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Noviembre de 2007 Índice AI: EUR 46/053/2007
SECRETARIADO INTERNACIONAL, 1 EASTON STREET, LONDON WC1X 0DW, REINO UNIDO
Traducción de Editorial Amnistía Internacional (EDAI), España
Público
Amnistía Internacional
Federación Rusa: Los defensores y defensoras de los derechos humanos, en situación de riesgo en el Cáucaso septentrional
Índice AI: EUR 46/053/2007 Amnistía Internacional Noviembre de 2007
ÍNDICE
Introducción ..................................................................................................................... 1 Violaciones de derechos humanos en el Cáucaso septentrional ................................... 3 Intentos de silenciar a defensores y defensoras de los derechos humanos, periodistas y profesionales de la abogacía ........................................................................................ 4
Secuestro de Oleg Orlov y de tres periodistas de REN TV ........................................ 5 Amenazas contra el defensor de los derechos humanos Magomed Mutsolgov ........ 5 Intentos de abrir una causa criminal contra una abogada de derechos humanos ..... 6
Acusaciones de “terrorismo” y “extremismo” contra defensores y defensoras de los derechos humanos .......................................................................................................... 7
Tortura y malos tratos contra el defensor de los derechos humanos Osman Boliev . 8 Presunta publicación de comunicados de prensa incitando al odio étnico ................ 9
Restricciones del derecho a la libertad de reunión ....................................................... 10 Dispersión por la fuerza de un acto en memoria de Anna Politkovskaya ................ 10 Dispersión de manifestaciones contra la desaparición forzada ............................... 11
Persecución contra una organización de derechos humanos y activistas políticos ..... 12 Stanislav Dmitrievskii y otros miembros de la Sociedad para la Amistad Ruso-Chechena .................................................................................................................. 12
Recomendaciones ......................................................................................................... 15 Recomendaciones a las autoridades de la Federación Rusa: ................................. 15 Recomendaciones a otros gobiernos: ....................................................................... 16 Recomendaciones a la Unión Europea y a sus Estados miembros: ........................ 16
Índice AI: EUR 46/053/2007 Amnistía Internacional Noviembre de 2007
Federación Rusa: Los defensores y defensoras de los derechos humanos, en
situación de riesgo en el Cáucaso septentrional
Introducción
Anna Politkovskaya, periodista y defensora de los derechos humanos rusa, fue
asesinada el 7 de octubre de 2006 en Moscú. Había informado sobre la situación en
el Cáucaso septentrional y viajado repetidas veces a Chechenia, Ingushetia y otras
repúblicas de la región para reunirse con personas cuyos derechos habían sido
violados y escribir sobre ellas. Debido a estas actividades fue víctima de acoso e
intimidación. En Chechenia la detuvieron, 1 y había sido amenazada con sufrir
consecuencias más graves si continuaba con su labor. Muy probablemente la
mataron porque no quiso interrumpirla.
El asesinato de Anna Politkovskaya no es un incidente aislado. Otros defensores y
defensoras de los derechos humanos, profesionales de la abogacía y periodistas que ponen de
relieve la situación de los derechos humanos en el Cáucaso septentrional y defienden a las
personas cuyos derechos han sido violados, siguen siendo sufriendo acoso e intimidación.
Recientemente, la noche del 23 al 24 de noviembre, Oleg Orlov, presidente del Centro Ruso
de Derechos Humanos Memorial y tres periodistas de la cadena de televisión rusa REN TV –
Artem Vysotskii, Karen Sakhinov y Stanislav Goriachikh– fueron secuestrados en su hotel de
Nazran, en la república de Ingushetia, y sometidos a malos tratos (véase infra).
Amnistía Internacional siente preocupación porque las autoridades de la Federación
Rusa no están abordando con eficacia la actual crisis de derechos humanos en el Cáucaso
septentrional, donde prevalece la impunidad y siguen perpetrándose violaciones de derechos
humanos tales como desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales y tortura.
“Confesiones” obtenidas mediante tortura pueden utilizarse para imponer largas penas de
prisión en juicios que no cumplen las normas internacionales de justicia. Por ello, en el
Cáucaso septentrional, Rusia incumple la obligación que le impone el derecho internacional
de los derechos humanos de respetar y proteger el derecho a la vida, a no sufrir torturas ni
otros malos tratos, a la libertad y seguridad personales y a un juicio justo. En esas
circunstancias, los defensores y defensoras de los derechos humanos, los profesionales de la
abogacía y los periodistas independientes desempeñan un papel fundamental en la promoción
de la protección de los derechos humanos, observando y documentando las violaciones de
derechos humanos que se produzcan.
1 La detuvieron arbitrariamente en febrero de 2001 y también en febrero de 2002. La liberaron debido a
las protestas que su detención generó de inmediato en Rusia y en todo el mundo. En junio de 2004
durante varias horas no se le permitió abandonar el domicilio de Ramzan Kadyrov, entonces vice-
primer ministro de Chechenia, a quien había entrevistado.
2 Federación Rusa: Los defensores y defensoras de los derechos humanos, en situación de riesgo en el Cáucaso septentrional
Amnistía Internacional, noviembre de 2007 Índice AI: EUR 46/053/2007
Según la Declaración de la ONU sobre los Defensores de los Derechos Humanos,
mientras los Estados tienen “la responsabilidad primordial y el deber de proteger, promover y
hacer efectivos todos los derechos humanos y las libertades fundamentales”, todas las
personas tienen derecho a “presentar a los órganos y organismos gubernamentales y
organizaciones que se ocupan de los asuntos públicos, críticas y propuestas para mejorar su
funcionamiento, y a llamar la atención sobre cualquier aspecto de su labor que pueda
obstaculizar o impedir la promoción, protección y realización de los derechos humanos y las
libertades fundamentales”.2
La Declaración de la ONU sobre los Defensores de los Derechos Humanos y otras
declaraciones y directrices regionales e internacionales instan a los gobiernos a imponer
límites al trabajo de los defensores y defensoras de los derechos humanos, periodistas y
profesionales de la abogacía sólo en la medida en que sea necesario para proteger los
derechos y las libertades de otras personas. La Declaración reitera el derecho de toda persona
a denunciar o pedir resarcimiento si sus derechos han sido violados, y establece que toda
persona tiene el derecho a “ofrecer y prestar asistencia letrada profesional u otro
asesoramiento y asistencia pertinentes para defender los derechos humanos y las libertades
fundamentales” (artículo 9). Además, los Principios Básicos de la ONU sobre la Función de
los Abogados establecen los deberes, responsabilidades y derechos de los profesionales de la
abogacía. El principio 16 pide a los gobiernos que garanticen que estos profesionales pueden
cumplir sus obligaciones y responsabilidades sin sufrir intimidación, obstáculo ni acoso.
