PASO 3

El cristiano y el Espíritu Santo

MANUAL DEL LÍDER DE GRUPO

Derechos Reservados © 1994 Bill Bright

Publicado originalmente en inglés con el título: “Ten Basis Steps Toward Christian Maturity”, Por New Life Publications. Orlando, FL, 32809. EUA

Publicado en español con el título: “Diez grados básicos del desarrollo cristiano”, Traducción: Marcosy Bertha Kerllenevich

Edición: Guillermo Luna Por Editorial UNILIT. Miami, FL, 33172.EUA

CCI Publicaciones Residencial El Trapiche, Tegucigalpa, Honduras.

Edición y diagramación: María Sánchez Alvarado.

Las citas bíblicas fueron tomadas de la Reina Valera Contemporánea. © Sociedades Bíblicas Unidas

Bright, Bill Pasos hacia la madurez cristiana. “Manual del líder de grupo” / Bill Bright. . 1a ed. Tegucigalpa. Centro Cristiano Internacional-Publicaciones. 2017. EDICIÓN ELECTRÓNICA 1. EDUCACIÓN RELIGIOSA - ENSEÑANZA 2. CRISTIANISMO

CRUZADA ESTUDIANTIL Y PROFESIONAL PARA CRISTO

AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

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Contenido PASO 3 El cristiano y el Espíritu Santo .........................................................

Contenido ...................................................................................................

INTRODUCCIÓN Experimente el poder del Espíritu Santo .................. 174

LECCIÓN 1 ¿Quién es el Espíritu Santo y por qué vino? ...................... 179

Estudio bíblico ................................................................................. 180

Aplicación personal ......................................................................... 183

LECCIÓN 2 Su relación con el Espíritu Santo ....................................... 184

Estudio bíblico ................................................................................. 187

Aplicación personal ......................................................................... 189

LECCIÓN 3 La razón por la que hay pocos cristianos llenos del Espíritu Santo .................................................................................................. 190

Estudio bíblico ................................................................................. 175

Aplicación personal ......................................................................... 198

LECCIÓN 4 ¿Cómo puede usted ser lleno del Espíritu Santo? ............. 199

Estudio bíblico ................................................................................. 205

Aplicación personal ......................................................................... 207

LECCIÓN 5 ¿Cómo puede usted saber que ha sido lleno del Espíritu Santo? ................................................................................................ 208

Estudio bíblico ................................................................................. 210

Aplicación personal ......................................................................... 213

LECCIÓN 6 ¿Cómo puede usted mantenerse lleno del Espíritu Santo? ........................................................................................................... 215

Estudio bíblico ................................................................................. 220

Aplicación personal ......................................................................... 224

REPASO Evidencias de madurez cristiana ........................................... 225

Preguntas ........................................................................................ 226

Aplicación personal ......................................................................... 227

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INTRODUCCIÓN Experimente el poder

del Espíritu Santo LECTURA PREVIA. A manera de preparación para el estudio de la “LECCIÓN 1. ¿Quién es el Espíritu Santo y por qué vino? (en la página 179), lea detenidamente este artículo acerca del poder del Espíritu Santo (en las páginas 174 a 178), el cual le animará a experimentar ese poder en su vida, y con ello animar a los miembros de su grupo a experimentarlo también.

El poder de Dios, que obra por medio de hombres y mujeres ordinarios, confunde a los sabios y humilla a los poderosos.

La señora Dee Jepsen, esposa del Senador norteamericano Roger Jepsen y una muy

querida amiga, en una ocasión asistió a una recepción en el salón de reuniones de los líderes del Senado, en el Capitolio de Washington, D.C. Congresistas, miembros del gabinete presidencial, máximos dirigentes del gobierno y muchos otros respetables invitados, estaban sentados en el impresionante salón donde destacaban las columnas adornadas, el alto cielo raso y sus inmersos candelabros. El salón lucía digno y orgulloso con tanta gente influyente que se había reunido allí para rendirle homenaje a una humilde sierva de Dios.

En un momento, la madre Teresa de Calcuta entró en el salón. La señora Jepsen dijo: —Se veía muy menudita y fuera de lugar con su hábito azul y blanco. Sus sandalias revelaban que la habían transportado miles de millas. La imponencia del salón y la presencia de tan prestigiosos invitados, parecían empequeñecer aún más a la visitante—.

Inmediatamente, los líderes máximos de la nación más poderosa del mundo, junto con los demás distinguidos invitados, se levantaron y aplaudieron. Muchos de ellos tenían lágrimas en los ojos.

—Estaba impresionada con el contrate—, dijo la señora Jepsen. —Pensé, Dios mío, esta frágil mujer tiene más poder que todo el que yo he visto en los corredores del congreso. Ella refleja a Jesús dondequiera que va y todos son extrañamente conmovidos—.

La madre Teresa no posee nada, nunca ha buscado posesiones materiales y jamás ha demandado derechos de ningún tipo para sí misma. Sin embargo, ha alcanzado el pináculo del reconocimiento por su labor entre los marginados y moribundos en Calcuta, India. Ella ha descendido a las cloacas y amado a aquellos a quienes el mundo ha aborrecido. En un brillante ejemplo de humildad, ella ha probado el amor de Dios para transformar a las personas y tocar a un mundo hambriento.

Este es un poder real, y a diferencia del poder del mundo éste confunde a los sabios y humilla a los poderosos, es el poder de Dios que obra a través de hombres, de mujeres, comunes y corrientes, para Su gloria.

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Quizás usted se estará preguntando: —¿Por qué mi vida cristiana no es más emocionante y plena? ¿Cómo puedo recibir el poder para vivir victoriosamente y llegar a ser un testigo fructífero del Señor Jesús?

Jesús dijo: “El ladrón no viene sino para hurtar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10). Si usted es un cristiano promedio, sin duda estará pensando: No hay tal abundancia en

mi vida. Trato de testificar, pero nadie se interesa en lo que digo. No experimento más que dudad, temores, frustraciones y derrotas. Seguramente debe haber algo más en la vida cristiana, pero yo nunca lo he encontrado.

Hubo un tiempo en mi ministerio cuando yo retaba a otros cristianos a testificar y a vivir vidas santas para Cristo, pero los resultados eran tan desalentadores que comencé a emplear mi tiempo y energías en la evangelización, donde Dios me bendijo, aparentemente, con resultados muchos más evidentes.

Sin embargo, al cabo de los años, el Espíritu Santo me ha ayudado a ver el gran potencial que existe en los cristianos tibios, si tan solo se despiertan y se tornan activos para Cristo. Estoy convencido que el cristiano tibio y mundano puede ser transformado en un testigo cristiano dinámico, si tan solo le rinde su voluntad a Cristo, si es lleno del Espíritu Santo y si recibe entrenamiento para evangelizar y discipular a otros.

La diferencia Vez tras vez viene a mi memoria el gran contraste existente entre la iglesia de

Jesucristo hoy día y Su iglesia del primer siglo. Algunos teólogos dirían que se debe al grado de dedicación. Sin embargo, debemos

recordar que muchas personas alrededor del mundo están clamando a Dios, dedicando sus vidas a Cristo día tras día, y aun así continúan espiritualmente impotentes y derrotados.

¿Por qué? ¿No se nos dice en Mateo 5:6: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados?” ¿No es el Apóstol Juan, el discípulo amado, el que cita a Jesús (1 Juan 1:5-7) al decir que “Dios es luz, y en él no hay tinieblas”, y que “si vivimos en luz… tenemos comunión unos con otros”? No debemos vivir en pobreza espiritual. Las miles de promesas que encontramos en la

Palabra de Dios pueden aplicarse a todo cristiano. Estas promesas incluyen: • seguridad del amor de Dios (Juan 3:16); • vida eterna (Romanos 6:23); • perdón de pecados (1 Juan 1:9); • provisión para las necesidades materiales (Filipenses 4:19);

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• el ordenamiento de nuestros pasos (Salmo 37:23); • el secreto de la oración exitosa (Juan 15:7); • la promesa de una vida abundante (Juan 10:10); • la promesa de Dios de honrar una vida santa (2 Crónicas 16:9); • la seguridad de que todo lo que nos pasa es para nuestro beneficio (Romanos 8:28); • la libertad de la tentación (1 Corintios 10:13); • la victoria sobre el temor (1 Juan 4:18); y miles de promesas más.

La Biblia promete que todo cristiano puede poseer amor, gozo, paz, fe y muchos otros

beneficios. ¿Qué ocurre entonces? ¿Por qué el cristiano promedio no experimenta esta calidad de vida? El conocido predicador, el doctor Billy Graham, ha dicho que de acuerdo a sus investigaciones, por lo menos el 90% de todos los cristianos en Norteamérica están viviendo vidas derrotadas, otros analistas que conocen el pulso de Norteamérica han hecho declaraciones similares.

Esto significa que, de acuerdo a la ley de probabilidades, ahí en su país, usted puede estar entre ese 90%. Es decir, que usted puede dedicar su corazón a Dios, leer su Biblia con fe, orar, testificar, mantenerse activo en su congregación, y no obstante, año tras año, continuar peleando una batalla pérdida. Las tentaciones llegan, usted resiste a medias, cede terreno, se rinde, hasta que finalmente es derrotado por ellas. Por meses usted viaja sumergido en el fango del desaliento —como el personaje llamado “Cristiano” en el libro “El Progreso del Peregrino” por Juan Bunyan—. Luego, usted asiste a un retiro espiritual y vuelve a las “alturas espirituales” por muy poco tiempo. ¡Arriba, abajo, victorias derrotas! Pronto, usted grita como Pablo en Romanos 7:24:

“Miserable de mí, ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?” Como presidente de la “Cruzada Estudiantil y Profesional para Cristo”, he tenido el

privilegio de hablar anualmente a miles de estudiantes desde el año 1951. Al concluir una disertación en la Universidad de Princeton, un joven se me aproximó para expresar su gran preocupación por la carencia de “frutos” al testificar.

—Leo mi Biblia una hora, hago oración por una hora, y testifico durante una hora cada día—, dijo. —Asisto a toda reunión cristiana organizada en la universidad. Sin embargo, nunca he sido capaz de lograr que alguien conozca a Cristo a través de mí. ¿Qué es lo que pasa conmigo?—

Al aconsejarlo, buscamos juntos la respuesta para su problema, yo sabía que él quería agradar a Dios y que deseaba sinceramente que sus amigos conocieran a su maravilloso Salvador. De acuerdo con su conducta y actividad cristiana, él era un cristiano modelo. Jesús promete en Juan 14:23 y 16:13 que el Espíritu Santo nos enseñará todas las cosas y nos guiará a toda verdad. Mientras aconsejaba a este joven, fuimos dirigidos a algunos pasajes importantes de la Biblia que explican la persona y ministerio del Espíritu Santo. Le compartí cómo podía ser lleno del Espíritu Santo por fe, basado en el mandato de Dios de ser llenos (Efesios 5:18) y en la promesa de Dios de que si pedimos alguna cosa de acuerdo a Su

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voluntad, Él escucha y responde (1 Juan 5:14-15). Cuando él reclamó la plenitud del Espíritu Santo por fe, Dios le abrió la puerta hacia una victoria y un gozo indescriptible.

El joven dejó la sala de consejería gozoso y con un corazón expectante. A partir de aquel momento, comenzó a disfrutar una vida fructífera en Cristo, como nunca antes había experimentado. Él sabía que algo había ocurrido en su vida. Era un hombre nuevo. No tendría más temor, incapacidad espiritual, ni desaliento. Ahora tenía valentía, ánimo y fe para creer en Dios. Apenas podía esperar para ver lo que Dios iba a hacer a través de él.

—Señor—, dijo él, —¿quién es la primera persona a quien hablaré de Ti hoy? Ese día, el Espíritu Santo guio a este joven cristiano hacia un compañero estudiante a

quien había testificado anteriormente sin ningún éxito. Ahora iba a ser diferente. Dios había preparado el corazón del otro y pronto ambos estaban arrodillados, orando, y el compañero estudiante recibía a Cristo. El próximo día se repitió esta maravillosa experiencia con otro estudiante que respondió como si hubiera sido movido por una mano invisible.

Esto no es extraño, porque la Palabra de Dios nos dice: “Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no lo trae. Y yo lo resucitaré en el día final.” (Juan 6:44) A través del poder del Espíritu Santo, este estudiante de Princeton continuó guiando a

otros a seguir a Cristo, día tras día. Su propia vida fue dramáticamente transformada y fortalecida. Fue tan usado por Dios, que al final se dedicó al ministerio cristiano. La historia de este estudiante de Princeton es típica de la de miles de otros que han recibido consejo en universidades y colegios, en muchas naciones alrededor del mundo.

Un joven ministro obtuvo sus diplomas de bachillerato y licenciatura en uno de los más prestigiosos seminarios teológicos de Norteamérica, pero no era efectivo en su testimonio personal. Cuando aprendió cómo podía ser lleno del Espíritu Santo por fe, experimentó una nueva esperanza y gozo que le produjeron una vida fructífera.

Durante un retiro espiritual, un tímido estudiante de una universidad expresó su preocupación por los que no tienen una relación personal con Cristo, pero se sentía completamente frustrado y derrotado por el temor a los demás. Cuando el poder de Dios, la victoria, el amor y la fe tomaron posesión de él, tuvo una experiencia de gozo y expectación que nunca había considerado posible, el temor y la derrota cedieron lugar al valor, a una vida radiante y victoriosa.

Otro fiel testigo que oyó, creyó y recibió, se apropió del poder del Espíritu Santo y descubrió que testificar no es una pesada carga, sino un motivo de gozo. —Es como ser liberado de una prisión—, exclamó posteriormente.

Una nueva y extraña calidad de vida Podría señalar muchos ejemplos de otras personas cuyas vidas estériles y frustradas

fueron transformadas en total victoria, cuando recibieron por fe la plenitud del poder del Espíritu Santo, al descubrir que esta promesa de Jesús era para ellos. Revise detenidamente

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los versículos destacados a continuación; permita que el Espíritu Santo le ayude a descubrir Sus promesas para usted.

Mateo 4:19 “Jesús les dijo: «Síganme, y yo haré de ustedes

pescadores de hombres.»”

Juan 15:8 “En esto es glorificado mi Padre: en que lleven mucho

fruto, y sean así mis discípulos.”

Juan 15:16

“Ustedes no me eligieron a mí. Más bien, yo los elegí a ustedes, y los he puesto para que vayan y lleven fruto,

y su fruto permanezca…”

Hebreos 11:6

“Sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe, y que sabe

recompensar a quienes lo buscan.”

A través de los siglos, muchos seguidores de Jesús no fueron sino cristianos comunes y

corrientes. Nunca había ocurrido nada espectacular en ellos ni a través de ellos. Luego, como ocurrió con Pedro y los discípulos, ellos fueron llenos del Espíritu Santo y sus vidas fueron transformadas. No siguieron siendo hombres comunes. Se convirtieron en hombres y mujeres de Dios, en instrumentos de su poder. Su derrota se convirtió en victoria. Las dudas y el temor se convirtieron en confianza, gozo, y fe. Ellos fueron los que trastornaron al mundo (Hechos 17:6).

Por ejemplo, el cobarde Pedro, quien negó a Jesús tres veces, se convirtió en el valiente Pedro del Pentecostés, que predicó sin ningún temor. En distintas ocasiones, 3,000 y 5,000 personas creyeron en Cristo y fueron añadidas a la iglesia como resultado de su predicación.

Los primeros discípulos poseyeron una nueva y extraña calidad de vida que transformó el corazón del decadente Imperio Romano durante el primer siglo de la era cristiana. Su arrojo llevó a cada uno de los doce hacia el martirio, con excepción de Juan, que murió en el exilio en la Isla de Patmos. El cambio en sus vidas empezó en Pentecostés cuando todos aquellos que estaban reunidos fueron llenos del Espíritu Santo. Ese mismo poder, ha transformado, a través de los siglos, a millones más en cristianos poderosos y dinámicos.

