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NUEVOS ESPACIOS URBANOS

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EJEMPLOS PRACTICOS DE ESPACIOS URBANOS

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  • El proyecto de investigacin "Nuevas tendencias en la arquitectura del espacio pb l ico" se llev a cabo entre 1992 y 2000 en:

    Centro de Investigacin del Espacio Pblico Instituto para la Ciudad, el Espacio y la Funcin Escuela de Arquitectura Real Academia Danesa de Bellas Artes Phill ip de Langes Al ie, 10 DK-1435, Copenhague K, Dinamarca

    Este proyecto ha sido posible gracias al apoyo econmico ofrecido por las siguientes inst i tuciones y fundaciones:

    Director E. Danielsen og hustrus Fond Margot og Thorvald Dreyers Fond RealDanmark Fonden Minister io Dans de Cultura

    Titulo or ig inal : New City Spaces, publ icado por The Danish Architectural Press, Copenhague, 2001. Versin castellana: Luis Ramn-Laca Menndez de Luarca Diseo de la cubierta: Toni Cabr/Editorial Gustavo Gil i , SA

    Queda prohib ida, salvo excepcin prevista en la ley, la reproduccin (electrnica, qumica, mecnica, ptica, de grabacin o de fotocopia), d ist r ibucin, comunicacin pblica y t ransformacin de cualquier parte de esta publ icacin incluido el diseo de la cubierta sin la previa autorizacin escrita de los t i tulares de la propiedad intelectual y de la Editorial. La infraccin de los derechos mencionados puede ser consti-tut iva de del i to contra la propiedad intelectual (arts. 270 y siguientes del Cdigo Penal). El Centro Espaol de Derechos Reprogrficos (CEDRO) vela por el respeto de los citados derechos. La Editorial no se pronuncia, ni expresa ni impl c i tamente, respecto a la exacti tud de la in formacin contenida en este l ibro, razn por la cual no puede asumir n ingn t ipo de responsabi l idad en caso de error u omis in.

    Jan Gehl y Lars Gemz0e y para la versin castellana Editorial Gustavo Gili, SA, Barcelona, 2002

    Printed in Spain ISBN: 84-252-1910-8 Depsito legal: B. 30.271-2002 Impresin: EGEDSA (Sabadell)

    Editorial Gustavo Gili, SA 08029 Barcelona Rossell, 87-89. Tel. 93 322 81 61 Mxico, Naucalpan 53050 Valle de Bravo, 21 . Tel. 55 60 60 11 Portugal, 2700-606 Amadora Praceta Noticias da Amadora N 4-B. Tel. 21 491 09 36

  • n u e v o s e s p a c i o s u r b a n o s j an geh l y lars g e m z o e

    GG100 1902-2002

  • (ndice

    Prlogo por lord Richard Rogers of Riverside 6 Introduccin 7

    L a r e c u p e r a c i n d e l e s p a c i o p b l i c o

    Una nueva vida urbana 10 Usos tradicionales del espacio pbl ico: lugar de encuentro, mercado y espacio de trnsito 10 Usos actuales del espacio pbl ico 14 Nuevos espacios pbl icos para una nueva vida pblica 20

    9 c i u d a d e s - 9 e s t r a t e g i a s p a r a e l e s p a c i o p b l i c o

    Introduccin 24 Barcelona, Espaa 26 Lyon, Francia 34 Estrasburgo, Francia 40 Friburgo, Alemania 46 Copenhague, Dinamarca 52 Portland, Oregn, Estados Unidos 60 Curit iba, Brasil 66 Crdoba, Argent ina 72 Melbourne, Austral ia 78

  • 39 e j e m p l o s de c a l l e s y p l a z a s Pare del Clot, Barcelona, Espaa 186 Plaga del General Moragues, Barcelona, Espaa 190

    Introduccin 86 Placa Barange, Granollers, Espaa 194 Gammeltorv/Nytorv, Copenhague, Dinamarca 88 Plaza de Carlos III el Noble, Olite, Espaa 198 Axeltorv, Copenhague, Dinamarca 92 Piazza Matteot t i , Catanzaro, Italia 202 Sankt Hans Torv, Copenhague, Dinamarca 96 Piazza Vit tor io Emanuele, Santa Severina, Italia 208 Olle Bull Plass, Bergen, Noruega 100 Espacios pblicos en Gibel l ina, Italia 212 Gustav Adolfs Torg, Ma lm, Suecia 104 Piazza Tartini, Piran, Eslovenia 216 "Mansk i " , calle principal de Kouvola, Finlandia 108 Cloud Gardens, Toronto, Canad 220 Broadgate Arena, Londres, Reino Unido 112 Village of Yorkville Park, Toronto, Canad 224 Schouwburgple in , Rotterdam, Holanda 116 Place Berri, Montreal , Canad 228 Konstantinplatz, Trier, Alemania 122 Pioneer Courthouse Square, Port land, Estados Unidos 232 Bismarckplatz, Heidelberg, Alemania 126 Welcome Park, Filadelfia, Estados Unidos 236 Luisenplatz, Darmstadt, Alemania 130 Tres plazas en Qasr-al-Hokm, Riad, Arabia Saud 240 Plaza del Ayuntamiento , St. Plten, Austr ia 134 Plaza central de Tsukuba, Japn 246 Campos Elseos, Pars, Francia 140 Swanston Street Walk, Melbourne, Austral ia 250 Place Vendme, Pars, Francia 144 Place Klber, Estrasburgo, Francia 148 Place de l 'Homme de Fer, Estrasburgo, Francia 152 Place des Terreaux, Lyon, Francia 156 A p n d i c e Place de la Bourse, Lyon, Francia 162 Place Charles Hernu, Vi l leurbanne, Lyon, Francia 166 Eplogo 256 Place Maison Carree, Nmes, Francia 170 ndice: 39 proyectos de espacios pbl icos 258 Espacios pblicos en Montpell ier, Francia 174 Ilustraciones y fotografas 260 Plaga deis Pasos Catalans, Barcelona, Espaa 178 Agradecimientos 261 Plaga del Sol, Barcelona, Espaa 182 Equipo del proyecto 263

  • 39 e j e m p l o s de c a l l e s y p l a z a s Pare del Clot, Barcelona, Espaa 186 Placa del General Moragues, Barcelona, Espaa 190

    ntroduccin 86 Placa Barange, Granollers, Espaa 194 3ammeltorv/Nytorv, Copenhague, Dinamarca 88 Plaza de Carlos III el Noble, Olite, Espaa 198 \xel torv, Copenhague, Dinamarca 92 Piazza Matteot t i , Catanzaro, Italia 202 5ankt Hans Tbrv, Copenhague, Dinamarca 96 Piazza Vit tor io Emanuele, Santa Severina, Italia 208 Dlle Bull Plass, Bergen, Noruega 100 Espacios pblicos en Gibell ina, Italia 212 jus tav Adolfs Torg, Ma lmo, Suecia 104 Piazza Tartini, Piran, Eslovenia 216 'Mansk i " , calle principal de Kouvola, Finlandia 108 Cloud Gardens, Toronto, Canad 220 3roadgate Arena, Londres, Reino Unido 112 Village of Yorkville Park, Toronto, Canad 224 chouwburgp le in , Rotterdam, Holanda 116 Place Berri, Montreal , Canad 228 (onstantinplatz, Trier, Alemania 122 Pioneer Courthouse Square, Port land, Estados Unidos 232 3ismarckplatz, Heidelberg, Alemania 126 Welcome Park, Filadelfia, Estados Unidos 236 .uisenplatz, Darmstadt, Alemania 130 Tres plazas en Qasr-al-Hokm, Riad, Arabia Saud 240 3 laza del Ayuntamiento, St. Plten, Austr ia 134 Plaza central de Tsukuba, Japn 246 hampos Elseos, Pars, Francia 140 Swanston Street Walk, Melbourne, Austral ia 250 ' lace Vendme, Pars, Francia 144 3 lace Klber, Estrasburgo, Francia 148 3 lace de l 'Homme de Fer, Estrasburgo, Francia 152 3 lace des Terreaux, Lyon, Francia 156 A p n d i c e 3 lace de la Bourse, Lyon, Francia 162 3 lace Charles Hernu, Vi l leurbanne, Lyon, Francia 166 Eplogo 256 3 lace Maison Carree, Nmes, Francia 170 ndice: 39 proyectos de espacios pbl icos 258 Espacios pblicos en Montpel l ier, Francia 174 Ilustraciones y fotografas 260 'laca deis Pasos Catalans, Barcelona, Espaa 178 Agradecimientos 261 3 laca del Sol, Barcelona, Espaa 182 Equipo del proyecto 263

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    Pr logo La ciudad de Copenhague est considerada generalmente como un t iempo complejos desafos comerciales, albergan grandes concentracio-punto de referencia en trminos de regeneracin urbana. Es uno de nes de fami l ias y condensan energa fsica, intelectual y creativa. Son los pocos ejemplos reales de ciudad europea humanizada, en la que, lugares de actividades y funciones sumamente sofisticadas, como expo-durante los l t imos treinta aos, se han mejorado en profundidad y de siciones y manifestaciones, bares y catedrales, t iendas y teatros de un modo constante las plazas y las calles, de 'manera que dicha ciudad pera. Este l ibro celebra esta combinacin de edades, razas, culturas ofrece hoy una secuencia de magnf icos y sugerentes espacios pblicos. y actividades; la mezcla de comunidad y anonimato, de fami l iar idad y Por ello, Copenhague proporciona un excelente punto de partida para sorpresa; los espacios imponentes junto con la animacin que propor-estudiar y describir el nuevo papel y la nueva forma de los cionan a la calle las terrazas pavimentadas o la vida informal de una espacios pblicos en la sociedad contempornea. plaza pblica, as como la combinacin de lugares de trabajo, t iendas

    y viviendas que conforman los barrios residenciales. Este excelente libro constituye un documento revelador de los mtodos de trabajo utilizados, mediante el anlisis minucioso, identificando y A pesar de que la degradacin se va apoderando lentamente de los cen-dibujando aquellos elementos del tejido urbano que, juntos, conforman un tros en una serie de ciudades, tanto en Europa como fuera de ella, los conjunto lleno de energa. Ofrece una visin instructiva y fascinante de es- grandes espacios urbanos de encuentro cont inan siendo erosionados tos mtodos de trabajo, arrojando luz sobre ejemplos concretos de diseo y violados por la intrusin siempre creciente e irredenta del automvi l , urbano acertado, en tanto que responden de la mejor manera posible a las Las reas pblicas son hoy ms peligrosas y contaminadas que necesidades de las comunidades ciudadanas. Este t ipo de anlisis incluye animadas y cordiales. Los barrios se f ragmentan, los ciudadanos huyen desde el nmero exacto de puertas principales de un t ramo determinado del centro en proporciones alarmantes y su esencia - la vi tal idad de calle, en tanto que contribuyen a su ambiente animado, hasta un humana - est siendo anulada, dejando tras de s ciudades fantasmas amplio espectro de espacios pblicos monumentales. Tambin se que ofrecen nicamente abandono fsico y problemas sociales. , identifican los tratamientos de las superficies y los sistemas de i luminacin que humanizan el paisaje urbano y le proporcionan un carcter teatral. Este l ibro puede entenderse como un elemento clave para remediar

    dicha tendencia. La insistencia en un diseo urbano imaginat ivo Jan Gehl y Lars Gemz0e creen apasionadamente en la importancia de significa que podemos celebrar el renacimiento de Copenhague como la ciudadana y en la vi tal idad y la humanidad que fomenta. Esto se catalizador para muchas ciudades que, tanto en Europa como fuera de manif iesta, adems de en gestos cvicos planif icados a gran escala, ella, necesitan desesperadamente este t ipo de instrumentos. Si fuera tambin en el detalle y en lo espontneo. Todo colabora para producir necesario conf i rmar que una ciudad bien diseada es la nica forma la rica diversidad de la vida urbana. Las ciudades cont inan siendo los sostenible de comun idad , en este bri l lante l ibro encontrara la respuesta, grandes polos demogrf icos de nuestro t iempo, pues ofrecen facil idades de trabajo y const i tuyen la cuna de nuestro desarrol lo cultural . Las Londres, octubre de 2000 ciudades son centros de comunicacin y aprendizaje, asumen al m ismo Richard Rogers

