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Argentina Oramos por vos
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Sea la paz dentro de tus muros, y el descanso dentro de tus palacios. Por amor de
mis hermanos y mis compañeros, Diré yo: La paz
sea contigo. Salmos 122.6-9
Jueces y oficiales pondrás en todas tus ciudades que Jehová tu Dios te dará en tus tribus, los cuales juzgarán al pueblo con
justo juicio. No tuerzas el derecho; no hagas acepción de personas, ni tomes
soborno; porque el soborno ciega los ojos de los sabios, y pervierte las palabras de los justos. La justicia, la justicia seguirás,
para que vivas y heredes la tierra que Jehová tu Dios te da.
Deuteronomio 16.18-20
La justicia ha sido despreciada, la rectitud se mantiene a distancia, la sinceridad
tropieza en la plaza pública y la honradez no puede presentarse. La sinceridad ha desaparecido, y al que se aparta del mal
le roban lo que tiene. El Señor se ha disgustado al ver que no hay justicia. El
Señor quedó asombrado al ver que nadie ponía remedio a esto; entonces actuó con
su propio poder, y él mismo obtuvo la victoria.
Isaías 59.14-16
1Ante todo recomiendo que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y
acciones de gracias a Dios por toda la humanidad. 2 Se debe orar por los que
gobiernan y por todas las autoridades, para que podamos gozar de una vida
tranquila y pacífica, con toda piedad y dignidad. 3 Esto es bueno y agrada a
Dios nuestro Salvador. 1 Timoteo 2.1-3
Concede, oh Dios, al rey, tu propia justicia y rectitud, para que con rectitud y justicia gobierne a tu pueblo y a tus pobres. Ofrezcan las montañas y los cerros paz y rectitud al pueblo. ¡Que haga justicia el rey a los pobres! ¡Que salve a los hijos de los necesitados y aplaste a
los explotadores! ¡Que tenga el rey temor de ti por siempre, mientras el sol y la luna existan! ¡Que sea como la lluvia y el rocío que riegan
la tierra y los pastos! ¡Que abunden la paz y la rectitud en los días de su reinado, hasta que la luna deje de existir! … Pues él salvará al
pobre que suplica y al necesitado que no tiene quien lo ayude. Tendrá compasión de los humildes y salvará la vida a los pobres. Los
salvará de la opresión y la violencia, pues sus vidas le son de gran valor. ¡Viva el rey!...
¡Que siempre se pida a Dios por él! ¡Que sea siempre bendecido! ¡Que haya mucho trigo en el país y que abunde en la cumbre de los montes! ¡Que brote el grano como el Líbano y que haya tantas
espigas como hierba en el campo! … Bendito sea Dios, Señor y Dios de Israel, el único que hace grandes cosas; bendito sea por siempre su glorioso nombre. ¡Que toda la tierra se llene de su gloria! ¡Amén!
Salmos 72
El que camina en justicia y habla lo recto; el que aborrece la ganancia de violencias, el que sacude sus manos para no recibir cohecho, el que tapa
sus oídos para no oír propuestas sanguinarias; el que cierra sus ojos
para no ver cosa mala; éste habitará en las alturas; fortaleza de rocas será su lugar de refugio; se le dará su pan,
y sus aguas serán seguras. Isaías 33.15-16
Así que, no los temáis;
porque nada hay encubierto, que no haya de ser manifestado; ni oculto,
que no haya de saberse. Mateo 10.26
Porque el reino de los cielos es semejante a un hombre, padre de familia, que salió por la mañana a
contratar obreros para su viña. Y habiendo convenido con los obreros en un denario al día, los envió a su
viña. Saliendo cerca de la hora tercera del día, vio a otros que estaban en la plaza desocupados; y les dijo:
Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo. Y ellos fueron. Salió otra vez cerca de las horas sexta y novena, e hizo lo mismo. Y saliendo cerca de la
hora undécima, halló a otros que estaban desocupados; y les dijo: ¿Por qué estáis aquí todo el día desocupados? Le dijeron: Porque nadie nos ha
contratado. El les dijo: Id también vosotros a la viña, y recibiréis lo que sea justo.