Cuando estos principios y directrices no se respetan, existe el peligro de que los derechos
humanos básicos y las libertades fundamentales se violen con impunidad.
Para que los defensores y defensoras de los derechos humanos, los profesionales de la
abogacía y los periodistas puedan desempeñar su trabajo, es esencial que se respete también
su derecho a la libertad de expresión, asociación y reunión, el cual consagran tanto el
Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades
Fundamentales como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP). La
Federación Rusa es Estado Parte en ambos tratados.
Amnistía Internacional, mediante su labor de investigación sobre el terreno y sus
contactos con numerosos defensores y defensoras de los derechos humanos, periodistas y
profesionales de la abogacía que trabajan en el Cáucaso septentrional, ha identificado una
pauta preocupante que sugiere que estas personas son perseguidas y sometidas a violaciones
de derechos humanos debido a su trabajo. El presente informe contiene ejemplos de los
obstáculos a los que se enfrentan quienes trabajan para proteger los derechos humanos en el
Cáucaso septentrional, y destaca algunos casos ilustrativos de violaciones de los derechos
humanos cometidas contra quienes intentan salir en su defensa.
2 Título completo: Declaración sobre el Derecho y el Deber de los Individuos, los Grupos y las
Instituciones de Promover y Proteger los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales
Universalmente Reconocidos (Declaración de la ONU sobre los Defensores de los Derechos Humanos),
artículos 2 y 8, respectivamente.
Federación Rusa: Los defensores y defensoras de los derechos humanos, en situación de riesgo en el Cáucaso septentrional
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Amnistía Internacional, noviembre de 2007 Índice AI: EUR 46/053/2007
Violaciones de derechos humanos en el Cáucaso septentrional
La situación en Chechenia y en el resto del Cáucaso septentrional ha mejorado algo en los
últimos años. Se han reconstruido carreteras y viviendas, se han abierto negocios y se han
reanudado los vuelos a Grozni, la capital de Chechenia. La comunicación con el resto de
Rusia es más fácil gracias a los cibercafés y a la red de telefonía móvil que opera en la
actualidad en todo el país.3
Al mismo tiempo, en Chechenia las fuerzas de seguridad siguen cometiendo
violaciones de derechos humanos. Abusos perpetrados en el pasado, tales como
desapariciones forzadas, tortura –incluyendo violación y malos tratos– y ejecuciones
extrajudiciales siguen impunes, al igual que los que se cometen en la actualidad. Además,
cada vez es más difícil hablar abiertamente de las violaciones de derechos humanos, debido al
miedo de las víctimas a denunciar y a la represión de que son objeto los defensores y
defensoras de los derechos humanos y los periodistas. Una periodista relató a Amnistía
Internacional cómo un funcionario encargado de hacer cumplir la ley se había puesto en
contacto directamente con ella y le había aconsejado que destruyese el material que había
reunido si deseaba seguir viviendo en Chechenia sin sufrir ningún daño. En general, el
gobierno ejerce un férreo control sobre la prensa y la televisión.
En los últimos años la violencia se ha extendido a otras repúblicas del Cáucaso
septentrional, tales como Ingushetia, Osetia del Norte, Kabardino-Balkaria y Daguestán.
Amnistía Internacional ha investigado numerosos casos de desaparición forzada, ejecución
extrajudicial, tortura y malos tratos en Ingushetia en los últimos años. A lo largo de 2007, la
situación de seguridad en esta república ha sufrido un grave deterioro. Según algunos sitios
web de Ingushetia, 4 últimamente se vienen produciendo entre 20 y 25 explosiones e
incidentes con disparos al mes. Hombres armados no identificados han perpetrado numerosos
ataques contra civiles: algunos miembros de familias de etnia rusa han sido víctimas de
homicidio y varias personas resultaron heridas al explotar una bomba cuando se oficiaba el
funeral por una de las víctimas. En este tipo de ataques también han muerto varios miembros
de una familia de etnia romaní, dos hombres coreanos y una familia de Daguestán. Al mismo
tiempo, grupos armados han lanzado ataques contra miembros de agencias encargadas de
hacer cumplir la ley en Ingushetia, a menudo con consecuencias mortales.
A lo largo del año al menos tres hombres murieron en la ciudad de Nazran por
disparos efectuados por agentes encargados de hacer cumplir la ley; aunque las autoridades
3 Hasta hace muy poco tiempo, la mayoría de los proveedores de telefonía móvil rusos no incluían el
territorio de Chechenia en su servicio a los usuarios de otras partes del país. 4 En el momento de redactar este informe el acceso a uno de estos sitios de Internet,
www.ingushetiya.ru, se encuentra bloqueado para los usuarios de Ingushetia. Anteriormente ha
habido intentos de cerrarlo.
4 Federación Rusa: Los defensores y defensoras de los derechos humanos, en situación de riesgo en el Cáucaso septentrional
Amnistía Internacional, noviembre de 2007 Índice AI: EUR 46/053/2007
han afirmado que estos individuos habían opuesto resistencia armada, testigos de los
homicidios aseguran que fueron ejecutados sumariamente. Se ha informado de casos
semejantes en las localidades de Malgobek y Karabulak.
Según informes, funcionarios encargados de hacer cumplir la ley están realizando
controles de identidad y detenciones en Ingushetia sin identificarse. Amnistía Internacional ha
recibido informes que indican que en ocasiones los funcionarios encargados de hacer cumplir
la ley llevan máscara y que las personas detenidas en esas circunstancias pueden luego ser
víctimas de desaparición forzada o de homicidio, a veces tras haber sufrido torturas. Según
informes, en una incursión aparentemente realizada con fines punitivos en el pueblo de Ali
Yurt en julio de 2007, los agentes rodearon a los habitantes y los golpearon; además,
detuvieron a siete hombres y los condujeron al edificio del Servicio Federal de Seguridad de
Magas, donde, según los informes, los sometieron a malos tratos.
Según la información recibida por Amnistía Internacional, entre enero y principios de
agosto de 2007 al menos 20 personas fueron secuestradas o víctimas de desaparición forzada
en la república de Daguestán. Familiares de estas personas creen que los responsables son los
organismos encargados de hacer cumplir la ley locales.