¿Qué sabe usted acerca del Espíritu Santo? ¿Qué significado tiene para usted personalmente Espíritu Santo? Para dar respuesta a estas preguntas, consideremos primeramente quién es el Espíritu Santo.

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LECCIÓN 1

¿Quién es el Espíritu Santo y por qué vino?

ORACIÓN DE APERTURA: Haga una breve oración de apertura del grupo de estudio. PARA EMPEZAR: Levante en alto una vela sin encender y lea Efesios 5:8a: "En otro tiempo, ustedes eran oscuridad; pero ahora son luz en el Señor." Después diga: Hasta que el Espíritu Santo de Dios enciende la vela de la vida espiritual, el hombre no puede ver ni conocer a Dios. El hombre se encuentra espiritualmente muerto (señale la vela sin encender), pero cuando el Espíritu Santo viene a habitar en el creyente al momento del nacimiento espiritual (Juan 3:3,6), entonces principia a vivir espiritualmente (encienda la vela). PREGUNTE Y RESPONDA: ¿Qué diferencias piensa usted que esto causaría en la vida de una persona? La mayoría de los cristianos saben muy poco sobre el Espíritu Santo. Todos nosotros hemos oído sermones sobre Dios el Padre, y muchos sobre Dios el Hijo, pero oír un sermón completo y balanceado sobre el Espíritu Santo es muy raro. El Espíritu Santo es igual en todo respecto a Dios el Padre y Dios el Hijo. El Espíritu Santo afecta nuestra vida como cristianos. De hecho, Su presencia o ausencia en la vida de una persona determina la diferencia entre la vida espiritual y la muerte espiritual. Nacemos espiritualmente por el ministerio del Espíritu Santo (Juan 3:1-8). OBJETIVO DEL LÍDER DE GRUPO: Familiarizar a los estudiantes con la persona y el ministerio del Espíritu Santo. Estimularlos a poner su vida bajo Su control y dirección DESARROLLO DE LA LECCIÓN Objetivo: Familiarizarse con el Espíritu Santo y entender Su misión Lectura bíblica: Juan 3:1-8; Romanos 8 Versículo a memorizar

“Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él los guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga,

y les hará saber las cosas que habrán de venir. Él me glorificará, porque tomará de lo mío y se lo hará saber.” JUAN 16:13-14

A la vez que existe un grado de misterio divino acerca de la persona del Espíritu Santo, Él, ciertamente, no es un montón de sentimientos agradables o buenos recuerdos. Tampoco es una vaga fuerza cósmica. En esta lección, usted estudiará las evidencias bíblicas que comprueban que el Espíritu Santo es una persona verdadera que le ama y se preocupa por usted. Usted también descubrirá por qué vino y cómo puede hacer una diferencia en su vida.

Acerca del Espíritu Santo y Su venida El Espíritu Santo es la tercera persona de la Trinidad: El Padre, El Hijo y El Espíritu Santo. Él es igual en cada

aspecto, al Padre y al Hijo. Todos los atributos de la divinidad Le son atribuidos al Espíritu Santo. Tiene intelecto infinito (1 Corintios 2:11), voluntad (1 Corintios 12:11) y emociones (Romanos 15:30).

El doctor L. Edwin Orr, la primera autoridad en el mundo acerca de los avivamientos, define al Espíritu Santo como: “El Comandante Supremo del Ejército de Cristo. El Señor de la cosecha, supremo en avivamiento, evangelización y esfuerzo misionero. Sin Su apoyo, los planes están condenados al fracaso. Como cristianos, nos conviene ajustar nuestras operaciones tácticas al plan de Su estrategia, el cual es el avivamiento de la Iglesia y la evangelización del mundo”.

La primera referencia al Espíritu Santo se hace en Génesis 1:2. Su influencia se nota a través del Antiguo Testamento, pero se hace más patente en el ministerio de nuestro Señor Jesucristo. Finalmente, después que nuestro Salvador ascendió para estar a la diestra del Padre —el lugar de poder—, Él envió al Espíritu Santo para ser nuestro “Consolador” o

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“Ayudador” (Juan 14:26 y 15:26). El término griego para consolador es “Paracleto”, que significa “el llamado a estar al lado” del cristiano como compañero y amigo, y también el que le da energía, poder y fortaleza al creyente en Cristo.

El Espíritu Santo también es llamado: • Espíritu de Dios (1 Corintios 3:16) • Espíritu de Cristo (Romanos 8:9) • Espíritu de Vida (Romanos 8:2) • Espíritu de Verdad (Juan 16:13) • Espíritu de Gracia (Hebreos 10:29) • Espíritu de la Promesa (Efesios 1:13)

El Espíritu Santo vino a dar testimonio de Cristo y a glorificarlo (Juan 16:13-14). Así como Jesús vino a exaltar al Padre, el Espíritu Santo fue enviado para exaltar y glorificar al Hijo, Jesucristo. Es lógico, entonces, que cuanto más permitimos al Espíritu que controle nuestra vida, más amaremos y serviremos al Señor Jesús, y estaremos más conscientes de Su amorosa y continua presencia.

Cuando estamos llenos del Espíritu Santo, también lo estamos de Jesucristo. Por lo tanto, cuando estamos llenos del Señor Jesucristo, un poder muy superior a nuestra capacidad se manifiesta en y a través de nosotros, en una vida de servicio y victoria. Anime a los participantes a que, si no lo han hecho ya, lean por su cuenta el artículo: "Experimentando el Poder del Espíritu Santo", que aparece al comienzo de su texto de estudio.

Estudio bíblico ¿Quién es el Espíritu Santo?

El Espíritu Santo es una persona, la tercera persona de la Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo. No es una sombra vaga y etérea, ni una fuerza impersonal. Él es una persona igual en todo sentido con el Padre, y con el Hijo. Todas las características divinas atribuidas al Padre y al Hijo son igualmente atribuidas al Espíritu Santo.

1. La personalidad (una persona) está compuesta de intelecto, emociones y voluntad.

Según 1 Corintios 2:11, ¿cómo sabemos que el Espíritu Santo posee intelecto? Porque Él conoce los pensamientos de Dios. ¿Qué evidencia hay en Romanos 15:30 que le permite darse cuenta que el Espíritu Santo tiene emociones? El amor del Espíritu. De acuerdo a 1 Corintios 12:11, ¿cómo ejercita el Espíritu Santo Su voluntad? Él obra: reparte como Él quiere.

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PREGUNTE Y RESPONDA: ¿Considera usted que Dios es en verdad una persona (con una personalidad completa)? ¿Por qué sí o por qué no? El Espíritu Santo es el Espíritu de Dios. "Por eso yo me arrodillo delante del Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien recibe su nombre toda familia en los cielos y en la tierra, para que por su Espíritu, y conforme a las riquezas de su gloria, los fortalezca interiormente con poder" (Efesios 3:14-16). PREGUNTE: ¿Cuál es el ministerio particular del Espíritu Santo que se menciona en la oración del apóstol Pablo en Efesios 3:17-19? ¿De qué manera menciona a las otras personas de la Trinidad?

2. En cada una de las siguientes referencias, busque la palabra que describe la naturaleza del Espíritu Santo. Romanos 8:2 Vida Juan 16:13 Verdad Hebreos 10:29 Gracia Romanos 1:4 Santidad

3. ¿Cuál es la función del Espíritu Santo? Juan 14:16, 26 Aconsejarnos, recordarnos lo que hemos aprendido. 1 Corintios 3:16 Morar en nosotros, los creyentes de Cristo. Juan 16:13-14 Guiarnos a toda verdad, revelarnos las cosas de Cristo. Hechos 1:8 Darnos poder o capacidad para testificar de Cristo.

4. ¿Qué acciones realizan el Espíritu Santo? Hechos 13:2 Llama a los creyentes a realizar tareas especiales. Hechos 8:29 Dirige al creyente consagrado a Cristo. Romanos 8:14 Provee liderazgo para los hijos de Dios. Juan 16:7-8 Convence al mundo de pecado, justicia y juicio. Romanos 8:26 Intercede por nosotros los creyentes cuando oramos. 2 Tesalonicenses 2:13 Santifica a los creyentes en Cristo.

5. ¿Cuáles son los atributos del Espíritu Santo? Hebreos 9:14 Es eterno. Salmo 139:7 Es omnipresente. 1 Corintios 2:10-11 Conoce las cosas de Dios.

COMENTE: El Antiguo Testamento señala la obra del Espíritu Santo en las siguientes áreas:

• Creación: Génesis 1:2-3; Job 26:13; Salmo 104:30 • Revelación: 2 Timoteo 3:16; 2 Pedro 1:2 • Poder para el servicio: Éxodo 31:3; 1 Samuel 16:13; 2 Crónicas 15:1-2

El Espíritu Santo se manifestó en el ministerio de Jesús de las siguientes maneras: • Nacimiento: Mateo 1:18-20; Lucas 1:30-35 • Bautismo: Mateo 3:16 • Milagros: Mateo 12:28 • Mensaje del nuevo nacimiento: Juan 3:5-6 • Resurrección: Romanos 8:11; 1 Pedro 3:18

La vida del Señor Jesús y el ministerio de los discípulos dependían del Espíritu Santo. Nosotros debemos depender de Él aún más.

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¿Por qué vino el Espíritu Santo?

1. ¿Cuál es la razón principal por la cual vino el Espíritu Santo? (Juan 16:14) Para glorificar a Cristo.

2. ¿Cuál será el resultado lógico de que el Espíritu Santo controle su vida? PREGUNTE Y RESPONDA: ¿Por qué el Espíritu Santo busca la manera de glorificar a Cristo? El Espíritu Santo glorifica a Cristo porque Él es "el Camino" (Juan 14:6), y "vino a buscar lo que se había perdido" (Lucas 19:10). Vean el diagrama en el texto de estudio, y comenten.

3. ¿Cómo se compara el siguiente diagrama con su vida?

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Conclusión y aplicación Con frecuencia la gente da la impresión de creer que Dios es una fuerza impersonal a quien se debe explotar para vivir la buena vida; esto es un error. Dios es una persona, y por medio de Su Espíritu quiere controlarnos, y usarnos para Su gloria y nuestro beneficio. Nosotros no usamos a Dios, es Él quien nos usa a nosotros. Oración de cierre Cierre con una breve oración.

Aplicación personal

1 Escriba algo que no supiera sobre el Espíritu Santo y que aprendió en esta lección.

2

¿Cuál área de su vida cree usted que el Espíritu Santo debe controlar más?

3

¿Cuál será el resultado cuando Él esté en control?

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LECCIÓN 2

Su relación con el Espíritu Santo ORACIÓN DE APERTURA: Haga una breve oración de apertura del grupo de estudio. PARA EMPEZAR: PREGUNTE: Siendo usted cristiano, ¿cómo se relacionan individualmente Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo con usted?

• Dios Padre: Fuente de vida, fuente de todo lo santo y bueno. • Dios Hijo: Dios manifestado en carne, nuestro Salvador, provee el medio de salvación. • Dios Espíritu Santo: Regenera, da vida nueva; procura instruirnos, animarnos, dirigirnos,

motivarnos, inspirarnos y darnos poder. OBJETIVO DEL LÍDER DE GRUPO: Mostrar que la vida cristiana victoriosa se basa en dejar que el Espíritu Santo controle nuestra vida; guiar a los participantes a que permitan que la relación con el Espíritu Santo sea primordial en su vida diaria DESARROLLO DE LA LECCIÓN Objetivo: Entender la obra del Espíritu Santo en su vida Lectura bíblica: Romanos 12:1-8; 1 Corintios 2 Versículo a memorizar

“No se emborrachen con vino, lo cual lleva al desenfreno; más bien, llénense del Espíritu.” EFESIOS 5:18

En el momento en que usted recibe a Cristo, usted es regenerado, habitado, sellado, bautizado y lleno del Espíritu Santo. Como resultado, usted tiene el potencial para vivir una vida de victoria sobre el pecado, y para testificar en el poder del Espíritu Santo. Este potencial se va manifestando por fe, a medida que usted Le rinde el control de su vida.

En esta lección usted observará cómo el Espíritu Santo puede obrar en su vida y los resultados que puede esperar a medida que se somete a Su control. Observen el diagrama y comenten. Prepare previamente un breve resumen de los párrafos iniciales de esta lección que se encuentra en las páginas 184 a 187 del texto de estudio, para compartirlo con los miembros del grupo.

¿Cómo se relaciona el Espíritu Santo con cada cristiano? Un cristiano es aquel que ha recibido a Jesucristo en su vida como su Salvador y Señor, de acuerdo a Juan

1:12; Juan 3:5-6; y 2 Corintios 5:17. En el momento de nuestro nacimiento espiritual, el Espíritu Santo:

• Nos regenera. (Juan 3:5,6) • Viene a morar en nosotros. (1 Corintios 3:16) • Nos sella en Cristo. (Efesios 1:13; 4:30) • Es las arras o garantía de la herencia que recibiremos un día. (2 Corintios 5:5) • Nos bautiza en el Cuerpo de Cristo. (1 Corintios 12:13; Gálatas 3:27; Romanos 6:3,4) • Nos llena y da poder para servir. (Hechos 1:8)

Estas acciones del Espíritu Santo se refieren a nuestra relación y posición en el Cuerpo de Cristo, y pueden o no estar acompañadas de una experiencia emocional. Estas verdades nos familiarizan con el hecho maravilloso de nuestra unión con Cristo: “ustedes están en mí, y que yo estoy en ustedes” (Juan 14:20b). Intercambiamos nuestra debilidad por Su poder, nuestra pecaminosidad y derrota por su santidad y victoria.

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Como resultado de esta relación con Cristo, cada uno de nosotros tiene el potencial para testificar con poder y vivir una vida de victoria sobre el pecado. Este poder “latente”, que es la vida de Jesucristo en nosotros, se logra por fe a medida que rendimos el control de nuestra vida al señorío de Cristo y al Espíritu Santo. Puesto que el ministerio del Espíritu Santo es glorificar a Cristo, ahora el Señor tiene la oportunidad de obrar libremente en y a través de nosotros para manifestar Su perfecta voluntad.

Cada uno de nosotros debe estar lleno del Espíritu Santo para ser un testigo eficaz de Cristo.

“Pero cuando venga sobre ustedes el Espíritu Santo recibirán poder, y serán mis testigos en Jerusalén, en Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.” (Hechos 1:8) Cada referencia bíblica concerniente a la plenitud del Espíritu Santo, tanto del Antiguo

como del Nuevo Testamento, está relacionada con el poder para servir y testificar. Nuestra respuesta a la plenitud del Espíritu Santo puede variar, e ir desde una apacible seguridad de poder y un sereno reconocimiento de extraordinaria fe en Cristo y las promesas de Su Palabra, hasta la experiencia altamente emocional.

En 1 Corintios 12 se nos enseña que todos somos miembros del Cuerpo de Cristo, la Iglesia. De la misma manera que las distintas partes del cuerpo humano tienen diferentes funciones, así también los miembros del Cuerpo de Cristo tienen diferentes responsabilidades en Su reino.

No podemos menospreciar el don de otro ni tampoco imitar a los demás en su “experiencia de plenitud” o en el don del Espíritu Santo. Debemos permitir que sea el Espíritu Santo quién asigne los dones y la forma en que ellos han de ser revelados.

