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1 ORGANISMOS ELECTORALES Y CONFIANZA EN LAS ELECCIONES EN AMÉRICA LATINA Fernando Barrientos del Monte Istituto Italiano di Scienze Umane Programa de Doctorado en Ciencia Política Florencia, Italia Texto 1 preparado para el Seminario de Investigación del Área de Ciencia Política y de la Administración Universidad de Salamanca Noviembre, 2008 Resumen ¿Qué factores explican la confianza hacia las elecciones? Ya sea en las democracias consolidadas como en aquellas en proceso de consolidación, el soporte político positivo hacia los procesos electorales es una condición sine qua non para el soporte político de otras instituciones y de la democracia en su conjunto. Para llevar a cabo procesos electorales eficaces, en las últimas décadas en América Latina se ha privilegiado la gestión electoral encomendada a órganos especializados. ¿En qué medida éstos órganos generan confianza de los partidos hacia las elecciones? ¿Qué otros factores relevantes están asociados con los niveles de confianza hacia las elecciones que los partidos expresan a través de sus élites? En ésta investigación se analizan algunos aspectos que explican las variaciones del soporte político de las élites parlamentarias hacia los procesos electorales en general y hacia los organismos electorales en lo particular. Se estudian los tipos de organismos existentes en AL, su composición y relación con el parlamento, y se explora en que medida generan confianza de las élites parlamentarias hacia los procesos electorales. Posteriormente, se analizan causas relevantes que pueden influenciar la confianza de los parlamentarios hacia las elecciones, como los grados de competitividad en las elecciones en que fueron electos, y la posición que ocupa su partido (gobierno u oposición) como resultado de dichas elecciones. 1 Esta es la primera versión resultado de la estancia de investigación llevada a cabo en los meses de septiembre y noviembre de 2008 en Área de Ciencia Política de la Universidad de Salamanca. No citar sin autorización del Autor. Todos los comentarios son bienvenidos . [email protected]

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ORGANISMOS ELECTORALES Y CONFIANZA EN LAS ELECCIONES EN AMÉRICA LATINA

Fernando Barrientos del Monte Istituto Italiano di Scienze Umane

Programa de Doctorado en Ciencia Política Florencia, Italia

Texto1 preparado para el Seminario de Investigación del

Área de Ciencia Política y de la Administración Universidad de Salamanca

Noviembre, 2008

Resumen ¿Qué factores explican la confianza hacia las elecciones? Ya sea en las democracias consolidadas como en aquellas en proceso de consolidación, el soporte político positivo hacia los procesos electorales es una condición sine qua non para el soporte político de otras instituciones y de la democracia en su conjunto. Para llevar a cabo procesos electorales eficaces, en las últimas décadas en América Latina se ha privilegiado la gestión electoral encomendada a órganos especializados. ¿En qué medida éstos órganos generan confianza de los partidos hacia las elecciones? ¿Qué otros factores relevantes están asociados con los niveles de confianza hacia las elecciones que los partidos expresan a través de sus élites? En ésta investigación se analizan algunos aspectos que explican las variaciones del soporte político de las élites parlamentarias hacia los procesos electorales en general y hacia los organismos electorales en lo particular. Se estudian los tipos de organismos existentes en AL, su composición y relación con el parlamento, y se explora en que medida generan confianza de las élites parlamentarias hacia los procesos electorales. Posteriormente, se analizan causas relevantes que pueden influenciar la confianza de los parlamentarios hacia las elecciones, como los grados de competitividad en las elecciones en que fueron electos, y la posición que ocupa su partido (gobierno u oposición) como resultado de dichas elecciones.

1 Esta es la primera versión resultado de la estancia de investigación llevada a cabo en los meses de septiembre y noviembre de 2008 en Área de Ciencia Política de la Universidad de Salamanca. No citar sin autorización del Autor. Todos los comentarios son bienvenidos. [email protected]

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1. Introducción Una de las condiciones de la democracia moderna es que los procesos electorales para elegir representantes sean “libres y justas” (free and fair elections). Como señala R. Pastor (1999), incluso en los países avanzados, la democracia es un work in progress, no es perfecta, y la efectiva administración de sus reglas es a menudo tan importante como las reglas mismas. Por ello, la confianza hacia las los procesos electorales es muchas veces una condición necesaria para la confianza hacia otras instituciones de la democracia. Varios estudios han mostrado que allí donde los ciudadanos no están convencidos que las elecciones en sus respectivos países no son limpias existe una tendencia a disminuir la participación electoral (Zovatto y Payne, 2003) y en los casos más extremos se pueden presentar protestas populares de diversa índole (Thompson y Kuntz, 2004). Pero ¿qué, quien o quienes aseguran que las elecciones cumplan con tales requisitos? ¿qué lleva a que los partidos confíen o no en las elecciones? En las nuevas democracias, especialmente en América Latina (AL), una de las soluciones para asegurar procesos electorales abiertos, limpios y justos, y generar y aumentar la confianza en las elecciones ha sido la creación de Organismos Electorales(OE)2 independientes cómo árbitros de las contiendas electorales ¿En que medida los partidos políticos -representados por los parlamentarios- confían en éstos árbitros? ¿Confiar en el árbitro electoral significa confiar también en los procesos electorales? En casi todas las democracias existe una tendencia a idealizar a los procesos electorales como “procesos imparciales diseñados para conseguir una ‘cuidadosa’ y consistente representación con valores democráticos” (McDonald, 1972:82). Detrás de tal idealización existe un entramado institucional resultado de procesos históricos y decisiones políticas que han tenido el objetivo clarificar a los actores políticos de los beneficios de la democracia, pero también los costos cuando no se siguen los preceptos que la sostienen. Por ello los OE han desempeñado un rol esencial en los procesos de democratización sobre todo en la fase de transición, y en tanto que las elecciones son el prerrequisito de la democracia, “el carácter, competencia y composición de los OE puede determinar si una elección es el origen de un cambio pacífico o la causa de una grave inestabilidad”(Pastor, 1999:5). Análisis como el de Hartlyn, McCoy y Mustillo (2007) han demostrado que en el caso del desarrollo de las elecciones presidenciales en AL, por ejemplo, el tipo de OE impacta significativamente en la calidad de tales elecciones en el amplio contexto de las instituciones de la governance electoral. Particularmente, estos autores han encontrado evidencia de que la independencia del OE aumenta las probabilidades de que los procesos electorales sean libres y justos, así como disminuyen las probabilidades de conflictos post-electorales o crisis de legitimidad de las autoridades electas. Pero también es cierto, que el éxito del desempeño de un OE independiente depende, no de tal característica en sí, del contexto histórico institucional, ya que tal independencia no necesariamente genera mejores resultados respecto de un OE gubernamental (Boda, 2006). Si bien el estudio del desempeño e importancia de los OE ha sido un tema ampliamente analizado en la región (p.e. Lehoucq, 2002; Mozzafar e Schedler, 2002), todavía se sabe poco acerca de los factores que explican el soporte tanto de los partidos como de los ciudadanos hacia tales organismos y hacia la legitimidad de las elecciones. Análisis como Molina y Hernández (1998) y más recientemente Birch (2008) han tratado de explicar que factores están asociados a la credibilidad social hacia las elecciones. En ambos estudios una 2 O Electoral Management Bodies, EMB’s por sus siglas en inglés

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variable independiente importante es precisamente la autonomía del OE. Molina y Hernández centraron su análisis en ocho países de AL3 agregando como variables explicativas el número efectivo de partidos (NEP) y el grado de institucionalización del sistema de partidos, encontrado que éstas ultimas dos variables se asocian positivamente con la confiabilidad y la credibilidad de las elecciones sí existe un OE independiente, un sistema de partidos institucionalizado y un número de partidos reducido. Birch, por su parte, en un análisis más amplio que incluye a 28 países de diferentes continentes, además de la independencia del OE, incluye como variables explicativas el financiamiento público de las campañas electorales como principio de la gobernanza del proceso electoral y, el diseño del sistema electoral. Birch concluye que allí dónde existe financiamiento público hacia las campañas electorales y dónde el sistema electoral asegura una mejor representación, se exhiben mayores índices de confianza hacia los procesos electorales. Paradójicamente, en su análisis se encuentra que el rol del OE independiente está asociado negativamente con las percepciones acerca de las elecciones libres (Birch, 2008:313). Ello se debe a que existen problemas sobre la imparcialidad del OE y/o que los ciudadanos especulan sobre la verdadera independencia de los organismos en cuestión. Si bien éstos análisis ya explican varios aspectos sobre la confianza social hacia los procesos electorales, prácticamente no existen análisis comparados4 sobre el soporte político de los partidos hacia los OE en particular y hacia los procesos electorales en general, así como ha sido poco estudiado el rol de la gestión electoral como variable para explicar el éxito o inestabilidad de las nuevas democracias. Es decir, los estudios existentes se han centrado en la confianza social o de los ciudadanos hacia las elecciones y poco en los partidos como actores centrales de dichos procesos. Es así que utilizando el método comparado, process tracing5 y con el apoyo de inferencias descriptivas, esta investigación tiene como objetivo responder a la cuestión del cómo y el porqué de las variaciones del soporte político de los partidos políticos en AL (representados por las Elites Parlamentarias) hacia los Procesos Electorales en general y hacia los Organismos Electorales en particular.6 Dicha cuestión se divide a su vez en dos preguntas secundarias: (1) ¿El tipo de OE existente en un país es una variable que influye en la confianza de los partidos hacia los procesos electorales?; y (2) ¿En que medida la dimensión gobierno-ganador/perdedor-oposición de los partidos en el parlamento explica la variación de la confianza de aquellos hacia los procesos electorales en general? Se trata de analizar las asociaciones7 que existen entre (i) la confianza de los partidos políticos (en el parlamento) hacia los procesos electorales y (ii) el soporte político de los mismos hacia los Organismos Electorales, como

3 Argentina, Brasil, Chile, México, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. 4 Lo que existen son varios estudios de caso –es decir, centrados en un solo país-, muchos de ellos enfocados al caso de México. vid. Eisenstadt, 2004; y Estévez, Magar y Rosas, 2008. De hecho, de los artículos publicados en Electoral Studies desde 1982 (27 volúmenes en total) a la fecha, sólo dos están dedicados a la temática que aquí se trata. 5 La estrategia de process tracing permite valorar teorías ya existentes, y/o falsificar hipótesis (process verification), pero también para reconstruir mecanismos de funcionamiento, tendencias o procesos que permitan ulteriormente construir hipótesis teóricas (process induction). Cfr. Bennet e George: 1997:5. En este trabajo se utilizan ambas perspectivas, privilegiando la segunda. 6 Los detalles de los casos a analizar con la base de datos Elites Parlamentarias en América Latina (PELA) de la Universidad de Salamanca se presentan en el Anexo II al final del texto. 7 Se utiliza el término “asociaciones” y no “correlaciones” porque el objetivo no es hacer un análisis meramente cuantitativo, sino tratar de explicar precisamente que si existen o no ciertas asociaciones entre la credibilidad o soporte que expresan los parlamentarios, y el contexto en el cual éstos la hacen patente.

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variables dependientes; y (a) los Modelos de OE8; la (b) Competitividad Electoral9 y (c) Status de los Partidos Políticos, es decir, partidos en el gobierno (o ganadores) vs. partidos en la oposición (‘perdedores’ en el proceso electoral). 2. Soporte Político y Desempeño Institucional Desempeño institucional y soporte político son dos dimensiones institucionales que regularmente se estudian contemporáneamente, pero pocas veces se cuestiona si empíricamente su relación es simétrica o asimétrica. Generalmente una institución con un alto desempeño tiene un alto soporte político, pero ¿cómo explicar aquellas instituciones que tienen un desempeño eficiente y un bajo soporte político?, o viceversa ¿cómo explicar que existan instituciones que tienen un alto soporte pero un desempeño exiguo? El desempeño de una institución puede ser evaluado seleccionando, entra todas las dimensiones posibles, aquellas que puedan explicar exhaustivamente las principales características valorativas de los resultados (outputs) institucionales. Putnam (1993), por ejemplo, se movió en esta línea al analizar las regiones administrativas en Italia: entre todas las dimensiones explicativas, el autor identificó el civismo como la variable que explica el rendimiento de las instituciones políticas. Eckstein, en su estudio sobre el Political Performance (1971), desarrolla un esquema analítico con una perspectiva global sobre la politi, es decir sobre la totalidad del sistema político, y no sobre las policies, es decir, particulares resultados del funcionamiento de un sistema. Eckstein sugiere que el desempeño político tiene al menos cuatro dimensiones: Duración, que refiere la persistencia de una politi en el tiempo; Orden civil, o en otras palabras, la ausencia de violencia política que pueda subvertir el orden de manera drástica; Legitimación, que es precisamente el soporte político hacia la misma politi, y finalmente la Eficacia decisional. Eckstein señala que la eficacia decisional tiene una relación intrínseca con aquello que el sistema político organiza e implementa a través de sus instituciones: “Denota la eficacia en la toma de decisiones en la medida en que las políticas implementadas y las decisiones tomadas son la respuesta a los retos políticos. Cuanto mayor es la eficacia, el desempeño es superior” (1971:65). Por lo tanto, el desempeño de las instituciones puede ser evaluado a través de la eficacia. Si bien esta propiedad por si misma no basta para obtener resultados satisfactorios, sean sociales o políticos, la eficacia permite, empero, identificar un subconjunto de de resultados admisible y suficientes para valorar el desempeño. El soporte político (political support) es un comportamiento a través el cual las personas se orientan hacia objetos y procesos políticos en particular como los partidos u otras instituciones, o hacia todo el sistema político en su conjunto. Tal orientación puede ser favorable o desfavorable, positivo o negativo(Easton, 1975:436). Es a la vez un elemento de identificación con los valores culturales y un componente esencial de la relación entre el sistema político y los ciudadanos. El soporte político “positivo” puede ser entendido como ‘confianza a’, mientras que el “negativo” como ‘desconfianza’ hacia el sistema en general, o hacia determinadas instituciones.

