del cielo y de la tierra es nuestro padre, que tú, Divino Niño, eres nuestro hermano.
Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos
comprometa a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor para matar el
odio y sembrar la justicia y la paz. Oh Divino Niño, enséñanos a comprender que
donde hay amor y justicia, allí estas tú y allí también es navidad. Amén.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén
8.- Villancicos
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Introducción a la novena
CELEBRAR LA NAVIDAD CON LA ALEGRIA DE COMENZAR
Aunque celebramos la navidad al final del año, esta época tan especial que a todos
entusiasma es realmente una alegre invitación a comenzar de nuevo. Como todo
nacimiento, el acontecimiento de un Dios que me mezcla con la vida real de sus
creaturas, resplandeciendo de humildad en un pesebre campesino, trae consigo un
sinfín de expectativas. Con una vida nueva y vibrante en nuestros corazones, la
navidad nos regala un refrescante y cristalino punto de partida. No se trata de olvidar
los errores, trivializar las injusticias, esquivar responsabilidades o desconocer la
verdad de las diferencias que nos enfrentan. Se trata más bien del resurgir de la
fuente espiritual que se hace disponible para todos y que nos reanima desde lo más
íntimo para emprender de nuevo el camino hacia el encuentro fraterno, hacia la
mesa compartida, hacia el abrazo solidario, hacia la generosidad desmedida.
Experimentar la natividad como ese momento interior de renovación, es la gran
estrategia divina de cada año, para hacer brotar de nuestras manos los milagros
que necesita nuestra familia, nuestros amigos, nuestra nación, nuestra iglesia.
Aceptemos con el corazón abierto esta invitación y dejándonos inspirar por el mismo
espíritu que movilizó a Ignacio y a Francisco Javier, pidámosle al Señor en esta
novena navideña, que seamos tan diligentes como ellos para avivar en otros esa
gran llama del amor que logrará transformar el mundo.
En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
1.- Oración para todos los días
Señor Dios de infinita caridad, que nos haz amado tanto y que nos diste en tu Hijo la
mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho nuestro hermano en las
entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; te
damos gracias por tan inmenso beneficio. En retorno te ofrecemos, Señor, el
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esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo y nuestro, un mundo más justo,
más fiel al gran mandamiento de amarnos
como hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda para poderlo realizar. Te pedimos
que esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para nuestra comunidad un estímulo
a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos más y más los caminos de la
verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.
2.- Lectura del Evangelio según San Lucas 1,39-56
"Por entonces María tomó su decisión y se fue, sin más demora, a una ciudad
ubicada en los cerros de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Al
oír Isabel su saludo, el niño dio saltos en su vientre. Isabel se llenó del Espíritu
Santo. y exclamó en alta voz: «¡Bendita tú eres entre las mujeres y bendito el fruto
de tu vientre! ¿Cómo he merecido yo que venga a mí la madre de mi Señor? Apenas
llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de alegría en mis entrañas. ¡Dichosa tú por
haber creído que se cumplirían las promesas del Señor!» María dijo entonces:
Proclama mi alma la grandeza del Señor, y mi espíritu se alegra en Dios mi
Salvador, porque se fijó en su humilde esclava, y desde ahora todas las
generaciones me dirán feliz. El Poderoso ha hecho grandes cosas por mí: ¡Santo
es su Nombre! Muestra su misericordia siglo tras siglo a todos aquellos que viven
en su presencia. Dio un golpe con todo su poder: deshizo a los soberbios y sus
planes. Derribó a los poderosos de sus tronos y exaltó a los humildes. Colmó de
bienes a los hambrientos, y despidió a los ricos con las manos vacías. Socorrió a
Israel, su siervo, se acordó de su misericordia, como lo había prometido a nuestros
padres, a Abraham y a sus descendientes para siempre. María se quedó unos tres
meses con Isabel, y después volvió a su casa."
3.- Reflexión Día 2
CELEBRAR LA NAVIDAD EN UNA SOCIEDAD COMPETENTE:
La formación en clave de competencias nos lleva a comprender la educación en la
Javeriana como una herramienta que “forma a la persona para las personas”. En
este caso, la persona competente debe mantener una comunicación constante con
la realidad inmediata, comprendiendo los signos de los tiempos, de tal manera que
su interacción con la sociedad le permita responder a los desafíos reales que esta
tiene, a partir de los conocimientos adquiridos, las habilidades desarrolladas y la
humanización de su relación con otros.
«Un alumno competente es el que es capaz de interactuar con la realidad, es un
alumno al que la educación le ha preparado para asombrarse, para hacerse
preguntas y para poder plantear y resolver problemas, es decir, es una persona que
ha aprendido para la vida». (Montserrat del Pozo, La Persona Competente, SIPEI
2014).