A lo largo de los últimos años Amnistía Internacional ha tenido noticia de varias
personas detenidas en Osetia del Norte, a las que presuntamente se sometió a tortura y malos
tratos en centros de detención no oficiales, como el Departamento para la Lucha contra el
Crimen Organizado del Ministerio del Interior en Valdikavvkaz, Osetia del Norte. Según los
informes, se las recluyó en régimen de incomunicación y se las torturó para obligarlas a
“confesar” un delito.
Intentos de silenciar a defensores y defensoras de los derechos humanos, periodistas y profesionales de la abogacía Las personas que intentan informar sobre las violaciones de derechos humanos descritas
anteriormente corren un riesgo elevado de convertirse ellas mismas en víctimas de violaciones
de derechos humanos. Numerosos defensores y defensoras de los derechos humanos,
periodistas y profesionales de la abogacía han informado a Amnistía Internacional de que
funcionarios del gobierno los han amenazado con que ellos o sus familiares “sufrirán las
consecuencias” si continúan realizando su trabajo, o incluso si denuncian que han recibido
amenazas. Por ello, en este documento Amnistía Internacional sólo puede dar nombres en
algunos casos como ejemplo de una situación más general. En este clima de intimidación,
algunos periodistas que escriben desde la región utilizan pseudónimos.5 Varios abogados de
derechos humanos han sufrido intimidación, amenazas y acoso. Defensores y defensoras de
5 Es el caso, por ejemplo, de algunos periodistas que escriben para el Instituto de Crónicas de Guerra y
Paz (IWPR).
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Amnistía Internacional, noviembre de 2007 Índice AI: EUR 46/053/2007
los derechos humanos han sido objeto de intimidación y amenazas, y las organizaciones que
trabajan en este campo han sufrido numerosas inspecciones en aplicación de la ley sobre
organizaciones no gubernamentales. Esta ley entró en vigor en 2006 y parece que se está
interpretando arbitrariamente para intimidar a las personas que defienden los derechos
humanos.
Secuestro de Oleg Orlov y de tres periodistas de REN TV
La noche del 23 al 24 de noviembre de 2007, Oleg Orlov –presidente del Centro Ruso de
Derechos Humanos Memorial– y tres periodistas del canal ruso de televisión REN TV –Artem
Vysotskii, Karen Sakhinov y Stanislav Goriachikh– se encontraban durmiendo en un hotel de
Nazran, en Ingushetia, cuando varios hombres armados, enmascarados y vestidos con
uniformes de camuflaje los despertaron y los obligaron a acompañarlos. Los hombres
armados se llevaron todas sus pertenencias del hotel, incluidos ordenadores, dinero, libretas,
ropa y teléfonos móviles; les cubrieron la cabeza con bolsas de plástico, y los amenazaron con
dispararles. Luego los condujeron a un lugar desconocido, donde los golpearon y los
abandonaron al cabo de dos horas. Como en el hotel no les habían dado tiempo para vestirse
ni ponerse los zapatos, tuvieron que caminar descalzos hasta la comisaría de policía más
próxima, en el pueblo de Nesterovskaia, donde pidieron ayuda.
La agencia de noticias rusa Interfax citó fuentes policiales según las cuales el
secuestro había sido perpetrado por “el ejército”.
La mañana del 24 de noviembre, los cuatro hombres fueron conducidos a la comisaría
central de policía de Nazran, donde explicaron cómo les habían secuestrado y maltratado. Allí
los examinó un médico, que recomendó la hospitalización urgente de Artem Vysotskii. Sin
embargo, la policía no lo dejó marchar y sólo permitió que los tres periodistas abandonaran la
comisaría en torno a la una de la tarde. Oleg Orlov fue autorizado a abandonar la comisaría
antes, en torno a las once y media de la mañana.
En el momento de redactar este informe, el comité investigador de la Fiscalía de
Ingushetia había abierto una investigación criminal en virtud de los artículos siguientes del
Código Penal de la Federación Rusa: “quebrantamiento violento del derecho a la intimidad”
(artículo 139.2); “intromisión de funcionarios en la práctica legal del periodismo” (artículo
144.2); “robo con violencia, planeado y cometido por un grupo de personas, sin riesgo para la
vida y la salud” (artículo 161.2.a y g). Por tanto, hasta la fecha la causa criminal no incluye
“secuestro” (artículo 126) ni “amenaza de muerte o de daños graves a la salud” (artículo 119).
Amenazas contra el defensor de los derechos humanos Magomed Mutsolgov
Magomed Mutsolgov comenzó a trabajar en favor de los derechos humanos cuando su
hermano, Bashir Mutsolgov, fue víctima de desaparición forzada en diciembre de 2003,
después de que unos enmascarados armados lo detuvieron a la puerta del domicilio familiar
en Karabulak, Ingushetia. Junto a otros familiares de víctimas de desapariciones forzadas,
creó la organización de derechos humanos MASHR (“Paz”), registrada oficialmente en 2005
como la Organización Regional Pública No Comercial “MASHR”. La organización
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Amnistía Internacional, noviembre de 2007 Índice AI: EUR 46/053/2007
proporciona apoyo a familiares de personas que han sido objeto de desaparición forzada y a
víctimas de tortura y malos tratos, incluyendo ayuda para presentar recursos ante las
autoridades. También publica información sobre las víctimas de violaciones de derechos
humanos en Ingushetia y organiza actividades en su favor.
A principios de mayo de 2007, el sitio web ingushetiya.ru, registrado en Ingushetia,
publicó una carta anónima de alguien que decía ser funcionario encargado de hacer cumplir
la ley. Esta persona afirmaba haber oído casualmente conversaciones entre colegas suyos en
las que se insinuaban intentos de fabricar una causa penal contra Magomed Mutsolgov, “por
todos los medios posibles”, incluyendo la colocación de narcóticos o munición en sus
bolsillos. Cuando ese mismo mes Amnistía Internacional habló con Magomed Mutsolgov
sobre la carta, éste afirmó que tenía razones para sospechar que él y su oficina estaban siendo
vigilados. También mencionó que le habían hablado de una directiva interna recibida por
funcionarios de Ingushetia en la que se le declaraba persona non grata en el edificio del
gobierno y se instruía a los funcionarios para que no se reunieran con él allí. Magomed
Mutsolgov ha recibido otras amenazas indirectas, al parecer debido a su trabajo. En
septiembre de 2007, un joven a quien había ayudado con su apelación ante las autoridades
después de haber sufrido presuntamente torturas, le contó que había oído decir a quienes lo
detuvieron que “se ocuparían de Magomed Mutsolgov”.
