Piano Concerto No

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Un escrito compartido, la historia de un concierto

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  • Piano concerto No.1, Op.1 Allegro scherzando: Ilusiones {Christine Lockhart}

    por Elliot Toreto el Vie Feb 22, 2013 4:38 pm

    .Aquella noche, haba estado practicando con la orquesta de la cmara, eran hombres sin duda talentosos, las tardes en este sitio me

    resultan sumamente placenteras, pensaba con vehemencia en esta noche y el gran concierto preparado solo para algunos cuantos

    nobles, pensaba en las invitaciones que me haban concedido, y en las opiniones dispersas de los directores del teatro.

    Salomn como siempre, haba alistado ya todo para aquella noche, en la habitacin donde me encontraba corran ya incesantemente

    con velas para iluminar el lugar, sobre la cama estaba tendida la vestimenta de la noche, un traje de algodn en colores bronces, el

    pantaloncillo a juego con la levita en color marrn la camisa a manga larga en claro lino, y el chaleco en un perfecto arena, mi maestro

    siempre sabra hacer relucir a sus hijos, - cual prncipe hebreo comento Salomn al verme perdido en los colores que saba me

    gustaban. Termine de vestirme y camine por el lugar, apenas al cruzar la calle se encontraba el teatro, me adentre seguido Salomn ya

    poda ver a los dignos espectadores llegar y entre ellos mis invitados que tambin reflejaban en sus expresin la misma duda que los

    directivos.

    El escenario estaba preparado, el lugar iluminado poda sentir el calor suave que las velas concedan, el espectculo de unos cuantos

    ahora un evento de una caridad inesperada, sonrea no poda evitar hacerlo, el director se acerc a mi e hizo una solemne reverencia a

    la que respond de igual manera, me invito a subir al escenario y lo hicimos juntos, poda escuchar el murmullo que siempre causan las

    apariciones, me dirig a los msicos y les dedique una reverencia, me dirig a los dignatarios y salude con una breve inclinacin. Tome mi

    puesto al piano, el ambiente ola a cera y rosas, mire al director quien con una leve sonrisa asinti.

    La meloda surga de mi piano dando entrada a cada una de las notas, capturando una a una la atencin de los presentes , cada nota al

    piano ms profunda, ms recia , la pieza concentrada solo en l, -atencin- reclama antes de iniciar su canto, amaba esta pieza y poda

    reflejarme en ella, los acordes obscuros creando tensin en el ambiente, como el toque de una campana llamando a sus santos, los

    violines entran, su baile es suave y grcil, como si de un ballet se tratase, suben y bajan continuamente encantando, hechizando;

    pronto los chelos le hacen eco a mis sonidos al piano, danzan, los brazos de los concertistas parecen por si solos un espectculo de

    precisin, las violas suben, gritan, cada una ms clara, cada una ms suave, mi pecho se llena de ellas, vibra ante la sensacin que

    causan las notas altas que llegan embriagndome en el clmax del preludio, las cuerdas en sus esplendor llenan el lugar de sentimiento,

    puedo sentir las respiraciones contenidas, como reflejo ante al canto de los violines, de pronto sin aviso ante el canto del piano las

    notas caen, los corazones se acompasan , la lluvia de cada nota es suave es tibia, de nuevo mi piano, suave y presuroso, atento, escucho

    los oboes susurrar, para que la meloda les dedique un poco, se vuelve tenue y amplio el tiempo, el piano acaricia las notas bajas y mira

    distantes los cantos altos, balsea, caminan lentos y juntos todos los instrumentos, los violines de nuevo se escuchan a coro, fervientes ,

    no puedo or las respiraciones de los msicos y nada ms all de las notas que surgen de mi piano, oboes, los susurros y todos se unen

    poco a poco, lentamente al canto alto de mi piano, caen conmigo, para despus bailar al comps de los timbales que reverentes se

    unen a la pieza. Surgimos, casi desesperados, lucimos y nos apagamos, de prisa, siento ansiedad, estos hombres han sido educados en

    este arte y me entregan lo mejor de ellos, no he abierto un solo instante los ojos desde que me sent al piano, ahora al comps de la

    meloda escucho el palpitar rtmico de cada uno, oh mgicos violines! Guenos al final para que mi pecho desborde pienso como una

    splica a mi msica y obedientes al tiempo llegan vanagloriosos en sus mejores tonos, el piano parece dedicarles una reverencia, se oye

    reverente y sumiso a su eco, para despus guiarlos en un baile ms altivo, escucho a trombn lucir sus notas, los cornos le hacen ecos

    como si de un llamado se tratase, las cuerdas los opacan para dar de nuevo una entrada al piano que pausado les da espacio a todos,

    como anfitrin flagrante, las ultimas notas se desprenden de m, brillantes, altas y grciles, cada uno inicia su despedida galantemente,

    etreo , preciso, formndose con delicadeza y guardando sus mejores ecos, cada instrumento impalpable, puedo sentir el eco de la

    pieza rebosando en m, no pienso ms, no respiro, las notas me arrastran con ellas, amo esta meloda, amo la msica y puedo sentir el

    gusto de cada uno quien interpreta conmigo, se puede sentir el final, las notas se amplan como retrasando su despedida, de nuevo

  • retomamos el ritmo para al final juntos reverenciarnos, gloriosos, suave y precisos, que bella msica, memorable momento, sublime y

    mo, un fortissimo al piano, se acab.

    Me quedo quieto, disfrutando del silencio preciso y lo noto, los corazones desbordantes de quienes fueron testigos, abro lentamente

    los ojos y sonro, me levanto del banquillo y con el corazn en la mano agradezco al director, los msicos aplauden el espectculo y les

    dedico una reverencia antes de voltear al pblico; el teatro estaba lleno, haba invitado a mucha gente, miraba las filas principales,

    llenas de jvenes, hidalgos, prncipes, estudiantes universitarios, algunas novicias y hurfanos. Siempre haba credo que el arte le

    perteneca a todos sin importar su clase. Aplaudan y fue entonces cuando note a aquella joven novicia, su reaccin entre todas llamaba

    mi atencin, su belleza entre las dems la haca resaltar, dedique una reverencia al pblico con mi mirada en ella, le sonre para

    despus girarme de nuevo hacia el piano y casi al llegar a l record a Ricardo uno de mis pupilos en Viena, aquella mirada al conocerle,

    Deseoso de conquistar el mundo dijo Marius, Deseosa de conocer el mundo pens para m al recordar la mirada brillante de la

    joven novicia, camine un poco ms hasta el segundo violn, un joven concertista y despus de dedicarle una sonrisa larga y amable le

    ped en prstamo su instrumento, el director al verme, bati rpidamente las hojas de sus partituras e indico el cambio de la meloda.

    Usando mi presencia con usura , comenc a tocar el violn, su canto agudo, ahogo los sonidos aun presentes en la audiencia, una

    meloda, suave y grata surga de este acompaada de las cuerdas de la orquesta que sincronizadas, cual celestes cantos podran

    compararse, miraba a la joven de la tercera fila, esperando que mis pensamientos no fueran errados, deseando que las melodas de la

    noche pudieran despertar en ella un inters aun mayor de conquistar el mundo, con simplicidad y coreado por las cuerdas estridentes y

    precisas intente desbocar un corazn joven, para entregarle nuevamente su mundo.

    El concierto termino y la noche comenz para m, sal de aquel hotel donde me haba hospedado y camine triunfante por mi momento,

    era la ocasin de estar rodeado de aquellos msicos talentosos lo que me llenaba de dicha, la noche era fresca, el verano la haca

    confortable y deseaba, conocer aquel lugar. Camine por las calles empedradas, esperando encontrar un ser digno para brindar por la

    noche triunfal.

    .

    Spoiler:

    Elliot Toreto

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    Re: Piano concerto No.1, Op.1 Allegro scherzando: Ilusiones {Christine Lockhart}

    por Christine Lockhart el Lun Feb 25, 2013 2:42 pm

    .+

    -Siendo una pequea novicia no poda estar vagando por la ciudad, pero al enterarme de un gran concertista que vena a la ciudad, me

    emocion y ped permiso a la hermana superiora para asistir, aunque no tenia invitacin prescrita ni conoca a nadie que vayase a

    asistir. Ya conseguido el permiso, me puse la tnica del convento y sal. La noche estaba fresca pero agradable a la vez, ya que no haba

    tanto viento y el cielo se encontraba completamente despejado, lleno de estrellas quienes acompaaban a la luna, blanca y hermosa,

    gigante en el centro del cielo. Aspir el aire de la noche y camin lentamente. Todava era temprano para que el concierto comenzara,

    as que decid meterme en el auditorio del teatro sin que nadie me viera.

    Total, nadie negara nunca la entrada a una novicia. Esper pacientemente y el auditorio comenz a llenarse poco a poco, mujeres y

    hombres, nobles y gentes importantes, todos con sus mejores galas. Y ah estaba yo, una joven de 16 aos que pretenda ser novicia

    para satisfacer a su pequea familia, pero con ansias de saber ms de lo que haba en mi pequea ciudad. Amaba mi pas, pero era una

    prisionera. Mi alma estaba aprisionada en mi cuerpo, queriendo salir. Me encontraba en una jaula de oro, pero no me senta un

    canario. No era delicado y frgil como todos pensaban que era. Haba demostrado que mi carcter era fuerte y desobediente, razn por

    la cual siempre me hallaba en problemas con la superiora.

