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1 PERFILES DE LA MUJER EN EL MOVIMIENTO CÍVICO DEL ORIENTE ANTIOQUEÑO: UN PRIMER ACERCAMIENTO 1 Beatriz Eugenia Arango Paola Andrea Córdoba Ana María Henao RESUMEN El presente escrito intenta reconstruir los perfiles de las mujeres que, de manera directa o indirecta, participaron del movimiento cívico de los años 80´s en el Oriente antioqueño. Se retoma de esta manera el enfoque metodológico del interaccionismo simbólico, dado que este permitió abordar conceptos teóricos y metodológicos para comprender el rol de la mujer en el proceso de organización y resistencia del movimiento cívico del Oriente antioqueño, sus aportes principales fueron dados desde la interpretación, a partir de los significados, símbolos, subjetividades, intereses e intencionalidades que llevan a visibilizar la participación de la mujer en este escenario político. De esta manera, las categorías de análisis a retomar están dadas principalmente desde los movimientos sociales y movimientos cívicos, trabajadas desde autores como Alain Touraine, y finalmente las categorías de género y rol, trabajadas desde los planteamientos de Erving Gofman y Habermas. La metodología utilizada fue, en primer lugar, una serie de entrevistas a partícipes activos del movimiento cívico y, en segundo lugar, la investigación documental de archivos de prensa y fotografías que permitieron el contraste con los datos arrojados en las entrevistas. La revisión del estado del arte permitió evidenciar perfiles femeninos que fueron invisibilizados en el contexto de esa época. Esta investigación busca resaltar las formas de participación femenina que en un pasado fueron desdibujadas. La mujer como partícipe de esta lucha social fue relegada por la masculinización del movimiento cívico y el sistema patriarcal y conservador de la época. Palabras claves: Movimientos sociales, movimiento cívico, Oriente Antioqueño, mujeres, género, rol. 1 Este trabajo es el resultado de una indagación inicial sobre los perfiles de las mujeres y su participación social en el movimiento cívico del oriente antioqueño durante los años 80’s, realizado durante los semestres I y II de 2010 en el curso de Diseño Cualitativo, pregrado de sociología, con la asesoría de la docente Andrea Lissett Pérez, Universidad de Antioquía.

PERFILES DE LA MUJER EN EL MOVIMIENTO … · Es así como, identificando los rasgos internos de lo que fue el movimiento cívico, encontramos que sus grandes líderes eran hombres

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PERFILES DE LA MUJER EN EL MOVIMIENTO CÍVICO DEL O RIENTE

ANTIOQUEÑO: UN PRIMER ACERCAMIENTO 1

Beatriz Eugenia Arango Paola Andrea Córdoba

Ana María Henao

RESUMEN

El presente escrito intenta reconstruir los perfiles de las mujeres que, de manera directa o indirecta, participaron del movimiento cívico de los años 80´s en el Oriente antioqueño. Se retoma de esta manera el enfoque metodológico del interaccionismo simbólico, dado que este permitió abordar conceptos teóricos y metodológicos para comprender el rol de la mujer en el proceso de organización y resistencia del movimiento cívico del Oriente antioqueño, sus aportes principales fueron dados desde la interpretación, a partir de los significados, símbolos, subjetividades, intereses e intencionalidades que llevan a visibilizar la participación de la mujer en este escenario político. De esta manera, las categorías de análisis a retomar están dadas principalmente desde los movimientos sociales y movimientos cívicos, trabajadas desde autores como Alain Touraine, y finalmente las categorías de género y rol, trabajadas desde los planteamientos de Erving Gofman y Habermas. La metodología utilizada fue, en primer lugar, una serie de entrevistas a partícipes activos del movimiento cívico y, en segundo lugar, la investigación documental de archivos de prensa y fotografías que permitieron el contraste con los datos arrojados en las entrevistas. La revisión del estado del arte permitió evidenciar perfiles femeninos que fueron invisibilizados en el contexto de esa época. Esta investigación busca resaltar las formas de participación femenina que en un pasado fueron desdibujadas. La mujer como partícipe de esta lucha social fue relegada por la masculinización del movimiento cívico y el sistema patriarcal y conservador de la época. Palabras claves: Movimientos sociales, movimiento cívico, Oriente Antioqueño, mujeres, género, rol.

1 Este trabajo es el resultado de una indagación inicial sobre los perfiles de las mujeres y su participación

social en el movimiento cívico del oriente antioqueño durante los años 80’s, realizado durante los semestres

I y II de 2010 en el curso de Diseño Cualitativo, pregrado de sociología, con la asesoría de la docente Andrea

Lissett Pérez, Universidad de Antioquía.

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INTRODUCCIÓN

El acercamiento investigativo a realidades como los movimientos sociales, permite

proporcionar herramientas de análisis que abordan la construcción de nuevas

propuestas de trabajo investigativo, alrededor de las dinámicas sociales presentes

en los contextos históricos, relacionados puntualmente con el caso del papel de la

mujer en la organización del movimiento cívico en el Oriente antioqueño en los

80´s.

Para entrar en este proceso de reconstrucción, la investigación planteó en primer

lugar el estudio del proceso organizativo del movimiento cívico en el Oriente

antioqueño tras la inserción de la industrialización en los años 80’s. En segundo

lugar, un acercamiento hacia los perfiles de las mujeres partícipes del movimiento

cívico desde diferentes percepciones, como las de los hombres y mujeres que

tuvieron presencia en esta lucha cívica, y de medios de comunicación como la

prensa escrita de la época. Y en tercer lugar, una caracterización de las

condiciones de la mujer como sujeto social y actuante durante el proceso de

organización y de resistencia de este movimiento social.

Cuando se habla del movimiento cívico se encuentra que de forma general este

movimiento social, a partir de sus referencias contiene rasgos muy masculinos de

lo que fue su lucha. Estos rasgos parten desde la descripción directa de

protagonistas y actores hombres que hicieron parte de esta resistencia social.

Entonces, la pregunta sería ¿dónde quedó el papel de la mujer dentro de este

movimiento? ¿Cuál fue el rol de la mujer en este proceso organizativo? ¿Por qué

la mujer no aparece como sujeto social activa dentro del proceso de resistencia

del movimiento cívico?

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Dentro de todos los escritos e investigaciones referenciados, el papel de la mujer

en este movimiento social ha sido opacado, pues el análisis de este movimiento

cuenta con otras categorías totalmente diferentes a las de perspectiva de género.