A principios de noviembre de 2007, Magomed Mutsolgov informó a Amnistía
Internacional de que un desconocido lo había visitado en su domicilio en Karabulak y le había
dicho que había oído a sus contactos que Magomed Mutsolgov debía estar muerto antes del
31 de diciembre de 2007. Magomed Mutsolgov ha afirmado no saber si estas amenazas son
intentos de intimidarle o si deben tomarse en serio. Está tomando precauciones, pero asegura
que no dejará de realizar su trabajo en favor de los derechos humanos.
Según Magomed Mutsolgov, desde 2006 la agencia de inspección tributaria, el
Servicio de Registro Federal y la Fiscalía de la república han inspeccionado las actividades de
MASHR en repetidas ocasiones. El Servicio de Registro Federal, que la ha investigado dos
veces en 2007, ordenó a Magomed Mutsolgov cambiar el nombre de la organización y volver
a registrarla con el de Organización de Derechos Humanos Regional Pública No Comercial
“MASHR”. Aunque Magomed Mutsolgov reconoce el derecho de las autoridades a
inspeccionar las actividades de su organización, cree que la frecuencia de las inspecciones y
la exigencia de volver a registrar la ONG apuntan a un intento de obstaculizar su trabajo de
derechos humanos y de impedir que MASHR continúe con su labor en el futuro.
Intentos de abrir una causa criminal contra una abogada de derechos humanos
Irina Kodzaeva es miembro del colegio de abogados de la república de Osetia del Norte.
Durante los últimos años ha representado a varias personas acusadas de pertenecer a grupos
armados y que denunciaron que las torturaron para obligarlas a firmar una “confesión”. El 28
de agosto de 2007 no se le permitió ver a uno de sus clientes, Nazir Shamsudinovich
Muzhakhoev, quien había sido trasladado de un centro de detención preventiva de
Federación Rusa: Los defensores y defensoras de los derechos humanos, en situación de riesgo en el Cáucaso septentrional
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Amnistía Internacional, noviembre de 2007 Índice AI: EUR 46/053/2007
Valdikavkaz, en Osetia del Norte, a uno de detención temporal dependiente del Ministerio del
Interior de la república para ser interrogado en relación con cargos de participación en actos
de “terrorismo”. Los investigadores dijeron a Irina Kodzaeva que su cliente había decidido
que ella dejara de ser su representante legal. La abogada temía que no fuera cierto, ya que no
le mostraron ningún documento que confirmase esta decisión de su cliente. También tenía
razones fundadas para temer que su defendido fuese sometido a tortura y malos tratos, ya que
otros clientes suyos lo habían sido en circunstancias similares.
Irina Kodzaeva afirma que cuando intentó acceder a la parte del edificio del
Ministerio del Interior donde suponía que su cliente permanecía recluido, uno de los
investigadores la golpeó en la cabeza y la apartó de la entrada. Ella se golpeó la cabeza con el
marco de la puerta y más tarde se comprobó que había sufrido una conmoción.
Posteriormente Irina Kodzaeva presentó una solicitud formal para que la Fiscalía iniciase
diligencias penales contra el investigador. Sin embargo, la Fiscalía no quiso hacerlo por
considerar que no podía probarse que se hubiese cometido un delito. Al mismo tiempo, el
investigador presentó una denuncia contra ella ante la Fiscalía, alegando que la abogada lo
había agredido. La Fiscalía concluyó que había pruebas suficientes para iniciar una causa
criminal contra ella por obstaculizar la labor de los funcionarios encargados de hacer cumplir
la ley y utilizar la violencia contra ellos.
Acusaciones de “terrorismo” y “extremismo” contra defensores y defensoras de los derechos humanos En el clima de inestabilidad del Cáucaso septentrional, donde desde hace años las autoridades
llevan a cabo de forma habitual “operaciones antiterroristas” y reprimen cualquier clase de
disidencia, los defensores y defensoras de los derechos humanos que se enfrentan a las
autoridades y exigen que los derechos humanos sean respetados, incluidos los derechos de las
personas acusadas de “terroristas”, pueden ser acusados ellos mismos de actividades
“terroristas” o “extremistas”. Estas acusaciones se utilizan a menudo para desacreditarlos y
obstaculizar su trabajo. Amnistía Internacional ha observado que los defensores y defensoras
de los derechos humanos sufren de manera sistemática violaciones de derechos humanos
simplemente por defender los derechos de otras personas.
Amnistía Internacional también siente preocupación porque la ley de 2002 contra las
actividades extremistas, incluidas las últimas reformas, introducidas en 2007, se utiliza para
restringir el derecho a la libertad de expresión, incluido el trabajo de los defensores y
defensoras de los derechos humanos y de los periodistas. Las definiciones que contiene la ley
de lo que constituye “extremismo” son poco precisas y se prestan a ser interpretadas con
arbitrariedad.
8 Federación Rusa: Los defensores y defensoras de los derechos humanos, en situación de riesgo en el Cáucaso septentrional
Amnistía Internacional, noviembre de 2007 Índice AI: EUR 46/053/2007
Tortura y malos tratos contra el defensor de los derechos humanos Osman Boliev
Osman Boliev, defensor de los derechos humanos y ex presidente de la ONG Romashka
(“Margarita”) de la república de Daguestán, había trabajado con la abogada rusa Karinna
Moskalenko, de la ONG Centro de Protección Internacional, para preparar y enviar
solicitudes al Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Osman Boliev ha contado a Amnistía
Internacional que en noviembre de 2005 lo detuvieron y torturaron para obligarlo a “confesar”
que era un agente extranjero y que “simpatizaba” con el terrorismo.
