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Nuestros consue- gros Jim y Margaret Scott con sus quince hijos se ven en la foto aquí. Nueve hijos son naturales y seis son adoptados de orfanatos en Vietnam y Guatema- la. Ellos nos han ense- ñado que las familias cristianas pueden adoptar más hijos aunque ya tienen muchos. Me han dicho que es la volun- tad de Dios rescatar a los niños perdidos, espe- cialmente a los que nadie quiere. Al incorporar estos pequeños en nuestras familias, recibirán el mismo amor, disciplina y entrenamiento que nuestros propios hijos, llegando así a ser discí- pulos de Cristo. Pues el Señor mandó, “Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; por- que de los tales es el reino de los cielos.” (Mateo 19:14.) Hemos conocido a otras familias que han hecho esto (Darío y Pati Clingan y otros) y nos parece muy hermoso como los nuevos hijos se injertan 100% en la familia cristiana. Creo que esto es muy agradable al Señor. Aunque las instituciones del gobierno están tratando de ayudar a los niños abandonados, y algunas iglesias también, veo que la familia cristiana es un mejor lugar para los niños que las institu- ciones. Personalmente yo no quisiera ver a mis hijos en una institución. Por unos años nuestras hijas han estado pidiendo en oración cada día para que Dios nos envíe más hijos. Aunque ya tenemos diez hijos y diez nietos, y aunque físicamente no podemos tener más hijos, nuestras hijas siguen pidiendo. ¿Y yo? Ahí estoy oyendo sus oraciones precio- sas cada día, y esperando. Qué hermosa fe tie- nen los hijos pequeños. Si sus hijos empiezan a pedir a Dios, ¡prepárense! Algo va a suceder. Nunca me imaginaba cómo todo comen- zaría. Para nosotros todo empezó cuando los niños de la calle se rieron de las llantas de la bicicleta de Alfonso. Este pobre niño de ocho años no tenía dinero para arreglar las dos llantas reventadas. Por eso, había puesto pedazos de manguera flexible dentro de cada llanta para que no estuvieren tan desinfladas. Se veían chistosas así, y los niños estaban riéndose de él. Uno de estos niños había traído su bici- cleta a nuestro hijo Jaime para arreglar algo, y los demás habían venido a mirar. Jaime los oyó reir y les preguntó, “¿Por qué están riendo? ¿Por qué no le damos dinero para que compre nuevas cámaras? Yo doy diez pesos.” Otro niño inmediatamente dijo, “Yo tam- bién doy diez.” Y ya todos se sentían obligados a ayudar porque se habían estado riendo. Corrieron a sus casas y trajeron el dinero. Jaime fue al taller de bicicletas, compró dos cámaras, y pronto Asociación Amós 5:24 14 Dic 2004 Para los Padres que quieren enseñar a sus hijos en casa. Nunca Me Imaginaba La Asociación Amós 5:24, Monterrey, México. [email protected] http://www.amos524.org Tel: (81)8387-0842 1 Abelardo Alfonso Armando

Nunca Me Imaginaba Asociación Amós 5:24 de … · Ahí estoy oyendo sus oraciones precio-sas cada día, y esperando. Qué hermosa fe tie-nen los hijos pequeños. Si sus hijos empiezan

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Nuestros consue-gros Jim y MargaretScott con sus quincehijos se ven en la fotoaquí. Nueve hijos sonnaturales y seis sonadoptados de orfanatosen Vietnam y Guatema-la. Ellos nos han ense-ñado que las familiascristianas pueden adoptar más hijos aunque yatienen muchos. Me han dicho que es la volun-tad de Dios rescatar a los niños perdidos, espe-cialmente a los que nadie quiere. Al incorporarestos pequeños en nuestras familias, recibiránel mismo amor, disciplina y entrenamiento quenuestros propios hijos, llegando así a ser discí-pulos de Cristo. Pues el Señor mandó, “Dejada los niños venir a mí, y no se lo impidáis; por-que de los tales es el reino de los cielos.”(Mateo 19:14.)

Hemos conocido a otras familias que hanhecho esto (Darío y Pati Clingan y otros) y nosparece muy hermoso como los nuevos hijos seinjertan 100% en la familia cristiana. Creo queesto es muy agradable al Señor. Aunque lasinstituciones del gobierno están tratando deayudar a los niños abandonados, y algunasiglesias también, veo que la familia cristiana esun mejor lugar para los niños que las institu-ciones. Personalmente yo no quisiera ver a mishijos en una institución.

Por unos años nuestras hijas han estadopidiendo en oración cada día para que Dios nosenvíe más hijos. Aunque ya tenemos diez hijosy diez nietos, y aunque físicamente no podemostener más hijos, nuestras hijas siguen pidiendo.¿Y yo? Ahí estoy oyendo sus oraciones precio-sas cada día, y esperando. Qué hermosa fe tie-nen los hijos pequeños. Si sus hijos empiezan apedir a Dios, ¡prepárense! Algo va a suceder.

Nunca me imaginaba cómo todo comen-zaría. Para nosotros todo empezó cuando los

niños de la calle se rieron de las llantas de labicicleta de Alfonso. Este pobre niño de ochoaños no tenía dinero para arreglar las dos llantasreventadas. Por eso, había puesto pedazos demanguera flexible dentro de cada llanta para queno estuvieren tan desinfladas. Se veían chistosasasí, y los niños estaban riéndose de él.

Uno de estos niños había traído su bici-cleta a nuestro hijo Jaime para arreglar algo, ylos demás habían venido a mirar. Jaime los oyóreir y les preguntó, “¿Por qué están riendo? ¿Porqué no le damos dinero para que compre nuevascámaras? Yo doy diez pesos.”

Otro niño inmediatamente dijo, “Yo tam-bién doy diez.” Y ya todos se sentían obligados aayudar porque se habían estado riendo. Corrierona sus casas y trajeron el dinero. Jaime fue al tallerde bicicletas, compró dos cámaras, y pronto

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Nunca Me Imaginaba

La Asociación Amós 5:24, Monterrey, México. [email protected]

http://www.amos524.org Tel: (81)8387-0842

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AbelardoAlfonso

Armando

Alfonso andaba en sus llantas buenas, sintién-dose muy contento. Ahora su único problemaera que tenía que frenar su bicicleta con su piedescalzo encima de la llanta que giraba.

Alfonso tiene un hermano que sellama Armando, de cuatro años, y otro que sellama Abelardo, de diez años. Su papá murióhace cuatro años y su mamá trabaja y no loscuida. Ella no se preocupaba por dónde esta-ban sus hijos. Dormían en cualquier lugar, ya veces la gente los encontraba durmiendo enla plaza o en los portales de las casas. Re-cientemente Abelardo se fue a trabajar conunos señores que viajan de pueblo en pueblo,vendiendo cerveza en los bailes. Le pagabanpor juntar los envases vacíos.

Hace un mes Alfonso estaba jugando con otrosniños en otro pueblo a una hora de aquí en carro, y sesubió arriba de la plaza de toros, de donde se cayó. Lolevantaron inconsciente y lo llevaron al hospital, yllegó aquí el rumor de que había muerto. Pero nomurió, y pronto estaba de regreso aquí en su pueblovagando con su hermanito Armando. Estaban rondan-do con otros niños, algunos de los cuales toman alco-hol y usan cocaína.

Jaime sintió lástima por Alfonso y Armando, ypidió permiso para que se quedaran aquí. Mi esposa yyo le dimos permiso. Su hermanito Abelardo vino unosdías después. Son niños humildes a pesar de todo lo quehan pasado. Sin embargo tratamos de cuidar a nuestrospropios hijos de cualquier mal hábito que trajeran.

Ahora Armandito es el proyecto de Jaime ysigue a Jaime dondequiera. Alfonso está asignado anuestro hijo José, y Abelardo a nuestro otro hijoRoberto. Su madre ha venido para saber lo que estápasando aquí, y ella está muy contenta con la situación.Su esposo murió de alcohólico cuando Armando nació,y los niños no han tenido un padre desde entonces.

Nuestra vecina ahora es regidora del municipio,y ella ha estado enterada de la condición de estosniños. Un pariente de ellos ya había solicitado al DIF allevarlos a un internado, y ella nos dijo que para que nosuceda eso, ella nos puede ayudar a firmar un docu-mento para darnos la custodia. La mamá de los niñosestá de acuerdo porque ella reconoce el problema y noquiere que el gobierno los lleve.

Después de esto visitamos a un orfanato cristia-no que se llama Casasistencia en Atizapán, Estado deMéxico. La directora nos entrevistó, y nos informó quehay unos niños discapacitados que nadie quiere adop-tar. Nos llevó a visitar a un niño de nueve años de edadcon parálisis cerebral. Su mamá no lo estaba cuidandobien, y el gobierno se lo quitó porque se consideró queel niño estaba muriéndose de hambre. La directora nospreguntó si estuviéramos dispuestos a cuidar a ese niñoy posiblemente adoptarlo. Todos nos sentimos muyconfiados de que el Señor nos ayudaría para hacer esto.

