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1. INTRODUCCIÓN
1.1 TÍTULO: Perfil Psicosocial del Asesino en Sucre, 2012.
1.2 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
¿Cuál es el perfil psicosocial de los internos recluidos por el delito de asesinato en
la Cárcel San Roque de la ciudad de Sucre?
1.3 MARCO TEÓRICO
1.3.1 El perfil psicológico criminal
La expresión perfil psicológico criminal se conoce con términos y acepciones
diferentes en la literatura científica: perfil psicológico, perfil de la personalidad
criminal, perfil del agresor, perfil criminal, investigación analítica criminal, etc.
Para Ressler, Burgess y Depue (1985) se trata de un “proceso de identificación de
las características psicológicas de una persona basándose en el análisis de los
crímenes que ha cometido y proporcionando una descripción general de esa
persona”.
Para Geberth (1996) “el perfil de personalidad de un criminal es un intento de
proporcionar información concreta acerca del tipo de persona que ha cometido un
crimen determinado… basándose en información tomada acerca de la escena del
crimen y victimología que se integra con teorías psicológicas conocidas”.
En España Garrido. Stangeland y Redondo (2001) lo definen como “aquella
técnica que proporciona información derivada del escenario del crimen para
ayudar a la investigación policial en la captura de un agresor desconocido. Ese
análisis del crimen se centra en dos aspectos fundamentales: la escena del crimen
y la víctima”. Posteriormente y de forma más precisa, Tapias-Saldaña y cols.
1
(2004) lo han definido como una “técnica de investigación judicial que consiste en
inferir aspectos psicosociales del agresor en base a un análisis psicológico,
criminalístico y forense de sus crímenes, con el fin de identificar un tipo de
persona para orientar la investigación y la captura”.
Características de los perfiles psicosociales (Aristizabal y Amar, 2010)
El perfil psicosocial se produce en función del grado de similitud de la persona
evaluada con las que pertenecen a su misma categoría estructural. A través de
este tipo de registros se busca indagar, conocer y comprender las características
de tipo psicológico y los factores asociados de tipo social con el comportamiento
de sujetos que hayan cometido delitos.
Los factores asociados con el comportamiento delictivo han surgido como tales en
diversas investigaciones y derivaciones teóricas que han tratado de abordar la
denominada “conducta desviada”. Se pretende por una parte, estudiar la
relevancia que tienen para este tipo de fenómenos delincuenciales dichos factores
asociados y, por otra, articular dichas variables dentro de un modelo de carácter
explicativo que dé cuenta de la acción conjunta de estas dimensiones.
Para este propósito se propone un perfil en el que los delitos asociados a estos
grupos delictivos puedan ser entendidos desde una perspectiva psicosocial y no
penal, ya que en cada nivel existen factores que interactúan entre si. El perfil
permitiría enmarcar el fenómeno de la conducta violenta de estos grupos en los
procesos propios del contexto social en el que se desarrolla, con sus particulares
características de valores culturales dominantes en la región rural o urbana de
procedencia.
De acuerdo con lo planteado por Ressler (1986), el uso de perfiles psicosociales
con poblaciones delincuenciales puede ayudar a determiner el tipo de
personalidad del criminal y sus características conductuales desde un análisis de
los crímenes que él o ella hayan cometido. Así, Ressler aclara que los perfiles
criminales sirven para describir el tipo general de personas que pueden cometer
un acto delictivo, no para señalar a un individuo determinado.
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En 1998, de acuerdo con el boletín criminológico de la policía nacional de
Colombia, se señala que para la elaboración de un perfil psicológico con
delincuentes es importante tener en cuenta las características de tipo social que
distinguen a ciertos individuos de la población en general. La información puede
incluir: raza, sexo, edad, estado civil, madurez sexual, posibilidad de que cometa
otro crimen, antecedentes policiales, nivel de escolaridad, estatus y relaciones
interpersonales entre otros.
En este sentido, se puede afirmar que la elaboración de perfiles es una técnica de
investigación judicial que consiste en inferir aspectos psicosociales (personalidad,
comportamiento, motivación y aspectos demográficos) del delincuente con base
en un análisis psicológico de su personalidad, con el fin de identificar el
comportamiento usual de un grupo de personas asociado con la comisión de
determinados tipo de delitos.
Principios y Objetivos
Es una técnica psicosocial y no psicológica.
Identifica grupos poblacionales con características motivacionales
comunes.
Se basa en la experiencia profesional.
Es necesario para su elaboración una participación directa o indirecta en el
caso concreto.
Se parte del análisis de la conducta al margen de la existencia o no de
patología del autor.
Relevancia de los procesos estadísticos, matemáticos y de ordenador para
su generación.
Ineludible exhaustividad en la recogida de información, en su análisis y en
la contrastación continuada posterior con nuevos casos.
Necesidad de disponer de amplios conocimientos en otras ciencias más allá
de la Psicología (Criminología, Medicina, etc.).
La personalidad del autor no define completamente el acto criminal, sino
que éste debe entenderse como un proceso social y en consecuencia
3
analizarse en forma secuencial en el tiempo y el espacio, incluyendo el
contenido geográfico.
Los principales objetivos de la técnica son (Holomes, 1989):
Ofrecer al sistema de justicia información sobre las características
psicosociales más probables del agresor. Estas características comprenden
la edad, la raza, el empleo, la religión, la educación, el estado civil. Etc. La
finalidad es reducir el rango de posibles sospechosos y concentrar los
recursos de la policía de forma efectiva.
Ofrecer al sistema de justicia una evaluación psicológica de las
pertenencias encontradas en posesión del agresor. A veces el agresor,
posee objetos robados a la víctima como recordatorios del crimen con
finalidad diversa.
Ofrecer a las fuerzas de seguridad estrategias efectivas en la entrevista de
sospechosos. No todo el mundo reacciona de la misma forma a las mismas
preguntas. Una estrategia puede ser efectiva para provocar la confesión de
un sospechoso e ineficaz para otro tipo de agresor.
Fuentes de los perfiles
Existen ciertos autores (Turvey, 1998) que establecen una diferenciación básica
entre dos tipos de metodologías: la metodología inductiva y la deductiva.
Perfil criminal inductivo:
Deriva de principios psicológicos generales acerca del comportamiento criminal a
partir de datos analizados empíricamente y estadísticamente, que provienen de un
cierto número de casos resueltos. De este modo, se trata de un tipo de perfil que
es generalizado a un criminal individual, a partir de las características
conductuales y demográficas compartidas por otros criminales que han sido
estudiados en el pasado y que encajan con el mismo patrón de comportamiento
mostrado por el criminal individual. Este tipo de perfil criminal se nutre de tres tipos
de fuentes: estudios formales e informales de poblaciones de criminales
4
encarcelados, experiencia práctica del perfilador con casos aislados y fuentes de
datos públicos tales como los del FBI.
Las ventajas de utilizar este tipo de perfil se debe a que es una herramienta muy
fácil de utilizar, para la cual no se necesita un conocimiento especializado en
ciencias forenses ni entrenamiento en el ámbito de la investigación del
comportamiento criminal. Asimismo, es proceso de generar perfiles criminales
inductivos requiere un periodo relativamente corto de tiempo y no implica
esfuerzos o grandes habilidades analíticas por parte del perfilador.
Entre las desventajas destaca que la información del perfil es generalizada a partir
de un grupo limitado de sujetos que pueden no haber sido apropiadamente
muestreados. Por otra parte los perfiles inductivos.