Según su relato, el 15 de noviembre de 2005 la policía local de tráfico de Jasavyurt,
Daguestán, le pidió que acudiese a la comisaría de este servicio policial para ser interrogado
sobre la posible implicación de su vehículo en un accidente. A su llegada, le ordenaron que
subiese a otro vehículo en el que esperaban varios agentes de policía. Osman Boliev ha
explicado a Amnistía Internacional:
Inmediatamente me esposaron y me pusieron una capucha. Me privaron de oxígeno
hasta que perdí el conocimiento. Me desperté en una sala donde me ataron a una
silla. Empezaron a golpearme y a darme patadas y me retorcieron el brazo. Caí al
suelo y saltaron sobre mí, pisándome la cabeza, mientras me exigían que admitiese
que era un agente y que les dijese qué servicio secreto me había entrenado. Querían
que les dijera para quién trabajaba. Yo les respondí: “Soy defensor de los derechos
humanos, trabajo para todas las personas. Si tienen un problema pueden recurrir a
mí.” Pensaron que me estaba burlando de ellos, y los golpes y las patadas se
intensificaron […] Me amenazaron con matar a mi familia si no colaboraba con ellos
y con enviarme a Chechenia, hacerme explotar y presentarme como un terrorista
suicida […] Luego trajeron una granada y dijeron que la habían encontrado en mi
poder. No entendía lo que decían porque me habían golpeado en los oídos y tenia
todo el rato un un zumbido en la cabeza[…] Me torturaron durante casi tres días
pero no sé cuánto tiempo permanecí allí, ni si era de día o de noche [...] Durante
todo el tiempo estuve esposado. Ya no sentía las manos […] Me tiraban de los
brazos para llevármelos a la espalda y saltaban sobre mí.
El 17 de noviembre Osman Boliev, que ya no podía andar, fue llevado ante un juez
para que autorizara la prolongación de su detención. Cuando declaró ante el juez que lo
habían torturado y describió lo que le habían hecho, el secretario del tribunal abandonó la sala,
al parecer incapaz de soportar su descripción. Sin embargo, el juez no adoptó ninguna medida
para garantizar que las denuncias de tortura fuesen investigadas. Osman Boliev fue entonces
puesto bajo detención preventiva y acusado oficialmente de posesión ilegal de munición.
Según ha contado a Amnistía Internacional, un abogado que lo visitó llamó a una ambulancia
y fue entonces cuando recibió tratamiento médico básico.
A pesar de las protestas de ONG rusas e internacionales contra su detención, Osman
Boliev continuó recluido hasta el 13 de febrero de 2006. Para entonces su salud se había
deteriorado considerablemente debido a las presuntas torturas y a que no había recibido
tratamiento médico adecuado. Cuando empezó a padecer problemas respiratorios y cardiacos
Federación Rusa: Los defensores y defensoras de los derechos humanos, en situación de riesgo en el Cáucaso septentrional
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Amnistía Internacional, noviembre de 2007 Índice AI: EUR 46/053/2007
lo liberaron en espera de juicio. En mayo de 2006 un tribunal de Jasavyurt lo absolvió, pero
en junio ya se estaban preparando nuevas acusaciones contra él.
Cuando se entrevistó con Amnistía Internacional en julio de 2006, Osman Boliev
temía que se estuviera preparando una nueva acusación falsa contra él y que lo detuvieran de
nuevo. Desde entonces Osman Boliev ha huido de la Federación Rusa y ha encontrado asilo
en otro país. Aunque se abrió una causa criminal en relación con su detención arbitraria y
tortura, según la información de que dispone Osman Boliev, el caso se ha cerrado porque “no
se encontraron indicios de delito”. Los ex compañeros de Osman Boliev en Romashka
recibieron presiones de las autoridades para que pusiesen fin a sus actividades, y la ONG fue
clausurada a comienzos de 2007 con arreglo a las disposiciones de la ley que rige el
funcionamiento de las ONG, al no haber recibido las autoridades informes de ninguna
actividad realizada por la organización.
Presunta publicación de comunicados de prensa incitando al odio étnico
El Comité Checheno de Salvación Nacional, ONG radicada en Ingushetia, observa e informa
sobre la situación en el Cáucaso septentrional, especialmente en Chechenia. Desde 2004
funciona bajo la amenaza de su clausura, ya que las autoridades la acusan de divulgar
información no probada de carácter “extremista” sobre la situación en la región. La ONG
emite comunicados de prensa e informes acerca de desapariciones forzadas, de casos de
detención y tortura y de las condiciones que imperan en los centros de alojamiento temporal
en Ingushetia para las personas desplazadas internas procedentes de Chechenia. También
organiza programas de formación para abogados de derechos humanos y mesas redondas
sobre la situación de los derechos humanos en la región.
En agosto de 2004 la Fiscalía de Ingushetia concluyó que 12 comunicados de prensa
emitidos por el Comité Checheno de Salvación Nacional eran de carácter “extremista” y
tenían por objeto incitar al odio entre personas de etnia chechena y de otras nacionalidades.
Los comunicados de prensa en cuestión contenían información acerca de detenciones
arbitrarias y presuntas torturas y malos tratos de personas de etnia chechena en Ingushetia. Se
emitieron después de que grupos armados perpetraran un ataque contra edificios del gobierno
en Ingushetia en junio de 2004, tras el que las autoridades detuvieron a varios chechenos que
residían en centros de alojamiento temporal en Ingushetia, acusándolos de participar en el
ataque.
Amnistía Internacional ha visto los comunicados de prensa y no considera que tengan
carácter “extremista”. 6 En un principio, un tribunal de Nazran, Ingushetia, no encontró
razones para considerar los comunicados de prensa como material “extremista”. Sin embargo,
en febrero de 2005, el Tribunal Supremo de Ingushetia anuló esta decisión y ordenó al
tribunal que examinase de nuevo el contenido de los comunicados. Ruslan Badalov,
6 El Comité Checheno de Salvación Nacional fue una de las primeras organizaciones que publicó
información que indicaba que las autoridades de Ingushetia estaban implicadas en violaciones de
derechos humanos.
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presidente del Comité Checheno de Salvación Nacional, pidió a varios expertos
independientes que analizasen los comunicados de prensa. Entre ellos se encontraba la ONG
Consejo de Expertos Legales Independientes, que trabaja para ofrecer opiniones de expertos
en varios casos de presuntas violaciones de derechos humanos, incluida la violación del
derecho a la libertad de asociación. Ruslan Badalov también encontró a miembros de la
Academia Rusa de las Ciencias y de institutos lingüísticos de universidades del Cáucaso
septentrional dispuestos a facilitar análisis y opiniones de expertos en relación con el
contenido de estos comunicados de prensa. Todas estas opiniones se presentaron al tribunal de
Nazran. A principios de noviembre el tribunal todavía no había adoptado una decisión.