El 20 de noviembre vinieron ocho hermanos de

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Casasistencia

Rosalba de Barrios, directora de Casasistencia

Casasistencia (con sus hijos) para traernos a Raúl. Nosexplicaron cómo hacer terapias con él y cómo cuidar-lo. Dos de las hermanas de Casasistencia se quedaronaquí cinco días para orientarnos. Qué preciosa labor enel Señor hacen todos los hermanos de Casasistencia, ytodos son voluntarios, donando su tiempo para ayudara los pequeños. Nuestro hijo Mateo se va a encargar deRaúl para cuidarlo cada día, cambiarlo, darle sus tera-pias y enseñarle a hacer nuevas cosas.

Nuestros hijos grandes están enseñando a lospequeños a leer, a copiar la Biblia, a hacer quehaceresy proyectos. También los están disciplinando cuandodesobedecen. Estoy admirado de su habilidad de corre-gir a los niños con firmeza y amor, explicándoles cómodeben portarse.

Jesús no quiere que rechacemos a estos peque-ños. Nos ha capacitado como familia por muchos añospara poder ayudarlos. Creo que esto es una parte muyimportante de la educación cristiana. Jesucristo andabaayudando a los oprimidos por el diablo, y ahora él quie-re enseñarnos a hacer lo mismo. Esto podemos enseñara nuestros hijos. Pienso que esta actitud de misericordiavale más ante el Señor que las materias académicas.

En este corto período he visto cómo nuestroshijos grandes han madurado para asumir esta responsabi-lidad. Ellos se dan cuenta de que su comportamiento, seabueno o malo, es un ejemplo para los pequeños, y esto losmotiva a portarse bien. Cuando ellos tratan de corregir alos pequeños, tienen que aplicar las verdades bíblicas quehan oído toda su vida, y esto les ayuda a entender por quéla verdad es necesaria.

El gobierno no sabe quéhacer con tantos niños indiscipli-nados. Los pueden poner en insti-tuciones o pagar para que alguienlos cuide, pero estas solucionesgeneran otros problemas.

Ciertamente Jesucristo tieneuna mejor solución. ¿Qué mejorque miles de familias cristianas quereciban a un niño o dos en sushogares y los disciplinan en elcamino del Señor? Esto es “hacerdiscípulos”. No obstante, la mayo-ría de familias cristianas estánexperimentando bastantes proble-mas con sus propios hijos, y noestán preparados todavía para esteministerio de amor. En general las

familias cristianas no tienen esta visión. Muy poco seha predicado acerca de esto en las iglesias, y los cris-tianos no han oído que se debe hacer esto.

¡Pero Dios es Dios! Nunca podemos imaginarcómo todo pueda comenzar. Para nosotros comenzó conpedazos de manguera dentro de la llanta de una bicicle-ta. Dios usa las cosas débiles. ✞

Raúl

Llorad con los que lloran

Los hermanos de Casasistencia que vinieron para traer a Raúl

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¿Pueden encontrar a Raúl?

Tres razonesque enseñamos

a los hijos en el hogarJesucristo profetizó: “Y os digo que ven-

drán muchos del oriente y del occidente, y sesentarán con Abraham e Isaac y Jacob en elreino de los cielos; mas los hijos del reinoserán echados a las tinieblas de afuera;allí será el lloro y el crujir de dien-tes.” (Mateo 8: 11-12.)

Si amamos a nuestroshijos, vamos a procurar sobre todacosa que vengan a sentarse en el reino de los cielos, yque no sean echados a las tinieblas de afuera. Por esto,enseñamos a nuestros hijos la Palabra de Dios, y lesenseñamos en el hogar.

Queremos que nues-tros hijos conozcan la verdady confíen sinceramente en elHijo de Dios, Jesucristo. Lamanera de conocer la verdady tener fe en el Hijo de Dios, esa través de la Palabra de Dios.

La Palabra de Dios es como una semilla, y elcorazón del niño es como tierra donde se siembra lasemilla. Al enseñar la Palabra de Dios a nuestros hijos,estamos sembrando la semilla en sus corazones. Esasemilla crecerá, y si no es impedida, producirá encada hijo la naturaleza divina (fe, virtud, cono-cimiento, dominio propio, paciencia,piedad, afecto fraternal y cari-dad). (Véase 2 Pedro 1: 1-11.)

¿Qué es una semilla?Es una fuente de vida. La vidano viene del aire, ni viene de latierra, ni viene del espacio, ni vienedel paso de tiempo. Viene de una semi-lla. La semilla contiene la vida, y precisamentedonde cae esa semilla, allí mismo aparecerá lavida. La vida no aparecerá en otro lugar.

Así sucede con la Palabra de Dios. Donde

cae la Palabra de Dios, aparecerá la vida que Jesucristoimparte a los hombres. Dios imparte la vida exclusiva-mente a través de la semilla que es su Palabra. Por esoJesucristo mandó a sus apóstoles a predicar su Palabraa todas las naciones.

Pero existen otras influencias que son impedi-mentos al crecimiento de la semilla. Jesucristo nos

advirtió de tres cosas que impiden eldesarrollo de la Palabra de Dios en

los hombres. En la parábola delsembrador (Lucas 8: 5-15) , com-

paró esos tres impedimentos a tres proble-mas que entienden todos los agricultores.

Primero, las aves son impedimentos porquecomen las semillas. Segundo, las piedras son

impedimentos porque detienen el desarrollo delas plantas. Tercero, los espinos (maleza) sonimpedimentos porque ahogan las plantas. Si la

semilla cae donde existen estos impedi-mentos, la semilla no producirá la vida.

La buena tierra es tierra libre de impedimentos.Como padres de familia, hacemos lo mismo que hacentodos los agricultores. Sembramos la Palabra en nuestros

hijos, y al mismo tiempoquitamos los impedimen-tos. No sembramos lasemilla juntamente con

las malas influencias. Lospadres de familia que proce-

den con la sabiduría que Dios da, están cumpliendo laEscritura que dice: “Dejad a los niños venir a mí, y no selo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos.”(Mateo 19:14.) Las palabras “no se lo impidáis” indicanque tenemos que evitar algo. Tenemos que evitar lasinfluencias que destruyen la vida que Dios imparte.

Puesto que entendemos esta enseñanza de Jesucristoacerca de los impedimentos, enseñamos a los hijos

en el hogar, y no los mandamos a las institucioneseducativas de este mundo.

En primer lugar, Jesús explicó que lasaves que devoran la semilla, representanal diablo, que devora la verdad. (Lucas8:12.) El diablo es el “padre de la menti-

ra”, y precisamente con esa herramienta(que se llama “mentira”) él quita la verdad dela gente. El diablo anda alrededor buscando a

quién devorar. En Génesis 3 vemos cómo devo-ró a Eva con una mentira. Con esa mentira condujo aEva a la incredulidad, la desobediencia y la muerte. De

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la misma manera, engaña al mundo entero. La Bibliadice: “...el mundo entero está bajo el maligno.” (1 Juan5:19.) Y por este motivo enseñamos a nuestros hijos enel hogar, y no los mandamos a las instituciones educa-tivas de este mundo, para que no aprendan las mentirasque el mundo cree.

Segundo, Jesús explicó que las piedras detienenel crecimiento de la semilla. Dijo que esto representa eltemor de aflicción y persecución. La gente no se atrevea hacer el bien por temor de lo que dirían los demás. Elmundo infunde este temor en la gente desde su niñez.Por la presión de grupo, los niños aprenden a no quererser diferentes, sino seguir a los demás. Por este motivoenseñamos a nuestros hijos en el hogar, y no los man-damos a las instituciones educativas de este mundo,para que no se les infunda el temor de los hombres.

En tercer lugar, Jesús explicó que los espinosahogan la semilla. Dijo: “La que cayó entre espinos,éstos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados porlos afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y nollevan fruto. ” (Luc 8:14.) El mundo ofrece honores yriquezas y placeres. Por causa de esta falsa motivación,protegemos a nuestros hijos, y no los mandamos a lasinstituciones educativas de este mundo. Dios dice:“Arad campo para vosotros, y no sembréis entre espi-nos.” (Jer 4:3.)

Jesús nos advirtió seriamente que estos tresimpedimentos destruirían la semilla de vida, que es laPalabra de Dios. Recordamos que Dios nos dice,“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porquede él mana la vida.” (Proverbios 4:23.) ✞

El Error Fatal de JosafatJosafat, rey de Judá, fue uno de los mejores

reyes, confiando en Jehová, pero perdió a todos sushijos. Esto sucedió porque buscó la amistad del ReyAcab, el rey mundano de Israel. Aunque Josafat fueadvertido por Dios en varias ocasiones, nunca hizocaso. Leemos en 1 Reyes 23:44, “Josafat hizo paz conel rey de Israel.” También dice en 2 Cron 18:1, “Tenía,pues, Josafat riquezas y gloria en abundancia; y contra-jo parentesco con Acab.” El hijo primogénito de Josafattomó a la hija de Acab por esposa.

