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Oración por el Camino Pastoral Diocesano

Señor Jesucristo, Camino, Verdad y Vida, enciende en nuestros corazones el amor del Padre,

la alegría de ser cristianos y el ardor por anunciarte.

Ven a nuestro encuentro y guía nuestros pasos para seguirte y amarte en la comunión de tu Iglesia,

escuchando tu Palabra, celebrando el don de la Eucaristía, sirviendo a los hermanos,

sobre todo a los más necesitados.

Danos siempre el fuego de tu Santo Espíritu, que con su sabiduría y amor

convierta nuestros corazones, VIVIFIQUE nuestras comunidades,

y renueve nuestras estructuras.

ACOMPÁÑANOS en nuestro Camino Pastoral Diocesano,

para que seamos discípulos misioneros tuyos, y para que nuestra DIÓCESIS de Arecibo

tenga en Ti vida abundante.

Señor Jesús, ¡Ven y envíanos! Madre Santísima, Virgen del Perpetuo Socorro,

ruega por nosotros. Amén.

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Introducción

“No podemos desaprovechar esta hora de gracia. ¡Necesitamos un nuevo Pentecostés! ¡Necesitamos salir al encuentro de las personas, las familias, las comunidades y los pueblos para comunicarles y compartir el don del encuentro con Cristo, que ha llenado nuestras vidas de “sentido”, de verdad y amor, de alegría y de esperanza! No podemos quedarnos tranquilos en espera pasiva en nuestros templos, sino urge acudir en todas las direcciones para proclamar que el mal y la muerte no tienen la última palabra, que el amor es más fuerte, que hemos sido liberados y salvados por la victoria pascual del Señor de la historia, que Él nos convoca en Iglesia, y que quiere multiplicar el número de sus discípulos y misioneros en la construcción de su Reino... Somos testigos y misioneros: en las grandes ciudades y campos, en las montañas…, en todos los ambientes de la convivencia social, en los más diversos “areópagos” de la vida pública…, en las situaciones extremas de la existencia, asumiendo ad gentes nuestra solicitud por la misión universal de la Iglesia”. (Documento Conclusivo de Aparecida, # 547)

Desde que Jesús, Buen Pastor, envió a sus primeros discípulos a anunciar la Buena

Noticia del Reino, el plan pastoral de todas las comunidades cristianas ha sido el mismo: anunciar, con obras y palabras, que Dios es un Padre Bueno y que quiere que sus hijos e hijas tengan Vida y Vida en abundancia.

El Evangelio ha sido y es para toda comunidad cristiana la fuerza de Dios y la guía para su seguimiento de Jesús de Nazaret. Pero ese mismo y único Evangelio resuena e interpela de forma distinta según la época, el lugar y la cultura donde se escucha. Es por ello que cada Iglesia particular, puesta a la escucha del Espíritu y de la realidad que vive, busca un Plan Pastoral como instrumento de evangelización, para expresar la Comunión de todas las Parroquias y agentes de pastoral y para ser fieles a la realidad histórica que está viviendo.

El presente Camino Pastoral Diocesano pretende guiar y fortalecer el caminar de las distintas parroquias que conforman la Diócesis de Arecibo.

El servicio de la Iglesia es la evangelización que busca construir el Reino de Dios entre los hombres. El Reino que significa una convivencia humana fundamentada en la justicia, el respeto mutuo, la fraternidad y la paz, anticipo de la realización plena del triunfo de Cristo sobre el pecado y la muerte. En función de esos valores evangélicos, la Iglesia sirve y se organiza en su quehacer de todos los días.

La Iglesia ha de estar en permanente diálogo con el hombre de hoy, hacerse palabra, mensaje y testimonio en las comunidades, y suscitar una actitud constante de búsqueda de las respuestas adecuadas a las necesidades de la Iglesia misma y de la sociedad.

La Carta apostólica Novo Millenio Ineunte, exhorta ardientemente a las Iglesias particulares a señalar las etapas del camino futuro, sintonizando las opciones de cada comunidad.

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Durante los pasados 18 meses, la Comisión Permanente del Consejo Pastoral de la Diócesis de Arecibo ha estado realizando un proceso de Evaluación de la Primera Etapa del Camino Pastoral Diocesano (2012-2017), respondiendo a la pregunta ¿dónde estamos?, en relación a los objetivos, actividades y estructuras que nos propusimos construir como don de Dios. Esta evaluación nos proveyó la oportunidad de tener un contacto de primera mano con los sacerdotes, diáconos, religiosas, miembros de los distintos movimientos apostólicos y grupos existentes en nuestra Diócesis, con los agentes de pastoral, así como ver más de cerca la realidad socio-pastoral en la que nos hemos estado desenvolviendo y evaluar las estructuras que nos ayudarían en el proceso de implementación y sostenimiento de nuestro Camino Pastoral.

Resumen del Proceso

Nuestra finalidad ha sido la de poder evaluar los objetivos propuestos y las acciones

que se llevaron a cabo para alcanzar los mismos y poder tomar las decisiones que nos ayudaran a corregir o hacer los reajustes necesarios para lanzar la próxima etapa de nuestro Camino.

Desde el principio asumimos la metodología del Ver-Juzgar-Actuar, muy conocida en la experiencia pastoral de la Iglesia. Este es un proceso para revisar, discernir, proyectar, diseñar, organizar y actuar, conducidos por la luz del Espíritu Santo, para realizar la voluntad de Dios. Un camino de discernimiento comunitario y pastoral en el Espíritu dirigido a la elaboración de la Nueva Etapa del Camino Pastoral.

A instancias de nuestro Padre y Pastor, Monseñor Daniel Fernández Torres, decidimos colocar este año de discernimiento bajo la maternal protección y amparo de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, Patrona de nuestra Diócesis. Fue entonces como surgen el lema del año y su finalidad: “Año Mariano para el Discernimiento Comunitario”, tomando como punto de referencia la expresión mariana contenida en el Evangelio de Juan 2, 5: “Hagan lo que Él les diga”.

