Patrimonio y Ciudad

WENCESLAO SOTO ARTUO

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PATRIMONIO Y CIUDAD. PATRIMONIO INDUSTRIAL AZUCARERO EN LA AXARQUA: ENTRE EL OLVIDO Y LA PUESTA EN VALOR1

Francisco Jos Rodrguez Marn Dpt. de H. del Arte de la UMA

RESUMEN

En este artculo se analiza el patrimonio industrial azucarero de la comarca malaguea de la Axarqua a partir de sus restos materiales, valorando su situacin patrimonial, grado de proteccin e intervenciones de rehabilitacin y rescate.

Palabras clave: patrimonio industrial, azcar, Axarqua, ingenio

Observando el paisaje actual a alguno podra extraarle hablar de patrimonio indus-trial referido a la Axarqua malaguea. Por ello no estara de ms recordar que uno de los ms destacados empresarios industriales del pas, Manuel Agustn Heredia -procedente de Torrecilla de Cameros (La Rioja)-, inici su actividad mercantil precisamente en Vlez-Mlaga, donde hacia 1801 se estableci como simple dependiente de una empresa dedicada a comercializar los productos autctonos. En 1808 ya tena creada, junto a algunos socios, su propia compaa dedicada a la exportacin de productos agrcolas y minerales y a la importacin de coloniales americanos como el azcar, el cacao y manufacturas inglesas2.

Esta referencia histrica nos pone de manifi esto una de las caractersticas del desarrollo industrial axrquico: su base esencialmente agroalimentaria, aunque no con exclusividad.

El azcar en la Axarqua

Un ejemplo claro de que el patrimonio se confi gura con posterioridad a la creacin del elemento material y con factores ajenos a su propia materialidad, es el del patrimonio

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Patrimonio y ciudad. El patrimonio industrial azucarero de la Axarqua

azucarero, que de constituir un elemento habitual y cotidiano ha pasado a escasear adqui-riendo a la vez un valor cultural.

La caa de azcar, una gramnea de procedencia tropical y subtropical, presenta una serie de exigencias para su cultivo. Las condiciones topogrfi cas y edafolgicas del litoral costero malagueo y granadino, con una sierra que la protege de los vientos fros del Norte, la cercana del mar que garantiza la ausencia de heladas y una fcil irrigacin, han hecho posible desde el siglo X un cultivo que prcticamente no existe en ningn otro punto de Europa y que se mantuvo a lo largo de los periodos medieval y moderno3.

Aunque introducida por los musulmanes en el siglo X, se tiene constancia escrita del cultivo de la caa de azcar en la Axarqua en los primeros documentos generados por los nuevos pobladores cristianos tras la conquista: se menciona en el libro tercero de los Repar-timientos de Vlez-Mlaga, en el ao 1496. No obstante, el sector inici su despegue en el ltimo tercio del siglo XVI, entr en crisis a mediados del siglo XVII debido a la competencia americana entre otros factores, y comenz una nueva recuperacin en el siglo XVIII, periodo en el que se reconstruyeron numerosos trapiches hasta mediados del siglo XIX, aunque otros fueron abandonados para siempre, pues a la escasez de la madera empleada como combustible se una la obsolescencia tecnolgica de los trapiches e ingenios4.

La poca de esplendor y expansin de este sector industrial se inici gracias a un personaje singular y multifactico, el corus Ramn de la Sagra, que tras su estancia en Cuba participando de forma activa en la industria de transformacin del azcar, recal de vuelta en Andaluca para acometer diversas iniciativas empresariales. En 1845 realiz un viaje por el litoral andaluz que concluy con su clebre Informe sobre el cultivo de la caa de azcar en las costas de Andaluca, que resulta esencial para conocer en que estado se hallaba el cultivo de la caa de azcar en aquel momento y el inicio de la modernizacin de los tradicionales trapiches azucareros malagueos y granadinos que comenzaban a ser sustituidos por modernos ingenios movidos por mquinas de vapor5.

An cuando no est totalmente claro si el primer ingenio mecanizado por este sistema fue el de Almucar o el de Torre del Mar, lo verdaderamente importante fue el carcter pionero en la introduccin de una nueva tecnologa que revolucionara el sector y que da pie a afi rmar, sin temor a incurrir en exageracin, que localidades como Torrox, Torre del Mar o Motril son hoy lo que son gracias a la caa de azcar y a la actividad econmica que gener su cultivo y transformacin. Aunque en 1850 tan solo estas dos fbricas haban incorporado el denominado mtodo Derosne -que combinaba la doble accin del calor y el vaco6- mejorando as la productividad y la calidad del azcar, en 1875 eran ya 17 los mo-dernos ingenios azucareros activos, y en el ao 1900 este nmero haba ascendido hasta los 29, de los que 17 se hallaban en el litoral malagueo. Es indudable que esta circunstancia reporta un valor aadido a los restos materiales que perduran de esta industria que prs-pera entonces, y hoy casi totalmente desaparecida, nos impulsa a plantearnos qu debemos hacer con los bienes muebles e inmuebles que se han logrado conservar7.

FRANCISCO JOS RODRGUEZ MARN

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Chimenea que perdura de la desaparecida factora de azcar en El Trapiche

(foto R. Marn)

Una de las ltimos pesados de caa de az-car en la fbrica de Torre del Mar

(foto R. Marn)

Interior del edifi cio principal de la fbrica de Torre del Mar tras su cierre

(foto R. Marn)

Placa informativa junto a la mquina de vapor restaurada en Torre del Mar (foto R. Marn)

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En la Axarqua la constancia toponmica de su pasado azucarero se materializa en la localidad de El Trapiche, donde persiste en actividad una almazara entre cuyas dependencias se conserva una chimenea de seccin cuadrada que pudo pertenecer a su primitivo uso como modesto ncleo fabril integrado por un molino harinero, otro de aceite y una fbrica de azcar8.

Tenemos constancia documental de la existencia de trapiches en Vlez-Mlaga, como el de San Isidro y el de la Monjas, perteneciente este ltimo al convento de clarisas de la localidad, o el de la Pura y Limpia Concepcin, que funcion en Vlez-Mlaga entre 1747 y 17549 produciendo azcares de gran calidad, aunque con el casi genrico efecto indeseado de mermar los recursos madereros de la zona10. No est de ms recalcar la diferenciacin terminolgica entre trapiche e ingenio, ya que a menudo se emplean de forma indiferen-ciada dando lugar a confusiones. Ambos trminos denominan a una fbrica de azcar, pero mientras que en el trapiche se empleaba energa de sangre es decir, animal-, como fuerza motriz, en el ingenio se usaba como fuente de energa la hidrulica o la generada por una mquina de vapor.

