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Revista Escrituras Universitarias Grupo de Estudios Universitarios Viola Soto Guzmán
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N°001 año 2018 ISSN: 2452-4778
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GRUPO DE ESTUDIOS UNIVERSITARIOS
VIOLA SOTO GUZMÁN
ESCRITURAS UNIVERSITARIAS
N°1, AÑO 2018
Revista Escrituras Universitarias Grupo de Estudios Universitarios Viola Soto Guzmán
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Registro de Propiedad Intelectual N°
ISSN 2452-4778
Rev. Escr. univ.
Dirección
Av. José Pedro Alessandri 774, Ñuñoa, Santiago, Chile
Teléfonos: 56223229000
E-mail: [email protected]
Impreso en: Departamento Impresiones UMCE
Revista Escrituras Universitarias Grupo de Estudios Universitarios Viola Soto Guzmán
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Revista Escrituras Universitarias
Grupo de Estudios Universitarios Viola Soto Guzmán
Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación
La Revista Escrituras Universitarias es una publicación semestral, editada por el Grupo de
Estudios Viola Soto Guzmán, de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la
Educación. En ella se abordan diversas temática de interés universitario, debates
académicos y, en especial, todos aquellos trabajos provenientes de disciplinas asociadas a
las humanidades y la educación.
Mediante escritos originales de divulgación, se propiciará el debate con miras a colaborar
en la construcción de conocimiento y la opinión informada en torno a temas científicos,
artes, humanidades, reflexión teórica y metodológica, experiencias prácticas o discusión de
políticas vinculadas a educación.
Todos los trabajos recibidos son revisados por el Comité Editorial de la Revista para su
posible aceptación y publicación.
COMITÉ EDITORIAL
Mg. Vidal Basoalto Campos
Mg. Mauricio Contreras San Juan
Dr. Mario Fabregat Peredo
Dr. Cristhian Uribe Valladares
DISEÑO
Mg. José Mauricio Contreras San Juan
CONSEJO EDITORIAL
Dr. Gabriel Salazar Vergara
Dr. Rolando Pinto Contreras
Dra. Patricia Castañeda Pezo
Mg. Guillermo Castro Palacios
Mg. Pablo Corvalán Reyes
Dr. Froilán Cubillos Alfaro
Dr. Mario Fabregat Peredo
Dr. Cristhian Uribe Valladares
En respeto a los principios de Libertad, Participación y Democracia, esta publicación acoge las
propuestas que se enmarcan en la línea editorial, sin embargo, los escritos y sus contenidos son de
exclusiva responsabilidad de quien las emite.
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INDICE
EDITORIAL Pág. 07 ¿POR QUÉ HABLAR AHORA DE PEDAGOGÍA CRÍTICA? Prof. Dr. Rolando Pinto Contreras [email protected] Pág. 09
LA JUSTICIA Y SU RELACIÓN CON EL DERECHO ¿Es el derecho expresión de la justicia? Pág. 16 Prof. Dr©. Vidal Basoalto Campos [email protected] I
DESARROLLO PROFESIONAL DOCENTE: UNA CASUÍSTICA DE IRMA SALAS Prof. Macarena Bucarey Rojas [email protected] Pág. 28
INCENDIO EN LA UMCE
Prof. Dr. Mario Fabregat Peredo [email protected] ORCID iD: http:/orcid.org/0000-0002-2369-2869 Pág. 40
FORMACION CIUDADANA, EL GRAN DESAFÍO PARA LA COMUNIDAD EDUCATIVA EN CHILE Dr © Jorge Bozo Marambio [email protected] Pág. 51 LA MÚSICA EN LOS RITOS ESCOLARES: UN ESPACIO PARA LA FORMACIÓN DE AUDIENCIA Prof. Dr. Cristhian Uribe Valladares [email protected] Pág. 63 HOMENAJE A VIOLA SOTO Pág. 72 DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS DEL GRUPO DE ESTUDIOS Pág. 76 VIOLA SOTO GUZMÁN CONVOCATORIA PROXIMA EDICIÓN [email protected] Pág. 78
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EDITORIAL
Nace una Revista, nace una Esperanza
Con alegría y entusiasmo damos la bienvenida a esta Revista que es el fruto de
innumerables conversaciones, reflexiones y discusiones realizadas en el seno del Grupo de
Estudios Universitarios Viola Soto Guzmán. Nos constituimos como tal a partir del año
2017, levantando una candidatura para ocupar el más alto cargo institucional. Tanto en
aquel entonces como ahora, nos convocaron ideas que se basan en entender no sólo a la
educación desde una perspectiva crítica, sino todo aquello con lo que ésta se vincula, y muy
en especial el rol que cumple para con nuestra sociedad.
Por de pronto, nos interesa poder decir y manifestarnos sobre problemas que
observamos en nuestro quehacer diario en la Universidad, pero que, sabemos, están
presentes en el sistema de Educación Superior chileno y en toda nuestra sociedad. Los
malestares son múltiples. Si partimos de adentro hacia afuera – o desde la UMCE hacia la
sociedad —tendríamos que comenzar reconociendo un quiebre en el ánimo colectivo, un
cierto cansancio que ha alimentado manifestaciones de desesperanza. La crisis financiera
que se ha transparentado recientemente, y que se venía planteando desde antes del largo
paro estudiantil vivido este año, nos lleva a la conclusión de que estamos ante un claro
problema de conducción y gobernanza interna. Pero esa crisis se mueve por debajo de otra
que es más evidente, que es más cotidiana y que se vive en la superficie, expresada como
un malestar trasuntado, entre otras cosas, en la evidente pérdida de influencia de
académicos y académicas en las decisiones al interior de la UMCE.
Es innegable la tensión existente, por un lado, entre la lógica burocrática
institucional, que mercantiliza el sentido de una universidad estatal y, por otro, la
emergencia de un espíritu colectivo, basado en la ética de la cooperación entre los distintos
estamentos de la comunidad.
Entendemos que la Universidad es un espacio que propicia la colaboración y el
encuentro entre sus integrantes con el objetivo de servir a los y las jóvenes, pero, también, a
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cualquiera que dentro de la sociedad nos demande su ayuda. En mérito de ello, no nos
queda más que resistirnos a la cooptación que ejerce el mercado y el modelo institucional-
estatal que defiende sus intereses.
Reconocemos la necesidad de recuperar la soberanía que nos pertenece, dentro y
fuera de la Universidad. Y los principios declarados por el Grupo de Estudios
Universitarios Viola Soto, son el motor que nos guía para levantar propuestas y convocar a
la comunidad a encontrar el mejor camino que nos permita salir de la crisis en la que
vivimos. En eso estamos.
Nuestro deseo es ofrecer, en esta Revista, un espacio para debatir en torno a las
ideas y reflexiones que suscita la compleja realidad de la educación en Chile. No hay nada
más social, ni más político que la educación.
Aquí vamos.
Santiago, 22 de noviembre de 2018.
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¿POR QUÉ HABLAR AHORA DE PEDAGOGÍA CRÍTICA?
Rolando Pinto Contreras1
Doctor en Educación
Resumen: El actual modelo educativo, construido sobre las bases del desarrollo
económico, impone escalas de valoración y sistemas de validación de corte universalista,
sin considerar ni el contexto sociocultural de origen del educando, tampoco sus intereses,
habilidades o aptitudes específicas. Sin embargo, y haciéndose cargo de los cambios
experimentados, en orden a respetar y acoger las diferencias sociales y culturales que
perviven en el país, los fundamentos de la pedagogía crítica cobran cada vez más fuerza,
siendo necesario precisar sus puntos de referencia.
Palabras claves: Sistema de Educación - Pedagogía Crítica - Acción Educativa
Abstract: The current Educational Model, constructed on the basis of economic
development, imposes scales of appraisal and systems of validation which are universalist
in nature. It does not considers either the sociocultural context of the origin of the students
or their specific interests, abilities or aptitudes. Nevertheless, the changes produced must be
taken into account in order to respect and embrace the social and cultural differences that
exist in the country. Thus the foundations of Critical Pedagogy become more relevant each
day, and it is necessary to delimit its points of reference.
Key words: Education System - Critical Pedagogy - Educational Action
1El autor: Profesor de Estado en Filosofía. Asesor Curricular de Comunidades Mapuche Lafquenche,
Llaguepulli (Lago Budi) y con otras Comunidades Mapuches de la Región de la Araucanía. Asesor del
Programa de Maestría en “Educación de Jóvenes y de Adultos y procesos formativos”, en la Universidad de
Playa Ancha (Valparaíso). Consultor nacional e internacional sobre “Modelos Curriculares Innovadores”, en
base a su propuesta de “Currículum Crítico Emergente”. Trabajó con Paulo Freire en Chile (1968-1972); en
Europa (1974-1978); Brasil (1980-1984) y en Centro América (1985-1990). Ha publicado ocho libros sobre el
tema del Currículum y la Pedagogía Crítica y más de un centenar de artículos sobre la misma temática, en
revistas de Corriente Principal en América Latina. E-mail de contacto: [email protected]
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CARACTERÍSTICAS ACTUALES DE LA EDUCACIÓN PÚBLICA CHILENA
Es un buen momento en la actual situación de deterioro y desorientación que
muestra la Educación Pública en Chile, volver a insistir en algunos principios y
características operacionales que asume dominantemente esta Educación Nacional.
La Educación Pública en Chile viene mostrando desde hace ya varias décadas (al
menos desde el momento que se inician los gobiernos de transición de la democracia, en el
año 1990) que es un barco a la deriva, sin rumbo claro. No sabemos para qué sociedad
nacional queremos caminar y menos que persona queremos formar, en cualquier nivel del
sistema educativo.
Se nos impone un modelo de desarrollo cultural sustentado en los valores
mercantilistas y para consolidarlo, se afirma en el paradigma instruccional/conductista, que
genera competencias para el éxito individual en el Mercado Social en que se ha convertido
la educación.
Este paradigma entrega a los docentes la responsabilidad de “socializar a los
educandos”, de manera hegemónica y homogénea, con el más triste papel de reproduciendo
los objetivos y contenidos mínimos sacralizados en los Planes y Programas de Estudios
Oficiales, que se definen desde el Ministerio de Educación.
Para este paradigma no interesa ni el contexto sociocultural de origen del educando,
tampoco sus capacidades, habilidades y aptitudes específicas. Lo que interesa es asegurar
que de manera homogénea, todos los/las niños/as y jóvenes del país adquieran las
competencias comunes estandarizadas, que les permita integrarse diferenciadamente al
mercado laboral capitalista dominante. Y para controlar esa sobredeterminación mercantil
diferenciada, el sistema educativo introduce la evaluación de logros cognitivos de
aprendizajes esperados, según la pertenencia a un tipo de establecimiento educacional en el
que estudió y egresó el educando concreto.
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Así las Pruebas Estandarizadas Nacionales que estigmatizan el rumbo del éxito
individual (tales como el SIMCE y la PSU), es el cedazo que selecciona a los/las
educandos/as para su integración o inclusión al Mercado Social Laboral instalado en la
sociedad nacional.
Y estas pruebas estandarizadas, sólo confirman los logros diferenciados de los
egresados de cualquier nivel del sistema educativo nacional, en aquellas materias o
asignaturas curriculares que se estiman como necesarias para la integración diferenciada
también de los/las educandos/as, al mercado laboral previamente fragmentado.
Algunas realidades sociales, que se reproducen en la operacionalización nacional de
este paradigma técnico instrumental capitalista y que no aseguran de manera equitativa
similares oportunidades de vida mejor para todos los egresados del sistema nacional de
educación, entre muchos otros indicadores, son:
• La mayoría de los estudiantes que están en la Modalidad de Educación
Municipalizada son las que reproducen los peores resultados de las pruebas SIMCE
y los que terminan su educación media, son discriminados por la PSU en su ingreso
a la Educación Superior;
• Esos malos resultados hacen que muchos/as de esos/as estudiantes abandonen
tempranamente su escolaridad y en la calle, son presas fáciles de cualquier anomalía
social (drogas, delincuencia, prostitución temprana, violencia familiar, etc.), pero
además son niños/as y jóvenes vulnerables que se retroalimentan del maltrato y
abandono sociocultural, en situación límite de omisión social.
• Todos sabemos también que aquellos/as pocos/as estudiantes que persisten
sacrificadamente en terminar su escolaridad, sus mejores posibilidades de futuro
está, con suerte, seguir en la Educación Técnica Profesional Superior, pero ello a un
costo familiar increíble.
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• Los/las poquísimos/as que ingresan y se gradúan en la Universidad, tienen que
recurrir a los Créditos Bancarios con “Aval del Estado” (en el mejor de los casos),
para poder pagar los altos aranceles universitarios, lo que los encalilla por muchos
años de su vida individual y familiar, una vez que egresan de los estudios
superiores.
• En fin, una vez egresados/as de las carreras profesionales que estudiaron, sus
posibilidades laborales de inicio quedan reducidas a oportunidades subalternas del
aparato público, ya que en el mercado laboral privado nuevamente son
discriminados según su Universidad de Egreso o por el prestigio social del Colegio
en que realizaron sus estudios medios.
En estas mismas décadas se ha intentado introducir políticas de equidad y calidad
educativa que, hasta el día de hoy, no muestran un mayor impacto correctivo. Se han
impulsado acciones reformistas pero que no alteran lo más mínimo el funcionamiento
mercantil y socializador de la educación, que sigue favoreciendo a los mismos sectores
sociales dominantes del país.
¿Qué hacer frente a esta realidad discriminante, opresiva y estigmatizante de la
Educación Pública Nacional?
2.- EL PARADIGMA PEDAGÓGICO CRÍTICO TRANSFORMADOR PARA LA
EDUCACIÓN PÚBLICA NACIONAL
Desde los tiempos de la Dictadura que muchos educadores nacionales, a veces
coordinados en el Movimiento Pedagógico Crítico o con las Organizaciones Sindicales de
Profesores o Académicos que formamos Profesores, estamos insistiendo en la denuncia de
la perversidad del Modelo Mercantilista y Reproductor del sistema social capitalista que
apoya la Educación Nacional. Es larga la historia de esta lucha magisterial y estudiantil por
terminar con este modelo socioeducativo nacional.
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Al mismo tiempo, hemos propuesto un Paradigma Pedagógico alternativo al
dominante oficial y que hemos llamado “Pedagogía Crítica”.
¿En qué consiste este Paradigma Crítico de la Educación?
1) Es una acción educativa que busca formar personas críticas, innovadoras y
transformadoras de cualquier relación de opresión en los diversos ámbitos
familiares y sociales en que se desenvuelven.
2) Se entiende y se realiza como un acto educativo que desarrolla relaciones
comunicativas liberadoras, dónde docentes y estudiantes, en el nivel y modalidad
que territorialmente corresponda, construyen interactivamente el conocimiento que
ambos necesitan para su desarrollo humano y social integral.
De esta manera el docente enseña al aprender de sus estudiantes los procesos de
asimilación y aplicación del conocimiento enseñado; y los estudiantes aprenden en
la medida que lo enseñado se transforma en una apertura a la curiosidad y a la
reflexión interactiva y problematizadora de lo aprendido. Se trata entonces de un
encantamiento por aprender complementariamente con el otro.
3) Es un acto liberador de cualquier relación de opresión o de discriminación social e
institucional; y además una energía de potenciación creativa y transformadora de
cada sujeto en sí mismo, al mismo tiempo que transforma la realidad que los sitúa
en la acción formativa.
De esta manera cada sujeto que participa del acto formativo, educador/educando y
educando/educador, se comprometen en la acción de liberarse y de transformar las
relaciones intersubjetivas en el aula y en la vida social más amplia.
4) Es también un proceso de construcción de la “conciencia histórica/crítica” de los
sujetos en formación, al mismo tiempo que profundiza sobre los saberes
multidisciplinarios necesarios, debidamente contextualizados en la situación
histórica actual de los educandos.
Se trata no sólo de conocer la dimensión histórica crítica del sujeto en formación,
sino que también de la propia historicidad del conocimiento multidisciplinario
aprendido.
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5) Es una acción formativa que integra y articula dimensiones cognitivas, valóricas y
afectivas que hace aprender saberes y prácticas de vida necesarias para la
convivencia armónica y respetuosa con la naturaleza y en la vida social familiar y
comunitaria.
En la integración de los saberes instalados en los Currículos de la acción formativa,
se recuperan los saberes previos que tienen los/las educandos/as ante cualquier
contenido enseñable, se contextualizan y se critican los saberes disciplinarios
enseñables, se construyen aprendizajes sobre los saberes necesarios para el
desarrollo integral de los sujetos en formación, en fin, se responde a la curiosidad
emergente de esos/as educandos/as que aparecen al reflexionar críticamente lo
enseñado.
6) Es una práctica pedagógica que desarrolla la autonomía del progreso formativo en
los sujetos implicados en la formación: en los educandos, al transformar su
curiosidad ingenua o hipotética en curiosidad epistemológica o científica; en los
docentes que transforman su capacidad didáctica en proyectos de investigación
acción con sus eventuales educandos.
7) En fin, es un compromiso de los diversos sujetos en formación de generar relaciones
humanistas, solidarias y de justicia integral en todos los ámbitos territoriales en que
viven o se interrelacionan habitualmente.
En este sentido es que podemos hablar de un nuevo paradigma educativo liberador y
transformador cuando desarrollamos Pedagogía Crítica.