    Las butacas estaban llenas y yo miraba a m alrededor con cautela. No haba nadie que me reconociera. As era yo, un camalen,

    alguien sin importancia, una ms del montn. De repente, sent que la gente comenzaba a dejar de hablar y fue ah que vi al joven

    pianista subir al escenario junto con el director de la orquesta. Majestuoso y gallardo, se sent en el asiento del piano y la magia surgi.

    Las notas iban y venan, lentas y fuertes, inundando todo el saln. Senta como mi corazn comenzaba a latir cada vez ms fuerte y ms

    fuerte, hasta casi salir de mi pecho. El joven mantena los ojos cerrados, dando ms mpetu y poder a la msica que ejecutaba, de

    manera tan bella. Acelerando el ritmo, mi alma se elevaba, pero este la dejaba caer nuevamente. Inspiraba cada nota, cada sonido,

    hasta dejar de escuchar la msica, ya solo escuchaba la respiracin de los dems, cuando esta volva a la vida, de forma improvista y

  • volva a morir, en segundos. Esto atormentaba mi alma, aceleraba mi corazn, paraba mi respiracin. Las cuerdas que lo acompaaban

    solo eran una pequea muestra de lo que hacia el joven con esas maravillosas manos, con esos maravillosos movimientos. Era tan

    mgico. Demostraba tanta magia con tan solo unos movimientos. Tena mi alma en sus manos.

    Silencio. Aplausos.

    El pianista abri los ojos y fue ah que me vio. Con la vista le suplique. Sigue dije desde lo ms profundo de mi alma. Se levanto y

    saludo a todos, con una sonrisa flameante en los labios que derriti mi ser. Era magnifico. Pero sus ojos, esos ojos magnficos. Solo me

    miraban a m. Eran tanta la intensidad de su mirada, que me torturaba y me tentaban a desviar la mirada, pero no le di el gusto. Con la

    mirada fija en l, vi que volva hacia la orquesta y le peda un maravilloso violn a uno de los concertistas. Sin quitar la mirada de m, vi

    que comenzaba a ejecutar tan maravilloso instrumento, acompaado del resto de la orquesta. Su lamento, su sonido tan fino y nico

    logr derretir lo ms profundo de mi ser. Quera aprender, quera que me ensease, que me dejase saborear cada conocimiento

    musical que este supiera.

    El concierto termin, pero yo segua all. Todos se iban retirando, ya que el pianista haba terminado su funcin. Yo todava poda sentir

    el sabor de la pieza que haba ejecutado en el piano y liberado mi alma.

    Tena que encontrarlo, aunque no saba bien que dira al encontrrmelo caminando por la calle. Con delicadeza de una joven, me

    levante lentamente de la butaca y sal por donde haba entrado, con la mirada baja y discreta.

    .

    ltima edicin por Christine Lockhart el Mir Mar 06, 2013 9:09 am, editado 2 veces

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  • .

    Re: Piano concerto No.1, Op.1 Allegro scherzando: Ilusiones {Christine Lockhart}

    por Elliot Toreto el Lun Mar 04, 2013 11:54 pm

    .Siendo un joven desee el mundo entero en mis manos, el saber de mis maestros, la habilidad de mi padre, la gentileza de mi hermana,

    la gallarda de mi hermano, deseaba para mi el talento y la buena fortuna de los dioses, aquella noche en que mi vida inmortal llego a

    mi se present mi nuevo dios como un ngel de cabellos claros y rostro hermoso, atento, servicial, talentoso, era todo lo que quera

    para m, era mi deseo ms ferviente y mi fe hecha verdad. Cuando mi hermano me ofreci su compaa eterna y la posibilidad de ser el

    hombre que aoraba, no lo pens ms de un instante, le entregue mi vida a la posibilidad de ser cuanto aoraba. Cuando Marius me

    enseo la magnificencia del mundo, y el esplendor del arte que amaba, comprend que deseaba para el mundo la misma oportunidad,

    aprend al paso del tiempo que para otorgar esa oportunidad aquel a quien la brindase deba sentir el mismo deseo que yo tena. Y al

    paso de los siglos, mi deseo creca ms y ms, el hombre que desee ser se qued en el olvido para intentar ser uno mejor y ms feliz

    cada nueva noche y cada amanecer.

    La noche era fresca, caminaba por la calle aun resonando en mi mente las bellas notas que me haban regalado los msicos momentos

    antes, camine despreocupado, guiado por el canto de los jvenes que celebraban el mero hecho de estar vivos, las guitaras, los violines

    y las hermosas voces juveniles me acompaaban en mi andar sin rumbo, hacindose cada vez menos audibles y resonando cada

    momento ms fuerte en mi mente, oh Belmonte! sin duda a eso sonaban, al hermoso Belmonte a sus prados verdes y marea suave.

    Tarareaba aquella vieja meloda que aprend en aquel lugar, caminaba adentrndome en la ciudad, la gente caminaba desentendida,

    cubrindose del aire que arremolinaba sus cabelleras y les desprenda de sus boinas, las capas se elevaban y parecan bailar las notas

    que parecan salir de todos lados, en el lugar haba una fiesta o sera que mi alegra les haba inundado?, rea para mis adentros.

    Salomn sin duda estara alistando todo para irnos, pero aquella noche Escocia me perteneca, la recorrera nuevamente y la

    disfrutara, la calle libre, la noche fresca, la meloda que en mi mente me haca compaa, una noche tranquila, avanzaba lento y fue

    entonces cuando note los pasos suaves detrs de los mos, me detuve un momento antes de mirar atrs.

    Gire lentamente y ofrec una reverencia a la novicia que detrs de m segua camino a casa, lentamente respondi el saludo y al

    levantar el rostro pude ver a la joven del teatro, a la chica que quera hacer suyo el mundo a travs de su mirada, una joven sin duda no

    ms de diez y seis aos incluso quiz menos, frgil y delgada, de labios marcados y sonrisa oculta, ciertamente haba un encanto en ella,

    no pude evitar sonrer al ver en sus ojos de nuevo aquella mirada, cautiva y ansiosa, casi felina, fcilmente podras prendarte de esos

    ojos avellana tan claros que endulzaban como la miel que asemejaban.

  • Muchas veces engaan las apariencias, mi vida es un claro reflejo de ese proverbio - hay vicio que no pueda disfrazarse con la

    mscara de la virtud?- Pensaba constantemente al verla, debajo de ese habito descolorido y triste haba una musa, nada en ella poda

    ser ignorado, todo en ella poda convertirse en un vicio a los ojos de cualquier hombre simple, todo en ella clamaba a gritos susurrados

    deseo e inspiracin Qu hay detrs de esa mirada? Qu detrs de ese habito que te encierra oh nia!? Tanto que preguntarle. Mi

    sabia experiencia me deca que habra respuestas. Me acerque lentamente y sonre amplio antes de extender mi mano hacia su estoca

    y retirar la hoja que ah haba quedado despus de la ventisca como el velo de seda que oculta el hermoso rostro de una india, su

    habito al igual que esos velos gentiles, ms que ocultarla resaltan su belleza innegable dije mientras me aparataba y le tenda la hoja

    que haba retirado djeme acompaarla- dije tendiendo mi mano tome lo como un agradecimiento por haberme ido a escuchar al

    teatro, significa mucho para m que lo hagan sabe?- baje la mano con el recelo de haberle ofendido- sin embargo permaneca, a su

    lado. Las notas de la bandolina resonaron en un lugar cerca de donde nos encontrbamos, mire hacia donde el sonido permtame

    presentarme, soy Elliot Toreto, msico y extranjero en esta bella tierra, permita que un joven caballero, sea su compaa camino a su

    santo hogar, as tambin conocer un poco ms sonre al terminar esta frase era sin duda posible que me lo concediera me confesaba

    su mirar.

    La noche airosa de verano nos regalaba gratos aromas campestres, y arrastraba con ella las notas lejanas, como un arrullo. Aquella

    noche en ese pueblo haba encontrado el deseo de mis pupilos resguardado en el corazn de una joven de corta edad, me atrevera a

    arrastrarla al mundo que deseaba conocer? Me seguira? Qu ms haba detrs de ese habito claro, que hacia resaltar lo profundo de

    su mirada? Cuando fui un joven como ella, tuve el deseo de ser, de ver y estar ms all de lo que se me permita, tuve la buena fortuna

    de conocer a mi Sire y de ser bueno ante sus ojos, mi deseo iba ms all del poder y los pertenencias, sin embargo para muchos esto es

    lo nico que necesitan para ver deseos ms simples hechos verdad. En la chica a simple vista podas notar debilidad y juventud,

    obediencia y resignacin, sin embargo no poda evitar que las palabras de mis antiguos maestros resuenen en mi mente cada vez que la

    vea. Medid la hermosura se compra al peso, y son ms ligeras las que se atavan con los ms preciados arreos de belleza, son prenda

    de otra hermosura que yace en olvidado sepulcro!, una belleza simple pero obvia, tan obvia que ni aun los suntuosos y sombros

    colores del habito podran apagar, un deseo tan obvio que ni el ms grande y sagrado templo podran acallar,- A cambio de permitirme

    su compaa le ofrezco lo que de mi pueda tomar- le dije mientras abra los brazos con las palmas al cielo y riendo, intentando obtener

    de la joven el sonido de su voz, notas que para ese instante deseaba conocer casi con desesperacin.

