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En su afán por recuperar hechos, páginas y personajes inéditos, interesantes y singulares de nuestro pasado, el Museo del Patrimonio Municipal ofrece una nueva exposición temporal bajo el título Pianos de Málaga. Artesanía e industria: de Montargón a López y Griffo.

En ella, y en estrecha colaboración con el Museo Interactivo de la Música Málaga, que por cierto, celebra su decimoquinto aniversario con una trayectoria ejemplar llena de aciertos, se presenta a nuestra ciudad como un centro importantísimo en la fabricación y distribución del instrumento estrella de la música romántica, el piano. De moda entre la aristocracia, la burguesía e incluso las clases medias desde mediados del siglo XIX en toda Europa, saber tocar el piano se convirtió pronto en signo de buen gusto y estatus social y cultural. Al calor de todo esto surgió en muchos países de Europa, entre ellos España, una actividad a medio camino entre la artesanía y la industria de lujo para atender la demanda de este instrumento.

Como en tantos otros campos, Málaga fue pionera. En la muestra aparece representada una saga de artesanos constructores de pianos y editores musicales activos durante el último tercio del siglo XIX y el primer cuarto del siglo XX. Primero un francés, Adolfo Montargón, establecido en calle de los Mártires. Luego su discípulo, yerno y continuador, Juan López García. Y, desde 1903, la sociedad López y Griffo al unir su destreza el ya citado maestro constructor de pianos con la importantísima aportación de capital del empresario José Griffo García.

Ambos lograron instalar una gran fábrica de pianos en calle Cuarteles.

Esta apasionante aventura industrial, queda reflejada en la exposición a través de sendos pianos verticales firmados por cada uno de los maestros constructores y la firma comercial citados. Pero también a través de las partituras editadas y de las imágenes, dibujos con vocación fotográfica, que contenía el álbum publicitario de la Casa López y Griffo. A partir de estas últimas nos podemos adentrar en el proceso de fabricación, en los distintos departamentos en los que se dividía la fábrica de calle Cuarteles, así como en los diversos modelos de pianos que se construían.

También se ofrece al visitante un apunte biográfico de estos emprendedores, así como las innovaciones técnicas que aportaron a este complejo y sutil instrumento musical.

Junto a lo anterior, resulta de especial interés los datos conocidos sobre el ámbito de difusión y los mecanismos de comercialización de estos pianos malagueños. López y Griffo abrió una magnífica tienda en calle Larios, 5 y sucursales en Granada, Sevilla y Almería. También contó con agentes comerciales en diversas ciudades españolas y empleó la entonces novedosa modalidad de la venta a plazos.

Pero el planteamiento expositivo de esta singular e interesantísima muestra no acaba aquí. Sus organizadores

PIANOS DE MÁLAGA. ARTESANÍA E INDUSTRIA. DE MONTARGÓN A LÓPEZ Y GRIFFO

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han conseguido abrirla a diversos campos, especialmente vinculándola con otras bellas artes. Mención especial en este sentido merece la relación de los pianos López y Griffo con Federico García Lorca. Gran músico y sublime poeta, el autor de Romancero Gitano tocaba en uno de los pocos pianos de media cola que construyó la firma malagueña, hoy magníficamente conservado en la Huerta de San Vicente de Granada. O en el sugerente dibujo obra del malagueño Moreno Villa que inmortalizó a García Lorca delante de su López y Griffo. También se ha incluido en la muestra una pequeña obra costumbrista de Denis Belgrano que refleja el atractivo y el gusto de la burguesía de entre siglos por este instrumento musical y fotografías de la época que reflejan a los pianos como elementos imprescindibles en las mansiones malagueñas de la época.

Esta exposición, que viene a integrarse en el programa de actos que el Museo Interactivo de la Música viene desarrollando con motivo de su decimoquinto aniversario posee, además, el valor añadido de constituir una iniciativa compartida por dos de nuestras instituciones museísticas de referencia: el MUPAM y el MIMMA. Mi felicitación a sus respectivos responsables, Elías de Mateo y Miguel Ángel Piédrola.

De una manera especialísima, mi gratitud a los comisarios de la muestra, el catedrático de Historia Contemporánea Cristóbal García Montoro y el musicólogo Adrián Campillo Diajara. Ellos han aportado generosamente la investigación de base necesaria desde el punto de

vista histórico y musical. También, de una manera muy especial y afectuosa a Miguel Ángel Piédrola Orta, consagrado y veterano coleccionista de instrumentos musicales sin cuyos pianos esta exposición no hubiese sido posible.

También, mi reconocimiento al foto historiador Javier Ramírez y a Mercedes Jiménez; a los coleccionistas Andrés Sanz y Dolores Padilla; a la Casa-Museo de la Huerta de San Vicente; a la Diputación de Orense; a la Residencia de Estudiantes; a la Biblioteca Nacional de España; a la Oficina Española de Patentes y Marcas; a la Fundación Juan March; a la Biblioteca de Andalucía; a José Luis Ramos y a Alfonso Vázquez y a los descendientes de José Griffo y Juan López, José Javier de las Peñas e Isabel López por sus imprescindibles aportaciones documentales.

Lo novedoso del tema, la excelente factura de la muestra y el completísimo programa de actividades paralelas previstas en ambos museos, constituyen bases suficientes para el éxito de un proyecto original, ambicioso e innovador.

Francisco de la TorreAlcalde de Málaga

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LA FABRICACIÓN DE PIANOS EN ESPAÑA. EL PIANO, INSTRUMENTO MUSICAL DE MODA.

Con la extensión de los gustos musicales en las décadas centrales del siglo XIX la construcción de pianos experimentó un notable desarrollo en Europa. El romanticismo, que encontró en la música su expresión más perfecta, dio un formidable impulso a este instrumento, antes reservado a las salas de conciertos y algunos salones aristocráticos y a partir de entonces pieza imprescindible en los salones de la burguesía y otros sectores de las clases medias. Los músicos románticos sintieron una especial predilección por el piano debido a sus posibilidades expresivas. De ahí la proliferación de composiciones especialmente pensadas para el piano: romanzas, fantasías, preludios, valses, mazurcas, polonesas (Chopin), conciertos y por supuesto, integrado en la orquesta, las grandiosas sinfonías. Asistir a las interpretaciones de los grandes maestros del piano (Chopin, Listz, Bramhs, Schumann) era vivir momentos de sublime emoción.