La industria azucarera en Torre del Mar

Por seguir un orden cronolgico nos referimos en primer lugar a la fbrica de azcar Ntra. Sra. del Carmen de Torre del Mar. Ramn de la Sagra adquiri en 1845 un antiguo trapiche con la idea de modernizarlo, pero el naufragio del buque que traa las calderas y mquinas necesarias, y diversos avatares negativos difi cultaron y restaron rentabilidad a su empresa, y tras adquirirlo una sociedad acab en 1852 en manos de Martn Larios, que fue quien fi nalmente lo convirti en una prspera fbrica adaptada al mtodo Derosne. Lleg a emplear a 160 trabajadores y a molturar durante los tres meses que duraba la zafra o recoleccin de la caa, dedicndose el resto del tiempo al refi no de azcar, la elaboracin de miel de caa y la destilacin de alcoholes.

La disminucin del cultivo de la caa de azcar en la comarca fue restando actividad y rentabilidad a la fbrica, que realiz su ltima campaa en 1991, ya bajo otra empresa. Por regla general, cuando el patrimonio industrial desaparece, lo hace con caractersticas de arrasamiento total, debido a la especulacin urbanstica favorecida por la recalifi cacin de los terrenos y a la falta de conceptualizacin del patrimonio industrial como parte in-tegrante del patrimonio cultural.

Torre del Mar ha sido una gozosa excepcin: un convenio urbanstico fi rmado en 1993 permiti la construccin del conjunto inmobiliario La Azucarera, pero reserv para el Ayuntamiento de Vlez-Mlaga la propiedad del edifi cio principal y la maquinaria que an quedaba en su interior con destino a un uso cultural. Como prembulo a esta actua-cin, la denominada Casa del Ingeniero, construida en 1888 como vivienda del director y dependencias administrativas de la fbrica, fue rehabilitada para acoger a la tenencia de


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Mquina de vapor instalada ante la Casa del Ingeniero de Torre del Mar (foto R. Marn)

Fbrica de Torre del Mar rodeada de cultivos antes de la expansin urbana de la localidad

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alcalda de Torre del Mar y otros usos culturales y administrativos. En 1999, paralelamente a la celebracin de un seminario monogrfi co sobre el azcar, su sala de exposiciones acogi una interesante exposicin sobre la industria azucarera con destacadas piezas, utensilios y documentos, aunque se ech en falta un planteamiento ms didctico que hubiese facilitado la comprensin del proceso industrial a los no especialistas en la materia.

Meses antes, con el auspicio de la Consejera de Turismo de la Junta de Andaluca, fue restaurada una de las mquinas de vapor que proporcionaron fuerza motriz a esta fbrica. Emplazada ante la Casa del Ingeniero a modo de monumento pblico, una cartela nos permite apreciar que fue adquirida en el ao 1900 a la compaa francesa Fives-Lille, especializada en la fabricacin de mquinas para ingenios azucareros, que suministr aparatos, e incluso columnas de fundicin para los edifi cios fabriles, a muchos de los ingenios andaluces y cubanos. Esta actuacin constituye un buen ejemplo de puesta en valor de la mquina a travs de un correcto planteamiento, que no ha ignorado el carcter patrimonial de la misma.

Su instalacin sobre una peana y la colocacin de un texto explicativo ofrece al que la contempla lo mnimo que un visitante le exige a una pieza expuesta en un museo conven-cional: identifi cacin del objeto, cronologa y justifi cacin de su valor. Aunque parezca una reiteracin, tras los actos vandlicos y el desapego que parte de la ciudadana demuestra hacia otros elementos muebles del patrimonio industrial instalado en jardines pblicos o glorietas a modo de monumentos se encuentra el desconocimiento y el inadecuado tratamiento.

No obstante, esta actuacin tambin debe llevarnos a una refl exin: en primer lugar el voluminoso volante o rueda, que en su disposicin original se encuentra oculto en un foso hasta un tercio de su altura, altera la imagen original de la mquina. En segundo lugar, el visitante profano advierte un elemento aislado y desconoce, por regla general, la totalidad del proceso de elaboracin del azcar y que papel desempea la mquina en ste. Y en tercer lugar, los elementos mviles de la mquina, aquellos que no recibieron la proteccin de las adecuadas capas de pintura, muestran ya evidentes signos de oxidacin que pondrn en peligro la conservacin futura del objeto11.

Las conclusiones parecen claras: las mquinas industriales fueron diseadas para permanecer en el interior de un edifi cio que las proteja de la intemperie y donde puedan recibir un tratamiento de conservacin. Exponindola a las inclemencias atmosfricas, no solo la condenamos a que quizs nunca ms vuelvan a funcionar, sino que ofrecemos una visin descontextualizada de la misma.

Esta refl exin crtica es simultnea a la esperanza que supone que en estos momentos se estn culminando las obras de rehabilitacin de la nave principal de la antigua fbrica. Esta edifi cacin industrial sigue un modelo generalizado en la arquitectura industrial del siglo XIX como fue la hilandera de Philips Lee en Salford (Manchester, Gran Bretaa), construida en 1801 por Boulton y Watt.

El proyecto de rehabilitacin de la fbrica de Torre del Mar ha sido elaborado por el arquitecto Francisco Gonzlez Fernndez. La actuacin ha eliminado las edifi caciones que


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Plano para la ampliacin de la fbrica con nuevas naves mostrado en la exposicin celebrada en la Casa del Ingeniero (foto R. Marn)

Molino de caas manual expuesto en la exposicin celebrada en la Casa del Ingeniero (foto R. Marn)

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Edifi cio principal de la fbrica de Torre del Mar tras su restauracin (foto R. Marn)

Maquetas de calderas expuestas en el centro comercial El Ingenio (foto R. Marn)


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se le adosaban para recuperar la primitiva espacialidad interna, integrada por tres naves paralelas separadas por dos hileras de columnas de fundicin cubiertas a dos aguas por estructura sustentada por cerchas de madera. En la nueva obra se emplazar un hueco interior en toda su altura, para poder contemplar desde arriba una visin panormica. Asimismo, se han previsto para el edifi cio unas funciones adecuadas: en la planta inferior Museo del Azcar Industrial, y saln de actos; en la planta primera biblioteca, despachos y aulas de formacin; en la segunda y tercera se ubicarn la ofi cina de turismo y un espacio expositivo12.

Esta actuacin se est desarrollando de forma paralela a la integracin urbanstica de las tres chimeneas circulares de ladrillo, que pertenecieron a la fbrica y que ahora han quedado dispuestas en cruces de calles y glorietas. Para enfatizarlas se las est dotando de recercados ajardinados, que al trmino de las obras esperamos incluyan sistemas de iluminacin y una mnima informacin escrita que permita a los ciudadanos la correcta interpretacin de estos elementos arquitectnicos conjuntamente con el centro de inter-pretacin del azcar. Al menos dos de ellas acusan problemas de conservacin en su base, afectada por la prdida de mortero que une los ladrillos, as como efl orescencias de sales en una de ellas, la que fue integrada en primer lugar en una promocin de viviendas.