Después de esto, el Rey Acab preguntó aJosafat, “¿Quieres venir conmigo a pelear contraRamot de Galaad?” Y Josafat contestó, “Yo soy comotú, y mi pueblo como tu pueblo, y mis caballos como

tus caballos.” Aunque el profeta Micaías advirtió aestos dos reyes que iban a fracasar en la guerra, Josafatsiguió a Acab a la batalla, donde Acab murió y Josafatescasamente se escapó con su vida. (1 Reyes 22.)

Cuando Josafat volvió a Jerusalén, le salió alencuentro el vidente Jehú hijo de Hanani, y dijo al reyJosafat: “¿Al impío das ayuda, y amas a los que abo-rrecen a Jehová? Pues ha salido de la presencia deJehová ira contra ti por esto. Pero se han hallado en tibuenas cosas, por cuanto has quitado de la tierra lasimágenes de Asera, y has dispuesto tu corazón parabuscar a Dios.” (2 Cron 19: 2-3.)

Después de esto Josafat trabó amistad con elhijo de Acab, el rey Ocozías, el cual era dado a la impie-dad, e hizo con él compañía para construir naves parair a Tarsis. Entonces el profeta Eliezer profetizó contraJosafat, diciendo: “Por cuanto has hecho compañía conOcozías, Jehová destruirá tus obras.” Y las naves serompieron, y no pudieron ir a Tarsis. (2 Cron 20:37.)

Después de la muerte de Ocozías, rey de Israel,otro hijo de Acab, que se llamaba Joram, llegó al trono,e invitó a Josafat a la guerra, diciendo, “El rey de Moabse ha rebelado contra mí: ¿irás tú conmigo a la guerracontra Moab?” Josafat le contestó, “Iré, porque yo soycomo tú; mi pueblo como tu pueblo, y mis caballoscomo los tuyos.” Esta vez casi perecieron sus dos ejér-citos de sed en el desierto. Sólo por la presencia delprofeta Eliseo, escaparon de la muerte porque Jehovámandó ríos de agua en el desierto. (2 Reyes 3.)

Cuando Josafat murió, su hijo Joram llegó altrono, y mató a espada a todos sus propios hermanos,los hijos de Josafat, porque su esposa era Atalía, la hijadel malvado Acab. Después, el mismo Joram murió deuna enfermedad de los intestinos, y casi todos sus hijosfueron matados por una banda de los árabes. Sólo suhijo menor Ocozías quedó con vida, y llegó al trono deJudá, pero fue matado cuando viajó a Samaria paravisitar a su tío Joram, rey de Israel.

Cuando Atalía, la madre de Ocozías supo quesu hijo había muerto, ella exterminó a todos los hijosde Ocozías, que eran sus propios nietos, y los bisnietosde Josafat. Sólo se escapó Joás el más pequeño, quienascendió al trono de Judá a los siete años de edad.

Los que minimizan los peligros de la amistad conel mundo, deben examinar la vida de Josafat. Este rey eratemeroso de Jehová, pero amigo de los enemigos de laverdad. Por tanto, sus hijos perecieron. Así nos pasará sisomos amigos del sistema educativo mundano. He aquí,otra razón por la cual enseñamos a los hijos en casa. ✞

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Mejor no enseñadoque mal enseñado

por Glenn Conjurske

Mucho mejor, pienso. Los no enseñados recibenla verdad con facilidad, cuando por el contrario es unforcejeo tremendo hacer que un rayo de luz penetre enlas mentes de los mal enseñados. Cuando ya se hayaestablecido un sistema de error en la mente, esa mentellega a ser casi inmune a la verdad. Esa mente ve todo através de lentes de falsedad, juzga todo por esas premi-sas falsas, pesa todo por medio de máximas falsas, deter-mina todo por falsas suposiciones. Es necesario desman-telar todo ese sistema falso poco a poco antes de que laverdad pueda establecerse en su lugar. Generalmenteeste trabajo ocupa mucho tiempo y es muy difícil.

Un proverbio popular dice: “La juventud y elpapel en blanco reciben cualquier impresión.” ¿Quiénno preferiría escribir en papel blanco que intentar escri-bir sus pensamientos en un papel ya lleno de lo queotro escribió? En el segundo caso, primero tendríamosque borrar lo antes escrito, y esto es mucho más difícilque simplemente escribir nuestros propios pensamien-tos. Y aun al borrar, nunca alcanzaríamos a quitar com-pletamente las palabras anteriores. Y todo esto simbo-liza el intento de enseñar a los mal enseñados. Paralograr que capten la verdad, primero tenemos queborrar la falsedad, y esto es mucho más difícil queborrar las palabras ya escritas de un papel.

Los niños son como papel en blanco precisa-mente porque no han sido enseñados. Cuán fácil esinfundir la verdad en una mente que no ha sido corrom-pida e hinchada con un sistema de error hermética-mente cerrado.

Pero donde hay humildad y hambre, no es nece-sariamente difícil enseñar aun a los mal enseñados. Haylos que han luchado por mucho tiempo en la red delerror, y han buscado la luz a la cual su sistema de errorles ha cegado, y el contraste entre el error que han cre-ído anteriormente y la verdad que oyen en la actualidad,pueda moverlos a abrazar lo último. Les llega como luzen la oscuridad, y como aire fresco en la prisión húme-do. Todo esto, si son humildes y hambrientos.

Pero aquí yace la gran dificultad. ¿Sobre cuálplaneta encontraremos un hombre mal enseñado que eshumilde y hambriento? Todos se suponen que saben la

verdad. Su reputación está ligada con su sistema deerror porque lo han estado enseñando diligentemente aotros. Esto contribuye a su orgullo, y no se puede des-mantelar su sistema de error sin desmantelar su orgullo.No existe una tarea más difícil que ésta sobre la tierra.

Así como estos sistemas de error aumentan elorgullo y destruyen la humildad, también destruyen elhambre. El hombre que piensa que sabe, no tiene ham-bre de aprender. Ha dejado de pensar, dejado de lucharcon dificultades, y dejado de tener sed de la luz. Peortodavía, tiene una respuesta inmovible o máximasuperficial con que disipa cada rayo de luz que intentepenetrar la oscuridad de su mente.

Todos están seguros que sus sistemas erróneosy distorsionados son verdad. La misma verdad de Diosno puede impresionarles hasta que sus sistemas falsossean desmantelados, y esto es como sacar muelas.Encontraremos que los hombres tienen más muelasque las que pensaríamos que es posible tener, y queestán bien filosas. ✞

Glenn Conjurske, Olde Paths and Ancient Landmarks, Vol.9, No.5,May 2000, p.105, traducido y editado por Asoc. AMOS 5:24.)

Reflexión sobre el tema del hermano Conjurske:Precisamente por este motivo animamos a las

familias a poner a sus hijos a copiar la Biblia ANTESde que estudien otras cosas. Los niños son como papelen blanco, y lo que se escribe primero en sus corazo-nes va a permanecer mejor. La palabra de Dios es laverdad, y Dios mandó enseñar sus palabras a nuestroshijos cada día y en cada oportunidad. ¿Por qué?Porque la verdad debe formar el fundamento de lospensamientos de cada niño. Se debe escribir la verdaden papel blanco.

El mundo enseña muchos sistemas falsos yerróneos de pensar. Ya que una alma haya sido enseña-da en la falsedad, cuán difícil es entender la verdad.

Cuando la mente humana ha sido poseída porun sistema falso, entonces resiste a la verdad. Pabloobservó que los hombres han estado “siguiendo lacorriente de este mundo, conforme al príncipe de lapotestad del aire, el espíritu que ahora opera en loshijos de desobediencia” (Efesios 2:2.) Una mente queha sido conformada a un sistema falso de pensar esuna mente “carnal”, y precisamente tal mente y talmanera de pensar que es lo que Pablo llama “lacarne”, o sea, la parte del hombre que resiste alEspíritu de Dios. “Los que viven según la carne nopueden agradar a Dios.” (Rom 8:8.) ✞

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¿Quién nos mandó a hacer

lo que estamos haciendo?Mucha gente me ha preguntado, “Hermano

Arturo, ¿quién le dio autoridad para hacer lo que estáhaciendo?” Los mormones me han hecho esa pregunta.Gente de otras iglesias también. Una vez llegó unmedio pelotón de soldados a la puerta para preguntar-me lo mismo. De hecho, es una de las preguntas másimportantes de la vida. ¿Quién nos autoriza?

Sobre este tema leamos el siguiente pasaje dellibro de Esdras , en capítulo 5, del versículo 9 hasta el 13.