    .

    Spoiler:

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    Re: Piano concerto No.1, Op.1 Allegro scherzando: Ilusiones {Christine Lockhart}

    por Christine Lockhart el Mir Mar 13, 2013 12:06 pm

    .+

    ----

    -El viento del verano avecinaba una noche tranquila, mas mis ansias quemaban por dentro, deba encontrarlo, deba saber qu lo haba

    trado a Escocia. Pero ms en lo profundo de mi alma, quera saber qu haba visto de fantstico en m, como para fijar la mirada en

    mi persona en la mitad del concierto? Era acaso yo alguien tan interesante? No lo saba, mas quera or sus palabras. De seguro su voz

    es tan melodiosa como las notas que ejecut pens y sin darme cuenta de que lo tena adelante mo, escuchando el sonido de mis

    propios pasos que sonaban en mis odos.

    Acaso me haba odo? Poda ver su espalda ancha y delimitada por sus msculos a pesar del traje que llevaba puesto. Su andar era

    tranquilo y sin prisa. De piernas y brazos largos, su postura recta demostraba seguridad Todava poda escuchar las suaves notas que

    haba ejecutado hacia no ms de veinte minutos atrs, acompaadas con el suave sonar de las cuerdas que salan de algn lugar de la

    calle.

    Avergonzada de tales pensamientos, baje la mirada, justo en el momento en que tan corts caballero se daba la vuelta a saludarme con

    una pequea reverencia, a la que respond con timidez. Su rostro fino y de rasgos extranjeros llamaron la atencin, pero sus ojos se

    iluminaron junto con la sonrisa que profiri hacia m. Oh por Dios, puede ser alguien tan hermoso y semejarse tanto a Dios Ya no lo

    saba, tan solo estaba segura de una cosa: deba aprovechar de nutrirme de este espcimen tan curioso ante mis ojos inexpertos, ante

    mi alma insaciada de cario y bondad. Las dems novicias nunca me entendieron, ni nunca lo haran. Yo no perteneca a ese convento.

    Perteneca al mundo, me dije. Sent mis ojos brillar al dirigirle la mirada, dndome cuenta de lo desaliada que me deba de ver en ese

    momento. No era digna de siquiera mirarlo de reojo. Mi hbito descolorido y ya gastado por el uso de los aos, me daban vergenza.

    Sent mis mejillas enrojecer de vergenza al este acercarse y con una sonrisa retir una hoja que se haba pegado a mi estoca, con la

    mirada baja.

  • Su voz. Oh por dios, tena razn. Era tan melodiosa y segura. Demostraba tanta sabidura y curiosidad. Escuch lo que me dijo con voz

    pasiva y agreste, sin saber qu responder, tan solo asent con la mirada. Tendi su mano y solo la observ con curiosidad.

    -Tmelo como agradecimiento por haberme ido a escuchar al teatro, significa mucho para m que lo hagan, sabe?- Permaneci a mi

    lado en busca de una respuesta, por la que obtuvo una sonrisa como respuesta de parte ma. Poda ser alguien tan humilde y tan

    correcto a la vez? Mi alma se regocijaba con tan solo su sonrisa, Qu podra hacerme un poco de su corts compaa? Su presentacin

    me pareci justa y sincera, sin decir ms de lo que deba y sin sacar datos por los que yo querra investigar. Era un hombre justo y

    simptico, qu buscaba en mi? Qu haba encontrado en mi mirada? Mis ojos solo brillaban, y tmida, exprese una sonrisa femenina y

    algo corta, consider.

    Su risa y su expresin corporal me dieron curiosidad.

    -Sera para mi, joven artista, un honor. No todos los das se conoce a alguien tan culto y aprovechador de las dotes divinas de nuestro

    seor.-Dije, algo timida, pero demostrando que no era una joven cualquiera. Podia ser una novicia. En el exterior. Era mejor guardar las

    apariencias. De mi historia se enterara Luego.

    .

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  • Re: Piano concerto No.1, Op.1 Allegro scherzando: Ilusiones {Christine Lockhart}

    por Elliot Toreto el Mar Abr 16, 2013 5:01 pm

    .La noche despuntaba ya su esplendor glorioso, y el brillo de su mirada tmida, conmovedora e intimidarte a la vez asemejaba a las

    estrellas que cubran el cielo, su voz suave y aterciopelada, casi como un ronroneo causaron en mi la sonrisa amplia que no pude evitar.

    Le dedique una afirmacin reverente y le tend la mano para asirla a m, - sin duda my lady he dedicado mi vida a aprovecharme de las

    creaciones divinas,- re con simplicidad, no menta, pero aquella frase encerraba mas de un significado, - comenc a andar lentamente,

    disfrutando de la brisa que pareca calmarse al paso de la noche, su mano rozaba apenas la ma. Y su pasad, sus motivos, su fe, cada

    momento de su vida causaban en mi una ansiedad impensable, deseaba saber si mi instinto, haba acertado a su sentir.

    Miraba atento el camino, pensando mucho las palabras que deseaba usar, trataba de traer a mi mente la emocin correcta para no

    ofender a la joven, inevitablemente un suspiro salio de mi, rompiendo el silencio que se haba establecido apenas iniciamos la

    caminata, - ciertamente no se como hablar con usted my lady, temo ser irreverente- sonre con resignacin cierto es que desde que la

    vi en el teatro desee hablarle, me ha sido un deleite poder ver agrado en su mirada, espero que fuera agrado lo que mi musica le

    inspiro pensaba una y otra vez en aquella mirada, en esa ansiedad casi palpable, mi rostro mas sereno y la idea mas clara, - my lady,

    siempre deseo servir a su Dios? es en verdad ese el anhelo de su corazn?, no quiero parecer altivo, o soberbio, menos aun quisiera

    ser grosero de algn modo, pero no puedo evitar al verla pensar que podra con facilidad lucir mas feliz sin el habito que lleva, al mirarla

    me parece presa de su atuendo- baje la mirada esperando de nuevo escuchar su voz casi infantil, ahora yo temiendo haber cometido

    faltas ante la joven novicia.

    Habamos avanzado y llegbamos a las afueras de la ciudad, el campo nos inundaba con sus aromas casi sofocantes y la brisa mas libre

    de andar se senta mas fra, poda ver la construccin vieja que perteneca al convento, y veis mi charla terminada, miraba a la joven

    con su mirada gacha, pensando seguramente todo lo que acaba de preguntar, me detuve un instante y saque de la bolsa de mi capa un

    talego, - ciertamente no deseo contrariarla, pero as como su misin es profesar su fe, la ma es ofrecerle la libertad de ser lo que

    desee, si mi instinto ha errado y la he ofendido a usted o a su fe disclpeme, pero no me ir de aqu sin ofrecerle mi voluntad- el tiempo

    de nuestra charla se acortaba al acercarnos mas al convento, tome su mano y la bese, - deme una respuesta ahora antes de seguir su

    camino- detuve nuestro andar y le mire a los ojos hbleme y djeme llevarla conmigo o hbleme y acalle mi necesidad de saber si su

    fe es suya-

    Cabizbajo y atento a todo, las notas lejanas aun flotaban en el aire, a nuestro paso un nio quiz un gitano, por su vestir colorido corra

    por el campo hacia nosotros, camino a la ciudad sin duda, llevaba en las manos un dulce violn, grande para ser de l, familiar a sus

    manos que lo apresaban con fuerza mientras corra desbocado a su destino, tras de l un par de nios mas, la joven novicia sonrea o

    as me pareca, pero aun su silencio cubra sus labios, volv la vista a los nios, si la musica haba hecho surgir en ella el deseo de

    conquistar el mundo, la musica me ayudara a or la frase que deseaba, le solt un instante y me adelante un par de pasos al encuentro

    del pequeo castao que corra con el violn en las manos, sujete el talego que traa atado a la cintura y lo arranque, - todo esto por

    todo eso- dije sealndole las manos,- bien podrs comprar un mejor y llenarte de comida un mes que me dices?- los nios mas chicos

    que lo seguan le rogaron lo aceptara, cosa innecesaria pues ya tenia el violn en las manos, - sujtalo bien y no lo pierdas, corre a casa y

    no te detengas mas asintiendo todos a tiempo corrieron por el camino que habamos recorrido ya. Afine aquel violn, que por la edad

    deba ser sumamente delicado en sus notas las notas viejas con mas sinceras, escuche dije al tiempo que me lo colocaba en el

    hombro;