Para finalizar esta breve presentación de la Pedagogía Crítica, recordemos a Paulo
Freire cuando en su libro “Pedagogía de la Esperanza. Repensando la Pedagogía del
Oprimido”, nos decía: La educación es un acto político en esencia. Los docentes tenemos
la obligación de saber a favor de qué y de quién educamos, contra qué y quienes debemos
seguir educando. (Freire, 1993, página 1).
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Bibliografía
FREIRE, P. Y SHOR, I. (2014). Miedo y Osadía. En lo cotidiano del educador. Editora
Siglo Veintiuno, Buenos Aires (Argentina).
FREIRE, P. (1993). Pedagogía de la Esperanza. Un reencuentro con la pedagogía del
oprimido. Siglo XXI Editores, México D.F.
OSORIO VARGAS, J. Editor (2018). Freire entre nos. A 50 años de la Pedagogía del
Oprimido. Varios autores. Nueva Mirada Ediciones, La Serena (Chile).
PINTO CONTRERAS, R. (2014). Pedagogía Crítica para una educación pública y
transformadora. Derrama Magisterial Ediciones, Lima (Perú). Con la colaboración del
profesor Jorge Osorio Vargas.
PINTO CONTRERAS, R. (2018).EDUCACIÒN ENTRE ADULTOS. Un protagonismo
formativo del joven y el adulto latinoamericano situado. Universidad de Playa Ancha, Sello
Editorial PUNTANGELES, Valparaíso (Chile).
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LA JUSTICIA Y SU RELACIÓN CON EL DERECHO:
¿Es el derecho expresión de la justicia?
Vidal Basoalto Campos1
Doctor © en Cultura y Educación latinoamericana
¿Se encuentra aquí la justicia?
No, aquí vive el derecho,
Algunas veces viene la justicia2.
Maquiavelo.
Resumen: En el presente trabajo trataremos el concepto de justicia y su relación con el
derecho. Abordaremos la justicia desde el bien común e individual; desde las relaciones de
poder; desde los códigos lingüísticos; desde el metrón o justa medida; desde la utilidad;
desde la necesidad y desde los dispositivos de dominación, concluiremos con un intento de
interpretación de la realidad de nuestra universidad.
Palabras claves: Justicia - Derecho - Bien - Poder - Dominación
Abstract: In this paper I will deal with the concept of justice and its relationship with that
of law. Justice is approached from the common and individual good; from power relations;
from linguistic codes; from due measure; from utility; from necessity and from domination
devices, I conclude with an attempt to interpret the reality of our university.
Keywords: Justice - Law - Good - Power - Domination
1El autor: Vidal Antonio Basoalto Campos, es Licenciado en educación Matemática y Computación de la
Universidad de Santiago de Chile, magíster en Educación, mención Currículum y Evaluación por la misma
universidad. Doctor© en Cultura y Educación latinoamericana. Se desempeña en el Departamento de
Formación Pedagógica de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación. Email:
[email protected] 2 Nicolas Maquiavelo en El Príncipe; dirigiéndose al palacio de justicia, donde se encuentran los magistrados
y los jueces.
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La Universidad tiene por esencia una responsabilidad social, con mayor razón
cuando ésta es una universidad pedagógica, como lo es la UMCE. Ello nos obliga a revisar
la forma como está establecido el orden interno, porque no se puede contribuir a establecer
un orden socialmente justo, desde la injusticia, en consecuencia, el orden interno ha de ser
justo. Cada uno de nosotros tiene el deber y el derecho de ocuparse de este tema. La
defensa de nuestra universidad es una tarea continua y de todos, que se da en cada
momento, por todos los rincones y desde todos los flancos. Este pequeño ensayo quiere ser
un aporte argumentativo para reconocernos y superarnos.
Abordaré el tema de la justicia desde diferentes conceptualizaciones clásicas y
modernas con el fin de establecer su correspondencia con el derecho, dado que me parece
trascendente la relación entre estos conceptos. La tesis que planteo es que sólo si la norma
jurídica tiene su génesis en la participación directa de cada ciudadano, ésta se acerca a lo
justo, enfatizando la condición de “se acerca” porque entenderemos lo justo como un
concepto en disputa que tiene diferentes acepciones dependiendo de quién la formule.
Para Aristóteles lo justo es aquello que se obra según el bien de toda la comunidad
“cuantos [regímenes] atienden sólo al interés personal de los gobernantes, son defectuosos
y todos ellos desviaciones de los regímenes rectos, pues son despóticos y la ciudad es una
comunidad de hombres3 libres” (Pol. III, 6, 1279a 18-21). Este bien, tiene una temporalidad
y una medida, codificada como derecho, que, a su vez, es la voluntad de los seres humanos
elevada a una categoría superior que es la ley. Como tal, entonces, posee movilidad de
acuerdo con las condiciones que lo generan. Luego, toda norma jurídica se acerca a lo justo
en la medida que cumpla una doble condición: que sea la ciudadanía quien directamente la
decida y que ésta sea posible de modificar de acuerdo como varíen las condiciones que la
generan. Esto se denomina “norma legítima”4. Cuando una ley ha sido condicionada por la
fuerza, por el terror o la distorsión de lo establecido en la participación directa de la
3 Utilizamos el concepto “hombres” para ser fiel a los escritos originales, sin embargo, esta conceptualización
se encuentra seriamente cuestionada en los tiempos actuales, por la connotación de género que este tiene. El
mismo criterio he utilizado para las citas textuales posteriores. 4 Toda norma para ser jurídica ha de ser legítima. Esta premisa no se cumple inversamente, es decir, no por
ser jurídica la norma ha de ser legítima.
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ciudadanía, estaremos vivenciando lo injusto y la ley pasa a operar -más allá de las buenas
intenciones- como dispositivo de coerción y de castigo, obteniendo su valor de otra norma
perteneciente al mismo orden5. Esto se lo denomina “norma válida” (de Silva 2002).
La justicia como principio aristotélico, como declaración propia del ser humano o
de un grupo de personas nos abre la discusión sobre el bien. Para Aristóteles el bien
supremo de lo humano es la felicidad, la máxima virtud. Por lo tanto, podríamos decir que
lo justo en Aristóteles sería toda acción que garantice la felicidad de todos los seres
humanos pertenecientes a la polis.
Platón en cambio, concibe el bien como único, como actividad propia de lo humano.
En este sentido hay muchos tipos de bien, relacionado cada uno de ellos a una virtud
distinta. Platón explica la idea de bien por analogía con el sol, diciendo que lo mismo que el
sol hace visible los objetos al iluminarlos con su luz, la idea de bien hace comprensible la
realidad al iluminarlas con la verdad y las ideas. Tal como el sol nos da la vida, nos permite
ver el orden correcto y la relación entre las cosas; de igual manera -dirá Platón-, si hay
orden, si hay belleza, si hay simetría, la hay gracias a la idea de bien. El bien es la causa por
la que existe belleza y armonía. Es la causa de la existencia de toda la realidad, incluidos
nosotros mismos. Finalmente nos dirá Platón que sólo aquel que conozca la idea de bien,
será considerado realmente sabio y esta persona será capaz de aplicar esta sabiduría a los
planos éticos y políticos, será ser justo en su vida personal y también en lo social, lo
político. Como no define el bien, sino que lo explica metafóricamente, lo sitúa en un plano
hipotético y, por lo tanto, como objeto de conocimiento, pues nos dice que la idea de bien
es la causa del conocimiento al mismo tiempo que la verdad de las demás ideas (Rep. 508b-
d). Focaliza el bien en el ejercicio perfecto de cada actividad propia de lo humano. De este
modo, la justicia queda sometida a la idea de bien. Luego, se alcanza la felicidad por
diversos caminos, por lo tanto, es posible deducir que la justicia tampoco es única, es decir,
hay tantas justicias como virtudes.
5 El sistema jurídico en su conjunto obtiene su validez de una norma origen, primera y principal: la
Constitución.
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Dejemos planteada la pregunta, para que el lector la medite mientras avanzamos con
el ensayo: ¿qué características debe tener una institución para que cumpla con la
responsabilidad social a que está llamada?
Los estoicos6 que asumen que el bien representa la virtud más alta, consideran que
ésta se consigue viviendo en armonía con la naturaleza, lo que significa tomarla como
modelo, pues la conciben como un todo ordenado y racional. Luego, para alcanzar la virtud
han de evitarse las pasiones como el dolor, temor, placer, deseo sensual mediante el
autocontrol y la templanza. Es decir, la justicia en este caso debe responder a los principios
morales del derecho natural.
Por el contrario, los hedonistas, (corriente filosófica formada por Arispo de Cirene,
siglos IV y III a. C.), consideran que el bien es la satisfacción del placer sensual; del mismo
modo los epicureístas consideran que la felicidad consiste en la búsqueda del placer. Dado
que el objeto de estudio está en las relaciones entre los sujetos, considera lo justo como
aquello que da cuenta de las relaciones recíprocas. Por ello considera que “La justicia no es
una cosa que existe en sí misma, sino un convenio en las relaciones reciprocas, concluido
en cualquier lugar y en cualquier tiempo, para no hacer daño ni recibirlo” (Epicuro, Máx.
XXXIII).
Entramos en una relación que hasta el momento ha sido un problema insoluble en
toda sociedad humana: la relación entre bien individual y bien común. Las sociedades
capitalistas de todo tipo han postulado que mediante se alcance el bien individual se
favorece el bien común; las sociedades de tipo socialistas han tenido una opinión contraria,
al postular que no bien se alcance el bien común, como consecuencia se obtiene el bien
individual.
6 Corriente filosófica fundada por Zenón de Citio (aprox. 333-262 a. C.).
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En ambos casos (sociedades de principios capitalistas y sociedades de principios
socialistas) parecen encontrarse en un elemento fundamental: las relaciones de poder como
lo señala Trasímaco en el diálogo que tiene con Sócrates en la República. Sostengo -dice
Trasímaco- “que lo justo no es otra cosa que lo que conviene al más fuerte” (Pabón 1949
p.23). Trasímaco pone la primera piedra del positivismo jurídico, considerando que lo justo
es lo que está legislado, lo que la ley dispone, se pone así por sobre el derecho natural y de
los valores superiores (el bien). La jurisprudencia la concibe como la intención de quienes
detentan el poder de mantener las condiciones de sometimiento de la población, a la vez
que beneficiarse de ellos para sus propios intereses. Por lo tanto, el concepto de justicia
queda relativizado. Lo que se considera justo depende de los intereses de quienes detenten
el poder7.
Por lo tanto, lo justo para Trasímaco no existe, lo que existe es la expresión de la
injusticia, dado que se encuentra condicionada por las relaciones de poder, por la fuerza.
Este mismo argumento lo encontraremos más adelante en Carlos Marx cuando señala que
“…las ideas dominantes en cualquier época no han sido nunca más que las ideas de la clase
dominante” (Marx, 1848).
La relación norma-poder encuentra su origen en el mito griego de la Diosa Themis8
y sus hijas las dikés9, a quienes pare por la boca. Luego, las sentencias o la expresión de la
justicia, se materializa en la retórica, en el hablar, pero ocurre que en nuestras sociedades
las voces no tienen igual valor. Sin embargo, haciendo caso omiso de aquello, se justifica
tal característica diciendo que todo tiene una medida, un metrón, entonces, lo justo es
buscar la justa medida, argumento que será tensionado por Heráclito en la siguiente
reflexión: “si aceptamos el supuesto de que la medida es la objetividad del mundo y por lo
tanto lo justo, entonces, será lo mismo la subida que la bajada y dado que esto no es así, la
medida no dependerá de las cosas, sino, de quién ejecute aquellas cosas”(Aguilera 2013).
7 Trasímaco naturaliza la relación entre derecho y fuerza. No la cuestiona ni la avala, simplemente plantea que
el derecho es la fuerza institucionalizada. 8 La Diosa Themis representa en el mito griego la justicia y es hija de la diosa Gea y Urano 9 Sentencias.
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Un argumento en este sentido lo va a poner Protágoras al decir que “el hombre es la
medida de todas las cosas”10, que es la génesis de la justicia retributiva y la justicia
distributiva. Cuando alguien hace un mal “desordena” el orden establecido. ¿Qué es lo
justo cuando el “orden” está quebrado?, lo justo será, volver al orden establecido, pero
como es imposible volver al orden que había antes, entonces, la justicia se reduce a volver
lo más cerca posible al orden precedente. Para ello se debe hacer justicia sobre aquella
persona a quien se le haya hecho el mal; de esta manera, cabe preguntarse ¿qué será lo justo
para esta persona?, que se le retribuya moral y económicamente en la misma medida por el
daño causado, para volver al orden existente antes de haberse cometido el mal. Luego, ¿qué
será lo justo para quien cometió el daño?, lo justo será recibir un castigo por ese daño. De
ahí viene el concepto de justicia penal retributiva.
En el discernimiento sobre la justicia distributiva, para saber lo que tenemos que
hacer tenemos que encontrar una medida, pero esa medida no la encontramos en las cosas,
sino en el ser humano, entonces, ¿qué es lo justo respecto de alguna cosa?, pues lo que cada
cual considere que es la medida de su necesidad. Así la justicia distributiva queda
relacionada con la necesidad. Un ejemplo muy recurrente es el hecho de que, si tenemos
tres panes y tres niños y nos preguntamos ¿qué es lo justo en su distribución? Podríamos
decir: darle un pan a cada niño. Eso no es lo justo, porque lo justo sería preguntar primero
en qué condiciones alimentarias está cada niño, siendo quizás lo justo privar de un pan a
algún niño si es que éste se encuentra bien alimentado o ha comido recientemente para
dárselo a quién más necesita. Sobre este aspecto Marx dirá: “a cada cual, según su trabajo,
a cada cual según sus necesidades”11(Marx 1867), y remarca esta condición de necesidad
diciendo que “nada hay más injusto que el trato igual a los desiguales”12. (Marx, 1867.)
10 “El hombre es la medida de todas las cosas, de las que son en cuanto son y de las que no son en cuanto no
son”. La frase figuraba, según refiere Sexto Empírico, en la obra perdida de Protágoras Los discursos
demoledores, y ha llegado hasta nosotros a través de la transcripción de varios autores antiguos. Aparte de
Diógenes Laercio, es citada por Platón, Aristóteles, Sexto Empírico y Hermias. 11 Marx sentencia esta frase al hablar de la relación mercancía y dinero en su obra El Capital. 12 Marx se refiere a las condiciones que se producen en la circulación de las mercancías, en su obra El
Capital.
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Si volvemos a Aristóteles diremos que lo justo es encontrar la justa medida entre los
extremos que representan un vicio, el uno por exceso y el otro por defecto, y ese justo
medio se encuentra con la prudencia, es decir, se es prudente por medio de la sabiduría.
En este punto tomamos el argumento de Séneca13: lo justo es decir la verdad, es
hablar con sabiduría, es encontrar la medida de las cosas. Luego, el gobernante para
encontrar la justicia debe conjugar tres conceptos: la isegoría14, todos deben tener voces de
igual valor; segundo, la isonomía15, la justa repartición; tercero, la epimeleia16, arte de vivir
y de ocuparse de uno mismo.
¿Qué es lo justo para para Marco Aurelio17? Lo justo será lo útil. Este principio lo
retoma Santo Tomás, refiriéndose a la justicia social dirá: “la destinación natural de las
cosas no es la propiedad, sino el uso, pero, para que no exista conflicto entre los hombres
las cosas deben tener dueño” (Santo Tomás 1274)18. En Santo Tomas la justicia tiene un
doble carácter: desde la economía y desde la crematística o la posesión sobre el dinero o los
bienes. Dirá Santo Tomás: “cuando las cosas que se tienen son las necesarias para vivir
bien hay economía, cuando acumulamos cosas más allá de nuestras necesidades, entonces
estamos en la crematística y eso será lo más injusto socialmente hablando”19. Marx
sentenciará esto de forma más radical diciendo que no existe otra forma para convertirse en
un ser rico o de mayor fortuna económica por sobre los demás que apropiándose del trabajo
productivo de los otros, lo que llamó plusvalía y la segunda forma es por la vía del robo
sistemático al amparo de las leyes20.
13 Séneca es el más importante representante de la filosofía estoica, siendo sus preocupaciones
fundamentalmente éticas. 14 Isegoría: todos en una sociedad deben tener igualdad de derechos para comunicarse, para hablar, para decir
lo que están pensando y lo que están sintiendo, aquello que les está aconteciendo. 15 Isonomía: igualdad de derechos en participación civil y política 16 Epimeleia: Reivindica la posesión de ti mismo, el conocerte a ti mismo. Carta de séneca a Lucilio. 17 Marco Aurelio es considerado como el último de los 5 buenos emperadores. En la actualidad se le conoce
como un emperador noble, benevolente y sabio. De hecho, ha sido descrito como el rey-filósofo ideal que
Platón propuso en sus escritos. 18 En la Summa Theologiae, Santo Tomás le dedica a la justicia desde la II-II, q.57 hasta la 61. 19 Santo Tomás, acepta la acumulación si luego ese capital sería para fines virtuosos como la caridad. 20 La referencia a la cultura popular de que “siempre han existido ricos y pobres, luego siempre existirán”, no
es cierta. Lo excepcional es que esta relación de desigualdad económica exista. Lo que ocurre es que en
sociedades injustas como la nuestra, esta excepcional relación se naturaliza.