8 Teniendo como indicadores: a.1 Independencia, Poderes y Permanencia, a.2 Nominación e Integración partidista vs. no partidista de los OE, y funciones de gestión y/o de justicia electoral. 9 Teniendo como indicadores: b.1 Margen de Victoria Electoral Presidencial, y b.2 Margen de Victoria Electoral Parlamentaria.

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Easton (1975) afirma que existen al menos dos formas de soporte político: específico y difuso; así como tres objetos de este apoyo: las autoridades y/o instituciones, el régimen y la comunidad política. El soporte específico es el más importante, porque corresponde a la forma a través de la cual los ciudadanos perciben los resultados y el desempeño de las autoridades y las instituciones (Easton, 1975:437). Las autoridades políticas son los jefes de gobierno, los parlamentarios, los jueces y en general todas aquellas autoridades que tienen que ver con el sistema político formal. Pippa Norris et. al. (2005: 10-13) amplían el esquema propuesto por Easton elaborando un esquema de cinco conceptos claves hacia los que se orienta el soporte político, en un continuo que inicialmente ubica al soporte político difuso y finalmente el específico:

1) La comunidad política, es decir, sobre el acuerdo en torno a los elementos esenciales del Estado;

2) Los principios del régimen político, sobre los fundamentos de la democracia; 3) El funcionamiento del régimen político, sobre el desempeño propiamente dicho

de los mecanismos de la democracia; 4) Las instituciones políticas, o hacia las instituciones específicas de gobierno y la

administración del estado. 5) Los actores políticos, hacia sujetos de la vida pública en específico.

Los Organismos Electorales son precisamente una autoridad en el desenvolvimiento de un específico pero fundamental proceso en un régimen político democrático. Las opiniones que se puedan verter hacia este tipo de institución pueden considerarse como “soporte específico”, mientras que las opiniones hacia los procesos electorales pueden ser interpretadas como “soporte difuso”. El soporte político hacia las elecciones en general, y las instituciones electorales en particular, puede ser causa y consecuencia de diversas actitudes, tanto de los electores (votar, no votar, activismo, protesta, etc.), así como de los partidos y sus integrantes (coordinación estratégica en la búsqueda del voto, generar nuevos movimientos, actuar en torno a una o varias issues relevantes, etc.). En suma, mientras el soporte político está relacionado a la confiabilidad, el desempeño político se relaciona con la eficiencia, la eficacia y la responsabilidad. En el caso que nos ocupa, la confiabilidad es un elemento poco más que necesario tanto para la organización que gestiona procesos electorales –de la cual se espera además eficacia y responsabilidad-, como para las elecciones mismas. Es posible analizar las divergencias o convergencias que existen entre soporte político y desempeño institucional. Pero es una tarea que por ahora supera los objetivos de este trabajo. Por ello hipotéticamente podemos suponer:

a) Que soporte político y desempeño institucional están estrechamente relacionados

b) Preliminarmente, las opiniones sobre el soporte político hacia los OE son una evaluación que reflejan también su desempeño.

c) Entre soporte político, o confianza, hacia los OE y hacia las elecciones puede existir o no relación.

d) Si existe tal relación, entonces el tipo de OE existente en un país es una variable que influye significativamente en el soporte político de los partidos hacia las

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Elecciones. Es decir, en la confianza que expresan los parlamentarios hacia los procesos electorales.

e) La confianza hacia las elecciones puede estar influenciada, además, por otras variables como la posición de los partidos en la arena política: es decir, si están en el gobierno o en la oposición.

Apoyándonos en el Cuadro 1. ¿Pueden existir situaciones dónde la confianza hacia el OE presente tendencias negativas pero hacia las Elecciones sea positiva? (d) Lo más probable es que la confianza hacia ambos objetos de estudio presente una correlación positiva (a) y en casos dónde la confianza hacia el OE sea negativa (d), la confianza hacia las elecciones se explicaría por otros factores, que pueden ser coyunturales (conflictos específicos en el OE) o institucionales (sistema de partidos poco fragmentado y consolidado, etc.). En caso de presentarse valoraciones que ubiquen confianza negativa sea en el OE como en las Elecciones (c), es muy probable que el sistema presente características de lo que A. Schedler (2006) ha denominado Autoritarismo Electoral: allí donde los gobernantes, aún en sistemas multipartidistas e inclusivos, manipulan las elecciones para mantenerse de forma ilegítima en el poder.

Cuadro. 1 Relación Confianza en las Elecciones y en el OE Confianza en las Elecciones

Confianza en el OE

Positiva Negativa

Positiva a

B

Negativa

d

C

3. Los Organismos Electorales en América Latina Como se ha señalado, uno de los criterios para poder considerar a un régimen democrático es que los cuerpos ejecutivo y legislativo sean elegidos a través de elecciones abiertas, libres y justas10. Los OE son instituciones dedicadas a la gestión de los procesos electorales, toman o pueden tomar parte también en las controversias electorales y postelectorales que se puedan presentar entre los principales actores de las elecciones (partidos y candidatos). Tres funciones llevan a cabo los OE, de forma unificada –en un solo órgano- o compartida –con otros órganos, independientes o de otros poderes-, éstas son: i) Funciones de Gestión Electoral: o administrativas, relacionadas con la organización de los procesos electorales y específicamente con la recepción y conteo de votos; ii) Funciones de Control: relativas a la existencia, organización y actividades de los partidos políticos, así como de asociaciones que tengan injerencia en las elecciones; y iii) Funciones de Justicia Electoral (o contencioso electoral). ¿Bajo que criterios se pueden analizar los OE en AL? En un estudio pionero en términos de análisis comparado López Pintor (2000:27-30) propone una taxonomía de los OE de acuerdo a los ‘grados de independencia’ respecto del gobierno enlistando cinco tipos de 10 Los otros criterios, sobre los cuales existe prácticamente consenso en la literatura especializada, son 2) el derecho al voto de los adultos, 3) la existencia de derechos políticos y civiles, que implica libertad de prensa, de asociación y de crítica; así como 4) que las autoridades elegidas no estén sujetas al control militar o religioso.

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OE: i) El gobierno organiza las elecciones; ii) Órganos de gobierno altamente descentralizados; iii) Órgano del gobierno bajo la supervisión de una autoridad colegiada (generalmente judicial); iv) Comisión independiente es la responsable de organizar las elecciones, y v) Dos o más organismos separados, ambos independientes del gobierno. En su estudio, López Pintor observa dos características a gran escala: a) La tendencia mundial de los últimos años ha sido crear OE independientes del gobierno y autónomos en su gestión; y b) que los OE permanentes al conservar un staff profesional, son más eficiente en términos de costo-efectividad que los OE con personal temporal. En un trabajo más amplio sobre los OE que abarca prácticamente todos los países del mundo, el Handbook on Electoral Management Design (HEMD) de IDEA (Wall, et. al., 2006) se ofrece una clasificación más parsimoniosa en base a criterios de independencia y funciones esenciales tales como el registro de candidaturas, la recepción y conteo de votos entre otras, y funciones secundarias, que pueden incluir el registro de electores, el diseño de la geografía electoral y en su caso, la justicia electoral o contencioso electoral. De acuerdo con dicho estudio existen tres modelos de OE:

1) Modelo Independiente: el cual existe en aquellos países dónde las elecciones son organizadas y gestionadas por un OE el cual es institucionalmente independiente y autónomo del poder ejecutivo y tiene un cuerpo de funcionarios especializados para tal fin;

2) Modelo Gubernamental: existe en aquellos países dónde las elecciones son organizadas y gestionadas por la rama del Poder Ejecutivo a través de un Ministerio o Secretaría (generalmente del Interior) y/o a través de autoridades locales;

3) El Modelo Mixto, se compone por lo general de dos cuerpos, es decir, una estructura dual formada por un OE independiente, generalmente con funciones de supervisión y vigilancia de los procesos, y un OE gubernamental con tareas de gestión y organización electoral. Orr, Mercurio y Williams han mostrado cómo con el pasar de los años, sobre todo después de la denominada tercera ola de democratización, el modelo de OE independiente, del tipo Comisión y/o Tribunal Electoral, se ha convertido en uno de los factores más importantes para asegurar elecciones libres en diversas regiones del mundo (Orr, et. al, 2003: 339), aunque también se ha demostrado en otros contextos, que no siempre es imperioso que sea así si el contexto político es estable a lo largo del tiempo (Boda, 2006). ¿Por qué los OE deben ser independientes? ¿Este modelo se presenta de la misma forma en todos los países? Según la hipótesis –atractiva pero aún poco analizada sobre todo empíricamente- de Keith Klein11, los OE nacen en varios países por al menos razones:

(a). Por deficiencias o carencias organizativas en la separación de los dos poderes que regularmente se encargan de la gestión electoral: el Ejecutivo y el Judicial. (b). Para afrontar una operación compleja y políticamente relevante como es la organización de los procesos electorales.

Siguiendo a Klein, las preguntas que todo sistema político debe responder a la hora de organizar sus mecanismos electorales son las siguientes: 1) ¿Existe una administración ordinaria que actúa con criterios de profesionalidad, neutralidad e independencia suficientemente sólidos con respecto al partido político que está en el poder como para garantizar que esas notas se van a mantener cuando está en juego una posible alternancia en el poder?; 2) ¿La opinión pública del país y los propios partidos políticos están dispuestos a creer firmemente en la neutralidad de su administración para organizarlas?; 3. ¿Es la 11 Citado por Manrique, 2005: 27 (las preguntas también son tomadas de este texto)

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administración pública, supuesta su neutralidad, suficientemente eficaz y está dotada de los medios necesarios para una operación tan compleja?; 4. ¿Son suficientes los controles judiciales ordinarios para garantizar la actuación adecuada de la administración?; 5.Suponiendo que lo sean ¿puede confiarse el control de las elecciones al Poder judicial? o, por el contrario ¿carece éste a su vez de la neutralidad o de los medios necesarios para desarrollar su función en las condiciones que requiere un proceso electoral? Si respondemos a éstas preguntas de forma positiva, entonces supondríamos de forma ideal-típica que, en una democracia dónde la sociedad tiene suficiente confianza hacia sus instituciones regulares12 no es necesario un OE permanente e independiente de la estructura regular del gobierno, y por lo tanto se privilegiaría el Modelo Gubernamental de OE. Esta forma ideal-típica en realidad no existe en todo el mundo, pero en los países considerados como democracias avanzadas o consolidadas –por ejemplo, EUA, Inglaterra, Bélgica e Italia, por ejemplificar – los organismos encargados de la gestión electoral son parte de la administración ordinaria (López Pintor, 2000:27-34). Incluso, en algunos casos, los partidos políticos interactúan con la sociedad civil en la organización de la jornada electoral, desde la recepción de votos hasta el conteo general de los mismos, y por lo general, no se pone en duda la imparcialidad del proceso y los mecanismos electorales funcionan sin generar desconfianza hacia la sociedad. Lo anterior es parte de lo que podemos llamar “la hipótesis de clasificación de OE a partir de grados de confianza” (HGD)13: allí donde existe confianza en las instituciones ordinarias de gobierno, porque son profesionales y tienden a la imparcialidad en su desempeño, entonces se privilegia el Modelo Gubernamental de gestión electoral; viceversa, allí dónde la confianza hacia las instituciones ordinarias no es amplia porque son poco profesional y tienden a la parcialidad en su desempeño, se privilegiará el Modelo Independiente. Pero los modelos pueden variar dependiendo de sus características específicas y los grados de independencia, puede existir una administración electoral Mixta o Semi-independiente: formada por la administración ordinaria y un organismo independiente; Mixta Independiente: formada por dos o más organismos independientes; ó Mixta gubernamental: formada por dos organismos de gobierno, etc. La clasificación podría ser extensa, por ello en este trabajo presentamos una aproximación14 que permite aclarar a que nos referimos cuando hablamos de independencia de un OE. Ésta se basa en dos criterios: a) quien nomina a los miembros del OE, y b) quienes componen el OE. En base a tales criterios existen OE de carácter i. partidista, ii. mixto y iii. de composición no partidista, que podemos llamar de ‘expertos’, que pueden ser de carrera judicial o no. Así, esta tipología presenta al menos nueve modelos de OE (Cuadro 2). Casos del tipo Comisión Electoral I, se han presentado en Venezuela de 1964 a 1993, cuando el Consejo Supremo Electoral (CSE) se formaba por representantes de los partidos con mayor votación en la Cámara de Diputados. También en Brasil, hasta 1930 –año en que se creó el antecedente del actual Tribunal Superior Electoral-, eran las Cámaras del Congreso las que definían directamente a las autoridades electorales y cuales partidos podían ingresar

12 Sea por su tendencia a la neutralidad en el ejercicio de sus funciones, ya sea por su eficacia administrativa, o por la existencia de medios institucionales que garantizan efectivamente la posibilidad de la alternancia en el poder y por lo tanto el accountability vertical, etc. 13 Esta hipótesis es mencionada solo como tal, tanto por K. Klein y por Pablo Santolaya (2006 y 2008). 14 En términos del lenguaje cinematográfico se llamaría un hacer zoom, es decir aumentar o disminuir el ángulo de visión.