Ciertamente, desde el cese de su actividad productiva el expolio merm el patrimonio mueble que se conservaba en el interior de la fbrica13, comenzando inicialmente por las cartelas de bronce de las mquinas (indicativas de su ao y lugar de fabricacin), y que ha seguido con el desmontaje y robo de una gran parte de la maquinaria. Pero una parte del mismo podr ser recuperado14 para proporcionar al pblico lo que una sola mquina aislada no puede: recomponer el proceso de produccin de forma inteligible e ilustrar la signifi cacin antropolgica que el azcar tuvo en la Axarqua.

Una ltima refl exin a favor de este ilusionante proyecto es su carcter absolutamente innovador: en ningn otro lugar de Europa existe algo similar porque sencillamente se carece de pasado azucarero. En Motril, el trapiche Casa de la Palma, rehabilitado por el arquitecto Pedro Salmern en 1999, cubre la secuencia histrica del sistema de produccin azucarera preindustrial, cuya mecnica es absolutamente distinta al sistema industrial. Sern, pues, dos museos complementarios, y que no se harn competencia entre s. Sera interesante que las entidades gestoras de ambos museos acometiesen una poltica comn de difusin y publicidad. En este sentido, el sistema cataln de museos industriales y tec-nolgicos podra constituir un referente como modelo de gestin coordinado.

A escasa distancia de este proyecto se encuentra el centro comercial y de ocio El Ingenio de Torre del Mar, cuya esttica, ciertamente singular, pretende recordar a la de los edifi cios fabriles azucareros, ya inactivos, especialmente el de Maro. El edifi cio, terminado en noviembre del ao 2000 fue proyectado por los arquitectos Manuel Bernar y Joaqun Sanz de Vicua. En su interior se han recreado, mediante maquetas o mediante el diseo de elementos ornamentales - como los pretiles metlicos de la planta superior o la reproduccin de candiles de la fbrica de Frigiliana-, las mquinas y ambiente de estos

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centros productivos15. Esta iniciativa constituye una banalizacin y un falseamiento del patrimonio industrial, y llama la atencin que mientras se deja perder parte de este legado se pretenda redimir la mala conciencia con estas recreaciones, ms en la lnea de un parque temtico que asumibles dentro de una verdadera poltica patrimonial.

Ingenios azucareros del interior

Los de Benamargosa son unos de los situados ms alejados de la costa y la benignidad de su clima justifi ca su emplazamiento. El municipio cont con dos ingenios que se dedica-ron ambos a la fabricacin de miel. Relacionado con el de San Jos, persiste a la salida del pueblo, por su lado Sur, parte de la acequia acueducto que le suministr agua.

Aproximadamente a un kilmetro del ncleo urbano y junto al cauce del ro Benamar-gosa y en su lado derecho se encuentra el ingenio de San Rafael, alimentado por la misma acequia del Salto del Negro. Fue construido en el ao 1900 y en 1915, coincidiendo con un cambio de propiedad, pas a convertirse en molino harinero16. Carente de uso industrial desde hace mucho, el inmueble se encuentra en aceptable estado de conservacin y en la actualidad permanece junto al mismo una construccin sin acabar que debera tener en cuenta el carcter patrimonial del antiguo ingenio.

Tambin quedan algunos restos del ingenio de los Torre Otero en la barriada del Puente de Don Manuel (Alcaucn)17.

Ingenios azucareros en Torrox

Que el Catastro de Ensenada hacia la mediacin del siglo XVIII-, reconociese en Torrox que el 82% de su superfi cie estaba plantada de caa de azcar, nos da idea de lo que este cultivo y sus posteriores administradores, la poderosa familia Larios, supusieron para esta localidad axrquica prxima a la costa. Tuvo tres ingenios o fbricas transformadoras de caa: el de arriba o de Ntra. Sra. de la Concepcin, del que nada queda; el de abajo o de San Rafael; y el de San Javier, el ms prximo a la costa.

Documentos de 1571 ya mencionan la existencia de dos ingenios, el de arriba y el de abajo uno de ellos en construccin-, y una escritura de 1592 relata como sus dos propieta-rios se pusieron de acuerdo para repartirse a partes iguales la molienda de los agricultores de la zona ante la perspectiva de una mala cosecha18.

La ventaja que supona el microclima subtropical de este sector de la costa no pas inadvertido, y en 1764 Miguel de Gijn adquiri los dos ingenios con el propsito de mo-dernizarlos de acuerdo con la tecnologa entonces disponible. Desde Londres import una novedosa maquinaria de hierro fundido que llam la atencin por su factura, que reduca el empleo de la madera al mnimo imprescindible y que era totalmente desmontable. Asi-


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mismo, coca y condensaba el guarapo en varias calderas alimentadas con un nico horno de reverbero que expela los gases a travs de una chimenea, cuya construccin encarg a un ingeniero alsaciano19.

A fi nales del siglo XVIII, cuando la produccin azucarera de la zona se hallaba muy mermada por la escasez de lea con la que alimentar las calderas, los dos ingenios de To-rrox en propiedad desde 1779 de Toms Quilty de Valois-, se hallaban efi cazmente activos gracias al empleo de carbn mineral procedente de Inglaterra, destacando la calidad del azcar obtenido comparable con la antillana-, y la del ron destilado de sus melazas20. Pero por quedarse desfasado por su antigedad o por otras razones, el ingenio de Ntra. Sra. de la Concepcin o de arriba entr en decadencia en benefi cio del de abajo, y ceso su actividad defi nitivamente en 1820, y del mismo no quedan restos materiales.

El ingenio bajo o de San Rafael -que ya se estaba construyendo en 1568 cuando se inici la rebelin de los moriscos-, funcion con el sistema preindustrial, aunque luego fue adaptado a la tecnologa del vapor.

Al pie de su chimenea fi gura una placa de mrmol con la fecha de 1847 y el nombre del ltimo de sus propietarios, Francisco Javier de Len Bendicho y Quilty, quien en esta fecha modernizara y reconstruira la fbrica. Len Bendicho fue tambin promotor inmo-biliario y en 1847 antepuso al parador de San Rafael de Mlaga la fachada isabelina que

Ingenio azucarero de Benamargosa (foto M.Bermdez)

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se conserva en la actualidad21, sobre el que dispuso una escultura de terracota de un len como plstica fi rma alusiva a su apellido. Francisco Javier Len fue tambin congresista y senador del reino22, as como acadmico de la historia23, desarrollando a su vez una im-portante actividad cultural que refl ej en la publicacin de varios libros24.

Len Bendicho vendi el ingenio de San Rafael el 18 de agosto de 1854 a los Larios, quienes lo mantuvieron activo hasta 1945. De hecho, a mediados del siglo XIX Pascual Madoz tan solo recoge la existencia de un solo ingenio activo en Torrox (el de San Rafael) del que elogi su hermosura-, y al que habra que adjudicar la totalidad de la produccin azucarera del municipio, que cuantifi c entre 15.000 y 20.000 arrobas en un quinquenio25.