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Para Kant la justicia se consigue cuando se tiene el reconocimiento del otro, pues
actúa bajo dos supuestos: el imperativo categórico y el imperativo hipotético. Respecto del
imperativo categórico dice: “obra de tal manera que tus actos sean una norma moral para
los demás, sin que medie ninguna condición para ello que el obrar mismo” (Kelsen, 1994):
esto quiere decir que tenemos un compromiso justo con nosotros mismos. Luego, la
construcción de la justicia se hace individualmente. ¿Por qué tenemos que obrar bien?
Porque lo justo en una sociedad es que todos obremos sin necesidad del derecho, por la
razón somos capaces de distinguir entre el bien y el mal; por la razón nunca elegiremos el
mal antes que el bien, estamos impulsados por la razón a obrar según el bien y por la misma
razón estamos prohibidos a actuar según el mal. Respecto del imperativo hipotético: “obra
de tal modo que la construcción del obrar sea la condición social” (Kelsen, 1994). Significa
que hay una condición para el obrar bien, porque no podemos vivir en una sociedad tan
violenta e injusta como la nuestra empeñándonos en vivir bien a costa del sufrimiento de
los otros. Kant trata aquí de resolver el problema de la relación entre el bien individual y el
bien común.
Nietzsche retomará el postulado de Séneca diciendo que “la justicia es la
herramienta con la cual nos han sometido”21. Nietzsche piensa que la justicia es un pretexto
para dominar, de tal modo que el derecho será la herramienta privilegiada para enmascarar
el poder. Michel Foucault dirá que “el problema de la justicia es un mero problema
lingüístico, retórico”.22
¿Qué es justo para Foucault?, lo que queremos que sea justo. Desde esta lógica
argumentativa si nos preguntamos: ¿quién tiene la verdad para decir lo que es justo? La
respuesta es: quien tiene el poder. De tal forma que, si es injusta una medida tomada por la
autoridad es porque esta misma así lo ha reconocido y como no puede gobernar una
21 Nietzsche expone sus ideas acerca del origen del concepto de justicia en el segundo Tratado de la
Genealogía de la Moral ("Culpa" y "Mala Conciencia"), donde afirma que la sociedad se presenta como
nuestra benefactora, como un gran poder bienhechor que le da derecho a exigir deberes a sus miembros. La
sociedad nos hace ver como los individuos endeudados con ella. Y esa deuda es preciso pagarla. 22 Foucault, desarrolla esta idea en una de las cinco conferencias dictadas en la Universidad Católica de Río
de Janeiro en el año 1973.
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persona injusta, entonces debe firmar su dimisión. No existe experiencia donde esta
situación se dé, si se ha dado en alguna oportunidad ha sido acallada por las voces que
tienen mayor valor de representatividad, por quienes detentan el poder.
Conclusiones
A lo largo de todo el ensayo hemos desarrollado diferentes argumentos para
establecer la relación entre derecho y justicia, abordándolo desde muy diferentes relaciones
como por ejemplo las relaciones justicia-bien. Esta relación ha sido revisada desde los
postulados platónicos, aristotélicos, estoicos y hedonistas estableciendo la tensión entre
bien individual y bien común. Al revisar la relación justicia-derecho desde las relaciones de
poder, encontramos argumentos que van desde la existencia de justicia a partir de la
negación; de su no existencia, como el caso de Trasímaco, pasando por Marx quien la
definirá desde la voluntad coercitiva que ejerce la clase dominante, hasta la justicia
materializada desde las sentencias como código lingüístico como lo señala Foucault,
orientado seguramente por Heráclito cuando éste tensiona el mito griego de la diosa
Themis. Otra correspondencia es la que se da en la relación justicia-metrón o justa medida
de todas las cosas que sólo es posible de alcanzar mediante el uso de la prudencia. Marco
Aurelio establece la relación justicia-utilidad, que retoma posteriormente Santo Tomás en
su relación justicia-necesidad. Immanuel Kant aventura en sus principios metafísicos del
derecho, una posible solución a la dicotomía bien individual y bien público. Finalmente,
sentencia Nietzsche, -retomando a Séneca- la justicia como dispositivo de dominación.
Destaco en esta oportunidad el desenlace en estos tipos de correspondencias entre
justicia y derecho, en relación con el bien y en lo referente a lo valido y lo legítimo.
Asumido este desenlace argumentativo y tratando de dar respuesta a la pregunta
dejada al lector. La actual gestión de nuestra universidad actúa desde lo válido, basado en
las relaciones de poder como lo develara Nietzsche. Nuestra autoridad, asume la idea de
justicia como coartada para dominar, olvidando con ello el básico principio de justa medida
y actuando por omisión, tal como queda demostrado en las numerosas declaraciones y
emplazamientos de diversas organizaciones gremiales, académicas y estudiantiles,
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solicitando que nuestra autoridad máxima se pronuncie y asuma el liderazgo, ninguna de
ellas tiene respuesta a la fecha.
Nuestra autoridad universitaria ha negado sistemáticamente el quiebre del orden
establecido, aunque hayamos estado casi cuatro meses sin ejercicio de la docencia, con ello
hace coherente su inacción, puesto que si no hay quiebre del orden, no hay nada que
reparar, ergo, no existen hechos sobre los cuales hacer justicia, máxime cuando se han
borrado las evidencias del caso maquillando el campus antes de permitir el reinicio de las
labores académicas. En tal caso, es obvio que no exista retribución económica ni moral para
quienes fueron víctimas del daño y tampoco castigo para quien o quienes los cometieron.
Por lo tanto, no existe en los códigos de la actual gestión de nuestra universidad la justicia
retributiva. Como tampoco se actúa según las necesidades de la comunidad universitaria
tampoco existe justicia distributiva, en consecuencia, estamos en presencia de un orden
injusto.
Nuestras autoridades actúan desde la injusticia denunciada por Trasímaco, en otras
palabras, no existe justicia, principio ineludible de toda acción social y particularmente del
que hacer universitario. Y si el orden interno no es justo, es imposible cumplir con el
compromiso social al que éticamente está llamado. La Universidad, deja de ser Universidad
y se convierte en un College, o lo que ya han denunciado muchos, en un sistema
universitario escolarizado.
La condición básica del actuar con justicia dice relación con el bien de toda la
comunidad, las medidas tomadas hasta ahora por nuestra universidad no son convincentes
en esta materia. Más aún, se instala la sospecha del actuar según el bien de determinado
grupo, que le otorga una base social para mantener administrativamente el poder, este
grupo, goza de privilegios a cambio de actuar obsecuentemente. La justa medida que para
los autores clásicos se da en la prudencia y ésta en la sabiduría, que para los pensadores
modernos se da en el uso de la razón, quedan ausentes, y lo que se ve, es una “sinrazón de
la razón” como diría Weber, medidas burocráticas y tecnócratas, emanadas de agobiantes
jornadas de comisiones, que actuando metafísicamente dan respuestas racionales a
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realidades complejas y sensibles, respuestas que por supuesto nada resuelven porque la
autoridad no es capaz de leer la real dimensión de las demandas, ni las racionalidades que
las orientan.
Denunciado el hecho, rescato el principio kantiano de actuar justamente,
conjugando en todo momento los imperativos categóricos e hipotéticos, es decir,
estableciendo una relación dialéctica entre el bien individual y el bien común y asumiendo
el argumento de Séneca en razón a actuar con voces de igual valor estableciendo una
relación de iguales y distintos simultáneamente, iguales en derechos y distintos en
subjetividades de cada miembro de la comunidad, o dicho de otra manera, relaciones
democráticas garantizando el cuidado de nosotros mismos, de la propia subjetividad.
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DESARROLLO PROFESIONAL DOCENTE: UNA CASUÍSTICA DE
IRMA SALAS
Macarena Bucarey Rojas1
Licenciada en Historia, Geografía y Educación Cívica
Resumen: Durante los últimos años, se percibe una crisis educacional en Chile. Cuando
eso sucede, se presta atención a los/las docentes (Monarca y Manso, 2015), porque influyen
en los aprendizajes de sus estudiantes (Ingersoll, 2011). En ese contexto, se plantea el
Sistema de Desarrollo Profesional Docente (DPD). Sin embargo, este es una
estandarización de nuestra profesión, desconociendo que el DPD es un proceso auténtico,
que responde al contexto y perfil docente (Escudero et al., 2017). Es por eso, que se escoge
a Irma Salas para demostrar que existen distintas maneras de desplegar nuestra profesión.
Ella reconoce que la educación latinoamericana no responde a las necesidades, intereses ni
aptitudes del alumnado, por lo que propone una metodología activa de la enseñanza, en
conjunto con la supervisión, orientación e investigación. Es por eso, que se puede afirmar
que el DPD de Irma Salas es de carácter reflexivo.
Palabras claves: Desarrollo Profesional Docente - Irma Salas
Abstract: During the last years, a Chilean educational crisis is perceived. When this
happens, attention is paid to the teachers (Monarca and Manso, 2015), because they
influence the students' learning (Ingersoll, 2011). In this context, the Teacher Professional
Development System is considered. However, this is a standardization of our profession,
ignoring that the DPD is an authentic process, which responds to the context and teaching
profile (Escudero et al., 2017). That is why Irma Salas is chosen to demonstrate that there
are different ways to deploy our profession. She recognizes that Latin American education
does not respond to the needs, interests or abilities of students, so it proposes an active
methodology of teaching, in conjunction with supervision, guidance and research. That is
why, it can be said that the Professional Development Teacher is Irma Salas is reflective.
Key words: Teacher Professional Development System - Irma Salas
1 Macarena Bucarey, es profesora de Historia, Geografía y Educación Cívica, su trabajo forma parte de su
tesis para obtener el grado académico de Licenciada en Educación. E-Mail: [email protected]
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Introducción
Durante los últimos años, existe la percepción de que Chile vive una crisis
educacional. Cuando eso sucede, se presta especial atención a los/las docentes (Monarca y
Manso, 2015), ya que su práctica impacta directamente en los aprendizajes de sus
estudiantes (Ingersoll, 2011). En ese contexto, se ejecuta la Beca Vocación de Profesor,
pero al ser insuficiente, se plantea el Sistema de Desarrollo Profesional Docente. Sin
embargo, este es una estandarización de nuestra profesión, centrándose solo en los/as
profesores/as que trabajan en colegios. Según Escudero (et al., 2017), el DPD es un proceso
auténtico, que responde al contexto y perfil docente. Por lo señalado anteriormente, se
escoge a Irma Salas para demostrar que existen distintas maneras de desplegar nuestra
profesión. Además, ella reconoce que la educación no responde a las necesidades, intereses
ni aptitudes del alumnado (Salas, 1959, 1965, 1973), por lo que propone implementar una
metodología activa de la enseñanza, la supervisión, orientación e investigación, entre otros
aspectos.
Trayectoria Profesional
Irma Salas se titula como Profesora en Inglés en 1924 del Instituto Pedagógico.
Entre 1926 y 1930, estudia en la Universidad de Columbia su Master of Arts y Ph.D (CPU,
1983; Salas, 2008). Al regresar a Chile, participa en diversos proyectos educativos de nivel
secundario y/o universitario.
En la educación secundaria, fue Directora del Liceo Experimental Manuel de Salas
entre 1933-19432. Luego, ejerce como Presidenta de la Comisión de Renovación Gradual
de la Educación Secundaria entre 1945 y 1948, cuyo objetivo era transformar el Liceo para
2 Formó a los/las docentes bajo el paradigma de la Escuela Nueva. Por ello, hay salas de clase según
asignatura, la relación profesor-alumno es de camaradas, los trabajos se realizan de modo individual y grupal;
logró la correlación entre algunas asignaturas, existe el servicio médico y el departamento de Bienestar
Estudiantil, entre otros (Monografía Liceo Experimental “Manuel de Salas”, 1934). Además, hay
organizaciones cívicas y de significación social (Arenas, 1953).
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adaptarse a la nueva realidad educacional (Plan de Renovación Gradual de la Educación
Secundaria, 1945)3.
Sobre la educación universitaria, fue catedrática regular del Instituto Pedagógico
entre 1938 y 1967, dictando cátedras como Didáctica General, Orientación Educacional y
Vocacional, Problemas de la Educación Secundaria, Supervisión Escolar, Organización y
Administración Escolar, Educación Comparada, Estadística y Métodos de Investigación
(Caiceo, 1992; Salas, 2008). También, incentivó que las tesis de pre-grado fueran trabajos
de investigación (Aranda, 1983; Salas, 2008). En ese contexto, forma a otros/as
educadores/as destacados/as, como, por ejemplo, Viola Soto (Soto, 2015), Premio Nacional
de Ciencias de la Educación en el año 1991.
Irma Salas fue Directora General de los Colegios Universitarios Regionales de la
Universidad de Chile4 entre 1960-1962, y Directora del Departamento Coordinador de
Colegios Universitarios entre 1963-1966 (CPU, 1983; Caiceo, 1992; Salas, 2008)5. A nivel
internacional, investigó la situación social y educacional de las mujeres en México y
Pakistán por petición de la UNESCO durante 1953 (Lorenzo, 1989; Caiceo, 1992; Salas,
2008)6. Luego, asume como Experto en Educación en la oficina central de la UNESCO en
París, durante tres años7.
3 Para ello, el Liceo de Niñas N°6 y el Liceo N°2 de Hombres fueron experimentales, junto con la enseñanza
media de la Escuela Consolidada San Carlos. Paralelamente, se funda el Liceo Gabriela Mistral y Liceo Juan
Antonio Ríos para que tuvieran el mismo carácter. Dichos establecimientos estaban a cargo del Ministerio de
Educación, especialmente, de la Comisión, quienes establecieron un plan de estudios diferenciado. A la vez,
realizaron jornadas de perfeccionamiento docente, a cargo de Roberto Munizaga, Jorge Millas, Oscar Vera,
Egidio Orellana, Irma Salas, entre otros, porque se esperaba que los/ profesores/as trabajaran según los
lineamientos de la Comisión (Salas, 2008). 4 Su objetivo consistía en impartir carreras de corta duración para así expandir la educación superior en
distintas regiones del país y después, incorporar carreras universitarias, bajo la supervisión de las Facultades
correspondientes (Aranda, 1983; Salas, 2008). 5 Inicia en Temuco durante 1960 y continúa en La Serena (1961), Antofagasta (1963), Talca, Osorno, Iquique
y Arica en 1965, y Chillán (1966) (Salas, 2008). 6 A partir de aquello, redacta Study of Education of Women in Pakistán y Study of Women in México 7 Se encarga de la asistencia técnica que brinda UNESCO a América Latina; dirige proyectos como La
Educación de la Mujer en el Mundo y sus progresos; Problemas Escolares en el Mundo: y Estudios
Comparados. Además, asistió a tres reuniones de la Comisión de la Condición Social y Jurídica de la Mujer
en representación del Director General de la UNESCO (Lorenzo, 1989).
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Metodología activa de la enseñanza
En cuanto a la metodología de la enseñanza, Irma Salas (1947) plantea que la
materia, el alumno y el método son solo tres aspectos de un todo único. El todo es una
experiencia o actividad. La materia, que puede tomar la forma de párrafos impresos,
exposición oral del profesor, cuadros, objetos o aparatos, etc., es la situación ante la cual el
niño reacciona. Todo cambio que se produce en el niño consiste en una modificación de
reacciones frente a una situación de aprendizaje. En otras palabras, nuestro sujeto de
estudio concibe que los conocimientos, el educando y la metodología interactúan entre sí,
lo que influye directamente en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Sin embargo, en la formulación y aplicación de la metodología de la enseñanza se
tiene que tener presente que las diferencias individuales son determinantes y, por lo tanto,
no debe esperarse que un mismo método tenga efectos iguales sobre todos los alumnos.
Obliga al docente a reconsiderar sus formas de trabajo y las técnicas empleadas para el
logro de sus objetivos (Salas y Cañete, p.24). Es decir, se tiene que reconocer que los/las
estudiantes son distintos entre sí, por lo que los métodos empleados no siempre tendrán los
mismos resultados. Por esto, el/la educador/a tiene que reflexionar constantemente sobre su
metodología, para que así todos sus educandos/as puedan aprender. Es lo que Montero
(2001) llama reflexión-acción-reflexión. Dentro de la metodología de la enseñanza, es
fundamental identificar el rol que desempeña el/la profesor/a y el/la estudiante durante el
proceso de enseñanza-aprendizaje y las estrategias que se pueden ejecutar.
Respecto al rol docente, Salas y Cañete (1984) identifican que vivimos en un mundo
en constante transformación, por lo que el/la profesor/a “necesita reforzar de manera
permanente ciertos principios y técnicas que han sido descuidadas por la presión constante
de una tarea muy intensa y agobiante” (p. 9). Solo así, se podrá aplicar una educación que
responda al contexto. Pero se da cuenta del extenuante trabajo que desempeñan los/as
educadores/as, lo cual dificulta su perfeccionamiento y desarrollo profesional.
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Para saber cómo ejecutará sus clases, el/la docente debe conocer su propósito, ya
que “en el desempeño de las múltiples actividades de la sala de clase, es dirigido por los
propósitos involucrados en ellas, de acuerdo con su concepto e interpretación de los
mismos” (Salas, 1947, p.44).
