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^ i I i ^ ^ ' ^ Núm. 4/84 HD EL CULTIVO D E L A AL FAL FA E N ZO N AS H U M EDAS JOSE JESUS GARCIA GONZALEZ Ingeniero Agrónomo MINISTERIO DE AGRICULTURA, PESCA Y ALIMENTACION

Núm. 4/84 HD EN ZONAS HUMEDAS - mapama.gob.es · híbrido de sorgo y pasto del Sudán o bien con girasol forrajero últimamente. ... incorporar el abonado de fondo a base de fósforo

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Núm. 4/84 HD

EL CULTIVODE LA ALFALFA

EN ZONASHUMEDAS

JOSE JESUS GARCIA GONZALEZIngeniero Agrónomo

MINISTERIO DE AGRICULTURA, PESCA Y ALIMENTACION

EL CULTIVO DE LA ALFALFAEN ZONAS HUMEDAS

Tradicionalmente, en las zonas húmedas de España, se vienencultivando praderas mixtas dando lugar a una producción esta-cional de forraje con dos picos o puntas, una máxima a final dela primavera o principio del verano y otra menor al comienzodel otoño. Queda, entre ambas, una parada estival, más cortacuanto más cerca se esté de la costa cantábrica, que tiene que sercubierta bien con forrajes conservados o bien con cultivos dealternativa estival, tales como maíz y en menor cuantía conhíbrido de sorgo y pasto del Sudán o bien con girasol forrajeroúltimamente. Ello obliga a realizar labores anuales, lo cualsupone, además de un gasto, un trastorno para la explotación, yaque las épocas más adecuadas para hacerlas suelen coincidir conlas temporadas de lluvias primaverales y otoñales.

El incremento de los regadíos y la implantación de especiesmás resistentes a las temperaturas estivales son factores que hanvenido a paliar, en parte, estos problemas. Entre estas especiescabe destacar la alfalfa y la festuca.

Las mayores dificultades para la expansión del cultivo de laalfalfa en las zonas húmedas han sido, entre otras, las falta deinoculación con cepas de bacterias específicas para esta especie, lacarencia de conocimientos agronómicos para su implantación y,por último, el desconocimiento de los sistemas para ayudar a laalfalfa a combatir las especies espontáneas, mucho más agresivas,especialmente en el final del invierno y comienzo de laprimavera.

Fig. I.-Alfalfa bien implantada,limpia de malas hierbas.

Estas cuestiones son las que se pretenden aclarar en la pre-sente publicación.

TECNICAS DE IMPLANTACION

Los controles realizados en explotaciones de alfalfa en toda laregión gallega han proporcionado datos que demuestran que,cuando el cultivo cumple ciertas condiciones técnicas:

- Los rendimientos en secano son superiores a los de lasmejores praderas polífitas, expresados en kilogramos de materiaseca por hectárea.

- En regadío, los rendimientos son similares a los obtenidosen otras zonas donde este cultivo es tradicional.

- Su persistencia es asimismo similar a la que tiene enotras zonas.

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ELECCION DEL TERRENO

Las parcelas destinadas al cultivo de la alfalfa deben:- Contar con suelos profundos.- Ser sanas, es decir, que no se encharquen en invierno, ya

que la asfixia radicular es uno de los mayores problemas de estaespecie forrajera por carecer de un sistema radicular fasciculadoimportante.

- Provenir de terrenos de cultivo. Este punto tiene granimportancia en zonas en donde se estén roturando terrenos demonte, bajo o alto, para dedicarlos a cultivos forrajeros.

Exceptuando casos extremos y zonas muy sombrías, la alfalfase puede sembrar en cualquier zona de Galicia y de la cornisacantábrica.

PREPARACION DEL SUELO

Cumpliendo las parcelas las condiciones descritas, la prepara-ción del suelo se reduce a una serie de labores que den lugar auna cama de cultivo adecuada para la siembra. Esta se efectuarápreferentemente hacia el final de la primavera, por lo que habráque evitar la nascencia y posterior desarrollo de malas hierbas.