Pero, además, en el ámbito privado tocar el piano se convirtió en una costumbre imprescindible entre las burguesías europeas. En las buenas familias no solía faltar este instrumento. Pianos de mesa o pianos verticales, eran comunes en sus salones. Poseerlos era una norma de buen tono.

El piano adquiere una significación especial. Permite establecer unas relaciones más íntimas. Tocar el piano no era un simple acto de entretenimiento sino de reconocimiento mutuo entre los reunidos y de intercambio de información. (A. Pons; J. Serna, La ciudad extensa. 1992) Las mujeres desempeñan aquí un papel determinante. Tocar bien el piano proporciona a la mujer una favorable reputación, demuestra públicamente la buena educación y constituye un elemento valioso en las estrategias matrimoniales (P.Ariès; G. Duby, Historia de la vida privada. 1991)

Para atender a esta demanda surgieron constructores de pianos en varias ciudades españolas destacando Madrid,

Cristóbal García MontoroBegoña Villar García

LA FABRICACIÓN DE PIANOS EN MÁLAGA. DE ADOLFO MONTARGÓN A LÓPEZ Y GRIFFO (1870-1920)

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Barcelona, Valencia y Sevilla. Eslava, Montano y Sloker en Madrid; Ortiz y Cussó, Boisselet y Plana en Barcelona; Rodrigo Ten y Pedro Gómez en Valencia, Piazza en Sevilla figuran justamente en la lista de los grandes constructores españoles. En Málaga Adolfo Montargón, desde 1869, y López y Griffo, sus continuadores desde 1903, se unieron a la espléndida serie de fabricantes de pianos que alcanzaron prestigio gracias a la perfección y calidad de los pianos salidos de sus talleres.

ADOLFO MONTARGÓN, EL INICIADOR

Adolfo Montargón, ciudadano francés natural de Sèvres, se estableció en Málaga en 1867, seguramente para encargarse de la sucursal abierta por la firma “Vidal y Roger”, fabricantes de pianos en Barcelona. Ya sea por desavenencias o mediante acuerdo, Montargón se independizó en seguida montando un taller para fabricar pianos en la calle Mártires (M.C. García Mallo, Peters y España 2005). Para ello contó con la ayuda de dos artesanos franceses que se instalaron con él acompañándole en su aventura industrial por tierras del sur de España. Su negocio debió prosperar rápidamente puesto que en la matrícula industrial de 1870 figura entre los diez primeros contribuyentes del sector.

El inicio de este negocio coincide a grandes rasgos con la extensión del gusto por la música en amplios sectores sociales de la ciudad. En 1869 se constituyó la Sociedad Filarmónica de Málaga que tuvo su primera sede en el mismo edificio del taller de Montargón; en 1870 se inauguró el Teatro Cervantes que vino a sustituir al antiguo teatro Príncipe Alfonso destruido por un incendio

La pianista. Denis Belgrano. Colección Dolores Portillo.

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la noche del 19 al 20 de marzo de 1869; en 1880 se creó el Conservatorio Superior de Música; instituciones todas que contribuyeron decisivamente al estudio de la música y al desarrollo de los gustos musicales En los años setenta y ochenta del siglo XIX Málaga entró en los circuitos de las compañías de ópera y zarzuela. Grandes cantantes e intérpretes musicales de la categoría de Enrico Tamberlick, Teobaldo Power, Rubinstein o Pablo Sarasate actuaron en la ciudad. La actividad musical en Málaga era lo suficientemente importante para que la revista Crónica de la música tuviera un corresponsal que informaba regularmente de las actuaciones que tenían lugar en la ciudad mediterránea. Músicos malagueños como Eduardo Ocón Rivas y Antonio José Cappa contribuían asimismo a potenciar la afición musical. En marzo de 1879 se celebró un concierto para conmemorar el décimo aniversario de la creación de la Sociedad Filarmónica malagueña. Bajo la dirección de Eduardo Ocón, se interpretaron fragmentos de óperas, piezas para piano, etc. Al informar del mismo, la revista Crónica de la música publicó este elogioso comentario: “La Sociedad Filarmónica de Málaga es una de las asociaciones artísticas que más honran a España y que más servicios han prestado a la enseñanza y al desarrollo del estudio y la afición a la música”. Sociedades como el Círculo Mercantil o el Liceo organizaban también conciertos y veladas musicales. Éstas tampoco faltaban en las algunas casas particulares (Mitjana, Pries) y fincas de recreo (Heredia, Loring).

En mayo de 1881, durante su estancia en Málaga, Pablo Sarasate visitó la fábrica de pianos de Adolfo Montargón. En ella le fue presentado un adelanto introducido en la fabricación consistente en un “doble escape que

Guía General de Andalucía. Málaga, 1881.

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permite ejecutar los trinos más delicados sea cualquiera la altura a que se encuentren las teclas”. Esta innovación obtuvo un “privilegio de invención” cuya solicitud había presentado Montargón el 14 de diciembre anterior. En esta fecha Montargón contaba con la colaboración de un mecánico malagueño al que había colocado al frente de su taller, Juan López García, autor asimismo de ingeniosas innovaciones en la técnica pianística, en concreto un graduador de pulsación, así como mejoras en la estructura del piano (empleo de marcos de hierro) y en la disposición de las cuerdas (sistema de cuerdas cruzadas). La firma Montargón acudió a numerosos concursos y exposiciones obteniendo premios y menciones honoríficas. En el Almanaque-Guía de Las Noticias del año 1885 se anunciaba en los siguientes términos: “Fábrica de pianos con real privilegio de invención y almacén de música de Adolfo Montargón.

Málaga. Medalla de oro en la Exposición Regional de Cádiz. Medalla de oro de 1ª clase por la Sociedad de Ciencias Europeas”.