Estas categorías abordadas desde el interaccionismo simbólico, el neomarxismo,

y enfoques como el género y la sociopolítica permiten una articulación conceptual

para entender el escenario de actuación de las mujeres dentro del movimiento

cívico, contextualizando así diversas dimensiones que orientan la interpretación de

los perfiles de las mujeres y su accionar político en este movimiento social.

Es así como dentro de la investigación se abordan los perfiles de las mujeres en el

proceso de acompañamiento al movimiento cívico, que son dados en formas de

liderazgos, figuraciones en diversas dimensiones y manifestaciones de resistencia,

que van desde el silencio hasta la apropiación de la lucha activista.

Como resultado, la presencia de la mujer con participación política en diversas

formas de manifestación y significación del movimiento cívico llevado a cabo en el

Oriente antiqueño. De igual forma, se resalta cómo el abordaje del movimiento

cívico ha estado marcado por una masculinización de la lucha social, referida a

una invisibilización de la mujer por patrones estructurales como el patriarcado.

También, el sistema conservador de la época, planteamiento que se genera como

hipótesis inicial dentro de esta investigación.

Finalmente, en el trabajo abordamos los procesos de invisibilización de la mujer en

la época del movimiento cívico, pero al mismo tiempo se retoma la visibilización

de estas mujeres ante la indagación de las diferentes percepciones que dan

cuenta de los perfiles de estos sujetos, lo cual nos permitió evidenciar la presencia

de la mujer en la época de auge de este movimiento social, hecho de gran

relevancia ya que cuenta la otra historia, es decir, desde los roles propios de las

mujeres.

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CONTEXTO DEL ORIENTE ANTIOQUEÑO A LA LUZ DE LOS MOV IMIENTOS

SOCIALES EN LOS 80’S: MOVIMIENTO CÍVICO DEL ORIENTE ANTIOQUEÑO

El Oriente antioqueño contiene veintitrés municipios y es una de las nueve

subregiones en la que está dividido el Departamento de Antioquia. Su riqueza está

basada en los recursos naturales que sustentan las actividades económicas e

industriales que se dan como apoyo a la producción de servicios y al

fortalecimiento de su desarrollo económico y social.

Su ubicación geográfica la convierte en participe de las diferentes dinámicas del

Área Metropolitana, motivo por el cual se han trasladado fabricas y empresas del

Valle de Aburra hacia el Oriente antioqueño. Desde las potencialidades que

caracterizan a esta región, se encuentra “el epicentro del sistema eléctrico y

energético nacional, el cual posee seis embalses y cinco centrales hidroeléctricas

que generan aproximadamente el 30% de la energía nacional y un 73% del total

departamental” (Segundo laboratorio de paz, 2009: 15).

Partiendo de los grandes atractivos que posee el Oriente antioqueño, todas las

transformaciones se han vinculado con las dinámicas externas de la región, las

cuales han tenido grandes repercusiones en lo que han sido las lógicas locales de

los habitantes de este territorio; estos se han visto sometidos a transformaciones

impuestas desde la modernidad y el modelo global como la única opción de

construcción social y cultural de las poblaciones locales.

Los impactos negativos que tuvo la construccion de las hidroelectricas en

localidades especificas y por la efectiva dinamizacion de procesos económicos y

sociales que le cambiaron la vocacion e inserción en la economia regional a

quienes poblaban el altiplano, fueron acompañados de problemas y conflictos,

como “imposiciones” hechas “desde afuera”, “inconsultas” y como “atropellos”.

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Ante esto, para entender las lógicas de lo que fue el Movimiento Cívico del Oriente

antioqueño como una de las representaciones organizativas más importantes no

solo para la región, sino de igual forma para el Departamento y el país, es

necesario remontarse a la época de los 80´s, escenario de los movimientos

sociales en el país y Latinoamérica. Este escenario muestra la recopilación de

muchos de los conflictos que enfrentaba el país con los cambios en los modos de

producción, en los usos de la tierra, y en los nuevos procesos de modernidad e

industrialización que se imponían en las diferentes regiones del país.

No se puede negar que el momento de industrialización fue coyuntural para el

Oriente antioqueño, por ser el factor directo en los cambios al interior de las

dinámicas de la región, ya que la construcción de la hidroeléctrica, por ejemplo,

implicó una serie de acontecimientos que atentaban contra los derechos y la

dignidad de las poblaciones locales, lo cual determinó sustancialmente el

surgimiento de procesos de resistencia por medio de organizaciones como el

movimiento cívico, que buscaban la reivindicación de sus derechos ante las

acciones que vulneraban el bienestar de las poblaciones que habitaban el Oriente

antioqueño.

De igual forma, se toma el argumento de que "los movimientos sociales son una

acción, a la vez culturalmente orientada y socialmente conflictiva, de una clase

social definida por su posición dominante o dependiente en el modo de

apropiación de la historicidad, de los modelos culturales de inversión, de

conocimiento y moralidad, hacia los cuales él mismo se orienta”, (Touraine,

1989:99). Así, la acción del movimiento cívico estuvo orientada hacia los conflictos

generados por los procesos de modernidad e industrialización en este territorio,

los cuales orientaban el desarrollo de la región, hacia posturas hegemónicas de

las elites antioqueñas.

La concepción de los movimientos sociales para Touraine (1989) son

referenciados como sistemas organizados y complejos en donde los individuos le

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otorgan significado a sus acciones de acuerdo con la representación que hacen de

ellas, desde la construcción de la identidad. Es evidente que en este movimiento,

se desató una disputa entre diferentes actores sociales que reclamaban sus

propios intereses y pretendían de una u otra manera reclamar por sus derechos y

demandas, sentidas por un grupo amplio de las poblaciones afectadas, debido a

los cambios y transformaciones traídos por el modelo industrial priorizado para la

región. Pero esto trajo grandes repercusiones, como inconformidades frente a

políticas estatales, nuevos temores e incertidumbres, e incluso desequilibrios

culturales y ecológicos.

Actores

La presencia de diversos actores en el movimiento cívico resaltó una importante y

predominante participación política, en la búsqueda de una reivindicación por los

derechos a unos servicios públicos dignos, y a una búsqueda por la

reconfiguración del desarrollo hegemónico planteado para la región.

Se señala la participación directa de los usuarios de energía, los funcionarios

públicos, campesinos, comerciantes, sindicatos, estudiantes, maestros y líderes

del movimiento, juntas cívicas y organizaciones populares de cada municipio

participante, en la resistencia a las subas de las tarifas impuestas por la

Electrificadora de Antioquia.