  • de nuevo estas notas, meloda airosa y noble, la meloda que embriaga el corazn y arrancan suspiros, aquella tarde airosa que mi

    anhelo suplicaba por una voz, toque esperando poder liberarla de si misma,toque la meloda que al orla por primera vez me hizo con

    desesperacin querer estar al lado de la musica lo que restaba de mi eternidad, un capricho que ansiaba se clavara en su ser, las notas

    altas inaudibles, los bajos profundos y agobiantes, las notas tan seguidas que quien lograba interpretar esta meloda con maestra deba

    hacerla suya por aos, los ecos del campo la hacan aun mas y mas profunda, los nios se detuvieron en la colina antes de entrar a la

    ciudad hechizados por los sonidos que seguramente no haban logrado obtener de aquel violn, no poda evitar sonrer ante las notas

    difcilmente comprendidas, ante el ritmo extrao, y la mtrica excntrica, ante el rostro de la joven que escuchaba atenta, y ante el

    silencio que se haba hecho profundo al lado del canto estrepitoso del violn a mitad de la nada, las notas profundas y pesadas, lento el

    canto ,desganado sin embargo perfectamente hilado a la desesperacin de los altos por subir la meloda de nuevo a su estrpito

    original, senta el violn tan mio como si toda la vida lo hubiese escuchado, conoca estas notas, y este canto se pareca mas al primero,

    las cadas pausadas, los tiempos incomprensibles. Miraba a la joven atentamente mientras continuaba la meloda, la prisa despus de la

    calma y el cansancio despus del moderato, el clmax alto cual canto celeste, casi inaudible, casi mudo marcado, alejndose y

    regresando una y otra vez . De nuevo el estrpito preciso y salvaje, corriendo hacia el final con desesperacin, la parte de la meloda

    que me haba arrancado el corazn desde hacia algunas dcadas atrs, altos unos tras otros suavemente cayendo, galantemente

    retomando sus posiciones, las notas mas solemnes con mas prisa . De nuevo el silencio, pero esta vez despus de l no esperaba or

    mas.

    [i].

    ltima edicin por Elliot Toreto el Mar Mayo 21, 2013 10:24 am, editado 1 vez

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    Re: Piano concerto No.1, Op.1 Allegro scherzando: Ilusiones {Christine Lockhart}

    por Christine Lockhart el Jue Abr 18, 2013 5:16 pm

    .+

    ----

    -Dios mo Acaso quiere que me desmaye? Pens al ver su sonrisa por primera vez. Una verdadera sonrisa. Su mano extendida

    significaba para m algo ms que una simple caricia sutil, ms que una simple unin de seres. Era algo mucho ms all de lo imaginable,

    mucho ms all de lo indecible. Tome su mano con una verdadera sonrisa en mis labios, pero con algo de inocencia reflejada en la

    misma. Mis ojos brillaban pero l no lo vea. Mi hbito me quitaba la inocencia que realmente senta, la vivencia que realmente

    expresaba. Su risa derriti mi joven corazn, elevo mi alma. Tome su mano con dulzura, pero con un motivo secreto. Esto no pareca

    nada comn, nuestras manos apenas se rozaban, tan solo unidas por los dedos entrecruzados, tentando a la suerte. El viento

    bamboleaba suavemente nuestros ropajes, nuestros pies en sintona y nuestras almas, para m, unidas.

    Mientras el miraba el camino, para no tropezar ninguno de los dos en aquella noche oscura y estrellada, mi miraba se fijaba amable y

    simptica en el suelo, sin atreverme a mirarlo ni siquiera de reojo. No me corresponda. Los sentimientos que nacan dentro de m...

    Qu demonios pasaba? Sent un suspiro provenir desde lo profundo de su alma, mas no lo quise interrogar ni siquiera con la mirada.

    No estaba en posicin. Sus palabras me sorprendieron, mas no sabra decir si en buen o mal sentido, pero no saba que responder.

    Ciertamente, yo tampoco lo saba, por ello mi indescriptible silencio acompaando a la noche altiva, creciente. Mis ojos se abrieron

    ante aquellas sinceras palabras. Tanto haban brillado mis ojos? Tanta libertad haba demostrado en mi rostro, en mi mirada, oculta

    entre las telas radas de tanto uso del convento? Inspire, lentamente. Me estaba emocionando. Demasiado. Quise responderle, mas no

    saba que palabras exactas usar. No, nunca haba sido de mi eleccin. Exista realmente algn Dios ah arriba? Me cuestionaba sin

    cesar. Si, milord. Quera gritar. Me senta realmente una prisionera. Mi alma gritaba por ser liberada de aquella crcel de ropajes negros

    y grises.

    Sent como este bajo la mirada, con algo de vergenza. No. Quera verlo a los ojos y demostrarle la verdad. Pero mis palabras llegaban

    tarde.

  • Habamos llegado ya a los parajes del convento. Eran tan solo extensiones y extensiones de campo fuera de la ciudad, donde las flores

    nocturnas comenzaban a abrirse e inundaban el ambiente. Alc mi rostro, al escuchar la suave risa de unos nios. Oh, como quera

    volver a ser una nia otra vez! Mi corazn recordaba, pero mi mente negaba. Mi lengua se haba quedado tiesa. El convento estaba

    cada vez ms cerca y yo aqu, con l, sin poder decirle nada. Escuche atenta, serena. Quera lanzarme a sus brazos y llorar. Realmente

    necesitaba llorar. No lo haba hecho en demasiado tiempo. Demasiado.

    Paramos en medio del paraje y este beso mi mano. Un escalofri recorri todo mi ser. Dios, que libertad poda tener el conmigo! Por

    qu yo no? Vi de reojo a un nio, el que supona era un gitano, por su enorme alegra y desasosiego, con un violn que era un poco ms

    chico que el mismo. Sonre. Me encantaba el alma de los nios. Era capaz de verla. Blanca y brillante. Libre. Aoranzas se amontonaban

    en mi alma, acrecentando mis penas. Vi que el miraba al nio y luego intercambiaba un poco de dinero por el violn. Estaba

    boquiabierta. Acaso poda ser este hombre tan generoso? Cmo era posible tanta perfeccin? Baje la mirada, jugando con mis dedos

    finos, entre medio de las telas.

    Escuchando apenas lo que le deca, pude ver como el pequeo se largaba, pero no sin antes acercarse a m, con el resto de los gitanillos

    detrs. Les acaricie el cabello y se fueron corriendo, estaban realmente felices. Mientras, el hombre afinaba el violn con una velocidad

    impresionante. Una vez que los nios estuvieron lo bastante lejos, comenz a tocar.

    Madre ma! Era acaso posible? El violn era tan antiguo Sin embargo Las notas que salan del mismo Como lo haca? Poda

    expresar todo lo que senta con tan solo un par de cuerdas Era magnifico Suspir, pues no estaba respirando. Me haba dejado sin

    aliento. Con cada clmax, con cada nota, con cada arpegio, con cada puente Acaso poda expresar tan bien lo que senta dentro de mi

    ser? Que fuerte sonaba la msica Esas notas, inundaban el ambiente Dejando mi alma al descubierto. Era por eso. Ese era el efecto

    que produca l en m. Eso era lo que haba logrado descifrar mi expresin tan solo para l. Solo el me entenda, de un modo en que

    nadie lo haca.

    Fue acelerando, acelerando, llevando mi alma hasta lo ms elevado que conoca en ese momento, para luego dejarla caer en lo ms

    profundo del universo. Una y otra vez, y otra, y otra, y otra. Hasta detenerse. Senta su mirada sobre m. Ya no aguantaba ms.

    Dejo de tocar el violn y me decid.

    Lo mir a los ojos detenidamente. Mi alma era libre de nuevo. Me senta renovada. Era otra yo. El pareca no esperar palabras de mi

    boca, por mi silencio anterior, pero Era justo lo contrario lo que obtendra.

    Retir el hbito de mi cabeza, dejando ver una cabellera rubia acaramelada. Dios. Hacia tanto que no dejaba mi cabello libre al viento!

    Sacud mi cabello dejando que cayese desordenado sobre mis hombros y espalda. Poco me importaba estar desarreglada.

    -Antes de decirle todo lo que Ud. ha provocado en mi alma Sera capaz de decirme al menos su nombre, milord?

    Mis ojos brillaban, trabe la mirada con la suya, poda ver su alma como l poda ver la ma.

  • -No, nunca sent nada parecido, nunca haba sentido semejante libertad!-Abr mis brazos para dejar pasar el viento entre mis ropajes.

    Re. Volva a sentirme autentica.

    -Elliot Mi nombre es Christine-Lo mire torciendo un poco la mirada, haciendo coincidir nuestras sonrisas.

    -Al fin -call por unos minutos. El silencio se sostena.-Soy libre

    .

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    Re: Piano concerto No.1, Op.1 Allegro scherzando: Ilusiones {Christine Lockhart}

    por Elliot Toreto el Lun Mayo 13, 2013 9:48 pm

  • .Como si el tiempo se hubiese detenido frente a nosotros, pareca verla moverse aun mas lento, la mire mover sus labios, sin embargo

    era su corazn lo que me ensordeca, sus latidos agolpaban en mi mente y quise sonrer ante mi acertada observacin. Era una nia

    atrapada en una vida de costumbres e ideas cortas y simples, una nia que al final de su presentacin ante la sociedad se arranca la

    ropa y corre libre a su naturaleza juguetona.

