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Desde su infancia Olga sintió inclinación por el arte;
el Centro de Estudios Brasileros se convirtió en su
segunda casa, ya que siendo adolescente formó parte
del grupo de alumnos del taller de expresión plástica
del artista brasileño Livio Abrahmo. Hombre cálido y
sencillo, Livio fue su gran maestro de quien aprendió
a encontrarse a sí misma en los trazos libres, en los
colores y el gusto por la síntesis y la abstracción de
Cézanne, Kandinsky, Mondrian, Matisse, de él
también bebió la pasión por el Jazz, el Blues, el
Bossanova.
Durante varios años forma parte del taller de Cerámica de Carlos Duarte
Quintella, frecuenta los coloquios de Historia del Arte de Miguelángel
Fernández, y participa del taller de Escultura de Hermann Guggiari.
Realiza otras experiencias esporádicas: escultura-instalación con Nuno
Ramos y grabado con Edith Jiménez. De espíritu inquieto frecuenta
además cursos de inglés, alemán, francés e italiano.
En el año 1994 terminó la secundaria. En Asunción se respira un aire
más ligero al cabo de cinco años de la caída de la larga y oprobiosa
dictadura del general Alfredo Stroessner y se percibe un movimiento
cultural más intenso. En ese entonces debe elegir su carrera
universitaria: duda entre bellas artes, arquitectura y diseño. Finalmente
abraza esta última, deslumbrada por las formas y colores de una
disciplina relativamente joven en el Paraguay e influenciada por el
entonces profesor del taller de expresión plástica, Luis Alberto Boh.
Los años de universidad se combinan con los primeros trabajos en el
ámbito del diseño: trabaja en la Editorial En Alianza, colaborando en el
desarrollo de textos escolares en su mayoría en idioma guaraní y más
tarde tiene la suerte de acceder al Estudio de Diseño de Celeste Prieto,
hoy una querida amiga, de quien aprende a amar el oficio de crear.
Asiste a diversos talleres y simposios sobre diseño y tipografía, tanto en
el Paraguay, como en la Argentina y el Uruguay.
En el año 2000 obtiene la Licenciatura en diseño gráfico de la Universidad
Católica Nuestra Señora de la Asunción y comienza los primeros
trabajos freelancediagramando textos escolares para la editorial Santillana y
diseñando packaging(envase y embalaje) para empresas fabricantes de
productos (habanos, cosméticos, domisanitarios). En el 2001 se casa con Blas
Dos Santos, con quien tiene dos hijas, Maia y Eva.
Durante los años 2003 y 2004 vivió en Roma, donde realizó una especialización
en diseño en el Istituto Europeo di Design. Allí, buscando ampliar sus
conocimientos, elige el Master en Web Design e Strategia, pero enseguida
reafirma la pasión por su “primer amor”: la pureza inquietante del papel.
Paralelamente asiste a cursos de Historia del Arte en la Universitá Popolare di
Roma, una universidad destinada a la tercera edad, donde frecuenta el curso
de las vanguardias artísticas y de historia del arte romano a través del tiempo,
donde se descubre feliz recorriendo cada rincón de la ciudad acompañada de
sus septuagenarios compañeros.
Tiempo después, ya en el Paraguay, convierte una vieja casona de los años 50 en su propio estudio
de diseño, desde donde continúa trabajando y compartiendo sus días con un grupo de amigos-
interdisciplinarios: Silvana, Nati, María Fernanda (diseñadora, actriz, arquitecta) alguna vez
también Belén, Pacita, Juanchi (ilustradora, cineasta, diseñador).
Trabajó en diversas disciplinas del diseño: editorial, identidad visual, señalética, web, packaging
(envase y embalaje). Se confiesa una enamorada del diseño y sus diversas especificidades, pero es
diseñando libros e identidades visuales en donde se siente más a gusto.
A lo largo de su trayectoria colaboró con numerosas empresas: identidad visual y materiales
informativos; con industrias: packaging para productos y materiales informativos; con editoriales:
libros de textos escolares, libros fotográfícos y culturales; con artistas: imagen de sus discos
compactos y otras piezas gráficas; con organizaciones estatales y civiles: identidad visual, libros de
estudios e investigación.
Según palabras de Olga, en cada proyecto elaborado prima la intención de potenciar, a través de la
imagen, las cualidades intrínsecas de los mismos, encontrando mediante el diseño los caminos más
efectivos para comunicar la esencia —y el todo—. Ella asume, haciendo mea culpa, que establece
una apasionada relación simbiótica con cada nuevo emprendimiento: un libro, una identidad visual
–no puedo evitar ponerme en la piel de cada proyecto y diseñar desde “adentro”, como si fuera un
emprendimiento propio.
Desde el año 2002 trabaja junto a la Editorial Fotosíntesis en el
desarrollo de una suerte de “libros-memoria” buscando, a través de la
fotografía de Fernando Allen (renombrado fotógrafo paraguayo),
rescatar ciertos aspectos que hacen a la cultura latinoamericana. En
este contexto, ha diseñado una colección de libros relacionados con el
Paraguay y Bolivia, bajo estos títulos: Paraguay, y mba`éva yvy,
teko guaraní, Función Patronal. Una mirada a las fiestas patronales
del Paraguay, Chaco Paraguayo. Sobrevivencia y sobrevida,
Mercados y Ferias del Paraguay, La Belleza del Diablo. Carnaval de
Oruro, Bolivia, A Paso de Romero. Un viaje por las Misiones
Jesuíticas de Chiquitos, Bolivia, Mercados y Ferias de La Paz,
Bolivia.
En el año 2008 es seleccionada para representar a Paraguay en la
Primera Bienal Iberoamericana de Diseño de Madrid, presentando
uno de los proyectos desarrollados con la Editorial Fotosíntesis, el
libro de relato fotográfico La Belleza del Diablo. Carnaval de Oruro,
Bolivia con fotografía de Fernando Allen y textos de la española
María José Diez y el paraguayo Fredi Casco.
De ella dijo el conocido intelectual y músico paraguayo José Antonio
Galeano: “Su fuerza y su pasión son capaces de emocionar hasta las
lágrimas. Un simple trazo sobre la hoja en blanco se convierte, en sus
manos, en un bellísimo objeto de arte. No se arredra ante los retos y
evoluciona, revolucionando, permanentemente. Pero, por encima de
todo ello, Olga es libre, y allí radica su mérito mayor ”