Es así como, identificando los rasgos internos de lo que fue el movimiento cívico,

encontramos que sus grandes líderes eran hombres con amplias convicciones de

igualdad y equidad, a partir de una lucha constante por la reivindicación de los

derechos humanos que más tarde cobró la vida de muchos de estos líderes.

Los actores variaron en su composición y participación, según los intereses

generados en el proceso de movilización de asuntos relevantes para el Oriente

antioqueño. Entre ellos se identificaron institucionales como Gobernación de

Antioquia, Empresas Públicas de Medellín, Electrificadora de Antioquia,

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coordinadora Regional Pro- defensa –por parte del movimiento cívico– y Alcaldía

de Medellín. También los líderes del movimiento cívico, la población civil

(proveniente de la mayoría de localidades del Oriente antioqueño) y la Asamblea

popular.

La identificación de actores privilegió la participación masculina, sin omitir en su

totalidad la participación de la mujer, pues se mostraron como activistas, líderes y

acompañantes no solo de este movimiento social sino de muchos otros

movimientos que se desarrollaron en el Oriente antioqueño.

Interacciones

Dentro del transcurso del movimiento cívico, los diversos actores se vieron

inmersos en procesos de interacción, que determinaron el carácter simbólico de

las acciones del movimiento. Movilizarse, implicaba realizar reconocimiento de los

otros, en tanto pares, para la articulación de intereses en cuanto al hecho de

acción colectiva.

Citando a Mead (1964) podríamos inferir que las personas que se movilizaron,

entre tanto, las mujeres, experimentaron cargas significativas de los grupos

sociales que compaginaron en relación a las acciones del movimiento:

El individuo se experimenta a sí mismo como tal, no directamente, sino

sólo indirectamente, desde los puntos de vista particulares de otros

miembros individuales del mismo grupo social o desde el punto de vista

generalizado del grupo social como un todo al que él pertenece […]. El

individuo [se trae] a sí mismo dentro del mismo campo de experiencia de

otro individuo con relación a quién él actúa en una situación social dada

(Mead, 1964:202).

En las acciones de experimentación, las mujeres igualmente fueron partícipes de

los tantos significados que tuvo la movilización en la región. Su rol de esposa o

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ama de casa no limitó su participación para hacer frente a la demanda de

intereses que se instauraron en la región, teniendo en cuenta que las

interacciones no solo se dieron entre pares, sino también con las instituciones y

entes políticos presentes en el territorio.

El proceso de interacciones del movimiento suscitó la discordia en algunos casos

y la empatía en otros, de acuerdo a los intereses generados por la movilización en

el territorio. Los sujetos participantes no solo fueron los activistas sino las

instituciones que, de acuerdo a sus intereses particulares, buscaban los métodos

para el abordaje de proyectos en la región, que se contraponían a las

estimaciones de los actores que se movilizaban por la causa del movimiento.

PERCEPCIONES DE LA PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES EN EL MCOA

¿Cómo se percibe la participación de las mujeres en el movimiento cívico del

Oriente antioqueño desde diferentes actores, puntos de vista o perspectivas?

Las miradas masculinas

A pesar de los procesos patriarcales en que se ha desarrollado la participación

política de las mujeres en los diferentes ámbitos sociales, es de resaltar que las

décadas de los 60’s y 80´s comprenden un auge importante de la participación

femenina a partir de los procesos de movilización.

Estas movilizaciones cobraron víctimas fatales. Puntualmente, hombres líderes del

movimiento cívico como Ramón Emilio, Froilan Arango, Antonio Martínez entre

otros. Pero estas no fueron las únicas víctimas de mencionados sucesos, sus

esposas por ejemplo se quedaron asumiendo una realidad difícil pero con la visión

clara de seguir la lucha.

Jorge Tulio, activista de este movimiento social, resalta una fuerte participación de

la mujer en las luchas del movimiento cívico. Entre ellas menciona a las esposas

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de algunos de estos hombres como Blanca Moreno, Filomena Ramírez de Arango,

que desde su punto de vista las considera como unas grandes líderes. Tulio

recuerda a un centenar de mujeres que desde su lado femenino enfrentaron las

arbitrariedades que los gobiernos locales y centrales cometían contra ellas y sus

familias:

Muchas mujeres que fueron muy valiosas, que fueron muy protagonistas en el

desarrollo de todas estas luchas se encuentran por ejemplo: Teresa granada,

una gran mujer, no era la mujer del discurso, ella frentiaba en las reuniones

pero no era la mujer que se tiraba a una plaza pública, era una mujer que le

daba un apoyo crítico al movimiento. Tenemos a Luz Milla Pulgarín, una gran

mujer con el esposo y con sus hijos. A Sonia estrada, a Felicinda Ramírez una

gran mujer, Ángela Velásquez era hasta escritora, compositora de poesías.

Irma Betancur una gran mujer, Consuelo Castrillón, que todavía vive, una gran

líder sindical que apoyo fuertemente el movimiento cívico (Entrevista, 2010)

Es claro que para Jorge tulio la mujer fue partícipe de estas luchas en diversidad

de formas y desde diferentes papeles. De esta manera, Erving Goffman (1953)

plantea desde su concepción del rol social una pista importante para entender esta

forma de acción social. El rol es definido a partir de los diferentes papeles que

asume el individuo en sociedad. Textualmente, este autor plantea la promulgacion

de los derechos y deberes atribuidos a un status dado, “podemos añadir que un rol

social implicará uno o mas papeles; y que cada uno de estos diferentes papeles

puede ser presentado por el actuante en una serie de ocasiones ante los mismos

tipos de audiencia o ante una audiencia compuesta por las mismas personas”

(Gofman, 1953:29).

Para el caso, Nevardo García, historiador de la casa museo del viejo Peñol,

resalta la presencia de la mujer como sujetos protagónicos de lucha por la

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reivindicación de los derechos a conformar y conservar la familia unida, tras el

proyecto de inundar su pueblo sin ninguna clase de garantías2:

Las mujeres, nuestras madres, nuestras hermanas, evidentemente eran

las que recibían las visitas de los trabajadores de EPM. Eran las que

preparaban los alimentos para nuestros papás o para los que estaban

trabajando en otras partes. Eran las que se reunían por las noches en

grupos de oración, para orar por esa causa. Eran evidentemente las más

preocupadas, ya que eran las que tenían el papel de conservar el hogar

unido (Entrevista, 2010).