  • I n t r o d u c c i n /

    Durante largo t iempo, desde los aos treinta hasta los setenta del siglo xx, Para cada uno de los espacios pbl icos seleccionados se dibuj un no ocurri nada de particular en lo que se refiere al espacio pblico y su plano a escala 1:2.000. Todos y cada uno de los planos se dibujaron de arquitectura. Este hecho puede explicarse por la actitud de rechazo por modo que tanto la ciudad como las reas del entorno se presentaran a parte del mov imiento moderno hacia la ciudad y el espacio pblico. escalas comparables. _ . Otra razn podra ser el aumento generalizado del trfico rodado y la Al seleccionar las ciudades y los espacios pbl icos que aqu aparecen, importancia consiguiente de las vas de comunicacin y el transporte. el objet ivo era mostrar e jemplos representativos que lustraran las En cualquier caso, sobre todo en Europa, la reconstruccin despus de polticas ms importantes y las deas de proyecto que subyacen en la II Guerra Mundial y el rpido crecimiento urbano posterior a aquella este t ipo de trabajo. Adems de los numerosos ejemplos europeos, signific que tanto arquitectos como urbanistas tuvieran otras prioridades. los proyectos de otras partes del mundo aportan actitudes e ideas El curso de los acontecimientos comenz a cambiar hacia 1970. El mov i - desarrolladas bajo diferentes condiciones polticas y culturales, miento moderno comenz a ponerse en cuestin y, al m ismo t iempo, la Un aspecto comn a los ejemplos reunidos en este l ibro es que todos opinin pblica comenz a preocuparse por cuestiones como la calidad ellos son espacios pbl icos situados en un contexto urbano. Aunque se urbana y las condiciones de vida en la ciudad, la contaminacin y la rpida incluyen algunos paseos, la mayora de los proyectos corresponden a invasin por parte del automvi l de calles y plazas. En el debate arquitecto- plazas nuevas o rehabil i tadas completamente a lo largo de los l t imos nico se reintrodujeron, entre otros temas significativos, el espacio y la vida diez o veinte aos. Todos ellos son espacios exteriores proyectados con pblica. Desde entonces, la arquitectura del espacio pblico ha expermen- un carcter y un t ratamiento urbanos, tado un desarrollo constante, que ha conducido a la rehabil i tacin de un * elevado nmero de espacios pblicos durante el l t imo cuarto del siglo xx. El l ibro se divide en tres partes. El objet ivo de- este l ibro es presentar una serie de ejemplos de La recuperacin del espacio pbl ico: los rasgos ms sobresalientes del estrategias para el espacio pbl ico, as como proyectos que i lustren desarrol lo del espacio pbl ico y la vida urbana en ste, especialmente el desarrol lo que ha exper imentado en esta rea de la arquitectura. entre 1975 y 2000. El t ratamiento arquitectnico del espacio pblico ha sido, pues, un 9 ciudades y 9 estrategias para el espacio pblico: ejemplos de ciudades que importante punto de partida, pero siempre tratando de poner nfasis en han promovido una visin unitaria en el tratamiento del espacio pblico, la vida en la ciudad y la interaccin entre vida urbana y espacio pblico. 39 espacios pbl icos: 3 ejemplos de calles y 36 de plazas. La eleccin y la discusin de las ciudades concretas y los espacios pblicos ha estado influida por ese inters por la ciudad como lugar de Este l ibro puede verse -y leerse- como una presentacin general de encuentro y por el espacio pblico como lugar que lo hace posible. estos temas, o bien como una obra de referencia en la que las ideas, El material que aqu se presenta fue recopilado entre 1992 y 2000 en los proyectos y los diferentes planteamientos aporten una informacin varias etapas que comenzaron por una intensa bsqueda sobre el tema de inters y -espe ramos- tambin de inspiracin, en revistas y l ibros, seguida por algunos viajes de estudio a ciudades y espacios pbl icos potencialmente interesantes. Durante estos viajes se Real Academia Danesa de Bellas Artes consideraban los espacios pblicos en funcin del contexto y de las Escuela de Arqui tectura peculiaridades de cada uno de ellos; adems se recoga informacin Noviembre de 2000 sobre sus funciones especficas y su entorno. Jan Gehl & Lars Gemz0e

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    Un da de verano en C o p e n h a g u e , una de las m u c h a s c i udades e n t o d o e l m u n d o que , con la me jo ra del espac io pb l i co , ha e x p e r i m e n t a d o un no tab le desar ro l lo de la v ida en la cal le.

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    U n a n u e v a v i d a u r b a n a juegan, la gente joven patina o practica skateboard, mientras los msicos Nos encontramos en un da de verano del ao 2000 en Copenhague. El callejeros, artistas y animadores de todo t ipo atraen al gento a las pla-centro de la ciudad, antao dominado por los automvi les, ha cambiado zas. La vida en la calle se despliega como un espectculo color ido y completamente de carcter. Las calles peatonales, tanto las de prior idad variado en este da de verano. Vale la pena resaltar que una gran parte absoluta para los peatones como las calles normales, forman un gran de estas actividades son de t ipo recreativo, y la mayora de carcter entramado de cmodas rutas de paseo; la ciudad invita al trfico peato- social. Este nuevo espacio de ciudad libre de coches se utiliza para un nal. A las 18 plazas del centro de la ciudad se les ha desprovisto de espa- modo de recreo social y urbano en el que la opor tunidad de ver, reunirse cios de aparcamiento y se han devuelto a los ciudadanos para actividades e interactuar con otras personas supone un notable atractivo, de ocio. Estas plazas invitan a visitarlas y a permanecer all por un t iempo. Este da de verano en el centro de Copenhague nos habla claramente de a participar en otras actividades pblicas que requieren espacio. los espacios rehabil i tados de ciudad. Adems, este modelo aplicado en el La ciudad ha creado espacios para numerosas formas diferentes de inte- centro de la ciudad t iene hoy cont inuidad en las reas residenciales de la raccin humana. Durante los lt imos cuarenta aos, un total de 100.000 m 2 ciudad. La transformacin de calles y plazas ha inspirado nuevos modelos dedicados antes al trfico motorizado se han convert ido en una superficie urbanos que, a su vez, han aportado nueva vida a los barrios antiguos. Mo-de ciudad liberada de trfico y disponible para los peatones. Las superfi- dlos similares pueden encontrarse en ciudades de toda Europa, as como cies de calles y plazas se han repavmentado con piedra; se ha mejorado en otras partes del mundo, donde se facilita espacio para la vida pblica, tambin la i luminacin y el mobi l iar io urbano. Todo el centro de la ciudad El renovado inters por la vida pblica y la ciudad como lugar de presenta un carcter y una atmsfera que invita a pasear y pasar el t iem- encuentro, tal y como se ha desarrol lado estos l t imos treinta o cuarenta po en ella. Las calles parecen decir: "ven , eres bienvenido. Camina un aos, ha supuesto un notable desarrol lo de la planif icacin urbana y la rato, prate otro poco y qudate tanto t iempo como quieras". Se ha dado arquitectura del espacio pbl ico que es, precisamente, el tema central de al espacio de la ciudad una nueva forma y un nuevo contenido. las descripciones de estrategias urbanas y proyectos de nuevos espacios Estos nuevos espacios pbl icos mejorados se usan con frecuencia y, pbl icos que aparecen en los siguientes captulos, adems, se usan bien. En este da de junio las calles se llenan casi por completo con peatones que se mueven a travs de la ciudad con paso U s o s t r a d i c i o n a l e s d e l e s p a c i o p b l i c o : placentero, casi lnguido. De hecho, e l 80 % de los mov imientos que se l u g a r de e n c u e n t r o , m e r c a d o y e s p a c i o de t r n s i t o l levan a cabo en la ciudad se realizan a pie. Todo el centro de Copen- Aunque el modelo de uso ha variado a lo largo de la historia, a pesar de hague se ha convert ido en una zona dedicada a los peatones. La ciudad las diferencias, sean stas suti les o no, el espacio pbl ico ha servido ha pasado a ser un lugar para detenerse y entretenerse durante un rato. s iempre como lugar de encuentro, mercado y espacio de trnsito. En un da laborable de verano puede haber entre 5.000 y 6.000 personas Generalmente, en la ciudad la gente se rene, se saluda, intercambia en el centro, aprovechando las numerosas oportunidades que la ciudad informacin sobre la propia ciudad y la sociedad. En la ciudad tenan ofrece en lo que se refiere a actividades urbanas de ocio. 1.500 asientos lugar los acontecimientos importantes, como, por poner slo algunos en bancos y 5.000 sillas en terrazas, que se util izan constantemente pro- e jemplos, coronaciones, procesiones, fiestas y festivales, reuniones nnr^mnan I i n O a m r-\ I O nomo Ho r-v/-0k-\lH"-l/-J/-r> norl oar-to roa I r-\ r> n i r \ > n i n ^ i r l n m o n n rt-n tn'm M J M I

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  • 1968 . C inco aos d e s p u s de la pea tona l i zac in . A h o r a p r e d o m i n a el paseo , el ir de compras y mirar escaparates. La f u n c i n socia l de ver y de jarse ver c o n t i n a s iendo par te sus tanc ia l de la v ida en la cal le.

    2 0 0 0 . La m i s m a cal le en un da de ve rano . Los pea tones d i s p o n e n de un rea seis veces mayor . La g e n t e s igue pasando , pero ahora ex i s ten o t ras opc iones : u n o s se q u e d a n pa rados , o t r o s s e n -t a d o s o t o m a n d o re f rescos en las n u m e r o s a s ter razas al aire l ibre.