Si el terreno va a estar en barbecho durante el invierno, espreferible alzarlo con arado en el otoño anterior, previo un pasede fresadora si proviene de pradera.

La cal, de la que se hablará al describir el abonado de fondo,se incorpora, en el caso de terrenos ácidos, como es lo normal enlas zonas húmedas, a la vez que se realizan estas labores.

A finales de febrero o primeros de marzo es convenienteincorporar el abonado de fondo a base de fósforo y potasa,dejando el terreno desmenuzado por medio de pases de grada dediscos, y a ser posible, ligeramente apelmazado. Se debe utilizarincluso un rulo si se dispone de él.

Las malas hierbas que nazcan antes de la siembra deberán serdestruidas por nuevos pases de grada. Si se quiere utilizar unherbicida de presiembra, por ejemplo EPTC, es necesario incor-porarlo con un pase de fresadora tras su distribución homogéneasobre el terreno.

Si la parcela ha soportado un cultivo forrajero de invierno,una vez aprovechado éste se alza el terreno incorporando el abo-nado de fondo, incluida la cal, dejándolo en esta situación de 10a 15 días, si el tiempo lo permite, pasando a continuación a pre-pararlo definitivamente para la siembra como en el caso anterior.

ABONADO DE FONDO

En general, los terrenos de las zonas húmedas españolas sonácidos o muy ácidos, muy pobres en cal, salvo raras excepciones,pobres o muy pobres en fósforo, medianamente ricos o ricos enpotasa, pobres en magnesio y con porcentajes de materia orgánicade altos a medianos. Es decir, normalmente tienen condicionesopuestas a los de las zonas tradicionales del cultivo de la alfalfa.

Teniendo en cuenta estas características y las necesidades dela alfalfa en nutrientes, pueden hacerse las siguientes recomenda-ciones en cuanto al abonado de fondo:

- Enterrar, a la vez que se da la primera labor de prepara-ción del terreno, de 3.000 a 3.500 kilos por hectárea de calizasmolidas o su equivalente en otro material que aporte cal. Es con-veniente que de estas calizas un 30 ó un 40 por 100 estén enforma dolomítica por el aporte de magnesio que ello significa. Nose deben sobrepasar estas cantidades. Es preferible hacer aportesperiódicos posteriormente. Si el pH supera el 6,5, no es preciso elaporte de cal.

- En una labor posterior se deben incorporar de 180 a200 U.F. de Pz05 (unos 1.000 a 1.100 kilos de superfosfato 0escorias, preferiblemente) y de 120 a 140 U.F. de potasa (de 240a 280 kilos de cloruro o sulfato potásico), ya que aunque losterrenos sean relativamente ricos en este elemento no se va aproducir ningún retorno del mismo al suelo por estercolados odeyecciones procedentes del pastoreo, además de que no todo elpotasio existente en el suelo es directamente asimilable.

- No se deben incorporar ni estiércol ni abonos nitrogena-dos. La última aportación de estos abonos deberá hacerse en elcultivo anterior. Estos aportes afectarían al funcionamiento de losnódulos de Rhizobium y al incremento de las malas hierbas.

Fig. 2.-Se debe retrasar elcorte de limpieza lo más

posible.

SIEMBRA

Una vez abonado y preparado el terreno como se indicóanteriormente, si las circunstancias lo aconsejan, se procederá alempleo de un herbicida de presiembra. Los datos sobre los mis-mos pueden verse en el cuadro 1. Es recomendable este trata-miento en siembras tempranas, ya que la nascencia de malashierbas será mayor. En zonas con problemas de juncia el EPTCha dado excelentes resultados incorporándolo con un pase de fre-sadora. Este herbicida, junto con el efecto sombreador de laalfalfa durante el verano y los riegos periódicos son suficientespara eliminar la juncia de los terrenos de cultivo.