    Si hubiera tenido yo menos edad, si mi naturaleza fuese mas dbil, le habra arrancado la vida en un suspiro, aquel palpitar acelerado

    joven, siempre resultaba en la mas deliciosa sangre que se puede degustar.

    Pude notar un rpido palpitar, un agudo estallido de sangre agolpndose, de momento no distingua si era suyo o mio, re aun con lo

    ojos cerrados obviamente era de ella, baje lento el violn y de nuevo la escuche, sonre ante mi emocin cubriendo mi sonrisa con mi

    mano , Elliot Toreto es mi nombre- dije suavemente casi extraado, le sonre ampliamente al ver como se arrancaba el velo, era una

    nia, su voz, su piel, el brillo de sus ojos, su palpitar fuerte y emotivo, todo en ella era suavidad y emotividad, una nia en alma y

    cuerpo, deseaba verle libre, para disfrutar de toda esa vida que desbordaba, solt una breve carcajada al ver su cabello al aire, por

    menos le habran tomado por loca, por mas la habran tomado por bruja sin embargo el nico testigo vivo en aquel sitio era un joven

    vampiro que le ofreca libertad.

    Miraba en ella a mis jvenes pupilos a mi Ricardo esforzado da y noche en cada nota, en cada sonido, en alcanzar esa perfeccin que l

    desconoca, vea en su mirada a Ral aquel joven que desbordaba los cuencos de pinturas de colores vivos, creyendo que podra

    plasmar en su totalidad la belleza de mi hermana, vea en sus labios a Crist esa joven que persiguiendo sus sueos se haba hecho pasar

    por un varn, esa joven que oculta tras una levita rojiza emocionaba mi corazn al tocar su hermoso violn; esta joven que obediente o

    atemorizada se ocultaba detrs de este habito hoy tenia la oportunidad de vivir la vida que aora, rea complacido de haber acertado.

    Me acerque a ella sacndola de su reencuentro con la libertad, sujete sus manos cerca de mis labios besndolas, - Necesito saber como

    has llegado hasta este momento, para saber librarte de l- dije casi suspirando No temas a tus ideales, dmelos y yo ver se cumplan,

    solo te pido a cambio, se fiel a ti misma, y no ocultes de mi nada que pueda ser nos til para sacarte de esta vida de costumbrismos y

    resignacin- dije mientras levantaba su velo y se lo entregaba No hay mas intencin en mi accin que el deseo de verla libre y feliz my

    lady.

    - me tomare la libertad de contarte mi vida despus de que me cuentes la tuya- dije mientras la tomaba de la mano y caminaba de

    vuelta a la ciudad, - haremos que tu vida sea tuya, seras libre de verdad, pero haremos la cosas bien- me dije pensando al mismo

    tiempo en lo que deca - tomara tiempo pero te prometo que mucho menos del que imaginas- caminaba sin vele, emocionado, quiz

    ansioso por ese palpitar que hacia que mi boca se resecara - iremos a la ciudad te escuchare toda la noche si es necesario,

    justificaremos tu salida no te preocupes- me detuve al darme cuenta de mi ansiedad y de que quiz ella no seguira mi paso, mire a los

    alrededores y llame un coche, el caballerango se acerco con prisa - al teatro de la ciudad caballero- le dije mientras la ayudaba a subir

    su cabello suelto le causo sobresalto, - el aire esta haciendo estragos con nosotros- le comente antes de abordar y pareci entender -

    ahora si pequea dime- dije mientras de nuevo a son de suplica tomaba sus manos y las besaba - esta es la nica noche que estar aqu

    pero vendr apenas tengamos un plan- dije tratando de explicar mi premura - cuntame quien eres? por que estas aqu? y que

    deseas?- la miraba con ternura al imaginar la historia que podra salir de su boca, el noviciado, sabido por todos era una de las salidas

    para las jvenes que por una u otra razn no podan casarse, era un refugio para esclavos de la sociedad.

    Haban pasado pocas horas desde nuestro primer encuentro, sin embargo, era la primera vez que tenia que arrancar a un pupilo de su

    vida para darle vida propia, me senta emocionado, confundido casi tanto como ansioso, su mirada reflejaba mil cosas y poco poda

    saber con certeza.

  • Ahora vea en ella mi reflejo, y ahora poda ofrecerle a ella lo que deseara su corazn, las ideas desbordaban, deseaba llevrmela ahora

    mismo, deseaba llenarla de lujos y caprichos para que pudiera ser ella, en aquel momento podra haberlo hecho, sin embargo tras ella

    habra una historia, tras las paredes de aquel convento tendra amigos y familia, de nuevo deba ser correcto antes que intuitivo, pero

    algo en esa joven despertaba la juventud en la que me quede atrapado, un las manos como haciendo una oracin y las apoye en mi

    mentn casi cubrindome la boca, - la escucho, dgame como puedo devolverle su vida- dije mirndola a los ojos..

    Spoiler:

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    Re: Piano concerto No.1, Op.1 Allegro scherzando: Ilusiones {Christine Lockhart}

    por Christine Lockhart el Mir Mayo 15, 2013 4:46 pm

  • .+

    ----

    -Y cuando la jaula se abra

    Veras tu si tomas la iniciativa

    De salir

    O permanecer enjaulado

    Hasta una prxima oportunidad

    -Annimo-

    Esas palabras surcaban mi mente en el momento en que me decid a hacerlo: sacarme la piedra que simbolizaba el hbito de encima,

    sacarme la negrura que conlleva a la supuesta luz guiada por un todopoderoso Dios que ni siquiera saba que exista en realidad. Qu

    ms daba? Por fin haba salido de mi jaula. Nunca me haba sentido mejor en mi vida. Por fin haba eliminado el cabestrillo de mis alas,

    estaba como nueva, era hora de volar.

    Mi corazn golpeaba mi pecho, lo senta palpitar en mis odos, ms fuerte de lo normal, pero no me importaba. Era feliz. qu me has

    hecho, Elliot? De dnde has salido? Sonrea. Sent que se acercaba a m, tomando mis manos de una forma muy sutil, casi etrea,

    sacndome de mi ensoacin, trayndome de nuevo a la tierra, de entre las nubes. Me apacig y lo mir, con ternura. Haba algo que

    l vea en m, que yo no lograba descifrar, pero qu ms daba. Beso mis manos con adoracin y pude discernir cierto grado de

    apreciacin en este gesto. Qu criatura ms sutil y atenta!

    Lo escuch y asent con una media sonrisa en los labios, pero mi mente se ensombreca. Qu podra decirle? Qu verdades podra

    mencionarle? Y qu no? Su voz era casi un suspiro en la mitad de la noche, a pesar de que no haba nadie a nuestro alrededor lo hizo,

    por qu? Se senta acaso tan ntimo conmigo? Suspir y deje escapar todo mi aliento. Mi corazn se desaceler y mi mente comenz

    a trabajar en la trama turbulenta que haba sido mi vida hasta ese entonces.

    -Qu quieres que te diga, Elliot? Mi vida no ha sido la ideal y mis ideales? Realmente no los tengo. Solo quiero una cosa Sentirme

    libre una vez ms, no pertenezco adentro de cuatro paredes, no pertenezco a la rutina, no pertenezco a la disciplina. Soy un ser del

    mundo. Mi vida no est all donde estoy y esto me apena y reprime sobremanera. Pero no puedo hacer mucho, excepto irme. Pero

    con qu objeto? Tengo todo lo que podra desear all dentro, el costo que tengo que pagar es bsico si lo que quiero es comida, un

    techo debajo del cual dormir y compaa. Qu puedes hacer t al respecto? S que eres alguien prestigioso y con mucha experiencia,

    ms no s si podras hacer algo por m. Por qu yo? Qu tengo de especial?- respir con tranquilidad, con una sonrisa tierna en los

    labios, con pena en el alma. Quera luchar, pero no saba cmo. Acepte el velo que l me ofreca y no me tome la molestia de

    colocrmelo de nuevo. Para qu?

    -No hay mucho que pueda hacer, milord.- deba acordarme que l no estaba a mi nivel, que yo era solo una sirvienta de Dios, mientras

    que el era alguien importante en el mundo. Baj la mirada, para subirla de nuevo con sorpresa al tomarme el de la mano y apresurar su

    paso en direccin contraria al convento, haciendo que yo lo siguiera. Sus palabras me emocionaban y unas lagrimas se asomaban por

    mis ojos, pero con la mano libre me las seque antes de que l las viera, con el velo sostenido, justo en el momento en que el se detena

    a observarme de nuevo. Mi pelo hecho un desastre poco me importaba, menos mal que la noche era oscura as no vea mis mejillas

    sonrosadas y mi temblor interno de emocin. Par a un cochero con su carruaje y lo mir inquisitiva. me hara el favor de pagarme un

    coche? Qu afortunada era Pensaba al escuchar sus palabras. Oh, Elliot Elliot.