  • La ciudad era, adems, sede del mercado, el lugar donde se ofrecan e intercambiaban bienes y servicios. Finalmente, la ciudad era una va que proporcionaba acceso y conectaba entre s los diversos usos de la ciu-dad. Los ciudadanos caminaban de aqu para all y los bienes se lleva-ban de un lugar a otro. Anter iormente, cuando la mayor parte de los mov imientos se realizaban a pie, acostumbraba a existir buen equi l ibr io entre los tres usos de la ciu-dad. Los peatones podan caminar cuando necesitaban ir a algn lugar, y reunirse, comerciar, hablar y contemplar las vistas, al t iempo que se des-plazaban por la ciudad. Los usos de sta se l levaban a cabo simultnea-mente en el m ismo espacio pbl ico. Durante el siglo xx, sin embargo, sobre todo en los pases industrializa-dos, las condiciones de los tres usos principales del espacio pbl ico var iaron. Se produjeron cambios de tal calibre en los nuevos modelos de trf ico, comercio y comunicacin, que se rompi con una tradicin de siglos en la forma de utilizar la ciudad. Los tranvas elctricos y las bicicletas, que aparecieron a finales del si-glo xix, comenzaron a ofrecer una ms ampl ia gama de posibi l idades, que facil i t la extensin de la ciudad y que ampliara signif icat ivamente su superficie. Cuando a comienzos del siglo xx apareci el au tomv i l , los modelos de transporte cambiaron por completo. A partir de la II Guerra Mundia l , el trf ico rodado urbano se desarrol l a pasos agigantados, t ransformando consiguientemente el uso del espacio pbl ico. El trfico rodado pesado no convive de un modo pacfico con el uso de la ciudad como lugar de reunin o mercado. Los usos en equi l ibr io durante siglos comenzaron a entrar en claro confl icto. La ciudad como mercado sufr i asimismo cambios importantes durante el siglo xx. El comercio en puestos al aire libre se traslad gradualmente a pequeas t iendas dipuestas a lo largo de calles y plazas, ms tarde en t iendas y supermercados cada vez mayores y, f ina lmente, en enormes superficies comerciales situadas generalmente lejos del centro de la ciudad. Cuando los centros comerciales se establecieron dentro de la ciudad, se encerraron en s mismos, dejando de formar parte de la

    escena pblica. El comercio t iene lugar hoy en enclaves interiores, en laberintos de calles privadas con pequeas plazas, fuentes burbujeantes, hilo musical y aire acondicionado. En este proceso, el mercado, con su consecuente "v ida en la cal le" , se ha convert ido en algo estrictamente controlado, con todas las actividades e interacciones humanas reguladas por guardas de segur idad. El mercado desapareci l i teralmente de la escena pblica para trasladarse a la esfera privada. El siglo xx ha supues-to, adems, un cambio decisivo en las condiciones de uso de la ciudad como lugar de reunin e intercambio de in formacin. El rpido y extenso desarrol lo de los medios de comunicacin electrni-cos e impresos ha hecho posible facil i tar a la gente un torrente inf inito de informacin sobre la comunidad y el mundo en general. Ya no se necesita a los pregoneros. Al m ismo t iempo, surgieron infinitas oportunidades para la comunicacin indirecta de persona a persona. En pr imer lugar el telgrafo, despus el telfono y, ms tarde, el telfono mv i l , el correo electrnico, Internet, etc. La movi l idad individual proporcionada por el automvi l y otros medios de transporte y el desarrol lo de frmulas baratas para viajar a larga distancia han signif icado nuevas oportunidades de reunin. El papel tradicional de la ciudad como importante lugar de reunin para sus ciudadanos ha cambiado completamente. En los albores del nuevo milenio, estos cambios a gran escala en la socie-dad, ocurr idos en apenas un siglo, hacen que la vi tal idad del centro de Copenhague cobre un especial inters. Son muchos los que han elegido estar en las calles y en las plazas, caminar y pasar el t iempo en los espacios pblicos. A pesar de los numerosos desarrol los y cambios en los modelos de uso como lugar de mercado y reunin, la ciudad contina ofreciendo una alternativa significativa, un valioso suplemento para otras muchas opciones.

    U s o s a c t u a l e s d e l e s p a c i o p b l i c o Una mirada por diferentes ciudades y otros modelos culturales en pases en los que las comunicaciones, los mercados y el t ransporte han sufr ido cambios radicales en los l t imos siglos, nos proporciona un var iado

    Los t i p o s de i n f o r m a c i n y los c a n a -les de c o m u n i c a c i n han su f r i do t a m b i n una g ran t r a n s f o r m a c i n .

    Cen t ro : Un m o d o m o d e r n o de es ta r j u n t o s , Os lo , Noruega .

    Izquierda: Cab inas pb l i cas de t e l f o n o , San J o s , Cos ta Rica.

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  • repertorio de usos actuales del espacio pbl ico, as como de las condi-ciones para el uso de la ciudad como escenario pbl ico. Aunque corramos el riesgo de simpl i f icar en exceso, en este momento de la historia es posible observar y diferenciar cuatro t ipos de ciudad.

    La ciudad tradicional, en la que el lugar de reunin, el mercado y el trnsito cont inan coexist iendo en mayor o menor equi l ibr io.

    La ciudad invadida, en la que un nico uso, generalmente el trf ico rodado, ha usurpado terr i tor io a costa de otras funciones del espacio urbano.

    La ciudad abandonada, en la que han desaparecido el espacio pbl ico y la vida en la calle.

    La ciudad reconquistada, en la que se estn l levando a cabo grandes esfuerzos para encontrar un nuevo y posible equi l ibr io entre los usos de la ciudad como lugar de reunin, mercado y espacio de trnsi to.

    L a c i u d a d t r a d i c i o n a l En la edad media, las ciudades emergieron bajo la premisa del trfico peato-nal. Las calles se adaptaban al trf ico peatonal y las plazas se hacan a la medida de los usos para los que era necesario espacio, como mercados, reuniones ciudadanas, desfiles mil i tares, procesiones religiosas, etc. Incluso hoy en da, sobre todo en Europa, existen todava muchas ciuda-des cuya estructura se remonta a aquel perodo, de manera que los cen-tros de muchas ciudades europeas poseen an un carcter medieval , como ocurre en muchos pueblos y pequeas ciudades. Sin embargo, todava cont inan funcionando al modo tradicional algu-nos ejemplos aislados de ciudad medieval , como Veneca, uno de los ms conocidos. La caracterstica comn en las ciudades y el espacio pbl ico de aquel perodo es que cont inan siendo adecuados para todo t ipo de actividad peatonal. La escala de estas ciudades, las dimensiones de las calles, la distr ibucin de los usos a lo largo de las calles y las pla-zas, y la escala y el detalle de los edif icios armonizan perfectamente con

    M u c h o s espac ios t rad ic iona les se p r o y e c t a r o n para subrayar la f u n c i n de la c i u d a d c o m o lugar de reun in . Por e j emp lo , los b o -la rdos de la Piazza del C a m p o de Siena, Italia, p r o p o r c i o n a n un s o p o r t e p s i c o l g i c o y p rc t i co , as c o m o un lugar a d e c u a d o para que la gen te obse rve .

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    los sentidos humanos y las oportunidades para el mov imiento , apoyando directamente las idas y venidas de los peatones. En estas ciudades, los espacios pbl icos han servido a lo largo del t iem-po como lugar de reunin, mercado y espacio de trnsito de un modo simultneo. Cuando no se ha permi t ido que el trfico rodado lo invada todo pueden verse todava versiones actualizadas de los usos tradiciona-les del espacio pbl ico.

    L a c i u d a d i n v a d i d a En las ciudades antiguas, as como en aquellas zonas urbanas en las que el trfico rodado ha ganado terreno, ha sido inevitable que el espacio pblico haya cambiado drst icamente. El trfico rodado y el aparcamiento han usurpado gradualmente el espa-cio en calles y plazas. No queda apenas espacio fsico, y cuando se aaden otras problemticas e nconvenients, como la suciedad, el ruido o la conta-minacin visual, la ciudad se degrada fci lmente. Moverse a pie se con-vierte en una tarea desagradable y difcil, mientras que emplear el t iempo en los espacios pblicos se hace imposible por falta de espacio y por diver-sos problemas ambientales. El resultado en muchas ciudades es que slo el trfico peatonal ms imprescindible se disputa su camino tanto entre los coches circulando como entre los que estn aparcados, y slo t iene lugar una gama muy restringida de actividades severamente disminuidas. Numerosos estudios han demostrado la obvia correlacin entre calidad urbana y vida en la calle. Los espacios pblicos que ofrezcan ms cualidades y menos desventajas inspirarn un amplio espectro de actividades urbanas. Las rutas de paseo atractivas y los lugares para detenerse a lo largo del camino animan al trfico peatonal, que a su vez promueve las actividades sociales y recreativas, ya que la gente, al pasear, tiende a demorarse y a disfrutar de la escena urbana. En espacios pblicos degradados, la mayor parte de las actividades socia-les y recreativas desaparecen completamente, quedando slo las impres-cindibles. La gente va a tal lugar porque tiene que ir, no porque quiera ir.

  • Ar r iba : La c i udad invad ida . La v ida u rbana se reduce d r s t i c a m e n t e o se hace c o m p l e t a m e n t e impos ib l e a med ida que el t r f i co r o d a d o invade la c i udad .

    Derecha, pg ina o p u e s t a : Ex is ten t a m b i n o t ras mane ras de i nvas in , c o m o la d i s m i n u c i n de la va r iedad de f u n c i o n e s u rbanas . Grandes b loques de o f i c inas en E s t o c o l m o , Suec ia .

  • Cons ide rada d e s d e una pe rspec t i va h is t r i ca , la c i udad a b a n d o n a d a es un f e n m e n o nuevo . Caminar se conv ie r t e en una ac t i v idad i m p o s i -b le o s in p r o p s i t o , y ha desapa rec ido la v ida pb l i ca en espac io pb l i co .

    Ar r iba: El cen t ro de la c iudad c o m o aparcamien-to , Spokane, W a s h i n g t o n , Es tados Un idos .

    Cen t ro : Escena de cal le vaca , C larksda le , M i s u r i , Es tados Un idos .

    Derecha: Escena de cal le, A t l a n t a , Georg ia , Es tados Un idos .

    En la mayora de las ciudades asediadas por los coches, la calidad del espacio pbl ico ha pasado a ser tan problemtica que la gente evita por completo el centro de la ciudad.

    L a c i u d a d a b a n d o n a d a All donde la tradicin urbana es ms dbil y la cultura del coche ha tenido ms t iempo para desplegarse sin grandes restricciones urbansti-cas, se desarrolla un nuevo t ipo de c iudad. Esta ciudad no cuenta con un modelo histrico, ya que, por primera vez en la historia, el trfico peatonal se ha hecho imposib le o sin propsi to, y muchas de las otras actividades que dependan t radic ionalmente del trf ico peatonal en los espacios pbl icos han desaparecido completamente. Los espacios pbl icos no son para la vida en la calle. Existen numerosas ciudades de este t ipo, sobre todo en Amrica del Norte, donde los centros de las ciudades son un mar de asfalto con aparcamientos que remarcan el espacio entre los edif icios. Caminar por estas ciudades, adems de imposible, sera incluso poco razonable. Las distancias son demasiado grandes y el ambiente que un intrpido peatn podra encontrarse en su camino sera horr ible, sucio y posib lemente pel igroso. Tales ciudades no estn pensadas para andar. Las aceras han desaparecido tanto del centro de la ciudad como de las reas residencales, y todos los usos de la ciudad se han adaptado gradualmente para ponerse al servicio del conductor. El t ransporte y la vida en s son tota lmente dependientes del automvi l y de su cultura. Es difcil describir las consecuencias finales de este t ipo de poltica urbana. Sin embargo, es importante sealar que una severa dependencia del automvi l impl ica que chicos demasiado j-venes para conducir, ancianos demasiado mayores para hacerlo, junto a personas descapacitadas con problemas fsicos, queden relegados a una vida dependiente del t ransporte por parte de otros. En efecto, para la gente joven la vida no comienza hasta el da en que se cumplen los 16 aos y obt ienen el permiso de conducir. Las compras se realizan en calles llenas de automvi les que requieren del coche para acceder a ellas, siendo necesario generalmente que el

  • conductor aparque y desaparque cada vez. La alternativa es comprar en grandes superficies comerciales situadas fuera de las ciudades. Slo es posible caminar en estos centros, desde el aparcamiento al interior del centro comercial , o bien en el interior de sus paseos cubiertos. Para contrarrestar el peso de los centros comerciales regionales, y como estrategia para mantener el mov imiento y la uti l izacin del centro de la ciudad, muchas ciudades han exper imentado nuevas formas de entornos comerciales adaptados a la cultura del automvi l . En algunas ciudades, las t iendas se han trasladado a espacios interiores, en centros comerciales situados en el propio centro urbano como, por e jemplo, el Eaton Centre de Toronto. Otras ciudades, como Calgary, Winn ipeg, Minnepol is o At lanta, han construido calles elevadas, o sistemas de pasarelas peatonales de cone-xin entre t iendas, ubicadas a una altura de una o dos plantas sobre el nivel de la calle, situadas estratgicamente en edif icios del centro de la ciudad. En este caso, los peatones suben en ascensor a una planta y pueden moverse por el interior de un edificio a otro protegidos de las inclemencias del t iempo, sin tener que pisar la calle ni cualquier otro espacio pbl ico. Un tercer t ipo de ambiente comercial localizado y pr ivado es la "c iudad subterrnea", fenmeno conocido en Montreal y Toronto, Canad, y en ciudades como Sapporo, Nagoya y Osaka, Japn. Estas ciudades, conectadas a menudo a las estaciones subterrneas de metro, consti tuyen una trama de centros comerciales y paseos que enlazan las plantas subterrneas de los edificios del centro de la ciudad. Estos t ipos de centros comerciales son siempre pr ivados, permanecen cerrados fuera de horas de oficina, de manera que las actividades peato-nales y urbanas estn sujetas a las restringidas condiciones que impone su carcter comercial . En el programa de estos modernos centros comerciales muy estandarizados, no hay resquicio alguno para la versa-t i l idad, el humor o los valores democrt icos. En este t ipo de c iudad, en la que es v i r tualmente imposib le caminar o ir en bicicleta como parte natural de una rutina diaria, se ha desarrol lado

    C u a n d o la g e n t e no hace e jerc ic io d iar io a l camina r aparecen n u e v o s p r o b l e m a s .