Respecto a los/as educandos/as, nuestro sujeto de estudio manifiesta que el/la
estudiante vive el aprendizaje, puede crecer a partir de él, por lo que es necesario
concebirlo junto al programa para poder diseñar las experiencias a desarrollar (Salas, 1947).
Por lo señalado anteriormente, Irma Salas cree en una metodología de la enseñanza activa,
porque así se atendería a las necesidades, aptitudes e intereses de los/as educandos/as
(1947). Esta metodología se concretiza en el estudio dirigido, método winnetka, plan
Dalton, entre otros.
Salas y Cañete (1984) entienden el Estudio Dirigido como un conjunto de
actividades curriculares realizadas de preferencia en el aula, con un horario sistemático,
bajo la supervisión de un docente o un grupo de docentes, destinadas a favorecer el proceso
de enseñanza-aprendizaje, como complemente de un horario normal destinado al desarrollo
de una determinada asignatura en un nivel dado (p.13). En ese contexto, Irma Salas y Félix
Cañete (1984) proponen como estrategias:
1.-Método de Proyectos: Se define como un “conjunto de actividades planificadas y
ejecutadas por un grupo de alumnos, bajo la supervisión del profesor, destinado a producir
algún cambio positivo en una realidad dada. El proyecto debe surgir de necesidades
detectadas por los alumnos” (Salas y Cañete, 1984, p.31). O sea, los/as estudiantes elaboran
una propuesta según un requerimiento, y modifican parte de su existencia. Para encontrar
algún plan, deben aplicar el método científico y trabajar colaborativamente (Salas y Cañete,
1984).
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2. Discusión socializada: Es comprendida como una “presentación de una temática de
problemas o situaciones de interés general, con el objeto de promover una discusión y
llegar a ciertas conclusiones al respecto” (Salas y Cañete, 1984, p.32). Es una oportunidad
para que los/as educandos/as socialicen entre sí, enfrentando opiniones respecto a un tema.
3. Seminario: Tiene como finalidad “analizar una problemática dada y llegar, al término de
ese estudio, a la formulación de un conjunto de soluciones concretas (…) la asesoría que
demanda (…) debe ser permanente y de dedicación exclusiva” (Salas y Cañete, 1984, p.34).
Es decir, se examina grupalmente un tema para elaborar remediales.
4. Phillips 66: Para ejecutarlo, se tienen que “formar grupos de seis alumnos, quienes
deben discutir un tema durante seis minutos y, a continuación, presentar sus conclusiones a
los demás grupos” (Salas y Cañete, 1984, p.34). Se espera que los/las estudiantes conversen
y tomen una postura como grupo en un tiempo breve, lo cual requiere una organización
eficiente y sintetizar. Otras propuestas, en la misma línea, son una visita al museo,
realización de entrevistas, el sociodrama y la utilización de gráficos (Salas y Cañete, 1984).
Por otra parte, Irma Salas (1947) indica que el Plan Morrison es una propuesta
donde tanto el/la alumno/a y el/la educador/a, deben tener claro el objetivo de aprendizaje,
ya que aquel orientará su aplicación. El/la estudiante es provocado por algo, se adapta a
aquello, y genera una reacción. Para llevar a cabo este proceso, se debe reflexionar que
existen distintas formas de estudio y de enseñar, por lo que se tiene que buscar y emplear la
que sea más adecuada. Finalmente, se establecen relaciones entre los conocimientos previos
del educando/a con lo que se espera que aprenda.
Al inicio, el/la docente indaga sobre sus conocimientos, lo cual considera al
organizar los contenidos. Después, el/la educador/a da a conocer el tema y expone sobre él.
Luego, los/as estudiantes establecen relaciones a partir de la materia abordada, mientras
el/la docente guía su estudio. Al final, los/as alumnos/as realizanmente individual un
esquema del tema, y cuando terminan, lo exponen, ya sea oral o escrito (1947).
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Simultáneamente, el Método del Problema, o solución de problemas, es la
aplicación de la idea de unidad contenido o experiencia porque supone una actividad
continua, significativa y bien integrada que comienza con una situación problemática y
termina cuando el problema se ha resuelto y se ha verificado la solución. La serie de
acciones que formen el proceso constituyen una unidad de experiencias (Irma Salas, 1947,
p.82). Es decir, los/las estudiantes identifican una dificultad en su realidad, la cual deben
tratar de resolver, lo que constituye una experiencia que les permite aprender.
Además, Irma Salas (1947) señala que “la planeación de problemas es una acción
cooperativa que supone la interacción de puntos de vista ya experimentados y otros de
menor experiencia: el resultado sólo es bueno cuando participan el profesor y el alumno”
(p.86). O sea, en la medida en que el/la docente guíe a sus estudiantes en la ejecución del
método de problemas, la solución propuesta provocará resultados satisfactores.
A la vez, el Método Winnetka tiene ramos comunes y actividades creadoras
grupales. Los primeros “son aquellos conocimientos y habilidades o técnicas que son
usados prácticamente por todo el mundo” (Salas, 1947, p.91). Por otra parte, las actividades
de grupo o creadoras “comprenden aquellas cosas en las que pueden, legítimamente, diferir
los resultados obtenidos por los alumnos” (Salas, 1947, p.91), como, por ejemplo,
actividades deportivas, asamblea, entre otros.
Los contenidos de los ramos esenciales son divididos en unidades de aprendizaje, en
las que cada educando/a avanza independientemente, según su ritmo de aprendizaje.
Mediante una prueba diagnóstica se evalúan los aprendizajes, y si se detectan falencias, se
apoya con un cuadernillo de ejercicios. El/la docente guía el proceso de cada alumno/a, de
modo individual, a excepción de que sea conveniente presentar ciertos temas en general.
Puede ser el/la estudiante o el/la profesor/a quien revise las actividades. Esta propuesta
permite que los/as educandos/as cursen distintas asignaturas, y de acuerdo a la cantidad y
calidad de conocimientos previos, se establecerá el año de estudio (Salas, 1947).
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Por su parte, las actividades grupales creadoras permiten su libre desarrollo,
otorgando una gran cantidad de tiempo para ello, para así evaluar el progreso de cada
estudiante y permitir que debatan sobre temas de su cotidianeidad (Salas. 1947). En esta
estrategia, cada alumno/a tiene una tarjeta en la cual se indican sus logros (Salas, 1947).
Respecto al Plan Dalton, Irma Salas (1947) reconoce que se dividen los ramos entre
los de mayor importancia -Lenguaje, Matemática, Ciencias Naturales y Ciencias Sociales-
y los de menor importancia -Arte, Música, Gimnasia-, siendo los primeros considerados
para promover de curso. Para el aprendizaje, se establece un contrato, donde se indica la
materia que se está revisando, los conocimientos previos, y actividades que contribuyan a
su aprendizaje, las que se llevan a cabo principalmente en los laboratorios habilitados.
Además, los/las docentes se reúnen regularmente con sus educandos/as, para conversar
sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje, apoyándose en gráficos que reflejan su
progreso. Por último, existe un horario establecido, que inicia con la resolución de
actividades autónomamente por cada estudiante, después se realizan clases en salas o
laboratorios, luego se lleva a cabo la entrevista y al final, se da espacio a las asignaturas
menores.
Mejoras educativas
Dentro de las mejoras educativas, nuestro sujeto de estudio contempla la
supervisión, la orientación y la investigación educacional. Irma Salas (1968) concibe que la
supervisión “facilita y acelera la introducción en la escuela de los cambios requeridos,
desarrollando profesionalmente a los maestros, estimulando su capacidad creadora y, de
este modo, elevando la calidad de la enseñanza” (p.39).
Desde su perspectiva, la supervisión moderna tiene un carácter colaborativo y
democrático, que se caracteriza porque en ella participan muchas personas. Además, “Todo
esto lo hace en forma organizada, con planes perfectamente definidos y procede a su
mejoramiento empleando una gran variedad de técnicas y ganando la confianza del
maestro” (Salas, 1968, p.39).
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También, se reconoce que la supervisión puede tener dos finalidades: mantener el
status quo o generar cambios. Y en caso de que se opte por la segunda, el carácter de la
supervisión es dinámico o innovador, porque “contribuye efectivamente al mejoramiento de
la calidad de la educación importa cambios fundamentales en las prácticas existentes”
(Salas, 1968, p.40).
Respecto a la Orientación educacional, Irma Salas (1973) manifiesta que es
fundamental para ayudarle a elegir estudios, experiencias, lecturas y formas de auto-
educación, de modo que ello complemente la formación que está recibiendo en la
educación escolar y satisfaga sus intereses y aptitudes individuales, y enseñarle a utilizar
adecuadamente los medios tecnológicos puestos a su alcance, que le permitan aprender con
satisfacción, rapidez y eficacia los conocimientos, habilidades, actitudes y valores elegidos
por él y que responden mejor a las necesidades de su desarrollo como un ser humano
completo en esa etapa de su vida, a través de la plena realización personal (p.85).
Es decir, esta permitiría que los/as alumnos/as puedan decidir por sí mismos qué
quieren seguir estudiando y de qué modo. Solo así, se atiende a sus intereses y aptitudes,
guiándolo para que haga uso de los materiales necesarios que contribuyan su formación.
Sobre la Investigación educacional, Irma Salas (1947) señala que “la observación y el
estudio científico de técnicas han hecho posible una eficiencia cada vez mayor (...) el
profesor debe estudiar y practicar, para hacer uso provechoso de los diversos métodos que
tiene a su disposición” (p.13). En otras palabras, si los/as docentes investigan podrán
mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje, ya que, al observar su alrededor, detectarán
las falencias de sus clases, de la escuela y del sistema educacional, y buscarán las posibles
soluciones.
En síntesis, las investigaciones educacionales deben abordar los siguientes temas:
las finalidades de la educación; el material o los sujetos de la educación; los agentes y
medios educativos; los métodos; y los resultados, ya que esto sentaría las bases para futuras
políticas educacionales (Salas, 1947).
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Conclusión
A pesar de que Montero (2001) reconoce que la feminización de la profesión
docente es uno de los factores que ha tendido a desprestigiar nuestro trabajo, se estima que
Irma Salas fue una educadora de vanguardia, que demuestra la importancia del rol
desempeñado por los/las docentes. Esto debido a que supo enfrentar la transformación que
estaba viviendo su género en el siglo XX, pero por, sobre todo, pudo contribuir a reformar
la educación chilena, destacando por presidir algunos proyectos, tales como el Plan de
Renovación Gradual de la Educación Secundaria y los Colegios Universitarios Regionales.
Dichos proyectos tenían como finalidad que el/la estudiante fuera el centro del proceso de
enseñanza-aprendizaje, para que así se formara un ciudadano/a, integrante de una sociedad
democrática que se encuentra en constante cambio, por lo cual se le deben entregar las
herramientas necesarias para que pueda adaptarse a ellos. Sorprende que siga vigente en el
día de hoy lo que algunos denominan como “metodologías innovadoras”, como, por
ejemplo, el Método del Problema o Método de Proyecto, lo que fueron propuestos
previamente. En ese sentido, se puede afirmar que el Desarrollo Profesional Docente de
Irma Salas es de carácter reflexivo, según Zeichner (1983), Montero (2001), Sime Poma
(2004) De Tezanos (2007) y Perrenoud (2007), logrando participar en la elaboración y
aplicación de proyectos y reformas educacionales (Monarca y Manso, 2015). Aquello
permite indicar que nuestro sujeto de estudio desarrolla la reflexión-acción-reflexión
planteada por Montero (2001). Por lo señalado anteriormente, se considera que es un
ejemplo a seguir por las actuales y futuras generaciones de profesores/as.
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INCENDIO EN LA UMCE
Mario Fabregat Peredo1
Doctor en Historia
ORCID iD: http:/orcid.org/0000-0002-2369-2869
Resumen: A partir del incendio producido en las dependencias de la UMCE, en el mes de
julio del presente año, se realiza un análisis de los diversos focos de incendio que a nivel
institucional se encuentran ardiendo al interior de la universidad. Se parte del supuesto de
que la actual crisis que vive el ex pedagógico encuentra sus antecedentes “mediatos” en la
historia política del país, e “inmediatos” en la crisis que vive el sistema universitario
nacional y algunas prácticas realizadas al interior de la UMCE, las que han desvirtuado y
pervertido los propósitos y el sentido de lo definido como universitario. Se propone que el
responder a algunas interrogantes sobre este problema permitirá reconocer el verdadero
estado de la institución para poder pensar en su futuro.
Palabras clave: Universidad - UMCE - Crisis – Autoridad
Abstract: From the fire produced in the dependencies of the UMCE, in the month of July
of the present year, an analysis is made of the different sources of fire that at the
institutional level are burning inside the university. It is assumed that the current crisis
experienced by the former pedagogist finds its "mediated" background in the political
history of the country, and "immediate" in the crisis experienced by the national university
system and some practices carried out within the UMCE, those that have distorted and
perverted the purposes and sense of what is defined as university. It is proposed that
answering some questions about this problem will allow recognizing the true state of the
institution in order to think about its future.
Key words: Univeristy - UMCE - Crisis - Authority
1 Mario Rodrigo Fabregat Peredo, Profesor de Historia y Geografía (UMCE); Magíster en Historia Europea
(Universidad de Chile); Doctor en Historia (Universidad de Chile). Se desempeña como académico de la
Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación. Libros publicados: "Socialismo del Siglo XXI y
otras páginas" (Ediciones Nuestramérica, 2007); "El Espectáculo de la Modernidad", Ediciones Campus,
Universidad Arturo Prat, 2010; Artículos diversos acerca de la historia de las violencias en Chile, sobre todo
acerca del crimen y el suicidio. Académico UMCE.
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Introducción: alarma de incendio
La mañana del 14 de julio del año 2018 un foco de incendio afectó dependencias del
Departamento de Biología del campus Macul de nuestra Universidad. El campus se
encontraba tomado. Nada indica que las responsables de la toma hayan tenido incidencia
alguna en el siniestro, el que fue controlado por bomberos.
Respecto a esta toma, debemos reconocer que sus motivaciones son inéditas en los
anales de la UMCE. Por la naturaleza de las demandas, ha venido a remecer la conciencia
de la comunidad, abogando por un cambio en el trato a las mujeres, sean éstas estudiantes,
funcionarias o académicas. Ya era tiempo de denunciar los acosos de orden sexual y laboral
que encuentran su origen en el “tutelaje masculino” inserto en nuestra cultura androcéntrica
que no hemos sido capaces de cambiar (Castillo, 2016). Reconociendo la presunción de
inocencia de los eventuales acusados, mientras no se pruebe lo contrario, es necesario que,
así como observamos en algunas fotografías restos calcinados de las instalaciones de la
Universidad, también sean destruidos por el fuego de la razón todo tipo de prácticas
violentas contra las mujeres.
Ya hace un siglo atrás, y con el lenguaje de la época, Luis Emilio Recabarren
señalaba: “si amamos la ilustración, la cultura y la moral, estamos obligados a moderar esa
mala costumbre de ser irrespetuosos con la mujer” (Devés y Cruzat, 2015: 205).
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Figura 1. Bomberos en acción, 14 de julio de 2018, dependencias de la UMCE.
Sin embargo, aparte de este incendio en el marco de la toma, también es necesario
reconocer dentro de la UMCE otros siniestros que pueden ser tan lamentables como el
anterior, encerrando cuotas de violencia tan graves como las denunciadas por las
estudiantes en toma, y que aún no hemos sido capaces de reconocer. Hay que intentar este
reconocimiento, hablar de “eso que quema los labios” (Rancière, 2013, 103). Las razones
de esta incapacidad para reconocer, creo, han sido diversas. A veces, por cuidar nuestro
trabajo; otras, por cuidar nuestra salud mental. ¿Qué hemos ganado con esto? Por mucho
tiempo, el silencio y la negación de la realidad. Nada hemos ganado entonces. A contrario
sensu, esto nos ha impedido realizar un diagnóstico más preciso de los malestares que nos
aquejan.
En favor nuestro, podríamos decir que no hemos escapado a un tiempo histórico
complejo, incierto, líquido (Bauman, 2003), que tiende a distorsionar los hechos, a no
reconocer ciertas verdades, e incluso a atentar contra la realidad, a perpetrar el “crimen
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perfecto” contra ella, a matarla (Baudrillard, 1997). No se exagera cuando se plantea que la
verdad es la gran víctima de nuestra época.
Tampoco podemos zafarnos de la evidente crisis de las humanidades, la cual se
inserta en un mundo global que ha extendido e impuesto la lógica del rendimiento, del
resultado, sin preguntarse para qué o en favor de quiénes. Esta lógica es la que ha llevado a
considerar “inútiles” las artes y las humanidades en general (Herrera, 2016, 29). Ese es un
problema en el que está envuelto el sistema universitario completo y que produce
desorientación e incertidumbre. Y miedo, mucho miedo, la más arcaica y a la vez la más
moderna de las emociones (Aschman, 2014, 66).
Primer foco de incendio
Desde mi perspectiva, identifico algunos focos de incendio que arden hace mucho
tiempo en la UMCE. Años. Restos humeantes en algunos casos; verdaderas hogueras, en
otros. No tengo la certeza de las acusaciones que señalan que varios de estos incendios han
sido intencionales. Pero, indudablemente, no puedo negar la existencia del fuego y el humo.
De eso no tengo duda.