Así, en este caso, las mujeres, con un grado de afectación tan alto desde

sus familias, retomaron formas de lucha a partir de la oración y la

participación activa desde las asambleas comunitarias y, como argumenta

Nevardo, en las grandes asambleas comunitarias eran las que siempre

preguntaban ¿Qué va hacer de nosotros? ¿Dónde va a estar nuestro hogar?

Argumentos que para Nevardo son supremamente validos desde la lucha de

la mujer por la familia. Las mujeres que hicieron frente a dicha situación eran

madres, hermanas, hijas, monjas, estudiantes que asumieron diversidad de

papeles para enfrentar las arbitrariedades de la época con movimientos

sociales como “Las cuarenta”.

En los repertorios de confrontación de los movimientos sociales Touraine

(1989) los plantea en torno a la identidad de los actores colectivos y la

orientación de sentido de sus acciones. En este caso, el sentido de acción

de este grupo de mujeres fue orientado hacia la conservación y cuidado de

sus familias. Así, cabe mencionar cuando Touraine, en un primer momento,

habla de la acción colectiva que puede ser entendida “como un esfuerzo de

defensa, de reconstrucción o adaptación de un elemento del sistema social,

2 Se aclara que los sucesos de el municipio de El Peñol se dan en los años 60’s, momento en que empiezan a

gestarse los megaproyectos eléctricos de la región, el movimiento cívico como tal surge en los años 80’s.

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trátese de un valor, una norma, o de la sociedad misma” (Touraine, 1989:

136). De esta manera, se puede entender entonces esta forma de

movimiento social, como una forma de defensa ante los fenómenos

arbitrarios de la época, impuestos por la modernidad y la industrialización.

Para ello es de tener en cuenta que los fuertes lazos del patriarcado y el

machismo fueron lazos fuertes del manejo del ámbito público y privado de

las mujeres, donde los hombres recreaban los acontecimientos siendo ellos

los principales protagonistas.

Para el caso del movimiento Cívico del Oriente, John Jairo Arroyabe

(participante del M.C.O) plantea la argumentación desde el miedo, como

característica que según él no dejo que la mujer asumiera papeles de

liderazgo y confrontación ante el movimiento cívico de Oriente, pero si

resalta de forma interesante unas formas de accionar de las mujeres ante las

circunstancias de la época:

En los años 82-83 fue muy poca la participación femenina. Fue más

adelante, en los paros que siguieron después de estas fechas a partir del

85-86 con la UP, donde ya se veía mucho más activa la mujer, se veía

más participante tanto de las manifestaciones, como de las reuniones que

se hacían, se veían mas deseosas por el conocimiento ideológico. Pero

desafortunadamente el temor, el miedo por los acontecimientos

desafortunados de aquellos tiempos, no permitió que la mujer tomara

mayor fuerza o mayor liderazgo en estos procesos de resistencia

(entrevista, 2010).

Cabe resaltar que el silencio de las mujeres también hacia parte de su forma de

confrontar las arbitrariedades de esta época, pues el silencio, como decía Jorge

Tulio, era uno de los signos de acompañamiento femenino que se transformaban

en formas de respaldo a los esposos, hijos y demás que hacían de cara

directamente a la lucha del movimiento cívico.

Por otro lado John Jairo logra identificar, como dice textualmente, una que otra

mujer, afirmando la existencia, por ejemplo, de Blanca Moreno, esposa de Antonio

12

Martínez (líder directo de este movimiento): “Blanca también colaboró, desde el

apoyo que le brindaba a su esposo como tal. Es más, ella también fue líder en el

movimiento más desde la parte política e ideológica”. También resalta la presencia

de mujeres estudiantes del Liceo, que según él estuvieron muy activas en esas

movilizaciones.

Así, se puede llamar a una reflexión desde Narciso Pizarro cuando postula el rol

como “el conjunto de expectativas existentes en un grupo social dado respecto a

la conducta de un individuo que ocupa una determinada posición en él”

(Pizarro,1998:188). Para el caso aquí abordado, las expectativas que se

generaban hacia la conducta de la mujer de acuerdo con la posición que ocupaba

en esa época, eran desarrolladas a partir del contexto mismo del movimineto

cívico del Oriente Antioqueño.

En la búsqueda de más perspectivas masculinas hacia el papel de la mujer nos

dirigimos hacia el municipio de Marinilla, cuna del movimiento cívico del Oriente

antioqueño. Allí se estableció el contacto con el señor Joaquín Duque director del

Periódico El Marinillo, quien fue gran compañero de Ramón Emilio Arcila, líder

directo de este movimiento social, al igual que Ramón Osorio un gran compañero

y seguidor de Ramón Emilio. Estos dos señores relatan el movimiento cívico

desde su diversidad de luchas y formas de confrontación en compañía de uno de

sus grandes líderes.

En la perspectiva de reflexionar acerca de cómo era el papel de la mujer en esa

época resaltan algo de gran importancia. Ellos desde el manejo de archivos de

prensa, actas, imágenes de fotografías de la época (recopilación de información

documental del movimiento cívico) argumentan “una alta invisibilización de la

mujer”. En su recuento Joaquín Duque menciona que en realidad sí existieron

mujeres dentro de este movimiento pero que habían sido invisibilizadas. Al igual

que Ramón Osorio, hacen mención de dos mujeres que a consideración de ellos

fueron protagónicas en esta lucha: el caso de Consuelo Castrillón –líder sindical

de este municipio–, María Antonia Tabares y Bertha Salazar.

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Así las cosas, la participación de la mujer no está mediada como se pudo

haber planteado en un inicio por una falta de participación femenina, se puede

referenciar en principio como interpretación provisional la participación de la

mujer en el movimiento cívico intercedida por diferentes grados de

invisibilización.

Sin embargo, desde las concepciones propias de las teorías sobre el género

donde la feminidad ha sido sinónimo de inferioridad, para este caso como lo

propone Margarita Peláez, el género como un concepto de diferenciación

social, enmarcadas en las relaciones sociales hombre-mujer, conllevan para el

movimiento cívico de Oriente “un grado de afectación en la distribución de

poder y Autoridad” (Pelaez, 2002:34).

Finalmente tanto Joaquín Duque, Ramón Osorio y Jorge Tulio plantean su

inquietud en el grado de dificultad a la hora de abordar algunas de esas

mujeres que fueron la cara femenina y visible en estas luchas sociales, pues

muchas de ellas se encuentran muertas o exiliadas en otros países.