El catálogo de la muestra gaditana (1879) describe las características de los pianos malagueños premiados: “Un piano, cuerdas cruzadas, siete octavas, tres cuerdas, palo negro, con filete incrustado, forma a consola, vertical nueva, pedal celeste, progresiva, doble escape, placa fundida de una sola pieza, conteniendo los bajos la misma extensión que los pianos, gran cola”; y otro de “cuerdas cruzadas, el mismo plano que el anterior, de palo rosa formando cubos, con perla de metal, dorado en todas las esquinas”. Lamentablemente no se reproducen imágenes pero el galardón indica que los modelos de Montargón fueron altamente valorados por el jurado de la exposición.

Publicidad en Almanaque Guía Las Noticias. 1885.

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Muerto Montargón o retirado del negocio (h. 1886), Juan López, que había sido su mano derecha en la fábrica y además se había convertido en su yerno tras el matrimonio con su hija Juana, quedó al frente de la empresa. En 1887 se anunciaba como “sucesor de Adolfo Montargón” con fábrica de pianos y almacén de música en el mismo domicilio anterior, calle de los Mártires 2. Cuatro años más tarde se había asociado a Diego del Pino, representante de la fábrica de pianos de Luis Piazza (Sevilla) formando la razón social “López y Pino”, sociedad de vida efímera. En 1899 había cambiado de socio. Aparece ahora formando parte de la firma “López y Damas”, con domicilio en la calle Marqués de Larios 5. El anuncio publicitario de esta casa no precisa que se trate de una fábrica de pianos sino un “almacén de música y pianos”, depósito de renombradas firmas europeas constructoras de pianos y otros instrumentos musicales y gran surtido de partituras. Pero Juan López tenía proyectos más ambiciosos que la simple prolongación de la vida del viejo taller; sus pretensiones consistían en dar nuevo impulso a la fabricación y para ello necesitaba un socio capitalista, socio que encontró en la persona de José Griffo García, propietario con recursos financieros y sensibilidad musical que estaba dispuesto a comprometer su capital en la empresa asociándose con el experto en el arte de fabricar pianos.

LA CASA LÓPEZ Y GRIFFO

El 11 de febrero de 1903 fue escriturada en Málaga una sociedad mercantil regular colectiva denominada “López y Griffo”. Su objeto “la construcción, venta y alquiler de pianos y armóniums, compra y venta de música escrita e impresa e instrumentos de cuerda y metal de todas clases, venta en comisión de pianos de las fábricas nacionales y extranjeras que convengan así como la compra y venta de instrumentos musicales de todas clases que en lo futuro puedan inventarse”. Los dos únicos socios fueron Juan López García, industrial, y José Griffo García, propietario, ambos vecinos de Málaga.

José Griffo García. Cortesía de José J. de las Peñas.

Juan López García. Cortesía de Isabel López Casas.

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La nueva empresa dispuso de un capital inicial de 25.000 pesetas, aportado en su totalidad por José Griffo, pudiéndose incrementar el mismo con nuevas aportaciones, y se acordó una duración de doce años, prorrogables con el acuerdo de ambos socios. Juan López se encargaría de la dirección técnica e industrial del negocio y José Griffo de la administración, correspondencia, contabilidad y caja, “sin retribución de ninguna clase”. Juan López quedaba autorizado para retirar 3.600 pesetas al año (300 cada mes) para sus gastos particulares. La empresa pagaría al propietario del edificio (José Griffo) 4.000 pesetas anuales en concepto de alquiler, comprometiéndose éste a no incrementar dicha cantidad mientras existiese la empresa. Por último, ante la posibilidad de que el negocio no diera los resultados esperados, una cláusula de la escritura establecía las condiciones del cierre: “si ocurrieran pérdidas y estas llegaran al 40% del capital, quedaría ipso facto disuelta la compañía”. Sobre estas bases se inició el relanzamiento de la empresa.

LA FÁBRICA

El nuevo edificio ocupaba un amplio solar en el número 4 de la calle Cuarteles. Constaba de dos plantas. En parte superior se podía leer el nombre del establecimiento en grandes caracteres “Fábrica de pianos de López y Griffo” y debajo, en tamaño más pequeño, “Sucesores de A. Montargón”. La fábrica, constaba de las siguientes salas o talleres: sala de máquinas, de forja y ajuste, de construcción de tabla armónica, de ebanistería, de barnizado, y sala de finisión. Esta última, el taller donde se pulían y retocaban los pianos dándoles el acabado final. La maquinaria fue importada de Estados Unidos, Francia y Alemania. Otra importante dependencia era el secadero, un “tesoro de maderas de palosanto, tulipier, roble y nogal”. Un personal numeroso y experto, bajo la dirección del maestro Juan López, trabajaba con esmero para lograr la excelencia de los pianos.

La empresa construyó también en el edificio de la fábrica un salón de conciertos. Amplio y con perfectas

Fachada de la fábrica. Málaga artística e industrial. Málaga 1909.

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condiciones acústicas, el salón era, a juicio de un visitante, uno de los mejores de Málaga y estaba decorado con exquisito gusto y elegancia. En él se celebraron inolvidables veladas musicales, con actuaciones a cargo de prestigiosos artistas.

La inauguración de la sala tuvo lugar el 6 de noviembre de 1904 con un concierto del pianista catalán Joaquín Malats, que el día anterior había ofrecido un concierto en el teatro Cervantes. Durante las dos horas que duró el concierto Joaquim Malats interpretó obras de Mozart, Granados, Debussy, Chabrier, Franck, Chopin, Listz y una serenata del propio Malats. El concierto resultó brillantísimo. Un periódico que reseñó el acontecimiento decía que en Málaga se recordaba con placer aquel “alarde” de la casa López y Griffo en el momento inicial de su andadura como empresa.