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Al unir nuestras plegarias en esta novena, queremos invitarlos a reflexionar acerca
de la urgencia de formar hombre y mujeres competentes, “hombres y mujeres para
los demás y con los demás”; que asuman la vida y el compromiso social desde una
mirada humana y coherente con la formación recibida desde la espiritualidad
ignaciana. Hoy más que nunca en nuestra Universidad debemos impulsar este
propósito. No temamos formar en la competencia, pero una competencia
humanizada y humanizante; que invite constantemente al encuentro con el otro y
que, desde el otro, permita la construcción en comunidad y de todas las iniciativas
que surgen para el beneficio común.
Oremos juntos para que, en una sociedad donde la Competencia muchas veces
esta entendida como un sistema de medida para la discriminación, la pedagogía
ignaciana nos ayude a instaurar una competencia centrada en el MAGIS, una
competencia que invita a “ser más” para servir mejor a la humanidad.
4.- Gozos
Oh sapiencia suma del Dios soberano que a nivel de un niño te hayas rebajado. Oh Divino Infante ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios.
"Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Niño del pesebre nuestro Dios y Hermano, tú sabes y entiendes del dolor humano; que cuando suframos dolores y angustias siempre recordemos que nos has salvado.
"Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Oh lumbre de oriente sol de eternos rayos que entre las tinieblas tú esplendor veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios.
"Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Rey de las naciones Emmanuel preclaro de Israel anhelo pastor del rebaño. Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero manso.
"Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven hermoso niño ven Dios humanado luce hermosa estrella, brota flor del campo.
"Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los hogares aquí congregados el gran compromiso del amor cristiano.
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"Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Del débil auxilio, del doliente amparo, consuelo del triste, luz de desterrado. Vida de mi vida, mi sueño adorado, mi constante amigo mi divino hermano.
"Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas bese ya tus manos. Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te dicen mi llanto.
"Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tú amor y tú paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.
"Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Ven Salvador nuestro por quien suspiramos ven a nuestras almas, ven no tardes tanto. Amén
5.- Oración a San José
Santísimo San José esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú fuiste
escogido para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a
los padres de familia; que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre
celestial, a ejemplo tuyo; que cumplan cabalmente la gran responsabilidad de
educar y formar a sus hijos, entregándoles, con un esfuerzo continuo, lo mejor
de sí mismos. Ayuda a los hijos a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de
sus padres. San José modelo de esposos y padres intercede por nosotros.
Amén.
- Rezar el Padrenuestro
6.- Oración a la Santísima Virgen María
Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz que cada
hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de ternura, de
verdadera vida familiar. Que estas fiestas de Navidad, que nos reúnen alrededor del
pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el amor, nos hagan olvidar las
ofensas y nos den sencillez para reconocer los errores que hayamos cometido.
Madre de Dios y Madre Nuestra, intercede por nosotros. Amén.
- Rezar el Ave María
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7.- Oración al Niño Jesús
Señor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la presencia de
tu amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidades certeza de que el Dios
del cielo y de la tierra es nuestro padre, que tú, Divino Niño, eres nuestro hermano.
Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos
comprometa a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor para matar el
odio y sembrar la justicia y la paz. Oh Divino Niño, enséñanos a comprender que
donde hay amor y justicia, allí estas tú y allí también es navidad. Amén.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén
8.- Villancicos
Introducción a la novena
CELEBRAR LA NAVIDAD CON LA ALEGRIA DE COMENZAR
Aunque celebramos la navidad al final del año, esta época tan especial que a todos
entusiasma es realmente una alegre invitación a comenzar de nuevo. Como todo
nacimiento, el acontecimiento de un Dios que me mezcla con la vida real de sus
creaturas, resplandeciendo de humildad en un pesebre campesino, trae consigo un
sinfín de expectativas. Con una vida nueva y vibrante en nuestros corazones, la
navidad nos regala un refrescante y cristalino punto de partida. No se trata de olvidar
los errores, trivializar las injusticias, esquivar responsabilidades o desconocer la
verdad de las diferencias que nos enfrentan. Se trata más bien del resurgir de la
fuente espiritual que se hace disponible para todos y que nos reanima desde lo más
íntimo para emprender de nuevo el camino hacia el encuentro fraterno, hacia la
mesa compartida, hacia el abrazo solidario, hacia la generosidad desmedida.
Experimentar la natividad como ese momento interior de renovación, es la gran
estrategia divina de cada año, para hacer brotar de nuestras manos los milagros
que necesita nuestra familia, nuestros amigos, nuestra nación, nuestra iglesia.