Adems de ubicarse en un emplazamiento privilegiado por su climatologa y la belleza paisajstica de su entorno, el edifi cio fabril consecuencia de las reformas del siglo XIX-, se mantiene en aceptable estado de conservacin. Sus naves principales muestran un sistema constructivo de naves anlogo al que ya hemos descrito en la fbrica de Torre del Mar. Su portada, realizada en ladrillo, presenta un gran arco escarzado coronado por remate mixtilneo y sus jambas aparecen dotadas en su tramo inferior por originales guardacantones de hierro fundido que la protegera de los golpes proporcionados por las carretas que transportaban la caa. El Plan General de Torrox culminado en el ao 2005 por el equipo de arquitectos de Jos Segu-, otorga a este edifi cio una alto grado de proteccin para salvaguardarlo. El pasado mes de abril de 2007 el pleno del ayuntamiento aprob un convenio que permitir al grupo inmobiliario SALSA la conversin de la fbrica en un hotel de cuatro estrellas. Este proyecto puede ser una frmula adecuada para rescatar el edifi cio del abandono y su redaccin debe poner especial nfasis en salvaguardar sus valores arquitectnicos y patrimoniales.

El tercero de los ingenios azucareros de Torrox, el de San Javier, aunque conocido documentalmente, sus restos materiales han pasado bastante desapercibidos. Sus antece-dentes se remontan a 1815, aunque al ao siguiente se materializ una nueva escritura entre sus tres socios: Francisco Len Bendicho, Antonio Escobar y Manuel Agustn Heredia. El primero aport la mitad del capital y los otros dos el restante a partes iguales. El ingenio se ubic en la Rambla de Urbano, en paralelo al ro y cercano a la costa, y deba entrar en funcionamiento en 1817, pero en aplicacin de algunas clusulas del contrato se materializ la actividad del acuerdo en el ingenio de San Rafael, demorndose la terminacin de las obras del de San Javier durante diez aos26.

Esta informacin procedente de la documentacin escrita concuerda con otra menos convencional: en los muros en ruinas de este ingenio se aprecian algunos dibujos e ins-cripciones incisas en el revestimiento o enlucido. Pueden identifi carse un escudo herldico vaco en su interior, y algunas operaciones matemticas y cuentas junto a las iniciales Be y 1828, lo que puede interpretarse como una referencia al costo de la puesta en marcha de este ingenio por parte del hijo de uno de los socios iniciales: Francisco Javier de Len Bendicho y Quilty. Cuando Ramn de la Sagra elabor su informe en 1845 este ingenio de San Javier haba cesado su actividad haca aos, de lo que se deduce que su vida activa fue bastante efmera.


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Portada de acceso al ingenio de San Rafael de Torrox (foto R. Marn)

Detalle de las cubiertas del ingenio de Torrox (foto R. Marn)

Ruinas del ingenio de San Javier de Torrox (foto R. Marn)

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El carcter extraurbano y su ubicacin en un entorno rural no visible desde la carre-tera explican que sus ruinas no hayan llamado la atencin hasta ahora27. Los documentos describen la modestia con la que se concibieron sus instalaciones: tren de molinos de tres cilindros, cocina de tres hornos, estancia para las formas o pilones de barro y cuadra, ade-ms de una vivienda y un depsito para el bagazo. En la actualidad existe una modesta vivienda adosada a los restos de este ingenio, que se encuentra en alberca y con graves problemas de conservacin. Sus muros fueron construidos en mampostera, reservando el ladrillo para los arcos, tanto en el edifi cio como en el acueducto que le suministraba agua y que se encuentra mejor conservado. Parece que esta edifi cacin ha quedado fuera del ca-tlogo de proteccin del reciente planeamiento, y pese a su estado, la importancia histrica que la industria del azcar tuvo en el municipio y lo curioso de sus graffi tis justifi cara su proteccin y la ejecucin de algn proyecto de reconstruccin en el que se integrasen estos muros y sus inscripciones. La descomposicin que muestran sus ladrillos, afectados por la humedad y la salinidad del mar, parecen indicar que lo conservado no se mantendr por mucho ms tiempo.

Ingenios azucareros en el municipio de Nerja

En la pedana de Maro se encuentran otros dos ingenios. El denominado de Armengol fue construido en 1585 por el abogado de la Audiencia de Granada Felipe de Armengol, asocindose a esta obra la construccin de un camino que atravesando la sierra de la Almijara comunicaba con Granada para as dotar de mejores perspectivas econmicas a esta industria28.

Ces su actividad hacia los aos sesenta del siglo XIX como consecuencia de un incendio, y los restos del edifi cio, que tambin se encuentra en alberca (sin cubiertas) se emplaza a unas decenas de metros de la plaza del pueblo de Maro. Sus gruesos muros de mampostera delimitan un espacio rectangular en cuyo interior existi una plantacin de aguacates hoy descuidada-, que indica que su abandono tuvo lugar hace ya mucho tiempo. El elemento ms signifi cativo de su arquitectura consiste en un voluminoso contrafuerte achafl anado que sustenta la edifi cacin por el lado en el que el declive del terreno es ms acentuado. En el extremo opuesto, la cada del agua de la conduccin que lo abasteca ha generado una gran estalactita de toba que nos sugiere el mucho tiempo que este ingenio estuvo activo.

En estos momentos la propiedad del edifi cio y los terrenos circundantes pertenecen al grupo SALSA, que en el 2002 ejecut algunas obras mnimas que impidiesen un derrumbe del inmueble. Por estos aos, Fernando Gallardo Fernndez, entonces estudiante de historia del arte y alumno de nuestra asignatura Patrimonio Industrial, elabor una propuesta de recuperacin de este edifi cio como sede de un museo para exponer maquinaria relacionada con la industria azucarera, ligando su ejecucin a la recuperacin paisajstica del entorno


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y la revitalizacin de otros recursos culturales, como la iglesia de las Maravillas de la lo-calidad o la cueva de Nerja. Si esta interesante propuesta sale adelante lograra salvar un valioso vestigio industrial convirtindolo en un recurso turstico y cultural.