Finalmente, resalta Jorge Tulio que: “estas grandes arbitrariedades no

perdonaron sexo, edad y mucho menos familias, por ello la mujer asumió su

papel y decidió salir a luchar por la causa que debía unir tanto a hombres como

a mujeres en contra de las imposiciones hegemónicas de la industrialización”.

Las mujeres participantes del Movimiento Cívico del Oriente antioqueño: sus

percepciones

Estas mujeres tuvieron un pasado muy interesante con el movimiento cívico del

Oriente antioqueño que, de una u otra forma, marco sus vidas significativamente y

las dotó de herramientas para seguir su lucha como mujeres del Hogar o mujeres

de lo público. En esencia fueron mujeres que desde sus diferentes papeles

aportaron a esta lucha cívica del Oriente antioqueño.

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Para entender los papeles de estas mujeres Retomamos a Habermas en la

concepción del interaccionismo simbólico desde el rol. Es importante acotar su

planteamiento al definirlo propiamente con los procesos de socialización, los

cuales se definen a partir del concepto de identidad “sirviendo como noción para la

acción social de rol” (Habermas, 1986:26).

Es así entonces como Habermas establece la identidad simbólica del rol como

aquella que posee “la capacidad de representarse teniendo en cuenta los sistemas

de referencia a partir de su expresión dentro de un marco de significaciones

reconocidas por todos, permitiendo cumplir sus expectativas como individuo”.

(Habermas,1973:226). Para el caso de estas mujeres, su marco de significaciones

esta planteado a partir de contextos diferenciados, donde cumplen roles que se

distinguen entre ellos, pero contienen un marco de referencia: el movimineto cívico

del Oriente antioqueño, que les permitió actuar de acuedo a sus roles y

expectativas.

De esta manera, Blanca Moreno, esposa de Antonio Martínez, uno de los líderes

directos del Movimiento cívico, plantea su participación en este movimiento social

a partir del apoyo que brindaba a su esposo:

Era un respaldo total. A pesar de tanta intimidación, no logramos hacer

más cosas por miedo. Y precisamente yo pienso que debido a eso era la

ausencia de la mujer en el movimiento cívico, “por el miedo”. Porque en el

mismo tiempo en que se empezaron a generar estos movimientos

cívicos, fue en el preciso momento en el que estaba más fuerte la

presencia de la violencia (Blanca Moreno, entrevista, 2010).

Sin embargo, cabe mencionar que la participación de esta mujer fue mucho

más allá de lo que ella considera, pues representó desde el lado femenino la

fortaleza de enfrentar diferentes liderazgos a pesar de los hechos de violencia

e intimidación que acechaban en la época y de los que fue víctima directa su

esposo los cuales lo llevaron a la muerte.

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Es así entonces como Blanca Moreno se percibía dentro del movimiento cívico,

característica básica que desde Habermas se establece como el marco de

significaciones desde la identidad simbólica, propias de su contexto de

expresión.

En gran parte del movimiento cívico también me toco afrontar el liderazgo

de muchos de los procesos que se llevaban a cabo dentro de la

organización, aclarando que la persona que estaba de lleno era mi

esposo, pero a mí a veces me tocaba ir a representarlo en audiencias.

Nos convertimos en ayudantes incansables de los trabajadores y el

campesinado. Mi presencia radicaba, principalmente, en suplir las

carencias que él presentaba cuando no estaba, así que en muchas

ocasiones me toco estar al frente del movimiento cívico (Entrevista,

2010).

Como se puede observar, Blanca Moreno fue una de las mujeres que más se

recuerda en las voces citadas, y su aporte fue, más allá del acompañamiento a

su esposo, un reflejo significativo de participación femenina en este movimiento

social; argumento que de una u otra forma ella reitera cuando plantea que la

comunidad y los mismos lideres la veían con mucho respeto y admiración por

lo que estaba realizando.

En el plano de lo simbólico, se hace referencia a que la confrontación a

situaciones como los movimiento sociales desde la perspectiva de género,

implica “visibilizar la condición de la mujer respecto a la del hombre, a fin de

identificar lo que impide desarrollar todas sus potencialidades y que se le valore

dentro de la sociedad” (Chaves, 2004:20). Es precisamente lo que Blanca

Moreno desarrolla desde su participación en esta lucha social, pues el apoyo

brindado a su esposo le permitió visibilizar su papel desde la condición de

esposa en la que se hallaba, que a su vez a la hora de incursionar en el campo

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de lo público fue valorada desde el papel que estaba asumiendo a partir de

diferentes liderazgos, resaltando sus potencialidades como mujer.

Blanca Moreno no sólo resalta su perfil dentro de este movimiento cívico, sino

que hace mención de una variedad de rostros femeninos que a lo largo del

desarrollo de esta lucha reivindicativa se hicieron presentes:

En El Carmen resultaron algunas amas de casa, señoras del campo y

principalmente estudiantes. Tuvimos también otra mujer que era más que

todo líder del movimiento estudiantil a nivel del departamento (que era de

la juventud comunista). También estuvo una mujer, que llego hacer

diputada a la Asamblea y que tuvo que salir del país por amenazas,

llamada Beatriz Gómez, ella era una parte muy importante dentro del

movimiento, ella era una gran líder. Se desplazaba por todos los

municipios orientando las reuniones, las asambleas, los movimientos

cívicos, mirando siempre el enfoque de cómo ayudar a la gente,

principalmente a los campesinos (Entrevista, 2010).

Es importante ver cómo se amplía el marco de referencia desde el rol a partir

de los diferentes papeles femeninos que hicieron presencia dentro del

movimiento cívico y que de una u otra forma fueron desdibujados por una alta

invisibilización de la mujer en la época. Finalmente cabe mencionar que este

movimiento cívico fue una referencia importante para la organización de las

mujeres frente a su condición de víctimas en el conflicto armado que ha

azotado al Oriente antioqueño durante muchos años, de esta manera lo

referencia Blanca Moreno (2010):

Los papeles más importantes de las mujeres en aquella época era la

defensa de las necesidades del hogar y de la familia, lo que es en El

Carmen las mujeres lograron respeto y muchos logros que hoy en día se

tienen como organizaciones de mujeres en pro de nuestros derechos. Es

más, el movimiento cívico dio pie a que las mujeres se comenzaran a

organizar y hoy en día muchas de esas organizaciones se establecieron a

partir del movimiento cívico.