Aceptemos con el corazón abierto esta invitación y dejándonos inspirar por el mismo
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espíritu que movilizó a Ignacio y a Francisco Javier, pidámosle al Señor en esta
novena navideña, que seamos tan diligentes como ellos para avivar en otros esa
gran llama del amor que logrará transformar el mundo.
En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
1.- Oración para todos los días
Señor Dios de infinita caridad, que nos haz amado tanto y que nos diste en tu Hijo la
mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho nuestro hermano en las
entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; te
damos gracias por tan inmenso beneficio. En retorno te ofrecemos, Señor, el
esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo y nuestro, un mundo más justo,
más fiel al gran mandamiento de amarnos
como hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda para poderlo realizar. Te pedimos
que esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para nuestra comunidad un estímulo
a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos más y más los caminos de la
verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.
2.- Lectura del Evangelio de San Mateo 2,1-12
"Jesús había nacido en Belén de Judá durante el reinado de Herodes. Unos Magos
que venían de Oriente llegaron a Jerusalén preguntando: «¿Dónde está el rey de
los judíos recién nacido? Porque hemos visto su estrella en el Oriente y venimos a
adorarlo.» Herodes y toda Jerusalén quedaron muy alborotados al oír esto. Reunió
de inmediato a los sumos sacerdotes y a los que enseñaban la Ley al pueblo, y les
hizo precisar dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: «En Belén de
Judá, pues así lo escribió el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en absoluto
la más pequeña entre los pueblos de Judá, porque de ti saldrá un jefe, el que
apacentará a mi pueblo, Israel. Entonces Herodes llamó en privado a los Magos, y
les hizo precisar la fecha en que se les había aparecido la estrella. Después los
envió a Belén y les dijo: «Vayan y averigüen bien todo lo que se refiere a ese niño,
y apenas lo encuentren, avísenme, porque yo también iré a rendirle homenaje.»
Después de esta entrevista con el rey, los Magos se pusieron en camino; y fíjense:
la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que se detuvo
sobre el lugar donde estaba el niño. ¡Qué alegría más grande: habían visto otra vez
a la estrella! Al entrar a la casa vieron al niño con María, su madre; se arrodillaron y
le adoraron. Abrieron después sus cofres y le ofrecieron sus regalos de oro, incienso
y mirra. Luego se les avisó en sueños que no volvieran donde Herodes, así que
regresaron a su país por otro camino."
3.- Reflexión Día 3
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CELEBRAR LA NAVIDAD CON UNA MIRADA COMPASIVA
Navidad es un espacio para compartir la compasión de Dios por la humanidad que
se hace presente en la fragilidad de Jesús hecho Niño. El primer acto de compasión
manifestada por Dios al hombre y que el pueblo de Israel percibió al reflexionar
sobre su propia historia, consistió en una promesa. Frente a un pueblo sufriente,
esclavizado y desorientado, Dios se comprometía a enviar un Salvador que, igual
que hace un pastor, cuidaría de todos, se interesaría especialmente por los más
débiles y acompañaría a todos para llevarlos por el mejor camino.
En este tiempo litúrgico estamos llamados a ser compasivos con los sufrimientos
que otros viven, capaces de, por una parte, de sentir solidariamente las necesidades
de los demás para buscar con ellos la liberación de sus padecimientos; y por otra,
de perdonar para contribuir a la reconciliación de todas las personas entre sí y con
el Creador.
Hoy, te invitamos a vivir la compasión en lo cotidiano con las personas que tenemos cerca; nuestra familia, compañeros de trabajo, y sobre todo con las personas más vulnerables de nuestra sociedad, porque los pobres y excluidos, son los primeros incluidos en el corazón de Dios.
4.- Gozos
Oh sapiencia suma del Dios soberano que a nivel de un niño te hayas rebajado. Oh Divino Infante ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios.
"Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Niño del pesebre nuestro Dios y Hermano, tú sabes y entiendes del dolor humano; que cuando suframos dolores y angustias siempre recordemos que nos has salvado.
"Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Oh lumbre de oriente sol de eternos rayos que entre las tinieblas tú esplendor veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios.
"Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Rey de las naciones Emmanuel preclaro de Israel anhelo pastor del rebaño. Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero manso.
"Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven hermoso niño ven Dios humanado luce hermosa estrella, brota flor del campo.
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"Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los hogares aquí congregados el gran compromiso del amor cristiano.
"Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Del débil auxilio, del doliente amparo, consuelo del triste, luz de desterrado. Vida de mi vida, mi sueño adorado, mi constante amigo mi divino hermano.
"Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas bese ya tus manos. Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te dicen mi llanto.
"Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tú amor y tú paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.
"Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Ven Salvador nuestro por quien suspiramos ven a nuestras almas, ven no tardes tanto. Amén
5.- Oración a San José
Santísimo San José esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú fuiste
escogido para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a
los padres de familia; que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre
celestial, a ejemplo tuyo; que cumplan cabalmente la gran responsabilidad de
educar y formar a sus hijos, entregándoles, con un esfuerzo continuo, lo mejor
de sí mismos. Ayuda a los hijos a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de
sus padres. San José modelo de esposos y padres intercede por nosotros.
Amén.
- Rezar el Padrenuestro
6.- Oración a la Santísima Virgen María
Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz que cada
hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de ternura, de
verdadera vida familiar. Que estas fiestas de Navidad, que nos reúnen alrededor del
pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el amor, nos hagan olvidar las
ofensas y nos den sencillez para reconocer los errores que hayamos cometido.
Madre de Dios y Madre Nuestra, intercede por nosotros. Amén.
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- Rezar el Ave María
7.- Oración al Niño Jesús
Señor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la presencia de
tu amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidades certeza de que el Dios
del cielo y de la tierra es nuestro padre, que tú, Divino Niño, eres nuestro hermano.
Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos
comprometa a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor para matar el
odio y sembrar la justicia y la paz. Oh Divino Niño, enséñanos a comprender que
donde hay amor y justicia, allí estas tú y allí también es navidad. Amén.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén
8.- Villancicos
Introducción a la novena
CELEBRAR LA NAVIDAD CON LA ALEGRIA DE COMENZAR
Aunque celebramos la navidad al final del año, esta época tan especial que a todos
entusiasma es realmente una alegre invitación a comenzar de nuevo. Como todo
nacimiento, el acontecimiento de un Dios que me mezcla con la vida real de sus
creaturas, resplandeciendo de humildad en un pesebre campesino, trae consigo un
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sinfín de expectativas. Con una vida nueva y vibrante en nuestros corazones, la
navidad nos regala un refrescante y cristalino punto de partida. No se trata de olvidar
los errores, trivializar las injusticias, esquivar responsabilidades o desconocer la
verdad de las diferencias que nos enfrentan. Se trata más bien del resurgir de la
fuente espiritual que se hace disponible para todos y que nos reanima desde lo más
íntimo para emprender de nuevo el camino hacia el encuentro fraterno, hacia la
mesa compartida, hacia el abrazo solidario, hacia la generosidad desmedida.
Experimentar la natividad como ese momento interior de renovación, es la gran
estrategia divina de cada año, para hacer brotar de nuestras manos los milagros
que necesita nuestra familia, nuestros amigos, nuestra nación, nuestra iglesia.
Aceptemos con el corazón abierto esta invitación y dejándonos inspirar por el mismo
espíritu que movilizó a Ignacio y a Francisco Javier, pidámosle al Señor en esta
novena navideña, que seamos tan diligentes como ellos para avivar en otros esa
gran llama del amor que logrará transformar el mundo.
En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
1.- Oración para todos los días
Señor Dios de infinita caridad, que nos haz amado tanto y que nos diste en tu Hijo la
mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho nuestro hermano en las
entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; te
damos gracias por tan inmenso beneficio. En retorno te ofrecemos, Señor, el
esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo y nuestro, un mundo más justo,
más fiel al gran mandamiento de amarnos
como hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda para poderlo realizar. Te pedimos
que esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para nuestra comunidad un estímulo
a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos más y más los caminos de la
verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.
2.- Lectura del Evangelio de San Lucas 2,1-7
"Por aquellos días salió un decreto del emperador Augusto, por el que se debía
proceder a un censo en todo el imperio. Este fue el primer censo, siendo Quirino
gobernador de Siria. Todos, pues, empezaron a moverse para ser registrados cada
uno en su ciudad natal. José también, que estaba en Galilea, en la ciudad de
Nazaret, subió a Judea, a la ciudad de David, llamada Belén, porque era
descendiente de David; allí se inscribió con María, su esposa, que estaba
embarazada. Mientras estaban en Belén, llegó para María el momento del parto, y
dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre,
pues no había lugar para ellos en la sala principal de la casa."
3.- Reflexión Día 4
15
CELEBRAR LA NAVIDAD CON UN DESEO DE COMPROMISO
La Navidad, es un tiempo de gracia que nos remite a la infancia, a la sencillez, a la
fragilidad de un Dios que se hace niño, que se encarna en la condición humana para
reivindicarla, para traer por medio del amor y de la entrega, la salvación, es decir, la
posibilidad de la plenitud que todos anhelamos.