En el mismo trmino de Maro, en el denominado pago de las Mercedes o Tetun, se encuentra la fbrica de San Joaqun o de las Mercedes, nombre este ltimo que rinde homenaje a la esposa del promotor, Joaqun Prez del Pulgar y Ruiz de Molina, a quien pertenecan las tierras. El proyecto era bastante ambicioso y pudo acogerse a los benefi cios que la ley otorgaba a las colonias agrcolas de acuerdo con la resolucin 30 de septiembre de 1879, aunque dos aos ms tarde se ampli la colonia, que acab integrando unas extensas superfi cies a uno y otro lado del barranco de Maro que abastecieron de caa de azcar al ingenio. La fbrica, que adems de azcar destilaba alcoholes, pudo terminarse hacia 1884, e integraba unas 24 casas para los obreros adems de la residencia ajardinada del propietario29, denominndose al conjunto Colonia Agrcola de las Mercedes y Maro. Siendo el aislamiento uno de los inconvenientes de su emplazamiento, la normativa que la autoriz determinaba que a travs de su nica comunicacin con la playa de Burriana, se le sumistrase los ladrillos, maderas, hierros, cementos, carros y cuantas herramientas y materiales fuesen precisos para su construccin30.

Los gastos ocasionados por la obra fueron sufragados con una hipoteca de 500.000 ptas. concedida por el Banco de Espaa. En 1883 falleci Joaqun Prez heredando sus cuatro hijos, que no pudieron afrontar los gastos y en 1893 el banco se qued con la pro-piedad, que vendi a Rafael de Chaves, marqus de Tous, yerno de Joaqun. Esta sociedad estuvo activa hasta 1911, y en 1918 un nieto del marqus, Joaqun Chaves, instituy otra sociedad. Nuevamente con problemas econmicos, en 1930 la propiedad regres de nuevo al Banco de Espaa, que la vendi a la Sociedad Larios31, que la mantuvo activa hasta su defi nitivo cierre a mediados del siglo XX.

El ingenio de San Joaqun tiene un magnfi co complemento en el acueducto del guila, que salvando el barranco de Maro suministraba agua captada de un acufero de la sierra de Almijara distante un kilmetro. Aunque la tradicin oral entre los mareos atribuye al marqus de Tous un gran protagonismo en el diseo de la fbrica y el acueducto, la eje-cucin de ste ltimo fue llevada a cabo en 1888 por el maestro local Francisco Cantarero Martn (1820-1896)32.

El acueducto constituye una imponente obra de ingeniera realizada ntegramente en ladrillo que salva el desnivel del barranco mediante una estructura de cuatro hiladas su-perpuestas de arcos de medio punto, incrementando su nmero desde los dos de la inferior hasta los diecisiete de la superior. Las enjutas de los arcos estn rellenas de mampostera hasta recuperar la horizontal sobre la que se asienta la siguiente hilada de arcos. Por la cima discurre la acequia que an hoy transporta agua para el riego y en el centro se levanta un esbelto pilar coronado por un obelisco y una veleta de hierro con una cruz y la silueta de unos aguiluchos que da nombre a la obra. Por el lado Norte se decora con unos arquillos ciegos de raigambre islmica que constituyen una nota historicista muy comn en la poca33.

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La fbrica cuenta con varias naves que se cubrieron a dos aguas sobre cerchas de madera, aunque en la actualidad tan slo una la conserva. Ante su fachada retranqueada la que mira al mar-, se emplaza un gran estanque oval, hoy vaco, aunque la acequia que lo alimentaba an lleva agua. Desde aqu se distribuira el agua tan necesaria para el riego de un producto subtropical como es la caa de azcar, cuyo periodo de crecimiento durante la poca de ms calor, coincide en nuestras latitudes con el esto, a diferencia de su lugar de procedencia. En la parte trasera, una gran portada adintelada da acceso a la plaza de caas, donde las carretas descargaban el producto recin cosechado. All se yergue la chimenea, singularizada por una doble banda de ladrillo ms oscuro que recorren longitudinalmente su fuste siguiendo un trazado helicoidal.

En 1999 la Delegacin de Cultura de la Junta de Andaluca encarg un proyecto de restauracin del acueducto al arquitecto Jos Ramn Cruz del Campo, con amplia expe-riencia en intervencin en patrimonio histrico, que no se lleg a materializar. La obra no corre peligro inminente, pero padece algunos desperfectos que sera conveniente atajar antes de que el deterioro ponga en peligro su conservacin. En febrero de 2005 la sociedad

Ingenio de Armengol en Maro (foto R. Marn)


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SALSA cedi la propiedad del acueducto al Ayuntamiento de Nerja, quien a travs del PGOU le otorg proteccin arquitectnica34, que implica su conservacin ntegra y que tan solo se permitan las actuaciones de conservacin y mantenimiento. Una futura actuacin encaminada a la revalorizacin de este bien debe contemplar su iluminacin nocturna y la habilitacin de un mirador junto a la carretera N-340, que es desde donde mejor se puede apreciar a pesar de que no existe ni aparcamiento habilitado ni espacio apropiado a salvaguarda del trfi co.

La fbrica, sin embargo, carece de proteccin, y su cercana a la autova, la tranqui-lidad que aportan los campos de cultivo que la circundan y las excelentes vistas hacia la sierra de La Almijara y el mar, constituyen unas excelentes condiciones que sugieren la posibilidad de un aprovechamiento hotelero o residencial que supusiese tambin el rescate de su arquitectura.

De los varios ingenios que tuvo Nerja se conservan restos materiales al menos de otros dos. El ms antiguo es el de San Antonio Abad, cuyo promotor, Juan de Briones, obtuvo licencia para su construccin en 1591. El problema de seguridad que supona su cercana a la lnea de costa, frecuentada por berberiscos, motiv que la autorizacin estuviese supeditada a la reconstruccin de una torre fortifi cada en la punta de La Torrecilla, hoy arruinada. El

Arcos en el interior del ingenio de Armengol (foto R. Marn)

Ingenio de San Joaqun de Maro (foto R. Marn)

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Portada y chimenea del ingenio de San Joaqun (foto R. Marn)

Interior de una de las naves del ingenio de San Joaqun (foto R. Marn)

Acueducto del guila (foto R. Marn)


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Detalle de la acequia del acueducto del guila (foto R. Marn)

Alzado y dimensiones del acueducto del guila (arqt. J.R. Cruz del Campo)

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ingenio, emplazado en la ribera derecha del ro Chllar, se alimentaba del acueducto del Sidro, y estuvo plenamente operativo entre 1597 y 1598. Los benefi cios generados a fi nales del siglo XVII fueron destinados por uno de sus propietarios a la construccin de la ermita de las Angustias de Nerja35.

Excepcionalmente para obras de esta clase y de esta poca, conocemos al autor que construy el ingenio, el maestro albail de Granada Juan de Torres. Durante el siglo XVIII el ingenio perteneci a la familia de los Lpez de Alcntara, aunque su actividad ces en el siglo XIX, cuando se levant en la fi nca probablemente aprovechando la misma infra-estructura hidrulica-, un molino harinero36.