“Entonces preguntamos a los ancianos, dicién-doles así: ¿Quién os dio orden para edificar esta casa ypara levantar estos muros? Y también les preguntamossus nombres para hacértelo saber, para escribirte losnombres de los hombres que estaban a la cabeza deellos. Y nos respondieron diciendo así: Nosotros somossiervos del Dios del cielo y de la tierra, y reedificamosla casa que ya muchos años antes había sido edificada,la cual edificó y terminó el gran rey de Israel. Mas des-pués que nuestros padres provocaron a ira al Dios de loscielos, él los entregó en mano de Nabucodonosor rey deBabilonia, caldeo, el cual destruyó esta casa y llevócautivo al pueblo a Babilonia. Pero en el año primero deCiro rey de Babilonia, el mismo rey Ciro dio orden paraque esta casa de Dios fuese reedificada.“

Se les preguntó a los judíos: “¿Quién les dioorden para hacer lo que están haciendo?” Y a nosotrosse nos debe preguntar lo mismo.

¿Quién autorizó lo que estamos haciendo?¿Estamos actuando por nuestra propia cuenta? ¿O esta-mos siguiendo una afición pasajera? ¿O estamossiguiendo a los sabios de este mundo? ¿O a los ricos?¿Cuál compañía nos mandó? ¿O cuál gobierno? ¿Ocuál iglesia? ¿Cómo podemos explicar nuestras accio-nes? ¿A cuál jefe estamos obedeciendo?

Esta pregunta es una de las más importantes enesta vida. Poca gente se pregunta, “A quién estoy obe-deciendo? ¿Quién ordenó lo que estoy haciendo?”

Ahora volvamos a lo que leímos en Esdras.Cuando los judíos en el cautiverio recibieron permisopara volver a Jerusalén, regresaron y empezaron a edi-ficar el templo. Entonces los gobernantes de Palestina(que no eran judíos) se alarmaron y les preguntaron,

“¿Quién os dio orden para edificar esta casa y paralevantar estos muros?”

Los judíos tenían una buena respuesta. Dijeron,“Nosotros somos siervos del Dios del cielo y de la tierra,y reedificamos la casa que ya muchos años antes habíasido edificada, la cual edificó y terminó el gran rey deIsrael.” Ellos estaban edificando por mandato de Dios.

¿Y nosotros? ¿A quién estamos obedeciendo?¿Exactamente qué estamos edificando, y quién nosordenó a edificarlo?

Si estamos edificando “tesoros en la tierra”, notenemos ninguna autorización de Jesucristo, quien pro-hibió hacer tal cosa, diciendo: “No os hagáis tesoros enla tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y dondeladrones minan y hurtan.” (Mateo 6:19.) También ledijo al joven rico que donara sus riquezas a los pobres.Dios manda a todos los ricos “que hagan bien, que seanricos en buenas obras, dadivosos, generosos; atesoran-do para sí buen fundamento para lo por venir, que echenmano de la vida eterna.” (1 Tim 6: 18-19.) He ahí lo queJesús autorizó hacer con las riquezas. El que hace otracosa tiene que contestar la pregunta: ¿Quién le dioorden para hacer lo que está haciendo?

Sobre el asunto del éxito personal, tampocotenemos autorización para glorificar nuestro propionombre. El Señor nos enseñó a orar así: “Santificadosea tu nombre.” Pablo mandó, “Y todo lo que hacéis,sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombredel Señor Jesús.” (Col 3:17.)

El nombre de Dios vale millones de veces másque nuestros nombres insignificantes. Por lo tanto senos ordena hacer todo “en su nombre”, es decir, paramanifestar su nombre, o para la gloria y alabanza de sunombre. Jesús pudo decir en verdad, “Yo te he glorifi-cado en la tierra; he acabado la obra que me diste quehiciese... Padre, ... He manifestado tu nombre a loshombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me losdiste, y han guardado tu palabra.” (Juan 17: 4-6.)

Pero ¿cuál nombre estamos exaltando? ¿Cuyaspalabras estamos hablando? ¿Cuyas obras estamoshaciendo? ¿Cuál reino estamos edificando? ¿A quiénrepresentamos? ¿Para quién trabajamos? ¿A quiénestamos glorificando en la tierra? Si un juez nos pre-guntara todo esto, ¿qué contestaríamos? ¿Qué eviden-cias podríamos mostrar?

En el día postrero muchas almas van a estarhorrendamente desilusionadas cuando oigan las palabras,“ Nunca os conocí...” Porque las evidencias van a com-probar que no habían estado viviendo para manifestar el

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nombre de Dios, ni habían estado deleitándose en laspalabras de Dios, ni habían estado haciendo las obrasde Dios, ni habían estado edificando el reino de Dios.Realmente habían estado buscando su propia gloria ysu propia riqueza, hablando las palabras de los hom-bres y edificando los reinos de este mundo.

No soy el único que va a tener que contestar lapregunta: “¿Quién le dio autoridad para hacer lo queestá haciendo?” También todos los que leen estas líne-as. ¿Está usted preparado con su respuesta?

Ya que hemos creído en Jesucristo, nuestra res-puesta tiene que ser: “Estoy haciendo lo que hago por-que Jesucristo me mandó a hacerlo. No pertenezco amí mismo. He sido comprado por precio, y procuroglorificar a Dios en mi cuerpo y en mi espíritu, loscuales son de Dios.” (1 Cor 6: 19-20.)

Aunque otros siguen las tradiciones y sistemasdel mundo, nosotros no podemos porque somos “cris-tianos”, o sea, “somos siervos del Dios del cielo y de latierra, y reedificamos la casa que ya muchos años anteshabía sido edificada, la cual edificó y terminó el granrey de Israel (Jesús)”. El Señor nos mandó a hacer dis-cípulos a todas las naciones, enseñándoles que guardentodas las cosas que Cristo ha mandado. La tarea dehacer discípulos es la manera que Cristo nos dijo queedificáramos el reino de Dios.

Así como el Padre envió a su Hijo para guardarsu Palabra, así también el Hijo ahora nos envía: no parahacer nuestra propia voluntad, sino la voluntad de él.Jesús dijo, “Mas para que el mundo conozca que amoal Padre, y como el Padre me mandó, así hago.” (Juan14:31.) Ahora nosotros decimos lo mismo.

Tenemos que obedecer humildemente a nuestroSeñor es esta vida si esperamos reinar con él en la veni-dera. El alma humilde pregunta, “Señor, ¿qué quieres queyo haga?” Pero el alma orgullosa se obedece a sí mismo.

Caín era un alma orgullosa. Estaba muy ofendi-do porque Dios no había aceptado su ofrenda, la cualCaín consideraba como muy buena. Dios trató de razo-nar con él, diciendo, “¿Por qué te has ensañado, y porqué ha decaído tu semblante? Si bien hicieres, ¿noserás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está ala puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú teenseñorearás de él.” (Gen 4: 6-7.)

He aquí la primera vez que se usa la palabra“pecado” en la Biblia. Vemos aquí la definición básicade lo que es “pecado”. Dios describe “el pecado” comoalgo esperando a la puerta del alma de Caín, deseandoreinar sobre él. No obstante, Dios le dijo a Caín que él

(Caín mismo) pudiera reinar sobre el pecado. Pero esosignificaría humillarse para hacer lo que Dios le estabadiciendo. Y Caín no estaba dispuesto a aceptar tal humi-llación. Antes escogió el camino del pecado, haciendo supropia voluntad, que incluyó matar a su hermano Abel.

En el día postrero Dios examinará nuestrasvidas para ver si nos humillamos para hacer su volun-tad, expresada por los labios de de Hijo Jesús, o sifuimos por nuestro propio camino como Caín.

Así que tenemos que examinar nuestras vidas ycontestar la pregunta crucial: “¿Quién nos mandó ahacer lo que estamos haciendo?”

¿Quién le mandó a Caín a ofrecer esos frutos dela tierra? ¿Y quién nos mandó a vivir de la manera queestamos viviendo? Vivamos por fe en Jesús, y eso sig-nifica hacer su voluntad, y no retroceder para hacernuestra propia voluntad.

“Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, noagradará a mi alma.” (Hebreos 10:38.) ✞

Sugerencia para enseñar a leerEstimado hermano: 2 dic 2004

Este año usamos el curso AMOS-ABC y fueuna gran bendición. Mi hijo José Carlos de 5 años 5meses ya lee perfectamente bien. En especial, disfruta-mos las lecturas de la virtud cristiana relacionada con laletra a aprender y los cantos. Les estamos muy agrade-cidos por su esfuerzo al crear y distribuir el programa.

Si aceptan sugerencias, creo que es mejor nodividir en sílabas las lecturas para niños, luego nostopamos con niños que silabean todo al leer.