Perfil criminal deductivo
El perfil criminal deductivo es definido como el proceso de interpretar evidencia
forense, incluyendo las fotografías de la escena del crimen, informes de autopsias,
fotografías de la autopsia y un minucioso estudio de la victimología, con la
finalidad de reconstruir de la manera más exacta los patrones de comportamiento
del criminal en la escena del crimen y, a partir de esos patrones específicos de
comportamiento, deducir características demográficas y psicológicas del criminal,
así como su motivación para perpetrar el crimen. El perfil deductivo excluye todo
tipo de información obtenida de otros criminales y crímenes similares, y realiza un
fuerte énfasis en la llamada reconstrucción forense <<bien fundada>> (Turvey,
1998). El proceso deductivo de perfil criminal también ha recibido el nombre de
<<análisis de la evidencia del comportamiento>> (behavior evidence analysis) y
depende de las habilidades del perfilador para reconocer patrones del
comportamiento criminal, emociones del criminal durante la comisión del crimen,
características de la personalidad del criminal y características demográficas,
únicamente a partir del análisis de tres tipos de fuentes: la evidencia forense, las
características de la escena del crimen y la victimología.
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Las críticas a este modelo se dirigen a las inferencias del investigador acerca del
comportamiento en la escena del crimen y el riesgo de basarse en fundamentos
científicos; así las deducciones acerca de lo que puede haber pasado en la
escena del crimen son, teórica o empíricamente, conducidas por la actividad de
investigación y testeo de las hipótesis, pero, en la mayoría de los casos, se
encuentran sostenidas en la experiencia personal. Otra de las críticas formuladas
a este modelo tiene relación con el hecho de que algunos factores contextuales
pueden interferir con el comportamiento del criminal, forzándolo a cometer actos
que no habría estado dispuesto a cometer desde el punto de vista de su
personalidad.
Debido a ello, la escena del crimen puede presentar elementos que no
concuerdan con la personalidad del criminal y el investigador puede llegar a
formular conclusiones erróneas.
En la presente monografía se utilizará fundamentalmente el primer método; así, a
partir de entrevistas estructuradas y en profundidad con criminales presos, se ha
intentará elaborar la posible existencia de determinados perfiles de personalidad.
El modelo americano del FBI (Psychological Profiling)
En la década de los 60, ante el incremento de crímenes en serie, se planteó en
USA la necesidad de crear nuevos proyectos e iniciativas en la solución de este
tipo de crímenes, con el fin de ayudar a las fuerzas de seguridad a reducir el
número de sospechosos y en la apertura de nuevas líneas de investigación.
El uso de la técnica fue esporádica, a pesar de éxitos ampliamente conocidos
anteriormente como el “estrangulador de Boston”, no fue hasta 1978 cuando la
Unidad de Ciencias del Comportamiento (BSU) del FBI estableció el Psychological
Profiling Program(“Programa de Perfiles psicológicos”); consistente en la
realización de entrevistas a tipos de criminales específicos de Estados Unidos,
recogiendo información acerca de sus características, motivaciones, actitudes y
comportamientos, para analizarla y sistematizarla posteriormente (Ressler y
Sbhactam 1992). En 1981 Pierce Brooks un policía retirado de Los Angeles,diseño
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un sistema de identificación de asesinos en serie; el programa, denominado
VICAP ( “Violent Criminal Apprehension Program”), significo un paso importante
en el proceso de sistematización de recogida de información con finalidad de
investigación criminal de forma informática. En 1984, se estableció el Centro
Nacional para el Análisis de Crímenes Violentos (NCAVC), producto del éxito del
VICAP y el “Psychological Profiling Program”, una subdivisión de la Unidad de
Ciencias del Comportamiento del FBI.
El desarrollo tan significativo de los perfiles psicológicos se debe a la constatación,
por parte de los agentes del FBI, en su práctica habitual de las limitaciones de
investigación si sólo utilizaban evidencias físicas (pelos, huellas, etc.) o
inorgánicas, especialmente ante un crimen complejo; por ello consideraron
necesario prestar atención a las evidencias no-físicas o psicológicas, como
elementos básicos en la comprensión del acto violento.
El enfoque del FBI se basa en dos componentes: la experiencia de sus agentes en
la investigación de crímenes y las entrevistas en profundidad con criminales.
Otro paso muy importante para la técnica fue la estructuración de la escena del
crimen en dos grandes tipologías; para ello se realizaron entrevistas en
profundidad a 36 asesinos en serie convictos, casi todos con una motivación
sexual, y desorganizados, dicotomía propuesta por Hazelwood y Doyglas en 1980
(Ressler y Schactman, 1992).
Las críticas al modelo del FBI se fundamentan en los siguientes elementos:
· La tipología organizada / desorganizada se elaboro a partir de una muestra
escasa
· El uso del sentido común y la intuición en la generación del perfil psicológico. Ello
implica una debilidad en la comprobación de la fiabilidad y validez de sus métodos.
·La carencia de procedimientos estandarizados y sistemáticos, así como de una
base teórica.
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· La transmición de la creencia de que la creación de un perfil sólo puede llevarse
a cabo por aquellos que tienen una experiencia considerable en investigaciones
criminales.
El modelo inglés de David Canter (Investigative Psychology)
En el Reino Unido, el primer uso de la técnica se realizó en la búsqueda y captura
del “Violador del Ferrocarril”, John Duffi, que cometió una serie de violaciones y
tres asesinatos entre 1983 y 1986. David Canter realizó un perfil del criminal
extremadamente preciso, en parte basándose en detalles fácilmente deducibles.
Sin embargo, otras suposiciones fueron el resultado del análisis de los patrones
conductuales del criminal, junto con la aplicación de las teorías psicológicas de la
conducta (Ainsworth, 2001).
El psicólogo británico y profesor de la Unicersidad de Liverpool, David Canter, fue
el creador de la Psicología de investigación criminal (Investigative Psychology) con
fundamentos distintos de los americanos, pero de igual forma integrando
conceptos psicológicos en la técnicas de investigación criminal (Wiidwirth y Porter,
2001).
Su abordaje también ha sido llamado stadistical profiling, debido al peso tan
importante de los principios metodológicos y científicos en sus trabajos. A
diferencia de los expertos del FBI, sus puntos de vista no proceden de años de
experiencia en casos criminales. Sino del análisis de los resultados obtenidos
mediante estudios controlados. Aunque tanto el FBI cono Canter comparten la
creencia de que es posible predecir ciertas características del criminal en base a
su conducta durante el crimen, este último no intenta encuadrar a los criminales
dentro de rígidas tipologías (Ainsworth, 2001).
En el enfoque de Canter se reconoce que la motivación es una de las posibles
explicaciones de la conducta criminal, pero es crítico a que sea la explicación más
importante y útil para entender las acciones de una persona. Desde su perspectiva
8
es mucho más importante prestar atención a la conducta observable del criminal
que a las causas generadoras (Canter y Alison 2000).
El modelo de Canter utiliza las mismas fuentes de información que el del FBI
(examen y fotografías de la escena del crimen, información sobre la víctima, etc.) y
tiene algunos puntos en común, pero contextualiza la información recogida
propuesta teórica siempre debe ir seguida de una comprobación empírica
(Woodworth y Porter, 2001).
Según Canter y Alison (2000), tres son los principios psicológicos
fundamentales en la investigación criminal:
1. Selección de conductas (recolección de información). Consiste en
determinar las conductas más relevantes que permitan la identificación del
autor.
2. Inferencia de características (conclusiones a partir de los datos). Conjunto
de deducciones que pueden realizarse sobre el criminal siguiendo las
conductas observables en el acto violento.
3. Vínculo o enlace de crímenes (identificación de consistencias). Permite
establecer los posibles nexos o similitudes entre crímenes con la finalidad
de determinar la posible unidad en su autoría.
Los trabajos actuales de Canter se basan en el uso de la técnica conocida como
”Smallest Space Analysis” (SSA), que consiste en calcular las correlaciones entre
un conjunto de variables, representando sus correlaciones en un gráfico espacial,
para de esta forma examinar cada variable en relación con cualquier otra.