Ruslan Badalov contó a Amnistía Internacional que en agosto de 2007 el Servicio de
Registro Federal había ordenado que se llevase a cabo la segunda inspección en un año de las
actividades de su organización. Con arreglo a la ley de ONG que entró en vigor en 2006, las
autoridades sólo en circunstancias excepcionales pueden inspeccionar más de una vez al año
los documentos y actividades de una ONG registrada. Las actividades y las finanzas de la
organización se habían revisado recientemente, y toda la documentación solicitada había sido
enviada a las autoridades sólo diez días antes de que se recibiese la nueva orden de
investigación. Ruslan Badalov afirmó haber recibido una comunicación del departamento
ingush del Servicio de Registro Federal, según la cual este organismo había recibido
información que apuntaba a que el Comité Checheno de Salvación Nacional podía haber
violado la ley de ONG y, por tanto, era necesario llevar a cabo otra inspección. En el
momento de redactarse este informe, Ruslan Badlav no había recibido más información
acerca de cuáles podían ser estas supuestas violaciones.
Restricciones del derecho a la libertad de reunión Las autoridades rusas han reconocido en reuniones con defensores y defensoras de los
derechos humanos y representantes de otros gobiernos, como los Estados miembros de la
Unión Europea (UE), que durante el último año la respuesta policial a manifestaciones,
concentraciones, reuniones y asambleas no ha sido siempre la adecuada en toda la Federación
Rusa. También han expresado la intención de mejorar el trabajo de los departamentos
gubernamentales que se ocupan de las reuniones y manifestaciones públicas para proteger
mejor el derecho a la libertad de reunión. El siguiente incidente es indicativo de los problemas
que deben abordarse.
Dispersión por la fuerza de un acto en memoria de Anna Politkovskaya
Tras el asesinato de Anna Politkovskaya el 7 de octubre de 2006, en todo el mundo, incluida
la Federación Rusa, se celebraron actos en su memoria. Sin embargo, cuando en Nazran,
Ingushetia, activistas de derechos humanos se reunieron el 16 de octubre de 2006 para
celebrar un acto conmemorativo, la policía y hombres vestidos de civil los dispersaron
violentamente. Al parecer, pisotearon retratos de Anna Politkovskaya y golpearon a las
personas que se habían concentrado. Uno de los hombres vestidos de civil asestó un puñetazo
a una de las participantes, Ekaterina Sokirianskaia, miembro del Centro de Derechos
Federación Rusa: Los defensores y defensoras de los derechos humanos, en situación de riesgo en el Cáucaso septentrional
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Amnistía Internacional, noviembre de 2007 Índice AI: EUR 46/053/2007
Humanos Memorial, provocándole una conmoción y fractura del tabique nasal. Un
investigador de la Fiscalía de Nazran interrogó a Ekaterina Sokirianskaia sobre la agresión y
posteriormente, el 7 de noviembre de 2006, emitió la decisión de no abrir una causa criminal.
Esta decisión fue anulada posteriormente por el fiscal adjunto de Nazran y devuelta a la
Fiscalía del Distrito para que volviese a ser examinada. Ésta decidió abrir diligencias penales.
En el momento de redactar este informe, cuando ha transcurrido más de un año desde la
agresión, ninguna persona ha comparecido ante la justicia.
Tras el acto conmemorativo la policía detuvo a al menos cinco personas, tres mujeres
y dos hombres, todas ellas activistas locales de derechos humanos. Se las acusó de delitos
administrativos. Cuando Amnistía Internacional se puso en contacto con el departamento de
policía de Nazran esa tarde, se le informó de que los detenidos habían tenido acceso a un
abogado. Sin embargo, al mismo tiempo, la ONG Memorial informó a Amnistía Internacional
de que se había impedido al abogado acceder a los detenidos. Según Memorial, los activistas
permanecieron detenidos seis horas, el doble del periodo máximo permitido en el Código
Administrativo de la Federación Rusa.
Posteriormente un tribunal estableció que cuatro de los activistas no habían violado
ninguna ley. Al quinto, Magomed Mutsolgov, organizador oficial del acto conmemorativo y
presidente de la organización de derechos humanos MASHR (véase supra), se le impuso una
multa de 1.000 rublos (38 dólares estadounidenses) por haber violado el procedimiento para
organizar una concentración. Magomed Mutsolgov explicó a Amnistía Internacional que
había seguido al pie de la letra el procedimiento, informando a las autoridades del evento con
antelación. Recurrió la sentencia y la multa pero sigue esperando la decisión definitiva.
Memorial presentó una denuncia ante un tribunal de Nazran, en relación con la detención
ilegal de varios participantes. El tribunal municipal de Nazran y el Tribunal Supremo de
Ingushetia han rechazado la denuncia.
Dispersión de manifestaciones contra la desaparición forzada
Durante los últimos años un número significativo de personas han sido víctimas de
desaparición forzada o secuestro en Daguestán, según los informes. Un grupo de amigos y
familiares de estas personas, denominado Madres de Daguestán por los Derechos
Humanosllevó a cabo una concentración el 10 de agosto de 2007 frente al edificio del
gobierno en Majachkalá, capital de la república de Daguestán. Su objetivo era pedir que se
adopten medidas para poner fin a los secuestros y desapariciones. Varias personas que
participaban en la concentración también comenzaron una huelga de hambre para llamar la
atención sobre la situación de los derechos humanos en la república, en especial sobre el
problema de los secuestros y las desapariciones forzadas. Los organizadores de la
concentración explicaron a Amnistía Internacional que, de acuerdo con la ley, habían
anunciado su intención de celebrar la concentración a las autoridades y habían proporcionado
la información necesaria 10 días antes del evento.
Según algunos testigos, entre 30 y 40 mujeres y hombres se reunieron a lo largo de la
tarde del 10 de agosto frente al edificio del gobierno, portando pancartas. Sin embargo, la
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Amnistía Internacional, noviembre de 2007 Índice AI: EUR 46/053/2007
policía hizo su aparición e informó a uno de los organizadores de que la concentración no
estaba autorizada y de que debían marcharse. A pesar de que los organizadores dijeron a los
policías que tenían permiso para celebrar el acto, uno de los agentes ordenó a sus colegas que
dispersaran a los participantes.
Según la información recibida por Amnistía Internacional, la policía comenzó
entonces a golpear a hombres y mujeres haciendo uso de sus porras y los sacó a la rastra de la
plaza. Al menos una de las mujeres, Gulnara Rustamova, recibió un golpe en la cabeza y
sufrió una posible conmoción. Tres días más tarde informó a Amnistía Internacional de que
todavía se sentía mareada y tenía dificultad para recordar algunas cosas.