En una primera aproximación, observo un primer foco, un fuego que nos persigue:
el de la historia del Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile. No me quiero extender
sobre el asunto de la dictadura y el ataque directo a la Universidad de Chile. Esa es una
historia conocida. De hecho, el nombre UMCE ya representa en esta historia la evidencia
de una tragedia, del acto violento del despojo al sistema universitario republicano. No
quiero ser autoflagelante, solo decir lo ineludible. Lo complejo y paradójico, es que esta
UMCE ahora se ha convertido en víctima. Ha debido soportar una carga pesada. Le ha
costado ser lo que dice ser: una universidad. Simple o compleja, pero universidad. Ha
costado articular, como lo señaló alguna vez Viola Soto, “una visión interdisciplinaria de
las ciencias de la educación” (2004, 437). Los más críticos señalan que, derechamente y en
particular en una Facultad, hemos caído en la “escolarización total”.
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Si anteriormente señalamos que el sistema universitario está atravesado por una
crisis generalizada, es necesario identificar las particularidades de esta crisis dentro de la
UMCE. La contingencia nos lleva a referirnos a la acreditación institucional actual y a la
ansiedad por los resultados del proceso en ciernes. Indudablemente es un tema importante,
pero es necesario recordar que la crisis actual encuentra sus antecedentes en la historia de
nuestra universidad, en “estilos” que han ido perpetuando prácticas, “malas prácticas”, que
han distorsionado el significado académico en la UMCE; esto, muchas veces ha sido
resentido por profesores y profesoras manifestándolo como la pérdida de valoración por su
trabajo o la percepción de que sus esfuerzos no rinden frutos. Cansancio, agobio,
decepción, son conceptos que tienden a repetirse el último tiempo. Se parece mucho al mito
de Sísifo, de quien se cuenta que había sido condenado a cargar una roca hacia la cima de
una montaña. Una y otra vez la roca rodaba de arriba abajo y vuelta a ser cargada. El
esfuerzo siempre resultaba estéril (Camus, 1999). Parece que hay algo de Sísifo en
nosotros.
Y es que, cualquier universidad y, por supuesto, la nuestra también, “es
eventualmente apropiable para el juego de dinámicas de poder destructivas, generadas a
partir de estilos o lógicas intrauniversitarias, que acaban dificultando severamente las
búsquedas y tareas a las que está llamada” (Herrera, 2016, 30). Esto puede terminar
pervirtiendo cualquier universidad, desalojando de ella el contenido que le entrega sentido
y permanencia. Sin embargo -y allí radica la importancia y nobleza de la labor académica-,
es necesario reconocer que la identidad de una universidad se conforma por “quienes la
habitan” (Herrera, 2016, 30). Si esto es así, también se puede transformar en un
“problema”, porque la suerte de hastío que hemos descrito y manifestado en diversas
instancias académicas indefectiblemente afectará el devenir interno de la institución. Si a
esto agregamos el fantasma de la crisis profunda y peligrosa, como la ocurrida el año 2000,
-dieciocho años ya han pasado-, la situación se complica. Esperemos que no se repita lo de
ese año. Aunque algunos dicen que “la historia no se repite, pero rima” (Mark Twain);
otros afirman que la historia se repite dos veces, una como tragedia y la otra como comedia
(Marx, 2003, 10). Espero que en la UMCE no ocurra ni una cosa, ni la otra.
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Segundo foco de incendio
Un segundo foco de incendio se encuentra en el gobierno universitario,
específicamente en la figura del Rector. Su legitimidad, aparte de los votos, se debe fundar
en el ejercicio de la política académica. Sin embargo, muchas veces en los medios de
prensa nos informamos de que rectores de distintas universidades no han podido controlar
la situación interna o que se les ha escapado de las manos. El año 2012 al rector de la
USACH le incendiaron el auto. Y, a principios de los 90, casi lo logran con el del rector de
la UMCE. Probablemente esto se explique, entre otras muchas cosas, por el hecho de que
han accedido a la rectoría -al poder formal- pero carecen de autoridad -el poder real-
(Weber, 2002, 172). Porque no es solo el carisma personal, que puede conquistar votos, o
las atribuciones reglamentarias para ejercer el cargo lo que necesita una autoridad
académica. Su valor esencial debe residir en el respeto que despierta su trayectoria
académica y su comportamiento ético. Contar con estas dos cualidades, aunque no asegure
la emergencia de conflictos, al menos proporciona legitimidad para enfrentarlos.
Precisamente es esta legitimidad la que aparece cuestionada por la comunidad
académica de la UMCE cuando desde Vicerrectoría -es decir, desde el Rector, porque él
nombra a esta autoridad en el cargo- se ha planteado el aumento de vacantes en las carreras
con mayor demanda con el objetivo de subsanar, en el marco de la acreditación 2019, la
debilidad económica institucional. A través de los Criterios y Resultados de Asignación de
Doctores proceso de contratación 2018 PMI presentado por Vicerrectoría Académica en
reuniones de Consejo Académico en las distintas Facultades, la Vicerrectora -es decir, el
Rector- ha instalado esta propuesta con un verticalismo inusual, sin consultar primero las
necesidades de los Departamentos involucrados, entiéndase académicos y académicas.
Señor Rector, lo que ocurre es que en la UMCE el tema de fondo no es
estrictamente económico, es la ausencia de proyecto académico consistente. Si no se tiene
ese proyecto y los medios para concretarlo no hay ni habrá plan económico, en el Planeta
Tierra, que lo sustente. Nadie podrá negar que estamos muy lejos de lo declarado como uno
de los propósitos de la UMCE, dentro de su Visión Institucional: “que su contribución
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académica se extienda a una participación influyente en la formulación de políticas públicas
en educación” (Plan de Desarrollo Estratégico Institucional 2016-2020, 2016, 13). Esta
asimetría con la realidad responde a un déficit académico de la gestión que se traduce en su
actual déficit político. Eso es innegable.
Sobre la probidad de la gestión, al menos yo, le creo al Rector cuando en la reunión
a que nos convocó, el 22 de mayo en la sede de la Universidad de Talca nos dijo,
“habremos metido los pies, pero no las manos”. Le creo. Pero créanos usted a nosotros
cuando le decimos que la crisis de la UMCE no es un invento nuestro.
No es un invento que en el Área de Docencia de Pregrado se haya detectado “baja
interdisciplinariedad en los planes de estudio de las distintas carreras”, que ahora se intenta
subsanar (Plan de Desarrollo Estratégico Institucional 2016-2020, 28). No es un invento
que en el Área de Investigación exista una “Incipiente productividad de la investigación, de
acuerdo a los lineamientos institucionales” (Plan de Desarrollo Estratégico Institucional
2016-2020, p. 30), que también se intenta subsanar. No es un invento que en el Área
Gestión Institucional se declare que existen “Canales de comunicación interna deficientes”
(Plan de Desarrollo Estratégico Institucional 2016-2020, 26), que también se ha señalado
se intenta subsanar. No tengo por qué dudar de las buenas intenciones del Rector. Solo que
identifico un problema, y es que lleva mucho tiempo en el “cargo”, pero no en el “poder”.
Ahí radica una anomalía que ha hecho periclitar a la institución.
Tercer foco de incendio
Un tercer foco de incendio son los decanatos. La figura del decano o decana debe
responder a una trayectoria académica destacada. El imperativo ético de su cargo lo y la
obliga a demostrar frente a sus pares esa trayectoria, la cual debe estar fuertemente afincada
en la investigación y la producción de conocimiento, es decir, haber demostrado el noble
oficio del trabajo silencioso y anónimo que busca hacer preguntas, desentrañar problemas,
acercarse a respuestas plausibles, en fin, que su trayectoria nos notifique del cultivo
metódico de una disciplina o un arte. Solo así se podrá concretar el mil veces declarado
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objetivo pedagógico de colaborar con la formación de estudiantes reflexivos y críticos. Se
es reflexivo y se es crítico en la indagación y la sistematización del conocimiento, que
permita “refrenar los arranques temerarios de la fantasía” (Ramón y Cajal, 2016, 43).
Cumplido este paso cualquier académico/a podrá convertirse en un docente que produce y
no re-produce. De lo contrario, podemos estar obliterando el cultivo del conocimiento y
promoviendo un peligroso anti-intelectualismo.
No postulo el quehacer académico como superior a otras labores o funciones, solo
intento fijar en una realidad lábil su principal característica. Parafraseando a Rimbaud, la
mano que empuña la pluma vale lo mismo que la que empuña el arado. En eso no me
pierdo.
Vale la pena recordar, más allá de cualquier ley o normativa legal, una característica
esencial de la universidad: el cultivo de las disciplinas. Por cierto que en la nuestra, que
forma profesores, profesoras y kinesiólogos/as, es fundamental la articulación entre la
formación pedagógica y la disciplinar. Esto permite construir el “saber pedagógico” como
el “corpus cognitivo” complejo que es (Díaz, 2014, 158). Algunas investigaciones han
demostrado que en nuestra Universidad esta articulación esta fracturada, y la formación
inicial muchas veces aparece descontextualizada (Díaz, 155). Mutatis mutandis, habrá que
hacerse cargo de esta falencia.
Pero, volviendo a los decanatos ¿qué deberíamos exigirles a quienes ocupan esos
cargos? Al igual que al Rector, el grado académico de doctor o doctora, en el sentido de la
certificación mínima requerida para probar su trayectoria, y no como el grado académico
entendido como fetiche. No se trata de fomentar el retail de los postgrados. Si no hay grado
académico, entonces trabajo académico equivalente. De lo contrario, corremos el riesgo de
caer en una distorsión del estatus de lo académico, ofendiendo su naturaleza y sus
objetivos.
Resulta fundamental y necesario prevenirse de las eventuales anomalías que
distorsionan el trabajo académico. A este problema hay que prestarle mucha atención. No
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es un problema cualquiera, porque puede terminar convirtiendo a la universidad en su
imagen invertida, tornándola una máscara, un simulacro, una ficción, una expresión de
“espectáculo enajenante”, como diría Guy Debord. Eso conlleva su corrupción y,
finalmente, su degradación. ¿Será este “espectáculo” el que nos está agobiando? ¿Nos
aguijonea el espíritu la conciencia de saber que debemos enmendar el rumbo?
¿Reconocemos cierta genuflexión en nuestras acciones?
Conclusión: los incendios que pueden venir
El sistema de Educación Superior en Chile atraviesa serios conflictos. Entre otros, la
“imposibilidad que la Universidad sufre de pensarse a sí misma” (Thayer, 2003, 97).
Probablemente por eso, para ninguno de nosotros y nosotras es un misterio que la
Acreditación Institucional 2019 sea la instancia crucial, querámoslo o no, que determinará
el futuro de la UMCE. No me refiero, necesariamente, a un “mal futuro”, sino que al
esquema de referencias por el que tendremos que transitar conocido el “veredicto”. Lo
llamo así porque parce ser vivido como un verdadero juicio al que estamos todos
sometidos. Mientras continuamos hoy a la espera de la decisión del tribunal que acredita, y
sea cual sea su decisión, creo que estamos obligados a contestarnos algunas preguntas que
hace bastante tiempo, al menos algunos y algunas, nos venimos haciendo, más allá de
definiciones reglamentarias o legales del campo universitario. A saber: ¿Qué es una
universidad? ¿Qué es ser académico o académica? Y en ese sentido ¿Cómo nos hacemos
cargo de la historia de la UMCE, expresión de la fractura política de Chile? Al menos, creo
yo, debemos evitar que la historia se nos caiga encima. Y, como la piedra de Sísifo,
también evitar cargarla hasta extenuarnos.
Por otro lado, ¿quién manda hoy en la UMCE? ¿Hay una verdadera autoridad
ejerciendo sus funciones? Si es así ¿en base a qué principios y con qué objetivos?
Por último, ¿cómo se avanza en la triestamentalidad? ¿Cómo en la educación no
sexista?
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Por cierto, que estas son solo algunas de las innumerables interrogantes que se
despiertan en un contexto de crisis, como dijimos, del sistema universitario en general y de
la UMCE en particular. Será necesario mirarnos al espejo y contestarnos con honestidad.
Espero, sinceramente, que estas reflexiones y estas preguntas no queden como expresión
del soliloquio de un académico ni como la diatriba de un desesperado ¡Veamos qué sucede!
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FORMACION CIUDADANA, EL GRAN DESAFÍO PARA
LA COMUNIDAD EDUCATIVA EN CHILE
Jorge Bozo Marambio1
Dr.© Estudios Transdisciplinarios Latinoamericanos
Resumen: Chile vive uno de los períodos de mayor des/legitimidad de su democracia
representativa con una institucionalidad que se encuentra en serio cuestionamiento.
Mientras no se visualice un posible dialogo entre la elite política y la demanda ciudadana,
disminuirán cada vez más los espacios no solo para el debate de la política, la democracia y
los derechos humanos, sino también se perderá la oportunidad de desarrollar de manera
definitiva una educación integral y ciudadana. El siguiente artículo es producto de una
revisión de algunos estudios que abordan la temática de la formación ciudadana, texto que
se complementa con la experiencia del autor y su participación en espacios de diseño de
políticas públicas y la ejecución de diversos proyectos de capacitación educativa.
Palabras clave: Educación - Ciudadanía - Protagonismo Social
Key words: Education - Citizenship - Social Protagonism
1 Jorge Bozo Marambio. Sociólogo, Magíster en sociología de la Universidad Academia Humanismo
Cristiano, doctor© en Estudios Transdisciplinares Latinoamericanos. E-Mail: [email protected]
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Introducción
El actual contexto socio educativo presenta una importante oportunidad para abrir
espacios institucionales y pedagógicos que permitan que la gestión escolar se impregne del
proceso de formación ciudadana. Pero no solo basta con la reflexión, es tiempo de aunar
experiencias que permitan validar y modelizar estrategias, con metodologías y técnicas
pedagógicas, que logren el objetivo de empoderar a las comunidades escolares que den
como resultado un cambio de sus prácticas individuales y colectivas, es decir, comunidades
de aprendizaje y experiencias demostrativas que evidencien y permitan el abordaje en serio
de la ciudadanía en la comunidad escolar.
Antecedentes
La ciudadanía refiere al derecho que tiene el ciudadano a participar del poder
político como votante o mediante la práctica política activa. En cuanto a los derechos
sociales, son definidos dentro de un rango que va desde el derecho al bienestar y la
seguridad económica hasta el derecho de compartir con la comunidad la herencia social y a
vivir la vida como un ser civilizado de acuerdo con los estándares prevalecientes en la
sociedad. Esto es, se trata de una ciudadanía social cimentada en el derecho a gozar de
cierto estándar mínimo de vida de bienestar y de seguridad económica (Marshall y
Bottmore, 1992).
La idea de ciudadanía con predominio en los derechos ha sido criticada por aquella
postura que reafirma la necesidad de incorporar al mismo tiempo las obligaciones y
responsabilidades como partes constitutivas de ésta. Las críticas parecen coincidir en que se
converge en un tipo de revolución democrática como rasgo distintivo de la modernidad que
representa un nuevo tipo de institución de lo social, en el que el poder emerge como un
“espacio vacío” y abierto al devenir del género humano (Lefort, 1986).
Por otro lado, se concibe a la sociedad civil de forma monolítica, donde el mundo de
la asociación voluntaria (voluntariados) y todas las asociaciones representan de igual modo
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el ejercicio de la libertad, de la autonomía de los individuos y sus intereses; clubes,
asociaciones, empresas, son también manifestaciones equivalentes de cooperación, de
participación y de voluntarismo (Santos, 1998).
En un mundo globalizado que implica cambios rápidos y profundos, lo que está en
cuestión son las normas, los valores y las tradiciones ciudadanas que tienen como
contrapunto un emergente y permanente malestar social. Existe una carencia de
imaginarios de sociedad y una fragilidad del nosotros (Souza Santos, 2009); hay, en
definitiva, preguntas complejas con respuestas muy débiles que levantan otra serie de
interrogantes: ¿qué es ser ciudadano en sociedades que aun contemplan la impunidad frente
a violaciones de los derechos humanos o que eluden su memoria histórica? ¿Qué es ser
ciudadano en sociedades que desean competir globalmente en torno al mercado, pero que
mantienen niveles relevantes de necesidades básicas insatisfechas? (Lechner, 2002). ¿Qué
es ser ciudadano en sociedades donde la violencia se consolida en nichos territoriales y se
recrea mediante estilos de vida? ¿Qué es ser ciudadano en sociedades que deslegitiman la
corrupción en el discurso, pero no se organizan para combatirla? ¿Qué es ser ciudadano en
sociedades donde los jóvenes son marginados o se auto marginan de la vida pública? En
este contexto, se debe reconocer que los mensajes sobre la ciudadanía son confusos,
ambiguos y a veces retrógrados. Se espera que la educación en ciudadanía ayude a que las
futuras generaciones enfrenten este tipo de retos con mayor conciencia y mejores
herramientas, pero la misma forma en que se estructura la formación ciudadana no es
siempre la más esclarecedora (Santa Cruz, 2004). Para definir inclinaciones respecto de
cuáles serían al menos dos de las posturas desde donde pensar enfoques de ciudadanía
escolar se plantea una discusión actualizada circunscrita a los siguientes paradigmas; el
liberal y el comunitarista.