Las variables que aparecen juntas en el espacio son aquellas que poseen mayor
presencia y homogeneidad en un hecho criminal concreto. Al mismo tiempo, las
que se dan en el centro de él son las que aparecen frecuentemente en el tipo de
crimen que estemos investigando, mientras que con las alejadas del mismo son
más infrecuentes e inespecíficas.
9
- Localización de la residencia. El conocimiento acerca de los lugares donde
se cometieron una serie de crímenes puede darnos información acerca de
la zona de residencia más probable del agresor
- Biografía criminal. Un estudio cuidadoso sobre el modo en que una persona
ha cometido un crimen ofrece indicios valiosos acerca de su historia
criminal.
- Características sociales. Un mismo crimen realizado de forma diferente
puede darnos información acerca de características sociales del
delincuente.
- Características de personalidad. Estas reflejan el tipo de crimen y el estilo
de la agresión. Canter sugiere que las mismas características mostradas
por el agresor durante el crimen serán visibles en su vida cotidiana.
- Historia educacional/ profesional. Un examen de la conducta durante la
agresión nos ofrece pistas concretas sobre el agresor.
Tipos de perfiles psicológicos
Los perfiles psicológicos se han utilizado en la investigación de delitos violentos,
fundamentalmente en tres de ellos: homicidios/asesinatos, agresión sexual infantil
o adulta e incendios. Cabe destacar que también se ha aplicado a delitos de
terrorismo, pero sin la divulgación tan significativa como en los casos anteriores.
Sólo se desarrollará el primer grupo:
Homicidios/asesinatos
Personalidad y desarrollo psicosocial de los asesinos en serie
El término “asesino en serie” fue utilizado por primera vez en la prensa americana
en 1986 por el agente del FBI Robert Ressler, quien denomino así a este tipo de
criminales, debido a que le recordaban a las series televisivas por entregas de su
infancia.
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El FBI atribuye la clasificación de asesino en serie solo a aquellas personas que
han producido tres muertes intervalos separados de tiempo (Ciriax, 1966).
En la gran mayoría de los casos de homicidio y asesinato, la policía puede
identificar al autor sin grandes problemas, debido a la frecuente cercanía
emocional o relacional entre víctima y agresor; pero en los asesinos en serie, el
agresor suele matar a un desconocido, lo que dificulta su identificación por la
policía y le lleva a creer que puede actuar impunemente, repitiendo sus crímenes
en el futuro (Garrido, Stangeland y Redondo, 2001).
Holmes y De Burguer (1988) atribuyen al asesino en serie las siguientes
características:
- El elemento central es el homicidio reiterado. El asesino en serie mata y
continuara matando si no se le detiene. Borrás (2002) establece que
pueden existir asesinos en serie que no llegan a actuar varias veces, pues
son detenidos por un error en la ejecución del acto criminal.
- En el asesinato en serie suele haber un solo asesino que mata a una sola
persona cada vez.
- No suele haber relación entre asesino y víctima. Rara vez ocurre entre
personas que se conocen personalmente.
- La mayoría de los asesinatos en serie suelen carecer de móviles claros.
- Según las entrevistas realizadas a 36 asesinos en serie convictos (Ressler
y Schactam, 1992), llega a la conclusión que éstos en general procedían
mayoritariamente de hogares disfuncionales (con enfermedad mental
parental grave, padres criminales, etc.), aunque con una apariencia exterior
de normalidad, y todos sin excepción habían sufrido malos tratos
emocionales en su infancia y habían sido desatendidos por sus padres o
tutores, sin poner límites a su comportamiento, lo que generaba una escasa
socialización. Estudios posteriores confirmaron la relevancia de la
negligencia de los padres en el cuidado de sus hijos como un factor de
riesgo en el desarrollo de una personalidad violenta (Cadoret, Troughton y
Bakford, 1995).
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- En el periodo de la adolescencia los asesinos en serie estudiados no
desarrollaron las habilidades sociales necesarias para establecer relaciones
con los otros, lo que les conduce a un proceso de aislamiento social. Este
hecho no significa que todos fueran introvertidos y tímidos, por el contrario,
algunos se mostraban sociables y conversadores, pero esta conducta
encubría su aislamiento interior y su incapacidad de conectar
emocionalmente con la gente (Ressler y Schactman, 1992).
- El aislamiento social frecuentemente conduce al asesino en serie a la
generación de fantasías excesivas, a un comportamiento antisocial y a la
creencia de que el mundo es un lugar hostil. Todos los criminales
entrevistados tenían fantasías irresistibles y se habían vuelto más
dependientes de ellas a medida que se volvían más solitarios. En la
adolescencia, las fantasías se expresaban en la vida real mediante actos de
“tanteo” o ensayo y error. Los efectos de estos actos se incorporan a las
fantasías y éstas a su vez se vuelven progresivamente más violentas. Las
tempranas fantasías de los asesinos en serie se expresan en sus crímenes
mediante una conducta ritual. Fantasean niveles muy superiores a la
ensoñación normal, con fantasías excesivamente elaboradas, sin ser
normales los temas escogidos (Cyriax, 1996). Además, el 86% de los
asesinos estudiados presentaban fantasías de violación y asesinato
procedentes a la comisión de sus crímenes, comparado con el 23% de los
asesinos no seriales (Prentky y cols.. 1989; citado en Blackburn, 1993).
Sin embargo, para Ressler y Schactman (1992), muchos criminales en
potencia no cruzan jamás la línea que les lleva a asesinar a alguien. El
primer asesinato de un asesino en serie se ve procedido por factores
situacionales estresantes que desbordan su personalidad, al carecer de los
recursos de afrontamiento necesarios y al centrarse en la fantasía como
medio de solución de sus problemas.
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Etapas de los asesinos en serie
Después del primer asesinato, el asesino se encuentra excitado y emocionado, y
al mismo tiempo asustado por la posible detención incluso puede sentir cierto
arrepentimiento por el acto realizado y tratar de controlar sus impulsos precedidos
por fantasías violentas en la próxima ocasión. Sin embargo, después del primer
asesinato realizado con éxito, el asesino se sentirá más seguro y pensará que
podrá volver a hacerlo con mayor perfección. Incorporara detalles del primer
asesinato a sus fantasías y empezará a planear e imaginar futuros crímenes. En
los asesinatos posteriores, ya no será necesaria la presencia de las tensiones
vitales similares previas del primer crimen.
Motivaciones psicológicas de los asesinos en serie
Holmes (1989) plantea una tipología de asesinos en serie, basada en la
motivación subyacente a sus crímenes:
- Asesino en serie visionario. Sujeto, a menudo psicótico, guiado por
alucinaciones y o delirios que le impulsan a matar en función de dicho
contenido mental. La escena del crimen es caótica con abundante
evidencia forense, el cadáver y el arma abandonados en la escena del
crimen, etc. La víctima suele ser una víctima de oportunidad y pueden
aparecer actos aberrantes indicios de mutilaciones del cadáver, actos de
necrofilia, etc.
- Asesino en serie misionario. Su motivación está guiada por un “deber
moral” de eliminar a un grupo de víctimas en específico (por ejemplo,
prostitutas, judíos, negros, etc.). Fundamentado en creencias personales
fanáticas, sus procesos mentales se encuentran en contacto con la
realidad, no alucina ni delira. Puede ser tanto organizado como
desorganizado, aunque lo habitual es lo primero, en consecuencia la
escena del crimen habitualmente es controlada, aunque el cadáver no suele
ser desplazado y escondido.