Según Gulnara Rustamova, el número de policías era muy superior al de
manifestantes.
Gulnara Rustamova contó a Amnistía Internacional que la policía había detenido
presuntamente a tres hombres y los había conducido al departamento de policía del distrito de
Sovietskii en Majachkalá. Según los informes, uno de los hombres no había participado en la
concentración, sino que era un testigo que intervino para detener los golpes de la policía. Lo
liberaron ese mismo día. El segundo detenido, Murtuz Shakhrulaev, fue puesto en libertad al
día siguiente, y el tercero, Izmail Butdaev, el 12 de agosto.
La hermana de Izmail Butdaev informó a Amnistía Internacional de que éste no había
tenido acceso a un abogado durante su detención y de que las autoridades habían afirmado
que lo habían liberado en el plazo de tres horas permitido por la ley en tales casos, aunque su
hermano permaneció en el departamento de policía más tiempo. Lo acusaron de “negarse a
obedecer órdenes de la policía” (artículo 318.1 del Código Penal de la Federación Rusa).
El 15 de agosto, un tribunal de Majachkalá absolvió a Izmail Butdaev y declaró que
las Madres de Daguestán por los Derechos Humanos no habían violado la ley que regula las
reuniones, concentraciones, manifestaciones y procesiones. Según los informes, el tribunal
estableció que la policía no había actuado conforme a la ley. Amnistía Internacional no ha
tenido conocimiento de que se haya iniciado ningún procedimiento disciplinario o penal
contra la policía por dispersar la concentración utilizando medios violentos, infligir malos
tratos a los participantes, practicar detenciones arbitrarias o quebrantar el derecho
constitucional a celebrar reuniones públicas. Las Madres de Daguestán por los Derechos
Humanos siguen pidiendo información acerca de la suerte y el paradero de sus familiares.
Persecución contra una organización de derechos humanos y activistas políticos
Stanislav Dmitrievskii y otros miembros de la Sociedad para la Amistad Ruso-Chechena
Stanislav Dmitrievskii, originario de la ciudad de Nizhnii Novgorod, ha sido objeto de una
presión creciente por sus críticas implacables a la situación de los derechos humanos en el
Cáucaso septentrional y por su activismo político. Comenzó su trabajo de derechos humanos
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durante el primer conflicto checheno (1994–1996), y en 1999 fundó junto con varios
activistas rusos y chechenos la Sociedad para la Amistad Ruso-Chechena. Esta organización
prestaba apoyo a víctimas de violaciones de derechos humanos, organizaba ayuda médica
para las víctimas del conflicto e informaba acerca de crímenes de guerra y violaciones de
derechos humanos.7 Junto a otras ONG de derechos humanos de Nizhnii Novgorod, también
publicaba el boletín Pravozashchita.8
Durante varios años Amnistía Internacional ha seguido muy de cerca la situación de
la Sociedad para la Amistad Ruso-Chechena y tiene conocimiento de varios casos de
miembros del personal y voluntarios de la ONG que han sufrido violaciones de derechos
humanos, entre ellas tortura, desaparición forzada y ejecuciones extrajudiciales. 9 Varios
miembros chechenos de la ONG decidieron abandonar la Federación Rusa después de haber
recibido graves amenazas. El 9 de enero de 2004, agentes encargados de hacer cumplir la ley
se llevaron de su domicilio en Argun, Chechenia, a Aslan Davletukaev, voluntario de la
Sociedad para la Amistad Ruso-Chechena. Su cuerpo fue encontrado, mutilado, el 16 de
enero de 2004 cerca de la ciudad de Gudermes, Chechenia. Su familia sigue esperando que
los responsables de su muerte comparezcan ante la justicia.
En 2005 Stanislav Dmitrievskii fue acusado de fomentar la enemistad étnica y racial
por publicar artículos en Pravozashchita escritos por dirigentes separatistas chechenos. El 3
de febrero de 2006 fue declarado culpable de “incitación al odio o la enemistad racial o
étnica” en aplicación del artículo 282.2 del Código Penal ruso. Un tribunal de distrito de
Nizhnii Novgorod le impuso una condena condicional de dos años y un periodo de libertad
vigilada de cuatro. Durante este periodo de cuatro años, Stanislav Dmitrievskii tiene que
informar a las autoridades de cualquier cambio de residencia o planes de viaje, y tiene que
presentarse periódicamente ante las autoridades locales. Amnistía Internacional no considera
que el material publicado por Stanislav Dmitrievskii contuviera incitaciones a la enemistad
étnica y racial; si Stanislav Dmitrievskii hubiese sido encarcelado, Amnistía Internacional lo
consideraría preso de conciencia.
Tras su condena, un tribunal de Nizhnii Novgorod ordenó el cierre de la Sociedad
para la Amistad Ruso-Chechena en octubre de 2006. Según la ley rusa sobre ONG, una
persona que ha sido declarada culpable de delitos considerados de índole “extremista” no
puede ser miembro de una ONG y mucho menos presidirla.10
En enero de 2007, el Tribunal Supremo de la Federación Rusa confirmó esta decisión.
Tras la audiencia en el Tribunal Supremo, Stanislav Dmitrievskii explicó a Amnistía
7 Una organización nominalmente distinta, la Agencia de Información Ruso-Chechena, era la
encargada de publicar los informes. 8 Pravozashchita significa defensa de los derechos, expresión que se utiliza a menudo como
equivalente de la protección de los derechos humanos. 9 Véase, por ejemplo: Russian Federation: The Risk of Speaking Out (Índice AI: EUR 46/059/2004).
10 Sección 2.4 de la ley federal sobre organizaciones públicas.
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Internacional que la Sociedad para la Amistad Ruso-Chechena acudiría al Tribunal Europeo
de Derechos humanos de Estrasburgo para pedir justicia. Dijo:
La decisión del Tribunal Supremo es peligrosa para la sociedad civil y para Rusia en
su conjunto. Es una decisión política e ilustra claramente que a las autoridades rusas
no les importa la sociedad civil. Transmite una señal equivocada y no le ha pasado
desapercibida a la comunidad internacional. En nuestra apelación hemos
demostrado que la resolución inicial del tribunal de Nizhnii Novgorod fue ilegal. La
decisión del Tribunal Supremo nos plantea una serie de problemas administrativos,
pero no detendrá nuestro trabajo en favor de los derechos humanos.