Mateo 20.1-7
Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a
Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas;
correrán y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.
Isaías 40.30-31
Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí
desde la tierra. Génesis 4.10
Nunca más se oirá en tu tierra violencia, destrucción ni
quebrantamiento en tu territorio, sino que a tus muros llamarás
Salvación, y a tus puertas Alabanza. Isaías 60.18
Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación. Bienaventurados los mansos,
porque ellos recibirán la tierra por heredad. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán
saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.
Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes
de vosotros. Mateo 5.3-12
Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la
verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará
todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.
Juan 16.13
Ustedes deben cambiar completamente su manera de pensar, y ser honestos y santos de verdad, como
corresponde a personas que Dios ha vuelto a crear, para ser como él. Por eso, ya no deben mentirse los unos a los
otros. Todos nosotros somos miembros de un mismo cuerpo, así que digan siempre la verdad. Si se enojan, no
permitan que eso los haga pecar. El enojo no debe durarles todo el día, ni deben darle al diablo oportunidad
de tentarlos. Quien antes fue ladrón, debe dejar de robar, y ahora
trabajar bien y con sus propias manos. Así tendrá dinero para ayudar a las personas necesitadas. No digan malas palabras. Al contrario, digan siempre cosas buenas, que
ayuden a los demás a crecer espiritualmente, pues eso es muy necesario.
Efesios 4.23-29
1El Señor me dijo: Baja al palacio real y proclama este mensaje 2 ante el rey de Judá, que está sentado en el trono de David, y ante sus funcionarios y la gente de
la ciudad: “Escuchen la palabra del Señor. 3 Practiquen en este lugar la justicia y la rectitud, libren del
explotador al oprimido, no humillen ni maltraten a los extranjeros, los huérfanos y las viudas. No maten
gente extranjera en este lugar. 4 Si de veras hacen esto que les mando, seguirá habiendo reyes que ocupen el
trono de David, los cuales entrarán en carrozas y a caballo por las puertas de este palacio, acompañados
de los funcionarios y del pueblo. 5 Pero si no hacen caso de estas advertencias, este palacio quedará
convertido en ruinas. Yo, el Señor, lo afirmo. Jeremías 22:1-5
oremos entronizando a Jesucristo como el
único Señor de la Argentina
OREMOS ENTRONIZANDO
A JESUCRISTO C O M O S E Ñ O R
No tengas otros dioses aparte de mí. No te hagas ningún ídolo ni figura de lo que hay
arriba en el cielo, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en el mar debajo de la
tierra. No te inclines delante de ellos ni les rindas culto, porque yo soy el Señor tu Dios,
Dios celoso que castiga la maldad de los padres que me odian, en sus hijos, nietos y bisnietos; pero que trato con amor por mil
generaciones a los que me aman y cumplen mis mandamientos.
Efesios 20.3-6
Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá
al uno y amará al otro, o estimará al uno y
menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las
riquezas. Mateo 6.24
Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced
discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y
del Hijo, y del Espíritu Santo, enseñándoles que guarden todas las
cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta
el fin del mundo. Amén.
Mateo 28.18-20
Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y
me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me
visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o
desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.
Mateo 25.34-40
Él, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para
que seamos primicias de sus criaturas.
Santiago 1.18
Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son, y todo lo mío es
tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en ellos. Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y
yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así
como nosotros. Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo
de perdición, para que la Escritura se cumpliese. Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para
que tengan mi gozo cumplido en sí mismos. Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no
son del mundo, como tampoco yo soy del mundo...
...No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del
mundo. Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al
mundo. Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad. Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer
en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean
uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que
sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo
conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.
Juan 17.9-23
Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos, en
medio de los tiempos hazla conocer; en la ira acuérdate de
la misericordia. Habacuc 3.2
OREMOS Venga tu Reino a la
Argentina, hágase tu voluntad, como en el cielo
así también en nuestra nación