Los restos que se mantienen en pi ofrecen cierta analoga con el ingenio de Armengol, que es de la misma poca y con el que se disput la clientela. Se conservan dos grandes lienzos de muro de tapial, mampostera y ladrillo paralelos que parecen indicar que el edi-fi cio tuvo planta rectangular y cubierta a dos aguas. En la cima de uno de ellos discurra un cauce que sugiere la interpretacin de la existencia de un cubillo, hoy perdido, en cuya cada el agua adquirira la fuerza necesaria para mover la gran rueda hidrulica. An se conservan adems del acueducto del Sidro-, gran parte de las acequias y canalizaciones, interesantes muros de piedra seca y muros de contencin de mampostera en cuyo enlucido puede apreciarse decoracin esgrafi ada incisa con motivos seriados semejantes a peces, lneas curvas, arabescos, una granada y la fecha de 1715, indicando el momento en el que debieron acometerse estas reformas.

Cerca del mismo, al otro lado del ro, quedan algunos arcos de otro ingenio azucarero, el de San Miguel37.

Este interesante ejemplo de patrimonio industrial carece de proteccin en el PGOU de Nerja, y el estado de conservacin de sus restos y la fragilidad de la decoracin incisa incrementa el riesgo de que estos restos puedan desaparecer de forma inesperada.

El otro ingenio nerjeo, el de San Jos ubicado en el pago de El Chaparril-, se en-cuentra en una situacin muy diferente. Fue construido a comienzos de la dcada de los aos setenta por Vicente Martnez Manescau al frente de una sociedad, pero muy poco despus, en diciembre de 1873, lo vendi a Martn Larios38. Los nuevos propietarios se encargaron de ampliar la fbrica y dotarla con nuevas maquinarias hasta convertirla en la ms rentable de la zona, aunque los cambios del sector llevaron a su cierre en 1968.

Su segunda etapa la ha llevado a erigirse en uno de los ms tempranos ejemplos de rehabilitacin del patrimonio industrial de la provincia. En un primer momento la fbrica fue adquirida por el Ayuntamiento, que lo cedi para la instalacin de un centro educativo de Formacin Profesional cuyas obras se iniciaron en 1977 y culminaron en 1979. En una segunda fase, a partir de 1985, el arquitecto Clemente Lus Rodrguez Grajales rehabilit las dependencias fabriles de mayor nobleza arquitectnica y mejor conservadas, adaptando seis naves a gimnasio, saln de actos y otras funciones, adems de mantener su chimenea, por lo que el conjunto que hoy se mantiene activo como centro de enseanza secundaria-, ha recuperado su funcionalidad a la vez que ha respetado su esttica industrial39.


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Ruinas del acueducto de Briones de Nerja (foto R. Marn)

Fecha incisa en el paramento del ingenio de Briones (foto R. Marn)

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La caa de azcar en Frigiliana

Desde Nerja, tomando hacia el interior, llegamos hasta Frigiliana, donde se tiene constancia de plantaciones de caa de azcar y la existencia de trapiche desde el primer tercio del siglo XVII40. A mediados del siglo XVIII el Catastro de Ensenada recoga la exis-tencia de una fbrica de azcar y otra de papel de estraza, que evidentemente empleara el bagazo o pulpa resultante de la molienda como materia prima, usando de una asociacin frecuente en el sector. Casi cien aos ms tarde, de la Sagra recoga la existencia de dos ingenios movidos por un caudaloso salto de agua uno el de Fernn Nez y otro el del administrador de sus propiedades-41, pero sabemos tambin de la existencia de numerosas maquinillas o molinos caseros de accin manual que han estado activos hasta mediados del siglo XX. Madoz recoge igualmente la existencia de dos ingenios productores tanto de azcar como de miel, adems de un molino harinero y otro de papel de estraza, que se movan por el agua aportada por el ro Mrmol42. Uno de los aspectos ms interesantes

Naves del Ingenio de San Jos, hoy IES el Chaparril (foto R. Marn)


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de esta industria en Frigiliana es el de la disposicin lineal de los ingenios hidrulicos en diferentes alturas, de forma que la misma acequia pona en funcionamiento las ruedas hidrulicas de hasta tres ingenios. Los edifi cios an pueden observarse reconvertidos en viviendas, aunque no queda nada de sus ruedas, que constituan un interesante ejemplo de aprovechamiento integral de la energa43.

Unos kilmetros antes de llegar a Frigiliana desde Nerja y junto a la carretera, se encuentra la barriada de La Molineta, que alberg un pequeo ncleo fabril que integr fbrica de transformacin de caa, molino de harinas y fbrica de papel, que tambin per-tenecieron al duquesado de Fernn Nez. En la fachada del edifi cio principal se observaba hasta hace unos aos unas formas o pilones de barro cocido de los que se empleaban para la cristalizacin de panes de azcar. Estos elementos, que se empleaban como macetas para cultivar gerneos, constituyen piezas escasas y de gran calor arqueolgico y parece que, con buen criterio, han sido sustituidas por rplicas modernas.

El nico ingenio activo en la provincia es el actualmente denominado Ntra. Sra. del Carmen, pero sus orgenes se remontan al siglo XVIII, pues su propietario, el conde de Aguilar y Frigiliana, hizo obras en 1725 para ampliar un antiguo trapiche y reconvertirlo en el ingenio de San Raimundo, de aprovechamiento hidrulico. La denominada nave de los molinos se construy como un anexo a su palacio o casa solariega, preexistente, cuya fachada fue decorada con esgrafi ados que reproducen motivos geomtricos e imitacin de ladrillos.

La Primera Guerra Mundial increment notablemente la demanda de un producto natural, nutritivo y fcilmente conservable y transportable como era la miel de caa, propiciando la proliferacin de maquinillas domsticas, pero al llegar la paz la demanda disminuy y las pequeas empresas familiares entraron en competencia. Para superar la situacin los propietarios constituyeron en 1928 la sociedad De la Torre, y en 1930 adqui-rieron por 135.000 ptas. el ingenio de San Raimundo o Palacio de los condes de Frigiliana, en el que instalaron el ingenio de Ntra. Sra. del Carmen44.

En la nave contigua a la plaza de caas, donde actualmente se ubica un establecimiento de restauracin, se conserva an el tren de molinos en hierro fundido, donde se molturaba la caa que creca abundantemente en los contornos. La lectura de su cartela nos aporta la sorpresa de comprobar que fue construido en los talleres Daz de Vlez-Mlaga. Desde 1980 permanece inactivo y se compraba el jugo, ya parcialmente cocido, al nico ingenio activo en la comunidad autnoma, el de Ntra. Sra. del Rosario de Salobrea. Para caldera se recicl una proveniente de un buque desguazado, que se alimenta con madera de pino, aunque en el pasado se utiliz tomillo, romero y aulaga. Desde que en 2006 cerr la fbrica de Salobrea, este ingenio se abastece de los jugos suministrados desde Sudamrica, pues la demanda de miel de caa no solo se mantiene sino que ha experimentado un moderado incremento. Para mejor atender sta se acometi en el 2002 una reforma que mejor el interior y la maquinaria de envasado, pues hasta entonces estuvieron trabajando con pailas de fi ltrado y tachas de concentracin de los jugos iguales a las que estuvieron funcionando en los ingenios decimonnicos andaluces hoy desaparecidos.