De esta manera, y bajo el amparo de nuestra Madre del Cielo, nos dimos a la tarea de “discernir”, según el Espíritu, esforzándonos en VER con los ojos de Dios, con ojos de Buen Pastor, nuestra realidad social y pastoral como iglesia diocesana; JUZGAR la realidad encontrada desde los valores y criterios evangélicos; y ACTUAR, identificando los medios y estrategias para corregir, reajustar y renovar nuestro Camino, tanto en su dirección como en su ruta.

¿Qué se hizo? Para lograr nuestros objetivos como Comisión Permanente, recurrimos a la colaboración de la Oficina de Promoción y Desarrollo Humano (OPDH), quienes, en unión a la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, Recinto de Arecibo, y la Vicaría de Pastoral de la Diócesis de Arecibo, habían realizado un abarcador estudio de la realidad social que enfrenta nuestra Diócesis. De este estudio y auxiliados por los informes del “Status Animarum” que recopilamos desde el Obispado, y los instrumentos de evaluación que se realizaron entre la feligresía de la Diócesis, los Consejos Pastorales Parroquiales y

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los Agentes Diocesanos, pudimos alcanzar una visión certera del estado actual en que se encuentra nuestra Diócesis de Arecibo, el impacto que se ha alcanzado y aquello que nos corresponde mejorar como iglesia diocesana. De esta manera pudimos realizar el Primer Momento del proceso: el VER. Un Segundo Momento de nuestro proceso de evaluación lo constituyó el JUZGAR. En el mismo tratamos de comprender la información recibida en el paso anterior, analizando e iluminando la misma. Solicitamos a los participantes en las Asambleas de Pastoral que nos colaboraran en el análisis, presentándonos los retos que la información provista nos lanzaban. Se pudieron detectar 68 retos o desafíos, que luego pudimos subdividir en las siguientes “situaciones” o “categorías” pastorales: Formación, Evangelización-Misión, Catequesis, Agentes y Líderes, Estructuras Pastorales, reagrupando los retos y organizándolos, quedando así 22 retos pastorales presentes en nuestra Diócesis. Determinadas las “situaciones” pastorales, nos dimos a la tarea de iluminar las mismas desde los textos de la Sagrada Escritura y el Magisterio de nuestra Iglesia. La selección de textos para la “Iluminación” abarcó los siguientes documentos: Sagrada Escritura, Documento de Aparecida, Exhortación Evangelii Gaudium, Amoris Laetitia, Gaudete et Exultate, el Sínodo de los Jóvenes y el Documento Ecclesia in America. De los documentos presentados anteriormente, la Comisión Permanente seleccionó 5 textos que iluminaran la situación pastoral. Esta selección fue presentada al Consejo Diocesano de Pastoral, quienes trabajaron grupalmente, leyendo y reflexionando cada texto, para finalmente seleccionar al menos tres de los mismos que iluminaran de manera práctica y pastoral la situación presentada. El Clero de nuestra Diócesis fue convocado a participar en una reunión en la que se presentó la información recopilada. La finalidad de la reunión era que el Clero, luego de analizar los 22 retos encontrados, determinara aquellos que les parecían más urgentes. Finalmente, y con el voto de los presentes, se optó por 9 de los retos, que ameritaban atención urgente. Estos son:

1. Que la diócesis ofrezca a sus feligreses una formación integral, es decir, que comprenda variadas dimensiones, todas armonizadas entre sí en unidad vital. En la base de estas dimensiones está la fuerza del anuncio kerygmático. Al mismo tiempo, favorece una formación permanente y dinámica, de acuerdo con el desarrollo de las personas y al servicio que están llamadas a prestar, en medio de las exigencias de la historia.

2. Que la iglesia diocesana inicie a los sacerdotes, religiosos, consagrados y laicos en

el arte del acompañamiento, con especial atención a la familia y a los jóvenes

3. Que la diócesis tenga una pastoral familiar organizada que acompañe y apoye a las familias de hoy a afrontar el desafío educativo de sus hijos a través de comunidades acogedoras.

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4. Que se realice la Nueva Evangelización en sus tres ámbitos: en los fieles que regularmente frecuentan la comunidad, en las personas bautizadas que no viven las exigencias del Bautismo, y a quienes no conocen a Jesucristo o siempre lo han rechazado.

5. Que la diócesis de Arecibo cuente con una catequesis que sea una verdadera escuela

de formación integral, donde se cultiva la amistad con Cristo, en la oración, aprecio a la celebración litúrgica y se viva en la comunidad cristiana mediante el compromiso apostólico.

6. Que la pastoral juvenil cuente con itinerarios de formación en la fe que integren: un

conocimiento vivo de Jesucristo y su Evangelio, la capacidad de leer en fe su propia experiencia y los acontecimientos de la historia, un acompañamiento a la oración y la celebración de liturgia, la introducción a la Lectio divina y apoyo al testimonio de caridad y promoción de la justicia, proponiendo así una auténtica espiritualidad juvenil.

7. Que se fortalezca la integración comunitaria, formativa y misionera de los movimientos en las parroquias y en la diócesis para aprovechar mejor sus carismas.

8. Que caminemos juntos como Pueblo de Dios para comprender mejor el significado

de la autoridad en términos de servicio, reclutar más líderes y jóvenes, y poder realizar una lectura de la realidad y de los signos de los tiempos a la luz de la fe.

9. Que se logre una renovación pastoral de la parroquia con párrocos y sacerdotes que

sean auténticos discípulos de Cristo, ardorosos misioneros que viven el constante anhelo de buscar a los alejados y no se contentan con la simple administración.