LOS PIANOS

En un catálogo de la empresa (c. 1906) se podía leer la siguiente caracterización de los pianos López y Griffo: -“Se distinguen por su mecanismo fácil y elástico; su duración y solidez, la elegancia del mueble, la redondez, pureza y prolongación de los sonidos, que reúnen, a la más excepcional dulzura, una gran potencia y admirable sonoridad”.-“La templadura está garantizada por la perfectibilidad del diapasón y acabado del marco de hierro fundido”.-“Todos nuestros modelos, desde el más humilde al más costoso, están construidos con igual cuidado, resistiendo admirablemente todos los climas y todos los tiempos”.Para construir el mueble exterior de los pianos se utilizaban maderas de nogal, palosanto, roble y fresno, y en cuanto al estilo, además de los modelos propios, podían hacerse en estilo Moderno, Imperio, Renacimiento y Luis XV con decoraciones de pinturas, esculturas y aplicaciones metálicas.En 1907 en el establecimiento principal de la calle marqués de Larios la casa López y Griffo tenía a la venta ocho modelos de pianos. Desde el austero número 1 hasta el L.G., con rico mueble de estilo modernista, la casa ofrecía “un completo surtido, una verdadera escala de voces sonoras”. Los precios oscilaban entre 1.300 y 1900 pesetas, dependiendo de la ornamentación del

Retrato de Joaquim Malats por Ramón Casas.

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mueble y los elementos estructurales. Seguramente el modelo más demandado fue el L.G. cuyas características y precio -1500 pesetas- lo hicieron muy competitivo. El modelo núm. 7 -precio 1900 pesetas-se anunciaba como piano “de concierto”.

Los pianos López y Griffo concurrieron a varias exposiciones, conquistando premios y galardones. En 1904, el pianista Joaquim Malats, escribió de su puño y letra las siguientes palabras: “Con el mayor placer he probado uno de los pianos de la fábrica López y Griffo y me ha causado la más agradable sorpresa. No sabía que pudiera aquí encontrar adelantada hasta tal grado la industria artística y no dudo en atestiguar que en cuanto a la fabricación de pianos no creo pueda llegar a mayor grado de perfección”.

LA VENTA DE PIANOS. LAS SUCURSALES DE ALMERÍA, GRANADA Y SEVILLA

Para promocionar la venta de los pianos construidos en la fábrica de la calle Cuarteles, la casa López y Griffo, además de una tienda en Málaga, abrió sucursales en tres capitales andaluzas, Almería, Granada y Sevilla. Todas ellas estaban ubicadas en las principales arterias de dichas ciudades. La central de Málaga en la emblemática calle del Marqués de Larios, la de Almería en el paseo del Príncipe, la de Granada en el Zacatín y la de Sevilla en la calle Sierpes.

La tienda de Almería se inauguró en abril de 1904, es decir, pocos meses después de iniciarse la fabricación. Al frente de la misma estuvo el músico Antonio La Rubia. Además de los modelos construidos por la casa, allí se podía encontrar pianos de las marcas Pleyer, Gaveau y Chassaigne, así como un variado surtido de instrumentos musicales (gramófonos, guitarras, mandolinas, violines, acordeones y otros) También ofrecía a la venta partituras de los más renombrados compositores de todos los países y todos los tiempos. En esta sucursal se celebraron conciertos y ensayos ante un público minoritario de los que tenemos noticias gracias a la prensa almeriense. Crónica Meridional en su número del 7 de agosto de 1904 reseñaba el concierto, ante un corto número de

Tienda de calle Larios. Málaga.

Sucursal en Sevilla.

Sucursales en Almería y Granada.

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amigos, del “notable pianista” D. Antonio Alonso, que interpretó obras de Gochart, Grieg, Chopin “y otros renombrados maestros”. El mismo periódico informaba el 19 de agosto de 1913 de un ensayo que tuvo lugar en misma sala para un concierto benéfico a celebrar dos semanas después. En él participaron “distinguidas damas y lindas jóvenes” acompañadas de su profesor Sr. Alonso. Finalmente, el periódico La Independencia reseñó el 19 de octubre de 1915, un concierto a cargo del violinista Salvador Ferrer acompañado al piano por el maestro Viada. Interpretaron nocturnos de Chopin, la rapsodia de Hauser y el concierto de Beriot. El periódico, que calificó de “solemnidad musical” el acto, aplaudía la iniciativa y animaba a celebrar nuevas sesiones musicales.

La tienda de Granada debió abrirse en el mismo año, pues aparece ya anunciada en la publicidad de esa fecha. En la fachada, junto al nombre “López y Griffo” aparecía el rótulo “Depósito de la casa Dotesio”. Aquí debió ser adquirido el piano de Federico García Lorca que puede verse en la Casa-Museo del poeta en la huerta de San Vicente, de Granada. Se trata de un piano de cola en muy bien estado de conservación, con la firma “Lopez y Griffo” en la parte frontal, sobre el teclado, y la marca de fábrica en el interior. De la compra del piano, Francisco García Lorca, hermano de Federico, dejó el siguiente testimonio: “mi padre, muchos años más tarde, le compró el mejor piano que había en las tiendas de Granada, uno excelente de cola que aún tenemos y al que Federico tenía gran cariño. Lleva la marca López y Griffo, fabricante de Barcelona (sic), casa hoy extinta” (Federico y su mundo, Madrid 1980, pág. 55). Evidentemente Francisco confundió el primer piano que tuvo Federico, un piano vertical de la firma catalana, Ortiz y Cussó, que todavía se conserva en la casa-natal de Federico en Fuentevaqueros, con el piano de cola salido de los talleres malagueños.

Al igual que en la sede almeriense, la firma malagueña propició en Granada la celebración de conciertos de piano, como el ofrecido por el pianista alemán Emil Sauer el 24 de marzo de 1905. Según la revista La Alhambra este recital fue posible “gracias al desinterés y buen deseo de los Sres. López y Griffo”

Federico García Lorca al piano. Diputación de Orense.

Piano de cola de Federico García Lorca. Casa museo Huerta de San Vicente. Granada.

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La apertura de una tienda en Sevilla fue una iniciativa audaz, puesto que la capital hispalense contaba con una acreditada fábrica de pianos, la de los hermanos Piazza, lo que significaba llevar la competencia a su mismo territorio.

MÉTODOS DE VENTA Y SERVICIO DE MANTENIMIENTO

A falta de documentación empresarial es difícil responder a cuestiones como el número de pianos fabricados por la empresa, los métodos de venta, las dimensiones geográficas del mercado de sus productos o la atención al cliente. Solo algunas notas sueltas nos permitirán una sucinta aproximación a tales interrogantes.