Yo copié todas esas lecturas para escribirlas sinlos guiones, y mi hijo no tuvo ningún problema para leer-las, es más, casi lee de corrido las palabras. Funcionóbien con mi hijo y con los alumnos de los colegios en queimpartí clases un tiempo. Cualquier duda, podrían avo-carse a algún maestro o pedagogo para ver su opinión,pero de acuerdo a mi experiencia personal, pienso que esmejor no dividir en sílabas las palabras para las lecturas.

Deseo dar el CD a una hermana de la iglesiapara que lo use el próximo ciclo escolar (Enero -Octubre), sólo que no recuerdo exactamente cuáles sonlos datos que debo enviarles a ustedes. Le agradecerési me envía la lista de datos que necesita para poderhacer el traslado. De nuevo, muchas gracias por todosu trabajo. Que Dios continúe bendiciéndoles.

Mariana de Prado. ✞Dirija preguntas a: [email protected]

Falso profetaCualquier razonamiento que llega a

la conclusión que “no es necesario obedecera Jesucristo” es falso.

Jesucristo profetizó que muchosfalso profetas vendrían después de él.Todos estos conducen a la gente a dejar decreer en Jesucristo, y comenzar a creer en otro.Probablemente el que haya tenido más éxito esMahoma, el profeta de los musulmanes,quien escribió las palabras del Corán y lasenseñaba en el lugar de las palabras deJesucristo. Mahoma convenció a millo-nes de seguidores que “no es necesarioobedecer a Jesucristo”, y tiene cientos demillones de seguidores por todo el mundo. Asíhace todo falso profeta.

Todo esto comenzó en el huerto del Edén cuan-do la serpiente dijo a la mujer: “No moriréis; sino quesabe Dios que el día que comáis de él, serán abier-tos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendoel bien y el mal.” (Gen 3: 4-5.)

¿Cómo pudo decir “No moriréis”,si Dios había dicho “Ciertamente mori-rás”? Pudo decirlo porque era mentiroso.Cualquier razonamiento que llega a la con-clusión que “no es necesario obedecer aDios” es falso. Así hace todo falso profeta.

La meta suprema del diablo es conven-cer a la gente a no obedecer a Dios. La fal-sedad tiene mil líneas de razonamiento,pero todas llegan a la misma conclu-sión: que no es necesario obedecer aDios. Por tanto les digo, no se fijenen la línea de razonamiento, ni en losversículos bíblicos con que supuesta-mente están comprobando sus asevera-ciones. Si después de todo, su conclusión es“no es necesario obedecer a Jesucristo”, ya saben dedónde viene esas palabras. Vienen de la misma bocaque desde el principio ha dicho a los que desobedecena Dios: “no moriréis”.

Hace unos 30 años un hombre carismático quese llamaba Jim Jones enseñó a la gente que la Biblia noera necesaria. Dijo, “Ustedes no necesitan esta Biblia.Necesitan seguirme a mí.” En 1978 llevó a sus 900

seguidores a Guyana, Sudamérica, donde todos pere-cieron cuando él les mandó a suicidarse. ¡Y le obede-cieron! Así hace todo falso profeta, conduciendo a lagente a obedecer a otro que no sea Jesucristo.

Jesucristo enseñó categóricamente que esnecesario obedecer a Dios. Los des-

obedientes pereceráneternamente. “Y el

mundo pasa, y susdeseos; pero el que hace

la voluntad de Dios permanecepara siempre.” (1 Juan 2:17.)

Obedecer a Jesucristo es laúnica manera de hacer la

voluntad de Dios. No hayotra.

La “fe en Jesucristo”consiste en confiar en él y

obedecerle. No podemosdesobedecerle y pensar que tenemos “fe”. Elque desobedece es infiel, no creyente. El quedice que tiene fe, pero no le obedece, tiene una

fe muerta.

Obedecer no es hacer “obras”

La obediencia no es una “buena obra”, sinoes una deuda que debemos a Dios. Si usted me prestacien pesos, y yo le vuelvo a dar los cien pesos, nopuedo gloriarme de nada, ni merezco una recompensa

por esa obra. Pues solamente estoy pagando loque usted me dio. Igualmente nosotros las cria-

turas debemos a nuestro Creador nuestramisma existencia. Obedecer a Dios es eldeber de cada ser humano. “Pues todo estuyo, y de lo recibido de tu mano te damos.”(1 Cron 29:14.) Obedecer a Dios no es una

“obra” de que podamos jactarnos o ganarméritos para la salvación.

Las criaturas deben la obediencia a suCreador. Tal obediencia es razonable y humilde,

pues Dios es verdadero y sabe todas las cosas. Dios esperfecto y bueno, y solamente nos manda hacer cosasperfectas y buenas. No hay otro camino más alto que laobediencia humilde que debemos a nuestro Dios. Laobediencia es nuestro deber.

Jesús dijo, “No todo el que me dice: Señor,Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hacela voluntad de mi Padre que está en los cielos.” (Mateo

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Eva, puedesdesobedecer a

Dios, y nomorirás.

No hay verdad enél. Cuando hablamentira, de suyohabla; porque es

mentiroso, ypadre de mentira.

Juan 8:44

7:21.) La voluntad de Dios se expresa en las palabrasque Dios habla, y el que “hace la voluntad de Dios” esel que “obedece las palabras de Dios”. Pero los que noobedecen las palabras de Dios, no están haciendo lavoluntad de Dios, y no permanecerán para siempre.

La desobediencia no es el camino de la salvación.La Biblia dice: “Porque si vivís conforme a la carne,moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras dela carne, viviréis. Porque todos los que son guiados por elEspíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.” (Romanos 8:13-14.) Por el Espíritu Santo que procede de Jesucristo,los creyentes pueden obedecer. Los que obedecen, hacenmorir las obras pecaminosas de la carne. Como resulta-do, vivirán. Estos son los hijos de Dios.

Por tanto dijo Jesús, “Cualquiera, pues, que meoye estas palabras, y las hace, le compararé a un hom-bre prudente, que edificó su casa sobre la roca.” (Mateo7:24.) Los que obedecen sus palabras, están haciendola voluntad de Dios, y ciertamente vivirán sobre la rocaa salvo.

En cambio, el pecado hace morir a los que noobedecen a Dios. Dijo Jesús, “Pero cualquiera que meoye estas palabras y no las hace, le compararé a unhombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; ydescendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, ydieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fuegrande su ruina.” (Mateo 7: 26-27.) Los que no obede-cen sus palabras, no están haciendo la voluntad de Dios,y ciertamente no vivirán para siempre. Grande será superdición. Allí será el lloro y el crujir de dientes.

Cualquier voz que niega esto, diciendo que noes necesario obedecer las palabras del Señor para sersalvo, es la voz falsa de un falso profeta.

Un razonamiento moderno muy común es quelas palabras de Jesús no eran para la iglesia, sino paralos judíos. ¿Y adónde nos lleva tal razonamiento? A laconclusión que “no es necesario obedecer a Jesús”.Pues mis hermanos, ya les di la clave: Cualquier razo-namiento que llega a esta conclusión no es de Dios.

Lo que Jesucristo dijo eran palabras de gracia,no de la Ley de Moisés. Sus palabras eran palabras devida eterna, y no eran para los judíos solamente, sinopara la salvación de todas las naciones. Pablo dijo:“Porque no me avergüenzo del evangelio, porque espoder de Dios para salvación a todo aquel que cree; aljudío primeramente, y también al griego. Porque en elevangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe,como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.” (Rom1: 16-17.) Lo que Jesús habló era el “evangelio”, y lo

habló para todos, tanto para judíoscomo no judíos. El que obedece alevangelio de nuestro Señor Jesu-cristo será salvo. El que obedece estáviviendo por fe. Pero el que no obedece a Cristo, no tienefe en Cristo, ni en el evangelio.

Otro razonamiento moderno muy común es losiguiente: La salvación es un don. No es por obras.Obedecer al Señor es una “obra”. Por tanto, no es nece-sario obedecer al Señor para ser salvo.

Recuerden: ¿Cómo podemos saber que talrazonamiento es falso? Viendo la conclusión del argu-mento. La conclusión de este razonamiento es: “no esnecesario obedecer a Jesús”. Ahora la persona sabiadebe sospechar de cualquier argumento que llega a estaconclusión, ya que Cristo mismo afirmó que sí es nece-sario obedecer sus palabras para entrar en el reino delos cielos. Usted no necesita saber exactamente por quécualquier línea de razonamiento es falsa. Sólo tieneque ver la conclusión del argumento para saber que noes del Espíritu de Dios.

Cada palabra -- de los profetas, del Hijo deDios y de los apóstoles -- nos enseña, nos anima, nosexhorta, y nos advierte para llevarnos a una sola con-clusión: a creer y obedecer a Dios y a su Hijo Jesu-cristo. Cualquier voz que nos lleva a desobedecer, es unfalso profeta.