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Se define que para esta mujer el movimiento cívico tiene como significación una

apuesta importante para la organización de las mujeres en el Oriente Antioqueño,

apuesta que desde la acción colectiva esta referenciada en los repertorios de

confrontación. De esta manera, Sidney Tarrow apunta a que los repertorios de

confrontación “se refiere a los incentivos para la acción que se concreta en las

demandas que acompañan el descontento ante situaciones concretas que van en

contra de la cotidianidad del sujeto” (Tarrow, 2004: 57).

Esta apuesta de accionar colectivo de muchas mujeres en el Oriente antioqueño

ha estado orientado por variadas circunstancias en las que su cotidianidad se ha

envuelto en infinidad de situaciones de conflicto como la muerte de sus esposos,

hijos y demás situaciones que hoy en día las han vinculado a organizarse desde

un proceso de resistencia ante las arbitrariedades del sistema.

Por otro lado, dentro de los actores participes en la lucha del movimiento cívico del

Oriente antioqueño, un sector importante que cabe resaltar son los sindicatos. En

el contexto de conformación de este movimiento social, gran parte de sus líderes

eran miembros o pertenecían a organizaciones sindicales en la región, los cuales

fortalecieron fuertemente la parte organizativa, ideológica y en fin el desarrollo y

accionar del movimiento cívico.

En el caso de Consuelo Castrillón mujer activa, orientadora y líder como la

describe Jorge Tulio, fue presidenta de uno de los sindicatos del Oriente

antioqueño en una de las empresas textileras de la región; la cual, más adelante,

se convierte en integrante de trabajadores textileros que se ha denominado el

sindicato de trabajadores de la industria textil de Colombia (sindicato que se

convierte en organización nacional), a partir de su participación como líder y

presidenta sindical se vincula a la causa de la lucha cívica del Oriente antioqueño.

En el marco en que Consuelo desarrolla su vinculación al movimiento cívico,

desde el liderazgo sindical, es importante referenciar de nuevo la manera en que

18

Tarrow (2004), proyecta este tipo de acción colectiva que se vincula directamente

con este movimiento social. El autor en un primer momento entra a plantear,

desde las estructuras de la modernización, las redes vecinales, parentales,

organizativas y otras que cohesionan los movimientos. Para el caso, es importante

referenciar el papel de esta mujer como presidenta sindical que se identifica con

las referencias de lucha del movimiento cívico de Oriente; estructuralmente ella se

vincula a este movimiento desde una red organizativa como el sindicato, en la

cual, desde esta postura, comparte identidades en el marco de actuación del

movimiento cívico.

Me vinculé al movimiento cívico porque, cuando eso, habían dirigentes

cívicos, pues existía el doctor Ramón Emilio Arcila, ese fue uno de los

grandes líderes del movimiento cívico aquí. Estaba el difunto Alfredo

Gómez, y ya en base a eso y como ya me conocían –fundadora del

sindicato, presidenta del sindicato– yo me vinculé a todo eso cuando

existía la Unión Patriótica. Yo politiqué con la UP aquí en Marinilla, yo

saqué caseta, yo me puse un uniforme de la UP (Consuelo Castrillón,

líder sindical, entrevista, 2010).

El movimiento cívico estuvo integrado por multiplicidad de pensamientos. Entre

ellos cabe mencionar puntualmente el de las mujeres. El caso de Consuelo, por

ejemplo, brinda pistas para entender la diversidad de papeles que las mujeres

asumieron dentro de este movimiento social, indagación que deberá tener

continuidad dentro de esta investigación, ya que es uno de los objetivos centrales

de este trabajo. Consuelo Castrillón plantea su accionar en el movimiento cívico

desde la parte activista: “me gustaban los paros y todas esas cosas si encabezaba

desfiles, y todo lo que fuera propaganda. Aún todavía me gusta mucho repartir la

propaganda y vincularme a todas esas cosas”.

Percepciones de la participación de la mujer: prens a y fotografía de la época

19

En el contexto del movimiento cívico alrededor de los paros, movilizaciones y

demás la prensa de la época exalta estos acontecimientos en particular. Muchos

de los relatos noticiosos son referenciados desde las generalidades en los actores,

y cuando se puntualiza en personajes particulares la imagen de los hombres es

fuertemente notoria. ¿Quiénes eran exaltados como los lideres de toda esta

lucha? El periódico El Colombiano en el año de 1984 –año de varios procesos de

movilización por parte del movimiento cívico– resalta la presencia de cinco de sus

dirigentes principales, encabezado todo ello por hombres. En esta noticia se

resalta la lucha que se venía desarrollando contra la electrificadora de Antioquia y

la imagen que resalta el acontecimiento es muy diciente a la hora de definir y

delimitar cómo la prensa registraba los liderazgos de la época:

El Colombiano, 12 de abril de 1984. Sección: política

Así las cosas, volviendo al caso concreto de las percepciones establecidas por los

medios de comunicación –en el caso puntual de la prensa escrita–, los sondeos de

opinión se encontraban como un pilar importante a la hora de buscar las

percepciones sobre los acontecimientos alrededor de este movimiento social. Un

periódico de la época que desarrollaba esta clase de secciones dentro de su

información, era el periódico El Mundo, que constantemente adelantaba encuestas

con énfasis en preguntar sobre situaciones concretas acerca de las movilizaciones

de la lucha cívica.

20

Para el caso del año de 1984, auge de los paros cívicos del Oriente antioqueño,

el periódico El Mundo realizó una encuesta alrededor de la pregunta: si los

ciudadanos de esta región estaban de acuerdo con los paros que se estaban

llevando a cabo. En una primera sección se indaga la opinión de cuatro hombres

de diferentes partes de la región y, en segundo momento, se establece la

búsqueda de cinco hombres resaltando sus opiniones acerca del acontecimiento

en particular, hecho que da a entender que la opinión de la mujer no se establecía

como prioridad ante las circunstancias de la época. La opinión acerca de dichos

procesos tenía voz y foto masculina.

Periódico El Mundo: 2 de julio 1982: sección: opinión.

Para el caso de algunas noticias registradas por el periódico El Mundo, sus

sondeos de opinión eran constantes. El 27 de febrero de 1984, por ejemplo, este

21

periódico realizo de nuevo la encuesta de opinión en el municipio de Marinilla y

sus invitados principales eran dos hombres que ocupaban cargos públicos en este

municipio, entrevistas que tuvieron su dedicación en dos amplias columnas del

diario.

El Colombiano 21 de septiembre de 1982. Sección: política.