    Ar r iba : Hora del a lmue rzo c o n un paisaje p i n -tado a la espa lda . Compa a de tecno log a de la i n f o r m a c i n , S i l i con Valley, Ca l i fo rn ia , Es tados Un idos .

    Derecha: Es t ruc tu ra del Pa rk -n -Swea t , c o n siete p lan tas y un cen t ro de fitness de d o s p lan tas , A t l a n t a , Georg ia , Es tados U n i d o s .

    un problema interesante de salud pblica. Gran parte de sus habitantes padecen de sobrepeso u otras condiciones fsicas deficientes. A lgunos de ellos tratan de combat i r el problema haciendo footing durante la hora del almuerzo, empleando su t iempo en gimnasios, o bien haciendo ejer-cicio en algunas de las muchas mquinas diseadas por la industr ia del fitness para cubrir esta necesidad. Para una parte de la poblacin, que no t ienen la opor tun idad ni la mot ivacin para enrolarse en este t ipo de actividades, el problema se hace cada vez ms acuciante. En efecto, la desaparicin del trf ico peatonal y del espacio pbl ico -y en gran medida de la vida pb l ica-t iene numerosas consecuencias tanto directas como indirectas.

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  • L a c i u d a d r e c o n q u i s t a d a Durante los lt imos treinta o cuarenta aos, el inters por los espacios pblicos y la vida en la calle ha aumentado de nuevo, a menudo como reaccin directa ante unas condiciones cada vez ms pobres, de modo que en muchas ciudades comenzaron a llevarse a cabo grandes esfuerzos por ofrecer mejores oportunidades para la vida urbana y a los peatones. Paradjicamente, un mot ivo de inspiracin procede de los centros comerciales, especialmente los estadounidenses. Ya en la dcada de los aos veinte del siglo xx, cuando se construyeron los pr imeros centros comerciales, se vio claramente que los clientes deban salir de sus automvi les para ir a calles comerciales libres de trf ico, con el f in de proporcionarles el sosiego necesario para concentrarse en las compras. Algunas de las primeras zonas peatonales de Europa, como Li jnbahn, construida en la posguerra de los aos cincuenta, en Rotterdam, as como la misma reconstruccin de muchas ciudades alemanas durante el m ismo perodo, tuvieron este mismo punto de partida. Muchas otras reas peatonales europeas de los sesenta y setenta, entre ellas la calle peatonal del centro de Copenhague de 1962, se basaron en principio en este concepto comercial . Si bien es cierto que las calles peatonales ha-can ms fcil el acceso al centro, su principal propsito era atraer a los ciudadanos para que compraran. La idea de utilizar el espacio pbl ico como lugar social y de recreo se desarrol l gradualmente, vindose reforzada durante las dcadas siguientes. La descripcin de Jane Jacobs del desarrol lo de las ciudades americanas, en su l ibro Muerte y vida de las grandes ciudades (1961), ejerci un impacto an mayor. As im ismo, muchos investigadores ameri -canos y europeos se empearon en sealar la importancia de las dist in-tas formas de actividad en los espacios pblicos urbanos. Durante este mismo perodo se document la conexin entre la calidad de la ciudad y la extensin y carcter de la vida en ella. Especialmente en Europa, la t radicin constitua una fuente de inspiracin muy importante. Numero-sas ciudades europeas consiguieron mantener la uti l izacin tradicional

    Se a d o p t a r o n nuevas deas para recuperar e l espac io p b l i c o pe rd ido .

    En E s t o c o l m o , Suec ia , se han c o n s t r u i d o nuevas v i v iendas s o b r e u n o s apar-c a m i e n t o s p reex i s ten tes de var ios p lan tas . Las cal les vacas, d o m i n a d a s por los a u t o m v i l e s y el h o r m i g n , se t r a n s f o r m a n en es t rechas calles con v iv iendas y t iendas.

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    de los espacios pbl icos para actividades sociales y de ocio. Durante todo este perodo, en las dcadas de los aos sesenta y setenta, se construyeron en las ciudades europeas cada vez ms calles peatonales, y nuevas reas y plazas tranqui las. Las condiciones para los peatones mejoraron gradualmente en muchas otras calles de las grandes ciudades, ampl indose las aceras y dotndose a stas de un nuevo mo-bil iario urbano, con f lores y rboles. La crisis del petrleo, que comenz en 1973, supuso un importante pun-to de inf lexin para la situacin del trf ico en las ciudades. Se f ren, por f in , el aumento del trf ico, lo que llev a planif icar los esfuerzos para l i-mitar la invasin de las ciudades por parte de los automvi les, as como a adoptar otras medidas que aseguraran un mayor equi l ibr io entre los conductores y otras formas de transporte. Se despert as el inters por la bicicleta y por el t ransporte pbl ico. En este perodo se ampl i el concepto de los nuevos espacios pbl icos. Antes reducidos a estrechos intereses comerciales, estos conceptos gozaban ahora de un enfoque considerablemente ms ampl io , como la creacin de espacio y de unas condiciones para caminar bajo previsiones razonables, asegurando el desarrol lo de nuevas opor tunida-des para las actividades urbanas sociales y de ocio. Muchas ciudades alemanas y escandinavas fueron pioneras en estos es-fuerzos por desplazar a los automvi les fuera de los centros urbanos y crear mejores condiciones para los peatones. Sin embargo, sera Barcelona, a partir de 1980, la ciudad donde se fo rmul un concepto ms ampl io de espacio pbl ico, con una poltica coordinada para el mis-mo. En el curso de cincuenta aos, todo el espacio de la ciudad haba sido conquistado por los automvi les. Ahora la ciudad volva de nuevo a la lucha, tanto desde el punto de vista fsico como cultural. Fue tambin en Barcelona donde naci el concepto de "c iudad reconquistada". En trminos tanto de dea como de formulac in arquitectnica especfica, la poltica barcelonesa para el espacio pbl ico lleg a desempear un papel preponderante en su desarrol lo posterior. La experiencia de Barcelona fue el punto de partida de un nuevo e intenso perodo que se produjo durante las dos l t imas dcadas del siglo xx, en el cual se crearon o rehabil i taron un nmero cada vez mayor de espacios urbanos adecuados, con el f in de asegurar un espacio pbl ico en consonancia con los nuevos t ipos de vida pblica. Si atendemos a los modelos de desarrol lo de las lt imas dcadas, es claro que diversas ciudades europeas pusieron su granito de arena en lo que se refiere a esta cuestin. En trminos polt icos, las ciudades danesas, alemanas y escandinavas estuvieron entre las pr imeras en experimentar nuevos t ipos de espacio urbano. Todava ms recientemente, se han ajustado a este modelo muchas ciudades de Europa central y mer id ional .

  • La poltica de desplazar los automvi les y mejorar las condiciones de la vida urbana cont ina siendo un fenmeno especf icamente europeo, pero es interesante subrayar que estrategias similares de poltica urbana pueden encontrarse en ciudades de Amrica del Norte y del Sur, Asia y Austral ia. Precisamente debido a lo que ha ocurr ido en otras regiones en estos continentes, los esfuerzos l levados a cabo en Port land, Oregn y Curit iba, Brasil, resultan notables y muestran que ya no podemos refe-rirnos a las estrategias del espacio pbl ico como un fenmeno nicamente europeo. En todas las partes del mundo existen ciudades desoladas, invadidas o abandonadas, y por todas partes encontraremos ciudades que han luchado de nuevo por incitar a sus habitantes a volver a utilizar el espacio pblico. Las diferencias existentes entre unas ciudades y otras, de esferas cultura-les similares, ponen de relieve otra cuestin comn a todas ellas: que la mayor parte de las mejoras urbanas se llevan a cabo, o al menos se inician, por indiv iduos o grupos visionarios. Ya sea un alcalde, un arquitecto de la ciudad, un poltico o una inspirada cooperacin entre vo-tantes, polticos y movimientos populares, lo comn a las ciudades que han recuperado el espacio pblico es una poltica visionaria y acertada. Como no poda ser menos, en estas visiones urbanas se combinan varios lugares comunes, como la seguridad del trf ico, los cambios en los modelos de ste, la reduccin del ruido y de la contaminacin o los esfuerzos por reforzar el papel de la ciudad como foro democrt ico. Donde las visiones y la vo luntad poltica van acompaadas de objet ivos como stos, las ciudades se convierten realmente en lugares mejores para vivir y pasar el t iempo.

    En t o d o e l m u n d o se es t r ecupe rando espac io p b l i c o pe rd ido y , a l m i s m o t i e m p o , se es tab lecen n u e v o s espac ios p b l i c o s c o n e l deseo de lograr un mayo r equ i l ib r io en t re las f u n c i o n e s de la c i u d a d c o m o lugar de c o m e r c i o y espac io de e n c u e n t r o y t r ns i t o .

    A r r i ba : Cen t re P o m p i d o u , Pars, Francia.

    A b a j o (de izquierda a derecha) : N u e v o espac io pb l i co en Seat t le , W a s h i n g t o n , Es tados U n i d o s . El espac io pb l i co a lo largo del canal reabier to de r h u s , D inamarca . Calle pea tona l rehabi l i tada en San J o s , Cos ta Rica.

  • La vida diaria cada vez m s pr iva t i -zada y el e n o r m e c r e c i m i e n t o de la c o m u n i c a c i n ind i rec ta hacen an m s necesar ia la v ida u rbana en el espac io pb l i co . S lo all las p e r s o n a s p u e d e n es tab lecer un c o n t a c t o d i rec-to c o n o t ras y c o n la soc iedad a la que pe r t enecen , ver las c o s a s por s m i s m o s , exper imentar , par t i c ipar y tener un sen t i do de c o m u n i d a d .

    Los e jemp los que aparecen aqu per-t enecen a Francia, Es tados Un idos , No ruega , Brasi l y D inamarca .