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- Asesino en serie hedonístico. La motivación se fundamenta en la conexión
entre violencia y gratificación sexual y/o emocional. La escena del crimen
es controlada, con pocas o ninguna pista. La víctima suele ser torturada y
violada antes de la muerte, es frecuente el asesinato por estrangulamiento,
aunque también con armas cortantes, pues lo relevante no es tanto el acoto
sexual como la violencia ejercida como elemento activador fisiológico y de
estimulación positiva. Dentro de los asesinos hedonísticos. Holmes (1989)
diferencia el asesino sádico (lust murderer) del asesino emocional (thrill
murderer), el primero suele mutilar el cadáver y realizar actos necrofílicos
con él, algo no habitual en el segundo.
- Asesino en serie de poder/control. La motivación procede del poder ejercido
sobre la victima mediante su dominación completa y total y en su capacidad
para decidir sobre su vida y/o muerte. La escena del crimen es controlada,
con pocas evidencias forenses, y el cadáver se oculta en otro lugar. Los
rasgos presentan en la escena del crimen coinciden en gran medida con los
asesinos hedonísticos.
El estudio de Hare (1991), menciona que los asesinos aparecen con rasgos más
psicopáticos que los ofensores contra la propiedad, especialmente porque
presentan en mayor medida las características afectivas e interpersonales de la
psicopatía. De esta manera, muestran tendencias al egocentrismo, a la
superficialidad, a la manipulación, al egoísmo, a la crueldad, a la falta de
remordimiento y de empatía, características que facilitaron la comisión de los
delitos por los cuales fueron condenados (Aristizabal y Amar, 2010).
Lykken establece la siguiente categorización (Aristizabal y Amar, 2010):
Delincuentes psicológicamente normales. Se trata de personas
primarias, sin trayectoria delictiva, cuyas razones para involucrarse en el
delito tienen relación con situaciones concretas, sin intencionalidad de daño
a terceros y con fines individualistas (por dinero, por solucionar un problema
fácilmente, por probar fuerza, etc.).
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Personalidades antisociales. Incluye el grueso de la población
transgresora, los trastornos de personalidad, el comportamiento antisocial
del adulto y otros renglones asociados a factores etiológicos.
Incompetentes sociales. Suelen ser varones jóvenes con alguna
trayectoria delictiva y cuyo proceso de socialización activará los factores de
riesgo.
Delincuente subcultural. Posee un pobre control normativo durante su
desarrollo vital, una estructura social atávica, poca conciencia del otro, débil
perspectiva del futuro, inmediatismo en la solución de problemas, y con
motivación al poder.
Delincuente alienado. Su característica básica es el fallo en la empatía y
debilidad y superficialidad en los lazos afectivos.
Generación de un perfil psicológico criminal
Garrido (2003) considera que en una investigación criminal existen dos maneras
de elaborar los perfiles (Aristizabal y Amar, 2010):
Perfiles de agresores conocidos, perfil psicológico o método inductivo.
Consiste en la caracterización de los agresores conocidos para extraer
características generales; es decir, se parte de lo particular a los general.
Por ejemplo: si el investigador está elaborando perfiles de agresores dentro
de una cárcel, entonces entrevistará a una persona condenada por el delito
de asesinato, luego a otro y observa las mismas características; si se repite
el patrón, el investigador podrá extraer una característica general de los
asesinos. Para obtener estos datos, los investigadores realizan entrevistas
de criminales violentos condenados para que así brinden amplia
información.
Además, estos perfiles se basan en la observación conductual y en
informes de la conducta del delincuente que se registra desde el momento
en que es condenado por un juez. También los investigadores se nutren de
15
datos que provienen del expediente judicial y con base en todas estas
fuentes se construye el perfil inductivo. De acuerdo con Homant y Kennedy
(1998), esta técnica se usó en las entrevistas al comparar las
características observadas en el individuo con las almacenadas en una
base de datos de agresores, la ventaja de este modelo, según Turvey
(1999), es que facilita la identificación del comportamiento de individuos
agresores.
Perfiles de agresores conocidos, perfil psicológico o método deductivo. Este
método se desarrolla haciendo inferencias con base en el análisis de la
evidencia de la escena del crimen. Se trata de ir de lo general a lo
particular; es decir, de premisas generales, como la edad del agresor, la
raza de la víctima, las agresiones específicas que el criminal hizo y las
evidencias psicológicas al extraer rasgos clínicos del agresor para dar como
resultado un perfil particular.
Del mismo modo, Turvey indica que para elaborar perfiles mediante el método
inductivo resulta de mucha utilidad hacer comparaciones con las características de
otros comportamientos criminales de poblaciones penitenciaria o carcelaria, para
así establecer se existe un tipo de conducta asociado a determinada modalidad
delictiva.
Básicamente la técnica de la perfilación criminal consiste en elaborar un esbozo
físico y psicológico, lo más aproximado posible, de la persona a la que se está
buscando por un determinado delito. Robert K. Ressler, el mayor experto mundial
en esta técnica y ex agente del FBI, la define como “la elaboración de un mapa de
la mente del asesino”. La idea es que si el investigador consigue pensar como él,
sentir lo que el asesino siente, será capaz de adelantarse a su próximo
movimiento y llegar a capturarle. “si se entra en la mente de un criminal, se puede
entender y predecir su siguiente paso”, asegura Ressler (Rámila, 2010).
Y se habla de asesinos porque con este tipo de criminales es con quien mejor
parece funcionar la técnica de la perfilación, y en mayor medida con los asesinos
en serie. Esto es así por el simple hecho de que el asesino en serie delinque
16
repetidamente y, por medio de esa repetición, es más sencillo ir trazando una
pauta, lo que en el argot policial se llama modus operandi. Esta explicación queda
implícita en la propia definición de un asesino en serie: persona que comete tres o
más asesinatos, con un periodo de enfriamiento entre ellos (Rámila, 2010).
Ressler establece seis etapas (Ressler y cols., 1992; Woodworth y Porter, 2001)
en la generación de un perfil psicológico: la recolección de datos para elaborar el
perfil, modelos del proceso de decisión, análisis del crimen, perfil criminal, la
investigación y, por último, la aprehensión.
1. Etapa de asimilación de datos (profiling inputs). Implica la
recolección de todo tipo de información que pueda ser pertinente para
resolver el crimen. Ello incluye información sobre la escena del crimen
(evidencias físicas, posiciones de los cuerpos, armas encontradas, etc.),
la victimología (empleo de la víctima, reputación, hábitos, temores,
personalidad, condición física hobbies, relaciones familiares e
interpersonales, conducta social, etc.), información forense (hora y
causa de muerte, arma homicida, aspectos pre y post mortem, actos
sexuales perpetrados, reporte completo de la autopsia, pericias de
laboratorio, etc.), información de los reportes policiales (observación
policial, hora del crimen, quien reportó el crimen, vecindario, estatus
socioeconómico, fotos de la escena del crimen, etc.).
2. Etapa de clasificación del crimen (decisión making). La información
debe ser organizada y se realiza un análisis preliminar de dicha
información. Es en esta etapa donde debe determinarse el tipo y estilo
de homicidio (u otro tipo de crimen), así como la como la intención y
motivación del criminal, el nivel de riesgo de la víctima, el riesgo en el
que se puso el propio perpetrador al cometer el crimen, la secuencia de
actos cometidos durante el crimen (así como el potencial de escalada ),
factores de orden temporal (tiempo requerido para asesinar a la víctima,
17
donde ocurrió el crimen, si la escena del crimen y el lugar donde fue
encontrado el cuero difiere, etc.).
3. Etapa de reconstrucción del crimen (crime analysis). Se intenta
reconstruir la secuencia de sucesos en el crimen, el comportamiento de
la víctima y criminal, el moddus operandi del agresor, etc. En esta etapa
el crimen es clasificado como organizado o desorganizado y, en
consecuencia, se determine cómo se realiza la selección de la víctima,
se establecen las estrategias utilizadas para controlar a la víctima, la
secuencia del crimen, la organización y planificación del crimen (en caso
de haberse dado), la motivación criminal y las dinámicas de la escena
del crimen (localización de la escena, método de dar muerte, postura del
cuerpo, traumas excesivos, ubicación de las armas).