Hagamos comunión con esta experiencia que confronta nuestra fe, contemplemos:
- Dios nos pide que confiemos en la creatura más pequeña, en aquél que es
vulnerable, o para muchos invisible.
- Dios se hace pequeñito, se abaja, y de esta manera nos reta para que nos
comprometamos con la construcción de un mundo en el que todos,
especialmente los más débiles cuenten.
- Dios renueva su alianza con la humanidad, se compromete del todo
entregando a su propio hijo para la salvación del mundo.
Contemplemos el compromiso de María:
- La mujer joven criticada y juzgada por la sociedad que confía y se dispone
con un sí, a la voluntad de Dios
- La mujer sencilla que compromete su vida en la tarea cotidiana de transmitir
a su Hijo la fe, la esperanza y la Caridad.
- La mujer fuerte capaz de acompañar a su Hijo en los momentos más difíciles,
conservando siempre y con valentía su compromiso de traer esperanza a la
humanidad.
Contemplemos el compromiso de José:
- El hombre humilde que se hace responsable en el amor, como cimiento de
su hogar.
- El hombre compasivo que ama sin medida y se hace testimonio de la
fidelidad y la defesa de la vida, por encima de todo prejuicio social.
- El hombre trabajador que le apuesta y se compromete con un proyecto de
familia, origen del proyecto de salvación de Dios.
Así, como la familia de Nazaret, como María y José, cada día contamos con la
hermosa posibilidad de hacer parte de la gran obra que Dios va construyendo en
medio de su pueblo. Por eso, al elevar nuestras oraciones en esta novena, tu y yo,
directivos, colaboradores, administrativos, padres de familia, estudiantes,
Javerianos todos, estamos llamados a comprometernos en una misma misión. A
través del estudio, de la investigación, del servicio, de la atención a los otros, de la
formación integral, hacemos concreto nuestro compromiso con el servicio a la
sociedad en esta región y la construcción de un mundo sostenible, equitativo e
incluyente, donde todos cabemos y donde los más vulnerables tienen prioridad.
Oremos para que este compromiso nos impulse a diario tras el propósito de “poner
el amor más en las obras que en las palabras”.
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4.- Gozos
Oh sapiencia suma del Dios soberano que a nivel de un niño te hayas rebajado. Oh Divino Infante ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios.
"Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Niño del pesebre nuestro Dios y Hermano, tú sabes y entiendes del dolor humano; que cuando suframos dolores y angustias siempre recordemos que nos has salvado.
"Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Oh lumbre de oriente sol de eternos rayos que entre las tinieblas tú esplendor veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios.
"Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Rey de las naciones Emmanuel preclaro de Israel anhelo pastor del rebaño. Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero manso.
"Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven hermoso niño ven Dios humanado luce hermosa estrella, brota flor del campo.
"Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los hogares aquí congregados el gran compromiso del amor cristiano.
"Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Del débil auxilio, del doliente amparo, consuelo del triste, luz de desterrado. Vida de mi vida, mi sueño adorado, mi constante amigo mi divino hermano.
"Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas bese ya tus manos. Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te dicen mi llanto.
"Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tú amor y tú paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.
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"Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Ven Salvador nuestro por quien suspiramos ven a nuestras almas, ven no tardes tanto. Amén
5.-Oración a San José
Santísimo San José esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú fuiste
escogido para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a
los padres de familia; que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre
celestial, a ejemplo tuyo; que cumplan cabalmente la gran responsabilidad de
educar y formar a sus hijos, entregándoles, con un esfuerzo continuo, lo mejor
de sí mismos. Ayuda a los hijos a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de
sus padres. San José modelo de esposos y padres intercede por nosotros.
Amén.
- Rezar el Padrenuestro
6.- Oración a la Santísima Virgen María
Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz que cada
hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de ternura, de
verdadera vida familiar. Que estas fiestas de Navidad, que nos reúnen alrededor del
pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el amor, nos hagan olvidar las
ofensas y nos den sencillez para reconocer los errores que hayamos cometido.
Madre de Dios y Madre Nuestra, intercede por nosotros. Amén.
Rezar el Ave María
7.- Oración al Niño Jesús
Señor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la presencia de
tu amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidades certeza de que el Dios
del cielo y de la tierra es nuestro padre, que tú, Divino Niño, eres nuestro hermano.
Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos
comprometa a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor para matar el
odio y sembrar la justicia y la paz. Oh Divino Niño, enséñanos a comprender que
donde hay amor y justicia, allí estas tú y allí también es navidad. Amén.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén
8.- Villancicos
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