¿Cuál profeta de la Biblia dice que no es nece-sario obedecer a Dios? ¿Dónde lo dice?

¿Dónde dijo el Señor Jesucristo que no es nece-sario obedecer a Dios ni al Hijo de Dios? ¿Dónde? Ahítenemos los cuatro evangelios: en cuál de ellos dijoJesús que no es necesario obedecer a Dios ni a su Hijopara ser salvo?

¿Cuál de las epístolas de los apóstoles dice queno es necesario obedecer a Jesucristo para ser salvo?Muéstreme la cita. Quiero que me señalen algún versí-

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Pueden desobedecer a Dios, y no morirán eternamente.

FalsoProfeta

culo que diga: “El creyente no tiene que obedecer laspalabras del Señor Jesucristo, y será salvo.” Y si no pue-den mostrar un sólo versículo, fuera con esa herejía queel hombre no necesita obedecer a Dios para ser salvo.

Los que obedecen a Jesucristo son salvos por gra-cia mediante la fe. Obedecer es fe. Pero los que no obe-decen al Señor están siguiendo a otro señor, y por eso noquieren obedecerle a Jesús. Nadie puede servir a dosseñores. Si desobedecen al Señor Jesús, es porque estánsiguiendo a otro señor. Eso no es “fe en Jesucristo”.

Hermanos, quiero que no sean engañados comolo fue Eva. Cuando Eva aceptó la idea de que no eranecesario obedecer a Dios, pecó y murió, yantes de morir, causó la muerte de Adán también.Esto es el fruto de los que aceptan la ideade que puedan ser salvos sin obe-decer a Dios. Caín pensó quepodía ofrecer cualquier “obra” aDios sin obedecerle. Caín muriópor su pecado, y antes de morir,mató a su hermano Abel.

El pecado es desobedecer aDios. Cualquier razonamiento queasevera que el hombre puede seguirdesobedeciendo y ser salvo de sudesobediencia, es una mentira deldiablo y sus profetas.

La obediencia a Dios es la ver-dad más sencilla y básica de toda laBiblia. La obediencia fue explicadaen Génesis 2: 16-17 cuando Dios dijo a Adán que ladesobediencia resultaría en la muerte. La obediencia esun tema continuo de toda la Biblia, terminando enApocalipsis 22:19, cuando el Espíritu dice, “Y si algu-no quitare de las palabras del libro de esta profecía,Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santaciudad y de las cosas que están escritas en este libro.”

Según este versículo, ¿qué sucederá a la perso-na que desobedece esta última encomienda de la SantaBiblia? ¿Irá al cielo? ¿Tendrá parte en la santa ciudad?¿Recibirá las promesas que están escritas en la Biblia?De ninguna manera. Vean cómo los falsos profetas tra-tan de “quitar las palabras de Jesucristo”, diciendo queno es necesario obedecerlas. Hermanos, sálvense deesa herejía que no es necesario obedecer al Señor paraser salvo. Apártense de tales maestros para que ustedesno pierdan sus almas también, y para que no sean con-denados como los que se rebelaron contra Moisés.

Los que no obedecieron a Moisés

Los que no obedecieron a Moisés, perecieron.Pues escrito está: “Entonces Moisés se levantó y fue aDatán y a Abiram, y los ancianos de Israel fueron en posde él. Y él habló a la congregación, diciendo: Apartaosahora de las tiendas de estos hombres impíos, y notoquéis ninguna cosa suya, para que no perezcáis entodos sus pecados... Y aconteció que cuando cesó él dehablar todas estas palabras, se abrió la tierra que estabadebajo de ellos. Abrió la tierra su boca, y los tragó aellos, a sus casas, a todos los hombres de Coré, y a todos

sus bienes.” (Exodo 16: 25-32.) ¿Y por qué perecieron estos hombres?

Porque habían rechazado a Moisés, diciendo,“¡Basta ya de vosotros! Porquetoda la congregación, todos ellosson santos...”

Ahora, ¿cuánto mayor castigohabrá para los que dicen “Basta yade las palabras de Jesucristo. Porquepodemos ser salvos sin obedecerlas.”Si los que rechazaron las palabras deMoisés perecieron, ¿qué sucederá alos que rechazan las palabras deJesucristo? (Hebreos 10:29.)

Otro razonamiento moderno eslo siguiente: Cristo obedeció perfecta-mente a Dios. Somos aceptados sim-plemente por la obediencia del Señor

Jesucristo. Por tanto nosotros no necesitamos obede-cer a Dios para ser salvos. Vean la conclusión de estalínea de razonamiento. La conclusión es: “no es nece-sario obedecer a Dios”.

El diablo es muy astuto. Empieza con una ver-dad para terminar con una mentira. Es verdad queCristo obedeció perfectamente a Dios. También es ver-dad que su sangre cubre nuestros pecados. Pero NO esverdad que eso elimina la necesidad de obedecerle paraser salvos. Lo anterior no comprueba lo posterior.

A la mujer adúltera dijo Jesús, “Ni yo te conde-no; vete, y no peques más.” (Juan 8:11.) Vean la con-clusión de la plática con esta mujer: “No peques más.”Es verdad que Cristo no nos condena porque Dios pasapor alto los tiempos de nuestra ignorancia, y porque susangre es para perdón de pecados. Pero también es ver-dad que Cristo ahora manda a todos los hombres entodos los lugares que se arrepientan (Hechos 17:30),volviendo del pecado a la obediencia. Las palabras de

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Cada programamuestra cómo la gente

desobedece a Dios, y noles pasa nada.

Aparentemente les va biena los desobedientes.

“No morirás.”

¿A cuántos les gusta mirar y escuchar

a este falso profeta?

que hablaLa imagen

Jesús a la mujer adúltera confirman esto. El demandóobediencia de ella, diciendo, “No peques más.”

El hombre fue hecho a la imagen de Dios y escapaz de obedecer a Dios. Adán y Eva eran capaces deobedecer a Dios, pero fueron engañados. Los hombres ymujeres de hoy también son capaces de obedecer, perohan sido engañados. Ahora ha venido Cristo para librar-nos de los engaños del diablo, y hacernos hijos de Diossin mancha en este mundo. “Todo lo puedo en Cristoque me fortalece” significa que ya pode-mos obedecer a Dios. Pablo escribió:“para que seáis irreprensibles y sencillos,hijos de Dios sin mancha en medio de unageneración maligna y perversa, en mediode la cual resplandecéis como luminaresen el mundo.” (Filp 2:15.)

La sangre del cordero... y otra cosamás

Por la sangre de uncordero los hijos de Israelsalieron de Egipto, perono fue por la sangre de uncordero que entraron enCanaan. Fue por otra cosa:por la obediencia a la vozde Dios. Josué y Calebcreyeron, obedecieron yrecibieron la promesa. Losdemás no creyeron, no obe-decieron, y perecieron en eldesierto.

Se necesitan ambas cosas: la sangre del Corderoy la obediencia al Cordero. Pero la gente de Israel noobedeció, y por consiguiente, murió en el desierto. Asísucederá a los cristianos que han sido perdonados por lasangre del Cordero, pero piensan que no es necesarioobedecer a Jesucristo. ¿Y por qué piensan así? Porquehan creído a los falsos profetas en vez de creer la pala-bra del Señor Jesús.

¿Dónde dijo Jesucristo que los hombres sonincapaces de obedecer a Dios? En ninguna parte. Dijoque todas las cosas son posibles para Dios. Dios pro-mete ayudarnos para que seamos irreprensibles y san-tos en este mundo presente, para la gloria del nombrede Jesucristo. Cristo vino a salvarnos del pecado paraque ahora vivamos en humildad y obediencia anteDios, y esa vida de obediencia es para que el nombre

de Jesucristo sea levantado sobre todo dios falso entodas las naciones.

Jesús dijo que sus discípulos deben vivir vidasjustas, no pecaminosas. Dijo: “Sed, pues, vosotros per-fectos, como vuestro Padre que está en los cielos es per-fecto.” (Mateo 5:48.) Mis hermanos, ¿creen ustedes loque Cristo dijo?

Muchos dicen, “Es imposible lo que Jesús estámandando ahí.” Pero ¿qué tiene que ver que algo sea

imposible? Los creyentes no miran lo quees posible, sino lo que Dios dice.Abraham “no se debilitó en la fe al con-siderar su cuerpo, que estaba ya comomuerto (siendo de casi cien años), o laesterilidad de la matriz de Sara. Tampocodudó, por incredulidad, de la promesa deDios, sino que se fortaleció en fe, dando

gloria a Dios, plenamente convenci-do de que era también poderosopara hacer todo lo que habíaprometido. (Romanos 4: 19-21.)