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a la contienda electoral. Casos en los que el nombramiento proviene de los partidos en el parlamento y su composición es mixta (Comisión Electoral II) encontramos al Instituto Federal Electoral (IFE) en México de 1989 a 1994; y OE dónde sus miembros son nombrados por el ejecutivo y tiene una composición mixta (Modelo Gubernamental II) es el actual Servicio Nacional Electoral (SNE) en Chile.

Cuadro 2. Tipología de los Organismos Electorales con ejemplos históricos y actuales Nominación Composición Partidista Mixta Expertos De los Partidos en el Parlamento

Comisión Electoral I VEN: CSE 1964-1993

BRA: 1930

Comisión Electoral II MEX: IFE 1994

Comisión Electoral III MEX: IFE 1996

PE: JNE COL: CNE 2003

Mixta o de los Poderes: Parlamento, Ejecutivo y/o Judicial

Comisión Electoral IV MEX: IFE 1989

Comisión Electoral V URU: CE

COL: CNE 1991

Tribunal Electoral Independiente

BRA: TSE MEX: TRIFE

CHI: TCE Modelo

Gubernamental I MEX:CFE 1958-1988

Modelo Gubernamental II

CHI: SNE

Tribunal Electoral dependiente del Poder

Judicial MEX: TCE 1986

ARG: CNE Casos dónde intervienen los poderes en la nominación del OE, sea sólo el Ejecutivo o sólo el Judicial, o ambos según el caso, se presenta en aquellos dónde éstos son generalmente de carácter judicial del tipo Tribunal Electoral Independiente como en Brasil actual con el Tribunal Superior Electoral (TSE), el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en México (TRIFE) en México, el Tribunal Calificador de Elecciones (TRICEL) en Chile. Si bien la Corte Electoral (CE) en Uruguay podría clasificarse en ésta última categoría, su nominación y composición la coloca como una Comisión Electoral V. Casos dónde existe un Tribunal Electoral dependiente del Poder Judicial, son el Tribunal de lo Contencioso Electoral (TCE) que existió en México de 1986 a 1996, y la Cámara Nacional Electoral (CNE) en Argentina que depende directamente del Poder Judicial. El Cuadro 3 muestra, bajo la clasificación que hemos propuesto, los tipos de OE existentes en los países bajo análisis en este trabajo15. Si compatibilizamos esta clasificación con aquella del HEMD de IDEA ya señalado, podemos ver que no existen modelos de gestión electoral puros ni unificados, sino varias combinaciones: 1) Modelo Independiente: existen dos tipos: (1.1) Gestión Independiente unificada, generalmente de carácter judicial dónde un solo OE gestiona todo lo referente a las elecciones, como en Bolivia, Brasil, Ecuador, Uruguay y Venezuela I y II; y (1.2) Gestión Compartida Independiente, dónde dos o más órganos independientes comparten las tareas electorales, como en México II y Perú. 2) Modelo Gubernamental: uno o más órganos dependientes de uno o más poderes de gobierno gestionan los procesos electorales, como en Argentina y Paraguay. 3) Modelo Mixto: uno o más órganos dependientes de uno o dos de los poderes en colaboración con órganos independientes gestionan los procesos electorales, como en Chile, Colombia I y II, y México I.

15 Colombia, México y Venezuela están divididos en I y II para distinguirlos dentro de las oleadas del PELA ya que hubo reformas legales que cambiaron aspectos en la conformación del OE.

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Descriptivamente podemos observar la relación que tienen los OE con los poderes de gobierno de un país. Tanto la nominación como la composición de los miembros de los OE muestran la independencia o no que tienen respecto sobre todo del Poder Ejecutivo y del Parlamento. Pero el control que éste último ejerce sobre el OE va más allá de su nominación y conformación, además estos elementos no son suficientes todavía para corroborar “la hipótesis de clasificación de OE a partir de grados de confianza” que señalamos anteriormente. Entonces ¿Cómo es la relación entre los OE y el Parlamento?

4. Organismos Electorales y su relación con los Parlamentos Los OE gestionan los procesos electorales, pero no siempre han calificado a los ganadores y perdedores de las elecciones. En varios países existió, y en algunos todavía existe, la denominada Auto-calificación de las elecciones o “Contencioso Político”, que consiste en que los mismos parlamentarios electos deciden si las elecciones cumplieron con los requisitos de justicia y libertad, y por lo tanto, su propia elección es legal y legítima. La Auto-calificación se basa en el principio de la separación de poderes, en virtud de que cada poder es independiente, por tanto no deben interferirse en su integración y funcionamiento. Es una forma de protección de los intereses del propio poder, pero ha sido sustituida paulatinamente en varios sistemas políticos y en especial en América Latina por el sistema de “Contencioso Jurisdiccional”. De esta forma se confiere a un tribunal especializado, generalmente independiente del Poder Judicial, no sólo la calificación de las elecciones, sino las tareas de garantizar la pureza del proceso electoral y resolver las controversias partidistas (contencioso electoral) que sucedan o no, antes, en el transcurso y después de las elecciones.

16 Con la nueva Constitución de 1999, el OE en Venezuela no pertenece a ninguna de las ramas de la tradicional división de poderes, ya que se crean dos nuevos Poderes: el Ciudadano, y el Electoral, representado precisamente por la Consejo Nacional Electoral.

Cuadro 3. Los OE bajo análisis Región País Siglas Nombre Tipo de OE

Cono Sur

Argentina CNE Cámara Nacional Electoral TE dependiente del PJ DNE Dirección Nacional Electoral Modelo Gubernamental II

Chile TCE Tribunal Calificador de Elecciones TE Independiente SNE Servicio Nacional Electoral Modelo Gubernamental II

Paraguay TSJE Tribunal Superior de Justicia Electoral TE dependiente del PJ Uruguay CE Corte Electoral Comisión Electoral V

Andina

Bolivia CNE Corte Nacional Electoral TE Independiente Colombia I (1991 y 1994)

CNE Consejo Nacional Electoral Comisión Electoral V RNEC Registraduría Nacional del Estado Civil Modelo Gubernamental I

Colombia II (2003)

CNE Consejo Nacional Electoral Comisión Electoral III RNEC Registraduría Nacional del Estado Civil Modelo Gubernamental I

Ecuador TSE Tribunal Supremo Electoral Comisión Electoral II Perú ONPE Oficina Nacional de Procesos Electorales Comisión Electoral III

JNE Jurado Nacional de Elecciones TE Independiente Venezuela I CNE Consejo Nacional Electoral Comisión Electoral III Venezuela II (1999) CNE Consejo Nacional Electoral Poder Electoral16

‘Grandes’

México I IFE Instituto Federal Electoral Comisión Electoral II TRIFE Tribunal Federal Electoral TE dependiente del PJ

México II IFE Instituto Federal Electoral Comisión Electoral III Tribunal Electoral del Poder Judicial TE Independiente

Brasil TSE Tribunal Superior Electoral TE Independiente

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En casi todos los países bajo análisis, la Auto-calificación de las elecciones fue desapareciendo a lo largo de la primera mitad del siglo XX (Cuadro 4). Ya en el contexto de los procesos de democratización de los años 1980’s y 90’s, las reformas constitucionales o a las leyes secundarias reafirmaron el sistema de “Contencioso Jurisdiccional”.

En Brasil el régimen militar de 1964 a 1985 creó el Colegio Electoral, conformado por miembros de las cámaras de Diputados y Senadores, los cuales “elegían” al Presidente, aunque en realidad legitimaban al candidato elegido por la cúpula militar, en 1988 retomaron el contencioso Jurisdiccional tanto para Presidente como para legisladores. México fue uno de los últimos países en cambiar el sistema de calificación, aunque en 1987 se creó una instancia de contencioso electoral encargada sólo de resolver controversias electorales, pero no fue sino hasta 1996 que la facultad de calificar las elecciones al parlamento pasó a manos de un tribunal independiente. Pero en tres países existe la Auto-calificación. Argentina, en su reforma de 1994, eliminó el Colegio Electoral encargado de calificar la elección presidencial pero mantuvo la auto-calificación de las elecciones al congreso, siendo la CNE la encargada sólo del contencioso electoral. En Bolivia sucede lo mismo, la Ley Electoral de Bolivia contempla que la Corte Electoral emitirá las “credenciales” a los diputados y senadores electos de acuerdo a los resultados electorales, pero es el Congreso Nacional quien aprueba el cómputo oficial de los resultados y califica dichas credenciales. En Venezuela, la constitución de 1999 creó un nuevo poder, el Electoral, encargado de la gestión y el contencioso electoral, pero dejó en manos de la Asamblea la calificación de sus integrantes (Art. 187, frac. 20). Aunque la norma constitucional es ambigua, ya que este poder puede declarar la nulidad total o parcial de las elecciones. El traspaso de la calificación de las elecciones del parlamento a un órgano no electo, no supone una total independencia del OE. Como hemos ya señalado en la nominación y la composición del OE los poderes, sobre todo el legislativo, influyen en diversas formas. La influencia del parlamento sobre el OE se presenta a través del uso de varios instrumentos de control tales como el presupuesto, la nominación del presidente del OE y la posible remoción de sus integrantes. Más aún, si la calificación de las elecciones está en manos del OE, entonces los legisladores en el parlamento tratarían de controlar con mayor razón el OE. ¿Esto es así? ¿Hasta que grado es independiente el OE del parlamento? En el Cuadro 5, se expone un índice simple con una escala de 1 a 10, que trata de medir el grado de dependencia/independencia del OE respecto del parlamento. Cuanto mayor es el índice, mayor dependencia existe del OE respecto del parlamento y viceversa. Pero una

Cuadro 4. La Calificación de las Elecciones al ParlamentoPaís Antes Democracia 1980’s-2000’s Constitución

Argentina - Auto calificación (1994) Art. 64 Bolivia - Auto calificación (1991) Art. 67 Brasil Auto calificación hasta 1930 Contencioso Jurisdiccional (1988) Art. 118 Chile Auto calificación hasta 1925 Contencioso Jurisdiccional (1980) Art. 84 y 85 Colombia Auto calificación hasta 1948 Contencioso Jurisdiccional (1991) Art. 265 Ecuador Auto calificación hasta 1945 Contencioso Jurisdiccional (1998) Art. 209 México Auto calificación hasta 1987 Contencioso Jurisdiccional (1996) Art. 41 Paraguay Auto calificación con ley 1927 Contencioso Jurisdiccional (1992) Art. 273 Perú Auto calificación hasta 1933 Contencioso Jurisdiccional (1995) Art. 178 Uruguay Auto calificación hasta 1952 Contencioso Jurisdiccional (1989) Art. 322 Venezuela Auto calificación (1983) Auto calificación (1999) Art. 187 Fuente: Elaboración propia con información de las Constituciones de los respectivos países. La fecha entre paréntesis señala que en ese año surgió o se reformó la norma en cuestión

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lectura simple puede prestarse a equivocaciones, si bien un valor máximo (como los casos de México I y II) efectivamente muestra que el parlamento tiene mayor control sobre el desempeño del OE, no significa que tal control sea sinónimo pérdida de autonomía. El índice muestra que tanto influye el parlamento en el OE en aspectos centrales de su desempeño. Allí donde existe nominación del presidente del OE por parte del parlamento puede entenderse como una especie de otorgamiento de confianza al titular, pero también allí donde no se presenta esta condición y dónde la posible remoción de los miembros no se desarrolla por la vía política, supone un mayor grado de autonomía del mismo OE.