Una vez seleccionados los retos pastorales, éstos se transformaron en Objetivos con

su respectiva iluminación doctrinal. Así dimos inicio al Tercer Momento: ACTUAR. La Comisión Permanente del Consejo de Pastoral Diocesano se dio a la tarea de definir la manera en la que los nueve objetivos podrían ser alcanzados, o sea las líneas de acción que la Diócesis y cada parroquia debe observar durante los próximos años.

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Camino Pastoral Diocesano 2019-2024

I. Espiritualidad del Camino Pastoral

El Camino Pastoral nos invita a retomar a nivel espiritual, la centralidad del encuentro personal con Cristo que se manifiesta en nuestra vida comunitaria, social y eclesial.

Somos llamados a vivir la espiritualidad de comunión y misionera de la Iglesia donde todos son discípulos misioneros, agentes evangelizadores (cf. EG120). “Es vital que hoy la Iglesia salga a anunciar el Evangelio a todos, en todos los lugares, en todas las ocasiones, sin demoras, sin asco y sin miedo” (EG23), pues, “la intimidad de la Iglesia con Jesús es una intimidad itinerante, y la comunión «esencialmente se configura como comunión misionera» (ChL 32). Espiritualidad de comunión misionera que se concretiza:

• Creando espacios que nos lleven a caminar juntos como Pueblo de Dios, fortaleciendo la integración comunitaria y colaboración entre los agentes y adaptando la parroquia para que sea ámbito de viva comunión y participación.

• Fortaleciendo el compromiso misionero: en los movimientos y grupos de la parroquia, en el ámbito familiar, en una catequesis viva, en la búsqueda que toda la parroquia esté más cerca de la gente y se oriente a la misión, llegando a las periferias que necesitan la luz del Evangelio, con opción preferencial a los pobres y con una especial atención a los jóvenes y a las familias.

• Promoviendo en el Pueblo de Dios una mayor conciencia de su bautismo y sus

implicaciones en su vida de fe personal, comunitaria, eclesial y social.

• “Hacer de la Iglesia la casa y la escuela de la comunión: éste es el gran desafío que tenemos ante nosotros en el milenio que comienza, si queremos ser fieles al designio de Dios y responder también a las profundas esperanzas del mundo” (NMI 43)”, nos recordaba San Juan Pablo II.

La llamada a la misión deriva de por sí de la llamada a la santidad. Cada misionero,

lo es auténticamente si se esfuerza en el camino de la santidad: «La santidad es un presupuesto fundamental y una condición insustituible para realizar la misión salvífica de la Iglesia » (ChL 17).

La vocación universal a la santidad está estrechamente unida a la vocación universal a la misión. Todo fiel está llamado a la santidad y a la misión.

Todos estos elementos tendrán que ser considerados en los itinerarios formativos, costumbres, estilos, horarios, lenguaje y demás estructuras, pues «toda renovación en el seno de la Iglesia debe tender a la misión como objetivo para no caer presa de una especie de introversión eclesial» (Ecclesia in Oceania 19 – San Juan Pablo II).

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Junto a la Iglesia Universal y a la Provincia Eclesiástica de Puerto Rico, en su programa para la Nueva Evangelización de Puerto Rico, deseamos ser signo de la unidad de la Iglesia en su acción evangelizadora, puesto que esta ha sido la ferviente voluntad del Concilio al desear: «con la claridad de Cristo, que resplandece sobre la faz de la Iglesia, iluminar a todos los hombres, anunciando el Evangelio a toda criatura» (Lumen Gentium). II. Motivaciones Anuales 2019-2020- AMAR PRIMERO – “TANTO AMÓ DIOS AL MUNDO” (Juan 3,16)

2020-2021- SEGUIR A JESUS – “VEN Y SÍGUEME” (Mateo 19,21)

2021-2022 -ACOMPAÑADOS –“MIREN COMO SE AMAN” (Hechos 4,32-35)

2022-2023- ENVIADOS – “VAYAN Y DEN FRUTO” (Juan 15,16)

2023-2024- CELEBRAMOS – “ALÉGRATE Y REGOCÍJATE” (Mateo 5,12)

Toda acción evangelizadora parte de que Dios nos amó primero. ¿He reconocido su amor por mí? Reconocernos amados primeramente por Dios, nos lleva a dar el primer paso para amar a los demás. “AMAR PRIMERO”.

Quién ha tenido un encuentro verdadero con Cristo y ha quedado fascinado con su persona, amplía sus horizontes, desea conocerlo, ser como Él, “SEGUIR A JESÚS”. Ser su discípulo.

El camino de seguimiento a Jesús no es solitario, es en comunidad. El amor entre los seguidores de Jesús, entre sus discípulos, es una fuerza que atrae a otros. Queremos reconocernos hermanos, miembros de una misma familia, sentirnos “ACOMPAÑADOS” de Dios y de los hermanos. Experiencia de comunión.

Jesús nos elige, nos convoca y nos envía para que demos frutos. Somos discípulos misioneros. El encontrar y seguir a Jesús nos lleva a comprender y experimentar que somos “ENVIADOS” a compartir con los demás el gozo y la alegría del encuentro con Él, el gozo de la salvación. Cada uno es una misión.

Toda la acción misionera de la Iglesia, tiene sus fatigas y luchas, pero sobre todo lleva en sí la esperanza y el gozo que solo Dios nos da en plenitud, por eso como Pueblo de Dios “CELEBRAMOS” los frutos de la misión evangelizadora y que somos llamados a la misma santidad del Padre.