Según 1 Corintios 13, estos dones carecen de valor a menos que seamos motivados por amor. En Efesios 5:17-20 se nos amonesta:

“No sean, pues, insensatos; procuren entender cuál es la voluntad del Señor. No se emborrachen con vino, lo cual lleva al desenfreno; más bien, llénense del Espíritu. Hablen entre ustedes con salmos, himnos y cánticos espirituales; canten y alaben al Señor con el corazón, y den siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo”. El apóstol Pablo enseñó que un cristiano lleno del Espíritu Santo conocería la voluntad

de Dios y podría dar la impresión de estar “embriagado del Espíritu” debido al gozo, la vida radiante, la audacia y el valor que frecuentemente manifiesta. También, como sugiere este pasaje, un cristiano lleno del Espíritu Santo está alabando continuamente a Dios en su corazón y dando gracias por todo. Hoy reconoce, lo que no podía reconocer cuando estaba en su estado carnal, que todo lo que él es y todo lo que tiene es por gracia de Dios.

Empezando desde el día de Pentecostés y recorriendo las edades, la obra de Dios ha sido siempre llevada a cabo por medio de hombres y mujeres llenos del Espíritu Santo, hombres como Pedro, Pablo y todos los discípulos.

En épocas más recientes, hombres como Juan Wesley, Jonatán Edwards, Carlos Finney, Dwight L. Moody, Carlos Spurgeon, G. Campbell Morgan, R. A. Torrey, Billy Graham, Juan

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Boonstra, Hermano Pablo, Luís Palau, Alberto Motessi y cientos de líderes más han sido llenos del Espíritu Santo, y han sido usados grandemente para llevar adelante la causa de Cristo y Su Reino. No obstante, la plenitud de Espíritu Santo no está limitada a los líderes cristianos, sino también está disponible para todos los cristianos que se sujeten a las normas de Dios.

He aquí lo que algunos de estos hombres y mujeres de Dios dicen acerca de la importancia de que cada cristiano sea lleno del Espíritu Santo:

“Los hombres deben buscar con todo su corazón ser llenos del Espíritu Santo. Sin ser llenos del Espíritu, es completamente imposible que un cristiano o una iglesia pueda vivir y obrar como Dios desea.” Andrew Murray. “Los cristianos son tan culpables de no ser llenos del Espíritu Santo, como los pecadores de no arrepentirse. Los cristianos lo son aún más, puesto que tienen más luz; por lo tanto son mayormente culpables.” Charles G. Finney “La vida llena del Espíritu, esa vida que permite el flujo constante del Espíritu Santo, es la única vida que puede agradar a Dios.” Norman B. Harrison “El gran propósito de ser llenos del Espíritu es tener poder para servir. Los mejores y más eficaces cristianos que yo conozco, han sido hombres que han dado testimonio de una profunda experiencia de haber sido llenos del Espíritu Santo.” J. Edwin Orr “Creo que a cualquier cristiano le es imposible vivir o servir con éxito, a menos que esté lleno del Espíritu Santo, quien es la única provisión de poder que Dios ha provisto.” Henrietta C. Mears “Lea las biografías de los hombres de Dios y descubrirá que cada uno de ellos buscó y encontró el poder de lo Alto. Un sermón predicado en la unción del Espíritu, equivale a mil predicadores en el poder de la carne.” Dr. Oswald J. Smith

De nuevo quiero dejar claramente establecido que el Espíritu Santo ya habita en cada creyente y que el poder inherente a la llenura del Espíritu Santo no está reservado únicamente para los líderes cristianos. Cada cristiano tiene, no solo la prerrogativa de ser lleno del Espíritu Santo, sino que también es amonestado a que lo sea (Efesios 5:18). Por lo tanto, si un cristiano no está lleno del Espíritu Santo, desobedece un mandato divino y está pecando contra Dios. Además, puesto que Dios nos manda en Su Palabra estar llenos del Espíritu Santo, podemos estar seguros de que Él tiene el poder para llenarnos en el momento en que lo invitamos a hacerlo.

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¿Cómo es la vida llena del Espíritu? La vida llena del Espíritu es una vida llena de Cristo. El cristiano lleno del Espíritu es

aquel que, de acuerdo con Romanos 6:11, se considera muerto al pecado, pero vivo para Dios en Cristo Jesús. Aquel a quien ha sido dada “toda autoridad… en el cielo y en la tierra” (Mateo 28:18) y en quién “habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad” (Colosenses 2:9), Jesucristo, puede ahora expresar este poder a través del cristiano lleno del Espíritu.

Jesucristo, Aquel que vino a buscar y salvar a los que se habían perdido, ahora comienza a buscar a los perdidos por medio del cristiano. Él dirige los pasos del cristiano hacia los que están perdidos y hacia los que están en necesidad. Él comienza a usar la voz del cristiano para hablar de Su amor. Su compasivo corazón se hace evidente en la vida del cristiano lleno del Espíritu.

Realmente, en un sentido más riguroso, el cristiano intercambia su vida: su impotencia espiritual, su derrota y ausencia de fruto, por el poder y la victoria de Jesucristo. Esto es a lo que se refirió el gran misionero británico en China, Hudson Taylor cuando la calificó como la “vida intercambiada”.

Cuando somos llenos del Espíritu Santo, somos llenos del Señor Jesucristo. Ya no pensamos de Cristo como Aquél que nos ayuda en alguna tarea de la vida cristiana, sino más bien, Jesucristo hace la obra por medio de nosotros. Cristo no desea que trabajemos para Él. Él desea que le permitamos hacer Su obra a través de nosotros. Esta es la maravillosa experiencia que el apóstol Pablo conocía cuando dijo en Gálatas 2.20: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí”. Nuestro cuerpo viene a ser el cuerpo de Cristo para ser usado conforme a Su voluntad; nuestra mente se convierte en Su mente para pensar Sus pensamientos; nuestra voluntad es controlada por Su voluntad; nuestra personalidad, tiempo y talentos, son ahora completamente Suyos.

El apóstol continua diciendo: “Y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”. ¿Fe en quién? Fe en el Hijo de Dios, el cual nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros, Aquél que tiene “toda potestad en el cielo y la tierra”.

¡Piense en ello! ¿Alcanza acaso a comprender lo que esto significa? Si usted rinde su voluntad a Dios el Espíritu Santo, y reconoce que el Señor Jesucristo está en su vida momento a momento, usted ya está listo para la gran aventura. El Señor Jesús traerá asimismo a cientos de hombres y mujeres perdidos, por medio de su vida controlada y llena del Espíritu.

Invite a los miembros del grupo a leer posteriormente estas páginas con detenimiento.

Estudio bíblico La obra del Espíritu Santo

1. Cuando usted recibió a Jesucristo en su vida (esto es, al momento de su nacimiento espiritual), el Espíritu Santo realizó una serie de cosas “en” y “por” usted. ¿Cuáles son?

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Revise los siguientes pasajes e indique qué cosas el Espíritu Santo hizo “en” y “por” usted: 1 Corintios 3:16 Vive en mí. Efesios 4:30 Me selló como hijo de Dios para la eternidad. 1 Corintios 12:13 Me bautizó en el Cuerpo de Cristo, la Iglesia. 2 Corintios 5:5 Pasó a ser las arras de Dios, la garantía de Su promesa.

2. Explique en sus propias palabras qué es lo que el Espíritu Santo hace por los cristianos

de acuerdo a los siguientes versículos. Romanos 8:16 Testifica a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. Romanos 8:26-27 Nos ayuda a orar; intercede por nosotros de acuerdo con la Voluntad de Dios.

COMENTE: Hay una historia que relata que tres hombres distintos aseguraban ser propietarios de la misma casa. El primero era el constructor, el que diseñó los planos, construyó la casa, y la puso en venta; el segundo era el comprador, el que pagó el precio para comprar la casa; es dueño de la casa; pero un tercero vive ahora en ella. Así es con nosotros. Dios el Padre nos creó; Dios el Hijo nos redimió, o sea, nos compró con Su preciosa sangre en el Calvario; y Dios Espíritu Santo ha venido a morar en nuestro interior.

Pablo nos exhorta cuando dice: “¿No saben que ustedes son templo de Dios, y que el Espíritu de Dios habita en ustedes?” (1 Corintios 3:16-RVC). ¡Nos parece difícil aceptar que el Gran Creador del universo, Dios mismo, venga a vivir en nosotros cuando recibimos a Cristo; pero Él lo hace! El Espíritu Santo inicia una nueva vida, y entonces desea llenar al cristiano (para dirigirlo y guiarlo).

Pablo, por cierto, estaba lleno del Espíritu Santo y su mensaje era poderoso. Observe su testimonio personal en 1 Corintios 2.4-5: • ¿Cómo hablaba? Con el poder del Espíritu Santo. • ¿Qué cosas contrasta? El poder del Espíritu Santo y la sabiduría del hombre. • ¿Cómo puede usted tener esa osadía y poder? Pidiendo y recibiendo el poder del

Espíritu Santo.

Los resultados de ser lleno del Espíritu Santo 1. ¿Puede una persona ser cristiana sin que el Espíritu Santo habite en ella? (Romanos

8:9) Explique. No. Porque si no tenemos el Espíritu, no pertenecemos a Dios.

2. ¿Cuál es la razón principal para ser lleno del Espíritu Santo? (Hechos 1:8; 4:29,31) Tener poder para testificar y capacidad para hablar de Cristo con denuedo.

3. ¿Qué obra del Espíritu Santo es necesaria para que un cristiano experimente una vida de triunfo y servicio? (Efesios 5:18) Él debe llenarnos por completo.

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Conclusión y aplicación Hablen sobre posibles maneras en que los participantes pueden llenar el siguiente cuadro de "Aplicación personal". Es evidente que el Espíritu Santo hace un papel importante en la vida del cristiano. Dios lleva a cabo Su propósito en la vida del cristiano, a través del control del Espíritu Santo. Para ser un cristiano victorioso, uno debe someterse a Su control y dirección. Oración de cierre Cierre con una breve oración.

Aplicación personal

1 Mi percepción o entendimiento del Espíritu Santo:

En el pasado En la actualidad

2

¿Está usted lleno del Espíritu Santo? ¿Cómo lo sabe?

3

Si cree que no está lleno del Espíritu Santo, ¿qué le hace pensar que no lo está?

4

¿Realmente desea ser lleno del Espíritu Santo? ¿Por qué?

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LECCIÓN 3

La razón por la que hay pocos cristianos llenos del Espíritu Santo

ORACIÓN DE APERTURA: Haga una breve oración de apertura del grupo de estudio. PARA EMPEZAR: Pida a los participantes que anoten cuatro o cinco cosas que en su opinión impiden que una persona experimente la dirección y el control del Espíritu Santo y que viva su vida llena de Él. Comenten sobre el tema. Luego lea Gálatas 5:25, que dice: "Si vivimos por el Espíritu, vivamos también según el Espíritu"; y pregunte: ¿Qué quiere decir Pablo con "vivir por el Espíritu" y el “vivir según el Espíritu"? OBJETIVO DEL LÍDER DE GRUPO: Guiar a los miembros del grupo a entender las barreras que se oponen a la vida llena del Espíritu Santo; ayudarlos a identificar esas barreras en su propia vida, y guiarlos a que las entreguen a Dios DESARROLLO DE LA LECCIÓN Objetivo: Comprender y comentar las barreras que se oponen a la vida llena del Espíritu Lectura bíblica: Gálatas 5 y 6; Hechos 5:1-11 Versículo a memorizar

“No amen al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el

mundo, es decir, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. El mundo y sus deseos pasan; pero el que hace la

voluntad de Dios permanece para siempre.” 1 JUAN 2:15-17 Prepare previamente un breve resumen de los párrafos iniciales de esta lección que se encuentran en las páginas 190 a 195 del texto de estudio, para compartirlo con los miembros del grupo. Observen el diagrama y coméntenlo.

A través de los siglos, muchos de los seguidores de Cristo han sido personas comunes y corrientes. Nada extraordinario había ocurrido “en” o “por medio” de ellos. Entonces, tal como ocurrió con Pedro en el día de Pentecostés cuando fue lleno del Espíritu Santo, sus vidas fueron dramáticamente transformadas. Dejaron de ser personas comunes y corrientes, y se convirtieron en hombres y mujeres de Dios, valerosos en la fe e instrumentos del poder divino.

El día de hoy, el mismo Espíritu Santo, con Su poder para transformar vidas, está disponible para cada uno de nosotros. Sin embargo, multitudes de cristianos viven sin haber experimentado la vida abundante y fructífera que Cristo prometió a todos los que confían en Él.

Estoy seguro que, según las promesa de la Palabra de Dios y de lo que he aprendido por mis observaciones y experiencia personal, Jesús está más dispuesto a dar Su amor, Su perdón, Su poder para servirle y una vida de victoria sobre el pecado, que nosotros a recibir todo esto. Jesús está más dispuesto a llenarnos del Espíritu Santo, de lo que usted y yo estamos dispuestos a ser llenos.

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Entonces, ¿por qué hay tantos cristianos que viven derrotados? ¿Por qué hay tan pocos cristianos que testifican de Cristo eficazmente? ¿Por qué son tan pocos los cristianos que viven llenos del Espíritu Santo?

En esta lección usted examinará las razones que explican por qué hay tan pocos cristianos que han experimentado la llenura del Espíritu. Tendrá la oportunidad de considerar cualquier barrera que haya levantado entre usted y Dios.

¿Por qué son tan pocos los cristianos llenos del Espíritu Santo? Básicamente, el problema reside en la voluntad. El hombre es un ser moralmente libre.

Cuando Dios nos creó, nos dio una mente y una voluntad propias. Dios estaría violando Sus propias leyes espirituales si nos obligara a cumplir Sus

mandatos. En Romanos 10:9, Pablo nos dice: “Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo”. Debemos estar dispuestos a “arrepentirnos”, lo cual significa dejar nuestros propios

caminos para tomar el camino de Dios, antes que podamos llegar a ser hijos de Dios. En el momento de nuestra conversión, nuestra voluntad es rendida a la voluntad de Dios. Sin embargo, después de la conversión el corazón frecuentemente pierde su “primer amor”. El entusiasmo y el gozo que acompañaron al nacimiento espiritual desaparecen, y así muchos cristianos ya no caminan en la luz. Ya no buscan hacer la voluntad de Dios, sino, por diferentes razones, han decidido seguir su propio camino. Han escogido llevar a cabo sus propios planes y realizar por sí mismos los propósitos de su vida. Creyéndose libres, muchos creyentes vienen a ser siervos del pecado, y finalmente se unen a la exclamación de Pablo:

“Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero. Y si hago lo que no quiero, ya no soy yo quien lo hace, sino el pecado que habita en mí... ¡Miserable de mí!, ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?” (Romanos 7:19-20, 24) No hay ser más infeliz, que un cristiano fuera de la comunión con Cristo. En esa

condición espiritual dejamos de experimentar el gozo en nuestro caminar cristiano, ya no deseamos testificar de Cristo, demostramos poco interés por aquellos que están en desesperante necesidad del perdón y el amor de nuestro Salvador.

¿Cuáles son, pues, las razones por las cuales uno que ha experimentado el amor y perdón que sólo Cristo puede dar y el gozo de su presencia, rechaza la voluntad de Dios? ¿Por qué sacrifica un cristiano el poder de la vida llena del Espíritu para hacer las cosas a su manera? Veamos algunas razones:

La falta de conocimiento Muchos cristianos no saben que la Palabra de Dios contiene gloriosas verdades

concernientes a la comunión que debemos tener con el Señor Jesucristo, con Dios el Padre y con el Espíritu Santo. Esta falta de conocimiento ha privado a muchos creyentes de apropiarse de la plenitud del Espíritu Santo. Piense en esto: cada cristiano es un hijo de Dios

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(Juan 1:12), sus pecados han sido perdonados y puede continuar limpio de todo pecado (1 Juan 1:7) mientras mantenga su comunión con Cristo. Dios el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo moran en el corazón de cada cristiano, esperando dar poder y conducir a cada hijo de Dios a una completa madurez en Cristo.

Muchos cristianos tampoco se dan cuenta de que la fe debe tener un objeto. Los atributos de Dios son la base de nuestra fe.