Jesús dijo a los judíosque habían creído en él: “Si

vosotros permaneciereis enmi palabra, seréis verdade-ramente mis discípulos; yconoceréis la verdad, y laverdad os hará libres.” Lerespondieron: “Linaje deAbraham somos, y jamáshemos sido esclavos de

nadie. ¿Cómo dices tú:Seréis libres?” Jesús les respondió: “De cierto, de ciertoos digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es delpecado. Y el esclavo no queda en la casa para siempre;el hijo sí queda para siempre. Así que, si el Hijo oslibertare, seréis verdaderamente libres.” (Juan 8: 31-36.)

Es verdad que Jesús vino a salvarnos y hacernoslibres del pecado (libres de la desobediencia), pero haymuchos argumentos falsos que llevan a la conclusiónque “no es necesario obedecer a Dios”. Muchos maes-tros enseñan que los hombres no pueden obedecer aDios. Ellos no entienden las Escrituras ni el poder delevangelio. Son falsos profetas que vienen en el nombredel Señor y engañan a muchos, como el Señor profeti-zó. De los tales dijo Jesús: “Dejadlos; son ciegos guíasde ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caeránen el hoyo.” (Mateo 15:14.) ✞

12

Busquen en su

concordancia

¿Dónde dijoJesucristo

que los hombres son

incapacesde obedecer

a Dios?

Pues, no lo

hallo...

FilósofosLa Biblia nos advierte de los filósofos, dicien-

do: “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofí-as y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hom-bres, conforme a los rudimentos del mundo, y no segúnCristo. Porque en él habita corporalmente toda la ple-nitud de la Deidad.” (Colosenses 2: 8-9.)

Un filósofo es uno cuyo entendimiento de lavida viene de la tradición humana y los principios(rudimentos) del mundo, no de las Escrituras. El filó-sofo ha sido entrenado y educado a confiar en los hom-bres, no en Dios el Creador, quien ha hablado pormedio de Moisés, los profetas y Jesucristo.

Un filósofo ha estudiado las palabras de otrosfilósofos y se consideraría bien preparado. El título dePh.D. significa “doctor de filosofía”. Sin embargo, alos filósofos no los llaman por el nombre “filósofo”,sino los llaman “doctor”, “profesor”, “educador”,“científico”, “conferencista”, “reverendo”, o “sacerdo-te”. Jesucristo no era filósofo, y los judíos lo conside-raban indocto. Pedro y Juan eran hombres “sin letras ydel vulgo”. Pablo había sido entrenado como filósofo,pero había echado de sí el manto de filosofía, diciendo,“Aunque yo tengo también de qué confiar en lacarne...Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, lashe estimado como pérdida por amor de Cristo.”(Filipenses 3: 4,7.)

Los filósofos tienen incertidumbre acerca de laPalabra de Dios, y no la aceptan como verdad. Danpoco importancia a “lo escrito” por los profetas y após-toles, pero mucha importancia a los escritos de otrosfilósofos. No creen que todos los hombres deben obe-decer la Palabra de Dios. Niegan la existencia del Diosque la Biblia declara, y en su lugar, o enseñan que noexiste ningún Dios, o definen otros dioses y poderes enprovecho propio.

Puesto que los filósofos niegan arrogantementea Dios, también niegan el pecado, que es cualquieractitud arrogante e insumisa hacia Dios. O niegan queel pecado existe en absoluto, o re-definan el “pecado”como algo diferente que una actitud arrogante e insu-misa hacia Dios. Así como inventan nuevos “dioses” enprovecho propio, también inventan nuevas definicionesde las palabras bíblicas tales como “pecado”. Los filó-sofos cambian el sentido de las palabras para su propiaventaja.

Los filósofos católico romanos de la EdadMedia incorporaron la Palabra de Dios en su enseñan-za hasta cierto punto, pero no le daban la preeminen-cia. Empezaron a mezclar las Escrituras con las ideasde Platón y Aristóteles. Empezaron a dar más énfasis alos juicios de los concilios eclesiásticos. Introdujeronideas paganas como, por ejemplo, una deidad femeni-na. Más tarde empezaron a agregar las ideas del mate-rialismo científico (la Evolución). Gradualmente elimi-naron las Escrituras enteramente como la fuente deverdad. La fuente de verdad pasó de las Escrituras a losescritos de los hombres.. Hoy, la educación consistecasi completamente de las palabras de los hombres.Dentro del proceso educativo, se están produciendomás y más filósofos -- es decir, gente que pone su fe,confianza y esperanza en las palabras de los hombres.

Los filósofos seculares siguieron a los filósofoscatólicos en rechazar las palabras de Dios, pero fueronaun más allá. Rehusaron incorporar la palabra de Diosen su enseñanza de ninguna forma, y contradecían a lasEscrituras descaradamente. Negaron la existencia del“pecado”, y dijeron que los padres deben consentir quesus hijos hagan todo lo que quieran. Los educadoresmodernos no piensan que se debe “instruir al niño ensu camino”, sino dejar que el niño escoja su propiocamino.

¿Qué es “bueno”?

Jesucristo afirmó, “Ninguno hay bueno, sinosólo uno, Dios.” (Mar 10:18.) Pero ¿qué piensan losfilósofos que es “bueno”? Los educadores modernosniegan lo que Dios ha dicho acerca del bien y del mal.Ellos no enseñan que ser “bueno” es asunto de obede-cer humildemente a Dios. Más bien lo “bueno” es cual-quier cosa que hace al niño sentirse bien o sentirse esti-mado. Estos educadores afirman que no se debe reque-rir que los niños obedezcan a Dios ni a su Palabra.Antes, se debe permitir que ellos hagan todo lo queprefieran. La palabra clave aquí es “permisivo”. Dicenque hay que tratar a los niños permisivamente porquetodo es “bueno”.

Ahora bien, los filósofos evangélicos han se-guido a los educadores permisivos, torciendo la palabra“gracia” hasta que signifique “permiso de hacer lo quecada uno quiera hacer”. Ahora enseñan que la frase“bajo la gracia” quiere decir “bajo ninguna ley nirequisito”. Es decir, somos salvos, supuestamente porgracia, sin tener que obedecer a Dios.

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El apóstol Judas (hermano deJacobo) habló de esta herejía en su epísto-la, diciendo, “Porque algunos hombreshan entrado encubiertamente, los quedesde antes habían sido destinados paraesta condenación, hombres impíos,que convierten en libertinaje la gra-cia de nuestro Dios...” (Judas 1:4.)En nuestros días verdaderamentese ha cambiado la palabra “gracia”en “libertinaje”, donde no se requierela obediencia a Dios.

Muchos cristianos han acep-tado estas definiciones heréticas de“pecado” y “gracia”. Por consiguien-te han dejado de obedecer las leyesde Dios y los mandamientos deJesucristo, y han creído un falsoevangelio que permite al pecadorhacer todo lo que quiera, pensando que es “salvo” sinobediencia. Todo es permitido. Todo tipo de codicia, depecado sexual, de ociosidad y de violencia ha estadocreciendo desmedidamente desdeque estos filósofos han arrojadotras sí las palabras eternas einmutables de la Biblia.

A pesar de lo que dicenestos filósofos permisivos, la“gracia” no es la cancelación dela ley de Dios, sino la cancela-ción de los pecados que come-timos en nuestra ignorancia,juntamente con un investimien-to de poder para obedecer aDios en el futuro. Pablo dijo de la “gracia” lo siguiente:“Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salva-ción a todos los hombres, enseñándonosque, renunciando a la impiedad y a losdeseos mundanos, vivamos en este siglosobria, justa y piadosamente.” (Tito 2: 11-12.) ¿Aquí dijo Pablo que no tene-mos que obedecer a Dios por-que estamos bajo la gracia?En ninguna manera. La gra-cia de Dios no nos condena,sino que nos rehabilita a nopecar más en este mundopresente, así como Jesúsdijo a la mujer adúltera que

había sido perdonada:“Ni yo te condeno;

vete, y no pequesmás.” (Juan 8:11.)

El hombre mo-derno ha sido engañado

por medio de palabras fal-sas. Por eso percibe las leyes de Dios como si fueranligaduras y cuerdas de esclavitud. La actitud del hom-

bre moderna se describe en el Salmo 2:“¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos

piensan cosas vanas? Se levantarán los reyes de la tierra,y príncipes consultarán unidos contra Jehová y contra suungido (Cristo), diciendo: Rompamos sus ligaduras, yechemos de nosotros sus cuerdas.” (Salmo 2: 1-3.)

El mundo no se deleita en la leyde Dios. El mundo se

encoleriza y ataca acualquiera que fiel-mente guarda lasleyes de Dios y es

fiel a sus palabras.Cualquiera que promueve la

obediencia a la Biblia es critica-do ferozmente por el sistemaeducativo, por los medios de

comunicación y por las falsasreligiones que buscan la amis-tad del mundo.