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III. Campos de Acción

Campo de acción: FORMACION

Situación Pastoral: Los laicos a nivel general manifiestan algún tipo de miedo o inseguridad al ejercer algún servicio tanto ministerial como misionero. Algunos católicos no se sienten preparados, ya que tienen miedo de expresar su fe. Es necesario seguir motivando e instruyendo a la feligresía libremente, ya que no se les ha formado para asumir esta responsabilidad. Para ser testigo del evangelio en el momento histórico en que nos ha tocado vivir, el laico necesita de una sólida formación religiosa en todos los sentidos. Esto implica:

• Iniciar actividades de formación en todos los niveles • Brindar formación en el aspecto cristiano de la fraternidad, ministerios,

disponibilidad • Fortalecer la formación del que sale para que se sienta más seguro. • Mejorar la formación y capacitación de los lideres existentes para mejorar el manejo

del tiempo y reconozcan sus limitaciones. • Preparar mejor a los catequistas • Formar para la animación misionera • Formar cristianos para el liderazgo

Ante los grandes interrogantes de la vida en todos los sentidos, los cristianos están expuestos a todo tipo de opción que en la mayoría de los casos no va con el proyecto de felicidad que Dios tiene para ellos. En especial son palpables el deterioro de la familia y la pedida de los jóvenes en el camino eclesial. Esto nos indica que hay que fomentar valores en la familia tales como: el respeto por la vida, el cuidado de lo ajeno, el bien común, la sexualidad y otros.

Iluminación: “Para cumplir su misión con responsabilidad personal, los laicos necesitan una sólida formación doctrinal, pastoral, espiritual y un adecuado acompañamiento para dar testimonio de Cristo y de los valores del Reino en el ámbito de la vida social, económica, política y cultural.” (A 212) “Misión principal de la formación es ayudar a los miembros de la Iglesia a encontrarse siempre con Cristo, y, así reconocer, acoger, interiorizar y desarrollar la experiencia y los valores que constituyen la propia identidad y misión cristiana en el mundo. Por eso, la formación obedece a un proceso integral, es decir, que comprende variadas dimensiones, todas armonizadas entre sí en unidad vital. En la base de estas dimensiones, está la fuerza del anuncio kerygmático. El poder del Espíritu y de la Palabra contagia a las personas y las lleva a escuchar a Jesucristo, a creer en Él como su Salvador, a reconocerlo como quien da pleno significado a su vida y a seguir sus pasos. El anuncio se fundamenta en el

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hecho de la presencia de Cristo Resucitado hoy en la Iglesia, y es el factor imprescindible del proceso de formación de discípulos y misioneros. Al mismo tiempo, la formación es permanente y dinámica, de acuerdo con el desarrollo de las personas y al servicio que están llamadas a prestar, en medio de las exigencias de la historia.” (A 279)

“Las respuestas a las consultas también expresan con insistencia la necesidad de la formación de agentes laicos de pastoral familiar con ayuda de psicopedagogos, médicos de familia, médicos comunitarios, asistentes sociales, abogados de minoridad y familia, con apertura a recibir los aportes de la psicología, la sociología, la sexología, e incluso el counseling. Los profesionales, en especial quienes tienen experiencia de acompañamiento, ayudan a encarnar las propuestas pastorales en las situaciones reales y en las inquietudes concretas de las familias. «Los caminos y cursos de formación destinados específicamente a los agentes de pastoral podrán hacerles idóneos para inserir el mismo camino de preparación al matrimonio en la dinámica más amplia de la vida eclesial». Una buena capacitación pastoral es importante «sobre todo a la vista de las situaciones particulares de emergencia derivadas de los casos de violencia doméstica y el abuso sexual» Todo esto de ninguna manera disminuye, sino que complementa, el valor fundamental de la dirección espiritual, de los inestimables recursos espirituales de la Iglesia y de la Reconciliación sacramental.” (AL204) “En una civilización paradójicamente herida de anonimato y, a la vez obsesionada por los detalles de la vida de los demás, impudorosamente enferma de curiosidad malsana, la Iglesia necesita la mirada cercana para contemplar, conmoverse y detenerse ante el otro, cuantas veces sea necesario. En este mundo los ministros ordenados y los demás agentes pastorales pueden hacer presente la fragancia de la presencia cercana de Jesús y su mirada personal. La Iglesia tendrá que iniciar a sus hermanos —sacerdotes, religiosos y laicos— en este «arte del acompañamiento», para que todos aprendan siempre a quitarse las sandalias ante la tierra sagrada del otro (cf. Ex 3,5). Tenemos que darle a nuestro caminar el ritmo sanador de projimidad, con una mirada respetuosa y llena de compasión pero que al mismo tiempo sane, libere y aliente a madurar en la vida cristiana.” (EG 169) “El Sínodo reconoce la necesidad de preparar laicos consagrados, hombres y mujeres, que estén calificados para el acompañamiento de los jóvenes”. (Sínodo de los Jóvenes 9) Objetivo pastoral 1: Implementar un proceso de evangelización y formación integral y kerigmática para laicos adultos.

Líneas de acción: 1.1 Disponiendo de un equipo diocesano para la elaboración (temas específicos, objetivos

de aprendizaje, contenido, metodología y recursos de enseñanza-aprendizaje-avalúo), acompañamiento y evaluación del proceso de evangelización kerigmática y formación integral.

1.2 Preparando formadores.

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1.3 Motivando e implementando el proceso de evangelización y formación integral. Objetivo pastoral 2: Iniciar a los sacerdotes, diáconos, religiosos, consagrados y laicos en el arte del acompañamiento con especial atención a la familia y a los jóvenes.

Líneas de acción: 2.1 Creando un equipo de reflexión y formación en el arte del acompañamiento. 2.2 Formando a los sacerdotes, diáconos, religiosos, consagrados y laicos en el arte del

acompañamiento con especial atención a la familia y a los jóvenes. 2.3 Implementando y evaluando los procesos de formación.