El 17 de agosto de 2007, el tribunal de distrito de Sovietskii, en Nizhnii Novgorod
decidió imponer unas restricciones más estrictas a Stanislav Dmitrievskii. La decisión del
tribunal se produjo en respuesta a un recurso presentado por la sección de Nizhnii Novgorod
del Departamento Central de Ejecución de Penas. El recurso se había presentado después de
que Stanislav Dmitrievskii organizase y participase en una “marcha de disidentes” en Moscú
en abril de 2007, acto por el que fue declarado culpable de violar el Código Administrativo de
la Federación Rusa. Los organizadores de la marcha habían previsto celebrar una
concentración en la Plaza de Pushkin en Moscú, que las autoridades no habían autorizado.
Stanislav Dmitrievskii fue detenido cerca de la plaza de Pushkin, antes del comienzo de la
manifestación, mientras repartía ejemplares de la Constitución rusa. Esta decisión, si llega a
aplicarse, significaría que cualquier violación del Código Administrativo podría conducir al
levantamiento del carácter condicional de la condena de Stanislav Dmitrievskii y a su
consiguiente encarcelamiento. Incluso una simple infracción administrativa, como cruzar la
calle con el semáforo en rojo para los peatones, podría provocar su ingreso en prisión.
Stanislav Dmitrievskii recurrió contra la decisión del tribunal de distrito y el 26 de octubre de
2007, el tribunal municipal de Nizhnii Novgorod admitió su recurso y ordenó que el caso
fuese revisado por otro juez del tribunal de distrito. Finalmente, el 23 de noviembre, éste
decidió una vez más imponer restricciones a Stanislav Dmitrievskii.
En abril de 2007, varios ex miembros de la Sociedad de Amistad Ruso-Chechena
crearon una nueva organización, la Fundación de Apoyo a la Tolerancia de Nizhnii Novgorod,
mientras intentaban registrar de nuevo la primera en Finlandia y continuaban con el trabajo de
la Agencia de Información Ruso-Chechena.11
A finales de agosto de 2007, la Fiscalía confiscó
los ordenadores de la Fundación e inició un procedimiento penal en relación con el posible
uso sin licencia de los programas utilizados en ellos. La Fundación había previsto celebrar
una conferencia internacional sobre derechos humanos y democracia la víspera del
aniversario del asesinato de Anna Politkovskaya, pero a mediados de septiembre la sección
local del banco donde tenía sus cuentas comunicó a su tesoreroque ya no podían aceptarla
como cliente. Según Oksana Chelysheva, presidenta de la Fundación y directora de la
Agencia de Información Ruso-Chechena, el banco había recibido informes de que la
Fundación era sospechosa de ser una “organización extremista”. El 5 de octubre, día en que
11
La Sociedad para la Amistad Ruso-Chechena fue registrada oficialmente en Finlandia en octubre de
2007.
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estaba prevista la conferencia, se comunicó a los organizadores que la sala reservada
previamente para su celebración no estaba disponible. Al día siguiente, la Fiscalía de Nizhnii
Novgorod llevó a cabo un nuevo registro de los locales de la Fundación. La policía confiscó
el vehículo de uno de los voluntarios de la organización durante varias horas bajo sospecha de
que era robado, aunque el propietario estaba sentado en su interior y podía facilitar la
documentación que confirmaba su titularidad. El 6 de octubre, cinco representantes de
organizaciones internacionales de derechos humanos, que se encontraban en Nizhnii
Novgorod para asistir a la conferencia, permanecieron varias horas detenidos por el Servicio
Federal de Migración, y se les impusieron multas por violación del código administrativo.
En aquel momento se supo que las autoridades rusas habían presionado a la
presidencia española de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE)
para que no registrase a la Sociedad para la Amistad Ruso-Chechena como participante en
una conferencia de la OSCE prevista para el 13 de septiembre de 2007 en Viena. La
delegación rusa afirmó que la ONG se había visto implicada en actos de terrorismo y
extremismo y amenazó con abandonar la conferencia si participaba. Cuando Oksana
Chelysheva tomó la palabra en la Reunión de Aplicación sobre Cuestiones de la Dimensión
Humana, organizada por la OSCE en octubre de 2007 en Varsovia, la delegación rusa
abandonó la sala en señal de protesta.
Recomendaciones De acuerdo con la legislación nacional y las obligaciones internacionales de la Federación
Rusa, debe respetarse a las personas que intentan observar y documentar las violaciones de
derechos humanos y proporcionar asistencia a las víctimas de tales violaciones. Debe
reconocerse su trabajo como un elemento esencial en la protección de los derechos humanos
en la Federación Rusa.
Recomendaciones a las autoridades de la Federación Rusa:
Que respeten y protejan el derecho de los defensores y defensoras de los derechos
humanos y de los profesionales de la abogacía a realizar su trabajo sin obstáculo,
intimidación o acoso, de acuerdo con la Declaración de la ONU sobre los Defensores
de los Derechos Humanos y los Principios Básicos de la ONU sobre la Función de los
Abogados.
Que garanticen el respeto del derecho a la libertad de expresión, reunión y asociación,
consagrado en el Convenio Europeo de Derechos Humanos y en el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
Que emitan directrices claras para los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley
acerca del derecho a la libertad de expresión, reunión y asociación, de acuerdo con las
normas internacionales.
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Que garanticen que todas las violaciones de derechos humanos contra defensores y
defensoras de los derechos humanos, profesionales de la abogacía y periodistas son
investigadas sin demora y de modo exhaustivo, independiente e imparcial, y que las
personas sospechosas de tales violaciones comparecen ante la justicia.
Que se abstengan de proferir amenazas y de presentar denuncias y acusaciones no
probadas, como tachar de “terroristas” o “extremistas” a defensores y defensoras de
los derechos humanos que se limitan a ejercer pacíficamente su derecho a la libertad
de expresión.
Recomendaciones a otros gobiernos:
Que recuerden a las autoridades de la Federación Rusa su obligación de proteger el
derecho a la libertad de expresión, reunión y asociación, especialmente en el Cáucaso
septentrional.
Que, en sus visitas a la Federación Rusa, mantengan reuniones con defensores y
defensoras de los derechos humanos, profesionales de la abogacía y periodistas,
especialmente del Cáucaso septentrional.
Recomendaciones a la Unión Europea y a sus Estados miembros:
Que apliquen en su totalidad las Directrices de la Unión Europea sobre Defensores de
los Derechos Humanos.