• Dios es soberano y eterno. La Biblia lo describe como el “Primero y el Último”. Él no ha tenido principio, ni tendrá fin. Él está por encima del tiempo y el espacio. Él es por sí mismo, nadie lo creó (Jeremías 32:17; Apocalipsis 1:8; 4:11; Isaías 40:25,26; Romanos 9:14-21; Efesios 1:11).

• Dios es santo. Él es completamente puro y libre de todo mal. Por causa de Su santidad Dios no tolera el pecado; un enorme abismo existe entre Él y el hombre que sólo puede ser salvado por Su Hijo, Jesucristo (1 Samuel 2:2; Isaías 6:1-3; Apocalipsis 4:8).

• Dios es amor. Su más perfecta expresión de amor se demostró en la cruz, en la cual Jesús murió por nuestros pecados (1 Juan 4:8; 10,16).

• Dios es digno de confianza. Su verdad es inseparable de Su carácter. La sinceridad y la integridad son esenciales a Su ser. Es imposible que Él mienta o engañe (Job 34:10-12; Salmo 117:2).

• Dios es omnipotente. Él es el hacedor y sustentador de todas las cosas. Como creador, Él está íntimamente comprometido con nuestra vida (Jeremías 32:17-19; Juan 1:1-4).

• Dios es omnisciente. Nada escapa a su atención y nada lo toma por sorpresa (Salmo 147:5; 1 Juan 3:20).

Lo animo a que estudie los atributos de Dios, tal y como son revelados en Su Palabra.

Nuestra opinión de Dios afecta todo lo que pensamos, decimos y hacemos como cristianos. Hemos sido hechos a Su imagen, y Él desea que lo conozcamos. Conocerle y buscarle vehementemente, hará que usted sea más como Él, a través de Jesucristo, nuestro maravilloso Salvador y Señor.

El orgullo El orgullo ha impedido que los cristianos sean llenos del Espíritu Santo. El orgullo fue el

pecado de Satanás (Isaías 14:12-14). El orgullo fue el primer pecado del hombre cuando Adán y Eva desearon ser lo que no eran. El orgullo es la raíz de la rebelión del hombre para con Dios. El cristiano egocéntrico, no puede tener comunión con Dios, ya que “Dios resiste a los soberbios, pero se muestra favorable a los humildes” (1 Pedro 5:5).

El temor El temor al hombre impide que muchos cristianos sean llenos del Espíritu Santo. En

Proverbios 29:25 se nos dice que “el miedo a los hombres es una trampa”. Una de las grandes tragedias de nuestro tiempo es que muchos cristianos se adaptan a la conducta y a las

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normas de una sociedad no cristiana. Muchos temen ser diferentes, y se avergüenzan de testificar de Aquél que “nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros” (Efesios 5:2).

En 1 Pedro 2:9 se nos dice:

“Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anuncien los hechos maravillosos de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable.”

Los pecados ocultos Los pecados inconfesos impiden a muchos cristianos ser llenos del Espíritu Santo.

Quizás Dios lo ha redargüido de alguna mentira que usted haya dicho y que ha perjudicado la reputación de otra persona; o robado alguna mercancía, o dinero que no ha devuelto; o una transacción inmoral, o copiar en un examen; o un sinnúmero de hechos que Él desea que usted confiese. Él puede guiarlo a restituir a quienes usted ha agraviado (Mateo 5:23-24). De ser así, obedezca la guía del Señor.

Podemos ocultar todas estas cosas de nuestros amigos y de los demás, pero no de Dios. “¿Acaso no descubriría Dios nuestros pecados, si Él conoce lo más secreto del corazón?” (Salmo 44:21). ¿Hay alguien a quien usted no haya perdonado? Si es así, Dios no le perdonará a usted (Marcos 11:25,26). Sin embargo, si confesamos estos pecados a Dios, a medida que el Señor nos guía, Él nos perdonará y nos limpiará (1 Juan 1:9).

Las inclinaciones mundanas El amor a las cosas materiales y la inclinación a someterse a las normas de una

sociedad secular, impide a los cristianos ser llenos del Espíritu Santo. “No amen al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, es decir, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. El mundo y sus deseos pasan; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.” (1 Juan 2:15-17) La vida del hombre es breve y pronto desaparece de este mundo. Como cristianos,

debemos hacer una cuidadosa y frecuente evaluación de la manera en que estamos invirtiendo nuestro tiempo, talentos y bienes, de modo que produzcan el máximo para la causa de Cristo.

“Nadie puede servir a dos amos, pues odiará a uno y amará al otro, o estimará a uno y menospreciará al otro. Ustedes no pueden servir a Dios y a las riquezas… Por lo tanto, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.” (Mateo 6:24, 33)

La falta de confianza en Dios Ésta impide que muchos cristianos rindan su voluntad a Dios y sean llenos del Espíritu

Santo. Muchos tienen el temor, que llega casi hasta la superstición, de que si rinden sus vidas completamente a Dios, algo trágico les ocurrirá para ser probados. Algunos temen perder a

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un ser amado; otros temen que Dios les envíe contra su voluntad a algún lugar remoto del mundo como misioneros a una tribu salvaje.

Recuerdo perfectamente a un joven universitario que tenía todos esos temores. El temía que Dios fuera a cambiar sus planes. Razonando juntos le recordé que el amor de Dios es tan grande, que envío a su Hijo unigénito a morir por sus pecados. Hablamos de el Salvador que de tal manera le amó, que dio su vida en la cruz y derramó su sangre por él.

Entonces le pregunté: —¿Puede usted confiar en un Dios así? El respondió: —Nunca lo había pensado en esta forma, sí puedo, y confiaré en Él. Al final, este joven concluyó sus estudios de seminario y se unió a nuestro cuerpo de

coordinadores en la Cruzada Estudiantil y Profesional para Cristo. Ahora es uno de los cristianos más fructíferos y victoriosos que conozco.

Usted puede confiarle a Dios su vida, sus seres amados, su dinero, su futuro, todo. Él no es sólo un Padre amoroso, sino que el amor de Dios es más sabio que el de cualquier padre terrenal, y más tierno que el de madre alguna. Por lo tanto, no tema confiarle a Dios toda su vida cada momento de cada día, y Él lo llenará con Su Santo Espíritu.

Tengo dos hijos a quienes amo entrañablemente. Supongamos que cuando eran pequeños vinieran a mí y me dijeran: —Papá, te amamos, y hemos estado pensando cómo demostrarte nuestro amor. Hemos decidido hacer todo lo que tú nos pidas.

Bueno, ¿cómo les habría respondido? Les habría dicho: —Hijos, he estado esperando este momento. Ahora que han aceptado hacer mi voluntad, los voy a encerrar bajo llave, regalaré todos sus objetos favoritos y los obligaré a hacer todas las cosas que más les desagradan. Los haré los muchachos más infelices de la ciudad—. ¡Por supuesto que no!

Les respondería tratando de demostrarles mi amor de una manera más extraordinaria. De igual modo, nuestro Padre Celestial está listo para bendecir y enriquecer nuestras vidas en el mismo momento en que rendimos nuestra voluntad y todo nuestro ser a Él.

Éstas y muchas otras experiencias de derrota han impedido que muchos cristianos

tengan el gozo de una vida llena del Espíritu. Permítame preguntarle, ¿cuáles de las siguientes características aparecen en su vida?

• El concepto exagerado de sí mismo, • El anhelo de ser alabado por los demás, • La ira e impaciencia, • El ser voluntarioso, obstinado, sabelotodo, • El ser amante de la comodidad y lo fácil, • Los celos enfermizos, • La lasciva, acciones réprobas, • La falta de honradez • La incredulidad, • El egoísmo, • El amor por el dinero, vestidos y automóviles lujosos, casas o tierras.

Quizás usted se estará preguntando: —Pero, ¿me es necesario obtener victoria sobre todas mis derrotas y frustraciones antes que pueda ser lleno del Espíritu Santo?— ¡Absolutamente no! Así como Jesucristo es el único que puede perdonar nuestros pecados, el Espíritu Santo es el único que puede darle victoria y poder sobre las frustraciones y debilidades. Invite a los miembros del grupo a leer posteriormente estas páginas con detenimiento.

Estudio Bíblico COMENTE: La batalla por una vida llena del Espíritu Santo se combate dentro del corazón del cristiano. Una razón clave por la que muchos cristianos no están dirigidos y controlados por el Espíritu Santo, y el porqué la batalla por la vida llena del Espíritu se pierde, es por falta de conocimiento de la Palabra de Dios. Permítame darle una ilustración.

Un joven cristiano que amaba al Señor Jesucristo y quería servirle estaba ansioso por casarse. Él pertenecía a las fuerzas armadas estacionadas en Francia. Se enamoró de dos mujeres francesas y no sabía cuál le gustaba más. Un día entró a una gran iglesia y se sentó en un banco. Pidiéndole a Dios que le dirigiera, levantó la vista hacia los ventanales decorados y vio dos palabras escritas en el vitral que parecían guiarle: "Ave María". Parece raro, pero el nombre de una de las dos mujeres era María. Entonces él pensó, "¡Ah, María, María! Le pediré que sea mi esposa." Sin embargo, es triste decirlo, esa mujer no era cristiana.

Si ese hombre hubiera leído la Palabra de Dios con diligencia y si hubiera leído y "digerido" el claro mandato de 2 Corintios 6.14: "No se unan con los incrédulos en un yugo desigual" (RVC), nunca hubiera buscado respuestas en el ventanal de una iglesia. Si la Palabra de Dios hubiera estado morando en él, el Espíritu de Dios le hubiera mostrado claramente que no podía proponerle matrimonio a una mujer que no era salva. La vida en la plenitud del Espíritu Santo es una vida muy práctica, tenemos su dirección en todo.

El orgullo fue el pecado de Satanás (Isaías 14:12-14). El orgullo fue también el primer pecado de la humanidad, pues Adán y Eva desearon ser algo que no eran (Génesis 3:5-6). El cristiano egocéntrico no puede tener comunión con Dios... "Dios resiste a los soberbios, pero se muestra favorable a los humildes." (1 Pedro 5:5c-RVC)

Una de las mayores tragedias de nuestro tiempo es que sea difícil notar la diferencia entre un cristiano y un no-cristiano. La Biblia nos pide que “no adoptemos las costumbres de este mundo”, sino que “nos transformemos por la renovación de nuestra mente” (Romanos 12:1-2). El mundo debe saber que somos diferentes.

Muchos a nuestro alrededor, tienen corazones hambrientos que responderían al evangelio si unos cuantos cristianos estuvieran dispuestos a levantar su bandera y hacer notar su postura moral. Martín Lutero, el gran reformador protestante, se presentó sin temor frente al temido —y así llamado— Santo Emperador Romano (Carlos V de Alemania), y ante la asamblea de príncipes los del Sacro Imperio Romano Germánico llevada a cabo en Worms (conocida como la Dieta de Worms). Mientras el arzobispo lo interrogaba acerca de sus escritos, Lutero respondió: —Todos esos libros son míos, y he escrito más.

—¿Los defiende usted en todas sus partes, o rechaza algo de ellos? —Le preguntó el arzobispo.

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Lutero respondió en voz alta: —Esto concierne a Dios y Su Palabra. Esto afecta la salvación de las almas. De esto dijo Cristo: “A cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré delante de mi Padre que está en los cielos.”

A Lutero se le dio un día para pensarlo bien y se le preguntó al siguiente día si se retractaba de sus declaraciones. Él respondió: —“A menos que se me convenza por las Escrituras y mediante la razón, yo no acepto la autoridad de papas ni concilios, porque ellos se han contradicho unos a otros. Yo soy cautivo de la Palabra de Dios. Yo no puedo retractarme de nada, ni lo haré; porque ir en contra de mi propia conciencia no es correcto ni seguro. Ésta es mi posición, y no la puedo cambiar. Que Dios me ayude.”

Estudio bíblico El campo de batalla del corazón

1. ¿Cómo se describe Pablo en Romanos 7:19-24? No es dueño de sí; es perverso, maligno, prisionero de la ley del pecado, y quiere obrar el bien pero no puede. ¿Cómo le hace sentir ésta descripción?

2. Explique en sus propias palabras la principal razón por la que hay muchos cristianos

frustrados, según Gálatas 5:16-17. La carne y el Espíritu Santo se oponen entre sí y crean un conflicto.

¿Por qué se pierde con demasiada frecuencia la batalla?

1. De acuerdo a cada uno de los siguientes versículos, dé una razón por qué es que son tan pocos los cristianos llenos del Espíritu Santo.

Salmo 119:105 Porque no usan la lámpara, la Palabra de Dios.

Proverbios 16:18 Por orgullo.

Proverbios 29:25 Por temor al hombre.

Lucas 9:26 Por sentir vergüenza de Cristo y de Sus palabras.

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2. ¿Qué otra barrera, entre usted y el Señor, le evita ser lleno del Espíritu? (Salmo 66:18) El amor al pecado.

¿Qué otra cosa puede impedirle que usted sea lleno del Espíritu? (1 Juan 2:15-17) El amor por el mundo.

COMENTE: Dios no llena un “vaso sucio”, o una persona que “no se haya rendido a Él. Dios desea que usted confiese su pecado; y que, siempre que pueda, haga restitución a aquellos a quienes ha defraudado u ofendido. (Vea 1 Juan 1:9; Éxodo 22:3, 5, 6, 12) El amor por las cosas materiales y el deseo de parecerse a los demás en una sociedad secular es la enfermedad espiritual de muchos cristianos. Todo cristiano debe hacer una evaluación cuidadosa de la manera cómo invierte su tiempo, su talento y sus posesiones, para obtener los mejores resultados de su vida para Cristo.

Algunas personas tienen temor de que si se rinden a la voluntad de Dios, Él les quitará algo o los hará desdichados. Nada podría estar más alejado de la verdad. Cuando una persona elige hacer la voluntad de Dios, se verá recompensada en los siguientes ámbitos.

• En su interior: Los íntimos anhelos de su corazón serán satisfechos. (Vea Salmo 16:11; 23:5; 63:5; Juan 4:13-14; Juan 7:37-38)

• Hacia Dios: Glorificará a Dios. (Vea Mateo 5:16; Juan 15:8; 1 Corintios 6:20; Efesios 1:6)

• Hacia los hombres: Llevará salvación y bendición a otros. (Vea Lucas 24:47-48; Hechos 4:13; 9:15; 1 Corintios 4:9; 2 Corintios 4: lO-11; Gálatas 1:16; Filipenses l:20)

3. La falta de confianza en el Señor también puede evitarle ser llenos del Espíritu Santo.

Lea Juan 3:16, Romanos 8:32, y 1 Juan 3:16. Describa cómo estos versículos pueden ayudarle a confiar plenamente en Dios.

Puedo confiar plenamente en Dios, porque…

Juan 3:16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que

ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida

eterna.”

Romanos 8:32 “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que

lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?”

1 Juan 3:16 “En esto hemos conocido el amor: en que él dio

su vida por nosotros. Así también nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos.”

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Básicamente, la razón más común por la cual los cristianos no son llenos del Espíritu Santo, es porque no están dispuestos a rendir su voluntad al Señor.

Conclusión y aplicación ¡La gente más desdichada del mundo no son los inconversos no cristianos, sino los cristianos que resisten la voluntad de Dios para sus vidas!

El cristiano que rehusa hacer la voluntad de Dios, tiene que estar preparado a pagar el precio de la desobediencia. "Todo lo que el hombre siembre, eso también cosechará" (Gálatas 6:7-RVC), señala Pablo; y también se aplica a esto.

Hace años, un cierto hombre resistió el llamado al ministerio allá en Suecia. Con tenacidad se resistió a la voluntad de Dios aun al experimentar la muerte de su esposa y de su hija. Se dedicó a los negocios y prosperó, solo para que su propio hijo lo robara. En sus últimos años, mientras se debatía con el cáncer, dijo: "Yo sé que soy salvo, pero, ¡ay!, ¡qué pérdida! Yo sé que pronto estaré en la presencia de Dios, solo para dar cuenta de una vida entera de desobediencia".