4. Etapa de generación del perfil. Se construye el perfil criminal
describiéndose el tipo de persona que cometió el crimen y la
organización de su comportamiento en relación con el crimen. Una vez
que ello ha sido realizado se proponen estrategias de investigación que
puedan ser efectivas para capturar al criminal, lo cual involucra una
comprensión de cómo el criminal podría responder a dichas estrategias
investigadoras. En el perfil criminal deben constar los siguientes
elementos: edad, raza, apariencia general del criminal, estatus marital,
historia de sus relaciones interpersonales, ocupación, educación e
historia militar. Asimismo, el perfilador debe decir si acaso el criminal
vive en el área del crimen o si esa área le es familiar, su
comportamiento antes y después del crimen, los principales rasgos de
su personalidad, posesiones significativas que pueda tener, tales como
pornografía y otros. También es aconsejable que el perfil contenga
estrategias para interrogar al delincuente. Douglas (1986) añade la
presencia de los hábitos, creencias y valores del agresor.
18
5. Etapa de remisión del informe escrito. Consistente en enviar a la
agencia que investiga el crimen el perfil elaborado, no puede decirse
que estrictamente sea una etapa de producción del perfil, sino de su
uso. Si el sospechoso es identificado y se obtiene una confesión,
entonces se puede juzgar el perfil como exitoso. En caso de que los
investigadores encuentren nuevas evidencias, la nueva formación debe
ser entregada al perfilador paraqué el perfil sea reevaluado a la luz de
dichos datos. Asimismo, el perfil y el proceso de perfilación deben ser
evaluados a la luz de su ajuste a la descripción del criminal actual, de tal
modo que los futuros perfiles puedan ser más exactos.
6. Etapa de “aprehensión”. Una vez se captura al sospechoso, se
examinan los acuerdos entre los resultados y las diversas etapas en la
generación del perfil. Douglas (1986) establece que es una etapa
fundamental, así, cuando un sospechoso admite ser culpable, su
información permite validar del proceso de generación del perfil llevado
a cabo.
De todo lo anterior podemos destacar que en la generación de un perfil psicológico
son fundamentales tres factores el análisis de la escena del crimen, la víctima y
los hallazgos derivados de la investigación criminológica y biológica.
A continuación se desarrolla exclusivamente la escena del crimen ya que no se
tiene acceso a la víctima y los hallazgos derivados de la investigación
criminológica y biológica.
La escena del crimen
Siguiendo los estudios del FBI (1985) existen dos grandes grupos de escenas del
crimen; la organizada y la desorganizada.
19
Los criminales organizados y su escena
Este tipo de escena del crimen indica que hubo planificación, premeditación y un
esfuerzo consciente por evitar ser identificado. Davis (2000) cita ejemplos: la
selección por parte del criminal de áreas aisladas para la perpetración de sus
crímenes, el transportar a la víctima de un área a otra, el hecho de traer sus
propias armas para cometer el crimen y llevarse las armas de la escena del
crimen.
De acuerdo con Muller (2000), los criminales organizados tienden a ser
inteligentes, pero presentan una historia de bajos logros, con una educación y
trabajos de tipo esporádicos. A menudo se encuentran casados y son socialmente
aptos, pero generalmente presentan una personalidad de tipo antisocial. Su
víctima es a menudo, una extraña, generalmente de sexo femenino, y puede
buscar un tipo particular de víctima o simplemente una víctima por conveniencia,
que se encuentre en el lugar y momento equivocado. Usualmente, torturará a su
víctima, la matará lentamente, de una manera dolorosa con la cual el sujeto ha
fantaseado previamente. El cuerpo de la víctima generalmente será ocultado por
el criminal, a menudo también transportado desde el lugar donde la mató a otro
lugar, y puede existir desmembramiento de la víctima en los casos en los que el
criminal tenga conocimientos forenses, con la finalidad de evitar identificación.
Davis (1999) agrega que este tipo de criminal personaliza a la víctima, controla la
conversación, demanda la sumisión de la víctima y los actos agresivos los comete
antes de su muerte.
Holmes (1996) sostiene que el criminal organizado presenta una “personalidad
organizada” que se refleja en su estilo de vida, su manera de mantener su casa,
su automóvil y su apariencia personal, lo cual resumen en la frase “en su vida
existe un lugar para todo y todo debe permanecer en su lugar” (Holmes y Holmes,
1996). Asimismo, sostienen que el criminal organizado es sexualmente
competente, tiene una imagen masculina, es encantador, controla sus estados
20
afectivos, fue educado con una disciplina dura en su niñez, se desplaza
geográficamente, se cambia de trabajos y puede ser un “fan” de la policía.
Entre sus comportamientos post-crimen, Holmes y Holmes (1996) sitúan el hecho
de que generalmente el sujeto regresa a la escena del crimen, puede mover el
cuerpo de su víctima o deshacerse del cuerpo para hacer más “noticia” sobre el
crimen.
La características esenciales de una escena organizada son: planificación de la
acción criminal, la ausencia de relación previa agresor-victima, conversación
controlada, escena del crimen controlada, víctima sumisa, uso de la restricción,
actos agresivos innecesarios, desplazamiento del cuerpo, recogida del arma,
personalización de la víctima y escasez de pruebas criminológicas y forenses
(Soria, 2005).
Los criminales desorganizados y su escena
La escena del crimen desorganizada indica acciones que han sido espontáneas y
de un crimen cometido de manera impulsiva. La víctima es escogida al azar y la
escena del crimen suele ser el lugar donde encontró a la víctima. A ello se debe el
uso de objetos/armas encontradas en el lugar y la rapidez del acto criminal, lo que
posibilita la presencia de pruebas criminológicas y forenses.
Muller (1999) establece que los criminales desorganizados normalmente tienen
una inteligencia baja, muestran algún tipo de severa perturbación psiquiátrica y,
por ello, es probable que hayan estado en contacto con las instituciones de salud
mental. El criminal desorganizado funciona inadecuadamente a nivel social:
escasas relaciones sociales, excepto con la familia, y puede ser sexualmente
incompetente (en caso de que tenga algún tipo de experiencia sexual). El ataque
de la víctima puede ser brutal y es posible que su cara se encuentre severamente
golpeada en un intento por deshumanizar a la víctima, o bien la víctima puede
haber sido obligada a usar una venda en los ojos o una máscara. En caso de que
la víctima sea agredida sexualmente, generalmente será post-mortem, con
mutilación de la cara, genitales y senos. El cuerpo de la víctima generalmente será
21
dejado en la escena del crimen. Sin embargo, en caso de que el cuerpo sea
movido, usualmente será con la finalidad de guardarlo como un recuerdo y no para
ocultar la evidencia.
Holmes (1996) establecen que el criminal desorganizado lo es también en el resto
de sus actividades: trabajo, hogar, automóvil, apariencia, higiene, comportamiento
y estado mental. Asimismo, estos autores establecen que, de acuerdo con la
información proporcionada por el FBI, los criminales desorganizados tienden a no
tener una apariencia atlética, son introvertidos y de raza blanca, muchos fueron
víctimas de abuso físico y/o emocional en su infancia, y sus padres, a menudo,
fueron figuras ausentes. Posiblemente, durante su niñez, estos sujetos tuvieron
pocos compañeros de juegos y acostumbraban a tener hobbies solitarios o amigos
imaginarios. De nivel intelectual limitado, probablemente dejó la escuela tan pronto
como le fue posible y ha tenido trabajos que no requieren mayor cualificación.