Cuadro 5. Independencia del OE respecto del Parlamento País OE a) Nominación

Miembros b) Nominación Presidente OE

c) Remoción Miembros

d) Presupuesto

e) Califica Índice

Argentina CNE 0 0 0 1 0 1 DNE 2 0 0 1 0 3

Bolivia CNE 1 0 0 2 0 3 Brasil TSE 0 0 0 1 1 2 Chile TCE 1 0 0 1 1 3

SNE 0 0 0 1 1 2 Colombia I CNE 3 0 0 1 1 5

RNEC 0 0 0 0 1 1 Colombia II CNE 2 0 0 1 1 4

RNEC 0 0 0 1 1 2 Ecuador TSE 3 0 0 1 1 5 México I IFE 2 2 2 2 1 9

TRIFE 0 0 0 1 1 3 México II IFE 2 2 2 2 1 9

TRIFE 0 0 0 1 1 2 Paraguay TSJE 0 0 0 1 1 2 Perú ONPE 0 0 0 2 1 3

JNE 0 0 0 1 1 2 Uruguay CE 2 2 0 1 1 6 Venezuela I CNE 2 2 1 2 0 7 Venezuela II CNE 1 0 1 1 0 3

TSJ 0 0 1 1 0 2 Fuente: Elaboración propia con información de las constituciones y legislaciones electorales de los respectivos países. La cuestión relativa al presupuesto se apoya también con información de San Martín, 2006:51 El sombreado corresponde al OE sobre el cual fueron cuestionados los parlamentarios en el proyecto PELA El sombreado a rayas señala los OE dónde el parlamento tiene mayor incidencia en el OE a) ¿El Parlamento nomina los miembros del OE?: 0 = No; 1 = Si, junto con otro Poder; 2 = Si, sólo el Parlamento y los miembros son independientes de los partidos; 3 = Si, sólo el Parlamento y los miembros representan a los partidos o reflejan la composición partidista del P b) ¿El Parlamento nomina al presidente del OE?: 0 = No; 1 = Si, junto con otro Poder; 2 = Si, sólo el Parlamento c) ¿El Parlamento puede remover a los miembros del OE? 0 = No ; 1 = Si, junto con otro poder ; 2 = Si, sólo el Parlamento d) ¿El Parlamento decide totalmente el presupuesto del OE? 0 = No ; 1 = Si, junto con otro poder ; 2 = Si, sólo el Parlamento e) ¿Quien califica la elección al Parlamento? 0 = El Parlamento; 1 = Sólo el (o los) OE

El Cuadro 5 permite también reescribir algunos aspectos de la HGD (hipótesis de clasificación de OE a partir de grados de confianza) antes mencionada: allí dónde exista mayor desconfianza hacia las instituciones ordinarias, existirá se privilegiará el Modelo de OE Independiente del gobierno pero con mayor control por parte del parlamento. En la mayoría de los casos los OE gozan de una amplia autonomía (valores de 1 a 4) como sucede en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia II, Paraguay, Perú y Venezuela II. Los casos restantes (valores de 5 a 9), mas que dependencia, tienen una mayor interrelación con el Parlamento, porque éste último nombra a su presidente y tiene la capacidad de remover a sus miembros, como es el caso del IFE en México I y II, y en menor medida en Uruguay y Venezuela II. Allí donde existe la autocalificación (Argentina y Bolivia) el OE es más autónomo, pero no se puede hacer una generalización, ya que en Venezuela, por ejemplo la autocalificación

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persiste y hasta antes de las reformas de 1999, el OE tenía un alto grado de dependencia al parlamento. El caso de México muestra la paradoja que el IFE es el más independiente del Poder ejecutivo pero más dependiente del parlamento, y la explicación se encontraría en el modo de transición paulatino a la democracia. Es evidente que la clasificación dice poco del desempeño de los OE, que puede ser analizada observando la capacidad del OE de prevenir irregularidades, evitar y en su caso gestionar conflictos electorales, entre otros aspectos. Estas cuestiones no son abordadas ya que va por ahora mas allá de los objetivos de ésta investigación. No obstante la clasificación nos ofrece algunos elementos de análisis sobre América Latina:

a) Se ha privilegiado la existencia del Modelo de OE independiente, sea unificado o compuesto por dos organismos, uno de gestión electoral y otro de justicia electoral.

b) Con excepción de tres casos (Argentina, Bolivia y Venezuela) la calificación de las elecciones se ha sustraído del parlamento y se ha encomendada al OE.

c) Casi todos los OE gozan de una autonomía amplia respecto de los parlamentos, los cuales inciden sólo en la nominación de los miembros y en el presupuesto del OE.

d) Los OE en el Cono Sur y Brasil son los que tienen mayor autonomía respecto del parlamento en comparación con aquellos de la Región Andina y México.

Ahora bien ¿El tipo de Organismo Electoral influye en la Confianza de los Partidos hacia las elecciones? 5. La Confianza en las elecciones y el rol de los OE La relevancia de los OE en AL, cabe repetirlo, es un elemento cardinal en los procesos de democratización en la región, y siguiendo a López-Pintor, son instituciones que aseguran aspectos sustantivos de la gobernabilidad, en tanto que ésta se basa en gran parte en la legitimidad de origen o electoral. Una eficiente gestión electoral que permita definir claramente entre ganadores y perdedores en una elección, es necesaria para la legitimidad de origen que obtienen los gobernantes en las urnas. ¿Qué tanto confían los parlamentarios en el OE? Siguiendo la información (Cuadro 6) de la base PELA17 dónde en la 3ª oleada (4ª en el caso de México) se agregó precisamente tal cuestión, podemos observar, que en los 10 casos dónde se ha aplicado hasta ahora –de Venezuela y Perú no hay datos todavía-, sólo en Bolivia, Colombia y Ecuador se presentan los valores bajos de confianza hacia el OE. Estos casos en particular se analizan mas adelante ya que deben ser relacionados con otras variables y sobre todo explicados en el contexto de los eventos contemporáneos a las oleadas. Esta información no permite hacer todavía generalizaciones, pero si refuta parte de la hipótesis de grados de desconfianza, ya que en Argentina y Paraguay, dónde el OE es del tipo gubernamental o dependiente de uno de los poderes, ambos tienen baja dependencia hacia el parlamento y muestran altos porcentajes de confianza. Es posible que sólo el caso de México sea representativo de tal hipótesis y ello porque el proceso de democratización se centró precisamente en las reformas electorales. Sin embargo, la confianza hacia el OE poco indica todavía sobre la confianza de los parlamentarios en las elecciones.

17 La pregunta aplicada en la Tercera Oleada en Cuestionario es la Número 7, 12; la cual indica: Y en relación a las siguientes personas, grupos e instituciones , me gustaría saber ¿Qué grado de confianza, mucha, bastante, poca o ninguna le merece su actuación en la vida pública de (país en cuestión)?. En el caso de México, respecto a la autoridad electoral se dividieron las opciones entre el Instituto Federal Electoral y el Tribunal Federal Electoral

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Para responder a la cuestión del rol del lo OE generar confianza hacia las elecciones, antes es necesario analizar en que medida los parlamentarios confían precisamente en éstas. Para ello se analizan los datos de tres preguntas del PELA, sobre que tan relevantes son para los parlamentarios: i) las elecciones para expresar preferencias políticas, ii) la limpieza de las elecciones para la consolidación de la democracia; y iii) cuánto confían en los procesos electorales. Los datos muestran una tendencia negativa para considerar a las elecciones como el mejor medio para expresar las preferencias políticas18. En algunos casos esta tendencia es más significativa que en otros. Por ello, estos datos ofrecen al menos dos interpretaciones, una de carácter general del conjunto de países y otra particular de los casos más significativos.

83,887,5

78,9

68,4

57,1

40,5

67

77,574,6

67,3

73,872,1

64,3

56,1

79,8

54 55,652,2

91,487,7

77,784,4

66,8

84,681,5

72,4

48,8

0

20

40

60

80

100

93‐95 97‐00 00‐03 03‐06.

Grafico 1. Las elecciones como medio para expresar preferencias políticas

Argentina

Bolivia

Brasil

Chile

Colombia

Ecuador

México

Paraguay

Perú

Uruguay

Venezuela

A nivel de conjunto, la tendencia negativa es quizá muestra del llamado desencanto con la democracia en la región (Lowenthal, 2000), durante los primeros años de gobiernos democráticos entre los años 80’s y los primeros de los 90’s existía un optimismo quizá 18 La pregunta PELA 8 aplicada a los parlamentarios: “En un contexto de pluralismo y amplia competencia partidista ¿hasta que punto, mucho, bastante, poco o nada está Ud. de acuerdo con la afirmación de que las elecciones son siempre el mejor medio para expresar unas determinadas preferencias políticas?”. En el gráfico 1 se utilizan los porcentajes más altos de quienes respondieron: muy de acuerdo. Los años corresponden a la fecha de inicio de las legislaturas a las que se les aplicó la encuesta.

Cuadro 6. Confianza en el OE, tipo y característicasPaís OE Confianza Tipo OE Dependencia

al Parlamento Calificación

Alta BajaArgentina CNE 63,10 Gubernamental Baja Auto calificaciónBolivia TCE 46,3 Independiente Baja Auto calificaciónBrasil TSE 79,1 Independiente Baja JurisdiccionalChile TCE 77,2 Mixto Baja JurisdiccionalColombia CNE 66 Mixto Media JurisdiccionalEcuador TSE 66,3 Independiente Media JurisdiccionalMéxico TRIFE 85,96 Independiente Alta JurisdiccionalMéxico IFE 87,8 Independiente Alta - Paraguay TSJE 87,4 Gubernamental Baja JurisdiccionalUruguay CE 78,74 Independiente Media JurisdiccionalFuente: Elaboración propia con datos de PELA, P. 712. Se presentan valores en conjunto: Confianza Alta, incluye los valores de las respuestas Mucha y Bastante; Confianza Baja, incluye los valores de las respuestas Poca o Ninguna.

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demasiado elevado sobre esta forma de gobierno. La tendencia negativa supone entonces que los parlamentarios consideran que, ante las promesas no cumplidas de la democracia, pueden existir otros medios para expresar determinadas preferencias políticas más allá de las elecciones, lo que no significa que aprueben cualquier medio para ello.

Cuadro7. Variaciones: elecciones como medio para expresar preferencias políticas 1ª Oleada 2ª Oleada 3ª Oleada 4ª Oleada Valor Max. Max. Var. Max. Var. Max. Var. Argentina 83,8 87,5 +3,7 78,9 - 8,6 Chile 67,0 77,5 +10,5 74,6 -2,9 Paraguay 91,4 87,7 -3,7 77,7 -10 Uruguay 84,6 81,5 -3,5 Bolivia 68,4 57,1 -11,3 40,5 -16,6 Colombia 67,3 73,8 +6,5 Ecuador 72,1 64,3 -7,8 56,1 -8,2 Perú 84,4 66,8 -17,6 Venezuela 72,4 48,8 -23,6 Brasil 75,4 México 79,8 54,0 -25,8 55,6 +1,6 52,2 -3,4 FUENTE: Elaboración propia con datos de PELA 1994-2005 (P8) La variación está en relación al valor anterior

Las variaciones positivas señalan que los parlamentarios están convencidos, una vez que se han desarrollado procesos electorales, que éstos son el mejor medio para expresar las preferencias políticas. En el Cuadro 7 podemos observar con más detalle las variaciones de las opiniones de los parlamentarios. Los países que presentan variaciones positivas son Argentina 95-97, Chile 93-97, Colombia 02-06 y con menor variación México 00-03. ¿Podemos interpretar que las variaciones negativas significan lo contrario? No necesariamente. Sigamos a Hirschman, para quien la voz es un recurso que tiene como objetivo provocar el cambio cuando el estado de cosas no es satisfactorio o está deteriorado, y puede ser solicitado de forma individual o colectiva, con el objetivo de movilizar a la opinión pública. La voz casi siempre se expresa en forma de descontento hacia el estado de cosas, pero no significa que se esté totalmente en desacuerdo con ello. La voz tiene la función de advertencia dentro de un sistema u organización; es siempre la opción de los actores cuando la salida es imposible o tiene costos muy altos. Hirschman agrega que la voz funciona como complemento, pero no como sustituto de la salida, ya que su efecto es alimentado propiamente por la dificultosa posibilidad de hacer uso de la salida (Hirschman, 1970. trad. it. 1982: 31-41). Las variaciones negativas más significativas son Paraguay 03-08, Perú 01-06, Venezuela 00-05, Bolivia 97-02 y 02-07, y México 97-00. Lo que representa una señal de descontento de una parte de los parlamentarios con los procesos electorales precedentes, pero como hemos señalado, no necesariamente que consideren que las elecciones no sean el mejor medio para expresar las preferencias políticas. Los parlamentarios de los países bajo análisis consideran la relevancia de la limpieza de las elecciones19 para la consolidación de la democracia como un aspecto central. Si tomamos en

19 La pregunta PELA 4,4 aplicada a los parlamentarios: “De las siguientes características ¿Cuál es, en su opinión la más relevante para la consolidación de la democracia en (país)? ¿Y en segundo lugar?”. Las

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cuenta que es la cuestión que presenta los valores más altos sólo después del consenso sobre la constitución. Pero es también la opinión que presenta en algunos países más variaciones negativas desde la primera oleada a las subsecuentes (Grafico 2): Argentina 95-97 y Bolivia 93-97, México presenta variaciones negativas en las 4 oleadas. Mientras que Chile, Perú y Venezuela mantienen variaciones reducidas. Ecuador La disminución puede tener tres significados: a) algunos temas tienen mayor importancia que la limpieza de elecciones, como el consenso sobre la Constitución y las instituciones, que en casi todos casos presenta porcentajes altos, b) que, no obstante la relevancia de las elecciones limpias sea necesaria, hay temas como la descentralización, la justicia o el control de los civiles sobre las fuerzas armadas tienen mayor importancia, como muestran las variaciones de primer a segundo lugar en ésta temática; o que c) los parlamentarios consideran que las elecciones ya cumplen con los requisitos de limpieza y libertad, y por lo tanto ubican el tema en segundo lugar o con porcentajes bajos de importancia. Por ello, a pesar de las variaciones negativas, en términos absolutos, la cuestión de la importancia de la limpieza de las elecciones tiene una frecuencia relativamente alta respecto de otros temas de la agenda.