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Hasta un cierto punto el proceso de elaboracin de la miel de caa es el mismo que para el del azcar. El jugo se somete a un calentado previo y consiguiente fi ltrado, y despus a coccin en circuito abierto para evaporar agua e incrementar su densidad hasta los 29 boum, pero resulta esencial la adicin de cido ctrico natural para evitar la fermentacin y propiciar la descomposicin de la sacarosa (que tiende a cristalizar) en fructosa y glu-cosa, que mantienen lquida la miel adems de favorecer la asimilacin de los principios activos del producto. Una ltima coccin en circuito cerrado (al vaco) proporcionar a la miel la densidad defi nitiva, alrededor de 42 boum, resultando la denominada miel de caa o miel negra45.

La estructura interna del inmueble46 donde se identifi ca el espacio que fue capi-lla-, y el aspecto exterior del mismo, con balconajes de hierro forjado y las decoraciones esgrafi adas ya mencionadas, denotan el origen residencial de esta arquitectura adaptada a la funcin industrial. El tren de molinos en desuso y las pailas y tachas que conserva constituyen un valioso patrimonio tecnolgico que incrementa notablemente el inters de esta fbrica, que suma al de su produccin el innegable valor cultural de verla funcionar. Recientemente se habilit la denominada Casa del Apero inicialmente vinculada a las explotaciones agrcolas del palacio del conde de Frigiliana-, para uso cultural y expositivo del Ayuntamiento de Frigiliana.

Una valoracin de conjunto del patrimonio azucarero de la Axarqua nos pone de relieve la originalidad del mismo a la vez que la diversidad de tratamiento que recibe, pues hayamos desde elementos e inmuebles que han sido restaurados y musealizados hasta aquellos que se encuentran en situacin de abandono. El primer paso necesario es que los catlogos de edifi cios protegidos obligatorios por ley en los planeamientos urbanos de los respectivos municipios otorguen proteccin a estos edifi cios para evitar su desaparicin.

El siguiente paso consiste en un plan coordinado de puesta en valor que pueda concluir con la elaboracin de una ruta cultural en torno al azcar. Lamentablemente, asistimos desde hace aos a la difusin de rutas de la pasa, el aceite y el vino en la Axarqua que no cuentan con sustento material ni nada que mostrar al visitante, que se sentir decepcionado ante un producto que se le ha vendido prematuramente. Esta refl exin debe servir para impulsar un cambio de estrategia de cara al patrimonio azucarero, en el que una accin coordinada evitar casos como el de los museos del aceite, que proliferan en diversos puntos de la provincia y la comunidad autnoma solapndose en sus objetivos y funciones.


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Forma o piln azucarero en La Molineta, Frigiliana (foto R. Marn)

Detalle de decoracin esgrafi ada en la fbrica Ntra. Sra. del Carmen de Frigiliana (foto R. Marn)

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Axonometra de la fbrica Ntra. Sra. del Carmen de Frigiliana (estudio Juan Salas)

Planta de la fbrica Ntra. Sra. del Carmen de Frigiliana (estudio Juan Salas)


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Tren de molinos en la fbrica de Ntra. Sra. del Carmen de Frigiliana (foto R. Marn)

Cartela con el nombre del fundidor del tren de moli-nos de Frigiliana (foto R. Marn)

Caldera de la fbrica Ntra. Sra. del Carmen de Frigiliana

(foto R. Marn)

Pailas y calderas de coccin de la fbrica Ntra. Sra. del Carmen de Frigiliana

(foto R. Marn)

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NOTAS

1 Este texto tiene su origen en la conferencia El Patrimonio Industrial de la Axarqua: entre la in-vestigacin y la gestin de sus usos sociales, que pronunci en el Centro Cultural Casa del Apero de Frigiliana el 16 de diciembre de 2005, en el transcurso de las Jornadas 40 aos de Investigaciones Histrico-Arqueolgicas en la Axarqua.

2 FERNNDEZ GONZLEZ, T; LVAREZ NEZ, Y. y PORTILLO CALDERN, M.V., Siderur-gia malaguea en el siglo XIX. Manuel Agustn Heredia, Colegio Ofi cial de Peritos e Ingenieros Tcnicos de Mlaga, 1988, pg. 19.

3 PIAR SAMOS, J. y GIMNEZ YANGUAS, M., Las fbricas azucareras de la costa granadina, en VV.AA., El Patrimonio Tecnolgico de Andaluca, Consejera de Educacin y Ciencia, Sevilla, 1998, pp. 171-172.

4 GUZMN VALDIVIA, A.; SANTIAGO RAMOS, A. y BONILLA ESTVANEZ, I., La caa de azcar, un referente cultural en la Axarqua, Ballix n. 2, Ayuntamiento de Vlez-Mlaga, 2005, pp. 67-71.

5 Una edicin facsmil de este texto, con introduccin y biografa de CAMBRN INFANTE, A., en Informe sobre el cultivo de la caa y la fabricacin de azcar en las costas de Andaluca, Granada, Asukara Mediterrnea, 1999, pp. 15-28.

6 Adems de emplear el vapor conducido a travs de serpentines emplazados en grandes recipientes de doble fondo (pailas o defecadoras) para la purifi cacin del guarapo, la condensacin de los jugos hasta alcanzar el punto de azcar se realizaba en las tachas primero, y en triples efectos despus, donde la masa cocida se calentaba al vaco, evitando las prdidas por sobrecalentamiento de las paredes del recipiente. Una explicacin pormenorizada del proceso transformador en el estudio introductorio a la edicin facsmil del catlogo de la compaa francesa lder en este sector, Fives-Lille: PIAR SAMOS, J. y GIMNEZ YANGUAS, M., Compagnie de Fives-Lille pour construction Mcaniques et entreprises. Matriel de Sucrerie, edicin facsmil de Asukara Mediterrnea, Gra-nada, 1999.

7 La mayor parte de estas fbricas fueron promocionadas y adquiridas por los Larios, que mantu-vieron su hegemona en el sector. Vid. PAREJO BARRANCO, A., Mlaga y los Larios. Capitalismo Industrial y Atraso Econmico (1875-1914), Arguval, Mlaga, 1990, pp. 71-108.

8 FERNNDEZ LAVANDERA, E. et al., Molinos de caa de azcar en la Axarqua (Mlaga), Jbega n. 73, Diputacin Provincial de Mlaga, 1993, pp. 96-98.

9 PEZZI CRISTBAL, P., La Pura y Limpia Concepcin: un trapiche azucarero en la Vlez-Mlaga del siglo XVIII, Isla de Arriarn n. 11, Mlaga, 1998, pp. 229-242.