Campo de acción: MISION – EVANGELIZACION Situación Pastoral: La familia como célula básica de la sociedad necesita ser revalorada, acompañada y animada a luchar por mantener su rol protagónico en la educación de sus miembros. La familia no solo debe conservar los valores de la vida y de la fe como objeto de evangelización. Ella debe convirtiéndose en sujeto de evangelización. Es evidente que debemos desarrollar una acción misionera que:

• Llegue a la mayor cantidad de familias que necesitan de la evangelización. • Promocione la familia y la vida. • Promueva el valor del matrimonio • Promocione y valor del matrimonio sacramental en las parejas. • Fortalezca los de valores que enriquezcan a los matrimonios y familia.

En la realidad en que viven los cristianos es necesario relanzar la Nueva Evangelización en sentido misionero e ir implementando la idea de “Iglesia en salida”. Creando actividades que impacten a grupos masas y no solo a los pequeños grupos. Conquistando a los que no vienen. Buscando técnicas para atraer la feligresía. Discernir las necesidades específicas de cada grupo de edad. Atender a cada grupo poblacional con alegría y amor acogiéndolos y supliéndoles sus necesidades espirituales. Iluminación:

“Los Padres quisieron enfatizar también que «uno de los desafíos fundamentales frente al que se encuentran las familias de hoy es seguramente el desafío educativo, todavía más arduo y complejo a causa de la realidad cultural actual y de la gran influencia de los medios de comunicación». «La Iglesia desempeña un rol precioso de apoyo a las familias, partiendo de la iniciación cristiana, a través de comunidades acogedoras. Pero me parece muy importante recordar que la educación integral de los hijos es «obligación gravísima», a la vez que «derecho primario» de los padres. No es sólo una carga o un

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peso, sino también un derecho esencial e insustituible que están llamados a defender y que nadie debería pretender quitarles. El Estado ofrece un servicio educativo de manera subsidiaria, acompañando la función indelegable de los padres, que tienen derecho a poder elegir con libertad el tipo de educación —accesible y de calidad— que quieran dar a sus hijos según sus convicciones. La escuela no sustituye a los padres sino que los complementa. Este es un principio básico: «Cualquier otro colaborador en el proceso educativo debe actuar en nombre de los padres, con su consenso y, en cierta medida, incluso por encargo suyo» Pero «se ha abierto una brecha entre familia y sociedad, entre familia y escuela, el pacto educativo hoy se ha roto; y así, la alianza educativa de la sociedad con la familia ha entrado en crisis»” (AL 84)

“La nueva evangelización convoca a todos y se realiza fundamentalmente en tres ámbitos. En primer lugar, mencionemos el ámbito de la pastoral ordinaria, «animada por el fuego del Espíritu, para encender los corazones de los fieles que regularmente frecuentan la comunidad y que se reúnen en el día del Señor para nutrirse de su Palabra y del Pan de vida eterna». También se incluyen en este ámbito los fieles que conservan una fe católica intensa y sincera, expresándola de diversas maneras, aunque no participen frecuentemente del culto. Esta pastoral se orienta al crecimiento de los creyentes, de manera que respondan cada vez mejor y con toda su vida al amor de Dios.

En segundo lugar, recordemos el ámbito de «las personas bautizadas que no viven las exigencias del Bautismo», no tienen una pertenencia cordial a la Iglesia y ya no experimentan el consuelo de la fe. La Iglesia, como madre siempre atenta, se empeña para que vivan una conversión que les devuelva la alegría de la fe y el deseo de comprometerse con el Evangelio.

Finalmente, remarquemos que la evangelización está esencialmente conectada con la proclamación del Evangelio a quienes no conocen a Jesucristo o siempre lo han rechazado. Muchos de ellos buscan a Dios secretamente, movidos por la nostalgia de su rostro, aun en países de antigua tradición cristiana. Todos tienen el derecho de recibir el Evangelio. Los cristianos tienen el deber de anunciarlo sin excluir a nadie, no como quien impone una nueva obligación, sino como quien comparte una alegría, señala un horizonte bello, ofrece un banquete deseable. La Iglesia no crece por proselitismo sino «por atracción».” (EG 14) Objetivo pastoral 3: Organizar en la Pastoral Familiar procesos de acompañamiento y apoyo a las familias en el desafío educativo de sus hijos.

Líneas de acción 3.1 Proveyendo formación parroquial para padres, abuelos y/o tutores en diversos temas

relacionados al bienestar familiar y educación de los hijos. 3.2 Generando servicios de apoyo y consejería familiar a través de profesionales en la

conducta.

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3.3 Promoviendo familias voluntarias (voluntariado familiar) en diferentes ambientes o situaciones del sector parroquial (Como por ejemplo: atención al medio ambiente, hogares o centros de ancianos, asistencia a familias y otros).

Objetivo pastoral 4: Promover la Nueva Evangelización, en comunión con la Iglesia Universal y la Provincia Eclesiástica de Puerto Rico, en sus tres ámbitos: en los fieles que regularmente frecuentan la comunidad, en las personas bautizadas que no viven las exigencias del Bautismo, y a quienes no conocen a Jesucristo o siempre lo han rechazado.

Líneas de acción 4.1 Concientizando sobre el regalo bautismal, la experiencia de fe y la espiritualidad

misionera. 4.2 Promoviendo experiencias misioneras (Iglesia en salida). 4.3 Desarrollando una evangelización misionera que impregna todas las estructuras

eclesiales. 4.4 Integrando en la planificación anual las propuestas de la Iglesia Universal y la Provincia

Eclesiástica de Puerto Rico.

Campo de acción: CATEQUESIS Situación Pastoral: Las nuevas generaciones son educadas bajo nuevos estilos de vida y con gran influencia en los diversos métodos de comunicación tecnológicos. La catequesis debe:

• Fomentar la experiencia personal con Jesús • Promocionar la Catequesis Vivencial y utilizar todos los medios posibles para atraer

y acercar a los más alejados. • Atraer y motivar a las familias a asistir a las celebraciones eucarísticas

Encontramos que el mundo juvenil es el presente de nuestra iglesia, ellos demandan un acompañamiento y una formación sistemática.