El periódico El Adelanto de Salamanca publicó en 1908 un anuncio de venta de pianos de la fábrica de López y Griffo, “a plazos de cinco duros mensuales”. Todos ellos “con cuadro de hierro, cuerdas cruzadas y armazón metálico niquelado”. Se ofrecía una garantía de diez años así como afinaciones y reparaciones. El anuncio añadía el nombre del afinador y representante, J. Clouzet. Por su parte, El Heraldo de Zamora informaba el 24 de febrero de 1910 del estreno de un piano de la casa López y Griffo construido expresamente para el Pabellón Sanchís de aquella ciudad. Es decir, resulta evidente que los fabricantes malagueños consiguieron extender su espacio de ventas hasta las provincias castellanas, un logro difícil por la competencia de los

Dibujo de F. García Lorca por José Moreno Villa. Residencia de Estudiantes.

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prestigiosos fabricantes madrileños más cercanos a aquellos territorios.

En un ámbito geográfico muy diferente, la ciudad de Melilla, el periódico de aquella ciudad El Telegrama del Rif, publicó en varias ocasiones, por ejemplo el 6 de febrero de 1919, avisos informativos sobre la presencia en aquella ciudad de Juan López, desplazado a aquella plaza con el fin de afinar pianos, lo que significa una atención a sus clientes muy esmerada. Juan López alcanzó un gran prestigio como afinador recibiendo reconocimientos y felicitaciones de afamados pianistas. Estas cualidades y conocimientos técnicos supo transmitirlas a su hijo Juan López del Pino, igualmente experto en la preparación y puesta a punto de los pianos. Arturo Rubinstein, Wanda Landowska, Joaquín Turina y Emil von Sauer les dedicaron elogiosas frases de felicitación y reconocimiento a su técnica. Este último escribió: “El señor Juan López, a quien tengo el honor de conocer hace años, es un afinador y técnico de primer orden, conoce su arte a la perfección y su ciencia me ha prestado los más preciados servicios durante mis conciertos en la ciudad paraíso llamada Málaga”.

EDITORES MUSICALES

Como complemento de su actividad industrial, tanto Montargón como López y Griffo hicieron incursiones en la edición musical. El primero publicó obras de Eduardo Ocón (Recuerdos de Andalucía, Rapsodia Andaluza) y de José Calas Galván (Malagueñas del canario), relevantes compositores malagueños, sobre todo el primero, en el panorama musical de la segunda mitad del siglo XIX. De López Griffo tenemos constancia de tres publicaciones, un Himno a Almería, letra de A. Ledesma Hernández y música de M. García Martínez, impreso en Barcelona en los talleres de A. Boileau y Bernasconi; La guitarra española, del célebre guitarrista Juan Parga, y Dolores malagueñas, partitura para piano de Juan Carlos Cabas Galván. En ninguna de las tres consta la fecha de publicación.

Ediciones musicales. Biblioteca de Andalucía y Fundación Juan March.

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Las tres ediciones se explican fácilmente. Por lo que se refiere al Himno a Almería, la presencia de la firma López y Griffo en aquella capital a través de su tienda en la principal arteria de la ciudad le proporcionó contactos y relaciones con el mundo musical almeriense. La oportunidad de publicar un himno dedicado a Almería no podía ser desaprovechada por lo que suponía de propaganda y afianzamiento para su negocio.

En cuanto a la obra de Juan Parga, es conocido que el guitarrista ferrolano pasó la última etapa de su vida en Málaga (1883-1899) donde fue profesor de su Conservatorio. Dado el carácter de su actividad, Juan López debió conocerlo y posiblemente entablar amistad con él. Tras la muerte de Parga en 1899 no es de extrañar que surgieran iniciativas para publicar su obra y que la firma López y Griffo se mostrara dispuesta a asumir la publicación.

Otro tanto debió ocurrir con el músico malagueño Juan Cabas Galván, autor de zarzuelas, sainetes y piezas cómicas, algunas de ellas compuestas en unión de su hermano José. Dolores malagueñas, “música para voz y piano”, según reza en la partitura, fue dedicada a la Srta. Dolores Clemens, perteneciente a una distinguida familia malagueña de origen británico.

DECLIVE Y CIERRE DE LA EMPRESA

Para explicar el declive y cierre de López y Griffo hay que tener en cuenta las transformaciones ocurridas en la sociedad a raíz de la Primera Guerra Mundial. La Gran Guerra ocasionó profundos cambios en las mentalidades, en las relaciones sociales, en los gustos y aficiones, en el papel de las mujeres, en definitiva un profundo cambio social. Por otro lado, la aparición de nuevos instrumentos de reproducción musical tales como solófonos, gramófonos y discos permitió la audición de música en las casas particulares y en reuniones sociales sin necesidad de la interpretación “en directo” y relegó a un plano secundario al antes indispensable piano en los ámbitos domésticos.

Los fabricantes de pianos que supieron adaptarse a los nuevos tiempos lograron sobrevivir pero muchas pequeñas empresas sucumbieron en las primeras dificultades.

A falta de documentación empresarial que permita precisar el momento de declive y cierre, se puede situar éste en los primeros años de la postguerra. En 1919 la casa López y Griffo había vendido su sucursal de Almería a José Guillén Felices, que se anunciaba en La Crónica Meridional, periódico de aquella ciudad, como sucesor de López y Griffo.

En 1922 la sucursal de Granada fue traspasada a Manuel Villar Narvaiza, comerciante vasco con gran experiencia en el negocio de la música pues durante más de una década regentó, como representante de la casa Dotesio y la Unión Musical Española, una tienda de instrumentos musicales en Valencia y fundó una editorial musical.

Del cierre o traspaso de la tienda sevillana de la calle Sierpes no hay noticias, pero es muy probable que siguiera el mismo camino que las de Almería de Granada, máxime teniendo tan cercana la competencia de la casa Piazza.