    N u e v o s e s p a c i o s p b l i c o s p a r a u n a n u e v a v i d a u r b a n a A pesar de que este l ibro sobre los nuevos espacios urbanos y la nueva vida en la calle comienza en un da de verano en el centro de Copenhague, esta es slo una de tantas ciudades en las que las iniciativas de poltica urbana han signif icado un aumento de la calidad urbana. Se han reducido el trf ico, el ruido y la contaminacin y se ha reforzado, en cambio, el trf ico de peatones y bicicletas. La vida urbana florece en las calles y las plazas de la ciudad de un modo difcil de pronosticar hace veinte o treinta aos, y menos en la forma como lo est haciendo. No se trata de una versin renovada de la antigua tradicin urbana, sino de un fenmeno verdaderamente nuevo. El inters abrumador por una nueva vida urbana en los espacios pbl icos, por volver a sta, adquiere sin duda t intes provocat ivos. En una sociedad en la que la vida diaria se desarrolla cada vez ms en la esfera privada - e n casas privadas, en ordenadores pr ivados, en automvi les pr ivados, en lugares pr ivados de trabajo y en centros comerciales estr ictamente controlados y prvat izados-, no resulta difcil comprender la importancia del nuevo papel de la ciudad como espacio y foro pbl ico. En contraste con las numerosas comunicaciones indirectas y la prol i fera-cin de espacios pr ivados dispersos, los ciudadanos gozan de la opor tu-nidad de utilizar sus sentidos e interactuar directamente con los que le rodean, de modo que la ciudad adquiere un nuevo atractivo. La sociedad de la in formacin proporciona un nuevo signif icado a la ciudad como espacio de reunin. El tema principal de este l ibro es tanto el t ratamiento de estos nuevos espacios pbl icos como de la nueva vida en la calle.

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  • 9 ciudades 9 estrategias para el espacio

    pblico

  • I n t r o d u c c i n Cuando se rehabilita un espacio pbl ico, o bien se crea uno de nueva planta, los proyectos se acostumbran a desarrollar para actuaciones concretas. El resultado de estos esfuerzos es la existencia de muchos proyectos interesantes, varios de los cuales se presentarn en este l ibro. Aquel las ciudades donde se han realizado esfuerzos para desarrollar polticas globales en lo relativo a los espacios pblicos merecen una especial atencin, pues los proyectos de espacios pbl icos concretos

    se desarrol lan en un contexto ms ampl io . Naturalmente, los objet ivos, las pr ior idades y el grado de las medidas adoptadas varan segn la ciudad de que se trate, dependiendo de los diferentes elementos analizados como, por e jemplo, la unidad arquitec-tnica, las condiciones del trf ico peatonal, las oportunidades de ocio o el deseo general de mejorar la situacin del trf ico. Los ms interesantes son los planteamientos que const i tuyen una estra-tegia combinada, orientada a mejorar la calidad urbana en general, que incluya los diferentes aspectos sociales, funcionales y ecolgicos, as como las preocupaciones por el trf ico y otras consideraciones arqui-tectnicas. Por este mot ivo, se han seleccionado nueve ciudades de diferentes partes del mundo , con el f in de ilustrar diversos modos de trabajar con polticas generales para los espacios pblicos. Estas polticas abarcan una ampl ia gama de objet ivos y pr ior idades. La estrategia del espacio pbl ico en algunas ciudades comprende slo uno o dos aspectos, mientras que, en otras, la estrategia se funda en combi -naciones imaginat ivas y a gran escala de ciertos sectores, en su labor para desarrollar una poltica unitaria para el espacio pbl ico. Dentro de esta ampl ia categora, se ha hecho especial hincapi en ciudades con polticas de espacio pbl ico versti les y coordinadas con directrices tanto para ste como para la vida pblica, las polticas del trf ico y el t ratamiento arquitectnico. Este l ibro centra su inters en las ciudades de mayor xito a la hora de mejorar las condiciones de la vida pblica y, consecuentemente, la funcin de la ciudad como lugar de reunin.

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    Al llevar a cabo la seleccin, se ha dado tambin pr ior idad a ciudades implicadas en temas de sostenibi l idad, puestos de manif iesto en progra-mas para l imitar el trf ico rodado y fomentar formas de transporte que supongan un ahorro energtico. Es interesante sealar que acostumbra a existir una estrecha conexin entre ambas cuestiones. Las ciudades con estrategias de reduccin del trf ico rodado o promocin de la calidad arquitectnica y la sostenibi l idad son generalmente las ciudades con mejores condiciones para los peatones y la vida pblica. Una comparacin de nueve ciudades muestra diferencias considerables respecto a las estrategias adoptadas. El trabajo en puntos concretos de toda la c iudad, en oposicin a grandes reas concentradas, representa dos puntos de partida bien dife-rentes. En el pr imer caso se han seleccionado localidades de especial importancia por su acertada rehabil i tacin de espacios pbl icos urbanos que se han convert ido en atractivos oasis en el paisaje urbano. En muchos sentidos, la estrategia para el espacio pbl ico de Barcelona representa este t ipo de estrategia. En otros casos, la ciudad busca un t ratamiento ms ampl io de grandes reas urbanas conectadas, t ratando muchos temas al m ismo t iempo. La rehabil i tacin de los espacios pbl icos en el centro de Copenhague es un ejemplo de este t ipo de estrategia. El tema del centro de la ciudad frente a las reas perifricas es otro aspecto importante que aparece i lustrado en los e jemplos seleccionados. En algunas ciudades, la poltica urbana es de miras estrechas, dir ig indose nicamente al centro urbano, mientras que en otros se adopta una visin ms ampl ia que incluye muchos otros barrios de la periferia. Vistas en conjunto, estas nueve ciudades pueden servir para propor-cionar una visin general del pensamiento actual sobre las estrategias y planteamientos del espacio pbl ico. La estructura de cada una de las nueve ciudades se ilustra con un plano a escala 1:20.000. Estos planos muestran una parte del centro de la c iu-dad de 2,2 x 2,2 k i lmetros, y describen las d imensiones y los modelos. Se sealan los elementos caractersticos de la estrategia sobre el espacio pblico de cada ciudad.

  • Arr iba : P lano del c a s c o h i s t r i co c o n e l pue r to y los bar r ios adyacen tes que m u e s t r a los n u e v o s espac ios p b l i c o s c reados en t re 1 9 8 0 y 2 0 0 0 y la s i t uac i n del paseo ms f a m o s o de Barce lona, Las Ramb las .

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    Barce lona

    E s p a a

    P e n s a m i e n t o v i s i o n a r i o y p o l t i c a p i o n e r a p a r a e l e s p a c i o p b l i c o Durante las dos ltimas dcadas, Barcelona ha sido la fuente de inspiracin ms importante para arquitectos, paisajistas y urbanistas que trabajan con el espacio pblico. Ningn otro lugar del mundo tiene una ciudad en la que se den cita tal nmero de ejemplos diversos de parques y plazas de nueva planta, de semejante riqueza y de un diseo tan experimental. A la hora de llevar a cabo esta poltica para el espacio pblico, Barcelona ha sido, adems, radical e imaginativa. En slo una dcada, se crearon varios cientos de parques, plazas y paseos de nueva planta, acabando con edificios de viviendas ruinosos, almacenes y fbricas; tambin se rehabilitaron las plazas existentes y se regul el trfico rodado en beneficio de los peatones.

  • L a c i u d a d Barcelona es una ciudad de casi tres mil lones de habitantes, llena de vita-lidad y situada en la costa del Mediterrneo, en Catalua, al noreste de Espaa. El centro de la ciudad es denso y compacto y refleja, como ocurre en muchas otras ciudades antiguas europeas, siglos de crecimiento de la poblacin dentro de los confines de las murallas. Barrios compactos entrelazados por calles estrechas de altos edificios f lanquean ambos lados de las Ramblas, el paseo que conecta el puerto con la Plaga de Catalunya. Rodeando el casco histrico se extiende una nueva parte de la ciudad que creci de la noche a la maana a finales del siglo xix, una vez derribadas las murallas. La nueva ciudad se construy de acuerdo con un novedoso y radical proyecto de l ldefons Cerda. El ensanche creci fuera de los l mi-tes de la antigua ciudad amural lada como una gran trama de calles conec-tadas con la ciudad antigua, t rama atravesada por un par de avenidas en diagonal. El plan fue ideado como una base sobre la cual construir una ciudad verde y abierta, con manzanas cuadradas y esquinas a 45que con-forman en chafln, cuadrado en cada interseccin. La intencin que gui esta consideracin era conseguir una densidad menor y calles ms amplias que en la parte antigua de la ciudad. Hoy en da, la parte nueva de la ciudad es muy compacta y, en conjunto, Barcelona es una de las ciudades de mayor densidad de Europa. Bajo la larga dictadura de Franco, la ciudad fue desgraciadamente olv idada, surgiendo en torno a ella grandes reas urbanas sin modelo alguno de planif icacin, con los consiguientes problemas de trf ico y carencias de infraestructuras generales.

    L a p o l t i c a d e l e s p a c i o p b l i c o Con las elecciones de 1979, las primeras democrt icas desde el f inal de la Guerra Civil en 1939, un nuevo gobierno socialista asumi el poder. La l ibertad democrtica recientemente recuperada or ig in una avalancha de iniciativas en todos los frentes, y l iber a una generacin de arquitectos que haban estado encorsetados por la dictadura y a arquitectos que no haban quer ido comprometer su trabajo cooperando con el rgimen. Bajo

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    el mandato de Franco, los catalanes fueron repr imidos tanto poltica como l ingst icamente. El nuevo Ayuntamiento de la ciudad nombr a uno de los arquitectos ms influyentes, Oriol Bohigas, director por entonces de la Escuela de Arquitectura, como nuevo concejal de urbanismo de la ciudad, un cargo que le dio la oportunidad de formular una nueva poltica para el espacio pblico e incitar a otros a adoptarla. El Ayuntamiento quera mostrar a los ciudadanos de Barcelona algunas mejoras inmediatas, actuaciones que pudieran llevarse a cabo en diferentes lugares, por lo que Bohigas desarroll una poltica que haca hincapi en los proyectos ms que en los planes. La planif icacin se t ransform, desde el esquema tradicional a largo plazo de funcin y rea, en el que la iniciativa de realizacin depen-da en gran parte de la implicacin de la inversin privada, en una polt i-ca activa de ciudad, en la que el sector pbl ico iniciaba la rehabil i tacin, proyectando docenas de espacios pbl icos, parques y plazas. La arquitectura se convirt i en uno de los principales instrumentos de la poltica urbana, crendose numerosos espacios pbl icos de nueva planta. Cada barrio tena su propio " s a l n " , cada distr i to su parque, donde la gente poda reunirse y charlar y los nios podan jugar. Resulta caracterstico de la poltica urbana de Barcelona que los espacios pblicos surgieran de la necesidad de espacio para la gente, donde se pudiera alcanzar una verdadera tradicin democrtica y ampl ios espacios para los peatones. As, se crearon espacios pbl icos derr ibando edif icios de viviendas ruinosos o fbricas abandonadas, y se l imi taron las reas destinadas al trfico rodado. Se rehabil i taron una serie de plazas en el centro de la c iudad, al t iempo que se construan aparcamientos subterrneos, aunque sta no sera la caracterstica fundamental de dicha polt ica. Se crearon diversas plazas de nueva planta en el centro histrico de la ciudad, derr ibando para ello edif icios existentes, con el f in de crear nue-vos espacios de reunin en el corazn de una ciudad muy densa. En las afueras, se crearon tambin nuevos espacios bajo el lema de "poner le cara a lo que no la tena" .