Paradigma Liberal
Para el liberalismo la ciudadanía se entiende esencialmente a partir de la entrega de
derechos a los individuos, concebidos como triunfos de los ciudadanos sobre el Estado. La
ciudadanía sería el reconocimiento del status previo del individuo respecto del Estado y la
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sociedad, por lo que el bienestar general no puede pretenderse como razón suficiente para
violarlos (Bárcena, 1997). Desde este individualismo pre-social, los principios básicos que
definen al liberalismo son; igualdad formal entre los individuos, universalismo, neutralidad
de las instituciones ante las diferentes creencias, tolerancia ante la diversidad de las mismas
y la confianza en el carácter perfectible de las instituciones (Gimeno, 2001).
En esta postura los derechos humanos que se favorecen son aquellos vinculados
preferentemente a los derechos políticos y civiles, donde radican las libertades de decisión,
los derechos a la elección libre y autónoma, los derechos a la libre expresión y reunión, los
derechos a la libre elección de los representantes a dirigir las entidades públicas, los
derechos a la propiedad y la privacidad. Desde este enfoque son secundarios los derechos
económicos, sociales y culturales, así como los derechos de los pueblos, o aquellos
vinculados con la igualdad, la solidaridad y los derechos colectivos.
Paradigma Comunitarista
El paradigma comunitarista sostiene que los vínculos sociales determinan a las
personas y la forma de entender la conducta humana es referirla a sus contextos
sociales, culturales e históricos. Por ello, esta perspectiva se vincula con la tradición
democrática republicana, lo que exige formar a los ciudadanos al interior de un
determinado bagaje de ideas, actitudes y virtudes cívicas que los habiliten para participar
efectivamente en los asuntos públicos. Esto implica, necesariamente, un Estado no neutral
frente a los valores y proyectos de vida de sus ciudadanos, considerándose la formación del
carácter moral un asunto público y no meramente privado (Magendzo y Arias, 2015).
La ciudadanía en este enfoque es el espacio de participación social cultural y
político que se constituye como un mecanismo de inclusión que delimita quién es parte
integrante de una determinada comunidad, es decir, es la expresión de una construcción
colectiva que organiza las relaciones entre los sujetos sociales pero que, a la vez, son
formados en ese mismo proceso.
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Participación y ciudadanía en la escuela chilena
En la actualidad, la participación social se encuentra atomizada a esferas de
demandas sociales específicas que rompen con los tradicionales movimientos sociales, es
decir, lo que hasta hace unas décadas era conocido como movimientos de grandes masas,
en la actualidad se constituye en una serie de áreas sociales que se organizan para generar
espacios de participación, aunque bastante desvinculadas entre sí.
En este contexto se encuentra la escuela como institución formadora de sujetos y de
sociedad; será ésta una premisa para definir si la ciudadanía en la escuela se construye
socialmente autónoma desde los sujetos que la componen, o bien, debiera ser ese espacio
influyente de la reproducción cultural de la sociedad, donde la ciudadanía se mantiene
como referente hipotético que no alcanza a emerger en las prácticas de la comunidad
educativa (Bourdieu, 2005). En síntesis, ¿será posible la escuela como un espacio para
desarrollar la ciudadanía?
La formación ciudadana en el ámbito educativo (primaria y secundaria) ha sido
objeto de diversas y variadas investigaciones, conceptualizaciones y definiciones
dependiendo de los contextos históricos económicos, culturales y sociales, o de los
principios o posturas ideológicas, éticas y políticas que los países establecen para sus
respectivas sociedades. Las conceptualizaciones referidas a la educación ciudadana no son
universales, neutras, ni estáticas. Por el contrario, poseen determinada intencionalidad
ideológica que cambia con el tiempo y el espacio histórico-contextual (Giroux, 1993). En
efecto, existe una amplia literatura que aborda este tema, mostrando su desarrollo,
complejidad y controversia. En América Latina se pueden citar a manera de ejemplo los
trabajos de Riquelme (1995), Tedesco (1996), Magendzo (2004), Reimers (2008),
Rodríguez (2008) y Cox (2010), entre otros.
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A partir de lo que estos autores han sostenido respecto a la educación para la
ciudadanía, una de las principales preguntas que emerge en este escenario es; ¿qué tipo de
ciudadanía se requiere para lograr cohesión social y democracia en el presente?, o dicho de
otro modo; ¿cuál es el tipo de educación ciudadana que se hace necesaria para equilibrar y
distribuir de mejor manera el poder político?
La integración de la Jornada Escolar Completa (JEC) en sus inicios fue una primera
pista hacia la ciudadanía escolar motivando el desarrollo de actividades participativas
implementadas en horarios extraescolares (jornada ampliada de la tarde). Estos espacios
fueron desapareciendo casi totalmente con la aparición del SIMCE2, que hasta el día de hoy
tiene un lamentable protagonismo que estandariza la educación en Chile (Brunner, 2010).
• Alrededor de un tercio de los estudiantes - y la mitad o más en el caso de los
sectores populares - no alcanza el umbral mínimo de aprendizajes.
• Hay progresos estadísticamente significativos entre los alumnos de 4º año básico en
matemática y comprensión del medio natural, especialmente en el grupo de alumnos
más vulnerables.
• En 8º grado, en cambio, los puntajes se mantienen parejos en todas las áreas.
• La brecha de resultados entre los alumnos del quintil más bajo (hogares con un
ingreso menor a $160 mil y padres con una escolarización menor de nueve años) y
los del más alto (ingreso superior a $1,1 millón por hogar y padres con educación
superior) permanecen inalterados, y muestran que la segmentación social de nuestra
educación continua.
Pero, el antecedente más dramático muestra que tanto en lectura, donde el aumento es
modesto, y en matemática, en el cual el incremento es elevado, las brechas de desempeño
entre estudiantes de nivel socioeconómico alto y bajo crecen. Estas evidencias revelan lo
lejos que estamos de tener un sistema escolar que haga realidad la aspiración por una mayor
igualdad de oportunidades (Magendzo, y Arias, 2015).
2 SIMCE, Sistema de Medición de la Calidad Educativa en Chile.
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Para imaginar la construcción de ciudadanía y por consiguiente una sociedad más
robusta y participativa, no podemos evadir la propuesta política del estado y la democracia
actual que ha inclinado el modelo educativo hacia un enfoque liberal. La sociedad civil
tiene el gran desafío de tensionar la voluntad política de las esferas partidarias y privadas
para generar reformas estructurales y avanzar a una democracia participativa que incluya la
formación ciudadana en la escuela como el eje que permita desplegar y ejercitar derechos,
desde la escuela y para la vida.
De no abordar una educación que se haga cargo de la formación ciudadana que enseñe
en derechos sociales, culturales, económicos y políticos, continuarán profundizándose
fenómenos sociales y culturales que mantienen a Chile en una situación de crisis y en una
escala ascendente con fuerte impacto en la escuela y en la comunidad social;
• 122.000 estudiantes de entre 6 a 17 años en edad escolar se encuentran fuera el
sistema educativo.3
• El consumo de drogas y alcohol se concentra mayoritariamente en los sectores
populares, adolescentes y juveniles; 43,6% alcohol, 30,7% tabaco, 7,5% marihuana,
3,2% pasta base y 2,4% de cocaína.4
• 55.722 personas se mantienen en recintos carcelarios de las cuales cerca de un 35%
son jóvenes entre 18 y 29 años, sistema cerrado en el cual ha ido en aumento
permanente su población penal; 2003 (38.266), 2005 (41.943), 2008 (48.998), 2009
(53.482); y su sobrepoblación alcanza actualmente un 55%.5
• 29.100 jóvenes infractores son atendidos anualmente por Sename, quienes en su
mayoría inician su vida delictiva entre los 11 - 13 años. En 140% aumenta
delincuencia juvenil de 1990 a la fecha6.
• Los delitos de mayor prevalencia durante el segundo trimestre de 2017 fueron el
Robo con Violencia (32, 5%), seguido del robo en lugar habitado (22.5%) y robo
3 Ministerio Desarrollo Social, Encuesta Casen, 2017. 4 Observatorio chileno de drogas. Décimo Segundo Estudio Nacional de Drogas en Población General de
Chile, 2016. 5 Gendarmería de Chile, Estadística mensual de población penal atendida 2017. 6 Boletín Estadístico anual de niños y adolescentes atendidos por red del Servcio Nacional de Menores
(Sename), 2017.
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con intimidación (17.5%). En el mismo periodo hubo 20.382 denuncias por delito
de hurtos concentradas en adolescentes y jóvenes de entre 13 y 17 años7.
• La tasa de reincidencia de delitos por robo es de 66% mientras que la tasa de
reincidencia de delitos por hurto es de 84%8.
• En los últimos 10 años han fallecido 1.333 niños y niñas fallecidos por negligencia,
abuso y violencia al interior del Sename9.
Estos datos son ciertamente alarmantes y se concentran especialmente en sectores de
pobreza y poblaciones adolecentes y juveniles. En ellos se evidencia por todos lados el
requerimiento de nuevas herramientas en la política pública para fortalecer la cohesión
social y la formación de ciudadanía en el lugar primordial donde se construye la
subjetividad y socialidad: la escuela.
Diagnóstico de la formación ciudadanía escolar en Chile
Así como existen datos respecto de los niveles de violencia escolar en Chile, también
existe información – aunque más sumergida – respecto de los niveles de participación
ciudadana en las comunidades escolares chilenas. Una investigación comparada y
proyectiva asociada a la educación cívica y ciudadana en las escuelas entre países de todo
el mundo, se viene realizando desde hace casi una década10. Algunos de sus resultados son
los siguientes;
• Los estudiantes chilenos poseen menos conocimientos cívicos y menos habilidades
ciudadanas que los estudiantes de otros países, tanto en 8º básico, como en 4º
medio.
• La confianza de los estudiantes chilenos en las instituciones públicas es menor que
el promedio de la muestra internacional.
7 Carabineros de Chile, Informe Anual 2017.
8 Fundación Paz Ciudadana, 2017. 9 Ciperchile, 2016. 10
ICCS; Informe internacional de educación cívica y ciudadana 2016. Convertirse en ciudadanos en el
mundo cambiante.
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• Las instituciones de mayor confianza para los estudiantes son la escuela y la Iglesia.
• Las instituciones menos confiables para los estudiantes son los partidos políticos, el
gobierno central, el parlamento y el poder judicial.
• Los estudiantes chilenos muestran deseos de participar en política.
• Los niveles de desempeño en el conocimiento cívico, revelan que hay casi un 80%
de estudiantes chilenos (5 de cada 6) que no son capaces de relacionar distintos
aspectos de la realidad política y social, que desconocen los mecanismos legales e
institucionales que se usan para controlar estos procesos y que, por tanto, no tienen
las herramientas para participar e insertarse en su comunidad como ciudadanos e
individuos participativos.
Los resultados para Chile vuelven a demostrar que, los cambios en los aprendizajes de
los estudiantes se realizan a través de procesos profundos y amplios, que implican
construcciones interactivas e interpretativas de toda la comunidad escolar. En los resultados
entregados a partir de la mayoría de las variables estudiadas, no existen cambios
significativos entre 2009 y 2016. Las dos cuestiones centrales que emergen de estos datos
son:
a) Todas las instituciones que representan la República y el Estado nacional Moderno
son profundamente cuestionadas por nuestros niños y jóvenes.
b) Aun con bajo conocimiento curricular, se rompería el mito de la falta de motivación
de nuestros niños y jóvenes por protagonizar procesos políticos, lo que sucedería es
que no habrían espacios para que estas expresiones se desplieguen.
Elementos centrales para una propuesta pedagógica en ciudadanía escolar
Ser un ciudadano o ciudadana no solo es llegar a comprender que se tiene un
conjunto de derechos y responsabilidades, significa también desarrollar un sentido de
pertenencia con su comunidad y construir a partir de la experiencia con el otro, un
conocimiento respecto de la valoración de las diferencias, aprender a convivir e involucrase
con los problemas de los demás.
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La construcción de ciudadanía es la conjugación de un proceso racional que
involucra establecer una relación con otro en el nivel cognitivo, emocional y corporal, es
decir, una relación integral de sujeto a sujeto. Considerando lo anterior, cualquiera sea el
tipo de propuesta que apunte a desarrollar la formación ciudadana en la escuela, debe
incluir a lo menos las siguientes tres dimensiones:
1. Contenidos conceptuales: saberes que permitan una mejor comprensión del
concepto de ciudadanía, tanto desde las perspectivas culturales, sociológicas,
políticas e históricas11. Interesa en esta dimensión del trabajo formativo que los
docentes logren comprender que es posible identificar posiciones distintas acerca de
cómo entender la ciudadanía entregando un abanico teórico como maletín de
herramientas.
2. Articulación entre ciudadanía y dispositivos de gestión escolar: Dado que los
contenidos conceptuales implican una mirada renovada y mucho más exigente
respecto de la comprensión de la gestión de los procesos institucionales y
pedagógicos, es necesario producir una reapropiación de estos instrumentos tanto de
la gestión directiva (PEI-PME)12, de las asignaturas (Programas y Asignaturas) y de
las relaciones de convivencia en la escuela (Manual de Convivencia) incorporando
miradas resignificativas de los aprendizajes transversales y aprendizajes específicos.
3. Transferencia metodológica para las prácticas de ciudadanía: Para el último
lugar he dejado el elemento que considero más importante. En coherencia con lo
anterior la construcción de una asignatura debe contemplar un “modo de hacer
participativo” en la sala de clases, una profundización didáctica que contemple el
enfoque de ecología de saberes que permita integrar conocimiento desde las y los
estudiantes como un conocimiento válido y legítimo. Esto debe incidir en una buena
práctica evidente y sistematizada. Para lograr una formación ciudadana transversal a
11 Es común ver en escuelas latinoamericanas algunas disciplinas de humanidades y artes integradas al
currículum; antropología, sociología, teatro, danza; ver Brasil, Venezuela, Uruguay, Argentina. 12 Se trata de instrumentos de gestión educativa utilizados por escuelas y liceos orientados desde el Ministerio
de Educación de Chile. PEI, Proyecto Educativo Institucional; PME, Proyecto de Mejoramiento Educativo.
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la comunidad educativa, el cuerpo docente debe alcanzar habilidades, competencias
didácticas y metodológicas que no solo resguarden el lenguaje teórico, sino que
logren un “saber hacer” vinculante desde la sala de clases a la comunidad educativa
y hacia el entorno comunitario.
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LA MÚSICA EN LOS RITOS ESCOLARES: UN ESPACIO PARA LA
FORMACIÓN DE AUDIENCIA Cristhian Uribe Valladares1
Dr. en Teoría e Historia del Arte mención Musicología
Resumen: La actividad musical en nuestro país ha sido materia de ocupación de distintas
entidades políticas en el transcurso de su historia, sean éstas educativas, económicas, como
sociales. Esto se ha concretado mediante diferentes iniciativas orientadas a su desarrollo, ya
como apoyo a los artistas creadores, a las plataformas de registro y difusión o, como en la
actualidad, a la formación de audiencias. Frente a esto, surgen una serie de interrogantes
que intentan indagar en las razones de este interés gubernamental, con el objeto de
colaborar en la instalación de una mirada crítica respecto de las prácticas artísticas en los
ritos que se desarrollan en el espacio escolar.
Palabras claves: Formación de Audiencia - Música - Ritos Escolares
Abstract: The musical activity in our country has been the concern of various political
entities through history, being educational, economic, or social. This has been implemented
through various initiatives aimed at tits development, as either support to creative artists, to
the platforms of registry and promotion, or, as in the present, to the creation of audiences.
In this respect, many interrogations arise which try to make sense of the reasons of this
governmental interest, with the objective of collaborating in instilling a critical view with
respect to the artistic practices in the rites that take place in the school context.
Key words: Audience Creation - Music - School Rites
1 Profesor de Educación Musical - UMCE; Licenciado en Música - PUC; Intérprete Superior en Guitarra –
PUC; Dr. Teoría e Historia del Arte, mención Musicología, Universidad de Oviedo, España. Como intérprete
ha ofrecido conciertos en diversos países en Europa, América y a lo largo del país. Es autor del libro La
intensión develada. Estudios sobre música y construcción social, y de numerosos artículos sobre historia y
educación de la música. Académico del DEMUS – UMCE. E-mail de contacto: [email protected]
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I.- Entre las actividades más tradicionales que se dan el espacio escolar, están los
llamados “actos conmemorativos”. En esta denominación caben todas aquellas ceremonias
comunitarias que ponen de relieve distintas celebraciones: graduaciones, fiestas religiosas,
republicanas, fin de ciclo, efemérides, aniversarios, etc. Algunos están inscritos en el
calendario escolar, y forman parte de las disposiciones ministeriales; otros, en cambio,
colaboran en la constitución de la identidad propia de cada establecimiento.
En general, la relación que se tiene con éstos, sin minimizar su importancia, es
menor al peso que tienen las asignaturas que conforman el currículum y, por lo mismo, no
todos se involucran de la misma manera o con la misma energía. Sin embargo, cuando nos
detenemos en ellos y nos percatamos que constituyen una de las prácticas más enraizadas
de las escuelas, colegios y liceos, el peso que adquieren estos ritos es mayor. Ello, pues, es
por donde transitan las ideas más profundas que conforman el entramado de principios y
valores que sustentan los proyectos educativos.