Las guías de Málaga y los anuncios publicitarios del inicio de los años veinte indican que la tienda principal de la calle Larios fue dividida en dos comercios, convirtiéndose en tiendas separadas, una para cada socio. Seguramente fue un acuerdo exigido por la drástica disminución de la venta de pianos. Mientras Juan López se mantenía fiel al piano, José Griffo diversificaba su oferta vendiendo solófonos, gramófonos, cámaras fotográficas, máquinas de escribir e incluso relojes y bicicletas. Una vez separados, Juan López debido a sus conocimientos técnicos pudo quizá mantener el negocio de pianos complementado con el trabajo de afinador, mientras su antiguo socio tuvo que orientarse hacia unos productos mucho más diversificados. Los últimos datos disponibles de estos establecimientos se refieren a que, como otros comercios de la calle Larios, fueron afectados por los incendios del 18 de julio de 1936.

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Esta investigación tiene como objetivo evaluar las diferencias que se perciben al tocar la misma obra en dos pianos de épocas distintas, separados por mas de un siglo en su fabricación, con la intención de explicar las diferencias mecánicas, técnicas, acústicas y expresivas de cada uno de los dos instrumentos y su evolución.

Este estudio se ha realizado debido a la sorprendente diversidad de pianos que existen en el mercado y a las diferencias que se aprecian al ser tocados y escuchados. La diversidad varia tanto en tamanos, calidades, precios y estetica del instrumento. El fin de este estudio es aportar algunas referencias que puedan ser de utilidad para los interpretes.

Para realizar la investigacion hemos contado con un piano Steinway modelo B, fabricado en 2010 y un piano López Griffo, fabricado en 1912, los dos se encuentran en perfecto estado de conservacion.

En lo que se refiere al piano Lopez Griffo debo mencionar que se encuentra en perfectas condiciones de uso, conservando todos los materiales originales

a excepción de las piezas perecederas que han sido renovadas utilizando los mismos materiales originales.A continuación paso a describir cada unos de los aspectos que voy a tratar:

DIFERENCIAS MECÁNICAS

A pesar de la gran diferencia de años que hay entre un piano y otro, la mecánica está basada en el mismo sistema, utilizado desde hace mas de un siglo. Ambos poseen un conjunto de 88 teclas apoyadas sobre una base de madera (key-bed) a la cual se le acopla un mecanismo basado en un conjunto de palancas, brazos y macillos, los que comúnmente conocemos como acción. A este mecanismo hay que añadirle el sistema de apagadores, que se compone por un conjunto de palancas, apagadores y basculantes. Este ultimo, es un mecanismo independiente el cual esta sujeto a la estructura del piano, no al mecanismo de las teclas.

A simple vista no existen cambios en cuanto al diseño general del mecanismo, por lo cual se podría decir que el sistema no ha evolucionado desde su ultima variación

LOS PIANOS LÓPEZ Y GRIFFO VS PIANOS ACTUALES.TRABAJO DE EXPERIMENTACIÓNAdrián Campillo Diajara

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a finales del siglo XIX cuando se introdujo la llamada Roller action por el fabricante de piano frances Erald.Los mayores cambios se aprecian cuando se examinan los pesos de las teclas y se toman las medidas de cada pieza. Los avances en la aerodinámica del siglo XX también se han implantado en el diseño de las piezas y estas han sido rediseñadas para que la fricción con el aire sea la mínima posible, optimizando en gran medida el rendimiento del instrumento y reduciendo el peso necesario para pulsar las teclas. La colocación de los pivotes de las palancas tampoco coincide entre ambos pianos. Estos pivotes han cambiado a nivel milimétrico su posición para que las teclas ejerzan menos resistencia a la hora de ser pulsadas.

Un aspecto muy importante a la hora de analizar y estudiar las diferencias mecánicas entre los pianos es el peso de las teclas. Esto es un asunto relevante y que daría que hablar para todos los gustos, puesto que hay varias formas de entender la educación pianística, y existen diversas opiniones sobre como deben aprender los alumnos de piano a trocar su instrumento y en que condiciones. Muchos profesores aconsejan que sus alumnos estudien en pianos con el teclado duro o pesado, pensando que esto les dará mas agilidad a la hora de tocar en un piano que tenga un peso mas liviano, al mismo tiempo otros piensan lo contrario, que el alumno debe aprender utilizando un teclado ligero, alegando que esta práctica ayuda a poder matizar mejor.

El peso de las teclas debe ser uniforme y equilibrado, para que cada tecla ofrezca la misma resistencia a la presión ejercida por los dedos del interprete. Para poder ajustar esto, se utiliza una serie de pesos fabricados en plomo que se instalan en las teclas. Estos pesos varían dependiendo de cada tecla para poder así equilibrar el peso de una de ellas.

Comprobando la fricción de las teclas con pesos de laboratorio podemos observar que suele variar entre un mínimo de unos 48g para los agudos y hasta un máximo de 52g para los graves. Estos estándares son lo habituales usados en la actualidad y se asemejan a los mismos que se empleaban antiguamente, pero con la diferencia de la evolución de los materiales de construcción y la aplicación de la tecnología y la informática a los métodos de fabricación.

De esta manera se hace posible compensar los diferentes pesos de los martillos e igualarlos en la mayor medida de lo posible, ya que suele mayor en los graves que en los agudos, y gracias a los nuevos procesos de fabricación y las nuevas tecnologías, se consigue equilibrar todo el peso del teclado, intentando que el rango de diferencia entre las teclas sea inapreciable, con un intervalo de unos 2gr de diferencia.

Al experimentar con el piano modelo López Griffo, y comprobar el peso necesario para bajar cada tecla, puedo observar que el peso varia entre 5 y 7 gramos dependiendo de la zona del teclado. Hablamos de una variación de peso que es bastante notable para la sensibilidad de la mano humana. Esta cuestión afecta bastante a la hora de tocar el instrumento y compromete la agilidad de los dedos y gasto de energía muscular innecesaria dependiendo de en que rango del teclado se mueva el interprete.

La ultima tecla del bajo necesita 57g para que descienda mientras que la ultima del agudo necesita 53g. Esto es una diferencia muy significativa y que es fácilmente apreciable a la hora de ejecutar cualquier obra.