Asimismo, los autores refieren que el criminal desorganizado no se siente seguro
ni cómodo aventurándose lejos de su hogar o trabajo, por ello cometerá sus
crímenes dentro de su propio vecindario o en lugares cercanos.
La importancia psicológica del acto criminal es tan elevada que suele redactar un
diario donde registra sus actividades y víctimas, así como sus fantasías
relacionadas con el crimen. Ello es una vivencia interior y, en consecuencia, a
diferencia del criminal organizado, no sentirá la necesidad de seguir sus crímenes
a través de los medios de comunicación.
A pesar de lo anterior el comportamiento post-crimen es muy relevante y puede
incluir conductas muy amplias: retorno pronto a la escena del crimen con la
finalidad de revivir lo ocurrido, asistir a los funerales de la víctima, poner un
mensaje en los obituarios del periódico en memoria de la víctima, guardar diarios o
recortes de noticias, volverse religioso, cambiar de domicilio y de trabajo.
Otros elementos relevantes en la escena
Cuando aparece una escena del crimen que incluye aspectos de la organizada y
la desorganizada se denomina mixta y puede indicar la presencia de dos
22
criminales, de uno sólo, que paneó el crimen y luego abandonó el propósito por
circunstancias imprevistas, o también que el criminal arreglo la escena del crimen
para ofrecer una apariencia distinta. Todos los crímenes poseen aspectos de uno
u otro tipo, pero claramente un tipo predomina sobre otro.
Otro aspecto importante es la posible existencia de más de una escena del
crimen, especialmente en los crímenes planificados. En un intento de clasificación,
Jiménez (2004) establece tres grandes tipos:
a) Escena del crimen inicial. Corresponde a aquellos lugares donde el autor ha
acechado o vigilado a la víctima, ha establecido el primer contacto y/o la ha
secuestrado.
b) Escena del crimen principal. Es el contexto físico donde se produce la
principal actividad criminal (violación, tortura, etc.).
c) Escena del crimen final. Lugar donde se abandona a la víctima o su
cadáver.
La existencia de más de una escena del crimen refleja una mayor organización,
peligrosidad, edad y carrera delictiva (Tapias-Saldaña y cols., 2004; Jiménez,
2004).
1.3.2 Teorías explicativas de la agresión humana
Existen distintas teorías explicativas de la agresión elaboradas por la Psicología.
En un intento clasificatorio los hemos agrupado en los siguientes apartados,
tomando como referencia los trabajos del psicólogo inglés Blackburn (1996).
1. Teorías biológicas
Los estudios etológicos de Karl Lorenz (1966) sobre la agresividad humana le
llevan a proponer el instinto universal de agresión. Dicho instinto posee diversas
funciones, el control de la población, la selección de los animales mejor dotados
23
para la reproducción de la especie, la defensa del territorio y el garantizar la
organización social.
Lorenz afirma que la necesidad de las personas, al igual que los animales, de
descargar la agresividad nos lleva a realizar actos criminales, acciones militares o
bien actividades deportivas o de relación social agresivas.
Dentro del campo de la Sociobiología, Wilson afirma que las emociones, el
autoconocimiento y la conducta se hallan bajo el control de predisposiciones
genéticas. Este elemento favorece la mejora en la capacidad de reproducción de
la especie, la supervivencia del sujeto en el medio y el altrurismo.
Según su opinión la agresión expresa una predisposición emocional universal,
pero que se halla sujeta a la adaptación cultural y al aprendizaje individual, es
decir, no se encuentra determinada por la biología, pero si condicionada
significativamente. En síntesis, todos los seres humanos poseen esta
predisposición, pero la agresión no es destructiva, sino que es un adaptación
reactiva ante una amenaza a la supervivencia del sujeto y no tanto una erupción
de energía espontánea.
Tras críticas han recibido la teorías biológicas: la utilización de un concepto
territorial de agresión ligado a la visión evolutiva de sus estudios realizados con
mamíferos superiores, el relegar los estudios psicofisiológicos que destacan la
evidencia de unos sistemas biológicos específicos para la agresión en seres
humanos y que sus concepciones conllevan que todo ser humano sea
inevitablemente agresivo pues ello relega los avances comportamentales y
cognitivos relativos a la capacidad de las personas para aprender y controlar su
conducta.
2. Teorías psicosociales
Psicoanálisis
Si bien de forma estricta no podemos hablar de una única teoría psicodinámica de
la agresión humana, sí se asume en su sustrato conjunto la existencia de un
24
instinto o drive, en su génesis. En consecuencia, las teorías tienden a focalizar sus
intereses en establecer como el drive agresivo se controla o canaliza, a lo largo
del proceso de desarrollo de la persona, y como se acomoda y regula por los
mecanismos internos del yo y el superyó.
Freud vio la agresión como una reacción a la frustración y al dolor. Posteriormente
introdujo la noción de Thanatos (instinto de muerte) y Eros (instinto de
autopreservación), con el consiguiente conflicto entre ambos.
Psicoanalistas posteriores rechazaron esta visión y desarrollaron nuevas
elaboraciones teóricas. Así los psicólogos del <<yo>> elaboraron la concepción
del desarrollo de la agresión al servicio del yo. Ello significa que la energía puede
ser neutralizada o dirigirse a objetivos constructivos.
La corriente culturalista analiza, través de estudios antropológicos de campo,
cómo la agresión aparece íntimamente ligada a factores culturales, en lo que
respecta a su aceptación social, las formas expresivas y su cantidad.
Teorías del aprendizaje y el socio cognitivismo social
Estas teorías se basan en los modelos, según el condicionamiento operante. La
conducta de las personas se controla mediante esfuerzos externos y siguiendo el
modelado del comportamiento. Las personas desarrollan conductas propias
aprendidas mediante la imitación de otras personas que les sirven de modelos.
Los primeros estudios sobre la agresión fueron realizados por Dollard y cols a
finales de los años 30, en los que se formulaba la hipótesis de frustración
agresión. Afirmaban que la agresión siempre se produce por frustración y que, a
su vez, la frustración siempre provoca agresión. Críticas posteriores a sus
afirmaciones les llevaron a una revisión de su teoría inicial y a aceptar que, si bien
pueden existir otras causas que provoquen la agresión (insulto, dolor, amenaza a
la autoestima, etc.), la frustración es la principal.
Posteriores reformulaciones cognitivistas dieron un mayor énfasis a los procesos
mentales que se producían previamente a la conducta agresiva ejecutada. Así
25
Berkowitz, en 1989, argumenta que la relación frustración-agresión es un caso
específico de una relación más global entre estimulación aversiva e inclinación
agresiva.
Bandura, en la década de los 80, realizó la teoría cognitiva más relevante sobre la
agresión humana. En su opinión la conducta violenta puede aprenderse también
por observación de otras personas que la ejecuten. La probabilidad de
desarrollarla o no en una persona dependerá de los estándares de pensamiento
que conduzcan a la autorregulación, a la autorrecompensa o al castigo.
Afirma que cuando una persona realiza una agresión, tiende a realizar distorsiones
cognitivas para evitar los aspectos negativos derivados de ésta, y para ello utiliza
distorsiones cognitivas, como pueden ser culpar a la víctima o deshumanizarla.
Manzanera plantea que los factores que contribuyen al comportamiento delictivo
son (Aristizabal y Amar, 2010):
La inintimidabilidad. Sin miedo al rechazo social o al reproche (moral o
físico) y a las consecuencias de su conducta, conformado por los siguientes
aspectos: egocentrismo, incapacidad de cambiar valores; indiferencia
afectiva, es decir, no presenta repercusiones afectivas ante las
consecuencias de la conducta. Labilidad afectiva; no puede controlar
manifestaciones emotivas y puede percibir de manera objetiva las
consecuencias de la conducta.