‐6,4

‐2,7

6

‐4,4

‐0,8

14,5

2,24,2 3,4

‐9,8

1,1

‐20,2

5,9

‐8,3

5,8

0,7

‐2,1

‐14,5

0,9

‐1,1‐5,3

2,6

‐3,7

‐8,4

1

‐5,4

4

‐0,8

5,7

‐6,7

3,9 4,2

‐11

‐2,8‐4,2

‐1,2

Argentina Chile Paraguay Uruguay Bolivia Colombia Ecuador Perú Venezuela México

Grafico 2. Variación: relevancia de la limpieza de las elecciones 2ª Oleada Var. 1 2ª Oleada Var. 2 3ª Oleada Var. 1 3ª Oleada Var. 2 4ª Oleada Var. 1 4ª Oleada Var. 2

¿En que medida confían los parlamentarios en los procesos electorales? Los resultados del PELA20 muestran que los valores más altos se presentan en los países del Cono Sur: Argentina, Chile y Uruguay, exceptuando a Paraguay sólo en 1998-2003, donde cabe resaltar que fue aumentando la confianza en los dos periodos siguientes hasta alcanzar niveles del 50%. Del resto, países de la Zona Andina y México –exceptuando Brasil del cual sólo se cuenta con datos de un solo periodo- en todos existe una tendencia a confiar cada vez menos en los procesos electorales.

respuestas que presentan los porcentajes más altos son, 1º, el Consenso sobre la Constitución y las instituciones, y 2º Procesos Electorales limpios y libres. 20 La pregunta PELA no. 9 aplicada en todas a las oleadas señala: ¿Y cual es el grado de confianza que le han merecido a Ud. los últimos procesos en (país)? Para ello utilice la siguiente escala que va de 1 a 5, teniendo en cuenta que el 1 significa una “mínima confianza” y el 5 una “máxima confianza”. En este trabajo, los valores de 1 a 3 se toman como “Mínima confianza” , 4 significa “Confianza media” y 5 “Máxima confianza”.

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60,9 53,1 50,9 99 84,3 86,2 88 69,4 13,8 26,2 45,7 50,9 17,3 11,4 24,66 8,5 43,6 6,3 19,4 33,7 3,7 20,6 4 23,13 16,6 19,8 7,3 19,2

22,5

32 29,7

0

12,4 11,4 12

25,2

11,9

47,7

33,741,7

37,3837,1

44

33,3

28,3

29,5

36,7

30,1

3,3

26,5

14,3

37,31

24,337,3

36,3

47,1

0 14,8 19,4 0 3,3 2,4 0 4 74,3 26,1 20,5 7,5 46,1 51,4 31,5 58,2 28,1 64,3 43,8 35,1 90,7 52,9 78,8 38,72 56,6 42,8 54 32,9

1995‐1997

1997‐2001

2003‐2007

1993‐1997

1997‐2001

2002‐2006

1995‐2000

2000‐2005

1993‐1998

1998‐2003

2003‐2008

1993‐1997

1997‐2002

2002‐2007

1998‐2002

2002‐2006

1996‐1998

1998‐2002

2002‐2006

1995‐2000

2001‐2006

1993‐1998

2000‐2005

2003‐2007

1994‐1997

1997‐2000

2000‐2003

2003‐2006

ARG ARG ARG CHI CHI CHI URU URU PAR PAR PAR BOL BOL BOL COL COL ECU ECU ECU PE PE VEN VEN BRA MEX MEX MEX MEX

Grafico 3. Confianza en los Procesos ElectoralesMaxima Confianza Confianza Media Minima Confianza

La poca confianza que un amplio sector de parlamentarios expresan hacia los procesos electorales coincide en algunos casos con una baja confianza hacia el OE: Bolivia, Colombia y Ecuador. Pero también coinciden los altos índices de confianza en aquellos países dónde también se confía en el OE: Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay. Los casos paradójicos son Brasil y México, dónde se presentan altos índices de confianza hacia el OE, pero también índices altos de desconfianza hacia los procesos electorales. ¿En que medida están correlacionadas éstas dos variables? Cómo se observa en el Cuadro 8, existen tres grupos:

1. En tres países del Cono Sur (Argentina, Chile y Paraguay) dónde como hemos señalado, los valores de Confianza hacia los procesos electorales son altos, no existe correlación con la Confianza hacia el OE. Lo que explicaría que la confianza de los parlamentarios hacia a las elecciones se explica por otros factores, y allí el OE desempeña un rol importante pero discreto.

2. Uruguay, Ecuador, Brasil y México, si bien existe una correlación entre confiar en las elecciones y el OE, no es fuerte (valores de Ktau-b, muy bajos). Ello significa que el rol de los OE es central, pero no es necesariamente el factor central que lleva a los parlamentarios a confiar en las elecciones. Ésta puede estar condicionada por factores exógenos a la lógica de la organización de las elecciones.

3. Por último, en Bolivia 02-07 y Colombia 02-06, la correlación tiende a ser significativa. Paradójicamente son los periodos en los cuales también se presentan los índices más bajos de confianza hacia las elecciones. En Bolivia, fue precisamente en tal periodo cuando se presentaron conflictos que llevaron a la

Cuadro 8. Correlación Confianza hacia las Elecciones y hacia OE, 3ª Oleada

País Pearson Kendall's

chi2 Pr tau-b ASE Argentina 18.5470 0.293 0.1460 0.086 Chile 3.1651 0.924 0.0773 0.096 Paraguay 12.6202 0.181 0.1938 0.127 Uruguay 29.1314 0.000 0.2407 0.089 Bolivia 49.5054 0.000 0.5759 0.061 Colombia 29.2662 0.004 0.3954 0.074 Ecuador 20.9257 0.051 0.3265 0.080 Brasil 44.7217 0.001 0.2506 0.073 México TRIF 34.8293 0.003 0.1818 0.083 México IFE 49.7832 0.000 0.1714 0.085 Fuente: Elaboración propia con datos de PELA, P. 9, P. 712, y P. 713 para Brasil. Tratamiento con el programa STATA Pr = significativo al 0.05, Tau-b = -1: perfecta correlación negativa; 0: no existe correlación; 1: perfecta correlación positiva

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renuncia en 2003 del entonces presidente Sánchez de Lozada, quien apenas había sido elegido en 2002, pero su posición era minoritaria y la coalición que lo llevó al poder se desintegró casi inmediatamente. Su renuncia se produjo en un contexto de protestas civiles y muertes (vid. Valenzuela: 2008). En el caso de Colombia, las elecciones al parlamento estuvieron marcadas por varias denuncias de fraude electoral, entre otros problemas relativos al proceso, que llevaron al Consejo Nacional Electoral a anular más de 1000 mesas de votación, y la RNEC tuvo que hacer un nuevo conteo de los votos al Senado.

En los próximos apartados se analizan precisamente otros factores que pueden estar relacionados o no a las variaciones en la confianza en las elecciones desde la perspectiva ganadores vs. perdedores. 6. Oposición y Gobierno El rol de la oposición en las democracias, como ha señalado G. Pasquino (1995:3-4) es un fenómeno que durante muchos años entre los politólogos tendía a tener poca atención, hoy sabemos que el funcionamiento de todos los regímenes políticos se comprende eficazmente sólo en la medida que se pueden explicar las relaciones entre gobierno y oposición. De no ser así, toda una parte del sistema político, económico, social y cultural, quedaría fuera del análisis y sería inadecuado para la comprensión de los cambios que suceden al interior de los sistemas políticos. En el caso de los estudios electorales, la atención regularmente se centra en los resultados que obtienen precisamente los partidos ganadores, ya sea que obtengan posiciones de mayoría o de minoría; cuando los perdedores tienen además una posición significativa fuera de la arena institucional, la atención cambia y dicha posición asume un valor explicativo para la compresión del comportamiento de la oposición en el parlamento21. Los casos que aquí nos ocupan son los partidos que a partir de un proceso electoral, los resultados los ubican como gobierno (ganadores) o como oposición (perdedores). ¿Qué define a la oposición? La oposición asume características dependiendo el régimen político. La historia ha enseñado que en los sistemas totalitarios la oposición no tiene cabida para quienes detentan el poder, en los sistemas autoritarios ha tendido a ser perseguida fuera de la arena institucional y disminuida en la arena parlamentaria. Es en las democracias dónde la oposición desempeña un papel esencial, sobre todo porque define la dinámica de los gobiernos en turno. Si bien pueden existir diversos tipos de oposición, por ejemplo la anti-sistémica, aquella que se ubica fuera de la arena institucional, o aquella que se puede ejercer dentro de otros ámbitos institucionales y que se puede describir como extra-parlamentaria, en este trabajo nos referimos a la oposición en el Parlamento. Éste constituye la máxima sede de expresión de la oposición política tanto en los sistemas presidenciales como en los parlamentarios. En éstos últimos la función opositora se manifiesta en la dialéctica política entre mayoría y oposición, es decir, entre las fuerzas que apoyan al gobierno y aquella minoría que ejerce un poder activo de crítica, de control y de dirección alternativa de gobierno (Massari, 1990:29-30). 21 Es decir, cuando un partido mantiene, por así decir, un pie en el parlamento, y otro en la plaza, o de forma más específica, como partido ejerce representación en el parlamento pero al mismo tiempo se desenvuelve como movimiento fuera de éste.

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En los sistemas presidenciales, la función opositora se manifiesta en la relación entre Legislativo y Ejecutivo, de la cual nacen al menos dos combinaciones: a) Cuando el Vencedor en las elecciones presidenciales tiene mayoría en el parlamento, se presenta la situación de un (I) Gobierno Unificado (GU) dónde la oposición se encuentra en una situación de (IV) Minoría no decisiva. b) Cuando el Vencedor en las elecciones presidenciales es minoría en el parlamento, se presenta la situación de un (II) Gobierno Dividido (GD) dónde la oposición se encuentra en una situación de (III) Mayoría decisiva.

Este tipo de oposición no sistémica y parlamentaria, tiene como características tipo22: i) Busca ser gobierno (office-seeking); ii) es leal, respeta los valores y la reglas del sistema en el amplio sentido del término, y es leal hacia el derecho del Gobierno a gobernar; y iii) es Parlamentaria, porque está constituida precisamente por los grupos en el parlamento y se desenvuelve esencialmente en ésta arena, y acepta ésta como la sede soberana de la confrontación y área institucionalmente privilegiada del desenvolvimiento del conflicto político (Massari, 1990:57). La oposición no debe confundirse de ninguna manera como “violencia” u “hostilidad”, ¿Cuáles son las funciones de la oposición? Entre las más importantes podemos mencionar tres: a) Expresarse sobre la dirección que toma (o debiera tomar) el gobierno, ya sea a nivel general o sobre aspectos relevantes en la discusión de leyes o el desenvolvimiento de ciertas políticas; b) Ejercer funciones de control del gobierno en turno utilizando los recursos legales a su alcance, y expresarse sobre los resultados de la actuación del gobierno y sus consecuencias; y c) prepararse para la alternancia, es decir, toda oposición tiene el rol de presentarse como una opción de gobierno (Pasquino, 1990:13 y 1995:30). La importancia de estudiar la dinámica de los partidos en la oposición es que, ya sea en forma individual o en conjunto, éstos son jugadores con veto partidistas (Tsebelis, trad. it., 2004:137) que pueden y definen bajo ciertas condiciones la agenda de los gobiernos en turno. Una de las funciones de la oposición, intrínseca a las ya mencionadas, es el de generar consenso alrededor de las reglas de juego de la democracia. Si la oposición no consiente ciertas reglas en la dinámica gobierno-oposición, el partido en el gobierno puede quedar solo y con dificultades para gobernar. Antes de ejercer su papel, como gobierno o cómo oposición, generalmente los partidos deciden las reglas de acceso al poder, tanto al Ejecutivo como al Legislativo. Tales reglas no son otras que las formulas electorales que

22 La discusión sobre los tipos de oposición es variada, como la de Sartori (1966) que distingue tres modelos: a) oposición responsable y constitucional, b) oposición constitucional pero no responsable, y c) oposición ni responsable no constitucional. Otras clasificaciones como la de Duverger (1951) y Dahl (1966), muestran la complejidad del fenómeno el cual está muy relacionado con el rol del gobierno. En este trabajo, tomamos las características de la oposición sistémica y parlamentaria, ya que por la naturaleza de la investigación, no interesa por ahora, la oposición no sistémica que se expresa en otras arenas.