La semilla que se vaya a sembrar deberá ser objeto de inocu-lación con cepas de Rhizobium específicas para alfalfa. La técnicade inoculación es sencilla. Se ha de proceder de la siguienteforma: preparar agua azucarada (150 a 200 gramos de azúcar porlitro de agua) y humedecer con ella la semilla hasta que quedebien mojada; incorporar el inóculo y remover bien hasta quequede totalmente repartido; la cantidad necesaria es de 100 gra-mos de éste por cada 10 kilos de semillas; por último, añadir almontón calizas molidas o dolomitas hasta que, mezclándolo todobien, queden las semillas sueltas unas de otras. Todo este proceso

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hay que hacerlo a la sombra y dejando al final la semilla recu-bierta extendida, también a la sombra, hasta que se seque, siendosuficiente un par de horas para conseguirlo.

Una vez inoculada y seca hay que sembrar antes de 24 horas,a ser posible al atardecer. No se deberá enterrar la semilla, siendosuficiente, y necesario para una buena implantación, el empleo deun rulo bastante pesado.

Como ya se dijo, las siembras, con dosis de 30 kilos de semi-lla por hectárea, deberán hacerse preferentemente en primavera,ya que las de otoño corren el riesgo de verse afectadas por lasheladas tempranas. De tener que hacerlas en esta segunda época,es preferible adelantarlas todo lo posible y utilizar un cultivo pro-tector a baja densidad de siembra.

PRIMEROS CUIDADOS

Una vez nacida la alfalfa pueden presentarse problemas deinvasión de malas hierbas. El sistema de control más aconsejablees dar un corte de limpieza lo más tarde posible, pero sin permi-tir que la alfalfa resulte asfixiada, dado su desarrollo más lento enesta etapa. El corte deberá ser alto, es decir, a 6 ú 8 cm delsuelo y, si las condiciones lo permiten, cuando la alfalfa alcanceel estado de botón floral.

También puede recurrirse a utilizar un herbicida de postemer-

Fig. 3.-Hay diferencia de desarrollo entre las variedades tlamencas (altas) y las naciona-les (bajas).

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A partir de este momento los cortes sucesivos deberán darsecuando se alcance el estado de botones florales-principio defloración.

LABORES ANUALES

Cortes

Independientemente de su destino, el primer corte de cadaaño deberá realizarse en el estado anteriormente citado y, al igualque los sucesivos, a 4 ó 5 cm del suelo. Como consecuencia, eluso de la guadaña deberá limitarse al máximo, ya que corta losrebrotes por muy pequeños que sean.

Los cortes sucesivos deberán realizarse cuando aparezcan losmencionados rebrotes, estado que normalmente coincide con laaparición de los botones florales. El intervalo viene a ser de unostreinta días entre cortes.

Fig. 4.-El grosor de los talloses considerable en las varieda-

des Flamencas.

Fig. 5. F.fecto del herbicida en control de juncia.

Abonado de mantenimiento

A pesar de la gran variabilidad de las condiciones de cultivo,tipos de suelos, climatología, etc., pueden indicarse como necesi-dades medias de abonado de mantenimiento de 120 a 140 U.F.de Pz05 por hectárea y una cantidad igual o ligeramente superiorde potasa. Estas necesidades pueden aumentar en parcelas deregadío en las que se alcanzan producciones elevadas y que, porlo tanto, provocan una mayor extracción de nutrientes. Asi-mismo, en terrenos más pobres en potasa que los gallegos estenutriente debería alcanzar las 200 ó 240 U.F. por hectárea parauna producción media de 10 tm de materia seca igualmente porhectárea.

La restitución del calcio extraído y al mismo tiempo lacorrección parcial del pH puede conseguirse con aportes de1.000 kg/ha de calizas cada dos años, siendo conveniente queuna parte de ellas vayan en forma dolomítica.

Los abonos mencionados pueden repartirse en cualquier épocadel año, siendo preferible hacerlo en invierno en terrenos llanos ydespués de la temporada de lluvias en zonas de fuerte pendientepara evitar los arrastres superficiales.