    Izquierda: C o n la casa Mi l de A n t o n i Gaud a l f o n d o , e l Passeig de Grac ia es u n o de los paseos m s a m p l i o s del E ixample .

    Cen t ro : Las cal les es t rechas y la ed i f i ca -c in densa del c e n t r o h i s t r i co de la c i u d a d , C iu ta t Vella.

    Izquierda: Las Ramb las , en e l cen t ro de Barce lona, es la cal le pea tona l m s i m p o r t a n t e de la c i udad . .

  • Las mejoras se or ientaron entonces a las grandes reas dispersas que haban surgido en la dcada de los sesenta del siglo xx, reas carentes de identidad y de espacio pbl ico. La nueva polt ica, introducida durante la poca del pr imer alcalde tras la dictadura de Franco, Narcis Serra, provoc rpidos y notor ios progresos en zonas puntuales de toda la ciu-dad. Al m ismo t iempo, las mejoras tuvieron un efecto contagioso dando lugar a iniciativas privadas como, por e jemplo, la rehabil i tacin de muchos edif icios en desuso hasta entonces. Pasqual Maragal l , elegido alcalde en 1982, expres la f i losofa de su poltica de esta manera: "Queremos recuperar la d ignidad perdida del paisaje urbano y fomentar y dir igir la energa del mercado" . La ciudad resurgi como un ave Fnix durante este proceso, const i tuyn-dose adems en sede de los Juegos Olmpicos, que se convirt ieron en el motor econmico de la posterior planificacin de toda la ciudad. La arquitectura y la escultura han desempeado un papel clave en la imagen pblica de Barcelona. Se crearon nuevos parques y plazas bajo el lema " l levar los museos a la cal le". Prcticamente todos los espacios pblicos de nueva planta albergan una obra de arte de algn artista de renombre internacional. As, las peculiaridades de cada plaza se pusieron de relieve mediante el diseo del propio espacio y mediante obras de arte, de modo que cada barrio tuviera un soporte pbl ico. Casi todos los nuevos proyectos se l levaron a cabo mediante la cooperacin entre artistas y arquitectos. Un ejemplo de escultura que forma parte integral del proyecto es la Plaga de la Palmera, donde los muros curvos de Richard Serra dividen el carcter dual de la plaza. Otro ejemplo es Via Jul ia, donde el punto focal de la plaza es un gran " f a ro " . En varios parques se disearon esculturas que invitan a jugar y a trepar, como ocurre en el Pare de l'Estaci del Nord, en el que se levanta una enorme escultura de cermica de suaves contornos, y en el Pare de l'Espanya Industr ial, que alberga un enorme dragn de acero, diseado de modo que los nios puedan deslizarse por l. Los pr imeros proyectos de finales de la dcada de los setenta e inicios de los ochenta estuvieron marcados por su ubicacin en la ciudad hist-

    "Llevar los m u s e o s a la ca l le " .

    Izquierda: Via Ju l ia , e l " f a r o " escu l t u ra l , obra de A n t o n i Rosel l .

    Cen t ro : Plaga de la Palmera c o n los m u r o s c u r v o s de R ichard Serra.

    Derecha: Pare de l 'Estac i del N o r d , e s c u l t u -ra ce rmica de Bever ly Pepper.

    rica, as como por el respeto a la t radic in. Con el uso de materiales y mobi l iar io tradicionales, algunas de estas plazas producen la impresin de haber estado all durante cientos de aos. Se renov, por e jemplo, el pavimento de la Plaga Reial, que es en realidad una plaza antigua, cren-dose en cambio la Plaga de la Merc, un espacio de nueva planta, f ruto del derr ibo de edif icios existentes. Las plazas y los parques situados fuera del centro histrico adoptan un carcter diferente. En estos casos se exper imentaron diferentes formas expresivas, de modo que los espacios poseen una apariencia ciertamen-te contempornea, tanto en su proyecto como en el mobi l iar io y la elec-cin de los materiales. La Plaga del Pasos Catalans, situada frente a la estacin de tren de Sants, es uno de esos espacios pbl icos que rompen con la t radicin y las convenciones sobre cmo debe ser una plaza. Para llevar a cabo los pr imeros exper imentos de diseo de los nuevos espacios urbanos, Oriol Boigas escogi diferentes arquitectos, que tuvieron la opor tun idad de trabajar en un campo en el que apenas tenan experiencia, pero la larga tradicin catalana en el gusto por el de-talle y la eleccin cuidadosa de los materiales era un buen contrapeso. En una dcada, todas esas exper imentaciones convir t ieron a Barcelona en un laborator io sin rival en lo que concierne al proyecto de espacios urbanos, por su imaginacin, var iedad y vo lumen de las soluciones. En ninguna otra ciudad es posible contemplar tal nmero de proyectos de espacio pbl ico innovadores. Los arquitectos de Barcelona no se han quedado precisamente cortos a la hora de situar el espacio pblico como un mbi to arquitectnico independiente, puesto que dicho mbi to haba desaparecido en el mov imien to moderno.

    L a o f i c i n a d e d i s e o u r b a n o Para trabajar los espacios pblicos se cre una oficina especial, el Servei de Projectes Urbans. Esta oficina se hizo responsable del diseo de muchos proyectos, as como de la coordinacin de los numerosos organismos que participaron en la realizacin de los nuevos espacios urbanos en los diez distr i tos en los que se divide la ciudad. Cada distrito posee un equipo de

  • Se ut i l izaron m u y p o c o s e l emen-t o s es tndar para el mobi l ia r io de los espac ios u rbanos de Bar-ce lona. Los d i fe ren tes e lemen-t o s y los s i s t emas de i lumina-c in se d i sea ron , en genera l , para los lugares espec f i cos .

    Izquierda: Jard n de la V i l l a Ceci l ia.

    Cen t ro : Frente ma r t imo de Barce lona.

    Derecha: Rambla de Pr im.

    3 0

    Ar r iba : Plaga Reial, un espac io u r b a n o c ls ico q u e ha s u f r i d o una t rans fo r -m a c i n r espe tuosa , sob re t o d o en e l p a v i m e n t o .

    Izqu ierda: La rehab i l i tac in de la zona s i tuada en f ren te de la es tac in de t ren de Barce lona d io lugar a un espa-c io pb l i co c o n t e m p o r n e o y p ione ro , la Plaga deis Paisos Cata lans .

  • arquitectos que mantiene reuniones y discusiones con los vecinos y gestio-na de forma independiente los proyectos de su distrito. Adems de arqui-tectos de prestigio, muchos profesionales jvenes han tenido la oportuni -dad de llevar a cabo sus proyectos en Barcelona. Para trabaja/ en la oficina de diseo urbano se cont con muchos estudiantes de arquitectura, por ejemplo, a travs de concursos para estudiantes y ofrecindoles un trabajo en su campo. Una visita a la oficina de diseo urbano a finales de la lt ima dcada de los aos ochenta mostr un lugar de trabajo rebosante de entu-siasmo que haba completado entre 300 y 400 proyectos de todos los tama-os. Si echamos un vistazo a cualquiera de las numerosas guas publicadas por esta oficina durante la misma dcada, veremos un sorprendente nme-ro de arquitectos y artistas diferentes que tuvieron la oportunidad de apor-tar su contribucin a la variada e innovadora imagen de numerosos espacios pblicos. Ms de noventa arquitectos, tanto en solitario o en equipo, apare-cen mencionados como responsables de la ejecucin de los 55 ejemplos de calles, parques y plazas reseados en estas guas. Desde proyectos glo-bales a un nivel general hasta el ms pequeo detalle sobre la base de deas fuertes y el lugar -soluciones especficas-; as contr ibuy Barcelona en la lt ima dcada de los ochenta a la planif icacin del espacio pblico. Los principales proyectos que preparaban los Juegos Olmpicos de vera-no de 1992, involucraron a varios despachos en propuestas de mbito regional. Posteriormente, la oficina de diseo urbano cont inu siendo responsable de la coordinacin de nuevos proyectos, pero los despachos privados de arquitectos eran responsables de los proyectos en s. En conjunto, los espacios pblicos de Barcelona incluyen una gran varie-dad de diferentes proyectos de i luminacin, mobi l iar io y pavimentacin. El catlogo de materiales o lenguajes urbanos no es l imitado. Por el con-trario, se puso un nfasis especial en que el proyecto de cada espacio en concreto tuviera un carcter independiente y su propia identidad. Se dise-aron bancos o farolas para lugares especficos, aunque con el t iempo se ha adoptado una serie estndar de elementos que puedan utilizarse en cualquier parte. Un ejemplo de ello es la hermosa farola en forma de flor del jardn de la V i l l a Cecilia que puede verse ahora en el barrio de nueva

    planta de la Villa Olmpica. Un posible inconveniente de esta riqueza de soluciones es su problemtico mantenimiento, agravado, si cabe, por el uso de diferentes materiales, detalles y t ipos de mobi l iar io.

    T i p o s d e e s p a c i o s p b l i c o s A pesar de la extensin y la gran var iedad de espacios urbanos, podemos detectar a lgunos rasgos bsicos que permiten clasificar los numerosos espacios urbanos que se rehabi l i taron. Algunas plazas poseen el carcter de "espacios ptreos" y son util izadas frecuentemente como "sa lones" urbanos y lugares de reunin. Estos espacios, un tanto duros, t ienen pavimentos y mobi l iar io de piedra, sua-vizados ocasionalmente por rboles. Ejemplos de este t ipo son diversas plazas de nueva planta creadas tras el derr ibo de edif icios en desuso, como la Plaga de la Merc, la Plaga de Sant Cugat, el Fossar de les Moreres o la Plaga d'Escudellers-Arenes-Ara. En esta misma categora se pueden incluir rehabil i taciones de plazas existentes, como la Plaga Reial, la Plaga de l 'ngel y la Plaga del Sol, y, as imismo, plazas que han variado su carcter de espacio de trfico a plaza peatonal, como la Plaga de les Basses de Sant Pere, la Plaga de Navas y la gran plaza frente a la estacin central de ferrocarr i l , la Plaga deis Pasos Catalans. Otro t ipo de espacio pbl ico ms l igero son las que denominaremos "plazas de grava" , espacios para descansar y jugar, cuyo elemento central acostumbra a ser una zona de grava. Ejemplos de este t ipo son el Jard de la Industria y la Plaga de la Hispanitat, aunque otras plazas, como la Plaga del General Moragues, tengan tambin zonas de grava como uno de los elementos principales. Una serie de parques de nueva planta, u "oasis u rbanos" , funcionan como grandes parques urbanos de ocio dispersos por todos los distr i tos de la ciudad. Un "oas is " es una t ipologa que combina el parque con una gran variedad de elementos y espacios y que ofrece la posibi l idad de disfrutarlo activa o pasivamente. Caracterstico de la mayor parte de estos espacios es la existencia de un gran elemento verde paisajstico, generalmente con zonas de grava y

    Izqu ierda: El Fossar de les M o r e r e s es una -p e q u e a plaza c o n un p a v i m e n t o de ladr i l lo ro jo , un h u e c o f r u t o del der r ibo de un b l o q u e de ed i f i c ios en e l d e n s o c a s c o h i s t r i co .

    Derecha: Los b a n c o s a lo largo del e x t e n s o p a v i m e n t o p t reo del Pare de J o a n M i r son par te in tegra l del p r o y e c t o de la plaza.