Cuadro 9. Gobierno y Oposición en Sistemas Presidenciales Mayoría Parlamento Minoría Parlamento

Vencedor Presidencia

(I) Gobierno Unificado

(II) Gobierno Dividido

Perdedor Presidencia

(III) Oposición en posición de Mayoría Decisiva

(IV) Oposición en posición de Minoría No Decisiva

20

definen el acceso y la asignación de escaños al Parlamento, y en los casos aquí tratados, aquellas que definen cómo se gana la Presidencia. El consenso alrededor de estas reglas electorales es vital para las democracias, porque si bien no se fundan sólo las elecciones, de éstas parte la legitimidad del mismo sistema democrático. Cómo ha señalado O’Donnell (2002), la importancia de las elecciones –libres y justas- radica en que hacen la diferencia entre los gobiernos arbitrarios y los gobiernos democráticos. Para entender la importancia del consenso de la oposición en las reglas de la democracia, pensemos como recomendaba Benedetto Croce (1942: 12), con il pensare contro, es decir, en términos opuestos. ¿Qué sucedería si la oposición no está de acuerdo con las reglas del juego electoral? ¿Qué sucedería si la oposición no confía en la autoridad electoral? ¿Qué sucedería cuando la oposición no acepta los resultados electorales? Preliminarmente, podemos encontrar respuestas hipotéticas en el denominado juego de la confianza, una variación del famoso dilema del prisionero, bajo los supuestos de que las elecciones son un juego iterativo, y se conocen las posibles estrategias futuras de los jugadores y supongamos que en la arena electoral se presentan sólo dos partidos. Si uno de los partidos no confía en las elecciones, la matriz de pagos beneficia a aquél que si (5,1 ó 1,5), pero en menor medida que si lo hicieran juntos (10,10). Una situación en la que ninguno confiara en los procesos electorales, les traería beneficios muy reducidos respecto a las otras situaciones. Es decir, estas hipótesis muestran que para los partidos es importante confiar en los procesos electorales. De su desenvolvimiento en la arena electoral, los partidos obtienen posiciones que les permiten llevar sus propuestas a la práctica si son gobierno, y de contrastar y hacer propuestas si son oposición. Es así entonces, que la calidad de una democracia depende, no sólo de la virtud de su gobierno, y no sólo de la interacción entre gobierno y oposición (Pasquino, 1995:66), sino también de las actitudes, capacidades y compromisos que la oposición tenga para con la democracia. Ahora bien, si los procesos electorales definen ganadores y perdedores, o al gobierno y la oposición. ¿Es la posición obtenida en el proceso electoral la que influye en el soporte político hacia los OE y la confianza de los partidos hacia los procesos electorales? Difícilmente se podría afirmar que puede subsistir una democracia allí donde los partidos políticos no creen en las elecciones. Ésta es una condición sine qua non para que los mismos partidos en democracia sostengan otras instituciones, ya que dichos procesos legitiman a los gobiernos en turno (legitimación de origen) y sobre todo son la vía de acceso de la oposición para convertirse en la alternativa de gobierno. Así, como se muestra en el Cuadro 2, idealmente el partido o coalición de partidos (P1) en el gobierno, así como el partido o coalición de partidos en la oposición (P2) expresan un soporte positivo hacia los procesos electorales y los OE, sea en un primer proceso electoral (tº) como en los subsecuentes (tn). Es decir, su posición hacia estos dos elementos, uno como proceso y el otro como gestor del mismo, es positiva en tanto que esperan del OE neutralidad, y del proceso resultados

Cuadro 10. Porqué confiar en las elecciones: una hipótesis Perdedor

Vencedor

Confiar No Confiar Confiar Ventaja recíproca

10,10 Daño

5,1 No Confiar Daño

1,5 Daño recíproco

3,3

21

claros y consistentes, en tanto que de éstos se legitiman las posiciones que asumen en el poder.

Cuadro 11. Hipótesis: Soporte Político hacia los OE y las Elecciones t0 tn

Gobierno Oposición Partido 1 + + -Partido 2 + - +Ideal = P1+ P2 + + +

Las otra hipótesis describe la situación en la que inicialmente ambos partidos en el momento t0 expresan un parecer positivo tanto al OE como al proceso electoral, pero la posición que asumen una vez superado el proceso electoral, en un momento t2 lleva al partido en la oposición, sea el P1 o el P2, a disminuir su confianza hacia el proceso electoral y marginalmente el soporte político hacia el OE. 7. Competitividad, ganadores y perdedores Para seguir la cuestión planteada en el apartado anterior, es necesario analizar que factores más específicos de la competencia partidista pueden afectar las variaciones de la confianza en las elecciones. La figura presidencial es la institución que domina gran parte de la dinámica interna de los países latinoamericanos, y su elección ocupa un lugar preponderante, como señala D. Nohlen (1998), “la mentalidad política en éstos países se orienta por completo al ejecutivo y su elección”. Por ello, es factible que las variaciones en los porcentajes de confianza hacia las elecciones por parte de los parlamentarios, esté relacionada con la competitividad electoral que presentan sus partidos a la presidencia. Cómo señala Sartori (1976: 218-219), mientras la competencia tiene que ver esencialmente con las reglas del juego electoral, la competitividad es “el estado real del juego”. La competitividad es un atributo de la competencia, que puede o no, depender de las reglas. Para que exista competencia, no deben existir: a) más de un competido efectivo; y -en lo que en este trabajo concierne- b) reglas consensuales y confianza mutua. La competitividad se puede medir por medio de tres criterios: i) cuando los partidos principales se aproximan a una distribución casi nivelada de fuerza electoral; ii) cuando dos o más partidos obtienen resultados cercanos y ganan con escaso margen, y iii) por la frecuencia con la cual los partidos se alternan en el poder. Los tres criterios para analizar refieren a qué tanto es reñido un proceso electoral y revelan que tan fuertes son los partidos para atraer electores. La competitividad puede ser medida por diversos indicadores, que van de los más simples a los más complejos (vid. Méndez, 2003). En éste trabajo optamos por el indicador más simple, Margen de Victoria (MV), el cual a su vez es también el más claro para los objetivos del análisis: porcentajes de votación más cercanos entre el primer y segundo partido en la elección, significa mayor competitividad, y viceversa. Analizando los procesos electorales de los cuales emergieron las legislaturas encuestadas en el proyecto PELA, se presentan los MV Presidenciales (MVp) y al Congreso23 (MVc) en relación a los porcentajes más altos de confianza que expresan los parlamentarios hacia los procesos electorales. En los casos estudiados, sólo en cuatro no se presentaron elecciones

23 Para simplificar el análisis, se tomaron los datos del Primer y Segundo Lugar en los resultados de ambas elecciones.

22

presidenciales en el mismo periodo que se eligieron a los parlamentarios. En la mayoría de los casos, es factible que la dinámica de la elección presidencial haya influenciado las percepciones sobre los parlamentarios en las elecciones. ¿Cómo se presenta esta dinámica? Si el MV es amplio, la competitividad supone menos conflictividad en el proceso electoral, ya que las preferencias de los electores se distribuyen marcadamente hacia un polo, partido o coalición. Hipotéticamente, podemos suponer que un MV alto llevará a los parlamentarios a expresar índices de confianza más altos.

Cuadro 12. Relación MV Presidencial y Confianza de los Parlamentarios en los Procesos Electorales Confianza en las elecciones24

Margen de Victoria Presidencial

0<10 10<25 25<50 50<75

75<100

6>0 COL 1998 ECU 2002 BOL 1997

ECU1996 ARG 200325 CHI 1997

URU 1995

12>6 MEX 2000 ECU 1998

BOL 200226 PAR 1993 VEN 1993

URU 2000

23>12 PER 2001 COL 2002 VEN 2000

MEX 1994 BRA 2003

PAR 2003 PAR 1998

BOL 1993 ARG 1995

45>23 PER 1995 CHI 1993 Analizando en primer lugar la relación MVp y Confianza en las elecciones, y apoyándonos en la información ya presentada en el Gráfico 3 sobresale que:

a) En tres países del Cono Sur, Argentina, Chile y Uruguay, el MVp parece no tener influencia en la confianza hacia las elecciones. En cuatro casos (Argentina 03, Chile 97 y Uruguay 95 y 00) el MVp es reducido pero la confianza sigue siendo alta. En dos casos (Chile 93 y Argentina 05) aunque tal relación podría existir, la conjetura es débil ya que los porcentajes de media y mínima confianza siguen siendo reducidos.

b) Los casos de Paraguay 93, 98 y 03, si suponen cierta incidencia de la hipótesis de este apartado: los índices de confianza alta y media fueron aumentando de un periodo a otro, y los de confianza mínima disminuyeron. Los casos de México 94 y 00, también presentan esta relación pero débilmente, ya que los índices media confianza aumentaron poco. México 00 es un caso que requiere mayores explicaciones ya que fue precisamente en esas elecciones cuando por primera vez pierde la presidencia el PRI, que dominó las elecciones durante décadas.

c) Los casos de Bolivia 93 y Perú 95 la relación tiende a ser fuerte, pero está relacionada también con la coyuntura del momento en cada país. En Bolivia, Sánchez de Lozada gana por primera vez la presidencia pero enfrenta un gobierno dividido. Mientras que en Perú 95, Fujimori ganó con un amplio MVp, en parte habiendo ganado muchos adeptos con la lucha antiterrorismo que lleva a cabo en su primer periodo. Pero si los relacionamos con los periodos subsecuentes, Bolivia 97 y Perú 01, la relación si tiende entonces a ser positiva.

24 Se toman los valores máximos en términos absolutos (%) descartando en este caso los valores medios, ya que la media estadística incluye los valores tanto mínimos como máximos y no permitiría observar con amplitud las tendencias. 25 Resultados de la Primera Vuelta, la segunda, que estaba prevista, no se llevó a cabo ante la renuncia a presentarse de C. Menem 26 Resultados de Segunda Vuelta Electoral (SVE)

23

d) De los casos restantes (Ecuador 96, 98 y 02; Colombia 98 y 02; y Venezuela 93 y 00) no podemos extraer conclusiones ya que muestran ambigüedades que quizá no se explican sólo por la dinámica de la elección presidencial.

¿Qué sucede con los Márgenes de Victoria en las elecciones al parlamento? ¿Se presentan las mismas tendencias? Los resultados de la confianza a las elecciones son las mismas, pero aquí lo que se analiza es precisamente si el MVp y el MVc tienden a coincidir o no, y en que medida dichas tendencias confirman o refutan la hipótesis que se trata.

Cuadro 13. Relación MV Congreso y Confianza en los Procesos Electorales Margen de Victoria

Congreso Confianza en las elecciones27

0<10 10<25 25<50 50<75 75<100 5>0 MEX 2000

COL 2002

VEN 1993 BOL 1997 BRA 2003

URU 1995 ARG 1997 CHI 2002

10>5 ECU 1998 PE2001

PAR 1993 BOL 2002 MEX 2003

ECU 1996 PAR 2003

URU 2000

19>10 MEX 1997 ECU 2002

PAR 1998 BOL 1993

40>19 VEN 2000 MEX 1994 COL 1998

PER 1995 ARG 1995 CHI 1997 ARG 2003

CHI 1993

1) En los cuatro países del Cono Sur se presentan prácticamente las mismas

tendencias que en las elecciones presidenciales, si bien en estos casos se agregan Argentina 97 y Chile 02, dónde sólo hubieron elecciones legislativas. Mientras que para los casos de México 97 y 03, que son elecciones sólo legislativas, sucede lo mismo que en México 94.

2) Pero en los casos de Brasil 03, Colombia 02, México 00, Perú 01 y Venezuela 03 se confirma la hipótesis, ya que el MVc es más cerrado que el MVp. Estas tendencias ofrecen por tanto dos lecturas: a) que los parlamentarios algunas veces propenden a evaluar sus propias elecciones y sus resultados, y sus percepciones no están muy influenciadas por las presidenciales dónde participan sus propios partidos; y b) que efectivamente existe la tendencia que, en algunos casos, cuando las elecciones son mas cerradas, la confianza hacia las elecciones puede disminuir. O viceversa, el caso más representativo es el Paraguay en los tres periodo analizados, dónde los MVp y MVc coinciden.