  • Pues tendremos que reservar dos noches el teatro si quieres que yo te cuente mi historia y que t me cuentes la ma-dije en un

    susurro que estaba segura haba escuchado mientras yo suba al coche y le explicaba el por qu de mi cabello revuelto al cochero, cosa

    que me dio algo de risa, pero lo ocult mientras el suba tambin.

    Me tomo de las manos y sus palabras me asaltaron. Quin soy? Por qu estoy aqu? Qu es lo que deseo? Preguntas difciles de

    responder, pero si quieres respuestas, te las dar, milord Le devolv la mirada tierna, pero tras mis ojos se desarrollaba otra vida.

    Estaba recordndolo todo: la granja, mi hermano, mis padres, su muerte Todo me vino de golpe, como un puetazo. Pero luego

    venan los recuerdos de las buenaventuras de mis abuelos, lo que ellos queran para m Y el amor volva a m.

    Pude ver que en sus ojos se desarrollaba la ambicin, el amor hacia quien saba qu, quiz a sus artes, a sus aventuras, qu iba a saber

    yo Pero ms que toda curiosidad.

    -Bueno.-Solt sus manos y las ocult dentro de mi velo, usndolo de guantes, las senta heladas. Desvi mi mirada hacia la ventana y

    suspir. Del rabillo del ojo pude ver como su expresin de curiosidad cambiaba a suplica. Quera saberlo todo de m, y era capaz de

    todo. -Por dnde empiezo? Soy una jovencilla que fue enviada al convento por sus abuelos tras la muerte de sus padres- lo dije casi en

    un susurro y me golpe la cabeza con el asiento por una roca por la que pasamos por encima- ocho.-me quej- Una joven a la que

    consideraban intil y pobre, sin futuro mejor que el de convertirse en novicia y servir al seor. Lo mir entornando la mirada.- Naci en

    un pueblo en Escocia junto a mi hermano gemelo Nathan. Pero el es otra historia.-El paisaje cambiaba a mi alrededor. La ciudad se

    haca cada vez ms visible- Guard silencio por unos minutos.

    -Mis padres murieron siendo yo una nia y fui a vivir con mis abuelos. All toda mi vida cambi y yo vine a parar aqu. Encerrada. Sin

    otro futuro que el de servir -Me acerqu un poco a susurrarle algo al odo.- A alguien que se que ni siquiera existe.

    .

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    Re: Piano concerto No.1, Op.1 Allegro scherzando: Ilusiones {Christine Lockhart}

    por Elliot Toreto el Vie Mayo 17, 2013 1:18 pm

    .Era una nia que se haba dejado llevar por el destino que haban elegido para ella, pero no era esta la misma historia de todos los

    jvenes de esta sociedad? sin importar el nivel, seguir lo que el destino nos haba interpuesto era la nica cuestin a cumplir, yo mismo

    me haba visto envuelto en este predicamento siglos atrs, siendo mi hermano el mayor, mi destino como segundo en la familia era

    cumplir el rol de intelectual antes que de patriarca, el destino de i hermana como menor y mujer era el de darnos una buena

    descendencia y una buena alianza con la familia de algn joven noble, era este el destino de Christine, sin embargo as como Alexander

    nos gui hacia una vida nueva y nos entrego nuestro destino para hacer de el como deseramos, esta noche yo deseaba hacer lo mismo

    una vez mas, una vez mas para librar a un joven de las cadenas de nacer en una sociedad injusta.

    Pobre chiquilla, pensaba para mi, aun las pocas ideas que le haban encomendado eran falsas para ella, un desesperado grito deseosa

    de libertad era lo haba visto en ella, creera que al ser libre podra ser feliz y ese, bien debera ser el destino de nuestras almas,

    Alexander siempre abogo por ello, y logro concedernos libertad y obtenerla para si, nos dio la libertad que desconocamos. De nuevo

    una sonrisa invada mis labios, irona quiz - lamento que viviera por algo en lo que no puede creer,pero con sinceridad no veo mal la

    decisin de sus abuelos, sin embargo creo que se equivocaron en el orden, pues para creer primero se debe ser libre- tome sus manos

    de nuevo, y la mire tratando de hacerle entender mis intenciones -no le pido crea en Dios, pues no me concierne su fe; un techo,

    comida, compaa y el mismo mundo es lo que le ofrezco mi nia- dije apoyndome en el asiento del coche.

    El coche se detuvo frente al teatro, baje y la ayude a bajar, pague el coche y me apresure a guiarla al hotel donde me

    hospedaba,apenas cruce la entrada, los anfitriones estaban sorprendidos y se apresuraron a subir conmigo, extraados de mi compaa

    pero serviles y silenciosos como todos, casi corriendo tras de mi llevaba a la joven, nunca se quejo, solo me dejaba guiarla a donde la

    llevase, sub a la habitacin siempre la mas alta, siempre todo un piso, lo que deseara y necesitara. En la habitacin Salomn daba

    ordenes a las doncellas que acomodaban mis maletas - Joven Elliot! - dijo con sorpresa al ver a la novicia tras de mi - esta misma

    noche my lord?- pregunto con una media sonrisa en los labios, siempre al tanto de mis decisiones, siempre atento de mis planes -No

    querido amigo, se prudente hace eco en mi mente- re, siempre repitiendo las lecciones de mi padre en mi mente - Lady Christine le

    presento a Salomn, mi mayordomo, guarda y amigo- dije sonriendo le a l - Alista lo que podamos necesitar, has que traigan algo de

    comer, necesitamos de toda la noche, manda una nota al convento y di que ha enfermado repentinamente, que nos haremos cargo de

    ella hasta que mejore, aclrales que soy mdico para que de ningn modo se alarmen- asinti como siempre, y se dirigi a la habitacin

    contigua, en ella haba un pequeo estudio y se puso a escribir la nota, algunos mozos entraron trajendo para la joven alimentos y

    bebidas, tome la mano de Christine y la gui a la pequea sala, - todo estar bien, reljese- dije mirndola con ternura, sabia bien lo

    que senta, -seorita- llame a la doncella que se haba quedado para servir- consgale algo de ropa a mi invitada, que lo carguen todo a

    la cuenta de la habitacin, lo que trae esta hmedo y no quiero que enferme- la joven miro a la pequea Christine dudando con

    obviedad de mis palabras la observacin termino al sonido de mis palmas, que la hicieron salir de inmediato.

  • - la libertad esta esperando por usted Christine, solo tiene que contarme, para saber a quien acudir y como librarle- dije sentndome

    frente a ella sonriente, complacido de tenerla conmigo. poda verla junto con los jvenes del palazo, poda verla sonrer felizmente

    escuchndoles todo el da, atenta de las pinturas que se creaban en los salones blancos, en compaa de mis hermanos, de mis pupilos

    y de mi padre, aprendiendo del mundo y de sus placeres, me quite la levita y con cuidado me acerque a ella y le retire el velo - pngase

    cmoda no se preocupe por nada- tome un pauelo y se lo di, aun poda oler la sal en su rostro.

    Aquella suite cubra cualquiera de mis necesidades, no tema al tiempo que pudiera que pudiera tomarnos, solo poda pensar en que

    dentro de poco tiempo ella tambin podra ser parte de nuestra vida y que al verla feliz podra sentir que una vez mas habra liberado

    un alma, esto era lo que le daba sentido a mi vida.

    Salomn entro al saln y tras l un par de mozos y doncellas con cajas y agua caliente, - Todo listo joven Elliot- dijo sonrindome- como

    siempre- respond tomndole la mano a la pequea joven- ellas la ayudaran a alistarse, espero que su visita a casa sea placentera y es

    un honor para mi llevarle, - sonre y le guie - Christine es mi invitada y ser su compaa en el viaje que realizara, les pido la atiendan

    como es debido - bese su mano y le dedique una reverencia - todo estar bien a partir de ahora te espero en el saln - mire una vez

    mas a las jvenes doncellas que portaban los vestidos de la boutique, sonre un poco antes de salir de la habitacin, baje al gran saln

    de aquel hotel y me sent a esperar ver a la joven que haba estado guardada por algunos aos, necesitaba algo de beber y Salomn

    como siempre preparaba mi vino..

    Spoiler:

    Elliot Toreto

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    Re: Piano concerto No.1, Op.1 Allegro scherzando: Ilusiones {Christine Lockhart}

    por Christine Lockhart el Sb Mayo 18, 2013 3:11 pm

    .+

    ----

    -Lo vi sonrer, pero esta no era una sonrisa de felicidad, ms bien algo de irona se asomaba en ella.

    -S lo que Ud. piensa, sir Elliot, no soy la nica a la que le ha tocado este destino tan incierto e inescrupuloso, pero ser acaso yo la

    nica con un ideal distinto al de las dems por mi procedencia. Mi madre siempre me dijo que yo era un pez en contra de la corriente.

    Siempre fui diferente. Me gustaba aventurarme, aun de pequea, antes de dejar mi verdadero hogar-suspir ante sus palabras, pero

    estaba contenta. Tomo nuevamente mis manos, pero las suyas estaban tibias. Por lo menos me ofreces algo que nadie ms puede

    ofrecerme, Elliot pensaba.