Si bien los ritos y espacios en los que la comunidad escolar se da cita están
circunscritos a formas particulares propias, la función que cumplen no es tan distinta a la
que podemos encontrar en otros niveles de interacción cultural. En este sentido, resulta
interesante advertir cómo la dinámica de los tiempos que corren ha permeado también
dichos actos. Es así que podemos encontrar, además de celebraciones como las antes
mencionada, que en algunos establecimientos se han incorporado el día de la mujer, de los
pueblos originarios, de la paz mundial, de la naturaleza, entre otras, que están
dinamizando el movimiento de ideas que circulan por las escuelas.
Observarlos ha sido una las vías por las que se ha abordado la investigación en torno
a la Formación de Audiencia Musical en Chile. Tema que, si bien ha tenido un importante
desarrollo en el último tiempo –el de la formación de audiencia—, hasta ahora sólo se lo ha
tratado desde una perspectiva de la gestión cultural y con énfasis en formatos de expresión
mediatizada.
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El hecho que nos hayamos detenido en estos ritos se debe a que, casi sin excepción,
en todos ellos es posible escuchar distintas formas de expresión artístico-musicales. Casi
podríamos decir que no hay acto escolar en que este arte no esté presente. Visto desde la
idea que se está formando a una audiencia, bien cabe preguntarse por el rol que está
cumpliendo hoy la formación musical en el espacio escolar y su vínculo con en ese espacio
ritual. Pero también, y considerada a la música como una forma de discurso, nos
preguntamos si la música se vincula con ideas y contenidos más profundos que están
presente en esos actos, o es un mero adorno en el contexto de la celebración.
Esto nos ha enfrentado con tres aspectos que bien pueden tomarse separadamente
para una mejor comprensión, a saber: a) la formación o educación de quienes reciben la
música en contextos diversos que, para este caso, se ha concentrado en el espacio escolar;
b) el interés de autoridades políticas o educativas de distintos niveles en los que interactúa
la música como parte de “una audiencia”; y c) el proceso social que se ha vivido en nuestro
país, en donde es posible vincular la temática con la implantación de un modelo de cultural
asociado a visiones de mundos o, como veremos más adelante, formas de pensamiento
ideológico.
II.- En los últimos programas de gobierno en Chile, y como parte de las políticas
públicas en el campo de la cultura y las artes, nos hemos encontrado persistentemente con
el concepto audiencia y la necesidad de su formación. Esto da cuenta de un cambio en la
orientación que han tenido tales iniciativas. Desde mediado de los años noventa, las
políticas con relación al arte musical se orientaron en el sentido de entregar apoyo a los
artistas, compositores e intérpretes, a través del fomento a la música nacional y la creación
de espacios e instituciones para sus prácticas. Es decir, creación, difusión y acceso, eran los
pilares conceptuales de dichas políticas. Posteriormente, y dada la dificultad de los artistas
nacionales para competir con las transnacionales de la música, el énfasis estuvo puesto en
los soportes que vehiculan esta expresión, dando así más recursos a la industria local. En
esta nueva etapa, y dado que el consumo de las músicas ha ido mutando producto del
impacto de las plataformas digitales y el fin del consumo a través de formatos físicos, como
los CD, los ojos se han puesto en las personas que participan de los eventos donde la
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música se muestra –conciertos, tocatas, mega-eventos; o sea, ritos—; así como en su
formación y desarrollo del gusto. Es decir, lo que antes se llamaba espectadores, público o
auditorio, hoy lo entendemos como audiencia.
Este nuevo enfoque y el ordenamiento de tales políticas han motivado la realización
de una serie de seminarios académico/políticos, organizados y patrocinados por
universidades, centros culturales y centros de estudio sociales, desde 2011 a la fecha. En
éstos han participado importantes exponentes provenientes de distintos países2, lo que ha
permitido profundizar en el sentido de la formación de audiencia, socializando el concepto
hacia un público no especialista, pero poniendo énfasis en la cobertura.
Asimismo, en el documento Políticas del campo de la música 2017 – 2022,
generado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, recientemente elevado a rango
de Ministerio, se destaca la importancia de la música como parte del “desarrollo humano
integral, a nivel emocional, cognitivo, social y cultural”. Insistiendo en el fortalecimiento
de “la educación musical en el sistema escolar”, la “formación de audiencias”, así como “en
el desarrollo y proyección de talentos…”. (Ottone, 2017: 10). Esto significa que el concepto
“audiencia”, se ha transformado en una categoría epistémica: la podemos pensar, la
identificamos, la caracterizamos, e intentamos orientar sus gustos y “consumos”.
Es importante destacar el énfasis puesto en el concepto acceso antes mencionado, el
que, visto desde una perspectiva económica, se traduce en la posibilidad de que las
personas participen de las actividades, independientemente de su poder adquisitivo;
fortaleciendo de paso, la equidad de la política y el sentido democrático del modelo, siendo
la gestión cultural el eje que articula este énfasis. El objetivo, entonces, está puesto en
favorecer el consumo de la cultura y las artes, orientando las acciones hacia diversos fines:
estéticos, ideológicos, políticos y/o económicos. Aquí se observa, además, otro aspecto que
llama profundamente la atención, y es que tradicionalmente la responsabilidad y ocupación
2 Ver en: http://csociales.uahurtado.cl/cisoc-y-gam-organizan-seminario-sobre-formacion-de-audiencias/;
http://seminariodeaudiencias.cl/pdf/2012/comunicado%20seminario%202.pdf
http://www.gam.cl/actividades/seminario-de-formacion-de-audiencias-y-marketing-d/;
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de lo que ocurre en las escuelas, ha recaído en el Ministerio de Educación. Pero, respecto
del tema que nos ocupa, se ha involucrado el Ministerio de las Culturas y las Artes. En el
primer caso, el interés ha sido afianzar la presencia de la música en el espacio escolar,
ocupándose de los contenidos y cómo enseñarlos en cada nivel; y en el segundo, su
propósito final es el impacto en la industria.
Esto nos lleva a pensar -haciendo un símil, claro- en otro momento de la historia de
nuestra cultura. En un mundo gobernado por la idea de dios, y poniendo a éste como espejo
de hombres y mujeres, se entiende que el arte y la música se refiera fundamental y casi
exclusivamente al dogma, la fe y la religión. En el mismo sentido: en un mundo gobernado
por el capital, toda expresión artística está determinada por la economía.
Con estas ideas salimos a preguntar ¿qué pasa en los liceos y colegios respecto de
este nuevo enfoque?, ¿son esos ritos o actos donde aquello se hace efectivo y cobran vida?
Sabemos que en el espacio escolar la música está presente en dos momentos solamente: las
aulas de clase y en los actos donde se muestra. Entonces extendimos la interrogante. Se
entrevistó a profesores de música de ocho establecimientos con distintos modelo educativo:
particular pagado religioso, particular subvencionado religioso, particular laico, municipal,
pre-militar, liceo emblemático municipal. Consultados respecto de la importancia que
asignan a la presencia de la música en los llamados “actos escolares”, casi sin excepción le
asignaron un menor valor simbólico, en comparación con otras formas de expresión
presentes en dichos ritos. De igual manera, al ser consultados con relación a la música y las
distintas formas de pensamiento ideológico que transitan por estos actos, tres lo tenían muy
claro: aquellos de los colegios religiosos, pre-militar y uno de los colegios particulares,
donde había mucha actividad en torno a los actos como: el día de la tierra, de la ecología o
de los pueblos originarios. El resto de los profesores no se habían detenido en aquello, y
entendían su presencia como una “actividad artística”, exenta de otra forma de
pensamiento. Con relación al concepto formación de audiencia, ninguno sabía de su
existencia. Pero ya volveremos sobre esta idea.
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Sin embargo, cuando preguntamos por el repertorio que se emplea en cada uno de
esos actos, y por tanto, en el trabajo que desempeñan los profesores, todo y todos estaban
absolutamente vinculados con la efeméride objeto de celebración. Para los ritos religiosos,
música en el mismo sentido; los actos republicanos, como las fiestas de septiembre, música
folclórica de distintos estilos y formas. En la escuela pre-militar, se cantan y tocan marchas
todo el año. Dicho sea de paso, en la ciudad de Quillota aquello es paradigmático: la gran
mayoría de los establecimientos escolares tienen bandas de guerra y para el 21 de mayo de
cada año, se paraliza la ciudad, pues el “desfile” dura muchas horas, recorriendo las calles
principales. Pero también, todos los profesores consultados manifestaron que hacían uso de
la música que circula por los circuitos comerciales de la industria, y una gran cantidad de
aquella producción, es usada como parte de los contenidos que dan vida al sentido de los
actos en la escuela.
Entonces consultamos por el PEI (Proyecto Educativo Institucional) de los
establecimientos y nos dimos cuenta que en ellos, los principios que soportan la formación
que se imparte son muy claros; están ahí, declarados. En consecuencia, es en los actos y
ritos donde precisamente se “hacen carne” cada uno de esos pilares; y la música, en su
manera lúdica y entretenida, se transforma en un discurso más. O, dicho en palabras de
Foucault, en un dispositivo estratégico (Foucault, 1997; Agamben, 2011). Pero ocurre que
aquello no es así considerado por los profesores. Tras el discurso de la música todavía
impera una visión romántica y se observa, tanto al artista como a su forma de expresión,
desvinculado de otra forma de pensamiento; ajeno a una perspectiva ideológica y menos
aún como un dispositivo. Se la entiende como “una actividad artística”, en muchos casos
técnica y lo que es peor: desvalorizada.
Paul Ricoeur hace referencia a la necesidad que tienen los grupos sociales de
construirse una imagen; de verse reflejados en una idea de sí mismo. De “representarse, en
el sentido teatral de la palabra, de ponerse en juego y en escena” (Ricoeur, 2006: 282). Esto
se da, principalmente, cuando, a propósito del distanciamiento entre un hecho social y la
necesidad de repetir su energía original, ésta se replica mediante el rito. El papel del rito,
dice Ricoeur, “no consiste sólo en difundir la convicción más allá del círculo de los padres
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fundadores, […] sino también en perpetuar su energía inicial más allá del período de
efervescencia” (p. 282). Visto el tema que nos convoca desde este planteamiento, podemos
pensar que ese es, precisamente, el rol que cumplen los actos en la escuela. Es decir,
entramos de lleno en una de las dimensiones que tiene el accionar de la ideología, aquella
que se establecen mediante la repetición ritual que permite revivir el hecho que dio origen a
una idea fundante, con el objeto de construir un sentido de pertenencia e identidad.
III.- Lo anterior nos permite visibilizar las ideas esbozadas al comienzo respecto de
la implantación de una visión de mundo a través del accionar de estos ritos. Por una parte,
es claro que todo modelo político-económico requiere de ciertas acciones por donde
transiten sus principios e intereses. Y la escuela siempre ha cumplido esa función, aunque
no siempre aquello sea tan evidente. En este contexto, la enseñanza de la música cumple
con varios objetivos, tanto dentro de los ritos descritos, como respecto de la formación de
los niños y jóvenes que se insertarán en un paradigma social definido. Siendo así, la
formación de audiencia se corresponde con este modelo socio-cultural basado en el
consumo de la oferta artística, y no en el desarrollo de la creatividad musical o del uso de la
música para colaborar con la educación integral de los estudiantes.
Esto nos enfrenta con un problema presente en la formación de los profesores de la
especialidad. Ello se debe al difuso planteamiento teórico que hoy sostiene dicha
educación. El paso de la Educación Musical a la Enseñanza de la Música, con su
correspondiente profesor de educación musical y profesor de música, responde a visiones
de mundo muy distintas. La Educación Musical, en tanto disciplina pedagógica, consolidó
sus principios conforme los estudios de psicología fueron permeando los sistemas de
educación. De ahí que modificó su interés por la música, en tanto disciplina artística y
lenguaje simbólico no representativo, hacia el uso de las potencialidades que ésta tiene,
pero al servicio de la formación de los niños y jóvenes. Es decir, su foco no estaba en el
desarrollo del arte, sino en el crecimiento de los estudiantes que asistían a la escuela; en el
desarrollo de la creatividad y de todas las capacidades que la música permite impulsar. Este
enfoque contó con aportes de importantes autores, tales como Edgar Willems, Leonard
Mayer, Violeta Hemsy de Gainza, Murray Schafer, e incluso Herbert Read con su
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propuesta de educación a través del arte. En la otra vereda, la enseñanza de la música tiene
puesto su mirada en la expresión musical; en este lenguaje que articula sonidos para
transmitir su mensaje artístico; aunque en algunos casos no se pierda de vista la carga
simbólica que contiene. Sin embargo, el trabajo es más técnico y el resultado: estético.
Aquí nos enfrentamos a una paradoja que permitiría comprender la baja valoración
que los profesores de música, en general, asignan a los actos escolares. Considerando que el
producto de los ritos y actos no entran en las estadísticas de las pruebas estandarizadas, en
un contexto educativo donde los resultados deben ser matematizables, la actividad pasa por
una anécdota. Pues, como dice Deleuze (2014) las representaciones no se pueden
cuantificar. Aunque el peso que estos ritos tienen una impronta marcada a fuego en el
historial de cada niño y joven, dado que sus frutos transitan subrepticiamente como parte de
la formación escolar, su impacto se verá reflejado de otra manera, quedando fuera del
alcance de los datos objetivados.
Y, por otro lado, aun cuando los profesores de la especialidad mantienen la idea de
que su disciplina se levanta desde la visión y objetivos de la Educación Musical, en la
práctica lo que hacen es enseñar música, colaborando así con el sistema impuesto.
Bibliografía
DELEUZE, G. (1999). “¿Qué es un dispositivo?”. En: Michel Foucault, Filósofo. Balbier,
E. y otros. Editorial Gedisa. Barcelona.
DELEUZE, G. (2014). El poder. Curso sobre Foucault. Tomo II. Editorial Cactus. Buenos
Aires.
HEMSY DE GAINZA, V. (1982). Ocho estudios de psicopedagogía musical. Paidos.
Argentina.
MAYER, L. (2001). Emoción y significado en la música. Alianza música. Madrid.
CONSEJO NACIONAL DE LA CULTURA Y LAS ARTES. Política Cultural 2011-2016.
http://www.cultura.gob.cl/programa cultura
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CONSEJO NACIONAL DE LA CULTURA Y LAS ARTES. (2017). “Política Nacional
del Campo de la Música 2017 – 2022”. Santiago de Chile.
RICOEUR, Paul (2006). El conflicto de las interpretaciones. Ensayos de Hermenéutica.
Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, Argentina
WILLEMS, Edgar (1969). Las bases psicológicas de la educación musical. Editorial
Universitaria. Buenos Aires, Argentina.
http://csociales.uahurtado.cl/cisoc-y-gam-organizan-seminario-sobre-formacion-de-
audiencias/
http://seminariodeaudiencias.cl/pdf/2012/comunicado%20seminario%202.pdf
http://www.gam.cl/actividades/seminario-de-formacion-de-audiencias-y-marketing-d/
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Homenaje a Viola Soto Guzmán
El 6 de septiembre del año recién pasado, se logró concretar la entrega de la
biblioteca personal de la destacada profesora y Premio Nacional de Educación Viola Soto
Guzmán, a nuestra casa de estudios. Como parte de ese acto la familia hizo entrega,
asimismo, de varios documentos y medallas que fueron otorgada a la maestra en el
transcurso de su trayectoria, tal y como ella estableció en su testamento.
Este homenaje estuvo presidido por el rector de nuestra institución, prof. Jaime
Espinoza Araya; autoridades de la casa de estudio; Viola Soto Pinto, hija de la
homenajeada; entre otros destacados profesores y amigos que conocieron y trabajaron con
la académica.
Esta fecha tiene para nosotros una doble connotación: rendir el merecido homenaje
a una colega que dignificó nuestro quehacer y constituirse en el punto de origen de nuestro
Grupo de Estudios Universitarios Viola Soto.
En esa oportunidad el profesor Vidal Basoalto, académico del Departamento de
Formación Pedagógica de nuestra universidad, ofreció en representación nuestra el discurso
de saludo, que a continuación ofrecemos in extenso.
Muy buenos días a todas y a todos…
Saludamos al señor rector Jaime Espinoza Araya, a las autoridades universitarias, decanas
(Patricia Vásquez, Carmen Balart, Ana María Figueroa), al decano Juan Vargas, Director
de Extensión, Luis Alfredo Espinoza, Directores de Departamentos.
Al profesor Jorge Pavez Urrutia, Director del Liceo A-5 Mercedes Marín del Solar;
Saludamos especialmente a la profesora María Victoria Peralta, a Viola Pinto Soto, hija de
nuestra homenajeada; a Lucia Godoy Gutiérrez, Coordinadora Patrimonio Histórico
Cultural de la UMCE, a Bruno Contreras director de la Biblioteca Central de la
Universidad, a los invitados, ex rector Raúl Navarro Piñeiro; ex académicos de la UMCE,
académicos, profesores, estudiantes, amigos todos.
El Grupo de Estudios Universitarios me ha designado para que pronuncie unas breves
palabras para homenajear a nuestra maestra Viola Soto Guzmán. Y desde ya agradezco
profundamente tal distinción, la que asumo con orgullo.
Quisiera partir recordando la forma como nos relacionábamos con nuestra querida
profesora Viola Soto, lo hacíamos utilizando el vocablo “compañera”.