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Principalmente afecta mucho a la hora de interpretar y ejecutar diversas técnicas que precisan de estabilidad y equilibrio. Sobre todo al a hora de mantener la intensidad o hacer variaciones en los matices sonoros.

Por otro lado, al comprobar los pesos en el piano Steinway puedo observar fácilmente varias diferencias bastante notables:

En primer lugar, que se necesita menos peso para bajar las teclas, sobre todo en el bajo. El peso de las teclas en este piano es de 52g prácticamente en todo el teclado. Esto conlleva que los pasajes de dificultad tecnica se ejecuten de una manera mucho mas liviana que en el caso del piano piano López Griffo, confiriendo una enorme sensación de estabilidad y equilibrio a la hora de tocar el instrumento, facilitando la interpretación en gran medida y mejorando notablemente la claridad y precision de los pasajes que implican mayor dificultad tecnica. Es por ello que a la hora de hacer variaciones en los matices, se puede apreciar perfectamente una diferencia muy notable con respecto al López Griffo.

En segundo lugar, la diferencia entre la ultima tecla del bajo y la ultima del agudo es de solo 2 gramos. Este aspecto hay que destacarlo, puesto que a penas hay diferencia en todo su rango y, por supuesto, es prácticamente inapreciable para el tacto humano, ya que dicha variación en peso es mínima. Esto otorga una gran homogeneidad al teclado completo.

Los materiales utilizados para la fabricación de ambos pianos siguen siendo los mismos que se usaban hace más de un siglo. A excepción, reitero, de la aplicación de la tecnología a estos materiales para optimizar su rendimiento.

Diferentes tipos de maderas en función de la parte del instrumento. Para el cuerpo del instrumento y su tabla armónica se emplean multitud de maderas, desde el abeto o el nogal, hasta el roble, haya, entre otras, es el abeto del que se hacen las tablas armonicas y de haya se hacen los puentes de la tabla armónica, el peral o el arce para para el mecanismo de la acción y el tilo para los teclados, utilizando diversos tipos de materiales para el recubrimiento de las teclas que con el tiempo han ido variando, empezando por el marfil, que otorga una gran estabilidad y resistencia a la humedad de la mano, al mismo tiempo que posee un tacto más cálido en su ejecución, y continuando por diversos tipos de plásticos que actualmente se emplean debido a la prohibición del uso del marfil. Actualmente los pianos de bajo coste usan maderas de baja calidad, las llamadas “engineered wood” que son los nuevos materiales del siglo XXI, el llamado DM en España. Este es un aglomerado elaborado con fibras de madera que previamente se han desfibrado y eliminado la lignina que poseen, aglutinando estas fibras con resinas sintéticas mediante presión y calor en seco, creando unas chapas de madera, que son muy fáciles de elaborar y manipular.

Dicho material es de lo están haciendo todo a lo que ahora se le llama “madera”, y que están usando en la fabricación de los pianos chinos, que luego pintan de negro enmascarando de esta forma los materiales utilizados para su fabricacion. Muchas veces esta deprimente calidad se maquilla poniendo maderas a las zonas que vemos a simple vista como por ejemplo cuando levantamos la tapa superior de un piano vertical y observamos su interior. La madera estara presente en lo que vemos, pero si quitamos la tapa inferior podremos observar que la mayoria de las piezas estan hechas de un nuevo plastico llamado ‘composite plastic’. Este material tambien es usado en

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muchos de los pianos de cola Kawai. En general, es una calidad muy inferior a la que porporciona yamaha o cualquier fabricante europeo o americano.

Después del marfil se pasó a usar el plástico celuloide para hacer las teclas, de muy buena calidad y usado ya en pianos de finales del siglo XIX. Este material imitaba al marfil a la perfección, ya que lo fabricaban con vetas que se asemejan mucho a la apariencia del marfil original. Después vino la bakelita, también de muy buena calidad, esta fue la primera sustancia plástica totalmente sintética, creada en 1907. Ya después para poder abaratar los costes de producción y hacerlo aun mas barato, rápido y que dure lo menos, se usan plásticos de baja calidad. Para el recubrimiento de las teclas negras se emplea ébano, moralmente en los pianos de gama alta, ya que se sigue utilizando el plástico igualmente para el resto de instrumentos.

-El Plomo, que sigue siendo un material primordial en la fabricación de pianos. -Cuero, principalmente de borrego y de búfalo. -Fieltro, que es lana procedente de ovejas. Actualmente ya han conseguido fabricar fieltro sintético con poliéster, muy usado en el mercado asiático en instrumentos de baja calidad.-Armazón, que es de hierro colado, este tipo de hierro no se dobla, es una estructura rígida, y actualmente se siguen fabricando de la misma forma. -Cobre, como elemento principal para el recubrimiento de los bordones. Material que ha ido variando mucho al o largo del tiempo, ya que el cobre a variado mucho su pureza desde hace un siglo, el cobre de antes era de más pureza que el empleado actualmente para la fabricación de las cuerdas, ahora hacen aleaciones de cobre para ahorrar en gastos.

Todo esto nos muestra que no ha sido posible hasta la fecha de hoy encontrar ningún material mejor para la fabricación de un mecanismo para gran piano, ya que se siguen empleando los mismo materiales que hace mas de cien años.

DIFERENCIAS ACÚSTICAS

Las diferencias acústicas de un piano tienen su origen en el diseno y geometria de la tabla armonica y en las cuerdas. Las cuerdas de un piano varían en su longitud y grosor y esto implica que se utilicen distintos materiales para fabricar las diversas cuerdas. El acero es el principal elemento que se emplea en todas y cada una de ellas pero en el caso de los bordones se utiliza el cobre para envolver la cuerda. Estos producen un sonido diferente a las cuerdas simples.

Cada fabricante le da a su instrumento su sonido único y carácter tonal que los hace diferenciarse del resto. El sonido del instrumento proviene obviamente de la combinación de los materiales y su construcción, sobre todo del corazón del piano que es su tabla armónica.