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Los abonos nitrogenados, no suelen ser necesarios, yaque los nódulos de Rhizobium sintetizan el nitrógeno preciso.No obstante, en zonas de primaveras frías puede resultar intere-sante añadir un máximo de 40 U.F. de nitrógeno por hectáreapara movilizar y activar ese mecanismo de síntesis. En los demáscasos, su aporte lo que hace es potenciar el desarrollo de las malashierbas, gramíneas especialmente, y frenar la actividad de las bacterias.

Control de las malas hierbas

Es uno de los aspectos fundamentales para alcanzar unabuena persistencia del alfalfar. Consecuentemente, el cultivo de laalfalfa asociada a una gramínea es difícil en zonas de primaverasy otoños húmedos.

Durante los últimos años, en Galicia, se viene utilizandoParacuat, a finales del invierno, aprovechando dos o tres días debuen tiempo, al menos sin lluvias. El hacerlo en esta época y noal principio del invierno lo justifica el hecho de que para enton-ces, ya han germinado muchas semillas de especies espontáneas,principalmente las más agresivas.

Se han realizado tratamientos de ultra bajo volumen (ULV), abase de 10 1/ha de caldo preparado, con excelentes resultados ycon dosis de 0,8 kg de materia activa (4 a 5 1/ha de productocomercial del 20 por 100). Se puede reducir la dosis en funciónde la infestación existente.

A1 utilizar cualquier otro herbicida de los recogidos en elcuadro 1, es preciso seguir las instrucciones del fabricante. No serecoge en este cuadro el caso particular de las labazas (Rumex)que pueden controlarse con Asulam a dosis de 1,2 kg de materiaactiva por hectárea. La cantidad de producto a utilizar es baja, alser aconsejable tratar sólo los rodales infestados.

APROVECHAMIENTOS

Exceptuando un pastoreo ocasional del rebrote otoñal, el restode los aprovechamientos lo serán en forma de siega, tanto si espara verde como para henificar o para ensilar.

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Gráfico I. Variación del nivel de reservas de la raíz en función del desarrollo de laparte aérca.

Cuando la alfalfa se aprovecha en verde es preciso compagi-nar las necesidades fisiológicas de esta planta con la siega de lamisma (ver gráfico 1).

Ello es fácil de realizar, ya que dada la rapidez de su rebrotese puede calcular la superficie a cultivar de forma que al terminarel aprovechamiento de una parcela por un extremo puede comen-zarse por el opuesto.

El henificado es posible, dada su alta producción estival,cuando haya una cierta garantía de buen tiempo que permita surealización. Se obtiene, en general, un heno de calidad, cosa queno suele ocurrir utilizando la mayor parte de las praderas existen-tes. Hay que destacar aquí el grosor del tallo de las variedades

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flamencas, superior al de las nacionales, lo que retrasa su henifi-cación, aunque su rendimiento sea superior en un 15 ó un 20por 100. Asimismo, hay que hacer constar la dificultad que pre-sentan las acondicionadoras que, aunque aplastan el tallo facili-tando su secado, provocan pérdidas importantes de hojas al que-dar adheridas éstas a los rodillos humedecidos. A pesar de estasúltimas indicaciones, y dadas las condiciones climáticas, es una delas pocas posibilidades que tienen los ganaderos de conseguir unheno de calidad.

La alfalfa destinada a ser ensilada ofrece el inconveniente denecesitar imprescindiblemente un conservante adecuado o realizarun silo al vacío, además de seguir extrictamente las reglas de unbuen ensilado incluyendo un picado lo más fino posible. Aunquequeda abierta esta posibilidad, existen otros forrajes que se ensilancon menos problemas; entre ellos las praderas, el girasol y, sobretodo, el maíz, que se complementa muy bien con la alfalfa equi-librando la ración.

Los rendimientos medios, en secano, si se exceptúan determi-nadas zonas de Orense y Pontevedra, pueden fijarse en 40.000 a45.000 kg de materia verde por hectárea y año, si bien en añosexcepcionales se pueden alcanzar hasta 75.000 kg, siendo estaúltima una cifra normal en regadío. El porcentaje medio de mate-ria seca, en el estado de botones florales, está entre el 19 y el 21por 100 en las zonas húmedas.