Las anteriores imágenes son de la época del auge de los paros cívicos del Oriente

antiqueño, en los cuales, uno de los epicentros era en el municipio de Marinilla. En

la primera imagen se puede observar a la mujer como espectadora de un aviso

expuesto en una de las calles de Marinilla, en una postura expectante de lo que

allí sucede, y a ese respecto podría lanzarse un juicio de valor, “está interesada

por lo que allí se dice”, sin embargo, la noticia hace alusión principalmente a lo

que expone este aviso y no a la percepción que pueda tener esta mujer con

respecto a lo que en el muro está escrito.

En la segunda imagen pasa algo similar. No se resalta, en el desarrollo de la

noticia que acompaña esta imagen, algo que referencie la posición que esta mujer

22

pueda estar asumiendo como funcionaria de la Electrificadora de Antioquia, pues

lo que se nombra como primordial es la forma en que los usuarios no asisten

como lo hacían antes a pagar las facturas de los servicios públicos de luz. Por

tanto, en esas pocas fotografías, en que se evidencia la mujer, solo están

expuestas para analizar situaciones totalmente ajenas a ellas y a su contexto

inmediato.

Introducción a la perspectiva de género para el aná lisis del rol de la mujer en

el movimiento cívico del Oriente antioqueño:

Si bien hemos intentado de cierta manera visibilizar la figura femenina como

participante activa dentro del movimiento cívico en el Oriente antioqueño en los

años 80´s, es necesario partir de una introducción acerca de la categoría de

género la cual se ha ido constituyendo, a través del tiempo, como un concepto de

diferencia social, enmarcada desde la relación entre los hombres y las mujeres.

El género alude a procesos arraigados en el tejido social, político, económico y

cultural, de las diversas sociedades históricas, y por tanto, atraviesa las relaciones

sociales. Esta construcción se traduce en tareas, en roles y responsabilidades

diferentes, que son asignadas por la sociedad de acuerdo al sexo, mediante una

valoración de lo masculino y de lo femenino, que a su vez determina modelos

acerca de la condición de ser hombres y mujeres.

Es así como el género establece relaciones entre la esfera productiva y

reproductiva en la economía, afectando la distribución de poder y de autoridad.

Teniendo en cuenta que las relaciones entre hombres y mujeres se expresan en

todos los ámbitos de la vida social e inciden en las formas de relacionarse

hombres y mujeres, y mujeres entre sí. En tal sentido, se puede afirmar que la vida

social está atravesada por los órdenes económico, político y social.

(Peláez, 2002:34).

23

De igual forma, el planteamiento de Margarita Peláez es radical en el sentido de

que reafirma el género como concepto de subordinación de la mujer. En esta

corriente, Alain Touraine retoma la crítica a la conceptualización del género:

[…] que para garantizar la igualdad y la libertad de las mujeres se debe reducir

o suprimir la importancia de género, una noción que, advierte la dominación

masculina, que parece una jaula en que las mujeres solo podrían salir

negándose como categoría significativa, eligiendo la igualdad en lugar de la

diferencia y aspirando a una sociedad sin géneros (Touraine, 1992: 25).

Así, la categoría de género evidencia la proyección que tuvo la mujer en este

movimiento social, pues en cualquiera de los papeles que ella hubiera asumido,

su presencia fue reiterativa y su accionar fue importante en la medida en que

comenzaba a establecerse como sujeto político con aportes importantes para el

movimiento cívico.

Rol de la mujer en el movimiento cívico: ¿visible ò Invisible?

En el movimiento cívico se confrontaron diferentes puntos de vista y aparecieron

sujetos que fueron de gran relevancia en la lucha y organización del movimiento

cívico. Como se podría afirmar desde lo expuesto por Sidney Tarrow (2004) en el

marco de acción colectiva, quien argumenta que esta es la forma de acción

culturalmente conocida, ensayada, corregida y aprendida dentro de los

movimientos, en el cual los miembros participan en su propia formación,

comparten valores e identidades o crean nuevas identidades colectivas:

Esto define un nosotros y un ellos al identificar aliados y oponentes, gracias al

marco ideológico que acompaña las reivindicaciones, de esta manera se hace

la aclaración de que un movimiento social o una acción colectiva implica una

interacción entre un nosotros y un ellos que se limita a un intercambio de

mensajes simbólicos de cada uno, sino que genera una construcción cultural,

social y política. (Tarrow, 2004: 57).

24

Con base en muchas de las fundamentaciones entorno al concepto de rol

podemos entonces resaltar una de las concepciones realizadas por Erving

Goffman (1953), quien expresa que el rol del sujeto esta mediado siempre por la

presencia de otros, es decir que esta valoración se da a partir de la interacción

que es definida como la influencia reciproca de un individuo sobre las acciones de

otro, cuando se encuantran ambos en presencia fisica inmediata. De esta manera

se encuentra que el rol es definido a partir de los diferentes papeles que asume el

individuo en sociedad, partiendo de los diversos contextos en que se dan las

relaciones e interacciones sociales donde se proyecta desde los variados

momentos en que se da el interaccionismo.

Partiendo de un análisis con respecto a los resultados arrojados por las entrevistas

y demás medios de documentación e información, encontramos que la figura

femenina, dentro del movimiento cívico, se empezó a evidenciar únicamente a

partir de la voces de los mismos actores participes de una u otra forma, y quienes

corroboraron el significante apoyo y desenvolvimiento que la mujer obtuvo en el

proceso y auge del movimiento cívico del Oriente antioqueño en los años 80´s.

Solo a partir de la recolección de información por medio de las entrevistas, se

obtuvieron significantes datos que dieron pie al desarrollo de nuestro objetivo de

investigación en torno a un hecho significante de tipo histórico, como lo fue dicho

movimiento y el rol desempeñado por la mujer dentro de este.

La mujer dentro de este movimiento no solo se vio involucrada por un rol de tipo

subjetivo, debido a que las interrelaciones entre los diferentes actores del

movimiento tuvieron que ser normados y se desarrollaron dentro de una cultura

política específica. Es decir, que parte de su rol fue prescriptivo, que “es el

conjunto de expectativas existentes en un grupo social dado respecto a la

conducta de un individuo que ocupa una determinada posición en él. Esta

definición hace del rol un conjunto de normas o prescripciones de conducta”

25

(Pizarro, 1998:188), que a su vez son determinadas desde un rango de

socialización normativo.