La nocividad. Cuando la persona se encuentra en posibilidades físicas,
psíquicas o ambientales para comportarse en contra de la sociedad. Este
elemento está integrado por varios aspectos: agresividad; capacidad para
ocasionar, provocar o causar daño y superar obstáculos. Tendencias
antisociales; facilidad para realizar conductas en contra de la sociedad.
Identificación criminal; facilidad para poder identificarse, relacionarse y
contaminarse con personas inmersas en el ambiente circundante.
26
La psicopatía (Otín del Castillo, 2010)
Debido a la frecuencia con la que se produce la confusión entre psicopatía y
psicosis, parece oportuno comenzar este apartado puntualizando esta distinción,
aunque quizá para algunos lectores esto puede resultar una obviedad.
De forma resumida, podemos decir que los psicóticos son auténticos enfermos
mentales, siendo su trastorno de etiología psíquica u orgánica. Son sus
características: desorganización profunda de la personalidad, alteración del juicio
crítico y de la relación con la realidad, trastornos del pensamiento, ideas y
construcciones delirantes y perturbaciones de la sensopercepción; cuadro que
nada tiene que ver con la psicopatía.
Los trastornos de personalidad surgen en personas psíquicamente normales y se
diferencian de la enfermedad mental en tres aspectos básicos:
- Son estables temporalmente: tienen una continuidad en el tiempo y en el
grado de intensidad, al contrario de lo que sucede con la enfermedad
mental, que muchas veces cursa con periodos de crisis.
- Reflejan alteraciones más globales con síntomas más inespecíficos.
- Son egosintónicos, no son subjetivamente percibidos como molestos (el
individuo no tiene conciencia de su trastorno).
Esto tiene importantes implicaciones en casos de crímenes violentos sobre todo a
nivel judicial, puesto que se tradicionalmente el psicótico diagnosticado es
considerado inimputable al encajar su enfermedad dentro de las eximentes
previstas por la legislación, la jurisprudencia viene considerando justamente lo
contrario para el psicópata, al que en la mayoría de las ocasiones se le considera
responsable de sus actos al entender que no pierde el contacto con la realidad,
diferencia perfectamente el bien del mal y posee lucidez y dominio de su voluntad.
El concepto de psicopatía
Buena prueba de la incógnita científica que todavía hoy supone el psicópata es el
hecho de que, para empezar, ni siquiera existe consenso acerca del concepto. La
27
ciencia empezó a interesarse por la cuestión hace más de doscientos años, y
desde entonces han sido muchas las definiciones o acepciones que del término se
han ofrecido, dependiendo del campo científico e incluso ideológico desde el que
se han formulado.
A mí personalmente me parece correcta por su neutralidad la siguiente definición:
“trastorno psíquico que se caracteriza por deficiencia de control de las emociones
e impulsos, insuficiencia de adaptación a las normas morales, asociabilidad y
tendencia a la actuación y a las conductas antisociales”.
En cierto modo, esta es una reformulación de la definición del concepto de “locura
moral” que ofreció a mediados del siglo XIX el psiquiatra Pritchard, quien
siguiendo los pasos de Philippe Pinel fue uno de los pioneros en el estudio de este
fenómeno, junto con Kraepelin (que introdujo el término “personalidad psicopática”
por primera vez en 1903) y Kurt Schneider, cuya tipología de personalidades
psicopáticas es ya clásica.
El término “sociópata”, introducido por la escuela americana (de clara orientación
ambientalista como se deduce a simple vista), puede decirse que es equivalente al
de psicópata, y fue adoptado por la sociedad Psiquiátrica Americana hasta 1980,
año en que adoptó la terminología de “Trastorno Antisocial de la Personalidad”
para referirse al fenómeno y que perdura en la actualidad, siendo ésta la acepción
utilizada en el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales, más
conocido por su acrónimo DSM, manual de referencia para todos los profesionales
de psiquiatría y la psicología.
Pero esta acepción tampoco convence a algunos, que la cuestionan porque la
generalidad del constructo supone para ellos que aquel sea sinónimo d
delincuente habitual. Y no todos los psicópatas son delincuentes habituales,
aducen los críticos no sin razón.
Sutherland y Cressey dicen que “existen tantas descripciones que cualquier
criminal podría ser psicópara según la teoría o clasificación utilizada”.
28
El estudio y la descripción de la psicopatía han sido abordados tradicionalmente
desde un punto de vista psicosocial. Y ha sido así porque como muy bien dice
Garrido Genovés, se trata, ante todo, de una condición relacional, un cuadro que
se manifiesta en una especial forma de relacionarse con los demás. Veámos
ahora cómo son definidos los psicópatas por la siquiatría:
El DSM identifica como carcteristica esencial del trastorno antidocial de
personalidad un patrón general de desprecio y violación de losz derechos de los
demás, con un comienzo temprano (en la infancia o al principio de la
adolescencia) y una continuidad en la edad adulta. Recoge, como manifestaciones
de este trastorno, algunos aspecotos esenciales de su conducta utilizados para el
diagnóstico.
Esta descripción el trastorno es duramente criticada porque encorseta el
diagnóstico en conductas antisociales y delictivas, obviando otros rasgos de
personalidad perfectamente definidos.
Estos rasgos se dividen, para su concreción, en dos grandes áreas:
emocional/interpersonal y estilo de vida. Veamos ambas sucintamente
El área emocional/interpersonal se carcteriza por:
- Locuacidad y encanto superficial: los psicópatas son en muchos casos
personas que despiertan simpatía, que tienen lo que se llama “don de
Gentes”. Son capaces de hablar con convicción de cualquier tema, aunque
carezcan de preparación alguna sobre aquel.
- Egocentrismo y vanidad desmesurada: se tienen como seres superiores al
resto, con una hipervaloración de sí mismos que les lleva a no sentir la más
mínima preocupación por sus semejantes, a regirse por sus propias normas
y a despreciar e ignorar las escalas de valores socialmente imperantes, que
“no son para ellos”; les lleva incluso a creerse impunes.
- Desafecto emocional: carecen de sentimientos, son incapaces de sentir
cualquier emoción (tales como la culpa, el arrepentimiento, el
remordimiento, la ansiedad o el miedo), lo que supone la ausencia de
29
cualquier freno emocional para su comportamiento. Pueden actuar
conociendo las consecuencias pero sin que estas les importen. No
comprenden ni aprecian los sentimientos ajenos ni les interesan. Sus
relaciones humanas están basadas en el utilitarismo más puro.
- Mentiroso y manipulador: son auténticos maestros del arte del engaño, con
una especial habilidad para detectar los puntos débiles de los demás y
aprovecharse de ellos.
- Hedonismo exacerbado: para el psicópata, la satisfacción inmediata de sus
necesidades se convierte en algo vital, que prima sobre cualquier otra
circunstancia. No dudarán en pasar por encima de personas, leyes, códigos
morales, para conseguir lo que buscan. Aplican su propia escala de valores
ajustada a su conveniencia, dejando cualquier otra para el resto de los
mortales.
- Afán de notoriedad: este rasgo se relaciona íntimamente con el hedonismo
y vanidad desmesurada mencionados. Muchos de ellos sienten la
necesidad de destacar, de demostrar al mundo su superioridad, eligiendo
para ello en ocasiones el camino de la violencia.
- Percepción distorsionada de la vida: algunas investigaciones han puesto de
manifiesto que los psicópatas tienen esencialmente una concepción
reduccionista de la vida y el mundo, que perciben en términos de blanco o
negro, sin puntos intermedios. Uno tiene razón o no la tiene. Matas o
mueres.