  • grandes superficies de piedra. El agua, en forma de pequeos estanques, fuentes o cascadas, sirve a menudo como un elemento de divisin entre las superficies de grava y el paisaje verde, como ocurre, por ejemplo, en el Pare del Clot, el Pare de Joan Mir, el Pare de la Pegasso, la Plaga de Sller y el Pare de l'Espanya Industrial. Otro t ipo de espacio es el paseo, donde los lugares para caminar o sen-tarse, descansar o jugar se disponen en el centro de un bulevar l leno de vida. Estos paseos son a menudo reinterpretaciones de la rambla, donde coexisten en el m ismo espacio el trfico blando y el duro. Ejemplos en este sentido, que incluyen una interpretacin directa de la rambla, son la Avinguda d'lcria, la Avinguda de Gaud y t ipos ms compactos como la Via Jul ia, el Passeig de Picasso y el parque del puerto, el Mol de Bosch i Alsina (este l t imo propone una yuxtaposic in poco ortodoxa de trfico lineal y elementos estticos). Adems de estos t ipos de rambla, donde se combina el trf ico rodado, el de peatones y las actividades de ocio, existe una serie de calles peatonales de diseo ms tradicional. El frente del puerto de Barcelona forma parte del cuadro general de los espacios pblicos y contiene un buen nmero de ejemplos de conexin de la ciudad con el agua. La maestra de las grandes superficies y de los detalles de los lmites ofrece numerosas y excelentes soluciones, como puede verse en el Passeig Joan de Borb (Mol de la Barceloneta).

    Espacios urbanos de Barcelona presentados en el catlogo de proyectos: Plaga deis Pasos Catalans: pg. 1 78 Plaga del Sol: pg. 182 Pare del Clot: pg. 186 Plaga del General Moragues: pg. 190

  • Lyon F r a n c i a

    U n a po l t ica p o t i c a , c o o r d i n a d a y soc ia l d e l e s p a c i o pb l ico En slo unos aos se han rehabilitado muchos de los espacios pblicos de la ciudad de Lyon, sobre la base de una poltica coherente formulada en 1989. Haba una voluntad poltica de reali-zar estos cambios globales con la conviccin, adems, de que deban llevarse a cabo en toda la ciudad y no slo en el casco an-tiguo, tanto desde el punto de vista arquitectnico como social. El objetivo era hacer una ciudad mejor para todos, o como se formul, "una ciudad para la gente". En menos de una dcada se llevaron a cabo varios cientos de proyectos de mejora urbana. Se rehabilitaron tanto mltiples zonas existentes entre los grandes bloques residenciales de los suburbios como las principales calles y plazas de la ciudad. La poltica del espacio pblico en Lyon se caracteriza por un nuevo sistema de trfico, con la consiguiente creacin de un gran nmero de aparcamientos subterrneos bajo muchas de las plazas rehabilitadas, as como el uso de un mobilia-rio y unos materiales predeterminados.

    100 200 300 400 500 metres I I 1 I I

    Arr iba : Plano de la c iudad ent re los ros Sane y Rdano. En la imagen aparece el e n t r a m a d o de calles y plazas peatonales cer radas al t r f ico a part i r de 1990. Las c i rcunferenc ias ind ican los n u m e r o s o s aparcamien tos sub te r rneos bajo las p lazas.

  • L a c i u d a d El gran Lyon, situado en la confluencia de los ros Rdano y Sane, es la tercera ciudad ms grande de Francia, con una poblacin de 1,3 mi l lones de habitantes. La ciudad ant igua, con sus calles tortuosas, se levanta so-bre las colinas de la ribera oeste del Sane que contiene, as imismo, las ruinas de la ciudad romana de Lugdunum, antao un importante centro comercial . Las calles comerciales de la ciudad y las inst i tuciones culturales se sitan en una pennsula sin apenas relieve entre ambos ros, en el centro de la ciudad construida en siglos xvn y xvm. Desde entonces, la ciudad ha crecido hacia el norte y el este, donde se ubican las grandes reas industriales, residencales y de vivienda social.

    U n a p o l t i c a d e l e s p a c i o p b l i c o Las labores basadas en la nueva poltica del espacio pblico comenzaron en la dcada de los ochenta del siglo xx, cuando el entonces alcalde de la ciudad, Henry Chabert, en cooperacin con el arquitecto Jean Pierre Charbonneau, fo rmul una nueva poltica para solucionar los numerosos problemas a los que la ciudad tena que enfrentarse. Los problemas consistan, en parte, en el fuerte incremento del trfico rodado en el centro durante las dcadas de los aos setenta y ochenta, que produca un notable deterioro del espacio pblico, y en una serie de graves proble-mas fsicos y sociales en las extensas reas de vivienda social de los suburbios de los aos sesenta y setenta. Adems de algunas plazas de hermoso diseo, resultado visible de esta poltica del espacio pbl ico, otro aspecto interesante de dicha poltica fueron las consideraciones sociales que se adoptaron durante el proceso. El Ayuntamiento quera reestablecer la confianza de los ciudadanos en las ordenanzas locales, por lo que se trat de equil ibrar el nmero de proyectos a realizar en el interior de la ciudad y en los suburbios. La poltica mostr indicios claros a sus habitan-tes de que todos eran iguales y de que no se iba a dar prioridad al centro de la ciudad a costa de las necesitadas reas residenciales de los suburbios.

    i

    El deseo de equi l ibr io se pona de relieve claramente cuando a un mismo arquitecto se le adjudicaba un proyecto en el interior de la ciudad y otro en los suburbios.

    U n p l a n v e r d e , u n p l a n a z u l y u n p l a n d e i l u m i n a c i n Para este planeamiento se l levaron a cabo grandes preparat ivos, analizndose y subrayndose las cualidades espacales de la c iudad, de los edif icios y de los diferentes t ipos de espacio en cada barrio y en cada entorno paisajstico. Estas caractersticas principales conformaron la base de diversos t ipos de planes con diferentes temas que abarcaban toda la ciudad. Lyon trabaj en un "p lan verde" que comprenda los espacios pbl icos, as como en un "p lan azu l " , que operaba en las relaciones de la ciudad con el agua, especialmente en las riberas de los ros Rdano y Sane que atraviesan la ciudad y definen sus reas centrales. Finalmente, la ciudad se volc en la elaboracin de un "p lan de i luminac in" que dispuso una serie de directrices para la i luminac in, tanto artstica como funcional , de calles, plazas, edif icios y elementos urbanos singulares, como los puentes y las riberas de los ros, as como determinados monumentos histricos. El t rabajo cont ina en lo que se refiere a la i lu-minacin de la calle principal de la c iudad, la Ru de la Rpublque, con una i luminacin de fachada que pone de relieve la importancia central del espacio pbl ico, al t iempo que ofrece a los peatones una luz suave y funcional reflejada por las fachadas. Este plan se est l levando a cabo poco a poco, a medida que los propietarios de los edif icios pagan para que se les instale la i luminac in; el consumo y su mantenimiento corre a cargo del Ayuntamiento .

    C o c h e s y p e a t o n e s Una cuestin importante de la poltica del espacio pblico fue el desplaza-miento de los coches fuera del centro de la ciudad. En este sentido, el

    Izquierda: La i l uminac in espec ia l de los puen tes y magn f i cas v i s tas a lo largo del ro.

    Cen t ro : En la Ru de la Rpub l ique , la idea cons is t a en poner de rel ieve el paisaje de la cal le c o n una i l um inac in genera l de las f a c h a d a s . El p lan se l leva a c a b o g radua l -m e n t e , a m e d i d a que los p rop ie ta r ios de los ed i f i c ios pagan la ins ta lac in de las fa ro las , d e s p u s de lo cual e l A y u n t a m i e n t o co r re c o n s u m a n t e n i m i e n t o .

    Izquierda: La pol t ica de i l um inac in Inc luye un t r a t a m i e n t o especia l de los m o n u m e n t o s . En la f o tog ra f a , el tea t ro de la pe ra .

  • Arr iba : Deba jo de los t r anqu i l os espac ios pb l i cos del exter ior se e n c u e n t r a n p r o f u n d o s a p a r c a m i e n t o s s u b t e -r rneos que c o n s t i t u y e n , a m e n u d o , una exper ienc ia en s m i s m o s . En las p r o f u n d i d a d e s de la Place des C les t ins , una f asc inan te rampa he l ico ida l se refleja en un g i gan t es -co espe jo g i ra to r io .

    Derecha: En la Place des C les t ins se p ropo rc iona una v is ta s o r p r e n d e n t e sob re e l a p a r c a m i e n t o sub te r rneo med ian te un pe r i scop io de t i ras b lancas y negras s i t uado en el c e n t r o de la plaza. El pe r i scop io y la rampa ref le jada del apa rcam ien to f o r m a n par te del p r o y e c t o del a r t i s ta Daniel Bu rn , Sens dessus-dessous.

    proceso de rehabilitacin incluy el establecimiento de numerosos aparca-mientos subterrneos de varias plantas, bajo las plazas recientemente rehabilitadas. La idea era el iminar el aparcamiento en superficie y enterrar-lo profundamente, de modo que la ciudad fuera de nuevo para los peatones, en lugar de para los coches. Los conceptos de proyecto para la poltica de aparcamiento en este "mun -do subterrneo" fueron tan ambiciosos como las normas de calidad para la superficie de la ciudad. Los accesos a los aparcamientos se situaron, como norma, en los edificios de las plazas, pensados para estar venti lados y ser espaciosos. En varios lugares se han utilizado efectos sorprendentes, como en la Place des Clestins. En este caso, se ha montado en la plaza un periscopio, obra del artista Daniel Burn, que, con sus caractersticas franjas blancas y negras, ofrece una visin casi surrealista de la hermosa rampa en caracol del aparcamiento subterrneo, cuya imagen devuelve el gigantesco espejo giratorio colocado en el fondo. De este modo, los aparcamientos se convierten en una experiencia en s mismos. Se intent, adems, que dichos aparcamientos subterrneos fueran atractivos, tratando de el iminar la sensacin de inseguridad con que se les asocia. Se proyectaron cuidadosamente los accesos y las salidas, a menudo con pro-tecciones de vidr io, con el f in de que no interrumpieran el paisaje de la calle. En total, la ciudad de Lyon ofrece 12.000 plazas de aparcamiento cu-bierto, una capacidad considerable que implica un intenso trfico rodado en las reas de alrededor del casco histrico. Por comparar, el centro de Copenhague, una ciudad del tamao de Lyon, cuenta slo con 3.100 plazas de aparcamiento y, en consecuencia, con una presin de trfico limitada en las reas contiguas al centro urbano.

    I n f l u e n c i a l o c a l , g e s t i n p o l t i c a y t c n i c a La puesta en prctica de esta poltica del espacio pbl ico fue gestionada por el Group de Pilotage Espaces Public, un comit polt ico encabezado por el concejal H. Chabert. El comit se ocupaba de todos los grupos relacionados, en cooperacin con los sindicatos y organismos pblicos ta-les como el sector social, el departamento vial y el de parques y jardines.

  • J e a n - M i c h e l W i l m o t t e d i s e e l mob i l i a r io u r b a n o de Lyon, que se encuen t ra d i s t r i bu ido por t o d o s los espac ios pb l i cos rehab i l i tados del cen t ro de la c i u d a d y de los s u b u r b i o s .

    A r r iba : La Ci t Ja rd ins de Ger land , en un rea res idencia l renovada fuera del c e n t r o de la c i u d a d (arr iba), y la Place de la Bourse , en el cen t ro de la c i u d a d (abajo).

    Derecha : La Ru de la Rpub l i que se ha c o n v e r t i d o en un eje pea tona l u r b a n o de gran d i g n i d a d , s u b r a y n d o s e su carc ter m e d i a n t e e legantes " c o r r e d o r e s " de g ran i to .