10 Desde 1783 era patente el problema de la escasez de madera, llegndose a plantearse, como alter-nativa, el empleo de carbn mineral. Vid. GALLARDO TLLEZ, E., La crisis del sector azucarero preindustrial en el oriente de la provincia de Mlaga, Isla de Arriarn n. 13, Mlaga, 1999, pp. 179-188.

11 El ingeniero Miguel Gimnez Yanguas, profesor de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Granada, dirige una escuela taller especializada en la restauracin del instrumental cient-fi co-tcnico. La metodologa propuesta por este especialista sigue varias etapas: identifi cacin y documentacin de la pieza en catlogos y enciclopedias de la poca; documentacin fotogrfi ca; desmontaje y elaboracin de croquis de la mquina durante el proceso; limpieza mecnica (prefe-rentemente a la qumica) de las partes; pintura empleando colores habituales en la maquinaria (oxidn, rojo ingls, verde carruaje...) y nuevo montaje. Si la mquina va a permanecer a la in-temperie requerir el taladrado de la partes cncavas para evitar la acumulacin perjudicial de agua de lluvia, pese a que ello implique aceptar que la pieza no volver a funcionar. El Museo de la Ciencia, la Tcnica y Arqueologa Industrial de Catalua, en Tarrasa, posee tambin un taller especializado en la restauracin de maquinaria.


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12 www.ayto-velezmalaga.es/portal/gmu_not_10.php (consulta realizada en diciembre de 2005)13 Poco despus del cierre, los investigadores Antonio Guzmn, Antonio Santiago e Isabel Bonilla

alertaron al Ayuntamiento de Vlez-Mlaga del inicio del expolio mediante un informe de urgen-cia.

14 En el ao 2003 an se conservaban tres compresores de carbnico, una bomba de vaco, dos malaxadores, tres tachas, aunque deterioradas y piezas sueltas, como volantes. Vid. GUZMN, A.; SANTIAGO, A. y BONILLA, I., op. cit., pg. 88.

15 Diario Sur, 24 de noviembre de 2000, pg. 8.16 RUIZ GARCA, P., op. cit., pg. 7217 GUZMN, A.; SANTIAGO, A. y BONILLA, I., op. cit., pg. 88.18 RUIZ GARCA, P., La Axarqua, tierra de azcar, Granada, Asukara Mediterrnea, 2000, pp. 29

y 91-95.19 Ibid., pp. 103-104.20 ZATTARA HERNNDEZ, E., La villa de Almanzor. Ancdotas de la historia de Torrox hasta fi nales

del siglo XIX, Ayuntamiento de Torrox, 1998, pp. 14-15.21 Archivo Municipal de Mlaga, Ornato, legajo 1225 expediente 13122 Fue bautizado en Granada en 1803. Fue elegido senador vitalicio en 1864. www.senado.es/cgi.bin

y fue diputado del congreso por Mlaga en 1834 y por Almera en 1840, 1844 y 1846. Vid. www.congreso.es/cgi.bin (consulta 20 julio 2007)

23 En la Real Academia de la Historia se conserva su manuscrito Disertacin sobre los hebreos de Espaa, escrito en 1836. Mss. N. 11-8134.

24 LEN BENDICHO Y QUILTY, J., Los Argonautas, traducido e ilustrado por, Madrid, Viuda de Aguado, 1869. Agradezco su conocimiento a D. Alfredo Navas; Examen de los abusos de la admi-nistracin de justicia introducidos en los tribunales de Inglaterra, Imprenta de D.M. de Burgos, 1834; La gratitud del Pueblo a S.M. La Reina, Almera, Mariano lvarez y Robles, 1864; Al feliz natalicio de la infante doa M. Isabel Luisa, Poema, Madrid, Imp. Len Amarta, 1830. Su faceta como traductor ha sido estudiada por ENRIC BARRADA, P., La Traduccin en Espaa (1750-1830): lengua, literatura y cultura, 1999.

25 MADOZ, Pascual, Diccionario Geogrfi co-Estadstico-Histrico de Espaa y sus posesiones de ultramar, Madrid, 1855 (edicin facsmil de mbito Ediciones, Salamanca, 1986), pg. 208.

26 RUIZ GARCA, P., op. cit., pp. 35-36 y 105-110.27 Agradezco a D. Alfredo Navas haberme mostrado su emplazamiento.28 RUIZ GARCA, P., op. cit., pp. 39-4029 Ibid., pp. 41-4230 AGUILERA CUENCA, F., El puente del guila: un acueducto de 1888 en el barranco de la Cola-

dilla (Maro), Pndulo n. 18, Colegio Ofi cial de Arquitectos Tcnicos de Mlaga, 2007, pg. 38.31 RUIZ GARCA, P., op. cit., pg. 4232 AGUILERA CUENCA, F., op. cit., pg. 4133 CRUZ DEL CAMPO, J.R., Estudio previo base para el proyecto de intervencin en el acueducto

Puente del guila. Barranco de La Coladilla, Maro (Nerja, Mlaga), consejera de cultura de la Junta de Andaluca, diciembre, 1998.

34 Plan General de Ordenacin Urbana de Nerja, Captulo 71. Medios Generales de Proteccin. Vid. www.nerja.es/ayuntamiento/pgou/normativa/titulo7.pdf (consulta julio de 2007)

35 PASCUAL, J. de, Primer ingenio azucarero. La fbrica de San Antonio Abad de Nerja se inaugur hace 400 aos, diario SUR, 28/III/1998, pg. 19. El autor remite a las investigaciones de Alejandro Bueno.

36 RUIZ GARCA, P., op. cit., pp. 47-48.37 GUZMN, A.; SANTIAGO, A. y BONILLA, I., op. cit., pg. 85.38 RUIZ GARCA, P., op. cit., pg. 48

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39 CAPILLA LUQUE, Fco., La fbrica azucarera ` San Jos de Nerja (1870-1968) y su transformacin en el I.E.S. `El Chaparril(1976-2002), Isla de Arriarn n. 20, Mlaga, 2002, pp. 191-212.

40 RUIZ GARCA, P., op. cit., pg. 5741 SAGRA, R. de, op. cit., pg. 38.42 MADOZ, P., op. cit., pg. 7943 GONZLEZ TASCN, I., Fbricas hidrulicas espaolas, Ministerio de Obras Pblicas, Madrid,

1992, pg. 269.44 PASCUAL, J,A., Dulce paladar. El ingenio de miel de caa, en Frigiliana, inici su actividad en

1740, diario SUR, 10/IV/1998, pg. 15.45 Agradezco a su anterior administrador, D. Federico de la Torre, las explicaciones sobre el proceso

de elaboracin que nos proporcion en el transcurso de una visita realizada hace unos aos con alumnos de la asignatura Patrimonio Industrial.

46 Unos planos de planta del mismo fueron incluidos en el trabajo de clase de M. del Carmen Ca-macho Jimnez, realizado para la asignatura de Patrimonio Industrial.

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