Dios es un Padre de amor en quien podemos confiar sin reservas, así como un hijo confía en su padre humano que le ha comprobado su amor. En Romanos 14:23b se lee: "todo lo que no se hace por convicción es pecado" (RVC); y en Hebreos 11:6a se lee: "Sin fe es imposible agradar a Dios". La mayor parte de los cristianos contristan al Espíritu Santo por causa de su incredulidad.

Oración de cierre Cierre con una breve oración.

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Aplicación personal

1 Examine el gráfico de la página anterior y escriba aquí cualquiera de esas o de otras barreras que usted piense que existe entre usted y Dios.

2

En oración piense y conteste la siguiente pregunta: “¿Estoy dispuesto a entregar mi voluntad a Dios?”

3

Si usted lo está, haga esta oración con todo su corazón, y dele el control de su vida a Dios.

Padre amado, te necesito. Reconozco que he estado controlando mi propia vida, y como resultado he pecado contra Ti. Gracias por haber perdonado mis pecados, a través de la muerte de Cristo en la cruz por mí. Ahora invito a Cristo a tomar Su lugar en el trono de mi vida. Lléname del Espíritu Santo tal como me lo ordenaste que fuera lleno. Hago esta oración en el nombre de Jesús. Como una expresión de mi fe, te doy gracias por tomar el control de mi vida y por llenarme del Espíritu Santo. Amén.

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LECCIÓN 4

¿Cómo puede usted ser lleno del Espíritu Santo?

ORACIÓN DE APERTURA: Haga una breve oración de apertura del grupo de estudio. PARA EMPEZAR: Suponga que usted es un consejero. Un cristiano nuevo viene y le pregunta: “¿No cree usted que la experiencia de conversión de uno y su pasado pecaminoso determinan el éxito en el evangelismo, en la obra cristiana y en el crecimiento espiritual? Yo no tengo el poder que 'X Persona' tiene debido a las diferencias de formación y trasfondo personal.” ¿Qué diría usted? ¿En qué consiste el éxito espiritual? OBJETIVO DEL LÍDER DE GRUPO: Examinar cómo uno puede ser lleno del Espíritu Santo, y orar con aquellos que desean ser llenos del Espíritu

DESARROLLO DE LA LECCIÓN Objetivo: Pedir a Dios, de manera personal, ser lleno del Espíritu Santo por fe Lectura bíblica: Hechos 6:8 al 7:60; Efesios 5:18; 1 Juan 5:14-15 Versículo a memorizar

“Así que, hermanos, yo les ruego, por las misericordias de Dios, que se presenten ustedes mismos como un sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. ¡Así es

como se debe adorar a Dios! Y no adopten las costumbres de este mundo, sino transfórmense por medio de la renovación de su mente, para que comprueben cuál es la

voluntad de Dios, lo que es bueno, agradable y perfecto.” ROMANOS 12:1-2 Prepare previamente un breve resumen de los párrafos iniciales de esta lección que se encuentra en las páginas 199 a 204 del texto de estudio, para compartirlo con los miembros del grupo.

Primero, debemos entender que así como la gente tiene distintas experiencias al recibir a Cristo como Salvador y Señor, así también tiene diferentes experiencias cuando son llenos del Espíritu Santo. Usted puede haber respondido, por ejemplo, a una invitación de aceptar a Cristo en una campaña evangelística, mientras otra persona puede haber recibido a Cristo en la intimidad de su hogar, como me ocurrió a mí. Ambas personas han nacido de nuevo y sus vidas han sido cambiadas por el poder de Cristo. Por supuesto que hay otra multitud de circunstancias y experiencias diferentes, por medio de las cuales una persona sincera tiene un encuentro con su Salvador y llega a ser “nueva criatura en Cristo”. De igual modo somos llenos del Espíritu Santo de diferentes maneras.

Ser “lleno del Espíritu”, por lo tanto, no significa recibir más del Espíritu Santo, sino darle a Él más de nosotros mismos. Al rendir nuestras vidas al control del Espíritu Santo y ser llenos de Su presencia y poder, Él tiene mayor libertad para obrar en y a través de nuestras vidas, capacitándonos a fin de exaltar y glorificar a Cristo.

Dios es demasiado grande como para ser puesto en moldes humanos. Sin embargo, hay ciertas leyes espirituales que son inviolables. Puesto que el Espíritu Santo mora en el creyente ya no es necesario “esperar en Jerusalén”, como Jesús instruyó a sus discípulos, sino sólo prepararnos personalmente para recibir Su poder. El Espíritu Santo nos llena con Su poder cuando nos rendimos más y más a Él.

Es posible que usted se encuentre en la quietud de un retiro para ser lleno del Espíritu Santo; también es posible que usted sea lleno del Espíritu Santo mientras camina en una calle

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muy transitada; sólo se necesita que tenga un genuino deseo de rendir su voluntad a Cristo. Esa fue la misma experiencia de Dwight L. Moody.

Más aun, es posible que usted sea lleno del Espíritu Santo y saber que algo maravilloso le ha ocurrido, aunque ignore completamente lo que verdaderamente ha sucedido.

¿Desea usted ser lleno del Espíritu Santo? ¿Qué motivos tiene? ¿Está buscando alguna clase de experiencia emocional, o sinceramente desea servir al Señor Jesucristo con mayor poder y eficacia? ¿Desea con todo su corazón ayudar a otros a encontrar a Cristo?

Pasos a seguir No es mi deseo sugerir que los pasos que voy a proponer sean la única manera

mediante la cual usted puede ser lleno del Espíritu Santo. Le ofrezco esta fórmula espiritual porque es bíblica, y porque sé por experiencia que da resultado.

Lo insto a que usted considere en oración los siguientes pasos:

1. Reconozca que se le ordena “ser lleno del Espíritu”. “No se emborrachen con vino, lo cual lleva al desenfreno; más bien, llénense del Espíritu.” Efesios 5:18

Esto es una orden de Dios. ¿Considera que Él le pediría hacer algo que esté más allá de lo que usted puede experimentar?

2. Sepa que usted recibirá poder para servir cuando sea lleno.

“Pero cuando venga sobre ustedes el Espíritu Santo recibirán poder, y serán mis testigos en Jerusalén, en Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.” Hechos 1:8

Si usted no tiene el deseo de ser testigo de Cristo, o si no tiene poder en su testimonio personal, puede estar seguro de que no está lleno del Espíritu Santo. El Espíritu Santo vino para que los discípulos, usted y yo, recibiéramos poder. ¿Para qué necesitamos poder? Para ser representantes de Cristo, exhibiendo santidad en nuestras vidas, por el testimonio fructífero y fiel que compartimos donde quiera que estemos, y a través de nuestras oraciones y finanzas… hasta lo último de la tierra.

¿Puede usted decir, sinceramente, que ésta es su motivación para ser lleno del Espíritu Santo?

3. Tenga hambre y sed de ser lleno del Espíritu Santo.

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Esto significa poseer un ferviente deseo por la vivificante llenura y poder del Espíritu Santo. El evangelista Juan escribe:

“En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y en voz alta dijo: «Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. Del interior del que cree en mí, correrán ríos de agua viva, como dice la Escritura.» Jesús se refería al Espíritu que recibirían los que creyeran en él. El Espíritu aún no había venido, porque Jesús aún no había sido glorificado.” (Juan 7:37-39)

4. Ríndase completamente al Señorío de Cristo y a la voluntad de Dios.

Cuando usted está listo para responder a la amable invitación de nuestro Salvador: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba”, está también preparado para rendir su voluntad a la voluntad de Dios. Por lo tanto, este cuarto paso implica una entrega completa de su voluntad, sin reservas, a la voluntad de Dios. Usted está en la posición donde gozosamente desea de antemano saber y hacer la voluntad de Dios, porque usted sabe que Dios es amoroso, digno de confianza y que Su voluntad es lo mejor.

Hasta este momento, el Espíritu Santo ha sido un “huésped” en su vida porque Él vino a morar en su vida en el momento que usted se convirtió en cristiano. Pero algunas veces fue “encerrado en un armario”, mientras usted usaba el resto de la casa para satisfacer sus propios gustos. Ahora usted desea que Él sea más que un huésped, quiere entregarle el título de propiedad de su vida y darle las llaves de cada habitación. Está invitando al Espíritu Santo a entrar a la biblioteca de su mente, al comedor de sus apetitos, a la sala de sus relaciones, al salón de juegos de su vida social. Lo invita a todos aquellos cuartos escondidos donde usted previamente se había encerrado en actividades secretas y vergonzosas. Todo esto pertenece al pasado, ahora usted quiere que Él sea el amo y Señor.

El desafío de Romanos 12:1-2 se ha hecho claro y ha adquirido nuevo significado, y usted desea presentarse a usted mismo “como un sacrificio vivo, santo y agradable a Dios”, puesto que “¡Así es como se debe adorar a Dios!” Ya no desea vivir de acuerdo a las normas de este mundo, sino ser transformado “por medio de la renovación de su mente”, para poder comprobar que la voluntad de Dios es “lo que es bueno, agradable y perfecto”.

Usted sabe ahora, que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien vive en usted; que usted no es dueño de usted mismo, pues ha sido comprado con la sangre preciosa del Señor Jesús; y, por lo tanto, ahora usted desea glorificar a Dios en su cuerpo y en su espíritu (1 Corintios 6:19-20).

Ahora, con todo su corazón, usted anhela poner en primer lugar el Reino de Dios en su

vida (Mateo 6:33). Ahora su deseo es: “Puesto que ustedes ya han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios. Pongan la mira en las cosas del cielo, y no en las de la tierra. Porque ustedes ya han muerto, y su vida está escondida con Cristo en Dios.” (Colosenses 3:1-3)

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Ahora, usted puede exclamar con gozo indescriptible, tal como el apóstol Pablo, cuando dijo:

“Pero con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” (Gálatas 2:20)

Ahora, usted ha cambiado su vida por la vida de Cristo. Si usted puede decir estas

cosas, expresándolas con todo su corazón, usted está listo para el quinto paso. Sin embargo, antes de considerarlo, permítame llamar su atención a las palabras de nuestro Salvador, que encontramos en Juan 15:18, 20a.

“Si el mundo los aborrece, sepan que a mí me ha aborrecido antes que a ustedes… Acuérdense de la palabra que les he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a ustedes los perseguirán.”

La vida llena del Espíritu no siempre es fácil, aunque está siempre llena de gozo, de

aventuras y de emociones. Es una calidad de vida que sería imposible experimentar de otra manera. Seamos cristianos o no, siempre tendremos problemas en esta vida. Seamos cristianos o no, un día también moriremos.

Entonces, sí decido ser cristiano, quiero todo lo que Dios tiene para mí y quiero ser todo lo que Él quiere que yo sea. Si he de sufrir por algo y morir algún día, ¿por qué no sufrir y morir por lo mejor y más sublime, el Señor Jesucristo y Su Evangelio?

Antes de que terminemos con este pensamiento, permítame hacerle una pregunta: —¿Alguna vez ha escuchado a un hombre de Dios que ha sufrido por la causa de Cristo,

expresar dolor al recordar la experiencia?— ¡Yo nunca lo he escuchado! Solamente he escuchado alabanza, adoración y acciones de gracias a Dios por el privilegio de servir a Cristo, sin importar las dificultades en la Obra. Por otra parte, he escuchado a muchos que han recibido a Cristo, ya maduros, expresando cuánto lamentan haber esperado tanto para hacerlo. No desarrolle usted un complejo de mártir, pero tampoco espere un “lecho de rosas”.

Antes de continuar, revisemos los pasos discutidos en preparación para la llenura del

Espíritu Santo. • Reconozca que se le ordena: “sed lleno del Espíritu”. • Sepa que usted recibirá poder para servir cuando sea lleno del Espíritu Santo. • Tenga hambre y sed de ser lleno del Espíritu Santo. • Ríndase completamente al Señorío de Cristo y a la voluntad de Dios.

Si está inseguro en alguno de estos pasos, vuelva a repasar el material cuidadosamente

y en actitud de oración. Estudie los versículos de la Biblia presentados en cada paso. Pídale a Dios que lo prepare pare el próximo paso: Recibir la llenura del Espíritu Santo.

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5. Haga suya la llenura del Espíritu Santo Si usted es cristiano, Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo, ya están morando en usted. Un gran poder y abundantes recursos espirituales están disponibles para usted. Para ser lleno del Espíritu Santo, crea que Él le controla y le da poder de acuerdo a Su mandato y promesa.

En Efesios 5:18 se nos ordena:

“No se emborrachen con vino, lo cual lleva al desenfreno; más bien, llénense del Espíritu.”

Y en Juan 5:14-15 se nos promete:

“Después Jesús lo encontró en el templo, y le dijo: «Como puedes ver, has sido sanado; así que no peques más, para que no te sobrevenga algo peor.» Aquel hombre se fue, y les hizo saber a los judíos que el que lo había sanado era Jesús.”

Sabemos que es voluntad de Dios que seamos llenos de Su Espíritu. Por lo tanto, al

pedir que el Espíritu Santo nos llene, podemos saber, de acuerdo con la Palabra de Dios, que nuestra oración es respondida.

Al igual que nuestra salvación, la plenitud del Espíritu Santo es un don de Dios; no merecemos ninguna de las dos. Ambas son recibidas mediante una completa entrega de nuestra voluntad, por fe, cuando hemos confesado nuestros pecados y cumplido las demás condiciones mencionadas anteriormente.

Espere ser lleno del Espíritu Santo No hay un lugar en la Biblia donde se le diga que debe orar por la llenura del Espíritu

Santo. Usted es lleno por fe, en el momento que recibe a Cristo por fe. Pablo escribió: “Sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe, y que sabe recompensar a quienes lo buscan.” (Hebreos 11:6)

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¿Cree usted que Dios quiere que sea lleno del Espíritu Santo? ¿Cree usted que Dios tiene poder para llenarle con su Santo Espíritu?

En Mateo 9:28-29, Jesús habló a los ciegos y les preguntó: “Cuando Jesús llegó a la casa, los ciegos se le acercaron y él les preguntó: «¿Creen que puedo hacer esto?» Ellos dijeron: «Sí, Señor.» Entonces les tocó los ojos, y les dijo: «Que se haga con ustedes conforme a su fe.»” Retírese a un lugar tranquilo donde pueda estar

solo y lea nuevamente los versículos de la Biblia dados en los párrafos anteriores. Usted no tiene que esperar al Espíritu Santo, Él ya está morando en usted que es cristiano, Él está esperando que le permita llenarlo. Recuerde lo que leímos antes: “Que se haga con ustedes conforme a su fe”, Él “sabe recompensar a quienes lo buscan”.

Puesto que el objeto de su fe es Dios y Su Palabra, le sugiero que Le pida que lo llene; entonces, apropie la llenura del Espíritu Santo como una expresión de fe en el mandato y la promesa de Jesucristo.

Sin mendigar o suplicar simplemente diga: “Amado Padre, te necesito. Tengo hambre y sed de una relación más vital contigo. Admito que yo he tenido el control de mi vida, y como consecuencia he pecado contra Ti. Gracias por perdonar mis pecados a través de la muerte de Cristo en la cruz por mí; confieso y me arrepiento de todos mis pecados y rindo el control de mi vida al Señor Jesús. Por fe, te invito a que me llenes con el Espíritu Santo, como Tú me mandas que lo sea. Tú prometiste llenarme si lo pido, de acuerdo a Tu voluntad. Pido todo esto en la autoridad del nombre de Jesucristo. Para demostrar mi fe, ahora mismo te agradezco porque me has llenado del Espíritu Santo y porque has tomado el control de mi vida. Amén.” ¿Ha rendido usted su vida a Cristo con sinceridad; ha rendido su voluntad a la Voluntad

de Él? ¿Cree usted que se encuentra lleno del Espíritu Santo en este momento? Si es así, dele gracias por haberle llenado. Dele gracias por Su poder y porque Él mora

es su vida. Dele gracias por la victoria sobre la derrota y por la eficacia al testificar. Alabe a Dios y dele gracias continuamente (Efesios 5:20; 1Tesalonicenses 5:18). Invite a los miembros del grupo a leer posteriormente estas páginas con detenimiento. COMENTE: Tratar de vivir la vida cristiana o de servir a Dios sin el Espíritu Santo es como tratar de conducir un automóvil sin gasolina. ¡No se llega a ninguna parte!

