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DE OVIDIO A ODYSEAS ELYTIS. LAS MUJERES-ÁRBOLES En el libro undécimo de sus “Metamorfosis” Ovidio nos cuenta la transformación que sufrieron las mujeres de Tracia como castigo por haber provocado la muerte de Orfeo. Nos dice Ovidio: “Baco, afligido por la muerte del hombre que presidía sus misterios, castigó el crimen de las mujeres de Tracia cambiándolas a todas en árboles. Estas bacantes, al notar sus piernas adheridas a la tierra, se esforzaban por huir, pero las ramas que ya brotaban les impedían conseguirlo. Se miraban con horror sus pies, sus manos y sus uñas convertidas en troncos y querían lastimarse el pecho, no encontrando más que madera: todo el cuerpo recibió el mismo encantamiento. Al ver estos árboles de Tracia se advierte en sus ramas la desesperación que a estas bacantes le produjo la metamorfosis.” Esta última observación es sintomática de la forma en que trabaja la imaginación mítica, siempre obrando por correspondencias y similitudes. ¿Quién no ha visto a un árbol retorcido,- sobre todo en invierno- , como imagen de angustia? (Y aquí vienen a la memoria los árboles de Van Gogh, bajo gigantescas estrellas) El mito relatado por Ovidio no es muy conocido. El de Dafne, en cambio, sí lo es. Allí la metamorfosis tiene un carácter diferente: en la huída de la ninfa Dafne, perseguida por Apolo, interviene para salvarla el padre de la ninfa, un dios pluvial, o según otras versiones, la diosa Gea, la tierra misma. Y la joven se transforma entonces en árbol de laurel (“dafne “ significa “laurel” en griego.) Así se salva del violento deseo de aquel dios, quien en este mito se comporta de una manera más dionisíaca que apolínea, sin duda.

Ovidio de Circe Maia

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Ovidio de Circe Maia, la gran poeta Uruguaya.La mejor traductora del griego al rioplatense.

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DE OVIDIO A ODYSEAS ELYTIS. LAS MUJERES-RBOLES

En el libro undcimo de sus Metamorfosis Ovidio nos cuenta la transformacin que sufrieron las mujeres de Tracia como castigo por haber provocado la muerte de Orfeo.

Nos dice Ovidio: Baco, afligido por la muerte del hombre que presida sus misterios, castig el crimen de las mujeres de Tracia cambindolas a todas en rboles. Estas bacantes, al notar sus piernas adheridas a la tierra, se esforzaban por huir, pero las ramas que ya brotaban les impedan conseguirlo. Se miraban con horror sus pies, sus manos y sus uas convertidas en troncos y queran lastimarse el pecho, no encontrando ms que madera: todo el cuerpo recibi el mismo encantamiento. Al ver estos rboles de Tracia se advierte en sus ramas la desesperacin que a estas bacantes le produjo la metamorfosis.

Esta ltima observacin es sintomtica de la forma en que trabaja la imaginacin mtica, siempre obrando por correspondencias y similitudes. Quin no ha visto a un rbol retorcido,- sobre todo en invierno- , como imagen de angustia? (Y aqu vienen a la memoria los rboles de Van Gogh, bajo gigantescas estrellas)

El mito relatado por Ovidio no es muy conocido. El de Dafne, en cambio, s lo es. All la metamorfosis tiene un carcter diferente: en la huda de la ninfa Dafne, perseguida por Apolo, interviene para salvarla el padre de la ninfa, un dios pluvial, o segn otras versiones, la diosa Gea, la tierra misma. Y la joven se transforma entonces en rbol de laurel (dafne significa laurel en griego.) As se salva del violento deseo de aquel dios, quien en este mito se comporta de una manera ms dionisaca que apolnea, sin duda.

Un pintor renacentista muestra esta transformacin, cuando los brazos son ya muy frondosos; en una escultura, en cambio, slo las manos se han transformado en hojas.

En nuestra poca, el poeta griego Odiseas Elytis recrea el antiguo mito pero le da un sentido completamente diferente. Y an opuesto al de los antiguos. En vez de huir del sol y en vez de desesperarse, una joven, embriagada por la luz, se transforma en naranjo.