Cada una de las mujeres determinaron su forma de expresión y participación

acompañado de diferentes motivaciones e intereses, es decir, un proceso de

expresión que parte de la actividad significante de los intereses mediados por los

individuos como lo expresa Goffman (1953: 26): “independientemente del objetivo

particular que persigue el individuo y el motivo que le dicta este objetivo, será

parte de sus intereses controlar la conducta de los otros, en especial el trato con

que le corresponde”. De esta manera, el accionar de la mujer dentro de este

movimiento social está determinado por el sistema social enmarcado en valores,

pautas sociales y patrones culturales de tipo patriarcal y conservador; lo cual

influyó para que las mujeres no fueran, libremente, las protagonistas en sus

propias vidas. Esta hipótesis deberá trascender en investigaciones posteriores

como una señal de la invisibilización de la mujer en este movimiento social.

A MANERA DE CONCLUSIÓN

Es importante resaltar la trascendencia que la mujer ha obtenido a través de la

historia, desde la reivindicación de sus derechos y su participación en los procesos

de resistencia, que han tenido lugar como respuesta a todas las fases de

transformación que han venido implícitos y explícitos dentro de los procesos de

modernización; considerándose entonces que la importancia de esta investigación

radica en llenar el vacío que han dejado los diferentes análisis realizados al

movimiento cívico en cuanto la perspectiva de género a partir de lo que fueron los

perfiles de las mujeres dentro de este movimiento. Todo ello desde una

investigación documental y el desarrollo de entrevistas que dé cuenta de la

participación femenina en el movimiento cívico del Oriente antioqueño, como una

base importante para comprender el rol de la mujer dentro del proceso de acción

colectiva en la actual construcción social.

26

Desde rasgos muy generales este análisis retoma las luchas cívicas como una

forma de lucha política y social con una gran capacidad de movilización,

organización y frecuencia.

La mujer efectivamente tuvo un papel determinante para el desarrollo del

movimiento cívico en los años 80´s. Desde diferentes contextos y roles, la mujer

se desenvolvió como un sujeto activo. Tal es el caso de las amas de casa

encargadas del cuidado de los hijos, el acompañamiento y apoyo a sus esposos e

incluso asegurar su protección. Otro de los sujetos femeninos representativos fue

el de las estudiantes, las cuales realizaron un gran proceso de acompañamiento y

a la vez de apoyo. Finalmente podemos señalar el papel de líderes sindicales

quienes cumplieron su labor en cuanto el acompañamiento y motivaciones entorno

a reclamos pendientes por cuenta de los trabajadores de empresas de textiles

principalmente ubicadas en la región.

Es de anotar que ante las circunstancias en las que se vieron inmersas las

mujeres partícipes del movimiento cívico del Oriente Antioqueño, eran momentos

en que el contexto como tal estaba mediado por un sistema estructuralmente

hegemónico que hacía alusión a la presencia de la Iglesia Católica y la apuesta

fuerte del Partido Conservador.

Este contexto como tal, dificultó en la época el reconocimiento de las mujeres en

iguales condiciones que los hombres, lo cual no permitía entonces que las

mujeres se vislumbraran como sujetos activos del desarrollo de la lucha de este

movimiento social.

De acuerdo con lo desarrollado hasta el momento, la búsqueda de diferentes

percepciones hacia la participación o no de la mujer en esta forma de acción

colectiva, abordada desde diferentes actores, permite, primero, establecer a la

mujer de la época como participante activa del movimiento cívico desde procesos

diferenciados, y en segundo lugar se hace relevancia en que la mujer en la historia

27

de los años 80’s estaba desarrollando su lucha reivindicativa desde la búsqueda

del reconocimiento a sus derechos fundamentales en el país y a nivel de

Latinoamérica. Por último, el primer acercamiento a las formas o perfiles que

tomaron las mujeres en el marco de esta lucha , esta referenciada a mujeres de

perfiles simples, pero de un entendimiento complejo: tenemos mujeres que fueron

amas de casa, líderes sindicales, estudiantes, monjas, que desde sus

diferenciados papeles hicieron presencia en el movimiento cívico del Oriente

antioqueño; es más, asumieron liderazgos no solo ante este movimiento social

sino también ante otras luchas de la época –referenciada a la participación con la

UP–.

Groso modo, la presencia de la mujer fue desdibujada en el sentido de que en la

época no se tenía la suficiente conciencia acerca de la presencia de la mujer ante

estas circunstancias; panorama que de una u otra forma invisibilizaba la mujer

desde su accionar, pensar y sentir, pues además de los hombres ellas también

eran afectadas fuertemente por las circunstancias de la época.

Concluimos de esta manera junto con Blanca Moreno que el movimiento cívico fue

un aporte importante para el desarrollo organizativo de las mujeres en el Oriente

antioqueño, pues colectivos como AMOR (Asociación de mujeres del Oriente

antioqueño), son un ejemplo fehaciente de la motivación generada desde este

movimiento social con proyección organizativa hacia las mujeres de este territorio;

partiendo de la búsqueda por la reivindicación de sus derechos ante la historia y

sus contextos propios.

Es de anotar finalmente que el proceso de indagación en esta investigación

inicial no debe parar aquí, pues se debe seguir profundizando en la búsqueda de

los perfiles de las mujeres de esa época, continuando la reconstrucción de las

figuras femeninas que hicieron parte de esta lucha cívica, pues consideramos que

la historia tiene una deuda inmensa con la reivindicación de la mujer como sujeto

28

social activo en el desarrollo del movimiento cívico del Oriente antioqueño en los

años 1980.

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29

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TOURAINE, Alain. (1989). América Latina: política y sociedad. Madrid: Espasa Calpe.

Entrevistas :

BLANCA MORENO, Ex integrante del movimiento cívico, entrevista realizada, mayo 18 de 2010 CONSUELO CASTRILLÓN, Ex integrante del movimiento cívico y líder sindical, entrevista realizada Septiembre 28 de 2010. JHON JAIRO ARROYAVE, Estudiante de Sociología, entrevista realizada, Mayo 16 de 2010 JOAQUÍN DUQUE, Director del periódico El Marinillo, entrevista realizada, Octubre 8 de 2010. JORGE TULIO, Ex integrante del Movimiento del Oriente antioqueño, entrevista realizada, Octubre 12 de 2010. NEVARDO GARCÍA, Historiador del museo El Viejo Peñol, entrevista realizada, Mayo 14 de 2010. RAMÓN OSORIO, Abogado (Ex integrante del movimiento cívico), entrevista realizada, Octubre 01 de 2010