En conjunto, los índices de competitividad, MVp y MVc, muestran tendencias importantes en varios casos singulares que, con excepción de Argentina, Chile y Uruguay, parecen confirmar que existe una relación, aunque débil: a mayor competitividad, menor confianza en las elecciones. ¿Sucede lo mismo a nivel de cada partido? A continuación se presentan los resultados de las observaciones de la dinámica ganadores vs. perdedores en las elecciones legislativas que se presentan con más detalle en el Anexo I. Observando las diferencias de los porcentajes de confianza que expresan los parlamentarios, se ven también ciertas características de la dinámica de la competitividad entre los partidos, los resultados electorales y la influencia que éstos tienen en las percepciones de las élites parlamentarias sobre la confianza en las elecciones. ¿La posición resultante de las elecciones influye en las percepciones? ¿Cuanto confían los parlamentarios

27 Se toman los valores máximos igual que en la nota 25.

24

en los procesos electorales cuando su partido se ubica individualmente como primera, o segunda, o tercera, etc. fuerza política? Los datos de la base PELA, en su pregunta 9, gradúa de 1 (Mínima) a 5 (Máxima) la confianza hacia los “últimos procesos electorales en su país”. En éste caso, se utilizan los valores que tienen mayor porcentaje en cada partido28 -confrontar con el Anexo I que los presenta con mayor detalle. Es decir, los valores máximos en términos absolutos (%) descartando las medias, ya que la media estadística incluye los valores tanto mínimos como máximos, lo que se trata es de observar las tendencias. Así, por ejemplo, en el caso Argentina 95-97, el partido mayoría en el parlamento, presentó un porcentaje mayor de respuestas tipo “Máxima” confianza, lo que significa que la mayoría de los parlamentarios entrevistados de ese partido, hacen que la distribución de los porcentajes se mueva hacia el máximo valor otorgado a su respuesta. En los cuadros se señalan con sombreado ‘claro’ los casos en los que el Partido en Segundo Lugar, presenta una distribución con tendencia negativa respecto del Partido con mayoría (Primer lugar) en el parlamento; y con sombreado de ‘rayas’ cuando se presenta la situación contraria.

Cuadro 14. Ganadores vs. Perdedores: ‘Cono Sur’

Posición de los partidos y Confianza en las elecciones Primer lugar Segundo lugar Tercer lugar Cuarto lugar

Argentina 95-97 Máxima Bastante Bastante Máxima Argentina 97-01 Máxima Bastante Bastante Máxima Argentina 03-07 Máxima Bastante Bastante Máxima

Chile 93-97 Máxima Máxima Máxima Máxima Chile 97-01 Máxima Máxima Máxima Máxima Chile 02-06 Máxima Máxima Máxima Máxima

Paraguay 93-98 Media Poca - - Paraguay 98-03 Bastante Bastante - - Paraguay 03-08 Máxima Máxima Bastante Bastante Uruguay 95-00 Máxima Máxima Máxima Máxima Uruguay 00-05 Bastante Máxima Máxima Máxima

En los tres casos de Argentina (95 al 07), y Paraguay 93-98, la confianza que los parlamentarios expresan hacia los procesos electorales tiende a estar relacionada con la posición que ocupa su partido a partir de los resultados. No sucede lo mismo en el resto de los casos, sobre todo en los tres periodos de Chile. El caso contrastante es Uruguay 00-05, dónde los parlamentarios del partido en segundo lugar tienen una percepción relativamente por arriba de aquella expresada por los parlamentarios del partido mayoría. Sobresale que los partidos que obtienen posiciones minoritarias, sus parlamentarios expresan valores altos de confianza hacia las elecciones, sobre todo en los casos de Argentina. En la región Andina, sólo en los casos de Bolivia 02-06 y Ecuador 02-06, la confianza hacia las elecciones tiende a estar relacionada con la posición del partido resultado de las elecciones. Casos contrastantes son Bolivia 97-02, una elección con MVp y MVc reducidos, y Venezuela 93-98 con un MVc reducido y un MVp amplio, dónde los parlamentarios del partido en segundo lugar tienen una mejor valoración sobre las elecciones. En ésta Región también sobresale, que parlamentarios de partidos que obtuvieron un tercer lugar en las elecciones tienden a expresar menor confianza hacia las mismas. Esta situación, sumada a que, también se presentan casos de parlamentarios de partidos que obtuvieron

28 Ello nos permite valorar hacia dónde se mueve la ‘cresta’ de la distribución de frecuencias de los valores dados.

25

posiciones de cuarto lugar expresan también mayor confianza, tiende a confirmar la hipótesis de que la confianza hacia las elecciones está relacionada con los resultados que obtienen los partidos de las mismas.

Cuadro15. Ganadores vs. Perdedores: ‘Región Andina’

Posición de los partidos y Confianza en las elecciones Primer lugar Segundo lugar Tercer lugar Cuarto lugar

Bolivia 93-97 Máxima Máxima Máxima Máxima Bolivia 97-02 Media Bastante Media Bastante Bolivia 02-06 Máxima Bastante Bastante Máxima

Colombia 98-02 Bastante Bastante Media Media Colombia 02-06 Media Media Media Media Ecuador 96-98 Máxima Máxima Máxima Media Ecuador 98-02 Media Media Bastante Media Ecuador 02-06 Bastante Media Bastante Bastante

Perú 95-00 Máxima Media Poca Media Perú 01-06 Nada Nada Nada Poca

Venezuela 93-98 Bastante Máxima Nada Media Venezuela 00-05 Media Media Media Media

En el caso de México, sólo en 94-97 los parlamentarios del partido mayoritario expresaron una mayor confianza hacia las elecciones que aquellos en el partido en segundo lugar. Los casos contrastantes Brasil 03-07 y México 00-03 son interesantes: en el primero, el proceso electoral presentó un índice de MVc competido y un MVp amplio, lo que tuvo como resultado un gobierno sin mayoría; mientras que en el segundo, fue precisamente la elección de la alternancia en la presidencia, lo paradójico es que los parlamentarios del partido perdedor –el PRI- exhibiera tendencias mayores porcentajes de confianza hacia las elecciones que el partido que ganó.

Cuadro 16. Ganadores vs. Perdedores: ‘Brasil y México’

Posición de los partidos y Confianza en las elecciones Primer lugar Segundo lugar Tercer lugar Cuarto lugar

Brasil 03-07 Media Bastante Bastante Media México 94-97 Bastante Nada Nada - México 97-00 Bastante Bastante Media - México 00-03 Media Bastante Media Media México 03-07 Bastante Bastante Bastante Bastante

¿Porqué los parlamentarios de los partidos en cuarto lugar –muchos de ellos minoritarios- tienden a expresar mayores porcentajes de confianza? La explicación puede estar en que valoran que efectivamente las elecciones les permiten obtener un lugar en la arena parlamentaria, mientras las reglas les permitan tener representación, sean minoría incluso en la oposición, su rol puede acrecentarse si siguen confiando en las elecciones y participando en ellas. Finalmente, los parlamentarios de los partidos en tercer lugar tienden a mostrar porcentajes de bastante a media y poca, y menos de Máxima confianza, lo que refuerza que si existe una relación entre la posición que obtiene un partido en las elecciones y la confianza que expresan los parlamentarios sobre las mismas

26

8. A manera de conclusión Esta investigación inició con el objetivo de responder a la cuestión del cómo y porqué de las variaciones del soporte político de los partidos políticos en América Latina hacia los procesos electorales en general y hacia los OE en lo particular. Los resultados permiten responder a las dos preguntas secundarias que se derivan de la principal. 1. ¿El tipo de OE es una variable que influye en la confianza que los partidos, a través de los parlamentarios expresan hacia los procesos electorales? Tomando en cuenta los elementos que se han analizado -tipos de OE, nominación y composición de sus miembros, dependencia e independencia del gobierno y del parlamento, entre otros-, la existencia de OE’s del tipo independiente –incluidas las variaciones que éste modelo pueda presentar- u OE’s gubernamentales, parece no tener una correlación fuerte con la confianza que los parlamentarios expresan hacia las elecciones–sólo en algunos casos-. La confianza tiende a estar influida por otros aspectos, entre ellos la competitividad electoral y sus resultados sobre la distribución del poder entre los partidos. Ahora bien, ello no significa que los OE no generen confianza hacia los procesos electorales, quizá conviene aplicar una pregunta contra-fáctica ¿Cuáles serían los índices de confianza de los Parlamentarios en procesos electorales si no existieran OE con tendencia a la independencia, y a la imparcialidad si es del tipo gubernamental? Seguramente, si la pregunta a los parlamentarios fuese “¿Usted confiaría en las elecciones sin un OE imparcial?” los porcentajes de una respuesta negativa serían todos altos. El rol de los OE tiene una relevancia allí dónde se llevan a cabo elecciones por primera vez con los requisitos mínimos de la democracia –como es el caso de las primeras elecciones en los procesos de transición a la democracia-, pero una vez que los procesos electorales se institucionalizan, la confianza hacia las elecciones se basa en otros factores. La función del OE se puede rutinizar y por ello parecer poco importante, pero no es así. Y ello se muestra con los valores que muestran las respuestas de los parlamentarios sobre la “relevancia de la limpieza de las elecciones”, los cuales muestran variaciones negativas de un periodo a otro: la lectura es que hay otros temas los cuales toman el lugar de la importancia de las elecciones una vez que éstas se rutinizan, a pesar de las dificultades que en casos particulares puedan presentarse. Por otro lado, la denominada Hipótesis de clasificación de OE por grados de confianza, que supone que a mayor desconfianza en las instituciones ordinarias existirá un OE independiente, se ha reelaborado, porque la tendencia que se ha observado es que allí donde hay más desconfianza entonces el OE tiene mayor dependencia pero hacia el parlamento. Y también se ha mostrado que no es la independencia lo más importante, sino la imparcialidad con la que el OE tienda a actuar. En el caso de Argentina, por ejemplo, dónde existe un OE del tipo gubernamental, todo indica que éste actúa con imparcialidad ya que presentan índices de confianza altos. 2. Si el OE parece tener un rol poco visible en la confianza que expresan los parlamentarios hacia las elecciones, ¿Cuáles otros factores la explican? En la investigación se optó por analizar algunos aspectos de la competitividad electoral y los resultados de ésta. La respuesta a la pregunta ¿en que medida la dimensión gobierno-ganador/perdedor-oposición de los partidos en el parlamento explica la variación de la confianza de aquellos hacia los procesos electorales en general? se puede dividir en dos partes:

27

2.1 El MVp, si bien es un indicador importante de la competitividad electoral, no tiene una influencia clara en la confianza que los parlamentarios expresan hacia las elecciones. En algunos casos si existe una relación progresiva, como en Paraguay, dónde a cada periodo subsecuente se presentaba un MVp y también porcentajes altos de confianza, pero éstos tienden a estar más relacionados con el MVc. Ello porque los parlamentarios, al ser entrevistados, tenderían a evaluar principalmente sus propias elecciones y no sólo las de su partido, sea al parlamento o a la presidencia. Ya en conjunto, los índicadores MVp y MVc muestran algunas tendencias de que: a mayor competitividad, menor confianza expresan los parlamentarios hacia las elecciones. No obstante, es una relación que en algunos casos no existe (Argentina, Chile y Uruguay), en otros es débil (Bolivia y Paraguay), y en otros es muy fuerte (algunos casos de México, Colombia y Venezuela, por ejemplo). Lo que si es relevante, es que efectivamente, en muchos casos, la confianza que los parlamentarios expresan sobre las elecciones tiende a estar asociada a la posición que obtienen respecto del poder (gobierno u oposición, mayoría o minoría). La gran parte de los parlamentarios que pertenecen a partidos que son mayoría en el parlamento y también detentan la presidencia, tienden a expresar mayores porcentajes de confianza hacia las elecciones. En varios casos, los parlamentarios que están en el partido que ocupa el segundo lugar como resultado de las elecciones, tienden a disminuir su confianza hacia estás, aunque de forma débil. Quizá lo que confirma esta hipótesis, es que prácticamente todos los parlamentarios de los partidos que se ubicaban en posiciones minoritarias, con ciertas excepciones, expresan porcentajes de confianza elevados. Por otro lado, las tendencias de porcentajes negativos sobre considerar “las elecciones como el mejor medio para expresar preferencias políticas”, deben ser interpretadas como llamadas de atención o uso de la voz en términos de Hirschman, ante el desencanto con los resultados de los procesos democráticos, pero no como una tendencia a que los parlamentarios puedan preferir otras vías, quizá radicales y anti-sistémicas, para expresarse. Muchas de éstas asociaciones necesitan ser vistas del lado de los ciudadanos ¿En que medida coinciden las percepciones de los ciudadanos de los parlamentarios sobre los OE y la confianza hacia los procesos electorales? ¿Cómo perciben las dinámicas de la competencia electoral cuando los márgenes de victoria son cerrados? Finalmente, para ampliar la visión del rol que tienen los OE, habría que evaluar su desempeño con indicadores que muestren a) su capacidad para prevenir y castigar irregularidades; su capacidad para prevenir y gestionar conflictos post-electorales, y evaluar a profundidad si un OE independiente es efectivamente, en lo esencial, más eficiente que un OE del tipo gubernamental. Estos indicadores pueden mostrar muchos más elementos que permitan evaluar su papel en generar confianza hacia los procesos electorales, tanto de los partidos y sus representantes, como de los ciudadanos principalmente.

28

Anexo I: Ganadores vs. Perdedores a detalle 1. Cono Sur

‐80 ‐60 ‐40 ‐20 0 20 40 60 80 100

Partido Mayoría PJ

Partido 2 UCR

Partido 3 FREPASO

Partidos 4 Prov.

Partido Mayoría PJ

Partido 2 UCR

Partido 3 FREPASO

Partidos 4 Prov.