La principales diferencias entre ambos pianos son diversas y en lo único que se asemejan es en la intensidad producida a la hora de tocarlos. Aunque ambos pianos poseen un tamaño similar, el timbre general de cada piano es completamente diferente. El piano Lopez Griffo posee un sonido mucho menos brillante y menos nítido, pero, al mismo tiempo, tiene un cuerpo mucho mas robusto, con un carácter mas sobrio. Sin embargo el piano Steinway posee un sonido mucho más brillante y limpio. En cambio en el timbre entre las diferentes registros del piano, bajo, contralto, tenor y soprano es muy evidente, sobre todo es muy visible entre el bajo y

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el barítono que es donde se pasa de los bordones (cobre) a las cuerdas de acero.

Con respecto al registro del instrumento, en el piano Steinway los cambios son apenas perceptibles. El sonido está muy igualado y es mucho mas uniforme y apenas se pueden apreciar diferencias de timbre en el sonido al pasar de un registro al otro. Esta enorme mejora no solo se ha producido por la evolución de los materiales utilizados en su construcción, sino por el uso de software específicos por los ingenieros. Estos software se encargan de analizar el sonido y gracias a ellos se pueden calcular los diámetros necesarios de las cuerdas, así como la aleación de los metales que se precisa para producir un sonido mas oscuro o mas brillante, al mismo tiempo también se encargan de diseñar las tablas armónicas, calculando el grosor especifico que necesita, al mismo tiempo que indican la colocación óptima de los puentes, su forma y el grado de curvatura que han tener. Esto ha facilitado muchísimo la labor de construcción, permitiendo que se pueda equilibrar el sonido en todo el rango del piano, consiguiendo un sonido mas compacto, uniforme y homogéneo.

Podría decirse que el sonido producido por el Lopez Griffo se acerca mas al sonido producido por un instrumento de madera, mientras que el Steinway produce un sonido mas cercano al metal.

DIFERENCIAS EXPRESIVAS La expresión de un instrumento podríamos decir que es la capacidad que este posee para responder a las distintas dinámicas durante el proceso interpretativo. La sensibilidad de responder a la fuerza, la rapidez, la presión y a los diferentes tipos de ataques que se ejecuten en el es fundamental.

La primera impresión con el Steinway es que este instrumento ofrece una mayor posibilidad de ejecutar los diferentes rangos de dinámica. La gran respuesta a la fuerza se pueden ejecutar tanto el pianissimo como el fortissimo con gran facilidad, siendo esto una gran ventaja frente al otro piano. Por otro lado, el piano López Griffo posee menos capacidad expresiva. La amplitud sonora puede llegar a ser la misma que la del Steinway pero, cuando tenemos que ejecutar un pasaje en pianissimo, podemos claramente comprobar que el Steniway lo consigue de manera mucho mas eficaz y rápida.

En el caso del piano Steinway, al ser la maquinaria mucho mas precisa, la ejecución de los pasajes que conllevan mayor dificultad se realiza de manera mucho mas cómoda. Sin embargo, el tacto de los dedos con el teclado es mucho mas agradable en el piano Lopez Griffo ya que posee las teclas de marfil y de ébano, esto le confiere un tacto mucho más cálido y agradable, al mismo tiempo que el agarre con la tecla es mas cómodo en el marfil.

El carácter de cada pieza musical se puede llevar a cabo mucho mas cómodamente en el Steinway gracias a la precisión y magnífica ingeniería del instrumento. Tanto en piezas delicadas como energéticas, el Steinway permite transmitir el carácter más fácilmente.

La cantidad de armónicos producida cuando pulsamos el pedal es también mucho mayor en el Steinway. Teniendo este un sonido mucho mas amplio y rico.

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PIANOS EN EXPOSICIÓN

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CATÁLOGO DE LA EMPRESA LÓPEZ Y GRIFFO

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AYUNTAMIENTO DE MÁLAGA

Francisco de la Torre PradosALCALDE DE MÁLAGA

Gemma del Corral ParraTENIENTE DE ALCALDE DELEGADADE CULTURA Y EDUCACIÓN

Susana Martín FernándezDIRECTORA GENERAL DE CULTURA Y EDUCACIÓN

EXPOSICIÓN

ORGANIZANAyuntamiento de MálagaÁrea de CulturaMuseo del Patrimonio Municipalde MálagaMuseo Interactivo de la Música Málaga

DIRECCIÓNElías de Mateo AvilésMiguel Ángel Piédrola Lluch

COMISARIOSCristóbal García MontoroAdrián Campillo Diajara

GESTIÓN Y COORDINACIÓNSección de CulturaAyuntamiento de MálagaJosé Luis García Gómez (MIMMA)

PROYECTO EXPOSITIVOAlfonso Serrano Larrea

PROYECTO EDUCATIVO Y ACTIVIDADESFactoría de Arte y Desarrollo (MUPAM)Sandra Valenzuela y Lidia Romero (MIMMA)

MONTAJEInterexpo Exposiciones Internacionales S.L.

ROTULACIÓNGFC Comunicación

AGRADECIMIENTOS

Miguel Ángel Piédrola OrtaAndrés Sanz MolinaDolores Padilla CarrilloJavier Ramírez GonzálezMercedes Jiménez BolivarJosé Luis Ramos JerezCasa-museo Federico García LorcaResidencia de EstudiantesFundación Juan MarchAlfonso Vázquez GarcíaIsabel López CasasJosé Javier de las Peñas GuzmánDiputación Provincial de OrenseBiblioteca Nacional de EspañaOficina Española de Patentes y Marcas

CATÁLOGO

EDITAAyuntamiento de MálagaÁrea de CulturaMuseo del Patrimonio Municipalde Málaga

TEXTOSFrancisco de la Torre PradosCristobal García MontoroBegoña Villar GarcíaAdrián Campillo Diajara

FOTOGRAFÍASÁngel Arcos VenturaCasa museo Federico García Lorca

DISEÑO Y MAQUETACIÓNADOS/ Publicidad

IMPRENTAGráficas Urania

© de los textos, sus autores© de las fotografías, sus autores © de la presente edición, Ayuntamiento de MálagaÁrea de Cultura

DL.: MA- 1152-2018