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Estudio bíblico Lo que usted debe saber

1. ¿Cuál es el mandato que aparece en Efesios 5:18?

Ser llenos del Espíritu Santo.

2. ¿Cuál es la promesa que se encuentra en 1 Juan 5:14-15? Dios contestará nuestra petición se ser llenos de Su Espíritu Santo, porque eso va de acuerdo con Su voluntad.

3. Según estos versículos, ¿por qué necesita usted ser lleno del Espíritu? Gálatas 5:22-23 Para tener el fruto del Espíritu Santo en mi vida. Hechos 1:8 Para tener el poder o la capacidad para testificar de Cristo.

El fruto del Espíritu nunca es un fin en sí mismo, sino solamente un medio para alcanzar el fin. Ganamos hombres y mujeres para Cristo, lo cual trae gloria y honra a Su Nombre (Juan 15:8).

Lo que usted debe sentir 1. Según Mateo 5:6, ¿cuál es una de las condiciones previas para ser lleno del Espíritu

Santo? Debemos tener hambre y sed de justicia; debemos desear ser llenos del Espíritu Santo.

2. ¿Cómo lo está aplicando usted a su vida?

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Lo que usted debe hacer 1. Si su deseo de ser lleno del Espíritu Santo es sincero, ¿qué debe hacer usted ahora?

(Romanos 12:1-2) Presentar mi cuerpo como un sacrificio vivo; buscar la transformación de mi mente. Esto significa que no debe haber pecados inconfesos en su vida. El Espíritu Santo no puede llenar un recipiente sucio. Él espera llenarlo a usted con Su poder.

2. ¿Cómo, entonces, es usted lleno del Espíritu Santo? (Mateo 7:7-11; Juan 7:37-19) Pidiéndole a Dios que me llene; viniendo a Jesús y reconociendo Su señorío.

3. ¿Lo llenará el Espíritu Santo si usted se lo pide? Sí, el Espíritu Santo me llenará si se lo pido. ¿Cómo lo sabe? (1 Juan 5:14-15) Porque cuando oramos de acuerdo a la voluntad de Dios, Él nos oye y contesta.

COMENTE: El Espíritu Santo fue responsable de nuestro nuevo nacimiento. Nosotros somos "nacidos del Espíritu" (Juan 3:5-6). El Espíritu Santo viviendo en nosotros es quien nos hace estar conscientes de la presencia de Dios, y nos da la seguridad de ser hijos de Dios.

• "El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios" (Romanos 8:16 - RVC).

• El Espíritu Santo guía nuestra vida. "Porque los hijos de Dios son todos aquellos que son guiados por el Espíritu de Dios" (Romanos 8:14 - RVC).

• Nuestra esperanza de la resurrección se basa en el poder del Espíritu Santo. "Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús vive en ustedes, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu que vive en ustedes" (Romanos 8:11 - RVC.

Debido a que el Espíritu Santo fue quien inspiró a los escritores de la Biblia, nosotros no podemos comprender su verdadero significado si vivimos aparte de Su dirección.

Oramos con Su ayuda (Romanos 8:26), y testificamos con Su poder (Hechos 1:8). El Espíritu Santo vive en todo cristiano desde el momento en que éste recibe a Cristo. Sin embargo, el Espíritu Santo no continúa controlando la vida en el sentido de la plenitud, a menos que queramos que Él lo haga y estemos dispuestos a confiar en Él y a obedecerlo.

Lea Juan 7:37-39. Señale los verbos de los versículos 37 y 38 (comer, beber, creer). Cuando uno tiene sed tiene que venir a Cristo, beber y creer. Algunos vienen a Cristo porque tienen sed, pero no creen (no confían en Él, no cuentan con Él, no tienen fe en Él). De acuerdo con los versículos 38 y 39, ¿qué resultado puede esperar de venir a Cristo, beber y creer?

Para ilustrar la importancia de no tener en su vida pecados no confesados, traiga un vaso transparente que contenga abundantes residuos de comida o bebida. Vierta agua clara en ese vaso sucio y ofrézcalo a un miembro del grupo. Después pregunte: ¿Cómo se compara ofrecerle a alguien un vaso sucio, con esperar que Dios lo use hallándose pecado aún no confesado en su vida? Luego presente otro vaso transparente, vierta agua limpia en él, y ofrézcalo al mismo estudiante. Entonces pregunte: ¿En qué se parece este vaso a nosotros cuando estamos llenos del Espíritu Santo?

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Conclusión y aplicación La vida llena del Espíritu Santo es la norma para la vida cristiana. Lo es para todo cristiano. Con una vida llena del Espíritu Santo, el cristiano experimentará el gozo y la realidad de su vida cristiana; tendrá poder para testificar de Cristo. Los sencillos requisitos previos son: confesión, limpieza y completa sumisión al señorío de Cristo, por fe. PREGUNTE: ¿Le gustaría orar acerca de esto ahora mismo? (Permítales unos momentos de silencio para pronunciar la oración que se encuentra en el texto de estudio. Luego, continúe con la interacción de las preguntas y respuestas de la "Aplicación personal" según sea apropiado. Oración de cierre Cierre con una breve oración.

Aplicación personal

1 Usted puede ser lleno del Espíritu Santo únicamente por fe. La oración es una manera de expresar nuestra fe. Si usted verdaderamente desea ser lleno del Espíritu Santo, puede hacer esta oración ahora mismo:

Padre amado, te necesito. Reconozco que he estado controlando mi propia vida y como resultado, he pecado contra Ti. Gracias por haber perdonado mis pecados por medio de la muerte de Cristo en la cruz por mí. Ahora invito a Cristo a tomar Su lugar en el trono de mi vida. Lléname del Espíritu Santo como Tú mandaste que lo hiciera y como lo prometiste en Tu Palabra que lo harías, si te lo pedía con fe. Hago esta oración en el nombre de Jesús. Como una expresión de mi fe, te doy gracias porque has tomado el control de mi vida y por llenarme del Espíritu Santo.

2 ¿Qué debe usted tener cuando le pide a Dios que lo llene? (Hebreos 11:6)

3 Si le ha pedido al Espíritu Santo que lo llene, dele gracias, Dios es confiable; Su Palabra es verdad. Si usted es sincero, Él ya lo ha llenado. ¿Cuál debe ser su actitud de ahora en adelante? (1 Tesalonicenses 5:18)

4 Fecha en que fui lleno del Espíritu Santo: Comentarios personales:

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LECCIÓN 5

¿Cómo puede usted saber que ha sido lleno del Espíritu Santo?

ORACIÓN DE APERTURA: Haga una breve oración de apertura del grupo de estudio. PARA EMPEZAR: ¿Qué cree usted que el apóstol Pablo quiso decir al declarar: "…ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí…"? (Gálatas 2:20-RVC) PREGUNTE: ¿Qué papel representan los sentimientos en su vida cristiana? ¿Qué papel representa la fe? ¿Alguna vez se contradicen los sentimientos y la fe? ¿De qué manera? OBJETIVO DEL LÍDER DE GRUPO: Dar a los miembros del grupo la seguridad de estar llenos del Espíritu Santo y estimularlos a continuar por fe su andar en el Espíritu

DESARROLLO DE LA LECCIÓN Objetivo: Experimentar la seguridad de la llenura del Espíritu Santo Lectura bíblica: Gálatas 5:16-26 Versículo a memorizar

“Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza. Contra tales cosas no hay ley.” GÁLATAS 5:22-23

Prepare previamente un breve resumen de los párrafos iniciales de esta lección que se encuentra en las páginas 208 a 210 del texto de estudio, para compartirlo con los miembros del grupo.

Usted puede saber que ha sido lleno del Espíritu Santo Hay dos excelentes maneras de saber que usted está lleno del Espíritu Santo:

(1) Por las promesas de la Palabra de Dios. (2) Por la experiencia personal.

Si usted se ha rendido obedientemente a la voluntad de Dios, y sinceramente le ha

entregado su voluntad a Él de acuerdo con los pasos descritos aquí, y si usted le ha pedido que lo llene, Él ya lo ha hecho.

¿Es voluntad de Dios que usted sea lleno, de acuerdo a Efesios 5:18? Entonces, ¿puede usted saber, sea que sienta algo o que no sienta nada, que tiene lo

que ha pedido a Dios? La Palabra de Dios nos promete que podemos saberlo. Por lo tanto, basado en Su

Palabra usted puede saber que está lleno si ha cumplido las condiciones dadas en Su Palabra. Pero, ¿qué acerca de los sentimientos? Usted puede o no experimentar una reacción

emotiva en el momento en que se arrodille a orar pidiendo ser lleno del Espíritu. Al conversar con muchos estudiantes, y también con adultos, he descubierto que al ser

lleno del Espíritu, la mayoría experimenta una serena calma y con ésta viene un sentir de gran expectación de que Dios los va a usar como nunca antes en dar a conocer a Cristo. Una poderosa fe en Dios y en su Palabra nace en los corazones de aquellos que han sido llenos del Espíritu Santo. ¿El resultado? Mucha fe, poder, determinación y eficacia para testificar.

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¿Qué resultados puede usted esperar al ser lleno del Espíritu Santo?

Ahora viene la prueba definitiva que determinará si usted está verdaderamente lleno del Espíritu Santo. ¿Ha descubierto que posee un nuevo y más grande amor por Cristo? ¿Está ahora más preocupado por aquellos que no conocen el amor y perdón de Dios? ¿Está experimentando mayor fe, determinación, libertad y poder al testificar? Si es así, usted está lleno del Espíritu Santo. Jesucristo está comenzando a expresar Su vida y amor por medio de usted.

Recuerde, Jesús prometió que recibiríamos poder después de que el Espíritu Santo viniera sobre nosotros. Después de recibir poder, naturalmente buscaremos ser sus testigos donde quiera que estemos (Hechos 1:8).

Es definitivamente cierto que usted experimentará más amor por Cristo, por su prójimo y por la Palabra de Dios, cuando sea lleno del Espíritu Santo. Cómo Pablo dijo en Romanos 5.5:

“Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado”. También se manifestará el fruto del Espíritu: “Amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza.” (Gálatas 5:22-23) Ahora bien, debemos siempre tener presente que hay diferencia entre el fruto del

Espíritu y los dones del Espíritu. La llenura del Espíritu Santo es concedida para dar poder y valor para testificar de

Cristo. Muchos líderes cristianos están de acuerdo con el Dr. Rubén A. Torrey, cuando dijo: “He escudriñado mi Biblia una y otra vez con referencia a este tema y hago esta declaración sin el más leve temor a equivocarme. No existe un solo pasaje del Antiguo y Nuevo Testamento que se refiera a la llenura del Espíritu Santo, que no esté relacionado con el testimonio de servicio.” Conforme el cristiano permanece en Cristo, viviendo en la plenitud del Espíritu, el fruto

del Espíritu se desarrolla y el cristiano madura espiritualmente. La madurez del fruto del Espíritu es un proceso de toda la vida. Es algo constante, a

medida que las características de Cristo se van formando en la vida del cristiano. Algunos cristianos dan mayores evidencias del fruto del Espíritu que otros, debido a un mayor sometimiento a Su obra.

Mientras más reconozcamos que estamos muertos al pecado, y seamos fieles al Señor Jesucristo para que viva dentro de nosotros, y cuanto más Le permitamos que mediante el poder del Espíritu Santo viva Su vida en nuestra vida, más evidente será el fruto del Espíritu en nosotros.

Aun cuando el desarrollo y la madurez del fruto del Espíritu es un proceso largo, los dones del Espíritu Santo son dados en el momento en que una persona recibe a Cristo.

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Aunque todo cristiano al ser lleno del Espíritu Santo recibe poder para testificar, no todos los cristianos reciben el mismo don, como lo expresa 1 Corintios 12. Algunos son llamados a ser apóstoles, otros profetas, otros evangelistas, otros pastores y maestros (Efesios 4:11). Por esta razón, debemos dejar que el Señor nos dirija al lugar en que quiere que Le sirvamos.

No imite el ministerio de otros. Sea paciente, no decida apresuradamente lo que hará con su vida o dónde debe servir a Cristo. Él expresará Su vida “en” y “a través de” usted, en la medida en que usted continúe estudiando Su Palabra y sea obediente y sensible a la dirección del Espíritu Santo. Será por medio de la Palabra de Dios, la dirección del Espíritu Santo y el sabio consejo de cristianos más maduros, que usted descubrirá cuál es la voluntad de Dios para su vida.

¿Se puede ser lleno del Espíritu Santo más de una vez? Sí, podemos experimentar ser llenos del Espíritu Santo muchas veces, si nos rendimos a

Cristo. Debemos estar llenos del Espíritu Santo, cada nueva oportunidad que se nos presenta de servir al Señor. El mandato de ser llenos del Espíritu Santo en Efesios 5:18, significa literalmente en el griego original “ser llenos del Espíritu constante y continuamente”, para mantenernos llenos como un modo de vivir.

Estudio bíblico Los resultados de la vida llena del Espíritu

1. ¿Qué demostrará el Espíritu Santo “en” y “a través de” usted como resultado de haberlo llenado? (Gálatas 5:22,23) Su fruto: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza.

¿Qué parte del fruto del Espíritu es el que usted más necesita?

2. Escriba aquí Hechos 1:8. “Pero cuando venga sobre ustedes el Espíritu Santo recibirán poder, y serán mis testigos en Jerusalén, en Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.” (RVC)

¿Cómo ve este poder obrando en su vida?

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¿Cómo se aplica en usted Juan 15:16? Dios me eligió para que lleve fruto duradero.

3. ¿Cómo se identifica con 1 Corintios 12:1-11 y Efesios 4:11?

4. ¿Qué hábitos, costumbres, vocabulario y otras inconsistencias piensa usted que están

impidiendo que el Espíritu Santo desarrolle Su fruto, Su poder y Sus dones en su vida?

5. ¿Qué ocurre cuando estamos ocupados con Cristo y permitimos que el Espíritu Santo obre en nuestra vida? (2 Corintios 3:18) Somos transformados a Su semejanza.

Junto al grupo, busquen estos versículos y coméntenlos: Juan 4:34: La razón de la vida de Jesús. Juan 7:37-39: Una vida victoriosa, plena y abundante que se desborda en la vida de otros. Haga copias de la siguiente lista a fin de distribuirlas entre los miembros de su grupo para su consideración y uso: Lista de verificación de resultados de la llenura del Espíritu Santo:

□ Estoy consciente de mi dependencia total de Jesucristo a cada momento. □ Acudo a Él en todas las cosas. □ Soy cauteloso para hablar, actuar, planear, a menos que sea dirigido por Él. □ Dejo que Cristo viva Su vida a través de mí, en vez de estar tratando de vivir la vida

cristiana con mis propias fuerzas. □ Me doy cuenta de que Él es Amor. □ He renunciado al amor propio y he escogido como propósito supremo de mi vida el

amar a otros, dejando que Cristo ame a la gente a través de mí. □ Experimento valor y seguridad al testificar de Cristo. □ Produzco fruto de acuerdo a Mateo 4:19 y Juan 15:8.