VARIEDADES

Aunque tanto las condiciones climáticas como los suelosvarían mucho de unas partes a otras, se puede afirmar que, engeneral, las variedades flamencas se adaptan mejor a las zonashúmedas, proporcionando mayores rendimientos anuales, mayorresistencia a determinadas enfermedades y una mejor toleranciarespecto al pH bajo.

En el cuadro 2 se recogen los rendimientos, en kg de materiaseca por hectárea, de 10 variedades, no existiendo diferencias sig-nificativas entre las variedades flamencas y sí entre ellas y lasnacionales, en los cuatro primeros años.

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En el cuadro 3 se recogen las características de una serie devariedades de las denominadas flamencas, no haciendo men-ción de las nacionales por existir otras publicaciones sobre lasmismas en esta misma serie de Hojas Divulgadoras, además deno presentar gran interés para su explotación en zonas húmedas.

No se recogen referencias respecto a la precocidad, ya que esmuy similar en todas ellas, presentando el estado de botonesflorales-principio de floración entre la última decena de mayo yla primera de junio, según las localidades y según el año,pudiendo producirse adelantos de incluso un mes sobre estasfechas en años de primaveras excepcionalmente cálidas.

La variedad Polder no es propiamente flamenca. Tiene unazona de cultivo muy específica, en la actualidad, preferentementeen comarcas con problemas de encharcamiento.

Fig. 6.-Tratamiento con Para-cuat a ultra bajo volumen (ULV)en parcelas dc ensavo (foto Rei-

gosa ).

Fig. 7. Aspecto de una parcela tratada con Paracuat a los ocho días ( foto Reigosa).

PLAGAS Y ENFERMEDADES

Hasta la fecha no se han observado ataques de insectos enGalicia, exceptuando los de rosquilla (Prodenia litura) en la costade Lugo. Se da la circunstancia de haberse observado praderascontiguas a alfalfares atacadas de típula y no manifestarse el ata-que en la alfalfa, lo yue puede ser debido a tener un ciclo vegeta-tivo distinto o bien a que al mantener el suelo desnudo de malashierbas no encuentra el cobijo que le ofrecen las praderaspolífitas.

Es de esperar que, de extenderse el cultivo, las primeras pla-gas que aparezcan sean: cuca (Co/aspidema atrum) en zonas cáli-das y difícilmente en el norte; gusano verde (Phytonomus variabi-lis) en las mismas condiciones; apion (Apion s.p.) y pulgón(Aphis s.p.) algo entrado el verano.

Para todos ellos pueden utilizarse productos a base de Carba-ril, Lindano, Clorpirifos, Fenitrotión, Malatión, Triclorfón, etc.,siguiendo las instrucciones del fabricante y utilizando unos u otrossegún la época de ataque y el margen de seguridad que se deseeentre tratamiento y aprovechamiento.

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No se han observado ataques de nemátodos de los tallos(Ditylenchus dipsac^), siendo la única variedad resistente conocidala Vertus.

Respecto a las enfermedades, aún no se han presentado ata-ques graves de raíz, aunque sí han existido casos de asfixia conlos consiguientes hongos saprofíticos posteriores. Tampoco de Ver-ticillium, Sclerotinia y Colletotrichum (antracnosis), lo que no signi-fica que no aparezcan en el futuro. En previsión de que ocurra,hay que pensar en utilizar variedades resistentes a Verticillium,que desgraciadamente aún no se comercializan en España (Prima,Vertus, Verneuil, Lutece, Sverre, Maris kabul y Sabilt).

En conjunto, las variedades flamencas son resistentes a loshongos que atacan a las hojas: Pseudopeziza, Uromyces, etc., noocurriendo lo mismo con las nacionales que llegan a quedartotalmente defoliadas en otoño.

La cuscuta no es problema si se utilizan variedades seleccio-nadas y certificadas. Los mismos tratamientos contra las malashierbas a base de Paracuat resultan bastante efectivos en sucontrol.

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