    -El mismo mundo? Bueno, ciertamente, mi seor, eso es algo con lo que estara a gusto, a pesar de que esto suene algo egosta incluso

    para mis propios odos.- Sonre, mirndolo de soslayo. Tena un bello perfil, era una criatura algo endeble, pero curiosa. Toque mi

    cabello tratando de acomodarlo en lo que llegbamos al teatro. Mientras tanto, mi mente se divagaba tambin hacia mi hermano.

    Qu estara haciendo por estos momentos? Haca semanas que no saba de l, ninguna noticia. Seguro estara trabajando duro para

    ganarse el pan, mientras que yo estaba sentada cmoda rezando en la iglesia a un ser que no exista. Esto si era injusto.

    Sent el coche detenerse y lo mir. Era hora de bajarnos, ya habamos llegado al teatro y ni cuenta me haba dado. Mi sonrisa

    permaneca inmvil en mis labios. Baj y me ofreci la mano para que yo bajase del carruaje con pasos lentos para no caerme.

    Permanec a su lado con la mirada baja mientras le pagaba y agradeca al cochero. Rpidamente, me adentr al hotel que quedaba

    justo enfrente al teatro y yo quede sorprendida. Era puro lujo. Todo era hermoso: las velas daban un toque dorado a todo donde

    mirase. Miles de personas se acercaron a nosotros y subimos, parecan conocer al joven Elliot por su manera de tratarlo. Subimos

    tomados de la mano, siempre en silencio, inclusive nuestra compaa. bamos de prisa, pero yo era capaz de seguirle el paso. Me era

    divertido: todo un mundo nuevo el que descubrir. Subimos hasta la habitacin que estaba en lo alto del edificio, la ms lujosa y grande

    de todas, ya que ocupaba un piso completo.

    Entramos a su habitacin y un seor ya entrado en aos daba rdenes a unas doncellas que desarmaban el equipaje que me supona

    era del caballero que me guiaba. El mayordomo, segn haba inferido. Y no me equivocaba. Su reaccin me impresiono, pero no alce la

    mirada hasta que Elliot hizo las respectivas presentaciones, a pesar de que no haba entendido las palabras del seor.

  • -El placer es todo mo.-Una media sonrisa acompaaba la de Elliot. Qu sorpresas me tienes guardadas? vigila tus espaldas mi

    madre siempre me deca, pero esta vez decid ignorarlo. Algo ms me daba curiosidad sobre este joven caballero y no tena dudas.

    Confiaba ciegamente, aunque nunca lo haba hecho con nadie.

    Me asombraba la rapidez de su mente, lo tranquilo que estaba a pesar de la ansiedad que haba mostrado media hora antes, en el

    prado. Solo sonrea, no tena otra cosa que hacer, Elliot lo tena todo controlado.

    Me quede en la habitacin mientras l iba a la habitacin contigua a escribir la nota, firmndola. Mientras, yo observaba todo: pulcro y

    ordenado, tal como lo haba imaginado de semejante hombre. Se vea que haba visitado muchos lugares por los objetos que

    decoraban brevemente la estancia. Me acerqu a la ventana y observe el paisaje. Qu bello.-murmur.

    En lo que Elliot escriba la carta, unos mozos y sirvientes me trajeron comida y algo de beber, pero solo tomara agua. Elliot regreso y

    me tomo de la mano, para llevarme a su estudio, donde los mozos colocaron la comida y la bebida. Se dirigi a la criada que haba

    quedado con rdenes de conseguirme nuevas ropas. pero estas no estn mojadas No me corresponda contestarle. No estaba en mi

    territorio. Estaba en el de l y deba comportarme de la forma en que me haban enseado.

    La joven me observo dudando, pero no dije nada, como siempre. Ya decidira ella lo que fuera correcto para m, tras lo que sali de la

    estancia con un aplauso del joven mozo. Sonre y lo mir, se sent frente a m, mientras que coma el pescado al vapor con las verduras

    que haban trado. Esto est exquisito

    -Sinceramente, no lo s joven Elliot, esa respuesta no la tengo clara.- Met otro bocado en mi boca. no tengo idea de lo que Ud. Tenga

    preparado para m, pero estoy curiosa por saberlo.

    Disfrutar de esta noche maravillosa.-Tom un trago de agua. l se acerco a m, retirndose las ropas y sacndome las mas,

    hacindome sentir cmoda.-No estoy preocupada, sino mas bien ansiosa, milord.- Acept el pauelo y me sequ el rostro,

    limpindome los labios.

    El ambiente reinaba tranquilo y placido, sin apuros, el tiempo se haba detenido para m. Tan solo estbamos yo y l, sin demoras ni

    contratiempos. Esta noche seria digna de recordar. Sera algo que dara comienzo a mi aventura. Esta noche seria libre, a pesar de que

    maana tal vez, tuviera que regresar al convento, ah al menos tendra este dulce recuerdo, privado y solo mo, en mi memoria.

    El mozo y amigo, Salomn entro a la estancia interrumpindonos, siempre sonriente, tras el estaban unas sirvientas con jarras de agua

    caliente y unas cajas. Lo mir inquisitivamente tras lo cual l me tomo la mano y me respondi dulcemente.

    -Est bien, muchas gracias, Elliot.-Pestaee dulcemente, ruborizada por sus gestos tan abiertos.-Si pudieras dejarme sola y guiarme

    hasta el bao, sera un placer,-le dije a Salomn, tras lo cual Elliot beso mi mano y me dedico una breve reverencia- Descuide, estar all

    en breve.

    Salomn me guio al bao y las dems doncellas me siguieron, preparndome el bao y ayudndome a desvestirme. Con cierta

    vergenza las desped agradecida y me met en la tina de agua caliente. Me daba cierta vergenza estar desnuda en el bao donde

  • Elliot se haba baado horas antes. Me ruboric por este pensamiento indecoroso. Yo no era as. Bueno, nunca me haba dado la

    libertad de pensar as, reflexion.

    Me qued en la tina, dndome un placentero bao y sacndome la sal del cuerpo junto con la tierra del rostro.- Debo estar radiante, A

    dnde me llevar?- susurr.

    Tom un toalln y Sal del bao, donde las doncellas me estaban esperando con las cajas.

    -Qu hay en esas cajas?-pregunt, a lo cual me respondieron que estos eran los vestidos que Elliot haba mandado comprar. Sin soltar

    el toalln blanco, empec a abrir las cajas, quedndome prontamente sin palabras. Cada vestido era ms bello que el anterior.

    Finalmente, me decid por un vestido color marfil de amplias telas y hermosos detalles. Les ped a las damas que me ayudaran con las

    ropas interiores y que me ajustaran el ceido corpio. Nunca haba usado vestiduras as pero sabia como ponrmelas y como lucirlas. El

    corpio elevo mi busto y dio forma a la cintura que yo siempre ocultaba con el vestido negro de las monjas. Una de las criadas me armo

    las ondas de tal manera que cayeran largos y sedosos por mi espalda y luego me pusieron el cuello del vestido. Me mir al espejo y

    estaba hermosa. Decid ponerme unas chatas de color bronce para que combinasen con el vestido. Pas mis manos por la abultada

    falda elevada por el miriaque de metal y me decid a salir de la habitacin para dirigirme de nuevo al gran saln.

    Con pasos lentos y largos llegue hasta donde estaba Elliot. Baj la mirada y luego pestaee para llamar su atencin.

    Las cosas iban cambiando. Demasiado rpido. Y eso me gustaba.

    .

    Christine Lockhart

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    Re: Piano concerto No.1, Op.1 Allegro scherzando: Ilusiones {Christine Lockhart}

    por Elliot Toreto el Mar Mayo 21, 2013 12:31 am

    .

    La noche estaba entrada ya, el tiempo refrescaba, el ambiente tranquilo casi silencioso, en el saln varios caballeros nobles me

    dedicaban saludos, haban escuchado aquella noche el concierto, poda reconocer entre aquellos caballeros algunos de otra clase, no

    poda evitar sonrer al encontrarme con otros vampiros en aquel sitio, era habitual, les dedicaba una miraba y brindaba con ellos a

    discrecin de los dems. Tome la copa en varias ocasiones, beb de ella la mitad de las veces, me senta ansioso, haba salido en

    buscando saciar mi sed y se haba desatado en el trascurso otra de mis arrebatadas ideas, pensaba en todo lo que en su momento no

    haba pensado, en la familia de la joven, en su historia brevemente narrada, esto llenaba mi mente un minuto antes de notar su

    caminar por las escaleras, baje la vista y beb nuevamente de mi copa, ella estaba parada en la entrada del saln esperando que

    acudiera por ella, note el silencio de un par de caballeros fue entonces que alce la vista.