Iluminación: “La catequesis no puede limitarse a una formación meramente doctrinal, sino que

ha de ser una verdadera escuela de formación integral. Por tanto, se ha de cultivar la amistad con Cristo en la oración, el aprecio por la celebración litúrgica, la vivencia comunitaria, el compromiso apostólico mediante un permanente servicio a los demás. Para ello, resultarían útiles algunos subsidios catequéticos elaborados a partir del Catecismo de la Iglesia Católica y del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, estableciendo cursos y escuelas de formación permanente para catequistas.” (A 299)

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“El compromiso de ofrecer itinerarios continuos y orgánicos que puedan integrarse debe mantenerse vivo: un conocimiento vivo de Jesucristo y su Evangelio, la capacidad de leer en fe su propia experiencia y los acontecimientos de la historia, un acompañamiento a la oración y la celebración de liturgia, la introducción a la Lectio divina y apoyo al testimonio de caridad y promoción de la justicia, proponiendo así una auténtica espiritualidad juvenil. Los itinerarios catequéticos muestran la conexión íntima de la fe con la experiencia concreta de cada día, con el mundo de los sentimientos y lazos, con las alegrías y las decepciones que se experimentan en el estudio y el trabajo; Saben integrar la doctrina social de la Iglesia; Están abiertos a los lenguajes de la belleza, de la música y de las diferentes expresiones artísticas, ya las formas de comunicación digital. Las dimensiones de la corporeidad, la afectividad y la sexualidad deben tomarse en cuenta, ya que existe una profunda interrelación entre la educación en la fe y la educación en el amor. En resumen, la fe debe entenderse como una práctica, es decir, como una forma de habitar el mundo. Es urgente que en la catequesis de los jóvenes se renueve el compromiso con los lenguajes y las metodologías, sin perder nunca de vista lo esencial, es decir, el encuentro con Cristo, que es el corazón de la catequesis. Recibieron YouCat, DoCat e instrumentos similares, sin descuidar los catecismos producidos por las diversas Conferencias Episcopales. También se necesita un compromiso renovado para los catequistas, que a menudo son jóvenes al servicio de otros jóvenes, casi sus compañeros. Es importante cuidar adecuadamente su formación y asegurar que su ministerio sea mejor reconocido por la comunidad.” (Sínodo de Jóvenes 164) Objetivo pastoral 5: Fortalecer una metodología catequética que fomente la amistad con Cristo en la oración, el aprecio a la celebración litúrgica, la vivencia en la comunidad cristiana y el compromiso misionero.

Líneas de acción: 5.1 Promoviendo en la catequesis la experiencia de fe personal y comunitaria. 5.2 Integrando a las familias en la transmisión y la vivencia de la fe. 5.3 Actualizando los medios utilizados en la catequesis. Objetivo pastoral 6: Implementar itinerarios de formación en la fe, graduales y sistemáticos, en los grupos juveniles de las parroquias de la diócesis. Líneas de acción 6.1 Disponiendo de un equipo para la elaboración, acompañamiento y evaluación del

itinerario de formación en la fe. 6.2 Ofreciendo experiencias formativas para los agentes de pastoral que garanticen la

efectiva implementación de los itinerarios de formación. 6.3 Implementando el itinerario en algunas de las parroquias de la diócesis.

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Campo de acción: AGENTES – LIDERES Situación Pastoral: La Iglesia ha sido bendecida por grandes movimientos y carismas que han ido dando fuerza y vida a diversos estilos de evangelización. En estos momentos hay que integrar mejor la acción apostólica de los movimientos a la acción pastoral parroquial. Cada movimiento realiza su misión por separado entones hay que aprovechar sus riquezas en el proceso de pastoral tanto a nivel diocesano como parroquial. El rol de la autoridad como servicio no ha estado muy claro en la comunidad eclesial. Existe mucho mido al compromiso desde el servicio y la entrega generosa. El paso de mando para los espacios de servicio cuesta mucho realizarlos y aceptarlos. Muchas veces los laicos no se sienten capacitados para el mismo y seguimos sin dar el protagonismo en el servicio a las nuevas generaciones. Hay que integrar a los jóvenes y sus familias en la acción misionera Reclutar, preparar y formar líderes que puedan responsabilizarse de las diversas acciones pastorales de la parroquia. Iluminación:

“Para aprovechar mejor los carismas y servicios de los movimientos eclesiales en el campo de la formación de los laicos, deseamos respetar sus carismas y su originalidad, procurando que se integren más plenamente a la estructura originaria que se da en la diócesis. A la vez, es necesario que la comunidad diocesana acoja la riqueza espiritual y apostólica de los movimientos. Es verdad que los movimientos deben mantener su especificidad, pero dentro de una profunda unidad con la Iglesia particular, no sólo de fe sino de acción. Mientras más se multiplique la riqueza de los carismas, más están llamados los obispos a ejercer el discernimiento pastoral para favorecer la necesaria integración de los movimientos en la vida diocesana, apreciando la riqueza de su experiencia comunitaria, formativa y misionera. Conviene prestar especial acogida y valorización a aquellos movimientos eclesiales que han pasado ya por el reconocimiento y discernimiento de la Santa Sede, considerados como dones y bienes para la Iglesia universal.” (A 313)

“La experiencia de "caminar juntos" como Pueblo de Dios nos ayuda a comprender mejor el significado de la autoridad en términos de servicio. Los pastores deben aumentar la colaboración en el testimonio y la misión, y acompañar los procesos de discernimiento de la comunidad para interpretar los signos de los tiempos a la luz de la fe y bajo la guía del Espíritu, con la contribución de todos los miembros de la comunidad, a partir de los que están en los márgenes. Los líderes eclesiales con estas capacidades necesitan formación específica en sinodalidad. Desde este punto de vista, parece prometedor estructurar cursos de capacitación comunes entre jóvenes laicos, jóvenes religiosos y seminaristas, en particular en temas como el ejercicio de la autoridad o el trabajo en equipo.” (Sínodo de Jóvenes 124)

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Objetivo pastoral 7: Fortalecer la integración comunitaria, formativa y misionera de los movimientos en las parroquias y en la diócesis. Líneas de acción 7.1 Estableciendo una comisión que facilite la integración de los movimientos, grupos y

asociaciones laicales católicas en la acción evangelizadora y en el camino pastoral diocesano y parroquial.