El hecho, la fe y los sentimientos El hecho: ¿Por qué debemos ser llenos del Espíritu Santo? (Efesios 5:18) Porque es mandato de Dios. La fe: ¿Cuál es nuestra confianza de que hemos sido llenos del Espíritu? (1 Juan 5:14,15) Dios ha prometido contestar nuestra oración cuando esté de acuerdo con Su voluntad. Los sentimientos (emociones): Cuando usted fue lleno del Espíritu, ¿sintió algo diferente?

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No dependa de lo que siente. La promesa de la Palabra de Dios es nuestra autoridad, no lo que sentimos. Los cristianos viven por fe en la fidelidad de Dios mismo y de Su Palabra.

Este tren ilustra la relación entre el hecho (Dios y Su Palabra), la fe (nuestra confianza

en Dios y Su Palabra) y nuestros sentimientos (el resultado de nuestra fe y obediencia) (Juan 14:21).

El tren puede viajar con o sin el vagón de cola. Sin embargo, sería inútil intentar halar el tren por medio del vagón. De la misma manera, no dependemos de sentimientos o emociones, sino que ponemos nuestra fe (confianza) en la fidelidad de Dios y en las promesas de Su Palabra. PREGUNTE Y RESPONDA: ¿Por qué hemos de subordinar nuestros sentimientos a lo que es real y a la fe? Los sentimientos fluctúan, pero los hechos no cambian, y la fe nos afirma y asegura como un ancla.

Pida a algunos voluntarios que hablen de ocasiones en que dejaron que sus sentimientos prevalecieran y de las consecuencias que experimentaron. Hablen de lo que podría haber ocurrido si, por el contrario, hubieran dejado que la fe controlara la situación.

Los sentimientos son parte importante de la vida cristiana. Dios creó nuestros sentimientos y hemos de glorificarlo con ellos; sin embargo, no debemos permitir que sean más importantes que nuestra fe o que nos oculten los hechos reales.

213

Conclusión y aplicación Haga que los participantes escriban las respuestas a las preguntas de la Aplicación personal, sin decirlas en voz alta. El cristiano se llena del Espíritu Santo, por fe; y continúa estando lleno y controlado, por fe. La evidencia de estar viviendo una vida controlada por el Espíritu Santo se verá en que usted se está volviendo más semejante a Cristo y más fructífero como testigo de Él (Mateo 4:19 y Juan 15:8).

Permita que los miembros del grupo compartan las experiencias que tuvieron cuando dejaron que su fe los gobernará, lo cual resultó en grandes cosas para el Reino de Dios. Oración de cierre Cierre con una breve oración.

Aplicación personal

1 Aunque usted no sea consciente de un cambio inmediato, al pasar el tiempo verá algunas evidencias de estar lleno del Espíritu. Si no hay cambios, significa que el Espíritu Santo no está en control. ¿Piensa usted que una persona puede ser llena del Espíritu y no darse cuenta? Explíquelo.

2

Hágase estas preguntas y conteste “SÍ” o “NO”: • ¿Ama más al Señor?

• ¿Ama más la Palabra de Dios?

• ¿Es la oración más importante para usted?

• ¿Está más preocupado por aquellos que no conocen a Cristo como

Salvador?

• ¿Está experimentando ahora mayor valentía, libertad y poder para testificar?

214

3

Si usted ha contestado “SÍ” a las preguntas anteriores, sin duda alguna ya ha sido lleno del Espíritu Santo. ¿Qué significado tiene para usted esa seguridad ahora?

4

Si su respuesta fue un “NO” a cualquiera de las cinco preguntas anteriores, ¿qué supone usted que eso está indicando?, ¿qué debe hacer para cambiar sus actitudes o acciones?

215

LECCIÓN 6

¿Cómo puede usted mantenerse lleno del Espíritu Santo?

ORACIÓN DE APERTURA: Haga una breve oración de apertura del grupo de estudio. PARA EMPEZAR: Haga una dramatización para ayudar a los miembros del grupo a identificar sus problemas. Pida a tres personas que actúen dramatizando en diferentes situaciones el papel de un cristiano: • Un cristiano que tiene pecado no confesado, y no tiene fe para apropiarse de 1 Juan 1:9 ni

de la llenura del Espíritu Santo como se encuentra prometido en 1 Juan 5:14-15. • Un cristiano que ha sido derrotado por el pecado, pero que ahora está usando 1 Juan 1:9

para restaurar su comunión con Dios. Comente acerca de cuánto tiempo un cristiano tiene que permanecer derrotado (sólo hasta que se da cuenta de su necesidad de confesión y purificación).

• Un cristiano que acaba de regresar de ver a un amigo a quien le ha testificado con éxito. PREGUNTE: ¿Qué implicó para este último cristiano el testificar de Jesucristo con éxito? (Respuesta: Que él está lleno y es controlado por el Espíritu Santo.) Hable acerca de los papeles representados y por qué los personajes reaccionaron como lo hicieron.

En el andar cristiano nos hemos acostumbrado tanto a depender de los sentimientos y las emociones en vez de los hechos reales, que tendemos a dudar de la Palabra de Dios, e interiormente ponemos en tela de juicio que Dios hará lo que Su Palabra dice que hará. Muchos de ustedes han llegado a darse cuenta que han estado viviendo una vida cristiana sin poder y pidieron al Señor que los llenara con Su Espíritu Santo.

Sin embargo, días después, ustedes podrían dudar de la validez de esta plenitud, porque no han experimenta- do grandes reacciones emocionales o cambios drásticos.

Recuerde, que lo que Dios dice es real, ya sea que su reacción haya sido quietud y calma, fogoso entusiasmo o que no haya tenido ninguna manifestación emocional. Usted puede estar totalmente seguro que el Espíritu Santo lo ha llenado, si siguió las condiciones mencionadas en la Lección Cuatro. Estas condiciones son rendir su voluntad a Cristo, pedir con fe, esperar que Él lo llene. OBJETIVO DEL LÍDER DE GRUPO: Ayudar a cada estudiante a experimentar la vida llena del Espíritu Santo como una realidad en todo momento

DESARROLLO DE LA LECCIÓN Objetivo: Experimentar la vida llena del Espíritu Santo como una realidad momento a momento Lectura bíblica: Hechos 10 Versículo a memorizar

“El que tiene mis mandamientos, y los obedece, ése es el que me ama;

y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo lo amaré, y me manifestaré a él.” JUAN 14:21

Prepare previamente un breve resumen de los párrafos iniciales de esta lección que se encuentran en las páginas 215 a 220 del texto de estudio, para compartirlo con los miembros del grupo.

Si usted es cristiano, El Espíritu Santo habita en usted. Cuando usted compra un aparato que funciona con baterías, suele aparecer impresa en la caja la advertencia “No se incluyen baterías”. El Espíritu Santo, su fuente de poder para vivir, “sí está incluido” cuando usted recibe a Jesucristo como su Salvador y Señor. Por lo tanto, usted no necesita invitarlo a que entre en su vida. Él viene a morar en usted cuando usted se convierte en cristiano, y Jesús prometió que Él nunca lo dejará.

En el momento en que usted recibió a Cristo, el Espíritu Santo no sólo vino a morar en usted, sino que también le dio vida espiritual, haciendo que usted naciera de nuevo como hijo de Dios. El Espíritu Santo también lo bautiza en el Cuerpo de Cristo, la Iglesia. En 1 Corintios 12:13a, Pablo explica: “Por un solo Espíritu todos fuimos bautizados en un solo cuerpo.”

Tanto el ser habitado por el Espíritu Santo, como el nuevo nacimiento y el bautismo del Espíritu Santo, ocurren a la vez y en el momento en que la persona recibe a Cristo. El ser lleno del Espíritu Santo, por lo tanto, no es una experiencia que ocurre de una vez por todas. Tal como se aclara en Efesios 5:18, uno puede ser lleno del Espíritu muchas veces.

Algunas sugerencias para mantenerse lleno del Espíritu Santo El cristiano depende entera y completamente del Espíritu Santo para obtener victoria y

poder espiritual. De manera que, mientras más rendidos estemos, mayor libertad tiene el Espíritu para obrar por medio nuestro para dirigir a otros a Cristo, y traernos a la madurez espiritual en Cristo.

Permítame darle algunas sugerencias prácticas que le ayudarán a vivir lleno del Espíritu Santo, momento a momento, por el resto de su vida.

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1. Medite en estas gloriosas verdades Que Jesucristo realmente mora en usted; que usted está muerto al “yo”, al pecado y a

todos los deseos personales egoístas; usted está vivo para Dios en Cristo Jesús; “considérense muertos al pecado pero vivos para Dios en Cristo Jesús, nuestro Señor.” (Romanos 6:11) Usted ha cambiado su vida de pecado, defectos y frustraciones, por la vida victoriosa y

triunfante de Cristo, en quién… “habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y en él, que es la cabeza de toda autoridad y poder, ustedes reciben esa plenitud.” (Colosenses 2:9-10) Piense en esto, que el que mora en su corazón es el mismo que declaró: “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra.” (Mateo 28:18) Es por eso que el Apóstol Pablo dijo: “¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece!” (Filipenses 4:13) Usted ha enterrado al “viejo Adán”, ha cerrado la tapa del ataúd y lo ha puesto dos

metros bajo tierra. Jesucristo no le está ayudando a vivir la vida cristiana mediante su vieja naturaleza pecaminosa. Más bien Él está ahora usando su cuerpo como Su templo, su mente para pensar Sus pensamientos, su corazón para expresar Su amor y compasión, sus labios para comunicar Su verdad.

La voluntad del Señor viene a ser su voluntad. Al principio le será necesario reconocer y confirmar, muchas veces durante el día, que esta transacción ya ha ocurrido. Puede serle necesario cambiar completamente su manera de pensar y orar. No piense: “¿Qué puedo hacer por Cristo?”; ni diga: “Dios, ayúdame a hacer esto o aquello para Ti”; sino: “Señor Jesús, soy tuyo completa y totalmente, sin reservas. Úsame como Tú deseas, envíame donde quieras, porque estoy muerto y mi vida está escondida contigo en Dios.”

Procure “permanecer en Cristo” (1 Juan 2:6). ¿Qué significa permanecer en Cristo? El apóstol Juan, acerca de permanecer en Cristo dijo:

“El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo” (1 Juan 2:6). Permanecer es guardar Sus mandamientos. Guardar sus mandamientos es obedecerle.

Vivir permaneciendo en Cristo, es una vida con ausencia de esfuerzo. ¡Cuán lentamente comprendemos este hecho tan sencillo! Una rama no se esfuerza en producir fruto, tampoco una bombilla eléctrica se esfuerza por alumbrar. Ni uno ni lo otro necesitan intentarlo; sencillamente permiten el paso de una inagotable provisión de vida y energía. Al hacerlo, apenas usan algo de sus propios recursos. El cristiano, sin embargo, posee recursos infinitamente mayores. Aquel que creó la vida vegetal y la energía eléctrica es el que vive dentro de nosotros. ¿Por qué preferimos esforzarnos? Porque no estamos permaneciendo.

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El verdadero examen de la vida cristiana es: ¿Estoy “tratando” o estoy “permaneciendo”? Si me doy cuenta que aún estoy tratando de vivir la vida cristiana por mis propios medios, entonces no soy un canal limpio a través del cual puede fluir la vida de Cristo.

Medite en los siguientes capítulos de la Biblia:

• Juan 14, 15 y 16 • Mateo 6 • Colosenses 3 • Efesios 5 • Romanos 6, 8, 12 y 14 • 1 Corintios 13 • 1 Juan 1 • Hebreos 11 • Gálatas 5 • Salmo 37

Le sugiero que consiga un cuaderno y que haga un resumen de cada uno de estos

capítulos. Especialmente enumere aquellas sugerencias que le ayudarán a permanecer en Cristo. Siga usando su cuaderno para bosquejar otras porciones de la Biblia y para llevar un registro de versículos clave que le gustaría aprender de memoria. Hay muchas porciones de la Biblia que le ayudarán a permanecer en Cristo.

2. Invierta un tiempo en oración. Invierta un tiempo específico cada día en oración, para mantener su comunión con

Dios, busque Su dirección, y ore específicamente por la salvación de hombres y mujeres a quienes usted conoce.

Si usted quiere caminar en la plenitud y el poder del Espíritu Santo, necesita aferrarse a los ilimitados recursos de amor, sabiduría, perdón y gracia abundante de Dios. Esto resulta imposible si no dedica suficiente tiempo a la oración. Así como el pasar tiempo juntos con nuestro cónyuge o con amigos enriquece esas relaciones, asimismo el pasar un tiempo diario con Dios perfecciona nuestro “primer amor” y devoción por Él.

Cuando usted se postra en oración, abre una fuente de poder que cambia la vida. Haga una lista de las personas que usted desea que conozcan a Cristo; ore por ellas diariamente (Efesios 6:18 y 1 Samuel 12:23), y espere que el Dios Todopoderoso prepare sus corazones y los conduzca al Salvador.

3. Dedique tiempo diariamente para leer y estudiar la Palabra de Dios Estudiar y meditar la Palabra de Dios es también muy importante. Después de muchos

años de trabajar con miles de cristianos, estoy convencido que ninguno puede disfrutar el gozo de una vida plena y abundante si no mantiene el balance necesario entre el estudio de la Biblia, la oración y el compartir de Cristo con otros.

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Además de estudiar la Palabra, aprenda de memoria porciones clave de la Biblia, tales como: Hebreos 4:12; 1 Corintios 2:9-12; Salmo 119:4, 9, 15, 16, 97, 98, 103, 105, 130; etc.

4. No contriste al Espíritu Santo En el momento que usted hace algo a sabiendas que es malo, contrista al Espíritu

Santo. ¿Qué queremos decir con contristar al Espíritu Santo? El Espíritu es Santo se ofende y entristece cuando un cristiano comete un pecado y continúa practicándolo. Por lo tanto, si usted quiere continuar siendo lleno del Espíritu Santo y tener el poder para testificar de Cristo, viva una vida santa, rendida a Él.

Usted puede hacer esto practicando la “respiración espiritual”. Como ocurre con la

respiración natural, la respiración espiritual es un proceso de “exhalar” lo impuro e “inhalar” lo puro. Es un ejercicio de fe que lo capacita para experimentar el amor y el perdón de Dios y caminar en el Espíritu como una nueva manera de vivir.

Para “exhalar” espiritualmente, confiese cualquier pecado en su vida del cual tenga conocimiento. La Palabra de Dios promete en 1 Juan 1.9:

“Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” Al confesar sus pecado, usted se pone de acuerdo con Dios en que su acción es

pecaminosa, y por lo tanto una ofensa contra Él; usted reconoce que Cristo ha pagado la culpa de su pecado, entonces se arrepiente y se torna de su acción incorrecta.

Para “inhalar” espiritualmente, sencillamente aprópiese de la llenura del Espíritu Santo por fe. Invítelo a dirigir, a controlar, y a que le dé poder en su vida, de acuerdo a la promesa dada en Hechos 1.8:

“Pero cuando venga sobre ustedes el Espíritu Santo recibirán poder, y serán mis testigos…”

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El cristiano promedio no entiende el concepto de la respiración espiritual como un ejercicio de fe y, como resultado, vive como en una montaña rusa. Va de una experiencia emocional a otra, viviendo la mayor parte de su vida como un cristiano carnal, controlando su propia vida y contristando continuamente al Espíritu Santo.

5. No apague al Espíritu Santo Sea sensible a la guía del Espíritu Santo; ya que Él es omnisciente, tiene conocimiento y

sabiduría infinita y lo guiará a toda verdad (Juan 16:13). Nunca le diga “no” al Espíritu Santo. Conforme usted crezca en la vida llena del Espíritu y dirigida por Cristo, tendrá muchas

y maravillosas experiencias, como la que tuvo Felipe (Hechos 8:26-39) cuando el Espíritu Santo lo dirigió a hablar al etíope; o la que tuvo Pablo (Hechos 16:9) cuando fue llamado a Macedonia a predicar el Evangelio.