    la escena me sorprendi, al paso de los aos los cambios no me eran ya sorpresivos sin embargo, todo en ella cambio en aquel

    momento, me lleve la mano a la cara cubriendo un poco mi sonrisa mientras le dedicaba una reverencia con la cabeza, me puse de pie y

    camine hacia ella, le tome la mano y le bese el dorso - bienvenida a su nueva vida joven dama- le dije mientras el indicaba el camino al

    silln donde me encontraba segundos antes, algo en ella era diferente, llevaba puesto un vestido de telas marroques, claro, en tonos

    perlados, con vivos nacarados, poda reconocer aquella tela siempre que la vea, a ella le hacia ver aun mas joven, aun mas viva, incluso

    sus ojos reflejaban la claridad de la ropa, el cambio me sorprendi y fue hasta entonces que pude notar en ella lo que realmente haba

    visto en su mirada, aun con su mano sujeta le mire a los ojos, aquellos ojos que sin el velo obscuro revelaban su verdadero ser, sonre

    de lado - muchos aos hace my lady que no me tomaban por sorpresa- le dije volviendo a besar su mano ahora sin perder sus ojos ,

    podra equivocarme, quiz aun no lo sabia, quiz por eso buscaba su libertad con tanta desesperacin, la gui sin soltarle, poda notar la

    mirada de varios caballeros sobre aquella nia de hermoso rostro y complexin frgil, el tono de su piel, el brillo de sus ojos; era como

    ver renacer un fnix, la joven aun no lo notaba, aun caminaba con la mirada gacha hacindose lucir aun mas bella tras ese toque

  • inocente, la hice sentar donde antes lo haba hecho yo y me sent a su lado, llame a un mozo para servirnos; la joven que un par de

    horas atrs se ocultaba bajo un velo de turbio color ahora estaba sentada frente a mi, vestida como una princesa, luciendo su rostro y

    cabello, deseosa de ser libre de vivir una vida propia, la joven que un par de horas atrs se ocultaba bajo un velo de turbio color ahora

    estaba sentada frente a mi dejndome ver tras sus brillantes ojos, aquel ser que quiz esa noche aun ella no conoca, sin duda era una

    cambia formas, sin lugar a dudas aquel deseo de ser libre era aun mas interno e inconsciente de lo que podra ella comprender.

    Mire a mi alrededor, hacindome consciente del numero de personas que haban sido capturados por el brillo que irradiaba la joven, -

    ha logrado entrar triunfal a su nueva vida- le dije con una sonrisa, aun pareca un poco perdida, hice seas a Salomn y este salio del

    saln, poda notar aun el palpitar incesante de la joven, lo que logro aun capturar la intencin de aquellos quienes podan notarlo, -

    Christine- dije con voz suave tratando de calmar su latir- esta noche todo cambiara, pero debemos ser cautelosos, prudentes querida

    nia- no sabia como explicar todo lo que habra que hacer sin hacerla sentir perdida - a partir de hoy eres parte de esta vida que has

    deseado tener, pero para ello tendremos que hacer varias cosas - tome de nuevo su mano fra casi como la ma, -pero antes de iniciar ,

    debo preguntarte si es esto lo que en verdad deseas, el estar fuera del convento, el alejarte de quienes te consideran valiosa como para

    resguardarte, se que es mucho para una noche, pero necesito de ti la verdad sobre lo que deseas, sea lo que sea yo te ayudare pues me

    has hecho presa de tu deseo y esta noche vivo para ti, pide mi nia y te lo concedo - dije vehemente, sin perder de vista esa mirada que

    pareca lejana , todo lo tenia previsto o eso crea.

    Poda sentirme tan ansioso como lo estara ella, acababa de descubrir que esta joven nia era mas que un alma esclava de sus

    circunstancias, era un ser que podra estallar si no se le dejaba libre, todo cambio en aquel instante en que bajo el ultimo escaln, ella,

    todo en ella ahora poda verse con claridad, su palpitar que pareca gritar hacia que mi sed se sintiera aun mas.

    De haber sido mas joven, de haber sido mas dbil aquella mirada, aquel aroma todo en esa joven habra sido motivo basto y suficiente

    para tomarla como ma, una presa mas de los caprichos de mi ser, pero el destino haba decidido aquella noche para nuestro encuentro

    y mi serenidad para conocerle - la escucho my lady - dije mientras me apoyaba en el silln y me deleitaba de aquel cambio, en aquel

    momento nadie habra apostado que aquella joven era una novicia. Definitivamente ahora deseaba verla libre y consciente de su

    naturaleza..

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    .

    Re: Piano concerto No.1, Op.1 Allegro scherzando: Ilusiones {Christine Lockhart}

    por Christine Lockhart el Dom Mayo 26, 2013 1:21 pm

    .+

    ----

    -El saln estaba lleno de gente a quienes no conoca, alguno que otro reconocido, pero nadie me reconoca a m, no con estas ropas tan

    lujosas. Me senta completamente diferente, por ms que tena tan solo diez y seis aos, me senta toda una dama, por ms que mis

    galas eran algo simples. Bueno, que mi vida comience Borrn y cuenta nueva me puse a pensar, en lo que vea a Elliot con una cara

    de sorpresa dirigindose a m, tras una leve sonrisa y una pequea reverencia.

    Sonre y solt una pequea risa. Con que haba logrado sorprenderlo, mi seor? Me senta cada vez ms feliz. Me agarr de la mano,

    besndola y me dirigi hacia el silln donde lo haba visto sentado minutos antes. El ambiente estaba en completo silencio. Tan bella

    estaba? Sent el rubor ascender por mis mejillas, ojal no me estuviera poniendo colorada. Ciertos hombres sostenan la respiracin,

    poda sentirlo. Muchas gracias por esta calurosa bienvenida, milord, pero no creo No creo estar preparada. Me mir a los ojos y

    solt una pequea risa juvenil- Lo tomo eso como un cumplido, milord- le susurr al odo, en lo que me sentaba en donde el haba

    estado. Vesta de forma elegante, siempre con su traje en perfectas condiciones, el cabello algo mojado y hacia atrs, le daba un

    aspecto casi suculento, a mi vista. Deje de reprimirme. No tena idea de la libertad que poda tener, de expresarme sin reprimir mis

    propios sentimientos. Me senta nueva, me senta renacida. No tenia donde esconderme, ya no traa el velo y mis ojos reflejaban mi

    pequea inseguridad pero tambin mi ambicin de una nueva vida. Realmente estaba sucediendo: realmente, este sera mi mundo a

    partir de hoy. Se sent a mi lado, llamando a uno de los mozos presentes. Tom una pequea copa con champagne entre mis finsimas

    manos y tom un trago con delicadeza. Asent tras escuchar sus palabras.

    Era consciente de que la gente me estaba comenzando a juzgar, a mirar mis movimientos. Nadie saba quien era yo, pero yo saba

    quines eran algunas de esas personas. Dudaba que me reconocieran, ya no era la dulce nia escondida tras un crucifijo y telas

    gastadas. Ahora era otra. No entenda lo que me deca. Prudente? Acaso corro algn peligro? Frunc el ceo. Mi corazn se acelero

    tras sus palabras. Mir de reojo a m alrededor. Deje la copa y dej que el tomara mi mano. Estaba helada, pero la ma tambin, a pesar

    de que no haca mucho haba tomado un bao caliente. Esto es demasiado, milord. Debo ver bien mis opciones. Lo nico que quiero

    de Ud. Es simplemente una cosa Deme lo que Ud. quiera, yo lo aceptar con gusto. Soy nueva aqu, lo reconozco, y no conozco

    vuestras costumbres, vuestros bailes, ni vuestras formas de relacionarse con los dems. Enseme.-Mi voz se haba convertido en casi

  • un susurro, para que solo l me oyese. Mi mirada estaba fijada en un punto en especial, la pista de baile, perdida. Quiero renacer.

    Todo ha sido una especie de tortura. Quiero que todo termine y comenzar de nuevo. Senta su mirada en mis ojos, saba que lo haba

    capturado, tan solo unas horas atrs en el teatro. En cierta forma, el lo haba hecho conmigo. Su msica me haba liberado, de una

    forma que ni siquiera un padre nuestro lo haba hecho hasta ahora.

    Poda sentir su propia necesidad reflejada en m, su propia ansiedad se transmita a travs de ese gentil y dulce toque. Nuestras manos

    unidas, unan ms que solo nuestros fsicos, tambin una nuestras almas. En cierta forma, quera tranquilizarlo. Saba que l no era

    humano, saba que si l hubiese querido, poda haber terminado con mi sufrimiento de una forma mucho ms violenta, pero no, haba

    elegido transformarme. Pero no de una forma fsica.

    Era una transformacin mental, de la cual le estara agradecida de por vida. Quera devolverle el favor. Sus ojos demostraban su pasin,

    su ansiedad, su alma completa. Lo mir dulcemente y acerqu su mano a mi corazn. Lo hubieras querido o no, sea o no tu deseo esta

    noche tan pacifica, mi corazn os pertenece. De por vida. Ud. ha logrado que mi alma sea como un ave, volando libre y etrea.

    Era consciente de que todo el mundo todava nos miraba- Seria tan amable de ensearme a bailar?- Lo mir a los ojos, desafiante,

    renovada. Quera empezar a conocer todo lo que se me haba negado durante aos. Enseme. Dese el honor de estrenar a esta

    nueva Christine, ser su fiel alumna, el tiempo que Ud. lo requiera.

    Mir de nuevo la pista de baile. Mi alma volaba.

    .