A través de los siglos losfalsos maestros han persua-dido al mundo a rechazar laBiblia y al Dios de la Biblia.A lo largo de este camino de

apostasía encontramos la doc-trina de la supuesta natu-

raleza pecaminosahumana, una doctri-na promovida origi-

nalmente por la Igle-sia Católica Romana.

Esta doctrina básicamentedice que es “pecado” ser un ser humano, y que el serhumano necesariamente pecará porque es descendien-te de Adán. Según la Iglesia Católica, para perdón deeste “pecado” la gente necesita ritos religiosos, talescomo la misa, la confesión al sacerdote y la peniten-cia. No es el propósito de la religión católica que los

feligreses dejen de pecar, sino que reciban el perdón de

No se requierela obediencia

a Dios.

No se requierela obediencia

a Dios.

No se requierela obediencia

a Dios.

filosofíasecular

filosofíaCatólicaRomana

filosofíaevangélica

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sus pecados mediante la Iglesia, los sacerdotes y lasimágenes de María y los santos. Los católicos nocreen que el evangelio es poder de Dios para con-vertir a los pecadores desobedientes en hijos obedi-entes, sino creen que las almas de los desobedientespuedan salir del infierno por la intercesión dela iglesia y de María. Los concilios cató-licos concluyen lo siguiente: no esnecesario obedecer las palabras deJesucristo, pero sí es necesarioobedecer las tradiciones de laIglesia Católica.

La conexión común

Todo este error procede de lafilosofía, no de las Escrituras. ¿Puedever usted la conexión entre los filósofoscatólicos y los filósofos seculares? ¿Puede verusted que llegan a la misma conclusión, a saber, que noes necesario obedecer a Jesucristo, el Salvador delmundo? Primero los filósofos católicos dijeron que lagente nace en “pecado” y va a vivir en pecado, peroque puede ir al cielo de todos modos por medio de laintercesión de los sacerdotes y los santos. No se espe-ra que la gente obedezca a Dios, sino que dependa delo que la Iglesia Católica provee.

Más tarde los filósofos seculares dijeron quelos niños no necesitan leyes, ni la vara de la corrección.Dijeron que los niños deben hacer todo lo que quieran.Dijeron que los niños no necesitan obedecer a nadieporque encontrarán el éxito en la vida por medio delsistema educativo (estudios y títulos), no por medio dela obediencia a Jesucristo.

¿Puede usted ver que la Iglesia Católica y elsistema secular llegan a la misma conclusión: que no esnecesario obedecer a Jesucristo? Realmente la falsadoctrina de la Iglesia Católica engendró la falsa doctri-na del sistema secular. El libertinaje de la Iglesia dio aluz el libertinaje de la sociedad en general. Cuando nohubo luz en la Iglesia, tampoco hubo luz en la nación.

Ahora podemos agregar a esta situación a losfilósofos modernos evangélicos (doctorados) quienesdicen que los hombres no necesitan obedecer aJesucristo para ser salvos. Sólo necesitan “creer enJesús”. Entonces definen la palabra “creer” a serbásicamente cualquier cosa que usted quiera que sea.“Creer” puede ser pasar adelante, puede ser levantaruna mano, puede ser repetir una oración, etcétera. Pero

una cosa que no puede ser:obedecer todas las pala-bras que salieron de laboca de Jesucristo. De la misma manera que

los filósofos seculares afir-man que “todo es bueno”, así tam-

bién los filósofos evangélicos los imitan,diciendo, “Toda manera de creer es

buena.” Estos filósofos evangélicosdicen que no es necesario obedecer a

Jesús para creer; dicen que sepuede desobedecer a Jesucristo, yserán transportados al cielo por

algo que ellos llaman “gracia”, queen realidad no es gracia de ninguna

forma, sino es la misma actitud permisivaque los filósofos seculares pro-mueven. Los filósofos evangéli-

cos no están completamente de acuerdo en cuáles peca-dos se puede cometer bajo la “gracia”, pero algunos deellos aun aseveran que una persona puede “creer” enJesús y al mismo tiempo vivir en adulterio, y ser salvo“por gracia”. (Véase la refutación de tal idea por elapóstol Pablo en 1 Cor 6: 9-11.)

Desde la Creación, la herejía principal ha sido:“Seréis como Dios, sin tener que obedecer a Dios.” Talenseñanza permisiva está destruyendo la iglesia y lasociedad entera. La Biblia nos advierte: “Mas evitaprofanas y vanas palabrerías, porque conducirán más ymás a la impiedad. Y su palabra carcomerá como gan-grena...” (2 Tim 2: 16-17.)

¿Qué significa “creer”?

Jesús afirmó: “Esta es la obra de Dios, que cre-áis en el que él ha enviado.” (Juan 6:29.) ¿Pero quéquiere decir la palabra “creer”?

Los filósofos seculares dicen que cualquiercosa es “buena”, e igualmente, los filósofos evangéli-cos dicen que cualquier manera de “creer”es buena.Sólo decir una oración, sólo levantar una mano, sólofirmar una tarjeta, sólo inclinar la cabeza, sólo sonreir-- TODAS LAS COSAS son “fe en Cristo”.

Mis amigos, no crean que por tales métodospermisivos se puede creer en Jesucristo. Esas cosas noindican “fe” genuina. Cualquier ateo pudiera haceresas cosas. Esas cosas no garantizan la salvación, puesson tradiciones de hombres, nada más. Pablo dijo que

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No se requierela obediencia

a Dios.

El espíritu que ahora opera

en los hijosde desobediencia

Efesios 2:2

La serpiente: el padre de la mentira

tenemos que examinarnos a nosotros mismos para versi estamos en la fe, o no. (2 Cor 13:5.) Realmente lagente se preocupa más en confirmar sus boletos para ira California en el avión que en confirmar su “fe” parair al Cielo.

Es un error creer que Dios va a aceptar lasupuesta fe en Cristo de una persona que no se humillapara obedecerle. No es así. Lea usted la lista de la genteque tenía “fe” en Dios en Hebreos 11. Cada uno deellos oyó la palabra de Dios y obedeció. Ni siquierauno de ellos dijo una “oración de pecador” o levantó sumano en una reunión evangelística.

La Biblia nos advierte a cuidarnos de los filóso-fos y falsos profetas que hablan cosas contrarias a ladoctrina de nuestro Señor Jesucristo. Jesús dio la pala-bra, y espera la obediencia de aquellos que realmentecreen en él. Y de hecho los creyentes obedecerán. Jesúsconoce a los que son suyos, y todos los que son suyos,se apartarán de la iniquidad. (2 Tim 2:19.)

En esta separación del mundo, los hijos de Diosse distinguen de los hijos de desobediencia. Los hijosde Dios tienen fe, y aman hacer la voluntad de Dios,mientras que los hijos de desobediencia no tienen fe, ypor eso aman hacer su propia voluntad. Es la voluntadde Dios que nos apartemos de la iniquidad, pero es lavoluntad del diablo que seamos amigos del mundo yparticipemos en su falsedad, violando la Palabra deDios, y cometiendo más y más iniquidad.

El apóstol Juan dijo: “Todo aquel que cometepecado, infringe también la ley; pues el pecado esinfracción de la ley. Y sabéis que él apareció para qui-tar nuestros pecados, y no hay pecado en él. Todo aquelque permanece en él, no peca; todo aquel que peca, nole ha visto, ni le ha conocido. Hijitos, nadie os engañe;

el que hace justicia es justo, como él es justo. El quepractica el pecado es del diablo; porque el diablo pecadesde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios,para deshacer las obras del diablo. Todo aquel que esnacido de Dios, no practica el pecado, porque lasimiente de Dios permanece en él; y no puede pecar,porque es nacido de Dios. En esto se manifiestan loshijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que nohace justicia, y que no ama a su hermano, no es deDios.” (1 Juan 3: 4-10.)

Tengamos cuidado de los filósofos (educadoresy predicadores) que no nos enseñan a guardar todas lascosas que Jesús mandó. Antes bien sigamos a los queenseñan las palabras de Jesús, y nos exhorten a obser-varlas. (Mat 28:20.)

La meta de la educación de nuestros hijos en elhogar es “instruir al niño en su camino”. (Prov 22:6.)Jesucristo declaró, “Yo soy el camino...” (Juan 14:6.)Cuando las escuelas o las iglesias abandonan ese cami-no de verdad, es nuestra responsabilidad como padresde familia, seguir a Jesucristo y enseñar su Palabra anuestros hijos.

“Así que, amados, puesto que tenemos talespromesas, limpiémonos de toda contaminación decarne y de espíritu, perfeccionando la santidad en eltemor de Dios.” (2 Cor 7:1.) ✞

¿Cuántos quieren viajar en el ¨tren de los filósofos”?

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EvangelicismoSecularismoCatolicismoEl espíritu que opera en

los hijos de desobediencia

Los filósofos dicen:

NNoo eess nneecceessaarriioo oobbeeddeecceerr aa JJeessuuccrriissttoo..

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