Recuerdo que ella misma nos explicó, allá en el Primer Congreso Pedagógico realizado por
el Colegio de Profesores de Chile el año 2005 denominado construyendo espacios de
reflexión: orientaciones curriculares para una sociedad democrática, que el término
compañero o compañera es de larga data. Hace referencia a los trabajadores artesanos
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medievales, que en sus momentos de descanso se reunían a compartir el pan; alimento vital
de su existencia. Ese mismo alimento fue el que nos compartió en aquel congreso y que hoy
día nuevamente nos alimenta, pero ahora con su legado.
Por eso, querida Viola, te llamaremos compañera. Porque compartiremos aquí lo que nos
legaste y nosotros te iremos contando lo que ha ocurrido en este año de tu partida. Aunque
sigues con nosotros; nutriendo nuestra vocación y alimentando esto que nos convoca: la
educación de los niños y jóvenes de nuestro país. Al igual que Sócrates con sus discípulos,
imaginaré en esta ocasión un diálogo contigo, compañera maestra.
Me imagino, por ejemplo, tu respuesta a una invocación como esta:
Ya que he sido convocada, recordaré que soñar con cosas imposibles se llama utopía;
luchar por objetivos no sólo alcanzables, sino imprescindibles, se llama realismo.
Y luego dirías:
Sería erróneo suponer que tal objetivo obedecería simplemente a una motivación
ideológica. Se trata de algo que va más allá: de nobles y muy justificables sentimientos de
justicia, y profundos deseos, de que todos los seres humanos puedan alcanzar sus metas a
través de una educación digna.
Una de mis constantes preocupaciones, ya saben, era la relación escuela/comunidad.
Mientras cumplía con la responsabilidad de ser Vicerrectora Académica de nuestra
universidad, nos hicimos la pregunta: “¿Qué hace la escuela y la comunidad educativa
para contribuir a una democracia responsable?”
Fue así que instalamos en la reflexión colectiva la idea de introducir una relación
permanente entre teoría y práctica en la formación de profesores. Desde el inicio de la
carrera docente, con la participación de todas las disciplinas fundantes y aplicadas de la
formación pedagógica común.
Otra de mis preocupaciones, fue contextualizar permanentemente el fenómeno educativo en
directa relación con la problemática política, social, económica y cultural, que afecta las
formas de vida de nuestros connacionales. Y abandonar, de una vez, las posiciones
educacionales que tienden a mantenerse en el estudio de lo universal, para penetrarlo
desde la perspectiva de las problemáticas propias.
Me acuerdo de eso querida maestra. También lo dejaste escrito y hoy es nuestra misión
hacerlo carne.
Una tercera idea fue la generación de currículos pertinentes, donde se armonice la
diversidad cultural con que llegan a la escuela los niños y jóvenes y los saberes
sistematizados de la ciencia y la técnica, el arte y la filosofía.
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Compañera Viola, nos gustaría contarte que hemos asumido cada una de tus
preocupaciones. Este ha sido un año particularmente significativo, lleno de importantes
aniversarios:
- Se cumplieron ya cincuenta años de la Reforma Agraria, quizás una de las
transformaciones sociales más grandes producidas en nuestro país, que puso fin al
inquilinaje y dignificó la labor campesina.
- El 11 de julio se celebraron los cuarenta y seis años de la Nacionalización del
Cobre. La segunda gran independencia alcanzada por nuestro país, la que fue
resuelta unánimemente en el congreso de la época. ¿Te acuerdas, cierto?
- El 11 de agosto pasado, se conmemoraron cincuenta años de la toma de la Casa
Central de la Universidad Católica. Se dio inicio así a la gran reforma universitaria.
- Tanto dentro como fuera de nuestro país se están celebrando los 100 años de nuestra
multifacética artista Violeta Parra. Y Joan Jara, junto a su hija Amanda recibieron la
noticia que una corte de Florida en EE.UU. comenzó a hacer justicia por la muerte
de Víctor, condenando a un oficial chileno como responsable de ese crimen.
En materia educativa, te contamos que se encuentra en el Congreso para ser promulgada la
Nueva Ley sobre Educación Pública. Terminando con ello la municipalización y creando
los Servicios Locales de Educación. Y ayer, se dio inicio a la discusión del Proyecto de Ley
que intenta reformar a la Educación Superior, la que más adelante me referiré.
Vamos a tener tiempo suficiente para trabajar sobre cada uno de estos temas. Por ahora te
contamos que nuestro Grupo de Estudios Universitarios, que se ha honrado en llevar tu
nombre, intenta acoger esas voces de nuestra comunidad, no siempre fuerte; a veces
susurros; pero que piden participar. Voces desordenadas que discuten desde la emoción; sin
mucha claridad: pura forma, quizá. Se nota el vacío de tu palabra, llena de contenido.
No podemos hacer otra cosa que comprometer nuestra voz, para que la palabra circule y las
ideas se intercambien sin limitación ninguna; para que éstas vayan y vengan entre todos
nosotros.
Asumimos una opinión crítica respecto de quienes pretenden legitimar la universidad como
un modelo de empresa. Que es la lógica con la cual se ha construido esta nueva Ley, donde,
entre otras cosas, la autoridad es un mero gestionador.
En cambio, pensamos en una universidad participativa y democrática. Una universidad que
respeta la libertad de investigación y la libertad académica. Aunque aquello, incluso,
implique disentir de la voz oficial. Esa característica, creemos, da garantía de verdadera
vida universitaria.
Por otro lado, pensamos, que el Estado tiene el deber jurídico de dar cumplimiento al
derecho a la educación superior que está consagrado en el Pacto de los Derechos Sociales,
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Económicos y Culturales. La que en su artículo 13 y 14 obliga a sus miembros, a
proporcionar educación gratuita y de calidad.
A veces se nos olvida que nuestra propia Constitución Política reconoce que el Estado está
obligado a “…fomentar el desarrollo de la educación en todos sus niveles; estimular la
investigación científica y tecnológica, la creación artística y la protección e incremento del
patrimonio cultural de la Nación”.
Esta nueva Ley de Universidades que se discute en el Parlamento, nos interpela: ¿puede el
Estado favorecer a las universidades estatales? O ¿por qué el Estado puede financiar
principalmente a aquellas y no a las universidades privadas? La respuesta es muy simple,
porque lo faculta la norma jurídica. Lo faculta los derechos sociales, económicos y
culturales, los derechos fundamentales de las personas y la propia Constitución Política de
Chile, que le otorga el mandato para que ejerza su derecho a entregar educación.
¿Cuándo es prohibida esta medida? Cuando el trato favorable del Estado hacia las
universidades estatales es discriminatorio. Y ¿cuándo es discriminatorio?, cuando la
decisión tomada no es razonable. Y este concepto ya lo zanjó la Ley sobre discriminación,
al acudir a la definición aristotélica de “actuar según el bien”; es decir: sólo no es razonable
cuando se toma una decisión que no va en beneficio de las personas, sino en su menoscabo
o detrimento. Otra característica discriminatoria es cuando es ilegal o contraria a derecho;
otra, que las discriminaciones son contrarias a la ética.
Entonces llegamos al punto definitivo de la tensión sobre el proyecto de esta Ley ¿Puede el
Estado tener un trato diferenciado sobre sus universidades estatales?
La respuesta es: no puede; debe. Primero, porque al hacerlo cumple con sus deberes
jurídicos; segundo, porque no es contraria al sentido común o de la ética; tercero, porque es
razonable hacerlo; y cuarto, porque está absolutamente justificada.
Querida compañera maestra, nos hacen sentido tus palabras: no hay educación sin libertad
y el Estado tiene el deber de garantizar el ejercicio de esa libertad. Así nos hacías pensar,
cuando nos desafiabas a no olvidar que la educación es un derecho habilitante, porque la
educación habilita para la libertad y habilita para la dignidad.
Por ello convocamos a todas y a todos a ayudar al Estado a que cumpla con el deber
jurídico constitucional, demandado, además, por los pactos internacionales, de otorgar el
servicio público al que está obligado. Es decir, a financiar y caracterizar una universidad
cuyo principal rol es investigar; crear; pensar el país para su transformación; transformar
ese conocimiento en un capital cultural, en un capital social, hoy llamado extensión y
vinculación con el medio. Y, finalmente, la actividad docente al cual, tú querida
compañera, tanto has aportado.
Muchas gracias por estar aquí con nosotros, en este día tan especial y permitirnos este
diálogo con quien nos convoca esta vez: nuestra maestra Viola Soto Guzmán.
Muchas gracias a todas y todos
Santiago, 6 de septiembre de 2017.
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GRUPO DE ESTUDIOS UNIVERSITARIO VIOLA SOTO GUZMÁN - UMCE
DECLARACION DE PRINCIPIOS
Santiago, 27 de junio de 2018
¿Quiénes somos?
El Grupo de Estudios Universitario Viola Soto Guzmán (en adelante GEUVS) es
una instancia de discusión universitaria integrada por académicas y académicos de las
cuatro Facultades de la UMCE. Nace con posterioridad a las elecciones de Rector del año
2017, y reúne a quienes aspirábamos a un cambio en el gobierno universitario. En la
actualidad compartimos un diagnóstico crítico sobre el estado de nuestra institución y de la
educación pública en general.
Nos identificamos una política académica que se sustenta en la democracia interna,
la probidad y la transparencia en todos los ámbitos de la institucional. Nos inspira la
necesidad de una comunidad crítica y activa en todas las instancias intelectuales y de
gestión interna en nuestra universidad, resguardando los principios éticos que posibiliten la
convivencia institucional. Nos declaramos comprometidos con la justicia social y el aporte
que nuestra universidad puede hacer en tal sentido.
Las académicas y académicos del GEUVS nos desempeñamos en diversas
instancias de la actividad universitaria, abarcando desde el ámbito de la docencia en pre y
postgrado; en proyectos de investigación y publicaciones referidas a las disciplinas
particulares y la pedagogía en general; en la extensión universitaria y actividades de
vinculación con el medio; hasta la experiencia en cargos de gestión académica a escala
departamental, de Facultades y en cuerpos colegiados institucionales. En síntesis, somos
profesionales con múltiples experiencias académicas y de gestión, cuyo denominador
común es el respeto e identificación con la trayectoria que ha tenido nuestra casa de
estudios superiores en la historia de la educación de nuestro país.
¿Cuál es nuestro propósito?
El GEUVS reivindica la necesidad del ejercicio académico en diferentes ámbitos del
escenario educativo nacional, desde una perspectiva crítica y autocrítica que promueva la
mirada interdisciplinaria, inspirada en las enseñanzas que nos legara la profesora Viola
Soto Guzmán, Premio Nacional de Educación 1991, en cuanto a su compromiso con la
educación pública, democrática y reflexiva.
¿Cuáles son nuestros principios?
Nuestros principios se basan en:
• La defensa de la educación pública y la reflexión permanente sobre las demandas
que la sociedad exige a nuestra universidad.
• La práctica educativa inclusiva enmarcada en el respeto a una sociedad diversa en
todas sus manifestaciones.
• La justicia social.
• El sentido de la autocrítica como motor de cambio para el desarrollo de la
comunidad universitaria.
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• El concebir nuestro accionar en la formación de un intelectual al servicio del
desarrollo de un sujeto transformador de su entorno.
• La verdad y la transparencia en los procesos universitarios.
• La puesta en práctica de los valores de probidad y respeto mutuo en el ejercicio
académico.
• El valor de la democracia y la inclusión de las minorías.
Cuando nos planteamos repensar la universidad nos referimos también a nuestra crítica
a un modelo económico centrado en la subsistencia de las instituciones de educación
superior. Nos comprometemos con un modelo que releve la producción intelectual libre y
abierta a las más amplias expresiones artísticas, culturales, científicas y sociales que
garanticen la autonomía académica.
Finalmente, consideramos que la UMCE requiere mirarse frente a un espejo autocrítico
y reconocer que su actual estado responde a una propuesta institucional que nació con el
quiebre de la democracia y la posterior atomización de la educación universitaria estatal. Es
por ello que se hacen necesarias las voces académicas que permitan construir una
institución con sentido universitario al servicio del país, que posibiliten la instalación de un
proyecto político que ha estado ausente del debate al interior de la universidad.
“Yo viví en la época de la visibilidad (y reconocimiento) de los profesores”
(Viola Soto Guzmán)
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CRITERIOS EDITORIALES PARA LA PROXIMA CONVOCATORIA
I. REQUISITOS PARA LA RECEPCIÓN DE ORIGINALES
Los interesados en publicar en Revista Escrituras Universitarias deben considerar los
siguientes requisitos:
a) Se reciben artículos, ensayos y reseñas en español, con resumen en inglés.
b) Los trabajos remitidos para su posible publicación deben ser originales e inéditos. Se
pide, asimismo, que los autores no sometan su propuesta a evaluación simultánea en otros
medios de publicación.
c) El documento debe tener una extensión máxima de 3.000 palabras y no menos de 2.000.
La extensión debe incluir tablas (cuadros), imágenes (gráficas, fotografías), pie de páginas.
Las referencias bibliográficas (en orden alfabético) no se consideran en este número de
palabras.
ARTÍCULOS
I. ESTRUCTURA Y EXTENSIÓN
a. El texto debe escribir en formato Word, con letra Times New Roman o Calibrí 12
para el cuerpo y 10 para las notas a pie de página. El espaciado será de 1,5 y los
márgenes en formato “normal” (superior e inferior a 2,5 cm. y derecha e izquierda a
3 cm.)
b. Debe ir precedido de un resumen (con un máximo de 150 palabras) y palabras clave
(máximo de 4), tanto en español como en inglés.
c. Con relación al estilo, siempre debe ir en cursiva los títulos de libro, las obras de
arte, las composiciones originales.
d. Se podrán incluir imágenes, las que deben entregarse en una carpeta aparte en
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formato JPG (mínimo 300 DPI). En el texto aparecerá entre paréntesis la referencia
para la ubicación de las imágenes (Ej. Fig. 1, Título (en cursiva), autor/a, fecha,
localización)
e. Para las referencias bibliográficas se pide Normas APA, que aparecer en el propio
texto y entre paréntesis, y considera los apellidos, el año de edición y las páginas.
Ej.: (Mistral, 1946, 15).
En caso de dos autores: (Horkhemier y Adorno, 2003: 97).
En caso de tres o más autores: (Balbier, et al., 1999: 126).
Si hubiera varias referencias sobre el mismo autor, se distinguirán con orden alfabético:
(Ricoeur, 1999a: 38).
NOTAS A PIE DE PÁGINA
f. Las notas a pie de página se utilizarán para aclaraciones o comentarios a lo
expresado en el texto.
g. Se usarán también para referencias y/o comentarios a las citas bibliográficas.
h. Para referencias a documentos de archivo se citarán con su nombre completo la
primera vez que se utilice, seguido de la abreviatura entre paréntesis. Ejemplo:
Archivo de Biblioteca Nacional, Santiago (ABN, Santiago).
i. Todas las notas deben ir ordenadas numéricamente de manera sucesiva.
RESEÑAS
Las reseñas bibliográficas tendrán una extensión máxima de 2000 palabras y no menos de
1000. Se considerarán publicaciones relacionadas con las temáticas antes señaladas. La
reseña deberá incluir una ficha bibliográfica del libro y los datos de quien escribe: nombre
completo e institución. La portada deberá ser enviada en archivo aparte, en formato JPG, en
escala de grises y de resolución mínima de 300 DPI. Todas las reseñas remitidas a la revista
deben incluir el ISBN de los libros reseñados.
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II. BIBLIOGRAFIA
La bibliografía deberá aparecer al final del texto y deberán incluir solamente aquellas
referencias citadas en el texto. Se mantendrán las indicaciones del sistema APA:
1. MONOGRAFÍAS:
Un autor:
Ricoeur, P. (1999). Ideología y utopía. Gedisa, España.
Dos autores:
Hokheimer, M. y Adorno, Th. (2003). Dialéctica de la Ilustración. Editorial Trotta,
Madrid.
Tres o más autores:
Balbier, E. et al. Michel Foucault, filósofo. (1999). Editorial Gedisa, Madrid
Referencia a un libro digital:
Apellidos, inicial del nombre. Título de la obra. En: “dirección URL completa” y fecha de
consulta: día/mes/año.
2. CAPÍTULOS DE MONOGRAFÍAS:
Apellidos, Nombre (sólo inicial). “Título del capítulo entre comillas”, en: Apellidos e
inicial del nombre del editor/coordinador/director: Nombre de la obra en cursiva (p./pp.):
Editorial, Ciudad.
Ejemplo: Deleuze, G. (1999). “¿Qué es un dispositivo”. En: Balbier, E. Michel Foucault,
filósofo. (pp. 155-163). Editorial Gedisa, Madrid
3. REVISTAS:
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Apellidos, Nombre (sólo inicial). Título del capítulo, Nombre de la revista en cursiva,
Número de la revista (año entre paréntesis), p./ pp.
Si la revista es digital, a continuación de la paginación debe aparecer el DOI, o
identificador digital, o bien, la URL.
4. PÚBLICACIONES ELECTRÓNICAS:
Se usarán los modelos antes citados para libros/monografías o para revistas, debiéndose
añadir la fecha de consulta entre corchetes y a continuación el enlace entre guiones.
Ej.: Bordieu, P. El sentido social del gusto. Editorial Siglo XXI, 2010, Buenos Aires
[consulta: 09-06-2018], p. 25.
http://www.sigloxxieditores.com.ar/pdfs/bourdieu_sentido_social_del_gusto.pdf