    El comit polt ico, que se reuna una o dos veces al mes, contaba con un comit nterdisciplinar de tcnicos, el Groupe Technique de Suivi , que le pasaba informes y con quienes se reunan una vez por semana para ase-gurar la coordinacin tcnica y la preparacin del proyecto. Los proyectos comenzaban de un modo nada tradic ional , invi tando a un escritor o a un poeta a que interpretara el espritu del lugar y describiera la v ida, el carcter o los rasgos especiales de aqul. Esta descripcin constitua una parte importante de todo el proyecto. Hasta que ste no tuviera una aceptacin pblica, se entregaba para su desarrol lo a un equipo de diseadores y tcnicos del sector pr ivado para su mejora. Los vecinos se impl icaban bastante en el proceso, especialmente a travs de reuniones ciudadanas y exposiciones. Para los proyectos de mayor compl icacin, como la rehabil i tacin de la calle comercial central, la Ru de la Rpubl ique, hubo que mantener ms de un centenar de reu-niones con las partes impl icadas: vecinos, propietarios de los edif icios, comerciantes, etc.

    U n c o n j u n t o p r e d e t e r m i n a d o d e m o b i l i a r i o y m a t e r i a l e s La poltica del espacio pbl ico inclua tambin una serie de materiales y un inventario predeterminados que se uti l izaban en toda la c iudad. Los mismos bancos y las mismas farolas de gran calidad se encuentran en una zona residencial de los suburbios o en el centro de la ciudad. Esto da unidad al conjunto, simpli f ica el manten imiento y materializa el obje-t ivo, de tratar con igual importancia las diferentes partes de la ciudad. En el diseo de los diversos espacios de la ciudad se v ieron involucrados muchos arquitectos, as como paisajistas y artistas, de modo que la estandarizacin de los materiales y el uso de cierto catlogo de objetos no diera como resultado soluciones homogneas. Parte de la poltica de gestin de la ciudad consista en tomar decisiones sobre la pavimentacin y el carcter de los materiales ptreos como, por e jemplo, una arenisca clara y clida o un buen granito claro, uti l izados para conectar las superficies en una serie de plazas del centro. Se utiliz tambin el hormign teido en combinacin con los

  • materiales ptreos. Se dispusieron repetidamente zonas de csped verde brillante con superficies de grava roja y ocre bordeadas por alguno de los materiales ptreos mencionados, otorgando una imagen especial a Lyon, permit iendo al mismo t iempo que cada plaza expresara su propio carcter. Los surt idores y las fuentes son asimismo caractersticos de diferentes plazas del centro urbano. Con sus numerosos surt idores de agua repart idos por casi toda su superficie, la Place des Terreaux, resultado de un concurso de arquitectu-ra, proporciona un efecto nico y mgico de imagen y sonido tanto de da como de noche. La gran superficie abierta de la plaza, con la gente caminando por entre los numerosos surt idores de agua, ofrece un aire completamente diferente al del nt imo espacio verde de la Place de la Bourse, no muy lejos de all. Esta lt ima aparece tan densamente planta-da y alberga tal nmero de macetas de boj que la ciudad casi desapare-ce detrs de su vegetacin. Diferentes son, as imismo, los elegantes "corredores" de granito de la Ru de la Rpublique, que ha pasado a ser de nuevo el acceso peatonal a la ciudad de gran d ignidad, que, una vez despejados los coches, parte la ciudad por la mitad. La calle es el elemento clave en el extenso plan de i luminacin, con un efecto especialmente poderoso por la noche, cuando se i luminan todas las fachadas de la calle. Con su llamativa fuente, la Place de la Rpublique constituye una invitacin tentadora para la gente, un lugar donde tomarse un respiro y disfrutar de los juegos de agua. Tambin est la Place Anton in Poncet, que, con su grava roja y sus superficies de csped, crea una conexin y una vista a lo largo del Rdano, atravesando el variado f lu jo del trf ico de la ribe-ra. Se proyectaron del m ismo modo rehabil i taciones de reas residen-cales perifricas con una variedad de espacios pblicos y lugares de reunin en lo que anter iormente eran espacios annimos y abandonados a su suerte entre los bloques de viviendas.

    Espacios pblicos de Lyon presentados en el catlogo de proyectos: Place des Terreaux: pg. 156 Place de la Bourse: pg. 162 Place Charles Hernu: pg. 166

    Ar r iba : La Place A n t o n i n Ponce t y su imp re -s i onan te f u e n t e c o n e c t a n la c i udad c o n e l ro, a t r a v e s a n d o la cal le que d iscur re a lo lar-go de la r ibera, c o n un t r f i co m u y d e n s o .

    Izquierda: Una f uen te d o m i n a la Place de la Rpubl ique. Las boqu i l las d i spues tas en los bo rdes lanzan cho r ros de agua hacia e l c e n -t ro del es tanque . El agua en cascada mi t iga c o m p l e t a m e n t e el ru ido de los coches que at rav iesan la plaza a paso m u y lento. Na tu ra lmente , los var iados chor ros de agua son una gran ten tac in para los n ios .

  • Es t rasbu rgo F r a n c i a

    L a r e n o v a c i n d e l e s p a c i o y d e l t r a n s p o r t e p b l i c o s p a r a u n a n u e v a c a p i t a l e u r o p e a Slo en la dcada de los noventa, Estrasburgo ha llevado a cabo extensos proyectos de rehabilitacin urbana. Se han mejorado notablemente las condiciones de vida en la ciudad; se ha fomenta-do el uso de bicicletas y el transporte pblico, reducindose el trfico rodado en el centro. Mediante la adopcin de una poltica lineal del espacio pblico, se introdujo una nueva y elegante lnea de tranva, que inspir la rehabilitacin de plazas y calles a lo largo de su recorrido. La construccin de esta lnea de 12,6 kilmetros abri el camino, literalmente, a la mejora del espacio pblico, tanto en el centro como en las afueras de la ciudad. Los cambios en el espacio pblico y el trfico han tenido un gran xito, y en noviem-bre de 2000 se inaugur una nueva lnea de tranva que dobl el kilometraje del existente.

    A 100 200 300 400 500 metres _ l I I I I

    Ar r iba : Plano de la c i u d a d y par te de los a l rededores . Se han m a r c a d o el recor r ido y las paradas de las nuevas l neas de t ranva que han se rv ido c o m o p u n t o de par t ida para la rehab i l i tac in de l espac io u r b a n o . La lnea c o n t i n u a ind ica el recor r i -do de la lnea A ( inaugurada en 1994) , que d iscur re ba jo la es tac i n de fer rocarr i l ( ind icada con lnea pun teada) . La lnea d is-con t i nua indica la lnea B ( inaugurada en n o v i e m b r e de 2000) . A d e m s , se des taca la s i t uac in de las p lazas rehab i l i tadas , la Place Klber (1), la Place de l ' H o m m e de Fer (2) y la Place de la Gare (3).

  • L a c i u d a d Como ciudad que alberga el Parlamento Europeo, el Tribunal de Derechos Humanos y una serie de insti tuciones internacionales, Estrasburgo se ha convert ido en una capital europea. Este nuevo estatus ha sido un impor-tante catalizador para la intensa renovacin urbana llevada a cabo a partir de 1990. Con 255.000 habitantes y una poblacin regional de 435.000, Estrasburgo no es una gran ciudad en relacin con los parmetros europeos. Sin embargo, debido a su localizacin a ori l las del Rin, y tambin por ser la principal ciudad de la provincia de Alsacia, cerca de la frontera alemana, ha desempeado durante siglos una importante posicin en la historia y la poltica europeas. sta fue as imismo una de las razones para que fuera elegida como sede de importantes inst i tuciones internacionales. Estrasburgo cuenta con una larga historia, pr imero como ciudad fronter i -za romana y, ms tarde, como centro comercial y cultural vital de una disputada regin fronteriza. El centro de la ciudad mantiene todava su encantador carcter medieval , con calles estrechas y tortuosas, monu-mentos histricos de gran valor y numerosas casas de entramado de madera en buen estado de conservacin. La ciudad antigua se encuentra situada entre el ro III y el amplo Foss de Faux, y abarca una superficie de 1 x 1,5 km. El centro histrico aparece rodeado por barrios de diferentes perodos que incluyen la estacin central, con su gran plaza, la Place de la Gare, a unos 500 metros al oeste del centro de la ciudad. Adems de los numerosos polt icos y burcratas que trabajan en las insti-tuciones oficiales, 50.000 estudiantes colaboran en proporcionar color cada da a la c iudad. El centro, donde existe una buena proporcin de viv iendas, fue declarado Patr imonio Mundia l por la UNESCO. La ciudad es, adems, un popular dest ino turst ico.

    U n a e s t r a t e g i a c o m b i n a d a d e e s p a c i o y t r a n s p o r t e pb l i cos La drstica reestructuracin del espacio pbl ico y del trf ico comenz hacia 1990. La situacin del trf ico se volva cada vez ms catica.

    Ar r iba : Place Klber. Los n u e v o s t ranv as d i scu r ren s i l enc i osamen te f to r e l cen t ro de la c i u d a d , a t ravs de reas pea tona les .

    Aba jo : La calle p r inc ipa l , la Ru de Franc-Bou rgeo i s an tes y d e s p u s de la i n t r o d u c -c in de la nueva lnea de t ranv a y de ser rehab i l i tada. V is tas hacia la Place Klber.

  • En aquella poca, 240.000 automvi les circulaban diar iamente por el cen-tro de la ciudad. En slo una dcada, el trfico haba aumentado en un 20 %. Las calles antiguas y estrechas no eran capaces de soportar tal vo lu-men de trfico, la contaminacin del aire estaba daando la catedral y otros edif icios sumamente val iosos y, resumiendo, el centro de la ciudad se haba convert ido en un lugar extremadamente desagradable debido al incremento del trf ico. Un censo de los hbitos de transporte realizado en 1989 revel que el 73 % corresponda a conductores de automvi les, un 11 % utilizaba el autobs, mientras que slo el 15 % restante utilizaba la bicicleta o iba caminando en sus desplazamientos por la c iudad. Aunque durante varios aos se haban l levado a cabo varios intentos, slo fue posible tomar medidas para una rehabil i tacin urbana a largo plazo en 1989, bajo el mandato de la alcaldesa Catherine Traumbert. Entonces se dio prior idad a la vida urbana, a los ciclistas y al t ransporte pbl ico, y, adems, se redujo drst icamente el trfico de coches en el centro. El plan se dise en tres etapas. La primera fase consisti en establecer una va de circunvalacin, que fue inaugurada en 1992. Al m ismo t iempo, la mayor parte del centro de la ciudad se cerr al trf ico, lo que consti-tua la segunda fase del plan. El tercer paso, el ms importante, fue la introduccin de un nuevo t ipo de transporte colectivo, una lnea de 12,6 ki lmetros de tranva con confortables y elegantes vagones. La pr imera lnea de tranva, la A, se inaugur en noviembre de 1994.

    U n a p o l t i c a l i n e a l d e e s p a c i o p b l i c o d o n d e los t r a n v a s a b r e n e l c a m i n o Con la introduccin de la nueva lnea de tranva norte-sur, se abri cami-no a una poltica global y lineal del espacio pbl ico. Los peatones y ciclis-tas v ieron muy mejoradas sus condiciones, debido a la rehabil i tacin de los espacios deter iorados de la ciudad y a la pr ior idad que se otorg a la nueva lnea de tranva para el transporte. Estos objet ivos se combinaron en una estrategia basada en la disposicin del tranva, que inspir una nueva manera de pensar las plazas, las calles y las vas que ste atravesa-ba en su camino por la ciudad. De este modo, tanto los esp