Las experiencias más sobresalientes de mi vida han sido aquellas en las que el Espíritu habló a mi corazón con voz tierna, diciéndome que hablara a ciertas personas específicas acerca de Cristo. Luego, al hablar con ellos en obediencia a la dirección del Espíritu, he descubierto siempre que el Espíritu Santo había preparado sus corazones para escuchar mi testimonio. Muchas veces me han dicho:

—Bill, el Señor me lo trajo. O, —Todo lo que usted ha dicho ha sido dirigido a mí. Alguien le debe haber contado

mi problema. El Espíritu lo sabe todo y si usted y yo estamos llenos de Su presencia y poder, siempre

diremos la palabra adecuada a aquellos que están en necesidad. Ha habido muchas experiencias maravillosas ocurridas bajo la guía del Espíritu y quiero

compartirle una en especial. Un día iba conduciendo mi auto a Forest Home, un centro cristiano universitario de conferencias en California, para asistir a un seminario de orientación para universitarios, que ha sido grandemente usado por el Señor en la vida de miles de estudiantes. Era un día extremadamente caluroso del mes de agosto y mi automóvil empezó a calentarse en tal forma que no pudo continuar la marcha al emprender el ascenso de la montaña. Esperé a que el motor volviera a funcionar.

Llegué a una casa de campo a pedir agua para el radiador. El dueño de la casa fue muy atento y generoso, me ayudó a llenar el radiador; y aunque estuve allí entre cinco y diez minutos no le hablé de Cristo. Mi mente estaba en la reunión a la cual deseaba asistir, montaña arriba. Cuando me incliné a recoger el tapón del radiador, que estaba en el suelo, se me cayó del bolsillo de la camisa mi Nuevo Testamento. Sin embargo, ni así escuché la suave voz del Espíritu.

Le agradecí a aquel hombre su gentileza, y al conducir el auto fuera de su propiedad, repentinamente sentí un fuerte impulso de regresar a hablar de Cristo con aquel hombre. Pero pensé, ya se me hizo tarde para la reunión. Además, si regreso a testificarle de Cristo, va a pensar que soy un fanático. Por otro lado, si pensaba hablarle de Cristo, debí hacerlo cuando me estaba ayudando a ponerle agua al radiador.

Los argumentos humanos resultan inútiles contra la insistente voz del Espíritu. Después de haber recorrido un par de millas, decidí volver. Como una medida de precaución me

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estacioné a la orilla del camino para orar: “Señor, no permitas que cometa un error. Esto parece una locura. Dame las palabras que debo decir, que se haga Tu voluntad.”

Cuando entré a la propiedad, el dueño salió a recibirme. —¿Olvidó algo?— preguntó. —Sí—, le respondí. —Olvidé algo, señor. Quizás esto le va a parecer un poco extraño,

pero soy cristiano y sentí que el Señor deseaba que regresara para hablar con usted acerca de Cristo.

No hubo necesidad de decir más. Las lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas. Su barbilla temblaba mientras nos decía que él sabía que el Señor me había enviado. Me pidió que entrara y cuando lo hice, llamó a su esposa.

Luego dijo: —Hace años, yo acostumbraba ir a la iglesia, pero caí en pecado y no he vuelto desde hace mucho tiempo. Esta semana mi esposa ha estado asistiendo a unas reuniones de avivamiento aquí en el pueblo, y mientras los días pasan, más y más he sentido la carga por el peso de mis pecados, quiero arreglar mis cuentas con Dios.

Los tres nos arrodillamos en la sala, y él y su esposa dedicaron sus vidas y su hogar a Cristo.

Continué mi camino alabando a Dios por la guía de Su Espíritu, y por haberme dado otra oportunidad de testificar de nuestro bendito Salvador.

Al pedir a Dios que lo llene del Espíritu Santo por fe, usted está pidiendo ser lleno del

Espíritu y no ser lleno de sí mismo. A medida que el Espíritu controle su vida, usted vendrá a ser más como Cristo. El Espíritu Santo no es autor de confusión y emociones extremistas. Él ha venido a exaltar y glorificar al Señor Jesús; por lo tanto, cuando usted es lleno del Espíritu Santo, su deseo permanente será hacer la voluntad de Dios y aquello que agrade y honre a nuestro bendito Salvador, Jesucristo el Señor.

¿A qué vino el Señor Jesús a este mundo? “A buscar y a salvar lo que se había perdido.” (Lucas 19:10) ¿Qué será lo que más Le agrada al Señor Jesús? Le agradaremos de la mejor manera

cumpliendo su Gran Comisión, yendo por todo el mundo y predicando el Evangelio a toda criatura, e invitándole a vivir Su vida a través de nosotros, empezando en nuestra “Jerusalén”.

¿Cómo se logrará esto? A través del poder del Espíritu Santo. Piénselo, usted y yo tenemos privilegio de ser usados por nuestro bendito Salvador para ayudar a alcanzar un mundo perdido con las gloriosas ¡Buenas Nuevas!

Invite a los miembros del grupo a leer posteriormente estas páginas con detenimiento.

Estudio bíblico ¿Cómo mantenerse lleno del Espíritu Santo?

Lea Efesios 5:18. En el griego original, “ser lleno” implica mantener llenándose constante y continuamente. Vivir piadosamente es una parte vital del proceso.

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1. ¿Cuáles son las características del cristiano que se mantiene “siendo lleno” constante y continuamente? (Juan 15:1-11; Gálatas 5:16-25) Él camina en el Espíritu y glorifica al Padre llevando mucho fruto.

2. ¿Cuáles piensa usted que son los dos mandamientos más importantes para vivir una

vida llena del Espíritu Santo? (Mateo 22:36-40) Amar a Dios; y amar al prójimo como a nosotros mismos.

¿Por qué? Porque es un mandato de nuestro Señor, y toda la ley y las amonestaciones de los profetas dependen de estos dos mandamientos.

3. Explique en sus propias palabras el concepto de la “respiración espiritual” explicado

anteriormente, usando de referencia los respectivos versículos. Exhalar (1 Juan 1:9) Inhalar (Efesios 5:18; 1 Juan 5:14,15)

¿Cómo puede ayudarle la “respiración espiritual” a vivir piadosamente y a mantenerse lleno del Espíritu Santo? (Revise nuevamente el gráfico de la página 218.)

COMENTE: Para que una persona sea llena del Espíritu Santo, ha de dar estos tres pasos básicos:

• Confesar su pecado y recibir limpieza espiritual (1 Juan 1:9). • Hacer suyos la voluntad y el propósito de Dios, que son: llenarle del Espíritu Santo

(Efesios 5:17-18; Romanos 12:1-2; Hechos 1:8). Esto se hace a través de la oración (1 Juan 5:14-15).

• Creer en las promesas de Dios y actuar en fe (Hebreos 11:6 y Santiago 1:6). Dedique una parte del tiempo a examinar la Respiración Espiritual con sus estudiantes, usando el diagrama del cuaderno del estudiante y refiriéndose a las páginas 218 y 219 del artículo de la introducción a esta lección.

4. Para ser lleno continuamente con el Espíritu Santo, usted debe permanecer en Cristo. Lea Juan 15:1-11. ¿Cómo puede usted lograr eso? (Juan 15:10. Lea también Juan 14:21) Guardando Sus mandamientos.

¿Qué significado tiene en su vida cristiana el ejemplo de la vid y los pámpanos en los versículos 1-8 de Juan 15?

COMENTE: El permanecer en el Espíritu se expresa en amor (1 Juan 3:23). Dios, quien es amor, se puede manifestar solo en aquéllos que aman a otros. (Vea Juan 3:16; 1 Juan 3:16, 3:1; 4:8; 4:19; Juan 13:1; 15:9)

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5. No contriste al Espíritu Santo. Lea Efesios 4:25-32. ¿Cómo puede usted contristar al Espíritu Santo? Pecando.

¿A cuál de los mandamientos dados en esa lista debe usted poner especial atención? ¿Cómo puede usted deshacerse del pecado en su vida? (1 Juan 1:9) Confesándolo, y aceptando el perdón de Dios para quedar limpio.

Según Romanos 8:13, ¿Qué es lo que el Espíritu Santo quiere hacer por usted? Hacer morir las obras de la carne.

COMENTE Y PREGUNTE: Piense de qué manera un niño o una niña puede contristar a sus padres por tener una actitud rebelde. ¿En qué se parece esto a contristar al Espíritu Santo?

6. Invierta tiempo diariamente en orar y estudiar la Biblia. ¿Qué le enseñan los versículos siguientes acerca del papel que desempeña la oración en la vida del creyente lleno del Espíritu?

Hebreos 4:15-16 Es de vital importancia para que recibamos misericordia y hallemos gracia que nos ayude en tiempos de necesidad. Santiago 5:16 Podemos sanarnos. 1 Samuel 12:23 Sería pecado dejar de orar por aquellos que nos preocupan. Santiago 1:5 La oración es nuestro medio para recibir sabiduría de Dios. Hechos 4:31 Podemos recibir valor e intrepidez.

COMENTE: Dedicar tiempo cada día para orar y leer la Biblia es vital para permanecer en Cristo. La Palabra de Dios y la oración son los medios que nos permiten experimentar la plenitud del Espíritu Santo obrando en nosotros. La oración es como agua para una rama sedienta, y la Palabra de Dios es como el alimento.

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¿Qué nos dicen los versículos siguientes acerca del papel que desempeña la Palabra de Dios en la vida del creyente lleno del Espíritu Santo? Romanos 1:16 Es el poder de Dios para salvación de todo aquel que cree.

Hebreos 4:12 Discierne nuestros pensamientos y las intenciones de nuestro corazón. 2 Timoteo 2:15 Nos ayuda a entender la verdad de Dios. 2 Timoteo 3: 16, 17 Nos enseña doctrina, reprensión, corrección e instrucción en justicia, a fin de que estemos preparados para hacer buenas obras.

PREGUNTE: ¿De qué manera ha visto la obra de la Palabra de Dios en su vida, que revele o demuestre que usted está lleno del Espíritu Santo?

Existe un paralelismo interesante entre Efesios 5:18, que nos amonesta a estar siempre dirigidos y fortalecidos por el Espíritu Santo, y Colosenses 3: 16, que nos amonesta a dejar que la palabra de Cristo more en abundancia en vosotros. El resultado de dejar que la Palabra de Cristo more en usted y de estar lleno del Espíritu, será que usted hablará mucho del Señor, citando salmos e himnos y cantando alabanzas al Señor.

7. Obedezca los mandamientos de Dios. Según los versículos siguientes, ¿qué papel desempeña la obediencia en la vida del creyente lleno del Espíritu?

Juan 14:15 Muestra nuestro amor por Cristo. Juan 14:23-26 Da la base para la comunión con el Padre.

Mencione cómo el estar lleno del Espíritu, dedicarle tiempo al Señor cada día, obedecerle y testificar de Él, están interrelacionados. Hablen de lo que ocurriría si uno de estos aspectos comenzara a declinar en la vida de un cristiano.

8. Testifique de Cristo. Según Hechos 1.8, ¿para qué propósito fue dado el Espíritu Santo?

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Conclusión y aplicación La vida llena del Espíritu no es una vida de obligación. No haga de esta lista una razón para considerarse un fracasado. Más bien, úsela como referencia para mantenerse en victoria y para descubrir qué áreas debe reforzar.

El vivir una vida llena del Espíritu Santo, día a día y sin interrupción, es la norma de Dios para el cristiano. Esta calidad de vida proviene de una limpieza espiritual y de una fe inquebrantable, que le cree a Dios y apropia Sus promesas como verdaderas, cada día, y momento a momento. Oración de cierre Dedique un tiempo específico a la oración en silencio para dar a los participantes oportunidad de confesar sus pecados y apropiar el perdón de Dios. Después termine orando en voz alta.

Aplicación personal

1 La vida llena del Espíritu es una vida de obediencia y de permanecer en Cristo. Usted la puede experimentar diariamente al:

• Amar a Cristo con todo su corazón. • Practicar la respiración espiritual. • Pasar tiempo diariamente en oración y en el estudio de la Biblia. • Obedecer los mandamientos de Dios • Testificar de Cristo.

2 ¿De qué manera es evidente el poder y la plenitud del Espíritu Santo en su vida?

3 Haga una lista de todas las áreas de su vida en las cuales el Espíritu Santo…

…no está en control … sí está controlando

4 ¿Qué pasos prácticos tomará usted esta semana para darle al Espíritu Santo completo control de aquellas áreas que todavía no le ha entregado?

5 ¿Ha obtenido victoria hoy sobre algún pecado que usted confesó ayer? Explique.

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REPASO

Evidencias de madurez cristiana ORACIÓN DE APERTURA: Haga una breve oración de apertura del grupo de estudio. PARA EMPEZAR: Hablen acerca de cualquier pregunta que los miembros del grupo puedan tener acerca de la persona y el ministerio del Espíritu Santo, tal como se presentaron en las seis lecciones anteriores. Luego hablen sobre cómo esas lecciones han producido cambios positivos en sus vidas. Pídales a los participantes que expresen los puntos de vista que han obtenido y las maneras nuevas y emocionantes en que Dios los está usando con base en lo que han aprendido. OBJETIVO DEL LÍDER DE GRUPO: Asegurarse que los estudiantes entienden quién es el Espíritu Santo y por qué vino; revisar cómo ser lleno y cómo andar continuamente en el Espíritu DESARROLLO DE LA LECCIÓN Objetivo: Repasar lo aprendido en este “PASO 3. El cristiano y el Espíritu Santo”, para constatar evidencias de madurez cristiana Repase las lecturas bíblicas: Juan 14:16-26; Juan 16:7-15 Escriba los versículos memorizados:

CITA VERSÍCULO Juan 16:13-14

Efesios 5:18

1 Juan 2:15-17

Romanos 12:1-2

Gálatas 5:22-23

Juan 14:21

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Preguntas Las siguientes preguntas le ayudarán a revisar este “PASO 3. El cristiano y el Espíritu

Santo”. Si es necesario, vuelva a leer la lección a la que se refieren.

1. ¿Es el Espíritu Santo una persona o una fuerza impersonal? Él es una persona.

¿Cómo lo sabe? Él tiene intelecto, emociones y voluntad.

¿Cuál es la razón principal de la venida del Espíritu Santo?

Para glorificar a Cristo.

2. ¿Cuál es el mandato de Efesios 5:18 con relación al Espíritu Santo? Ser llenos del Espíritu Santo.

3. ¿Cuál es la promesa en 1 Juan 5:14-15 con relación al Espíritu Santo? Que todo lo que pidamos, que esté de acuerdo con la voluntad de Dios, Él nos lo dará.

4. Nombre todas las razones que recuerde de por qué los cristianos no son llenos del Espíritu Santo. No conocen la Palabra de Dios, son orgullosos, temen al hombre, se avergüenzan de Cristo, tienen perversidad en sus corazones, no confían en Dios, y aman al mundo.

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Conclusión y aplicación Cada día puede ser una gran aventura para el cristiano que conoce la realidad de ser lleno del Espíritu Santo y vivir constantemente, momento a momento, bajo Su bondadoso control.

Dios manda a todo cristiano que se llene del Espíritu Santo; no llenarse de Él es un acto de desobediencia.

Si hay en su grupo quienes todavía no tienen seguridad de estar llenos del Espíritu Santo pero manifiestan el deseo de hacerlo, guíelos en la oración de la Lección 4 (Página 207). Oración de cierre Cierre con una breve oración.

Aplicación personal

1 ¿Cuál debe ser su motivación para ser lleno del Espíritu Santo?

2

¿Cómo puede usted ser lleno del Espíritu Santo?

3

¿Cómo sabe que ha sido lleno del Espíritu Santo?

4

¿Cómo puede usted continuar siendo lleno y así caminar en el Espíritu?

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