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Este perfil de Alan Moore, escritor admiradísimo por estos rumbos, apareció hace un par de meses en la revista Fahrenheit.) Alan Moore (Northampton , 18 de noviembre de 1953 ) es un escritor y guionista de historietas británico , labor esta última en la que ha destacado por sus trabajos reconocidos por la crítica y aclamados por su popularidad, Watchmen , V de Vendetta , From Hell y la Liga de los Caballeros Extraordinarios , llegando a ser catalogado como el «Mejor Escritor de Historietas de la Historia». 5 Trabajó primero para el mercado de su país en revistas como 2000AD o Warrior , haciéndolo a partir de 1984 para el estadounidense . Su pintoresco pasado, aunado a una actitud misantrópica y la intención declarada de convertirse en mago del caos , lo han vuelto célebre hasta el punto de que se ha vuelto un icono , inmediatamente reconocible por su barba y cabellera largas y prominentes. Políticamente se declaraanarquista , ideología que refleja en algunas de sus obras. Alan Moore (Northampton, Reino Unido, 1953) es un creador icónico. Le bastaría, quizá, su aspecto: está su barba castaña, larguísima, que se confunde con su melena, abundante y descuidada; están sus ojos profundos y ensombrecidos, fotografiados con frecuencia en la famosa pose Kubrick. Está también su vestimenta: a veces pantalones ajustados y una camiseta negra sin mangas –que no lo hacen verse sexy (no es un hombre atlético) sino extraño, como un habitante de un mundo de ciencia ficción– y a veces trajes de aspecto anticuado; siempre, numerosos anillos en los dedos y otros pendientes y adornos, asociados con su afición a lo sobrenatural. Un poco Rasputín, un poco eremita de caverna, un poco autor hipster, Moore fue consagrado en la cultura global en 2007 al aparecer en “Husbands and Knives”, un episodio de la temporada 19 de Los Simpson. Su imagen y sus intervenciones siguen siendo lo más recordado del programa: fue –es aún, quizá– el epítome del artista indignado, a la vez comprometido socialmente, crítico de la venalidad de nuestra época y extrañamente separado de ésta, obsesionado con sus propias búsquedas. El que una persona se convierta en un icono quiere decir que su imagen se simplifica y, hasta cierto punto, se falsea. La sorpresa es que la obra de Moore, como la de otros grandes iconos, tiene mucho que ver con la superficie que le ha tocado en suerte. Aunque los trabajos de Moore en "2000 AD" estuvieran entre las publicaciones más importantes de la revista, Moore empezó a preocuparse por la falta de derechos de autor en los cómics ingleses. En 1985, habló con el fanzine "Arkensword" notificando que dejaba de publicar para cualquier publicación inglesa de la editorial bar IPC (Editorial a la cual pertenecía 2000 AD), "básicamente porqué IPC me ha evitado con mentiras, engaños o en general, me ha tratado como la mierda." Alan Moore reunió a otros artistas del

Perfil de Alan Moore

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breve descripcion de un gran genio del cómic y brujo practicante

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Page 1: Perfil de Alan Moore

Este perfil de Alan Moore, escritor admiradísimo por estos rumbos, apareció hace un par de meses en la revista Fahrenheit.)

Alan Moore (Northampton, 18 de noviembre de 1953) es un escritor y guionista de historietas británico, labor esta última en la que ha

destacado por sus trabajos reconocidos por la crítica y aclamados por su popularidad, Watchmen, V de Vendetta, From Hell y la Liga de los

Caballeros Extraordinarios, llegando a ser catalogado como el «Mejor Escritor de Historietas de la Historia».5

Trabajó primero para el mercado de su país en revistas como 2000AD o Warrior, haciéndolo a partir de 1984 para el estadounidense.

Su pintoresco pasado, aunado a una actitud misantrópica y la intención declarada de convertirse en mago del caos, lo han vuelto célebre

hasta el punto de que se ha vuelto un icono, inmediatamente reconocible por su barba y cabellera largas y prominentes. Políticamente se

declaraanarquista, ideología que refleja en algunas de sus obras.

Alan Moore (Northampton, Reino Unido, 1953) es un creador icónico. Le bastaría, quizá, su aspecto: está su barba castaña, larguísima, que se confunde con su melena, abundante y descuidada; están sus ojos profundos y ensombrecidos, fotografiados con frecuencia en la famosa pose Kubrick. Está también su vestimenta: a veces pantalones ajustados y una camiseta negra sin mangas –que no lo hacen verse sexy (no es un hombre atlético) sino extraño, como un habitante de un mundo de ciencia ficción– y a veces trajes de aspecto anticuado; siempre, numerosos anillos en los dedos y otros pendientes y adornos, asociados con su afición a lo sobrenatural. Un poco Rasputín, un poco eremita de caverna, un poco autor hipster, Moore fue consagrado en la cultura global en 2007 al aparecer en “Husbands and Knives”, un episodio de la temporada 19 de Los Simpson. Su imagen y sus intervenciones siguen siendo lo más recordado del programa: fue –es aún, quizá– el epítome del artista indignado, a la vez comprometido socialmente, crítico de la venalidad de nuestra época y extrañamente separado de ésta, obsesionado con sus propias búsquedas.