7.2 Promoviendo la concienciación en los miembros de los movimientos, grupos y asociaciones laicales católicas y clero, de la naturaleza, elementos constitutivos de un movimiento, grupo o asociación y su misión al servicio de la Iglesia.

7.3 Suscitando el conocimiento, intercambio de servicios y misión, y confraternización de los carismas de los diferentes movimientos, grupos y asociaciones laicales a nivel parroquial y diocesano.

Objetivo pastoral 8: Crear experiencias que nos lleven a caminar juntos como Pueblo de Dios para comprender mejor el significado de la autoridad en términos de servicio, reclutar más líderes y jóvenes, y poder realizar una lectura de la realidad y de los signos de los tiempos a la luz de la fe. Líneas de acción 8.1 Capacitando a líderes eclesiales en el ejercicio del servicio de la autoridad, trabajo en

equipo y misión. 8.2 Potenciando el protagonismo juvenil en las instancias eclesiales. 8.3 Generando espacios de escucha, diálogo y acción que integren a los diversos miembros

de la comunidad.

Campo de acción: ESTRUCTURAS

Situación Pastoral: La parroquia es estructura básica mediante la cual se desarrolla la misión de la Iglesia. Ella debe constituir eficazmente sus CPP, formar sus miembros y desarrollar un dinamismo de integración de nuevos miembros con el fin de que el CPP sea el órgano responsable de la acción pastoral parroquial. Constatamos que hay parroquias que no tiene organizada las diversas estructuras de animación y evangelización, tales como la red de misioneros, las zonas pastorales y las comisiones. Se pide que se tengan planes pastorales sencillos, con objetivo claros y evaluables. Dar promoción a los servicios que da la Iglesia.

Iluminación:

17

“La parroquia no es una estructura caduca; precisamente porque tiene una gran plasticidad, puede tomar formas muy diversas que requieren la docilidad y la creatividad misionera del Pastor y de la comunidad. Aunque ciertamente no es la única institución evangelizadora, si es capaz de reformarse y adaptarse continuamente, seguirá siendo «la misma Iglesia que vive entre las casas de sus hijos y de sus hijas».26 Esto supone que realmente esté en contacto con los hogares y con la vida del pueblo, y no se convierta en una prolija estructura separada de la gente o en un grupo de selectos que se miran a sí mismos. La parroquia es presencia eclesial en el territorio, ámbito de la escucha de la Palabra, del crecimiento de la vida cristiana, del diálogo, del anuncio, de la caridad generosa, de la adoración y la celebración.27 A través de todas sus actividades, la parroquia alienta y forma a sus miembros para que sean agentes de evangelización.28 Es comunidad de comunidades, santuario donde los sedientos van a beber para seguir caminando, y centro de constante envío misionero. Pero tenemos que reconocer que el llamado a la revisión y renovación de las parroquias todavía no ha dado suficientes frutos en orden a que estén todavía más cerca de la gente, que sean ámbitos de viva comunión y participación, y se orienten completamente a la misión.” (EG 28) Objetivo pastoral 9: Reformar y adaptar la parroquia para que esté más cerca de la gente y sea ámbito de viva comunión y participación y se oriente a la misión. Líneas de acción 9.1 Implicando de manera directa a los párrocos y sacerdotes en la ejecución del camino

pastoral en el ámbito parroquial. 9.2 Repensando las estructuras parroquiales y diocesanas de pastoral. 9.3 Acompañando a los párrocos, sacerdotes, diáconos y los Consejos de Pastoral

Parroquial en la implementación del plan pastoral en la parroquia.

18

IV. Itinerario del Camino Pastoral

SITUACIÓN PASTORAL

OBJETIVO LINEAS DE ACCION RESPONSABLES TIEMPO

1 2 3 4 5

FORMACION 1. Implementar un proceso de evangelización y formación integral y kerigmática para laicos adultos.

1.1. Disponiendo de un equipo diocesano para la elaboración (temas específicos, objetivos de aprendizaje, contenido, metodología y recursos de enseñanza-aprendizaje-avalúo), acompañamiento y evaluación del proceso de evangelización kerigmática y formación integral.

Vicaría de Pastoral

P. Gabriel Alonso

Equipo Diocesano de Formación

X

1.2. Preparando formadores.

Equipo Diocesano de Formación y párrocos.

X X X X

1.3. Motivando e implementando el proceso de evangelización y formación integral.

Equipo diocesano, vicarios zonales, párrocos y formadores

X X X

2. Iniciar a los sacerdotes, diáconos, religiosos, consagrados y laicos en el arte del acompañamiento con especial atención a la familia y a los jóvenes.

2.1. Creando un equipo de reflexión y formación en el arte del acompañamiento.

Vicaría de Pastoral X

2.2. Formando a los sacerdotes, diáconos, religiosos, consagrados y laicos en el arte del acompañamiento con especial atención a la familia y a los jóvenes.

Equipo diocesano de reflexión y acompañamiento.

X

X

X

X

19

2.3. Implementando y evaluando los procesos de formación.

Equipo diocesano de reflexión y acompañamiento.

X

X

X

X

MISIÓN EVANGELIZACIÓ

N

3. Organizar en la Pastoral Familiar procesos de acompañamiento y apoyo a las familias en el desafío educativo de sus hijos.