La palabra naranjo en griego es femenina, (portokali), lo que favorece, sin duda, la asociacin de la joven con el rbol.

Transcribimos el poema en la versin de Nina Anghelides y Nicols Ccaro :

Nia-naranjo

Tanto la embriag el zumo del sol

Que inclin su cabeza y se convirti

Poco a poco en la pequea Nia-naranjo!

As cuando brillaron azules los siete cielos

As cuando los cristales tocaron una fogata

Cuando resplandecan las colas de las golondrinas

Arriba los ngeles se asombraron y abajo las muchachas

Arriba las cigeas se asombran y abajo los pavo-reales.

Y todos juntos se reunieron y todos juntos la vieron

Y todos juntos la llamaron: Nia-naranjo!

Se embriagan la vid y el escorpin

Se embriag el mundo entero

Pero el aguijn del da no deja dolor.

Qu est diciendo la pequea garza entre los gusanos?

Qu est diciendo el agua que cae entre momentos dorados?

Qu est diciendo el roco a los labios del buen viento Norte?

Levntate, pequea, pequea Nia-naranjo!

Nadie te conoce como el beso te conoce

Ni el dios risueo te conoce

Que con su mano abierta hacia la resolana radiante

Te expone desnuda ante sus treinta y dos vientos!

Podemos comparar esta versin con la del helenista chileno Castillo Didier., quien mantiene el nombre griego Portokalenia como ttulo del poema y como la forma en que la nia es llamada por la garza, el agua y el viento.

Tambin el viento norte mantiene su nombre griego: el Breas, y el traductor aclara que se trata de un elemento de la naturaleza muy a menudo personificado, an en las canciones populares.

A pesar de desconocer el original, como en este caso, sentimos que las dos versiones son igualmente vlidas, pues ambas trasmiten esa exaltacin que produce la transmutacin de una forma de vida en otra.. Ambas versiones son irradiaciones, como dira Borges, del poema original griego sobre nuestra lengua.

Tal vez lo ms sorprendente de este poema sea la inclusin de animales como los escorpiones y los gusanos en la embriaguez general: Elytis tiene una visin de la naturaleza no idlica. Se trata de que aparezcan all fuerza vitales de todo signo, carentes de todo signo, positivo o negativo. Son inocentes, anteriores a cualquier juicio humano.

Tambin los que se asombran se agrupan algo extraamente en dos conjuntos: los que estn arriba - ngeles y cigeas- y los que estn abajo muchachas y pavo-reales. Observamos que toda la cosmologa es antigua: todava giran siete cielos cristalinos en torno a la tierra y la tensin entre los contrarios ,- la tensin heraclitana - todava se produce. Nos referimos no slo a la oposicin entre el arriba y el abajo, sino tambin entre la fro y la clido: el hecho de que los cristales de hielo toquen el fuego,,,Y no olvidemos al dios risueo , un dios que viene de un mundo anterior al cristianismo.

Es cierto que en algunos aspectos hay diferencias con el mundo antiguo: el misterio de la transmutacin luminosa es en cierta manera opuesto a los oscuros misterios de la Grecia antigua, cuya sede eran generalmente cavernas o lugares ocultos. Aqu, a plena luz, se produce el milagro de la luz plena y no se trata de un rito secreto, como en los misterios rficos o eleusinos, sino que tiene mltiples y variados espectadores.

Por otro lado, la imagen central, la del rbol-nia, tan radiante, parece ser, en algn momento, la imagen opuesta a la del rbol de la Cruz, como fueron llamados los maderos sobre los que estaba Cristo. De este lado cristiano, slo la idea de la futura resurreccin compensa el espectculo terrible de la tortura y de la muerte.

Del lado pagano, la transmutacin de una horma de vida en otra parece ofrecer al ser humano un tipo diferente de inmortalidad: en un da soleado alguien puede sentir que es l mismo y al mismo tiempo es tambin el rbol sobre el que apoya su mano, siempre que se haya dejado embriagar por el zumo del sol.