El que una persona se convierta en un icono quiere decir que su imagen se simplifica y, hasta cierto punto, se falsea. La sorpresa es que la obra de Moore, como la de otros grandes iconos, tiene mucho que ver con la superficie que le ha tocado en suerte. Aunque los trabajos de Moore en "2000 AD" estuvieran entre las publicaciones más importantes de la revista, Moore empezó a preocuparse

por la falta de derechos de autor en los cómics ingleses. En 1985, habló con el fanzine "Arkensword" notificando que dejaba de publicar para

cualquier publicación inglesa de la editorial bar IPC (Editorial a la cual pertenecía 2000 AD), "básicamente porqué IPC me ha evitado con

mentiras, engaños o en general, me ha tratado como la mierda." Alan Moore reunió a otros artistas del cómic para contestar en contra de la

venta masiva de sus derechos de autor. Y en 1986 dejó de escribir para "2000 AD" parando la producción del proyecto de futuros cómics

"Halo Jones". Moore da a conocer sus principios, particularmente sobre los derechos de autor y su posesión, y rompería más tratos con otras

editoriales durante su carrera.

Moore escapó de ser uno más de la generación que se volcó –y se agotó– en la contracultura de los años sesenta gracias a su impulso creativo. Primero dibujante de comics (no muy bueno) y luego guionista, se abrió paso en revistas como la venerable 2000AD y mostró desde el principio un deseo constante de romper los moldes: los hábitos de los historietistas a destajo que eran la mayoría de sus colegas y que se limitaban a repetir los argumentos de años y décadas previas. Moore intentó numerosos experimentos, buscó la colaboración de los mejores artistas disponibles (Dave Gibbons, Steve Bissette, J. H. Williams III, Eddie Campbell y Melinda Gebbie han hecho lo mejor de su obra a partir de guiones suyos) y nutrió su trabajo con influencias de todo tipo. Dos de sus tres grandes propuestas en el terreno del guión tienen que ver con esas influencias: la revisión

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de personajes preexistentes, para volverlos más complejos, y el juego constante con referencias intertextuales. La tercera es una actitud rebelde: un escepticismo y una crítica del poder que nunca se vuelven panfletarios porque se realizan por medio de un distanciamiento irónico, despiadado.

Sólo el trabajo inglés de Moore, cuya época de mayor esplendor fue de 1982 a 1989, le habría deparado ser un clásico del cómic: de hecho, le habrían bastado Marvelman, versión nietzscheana de Superman que, en muy buena medida, lleva la idea del superhéroe a su límite absoluto, y V for Vendetta, una historia de ciencia ficción sobre una rebelión anarquista en el futuro próximo (la máscara de Guy Fawkes que lleva su héroe es la que utilizan ahora numerosos grupos de protesta en todo el mundo, pues se volvió célebre a partir de la versión fílmica de James McTeigue). Pero la gran oportunidad de Moore vino cuando, reclutado por la editora estadounidense DC Comics, escribió los guiones de Swamp Thing (1983-87), una revista que bajo su mando pasó de ser un título genérico de horror a una demostración –al menos, para el mainstream del mundo desarrollado– de que el medio del cómic podía alcanzar la misma sofisticación que cualquier otra de las artes. Poco después, Watchmen, su libro central –una nueva y brutal deconstrucción del arquetipo del superhéroe–, apareció serializado por DC en 1986 y en un solo volumen al año siguiente: no sólo cambió para siempre la historieta industrial estadounidense, al atraer a un público adulto a personajes que previamente se habían considerado “para niños”, sino que se convirtió en precursor de incontables obras que han buscado lograr el mismo efecto y de un cambio general en la percepción del valor del cómic. Cuando menos, todo el cine actual de superhéroes, con su mezcla de seriedad adulta y espectacularidad infantil, debe todo al trabajo de Moore y otros pioneros como Neil Gaiman, Peter Milligan o Grant Morrison.