En cuanto a los aspectos del estilo de vida destacan:
- Impulsividad: al no importarles las consecuencias de sus actos, los
psicópatas en muchas ocasiones no piensan, simplemente antúan
buscando la satisfacción inmedita de sus deseos.
- Deficiente control de la conducta: no controlan adecuadamente su
temperamenteo, carecen de mecanismos inhibidores de la conducta
violenta. Su reactividad a cualquier tipo de representación de la autoridad, a
las provocaciones e insultos o simplemente a las dificultades cotidianas
30
puede provocar accesos incontrolados de furia o enojo de diferente
duración e intensidad, pero generalmente desproporcionados.
- Necesidad de excitación continuada: el aburrimiento es un enemigo natural
del psicópata, que parece sentir la necesidad de experimentar
continuamente nuevas sensaciones que en muchas ocasiones les lleva a
las drogas y a un estilo de vida itinerante e inestable.
- Irresponsabilidad e incapacidad para cumplir compromisos: para ellos, los
conceptos de responsabilidad y compromiso carecen de sentido. Si acaso,
pueden utilizar los compromisos para satisfacer, como siempre, sus fines
inmediatos, pero sin demostrar intención alguna de cumplirlos una vez
satisfechos sus deseos. El matrimonio y la familia son para ellos medios de
financiación, lugares para descansar de vez en cuando mediante el abuso
de las personas que les rodean. Los compromisos con el sistema judicial,
con el que frecuentemente terminan tratando, son para ellos inexistentes.
- Manifestaciones tempranas de conducta asocial: todos los rasgos que
hemos enumerado tienen su traducción en un comportamiento cuando
menos asocial, si no claramente violento, ya en la infancia. Se han
detectado tres claros signos indicadores de la psicopatía violenta en la
infancia: la crueldad con los animales, el incendiarismo y la enuresis se
encuentran en la biografía de gran número de psicópatas violentos. Todas
estas manifestaciones tempranas de conducta asocial se asientan y
refuerzan en la edad adulta, construyendo así el perfil típico del
comportamiento psicopático.
Algunos de estos atributos revisten gran importancia a la hora de explicar la
conducta violenta del psicópata.
31
1.3.3 Normativa Legal
Art. 252 Código Penal.- (Asesinato). Será sancionado con la pena de presidio de treinta años, sin derecho a indulto, el que matare:
1) A sus descendientes o cónyuge o conviviente, sabiendo que los son.2) Por motivos fútiles o bajos3) Con alevosía o ensañamiento.4) En virtud de precio, dones o promesas.5) Por medio de substancias venenosas u otras semejantes.6) Para facilitar, consumar u ocultar otro delito, o para asegurar sus
resultados.7) Para vencer la resistencia de la víctima o evitar que el delincuente sea
detenido.
1.4JUSTIFICACIÓN
En los últimos años en la ciudad de Sucre se ha ido aumentando la frecuencia de
la comisión del delito de asesinato, esto puede ser efecto de un sin número de
circunstancias, fenómenos sociales, etc. Este incremento ha afectado a la
población, la cual se siente cada vez más vulnerable y más expuesta a este tipo
de delito, los medios de comunicación local así lo manifiestan.
Por otro lado, la frialdad e insensibilidad con la que hoy en día se mata al prójimo,
ya sea por factores económicos o pasionales, ha causado un gran impacto en los
ciudadanos, quienes expresan rotundo rechazo a dichas conductas. La ciudadanía
se pregunta quiénes son estos criminales y por qué los hacen, al no tener una
respuesta ante sus interrogantes dan por hecho que estas personas “son de otro
lado, peruanos, collas que migran a la ciudad de Santa cruz u otras ciudades
grandes donde aprenden malas costumbres y cuando vuelven ya son
delincuentes”. Ante estas representaciones sociales en formación, no existe
investigaciones publicadas sobre quién es el asesino, cómo es, de dónde es,
cuales son las características de su personalidad, es por eso que la presente
investigación se centra en el perfil psicosocial de los internos recluidos por el delito
de asesinato de la Cárcel San Roque de la ciudad de Sucre.
32
Una vez realizada la investigación, el aporte teórico que arroje será de gran
utilidad ya que se estaría dando los primeros pasos para que a futuro se pueda
contextualizar la concepción psicosocial que se tiene de la persona que comete un
asesinato. Los perfiles psicosociales de éstas personas en su mayoría han sido
elaboradas en países desarrollados que no se pueden adaptar a los países
subdesarrollados por las diferencias en cuanto a la cultura, costumbres,
percepciones propias, factores económicos, etc..
Por tanto se considera importante estudiar y construir un perfil psicosocial de la
persona que comete el delito de asesinato.
1.5 OBJETIVOS
Objetivo General:
- Describir el perfil psicosocial de los internos recluidos por el delito de
asesinato en la Cárcel San Roque de la ciudad de Sucre.
Objetivos Específicos:
- Describir las características sociales y económicas de los internos.
- Indagar las circunstancias y características de los delitos cometidos.
- Elaborar los perfiles psicológicos de los internos.
2. METODOLOGÍA
2.1 TIPO DE ESTUDIO: Exploratoria
Los estudios exploratorios nos permiten aproximarnos a fenómenos desconocidos,
con el fin de aumentar el grado de familiaridad y contribuyen con ideas respecto a
la forma correcta de abordar una investigación en particular. Con el propósito de
33
que estos estudios no se constituyan en pérdida de tiempo y recursos, es
indispensable aproximarnos a ellos, con una adecuada revisión de la literatura. En
pocas ocasiones constituyen un fin en sí mismos, establecen el tono para
investigaciones posteriores y se caracterizan por ser más flexibles en su
metodología, son más amplios y dispersos, implican un mayor riesgo y requieren
de paciencia, serenidad y receptividad por parte del investigador. El estudio
Exploratorio se centra en descubrir. Flexibles para dar una perspectiva general de
un problema, previo a la formulación de la hipótesis.
2.2 OBJETO DE ESTUDIO
Perfil psicosocial
2.3 CAMPO DE ACCIÓN
Características sociodemográficas y psicológicas
2.4 FIJACIÓN DE LÍMITES
Espacio.- Cárcel San Roque
Tiempo.- 10 meses
Universo o Población.- Internos recluidos por la comisión del delito de asesinato
de la Cárcel San Roque de la ciudad de Sucre
2.3 UNIDAD DE INVESTIGACIÓN
Interno recluido por la comisión del delito asesinato de la Cárcel San Roque de la
ciudad de Sucre.
34
2.4 DETERMINACIÓN Y DEFINICIÓN DE VARIABLES
- Sexo
- Edad
- Nivel de instrucción
- Procedencia
- Actividad laboral
2.5 RECOLECCIÓN DE LA INFORMACIÓN
Fuentes: Se utilizará información tanto de fuentes primarias y secundarias.
Técnicas:
- Entrevista
- Revisión Documental
- Técnicas Proyectivas
Instrumentos:
- Entrevista Semiestructurada
- Ficha de concentración
- Tests proyectivos
2.6 PROCESAMIENTO DE LA INFORMACIÓN
Se formará un dossier para cada persona, el cual tendrá todos los datos
sociodemográficos y tests psicológicos aplicados durante la investigación. Para
procesar la información se utilizará la técnica del listado. La presentación será
mediante gráficos.
2.7 ANÁLISIS DE LA INVESTIGACIÓN
35
Análisis Univariado
Consiste en el análisis de cada una de las variables estudiadas por separado, es decir, el
análisis está basado en una sola variable.
3. ASPECTOS ADMINISTRATIVOS
Organización de la investigación
- El personal indicado por PRECOR SALUD normará y controlará la
ejecución del protocolo de investigación
- Dirige y realizará el trabajo la investigadora.
Recursos
Se cuenta con los recursos humanos y materiales necesarios
Calendarización
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