3.1. Preparando y proveyendo formación parroquial para padres, abuelos y/o tutores en diversos temas relacionados al bienestar familiar y educación de los hijos.

Comisión Diocesana de Pastoral Familiar y párrocos.

X

X

X

X

X

3.2. Generando servicios de apoyo y consejería familiar a través de profesionales en la conducta.

Comisión Diocesana de Pastoral Familiar, OPDH y vicarios zonales.

X

X

X

X

X

20

3.3. Promoviendo familias voluntarias (voluntariado familiar) en diferentes ambientes o situaciones del sector parroquial (Como por ejemplo: atención al medio ambiente, hogares o centros de ancianos, asistencia a familias y otros).

Comisión Diocesana de Pastoral Familiar y párrocos.

X

X

X

4. Promover la Nueva Evangelización, en comunión con la Iglesia Universal y la Provincia Eclesiástica de Puerto Rico, en sus tres ámbitos: en los fieles que regularmente frecuentan la comunidad, en las personas bautizadas que no viven las exigencias del Bautismo, y a quienes no conocen a Jesucristo o siempre lo han rechazado.

4.1. Concientizando sobre el regalo bautismal, la experiencia de fe y la espiritualidad misionera.

Consejo Diocesano de Pastoral, Comisión Diocesana de Misiones y párrocos con su Consejo Parroquial.

X X X X X

4.2. Promoviendo experiencias misioneras (Iglesia en salida).

Consejo Diocesano de Pastoral, Comisión Diocesana de Misiones y párrocos con su Consejo Parroquial.

X X X X X

4.3. Desarrollando una evangelización misionera que impregna todas las estructuras eclesiales.

Vicaría de Pastoral, CDP, párrocos y CPP, comisiones pastorales y movimientos

X X X

4.4. Integrando en la planificación anual las

Vicaría de Pastoral X X X X X

21

propuestas de la Iglesia Universal y la Provincia Eclesiástica de Puerto Rico.

CATEQUESIS 5. Fortalecer una metodología catequética que fomente la amistad con Cristo en la oración, el aprecio a la celebración litúrgica, la vivencia en la comunidad cristiana y el compromiso misionero.

5.1. Promoviendo en la catequesis la experiencia de fe personal y comunitaria.

Comisión Diocesana y Parroquial de Catequesis

Catequistas

X

X

X

X

X

5.2. Integrando a las familias en la transmisión y la vivencia de la fe.

Comisión Diocesana y Parroquial de Catequesis

Catequistas

X`

X X X X

5.3. Actualizando los medios utilizados en la catequesis.

Comisión Diocesana y Parroquial de Catequesis

Catequistas

X X X X X

6. Implementar itinerarios de formación en la fe, graduales y sistemáticos, en los

6.1. Disponiendo de un equipo para la elaboración, acompañamiento y evaluación del

Vicaría de Pastoral,

Comisión Diocesana de Pastoral Juvenil y

X X X X X

22

grupos juveniles de las parroquias de la diócesis.

itinerario de formación en la fe.

párroco

6.2. Ofreciendo experiencias formativas para los agentes de pastoral que garanticen la efectiva implementación de los itinerarios de formación.

Vicaría de Pastoral,

Comisión Diocesana de Pastoral Juvenil y Equipo de Itinerario

X X X X

6.3. Implementando el itinerario en algunas de las parroquias de la diócesis.

Párrocos y responsables juveniles de las parroquias.

X X X X

AGENTES – LÍDERES

7. Fortalecer la integración comunitaria, formativa y misionera de los movimientos en las parroquias y en la diócesis.

7.1. Estableciendo una comisión diocesana que facilite la integración de los movimientos, grupos y asociaciones laicales católicas en la acción evangelizadora y en el camino pastoral diocesano y parroquial.

Vicaría Pastoral y Consejo Pastoral

X

X X X X

7.2. Promoviendo la concienciación en los miembros de los movimientos, grupos y asociaciones laicales católicas y clero, de la naturaleza, elementos constitutivos de un movimiento, grupo o asociación y su misión al servicio de la Iglesia.

Comisión Diocesana de Movimientos

X

X

X

X

23

7.3. Suscitando el conocimiento, intercambio de servicios y misión, y confraternización de los diferentes movimientos, grupos y asociaciones laicales a nivel parroquial y diocesano.

Comisión Movimientos

X X X X

8. Crear experiencias que nos lleven a caminar juntos como Pueblo de Dios para comprender mejor el significado de la autoridad en términos de servicio, reclutar más líderes y jóvenes, y poder realizar una lectura de la realidad y de los signos de los tiempos a la luz de la fe

8.1. Capacitando a líderes eclesiales en el ejercicio del servicio de la autoridad, trabajo en equipo y misión.

Equipo Diocesano de Capacitación de Líderes

X X X X X

8.2. Potenciando el protagonismo juvenil en las instancias eclesiales.

Párrocos, CPP y Comisión de Pastoral Juvenil

X X X X X

8.3. Generando espacios de escucha, diálogo y acción que integren a los diversos miembros de la comunidad.

Párrocos y CPP X X X

ESTRUCTURAS 9. Reformar y adaptar la parroquia para que esté más cerca de la gente y sea ámbito de viva comunión y participación y se oriente a la misión.

9.1. Implicando de manera directa a los párrocos y sacerdotes en la ejecución del camino pastoral en el ámbito parroquial.

Vicaría de Pastoral y CPD

X X X X X

9.2. Acompañando a los párrocos, sacerdotes, diáconos y los CPP en la

Vicaría de Pastoral y Consejo Diocesano

X X X X X

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implementación del plan pastoral en la parroquia.

9.3. Repensando las estructuras parroquiales y diocesanas de pastoral.

Vicaría de Pastoral, CDP, párroco y los CPP

X