El trabajo del Moore inglés llamó la atención del editor de "DC Comics" Len Wein, quien lo contrató en 1983 para escribir "Swamp Thing" un

cómic de monstruos con una fórmula condenada a producir pocas ventas. Moore con los dibujantes Stephen R. Bissette, Rick Veitch y John

Totleben, deconstruyeron y reimaginaron el personaje, escribiendo unas series de historias experimentales que trataban asuntos sociales y

del medioambiente junto una trama de terror y fantasía, apoyada en la información de la cultura de Luisiana, lugar donde se producían los

hechos de la historia. Moore resucitó muchos de los personajes mágicos y sobrenaturales que tenía la DC criando polvo, como por ejemplo

"the Spectre", "the Demon", "the Phantom Stranger" o "Deadman", e introdujo a "John Constantine", un mago inglés de la clase trabajadora,

cogiendo de modelo al cantante Sting. Éste más tarde tendría sus propias series, "Hellblazer", quizás la serie continua más larga publicada

por DC con "Vertigo".

La carrera de Moore con "Swamp Thing" fue un éxito tanto de crítica como en las ventas, y animó a DC reclutar guionistas en Europa, sobre

todo en Inglaterra, del nivel de "Grant Morrison", "Jamie Delano", "Peter Milligan" y "Neil Gaiman" para escribir relatos al estilo de Alan Moore

para reciclar personajes olvidados. Los títulos que siguieron asentaron las bases de lo que sería el estilo "Vertigo". Moore acrecentó la

productividad creando un cómic de Superman en 1985 ("For the Man Who Has Everything"), y su segunda parte (Whatever Happened to the

Man of Tomorrow?) en 1986, y el tomo único de Batman en "The Killing Joke" con Brian Bolland como dibujante.

La relación entre Moore y la DC iba en deterioro en los temas de derechos de autor y

merchandaising. La DC no pagó ningún derecho a Moore ni a Gibbons por el uso de su

obra "Watchmen" en la creación de merchandaising, que la DC definió como una forma de

promoción. Un grupo comiqueros, entre los que estaban Moore, Frank Miller, Mary

Wolfman y Howard Chaykin se despidieron de la DC a partir de una propuesta de

clasificación de edad similar a la usada en las películas. Habiendo terminado "V for

Vendetta" en 1989, Moore abandonó finalmente la DC.

Page 3: Perfil de Alan Moore

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Posteriormente, Moore ha seguido un camino distinto al de todos ellos al distanciarse del cómic industrial; aunque pudo mantener una relación tenue con DC por años y ésta le publicó dos series importantes: Promethea (1999-2005) y los primeros volúmenes de The League of Extraordinary Gentlemen (1999), el trabajo más constante de Moore ha sido en editoras independientes como Top Shelf, que se ha encargado de reunir y promover su obra madura desde From Hell (1999), una extraordinaria novela histórica alrededor de la figura de Jack el Destripador, y Lost Girls (2006), una historia de la pornografía y el erotismo con el telón de fondo de la Primera Guerra Mundial.

Los últimos proyectos de Moore, más allá del cómic, refuerzan la impresión de su versatilidad, su interés por lo marginal y su cuestionamiento de las tendencias de moda. Ha escrito novela (Voice of the Fire), ha creado performance, y uno de sus últimos proyectos, Dodgem Logic, es un fanzine impreso: ¡en pleno siglo XXI!

Aporte a la historieta contemporánea

Desde un punto de vista formal, la obra de Moore es reconocida por inventar o desarrollar numerosos recursos narrativos que han contribuido

a expandir las posibilidades expresivas del medio, tales como elipsis forzadas, simultaneidad y paralelismo de texto e imágenes,

intercontextualización de elementos ajenos en principio a la historia que está contando, y un largo etcétera. Para algunos de sus detractores,

dicho arsenal de recursos narrativos es usado por Moore para construir un castillo de fuegos artificiales que tapa un trasfondo más endeble

de lo que se pretende. Para sus defensores, sin embargo, la continua elaboración e invención de recursos literarios y gráficos añade capas

de complejidad al trasfondo de su obra y abre caminos en la narrativa del medio. Desde un punto de vista conceptual, los temas explorados

van desde la indagación en clave psicoanalítica del superhombre nietzscheano (Watchmen, su obra más famosa), hasta un subrepticio

estudio antropológico sobre el concepto de libertad y el libre albedrío, enmarcándolo en una ficticia Inglaterra totalitaria (V de Vendetta,

considerada por muchos su mejor obra).

Su trabajo incorpora un amplio abanico de influencias ajenas al mundo de la historieta, entre ellas la obra de escritores como Michael

Moorcock y otros de la llamada nueva ola de la ciencia ficción, autores del género de horror como Clive Barker , consagrados como William S.

Burroughs, Thomas Pynchon o Iain Sinclair  y cineastas como Nicolas Roeg . Dentro del mundo del cómic, ha sido influido por Will

Eisner, Harvey Kurtzman, Jack Kirby y Bryan Talbot.