Partido Mayoría PJ

Partido 2 UCR

Partido 3 ARI

Partidos 4 PS…

1995‐1997

1997‐2001

2003‐2007

ARGENTINACONFIANZA EN LOS PROCESOS ELECTORALES: GANADORES VS. PERDEDORES

Maximo 5

Bastante 4

Media 3

Poca 2

Nada 1

‐20% 0% 20% 40% 60% 80% 100%

Partido Mayoría DC (C)

Partido 2               RN (U)

Partido 3               UDI  (U)

Partidos 4               PPD , PS (C)

Partido Mayoría DC (C) 

Partido 2               RN (U)

Partido 3               UDI  (U)

Partidos 4              PPD , PS (C)

Partido Mayoría DC (C) 

Partido 2               UDI  (U)

Partido 3               RN (U)

Partidos 4              PPD , PS (C)

1993‐1997

1997‐2001

2002‐2006

CHILECONFIANZA EN LOS PROCESOS ELECTORALES: GANADORES VS. PERDEDORES

Maximo 5

Bastante 4

Media 3

Poca 2

Nada 1

‐80 ‐60 ‐40 ‐20 0 20 40 60 80

Partido Mayoría ANR

Partido 2               PLRA

Partido Mayoría ANR

Partido 2               ALIANZA

Partido Mayoría ANR

Partido 2               PLRA

Partido 3               UNACE

Partido 4               MPQ

1993‐19981998‐2003

2003‐2008

PARAGUAY

Maximo 5

Bastante 4

Media 3

Poca 2

Nada 1

‐80 ‐60 ‐40 ‐20 0 20 40 60 80 100 120

Partido Mayoría PC

Partido 2               PN

Partido 3               FA

Partido 4               NE

Partido Mayoría EP/FA

Partido 2               PC

Partido 3               PN

Partido 4               NE

1995‐2000

2000‐2005

URUGUAY

Maximo 5

Bastante 4

Media 3

Poca 2

Nada 1

Argentina Se presentan variaciones claras de la confianza entre el primer y el segundo lugar en los tres procesos. Los parlamentarios del PJ, expresan en su mayoría “máxima” confianza, mientras que el partido en segundo (UCR) y tercer lugar (FREPASO), presentan valores de “bastante” antes que “máxima” confianza. Resalta que los partidos en último lugar, presenten también porcentajes altos de “maxima” confianza. Chile Aquí no se presentan variaciones, si acaso mínimas. Ello se explica en parte por la existencia de dos coaliciones que dominan la política Chilena: Alianza por Chile (RN y UDI), y la Concertación de Partidos por la Democracia (DC, PPD y PS). Los resultados electorales del 93 y 97, han sido amplios para la Concertación, y todavía en 02, pero más cerrados. Paraguay Las elecciones del 93 fueron muy cerradas, y las primeras dónde se eligió un presidente civil después de varios años de Dictadura, pero del mismo partido (ANR) que fue controlado por los militares. Los valores bajos de confianza a las elecciones, incluidas las de 1998, podría interpretarse como una lectura del estado de las cosas ya que los gobiernos democráticamente electos llevaron al país a enfrentar fuertes crisis económicas y políticas. Para el periodo 03-08, paradójicamente las elecciones fueron más cerradas pero es el periodo dónde se presentan más percepciones de confianza positiva. Uruguay Sobresale que en 2002 el Frente Amplio perdió la presidencia, ello explicaría la disminución de la confianza respecto del 95-00.

29

2. Región Andina

‐80 ‐60 ‐40 ‐20 0 20 40 60 80

Partido Mayoría MNR

Partido 2               AP/ADN‐MIR

Partido 3               Condepa

Partidos 4              UCS,...

Partido Mayoría   ADN

Partido 2                MNR

Partido 3                Condepa

Partidos 4              MIR, UCS, …

Partido Mayoría   MNR‐MBL

Partido 2                MAS

Partido 3                NFR

Partidos 4         MIR, MIP, UCS,..

1993‐1997

1997‐2002

2002‐2006

BOLIVIACONFIANZA EN LOS PROCESOS ELECTORALES: GANADORES VS. PERDEDORES

Maximo 5

Bastante 4

Media 3

Poca 2

Nada 1

‐80 ‐60 ‐40 ‐20 0 20 40 60 80

Partido Mayoría   PL

Partido 2                PC

Partido 3                Coalición

Partidos 4               Otros

Partido Mayoría   PL

Partido 2                PL‐O

Partido 3                PC

Partidos 4               Otros

1998‐2002

2002‐2006

COLOMBIACONFIANZA EN LOS PROCESOS ELECTORALES: GANADORES VS. PERDEDORES

Maximo 5

Bastante 4

Media 3

Poca 2

Nada 1

‐80 ‐60 ‐40 ‐20 0 20 40 60 80

Partido Mayoría PSC

Partido 2               PRE

Partido 3               DP

Partidos 4              MUPP‐NP

Partido Mayoría PSC

Partido 2               PRE

Partido 3               DP

Partidos 4              MUPP‐NP&ID

Partido Mayoría PSC

Partido 2               PRE

Partido 3               ID

Partidos 4              Otros

1996‐1998

1998‐2002

2002‐2006

ECUADORCONFIANZA EN LOS PROCESOS ELECTORALES: GANADORES VS. PERDEDORES

Maximo 5

Bastante 4

Media 3

Poca 2

Nada 1

‐100 ‐50 0 50 100 150

Partido Mayoría Cam90‐NM

Partido 2               UPP

Partido 3               APRA

Partidos 4              Otros

Partido Mayoría PP

Partido 2               PAP

Partido 3               UN

Partido 4               FIM

Partido 5               UPP

1995‐2000

2001‐2006

PERÚ

Maximo 5

Bastante 4

Media 3

Poca 2

Nada 1

Bolivia Los altos índices de confianza de 93-97 pueden ser reflejo del optimismo de las reformas electorales del 89 que permitieron la presencia de nuevos partidos. En 97, se presenta una situación de gobierno dividido. Mientras en 97-02 el partido mayoría no presenta un alto % de confianza respecto del 2º, en 02-06 si se presenta tal situación. Colombia Algunos aspectos del periodo 02-06 ya se han señalado mas arriba. Las elecciones del 98 fueron muy competidas, el candidato (Pastrana del PC) que en 1ª Vuelta había quedado en segundo lugar, vence en Segunda Vuelta, pero se presenta ante un gobierno dividido. Ecuador. En los tres periodos se presentan: altos índices de competitividad, altos índices de fragmentación del sistema de partidos, El DP en 1998 es partido en el gobierno, lo que podría explicar la tendencia “bastante” en la confianza hacia las elecciones. En 02-06, el partido mayoría exhibe mayores % de confianza que el segundo lugar. Perú El caso 95-00 ha sido ya explicado anteriormente. Confirma que el partido mayoría tiene a presentar mayores porcentajes de confianza máxima, que el segundo y restantes lugares. Los bajos porcentajes de confianza de 01-06 se explicarían por la coyuntura del momento, pero el partido mayoría presenta % relativamente superiores de confianza respecto del segundo lugar.

30

‐80 ‐60 ‐40 ‐20 0 20 40 60 80 100

Partido Mayoría AD

Partido 2               COPEI

Partido 3               CAUSA R

Partido 4               CONVERG

Partido 5               MAS

Partido Mayoría    MVR

Partido Mayoría    MAS

Partido 3    (op)    AD

Partido 4    (op)    COPEI

Partido 5    (op)    PRVZL

1993‐1998

2000‐2005

VENEZUELA

Maximo 5

Bastante 4

Media 3

Poca 2

Nada 1

3. ‘Grandes’

‐80 ‐60 ‐40 ‐20 0 20 40 60 80

Partido Mayoría PT

Partido 2 PMDB

Partido 3 PFL

Partido 4 PP

Partido 5 PTB

Partido 6  PSDB

Partido 7 PL

Partido 8 PPS…

2003‐2007

BRASILCONFIANZA EN LOS PROCESOS ELECTORALES: GANADORES VS. PERDEDORES

Maximo 5

Bastante 4

Media 3

Poca 2

Nada 1

‐80 ‐60 ‐40 ‐20 0 20 40 60 80 100

Partido Mayoría PRI

Partido 2               PAN

Partido 3               PRD

Partido Mayoría PRI

Partido 2               PAN

Partido 3               PRD

Partido Mayoría PAN

Partido 2               PRI

Partido 3               PRD

Partidos 4              OTROS

Partido Mayoría PAN

Partido 2               PRI

Partido 3               PRD

Partidos 4              OTROS

1994‐1997

1997‐2000

2000‐2003

2003‐2006

MEXICO

Maximo 5

Bastante 4

Media 3

Poca 2

Nada 1

Venezuela En el periodo 93-98, el partido mayoría presenta mayores porcentajes de confianza respecto del 2º y los restantes. Pero en el periodo 00-05 no se pueden extraer conclusiones claras, y ello se explica quizá porque la nueva Constitución hizo concurrentes todas las elecciones (“mega-elecciones”). Brasil En este caso, los parlamentarios del partido mayoría expresan porcentajes bajos de confianza hacia las elecciones a diferencia del resto de los partidos en el 2º , 3er y 4º lugar. Los restantes también expresan porcentajes incluso más altos que los otros. México En los periodos 94-97 y 97-00, si presentan la dinámica que el 1er partido confía más en las elecciones que aquellos en 2º y 3er lugar. Paradójicamente, en el momento de la transición 00-03, se presenta que el 2º lugar tiene más confianza que el 1º. Ya en el periodo 03-06, la confianza se distribuye de igual manera entre todos los partidos.

31

Anexo II. Los casos de análisis Los países bajo análisis son 11, agrupados en dos regiones, Cono Sur: Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay; y Región Andina: Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela. Un tercer grupo denominado ‘Grandes’: México y Brasil. Esta agrupación no es del todo arbitraria, ya que estos países comparten en gran medida ciertas regularidades de carácter político. Sobre todo lo países del Cono Sur, que tuvieron entre los años 70’s y 80’s dictaduras militares del tipo autoritario burocrático. México y Brasil son grandes en cuanto a dimensiones, no sólo de carácter demográfico y territorial, sino también en cuanto a que son las dos economías más importantes en términos del PIB en América Latina. Utilizando los resultados de la base de datos del Proyecto Elites Parlamentarias Latinoamericanas 1994-1995 (PELA)29 se analizan un total de 28 periodos legislativos (Tabla. 1) en dichos países, que corresponden a igual número de procesos electorales, y que en conjunto suman las opiniones de 2567 parlamentarios de poco más de 42 partidos. En la primera oleada30 está conformada por las opiniones de 706 parlamentarios de 9 periodos legislativos, la segunda por las expresadas por 957 parlamentarios en 10 periodos, mientras que la tercera y cuarta oleada –que en éste caso sólo se cuentan con los datos de México- se conforma por las expresiones expresadas por 904 parlamentarios en 9 periodos. Dado que la dimensión ideológica de los partidos y sus representantes en el parlamento ha sido uno de los aspectos privilegiados en diversas perspectivas de análisis, en este caso se confrontan los resultados del PELA con los resultados electorales para generar la dimensión ganador-perdedor y/o gobierno-oposición bajo la hipótesis de que los parlamentarios pueden condicionar su confianza o soporte político hacia ciertos procesos e instituciones dependiendo el lugar que ocupan en el entramado institucional del poder, sobre todo si forman parte del partido que ganó las elecciones presidenciales o es mayoría en el parlamento, o ambas situaciones y viceversa.

Tabla 1. Oleadas PELA 1ª Oleada 2ª Oleada 3ª Oleada 4ª Oleada Periodo N (100%) Periodo N (100%) Periodo N (100%) Periodo N (100%)

Argentina 1995-1997 68 (26.5) 1997-2001 128 (49.8) 2003-2007 105 (40.8) - -

Bolivia 1993-1997 74 (56.9) 1997-2002 98 (75.38) 2002-2007 80 (61.5) - -

Brasil - - - - 2003-2007 134 (26) - -

Chile 1993-1997 93 (77.5) 1997-2001 89 (74.2) 2002-2006 88 (73.3) - -

Colombia - - 1998-2002 88 (54.66) 2002-2006 95 (57.2) - -

Ecuador 1996-1998 72 (87.8) 1998-2002 112 (92.6) 2002-2006 98 (98) - -

México 1994-1997 123 (24.6) 1997-2000 126 (25.2) 2000-2003 124 (24) 2003-2006 124 (24.8)

Paraguay 1993-1998 47 (58.75) 1998-2003 65(81.2) 2003-2008 56 (70) - -

Perú 1995-2000 87 (72.5) 2001-2006 83 (69.17) - - - -

Uruguay 1995-2000 73 (73.74) 2000-2005 68 (68.68) - - - -

Venezuela 1993-1998 69 (34.0) 2000-2005 100(60.60) - - - -

Total 9 706 10 957 8 780 1 124 FUENTE: Elaboración propia con datos de PELA 1994-2005

29 Para una visión general de dicho proyecto véase García D. y Mateos D., 2006: 3-25 30 Dentro del PELA, han denominado oleada a cada una de las series de entrevistas realizadas a los países en conjunto.

32

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